tiempos de resistencia ii

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Tiempos de Resistencia JAVIER SALVADOR LÓPEZ de rabia y amor FEBRERO DE 2016

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Colección de escritos de febrero. Redacción, diseño y maquetación por Javier Salvador López. Prólogo por Ismael Hessani Esquinas.

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Tiempos de

ResistenciaJAVIER SALVADOR LÓPEZ

de rabia y amor

FEBRERO DE 2016

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PPRÓLOGORÓLOGO por Ismael Hessani por Ismael Hessani

NUESTRA SOCIEDAD, ¿hormiguero o avispero? Al final esa es nuestra únicaelección... ¿Construimos y avanzamos con caminos curvilíneos depen-diendo del terreno y de dónde haya más alimentos, o buscamos un lugarseguro dónde creamos que nadie va a llegar y hacemos una construcciónestable y fija con los parámetros hexagonales donados de antemano por lanaturaleza? Eso sí, siempre habrá una hormiga o avispa reina.Reyes, emperadores, repúblicas, políticas, ideologías, religiones…

¿Cuándo fue la última vez que el ser humano vivió libre? Libre de gober-nadores, libre de doctrinas, libre de decisiones preestablecidas... Siemprehemos tenido un jefe de tribu, un rey o un presidente. ¿Por qué? ¿Por quésiempre habrá ambición de gobernar y sumisión de ser gobernados? Mu-chas preguntas con tan pocas respuestas. Solo sabemos que somos y tam-poco tenemos muy claro el porqué.Nacemos y ya tenemos ante nosotros una elección que no hemos to-

mado: si eres niño te rodean de azul; si eres niña, de rosa. Una elecciónpreestablecida que nos impone un gusto por un color a causa de nuestrosexo. Crecemos y tenemos juguetes. Para él: cohetes, vaqueros o soldados.Por supuesto, nada de poetas, escritores o viajeros -nada del Playmobil es-critor-, no vaya a ser que nuestro hijo se convierta en un muerto de hambreque luche por llegar a fin de mes. Para ellas, en cambio: muñecas, cocinitas,con suerte una Barbie empresaria, para poder vender el coche de comple-mento, no para que sea una mujer emprendedora, y ahí ya nos han elegidodos caminos: Chica y Chico. ¿Tu primera meta? No te salgas del camino.Tampoco es que te dejen elegir...Crecemos y comenzamos a tener gustos más personales, variados. Avis-

tamos una doble entrada para un camino nuevo y crucial. ¿Elegimos la en-trada que nos marcan o entramos en la que más nos gusta? No es unaelección fácil, porque en algunos contextos de esta decisión radican otrasconsecuencias. Si me gusta lo mismo que a todos, puedo ir con ellos y queno me dejen de lado. Si escojo lo que me gusta, puede que a los otros noles guste y no quieran jugar o convivir conmigo. Incluso que se rían de mipor ser “el rarito diferente”. Segunda elección de camino, primera elección“nuestra”. ¿Segunda meta? Sigue el camino de todos y no estarás solo.

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Cuando eres adolescente ya has tenido que elegir muchos caminos. Dealgunos te arrepientes, de otros te sientes orgulloso. De todos has apren-dido. Si has escogido ser como el resto, es bastante probable que seas felizy no tengas preocupaciones. Es más, todo lo que haces no te disgusta; noconoces otra cosa. Si escogiste aventurarte y limar tu gusto con tus ideales,¡ay amigo dónde te has metido! Todo el día estarás criticando algo, pocas cosas te parecerán bien he-

chas. Evitarás no parecerte a los demás, a los clones. Pero, a menos quetengas suerte, te sentirás solo, muy solo. Contarás personas parecidas conlos dedos de una mano. Amigos parecidos con menos dedos aún. Y encuanto a parejas sentimentales adecuadas, ten suerte de encontrar una quete llene de verdad. Poca gente en el mundo habrá disfrutado de su caminocomo tú y cuando peines canas y mires atrás, llorarás. Llorarás porque elcamino de la verdad, tu camino, es el más duro de afrontar, puesto que nolo disputas contra nadie, solo contra ti.

