LOS MEJORES PROFESORES

Tania Viridiana García Reino

Brenda Morales Narro

Rosario Olmo Fernández

Raffaella Spinelli

Marta Toribio Martín

ÍNDICE

1. Definir a los mejores profesores Pág. 3

2. Qué saben los mejores profesores sobre cómo aprendemos Pág. 5

3. Cómo preparan las clases Pág. 6

4. ¿Qué esperan de sus estudiantes? Pág. 10

5. ¿Cómo dirigen la clase? Pág. 13

6. ¿Cómo tratan a sus estudiantes? Pág. 15

7. ¿Cómo evalúan a sus estudiantes y a sí mismos? Pág. 16

Bibliografía Pág. 17

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1. Definir a los mejores profesores.(Realizado por Tania Viridiana García Reino)

Para poder empezar a definir al buen profesor tenemos que realizar un estudio sobre aquellos que obtienen de sus alumnos los mejores resultados, pero que a la vez hayan tenido éxito al ayudar a sus estudiantes a aprender, y conseguir sacar de sus alumnos lo mejor de ellos mismos, provocándoles el pensar, actuar y sentir. Estos profesores, además, han influido positivamente en la vida de sus alumnos, hasta el punto de atraerlos fuera de sus especialidades, y consiguiendo que se planteasen incluso cambiar sus estudios.

Estos profesores, no son solo reconocidos por sus compañeros, sino también por sus educando, todos ellos hablan maravillas y se puede ver a través de ellos la influencia que estos profesores han tenido en las personas de su alrededor, ayudando y animando a sus estudiantes.

En sus clases podemos encontrar estilos deslumbrantes en clases magistrales, animadas discursiones de aula, ejercicios basados en problemas y proyectos o populares investigaciones de campo podían o no contribuir al fin último de la buena docencia. Estos profesionales de la enseñanza tratan a sus pupilos como algo valioso en lo que hay que hay que desarrollar unos objetivos de aprendizaje. Los buenos profesores, valoran el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad, la curiosidad, el compromiso con los asuntos éticos y tanto la amplitud como la profundidad en el conocimiento específico y las distintas metodologías y estándares para conseguir ese conocimiento.

Lo qué saben y entienden los mejores profesores

Los profesores extraordinarios conocen su materia extremadamente bien, son consumados eruditos, artistas o científicos en activo, tiene a sus espaldas notables publicaciones, aunque siempre hay excepciones, pero a ya tengan muchas publicaciones o no, estos profesionales están al día en cuanto a investigaciones y métodos.Saben cómo clarificar y simplificar los conceptos complejos, como llegar a la esencia del asunto, son capaces de pensar sobre su propia forma de razonar en la disciplina, analizando su naturaleza y evaluando su capacidad de pensar.

Cómo preparan su docencia

Los mejores profesores tratan sus clases, sus discursiones programadas, sus sesiones de resolución de problemas y demás elementos de su enseñanza como esfuerzos intelectuales formales que son intelectualmente exigentes y tan importantes como su investigación y su trabajo.

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Qué esperan de sus estudiantes

Los mejores profesores esperan siempre más de sus alumnos, pero sin llegar a presionar a sus alumnos ya que si no pueden frustrar su resultado. Los “mejores” evitan unos objetivos fijos, ligados al curso, intentan favorecer la forma de razonar y de actuar de sus alumnos.

Qué hacen cuando enseñan

Los buenos profesores intentan crear un buen ambiente de aprendizaje crítico natural. Las tareas plantearán un desafío a la hora de tratar con ideas nuevas, recapacitar sus supuestos y examinar sus modelos mentales de la realidad.

Cómo tratan a los estudiante

Los profesores tienden a mostrar una gran confianza con sus estudiantes. Están seguros de que sus estudiantes quieren aprender y que pueden hacerlo y lo asumen, hasta que estos demuestren lo contrario. Pueden contar como se interesaron ellos por la materia, las dificultades que tuvieron o algunos secretos para aprender conceptos de esa asignatura. Sencillamente consiste en tratar a los alumnos con amabilidad.

Cómo comprueban su progreso y evalúan sus resultados

Por lo general todos los profesores tienen algún tipo de programa sistematizado, para poner a prueba sus resultados y llevar a cabo los cambios necesarios, la calificación de los estudiantes sale de objetivos de aprendizaje concretos. Estos profesionales no culpan a sus alumnos de ninguna de las dificultades a las que se enfrentan, tienen un fuerte sentido de compromiso con la comunidad académica, sus propios esfuerzos son parte de una empresa educativa. Trabajan frecuentemente en iniciativas sobre cómo mejorar la docencia en la institución e intercambian opiniones con otros compañeros sobre la mejor forma de educar a los estudiando, en definitiva, intentan mejorar de continuo sus resultados para promover el estudio de los estudiantes, nunca quedan plenamente satisfechos con lo que han conseguido.

