cassá - historia de la cerveza dominicana

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AÍCES Y DESARROLLO DE UN ORGULLO DOMINICANO R Historia de la Cerveza en la República Dominicana Roberto Cassá COLECCION CENTENARIO G R U P O LEON JIMENES ´ ´

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El libro rastrea el decurso de la cerveza dominicana, considerando no solo su consumo y su producción, sino también los entornos históricos en los cuales se han situado. El examen de este productoremite a planos múltiples de la historia; por ejemplo, en materia de evolución económica,a los procesos de industrialización, o la evolución social plasmada en la aparición desectores dotados de nuevos estilos de vida

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AÍCES YDESARROLLODE UN ORGULLODOMINICANORHistoria de la Cerveza en

la República Dominicana

RobertoCassá

C O L E C C I O NCENTENARIO

G R U P OLEON JIMENES´

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AÍCES YDESARROLLODE UN ORGULLODOMINICANORHistoria de la Cerveza en

la República Dominicana

RobertoCassá

C O L E C C I O NCENTENARIO

G R U P OLEON JIMENES´

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Page 4: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

CUATRO SIGLOS SIN PRODUCCIÓN DE CERVEZA

Desinterés durante la colonia 63

Introducción del consumo de la cerveza 71

Las primeras marcas consumidas 75

El avance del consumo a fines del XIX 79

Los primeros recargos tributarios 81

Cassá, Roberto, 1948-Raíces y desarrollo de un orgullo dominicano. Historia de la

cerveza en la República Dominicana / Roberto Cassá.–Santo Domingo : Grupo León Jimenes, 2003

504 p.: il.– (Colección Centenario Grupo León Jimenes)

1. Cerveza – Historia 2. Cerveza – Historia – RepúblicaDominicana 3. Industria cervecera – Historia – RepúblicaDominicana

CEP / CC-ELJ641.2309R343r

©2003 Grupo León JimenesISBN 99934-913-3-0

Todos los Derechos Reservados.Registro de Propiedad Intelectual.Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida en ninguna forma o medio sin el permiso escrito del editor,excepto para la inclusión de citas en una reseña o revista.

COORDINACIÓN EDITORIAL

Félix Fernández

FOTOGRAFÍA

Domingo BatistaRoberto CassáOmar NarpierCorbis®

Getty Images®

DISEÑO Y PRODUCCIÓN

Lourdes Saleme y AsociadosDirectora de arte / Lourdes SalemeDiseñadora asociada / Kirsis Santana

IMPRESIÓN

Amigo del Hogar

Santo Domingo,República Dominicana2003

Cervercería Nacional Dominicana, C. por A., hace constar su más sentido agradecimiento a todas las personas, antiguos y presentes funcionarios y empleados de la empresa, a sus clientes,relacionados, amigos y al público en general, quienes de una formau otra han hecho posible la realización de esta obra sobre la historia del desarrollo y de la evolución de la industria de la cerveza en la República Dominicana, al formar parte de losdocumentos, fotografías y fuentes integrados en nuestros archivos,o que han sido gentilmente suministrados por familiares de antiguos funcionarios y empleados, o que son del dominio público.

C O L E C C I O NCENTENARIO

G R U P OLEON JIMENES´

´

LA CERVEZA A LO LARGO DE LOS TIEMPOS

La cerveza 21

Orígenes neolíticos 23

Su introducción entre los sumerios 26

Las cervezas de arroz y otras variedades en China 27

Las cervezas de maíz en América 28

Las variedades africanas 30

Su introducción entre los germanos 32

De los monasterios a las corporaciones 34

La introducción de la lager 39

El paso a la fase industrial 40

La Pilsner y su generalización 43

La moderna cerveza 46

Presentación 9

Prólogo 11

Introducción 15

LA CERVEZA ABORIGEN DE LAS ANTILLAS

El pueblo taíno 51

La agricultura de tubérculos 52

La preparación del casabe 54

Variedad de cervezas de la yuca 56

La cerveza taína del jugo de yuca 58

El uso festivo 61

Contenido

1

2

3

4 LAS REFRESCANTES BEBIDAS CRIOLLAS

El mabí y sus tipos 85

Pru 87

El mabí «clásico» de bejuco de indio 88

El refresco de cacheo 94

El mabí seibano 97

Entre domplins y yaniqueques:el mabí «inglés» 101

Gingerbeer 104

5 LA PRIMERA CERVECERÍADOMINICANA

La política de concesiones 108

La concesión a Petitpierre Pellion 110

La concesión a Flatow 110

Las fábricas de hielo 112

The New Jersey and San Domingo Brewing Co. 113

La cláusula de exclusividad 115

La edificación 117

Prospectos de progreso 118

Contratiempos 120

Las operaciones 123

Aparece la fría 126

La Alhambra, primer centro cervecero 128

Concurso 130

Mister Orr 131

Cierre de la empresa 132

LAS IMPORTACIONES A INICIOS DEL SIGLO XX

El legado de la Cerveza Nacional 137

Dificultades de la modernización 138

La dinámica de las importaciones 140

Los centros de consumo 143

La preponderancia alemana 146

Ampliación de las marcas 147

La españolización de marcas 150

La Favorita, marca en español 153

Hitos publicitarios y artísticos 154

Intentos de fabricación 157

Una patente original 158

El recurso a la producción artesanal 160

6

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|7||6|

LA MARCA PRESIDENTE Y EL DESARROLLO DE LA CND

¡Al fin la Presidente! 205

Las marcas de malta 213

Capitalización acelerada 215

Austeridad de largo plazo 218

La automatización incipiente de la planta 220

Una descripción de la cerveceríaen 1944 220

Los refrescos de gaseosa 225

Los cuadros administrativos y técnicos iniciales 228

Perfeccionamiento del aparato de distribución 233

Los motivos cambiantes de la publicidad 238

«UNA REVOLUCIÓN PROVECHOSA»: LA FUNDACIÓN DE LA CERVECERÍA NACIONAL DOMINICANA

Proteccionismo estatal y auge económico 163

Estímulo a la cerveza 165

Charles Wanzer 167

Fundación de la CND 169

Edward Paine 172

Fundamentos iniciales de la empresa 175

La construcción de la infraestructura 178

El entorno de la dictadura 180

La CND en el contexto gubernamental 182

Favorables aires de proteccionismo industrialista 185

El lanzamiento de la marca Colón 190

Recepción ambigua de la Colón 195

Reina 198

7

8

9 TRUJILLO INCURSIONA EN LA INDUSTRIA DE LA CERVEZA:LA SOCIEDAD CERVECERA ANTILLANA

El complejo industrial de Trujillo 245

Interés por la cerveza 247

Hostilidad de Trujillo y mudanza de la planta de la CND 250

Fundación de la Sociedad Cervecera Antillana (SCA) 251

La Dominicana y Cibao 255

Oferta de venta de la CND 257

Guerra a la CND 258

La competencia de adhesiones 261

Los contratos de exclusividad 262

Premios trucados 265

Traspaso de la SCA a la CND 268

Desarticulación de la SCA 272

Malta Morena 275 CERVECERÍA VEGANA:UNA EMPRESA DE PROLONGADA EXISTENCIA

Intervención de la Casa Bermúdez 340

Negociaciones y gestiones 342

Quisqueya 347

Auge y dificultades de una nueva marca 348

Malta India 351

Diversificación de marcas 354

Asociación con Labatt 357

Estabilidad de CERVESA 358

EL FUNCIONAMIENTO DE LA CND EN LAS DÉCADAS DE 1950 Y 1960

La presidencia de James Stuart 279

Incidencia de Laboratios Schwarz 282

La Bock 284

El primer maestro cervecero dominicano 286

Balance de la CND en su trigésimo aniversario 287

El equipo de Pilindo 288

Los veteranos 290

Desaparición delcomplejo antillano 296

Consecuencias de la eliminación de Trujillo 298

La adquisición de las acciones de Trujillo por la CND 301

La CND en Abril de 1965 305

Evolución de la condición obrera y la organización sindical 308

Huelgas 312

Los nuevos maestros cerveceros 312

UNA NUEVA PLANTA:LA CERVECERÍA CIBAO

Las condiciones post- Trujillo 317

La inversión popular 318

Gestiones de Gronau 321

Inicios pausados 322

El empresario 326

La entrada de Molini 327

La Criolla 328

Problemas y acusaciones 332

Intervención de la Superintendencia de Bancos 335

Los pasivos 337

10

11

12

13 CERVECERÍA BOHEMIA:UN TERCER COMPETIDOR EN EL MERCADO

Diversificación de E. León Jimenes 361

Creación de la Cervecería Bohemia S.A. 363

Fe en el porvenir 368

Concepción de la marca Bohemia 370

Producción de extracto de malta 375

Asociación con Heineken 376

Impacto de la devaluación de 1984 377

14 LA CND EN LA FASE FINAL DEPROPIEDAD NORTEAMERICANA

Hacia la producción masiva 381

El cultivo de levadura 387

La introducción de la lata 388

La presidencia de Jimmy Stuart 389

Administración de Menicucci 392

Ante la competencia: nuevas marcas 393

El arranque de las exportaciones 398

15 LA CND DENTRO DEL GRUPO LEÓN JIMENES

Adquisición por E. León Jimenes 405

Creación de Empresas León Jimenes 410

Cervecería Bohemia subsidiaria de la CND 412

Recomposición ulterior de Bohemia 414

La expansión reciente de la capacidadinstalada de la CND 416

El boom exportador a partir de la década de 1990 423

Renovado aprecio por la Presidente 430

16 LOS ESPACIOS DE LA CERVEZADOMINICANA: ECONOMÍA,SOCIEDAD Y VIDA COTIDIANA

Aportes del trabajo de los dominicanos 433

Aportes al Presupuesto Nacional y la creciente carga impositiva 439

El alza del consumo 444

El impacto en la vida social 446

Ambientes de conversación 452

Patrocinio a la pelota 454

Componentes sociales del local 458

Asociación con los nuevos espacios de sociabilidad urbana 459

Aparición reciente de microcervecerías 465

Patrocinio a la cultura 467

Apéndice 1: El proceso de elaboración de la cerveza 469

Apéndice 2: Diagramas de flujo 478

Apéndice 3:Tipos de cerveza y otros términos del vocabulario cervecero 481

Notas 487

Bibliografía 501

Page 6: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|9|

«RAÍCES Y DESARROLLO DE UN ORGULLO DOMINICANO. Historia de la Cerveza en

la República Dominicana», escrita por el reconocido historiador dominicano Roberto

Cassá, se inscribe orgullosamente en la Colección Centenario del Grupo León Jime-

nes. Este libro constituye un testimonio fiel de la dedicación al trabajo, la creatividad y

la innovación de las familias que han impulsado el desarrollo de este renglón clave de

la industria nacional.

Esta obra que se destaca por su solidez conceptual, su rigor metodológico y su claridad

expositiva, es el resultado de un meticuloso recorrido tras las huellas de los hombres y

mujeres que a lo largo de los años se han consagrado a la actividad cervecera.

Resalta en la narración la brillante trayectoria de la Cervecería Nacional Dominicana,

una empresa de casi setenta y cinco años, auténticamente comprometida desde sus ini-

cios con el objetivo de entregar al consumidor un producto de clase mundial. Su mar-

ca líder, cerveza Presidente, se ha convertido en un icono para los dominicanos y en

una carta de presentación en el extranjero de la calidad de los productos dominicanos.

La materialización, día tras día, del compromiso permanente con la excelencia tanto de

la Cervecería Nacional Dominicana como de la Cervecería Bohemia, es una manifes-

tación inequívoca de nuestro empeño permanente por contribuir a la construcción de

una mejor nación.

Grupo León Jimenes

Presentación

Page 7: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|11|

La publicación de este libro representa un logro especialmente importante para la

Cervecería Nacional Dominicana. Entregamos una mirada retrospectiva de la trayecto-

ria que ha seguido la industria cervecera en el país a lo largo de décadas y, en cuanto es

posible, avistamos las líneas maestras que la misma ha de recorrer en el futuro.

Esta es una obra única en su género. No sólo incluye el estudio de la vida de la indus-

tria y de esta empresa, sino que también aporta datos sobre la cerveza como bebida pre-

sente en el desarrollo histórico de la humanidad. De manera particular, esta investiga-

ción concede especial atención a la evolución que esta bebida ha experimentado en la

isla de Santo Domingo desde épocas remotas, cuando venía a ser un brebaje de los in-

dígenas, para adoptar luego distintas formas y sabores hasta alcanzar su perfección co-

mo bebida de gran aceptación social en la actualidad.

La investigación y posterior publicación de «RAÍCES Y DESARROLLO DE UN ORGULLO

DOMINICANO. Historia de la Cerveza en la República Dominicana» ocurre en un mo-

mento muy especial. Este año celebra su primer centenario el Grupo León Jimenes, del

cual la Cervecería Nacional Dominicana y la Cervecería Bohemia son parte importan-

te. Por su parte, la Cervecería Nacional Dominicana se encuentra en vísperas de sus se-

tenta y cinco años de vida, lo que constituye una ocasión ideal para un ejercicio de in-

trospección que le permita apreciar sin apasionamiento lo realizado a lo largo de quin-

ce lustros. Se suma a estos hitos, el hecho de que justamente en este período han estado

disponibles importantes fuentes de información sobre este tema, especialmente ricas pa-

ra la realización de este trabajo.

Este texto constituye un ejercicio de transparencia, una contribución al florecimiento

Prólogo

Page 8: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|13|Raíces y desarrollo de un orgullo dominicano. Historia de la cerveza en la República Dominicana|PrólogoPrólogo|Raíces y desarrollo de un orgullo dominicano. Historia de la cerveza en la República Dominicana|12|

de la verdad histórica, un esfuerzo para dar a conocer a los interesados, con la autori-

dad que emana del conocimiento cierto y confiable, una visión general de la historia y

la tradición de la cerveza en nuestro país. Esta apertura es coherente con nuestra plena

conciencia de la vinculación que existe entre la empresa y la sociedad, realidad que de-

termina que el comportamiento y las actividades de la organización sean de interés pú-

blico porque sus consecuencias, de múltiples maneras, impactan a la sociedad como un

todo.

La Cervecería Nacional Dominicana y la Cervecería Bohemia, igual que todas las

demás empresas del Grupo León Jimenes, tienen un firme compromiso con el desa-

rrollo del país sustentado en una inquebrantable filosofía de servicio y responsabili-

dad social.

Procuramos contribuir al logro de una mejor nación a través de nuestras prácticas in-

dustriales y comerciales que nos permitieron obtener en el 2002 las certificaciones del

Sistema de Gestión Integrado de Calidad y Ambiente ISO 9001 e ISO 14001. Este aval

a nuestra continua búsqueda de la excelencia y preocupación constante por el medio

ambiente, significa a la vez, la formalización del compromiso permanente de todos los

hombres y mujeres que conforman nuestras industrias de aplicar los más altos estánda-

res en los procesos industriales que aseguran a los consumidores que la calidad de nues-

tros productos se mantendrá en el tiempo mientras contribuimos a la protección del

medio ambiente y prevención de la contaminación.

De igual forma, respondemos a la generosidad de una sociedad que cada día renue-

va la opción de preferir nuestros productos, ofreciendo un decidido respaldo a ini-

ciativas y proyectos vinculados al fortalecimiento del deporte, del arte popular y el

folklore dominicanos, a la preservación del medioambiente, y al desarrollo comu-

nitario.

Quiero en una nota personal, primero destacar la labor del Dr. Roberto Cassá, actual

Presidente de la Academia Dominicana de la Historia, un investigador consagrado, ho-

nesto, objetivo y minucioso. Su trabajo, al igual que el apoyo brindado por el Lic. Ra-

fael Emilio Yunén, es merecedor de nuestra admiración y gratitud.

Finalmente debo confesar que durante el proceso de investigación y edición de este li-

bro no pude sustraerme a la tentación de involucrarme en él más allá de lo institucio-

nal, pues me permitió revivir gratas memorias personales.

Desde niño, a través de mi padre que estuvo vinculado a la Cervecería Nacional Do-

minicana durante 36 años, tuve la oportunidad de conocer y de alguna manera de par-

ticipar del desarrollo inicial de la Cervecería Nacional Dominicana. Nombres como los

de James Stuart, Pilindo Bonetti, Luis Del Toro, Julio Montolío, Jorge Pesquera, Frank

Columna y Mariano Defilló eran familiares en mi casa paterna.

Recuerdo con cariño la época en que era una empresa pequeña, que facilitaba una

cercana convivencia laboral. A quienes mencioné, los percibía más que como compa-

ñeros de trabajo de mi padre, como un grupo de amigos dirigidos por el inolvidable

Pilindo. Ellos mismos a través de los años han sido fuente de inspiración en mi vida

empresarial.

Hoy, al cabo de casi 40 años laborando en la Cervecería Nacional Dominicana, no sien-

to rubor al afirmar que mi prolongado e intenso vínculo con esta empresa evidencia

que el mismo ha llegado a ser, mucho más que un proyecto profesional, una parte fun-

damental de mi vida.

«RAÍCES Y DESARROLLO DE UN ORGULLO DOMINICANO. Historia de la Cerveza en

la República Dominicana» procura ser un aporte para enriquecer la historiografía na-

cional y un insumo importante para apoyar futuras investigaciones sobre la vida econó-

mica y social dominicana.

Rafael Menicucci V.

Page 9: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|15|

Este libro aborda los procesos vinculados al consumo de la cerveza entre los dominica-

nos.A primera vista, dada la relativamente reciente introducción del consumo de la cer-

veza en esta isla antillana, pudiera parecer que la cerveza sería un artículo «extranjero»,

carente de un arraigo que le confiera interés a su estudio, a diferencia de otros artículos.

Sin embargo, las cosas deben visualizarse de otra manera. Pese a que los dominicanos tie-

nen menos de doscientos años consumiendo cerveza, y que solo en las últimas décadas

la bebida se ha convertido en un artículo de amplio consumo, en ese transcurso se ha

conformado una auténtica tradición cervecera local, entretejida en una «trama» social.

Resulta muy discutible la descalificación sustentada en la aseveración del carácter «exógeno»

de la cerveza. Si nos remontáramos al tiempo, casi todos los artículos por el estilo han veni-

do de fuera. El café, por ejemplo, se introdujo a fines del siglo XVIII. Igualmente discutible

resulta la ponderación de la cerveza como artículo foráneo en razón de la utilización de ma-

terias primas del exterior. Como se mostrará en este libro, en realidad, la gran mayoría de

los valores que intervienen en la confección de la cerveza doméstica se originan en el inte-

rior del país. Su producción conlleva, por ende, cuantiosas economías de divisas.

Pero lo que más cuenta es que, en términos de cotidianidad, la cerveza es un artículo con

una presencia abrumadora en la vida de los dominicanos. Desde hace décadas ha calado

tan profundamente en la generalidad de la población dominicana, que se ha tornado en la

principal bebida consumida en el país. En razón de sus millones de consumidores, la cer-

veza tiene amplias repercusiones en la economía y la sociedad: es uno de los bienes indi-

viduales con mayor incidencia en la composición del Producto Bruto Interno; es el pro-

ducto con mayor aporte al presupuesto nacional; proporciona empleos a decenas de miles

Introducción

Page 10: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|17|Raíces y desarrollo de un orgullo dominicano. Historia de la cerveza en la República Dominicana|IntroducciónIntroducción|Raíces y desarrollo de un orgullo dominicano. Historia de la cerveza en la República Dominicana|16|

de personas, tanto en la fabricación como en la distribución, comercialización y publici-

dad.Y, lo que es digno de resaltar, alrededor de su consumo se han gestado procesos que le

confieren a la cerveza dominicana una personalidad indiscutible.

Por ende, tiene sentido, desde cualquier punto de vista que se adopte, el interés de la

Cervecería Nacional Dominicana por propiciar el conocimiento de los orígenes y evo-

lución del consumo y producción de la cerveza en República Dominicana.Tal interés

se encuentra en el origen de este libro, y puede interpretarse como una manifestación

del arraigo de la cerveza en la vida dominicana.

La aceptación que ha logrado la cerveza entre los dominicanos se inscribe en varios pla-

nos de los procesos históricos nacionales. En ese tenor, la historia de la cerveza domi-

nicana está rodeada de tramas ideológicas y económicas. Su consumo ha constituido

una variable dependiente de los procesos de modernización, a través de los cuales se han

adoptado instituciones, conceptos y procedimientos económicos gestados en los países

centrales del mundo occidental. Para círculos cultos, desde el siglo XIX, como se pone

de relieve en uno de los capítulos, la introducción de la cerveza se ponderaba en tér-

minos de conveniencia nacional, al asociarse con los usos culturales vigentes en países

como Inglaterra y Alemania, juzgados los paradigmas de los avances de la civilización

mundial. Se argumentaba que las características de la bebida propiciaban en la pobla-

ción actitudes cónsonas con los imperativos del progreso.

Pero la fabricación de cerveza también se leyó como parte de las aspiraciones al progreso

económico, al considerarse un indicador de la llegada de la beneficiosa onda industrialista.

Invariablemente, la instalación de cada una de las cervecerías que han existido en el país

fue ponderada, por publicistas e intelectuales, como jalón del desarrollo económico. Igual-

mente, como se verá más de una vez en este libro, el consumo de cerveza ha sido ponde-

rado como indicador saludable de penetración de conceptos de la civilización moderna.

Con independencia de estas apreciaciones ideológicas, la compenetración con la bebi-

da ha supuesto un proceso local, en que se ha conformado un gusto particular y un es-

tilo propio de su consumo entre la generalidad de los dominicanos. ¡A pesar de ser un

artículo moderno, existe un sello único que distingue a la cerveza dominicana de cua-

lesquiera otras del mundo!

El inicio de la fabricación de cerveza, a fines del siglo XIX, se conectó con la introducción

del uso del hielo. Rápidamente la asociación dio lugar a un giro de las modalidades pre-

vias de consumo de la cerveza, trasladadas a la preferencia por una bebida a muy baja tem-

peratura. Con el tiempo, tal característica se consagró en el vocabulario popular al recono-

cerse la cerveza como «la fría». Su función refrescante ha establecido una codificación del

consumo casi en el borde de la congelación, cuya prueba radica en la tonalidad «ceniza» de

la botella. Comerciantes entrevistados en el curso de la investigación han coincidido en el

sentido de que la cualidad primordial perseguida por los consumidores dominicanos radi-

ca en que el producto se encuentre a muy baja temperatura. De esta característica se des-

prende otra que distingue a la cerveza dominicana de las de otros países: al servirse a tem-

peratura tan baja, apenas se forma espuma, lo que ha sido asumido por los consumidores

como una modalidad deseable, al grado que se ha popularizado el estilo de servir la cerve-

za lentamente, inclinando el vaso para que no se forme espuma. Mientras en cualquier país

la espuma es el principal indicador visual de la excelencia del producto, aquí no se toma

en cuenta. ¡Todo un estilo peculiar se ha forjado en el almacenaje, servicio y degustación

de la fría, asociado a la intensidad con que el producto es apreciado entre los dominicanos!

La regularización de la fabricación de la bebida, desde el despuntar de la década de 1930,

con la fundación de la Cervecería Nacional Dominicana, conllevó la gestación de una

preferencia precisa en materia de sabor, que sistematizaba la relación de décadas con las

cervezas importadas desde varios países europeos.Todo un entramado socio-cultural se

puso en juego para dar lugar a que se fabricase una cerveza acorde con los gustos preva-

lecientes, por medio de experimentos que desembocaron en la gestación de la marca Pre-

sidente, que desde no mucho después se constituyó en uno de los sinónimos de cerveza.

La existencia de esta marca terminó por configurar los perfiles del estilo peculiar de la cer-

veza dominicana por medio de un proceso de interacción entre fabricante y público, de

perfeccionamiento de la calidad por el primero y de sistematización de las preferencias

por el segundo. En lo adelante, todas las marcas que han elaborado las distintas cervece-

rías del país han tenido por punto de referencia las características de Presidente, evidencia

de la conformación de un estilo peculiar. El consumo de la cerveza entre los dominica-

nos, desde entonces, ha tendido a la homogeneidad alrededor de un patrón básico.

Como reza su publicidad, la cerveza Presidente, al igual que casi todas las demás marcas

dominicanas, es una Pilsener, tipo concebido en Alemania meridional a partir del repro-

cesado de la Pilsner, lager paradigmática concebida en Bohemia,República Checa.La Pil-

sener es, desde hace tiempo, la variedad de cerveza más difundida en el mundo. Se trata

de una cerveza rubia, de densidad mediana y dosis moderada de lúpulo. Estas caracterís-

ticas dan lugar a una multiplicidad de gamas. La cerveza dominicana, como lo advierte

cualquier observador del exterior, presenta determinadas características que la distinguen.

Lo anterior está asociado a la conformación de un caso paradigmático de excelencia

de un producto industrial, que ni siquiera ha requerido protección arancelaria signifi-

cativa. Específicamente, la Presidente representa un caso con escasos parangones en el

Page 11: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|19|Raíces y desarrollo de un orgullo dominicano. Historia de la cerveza en la República Dominicana|IntroducciónIntroducción|Raíces y desarrollo de un orgullo dominicano. Historia de la cerveza en la República Dominicana|18|

mundo moderno, de dominio aplastante de una marca en un mercado normalmente

muy competitivo. Los marcos culturales globalizados de los últimos tiempos no han

debilitado la posición de Presidente y demás marcas fabricadas en el país. Más bien ha

acontecido un proceso en sentido inverso, ya que desde hace más de una década se ha

abierto un flujo de penetración de Presidente en mercados del exterior.

Con el trasfondo de esos elementos, para los dominicanos su cerveza ha ejemplificado

un mecanismo de identidad, de orgullo por la calidad de lo propio, sentimiento que le

ha conferido una proyección cultural al boom cervecero.

Este estudio ha representado un reto. A pesar de la presencia de la cerveza, poco hasta

ahora se había dilucidado en su génesis y desarrollo en el país. Personalmente, yo carecía

de experiencia previa en la investigación de una temática referida primordialmente a un

producto, una empresa y una marca. Se ha debido rastrear el decurso de la cerveza, con-

siderando no solo su consumo y su producción, sino también los entornos históricos en

los cuales se han situado. Como cualquier área de estudio, el examen de este producto

remite a planos múltiples de la historia; por ejemplo, en materia de evolución económi-

ca, a los procesos de industrialización, o la evolución social plasmada en la aparición de

sectores dotados de nuevos estilos de vida y preferencias alternativas de gustos.

Esta aventura por el mundo de la cerveza ha conllevado múltiples deudas. He recibido

la colaboración entusiasta del ingeniero Rafael Menicucci, presidente de la Cervecería

Nacional Dominicana (CND) y principal propulsor de este libro, quien prestó atención

a los avances de los trabajos. Don José León, presidente del Grupo León Jimenes, con-

cedió apoyo a la realización de la investigación, al acogerla para que formara parte de

las publicaciones conmemorativas del centenario de E. León Jimenes. Agradezco a mi

amigo Rafael Emilio Yunén, director del Centro Cultural Eduardo León Jimenes, por

haberme recomendado ante los ejecutivos de la CND y el Grupo León Jimenes para

realizar la investigación; concluida la versión preliminar, en noviembre de 2002, el tex-

to se ha beneficiado de las minuciosas observaciones de Rafael Emilio.

En el Archivo General de la Nación, lugar donde se ha llevado a cabo la localización de ca-

si toda la información escrita, he recibido el auxilio demasiado generoso de Julio Enrique

del Campo y Eddy Jáquez. Numerosas informaciones de importancia fueron localizadas

gracias al conocimiento exhaustivo que estos ejemplares funcionarios públicos tienen de los

fondos del Archivo.En el levantamiento del material documental he contado con la asisten-

cia de Rafael Jarvis y Gregory Méndez, con quienes compartí durante largas horas diarias

en la sala de investigación del Archivo. Diversos amigos me han prestado valiosas ayudas en

la localización de materiales y personas testimoniantes, entre los cuales debo destacar al

finado Salomón Sanz,Tomás Oviedo,Aldriano Pérez,Emilio Cordero Michel y Walter Cor-

dero. Genaro Rodríguez hizo una búsqueda, por desgracia infructuosa, en el Archivo Ge-

neral de Indias de Sevilla. Cyrus Veeser aceptó entrevistar en Estados Unidos a Russell Mc-

Kay, antiguo ejecutivo de la Cervecería Nacional Dominicana, y su esposa Dorothy, hija del

fundador de la empresa.Fernando Tejada tuvo la generosidad de permitirme consultar la do-

cumentación que levantó acerca de la Cervecería Cibao. Ignacio González se ofreció a ayu-

darme en la localización de material bibliográfico en bibliotecas españolas.El ingeniero Ra-

món García Tatis, ejecutivo de la CND, hizo detalladas observaciones al primer capítulo y el

apéndice 1, que permitieron afinar la secuencia de procesos para la elaboración de la cerve-

za.Arístides Incháustegui y Blanca Delgado Malagón tuvieron la amabilidad de compartir

informaciones que iban recogiendo en la prensa diaria de la década de 1950. Humberto

García, especialista puertorriqueño en historia dominicana, con el entusiasmo que le es ca-

racterístico, recopiló material hemerográfico acerca de la actividad cervecera en su país; en

esa labor, fue ayudado por Axel Santana, del Laboratorio Fotográfico de la Universidad de

Puerto Rico, y Alfredo González, estudiante de historia del plantel. El doctor Pablo Garri-

do Medina y el magistrado Justiniano Montero accedieron con suma amabilidad a la peti-

ción de localización de los expedientes de las empresas cerveceras en la Primera Cámara Ci-

vil y Comercial.Rosmina Valdés me prestó ayuda en la adquisición de bibliografía en Inter-

net y José Ramón Cassá estuvo presto a resolver los problemas de computación.Tuve la

oportunidad de ilustrarme en aspectos del universo cervecero alemán gracias a las vivencias

de Volker Amelang y Rudyard Corona. María de los Angeles Calzada ha aportado sus co-

nocimientos de economía en aspectos relacionados con la cerveza. En los meses recientes,

he contado con la eficiente colaboración de Clara Morillo en la labor mecanográfica.

Numerosas otras personas ayudaron a la realización de este estudio, aportando sus co-

nocimientos en entrevistas. Sus nombres están consignados en notas del texto.

En el transcurso de las labores algunos amigos se han empeñado en obsequiarme, dán-

dome a probar tipos de cerveza, lo que me ha permitido incorporar una faceta viva a

la investigación. Uno de ellos,Volker Amelang, llegó a proponer un recorrido por la

geografía cervecera centroeuropea y, aunque ese viaje no se pudo realizar, en Santo Do-

mingo he podido saborear tipos para mí anteriormente desconocidos y acercarme al

universo fascinante de la cerveza.Al mismo tiempo, se ha ratificado como nunca la sen-

sación de la excelencia de la cerveza dominicana.

Roberto CassáFebrero de 2003

Page 12: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|21|La cervezaa lo largo de los

|21|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

Vendedor de

cerveza. Cuadro de

Nicolino V. Calyo.

La cerveza

Hoy día se entiende comúnmente por cerveza toda bebida fermentada que tiene como prin-

cipales ingredientes cebada malteada, lúpulo, levadura y agua.Ciertamente se reconoce la po-

sibilidad de la utilización de otros ingredientes, como trigo, maíz, arroz, candeal y sorgo,

entre otros.Estos pueden utilizarse como fuente principal del producto o como materiales ad-

juntos a la malta,con capacidad de proveer una fuente adicional de almidones para la fermen-

tación. Sin embargo, en principio, modernamente el término cerveza alude a la bebida fer-

mentada básicamente de la malta de cebada, con un agregado de lúpulo para el aroma ca-

racterístico y el sabor amargo y eventuales otros ingredientes, como azúcar y sal. Detalles so-

bre el proceso de fabricación del producto se ofrecen en el apéndice 1 de este libro.

La gran mayoría de la cerveza que actualmente se confecciona en el mundo es de fer-

mentación baja, lo que significa que la levadura se deposita en el fondo y opera a bajas

temperaturas. El tipo predominante de esta cerveza moderna es la lager, caracterizada

LA CERVEZA A LO LARGODE LOS TIEMPOS1

Page 13: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|23|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|22|

por su color rubio. En la mayor parte de los países del mundo, sobre todo en aquellos

donde la cerveza es un producto reciente, básicamente se producen variedades de lager.

Ese es un panorama relativamente nuevo, que arranca en el siglo XV, cuando en Alemania

comenzaron a diferenciarse los procesos a partir de la separación de levaduras de fermenta-

ción baja gracias al empleo de menores temperaturas. Pero el tipo de lager común actual-

mente, de tono rubio, es mucho más reciente, pues se asocia con la refrigeración industrial,

procedimiento que se introdujo en la segunda mitad del siglo XIX, acompañado por varios

descubrimientos científicos. La refrigeración, de todas maneras, ayuda a todos los tipos de

cerveza, gracias a los controles del procesamiento,del cual se derivan resultados más estables.

Hasta el siglo XV, en los países cerveceros de Europa occidental y central únicamente existía la

cerveza de fermentación alta,hoy comúnmente conocida por el término en inglés de ale o por

En Europa occidental y central la cerveza tuvo un origen tribal, relacionado a los inva-

sores germanos llegados desde el noreste durante los primeros siglos de nuestra era, los

cuales se supone que la conocían desde tiempos inmemoriales. De todas maneras, la

generalización de este producto estuvo asociada a la conformación de marcos culturales

paneuropeos, durante el período conocido como Edad Media. Su difusión ulterior en

el mundo fue consecuencia de la expansión comercial y marítima que protagonizaron

los europeos durante los siglos recientes. Los consumidores de la moderna cerveza se

extendieron a otras zonas del planeta, principalmente a América, y posteriormente, sobre

la base de la mundialización de los intercambios comerciales, introdujeron su uso entre

otros contingentes humanos, lo que aconteció básicamente desde finales del siglo XIX.

Así pues, si se la identifica con la versión actual de origen europeo, consistente en la mezcla

de agua,cebada malteada, lúpulo y levadura y una fermentación baja, la cerveza es un produc-

to relativamente novedoso en la historia mundial. Pero, en realidad, esta variante es la más re-

ciente y estuvo precedida por múltiples otras.La cerveza ha existido en numerosas culturas des-

de hace miles de años, con procedimientos y materias primas muy diversos, dependiendo de

los entornos históricos y geográficos, así como de los alimentos que mayormente han inci-

dido en la gestación de las comunidades humanas.Así, por ejemplo, en China la cerveza es

un artículo milenario, generalmente fabricado a base de arroz desde hace siglos, mientras en

América lo ha sido a base de maíz y en Africa de mijo. En definitiva, han sido más bien es-

casos los pueblos que desconocieran por completo bebidas preparadas de la fermentación de

algún cereal u otros bienes agrícolas. En muchos casos la cerveza ha sido un producto de la

más alta importancia social y dietética, identificado con la colectividad que la fabrica.

Orígenes neolíticos

Está suficientemente establecido que entre numerosos pueblos del planeta el inicio de la

fabricación de la cerveza se produjo por lo menos en la época del neolítico (milenios

IX-IV en la cronología del Cercano Oriente, cuna de la civilización mundial), en la cual

se introdujo la agricultura, principal descubrimiento que ha protagonizado el ser huma-

no en su historia. Sin embargo, sobre la base de lo que arrojan los restos arqueológicos,

es casi seguro que los inicios de la confección de cerveza no se relacionaron con plantas

cultivadas, sino con la recolección de los granos de plantas silvestres. Por tal razón, algu-

nos especialistas remontan los orígenes a la época del paleolítico, hace más de quince mil

años, cuando la humanidad dependía exclusivamente de la cacería y la recolección.

Sin importar el momento exacto en que surgió la cerveza, no cabe duda de que es la bebida

más antigua que actualmente se utiliza.También con seguridad, fue originalmente un artículo

el alemán de alt, que significa antiguo. Esto implicaba que, invariablemente, al final de la acción

fermentativa la levadura se concentra en la parte superior del líquido y no requiere una tempe-

ratura baja, sino la del medioambiente, principalmente en invierno. Estas ales experimentaron

cambios sustanciales a lo largo del tiempo, ya que se confeccionaban en el hogar y luego se hi-

cieron productos obtenidos en talleres especializados,primeramente controlados por monjes que

encontraron en esto su principal medio de vida.En este proceso, hacia el siglo X se introdujo el

lúpulo, actualmente uno de los ingredientes indispensables de la cerveza, pero que era descono-

cido antes o se utilizaba junto a otros aditamentos,paulatinamente desechados con posterioridad.

Cebada

y lúpulo.

Page 14: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|25|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|24|

mente espesa y tosca, con sabor ácido, que permitía el almacenamiento para los meses en

que desaparecían los cereales, fuesen estos recolectados o producidos por medio de culti-

vo. Con el paso de los meses esos brebajes se iban haciendo cada vez más espesos y, para-

lelamente, su sabor se tornaba más suave y agradable para el paladar. De ahí que, a la lar-

ga, la cerveza se asociara a un añejamiento mínimo, aunque su propósito original fuese es-

trictamente alimenticio.Por consiguiente, en el mismo neolítico, si no antes, debió comen-

zar el uso de la cerveza como bebida, aunque nunca exenta de propiedades alimenticias.

Poco a poco los colectivos desarrollaron procedimientos para la obtención de una bebida

agradable que también tuviese propósitos festivos. Dependiendo de las condiciones

climatológicas, los seres humanos fueron probando paulatinamente procedimientos de

fermentación mediante levaduras naturales, hasta llegar a conformar productos bien

alimenticio, de donde provino su importancia.Algunos autores incluso la consideran el prepa-

rado alimenticio más antiguo de la humanidad, previo al pan o a cualquier otra masa deriva-

da de cereales. Esta tesis la abona el hecho de que el brebaje de cereales comporta un proce-

dimiento más sencillo que el requerido para la confección del pan o sus equivalentes.

Entre los pueblos neolíticos, los cuales se asentaron establemente en determinados puntos

por obra de su dependencia de la agricultura, comenzó el hábito de almacenar alimentos,

como parte de la relación con los ciclos de la naturaleza y, en particular, de la agricul-

tura. Es de suponer que, desde cierto momento, la conservación de los cereales en

preparados con agua resultó más ventajosa que la del grano en estado puro. Entonces

puede hablarse de la sistematización del consumo de la cerveza, como un componente

alimenticio de importancia en las colectividades humanas.

Parece probable que la primera forma de cerveza fuera obtenida a partir de la cebada. Es-

te origen, por lo menos, permite establecer una filiación milenaria de la bebida de hoy. El

uso temprano de la cebada pudo deberse a varios factores: su mayor extensión en la zona

donde se inició la revolución neolítica, esto es, en las regiones del Cercano Oriente, prin-

cipalmente entre Siria e Irak; la cebada, además, crece en lugares de difíciles condiciones

para la agricultura; por último, este cereal no permite preparaciones de tortas de buen sa-

bor, por lo que su transformación en brebaje se adecuaba mejor a su consumo.

Esta cerveza prehistórica venía a ser una especie de sopa de granos fermentados, general-

Preparación

de pan y cerveza

en el eneolítico.

Mujer cervecera

en el antiguo

Egipto.

Page 15: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|27|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|26|

deslindados de los originales caldos ácidos exclusivamente usados con fines alimenticios.

Dependiendo de los pueblos, el proceso de tránsito paulatino desde la sopa primitiva a

una cerveza propiamente dicha, bien fermentada, tuvo etapas diversas. Todavía quedan

muestras de estos eslabones en preparados populares de diversos pueblos del mundo, como

el kvaz de los rusos, bebida refrescante de verano, principalmente elaborada con centeno.

Su introducción entre los sumerios

Para que este proceso culminara en la confección de una bebida estandarizada de cierta calidad,

y ya no únicamente de finalidad alimenticia, era preciso un orden social caracterizado por los

componentes que hoy día se asocian a la fase de la civilización. Estos son, en términos gene-

rales, el surgimiento del estado como institución separada de la sociedad, el conocimiento de

la escritura, el uso productivo de los metales, comenzado con el cobre, y la construcción de

centros urbanos como núcleos del poder político y de las divisiones del trabajo.Estos cambios,

más o menos simultáneos e interdependientes, se produjeron de manera significativa por pri-

mera vez entre los pueblos sumerios, localizados en Mesopotamia, tierra situada entre los ríos

Tigris y Éufrates (actualmente parte de Irak), en el cuarto milenio antes de Cristo (a. C.).

No por casualidad fue entre los sumerios cuando por primera vez se fabricó la más

antigua bebida conocida asimilable a la cerveza, denominada sikaru. De acuerdo a docu-

mentos mesopotámicos, plasmados en tablas de arcilla, gran parte de la producción de

cereales iba destinada a la elaboración de esa bebida. Se mantuvo la tradición provenien-

te del neolítico de que las mujeres fueran las artífices de la fabricación de la cerveza, al

igual que de la generalidad de los alimentos. Entre los pobladores de esta civilización el

procedimiento más común consistía en fermentar en agua panes hechos de cebada.

El sikaru era el artículo de mayor consumo urbano y de mayor relevancia en la vida

social. Su importancia se evidencia en que los sumerios contaban con numerosos tipos

de sikaru, de acuerdo a los cereales empleados, el tiempo de fermentación y otras

variables. Se desprende, asimismo, del hecho de que los templos, principales centros de

autoridad económico-social de esta civilización, en gran medida obtenían su sustento

material de la confección de la cerveza. Esta tenía numerosos usos, incluyendo el ritual,

por lo que pasó a ser un medio de intercambio monetario y de pago de impuestos.

Estas funciones dieron ya lugar a reglamentaciones en aspectos de la fabricación, venta

y consumo de la bebida, contenidas en el Código de Hamurabi, de Babilonia, de unos

1,700 a. C. En este célebre documento y en otros posteriores se entra en múltiples de-

talles acerca de los precios del producto, la composición de sus ingredientes, los usos

económicos que podían conferírsele, las condiciones de su consumo, etc.

Se ha llegado a emitir la teoría de que la generalización del consumo de cerveza entre

las civilizaciones del Oriente antiguo fue resultado de su difusión a partir de Mesopo-

tamia.Algunos autores señalan que el inicio de su uso entre los egipcios de las primeras

dinastías faraónicas no fue sino producto de la adopción de la innovación mesopotámica.

Otros autores, por el contrario, consideran que la cerveza, como producto de amplio

consumo, surgió de manera independiente, por proceso evolutivo, en varias civilizaciones.

Con independencia de la validez, mayor o menor, de la teoría difusionista o de la evo-

lucionista, lo cierto es que la cerveza tuvo un connotado impacto en la generalidad de

las civilizaciones de la Antigüedad. En casi todas ellas los templos eran centros de pro-

ducción de cerveza, o bien surgieron manufacturas laicas en ciudades donde confluían

redes del comercio internacional. En todos los casos la bebida se vinculó a ofrendas

religiosas, dado que se le adjudicaban propiedades místicas, al grado de ser invocada en

la adoración de deidades y ser usada como artículo ceremonial.A partir de esta función,

se derivó un papel económico creciente, que culminó en hacerla uno de los primeros

artículos del comercio internacional en la historia.

Las cervezas de arroz y otras variedades en China

No muchos siglos después que los mesopotamios comenzaran a fabricar cerveza, de acuer-

do a las características arriba vistas, un producto equivalente fue introducido en China, en

algún momento del tercer milenio a. C., antes de que se conformara la dinastía Shang, a

partir de aproximadamente 1800 a. C., la primera de existencia históricamente probada.

Desde los primeros documentos de la historia china, en textos sacerdotales adivinatorios

escritos sobre carapachos de tortuga, se menciona el Tsiu, bebida fermentada del mijo.Con

el tiempo, tras la expansión de la civilización china hacia el sur, zona donde predominaba

el cultivo del arroz, la cerveza pasó a confeccionarse preferentemente de este cereal.

Por lo que indican las inscripciones antiguas, esta cerveza tenía un carácter ritual vin-

culado al culto a los antepasados, principal práctica religiosa ancestral del pueblo chino.

Por tal razón, se depositaba junto a los restos de los difuntos, asociándose con su vida

de ultratumba. Esto último le daba la connotación de bebida vinculada al cielo y a la

creación en su conjunto, de lo cual el emperador era su representación en la tierra.

Cuando se conformó el ordenamiento imperial de China, durante las dos fases de la di-

nastía Han, entre los siglos II a. C. y II después de Cristo (d. C.), el desarrollo de los me-

dios de transporte permitió que se conjugaran las tradiciones cerveceras del sur y del

norte, la primera basada en el arroz y la segunda en el mijo y el trigo. Este proceso se

consolidó durante la dinastía Tang (siglos VII-IX d. C.), cuando ya estaba construido el

Page 16: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|28| |29|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1

Gran Canal que comunica el norte y el centro de China. Entonces comenzaron a flo-

recer variedades de cerveza de dimensión nacional, mientras otras se restringían a ám-

bitos regionales, fuese por la fórmula de su preparación o por las características de las

materias primas empleadas. A lo largo de este proceso terminó predominando el con-

junto de variedades preparadas del arroz. En las dinastías posteriores, la cerveza fue uno

de los productos claves de la evolución económica en China, de amplia intensidad en

los intercambios comerciales e importante participación en los sistemas fiscales impe-

riales.

Las cervezas de maíz en América

Desde unos 5,000 años a. C. comenzó en México el cultivo del maíz, la base material

del desarrollo ulterior de las civilizaciones clásicas de Mesoamérica y la cordillera de los

Andes. El maíz es uno de los cereales con mayores propiedades alimenticias del plane-

ta. La centralidad de este producto en la vida social de las altas culturas americanas dio

lugar a que cobrara significados religiosos, al identificarse como clave de la existencia

comunitaria.

Con el paso del tiempo el maíz fue acogido como principal cultivo por las comunida-

des andinas, de las cuales fueron emergiendo estados que terminaron integrados en el

Imperio Inca (siglos XIV-XVI d. C.). En las tradiciones andinas, igualmente, el maíz to-

mó la connotación de planta de contenido religioso, asociada a los principales ritos y a

los mitos relativos a la acción civilizadora de héroes y divinidades. Este carácter religio-

so se expresó en las ofrendas entregadas a los dioses, al igual que a las tumbas de los di-

funtos estimados.

De esta función se derivó la confección de una bebida ampliamente extendida, que

también se contó entre los artículos más apreciados. En el imperio incaico se confec-

cionaba un tipo de cerveza llamada aca, de connotación sagrada, utilizada para el con-

sumo del emperador, la nobleza y el sacerdocio. La cerveza aca se preparaba mediante

la masticación de una pasta hecha a partir del maíz. La saliva en este caso constituía el

principal agente de fermentación de la bebida. Su confección estaba a cargo de mucha-

chas al servicio de los establecimientos estatales, empezando por el palacio del empera-

dor, en Cusco. El carácter ritual de esta cerveza demandaba que su fabricación se hicie-

se en condiciones especiales, en primer lugar asegurando que las jóvenes estuviesen

apartadas de intercambio sexual. Un sistema de sacrificios y festividades al dios del sol

se relacionaba con la preparación y el consumo de esta bebida sagrada en el momento

culminante de las ceremonias.

Las bebidas de maíz no se limitaron a las zonas montañosas de altas culturas, sino que

también fueron utilizadas, antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI, por diver-

sos pueblos de desarrollo intermedio e incipiente, en los cuales el maíz había tomado

una posición preponderante en la vida económica. Incluso en zonas amazónicas selvá-

ticas, donde las culturas no traspasaban el estadio del neolítico, estaba extendida la fa-

bricación de cervezas del maíz o, más directamente, de una torta de ese cereal que se

cocía en agua hirviendo y se sometía a posteriores procesamientos.

Después de la conquista española, los dominadores denominaron chicha a todas las va-

riedades de cerveza confeccionadas a partir del maíz o sus tortas. Se ha supuesto que

este término provino de chibcha, sociedades aborígenes de Colombia en las cuales es-

taba arraigado el consumo del brebaje.A partir del siglo XVI la cerveza de maíz dejó de

Aborígenes de

Brasil preparan

cerveza de yuca.

De Bry, América.

Page 17: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|30| |31|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1

tener connotaciones religiosas entre los aborígenes subyugados por los españoles.Así, la

chicha se transformó en una bebida de uso cotidiano y se asoció con la triste condición

en que quedaron sumidos los indios americanos. De igual manera variaron los proce-

dimientos para su fabricación, predominando el uso de una harina de maíz que se de-

jaba fermentar durante varios días. En el siglo XIX se pasó al procesamiento industria-

lizado, siendo elaborada la chicha en manufacturas urbanas, lo cual no quiere decir que

desapareciese del todo la preparación artesanal y doméstica.

Las variedades africanas

Se ha visto que en cada gran zona del planeta donde se ha conformado una tradición cerve-

cera, la misma se ha asociado con uno o dos cereales. En África también surgió una cultura

cervecera,pero al parecer intervinieron varios cereales,dependiendo del momento y el lugar.

Es posible que la primera tradición de cerveza en África negra se basara en la cebada,

en vinculación con las redes comerciales en el Mar Rojo y zonas asiáticas limítrofes.

Con el tiempo se hizo más extendido el uso de diversos cereales que recibieron el nom-

bre genérico de mijo. Parece que un tipo de mijo de pequeño tamaño, llamado cande-

la, estuvo asociado al origen de la agricultura en la región subsahariana del África cen-

tral. En esas zonas, asimismo, surgió el cultivo del sorgo, también denominado mijo por

los europeos.

Dependiendo de los pueblos, se confeccionaban cervezas de estos cereales por separa-

do o bien de la mezcla de algunos de ellos.Al igual que en otras zonas del mundo, en-

tre los africanos subsaharianos la cerveza adoptó un contenido ritual, asociado a la ac-

ción de los dioses. Por lo tanto, las ceremonias mágicas y sacerdotales eran comúnmen-

te acompañadas por la ingesta de la bebida.También se vinculaba a las ceremonias de

culto a los difuntos, las cuales incluían sacrificios matizados por invocaciones a la acción

de los dioses.

A pesar de la penetración de las instituciones occidentales desde el siglo XIX, en nu-

merosos países africanos siguen existiendo cervezas nativas elaboradas con cereales au-

tóctonos. La confección y comercialización de estos productos forma parte de la sub-

sistencia de la economía aldeana y de sus redes de intercambio en mercados locales y

regionales.

En algunos países africanos la cerveza tradicional recibe el nombre genérico de do-

lo. Su principal materia prima es el mijo, al cual se le añaden plantas amargas, que

hacen el papel equivalente del lúpulo, y otros ingredientes con el fin de aumentar la

graduación alcohólica y reducir la acidez. La fabricación del dolo está reservada fun-

damentalmente a las mujeres, las cuales lo almacenan y transportan todavía hoy en

envases tradicionales. Esas productoras-comerciantes están a menudo integradas en

corporaciones que determinan precios, calidad del producto, procedimientos de co-

mercialización, etc.

En algunos casos las cervezas tradicionales africanas han pasado a ser elaboradas de

acuerdo a procedimientos industriales. Es el caso del kaffir, hecha a base de sorgo en

los países del África meridional, sobre todo en Sudáfrica, donde se vinculó a la se-

gregación racial, puesto que se consideraba destinada exclusivamente para la pobla-

ción nativa.

Ancianos masai

beben cerveza

ceremonial.

Page 18: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|33|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|32|

Su introducción entre los germanos

Como ya se ha referido, está suficientemente establecido que en Europa la cerveza ac-

tual tuvo por principal antecedente la confeccionada por las tribus germánicas.Al me-

nos se considera que desde mil años a. C. ya la cerveza estaba suficientemente consoli-

dada entre los germanos. Para esa época estas tribus estaban protagonizando un vasto

movimiento migratorio, que las condujo desde el noreste de Europa hacia el norte de

Alemania, desde donde siguieron irradiándose hacia otras zonas, como el sur de Alema-

nia, el norte de Francia e Inglaterra. Estas migraciones germánicas concluyeron en la

época de decadencia y destrucción de Imperio Romano. El establecimiento de los «es-

tados bárbaros» cambió el mapa político de Europa y abrió la época conocida como

Edad Media, hacia el año 500 d. C.

Con el asentamiento de los germanos en las zonas septentrionales del occidente de

Europa se definió una división geográfica entre las zonas cerveceras, en las que había

una presencia germánica mayoritaria o considerable, y las zonas vinícolas alrededor del

mar Mediterráneo, donde siguieron predominando la población de origen romano y

sus tradiciones.

Entre los germanos la fabricación de la cerveza constituía una extensión del oficio de

la guerra, ya que se utilizaba como símbolo de heroísmo y de la acción de los jefes tri-

bales, así como en la ofrendas de los guerreros muertos en combate. La cerveza surgió,

por ello, como parte del ethos guerrero germánico, en particular en celebraciones de

exaltación de las gestas, donde participan los guerreros triunfadores junto con su jefe.

