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Título: Estudio comparativo del envejecimiento entre personas
con cognición normal y discapacidad intelectual: análisis de la
influencia de los aspectos cognitivos y ocupacionales sobre
los emocionales.
Autores:
Estela Calatayud Sanz. Terapeuta Ocupacional del centro de día los Sitios
de Fundación La Caridad. Zaragoza
Olga Tena Bernal. Terapeuta Ocupacional de Atades. Zaragoza
Marta Sánchez Peña. Terapeuta Ocupacional de Atades. Zaragoza
Resumen:
Introducción: El envejecimiento lleva consigo cambios cognitivos
ocupacionales, y emocionales. La ansiedad y la depresión son dos de las
patologías asociadas al envejecimiento cognitivo, que afectan tanto a las
personas con cognición normal (CN), como a las personas con discapacidad
intelectual (DI). Sin embargo en este último grupo estas variables han sido
menos estudiadas.
Objetivo: Comparar los niveles de ansiedad y depresión basales en personas
mayores con CN y DI y relacionarlo con su nivel cognitivo y su desempeño
ocupacional en el pasado y en el presente.
Metodología: Estudio descriptivo comparativo en 247 personas mayores (146
con cognición normal (CN) y 101 con discapacidad intelectual (DI)) que son
atendidas en centros de día o residencias, de dos instituciones de Zaragoza
(Fundación La Caridad y Atades).
Criterios de inclusión
CN: 65 años o más y Mini-examen cognoscitivo de Lobo (MEC) entre
27-35.
DI: mayores de 60 años y mayores de 45 con SD. CAMDEX entre 50-
109.
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Herramientas de evaluación: se recogen datos de las variables
sociodemográficas y del desempeño ocupacional (roles, intereses, valores). se
evaluó mediante MEC, escala de ansiedad de Goldberg, y la escala de
depresión de Yesavage.
Análisis estadístico:. Se analizaron las diferencias y/o asociaciones mediante la
prueba de la t de Student para las variables cuantitativas, y mediante la prueba
de Chi cuadrado para el análisis de las variables categóricas. Se utilizó el
programa estadístico SPSS, versión 22.0. con un nivel de significación P<0,05.
Aspectos éticos: Se obtuvo el dictamen favorable del comité ético de
investigación clínica de Aragón (CEICA) y se firmó consentimiento informado.
Resultados: La Edad media de la población es de 70,6±11,5 años. La
muestra la componen 123 hombres y 124 mujeres. Tanto la ansiedad como la
depresión son mayores en el grupo con CN (P<0,001). Entre las personas sin
ansiedad (con CN y con DI), hay mayor porcentaje de personas con valores de
familia, roles de trabajo presente y deterioro cognitivo. Entre las personas sin
depresión (con CN y con DI), hay mayor porcentaje de personas con roles
pasado trabajo, roles presente trabajo, roles estudio pasado, roles estudio
presente y deterioro cognitivo. Todas las asociaciones anteriores son
estadísticamente significativas (P<0,005).
Conclusiones:
- Las personas con CN presentan más alteraciones emocionales asociados a
una mayor capacidad volitiva.
-Los duelos y pérdidas se asocian con mayor alteración emocional en ambas
poblaciones (con y sin discapacidad intelectual).
-Las actuaciones terapéuticas preventivas dirigidas a empoderar a ambas
poblaciones, deben contemplar las características diferenciales de las mismas.
Palabras clave: Envejecimiento saludable, cognición normal, discapacidad
intelectual, desempeño ocupacional, roles, ansiedad, depresión, valores.
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1-Introducción
En las últimas décadas, el mundo ha sufrido el fenómeno denominado
“encanecimiento mundial”. Con la mejoría en la calidad de vida, la salud y los
servicios unida al descenso de la natalidad y la mortalidad y al aumento en la
esperanza de vida, se tiende a una transición demográfica en la que las
pirámides poblacionales se invierten. Las naciones en desarrollo no escapan a
este fenómeno, lo que significa que enfrentan las consecuencias del
envejecimiento en un contexto más complicado, en el cual se mezclan múltiples
problemas de salud, sociales, funcionales y económicos (1).
La pirámide de población de España continúa su proceso de envejecimiento,
medido por el aumento de la proporción de personas mayores, las que tienen
65 ó más años. Según los datos estadísticos del Padrón Continuo (INE) a 1 de
enero de 2019 hay 9.057.193 personas mayores, un 19,3% sobre el total de la
población (47.026.208) (2).
