Enredados en el enjambrede Byung-Chul Han (I)Habla el profesor

por Juan Pablo Serra

El verano pasado, mientras preparaba mis asignaturas del curso 20142015,

decid dar una nueva vuelta de tuerca a la introduccin a la Antropologa

losca que suelo impartir en distintos grados de la Universidad Francisco

de Vitoria. En esta ocasin, tocaba prepararla para estudiantes de

Ingeniera Informtica. No era la primera vez que daba esa asignatura pero

s la primera que lo haca para alumnos de 18 aos. Qu podra

interesarles? En qu piensacuando piensaun estudiante de

Informtica? Qu le preocupa? Qu le importa? Cmo hacerle atractivo y

relevante un contenido humanstico a un chaval de ciencias?

Hay una pregunta quesi bien

todava hoy me interesa a nivel

metodolgicoya no me haca,

puesto que hace tiempo descubr

la respuesta. En efecto, tras aos

de dar clases para informticos,

advert cmo piensan. Y la

respuesta es sencilla: con lgica.

Las implicaciones de dicha

respuesta, en cambio, no son tan

sencillas, pues obligan al

docente que quiera estar a la

altura de sus alumnos a cuidar el

rigor lgico de sus argumentos,

pero

Logicomix es un magnco relato sobre la

historia reciente de la lgica y las

matemticas que ayuda a entender no slo

las aportaciones de Russell, Wittgenstein,

Gdel y otros, sino tambin qu signica

pensar lgica y algortmicamente.

Primer reto: incluso aunque, en potencia, sean ingenieros, mis alumnos

siguen siendo jvenes y de su tiempo, a los que seguir la lgica de un

argumento losco puede resultar fatigoso (hasta a los propios lsofos

nos resulta fatigoso, a veces, seguir un dilogo socrtico). Adems

Segundo reto: los humanistas tendemos a creer que el rigor lgico o analtico

oscurece y complica los problemas sin necesidad y que, por tanto, es algo

que debe ser superado en favor de la profundidad de los argumentos, de

su calado humano y su valor existencial. Cmo hacer, entonces, para que

estos dos tipos humanos (el joven con facilidad por las matemticas, el

humanista con gusto por la especulacin) puedan encontrarse?

La respuesta, literalmente, estaba

enfrente de mis ojos: a travs de

la tecnologa o, mejor dicho, de

la reexin sobre la tcnica. No

digo nada nuevo al recordar que

los jvenes de nuestro tiempo

son tecnlos: basta echar un

vistazo a la variedad de

dispositivos que manejan con

soltura y la cantidad de

aplicaciones que emplean tanto

para el trabajo como para el

ocio. Al ser la losofa poltica

una de mis reas de inters, esta

reexin no me es indiferente, puesto que hoy van adjuntas en ella

muchas otras cuestiones (sociabilidad, accin, identidad). Pero, lo admito,

soy nuevo en la ciudad: no poda aspirar al excelente planteamiento de los

cursos sobre Informtica y Sociedad de la Ctedra Ferrer en Argentina, ni

tampoco tena tiempo para recorrer las sendas abiertas por Fernando

Broncano o Josep Maria Esquirol, autores, por lo dems, cuya obrael

sesudo Entre ingenieros y ciudadanos: losofa de la tcnica para das de

democracia (2006), el magnco Los lsofos contemporneos y la tcnica. De

Ortega a Sloterdijk (2013) conoc al terminar la asignatura.

De esta manera, opt por algo ms familiar: nuestro querido Jos Ortega

y Gasset, cuya Meditacin de la tcnica (1939) recomiendo siempre que

puedo y que, esta vez, le con los alumnos en forma de seminario. Entre

otras muchas cosas, creo, all se puede encontrar uno de los mejores

argumentos en contra de la pretendida neutralidad de la tcnica, que

nunca es tal en la medida en que la tcnica humana nace del tipo de vida

que deseamos y proyectamos en la poca que nos toca vivir. En este libro,

En muy poco tiempo, el ordenador ha

pasado de ser enemigo del trabajo

humano e intelectual a convertirse en una

herramienta cada vez ms necesaria,

cmoda, simple y adaptada a la vida y

gustos del usuario.

memorable, Ortega se lamentaba

del freno que perciba en la

innovacin tecnolgica, sobre

todo en aquellos pases

creadores como Inglaterra y

Alemania. La causa de tal

retroceso, segn l (y este es,

posiblemente, el mejor

momento del libro), es que el

hombre europeo sufre una crisis

de su facultad de desear: no es

capaz de tener deseos genuinos,

autnticos, irrenunciables, sino

que los adopta del entorno,

irreexivamente, como el nuevo

rico que, de pronto, desea cosas

que, estrictamente, ni quiere ni

necesita para realizar su

autntico proyecto vital.

A Ortega, como es sabido, le

preocupaba tanto la falta de

originalidad en los proyectos

vitales como la

despersonalizacin del hombre europeo en la sociedad de masas. La

correlacin que puede establecerse a partir de ah da mucho que pensar,

pues, siguiendo a Ortega, una de las consecuencias de la proliferacin del

hombre-masa sera la decadencia de la tcnica. De esta manera, gracias a la

reexin orteguiana, se poda salvar con creces en el planteamiento de la

asignatura la conexin terica entre la antropologa y la Informtica en

tanto que tcnica.

