el mundo privado de los emigrantes en indias

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Jose Luis Martinez

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  • Fotografa de portada:FLOR GARDUO,

    Cacao, Mxico, 2001

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  • JOS LUIS MARTNEZ

    El mundo privadode los emigrantes en Indias

    BIBLIOTECA UNIVERSITARIA DE BOLSILLO

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  • Jos Luis Martnez

    El mundo privadode los emigrantes

    en Indias

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  • Primera edicin, 1992Segunda edicin (Biblioteca Universitaria de Bolsillo), 2007Primera edicin electrnica, 2013

    D. R. 2007, Fondo de Cultura EconmicaCarretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Mxico, D. F.Empresa certificada ISO 9001:2008

    Comentarios:[email protected]. (55) 5227-4672

    Se prohbe la reproduccin total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos quese incluyen tales como caractersticas tipogrficas y de diagramacin, textos, grficos, logotipos, iconos,imgenes, etc. son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Econmica y estn protegidos por las leyesmexicana e internacionales del copyright o derecho de autor.

    ISBN 978-607-16-1677-7

    Hecho en Mxico - Made in Mexico

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  • NDICE

    I

    El proceso de una investigacinLas Cartas privadasPanorama de la emigracin

    II

    1. El descubrimiento colectivo de las cartas2. Antecedentes y circunstancias: los casados y sus problemas3. Evolucin del emigrante4. Insensibilidad para la nueva tierra5. Curiosidades y acontecimientos6. El cultivo de la coca7. Pobreza de Espaa y riqueza de la nueva tierra8. Mundo abierto para los trabajadores9. La vida dura10. Lo que pedan de Espaa los emigrantes11. El emigrante solo, rico, viejo y enfermo12. Poca devocin y mucho inters13. Algunos personajes14. Viajes y envos azarosos15. Los correos internos16. El mundo de los sentimientos17. Algunas notas de lengua y estilo

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  • 18. Resumen

    Cronologa

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  • IEL PROCESO DE UNA INVESTIGACIN

    Despus de dos siglos de bsquedas en los archivos, podemos pensar que loms sustancial de nuestra historia ha sido ya encontrado y estudiado y slocabe indagar circunstancias y personajes menores de marcos generales bienconocidos. Que an es posible el descubrimiento significativo lo ha mostradoEnrique Otte con la revelacin de un filn original e importante. Las Cartasprivadas de emigrantes a Indias. 1540-1616 (Sevilla, 1988), en efecto, abrenuna ancha ventana hacia el conocimiento de la vida privada y la mentalidadde los espaoles que, durante la segunda mitad del siglo XVI, colonizaron lasIndias.

    Las Cartas de Indias (Madrid, 1877) recopiladas por Justo Zaragoza, decarcter general; el Epistolario de Nueva Espaa, 1505-1818 (Mxico, 1939-1942, 16 volmenes), formado por Francisco del Paso y Troncoso, y lasCartas del Per (1524-1543) (Lima, 1959), reunidas por Ral PorrasBarrenechea, entre los epistolarios ms importantes, tienen la particularidadde concentrarse en documentos de carcter oficial, esto es, en negociospblicos de ndole poltica, religiosa, social, administrativa o cultural. En losescasos epistolarios particulares de personajes de la poca, solo es posibleencontrar rasgos de conducta e indicios de las intimidades de sus autores.Por otra parte, se haba prestado atencin preferente al conquistador,descuidando el estudio del poblador que, como dice Otte, fue el organizadoreconmico y social de Latinoamrica en la poca colonial.1

    El descubrimiento que hizo Otte de un fondo de documentos de carcterprivado, en el que predominan los pobladores, le ha permitido revelarnos lacara que ignorbamos, el mundo privado de los emigrantes a Indias. sta hasido una larga tarea de investigacin iniciada hace un cuarto de siglo. Elprimer trabajo de esta ndole no encajaba en el esquema que luego seguiraOtte, pues fue la publicacin de nueve cartas que, desde Espaa, en 1529 y1530, cuando preparaba su conquista del ro Maran, escribe Diego deOrdaz a su sobrino Francisco Verdugo, quien se encontraba en Mxico.2 Setrata, pues, de un antiguo conquistador que escribe desde Espaa a Mxicopara referir los problemas de sus negocios, hacer encargos respecto a suencomienda e intereses y dar noticias y opiniones acerca de Hernn Corts,

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  • su antiguo jefe, quien por entonces visitaba su primera tierra.Los dems trabajos de Otte, dentro de este grupo, se concentran en las

    cartas de emigrantes pobladores en Indias. En 1966 public Cartas privadasde Puebla del siglo XVI,3 muy interesante conjunto de 41 cartas, escritasentre 1558 y 1616, que recoger en el gran volumen de Cartas privadas. En1968 apareci Mercaderes burgaleses en los inicios del comercio conMxico,4 14 cartas procedentes de Santo Domingo y Cuba, en 1520 y 1521,que no se incluyen en las Cartas privadas. La carta nmero 3, de Hernandode Castro para Alonso de Nebreda, escrita en Santiago de Cuba el 31 deagosto de 1520, recoge algunas de las primeras noticias que llegaban a laisla acerca de los descubrimientos de Hernn Corts en una tierra queentonces llamaban Venecia:

    Hernando Corts, el que all estaba, antes supo que iba armada desta isla, alz velas e fuese a latierra adentro de aquella ciudad muy grande que hoy llama Venecia. Que dicen que hoy tiene ochentamil vecinos, y llmanla Venecia por su grandeza y porque est cercada de agua con sus puenteslevadizos

    Este Corts est como digo en aquella cibdad, que hay de la mar all sesenta o sesenta e cincoleguas. Dicen que est muy requsimo de oro e plata, e todos los que con l estn lo mesmo, e conmucho amor con los indios, y espera, como digo, respuesta de all de Castilla.

    y luego refiere noticias de la expedicin de Narvez enviada a procurarvenganza del Corts.5

    El ao siguiente, 1969, Otte publica su estudio sobre los pobladores, DieEuropischen Siedler, ya citado, con diez cartas, de 1570-1574, que recogeren Cartas privadas. En 1970 aparece La Nueva Espaa en 1529,6 con trescartas de esta fecha del oidor Diego Delgadillo y de su hermano Juan Pelezde Berrio, dirigidas a Juan de la Torre; y de Juan de la Zarza, dirigida aFrancisco de las Casas, el primo de Corts enviado a las Hibueras para hacerjusticia a Cristbal de Olid. Estas cartas no se incluyen en las Cartas privadas.En Letters and People of the Spanish Indias. Sixteenth Century, editado porJames Lockhart y Enrique Otte7 en 1976, se renen 38 cartas, traducidas alingls y comentadas. Diez de ellas, publicadas previamente por Otte, seincluyen en las Cartas privadas.

    Adems de estos trabajos, que son los que conoca previamente y mehaban revelado tan rico filn histrico, Otte ha publicado otros estudiossobre los mismos temas: cartas de mercaderes vascos en el Per y en TierraFirme, y una Semblanza espiritual del poblador de Indias (siglos XVI y XVII)(1971), que no conozco. Es autor, asimismo, de una exhaustiva monografa

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  • sobre Las perlas del Caribe: Nueva Cdiz de Cubagua (Fundacin JohnBoulton, Caracas, 1977).

    LAS CARTAS PRIVADAS

    Tales fueron los pasos previos que dio Enrique Otte antes de culminar suinvestigacin con la publicacin, fechada en 1988, de las copiosas Cartasprivadas de emigrantes a Indias.8 Esta monumental obra recoge un total de650 cartas, escritas por 529 personas (51 mujeres), entre 1540 y 1616,enviadas por emigrantes espaoles, residentes en Indias, a sus familiares opersonas allegadas en Espaa, para invitarlos, como asunto principal, a lasnuevas tierras. Los destinatarios deban presentar estas cartas de llamadacomo piezas de prueba en sus solicitudes al Consejo de Indias para obtenerpermisos de viaje. Tal exigencia explica que dichas cartas privadas se hallenconcentradas en el Archivo General de Indias, en Sevilla, donde las encontrOtte.9

    Las cartas proceden, 240 de la Nueva Espaa (146 de Mxico y el resto deotros lugares entre los que destaca Puebla, con 38 cartas); 192 del Per (94de Lima), entre las ms numerosas; y el resto provienen de ciudades ypueblos de Centro y Sudamrica y las Antillas; de Cartagena hay 33 cartas;de Potos y Panam, 29 de cada una, y una sola, al final del libro, de Manila,en las Filipinas.

    Como seala Otte, Los aos de mxima frecuencia son 1571 a 1594, concumbres en 1574 (32 cartas), 1580 (28 cartas) y 1577 (27 cartas), lo queconfirma que en 1580 comenz la madurez de la colonizacin espaola deAmrica.10

    Los destinatarios ms frecuentes eran las esposas, seguidas por lossobrinos; muchas otras se dirigan a hermanos, primos, suegros yenamoradas de los emigrantes.

    Los lugares de destino eran muy variados: 189 ciudades, villas y aldeasespaolas, abundando los pequeos poblados. De 474 cartas con destinoidentificado, el 36.16% van a la regin de Andaluca; el 32.35% a Castilla laNueva; el 16.28% a Extremadura; el 9.73% a Castilla la Vieja; el 2.54% aLen, y el resto a las dems regiones peninsulares. Otte hace notar que estadistribucin coincide, en trminos generales, con las cifras encontradas porPeter Boyd-Bowman en sus estudios sobre la emigracin espaola hacia lasIndias.

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  • PANORAMA DE LA EMIGRACIN

    Del cmulo de noticias interesantes que hay en estas cartas, Enrique Ottehace una buena seleccin en el Estudio preliminar, adems de ladescripcin general que antes se ha resumido. Entre los temas que seala seencuentran los siguientes. Bajo el rubro Los grupos profesionales se refieresucintamente a los soldados, encomenderos y empresarios, la actividad deagricultores y ganaderos, las chcaras de coca, los mineros y sus riquezas yesclavos, los mercaderes, los comerciantes proveedores de minas, los centroscomerciales y portuarios, los tenderos, la fortuna de los grandes empresarios,los matrimonios de conveniencia, los industriales de paos en Puebla y susobrajes, los transportistas en recuas y carretas, los artesanos: sastres,sederos, barberos, carniceros, curtidores, bordadores, cerrajeros, pintores,doradores, plateros, gorreros, calceteros, canteros, maestros de obras ycantores de iglesia; los profesionales: clrigos, abogados, mdicos,catedrticos, escribanos, administradores y mayordomos; y los funcionarios:un virrey de Nueva Espaa, un gobernador de Cartagena, un corregidor yotros de menor rango.

    En el rubro siguiente, Los motivos de la emigracin, expone que laverdadera meta de los emigrantes, cualquiera que fuese su oficio o profesin,era la explotacin de la riqueza de Amrica (p. 21). Por ello, ponderan conexageracin las riquezas del Nuevo Mundo, sus ganancias personales y lafacilidad con que, con trabajo y maa, se han enriquecido. El tema de lafertilidad de algunas de las tierras americanas es frecuente; en consecuencia,los precios de cereales y carnes eran bajos y los salarios altos. Esto los llevaa considerar con desprecio la miseria de Espaa, donde no se puedensustentar los hombres y a jactarse de la opulencia en que viven losemigrantes en contraste con las pobrezas espaolas. Sin embargo, algunosson pesimistas y otros hablan de las pestes sufridas sobre todo por los indios.

