la gualdra no. 94

12
SUPLEMENTO CULTURAL DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN “[…] la estrategia artística de Teresa Velázquez se fundamenta en la exploración y en la investigación de estos escenarios discursivos, desde unas obras cuya manufactura es de una extrema rigurosidad. Es interesante advertir cómo ha indagado en ámbitos de la imagen tan diversos, desde una pintura figural hasta una abstracción muy escrupulosa. Lo relevante es que en todas ellas, lo que subyace a su evidente habilidad, es una compleja y renovada argumentación desde una sensibilidad muy contemporánea sobre las clásicas figuras retóricas de la pintura”. Carlos Palacios [Pasado Meridiano, de Teresa Velázquez, se encuentra en exhibición actualmente en la Sala de Exposiciones Temporales II, del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez de Zacatecas. Inaugurada el pasado 22 de marzo en el marco del XXVII Festival Cultural Zacatecas] Teresa Velázquez, London Jubilee óleo/madera, 130 x 100 cm., 2012. De la exposición: Pasado Meridiano. No. 94 - 1 DE ABRIL DE 2013 - AÑO 2

Upload: la-jornada-zacatecas

Post on 09-Mar-2016

249 views

Category:

Documents


6 download

DESCRIPTION

La Gualdra No. 94

TRANSCRIPT

Page 1: La Gualdra No. 94

SUPLEMENTO CULTURAL DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

“[…] la estrategia artística de Teresa Velázquez se fundamenta en la exploración y en la investigación de estos escenarios discursivos, desde unas obras cuya manufactura es de una extrema rigurosidad. Es interesante advertir cómo ha indagado en ámbitos de la imagen tan diversos, desde una pintura figural hasta una abstracción muy escrupulosa. Lo relevante es que en todas ellas, lo que subyace a su evidente habilidad, es una compleja y renovada argumentación desde una sensibilidad muy contemporánea sobre las clásicas figuras retóricas de la pintura”.

Carlos Palacios[Pasado Meridiano, de Teresa Velázquez, se encuentra en exhibición actualmente en la Sala de Exposiciones Temporales II, del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez de Zacatecas. Inaugurada el pasado 22 de marzo en el marco del XXVII Festival Cultural Zacatecas]

Teresa Velázquez, London Jubilee óleo/madera, 130 x 100 cm., 2012. De la

exposición: Pasado Meridiano.

No. 94 - 1 DE ABRIL DE 2013 - AÑO 2

SUPLEMENTO CULTURALSUPLEMENTO CULTURAL DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍNDIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

“[…] la estrategia artística de Teresa Velázquez se fundamenta en la exploración y en la investigación de estos escenarios discursivos, desde

Teresa Velázquez, London Jubilee óleo/madera, 130 x 100 cm., 2012. De la

exposición: Pasado Meridiano.

No. 94 - 1 DE ABRIL DE 2013 - AÑO 2No. 94 - 1 DE ABRIL DE 2013 - AÑO 2

Page 2: La Gualdra No. 94

1 DE ABRIL DE 2013 / AÑO 2

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade Trinidad /Diseño

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

Inicia la segunda semana del Festival Cul-tural Zacatecas en su XXVII edición, y nos dimos a la tarea de seleccionar una serie más de eventos para sugerirle. Si a usted le gusta la música de concierto, todos los con-ciertos que están programados a las 13:00 Hrs. en el auditorio del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez son muy re-comendables. Ahí mismo, el jueves a las 18:00 Hrs., el Gobierno del Estado realiza una merecido homenaje a la maestra Dolo-res Castro Varela, poeta muy querida por los zacatecanos. El martes 2, a las 20:00 Hrs., en el Teatro Calderón, se presenta la obra de teatro “El oso que no lo era” (espectáculo unipersonal con títeres de mesa), una adap-tación del cuento de Frank Tashlin, dirigida por Carlos Converso, argentino nacionali-zado mexicano, titiritero, actor, dramatur-go y director de teatro, cuya carrera inicia a principios de la década de los años ochenta con el espectáculo “Pandemonium”, gana-dora del Premio Rosete Aranda a la mejor obra de títeres de 1984. A este montaje le siguieron: “Titirijugando”, “Un halo de es-plendor”, “Al son del corazón” y “Barbacoa, historia de piratas” (seleccionada para par-ticipar en 1997 en el Festival Internacional de Tolosa y también en el de Alicante, Es-paña), “Ubú rey”, “Comino va a la selva”, “Maniobras 7” y “Se vende”. Ha realizado una extensa labor como pedagogo teatral en todo el país y ha publicado los siguientes libros: Barbacoa, historia de piratas, El en-trenamiento del titiritero y La pesquisa. Ese mismo día, pero en el Tea-tro Ramón López Velarde, se presenta “El cerdo”, monólogo protagonizado por Je-sús Ochoa. Es un espectáculo unipersonal basado en la novela Estrategia para dos ja-mones, del novelista y dramaturgo francés Raymond Cousse; la dirección es de An-tonio Castro. Un cerdo vive sus últimos momentos antes de ser sacrificado. Las re-señas especializadas de esta obra son todas favorables y destacan la excelente actuación de Ochoa, quien realiza una crítica ácida al consumismo y a la doble moral. Hay dos funciones: a las 18:00 y a las 20:00 Hrs., así que puede asistir primero al Cerdo y correr al Teatro Calderón a ver también la obra de Carlos Converso. Así las cosas en la progra-mación… El miércoles 3, a las 17:00 Hrs., en la Catedral Basílica, se llevará a cabo el concierto “Misa No. 3 en Fa Menor” de Anton Bruckner, con Jörg Bierhance como Director principal invitado de la Orquesta Filarmónica de Zacatecas. El programa

Desayuno en Tiffany’s, mon kupor Lluna Llecha y Carlos Belmonte

Una historia que nos recuerda la impor-tancia de la palabra, de la literatura, en plena crisis por Eduardo Campech Miranda

