funcion social del buen nahualli roberto martinez

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Sobre la función social del buen nahualli 1 Roberto MARTÍNEZ GONZÁLEZ Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM [email protected] Recibido: 9 de diciembre de 2005 Aceptado: 20 de febrero de 2006 RESUMEN Uno de los elementos más comunes de la cosmovisión mesoamericana es la creencia en una suerte de espe- cialista ritual, llamado nahualli, considerado como capaz de cambiar de forma a voluntad. No obstante, aun si las fuentes aztecas distinguen entre un buen nahualli y un mal nahualli, debemos aceptar que contamos con muy pocos datos sobre la función social de este personaje. Tomando en cuenta que el mal nahualli puede ser definido por su oposición al bueno, consideramos que debemos comenzar por definir el rol social del buen nahualli. Palabras clave: Nagual, chamanismo, creencias mesoamericanas, función social About the social function of the good nahualli ABSTRACT One of the most common elements in the Mesoamerican world-view is the belief in a transforming ritual spe- cialist, named nahualli. However, even if the ancient Aztec sources mark a difference between a good nahua- lli and an evil one, we must accept that we don't have much information about its social function. Considering that the characteristics of evil one may be defined in opposition to the good one, our estimate is that we must begin by defining the social role of the good nahualli first. Key words: Nagual, shamanism, Mesoamerican beliefs, social function SUMARIO: 1. Introducción. 2. El buen nahualli y sus funciones. 3. Nahualli y tlamatini. 4. El nahualli, su función protectora y la «secta revolucionaria». 5. Nahualli, tlaciuhqui y teciuhtlazqui. 6. Nahualli tlaciuhqui. 7. Nahualli teciuhtlazqui. 8. Predicción y control de los fenómenos meteorológicos. 9. Conclusión. 10. Referencias documentales. 11. Referencias bibliográficas. 1. Introducción Cuando estudiamos las fuentes antiguas podemos observar que, si la utilización del término nahualli es relativamente frecuente, pocos textos lo definen de manera explícita. En la mayoría de los casos, se trata de menciones aisladas que acentúan su supuesta capacidad de transformación en detrimento de una descripción más detalla- da. Incluso en la actualidad, el nahualli es muchas veces caracterizado de manera simplista como «aquel que se transforma» o «brujo que se transforma». Revista Española de Antropología Americana 2006, vol. 36, núm. 2, 39-63 39 ISSN: 0556-6533 1 Este trabajo fue realizado con el apoyo del Programa de Becas Posdoctorales de la UNAM. Agradezco igualmente a mis maestros Michel Graulich, Roberte Hamayon y Alfredo López Austin por sus inestimables consejos y enseñanzas.

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Roberto Martínez

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  • Sobre la funcin social del buen nahualli1

    Roberto MARTNEZ GONZLEZInstituto de Investigaciones Antropolgicas, UNAM

    [email protected]

    Recibido: 9 de diciembre de 2005Aceptado: 20 de febrero de 2006

    RESUMENUno de los elementos ms comunes de la cosmovisin mesoamericana es la creencia en una suerte de espe-cialista ritual, llamado nahualli, considerado como capaz de cambiar de forma a voluntad. No obstante, aunsi las fuentes aztecas distinguen entre un buen nahualli y un mal nahualli, debemos aceptar que contamoscon muy pocos datos sobre la funcin social de este personaje. Tomando en cuenta que el mal nahualli puedeser definido por su oposicin al bueno, consideramos que debemos comenzar por definir el rol social del buennahualli.

    Palabras clave: Nagual, chamanismo, creencias mesoamericanas, funcin social

    About the social function of the good nahualli

    ABSTRACTOne of the most common elements in the Mesoamerican world-view is the belief in a transforming ritual spe-cialist, named nahualli. However, even if the ancient Aztec sources mark a difference between a good nahua-lli and an evil one, we must accept that we don't have much information about its social function. Consideringthat the characteristics of evil one may be defined in opposition to the good one, our estimate is that we mustbegin by defining the social role of the good nahualli first.

    Key words: Nagual, shamanism, Mesoamerican beliefs, social function

    SUMARIO: 1. Introduccin. 2. El buen nahualli y sus funciones. 3. Nahualli y tlamatini. 4. El nahualli, sufuncin protectora y la secta revolucionaria. 5. Nahualli, tlaciuhqui y teciuhtlazqui. 6. Nahualli tlaciuhqui.7. Nahualli teciuhtlazqui. 8. Prediccin y control de los fenmenos meteorolgicos. 9. Conclusin. 10.Referencias documentales. 11. Referencias bibliogrficas.

    1. Introduccin

    Cuando estudiamos las fuentes antiguas podemos observar que, si la utilizacindel trmino nahualli es relativamente frecuente, pocos textos lo definen de maneraexplcita. En la mayora de los casos, se trata de menciones aisladas que acentan susupuesta capacidad de transformacin en detrimento de una descripcin ms detalla-da. Incluso en la actualidad, el nahualli es muchas veces caracterizado de manerasimplista como aquel que se transforma o brujo que se transforma.

    Revista Espaola de Antropologa Americana2006, vol. 36, nm. 2, 39-63

    39 ISSN: 0556-6533

    1 Este trabajo fue realizado con el apoyo del Programa de Becas Posdoctorales de la UNAM. Agradezcoigualmente a mis maestros Michel Graulich, Roberte Hamayon y Alfredo Lpez Austin por sus inestimablesconsejos y enseanzas.

  • Obviamente, este tipo de definiciones genera ms preguntas que respuestas, pues,situndose la caracterstica primordial del nahualli en un evento imaginario, no ser-amos siquiera capaces de determinar si tal personaje existi realmente o no; ello sinmencionar el falso problema de determinar si todos aquellos a quienes se atribuyencapacidades metamrficas pueden ser efectivamente considerados como nanahual-tin [plural de nahualli]2.

    Para definir quin es el nahualli, es necesario comenzar por tratar de entender ques lo que hace, cul es su rol dentro de las sociedades mesoamericanas y, por supues-to, determinar qu elementos lo distinguen de otros actores rituales.

    El problema es que, dado que la informacin aportada por las fuentes antiguas essumamente fragmentaria, su slo anlisis no nos permitira distinguir entre los even-tos excepcionales y los roles regularmente asignados a un personaje. Para definir elpapel jugado por el nahualli, es necesario contar con un corpus documental lo sufi-cientemente amplio como para poder reconocer la regularidad dentro del cambio, yaque es a partir de los elementos ms constantes como podemos entender, cuandomenos de manera superficial, cul era el rol social del nahualli. As pues, para la rea-lizacin de este trabajo, hemos debido contrastar documentos procedentes de diver-sas pocas y regiones culturales, sacrificando as la comprensin de la especificidadcultural en pro de un entendimiento general.

    De este modo, tomaremos como punto de partida la definicin del buen nahuallide los informantes de Sahagn, para despus tratar de completar su imagen con losdatos procedentes de otras fuentes antiguas, textos coloniales y documentos etnol-gicos contemporneos. Cabe aclarar que, aun cuando sabemos que el nahualli puedetambin tener una accin nociva, en el presente trabajo slo se tratarn aquellosaspectos funcionales que fueron pensados como benficos para la comunidad. Puessabiendo que el mal nahualli puede ser definido por su oposicin al bueno, conside-ramos que debemos comenzar por definir la funcin social del buen nahualli.