En estas celebraciones, asimismo, se realizaban ofrendas a los dioses, en ritos a la gue-

rra y la sangre. Instituciones propias de la vida cotidiana de las tribus estaban salpica-

das por el consumo de la cerveza, como la reglamentación de los asuntos de familia,

que podían incluir las venganzas y las relaciones con otros contingentes.Al parecer, en

todos los casos las tribus germánicas tenían en la cerveza su artículo más apreciado.

Durante siglos, entre las tribus nórdicas su fabricación fue también un atributo exclu-

sivamente femenino dentro de la actividad hogareña y las estructuras tribales que so-

brevivieron hasta poco después de la penetración en los antiguos territorios del Impe-

rio Romano.

Por las crónicas de los viajeros y militares romanos se tienen detalles acerca de las ca-

racterísticas de la cerveza original germánica. Se elaboraba con rebanadas de pan poco

cocido, tanto de trigo como de cebada. La característica de este pan era que surtía un

efecto equivalente del malteado actual, con el fin de activar las enzimas. Se obtenía un

brebaje turbio y ácido, lleno de sustancias sólidas, que recibía el término genérico de öl,

de lo cual se deriva el término de ale, a su vez sinónimo tradicional de cerveza en In-

glaterra. Se podía acompañar de miel e incluso se confeccionaba una cerveza exclusi-

vamente hecha de la miel. Entre todas las tribus el consumo se llevaba a cabo en gran-

des cantidades, sobre todo en ocasión de asambleas tribales y de celebraciones guerre-

ras.Además, la cerveza servía como medio de cohesión entre tribus, ya que se agasaja-

ba a los huéspedes con brindis generosos.

De los monasterios a las corporaciones

Poco después de la caída del Imperio Romano, acaecida en el siglo V d. C., a medida

que las tribus germánicas evolucionaron hacia formas estatales, se conformaron rela-

ciones feudales en Europa occidental. Esto significaba el establecimiento de vínculos

Caldo de sorgo

para la preparación

de cerveza.

Page 19: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|35|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|34|

de subordinación entre señores y vasallos, de lo que se conformó la clase dirigente de

la nobleza. Esta tenía el control sobre las tierras a través de grandes dominios, donde

laboraban campesinos sometidos a la servidumbre. La generalidad de la vida económi-

ca se llevaba a cabo en el interior de estas unidades, pues no había una producción sig-

nificativa para el mercado.

Originalmente la clase de los señores no lograba continuidad económica, en razón de

la precariedad de los procesos productivos y de la ausencia de interés en acumular for-

tunas. Esto dio lugar al auge del poderío de los monasterios, los cuales, con el tiempo,

se fueron apropiando de gran parte de las tierras y de los campesinos siervos. Los mo-

nasterios lograron un nivel más avanzado de organización económica, posiblemente por

el nivel cultural de los sacerdotes.

cerveza. Dadas las escalas de las operaciones de los monasterios, la cerveza dejó de ser

un artículo para el autoconsumo y se convirtió en una mercancía ofrecida a viajeros y

peregrinos, como extensión de la prédica religiosa.

Conjuntamente con las operaciones de los monasterios, los centros de poder feudal

también se preocuparon por la fabricación de cerveza, como parte del ideal de dispo-

ner de todos los artículos necesarios para la supervivencia. En los dominios de los se-

ñores había molinos, iglesias, panaderías, almacenes, instalaciones artesanales y también

pequeñas cervecerías. La importancia de estas instalaciones dio lugar a que se emitieran

disposiciones tendentes a regular la fabricación de cerveza, en gran medida animadas

por el propósito de obtener recursos tributarios por su consumo.

Cuando en Europa se superó la situación extrema de depresión económica que siguió a la

Así, fue en los monasterios donde se llevaron a cabo los primeros procesos de impor-

tancia que permitieron que la cerveza evolucionase desde el nivel doméstico al de la

elaboración artesanal especializada. Algunos de estos centros religiosos encontraron en

la fabricación de cerveza su principal medio de sustentación. Incluso, en algunos casos

la conformación de tradiciones cerveceras en determinadas regiones europeas fue re-

sultado de la amplitud de las operaciones de ciertos monasterios. Fue el caso de Saint

Gall en Suiza, fundado por monjes misioneros. Paralelamente siguió la tradición feme-

nina a través de las congregaciones de monjas que se especializaban en la fabricación de

Cervecería de

la Edad Media.

Monje que continúa

la preparación

de cerveza.

Page 20: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|37|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|36|

caída del Imperio Romano y a las invasiones de árabes, normandos y húngaros, los seño-

res feudales se plantearon incrementar el monto de los recursos que extraían del trabajo de

los campesinos.Esto era una consecuencia del imperativo de insertarse en la creciente eco-

nomía monetaria, puesto que resultaba un requisito para la adquisición de bienes suntua-

rios o manufacturados, que se elaboraban en las ciudades o en países del Oriente.

Uno de los resultados de la incorporación de los señores feudales a la economía mo-

netaria fue el desplazamiento de los monasterios del control de la producción de cer-

veza. Esto coincidió con renovaciones en el seno de la Iglesia Católica, que dieron lu-

gar al surgimiento de órdenes piadosas dedicadas a la vida ascética y a la colonización

de zonas boscosas. Los integrantes de estas órdenes mendicantes renunciaron al estilo

de vida suntuario que tenía en la producción de cerveza uno de sus pilares.

Empero, el traspaso de la producción de cerveza al control feudal no fue completo,

pues en aquellos momentos, entre los siglos XI y XII, hicieron aparición las ciudades

en Europa occidental. Se protagonizó una pugna de intereses entre señores feudales

y burgueses citadinos, puesto que los primeros reclamaban privilegios exclusivos pa-

ra la fabricación de cervezas, lo que los segundos tuvieron éxito en cuestionar. Con

el tiempo, a medida que las ciudades se tornaron en el eje del crecimiento econó-

mico europeo, la producción de cerveza cobró en ellas dimensiones considerables.

Durante siglos la producción cervecera medieval se llevó a cabo en talleres artesana-

les a pequeña escala, regidos por las regulaciones que imponían los gremios, asocia-

ciones de productores existentes en las ciudades. Este contexto permitió el desarrollo

de la calidad del producto, en razón del interés de los gremios en asegurarla como

Cervecería a escala

manufacturera en

la época moderna.

Interior

de una antigua

cervecería.

medio para garantizar la igualdad de sus integrantes y evitar la competencia foránea.

Todavía durante aquellos siglos la cerveza era totalmente diferente de la que se cono-

ce hoy, no obstante los esfuerzos de las autoridades urbanas por mejorar su calidad.

Uno de los aspectos que más la diferenciaban de la actual era que no se empleaba el

lúpulo, o este no era el aditamento principal. La cerveza era sazonada con un conjun-

to de yerbas silvestres que recibían el nombre genérico de gruit. Se entendía por este

término una mezcla de plantas como mirto, ericacias, romero silvestre, junto con ba-

yas y resinas. En definitiva el sabor amargo y la calidad global dependían de las yerbas

Page 21: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|39|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|38|

proceso espontáneo, dado que no se tenía conocimiento científico de las levaduras.

Aunque el estudio científico de la levadura solo se pudo alcanzar en el siglo XIX,

desde el siglo XV se introdujo la distinción del uso de levaduras de fermentación

baja, antes desconocidas, las cuales operaban a temperaturas frías, entre 2 y 10 gra-

dos centígrados. Anteriormente la temperatura ideal para la fermentación alta de

todos los tipos de ales no era menor de 15 grados centígrados. Así pues, los cerve-

ceros bávaros en la práctica aprendieron que si refrigeraban las cervezas a bajas tem-

peraturas se producía una fermentación diferente a la conocida. Captaron que al fi-

nal de la fermentación la levadura se depositaba en el fondo del recipiente y que la

calidad del producto difería sustancialmente de la que se obtenía en la tradicional

fermentación alta. El mosto invernal daba lugar a una cerveza mucho más pura y

utilizadas.Además, el gruit contribuía a alargar el tiempo de conservación de la bebi-

da. Esto explica que, durante siglos, el control de los monasterios se llevase a cabo a

través de regulaciones exclusivas para la confección de este producto. Más adelante, los

soberanos y los príncipes feudales se aprovecharon de esta dependencia del gruit para

imponer regulaciones a su recolección con propósitos fiscales.También se añadían di-

versas sustancias contentivas de almidón, como harina de trigo, avena y millo, o para

potenciar la fermentación, como huevos, sal y carbón, entre otras.

Es probable que, desde mucho tiempo atrás, en ciertas regiones de Europa uno de los

componentes del gruit fuese el lúpulo. En tal caso, no se utilizaba nunca de manera

separada de otras plantas. Poco a poco, la mejoría de los criterios de calidad en mo-

nasterios, dominios señoriales y talleres urbanos llevó a nuevos procesos de experi-

mentación con los componentes del gruit. Es probable que entre los siglos XI y XII,

paulatinamente, se fuese introduciendo el uso separado del lúpulo en algunas regio-

nes europeas, sobre todo del sur de Alemania, desde las cuales se fue extendiendo. Pa-

ra fines de la Edad Media ya se había abandonado el gruit y la cerveza únicamente se

elaboraba a base de lúpulo para dotarla de aroma y sabor, lo que debió estar antece-

dido de un largo proceso de depuración. Se ha supuesto que el lúpulo ayuda a que la

cerveza se descomponga menos, por la acción de las resinas y taninos, y por ende a

su mayor estabilidad global.

La variedad de procedimientos y las diferencias de niveles de calidad llevaron a que las

autoridades municipales emitieran edictos que obligaban a la observancia de procedi-

mientos de preparación y estándares de calidad. Estos instrumentos alcanzaron su má-

xima expresión en el ducado de Baviera, a lo largo de los siglos XIV y XV, a medida que

esta zona se convertía en el epicentro de la producción cervecera europea y de las in-

novaciones que llevarían a la concepción de la moderna cerveza.

A mediados del siglo XV se dictaminó la exclusión de todos aquellos ingredientes que

no fuesen cebada, lúpulo y agua. Décadas después, en 1516, el duque de Baviera emi-

tió una ordenanza tendente a garantizar la observancia de un conjunto de requisitos en

la elaboración. Se trató de la célebre Reinheitsgebot, que primero tuvo vigencia en ese

estado y luego fue adoptada por los restantes principados alemanes.

La introducción de la lager

Hasta el siglo XV toda la cerveza que se fabricaba en Europa correspondía a lo que

en Alemania se denomina alt y en Inglaterra ale. Se trataba de cervezas de fermen-

tación alta, la cual operaba de acuerdo a las condiciones climáticas mediante un

cristalina, la cual pasó a ser objeto de preferencia de manera progresiva, fundamen-

talmente en el sur de Alemania.

Conocida la fermentación en frío, terminó siendo impuesta como obligatoria por medio

de las regulaciones adoptadas en Baviera. Uno de los mecanismos para implantar la nor-

ma consistió en la prohibición de los cocimientos durante el verano. De tal manera, aun-

que originalmente no se pretendía adoptar un tipo diferenciado de cerveza, la regulación

del fermentado en frío condujo a la creación de la lager, tipo de cerveza que está en el

origen de los criterios que hoy tipifican la industria cervecera a escala internacional. Sin

Vagones tirados

a caballo de la

Cervecería Schlitz.

Page 22: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|41|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|40|

embargo, el proceso ulterior distó de ser sencillo, ya que en las regiones septentrionales de

Alemania, si bien se aceptaron las regulaciones tendentes a garantizar la calidad, se siguió

practicando la fermentación antigua, a temperaturas ambientales no muy frías. Durante

varios siglos, mientras en Baviera y zonas circundantes se generalizó la lager, en los esta-

dos septentrionales siguieron predominando las variedades de alt. En cada zona se desa-

rrollaron argumentos a favor de las respectivas preferencias. En el Sur se alegó que el pro-

ducto era más refinado y depurado, mientras en el Norte se consideraba a favor su cuer-

po, sabor natural y aroma. Esta divergencia entre «culturas cerveceras» no se zanjaría nun-

ca del todo, ya que en comarcas septentrionales de Europa sigue habiendo gran afición

por las cervezas de fermentación alta.

El paso a la fase industrial

A medida que se expandieron los mercados, fueron planteándose cada vez mayores di-

ficultades para el mantenimiento de las regulaciones y prohibiciones que normaban la

industria cervecera, aunque hasta el siglo XVII se mantuvieron intactas las relativas a los

procedimientos en cada tipo de cerveza. Las políticas mercantilistas de los nacientes es-

tados absolutistas, por otra parte, se acompañaron por procedimientos fiscalistas que vin-

culaban las regulaciones de fabricación y de comercialización, generalmente en benefi-

cio de los soberanos.

Estas condiciones experimentaron cambios desde fines del siglo XVIII, por efecto de la

combinación de los nuevos entornos políticos derivados de la Revolución Francesa y

las transformaciones económicas que acompañaron la Revolución Industrial iniciada en

Inglaterra. Hasta esa época la mayor parte de la producción de cerveza se llevaba a ca-

bo en talleres artesanales, vinculados a mercados locales o regionales y sometidos a las

regulaciones fiscalistas del antiguo régimen.

Los cambios fueron resultado de la libertad de empresa que acompañó el desmantela-

miento de las regulaciones mercantilistas, al igual que de las innovaciones tecnológicas

que comenzaron a hacer más eficiente la producción a gran escala. El número de cer-

vecerías comenzó a decrecer desde los primeros años del siglo XIX, en la misma medi-

da en que algunas de ellas iban captando porciones crecientes del mercado.

Paralelamente, en el siglo XIX emergió una poderosa corriente de innovaciones cien-

tíficas, las cuales tuvieron repercusión directa en la confección de la cerveza. Hasta

entonces la acción de las levaduras se llevaba a cabo de acuerdo a un proceso empí-

rico, de naturaleza no explicada y dependiente de la temperatura ambiente, que da-

ba lugar a la especificidad del tipo de cerveza de acuerdo con los tipos de levaduras

que intervenían más activamente. En consecuencia, no había control en el proceso de

fabricación; para esto hacían falta mayores conocimientos. En la primera mitad del si-

glo XVIII se inventó el termómetro y en las postrimerías de ese mismo siglo, el quí-

mico francés Lavoisier estableció el proceso que llevaba a la formación del alcohol

por la fermentación, poniendo de relieve el ciclo de carbono que transforma la ce-

bada. Pero fue en el siglo XIX, gracias al microscopio y la identificación de la célula

de la levadura, cuando se logró la comprensión teórica de la acción de las levaduras

en sus vertientes de cervezas templadas o frías.

Más adelante, el químico alemán Theodoro Schwann descubrió que la levadura es un

microorganismo viviente, el cual genera fermentación.Terminó por establecerse que

la levadura convierte los azúcares en dióxido de carbono y alcohol, con lo cual elVenta ambulante

de kvas en Rusia.

Page 23: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|43|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|42|

mosto se transforma en cerveza. Este conocimiento abrió la fase de los controles de

temperatura que accionan distintos tipos de levaduras. Fue el científico danés Emil

Hansen quien logró separar, en 1881, la levadura de fermentación alta de la de fer-

mentación baja, la primera denominada Saccharomyces cerevisiae y la segunda Saccha-

romyces uvarum. Este químico, que trabajaba para los laboratorios de la compañía

Carlsberg, consideró que lograr el control de la producción de la cerveza implicaba

aislar estos tipos de levadura de cualesquiera otros silvestres. El corolario técnico de

este descubrimiento estribó en el cultivo de las levaduras puras.

Tiempo antes el científico francés Louis Pasteur había realizado investigaciones sobre la

fermentación del vino y la cerveza, descubriendo que el calentamiento de un líquido a

temperaturas superiores a 63 grados centígrados durante al menos 30 minutos elimina

cualquier bacteria y otros microorganismos que pueda contener. A ese procedimiento

pasó a denominársele, en honor suyo, pasteurización, e implicaba que si el líquido era

sellado herméticamente después de este procedimiento no se produciría en él ninguna

actividad microbiana espontánea.Además de contribuir a extender la vida útil de la cer-

veza por medio de su esterilidad, el descubrimiento de Pasteur conllevó el estudio de

las células de levadura que intervenían en la cerveza, a fin de determinar si estaban con-

taminadas o no. Más adelante el mismo Pasteur descubrió el proceso de fermentación

que llevaba al metabolismo de la levadura, siendo el primero en determinar que la le-

vadura genera una glucosa solo en presencia de oxígeno, lo que se acompaña por la re-

producción de la levadura.

Todos estos descubrimientos científicos pudieron ser integrados por efecto de los pro-

cesos de la producción a gran escala. La conformación de mercados más amplios en las

zonas de desarrollo industrial favoreció el surgimiento de empresas que producían a

mayor escala, con ayuda de la introducción de la máquina de vapor. Simultáneamente,

estas empresas pudieron colocar sus nacientes marcas en mercados más distantes gracias

al desarrollo de los transportes que acompañó la aplicación de la máquina de vapor a la

locomotora y los buques.

Otro efecto crucial de los ferrocarriles fue extender la capacidad productiva a lo largo

del año. Normalmente las pequeñas empresas solo podían producir en invierno, cuan-

do la temperatura ambiente favorecía la fermentación baja para la fabricación de la la-

ger. El surgimiento de empresas de mayor dimensión, desde fines del siglo XVIII, con-

llevó que construyesen cavas de gran tamaño donde se almacenaba hielo durante gran

parte del año. La introducción del ferrocarril multiplicó estas posibilidades, al permi-

tir en los meses cálidos el traslado de grandes bloques de hielo desde los glaciales de

las altas montañas. Otra ventaja que aportó el ferrocarril fue la posibilidad de trasladar

agua de alta calidad desde zonas distantes.

El siguiente hito del proceso radicó en la invención del refrigerado artificial en 1873,

lo que permitió multiplicar la capacidad productiva de las empresas, al no tener que

depender de depósitos de hielo formados en invierno o de bloques traídos durante el

resto del año desde las cumbres de las montañas. Ahora bien, el refrigerado artificial

implicaba un incremento de los requerimientos de capital, por lo que propició la con-

centración de la producción en un número menor de empresas. De más en más, úni-

camente las empresas de mayor dimensión podían aprovechar a plenitud las innova-

ciones tecnológicas y científicas. Esta ventaja las puso en condiciones de cubrir mer-

cados más amplios y de proporcionar variedades de lager a lo largo de todo el año.

Poco después, en 1878 fue inventado en Alemania un filtro que permitía separar todas

las sustancias sólidas antes del embotellado.Así, la lager se tornó en un líquido más cla-

ro que el anterior, adoptando el sabor y la textura que le son característicos en la actua-

lidad.También en esa época se inventó la máquina con la cual se inyectaba CO2.

La Pilsner y su generalización

Hoy día la mayor parte de cervezas de fermentación baja tienen su origen en el tipo

que se conformó en la ciudad checa de Plzen, en alemán Pilsen, por haber entonces una

población alemana significativa en Bohemia occidental, donde está situada. Se trata de

una zona de estratégica importancia en el desarrollo de la cerveza moderna, próxima a

Baviera, donde se generalizó la cerveza de fermentación baja. En Bohemia, además, se

hizo tradicional el cultivo del lúpulo, del que procede su tipo llamado Saaz, considera-

do el mejor del mundo.También ahí se cultivan algunas de las mejores variedades de

cebada.

En 1839 culminó el proceso de modernización de las cervecerías checas, las cuales en

lo adelante pasaron a operar con el repertorio de los más avanzados equipos.Todas se

orientaron decididamente hacia la fermentación baja, de acuerdo a conceptos del pro-

cesamiento y la calidad que confluyeron en la generación de este tipo particular de

cerveza. Poco tiempo después, en 1842, un cervecero alemán, Josef Groll, establecido

en Plzen, creó un nuevo tipo de fórmula, que estaría llamado a hacerse sinónimo de

la cerveza moderna. Pocas otras figuras han tenido tanta importancia en el desarrollo

de la cerveza a lo largo de su historia, puesto que la internacionalización del produc-

to ha estado asociada a su fórmula. Groll varió el estilo bronceado y dulce de la lager

entonces existente y creó un estilo seco, delicado, dorado y transparente, con mayor

Page 24: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|45|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|44|

carga de lúpulo. De inmediato otros cerveceros de Bohemia decidieron seguir sus pa-

sos. Entre ellos sobresalió el propietario de una cervecería situada en la ciudad Ceské

Budéjovice, conocida por los alemanes como Budweis. De ahí surgió la marca Bud-

var, que terminó luego adaptada en alemán e inglés como Budweiser.

En lo adelante sobresalieron algunas marcas, que sin dificultad fueron reconocidas en-

tre las mejores del mundo. De ellas vale nombrar algunas de las líderes entre alrededor

de cuarenta marcas de alta calidad que produce ese país: la Pilsen Urquell, que significa

de origen, la Svetovar, producida por la célebre fábrica Gambrinus, y la Budvar.

Gracias a los sistemas de transporte, puesto que en Europa estaban trazadas ya exten-

sas redes ferroviarias, la cerveza checa pudo difundirse con rapidez. De ella se origina-

ron nuevos estilos, como la Vienesa y la Pilsener de Munich.Todas estas variedades, en

cosa de pocas décadas, se asimilaron a la cerveza moderna, como sinónimo de buen

gusto y de concordancia con las modas vigentes. Los europeos quedaron fascinados por

el aspecto cristalino del nuevo tipo, su color dorado, su intensa composición gaseosa y

su carga de lúpulo. Esta generalización del estilo pasó a conocerse como Pilsener.

Aunque muchas marcas se reclaman como Pilsener, el estilo original implica que el lú-

pulo predomina sobre el aroma y el sabor de la malta.Adicionalmente, a causa del agua

blanda que se debe utilizar, queda un producto balanceado, de buen cuerpo, no excesi-

vamente carbonatado y de mucha espuma.

A partir de ahí, las imitaciones en el mundo entero han implicado modificaciones de

cierta magnitud. Por ejemplo, en Estados Unidos muchas Pilsener son muy bajas en al-

cohol, tienen poco cuerpo y utilizan sustitutos de la cebada. En Alemania las Pilsener

Cervecería

de mediados

del siglo XIX.

Barriles para la

Fiesta de Octubre.

Page 25: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|47|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|46|

son más pálidas que la original checa de Bohemia, al tiempo que tienen una carga ma-

yor de lúpulo. Por lo demás, las variedades de lúpulo difieren entre checos y alemanes.

La cerveza alemana es más amarga y seca, sobre todo en las zonas septentrionales.

La moderna cerveza

La incorporación de los progresos tecnológicos y científicos tuvo por consecuencia un

incremento del monto de capital requerido por las cervecerías. Especialmente las insta-

laciones de refrigeración alteraron los parámetros con los cuales habían venido funcio-

nando las plantas cerveceras hasta entonces, en su gran mayoría de factura artesanal.

Aunque las primeras fábricas a gran escala se fundaron a finales del siglo XVIII, fue ver-

daderamente un siglo después cuando se produjo el tránsito generalizado a la gran in-

plantas. En términos generales, el número de estas cervecerías de pequeña y mediana

escala no ha cesado de decrecer, pero, sobre todo, su participación en los mercados na-

cionales e internacionales se ha reducido a fracciones poco significativas. A diferencia

de la microcervecería, la planta de gran tamaño se asoció a la expansión de los merca-

dos internos de los países industrializados y luego al incremento de los intercambios co-

merciales internacionales.

Desde fines del siglo XIX, concomitantemente con la reducción del número de empre-

sas, a veces hasta a la mitad de las existentes, fueron emergiendo algunas de gran tama-

ño, que en contados casos han llegado a un extenso control del mercado cervecero de

sus respectivos países. Fue el caso de Irlanda, donde la Guinness se tornó en sinónimo

de cerveza, permitiéndole construir una de las plantas de mayor tamaño en el mundo.

Posters de marcas

francesas.

dustria. Esta no solamente se benefició de las ventajas de la producción en gran escala

en términos de costos, sino que además estuvo en condiciones de lograr un control mu-

cho más preciso sobre los procesos de preparación del mosto, su fermentado y el añe-

jamiento de la cerveza.

Ciertamente, hasta la actualidad persisten numerosas pequeñas cervecerías en los países

de mayor tradición cervecera, pero su radio de influencia normalmente no traspasa los

mercados locales, por razones de tradiciones y gustos particulares de una clientela acos-

tumbrada a consumir en bares servidos con exclusividad por alguna de estas pequeñas

Gran salón

de cervecería

de Baviera.

Page 26: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|49|La cerveza a lo largo de los tiempos|Capítulo 1Capítulo 1|La cerveza a lo largo de los tiempos|48|

Lo mismo aconteció en Dinamarca con la Carlsberg, sobre todo después que se fundió

con su competidora Tuborg, empresa que produce una amplia variedad de estilos, des-

de el lager más convencional hasta tipos de fermentación alta.Algo parecido se produ-

jo en Holanda, donde el predominio de la marca Heineken se completó con la adqui-

sición de su competidora Amstel.

Pero fue en Estados Unidos donde ese proceso de concentración tuvo su mayor exten-

sión y donde se aplicaron más intensamente las innovaciones de la Segunda Revolución

Industrial de fines del siglo XIX. Si bien el consumo per capita de los norteamericanos

es menor que el de algunos países europeos, la dimensión de la población determinó

que el volumen de producción se situara en el primer lugar en el mundo.Algunas mar-

cas alcanzaron cotas de ventas sin comparación en cualquier otro país, sobre todo des-

tablecimiento de imperios coloniales, la creación de modernos sistemas de transporte y

la extensión de los gustos europeos a otras zonas del planeta. Esto dio lugar a que la cer-

veza se tornara, en su versión paneuropea y especialmente alemana, en un artículo de

dimensión mundial.

Como parte de este proceso de mundialización, en el último tercio del siglo XIX co-

menzaron a establecerse cervecerías en zonas periféricas, generalmente gracias a la in-

versión de capital de origen europeo o norteamericano. De igual manera se estableció

o consolidó la moderna industria cervecera en zonas europeas donde había existido una

tradición distinta, como era lo propio de Rusia, donde dominaban las cervezas hechas

de centeno.

La mundialización de la cerveza la ha tornado en la bebida de mayor consumo en el

pués del proceso de concentración que siguió al final de la prohibición del consumo de

alcohol en 1933. Entre tales marcas han sobresalido Budweiser, Schlitz, Pabst, Coors y

Miller. Este proceso coincidió con la expansión del comercio de la cerveza, tanto den-

tro de las fronteras nacionales como entre varios países.

La cerveza de factura alemana y de otros países europeos también se introdujo en zo-

nas donde no existía la cerveza o bien tenía tipos muy distintos al que caracterizaba la

ya clásica fórmula de malta, lúpulo y levadura. Básicamente su difusión fue consecuen-

cia de la superioridad económica de Europa a partir de la Revolución Industrial, el es-

mundo y la más extendida en una amplia variedad de países de distintos continentes y

condiciones socioculturales. Este predominio estuvo favorecido por las ventajas en la fa-

bricación y transporte de la lager y la definición de una preferencia por su gusto, den-

tro del cual, con más definición todavía, terminó imponiéndose el tipo originado en la

ciudad checa de Plzen.Aunque no en todos los países sobresale la Pilsener, es la más co-

mún a escala internacional. Incluso en países de América Latina, por definición, casi to-

da la fabricación de cerveza responde a este tipo.

Otros posters de

marcas de cerveza.

Gigantesca planta

norteamericana

de inicios

del siglo XX.

Page 27: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|51|La cervezaaborigen de las

|51|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

Taínos en

el proceso de

extracción de oro.

Oviedo,

Historia general

y natural de las Indias.

Desde muchos siglos antes de la llegada de los europeos a América, los aborígenes de

las Antillas elaboraban un tipo de cerveza a base del procesamiento de la yuca, planta de

la cual obtenían el casabe. Para entender la importancia de esta bebida fermentada entre

los indígenas, es preciso remontarse al proceso de su establecimiento en las islas desde

América del Sur y al papel que ocupaba la yuca en su sociedad.

El pueblo taíno

Para fines del siglo XV la mayor parte de aborígenes de las Antillas tenían un conjunto

de rasgos culturales comunes, como lenguaje, creencias religiosas, sistemas de parentesco,

métodos de agricultura y tantos otros. Esto denotaba la conformación de una vasta

etnia, cuyos habitantes se extendían entre Puerto Rico y las Bahamas. Históricamente

estos indígenas son conocidos como taínos, a partir del vocablo usado por ellos para

identificarse ante los europeos y que era traducido como nobles o buenos.

2Trigonolito

taíno.

LA CERVEZA ABORIGENDE LAS ANTILLAS

Page 28: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|53|La cerveza aborigen de las Antillas|Capítulo 2Capítulo 2|La cerveza aborigen de las Antillas|52|

Los taínos se encontraban en el neolítico, nivel de desarrollo histórico caracterizado por

poseer una base económica centrada en la agricultura y la ganadería y el pulimento de la

piedra para la confección de implementos productivos.1 Habían desarrollado un sistema

cultural particular, gracias a la asociación durante siglos con el medioambiente antillano.

La cultura taína se originó de la migración hacia las islas de tribus arahuacas de la porción

septentrional de América del Sur, básicamente la cuenca del río Orinoco y las actuales

Guayanas, lo que comenzó a producirse en el siglo I a. C. En pocas décadas los arahua-

cos habían poblado todo el arco de las Antillas Menores, tras lo cual ocuparon Puerto

Rico, donde permanecieron durante varios siglos. Hacia el siglo VI d. C. comenzaron a

expandirse hacia la isla de Santo Domingo y, más adelante, cruzaron a Jamaica y luego

a Cuba.Todavía a fines del siglo XV la porción más occidental de Cuba no había sido

ocupada por los migrantes taínos.

Durante esos 1,500 años en tierras antillanas, los arahuacos transformaron muchos de

sus estilos de vida, con lo que dieron lugar a una cultura peculiar, la taína, la cual, de

todas maneras, mantenía usos culturales traídos de América del Sur. Para fines del siglo

XV los principales núcleos de taínos de la isla de Santo Domingo, territorio en el cual

se había manifestado esta cultura en su forma más desarrollada, practicaban una agricul-

tura intensiva, generadora de significativos excedentes; se encontraban en un estadio in-

cipiente de confederaciones tribales regidas por grandes jefes o caciques; comenzaban

un proceso de división del trabajo con la aparición de rústicos artesanos y habían crea-

do un sistema religioso que validaba su organización social y política.

La agricultura de tubérculos

El fundamento material de este estadio de desarrollo histórico radicó en una agricultu-

ra altamente productiva, una de las que entonces permitía mayores cantidades de bienes

por unidad de tierra y trabajo en el mundo. Siguiendo el patrón sudamericano selvático,

la producción agrícola se sustentaba básicamente en un conjunto de tubérculos, todavía

hoy consumidos por los dominicanos, entre los cuales sobresalen yuca, batata, yautía,

lerenes, maní, mapuey y otros. Además cultivaban géneros como maíz, ají, auyama, ta-

baco, algodón y otros.2

Esta agricultura era altamente productiva en la mayoría de comunidades taínas, a dife-

rencia de la que habían traído los arahuacos de América del Sur, caracterizada por la

tumba y quema de los bosques. Desde siglos antes de la llegada de los españoles, gran

parte de las comunidades taínas de Santo Domingo y Puerto Rico sustentaban su agri-

cultura en la técnica del montículo agrícola, sistema consistente en el apilar el humus

vegetal, adicionando ceniza y desechos orgánicos. Los montones tenían varias ventajas,

como hacer el equivalente del arado de la tierra, airearla, abonarla y conservar la humedad.

Como es fácilmente advertible, el sistema estaba especialmente diseñado para el cultivo

de tubérculos. En las zonas áridas, especialmente del Suroeste de la isla, las tribus taínas

comenzaron a utilizar un sistema rudimentario de regadío artificial, que permitió un

incremento adicional de la productividad.

Entre los referidos bienes agrícolas sobresalía en importancia la yuca (Manihot esculen-

ta), de la que existían, como hasta el presente, dos variedades, según la concentración de

glucósido cianogénico, del cual se deriva el ácido prúsico cuando el tubérculo entra en

contacto con el aire, y se torna altamente venenoso. La yuca amarga tiene una elevada

concentración del ácido, mientras que la yuca dulce tiene un componente muy débil.

Mientras la primera es venenosa, la segunda se puede consumir de manera natural.

Entre las dos variedades de yuca los taínos se orientaron decididamente por la amarga,

considerada más productiva y de la cual extraían, al igual que sus antepasados arahuacos,

una torta que denominaban casabe, básicamente similar a la que los dominicanos siguen

consumiendo a la fecha, en cuyo preparado se eliminaba el ácido prúsico.

El cultivo de este tubérculo, hasta donde han logrado establecer los arqueólogos, se

originó en la cuenca del Orinoco. Las evidencias más antiguas se remontan aproxima-

damente al 2000 a. C. La trayectoria de la yuca en el espacio y el tiempo se ha podido

trazar básicamente gracias a la localización de restos de burenes, el plato de cerámica

utilizado para su cocimiento.

La yuca es la raíz de un arbusto que crece hasta unos dos metros y medio, aunque

normalmente no traspasa dos metros.Tiene la ventaja de que su cosecha se puede rea-

lizar dentro de un margen de tiempo muy flexible, en general oscilante entre ocho y

veintidós meses.Así, los aborígenes programaban los sembradíos de acuerdo a los reque-

rimientos alimenticios a lo largo del año, con escasa posibilidad de que sobreviniese una

aguda escasez.

Las descripciones de los cronistas permiten concluir que el casabe constituía el alimento

más importante de los taínos. Es posible que más del 80% de la ingesta de alimentos de

los aborígenes proviniese de esa torta, que era preparada diariamente por las mujeres

de las tribus.

Decir yuca amarga y casabe equivale a situar sinónimos, en el plano de la cultura ma-

terial de la comunidad taína. Era tanta la importancia de este tubérculo que los propios

taínos asociaron su existencia con él a través del sistema de creencias religiosas. Su prin-

cipal dios era Yocahu Vagua Maorocoti, que significa señor de la yuca, del mar y sin

Page 29: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|55|La cerveza aborigen de las Antillas|Capítulo 2Capítulo 2|La cerveza aborigen de las Antillas|54|

líquido contentivo de la sustancia tóxica. La masa seca se distribuía sobre un artefacto

liso de barro denominado burén, el cual se colocaba sobre el fuego para el cocimiento

de las tortas de casabe. Estas debían consumirse de inmediato, bien calientes, lo que se

llevaba a cabo una vez al día en compañía de alimentos complementarios. La búsqueda

del complemento se debía a que el casabe era un alimento muy rico en calorías, pero

con una concentración baja de proteínas.

El líquido que se desprendía del cibucam no se dejaba perder, sino que se recogía en

vasijas. Del mismo se podían desprender varios usos. Durante las primeras horas era

extremadamente venenoso, propiedad que utilizaron los taínos cuando las tribus deci-

dieron acudir al suicidio colectivo para escapar de las crueldades de los conquistadores.

Esta propiedad también podía ser usada en la pesca, como medio cómodo para capturar

abuelo. Una de las representaciones de esta deidad, las piedras de tres puntas o trigono-

litos, muestra una figura humana inserta en el cuerpo del tubérculo, que se nutre de la

tierra y genera un retoño en su parte superior. Por tal razón, estos ídolos se enterraban

en los conucos para propiciar cosechas abundantes y, consiguientemente, el bienestar de

la comunidad.

La preparación del casabe

La elaboración del casabe a partir de la yuca amarga conllevaba un exigente proceso de

elaboración. Esa labor era realizada exclusivamente por mujeres, las cuales también

intervenían en fases finales del trabajo agrícola. Adicionalmente, al igual que en la

generalidad de los pueblos americanos y del mundo, la fabricación de cerveza derivada

Preparación

del casabe.

G. Benzoni,

La historia

del Nuevo Mundo.

de la yuca era potestad exclusiva de las mujeres taínas, y estaba estrechamente asociada

con las claves del sistema alimenticio.

El proceso de preparación del casabe se iniciaba con la recolección de la yuca en los

montones por parte de mujeres.A continuación procedían a pelar y rallar el tubérculo,

con ayuda de un guayo, instrumento fabricado con roca porosa de origen volcánico, del

cual hay abundantes ejemplares en los museos arqueológicos del país.

El siguiente paso consistía en extraer la sustancia venenosa, colando la masa dentro de

una manga de cestería denominada cibucam, que permitía exprimirla y desprender el

Burén taíno

para el cocimiento

del casabe.

Cibucam taíno

para la preparación

del casabe.

Page 30: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|57|La cerveza aborigen de las Antillas|Capítulo 2Capítulo 2|La cerveza aborigen de las Antillas|56|

los peces. Pero casi todo el jugo se conservaba para someterlo a ulteriores transforma-

ciones. La principal de ellas, por lo que se puede desprender de las crónicas, era el tipo

de cerveza que comúnmente consumían.

Variedad de cervezas de la yuca

Las investigaciones etnohistóricas y etnográficas sobre las comunidades aborígenes

sudamericanas muestran que había entre ellas una gran variedad de procedimientos de

preparación de cerveza. Como se ha visto, en el capítulo relativo a la evolución histó-

rica de la cerveza, tras la conquista española del siglo XVI estos tipos de cerveza se

conocieron con el término genérico de chicha.Ahora bien, mientras en los pueblos de

zonas montañosas, con un nivel evolucionado de desarrollo histórico, la chicha se ela-

boraba del maíz, en las llanuras selváticas de cuencas de grandes ríos predominaban las

cervezas hechas a partir de la yuca. De todas maneras, los cronistas españoles informan

que también entre pueblos selváticos se fabricaban cervezas del maíz. En sentido inverso,

prácticamente no había pueblos de mesetas que fabricaran cerveza de la yuca.

Las etnias de las zonas de llanura que fabricaban cerveza de yuca eran innumerables, ra-

zón por la cual podía haber una variedad considerable de cervezas de este tipo, extraídas

tanto de la yuca amarga como de la yuca dulce.3 Los procedimientos y las sustancias uti-

lizadas para la confección de la cerveza y la fermentación podían variar.

Como principal materia prima podían usarse la masa de la yuca dulce en estado natural,

el almidón de ambos tipos de yuca, el casabe o el jugo extraído de la yuca amarga en

el proceso de preparación del casabe. De la misma manera, se podía simplemente dejar

el líquido fermentando al aire libre o bien utilizar alguna sustancia para acelerar el

proceso, como podía ser la saliva humana. Por último, mientras algunas chichas se pre-

paraban a partir únicamente de uno de los productos de la yuca, otras incorporaban

frutas, bayas, raíces y hojas, tanto para ayudar a la fermentación como, sobre todo, para

conferirle un sabor más agradable.

Dentro de esta clasificación había dos tipos básicos de cerveza, al margen del ingrediente

principal utilizado. En el primero se procedía a hervir el líquido, dentro del cual se

depositaba la materia prima, tras lo cual podía haber ulteriores procesos de preparación.

El segundo era más sencillo, ya que simplemente se dejaba el líquido al aire libre, a fin

de que fermentara y se produjera espontáneamente la cerveza. En el primer tipo lo más

común era hervir una o más veces el agua en que se depositaba la sustancia principal,

sin importar que se tratase de trozos de yuca, almidón, casabe o el mismo jugo de la

yuca. A veces estas sustancias podían someterse a procesos previos de preparación. Era

el caso de la cerveza elaborada con casabe intensamente tostado o que se había dejado

descomponer entre cenizas. En otras, después de hervido, el compuesto muy concen-

trado se diluía en agua fría, a fin de obtener el producto deseado.

De la misma manera, podía haber múltiples variantes cuando no se hervía el compuesto.

A veces la fermentación se llevaba a cabo previamente, mediante la descomposición de

la materia prima. En otros casos, la fermentación se aceleraba con ayuda de saliva, con

lo que el tiempo de exposición al aire libre se reducía.

A pesar de esta variedad de chichas de la yuca, había importantes rasgos comunes entre

todas ellas. Invariablemente, de acuerdo a la evidencia etnográfica, la graduación alco-

hólica de estas cervezas era reducida, entre dos y cuatro grados,4 en su mayor parte más

próximas a la primera medida. Otro rasgo común era la asociación de su consumo con

Confección

de cerveza por

mujeres taínas.

Según G. Benzoni.

Page 31: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 2|La cerveza aborigen de las Antillas|58| |59|La cerveza aborigen de las Antillas|Capítulo 2

ocasiones festivas. De la misma manera, en todas las variantes, hasta donde se ha podi-

do establecer, se ingerían considerables cantidades de cerveza, a lo largo de varios días,

dando por resultado un estado generalizado de embriaguez.

La cerveza taína del jugo de yuca

La información proporcionada por los cronistas permite determinar el tipo particular

de cerveza de yuca que consumían los taínos antillanos. El autor más preciso al respecto

es Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista oficial de las Indias y alcaide de la Fuerza de

Santo Domingo, quien ofrece detalles en relación a la confección de la cerveza a partir

del jugo de la yuga amarga.

Se puede suponer que esa bebida debía ser antiquísima, dada su vinculación con el prin-

cipal género agrícola de los taínos y demás arahuacos insulares. Es probable que desde

que hicieron entrada en las islas, hace poco más de dos mil años, trajeran anexa esta

cerveza a la confección del casabe

No es de descartar que alguna variante de cerveza fuera ya usada con anterioridad a la

llegada de los arahuacos, esto es, por las etnias que han recibido el nombre genérico de

ciboneyes, pueblos preagrícolas y proto-alfareros. Dentro del ecosistema antillano exis-

tían diversas plantas usadas por los pobladores preagrícolas arcaicos, como la guáyiga y

el corozo, atestiguadas por los restos de polen en los yacimientos arqueológicos, de las

cuales perfectamente se podía fabricar alguna variedad de cerveza. Sin embargo, ninguna

indicación precisa se puede avanzar, ya que las descripciones de los restos de aborígenes

arcaicos, localizados en el extremo suroccidental de la isla al momento de llegar los

españoles, por desgracia son harto escuetas.

El uso del jugo extraído de la yuca amarga en la preparación del casabe como materia

prima básica de la cerveza taína resultó absolutamente lógico.Y es que, siendo el casabe

un alimento de confección diaria, existía una disponibilidad abundante. De todas ma-

neras, su utilización requería de un proceso ulterior de preparación, puesto que solo

después de hervido dos o tres veces pierde las propiedades tóxicas.Aparentemente, por

lo que se puede inferir de las descripciones de los cronistas, ese jugo se utilizaba coti-

dianamente como una sopa, que debía beberse caliente, pues consideraban que si se

dejaba enfriar provocaba mala digestión.

Cuando, en vez de tomarlo como sopa, sometían el jugo a otro proceso, obtenían una

bebida espirituosa, con dos variantes, una dulce y otra agria, como está bien descrito en

la monumental Historia general y natural de las Indias.

«Si cuando este zumo salió, lo cuecen tanto que mengüe dos partes, e lo ponen al sereno

dos o tres días, tórnase dulce, o aprovéchanse dello, como de licor dulce, mezclándo-

lo con los otros manjares; y después de hervido y serenado, si lo tornan a hervir e

serenar, tórnase agro aquel zumo, e sírveles como vinagre o licor agro, en lo que quie-

ren usar del sin peligro alguno.»5

Fernández de Oviedo acota que el proceso de fermentación contenía otros requeri-

mientos para que se obtuviera el licor dulce o el amargo: «Esto de tornarse dulce e agro

consiste en los cocimientos.» Por lo visto, había fórmulas de difícil dominio para la

obtención del producto, tanto que, en el contexto de extinción acelerada de la pobla-

ción aborigen para el momento en que redactó esas páginas, seguramente a inicios de la

década de 1540, «estas experiencias pocos indios las saben ya hacer, porque los viejos

son muertos e porque los cristianos no han menester...»

De todas maneras, de la cita de Fernández de Oviedo se obtiene un cuadro de las dos

variantes de la cerveza del jugo de yuca. Si se hervía una sola vez, se obtenía un licor

dulce, y si se volvía a hervir era que se producía la variante agria.Ambos tipos eran por

igual cerveza, aunque Fernández de Oviedo los menciona erradamente como licores,

por el hecho de tener cierta graduación alcohólica. La fermentación se llevaba a cabo

de forma natural, por medio del contacto con el aire. El tipo dulce, por lo que refiere

el cronista real, se consumía como un licor con otros bienes alimenticios; el amargo

podía ser utilizado alternativamente como un vinagre, por lo que también podía utili-

zarse en procesos culinarios.

No está suficientemente establecido si se trataba de la única bebida con algún contenido

alcohólico que fabricaban los taínos y demás etnias que poblaban la isla. Cuando se

refiere a otras variantes de bebidas fermentadas de maíz o yuca, Fernández de Oviedo

no menciona a la Isla Española, sino a distintos lugares del continente. Por ejemplo,

refiriéndose al «vino de maíz», indica que se hace en la provincia de Cueva de Tierra

Firme.Y cuando menciona la fabricación de una bebida a partir de trozos de casabe,

producto común entre aborígenes de zonas selváticas, dice: «asimismo en cierta parte de

la Tierra Firme se hace muy buen vino del cazabi.» De haber tenido noticias de usos

del maíz y del casabe en la fabricación de licores entre los taínos, lo más probable es

que el cronista lo hubiera indicado expresamente, ya que, como habitante de la ciudad

de Santo Domingo, sus descripciones del mundo americano tenían por principal punto

de referencia lo que había acontecido en la isla.

Luis José Peguero, rústico historiador dominicano de mediados del siglo XVIII, general-

mente basado en Antonio de Herrera, afirma que los aborígenes de la isla preparaban

un licor embriagante a partir del maíz.6 Añade este singular historiador criollo que

Page 32: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 2|La cerveza aborigen de las Antillas|60| |61|La cerveza aborigen de las Antillas|Capítulo 2

también confeccionaban otras bebidas a partir de hierbas. El tema está pendiente de

resolución, aunque hay razones de poner en duda las afirmaciones de Peguero, quien

incurre en frecuentes errores.

Sin embargo, las imágenes contenidas en el texto de Girolamo Benzoni relativas a la

fabricación del «vino», por mostrar un metate, pueden sugerir que se estaba en presencia

de un conocimiento del maíz, aunque también pueden ser el resultado de arcaísmos del

autor.7 En cualquier caso, el hecho de que se repitan imágenes de la fabricación del ti-

po autóctono de cerveza es indicativo de la importancia que tenía ese producto en la

vida cotidiana de los taínos. Por otro lado, las ilustraciones confirman que la fabricación

de la cerveza era oficio exclusivo de las mujeres, de acuerdo al patrón de división del

trabajo entre los taínos.

El uso festivo

Es casi seguro que la cerveza era consumida entre los taínos exclusivamente con motivo

de festividades. El cronista Mártir de Anglería informa que estas eran frecuentes, pues se

asociaban a sacrificios o expresiones de gracias por los parabienes de los dioses.8 Las fies-

tas recibían el nombre de areítos, por el tipo de poemas cantados en ellas, en los cua-

les se aludía a la memoria de la colectividad y a los valores colectivos de sus integran-

tes. Los areítos, como era usual entre los indios de la zona amazónico-orinoca, tenían

una duración de varios días, durante los cuales se consumían grandes porciones de los

bienes acumulados por la colectividad tribal. Eran invariablemente presididos por los

caciques y se celebraban en su honor y en el de los dioses, a quienes se ofrecían ple-

garias y sacrificios, tras lo cual se celebraba su magnificencia. A menudo la fiesta era

ofrecida a tribus vecinas, como parte del despliegue del prestigio de un cacique, quien

daba muestra de su generosidad.

Las descripciones de los areítos muestran que los participantes se embriagan.Y aunque

el texto de Mártir, el que mejor trata esta ceremonia, no lo indica de manera expresa,

es seguro que bebían la cerveza hecha del jugo de la yuca amarga.

En este punto el uso de los taínos no divergía del que los etnógrafos han descrito en

América del Sur. Entre las etnias de zonas selváticas el consumo de la cerveza de yuca

generalmente se limitaba a las ocasiones festivas.9 Sin embargo, se ha establecido que en

América del Sur normalmente la ingesta de cualquier variedad de chicha excluía el

consumo de alimentos, aun cuando las fiestas se prolongasen durante días. La práctica

del ayuno se corresponde con el reconocimiento de propiedades nutritivas de la cerveza

de yuca, como es lo común en la ponderación de la cerveza entre pueblos de lugares y

épocas muy distintos. Sin embargo, el ayuno no es reportado por los cronistas para los

areítos taínos, descritos como ocasión de grandes comilonas.

El consumo de cerveza en los areítos taínos permite inferir que la bebida era almace-

nada en cantidades considerables antes de las festividades, puesto que el consumo era

muy abundante a lo largo de días, lo que excluye que el abastecimiento se asegurase con

bebida producida en escasos días previos. Seguramente utilizaban numerosos recipientes

para la conservación de la cerveza.

Areíto de taínos.

De Bry, América.

Page 33: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|63|Cuatrosiglos sin pro-

|63|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

3Palacio Consistorial

de Santo Domingo.

1872.

Desinterés durante la colonia

La variedad de cerveza derivada de la yuca amarga dejó de ser elaborada por los aborí-

genes tiempo después de la conquista española El cronista Gonzalo Fernández de

Oviedo, siempre la principal fuente de estos procesos, refiere lo siguiente:

«Estas experiencias pocos indios las saben ya hacer porque los viejos son muertos e

porque los cristianos no lo han menester, porque para agro, hay tantas naranjas y limo-

nes en la Isla..., ni para hacer licor dulce mucho menos, por haber tanto azúcar en la

Isla; y así se ha olvidado lo que en estos dos casos de dulce e agro servía el zumo de

la yuca.»1

Por lo que se puede inferir de este texto de Fernández de Oviedo, el desarraigo a que

fueron reducidos los taínos conllevó la pérdida de tradiciones culturales prehispánicas

entre los nacidos tras la conquista española. Como ya se mencionó, el cronista explica

que la cerveza del jugo de yuca fue uno de esos componentes culturales extinguidos, a

CUATRO SIGLOS SINPRODUCCIÓN DE CERVEZA

Page 34: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|65|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|64|

causa de la complejidad de su proceso de elaboración. En las condiciones de pauperi-

zación en que quedó la comunidad aborigen, esta cerveza autóctona dejó de ser con-

siderada un producto de primera necesidad, o tal vez resultó vedada en razón del inten-

sivo régimen de trabajo de la encomienda.

Ahora bien, para explicar la discontinuidad del producto a lo anterior deben agregarse

otros factores vinculados a las características de la sociedad colonial temprana. El más

importante radicó en el contexto de valores y normas culturales trasplantados por los

españoles a las tierras americanas. Pese a que, como también lo pone de relieve Fernán-

dez de Oviedo, desde muy pronto los españoles que se radicaron en la isla adoptaron

patrones culturales inéditos, acordes con la nueva ubicación geográfica y con sus inte-

reses particulares, además del idioma y la religión mantuvieron no pocos usos culturales

traídos desde la Península.Aunque algunos de esos usos se mantuvieron exclusivamente

entre los círculos dirigentes de burócratas y hacendados, no dejaban de formar parte del

mosaico cultural local, por lo que contribuían a condicionar manifestaciones del con-

junto de la colectividad.Y por lo visto, los españoles en Santo Domingo no mostraron

interés en consumir la cerveza de la yuca amarga.

En lo que respecta a las bebidas, España tenía la peculiaridad de encontrarse fuera de la

geografía cervecera europea. La península ibérica formaba parte de la franja vinícola del

Mediterráneo, que antecedía a la civilización griega y que se había extendido por las

costas acompañando el sistema comercial y de colonización. Para fines de la Edad Media,

la fabricación de cerveza en España, al igual que en otros países meridionales, continuaba

siendo una actividad secundaria, carente de impacto en las costumbres básicas del grueso

de la población, en contraste con lo que sucedía entre el norte de Francia y los países

escandinavos. Ciertamente, en España la cerveza era un bien conocido desde la entrada

de las tribus bárbaras, entre las cuales sobresalieron los visigodos. Pero estos no alteraron

los aspectos claves de la conformación cultural romana.