    Otro tema importante que aparece en las cartas de los pobladores es elde la dignidad del trabajo, nuevo concepto de la honra, dice Otte. Dejandoa un lado prejuicios y orgullos, los emigrantes hacen toda clase de trabajos,se hacen mercaderes y comerciantes, porque lo importante es tener y no lamanera de conseguirlo.

    Bajo el rubro Las remesas y las llamadas, refiere los envos de oro yplata, en pedazos quintados, que hacan los emigrantes a sus familiares paragastos de viaje y para auxiliarlos. Las remesas, siempre azarosas, seconfiaban a conocidos que volvan a Espaa, y cuando se iniciaron los

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  • secuestros forzosos de bienes que haca la Corona, muchos renunciaron ahacerlas. Otros enviaban productos americanos: cueros en abundancia, ail,cochinilla, joyas, muchas perlas, papagayos y periquitos. En ocasiones, losenvos metlicos eran para dotes de casamientos, porque se deca que erapreferible que las muchachas se casaran en Espaa, donde las dotes eranms bajas. En cambio, a los hombres les convena casarse en Amrica,aunque no abundaban las mujeres espaolas.

    Algunos de los emigrantes se preocupaban porque sus hijos o sobrinos, enla vieja Espaa, se educaran antes de venir a las Indias, para mejorar susposibilidades de ascenso social.

    Las quejas por la falta de cartas es constante en los emigrantes solitarios.Quieren saber de sus familiares y cosas de la tierra, y muchos se enfadanporque no reciben respuesta o porque los llamados demoran su viaje. Lasesposas son esperadas, no solo para evitar multas y deportaciones, sinotambin por amor, expresado a menudo con efusin y desesperacin. Uno deellos dedica a su mujer toscos versos, mezclados con amenazas (174);11 yotro niega que est amancebado y dice: quiero ms vuestro pie muy sucioque a la ms pintada de todas las indias (86). A sus mujeres les prometenque en las Indias no trabajarn ms y pasarn su vida sentadas en losestrados conversando con amigas (437). Tan vivo como el amor de loscasados se muestra el amor a los padres cuyos trabajos se lamentan. Ycuando no tienen ni mujer ni hijos ni hermanos, insisten en la venida de lossobrinos para ayudar a los solitarios y para que la fortuna de estos quede enfamilia.

    En el rubro El viaje, Enrique Otte seala que, para los futurosemigrantes, ms difcil que conseguir la licencia era vencer el miedo alcambio (p. 28). El miedo al mar, a sus tormentas y naufragios; a la amenazade piratas y corsarios, a las incomodidades extremas y larga duracin de losviajes, y sobre todo esto, la dura decisin de abandonar la tierra propia yconocida para aventurarse en lo desconocido e incierto, pesaba mucho en losinvitados a viajar al Nuevo Mundo.

    Los ya emigrantes ms pudientes aconsejaban a sus parientes quetomaran cmara en las naos, y muchos daban instrucciones para elavituallamiento o matalotaje de que deban proveerse, y recomendaban quelas mujeres no viajaran solas sino en compaa de otras mujeres honradasporque es muy bellaca la gente de la mar.

    Dbanse tambin indicaciones precisas sobre los vestidos que las mujeresdeban usar en el viaje, los que eran adecuados y eran moda en las nuevas

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  • tierras. Algunos aconsejaban que se compraran esclavos negros para que lossirvieran en el viaje, y porque en Espaa valan menos que en Indias. Yhacan mltiples encargos de productos que les faltaban o que tenanmercado seguro, como telas y confecciones, as como instrumentos ymateriales para los variados oficios de los emigrantes.

    En fin, como para desalentarlos del viaje, se prevena a los invitadoscontra los peligros de las pestilencias en los barcos, lo malsano de los puertosde Veracruz y de Nombre de Dios, y se les recomendaba comer poca fruta eneste ltimo puerto y guardarse de mujeres y de andar por el pueblo de nocheo a medioda, por los calores que hacen y aguaceros.

    La vuelta a la patria, rubro siguiente, recoge la nostalgia de muchos delos emigrantes, sobre todo los que haban pasado en Indias mucho tiempo,por volver a su tierra. Queran ir a morir entre los suyos, pero con fortuna.No pueden ir a Castilla sin plata, porque les afrentar todo el mundo (483).Sin embargo, algunos prefieren quedarse en la nueva tierra, que ha sidogenerosa con ellos, el resto de su vida. Si volviera a Espaa dice unresidente de Potos fuera pisaterrones como antes (590).

    En Indios y negros seala Otte la actitud despectiva, o en el mejor delos casos patriarcal de los emigrantes espaoles hacia aqullos. Pero huboexcepciones, como la de un residente en Mxico que cas con india, muy ami voluntad, y el mismo aade que le salv la vida una mujer morena: Ladebo ms que a mi misma madre (27).

    En La religiosidad hace notar el profundo sentimiento de esta ndole quetiene el emigrante. La propia salvacin es lo ms importante. Unencomendero de Casma, buen cristiano, tras de explicar que cobra pocostributos a sus indios, dice: Parceme que dirn all que eso que doy a losindios que fuera mejor darlo a mis parientes. A estos hijos debo que me hanservido treinta y tantos aos, y es deuda de vida, y si no se lo diese irme yaal infierno (528).

    Adversidades y muertes, as como la prdida de bienes, son vistos porellos con estoicismo cristiano, y las aceptan como el cumplimiento de lavoluntad divina. Algunos hacen envos para misas de difuntos y obras pas ensus pueblos.

    En La virtud, ltimo rubro del Estudio preliminar, el investigador serefiere a los ecos erasmistas que percibe en la preocupacin de losemigrantes por la vida virtuosa. Honra y virtud, consideradas comosinnimos, eran constante recomendacin en las cartas dirigidas a losfamiliares. El virtuoso es el hombre de bien. Esta es buena tierra para los

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  • que quieren ser virtuosos, aplicados y hombres de bien (96), deca uno deellos.

    En consecuencia concluye Enrique Otte, parece que el emigrante no acta solamente por egosmocuando llama a sus parientes. Estaba verdaderamente convencido de la mejor calidad del NuevoMundo, y que la vida en Amrica haca a los hombres ms generosos: Aunque no tuviere sino elhacer a los hombres de corazones largos, era causa para dejar las miserias de Espaa (446), y otrodice que Amrica lo transform: Ya no ser lo que antes era, porque ir tan otro que los que meconocieron digan que no soy yo (571).

    Visto as, Amrica del Sur, antes que la del Norte, fue estimada por los emigrantes espaoles comola tierra prometida, donde era posible realizarse plenamente y alcanzar la felicidad.

    El Estudio preliminar de Enrique Otte, que precede a los textos de lasCartas privadas, y que acabo de resumir, es un estudio notable que, ademsde describir los aspectos externos de las cartas, examina los mviles, lossentimientos, las costumbres y las ideas, en suma, la vida privada y lasmentalidades de los emigrantes a Indias en la segunda mitad del siglo XVI.Es, pues, un estudio suficiente para acercarnos al conocimiento del preciosorepertorio de las Cartas privadas. Sin embargo, es tan rica de sugestiones lalectura de estas 650 cartas que, como un apndice a dicho Estudiopreliminar, ofrezco en seguida algunos comentarios ms. En ocasiones,amplo las exposiciones del investigador o bien sealo antecedentes o precisocircunstancias histricas o me detengo en temas no considerados o aspectosde lengua y estilo o en rasgos de conducta y en sentimientos peculiares.

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  • 1 Enrique Otte, Die Europischen Siedler und die Probleme der Neuen Welt, Jahrbuch fr Geschichtevon Staat, Wirtschaft und Gesellschaft Lateinamerikas, Colonia, Graz, Band 6, 1969, p. 40.

    2 Enrique Otte, Nueve cartas de Diego de Ords, Historia Mexicana, El Colegio de Mxico, nms. 53y 54, 1964.

    3 Jahrbuch Band 3, Colonia, Graz, 1966, pp. 10-87.4 Historia Mexicana, 69 y 70, 1968.5 Historia mexicana, 69, pp. 120 y 121.6 Historia y sociedad en el mundo de habla espaola: Homenaje a Jos Miranda, El Colegio de Mxico,

    Mxico, 1970, pp. 95-111.7 Cambridge University Press, Cambridge, 1976.8 Cartas privadas de emigrantes a Indias, 1540-1616, Autor: Enrique Otte, con la colaboracin de

    Guadalupe Albi, Prlogo de Ramn Carande y Thovar, V Centenario, Consejera de Cultura, Junta deAndaluca, Escuela de Estudios Hispano Americanos de Sevilla, Sevilla, 1988, 611 pp.

    9 AGI, Nueva Espaa y Per, Indiferente General, 2048-2075, 2077-2107 y 1209 ss. y 1374 ss.10 Enrique Otte, Estudio preliminar, Cartas privadas, p. 11.11 Van entre parntesis los nmeros de las cartas.

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  • II

    1. EL DESCUBRIMIENTO COLECTIVO DE LAS CARTAS

    Desde la Antigedad y la Edad Media, apstoles, reyes, gobernantes,conquistadores, letrados y negociantes han escrito cartas pblicas y privadas.Desde siempre, tambin, han ocurrido grandes migraciones de invasores ypobladores que han dejado sus patrias originales para extender su dominio yestablecerse en tierras remotas. Entre ellos, los colonizadores espaoles deAmrica constituyen, me parece, el primer caso histrico de una migracinmasiva que siente la necesidad de escribir cartas. Ni romanos ni brbaros nigodos ni hunos ni rabes escribieron cartas a sus parientes lejanos con laabundancia y la profusin con que lo hicieron, en el siglo XVI, los espaolesdispersos a lo largo del Nuevo Mundo.

    El despertar renacentista de la individualidad, una educacin mucho msextendida y apremios externos determinaron la redaccin de estoscentenares de cartas, dirigidas a sus parientes de Espaa para contar susvidas y apurados a que viniesen a acompaarlos.

    2. ANTECEDENTES Y CIRCUNSTANCIAS: LOS CASADOS Y SUS PROBLEMAS

    El 20 de marzo de 1524, en la recin conquistada y reconstruida ciudad deMxico-Tenochtitln, el entonces gobernador y capitn general HernnCorts, preocupado por arraigar en la tierra a los conquistadores ypobladores, incluy en las Ordenanzas de buen gobierno la siguientedisposicin:

    tem: porque ms se manifieste la voluntad que los pobladores destas partes tienen de resedir epermanecer en ellas, mando que todas las personas que toviesen indios e fuesen casados en Castilla eotras partes, traigan sus mujeres dentro de un ao e medio, primero siguiente de como estasordenanzas fuesen pregonadas, so pena de perder los indios e todo lo con ellos adquirido e granjeado;e porque muchas personas podran poner por achaque aunque toviesen aparejo, de decir que notienen dineros para inviar por ellas, por ende, las tales personas que toviesen esta necesidad, parezcanante el reverendo padre fray Joan de Tecto, e ante Alonso Destrada, tesorero de Su Majestad, a leinformar de su necesidad, para que ellos la comuniquen ans, e su necesidad se remedie. E si algunaspersonas hay que son casados que no tienen sus mujeres en esta tierra, e quisieren traellas, sepanque trayndolas sern ayudados ans mesmo, para las traer dando fianzas.