El envejecimiento provoca cambios no sólo en el funcionamiento del sistema
nervioso central, sino en otros sistemas físicos (3-4). La capacidad de
desempeño en el envejecimiento depende del estado de los sistemas musculo-
esquelético, neurológicos, cardiopulmonares y otros sistemas corporales;
también depende de las habilidades mentales y cognoscitivas como la memoria
y la planificación. El desempeño, requiere por tanto del conjunto objetivo de las
capacidades subyacentes (5).
Algunas enfermedades psiquiátricas provocan una pérdida de atracción por
participar en diversas actividades. Por ejemplo, las personas con ansiedad y
depresión, hablan acerca de la pérdida de su entusiasmo por los intereses
pasados (6).
El proceso de envejecimiento lleva asociado una pérdida de roles (como el rol
de cónyuge o de amigo a través de la muerte) (7). Las personas mayores que
no pueden reemplazar los roles perdidos o disminuidos, pueden experimentar
aburrimiento, soledad y depresión (8-10). Por tanto la participación en pocos
roles es perjudicial para el bienestar psicológico. Sin roles suficientes, la
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persona carece de identidad, de propósito y estructura en la vida cotidiana. La
falta de roles se asocia con depresión y problemas de salud física y cognitiva
en la persona mayor (11).
Por otro lado, la jubilación es un proceso completamente individual. Para un
individuo puede significar el escape de un trabajo arduo y la oportunidad para
dedicar tiempo a las ocupaciones de mayor prioridad, como el compromiso con
la familia, estudiar una segunda carrera o pasatiempos. Para otros, sin
embargo, puede significar la pérdida de contacto social y la interrupción de una
fuente primaria de valor personal y significado. Cualesquiera que sean las
implicaciones, la jubilación es un acontecimiento vital importante que reformula
la vida ocupacional del individuo (7).
Además de ello, estas situaciones como la viudedad o la jubilación imponen
exigencias para adquirir nuevos hábitos. A medida que las capacidades
declinan, los hábitos se tornan cada vez más importantes para sostener el
rendimiento funcional y la calidad de vida (12).
Las personas con discapacidad se definen como "aquellas que presentan
deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, previsiblemente
permanentes que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su
participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con
los demás”(13).
El DSM-5 engloba a la discapacidad intelectual (en adelante DI), dentro del
grupo de los trastornos del Desarrollo neurológico, así mismo dentro de la DI se
definen tres grupos diferentes: discapacidad intelectual, retraso global del
desarrollo y DI no especificada (14).
El proceso de envejecimiento de la población afecta tanto a personas con o sin
DI debido al aumento de la esperanza de vida. Gradualmente se va reduciendo
la diferencia de media de años de vida entre la población general y las
personas con DI (15).
En el estudio realizado por Bittles et al (2002) se encontró que la media de
esperanza de vida de las personas con DI ligera era 74 años, para la DI
moderada 67’6 años y para la DI profunda 58’6 años (16).
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Es preciso aclarar que las personas con DI profunda son las que presentan
menor esperanza de vida llegando a vivir hasta un 20% menos que la
población general; algunos grupos concretos de personas con DI presentan
una esperanza de vida más corta; por ejemplo las personas con SD presentan
de media una esperanza de vida de 58’6 años (17).
En el proceso de envejecimiento de las personas con DI, aparecen una serie
de cambios a nivel biopsicosocial que se van presentando en tres fases (18-
19):
En una primera fase aparecen los cambios biológicos, a nivel sensorial
aparecen dificultades auditivas y visuales, a nivel físico procesos osteo-
articulares, y a nivel cognitivo hay un incremento de procesos
neurodegenerativos.
En una segunda fase, pueden aparecer una serie de cambios a nivel
psicológico, derivados del propio proceso de envejecimiento y la
necesidad de adaptación a este proceso. En algunos casos aumenta la
preocupación por la pérdida de familiares.
En la tercera fase, se hace necesaria la utilización de un mayor número
de recursos dirigidos a mejorar la calidad de vida de estas personas. A
nivel social en esta etapa aparece una pérdida de roles de tipo
ocupacional laboral y la institucionalización en residencias o centro de
día. Además las actividades de ocio y tiempo libre se ven modificadas
como consecuencia de las pérdidas de tipo físico o de apoyos sociales.
Aparece también un incremento de los apoyos socio-sanitarios para
hacer frente a un proceso de envejecimiento con dignidad.
