la gualdra no 32, lunes 9 de enero de 2012

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 32 - 9 DE ENERO DE 2012 - AÑO 1 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Gustavo Pérez, nació en la Ciudad de México en el año de 1950. Es considerado uno de los máximos exponentes de la cerámica contemporá- nea mexicana. Actualmente y por primera vez exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes 81 piezas de alta temperatura, porcelana y barro negro -la exposición, titulada Gustavo Pérez: obra reciente, se exhibirá hasta el 19 de febrero-. La semana pasada estuvo en Zacatecas impar- tiendo un curso organizado por el Núcleo Issstezac de Cultura y el Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde.

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La Gualdra No 32, lunes 9 de enero de 2012

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 32 - 9 DE ENERO DE 2012 - AÑO 1 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Gustavo Pérez, nació en la Ciudad de México en el año de 1950. Es considerado uno de los máximos exponentes de la cerámica contemporá-nea mexicana. Actualmente y por primera vez exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes 81 piezas de alta temperatura, porcelana y barro negro -la exposición, titulada Gustavo Pérez: obra reciente, se exhibirá hasta el 19 de febrero-. La semana pasada estuvo en Zacatecas impar-tiendo un curso organizado por el Núcleo Issstezac de Cultura y el Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde.

I.Gustavo Pérez, nació en la Ciudad de México en el año de 1950. Incursionó en la cerámica en 1971 tras haber cur-sado estudios en � losofía, matemáticas e ingeniería en la UNAM. Durante dos años fue alumno en la Escuela de Dise-ño y Artesanías, en la que tuvo como maestros a Enrique Rangel, Felipe Bár-cenas y Martín Lima. De 1973 a 1974 fue maestro en el mismo taller de la EDA. Al año siguiente y hasta 1979 vi-vió y trabajó en Querétaro donde cons-truyó su primer horno. En 1980 obtuvo una beca por dos años para estudiar en la Sint Joost Akademie, en Breda, Ho-landa. De 1982 a 1983 trabajó como in-vitado de la Sint Paulus Abdij en Oos-terhout, Noord Brabant. Tras regresar a México –en 1984- instaló el Taller El Tomate, en el rancho Dos y Dos, cerca de Xalapa, en el que trabajó hasta mayo de 1992. A partir de junio de ese año lo hace en su taller de Zoncuantla, en Coate-pec, Ver. En 1997 trabajó como artista residente en el Instituto de Estudios Cerámicos de Shigaraki, Japón. Ha sido invitado en varias ocasiones para dar cursos y dirigir talleres en Alema-nia, Francia y España. Desde 1992 es miembro de la Academia Internacio-nal de Cerámica. Es considerado uno de los máximos exponentes de la cerámica contemporánea mexicana. Actual-mente y por primera vez exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes 81 piezas de alta temperatura, por-celana y barro negro -la exposición, titulada Gustavo Pérez: obra reciente, se exhibirá hasta el 19 de febrero-. La semana pasada estuvo en Zacatecas impartiendo un curso organizado por el Núcleo Issstezac de Cultura y el Ins-tituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde. Por este medio felici-tamos a quienes mediante la gestión adecuada lograron traer a Zacatecas a este magní� co artista de la cerámi-ca, cuya entrevista aparece en páginas centrales.

II. Cuando hablamos de teatro, gene-ralmente pensamos en actores, dra-maturgos, directores... pocas veces pensamos en las personas que hacen

A José Ángel Noriega López (1968-2012)

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibída la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade Trinidad /Diseño

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

ProfanacionesDos versiones del infi erno y el diablo humano (II)por Gabriel Luévano

La célula que explotapor Nelson Guzmán

A propósito de Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicorniopor Francisco Ingelberts

Para la Libertadpor Ronaldo Monreal

Gustavo PérezLa pasión por el barropor Jánea Estrada Lazarín

Rawls y las visitas papales por Manuel García Garduño

Leer como propósito de Año Nuevopor Eduardo Campech Miranda

David Lynch, Felices 66…por Marco Casillas

Castillo de sal si puedespor Andrea Sampedro

Diario de Mateopor Mateo Estrada Gaviria

Poema épico escrito entre el 1124 a.Cy 2012 d.Cpor Roberto Galaviz

En edad de merecerpor Pilar Alba

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técnicamente posible que las repre-sentaciones escénicas se lleven a cabo; me re� ero a los técnicos que trabajan de manera casi anónima en el escena-rio. Son ellos quienes se encargan de todas aquellas labores indispensables para que los telones bajen y suban, los encargados de que las luces funcionen adecuadamente, los que trabajan en las tramoyas, los que arman las esce-nografías, los que están al pendiente siempre de que las disposiciones de directores y productores se cumplan. Sin los técnicos del teatro, éste simple-mente no funciona. Los técnicos son seres hu-manos -como usted y como yo- que trabajan todos los días realizando una función sumamente importante y que sin embargo pasa casi siempre desapercibida; he de decir que ellos vi-ven prácticamente en ese espacio don-de los espectadores hemos disfrutado un sinnúmero de espectáculos. El viernes pasado, a la edad de 43 años, falleció José Ángel No-riega López, Pepe, técnico del Teatro Fernando Calderón de Zacatecas du-rante muchos años. La muerte, nunca esperada, llegó hace apenas unos días y se lo llevó a mejor puerto. Tuve la fortuna de conocer-lo y de trabajar a su lado durante los años en que colaboré en la organiza-ción del Festival de Verano del Teatro Calderón. Pepe era una persona no-ble, sencilla, trabajadora, que amaba sobre todas las cosas a su familia. Su generosidad nos alcanzó a todos los que le conocimos: siempre servicial y amable, tenía siempre una sonrisa en los labios y trabajaba sin parar para que las cosas salieran a la perfección. Lo despedimos el sábado pa-sado su familia, sus vecinos, sus ami-gos del teatro, sus amigos de la Cofra-día de San Juan Bautista –con quienes participaba año con año en las Moris-mas de Bracho-. Me quedo con la imagen ale-gre de quien vi por última vez en di-ciembre, y con la frase que solía decir cada vez que algo se di� cultaba “Nun-ca diga que no se puede”. Descansa en paz, querido Pepe.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

9 DE ENERO DE 2012

Por Gabriel Luévano Gurrola

ProfanacionesDos versiones del infi erno y el diablo humano (I)

Terminemos con el diablo, dejémoslo descansar cuanto antes: La impresión que sentimos al leer El paraíso perdido, no deja de asombrarnos por la profundidad con la que describe las emociones del cau-sante de la aparente desgracia huma-na, que se presenta como un ser capaz de sentir las estribaciones del corazón, aunque se pretenda que no tiene. En él recae el fantasma brutal de la espe-ranza lo mismo que una cortina de plomo y difícil es, permanecer incó-lume cuando se propone frente a sus seguidores, viajar más allá del caos y recuperar el honor mancillado, aun-que llega a dudar de su empresa y a sentir miedo. Posteriormente, habien-do engañado al arcángel Uriel, ya en los parajes del paraíso se desgañita fu-riosamente y se vuelve, en ese mismo momento, un crítico de su desgracia:

Maldito seas tú mismo, ya que por tu voluntad, contraria a la de Dios, has elegido libremente aquello de que hoy te arrepientes con tan justo motivo ¡Ay de mí miserable! ¿Por qué camino podré huir de la cólera infi nita y de la infi nita desesperación? Por cualquiera que lo intente, iré a parar al infi erno.1

El espíritu lleva en sí mismo su propia morada y puede en sí mismo hacer un cielo del infi erno o un infi erno del cielo.

