Josefina Pizarro

Se enfoca en los protagonistas involucrados en la violencia y sus relaciones, y además contextualiza a los mismos en un sistema compuesto por diferentes subsistemas que interactúan entre sí.

Se define la violencia como un fenómeno relacional en el que convergen diferentes variables, desde lo individual hasta lo macro-social, las que se interrelacionan y afectan mutuamente.

La dinámica de la violencia deja de ser "abusador-víctima" para incluir a los otros, que por alguna razón, perpetúan el problema

Incluye cuatro dimensiones psicológicas interdependientes: la dimensión cognitiva, la conductual, la psicodinámica y la interaccional.

Historias de vida, características de personalidad, estilos cognitivos, sistemas de creencias y valores internalizados.

Son las relaciones más directas y cercanas del individuo, corresponde a su red primaria, donde la familia es considerada la estructura básica. Los antecedentes de las familias de origen de sus miembros.

Grupos en los que el niño o persona está inserto, específicamente la familia y a las redes sociales primarias.

Son las instituciones en que individuo participa o tiene contacto directo, tales como la escuela, la iglesia, los espacios laborales, recreativos, los medios de comunicación, los organismos judiciales y de seguridad.

Corresponde al contexto más amplio, el que abarca los sistemas de creencias y valores internalizados y los modos particulares de organización de la cultura.

Creencias y valores culturales acerca de: mujer, niños, familia.

Concepto de roles de hombre, mujer, familia.

Actitudes hacia el uso de la fuerza para la resolución de conflictos.

Concepción acerca del poder, la propiedad y la obediencia.

Concepto de roles familiares, derecho y responsabilidades.

Violencia se da en un contexto relacional, donde hay un abuso de poder y como consecuencia se genera un daño.

Es intencional .Quien la ejerce sabe con quién se violenta.

Es un acto de poder o sometimiento, donde no existe posibilidad de negociar ni de diálogo.

Se incrementa con el tiempo, primero es una mirada y/o un gesto, después una ofensa, un golpe, y así hasta la posibilidad de llegar a la muerte.

Todo acto activo o de omisión cometido por personas, instituciones etc. Y toda situación provocada por éstos, privando a los niños de cuidados, de sus derechos y libertades, impidiendo su pleno desarrollo constituyen un acto o una situación de maltrato.

Gritar

Te dice que no te quiere

Insulta dice garabatos

Hacer burla frente a terceros

No hablar por períodos largos

Amenaza con golpearte o tirarte algún objeto

Te encierra

Violencia física leve:

Lanza cosas

Tirar el pelo, las orejas

Empujar, zamarrear

Dar cachetadas o palmadas

Violencia física grave:

Patea

Muerde

Puñetazos

Quemar con cigarro, objeto, agua caliente

Violencia física grave: Golpear con objetos Golpizas Amenazas con cuchillos y armas El 71% de los niños dijo que vivía violencia en

su hogar. Un 8,7% reconoció haber sufrido situaciones

de abuso sexual. Como factor de riesgo se apreció, tanto en

abuso como maltrato, la presencia de violencia entre sus padres.

No se encontraron grandes diferencias en relación a los estratos sociales.

Una de las dificultades que invisibiliza el problema de la violencia es el concepto de “Familia” que se ha utilizado tradicionalmente, entendiéndolo como un espacio privado por excelencia, un lugar idealizado, un contexto nutricio, proveedor de seguridad, afecto, contención, límites y estímulos. Esta visión sesgada de la realidad familiar impide la posibilidad de visibilizar la otra cara de la familia, como un entorno potencialmente peligroso en el cual también se pueden violar los derechos humanos, experimentar miedo e inseguridad y en el que se pueden aprender maneras violentas de resolver de conflictos.

Intrafamiliar

Extrafamiliar: conocidos, no miembros de la familia del niño.

Institucional: maltrato provocado por instituciones públicas, educativas, etc.

Social: factores externos que afectan al niño y su familia.

Según las acciones concretas que constituyen el maltrato realizado:

Maltrato Físico.

Maltrato Psicológico o Emocional.

Abuso Sexual

Negligencia

Abandono

Para un niño es difícil reconocerse como víctima en los casos de maltrato psicológico, y la detecíón es compleja porque no hay huellas directas.