2. Qué saben los mejores profesores sobre cómo aprendemos

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(Realizado por Tania Viridiana García Reino)

Los mejores profesores conocen bien sus disciplinas y son académicos, artistas o científicos en activo y expertos, aunque no presenten una larga lista de artículos publicados; tienen un sentido inusualmente agudo de la historia de sus disciplinas, incluyendo las controversias creadas, y esa comprensión les ayuda a reflexionar de manera especialmente profunda sobre la naturaleza del pensamiento en sus campos.- El conocimiento es construido, no recibido.

Esto supone que los profesores no creen que aprender sea memorizas sino que para ellos construimos nuestro propio conocimiento a través de toda la información que nos llega, este proceso empieza cuando nacemos termina al morir, los tutores se encargan de ayudarnos a construir ese conocimiento. A su vez este conocimiento nos ayuda a comprender las entradas sensoriales (información) que recibimos posteriormente.

- Los modelos mentales cambian lentamenteLos buenos profesores creen que para conseguir crear un aprendizaje profundo es necesario:

1. Enfrentarse a una situación en la que su modelo mental no funcionará2. Asegurarse de que funciona o suficientemente mal como para tener

que detenerse y necesitar esforzarse con el asunto en cuestión 3. Ser capaces de manejar el trauma emocional que en ocasiones

acompaña al desafío de creencias mantenidas tanto tiempo

Se capaces de desafiar a sus alumnos para que estos respondan y den un mejor resultado pero eso tiene un serio inconveniente y es no saber hasta qué punto puedes tirar de un alumno sin que este se frustre y abandone.

- Las preguntas son cruciales

Las preguntas desarrollan un papel esencial en el proceso de aprendizaje, nos ayudan a construir conocimiento y a recuperar la información que retenemos en nuestra memoria para construir una respuesta a esa pregunta. Algunos científicos piensan que es necesaria una buena pregunta para poder empezar a aprender ya que si no hay pregunta la memoria no puede redactar una respuesta.

- El interés es crucial

La gente aprende mejor cuando intenta dar respuesta a una pregunta por la que tiene interés o cuando persigue un objetivo concreto. En un primer momento recogemos la información en la memoria a corto plaza, pero no es hasta que formulamos una respuesta hasta que esa información no pasa a la memoria a largo plazo.

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- ¿Qué motiva? ¿Qué desanima?

Los profesores con éxito utilizan en sus aulas un conjunto de actitudes, concepciones y prácticas que cuadran con los nuevos estudios surgidos de los trabajos de investigación sobre la motivación. Deci, Richard de Charms y otros han teorizado que las personas pierden mucha motivación si creen que están siendo manipuladas por la recompensa externa, si pierden lo que los psicólogos han denominado su sentido de “locus de causalidad” de su comportamiento. Por el contrario, como expresó Deci, “el refuerzo verbal, la aprobación social, y cosas asi,… es más difícil que sean percibidas por las personas como reguladores” del comportamiento.Lo que hacen los mejores profesores es dejar a sus estudiantes tanto control como les sea posible sobre su propia educación, y mostraban un gran interés en su aprendizaje y una enorme fe en sus capacidades, en lugar de ayudar a unos y a otros, animaban a la cooperación y la colaboración

3. ¿Cómo preparan las clases?(Realizado por Marta Toribio Martín)

Cuando un docente se enfrenta al reto de preparar sus clases, de modelarlas, debe tener claro que quiere conseguir con estas, para ello se plantea múltiples preguntas que le darán como resultado la metodología, objetivos y contenidos que quiere desarrollar en su clase, así como los recursos materiales y humanos que utilizara.

Generalmente cuando se plantean estás preguntas, se tiende a fijarse más en los objetivos de la enseñanza que en los objetivos del aprendizaje, no nos paramos a pensar en que capacidades queremos que desarrollen nuestros/as alumnos/as. Los mejores educadores piensan en la docencia como cualquier cosa capaz de ayudar y animar a los estudiantes a aprender, es decir centrar el aprendizaje en el alumno, enseñar a aprender. Los estudiantes se convierten en el referente del proceso formativo.

