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71 anta amina y 2003 BOLETÍN DE AMISTAD gustinos A R ecoletos H emos comenzado el curso. Y nos informan de que el cinco por ciento de nuestros alumnos, unos 400.000, proceden de familias de emigrantes, las cuales ayudan a mantener el nivel de crecimiento demográfico de España. Principalmente ecuatorianos, colombianos y marroquíes completan la natalidad de nuestras parejas; a ellos se suman asiáticos, hispanoameri- canos, europeos del este, etc. España, durante decenios tierra de emigrantes, bien a Hispanoamérica, bien a Europa, se ha convertido en el sueño laboral de vecinos y lejanos. Si recorremos nuestra geografía, entre los variados cambios producidos en estos años, sin duda uno de los más llamativos es la riqueza de razas que vemos aun en las poblaciones más alejadas del cosmopolitismo de las grandes ciudades. Y la tragedia repetida una y otra vez de las pateras del Estrecho es un testimonio dramático que nos sobresalta con sus imágenes diciéndonos que no es un juego el emigrar en busca de una vida más desahogada. El emigrante es una persona en delicado trance de aclimatación. En general sus raíces quedan en el aire, requerido por nostalgias, necesi- tado de dignidad, trabajo y reconocimiento. Dejar la patria, la familia, el entorno social y cultural en que uno ha vivido siempre; llegar sin dinero y a veces sin papeles a un país extraño, con frecuencia con otro idioma, es muy duro. Como lo es encontrarse con la indiferencia, la incomprensión y a veces la frialdad con que te miran. La emigración se ha convertido en un fenómeno global en el mundo actual e implica a todas las naciones, ya sean países de salida, de tránsito o de llegada. Afecta a millones de seres humanos, y plantea desafíos que la Iglesia no puede dejar de asumir y afrontar con espíritu de caridad. Entre ellos sobresale por su continua congoja la situación de los indocumentados. Los agustinos recoletos no hemos querido mirar para otro lado. Trabajamos en zonas caracterizadas muchas de ellas por la abundante emi- gración: Poniente almeriense, área de Nueva York, sur de Estados Unidos, California, Londres... Por eso, en la última asamblea trienal se aprobó una consigna que dice: «Dado que el fenómeno de la emigración genera una nueva forma de pobreza, promuevan con vigor la atención pastoral de los emigrantes, presentes en muchos de nuestros ministerios». Nuestro trabajo tiene ya una tradición consolidada. Pero la consigna viene a recalcar la viva actualidad y aun urgencia de esa tarea. Última- mente nos comprometimos aún más, pasando de la labor parroquial con todas sus implicaciones de ayuda espiritual, social y material a la respon- sabilidad de dirigir y desarrollar las actividades del Centro Guadalupe para formación de líderes cristianos de origen latino en la amplia zona de Nueva York. Ahora es en pleno Londres donde se nos encomienda la parro- quia de Santa Ana como centro de todas las actividades con los miles —unos 300.000, se calcula— de emigrantes hispanoamericanos. C «…promuevan con vigor la atención pastoral de los emigrantes, presentes en muchos de nuestros ministerios» SEPTIEMBRE — OCTUBRE emigrantes emigrantes LOS HERMANOS DE OTRAS TIERRAS LOS HERMANOS DE OTRAS TIERRAS

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Page 1: SEPTIEMBRE — OCTUBRE BOLETÍN DE AMISTAD emigrantes

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y2003BOLETÍN DE AMISTAD

gustinosARecoletos

Hemos comenzado el curso. Y nos informan de que el cinco por ciento denuestros alumnos, unos 400.000, proceden de familias de emigrantes,las cuales ayudan a mantener el nivel de crecimiento demográfico de

España. Principalmente ecuatorianos, colombianos y marroquíes completanla natalidad de nuestras parejas; a ellos se suman asiáticos, hispanoameri-canos, europeos del este, etc.

España, durante decenios tierra de emigrantes, bien a Hispanoamérica,bien a Europa, se ha convertido en el sueño laboral de vecinos y lejanos. Si recorremos nuestra geografía, entre los variados cambios producidos enestos años, sin duda uno de los más llamativos es la riqueza de razas quevemos aun en las poblaciones más alejadas del cosmopolitismo de las grandesciudades. Y la tragedia repetida una y otra vez de las pateras del Estrecho esun testimonio dramático que nos sobresalta con sus imágenes diciéndonos queno es un juego el emigrar en busca de una vida más desahogada.

El emigrante es una persona en delicado trance de aclimatación. En general sus raíces quedan en el aire, requerido por nostalgias, necesi-tado de dignidad, trabajo y reconocimiento. Dejar la patria, la familia, elentorno social y cultural en que uno ha vivido siempre; llegar sin dinero ya veces sin papeles a un país extraño, con frecuencia con otro idioma, esmuy duro. Como lo es encontrarse con la indiferencia, la incomprensión y a veces la frialdad con que te miran.