El diablo y yo nos entendemos, como dos viejos amigos.

a veces se hace mi sombra, va a todas partes conmigo

(…) y tiene una ternura como un membrillo

y se siente solo el pobrecito.

Jaime Sabines

En realidad, Lucifer encarna la ima-gen del líder que ahora en épocas de parafernalia chovinista, parece más una estatua burlada por la inmovi-lidad de su pueblo. Pues algo es del todo visible: en ningún momento se queda quieto. La condición endia-bladamente movible que lo lleva a la autoinmolación resulta quizá, la ca-racterística más sobresaliente de su carácter. El demonio imaginado por Dante, se encuentra sumido hasta el vientre en el congelado río Cocito, imposibilitado de no sentir más que odio mientras que el demonio de Milton, humanizado, tiene la libertad de temer y organizar, movido por la compasión a sus compañeros, una segunda arremetida contra el cielo. En el discurso para persuadir a los demonios, exclama:

Francisco de Goya , El gran Cabrón

Argumentos como los anteriores, nos hacen pensar en Lucifer no úni-camente como el primer defensor del individualismo, sino como el primer

existencialista. Mucho antes de Sar-tre y Camus, planteo en sí mismo el sentimiento de extranjería que mue-ve al alma, en todas sus facetas, a la atrabilis misma de la vida. Superando la generosidad maquillada Dios, el sufrimiento y el rencor que lo embriagan hacen de él una sombra que gustamos colocar como pretexto para vernos en todo esplendor sin avergonzarnos. Porque al revelar el poema, los vericuetos crípticos de su carácter, se nos apare-ce, todo al mismo tiempo, la proyec-ción de cada una de las etapas vitales del ser humano: El niño berrinchudo, el adolescente mohíno, el amante des-terrado, el padre proceloso y el ancia-no que rumia hasta el hartazgo sus rencores al � lo de la obsolescencia. Aunque gustemos de arran-carle la piel y tronarlo en la imagen de Judas cada domingo de resurrec-ción, en realidad necesitamos de su mal entendida bondad. Estrambótica, ilógica, brutal en algunos casos, pero bondad al � n. Gracias a ella podemos pecar a nuestro gusto, levantarle la fal-da a la perversión y correr para escon-dernos detrás de su cornamenta.

Visto de esta manera. No hay por qué tenerle miedo al diablo. Si es como un becerrito que quiere aparen-tar fortaleza. Puede que, detrás de los matorrales, sólo quería esconderse de aquella turba de � eles, que si lo vieran, ya lo hubieran ofrecido en sacri� cio, en una hoguera, a la virgen de Guadalupe. La ubicuidad de su presencia nace de la búsqueda constante por su paraíso. Díganle eso al niño que fui, si lo hayan un día, yo ya perdí contac-to con él. Dicen que mi bisabuela, a sus casi cien años, de vez en cuando se acuerda de mí y me manda su ben-dición. Tal vez este diciembre vaya a verla y si pregunta por la inusitada vi-sita le diga. “Aquí estoy, vine a verla a usted. A usted, y a un viejo camarada”.

1 Milton John, El paraíso perdido. Editorial Porrúa. Novena edición, 2001, p.69.

LA GUALDRA NO. 32

Por Nelson Guzmán R.

La célulaque explotaA menudo, cuando observo mis ma-nos o dirijo la mirada al espejo me pregunto por los muertos anónimos que perpetúan desde siglos sus gestos en mi rostro, ¿qué secreto lenguaje transmiten nuestra sonrisa, la triste-za de la mirada, las líneas de nuestra edad o el dibujo de nuestro bostezo? Salvo las mutaciones generalmente insigni� cantes que cada uno posee, nada en realidad nos pertenece que no haya estado en otros, pues en cada cé-lula minúscula que nos compone sub-sisten huellas de aquéllos que hemos sido. Cada viviente es un fósil donde habitan las edades que le han permiti-do nacer y respirar. Lo anterior no es una me-táfora; constituye la forma misma de la vida, que sólo se mani� esta como individuo si hacemos abstracción del nacimiento y de la muerte que le son inherentes. Cada ser vivo es sólo el episodio actual del caudal de vida que por él corre, una efímera llama de un fuego que le sobrevive. Lo que me distingue del resto de los mortales se reduce a la con� uencia de las miríadas de rostros de los que desciendo. Estar vivo es por ello encon-trarse sumergido en la contradicción y una de las pugnas que de� nen nuestra naturaleza paradójica -nuestra digni-dad de anomalía- se da entre lo que nos de� ne como individuos y lo que pertenece al movimiento general de la vida inscrito en cada uno de nosotros. Cada ser es una agonía perpetuándose como un manantial perenne. De esta contradicción deriva que todo lo que vive sufre y entre más se sufre más se está vivo. Y es que toda presencia en el universo es más enfática en la medida en que luchamos por a� rmar nuestra pobre individualidad. La imagen de los animales carroñeros disputando su trofeo putrefacto equivale la de los hombres frenéticos de honor, fama o prestigio. Búsqueda siempre infruc-tuosa puesto que la ruina es el desen-lace común de todo lo que respira. Extenuarse en la existencia a� rmando una individualidad destina-da al fracaso no sólo es un continuo dar golpes al aire debido a las vicisitudes de la muerte; en el fondo, el hecho de ser simultáneamente los otros y sí mis-mo es lo que resueltamente condena a

toda empresa � ncada en el individuo al fracaso más profundo. Todo aquél que quiere hacer de sí mismo el cen-tro del universo emprende una gue-rra necesaria contra sí mismo, pues él es también lo otro con quien lucha. Triunfador o vencido, algo debe mo-rir en el hombre para alcanzar su glo-ria y ruina. La lucha interior se observa principalmente en la naturaleza del amor. Arthur Schopenhauer obser-vaba en su Metafísica del amor sexual cómo a todos los sentimientos ligados a él, todos los motivos que inspiran en los hombres las cumbres más eleva-das y sublimes de sus emociones, no subyace sino el deseo inscrito por el genio de la especie para perpetuarse. El amor, lejos de tener como objeto la satisfacción del individuo que se em-

briaga en él, sostiene el hilo que un instinto general mueve sin preocu-parse demasiado por el destino de quien se halla sometido a sus capri-chos. Poseso de un instinto que llega incluso a aniquilarlo, el enamorado olvida todo lo que le concierne, ya que en él hablan aquellos muertos de quienes desciende y también los que le sucederán. El amor nos liga a la trama de la vida donde se tejen los otros como fantasmas que habitan las � bras de nuestra carne. Por eso inevitablemente el desenlace de los sentimientos que di-rigimos hacia otro conduce siempre a la desdicha; por eso también lo encon-tramos con frecuencia próximo a la muerte. Pues a menos que, erosiona-do por la frecuencia, el amor termine agotándose en una cómoda compañía