El niño y el locopor Gabriel Luévano Gurrola

Dolores CastroUn merecido homenaje

Teresa VelázquezPasado Meridiano

Precaución, hombres trabajandoCeda el pasopor Edgar Khonde

De una ventanasin vientopor Sergio Espinosa Proa

Inauguración de exposicionesuniversitarias

Castillo de sal si puedespor Ester Cárdenas

Caballos surrealespor Guillermo Samperio

Extraña por Pilar Alba

Pretextos para soñar en rojopor Roberto Galaviz

3

4

5

8

9

12

11

67

94

es el siguiente: 1. Kyrie eleison, 2. Gloria, 3. Credo, 4. Sactus, 5. Benedictis y 6. Agnus Dei. Como solistas participarán la soprano Zaira Soria, la mezzosoprano Guadalupe Paz, el tenor Joaquín Ledesma y el barítono Arturo Barrera. Director del Coro del Esta-do: Arturo García Cuéllar. Director general de la OFILZAC: Alfonso Vázquez. La OFILZAC inició sus activi-dades formales en abril de 2007 durante el “Festival Cultural de Zacatecas”, bajo la di-rección general de Alfonso Vázquez. Desde entonces ha mantenido una programación constante abarcando diversos reperto-rios entre los que destacan programas con música mexicana de concierto, jazz, rock, ópera, oratorio, sinfonías y conciertos con solistas. En su corta existencia, la Orquesta Filarmónica de Zacatecas ha sido dirigida por Sergio Cárdenas, José Luis Castillo, Je-sús Medina, Juan Carlos Lomónaco, Alfre-do Ibarra, Rodrigo Macías, José Miramon-tes, Román Revueltas, Ramón Shade, José Guadalupe Flores y Armando Vargas como directores invitados, bajo la coordinación general de Alfonso Vázquez. En abril de 2009, se presentó en la inauguración del Pa-lacio de Convenciones de Zacatecas acom-pañando al tenor Plácido Domingo bajo la dirección de David Giménez Carreras. Sus integrantes son músicos zacatecanos que se han desempeñado profesionalmente en diferentes orquestas, algunos de ellos profe-sores y otros, estudiantes de nivel superior en la Unidad Académica de Música de la Universidad Autónoma de Zacatecas. El viernes 5, a las 20:00 Hrs., se presenta en el Teatro Calderón la Compa-ñía Figurat, del D.F., con la obra “Guiller-mo y el Nagual”, dirigida por Emmanuel Márquez. Extraño horario para una obra para público infantil, pero si quiere ver usted una magnífica puesta en escena co-producida por el Instituto Nacional de Be-llas Artes y Figurat Teatro, asista al teatro esta noche. “Guillermo y el Nagual” es una adaptación del cuento del mismo nombre, de Emilio Carballido, publicado en la An-tología de Teatro Infantil El Arca de Noé, en 1950. Actúan: Leticia Pedrajo, Horacio Trujillo, Juan Carillo, Reiner López, Lizeth Rondero, Paola Huitrón, Denis González, Carlos David Galindo, Cesar Rodríguez; música original de Omar Guzmán, esceno-grafía de Jesús Hernández y marionetas de distintas técnicas. Es una obra que simple-mente no se puede perder.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

Page 3: La Gualdra No. 94

1 de abril DE 2013

Por Gabriel Luévano Gurrola

El niño y el loco

Tenía La luna nueva, el poemario de Rabindranath Tagore, entre las ma-nos. Unas cuantas páginas para con-cluir y la cama, el sillón, ya me pare-cían de piedra. Me decidí finalmente por la ventana, abierta en su totalidad, escondida tras cortinas azules. Acer-qué una silla. Dejaba de llover pero el agua dotaba de una piel muelle al día. Terminé el libro y de inmediato comprendí que hacía tiempo un poe-ta no me impresionaba tanto. Aunque es necesario decir que me quedó una astillita en alguna parte de la memoria y miré a la calle. Lo primero a la vista, el gran terrón del cerro Proaño y su ápice, coronada por lo que he supues-to siempre es una torre de mando. Hace mucho tiempo, en la noche, se fue la luz en buena parte de la ciudad y lo único que permaneció encendido era esa torre, como una velita sobre el pastel vomitado del cerro. Jugué ante la idea de que se estuviera queman-do y nadie, más que yo, presenciara lo que resultaría una emulación de la catástrofe de la Roma de Nerón. Había además, otras posibilidades de com-paración: tal vez estuviéramos dentro del infierno y aquella luz sirviera para recordar que el martirio es morir de frío, o dentro de una cueva y la tea en-cendida fuera la salida distante hacia el universo. El mundo es raro. Después de tales recuerdos, y aún sujeto del libro, bajé la mirada y la posé en el techo de los vecinos. Años de atisbar por la ventana y apenas me percataba que el techo estaba pobla-do de juguetes. Monitas decapitadas, carros de volteo, alcancías rotas. Ju-guetes: incendio del pasado, herrum-bre colorida, incendio apaciguado. ¿Sabrán los ahora adolescentes que sus pertenencias infantiles duermen abandonadas sobre sus cabezas, frente a mis ojos? O peor, ¿sabré yo dónde están las mías, mis juguetes, con los que yo también me divertí alguna vez? He aquí la importancia de Tagore. La astillita se había disipado. Nos ayuda a entender lo olvidado. La luna nueva es un poema-rio donde la voz principal es la de un niño que no requiere de la memoria, pues ni siquiera sabe lo que es. Ante la lejanía de un padre ausente, como se ve en una de las composiciones más hermosas, el infante es capaz de decir a su madre que no se preocupe, por-que él escribirá las cartas que tanto ansía y nunca llegan. Sólo para evitar que sufra. Su mirada, sus manos des-cubridoras guardan un tesoro inesti-mable: un misticismo bruto, a su vez

tentativa de conocer el mundo sin aban-donar su soledad. Ese misticismo habita en la vida diaria, en los dedos del niño, tocando las cosas y los sentimientos. De esta manera soporta y supera la abulia de los hombres ma-duros. Sacándole ventaja a su condi-ción de primer escrutador, fundador de la tierra. Como Adán y Eva, el niño y su madre en La vida nueva parecen ser los únicos seres importantes de la creación. Únicamente ellos existen y el pequeño entonces, se vuelve visi-tante de parajes extraños, mágicos, lo cuales pueden encontrarse en la mis-ma casa, y la simple risa de su madre los develará, iluminando la soledad alegre de las cosas, el panteísmo que lo ata al vientre universal de las son-risas. En conclusión, el niño evita andarse con olvidos, lo importante lo mantiene presente en su andar enig-mático, tal vez sin saberlo, ya que de lo contrario, ¿por qué ríe tan feliz? Distingo, no obstante, otro personaje del escritor hindú, aquel protagonista del relato “Las piedras hambrientas”, un administrador que se verá arras-trado a un palacio alucinante donde los hombres enloquecen al infundirles el mismo lugar un dolor resentido por habitantes pasados.

Literatura

Sin dejar de espaciar la mi-rada en el cerro, recuerdo: debía de tener unos seis o siete años y jugaba en una calle cerca de la mía con unos niños que para variar he olvidado. Nos congregábamos frente a una construc-ción en ruinas, color de adobe, con dos grandes pilares de frontispicio. Quizá fue un vecino el que refunfuñaba: “Jue-guen en otro lado, ahí vive un loco”. Lo miramos con interés. “Loco y malo, no lo vayan hacer enojar”. Las palabras del hombre acicatearon nuestro morbo y parecíamos hacer más ruido de lo ha-bitual hasta que lo vimos, emergiendo tras la puerta desvencijada de la ruina. Todos corrimos, yo el último, así que lo aprecié mejor. Era un hombre alto, mo-reno, seco. Seguramente me increpó. Ahora sé que el acento de la grosería era costeño (todavía vive). Tenía en la mano un vaso y en la cara una expre-sión de alcohólico cansino. Traía pues-to un vestido astroso y dos enormes arracadas en las orejas. Habiendo leído Las piedras hambrientas puedo pensar que no tuvo la culpa de nada, que fue la casa, en aquellos ayeres probablemente palaciega, la que lo dejó así. Así pensando y con Tagore en la mente, me di cuenta que todo está muy claro. La diferencia estriba