La emigración se ha convertido en un fenómeno global en el mundoactual e implica a todas las naciones, ya sean países de salida, de tránsitoo de llegada. Afecta a millones de seres humanos, y plantea desafíos que laIglesia no puede dejar de asumir y afrontar con espíritu de caridad. Entreellos sobresale por su continua congoja la situación de los indocumentados.

Los agustinos recoletos no hemos querido mirar para otro lado.Trabajamos en zonas caracterizadas muchas de ellas por la abundante emi-gración: Poniente almeriense, área de Nueva York, sur de Estados Unidos,California, Londres... Por eso, en la última asamblea trienal se aprobó unaconsigna que dice: «Dado que el fenómeno de la emigración genera unanueva forma de pobreza, promuevan con vigor la atención pastoral de losemigrantes, presentes en muchos de nuestros ministerios».

Nuestro trabajo tiene ya una tradición consolidada. Pero la consignaviene a recalcar la viva actualidad y aun urgencia de esa tarea. Última-mente nos comprometimos aún más, pasando de la labor parroquial contodas sus implicaciones de ayuda espiritual, social y material a la respon-sabilidad de dirigir y desarrollar las actividades del Centro Guadalupe paraformación de líderes cristianos de origen latino en la amplia zona deNueva York. Ahora es en pleno Londres donde se nos encomienda la parro-quia de Santa Ana como centro de todas las actividades con los miles —unos 300.000, se calcula— de emigrantes hispanoamericanos.

C

«…promuevan con vigor la atenciónpastoral de los emigrantes,

presentes en muchosde nuestros ministerios»

SEPTIEMBRE — OCTUBRE

emigrantesemigrantesLOS HERMANOS DE OTRAS TIERRASLOS HERMANOS DE OTRAS TIERRAS

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Dirección:Javier Legarra

Colegio San AgustínCtra. Madrid, km. 18747008 ValladolidTel. 983 473 408Fax 983 457 292E-mail: [email protected]

Redacción:Javier Legarra

Valladolid

Pablo PanedasAgustinos Recoletos31340 Marcilla (Navarra)Tel. 948 713 701Fax 948 713 787

Marciano SantervásResidencia UniversitariaAugustinusCea Bermúdez, 5928003 MadridTel. 915 490 200

Edita:Agustinos Recoletos

Provincia deSan Nicolás de TolentinoPaseo de la Habana, 16728036 MadridTel. 913 453 460Fax 913 452 222E-mail:[email protected]

Imprime:Arte-Impress S.L. — Zaragoza

Agustinos RecoletosBoletín de Amistad

Número 71Septiembre — Octubre 2003

Depósito Legal:M-10324/1986

EN PORTADA:La iglesia parroquial de Santa Ana, en el distrito londinense de Vauxhalles un buen ejemplo del gótico nor-mando inglés. Aquí tendrá su sede la Capellanía Latinoamericana, enco-mendada a los agustinos recoletos.Para éstos, es el símbolo más nuevode un compromiso secular.

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Los recoletos llegamos a EstadosUnidos al final de la segundadécada del siglo XX. Desde el prin-

cipio, nos dedicamos a atender a losemigrantes, principalmente a los his-panos. Por tierras de Nebraska yKansas, en el centro oeste americano,hacían falta manos para combatir lacreciente necesidad de los emigrantesmexicanos.

El siguiente paso, ya en el deceniosiguiente, lo dimos hacia California,adonde arribaban oleadas de mexicanosescapados de la persecución antirreli-giosa. No encontraban otro lugar deacogida que las iglesias católicas; enellas les atendían nuestros religiosos.

Más tarde, en los años 40, los emi-grantes mexicanos contratados por elprograma Bracero para llenar el vacíode los combatientes en la II GuerraMundial, fueron el principal objetivode nuestro apostolado. Fuimos solici-tados por distintas diócesis de todo el

país para el apostolado con los hispa-nos. La Iglesia norteamericana, engeneral, se veía desbordada por la lle-gada masiva de unos emigrantes a losque no entendía. Los recoletos tuvie-ron que recorrer grandes distanciaspara poder ofrecer una mínima aten-ción a los recién llegados.

En los años 60 y 70, la atención alos hispanos fue ya una opción prefe-rencial de nuestra Orden en Norte-américa. Tanto en California y Texascon los recién llegados de México oCentroamérica, como en Nueva Yorkcon los portorriqueños y cubanos, losrecoletos se ganaron el respeto y laadmiración del clero norteamericano.

LOS POBRES EN

Estoy en la parroquia de la SagradaFamilia, cerca de Nueva York. Son lasonce de la mañana de un día delabor. Suena el timbre. La secretaria,señora Delia, acude a la puerta.Es untranseúnte. Le da un bocadillo y unataza de café. Hasta cincuenta irán lla-mando a lo largo del día. Son hispa-nos en su gran mayoría; ilegales, porlo general. Buscan trabajo, cobijo, unrefrigerio a media mañana.Procedende México, de Centroamérica… Hoyestán aquí, mañana allí…

¿Necesidades de los emigrantes? Las mismas que en todas partes: regularizarsu situación, encontrar trabajo, alojamiento… y poder enviar algo a los fami-liares que han quedado en su tierra. Muchos de ellos ya se asentaron y logra-ron una situación estable. Los portorriqueños gozan de ventajas especiales;los cubanos están, en general, bien instalados. Son los colombianos, domini-canos y otros, los que en esta zona de Nueva York tienen mayores carencias.