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  • Aunque no haya tenido cumplimiento general e inmediato, la disposicinde Corts fue antecedente importante de una serie de leyes que expidi laCorona, a partir de 1546, tocantes a esta cuestin de las esposas quequedaban sin maridos en Espaa.

    Descubrimientos, conquistas y colonizaciones haban sido empresasarriesgadas y de aventura, propias para hombres, pero cuando comenzaron aformalizarse los asentamientos de poblacin, se advirti la necesidad de quelos espaoles casados, avecindados en Indias, tuvieran consigo a susmujeres. Tratbase de evitar en lo posible los amancebamientos conindgenas, de proteger a las esposas abandonadas y de afianzar el arraigo delos pobladores en las ciudades y pueblos del Nuevo Mundo.

    Las leyes espaolas que regulaban estas cuestiones tenan los propsitossealados aunque fueron matizndose con disposiciones adicionales. Lapreocupacin mayor acab por ser la de evitar que se aprovechasen lospermisos de viaje para que viniesen a Indias mujeres que no estabancasadas o bien que eran de las prohibidas, nuevamente convertidas openitenciadas por el Santo Oficio. As pues, quienes decidan viajar debanproveerse de constancias formales tanto de su matrimonio como de sucondicin de cristianas viejas, adems de presentar una prueba de laexistencia en Indias del marido que las solicitaba. Como el viaje a Espaa delos propios maridos era difcil aunque se les prometa conservarles susencomiendas o prebendas, casi todos optaban por pedir a sus mujeres queviajaran solas, acompaadas de algn pariente o matrimonio amigo, o dealgn esclavo, que las protegiera durante el viaje.

    Una vez notificados los casados en Indias, deban dar fianza para asegurarel cumplimiento de su obligacin, en un plazo de dos aos. Llegado esteplazo, en caso de incumplimiento eran apresados, a veces engrillados yembarcados de vuelta a Espaa, y perdan todos sus bienes (95 y 193). Unoshuan hacia Filipinas, que llamaban China (178) y otros se escondan en lasminas (221). Estos extremos explican la desesperacin de algunos de losautores de cartas, encareciendo y aun amenazando a sus mujeres para queviajasen cuanto antes.

    Adems de las llamadas a las esposas, se present otro caso muyfrecuente. Transcurridos los aos, un nmero considerable de conquistadoresy sobre todo de pobladores se haban enriquecido y envejecido y, pordiversas circunstancias, se haban quedado solos, sin pariente quecompartiera sus trabajos y a quien pudiesen heredar. Tambin existanviudas que se haban quedado al frente de las encomiendas o empresas del

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  • marido, cargo excesivo para ellas, cuando no tenan hijos o parientesconsigo. Unos y otras escriben a sus parientes de Espaa para encarecerlesque vengan a auxiliarlos hermanos o primos y, en muchos casos, sobrinos alos que, a cambio de su compaa y apoyo, ofrecen dejar como herederos desus bienes.

    Por su parte, las esposas o los parientes residentes en Espaa y quedecidan viajar, adems de las constancias antes mencionadas, debanpresentar al Consejo de Indias las cartas de llamada de sus parientes, comoprueba del propsito de su viaje. Esta exigencia explica el que estas cartasprivadas se encuentren en los expedientes de quienes solicitaban permisopara emigrar a las Indias.1 Gracias a ello, y al feliz encuentro de Enrique Otte,de este excepcional cuerpo documental, es posible asomarnos a lasintimidades de los pobladores de Indias en la segunda mitad del siglo XVI.2

    3. EVOLUCIN DEL EMIGRANTE

    A propsito de los memoriales de mritos y servicios de conquistadores ypobladores de Nueva Espaa, escritos entre 1540 y 1550,3 su editor donFrancisco A. de Icaza seala que, al lector de la recopilacin

    le sorprender que en muchos de los memoriales transcritos se declaren como merecimientos no teneroficio ni beneficio, hallarse cargado de hijos, legtimos e ilegtimos, sin tener con qu sustentarlos, yagobiado de deudas, por sostener caballos, armas y servidumbre, correspondientes a posicin fuerade sus recursos; y que este relajamiento y despilfarro se presenten y declaren para pedir o exigir,segn el temperamento del solicitante, un beneficio estable en la Colonia o un socorro permanente enlas Cajas reales.4

    Entre los 1 385 solicitantes que figuran en este Diccionario, los hubotambin que haban hecho servicios y aun hazaas importantes en laconquista, o bien que s tenan oficios tiles. Sin embargo, casi todosaspiraban a recibir en compensacin encomiendas de indios, o a mejorar lasque ya tenan, o bien a recibir cargos pblicos u otros auxilios que losfavorecieran. De una u otra manera, la impresin dominante en estosmemoriales es que la mayora de los solicitantes aspira a vivir sin esfuerzopersonal y a costa del trabajo de los indios, gracias a la encomienda.

    Estos solicitantes eran antiguos conquistadores o sus herederos y losprimeros pobladores llegados a la Nueva Espaa ya pacificada en lo principal.Unos y otros estaban estableciendo la nueva sociedad criolla mexicana. Tras

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  • ellos llegaran a todas las Indias nuevas oleadas de emigrantes, empujadospor la crisis econmica que sufra Espaa. Algunos todava logran recibirencomiendas de indios. Sin embargo, un nmero considerable tiene ya otramentalidad y ahora confan en su propio esfuerzo, en los oficios yprofesiones, en el comercio, la agricultura, la ganadera, la minera y lasindustrias. Como apunta Enrique Otte, frente al ideal de una vidapreferentemente seorial de los conquistadores se impuso la prctica de lamltiple actividad econmica.5

    Cosme Rodrguez, que fue alarife en Tehuantepec en 1556, cuenta a sumujer que en un tiempo anduvo agitado, a la mala ventura y padeci crcel.Ahora, que ha sentado cabeza y se puso a trabajar, Dios le ha dado ms quetodo mi linaje tena (212). Y Bartolom Prez, que era teniente enZinapcuaro en 1557, dice a su sobrino: Muchas cosas tena que escribir deesta tierra a vuestra merced, solo quiero decir una, y es que los hombres quesaben trabajar y se dan a la virtud tienen de comer, que los que no, no(226).

    Han descubierto, pues, que el trabajo, cualquiera que sea, les da honra,porque lo importante es tener fortuna: nunca preguntan a qu lo ha ganadofulano, sino qu tiene, y en diciendo que tiene algo, tapan todos la boca ycallan (487), dice Celedn Favalis, desde Lima en 1587. Y l mismo aadeque en las nuevas tierras los hombres se ponen a cosas que en Espaa no loharan los pcaros. El emigrante ha descubierto tambin la eficacia de lasolidaridad y, siguiendo un uso que se mantiene entre los espaoles, eraamo y seor como observa Brading de los dos caminos que con mayorseguridad conducan a la riqueza en el Mxico colonial: el comercio y elmatrimonio.6

    4. INSENSIBILIDAD PARA LA NUEVA TIERRA

    Los temas dominantes en las cartas son la vida y el trabajo duros, laabundancia de la tierra, la riqueza que muchos han alcanzado y su esperanzade volver a sus pueblos para morir en ellos. Aunque esta tierra es buenapara ganar de comer, no lo es para envejecer en ella, porque es tierra dondese tiene poco contento para poder estar en ella (47), dice de Mxico en 1574Andrea Lpez de Vargas. Juan Zorrilla de la Concha cuenta en 1589 que hacorrido mucho mundo, estuvo en China y all y en Mxico se enriqueci. Pero,

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  • en los ltimos aos, los ingleses y la mar lo han hecho perder ms de cienmil pesos. Est ya muy cansado, le parece temeridad tentar ms a la fortuna,y pide a su hermano su opinin sobre su proyecto de volverse e ir a morir ensus bardales (198).

    Estas nostalgias por el terruo son naturales. Pero tambin lo sera quevieran con alguna curiosidad a la nueva tierra que enriqueci a tantosemigrantes. A los parientes a quienes escriben debi de interesarles teneralguna noticia de esas nuevas tierras a donde los llamaban. Sin embargo, noles describen cmo son esas tierras. Cmo son las ciudades o pueblos dondeviven, cules son las costumbres de los nativos, cules sus comidas y cul essu nueva vida. Solo se refieren a lo que importa a su provecho, si tienen o noindios en encomienda, y a la feracidad de las tierras y la abundancia debienes. Es decir, que la mayora de estas cartas pudieran haber sido escritasen cualquier otro lugar que ofreciera semejantes posibilidades deenriquecimiento. Frente al desprecio y recelo que la mayora siente por indiosy negros, uno solo, el encomendero de Casma, Andrs Chacn yamencionado, se refiere a ellos con reconocimiento y actitud paternal.

    5. CURIOSIDADES Y ACONTECIMIENTOS

    Si no describen su nueva vida, algunos emigrantes cuentan al menoscuriosidades remotas. Una mujer viuda, desde Mxico en 1574, refiere a suhermana noticias de China (Filipinas), la tierra ms prspera que hay en elmundo y de donde trae el galen cosas muy ricas, que en Espaa no laspuede haber mejores ni tan pulidas (61). Otros refieren acontecimientosgraves, como la peste de 1576 que asol a los naturales en Mxico, que esla mayor lstima del mundo y en la provincia de Tlaxcala, donde yo resido,se habla de que han muerto ms de 80 000 personas, y en nuestra haciendase nos murieron ms de 200 (72). Pedro de Njera, que escribe las cartasms extensas de esta recopilacin, cuenta a su hermano la llegada a Lima,en 1586, del sptimo virrey del Per, don Fernando de Torres y Portugal, ysus malos modos y asperezas; y le refiere el gran temblor que destruy Lima,el 9 de junio de ese ao, y cmo, adems, sali el mar de noche y el puertode El Callao qued convertido en laguna. l fue a rescatar a un sobrino y a suhermana, halllos hechos mares de lgrimas y perdieron casi todos susbienes: ropas, libros, azogue para vender en las minas y herramientas. Elvirrey, al que tuvieron que rescatar en brazos, no dio ningn auxilio para

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  • remediar las desgracias. Y despus del temblor y las inundaciones, todos,hasta los gatos, sufrieron una epidemia de sarna, que se curaban con huevosy azufre o refregndose limones (484). Otro cuenta las rebeliones que, en1599, ocurrieron en Chile y en Potos a los principales les han cortado lascabezas y que andan ingleses por aquellos mares del Pacfico Sur (511). Yotro emigrante refiere las inundaciones que sufri la ciudad de Mxico en1604, en que la laguna creci como una mar, las acequias se derramaron yla ciudad estuvo con mucho cuidado y peligro (144).

