la gualdra numero 41. lunes 12 de marzo del 2012

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 41 - 12 DE MARZO DE 2012 - AÑO 1 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN En ocasión del 40 Aniversario del Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre México y China, la Embajada de México en China en colaboración con el Ministerio de Cultura de la R.¸P. China, presenta a partir de marzo la exposición Manuel Felguérez: obra reciente, una selección de 34 pinturas, esculturas y obra gráfica. El mes de abril se inaugurará en Museo de Aguascalientes La estética de lo real: caos y orden en la obra reciente de Manuel Felguérez, dentro de los festejos de la feria de mayor tradición y más importante de México, la Feria Nacional de San Marcos 2012. Fotografía: Cortesía del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez

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Lunes 12 de Marzo del 2012

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Page 1: La gualdra Numero 41. Lunes 12 de Marzo del 2012

SUPLEMENTO CULTURAL No. 41 - 12 DE MARZO DE 2012 - AÑO 1 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

En ocasión del 40 Aniversario del Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre México y China, la Embajada de México en China en colaboración con el Ministerio de Cultura de la R.¸P. China, presenta a partir de marzo la exposición Manuel Felguérez: obra reciente, una selección de 34 pinturas, esculturas y obra gráfi ca. El mes de abril se inaugurará en Museo de Aguascalientes La estética de lo real: caos y orden en la obra reciente de Manuel Felguérez, dentro de los festejos de la feria de mayor tradición y más importante de México, la Feria Nacional de San Marcos 2012.

Fotografía: Cortesía del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibída la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade Trinidad /Diseño

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

Desvelos (II)Apuntes sobre Nietzschepor Gabriel Luévano

El cautiverio de lo actual (I)por Nelson Guzmán

Dos novelasEn busca de la infancia perdidapor Mauricio Flores

Manuel Felguérez:el cabalista de las formaspor Juan Antonio Caldera Rodríguez

Fuera del Cuerpo, en el hábitat eternopor Edgar A. G. Encina

Diario de Mateopor Mateo Estrada Gaviria

Las mujeres en las cifras de lecturapor Eduardo Campech Miranda

Lluvia de estrellas por J. Manuel Trujillo

Gravitación en un impassepor Perla Schwartz

Castillo de sal si puedespor Andrea Sampedro

A propósito de los 200 añosdel nacimiento de Charles Dickenspor Antonio Villarreal

“Ninfas”, cortometraje preseleccionado para “Expresión en Corto”, dentro del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, 2012por Marco Casillas

26 espectadores-Secuencia cuasi trágica de la amenaza de clausura de un proyecto teatral- por Bárbara Colio

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Hace veinte años, salió al mundo el pri-mer álbum Santa Sabina del emblemá-tico grupo de rock mexicano del mismo nombre. Su vocalista, Rita Guerrero em-belesó a los jóvenes -y a los no tanto- con su voz y su presencia escénica. Rita nació en Guadalajara, Ja-lisco, un 22 de mayo de 1964. A la edad de 10 años inició sus estudios musicales y a los 20 años decidió ingresar en Cen-tro Universitario de Teatro de la Univer-sidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es en esta etapa universitaria en la que su compromiso con las causas sociales justas se mani�esta de manera notable, actitud ante la vida que perma-neció hasta el �n de sus días. Antes de conformar el grupo de rock Sana Sabina, Rita había ya participado como actriz y asistente de dirección de algunas obras de teatro de carácter independiente, y como actriz en una telenovela y en Ciudad de ciegos, cinta dirigida por Alberto Cortés (1990). Participó también como conduc-tora de algunos programas de televisión en canal 11, entre los que recordamos al llamado “Águila o Rock”. Hace apenas unos años, Rita Guerrero llegó a Zacatecas con el En-samble Galileo, organización musical de música antigua, invitada por Rosita Franco, directora del Museo Virreinal de Guadalupe, al Festival Barroco. Tuvimos en Zacatecas la dicha de escuchar, año con año –hasta el 2010- a Rita Guerrero acompañada en diferentes momentos de Jacobo Poó (�autas de pico), Alejandro Tello (oboe, chirimía y curtal), Manuel

Mejía (laúd), Leonel Pérez (cello), Lore-na Peugnet (clavecín) y Josafath Larios (percusiones). Rita ahora lucía pelo corto y un vestuario barroco hermoso. Rita ya no cantaba con Santa Sabina Azul casi morado, pero no dejó nunca de sorpren-dernos con esta nueva faceta musical. Todos los bienes del Mundo (2003) y Una Pieza de Fuego (2005) son dos produc-ciones del Ensamble Galileo que pasarán a la posteridad. La última vez que Rita visitó Zacatecas, fue en el año 2010, “El Jardín de las Delicias, apología para canto y laúd de los siglos XIII al XVII”, se llamó el con-cierto en el que participó en el 9 Festival Barroco, acompañada de Josafath Larios y de mi querido amigo Manuel Mejía Ar-mijo, aquel domingo 5 de septiembre. El 11 de marzo de 2011, Rita Guerrero falleció en la Ciudad de Méxi-co y fue despedida en el Claustro de Sor Juana, de cuyo coro fue directora. El cán-cer le ganó la batalla a esta guerrera que sigue presente con su música, con su obra de vida en todos aquellos que tuvimos el privilegio de conocerla, de escucharla, de disfrutar de su presencia. Nunca dejó de sonreír, nunca dejó de luchar. A un año de su aniversa-rio luctuoso, quiero creer que Rita sigue con nosotros. Quiero creer que su idea de un México más justo, más educado, sen-sible y comprometido puede ser posible.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

Foto: (Alejandro Ortega Neri) Rita Guerrero en el Templo de Santo Domingo, Zaca-tecas, 2008.

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12 de marzo DE 2012

Por Gabriel Luévano Gurrola

Desvelos (II)Apuntes sobre NietzschePasemos ya a la interpretación dramá-tica según Nietzsche. La mezcla de lo subjetivo y lo objetivo, forjadora de la música, representa una analogía de lo trabajado en las tragedias griegas y tiene que ver con el papel del coro. Primero recordemos que la concep-ción que tenemos del teatro en la ac-tualidad dista mucho del que tenían los griegos. La barrera entre especta-dores y actores no era tan tajante. De cierta forma, como en el coro de las Oceánides, las �guras del escenario son reales para los griegos, pues son un re�ejo de sus pasiones ocultas, compartidas por todos. El coro para Schiller, es una pared viviente que aísla a la tragedia de la realidad aparente, para ideali-zarla. Entonces la barrera existe, pen-saríamos. Pero el espectador se aísla junto a los actores, es parte del coro, o en todo caso, el coro es el especta-dor ideal, una unidad que da asilo a los dolores del actor, en medio del es-cenario, que ya no está solo. El coro, elemento trágico, es el consuelo y el escape del griego. La tragedia concilia la acti-vidad de los sueños y el desborde del arte. Hace pedazos a sus héroes, para regresarlos a lo uno primordial. La es-cena es apolínea, el coro dionisíaco.

Marcel Duchamp, Nude Descending a Staircase (No. 2), 1912

De acuerdo con este conocimiento, hemos de concebir la tragedia griega como un coro dionisíaco ue una y otra e se descarga en un mundo apolíneo de imágenes. uellas partes corales entrete idas en la tragedia son, pues, en cierto modo, el seno materno de todo lo ue se denomina diálogo, es decir, del mundo esc nico en su con unto, del drama propiamente dicho.

En el terreno temático e ideológico el sometimiento artísti-co de las pasiones o de lo espantoso salva al actor o al vidente de la náu-sea y el vértigo de vivir. El gran tema trágico es la sujeción del hombre por fuerzas que se hallan más allá de su entendimiento. Muchos de los héroes dramáticos de las tragedias ven volca-do sobre sí un aluvión de desgracias, castigo de sus transgresiones. Edipo y Prometeo, prototipos de la sabiduría y la rebeldía respectivamente, acunan el desacato al orden a la vez que el sino desgraciado que les marca su destino.

En el afán heroico del indi iduo por acceder a lo uni ersal, en el intento de reba-sar el sortilegio de la indi iduación y de uerer ser l mismo la esencia nica del mundo, el indi iduo padece en sí la contradicción primordial oculta en las cosas, es decir, comete sacrilegios y sufre.

