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a. INFORME DE DESARROLLO HUMANO Para concluir la síntesis de la concen- tración de la tierra, el Informe de Desa- rrollo Humano 2011 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD-, reafirma que pocos son los due- ños de la tierra en Colombia -principal causa de que el país tenga uno de los peores índices de distribución de la ri- queza global- y que el Estado ha fallado en su modelo de desarrollo agrario y fue contundente en determinar que la princi- pal talanquera para el desarrollo huma- no es la alta concentración de tierras en pocas manos. El Informe afirma que el 52 por cien- to de la gran propiedad está en manos del 1.15 por ciento de la población, algo que se ve reflejado en el coeficiente de Ginique mide la desigualdad entre ricos y pobres, e indica que en materia de con- 8 Fascículo www.hsbnoticias.com DE BOGOTÁ para Manual La Paz para Manual La Paz Por Ricaurte Losada Valderrama* *Ex Senador de la República, Analista, Investigador. Una de las consecuencias de la concentración de la tierra es su directa incidencia sobre la productividad. La restitución de tierras y la reforma agraria son las maneras de combatir la concentración de la tierra. centración de tierras es de 0.85, número alto si se tiene en cuenta que la escala va de 0 a 1. El índice general para Co- lombia es de 0.58, uno de los peores del mundo. El diagnóstico del PNUD señala que el modelo de desarrollo agrario que se ha venido aplicando en las últimas décadas ha favorecido aún más la concentración de tierras. Después de la apertura eco- nómica, la lógica de “más mercado y me- nos Estado”, sumado al debilitamiento de las instituciones y al control de terri- torios por parte de los grupos armados dejaron una estructura agraria inequita- tiva. En el informe se afirma que “Toda la estructura de tenencia de la tierra y la estructura agraria que tiene el país impi- den y dificultan el desarrollo humano”. La tierra, además, se ha convertido en un bien especulativo que se acumula para obtener rentas sin ningún esfuerzo productivo. Es símbolo de riqueza, esta- tus, y prestigio social, algo que no ocurre en otros países. Eso explica en parte las luchas que se han dado por tenerla y es una de las razones por las cuales no han prosperado las reformas agrarias que se vienen intentando desde los años 30 del siglo pasado. Uno de los mitos que se derrumban con el informe es que Colombia es un país urbano, pues casi la tercera parte de la población es rural, en vez de un cuarto como lo dijo el censo de 2005, que seña- la que 75.5por ciento de los municipios colombianos son rurales y representan el 94.4por ciento del territorio, según el nuevo índice de ruralidad. Por eso, si Colombia quiere modernizarse debe so- lucionar el conflicto agrario.

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Octavo Fascículo del Manual para la Paz. Un especial de quince temas que El PERIÓDICO DE BOGOTÁ entrega a sus lectores los días viernes, donde su autor, el analista político Ricaurte Losada Valderrama, ilustra los intentos realizados en búsqueda de la paz, hasta llegar al actual, promovido por el Presidente Juan Manuel Santos. "Para que una paz sea duradera y estable, debe ser una conquista de todos, o por lo menos de la gran mayoría. Por ende, debemos prepararnos para contribuir a hacerla posible".

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a. INFORME DE DESARROLLO HUMANO

Para concluir la síntesis de la concen-tración de la tierra, el Informe de Desa-rrollo Humano 2011 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD-, reafirma que pocos son los due-ños de la tierra en Colombia -principal causa de que el país tenga uno de los peores índices de distribución de la ri-queza global- y que el Estado ha fallado en su modelo de desarrollo agrario y fue contundente en determinar que la princi-pal talanquera para el desarrollo huma-no es la alta concentración de tierras en pocas manos.

El Informe afirma que el 52 por cien-to de la gran propiedad está en manos del 1.15 por ciento de la población, algo que se ve reflejado en el coeficiente de Ginique mide la desigualdad entre ricos y pobres, e indica que en materia de con-

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Por Ricaurte Losada Valderrama*

*Ex Senador de la República, Analista, Investigador.

Una de las consecuencias de la concentración de la tierra es su directa incidencia sobre la productividad.

La restitución de tierras y la reforma agraria son las maneras de combatir la concentración de la tierra.

centración de tierras es de 0.85, número alto si se tiene en cuenta que la escala va de 0 a 1. El índice general para Co-lombia es de 0.58, uno de los peores del mundo.

El diagnóstico del PNUD señala que el

modelo de desarrollo agrario que se ha venido aplicando en las últimas décadas ha favorecido aún más la concentración de tierras. Después de la apertura eco-nómica, la lógica de “más mercado y me-nos Estado”, sumado al debilitamiento de las instituciones y al control de terri-torios por parte de los grupos armados dejaron una estructura agraria inequita-tiva. En el informe se afirma que “Toda la estructura de tenencia de la tierra y la estructura agraria que tiene el país impi-den y dificultan el desarrollo humano”.

La tierra, además, se ha convertido

en un bien especulativo que se acumula para obtener rentas sin ningún esfuerzo productivo. Es símbolo de riqueza, esta-

tus, y prestigio social, algo que no ocurre en otros países. Eso explica en parte las luchas que se han dado por tenerla y es una de las razones por las cuales no han prosperado las reformas agrarias que se vienen intentando desde los años 30 del siglo pasado.