    2. El buen nahualli y sus funciones

    La nica definicin del nahualli, en nhuatl antiguo, que conocemos es la quefigura en el Cdice Florentino. Aun cuando no se trata de una descripcin muy deta-llada, sta nos aporta un elemento fundamental para la comprensin del nahualismoprehispnico: la diferenciacin entre el buen y el mal nahualli y la enumeracin desus respectivos atributos.

    El nahualli es un tlamatini [sabio], un nonotzale [consejero]3, alguien en quien sepuede confiar. Es serio, respetado, no es sujeto de burlas, no se le sobrepasa. El buennahualli es un guardin, aquel que guarda algo, es discreto. Es astuto, devoto, til.Nunca hace dao a la gente (Cdice Florentino 1950-1963: X 31).

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    2 Por otro lado, observamos que, desde la poca colonial y hasta nuestros das, los cronistas e investigado-res se han empeado en reemplazar los diferentes trminos indgenas por vocablos genricos del tipo brujo,hechicero, mago, curandero, chamn, etc., aplanando con ello la realidad y dificultando el reconocimiento delas categoras indgenas.

    3 El trmino nonotzale designa tanto al que da como al que recibe consejos.

  • Si hacemos un anlisis ms detallado, podemos observar que en este pasaje noslo se hace referencia a los atributos y actitudes del buen nahualli, sino tambin afunciones especificas; entre ellas, destacan las evocadas por el trmino tlamatini,que sern tratadas a continuacin.

    3. Nahualli y tlamatini

    Aun si Sahagn traduce correctamente la palabra tlamatini por sabio, parece serque dicho vocablo no slo designaba al hombre de sabidura en su sentido msamplio, sino que adems aluda a un personaje particular ligado a la medicina, elpoder sobrenatural y la autoridad. El Manuscrito 362 de la Bibliothque Nationalede France (2000: 185) nos dice sobre el tlamatini con este nombre llamaban a susadivinos o ageros; Molina (2000) lo define como embaucar a otro el hechiceroy Carochi (en Wimmer 2002) lo describe como mdico o hbil oficial. Bajo estetrmino, el Cdice Florentino nos presenta la siguiente descripcin:

    El tlamatini es un [hombre] ejemplar. Tiene textos, tiene libros. l es la tradicin, elcamino, el que conduce a la gente, un compaero, un emblema de responsabilidad, ungua. El buen tlamatini es un mdico [ticitl], una persona en quien se puede confiar,un consejero, un instructor, un depositario de la credibilidad, un depositario de la fe[...] Ilumina el mundo para la gente; conoce el Mictlan. El mal tlamatini es un mdi-co estpido, idiota, decrpito [que pretende ser] una persona creble, un consejero un[hombre] cauteloso [...] Es nahualli, vidente [tlapouhqui], mdico, alguien que retiraobjetos intrusos [del cuerpo] [tetlacuicuilini]. Es adivino, tramposo [teixcuepani],confunde a la gente, la hiere, la conduce al mal, mata; destruye a la gente, devasta lastierras, destruye las cosas a escondidas (Cdice Florentino 1950-1963: X 29).

    El tlamatini es mencionado como ticitl mdico; una caracterstica que es toma-da en sentido metafrico por Sahagn (1988: X 597) el buen sabio, como elmdico, remedia bien las cosas; da buenos consejos y una buena doctrina, peroque parece encontrarse igualmente atestiguada en el texto de Ruiz de Alarcn:

    Toda esta obra del fuego y agua la encomendaban al sabio que lo tena por oficio,que de ordinario ellos tienen nombre y oficio de mdicos, los cuales siempre sonembusteros, ceremoniticos, y pretenden persuadir que son consumadores en el saber,pues dan a entender que conocen lo ausente y previenen lo de venidero (1988: 34)[las itlicas son mas].

    La asociacin entre el tlamatini y la medicina se hace particularmente evidente enlos registros etnogrficos contemporneos. As, por ejemplo, Romn Martnez(2003: com. pers.), carpintero nahuatlato originario de la Huasteca Hidalguense,coment durante nuestra entrevista que Los tlamatines son los que curan lasenfermedades o hacen limpias, todo eso. All les dicen tlamatqueh. Es porque cono-ce, porque puede curar enfermedades. Encontramos descripciones semejantes entrelos nahuas de la Huasteca veracruzana, el Valle de Puebla, la Sierra de Zongolica,Veracruz, y la Sierra Norte de Puebla (Sandstrom 1991: 233; Horcasitas 1966: 256-257; Rodrguez Lpez 2000: 174; Montoya Briones 1964: 154; Hernndez Cuellar

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  • 1982: 40; Lupo 1995: 63; Rodrguez Gonzlez 2002: 34). De hecho, sabemos queen otros grupos lingsticos mesoamericanos los terapeutas suelen igualmente por-tar el ttulo de sabio o el que sabe; tal es el caso del watowinaq de los jacalte-cos, el neandy de los huaves, el wihyaha y el ithkha de los mixes, el bdi de losotomes y el shuta shineski de los mazatecos (La Farge y Byers 1931: 30; Cheney1979: 67; Lipp 1991: 148; Dow 1986: 49; Galinier 1990: 156; Inchaustegui 2000:140).

    Sin embargo, es necesario remarcar que, como lo seala Hernndez Cuellar(1982: 52, 62, 75-77, 85) la actividad del tlamatini contemporneo no se limita a lacuracin. En la Huasteca, es el tlamatini quien pide a los espritus de las montaas,el agua y las encrucijadas que no daen a las mujeres embarazadas, es l quien hacelas ofrendas necesarias y entierra el cordn umbilical de los recin nacidos duranteel bao ritual, es tambin el tlamatini quien hace el ritual de agradecimiento a lasdeidades del maz y quien deposita las ofrendas a la tierra durante la inauguracinde una casa. De acuerdo con Provost (1989: 343) en esta misma regin, es igualmen-te el tlamatini quien se encarga de pedir la fecundidad para una familia durante lafiesta de la Virgen de Guadalupe. Bez-Jorge y Gmez (2001: 424-425) aaden que,en compaa del huehuetlacatl, los tlamatineh se encargan de hacer los preparativosnecesarios para el ritual dedicado a una deidad llamada Tlakatecolotl. En el centrode Veracruz y la Sierra de Guerrero, los tamatinime se encargan de los ritos de peti-cin de lluvia (Noriega Orozco 1997: 527; Neff 1996: 81). En la Sierra Norte dePuebla, tales personajes se encargan de proteger a sus comunidades, por mediossobrenaturales, de los posibles embates extranjeros. (Taggart 1984: 73; Prez Tellez2002: 69).

    As, podemos ver que el carcter de guardin que el Cdice Florentino (1950-1963: X 31) atribuye al nahualli corresponde a su funcin de tlamatini, pues darconsejos es una actividad propia de este segundo personaje4. Al igual que el tlama-tini, el nahualli tena funciones teraputicas5, lo cual es particularmente observableen el proceso inquisitorial del nahualli Martn Ocelotl, donde, de acuerdo con un tes-

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    4 Lo que probablemente se encuentre ligado al rol de intermediario que el tlamatini jugaba en la confesinde los pecados ante la diosa Tlazolteotl (Cdice Florentino 1950-1963: I 24).