en el estatus de lo oficial. El sacristán de una iglesia cercana y el presidente municipal de hace varios años, por ejemplo. Los vieron cerca de un ran-cho cuyo nombre ni siquiera aprendí, abrazados y cayéndose de beodos. A éstos la gente les festejaba todo. Las manitas largas, los gestos procaces de su chiflada cara. Pero son los oficia-les, en ese aspecto, estaban blindados por más que usaran la fraseología de los lunáticos, entre hipo e hipo, como sentencias del rencor poderoso uno, y de una vida encerrada en capellanías lúgubres el otro. Si la convención social con-sidera oficialmente loco a alguien, con diagnóstico médico y una serie de leyendas lóbregas sobre su pasado, lo dejan andar por la calle y sus palabras no hieren las púdicas mentes del Es-tado. Pero ¿qué nos queda a los deba-tidos en medio de la lustrosa cordura y la divertidísima locura? Soportar el dardo preocupón y bien intenciona-do (que no por ello deja de tener filo) cuando uno dice en la mesa, por vivo deseo: “Tengo ganas de comerme un pedazo de carne bien frito. Es más, un guajolote completo, como Macario, sin cubiertos ni nada, con las manos a gui-sa de tenazas o asideros de enamora-dos, y llenarme los mofletes de...” ¡Ay!, luego el dardo: “Estás loco, es Viernes Santo”. No nos dejan hacer. Quien fue niño, no obstante, tampoco lo tiene muy fácil que diga-mos. Si por alguna razón planetaria, ley hermética o designio mitológico, decide una tarde no jugar futbol pero sí agarrar un libro, le dice el padre: “Mal, muy mal. A tu edad más te val-dría ensuciarte entre la tierra” (hasta aquí las cosas bien). Pero al paso de los años ven al ya no tan niño estudiar y dicen: “maravilloso, será un gran escritor y cuando se encumbre, en las tertulias literarias se pelearán para in-vitarle una cerveza. Un hombre com-pleto”. ¿En qué momento la lectura o por extensión, su consecuencia, la escritura, dejó de ser equivalente a los jaloneos entre la tierra y los perros? ¿Cuándo dejó de ser un juego que acaba regularmente en risas? Al niño o loco o lo que es lo mismo, un terre-no de fronteras imprecisas en el alma del ser humano, expresa Tagore, se los puede llevar un habitante del cielo o tragar una casa enigmática en cual-quier momento, aunque la razón dicte lo contrario. Éste es un mundo extraño, si nos quitan la inocencia, ¿qué vamos a hacer?

Rene Magritte, La reproducción prohibída

Page 4: La Gualdra No. 94

LA GUALDRA NO. 94

Dolores Castro Un merecido homenaje

Lite

ratu

ra

Algo le duele al aireAlgo le duele al aire,del aroma al hedor.Algo le duelecuando arrastra, alborotadel herido la carne,la sangre derramada,el polvo vuelto al polvode los huesos.Cómo sopla y aúlla,como que cantapero algo le duele.Algo le duele al aireentre las altas frondasde los árboles altos.Cuando doliente aúnentra por las rendijasde mi ventana,de cuanto él se duelealgo me duele a mí,algo me duele.

La sangre derramadaAl borde del caminolo encontramosel mismo pantalón, la blusa blanca:sobre su espaldaamapola de sangre.Llaman de gracia al tiroque enmudeció su boca,ahogó su amory me dejó baldada.El estallidode aquel tiro de graciaaún retumbay aúlla en el aire, aúlla.

— Del libroAlgo le duele al aire

Dolores Castro Varela nació en Aguascalientes en 1923. Es-tudió la licenciatura en derecho y la maestría en literatura española en la Universidad Nacional Autónoma de México y estilística e historia del arte en la Universidad Compluten-se de Madrid. Fue fundadora de Radio UNAM y colaboró en la dirección de Difusión Cultural de la Universidad. Ade-más, fue maestra fundadora de la ENEP Acatlán. Fue jefa de redacción en la revista Poesía de América, donde conoció a Cintio Vitier, José Lezama Lima, Fina García Marruz, Fer-nández Retamar y otros. También condujo el programa Poe-tas de México en el Canal 11 con Alejandro Avilés. Ha reci-bido el Premio Nacional de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz. Ha dado clases en la Escuela de Escritores de la SOGEM, el INBA, la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, la Universidad Iberoamericana. En 1988 fue homenajeada como Maestra de la Juventud. El intenso contacto con la naturaleza marcó su in-fancia. Desde los naranjos en flor del patio de su abuela hasta las altas milpas, los arroyos y la profundidad amenazante del cielo la impresionaron. A Zacatecas, de donde es su familia, la conoció hermosísima. De esta ciudad se ha dicho que está no edificada, sino esculpida. Ella exploró esas calles desiguales empedradas con piedras redondas de río. Recuerda que de niña era más bien callada y solitaria, que el peso de la vida social en su casa lo llevaba una de sus hermanas. Como ella mismo lo dice, “la lectura nos da con-ciencia: dónde estamos, hacia dónde vamos, quiénes somos, y eso se complementa con escribir, te da un conocimiento mucho más profundo y más hermoso de lo que es el mun-do. En esta época la gente vive sin identidad, fragmentada, experimentando el caos; entonces escribir es ordenar. Leer es también ordenar. Uno ordena el caos para encontrar caminos, horizontes y belleza”.

Adriana del Moral Espinosa“La palabra transparente” [Fragmento] *

*Artículo completo en: http://www.literatura.bellasartes.gob.mx/acervos/index.php/recursos/articulos/semblanzas/1675-castro-dolores-semblanza

La niña tímida en su banquito bajoEl fulgor en el baño del zenzontle, un sacudir de gotas irisadas entre las pardas plumas, eso dura la infancia. Después, queda la jaula, después las cuatrocientas voces del alma por los cuatro horizontes separadas El incienso azuela, se levanta, y se acercan las sombras, y se agrandan.

— No es el amor el vuelo, Antología. 1992

MiroMiro a la gente que se arrimapara darse calor.Un vaho sube de las bocas.A los ojos el temblor de las aguasque se reconocendespués de haber corridobajo la florde los vientosy el mismo sol.Miro a la gente que se arrimay a la boca me subeel balar de una oveja perdida.

— Ocho poetas mexicanos, 1955

Dolores Castro Varela, recibirá de los zacatecanos un merecido homenaje el próximo jueves 4 de abril, a las 18:00 Hrs, en el Auditorio del Museo Felguérez. El 12 de abril cumplirá 90 años,

toda una vida dedicada a la poesía y a la enseñanza.