El número aumenta,y la mayoría son católicos.Paso a paso se va logrando unaconsideración hacia ellos.Y nosotros ayudamos. El Centro Guadalupe, anexoa la parroquia en que me encuentro, ofrece una formación selecta a los futu-ros dirigentes: teología, sagrada Escritura, moral... Hay un enriquecimientomutuo: las diversas nacionalidades, cerradas en sí, se abren a las demás, conlas que coinciden en lengua y en la misma fe católica que tratan de profun-dizar. Anhelos comunes, iniciativas comunes, comunidad más internacional.

José Antonio Ciordia

Una historia que contar

Desde el CentroGuadalupe

La parroquia es el hogardonde el emigrante

se siente en casa

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N EL PAÍS DE LOS RICOS

En Estados Unidos (Nuestra Señora de la Salud, Las Cruces, NM),estilo colonial y santo recoleto, san Ezequiel.

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Mi experiencia con los emigran-tes ha sido gratificante. En 1988, ala semana de llegar al monasteriode Tagaste, en Nueva York, meencontré acompañando durantedos años al movimiento carismáti-co P'alante con Cristo. Tiempodespués, ya en California perosiempre con los carismáticos,atendí durante nueve años las nece-sidades espirituales de muchosemigrantes. Lo más intenso fue micolaboración con Hospice, unaorganización que atiende a losenfermos terminales en sus casas.Por circunstancias concretas, me vienvuelto en ese ministerio deacompañar a los católicos hispanosen fase terminal. La atención a lospacientes en sus momentos finalesy, sobre todo, a sus familias ha sidola experiencia más fuerte de miapostolado.

Una de las tragedias de los emi-grantes hispanos es que al llegar aeste país y encontrarse con sacer-dotes de otra cultura y otra lenguaque no les facilitan la integración,son presa fácil de las mil sectasproselitistas existentes. Siento lasatisfacción de haber conseguidoque varias de esas familias volvie-sen a la fe tras experimentarcómo la Madre Iglesia estaba, pormi ministerio, a su lado en los difí-ciles momentos de la muerte deun ser querido.

Francisco Javier Legarra

La dedicación de los recoletos a losemigrantes hispanos se fundamen-ta en su servicio a los más pobres,

dirigiendo parroquias que, por su pobre-za y peligrosidad, son rechazadas por elclero local. En muchas de ellas, nues-tros religiosos han ofrecido a los hijosde los emigrantes una posibilidad desalir de la discriminación y el rechazode la sociedad anglosajona. Hoy, nues-tras escuelas parroquiales educan a loshijos de los emigrantes hispanos, permi-tiéndoles superar los prejuicios racistasy discriminatorios.

Nuestras parroquias —en Texas,Nuevo México, Nueva York o California—han sido y son el único lugar donde losindocumentados se sienten acogidos yseguros. Frente al miedo a la deporta-ción, en nuestras iglesias se sienten iden-tificados y valorados.No sólo los vemosdurante la misa domi-nical, sino que parti-cipan y colaboran entoda clase de activi-dades apostólicas ysociales. La parroquiaes el hogar donde ellos se sienten en casay totalmente acogidos en su identidad ydiversidad.

El servicio apostólico no se limita alámbito religioso o cultural. Nuestros reli-giosos son sus asesores en todos los aspec-tos de la vida cotidiana, pues la confianzaen el sacerdote va más allá de lo espiri-tual. Prescindiendo de horarios y citasprevias, en nuestras parroquias encuen-tran siempre los emigrantes la manoamiga y el consejo sabio para dilucidartodas sus dudas.

La ayuda es más concreta y materialcuando acaban de cruzar la «línea» y

Un presente lleno de vida Mi experienciapersonal

no encuentran dónde acogerse. Esos pri-meros momentos de la emigración son losmás duros, sobre todo si no tienen parien-tes o amigos que les ayuden. Nuestrasparroquias son entonces oficinas socialesque les facilitan los primeros pasos en sunuevo país.

Un grupo de riesgo es el de los jóve-nes. Fácilmente son seducidos por el dinero fácil del tráfico de drogas, elseñuelo de su uso, el veneno del alcoholo la pertenencia a la ganga o pandilla.Muchos de ellos encuentran en nuestrosgrupos juveniles un lugar donde relacio-narse, sentirse aceptados e ir integrán-dose en la sociedad americana. Nuestrasparroquias les permiten hacer la transi-ción paulatina a la sociedad americanafortaleciendo al mismo tiempo su fecatólica.

En fin, el CentroGuadalupe de UnionCity (NJ) les da a losemigrantes la opor-tunidad de preparar-se y formarse comolíderes. En él recibenuna sólida formación

teológica, moral y pedagógica. Los prin-cipales movimientos en español de ladiócesis de Newark tienen en el Centroun lugar común de encuentro e impulsopara afianzar la presencia hispana en laIglesia americana.