Pero que preguntas debemos hacernos a la hora de planificar, para que nuestras clases se conviertan en un hervidero de pensamientos autónomos, exista participación, reflexión, seamos unos profesores competentes a la hora de enseñar a aprender, no solo transmisores de conocimientos que nuestros estudiantes olvidarán seguramente pronto.

Ken Bain en su libro “Lo que hacen los mejores profesores universitarios” nos responde a esta cuestión detallándonos que preguntas se hacen los mejores profesores universitarios objeto de su estudio, las detallamos a continuación:

1. ¿Qué preguntas importantes ayudará mis cursos a responder a los estudiantes, o qué destrezas, capacidades o calidades les ayudará a desarrollar, y cómo podré alentar el interés de mis estudiantes en estas cuestiones y capacidades. En

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esta pregunta encontramos dos principios importantes a la hora de ser buenos profesores:

Planificar hacia atrás, comenzar por los resultados que esperamos fomentar. Se preguntan si quieren que los estudiantes recuerden, comprendan, apliquen, analicen, sinteticen o evalúen. Sepan contestar preguntas si recurrir a recitarlas de memoria o que calidades humanas deberían desarrollar.

Si los profesores quieren conseguir determinados resultados deben asumir que sus alumnos también deben ansiar esos mismos fines. Para ello en las primeras sesiones del curso se debe presentar a los alumnos/as cuales son los objetivos y motivarlos, fomentar su curiosidad sobre estos y conseguir que tomen estos objetivos como propios.

2. ¿Qué capacidades de razonamiento deben tener o desarrollar los estudiantes para responder a las preguntas que plantea el curso? Los mejores profesores quieren ayudar a sus estudiantes a razonar sobre las respuestas, no que memoricen respuestas correctas, de ahí que se planteen preguntas como estas: ¿Cómo puedo estimularlos para que se esfuercen colectivamente, para que practiquen sus habilidades de razonamiento?, ¿Dónde es más fácil que tengan dificultades los estudiantes a la hora de leer o de resolver problemas en este campo?

3. ¿Qué modelos mentales es probable que traigan los estudiantes al aula y que desearé que cambien? ¿Cómo ayudarlos a erigir ese desafío intelectual? Primero hay que desafiar los supuestos previos que traen los estudiantes y ponerlos en situaciones convincentes en las que sus modelos en uso no funcionen, para después explicar con mucho detalle los modelos nuevos que esperamos adquieran y comprendan.

4. ¿Qué información o conceptos clave puedo aclarar para proporcionar a los estudiantes la base (andamiaje) desde donde puedan continuar construyendo su compresión? ¿Qué podemos hacer en el aula para ayudar a que los estudiantes aprendan fuera de ella? Consiste en ayudar a las personas a aprender a razonar o a crear, a utilizar información nueva, y no en la necesidad de contar a los estudiantes todas y cada una de las cosas que deben saber y comprender. Seguimos reforzando que un buen docente debe enseñar a aprender.

5. ¿Cómo ayudaré a los estudiantes que tengan dificultades a la hora de comprender las preguntas y de utilizar las evidencias y los razonamientos para responder? ¿Cómo puedo ayudar a los mejores estudiantes a comprender en mayor profundidad, a refinar su capacidad de pensar y a reconocer la naturaleza del aprendizaje que se abre ante ellos?. Los mejores profesores, buscan realizar preguntas que ayuden a los estudiantes a centrase en los asuntos importantes o clarificar conceptos o les hacen escribir para conseguir este fin.

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Los profesores excepcionales son conscientes de que a veces la materia provoca conflictos emocionales que imposibilitan que les vaya bien a estudiantes muy capaces.

6. ¿Cómo enfrentarme a mis estudiantes con problemas conflictivos y animarles a que se esfuercen con los temas? Es cierto que existen algunos hechos que los estudiantes deben aprender y no dejan mucho espacio para el debate, pero cuestionar los principios o teorías que nos parecen más validos nos lleva a avanzar, debemos motivarles para que participen de este diálogo. Los buenos profesores buscan formas de construir estos conflictos en la estructura de clase: debates, emparejar autores de pensamientos opuestos en las lecturas, pedir a los estudiantes que traigan dos preguntas a clase cada día, y utilizar estas preguntas para construir una conversación crítica…

7. ¿Cómo averiguaré lo que ya saben y lo que esperan del curso, y cómo podré reconciliar las diferencias entre mis expectativas y las suyas? Para que podamos enseñar a aprender, debemos partir de lo que saben nuestros alumnos, ya que estos nunca son una pizarra en blanco, de sus interrogantes, de aquellas cuestiones que les preocupan y les interesan. Sin embargo son generalmente los docentes los que controlan las preguntas, ya que son ellos los que realizan la programación, son ellos como expertos en el campo los que mejor pueden saber lo que el aprendizaje de la disciplina puede suponer. Es necesario reconciliar ambas posturas, los mejores profesores se realizan estas preguntas: ¿Estoy preparado para realizar cambios en sesiones concretas de clase, o en todo el curso, para conectar con mis estudiantes? ¿Estoy dispuesto a ir parcheando la asignatura conforme progrese –cambiando exámenes, tareas o lo que hago en clase- para responder a lo que vaya aprendiendo sobre los intereses y conocimientos de mis estudiantes?