Ismael Hessani

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IINTRODUCCIÓNNTRODUCCIÓN

VIVIMOS LLENOS DE EXPECTATIVAS. Absolutamente sobre todo. Cada ciertotiempo pruebo a pensar sobre mi vida, qué espero de ella, de mí y de laspersonas que me rodean. ¿Es justo lo que aparece en mi mente? No. Ono lo era, más bien. Te reto a que intentes imitarme. Reajusta todas tus ex-pectativas centrándote tan solo en ti, obviando las exigencias del resto delplaneta. Piénsalo, aunque solo sea un momento, un pequeño juego decinco minutos. E imagina. Yo imagino que eso es la libertad.Hemos crecido en un mundo que nos ha preparado, es decir, ha enfo-

cado nuestras expectativas, para que seamos máquinas sin conciencia críticaorientadas a producir capital. Desde que nacemos hasta que morimos.Desde que tenemos que estudiar un oficio con salidas hasta que tenemosque encontrar, o someternos, rápidamente al amor de nuestra vida parasentirnos completos, llenos y eficaces en la sociedad. Porque eso de serlibre queda bonito en un tatuaje, pero hasta ahí hemos llegado. Y tápalo,que no se vea, o aquí no trabajas. Que hay que mantener una imagen.En este último año he asistido al derrumbe de prácticamente todo lo

que me habían inculcado desde que comenzó mi educación. No, no tansolo estudiar una carrera universitaria no te hará trabajar en un determinadooficio, sino que vas a tener que dar gracias si alguien, humildemente y conuna sonrisa en la boca, acepta contratarte. Por una miseria, porque estásaprendiendo. Y si no te gusta, vete a Londres. O aprende chino. Ah, y pre-párate para competir con amigos como hienas que se encuentran en su ca-mino a un animal llamado salario. Y eso que mi Currículum Vitae es unainfografía.Tampoco ser buena persona te asegura un trato correspondido por el

resto de la sociedad, ni tan siquiera por aquellos individuos que dicen con-siderarte como tal. Ni tan siquiera, me extiendo, por quiénes confiesanquererte. Lo cierto es que la explicación a esta segunda hipótesis no es muycomplicada. En la cúspide de la pirámide de este orden social se encuen-tran las personas más desagradables que existen en el mundo. Sembradoresde odio, miseria y muerte en aras de la producción de capital. Así que ol-vídate. Siendo buena persona probablemente encuentres a muchas otrasque lo sean, y que compartan contigo su amistad o amor; pero el orden esel que es y quién manda y quién mola, no eres tú. Te jodes.

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No sirve de nada revolcarse en la mierda. Crecer imagino que es darsecuenta de estos detalles. Aprender a aprender. Cambiar el ‘ver, oír y callar’por ‘mirar, escuchar y luchar’. Me estoy empapando de absolutamentetodo lo que sucede a mi alrededor. Cualquier situación cotidiana, relacióno conversación encierran un aprendizaje: el valor del ser humano. Lo ana-lizo, reflexiono e intento aprender. El lujo que da tener tiempo. No creoque sea casualidad que en 2016 la población española trabaje más horasextras que nunca. Sin cobrar. El tiempo nos hace pensar. Y un pueblo quesabe pensar es un revólver cargado en la boca del poder.Cada persona es un mundo y este mundo está lleno de demasiadas per-

sonas como para dejar que sea destruido por las peores almas. Mi banderaestá cosida por la bondad, la empatía, la solidaridad y la libertad. Y eso esinnegociable. Como la rabia y el odio hacia este sistema y sus ejecutores.Hay que derrumbar la pirámide. Sólo así podremos liberarnos de las ex-pectativas que nos crean. Para, una vez rotas esas cadenas, ser libres. O almenos aprender a serlo. No sé de qué voy a trabajar mañana, no sé si en-contraré a la mujer de mi vida y mucho menos sé cuánto vale un Big Mac.Y nada de eso me importa demasiado.