En resumen, la atención a los emi-grantes ha sido y es una constante de lapresencia recoleta en Estados Unidos.Nuestra Orden se ha comprometido aatenderlos en sus necesidades, tantoespirituales como materiales. Confiamosmerecer un día la invitación del Señor:Pasad a gozar del banquete preparado,pues fui emigrante y me acogisteis.

Nuestras parroquias son oficinas sociales que les facilitan los primerospasos en su nuevo país

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Luz al final del Metro

TABLÓN DE ANUNCIOSHORARIOS DE MISASSÁBADOS5,30 p.m. Parr. de los Ángeles Custodios (Metro Mile End)DOMINGOS1,00 p.m. Parr. de San Francisco de Sales (Metro Stockwell)1,00 p.m. Catedral de San Jorge (Metro Elephant & Castle)1,00 p.m. Parr. de Ntra. Sra. de las Ánimas (Metro Westbourne)4,30 p.m. Parr. de San Ignacio (Metro Seven Sisters)6,00 p.m. Parr. de San Patricio (Metro Tottenhan Court Road)6,15 p.m. Hermanas de María Inmaculada (Metro Glouscester)

ACTIVIDADES REALIZADAS– Bautismos (8 por mes). Preparación de padres y padrinos. Tres charlas, más el sacramento.– Primeras comuniones (40 al año). Charlas quincenales durante un año.– Confirmaciones (30 al año). Clase semanal durante un año.– Matrimonios. Charlas de 2 horas semanales durante 3 o 4 meses.– Recomendaciones y gestiones ante los colegios católicos en favor de niños latinos.

LA CAPELLANÍA LATINOA

Hasta hace unos decenios, España era paísde emigrantes, más que de inmigrantes. La inmigración como fenómeno masivo yacuciante es, entre nosotros, reciente; alcontrario de lo que pasaba en otros luga-res de Europa. Al que visitaba Londres hace20 años, le llamaba la atención la abun-dancia de personas con rasgos e indumen-tarias exóticos. Por la calle o en el metro tetropezabas a cada paso indios, orientales,africanos, judíos… O tomabas el autobúsurbano y atravesabas barrios enteramentehabitados por gente de etnias extrañas. Se decía con cierta sorna que, en Londres,lo difícil era encontrar un inglés.

Un fenómeno nuevo

Pero había pocos hispanoamericanos. EnLondres, la inmigración hispana –o «latina»,como dicen allí– es reciente, y está moti-vada por las crisis políticas y socialesocurridas en algunas naciones: Colombia,Ecuador y Perú, principalmente. Muchaspersonas procedentes de allí entran en elReino Unido como turistas o estudiantesy allí se quedan una vez caducado su per-miso de estancia.

Al ser ilegales o «simpapeles», resultamuy difícil cuantificarlos, aunque se mane-jan cifras indicativas. Sólo colombianoshabía hace cuatro años unos 150.000, y secalcula que los latinoamericanos en gene-ral no han de ser menos del doble, unos300.000. Con la dificultad añadida de sudispersión geográfica por toda la capital.

La capellanía itinerante

En lo eclesiástico, la ciudad de Londres sereparte en dos arzobispados, uno a cadalado del río Támesis. En los dos se agolpa-ron los latinos, y los dos se vieron en un

dado que su actividad de capellanes eravolante. Al estar los latinos desparrama-dos por todo Londres, tenían con ellossus reuniones y misas en un mínimo decinco parroquias distintas de la ciudad.Esto –más las visitas a enfermos en suscasas o en los hospitales– a los capellanesles suponía estar viajando continuamente,en metro o en autobús.

Santa Ana

Muy pronto la Capellanía fue tomandocuerpo y se pudo pensar en una sede esta-ble; como la tenían tantas otras de las 20 capellanías para extranjeros existentesen Londres. La parroquia de Santa Ana, enel distrito de Vauxhall, parecía la más ade-cuada. Está situada en una zona multiétni-ca, tiene instalaciones amplias y una escue-la parroquial anexa. Tendríamos queencargarnos de la administración ordinariade la parroquia, así como de la atención alos latinos dispersos por la ciudad.

A finales del año pasado lo hablaron, ensus reuniones, los frailes de la vicaría deInglaterra. De entrada, les suponía un cier-to trastorno, dado que iba a obligar a unareorganización que afectaría a todos. A pesar de ello, la mayor parte fue favo-rable y así se lo expresaron al padre Pro-vincial. Las conversaciones con el arzobis-po de Southwark llegaron, finalmente, abuen puerto, y la Provincia se acaba dehacer cargo de la parroquia de Santa Ana.

aprieto. El problema fundamental era ellingüístico: no tenían sacerdotes ni perso-nal que hablara español. Entonces recurrie-ron a los agustinos recoletos, que en Lon-dres tenemos dos parroquias, además deuna casa de formación.