amistosa, no es, no puede serlo, el uni-verso idílico que ilusiona a sus cautivos. Y es que la contradicción del amor y de la muerte es inseparable de su íntima unión. Vínculo que encon-tramos ya en las formas de vida más primitivas que de cierto modo palpi-tan aún en nosotros: jamás podría-mos entender nuestras emociones si no nos interrogamos por lo que hay aún de bacteria y protozoario en nuestra alma. Los seres vivos limitados a la complejidad de la célula se perpe-túan sin que en ellos medie la unión con otro. Incrementando su tamaño hasta el límite que les permite ser un solo individuo la bacteria acaba por escindirse y dar nacimiento a dos se-res que antes no eran tales. La célula muere sin dejar de sí otro rastro que las células que de ella descienden. Su reproducción compromete su propia vida que sólo se perpetúa si se escinde y muere. Mucho más enigmática es la existencia de seres que para propagar sus tribulaciones necesitan la unión con otro. Incompletos por naturale-za, su mayor precariedad radica en que mientras viven están ya muertos y escindidos. El amor es por ello ese monstruo mitológico que Aristófanes imaginaba en el Banquete que Platón recordaba. Híbrido cuyo poder y so-berbia ofendía a los dioses que nos destinaron a ser animales mutilados y al que sólo el amor completa. Pero es probable que aún en la gloriosa unión de la alcoba, subsista el sentimiento de la ameba y la bac-teria, ese momento especí� co en que al aproximarse a la creación de la vida otro tanto muere en quien la crea. Unión y escisión simultáneas, pues a diferencia de ellos, la escisión tiene como condición el abrazo de los cuerpos, que nos ciñe ineludiblemente a la fragilidad de su efímera posesión. Y como el amor y la muerte son en su esencia primitiva el mismo acto, no es casual que la soledad, lo mismo que la compañía, sean solidarios de nuestra irremediable desaparición. Por eso sólo la gracia de la mujer amada puede dar a la vida los colores que sin embargo el tiempo cubre de luto como la unidad de una célula que explota.

Andrógino

9 DE ENERO DE 2012

Cuando niño tuve la buena fortuna de adentrarme en la lectura de una de las tres escuelas del cómic más importan-tes a nivel mundial, la de la historieta franco-belga (las otras son la nor-teamericana y la japonesa). Cada que viajaba a visitar a mis abuelos en Aars-chot, pueblo cercano a Lovaina, apro-vechaba para leer –incluso antes de saber leer– a Ásterix, Lucky Luke, Los Pitufos, Suske en Wiske y, mi favorito: Las aventuras de Tintín -historieta que marcó mi infancia-, escrita por el belga Georges Remi, mejor conocido como Hergé. Un amigo de mi padre nos re-galó a mi hermana y a mí la colección completa (de 24 tomos escritos hasta la muerte del autor) y desde ese momen-to no he parado de dar lectura a todas sus aventuras una y otra vez. El único problema es que han sido muy pocas las personas con las que he podido conversar acerca de Tintín; mis amigos lo desconocían, ellos leían los cómics de Marvel y DC o mangas nipones. Incluso cuando el ca-nal Cartoon Network programó la serie animada fueron pocos los que la veían;

Dice el Maestro Federico García Lor-ca: “…Yo y mi compañía estábamos encerrados. No os podéis imaginar qué pena teníamos. Pero un día vi por el agujerito de la puerta una estrella que temblaba como una fresca violeta de luz. Abrí mi ojo todo lo que pude –me lo querría cerrar el dedo del viento- y, bajo la estrella, un ancho río sonreía surcado por lentas barcas. Entonces yo avisé a mis amigos, y huimos por esos campos en busca de la gente sencilla, para mostrarles las cosas, las cosillas y las cositillas del mundo; bajo la luna verde de las montañas, bajo la luna rosa de las playas”. En “Los títeres de cachiporra” las poéticas y sabias palabras del poeta bautizan este inicio de un nuevo ciclo contundentemente para quien escri-be: la “estrella que temblaba como una

Por Francisco Ingelberts*

Por Ronaldo Monreal

A propósito de Las aventuras de Tintín:

Para la Libertad

El secreto del Unicornioy hace unos días que acudí, aquí en Zacatecas, al estreno de Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio, diri-gida por Steven Spielberg, la sala esta-ba casi vacía, y es que, aparentemente, a Tintín no se le lee en México. Pero quién es ese tal Tintín, quizás se pregunten. Tintín es un joven reportero que por una u otra razón se embarca en innumerables aventuras alrededor del mundo resolviendo crí-menes y misterios: así como desarma a la banda del mafioso Al Capone en Estados Unidos, acaba con el tráfico de opio en China o ayuda en una re-volución en Sudamérica. Tintín viaja al Tíbet, al Congo, a Perú, hasta realiza un viaje a la Luna, acompañado de sus amigos: el explosivo capitán Haddock, amante del whiskey; los detectives Hernández y Fernández, que parecen salidos de una obra absurda de Ionesco o un filme de Buster Keaton; el cientí-fico Tornasol, con su aguzada sordera que lleva a graciosos malentendidos y, por supuesto, su más fiel acompañante, el perrito Milú, quien rescata a Tintín en cuantiosas ocasiones.

Además de ser un grato en-tretenimiento para los niños, Las aven-turas de Tintín –como se expone en el documental Tintin et moi– nos da a conocer segmentos de la historia de Occidente, dependiendo del período en que se haya escrito el libro. También ha servido de inspiración a artistas del cómic y del pop art como Andy Warhol y Roy Lichtenstein, pues Hergé dejó como legado el estilo de historieta co-nocido como Ligne claire (línea clara); escritores como Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte han mencionado a Tin-tín en sus escritos (Mañana en la bata-lla piensa en mí, La patente de Corso), el cuento “El eclipse” de Augusto Mon-terroso es muy similar al libro El tem-plo del sol; el filósofo Clément Rosset utiliza fragmentos de Tintín en el país del oro negro y Tintín en el Tíbet para hablar de la identidad personal en su libro Lejos de mí; y se podrían mencio-nar un sinfín de ejemplos más. Creo que, aunque carezca un poco de fidelidad a la obra de Hergé, la película de Spielberg es un buen “pre-texto” para conocer en la panta-

lla grande (y en 3D) a este personaje. Asimismo, sería una excelente oportu-nidad para que las librerías de la ciudad le abrieran las puertas a sus libros.

* Nació en Piedras Negras, Coah. Tiene 25 años. Estudió Letras Españolas en la U.A. de C., el Máster en Estudios Ibéricos e Iberoamericanos en K. U. Leuven y cursa el cuarto semestre de la Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas de la UAZ.

* [email protected]

fresca violeta de luz” es una amazona zacatecana; el “ancho río” un suple-mento cultural llamado La Gualdra; las “lentas barcas” son toda esa maravilla humana que hace realidad tal empre-sa; los “amigos” son los textos y auto-res teatrales que colaborarán para “la gente sencilla”, y mostrarle “las cosas, cosillas y cositillas del mundo” pese a que en este 2012 la realidad de los que usan como botín nuestro país no quieran que veamos “la luna verde de las montañas” ni “la luna rosa de las playas”. Siempre se signó esta columna con el verso de Miguel Hernández “y aun tengo la vida” hasta que “el dedo del viento” cerró los ojos de quien sus-cribe, permitiendo que se golpeara a un roble, pero felizmente sin derrum-barlo… Sí Maestro Hernández “y aun tengo la vida”, aun tenemos la vida…

LA GUALDRA NO. 32

Por Jánea Estrada Lazarín

Gustavo PérezLa pasión por el barro

Si observar la obra de este maestro ceramista es un placer, hablar con él es todo un privilegio; de personalidad fuerte y amable, nos concede unos minutos de charla mientras instalan el equipo que habría de utilizarse en su conferencia magistral impartida el pasado viernes en el Cineteca de Zacatecas. Viene muy contento de visitar el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez…

Jánea Estrada: Nos dice que es su pri-mera vez en Zacatecas… usted que ha viajado por todo el mundo ¿por qué no había venido antes?Gustavo Pérez: Es interesante, pero de la misma manera que apenas en este pasado 2011 pude conocer Sudaméri-ca, Argentina y Chile… Zacatecas era como un pendiente, una cita que había que cumplir. De Zacatecas, que desde luego sé que es muy importante para la plástica, había recibido muchas invita-ciones que nunca se habían concretado. Y así es la vida, sucede que uno tiene ciertos caminos que son ya como la ruta favorita… Ir a Francia, por ejemplo, es normal desde hace 30 años o más… pero sí, ésta es mi primera vez en esta ciudad, qué bueno que ya se me hizo.