8. ¿Cómo ayudaré a los estudiantes a aprender a aprender, a examinar y valorar su propio aprendizaje y capacidad de razonamiento, y a leer de forma más efectiva, analítica y vigorosa? Estructurar el curso teniendo en cuenta esta premisa “a aprender a aprender”, es importante, debemos dejar y crear espacios para ello, para que se equivoquen y aprendan se sus propios errores. Una manera de que nuestros estudiantes a aprender a aprender es reforzando la capacidad de leer, de realizar una lectura comprensiva de aquello que deben interiorizar. Los profesores más efectivos tienen un fuerte deseo en ayudar a los estudiantes a aprender a leer en la disciplina, ya que las estrategias de lectura varían de una disciplina a otra.

9. ¿Cómo averiguaré la forma como están aprendiendo mis estudiantes de calificarlos y cómo los realimentaré antes –e independientemente- de cualquier calificación que les dé? Los mejores profesores se preguntan cómo animar a los estudiantes a pensar en voz alta y cómo crear una atmósfera no amenazadora en

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que puedan hacerlo. Buscan maneras de dar a los estudiantes la oportunidad de pelearse con sus pensamientos sin tener que enfrentarse a que sus esfuerzos sean calificados, de probar, de no conseguir hacerlo bien del todo, de recibir realimentación de sus intentos, y de probar de nuevo antes de enfrentarse a cualquier “nota”. Debemos crear esta atmosfera positiva en clase, no reprender ante una respuesta incorrecta a nuestros alumnos, si no animarlos a seguir pensando y participando y reforzar que van por el buen camino al intentar formular sus propias respuestas.

10. ¿Cómo me comunicaré con mis estudiantes de manera que los mantenga pensando continuamente? Hay que conseguir que en clase, en la actuación el estudiante se involucre y preste atención y no gire en torno al profesor. Nos plantearemos las siguientes preguntas ¿Cómo puedo mantener un tono coloquial y aun así llegar a todos mis estudiantes? ¿Cómo puedo evitar ser monótono? ¿Hay alguna pregunta o explicación motivadora que captará su atención? ¿Dice mi cuerpo lo mismo que mis palabras?...

11. ¿Cómo explicaré de forma comprensible los estándares intelectuales y profesionales que utilizaré para calificar el trabajo de los estudiantes, y por qué usaré esos estándares? ¿Cómo ayudaré a los estudiantes, y por qué usaré esos estándares? ¿Cómo ayudaré a los estudiantes a aprender a calificar su propio trabajo utilizando esos estándares? “Si los estudiantes no pueden aprender a juzgar la calidad de su propio trabajo” decía Paul Travis, “entonces es que en realidad no han aprendido”.

12. ¿Cuáles son los mejores indicadores para saber cómo entienden algo los estudiantes? ¿De qué forma sabremos cuál es su manera de razonar? No se trata de cómo se calculara la nota final si no en saber cómo se desarrollan intelectualmente los estudiantes, para ello es necesario el diálogo, la comunicación entre profesor y estudiantes.

Por último, la pregunta en la que están centradas las anteriores:

13. ¿Cómo crearé un entorno para el aprendizaje crítico natural en el que insertar las destrezas y la información que quiero enseñar mediante ejercicios que los estudiantes encuentre fascinantes –tareas auténticas que produzcan curiosidad, desafiando a los estudiantes a repensar sus supuestos y a examinar sus modelos mentales de realidad? ¿Cómo podré proporcionar un entorno seguro en el que los estudiantes puedan probar, fallar, realimentarse, y volver a probar? Los profesores excelentes realizan un proyecto donde poner a prueba el pensamiento de sus estudiantes, donde se enlacen diferentes temáticas, un proyecto cercano a su realidad y que tenga una utilidad real, en el que ellos tengan algo que decir desde el comienzo y sean ellos los que vayan poco a poco confeccionándolo,

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investigando y aprendiendo de sus propios errores. Este proyecto relacionado con el temario serviría para ayudar a entender las ideas fundamentales de este.