Rechazo

Aterrorizar

Aislamiento

Ignorar

Retraso del crecimiento y del desarrollo psicomotor Falta de control de esfínter Enfermedades psicosomáticos (cefaleas, dolores abdominales, etc.) Internalización y externalización de conductas agresivas Retraimiento, tristeza Baja espontaneidad, asustadizos Pocas conductas de juego Obediencia extrema, sumisión Desmotivación para interactuar con otros Altos niveles de ansiedad Desconfianza Ideación suicida Bajo rendimiento escolar o fluctuaciones en él Hostilidad, rebeldía agresividad con pares Oposicionismo hacia los adultos Hurtos Fugas del colegio Lenguaje con insultos y garabatos

Cualquier acción no accidental provocada por parte de los padres /tutores que cause daño físico o enfermedad en un niño/a o que lo coloque en grave riesgo de padecerlo (Inzunza, 2009)

Moretones, quemaduras, fracturas, mordeduras, cortes.

Niños cautelosos y temerosos del contacto físico, actitud de hiperalerta, apatía, inhibición.

Conducta de extrema agresividad, inhibición, sentimientos de culpa, conductas autodestructivas y pensamientos suicidas.

Fugas, abuso de alcohol y drogas.

Fracaso escolar.

Pobre autoestima.

Depresión.

Sistema donde los adultos (padres) presentan conductas que se caracterizan por la ausencia o insuficiencia de cuidados de sus hijos o niños/as a su cargo.

Contexto de pobreza y/o aislamiento.

Adultos con historias de carencias múltiples .

Fallas a nivel de sus funciones parentales.

Los padres no asumen su responsabilidad de cuidar y proteger mínimamente a sus hijos.

Estos niños inventan historias inverosímiles.

Su desafío será dar un sentido a la experiencia de abandono.

“Me abandonaron” “soy un niño excepcional porque soy capaz de arreglármelas solo”

Retraso en el crecimiento o desnutrición Cansancio Problemas físicos Obesidad Retraso psicomotor Problemas escolares, ausentismo, retraso escolar Tendencia a la fantasía, Trastornos alimenticios. Falta de aseo. Comportamiento antisocial (piden o roban comida) Sentimientos de inferioridad e inadecuación Sentimientos de tristeza, ansiedad y depresión Modelos relacionales de dependencia/rechazo Comportamientos regresivos La muerte

Edad de agresores: La edad promedio de la persona que ejerce abuso sexual es de un promedio de 30 años, correspondiendo en un 75.1% a hombres.

El 88.5% de ellos son agresores conocidos de los niños y niñas.

El 50.4% son familiares de los niños y niñas. Distribuyéndose en tíos/as (19.4%), primos/as mayores (9.7%), padrastros (7%) y hermanos/as (4.4%), otros 9.9%.

El 11.5% de quienes ejercen abuso son “amigos/as de la familia”, el 6.2 % corresponde a “alguien que no conocía pero que había visto antes” y el 5.3% a “un vecino/a”, otros 15% se distribuye en otras figuras conocidas.

(UNICEF, 2012)

Por su parte, C.H. Kempe, define ASI como: la implicación de un niño o de un adolescente en actividades sexuales ejercidas por los adultos y que buscan principalmente la satisfacción de éstos, siendo los menores de edad inmaduros y dependientes y por tanto incapaces de comprender el sentido radical de estas actividades, ni por tanto de dar su consentimiento real. Estas actividades son inapropiadas a su edad y a su nivel de desarrollo psicosexual, son impuestas bajo presión, por la violencia o la seducción, y transgreden tabúes sociales en lo que concierne a los roles familiares.

El abuso sexual se define a partir de dos grandes conceptos:

La coerción (fuerza física, presión o engaño) debe ser considerada por sí misma como un criterio suficiente para que una conducta sea etiquetada de ASI, independientemente de la edad del agresor.

El segundo, refiere a la diferencia de edad entre el agresor y su víctima. Esta asimetría supone un abuso de poder

Premeditada y espontánea

Elicitada por eventos precipitantes

Provocada a partir de preguntas de adultos

Circunstancial

Sospecha / no revelada.