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I. I.

Siendo un literato es normalque me costara tantoesto de mandara la mierda las palabraspa quedarme con los actos.

Quererme a mí fue el primer pasola meta es cambiar el mundo.El mío, el nuestro, el suyo.Feo, gordo o tonto,solo y raro, sobre todo. Pero con todo,me quiero yo.

No me juzgo en el espejo,no me juzgan sus leyes.Cuando el juicio es contra la libertadyo soy libre,y mi conciencia, la única cárcel.No veo barrotes.

No me impongas tus cánonesno me construyas una celdaen la que no cumplirías condena.¿O ya lo haces?

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II. LII. LOO QUEQUE ELEL FFÚTBOLÚTBOL MEME ENSEÑÓENSEÑÓ

ALBERT CAMUS, uno de los intelectuales de referencia del siglo XX, era unenamorado del fútbol. Futbolista hasta que la tuberculosis le permitió, de-dicó su vida a defender tres palos levantados sobre una superficie de hierba,tierra o barro –según la fortuna del enfrentamiento-. El literato decía haberaprendido del fútbol todo lo que sabía sobre la moral humana y el hombre.Y quién soy yo para contradecir al genio de Argel. Los puros de la izquierda dicen adoptar las tesis de Marx al referirse al

fútbol como el opio del pueblo -«la religión es el opio del pueblo» dijoKarl-. No se dan cuenta de lo lejos que viven del pueblo. El fútbol no es elopio. El fútbol es el pueblo. No es serio tomar el fútbol como el productoque los medios de comunicación ofrecen por la noche en tertulias aberran-tes para el periodismo. Más allá de que no sea serio, es que es un error ga-rrafal en el análisis de la realidad. El fútbol es el césped de Maracaná que coronó a la Uruguay de Ga-

leano. El de Santiago de Chile que vio caer a Víctor Jara a manos del fas-cismo, con la lengua por delante, y sobre el que la URSS se negó a jugaren un clasificatorio al Mundial. La tierra del campo de concentración deMathaussen que escuchó a antifascistas exclamar «viva España» en honoral arte con el balón de los republicanos españoles, Saturnino Navazo alfrente. Fútbol es Cristiano... Cristiano Lucarelli levantando el puño. Sócra-tes enarbolando la bandera de la democracia corinthiana. O las aficionesde los clubes protestando por los desahucios.El fútbol también está en el barro de los campos de regionales. En las

dos horas de camino para jugar en la sierra. En los diez amigos que se jun-tan para rememorar aquellos tiempos en los que querían ser Maradona,Zidane o Messi. Y lo lejos que se quedaron. Fútbol son los bares. El CAPCiudad de Murcia en un bar almeriense construyendo bastiones de resis-tencia al fútbol moderno. Fútbol somos nosotros. Los que, con el Bella Ciao de Banda Bassoti

de fondo, odiamos el régimen del 97 -se exige que todos los clubs españolessean Sociedades Anónimas Deportivas- que empezó a allanar el caminodel negocio del balompié y a trasladar la burbuja inmobiliaria al deportemás popular. Cuando el fútbol es negocio, los aficionados son clientes. Ylos clientes siempre quieren lo mejor. ¿Entiendes por qué alguien prefiere