4. ¿Qué esperan de sus estudiantes?(Realizado por Marta Toribio Martín)

“Lo que tú traes a esta clase es a ti mismo y tu deseo de participar” Paul Baker.

Hay profesores que intentan retar a sus estudiantes con una gran cantidad de trabajo, obteniendo a menudo un rendimiento más bajo del esperado y quizás menos aprendizaje, porque los estudiantes acaban exhaustos y ofendidos. Los estudiantes necesitan saber que las tareas que están realizando les benefician personal e intelectualmente y que no solo sirven para conseguir una buena nota, lo que aprendan en la universidad repercutirá en su vida cotidiana.

Los mejores profesores esperan un mayor rendimiento de sus estudiantes y lo consiguen, entonces nos preguntamos, ¿Por qué algunos profesores esperan más y logran que los estudiantes lo consigan con gran satisfacción, mientras que otros fallan miserablemente en alcanzar lo que ellos consideran “más altos” estándares? ¿Los profesores con más éxito tratan las tareas de forma distinta, o poseen alguna otra cualidad que pueda explicar los resultados que obtienen?

Ken Bain se realiza estas preguntas en su estudio, recurriremos a él para encontrar repuesta a estas cuestiónes. En este estudio obtuvieron una conclusión había que darse cuenta que lo que guía los logros es una red compleja de creencias, concepciones actitudes y prácticas, debemos conocer las hebras individuales y cómo se alimentan unas de otras.

Hay que buscar y apreciar el valor individual de cada estudiante, cada estudiante es diferente y esta diferencia enriquece nuestras clases. No debemos establecer categorías entre buenos, regulares y malos estudiantes. Los mejores profesores se toman muchas molestias en explora el aprendizaje de sus estudiantes, para analizar cuidadosamente su

Podemos observar en estas preguntas que como decíamos al principio de este punto, los mejores profesores a la hora de diseñar sus clases toman como punto de referencia al alumno, se preguntan qué estrategias deben utilizar para conseguir que el estudiante cree su propio conocimiento, evitando que se convierta en un mero repetidor de lo expuesto en los libros, para ello es necesario motivarlos, despertar su curiosidad hacia la materia, enseñarles a leer las diferentes disciplinas, crear un clima positivo, promover la retroalimentación…

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trabajo, para reflexionar en profundidad sobre qué y cómo pueden aprender personas distintas, e incluso diseñar actividades individuales ajustadas a sus necesidades.

Es necesario para conseguir un mayor rendimiento que estudiantes mantengan su ilusión mediante expectativas positivas que sean genuinas, estimulantes pero realistas, y que tomen en serio su trabajo:

Establecer estándares altos y mostrar una gran confianza en la capacidad de sus estudiantes en alcanzarlos. El miedo y la ansiedad pueden reducir la capacidad de razonar, hay que promover el estímulo intelectual y la curiosidad en lugar de la preocupación y la duda relacionadas con la “obtención de una buena nota”.

Es necesario un diálogo entre estudiantes y profesores para explorar la forma de entender el aprendizaje, pudiendo así tanto unos como otros ir ajustándose sobre la marcha y evaluar al final del curso la naturaleza del aprendizaje.

Los mejores profesores cuando sus alumnos tenían dificultades en el aula, buscaban primero los problemas en sus propios cursos en lugar de en la preparación o la inteligencia de los estudiantes.

Las fuerzas externas pueden determinar el éxito académico. Los profesores objeto del estudio reconocían que “Nuestras ideas sobre quién tiene que estar en la universidad, a menudo arraigan en prejuicios basados en la clase, la procedencia e incluso en lenguaje –sin mencionar los racistas o étnicos”. Los mejores profesores buscaban diamantes en bruto, se tomaban en serio a todos sus estudiantes, y trataban a todos y cada uno de ellos con respeto. El profesor Baker decía con frecuencia a sus estudiantes, “el principal objetivo del curso es el desarrollo de personas creativas, proporcionándoles confianza en ellas mismas. No vamos a intentar meteros en ninguna clase de molde; al revés, estamos intentando ayudaros a que salgáis”

Los profesores extraordinarios como vimos en el punto anterior piensan que sus cursos son formas de ayudar a los estudiantes a aprender a razonar con corrección, hay dos preguntas en el corazón de este empeño:

¿Qué habilidades de razonamiento necesitarán tener o desarrollar los estudiantes para responder a las preguntas que plantea la disciplina? Arnol Arons, físico de la University of Washington, decía que el pensamiento crítico supone, como mínimo, un conjunto de diez habilidades de razonamiento y hábitos de pensamiento:

1. Plantearse conscientemente las preguntas.

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2. Ser clara y explícitamente consciente de las lagunas en la información disponible.