    6. EL CULTIVO DE LA COCA

    A los emigrantes que fueron al Per les produjo mucha curiosidad el cultivode la coca, del cual se posesionaron sobre todo en la regin del Cuzco.Tengo una chcara de coca en los Andes del Cuzco dice Francisco lvarezen 1594, que vale diez mil pesos de plata ensayados (532). Otro refiere en1561: Vuestro hermano Pedro Gmez Marrn tiene una hacienda ygranjera muy gruesa en una estancia de coca, que le renta cada un ao msde ocho o nueve mil pesos (535). Otro cuenta, en 1574, que est de caminopara Potos a cobrar mi hacienda y vender mil cestos de coca, que es unayerba que ac comen los indios (547). Miguel de Aranda, otro residente enCuzco en 1576, explica a su hermano pormenores de este cultivo:

    son unas haciendas tan delicadas que, si cada tres meses no las labran, pirdense mucho. No sontierras de pan llevar [esto es, de cereales], ni vias ni olivares sino una yerba como zumaque, tan altacomo un hombre, ni ms ni menos, que se llaman chcaras de coca, y es una yerba que la comen losnaturales de esta tierra, y no la tragan ms que mascada, y es de grande estima entre ellos, y esten poder de nosotros, que ella no es gente que la sustente, sino muy poco. Ella es la mejor monedaque hay en esta tierra, porque por ella se halla cuanto estas Indias tienen, oro, plata y ropa yganados, y cuanto tienen dan por ella no ms para mascarla. Es un rbol que dura poco Es comodigo de mucho precio, que vale un cesto de ella, que as se llama, que tiene diez y ocho libras de cocaordinariamente, tres ducados y medio, y tres ducados. Esto ha sido de un ao a esta parte, porquetres aos antes no vala ms de dos ducados Yo cojo cada tres meses trescientos cestos (549)

    7. POBREZA DE ESPAA Y RIQUEZA DE LA NUEVA TIERRA

    A un sobrino recin casado le dice Juan Fernndez Sigurilla en 1589 que,antes que [os] carguis de hijos en esa tierra tan miserable os pase a estaspartes, especialmente donde yo estoy, que es en esta ciudad de Mxico,

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  • donde yo os podr favorecer (104). Y un emigrante en Puebla, en 1611,comenta: Me han dicho que Espaa est perdida en pobreza (188). Amuchos les da por jactarse, contrastando su opulencia en las Indias con lapobreza de Espaa: Gastar yo ms carne en la semana que toda esa villade Aranzueque porque la tierra es frtil y lo sufre (240), dice HernnSnchez, en 1569, desde alguno de los San Martn que hay en Mxico. Y enPanam, en 1566, presume Francisco Morales: Poseo yo ms que todo mipueblo junto (272). Y otro, tambin residente en Panam, escribe a suhermano en 1572: Decs que estis pobres, eso ya me parece orden comnde los espaoles (274).

    En el periodo que cubren estas Cartas privadas, 1540-1616, yespecialmente a partir de 1570, Espaa sufri una revolucin en los preciosque encareci gravemente la vida en la Pennsula. Los crecientes envos deoro y plata de las minas del Nuevo Mundo, que Hamilton ha calculado, parael periodo 1503-1660, en un total de 182 toneladas de oro y 16 886toneladas de plata, han sido considerados uno de los factores quedeterminaron este encarecimiento de la vida.7 En Andaluca [en eltranscurso del siglo XVI] comenta el historiador, los precios sequintuplicaron, en Castilla la Nueva se cuadruplicaron y en Castilla la Vieja yen Valencia solo subieron tres veces y media. 8 El 22 de mayo de 1581, elingeniero Juan Bautista Antoneli afirmaba que los precios de los artculoshan subido tanto que ni los seores, ni los caballeros, ni los villanos, ni losclrigos pueden ya vivir con sus ingresos; y un memorial de la Corona, quelas cortes aprobaron el 18 de noviembre de 1600, se lamentaba que, aconsecuencia de los exorbitantes precios, la desnudez y la enfermedad hacanestragos en el pas, que el nmero de mendigos, ladrones y prostitutas habaaumentado, que los ricos solo podan vivir hipotecando sus propiedades y quelos pobres estaban muriendo de hambre.9

    Los mismos emigrantes, con su ausencia de Espaa, y la enormedemanda de semillas, vveres, aperos, tiles de labranza, animalesdomsticos, herramientas y todas las mercaderas existentes que se enviabana las Indias, contribuan tambin a este encarecimiento de la vida espaola.

    A fines del siglo XVI, fray Gernimo de Mendieta sentenciaba que, como uncastigo apocalptico, todas las fortunas y todo el oro y plata de Indias se hanvuelto dinero de duendes, y ahora los espaoles, Espaa y el rey mismoestn ms pobres que antes de que se descubriesen las Indias.10

    Los emigrantes no se preguntaban cules eran las causas que habanenriquecido pasajeramente a Espaa y la haban empobrecido. Solo recogan

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  • los ecos de esta dureza de la vida en aquellos aos, y ofrecan a susparientes la promesa de una vida fcil y acaso una fortuna en las frtilestierras del Nuevo Mundo. Las noticias que enviaban de la riqueza de lasIndias eran como fantasas de cuento para perturbar al hombre ms sereno.Francisco Sanz Heredero, para persuadir a su hermano de que le mande almayor de sus sobrinos, le dice que en Lima, en 1581:

    hay la mejor labranza que hay en el mundo, todo que cogemos quinientas fanegas de pan de unafanega, sin llover gota en todo el ao, que os parecer cosa de milagro, sino todo de regado. La carnees de balde. Oro y plata no hay que decir, que es como tierra, y podrn venir como unos prncipes(471).

    Espera, pues, que su hermano y sus sobrinos pasen a la mejor tierra queDios ha criado en el mundo.

    Otro residente en Lima en 1576, abundaba sobre las peculiaridades ybondades de aquel clima:

    es la mejor tierra que hay en el descubierto, rica, fertilsima de pan, carnes, pescados, frutas, cuantashay en Espaa. Es tierra que jams llueve, ni truena, ni hay tempestades, ni hace mucho fro nimucho calor, ni crecen los das, ni menguan en todo el ao. Y con no llover, como digo, se cra todo loque digo abundantsimamente, porque hay ros que bajan de las sierras, que es donde llueve, y conacequias riegan todo lo que quieren, y para mayor fertilidad enva Dios a las noches una molinilla [ahorallamada gara] muy menuda, como roco, con que se refresca toda la tierra. En fin, ella es tal queningn hombre la ver que no olvide a Espaa (446).

    Haba, al menos, una pizca de exageracin en estas ponderaciones de lasbondades del peculiar rgimen de lluvias de la costa peruana. Desde Trujillo,al norte de Lima, otro emigrante dice a su hermano que venga:

    a esta tierra, por ser la mejor que calienta el sol, que nunca en ella hace fro ni calor, nunca lluevejams. Es muy proveda de pan, que hay tanto trigo que se provee de aqu el reino de Tierra Firme deharina. Hay en ella muchas carnes de vaca, carneros, puercos y cabras, muchas frutas de membrillos,granadas, higos y uvas y otras muchas de estas tierras, gran salud, bendito Dios (519).

    Semejantes venturas, aunque menos exageradas, describen y ofrecen asus parientes los emigrantes en Nueva Espaa. Juan Cabeza de Vaca cuentaa su mujer en 1594:

    en esta tierra no se sabe qu cosa es hambre, porque se coge trigo y maz dos veces al ao, y haytodas las frutas de Castilla, y muchas ms de la tierra, donde no se echa de menos a Espaa, y as lagente pobre lo pasa mejor en esta tierra que no en Espaa, porque mandan siempre y no trabajanpersonalmente, y siempre andan a caballo (127).

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  • Esta es, pues, la imagen misma de la felicidad para los pobres: una tierraprdiga, un clima templado y el antiguo pisaterrones montado en su buencaballo ordenando el trabajo a los indios sumisos.

    Otro es un poco ms realista, pues solo promete: la mejor tierra quetiene el mundo a trueco de un poco de trabajo (142a).

    Los emigrantes que han ido a la regin de Puebla y Atlixco elogian en1558 la riqueza de esa tierra adonde se coge trigo dos veces en el ao, unade riego y otra de temporal, para que all acabramos nuestra vida (149).Otro residente en Puebla, en 1576, lo confirma: Si ac quisiredes serlabrador, aprovecharos ha el trabajo mejor que no all, porque es la tierrafrtil y abundosa, que se coge pan dos veces en el ao, y es una tierratemplada, que no hace fro ni calor demasiado (172). Y otro ms, queespera a sus hermanos en 1581, resume: a buena tierra vens, la mejor quehay en el mundo (173).

    Para los hombres, el extremo de la felicidad, el signo de su nuevo statusera irse los domingos y fiestas a holgar por la huerta en su buen caballo,seguidos de cuatro o cinco escuderos, tambin a caballo (425). Y a lasmujeres se les ofreca el ocio placentero. As le promete Alonso Hernndez,en 1570, que ser su vida en Lima a su mujer, Mara de Salazar:

    Llegada que sea a esta tierra, se holgar como una reina y no se acordar de Santa Olalla [su pueblo]ni aun si la hay en el mundo, porque ac las mujeres no hilan ni labran ni entienden en guisar de comerni en otras haciendas ningunas, sino sentadas en los estrados, sino holgndose con visitas de amigasque tienen concertado de ir a chcaras y otras holguras. Y esto es el ejercicio de ellas (437).

    Tambin desde Lima, y para persuadir a su mujer de que venga, CristbalPez le dice en 1599 que all la vida es muy regalada, y se tienen en mucholas espaolas, que no sirven ni hacen cosa ninguna, que todo lo hacennegras (510).

    Y todava ms prsperos que los agricultores eran los mineros, sobre todolos de Potos. Pasan muchos trabajos, viven en un lugar inhspito, a 4 000metros de altura y alimentan la esperanza de encontrar vetas ricas. Peroalgunos lo logran. Uno de ellos enva a sus hermanos en 1564 una barra deplata de 720 ducados para devociones y repartir entre sus parientes (583-585). Otro dice, en 1573, que va enhilando a ser rico y refiere que haentrado en el negocio del beneficio del azogue, que da un rendimiento deplata superior (587). Pedro Valero, para persuadir a su madre y hermanos deque se vengan a Potos, olvidando la altura de ese lugar, les cuenta, en 1576,que all:

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  • no hay fro ni hambre, que quien est acostumbrado a traer cada sbado, es verdad Nuestro Seor,para casa y para el servicio de ella, dos cuartos de vaca y un carnero vivo, y cada quince das matarun puerco, cmo podr ir a la miseria de Espaa, donde, por rico que est un hombre, no ha de osarcomer.

    El carnvoro Valero aade que l quisiera irse a Lima, pero que su mujerse ha vuelto tan codiciosa de plata para sus hijos, que la semana que nopesa doscientos pesos en plata no est en su seso; que all en Potos no hayimpuestos no hay pecho ni derecho, y que si vienen, sus hermanos yhermanas sern vecinos y tendrn indios que les darn renta. Despus dems ponderaciones sobre la abundancia de aquellas regiones, dice Valero asu madre: Con la riqueza que se ha descubierto del azogue en Potos secasan las mujeres muy honrada y ricamente (590).