Fotografía: Carlos Segura

Page 5: La Gualdra No. 94

1 de abril DE 2013

Hace aproximadamente veinte años viví la siguiente ex-periencia: acudí a visitar a un amigo en su casa. Después de conversar algún tiempo, decidimos ir al centro de la ciudad. De tal manera que nos dirigimos a la avenida donde circula (aún circula) el camión que no llevaría a nuestro destino. El primero en abordar el transporte fui yo, después mi amigo. Cuando me disponía a sentarme, mi amigo gritó desde la parte delantera del vehículo, justo a un lado del conductor: -¿No pagaste? Me volví y le respondí: -No, paga tú. “Sólo traigo lo de mi pasaje”, terminó y se fue a sentar. Apenado, le solicité al conduc-tor si podría llevarme gratuitamente. Si en ese momento hubiera conocido El viaje del cordero, la cabra y el perro, le habría contando la his-toria como moneda de cambio. Empezaría por contarle de lo maravilloso que resulta el ejercicio de la tradición oral, de cómo ésta conforma la identidad, de los privi-legios de que la palabra escrita que trasciende tiempo y espacio. Haría un paréntesis para confesarle que entre los amigos, no nos decíamos wey, como lo hacen ahora, si no “perro”, sin saber que éramos cordero y cabra. La cuarta de forros nos pone al tanto del origen y las versiones de esta historia: la que contaban los niños refugiados ruandeses antes de dormir; la de Viridienne, la maestra, y Luis Estepa Pinilla en francés; la de José Manuel Pedrosa, publicada en su libro La autoestopista fantasma y otras leyendas urbanas españolas. De esta última es de la que José Manuel Mateo nos presenta esta versión. Pero hay una más, la de Andrés Mario Ramírez Cuevas, quien ilustra esta edición. Andrés Mario enriquece la historia con unos personajes que, en función de sus trazos, pueden llegar a ser entrañables: los rostros son tiernos, suaves, ami-gables (a excepción de la del perro, después de bajar el camión); con objetos y espacios cotidianos, de fácil identificación para los pequeños: cascaritas futboleras, equipajes, trayectos, medios de transporte, camión, ciudades, personas. Policromía que enmarca la versión rimada de Mateo. Pero hay más. Hay algo que como lectores y como mediadores (categoría que incluye a los padres y madres de familia) no debemos olvidar. Así como hay una literatura que establece y fortalece estereotipos; hay otra que los rompe. Esta historia es de ésas. Una historia que surge de las tinieblas de la guerra, la orfandad y el desamparo. Una historia que nos muestra la creativi-dad, la imaginación, la esperanza en medio de la des-gracia. Una historia que nos recuerda la importancia de la palabra, de la literatura, en plena crisis. Si la palabra destruye, también crea; si hiere, también acaricia; si maldice, también bendice; si olvida, también recuerda; y en ocasiones como ésta, cuando está bien arropada por imágenes, devela el maravilloso mundo de la lectura. El viaje del cordero, la cabra y el perro, un libro para leerlo muchas veces, y un pretexto para preguntar-nos, y explicarnos, el por qué de las cosas.

* MATEO, José Manuel y Andrés Mario Ramírez Cuevas (ilustracio-nes): El viaje del cordero, la cabra y el perro, México, CONACULTA, 2012, 46 p. (Libros para Soñar)

Promoción de la lectura

La ReligiosaEn 1760, Denis Diderot –director junto a D’Alembert de una de las obras más importantes del siglo de Las Luces, L’Encyclopédie (La Enci-clopedia) (1751-1772)– concibió La Religieuse en un contexto de intensas polémicas políticas, religiosas y personales. La obra, presentada por su autor como “la sátira más terrible de los conventos”, apareció por entregas en la Correspondance littéraire en-tre 1780 y 1782 y se publicó finalmente en for-mato libro en 1796. A pesar de retomar el tema de los claustros, en boga en la literatura del An-tiguo Régimen, Diderot supo darle una nueva dimensión al aliar elementos satíricos y propó-sitos licenciosos con elementos serios y patéti-cos, confiriéndole una gran fuerza dramática a su protagonista. La Religieuse ha conocido múltiples ediciones y traducciones desde su publicación a finales del siglo XVIII, sin embargo sus adapta-ciones para la escena y el cine son escasas. Entre éstas, cabe destacar la de Jacques Rivette, Suzan-ne Simonin, la Religieuse de Diderot, con Anna Karina en el papel protagonista, censurada en el momento de su estreno en 1967, y la de Guillau-me Nicloux, La Religieuse, que acaba de estre-narse en cines franceses, con Pauline Étienne en el rol de Suzanne.

Por Lluna Llecha y Carlos Belmonte

Desayuno en tiffany´s, mon ku

Uno de los motivos de peso de la censura de la cinta recayó en el tema de la corrupción de las instituciones religiosas: Suzanne Simonin, joven de 16 años es obligada a tomar los hábitos, en con-tra de su voluntad, por supuestos problemas eco-nómicos de la familia aunque el verdadero motivo sea expiar la falta de su madre, ser hija ilegítima. En el convento, Suzanne se verá confrontada a una jerarquía eclesiástica arbitraria, brutal y sin piedad, benevolente a veces, incomprensible para la joven. Como la novela –sin ahondar tanto en los sentimientos y la crítica–, la cinta denuncia los dramas de las jerarquías: la reclusión forzada, el abuso de poder, el odio, la crueldad, la inflexibili-dad, la arbitrariedad... en un decorado sobrio, frío y austero –el convento–, luminoso pero con poca variedad de colores y escasa música. Con este telón de fondo poco alentador, destacan las brillantes interpretaciones de la joven actriz principal Pauline Étienne y la de las tres ma-dres superioras encarnadas por Françoise Lebrun, Louise Bourgoin e Isabelle Huppert. Si la primera adaptación para el cine de la novela, hace ya 46 años, conoció la censura, la adaptación de Nicloux aparece en un momento en que la cúpula eclesiástica ocupa grandes espacios en la prensa, ¿casualidad o moda? Esperamos que la cinta llegue pronto a México, aunque somos poco optimistas…

Una historia que nosrecuerda la importancia de la palabra, de la literatura, en plena crisis

Por Eduardo Campech Miranda

Page 6: La Gualdra No. 94

LA GUALDRA NO. 94

Arte

s vis

uale

sTeresa Velázquez* Pasado Meridiano

* María Teresa Velázquez Gutiérrez. Ciudad de México, 1962. De 1985 a 1991 estudió dibujo con el maestro Gilberto Aceves Navarro, y de 1989 a 1991 estudió pintura con el maestro Ignacio Salazar, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Algunas de sus obras forman parte del acervo de las siguientes colecciones: Museo de Arte Moderno en la Ciudad de México, Museo de Arte Carrillo Gil, Museo de Arte Abstrac-to Manuel Felguérez en Zacatecas, Museo de Arte Contemporáneo de Aguascalientes, Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, Instituto Mexicano de Cooperación Internacional de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Fundación Cultural Bancomer. Pasado Meridiano, se encuentra en exhibición actualmente en la Sala de Exposiciones Temporales II, del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez de Zacatecas, se inauguró el 22 de marzo en el marco del XXVII Festival Cultural Zacatecas.