JE: Yo soy de la idea de que México, con todo lo que está viviendo, es un país surrealista. Cuando veo las formas pre-sentes en su obra cerámica, sobre todo las que están plegadas o comprimidas, éstas me remiten mucho a la imagen de un México surrealista tal como lo con-cibo, al desierto, a las partes áridas de la sierra, a sus frutos… a los espejismos

que se ven en Wiricuta… No sé si haya alguna influencia relacionada…GP: Ésa es una pregunta interesan-te, desde luego que la iconografía del desierto, específicamente la huichola es algo que ha estado muy presente en mi mente desde hace muchísimos años. La cuestión es que yo no traba-jo con el intento de reproducir nada. Mi trabajo se basa mucho más en una experimentación permanente y en un descubrimiento de lo que esa experi-mentación genera, por lo que es muy sorprendente y grato también descu-brir que esa experimentación permite generar imágenes que corresponden a una de esas influencias que he procesa-do inconscientemente durante muchos años; porque no es de ninguna manera la intención reproducir por ejemplo visiones de peyote, o imágenes de ico-nografía textil o gráfica huichola del desierto. No es consciente y creo que es así como vale la pena que sea: yo no me refiero nunca a la realidad… es un proceso personal en el cual van apare-ciendo cosas. Interesante que descu-bras eso, porque muy en el fondo sí está pero yo no sabía.

JE: Coincido con usted en que no son representaciones de una realidad inme-diata… me conmovió mucho la curva-tura de las formas, porque además me remite mucho a la música, al ritmo… sus piezas tienen que ver mucho con la musicalidad que tiene la vida en el de-sierto y en el mundo en general… ¿la música es una influencia para usted?GP: ¡Claro que sí! La música también es parte de mi mundo de referencias; pero no hay manera de definir de qué forma Bach, Bartok o Ravel pueden estar de-terminando un cierto camino de inves-tigación… eso no lo puedo definir por-que no conozco lo suficiente la técnica de la música para poder referirme a ella de esta manera. Pero sí sé que la música me acompaña siempre… y muchas ve-ces espero que se comunique algo de ese sentido del ritmo y del equilibrio, que encuentro en la música, a la cerámica, que también se produce con un ritmo, con un aliento y respiración que se pa-recen mucho a las medidas de la música, a sus compases.

JE: Al ver diferentes piezas suyas juntas me imagino una sinfonía… usted crea su propia composición.GP: Yo no diría tanto, pienso en tér-minos más modestos, no es que falte ambición en lo que yo ando haciendo: no… pero creo que lo que yo puedo llegar a generar son pequeñas piezas, digamos como… sonetos, canciones, pequeñas composiciones, cada pieza es una pequeña composición en sí misma, que requiere de un gran aliento y de un esfuerzo continuado alrededor de una tonalidad y de unos temas… yo trabajo más caóticamente.

Toda la obra que aparece aquí es de Gustavo Pérez. Fotos: cortesía del autor.

9 DE ENERO DE 2012

JE: Es que en el caos también hay or-den…GP: Pues eso dicen… lo cierto es que para mí hay un orden, una disciplina sobre un tema…

JE: Bueno, a lo que yo quiero llegar es que hay musicalidad y ritmo en su obra y supongo que esto no es producto del trabajo de pocos años…GP: Así es, llegar a este resultado me ha tomado 40 años, es importante que se sepa que fue después de 22 años que se definió un lenguaje personal; antes de eso había trabajo que podría tener cierto carácter presentable, profesional-mente correcto, pero que no se distin-guía del trabajo del resto del mundo… me llevó casi un cuarto de siglo. Al prin-cipio yo trabajé durante muchos años un promedio de 10 a 12 horas diarias; era necesario para sobrevivir, haciendo el esfuerzo de producir algo que valiera la pena. Si yo hubiera decidido abando-nar esto antes de esos 22 años, cuando yo encontré mis secretos, hubiera sido absolutamente sin importancia.

JE: A propósito de secretos, supongo que usted encontró su propia fórmula de manejo de materiales, de mezclas… ¿maneja una sola fórmula de materiales o maneja una amplia gama de éstas?GP: No muchas, básicamente es una y en ocasiones es otra bastante cercana; pero en mi taller trabajamos básica-mente con una.

JE: ¿Y el barro Zacatecas, lo utiliza, maestro? ¿Está siendo bien aprovecha-do a hay más por investigar?GP: Yo lo utilizo mezclado con otros, es parte de la fórmula. De hecho se utiliza

en muchos talleres de México. El barro Zacatecas es un barro extraordinaria-mente refractario, necesita mezclarse con algo más para bajarle su temperatu-ra… mezclarlo con barros más funden-tes. Hace falta hacer más experimentos para determinar una fórmula que le convenga a cada ceramista en la función de lo que quiera realizar. Estos días en Zacatecas hemos estado hablando con quienes tomaron el curso, respecto a la necesidad de afinar esa fórmula…

JE: Hay una relación muy cercana entre usted y el fuego…GP: Es indispensable el fuego en lo que yo hago, pero mi relación con el fuego es menos intensa como la que yo tengo con el barro húmedo. Yo trabajo el tor-no, trabajo con barro plástico… quemo con un horno de gas y sé muy bien que el momento de la cocción es algo que con toda la importancia que tiene, es menos importante que el momento del descubrimiento de la forma… eso es apasionante.

JE: Su constante relación y contacto con el barro mojado no implica que al iniciar la creación usted tenga la forma preconcebida… a propósito de la ex-perimentación, háblenos un poco del error como constante…GP: Ajá, el error en la cerámica es el ac-cidente como una rendija para percibir novedades y realidades desconocidas. Eso es atisbar hacia lo desconocido a través del error que se comete, fallando. Es necesario aceptar que suceden cosas que están fuera de la voluntad… y antes de vivir esto como una frustración pri-mitiva es importante y muy interesante mirarlo y atender sus posibilidades, que

pueden estar apuntando a algo que valga la pena.

JE: ¿Las incisiones y agujeros que us-ted hace sobre el barro fresco así se gestaron?GP: Sí, yo descubrí por accidente ese efecto y descubrir eso fue como la se-milla de una larguísimo desarrollo; eso me dio para una investigación de años y años que no ha concluido, es un largo camino. Y en ese proceso han existido otros accidentes que se han integrado a otras búsquedas de desarrollo creativo. Muchos artistas han hablado de estos accidentes afortunados y lo han defini-do de manera más o menos semejante. La pieza artística busca siempre descu-brir nuevas cosas. En cualquier técnica y con cualquier material debe haber siempre esa actitud de apertura, de ex-perimentación, de investigación y de juego. El barro en el torno permite una explotación al máximo de la plasticidad de la arcilla y por lo tanto puede dar con cierta facilidad o naturalidad resultados interesantes.