    5 El Cdice Florentino tacha al mal ticitl y la mala ticitl de nanahualtin cuando dice que: El mal ticitl esun fraude, alguien que trabaja con medio corazn, alguien que mata con sus medicamentos, alguien que pro-voca sobredosis, alguien que hace crecer [la enfermedad] [...] Embruja [zuchioa], es nahualli, vidente [tla-pouhqui], adivina la fortuna [...] [La mala ticitl] era la que haca el mal, era nahualli, retiraba objetos del cuer-po, miraba la suerte de la gente en el agua, lea la fortuna a travs de cuerdas, adivinaba con granos de maz(1950-1963: X 30, 53). Como podemos ver en estos pasajes, resulta claro que aquello calificado como maloy propio del nahualli son las prcticas fraudulentas o no-empricas. El sentido de tramposo o engaa-dor atribuido al nahualli figura tambin en la descripcin del tlamatini presentada por esta misma fuente.Como en el caso anterior, el carcter del mal tlamatini aparece igualmente ligado a la videncia, y ciertas prc-ticas curativas consideradas en tiempos de Sahagn como supersticiosas. Sin embargo, es posible que la dis-tincin entre el buen terapeuta, que se limita a la prctica emprica, y el mal terapeuta, que se vale de proce-dimientos mgicos, sea consecuencia de la influencia que tuvo el cristianismo escolstico sobre la mentalidadindgena de la poca, Pues en 1529, Castaega presenta una distincin semejante respecto a los mdicos espa-oles No estn reprobadas las empricas o las experiencias naturales de los mdicos [...] Otras cosas quehacen con mezcla de palabras y ceremonias ni con cosas naturales, no son empricas, antes son supersticio-nes (1994: 36).

  • tigo, el acusado dijo a un enfermo llamado Gonzalo toma y bebe, y no hayas miedoque diez aos has de vivir (Procesos de Indios 1912: 19). Esta misma funcin seencuentra bien ilustrada en los numerosos conjuros curativos compilados por Ruizde Alarcn (1984), donde, en la mayora de los casos, el oficiante se presenta comoNahualtecuhtli Seor del [o los] nahual. Aparentemente, el rol de terapeuta delnahualli se conserv hasta buena parte de la poca colonial, pues a fines del sigloXVII de la Serna (1953: 81) menciona a un indgena que era curandero, mas seconverta en perro. Los procesos inquisitoriales de Mara de Castro (AGNInquisicin 1675: vol. 668.7 9) y Manuela Riberos (AGN Inquisicin 1733: vol.848.1 15v-16r) hacen igualmente mencin de curanderos que se trasforman enperros para curar a los enfermos.

    Cuando menos, ciertos nanahualtin parecen igualmente haber tenido funcionessacerdotales en poca prehispnica. As, el Cdice Florentino (1950-1963: II 73)afirma que, durante la fiesta de Toxcatl, unos sacerdotes llamados tlatlacanaualti[hombres-nahuales u hombres disfrazados] tomaban y estiraban [al cautivo sobre lapiedra sacrificial], y le cortaban y abran el pecho. Su corazn sacaban y lo retirabancomo ofrenda al sol. Leemos en el proceso inquisitorial de Tacatetl y Tanixtetl(Procesos de indios 1912: 3, 6-7) que Tacaxtecle es sacrificador e idolatra, y papa[sacerdote] de sacrificios, y que se hace tigre [...] Tacaxtecle es hechicero y se tornatigre y brujo y todas las maneras de animala que quiere.

    La descripcin del tlamatini nos da una primera idea de lo que era el nahualli: unespecialista ritual con funciones mdicas, protectoras, adivinatorias, sacerdotales yde control meteorolgico. Al igual que el tlamatini, el nahualli prehispnico actua-ba como terapeuta, consejero y, cuando menos, en algunas ocasiones tena funcio-nes sacerdotales asociadas al sacrificio. Como se ver a continuacin, la proteccin,la adivinacin y el control meteorolgico, atribuidos a los tlamatinime contempor-neos, eran tambin funciones de los nanahualtin. De hecho, es muy probable que seaa causa de la diabolizacin del trmino nahualli por los conquistadores que losnahuas contemporneos prefieren utilizar trminos como tlamatini o tepahtiani paradesignar a especialistas rituales que, en otro tiempo, hubieran sido llamados nahua-lli.

    4. El nahualli, su funcin protectora y la secta revolucionaria

    Como es sabido, algunos investigadores, como Brasseur de Bourbourg (1859 IV:824-825), Brinton (1894: 12) y Correa (1955: 83), consideraban a los naguales onagualistas como miembros de una secta secreta destinada a contradecir los sacra-mentos cristianos y dar fin al dominio espaol restableciendo con los altares de laantigua religin, el gobierno de los prncipes naturales.

    Aunque dicha propuesta ha sido ampliamente criticada por los acadmicos con-temporneos, contamos con datos que muestran que, efectivamente, los nanahualtintuvieron un rol importante en la resistencia indgena. Los Procesos de Indios (1912:29) afirman que Martn Ocelotl andaba predicando por los pueblos cosas contranuestra Santa Fe. El mismo texto indica que Andrs Mixcoatl les pidi tepuztli

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  • [hierro] para combatir a los xpianos [cristianos] (1912: 57). La misma actitud rebel-de de los nanahualtin y su papel protagnico en la resistencia contra el dominioimperial se observa con claridad en la descripcin que hace Ximnez de la rebelintzeltal de 1712:

    A todos los pueblos solicitaban los mayores brujos para su defensa [...] Se supo sercierto el avance que nos haban dado aquella noche y que unas brujas salieron a des-truir nuestro... y matarlos a todos con sus brujeras, y volvieron diciendo que ya todosquedaban muertos [...] Para hacer resistencia a los espaoles, criaron muchos capita-nes y hicieron lanzas y armaron nuevos escuadrones de brujos y nagualistas(Ximnez 1929: III 271, 307, 312)6

    Aun en la actualidad los indgenas atribuyen caractersticas de nahualli a los cau-dillos revolucionarios. El general Juan Francisco Lucas, en la Sierra Norte dePuebla, y Juan Ortega, Lucio Cabaas y el Subcomandante Marcos, en Cancuc, sonslo algunos ejemplos de guerrilleros convertidos en nahuales por la mentalidadindgena popular (Masferrer 1986: 537, 541; Figuerola 2000: 20).

    Sin embargo, no encontramos rastro alguno de la existencia de una secta revolu-cionaria, ya que el hecho de que sean los especialistas rituales personajes pbli-cos, respetados y, muchas veces, carismticos quienes actan como cabecillas enlos movimientos insurgentes, no parece tener nada de especficamente mesoameri-cano. Pues, como es sabido, tambin la Independencia de Mxico (1810-1821) y laGuerra de Cristeros (1927-1930) fueron en gran parte dirigidas por especialistasrituales. Por otro lado, si la participacin de los nanahualtin en los levantamientosindgenas hubiera estado coordinada, si hubieran formado parte de una secta revo-lucionaria, la insurreccin de Cancuc no hubiera sido un caso aislado; habra habi-do una reaccin en cadena que habra sobrepasado los lmites regionales y se hubie-ra difundido por toda Mesoamrica. A lo cual podemos aadir que la participacinde los nanahualtin en conflictos armados no se limita a las sublevaciones indgenas,sino que adems disponemos de documentos que muestran con claridad que, desdepoca prehispnica, los nanahualtin solan combatir en favor de sus comunidades.