    Est ahora 1577 Potos el ms prspero que ha estado despus queel mundo es mundo, resume el bachiller Francisco de la Calzada (591).

    Algunos, ciertamente, vivan en la opulencia, aunque solitarios y enregiones apartadas, como Cristbal Prez, antiguo conquistador, que esmayordomo y alcaide en La Concepcin, Chile, en 1582. Cuenta este a supadre que es seor de un valle [de Arauco] que est en la costa de la mar,que tiene ms de mil indios, los cuales me sirven. Sin embargo, sus riquezassolo le permitieron enviar cien pesos, para vuestra merced [su padre] loscuarenta, y para mi mujer e hijos los sesenta (620). O como Beatriz deContreras, viuda reciente en 1585, cuyo marido le dej, en la isla Margarita,en Venezuela, de ocho a diez mil pesos en negros que sacan perlas, que esla granjera de esta tierra (634).

    El caso de Andrs Chacn, encomendero en el valle de Casma, en el Per,muestra la variedad de actividades en que podan extenderse las riquezas, ytambin la posibilidad de emplearlas con cierto espritu patriarcal.

    Don Andrs, que en 1570 ha pasado ya cuarenta aos en esas tierras,tiene buena mina de plata en Trujillo, pero como est viejo y cansado, lefatigan los viajes a esa tierra fra y quisiera que viniera a auxiliarlo un mozode esos mis sobrinos, para que anduviese en un caballo a visitar mishaciendas y estas minas. Dice que solo de salario al que doctrina a susindios paga mil pesos. Tiene muchos ganados: mulas, asnos, ovejas, cabras ycerdos, y ha tenido vacas, pero las ha vendido porque hacan dao a losindios (quiere decir a sus siembras); tiene, adems, trigales, frutales ymolinos. En su casa comen de 20 a 25 personas. Refiere que sus indios estnmaltratados y destruidos por las guerras pasadas, y que l les ha aligeradolos tributos y los trata como hijos, pues me han ayudado a tener de comer.

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  • Por todo ello, insiste en que sus sobrinos vengan y salgan de esa miseria enque estn ah metidos (528).

    8. MUNDO ABIERTO PARA LOS TRABAJADORES

    Durante los primeros aos de descubrimientos y conquistas, lasoportunidades en las Indias eran para los aventureros y los valientes. Unavez que se fueron consolidando los asentamientos, se abri un enormecampo de posibilidades de mejoramiento, sobre todo para quienestrabajaban con sus manos, para los hombres comunes, que dejaban unaEspaa empobrecida.

    Adems de la agricultura y la minera, el comercio fue muy activo en losprimeros aos de las colonias, pese a las dificultades para el abastecimientoultramarino. Y luego llegaron oficiales y artesanos que encontraron tambinoportunidades abiertas: cantantes de iglesia, carreteros, maestros de obras,albailes, pintores y doradores, sastres, gorreros, sederos, barberos,azulejeros, cereros, molineros, panaderos, expertos en los batanes ocurtidores, cinceladores y torneros. Todos ellos escriben a sus parientes deEspaa invitndolos a venir a las nuevas tierras y pidindoles instrumentos ymateriales para sus especialidades.

    Alonso de Viuelas y su hermano organizaron en Puebla, en 1583,transportes en carretas y les iba bien. Piden que venga su hermano Juan aayudarlos. Necesitan personas de confianza, porque dicen de estosindios no hay que fiar y no hacen cosa que las mandamos, si no es a sugusto (177). Y Bartolom Ruiz dice que tiene asimismo un negocio decarretas en Veracruz, en 1574, para transportar bienes tierra adentro (196).

    Antonio de Illana, capelln de la catedral de Mxico, escribe en 1594 algaditano Juan de Villarrubia, presbtero y maestro de capilla, sobre su venidaa Mxico y asuntos de cantores y msica sacra. La carta es tan curiosa comodesordenada y puede interesar a la historia de nuestra msica:

    Venido vuestra merced, todos le servirn, y s yo desean su venida de vuestra merced, porque lostiples que hay en esta iglesia es el maestro, que es tiple mudado, y canta su contrapunto en el corosobre las antfonas y sobre los oficios, y est cansado, tiene por ayudantes algunos nios que cantancomo papagayos lo que les ensea su maestro con el caudal que tiene, que canta su voz. Tiene unmulato que compr la iglesia, buena voz, y no sabe andar por cosa. Los dos nios que yo traje, queestn en el cantar como cuando vinieron, porque la tierra lo lleva, que es tierra de holgazanes, que yoles hubiera enseado algo de lo poco que s, y as es lstima la pobreza que hay, y porque vuestramerced lo ver, con el favor de Dios, no digo ms en esto. Si acaso hubiera algn contrabajo bueno,

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  • le eche vuestra merced el ojo, y si acaso hubiera algn tenor o contralto, tambin les eche el ojo.Estos han de ser contrapuntantes, porque hay grande pobreza en esta iglesia. Y deseo su venida devuestra merced para que nos regocije y asiente, que espero en Dios la iglesia premiar a vuestramerced Provase de vestidos de su persona y de sobrepellices y ropa blanca. Que espero en Diosver a vuestra merced muy contento en esta tierra, que yo ya lo comienzo a estar, por me hallarmejor de saludNo s si enviar el libro al rey, porque haba de enviar dinero, y no lo tengo, que medeben esta noche ms de mil ducados de Castilla, y no cobro un real. Si cobrare, ir, porque vancosas que nadie ni en molde ni fuera de molde las ha hecho, dir de un verso del primer tono, que esun gloria patri a seis, que lleva dos cantollanos en quinta, y cuatro voces discantan, y todo debajo deun comps con los cinco tiempos del arte, y es cosa de mucho ingenio y de mucha dificultad [129].

    Ana de Montoya escribe a su primo desde Yucatn en 1573 y le refierenoticias que pueden ser interesantes para la historia del arte en esa regin:

    Por estas comarcas nos anduvimos Diego Flores [su marido), de su oficio de pintor y dorador demuchas obras de retablos en monasterios e iglesias, y aqu en un pueblo principal muri habr ochoaos, y dejme a m con trabajo de cobrar lo que se le deba de las obras (209).

    Alonso Martnez Lpez, maestro mayor de la obra de la fbrica de lacatedral de Mxico, en 1616 y en 1624-1626, como lo registra ManuelToussaint,11 escribe desde Mxico, en 1615, a su primo Miguel de Castro,cuya venida espera. Enva cien pesos para que se vistan sus primas y refiere:

    Aunque el seor virrey dice que no he de ir a Espaa hasta que se acabe la obra de esta santa iglesia,y que tiene cdula de Su Majestad para no dejarme ir, yo espero que, viniendo vuestra merced a estatierra, ser muy grande el descanso y alivio que he de tener. Quedo aguardando las naos de China,que en ellas espero no s qu cosas para esa iglesia, dems de las que en esta flota van Voy dandofin a las obras de las monjas de Santa Ins [en la esquina de las calles de Moneda y Academia]. Yoentiendo me han de satisfacer mucho ms de lo que espero, por ser el fin de la obra muy mejor de loque entendieron las monjas, y esto, dicen, se debe a mi solicitud (147).

    En tanto que la colaboracin de Martnez Lpez en las obras de laCatedral Metropolitana se encuentra documentada, ignoro si se habrregistrado su intervencin en la ereccin de la iglesia y convento de SantaIns, este ltimo destinado al Museo Jos Luis Cuevas.

    Otro maestro de obras, Cosme Rodrguez, sevillano, escribe a su mujer en1556, desde Tehuantepec, y le cuenta que estaba por irse a Espaa, peroque

    los frailes de Santo Domingo trataron con el seor visorrey que no me dejase ir hasta que se acabaseuna casa que tena empezada, y no me pude defender de ellos, y a esta causa me hicieron quedar, ypor tanto fue acordado que enviase por vos y por vuestros hijos y mos (212).

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  • Cosme, que tena buen paladar, encarga a su mujer que le traiga vino deCazalla y de Guadalcanal, entonces muy apreciados, y mil machetes, quesean largos y fornidos, sin duda para comerciar con ellos.

    Gaspar Encinas, que escribe de Puebla, en 1596, tiene problemas con lajusticia por no estar con su mujer, a la que encarece su venida y le dice quele cuesta muchos pesos la crcel, de la que sali tres das antes, y las fianzasque debe dar. Su oficio es azulejero y pide que le enven de las mejorescolores que hubiere, azul, verde, con las dems, y el libro de ellas tambin,porque tengo cierta cantidad de azulejos que hacer (186).

    Tambin de Puebla, en 1576, escribe Alonso Morales. Junto con suhermano, ha puesto una tienda con taller de ropa en el que trabajan,adems, cinco o seis obreros, y cuenta:

    Y sabe que si all nos daban por un ferreruelo [capa corta] y un sayo [casaca larga] ocho reales, acnos dan treinta y dos, y por un jubn [chaquetilla corta] estofado [aliado] nos dan tres pesos, queson veinte y cuatro reales, y por uno de mujer dan diecisis reales. Que si un obrero cose por piezas,gana cada da ocho o diez reales, y si por jornal, le dan seis reales y de comer. As que me haris muygran placer de quitaros de esa miseria y de veniros ac

    Contrastando con los altos precios que tenan los productos y lasmanufacturas espaolas, los alimentos eran baratos:

    Llegamos empeados en ms de cien ducados. Mas en cuatro meses los ahorramos, y ms, porque,como digo, se paga muy bien la obra. Y las comidas son baratas, que por un real dan diecisis librasde vaca, y de carnero dan ocho por un real, y dan ocho panes, y el trigo se coge dos veces en elao, y vale una fanega tres o cuatro reales El vino vale caro, que vale seis reales un azumbre [doslitros], mas no por eso lo dejamos de beber (170).

    En la regin de Puebla, hacia la octava dcada del siglo, variosemigrantes tenan obrajes de paos (171, 175), desde entonces origen de laindustria textil de esa zona. Un fabricante de telas, tambin poblano y hacialos mismos aos, pide que le enven cincuenta o sesenta libras de ail yotros cincuenta o cien pares de cardas desde Crdoba (159). Y HernnGarca, desde la misma regin, escribe en 1586 que trabaja, asociado a unmercader, en el arte de la seda (178).

    En una carta, notable por su buen estilo y a la que se volver adelante, lasevillana Mara de Carranza, tambin desde Puebla y en 1589, pide a suhermano que venga a acompaarla, y que traiga dos oficiales que tejancordellate [tejido basto de lana], y que peine, que ganaremos mucho coneso, y otro oficial de cerero, que sea buen oficial y examinado (181).

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  • Un sastre, cuya especialidad era la de gorrero, resida en Cartagena deIndias y era un sevillano de buen humor. Cuando recibi noticias delnacimiento de su hijo Luisico, le escribe a su mujer en 1596 que, paracelebrarlo, hice traer dos toros con cuerda a mi calle, y me regocij con lavecindad, que no hubo otra falta ms de vuestra presencia (356).