JE: Usted estudió filosofía y matemáti-cas… en sus piezas finalmente se refleja un proceso de reflexión y precisión que seguramente tienen que ver con lo estu-diado ¿no es así? GP: Así es, estoy siempre analizando, hay una parte del proceso en el que soy muy racional, muy analítico de la pro-ducción; con la atención puesta siempre también para con el rabillo del ojo tra-tar de no ver lo que está en frente… no se trata de ninguna manera de de que la pieza sea una demostración de algo que está preconcebido; es un proceso de ir viendo lo que está sucediendo, to-

mando decisiones; la creación es una cadena de decisiones que atiendo sa-biendo que podría haber el riesgo de que un proceso así de racional tuviera un resultado frío y que el reto grande es que exista una vida, que la pieza se sienta vital, como cargada de la pasión con la que está hecha… y creo que a partir de la gran curiosidad que está siempre detrás de todo lo que voy ha-ciendo es que se va dando ese soplo de vida. Creo también que yo no soy muy divertido, pero eso sí: me divier-to mucho con lo que hago todos los días; el que se aburre no está creando, la creación implica alegría, que a los cinco minutos se vuelve insatisfac-ción, porque siempre quiere uno más.

JE: Ya por último ¿qué espera para el 2012?GP: Es difícil ser optimista para este futuro y este presente mexicano tan lamentable, tan en crisis y tan desba-ratándose. No nos queda más reme-dio, no nos queda más opción que se-guir haciendo lo mejor que podamos eso que sabemos hacer. Falta, como me decía Juan Villoro hace tiempo, cultivar cada quien su propio jardín… ocuparse de lo propio, lo que sabe uno hacer, y tratar no de desentenderse, sino de no unirse al desaliento y a la negrura, eso no… hace falta quizás te-ner esa capacidad de un poquito enga-ñarse creyendo que vale la pena hacer lo que estamos haciendo, y a partir de eso quizás aportemos un granito de arena para que esto vaya mejor, para que esto mejore.

JE: Que así sea.GP: Que así sea.

LA GUALDRA NO. 32

Con su teoría de la justicia como equi-dad, John Rawls consiguió en vida dos grandes hazañas: convertirse en uno de los pensadores más citados de la historia y –más importante aún– re-vivir el interés por la � losofía política, que en sus tiempos empezaba a con-siderarse un cadáver maloliente en varios círculos académicos. Su obje-tivo, al principio encauzado ambicio-samente a una esfera que rebasaba los límites de lo practicable en las socie-dades actuales, consistió nada más y nada menos que en presentar una al-ternativa plenamente desarrollada al utilitarismo clásico, al intuicionismo y a las severas críticas del socialismo. La idea básica detrás de su propuesta política es que una sociedad democrática moderna, por sus carac-terísticas propias, no sólo tiene que fundar sus instituciones de tal modo que permitan una verdadera igualdad de oportunidades para todos, sino que además éstas tienen que estar dispues-tas de forma que las desigualdades sociales y económicas bene� cien a sus miembros menos aventajados. En otras palabras, de acuerdo con Rawls, para que un Estado que se jacta de ser democrático y liberal sea efectivamente justo, éste tiene que ga-rantizar que cada uno de sus ciudada-nos goce de ciertas libertades básicas iguales1 (independientemente de sus creencias morales, � losó� cas o religio-sas) y además tiene que asegurar que los cargos, poderes y privilegios pú-blicos estén abiertos a todos de modo imparcial, así como de que su exis-tencia redunde siempre en un mayor bienestar para los estratos más pobres. Para la “prole pendeja”, pues, como di-jera Paulina Peña. Rawls lo plantea de esta for-ma porque el Estado moderno debe de ser imparcial ante un hecho irremisi-ble de nuestra sociedad contemporá-nea: el pluralismo razonable. Es decir, “el hecho de las diferencias profundas

Por Manuel García Garduño

Rawls y las visitas papales

e irreconciliables en las concepciones del mundo de los ciudadanos, […] en sus visiones de los valores morales y estéticos que deben primar en la vida humana”. Esto explica el enorme des-contento que se ha dado recientemen-te en las redes sociales con relación a las visitas del Papa Benedicto XVI, ya que, a diferencia de las institucio-nes religiosas, que por lo general son colosos arcaicos, imperturbables e in-clementes, nuestras formas de organi-zarnos y de pensar están en constante cambio y se multiplican. La hostilidad que han des-pertado las visitas del Papa, tanto en España como en México, no sólo se justi� ca porque, “dado el supuesto del pluralismo razonable, los ciudadanos no pueden convenir en ninguna auto-ridad moral, digamos […] un texto sa-grado o una institución religiosa”, sino porque un gobierno laico y democrá-tico jamás debe de dilapidar el erario en una institución religiosa ajena a la concepción política de la justicia. Es algo política y éticamente inexcusable. Máxime si la institución en cuestión tiene tanto dinero, como el Vaticano, y las necesidades públicas más ele-mentales que no se han satisfecho son tantas, como en nuestro país. Por otra parte, no es de sor-prender que la próxima visita del Papa que resucitó el in� erno tenga � nes electoreros.2 Así se las gasta nuestra partidocracia desde que tengo memo-ria. La clase política mexicana cada vez es más cínica y no deja de dar un trato denigrante a la población para la que supuestamente gobierna. Sin em-bargo, eso hace que todo esto sea más atroz y deplorable. Con las condiciones que hay detrás de las visitas de Bene-dicto XVI, los gobiernos de España y México no sólo violan los principios fundamentales que sostienen a una sociedad democrática moderna, com-puesta por ciudadanos libres e iguales, sino que impiden que se establezca un

acuerdo equitativo al margen de los rasgos y las circunstancias particulares de sus ciudadanos. Y qué decir de la desfachatez de la iglesia católica, luego de que el arzobispo José Guadalupe Martín Rá-bago admitió que hasta el narco podría cooperar con la visita papal a México,

porque ellos “no tienen los medios para evitar que se � ltren donaciones de la de-lincuencia organizada”. ¿Qué más po-dríamos esperar, si esa institución reli-giosa está preparada para valerse de los impuestos de la gente y olvidar aquella máxima de Jesucristo “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”?

Que una sociedad democrática a menudo se entiende como un sistema de coo-peración social lo sugiere el hecho de que […] sus ciudadanos no conciben su orden social como un orden natural fi jo o como una estructura institucional justifi -cada sobre la base de doctrinas religiosas o principios jerárquicos que expresan valores aristocráticos.

1 Como las libertades de culto, pensamiento, asociación y movimiento, las libertades políticas que garantizan la integridad de la persona, o las libertades que mantienen el estado de derecho.2 Durante el verano de 1999, Juan Pablo II dijo que el in� erno no es “un lugar”, sino “la situación de quien se aparta de Dios”. En contraposición, en marzo de 2007, Benedicto XVI dijo que “el in� erno existe y es eterno”.