Los estudios publicados hacen referencia exclusivamente al Síndrome de
Down (en adelante SD) y los tamaños de las muestras son muy pequeños.
Esto enfatiza la necesidad de un estudio más grande que incluya otros tipos de
DI para comparar el proceso de envejecimiento entre personas con y sin DI, y
sobre todo conocer las diferencias con el envejecimiento normal (15).
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2-Objetivos:
Comparar los niveles de ansiedad y depresión basales en personas mayores
con cognición normal y discapacidad intelectual (diferenciando con Síndrome
de Down), y relacionarlo con su nivel cognitivo y su desempeño ocupacional
en el pasado y en el presente.
3-Material y métodos
Tamaño muestral
La muestra la constituyen 247 participantes (146 con cognición normal y 101
con DI)
Tipo de estudio
Se trata de un estudio descriptivo comparativo cuya población la constituyen
personas mayores que son atendidas en centros de día o residencias, de dos
instituciones de Zaragoza:
-La Fundación La Caridad que en su centro de día “Los Sitios” atiende a
personas mayores con cognición normal (en adelante CN), dentro de su unidad
de prevención y envejecimiento activo.
-ATADES que atiende a personas con DI en su centro ocupacional y residencia
Santo Ángel (Zaragoza) y en la ciudad residencial Sonsoles (Alagón) dentro del
servicio de envejecimiento activo de ambos centros.
Criterios de inclusión
En el centro de día Los Sitios de la Fundación La Caridad se aplican los
siguientes criterios de inclusión:
Edad: 65 años o más
Criterio determinante: MEC comprendido entre 27-35 puntos en mini-
examen cognoscitivo de Lobo (MEC)
-En Atades, se aplican los siguientes criterios de inclusión:
Edad: mayores de 60 años y mayores de 45 con SD.
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Criterio determinante: CAMDEX entre 50 y 109 puntos.
Variables y método de medida
En primer lugar se elaborará una ficha donde se recogerán datos de:
Variables sociodemográficas (edad, sexo, nivel de estudios, red de
apoyos, unidad de convivencia).
Desempeño ocupacional (roles, intereses, valores).
Las herramientas o test que se utilizarán en la valoración son:
Mini- examen cognoscitivo de lobo (20-21).
Escala de ansiedad abreviada de Goldberg (22).
Escala de depresión de Yesavage (23).
Como variable principal se utilizará Mini-Examen Cognoscitivo de Lobo (MEC).
Deriva del Mini-Mental State Examination de Folstein (MMSE) y ha sido
adaptado y validado por Lobo, en nuestro país en 1979. Se trata de un test
cognitivo breve para el estudio de las capacidades cognitivas y sigue siendo el
test de cribado cognitivo más utilizado en atención primaria. MEC evalúa 8
componentes: orientación temporal, orientación espacial, memoria de fijación,
atención y cálculo, memoria a corto plazo, lenguaje y praxis. MEC tiene una
sensibilidad en torno al 85-90% y una especificidad del 69%. Puede ser
administrado a cualquier persona que requiera de una valoración cognitiva. La
puntuación máxima es de 35 puntos.
-Escala de ansiedad abreviada de Goldberg permite medir la ansiedad en
personas mayores de 65 años. Recorre cuatro áreas psiquiátricas
fundamentales: depresión, ansiedad, inadecuación social e hipocondría. La
recogida de información es a través de un cuestionario heteroadministrado. La
prueba contiene 9 preguntas y el punto de corte es 4. Tiene una sensibilidad
(83,1%), especificidad (81,8%) y valor predictivo positivo (95,3%) adecuados.
-Escala de depresión geriátrica de Yesavage, conocida también con el nombre
de GDS- 15. La prueba contiene 15 preguntas, con respuestas dicotómicas
(SI/NO). Ha demostrado una fiabilidad ínter observador muy alta, con una
validez predictiva similar a la referida: sensibilidad del 80% y especificidad del
8
75% para el punto de corte Los puntos de corte son los siguientes: de 0 a 4
puntos: Normal (No existe depresión), de 5 a 12 puntos: depresión moderada y
más de 12 puntos: Depresión severa.
Valoraciones
Las valoraciones han sido de 1 hora por paciente, y se ha rellenado la hoja
informativa, el consentimiento informado, y se han administrado las diferentes
escalas de valoración cognitivas, y psicológicas, así como las ocupacionales.
Las valoraciones se han llevado a cabo, durante el año 2019 en las dos
entidades ya citadas.