Edipo resuelve el enigma de la es�n-ge, Prometeo roba el fuego para ob-sequiarlo al ser humano. Ambos so-brepasan los límites de lo establecido. Un hombre y un dios que encarnan la lucha ideológica. Lo apolíneo modera a los personajes: Edipo, en calidad de soberano debe esgrimir la cordura y la entereza ante su pueblo, pero la ma-rejada dionisiaca está en marcha y lo arranca de cuajo de la realidad apa-cible. Ciego y proscrito, abandona su reino. Prometeo, el libertador, es apre-sado y de su posición divina pasa a ser devorado por un ave rapaz. Dioniso, el despedazado, siempre detrás. No obstante, la grandeza del teatro griego verá, para Nietzsche, una modi�cación crucial cuando Eurípi-des lo domestica. El trágico racionali-za y prologa la tragedia con un ímpetu de exégesis temeraria. Los héroes ex-ponen al inicio de la obra lo que ocu-rrirá, restándole tensión y penumbra a la historia. Para el pensador alemán, detrás de la �gura de Eurípides, como una sombra, pisando sus pies, se halla la de Sócrates. Severo es el juicio hacia Só-crates, que actualiza la confrontación apolíneo-dionisiaca al introducir sus ideas al orbe griego. Tendríamos que hablar ya de una pugna dionisíaco-so-

crática. Según el �lósofo griego “Todo tiene que ser consciente para ser bello” y de cierta manera en las obras de Eu-rípides se respiran las ansias por dar lógica a los acontecimientos. La tarea de la tragedia ya no estriba sólo en quitar el velo y mostrar en su esplen-dor la calígine desbordada de lo acia-go, sino ahora, pretende iluminarla, al explicar. Se llegó a decir que Sócrates rehusaba asistir a las representaciones teatrales, a menos que se presentara una obra de Eurípides. Sófocles y Esquilo tejían una intrigante serie de enigmas con

la intención de poco a poco develar las máximas de vida. Mientras que el instinto es el corazón de los creadores, para Sócrates es la consciencia. El lazo entre virtud y saber (si lo consciente es bello, por lo tanto es bueno) choca y niega los arcanos del alma humana. La indiferencia que Sócrates muestra en torno a su muerte no sólo es increíble, también desvaloriza el sentimiento natural frente al sufrimiento. El modelo de hombre teóri-co se aleja del héroe trágico, encuen-tra su goce en el proceso de desve-lamiento de las cosas. El fastidio de los cientí�cos reside precisamente en eso; importa más el proceso para lle-gar a la verdad que la verdad misma, que es insondable. Los deseos por penetrar en el uno interior, desmenu-

zándolo, y no uniéndose a él, resulta una tarea quimérica. La avidez insa-ciable de conocimiento termina por devorar al hombre. Lo planteado por Nietzsche en este libro se vuelve una tentativa por demostrar que el arte es la acti-vidad con la que el hombre justi�ca su existencia, superando las limita-ciones de la moral y el sufrimiento. Pone en relieve nuestra tendencia a marcar fronteras excluyentes y cen-tra al ser griego entre los lindes del dolor y la grandeza, la mesura y el desenfreno para demostrar, como dice �nalmente, que se puede colo-car una misma ofrenda, en ambos templos, el de Apolo, señor de sue-ños, y Dioniso, dios de la vid y de la libertad.

1 Nietzsche, Friedrich, El origen de la tragedia. Versión pdf Proyecto Espartaco (http://www.proyectoespartaco.com), pp.29.2 Nietzsche, Friedrich, El origen de la tragedia. Versión pdf Proyecto Espartaco (http://www.proyectoespartaco.com), pp.33.

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LA GUALDRA NO. 41

Por Nelson Guzmán

El cautiveriode lo actual (I)Lo que justi�ca una época es en últi-ma instancia la suma de sus errores. Por ello, la grandeza de sus hombres estriba en haber llevado hasta sus últimas consecuencias las contradic-ciones de sus contemporáneos. Sólo por ello, la efusividad de un reino advenedizo como el de Macedonia pudo, con Filipo y Alejandro, compa-ginar la seria convicción de libertad del griego con la voluntad de domi-nio del asiático y fundar un imperio condenado, pero que en poco más de dos siglos daría a Roma su hegemo-nía en el próximo oriente. Hay hombres que fundan su grandeza en las derrotas particu-lares de sus empresas. Pero como las dimensiones de la historia son más amplias que sus motivos inmediatos, nada impide ver en ellos a los fun-dadores de aquello que combatieron. Napoleón, no pensaba cómo sus em-presas militares llevarían a la forma-ción de los estados nacionales, ni Jesús de Nazaret vislumbraba la Iglesia im-perial. El sentido de la historia, lejos de proyectar su sentido hacia el futu-ro, siempre se construye hacia atrás, desde la visión de los epígonos. Visto desde la perspectiva de quienes la fun-dan, la historia sería ineludiblemente un fracaso. Quienes sospechan por prin-cipio esto, e incapaces para encontrar motivo de alegría en los errores de la especie, jamás podrían tampoco es-tarlo con las corrientes de su época. Siendo insensibles a los entusiasmos banales, abren siempre la gran inte-rrogante de su época. La historia y la literatura nos dan ciertos nombres: Heráclito de Éfeso, Próspero de Mi-lán, Juliano el apóstata, el �lósofo de Sils Maria, todo ellos descontentos de su tiempo, devotos de la anacro-nía y víctimas del fervor de los años venideros que seguramente habrían despreciado. Pues probablemente He-ráclito no hubiera soportado a Cratilo y Nietzsche despreciaría los congresos de academia celebrados en su honor. Nuestra época tampoco se excluye de sus manías particulares, dentro de las cuales destaca su sed de futuro, ése su ciego afán de novedad. Alimentado por la arrogancia y el ex-cesivo amor por sí mismo —hábitos dejados como huellas indelebles por la Ilustración— el hombre contem-poráneo sólo encuentra regocijo en la pueril insistencia en una originalidad

que probablemente no posee, en la promesa de hacer lo que nunca antes. En la literatura y las artes, esto se re�eja en la muerte del canon y en la fe del poder creativo del au-tor. Octavio Paz llamaba a este rasgo de nuestros tiempos con la expresión Tradición de la ruptura. Fórmula adecuada porque enfatiza la necesi-dad contradictoria de los hombres contemporáneos por abolir el pasa-do para refundar los valores estéti-cos, tendencia que paradójicamente se convierte en una nueva forma de tradición, de tradición de romper las tradiciones. Lo que nos hace caer en la cuenta de que tras casi dos largos siglos de innovaciones poco puede haber ya de novedoso en la búsqueda de novedad. Este rasgo era ya denunciado por Leopardi, cuando a principios del XIX a�rmaba que sólo se puede ser original si no está a la espera de serlo. En el caso de la literatura sólo se ha conocido un autor cuya originalidad sea genuina, precisamente porque no podía pasarle por la cabeza procurár-sela, ya que ni siquiera habría podido evitarla: Homero. Podríamos ejempli�car lo anterior al comparar un pasaje que está al comienzo de la Eneida con otro tomado del canto X de la Odisea. En

éste, Ulises llega con sus hombres a la isla Eea que habita la hechicera Circe; antes del conocido pasaje en que sus hombres son transformados en leo-nes, lobos o cerdos, Ulises asciende a una colina para otear el territorio y al descender de ella, estando ya cerca de la playa encuentra un ciervo al que caza para dar de comer a sus hombres. Una anécdota similar encontramos en el poema de Virgilio, cuando Eneas llega con sus siete naves a la rivera li-bia, sube un peñasco con el mismo �n que Ulises y al descender ve en la playa tres ciervos a los que da muerte, pero aún insatisfecho busca a otros cuatro, cazando en total siete para alimentar a sus hombres. Considerando que la escena es prácticamente la misma es notorio que Virgilio ha intentado con-ferir una infantil superioridad a su hé-roe adjudicándole un mayor número de trofeos que los de aquel otro cuyas hazañas plagiaba. El gesto que viene a corro-borar de cierta forma la a�rmación de Leopardi, tiene que ver con la exaltación de la creación que tiene el comienzo de uno y otro poema: mien-tras Homero demanda a la musa la memoria del relato que comienza, la segunda comienza con una exaltación de sí mismo. Así, al comienzo de la Odisea leemos:

Musa, dime del hábil arón ue en su largo e tra ío

Mientras que en la Eneida:

o soy a u l ue modul en otro tiempo canciones pastoriles

Mientras uno (o los mu-chos que fueron Homero) atribuye a la musa, hija de la memoria, la parte creativa del poema, el otro, se adjudi-ca a sí mismo el poder creativo que da luz a su obra, que por otra parte ro-baba del primero no sólo sus colores sino hasta pasajes relativamente insig-ni�cantes como lo es en ambas obras la cacería de ciervos. Así, mientras uno descono-cía la necesidad de originalidad —que poseía—, el otro, arrogándose el genio poético, sólo agregaba ciervos, cuan-do de encumbrar los gestos de su hé-roe se trataba. Por ello incluso si nos remiti-mos a la perfección expresiva del poe-ta latino (a quien ya Dante situaba en la cúspide de los poetas) algo hay ya en él de inauténtico en lo que concier-ne a su originalidad. Pues la perfec-ción sólo se logra cuando la marcha de la espontaneidad ha aminorado y sólo se es espontáneo cuando se evita en lo posible serlo.

