emigrantes méxico

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Guadalajareños por nuevo mundo Guadalajareños por nuevo mundo D Texto: Concha Balenzategui. Fotografías: Portales Movimientos Migratorios y «Todos los rostros». Los hay emprendedores que probaron fortuna en en nuevo mundo, huyendo de la miseria; empresarios que mantenían relaciones comerciales al otro lado del charco, y también los que se vieron forzados a dejar el país como exiliados políticos. El portal Movimientos Migratorios Iberoamericanos, puesto en marcha por el Ministerio de Cultura español, pone al alcance de un golpe de ratón la documentación de cientos de emigrantes a Iberoamérica en la primera mitad del siglo XX. De momento, aparecen los datos de 68 personas nacidas en Guadalajara, que llegaron a México por diferentes medios y diversas circunstancias. Pero la base de datos creada en colaboración con registros oficiales de México y la República Dominicana, a los que se suman los de Cuba, irá creciendo según se vaya digitalizando la documentación que se conserva a un lado y otro del Atlántico. Las historias que evocan las fichas son a veces sorprendentes. esde Lupe Sino - en los papeles Anto- nia Bronchalo Lopesino- acompa- ñando al torero Manolete a alguna de sus corridas, hasta un empresario tea- tral natural de Lupiana buscando contratar compañías artísiticas mexi- Historia 14 / EL DECANO DE GUADALAJARA 5 DE NOVIEMBRE DE 2010 canas. Pasando por un agricultor de Fuenbelli- da o un dependiente de comercio de Tórtola, que engrosaron, respectivamente, las nutridas tripulaciones de los míticos vapores «Sinaia» y «Mexique» en los que cientos de republicanos españoles buscaron asilo político en México. El portal «Movimientos Migratorios Iberoameri- canos» del Ministerio de Cultura pretende ofre- cer una fotografía lo más nítida posible de la emigración contemporánea a Latinoamérica, y ha comenzado con el Registro de Inmigrantes Españoles en México, las Solicitudes de resi- dencia en la República Dominicana, para con- tinuar con el Registro de Entrada de Pasajeros por el puerto de La Habana. Con los datos consignados y las tarjetas de inmigración digitalizadas, se hayan reseñadas ya 68 personas naturales de la provincia de Gua- dalajara, 47 hombres y 21 mujeres, y entre ellos incluso cuatro menores de edad. Todos ellos lle- garon a México entre los años 1900 y 1950, lo que retrata a inmigrantes de todo tipo y condi- ción (un total de 37) y también a 31 exiliados políticos a partir de la Guerra Civil, y sobre todo al terminar la contienda, puesto que el año de mayor entrada fue precisamente 1939. Pro- cedían de 27 municipios de la provincia (Si- güenza, Mondéjar, Brihuega y Horna tienen varios representantes), además de 35 nacidos en la capital, y dos más cuyas fichas se limitan a reseñar la provincia de Guadalajara. Emigración económica Como se explica en el archivo del Ministerio de Cultura, «España se convirtió entre finales del siglo XIX y el primer tercio del siglo XX en un país de emigración de carácter económico», destacan- do el intervalo entre 1880 y 1930, «la época de la emigración masiva de los españoles a América, con una importancia social y un peso demográfico muy superior al de la época colonial». Se calcula que entre dos y cuatro millones de españoles, según los distintos autores, «cruzaron el char- co» en esa época, y que tras la gran depresión de los años 30 la emigración dejó de ser masiva, aunque el fenómeno no desapareció como tal. Concretamente, en los datos consignados fi- guran 23 guadalajareños que llegaron a México entre 1900 y 1930. Aunque siempre tenga- mos en mente la imagen de regiones emigrantes costeras como Galicia, y nos parezca más im- probable que un vecino de un pueblo interior se embarque a «hacer las Américas», el historia- dor Alberto Garín señala que «el hecho litoral puede ayudar, pero es más importante la situación económica. Un habitante de un pueblecito de Mo- lina sólo necesita que haya uno de su pueblo antes en ese país para que le abra la puerta. El fenómeno D

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Page 1: Emigrantes México

Guadalajareños por nuevo mundoGuadalajareños por nuevo mundo

DTexto: Concha Balenzategui. Fotografías: Portales Movimientos Migratorios y «Todos los rostros».