Enseguida se constituyó la CapellaníaLatino-Americana, atendida por un equipode tres recoletos, dos españoles y uninglés: los padres Ángel San Eufrasio, MarkPowell y Carmelo Arroyo. Ellos vivían encasas distintas, pero eso no era óbice,

Son unas 300.000 personas,de Colombia, Ecuador y Perú principalmente

Las causas de la emigración, en un mural de Misereor(Parroquia de los Mártires Ingleses, Londres).

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El padre Ángel, capellán

AMERICANA DE LONDRES

Parroquia de Santa Ana. Al fondo, la escuela. Los religiosos residirán en la casa blanca.

A sus 70 años, el navarro Ángel San Eufrasio no ha perdido un ápice del entusiasmo derro-chado durante 16 años en Estados Unidos, trabajando con hispanos. En el Reino Unido llevaya 10 años. Coordina la actividad del equipo de capellanes que pasa a instalarse en la parro-quia de Santa Ana.

La inmensa mayoría de los latinoameri-canos cubre una amplia extensión de nortea sur de Londres. Antes, los capellanesconseguimos el uso de cinco parroquiasubicadas en distintas direcciones para esta-blecer en ellas el apostolado sacramental yde información religiosa. Ello nos obligabaa estar continuamente desplazándonos. El metro se encargaba de que nuestras citascon el pueblo fueran puntuales. El cocheno era de poca utilidad.

El 1 de septiembre, el arzobispo deSouthwark nos dio en administración unahermosa parroquia, amplia y en el corazónde Londres. La zona se llama Vauxhall,como la marca de coches. El nombre de laparroquia es Santa Ana. Esta nueva parro-quia será la sede de los capellanes que,hasta ahora, vivían separados en tres casasdiferentes. Facilitará así la comunicación delos capellanes con la gente y la administra-ción de la capellanía.

La estrategia a seguir la tenemos muyclara; como clara es la necesidad de la ben-dición de Dios sobre nuestro apostoladopor medio de la Virgen de Guadalupe, laLupita, a quien toda América Latina tienepor Emperatriz de las Américas.

¡Virgen de Guadalupe, ruega por nuestraCapellanía Latinoamericana! Amén.

Hay dos factores esenciales que aglutinan a los latinoamericanos de Londres: el factorhistórico cultural y de lengua, y el factor religioso o de fe católica. Éstos son, en gene-ral, los elementos más obvios de identificación a que se aferran los miles de personasde 18 países de habla castellana ubicados dentro de la «jungla» londinense por motivosde inmigración. Cuando ésta es masiva, las necesidades que se crean en las buenas gen-tes son casi todas urgentes: información general sobre lugares, trabajos, escuelas, hos-pitales, sacramentos, educación católica de los hijos, derechos legales, etc. La estructu-ra eclesiástica que se cuida de estas necesidades urgentes la llamamos «capellanía»; y alos sacerdotes, «capellanes».

Uno de los retos más serios de toda inmigración es mantener laidentidad nacional y cultural del inmigrante y sus hijos;y más cuan-do no tienen lugares ni momentos en que encontrarse. En nuestrocaso, la situación era especialmente grave por ser una inmigraciónreciente y dispersa, y por proceder además de países diferentes.Era necesario tener un lugar donde todos se dieran cita; de ahí, laimportancia de que tengamos ya «iglesia propia», la parroquia deSanta Ana.

Y también urgía encontrar fiestas que uniesen y diesen cohesióncultural y religiosa a estos grandes pueblos. Pensamos en dosfechas concretas, una del calendario civil y otra del ámbito religio-so: el Día de las Américas (12 de octubre) y el llamado Día del

Divino Niño (3 de agosto). Esta última es una devoción pujante enColombia desde hace 70 años, y que se ha ido extendiendo a otrospaíses de su entorno. Respecto al Día de las Américas, tiene ya deantiguo gran raigambre –con este o con otro nombre– en todo elcontinente.

El éxito de las dos concentraciones, en la catedral de San Jorge, fueextraordinario. Para el Día de las Américas, por ejemplo, cursamosinvitación a los embajadores de los distintos países y, para sorpre-sa y gran alegría de todos, acudieron en su mayoría. Este año pre-sidirá la eucaristía el arzobispo de Southwark, y la homilía correráa cargo del provincial padre Rafael Mediavilla, que para ello se des-plazará expresamente.

Ángel San Eufrasio

Las Américas y el Divino Niño

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Padre Javier Jiménez

fonía misional

Reflexiones desde la altura

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Unas horas antes de salir de Madrid,el equipo redactor de Canta yCamina me solicitó un artículo

para la revista. Lo escribo a 10.700 me-tros de altitud, a 930 kilómetros porhora de velocidad, mientras vuelo en laVarig entre Río de Janeiro y Manaos.Trato de responder a las preguntas queme plantearon.

— ¿Por qué vas a Tapauá?

En primer lugar, por obediencia, por-que me lo pidió el Provincial. En segundolugar, porque creo que ésta es la voluntadde Dios en este momento de mi vida. Y entercer lugar, para dar cumplimiento a unainquietud misionera que he llevadomuchos años dentro de mí.