Análisis estadístico
Se presentan valores de media y desviación estándar (DE), frecuencias y
porcentajes como estadísticos descriptivos de las variables registradas, en
función de la naturaleza de cada variable. Se analizaron las diferencias y/o
asociaciones en las características basales, demográficas y de niveles de
ansiedad y depresión y de deterioro cognitivo de los sujetos de ambas
poblaciones, mediante la prueba de la t de Student para las variables
cuantitativas, y mediante la prueba de Chi cuadrado para el análisis de las
variables categóricas. Todos los análisis estadísticos se realizaron con el
programa estadístico SPSS, versión 22.0. El nivel de significación se estableció
en P<0,05.
Aspectos éticos
Tratamiento de datos personales. Los datos se codificaron de forma que
no se incluyesen datos del paciente en la base de datos del estudio y
que nadie salvo el investigador pudo acceder a la identidad del
participante.
Implicaciones asistenciales. La realización del estudio no interfirió con
las tareas asistenciales de ambas instituciones, ni afectó al principio de
justicia.
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El reclutamiento de los participantes se realizó de forma interna con los
criterios de inclusión en ambas entidades.
Información a los participantes y consentimiento informado: Al comienzo
del estudio, en la primera entrevista se entregó a cada participante una
hoja informativa con la explicación del proyecto, donde se especificaba
que podía abandonar el estudio cuando le interesase. Además, se pidió
el consentimiento informado En este documento se especificaba la
confidencialidad de los datos, y la voluntariedad en la participación del
estudio.
Normas Helskinski: El proyecto se ha llevado a cabo siguiendo las
Normas Deontológicas reconocidas por la Declaración de Helsinki (52ª
Asamblea General, Edimburgo, Escocia, Octubre 2000), las Normas de
Buena Práctica Clínica y cumpliendo la legislación vigente (24).
CEICA: Se pide ha pedido permiso para llevar a cabo el proyecto, al
Comité ético de Investigación clínica de Aragón (CEICA). Con dictamen
favorable C.P.- C.I. PI18/152 Versión protocolo: Versión 2, de
01/06/2018.
Financiación
El presente proyecto de investigación se desarrolla con los presupuestos
habituales de las dos entidades participantes, no necesitando de financiación
especial.
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4-Resultados
La muestra está compuesta por un número total de participantes de 247 [146
(59,1%). personas mayores con cognición normal de Fundación La Caridad y
101(40,9%) de personas mayores con discapacidad intelectual de Atades].
4.1. Características socio-demográficas de la muestra
Los datos de las variables socio-demográficas quedan recogidos en la tabla 1.
La Edad media de la población es de 70,6±11,5 años.
Con discapacidad intelectual: 60,6±8,3 años.
Sin discapacidad intelectual: 77,6±7,6 años.
La muestra la componen 123 hombres y 124 mujeres.
En el grupo de mayores de La Caridad hay un 80,14 % de personas que han
estado casadas (50% siguen casadas y un 30,14%viudas). Sin embargo, en las
personas con discapacidad intelectual, el 86,14% son solteras.
Observamos que en Atades el núcleo de convivencia principal es la residencia
(70,30%), frente a la convivencia con familia o interna que predomina en La
Caridad (78,77%).
En cuanto al nivel de estudios, en las personas con DI predominan los estudios
primarios incompletos, frente a los estudios primarios completos en personas
mayores con envejecimiento normal (con una tendencia cada vez mayor a
bachiller y estudios superiores).
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Tabla 1.Variables socio-demográficas
DATOS SOCIODEMOGRÁFICOS
CON DI SIN DI
EDAD 60,61 (8,28) 77,57 (7,64)
SEXO Hombre 53(52,48) 70(47,95)
Mujer 48(47,52) 76 (52,05)
ESTADO CIVIL
Soltero 87 (86,14) 18 (12,33)
Casado/pareja 13 (12,87) 73 (50,00)
Viudo/a 0 (0) 44 (30,14)
Separado 1 (0,99) 11(7,53)
APOYOS Formal 31 (30,69) 57 (39,04)
Informal 97 (96,04) 139 (95,21)
NÚCLEO DE CONVIVENCIA
Con familia/ interna en domicilio 27 (26,73) 115 (78,77)
Residencia 71(70,30) 2 (1,37)
Vive solo 3(2,97) 29 (19,86)
NIVEL DE ESTUDIOS
Analfabeto/ Sin lecto-escritura 33 (32,67 ) 0(0)
Primarios Incompletos 64 (63,37) 28 (19,18)
Primarios Completos 4 (3,96) 74 (50,68)
Bachiller-Estudios Superiores 0 (0) 44 (30,14)
4.2 Análisis comparativo de la ansiedad y depresión en personas mayores
con y sin discapacidad intelectual.