    Bartolom de Morales, barbero, se ha acomodado bien en Mxico, en1573. Escribe a su mujer con lindos encarecimientos para que se vengacuanto antes:

    no se me excuse ni me eche achaque ninguno, porque no habr achaque que yo crea que no lepongan mal corazn sino que la animen en lo que pudieren Mire vuestra merced que si no viene, meprendern por casado, y me costar lo que no tengo. El que ms [que] a s desea ver a vuestramerced.

    El barbero le encarga que le traiga, como tiles para su oficio:

    una caja dorada guarnecida con dos pares de tijeras y un espejo y un pentinol [?] y un escarpidor demarfil y dos de palo, que sean buenos, y dos muelas y dos molejones colorados y seis bacines decuello buenos.

    Morales le cuenta tambin que afeita a los frailes de San Agustn, que medan ciento y veinte pesos cada ao, que son estos buenos principios, y msotros conventos de alrededor de Mxico. Y a su padre refiere que, yendo aesos conventos, tena que madrugar y tuvo dos accidentes en su caballo, y enuno de ellos:

    la choquezuela [rtula] de la rodilla se me pas a la corva, y plugo a Dios que llamaron a un indio, yme la volvi a su lugar, y bendito Dios, ya estoy bueno que pens andar con muleta (42-44).

    De Coatzacoalcos, Juan de Obregn escribe a su sobrino en 1602pidindole que se venga con su familia, y le dice: esta tierra es muy mslarga, adonde se puede ganar mejor de comer que no es en Espaa, yespecialmente en el oficio de panadera (208).

    Desde Guatemala, Juan Lpez Bravo, en 1603, escribe a su hermano paraque se venga con su mujer e hijos a compartir su fortuna. Me sobran a mlos bienes, dice. Adems de otros negocios, ha puesto un grande trato deconfitera y conservas para proveer las minas, lo que le da ganancia deciento por ciento (251 y 252).

    Pedro Elsar, en 1600, explica a su mujer cmo debe viajar a Guatemala,donde vive. Y como l tiene ahora molinos y es nuevo en el oficio, pide a su

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  • mujer que le traiga informes sobre su funcionamiento, as como las medidasde los recipientes usados (250).

    Juan de Crdoba, desde Cartagena en 1585, encarga a su mujer algunasherramientas que requiere para su oficio de cincelador de metales:

    cuando venga a Sevilla procure de traerme unas tijeras que sean buenas, cuesten lo que costaren, yunas puntillas que sean todas de acero. Y si Alonso de Medina quisiera pedir algunos patrones de picaral romano, que es de cinceladores, trigalos, porque ac picamos. Y con esto, Cristo con todos (337).

    Jusepe Daz escribe a su hermano Esteban en 1590 para que organice elviaje de su mujer con algunos de sus hermanos, y le pide que le traiga suherramienta de herrero, que dej en su pueblo. Cuenta que en Cartagena,donde vive, tiene el encargo de las herreras del rey y, adems, es artilleromayor (350).

    Alonso Ruis de Medina est furioso con su mujer porque no ha contestadosus cartas. Es zapatero en La Habana en 1593 y pide que le manden tiles ymateriales para su trabajo: hormas de chicarrera y treinta libras de hilo desuela y primo, y doscientos pares de corcho labrados y dos mil brocas y unacajeta de sedas (639).

    En fin, Hernn Lpez conmina a su mujer para que se venga, junto con lamadre de ella, y le explica que l no puede ausentarse de La Habana porqueen 1607 es el nico all de su oficio de tornero (640).

    Todos estos obreros, artesanos y hombres de oficios menudos vivensatisfechos de su oficio y, en la nueva tierra, su trabajo les ha permitido unavida mejor. Adems transmitan tcnicas que eran necesarias para elfuncionamiento de aquellas sociedades que se estaban adaptando a los usoseuropeos.

    9. LA VIDA DURA

    Mas no a todos sonrea la nueva vida y prosperaban. Para algunos las Indiasfueron tierras de faenas amargas, de desgracias, miseria y desamparo.Enrique Otte, al principio de la parte analtica de su estudio, ha citado unprrafo de la dramtica carta que escribe un soldado, Gaspar Meja, en 1587,desde tierras chichimecas, que vale la pena repetir:

    Yo sal de Mxico cuenta a su mujer quince das antes de Navidad, y me entr la tierra adentro,porque yo no quise ponerme a cosas bajas, y he venido a una tierra que se dice Zacatecas, que est

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  • ochenta leguas de Mxico, de tierra despoblada, y de guerra, que desde que sal de Mxico hastaentrar en Zacatecas no se me cayeron las armas a m y a mi caballo de a cuesta, y las armas de piesa cabeza yo y el caballo, porque hierve la tierra de chichimecas, una generacin del demonio, y otrasmuchas generaciones que, por no ser largo, no digo; y a todo esto ningn poblado, y agua de ocho aocho leguas, y poca y mala, durmiendo en el suelo y con mucha nieve, lo cual sinti bien mi herida ycuerpo, y cada noche tocndonos arma, y de da matndome los amigos; y con todos estos trabajosllegu, como digo, a esta tierra que se dice Zacatecas, que es tierra de minas y de mucho trabajo.Aqu descans cuatro das, y pas delante a una tierra que se dice Guadiana, porque me dicen que meir bien all. Yo voy arrimado a un factor del rey que dice que, en habiendo ocasin, me acomodar.Tengo otro tanto camino que andar, y todo tierra de guerra. Desde all hago caso de pasar adelante auna tierra que se dice Chiametla, que es todo lo que est descubierto hasta lo de ahora, ya todo estono ganando un real; Dios lo remedie todo. Veinte reales tengo de hasta cada da en esta tierra decomer yo y mi caballo y un criado, que es una tierra del demonio (234).

    La guerra contra la resistencia chichimeca an se extender hasta finesdel siglo. Advirtase que Gaspar Meja, al principio de este pasaje, dice quesigui la carrera de las armas porque yo no quise ponerme a cosas bajas;es decir que, aunque hubiese podido buscar fortuna en el comercio o en lasminas, por ejemplo, prefiri el viejo orgullo de la ocupacin noble delsoldado. No estaba, pues, de acuerdo con la nueva nocin del trabajo, quetambin honra, y segua fiel al ideal de vida seorial. Sus penalidades nodejaron huella en la historia de la guerra chichimeca.12

    A Gaspar Viera, que escribe a su mujer desde Ciudad Real de Chiapa, en1595, le pasaron a l y a su familia toda suerte de desgracias, pero era unoptimista y no lo arredraron robos y prdidas. Por su parte, su mujer lecuenta que se le hundi la casa, se perdi su hacienda y ella lleg al extremode pedir limosna para subsistir. Pero, a pesar de todo, l se ha enriquecido yespera que su mujer y su familia vengan a compartir su bienestar (254).

    Alonso del Pozo, que era chantre en Len, Nicaragua en 1581, dice queen esta tierra hay tanta miseria y trabajos, que no hay quien se pueda valeren ella (266). En cambio, para Juan Antonio Gasco, que vive en la mismaciudad y por los mismos aos, sta es buena tierra, pero pobre, y aadeque vive con mucho contento porque Dios me dio una compaera a migusto, discreta y hermosa (267).

    Sin explicar circunstancias, Juan de Aguilar, desde Cartagena en 1557,refiere que un hermano de su cuado fue tomado por los indios a manos y lecomieron (324).

    Juan Gutirrez, que era secretario del obispo de Quito y que escribetambin desde Cartagena, en 1580 cuenta que en un ro que pudo ser elMagdalena por poco se ahoga y perdi ms de mil ducados de oro. Volvi aembarcarse en el navo mayor de la flota y una tempestad abri la nave por

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  • la popa; para salvarse, tiraron al mar cuanto llevaban y as logr conservar suvida, aunque perdiera de nuevo sus bienes (335).

    Alonso Herojo, desde Tunja (hoy Colombia), en 1583 refiere a su mujerque cay de un caballo y est cojo; a misa me llevan cargado en unahamaca cuatro o cinco hombres. Pero se ha hecho rico e insiste en quevengan con l su mujer y sus hijos, a los que pondera la abundancia yliberalidad de la tierra en que vive, donde no hay pechos ni alcabalas (370).

    Muchas de las cartas despachadas de Lima se refieren al abandono enque los parientes espaoles tenan a los emigrantes: no contestan sus cartas,no acusan recibo de los envos de dineros y no hacen caso de sus peticionespara que vengan a acompaarlos, a ellos, que estn tan ricos como solitarios.A nadie escribo, pues nadie tiene de m memoria, dice en 1577 Diego deArce, capelln del hospital de espaoles de Lima (447). Y Pedro de Quiones,que se ha quedado solo, insiste el mismo ao en que vengan sus hijos, puescuando muera quiere tener quien me d un jarro de agua (454).

    En contraste con los mltiples elogios de las bondades de las Indias, y enespecial del Per, Mara de Crdoba, en 1578, todo lo vea negro: de Indiastienen solo el nombre deca, y que es, a mi parecer, la ms mala tierraque hay en el mundo, que al fin es un traslado como si se sacaren todo deEspaa. (Aguda observacin.) De Lima, doa Mara pas a Potos, cuyasriquezas no existan para ella. Cuenta, adems, a su prima que un Pedro deToro fue a una tierra tan remota y tan spera como Chile, y que, tiempoatrs, a este don Pedro, pasando a caballo por una puente, se le espant elcaballo, y cay, se le meti el gaviln de la espada por un ojo, que se lasalt, y se dio una herida en el rostro, y de ello ha estado muy malo Estmuy pobre, y no ha podido bajar al Per (456 y 457).

    10. LO QUE PEDAN DE ESPAA LOS EMIGRANTES

    Cuanto produca la tierra, abundaba y se venda muy barato. En cambio,cuanto era necesario importar de Espaa, se encareca sobre todo por ellargo y azaroso transporte. Los emigrantes que se encuentran en las Indiasraras veces encargan productos de consumo diario, como el vino y el aceite,que era preciso que importaran los comerciantes en grandes cantidades.Piden, en cambio, todo aquello que les falta y puede traerse con el equipaje.Ya se han mencionado los tiles y materiales de trabajo que los obreros yartesanos solicitan a sus parientes. Los dems, encargan cosas ms bien

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  • menudas o suntuarias. Estas ltimas constituyen un repertorio muyinteresante, de los pocos existentes, acerca de las ropas que entoncesusaban los espaoles en Indias, y de lo que consideraban moda y lujo envarios niveles sociales. Entre estos encargos suelen precisarse tambin losmatalotajes, o comidas para el viaje, de los que se recogen en seguidaalgunos por su curiosidad:

    Sebastin Pliego parece trabajar en el ramo textil y ser de condicinhumilde, pues le preocupa el ahorro. Desde Puebla, en 1581 escribe a suhermano Pablo y a su mujer Mari Daz a esta ltima, con atropelladossentimientos, que se recogern adelante. Respecto a los pasajes y almatalotaje da a su mujer instrucciones precisas:

    Mira que no tomis cmara ni camarote, sino un rancho como los dems. Mira que no ha de pagarflete la criatura que mama. A cada uno os darn por la mar medio azumbre de agua; dgolo quemetis doce botijas de agua, y ms quisiredes, ms. De la del pan mete para cada uno un quintal debizcocho, y para todos un quintal de pasas, tres jamones de tocino, almendras, azcar, una arroba depescado, otra de tollo especial, un celemn de garbanzos, avellanas. De casa trae una buena sartn yun asador, hataca 13 y una cuchara. En Sevilla compra una olla de alambre [?] y platos y escudillas,ms un hervidor; de vino dos arrobas, de vinagre otras dos, y una arroba de aceite, y ms lo quevuestra voluntad fuere. Compra dos arcas para echar todo lo que habis de comer, u os lo hurtarntodo, y para que durmis encima.

