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ESTRATEGIAS PARA COMPRENDER UN TEXTO

• PRELECTURA

• LECTURA REFLEXIVA

• EL SUBRAYADO

• LAS NOTAS MARGINALES

• TOMA DE APUNTES

• ESQUEMAS

• RESUMEN

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ANÁLISIS DEL TEXTO

ANTES DE LA LECTURA

PRELECTURA

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EL SUBRAYADO

Y

LAS NOTAS AL MARGEN

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ANÁLISIS DEL TEXTO: “El viaje sobre el tiempo o la lectura de los clásicos

CRISISLECTORA

La ausencia de lectura rompe la relación con el pasado.

El arte de leer y reinterpretar esos textos inolvidables desde nuestra perspectiva sigue siendo el más sólido e ineludible fundamento de la formación humanística, una educación que está marginada y angustiosamente amenazada por presiones pragmáticas, urgencias sociales y modas pedagógicas. De modo que la enseñanza de humanidades, en un tiempo prestigiosa, está en honda y extensa crisis. Tal vez se nota más en nuestras aulas, pero no se trata sólo de un fenómeno escolar. Se trata de una crisis amplia de la lectura y de la relación con el pasado. Es el pasado el que ha perdido prestigio.

LIBROS CÁSICOS

Lo que ha consagrado y define como clásicos a determinados textos y autores es la lectura reiterada, fervorosa y permanente de los mismos a lo largo de tiempos y generaciones. Clásicos son aquellos libros leídos con una especial veneración a lo largo de siglos. Un libro clásico es un texto enormemente sugestivo, que invita a nuevas relecturas. Italo Calvino, en un estupendo ensayo recogido en su libro Por qué leer a los clásicos, daba 14 definiciones. Me gusta especialmente la que dice: "Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir".

El misterioso atractivo fundamental de esos textos reside en su inagotable capacidad de sugerencias. Siempre se puede encontrar en ellos algo nuevo, sugerente y aleccionador. Frente a tantos y tantos libros sólo entretenidos, ingeniosos, eruditos o muy doctos, pero de un solo encuentro, frente a tantos papeles de usar y tirar, los textos literarios se definen por admitir más de una apasionada lectura. Y los clásicos invitan a relecturas incontables.

Se puede calificar a los libros clásicos como "la literatura permanente" -según frase de Schopenhauer-, en contraste con las lecturas de uso cotidiano y efímero, en contraste con los best sellers y los libros de moda y de más rabiosa actualidad. Suelen llegarnos rodeados de un prestigio y una dorada pátina añeja, pero conservan su agudeza y su frescura por encima del tiempo. Son los que han pervivido en los incesantes naufragios de la cultura, imponiéndose al olvido, la censura y la desidia. Algo tienen que los hace resistentes, necesarios, insumergibles. Son los mejores, libros "con clase", como sugiere la etimología latina del adjetivo classicus.

Los libros cásicos son leídos a lo largo de los siglos

Los libros clásicos son novedosos, inspiradores y edificantes.

PERMANENCIA DE LOS CLÁSICOS

LO ATRACTIVO

Los libros clásicos se mantienen en el tiempo.

Los libros cásicos trasmiten mensajes valiosos.

Pero eso no significa que esos textos se sitúen más allá de la historia, sino que su recepción, su fulgor y permanencia dependen de la estima más o menos constante de sus lectores y, por lo tanto, de las alternativas del gusto. Si se han mantenido como clásicos es porque siguen diciendo algo valioso a muchos, como una parte del "capital cultural" de una lengua o una nación o una cultura.

EL VALOR DE LOS CLÁSICOS

DISTINCIONES

No todos los clásicos poseen igual grandeza ni paralelos atractivos o idénticos méritos, y no todos están situados a la misma distancia, en el tiempo y el idioma, de la sensibilidad del lector. Podríamos insinuar aquí una distinción sencilla entre los clásicos universales (aunque queda bien entendido que "universales" quiere decir los de nuestra civilización occidental) y los nacionales (en los que el uso del propio idioma resulta un rasgo decisivo para su valoración). Entre los primeros tenemos a Homero, Esquilo, Platón, Virgilio, Dante, Shakespeare, Cervantes o Molière. Son los gigantes de la literatura, cuya obra se alza esplendorosa por encima de su lengua, época y nación. Los nacionales son los mejores representantes de una lengua y cultura, pero cuya grandeza resulta mejor valorada en su propia tradición cultural. Su uso del idioma los ha convertido en referencias indispensables de la escuela y la literatura nacional. Son Quevedo, Góngora, Chaucer, Sterne, Corneille, Racine, Schiller o Pushkin.Y quizás podemos abrir una tercera lista, del todo subjetiva, de los clásicos que calificaríamos de "personales". Como decía Calvino, son los que con amor has seleccionado como "tus" clásicos, aquellos que uno considera amigos.Leer clásicos procura no solo conocimiento, sino también un variado, vivaz, inmenso placer.

Los libros pueden ser clásicos universales o nacionales.

CLASIFICACIÓN

Los libros clásicos sobrepasan sus límites geográficos, temporales y lingüísticos.

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ORGANIZADORES GRÁFICOS

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