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Continuando con la concentración de la riqueza como uno de los principales facto- res que generan exclusión, y por lo tanto, violencia, en el Fascículo seis se empezó a resumir el tema de los grupos económi- cos. Al respecto, otro de mucha importancia es el grupo Santo Domingo, liderado hasta hace poco por Julio Mario Santo Domin- go, y ahora por su hijo, Alejandro Santo Domingo. Se inició en los años 70 en la industria cervecera en la cual actualmen- te tiene una posición predominante en el país con la cervecera Bavaria. Santo Domingo, igualmente posee una participación importante en industrias cerveceras de otros países latinoameri- canos. Ha hecho presencia con empre- sas y organizaciones en distintos secto- res como el financiero y de seguros, con Bancoquia, Invercrédito y Colseguros; en el transporte aéreo con Avianca que hace 7 Fascículo www.hsbnoticias.com DE BOGOTÁ para Manual La Paz para Manual La Paz Por Ricaurte Losada Valderrama* *Ex Senador de la República, Analista, Investigador. El escaso crecimiento económico colombiano está concentrado, descuidando las necesidades de la inmensa mayoría de la población. La globalización, y con ella, la internacionalización de la economía, ha hecho que empresas nacionales pasen a manos del gran poder económico internacional. poco vendió; en las telecomunicaciones con Caracol, Celumovil y el Espectador, entre otros. Entre los denominados cacaos se en- cuentra también el Grupo Luis Carlos Sarmiento Angulo, liderado por Luis Car- los Sarmiento Angulo. Tuvo sus inicios en el sector de la construcción, pero ha sido en el sector financiero, con el Grupo Aval, conformado por los Bancos de Bogotá, Occidente y Popular y las Corporaciones de Ahorro y Vivienda, Ahorramás y las Villas donde se ha consolidado como uno de los grupos económicos más importan- tes del país. Sarmiento tiene igualmente participa- ción en otros sectores, como las pensio- nes y cesantías -Porvenir S.A-, las tele- comunicaciones –Cocelco-, las fiduciarias -Fidubogotá-, los seguros, el leasing y el mercado de valores, entre otros. También tiene mucho poder el Sindica- to Antioqueño que surgió como resultado de un proceso de concentración de capi- tal de ese sector del país para controlar amenazas provenientes de otros com- petidores. Su desarrollo se ha dado en

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Séptimo Fascículo del Manual para la Paz. Un especial de quince temas que El PERIÓDICO DE BOGOTÁ entrega a sus lectores los días viernes, donde su autor, el analista político Ricaurte Losada Valderrama, ilustra los intentos realizados en búsqueda de la paz, hasta llegar al actual, promovido por el Presidente Juan Manuel Santos. "Para que una paz sea duradera y estable, debe ser una conquista de todos, o por lo menos de la gran mayoría. Por ende, debemos prepararnos para contribuir a hacerla posible".

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Continuando con la concentración de la riqueza como uno de los principales facto-res que generan exclusión, y por lo tanto, violencia, en el Fascículo seis se empezó a resumir el tema de los grupos económi-cos.

Al respecto, otro de mucha importancia es el grupo Santo Domingo, liderado hasta hace poco por Julio Mario Santo Domin-go, y ahora por su hijo, Alejandro Santo Domingo. Se inició en los años 70 en la industria cervecera en la cual actualmen-te tiene una posición predominante en el país con la cervecera Bavaria.

Santo Domingo, igualmente posee una participación importante en industrias cerveceras de otros países latinoameri-canos. Ha hecho presencia con empre-sas y organizaciones en distintos secto-res como el financiero y de seguros, con Bancoquia, Invercrédito y Colseguros; en el transporte aéreo con Avianca que hace

7Fascículo

www.hsbnoticias.comde bogotá

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Por Ricaurte Losada Valderrama*

*Ex Senador de la República, Analista, Investigador.