— ¿Desde cuándo y cómo surgió tuvocación misionera?

Tal vez la llevo desde el inicio, en lasangre –por la familia a la que pertenezcoy por el pueblo en que nací, cuna demuchos religiosos y misioneros– y en elnombre –Francisco Javier–. Esta inquietudmisionera, que nació en mí siendo niño,se avivó en el colegio de Lodosa escu-chando los relatos de nuestros misionerosagustinos recoletos. Creció después enFuenterrabía, estudiando filosofía; aúnrecuerdo la impresión que me causó lalectura del artículo El gol del P. Pardo, quenarraba la muerte heroica del P. JesúsPardo en Lábrea. Maduró, en fin, duranteel noviciado en Monteagudo; recuerdolos dos consejos que me dio el P. JesúsSolabre: —«Paisano, si quieres ser felizcomo agustino recoleto: primero, vetecon ganas a donde te manden y no pidasnunca ir a un sitio determinado; y, segun-do, sal unos años fuera de España».

Más adelante, me motivó mucho laida de los padres Peralta y Pertíñez a la misión de Lábrea, vivir después con lospadres Francisco Piérola y Miguel ÁngelGonzález, que me contaron muchas his-torias de la misión. Lo pedí varias veces alos provinciales, me ofrecí por escritocomo voluntario y ahora ha llegado elmomento de hacer realidad ese sueño.

Hace un par de años, Javier en Tapauá, en la hamaca de Rodrigo. ¿Premonición?

Me tranquiliza que me hanenviado cuando y adonde

se ha considerado necesario

— Durante estos seis años comosecretario provincial has tenido ocasiónde conocer la misión de Lábrea. ¿Quéimpresión te ha producido?, ¿ha influidoalgo en tu decisión?

Conocer en vivo la misión me hahecho verla con mayor realismo, sinromanticismos. He visto la dureza, lasdificultades, los sinsabores que conlleva,pero no por eso se me han quitado lasganas de ir allí. Lo que más me tranquili-za es, precisamente, saber que no es uncapricho momentáneo –llevo muchosaños con esta idea– y que no he elegidoyo ni el momento ni el lugar, sino que mehan enviado cuando y adonde se ha con-siderado necesario.

— ¿A qué vas?, ¿qué intenciones llevas?

Voy a APRENDER, con mayúsculas ysubrayado. Voy con la intención de incultu-rarme, de observar y aprender lo que hacenlos compañeros, de aprender a vivir en otromundo, en otra realidad, de otra manera, aver la vida, las cosas, las personas, Dios, laIglesia, los pobres de otro modo.

Resuena aún en mi cabeza el estribillode una canción de Sergio Dalma que escu-chaba en Madrid: «Hoy vuelo a la libertad,puedo perder o ganar, empieza mi nuevavida; no temo a la libertad, he de aprendera volar, empieza mi nueva vida». Creo queresume cómo me siento en estos momen-tos. Lo que está claro es que no vengo alAmazonas «por aventura», ni por afán deriesgos y emociones fuertes. Como cantaSabina, «a mis 45 abriles, ya ves tú…».

Siempre me ha hecho pensar un pós-ter que me acompañó durante varios añosen mi habitación de Marcilla: «Hubo unhombre que iba para profeta, pero sequedó en burgués». No quiero que mepase eso a mí, y siento que «ahora onunca», que éste es el momento de dar elpaso, que no puedo dejar pasar este tren,porque dentro de unos años no tendré niganas ni fuerza para un cambio tan radical.

Francisco Javier Jiménez García-Villoslada nació en Los Arcos(Navarra) en 1958. Tiene 45 años, ylos últimos seis ha sido el secretarioprovincial de la Provincia de SanNicolás de Tolentino; uno de esoscargos que están tras las bambalinas:acompaña al Provincial, realiza ges-tiones ante organismos oficiales(embajadas, ministerios), mantieneal día los archivos relativos a cadareligioso, redacta los oficios y proto-colos, etc.

Sin embargo, la vida de Javier no haestado ceñida a este cargo ni a otrosministerios, pues casi ha experimen-tado todos los posibles trabajos deun religioso. Nada más ordenarse selicenció en Catequética, en Madrid.Entre 1983 y 1991 vivió la pastoraleducativa en el Colegio San Agustínde Valladolid. De 1991 a 1997 estuvoen las parroquias de San Sebastián(Chiclana de la Frontera, Cádiz) ySanta Mónica (Zaragoza), en el apos-tolado ministerial. Y entre 1997 y2003 experimentó las mieles y lashieles del gobierno provincial comosecretario.

Ahora que comienza su experienciaen la vida misionera en Amazonas,dice con su ejemplo que el religiosoestá abierto a todos, sin restriccio-nes de lugar, personas, cargos o ser-vicios. Javier es un todoterreno de laevangelización y nos invita con sugesto a que todos, religiosos y segla-res, encontremos nuestra misión encada momento de la vida.

Un todoterrenode la Evangelización

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Entrega de testigo en Barajas.