Por otra parte, España se segmentó del resto de Europa occidental a consecuencia de la

invasión árabe del año 711, lo que la llevó a incorporarse al vasto mundo islámico,

donde formalmente estaban proscritas todas las bebidas alcohólicas. De tal manera, la

presencia árabe, durante casi toda la Edad Media, constituyó uno de los motivos para

que la cerveza tuviese menos incidencia en España que en otros países de Europa. Desde

fines de la Edad Media, a medida que las huestes cristianas avanzaban desde el norte, la

cerveza recuperó posiciones, pero en una medida netamente inferior a la del resto de

Europa.Al igual que en países de América Latina, vino a ser avanzado el siglo XX cuan-

do esa bebida ganó amplio ascendente en España.2

No siendo un artículo de amplio consumo en España, se entiende que los españoles

instalados en América no demandaran la importación de cerveza, a diferencia de mu-

chos otros artículos alimenticios y bebidas. Tras la consolidación de su dominio en

Santo Domingo, los españoles siguieron consumiendo pan y vino –para poner dos ar-

tículos de importancia–, pero hasta donde es posible establecer, no demandaron la im-

portación de cerveza. La misma razón explica que no se desplegara ningún intento co-

nocido para su fabricación en la isla, o la recomposición de la que encontraron pro-

ducida por los aborígenes a partir de la yuca amarga. El clima tórrido no era favora-

ble para la extensión del universo cervecero en la isla, ya que resultaba difícil la con-

servación de bebidas fermentadas. Más compleja, para no decir que imposible, era la

producción de la cebada, de lo que dieron señal experimentos fallidos con cereales eu-

Bohío con

campesinas

en el siglo XIX.

ropeos en el valle de San Juan. La producción de aguardientes a partir del guarapo de

la caña de azúcar se adecuaba mucho más a las condiciones vigentes del medio geo-

gráfico y de la estructura agraria que la eventual búsqueda de materias primas alterna-

tivas para la producción de cerveza. Aun en territorios templados, fuera de los límites

del trópico, como el sur de los Estados Unidos, por razones climáticas la cerveza no

prosperó durante los siglos XVI-XVIII.3

Acordes con sus costumbres originarias, los españoles residentes en la isla y sus descendien-

tes criollos se mantuvieron fieles al consumo del vino durante sucesivas generaciones.

Page 35: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|67|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|66|

cereales en diversos momentos del siglo XVI, finalmente los medios dirigentes isleños

renunciaron a promover una producción de trigo que permitiera el autoabastecimien-

to en pan.9 Es cierto que, como se ha visto, en Africa subsahariana se fabricaba cerve-

za, pero los africanos traídos a América no pudieron acompañarse de los géneros que

les servían de materias primas, como el millo, al tiempo que su condición de esclavos

les impedía recrear sus usos culturales, estando en la obligación de adoptar los que les

imponían los amos. Dado que los patrones culturales metropolitanos condicionaban la

vida colonial, la cerveza se asociaba a parámetros inasimilables.

Las relaciones descriptivas de las costumbres de la época colonial, así como documentos

que ilustran acerca de la vida cotidiana, entre los que sobresalen los de los archivos de

las villas del Este, como Bayaguana e Higüey, muestran que la bebida que mayor arraigo

Aunque durante la colonia el grueso de la población –compuesto de descendientes de

africanos, mulatos y criollos pobres– no tenía acceso al vino, para los sectores superiores

era un artículo catalogado como de primera necesidad. En los registros que se han con-

servado de embarques de mercancías llegadas desde la Península es común encontrar

pipas de vino.Asimismo, en las escasas descripciones de la vida cotidiana durante el si-

glo XVI se observa que el vino constituía un artículo de uso deseablemente cotidiano, al

igual que en la metrópoli, aunque desaparecía cuando se registraban contratiempos en la

navegación.4 Su ausencia en el mercado, por tanto, se interpretaba como una situación

de gravedad en los asuntos económicos del país.

Pero el vino no podía arraigar por tratarse de un bien importado, en circunstancias en

que el comercio internacional resultaba forzosamente restringido, fuera a causa de los

elevados costos de los fletes transoceánicos, como de la pobreza en que quedó sumido

Santo Domingo desde las postrimerías del siglo XVI. A medida que pasaba el tiempo,

por consiguiente, fue disminuyendo el consumo del vino. Por un lado, el comercio

directo con la metrópoli quedó casi del todo paralizado durante varias décadas a partir

de 1650; por el otro, los sectores criollos superiores debieron prescindir del lujo que re-

presentaba el consumo de ese producto a causa de la pobreza en que quedaron con la

depresión del siglo XVII, a lo que se añadió el hecho de que, con el tiempo, adquirie-

ron nuevos gustos.

De acuerdo a lo anterior, para mediados del XVII se inició una tendencia hacia el pro-

gresivo abandono del vino. De acuerdo a Juana Gil Bermejo, quien ha compilado in-

formaciones del comercio exterior de la isla durante la primera mitad del siglo XVII,

todavía durante ese extenso período se importaban cantidades significativas de pipas de

vino.5 En contraste con ese panorama, las crónicas del siglo XVIII no destacan el con-

sumo del vino en los diminutos estratos dirigentes criollos.6 Aun así, para fines del

XVIII, de acuerdo a las estadísticas compiladas por Máximo Coiscou, seguían importán-

dose cantidades exiguas de la bebida,7 denominadas «caldos», por 55,000 reales el pri-

mer semestre de 1789. De la misma manera, está consignado que la Compañía de Bar-

celona en las décadas de 1750 y 1760 traía aún pequeñas cantidades de vino.8

Sin embargo, el vino español no fue sustituido por cerveza o cualquier bebida local

equivalente. Por lo menos, sin importar condiciones sociales o conceptos culturales, los

dominicanos de entonces no acudieron a la fabricación de cerveza. Sin duda operó, en

primer lugar, el factor climático, al asociarse la cerveza conocida en el continente eu-

ropeo con un clima frío o, por lo menos, templado.Adicionalmente, faltaba en la isla un

cereal que sirviera como materia prima.Aunque se ensayó reiteradamente el cultivo de

tomó entre los dominicanos fue el chocolate, lo que seguramente se generalizó duran-

te el siglo XVII, momento en que el país se hizo uno de los principales productores de

cacao. Los inventarios de ajuar de la época, sin importar que se tratara de hogares de

magnates o de simples libertos, normalmente incluyen un almirez destinado a la prepa-

ración de la bebida. El chocolate se consumía mayormente durante la mañana como

bebida energética.

También debió cobrar cierta importancia la infusión de jengibre, aunque en la docu-

mentación tiene menos peso que el chocolate. El país se hizo un importante productor

Ingenio azucarero

del siglo XVI.

De Bry, América.

Page 36: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|69|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|68|

de jengibre durante las décadas finales del siglo XVI, y desde entonces es de suponer que

se comenzó a preparar la infusión con fines medicinales o de salud, aunque también se

le debió dar ya el uso actual, vinculado a horas de fresco, temprano en las mañanas y las

noches, por lo que se asocia en buena medida con el período navideño. Como lo re-

gistran algunas crónicas de franceses e ingleses, entre fines del XVIII e inicios del XIX

comenzó el consumo del café, cuyo cultivo fue traído por franceses provenientes de

Saint-Domingue.

Por último, como se anotará en el siguiente capítulo, aunque no hay mención en los

documentos hasta ahora consultados, es posible que ya en el período colonial hubiera

comenzado la elaboración de algunas bebidas refrescantes, sin componente alcohólico,

que se conocen hoy con el término genérico de mabí.

Desde inicios del siglo XVI, haciendo abstracción del escaso consumo de vino, quedó

como bebida espirituosa universal toda aquella que se extraía del jugo de la caña de

azúcar.Al referirse a la desaparición de la cerveza taína de yuca, Fernández de Oviedo

explica la ausencia de equivalentes durante los tiempos coloniales porque los pobladores

de la isla acudieron a la caña de azúcar como materia prima de bebidas alcohólicas.

El cultivo de la caña se tornó en el principal sustento económico de la isla a partir de

aproximadamente 1520. Por consiguiente, la incidencia de este producto en la vida

colonial fue amplia y multiforme, y se extendió a la elaboración de bebidas alcohólicas.

Las descripciones de la vida cotidiana confirman la aseveración del cronista. Se sabe que

hubo varias fórmulas para la fabricación de aguardientes a partir del guarapo, una de las

cuales vino a ser el ron. La producción de aguardientes se intensificó sobre todo en el

siglo XVIII.10 Estas bebidas gozaron del aprecio de nativos y extranjeros que frecuenta-

ban el país, aprecio no ajeno a la falta de oferta de bebidas importadas, con excepción

del vino. Por tanto, la producción de estas bebidas espirituosas se tornó en una impor-

tante actividad económica, al grado de que una porción considerable de los trapiches

existentes a fines del siglo XVIII, como lo refieren Sánchez Valverde y Moreau de Saint

Méry, estaban dedicados exclusivamente a su fabricación.11

Por lo demás, la ausencia del consumo de la cerveza se puede comprobar en los registros

comerciales. Indagaciones hechas en los registros de los embarques desde Sevilla y Cádiz

hacia Santo Domingo en los siglos XVII y XVIII arrojan que no se encontró una sola

mención de cerveza.12 La indagación en cuestión confirma lo ya antes establecido, en

términos generales, por Juana Gil Bermejo, cuyos cuadros de importaciones no incluyen

cerveza. Una situación similar se observa en las informaciones compiladas por Antonio

Gutiérrez Escudero, en su excelente síntesis acerca de las primeras décadas del siglo

XVIII.13 Los productos agrícolas y alimenticios que este autor registra son harina, cacao,

azúcar, carne salada, sal, pescados, especies y vinos.14

Sin embargo, la cerveza no era del todo desconocida, y lo sintomático radica en que

no fuera demandada por los habitantes de la isla. Al menos es probable que quienes

entablaron relaciones comerciales con los holandeses, a lo largo de las últimas tres

décadas del siglo XVI y los primeros años del XVII, probaran reiteradas veces el pro-

ducto, consumido por esos navegantes extranjeros durante sus prolongadas travesías.

Las denuncias de funcionarios sobre el intenso contrabando que se llevaba a cabo

en las costas del Norte y el Oeste de la isla, enumeraban como mercancías con-

trabandeadas tejidos, artículos de piel, harina, útiles de metal y esclavos, pero nun-

ca cerveza. Si el producto que los holandeses daban a conocer a sus amigos americanos

Bucanero

del siglo XVII.

Page 37: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|70| |71|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3

insulares les gustaba a estos últimos, no fue al grado de que constituyera un renglón

de las relaciones de intercambio que sostenían.

En el caso de los comerciantes ingleses que practicaban el contrabando desde Jamaica

por las desembocaduras de los ríos meridionales, entre las décadas finales del XVII y las

primeras del XVIII, está registrado documentalmente que llevaban cargamentos de cer-

veza para su consumo, seguramente traídos de América del Norte. En los tiempos en

que había un estado de guerra entre las coronas española y británica, esos buques con-

trabandistas eran hostigados por corsarios dominicanos autorizados por la Real Audien-

cia. Al cabo de cierto tiempo los hostigamientos de los corsarios criollos tuvieron por

resultado la desaparición del contrabando por las costas meridionales. Coadyuvó a ello,

igualmente, que iba cobrando importancia el comercio con la vecina colonia francesa

de Saint Domingue, terminada de consolidar en las postrimerías del XVII.

Resulta sintomático que la única noticia que se ha tenido de consumo de cerveza entre

los dominicanos del XVIII fuera la de que se decomisaba a las naves contrabandistas pro-

venientes de Jamaica o la encontrada en los buques mercantes capturados mientras rea-

lizaban travesías hacia colonias británicas en el Caribe y América del Norte. Es proba-

ble, además, que entraran cantidades reducidas de cerveza a Santo Domingo y Monte

Cristi, puertos declarados libres a mediados del siglo XVIII. En el último se establecie-

ron mercaderes extranjeros, lo que torna más factible que se consumiese cerveza, aun

fuese en cantidades minúsculas. Pero los decomisos o los ocasionales conocimientos de

la bebida de la malta a través del contacto con franceses y comerciantes extranjeros no

tuvieron efectos de significación para que pasara a ser un artículo de consumo frecuen-

te, ni siquiera en las postrimerías de los tiempos coloniales.

Esto último se comprueba en las estadísticas compiladas por Rosario Sevilla Soler y

Máximo Coiscou acerca del comercio exterior de Santo Domingo en la segunda mitad

del XVIII. La historiadora española presenta cuadros acerca de las mercancías importadas,

y no aparece mención alguna de la cerveza.15 Por su parte, el historiador dominicano to-

ma exclusivamente los años previos al Tratado de Basilea de 1795, todavía con un acep-

table nivel de detalle, manteniéndose la misma situación, pese a que ya se habían insti-

tuido las primeras medidas de comercio libre, lo que permitía cierto nivel de intercam-

bio con posesiones no españolas, como Curazao. Al parecer, ni siquiera de esos luga-

res se recibía cerveza a fines del XVIII.16

En resumen, la cerveza fue sencillamente un ausente entre los dominicanos hasta los

inicios del XIX.

Introducción del consumo de la cerveza

Tras el Tratado de Basilea de 1795, por medio del cual España cedió a Francia su pose-

sión de Santo Domingo, se entró en una fase de extrema inestabilidad y pobreza, a causa

del cierre del comercio fronterizo y la emigración de la mayoría de las personas de ele-

vado nivel social.Al mismo tiempo se registró una apertura al comercio internacional, eli-

minándose las restricciones que tradicionalmente había impuesto la Corona española.

Este cambio obedeció fundamentalmente a las condiciones accidentadas en que se

desenvolvió el país a lo largo de esos años. Durante la administración francesa, iniciada

en 1802, se abrió el comercio directo con Estados Unidos. En cambio, su caída, en

1809, y la restitución de la dominación española conllevaron el establecimiento de

relaciones comerciales con Gran Bretaña, de acuerdo con las cláusulas del acuerdo firma-

do por el gobernador Juan Sánchez Ramírez y el general británico Hugh Carmichael,

lo que también comportó el establecimiento de mercaderes de ese país, el primer

peldaño en la formación de una clase profesional de comerciantes en el siglo XIX.

Hay que precisar, sin embargo, que la formación de la clase de mercaderes constituyó

un proceso lento, a causa de la extrema pobreza en que había quedado sumido el país.

Las operaciones de exportación por los puertos habilitados, fundamentalmente Santo

Domingo y Puerto Plata, se circunscribían a pequeñas cantidades de tabaco y caoba,

como se muestra en los datos recogidos por los primeros periódicos, publicados entre

1820 y 1821.17 Las importaciones eran exiguas y se limitaban, en lo fundamental, a te-

jidos y alimentos manufacturados. En ninguna fuente de los períodos de la «España Bo-

ba», entre 1809 y 1821, o de la dominación haitiana, entre 1822 y 1844, aparecen in-

formaciones relativas a la cerveza, señal inequívoca de que la masa de la población se-

guía ajena a su consumo, no obstante la apertura al comercio con el resto del mundo.

De todas maneras, el establecimiento permanente de comerciantes extranjeros introdujo

un cambio de importancia, pues muchos de ellos, con toda seguridad, eran consumidores

de cerveza. Fueron ellos los introductores del consumo de la bebida en el medio domi-

nicano. Por consiguiente, aunque en pequeñas cantidades, comenzó a importarse cer-

veza, lo que debió acontecer sobre todo durante la década inicial del período haitiano,

cuando se amplió considerablemente el comercio exterior, a tono con la superación

parcial de la depresión económica y demográfica que había arrancado dos décadas antes.

Una parte de esos comerciantes provenía de países europeos cerveceros. En la ciudad de

Santo Domingo, entre otros, eran sefardíes holandeses establecidos en Curazao, y judíos

de la colonia danesa de Saint Thomas, y en Puerto Plata, junto a estos últimos, había tam-

bién alemanes e ingleses. Esos orígenes coincidían con los centros de la manufactura de

Page 38: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|72| |73|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3

cerveza en Europa, con escasas excepciones, como Bélgica,Austria y Checoslovaquia. El

único contingente importante de comerciantes extranjeros proveniente de una zona no

cervecera era el de los catalanes, de connotada presencia hasta avanzado el siglo XIX.

Los mercaderes extranjeros constituían el eslabón dirigente local del sistema económico

estructurado de acuerdo con el libre comercio, lo que entonces se circunscribía a las

naciones industriales de Europa y Estados Unidos. Ahora bien, el comercio con esas

naciones en gran medida se realizaba a través de Curazao y Saint Thomas; por tal razón,

los comerciantes de esas islas pasaron a representar, in situ, el ideal de progreso que al-

bergaban los débiles sectores dirigentes locales.

Estos comerciantes, aunque en pequeño número y restringida su presencia a unos pocos

centros urbanos, en lo fundamental fueron los introductores de estilos de vida prove-

talmente predicada por los intelectuales de tendencia liberal. Ulises Francisco Espaillat,

uno de los publicistas y ensayistas más agudos de las décadas posteriores a la Independen-

cia, propugnó decididamente por la adopción de los patrones de las «naciones cultas» de

Europa y los Estados Unidos. Por eso, abominó de las diversiones vigentes entonces, co-

mo las riñas de gallos y el merengue. Igualmente,Eugenio María de Hostos, el sabio puer-

torriqueño que adoptó a plenitud la condición de dominicano, rompió lanzas contra las

muestras de «barbarie» de los dominicanos, sobre todo la gallera y el fandango.19 Si bien

ambos eran abanderados del nacionalismo, lo hacían bajo el supuesto de que la autono-

mía nacional debería ser el medio ideal para inocular los principios del progreso en el

pueblo. Pedro Francisco Bonó, otro de los pensadores de aquellas décadas, identificaba la

diferencia entre los pueblos haitiano y dominicano en que el primero se sustentaba en

nientes de las metrópolis, los cuales conllevaron cambios de magnitud respecto a las

costumbres provenientes de la época colonial. Así lo apreció el primer enviado del

gobierno de Estados Unidos ante el Estado Dominicano, refiriéndose a los comerciantes

extranjeros de Puerto Plata: «Los pocos americanos y alemanes que han vivido allí

durante algunos años han introducido comodidades y lujos a los que son ajenos los

naturales y que empiezan débilmente a imitar».18

Así, entre los círculos ilustrados se hizo crucial que el país se abriera a las corrientes uni-

versales del progreso que emanaba de los países industriales, postura que fue fundamen-

un «exclusivismo racial», mientras el segundo tenía una sustancia cosmopolita que lo ha-

cía preferir la raza blanca como componente indispensable para el progreso.20

Tiempo después, el economista catalán José Ramón Abad, también proveniente de

Puerto Rico y asimilado como dominicano, razonó acerca del imperativo de vencer,

por medios institucionales y legales, la tendencia al aislamiento para lograr la apertura

hacia el exterior como condición para el progreso:

«Esto no obstante, criados y nutridos los dominicanos con las ideas de aislamiento, las

leyes que se fueron dando revelan la lucha entre las grandes aspiraciones de entrar en

Mercado en

el Río Ozama.

Puerto de

Santo Domingo.

C. 1865.

Page 39: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|75|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|74|

consorcio con las naciones civilizadas, y el recelo al elemento extraño.Así, estas leyes no

han sido todo lo completas que requería el fin á que iban dirigidas.

Por consecuencia necesaria estas leyes tienen que sufrir la depuración de sus naturales

defectos, siguiendo la marcha progresiva de ilustración, que ha venido estableciendo

reglas y preceptos en armonía con nuestro modo de ser político y con las ineludibles

exigencias del engrandecimiento de la República.»21

Por lo que se desprende de un fragmento de un texto de Espaillat, la cerveza pasó a ser

visualizada por los segmentos ilustrados como un artículo relacionado con los principios

del progreso de que eran portadoras las naciones europeas. Con este enunciado comen-

zó una de las temáticas de mayor consistencia alrededor de la introducción y extensión

del consumo de cerveza entre los dominicanos: la de su asociación con niveles deseables

ellas la génesis del consumo de la cerveza. Sin embargo, a su juicio, con todo lo impor-

tante que ha sido la adopción de este artículo de ingleses y alemanes, todavía no tras-

pasaba un medio camino hacia la civilización.

«Por los años de 1830 a 1835 apenas se bebía cerveza, a menos que no fuesen algunos

enfermos y los extranjeros, y aún estos con templanza y moderación. Invádenos la civi-

lización de repente y en un santiamén nos dimos a tomar del caldo aquel con tantos

bríos, que hoy no nos aventajan ni alemanes ni ingleses, sin que al adoptar esta bebida

favorita de esas dos grandes naciones hayamos tomado ni las buenas costumbres de los

primeros ni el amor a sus libertades de los segundos. Sin embargo nos podemos consi-

derar a medio civilizar mediante una sumita de $20.000 que nos cuesta la cerveza que

nos bebemos anualmente.»22

En los términos de Espaillat el consumo de cerveza de los dominicanos se asemejaba al

de los europeos, lo cual no era el caso ni remotamente. Es plenamente aceptable su cri-

terio, de orden testimonial y de estratégica referencia histórica, acerca del inicio del con-

sumo popularizado de la bebida tras 1835, pero estaba restringida a estratos urbanos muy

limitados. Por lo que se desprende de la información recopilada en la prensa poste-

rior a 1844, se trataba de un artículo de lujo en el contexto de una sociedad en extre-

mo modesta. Únicamente quienes tenían un ingreso monetario bastante elevado podían

acceder al producto, al igual que a otros bienes importados vistos como suntuarios. Al

parecer el naciente gusto por la cerveza a mediados del XIX estaba presente únicamente

en las ciudades donde se encontraba un núcleo de mercaderes extranjeros, básicamente

Puerto Plata, Santo Domingo y, en menor medida, Santiago. La precariedad de los cami-

nos descartaba que se consumiera cerveza en el interior del país, con excepción de San-

tiago. Para ejemplificar la situación, una crónica periodística refiere que todavía en

1890 reinaba la miseria en Moca y alrededores, pues a causa de la mala situación de los

caminos no se podían llevar desde Puerto Plata artículos de primera necesidad, como

arroz, azúcar, jabón y gas, mientras otros aparecían pero a precios excesivos.23

Las primeras marcas consumidas

A falta de estadísticas de importaciones, si se toma la prensa como indicador de la evo-

lución del consumo de cerveza, es probable que este fuera aumentando con el tiempo,

y que la situación descrita por Espaillat, en realidad, se refiriera básicamente a la década

de 1850. Fue entonces cuando, precisamente, comenzó a aparecer información relativa a

la cerveza en los periódicos consultados. Es posible que haya aparecido alguna que otra

mención previa, pero de seguro poco significativa, a juzgar por el vacío que muestra la

de instrucción y cultura. En ese texto, no por casualidad, es Espaillat quien ofrece la

primera información acerca de la introducción del consumo de la cerveza entre los

dominicanos. Registra el prócer que los primeros consumidores eran exclusivamente

los extranjeros, aunque también esporádicamente se usaba con propósitos medicinales.

Y, elocuentemente, para él su adopción por los dominicanos formó parte de la marcha

del progreso.Todo lo que discurre a ese respecto es para ilustrar su reflexión, «algo filo-

sófica», acerca «del modo en que la civilización invade a los pueblos.» Sitúa inequívo-

camente los gérmenes de la civilización en las ciudades, en aval de lo cual identifica en

Destilería

de inicios

del siglo XIX.

Retrato de Ulises

Francisco Espaillat

del doctor

Arturo Grullón.

Page 40: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|77|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|76|

prensa consultada, comenzando por El Dominicano, primer periódico posterior a la inde-

pendencia de la República Dominicana, fundado en 1845.

La hipótesis de que el volumen de importación todavía era exiguo e inestable se obtiene

de la comparación de cifras. El periódico El Progreso, en algunos momentos de 1853

ofrece información cuantitativa de la importación de diversas mercancías «en los últimos

días». Respecto a cerveza se ofrecen cantidades que hoy resultan punto menos que

irrisorias: En la tercera semana de febrero se registra la importación de 440 canastos; a

mediados de marzo, 157; a inicios de abril, 150 y en mayo descendió a 20 canastos.24

Es casi seguro que esos canastos constaban de una docena de botellas, pues esa fue una

unidad utilizada hasta inicios del siglo XX.

En términos relativos, los precios del producto eran bastante elevados, por ende fuera

de la posibilidad de consumo de la generalidad de la población. Por ejemplo, a inicios

de 1853 la botella de cerveza inglesa, al parecer la más consumida entonces, se cotizaba

entre 10 y 12 pesos nacionales.25 En esa época, la moneda nacional tenía una tasa de

cambio de aproximadamente 150 por peso fuerte español. Al año siguiente se especifi-

caba el precio de una docena de botellas de cerveza francesa en 160 pesos.26 Lo que más

incidía en este precio eran los costosos fletes. Hacia la misma época, el flete por canasto

de cerveza estaba en 18 pesos, en tal caso más del 10% del precio al consumidor.

Desde la Anexión a España de 1861 las casas comerciales comenzaron a ofertar sus

existencias por medio de la prensa. El primero en hacerlo fue el catalán Francisco Pou,

con almacén en la Plaza del Mercado no. 47,27 quien recordaba a sus «marchantes y al

público en general» tener en existencia cervezas de «todas clases» a $2.50 la docena y

Porter inglesa a $4.00 la docena.28 Durante la Anexión todas las cotizaciones se hacían

en moneda fuerte, pues se había dispuesto la conversión de la moneda nacional, fuer-

temente devaluada después de 1857. Es interesante que la Porter fuera el primer tipo

de cerveza expresamente mencionado, lo que se reiteró en varias ocasiones, en señal

de que era uno de los preferidos. Pero el mismo Francisco Pou anunciaba meses

después, genéricamente, tener en venta un surtido de marcas de Inglaterra, Alemania

y Francia. Este comerciante ofrecía la cerveza en barriles, canastos, botellas y medias

botellas.29

Francisco Pou no era el único comerciante que anunciaba cerveza en la década de 1860.

Entre otros también lo hizo, en la misma Gaceta de Santo Domingo, el almacén de Miró

y Co., también catalán y localizado en la Plaza del Mercado, «en los bajos del Hotel del

Comercio,» quien ofertaba cerveza inglesa, fundamentalmente en medias botellas.

El incremento de la venta de cerveza no fue ajeno a la consolidación del sector comer-

cial profesional de las ciudades, proceso que se tornaba visible durante los años inme-

diatamente previos a la Anexión a España, a tenor con el dinámico incremento de las

exportaciones, principalmente de tabaco, desde décadas atrás.

Tras la guerra de la Restauración, ocurrida entre 1863 y 1865, la gama de comerciantes

que anunciaban existencias de cerveza fue incrementándose. Es razonable que inmediata-

mente después de la guerra no aparecieran anuncios, pues ello se correspondía con el en-

torno de un país que había quedado en escombros. El reinicio consistente del consumo

parece haberse producido a partir de 1868. El establecimiento de Ricardo Pou, por ejem-

plo, situado en la calle Plateros no. 82, hoy Arzobispo Meriño, segunda arteria comercial

de la ciudad de Santo Domingo, anunció cerveza inglesa a 30 centavos la botella.30

En los años posteriores a la Restauración la zona del Cibao logró una indiscutible

Anuncio a inicios

del siglo XX,

de marca que

se ofertaba

en el país desde

la década de 1860.

Page 41: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|79|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|78|

preeminencia económica, basada en el cultivo del tabaco, que cubría alrededor de dos

terceras partes de las exportaciones totales del país.Varios establecimientos de Puerto

Plata pasaron a anunciar cerveza. Fue el caso de Bertrand Payán y Co., quien vendía

cerveza inglesa en botellas y barriles de siete docenas. Otros comerciantes ofertaban

variedades de envases, como el alemán Thomas Eaichsen, que ofrecía las siguientes po-

sibilidades en ventas al contado:

Cerveza inglesa en barriles de 7 docenas de medias botellas $ 14.00

Cerveza alemana en barriles de 8 docenas de medias botellas $ 14.00

Cerveza alemana en cajas de 3 docenas $ 5.00

Por su parte, el establecimiento de J. R. Hamburger ofrecía las siguientes variedades:

Caja de 24 medias $ 3.75

Caja de 36 medias $ 5.50

Caja de 24 medias $ 5.00 31

En algunas ocasiones comenzaron a aparecer menciones de marcas, lo cual era una

práctica que había asomado apenas pocas décadas atrás en los mismos países de origen.

Todavía lo común era que la cerveza no tuviera una marca específica. Pero en 1872,

cuando se liquidaba el comercio de C. S. Passailaigue y Co., probablemente un nacional

francés, se ofrecía a precio de costo la marca Bobée, por su nombre francés o belga.32

Meses después el mismo Thomas Eaichsen ofrecía otras dos nuevas marcas, como se

observa en su anuncio de mercancías:

Barriles de 8 docenas de medias botellas de cerveza alemana $ 16.00

Docenas de medias botellas de cerveza inglesa Poter 18.00

Cajas de 3 docenas de medias botellas 5.50

Barriles de 4 docenas de un cuarto de botellas de inglesa Tennents 9.00

Barriles de 7 docenas de medias botellas de Allsopp 16.00 33

De tal manera, junto con la Bobée, el inicio de las marcas anunciadas de cerveza incluía

la Tennents, llamada a persistir durante largas décadas, y la Allsopp, de la cual no hay

muchas menciones ulteriores.

En casi todos los casos, debía tratarse de tipos de fermentación alta, que eran los predo-

minantes en Europa antes de la invención del refrigerado artificial, en especial en

Inglaterra, país del cual era originario el grueso de la cerveza importada en aquellas

décadas del XIX, en razón de la hegemonía comercial de la «fábrica del mundo» en el

escenario internacional.

El avance del consumo a fines del XIX

A finales de la década de 1870 el eje del avance económico retornó a la ciudad de Santo

Domingo. Se conjugaron en ello una severa caída de precios del tabaco y la fundación

de ingenios azucareros en los alrededores de la ciudad capital y luego de Azua y San

Pedro de Macorís. Junto al azúcar hicieron aparición nuevos renglones agroexportadores,

principalmente cacao y café, productos que también mostraron un comportamiento

muy dinámico. En lo adelante, la capacidad de venta al exterior dejó de depender del

tabaco, concentrado en los alrededores de Santiago, y de productos tan aleatorios como

la caoba y otras maderas, las cuales escaseaban cada vez más.

La fundación de ingenios marcó la tónica de una inserción más intensa de la economía

dominicana en los circuitos económicos internacionales. Esto dio por resultado un au-

mento abrupto de la circulación de excedentes, lo que redundó en un incremento de la

capacidad de importación de bienes de consumo. El país vivió entonces uno de sus mo-

mentos de mayores ilusiones, a causa de que ese crecimiento económico coincidió con

la instauración del poder de los liberales del Partido Azul, tras la deposición del presiden-

te Cesáreo Guillermo por el adalid restaurador Gregorio Luperón, en octubre de 1879.

La información disponible en el cuadro siguiente pone en evidencia el rápido creci-

miento del consumo de la cerveza, como parte de la breve coyuntura expansiva del

conjunto de la economía. Se pasó, en cuestión de escasos años, a consumir cantidades

Restaurante en

Santo Domingo a

inicios del siglo XX.

Page 42: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

existencias de cerveza, junto a provisiones como queso holandés, ginebra, vinagre, loza,

mantequilla, licores, arroz y frutos secos.38

Ahora bien, ese crecimiento en el consumo de cerveza hay que considerarlo de manera

relativa, pues se daba en el contexto de una sociedad rural y atrasada, carente de una

tradición en el consumo del producto. Pero, justamente, en tal contexto es que cabe

apreciar la novedad de que, de producto esporádico, la cerveza pasara a ocupar un lugar

estable en el consumo de una tenue franja de la todavía reducida población urbana.

Tal cambio estuvo asociado con las variaciones que experimentaron las dimensiones del

aparato económico. Los establecimientos comerciales se multiplicaron y, con ellos, la dis-

ponibilidad de mercancías provenientes del exterior.Asimismo, comenzaron a introducir-

se nuevas costumbres, tomadas de los europeos radicados en el país. Entre ellas se encon-

tró la cafetería o el restaurante,como lugares a menudo anexos a los escasos hoteles.Se pue-

de colegir que conformaron los entornos del naciente consumo popularizado de la cerve-

za. La utilización del hielo coadyuvó en ese sentido, pues cafés, restaurantes y, en algunos

casos, establecimientos comerciales, comenzaron a ofrecer cerveza fría, lo que sin duda con-

tribuyó a hacer más atractivo el producto, visualizado desde entonces entre los dominica-

nos como bebida refrescante que, por ende, debe consumirse bien fría.Como expresión de

tal comportamiento, a mediados de la década de 1880 funcionaba un establecimiento de

Pedro Dujarric en la esquina de las calles Regina y Santo Tomás, donde se expendían va-

rios tipos de cerveza, entre las cuales se destacaban una de cidra y otra de guineos. Esta

mención del guineo o banana, fruta tropical, como base de una cerveza,deja la incógnita de

dónde se fabricaba, pues no quedó especificado en los anuncios. A manera de conjetura,

puede ser que viniera de Cuba, donde había ya varias fábricas de cerveza.

Los primeros recargos tributarios

De cualquier manera, se comenzaba a cumplir débilmente la apreciación de Espaillat

que visualizaba la cerveza como un artículo de consumo popularizado. Esto dio lugar

a que las autoridades decidieran imponer una tributación relativamente importante al

consumo del producto, adicionalmente al arancel.

El gravamen más importante se destinó a gastos regulares de los ayuntamientos, pero

también se impusieron otros especiales para obras específicas. Esta nueva modalidad de

tributación de la cerveza aparentemente se inició en 1885, lo que no deja de constituir

una señal del peso que había alcanzado el consumo del producto, y llegó a regularizarse

en todo el país en 1887. Para 1885 ya existían impuestos municipales sobre la cerveza

en Santo Domingo y Puerto Plata. Mediante ley de 29 de junio de 1885, se autorizó al

|81|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|80|

sustancialmente mayores que los niveles vistos de tiempos previos. Siendo ya la cerveza

un producto sometido a impuestos al consumo, tal como se verá más abajo el ayunta-

miento de la ciudad capital publicaba los volúmenes de importaciones a partir de 1879.

CUADRO 3.1

IMPORTACIONES DE CERVEZA DE SANTO DOMINGO(docenas de botellas)

1879 2,959 34

1880 3,030 35

1881 4,684 36

1883 8,125 37

Por desgracia, esa información cesó de aparecer, pero es suficiente para apreciar cómo

a partir de 1880, junto a la prosperidad que irrumpió en esos años, fue incrementándose

con cierta rapidez el consumo en la ciudad capital. Sin duda el crecimiento se mantuvo

durante unos años, aunque llegó un momento en que debió estancarse, como se mues-

tra en la estadística de comercio exterior comenzada a publicar en 1905 por la Recep-

toría de Aduanas administrada por el gobierno de Estados Unidos. Para fines compara-

tivos no conviene tomar el año 1905, sino el siguiente, cuando las operaciones de la

Receptoría estaban regularizadas. En el primer año se registró, a nivel nacional, la im-

portación de 25,563 docenas de botellas y en 1906 de 40,099. Esos datos no solo se

refieren al conjunto del país, sino que comprendía un nuevo foco de consumo en San

Pedro de Macorís. Por ello, las cifras, aunque muy superiores a la de 1883, indican que

el consumo había dejado de crecer a una tasa tan rápida como la que se deriva del

cuadro anterior. La lección es clara en cuanto a la correlación entre coyunturas econó-

micas de auge e incremento del consumo de la cerveza: este último dependía estrecha-

mente de una expansión del ingreso que superara el nivel de la subsistencia, a tal grado

que la evolución de ese consumo puede servir como uno de los indicadores claves de

las fluctuaciones de coyunturas.

Claro está: desde el mismo siglo XIX tendencialmente el consumo no dejó de crecer,

aunque en los períodos de auge se aceleraba y en los de retraimiento de la economía

tendía a decaer. En las informaciones de carga de los buques mercantes llegados a los

puertos dominicanos, por tanto, comenzó a figurar la cerveza de manera cada vez más

reiterada, sobre todo en los provenientes de Alemania. Fueron los casos de los vapores

alemanes Ciclop y Galicia, que llegaban al país entre 1889 y 1890, invariablemente con

Page 43: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|83|Cuatro siglos sin producción de cerveza|Capítulo 3Capítulo 3|Cuatro siglos sin producción de cerveza|82|

ayuntamiento de Samaná a que impusiera un recargo municipal similar al existente en

las dos principales ciudades. La cerveza pagaba 12 centavos y cuarto por galón.39

Dos años después, por medio de ley de 28 de junio de 1887, el Congreso Nacional autori-

zaba al Ayuntamiento de Santo Domingo a establecer un impuesto municipal sobre un con-

junto de productos importados de amplio consumo, entre los cuales se hallaba la cerveza. Se

impuso un gravamen de 30 centavos por docena de botellas y de 5 centavos por galón en

barricas.40 En la misma ley se aprobaron impuestos en beneficio de otros ayuntamientos, co-

mo el de Santiago, por 25 y 10 centavos, respectivamente, la docena de botellas enteras y el

galón. En Monte Cristi el recargo fue sustancialmente menor, de 10 y 5 centavos, mientras

que en Sánchez se estableció en 15 y 12.5 centavos. Por lo visto, se tomaba nota de las con-

diciones de ingresos de la población consumidora en las distintas poblaciones.

de 1890, el ayuntamiento de La Vega fijó un impuesto de 15 centavos por ambos

conceptos.42

Además de este tributo municipal, algunos ayuntamientos de las ciudades principales –don-

de se focalizaba el componente de modernización del crecimiento económico y,de igual ma-

nera, el consumo de artículos importados– fijaron impuestos especiales a bienes de consumo

extendido con el fin de financiar la construcción de obras consideradas de amplia incidencia

dentro del entorno urbano.Es sintomático que la cerveza apareciera dentro de estos recargos

especiales desde mediados de la década de 1870, y sobre todo en las restantes dos décadas.

La primera mención de estos recargos fue la del Ayuntamiento de Santo Domingo, de ini-

cios de noviembre de 1874. Con el fin de «llevar a cabo algunas mejoras de utilidad públi-

ca», y previa autorización del gobierno, fijó un impuesto de 25 centavos a la docena de bo-

tellas de cerveza, pagadero al contado.43 Poco después, el Ayuntamiento de Puerto Plata si-

guió esos pasos, con un impuesto a varios productos, «con el fin de obtener fondos para

continuar con la construcción de edificios públicos.» A la cerveza le correspondieron 10

centavos por cada galón.44 Este impuesto de Puerto Plata se eliminó en 1886, lo que su-

giere que el carácter transitorio estuvo vigente durante casi doce años.45

En la década de 1890, cuando en algunas ciudades se emprendieron nuevas obras, en buena

medida fueron financiadas con recargos locales adicionales a diversos artículos de amplio con-

sumo.La construcción de las obras y los servicios que se derivaban de ellas quedaban en ma-

nos de empresas privadas que tenían especial incidencia en el desenvolvimiento económico

de la localidad.Se trataba de un régimen de concesión que implicaba el otorgamiento de un

privilegio exclusivo por parte del Estado, que incluía un subsidio con fondos públicos.

Dentro de tal lineamiento se encuentra la concesión a Juan Isidro Jiménes y Co., de

Monte Cristi, en mayo de 1890, para la construcción de dos edificios en la playa, a fin

de que sirvieran para el comercio del puerto y aduana; durante 25 años esa empresa

quedaba autorizada a cobrar tarifas de muelle a diversos artículos, entre ellas 2 centavos

a la docena de botellas de cerveza.46 Cuatro años después se impuso una tarifa similar

a artículos entrados por el puerto de Azua, esta vez en beneficio del ingenio Ansonia

Sugar Co., propiedad de norteamericanos, por concepto de lanchajes y lancheros en el

puerto.47 En 1896 el Poder Ejecutivo otorgó una concesión a Salvador Ros, azucarero

cubano de San Pedro de Macorís, para la limpieza del puerto y la construcción del mue-

lle y aduana, a cambio de lo cual lo autorizaba a cobrar una tarifa a bienes importados,

entre ellos la cerveza, a razón de 15 centavos la docena de botellas.48 Es visible cómo,

al igual que en los recargos municipales, la tarifa de recargo para obras portuarias fue

mucho más elevada en Macorís que en Azua y Monte Cristi.

Aun así, en algunos casos parece que estos gravámenes se consideraron excesivos,

pues en 1889 el establecido a favor del Ayuntamiento de Santiago fue reajustado a

15 centavos la docena de botellas (la mitad que dos años antes) y 10 centavos el ga-

lón, el mismo que anteriormente. En cambio, en lugares donde circulaba mucho di-

nero se autorizaron gravámenes mayores. Fue el caso notablemente de San Pedro de

Macorís, ciudad donde en 1889 se estableció un impuesto de 50 centavos, tanto pa-

ra la docena de botellas como el galón.41 La diferencia de circunstancias locales es

clara en la intensidad de la tributación cuando se observa que poco después, en abril

Anuncio del

Hotel Fausto,

uno de los primeros

establecimientos

de su género.

Anuncio de marca

cubana reproducido

en el país.

Page 44: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|85|Las refres-cantes bebidas

|85|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

4Vista de Samaná,

centro de

producción

de gingerbeer.

El mabí y sus tipos

En el extendido período histórico visto en el capítulo anterior hicieron aparición varias

bebidas refrescantes asociadas a condiciones naturales o tradiciones culturales. El término

genérico más usado en la actualidad para referirse a ellas es el de mabí,Anteriormente,

más de cien años atrás, el término correspondiente era el de pru. Hoy mabí es conside-

rada, entre los dominicanos, toda bebida refrescante que se deja fermentar al aire libre

durante unos pocos días.

Estas bebidas tienen un elemento común con la cerveza: se preparan a base de la fermen-

tación. Pero tienen, sobre todo, diferencias importantes, por lo cual cabe considerarlas a

lo sumo como semi-cervezas, entendiendo por cerveza, en una acepción amplia, toda be-

bida fermentada de baja graduación alcohólica. En la acepción actual precisa, a partir de

la generalización del producto desde Europa noroccidental y central, la cerveza está in-

variablemente compuesta de un cereal malteado, fundamentalmente cebada, lúpulo y

LAS REFRESCANTESBEBIDAS CRIOLLAS

Page 45: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|87|Las refrescantes bebidas criollas|Capítulo 4Capítulo 4|Las refrescantes bebidas criollas|86|

levadura. Pero ya se ha visto que en numerosos pueblos se han fabricado cervezas que

escapan a tal característica, pues, aunque consisten en bebidas alcohólicas fermentadas, a

menudo no usan ninguna levadura y se basan en otras materias primas, como se ha vis-

to para el Oriente, África y América.

Las bebidas refrescantes dominicanas, aunque fermentadas, tienen un grado alcohólico

tan reducido que resulta insignificante. Si bien puede haber cervezas con un grado

alcohólico mínimo, se relacionan a los insumos hoy convencionales. De tal manera, las

variedades de mabí no pueden, estrictamente hablando, catalogarse como cervezas, pero

sí como un producto parecido.Ambos tienen por común finalidad la de refrescar, pero

en el mabí la finalidad es casi exclusiva, mientras en la cerveza se conjuga con la bús-

queda de un contenido festivo vinculado a su baja graduación alcohólica.

Dos son los motivos que pueden haber incidido en la «no evolución» de las bebidas

refrescantes hacia un tipo propiamente dicho de cerveza. Se pueden vincular a las mismas

causas que llevaron a que no se perpetuara la cerveza del casabe preparada por los taínos.

El primero es la afición de los dominicanos a los licores derivados de la caña; el segundo

remite a la extrema pobreza, que dificultaba toda labor que requiriese un procesado

esmerado.

No hay noticias precisas de cuándo comenzaron a utilizarse esas bebidas refrescantes en

la isla de Santo Domingo, pero no cabe duda de que se trata de bebidas antiguas, como

refieren varios de los entrevistados octogenarios y nonagenarios. Con seguridad algunas

de ellas comenzaron a utilizarse en el período colonial. Al menos, está mencionado el

uso de la palma cacheo para tal fin a mediados del siglo XVIII,1 y está documentado que

el término mabí, al que Alexander Exquemelín le asignó origen indígena, comenzó a

utilizarse en la época colonial. Sin embargo, esta bebida no fue consignada por los

cronistas de Indias. Por otra parte, no parece que la bebida descrita por este aventurero

holandés del siglo XVII fuera la misma que los dominicanos conocen en la actualidad,

pues el procesamiento difería así como la materia prima sacada de un tubérculo:

«Usan unas batatas para hacer una bebida. Las cortan en tajadas y las echan en agua

caliente. Entonces cuelan el líquido y lo dejan posar dos o tres días hasta que se fermen-

te. Es una bebida sabrosa y nutritiva, con un sabor amargo que no es nada agradable.

Ellos le llaman mabí, que es el nombre que le dan los indígenas.»2

A partir de esta cita del aventurero se puede concluir que en el periodo colonial era

corriente la preparación de bebidas fermentadas. Además del «vino de batata», Exque-

melín, como se verá más adelante, describe la preparación del refresco de cacheo, aunque

no le da ese nombre. Un siglo más tarde, Luis José Peguero retoma el tema refiriéndose

a la palma cacheo. De todas maneras, llama la atención que esas bebidas no recibieran

atención de otros visitantes y observadores, lo que se plasma en la ausencia de menciones

en la generalidad de las crónicas.3 Tal vez la explicación de estas ausencias radique en

que los redactores de crónicas o relaciones no se adentraban en la vida rural, a diferen-

cia de las posiciones de Exquemelín y Peguero, en posibilidad de atender a los usos cul-

turales del mundo rural, el primero como bucanero y el segundo como hatero. Más allá,

resulta por el momento imposible externar hipótesis sobre los orígenes de esas bebi-

das, al igual que las que hoy reciben el nombre de mabí.

Como se verá a propósito del mabí, una presunción común, producto de la transmisión

oral, le asigna un origen que no es demasiado remoto, básicamente las décadas finales

del XIX. Si fue así, se acogió una palabra que con seguridad ya existía para designar una

bebida cuyo uso se habría descontinuado. En cambio, se generalizó el término pru,

vocablo nuevo, posiblemente venido de otros países de América española.

Al mismo tiempo, esas bebidas forman parte de un contexto panantillano, resultado de

interacciones culturales no aclaradas de manera cabal. Pru es un término también uti-

lizado en Cuba y posiblemente en otros territorios hispanoparlantes. De la misma

manera, no deja de resultar sintomático que el término mabí sea usado tanto en Repú-

blica Dominicana como en Haití, señal de las interacciones culturales y del arraigo

insular de la bebida.

Pru

Las primeras menciones escritas del pru que se conocen datan de la segunda mitad del

siglo XIX, especialmente las últimas décadas. Entonces con ese término se aludía funda-

mentalmente a un refresco hecho de alguna planta local. Para algunos es categórico que

se hacía de bejuco de indio,4 lo que recoge un diccionario,5 mientras otros piensan que

se trataba de otra bebida.6 De la importancia local de la bebida da cuenta el hecho de

que el término esté recogido en la toponimia finisecular decimonónica, al denominar-

se así una estancia localizada al oeste de la vieja ciudad amurallada, como se observa en

el mapa de Casimiro de Moya.

Por su uso común, el pru comenzó a ser mencionado en obras literarias a fines del XIX.

El hecho de que anteriormente no se mencionara no significa que no existiera; más

bien refleja la escasez de producciones literarias. Menciones dispersas se encuentran en

un relato de Francisco Moscoso Puello acerca de la vida cotidiana en la ciudad de San-

to Domingo durante la década de 1890.7También hay una mención de Enrique Aguiar,

cuando describe un ventorrillo de la misma barriada: «A un lado, y pegada del seto, se

Page 46: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|89|Las refrescantes bebidas criollas|Capítulo 4Capítulo 4|Las refrescantes bebidas criollas|88|

razones suficientes para pensar que es originaria del Este. Un recorrido por sus locali-

dades muestra un mayor arraigo de la bebida que en otras regiones. Por otra parte,

informaciones orales indican que décadas atrás no se confeccionaba mabí en algunas

localidades cibaeñas, como en Moca.9 De todas maneras, cualquiera que haya sido su

momento de origen, el mabí tiene una prolongada existencia en las comarcas cibaeñas,

donde los ancianos coinciden en que es un producto antiguo. Hace tiempo, ya uno de

los frío-fríos favoritos de los niños era el de mabí.10

El posible origen relativamente tardío en el XIX y la localización primera en el Este

apoyan la teoría de que el mabí fue introducido por los inmigrantes barloventinos, casi

todos trabajadores relacionados a las plantaciones cañeras, así como por trabajadores de

las colonias francesas de Martinica y Guadalupe.11 En este momento, a falta de docu-

mentación asertiva, no se puede emitir una conclusión respecto a esta cuestión. Pero,

sin importar su origen, el mabí se asoció a una modalidad de la vida cotidiana provin-

ciana, sobre todo en los pueblos de pequeño tamaño. Hay suficientes indicaciones de

que el mabí no se utilizaba, al menos como hoy, en las comarcas puramente rurales. Una

de las entrevistadas de mayor edad, Margarita Pérez, nacida en Los Llanos en 1922, en

el seno de una familia relacionada a la confección de mabí, refiere que su madre ya lo

hacía, pero no así su abuela. Don Ramón Villaverde, por su parte, asegura que la tra-

yectoria del mabí partió de la ciudad al campo, o sea, de manera inversa a otros usos

culturales tradicionales.

La principal razón de esto, seguramente, estriba en que la conservación del producto re-

quiere refrigeración. Es cierto que en secciones rurales del Este se ha preparado y

conservado mabí, durante períodos cortos, en tinajas de barro, uno de los artículos

artesanales más extendidos en la región. Pero en las poblaciones se da por sentado que

el mabí está asociado a su conservación durante cierto tiempo. Por eso su preparación

y almacenamiento ha pasado por diferentes fases.

Tras el empleo de la tinaja se pasó a la damesana, envase de vidrio de tamaño bastante

grande, que comportaba de hecho una medida y que llegaba al país para otros procesos

o para introducir sustancias diversas. Cuando se industrializó el aceite de maní, desde

fines de la década de 1930, las latas de hojalata, también de bastante tamaño, pasaron a

ser el receptáculo típico en el que se preparaba el mabí. Algunos artesanos tomaban la

precaución de revestir esas latas de pintura, a fin de prevenir que el óxido alterara la

calidad del producto. En tiempos recientes, cuando el plástico se ha hecho la materia

prima básica para los envases, ya casi invariablemente el mabí se prepara en cubetas de

ese material.12

alzaba una estiva de petacas de carbón y recostados de la estiva, haces de caña; al pie de

la mesa grande había dos cajas de gas, cuyas tabas, negras de sucio y de tiempo, soporta-

ban una batea de jobos llenos de mimes, un plato de guayabas coscorrones, chinas, le-

chozas y algunas frutas de la cosecha; allí también se veían, colocadas en una cajita de

aquel jabón que se vendía en briscas, varias botellas de pru, de ese pru caribe cuyas bur-

bujas se precipitaban hasta formar una espuma amarillenta que salía por encima de los

tapones amarrados.»8

El mabí «clásico» de bejuco de indio

Como se ha referido, en la actualidad mabí es, para el común de dominicanos, la bebida

preparada a base de bejuco de indio. Si bien se conoce en la generalidad del país, hay

Bejuco

de indio.

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Etapas parecidas se sucedieron en el método de enfriamiento. El conservado del pro-

ducto, como se verá más abajo, requiere que se mantenga en un sitio frío o fresco. Al

principio bastaba la tinaja, para unos pocos días. Pero los más ancianos recuerdan la

introducción del hielo, lo que permitía una conservación más prolongada, ya que a

menudo se utilizaban procedimientos para asegurar que el hielo durara muchos días. La

electricidad introdujo poco a poco el uso de la nevera, a medida que en los medios

provincianos se iban abriendo terreno los usos materiales de la modernidad; y donde

no llegaba la electricidad, se hizo común la utilización de neveras de gas.

A pesar de que, como artículo urbano, su producción era realizada por artesanos espe-

cializados, también era común en las poblaciones del Este su preparación para exclusivo

autoconsumo hogareño.Y es que se adecuaba a la perfección al perfil pobre o modesto

casera que suple negocios de expendio, aunque vende también a forasteros o a vecinos

y relacionados. Se trata, por ende, de una bebida comercial pero más asociada a ambientes

de personas pobres o modestas. No obstante, en el medio provinciano hasta el presente el

mabí tiene sus adeptos, que lo conceptualizan como bebida favorita. En la familia fabri-

cante de mabí seibano se conserva la tradición de que el mismo Rafael Trujillo, mientras

fue jefe de puesto de la Policía Nacional Dominicana en esa ciudad, era un consumidor

asiduo de mabí. Detrás se señalan figuras importantes, dominicanas y extranjeras, que

quedan impresionadas tan pronto prueban el producto y lo solicitan continuamente.

Originalmente la popularidad del mabí provino de que las fábricas de refrescos de

gaseosa se fundaron con cierta tardanza a fines del XIX y, a causa de la fragmentación

geográfica y económica, sus productos no traspasaban el espacio local. De tal manera,

de la vida dominicana tradicional. Prácticamente ningún artesano o comerciante espe-

cialista podía sobrevivir gracias al mabí. Se trataba de un complemento en los ingresos,

aunque en casos contados podía representar el principal medio de vida en un esquema

laboral caracterizado por la multiplicidad de ocupaciones. Solo excepcionalmente se

fundaron establecimientos formales, como el taller de Los Llanos, con producto con eti-

queta y la marca Mabí Llanero Pérez Eusebio.

Dos esquemas básicos se han podido detectar en las pequeñas poblaciones como Los Lla-

nos: el pulpero que fabrica el mabí para la venta en su establecimiento, y la productora

Ramón

Villaverde,

comerciante

de San Pedro

de Macorís.

como producto artesanal, y con la ventaja de ahorrar en pago de mano de obra asala-

riada y fletes interurbanos, el mabí competía en precio con las bebidas gaseosas.