Si se compara la frecuencia y porcentaje de las escalas de ansiedad de
Goldberg y de depresión de Yesavage como queda reflejado en la tabla 2, el
porcentaje de personas con ansiedad es del 50% en CN y del 20,8% en DI. En
la depresión, 45,2% en CN 19,8% en DI. Tanto la ansiedad como la depresión
se asocian estadísticamente con la condición (con DI o sin DI) (ambas
P<0,001).
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Tabla 2. Porcentaje y asociaciones de personas con ansiedad y depresión, según Goldberg y
Yesavage en ambos grupos (con y sin discapacidad intelectual)
ANSIEDAD Y DEPRESIÓN
CON DI n(%) ATADES SIN DI n(%) CARIDAD TOTAL n(%) p
SIN ANSIEDAD 80(79,2%) 73(50%) 153(61,9%) <0,001
CON ANSIEDAD 21(20,8%) 73(50%) 94(38,1%)
SIN DEPRESIÓN 81(80,2%) 80(54,8%) 161(65,2%)
<0,001 DEPRESIÓN MODERADA 19(18,8%) 62(42,5%) 81(32,8%)
DEPRESIÓN SEVERA 1(1%) 4(2,7%) 5(2%)
Los valores que se muestran son el número de participantes por categoría, entre paréntesis, la
proporción de los mismos sobre el total (%); p: p-valor.
En la tabla 3, se puede observar que si se compara la media y la desviación
estándar de las escalas de ansiedad de Goldberg y de depresión de Yesavage
las personas sin DI tienen una puntuación mayor tanto en la escala de
ansiedad como en la de depresión y ambas son estadísticamente significativas
(P<0,001).
Tabla 3 Media y desviación estándar comparativa de personas con ansiedad y depresión,
según Goldberg y Yesavage en ambos grupos (con y sin discapacidad intelectual)
Sin Discapacidad Intelectual Con Discapacidad Intelectual
P
N=146 N=101
Media DE Media DE
ANSIEDAD 3,56 2,3 1,87 2,15 <0,001
DEPRESIÓN 4,49 3,37 2,57 2,68 <0,001
N: número de participantes; DE: Desviación estándar; EEM: Error estándar de la media; p: p-
valor con el contraste t de Student para las diferencias entre el grupo sin discapacidad
intelectual y con discapacidad intelectual.
Los resultados comparativos dentro de la DI con las diferencias entre ansiedad
y depresión en los grupos de personas que presentan o no, SD, quedan
13
reflejados en la tabla 4. Como se puede observar, no hay diferencias
significativas en ninguna de las dos variables entre los que tienen SD y los que
no, puntuando de forma muy similar en ambas escalas.
Tabla 4 Media y desviación estándar comparativa de personas con ansiedad y depresión,
según Goldberg y Yesavage en los grupos con y sin Síndrome de Down.
Sin Síndrome Down Con Síndrome Down
P
N=72 N=29
Media DE Media DE
ANSIEDAD 1,9 2,3 1,79 1,76 0,818
DEPRESIÓN 2,63 2,56 2,45 3,01 0,766
N: número de participantes; DE: Desviación estándar; EEM: Error estándar de la media; p: p-valor con el contraste t de Student para las diferencias ente el grupo sin y con Sindrome de Down.
4.3-Resultados de los factores asociados con ansiedad y depresión de
toda la población del estudio.
En la tabla 5 que se muestra a continuación hemos tratado a los participantes
de Atades y La Caridad de manera conjunta. En ellas se muestran los
porcentajes de personas con valores, roles y deterioro cognitivo (MEC≤23) en
función de si tienen o no ansiedad (según la escala de Goldberg)y si tienen o
no depresión (según la escala de Yesavage). En el caso de la depresión,
hemos fusionado en un único grupo a los que tienen depresión grave y a los
que tienen moderada.
4.3.1. Relación de la ansiedad con valores, roles (pasado y presente), y
nivel cognitivo según MEC
Entre las personas sin ansiedad, hay mayor porcentaje de personas con valores de
familia (99,3%), roles de trabajo presente (53,6%) y deterioro cognitivo (41,5%).