Jeff Koons, Girl with Dolphin and Monkey, 1995.

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12 de marzo DE 2012

Por Mauricio Flores*

Dos novelasEn busca de la infancia perdida

Infancia nos han machacado durante largo tiempo es destino. En ella se incuban las maneras con las que hombres y mujeres se desplegarán durante su vida: tan larga, intermedia o breve como el mismo destino lo permita. Pero es más, mucho más. Aseguran las investigaciones médicas que es durante este periodo de la existencia humana cuando se define la salud, física y mental, que habremos de experimentar. Tal es la importan-cia de la niñez. uizás por eso mismo nuestra permanente insistencia por volver a ella. Al menos desde la literatura, que varias y considerables obras ha acumulado en su historia. Como también desde las letras más actuales. Pongamos por caso las novelas La tercera ma ana, de Edgardo Coza-rinsky Buenos Aires, 1939 y El cuerpo en ue nací, de Guadalupe Nettel Ciudad de México, 1973 , recientemente puestas en librerías, y donde los autores fijan sus miradas en el ayer, otro recurso habrá que precisar de avistar el futuro.

Uno teclea la palabra infancia en el buscador de la computadora y, en es-casos cero punto cero siete segundos, aparecen 50 millones 800 mil resulta-dos, aproximadamente. Uno abre las páginas de La tercera mañana y des-cubre la aventura del pequeño Víctor, personaje más que central, andanza iniciática que lo marcará de por vida. Casi un niño, Víctor les miente a sus padres, quienes pretenden llevárselo de �n de semana a la provincia ar-gentina, costumbre de la época y las clases medias de aquellos tiempos, los correspondientes años de infancia del autor. Solo, el jovencito habrá de inter-narse en los barrios bajos del puerto para ser testigo de un acontecimiento insólito; tan único como trágico. De tintes evidentemente au-tobiográ�cos, La tercera mañana re-cupera un dicho del argentino Adolfo Bioy Casares, transmitido personal-mente al mismo Cozarinsky, ganador de los prestigiosos premios de Narra-tiva 2008-2010 y de la Academia Ar-gentina de Letras 2011. Algo así como que la gente que uno conoce cuando da sus primeros pasos en la vida, en lo que ha elegido como vida, están destinados a ser los fantasmas �eles de nuestra vejez, gente a la que no habíamos prestado de-masiada atención porque vivían su cre-púsculo cuando nosotros perseguíamos impacientes un elusivo mediodía.

Al paso del tiempoInstalada en el diván, la niña que ya no es (y es también autora de El cuerpo en

que nací) cuenta a la doctora Sazlavski, con coraje y dignidad, las tribulaciones de una infancia marcada por el infor-tunio físico, la ruptura familiar y los cambios de domicilio. Nada extraor-dinario, en apariencia, perfectamente ubicable en la década de los 70 y en un país recientemente fracturado. En una ciudad que se abría a la inmensidad que ahora ocupa —entre el Reclusorio Norte y Villa Olímpica— y por tanto, a la representación del mismo mundo. Una sensación de desamparo acompaña a la protagonista durante toda la novela, oportunidad de reco-rrer aquella transformada ciudad. Y en la que a la entonces niña se le reve-la la certeza de que los comportamien-

tos adquiridos durante la infancia nos acompañan siempre, y aunque hayamos conseguido, a fuerza de una gran volun-tad, mantenerlos a raya, agazapados en un lugar tenebroso de la memoria, cuando menos lo esperamos nos saltan a la cara como gatos enfurecidos. Historia conmovedora de con�icto y aceptación, como la iden-ti�có recientemente Juan Villoro, la novela de Nettel destaca, su título lo advierte, ese otro elemento funda-mental para la existencia humana: el cuerpo. Un cuerpo distinto entre sí, puesto que no es el mismo ése con el que nacemos y ese otro con el que dejamos el mundo. “No me re�ero sólo a la in�nidad de veces que mutan

nuestras células, sino a sus rasgos más distintivos, esos tatuajes y cicatrices que con nuestra personalidad y nues-tras convicciones le vamos añadiendo, a tientas, como mejor podemos, sin orientación ni tutorías”.

Sesenta y ochoInstalados en su particularísima con-dición de narradores contemporá-neos, Cozarinsky y Nettel vuelven en sus novelas a un pasado antiguo. A ésos, en todos los sentidos, momen-tos iniciáticos. Inesperadamente, de manera casi fugaz, anotan asimismo su visión de un tiempo axial en la vida de las sociedades contemporá-neas. Lo que fue el mil novecientos sesenta y ocho. Año en que los hijos bien alimentados de la burguesía habían puesto en escena, en esas mismas ca-lles, en teatros y universidades, un alzamiento ruidoso, nutrido de poe-sía y anarquismo; invocaban utopías políticas cuya realización los hubiera liquidado a ellos sumariamente de haber intentado llevarlas a cabo en los universos exóticos que idealizaban (Cozarinsky). Esa fecha y esas Olim-piadas (las del 68) constituyen, como todo el mundo sabe, el símbolo de la peor masacre cometida en México y el anuncio de la ola de represión que ca-racterizó al continente en la década de los setenta (Nettel). La tercera mañana y El cuer-po en que nací: transitables senderos para volver a la infancia.

Homer Winslow, Snap the whip, 1872.

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LA GUALDRA NO. 41

Contra el azul imponderable del cie-lo los sucesos del día. Las cosas, como los hombres, hablan. Todo habla. Uno mismo está siempre hablando, aun en sueños, como pensaba el aldeano de Messkirch. Hablamos, es cierto, incluso cuando no pronunciamos nada. Podría tejer en el páramo de cualquier alba que anuncie este azul, palabras perdurables para describir la emoción que nace en mí, apenas �jo la mirada en este pavo-roso cuenco que es el in�nito. Este cielo azul que avasalla —imponderable— la cañada que nos da cobijo. La luz de los mediodías de abril o mayo, de octubre o noviembre (y con él la de todos los mediodías intensos de todos los días posibles) pronuncia sucesos incógni-tos, inaprehensibles, descastados e ins-tintivos. Ora busque el hombre pala-bras para asirlos, ora otras cualesquiera formas, todo conduce a una sola ten-tativa, a una sola ilusión: perpetuar ese instante que vuela o danza, transcurre y se desliza en una nada o en un todo, todo y nada que son también luces im-ponderables. Hablamos imaginativa-mente y hablamos por imágenes. La luz �amea en esa lucha por asir una hie-rofanía acaso incomprensible de lo que acontece en los universos intencionales y en aquéllos que no nos está dado po-ner ni los ojos ni las manos. Creamos. He escuchado o leído a mu-chas personas hablar de la luz y de su otro rostro: la oscuridad. El más cau-

daloso de emociones es el que Jorge Luis Borges escribió sobre su ceguera en particular y a contraluz de otros ciegos memorables: Milton, Homero. La luz y los colores. “Todavía puedo descifrar el azul y el verde”, dice. Des-cifrar la luz; descifrar los colores: uno de tantos misterios del arte. En más de una ocasión el maestro Felguérez oriundo del valle de Valparaíso y habi-tante ahora de todos los universos, ha hablado de la luz. Recreo un suceso, un poco fantásticamente, como en un sueño: sentados en la memorable viga de la antigua sacristía de San Agustín, surge el tema entre el maestro y yo. Quizá mentemos al pseudo Dionisio, su “rayo de tiniebla” en cuya línea lu-mínica Plotino hipostasió su mística. El maestro pone otro ejemplo: la luz real que a esa hora entra por las exi-guas ventanillas. Esa luz también crea, acaso sea la verdadera luz, la armonía de la luz, sin la cual los colores serían impensables. La luz imponderable, la mística de la luz, pienso. Quizá tam-bién el centelleo añil del alto cielo, la ekeí de Plotino. “en lo Alto”, el mundo trascendente, donde está contenido el mundo de las formas. Felguérez im-ponderable. El cabalista de las formas. El atento y sorpresivo automedonte de las formas, de los colores, de los trazos, de las tintas. El Faetón que surca los cielos del arte, el portaestandarte de los soles incontables.