    El Cdice Florentino (1950-1963: XII 22; Torquemada 1975: II 109) reporta que,cuando los conquistadores llegaron a la costa de Veracruz Motecuhzoma envinanahualtin y tlaciuhqui [adivinos] para que vieran que tipo [de hombres] eran, y talvez pudieran hechizarlos [quintlacatecolouizque] y embrujarlos [quintlachihuiz-que]. Lo que adems de indicar que los nanahualtin podan trabajar al servicio delEstado, muestra que aun la capacidad de dao poda ponerse al servicio del gobier-no para someter a sus posibles adversarios. Siguiendo este mismo orden de ideas,Ixtlilxochitl relata un conflicto en el que Motecuhzoma y Nezahualpilli se enfrentanpor medio de ciertos especialistas rituales Por va de sus hechiceros y nigromnti-cos [Motecuhzoma] le haba pretendido hacer mal, y como hombre sabio y astuto[Nezahualpilli] se haba defendido de l por medio de otros que tena en su corte(Alva Ixtlilxochitl 1892: II 325). Chimalpahin narra que Quetzalmazatzin, tlatoca-

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    6 Vanse tambin los expedientes del Archivo General de Indias presentados por Viqueira (1997: 130,132). Es interesante notar que un levantamiento indgena semejante al de Cancuc tuvo lugar en 1716 enDurango (Prez de Rivas 1944: 491-493).

  • pilli de Amaquemecan, fue por segunda vez a combatir y tomar cautivos aHuexotzinco bajo la forma de su nahualli-serpiente de fuego (1998: VII Relacin187r-187v). Se cuenta igualmente que cuando los mexicas combatan a los tecpane-cas persiguieron a un nahualli llamado Mazatl y lo hirieron en el trasero (1998: vbis Relacin 8v-9r). Y que durante otro conflicto un nahualli, que era un sacerdo-te otom, fue a atacarlos con una lanza, pero Motecuhzoma lo captur (1998: v bisRelacin 9v-10r).

    Las crnicas quichs y cakchiqueles tambin mencionan con regularidad la pre-sencia de nanahualtin en las batallas. El Memorial de Tecpan-Atitln (HernndezArana y Daz Gebuta 1934: 240-241) comenta es en ese momento que los gruposse encontraron y en realidad el encuentro fue terrible; los gritos y las exclamaciones,el ruido de los tambores, trompetas y caracoles se mezclaba con las encantacionesde los puz nahual. Un texto titulado Guerras Comunes de Quichs y Cakchiqueles(1957: 137, 145, 149) menciona si no hubieran actuado como puz nahual habransido vencidos, pero fueron asistidos por la neblina, la oscuridad y la tormenta [...]Los tzotziles y los tukuchs destruyeron la ciudad por medio de sus nahuales [...]Xpanzay y Ahtun Cuetihax eran grandes puz nahual [...] saban destruir los camposde cultivo y los poblados. El Testamento de los Xpantzay (1957: 155) declara que,cuando se enfrentaron, all quedaron los seores tzotziles y tukuchs, los cuatropueblos tenan sus puz nahual. Por ltimo, el Ttulo de Otzoya (1957: 87-89) narraque, a la llegada de los conquistadores, un cacique llamado Tecum y otros nagualestrataron de detener a Pedro de Alvarado El dicho capitn volaba como un guila,era un gran prncipe y un gran nagual [...] Los capitanes Nehaib Izquin, Nehaib[venan] transformados en guila y len [...] Decidieron enviar a otro indio transfor-mado en rayo [...] fue all, donde se encontraban los espaoles, transformado enrayo para tratar de matar al Adelantado. Francisco Vzquez en su Crnica de laprovincia del santsimo nombre de Jess de Guatemala comenta que

    Contbanse por xiquipiles [cada xiquipil son ocho mil] los guerreros que venan desocorro, de ms de cien pueblos numerosos, que a su obediencia tena el Quich, sinnecesitar de la alianza del Kachikel y Zutujil, por ser todos enemigos declarados;engrosando ms y ms su diablica furia con las armas que les [ad]ministraba eldemonio, con la compulsin de elementos y mixtos, espantosa aparicin de susnaguales, prestigiosas metamorfosis y transformaciones en fieras, a furias infernales,con raras estratagemas y guerreros arbitrios [...] El ltimo socorro en el mayor y mspeligroso aprieto que dieron a los espaoles los indios, a pujanza de muchos millares,y xiquipiles de obstinados guerreros aplicando el demonio sus fuerzas, y los indios susdiablicos ardides nigromnticos, naguales y transformaciones, superiores fuerzas alas humanas (Vzquez 1937-40: I 17, 25).

    Es posible que entre los mayas yucatecos hayan tambin existido personajes simi-lares, pues un texto antiguo explica que los llamados jaguares del pueblo (u bala-mil cah) son descritos como sacerdotes, caciques y gobernantes que protegan alpueblo con su fuerza (Ciudad Real 1995; vase tambin Roys 1949: 174). As, losnanahualtin no slo habran servido al Estado sino que tambin habran fungidocomo guardianes o protectores de un cierto poblado, grupo o comunidad.

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  • Hoy en da, encontramos nanahualtin encargados de proteger las fronteras comu-nitarias de posibles invasiones enemigas entre los nahuas de la Huasteca, los qui-chs, los chontales, los huaves, los zapotecos, los totonacas, los chatinos y los chi-nantecos (Aranda Kilian 1993: 115-116; Nash 1958: 71; Carrasco 1960: 108;Mestres 2000: 76-77; Beals 1935: 190; Ichon 1969: 175; Bartolom y Barbas 1982:138; 1990: 195). Cabe aclarar que, entre los nahuas de la regin de Chalco-Amecameca y el sur de Veracruz, los zapotecos y los tzeltales, los nanahualtin noslo protegen a los miembros de la comunidad sino que tambin se encargan de cas-tigar a quienes transgreden las normas morales (Fabregas Puig 1969: 106; Mnch1994: 209-210; Kearney 1971: 49 Villa Rojas 1963: 240-258; Nash 1970: 141).

    En la Sierra Norte de Puebla, la funcin protectora del nahualli es encarnada porun personaje particular, conocido en nhuatl como xiuhnahualli o tlenahualli, ima-ginado como una bola de fuego que vuela por los aires (Prez Tellez 2002: 76;Farfn Morales 1992: 128; Chamoux 1989: 307). Mientras que, entre los nahuas deGuerrero, los totonacos, los tepehuas y los chinantecos, se cree en personajes deforma semejante que, en lugar de proteger a las personas, se encargan de cuidar losrecursos acuferos de la comunidad (Goloubinoff 1994: 601; Ichon 1969: 132;Williams Garca 1972: 33-34; Bartolom y Barbas 1990: 195).