9 DE ENERO DE 2012

Por Eduardo Campech Miranda*

Leer como propósitode Año Nuevo

Navegando por distintos portales, foros y listas de inter-net, intentaba comprobar si los propósitos de año nue-vo que me imagino son los más comunes, en verdad lo eran. Y sí, el bajar de peso, dejar de fumar, caminar o ejercitarse, etc. En Yahoo! Respuestas, alguien solicitaba la sugerencia de algunos títulos para hacer de la lectura un gusto. Las respuestas fueron variadas: desde García Márquez en general, hasta la saga de Crepúsculo, pasan-do por Harry Potter, varios bestsellers, algunos de autoa-yuda y superación personal, por géneros, y más. Reflexioné en torno a la amplia oferta que se le ofrecía a esta persona. Cada una de las respuestas reflejaba las preferencias lectoras de cada persona. Preferencias que fueron delineándose con lecturas, con historias de vida, con visiones del mundo. Ahora el turno es para la persona que lanzó la pregunta. ¿Qué hubiera sugerido yo? Aclaro que no lo hice porque me pareció que las contribuciones ya eran demasiadas. Le hubiera recomendado algún blog de reseñas bibliográficas, que se enterara del contenido del libro. Le hubiera preguntado por sus gustos musi-cales, cinematográficos, de esparcimiento, para identi-ficar sus intereses. Hay también quien define desde la misma pregunta qué es lo que busca en concreto. Por ejem-plo, libros románticos, sobre triángulos amorosos (aunque no se especifica si lo que busca es cómo construir uno o cómo salir de uno), de desprendi-miento astral. También un gran número de sugeren-cias se hicieron llegar. Ya he mencionado en otra colaboración que mucho del éxito de formar lectores es la libertad, de elegir, de leer, de imaginar. Desde hace unos tres me-ses trabajo regularmente con alumnos de sexto grado

* http://lecturascompletas.blogspot.com

Por Mateo EstradaGaviriaMartes 27. FO sigue en Ixtepec. Cada tres días mensajea a través del cel. Manda el clá-sico “Bicho, Bicho ¿estás ahí?” Su ausencia es notoria. No encuentro nada en su lugar. JC lo mueve todo. Lo más evidente es el tubo den-tal despanzurrado; no hay leche deslactosada; la casa no huele a loción; la radio sigue en el 97.9; los vasos de vidrio… En fin, extraño al cabrón. Comencé a leer Los presidentes [Ju-lio Scherer]. Antes leí El jefe máximo [Igna-cio Solares] y Los disparos en la oscuridad [Fabrizio Mejía]. Los trajo JC. El de Scherer es una edición de bolsillo. El texto es de alu-cine. En él describe a políticos excéntricos que lindan entre la corrupción evidente y el ejer-cicio aparentemente lícito del poder. Muestra cómo los presidentes de México son el vértice de la añeja pirámide del poder. El lenguaje es envidiable, por lo preciso en los adjetivos. JC sigue aquí. Sé que vivo lo inédi-to. No importa el rato que estuvo afuera el 24 (fue a cenar con su familia paterna). Viernes 30. Procuré a Rodolfo. Quise platicar, pero estuvo distante. Prome-tió venir. Espero que no llegue cuando JC esté aquí; menos que venga con alcohol. Re-gresé al Saint Germain. El café es delicioso y la tertulia con Juan y Marco es agradable. Platiqué con mis padres. Prome-timos reunirnos en abril. Llamé desde un locutorio que está en la terminal de la ruta cuatro. La conferencia costó menos que en las casetas rojas de la avenida Guerrero. Sábado 31. Ayer cené con JC. Hoy va, otra vez, donde sus padres… Espero a Gabby Dessertica. Iremos a una fiesta totalmente “jota”. Como es con disfraz, no estoy seguro de ir como la Tesori-to, porque me obligarán hacer el show. JC no sabe de la reunión… Domingo 1 de enero de 2012. JC llegó a las diez de la mañana. Se metió a la cama y dormidos todo el día. Merced a que el hambre nos obligó, nos levantamos hace rato. Vimos Arráncame la vida [México, 2008] en la TV. Él se ovilló en mí, prometió no ser como el general Andrés Ascencio [Da-niel Jiménez Cacho]. Al puto le gustó Carlos Vives [José María de Tavira], hasta pidió que me deje crecer la barba. A mí me encantó el general. JC ahora se baña. Mañana trabaja temprano. Viernes 6 [Saint Germain. 12:48pm]. JC salió de casa a las 7:30am. Se levantó media hora antes. En su mochila metió los libros, y la ropa sucia y limpia que acumuló estos días. No desayunó, ni tomó café (esta cos-tumbre la impuse, para retrasar su enojo de hambre). Tampoco me besó. Anoche comentó que debía regresar a “su casa”, que “su mujer” llega hoy. No dejó algo que in-dique su estancia en el depa. Permanecí en la cama hasta las diez. No quiero que el frío me obligue a pensar en él…

* [email protected]

de una escuela primaria. El propósito fundamental es apoyarlos para presentar el examen de admisión a secundaria. Sin embargo, aprovecho para realizar algunos ejercicios de comprensión lectora y cultivar el gusto por la lectura. Después de aproximadamente cinco sesiones expuse ante ellos un acervo de alrededor de 60 títu-los infantiles y juveniles. Ante sus miradas de asom-bro colocaba los libros en el suelo, como si los fuera a vender. Eso propició un poco de desorden en el grupo. Bajo la consigna de que yo iba a mencionar quién iba a pasar a seleccionar un libro, guardaron compostura. La dinámica fue la siguiente: deberían elegir un solo libro, regresar a su lugar, revisarlo y si no les gustaba lo regresaban y tomaban otro. Sólo debería estar un alumno de pie buscando su libro. Algunos, los menos, cambiaron su libro. Pero la mayoría acertó en su elección. De los pri-meros surgieron preguntas como ¿no hay libros de miedo? ¿Tiene Crepúsculo? ¿Hay más de Francisco Hinojosa? (a este autor tuvieron la oportunidad de conocerlo en persona).Las recomendaciones tam-bién fueron sencillas: cuidar el libro, si no les gustaba no tenían ninguna obligación de leerlo y entregarme su opinión del texto por escrito. Una pequeña me sorprendió. En un fin de semana leyó una novelita de 160 páginas y entre lu-nes y viernes de la siguiente semana leyó otra novela de más de cien páginas. Los libros han comenzado a circular entre ellos. Cuando lo entregan hacen tam-bién un pequeño resumen oral del argumento. Creo que si queremos hacer de la lectura un propósito de año nuevo, comencemos por estas sencillas acciones y los frutos serán abundantes.

LA GUALDRA NO. 32

PROGRAMA DEL 11 AL 15 DE ENERO 2012

CICLO: GASPAR NOÉ & DARREN ARONOFSKY

CICLO: CINETECA ZACATECAS EN NÚMEROS

CICLO: RECORDANDO A PEDRO ARMENDARIZ, 71 AÑOS

CICLO: HOMENAJE ALEJANDRO JODOROWSKY

Miércoles 11 de enero de 2012 / 18:00 hrs.IRREVERSIBLE

Dir. Gaspar NoéFrancia/ 2002/ 90 min.

Viernes 13 de enero / 20:00 hrs.VIERNES 13

Dir. Sean S. CunninghamEUA/ 1980/ 95 min.

Sábado 14 / 18:00 hrs.LA PASIÓN SEGÚN BERENICE

Dir. Jaime Humberto Hermosillo, México/ 1975/ 99 min.

Sábado 14 / 20:00 hrs.CADENA PERPETUA

Dir. Arturo RipsteinMéxico/ 1978/ 88 min.