Los hay emprendedores que probaron fortuna en en nuevo mundo, huyendo de lamiseria; empresarios que mantenían relaciones comerciales al otro lado del charco, ytambién los que se vieron forzados a dejar el país como exiliados políticos. El portalMovimientos Migratorios Iberoamericanos, puesto en marcha por el Ministerio deCultura español, pone al alcance de un golpe de ratón la documentación de cientos deemigrantes a Iberoamérica en la primera mitad del siglo XX. De momento, aparecen losdatos de 68 personas nacidas en Guadalajara, que llegaron a México por diferentesmedios y diversas circunstancias. Pero la base de datos creada en colaboración conregistros oficiales de México y la República Dominicana, a los que se suman los deCuba, irá creciendo según se vaya digitalizando la documentación que se conserva a unlado y otro del Atlántico. Las historias que evocan las fichas son a veces sorprendentes.

esde Lupe Sino - en los papeles Anto-nia Bronchalo Lopesino- acompa-ñando al torero Manolete a alguna desus corridas, hasta un empresario tea-tral natural de Lupiana buscandocontratar compañías artísiticas mexi-

◆◆◆◆◆ Historia

14 / EL DECANO DE GUADALAJARA 5 DE NOVIEMBRE DE 2010

canas. Pasando por un agricultor de Fuenbelli-da o un dependiente de comercio de Tórtola,que engrosaron, respectivamente, las nutridastripulaciones de los míticos vapores «Sinaia» y«Mexique» en los que cientos de republicanosespañoles buscaron asilo político en México. Elportal «Movimientos Migratorios Iberoameri-canos» del Ministerio de Cultura pretende ofre-cer una fotografía lo más nítida posible de laemigración contemporánea a Latinoamérica, yha comenzado con el Registro de InmigrantesEspañoles en México, las Solicitudes de resi-dencia en la República Dominicana, para con-tinuar con el Registro de Entrada de Pasajerospor el puerto de La Habana.

Con los datos consignados y las tarjetas deinmigración digitalizadas, se hayan reseñadasya 68 personas naturales de la provincia de Gua-dalajara, 47 hombres y 21 mujeres, y entre ellosincluso cuatro menores de edad. Todos ellos lle-garon a México entre los años 1900 y 1950, loque retrata a inmigrantes de todo tipo y condi-ción (un total de 37) y también a 31 exiliadospolíticos a partir de la Guerra Civil, y sobretodo al terminar la contienda, puesto que el añode mayor entrada fue precisamente 1939. Pro-

cedían de 27 municipios de la provincia (Si-güenza, Mondéjar, Brihuega y Horna tienenvarios representantes), además de 35 nacidosen la capital, y dos más cuyas fichas se limitan areseñar la provincia de Guadalajara.

Emigración económicaComo se explica en el archivo del Ministerio

de Cultura, «España se convirtió entre finales delsiglo XIX y el primer tercio del siglo XX en un paísde emigración de carácter económico», destacan-do el intervalo entre 1880 y 1930, «la época dela emigración masiva de los españoles a América,con una importancia social y un peso demográficomuy superior al de la época colonial». Se calculaque entre dos y cuatro millones de españoles,según los distintos autores, «cruzaron el char-co» en esa época, y que tras la gran depresión delos años 30 la emigración dejó de ser masiva,aunque el fenómeno no desapareció como tal.

Concretamente, en los datos consignados fi-guran 23 guadalajareños que llegaron a Méxicoentre 1900 y 1930. Aunque siempre tenga-mos en mente la imagen de regiones emigrantescosteras como Galicia, y nos parezca más im-probable que un vecino de un pueblo interiorse embarque a «hacer las Américas», el historia-dor Alberto Garín señala que «el hecho litoralpuede ayudar, pero es más importante la situacióneconómica. Un habitante de un pueblecito de Mo-lina sólo necesita que haya uno de su pueblo antesen ese país para que le abra la puerta. El fenómeno

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por elpor el

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El portal de Movimientos MigratoriosIberoamericanos contiene datos de decenas de

naturales de la provincia emigrados o exiliados aMéxico durante la primera mitad del siglo XX

migratorio es muy curiosopor las relaciones que se establecen: Hay pue-

blos enteros de los que emigra una parte importan-te de la población en pocos años, y lo bueno seríaencontrar el hilo donde empieza. Que sean pobresles empuja».