El escaso crecimiento económico colombiano está concentrado, descuidando las necesidades de la inmensa mayoría de la población.

La globalización, y con ella, la internacionalización de la economía, ha hecho que empresas nacionales pasen a manos del gran poder económico internacional.

poco vendió; en las telecomunicaciones con Caracol, Celumovil y el Espectador, entre otros.

Entre los denominados cacaos se en-cuentra también el Grupo Luis Carlos

Sarmiento Angulo, liderado por Luis Car-los Sarmiento Angulo. Tuvo sus inicios en el sector de la construcción, pero ha sido en el sector financiero, con el Grupo Aval, conformado por los Bancos de Bogotá, Occidente y Popular y las Corporaciones de Ahorro y Vivienda, Ahorramás y las Villas donde se ha consolidado como uno de los grupos económicos más importan-tes del país.

Sarmiento tiene igualmente participa-ción en otros sectores, como las pensio-nes y cesantías -Porvenir S.A-, las tele-comunicaciones –Cocelco-, las fiduciarias -Fidubogotá-, los seguros, el leasing y el mercado de valores, entre otros.

También tiene mucho poder el Sindica-to Antioqueño que surgió como resultado de un proceso de concentración de capi-tal de ese sector del país para controlar amenazas provenientes de otros com-petidores. Su desarrollo se ha dado en

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sectores como el financiero, de seguros, la construcción, el comercio y principalmente en cementos y alimentos.

Los negocios más importantes del Sindi-cato están representados en empresas como Suramericana, Cementos Argos, Noel, Zenú, Colcafé, Acerías Paz de Rio, Fabricato, Te-jicondor, Cadenalco y la Compañía Nacio-nal de Chocolates. Su expansión al sector financiero se produ-jo con la compra del Banco de Colombia.

En la relación de conglomerados finan-cieros está, además, el Grupo Social, con en-tidades como el Banco Caja Social y la Cor-poración de Ahorrro y Vivienda -Colmena-, Colpatria y Bolívar, y éste, con Davivienda a la cabeza, completan la torre de control del sistema financiero en Colombia.

Entidades de inversionistas independien-tes ahora son propiedad de los principales

grupos económicos. Es así, por ejemplo, como la Corporación Financiera del Valle -Corfivalle- y la Corporación de Ahorro y Vivienda -Granahorrar-, cuyos accionistas mayoritarios asumieron grandes deudas con las entidades de crédito de los mismos grupos, debieron entregarlas para pagar sus obligaciones. La última se quebró después de este proceso, razón por la cual fue ad-

quirida por el Estado que luego la vendió, repitiendo así el ne-fasto negocio de so-cializar pérdidas y privatizar ganan-cias.

El poder económico se refleja en un cre-ciente poder político, influyendo en el mane-jo del Estado, diseñado para favorecer in-tereses privados. Este fue el proceso vivido con la apertura que redujo los impuestos a los monopolios cerveceros, otorgó la telefo-nía celular, facilitó la inversión petrolera ex-tranjera y creó el sistema privado de salud

y pensiones, para citar únicamente unos negocios de los más importantes.

Sobre estos aspectos reiteré en el Sena-do en el primer debate al modelo neoliberal que los desequilibrios económicos, y por lo tanto sociales, evidenciados en la gran can-tidad de pobres, frente a unos pocos ricos, hace que los últimos continúen concentran-do los bienes de producción, quedándole a la mayoría sólo la alternativa de vivir bajo servidumbre, señalando que éstos eran los mejores incenti-vos para prolongar la guerra, y que, en consecuencia, lograr la paz resultaría difí-cil y hasta imposible. Después de tantos años es una desgracia tener la razón.

La acumulación de la riqueza se fortale-ció también debido a la aparición de los carteles del narcotráfico. Estos, además de corromper vastos estamentos sociales, con-centraron grandes capitales y propiedades, muchas de ellas ociosas. Múltiples sectores del gobierno y de la sociedad civil, velada-mente apoyaron sus actividades o al menos las toleraron, lo que llevó a que nuestro sis-tema fuera calificado como una “narco-de-mocracia”.