Teresa Velázquez, Mirabilia a la luz, óleo/madera, 85 x 113.8 cm., 2011 Teresa Velázquez, Hierofanía solar, óleo/madera, 121 x 162 cm., 2012

Teresa Velázquez, Cuestión de tiempo, óleo/madera, 88 x 325 cm., 2010

Page 7: La Gualdra No. 94

1 de abril DE 2013

Artes visualesLa obra de Teresa Velázquez se alza como una de las más complejas e inteligentes en el contexto de la pintura con-temporánea mexicana. Realizada bajo los acordes de una paciencia y una minuciosidad inusuales, el trabajo de esta artista es en conjunto una suma de ejercicios retóricos cu-yos orígenes están en el mismo catálogo de gramáticas que definen lo pictórico. Es importante resaltar que su pintura responde a asuntos que van más allá del tema representado: mera ex-cusa para problematizar conceptos tales como el reflejo en tanto definición misma de esta técnica artística; la luz como un mecanismo de visualización, sobre todo sensible, y la sombra en tanto una manifestación extrema, que reta nues-tra capacidad de ver como espectadores y para la artista, de representar el límite de la oscuridad total. Otro de los argumentos de este trabajo se encuentra en el intento por traducir a los principios de la pintura, asuntos cuya enuncia-ción son un problema de índole más conceptual que ima-ginativo, más literario que visual: el paso del tiempo o la fragilidad de un momento suspendido de la realidad cuya riqueza, paradójicamente, es de una plasticidad inmensa. En este sentido, la estrategia artística de Tere-sa Velázquez se fundamenta en la exploración y en la in-vestigación de estos escenarios discursivos, desde unas obras cuya manufactura es de una extrema rigurosidad. Es interesante advertir cómo ha indagado en ámbitos de la imagen tan diversos, desde una pintura figural hasta una abstracción muy escrupulosa. Lo relevante es que en to-das ellas, lo que subyace a su evidente habilidad, es una compleja y renovada argumentación desde una sensibili-dad muy contemporánea sobre las clásicas figuras retóri-cas de la pintura.

Carlos Palacios

Hace poco le escuché al maestro Ignacio Sala-zar una frase que constantemente me viene a la cabeza: la pintura no es imagen, la pintura es pintura. Por eso acudimos a verla, porque como en esta exposición, la pintura es en pri-mera instancia materia física, es decir, óleo sobre madera y óleo sobre tela. Estos cuadros no son ni sus fotografías, ni las fotografías que detonaron muchos de ellos, y están hechos a mano. Y haciendo referencia al filósofo espa-ñol Eugenio Trías, quien por cierto falleció recientemente, es la materia la matriz donde se genera la poética que constituye el arte. La parte que la complementa es la idea y ésa de-pende de cada espectador. Pero cuando am-bas se unen, la materia y la idea, el que percibe y lo percibido se mezclan, ocurriendo enton-ces la experiencia estética.

Teresa Velázquez

En Pasado Meridiano se encuentran los cuadros que realicé en los últimos seis años, la exposición es un homenaje a quienes siguen presentes aun cuan-do han dejado de ser, y -presten atención-, al círculo como símbolo primordial.

Teresa Velázquez

Teresa Velázquez, Hierofanía solar, óleo/madera, 121 x 162 cm., 2012

Teresa Velázquez, OMWEG, óleo/madera, 162 x 162 cm., 2010

Page 8: La Gualdra No. 94

LA GUALDRA NO. 94

Por Edgar Khonde

Precaución, hombres trabajando Ceda el paso*

En el imaginario del estudioso del len-guaje, los sonidos no se dispersan ni se pierden, simplemente se acumulan; esa contención se hace necesaria para deli-mitar un aparente estado de la cuestión, encontrar la bifurcación del camino donde se ha enredado el laberinto de la lengua. Para la realidad, la acumulación de los sonidos no existe, de alguna ma-nera se pierden o se transforman en una cualidad que todavía no alcanzamos a comprender. La lengua goza de esa tal vez inteligencia para respetar la conse-cución lógica de cada significante arti-culado, los sonidos del mundo desfilan con un aparente orden, nadie se encima en nadie, y si se mezclan, si trabajan en conjunto, logran construcciones tan maravillosas como una lengua humana. En la realidad también tan-gible los que caminamos nos atro-pellamos, los automóviles atropellan automóviles, líneas, gente; la gente atro-pella gente, pisa objetos, tira envolturas, escupe, miran quisquillosos, atrope-llan con palabras, gritan fuerte, por-que quien grita más fuerte se impone, quien habla con más violencia pisa por encima de las cabezas de los otros. No-sotros, los ciudadanos del mundo, no nos conjugamos como los sonidos del mundo, de la lengua, los sonidos de una lengua entran en armonía hasta formar por ejemplo el español, pero la armonía proviene del respecto que se guardan, en nosotros no existe tal respeto. Pisar al otro no proviene de una necesidad material o psicológica, sino de una memoria histórica que nace en el instinto de supervivencia, pisar al otro es sobrevivir, pisar al otro es com-petir por la medalla de oro, la apología de lo social por un lado enmarca y sos-tiene que hemos logrado evolucionar a partir de la cooperación entre los indi-viduos, mientras que por el otro, alaba al sujeto como ente autónomo e indivi-dual: la competencia es destruir al otro. -Donde debería quedar el tes-timonio de nuestras huellas el artista levanta la mano para construirse como otredad, para avisarnos que-. Disminuya su velocidad,topes a 100 metrosEl respeto por la vida de nuestros con-géneres sucede a partir de una conven-ción social, un orden también que en-contró el ser humano para desarrollarse como colectivo, cuando descubrió que

*Sobre la instalación del mismo nombre, autoría de Iván Leaños, inaugurada en el marco del XXVII Festival Cultural Zacatecas.

Arte

s vis

uale

s su fuerza radicaba en crecer organi-zadamente, como conjunto, comarca, pueblo, ciudad, nación. El respeto cede el paso, se adecua a la velocidad del otro, comprende que no puede hacer avanzar a empellones el día, no puede mover el minutero del reloj ni hacer que caigan más rápido los granos de arena. La calle como escenario pre-dilecto del ser social, hace que entren en juego las distintas funciones de lo cotidia-no, sobre los tablones de la acera actua-mos un papel, y empujamos tan fuerte que hacer caer al otro se festeja con una risa, aventar la troca sobre la calle nos asegura que corremos pronto, que llega-remos a tiempo no sabemos bien adónde. -La calle incluso como lienzo, o como cuaderno, observada para ser in-tervenida y asaltarnos de la somnolencia cotidiana, para arrancarnos de la pereza con la que vamos y venimos, sobre rue-das o nuestros zapatos; la calle donde Iván se arriesga y nos toma del hombro para despertarnos-.