En el aeropuerto, Javier factura su equipaje.Rodrigo le ayuda.

Yo veo esta nueva etapa como unanueva experiencia en mi vida: tras 8 añosde trabajo en el colegio de Valladolid, tras6 años de trabajo pastoral en las parro-quias de San Sebastián en Chiclana ySanta Mónica en Zaragoza, tras 6 años deexperiencia de gobierno como secretarioprovincial, estoy seguro de que esta etapamisionera será provechosa y enriquece-dora para mí a todos los niveles. Despuésde estos últimos años como secretario–una experiencia muy rica, un auténticoprivilegio–, creo que necesito otra cosa,un mayor contacto con la gente, para noencasillarme en un trabajo que tienemucho también de oficina y burocracia.

— ¿Vas a la misión con algún pro-grama previo, con algún plan concreto?

De entrada, voy con la intención deno meterme en planes, proyectos y cons-trucciones, sino esperar que salga de lagente, que sean ellos los que se muevan,los que se organicen y luchen por algo.Entonces será el momento de ayudar, deapoyar, pero no como protagonista, sinocomo agente subsidiario. Se me quedómuy grabado un comentario que me hizoAntonio Lucibello cuando era nuncio enGuinea Conakry: —«Nos hemos equivo-cado en África; la Iglesia no es una ONGque viene a hacer proyectos de ayuda y a construir edificios que luego se quedaninútiles. Esa es la imagen que tienen de nosotros». No quisiera que algo así ocurriera en nuestra misión de Lábrea.

Por otra parte, como delegado provin-cial, me va a tocar ver las posibilidades deatender la misión de acuerdo con nuestrocarisma de agustinos recoletos, trabajandode otra forma, más en equipo, más en con-junto, más comunitariamente. La situaciónha cambiado y no hay relevo. Hay que lle-var la misión de otra manera.

— ¿Cuánto tiempo tienes intenciónde estar en la misión?

Dios dirá. En principio, unos años.Pero no creo que sea conveniente estarmuchos años seguidos en el mismo lugar,porque eso empobrece al religioso ypuede condicionar el ministerio. De todosmodos, esto va a depender de muchosfactores: de mi adaptación, de las necesi-dades de la Provincia, de la situación demi familia…

— ¿Quieres añadir algo más, comomensaje de despedida?

Quiero rendir un homenaje de admi-ración a todos los misioneros agustinosrecoletos que han vivido y trabajado aquí,que han dejado aquí los mejores años desu vida. Quiero expresar también mireconocimiento a los padres y familiaresde los misioneros, por su generosidad yheroísmo, pues son, de alguna manera,las víctimas de la misión, y decirles queDios no se deja ganar en generosidad.Quiero agradecer la colaboración detodos los que desde Valladolid, Lodosa,Zaragoza, Chiclana y otros lugares hanayudado y siguen ayudando a la misión.Me gustaría que esta misión recupere elaprecio y la estima que siempre tuvoentre nosotros y que se ha perdido porparte de algunos religiosos.

Termino con esta declaración deintenciones, expresando por qué y paraqué voy a Tapauá:

He dicho a algunos religiosos de másde 60 años que, si van a América,rejuvenecen, seguro. También yo,que ya no soy ningún chaval, quieropredicar con el ejemplo; que ojalásirva a algunos para descubrir quetambién ellos son aptos y válidostodavía.No soy ningún héroe. Tengo miedo,mucho miedo (a los mosquitos, aaprender una nueva lengua, a lasenfermedades, al cambio...). Perotengo también una gran confianza: enDios, de quien me siento enviado–misionero–, y que proveerá y suplirámis limitaciones; en mis hermanosrecoletos, en la ayuda y la oración delos que nos apoyan desde España.Mi marcha se debe a una corazonada.Es cierto que la razón señala muchosobstáculos e inconvenientes –la edad,el clima, el tipo de trabajo, las dificul-tades de todo tipo–, pero he escogidoseguir «el camino del corazón», con-vencido de que este es mi camino, yde que «para cada hombre guarda unnuevo rayo de luz el sol y un senderovirgen Dios» (León Felipe).

Fco. J. Jiménez García-Villoslada

Hasta hace poco tiempo, un servidor les contabasus pequeños relatos sobre la misión desdeTapauá, en el Amazonas. Y de nuevo estoy en estapágina de la Fonía misional para despedirme deella. Como si fuera un inesperado y espontáneotroca-troca, el anterior secretario provincial nos haescrito su artículo desde el avión que lo conduce alAmazonas, y aquí estoy yo, escribiendo estas letrasdesde la oficina del secretario provincial.

No puedo evitar explicarles lo que quiere decir lapalabra saudade, para mostrar mis sentimientos.En los diccionarios la traducen como «nostalgia» o«recuerdo triste». Pero no es exacto. Permítanme,por una vez, escribir en portugués su definición;prometo que todos lo entenderán: —«Lembrança(recuerdo) nostálgica e, ao mesmo tempo, suave,de pessoa ou coisa distante ou extinta. Pesar pelaausência de alguém que nos é querido».