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pagar 20 euros al mes por los partidos de Madrid o Barça en la tele en vezde 30 al año por un abono del club de su barrio, pueblo o ciudad?Seamos Camus, aprendamos de lo que pasa alrededor de la pelota. Vivo

el fútbol desde dentro. He crecido, y aún lo sigo haciendo, con una pelotapegada a la diestra. Me importa más lo que pasa en la cancha que yo ocupoque en el estadio de mi ciudad. Y de ahí he sacado muchas lecciones sobreel ser humano. Innumerables ruedos de balón con miles de compañeros,me han hecho, sobre todo, aprender. Aprender que el hombre tiene unextraño don para, en situaciones complicadas, optar por la peor opción,siendo ésta no tan sólo la que mayor perjuicio le causa, sino la más com-plicada de realizar. Veinte años dando patadas a un balón me han servidopara concienciarme de la cualidad natural del ser humano de desechar losimple, confundiéndolo con lo vulgar. No se confundan: lo simple no esuniversal. Para Messi es simple marcar tras un eslalon de 40 metros. En ocasiones pienso sobre cómo me gustaría que se moldease el carác-

ter del ser humano. Borraría esa insistencia en obviar lo fácil, que achacoal afán de protagonismo. Que no es siempre malo, pero en ocasiones ayudapoco a que exista una buena cohesión social. El fútbol es anarquía pura,no se ha conocido sistema que pueda traducir a un papel los movimientosde un futbolista; sí tan solo su punto de partida en el minuto cero del en-cuentro, por necesidad de los medios de comunicación. En cuanto el árbi-tro da la señal, la libertad manda. Y en esa libertad, en esa anarquía, ocurrela osadía de obviar lo fácil, buscar lo complicado, y ser egoístas. Soñemos,¡por supuesto! Pero no olvidemos las consecuencias de nuestros actos. Tras dos décadas detrás del balón he aprendido a caer. Aprender a ate-

rrizar tras una caída, al hacer un tackling en el fútbol o al saborear la de-cepción fuera del terreno de juego, es necesario para el ser humano. Lasegunda vez se aterriza mejor que la primera. A pesar de todo, no es ésteun proceso cerrado. Un 4 de febrero de 2008 rompí mi muñeca, precisa-mente al hacer un tackling. Hoy no puedo asegurar que no me vuelva aocurrir. Eso sí, ya mido mucho mejor cuando voy al suelo. En el amor noes muy diferente. ¿Cuánto hay de conquista en un balón dividido? ¿quése puede amar más que a uno mismo tras anotar a un gol? ¿se puede estarmás agradecido a alguien que al compañero que te da la asistencia perfecta?Si el fútbol es la vida; el gol, la asistencia o el regate son el amor. Déjenmeamar en paz. Que viva el fútbol y nuestra lucha de clpases.

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III. EIII. ELL VVIAJEROIAJERO

«DEBE SER media noche, aunque no me encuentro en condiciones de ase-gurar nada. Realmente eso es algo que importa más bien poco. Hace variashoras que se apagó el sol y aún quedan unas cuantas para que vuelva a apa-recer. Siendo sincero, y es algo que me costó asimilar, la vida en el monteno varía demasiado haya sol o no. Al final todo se reduce a esperar.«Buenas noches Didier», me dice cansado Jean-Luc. Llegó hace una se-

mana y se está aclimatando a su nueva casa a las puertas del cielo. Haceocho meses que yo llegué al monte; un año que emprendí mi aventura.Dicen -y si no te suena, lo digo yo- que no se puede llegar al cielo sin rozarel infierno. No suena a cita sagrada, pero el Sáhara es de todo menos santo. Mi vida en Abiyán no era sencilla. No era vida. En Costa de Marfil el

salario medio es equivalente a 91 euros y la esperanza de un futuro paramis dos hijos, Eric, de 15 años, y Wilfred, de 12, es inexistente. Trabajar yrespirar, como su padre. Hasta que dije basta. El prohibitivo precio de cru-zar el Sáhara -mil euros- se puso a mi alcance tras siete años ahorrando loque podíamos permitirnos del dinero que entraba mensualmente en casa.Abandoné mi tierra rumbo a Sokoto, en Nigeria, atravesando Ghana,

