bruner jerome - la educación puerta de la cultura

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 Traduccion Fifk taz

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Traduccion: F i f k Dtaz

CAP~TULO 7

La construcci6n narrativa de la realidad

;Qud se gana, de hecho, y qud se pierde, cuando 10s seres humanos dan senrido a1 mundo contanda historias sobre el misrno usando el modo narrativo de construir la realidad? La tipica respucsta a esta pregunta es una especie de liger a a entregada en el nornbre del *mitodo cientifico)): No consentirds la autodecepcibn, ni pronunciacis proposiciones inverificabtes, ni comeceris contradiccion, ni trataris la mera historia como causa, etc. El relato, segun tales mandamientos, no es e l material realista de la cjencia y debe ser evitado o converrido en proposiciones comprobables. Si la creacion de significado estuvjerasiempre dedicada a obtener un entendimienrcl a(ciencifico*, rdes advertencias podrian ser sensacas. Pero ni el conocimiento comprobado del empiricisra ni las verdades auto-evidentes del racionalista describen el cntorno en el que la gente normal se dedica a dar sentido a sus experiencias; pongamos por caso, lo que significo un saludo ~guasdn* un amigo, o lo que queria decir el IRA a1 no usar de la palabra apermanente. en su declaraci~nde alto a fuego de 1394. Estas son 1 cuestiones que necesitan un relato. Y 10s relatos necesitan una idea sobre las siruaciones humanas de ioteraccion, presupuestos sobre si 10s protagonistas se entienden enrre si, preconcepciones sobre criterios normativos. Son cuestiones de este tjpo ias que nos perrniten llegar con exito Je Io que alguien dijo a lo que queria decir, de lo que pawre str el caso a lo que eJ aen redidad*. Aunque el mttodo cientifico no es nada irrelevante a todo esto, sin duda campoco es la unica via para entender el mundo. Entonces, ;es que las incerpretaciones narrativas solo tratan de casos paniculares, es que son so10 relacos idiosincdticos adaptados a L ocasidn? 1 hay tama 0 biCn algunos universales en las realidades que consrruven?En este capitdo qujero defender la idea de que si hay universdes y que- son escncides para vivir en una cultura. Para construir mi argumento, quiero ahora muestrear nueve de esos universales de las redidades narrativas, para responder a mi prepnta inicial sobre quC se gana y quC se pierde a1 usar [ales interpretaciones en la formacidn de una concepcibn de la arealidad,).

Podriamos empezar preguntando por qut, de forma bastante inesperada, psicblogos nos hemos welto ran interesados por la construcci6n narradva de la realidad. ;Fue el nuevo postrnodernismo, que f nalmente !lev6 a 10s psic6log-0s a rechazar las conexiones estimulo-respuesta como las ((causasu de la conductai Probablemenre no. Pues el malestar que llev6 a1 nuevo inter& en la construcci6n narradva de la realidad antecede rnucho al auge del posmodernismo anri- fundacional y orientado perspecrivistamente. Probablemente Sigmund Freud ruvo mis que ver con el10 que Derrida o Foucault, aunque s610 sea por proponer una #(realidad psiquican que parecia mis guiada por necesidades drarniticas que por estados del mundo objetivoi. Y la Nueva Mirada, al parricularizar nuesrras perspecuvas sobre como se percibe literalmente la influencia del mundo sobre d significado personal, tuvo un efecto cornparabl8. M L recientemente, h e tal vez la rebelibn contra el racionalismo genedizado de Piaget; la idea de que el desarrollo mental consistia en sdtos l6gicos hacia delante, nutridos por la cxperiencia generai con el entorno. El desarrollo mental result6 ser mucho mis especifico a ciertos dominios que eso: por ejemplo, aprender c6mo funciona un balancin no llwa automaticamenre, bajo nin& concepto, a entender lo que hacc funcionar una balanza equilibrada; si bien 10s dos estin gobernados por principios fisisicos idknticos y e s t h descritos en la misma regla algebraica. i C d es el problema entonces! La apelacion de Piaget a1 'dicalage' -por qut 10s principios no siempre se transferian de dominio a dominio- parecio no satisfacer a nadie. El nuevo mantra (despu6 del descubrimienro de que la especificidad de dominio tra la norrna rnis que la exception en el desarrollo 16gico) era que ta obtencibn de copocirniento sjempre estaba ~siruadv, dependia de 10s mareriales, la tarea y como entendia las cosas el aprend2. Fueron t l v a John Seeley Brown y s u s alegas a quienes plantearon L cuestion rnis sucintamente cuando propusieron hablar de a la inteligencia no como algo que sencillamenre esti #en la cabezau, sino como dgo ({distribuido~ el mundo de la persona; incluyendo la caja de hercamienm en con mecanismos de cdculo y heuristicos y arnigos accesibles a 10s que podiatantos

