suplemento voy diario río negro | articulo 4 | 29-nov-2013

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Una ruta amigos 4 de

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Page 1: Suplemento Voy Diario Río Negro | ARTICULO 4 | 29-nov-2013

Una rutaamigos

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RÍO NEGRO VIERNES 29 DE NOVIEMBRE DE 20136

Una ruta deamigos

JIMENA SÁNCHEZ

[email protected]

Después de pedalear 1.942 km dejamos atrás Santa Cruz.El paisaje fue el protagonista en esta etapa, pero cuando

llegamos a la siguiente provincia nos dimos cuenta de quelas personas son las que le dan verdadero sentido al viaje.

Así es la ciudad de Esquel: montañas, pinos y mucho verde.

Yoly, Miguel, nuestras bicis y un recuerdo en la desierta Ruta 40.

Llegamos al límite con Chubut.Wow... ¡terminamos de recorrerSanta Cruz, la provincia más largade nuestro país! Nos cuesta creerque hicimos todo este trayecto enbicicleta, que pasamos la pruebade fuego del viento en contra, lainmensidad y la desolación delcamino. A pesar de que todos nosdecían que iba a ser muy difícil, lologramos. Acá estamos, a puntode empezar un nuevo capítulo.Lo único que nos indica que es-tamos en suelo chubutense sonlos 37 km de ripio de bienvenida.Ni bien lo pisamos, nos bajamosde las bicicletas y empezamos acaminar buscando donde armarla carpa... pero no hay ni rocas, nilomadas, ni casas, ni nada donderefugiarnos. Después de 20 mi-nutos de dar vueltas y con los úl-timos rayos de luz del día, encon-tramos un espacio detrás de unosarbustos verdes de muy poca al-tura y ahí nos quedamos.A la mañana siguiente salimosbien temprano, pero en lugar depedalear por la ruta por dondetransitan los autos, vamos por latraza en obra, mucho más pisaday con menos piedras en el ca-mino. La idea es llegar lo más rá-pido posible a Río Mayo, allí vol-vería el asfalto y nos olvidaríamosdel ripio por un largo tiempo.Después de 2 horas de marcha,vemos que un auto gris frena alcostado de la ruta principal. Sebajan un hombre de unos 60años y una mujer rubia de lamisma edad con expresión desorpresa al vernos pedaleando

tan cargados en ese desierto. Enmenos de 10 minutos, nos ente-ramos que son Yoly y Migueloriundos de Tandil, viajeros natosy fanáticos de la Ruta 40 y de Ar-gentina. “¡Son unos locos!¿¡Cómo van a estar viajandoasí!?”, nos dicen. Prometimos quenos volveríamos a ver, nos sa-camos fotos y después de unfuerte abrazo, regresan a su auto.Subimos a las bicis y empezamos

a pedalear, pero después de unosmetros frenan y Yoly se baja otravez. “Qué raro...”, pensamos. Seacerca, le da algo en la mano aAndrés, le dice “lo van a nece-sitar” y se va. El auto desapareceen el horizonte a los pocos se-gundos. Nos imaginamos que eraplata, pero nunca que serían $200. Nos quedamos sin palabras:es un apoyo, una señal de quevamos por buen camino, que no

C

Darío y “La Académica”, la especialidad de su pizzería en Esquel. Despedida y foto obligada con Elena y

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RÍO NEGROVIERNES 29 DE NOVIEMBRE DE 2013 7

estamos solos.Seguimos pedaleando hacia RíoMayo. Según los mapas, se veníauna bajada pronunciada. Ve-níamos mirando el paisaje: nosparece extraño ver en el mediode tanta soledad un pueblo tanverde y poblado. Entonces nossacude una explosión, un ruidomuy fuerte. ¿Se habrían roto losdos frascos de vidrio con merme-ladas que llevábamos en las al-forjas? No: la cubierta trasera demi bici está desinflada por com-pleto y le falta un rayo. Cami-namos hasta la esquina dondehay un almacén, el mejor lugarque encontramos para arreglarla:la cubierta estalló y la falta delrayo la descentró. Al abrir la bille-tera advertimos que habíamoshecho todos estos kilómetros con$10. Ahí entendimos una de lasrazones por los que nos teníamosque cruzar con Yoly y Miguel.Con su regalo compramos empa-nadas, un jugo y helado; la en-trada, el plato principal y el postremás ricos desde hace semanas.Resuelto lo de la bici, el problemapasó a ser otro: tanto cambiaronel trazado de la 40 para conver-tirla en un corredor turístico, queno sabíamos por dónde seguir.¿Hay que ir hacia el noroeste paraAlto Río Senguer (ruta de ripio) o