A pesar de las aisladas y débiles intencio-nes de control por el Estado, de la implanta-ción del proceso de sometimiento a la justi-cia, de la intervención al sector bancario y a la propiedad raíz, el poder económico de los carteles de la droga fue tan alto que llegó a representar la cuarta parte del presupuesto nacional, y aunque disminuido y con mayor control, continua teniendo un muy alto poder.

La apertura condujo a que la concentra-ción de la propiedad sea mayor y al dete-rioro de las condiciones de vida de amplios

En el proceso vivido con la apertura económica que favoreció intereses privados, se le otorgó a este sector, entre otros renglones, la telefonía celular.

El fenómeno de la concentración de la propiedad industrial y de la riqueza en Colombia distorsiona la economía en general y capitaliza el beneficio social en un sólo sector”. Alfredo Vásquez Carrizosa.

Estamos frente a un país que crece poco en su producción real y en que el escaso incremento tiende a concentrarse, descuidando las necesidades de la inmensa mayoría de la población”. Hernando Agudelo Villa.

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sectores de la población, además de situar al país en desventaja frente al capital finan-ciero multinacional que domina y controla los mercados internacionales.

La concentración de la riqueza contribu-ye al control económico y político de las em-presas estatales por un grupo reducido de funcionarios pertenecientes a las clases so-ciales más pudientes, sin que exista una verdadera democratización en su manejo, lo que genera deficiencias en infraestructura

y en sectores como salud, educación, telecomunicaciones, energía eléctrica y comercialización del petróleo y sus deri-vados.

Dicho control se ha agudizado con el ace-lerado proceso de privatización, factor de concentración de la riqueza, pues la gran mayoría de las empresas estatales han pasado a manos de grandes inversionistas a precios inferiores a los reales.

El resultado es que la comunidad termina subsidiando las adquisiciones de grandes empresarios, y luego, sus jugosos negocios, son financiados de nuevo por el pueblo, for-mándose de esta manera un inaudito círcu-lo vicioso.

Como consecuencia del aumento de las desigualdades sociales se han acentuado los problemas. El país se ha convertido en uno de los más violentos del mundo a causa de la delincuencia común, subyugado por la corrupción, los paramilitares -ahora las ba-crim- y la guerrilla, que ha persistido por más de 60 años ante la existencia de fac-tores objetivos que la motivan. De hecho, gran parte de los fenómenos de violencia se han originado en la falta de oportunidades

económicas, políticas y sociales para la ma-yoría de la población.

La concentración de la riqueza se expresa fundamentalmente en los medios de comu-nicación, la propiedad de la tierra, el sector financiero, la industria, el comercio, el ingre-so, los salarios, y en general en las oportu-nidades, todo lo cual genera más inequidad y se constituye en uno de los principales males de la sociedad colombiana, a lo cual contribuye un sistema tributario regresivo.

B.CONCENTRACIÓN DE LOS MEDIOS

Los medios de comunicación con más po-der, y por lo tanto, más influyentes, son de los grandes conglomerados económicos: Ca-racol Televisión y El Espectador pertenecen al Grupo Santo Domingo; RCN Televisión y Radio, a la Organización Ardilla Lülle; Cara-col Radio al grupo español Prisa y la Casa Editorial El Tiempo, cuya participación mayo-

ritaria estaba en el Grupo Planeta y pasó al empresario Luis Carlos Sarmiento Angulo.

Estos no son negocios domésticos. Están en línea con la tendencia mundial de adqui-sición de empresas periodísticas por con-glomerados económicos. Actúan empresas transnacionales; es el avance y desarrollo del capitalismo, con lo cual aumentan su poder. Argumentando los derechos de libre empre-sa, más que con el propósito de diversificar sus inversiones, respaldan su influencia so-bre las decisiones relevantes en la economía y la política, manipulan a la opinión pública, anuncian sus productos y defienden sus in-tereses, todo lo cual es grave para los Esta-dos, sus democracias y para el periodismo.