Entre las personas con ansiedad, hay mayor porcentaje de personas con roles
aficionado pasado (78,7%). Existe una asociación estadísticamente significativa
entre estas variables (todas P<0,05).
Analizando frecuencia y porcentaje de las personas que presentan deterioro
cognitivo, según punto de corte de MEC (MEC≤23), se observa que de las
personas con deterioro cognitivo, presentan ansiedad un 21,3% frente a un
14
78,7% de los que no tienen deterioro cognitivo. Se observa una asociación
estadísticamente significativa entre la variable ansiedad y el deterioro cognitivo,
de manera que las personas con ansiedad en ambas poblaciones, son las que
menos deterioro cognitivo presentan.
4.3.2. Relación de la depresión con valores, roles (pasado y presente), y
nivel cognitivo según MEC.
Entre las personas sin depresión, hay mayor porcentaje de personas con roles
pasado trabajo (87,6%), roles presente trabajo (53,4%), roles estudio pasado
(68,3%), roles estudio presente (42,9%) y deterioro cognitivo (44,7%). Las
asociaciones entre estas variables son estadísticamente significativas.
Entre las personas con depresión, hay mayor porcentaje de personas con roles
aficionado pasado que como podemos comprobar lo han perdido en el
presente (79,1%vs 59,3%). Las asociaciones entre estas variables son
estadísticamente significativas.
Como vemos en la tabla entre las personas mayores sin deterioro cognitivo, un
80,2% tienen depresión frente a un 19,8% en los mayores con deterioro
cognitivo.
15
Tabla 5. Porcentaje y asociaciones de personas con ansiedad y depresión, según valores, roles, y deterioro cognitivo (según MEC) en ambos grupos (con y
sin discapacidad intelectual)
*P<0,05 **P<0,01
Sin ansiedad n(%)
Con ansiedad n(%)
Total n(%) p Sin depresión n(%) Con depresión
n(%) Total n(%) p
VALORES RELIGIOSOS NO 45(29,4%) 23(24,5%) 68(27,5%)
50(31,1%) 18(20,9%) 68(27,5%)
SI 108(70,6%) 71(75,5%) 179(72,5%) 111(68,9%) 68(79,1%) 179(72,5%)
VALORES FAMILIA NO 1(0,7%) 5(5,3%) 6(2,4%)
* 3(1,9%) 3(3,5%) 6(2,4%)
SI 152(99,3%) 89(94,7%) 241(97,6%) 158(98,1%) 83(96,5%) 241(97,6%)
VALORES SALUD NO 7(4,6%) 3(3,2%) 10(4%)
6(3,7%) 4(4,7%) 10(4%)
SI 146(95,4%) 91(96,8%) 247(96%) 155(96,3%) 82(95,3%) 237(96%)
ROLES TRABAJO PASADO NO 29(19%) 11(11,7%) 40(16,2%)
20(12,4%) 20(23,3%) 40(16,2%)
* SI 124(81%) 83(88,3%) 207(83,8%) 141(87,6%) 66(76,7%) 207(83,8%)
ROLES ESTUDIO PASADO NO 58(37,9%) 36(38,3%) 94(38,1%)
51(31,7%) 43(50%) 94(38,1%)
** SI 95(62,1%) 58(61,7%) 153(61,9%) 110(68,3%) 43(50%) 153(61,9%)
ROLES FAMILIA PASADO NO 12(7,8%) 2(2,1%) 14(5,7%)
12(7,5%) 2(2,3%) 14(5,7%)
SI 141(92,2%) 92(97,9%) 233(94,3%) 149(92,5%) 84(97,7%) 233(94,3%)
ROLES AFICIONADO PASADO
NO 51(33,3%) 20(21,3%) 71(28,7%) *
53(32,9%) 18(20,9%) 71(28,7%) *
SI 102(66,7%) 74(78,7%) 176(71,3%) 108(67,1%) 68(79,1%) 176(71,3%)
P<0,001 NO 71(46,4%) 65(69,1%) 136(55,1%)
** 75 (46,6%) 61(69,1%) 136(55,1%)
** SI 82(53,6%) 29(30,9%) 111(44,9%) 86(53,4%) 25(29,1%) 111(44,9%)
ROLES ESUDIO PRESENTE NO 90(58,8%) 64(68,1%) 154(62,3%)
92(57,1%) 62(72,1%) 154(62,3%)
* SI 63(41,2%) 30(31,9%) 93(37,7%) 69(42,9%) 24(27,9%) 93(37,7%)
ROLES FAMILIA PRESENTE NO 12(7,8%) 3(3,2%) 15(6,1%)
12(7,5%) 3(3,5%) 15(6,1%)
SI 141(92,2%) 91(96,8%) 232(93,9%) 149(92,5%) 83(96,5%) 232(93,9%)
ROLES AFICIONADO PRESENTE
NO 66(43,1%) 38(40,4%) 104(42,1%)
69(42,9%) 35(40,7%) 104(42,1%)
SI 87(56,9%) 56(59,6%) 143(57,9%) 92(57,1%) 51(59,3%) 143(57,9%)
DETERIORO COGNITIVO NO 84(54,9%) 74(78,7%) 158(64%)
** 89(55,3%) 69(80,2%) 158(64%)
** SI 69(45,1%) 20(21,3%) 89(36%) 72(44,7%) 17(19,8%) 89(36%)
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5-Discusión
La diferencia de edad entre ambas poblaciones viene justificada por los
criterios de inclusión, que han ampliado el intervalo etario en las personas con
discapacidad intelectual (mayores de 60 años y mayores de 45 con SD), debido
a su envejecimiento prematuro.