3. Discriminar entre observación e inferencia, entre hecho comprobado y conjetura subsiguiente.

4. Reconocer que las palabras son símbolos de las ideas y no las ideas mismas.

5. Sondear los supuestos que hay tras una línea de razonamiento.6. Extraer deducciones de los datos, observaciones y otras evidencias, y

reconocer cuándo no se pueden hacer deducciones sólidas.7. Llevar a cabo razonamiento hipotético-deductivo.8. Distinguir entre razonamiento inductivo y deductivo.9. Poner a prueba las líneas propias de razonamiento y las conclusiones

para ver su consistencia interna y desarrollar la autoconfianza intelectual.

10. Desarrollar la autoconciencia correspondiente que tiene que ver con el pensamiento propio y con los procesos de razonamiento.

Los profesores de dicho estudio, identificaban estas mismas habilidades de razonamiento crítico con los objetivos de aprendizaje principales de los cursos. De aquí surge la segunda pregunta:

¿Cómo puede cultivar esos hábitos de pensamiento de forma que los lleven a utilizar constantemente esas destrezas intelectuales? Proporcionando a los estudiantes muchas oportunidades para utilizar sus habilidades de razonamiento, dándoles la posibilidad de enfrentarse a problemas fascinantes y desafíos a su forma de pensar. Seeskin y otros profesores excepcionales piden a sus estudiantes que adopten y defiendan una postura en discusiones de aula o en ensayos y otras clases de proyectos, pero no se lo piden sólo para que razonen correctamente y juzgar más tarde sus esfuerzos. Les proporcionan apoyo y crítica constructiva, retrasando cualquier intento de calificar, hasta que los estudiantes hayan tenido un montón de oportunidades para practicar. Esto implica que deben permitir que sus estudiantes expresen sus puntos de vista mientras están aprendiendo.

Los buenos profesores secuencian sus materias, para propiciar la construcción de habilidades de sus alumnos: primero las lecturas fáciles; después, las más difíciles. Eligen artículos motivadores para las primeras lecturas. Los profesores más efectivos evitan la pregunta “¿Quién me cuenta lo que dice este artículo?”. Además como vimos en el capítulo anterior los mejores educadores enseñan a sus alumnos como leer los materiales de su asignatura.

Por último, muchos de los profesores objeto de este estudio, estaban interesados en el desarrollo personal de sus estudiantes, en investigar lo que significa ser humano, en ayudar a sus estudiantes a desarrollar la capacidad de ejercer la compasión, en reconocer las fuerzas emocionales que modelan las vidas de los estudiantes y en plantear la más

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poderosa de la preguntas morales “¿Qué Habrías hecho tú?. La profesora Jeanette Norden plantea a que “cada disciplina puede encontrar vías de enfrentar a los estudiantes con preguntas sobre su identidad como seres humanos”. Todos los profesores compartían que el aprendizaje tiene lugar no cuando los estudiantes hacen buenos exámenes, sino cuando evalúan cómo piensan y se comportan bien lejos de las aulas.

5. ¿COMO DIRIGEN LA CLASE?(Realizado por Rosario Olmo Fernández)

Unificar principios.

5. ¿Cómo dirigen la clase?(Realizado por Rosario Olmo Fernández)

Los mejores profesores intentan crear un entorno “natural” porque los estudiantes se encuentran con información que están intentando aprender, y “crítico”, porque aprenden a pensar críticamente.

Algunos profesores crean este ambiente en las clases magistrales; otros con discusiones; otros con estudios de casos, trabajo de campo u otras técnicas.

A veces los estudiantes resuelven los problemas en silencio mientras los plantean lo/as profesores/as ofreciendo ideas que desafían sus anteriores formas de pensar. El método varía en función de muchos factores como por ejemplo, los objetivos de aprendizaje, la personalidad y cultura de los estudiantes y profesores/as.

Una pregunta intrigante es uno de los elementos esenciales que componen el entorno crítico natural para aprender. Otro elemento importante son las orientaciones para ayudar a los estudiantes a comprender el significado de la pregunta.