Domingo 15 /18:00 hrs.LA CORBATA

Dir. Alejandro JodorowskyFrancia/ 1957/ 35 min.

Domingo 15 / 18:45 hrs.FANDO Y LIS

Dir. Alejandro JodorowskyMéxico/1968/96 min.

Miércoles 11 de enero de 2012 / 20:00 hrs.PI, EL ORDEN DEL CAOS

Dir. Darren AronofskyEUA/ 1998/ 85 min.

Viernes 13 de enero / 18:00 hrs.KM 31

Dir. Rigoberto Castañeda

México/ 2006/ 103 min.

*FUNCIÓN ESPECIAL* ESTRENO

Jueves 12 de enero. 18:00 hrs. y 20:00 hrs. Costo $20.00WHEN YOU’RE STRANGE: UNA PELÍCULA SOBRE THE DOORS.

Dirigida por Tom DiCillo.EEUU | 2009 | 86 min.

Narrada por Johnny Depp

Porque el tiempo lo destruye todo. Porque algunos actos son irreparables. Porque el hombre es un animal. Porque el deseo de venganza es un impulso natural. Porque la mayoría de los crímenes quedan sin castigo. Porque la pérdida del amado destruye como un rayo. Porque el amor es el origen de la vida.

Un grupo de jóvenes concurre a un sitio de verano llamado Cristal Lake, lugar que lleva una pareja de visitantes que estaba a cargo de un grupo de pequeños. Al principio todo parece ser maravilloso: un cam-pamento en medio de la naturaleza del bosque con un tranquilo lago para completar el escenario, pero… uno a uno los muchachos van siendo asesinados por un ente misterioso que jamás se deja ver, situación que sólo al fi nal develará la traumática historia que se encierra en las profundidades de aquel lago…

Berenice es una joven muy correcta que vive con su madrina en una tranquila ciudad provinciana. La aparición de Rodrigo en su vida provocará en Berenice una profunda e insólita transformación.

Javier Lira es un ex-delincuente que trata de rehabilitarse trabajando como cobrador de un banco. Sus intentos por alejarse del crimen se ven frustrados cuando se topa con “Burro” Prieto, un policía extorsio-nador a quien conoce desde hace mucho tiempo.

Legendario corto de 35 minutos que Alejandro Jodorowsky fi lmó en 1957 y que estuvo largo tiempo perdido. Su argumento, inspirado en una historia de Thomas Mann, gira en torno a una muchacha que vende cabezas y que intercambia las testas de un luchador y un poeta. Es interesante recalcar que el corto se fi lmó usando mímica y no tiene diálogos.

La opera prima de Alejandro Jodorowsky empezó con este cuento bizarro de inocencia corrompida, amor sadomasoquista e inalcanzable paraíso. Basada en la obra homónima de Fernando Arrabal, cuen-ta la historia de una joven pareja en busca de la ciudad encantada de Tar donde se encuentra el éxtasis espiritual. Fando es impotente y Lis está paralítica.

Max es un brillante matemático que está a punto de hacer el descubrimiento más importante de su vida: la decodifi cación del sistema numérico que rige el aparente caos del mercado bursátil; pero primero ha de encontrar el valor del número PI. Mientras investiga, afectado periódicamente por unas brutales ja-quecas, es acosado por una poderosa empresa de Wall Street y una secta judía que pretende descifrar los secretos de los textos sagrados. Todos ansían apropiarse del inminente hallazgo de Max.

Catalina y Ágata son hermanas gemelas, que desde niñas han tenido una conexión casi telepática. Una noche, Ágata se encuentra con un extraño niño en el kilómetro 31 de la carretera, por el cual sufre un accidente que la deja atrapada entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Junto con Nuño, su gran amigo y Omar, el novio de su hermana, Catalina tendrá que resolver el misterio que envuelve el trágico accidente.

Un retrato del cuarteto de rock emblemático de los años ‘60: The Doors. Narrado por Johnny Depp, el documental muestra material fílmico jamás dado a conocer y ofrece una nueva visión del impacto que dejó el legado musical de la banda. La película es un apasionante recuento de la historia del grupo, desde sus inicios en la escuela de cine de UCLA donde Manzarek y Morrison se conocieron hasta sus famosos y trepidantes conciertos de rock, y a partir, de una perspectiva íntima, descubre la faceta creativa de una de las ban-das más infl uyentes de Estados Unidos en el mundo.

9 DE ENERO DE 2012

La hoja veinte de enero del 2012 mar-ca la celebración por su cumpleaños sesenta y seis. Director de cine, guio-nista, pintor, fotógrafo, diseñador de muebles y músico, David Lynch se sorprende y sorprende dejándose atra-par por cualquier disciplina artística, aunque se desliza cómodamente por la creación cinematográfica desde 1966, cuando debuta con el cortometraje Six Figures Getting Sick. Emblemáticas películas de Lynch han sido Mulholland Drive, Blue Velvet, o The Elephant Man. Ganador dos veces del premio francés César a la mejor película extranjera, de la Palma de Oro, del León de Oro en Venecia y nominado dos veces al Globo de Oro y cuatro al Oscar, a Lynch no le con-mueve gran cosa el reconocimiento internacional. No como el desarrollo creativo. No como el placer oficioso o no, de mostrar sus ideas, crítica y pen-samiento, por los caminos que la vida le va dictando. Influenciado por Stanley Ku-brick, Federico Fellini, Franz Kafka, Oscar Kokoscka, Luis Buñuel, Erner Herzog o Roman Polansky, su pasio-nal amor por el dadaísmo y el surrea-lismo quedan patentes en algunas de sus películas cuya misteriosa atmós-fera mezcla lo cotidiano con lo soña-do, escapando a veces de la compren-sión exhaustiva del espectador. Como * Escritor y periodista duranguense radicado en Zacatecas, México. El 20 de enero a las 6 de la tarde, Marco Casillas presentará en la Cineteca de Zacatecas la película El Hombre Elefante, (1980) de David Lynch, con las actuaciones de Anthony Hopkins, John Hurt y Anne Bancroft, ofreciendo una charla sobre Lynch y sobre esta cinta en particular.

ejemplos pueden citarse Eraserhead y la serie de televisión Twin Peaks. Posteriormente realizó al-gunas producciones más accesibles como The Straight Story, aunque man-teniendo su toque personal. En la actualidad, algunos de sus proyectos cinematográficos y de animación son sólo accesibles a través de su sitio web, de pago. Lynch podría considerarse el arquetipo del muchacho americano de clase media. Su padre, Donald, fue un científico adscrito al Ministerio de Agricultura norteamericano, y su ma-dre, Sunny, era profesora de lengua. La familia vivió en distintos lugares, entre el noroeste del país y Carolina del Norte. Lynch fue boy scout y a los 15 años participó como acomodador en la toma de posesión del presidente John F. Kennedy. Pronto experimentó impulsos artísticos y asistió al Cor-coran School of Art en Washington, D.C. mientras terminaba sus estudios secundarios en Alexandria, Virginia. Después se apuntó al School of the Museum of Fine Arts de Boston du-rante un año, antes de partir rumbo a Europa en compañía de su amigo y colega artístico Jack Fisk. Aparte del cine, David Lynch ha desarrollado su creatividad en el campo de la pintura. En España su obra pictórica pudo ver-se con la exposición Action-reaction,