Con respecto a la ansiedad y depresión, como hemos visto en el apartado de
resultados, las personas con CN tienen una puntuación mayor tanto en la
escala de ansiedad como en la de depresión. La ansiedad y depresión son dos
patologías frecuentes en las personas mayores, que podrían acelerar el
proceso de deterioro cognitivo (11).
Las personas con CN, al no tener asociado el deterioro cognitivo, su capacidad
volitiva no está alterada y perciben la realidad de sus duelos o pérdidas de
roles con mayor profundidad, de ahí la necesidad de empoderamiento y
aprendizaje emocional en la etapa adulta. Sin embargo es necesario dejar
constancia que la media tanto en ansiedad como en depresión no llega al
punto de corte, y por tanto no es patológica (22-23).
Los pacientes con DI, de modo basal presentan menores rasgos de ansiedad y
depresión. Así como las personas con SD son susceptibles de tener
enfermedades como el resto de la población, también son susceptibles de
experimentar depresión.
La posible interacción en las personas con síndrome de Down de problemas
psicológicos o psiquiátricos comunes con los propios de la discapacidad
(patología dual), exige que su diagnóstico no se base exclusivamente en la
sintomatología detectada, sino también en el conocimiento en profundidad del
paciente.
Una reacción a pérdidas suele ser el desencadenante principal. No suele
expresarse a través de la palabra sino por pérdida de habilidades y de
memoria, enlentecimiento de la actividad, poca motivación, inatención, cambios
en el apetito o en el ritmo de sueño, alteración de las capacidades cognitivas,
tendencia a la desconexión y al aislamiento, soliloquios e ideas delirantes
(rasgos psicóticos), labilidad afectiva, pasividad y/o llanto. Pueden presentarse
17
también como una semiología somática. De ahí que las manifestaciones
deberán distinguirse de las producidas por deterioro neurológico (demencia),
patologías orgánicas (hipotiroidismo o diabetes), o alteraciones de tipo
psicótico.
De darse la oportunidad de tener más control sobre sus propias vidas, la
probabilidad de tener depresión se reducirá. Se sabe que hay más problemas
de comportamiento cuando las personas están aburridas y cuando no se
sienten incluidos ni valorados en una estructura social. En este grupo de
población por tanto también es necesario para conseguir dicho objetivo el
empoderamiento.
Entre los distintos tipos de trastornos de ansiedad, el trastorno obsesivo-
compulsivo es el que con mayor frecuencia aparece en el SD. Su diagnóstico
es complicado porque a menudo se confunde con el orden y el control y se
potencia su conducta. En el SD son más frecuentes las conductas compulsivas
que las obsesivas: ordenar, almacenar, mantener costumbres rígidas y el
enlentecimiento obsesivo.
Entre las personas sin ansiedad, hay mayor porcentaje de personas con
valores de familia, roles de trabajo presente y deterioro cognitivo. Una posible
explicación sería, según el modelo de ocupación humana, que la participación
social y las funciones de cada rol, aportan satisfacción personal y por tanto
menos niveles de ansiedad. Por otro lado, la mayoría de los sujetos que
presentan un elevado deterioro carecen de las habilidades cognitivas mínimas
exigibles como para poder percibir, interpretar y responder a los estímulos del
medio, y esto podría actuar como factor protector frente a enfermedades
mentales como la ansiedad.