Togo y Benin. Entré al infierno y conocí Agadez (Níger). El Desierto delSáhara no es un cómodo paraje que recorrer. Dentro de una furgoneta,junto a la decena de quiénes como yo buscan el cielo, esa extensión dedunas es el infierno de la Tierra. Tras pasar por Tamanraset, In Salah, Gar-daia y Maghia en Argelia, llegué a Marruecos. Y a la frontera del paraíso:Nador, donde malvivo en el Monte Gurugú. Esperando.En la Tierra la paciencia no es eterna. Ahí arriba parece que Dios -o

Alá- sí que aguanta más. O eso, o se divierte con tanto sufrimiento. Puedoconfirmar esa corriente ideológica, surgida desde que el hombre inventóel ser supremo, que explica que el tal Dios es, y esto lo afirman incluso lostextos sagrados, inhumano. No existe mejor adjetivo.Como decía, la paciencia no es eterna. Desde aquí puedo observar las

farolas que alumbran sus vallas. El fin del camino. Dicen que las buenaspersonas van al cielo, pero yo, que nunca he hecho daño a nadie, tengoque asaltarlo. Las mieles del paraíso me esperan al otro lado. Un trabajo,una casa y un sueldo que me permita traer a mi familia conmigo a travésde rutas no prohibidas. Sin que los miren como la peor calaña. Que su ca-

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mino sea un viaje, no una prueba de supervivencia. Aunque para ello antes,sobra decirlo, tengo que sobrevivir yo.El plan está claro. En unas horas saltaremos ochenta y cinco, aunque

siempre acaban sumándose algunos más. Máximo sigilo hasta llegar a lacarretera. Una vez estemos cerca, a escalar. Sin mirar atrás. Sin preocupar-nos por nuestros compañeros de aventuras. Ellos tampoco lo harán pornosotros. Ese es el trato. En el paraíso no cabemos todos, nos lo adviertencon cuchillas. ¡Como si no estuviera dispuesto a sangrar después de besarel infierno! ¡Como si la vida que me motiva a saltar no compensara concreces perder un brazo! ¡Como si a esto se le pudiera llamar vida! Y dondeno hay vida, no hay muerte. Llevo muerto desde que el primer grano dearena saharaui rozó mis manos. Mi resurrección está tras una valla. Voy aasaltar el cielo. Y ni siquiera tu miedo podrá vencer a mi esperanza.» — Jean-Luc, ¿duermes ya?— Aún no Didier, estoy preocupado. Me gustaría ir con vosotros.— No seas ingenuo, aún te queda mucho por esperar. He escrito una

carta. Te dejo una copia por si en unas horas no soy más que un cuerpoinerte. De vez en cuando, cuando se producen estos asaltos, periodistas es-pañoles intentan acceder al monte. Si lo consiguen, quiero que les entre-gues esta carta. Si sobrevivo, yo mismo me encargaré de que sea publicada.— ¿Qué pretendes? — Que me conozcan. Que sepan que detrás de un cuerpo, vivo o

muerto, hay una vida. Hay una familia. Una familia que quiero traer con-migo. Mi historia, como la tuya y la de todos los que aquí estamos, no seráindiferente a la sociedad europea. Puede que consiga algo. Al fin y al cabo,¿en el cielo no viven los ángeles?

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IV. AIV. ATIENDETIENDE

Escucha.

Mi silencio habla.

¿Lo entendiste ahora?

No.

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V. LV. LASAS MARIONETASMARIONETAS DELDEL TERRORTERROR

DESDE que el Partido Popular ganó las elecciones en 2011, los terroristasno ponen bombas ni pegan tiros. Las pistolas han sido cambiadas por ma-rionetas y las balas por pancartas. Los objetivos políticos han dado paso alentretenimiento de niños y adultos. Lo podríamos catalogar como el triunfode la democracia. Debe de ser, con los tiempos que corren, el nuevo te-rrorismo: el de las funciones de títeres. Tapen los ojos a sus pequeños.Tengo miedo. Alfonso Lázaro, uno de los titiriteros encarcelados por