Algunos de esos «hilos» están claramente de-tallados a poco que uno bucee por el archivodigital. Por ejemplo: Luis Duque Gimeno, uncorredor de comercio de Cogolludo, hizo el via-je hasta Veracruz en 1902, cuando contaba con24 años, y se estableció en la capital mexicana,al menos hasta 1936, fecha que consta en losúltimos documentos. 16 años después de suviaje, en 1918, llegó a México su hermana Gala,un ama de casa de 40 años, que según figura enla documentación, acudió al mismo domicilio.Es evidente que echaron raíces, como tambiénlo hizo Concepción de Sierra, que llego al «Nue-vo Mundo» con apenas 12 años, en 1911, yallí seguía, como ama de casa, en 1934.

En el año 1911, y también siendo niños, lle-garon a Tampico, en el estado de Tamaulipas,los hermanos Antonio y Pedro Alonso de laFuente Nograles, de 15 y 11 años respectiva-mente. Años después encontramos que el ma-yor se casó y tuvo dos hijas, María Antonia yMaría Gloria. Pero hay muchos más ejemplos,como el de Ezequiel Bui-dain, un empleado segun-tino que se marchó en elaño 22, o el de José delCastillo Aguilera, emplea-do de Molina de Aragónque llegó cuando la emi-gración ya no era tan in-tensa, en 1932, y dejó elpaís en abril de 1936, aun-que no consta si su destinofue España, donde unosmeses más tarde comenza-ría la Guerra Civil.

Farándula viajeraLa emigración por moti-

vos económicos prosiguió

después de la Guerra Civil española, y nos en-contramos con tipos curiosos que acudían aMéxico por negocios, algunos relacionados conel espectáculo. Por ejemplo, José Abad Romero,comerciante guadalajareño residente en Santia-go de Chile, viaja en 1946 de Guatemala aMéxico, donde se propone estar durante 15días «para firmar contratos de compra y represen-tación de películas mexicanas», según su ficha.Nicomendes Alonso llegaba desde Cuba en1947 con un permiso de seis meses «para pres-tar sus servicios asrtísticos en teatro, cine, radio ycabarets, contratado por ‘Posa Films’». Curiosa-mente, su documentación decía que era avicul-tor, y después, cuando prorrogó su permiso alexpirar el semestre, se declaraba comerciante.Hay más. El empresario teatral Alfonso Rodrí-guez Muñoz, de Lupiana, llega procedente deGuatemala en el año 44, «con el exclusivo objetode que contrate compañías teatrales mexicanas».

Pero también hay otras profesiones, como elperiodista seguntino Francisco Eutiquio Ara-gonés Iturbide, que arribó en el año 37; el mé-dico Ángel Lorenzo Roquero Sanz, que llegabaa «ocupar el puesto de Jefe de Propaganda de loslaboratorios americanos de biología y seroterapia‘Labys’» en 1948; o Luis Doporto, natural deCampillo (no especifica cuál de ellos), de profe-sión «intelectual» y que iba a «colaborar con laUnión Tipográfica Hipano Americana en la pre-pación del Diccionario Enciclopédico Universal,próximo a publicarse en lengua española». Aun-que este último llegó en 1944 con permiso paraseis meses, ya era ciudadano «mexicano por na-turalización» en 1948, cuando emigró su her-mana Rosario, soltera que declaraba iba a de-pender económicamente de él.

Todo esto lo sabemos porque en la docuenta-ción figura el permiso «con el exclusivo objetode...» o la prohibición de dedicarse a actividades

Antonia Bronchalo Lopesino, Lupe Sino, en el viaje en que acompañó aManolete a Perú y México, unos meses antes de la muerte del torero.

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◆ Historia

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lucrativas y remuneradas, además de otros motivos. Así, Luis VicenteTorres Mazmela, industrial de Humanes, estaba allí con permiso de seismeses para visitar a su familiares; mientras Petra Rodríguez Miranda,natural de Pareja, era un ama de casaque se reunía con Antonio López He-rranz, el padre de sus dos hijos, Antonioy María del Carmen. La documentaciónde la famosa Lupe Sino, que tenía unpermiso como visitante por seis meses,deja constancia de que entraba en el país,procedente de Perú, «para acompañar aManuel Roríguez Sánchez», más conocidocomo «Manolete». Era octubre de 1946,en su última gira por los ruedos america-nos, antes de su mortal cogida en la plazade Linares.