Entre las personas con ansiedad, hay mayor porcentaje de personas con roles
aficionado pasado. Posiblemente esto pueda deberse, aplicando el modelo de
ocupación humana, a que dicho rol se ha perdido en el presente. (74 vs 56).
Las personas con ansiedad en ambas poblaciones, son las que menos
deterioro cognitivo presentan, como ya se ha comentado, por la dificultad
volitiva asociada al propio proceso de deterioro cognitivo.
18
Entre las personas sin depresión, hay mayor porcentaje de personas con roles
pasado trabajo, roles presente trabajo, roles estudio pasado, roles estudio
presente y deterioro cognitivo. Como defiende el sistema de habituación del
Modelo de ocupación humana de Kielhofner la pérdida de roles y hábitos
requiere una rápida sustitución por otros, ya que si no se produce
desorientación y disrupción. En este caso el mantenimiento de los roles de
trabajo y de estudios del pasado hacia el presente, ha actuado como factor
protector frente a la depresión.
Entre las personas con depresión, hay mayor porcentaje de personas con roles
aficionado pasado que como podemos comprobar lo han perdido en el
presente (79,1%vs 59,3%). Es ésta perdida la que puede justificar este mayor
nivel de depresión, entre las personas que han perdido en el presente este rol
de aficionado.
Como hemos visto en el apartado de resultados, entre las personas mayores
sin deterioro cognitivo, un 80,2% tienen depresión frente a un 19,8% en los
mayores con deterioro cognitivo.
En las personas ancianas suele ser difícil determinar si los síntomas
cognoscitivos, sobre todo la pérdida de memoria, son atribuibles a un proceso
normal de envejecimiento, al inicio de una demencia o a un episodio depresivo.
La depresión en los ancianos suele presentar, como uno de sus síntomas
principales, las quejas de memoria. Los antecedentes de la persona, la
secuencia de presentación de los síntomas, los signos sospechosos de
implicación orgánica, y la respuesta al tratamiento (al tratar con éxito el
episodio depresivo suelen desaparecer los problemas de memoria), son los
que nos van a inclinar hacia un diagnóstico u otro. Pero esto es evidente sólo
después de un tiempo de evolución, mientras que la diferenciación entre ambos
cuadros es útil en sus inicios, y no al final de su evolución.
Por otra parte tampoco es raro que demencia y depresión puedan coexistir. La
depresión en personas con demencia se ha explicado como la reacción
emocional del paciente cuando se enfrenta con sus problemas cognitivos.
Algunos ancianos pueden deprimirse, entre otros factores, debido a la
percepción de su propio deterioro, a las amenazas que suponen los cambios
19
en su ambiente social, o debido a cambios en las estructuras cerebrales
asociadas con la afectividad en el proceso de envejecimiento. Las propias
cogniciones del anciano van a ser un importante mediador en la presencia de
síntomas depresivos y trastornos de memoria. Además, los factores cognitivos
de la depresión en la vejez pueden verse favorecidos por la visión social
negativa y los estereotipos que se mantienen sobre la vejez.
Por otro lado, la mayoría de los sujetos que presentan un elevado deterioro
carecen de las habilidades cognitivas mínimas exigibles como para poder
percibir, interpretar y responder a los estímulos del medio, y esto podría actuar
como factor protector frente a enfermedades mentales como la depresión o la
ansiedad.
6-Conclusiones
1-Las personas con CN presentan más rasgos emocionales de ansiedad y
depresión, ello se encuentra ligado a la capacidad volitiva de interpretación de
pérdida de roles y duelos. En ambos casos desde un punto de vista clínico se
ve necesario el empoderamiento de los participantes. En el primer caso (CN)
con talleres educacionales terapéuticos del duelo, preparación a la jubilación.
En el caso de la DI promoviendo talleres educativos a nivel emocional, para
aprender a identificar las emociones.
2-Entre las personas sin ansiedad (con CN y con DI), hay mayor porcentaje de
personas con valores de familia, roles de trabajo presente y deterioro cognitivo.
El valor de la familia protege de la ansiedad, así como tener la sensación de
que están trabajando, aun a pesar de haber rebasado la edad de jubilación. El
deterioro cognitivo se asocia con menor ansiedad por la pérdida de capacidad
volitiva.
3-Entre las personas sin depresión (con CN y con DI), hay mayor porcentaje de
personas con roles pasado trabajo, roles presente trabajo, roles estudio
pasado, roles estudio presente y deterioro cognitivo
20
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