    Es posible que la creencia en nanahualtin que, tomando la forma de bolas defuego, fungen como protectores de la comunidad y sus recursos, haya tambin exis-tido en el Posclsico, pues segn Nez de la Vega (1988: 756): Todo lo que entrelos indios significa curar, con este nombre, pox, se entiende tambin hechizar, y lostodos derivados de pox aluden al nagual, que llaman poxlon en algunas provincias[...] El cual es entre los indios muy temido [...] como pelota bola de fuego anda porel aire en figura de estrella con cauda a modo de cometa. Esto sin mencionar queun diccionario otom del siglo XVII (en Carrasco 1950: 227) traduce los trminosnozyne y noyazoxuy por otra suerte de brujo que no hace mal pero que iluminadurante la noche.

    Podemos pues concluir que, aun si las sectas revolucionarias imaginadas porBrinton, Brasseur de Boubourg y Correa nunca existieron, es cierto que los brujos ylos nanahualtin tuvieron un rol de importancia en las rebeliones indgenas. No obs-tante, su papel en las sublevaciones no hace ms que reflejar la funcin protectora,asociada al Estado, que se les atribua en poca prehispnica. Pues, siendo los nana-hualtin defensores de los valores indgenas tradicionales, quienes adems estabandotados de una imagen guerrera, resultara normal que al igual que los nahualesy los tlamatqueh contemporneos hubieran reaccionado contra aquellos que ame-nazaban a su pueblo; sea la Iglesia, los espaoles o las autoridades civiles mexica-nas.

    5. Nahualli, tlaciuhqui y teciuhtlazqui

    Los informantes de Sahagn tratan sobre un personaje denominado nahualli tla-ciuhqui teciuhtlazqui de la manera siguiente:

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  • Deca conocer el Mictlan, conocer el cielo. Saba cuando haba de llover o si nohaba de llover. Daba coraje y consejos a los prncipes, reyes y gente plebeya. Leshablaba seguido as: Escuchen: los tlaloque se han enojado. Paguen la deuda.Roguemos al Seor del Tlalocan. Y se haca inmediatamente lo que haba recomen-dado: se pagaba la deuda, se sacrificaban hombres. Deca: La enfermedad va a lle-gar. Que la gente del comn [metafricamente llamada la cola y el ala] se prepare.Que nadie descuide su cuerpo. Del mismo modo predeca si el hambre haba de acae-cer y deca: El hambre va a golpear, llover a medias. Muchos hombres sern ven-didos como esclavos. Aun aquel que tiene que comer no conservar nada de sus bien-es, a menos de que los haya encerrado. El hambre golpear dos aos, o tres aos, ocuatro aos. Esto es lo que l deca (Sahagn 1946-47: 167-168).

    6. Nahualli tlaciuhqui

    Tal como se ve en este pasaje se atribua al nahualli la capacidad de prever el por-venir y, en particular, los fenmenos meteorolgicos, una habilidad que se encuen-tra ligada a la mencin del nahualli como tlaciuhqui7. La facultad de previsin figu-ra igualmente en el Cdice Florentino (1950-1963: IV 43), donde se dice que elnahualli conoca sus secretos, encontraba objetos perdidos para la gente. En elproceso inquisitorial de Martn Ocelotl, un indgena de Cachula llamado Domingoafirm que el acusado haba dicho a un anciano no ests triste pues habrs de morirantes de que pase un ao, y muri durante el ao (Procesos de Indios 1912: 19).Otro testigo declar que el mismo personaje haba dicho a ciertos indgenas decida vuestro seor Gonzalo, que haga sembrar muchos maizales e magueyes e tunales,porque de aqu a cuatro aos ha de haber hambre (Procesos de Indios 1912: 19).Por ltimo, Chimalpahin comenta que cuando los aztecas peleaban con los chalcasun bho que era un brujo [tlacamo tecolotl o simplemente tecolotl] [...] llam y reu-ni a los mexicas dndoles valor en su huida. El brujo-bho dijo a los mexicas Ellinaje chalca ser destruido (1965: 101-102).

    Parece ser que los zoques de Chiapas tambin atribuan facultades adivinatorias asus nanahualtin, pues un proceso judicial del siglo XVII menciona que, en opininde un indgena, Jacinto Gonzlez era considerado en Ozococuautla como sabio oadivino y por ello lo consultaban sobre todo lo dudoso, sobre quien robaba cosas yen poder de quien se encontraban (AHDCH 1685: f7v, f8v). Lneas ms tarde, sedice de un tal Morales que Buscando sus compaeros una punta de ganado cima-rrn y no hallndose rastro de l, dijo el dicho Morales, Vayan a tal parte que all

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    7 Aun si sabemos que tlaciuhqui designaba a los adivinos, la significacin exacta de ste trmino continasiendo problemtica. Molina (2000) lo traduce por astrlogo, estrellero; sin embargo resulta claro que nadaen su etimologa alude a la astrologa ni a la observacin de las estrellas. Garibay (en Sahagn 1946-47: 171)afirma que la raz ciuh parece denotar a los fenmenos meteorolgicos; no obstante, nada indica que el tla-ciuhqui predijera exclusivamente los eventos meteorolgicos. Simon (1999), Lpez Austin (1967: 101) y DePury (2003: com. pers.) proponen que tlaciuhqui deriva de un verbo transitivo desaparecido formado por laraz /ihsiw/, que encontramos como intransitivo, (i)hcihui, con el significado de acelerar apresurar; de talsuerte que, reconstruyendo tlacihua excitar apresurar las cosas, tlaciuhqui querra decir aquel que exista,apresura o hace suceder las cosas.

  • lo hallarn, y se hall ser as. Y que se deca que dicho Morales se converta en ani-mal (AHDCH 1685: f7v, f8v).

    En lo que concierne a los mtodos adivinatorios empleados por los nanahualtin,tenemos que el proceso inquisitorial de Andrs Mixcoatl seala que el acusadotom una manta y tendindola en el suelo, y luego con unos granos de macescomenz a hacer sus hechiceras y encantamientos (Procesos de Indios 1912: 63).Es posible que el juego de pelota haya tambin tenido una funcin adivinatoria liga-da al nahualli; pues adems de que la Historia Tolteca Chichimeca (1976: 160, 172)y los Primeros Memoriales (1997: 146) hablan de un cierto nahualachtli cancha dejuego de pelota del o los nahual, Chimalpahin relata la manera en que Maxtlaton,quien era considerado como nahualli, interpret su derrota en el juego de pelota:

    En el mismo ao tuvo que derramar lgrimas el Maxtlaton. Fue a causa de lo queocurri en el tlachco. En el peso de la noche, fue all con sus astrlogos o agoreros,sus magos nahuales y perdi el juego. Esa fue la causa de que l se marchara y de queluego entraran a la cuenta de la Casa de Mxico, de Mxico Tenuchtitlan losTecpanecas Coyohuaques [...] Pero el seor Maxtlaton prefiri morir all en el tlach-co y que no se supiera nunca ms de l [...] Grandemente llor entonces el Maxtlatonpor el agero de ser derrotado en el juego de pelota que, en el peso de la noche, habatenido con sus teyollocuanime (Chimalpahin 1965: 194, 96)8.