Disminuya su velocidad topesa cincuenta metrosEl gusto por violentar el paisaje se en-cuentra concedido en la frivolidad de la celebración de los que patean más fuer-te; convivimos bajo un sistema donde el estatus lo otorga el valemadrismo y el chingueselotro. El estado de la cuestión es el que sigue: no comprendemos que nuestro bienestar depende del bienestar colectivo, atropellamos hasta las ranas y los alacranes, atropellamos los ferroca-rriles, atropellamos las culturas, y de ser posible atropellaríamos a los planetas vecinos; con la troca tuneada se puede atropellar al Titánic y el témpano de hielo que lo hundió. Atropellamos la tranquilidad de quienes con parsimo-nia se dirigen a zozobrar en un medio ambiente que se ha convertido en un hostil representante del hombre. Atro-pellamos lo fortuito y la imaginación, las ruinas de nuestra memoria, las hue-llas de nuestros antepasados, el calor, la llovizna; atropellamos los rostros, los ojos, la boca, la sonrisa y los murmu-llos: atropellamos las palabras. -Iván Leaños apela y presenta lo invariable, lo somete al contexto de un orden natural para hacerlo relevan-te: qué estamos pisando, sobre quién nos hemos levantado, a quién atropellamos; una cosa más: dónde es que nos dirigen nuestros pasos-.

Fotos: Cosme Rada

Fotos: Sarah Goaer

Page 9: La Gualdra No. 94

1 de abril DE 2013

Artes visuales

Por Sergio Espinosa Proa

De una ventana sin viento*

Abriendo al azar un texto de Jacques Lacan, también elegido en clave aleato-ria, te encuentras, subrayado con lápiz, en lo alto de la página 78, lo siguiente: “No hay ningún deseo que sea admitido sino a través de la refracción de todo tipo de mediaciones”. Casi no hay palabra que en esta sentencia no sea problemá-tica. Admitido, ¿por el cuerpo o por el alma? Cuerpo y alma, de existir en su confrontación, ¿son modos simétricos de refractar al deseo? ¿Es la refracción una especie del género reflexión, o su puntual manera de desmentirla? La mediación, ¿conecta o solamente sepa-ra y distingue? Observo que hay escritos que deben abrevarse de ladito. El libro fue adquirido —con seguridad extraído— en un ya lejanísimo 1975. ¿De quién es el subrayado? No es fácil reconocerlo; mío, en definitiva, no es. ¿Yo? ¿Qué hace yo, qué función cumple cuando habla de sí o de otro? “El yo”, dice Lacan al principio de esa misma lección, continuación de otra, “aparece como el lugar del descono-cimiento”. Una impresionante reversión de la filosofía moderna, que con Lutero

* La exposición de Leopoldo Elías Smith Mac Donald se exhibe actualmente en La Ciudadela del Arte y fue inaugurada en el marco del XXVII Festival Cultural.

Leopoldo Elías Smith Mac Donald, de la serie La cuarta ventana

y Calvino en el XVI y con Descartes en el XVII halla sus primeros valedores, tiene lugar en la tortuosa refracción psicoa-nalítica del XX. Yo soy el lugar donde lo conocido pasa a ser desconocido. Pien-so, sin duda, pero quien realmente pien-sa es algo en mí que no termina de ser yo. La función del yo es la de un umbral, un quicio, una ventila; por allí pasa algo, se desplaza una imagen, se condensa y precipita un simbolismo, se evapora una identidad. Los libros y las pinturas son ventanas que dan a paisajes a menudo cerrados; más cerrados que la cáma-ra que iluminan. Uno echa un vistazo a los trabajos de Leopoldo Elías Smith Mac Donald que componen la serie La cuarta ventana y no puede menos de recordar a Hitchcock y a Shakespeare. Acaso, pero ya es más raro, a Julio Coll y su extraña película rodada en pleno franquismo; se exhibió en 1963. ¿Una ventana que deje pasar lo desconocido para que aparezca como desconocido? Las ventanas no son paredes; y no lo son porque para empezar no oyen. Aún menos se puede garantizar que dejen

ver todo. Aquello que pasa a través de una ventana no se corresponde con una imagen real; hay por fuerza una refrac-ción o rarefacción de la silueta y una como estupefacción del fondo. La ventana bosqueja —puede, si es arte, hacerlo— el contorno de lo desconocido; exactamente como el yo. Un yo de nadie, se entiende. Es interesante comprobar que la pintura aún conserva ese poder de comunicar, no sabemos si en modo siempre reversible, con una habitación secreta, oscura, difusa y confusa. Si La-can —es decir: Freud— tiene razón, el inconsciente está en incesante forma-ción. El inconsciente quizás no existe, pero de que insiste, insiste. Es como Dios: no necesita adoptar una forma y trocear directamente la materia para imponer sus deseos, que nunca coinci-den con los de uno. Uno, con mayús-culas, es la negación productiva del uno, minúsculo. El deseo, ¿de quién? No de un yo; tampoco de un nosotros. El deseo brota en medio. Un medio sin ocupante, un medio vacante —que da miedo.

El deseo es más bien ciego, y de esta poderosa ceguera que tal vez sea una clase especial de miopía nos rinde cuenta La cuarta ventana. Se trata, has-ta cierto grado, del choque entre la luz diurna, forzosamente azul, y la grisácea o arenosa opacidad de las murallas que rodean a un yo que —carmín o escar-lata rasgado— se descubre —por más que no quiera— irremediablemente plural y envuelto en máscaras. Yo está detrás, pero no se halla. Descubre, en cualquier caso, que un muro sin puer-tas ni ventanas es más sofocante pero menos angustiante que uno en donde se insinúa una salida, que es por defi-nición la inmerecida y no buscada rup-tura de un cierto orden. Abriendo al azar un libro abres también por puro azar una ven-tana que —así estas rejillas de color proyectado en la que al final se cuela la rejilla misma— da a una mazmo-rra gaélica por la que un pliegue de nadie asoma su reconocible perfil, tan risueño de día como siniestro el resto del tiempo, precisamente cuando nadie lo mira.

Page 10: La Gualdra No. 94

LA GUALDRA NO. 94

La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza de manera gratuita,

con fi nes culturales y educativos. Excepto cine conciertos y 54 Muestra Internacional de cine

Lunes 1º

12:00 Hrs.

Costo: $15.00

CINE CONCIERTO

Mtro. Mario Morones al piano

LA HUELGA

Dir. Sergei M. Eisenstein

Rusia/1924/ 82 min.

Lunes 1º

18:00 y 20:00 Hrs.

54 Muestra Internacional de Cine

Costo: $30.00

PARAÍSO: AMOR

Dir. Ulrich Seidl

Austria/ 2012/ 120 min.

Martes 2, 12:00 Hrs.

Costo: $15.00

CINE CONCIERTO

Mtro. Mario Morones al piano

EL TREN FANTASMA

Dir. Gabriel García Moreno

México/ 1927/ 76 min.

Martes 2

18:00 y 20:15 Hrs.

