suplemento voy diario río negro | artículo 13 | 31-ene-2014

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Huaco, donde el tiempo 13 se detiene

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Page 1: Suplemento Voy Diario Río Negro | Artículo 13 | 31-ene-2014

Huaco,donde el tiempo

13

se detiene

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RÍO NEGRO VIERNES 31 DE ENERO DE 20146

• Descansar en “Hostería Huaco” |www.hosteriahuaco.com.ar• Visitar el santuario de aves “LaCiénaga”, ubicado en la quebradadel río Huaco, a 25 km de Jáchal.• Recorrer la cuesta de Huaco yparar a tomar unos mates en el

mirador.• Salir a caminar por sus calles ycaptar con la cámara de fotos laesencia de Huaco.• Una noche acostarse en el pastoa ver las estrellas (Huaco tiene uncielo muy particular).

JIMENA SÁNCHEZ

[email protected]

Pedaleamos 186 kilómetros desde la capital provincial y después

Somos Andrés y Jimena, una pareja que decidió recorrer laArgentina de sur a norte en bicicleta.

Podés seguir nuestras aventuras en lavidadeviaje.com.

Nos vamos de San Juan capitalhacia Huaco y con sólo pedalear186 km pasamos del cemento alas paredes de adobe, de losautos a las bicicletas y del ruido alsilencio del valle. Si bien venimospor la Ruta 40, para entrar aHuaco nos desviamos hacia lavieja 40 que en su momento cru-zaba el pueblo de punta a punta.El camino empieza a llenarse deárboles y vuelan cotorras entodas las direcciones. Vemos alfondo del pueblo un cordón demontañas moradas y después deuna curva llegamos. La primeraimpresión que tenemos es queen este pueblo no se retrocedeen el tiempo porque Huaco no eshistoria, en un lugar que se man-tiene a su modo, en el aquí yahora. Con aproximadamente980 habitantes, en el aire sesiente otro ritmo de vida, otraidiosincrasia, una pausa.La única conexión que hay es conla naturaleza y Huaco está ro-deado de belleza. Todo conviveen una perfecta armonía: suscasas, su gente, sus cielos, susatardeceres, sus nenes corriendoy sonriendo, sus bicicletas ro-dando de un lado al otro yendo yviniendo al compás del pueblo.Tierra que quiere seguir siendocomo es, sin pretender más as-falto que el que tiene con unamística y calidez que la hacen di-ferente. Huaco es bello desde loalto y desde lo bajo, desde el airey desde el suelo, desde la cuestay desde el valle.Paramos en el único hostel quehay en el pueblo. Dejamos nues-tras bicicletas y salimos a caminarcon la cámara de fotos y un cua-derno en la mano por las pocascalles a la redonda que escondena Huaco del resto de San Juan.Vemos formaciones rocosas es-culpidas por el viento y el aguahace millones de años atrás, co-lores que cambian según los ca-prichos del sol, nubes que tiñenel cielo de blanco, brisas repletasde silencios, santuarios de avescon picaflores, jotes, chimangos,halcones, golondrinas y loros re-voloteando por los aires orgu-llosos de ser parte de este pe-

queño gran lugar.Nos dicen que no nos vayamosde Huaco sin verlo desde sucuesta, asi que hacia allá vamos.Las curvas son muchas y bienmarcadas, y cuanto más subimos,

/ lavidadeviajeLlegamos a los 3.651 kilómetros de pura Ruta 40.

Sorpresas del camino: llegar a un puesto que se llama “Matagusanos”.

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Huaco, donde

más angosto se vuelve el camino.La vista desde lo alto es tan lindaque nos sentamos en el mirador,sacamos el mate y ahí nos que-damos, mirando todo a nuestroalrededor.Una pareja llega y le escuchamosdecir que detrás de las montañasque vemos enfrente está elParque Provincial Ischigualasto oValle de la Luna, que no tuvimosla oportunidad de conocer peroque quedará pendiente hasta

La Ruta 40 en San Juan.

No bien llegamos, frenamos en esta casa para almorzar.

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RÍO NEGROVIERNES 31 DE ENERO DE 2014 7

s nos desviamos hacia la vieja traza de la 40 para llegar a este pueblo de poetas, silencio y calles de tierraFotos: Andrés Calla

hostel que se enamoró de estepueblo que eligió para trabajar yvivir. Dejó de dar clases de inge-niería y decidió dedicarse al tu-rismo bajo el concepto de que losturistas interactúen con el medioambiente y se involucren con ellugar que visitan.En cada rincón de “Hostería

Huaco” hay carteles que cuentansu historia, geografía y biología.Nos cuenta que es una tierra depoetas y nos pregunta si cono-cemos algunos de los poemas deEusebio de Jesús; un periodista,músico y poeta nacido en Huacoen 1906 también conocido como“Buenaventura Luna” (así se lla-

maba un hombre que trabajabaen los campos que tenía su fa-milia y que pasaba largas horasrelatándole momentos de la vidadel pueblo). Nos habla de sus le-tras, de su inspiración y con suguitarra nos canta: “porque paraser poeta hay que saber cómo esHuaco, tierra lozana, tierra linda

del algarrobo empacado, de lascumbres tranquilas, del silencioinspirado”. Nos vamos a dormir,encantados de esta magia de SanJuan.

(En la próxima entrega:“Volviendo a los orígenes en Ta-lampaya“)

Increíble vista desde la cuesta de Huaco. Sacamos el mate y acá nos quedamos un buen rato.

nuestra próxima visita a San Juan.Después de varias fotos y mates,seguimos caminando y nos en-contramos con una casita bas-tante abandonada donde vive unpuestero, un hombre de unos 80años al que nos cuesta enten-derle porque habla muy cerrado.Le preguntamos qué otro lugarde Huaco deberíamos conocer ynos recomienda ir hasta un ríoescondido, a menos de 5 mi-nutos. Nos dice que cuandoveamos una roca gigante en elmedio del camino, doblemos a laizquierda y ahí vamos a encontrarel río. Seguimos un sendero sinhuella y a los pocos pasos vemosla roca. Cuando doblamos, nossentamos a descansar y a la horavolvemos a dormir contagiadosdel espíritu de Huaco.Al otro día compartimos unacharla con Francisco, el dueño del

e el tiempo se detiene

La magia de Huaco aparece a cada paso. Uno de los atardeceres más lindos e inolvidables que vimos.

Recorriendo las calles de Huaco. Postal de un pueblo sanjuanino donde el pasado es presente.

El río que el puestero nos recomendó conocer.

SAN JUAN