que recorrió en 2009 ciudades como Zaragoza y Granada. Pero Lynch es un animal creativo, pasional, sorprendente, in-tenso. Justo a fines del año pasado, a punto de cumplir los 66 años, debu-ta como músico con el álbum Crazy Clown Time, que sale a la venta hoy y revela una mezcla de rock y electróni-ca con ecos del universo enigmático y fascinante del realizador de El Camino de los sueños. “No lo decidí realmente, llegó”, dijo Lynch a la revista de arte y música Les In-rock-uptibles. “Crazy Clown Time”, graba-do con el ingeniero de sonido Dean Hurley, fue escrito y producido por Lynch. En el álbum también toca la guitarra y canta. El cineasta describió el álbum como un “blues moderno”, donde su voz se oye la mayor parte del tiempo distorsionada por la computa-dora. “Pinky’s Dream”, el tema que abre el disco, interpretado por Karen O, la cantante de Yeah Yeah Yeahs. Fue de-finido como el relato “del horror y de la tristeza de perder a alguien en otras dimensiones”. La pasión del realizador por la música siempre tuvo una gran importancia en sus películas, desde su primer largometraje Eraserhead (1977), que tiene una canción escrita por Lynch con Peter Ivers, a Imperio (2006), para la cual escribió varios textos. 20 de ene-ro del 2012. David Lynch, felices 66.

¿Qué mejor manera de empezar el año que yendo al cine? Los que todavía estamos en vacaciones o que a penas iniciamos clases o trabajo, debemos aprovechar el tiempo para ver un par de pelícu-las y la cartelera de invierno tiene unas cintas de ésas que entretie-nen mucho. Pero esta semana les re-comendaré específicamente que vean la segunda parte de Sherlock Holmes, dirigida por Guy Ritchie. Tiene para complacer todos los gustos, si les gusta un buen miste-rio, si les gusta la aventura, el hu-mor o si simplemente quieren ver buenas actuaciones, personajes in-teresantes y escuchar muy buena música entonces deben de levan-tarse en este momento e ir directo a la sala de cine. Si no han visto la primera parte no duden en correr a rentarla o comprarla. No les adelanto más, pero recuerden que Sherlock Hol-mes es inicialmente el detective, personaje de una serie de novelas escritas por Arthur Conan Doyle que también es imperdible. Y bueno para terminar dejando de lado el cine, por si to-davía deben regalos navideños o tienen que comprar algún regalo de cumpleaños, no olviden que no hay mejor regalo que un libro, pero es muy importante la selección. Lo que yo hago, especialmente cuando es alguien muy cercano, es intentar elegir algo que le pueda gustar o enseñar. Pero aún mejor es regalar nuestro libro favorito, regalar libros que nos hayan mar-cado (sin referencias a cierto can-didato…), que sean importantes para nosotros, antes de regalar un libro carísimo o de moda, yo pre-fiero regalar Momo, La historia in-terminable, El principito, alguno de Harry Potter (o todos), algún libro de Shakespeare, de Philip Pullman o por supuesto Rayuela. Cuando son libros de este estilo no importa que la persona ya los tenga, ade-más les recomiendo incluir una buena, responsable y desenfadada dedicatoria. Les deseo un muy buen año 2012, en espera del fin del mundo.

Por AndreaSampedro

Por Marco Casillas*

David Lynch,Felices 66

PROGRAMA DEL 11 AL 15 DE ENERO 2012

CICLO: RECORDANDO A PEDRO ARMENDARIZ, 71 AÑOS

CICLO: HOMENAJE ALEJANDRO JODOROWSKY

LA GUALDRA NO. 32 / 9 de enero de 2012

Dicen que ya estoy grande y en edad de merecer. El otro día escuché a mi mamá que les decía a las tías que era inevitable que ya pronto me conver-tiría en toda una mujercita. A mí me ganó la risa, me escondí detrás de la puerta y me tapé la boca para que no se me salieran las carcajadas. Y es que mi jefa se aviona con esas cosas; el otro día me soltó un sermonzote nada más porque me le quedé viendo a un muchacho en la calle. Me miró con unos ojos, como si quisiera comerme, me agarró fuerte del brazo y se soltó con un discurso de que si los hombres que son unos aprovechados, que si nada más bus-can UNA cosa, que debo tener cuida-do, estar alerta, que qué se yo. Si yo nomás estaba viendo sus tenis rojos, su cabello rebelde, su pantalón de mezclilla arrugado, los lentes de ratón de biblioteca y esa mi-rada tan tierna que se escondía detrás de ellos, pero nada más nada como para alterarse tanto. Ya se le calienta el parche. Le dijo el otro día la vecina, cuando estábamos esperando en la cola para las tortillas, yo me puse colorada, roja de vergüenza y de coraje; ¿cómo se le ocurre? ¿Qué es eso de que se me ca-

IElla tiene el pelo rojosu sangre es estable a 37°Cse mueve .tal vez. demasiado en la camael sueño la sobresalta

es ella el sueño soñado o la mujer con cabello rojo doradomoviéndose en la cama * a las 2 antes meridianomientras cree, todos las nochesque despierta.

Por Pilar Alba

Por Roberto Galaviz

lienta el parche?, ¿qué es el parche, por qué se calienta? Ya en la tarde cuando aca-bamos de lavar los trastes y mientras los acomodábamos en la alacena, mi mamá se soltó con otro de sus discursitos, pero éste ya no trataba sobre los hombres; era acerca de los animales, bueno, más bien sobre los insectos. Que si las abejitas y las flo-res, no tienen razón, más bien era botánica lo que quería enseñarme: que si el polen, que si las florecitas, que si el nacimiento de una nueva flor… En fin que no le entendí ni media palabra de lo que creo inten-taba decirme. Si mi’ja, debes saber todas estas cosas, estar preparada, porque ya estás en edad de merecer. No sé si darle el avión y decirle que ya capté su mensaje o dejar que siga así con sus cosas. En edad de merecer parece que me puso una etiqueta y cuan-do salgo todo mundo me la lee en la frente. Las tías, los primos, las vecinas, los taxistas del sitio de la esquina, el carnicero, hasta el perro que se orina en el poste se voltea y se me queda viendo fijamente a la cara descifrando mi letrero.

En edadde merecer

Poema épico escritoentre el 1124 a.C y 2012 d.C

Stella Im Hultberg

Por eso hoy lo tengo decidi-do, para la fiesta de esta noche me voy a bañar, a planchar el pelo. Voy a po-nerme el vestido azul ese entalladito que nunca me ha puesto. Rellenaré mi bra con rollo de papel higiénico. Me

pintaré la cara y me robaré un chorrito de perfume del tocador de mi mamá. Y aunque no me gusta bailar ahora sí aceptaré todas las invitaciones para ver si encuentro a alguien, alguno que me diga qué es lo que me merezco.

Leerse mientras se escucha: Dramas para piano y violín/Real de Catorce

IICuando mi sueño es más ligerotodavía logro observar cómo de sus ojos huyen naves incendiadas en una costa antigua

puedo oler la sangre seca y llena de iraabsorbiéndose en el polvo y en la tierraque hemos pisado desde siempreyde pronto todo aquellolo encuentro en una pelirroja mujer en mi sábanadeclarándome una guerra que nunca podré vencer

IIIToda batallase decide desde el primer acercamientosin embargolo que después de todosignifica el silencio es nuestro secreto.

IVSon las 3 antes meridianoElla, nave incendiaday yo cansado aqueosomos un fuego hecho pavesasuna tregua dulce, en sinfonía con la noche.