No de otro modo podía acontecer con un producto de confección tan elemental que

una de las artesanas refiere que «no tiene ciencia» y que está en condiciones de enseñar

a todo aquel que desee aprender a hacerlo.13 A pesar de esa sencillez en su elaboración,

el mabí es un acervo de las generaciones pasadas, basado en el aprovechamiento de un

producto de la naturaleza.

Lo primero que hace el artesano es escoger la materia prima, aunque su búsqueda se

Cubeta de plástico

para la preparación

de mabí.

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Capítulo 4|Las refrescantes bebidas criollas|92| |93|Las refrescantes bebidas criollas|Capítulo 4

confíe a un relacionado o, raramente, a un pequeño vendedor. El verdadero bejuco de

indio se diferencia de otra variedad, muy parecida pero de tallo más oscuro, denomi-

nada bejuco cimarrón. Mientras más claro es el color del bejuco de indio, en principio

mejor será el mabí producido.14 Estas ramas finas, de enredadera o bejucos, se dejan ba-

jo el sol hasta que queden secas. Entonces se procede a extraerles la corteza en tiras alar-

gadas, las cuales son depositadas en agua durante uno o dos días.

El primer producto que se extrae es el pie, una parte del cual puede usarse para consu-

mo, pero la mayor parte se conserva para dar fuerza a ulteriores preparados de mabí.An-

te todo, lo que está en juego es una cuestión de tiempo, pues, según refiere una de las

artesanas, con el pie la bebida «sube» más rápidamente.15 Ese pie se debe guardar en

condiciones óptimas, para poder reusarlo. De acuerdo a Ramón Villaverde, con una bo-

tella de pie se puede preparar una damesana de cinco galones de mabí.

Normalmente, pues, se vierte una poción del pie en un recipiente de tamaño variable, pe-

ro que siempre tiene varios galones de capacidad; se le añade agua y una nueva cantidad

de corteza de bejuco de indio y se bate, deseablemente con un cucharón de madera.

Cuando se juzga que está listo, se añade azúcar parda y se deja fermentar.Algunos de los

entrevistados consideran que el azúcar contribuye a acelerar el proceso de fermentación.

Con el mismo fin y para concederle a la bebida sabores más fuertes, se le pueden adicio-

nar otros ingredientes, como jengibre, aunque no es lo más común. Es interesante la re-

ferencia de que, hasta inicios de la época de Trujillo, en la década de 1930, se utilizaba el

melao producido por trapiches que existían en toda la banda sur, los cuales fueron pro-

gresivamente clausurados por los marines norteamericanos y subsiguientes autoridades.

La duración de la fermentación oscila entre la normal, de dos o tres días, y la máxima

de una semana. Después de ese tiempo, habida cuenta de que la fermentación se hace

a temperatura ambiente y basada en agentes naturales, el mabí se torna agrio, y de

continuar el proceso acaba convertido en una especie de vinagre. Si bien en este último

caso se incrementa el grado alcohólico, pocos lo preferirían así, ya que el propósito

generalizado de la bebida es puramente refrescante. Aun así, hay quienes prefieren el

sabor agrio y una graduación alcohólica que aproxima este mabí a la cerveza, lejos del

concepto de refresco, aunque presenta el inconveniente de que, añejado, «afloja las

piernas». Por tal razón, algunos adeptos tienen la costumbre de mezclar el mabí común

con algún licor. Aunque el mabí típico no embriaga, puede a veces provocar una sen-

sación embriagante, dependiendo de las condiciones en que se consuma. Al parecer, a

mayor calor ambiental, más se potencia el pequeño grado alcohólico, siempre inferior

a 1%, salvo que la fermentación se prolongue.

Al concluir el período de fermentación se procede a colar la bebida, de la misma for-

ma elemental con que es llevado todo el proceso.Y, de inmediato, se introduce en bo-

tellas de cualquier tipo, aunque más bien de tamaño pequeño, a fin de que quepan con

más facilidad en los refrigeradores.Ahí se puede guardar durante bastante tiempo, pues

la fermentación avanza lentamente y el mabí no se desnaturaliza de inmediato. Cuan-

do el producto está recién hecho es normal que los artesanos domésticos lo vendan di-

rectamente en galones a los consumidores, sobre la base de un precio menor, ya que se

ahorran los gastos de conservación y distribución.

En síntesis, el mabí es una bebida refrescante, carente de toda vinculación al consumo

de alcohol, no obstante el fermentado. Esto explica que el espacio de su consumo sea

completamente distinto al de la cerveza: el mabí se consume en pulperías o cafeterías y

Raspado del

bejuco de indio.

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Capítulo 4|Las refrescantes bebidas criollas|94| |95|Las refrescantes bebidas criollas|Capítulo 4

puestos de bebidas refrescantes, o bien en el hogar; está fuera de contexto asociarlo con

ocasiones festivas, por lo que nunca se le encontrará en bares, restaurantes o salas de fies-

ta. Durante décadas la botella pequeña se expendió normalmente a tres centavos. Fue

solamente en los últimos treinta años en que el precio empezó a incrementarse hasta

llegar en la actualidad a niveles oscilantes entre 3 y 5 pesos la botella.

Por lo demás, las cantidades que se expenden de mabí siguen siendo irrisorias. Uno de

los pocos que viven en lo fundamental de este producto en la actualidad en San Pedro

de Macorís, refiere que apenas vende unos treinta vasos diarios, que a tres pesos cada

uno le representan alrededor de $3,000 mensuales, en caso de que su puesto abra los

treinta días del mes.16

El refresco de cacheo

Las bebidas refrescantes criollas no solo se basan en el bejuco de indio. Existe al me-

nos otra sustancia muy extendida y utilizada durante largo tiempo en la región Suroes-

te: la masa de la palma denominada cacheo. Este árbol tiene una enorme importancia

en los ecosistemas de esa región, puesto que es una de las especies más aptas para el

bosque seco y, sobre todo, el medio de vida de transición al bosque húmedo. Por tal

razón, la palma se encuentra en concentraciones a partir de cierta altitud en las cade-

nas montañosas de Bahoruco y Neiba. Por ese peso en los ecosistemas, el cacheo está

asociado a la toponimia de la región, como es el célebre cerro de Los Cacheos, próxi-

mo a Azua y vinculado a una de las campañas contra las invasiones haitianas a media-

dos del siglo XIX.

La palma cacheo es fácilmente reconocible por su forma peculiar, consistente en una

protuberancia en medio del tronco. En el país existen dos especies: Pseudophoenix vi-

nifera (Mort) y Euterpe vinifera (Mort).17 De ambas, la primera es la más expandida, prác-

ticamente la que identifica la palma.18

El uso de la palma por los taínos está establecido a partir de los análisis de polen, aunque

no se sabe si la utilizaban para hacer una bebida.19 Esto último es lo que suponía el cro-

nista banilejo Luis José Peguero, a mediados del siglo XVIII. A pesar de que la referen-

cia de Peguero es imprecisa –ubica el cacao en la época indígena–, su hipótesis re-

vela el uso que con seguridad se le daba a la palma en su propia época. Refiere ese tem-

prano cronista criollo lo siguiente:

«Su palmito es semejante a la caña dulce y con el licor sacado de ella hervíanlo los indios

y hacían una miel con que endusavan el cacao, y se come como la caña dulce, y facilita

los impedimentos de la orina.»20

Es probable, a partir de lo que refiere Exquemelín, que, efectivamente, este refresco fuera

de uso antiquísimo, aunque este lo señala como una bebida fermentada tan fuerte como

el vino. Haciendo una indudable referencia a la palma de cacheo, Exquemelín la deno-

mina como «de vino», por sacarse de ella una bebida parecida del «corazón del repollo»

del interior del tronco, de donde se extrae el líquido. Según él, la palma se derriba y

luego se procede al preparado siguiente:

«Hacen un agujero cuadrado en el centro de la parte gruesa a la cual llaman barril.

Entonces extraen la materia blanca, y ablandándola primero, luego la exprimen con las

manos. El árbol mismo provee todos los utensilios necesarios para este proceso, pues

cuelan el líquido a través de hojas de palma, y de ellos también hacen los recipientes

para almacenar y beber el vino.»21

Los inmensos palmares que se divisan en las sierras sureñas tienen una enorme impor-

tancia para la vida de los humildes que las habitan; como casi todas las palmas, del cacheo

se extrae madera para las viviendas, hojas para los techos y la frutilla para el engorde de

cerdos, un complemento de primer orden en la economía doméstica. Pero además se

extrae una «tripa», consistente en una masa blanda, de la «petaca» o «barriga» de la pal-

mera, con la cual elaboran el cacheo.22

En la protuberancia se hace un hueco, a través del cual se extrae la masa blanda, que sale

de color blanco intenso y se astilla, quedando en forma de cañas. Los lugareños extraen

Expendio de

mabí en San Pedro

de Macorís.

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|97|Las refrescantes bebidas criollas|Capítulo 4Capítulo 4|Las refrescantes bebidas criollas|96|

el material de tal forma que les permita periódicamente renovarlo y mantener la pal-

mera en pie. De tal manera, si se extrae correctamente la tripa se renueva al cabo de un

tiempo apreciable. En otros casos, también muy frecuentes, la palmera se arruina.

Astillada la tripa, el procedimiento consiste simplemente en dejarla en agua a la intem-

perie durante aproximadamente una semana. Ha de notarse que el cacheo se deja más

tiempo que el mabí de bejuco de indio en el proceso de fermentación. Consumido el

refresco se vuelve a renovar el agua en varias ocasiones, con lo que la sustancia de la pal-

ma tiene un elevado rendimiento. En los lugares de vida más modesta, como Duvergé,

simplemente se usan bateas rústicas de madera. En otros lugares, de perfil más urbano,

se usan barricas.

Las personas consultadas coinciden en que el sabor del refresco de cacheo, en su versión

original, era exquisito, superior al del mabí.Al igual que en el Este, se le añadía azúcar,

pero a menudo solamente al momento de consumirse. La bebida era universalmente

considerada alimenticia, tonificante y medicinal, esto último por su propiedad diurética

y por la suposición de que contribuye a limpiar la sangre de impurezas.23

Se ha visto que el cacheo se puede dejar más tiempo en fermentación que el mabí, al

grado de que era frecuente que pudiera llegar hasta dos semanas, en cuyo caso se incre-

mentaba la graduación alcohólica y adquiría propiedad embriagante. Con el tiempo,

a diferencia del mabí, la calidad del producto se acrecentaba, pero la gente no lo pro-

curaba como bebida alcohólica, por lo que no sustituía los aguardientes que se prepara-

ban en los alambiques anexos a los trapiches de la región.

Al igual que el mabí, el ciclo de consumo del cacheo está regido por las estaciones del

año: a más calor mayor demanda del refresco, aunque exclusivamente en los hogares y

en las pulperías, nunca en bares o establecimientos similares, donde se consumen cer-

vezas o licores.

A pesar de que, hasta cierto punto, muchos campesinos tenían conciencia de la conve-

niencia de no arruinar las palmas, los criterios conservacionistas dieron lugar a que se

prohibiera de la extracción de la tripa, lo que en el caso Sierra de Bahoruco, en las pro-

ximidades del Valle de Neiba, se intensifica por ser parque nacional.Ante la prohibición,

en los últimos 20 años, se ha acudido al recurso de sustituir la tripa por la raíz.Tal ex-

plotación está tolerada por las autoridades, las cuales consideran que así el árbol no su-

fre demasiado. Esta modalidad del cacheo es la que hoy se consume en varias localida-

des del Suroeste, aunque en cantidad muy inferior a tiempos anteriores. De acuerdo a

un conocedor de la tradición, la nueva variante de refresco de cacheo es de una calidad

sustancialmente inferior a la elaborada a partir de la masa blanda de la «barriga».

Como vieja capital del Suroeste,Azua era el bastión principal del consumo de cacheo,

al grado de todavía es considerado la bebida local.24 Antaño en muchos hogares se pre-

paraba el cacheo de acuerdo al procedimiento arriba visto. Pero también se mezclaba

con bejuco de indio y trozos de caña, junto a azúcar parda, y se dejaba fermentar du-

rante aproximadamente una semana.25 Es de resaltar que en Azua y alrededores el ca-

cheo se preparaba en barricas de cedro o roble. Estas se tapaban con cierta presión, con

ayuda de una cuerda, para ayudar a una mejor fermentación.Al cabo de una semana, el

producto despedía gran cantidad de burbujas por efecto de la fermentación, pero, al igual

que el mabí, no llega a embriagar, por lo que solo se consumía en pulperías.

Todavía se puede adquirir cacheo en un establecimiento de Azua, la barra Cira, situada en

la entrada de la población, cuya propietaria original, de ese mismo nombre, durante mu-

cho tiempo sustentó su negocio en buena medida en el refresco. Hoy la barra está arren-

dada, pero mantiene la tradición de la venta de la bebida, solo que elaborada exclusiva-

mente de la raíz de la palma. El mismo arrendador de la barra es quien se encarga de la

preparación del cacheo mediante el procedimiento convencional de dejar fermentar el

preparado en tanques de agua con azúcar parda durante cerca de dos semanas. En el caso

de la raíz, el líquido únicamente comienza a tener propiedad embriagante cuando se apro-

xima al mes de fermentación. Los parroquianos pagan 6 pesos por vaso y 40 pesos por el

galón. Las cantidades que se expenden son reducidas, lo que muestra que el cambio al uso

de la raíz ha dado lugar a una disminución del peso del consumo de este producto. Úni-

camente en meses calurosos puede llegar a venderse en la barra unos 30 galones mensua-

les o poco más, obviamente a un círculo de aficionados inquebrantables al sabor del re-

fresco. De ahí que el propietario de la barra deba subsistir más bien de otros productos

azuanos, como dulces de leche, chivo picante y pescados guisados y fritos.

El mabí seibano

En El Seibo existe una empresa, hasta hoy prácticamente única en lo relativo a la pre-

paración de las bebidas refrescantes criollas. Se trata de una pequeña manufactura en

que se produce mabí en cantidades industriales, ampliamente reconocido por la exce-

lencia de su calidad. Entre los seibanos constituye un axioma que el paso por la ciu-

dad obliga al consumo de al menos una botella de este mabí.

La empresa se denomina Fábrica de Mabí Champán Otto. Debe su nombre al apelli-

do del fundador y sus descendientes, hasta hoy propietarios de la pequeña empresa.

El fundador,Thomas Otto, era un holandés criollo de Curazao, llegado a El Seibo en

la novena década del iglo XIX. Es posible que comenzara a producir mabí hacia 1883,

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aunque no hay seguridad al respecto.Aparentemente al inicio se trataba de un estable-

cimiento casero.26

Vino a ser su primogénito,Tomás Otto Duvergé, quien le dio impulso a la empresa y

le imprimió estándar manufacturero. Además de la fábrica de mabí, Otto Duvergé

fundó la primera fábrica de hielo, en 1911, y la primera planta eléctrica de la ciudad, en

1926, la cual funcionó hasta 1950. Por sus iniciativas, se ganó el reconocimiento de sus

compueblanos, siendo el introductor del alumbrado público, el fundador de la primera

sala de cine y el vendedor de los primeros artículos modernos basados en electricidad,

como aparatos de radio. Otto Duvergé era un empresario en sentido cabal, también

propietario de una factoría de arroz. Se trataba de todo un caballero, siempre vestido

muy formal, con traje blanco y sombrero de pajita.27

Tomás Otto Duvergé también operó, en gran medida, de acuerdo a un patrón familiar,

puesto que tenía de socio a su hermano Ovidio, padre del actual administrador.Toda-

vía hoy la empresa tiene un carácter familiar, pero con un componente femenino, ya

que, a semejanza de todo el Este, la dirección del procesamiento del mabí ha ido trans-

mitiéndose de generación en generación de madre a hija. El perfeccionamiento del pro-

ducto fue iniciado por Dolores Duvergé, esposa del fundador, pero fue su hija Onési-

ma quien lo culminó, hacia 1910, resultando así la creadora del sello de originalidad sei-

bano. En la actualidad el procedimiento está bajo el control de Adela Otto Morales, her-

mana del administrador, quien cuenta con el concurso de su hija Dolores Beras.

A diferencia de la generalidad de mabíes hechos de bejuco de indio, el seibano de los

Otto no requiere el uso de un pie. La particularidad principal de la fórmula de Oné-

sima Otto Duvergé, vigente hasta hoy y patrimonio secreto de la familia, radica en que

el mabí no se daña con el paso del tiempo en fermentación, sino que, por el contra-

rio, va mejorando sin cesar, no obstante encontrarse en la temperatura ambiente del

trópico. Tras dos años de envejecimiento, los propietarios consideran que el mabí se

transforma en una especie de sidra o champagne. Han llegado a envejecer damesanas

hasta durante 15 años, como la que brindaron en la boda de uno de los hijos, lo que

constituyó un acontecimiento por la excelencia de la bebida. Ese mabí añejado es es-

pumoso, como cualquier sidra o cerveza. La familia no lo produce con fines comer-

ciales, sino únicamente para brindar a visitantes y amistades en ocasiones especiales. La

denominación de champagne provino de los marines estadounidenses, quienes fre-

cuentaban la fábrica de hielo para consumir bebidas frías, terminando por aficionarse

al mabí.

En conjunto, la fórmula del mabí seibano es distinta a cualesquiera otros. El sabor, pro-

ducto de un envejecimiento de semanas, ha querido ser emulado por otros fabricantes,

sobre todo por algunos que han instalado pequeñas manufacturas en la ciudad de San-

to Domingo. Los esfuerzos de quienes han deseado conocer la fórmula secreta –de

acuerdo a lo declarado por el señor Otto Morales y su esposa– han resultado fallidos,

pues al cabo del tiempo invariablemente el mabí se les torna amargo y oscuro y las bo-

tellas revientan por efecto de la fermentación.

No obstante la calidad y su reconocimiento en todo el país, e incluso en el exterior, la

empresa sigue teniendo un perfil fundamentalmente artesanal. Refiere la señora de Ot-

to que la familia no ha tomado nunca la decisión de traspasar la visión original, aunque

en el presente el incremento de la demanda ha dado lugar al interés por ampliar la ins-

talación.

Botella de

mabí seibano.

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Hasta hoy, sin embargo, los pequeños empresarios no han dado ningún paso para avan-

zar hacia la producción a gran escala. No cuentan con ninguna maquinaria, pues todo

el trabajo se lleva a cabo manualmente. Las únicas maquinarias eran las de la fábrica de

hielo, la cual cesó de operar hacia 2000, a causa de la excesiva competencia.Además de

sus cuatro empleados fijos, se sustentan en la participación de otros integrantes de la fa-

milia, a los cuales se agregan empleados temporales cuando sube la demanda en los me-

ses de verano. La capacidad de producción, si bien notablemente mayor que la de los tí-

picos establecimientos caseros, se mantiene modesta: la fábrica consta de poco más de

cien damesanas, con un ciclo de expendio oscilante entre dos semanas y un mes. En tér-

minos de botellas, las ventas normales oscilan entre 25 y 30 cajas diarias, de 24 botellas

cada una. Si se observa que cada botella es vendida a 5 pesos, se tiene una idea de la di-

abastecimiento de botellas recogidas en el mercado, mayormente de marcas extranje-

ras de cerveza. Hasta hace aproximadamente quince años tenían una etiqueta que fue

descontinuada, probablemente por razones legales con los envases. Es llamativo que la

etiqueta hiciera constar que el mabí no contiene alcohol, no obstante el prolongado

envejecimiento. Era la forma de prevenir cualquier dificultad con Rentas Internas.

Con todo lo pequeña que es la Fábrica de Mabí Champagne Otto, forma parte no so-

lamente del patrimonio cultural seibano, sino de la región oriental. Es posible que la fa-

ma del producto se extendiera a partir de los peregrinos que visitaban el santuario de

la Virgen de La Altagracia, en épocas en que representaba un prolongado viaje, lo que

requería una parada obligada en El Seibo, donde escanciaban botellas de mabí de tres

centavos la unidad. En varias exposiciones de productos industriales y agrícolas, a lo lar-

go de décadas, la fábrica seibana ha ganado diversos reconocimientos.Trujillo comen-

zó la afición de los presidentes por el producto: su madre mandaba a buscar las cajas de

botellas a través de los comandantes del ejército de la plaza. Juan Bosch dispuso que se

brindara el mabí seibano en las recepciones palaciegas, junto al agua de coco; Salvador

Jorge Blanco también inició su gobierno brindando mabí en las recepciones. Leonel

Fernández visitó la fábrica, al igual que su vicepresidente.Y en el consejo de gobierno

presidido por Hipólito Mejía en El Seibo, esa fue la bebida brindada.

La popularidad de que goza el mabí seibano ha llevado a otros pequeños empresarios a

concebir la instalación de manufacturas, también de reducidas proporciones, como es

de rigor, sobre todo para abastecer el mercado de Santo Domingo. Hoy día compiten

en los colmados capitaleños dos marcas creadas hace poco tiempo, la Cacique y la Don

Quique.

Entre domplins y yaniqueques: el mabí «inglés»

Los inmigrantes barloventinos de habla inglesa, con independencia de su asociación con

el uso del mabí, introdujeron una fórmula muy distinta a la arriba vista, proveniente de

sus tierras de origen. El nombre es el mismo, pero las materias primas y el producto fi-

nal difieren tanto que muchos lo consideran algo distinto, para no decir superior, al ma-

bí común.

En primer lugar, la cáscara del mabí inglés o cocolo, a diferencia del dominicano, no pro-

viene del bejuco de indio, sino de una variedad parecida, llamada bejuco de costilla o de

jabón28 y, tal vez, bejuco cimarrón.29 Este ingrediente le confiere un sabor amargo, que

es del gusto de los barloventinos y sus descendientes asociados a sus patrones originarios,

sobre todo en las ciudades y bateyes próximos a los ingenios.30 Esta cualidad asemeja al

mensión de la empresa.Y aun así, ese volumen requiere de un abastecimiento tal de ma-

teria prima, que ha llevado a los Otto al hecho único de cultivar el bejuco de indio en

una finca de su propiedad. El volumen inicial de la inversión se puede estimar por el

hecho de que las damesanas no fueron expresamente traídas del exterior, sino adquiri-

das hace más de medio siglo a manufacturas de queso, a un costo de entre dos y tres pe-

sos cada una.

Todo respira informalidad en la singular manufactura seibana. Aunque se procura el

mayor estándar de calidad posible, la dimensión de la empresa hace que dependa del

El administrador

de la Fábrica

de mabí Otto

muestra las

damesanas del

establecimiento.

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mabí inglés con la cerveza, puesto que, a pesar de que también constituye una bebida re-

frescante, no se pretende que sea dulce, como es el caso de los refrescos naturales o de

gaseosa. Comparativamente, esto puede situarse como un equivalente del gusto por cer-

vezas amargas en Inglaterra, la metrópoli de estos braceros estacionales descendientes

de esclavos africanos.

Para acentuar ese sabor fuerte y amargo, al mabí cocolo se le añaden otras sustancias,

entre las cuales sobresalen la canela, el clavo dulce y, sobre todo, el jengibre.Algunos de

los aficionados a esa modalidad consideran que toma un cuerpo parecido al del ron.31

Puede haber varias fórmulas para el preparado del mabí inglés. Una de ellas consiste en

primeramente hervir, durante aproximadamente una hora, el preparado a base del pie y

el bejuco. Posteriormente se vuelve a hervir esa solución con las especies y el azúcar.

de evitar que su producto se «abombase». De la misma manera, para obtener un buen

producto debían gozar de excelente humor y evitar «tener contacto» con mujeres.

Aun en una ciudad como Macorís, eran pocos los que vivían del mabí «inglés»: hace

décadas, únicamente dos cocolos, Donald Warner Henderson (Linda) y otro del que so-

lo se recuerda su apodo de Tijera.Ambos se ubicaban normalmente en las cercanías del

muelle o en lugares con concentración de trabajadores, y para medio día tenían sus exis-

tencias agotadas en meses estivales.Tijera llevaba una carreta de caballo, mientras Linda

lo hacía en el carrito que le hizo ganar fama.Antes de 1970 Linda vendía hasta diez ga-

lones diarios, a dos centavos el vaso, lo que le daba suficiente para vivir. Parte de su éxi-

to radicaba en que utilizaba indistintamente el mabí como sirop para frío-frío, artículo

de consumo popular callejero en aquellas décadas.

En casos extremos de excelencia del producto, se añaden cosas tan dispares como cane-

la, clavo dulce, malagueta, cáscara de naranja y anís. En otras variantes no se hierve, co-

mo en el estilo normal dominicano, o se hace una sola vez. Dependiendo de las fórmu-

las y de las cantidades de ingredientes, el sabor es más o menos amargo, lo que consti-

tuye uno de los motivos principales de la calidad particular del producto de cada arte-

sano.

Es probable que el preparado de este mabí tuviese mayores requisitos de delicadeza que

el dominicano. Los artesanos eran muy cuidadosos de la pulcritud de los envases, a fin

Donald Warner

Henderson,

«guloya» vendedor

de mabí.

Vendedora

de mabí cocolo

en el Ingenio

Consuelo.

Page 54: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|105|Las refrescantes bebidas criollas|Capítulo 4Capítulo 4|Las refrescantes bebidas criollas|104|

Gingerbeer

Esta bebida tiene un carácter más ambiguo que las anteriores, pues puede ser conside-

rada tanto una variante de cerveza como de bebida refrescante. Esto se debe a que, en

parte de los casos, su preparado está concebido a la manera típica de la cerveza, sobre

todo en lo referente al uso de la levadura. Sin embargo, no siempre se usa levadura e in-

variablemente tiene una graduación alcohólica baja, por lo que se la asimila común-

mente a una bebida refrescante. En algunos manuales o directorios internacionales de

cerveza se la reconoce como cerveza, posiblemente a causa de la existencia de una mar-

ca jamaiquina, ampliamente conocida en las islas angloparlantes.

En República Dominicana el término inglés de la cerveza de jengibre la asocia a los in-

migrantes cocolos que comenzaron a llegar al país en las últimas dos décadas del siglo

XIX. Es posible que ya fuera utilizada por los libertos llegados de Estados Unidos en la

tercera década del siglo XIX, pues en Samaná, el sitio de mayor concentración de esos

inmigrantes, es donde mayor arraigo ha tenido. Sin embargo, también es probable que

fuera adoptada en Samaná después que la introdujeron los cocolos barloventinos de las

postrimerías del XIX. Hay que tomar en consideración, en abono de esta hipótesis, que,

a partir de un momento indeterminado, esta bebida se ha hecho muy popular en la ge-

neralidad de territorios angloparlantes del Caribe.

De acuerdo a un cocolo veterano, el procedimiento in situ, en los bateyes del Este, bá-

sicamente se asemejaba al utilizado en el mabí. En vez de bejuco de indio, se usaba el

jengibre, tal como se sigue haciendo en Samaná. El requisito principal para obtener un

producto de calidad es que el jengibre esté bien machacado.Antes de poner la solución

a hervir durante una hora aproximadamente, al igual que el mabí cocolo, se le añaden

las especies y el azúcar.32 Solo tras ser hervida la solución se añade la levadura, en caso

de usarse. Gracias a la levadura y a que, en principio, el jengibre fermenta con mayor

rapidez, únicamente se deja un día al aire libre.

Una especialista en la comida cocola resume la receta de la cerveza, que incluye el em-

pleo de levadura:

Media libra de jengibre seco

Un galón de agua

Jugo de un limón

Un sobre de levadura seca (activa)

Media libra de azúcar.33

En Samaná, en cambio, se prepara sin levadura, de acuerdo a la siguiente fórmula:

Una libra de jengibre

Canela

Malagueta

Cremor Tártaro

Azúcar

Anís.34

Es probable que, hasta la década de 1930, en todos los lugares en que había concentra-

ciones de cocolos en el Este se fabricara la gingerbeer. Por ejemplo, en Macorís es re-

cordado un mister Tio, residente en el ingenio Porvenir, quien preparaba la cerveza jun-

to al mabí amargo, y los vendía por las calles del batey central. Por lo que recuerda War-

ner Anderson, el gingerbeer, si bien importante en el mundo cocolo, se vendía poco en

las calles, confeccionándose fundamentalmente para el consumo hogareño.También se

consumía preferiblemente en días no laborables o con significado festivo.35

Esa cerveza formaba parte de los componentes particulares de la subcultura cocola en

aspectos culinarios y recreativos. Junto al mabí amargo y la cerveza de jengibre, se daban

cita multitud de productos asociados a la dieta común, como el dompling, o a ocasiones

festivas o solemnes, con el licor hecho a base de la baya arrayán o guavaberry, la tort, a

base de pan horneado, o el suril, un vinagrillo colorado para pascuas.

Desde la década de 1930 la cerveza de jengibre desapareció en el Este, no sucediendo

lo mismo en Samaná, que constituye su último bastión. Su uso es indudablemente

antiguo, al grado que el científico agrícola italiano Rafael Ciferri se interesó por el

producto y le pidió la fórmula al inspector de Agricultura de la península, Rafael Ca-

ba.36 El primero estaba interesado especialmente en saber qué granos o fermentos se uti-

lizaban en caso de haber fermentación.Tiempo después Caba le remitió una muestra de

la gingerbeer con la fórmula, pero la misma no se encuentra en la documentación con-

sultada.

Page 55: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|107|Laprimera cerve-

|107|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

5La política de concesiones

Cuando se incrementó el consumo de la cerveza a partir de 1880, se planteó la posibi-

lidad de producirla en el país, acorde con la etapa de desarrollo económico que se ex-

perimentaba. A tenor del incremento de excedentes por efecto del auge de las expor-

taciones de azúcar y otros géneros agrícolas, entre círculos mercantiles urbanos se con-

sideró la factibilidad de incursionar en la producción de diversas manufacturas de am-

plio consumo, con vistas a aprovechar ventajas comparativas.

En esos años, efectivamente, aunque no se inició un proceso de industrialización, surgie-

ron algunas empresas manufactureras ligeras, cuyos productos se dirigían al mercado inter-

no. Fue algo muy limitado, ya que, aparte de la continuación de la pobreza secular, no obs-

tante la coyuntura de crecimiento de la década de 1880, el país seguía fraccionado en mer-

cados regionales poco o nada interrelacionados, a no ser por medio de primitivos caminos

de herradura o por goletas de cabotaje entre puertos cercanos. Los fletes desde el interior

Dibujo de la

época de la primera

cervecería

dominicana.

C. 1895.

LA PRIMERACERVECERÍA DOMINICANA

Page 56: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|109|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|108|

eran tan elevados que, al decir de Francisco J. Peynado, a inicios de siglo XX trasladar una

carga de arroz desde la Sabana de Guabatico hacia Santo Domingo era más caro que ha-

cerlo desde el Sudeste Asiático, exactamente del lado opuesto del mundo.1 En la medida

en que los centros de consumo, salvo Santiago o, en mucha menor medida, contados luga-

res como La Vega, se encontraban en puntos costeros, resultaba más ventajoso traer la ge-

neralidad de mercancías del exterior que hacerlo de lugares cercanos del interior.

Por tanto, si se cumplían algunos requisitos, comenzaba a tener sentido producir bienes

manufacturados en pequeña escala, con tal de que el flete marítimo de los equivalentes

importados fuera costoso a causa del peso del producto, que en el país hubiese materias

primas en cantidades adecuadas y que los procesos de fabricación no acarrearan com-

plejidades técnicas ni el empleo de capital intensivo. A lo largo de la década de 1880

empezaron a operar empresas movidas por vapor, las cuales llegaban a la dimensión de

manufacturas ligeras. En los censos de la ciudad de Santo Domingo entre 1892 y 1919

se encuentran empresas de los siguientes productos: licores, cigarros, velas, hielo, choco-

late, ropa masculina, muebles, pastas alimenticias, ladrillos.2 Como se puede observar, la

mayor parte de estas empresas aprovechaban materias primas locales (cera, maderas, la-

drillos, chocolate, alcohol y tabaco). Una parte de esas empresas estaban en manos de

inmigrantes europeos, quienes contaban con mayor capacidad de iniciativa y traían con-

sigo pequeños capitales. El mismo esquema se reiteró en los demás centros urbanos, es-

pecialmente en Santiago, San Pedro de Macorís y Puerto Plata.

Como era patente la dificultad para fundar esos establecimientos manufactureros, los

gobiernos de las últimas décadas del siglo XIX decidieron incluirlos dentro de los regí-

menes de la política de otorgamiento de concesiones. Se apoyaban en el supuesto de

que la fundación de empresas o la construcción de obras redundarían en beneficio de

toda la colectividad. En función de tal consideración, esta política propendía al otorga-

miento de privilegios fiscales a los inversionistas, a veces mediante exención de impues-

tos aduanales y otras mediante subsidios directos provenientes de ingresos fiscales, co-

mo se muestra en el capítulo 3 a propósito de la construcción de obras portuarias en

Azua, San Pedro de Macorís y Monte Cristi. En una parte de los casos, estas concesio-

nes se otorgaban con exclusividad durante períodos estipulados, fuera en lo tocante a

las ventajas arancelarias, subsidios o en la potestad de fabricar monopólicamente un ar-

tículo u ofrecer un servicio dentro de un perímetro geográfico determinado.

Sobre la base del papel asignado al Estado en el fomento económico y de las ventajas

que se derivaban de las concesiones, a fines del XIX prácticamente todas las iniciativas de

inversión de capital se canalizaron por medio de ese instrumento, en áreas tan distintas

como los muelles de las ciudades costeras, casi todos los ingenios azucareros, los proyec-

tos de ferrocarriles, los bancos, sistemas locales de transporte, líneas de vapores, puentes,

plantaciones de guineos, algodón y tabaco, y hasta la supuesta refinería de petróleo mon-

tada en La Romana.3

En realidad, no existía un régimen uniforme de concesiones, sino que las mismas de-

pendían de resoluciones del Poder Ejecutivo que debían ser convalidadas por el Con-

greso. El marco sobre el cual actuaban los responsables gubernamentales del fomento

económico radicaba en las leyes de exoneración de impuestos que comenzaron a co-

brar cuerpo desde finales de la década de 1870. Esta discrecionalidad daba lugar a pri-

vilegios de variada magnitud de acuerdo a las consideraciones de los incumbentes de

las Secretarías de Estado acerca del desarrollo económico. No tardaron, por ende, en so-

brevenir controversias. Rápidamente, porciones de los círculos gobernantes captaron

que particularmente la concesión de exclusividad conllevaba problemas, ya que limita-

ba las posibilidades de flujo de nuevos capitales y fijaba un privilegio que podía cons-

pirar contra la eficiencia y, por ende, contra las potencialidades del crecimiento. De se-

guro, además, se movieron intereses cuestionando tal capacidad del Estado, lo que ex-

plicaría el decreto de 10 de mayo de 1884, por medio del cual se prohibía cualquier

concesión de privilegio exclusivo.

A la larga, por consiguiente, la generalidad del régimen de concesiones se centró en la

exención variable del pago de impuestos, especialmente aduanales, a los bienes de capi-

tal y las materias primas, lo que estaba contemplado en la legislación.También se con-

cedía a los empresarios la exoneración de cualesquiera impuestos municipales, los úni-

cos de cierta importancia entonces si se exceptúan los de aduana. Es de resaltar que, sin

embargo, no existían normas homogéneas, por lo que el monto de las exoneraciones

dependía de los criterios de los responsables del momento. Por otra parte, los gober-

nantes seguían autorizados a otorgar ventajas adicionales, como la donación de terrenos

del Estado o el usufructo gratuito de otros recursos del patrimonio público.

Entre las décadas de 1870 y 1890 se otorgó un elevado número de concesiones, aun-

que en su inmensa mayoría careciesen de efectos prácticos.A menudo, quienes gestio-

naban las concesiones no eran en realidad inversionistas potenciales, sino especuladores,

que perseguían traspasarlas a verdaderos capitalistas a cambio de una comisión. Esto se

prestaba a irregularidades, principalmente incumplimientos, por lo que, llegado un mo-

mento, los círculos gubernamentales consideraron que había habido una administración

ineficiente del régimen de concesiones y empezaron a establecer requisitos como fian-

zas y plazos para el inicio de los trabajos.

Page 57: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|111|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|110|

República, quien se había fijado como uno de sus objetivos prioritarios estimular la en-

trada de capitales extranjeros mediante una decidida protección estatal. Uno de los con-

siderandos del decreto del general Heureaux pondera la conveniencia del establecimien-

to de esa empresa, en la medida en que «hace necesario el acometimiento de otras em-

presas útiles, tales como son las del cultivo en gran escala del arroz, la de la fábrica de en-

vases y otras más»; asimismo consideraba el dictador que esa empresa «traerá al país capi-

tal e inmigración,y dará empleo inmediatamente a braceros dominicanos.»6 Si bien la cer-

vecería que se construyó poco después, como se verá, fue una de las «empresas útiles» más

relevantes de esos años, no trajo consigo ninguno de los beneficios colaterales estipulados.

Por ejemplo, no parece que en sus casi cinco años de existencia pudiera plantearse una es-

trategia de promover la producción una materia prima nacional como el arroz.

La concesión a Petitpierre Pellion

En razón del nivel de consumo de cerveza, resultaba lógico que atrajera interés el estable-

cimiento de una fábrica. Por razones técnicas, el planeamiento de su producción no po-

día efectuarse de acuerdo a los parámetros de empresas pequeñas que predominaban en

los países con larga tradición cervecera. Para vencer las dificultades que presentaba el cli-

ma y la ausencia de materias primas locales, la cerveza debía ser producida en unidades de

cierta dimensión, susceptibles de utilizar el refrigerado artificial, y que, por definición, de-

bían acogerse a los beneficios de las concesiones. Esta exigencia estuvo presente en la pri-

mera resolución del Estado Dominicano de concesión para una fábrica de cerveza, otor-

gada en 1882 al ingeniero francés G. Petitpierre Pellion, a la sazón residente en la ciudad

de Santo Domingo, por decreto del presidente Fernando Arturo de Meriño.4

Es sintomático que uno de los considerando de Meriño mencionase la necesidad de

vencer las «grandes dificultades» técnicas que se presentan en los países tropicales, por

lo cual se requería facilitar «la introducción de los principales elementos de aquella pro-

ducción». Adicionalmente, para justificar los privilegios concedidos, se consideró con-

veniente para el país dicha fabricación, como «bebida sana e inofensiva, cuyo uso tien-

da a extirpar el de los licores alcohólicos excitantes.»

Implícitamente se reconocía al concesionario el derecho exclusivo de fabricación por

cinco años, debiendo iniciar las operaciones en el plazo de un año. La empresa queda-

ba exenta de impuestos sobre la importación de los materiales de construcción para el

edificio y las maquinarias. Las materias primas, primordialmente el lúpulo y la cebada,

al igual que las botellas, pagarían un 50% de los derechos aduanales estipulados en el

arancel.

No hay menciones ulteriores de este proyecto, que seguramente perimió porque el con-

cesionario no consiguió un inversionista interesado. Habría que esperar unos cuantos

años para que se renovase una solicitud de concesión para la fabricación de cerveza.

La concesión a Flatow

En septiembre de 1890 el ciudadano norteamericano Simon J. Flatow remitió una co-

rrespondencia al Gobierno Dominicano solicitando una concesión para la fabricación

de cerveza. La solicitud fue entregada por su apoderado, residente en la ciudad capital,

el también norteamericano H. C.Astwood, quien durante esos años fungía como inter-

mediario de inversionistas.5

De inmediato el gobierno accedió a la solicitud, dado que tal empresa coincidía con las

concepciones acerca del progreso que tenía el general Ulises Heureaux, presidente de la

Aunque no indicado de manera taxativa en el momento, otro supuesto que debió in-

fluir en la favorable ponderación de la instalación de la cervecería, tal como se hizo en

el decreto de Meriño que otorgaba la primera concesión, sería su efecto moralizante, al

contribuir a desestimular el consumo de ron, lo que redundaría en una elevación del

«nivel moral de la común.»7

En el borrador del proyecto de ley, la concesión se circunscribe a la donación de «los

terrenos del Estado que posea en los lugares en donde a aquella le convenga establecer

sus fábricas, pudiendo la empresa utilizar terrenos y materiales que necesite sin pagar

Fernando Arturo

De Meriño,

primer presidente

que protegió

la producción

de cerveza.

Page 58: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|113|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|112|

por ello derecho alguno.» Más adelante, con la promulgación de la ley, se estipuló la

exoneración completa de los derechos de importación para materiales de construcción,

especialmente planchas de zinc y bienes de capital, así como sobre todos los insumos y

envases. Es de notar que esta empresa fue ampliamente favorecida, por cuanto lo más

común era que las materias primas recibieran únicamente una exoneración parcial.

También quedó exenta de todos los derechos de exportación durante quince años, lo

que entrañaba otro privilegio, ya que los géneros agrícolas de exportación estaban gra-

vados. Estos privilegios fueron concedidos durante treinta años, condicionados a la en-

trega de una fianza de cinco mil pesos. Se contemplaba la posibilidad de que Flatow

traspasara la totalidad o parte de la franquicia a otros particulares, salvo a un gobierno

extranjero.

The New Jersey and San Domingo Brewing Co.

La concesión a Flatow fue acordada por el Poder Ejecutivo en octubre de 1890, aun-

que solo fue definitivamente aceptada por el Congreso Nacional el 29 de abril de 1891,

señal de que a Heureaux le tomó tiempo vencer la renuencia de algunos congresistas a

convalidar privilegios exagerados. La condición de intermediario de Flatow quedó de

manifiesto casi de inmediato, cuando hizo traspaso de la concesión, en fecha 20 de ju-

nio de 1891, a favor de una compañía recién constituida en Estados Unidos,The New

Jersey & San Domingo Brewing Co.8

La nueva empresa, legalmente, venía a ser la casa matriz de la San Domingo Brewing

Co., denominación oficial que se le había dado a la entidad beneficiaria de la conce-

sión de Flatow. No parece, empero, que en la práctica hubiese distinción alguna entre

LAS FÁBRICAS DE HIELO. Las

empresas que se plantearon la fa-

bricación de hielo ofrecen un ejem-

plo suficiente de las ventajas que

implicaban las concesiones. Este

artículo guardaba estrecha relación

con la cerveza, ya que su consumo

masivo entre los dominicanos esta-

ba asociado a su refrigeración. Se

trataba de un invento reciente, de la

década de 1870, pero que se había

difundido con celeridad, por cuanto

introducía cambios cruciales para

la conservación y el consumo de

alimentos y bebidas.

En abril de 1879, Ildefonso Mella

Brea, hijo del prócer Matías Ra-

món Mella, recibió una concesión

para establecer en Puerto Plata

una «nevería de hielo artificial»

movida por maquinaria de vapor. A

cambio del privilegio de exclusivi-

dad durante diez años, se obligaba

a mantener una oferta adecuada y

a vender la libra de hielo a no más

de 3 centavos fuertes. Otros parti-

culares tendrían derecho a producir

hielo, pero únicamente para con-

sumo propio.9

Otra concesión fue la recibida por C.

J. den Tex Bondt, holandés, ex fun-

cionario de la empresa Westendorp,

la cual había administrado los em-

préstitos de 1888 y 1890. Es intere-

sante esta concesión, ya que se pro-

ponía sustituir la que había recibido

la primera fábrica de cerveza en

años previos. El concesionario ahora

recibía privilegio durante 25 años y

se obligaba a iniciar la producción en

seis meses, a partir del 31 de di-

ciembre de 1897. Se fijó un precio

de venta de 2.5 ctvs. la libra y la en-

trega de un 5% del producto de las

ventas a la Tesorería Municipal.10

Fábrica de

hielo de Domingo

Rodríguez en San

Juan de la Maguana.

Fábrica de

hielo de

Parra Alba.

Page 59: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|114| |115|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5

matriz y filial. Por otra parte, en la cotidianidad, incluyendo todos sus anuncios, la em-

presa pasó a denominarse como «Gran Fábrica de Cerveza Nacional».

Los propietarios parecen haber sido norteamericanos de ascendencia alemana, a juzgar

por sus nombres y apellidos. El cuadro de su primer Consejo de Administración estaba

compuesto por Theodore Krüger, presidente,Theodore Reinecke, vicepresidente y ad-

ministrador, John Kroder, secretario, y Jacob Zahn, tesorero. El domicilio de la empre-

sa se localizaba en los números 283-285 de Canal Street, en la ciudad de New York. Pa-

rece que Krüger, por sí solo, detentaba el control de la empresa.

Toda la información que se ha localizado sobre la New Jersey and San Domingo pro-

viene del Archivo General de la Nación o de la prensa de la época. La documentación

se refiere, básicamente, a los trámites que debían emprenderse ante el Estado para la

puesta en marcha de las operaciones. El material de prensa que trata acerca de la cons-

trucción de la planta y, luego, de la oferta de la cerveza, no contiene casi nada relativo

al funcionamiento de la empresa. Por ende, no se dispone de datos sobre monto de in-

versión, distribución de las acciones y alcance de las operaciones.

Empero, queda claro que desde el inicio la empresa fue diseñada para producir en gran

escala, por lo que con seguridad conllevó un volumen elevado de inversión, según una de

las referencias periodísticas, de varios cientos de miles de dólares. Al mismo tiempo, los

reiterados imprevistos que se reflejaron en la prensa, así como las interrupciones de la pro-

ducción, sugieren, en principio, que no se dispuso del capital de trabajo suficiente para

cumplir adecuadamente las exigencias que conllevaba una empresa de esa magnitud.

Los capitalistas norteamericanos encontraron un terreno propicio para su proyecto, por

lo que, a escaso tiempo de recibir el traspaso de la concesión de Flatow, enviaron a su

administrador Reinecke a iniciar la construcción de la planta. Además de la exclusivi-

dad del mercado nacional, que debía verse como coto cerrado gracias a la ventaja que

deparaba el arancel, los propietarios consideraron factible exportar a países cercanos

donde no existían cervecerías.

La cláusula de exclusividad

El punto más polémico de esa franquicia radicó en el artículo 9 del proyecto enviado

por Heureaux al Congreso, que estipulaba que durante los 30 años «el Gobierno no

concederá a ninguna otra persona o compañía igual concesión.» Esto equivalía al esta-

blecimiento de un monopolio, como era común en algunas de las áreas en que se otor-

gaban concesiones. Esta cláusula fue objeto de debates en el seno del Congreso, lo que

evidencia que, a pesar de regir el país por métodos dictatoriales, Heureaux dejaba cier-

ta capacidad al Poder Legislativo.

Por medio de resolución del Congreso de 29 de abril de 1891, se suprimió la exclusi-

vidad, eliminándose la segunda parte del artículo 9 del proyecto gubernamental.11 Otro

aspecto que fue objeto de debates tuvo que ver con la cláusula que le otorgaba privi-

legios de exclusividad para la producción de hielo, producto que, como se ha visto arri-

ba, cobraba importancia en los estilos emergentes de vida y, en particular, para la fabri-

cación y consumo de la cerveza. Los legisladores decidieron dejar de lado ese aspecto

de la concesión.

El debate entre la concepción de Heureaux y la de la mayoría del Congreso se saldó

mediante un decreto presidencial, de fecha 24 de junio de 1892, en el cual el presiden-

te de la República revocaba el decreto de 1884 que prohibía las concesiones exclusivas.

Papel de cabecilla

de The New Jersey

and San Domingo

Brewing Co.

Page 60: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|116| |117|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5

Hay razones para suponer que esta medida presidencial estuvo motivada por el propó-

sito puntual de proteger la inversión de la New Jersey and San Domingo, atendiendo a

la solicitud hecha por su administrador Reinecke.

Muy avanzada la edificación, Reinecke se dirigió al ministro de Fomento argumen-

tando que la cervecería no podría operar si no se le garantizaba que los privilegios

eran exclusivos, puesto que estaba involucrado el riesgo de una inversión ascendente

a cientos de miles de dólares, agregando que, de no operar, el país se vería privado de

los beneficios accesorios en entrada de inmigrantes y capitales.12 Reinecke anuncia-

ba que para el mes de mayo de 1893 la cervecería estaría en condiciones de comen-

zar la producción, pero ratificaba que no lo haría si no se le concedía la cláusula de

exclusividad.

De acuerdo al estilo autocrático, un decreto pesó más que la ley. El Congreso terminó

inclinándose ante la voluntad de Heureaux, y se volvió a incluir en la concesión la cláu-

sula de exclusividad en la fabricación de cerveza

En una escueta resolución, de fecha 27 de mayo de 1892, el Congreso Nacional resol-

vió «declarar vigente el artículo de la concesión original que el Congreso había descar-

tado y que decía: ‘Esta Concesión durará treinta años a contar desde la fecha de su pu-

blicación en la Gaceta Oficial y durante este tiempo el Gobierno de la República no

acordará á ninguna otra empresa derechos iguales á los de la presente concesión.»13

Quedaba solucionado el diferendo entre presidente y legisladores, que había tenido una

duración de más de un año, a favor de la protección inequívoca que exhibía el presi-

dente a favor de los inversionistas. Esta complacencia del general Heureaux probable-

mente no estuvo motivada únicamente por sus concepciones acerca del progreso eco-

nómico, sino, además, por su interés personal, ya que, constituida la empresa en 1891, él

mismo tenía suscrito un paquete de cien acciones, tal vez como donativo a cambio de

la protección.14

La edificación

Hacia septiembre de 1891 comenzaron las obras, tras la recepción de un amplio terre-

no, a título gratuito, dentro de lo que se conocía como Sabana del Estado, en Ciudad

Nueva, porción extramuros de la ciudad de Santo Domingo. En esos días se presentó el

primero de lo que vendría a ser un rosario de inconvenientes, consistente en la deman-

da de José Pedemonte, quien había recibido título de propiedad sobre una porción de

la Sabana del Estado. Por tal razón, Reinecke solicitó que se emitiese un certificado de

título, de acuerdo al artículo 7mo. de la concesión, aun cuando el diferendo quedó apa-

rentemente zanjado.15 El terreno cubría nada menos que dos manzanas de Ciudad

Nueva, y el edificio pasó a representar una innovación destacada en materia de infraes-

tructura urbana. Esto se puede apreciar en el plano de Casimiro de Moya de 1905, don-

de se observa la dimensión del edificio y de la cisterna de almacenamiento de agua.

Cuando la obra estuvo al borde de concluir, la empresa solicitó al gobierno el cie-

rre del tramo de la calle que dividía ambas manzanas, con el fin de poder comuni-

car adecuadamente las diversas instalaciones. En comunicación al Ministerio de Fo-

mento se especifica: «Como esta pequeña parte de dicha calle está situada paralela

con los departamentos de las calderas y máquinas, y como el recipiente del aljibe es-

tá situado frente a dichos departamentos, estamos obligados á pasar todas las tuberías

que conectan con las maquinarias á través de la calle, así es necesario para ello que

Fragmento

de plano

de la ciudad

de Santo Domingo

por Casimiro

de Moya.

Page 61: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|119|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|118|

se nos conceda autoridad absoluta sobre este pequeño espacio de calle para la pro-

tección de dichas tuberías».16

El vicepresidente en funciones, Manuel María Gautier, en decreto de 9 de septiembre de

1892, consideró válido el argumento y ordenó el cierre de ese tramo de calle, basado en

el razonamiento de que no afectaba a la Alameda, como ya se conocía el antiguo cami-

no de Güibia, hoy Malecón. Esto explica el trazado particular de la calle Las Carreras

que, a diferencia de las contiguas de norte a sur, no concluye en el Malecón, sino en la

entonces calle de la Misericordia, hoy Arz. Portes, donde en la actualidad se localiza el

Centro Masónico. El plano de Casimiro de Moya ilustra la situación urbanística del área

de la cervecería a inicios del siglo XX. Se observa que el edificio principal estaba situa-

do en la manzana occidental, marcada con la letra T, y que la cisterna se hallaba al sur.

Como era de rigor en una empresa de tal dimensión, el edificio principal generó ad-

miración entre los habitantes de la ciudad. Se hizo costumbre que en las tardes fueran

los curiosos de paseo a admirar la obra y dar seguimiento al avance de los trabajos. En

un diálogo recogido en nota aparecida en la prensa, se reseña la expresión de un padre

a su hijo, en uno de esos habituales paseos, de que para los dominicanos la Cervecería

venía a tener el valor de un monumento, similar al que los franceses acordaban a la To-

rre Eiffel.