Ahora bien, se puede decir que hoy todava vivamos en sociedades de

masas? Ciertamente, gente hay por todas partes, perosiendo un

ingrediente de ellano es ese aspecto masivo lo que seala el paradigma

de la sociedad de masas sino, ms bien, el aspecto annimo del individuo

dentro de ella. Pero acaso esta conformidad con el anonimato sigue

teniendo vigencia hoy? De ninguna manera, si es que alguna vez la tuvo.

Hoy, por el contrario, asistimos a una hipertroa del yo, customizado y

aumentado, hipervisible e hiperpresente, multiplicado y hambriento de

atencin. Qu tcnica surge de semejante proyecto vital? O ser, por el

contrario, que es justamente la tcnica que tenemos la que, hasta cierto

punto, genera al actual sujeto narcisista?

En 1933, Ortega dict un curso en la

Universidad Internacional de Verano de

Santander que, ms tarde, se public como

Meditacin de la tcnica. Aparece en el

tomo V de sus obras completas.

Aunque sin incidir tanto en su aspecto tcnico y tecnolgico, cuestiones de

este estilo me vienen interesando desde hace tiempo. Por eso, cuando supe

quetras el xito de La sociedad del cansancio y La sociedad de la

transparenciala editorial Herder se lanzaba a publicar el texto de Byung-

Chul Han sobre sociedad y tecnologa digital, supe que tena el libro para

poder trabajar con los alumnos.

Y eso que no se trata de su mejor obra. Contiene entradasme resisto a

llamarlos captulosmemorables, como El cazador y el labrador o De la

accin al tecleo. Y pasajes sugerentes, bien por su relacin con el resto de

su obra publicada (y sus temas recurrentes como la auto-explotacin, el

exceso de informacin o la carencia de narratividad actuales), bien por su

fuerza evocadora (las pantallas que impiden la mirada, los zapatos de Van

Gogh, el dyton del templo griego, el hiperrealismo de la pipa de Ren

Margritte), bien por su capacidad de re-envo a la actualidad ms inmediata

(referencias a Facebook, smartphones, Google glasses, ash mobs, protestas de

indignados, Hikikomoris, etc). Pero su tono de rechazo reexivo frente al

mundo digital puede ahuyentar a no pocos.

Byung-Chul Han, lsofo alemn de origen coreano, se ha hecho un nombre en muy

poco tiempo gracias a sus estimulantes anlisis de la sociedad y el sujeto

contemporneos

Ahora bien, para mi sorpresa, las

pocas incertidumbres que

albergaba tras incluirlo como

lectura obligatoria se disiparon

de la mejor manera. Lo

compraran? De hecho, as fue

(su delgadez y su precio,

posiblemente, ayudaron). Lo

leeran? De hecho, as fue (si bien

mand leer slo las ocho

primeras entradas, varios

alumnos terminaron leyendo el

libro entero). Lo entenderan?

De hecho, as fue tambin (y no

era fcil, pues Han se mueve en

aguas posmodernas que nos

molan a los lsofos pero que

no siempre atraen ni interesan al pblico).

Teniendo en cuenta todo lo anterior, opt por trabajar el libro no en clase

sino en tutoras individuales o grupales. Para ello, entre noviembre y

diciembre de 2014 convoqu a los alumnos y segu el siguiente esquema

para las tutoras:

Comenta la experiencia de leer el texto (actualidad del libro,

relevancia de su postura, inters de sus armaciones, pros y contras,

aspectos positivos y negativos).

Qu es y qu incluye el paradigma digital? Cmo lo valora Han?

Por qu?

Comentar algn aspecto de las primeras ocho entradas:

a. Por qu, en la primera entrada, Han arma que la comunicacin digital es

una comunicacin sin respeto?

b. Cmo es la sociedad de la indignacin que Han describe en la segunda

entrada?

c. Cul es la peculiaridad que distingue al enjambre digital frente a la masa,

segn Han?

1.

2.

3.

Ren Margritte fue un pintor surrealista

belga que, entre 1928 y 1929, pint una

serie de cuadros sobre objetos cotidianos

que se hizo clebre por la inscripcin esto

no es una pipa. Aos ms tarde, en 1973,

el lsofo estructuralista Michel Foucault

tomara este lema para titular uno de sus

libros.

d. Qu relacin hay entre mediacin y representacin, tal como lo expone

Han?

e. Qu quiere explicar Han con la ancdota del caballo apodado El Listo Hans?

f. En qu consiste el sndrome de Pars? Qu revela sobre nuestra actual

veneracin de la imagen?

g. Por qu, segn Han, el hombre que teclea no acta?

h. Qu diferencia hay entre el labrador y el cazador? Qu quiere expresar Han

con esta metfora?

La ltima incertidumbre que albergaba respecto al libro es, quiz, la nica

imposible de disipar por entero. Les gustara? Para saberlo, contina en la

segunda parte de este artculo.