Paul Valéry pensaba que “las cosas nos miran, que el mundo visible es un excitante perpetuo, que todo des-pierta y alimenta el instinto de apro-piarse la �gura o el modelado de la cosa construida por la mirada”. La idea de Valéry es la pasión del maestro Felgué-rez. Sólo la pasión es fecunda. Su obra es la sorpresiva �guración de enigmas y laberintos abstractos: son su fecun-didad y su herencia. Con�agrados pasión, instinto, emoción y destino, su vida y su obra nos ponen ante un horizonte de alfabetos a creados e in-creados. La mirada nos demanda su desciframiento. Es un ejercicio ínti-mo. El círculo parece cerrarse. ¿Habrá de cerrarse? No. El maestro Manuel Felguérez es nuestro artista futuro. Su obra es el alba de una luz insospecha-da. La luz augural destinada para unos pocos inmortales. Su signo es el signo del in�nito: una revuelta de la imagi-nación en la diuturna geometría del tiempo. En este instante de honor y de virtud en el que en el registro de la luz su obra nuevamente es y será ad-mirada y homenajeada, y su persona respetada y querida, permite convocar la necesaria actualidad del Arte, exac-tamente ése que nos ilumina la vida y no in�ama el corazón de evocaciones que solamente en cada una de nues-tras almas, en el misterio íntimo de la “rayo de oscuridad”, como decía Dio-nisio, adviene el fragor de lo divino.

Por Juan Antonio Caldera Rodríguez

sine deis sed deliratione luce. A. M.

Manuel Felguérez, Memoria y recuerdo, óleo/tela, 130 x 200 cm. (2010)

Manuel Felguérez, Brisa, óleo/tela, 114 x 162 cm. (2005) Manuel Felguérez, Escultura XIX, Acero pintado, 60 X 55 X 48.5 cm. (2010)

Fotografías: Cortesía del Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez

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12 de marzo DE 2012

“Felguérez encontró en la geo-metría un lenguaje capaz de acer-car a nuestros ojos su visión del mundo. Un punto –escribe Sonia Viramontes en La sombra de la geometría- en el que sus formas y nuestra mirada se acercan de manera complacida y alegre en una propuesta de orden, en la que aparecen las cosas distraídas de su asiento. O mejor todavía, en un escabel hecho especialmente para el desacierto de la razón”. La fórmula es tan sen-cilla como el sendero del cami-no hasta que bifurca y, agotado, sediento, moribundo, las líneas además de partirse se mueven. Una vía es el tiempo, la otra el viento. Una es el cordel del que extrae y otro del que crea. Una es la vía que toma y la otra que modela. Ambas aparentan movi-miento y concordancia. El desa-fío es desnudar el acertijo; saber cuál es la una o la otra, qué le es propio a cada cual porque en su despegar del cuadro, cuando los colores y las líneas flotan vivas, se nos van a las córneas. Imagino que Felguérez luego de estirar la mano izquier-da y extraer un pequeñísimo tro-zo sujeta con la mano derecha el lienzo, clavado, con cierta fuerza elemental en los dedos, para no perder el equilibrio. La luz que oye le abre el umbral. Apenas le alcanza para no desplomar-se. La mirada, escindida y hábil, examina la mesa con los colores muertos, en su lugar y los lleva al cuadro, extrayendo, apresando una lógica que, en el fondo, no

es distinta a la de la semilla que se transforma en raíz, tallo, flor, fruto –escribió Octavio Paz en Lógica de vida. Nada es sencillo. El co-razón mismo de Felguérez está escindido. Hay fronteras y trazos ponti acordados. Silencio y mis-ticismo. Es el hermetismo here-dado del Primero sueño como “Recurso natural, innata ciencia / que confirmada ya de la expe-riencia, / maestro quizá mudo, / retórico ejemplar inducir pudo / a uno y otro…”. Con sus propios ilusiones traza figuras como un niño jugando en la arena. Psice taciturnio que habla en la obra de tres espacios y colores bajos, “Éstos, pues, grados discurrir quería / unas veces, pero otras disentía / excesivo juzgando atrevimiento / el discurrirlo todo”. Doble instrucción: callar y re-vivir. Guardar [al] silencio. Aprisionar el mutismo para que ha-ble. Heterogéneos signos. Silue-tas que son mundos. Los colores Felguereanos resurgen “[…] con luz juiciosa / de orden distributivo, repartiendo / a las cosas visibles sus colores / […] restituyendo / en-tera a los sentidos exteriores / su operación, quedando a la luz más cierta / el mundo iluminado…”. Y, sin embargo, todo dividido: ser e individuo en el ar-tista, nos presenta esos peque-ños trozos de cielos personales extraídos en sus creaciones, ata-dos con parches de tintas mono-coloreadas, para dejarnos con el alma fuera y el cuerpo dentro, en el hábitat eterno.

Por Edgar A. G. Encina

Manuel Felguérez, Memoria y recuerdo, óleo/tela, 130 x 200 cm. (2010)

Manuel Felguérez, Escultura XIII, Acero pintado, 60 X 57.6 X 41.2 cm. (2010)Manuel Felguérez, Escultura XIX, Acero pintado, 60 X 55 X 48.5 cm. (2010)

Manuel Felguérez, Sin Título, litografía, aguafuerte, aguatinta y mezotinta,73 X 78 cm. (2009)

Las imágenes de estas páginas son parte de la obra que se exhibirá en China en la exposición Manuel Felguérez: obra reciente.

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LA GUALDRA NO. 41

Por Mateo EstradaGaviria*Lunes 5 de marzo [Día de San Teó�lo. Su signi�cado es bonito: el que ama a dios]. JC llegó anoche. Tocó la puerta. Dice que extravió las llaves. Vino sin uni-forme. Olía a perfume fresco. Platicamos de todo. Preguntó por Rodolfo e ironizó de él. No le expliqué. No le corresponde saber. Se quedó. Nada pasó. No respondí a su escarceo, pese a la deliciosa plenitud... Sigue dormido. JC trajo Café Nostalgia [Zoé Valdés]. Dijo que lo compró en una librería de viejo. Comentó la posibilidad de entrar a estudiar literatura en la UAZ. Martes 6 [faltan 300 días para que termine el año] Comencé a correr en el parque de la colonia. El lugar es un oasis. Planté albahaca en la sección vecinal que nos toca cuidar. El jardinero (cuarentón, empleado vecinal, blanco, alto, casado) la cuida con dilección. Le he mirado hablar con las plantas.Sigo con los avances de tesis: leo, escribo, pienso, es-cribo, corrijo, leo. Cedí, concedí, acepté estar con JC… Miércoles 7 [Temperatura primaveral. Cie-lo azul cobalto. Hay remedos de nubes]. Sigo perso-ni�cando los dilemas de Gerardo [El cielo dividido, Julián Hernández]: “Quiero a morir” a JC. Aunque las novedades están con Rodolfo. Con ambos las re-laciones son, debo aceptarlo, de closet. Además soy “el otro” en sus respectivas vidas. Lo agradable de hoy fue comer en un res-taurante italiano con Marco, César, Ricardo y Leticia. Me sorprende tener, otra vez, sintonía con Pecoso. Lo mejor es que reí como tiempo “atrás”. Restauramos lo mejor. Ojalá también pueda hacerlo con Manuel y Jaime. Cómo les quiero, su ausencia me hace des-equilibrar en varios actos. Sigo leyendo Café nostalgia. En el transcu-rrir me deprimo y lloro. FO entregó el anillo de compromiso a Ca-silda. Le abracé con felicidad. Jueves 8 [13:27 horas]. El ferrocarril sur-norte. “Va a vuelta de rueda”. María me envió por cel. Enamorada de �alía y Pedro Capo. Al rato pasaré por ella, iremos a mirar De panzazo [Juan Carlos Rulfo y Carlos Loret, México, 2011]. Comentan que la secuencia fuerte es la de los cambios de look de Elba Esther. JC… Lo amo. Estoy consciente que volverá a irse. Viernes 9 [15:50 horas]. Va el ferroca-rril norte-sur. Su paso es veloz. Hala más de trein-ta vagones. En el techo van personas. Les hice seña de “adiós” con la mano izquierda. Uno respondió. En ocasiones envidio su vida, al menos ejercen una aventura. JC ha comenzado a instalarse. Ahora pre-para de comer: ensalada con tomate y aguacate; pasta con albahaca y trozos de chile ancho; chiles rellenos muy bien lampreados. [Nota agregada a las 19:30] Antonio de San-doval me tiene anonadado: “El perímetro será de como una legua, su fabrica de piedra cortada en laminas y co-locada del mismo modo que la mampostería de ladrillo con argamasa de tierra blanca mesclada con paja en los parajes más bajos y accesibles […] las inscripciones y los muchos ídolos cuentan que el demonio habito a estos parages [... todo] lo enterrare para edi�car la capilla de-dicada al Bautista […]”