    Es tambin posible que los tonalpohuque, quienes lean e interpretaban el calen-dario adivinatorio, hayan sido considerados nanahualtin, pues el Cdice Florentino(1950-1963: IV 1) afirma que el libro de los das es ms correctamente llamadonahuallotl [nahualidad], porque pertenece a los nahualti. En Chiapas, la actividadde los maestros nagualistas es descrita de la manera siguiente: Regulan los naci-mientos de los hombres por el curso y movimiento de estrellas y planetas, observan-do los tiempos y momentos del da y meses en que los nios nacen para adivinarlesy pronosticarles el estado, condicin y sucesos prsperos o adversos de la vida queha de tener cada uno [...] Por medio de ellos imaginan saber cosas venideras, hallartesoros o cumplir sus deseos deshonestos (Nez de la Vega 1988: 753, 332).

    Lamentablemente, en la mayora de los casos, los mtodos adivinatorios utiliza-dos no son explcitamente mencionados, mas es posible que los nanahualtin hayanempleado mtodos comunes como lanzar conchas, interpretar las visiones productodel consumo de alucingenos, la medicin del antebrazo o la interpretacin de sue-os a travs de un libro conocido como temicamatl (Cdice Florentino 1950-1963:XI 60; Sahagn: 1956: III 261; Muoz Camargo 1948: 146; Procesos de Indios 1912: 75;Romn y Zamora 1897: 129-130; Ruiz de Alarcn 1984: 143; Lpez Austin 1967: 107).

    7. Nahualli teciuhtlazqui

    Como teciuhtlazqui, teciuhtlazani aquel que lanza o precipita el granizo9 o qui-yauhtlazqui el que precipita la lluvia, el nahualli no slo era capaz de prevenir los

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    8 Un trmino que se refiere a quien realiza la accin mgica de comer el corazn para provocar la enfer-medad y la muerte.

    9 La palabra teciuhtlazqui o teciuhtlazani esta formada por el sustantivo tecihuitl granizo que aparece

  • fenmenos meteorolgicos sino tambin de controlarlos. Juan Bautista comentahay otros hechiceros, que se llaman teciuhtlazque, que conjuran a las nubes cuan-do quieren apedrear, para que no haya efecto el granizo. Tambin se llaman nana-hualtin (1965: 152)10.

    Estas facultades podan igualmente ser usadas para daar a las personas y sus cul-tivos. Don Juan, Cacique de Xinatepec, acus a Andrs Mixcoatl y Papalotl dicien-do de Mixcoatl que provoc una gran tormenta que los destruy [los campos demaz] [...] que Tlaloc comenz por provocar el viento sobre los del pueblo deCupitla, y la tormenta fue creada (Procesos de Indios 1912: 54). Los informantesde Sahagn comentan sobre este tema que tambin poda actuar como tlacatecolotl[una suerte de brujo]. Si detestaba a un pueblo o a un rey, si deseaba el fin del pue-blo o que el rey muriera, predeca Va a haber o va a caer granizo. Deca Deaqu a un ao todo lo que nos caer encima ser fuego (1946-47: 168). La capaci-dad de utilizar los fenmenos meteorolgicos contra los enemigos tambin figura enla Historia de Tlatelolco, pues en dicho texto se dice que, cuando Timal, el legenda-rio guerrero, conquist Quauhnahuac, el viento y la lluvia vinieron a protegerlo(1999: 77). El Ttulo de Totonicapan comenta sobre los nanahualtin quichs:Entonces mostraron su poder de nahual sobre la montaa de Muk'basib. Llamaronal aire, a la nube roja, al granizo de la muerte, al relmpago y los malos das contralos guerreros de las parcialidades (1983: 188 21r). Uno de los relatos sobre el alza-miento tzeltal de 1712 seala que

    La india [dirigente de la rebelin], asegurada por sus brujos, haba dicho a los suyosque no deban tener miedo de nosotros, pues a golpe de rayos y tormentas iban a des-truirnos [...] Los indios tenan tal esperanza en sus hechiceros que crean que al medioda, haba de haber tan grande terremoto que, atemorizndose los espaoles, habande tomarlos por asalto, y crean tambin que nuestros fusiles no tiraran balas sinoagua: y as, en este asalto de Gistlan tuvieron gran valor y muchos de ellos murie-ron (Ximnez 1929: III 290)11.

    A pesar de que, en la actualidad el trmino nahualli tiene, casi siempre, una con-notacin negativa, sabemos que en algunos pueblos nahuas contemporneos, comolos de la Huasteca, la regin de la Malinche y el sur de Veracruz, subsiste la creen-cia en nanahualtin capaces de controlar los fenmenos meteorolgicos en beneficiode la comunidad (Fagetti 1996: 198; Aranda Kilian 1993: 115-116; Mnch 1994:170). Tambin encontramos nanahualtin teciuhtlazque en grupos popolucas, tzelta-les, huaves y tojolabales (Williams Garca 1961: 55; Nash 1970: 142; Garca yOseguera 2001: 209; Ruz 1983: 42). En otras regiones nahuas, encontramos unaserie de especialistas rituales que, aunque poseen atributos semejantes a los de losnanahualtin, reciben una denominacin diferente. Tal es el caso de los kiohtlaskeh,

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    como compuesto con el verbo tlaza que significa lanzar, precipitar, hacer caer a la tierra o por un precipi-cio. De suerte que teciuhtlazqui o teciuhtlazani significara aquel que lanza o precipita el granizo.

    10 Si hacemos caso a lo que comentan los diccionarios antiguos, deberamos considerar que ste tipo deespecialistas rituales tambin existi entre los otomes: conjurar el granizo tanahuihqui, tahuihcayondo(Carrasco 1950: 224).

    11 La versin de dicho clrigo es confirmada por los testimonios de los indgenas frente a la Inquisicin(ver Viqueira 1997: 131, 144).

  • tiemperos, ahuizotes, quiapequis, ahuaques, tlamatqueme, tezitlazcs o graniceros delos Estados de Morelos, Mxico, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Veracruz y Guerrero.

    En lo que concierne a los poderes sobrenaturales de los nanahualtin teciuhtlazquecontemporneos, se les considera capaces de crear nubes, detener las tempestades yatacar a las personas o cultivos con el granizo y la sequa (Mnch 1994: 170; Maya1997: 265; Fagetti 1996: 198).

    8. Prediccin y control de los fenmenos meteorolgicos

    Como lo muestran los informantes de Sahagn (1946-47: 167-168), los nanahual-tin aztecas tenan un rol de importancia en la organizacin de los ritos sacrificialesen honor de los tlaloque cuando el tiempo era desfavorable o, en trminos de losinformantes de Sahagn, cuando los tlaloque se enojaban. Aun si el nahualli noera un sacerdote de Tlaloc, era l quien sealaba los momentos en que era necesariorealizar los sacrificios a las deidades de la tierra y la lluvia12.

    En poca colonial, los sacrificios parecen haber sido remplazados por ofrendas dediversos tipos, mas el gesto esencial sigui siendo el mismo, el don. As, durante unproceso inquisitorial del siglo XVIII, una indgena llamada Mnica Anglica decla-r:

    que habr como tres aos poco ms o menos que ella, en compaa de otras tres per-sonas, fueron a las cuevas de los mamandis, que quiere decir 'los queridos' a ofrecer-les sacrificios y que dichos dolos son unas piedras que estn dentro de dicha cuevaque tiene forma de gente [...] Y en el suelo hay otra piedra grande enterrada que tocn-dola con otra piedra suena a modo de teponaztle o instrumento msico, y porque dec-an los indios que aquella cueva con dichos dolos era de donde salan las nubes parallover e iban a pedir all el agua y a ofrecer a los dolos sacrificios de ropa, incienso,comida, chocolate y cera [...] Y que el dicho Lzaro hizo lo mismo, sahum, dio elchocolate a los dolos y despus la bebi, toc la piedra, hicieron oraciones de rodi-llas con mucho silencio [...] Y habiendo salido de la cueva y viendo que llova se fue-ron y volvieron clamando e incensando las nubes [...] Creyendo que los dolos le hab-an enviado el agua (AGN Inquisicin 1710: vol. 674 27).