La entrada de los emigrantes se produjoen su mayoría por el puerto de Veracuz(hasta 38 personas de las 68), aunque tam-bién abundan los que se domiciliaron en el estado de Tamaulipas, tantoen Tampico como en Nuevo Laredo, o en el Distrito Federal. En algunoscasos, los papeles reflejan además el lugar de salida de los viajeros que nollegaban directamete de España. Los hayde Cuba, Portugal, Guatemala, y en me-nor medida de Estados Unidos, Francia, ola República Dominicana.

Alberto Garín, autor de uno de los capí-tulos del libro del 550 Aniversario del tí-tulo de ciudad de Guadalajara, recuerdaque si los españoles acudían especialmen-te a los lejanos países iberamericanos era«por la facilidad para el idioma, que pesamucho, y hay que ver también cuáles sonlos países más receptivos. México es de losque con más fervor aceptaba a los españo-les, y Cuba también, hasta la Revolución.Para la gente que tenía ambición de me-jorar económicamente, México facilitabapermisos, tierras y negocios. Cuba, a los diez

años de la independencia, abrió sus puertas a los españoles para que volvieranporque necesitaba mucho dinero que se había marchado, favorecía los negocios

y era muy receptiva. Después de la Revolu-ción ya no interesaba a la gente que habíaencontrado facilidades para enriquecerse,y se produjo un salto importante de Cubaal resto de América, sobre todo a Guate-mala y a México».

A pesar de la cercanía, la inmigraciónespañola a Europa no fue tan impor-tante a principios de siglo, por el idio-ma, y porque «Francia no tenía interésen abrir las puertas a los españoles hastadespués de la segunda Guerra Mundial,entonces sí, para reconstruir el país». Elhistoriador cita también un flujo mi-gratorio muy poco estudiado, el de

los españoles que audieron a Argelia, colonia francesa. Muchos de susdescendientes pasaron luego a Francia, donde se mantienen apellidosespañoles cuyos titulares han perdido todas las raíces y el idioma de susantepasados.

En Guadalajara no tuvo relevancia el regreso de emigrantes que hubie-ran «hecho las Américas». Garín considera que «el indiano no es un

fenómeno tan común, pertenece más ala literatura que a la realidad. Eranpocos los que volvían o no volvían encondiciones muy buenas. Cuando regre-san tratan de demostrar que han triun-fado, pero no siempre ha sido así». Noobstante, el licenciado en Historia delArte y doctor en Arquitectura señala elejemplo de una casa indiana en la capi-tal, en la carretera de Fontanar, y desta-ca que el Hospital La Merced tiene in-fluencia de la arquitectura indiana.

Los barcos del exilio Una de las páginas negras de la historiaespañola es la que se escribe a partir de la

Los hermanos Alonso de la Fuente Nograles llegaronen 1911 a México siendo niños, y echaron raíces en el país.

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1. El vapor portugués «Nyassa», en uno de sus viajes a México en 1942.2. El buque «Ipanema», que portó la segunda gran expedición de exiliados españoles aVeracruz.3. El transatlántico francés «Mexique». En 1937 llevó a alrededor de 500 niños evacuadosde la Guerra Civil a tierras mexicanas. En 1939 trasladó a Veracruz a 2.300 pasajeros dedistintas edades.4. Llegada del barco «Sinaia» a Veracruz en julio de 1939. El buque, fletado por el SERE,había partido del puerto francés de Le Sette.5. Los exiliados que llegaban en grandes embarcaciones solían tener un importante recibi-miento en las tierra mexicanas.6. El «Sinaia» desembarca en Veracruz. Viajaban en él 1.599 exiliados españoles, entreellos diez guadalajareños.