[email protected]

Por Eduardo Campech Miranda

Las mujeresen las cifras de lectura.Durante más de diez años que he impartido cursos, talleres, diplomados y seminarios en torno a la lec-tura, me he percatado de un fenómeno que no se ve re�ejado en las estadísticas: la mayoritaria partici-pación de las mujeres en este ámbito. Sin embargo, la Encuesta Nacional de Lectura 2010, publicada por el CONACULTA, esa “mayoría visible” como se dice en las reuniones sindicales, no coincide. Vaya-mos a los números. De acuerdo al documento en cuestión, los varones representan una mayoría, con poca diferen-cia en relación a las cifras de las féminas, esto es, mientras que el 56.7% de los varones encuestados dijo acostumbrar a leer, el porcentaje de las mujeres fue de 56.1%. En tanto, los valores relativos de per-sonas que respondieron haber leído libros alguna vez en su vida, es un poco más distante, sin ser de consideración: 31.3% hombres y 29.7% mujeres. La presencia femenina dentro del rubro autores, es nula. Los once autores favoritos son varo-nes. Sin embargo, cuando se pregunta por títulos leí-dos últimamente, la única mujer que aparece es Ana Frank. En el rubro del soporte textual encontramos los siguientes resultados: los varones leen más perió-dicos que las damas (47.5% contra 37.5%) y más his-torietas (13.6% contra 11.0%). Mientras que las mu-jeres consumen más revistas (41.3% contra 38.2%). De este último soporte, las revistas más leídas son las de espectáculos (39.9%) y de temática denominada femenina, léase moda, decoración, cocina (34.6%).

Quien dedica más horas semanales a la lec-tura, también son los varones (18.3% contra 13.9%). Esta diferencia no es tan notable cuando se pregun-ta la frecuencia de lectura. Mientras que el 9.1% de las mujeres lee diario o varios días a la semana, el 9.9% de los hombres lo efectúa en esos términos. Todos estos datos corresponden a literatura en ge-neral, la cual entiendo que se hace con un propósito de esparcimiento. Para el caso de la lectura con �nes escolares, la diferencia tampoco es muy signi�cati-va: 31.7% hombres y 30.1% mujeres que leen diario o varios días a la semana. Si los �nes de la lectura son laborales, nuevamente las mujeres quedan en desventaja, ya que sólo el 2.4% de ellas le dedican varios días a la semana, en tanto lo hacen el 4.7% de los hombres. Ante estas cifras, podríamos pregun-tar, ¿quién lee más, los hombres o las mujeres? De acuerdo a la encuesta, nuevamente los hombres llevan la delantera, ya que leen 3.2 libros al año, en tanto las mujeres sólo 2.7. Una lectura literal de la encuesta nos lleva-ría a pensar que las mujeres son más reacias a leer. Sin embargo, cuando relacionamos estos datos con otros, como son el analfabetismo, el trabajo no remunera-do, la jefatura del hogar, los salarios y condiciones laborales, saldrá a la luz algo que muchas mujeres sa-ben sin necesidad de encuestas y análisis: que el acer-camiento y la práctica de la lectura es más amable, cuando se tienen mejores condiciones de vida.

Martha Arriaga, Sin Título, III, mixta/tela.

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12 de marzo DE 2012

Por J. Manuel Trujillo

Por Perla Schwartz

Lluviade estrellas

Gravitaciónen un impasse

Eran las once cincuenta de la noche y el pueblo permanecía quieto, las calles estaban desiertas y en la lejanía sólo se oía el eco de un ladrido, el último de tantos que sin duda ya habían caí-do y estaban dispersos en el ambiente, entre el polvo que al ras de suelo se levantaba tras el paso de las primeras señales. Ya faltaba poco para la hora, mientras tanto lo que podíamos ha-cer era esperar y mirar el �rmamento. Algunas personas se refugiaron en el templo, donde dirigían oraciones al in�nito anegando la nave de llanto, otras abandonaron sus casas, pero nosotros decidimos quedarnos. La sábana que extendimos en el suelo propiciaba una atmósfera onírica, el encaje en los bordes y las �ores borda-das eran tan reales y �rmes en la tela como las estrellas sobre nosotros. La piel de ella rozaba las �bras de algo-dón y sobre el cuerpo se extendía la luz tenue de una luna que empezaba a

Ese silencioso cinematógrafode nuestra menteque conjuga los primeros planoscon los momentos menos estelares.

Sabe parafrasear a las ausencias,les da una dignidaden los nichosdel museo-.memoria.

La nostalgiatodo lo preside,el silencio aúlla

Por Andrea Sampedro

La semana pasada terminé de leer la trilogía Los juegos del hambre, de la escritora estadounidense Suzan-ne Collins; son novelas juveniles de ciencia �cción que para mi gusto puede leerlas cualquier persona, estoy segura que se divertirán y se emocionarán tanto como yo. La historia trata sobre un mundo post apocalíptico, una na-ción llamada Panem (ubicada en el sitio donde solía encontrarse Es-tados Unidos) en el cual hay doce distritos regidos por otro llamado el Capitolio -que es el lugar en el que viven las autoridades-; en el Capito-lio sólo ocupan a los otros distritos para que éstos lo provean de las co-sas necesarias para vivir. Cada distri-to se encarga de algo diferente, por ejemplo: el distrito 1 se especializa en cosas de joyería, el 4 en la pesca, el 7 en la madera y fábrica de papel, el 11 se encarga de toda la agricultu-ra y el 12 de las minas de carbón. En el Capitolio viven sin preocuparse demasiado por nada, porque todo lo reciben de los demás; en cambio, los habitantes de los otros distritos viven en condiciones de vida muy precarias, trabajan sin recibir un salario justo a cambio y tampoco se pueden quedar con parte de lo que ellos mismos fabrican. 75 años antes de la histo-ria que nos cuenta el libro existían 13 distritos, pero hubo una rebe-lión iniciada por el distrito 13, que fue apoyada poco a poco por los demás. El Capitolio suprimió la re-belión y el distrito 13 fue destruido con armas nucleares; los demás dis-tritos fueron castigados y año con año tienen que mandar a un niño y una niña de entre 12 y 18 años a un

evento llamado Los juegos del ham-bre, una especie de realty show de supervivencia en el cual los 24 ni-ños tienen que luchar por sobrevi-vir y en el que únicamente habrá un ganador; este evento es televisado en Panem a nivel nacional y todos los habitantes tienen que ver cómo los niños se van muriendo poco a poco; el Capitolio hace esto de ma-nera simbólica para recordarles lo que les puede pasar en caso de una nueva rebelión. La protagonista del libro es Katniss Everdeen, una chica de 16 años que es el sostén principal de su familia (su madre y su hermana de once años, ya que su padre murió en una explosión en la mina de carbón dónde trabajaba); en el sorteo para Los juegos de hambre que se hace cada año resulta elegida su pequeña hermana Prim, y ella se ofrece como voluntaria para suplirla; así empieza la historia, Katniss y otro chico de su edad, Peeta (quienes tienen una historia de la infancia en común), son elegidos tributos del distrito 12 para los juegos y junto con otros 22 muchachos tendrán que luchar para sobrevivir. Es una historia donde el amor, la amistad y el compañeris-mo se mezclan con la necesidad de libertad, de una vida justa y más que nada de sobrevivencia. A �nales de este mes se estrenará la película -que no me perderé-, ya les platicaré en su momento qué tal está. Por aho-ra procuren leer los tres libros de Los juegos del hambre para que con responsabilidad y desenfado descu-bran qué es lo que ocurrirá con Kat-niss, sus amigos, su familia y todos los habitantes de Panem.