Pues bien, ese es mi sentimiento al escribirlesestas letras. Dios nos pide cosas que ni esperamosni, a veces, deseamos, pero que forman parte denuestro proyecto de vida. Y en el proyecto de vidadel religioso está el servicio incondicional allídonde sea y cuando sea.

Posiblemente estaba en el momento más feliz de mivida. Lo que no quiere decir que ahora no sea feliz.La misión ha sido una experiencia maravillosa que,si Dios quiere, se repetirá. Pero ahora estoy en otrolugar, desde donde puedo ayudar mucho a los reli-giosos misioneros y a los profesores y a los párrocosy a los enfermos, a los estudiantes y a los ancianos.Mi misión es ahora más a favor de los «míos», demi propia familia, de los religiosos.

La saudade sigue. Pero no es algo triste, que blo-quee o desespere. Es un recuerdo cariñoso,«suave», amable, que anima hasta para hacermejor las cosas y vivir esta nueva «misión» que meha tocado. Si Dios quiere, un día estaré de vuelta acompletar lo que solo había comenzado: la ilusiónde trabajar en un mundo al que no pertenecía, laAmazonia, pero que ha quedado grabado en mimente y en mi corazón.

¡Ah, y, para servirles, ya saben dónde estoy!

Rodrigo Díez

Creo que hemos de trabajar más en equipo, más en conjunto, más

comunitariamente

S A U D A D E

Page 8: SEPTIEMBRE — OCTUBRE BOLETÍN DE AMISTAD emigrantes

BOLETÍN DE AMISTAD

BrevesCHICLANA, CAPITAL DE LAS MISIONES

Chiclana de la Frontera, en Cádiz, es en verano uno delos centros vacacionales más concurridos de España.

Pero es también un testimonio vivo de la inquietud misio-nal. Desde hace ocho años se viene celebrando, en plenoagosto, el «Día de las misiones agustino-recoletas».

La campaña se pone en marcha a través de los mediosde comunicación de la provincia. Cada año se centra laatención en una necesidad urgente, que exponen los pro-pios misioneros en la docena de misas del fin de semana.Las misiones más presentes habían sido Lábrea y SierraLeona. Este verano le ha tocado el turno a la Ciudad delos Niños de Costa Rica. El encargado de predicar ha sidoel padre Enrique Pérez, y han aportado su valioso testi-monio dos voluntarias: Inés Parrondo, que fue para un mesy lleva dos años y medio, y la periodista Cristina Blázquez.

Como siempre, la respuesta ha sido generosa, y permi-tirá realizar varios proyectos que parecían inalcanzables.

El verano... tiempo para la reflexión y la generosidad.

ROBERTO SE ORDENA

De nuevo, un alumno del colegio San Agustín de Valladolid se ha ordenadosacerdote agustino recoleto. El pasado 28 de septiembre, monseñor José

Delicado Baeza, obispo emérito de Valladolid, ordenó a Roberto Sayalero Sanz enla misma iglesia del colegio en que recibió su primera comunión en 1985.

En el San Agustín había estudiado Roberto durante 14 años, y aquí vivió, com-partiendo mesa y techo con los frailes, dos años más, los que dedicó a estudiarfilosofía. Luego prosiguió su formación religiosa y sacerdotal en los centros quela Orden tiene en las localidades navarras de Monteagudo y Marcilla.

Asegura Roberto que «fue decisivo para mi vocación el participar en las acti-vidades del Departamento de Pastoral del colegio, así como el contacto con losreligiosos que coordinaban las actividades». Ahora, en su destino de la parroquiamadrileña de Santa Rita, ya está dando curso a las inquietudes que germinaronentonces; curso y pábulo, porque otra de sus obligaciones es sacar la licenciatu-ra en Teología Pastoral, precisamente.

EN LODOSA YA TIENEN BAJERA

Bajera y furgoneta. La bajera es un local de 50 m2 donde la docena de miembros de la ONG La Esperanza deLodosa (Navarra) se junta a trabajar y almacena la mercancía que venderán por los pueblos. Para ello, jus-

tamente, para desplazarse por toda la redonda y montar su mercadillo, necesitaban una furgoneta en condi-ciones. Ya las tienen, bajera y furgoneta, nuevas y flamantes.

¿De dónde han sacado el dinero? En esto han sido escrupu-losos. No han distraído ni un solo euro de los donativos espe-cíficamente entregados para objetivos concretos: esta o laotra necesidad, el apadrinamiento de un niño…; y, por descon-tado, no han sisado una peseta de las subvenciones recibidasde entidades públicas.

Lo que han hecho ha sido… trabajar más: potenciar lafase de recogida y revisión de objetos, y aumentar el númerode salidas por los pueblos. Durante este verano, ha habidomomentos en que montaban el mercadillo todos los fines desemana, y en ocasiones en dos pueblos al mismo tiempo.Dios se lo premiará.

El Provincial bendice el local.

Inés, Enrique y Cristina (de izda. a dcha.), en la radio.

antaamina

yC