Un profesor de filosofía de la Universidad de Texas le preguntó a sus estudiantes: “¿Hay alguien aquí que sepa alguna cosa con absoluta certeza?”. Debido a que las personas intentan aprender más efectivamente cuando intentan responder a preguntas

Podemos concluir que los mejores profesores se preguntan lo que esperan que los estudiantes consigan no solo en el plano intelectual, sino también física o emocionalmente cuando acabe el curso y por qué esas habilidades son importantes. A veces descartan o ponen menos énfasis en objetivos tradicionales favoreciendo la capacidad de comprender, de usar evidencias para sacar conclusiones. La capacidad de razonar sobre el propio pensamiento y corregirlo sobre la marcha es mucho más importante que recordar una retahíla de fechas y nombres. Los mejores profesores tienen una gran fe en la capacidad de sus estudiantes y en el poder del desafío saludable, pero también saben apreciar que el exceso de ansiedad y tensión puede dificultar el aprendizaje.

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propias, el intento del profesor ayudaba a sus estudiantes a aceptar las preguntas de él como propias de ellos.

Otro profesor de química en Harvard, da clases mediante una combinación de ciencia, historia y poesía. Habla del arte, utilizándolo para capturar el poder de la emoción y la belleza con las que el poeta o el pintor sacan la imaginación y el asombro. Incluso pide a sus alumno/as de química que escriban poesía mientras comprenden los conceptos y las ideas de los científicos.

A menudo las mejores preguntas son provocadoras como por ejemplo: ¿Qué harías si, al volver a casa de la universidad, te encontrases muerto a tu padre, a tu madre casada con tu tío, y el fantasma de tu padre se te apareciera para decirte que ha sido asesinado?

Otro elemento para el aprendizaje crítico natural, compromete a los estudiante/as en alguna actividad intelectual, los anima a comparar y analizar, nunca solo a escuchar y recordar.

El entorno también ayuda a los estudiante/as a responder a las preguntas.

Algunos profesores/as utilizan la técnica de preguntar al final de la clase: “¿Qué conclusiones has sacado?” (Esta técnica tuvo su origen en los años setenta y se llama “one minute paper”). Pueden preguntarlo en la clase o pedirlo por escrito, o incluso a través de la red hoy en día.

Emplear el oficio docente en el aula.Los comunicadores de mayor éxito tratan lo que dicen a sus estudiantes como una conversación y no como una actuación. Interactúan con los estudiantes, los animan y los dejan interactuar unos con otros. Algunos profesores/as luchan con el significado de una idea o buscan la mejor manera de explicarla, creando una sensación de intercambio espontáneo e incitando a los estudiantes a sentirse parte de esa conversación. Otros se dedican a bromear todo el tiempo con sus estudiantes.

La mejor docencia es cuando las personas entran en sus clases con toda la intención de estimular los intereses de cada estudiante, de comunicar de forma clara, de ayudar a comprender, de motivar respuestas, de promover el aprendizaje, de implicarse y de considerar múltiples perspectivas.

El lenguaje cálido consiste en relatar historias. Lo/as mejores profesores/as suelen usar lenguaje cálido, ser explícitos, decirlo todo, contar la historia y dar la explicación. Utilizan lenguaje familiar.

Las buenas explicaciones empiezan con formas de ayudar al estudiante a tener una comprensión adecuada; no tienen por qué ser las maneras más detalladas de describir algo. Empiezan con lo sencillo, lo familiar, y poco a poco van añadiendo dificultad.

Alguno/as profesores/as creen que los estudiantes aprenden más en circunstancias informales que cuando interpretan su papel de estudiantes.

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6. ¿CÓMO TRATAN A SUS ESTUDIANTES?(Realizado por Rosario Olmo Fernández)

Alguno/as profesores/as dicen que el aspecto más importante es la relación de confianza que se desarrolla entre ello/as y sus estudiantes. Esa confianza significa que lo/as profesores/as creen firmemente que los estudiantes desean aprender, y asumen que pueden aprender. La confianza hace también que lo/as profesores/as no tengan ninguna preocupación por si los estudiantes intentan engañarlos.

Lo/as profesores/as que establecen una confianza con sus estudiantes muestran una clase de franqueza con la que pueden de vez en cuando hablar de su trayectoria intelectual, sus ambiciones , sus triunfos, frustraciones, errores, y les animan a ser reflexivos y abiertos. Comparten sus secretos sobre aprendizaje y técnicas para recordar algo. Estas confesiones, nunca son para presumir, sino que surgen de forma discreta.

Esta confianza produce una atmósfera interactiva en la que los estudiantes pueden hacer preguntas sin ser avergonzados y no sentir que hacen preguntas estúpidas.