la Audiencia Nacional acusados de enaltecimiento del terrorismo por mos-trar una pancarta con el lema «Gora XXXX-XXX»[esto también es ficcióny bromas, las justas], es almeriense. Y mi temor no es solo a compartircalles con un enaltecedor, sino que mi rigor profesional me invita a entre-vistarlo. Y el miedo existe eh, está ahí. ¿Cómo acude uno a entrevistar aun enaltecedor del terrorismo? A ver cómo se lo cuento a mi madre. Normalmente echo grabadora y

cámara de fotos [¿los terroristas salen en las fotos o son como vampiros?],pero a ver quién es el listo que se deja el chaleco antibalas en casa. Al finalacabaremos como los sindicalistas en las negociaciones con los terratenien-tes en los 80, con miedo a que mi interlocutor empuñe el arma que dejaver en el bolsillo interior de la chaqueta. Lo primero que le diré a Alfonsoserá que venga en jersey. Innegociable.El dónde también es importante. Evitar teatros y plazas públicas. Prefe-

riblemente lugares concurridos, por lo que descartamos el Estadio de losJuegos Mediterráneos y la sede de VOX. Es complicado encontrar un lugardónde un demócrata y un terrorista se sientan cómodos a la vez. Quizá elCabo de Gata y su iglesia abandonada donde se realizaban ritos satánicossea un buen lugar. Desde luego puede venir bien para invocar al espíritudel consenso de la Transición.Tranquilos, por si surge algún problema tengo ya guardado en la agenda

el número de teléfono del Ayuntamiento de Madrid. Ellos sabrán decirmea quién tendré que denunciar. Y si no contactamos con el consenso, siem-pre podremos intentarlo con Juanito.

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VI. LVI. LASAS MARIONETASMARIONETAS DELDEL TERRORTERROR (( III I ) - L) - LOSOS PPADRESADRES

¡Hombre, Julián! Muy buenas Manolo, ¿qué haces tú por aquí? Pues loque te puedes imaginar, que la parienta ha quedado con sus amigas y meha endosado a los niños. Y he dicho, ¡coño pues pal Carnaval directos! Ju-lián, tú no dejes mucho a la Ana que quede con sus amigas, que le comenla cabeza. Hay que ser modernos, Manolo. Si moderno ya soy, mira el pe-pino que llevo chaval, el airphon 7. Chss, Julián, esto folla solo, eh. Ahoracon un aparato de estos ya está todo hecho. Ni flores, ni peluco, ni mierdas,directos. Es que son muy putas Manuel, las mujeres de ahora. Menos mimadre, mi hermana y mi señora, Julián. Menos mal que ninguno de estosme ha salido niña, que si no pillaba y al primero que le pusiera la manoencima le partía la cara. Bueno, vamos a ver las marionetas, que no meestoy enterando de nada.¿Eso qué es Julián? Parece una monja, ¿no? Hay que ver cómo la ha

tomado la Carmena con la Iglesia. Primero el desfile de los Reyes Magosy ahora esto. Y de la Rita no te olvides, Manolo. La Rita, la mejor políticaque ha tenío España, Julián. Ojalá hubiera sido madrileña, eso te digo. No,Manolo, nuestra Rita no, la Maestre, que entró en una capilla y se despe-lotó. ¿Tienes fotos de eso, tío? No, aún no, pero ya he dicho por el grupodel Whatsapp que busquen a ver, que algo tiene que haber ¡esto es internet,coño! Qué zorra, qué falta de respeto. Pero qué buena que está la guarra.Las feministas, Manolo, que ahora son todas muy ateas y muy lesbianas,pero eso es que no han conocido una buena polla. Ya te digo Julián, la ju-ventud... Tengo miedo a que los críos crezcan. Mira, ya están las marionetas repartiéndose golpes. ¡Fuera! ¿Julián, es