Donald P. Spmw. Nutlllhvr Tmh~ n Huroncd Truth: Mtdning and Inrcrprct~nonIn Pq~ d chond&~(Nuwa York W. W.Norton. 1782); Donald E Pollunghomc. .Vmmntrc K n o w i i n g ~ d . rhc H u m n Srirnrrr iAlbmy, N.Y.:5W Press, 19RR). M. H.Erdeln, d New Luok ar the New Look: Pcrctptual Defense md Vig'ilanwh, Pyrkolp gzcd Review, 80 (1974): 1-25: Jerome Bruner, &other h k at New Lmk l a , rlmmran Pryrkok 9% 7 (1992): -50-783:Btuner, -The View from the Hem's Eye: A C o m m r n q , en Paula M. 4 Niedenthal y Shtnobu Kinyama. eds.. Tbc Htan i Eye: Emononal /nf7umm i ~ Pcrccpzion and t Atimrron (San D~cgo: Aademic Prss, 1704), pp. 269-286. U n sorprendcnre c!rrnplo dc este numo tnfa~1.se puede rncontrar cn un esrudio pnr Cuol s Fleisher Feldrnan. Tbc Drr~rbpmmt ufhhprrw InrciI~gmt (San Fran~isco: Josscy- Bars, 1974).

recurrir la persona'. En m a palabra, la indigencia refleja una rnicro-culm de la praxis: ios libros de referencia que se usan, la notas que se toman normamenre, 10s programas y bases de datos de ordenador en 10s que se apoya uno. y t vez L , d o m;is imporcante de [ado, la red de amigos, colegas o mentores en yuienes se apoya uno en busca de reuoalimenraci6n, ayuda, consejo, induso de cornpaiiia sencilamenre. Es interesante que las posibilidades de gmar un Prernio Nobel aumenrcn inconrnensurablemente para quien ha rrabajado en un laboracorio donde a l g h otro ya ha ganado uno, no solo por la aestimulacidnw o la 4visibJidadn, sino porque ha cornparrido el acceso a una red dc disuibucion mis corn-

pled.De manera que es probablemenre tan cierto para las ciencias como para la desordenada vida diaria que ia consmcci6n de significado no pertenece a alguna uperspectiva desde n i n g h l u p apoloniana6.El nifio pequeiio, incluso cuando se esta dedicando a enrrnder el mundo de la naturaleza, no deberia realrnente ser es~ereoti~ado como un upequeiio cientlficou', a no ser que uno deje lugar p r la aa mrnpiicaci6n narrativa de la vida de Los mundos descritos en La Doble Hilice de James Watson, en las memorias de Rrchard Fevnman o en 10s rnagisrrdes estudios de ,dibraham Pais so bre AI bem Einstein? En fin, si se hacen aulas de ciencias m i s parecidas a 10s compiicados mundos de 10s profesionales de la ciencia -Henos del humor de las hip6tesis salvajes, el dborozo de 10s prmdirnientos no convencionales- 10s dividendos en mejor rendimiento se hacen evidenres

' J. Seeley Brown, R C o h s y P. Duguid, situated Cognition and the Culme of tearning, Educdrioml Re~eatrbm,I 8 ( 1988): 32-42. Harrier Zuckerman, Scirnt$c EIitc: Nobel Lnurcarcr in the Unirrd SUM (Nuwa York: FrccPress, 1977).

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" Ronald, Dworkin, Lawi Empire (Cambridge, Mass.: Harvard University Prtrs, 1988) (ed.en espaiiol: El imptrro de la jwriria, Barcelona: Gedii, 1988). " Hayden White, rrhe Value of Nartariviry in the Representarion o f Rrality, en W. T. Mit1. chell, ed., On Narrative (Chicago: University of Chicago P-, 1 98 1 ), pp. 1-23.

i-n annaie se compone de acontecirnientos se~eccionadosconximadam madam en re, como, pongamos, t n los Amlet de St. Gu1k

su fecha fijada

-09 Invierno duo. M u i o d Duque Gortfried. 1 10 Afio durn, drftciente en cosechas. .. 12 Inundaclones par todas parts. 114 Muere Pippin, Mayor del Palacio.-18 Charles arras0 con 10s siijones. "2 1 Theudo apuls6 a 10s sarracenos de Aquitania. 725 Los sarracenos llegaron por primera vez. -3 1 Murid Bede el Bendito, presbitero.