agonizar. “Esto es la noche eterna”, le dije acercándola hacia mí. Luego vino el silencio. Sonó el estruendo de la pri-mera estrella y la distancia entre noso-tros era nula, la nube de humo y fuego estaba próxima, devoraba todo y las cenizas de lo que se había consumido ya nos cubría como una nieve de sili-cio. El calor de los cuerpos se mezcla-ba con el ambiente hasta que se fun-dieron en una �ama alimentada por los roces y el sudor; esa tela que nos albergaba era un mar de sales, quema-ba la piel hasta los nervios mientras los hacía retorcerse y las �ores en ella nadaban en el viento convertidas en una ceniza amarga que desgarraba la garganta hasta quitar la respiración. Todo quedó reducido a nada, antes éramos ella y yo mirando el cielo como esperando nuevas estrellas que habrían de poblarlo, ahora las había-mos visto caer sobre nosotros, fue una experiencia que jamás se repetirá.

El silencioso cinematógrafo de nuestra mente.rham amuk

gravitación en un impasse,vacío gozosoen los �lmes amarillentos,que la tristeza no es capazde erosionar.

Una está despiertapero no del todo, durante el duermevela�uyen esas imágenesque se confundencada vez que la mentedespliega su pincel.

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LA GUALDRA NO. 41

JUEVES 15 Tradicional ConciertoBanda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y OrtegaCasa Municipal de Cultura de Zacatecas. Entrada libre.19:00 horas

SÁBADO 17Sábados en la CulturaAntiguo Templo de San Agustín

18:30 horas. Poesía, canto ydeclamación Grupo Letra y Vida, Luz en el Sendero del Arte y la Cultura

19:00 horas. Títeres, “El reino de Cuenta Manchas”Grupo Rehilete Azul

20:00 horasRestauración Virtual del Antiguo Templo de San Agustín

DOMINGO 1818:00 horas. Tradicional ConciertoOrquesta Típica de ZacatecasDir. Florentino Raygoza

19:00 horas. Lectura de PoesíaGrupo Letra y VidaCasa Municipal de Cultura de ZacatecasEntrada libre

LUNES 12, 19 y 26Revista radiofónicaEquilibrista chuparrosaDe 12:30 a 13:00 horas97.9 F. M. Radio ZacatecasProducción: Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”

MARTES 13Martes de lectura en voz altaObra de Margarita MichelenaParticipan: Mediadores de Salas de Lectura, Alumnos de la Unidad Aca-démica de Letras de la U.A.Z., público en generalVestíbulo de la Cineteca ZacatecasEntrada libre.18:30 horas

VIERNES 16Presencia de municipiosConciertoBanda Municipal “Candelario Huízar” – Jerez, Zac.Director: Mario Enrique AcevedoFuente de Luz y Sonido del Parque Sierra de Álica18:00 horasCoordinan: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas, Instituto Jerezano de Cultura y el Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”

SÁBADO 17Circo contemporáneoSr. XMarabunta, Central de Artes LibresCasa Municipal de Cultura de ZacatecasEntrada libre. 12:00 horas

Jóvenes en movimientoRock progresivoAurea HybrideDir. Carlos OrtegaFuente de Luz y Sonido del Parque Sierra de Álica18:00 horas

DOMINGO 18Circo contemporáneoCirco MedellínMarabunta, Central de Artes LibresCasa Municipal de Cultura de ZacatecasEntrada libre.12:00 horasCoordinan: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas y el Instituto Zacatecano de Cultura “Ramón López Velarde”

ESPACIOS CULTURALES

ESPACIO CULTURAL RAÍCESDom. Callejón de Ozuna No. 113Centro Histórico

SÁBADOS 18 Y 25Taller de iniciación a las artes para niñosDe 10:00 a 12:00 horasJornada de juegos y juguetes tradicionalesDe 12:00 a 15:00 horas

SÁBADO 18Cine: The Kid, Dir. Charles Chaplin20:00 horas

MUSEOS Y GALERÍAS

ANTIGUO TEMPLO DE SAN AGUSTÍNRetrofuturaObra del Mtro. Rafael CoronelPermanencia: Junio 10

MUSEO DE ARTE ABSTRACTOMANUEL FELGUÉREZPinturaAl Borde del Despertar / edge of awakeningObra del Mtro. Nicola ParenteSala de Exposiciones Temporales IPermanencia: Marzo 15

Pintura y esculturaLineamiento de Origen – Espacios InéditosObra del Mtro. Francisco MoralesSala de Exposiciones Temporales IIPermanencia: Marzo 15

FOTOTECA DE ZACATECAS PEDRO VALTIERRACarnaval popular dominicanoObra de Mariano HernándezPermanencia: Marzo 12

37°.De Bela LimenesPermanencia: Marzo 25

CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE ZACATECAS

Arenas de EsperanzaObra de Pedro ValtierraPermanencia: Marzo 8

TALLERES, CURSOS Y SEMINARIOS

INSTITUTO ZACATECANODE CULTURA

Talleres de DanzaBallet Clásico – Blanca AlatorreDanza Contemporánea – Mauro CháirezDanza Flamenca – Ángeles ValleDanza Jazz – Susana AlemánDe lunes a viernesDe 16:00 a 21:00 horasDe septiembre a junio 2012Cuota de recuperación: $ 250.00 mensuales

CENTRO CULTURAL CIUDADELADEL ARTE

Talleres de MúsicaGuitarra y Trompeta - Antonio Ramírez ZacaríasDe 8:00 a 10:00 horasDe septiembre 2011 a junio 2012Cuota de recuperación: $100.00 mensuales

Taller de Ensayo - Mtro. Sigifredo Esquivel MarínSábados de 17:00 a 20:00 horasCuota de recuperación $100.00 men-suales

Taller de Poesía - Mtro. Javier Acosta EscareñoSábados de 11:00 14:00 horasCuota de recuperación $100.00 men-suales.

53 Muestra Internacional de Cine,Cineteca Nacional

Las funciones tienen un costo de $30.00Funciones: 18:00 hrs. y 20:00 hrs.

Lunes 12 de marzo EL HOMBRE DE AL LADODir. Mariano Cohn, Gastón Duprat. Argentina/ 2009/ 103 min.La película narra un confl icto entre vecinos que parece no tener fi n. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vesti r, de comer, de vivir.

Martes 13 de marzo CARLOSDir. Olivier Assayas. Francia- Alemania/ 2010/ 165 min.Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, es un personaje clave en la historia del terrorismo internacional de los años 70 y 80.

Miércoles 14 de marzo VENUS NEGRADir. Abdel Kechiche (AKA Abdellatif Kechiche). Francia-Bélgica/ 2010/ 162min.Saartjie había llegado de Sudáfrica con su padrino, Caezar, para ofrecer su cuerpo al morboso público londinense que compra-ba entradas para los zoos humanos. Fue así como Saartjie, la Venus Negra, había conseguido ser una mujer libre y esclava al mismo ti empo.

Miércoles 15 de marzo EL CHICO DE LA BICICLETADir. Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne. Bélgica-Francia-Italia/ 2010/ 87 min.Cyril, un niño de once años, se escapa del hogar de acogida, donde su padre lo dejó después de prometerle que volvería a buscarlo. Lo que Cyril se propone es encontrarlo.