Factores que inhiben o dificultan la develación :

Falta de información, en temáticas sexuales

Cercanía y afecto en la relación con el agresor

Consecuencias negativas asociadas a la develación

• El abuso sexual está asociado a una gama de efectos extremadamente amplios y diversos.• Los síntomas que aparecen en mayor proporción corresponden a los que se asocian al Estrés Post-traumático y las conductas sexualizadas.• Un 30% de los niños que han sufrido abuso sexual son asintomáticos.• Se concluye que el abuso sexual no da por resultado un síndrome unitario, característico u homogéneo

Dificultad para caminar o sentarse

Quejas de dolor en zona genital o anal

Ropa interior rota, manchada o con sangre

Irritación en zona genital o anal

Infecciones urinarias que se repiten

Enfermedades de transmisión sexual

Embarazo (en caso de adolescentes)

Enuresis o encopresis

Somatizaciones (Dolores de estómago, cansancio crónico, Dolores de cabeza)

Trastornos del sueño y del apetito

Cambios bruscos de conducta Aparición de temores repentinos e infundados Miedo a estar solo, a los hombres o a alguna persona

en particular. Rechazo a alguien en forma repentina Resistencia a desvestirse o bañarse y al contacto

físico Aislamiento y rechazo a las situaciones sociales Llantos frecuentes Conductas regresivas Conductas autodestructivas Problemas para concentrarse en clases y cumplir con

tareas escolares

Lenguaje y comportamiento que denotan un nivel de conocimientos detallados y específicos en relación a conductas sexuales de los adultos

Interés excesivo hacia temas sexuales

Actitud seductora y/o erotizada

Masturbación persistente y repetitiva que, a pesar de la intervención de un adulto, no se detiene.

Connotación sexual a objetos que no la tienen.

Agresión sexual hacia otros niños(as).

Penetración con dedos o introducción objetos.

Luego de la develación, la mayoría de los casos de abuso sexual tienden a entrar en una fase de supresión que puede asociarse a diversos factores, tales como:

Puede darse por presión verbal abusiva o amenazante. Las amenazas pueden ser similares a las mencionadas en la fase de silencio.

El objetivo del abuso verbal o amenazas es presionar para que desmienta o deje de cooperar con el proceso de intervención.

El objetivo es socavar la credibilidad de la víctima y que se retire la denuncia de abuso sexual.

Puede darse abuso físico como parte de ésta fase. El niño/a que revela el abuso sexual puede tener

expectativas poco realistas de la persona que recibe la información.

Cuando la situación del niño se caracteriza por la ausencia de un entorno protector y nutricio, la develación acarrea altos costos para el niño, convirtiéndose en fuente de estrés ante la amenaza de perder la precaria estabilidad

Es indicio de la gravedad de la situación del niño.

Es un proceso dinámico, creativo y participativo.

Permite determinar los daños

Se diseñarán modalidad y estrategias de intervención, para cada niño/a en particular, siendo cada proceso, único y propio para ese niño/a.

No es factible realizar un proceso reparatorio si la protección no está asegurada.

Si la protección de un niño/a no está asegurada, será necesario desarrollar estrategias orientadas a lograr este objetivo, este se podría constituir en “él” objetivo del proceso interventivo.

A nivel del Niño:

Se evaluará al niño/a en las distintas áreas de su desarrollo y el nivel de impacto o daño causado por la experiencia abusiva.

A Nivel de la Familia:

Se evaluará los factores de riesgo y protectores que explicarían el origen y mantención de las situaciones de maltrato y/o abuso sexual,

Se determinará los recursos y fortalezas y las dificultades existentes en el sistema familiar, se evaluarán también las redes familiares, comunitarias y sociales.

A Nivel Jurídico:

Se evaluará el contexto proteccional y penal.

Un proceso reparatorio permitirá al niño/a resignificar la experiencia abusiva, es un proceso integral que ocurre en un ámbito relacional. Estará orientado a:

• Resolución del daño y sus consecuencias en el niño.

• La modificación de pautas relacionales dañinas y la potenciación de los recursos protectores a nivel familiar y comunitario.

• La reelaboración y resignificación de la experiencia en pro del aprendizaje de nuevas formas de enfrentamiento a situaciones vitales adversas.

• No se buscará que el niño/a olvide las experiencias vividas, sino más bien que las integre y elabore

La intervención terapéutica estará orientada a que el niño/a logre la reparación del daño causado y supere las consecuencias generadas por la traumatización de la que fue objeto. Que pueda reelaborar y resignificar la experiencia abusiva y desarrollar sus recursos y potencialidades de acuerdo a la etapa del desarrollo en que se encuentra.

La clave del proceso terapéutico reside en poder establecer una buena relación que garantice la reconstrucción de vínculos afectivos, quizás en un primer momento con el terapeuta y, posteriormente, con otras figuras significativas, diferentes al agresor