    Actualmente, cuando hay sequas, los nanahualtin nahuas de la Huasteca y el surde Veracruz, as como otros especialistas rituales de la misma clase, son encargadosde organizar los ritos de peticin de lluvia en la cima de las montaas y las oqueda-des naturales (Aranda Kilian 1993: 116; Mnch 1994: 175-176, 171; Huicochea1997: 235; Barrios 1949-57: 69; Prez Tellez 2002: 63; Neff 1994: 37-38; Seplveda1994: 67-81). En dichas ocasiones, en las que por lo regular participa toda la comu-nidad, se suelen presentar ofrendas de flores, comida, juguetes y copal a las dei-dades de la tierra.

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    12 Aguirre Beltrn (1955: 1) consideraba que el nahualli era un sacerdote de Tlaloc; sin embargo, esto noes confirmado por ninguna fuente.

  • Muoz Camargo informa que, para saber como se desarrollara la temporada delluvias, se realizaba una caza colectiva en las montaas. En la que tras haber mata-do un ciervo se le abra el estomago para analizar su interior:

    Si se encontraba hierba verde o algn grano de maz o frijol nacido en el vientremismo, pues el demonio lo procuraba siempre para hacerse adorar por estos seres, porestas apariencias decan que el ao sera abundante en panes y que el hambre no ven-dra. Si el vientre estaba lleno de hierbas secas, decan que era signo de mal ao yhambre, y se volvan tristes y desamparados (1948: 162-163)13.

    Por su parte el Cdice Vaticanus 3738 (1966: pl. 42v, 34; Graulich 1995: 37) men-ciona otro procedimiento adivinatorio que implicaba igualmente un sacrificio ritual.Durante la fiesta de Atlcahualo cese de las lluvias, se meta masa de maz entrelas vsceras de un sacrificado, se le encerraba en una casa de piedra y despus decuatro das iban a examinarlo. Si la masa estaba podrida era signo de que la tempo-rada de lluvias sera buena. Hoy en da, los procedimientos adivinatorios formanmuchas veces parte de los ritos de peticin de lluvias. Por lo comn, estos se de-sarrollan despus de depositar las ofrendas o la realizacin de sacrificios animales,significando as su resultado la satisfaccin o insatisfaccin de las deidades por laofrenda presentada (Cervantes Delgado 1999: 103-104; Huicochea 1997: 235, 247;Albores 1997: 411; Seplveda 1994: 80).

    Aunque los procedimientos empleados por los nanahualtin antiguos para provo-car la lluvia nos son aun desconocidos, es muy posible que hayan empleado mto-dos semejantes a los usados con el mismo fin por los sacerdotes de Tlaloc.

    Cuando la lluvia amenazaba, inmediatamente se apresuraba y tomaba su incensario,cuyo mango era largo y redondo, y lo sacuda. El incensario terminaba [en forma de]serpiente. Y la cabeza de la serpiente se sacuda tambin, tambin estaba hueco. Enseguida, rpidamente soplaba sobre los carbones al fuego. Despus, rpidamente lollenaba de incienso sin hacer nada ms que esto. Posteriormente ofreca el incienso alas cuatro direcciones sacudiendo mucho [el incensario]. Luego iba a todos los patiosde los templos, ofreciendo y quemando incienso por todas partes. As conjuraba y lla-maba a los tlaloque. As rogaba en pos de lluvia (Cdice Florentino 1950-1963: II139).

    El proceso inquisitorial de Andrs Mixcoatl tambin menciona el uso de copal ypapel en los rituales para hacer llover, mas, sin contar el detalle de que dicho ritualse desarrollaba en la noche, no se ofrecen mayores datos al respecto (Procesos deIndios 1912: 74-75)14. Por otro lado, es tambin posible que se hayan utilizado amu-letos para atraer la lluvia, pues la Histoyre du Mechique (1965: 114) dice que, enTula, Quetzalcoatl les haba hecho creer que por medio de ese espejo tendran llu-via siempre y que, si se la pedan, por este espejo, l se las dara.

    Entre los nahuas contemporneos del Valle de Toluca, las tormentas son conside-radas como enviadas como castigo por la mala conducta de los hombres, ya sea por-

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    13 Preuss (1998: 282) seala que los huicholes contemporneos sacrifican ciervos a las deidades del infra-mundo para que la lluvia comience a caer.

    14 Sabemos que, a principios del siglo XX, todava se hacan nubes de carbn para provocar la lluvia en lasinmediaciones de Teotihuacan (Gamio 1922: 404).

  • que los varones golpean demasiado a sus mujeres o porque las mujeres engaan asus maridos (Bravo Marentes 1997: 369). Sin embargo, la mala conducta no bastapara pronosticar el tiempo pues se trata de una explicacin a posteriori paraello, el especialista ritual debe observar el comportamiento de la naturaleza:Cuando estas gentes vean nubes muy blancas por encima de las montaas, decanque era seal de que el granizo haba de destruir sus campos (Sahagn 1969: II266).

    Para evitar la tempestad, los teciuhtlazque la expulsaban, le mostraban el cami-no, la conducan hacia el agua (Cdice Florentino 1950-1963: VII 20). Hay otrosque se llaman teciuhpeuhque15, que en las ms partes del Valle los hay, que ahuyen-tan las nubes y las conjuran y los pueblos los tienen sealados y los libran del coa-tequitl [trabajo comunal], hacen con las manos muchas seales y soplan los vientos(Ponce 1965: 131). Leemos en otro texto que para evitar las granizadas, los conju-radores del granizo, sacudiendo contra l sus mantas, y diciendo ciertas palabrasdaban a entender que lo arrendaban y lo echaban de sus tierra (Torquemada 1975:II 83)16.

    En los Procesos de Indios (1912: 56, 66), los procedimientos empleados paradetener la lluvia son tratados de manera ms explcita. As, Xuchicalcatl, testigoarriba dicho, dice en su dicho, que el dicho Andrs, vido cmo llova mucho, y paraque no lloviese trajronle un brasero de esos que estn dedicados al demonio y tru-jronle cierta yerba que se llama yztachuyatl, y psola en el brasero para que ahu-mase, y as hizo sus encantamientos para echar las nubes, que no lloviese. Es posi-ble que el humo de iztachuyatl, como el de los cigarrillos usados por los indgenascontemporneos, haya sido considerado como desagradable para las deidades de latierra y la lluvia puesto que la palabra xoyac significa que apesta, que tiene un olorrancio (Wimmer 2002). Este mismo personaje, en otra parte del mismo relato, esmencionado bajo el ttulo de Telpochtli mientras que el texto precisa que que vadecir este nombre Telpuchtli, la pluvia saldr y se echar a otra parte las nubes(Wimmer 2002: 62). As parece ser que, identificndose con esta deidad(Tezcatlipoca), Mixcoatl habra adquirido la capacidad de desviar la lluvia. Lo cualparecera lgico si consideramos que Durn (1967: I 40) traduce el nombre de lafiesta de este dios Toxcatl por cosa seca. Lo que podra indicarnos que se