    Dispone Sebastin Pliego que vendan cuanto tienen en su pueblo y que lecompren lino: trae todo lo que pudiredes, y ms unos ovillos de lino, paraque gastis en vuestra casa, si place a Dios. Y aade otros encargos msbien de gusto y devocin: un taleguillo de romero y espliego. Trae lasVernicas, que ac hay desotras imgenes.

    Al hermano le encarga lo que desea que compre para ajuarear a su mujer,a sus hijas y para l mismo:

    Para mi mujer cmprenle en Sevilla una buena saya de palmilla de Baeza, con sus fachas, y ms unsubido, con unos chapines; a m unas medias de aguja y un jubn de holanda; para las nias zapatos,y lo que pudiredes (173 y 174).

    Mara de vila, dictando a un escribiente pues no sabe escribir, cuentaque vive en Veracruz en 1568 y pide a su madre que, con sus parientes queespera, le enven varias compras:

    mercaranme tres o cuatro pares de botillas y tocas para ellas delgadas, porque ac no se puede sufrirlienzo, y tambin si hubiere algn lienzo de hilo de a tres blancas o de dos maraveds me lo traiganpara algunas camisas, y algn hilo portugus, o gordo de coser, y si hubiese algunos tramados quesean buenos (192).

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  • Las instrucciones de Alonso Ramrez Gasco, que debi de ser funcionarioimportante en Trinidad, Nueva Granada, a su hijo y yerno en 1577, para quecon su familia se vengan a acompaarlo, son interesantes por lo que serefiere al matalotaje y a los enseres de casa y ropas que deben vestir y traer,todo con sentido prctico:

    La ropa blanca y de calzar y cama y vestidos [traeris] los que estuvieren buenos, y los no talesdejarlos all; traeris el servicio de hierro, calderas y sartenes, cucharas y asadores; toda la ropablanca, y lienzos que pudiredes, y si a trueco de otras cosas que no podis traer pudiredes habertres o cuatro libras de azafrn son ac muy necesarias y valen muy caras, y para con ellos otras treso cuatro de pimienta y clavos y canela. Para vuestro matalotaje lo que podris traerdes a tierraalgunas piernas de carnero hechas cecina bien curada, y una docena de queso muy bueno; y enSevilla compraris una docena de jamones de Aracena y algunas aves, y para cada persona quetrajredes un quintal de bizcocho, que sea blanco y muy bueno; compraris una arroba de aceite yotra de vinagre, una docena de botijas de vino, aceitunas, almendras, pasas, higos, avellanas, nueces,garbanzos, arroz, miel, azcar y conservas, y todos los regalos que hallredes, que todo es menesterpor la mar.

    Don Alonso fue igualmente preciso respecto a las ropas masculinas yfemeninas, y dio curiosos pormenores de los usos y gustos de la poca,aunque permita a sus parientes elegir los colores:

    Si viniera vuestra mujer, hacerle heis de vestir lo siguiente, y ms si ms pudiredes: una basquia deterciopelo, con su jubn de raso muy bien guarnecido, otra de tafetn, un manto de burato de seda,una sobrerropa de damasco, todo de los colores que ella quisiere, y un capotico de grana, o manteomuy bien guarnecido, y un sombrero de terciopelo, con un cordn o trenza de oro para el camino.Para vos haris un vestido negro del mejor pao que hallredes, y unos imperiales de terciopelo y unjubn de raso y una gorra de terciopelo y dos o tres pares de medias de carisea14 y otro vestido deun pao verdeoscuro o del color que a vos os diere ms gusto para el camino (376).

    Otro emigrante tambin se interesaba, aunque para comercio, en que leenviaran productos especiales, azafrn, telas y confecciones. Es el salmantinoAlonso de Villadiego, quien, en 1584, pide a su sobrino que al venir, empleesu hacienda en los siguientes productos que por ac [Los Reyes-Lima] tienengran salida con muchas ventajas:

    veintidosenos15 negros de Segovia de Gumiel,rajas16 negras de Segovia o de Las Navas,y azafrn de Ontiveros, y entre ellos no traiga ninguno de Aragn,Holandas delgadas aunque sean subidas [?],terciopelos negros de pelo y mediosedas flojas,pasamaneras de Toledo y tafetanes,

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  • y medias cortas de seda (479).

    Otro comerciante, tambin avecindado en Lima, Celedonio Favalis,despus de narrar a su padre, en 1587, los muchos incidentes de su viaje que se referirn adelante, le enumera mercaderas que en el Per sevenden con mucha ganancia: mazos de cristalinas (especies de cuentas de underivado del cristal), medias de seda y sedas de colores, penachos negros, yno han de tener ninguna cosa de color y sombreros de Segovia, los cualeshan de venir sin aforrar. Y aade: cualquier cosa que viene de Castilla sevende por buen precio, como no sean cosas de broma ni abalorio, lo cualsola valer aqu muchsimo (487). El problema era hacer llegar lasmercancas hasta lugares en la costa del Pacfico.

    Alonso Mrquez, quien se encontraba en Santo Domingo en 1587, y debide ser sastre o comerciante en mercera, espera la venida de su mujer. Leenva unas perlas y la instruye para que las trueque por hilo casero, y quesea delgado y recio y lino que sea el ms negro que se hallare, y el ms dehilo que sea crudo y delgado, que en acabndolo de torcer no lo laven, sinorevolverlo en l los papeles bien apretado, y as venga. Encrgale tambinque para el viaje su mujer se compre buena ropa de lance, aunque sea unpoco ajada. A pesar de que marido y mujer son gente humilde y de trabajo,l le explica que en la tierra donde est no se usa servirse de mujeresblancas y que para su servicio le promete tenerle dos esclavas, de las que yatiene una muy buena cocinera (644).

    Algunos encargos parecen excesivos. Por ejemplo, el sevillano RafaelRodrguez, quien vive en Sombrerete, Zacatecas, en 1582, hace a su mujer elsiguiente pedido: Holgara trajsedes una buena cama de red, con ricasalmohadas y delanteras, y una docena de sbanas de ruan. Aunque su mujerIsabel estuviese dispuesta a complacer a su marido, probablemente minero,es posible que no hubiese sitio para la cama en el barco, y que, adems, sutransporte hasta la serrana zacatecana hubiese sido tarea de muchos indiosy pesos (239). En el siglo XVI llambase cama tambin a las colgaduras ycubiertas que se echaban sobre el mueble. As es que los que pedan lesenviaran camas de guardameciles (154, 157 y 443), o una cama de tafetncarmes y no de damasco y otra cama de ruan, solo pedan estascubrecamas. En cambio, el antojo del minero Rodrguez parece haber sido lacama entera.

    Despus de estos encargos menudos, utilitarios o caprichosos, estaseccin concluye con un caso de ostentacin. Francisco Ramrez Bravo se

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  • haba hecho inmensamente rico en las minas de los alrededores de Tasco, enNueva Espaa. Del pueblo de Nochtepec escribe en 1582 a Juan Cerazo deArtega, en Lepe, a cuyo cuidado ha dejado a su hija Isabel, a la que tambinescribe, para que arregle el viaje de la muchacha. Enva 200 marcos de plata(46 kilos) para los gastos bsicos y dispone la ropa y muebles que debencomprarse para su viaje, con esa competencia que entonces tenan losseores en materia de ropas femeninas, aunque, como en otros casos,permita a la interesada elegir el color. Vale la pena citar por extenso lasinstrucciones del imperioso don Francisco, porque son, adems, un bueninventario de usos y lujos de estos aos:

    Primeramente se ha de vestir a mi hija, y de la color que quisiere, y sacarle tres vestidos de seda, lasbasquias de terciopelo y raso, guarnecidos como se usa, muy pulidos; para la mar un vestido degrana, basquias y turca, sus dos mantos de seda, finos chapines de terciopelo, sombrero de tafetnpespuntado, como all se usa, con su medalla de oro y sus plumas, su capotillo de damasco negroguarnecido, con su pasamano de oro, que venga muy galano, sus tocados los que ella quisiere, desuerte que vuestra merced la enve bien aderezada y galana, porque ac tiene fama de hermosa, yha de haber muchos a la mira. Tambin le compre vuestra merced una cadena con su agnus dei, quetraiga al cuello, y algunas sortijas pulidas, y un diamante, porque ac no los hay, y una muceta galana,con su pasamano de oro, sus zarcillos galanos.

    Vuestra merced mandar se compren en Sevilla dos sillones y unas angarillas, y los traigan en unacaja, el uno para mi hija, y el otro para la seora Beatriz Ramrez, a quien escribo me haga merced devenirse con mi hija, por ser la pariente ms cercana y ms vieja que mi hija tiene, y ser mujer tanhonrada, y las angarillas para la otra mujer que con ella viniere. El silln para mi hija ha de ser deterciopelo guarnecido, porque ha de ser silln y angarilla, porque as se usa ac, la gualdrapa deterciopelo, con su fleco de seda, y la guarnicin de hierro pavonado toda ella, la guarapera y pretal ylas dems guarniciones de terciopelo, y el otro silln su gualdrapa y guarnicin de pao negro.

    Mandar vuestra merced que se busque una mujer honrada, ms vieja que moza, y un hombremuy de bien, aunque sea marido y mujer, y si fuera posible sea deudo suyo, que venga con ella,porque tenga quien mire por mi hija, y al hombre que la trajere, en saltando en tierra le dar quinientospesos por su trabajo, de manera que pueda volverse en la flota, y si quisiere quedarse ac, le harmuy buen acomodo, as a l como a ella, y si fuere mujer viuda, a ella se lo pagar por si aquello quevuestra merced le sealare, que para ello le enviar mi poder. Quera fuesen deudos suyos, y que elhombre que viniese fuese hombre de hecho, porque vienen por la mar, y es viaje largo, y la gente delnavo es ruin. Tambin holgara que el navo en que viniese fuese de gente de la tierra, con que elnavo fuese el mejor de la flota.

    Mandar vuestra merced fletar la mejor cmara que en l hubiere, y pagarse all lo menos que serpudiere por el flete de la cmara y la gente que trajere, porque ac, allegados a tierra, hallar dinerospara todo lo que hubiere menester, y as de esto como de regalos y todo lo que hubieren menester lohallarn en el puerto, y los estarn esperando un mes antes que llegue la flota, y lo que hubierenmenester para el matalotaje lo proveer vuestra merced muy cumplidamente (215).