732 Charles lucho contra 10s sarracenos en Poitiers.

La lista se construye con ~~acontecimientos~~, ei cesto del titmpo siendo r i a d o unada aconreci6w. De manera que Ios prapios xconcecimiencos seleccionsuos por el andixta son pequefias inflexinnes d e la historia; candidates a inflcxiones en ena Historia implicica. L muem de Pippin se gana un lugar en Ios a xndea de St. Gall: los hombres herres imporcm en la polttica de pdacio. E ma1 !is[; de Sc. Gall. c.orna sus colegas desde enronccs: es un colcccior~isra problede miticas, siempre sensible a 10s {(aconrecimienrosprecipitantes~ Labov. h e d e n de zlrerar ci a r r o de mantanas narratjvo, c:ear !as condiciones para el desrronamiento de un csrado dc cow levjcirno. D e ahi la chmaiquc su funcion es explorar tales posjbilidades. Las ihroniq u r recopilan narmciones tamafio acontecimiento pata componer narraciones r;i~llanovida. Aclararian mejor por que importaba Pippin, tal vez encargrindose de la narraci6n de un reino. Un buen ejernplo es la deslegitimacion de1 p d e r europeo por Napoletrn, con d Congreso de Viena comn restauracion de ia iegitimidad. Induso a1 contar esa chronique, el rema de la t(restauraci6n de la !qitimidadl) esta apoyado por detalles tales como el hecho de que el Conde Rcsomovsh hera ernbajador ruso cn e [ Congreso; ;el mecenns d e 10s -inrnuctales. cuartetos intermedios de Beethoven! Esos tambkn fueron puntos de intl~~ion. El prohlerna de las histvies extcndidas es que es diflcii aiustarlas a la forma hurnana de la narracibn. Se supone que las hi&imdan cohekncia y conrjnuidad z !as chroniques. Pero eso implica muchas dificuitades. Ya que las bGtuires van r k n JIi de [as biografiar, r r ~ ;1I1A dei dcance de l s dpicos protagonistas que luchan L o por saiir de una Problemir~ca.;C6mo se narrativiza una dinastiit? 2 la transi0 cian rnarxiana del feudalismo d socialjsmo pasando por e capiraiismo? Nn l lesulra sorprendenre quc la Historia a lo g m d e se mueva hacia la sociologia. Y , ?cr !a misma razhn, 10s fdosofos de h Historia suelen proponer que se [rare a la r -. il~storia como una ciencia gobernah pot (lieyes generalew, dt nuwo igual que la

sociol~gia'~, para ser rech-dzados por compafieros historiadotes que insisten solo en que ei salto de la c/wonique a la histoire no debe confundirse con p a r por encima del vacio que separa a las hurnanidades de las cienck, a la interpretacibn de La explicacionJ'. E.S& no es una cuesti6n que se pueda resolver aqui. Cllo, la M u de la Poesia, s i p sirndo la Musa de la Historia, aunque su reino pueda esmr amenazado. Lo que si quiera argurnenrar, mis bien, es que pmce que inevitablemente recubrimos hismires impersonales: y no narrativas con apariendas mis m u v a s . Esa es la d n por la que emperk la discusion con el Rpa Le6n 1 1 coronando a Carlomagno Sagrado 1 Ernperador Romano en presencia de una compafiia de nobles que rararnente se veia en k Europa de aqud &a, una ~Europan seguramente no -i tia en las menm que &s de cualquiera de los que asistieron a ese reluciente acontedmiento. Y,habiendoentonce; vuelm a contar que

del Papa Le6n pudo e s w motivado por el avance de 10s (csarracenosw hacia Europa (el analism de St. Gall tambitin hace menci6n de &ma rise les him r e v en Poitiers) y habiendo e v m d o por mnro la idea de una a h ) , se ham casi imposible reslsur l bhqueda de algh proragonism aa m

el

narrative que cllwe* esa #idea. hacia delante; tal vez, Napole6n, atrapado en la nodirn rornhdca de que 10s mejores aliados son aquellos que han sido conqukados, o los eleganca caballeros del Congreso de Viena promulgando una nocidn c a b d m de (~equilibrio poden),,. de E crecimiento de la Historia es una empresa narrariva aruaomlnaria, que se l desarroUa con clernentos amaios no &hence domerucabh hasm converrirlos en ~funciones~ proppianas. h c e estar dedicado a encontrar a l g h mmpo intermedio en el que henas de gran alcance casi incomprensible puedan hacerse actuar por m d o de sera hunlmos que interpremn un relato c o n t i n d o a lo l a p del tiempo. Hate dos generaciones flos6ficas, W. T Stace propuso que el b i c o recurso . que tenemos contra el solipsismo (la perspectiva inexpupabte de que no p d e mos cornproba la existencia de un mundo r a , puesto que todo lo que podemos el conocer es nuescra propia experiencia) es que las mentes humanas son simdam y , aun mis importante, que urrabajan en comlinP. Una de las prhcipales formas

" Carl G. Hempel, ~Aiipeccsof Scientific Ex$lanatisn*, en Hernpd, A p c h ofw ' o a and O

Erpkz-

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