Guerra Civil, y que en el exilio llegado a México, se refleja en 31 guada-lajareños documentados en este archivo. Aunque en 1939, el año delfinal de la contienda, fueron una veintena los naturales de la provinciaque entraron en el país, en los diez años siguientes aún se produjo ungoteo de otras 22 personas. Hay que recordar que México fue el paísiberoamericano que acogió un mayor número de exiliados, bajo la presi-dencia del general Lázaro Cárdenas, que recibió entre 15.000 y 20.000republicanos llegados de Francia.

Es el caso de Marcelo Abad Pablo,campesino de 29 años nacido en Fuem-bellida, que llegó en el buque «Sinaia»el 13 de junio de 1939, procedentedel puerto francés de Sette. El «Sinaia»fue fletado por el Servicio de Evacua-ción de Republicanos (SERE) consede en París, con 1.599 pasjeros,entre ellos 10 naturales de nuestraprovincia, como puede comprobar-se en varias listas publicadas en in-ternet, que además ofrecen toda unaserie de escritos acerca de la vida abordo. Nada más atracar el barcoen tierras mexicanas, MarceloAbad fue ingresado en el Hospi-tal, aquejado de una enfermedad. Año ymedio después, en enero de 1941, obtuvo la nacionalidad mexicana,como tantos otros, en un proceso llamado de «naturalización».

Otro de los míticos buques del exilio fue el «Ipanema», segundo de losvapores en los que llegaron los refugiados de forma masiva a Veracruz. Enél viajaban los hermanos Fortunato y Martina Vela Ruiz, naturales deHorna, pueblo cercano a Sigüenza. Él era mecánico y chófer, y estabacasado; ella, modista de profesión, soltera y con 23 años.

Unos días después del «Ipanema», también en julio del 39, llegó elvapor francés «Mexique», en la tercera gran expedición de los refugiados,entre los que se contaron escritores, periodistas e intelectuales. Entre sus2.200 pasajeros también viajaban, por ejemplo, Alejandro Verguizas Díaz,dependiente de comercio de Tórtola de Henares, con 21 años; o el profe-sor Ambrosio Ayuso Pizarro, natural de Valdearenas, de 29 años. El transa-tlántico «Mexique», construido en 1928, había hecho un viaje a Veracruz

en plena guerra, en junio de 1937, con alrededor de 500 niños evacua-dos, a quienes después se conoció como «los niños de Morelia», puesfueron acogidos en esa ciudad mexicana. En 1940 el buque resultó hun-dido al hacer explosión una mina magnética en el puerto de Le Verdon.

Años después, en 1942, fue el vapor portugués «Nyassa» el que realizógrandes expediciones de refugiados. La primera fue en enero de 1942,desde Marsella, fletado por un comité israelita, pero como no se habíacubierto el cupo con los judíos embarcados, recogió a 136 españoles enCasablanca, y llegó a México en marzo. Pero fue en septiembre de ese año

cuando el «Nyassa» arribó a México con la úl-tima gran expedición de refugia-dos españoles núméricamentedestacada. Allí viajaba TeodoroCerrada Cruzado, mecánico gua-dalajareño de 41 años.Estos barcos solían ser objeto de

un gran recibimiento en tierrasmexicanas. Sus pasajeros tenían elasilo concedido por un año, que lue-go podía prorrogarse, y normalmen-te se les permitía dedicarse a activi-dades remuneradas, además de quela condición de asilado les eximía delpago de la tasa de inmigración.Otros exiliados llegaron en avión,

como las amas de casa Modesta Váz-quez Taracena, de Yunquera, y Toma-

sa Fernández, oriunda de Alocén, que viajaron ambas desde Cuba a MéxicoDF en el año 47. La lista prosigue: Jesús Cerrada Amo, un pastelero deImón que salió a través de Francia en 1947 y logró trabajo en una pana-dería de la capital; o José Sánchez de Illana, un estudiante de 16 años quehabía vivido en la República Dominicana antes de su llegada a México,en 1940. No obstante, «hay que ser cuidadosos con los datos -apunta elprofesor Garín- porque dan la idea de una emigración política intensa, yhubo muchos intelectuales, pero no se abrió la mano a todos. A partir de 1940,puede haber gente que aproveche la condición de asilados políticos, porquepuede dar ciertos privilegios, y sean puramente una emigración económica.Hay que pensar que muchos contrarios al régimen estaban en la cárcel o no seles permitía viajar». ◗

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