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    15 Lpez Austin (1967: 100) traduce teciuhpeuhqui por el que vence al granizo. Sin embargo, De Pury(2003: com. pers.) indica que el verbo pehua, con el sentido de vencer, se declina nicamente con un obje-to animado (te-). Entonces, el granizo (tecihuitl) no podra ser su complemento de objeto ms que si se le con-siderara como animado. Existe otro verbo pehua.nite, comenzar, que podra formar parte del trmino encuestin. No obstante, en este caso, no sera posible traducir teciuhpeuhqui por el que inicia el granizo por-que para ello sera necesario que pehua fuera transitivo (lo que no es ms que con un complemento de obje-to humano; en el resto de los casos es intransitivo). Tendramos pues que considerar que se trata de un sus-tantivo en incorporacin modificante, resultando as dos interpretaciones posibles aquel que comienza(por medio del) granizo o aquel que comienza de la misma manera que el granizo.

    16 El Cdice Florentino menciona tcnicas especificas para evitar que el granizo destruya los campos decultivo: Cuando llova y granizaba mucho, aquel que tena un campo de maz, frijol o cha esparca las ceni-zas del fogn fuera de la casa, sobre el patio. Decan que, de esta manera, su maz no se helara; crean quede esta manera el hielo desaparecera (1950-1963: IV-V 192). Sin embargo, el texto dice explcitamente quedichos procedimientos eran empleados por los dueos de los cultivos y no por especialistas rituales.

  • atribua a esta deidad la capacidad de expulsar la lluvia17. En el siglo XVII, Serna menciona de manera sumamente precisa cuales eran los

    procedimientos empleados por los conjuradores de la lluvia de San Matheo,Xalatlaco y Tenango en el Valle de Toluca:

    Y aunque haba muchos de este oficio, no todos tenan un mismo modo de conjurar,sino muy distintos [...] Unos conjuraban con las mismas palabras del ManualRomano, que tienen para estos efectos, y concluan su conjuro con soplos a unas yotras partes, y movimientos de cabeza, que parecan locos con toda fuerza, y violen-cia, para que con aquellas acciones se apartasen los nublados, y tempestades a unas yotras partes. Otro conjuraba con una culebra viva revuelta en un palo, y esgrima conella hacia la parte de los nublados y tempestades con soplos, y acciones y palabras quenunca se podan entender [...] Otro conjuraba los nublados y tempestades con las mis-mas acciones y soplos a unas partes y a otras, y lo que deca eran estas palabras: Avosotros seores Ahuaque y Tlaloque, que quiere decir Truenos y Relmpagos, yacomienzo a desterraros para que os apartis unos a una parte y otros a otra (Serna1953: 78-79).

    Observamos pues que los mtodos mencionados no slo difieren de los descritospor Sahagn o la Inquisicin, sino que tambin pueden variar dentro de una mismaregin y poca. De este modo, podemos ver que, adems de variantes regionales, esposible que la prctica de los teciuhtlazque no haya estado determinada por unaliturgia particular, sino que, por el contrario, cada uno tuviera su propia manera deactuar. Sin embargo, la individualizacin de la prctica no implica que exista unaverdadera innovacin, puesto que las tcnicas de los teciuhtlazque contemporneossuelen ser semejantes a las conocidas para la poca colonial (vanse por ejemplo lostrabajos de Neff 1996: 81; Gonzlez Montes 1997: 340; Gonzlez Jcome 1997:482). Cabe mencionar que, cuando menos en la poca actual, dichas tcnicas nosuponen la destruccin del mal tiempo, sino su desplazamiento hacia otro lugar.Pareciera, pues, existir una idea de equilibrio o circulacin del beneficio y el male-ficio, de suerte que el bien para los suyos podra resultar en el mal hacia los otros.Obviamente, este tipo de acciones suele provocar conflictos, reales o simblicos, enlos que los especialistas rituales de las distintas localidades se enfrentan para evitarque la desgracia caiga sobre sus comunidades (Gonzlez Jcome 1997: 482).

    9. Conclusin

    El buen nahualli, asimilado al tlamatini, era un consejero para los nobles y losmacehualtin, funga como terapeuta y asuma ciertas funciones sacerdotales ligadasal sacrificio. Como tlaciuhqui, adivinaba el porvenir de las personas y recuperaba

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    17 El Cdice Vaticanus 3738 (1966: lam. LIX 138) llama a Tezcatlipoca Toxcatlipocatl humo seco; mien-tras que Chimalpahin (1998: IIIe Relacin 80v-81r) menciona que, en 9-tecpatl, Tezcatlipoca provoc unasequa en la Cuenca de Mxico. Por otro lado, es necesario considerar que Andrs Mixcoatl no era el nicoespecialista ritual que se hacia llamar Telpochtli, sino que el nahualli Martn Ocelotl, quien se deca herma-no de las nubes, se presentaba igualmente bajo el nombre de sta deidad (Procesos de Indios 1912: 21, 25,31).

  • objetos perdidos o robados. Como teciuhtlazqui, predeca el tiempo, organizaba losritos de peticin de lluvia en tiempo de sequa, expulsaba las granizadas y provoca-ba la lluvia. Fungiendo como guardin, el nahualli deba constantemente combatircontra los enemigos de su comunidad, ya sea para proteger sus recursos, evadir elmal tiempo, contrarrestar las invasiones extranjeras o evitar el conflicto internogenerado por la violacin de las normas morales.

    Podemos observar que el nahualli no tenia bajo su cargo la direccin de los ritua-les colectivos peridicos, sino que, por el contrario, su desempeo estaba concentra-do en evitar y corregir cualquier tipo de desorden que pudiera poner en peligro lapervivencia de su comunidad. Su funcin preventiva y reparadora del desorden com-prenda desde dar fin a la enfermedad y la guerra, que menguan directamente a lapoblacin, hasta el castigo de las transgresiones, que exponen al grupo a una puni-cin sobrenatural, pasando por la desviacin del mal tiempo, que afecta a los recur-sos comunitarios. En otras palabras, aquello que distingue al buen nahualli de otrosespecialistas rituales mesoamericanos, es que su papel se define en relacin con eldesorden que se pretende evitar y no por el orden que se desea conservar. Podemosdecir en este sentido que la tarea del buen nahualli es equivalente a la del chaman,ya que ambos tienen como funcin principal el hacer frente a todos los peligros queamenazan a la comunidad como tal, directamente o a travs de sus miembros(Hamayon 1985: 29-30).

    Al mismo tiempo, vemos que la investidura del nahualli era local, tena la cargade velar por el bienestar de una comunidad particular un barrio, un pueblo deter-minado, era elegido para protegerla del mal tiempo y, probablemente, para quecombatiera con los nanahualtin de comunidades rivales por la conservacin de losrecursos locales. De modo que su rol de buen nahualli sera relativo, benfico paralos suyos e indiferente o malfico para los otros. Los informantes de Sahagn dicenque el buen nahualli no hacia nunca mal a los otros; sin embargo, es obvio quepara poder proteger su comunidad era necesario que fuera capaz de daar.

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