Fotos: Andrés Calla

tomar la (ex) Ruta Provincial 20asfaltada en el noreste? Despuésde varias preguntas, nos confir-maron que la nueva Ruta 40 vahacia el noreste (los carteles in-dican lo contrario) pero como yaera tarde, dejamos esta aventurapara el otro día.Salimos de Río Mayo con el obje-tivo de hacer sí o sí 70 km para re-cuperar el tiempo perdido. Reto-mamos el asfalto (en mal estadoy lleno de pozos) y después devarias horas desembocamos enun puente sobre el río Senguer.Frenamos y miramos el paisaje.Todo bien con la promesa de los70 km, pero ese lugar era per-fecto para tomar unos mates ydisfrutar de la vista, la quietud delagua y el calor del sol... porque endefinitiva, ¿quién nos apura? Ha-bíamos hecho 50 km y no estabanada mal, así que cuando encon-tramos “el” lugar, dijimos: “Acános quedamos hasta mañana”.Desde el límite con Santa Cruzhasta Esquel hay 360 km. Fueron

RECOMENDAMOS

• Tomar unosmates al costado del río Senguer, a 50 km del pueblo RíoMayo sobre la nueva Ruta 40 • Probar las facturas de la PanificadoraEsquel | SanMartín 746 • Degustar “La Académica”, la especial de PizzaRica | 9 de Julio 910 • Visitar “La Trochita” (Viejo Expreso Patagónico) enla estación de tren de Esquel | www.chubutpatagonia.gob.ar • RecorrerTrevelin, el pueblo del molino, a 23 km de Esquel | www.trevelin.gob.ar

tres días a puré de calabaza conmermelada de frambuesa (unacostumbre típica en Rusia). Pa-samos 4 días con ellos, y tan biennos llevamos que no sólo queríanque nos quedemos sino que¡hasta nos propusieron pasar elinvierno en su casa! El abrazo quenos dimos al despedirnos habrádurado 5 minutos y entonces su-pimos que tenemos un segundohogar con las puertas abiertas eneste rincón del país.En nuestra estadía en Esqueltambién conocimos a Darío (unhombre de 40 años, de pelolargo, fana de Racing y dueño dePizza Rica) quien nos invitó a de-gustar sus obras de arte. No pa-ramos de reírnos y nos dimoscuenta que compartimos el gustopor los viajes, las bicicletas y elsentimiento de animarse a vivir lavida que uno quiere vivir. Darío es

oriundo de Polvorines, en elnorte de Buenos Aires. Hace unosaños vio una película que sefilmó en Esquel y quiso desde esemomento irse a vivir ahí. Un díaagarró sus cosas y hoy vive felizdonde quería estar. Sólo pasaronunas horas para que nos llevá-semos de esta ciudad un amigomás. Un amigo que nos dejó laspuertas abiertas de su casa paracuando queramos volver.Antes de salir de viaje imagi-namos que los paisajes nos ibana deslumbrar, pero pensándolobien, las montañas y los lagossiempre van a estar ahí, encambio los abrazos con Elena yClemente y las risas con Daríosólo se viven una vez. A partir deestos encuentros, nos dimoscuenta que son las personas lasque le empiezan a dar el verda-dero sentido a nuestro viaje.

Somos Andrés y Jimena, una pareja que decidiórecorrer la Argentina de sur a norte en bicicleta.

Podés seguir nuestras aventuras enlavidadeviaje.com.

CHUBUT

Clemente antes de partir. Despertanto a orillas del río Senguer.En el Viejo Expreso Patagónico “La Trochita”, que une Chubut y Río Negro.

Los álamos al costado de la ruta nos recuerdan la llegada del otoño.

varios los días de ruta y las pa-radas para llegar a la ciudad cor-dillerana más grande de Chubut.Llegamos bastante cansados ycon ganas de quedarnos unosdías para recuperar energías,pero no sabíamos dónde.Cuando recordamos que en laruta no estamos solos y que el se-creto está en confiar que de al-guna manera todo se resuelve, lamagia sucede. A muy poco dellegar, conocimos a Elena y Cle-mente, una pareja de rusos ron-dando los 45 años que aterri-zaron hace 16 años en Argentinay hoy, viven unos meses en Es-quel y otros en Buenos Aires.Sin decirles que no teníamos unlugar dónde ir, nos invitaron aquedarnos los días que que-ramos en su casa, a pocos kiló-metros del centro. Con una gransonrisa y un guiño a la vida, pa-samos de la carpa a una comodí-sima cama de dos plazas, decomer paté a comer trucha sa-lada y de desayunar pan de hace