Uno de los mitos que se derrumban con el informe es que Colombia es un país urbano, pues casi la tercera parte de la población es rural, en vez de un cuarto como lo dijo el censo de 2005, que seña-la que 75.5por ciento de los municipios colombianos son rurales y representan el 94.4por ciento del territorio, según el nuevo índice de ruralidad. Por eso, si Colombia quiere modernizarse debe so-lucionar el conflicto agrario.

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El informe explica que el país, si bien tie-ne un potencial de 21.5 millones de hectá-reas, sólo cultiva el 22.7 por ciento de las tierras aptas: 4.9 millones de hectáreas. En cambio, hay una ganaderización de la tierra, pues 39.2 millones de hectáreas están destinadas para pastos, rastrojos y malezas, de las cuales 31.6 están usadas en ganadería bovina, donde hay menos de una cabeza de ganado por hectárea.

Ese territorio es 10.6 millones más gran-

de que el de las tierras aptas destinadas para producción de alimentos. Esto resulta paradójico porque Colombia es de los po-cos países del mundo, junto con Brasil, que dispone de tierras para expandir su fronte-ra agrícola.

Los conflictos por el uso de tierra para ganadería, agricultura, minería o para fi-nes de conservación requieren pronta so-lución. El narcotráfico es un elemento adi-cional que incide en el conflicto agrario de manera especial y que se ha traducido en el despojo y desplazamiento de los habi-tantes rurales.

El informe cifra el despojo de tierras en 6.6 millones de hectáreas, es decir, el 12.9 por ciento de la superficie agropecuaria, de las cuales se han recuperado 495.493. De ese total el 73 por ciento corresponde a mi-nifundios y propiedades pequeñas de has-ta 20 hectáreas.

Como consecuencia, en los últimos 13 años unas 3.6 millones de personas han sufrido el desplazamiento forzoso, el 65 por ciento menores de 25 años y el 14 por ciento con menos de 4 años.

El informe se da en un momento en que el

Gobierno del Presidente Juan Manuel San-tos empieza la aplicación de la Ley de Víc-

timas y Restitución de Tierras y justo cuan-do se está estudiando un proyecto de ley de desarrollo rural que busca complementar la anterior Ley y generar oportunidades para que los campesinos tengan futuro económico en el campo.

El PNUD propone una reforma rural trans-formadora para cambiar la estructura in-equitativa y democratizar la tenencia de la tierra. Además, sugiere acuerdos entre el Estado y la socie-dad civil; abogar por la seguridad huma-na, la inclusión de los grupos minoritarios y la generación de con-fianza de la pobla-ción hacia las institu-ciones.

D. CONCENTRACIÓN FINANCIERA

El sector financiero se ha concentrado por la monopolización de la banca iniciada con

una política de privatizaciones, fusiones y alianzas estratégicas, entre otros factores.

Los establecimientos de crédito en Colom-bia suman activos por 350 billones de pesos, un patrimonio de 51 billones y las ganancias acumuladas a agosto de 2012 ascendían a cinco billones. El país tiene unas 20 millones de personas con algún producto del sistema financiero.

La concentración del capital acciona-rio también es abe-rrante. El país tenía en el año 2011 dos millones de accio-nistas, pero sólo dos mil poseían el 82 por ciento, algo si-

milar a lo que pasaba en la década del 90, como ya se recordó. De modo que el capital financiero es monopólico y con el sistema financiero ha ganado el uno por ciento de la población, a costa del 99 por ciento.

La utilización más adecuada de la tierra es uno de los requisitos para la recuperación y el desarrollo del campo.

Al programa que se está iniciando de restitución de tierras, alabado incluso por la Organización de Naciones Unidas, debe adicionarse la aplazada reforma agraria estructural e integral.

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tínez, de finales de 1978, donde expresa la manera como se ha venido efectuando la concentración industrial, pues “...ya en1960 se veía como el 0.16 por ciento de los accionistas manejaba el 55.9 por cien-to de las acciones, en una muestra que cubría 610 sociedades de las 981 inscri-tas. O sea, que 411 accionistas tenían el poder de decisión sobre esas entidades”. Agregó que publicaciones de la Bolsa de Vendedores de Bogotá de 1976, mostra-ron que en 21empresas en las que tenían participación los fondos de inversión y las compañías de seguros y capitalización,

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Interbolsa fue la principal de las 29 so-ciedades comisionistas de bolsa, cuyo ob-jeto social era el desarrollo del contrato de comisión para la compra y venta de valo-res. Contaba con el 34 por ciento de la to-talidad del mercado bursátil en Colombia, y por lo tanto, estaba bajo la inspección y vigilancia de la Superintendencia Financie-ra.

Aunque los altibajos hacen parte de la realdad bursátil, Interbolsa se había con-vertido en número uno, a base de llevar

el riesgo a límites extremos, que fue jus-tamente lo que ocasionó su intervención y liquidación cuando tuvo crisis de liquidez, empezando a sacar más plata de los clien-tes y recurriendo a préstamos bancarios, lo que se volvió insostenible hasta el pun-to que a finales del año 2012 incumplió obligaciones por más de 20 mil millones de pesos.