Viernes 16 de marzo HABÍA UNA VEZ EN ANATOLIADir. Nuri Bilge Ceylan. Turquía-Bosnia Herzego-vina/ 2011/ 150 min. La película narra la historia de un manojo de hombres que salen en 3 coches fuera de Anatolia en busca de un cadáver. Una pelí-cula lenta y larga pero bellísima, que revela un secreto respecto de la condición masculina: enfrenta a varios hombres a ver sus refl ejos -uno en el otro- y así se sumergen en la profundidad de sí mismos, temiendo lo que puedan encontrar.

Sábado 17 de marzo FAUSTODir. Alexandr Sokurov (AKA Alexander Sokurov). Rusia/ 2011/ 134 min.Ambientada en el siglo XIX, una película inspirada en la leyenda alemana de Fausto, un hombre que hace un pacto con el diablo, y sus adaptaciones literarias a cargo de Johann Wolfgang von Goethe y Thomas Mann.

Domingo 18INDIFERENCIADir. Tony Kaye. Estados Unidos/ 2011/100 min. La vida de varios maestros y alumnos de secundaria es obser-vada durante semanas a través de la mirada de un misterioso maestro susti tuto, quien abandona su puesto justo antes de entablar cualquier ti po de lazo afecti vo con alguien. Aunque pareciera el empleo perfecto para alguien que pretende pasar.

Viernes 16 de marzo 18:00 hrs. Entrada libre***CICLO: RECOMENDACIONES DE NUESTRA GENTE***Presenta: Tere Velázquez, Dir. Radio Zacatecas.CINEMA PARADISODir. Giuseppe Tornatore. Italia/1988/ 123 min.

Domingo 1812:00 hrs. Entrada libreUP, UNA AVENTURA DE ALTURA.Dir. Pete Docter, Bob Peterson, EUA/ 2009/ 96 min.

La Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro histórico de Zacatecas.La proyección de las películas se realiza de manera gratuita, con fi nes culturales y educativos.

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12 de marzo DE 2012

Por Antonio Villarreal

Por Marco Casillas *

A propósito de los 200 añosdel nacimiento de Charles Dickens

“Ninfas”, cortometraje preseleccionado para “Expresión en Corto”, dentro del Festival Internacion-al de Cine de Guanajuato, 2012

El pasado 7 de febrero que se cumplió este aniversario, me surgió la inquietud de si Yolanda Vargas Dulché alcanzará el reconocimiento del cual actualmen-te goza el escritor Inglés. Lágrimas, Risas y Amor, un folletín que mi papá compraba semana a semana, fue una de mis primeras lecturas, ahí pude sa-ber de las desgracias de una humilde indígena llamada María Isabel; de una joven regalada de niña a los gitanos o de las maldades de una tal Rubí; viajé al medio oriente de la mano de Oyuki y me divertí con las travesuras de Memín Pinguín o Pingüín; y esperaba con ansia semana a semana a León, el cargador de don Chema, que aprovechando los via-jes que hacía su patrón a Aguascalientes para surtir los comercios de mi pueblo, nos surtía de estos folletines. El recuer-do anterior me vino a la mente por lo siguiente que leo en Wikipedia:

“La mayoría de las obras maestras de Dickens fueron escritas como entre-gas mensuales o semanales en pe-riódicos como el Master Humphrey’s Clock y el Household Words, siendo posteriormente reimpresas en libros. Estas entregas hacían las historias más baratas y accesibles”.

Toda proporción guardada, las novelas por entregas, ahora conver-tidas en telenovelas, siempre han sido de las delicias de todos, aunque mu-chos lo neguemos. Además me entero que un mes después del bicentenario de Charles Dickens -el escritor más popular de la Inglaterra victoriana-, la �lmoteca británica ha rescatado una adaptación al cine de una de sus obras rodada en 1901, la más antigua que se conserva. La película, que dura alre-dedor de un minuto, recrea uno de los pasajes de la novela “Casa Desolada”, en el que un guardia nocturno encuen-tra al joven barrendero Jo congelado en la calle. La adaptación, titulada �e death of poor Joe (La muerte del pobre

Zacatecano, joven cineasta, ciné�-lo desde la infancia, estudiante de la Universidad de la Vera-Cruz Campus Zacatecas en la carrera de Ciencias de la Comunicación, íntimamente rela-cionado con los medios de comunica-ción, participante del GIFF (Guanajua-to International Film Festival) desde el 2011, Marco Eduardo Casillas Jácquez logró meterse en la lista de veinticin-co preseleccionados de “Expresión en Corto” Rally Universitario, con su guión “Ninfas”, basado en el cuento corto “Música de Ninfas para Sureños”. La historia gira en torno a dos aristócratas venidas a menos, a sus vidas, costumbres, pasiones, lastres, manías y oscuridades. Ana y María Alcalde se llamaban –existieron en verdad, con el mismo apellido, aunque con otros nombres-. Es, por cierto, una suerte de guión negro en donde segun-do a segundo se va develando la ver-

Joe), fue �lmada por el pionero del cine británico George Albert Smith, autor de diversos cortometrajes en los últi-mos años del siglo XIX y los primeros del XX. En el Cineclub Universitario continuamos con el ciclo que en su homenaje presentamos durante mar-zo. El lunes 12 proyectamos Historia de dos ciudades, de Ralph �omas, �lmada en 1958 y con las actuacio-nes de Dirk Bogarde y Dorothy Tutin; una historia que se desarrolla durante la Revolución Francesa. Para el miér-coles 14 pasaremos Los papeles del Club Pickwick, basada en la prime-ra novela de entregas de Dickens; en ella Samuel Pickwick es el excéntrico

fundador y presidente del Pickwick Club, que investiga el pintoresco y cu-rioso fenómeno de la vida. Este club organiza viajes a lugares remotos para informar de sus descubrimientos... la película, de 1952, es dirigida por Noel Langley. El ciclo concluye el viernes 16 con David Copper�eld, de 1935 y dirigida por George Cukor, novela juzgada como la más autobiográ�ca de Dickens, con la participación de Freddie Bartholomew, Frank Lawton y W.C. Fields entre otros. En nuestra videoteca aun se quedaron guardadas varias adap-taciones de sus novelas, como dos versiones de Un Cuento de navidad, cuatro diferentes adaptaciones de Oli-ver Twist, una de La Tienda de Anti-güedades, además de otras, pero no es nuestro afán abrumarlos con ellas, aunque si están interesados en verlas comuníquenoslo a través de la página de facebook del Museo Universitario de Ciencias y en el resto del mes de marzo podremos incluirlas. Les recor-damos que las funciones se presentan a las seis de la tarde en el audiovisual del museo de ciencias ubicado en el se-gundo patio de la Rectoría UAZ.

dadera personalidad de estas señoras de bien, y un secreto sangriento que comparten sólo con decenas de gatos con los que a diario conviven. El guión de Casillas Jácquez es una espiral emocionante. Con len-guaje cinematográ�co que mantendrá a los espectadores, dirían los clásicos “al �lo de la butaca”. Relata una parte representativa de una leyenda negra que comprueba que, entre cuatro pa-redes, y con las puertas cerradas, cual-quier cosa, cualquiera, puede ocurrir, sin que el exterior se percate. Es la historia de las hermanas Alcalde, septuagenarias, descendientes de nobilísima cuna española, acostum-bradas a las bellas artes y en especial, a lucirse tocando un añoso piano ale-mán Steiway & Sons, para su deleite y el de los bien alimentados mininos con los que cohabitan en su vieja casona por�riana.

“Ninfas” exhibe la dualidad del ser humano. Las dos caras de una mis-ma moneda. El mal oculto en las �guras de dos ancianas solteronas acostum-bradas a las tardes de té, a los “buenos modales”, a la educación clásica. Detrás del prestigio social, de las presencias en “misa”, y de los educados “buenos días le dé Dios…”, que las hermanas Alcalde prodigaban a sus vecinos, una realidad

horrible esperaba, agazapada, a que al-guien la descubriera. El �nal de la historia nos va guiando por este prometedor guión de Marco Eduardo Casillas Jácquez. Nos lleva de la mano, sin querer, a un sitio dantesco… Porque, a �nal de cuentas: “¿A qué huele la muerte si no es a orines de gato? ¿A qué suena la muerte si no es a las notas de un viejo piano alemán…?”.

*Marco Casillas: escritor y periodista duranguense, radicado en Zacatecas.