54 Muestra Internacional de Cine

Costo: $30.00

PARAÍSO: FE

Dir. Ulrich Seidl

Austria/ 2012/ 113 min.

Miércoles 3, 12:00 Hrs.

Costo: $15.00

CINE CONCIERTO

Mtro. Mario Morones al piano

EL GABINETE DEL DR. CALIGARI

Dir. Robert Wiene

Alemania/ 1920/ 63 min.

Miércoles 3, 18:00 Hrs.

VIDEO PROG.

ILL BALLETO DI BRONZO

Italia

Miércoles 3, 18:00 y 20:00 Hrs.

54 Muestra Internacional de Cine

Costo: $30.00

CÉSAR DEBE MORIR

Dir. Paolo y Vittorio Taviani

Italia/ 2011/ 76 min.

Jueves 4, 12:00 Hrs.

Presencia de talento

CAPTIVE

Dir. Jordan Brown y Jonatan Burnett

Canadá/ 2012/ 120 min.

Jueves 4, 18:00 Hrs.

VIDEO PROG.

OZRIC TENTACLES

SUNRISE FESTIVAL

Inglaterra

XXVII Festival Cultural Zacatecas]Jueves 4

18:00 y 20:30 Hrs.

54 Muestra Internacional de Cine

Costo: $30.00

EL ROMANCE Y LA CULPA

Dir. Shion Sono

Japón/ 2011/ 144 min.

Viernes 5, 12:00 Hrs.

Presencia del director

CRONOS Y GEO

Dir. Marco Casillas

México/ 2012/ 10 min.

Viernes 5, 18:00 Hrs.

Recordando a la actriz Carmen Montejo.

NOSOTROS LOS POBRES

Dir. Ismael Rodríguez

México/ 1947/ 128 min.

Viernes 5, 18:00 Hrs.

VIDEO PROG.

MAGMA

MYTHES ET LEGENDES

Francia

Viernes 5, 20:00 Hrs.

Recordando al actor Joaquín Cordero.

EL RÍO Y LA MUERTE

Dir. Luis Buñuel

México/ 1954/ 91 min.

Sábado 6, 12:00 Hrs.

Presencia de la directora.

TAYAHUA SE PINTA DE JUDAS

Dir. Paty Uribe

México/2012/ 45 min.

Sábado 6, 18:00 Hrs.

VIDEO PROG.

NEW TROLLS

CONCERTO GROSSO

Italia

Sábado 6, 18:00 Hrs.

Recordando a la actriz Carmen Montejo

LA VERDADERA VOCACIÓN DE MAGDALENA

Dir. Jaime Humberto Hermosillo

México/ 1972/ 94 min.

Sábado 6, 20:00 Hrs.

Recordando al actor Joaquín Cordero.

EL LIBRO DE PIEDRA

Dir. Carlos Enrique Taboada

México/ 1968/ 99 min.

FRESNILLO

54 MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE

Lugar: Teatro Echeverría, Centro, Fresnillo.

Martes 2 de abril

18:00 y 20:00 Hrs.

54 Muestra Internacional de Cine

Costo: $20.00

PARAÍSO: AMOR

Dir. Ulrich Seidl

Austria/ 2012/ 120 min.

Page 11: La Gualdra No. 94

1 DE ABRIL DE 2013

“Traemos hasta su paladar lossabores del mediterráneo”

Juan de Tolosa 104, Centro, Zacatecas, Zac. / 922 67 46 / Frente a la Fuente de los Conquistadores

Por Ester Cárdenas

Por 27ª vez la Asociación de Li-breros de Zacatecas logró montar, en el marco del Festival Cultural Zacatecas y por supuesto con el apoyo del Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde, la feria del libro: Fiesta, el lector, la lectura. En esta ocasión en la Pla-za Bicentenario, entre frutas, ver-duras, carnes rojas, blancas, que-sos, � ores, yerbas medicinales, tomillo, ajo, laurel, canela, vientos huracanados, etcétera. Ésta es la segunda ocasión que ocupamos ese espacio y justo, gracias a la es-tancia de los locatarios de el Labe-rinto no nos vemos como el más pequeño de los planetas en la vía láctea, su presencia nos ha permi-tido tener en un espacio abierto la feria del libro que siempre hemos soñado, por primera vez sin la bizarra asistencia de música gru-pera, norteña o bailes regionales cuyo sonido a decibeles indeci-bles impedía la comunicación en-tre el lector y el librero. Una feria del libro sólo requiere del libro, el lector, el librero y como cere-za en el pastel: de los escritores. Tal vez por eso mi feria del libro favorita es la de Minería, cuyo director, Fernando Macotela sólo admite estos cuatro elementos en ella. Recuerdo la ocasión en que Zacatecas fue el Estado invitado a la feria de Minería, las personas a cargo del evento querían recibir a la gobernanta en turno con una tambora y Fernando Macotela, por supuesto se negó. Siguiendo con el tema de los libros, no puedo dejar de observar y comentar la presencia de los artesanos en el Portal de Rosales. El año pasado, a princi-pios de diciembre -luego de que todo el año los artesanos de Zaca-tecas y algunos foráneos ocupa-

Como parte de las actividades del XX-VII Festival Cultural Zacatecas, este martes fueron inauguradas las exposi-ciones Cromatomanía y 20 años de la Pinacoteca Universitaria en el patio del Centro Cultural Universitario. “Estamos en un momento cla-ve para la consolidación y evolución de los espacios de difusión. Concretamente en el campo de las artes visuales, la Uni-versidad tiene colecciones muy amplias e importantes que ameritan un espa-cio propio para mostrarse, para que los zacatecanos y foráneos puedan apre-ciarla y valorarla”, fueron las palabras que el maestro Alfonso Vázquez Sosa, Coordinador del Área de Arte y Cultu-ra de la UAZ, ofreció a los asistentes a este acto, entre los que se encontraban Manuel Meza Montalvo, subdirector de Patrimonio y Exposiciones del Instituto Zacatecano de Cultura (IZC); Catarino del Hoyo Ávila, responsable de la Pina-coteca Universitaria y docente del Taller de Artes Plásticas del Programa de Crea-ción y Difusión Artística de la UAZ, así como los autores de algunas de las piezas expuestas, sus familiares y amigos. Vázquez Sosa habló también sobre la vinculación de la Universi-dad con el IZC y otras instancias para crear más espacios para la enseñanza y la divulgación de las artes: “Afortuna-

ron el Portal de Rosales- el Presi-dente Municipal en turno decidió que los libreros de Zacatecas no podíamos montar ahí nuestra Fe-ria Municipal del Libro, pues su-puestamente los comerciantes del centro histórico habían organi-zado una campaña contra el am-bulantaje y como consecuencia, luego de once meses de permisos para ocupar indiscriminadamen-te el Portal de Rosales, se decidió que los libreros cuyas librerías están abiertas al público desde hace más de treinta años éramos los ambulantes. Nuestra respues-ta fue organizar una conferencia de prensa a la cual, si soy franca, pensamos que nadie acudiría, y la gran sorpresa fue presenciar la solidaridad de los medios de co-municación y gracias a ellos la de la sociedad civil que a través de las redes sociales se manifestó y logró que se nos permitiera una vez más ofertar múltiples posi-bilidades de educación y lectura. Nuestra feria del libro duró solo once días y se nos advirtió que nunca más se permitiría que na-die ocupara el Portal de Rosales y como todos pueden observar, el “nadie” éramos los libreros, ya que ahora nosotros y toda la comuni-dad zacatecana podemos ver una vez más a los artesanos zacatecanos en el Portal de Rosales. No hay en nosotros afán en contra de los arte-sanos, pero sí exigimos equidad. Finalmente los invito a visitarnos en la Plaza Bicentena-rio, ahí encontrarán libros desde diez pesos, títulos agotados, ma-ravilloso material infantil y juve-nil, así como los libros de moda y los que, por fortuna, por su calidad, ayer, hoy y mañana han estado y estarán presentes en cua-lesquier feria del libro.