    Tres vestidos de seda y uno para el viaje, con sus accesorios especiales yjoyas no eran ajuar excesivo, aunque lo parece por la minucia con que seespecifican materiales y adornos, y la insistencia en pedir cada vez lo msvistoso y acorde con los gustos de la poca. Lo de los sillones, que parecen

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  • inadecuados en naves de tan cortas dimensiones como eran las de entonces,se explica por la falta de lugares para sentarse en ellas. Es de esperar quefuesen sillas bajas de las llamadas de cadera, plegadizas y no sillones derespaldo alto. De todas maneras, debieron fijarse o atarse al piso de lasnaos.

    La hija Isabel no quera hacer el viaje y haba escrito a su padreponiendo muchos inconvenientes. Por ello, su padre, en carta dirigida aella, la amenaza con aspereza: so pena de mi maldicin y que en m notendrs padre, y ni yo te llamar hija, que, vista sta y entendido mivoluntad, te vengas a esta tierra. Promtele que ac ser rica, tendr negrosy negras que le sirvan, y se casar con hombre que tengas contento yhonra. Isabel debi de doblegarse ante las amenazas y las promesas, puesse presentaron ambas cartas ante el Consejo de Indias para obtener elpermiso de viaje (216).

    Francisco Ramrez Bravo, el imperioso padre, que escribe a su hija en1582, haba sido encomendero de Nochtepec en 1564-1570. Esta encomiendaperteneci inicialmente, desde 1526, al conquistador Juan de Cabra, quienmuri en 1551. Lo sucedi su viuda, Mara de Herrera, quien cas luego conRamrez Bravo.17 Mara de Herrera debi de ser, pues, la madre de Isabel, yacaso para 1582 haya muerto, pues no la menciona su segundo marido. Araz de su muerte, la hija Isabel, nacida en Nochtepec, pudo ser enviada aLepe, en Andaluca. Ramrez Bravo continu trabajando y enriquecindose enla regin minera de Tasco. En la carta a su hija le dice que ha comprado paraella casa y hacienda, que le cost 12 500 pesos, y que adems tiene muchasminas, rocas que valen mucho dinero.

    Es posible que Isabel, al parecer hija nica, no quisiera volver al lugar desu nacimiento, porque no tena atractivos para ella, a pesar de las riquezasque se le ofrecan. En 1581, Tasco, la cabecera de la regin minera, tena 997tributarios, y Nochtepec y Pilcaya, que se tasaban juntos, llegaban a 705tributarios, esto es, entre 2 000 y 3 500 habitantes, en su mayor parteindgenas y negros. Nochtepec dice la Relacin geogrfica de 1581llmase as porque en el cerro en que est poblada haba muchas tunas, yquiere decir en lengua mexicana tuna nacida sobre un cerro.18

    Debido a su riqueza, el mineral de Tasco, descubierto en 1532, pese a lacortedad de su poblacin, tena esa peculiar animacin de los lugares en queabunda el dinero y pululan los comerciantes y traficantes. En 1551 el virreydon Luis de Velasco ratific unas antiguas Ordenanzas de Tasco, quetrataban de impedir el juego, la venta de vino a negros e indios, el

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  • acaparamiento de maz, el trfico irregular de metales, los tianguis fuera desus lugares y das y los vagamundos espaoles dedicados al juego y alhurto.19 Con todo y su animacin desbordada, Tasco era an un villorrioprovisional, sin Santa Prisca, la plaza y las grandes casas que se construirnen el siglo XVIII.

    En fin, los emigrantes haban descubierto que los esclavos negros eranms baratos en Espaa que en Indias, y que podan aprovechar su viaje paraque sirvieran en el camino a sus parientes invitados:

    En lo que toca a la casa dice Juan de Crdoba en 1583, desde Cartagena de Indias, a su mujerde mi parecer es que la venda, y en Sevilla compre con su valor un negro y una negra moza, y es lomejor que vuestra merced puede traer, porque all le costarn cincuenta ducados y diecisis delicencia para aqu, y ac valen trescientos y cincuenta y cuatrocientos pesos de a diez reales, cuantoms que los ha menester para su servicio, porque ac no se puede servir como en Espaa (337).

    11. EL EMIGRANTE SOLO, RICO, VIEJO Y ENFERMO

    Los maridos piden a sus mujeres que vengan, por amor y para cumplir conuna exigencia legal; y los que tienen fortuna o trabajo productivo piden a susparientes que vengan a compartir esfuerzos y bienes. Pero hay un caso ms,tan natural como melanclico, y que aparece con frecuencia en estas cartas:el de los viejos.

    Lo habitual era que viajaran a las Indias los hombres solos, y los quetenan suerte y constancia, despus de trabajar durante varias dcadas, sehaban enriquecido mientras envejecan y estaban solos y caducos, muchosde ellos impedidos de valerse por s mismos. Junto a ellos slo tienen aextraos y nadie de su sangre que los ayude en sus trabajos y a quienpuedan heredar su fortuna. Escriben con insistencia a sus hijos, primos osobrinos en sus pueblos espaoles pidindoles que vengan. Les ponderan lasriquezas que han ganado y que compartirn con ellos, encarecindolescunto mejorarn sus vidas en el Nuevo Mundo. Y entre estos solitarios habatambin mujeres, viudas esforzadas que continuaron las tareas de susmaridos, a las que el peso de los aos y las enfermedades haban echadoencima su desamparo.

    Los sobrios lamentos y los perentorios llamados son muy semejantes:

    Os he enviado a llamar a vos y a toda vuestra casa, porque ya sabis que soy viejo que no tengohijos ni mujer que hereden mi hacienda Yo no la puedo administrar de puro viejo que estoy. Tenedlstima de mi vejez (118),

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  • escribe desde Mxico, en 1592, Pedro Jimnez Vires.

    Sabis cun viejo estoy, que aun no me puedo menear, y tambin sabis que no tengo hijosningunos, ni quin herede mi hacienda si no sois vos, y si vos no viniera, a ponerla en vuestra merced,quedar perdida (120),

    dice Juan Garzn a su sobrino, desde Mxico en 1593.

    Le he escrito siempre que me enve a ese mozo [su sobrino] porque me siento muy viejo y cansado,y mi hacienda anda en poder de indios y negros, porque no tengo para quin sea sino para l (145),

    escribe Diego de Herrera a su hermano, desde Mxico en 1611.

    Como soy viejo y cargado, viniendo de camino, al apearme de un caballo ca y me quebr una pierna,y me cost la cada ms de dos veces que yo gastara si con l me fuera [con Alonso de Ribas, quienvolvi a Espaa], y diera por bien empleado haber dejado ac la mitad de mi hacienda Y creo queson mis pecados porque no me puedo rodear todas veces, y como hombre no tiene quien le duela nile guarde su hacienda, todo anda como Dios quiere, que me cost el tiempo que estuve en la camade entradores y salidores que no acabo de averiguar, lo cual no fuera as si yo tuviera alguna personade vosotros que me guardara mi hacienda, y echo de menos un deudo a quien yo hiciera hombre. Yhe sido tan desgraciado cuanto vosotros cobardes (163),

    cuenta Martn Fernndez Cubero a su sobrino, desde Puebla, en 1572. Comoste, aparecen otros casos y demandas semejantes, tambin de vecinos dePuebla, que se han enriquecido en la agricultura y en los textiles y piden quevengan hijos o sobrinos a heredarlos (163, 168 y 169).

    De Tiripeto, Michoacn, escribe en 1584 y 1585 el provincial agustino frayPedro de Aguirre a su hermano, para contarle que por ser la provincia largay spera tiene mucho trabajo. Padece mucha soledad, y aunque sabe que nodebe buscar alivio ni consuelo en este mundo, como hombre es flaco sesiente muy desconsolado y quisiera que viniera su hermano a acompaarlo(230).

    Blas Ruiz de la Vega escribe desde Honduras en 1576 a su to. Le refiereque est muy enfermo y tullido de las piernas y le pide le enven a unsobrino para que lo acompae y enriquecerlo (260).

    Al capitn Juan Landero, que viva en Nueva Segovia, Nicaragua, en 1574,se le murieron su mujer, cuatro hijos, su suegro, su mayordomo y muchosindios tributarios de grandes pestilencias. Dice que est pobre y viejo, perole quedan en casa dos cuadas, la una de quince y la otra de once, la cosams hermosa que se ha visto en Indias. A pesar de las muertes y pobrezas,pide a dos de sus sobrinos que vengan para casarlos con ellas, y les dar dos

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  • mil pesos de oro (270 y 271).Hernando de Soto que pudo ser pariente del conquistador homnimo,

    quien inici su carrera en Centroamrica dice a su hermana Beatriz, desdePanam en 1580, lo mismo que tantos otros: sabe que ella se ha casado conun sastre, tiene muchos hijos y pasa pobrezas en Espaa. Por su parte,Hernando se ha hecho rico, posee ms de treinta mil pesos, se encuentramuy viejo y enfermo y no tiene a quin dejar sus bienes. Por ello, invita a suhermana y a su familia a venirse junto a l y disfrutar su fortuna (281).

    Pedro Gonzlez, tambin desde Panam en 1592, dirige a su hijo unencarecimiento frecuente en estas cartas: con tantas veras te he pedido tevengas a estas partes, y traigas a tu mujer e hijo y no lo has hecho No seastan pusilnime pues vienes a casa bien abundante y de tu padre (296).

    Ya se han mencionado, en La vida dura, las desgracias de AlonsoHerojo, que sufri la cada de un caballo y qued rengo. Pero se habaenriquecido e insiste en que su familia, que pasa miserias en Castilla, vengaa la abundancia de Tunja. Cuatro aos ms tarde, en marzo de 1587, el viejoy abandonado sigue insistiendo sin xito: Y esta carta estoy escribiendo dice a su mujer y las lgrimas de mis ojos mojan el papel. Si yo estuvierasano y bueno, que yo fuera en persona por vos y mis hijos. Mas no puedo,que estoy muy cojo y viejo. A su yerno repite lo mismo y se queja de quesolo acusan recibo de los dineros que envi, pero nadie le ha escrito (372 y373).

    Otro viejo olvidado, Pedro de Quiroz, desde Lima en 1577, espera a sushijos para que, cuando muera, haya quien me d un jarro de agua (454).

    El clrigo Diego de Ordaz escribe desde Los Reyes-Lima en 1581 a Gil deOtel para pedirle que le enve a uno de sus sobrinos que lo acompae en suvejez (468). El conquistador homnimo de Mxico muri sin descendenciadirecta en una travesa en 1532. Tuvo un sobrino, Diego de OrdazVillagmez, quien cas y fue encomendero; y Francisca, hermana del Diegomexicano, cas con Juan Gonzlez de Len y tuvieron un hijo tambinllamado Diego, de Ordaz Len, vecino de Oaxaca; y segn Bernal Daz(Historia verdadera, cap. 150), tambin un nieto Diego de Ordaz. Entre estostres parientes homnimos del conquistador, el clrigo que escribe de Lima en1581 puede ser este ltimo, o sea un sobrino nieto del compaero de HernnCorts (468).20

    Si me muriere dice Francisco Ojalvo a su sobrino, desde Trujillo, Per, en 1575 la mayor pena quellevara sera que no estuvisedes a recoger lo que dejare, porque esta tierr