Interbolsa manejaba el mayor volumen de acciones y de deuda pública y privada. Hubo entonces falta de acción oficial, es decir, el cumplimiento de la obligación de inspección, vigilancia y control, así como una insuficiente regulación sobre la mate-ria, propias del modelo neoliberal.

E. CONCENTRACIÓN INDUSTRIAL

La concentración industrial y comercial se relaciona íntimamente con la que se presenta en el campo financiero yen la in-dustria como en todos los sectores de la economía colombiana también ella es es-calofriante en la propiedad y en el ingre-so.

El profesor Gerardo Molina hace refe-rencia al estudio de Evelio Ramírez Mar-

963 accionistas, o sea, un 0.2 por ciento, manejan el 59.1 por ciento de las acciones, expresando que esa situación se llamaba marcha acelerada hacia el monopolio y el oligopolio.

Adicionó Gerardo Molina las anteriores afirmaciones diciendo: “Pero es en el estu-dio de la Superintendencia de Sociedades - 1978-, donde este fenómeno de la concen-tración aparece con luz enceguecedora. El es tan intenso que ya se habla de conglome-rados, es decir, de esa manera de organiza-ción basada en la reunión de sociedades, ligadas entre sí y con vínculos de depen-dencia respecto de una especial, a fin de lle-var a cabo objetivos comunes. Con base en los datos oficiales de 1975, la investigación ha detectado 24 conglomerados que contro-lan 434 empresas, de las cuales hay 300 de tipo industrial y comercial, manifestando que ya por esa época se estaba en presen-cia de una alta dosis de concentración.

La concentración industrial es una de las principales manifestaciones de la injusticia y la inequidad en Colombia.

En Colombia todo está concentrado en pocas manos y este es un problema que incide en todos los campos de la vida del país y que nos distancia de las condiciones para llegar a una paz duradera y estable.

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En Colombia, quienes menos tienen, pagan proporcionalmente más que quienes más tienen.

También advirtió este estudio que “El movimiento hacia la concentración in-dustrial tiene ventajas porque aumenta la productividad, pero sus efectos socia-les son dañinos, pues va acompañado de la baja en la absorción de la mano de obra, y esto se comprende, pues a mayor peso del capital en una firma, mayor ten-dencia a usar tecnologías complicadas, a costa naturalmente del trabajo humano. En cuanto a la pequeña industria, dado a que su aporte a la producción es muy bajo, su contribución a la absorción de trabajadores es también pequeña”.

F. SISTEMA TRIBUTARIO REGRE-SIVO

Aunque la Constitución ordena que el sistema tributario sea progresivo, la rea-lidad es bien distinta: es regresivo, pues más del cincuenta por ciento del recau-do proviene de este género de impues-tos, como el IVA, que gravan a todos por igual. En consecuencia, quienes tienen ingresos más altos, proporcionalmente pagan menos impuestos que quienes los tienen más bajos.

El impuesto de renta es regresivo al cobrarles mayores tarifas efectivas a los rangos de ingresos inferiores que a los

superiores, por eximir las rentas más elevadas y por no gravar los dividendos que constituyen el grueso de los ingresos deluno por ciento que recibe el veinte por ciento de la renta nacional.

Debe exigirse que a igual ingreso, igual impuesto y aplicar una tabla progresiva y no hacerla inoperante con exenciones. Únicamente con progresividad real se evita acentuar la desigualdad, ya en ni-veles inaceptables.

Además, nuestra política tributaria no tiene efecto redistributivo. Se repite, está erosionada por exenciones, y los impues-tos no sirven de instrumento para corre-gir la inequidad económica y social.

Según Carlos Caballero Argáez, de una población económicamente activa de veintitrés millones, el veinte por ciento paga el impuesto de renta, es decir, 4.6

AGUDELO Villa Hernando y otros, Obra cit, Págs. 237, 238.

CABALLERO Argáez Carlos, Impuestos y Desigualdad, de la Consistencia y la Equidad Tributaria, El Tiempo, 3 de noviembre de 2012, Pág. 25.

millones. Pero, de estas últimas, 3.5 mi-llones contribuyen a través de sus reten-ciones en la fuente y no declaran renta, con lo cual terminan sufragando entre el siete y el once por ciento de su ingreso. En cambio, personas con salarios men-suales superiores a ocho millones, pagan en promedio un dos por ciento de su in-greso bruto como impuesto y los colom-bianos que declaran renta son un poco más de un millón, menos del cinco por ciento de la población que trabaja.

Agrega que las anteriores cifras mues-tran la pobreza y la desigualdad, frente a lo cual lo aconsejable sería que el ingre-so estuviera mejor distribuido y que más personas naturales pagaran impuestos.

Por razones como las anteriores, para el columnista, la inequidad “…es el pro-blema más grave de la sociedad colom-biana.”

Una manera de combatir la concentración de la riqueza es a través de un sistema tributario progresivo, para lo cual basta cumplir el mandato constitucional .

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