El dibujo de la empresa en sus anuncios, si bien idealizado como era común en logos y

anuncios de las cervecerías en Estados Unidos, no dejaba de ilustrar la realidad básica, co-

mo se pone de relieve en otro dibujo, seguramente realista, reproducido por Emilio Ro-

dríguez Demorizi. Por lo demás, se dispone de fotografías, ya que el edificio pervivió

PROSPECTOS DE PROGRESO.La opinión pública acogió con entu-

siasmo la creación de la Cervecería,

vista como señal de la esperada

época de progreso. Tal opinión se

correspondía con el estado de áni-

mo de una porción todavía conside-

rable de publicistas e intelectuales,

que encontraban que el modelo de

crecimiento implantado por los go-

biernos del Partido Azul se corres-

pondía con los pasos necesarios pa-

ra enrumbarse por la senda del pro-

greso. Desde esa perspectiva, la

Cervecería era objeto de pondera-

ciones que auguraban la creación de

empresas industriales. Ciertamente

que, con excepción de los ingenios

azucareros, ninguna otra empresa

industrial de entonces la igualaba en

la cuantía de la inversión y en la

complejidad del procesamiento.

No por casualidad, El Eco de la Opi-

nión, uno de los principales periódi-

cos del país, que clamaba desde

una década antes por una decidida

protección a los inversionistas, so-

bre todo a los azucareros, fue el

medio que mayores loas tributó al

proyecto. Esto se pone de manifies-

to en uno de los artículos relativo al

tema, de fecha 12 de mayo de

1892, titulado «Cervecería» y sin

firma, lo que le daba connotación

de opinión editorial. Veamos algu-

nos párrafos de cómo ese periódico

ponderaba a la Cervecería.

«Las dudas están desvanecidas.

Allí, donde no ha mucho «raquítico

ganado pastaba el verde pajón», se

levanta hoy majestuoso, el magnífi-

co edificio que ha de servir de mo-

rada á una industria que, aunque

fomentada por capital extraño, será

más tarde, como hemos dicho en

otras ocasiones, de honra y prove-

cho para el país, que necesita tra-

bajo regenerador para llegar á la al-

tura á que deben levantarse los

pueblos verdaderamente cultos.

Los que con justos motivos, acon-

sejados por dura experiencia com-

paraban al principio esa empresa,

que hoy demuestra ser una reali-

dad, con otras que no han pasado

de ser ridículas especulaciones,

han tenido que recoger, satisfe-

chos, eso sí, las dudas que abriga-

ban, en vista de que al fin el que

menos ruido hizo es uno de los po-

cos que no se ha burlado de nues-

tra generosidad y pobreza.

La cervecería es un hecho. (...)

El progreso á juzgar por esta em-

presa y por otras que se esperan,

parece que quiere levantar sus tien-

das en esta tierra á que un destino

infeliz persigue. (...)

Y como todo marcha al vapor, im-

pulsado por la fuerza invencible del

capital, ya allí, junto á la fábrica y á

la casa, se está aporcando la virgen

tierra, suponemos, para ir prepa-

rando el sitio donde se sembrarán

las flores y árboles frutales para la

construcción del hermoso parque

que se anuncia.

Todo marcha bien. Por lo demás,

el Sr. Reinecke que es un caballero

cumplido, ha llegado á conquistar

el cariño de los hijos del país que

allí ganan el pan, con su buen trato

y finas maneras.

Hoy podemos volver á decir con

mayor razón: esa empresa es acree-

dora á toda la protección posible,

(...) debemos pensar en que ella una

vez realizada, llamará, la atención de

otros capitalistas (...).»

Artículo sobre

la planta cervecera

en El Eco

de la Opinión.

Page 62: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|121|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|120|

hasta la década de 1960, y en él se localizaron diversas instituciones, como la Dirección

de Obras Públicas y la Intendencia del Ejército Nacional.17 La fotografía muestra un edi-

ficio de cierta dimensión y paredes gruesas. Estas características se debieron a que el lo-

cal estuvo concebido para albergar maquinarias pesadas en sus plantas. Heureaux, en su

mensaje anual al Congreso de 1892, se apresuró a destacar la contribución que signifi-

caba para el progreso del país una obra de tal envergadura.18

Además de esta edificación, la fábrica tenía por rasgo distintivo su aljibe, con capaci-

dad para 30,000 barriles de 50 galones, o sea, 1,500,000 galones, instalación que im-

presionó a los dominicanos de la época.19 El abastecimiento del agua se haría a través

de un sistema de pozos artesianos, lo que también suponía un esfuerzo inédito en el

país. Esto generó otro señalamiento del presidente, en el mismo mensaje al Congreso

del 27 de febrero de 1892: «Una novedad que ha venido á despertar el espíritu públi-

co, en el orden a ideas de progreso, es la horadación que se está haciendo de un pozo

artesano para dicha fábrica á orillas del mar, bajo un nuevo sistema, asegurándose por

los hombres competentes, que están ejecutando la obra, el mejor éxito.» La prensa des-

tacó la utilidad que tendría esa obra para la población de la ciudad en el caso de que

se produjese un nuevo incendio. En el artículo citado se señala que tal vez hubiese si-

do más económico haber traído el agua del río Haina o del arroyo Higüero, ambas de

alta calidad.

Contratiempos

Para el público, la señal más auspiciosa de las consecuencias que tendría la producción

de cerveza se encontraba en el ritmo «prodigioso» con que marchaba una obra cuyas

dimensiones no tenían precedentes en el país. Expresión de esa visión exultante es uno

de los varios artículos de El Eco de la Opinión que daban seguimiento a las labores.

«El edificio que se destinará á esta adelanta de una manera notable: allí no se pierde el

tiempo. Gusto da ver aquel derroche de millares y millares de ladrillos y de barriles de

cal; aquella animación creciente que domina á directores y operarios; aquel afluir de

jentes de todos sexos y edades que en las tardes serenas visitan el extenso sitio en que

se levanta el gallardo y sólido edificio!»20

Empero, la terminación de la cervecería tuvo que vencer no pocos inconvenientes, se-

guramente en vinculación con la escasez de capital y la ausencia de experiencia en el

medio local. Por momentos los trabajos se paralizaban o surgían expedientes que gene-

raban conflictos. De igual manera, ocurrieron percances en el proceso de construcción

del local y la cisterna. Conjugados, todos esos elementos dieron lugar a que la marcha

de la obra llevara un ritmo lento. En varias ocasiones se hicieron anuncios acerca del

inminente fin de los trabajos, los cuales resultaban fallidos.

Una primera dificultad provino del cuestionamiento a que se vio sometida la empresa

por la importación de zinc, al parecer el insumo importado más utilizado en el edificio

principal y en casas contiguas. Funcionarios del Ministerio de Hacienda consideraron

que no había justificación para varios centenares de paquetes de zinc importado desde

Saint Thomas y alegaron que partes de ellos, acogidos a un régimen de exención tribu-

taria, se habían utilizado en viviendas de particulares. En lo adelante, la empresa tuvo

que rendir cuentas a los funcionarios de ese Ministerio.

La perforación del pozo artesiano también registró dificultades que, de acuerdo a la

prensa, en países de mayor tradición se hubiesen resuelto con rapidez. Parece que, en

relación a esta obra, se registraron roces entre los trabajadores dominicanos y los maes-

tros constructores de Estados Unidos. Sin embargo, siguiendo la tónica optimista, El Eco

de la Opinión anunció que «muy pronto vendrán de la gran República nuevos maestros

que, menos impertinentes y no tan belicosos como los primeros, llevarán la obra á fe-

liz término.»

Sin embargo, no pasaron muchas semanas para que se desplomase la fachada sur del edi-

ficio principal, con una altura de 45 pies, seguida cuarenta y ocho horas después por la

pared que daba al este, que también cayó por completo. Esto provocó alarma en la po-

blación, supuso un sensible contratiempo e impuso un ritmo más lento a los trabajos.

Reinecke atribuyó el incidente a «un depósito de arena que residía abajo del cimiento

de la esquina sur-este, forzando abajo el cimiento dando causa a la pérdida del balance

o aplomo, y naturalmente tenía que caerse.»21

Contrariando tal explicación, el ingeniero francés H.Thomasset, bien conocido por su

participación en algunas de las obras públicas de años previos, escribió un artículo en

tres entregas, en el cual sintetizó sus criterios. Por una parte, consideró que la mampos-

tería, distinta a la utilizada en los edificios coloniales, no era la adecuada, por lo que sur-

gieron rajaduras.Abundó en la calidad de la arena y la roca utilizadas, por lo que la ad-

hesión de la mezcla no se efectuó de manera homogénea. Esto último resultaba a su jui-

cio definitivo, pues el peso era en algunos puntos de 35,000 a 40,000 Kgs. por metro

cuadrado, lo que requería una mampostería adecuada.22 En segundo lugar,Thomasset

llegó a la conclusión de que se hizo un sondeo superficial del suelo para la colocación

de las columnas, por lo cual no se detectó la existencia de cuevas profundas. Estos ac-

cidentes, aunque no causaron víctimas por haberse producido durante la noche, pospu-

sieron durante varios meses la conclusión de la obra.

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|123|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|122|

Probablemente las dificultades en la planta se reflejaron en un estado de inestabilidad de

la administración de la empresa, que se manifestaría continuamente en su accidentada

existencia. Aparte de posibles divergencias por motivos no explicitados entre el presi-

dente Kruger y el administrador Reinecke, seguramente lo que estuvo en juego era el

conjunto de dificultades que se presentaron para la terminación del local.

En octubre de 1892 el Consejo de Administración de The New Jersey and San Do-

mingo decidió despedir al administrador Reinecke, procediendo a designar a William

Schmitt.23 Reinecke también fue destituido de su condición de vicepresidente de la

compañía, quedando en su lugar John Kroder, antiguo secretario, quien a su vez fue

sustituido por August Martin.

Al nuevo administrador Schmitt le correspondió concluir la edificación de la obra y

proceder a iniciar las operaciones. La empresa había estado anunciando reiteradamente

la inminencia del inicio del expendio de cerveza, pero tardó en lograrlo. Schmitt tuvo

que atravesar por nuevas situaciones difíciles durante largos meses.Todavía en diciem-

bre de 1892 no estaba concluida la cisterna, aconteciendo en la tercera semana de ese

mes un grave accidente laboral. Mientras unos doce operarios laboraban en la fase final

del revestimiento de las paredes de la cisterna, ante el temor de que lloviera, Schmitt

ordenó que se colocasen planchas de zinc apoyadas en un armazón de vigas de made-

ra. En el ajetreo de los trabajos, ese armazón se derrumbó, y Schmitt, el secretario Al-

berto Godek y cuatro operarios cayeron a una profundidad de 20 pies, recibiendo di-

versas contusiones, y quedando uno de los accidentados en estado de gravedad.24 A pe-

sar de las lesiones, el administrador se reincorporó pocos días después y reasumió la di-

rección de los trabajos.

Estos problemas dieron lugar a que la culminación de los trabajos conllevara posposi-

ciones. La construcción de las edificaciones se inició hacia el mes de octubre de 1891.

Como se ha visto en el artículo reproducido en facsímil del Eco de la Opinión, en ene-

ro de 1892 gran parte del edificio estaba bastante avanzado, aunque faltaban las colum-

nas de hierro y el techo. El presidente Heureaux anunció que la producción comenza-

ría para inicios de julio. Pero en mayo de ese año todavía no se había comenzado la

construcción de la cisterna.

Como si fuera poco, cuando finalmente la infraestructura estaba concluida y se hacían

las pruebas del producto, a inicios de julio de 1893 un vendaval provocó el desprendi-

miento de la chimenea de la parte alta del edificio así como de una enramada techada

de zinc próxima a la sala de máquinas.25

Las operaciones

El último de los accidentes arriba reseñados no fue óbice para que la empresa iniciara

las operaciones. En una nota informativa publicada a raíz del vendaval, Schmitt anun-

ció que esa noche, por primera vez, se expendería al público la cerveza. Esto debió

acontecer en la primera semana de julio de 1893. Como era de rigor en una empresa

de esa dimensión, desde cierto tiempo atrás debían estar haciéndose las pruebas de ca-

lidad del producto. El periódico pudo aseverar, por tanto, que «la cerveza que allí se pro-

duce es de condiciones inmejorables, debido á las materias primas que en su elabora-

ción se emplean.»26

A pesar de los contratiempos, si se acepta la apreciación de El Eco de la Opinión, la em-

presa comenzó a laborar gozando de una manifiesta simpatía entre el público. La exis-

Foto de la

década de 1930

del local de la

«cervecería vieja».

tencia de una empresa industrial de cierto tamaño era una experiencia sin precedentes

para los habitantes de la todavía aldeana ciudad finisecular. Se expresó que «dicha fábri-

ca ha dado testimonios evidentes de la formalidad que caracteriza á todos sus emplea-

dos, y como empresa ha sido una de las más serias y fecundas en bienes para el país.»

Además de ser fuente de trabajo para una cuantiosa fuerza laboral, la empresa anuncia-

ba la construcción de un hotel para promover un flujo de turismo invernal desde Esta-

dos Unidos y la apertura de otras obras de progreso. Por lo demás, el producto fue eva-

luado de manera entusiasta, entre otras cosas por el impacto favorable para la salud de

Page 64: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|125|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|124|

los consumidores. El ambiente no podía ser más prometedor, puesto que se estaba en

presencia de un acontecimiento de enorme importancia.

«La capital aguarda ansiosa la hora cercana ya, como dejamos dicho, de que se abra la

venta de la cerveza nacional, para saborearla con gusto, ya que tiene tantos títulos para

hacer competencia á la que se venía importando y consumiendo con perjuicio, muchas

veces, de la salud, por estar cargada de alcohol en demasía.»27

Ya iniciada la producción, y seguramente como medio de solventar dificultades, la em-

presa se dirigió al gobierno para solicitar la autorización de vender el hielo en todo el

país durante el mismo lapso de la concesión.28 Esto planteaba el inconveniente de que

podía implicar un conflicto de intereses con otros posibles concesionarios de hielo en

distintas ciudades o limitar en el futuro posibles concesiones en otros lugares. De nue-

vo volvió a manifestarse una actitud reacia entre los congresistas. Heureaux ignoró esos

puntos de vista y, simplemente, por medio de resolución de 8 de mayo de 1893, refren-

dada por el ministro de Fomento, acordó la concesión en todo el territorio nacional,

con excepción de Sánchez. Como único requisito, el presidente le impuso el suminis-

tro gratuito del hielo requerido por prescripción médica en los hospitales, previa pre-

sentación de receta.29

A pesar de haber logrado dar inicios a las operaciones en julio de 1993, parece segu-

ro que la empresa continuó experimentando escasez de recursos, lo que pone de ma-

nifiesto que no logró suscribir nuevos aportes de capital que permitieran mantener un

ritmo conveniente del proceso productivo. Es lo que explica que la New Jersey and

San Domingo tuviera que acudir a un préstamo con Juan Bautista Vicini, uno de los

hombres más acaudalados del país, propietario de varios ingenios azucareros y finan-

cista del Estado. Siguiendo la autorización que le fue otorgada en New York un año

antes para realizar todo género de transacciones, el administrador Schmitt suscribió un

contrato, bajo firma de notario, con Vicini, por medio del cual recibía en partidas se-

manales la suma de 10,000 pesos moneda corriente a una tasa de interés de 2% men-

sual. La aceptación de tan elevada tasa de interés es suficientemente indicativa de que

la cervecería atravesaba por circunstancias difíciles. En esa época la moneda nacional,

vinculada a la plata, estaba desvalorizada en cerca de 50% respecto al dólar, desde que

esta última moneda, en la misma época, se acogió al patrón oro.30 El préstamo tendría

una duración de seis meses, aunque podría prorrogarse hasta un año.31 No obstante es-

tar involucrada una suma pequeña, en comparación con el monto total de la inversión,

la cervecería aceptó dejar en hipoteca «todas sus maquinarias para la fabricación de

cerveza y de hielo, aparatos, utensilios, depósitos, tanques, edificios de mampostería y

de maderas, talleres, wagones, carros, carretas, animales destinados al servicio de la fá-

brica sin excepción ni reserva de ninguna especie.»

Un mes después, el 10 de noviembre de 1893,Vicini y Schmitt suscribieron un nuevo

contrato de préstamo hipotecario para la cervecería, también por la cifra de 10,000 pe-

sos moneda corriente. Entre ambos empréstitos, por consiguiente, la empresa cervece-

ra tomó unos 10,000 dólares a Vicini. No se sabe si hubo obstáculos para su repago, pe-

ro es probable que así aconteciera.

En todo caso, las dificultades continuaron, no obstante el expendio del producto, lo que

explica que se produjese un cambio de propiedad. Para el público dominicano, en prin-

cipio, el cambio se limitó a que, a mediados de 1894, tomó posesión un nuevo admi-

nistrador,William Orr.Ahora pasaba a denominarse «administrador judicial», título del

que se infiere que operaba como un interventor, seguramente a causa de haberse pro-

ducido perturbaciones en el funcionamiento de la empresa. Por lo que indica un do-

cumento muy posterior, Orr no era administrador de The New Jersey and San Domin-

go, sino de un nuevo propietario, Frederick Orth, quien se hizo cargo de la empresa por

medio de ejecución hipotecaria.Tal vez esto es lo que explica que la compañía pasara

a denominarse en sus anuncios de prensa como Cervecería Nacional.

Los problemas de la empresa en esa época quedaron evidenciados muchos años después

en un documento que indica que el edificio de la «Cervecería Vieja», manzanas T y S

de Ciudad Nueva, estaba arrendado en virtud de la concesión del 11 de octubre de

1890, fue transferido por hipoteca a favor de Federico Orth, fechada en 1894 y vendi-

da en pública subasta de acuerdo con sentencia del Tribunal de Primera Instancia de

Santo Domingo, de 9 de diciembre de 1896. Esta sentencia determinó que el terreno

debía pasar a ser de la propiedad de Orth, quien lo dejó en manos de Fernando A. Ra-

velo como su representante autorizado.32

De estos datos se infiere que The New Jersey and San Domingo, tras saldar la deuda

con Vicini, contrajo una nueva con el norteamericano Frederick Orth. Se puede supo-

ner que el contrato implicó una participación en el control de la empresa por el pres-

tatario a través del cambio de administrador.Ante la aparente imposibilidad de pago por

The New Jersey and San Domingo, de acuerdo a sentencia de tribunal, se produjo el

traspaso en beneficio de Orth, quien presumiblemente quedó en condición de princi-

pal o único propietario de esa compañía hasta el cese de operaciones.

Iniciada la producción en julio de 1893 con la marca de Cerveza Nacional, no parece

que la calidad llenara del todo las expectativas del público. Esto se puede inferir de las

labores de promoción que tuvo que llevar a cabo la empresa con el fin de aseverar que

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|127|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|126|

en breve mejoraría la calidad y estaría en condiciones de competir con las marcas im-

portadas de Europa y Estados Unidos. Como parte de ese despliegue, el 17 de mayo de

1894 Schmitt invitó a almorzar a todos los directores y redactores de los periódicos y

revistas de la ciudad, tras lo cual les mostró la planta.33 Como era de rigor, los visitan-

tes quedaron impresionados por «los aparatos y maquinarias de la fábrica y el buen or-

den con que ha organizado el señor Schmitt» y al observar el «gran número de perso-

nas conocidas nuestras que tienen la tarea del embotellado de cerveza y de la prepara-

ción y arreglo de las casas, así como también otras distintas ocupaciones, según sus ap-

titudes y capacidad.»

No obstante las probables dificultades con la calidad, parece que el producto logró una

aceptación considerable entre el todavía escaso público consumidor de cerveza. Salvo

períodos limitados de interrupción de las operaciones, la empresa laboró entre media-

dos de 1893 hasta fines de 1897, es decir, casi cuatro años y medio.

La principal evidencia del mantenimiento de la producción se encuentra en los anun-

cios que aparecían en los principales periódicos, en los que el administrador Orr ofer-

taba la adquisición de las botellas vacías.Aparentemente, al inicio la atención del públi-

co fue escasa, por lo que la empresa tuvo que aumentar la cotización de las botellas a

razón de 30 ctvs. la docena.34 También se ofrecía la compra de las cajas vacías que se

encontrasen en buena condición, con el aliciente de que se enviaría un vagón a reco-

gerlas donde quienes dispusieran de existencias cuantiosas.35

Aparece la fría

Durante el lapso en que se mantuvo en operación la «cervecería vieja», su Cerveza Na-

cional copó la atención de la prensa.Aunque no había publicidad en el sentido moder-

no, el anuncio más reiterado, un dibujo del edificio principal, el cual apareció, por ejem-

plo, en Listín Diario a lo largo de enero de 1897, destacaba: «Ninguna cerveza la supe-

ra y es la que tiene mayor expendio en toda la República y países vecinos, debido á las

materias primeras que en su fabricación se emplean.»36

Por desgracia, ninguna de las descripciones de prensa ofrece detalles acerca del tipo de

esa cerveza. Es casi seguro, empero, que se tratara de un tipo de lager, el cual ya había

alcanzado amplia difusión en Estados Unidos. El hecho de que se enfatizara en que la

Cerveza Nacional se consumía muy fría abona en ese sentido.

Al parecer, el mercadeo acarreaba tales complicaciones que la empresa prefirió llegar

a un acuerdo con la firma de J. de Lemos, como su «agente general» encargado de la

venta.Además de la ciudad de Santo Domingo, la Cerveza Nacional se expendía con

seguridad en otras ciudades costeras, en relación a lo cual se han encontrado mencio-

nes, como a propósito de una visita de un grupo de seibanos a La Romana, donde

fueron obsequiados con la «espumante cerveza nacional».37 Se ha visto que el princi-

pal anuncio señala que la cerveza también se exportaba a países vecinos, aunque no

ha aparecido información detallada al respecto.

En cuanto a la cerveza importada, parece que se estimaba innecesario anunciarla, a di-

ferencia de lo que hacían los establecimientos comerciales que ofertaban vinos, aceites,

mantequilla, cemento, cigarrillos, entre otros productos. Esto puede resultar una señal

de que había perdido terreno ante el producto local, aunque anteriormente las men-

ciones de marcas importadas eran bastante limitadas.

En realidad, la principal publicidad de la cerveza local no estaba a cargo de la empresa,

Dibujo de

Bienvenido

Gimbernard

sobre ambiente

urbano cerca de la

«cervecería vieja».

Page 66: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|129|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|128|

sino de los escasos restaurantes en los cuales se expendía el producto. De manera uná-

nime, estos establecimientos ponían el acento en que ofrecían la cerveza fría. Por anto-

nomasia, ese producto frío era la Cerveza Nacional, mencionada explícitamente en va-

rios de los anuncios. Es de notar que ninguna marca extranjera se anunciaba en térmi-

nos similares, lo que denota que la Cerveza Nacional había logrado una situación ven-

tajosa, probablemente a causa de que la empresa, por su enorme capacidad de produc-

ción de hielo, llegaba a un acuerdo de suministro de este producto con los estableci-

mientos que la ofertaban.Al ser seguramente una lager, se adecuaba mejor que las ales

inglesas al propósito refrescante de consumirla bien fría.

Por ejemplo, en el Listín Diario durante el mes de febrero de 1897 apareció un anun-

cio del Hotel Restaurante Ambos Mundos, propiedad de José Díaz, situado en la Calle

Estudio –hoy Hostos– número 9. Junto a los desayunos y almuerzos a la carta, se ofre-

cían refrescos, licores y Cerveza Nacional, junto a hielo a toda hora.39 Todavía más in-

cisiva era la llamada que hacía el restaurante La Tertulia, por medio de una breve nota

en la prensa, en la cual se ofrecía beber una cerveza tan fría «como si estuviese en el Po-

lo Norte».40

En idéntico sentido, el restaurante del Hotel Santo Domingo incluía la oferta de cer-

veza fría como el principal componente de su anuncio, junto a hielo, frutas frescas, to-

da clase de bebidas, quesos de varias marcas, salchichón y conservas alimenticias.41 La

Diana, el otro de los restaurantes de categoría de la ciudad, no se quedaba atrás, y cen-

traba su publicidad en que ahí se podía beber Cerveza Nacional «tan fría como en la

misma fábrica, pues se cuenta para ello con un excelente depósito de hielo.»42

LA ALHAMBRA, PRIMER CENTRO CERVECERO. Entre los

restaurantes existentes en la ciu-

dad, uno sobresalió sobre los de-

más en relación al consumo de la

cerveza. Era La Alhambra, situado

al lado de la Cervecería Nacional.

Es de presumir que la fundación de

un establecimiento en un lugar

apartado de Ciudad Nueva, a me-

diados de 1895, se hizo en vincula-

ción precisa con lo que ofrecía la

empresa industrial. En cualquier

caso, la descripción que se ha lo-

grado de este establecimiento per-

mite considerarlo el primer centro

cervecero dominicano. Se infiere de

las crónicas que los parroquianos

no iban fundamentalmente a almor-

zar o a cenar, sino a disfrutar de la

suave brisa de la tarde mientras

consumían «algunas copas de ecu-

mante biere».|38|

El público que frecuentaba el lugar

pertenecía a «la parte más selecta»,

lo que no era óbice para que el arti-

culista destacase la pésima calidad

del servicio. Para ilustrar esa la-

mentable situación, ponía de ejem-

plo lo que acontecía los domingos

en la tarde: «Numerosa es la con-

currencia que asiste allí en tales

días por ser un lugar á propósito

para tomar el fresco en estos me-

ses de verano.» No obstante, úni-

camente estaban de servicio dos

mozos, por lo que, de acuerdo al

articulista que usaba el seudónimo

de K., si se llegaba a las tres de la

tarde todavía no se estaba servido

a las siete. Los camareros come-

tían la imprudencia de apresurar a

los parroquianos a que se marcha-

ran, aunque no sabían a quién co-

brar por la confusión que reinaba.

¡Por lo visto, eran muchos ya los

que iban los domingos especial-

mente a saborear la fría Cerveza

Nacional!

Restaurante Edén,

de Santiago,

a inicios

del siglo XX.

Restaurante

Fausto.

Page 67: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|131|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|130|

La asistencia a restaurantes constituía todavía una práctica harto limitada, a menudo aso-

ciada a ocurrencias festivas. Por ejemplo, en algunas de las funciones del teatro La Re-

publicana se servían cenas preparadas por el café Diana.43

Las visitas a los restaurantes constituían las ocasiones idóneas para el consumo de la cer-

veza. Esto se infiere de que, en las contadas ocasiones de publicidad especial de The

New Jersey and San Domingo, no se indicaban comercios donde se pudiera adquirir su

cerveza, sino algunos restaurantes. Con motivo de la reanudación de la producción, tras

una interrupción de lapso no especificado, y aseverando que la Cerveza Nacional «es

superior a cualquier otra nacional o extranjera que ha llegado á Sto. Domingo», el ad-

ministrador Orr anunció que desde el 29 de julio de 1895 se abrirá la venta en La Al-

hambra, La Tertulia, La Diana y demás restaurantes de la ciudad.44

Hay razones para suponer, a partir de entrevistas realizadas a nonagenarios, que todavía

el consumo hogareño de la cerveza era muy restringido. Con seguridad, aparte de la fal-

ta de tradición en el consumo cotidiano y la preferencia por el ron, una de las razones

que en mayor medida favorecía el consumo en restaurantes se debía a que tenían la ca-

pacidad de ofrecer el producto bien frío. La disponibilidad de hielo en los hogares, que

exigía mecanismos de conservación del mismo, todavía se encontraba en pañales y era

un verdadero lujo.

Excepcionalmente se tomaba cerveza en ocasiones de las festividades populares. En las

postrimerías del XIX todavía se prefería ampliamente el ron, aunque hay señales de que

empezó a penetrar, aun fuera débilmente, el consumo de la cerveza. Era el caso de las

famosas festividades de La Cruz, en el barrio de La Misericordia, centradas el día de

Corpus Cristi, que en esos años tenían por animadora a Tina Traboux.45

Concurso

La existencia de aquella primera cervecería trajo consigo no pocas novedades, como fue

la primera muestra encontrada en la prensa dominicana de estrategia publicitaria a tra-

vés de un concurso. En carta a Arturo Pellerano, director de Listín Diario, la Cerveza

Nacional ofrecía gratificar con una caja o un barril de cerveza a quien primero envia-

ra la solución al problema: Si una gallina pone un huevo y medio en un día, ¿cuántos

huevos pondrán seis gallinas en nueve días?46

En los días siguientes aparecieron comentarios relativos a las respuestas que se habían

ofrecido. Acotaba el diario que «media ciudad» había encontrado un entretenimiento

en la búsqueda de la solución acertada.47 Primeramente algunos respondieron que eran

dieciocho huevos, mientras otros pensaban que eran nueve y hasta treinta y ocho. Días

después se agregaron otras soluciones, como la de cuarenta y medio y treinta y seis. Es-

ta última respuesta se hizo la más común con el paso de los días. En carta firmada con

el seudónimo de X, un lector afirmó de manera categórica que su solución de treinta

y seis era la única correcta posible, por lo que de forma bastante airada retaba a la cer-

vecería a hacer una apuesta suplementaria y la conminaba a que le entregaran el pre-

mio prometido.48

Mister Orr

El último administrador de la Cervecería,William J. Orr, durante los años de su estadía

en Santo Domingo gozó de aprecio generalizado como un cumplido caballero. Se es-

meró en relacionarse con el mayor número de personas de prestancia. Su presencia en

esos círculos se hizo sentir en la prensa, entre cuyos directivos labró lazos amistosos. Di-

versas notas lo señalan como asiduo participante en veladas culturales y actividades de

los altos círculos sociales.

Entre las relaciones que cultivó se encontraban los entonces escasos diplomáticos y los

administradores de las empresas extranjeras de consideración. Su morada se tornó en

uno de los centros de la vida social de la época. Para las navidades de 1896, Orr ofre-

ció un banquete en honor del ministro plenipotenciario de Estados Unidos, Henry

Smythe, al cual asistieron los cónsules de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Ale-

mania, además de otras personas, como John Hardy, administrador del ingenio Ansonia

de Azua.49

Mister Orr tenía inquietudes religiosas, las que en parte canalizó en el púlpito.A las sie-

te de la noche del domingo 18 de julio de 1897 se convocó al discurso que preparó pa-

ra ser pronunciado en la Iglesia Metropolitana San Pablo, de la confesión metodista.50

No solo se invitaba a los fieles de esta religión protestante, sino al público en general,

juzgándose que su peroración tendría amplio interés. El discurso tuvo que ser suspen-

dido a causa de un ligero quebranto.

Cada vez que Orr abandonaba el país con destino a New York la prensa lo registraba.

A su retorno, por lo que se infiere de las notas, el administrador se esmeraba en visitar

las redacciones de los periódicos de la ciudad.51 Cuando permanecía cierto tiempo en

la sede matriz de la empresa, no dejaba de participar a sus amigos de la prensa que no

tardaría en retornar. Podía incluso dar aviso al mismo Heureaux, señal de que sostenía

vínculos personales con él, aunque no hay señal alguna de que desempeñara un papel

mediador en las relaciones con Estados Unidos.52

Page 68: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|133|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|132|

Cierre de la empresa

Hasta avanzado el 1897 las operaciones de la cervecería se desenvolvieron de manera

normal. En un periódico cuyo propósito principal consistía en ofrecer información so-

bre oferta de bienes y servicios, junto con sus cotizaciones, se anunciaba de manera ru-

tinaria la Cerveza Nacional en el mes de septiembre de 1897.53 Se especificaba que el

precio de la caja se mantenía firme en cinco pesos, señalamiento no carente de impor-

tancia en un momento en que la depresión de la economía ocasionaba una tendencia

generalizada a la disminución de los precios. De acuerdo a la misma fuente, la principal

competencia que tenía la Cerveza Nacional era la marca Congreso, cuyo origen no

queda especificado, que se ofrecía a siete pesos la caja.

Obviamente, en esta diferencia de precio de 40% entre la cerveza de fabricación nacio-

nal y la importada residía una de las claves de la supervivencia de esa empresa.Aunque

con alguna que otra interrupción esporádica de corto plazo, la cervecería había venido

funcionando desde 1893, algo que no carecía de importancia en un país con una eco-

nomía que no cesaba de empeorar y en el cual todavía era débil el consumo. En esos

anuncios, hasta mediados de septiembre se señalaba que la cerveza Congreso tenía es-

casas existencias, mientras que la Nacional registraba «mucha salida». De golpe sucedió

algo extraño, no explicado en ningún artículo: en El Avisador de 27 de septiembre de

1897 se indica que la Cerveza Nacional no tenía «ninguna existencia.» Pudo haber si-

do algo temporal, como en ocasiones anteriores, pero no fue así. En los números si-

guientes de ese periódico se ratificó la ausencia de oferta de la Cerveza Nacional y, en

cambio, la Congreso pasó a tener «mucha salida», manteniéndose firme su precio de

$7.00 la caja.

Por lo visto las existencias de la Nacional en el mercado capitaleño se agotaron de sú-

bito hacia la tercera semana de septiembre de 1897, indicación indudable de que la

planta había cesado de producir. En la prensa no aparece ninguna explicación de lo que

estaba sucediendo, y lo mismo acontece en la documentación consultada, muda en re-

lación a la cervecería tras las gestiones burocráticas que conllevó su instalación.54

En el momento en que se agotaron las existencias, el administrador Orr se encontraba

en New York, habiendo participado que retornaría en breve al país. No está consigna-

do en ningún sitio si, efectivamente, Orr retornó, pero parece poco probable que lo hi-

ciera en aquel momento. En todo caso, la Cervecería no volvió a funcionar nunca más.

Desde inicios de 1898 no se mencionó más su existencia en la prensa. Parecía que nun-

ca hubiera existido.

Empero, no parece que el propósito inicial de los propietarios fuera cerrar definitivamente.

Todavía en diciembre de 1897 la matriz de la empresa daba aviso por medio del vapor

Cherokee que «en muy breve» volvería a reanudar sus operaciones. En la nota del pe-

riódico se celebraba el anuncio, por cuanto se podría volver a disfrutar de la «sabrosa

cerveza que tanto se echa de menos ya».55 Hubo todavía por lo menos otra mención,

en que se augura que «volveremos á saborear muy pronto, prontísimo, tal vez» los pro-

ductos de la fábrica de cerveza.56

Ante la ausencia de señalamientos, queda la incógnita de qué factores determinaron el

cierre. No debió ser un problema de calidad, ya que las seguridades que ofrecía la em-

presa acerca de la excelsitud de la Cerveza Nacional, a causa de las materias primas em-

pleadas, se correspondían con las alabanzas que recibió de una prensa que difícilmente

se hubiera prestado a manipulaciones burdas.

Anuncio de

Fábrica de

Cerveza Nacional.

1897.

Page 69: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|135|La primera cervecería dominicana|Capítulo 5Capítulo 5|La primera cervecería dominicana|134|

Es probable que se mantuviesen las dificultades operacionales que habían tenido por

uno de sus resultados el traspaso de su propiedad a Orth. No se tiene información so-

bre si este nuevo propietario dispuso del capital de trabajo suficiente para insuflar vigor

a las operaciones. Sin embargo, cabe anotar que la empresa, aunque con breves interrup-

ciones, había sostenido la producción. El producto, aparentemente, gozaba de prestigio,

se ofertaba a un precio competitivo y, hasta las últimas semanas de septiembre de 1897,

mantenía un aceptable nivel de existencias.

Sin embargo, estos indicadores tal vez eran relativos y no se correspondían con el vo-

lumen elevado de la inversión de capital fijo que habían requerido las instalaciones. Es

decir, que para ser rentable quizá la planta debía producir en mayor cantidad. No pare-

ce, por otra parte, que las exportaciones llegaran a alcanzar un volumen significativo,

pues en tal caso habrían aparecido referencias explícitas. El elemento crucial en la ex-

plicación del colapso de la empresa pudo residir en la intensa crisis económica que azo-

taba el país en ese momento. Diversos periódicos de los días en que cesaron las opera-

ciones de la cervecería describían la situación con términos como «calma chicha» o un

estado de «enfermedad».

La parálisis económica por la que se atravesaba estaba matizada por una incontrolada

emisión de papel moneda, que agudizó la desvalorización de los géneros agrícolas y tu-

vo por resultado inevitable una merma del volumen de exportaciones, con excepción

del azúcar. Se produjo un desfase entre los precios corrientes en una moneda nacional

depreciada y los ingresos de la casi totalidad de la población. Los precios en moneda de

oro o plata de los artículos de consumo no cesaban de disminuir por efecto de la re-

ducción de la demanda, lo que a su vez restaba posibilidades a las empresas para seguir

operando.

Se asistía a un hundimiento del consumo, que seguramente terminó afectando ne-

gativamente a la Cervecería. Su cierre no fue exclusivo, pues en esa catastrófica co-

yuntura otras empresas comerciales y manufactureras también fueron víctimas de

quiebras.

Lo anterior hace lícito emitir la conclusión de que la producción de cerveza naufragó

ante la avalancha de papeletas desvalorizadas, expresión final del fracaso de la gestión de

Heureaux.Ahora bien, el hecho de que la empresa no volviera a emprender operacio-

nes cuando se superó la situación más crítica, tras la liquidación del dictador el 26 de

julio de 1899, sugiere que había otros factores involucrados, que tenían que ver con el

funcionamiento de la empresa. Es probable que los propietarios quedasen descapitaliza-

dos y, por ende, sin condiciones para volver a operar.

Para la memoria de la Fábrica de Cerveza Nacional quedó el edificio, que todavía tiem-

po después seguía considerándose uno de los más importantes de la ciudad. Las referen-

cias ulteriores a la empresa se limitaron fundamentalmente al inmueble, como lo reco-

ge el plano de la ciudad elaborado por Casimiro de Moya. Con ella quedaron atrás las

ilusiones de progreso que habían albergado círculos políticos e intelectuales, los cuales

habían sentido en la materialidad de la cerveza un indicador inequívoco de los parabie-

nes del industrialismo.

Page 70: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|137|Lasimportaciones a

|137|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

6Anuncio de

Cerveza Holstein.

El legado de la Cerveza Nacional

Aunque la pionera Fábrica de Cerveza Nacional fracasó, su existencia durante cerca de

cinco años dejó un sustrato favorable para la expansión del consumo de cerveza. No

cabe duda de que la oferta local redundó en una mayor familiarización de la población

con la bebida malteada. Las expresiones de la prensa permiten inferir que mucha gente

se sintió identificada con un producto nacional de cierta calidad. La existencia de la

planta, como indicador fehaciente de la marcha del progreso, no debió ser ajena a que

ciertos segmentos del público se inclinaran en mayor medida por la cerveza. Por lo

demás, la empresa desplegó campañas publicitarias que, si bien hoy parecen en exceso

modestas, no dejaban de contener impactos novedosos en la época.

De manera especial, la asociación del consumo de la cerveza con el hielo contribuyó a

la extensión del gusto por el producto muy frío, novedad que empezó a encontrar cierto

arraigo desde entonces. Comenzaba el gusto por «la fría» entre los dominicanos, acaso

LAS IMPORTACIONES AINICIOS DEL SIGLO XX

Page 71: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|139|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|138|

la principal contribución de la Fábrica de Cerveza Nacional en la expansión del con-

sumo en los últimos años del XIX.

Dificultades de la modernización

Con la introducción de la Fábrica de Cerveza Nacional comenzó una dinámica nueva

del consumo, tal y como demuestra la información sobre importaciones del producto a

partir de 1905, donde aparecen series continuas de comercio exterior, con el estableci-

miento de la Receptoría General de Aduanas, que en lo adelante publicaría boletines

anuales.1

Desde luego, la evolución general del consumo a partir del inicio del siglo XX no

estuvo únicamente condicionada por la «Cervecería Vieja» de Ciudad Nueva, sino por

de la población urbana no experimentó modificaciones de importancia. Se observa, a

propósito de la población de la ciudad de Santo Domingo, que, de acuerdo a los cen-

sos, evolucionó apenas de 14,072 habitantes en 1892 a 18,626 en 1908.

Pero no se trataba únicamente de un aspecto cuantitativo, sino que también estaba

involucrada la calidad de la urbanización. Basta considerar que la población empleada

en el sector transformativo apenas experimentó cambios, como arroja la comparación

de los censos de 1892 y 1908.

Para 1908, el panorama de empresas industriales en la ciudad no había experimentado

cambios de significación. Es decir, se mantenía inalterada una relación que acordaba un

papel insignificante al sector manufacturero, en el cual se cifraban las perspectivas de

desarrollo económico. Ese año se registraron los siguientes talleres o fábricas: jabón 1,

la evolución general de la sociedad. Lo más importante al respecto fue la incipiente

ampliación de los sectores urbanos, que perseguían llevar un estilo de vida similar al

prevaleciente en los países europeos. Sin embargo, su crecimiento ulterior fue lento, a

causa de los perfiles adoptados por el sector exportador, que no propiciaban cambios

sustanciales en la urbanización y en importantes aspectos de las relaciones sociales. En

la medida en que, desde la misma década de 1880, aparecieron factores contradictorios

en la modernización, pronto se tornó pausado el proceso de innovaciones.

Esto se expresó en aspectos cuantitativos de la modernización. Por ejemplo, el porcentaje

hielo 1, velas 1, fideos 1, chocolatería a vapor 1, varias otras chocolaterías, baúles 3,

cigarrillos a vapor 2, varias fábricas de cigarrillos de otras clases, calzado al vapor 1,

calzado de otras clases 1, ladrillos al vapor 1, curtiembre al vapor 1, otras curtiembres 1,

camisas 1, lavado vapor 1, sombreros vapor 1, fósforos al vapor 1, bebidas gaseosas al

vapor 2, licores al vapor 2. Se sumaban algunos talleres, como 2 fundiciones, 5 herre-

rías, 8 ebanisterías, 11 sastrerías, 7 joyerías, 10 peleterías, 4 talabarterías, 11 tabaquerías, 9

panaderías.2

Colmado

La Paloma.

Anuncio de

Cerveza Globo.

Anuncio de

Cerveza

Tres Leones.

Page 72: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|141|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|140|

CUADRO 6.1

IMPORTACIONES DE CERVEZAS, 1905-1930

Año Producto Unidad Cantidad Valor

1905 cerveza doc.botellas 25,563 32,151

1906 cerveza doc.botellas 40,099 59,011

1907 cerveza doc.botellas 48,127 72,426

1908 cerveza doc.botellas 41,518 64,678

1909 cerveza litros 371,995 68,702

1910 cerveza litros 451,498 88,669

1911 cerveza litros 458,844 87,991

1912 cerveza litros 544,220 107,091

1913 cerveza litros 770,801 147,182

1914 cerveza litros 599,332 105,097

1915 cerveza litros 688,404 113,574

1916 cerveza litros 999,937 168,901

1917 cerveza y malta litros 1,228,969 223,695

1918 cerveza y malta litros 867,099 180,112

1919 cerveza y malta litros 995,418 292,576

1920 cerveza y malta litros 1,269,090 397,713

1921 cerveza y malta litros 755,236 197,970

1922 cerveza y malta litros 718,759 167,274

1923 cerveza y malta litros 886,276 183,464

1924 cerveza y malta litros 1,061,217 222,172

1925 cerveza y malta litros 1,136,954 240,765

1926 cerveza y malta litros 1,349,933 249,266

1927 cerveza y malta litros 1,881,389 349,574

1928 cerveza y malta litros 2,088,805 394,283

1929 cerveza y malta litros 1,698,783 340,768

1930 cerveza y malta litros 973,178 196,323Fuente: Receptoría General de Aduanas.

La dinámica de las importaciones

Para 1905 se tiene la primera cifra de importación de cerveza a escala nacional, en

docenas de botellas. Ese año, como se observa en el cuadro 6.1, se registraron 25,563 do-

cenas de botellas. Por razón ya vista en el capítulo 3, resulta más adecuado comparar con

1906, cuando se registró la importación de 40,099 docenas de botellas. Aunque no se

tienen datos exactamente comparables para años anteriores, por lo menos se sabe lo que

entraba por la ciudad de Santo Domingo a fines de la década de 1870 e inicios de la

siguiente, como se ha visto en el capítulo 3. En 1883 se había registrado una cifra má-

xima conocida de 8,125 docenas de botellas entradas por el puerto de la ciudad ca-

pital. No se ha tenido acceso a la información correspondiente a Puerto Plata, el otro

punto de importancia, puesto que Samaná, Monte Cristi,Azua y el naciente San Pedro

de Macorís debían tener todavía escasa importancia. Es posible que por Puerto Plata en-

trara más cerveza que por Santo Domingo. Pero en caso de que la cantidad por Puerto

Plata fuera en 1883 similar a la de Santo Domingo, la importación total todavía no

superaría mucho las 16,000 docenas de botellas, de todas maneras cifra bastante inferior

a la de 40,099 docenas de 1906. De por medio debió estar el efecto ya ponderado de

The New Jersey and San Domingo Brewing Co.

Para fines de la dinámica posterior, la primera cifra de volumen que puede tomarse

en cuenta es la de 1909, año en que se abandonó la medida de docenas de botellas

y se adoptó la de litros.3 De acuerdo al mismo cuadro 6.1, entre 1909 y 1929 la im-

portación de cerveza pasó de 372,000 litros a casi 1,700,000,4 registrándose una ta-

sa de crecimiento anual promedio de 7.9%. Se deja de lado 1930, puesto que ya se

registró una disminución sensible a causa de la gran crisis internacional. El creci-

miento del consumo de cerveza, por consiguiente, era bastante más rápido que el de

la población total, ligeramente superior al 2.5% anual. Si se adopta el consumo de

cerveza como un indicador de progreso asociado a la urbanización, se observa que,

a pesar de su intensidad, el proceso no llegó a escalas espectaculares. El ritmo de cre-

cimiento de las importaciones de cerveza se aproximaba al de la evolución del con-

junto del comercio exterior, cuyos valores evolucionaron, entre esos mismos años, a

una tasa promedio anual de 6.8%. Por ende, venía a ser un aspecto de la inserción de

la economía dominicana en la economía internacional, que marchó a ritmo acelera-

do hasta la depresión de 1929.

Page 73: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|143|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|142|

Se observa que las importaciones comenzaron a crecer más rápido a partir de 1916. La

prosperidad creada a raíz del estallido de la Primera Guerra Mundial, ocasionada por el

incremento en el precio del azúcar y otros géneros de exportación, elevó notablemente

el consumo de la cerveza. Se cumplía como nunca la ecuación que hacía depender, en

medida sustancial, el aumento del consumo de cerveza de las coyunturas económicas

favorables. De la misma manera, se cumplía una segunda ecuación, mediante la cual los

hitos de avance del consumo coincidían con momentos de expansión de los sectores

urbanos. Entre 1916 y 1920 se cumplieron ambas condiciones, por cuanto la economía

experimentó una coyuntura favorable, que repercutió en un nuevo momento de am-

pliación de los sectores modernos, mucho más importante que la acontecida en la

década de 1880. Esto fue debido a la conjunción de la expansión de la producción

azucarera, aunque con efectos bastante focalizados en el Sureste, con las medidas adop-

tadas por el Gobierno Militar de Estados Unidos. En esos años se trazó el armazón de

la red nacional de carreteras, se expandió la población urbana, se incrementó el uso de

artículos importados y, en fin, determinados sectores vivieron bajo los efectos de la

deslumbrante prosperidad de la «danza de los millones».

En contraste con el más lento crecimiento de los años previos –una tasa promedio anual

de 10.9% entre 1911 y 1915–, entre 1915 y 1920 el volumen de las importaciones de

cerveza registró un incremento promedio anual de 16.2%. En vinculación con esta di-

námica del consumo y la multiplicación de los medios de comunicación, como aspec-

to derivado de la coyuntura económica expansiva, hizo eclosión la publicidad sistemá-

tica de las marcas de cerveza, lo que redundó en el crecimiento del consumo.

Durante los años siguientes se registró un retroceso en el consumo a causa de la depre-

sión en que se vio sumida la economía dominicana por efecto de la caída de los precios

del azúcar y demás géneros de exportación a fines de 1920. Sin embargo, en la medida

en que esa crisis fue de corta duración, no se alteró el estilo de desarrollo.Tan pronto se

recuperaron los precios de las exportaciones, el país volvió a adquirir volúmenes cre-

cientes de importaciones. Desde 1924 volvió a observarse una tendencia a la recupera-

ción de las importaciones de cerveza, pasando de los 886,276 litros de 1923 a un tope

de 2,088,805 en 1928.Aunque durante los años de administración de Horacio Vásquez

no se reiteró un ambiente de tanta prosperidad como en vísperas del crack de 1920, se

registró un mayor volumen de importación de cerveza, a tono con la correlación entre

esta y la emergencia de los sectores urbanos modernos. Expresión de ello fue que para

1926, o sea, dos años después de que comenzara la recuperación, el monto de importa-

ciones de cerveza fuese superior al de 1920. Esto no se reflejó en los valores a causa de

que en 1920 y años previos se asistió a un proceso inflacionario. Después de elevarse los

precios de la cerveza durante los primeros años de la ocupación militar norteamerica-

na, volvieron a caer y a situarse en niveles similares a los existentes antes de 1916, como

se advierte en los siguientes datos sobre precios unitarios de las importaciones.

CUADRO 6.2

PRECIOS DEL LITRO DE CERVEZA EN ADUANA(En dólares)

1912 0.19

1920 0.31

1924 0.20

De nuevo, tras la salida de las tropas norteamericanas, entre 1924 e inicios de 1930, con

una coyuntura de precios elevados de los géneros de exportación hasta 1928, el creci-

miento registraba ventajas adicionales a las coyunturas anteriores en lo que respecta a la

factibilidad de la producción de renglones industriales para el mercado interno. Entre

ellas se deben destacar la creación del mercado nacional unificado, la consolidación de

ciertas franjas urbanas de clase media y un Estado fortalecido que mantenía un activo

programa de obras públicas, con obvias consecuencias en la demanda interna.

El auge sostenido del consumo de cerveza durante el segundo lustro de la década de

1920 estaba llamado a preparar las condiciones para que, por segunda vez, se plantease

la producción local de cerveza a gran escala, esta vez llamada a perdurar.

Los centros de consumo

Durante las décadas finales del XIX y las iniciales del XX la cerveza se consumía, casi ex-

clusivamente, en lugares públicos.Todavía, por ejemplo, no se estilaba que los invitados

en una casa fueran obsequiados con cerveza, como sería característico décadas después.5

No obstante el lento ritmo de la urbanización, se incrementó el peso de estableci-

mientos como restaurantes, bares y cafeterías, en los cuales se consumía cerveza. Claro

está, en comparación con la situación actual se trataba de algo muy restringido, puesto

que las ciudades eran pequeñas y con población básicamente pobre o modesta. Basta

considerar que en Santo Domingo, en 1908, apenas se contaron 24 lugares de expen-

dio de comida, catalogados como «restaurantes». Pero los sectores de ingresos medios

y altos fueron afianzando la costumbre de frecuentar lugares públicos, donde podían

consumir diversos tipos de bebidas o alimentos.

Page 74: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|144| |145|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6

Incidía en esta modalidad del consumo el hecho de que todavía eran muy escasos los

refrigeradores en los hogares, de forma que quienes aspiraban a consumir la cerveza

fría tenían que hacerlo directamente en establecimientos dotados de sistemas de en-

friamiento y conservación de sus bebidas. Por ello, el consumo de cerveza pasó a ma-

tizar un espacio de conversación en lugares públicos, dadas sus cualidades refrescantes

y festivas.

En algunos lugares del país, donde la urbanización se hizo más acentuada, se mani-

festó con más fuerza la generalización de los restaurantes. Por ejemplo, en San Pe-

dro de Macorís, la ciudad de la modernidad por excelencia entre 1900 y 1930, in-

migrantes españoles y de otros países fundaron restaurantes que tuvieron una exis-

tencia prolongada y pasaron a formar parte de las tradiciones locales. Es cierto que

explica que los clubes, que a menudo también contaban con restaurantes o bares, se

hicieran sitios de consumo de licores y cerveza, vistos como bebidas cuyo consumo

implicaba estar a tono con un status social. En cada población de cierta dimensión exis-

tía al menos un club de la primera «sociedad», pero en las grandes se dividían entre los

de primera, segunda y, a veces, tercera. Si bien los sectores acomodados se ubicaban en

los primeros, los de segunda procuraban emular sus modales. En San Pedro de Macorís

el principal club de primera era el Dos de Julio, al que se agregaban el Centro Español,

el Centro Puertorriqueño y el Centro Sirio, como sus nombres lo indican destinados a

los colectivos más numerosos de inmigrantes.6

Como en cada caso podía haber circunstancias particulares entre los medios superiores,

en Macorís había familias de inmigrantes alemanes que contribuyeron a popularizar la

Anuncio de

Cerveza Niña.

Banquete al doctor

Ramón Báez,

ex-presidente

de la República.

no surgió entonces, de acuerdo a don Francisco Comarazamy, un lugar especial de

consumo de cerveza, pero esta era ya un artículo común en los restaurantes. Dentro

de esa ciudad se distinguieron establecimientos como el Apolo, fundado por la fami-

lia española Ariza, o el de los Nadal.También comenzó a ser usual en varias ciuda-

des la llegada de inmigrantes chinos, que fundaron restaurantes que tenían por carac-

terística ofrecer la comida de su país a precios mucho más reducidos que los típicos

de otros restaurantes.