“Todos pueden contribuir y cada contribución es única” dijo Paul Baker. “Yo quiero que cada uno de mis estudiantes comprenda que nadie más en el mundo podrá traer su propio conjunto particular de experiencias y de química corporal a la clase. Todos tienen algo especial que ofrecer, una perspectiva original.”

Muchos profesores/as encuentran semejanzas con sus estudiantes en su propia ignorancia y curiosidad, en su amor por la vida y la belleza, en su mezcla de respeto y temor, y en esa mezcla descubren mas semejanzas que diferencias. Un sentimiento de respeto por el mundo y por la condición humana es lo que se une entre ellos.

Lo más importante es la humildad, el temor por lo desconocido que crea en los mejores profesores/as la idea de que ello/as y sus estudiantes pueden hacer grandes cosas juntos.

La mezcla entre humildad y orgullo, miedo y determinación, es lo más característico e importante de asumir sus propias limitaciones como profesores/as.

Los instructores/as más eficientes ven problemas si no consiguen llegar al estudiante, pero intentan evitar que eso afecte a su confianza de que son capaces de resolver el problema con más esfuerzo. Tratan a sus estudiantes de la misma forma como pueden tratar a cualquier colega, con justicia, compasión y preocupación. Lo que enseñan y la forma de evaluar a sus estudiantes, es un reflejo de ese enfoque. Incluso aparece en su buena disposición para quedar con sus estudiantes fuera del aula.

7. ¿Cómo evalúan a sus estudiantes y a sí mismos?(Realizado por Raffaella Spinelli)

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El texto propuesto trata acerca del profesorado y la relación con el alumnado y como se debe desarrollar nuestro futuro trabajo, donde se puede resumir bajo las palabras siguientes: “ayudar y animar a aprender”.

El autor desarrolla el texto en función de profesores tradicionales o avanzados, convencionales o extraordinarios, es decir en buenos y malos. Así va desarrollando las claves para ser un buen profesional, y como nuestra función es la de “ayudar y animar a aprender”, esta frase que se repite a lo largo de todo el texto y es el pilar fundamental para ser un buen profesional.

Así el extraordinario profesor es aquel que influye en los aspecto positivos del alumnado, para ello, primero estudia de modo individual a cada uno de sus alumnos, bien con una charla directa, encuestas, cuestionarios, etc., no para enjuiciarlos sino con el fin de conocerles todo lo que es posible: sus talentos, ambiciones, formas de razonar o incluso los problemas que le preocupan a los pupilos y que pudieran influir en el desarrollo escolar

Después desarrolla los métodos de enseñanza donde se expone que “el aprendizaje es un proceso de desarrollo y no un asunto de adquisición” y se debe “desarrollar capacidades nuevas de comprensión y razonamiento”. Este método de enseñanza y por tanto el de aprendizaje debe ser permanente y constante a lo largo del periodo escolar y se puede utilizar diferentes técnicas como son los ejercicios breves, trabajo en pequeños grupos realimentación anónima, etc.

Por otra parte desarrolla de modo extenso el tema de las calificaciones, donde tradicionalmente el fin era “separar las ovejas de las cabras”, pero que para el autor presenta multitud de significados en relación con el extraordinario profesor.

Este buen profesional como primer paso recoge la información sobre los estudiantes para luego utilizar las calificaciones con el fin de mejorar y para elaborar cuidadosamente el proceso basándolo en el aprendizaje, en lugar de en el rendimiento.

Por otro lado el autor refiere que el tema de las calificaciones, no solo sirve al alumno para saber su evolución a lo largo del periodo escolar sino también sirve al profesor para saber cómo realiza su cometido, es decir, “las puntuaciones más bajas me dicen habitualmente que no he conseguido llegar a mis estudiantes” y en razón a esto “cada docente debe tomar decisiones inteligentes e informadas sobre la calidad de sus propias practicas si espera mejorarlas”. Otro modo de mejorarse como profesional que se expone en este texto sería la crítica constructiva entre colegas.

Para terminar este breve resumen del texto propuesto puedo decir que el profesor debe conocer a sus alumnos y esforzarse para ayudar y animar al alumnado a aprender desarrollando sus talentos y métodos de razonamiento y el buen profesor desarrollar sus habilidades gracias a la autocrítica, reflexión y disposición para cambiar y mejorar.

BIBLIOGRAFÍA

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Brain.K, (2006). Lo que hacen los mejores profesores de universidad. Valencia: PUV

Cornejo. M.J. (2010). Didáctica e innovación curricular, Practica1. Madrid: Ces Don Bosco

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