Feria del Libro: Fiesta,el lector, la lectura y algo más…

Redacción/UAZ

Inauguraciónde exposicionesuniversitarias

damente se están visualizando nuevas posibilidades de acercamiento hacia más instituciones a través de convenios que nos van permitir compartir espacios que faciliten esta difusión: es un buen punto de partida”. El maestro Catarino del Hoyo, coordinador de las exposiciones, men-cionó que la muestra 20 años de la Pi-nacoteca Universitaria, exhibe algunas obras sobresalientes de la colección de arte contemporáneo, entre ellas algunos grabados de Vlady (Vladimir Kibal-chich Russakov), Arnold Belkin, Jesús Ramos y Francisco Toledo. Por su parte, la muestra Cro-matomanía es una exposición de tra-bajos realizados por el maestro, alum-nos y ex-alumnos del Taller de Artes Plásticas de la UAZ: Ragari Galván, Lupita Elías, Erika Félix, Lydia Loza-no, Sergio Mayorga, Iván de la Torre, Catarino del Hoyo y Jael Alvarado quienes exhiben piezas realizadas con distintas técnicas, entre las que desta-can óleo, acuarela, heliograbado, ciano-tipia y huecograbado. Ambas muestras estarán abier-tas al público, todos los días, de las 10:00 a.m. a las 8:00 p.m. en el patio central del Centro Cultural Universitario (Ala-meda #414, Centro Histórico, Zacate-cas, Zac.), hasta el 15 de mayo.

Page 12: La Gualdra No. 94

LA GUALDRA 94 / 1 DE ABRIL DE 2013

Río d

e pal

abra

s

Por Guillermo Samperio Roberto Galaviz

Por Pilar Alba

Caballossurreales

Pretextos para soñar en rojo

Extraña

Los caballos, abatidos ya de que los monten las gentes, han llegado a la ciudad y se trepan sobre los carros, saltan contra las vitrinas, se comen los sillones de tela delicada, desco-nectan los cables de luz y platican sinceridades con los postes. Los ca-ballos, que de un salto enorme rom-pen los vidrios de un tercer piso, abren el refrigerador, se comen los embutidos y toman ron caribeño, se acuestan en las camas, encienden la televisión, ven un programa de Animal Planet y luego pasean por el departamentos a las sirvientas, le muerden una nalga a la señora de la casa y ésta se esconde en el clóset o se avienta hacia la calzada y cae en brazos de un paseante. Los caballos que cabalgan por avenidas y calles, saltan sobre los techos de los restaurantes, les quitan las gorras a los policías, hacen derra-par sus motos, arrancan flores de las avenidas y se las ponen en el cabe-llo a las muchachas guapas o feas, platican con ellas y las enamoran con relinchos sensuales; algunas los montan y se pierden con ellos por los callejones en penumbra. Los caballos ven llegar a los bomberos y se suben sobre los chorros de agua, les quitan los

A veces me quiero sentir extraña, sí, como si fuera otra; que mi cara, mi cuerpo, mis pensamientos sean dis-tintos, convertirme por momentos en otra persona. Mirarme con los mismos pero otros ojos. Escuchar mi voz y no reconocerla. Caminar distinto. Actuar diferente. Que to-dos digan: “no sé que te pasa, pero estás extraña, no eres la misma, sa-bemos que eres tú pero pareces otra persona”. Llegar a la casa y que no me reconozca ni el gato, que no se acerque a rozarme las piernas, que no maúlle exigiendo comida, que me vea por un segundo, asombrado,

cascos a los apagafuegos o apaga-caballos y los potros se los ponen, agarran las mangueras y apagan a los bomberos, los cuales se deslavan y sus trajes rojos quedan blancos y hasta les dan ganas de ser caballos. Otros caballos en manada suben el Puente de Insurgentes en sentido contrario y los automóvi-les, del susto, brincan hacia abajo y siguen su camino por las laterales, mientras los caballos terminan de bajar el puente, se suben a los mi-crobuses, desalojan a los microbu-seros, y los caballos manejan el ve-hículo con cuidado y no les cobran a las gentes y, en lugar de boletos, les entregan un poco de pastura; la gen-te agradece con un relincho. Los caballos del hipódro-mo entran de smoking en los bares clandestinos, beben preparados ma-gentas, azulosos y amarillo girasol, pero se aburren de las mujeres que se retuercen desnudas alrededor de un tubo y mandan traer a buenas yeguas, las cuales, con bikini y toda la cosa, realizan piruetas demasia-do sensuales y cachondas, y hasta el barman y los meseros quieren montarlas, pero los caballos les de-jan a éstos una marca de herradura en las nalgas.

Mientras caminasy te observopienso en la música que Bach nunca escribió

/la desgracia de tu cuerpo huyendo/ tal vez

pienso en la tumba frágilque me aguarda los domingosen la alegoría de tu peloy el infiernoen la sequedad de los maresque me inundan

en la marcha común de tus pasosun fragmento de tu ser se me descubrederrelictos en una playa apagadala sorpresa del silencio teñido en rojo

entonces te detienes(como si en verdad supieras cómo hacerlo)

improvisas una fábula en la mitad de tu sonrisay somos lo mismo que una estrellaque no entiende una gota de astronomía y guarda silencio

piense que soy yo pero vea a otra persona y se aleje creyendo que tal vez es él quien se ha equivocado de casa. Quiero sentirme extraña, ajena, distinta del todo pero sobre todo, más que nada, deseo tener una manita extraña, sí eso, que mi mano se convierta en extraña, que ajena recorra mi cuerpo me acari-cie toda, hasta donde pueda, por donde alcance, que se pierda entre mis piernas, me haga sentir un ca-lorcito, rico, sabroso, que me suba el color a la cara; que me saque un suspirito o dos o tres… callados, profundos y pausados…

[Leerse mientras se escucha: While my guitar gently weeps / The Beatles]

Iván Odín Barrios, obra en exhibición en la Galería Dúo Continere, Juan de Tolosa 1102, Zacatecas.