Para la gente de «sociedad» beber cerveza comenzó a ser signo de distinción. Es lo que

cerveza entre los estratos superiores de la ciudad. Algunos de ellos, como los Bieder-

mann y los suizos Lexhorn, se dieron a conocer como persistentes consumidores de la

bebida.

Estos alemanes eran en su mayoría comerciantes, algunos especializados en el comercio

con su país.Así, la cerveza se tornó en uno de los renglones básicos de las importaciones

desde Alemania, a causa de la incidencia de estos residentes alemanes. En todo caso, en

Macorís había agentes de algunas marcas reconocidas, como La Niña, representada por

Miguel A. Prestol.

Centro

de Recreo,

Santiago.

Page 75: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|146| |147|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6

La preponderancia alemana

La información estadística desde fines del XIX y a lo largo de las primeras décadas del

siglo XX muestra que, salvo durante los años de la Primera Guerra Mundial, predomi-

nó el consumo de la cerveza alemana. En décadas anteriores, como se ha visto, prima-

ba la traída de Inglaterra. El avance de la cerveza alemana debió arrancar en los años

postreros del XIX, como parte del auge de los intercambios con Alemania, a tono con

el desarrollo económico de ese país, que lo llevó a ser la primera potencia de Europa.

Por ello, el cenit de la participación alemana en las importaciones de cerveza se produ-

jo en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Años más tarde, durante la década de

1920, se hicieron estimados en el sentido de que la cerveza cubría más del 10% de las

exportaciones alemanas a República Dominicana.

Básicamente una situación parecida se observa en los datos de la Receptoría de Adua-

nas a fines de la década de 1920, no obstante el cese del comercio con Alemania du-

rante la Primera Guerra Mundial. Para tomar un año, en 1927 Alemania seguía domi-

nando con 74% del total, por un monto de US$259,629, lo que significaba el 12% del

total de las importaciones procedentes de ese país, que a su vez representaban el 7.8%

del total de las importaciones nacionales.8

Otros países tuvieron incidencia considerable en la evolución del mercado cervecero.

Algunas de las marcas de Estados Unidos gozaban del favor de cierto público. Fue el se-

gundo país en importancia en la cerveza importada, aunque a considerable distancia de

Alemania.Asimismo, se observan otros países con participaciones significativas, aunque

claramente por debajo de Estados Unidos. En los años finales de la década de 1920 tam-

bién Holanda tenía una participación en la importación de cerveza. No muy atrás es-

taba Gran Bretaña, sobre todo si se adiciona Escocia. Esto último evidencia que persis-

tió durante largo tiempo el gusto por el tipo ale, de fermentación alta y generalmente

oscura, como reminiscencia del siglo XIX. No obstante, ya se advertía una tendencia evi-

dente al avance de la lager, lo que tenía su principal expresión en el peso de las marcas

de Estados Unidos.

La primacía alemana indica que la mayoría de los bebedores de cerveza seguían prefi-

riendo los tipos de sabor fuerte, como eran los más comunes en ese país. Sin embargo,

quedaba atrás la preferencia previa por la cerveza de fermentación alta que se traía de

Gran Bretaña a lo largo del siglo XIX, al tiempo que no calaba mucho la cerveza lige-

ra predominante en Estados Unidos. Nonagenarios entrevistados señalan que la gene-

ralidad del público rechazaba la cerveza norteamericana por encontrarla aguada o insí-

pida.9 De la misma manera, señalan que tampoco gustaban los tipos muy amargos de

cerveza llegada de Alemania y otros países, aunque el hecho de que siguieran consu-

miéndose resulta indicativo de que mantenían un residuo de fieles.

Esta orientación de las preferencias por un espectro bastante definido de tipos estaba

llamada a sentar las bases para la cerveza que se plantearía producir la Cervecería Na-

cional Dominicana desde 1929.

Ampliación de las marcas

Hasta los primeros años del siglo XX resultaba excepcional encontrar en la prensa una

mención explícita de una marca de cerveza. Los establecimientos generalmente anun-

ciaban cerveza por el país de origen y, solo ocasionalmente, su tipo, como Stout o Ale.

Es de anotar que una de las primeras marcas cuyo nombre se reiteró, como se vio en el

Desde que se dispone de cifras estadísticas regulares sobre las importaciones se advier-

te la primacía de la cerveza alemana. En 1905, primer año en que se tiene un desglose

por países, de Alemania venían 20,061 docenas de botellas, de un total de 25,563, lo que

representaba el 78% de la cerveza importada; le seguían Estados Unidos con 16% y

Francia con 3%.7 En lo fundamental, la alta ponderación de la importación de cerveza

alemana se mantendría inalterada en los años siguientes. Si bien en 1906 la participa-

ción alemana en el suministro de cerveza se redujo a 72% (a causa de un incremento

de la participación norteamericana a 23%), en 1909 se elevó nada menos que a 83%.

Anuncio de

Cerveza Heineken.

Page 76: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|149|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|148|

capítulo anterior, fue la cerveza Congreso, la competencia importada de la cerveza de

fabricación nacional hasta 1897.

Cuando comenzó la proliferación de anuncios se evidencia la primacía del consumo de

la cerveza alemana. Unicamente durante los años de la Primera Guerra Mundial e in-

mediatamente posteriores, desaparecieron las marcas alemanas, no solo por los efectos

de la guerra sino por las presiones adicionales ejercidas por el Gobierno Militar nortea-

mericano, que lanzó una campaña para proscribir la colonia alemana y los productos de

ese país.

Durante las primeras décadas del siglo XX el mercado se caracterizó por una profusión

de marcas. Las grandes casas comerciales de Santo Domingo e incluso de algunas ciu-

dades importantes, especialmente San Pedro de Macorís, Santiago y Puerto Plata, con-

trolaban la importación de una o varias marcas y tenían a su cargo su promoción.Aun-

que, como se verá, algunas eran las predominantes en las preferencias del público, ape-

nas comenzaba la etapa de las marcas de comercialización masiva, generalmente produ-

cidas en Estados Unidos.Tal situación se puso de manifiesto en la década de 1920, es-

pecialmente en su segunda mitad, cuando ya aparecieron marcas con amplia difusión

internacional, tanto de Estados Unidos como en menor medida de algunos países eu-

ropeos. Entre las marcas norteamericanas inicialmente sobresalía la Schlitz y entre las

europeas, la Heineken.

Para apreciar las características y evolución del mercado cervecero conviene referirse a

la aparición de marcas en la publicidad de la prensa por lustros.

CUADRO 6.3

MARCAS DE INICIOS DEL SIGLO XX

Marca Representante País de origen

1916-1920

Ballantines Rafael Brache EEUU

Champagne Beer Tellado y Co.

Palma Real Puerto Rico

Polar Fernández Hermanos Cuba

Schlitz EEUU

Marca Representante País de origen

1921-1925

Boya M. Suárez Alemania-Bremen

Pilsener

Caballo Alemania-Bremen

Globo Alemania

Granadero Fernández Hermanos Alemania

Machete Fernández Hermanos

Malt-Nutrine L. Biedermann (SPM) EEUU- St. Louisy José Borrás (resto país)

Niña A. Gotschalk

Viking Alemania-Bremen

1926-1930

Caballo Font Gamundi Alemania-Bremen

Catedral Freites Hermanos Alemania-Bremen

Daysi-Brand Miguel A. Prestol (SPM) Alemania

Favorita González Flores y Co. Alemania-Bremen

Globo Alemania

Granadero Fernández Hermanos Alemania

Holsten Freites Hermanos Alemania

Kutz Alemania

Malta Engelhardt Alemania

Paloma

Patzenhofer Alemania

Tres Leones Alemania

1931-1935

Budweiser EEUU

Cristal Palatino Nueva Fábrica de Hielo Cuba

Holsten Alemania

La Tropical Nueva Fábrica de Hielo Cuba

La Tropical Excelsior (negra) Nueva Fábrica de Hielo Cuba

Maltina Tívoli Nueva Fábrica de Hielo Cuba

Polar Cuba

Schlitz EEUU

Tennent Lockie y Co. Gran Bretaña

Tívoli Nueva Fábrica de Hielo Cuba

Continúa

Page 77: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|151|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|150|

La españolización de marcas

Un aspecto de interés en la promoción de las marcas fue la españolización de sus nom-

bres, tanto mediante una aproximación al idioma español del nombre alemán, como me-

diante el cambio de nombre, buscando asociar las marcas con el medio dominicano. El

nuevo nombre, aparentemente, podía resultar de una traducción del original o podía no

tener nada que ver con él. Por desgracia, no hay información disponible para establecer

cuándo acontecía una cosa u otra. Es posible que nombres como Favorita o Caballo, mar-

cas alemanas muy populares a fines de la década de 1920, fueran traducciones literales de

las marcas originales. Otras marcas debieron implicar nombres nuevos, adaptados al públi-

co local o, eventualmente, de diversos países de la región. Entre los nombres que sugiere

esta estrategia de mercadeo se encuentra visiblemente la marca alemana Machete. Pero tal

vez la representación más acabada de este propósito de «dominicanización» de la marca se

encuentra en la cerveza Boya, fabricada y embotellada en Hamburgo, pero con una eti-

queta dirigida exclusivamente al público dominicano. El aspecto más relevante de esta

simbología estribó en la inserción de la bandera dominicana como componente de la eti-

queta. En otros casos, la publicidad de las marcas ponía énfasis en la aproximación con el

medio dominicano, como fue característico de algunas marcas cubanas, que desplegaron

estrategias publicitarias que involucraban cercanía con la gente, como lo logró la Polar.

Es de notar que entre las marcas que se destacaron en la españolización de sus nombres,

algunas estaban registradas a nombre de los mismos propietarios.Al parecer, hubo espe-

cialización en algunas cervecerías alemanas en la exportación al país, lo que más adelan-

te también ocurrió sobre todo con marcas cubanas. Fue el caso de las marcas Catedral y

Caballo, ambas a nombre de Wilhelm Remmer, de la Bierbrauerei de Bremen, registra-

das por el abogado José Antonio Jiménez Domínguez.10 En ambos casos, por las descrip-

ciones del registro de marca de fábrica, es presumible que se tradujese únicamente el

nombre de la marca, puesto que los dibujos de las etiquetas hacen referencia a motivos

alemanes.También algunos de los representantes hicieron los registros en la Secretaría de

Fomento y Comunicaciones con el fin de evitar que otros comerciantes las distribuye-

sen o, en el límite, trajesen o fabricasen un artículo con igual nombre. Fue el caso de la

Schlitz, a favor de Jos Schlitz Beverage Co., de Milwaukee,Wisconsin, Estados Unidos,

representada por el abogado Américo Lugo, por el término de veinte años.11 Igualmen-

te, por la misma época, el abogado Luis Logroño registró la marca Boy Beer, a favor de

la Compañía Forenede Bryggerier, de Copenhague, Dinamarca.12

La descripción de la Boy Beer en la resolución de la Secretaría de Fomento y Comu-

nicaciones es la siguiente:

«Consiste dicha marca de fábrica en un óvalo a dos colores, rojo y dorado, colocado per-

pendicularmente,en cuyo centro,en otro óvalo blanco más pequeño,aparece en negro,una

figura de perfil, de muchacho de restaurant, llevando en la mano derecha una bandeja con

una botella y un vaso. Sobre la cabeza del muchacho aparece en letras blancas, con perfil

negro, en fondo rojo, las palabras «Boy Beer»; y a los pies, la palabra «Registered» en el fon-

do blanco; debajo de esta palabra se lee, en el mismo fondo contentivo de las palabras Boy

Beer, la frase «Tuborg Pilsener» en letras blancas sin perfil; rodeando la figura y el fondo ro-

jo mencionados, y cubriendo los dos tercios inferiores del óvalo, se leen en letras negras so-

bre fondo dorado las siguientes palabras: «Purveyors to the Royal Danish Court», a la iz-

quierda; grabada a continuación una estrellita negra; luego la frase «Brewed and Bottleled at

the Tuborg Breweries Ltd. Copenhagen», otra estrellita negra; y por último a la derecha, las

Anuncio de

Cerveza Boya

con la bandera

dominicana.

Page 78: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|153|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|152|

palabras «Purveyors to the Royal Swedish Court». Coronando el todo del óvalo, una espe-

cie de asa o de corona en fondo rojo, en cuyo centro se ven las letras B y T, la primera acos-

tada y la otra saliendo verticalmente de su centro.»13

Varias de estas marcas tenían agentes en las principales ciudades del país, por lo cual es

de presumir que se consumían más que las restantes. Era el caso de la marca Niña, que

tenía en Puerto Plata como agente a Jaime T. Batlle y en toda la región suroeste a Ace-

vedo y Co.14

Algunas de las marcas con mayor presencia en el mercado dominicano desplegaron

argumentos tendentes a convencer al público de que su producto era de superior cali-

dad y dotado de propiedades alimenticias y medicinales. Fue el caso de la Favorita,

cuyos representantes la hicieron analizar en el Laboratorio Nacional, dependiente de

la Secretaría de Estado de Sanidad y Beneficencia, en mayo de 1928. El oficial Federi-

co Burgos, en fecha 15 de junio, emitió un certificado del análisis químico, llegando a

la conclusión de que esa marca «ha merecido el calificativo de BUENA porque sus ele-

mentos constitutivos corresponden a un producto de superior calidad y por consi-

guiente inofensivo y provechoso para el consumo humano.»15

Finalmente, en la memoria colectiva a partir de la década de 1940 muchas de las marcas que

anteriormente llegaban al país quedaron opacadas por una tendencia a la concentración de

las preferencias en algunas de ellas y por el auge de las marcas de la Cervecería Nacional

Dominicana, especialmente la Presidente. Esta selección de la memoria se debe a que esas

marcas se ofertaban entre los años treinta y cuarenta. Entre ellas sobresalen las siguien-

tes, de acuerdo a los entrevistados: Spatten, Guinnes, Schlitz, Budweiser y Pabst.

LA FAVORITA, MARCA EN ESPA-ÑOL. El registro de marca de fábrica

de La Favorita la describe de la si-

guiente manera: «Consiste esta mar-

ca de fábrica en una figura de mujer,

en un fondo oscuro, con un vaso en

una mano que simula la cerveza de

dicha marca y una inscripción en la

parte superior que dice en letras do-

radas: «CERVEZA FAVORITA», y otra

inscripción en la parte inferior que

dice en letras del mismo color:

«GERMANIA-BREWERY-BREMEN».

«Made in Germany», encerradas en

dos círculos, en forma de óvalo de 4

por 3 pulgadas; facsímile que se

destina al frente de las botellas de

cerveza de dicha marca...»

Anuncio de

Cerveza Niña.

Anuncio de

Cerveza Favorita.

Page 79: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|155|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|154|

Hitos publicitarios y artísticos

La práctica de un nuevo deporte, el béisbol, surgió durante la dictadura de Heureaux al

amparo del creciente gusto por la cerveza. Específicamente, la Fábrica de Cerveza

Nacional patrocinó los primeros partidos. La formación de equipos tuvo por primer

hito el año 1891, justo cuando se construía el edificio de esa cervecería.16 Algunos re-

sidentes cubanos tuvieron una participación protagónica en estos prolegómenos, entre

los cuales sobresalieron los hermanos Alomar, herreros de profesión. Tiempo después

contaron con el patrocinio del administrador de la empresa, mister Orr. Sintomática-

mente uno de los equipos recibió el nombre de Cervecería, mientras el otro El Cauto

o Los Cubanos. En el primero de los equipos la mayoría de sus jugadores eran emplea-

dos de la Fábrica de Cerveza Nacional.

por sí modesto, no pudieran patrocinar actividades culturales y deportivas.Aun así, al-

gunas desplegaron mecanismos publicitarios que implicaron trascender el anuncio más

convencional.

La primera expresión de alternativas de ese género lo ofreció la marca cubana Polar,

cuyos representantes en el país decidieron promoverla en el ámbito del carnaval, parti-

cipando en el desfile de carrozas que se organizaba con motivo del aniversario de la

Restauración, el 16 de agosto de 1919, con efecto muy favorable por la calidad de la

carroza. La revista Renacimiento le dedicó la portada, ofreciendo la información de que

la carroza fue preparada por la señorita Tula Sánchez y la señora Elisa Sanz, esta última

directora de la Escuela de Labores, por iniciativa de los distribuidores Fernández Her-

manos.18 Como se observa en la foto, la carroza representó un ambiente ártico, en re-

Los partidos se llevaban a cabo en una explanada próxima a la cervecería, en las inme-

diaciones de la costa, donde posteriormente se construiría el primer estadio. Eso explica

que, además del estímulo ofrecido por mister Orr, un cantinero del restaurante La

Alhambra, como se ha visto un centro cervecero próximo al local de la planta,Herr Her-

mann, se contara entre los más conspicuos patrocinadores del novedoso deporte.17

Para que se reiterara una labor promocional de la cerveza de esa magnitud, habría

que esperar a 1930, tras la fundación de la Cervecería Nacional Dominicana. Es lógi-

co que marcas importadas, cada una con una participación diluida en un mercado de

ferencia al nombre de la marca, dentro del cual sobresalía un oso blanco.Tal participa-

ción, en un medio todavía restringido de negocios, tuvo que ser producto de una es-

pecial inserción de los distribuidores, los comerciantes españoles hermanos Fernández,

cuyo almacén aparece en una de las fotos.

Pocos años después los distribuidores de la marca Catedral le pidieron al compositor

Salvador Sturla, uno de los más conocidos del país, sobre todo por sus criollas, que com-

pusiera un fox trot, que tituló Cerveza Catedral:19

Anuncios de

Cerveza Polar.

Carroza de

Cerveza Polar

1919.

Page 80: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|157|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|156|

Porque la vida es

sueño, sí señor;

porque no hay vida dulce

sin amor,

la loca alegría del placer

nos la brinda la boca de la mujer.

Cuando al paso ardiente del fox-trot

siento junto a mi cara tu rubor,

la vida sueño se convierte en flor,

y en ideal

la «Cerveza Catedral».

a la marca de cerveza.20 Por desgracia, no se ha localizado ese impreso y no se conoce

todavía la partitura y el texto de la melodía.

Ya en la década de 1930, cuando el consumo se había popularizado aún más, se reco-

gieron mayores motivos artísticos y literarios relativos a la cerveza. Fue el caso de la

reproducción del poema El vaso de cerveza, del colombiano Enrique Arciniegas, con

motivo de su fallecimiento.

«Dame cerveza», al fin la dije rudo

Y mientras la cerveza me servía

Contener una lágrima no pudo,

Y cayó al vaso en que el licor hervía.

«Bebamos ambos», añadí, que el frío

Del corazón destierra la cerveza,

Y al acercar el vaso al labio mío

Me detuvo la mano con presteza.

«Voy a cambiarla», dijo triste un tanto,

Y respondíle en voz desfallecida:

«No la cambies, que hiel en vez de llanto

He bebido en el cáliz de la vida».21

Intentos de fabricación

Ante la expansión del consumo de cerveza se plantearon tentativas de producirla local-

mente. Estas iniciativas tardaron bastante tiempo, seguramente por la lección dejada por

el fracaso de la Gran Fábrica de Cerveza Nacional de Ciudad Nueva. De igual mane-

ra, debió pesar la continuación de la primacía del consumo de ron. Es la razón por la

cual se mencionaban ideas de mejorar la calidad del ron o de fabricar otros licores fuer-

tes, pero no de cerveza. Es el caso de la idea del economista José Ramón Abad en el

sentido de que se utilizasen diversos productos agrícolas para la preparación de alcoho-

les destilados.22

Sin embargo, surgieron iniciativas de fabricación de cerveza, aunque no están reseñadas

por la prensa o la documentación revisada.Algunos de estos experimentos son mencio-

nados en la prensa o referidos en las entrevistas realizadas. En todo caso, debió de tra-

tarse siempre de experimentos a pequeña escala que no tuvieron mucho impacto o

Anuncio

de Cerveza

Catedral.

La redacción de la prestigiosa revista ponderó la composición como una «pequeña obra

maestra» en su género, que «no tardará en hacerse entre nosotros tan popular como lo

es su simpático autor», ya que «hay en él gracia, belleza y frescura de inspiración».Tam-

poco esta composición a la cerveza fue aislada, pues se encuentra algún que otro caso

adicional. El más llamativo es un tango compuesto a la marca de la cerveza Doctor, del

cual hay noticia en un periódico de San Pedro de Macorís, por obsequio de su repre-

sentante Miguel A. Prestol. La composición fue escrita por el maestro Leopoldo Gómez,

con letra del poeta Miguel A. Guerrero R. El tango fue «finamente impreso» en honor

Page 81: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|159|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|158|

continuidad. El primero en el tiempo se refiere a una sociedad entre dos puertorrique-

ños de apellidos Valois y Cristián, de los cuales surgió el nombre del establecimiento. Ins-

talaron una microcervecería en la calle Santomé, casi esquina Malecón, hacia 1920,23 o

sea, coincidiendo con la máxima expansión de la demanda de bienes de consumo. Se

ignora el tipo de cerveza producida, pero debió ser de fermentación baja, ya que se ofre-

cía muy fría.Ya la producción de hielo era una actividad consolidada en el país, a pesar

de que podía atravesar por momentos precarios, como cuando la ciudad quedó un año

sin servicio eléctrico a consecuencia del incendio de la planta generadora de electricidad.

En cualquier caso, el hielo se enterraba como forma de conservarlo.

Algún anuncio en la prensa llegó a salir de la cerveza ofertada por estos productores

artesanales, pero la escasa repetición es muestra de que el negocio no llegó a prosperar.

No obstante, la microcervecería de Valois y Cristián se dio a conocer por patrocinar

carreras de bicicletas a lo largo del incipiente Malecón o Paseo Presidente Billini, que

se extendía exclusivamente entre las calles 19 de Marzo y Santomé. Los premios para

los ganadores consistían en cerveza fría.

Una patente original

Como parte del incremento del consumo de cerveza y de las posibilidades que depa-

raba para su fabricación local, Francisco Espaillat de la Mota creó una empresa dedicada

a fabricar «cervezas gaseosas». A tal efecto obtuvo una patente el 16 de abril de 1929,

para un «proceso mejorado alcohólico gaseoso» de fabricación de varios tipos de cer-

veza. En un artículo publicado en la prensa diaria, el propietario de la fábrica expuso

sucintamente los fundamentos de su propuesta industrial.24 Adujo que en climas tro-

picales resulta imposible la fabricación «cerveza legítima», proveniente de la fermenta-

ción de la malta de cebada, a menos de que se le adicione alcohol destilado o se le agre-

gara azúcar a la malta antes de fermentarla, opciones ambas que constituirían un con-

trasentido. Incluso, argumentaba este promotor industrial, la cerveza que llegaba al país

no era exactamente la original, puesto que, según su criterio, tenía un alcohol desti-

lado agregado con fines de conservación ante el calor. En todos los casos, señalaba que

la cerveza que llegaba al país requería una graduación alcohólica excesiva, de por lo me-

nos 5%.

Aunque Espaillat de la Mota no entró en detalles acerca de las características de su

patente industrial, indicaba que por el momento descartaba la posibilidad de produ-

cir cerveza basada en la fermentación de la malta. Sintetizó su propuesta con el tér-

mino de «proceso alcohólico gaseoso», el único posible en el trópico, consistente en

«la mezcla de una pequeña cantidad de alcohol puro con el ácido carbónico artifi-

cial.» Adujo que, en las condiciones del trópico, las maltas de cebada y maíz no eran

aptas para producir cervezas, a menos de que se desnaturalizara el proceso industrial.

Sin embargo consideró como posible la fabricación de cerveza a base de arroz termi-

nado. Por el momento se limitó a ofrecer una variedad de productos, de acuerdo a la

patente indicada. Señaló que los mismos tenían la ventaja de una graduación alcohóli-

ca de 3%, inferior a la requerida por el método convencional para la conservación en

el trópico de 5%.

En el anuncio en cuestión, Espaillat de la Mota indicó que lanzaba al mercado dos

variedades de cerveza, la Malt Whisky and Ginger Ale y Granadina Champagne, ambas

con 3% de alcohol. Por el momento esos productos se fabricarían exclusivamente en el

local de F. C. Coelho y Co., en la calle Presidente González No. 15, Santo Domingo.

Ofreció una lista de precios que oscilaban entre 3 pesos la caja de 18 botellas a 7.50

pesos la caja de 48 botellas.

De igual manera, anunció la próxima fabricación de otras variedades de cervezas, según

la misma fórmula patentada. Estas serían las siguientes: Cognac Fine Champagne, Mo-

nastere, Beer, Pru Dominicano, Elixir Napolitano, Citron Squask, Beer, Elixir de Cacao,

Kummet Beer, y Franciskaner Beer. Se puede observar que el proyecto comportaba el

aprovechamiento de frutos del país, como el cacao y el limón, o bien procedimientos

Anuncio

de Malt-Nutrine.

Page 82: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 6|Las importaciones a inicios del siglo XX|160| |161|Las importaciones a inicios del siglo XX|Capítulo 6

ya tradicionales, como el del pru; de igual manera, se proponía retomar fórmulas con-

vencionales de cervezas y otras bebidas europeas.

Por lo que indica el artículo, hacia inicios de mayo de 1929 comenzaron a fabricarse las

dos variedades indicadas de «cerveza gaseosa», aunque no hay localizada ninguna otra

referencia sobre el particular. Seguramente el flamante pequeño industrial careció del

capital necesario para promocionar sus productos y asegurar su distribución por el país.

Es probable, igualmente, que el procedimiento artesanal por él concebido no terminara

de ser del agrado del público, ya habituado a la cerveza convencional, no obstante su

aseveración de que la que llegaba al país estaba desnaturalizada. Por lo demás, el próximo

inicio de las operaciones de la planta de Cervecería Nacional Dominicana desmentiría

la aseveración de que resultaba imposible producir cerveza dentro del país. Simplemen-

te, se necesitaba de un volumen de capital para asegurar el refrigerado en el proceso de

fermentación o envejecimiento del producto.

El recurso a la producción artesanal

Todavía más adelante, es decir, tras la fundación de la Cervecería Nacional Dominicana,

y no obstante regulaciones legales para la fabricación de cerveza, se registra una co-

rriente de fabricación en San Pedro de Macorís. Hacia fines de los años treinta, tal vez

en vinculación con el procedimiento de los cocolos de fabricar cerveza de jengibre, se

estiló en la principal ciudad del Este la producción de cerveza a muy pequeña escala,

mediante malta y un insumo que se adquiría en farmacias, denominado flor de cerve-

za; al parecer no se utilizaba levadura. Se acudía al enfriado con hielo, aunque de ma-

nera precaria, ya que estos artesanos carecían de recursos para sistemas de refrigeración.

Se limitaban a utilizar bloques de hielo que adquirían en las fábricas de ese producto.

La particularidad de este proceso estribaba en que esos artesanos salían ellos mismos a

la calle a ofrecer su producto.Al decir de un testigo, casi todos esos artesanos vivían en

el sector de Miramar, en el cual vendían mayormente sus rústicas cervezas.25

Como parte de esa oferta de cerveza, de acuerdo a don Ramón Villaverde, sobresalió

un tallercito artesanal propiedad de un pescador de nombre Carmelo, situado en las

esquinas Retiro y Aurora, no lejos del muelle de Macorís.Tampoco en este caso que-

dó rastro documental alguno, ni siquiera la mínima expresión de publicidad, dada la

dimensión diminuta de la empresa. Sin embargo, la cerveza de Carmelo se hizo del

conocimiento de muchos, al grado de que era reconocida por su parecido a la ingle-

sa Tennent, de sabor amargo. Con todo, su consumo debió quedar restringido a per-

sonas que frecuentaban los sitios donde se movía el artesano-vendedor Carmelo.26

Este no le puso marca a su producto, seguramente como medio de eludir el cumpli-

miento de exigencias legales. Se limitaba a ofrecer él mismo su cerveza en las calles,

sobre todo en las proximidades del muelle, aprovechando la sed a quienes trabajaban

bajo el sol.

A pesar de que estas empresas no se ajustaban a los preceptos de control de la fabri-

cación de cerveza, que se verán en el siguiente capítulo, no parece que encontraran

obstáculos de parte de las autoridades. Supone el testigo que esos artesanos dejaron de

producir por falta de competitividad, pero no por haber sufrido persecución de las

autoridades. En esa época el gobierno emitió un reglamento que imponía requisitos

estrictos para la fabricación de cerveza, los cuales implicaban un minucioso control por

la Dirección de Rentas Internas.27

Page 83: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|163|«Unarevolución prove-

|163|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

Edificio de

la Cervecería

Nacional

Dominicana

(CND).

C. 1935.

Proteccionismo estatal y auge económico

En el lustro iniciado en 1925 convergieron dos condiciones que tornaron factible que,

por segunda vez, se considerase producir cerveza a gran escala. Pero, a diferencia de lo

acontecido treinta años antes, la empresa planeada en 1928, la Cervecería Nacional

Dominicana, estaría llamada a tener una existencia indefinida, lo que fue producto del

cambio de circunstancias por las cuales atravesaba el país en una y otra coyuntura.

Mientras a fines de siglo la economía se encontraba en completo abatimiento a causa

sobre todo de los pésimos manejos financieros del dictador Heureaux, desde 1924 la

economía exportadora entró en una fase ascendente, que se manifestó en un creci-

miento de las ventas de los cuatro productos tradicionales de exportación. El total de

exportaciones se recuperó a partir de 1923, cuando se comenzó a superar la depresión

de 1920, quedando en una media de alrededor de 28 millones de dólares entre 1926 y

1928. El país volvió a vivir un relativo estado de bienestar parecido al de años atrás.

7«UNA REVOLUCIÓN PROVECHOSA»:LA FUNDACIÓN DE LA CERVECERÍANACIONAL DOMINICANA

Page 84: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|165|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|164|

Aunque el auge de los negocios fue menos espectacular que en los años inmediatamen-

te previos a 1920, existía la ventaja de que se habían establecido nuevas instituciones

estatales y consolidado otras, al tiempo que la construcción de la red nacional de carre-

teras favoreció la producción de mercancías dirigidas al consumo interno.

A pesar de mantenerse el sesgo exportador de la economía, hicieron aparición nuevas

iniciativas de negocios. Para mencionar una de especial importancia, a inicios de 1929

fue fundada la Compañía Bancaria Nacional, que se proclamó como el primer banco de

capital netamente dominicano, presidido por el licenciado José R. Cordero Infante y

que tuvo entre sus principales accionistas a prominentes funcionarios del gobierno, co-

mo Rafael Espaillat, José Dolores Alfonseca y Andrés Pastoriza.1

Estas condiciones fueron reforzadas por la orientación del gobierno de apoyar la pro-

fueron las leyes 190 y 278, concebidas como impuestos internos al consumo,pues la Con-

vención de 1924, que renovaba la administración aduanera estadounidense, prohibía

modificaciones del arancel sin la autorización expresa del presidente de Estados Uni-

dos.2 El gobierno dictó disposiciones adicionales con el fin de limitar la expansión ul-

terior de la producción azucarera y, de paso, favorecer al pequeño campesinado, con un

impuesto especial a la importación de maquinarias de azúcar.

Estímulo a la cerveza

Un precedente de política gubernamental que coadyuvó a la fundación de la Cervecería

Nacional Dominicana consistió en la definición de la conveniencia de que en el país se

produjese cerveza como medio para lograr ahorros sustanciales de divisas.

ducción agrícola, con la finalidad de hacer el país autosuficiente en materia alimenticia.

A tal respecto, se crearon instituciones de enseñanza y fomento agrícolas, se establecieron

colonias de agricultores dominicanos y extranjeros y se estimuló el cultivo de determi-

nados géneros, entre los cuales sobresalió el arroz.

Como parte de esas concepciones, el gobierno de Vásquez fijó tarifas proteccionistas a

las importaciones, lo que, si bien tenía ante todo propósitos fiscales, no dejaba de ins-

cribirse en la búsqueda de reducir importaciones y apoyar la producción local de bie-

nes agrícolas y manufacturados. Los principales instrumentos de ese proteccionismo

Dibujo del edificio

de la CND.

1930.

Proyecto

del edificio

de la CND.

1929.

En un estudio elaborado por la Secretaría de Agricultura e Inmigración remitido al

presidente Vásquez, se realizó un diagnóstico de las condiciones de la balanza de pa-

gos. Se llegó a la conclusión de que en 1926 se había producido un déficit de algo

más de 6.5 millones de dólares, pues a la balanza comercial debían adicionarse los ren-

glones de deuda externa y de intereses y dividendos de las compañías extranjeras.3 Pa-

ra conjurar este déficit en lo posible, se recomendaba suprimir la importación de un

conjunto de artículos que sumaban más de cuatro millones de dólares, como man-

teca de cerdo, pescado salado, frutas, queso y mantequilla, maderas, carnes preparadas,

Page 85: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|167|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|166|

que se instalaría una fábrica nacional para su producción. Cuando no resulte, este no es

un artículo necesario para la economía humana.»4

Se apostaba a que una prohibición tendría el efecto inevitable de estimular la fundación

de una planta local; si no acontecía así, había que correr el riesgo, habida cuenta de que

se podría prescindir, durante un tiempo, del consumo de la cerveza. Es casi seguro que

el empresario norteamericano Charles Wanzer, fundador de la Cervecería Nacional

Dominicana, estaba al corriente de esa visión gubernamental y a su amparo decidió

embarcarse en el proyecto.

Charles Wanzer

Aunque no llegó a materializarse la recomendada prohibición de importar cerveza,

Charles Wanzer juzgó factible la instalación de una planta para su producción en el país.

Estaba al tanto de la situación de la economía dominicana, pues tenía años haciendo ne-

gocios en el país, como él mismo lo refirió en uno de sus discursos ante Trujillo, en

1939: «Yo he estado íntimamente asociado con los asuntos comerciales e industriales

dominicanos durante unos veinticinco años.Tengo cercanos amigos dominicanos.»5 Es-

tas palabras sugieren que Wanzer comenzó a visitar el país desde antes de la interven-

ción militar norteamericana de 1916, siendo un hombre joven, pues nació hacia 1888.

Se sabe, por información de su hija Dorothy McKay, que Charles Wanzer se inició en

los negocios como ejecutivo de las empresas de John Rockefeller, entonces el principal

magnate petrolero norteamericano.6 Wanzer se relacionó con República Dominicana

porque fue designado por Rockefeller representante de la Standard Oil en las Antillas.

Al parecer una de las misiones que le encomendó la Standard Oil fue averiguar hasta

qué punto podía haber perspectivas de localizar yacimientos petrolíferos en el subsuelo

dominicano.7 Teniendo su base en Puerto Rico, viajaba con frecuencia a República

Dominicana, donde con el tiempo, como lo refiere en su discurso, estableció vínculos

con mucha gente, entre las cuales se encontraba el futuro dictador Trujillo. Como

hombre de negocios, apreció las medidas adoptadas por el Gobierno Militar en 1916 y

años posteriores: «Yo he visto esta rica y bella República insular en una situación caótica

antes de la ocupación americana.Yo he vivido allá durante la ocupación americana y

después que los marinos se retiraron.Yo volví a ver el país otra vez al borde de retornar

a la misma deplorable condición.»8

En Puerto Rico,Wanzer estableció negocios personales gracias a su actitud tesonera y

a los ingresos que obtenía de sus actividades como ejecutivo petrolero. Llegó un mo-

mento en que Rockefeller lo conminó a que escogiera entre el servicio a sus empresas

Charles

Wanzer.

jabón y aceites vegetales; asimismo, se proponía la reducción a la mitad de la importa-

ción de arroz, papas y harina de trigo. Se refería, en el citado documento, que el dé-

ficit pudo ser cubierto con reservas previas y con el empréstito de cinco millones de

1927, pero que se avecinaba una situación crítica, sobre todo en 1929.

Entre las medidas complementarias sugeridas para afrontar un déficit que traería efectos

graves, se planteaba la prohibición total de la importación de una gama de bienes

industriales y algunos agrícolas, con el fin de forzar a que se produjesen en el interior

del país. Entre esos bienes se hallaba la cerveza que, como se ha visto en el pasado

capítulo, ya representaba un renglón bastante significativo en el comercio exterior. El

informe en cuestión acotaba al respecto:

«Una prohibición de importación de cerveza podría ser establecida, en la seguridad de

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o a la Standard Oil.Wanzer prefirió independizarse, tras lo cual concibió la instalación

de una empresa cervecera en esa isla, que vendría a ser la Corona.9 Desde 1920, em-

pero, estaba vigente la prohibición de consumo de bebidas alcohólicas en Estados Uni-

dos. Por consiguiente,Wanzer limitó sus iniciativas empresariales a una fábrica de hie-

lo, quedando preparado para pasar a la fabricación de cerveza tan pronto se levantase la

prohibición, lo que aconteció en 1933.

En efecto, inmediatamente tras el levantamiento de la ley seca,Wanzer y Edward Paine

adquirieron la antigua Cervecería Palma Real, cuyo propietario era el español Teódulo

Llamas. Además de la cervecería, paralizada desde 1920, de acuerdo a la información

compilada por Humberto García, el inmigrante peninsular poseía una fábrica de hielo,

varias salas de cine, un tranvía entre San Juan y Río Piedras y una pequeña flotilla de

guaguas.10 Al fundar Wanzer, en 1933, la Cervecería Corona, Llamas permaneció co-

mo uno de sus principales accionistas.11 Wanzer dispuso de inmediato la inyección de

capital para la ampliación de las instalaciones de la nueva cervecería, a pesar de que la

isla afrontaba condiciones en extremo difíciles por efecto de la depresión de la econo-

mía norteamericana. En lo adelante, la trayectoria de Corona tuvo múltiples puntos co-

munes con la de CND. En 1940, no obstante el dumping que practicaban las grandes fir-

mas estadounidenses, tan pronto se visualizó una mejoría en la economía local se pro-

cedió a expandir la dimensión de la planta.

Conocedor del medio dominicano y con múltiples relaciones personales, en 1928

Wanzer concibió fundar una planta de producción de cerveza en República Domini-

cana, seguramente estimulado por sus éxitos en Puerto Rico. Refiere su nieto Jimmy

Stuart que, gracias al conocimiento de las condiciones vigentes en las Antillas,Wanzer

captó que no había fábricas de cerveza y que su instalación resultaba un negocio factible.

Esta iniciativa fue parte del establecimiento de otras empresas, entre las cuales se halló

la Brasserie de la Couronne en Haití.12 También incursionó en el renglón de refrescos de

soda, haciéndose concesionario de la marca Coca Cola, entre otras. Asimismo, al acu-

mular cierto capital, fundó otras empresas en Estados Unidos, aunque las mismas no lo-

graron importancia. En todo momento Wanzer se proyectó asociado a la producción de

cerveza y refrescos en las Antillas: Puerto Rico, República Dominicana, Haití e Islas

Turcas.13

Para fines de los años veinte,Wanzer había abandonado Puerto Rico, fijando su residen-

cia en New York. Instaló sus oficinas en Rockefeller Plaza, un complejo de rascacielos

en Manhattan, señal tal vez de que sus relaciones con el antiguo jefe se mantenían

fundamentalmente correctas.

Fundación de la CND

En acto bajo firma privada ante el notario Emilio E. Ravelo, de la ciudad de Santo

Domingo, el 11 de marzo de 1929 se procedió formalmente a constituir la Cervecería

Nacional Dominicana.14 Wanzer no se encontraba en República Dominicana en aquel

momento, por lo cual emitió poder ante notario de New York, en febrero de ese año,

para ser representado por H. B. Senior, comerciante dominicano, quien al parecer fue

su primera persona de confianza en los trajines de la creación de la CND. Por medio de

ese documento se fijó el capital social de la compañía en 10 mil dólares, dividido en

cien acciones de cien dólares. Los funcionarios designados en el Consejo de Admi-

nistración fueron los siguientes: presidente, Wanzer; vicepresidente, Milton S. Briggs,

comerciante de New York, accidentalmente residiendo en Santo Domingo; secretario,

Acta notarial de

Emilio Ravelo

de constitución de

la CND, primera y

última páginas.

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Julio Ortega Frier, abogado local de la empresa; subsecretario, Nelson Gammans, abo-

gado de New York; tesorero, Edward Paine, banquero de Woodmore, Long Island; y

vicetesorero, H. B. Senior, comerciante de Santo Domingo. Se añadió otro accionista,

J. B. Whitworth, comerciante estadounidense radicado en Santo Domingo. Senior,

Briggs y Whitworth representaron a los restantes accionistas que se encontraban en

Estados Unidos, por lo cual fueron los únicos que firmaron el acto notarial de consti-

tución de la empresa.

En el acto se estipuló que, además de la producción de cerveza, la empresa tendría por

finalidad la producción de otros bienes de cervecería y cualquier otra bebida, a lo que

se agregó la venta de hielo y electricidad sobrantes, aunque esta última no como utili-

dad pública. Por último, en virtud de esta resolución inicial, la CND tendría la facultad

de adquirir acciones de cualesquiera otras compañías o, como es de rigor, asumir deudas

o cualquier otra negociación.

En el momento de la fundación Wanzer figuraba formalmente como el propietario

exclusivo de la empresa, ya que la presencia de los restantes integrantes del Consejo de

Administración, como es usual, simplemente buscaba cumplir con las regulaciones de

las sociedades anónimas. Cada uno de esos otros seis socios apenas tenía una acción, por

lo que Wanzer detentaba las restantes 94.15

Sin embargo, la realidad no concordaba con esta distribución de las acciones. Es prác-

ticamente seguro que desde el inicio del proyecto Wanzer tuviese que acudir a varios

socios con el fin de hacerlo viable. Al menos existe una indicación clave en el sentido

de que el promotor de la empresa carecía de los recursos necesarios para la fundación

de la Cervecería, por cuanto en aquel momento todavía no era propietario de una

fortuna considerable.16 Por razones indeterminadas, los socios aceptaron que inicial-

mente Wanzer tuviese el control total de la compañía, entre las cuales no es de descartar

que hubiese otros instrumentos legales, por medio de los cuales Wanzer reconocía los

aportes de capital de sus asociados.

Seguramente, en vinculación con lo anterior,Wanzer inició la empresa con un capital

reducido, sin duda muy inferior a los gastos que ocasionó su instalación. Es llamativo

que el capital suscrito y pagado fuera todavía mucho menor, apenas $2,500, es decir,

una cuarta parte del capital social, por lo que es probable que Wanzer obtuviera créditos

bancarios o que contara con recursos provenientes de otras de sus empresas. De todas

maneras, en el acto de constitución quedó estipulado que el Consejo de Administra-

ción quedaba autorizado, con el voto de la mayoría de sus integrantes, a elevar el capital

social hasta un tope de 450 mil dólares, cifra esta ajustada a los requerimientos de

inversión que comportaba la fundación de la CND, la construcción de la planta y demás

gastos para iniciar operaciones.

Lo anterior ratifica la probabilidad de que la localización de estos recursos comportara

acuerdos formales entre Wanzer y los restantes inversionistas. Resulta muy difícil lograr

una aproximación a la cuantía de capital que requirió la construcción de la planta. Pero,

en cualquier caso, tuvo que ser sustancialmente superior a los US$2,500 de capital

suscrito y pagado o los 10,000 de capital social.Alguna publicación posterior menciona

que la fundación de la CND comportó una inversión de US$350,000; pero, por des-

gracia, esta información no ha sido avalada con referencias documentales y ningún

dato de la época la corrobora. De todas maneras, es posible que el capital requerido se

acercase a esa cuantía.

Aviso de

Constitución

de la Cervecería

Nacional

Dominicana

en La Opinión.

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De la información colectada acerca de la composición accionaria se deriva que Wan-

zer era, con diferencia, el principal accionista, pero no tenía mayoría absoluta, sino un

paquete que le permitía el control pleno de las operaciones de la compañía, sobre la ba-

se del consenso de los inversionistas norteamericanos con paquetes considerables de ac-

ciones. En la relación de accionistas de 1985 se observa que el grueso de los intere-

ses de los descendientes de Wanzer se encontraba en la compañía West Indies Associa-

tes, con sede en New York, la cual controlaba 41,457 acciones, a las cuales se sumaban

paquetes de la familia McKay, con algo más de 25,000 acciones. Resulta difícil identi-

ficar a todos los accionistas, ya que a menudo sus paquetes están a nombre de com-

pañías. Pero, sin lugar a dudas, varias familias poseían paquetes considerables de accio-

nes, en general acompañantes de Wanzer en la fundación de la empresa. Entre esos

También es probable que, después de fundada la compañía,Wanzer tuviese que diri-

girse a nuevos inversionistas, con el fin de lograr el capital de trabajo necesario para las

operaciones. El hecho indiscutible es que, desde un momento indeterminado, fueron

incorporados como accionistas no solo ciudadanos estadounidenses, sino también

dominicanos. En los records de acciones que se han localizado se comprueba el alega-

to de la empresa de que, desde cierto momento, aproximadamente una tercera parte de

los accionistas eran ciudadanos dominicanos. Pero en general tenían montos pequeños

de acciones, a veces de unas pocas.17 En épocas posteriores el número de accionistas do-

minicanos creció, pero su participación en el total del capital accionario se situaba en

aproximadamente 11%. De un total de 157,500 acciones emitidas para el 3 de octubre

de 1985, 16,895 pertenecían a 53 accionistas residentes en el país.18

EDWARD PAINE. La segunda figu-

ra de importancia, después de Wan-

zer, en la fundación de la CND, fue

sin duda el abogado Edward S. Pai-

ne, nacido en el estado de Maine

hacia 1881.19 Las reseñas acerca

de su vida localizadas por Humber-

to García destacan que recibió una

formación del más elevado estándar

en las universidades de Yale y Har-

vard, en las cuales recibió títulos en

1904 y 1906.

Poco después de graduarse, se in-

volucró con el bufete Rounds,

Hatch, Dillingham y Debevoise, es-

pecializado en la representación de

inversionistas estadounidenses en

Puerto Rico. Marchó a esa isla co-

mo socio residente del bufete, don-

de amplió con rapidez la clientela.

Al retornar a Estados Unidos se in-

tegró a la firma bancaria William

Schall y Co. Desde esas posiciones,

sobresalió como ejecutivo de la

South Porto Rico Sugar Co., pro-

pietaria del Central Romana. En es-

ta compañía alcanzó la posición de

director y tesorero del Consejo de

Administración. Se colige que Pai-

ne terminó siendo un eslabón de

primera importancia en el desplie-

gue de las inversiones directas de

Estados Unidos en las dos Antillas

hispanoparlantes.

Desde cierto momento se vinculó

con los negocios dirigidos por

Wanzer, como la Pan American In-

dustries, las empresas refresqueras

y las cervecerías de Puerto Rico y

Haití. En la Cervecería Nacional Do-

minicana ostentó la posición de di-

rector y tesorero. Tras su falleci-

miento, en 1943, sus tres hijos

continuaron siendo importantes

accionistas de la CND.

Edward

Paine.

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inversionistas importantes se encontraban las familias Paine, Sparks, Kilmartin,Whit-

worth y Monks. En total había aproximadamente unos 25 accionistas de cierta con-

sideración, entre los cuales se encontraban los descendientes de promotores origina-

les o de personas que luego adquirieron relevancia dentro de la empresa, como el

abogado Gorham Philips, del bufete newyorkino Dewey Valentine y Bush, el quími-

co Malvin Mayer y el también abogado Nelson Gammans, en general con paquetes

medianos o pequeños de acciones. 20Aun los poseedores norteamericanos de mayores

paquetes de acciones, eran pequeños o, a lo sumo, medianos inversionistas, cuyos in-

gresos dependían en una medida considerable de sus ingresos de los dividendos que

les producían sus acciones en la CND.21

Fundamentos iniciales de la empresa

Aparentemente, la principal preocupación de Charles Wanzer para hacer exitoso el

proyecto de la cervecería fue lograr una compenetración con el entorno dominicano,

de forma tal que la población la considerase parte del país y no la visualizara como

empresa extranjera. En las primeras declaraciones a la prensa, a pocos días de constituida

la compañía, uno de los ejecutivos, no citado por su nombre, se expresó en los siguien-

tes términos:

«La Cervecería Nacional Dominicana desea crear una industria netamente dominicana

para los dominicanos. Aun cuando parte del capital social procede de capitalistas radi-

cados en Norte América, la sociedad en sí es dominicana y desea funcionar y crecer

como cosa nuestra. Su primordial objeto es darle al país una industria de la que todos

los dominicanos puedan sentirse orgullosos, porque ella implique un efectivo adelanto

en el orden de cosas en que ella encaja.Y con la ayuda del pueblo dominicano, esta

industria podría desarrollarse en términos de la más alta eficiencia.»22

A diferencia de la generalidad de compañías norteamericanas, que tenían su registro en

Estados Unidos, la CND lo tenía en República Dominicana, aunque su Consejo de Ad-

ministración en la práctica operaba en New York.También a diferencia de las empre-

sas de capitalistas norteamericanos, como se ha visto, la CND se abrió rápidamente a la

participación accionaria de dominicanos. La mística nacional de la CND, que acompa-

ñó su fundación, la puso en condiciones de tener poderosa incidencia sobre el público

gracias a una publicidad que partía de explotar condiciones locales; igualmente, desde

bastante pronto, la empresa comenzó a destacarse en el apoyo a actividades deportivas y

culturales. Como estrategia de largo plazo, se puede inferir que Wanzer captó la impor-

tancia de que los productos de la empresa fuesen asumidos por la población como

propios y, por ende, diferentes a los importados.

Como es de rigor, para lograr esto resultaba preciso obtener una calidad aceptable, si

no incluso superior a las marcas importadas. Hay indicios de que Wanzer, ya con

una extensa experiencia empresarial, visualizó la calidad del producto como la clave

del éxito del proyecto.23 Uno de los puntos sobre los cuales puso el énfasis fue la ad-

quisición de materias primas de superior calidad. Por lo menos se destacó el lúpulo,

«planta trepadora con cuyo fruto se da aroma y sabor de agradable amargor a la cer-

veza, es también refrescante y alimenticio y de su calidad depende en gran parte la ca-

lidad de la cerveza», que desde el principio fue adquirido en Checoslovaquia,24 consi-

derado comúnmente el mejor del mundo. Dentro de las opciones, se escogió adquirir

lúpulo blanco, el preferido en Inglaterra y Alemania, donde se le conoce como lúpulo

Original

de los Estatutos

de la CND.

1929.

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flamenco. En un artículo aparecido en la prensa diaria se entra en detalle sobre el par-

ticular:

«La Cervecería Nacional al escoger el lúpulo blanco para la confección de su produc-

to, ha tenido en cuenta, sin importársele el valor que pudiera tener por encima de las

otras variedades de lúpulo, la calidad y su influencia en la excelencia de la cerveza. El

lúpulo blanco contribuye de manera determinante para que esa bebida sea de superior

calidad, para que ese producto no deje nada que desear...»25

El logro de la excelencia, por otra parte, permitía que se cumpliera otra de las proyec-

ciones en que, aparentemente, se apoyó Wanzer para la fundación de la CND: la capaci-

dad competitiva para exportar a países vecinos. El supuesto que subyacía era la ventaja

en los costos de los fletes en un producto de mucho peso y volumen; pero para que

y de aditivos que caracterizaba las cervezas expresamente traídas de fuera, con el fin de

que el cambio de clima, los trasiegos de viaje y el tiempo no tuvieran un impacto en

extremo negativo sobre el sabor. En particular se destacaba que la cerveza dominicana

sería más saludable por tal motivo: «Nuestra cerveza será también más saludable que las

importadas; porque no siendo necesaria la dosificación con alcohol que se emplea en

las cervezas exportadas a ultramar, tendremos un producto para consumo doméstico

menos intocicante (sic) que el importado.»27

Todo lo anterior estaba conjugado con la planeación de ofrecer la cerveza local a un

precio sustancialmente inferior a las importadas.Aprovecharía las ventajas de la produc-

ción in situ en relación a fletes, aunque teniendo que confrontar la desventaja en eco-

nomías de escala de las grandes plantas estadounidenses y europeas y la preferencia ya

bien definida por marcas importadas, normalmente con más de un década de comer-

cialización en el país.

Como era de rigor en un producto nuevo, en los primeros momentos los artículos de

la CND tenían que ofrecerse a precios bastante menores que los importados; pero, no

obstante el reconocimiento ulterior indudable de la calidad de su oferta por el público

dominicano, mantuvo indefinidamente la política de competir en precio con las impor-

taciones. Este objetivo fue duro de lograr, habida cuenta de los costos inevitables en una

planta nueva y, sobre todo, de la caída en los precios de las importaciones por la crisis

internacional. Se agregaba la estructura arancelaria, concebida para facilitar las importa-

ciones, fuente primordial para el cobro de mayores recaudaciones. En 1936, segundo

año del que se tienen datos acerca del volumen de la producción de la CND, el litro

vendido se situó en 29 ctvs., mientras que el litro importado registrado en la estadística

aduanal se situaba en 1928 en cerca de 20 ctvs.