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LA GUALDRA NO. 41 / 12 de marzo de 2012

Por Bárbara Colio*

26 espectadores-Secuencia cuasi trágica de la amenaza de clausura de un proyecto teatral-

La función debía comenzar a las 21 horas de hoy, 8 de marzo 2012. Es el estreno de la obra “Taladro” del dramaturgo y director José Alber-to Gallardo, con Damián Cordero y Dionisia Fandiño, grupo teatral in-dependiente que se reunió para este espectáculo. Nada pasa, sólo confu-sión entre los que esperábamos en-trar al Trolebús Escénico “La nave” localizado en la calle de Sonora de la colonia Condesa. 21 horas con 13 mi-nutos, al �n nos invitan a pasar, sólo para comunicarnos que la función se suspende por orden del representante delegacional que esta noche se ha pre-sentado justo a la hora del estreno. El motivo de la clausura: causas de fuer-za mayor. Si no se acata la orden, hay patrullas rondando (las vemos) que nos desalojan y el espacio se pierde. Eso se nos informa. Los espacios alternativos para el arte escénico son -no una pro-puesta vanguardista, ni siquiera nove-dosa- son UNA NECESIDAD REAL, IMPERANTE, URGENTE en el tea-tro de México. Foros, espacios donde se pueda decir, explorar, proponer, crecer por cuenta y riesgo de los mis-mos creadores, sin las demagogias, larguísimos tiempos de espera o pro-cedimientos de aprobación -siempre subjetivos- de los espacios o�ciales, el teatro es y debe ser el eco de nuestra vida, de nuestra sociedad, con todo lo crudo, provocador, inmediato, in-sospechado, equívoco, acertado o políticamente incorrecto que éste sea. La salud del arte escénico radica en la confrontación de las múltiples caras de su producción (privada, comer-cial, institucional, autogestiva). Es tiempo de que se exija que este país, y las leyes que lo rigen, se convenzan del inmenso valor de nuestro patri-monio teatral y se establezcan meca-nismos efectivos que avalen su cre-cimiento (no sólo el del etiquetado como “teatro o�cial” o “nacional”). Los 26 espectadores ahí reu-nidos, sentados codo a codo en el pe-queño espacio del Trolebús Escénico –cupo máximo-, pedimos que no fue-ra el director del grupo teatral quien nos diera explicaciones, sino que el dicho funcionario, tal cual debe, nos diera la cara, a nosotros los ciudada-nos, a los que directamente nos estaba afectando su “orden”. El funcionario entró al Tro-lebús, luego de irlo a buscar 50 metros más allá, acompañado de la que sólo se identi�có como la representante ju-rídica de la Delegación. A dicho fun-cionario le pedimos nos informara de su cargo: Subdirector de Desarrollo

Comunitario Roma-Condesa, bien. El funcionario explicó que existía una grave anomalía: El espectáculo, en al-gunos medios electrónicos, invitaba a la función y pedía la cooperación eco-nómica de los asistentes. Delito grave de lucro por el que la función debía ser suspendida, y llegar incluso a la mismísima clausura de la temporada y cierre del espacio. La lógica de estos repre-sentantes del Gobierno del Distrito Federal, es que: Su política cultural mani�esta un apoyo ejemplar a las co-munidades artísticas permitiéndoles usar los trolebuses donados hace tiem-po y colocados en puntos estratégicos de la delegación Condesa-Roma con el �n de que promuevan la actividad cul-tural de la comunidad, pero sin come-ter el grave delito de pedir un donativo de recuperación, llámese: Lucrar. Si hay alguien que a este pun-to no ha entendido la verdadera ano-malía del asunto, considere lo siguiente:

1) Los que -en la vida real y no en po-líticas de papel- levantan los proyec-tos, son los grupos artísticos, los cua-les además de ejercer su o�cio deben pagar en estos espacios especí�cos: a) Producción, utilería, mantenimien-to, escenografía, luz, consumibles, limpieza. b) Pago de gastos de difusión, impre-sos, anuncios, distribución, manager de medios. c) Nómina a actores, bailarines, esce-nógrafo y demás creativos que inter-vengan. NOTA ACLARATORIA: No, de ver-dad, no hacemos teatro por que nos encante que nos vea la gente y el aplau-

so sea su�ciente alimento, NO, el que disfrutemos nuestro o�cio porque así lo elegimos, no le quita ni un ápice a que es un trabajo absolutamente pro-fesional el cual debe ser remunerado con propiedad. Tal cual al cirujano que disfruta abrir una arteria, y así, salvarle a usted la vida.

2) El proyecto cultural de los trolebu-ses escénicos que engalanan las cifras de ciertas políticas culturales del D.F. existe, gracias a la gestión e inversión económica y creativa de los diferentes grupos artísticos que ahí se han pre-sentado a lo largo de sus tres años de existencia, a los cuales la Delegación no les proporciona ni un solo peso. Los trolebuses tienen un administra-dor que gestiona la vida útil del espa-cio y es quien programa a los grupos artísticos por los periodos en que la Delegación le concede el permiso tácito de usar el espacio, permiso del cual -ahora nos enteramos- no hay nada escrito o regulado. 3) Ante este panorama, el que los gru-pos artísticos pidan una cooperación económica de recuperación del espec-táculo a los invitados, que de ninguna otra forma hubieran llegado al lugar si no es porque el mismo grupo hace la labor de difusión en la comunidad, y que con lo cual se intenta cubrir en parte los gastos señalados en el punto 1 ¿a esto se le puede decir “lucrar”? ¿Obtener ganancia? Saquen números. Los 26 espectadores discuti-mos razón contra razón con estos dos funcionarios, lo absurdo de la “orden” durante casi 50 minutos. Evidentes fueron sus contradicciones. ¿Si la

anomalía del cobro por función exis-tía y era de su conocimiento desde el 5 de marzo, por qué no sé advirtió al director del grupo o al administrador de “La Nave” con anterioridad? ¿Por qué presentarse con este pavoneo de poder a la hora del estreno? ¿Por qué la sorpresa del cobro, si durante los tres años de existencia de los trolebu-ses siempre se ha pedido donativos en efectivo, de los cuales, un represen-tante de la Delegación puntualmente se presenta cada que termina el es-pectáculo para cobrar el 30%? Sucede así. ¿Quién no lo sabía y hasta ahora se entera? ¿A quién no le había tocado su parte y se levantó de malas? Los 26 espectadores pro-pusimos que se revisara el procedi-miento de funcionamiento de estos espacios, no sólo desde el punto de vista administrativo y legal, sino también y vitalmente, del artístico –asesorados por especialistas reales en la producción del arte escéni-co- así, simplemente como debe de fundamentarse cualquier proyecto cultural. Y ya que en tres años no les había importado hacerlo, pues que dejaran la amenaza a un lado para que el grupo teatral pudiera empe-zar la función y además respetara el resto de la temporada, mientras las gestiones políticas entre Delegación y Administradores de trolebuses se a�naban. No detener el proyecto. Ellos, acorralados, nos expresaron: Está bien, les damos permiso de dar hoy esta función como muestra de nuestra buena voluntad. Postura que no nos pareció: No, nadie nos tiene que dar permiso para ejercer nues-tros derechos ciudadanos y señalar los malos manejos de nuestro patri-monio cultural. Eso se gana con la voz �rme. Como lo ganamos estos 26 espectadores. A las 22 horas con 7 minutos comenzó la función. Invitamos a los funcionarios a que se quedaran a verla. No aceptaron. Se fueron. Alguien muy molesto comentó a lo bajo “Esto sólo pasa en este país de mierda”. Y aquí si hablo en primera persona y lo a�rmo yo: No, este país no es una mierda, aquí estuvimos 26 ciudadanos que nos plantamos para no permitir un atrope-llo, que razonamos y defendimos ca-balmente nuestro derecho a la cultura. Eso no es ninguna mierda. ¿Y quién va a estar aquí ma-ñana para asegurarnos de que no nos hayan mentido y vengan a clausurar la temporada o cierren el espacio? Dijo otra espectadora al �nal de la función… A eso, a eso sí vamos a te-ner que responder todos.

* La Colio. Espectadora y dramaturga. www.barbaracolio.com

Bárbara Colio. Foto: Héctor Rivera, de Proceso.