El ex-ministro Hernando Agudelo Villa, afirma que “…no es una temeridad decir ahora en Colombia que la libertad de opi-nión, de crítica, de análisis y de los proble-mas públicos, no está amenazada por la

Una de las principales manifestaciones de la concentración de la riqueza se presenta en los medios de comunicación, que orientan y manipulan a la opinión pública, muchas veces en defensa de intereses particulares.

Estamos frente a un país que crece poco en su producción real y en que el escaso incremento tiende a concentrarse, descuidando las necesidades de la inmensa mayoría de la población”. Hernando Agudelo Villa.

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El minifundio, como el latifundio, son improductivos y representan la concentración de la pobreza y de la riqueza, respectivamente.

censura oficial como por la intervención desaforada y desafiante de los grupos financieros que están traspasando las fronteras económicas para intervenir en el manejo de la política, cuya base, es y tiene que ser, la formación de una opinión pública libre.”

Pero, por supuesto, en parte de la histo-ria de Colombia los grupos económicos han incidido en el desarrollo de los sectores en los cuales han sido protagonistas.

C.CONCENTRACIÓN DE LA TIERRA

La tierra es factor decisivo en la distri-bución del ingreso, y desde la conquista es de unos pocos y se ha concentrado más. Como afirma Gerardo Molina, citan-

do, en 1977 al economista agrícola An-tonio F Posada: “…en 1960 el 62.5 por ciento de las explotaciones agrícolas eran menores de 5 hectáreas, pero ocupaban apenas el 4.4 por ciento de la tierra en fincas, mientras que el 6.8 por ciento de las fincas eran mayores de 100 hectá-reas y ocupaban el 66.1 por ciento de la tierra. De otro lado, en 1970, al paso que el 73.1 por ciento de las explotaciones menores de 10 hectáreas ocupaban solo el 7.2 por ciento de la tierra en fincas, el 8.4 por ciento de las explotaciones ma-yores de 50 hectáreas copaban el 77 por ciento”.

Y en 1995, el 29 por ciento de la super-ficie del país era de propiedad apenas el 0.4 por ciento de los habitantes.

AGUDELO Villa Hernando y otros, la Concentración de la Riqueza y del Ingreso en Colombia, Pensadores Políticos Colombianos, Cámara de Representantes, Ed. DANE, 1979, Pág, 104.IBIDEM, Pág. 229.

Según Apolinar Díaz Callejas, analista del sector agropecuario, las propiedades de menos de tres hectáreas se habían elevado al 58.27 por ciento en 1996 y el número de propietarios al 56 por ciento, pero la superficie de que disponían había bajado a 2.48 por ciento, al tiempo que los fundos de más de 1.000 hectáreas representaban el 0.12 por ciento de los predios y apenas el 0.13 por ciento del número de propietarios. En cambio, la su-perficie de que eran dueños aumentó al 39.23 por ciento.

En el año 2011 había tres millones de familias campesinas con solo cinco mi-llones de hectáreas, lo que significa que tenían menos de dos hectáreas por fa-milia, mientras que tres mil personas eran propietarias de cuarenta millones de hectáreas: en promedio cada una era dueña de 1.333, lo cual indica que el mi-nifundio y el latifundio tradicionales, ambos improductivos, se mantienen. El primero representa la concentración de la pobreza, el segundo la concentración de la riqueza.

Geraldo Molina, citando un estudio de la Superintendencia de Sociedades de 1978, afirmó entonces que la concentración aparecía con luz enceguecedora y que era tan intensa que se hablaba ya de conglomerados, situación que con la globalización y el neoliberalismo, se ha agudizado.

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