A pesar de esta dificultad, la CND se propuso bajar los precios a fin de hacer asequibles

sus productos a la mayoría de la población. Esto, a su vez, se conectaba con otro punto

crucial de la estrategia: tornar factible la sustitución del ron por la cerveza gracias a la

reducción del precio. Entre los funcionarios de la CND quedó claramente definido que

el aspecto central que tenía que resolver la empresa residía en enfrentar la «cultura ro-

nera» arraigada en la población dominicana, lo que obligatoriamente obligaba a realizar

un sacrificio en materia de ganancias durante los primeros años.28 La crónica periodís-

tica antes citada recoge este punto de vista, al interrelacionar precio con el objetivo de

incidir sobre los gustos existentes.

«Naturalmente, en razón de los altos precios que alcanza este artículo cuando es impor-

tado, solo una minoría, en las poblaciones de mayor importancia, está en condiciones

C. K. Schmidt,

primer

administrador

de la CND.

esta ventaja se cumpliese había que ofrecer un producto adecuado. Desde su primer año

de operaciones la CND comenzó a exportar a las Antillas Holandesas y se fijó el objeti-

vo de incursionar en mercados más amplios, especialmente en América Central. En

efecto, en fecha muy temprana llegó a asegurarse que «en Curazao casi solo se consume

cerveza dominicana. ¿Por qué? Principalmente porque la cercanía de los dos puertos

nos permite enviar allí nuestra cerveza a flete bajo.»26

Dentro de esta estrategia, la empresa hizo saber que su producto competiría con el

importado sobre la base de que, al venderse de inmediato, evitaría el exceso de alcohol

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de comprarlo. Las clases pobres, y especialmente la clase campesina, tienen que utilizar,

para alegrar las horas de esparcimiento, las peores clases de bebidas altamente espirituosas:

aguardiente de la peor clase, clerén, etc. La Cervecería Nacional Dominicana hará

cambiar ese estado de cosas. Fabricará cerveza de la más alta calidad por precios tan

baratos que pondrán ese artículo al alcance de todos. Saldrá así la cerveza de la lista de

los artículos de lujo.»29

Se retomó, así, la tónica, ya enarbolada formalmente desde la década de 1880, de que el

consumo de cerveza comportaba una mejoría del nivel educativo y tenía implicaciones

de importancia sobre el estado de salud de la población.

Lo que estaba en juego era llevar el producto a convertirse en un artículo de amplio

consumo que dejase de catalogarse como bien suntuario. Por consiguiente, la estrategia

de funcionamiento de la empresa comportaba cubrir dos frentes: el de la competencia

importada y el del consumo arraigado de bebidas espirituosas, especialmente ron, entre

las clases pobres. Esto último era todavía más arduo de lograr a causa de los reducidos

precios a que se expendía el ron, sobre todo el de producción artesanal, que evitaba

costos propios del procesamiento industrial y eludía impuestos.30 Los ejecutivos de la

empresa contaban con los factores de ventaja que implicaba la fabricación local del pro-

ducto para lograr una escalada hacia su consumo masivo.

La construcción de la infraestructura

Por lo que puede desprenderse de la información de prensa, el edificio de la empresa co-

menzó a construirse a los pocos días de constituida formalmente la compañía, segura-

mente en la segunda quincena de marzo de 1929. Esto significa que las gestiones que ve-

nía desplegando Wanzer desde el año anterior se encontraban tan avanzadas que per-

mitieron el inmediato inicio de la construcción de la planta. Es por tal razón que el pri-

mer logo indicaba 1928 como año de la fundación de la empresa, lo que luego se recti-

ficó para situar la fecha en 1929. Más adelante, a menudo la empresa prefirió situar en

1930 el momento de la fundación, haciendo alusión al inicio de las ventas al público.

Seguramente cuando se inició la construcción del edificio ya debían estar avanzadas las

gestiones de adquisición de los equipos y maquinarias. Es lo que explica que se anun-

ciase el inicio de la fabricación de cerveza para octubre de 1929 o, a lo sumo, para antes

de las navidades de ese año.

A tono con la búsqueda de una imagen nacional, la CND se propuso que el diseño del

edificio fuese distinto a los más comunes en los países industriales. Para tal fin fueron

instruidos expresamente los arquitectos e ingenieros que tuvieron a cargo la obra.

«En el trazado de este edificio el arquitecto ha querido recoger el espíritu del arquitecto

dominicano. La obra es, según puede verse, de estilo colonial español. Nuestra tierra fué

la primera en América donde el hombre europeo echó pie con designio de establecer-

se permanentemente. Aquí nació, así, la arquitectura américo-española. Esa tradición

artística es uno de nuestros más preciosos legados. Mantenerla, aplicándola a nuestros

nuevos modos de vida, a nuestras modernas necesidades, es un deber patriótico. La Cer-

vecería Nacional Dominicana rinde pues homenaje a nuestra tradición, e inicia sus

actuaciones con un gesto encomiable.»31

El simple hecho de la construcción del edificio creó una expectativa parecida a la de la

Fábrica de Cerveza Nacional más de tres décadas antes. En diversas notas de prensa se

puso de relieve que la fundación de la CND formaba parte de una dinámica evidente

Edificio de

la CND en

la década de 1930.

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Los plazos que se fijó la empresa para la conclusión del edificio y el inicio de la elabo-

ración de cerveza no se pudieron cumplir. Una información temprana, de escasos años

posteriores a la creación, indica que la construcción de la cervecería tomó alrededor de

ocho meses y que, después de que el edificio estuvo concluido, transcurrieron tres meses

desde que se realizó la primera elaboración hasta que la cerveza estuvo colocada en el

mercado.33 Si bien ciertamente, de acuerdo a esa información, el edificio estuvo termi-

nado para fines de 1929, todavía pasaron cerca de dos meses para que pudiera elabo-

rarse la primera prueba de cerveza, mientras su salida al mercado se produjo a media-

dos de mayo de 1930.

Tomando en cuenta la envergadura del proyecto, puede juzgarse que la conclusión

de las obras se llevó a cabo en un período razonable de tiempo. Hay que tomar en

EL ENTORNO DE LA DICTADU-RA. Entre el inicio de la fabricación

de la planta y las primeras pruebas

de muestras de cerveza se produjo

un importante cambio de gobierno

en el país. Desde los meses finales

de 1929 el régimen de Vásquez ha-

bía entrado en un proceso de des-

composición. Previamente había caí-

do en el descrédito a causa de la

perpetuación de su período de cua-

tro años, lo que se justificó sobre la

base de los alegatos de que el presi-

dente fue electo antes de la promul-

gación de la constitución vigente,

por lo que le correspondían seis

años, tal como estaba estipulado en

la constitución de 1908. Para fines

de 1929 se puso de manifiesto que

la salud del presidente Vásquez ha-

bía experimentado una fuerte recaí-

da, por lo cual tuvo que ser traslada-

do de urgencia a Estados Unidos,

donde fue operado en el hospital de

la Universidad Johns Hopkins de

Baltimore. No obstante su precario

estado de salud, el presidente anun-

ció su intención de reelegirse para

un período adicional en las eleccio-

nes programadas en 1930. Esto for-

taleció la actividad de sus rivales, los

cuales se cohesionaron en un frente

opositor de cinco partidos políticos.

Se añadió la depresión en Estados

Unidos, iniciada en octubre de

1929, de efectos mucho más agu-

dos que la de 1920; sobre todo, es-

taba llamada a tener efectos de lar-

go plazo, replanteando el esquema

agrario-exportador con que había

venido creciendo la economía do-

minicana desde aproximadamente

1880. La crisis repercutió en una

caída abrupta de los precios de los

rubros de exportación del país, ha-

ciendo imperativa la necesidad de

promover productos locales.

Por consiguiente, advinieron condi-

ciones caóticas en que interactuaba

el descrédito de Vásquez con la si-

tuación económica. Rafael Estrella

Ureña, líder de uno de los partidos

opositores, se puso de acuerdo con

el jefe del Ejército Nacional, Rafael

Leonidas Trujillo, para un simulacro

de alzamiento en la ciudad de San-

tiago, que fue conocido como Mo-

vimiento Cívico, el cual se produjo

el 23 de febrero de 1930. A los po-

cos días Vásquez se vio forzado a

renunciar y se abrió el camino para

el establecimiento de una prolonga-

da dictadura, ya que Trujillo pasó a

tener el control de los hilos de to-

dos los movimientos.

Como es bien sabido, el nuevo régi-

men se sustentó, desde sus oríge-

nes, en una despiadada represión

sobre todos los opositores. Esta, de

hecho, quedaba justificada con el

alegato de que las condiciones im-

puestas garantizaban la paz y, por

ende, el logro anhelado del progreso

económico. Teniendo pleno control

sobre la vida del país, el régimen re-

cién establecido recabó condiciones

para afrontar las difíciles condicio-

nes de la economía, pudiendo plan-

tearse una recomposición de toda la

estrategia previa de crecimiento. Se

hizo inevitable que el Estado pasase

a desempeñar papeles activos en el

fomento de los renglones producti-

vos internos. En particular, se intro-

dujeron instrumentos para limitar

importaciones y favorecer su susti-

tución local. Además de las medidas

generales de fomento, este requeri-

miento se acompañó por disposicio-

nes proteccionistas arancelarias. To-

do esto se vio favorecido por las an-

teriores experiencias proteccionistas

y fomentalistas del régimen de Vás-

quez, aunque lo que emprendió Tru-

jillo alcanzó mucho mayor enverga-

dura. De igual manera, resultó fun-

damental que Trujillo tuviera éxito

en concitar el apoyo, de buen grado

o forzado, de la generalidad de los

intelectuales, lo que le permitió a su

régimen operar con mayor eficacia

que los anteriores.

hacia el progreso. El artículo de La Opinión ya varias veces citado, que por primera vez

anunció la construcción de la obra, sintetizaba por adelantado tales puntos de vista,

confiado en los efectos multiplicadores que tendría una empresa de tal dimensión:

«Esta industria causará, pues, una revolución en nuestras condiciones sociales; pero una

revolución provechosa, porque nos traerá mayor bienestar por menos dinero.» Esta

contribución al progreso y al bienestar colectivos era entendida desde una perspectiva

patriótica, de acuerdo a los conceptos dominicanistas que animaron la concepción de

la compañía. Después que la empresa estuvo funcionando, en una nota, sus propietarios

interpretaron fundamentalmente su éxito como debido «al patriótico espíritu de los

ciudadanos dominicanos, inclinados a apoyar y dar preferencia a productos de calidad

manufacturados en industrias locales.»32

Rafael

Leonidas

Trujillo.

C. 1930.

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consideración de que todos los equipos tuvieron que ser traídos del exterior. A pe-

sar de que, comparativamente con lo que vendría a ser la planta en tiempos poste-

riores, al inicio constaba de maquinarias simples, se trató de que fuera la requerida

para producir un artículo de una calidad estándar. En la breve descripción de la em-

presa a la que acaba de hacerse alusión se aseguró que las maquinarias cumplían con

los requisitos de lugar. «La cervecería en sí es del tipo más moderno y reciente, es-

tando equipada con las mejores maquinarias para la producción de cerveza. No se

han economizado gastos para el equipamiento de la cervecería con amplias bodegas

bien refrigeradas, de forma que la cerveza sea envejecida adecuadamente.»34

Igualmente, hay que tener en consideración que gran parte de la dirección de los trabajos

de instalación recayó sobre técnicos y profesionales no dominicanos.La presencia de extran-

empresa funcionase adecuadamente. Además de la concepción fomentalista del régi-

men, pudo intervenir en ello la relación amistosa que se había establecido entre Truji-

llo y Wanzer desde años anteriores.35 Este, por lo demás, hizo reiteradas expresiones de

identificación con el estado de cosas vigente en el país a partir de 1930, contrastándo-

lo con el que existía antes de esa fecha. En uno de los discursos, en presencia de Truji-

llo,Wanzer hizo el siguiente reconocimiento:

«Yo he visto al país levantarse casi del caos hasta su situación presente, bien adminis-

trado y altamente respetado entre las naciones del mundo, bajo el liderazgo de su más

grande ciudadano de todos los tiempos, general Rafael Trujillo, nuestro invitado de

honor esta noche. (...) Lo que yo puedo asegurarles es que actualmente Santo Do-

mingo es un lugar agradable para vivir, un país moderno, pacífico y correctamente

gobernado, con ciudades bellas y limpias, anchas avenidas, edificios bien manteni-

dos...»36

Estas ingentes realizaciones, en apenas ocho años, a juicio de Wanzer, se habían debido

a «la inteligencia, la habilidad ejecutiva, el coraje y la energía de este gran hombre, este

gran líder. (...) Un hombre con un exclusivo propósito, el del deber patriótico.»

Es particularmente interesante que Wanzer destacara la disposición de Trujillo de apo-

yar los reclamos de los empresarios norteamericanos y dominicanos congregados en la

Cámara Dominicana de Comercio en Estados Unidos.

Wanzer,

enWashington,

junto al embajador

dominicano

Andrés Pastoriza.

jeros se debía tanto a sus pericias técnicas en la elaboración de la cerveza como a requerimien-

tos administrativos. «Han sido empleados maestros cerveceros experimentados, al tiempo

que la organización empresarial está compuesta por completo de hombres entrenados rigu-

rosamente en esta actividad, la que dirigen con una precisión cronométrica.»

La CND en el contexto gubernamental

Hay indicios de que el gobierno de Trujillo, acorde con su programa de fomento eco-

nómico, de inmediato ofreció a la CND las medidas que fueran requeridas para que la

Recepción a Trujillo

por Wanzer en

Estados Unidos.

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«El siempre ha sido un receptor comprensivo de nuestras dificultades y nos ha ofrecido

plena cooperación. Cuando nosotros lo hemos convencido de que nuestra posición era

correcta y justa, ha reaccionado con rapidez y en cortos períodos de tiempo ha logra-

do realizaciones espléndidas que en otros países hubieran requerido un plazo de años.»37

Podría pensarse que Wanzer expresaba tales puntos de vista por pura conveniencia cir-

cunstancial. Sin embargo, hay razones para considerar que emitía lo fundamental de sus

pareceres sobre la situación del país y la figura de Trujillo. En entrevista a su yerno Rus-

sell McKay, futuro vicepresidente de la CND, este reconoció que en países con el nivel

de desarrollo como la República Dominicana de aquella época se requería de un tipo

de gobierno como el de Trujillo.38 No hay razones que impidan extrapolar tal recono-

cimiento a los puntos de vista particulares de su suegro Wanzer. Por un reflejo natural,

inversionistas norteamericanos en países de tradición convulsa entendían que sus intere-

ses estaban mejor garantizados en un sistema político autoritario. Uno de los primeros

anuncios en el exterior de la CND explicó de la siguiente manera el éxito de la empre-

sa en momentos en que la generalidad de las compañías extranjeras en América Latina

experimentaban pérdidas: «Todos estos factores, operando en conjunto, tienen obligato-

ria incidencia en hacer que las industrias en República Dominicana operen exitosamen-

te donde la ley y el orden están garantizados y reinan la paz y el buen gobierno.»39

Estas posturas de Wanzer no fueron ajenas a que encabezase la Cámara Dominicana de

Comercio en Estados Unidos, organismo en el cual tenían cabida hombres de negocios

estadounidenses con inversiones en la isla, especialmente en el sector azucarero, al igual

que exportadores de mercancías y ciudadanos dominicanos residentes en Estados Uni-

dos o vinculados a ese país por medio de negocios. Esa entidad, como se advierte en su

órgano Dominican Republic, operaba como intermediaria del gobierno dominicano en

asuntos que le pudieran interesar en Estados Unidos. Más aún,Wanzer en persona, al

parecer, desempeñó actividades en representación virtual de los intereses dominicanos,

según se desprende en principio de la correspondencia diplomática del Departamento

de Estado de Estados Unidos.40

Es evidente que Trujillo utilizaba a Wanzer ante instancias de poder en Estados Unidos,

al tiempo que este último protegía así su inversión y obtenía eventuales apoyos del Go-

bierno Dominicano, como él mismo lo declaró. Sin embargo, cabe también destacar

que, en lo fundamental, la CND no tuvo necesidad de apoyos estatales extraordinarios,

pues operaba como empresa eficiente que, simplemente, se ceñía a las legislaciones vi-

gentes. Por otra parte, en realidad,Wanzer nunca abandonó la perspectiva estricta del

empresario, pues su inserción en asuntos políticos era mínima. Su misma amistad con

Trujillo se tornó distante después que el segundo tomó el poder en 1930.41 De todas

maneras Wanzer mantuvo una cordial relación con el dictador y este lo veía como una

pieza dentro de la estructura de poder de Estados Unidos, lo que no fue ajeno a que, a

diferencia de su actitud ante otros inversionistas, no adoptara actitudes hostiles hacia él.

Es sintomático que, prácticamente hasta el final de sus días, en 1948,Wanzer se mantu-

viera como la figura principal de la Cámara Dominicana de Comercio.

Favorables aires de proteccionismo industrialista

A causa de la depresión de 1929, entre círculos pensantes, se profundizaron los alegatos

para que el país adoptara políticas proteccionistas de la agricultura y la industria nacio-

nales. El gobierno se adecuó a plenitud a esa perspectiva, por ser materia de supervi-

vencia en primer lugar y porque preparaba condiciones más idóneas para el tipo de

control económico que Trujillo concebía para su beneficio personal.

Tal vez la CND fue la empresa industrial puntualmente más beneficiada por ese dispo-

sitivo estatal, ya que tenía que competir con marcas importadas con bastante tradición.

En esos años se establecieron escasas empresas de esas dimensiones, y generalmente se

dedicaban a áreas de servicios en que el proteccionismo no era requerido, como

fueron la Compañía Dominicana de Teléfonos y la Compañía de Electricidad, ambas

también de capital norteamericano y que cubrían el grueso de las ofertas respectivas.

Oficinas de la

CND. Se observa

a Carlos Bonetti.

Page 95: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

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Cierta concepción proteccionista, planteada por el Secretario de Agricultura, César

Tolentino, justificó un conjunto de medidas para estimular la producción local. No se

tuvo que acudir a la prohibición de importaciones, como se había contemplado du-

rante el gobierno de Vásquez, no obstante la gravedad de la situación económica, que

obligó al cese del pago de capital de la deuda externa en abril de 1931.

Entre los publicistas del país emergió una corriente favorable al proteccionismo, que no

hacía más que seguir los pasos que marcaban los funcionarios gubernamentales. La cri-

sis fue ponderada como factor estimulante para el adelanto industrial. Hasta en la pren-

sa provinciana se clamaba por el desarrollo industrial como tabla de salvación, como lo

expresó editorialmente un periódico de La Romana.

«He aquí, pues, que la crisis reinante viene a ser un factor de sobriedad reflexiva para

novedades, como la manteca de cerdo y la existencia de dos marcas de cerveza y una

de malta, como parte de ese «milagro».

De manera más definida se hicieron oír voces favorables a un esquema explícitamen-

te proteccionista. José del Carmen Ariza, presidente de dos empresas industriales en

Puerto Plata, una de leche y la otra de fósforos, emitió un comunicado en que abo-

gaba por esa política económica. Para responder a la pregunta de quiénes debían pro-

teger la industria nacional, indicó que en primer lugar debía ser el gobierno, «porque

lo que enriquece al Estado y lo hace verdaderamente independiente es el floreci-

miento de sus industrias y el bienestar económico de sus individuos;» de la misma

manera, consideraba que los propios importadores debían seguir esa orientación,

«porque el dinero que invierten en productos de fabricación nacional... puede volver

Departamento

de empacado

de la CND.

C. 1939.

Primera paila

de cocimiento.las naciones. Pero algo más significativo i trascendental en el mejoramiento económico

i en el progreso material de los pueblos deja al través del crisol de las necesidades la cri-

sis epidérmica que azota actualmente a la humanidad. En lo que respecta a nosotros los

dominicanos, la crisis con su cohorte de necesidades i de miserias nos deja el milagro

de las nuevas industrias.»42

Entre las empresas que citaba ese editorial se encontraban algunas dedicadas a la pro-

ducción de embutidos, pastas alimenticias, quesos, mantequilla, jabón, velas y chocolate,

en realidad ya existentes desde mucho antes en el país. Pero, asimismo, se indicaban

en parte a sus manos. Sacarlo de circulación para mandarlo al extranjero a comprar

estos artículos es tan antieconómico como antipatriótico.» Concluía Ariza, lapidaria-

mente: «Favorecer de algún modo las industrias nacionales es contribuir al desarrollo

de la riqueza pública. Conviene a todos y a cada uno cooperar con el Gobierno en

este sentido.»43

Como parte de la vigencia que adquirió la temática del proteccionismo industrial, La

Opinión, periódico favorable al gobierno y con estrechas relaciones con algunos de sus

altos funcionarios, recomendó la fundación de un Negociado de Industrias, dependiente

Page 96: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

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de la Secretaría de Agricultura, como el medio más expedito para apoyar el imposter-

gable avance de la industrialización. El periódico propugnaba, por consiguiente, por un

activo intervencionismo estatal.

«La labor de este Negociado de Industrias consistiría principalmente en señalar los ra-

mos industriales explotables en el país; señalar el consumo con que sería favorecida cada

clase de industria nueva en caso de establecerse; instruir al público sobre los métodos in-

dustriales; recomendar la política proteccionista cada vez que la condición de una indus-

tria lo justifique; recomendar al público la suscripción á las buenas revistas sobre indus-

trias extranjeras; recomendar bajas de impuestos para las materias primas usadas en la in-

dustria nacional cuando aquéllas no puedan materialmente ser producidas en el país.»44

Todavía era más contundente la declaración final del citado editorial, reveladora de la

concepción predominante a favor de la industria y de limitar la acción de los capitales

en la esfera comercial: «Pero la industria en cambio está en su menor edad, y hay que

ayudarla á crecer mediante el amparo oficial.»

Era de rigor que, en esas concepciones, la cerveza ocupara una plaza relevante. Una cla-

ra señal de que, a partir de opiniones como las arriba transcritas, había una opinión fa-

vorable a elevar el arancel para disminuir las importaciones, fue una publicación de la

Receptoría de Aduanas contradiciendo tal punto de vista; aunque no se mencionaba

que se refiriese al gobierno, así debió ser, ya que no había ninguna instancia empresa-

rial capaz de presionar a la entidad del gobierno de Estados Unidos.

«Aunque actualmente se está produciendo en el país una buena cerveza, siendo éste uno

de los artículos cuya clase y marca el público tiene derecho a escoger y preferir a suLaboratorio

de la CND.

Productos

de la CND.

propio gusto, es opinión de la Receptoría que deben ser previamente muy bien medi-

tadas las leyes que graven la cerveza, de modo que se permita la importación, que es

fuente de entradas aduaneras en provecho del fisco, sin omitir al mismo tiempo la pro-

tección que merece toda industria nacional.»45

Para avalar su punto de vista, la Receptoría transcribía la información del pago de impues-

to por concepto de importaciones de cerveza, entre 1927 y 1930. Se desprende que hasta

1929 la Receptoría captaba más de 180,000 dólares por concepto de impuestos a la im-

portación de cerveza. Esto representaba casi el 50% del valor de la cerveza importada, pues

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|191|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|190|

además del arancel había recargos por concepto de las leyes 190 y 949. Para inicios de la

década de 1930 el litro de cerveza importada estaba gravado de la siguiente manera:

Por arancel 10 ctvs.

Por ley 949 5 ctvs.

Por ley 190 2 ctvs.

No se pudo consultar la serie de cobros de impuestos aduanales a la cerveza en los años

posteriores. Probablemente no hubo aumentos de impuestos, pero en las condiciones

vigentes de disminución de precios de las importaciones, mantener esos impuestos in-

variados equivalía a elevar las tasas de protección. Paralelamente, las materias primas pa-

ra la cerveza, antes no importadas, si bien no quedaron exentas de impuestos aduane-

ros, recibieron un tratamiento que se ajustaba a las condiciones vigentes para que la

CND pudiera operar y no parece que esto fuera visto por nadie como favoritismo, sino

como una correcta concesión a favor de una industria nacional, que se estimaba que

generaba empleos y ahorro de divisas.

La opinión casi unánime, en un asunto en que la dictadura no imponía cortapisas para la

exteriorización de pareceres, radicaba en que la existencia de la CND tenía efectos altamen-

te beneficiosos para el país. La Opinión, por ejemplo, editorializó alabando a la CND como

industria nacional. Según el editorial, se hacía preciso «introducir nuevas costumbres en el

capitalismo nacional, haciéndolo más audaz y sacándolo del rutinarismo en que vive.»46

Dentro de exigencias tan claras,ponderaba que la cervecería,que recién comenzaba sus ope-

raciones en esos días, conllevaría un cambio sustancial de comportamientos, al grado de que

ahorraría al país la suma de medio millón de dólares al año, cifra entonces considerable.

En conclusión, puede considerarse que, si bien la creación de la CND se llevó a cabo en

lo fundamental al margen de instrumentos explícitos de proteccionismo, se benefició de

un ambiente que presionaba para favorecer al producto nacional. Más importante fue

su capacidad de supervivencia cuando se presentaron las críticas condiciones de la de-

presión de 1929, coincidentes con el inicio de sus operaciones.

El lanzamiento de la marca Colón

En los días previos a las elecciones del 16 de mayo de 1930 se anunció el lanzamiento

inminente de la cerveza Colón, la primera marca de la Cervecería Nacional Domini-

cana. Eran días de convulsión, ya que Trujillo había desplegado una represión generali-

zada para obligar a sus opositores de la Alianza Nacional Progresista a abstenerse de

Primer anuncio de

la marca Colón.

15 de mayo

de 1930.

participar en las elecciones. Sin competencia, la candidatura de Trujillo fue proclamada

triunfadora con la casi totalidad de los votos.

No obstante esa situación política y los signos visibles de la crisis económica, en algunos pe-

riódicos se venía ponderando la relevancia del próximo inicio de las ventas de la Cervece-

ría Nacional Dominicana como un hecho de progreso de vastos alcances. Era lógico que,

inicialmente, fuera la prensa favorable a la candidatura de Trujillo la que ponderase más po-

sitivamente la producción de cerveza, pues se daba por sentado que el brigadier permanece-

ría en el poder. Por ello, en esos días se observó el silencio del Listín Diario, principal expo-

nente del sector político derrocado por el «Movimiento Cívico» de febrero de 1930,y la fre-

cuente aparición de informaciones en La Opinión, periódico favorable a la candidatura Tru-

jillo-Estrella Ureña a causa de su persistente oposición a Vásquez durante los años previos.

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sobre todo en ciudades como la nuestra llamada a hacerse un centro de movimiento

cosmopolita.»

Consideraciones de ese género formaban parte de un estado de expectativas acerca de

lo que traerían consigo los inicios de las operaciones de la CND. Días después, el mismo

periódico señalaba, respecto a la cerveza de fabricación nacional, que su «aparición era

esperada con interés por los consumidores del país.»

En la edición de La Opinión del 15 de mayo de 1930, es decir, en la víspera de las elec-

ciones, salió el primer anuncio de la marca Colón, con la que la CND incursionaba en

el mercado. Se trataba de un desplegado a página entera, con un dibujo del exterior del

edificio de la empresa y que se titulaba «A los buenos ciudadanos de la República Do-

minicana». Acorde con la concepción de Wanzer, la empresa se estrenaba bajo los aus-

Entre las ponderaciones más interesantes de la próxima producción de cerveza se en-

cuentra un editorial de La Opinión, a propósito del expendio de cerveza en los ba-

res, que propugna porque cambie la función de estos, a fin de tornarse en lugares de

consumo de alimentos. Informa ese diario que con motivo de la inauguración de la

CND se abrirían bares para el expendio de cerveza. En esos bares, obviamente por ini-

ciativa de la empresa productora, se daría la novedad de que instalarían los mecanis-

mos para la venta en barril: «Estos bares serán provistos de sifones para el más prác-

tico expendio de la cerveza en vasos, jarros, etc., con lo cual vendrá a dársele a esto

un aspecto que nunca ha tenido entre nosotros, como lo tiene en todas aquellas par-

tes donde se consume cerveza en gran cantidad.»47 Ahora bien, resultaba importan-

te, a juicio del editorialista, desterrar la idea de que el bar es un mero sitio de placer,

a fin de considerarlo también como de alimentación, empezando porque, en sí, la

cerveza debía ponderarse como un artículo alimenticio. De nuevo aparece la idea de

la modernidad asociada a la cerveza, ya que con esos bares Santo Domingo pasaría a

tener «un aspecto de ciudad importante, dotada de todas las comodidades que ofre-

cen las buenas ciudades de Europa y América.» Estaba implicado, por consiguiente,

un cambio global de estilo de vida en idéntico sentido que el de los países industria-

les, del que la cerveza era un heraldo en el país: «No olvidemos que, para que la vi-

da se haga digna de ser vivida, ha de ser no solo segura, sino cómoda y agradable,

picios del patriotismo dominicano. En el anuncio se trazaban pautas de lo que sería la

estrategia mercadológica de la CND, consistente primordialmente en presentar su cer-

veza como producto auténticamente dominicano.

Ese anuncio del 15 de mayo fue el primero de una serie magníficamente diseñada, en

la que aparecía uno nuevo cada semana.Tenían, empero, como motivo en común la pre-

sencia de los enanitos del cuento de Blanca Nieves. Con esta alegoría se aludía a que la

cerveza Colón era resultado del esfuerzo de un grupo de sujetos tesoneros, que reme-

moraban el trabajo incansable de los enanitos en la mina de diamantes. En esa primera

Otros anuncios

de Colón semanas

después de su

lanzamiento.

Ulteriores

entregas de la serie

publicitaria

de la Colón.

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campaña publicitaria, igualmente, se aludía a algunos elementos que hacían convenien-

te el consumo de la cerveza, especialmente para la salud, así como características nove-

dosas de la nueva oferta, como la refrigeración y el envase en barriles para el expendio

en sitios públicos.

La etiqueta de la marca iba en el mismo sentido. La alusión a la figura de Colón buscaba

tener carácter emblemático, dada la familiarización de los dominicanos con la figura del

Almirante. Por tal razón, en la etiqueta se incluyeron carabelas, a fin de destacar la

connotación histórica vinculada a los orígenes en el nombre de la marca.

Aunque la Colón fue anunciada el 15 de mayo, en realidad vino a salir al mercado

varios días después. No hubo ceremonias formales de lanzamiento, o por lo menos no

fueron registradas por la prensa, tal vez a causa de la tensa situación por la que se atrave-

contaba con un camión para su distribución primordialmente en Santo Domingo.49

Tres décadas después, el segundo presidente de la CND, James Stuart, rememoró sucin-

tamente las limitadas magnitudes con que arrancó la empresa, contrastándola con su

ulterior crecimiento:

«Recordó el señor Stuart los tiempos iniciales de la Cervecería Presidente en 1930,

con la ‘vieja pasteurizadora al vapor... la pequeña máquina llenadora, con capacidad de

60 botellas por minuto... la maquinita para lavar botellas una a una a mano,’ añadien-

do: ‘Compárese esta producción con la de hoy, cuya capacidad es de 230 botellas por

minuto.»50

Recepción ambigua de la Colón

Desde su primera marca, sin lugar a dudas, la empresa puso en juego todos los recur-

sos a su alcance para producir una cerveza de superior calidad.Así lo proclamó, sin am-

bages, al incluir, en uno de sus anuncios con enanitos sujetando jarras repletas de cer-

veza, próximos a un tonel con un banderín de la CND, la aseveración de que «bajo

esta tentadora espuma se encuentra la cerveza más deliciosa que Ud. jamás probará.»51

Para tal fin fue traído de Puerto Rico el maestro cervecero Henry Gronau, de nacio-

nalidad alemana, quien de seguro tenía amplia experiencia. Como era propio de los

maestros cerveceros, las fórmulas de cada producto las consideraba un secreto perso-

nal. En tal sentido, al alemán, conocido como mister Gronau para diferenciarlo de su

joven hijo, le correspondió la concepción de las características de la marca Colón.

A pesar de la patente voluntad de producir una cerveza de calidad y de las amplias

expectativas entre los aficionados a la bebida, la recepción que se le tributó a la Colón

fue fundamentalmente fría, aunque no exactamente desfavorable. Esto se debió al norte

que había guiado la concepción de la marca, tendente a competir primordialmente con

el ron. Uno de los propósitos iniciales de la empresa radicó en debilitar el hábito por

bebidas espirituosas, entre las que sobresalía el ron. Para ello, se planteó como inevitable

que se realizasen sacrificios iniciales.52 Para afrontar la competencia del ron, la solución

encontrada fue que la Colón tuviese una graduación alcohólica elevada. Retrospec-

tivamente se ha considerado que su graduación era de alrededor de 7%, pero no del

todo estable, pues todavía no se había logrado un pleno control del proceso.53

De inmediato se suscitaron opiniones adversas a la graduación alcohólica de la Colón,

juzgada excesiva. Algunas de las personas entrevistadas de mayor edad, que vivieron el

lanzamiento de la marca, son contestes en considerar su grado alcohólico como mayor

de lo común.54 Tal apreciación fue recogida por la prensa a escasos días del lanzamiento.

Etiqueta

de la Colón.

saba. Por noticias aisladas de los días siguientes, de todas maneras, es casi seguro que la

Colón comenzó a expenderse entre el 19 y el 20 de mayo.

La marca estaba embotellada en envases de color rojizo oscuro, sin llegar al ámbar,

traídos de Colombia o México.48 El volumen de producción debía ser bajo, ya que

recuerda el entrevistado Francisco Arias, que trabajaba en la selección de botellas,

que su número era reducido. Por su parte, el ejecutivo dominicano más antiguo en-

tre los entrevistados recuerda que al inicio la producción mensual apenas llegaba a

la irrisoria cantidad de 400 cajas mensuales y que en 1930 la empresa únicamente

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No obstante ser La Opinión uno de los principales medios de su publicidad, el mismo

día en que salía el segundo anuncio a página entera, un articulista de ese periódico, aun

aceptando que la marca era buena, recogió un criterio crítico de seguro extendido: «Pe-

ro todo el mundo ha empezado a quejarse, también, de la excesiva elevación de gradua-

ción alcohólica.»55 El articulista acotaba que gente habituada a consumir cinco y hasta

diez vasos de marcas importadas, al beber dos vasos de Colón experimentaban efectos

del alcohol.

Incluso se anunció una opinión más autorizada sobre el particular del químico Manuel

Martínez Boggs. Primeramente, como paso previo para externar sus opiniones sobre la

Colón, este publicó un artículo en que daba explicaciones generales sobre el procesa-

miento de la cerveza.56 Al final de ese texto anunciaba otro dedicado específicamente

a la oferta de la CND, que seguramente comportaría comentarios críticos y que nunca

apareció por causas que no se explicaron.

El problema de la Colón se derivó del hecho de que los consumidores de la cerveza es-

taban habituados a marcas con menor graduación alcohólica, en el caso de las europeas, o

hasta muy baja, en el de algunas de las marcas estadounidenses. Entre muchos de ellos no

se buscaba la sustitución de los efectos embriagantes del ron, sino degustar una cerveza

de buen sabor. La empresa captó que tendría que adecuar su producto a los requerimien-

tos de ese público consumidor ya existente. Para tal fin desplegó una campaña para con-

vencer a la población de que el grado alcohólico de la Colón no era superior a 6%, simi-

lar al de muchas marcas europeas, lo cual era debidamente certificado por un análisis de la-

boratorio.

Análisis periodístico

sobre la calidad de

la Colón.

Resultado

de prueba

de laboratorio,

avalando la calidad

de la Colón.

Artículo

sobre el inicio

de la producción

de la CND.

Page 101: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|199|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|198|

El hecho fue que, aunque pasó a ser demandada por un sector de consumidores, la

Colón todavía no fue objeto de la mejor estima por aquellos habituados a la cerveza.

Los que tenían recursos suficientes siguieron prefiriendo la adquisición de marcas im-

portadas. Como se verá en un acápite posterior, tomó años lograr que se minimizaran

las importaciones. En 1937, cuando ya no existía más la marca Colón, el consumo

total estaba compuesto de 77% de la producción nacional y 23% de la importada.57 En

términos generales, hasta la década de 1940, la cerveza de producción nacional era ma-

yormente consumida por aquellos que buscaban un precio bajo. La pequeña minoría

en condiciones para pagar el precio superior del producto importado se mantuvo fiel

a la vieja tradición. Esa situación cambiaría solo tras la consolidación de la marca Pre-

sidente.

Reina

En rápido reconocimiento de las limitaciones con que fue acogida la marca Colón, al ca-

bo de unos meses la CND consideró conveniente el lanzamiento de una nueva marca,

cuya fórmula también se puso bajo la responsabilidad del maestro mister Gronau. Se trató

de la Reina, aparecida poco después de un año que la Colón; aunque no se ha encontra-

do noticia alguna de lanzamiento, la publicidad en la prensa diaria consultada comenzó

en agosto de 1931, por lo que es de suponer que el producto hizo aparición en julio.

La aparición de la marca Reina no significó que se descontinuase la Colón. Es de suponer

que la coexistencia de ambas marcas respondía a una estrategia de la empresa para atender a

dos segmentos distintos del mercado: el más orientado por el parámetro de una cerveza de

acuerdo al gusto ya existente derivado de las marcas importadas, para el cual se ofrecía Rei-

na; y el de un público más amplio, en torno al cual había que mantener la competencia con

el ron, al cual seguía dirigida la Colón. La Reina fue objeto de un mayor grado de experi-

mentación, con los consabidos efectos de calidad, a diferencia de la Colón, que aparentemen-

te fue lanzada con cierto apresuramiento.

No cabe duda de que, por tal razón, esta segunda marca fue mucho mejor recibida que la pri-

mera. Siendo una lager bastante fuerte, la Reina se adecuaba mayormente al gusto predominan-

te del público, que no llegaba a cervezas de alta graduación pero que al mismo tiempo no apre-

ciaba a la generalidad de las marcas estadounidenses por considerarlas aguadas.

Anuncios de

la marca Reina.

1932.

Etiqueta

de Cerveza

Reina.

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Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|200| |201|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7

Esta mayor aceptación se advierte en la prensa, donde no se reiteraron objecio-

nes críticas. De la misma manera, así se desprende de todas las entrevistas realizadas

a testigos de aquel momento. Para no pocos, por lo que se desprende de esos testi-

monios personales, la nueva marca venía a representar el non plus ultra posible de la

cerveza.58

En esta mayor preferencia incidió la estrategia publicitaria de la Reina, más intensa y

con un mensaje más cercano a las preocupaciones de los consumidores. Fueron

abandonados los siete enanitos y sustituidos básicamente por un único personaje, una

bufona que se vinculaba a las ocasiones de consumo de la cerveza, como visitas a res-

taurantes y reuniones familiares. Este formato de publicidad estaba dirigido a personas

de un nivel social que apreciaran la elegancia y la delicadeza del confort.

CUADRO 7.1

IMPORTACIONES DE CERVEZA, 1931-1961

Año Producto Unidad Cantidad Valor

1931 cerveza y malta litros 804,559 148,235

1932 cerveza y malta litros 313,901 51,542

1933 cerveza y malta litros 285,182 44,638

1934 cerveza y malta litros 213,075 39,577

1935 cerveza y malta litros 158,070 25,144

1936 cerveza y malta litros 189,541 27,858

1937 cerveza y malta litros 260,233 37,793

1938 cerveza y malta litros 390,607 47,678

1939 cerveza y malta litros 376,367 52,334

1940 cerveza y malta litros 151,680 22,926

1941 cerveza y malta litros 136,266 21,916

1942 cerveza y malta litros 99,448 15,986

1943 cerveza y malta litros 181,047 34,274

1944 cerveza y malta litros 257,923 48,468

1945 cerveza y malta litros 173,262 34,720

1946 cerveza y malta litros 707,180 156,538

1947 cerveza y malta litros 692,314 164,902

1948 cerveza y malta litros 1,472,535 333,115

1949 cerveza y malta litros 590,616 138,267

1950 cerveza y malta litros 224,201 56,637

1951 cerveza y malta litros 425,372 112,531

1952 cerveza y malta litros 668,988 172,917

1953 cerveza y malta litros 486,818 132,350

1954 cerveza y malta litros 436,793 122,244

1955 cerveza y malta litros 444,097 130,036

1956 cerveza y malta litros 544,376 163,236

1957 cerveza y malta litros 693,537 197,427

1958 cerveza y malta litros 997,570 272,210

1959 cerveza y malta litros 889,326 271,853

1960 cerveza y malta litros 367,472 116,799

1961 cerveza y malta litros 222,676 64,548

Tabla estadística

y gráfico de

la producción

de cerveza.

De todas maneras, todavía la Reina no había alcanzado un nivel de excelencia que la

pusiera en condiciones de competir en todos los frentes con las marcas importadas.Aun-

que superior al anterior, el producto seguía siendo relativamente inestable,59 lo que no

dejaba de ser apreciado por cierto segmento del público. Para algunos, la marca seguía

teniendo una graduación alcohólica excesiva, por lo que mantenían la preferencia por

marcas importadas. En principio, la Reina no logró calar en el segmento del mer-

cado al que iba dirigida, pues su consumo se delimitó fundamentalmente en estratos

populares.60

Page 103: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|203|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|202|

CUADRO 7.2

EXPORTACIONES DE CERVEZA, 1931-1961

Año Unidad Cantidad Valor

1931 litros 24,266 2,720

1932 litros 8,969 1,293

1933 Kgs. 46,569 6,880

1934 Kgs. 19,491 2,358

1935 Kgs. 13,038 1,828

1936 litros 9,550 1,112

1937 litros 40,895 3,765

1938 litros 42,238 3,762

1939 litros 49,288 10,830

1940 litros 86,893 18,748

1941 litros 53,687 13,395

1942 litros 47,226 12,627

1943 litros 383,698 133,907

1944 litros 461,821 149,286

1945 litros 839,926 248,894

1946 litros 294,330 84,973

1947 litros 140,976 42,800

1948 Kgs. 162,828 27,775

1949 Kgs. 29,948 4,859

1950 Kgs. 15,388 2,046

1951 Kgs. 21,283 2,353

1952 0 0

1953 litros 237 42

1954 litros 0 0

1955 litros 824 537

1956 litros 34 18

1957 litros 51 26

1958 litros 0 0

1959 litros 66 38

1960 litros 27 27

1961 litros 0 0

CUADRO 7.3

PRODUCCIÓN DE CERVEZA, 1936-1961

Clara Malta TotalAño Volumen Valor Volumen Valor Volumen Valor

1936 1,030,276 298,635

1937 907,733 326,933

1938 766,394 279,323

1939 1,006,278 341,890

1940 866,161 183,414 1,049,575 361,269

1941 n.d. n.d.

1942 1,194,110 415,175

1943 1,775,795 732,801

1944 1,622,442 720,014 331,980 136,833 1,954,422 856,847

1945 2,316,096 989,206 561,456 224,441 2,877,552 1,213,647

1946 2,828,131 1,249,708 999,448 343,280 3,827,579 1,592,988

1947 3,970,040 2,109,718 1,214,855 426,668 5,184,895 2,536,386

1948 3,703,918 2,019,229 1,335,097 454,682 5,039,015 2,473,911

1949 6,639,378 2,876,744 1,680,111 583,119 8,319,489 3,459,863

1950 4,645,689 2,481,137 1,783,099 673,940 6,428,788 3,155,077

1951 4,362,473 2,510,109 2,521,899 909,857 6,884,372 3,419,966

1952 5,882,735 3,310,813 3,171,469 1,168,382 9,054,204 4,479,195

1953 5,348,511 3,139,154 3,118,814 1,189,734 8,467,325 4,328,888

1954 n.d. n.d.

1955 n.d. n.d.

1956 5,537,370 3,417,469 2,720,847 1,086,690 8,258,217 4,504,159

1957 7,537,327 4,652,475 2,867,823 1,145,404 10,405,150 5,797,879

1958 9,916,394 5,943,232 3,736,274 1,492,250 13,652,668 7,435,482

1959 8,884,661 5,495,715 3,748,955 1,497,299 12,633,616 6,993,014

1960 6,477,382 4,202,493 3,038,643 1,108,486 9,516,025 5,310,979

1961 5,967,048 3,877,101 3,022,834 1,078,621 8,989,882 4,955,722

Page 104: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|163|«Unarevolución prove-

|163|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

Edificio de

la Cervecería

Nacional

Dominicana

(CND).

C. 1935.

Proteccionismo estatal y auge económico

En el lustro iniciado en 1925 convergieron dos condiciones que tornaron factible que,

por segunda vez, se considerase producir cerveza a gran escala. Pero, a diferencia de lo

acontecido treinta años antes, la empresa planeada en 1928, la Cervecería Nacional

Dominicana, estaría llamada a tener una existencia indefinida, lo que fue producto del

cambio de circunstancias por las cuales atravesaba el país en una y otra coyuntura.

Mientras a fines de siglo la economía se encontraba en completo abatimiento a causa

sobre todo de los pésimos manejos financieros del dictador Heureaux, desde 1924 la

economía exportadora entró en una fase ascendente, que se manifestó en un creci-

miento de las ventas de los cuatro productos tradicionales de exportación. El total de

exportaciones se recuperó a partir de 1923, cuando se comenzó a superar la depresión

de 1920, quedando en una media de alrededor de 28 millones de dólares entre 1926 y

1928. El país volvió a vivir un relativo estado de bienestar parecido al de años atrás.

7«UNA REVOLUCIÓN PROVECHOSA»:LA FUNDACIÓN DE LA CERVECERÍANACIONAL DOMINICANA

Page 105: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|165|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|164|

Aunque el auge de los negocios fue menos espectacular que en los años inmediatamen-

te previos a 1920, existía la ventaja de que se habían establecido nuevas instituciones

estatales y consolidado otras, al tiempo que la construcción de la red nacional de carre-

teras favoreció la producción de mercancías dirigidas al consumo interno.

A pesar de mantenerse el sesgo exportador de la economía, hicieron aparición nuevas

iniciativas de negocios. Para mencionar una de especial importancia, a inicios de 1929

fue fundada la Compañía Bancaria Nacional, que se proclamó como el primer banco de

capital netamente dominicano, presidido por el licenciado José R. Cordero Infante y

que tuvo entre sus principales accionistas a prominentes funcionarios del gobierno, co-

mo Rafael Espaillat, José Dolores Alfonseca y Andrés Pastoriza.1

Estas condiciones fueron reforzadas por la orientación del gobierno de apoyar la pro-

fueron las leyes 190 y 278, concebidas como impuestos internos al consumo,pues la Con-

vención de 1924, que renovaba la administración aduanera estadounidense, prohibía

modificaciones del arancel sin la autorización expresa del presidente de Estados Uni-

dos.2 El gobierno dictó disposiciones adicionales con el fin de limitar la expansión ul-

terior de la producción azucarera y, de paso, favorecer al pequeño campesinado, con un

impuesto especial a la importación de maquinarias de azúcar.

Estímulo a la cerveza

Un precedente de política gubernamental que coadyuvó a la fundación de la Cervecería

Nacional Dominicana consistió en la definición de la conveniencia de que en el país se

produjese cerveza como medio para lograr ahorros sustanciales de divisas.

ducción agrícola, con la finalidad de hacer el país autosuficiente en materia alimenticia.

A tal respecto, se crearon instituciones de enseñanza y fomento agrícolas, se establecieron

colonias de agricultores dominicanos y extranjeros y se estimuló el cultivo de determi-

nados géneros, entre los cuales sobresalió el arroz.

Como parte de esas concepciones, el gobierno de Vásquez fijó tarifas proteccionistas a

las importaciones, lo que, si bien tenía ante todo propósitos fiscales, no dejaba de ins-

cribirse en la búsqueda de reducir importaciones y apoyar la producción local de bie-

nes agrícolas y manufacturados. Los principales instrumentos de ese proteccionismo

Dibujo del edificio

de la CND.

1930.

Proyecto

del edificio

de la CND.

1929.

En un estudio elaborado por la Secretaría de Agricultura e Inmigración remitido al

presidente Vásquez, se realizó un diagnóstico de las condiciones de la balanza de pa-

gos. Se llegó a la conclusión de que en 1926 se había producido un déficit de algo

más de 6.5 millones de dólares, pues a la balanza comercial debían adicionarse los ren-

glones de deuda externa y de intereses y dividendos de las compañías extranjeras.3 Pa-

ra conjurar este déficit en lo posible, se recomendaba suprimir la importación de un

conjunto de artículos que sumaban más de cuatro millones de dólares, como man-

teca de cerdo, pescado salado, frutas, queso y mantequilla, maderas, carnes preparadas,

Page 106: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|167|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|166|

que se instalaría una fábrica nacional para su producción. Cuando no resulte, este no es

un artículo necesario para la economía humana.»4

Se apostaba a que una prohibición tendría el efecto inevitable de estimular la fundación

de una planta local; si no acontecía así, había que correr el riesgo, habida cuenta de que

se podría prescindir, durante un tiempo, del consumo de la cerveza. Es casi seguro que

el empresario norteamericano Charles Wanzer, fundador de la Cervecería Nacional

Dominicana, estaba al corriente de esa visión gubernamental y a su amparo decidió

embarcarse en el proyecto.

Charles Wanzer

Aunque no llegó a materializarse la recomendada prohibición de importar cerveza,

Charles Wanzer juzgó factible la instalación de una planta para su producción en el país.

Estaba al tanto de la situación de la economía dominicana, pues tenía años haciendo ne-

gocios en el país, como él mismo lo refirió en uno de sus discursos ante Trujillo, en

1939: «Yo he estado íntimamente asociado con los asuntos comerciales e industriales

dominicanos durante unos veinticinco años.Tengo cercanos amigos dominicanos.»5 Es-

tas palabras sugieren que Wanzer comenzó a visitar el país desde antes de la interven-

ción militar norteamericana de 1916, siendo un hombre joven, pues nació hacia 1888.

Se sabe, por información de su hija Dorothy McKay, que Charles Wanzer se inició en

los negocios como ejecutivo de las empresas de John Rockefeller, entonces el principal

magnate petrolero norteamericano.6 Wanzer se relacionó con República Dominicana

porque fue designado por Rockefeller representante de la Standard Oil en las Antillas.

Al parecer una de las misiones que le encomendó la Standard Oil fue averiguar hasta

qué punto podía haber perspectivas de localizar yacimientos petrolíferos en el subsuelo

dominicano.7 Teniendo su base en Puerto Rico, viajaba con frecuencia a República

Dominicana, donde con el tiempo, como lo refiere en su discurso, estableció vínculos

con mucha gente, entre las cuales se encontraba el futuro dictador Trujillo. Como

hombre de negocios, apreció las medidas adoptadas por el Gobierno Militar en 1916 y

años posteriores: «Yo he visto esta rica y bella República insular en una situación caótica

antes de la ocupación americana.Yo he vivido allá durante la ocupación americana y

después que los marinos se retiraron.Yo volví a ver el país otra vez al borde de retornar

a la misma deplorable condición.»8

En Puerto Rico,Wanzer estableció negocios personales gracias a su actitud tesonera y

a los ingresos que obtenía de sus actividades como ejecutivo petrolero. Llegó un mo-

mento en que Rockefeller lo conminó a que escogiera entre el servicio a sus empresas

Charles

Wanzer.

jabón y aceites vegetales; asimismo, se proponía la reducción a la mitad de la importa-

ción de arroz, papas y harina de trigo. Se refería, en el citado documento, que el dé-

ficit pudo ser cubierto con reservas previas y con el empréstito de cinco millones de

1927, pero que se avecinaba una situación crítica, sobre todo en 1929.

Entre las medidas complementarias sugeridas para afrontar un déficit que traería efectos

graves, se planteaba la prohibición total de la importación de una gama de bienes

industriales y algunos agrícolas, con el fin de forzar a que se produjesen en el interior

del país. Entre esos bienes se hallaba la cerveza que, como se ha visto en el pasado

capítulo, ya representaba un renglón bastante significativo en el comercio exterior. El

informe en cuestión acotaba al respecto:

«Una prohibición de importación de cerveza podría ser establecida, en la seguridad de

Page 107: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|169|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|168|

o a la Standard Oil.Wanzer prefirió independizarse, tras lo cual concibió la instalación

de una empresa cervecera en esa isla, que vendría a ser la Corona.9 Desde 1920, em-

pero, estaba vigente la prohibición de consumo de bebidas alcohólicas en Estados Uni-

dos. Por consiguiente,Wanzer limitó sus iniciativas empresariales a una fábrica de hie-

lo, quedando preparado para pasar a la fabricación de cerveza tan pronto se levantase la

prohibición, lo que aconteció en 1933.