que no se dan cuenta de lo que puede afectar a mis niños ver esto? ¡Queestán muriendo trapos! ¡Respetad la vida, comunistas! Basta, Manolo, tran-quilízate, que no merece la pena cabrearse por los rojos estos. ¡Que os ga-namos la guerra! Coge a los niños y nos vamos. Espera Julián, ¿tú estásviendo eso? ¿Qué pone ahí? Joder, me cuesta leer, los perroflautas estoslo han puesto bien chico, pa que nos cueste, joder. ¡Está en vasco Julián!Gora Alka-ETA. Bueno, bueno, esto es inadmisible. Me están encen-diendo. ¡Terroristas! Qué falta de respeto a las víctimas del terrorismo. Nopodemos consentir esto Manolo, llama a la policía. «Hola, muy buenasagente. Mire, llamo porque hay dos hombres con unas marionetas...».

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VII. SVII. SII FUESEFUESE VIOLENTOVIOLENTO

Si fuese violento desearíaun ataque de ira que cambie los tiempos,un pico y una pala pa to mi gobierno,mandar a Fernández Díaz a cruzar el desierto.Y que escale sus cuchillas.

Yo que siempre fui más que bueno,vi cómo sembraron odio en mi pecho.Los odiaría si fuese un violento.Como no lo soy no deseo, no sueñocon retar al rey a un duelo cuerpo a cuerpo.

Menos mal que soy pacifista,si no imagina,cuánto me gustaríaintentar cambiar el mundoencarcelando tus siglas.

Si yo fuera violento tendría una bala en mi pistolareservá pal traficante de droga que a la juventud amuerma.Que antes a los revolucionarioslos encerraba una celday ahora los encierra un sofá.Réquiem por todos los sueñosde quiénes perdieron su libertad.

¿Qué querría si amara la violencia?En cada ciudad una Pontevedra,en cada chalet un escrache,un machete por cada machote,pa cada nazi un Berlíny mil piratas pa cada Botín.

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No quisiera que mi alma desearauna nacionalización de la bancano por las buenas, sino por las malas.Ver a elefantes cazando monarcaso escuchar a Esperanza Aguirreentonando a Silvio Rodríguez,mientras Merkel proclama legaluna nueva Alemania Oriental.

Y me llamarían violentosi deseara con todas mis fuerzasver a los corruptos de España,de partidos y empresas,día y noche picando piedraen el desierto de Tabernas.

En definitiva,si yo fuese violento de veraslo que más desearía, sin duda,sería poner mi mano en la caradel miserable de Álvaro Ojeda.

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VIII. BVIII. BRINDAREMOSRINDAREMOS

CONSTRUIR trincheras en lo oscuro. Echarnos al suelo y gritar que quere-mos creer, que merecemos creer. Que queremos querer. Que si en estarevolución, la nuestra, no nos queremos, no es la mía. Y esa es mi mayorlínea roja. Luego hay otras, siempre debatibles en la barra de un pub, peroigual de innegociables. Cada uno somos una guerra personal contra el miedo y la libertad que

no tenemos. Y la guerra traerá la paz. La paz del ser, del estar, del creer ydel querer. El ser en paz, el estar en paz, el creer en paz y el querer en paz.Y esto suena más utópico que el manifiesto del barbas que escribió los trestomos de El Capital.Una noche brindaremos. Brindaremos, primera persona del plural del

futuro de indicativo. Indicativo, no subjuntivo. Ya te digo si brindaremos.Tal vez no seamos nosotros. Pero brindaremos. Brindaremos sonriendo,por nuestra victoria. Y hasta entonces seguiremos sonriendo, porque nohacerlo es perder. Y brindaremos, decía, por nuestras luchas y nuestrosamigos y amigas, por quiénes nos quieren y por quiénes quisimos. Un brin-dis especial reservaremos a quiénes nos enseñaron a echar de menos.Una vez hayamos brindado, una vez hayamos vencido, seguiremos so-

ñando. Porque aún nos quedará mucho por construir, mucho por querery mucho por soñar. Hoy, aún en la oscuridad, brindo por ti, que me hasenseñado tanto sin querer. Sin querer, queriendo.