En efecto, inmediatamente tras el levantamiento de la ley seca,Wanzer y Edward Paine

adquirieron la antigua Cervecería Palma Real, cuyo propietario era el español Teódulo

Llamas. Además de la cervecería, paralizada desde 1920, de acuerdo a la información

compilada por Humberto García, el inmigrante peninsular poseía una fábrica de hielo,

varias salas de cine, un tranvía entre San Juan y Río Piedras y una pequeña flotilla de

guaguas.10 Al fundar Wanzer, en 1933, la Cervecería Corona, Llamas permaneció co-

mo uno de sus principales accionistas.11 Wanzer dispuso de inmediato la inyección de

capital para la ampliación de las instalaciones de la nueva cervecería, a pesar de que la

isla afrontaba condiciones en extremo difíciles por efecto de la depresión de la econo-

mía norteamericana. En lo adelante, la trayectoria de Corona tuvo múltiples puntos co-

munes con la de CND. En 1940, no obstante el dumping que practicaban las grandes fir-

mas estadounidenses, tan pronto se visualizó una mejoría en la economía local se pro-

cedió a expandir la dimensión de la planta.

Conocedor del medio dominicano y con múltiples relaciones personales, en 1928

Wanzer concibió fundar una planta de producción de cerveza en República Domini-

cana, seguramente estimulado por sus éxitos en Puerto Rico. Refiere su nieto Jimmy

Stuart que, gracias al conocimiento de las condiciones vigentes en las Antillas,Wanzer

captó que no había fábricas de cerveza y que su instalación resultaba un negocio factible.

Esta iniciativa fue parte del establecimiento de otras empresas, entre las cuales se halló

la Brasserie de la Couronne en Haití.12 También incursionó en el renglón de refrescos de

soda, haciéndose concesionario de la marca Coca Cola, entre otras. Asimismo, al acu-

mular cierto capital, fundó otras empresas en Estados Unidos, aunque las mismas no lo-

graron importancia. En todo momento Wanzer se proyectó asociado a la producción de

cerveza y refrescos en las Antillas: Puerto Rico, República Dominicana, Haití e Islas

Turcas.13

Para fines de los años veinte,Wanzer había abandonado Puerto Rico, fijando su residen-

cia en New York. Instaló sus oficinas en Rockefeller Plaza, un complejo de rascacielos

en Manhattan, señal tal vez de que sus relaciones con el antiguo jefe se mantenían

fundamentalmente correctas.

Fundación de la CND

En acto bajo firma privada ante el notario Emilio E. Ravelo, de la ciudad de Santo

Domingo, el 11 de marzo de 1929 se procedió formalmente a constituir la Cervecería

Nacional Dominicana.14 Wanzer no se encontraba en República Dominicana en aquel

momento, por lo cual emitió poder ante notario de New York, en febrero de ese año,

para ser representado por H. B. Senior, comerciante dominicano, quien al parecer fue

su primera persona de confianza en los trajines de la creación de la CND. Por medio de

ese documento se fijó el capital social de la compañía en 10 mil dólares, dividido en

cien acciones de cien dólares. Los funcionarios designados en el Consejo de Admi-

nistración fueron los siguientes: presidente, Wanzer; vicepresidente, Milton S. Briggs,

comerciante de New York, accidentalmente residiendo en Santo Domingo; secretario,

Acta notarial de

Emilio Ravelo

de constitución de

la CND, primera y

última páginas.

Page 108: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|170| |171|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7

Julio Ortega Frier, abogado local de la empresa; subsecretario, Nelson Gammans, abo-

gado de New York; tesorero, Edward Paine, banquero de Woodmore, Long Island; y

vicetesorero, H. B. Senior, comerciante de Santo Domingo. Se añadió otro accionista,

J. B. Whitworth, comerciante estadounidense radicado en Santo Domingo. Senior,

Briggs y Whitworth representaron a los restantes accionistas que se encontraban en

Estados Unidos, por lo cual fueron los únicos que firmaron el acto notarial de consti-

tución de la empresa.

En el acto se estipuló que, además de la producción de cerveza, la empresa tendría por

finalidad la producción de otros bienes de cervecería y cualquier otra bebida, a lo que

se agregó la venta de hielo y electricidad sobrantes, aunque esta última no como utili-

dad pública. Por último, en virtud de esta resolución inicial, la CND tendría la facultad

de adquirir acciones de cualesquiera otras compañías o, como es de rigor, asumir deudas

o cualquier otra negociación.

En el momento de la fundación Wanzer figuraba formalmente como el propietario

exclusivo de la empresa, ya que la presencia de los restantes integrantes del Consejo de

Administración, como es usual, simplemente buscaba cumplir con las regulaciones de

las sociedades anónimas. Cada uno de esos otros seis socios apenas tenía una acción, por

lo que Wanzer detentaba las restantes 94.15

Sin embargo, la realidad no concordaba con esta distribución de las acciones. Es prác-

ticamente seguro que desde el inicio del proyecto Wanzer tuviese que acudir a varios

socios con el fin de hacerlo viable. Al menos existe una indicación clave en el sentido

de que el promotor de la empresa carecía de los recursos necesarios para la fundación

de la Cervecería, por cuanto en aquel momento todavía no era propietario de una

fortuna considerable.16 Por razones indeterminadas, los socios aceptaron que inicial-

mente Wanzer tuviese el control total de la compañía, entre las cuales no es de descartar

que hubiese otros instrumentos legales, por medio de los cuales Wanzer reconocía los

aportes de capital de sus asociados.

Seguramente, en vinculación con lo anterior,Wanzer inició la empresa con un capital

reducido, sin duda muy inferior a los gastos que ocasionó su instalación. Es llamativo

que el capital suscrito y pagado fuera todavía mucho menor, apenas $2,500, es decir,

una cuarta parte del capital social, por lo que es probable que Wanzer obtuviera créditos

bancarios o que contara con recursos provenientes de otras de sus empresas. De todas

maneras, en el acto de constitución quedó estipulado que el Consejo de Administra-

ción quedaba autorizado, con el voto de la mayoría de sus integrantes, a elevar el capital

social hasta un tope de 450 mil dólares, cifra esta ajustada a los requerimientos de

inversión que comportaba la fundación de la CND, la construcción de la planta y demás

gastos para iniciar operaciones.

Lo anterior ratifica la probabilidad de que la localización de estos recursos comportara

acuerdos formales entre Wanzer y los restantes inversionistas. Resulta muy difícil lograr

una aproximación a la cuantía de capital que requirió la construcción de la planta. Pero,

en cualquier caso, tuvo que ser sustancialmente superior a los US$2,500 de capital

suscrito y pagado o los 10,000 de capital social.Alguna publicación posterior menciona

que la fundación de la CND comportó una inversión de US$350,000; pero, por des-

gracia, esta información no ha sido avalada con referencias documentales y ningún

dato de la época la corrobora. De todas maneras, es posible que el capital requerido se

acercase a esa cuantía.

Aviso de

Constitución

de la Cervecería

Nacional

Dominicana

en La Opinión.

Page 109: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|172| |173|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7

De la información colectada acerca de la composición accionaria se deriva que Wan-

zer era, con diferencia, el principal accionista, pero no tenía mayoría absoluta, sino un

paquete que le permitía el control pleno de las operaciones de la compañía, sobre la ba-

se del consenso de los inversionistas norteamericanos con paquetes considerables de ac-

ciones. En la relación de accionistas de 1985 se observa que el grueso de los intere-

ses de los descendientes de Wanzer se encontraba en la compañía West Indies Associa-

tes, con sede en New York, la cual controlaba 41,457 acciones, a las cuales se sumaban

paquetes de la familia McKay, con algo más de 25,000 acciones. Resulta difícil identi-

ficar a todos los accionistas, ya que a menudo sus paquetes están a nombre de com-

pañías. Pero, sin lugar a dudas, varias familias poseían paquetes considerables de accio-

nes, en general acompañantes de Wanzer en la fundación de la empresa. Entre esos

También es probable que, después de fundada la compañía,Wanzer tuviese que diri-

girse a nuevos inversionistas, con el fin de lograr el capital de trabajo necesario para las

operaciones. El hecho indiscutible es que, desde un momento indeterminado, fueron

incorporados como accionistas no solo ciudadanos estadounidenses, sino también

dominicanos. En los records de acciones que se han localizado se comprueba el alega-

to de la empresa de que, desde cierto momento, aproximadamente una tercera parte de

los accionistas eran ciudadanos dominicanos. Pero en general tenían montos pequeños

de acciones, a veces de unas pocas.17 En épocas posteriores el número de accionistas do-

minicanos creció, pero su participación en el total del capital accionario se situaba en

aproximadamente 11%. De un total de 157,500 acciones emitidas para el 3 de octubre

de 1985, 16,895 pertenecían a 53 accionistas residentes en el país.18

EDWARD PAINE. La segunda figu-

ra de importancia, después de Wan-

zer, en la fundación de la CND, fue

sin duda el abogado Edward S. Pai-

ne, nacido en el estado de Maine

hacia 1881.19 Las reseñas acerca

de su vida localizadas por Humber-

to García destacan que recibió una

formación del más elevado estándar

en las universidades de Yale y Har-

vard, en las cuales recibió títulos en

1904 y 1906.

Poco después de graduarse, se in-

volucró con el bufete Rounds,

Hatch, Dillingham y Debevoise, es-

pecializado en la representación de

inversionistas estadounidenses en

Puerto Rico. Marchó a esa isla co-

mo socio residente del bufete, don-

de amplió con rapidez la clientela.

Al retornar a Estados Unidos se in-

tegró a la firma bancaria William

Schall y Co. Desde esas posiciones,

sobresalió como ejecutivo de la

South Porto Rico Sugar Co., pro-

pietaria del Central Romana. En es-

ta compañía alcanzó la posición de

director y tesorero del Consejo de

Administración. Se colige que Pai-

ne terminó siendo un eslabón de

primera importancia en el desplie-

gue de las inversiones directas de

Estados Unidos en las dos Antillas

hispanoparlantes.

Desde cierto momento se vinculó

con los negocios dirigidos por

Wanzer, como la Pan American In-

dustries, las empresas refresqueras

y las cervecerías de Puerto Rico y

Haití. En la Cervecería Nacional Do-

minicana ostentó la posición de di-

rector y tesorero. Tras su falleci-

miento, en 1943, sus tres hijos

continuaron siendo importantes

accionistas de la CND.

Edward

Paine.

Page 110: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|175|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|174|

inversionistas importantes se encontraban las familias Paine, Sparks, Kilmartin,Whit-

worth y Monks. En total había aproximadamente unos 25 accionistas de cierta con-

sideración, entre los cuales se encontraban los descendientes de promotores origina-

les o de personas que luego adquirieron relevancia dentro de la empresa, como el

abogado Gorham Philips, del bufete newyorkino Dewey Valentine y Bush, el quími-

co Malvin Mayer y el también abogado Nelson Gammans, en general con paquetes

medianos o pequeños de acciones. 20Aun los poseedores norteamericanos de mayores

paquetes de acciones, eran pequeños o, a lo sumo, medianos inversionistas, cuyos in-

gresos dependían en una medida considerable de sus ingresos de los dividendos que

les producían sus acciones en la CND.21

Fundamentos iniciales de la empresa

Aparentemente, la principal preocupación de Charles Wanzer para hacer exitoso el

proyecto de la cervecería fue lograr una compenetración con el entorno dominicano,

de forma tal que la población la considerase parte del país y no la visualizara como

empresa extranjera. En las primeras declaraciones a la prensa, a pocos días de constituida

la compañía, uno de los ejecutivos, no citado por su nombre, se expresó en los siguien-

tes términos:

«La Cervecería Nacional Dominicana desea crear una industria netamente dominicana

para los dominicanos. Aun cuando parte del capital social procede de capitalistas radi-

cados en Norte América, la sociedad en sí es dominicana y desea funcionar y crecer

como cosa nuestra. Su primordial objeto es darle al país una industria de la que todos

los dominicanos puedan sentirse orgullosos, porque ella implique un efectivo adelanto

en el orden de cosas en que ella encaja.Y con la ayuda del pueblo dominicano, esta

industria podría desarrollarse en términos de la más alta eficiencia.»22

A diferencia de la generalidad de compañías norteamericanas, que tenían su registro en

Estados Unidos, la CND lo tenía en República Dominicana, aunque su Consejo de Ad-

ministración en la práctica operaba en New York.También a diferencia de las empre-

sas de capitalistas norteamericanos, como se ha visto, la CND se abrió rápidamente a la

participación accionaria de dominicanos. La mística nacional de la CND, que acompa-

ñó su fundación, la puso en condiciones de tener poderosa incidencia sobre el público

gracias a una publicidad que partía de explotar condiciones locales; igualmente, desde

bastante pronto, la empresa comenzó a destacarse en el apoyo a actividades deportivas y

culturales. Como estrategia de largo plazo, se puede inferir que Wanzer captó la impor-

tancia de que los productos de la empresa fuesen asumidos por la población como

propios y, por ende, diferentes a los importados.

Como es de rigor, para lograr esto resultaba preciso obtener una calidad aceptable, si

no incluso superior a las marcas importadas. Hay indicios de que Wanzer, ya con

una extensa experiencia empresarial, visualizó la calidad del producto como la clave

del éxito del proyecto.23 Uno de los puntos sobre los cuales puso el énfasis fue la ad-

quisición de materias primas de superior calidad. Por lo menos se destacó el lúpulo,

«planta trepadora con cuyo fruto se da aroma y sabor de agradable amargor a la cer-

veza, es también refrescante y alimenticio y de su calidad depende en gran parte la ca-

lidad de la cerveza», que desde el principio fue adquirido en Checoslovaquia,24 consi-

derado comúnmente el mejor del mundo. Dentro de las opciones, se escogió adquirir

lúpulo blanco, el preferido en Inglaterra y Alemania, donde se le conoce como lúpulo

Original

de los Estatutos

de la CND.

1929.

Page 111: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

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flamenco. En un artículo aparecido en la prensa diaria se entra en detalle sobre el par-

ticular:

«La Cervecería Nacional al escoger el lúpulo blanco para la confección de su produc-

to, ha tenido en cuenta, sin importársele el valor que pudiera tener por encima de las

otras variedades de lúpulo, la calidad y su influencia en la excelencia de la cerveza. El

lúpulo blanco contribuye de manera determinante para que esa bebida sea de superior

calidad, para que ese producto no deje nada que desear...»25

El logro de la excelencia, por otra parte, permitía que se cumpliera otra de las proyec-

ciones en que, aparentemente, se apoyó Wanzer para la fundación de la CND: la capaci-

dad competitiva para exportar a países vecinos. El supuesto que subyacía era la ventaja

en los costos de los fletes en un producto de mucho peso y volumen; pero para que

y de aditivos que caracterizaba las cervezas expresamente traídas de fuera, con el fin de

que el cambio de clima, los trasiegos de viaje y el tiempo no tuvieran un impacto en

extremo negativo sobre el sabor. En particular se destacaba que la cerveza dominicana

sería más saludable por tal motivo: «Nuestra cerveza será también más saludable que las

importadas; porque no siendo necesaria la dosificación con alcohol que se emplea en

las cervezas exportadas a ultramar, tendremos un producto para consumo doméstico

menos intocicante (sic) que el importado.»27

Todo lo anterior estaba conjugado con la planeación de ofrecer la cerveza local a un

precio sustancialmente inferior a las importadas.Aprovecharía las ventajas de la produc-

ción in situ en relación a fletes, aunque teniendo que confrontar la desventaja en eco-

nomías de escala de las grandes plantas estadounidenses y europeas y la preferencia ya

bien definida por marcas importadas, normalmente con más de un década de comer-

cialización en el país.

Como era de rigor en un producto nuevo, en los primeros momentos los artículos de

la CND tenían que ofrecerse a precios bastante menores que los importados; pero, no

obstante el reconocimiento ulterior indudable de la calidad de su oferta por el público

dominicano, mantuvo indefinidamente la política de competir en precio con las impor-

taciones. Este objetivo fue duro de lograr, habida cuenta de los costos inevitables en una

planta nueva y, sobre todo, de la caída en los precios de las importaciones por la crisis

internacional. Se agregaba la estructura arancelaria, concebida para facilitar las importa-

ciones, fuente primordial para el cobro de mayores recaudaciones. En 1936, segundo

año del que se tienen datos acerca del volumen de la producción de la CND, el litro

vendido se situó en 29 ctvs., mientras que el litro importado registrado en la estadística

aduanal se situaba en 1928 en cerca de 20 ctvs.

A pesar de esta dificultad, la CND se propuso bajar los precios a fin de hacer asequibles

sus productos a la mayoría de la población. Esto, a su vez, se conectaba con otro punto

crucial de la estrategia: tornar factible la sustitución del ron por la cerveza gracias a la

reducción del precio. Entre los funcionarios de la CND quedó claramente definido que

el aspecto central que tenía que resolver la empresa residía en enfrentar la «cultura ro-

nera» arraigada en la población dominicana, lo que obligatoriamente obligaba a realizar

un sacrificio en materia de ganancias durante los primeros años.28 La crónica periodís-

tica antes citada recoge este punto de vista, al interrelacionar precio con el objetivo de

incidir sobre los gustos existentes.

«Naturalmente, en razón de los altos precios que alcanza este artículo cuando es impor-

tado, solo una minoría, en las poblaciones de mayor importancia, está en condiciones

C. K. Schmidt,

primer

administrador

de la CND.

esta ventaja se cumpliese había que ofrecer un producto adecuado. Desde su primer año

de operaciones la CND comenzó a exportar a las Antillas Holandesas y se fijó el objeti-

vo de incursionar en mercados más amplios, especialmente en América Central. En

efecto, en fecha muy temprana llegó a asegurarse que «en Curazao casi solo se consume

cerveza dominicana. ¿Por qué? Principalmente porque la cercanía de los dos puertos

nos permite enviar allí nuestra cerveza a flete bajo.»26

Dentro de esta estrategia, la empresa hizo saber que su producto competiría con el

importado sobre la base de que, al venderse de inmediato, evitaría el exceso de alcohol

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de comprarlo. Las clases pobres, y especialmente la clase campesina, tienen que utilizar,

para alegrar las horas de esparcimiento, las peores clases de bebidas altamente espirituosas:

aguardiente de la peor clase, clerén, etc. La Cervecería Nacional Dominicana hará

cambiar ese estado de cosas. Fabricará cerveza de la más alta calidad por precios tan

baratos que pondrán ese artículo al alcance de todos. Saldrá así la cerveza de la lista de

los artículos de lujo.»29

Se retomó, así, la tónica, ya enarbolada formalmente desde la década de 1880, de que el

consumo de cerveza comportaba una mejoría del nivel educativo y tenía implicaciones

de importancia sobre el estado de salud de la población.

Lo que estaba en juego era llevar el producto a convertirse en un artículo de amplio

consumo que dejase de catalogarse como bien suntuario. Por consiguiente, la estrategia

de funcionamiento de la empresa comportaba cubrir dos frentes: el de la competencia

importada y el del consumo arraigado de bebidas espirituosas, especialmente ron, entre

las clases pobres. Esto último era todavía más arduo de lograr a causa de los reducidos

precios a que se expendía el ron, sobre todo el de producción artesanal, que evitaba

costos propios del procesamiento industrial y eludía impuestos.30 Los ejecutivos de la

empresa contaban con los factores de ventaja que implicaba la fabricación local del pro-

ducto para lograr una escalada hacia su consumo masivo.

La construcción de la infraestructura

Por lo que puede desprenderse de la información de prensa, el edificio de la empresa co-

menzó a construirse a los pocos días de constituida formalmente la compañía, segura-

mente en la segunda quincena de marzo de 1929. Esto significa que las gestiones que ve-

nía desplegando Wanzer desde el año anterior se encontraban tan avanzadas que per-

mitieron el inmediato inicio de la construcción de la planta. Es por tal razón que el pri-

mer logo indicaba 1928 como año de la fundación de la empresa, lo que luego se recti-

ficó para situar la fecha en 1929. Más adelante, a menudo la empresa prefirió situar en

1930 el momento de la fundación, haciendo alusión al inicio de las ventas al público.

Seguramente cuando se inició la construcción del edificio ya debían estar avanzadas las

gestiones de adquisición de los equipos y maquinarias. Es lo que explica que se anun-

ciase el inicio de la fabricación de cerveza para octubre de 1929 o, a lo sumo, para antes

de las navidades de ese año.

A tono con la búsqueda de una imagen nacional, la CND se propuso que el diseño del

edificio fuese distinto a los más comunes en los países industriales. Para tal fin fueron

instruidos expresamente los arquitectos e ingenieros que tuvieron a cargo la obra.

«En el trazado de este edificio el arquitecto ha querido recoger el espíritu del arquitecto

dominicano. La obra es, según puede verse, de estilo colonial español. Nuestra tierra fué

la primera en América donde el hombre europeo echó pie con designio de establecer-

se permanentemente. Aquí nació, así, la arquitectura américo-española. Esa tradición

artística es uno de nuestros más preciosos legados. Mantenerla, aplicándola a nuestros

nuevos modos de vida, a nuestras modernas necesidades, es un deber patriótico. La Cer-

vecería Nacional Dominicana rinde pues homenaje a nuestra tradición, e inicia sus

actuaciones con un gesto encomiable.»31

El simple hecho de la construcción del edificio creó una expectativa parecida a la de la

Fábrica de Cerveza Nacional más de tres décadas antes. En diversas notas de prensa se

puso de relieve que la fundación de la CND formaba parte de una dinámica evidente

Edificio de

la CND en

la década de 1930.

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Los plazos que se fijó la empresa para la conclusión del edificio y el inicio de la elabo-

ración de cerveza no se pudieron cumplir. Una información temprana, de escasos años

posteriores a la creación, indica que la construcción de la cervecería tomó alrededor de

ocho meses y que, después de que el edificio estuvo concluido, transcurrieron tres meses

desde que se realizó la primera elaboración hasta que la cerveza estuvo colocada en el

mercado.33 Si bien ciertamente, de acuerdo a esa información, el edificio estuvo termi-

nado para fines de 1929, todavía pasaron cerca de dos meses para que pudiera elabo-

rarse la primera prueba de cerveza, mientras su salida al mercado se produjo a media-

dos de mayo de 1930.

Tomando en cuenta la envergadura del proyecto, puede juzgarse que la conclusión

de las obras se llevó a cabo en un período razonable de tiempo. Hay que tomar en

EL ENTORNO DE LA DICTADU-RA. Entre el inicio de la fabricación

de la planta y las primeras pruebas

de muestras de cerveza se produjo

un importante cambio de gobierno

en el país. Desde los meses finales

de 1929 el régimen de Vásquez ha-

bía entrado en un proceso de des-

composición. Previamente había caí-

do en el descrédito a causa de la

perpetuación de su período de cua-

tro años, lo que se justificó sobre la

base de los alegatos de que el presi-

dente fue electo antes de la promul-

gación de la constitución vigente,

por lo que le correspondían seis

años, tal como estaba estipulado en

la constitución de 1908. Para fines

de 1929 se puso de manifiesto que

la salud del presidente Vásquez ha-

bía experimentado una fuerte recaí-

da, por lo cual tuvo que ser traslada-

do de urgencia a Estados Unidos,

donde fue operado en el hospital de

la Universidad Johns Hopkins de

Baltimore. No obstante su precario

estado de salud, el presidente anun-

ció su intención de reelegirse para

un período adicional en las eleccio-

nes programadas en 1930. Esto for-

taleció la actividad de sus rivales, los

cuales se cohesionaron en un frente

opositor de cinco partidos políticos.

Se añadió la depresión en Estados

Unidos, iniciada en octubre de

1929, de efectos mucho más agu-

dos que la de 1920; sobre todo, es-

taba llamada a tener efectos de lar-

go plazo, replanteando el esquema

agrario-exportador con que había

venido creciendo la economía do-

minicana desde aproximadamente

1880. La crisis repercutió en una

caída abrupta de los precios de los

rubros de exportación del país, ha-

ciendo imperativa la necesidad de

promover productos locales.

Por consiguiente, advinieron condi-

ciones caóticas en que interactuaba

el descrédito de Vásquez con la si-

tuación económica. Rafael Estrella

Ureña, líder de uno de los partidos

opositores, se puso de acuerdo con

el jefe del Ejército Nacional, Rafael

Leonidas Trujillo, para un simulacro

de alzamiento en la ciudad de San-

tiago, que fue conocido como Mo-

vimiento Cívico, el cual se produjo

el 23 de febrero de 1930. A los po-

cos días Vásquez se vio forzado a

renunciar y se abrió el camino para

el establecimiento de una prolonga-

da dictadura, ya que Trujillo pasó a

tener el control de los hilos de to-

dos los movimientos.

Como es bien sabido, el nuevo régi-

men se sustentó, desde sus oríge-

nes, en una despiadada represión

sobre todos los opositores. Esta, de

hecho, quedaba justificada con el

alegato de que las condiciones im-

puestas garantizaban la paz y, por

ende, el logro anhelado del progreso

económico. Teniendo pleno control

sobre la vida del país, el régimen re-

cién establecido recabó condiciones

para afrontar las difíciles condicio-

nes de la economía, pudiendo plan-

tearse una recomposición de toda la

estrategia previa de crecimiento. Se

hizo inevitable que el Estado pasase

a desempeñar papeles activos en el

fomento de los renglones producti-

vos internos. En particular, se intro-

dujeron instrumentos para limitar

importaciones y favorecer su susti-

tución local. Además de las medidas

generales de fomento, este requeri-

miento se acompañó por disposicio-

nes proteccionistas arancelarias. To-

do esto se vio favorecido por las an-

teriores experiencias proteccionistas

y fomentalistas del régimen de Vás-

quez, aunque lo que emprendió Tru-

jillo alcanzó mucho mayor enverga-

dura. De igual manera, resultó fun-

damental que Trujillo tuviera éxito

en concitar el apoyo, de buen grado

o forzado, de la generalidad de los

intelectuales, lo que le permitió a su

régimen operar con mayor eficacia

que los anteriores.

hacia el progreso. El artículo de La Opinión ya varias veces citado, que por primera vez

anunció la construcción de la obra, sintetizaba por adelantado tales puntos de vista,

confiado en los efectos multiplicadores que tendría una empresa de tal dimensión:

«Esta industria causará, pues, una revolución en nuestras condiciones sociales; pero una

revolución provechosa, porque nos traerá mayor bienestar por menos dinero.» Esta

contribución al progreso y al bienestar colectivos era entendida desde una perspectiva

patriótica, de acuerdo a los conceptos dominicanistas que animaron la concepción de

la compañía. Después que la empresa estuvo funcionando, en una nota, sus propietarios

interpretaron fundamentalmente su éxito como debido «al patriótico espíritu de los

ciudadanos dominicanos, inclinados a apoyar y dar preferencia a productos de calidad

manufacturados en industrias locales.»32

Rafael

Leonidas

Trujillo.

C. 1930.

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consideración de que todos los equipos tuvieron que ser traídos del exterior. A pe-

sar de que, comparativamente con lo que vendría a ser la planta en tiempos poste-

riores, al inicio constaba de maquinarias simples, se trató de que fuera la requerida

para producir un artículo de una calidad estándar. En la breve descripción de la em-

presa a la que acaba de hacerse alusión se aseguró que las maquinarias cumplían con

los requisitos de lugar. «La cervecería en sí es del tipo más moderno y reciente, es-

tando equipada con las mejores maquinarias para la producción de cerveza. No se

han economizado gastos para el equipamiento de la cervecería con amplias bodegas

bien refrigeradas, de forma que la cerveza sea envejecida adecuadamente.»34

Igualmente, hay que tener en consideración que gran parte de la dirección de los trabajos

de instalación recayó sobre técnicos y profesionales no dominicanos.La presencia de extran-

empresa funcionase adecuadamente. Además de la concepción fomentalista del régi-

men, pudo intervenir en ello la relación amistosa que se había establecido entre Truji-

llo y Wanzer desde años anteriores.35 Este, por lo demás, hizo reiteradas expresiones de

identificación con el estado de cosas vigente en el país a partir de 1930, contrastándo-

lo con el que existía antes de esa fecha. En uno de los discursos, en presencia de Truji-

llo,Wanzer hizo el siguiente reconocimiento:

«Yo he visto al país levantarse casi del caos hasta su situación presente, bien adminis-

trado y altamente respetado entre las naciones del mundo, bajo el liderazgo de su más

grande ciudadano de todos los tiempos, general Rafael Trujillo, nuestro invitado de

honor esta noche. (...) Lo que yo puedo asegurarles es que actualmente Santo Do-

mingo es un lugar agradable para vivir, un país moderno, pacífico y correctamente

gobernado, con ciudades bellas y limpias, anchas avenidas, edificios bien manteni-

dos...»36

Estas ingentes realizaciones, en apenas ocho años, a juicio de Wanzer, se habían debido

a «la inteligencia, la habilidad ejecutiva, el coraje y la energía de este gran hombre, este

gran líder. (...) Un hombre con un exclusivo propósito, el del deber patriótico.»

Es particularmente interesante que Wanzer destacara la disposición de Trujillo de apo-

yar los reclamos de los empresarios norteamericanos y dominicanos congregados en la

Cámara Dominicana de Comercio en Estados Unidos.

Wanzer,

enWashington,

junto al embajador

dominicano

Andrés Pastoriza.

jeros se debía tanto a sus pericias técnicas en la elaboración de la cerveza como a requerimien-

tos administrativos. «Han sido empleados maestros cerveceros experimentados, al tiempo

que la organización empresarial está compuesta por completo de hombres entrenados rigu-

rosamente en esta actividad, la que dirigen con una precisión cronométrica.»

La CND en el contexto gubernamental

Hay indicios de que el gobierno de Trujillo, acorde con su programa de fomento eco-

nómico, de inmediato ofreció a la CND las medidas que fueran requeridas para que la

Recepción a Trujillo

por Wanzer en

Estados Unidos.

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«El siempre ha sido un receptor comprensivo de nuestras dificultades y nos ha ofrecido

plena cooperación. Cuando nosotros lo hemos convencido de que nuestra posición era

correcta y justa, ha reaccionado con rapidez y en cortos períodos de tiempo ha logra-

do realizaciones espléndidas que en otros países hubieran requerido un plazo de años.»37

Podría pensarse que Wanzer expresaba tales puntos de vista por pura conveniencia cir-

cunstancial. Sin embargo, hay razones para considerar que emitía lo fundamental de sus

pareceres sobre la situación del país y la figura de Trujillo. En entrevista a su yerno Rus-

sell McKay, futuro vicepresidente de la CND, este reconoció que en países con el nivel

de desarrollo como la República Dominicana de aquella época se requería de un tipo

de gobierno como el de Trujillo.38 No hay razones que impidan extrapolar tal recono-

cimiento a los puntos de vista particulares de su suegro Wanzer. Por un reflejo natural,

inversionistas norteamericanos en países de tradición convulsa entendían que sus intere-

ses estaban mejor garantizados en un sistema político autoritario. Uno de los primeros

anuncios en el exterior de la CND explicó de la siguiente manera el éxito de la empre-

sa en momentos en que la generalidad de las compañías extranjeras en América Latina

experimentaban pérdidas: «Todos estos factores, operando en conjunto, tienen obligato-

ria incidencia en hacer que las industrias en República Dominicana operen exitosamen-

te donde la ley y el orden están garantizados y reinan la paz y el buen gobierno.»39

Estas posturas de Wanzer no fueron ajenas a que encabezase la Cámara Dominicana de

Comercio en Estados Unidos, organismo en el cual tenían cabida hombres de negocios

estadounidenses con inversiones en la isla, especialmente en el sector azucarero, al igual

que exportadores de mercancías y ciudadanos dominicanos residentes en Estados Uni-

dos o vinculados a ese país por medio de negocios. Esa entidad, como se advierte en su

órgano Dominican Republic, operaba como intermediaria del gobierno dominicano en

asuntos que le pudieran interesar en Estados Unidos. Más aún,Wanzer en persona, al

parecer, desempeñó actividades en representación virtual de los intereses dominicanos,

según se desprende en principio de la correspondencia diplomática del Departamento

de Estado de Estados Unidos.40

Es evidente que Trujillo utilizaba a Wanzer ante instancias de poder en Estados Unidos,

al tiempo que este último protegía así su inversión y obtenía eventuales apoyos del Go-

bierno Dominicano, como él mismo lo declaró. Sin embargo, cabe también destacar

que, en lo fundamental, la CND no tuvo necesidad de apoyos estatales extraordinarios,

pues operaba como empresa eficiente que, simplemente, se ceñía a las legislaciones vi-

gentes. Por otra parte, en realidad,Wanzer nunca abandonó la perspectiva estricta del

empresario, pues su inserción en asuntos políticos era mínima. Su misma amistad con

Trujillo se tornó distante después que el segundo tomó el poder en 1930.41 De todas

maneras Wanzer mantuvo una cordial relación con el dictador y este lo veía como una

pieza dentro de la estructura de poder de Estados Unidos, lo que no fue ajeno a que, a

diferencia de su actitud ante otros inversionistas, no adoptara actitudes hostiles hacia él.

Es sintomático que, prácticamente hasta el final de sus días, en 1948,Wanzer se mantu-

viera como la figura principal de la Cámara Dominicana de Comercio.

Favorables aires de proteccionismo industrialista

A causa de la depresión de 1929, entre círculos pensantes, se profundizaron los alegatos

para que el país adoptara políticas proteccionistas de la agricultura y la industria nacio-

nales. El gobierno se adecuó a plenitud a esa perspectiva, por ser materia de supervi-

vencia en primer lugar y porque preparaba condiciones más idóneas para el tipo de

control económico que Trujillo concebía para su beneficio personal.

Tal vez la CND fue la empresa industrial puntualmente más beneficiada por ese dispo-

sitivo estatal, ya que tenía que competir con marcas importadas con bastante tradición.

En esos años se establecieron escasas empresas de esas dimensiones, y generalmente se

dedicaban a áreas de servicios en que el proteccionismo no era requerido, como

fueron la Compañía Dominicana de Teléfonos y la Compañía de Electricidad, ambas

también de capital norteamericano y que cubrían el grueso de las ofertas respectivas.

Oficinas de la

CND. Se observa

a Carlos Bonetti.

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Cierta concepción proteccionista, planteada por el Secretario de Agricultura, César

Tolentino, justificó un conjunto de medidas para estimular la producción local. No se

tuvo que acudir a la prohibición de importaciones, como se había contemplado du-

rante el gobierno de Vásquez, no obstante la gravedad de la situación económica, que

obligó al cese del pago de capital de la deuda externa en abril de 1931.

Entre los publicistas del país emergió una corriente favorable al proteccionismo, que no

hacía más que seguir los pasos que marcaban los funcionarios gubernamentales. La cri-

sis fue ponderada como factor estimulante para el adelanto industrial. Hasta en la pren-

sa provinciana se clamaba por el desarrollo industrial como tabla de salvación, como lo

expresó editorialmente un periódico de La Romana.

«He aquí, pues, que la crisis reinante viene a ser un factor de sobriedad reflexiva para

novedades, como la manteca de cerdo y la existencia de dos marcas de cerveza y una

de malta, como parte de ese «milagro».

De manera más definida se hicieron oír voces favorables a un esquema explícitamen-

te proteccionista. José del Carmen Ariza, presidente de dos empresas industriales en

Puerto Plata, una de leche y la otra de fósforos, emitió un comunicado en que abo-

gaba por esa política económica. Para responder a la pregunta de quiénes debían pro-

teger la industria nacional, indicó que en primer lugar debía ser el gobierno, «porque

lo que enriquece al Estado y lo hace verdaderamente independiente es el floreci-

miento de sus industrias y el bienestar económico de sus individuos;» de la misma

manera, consideraba que los propios importadores debían seguir esa orientación,

«porque el dinero que invierten en productos de fabricación nacional... puede volver

Departamento

de empacado

de la CND.

C. 1939.

Primera paila

de cocimiento.las naciones. Pero algo más significativo i trascendental en el mejoramiento económico

i en el progreso material de los pueblos deja al través del crisol de las necesidades la cri-

sis epidérmica que azota actualmente a la humanidad. En lo que respecta a nosotros los

dominicanos, la crisis con su cohorte de necesidades i de miserias nos deja el milagro

de las nuevas industrias.»42

Entre las empresas que citaba ese editorial se encontraban algunas dedicadas a la pro-

ducción de embutidos, pastas alimenticias, quesos, mantequilla, jabón, velas y chocolate,

en realidad ya existentes desde mucho antes en el país. Pero, asimismo, se indicaban

en parte a sus manos. Sacarlo de circulación para mandarlo al extranjero a comprar

estos artículos es tan antieconómico como antipatriótico.» Concluía Ariza, lapidaria-

mente: «Favorecer de algún modo las industrias nacionales es contribuir al desarrollo

de la riqueza pública. Conviene a todos y a cada uno cooperar con el Gobierno en

este sentido.»43

Como parte de la vigencia que adquirió la temática del proteccionismo industrial, La

Opinión, periódico favorable al gobierno y con estrechas relaciones con algunos de sus

altos funcionarios, recomendó la fundación de un Negociado de Industrias, dependiente

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de la Secretaría de Agricultura, como el medio más expedito para apoyar el imposter-

gable avance de la industrialización. El periódico propugnaba, por consiguiente, por un

activo intervencionismo estatal.

«La labor de este Negociado de Industrias consistiría principalmente en señalar los ra-

mos industriales explotables en el país; señalar el consumo con que sería favorecida cada

clase de industria nueva en caso de establecerse; instruir al público sobre los métodos in-

dustriales; recomendar la política proteccionista cada vez que la condición de una indus-

tria lo justifique; recomendar al público la suscripción á las buenas revistas sobre indus-

trias extranjeras; recomendar bajas de impuestos para las materias primas usadas en la in-

dustria nacional cuando aquéllas no puedan materialmente ser producidas en el país.»44

Todavía era más contundente la declaración final del citado editorial, reveladora de la

concepción predominante a favor de la industria y de limitar la acción de los capitales

en la esfera comercial: «Pero la industria en cambio está en su menor edad, y hay que

ayudarla á crecer mediante el amparo oficial.»

Era de rigor que, en esas concepciones, la cerveza ocupara una plaza relevante. Una cla-

ra señal de que, a partir de opiniones como las arriba transcritas, había una opinión fa-

vorable a elevar el arancel para disminuir las importaciones, fue una publicación de la

Receptoría de Aduanas contradiciendo tal punto de vista; aunque no se mencionaba

que se refiriese al gobierno, así debió ser, ya que no había ninguna instancia empresa-

rial capaz de presionar a la entidad del gobierno de Estados Unidos.

«Aunque actualmente se está produciendo en el país una buena cerveza, siendo éste uno

de los artículos cuya clase y marca el público tiene derecho a escoger y preferir a suLaboratorio

de la CND.

Productos

de la CND.

propio gusto, es opinión de la Receptoría que deben ser previamente muy bien medi-

tadas las leyes que graven la cerveza, de modo que se permita la importación, que es

fuente de entradas aduaneras en provecho del fisco, sin omitir al mismo tiempo la pro-

tección que merece toda industria nacional.»45

Para avalar su punto de vista, la Receptoría transcribía la información del pago de impues-

to por concepto de importaciones de cerveza, entre 1927 y 1930. Se desprende que hasta

1929 la Receptoría captaba más de 180,000 dólares por concepto de impuestos a la im-

portación de cerveza. Esto representaba casi el 50% del valor de la cerveza importada, pues

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además del arancel había recargos por concepto de las leyes 190 y 949. Para inicios de la

década de 1930 el litro de cerveza importada estaba gravado de la siguiente manera:

Por arancel 10 ctvs.

Por ley 949 5 ctvs.

Por ley 190 2 ctvs.

No se pudo consultar la serie de cobros de impuestos aduanales a la cerveza en los años

posteriores. Probablemente no hubo aumentos de impuestos, pero en las condiciones

vigentes de disminución de precios de las importaciones, mantener esos impuestos in-

variados equivalía a elevar las tasas de protección. Paralelamente, las materias primas pa-

ra la cerveza, antes no importadas, si bien no quedaron exentas de impuestos aduane-

ros, recibieron un tratamiento que se ajustaba a las condiciones vigentes para que la

CND pudiera operar y no parece que esto fuera visto por nadie como favoritismo, sino

como una correcta concesión a favor de una industria nacional, que se estimaba que

generaba empleos y ahorro de divisas.

La opinión casi unánime, en un asunto en que la dictadura no imponía cortapisas para la

exteriorización de pareceres, radicaba en que la existencia de la CND tenía efectos altamen-

te beneficiosos para el país. La Opinión, por ejemplo, editorializó alabando a la CND como

industria nacional. Según el editorial, se hacía preciso «introducir nuevas costumbres en el

capitalismo nacional, haciéndolo más audaz y sacándolo del rutinarismo en que vive.»46

Dentro de exigencias tan claras,ponderaba que la cervecería,que recién comenzaba sus ope-

raciones en esos días, conllevaría un cambio sustancial de comportamientos, al grado de que

ahorraría al país la suma de medio millón de dólares al año, cifra entonces considerable.

En conclusión, puede considerarse que, si bien la creación de la CND se llevó a cabo en

lo fundamental al margen de instrumentos explícitos de proteccionismo, se benefició de

un ambiente que presionaba para favorecer al producto nacional. Más importante fue

su capacidad de supervivencia cuando se presentaron las críticas condiciones de la de-

presión de 1929, coincidentes con el inicio de sus operaciones.

El lanzamiento de la marca Colón

En los días previos a las elecciones del 16 de mayo de 1930 se anunció el lanzamiento

inminente de la cerveza Colón, la primera marca de la Cervecería Nacional Domini-

cana. Eran días de convulsión, ya que Trujillo había desplegado una represión generali-

zada para obligar a sus opositores de la Alianza Nacional Progresista a abstenerse de

Primer anuncio de

la marca Colón.

15 de mayo

de 1930.

participar en las elecciones. Sin competencia, la candidatura de Trujillo fue proclamada

triunfadora con la casi totalidad de los votos.

No obstante esa situación política y los signos visibles de la crisis económica, en algunos pe-

riódicos se venía ponderando la relevancia del próximo inicio de las ventas de la Cervece-

ría Nacional Dominicana como un hecho de progreso de vastos alcances. Era lógico que,

inicialmente, fuera la prensa favorable a la candidatura de Trujillo la que ponderase más po-

sitivamente la producción de cerveza, pues se daba por sentado que el brigadier permanece-

ría en el poder. Por ello, en esos días se observó el silencio del Listín Diario, principal expo-

nente del sector político derrocado por el «Movimiento Cívico» de febrero de 1930,y la fre-

cuente aparición de informaciones en La Opinión, periódico favorable a la candidatura Tru-

jillo-Estrella Ureña a causa de su persistente oposición a Vásquez durante los años previos.

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sobre todo en ciudades como la nuestra llamada a hacerse un centro de movimiento

cosmopolita.»

Consideraciones de ese género formaban parte de un estado de expectativas acerca de

lo que traerían consigo los inicios de las operaciones de la CND. Días después, el mismo

periódico señalaba, respecto a la cerveza de fabricación nacional, que su «aparición era

esperada con interés por los consumidores del país.»

En la edición de La Opinión del 15 de mayo de 1930, es decir, en la víspera de las elec-

ciones, salió el primer anuncio de la marca Colón, con la que la CND incursionaba en

el mercado. Se trataba de un desplegado a página entera, con un dibujo del exterior del

edificio de la empresa y que se titulaba «A los buenos ciudadanos de la República Do-

minicana». Acorde con la concepción de Wanzer, la empresa se estrenaba bajo los aus-

Entre las ponderaciones más interesantes de la próxima producción de cerveza se en-

cuentra un editorial de La Opinión, a propósito del expendio de cerveza en los ba-

res, que propugna porque cambie la función de estos, a fin de tornarse en lugares de

consumo de alimentos. Informa ese diario que con motivo de la inauguración de la

CND se abrirían bares para el expendio de cerveza. En esos bares, obviamente por ini-

ciativa de la empresa productora, se daría la novedad de que instalarían los mecanis-

mos para la venta en barril: «Estos bares serán provistos de sifones para el más prác-

tico expendio de la cerveza en vasos, jarros, etc., con lo cual vendrá a dársele a esto

un aspecto que nunca ha tenido entre nosotros, como lo tiene en todas aquellas par-

tes donde se consume cerveza en gran cantidad.»47 Ahora bien, resultaba importan-

te, a juicio del editorialista, desterrar la idea de que el bar es un mero sitio de placer,

a fin de considerarlo también como de alimentación, empezando porque, en sí, la

cerveza debía ponderarse como un artículo alimenticio. De nuevo aparece la idea de

la modernidad asociada a la cerveza, ya que con esos bares Santo Domingo pasaría a

tener «un aspecto de ciudad importante, dotada de todas las comodidades que ofre-

cen las buenas ciudades de Europa y América.» Estaba implicado, por consiguiente,

un cambio global de estilo de vida en idéntico sentido que el de los países industria-

les, del que la cerveza era un heraldo en el país: «No olvidemos que, para que la vi-

da se haga digna de ser vivida, ha de ser no solo segura, sino cómoda y agradable,

picios del patriotismo dominicano. En el anuncio se trazaban pautas de lo que sería la

estrategia mercadológica de la CND, consistente primordialmente en presentar su cer-

veza como producto auténticamente dominicano.

Ese anuncio del 15 de mayo fue el primero de una serie magníficamente diseñada, en

la que aparecía uno nuevo cada semana.Tenían, empero, como motivo en común la pre-

sencia de los enanitos del cuento de Blanca Nieves. Con esta alegoría se aludía a que la

cerveza Colón era resultado del esfuerzo de un grupo de sujetos tesoneros, que reme-

moraban el trabajo incansable de los enanitos en la mina de diamantes. En esa primera

Otros anuncios

de Colón semanas

después de su

lanzamiento.

Ulteriores

entregas de la serie

publicitaria

de la Colón.

Page 120: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|195|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|194|

campaña publicitaria, igualmente, se aludía a algunos elementos que hacían convenien-

te el consumo de la cerveza, especialmente para la salud, así como características nove-

dosas de la nueva oferta, como la refrigeración y el envase en barriles para el expendio

en sitios públicos.

La etiqueta de la marca iba en el mismo sentido. La alusión a la figura de Colón buscaba

tener carácter emblemático, dada la familiarización de los dominicanos con la figura del

Almirante. Por tal razón, en la etiqueta se incluyeron carabelas, a fin de destacar la

connotación histórica vinculada a los orígenes en el nombre de la marca.

Aunque la Colón fue anunciada el 15 de mayo, en realidad vino a salir al mercado

varios días después. No hubo ceremonias formales de lanzamiento, o por lo menos no

fueron registradas por la prensa, tal vez a causa de la tensa situación por la que se atrave-

contaba con un camión para su distribución primordialmente en Santo Domingo.49

Tres décadas después, el segundo presidente de la CND, James Stuart, rememoró sucin-

tamente las limitadas magnitudes con que arrancó la empresa, contrastándola con su

ulterior crecimiento:

«Recordó el señor Stuart los tiempos iniciales de la Cervecería Presidente en 1930,

con la ‘vieja pasteurizadora al vapor... la pequeña máquina llenadora, con capacidad de

60 botellas por minuto... la maquinita para lavar botellas una a una a mano,’ añadien-

do: ‘Compárese esta producción con la de hoy, cuya capacidad es de 230 botellas por

minuto.»50

Recepción ambigua de la Colón

Desde su primera marca, sin lugar a dudas, la empresa puso en juego todos los recur-

sos a su alcance para producir una cerveza de superior calidad.Así lo proclamó, sin am-

bages, al incluir, en uno de sus anuncios con enanitos sujetando jarras repletas de cer-

veza, próximos a un tonel con un banderín de la CND, la aseveración de que «bajo

esta tentadora espuma se encuentra la cerveza más deliciosa que Ud. jamás probará.»51

Para tal fin fue traído de Puerto Rico el maestro cervecero Henry Gronau, de nacio-

nalidad alemana, quien de seguro tenía amplia experiencia. Como era propio de los

maestros cerveceros, las fórmulas de cada producto las consideraba un secreto perso-

nal. En tal sentido, al alemán, conocido como mister Gronau para diferenciarlo de su

joven hijo, le correspondió la concepción de las características de la marca Colón.

A pesar de la patente voluntad de producir una cerveza de calidad y de las amplias

expectativas entre los aficionados a la bebida, la recepción que se le tributó a la Colón

fue fundamentalmente fría, aunque no exactamente desfavorable. Esto se debió al norte

que había guiado la concepción de la marca, tendente a competir primordialmente con

el ron. Uno de los propósitos iniciales de la empresa radicó en debilitar el hábito por

bebidas espirituosas, entre las que sobresalía el ron. Para ello, se planteó como inevitable

que se realizasen sacrificios iniciales.52 Para afrontar la competencia del ron, la solución

encontrada fue que la Colón tuviese una graduación alcohólica elevada. Retrospec-

tivamente se ha considerado que su graduación era de alrededor de 7%, pero no del

todo estable, pues todavía no se había logrado un pleno control del proceso.53

De inmediato se suscitaron opiniones adversas a la graduación alcohólica de la Colón,

juzgada excesiva. Algunas de las personas entrevistadas de mayor edad, que vivieron el

lanzamiento de la marca, son contestes en considerar su grado alcohólico como mayor

de lo común.54 Tal apreciación fue recogida por la prensa a escasos días del lanzamiento.

Etiqueta

de la Colón.

saba. Por noticias aisladas de los días siguientes, de todas maneras, es casi seguro que la

Colón comenzó a expenderse entre el 19 y el 20 de mayo.

La marca estaba embotellada en envases de color rojizo oscuro, sin llegar al ámbar,

traídos de Colombia o México.48 El volumen de producción debía ser bajo, ya que

recuerda el entrevistado Francisco Arias, que trabajaba en la selección de botellas,

que su número era reducido. Por su parte, el ejecutivo dominicano más antiguo en-

tre los entrevistados recuerda que al inicio la producción mensual apenas llegaba a

la irrisoria cantidad de 400 cajas mensuales y que en 1930 la empresa únicamente

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|197|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|196|

No obstante ser La Opinión uno de los principales medios de su publicidad, el mismo

día en que salía el segundo anuncio a página entera, un articulista de ese periódico, aun

aceptando que la marca era buena, recogió un criterio crítico de seguro extendido: «Pe-

ro todo el mundo ha empezado a quejarse, también, de la excesiva elevación de gradua-

ción alcohólica.»55 El articulista acotaba que gente habituada a consumir cinco y hasta

diez vasos de marcas importadas, al beber dos vasos de Colón experimentaban efectos

del alcohol.

Incluso se anunció una opinión más autorizada sobre el particular del químico Manuel

Martínez Boggs. Primeramente, como paso previo para externar sus opiniones sobre la

Colón, este publicó un artículo en que daba explicaciones generales sobre el procesa-

miento de la cerveza.56 Al final de ese texto anunciaba otro dedicado específicamente

a la oferta de la CND, que seguramente comportaría comentarios críticos y que nunca

apareció por causas que no se explicaron.

El problema de la Colón se derivó del hecho de que los consumidores de la cerveza es-

taban habituados a marcas con menor graduación alcohólica, en el caso de las europeas, o

hasta muy baja, en el de algunas de las marcas estadounidenses. Entre muchos de ellos no

se buscaba la sustitución de los efectos embriagantes del ron, sino degustar una cerveza

de buen sabor. La empresa captó que tendría que adecuar su producto a los requerimien-

tos de ese público consumidor ya existente. Para tal fin desplegó una campaña para con-

vencer a la población de que el grado alcohólico de la Colón no era superior a 6%, simi-

lar al de muchas marcas europeas, lo cual era debidamente certificado por un análisis de la-

boratorio.

Análisis periodístico

sobre la calidad de

la Colón.

Resultado

de prueba

de laboratorio,

avalando la calidad

de la Colón.

Artículo

sobre el inicio

de la producción

de la CND.

Page 122: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|199|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|198|

El hecho fue que, aunque pasó a ser demandada por un sector de consumidores, la

Colón todavía no fue objeto de la mejor estima por aquellos habituados a la cerveza.

Los que tenían recursos suficientes siguieron prefiriendo la adquisición de marcas im-

portadas. Como se verá en un acápite posterior, tomó años lograr que se minimizaran

las importaciones. En 1937, cuando ya no existía más la marca Colón, el consumo

total estaba compuesto de 77% de la producción nacional y 23% de la importada.57 En

términos generales, hasta la década de 1940, la cerveza de producción nacional era ma-

yormente consumida por aquellos que buscaban un precio bajo. La pequeña minoría

en condiciones para pagar el precio superior del producto importado se mantuvo fiel

a la vieja tradición. Esa situación cambiaría solo tras la consolidación de la marca Pre-

sidente.

Reina

En rápido reconocimiento de las limitaciones con que fue acogida la marca Colón, al ca-

bo de unos meses la CND consideró conveniente el lanzamiento de una nueva marca,

cuya fórmula también se puso bajo la responsabilidad del maestro mister Gronau. Se trató

de la Reina, aparecida poco después de un año que la Colón; aunque no se ha encontra-

do noticia alguna de lanzamiento, la publicidad en la prensa diaria consultada comenzó

en agosto de 1931, por lo que es de suponer que el producto hizo aparición en julio.

La aparición de la marca Reina no significó que se descontinuase la Colón. Es de suponer

que la coexistencia de ambas marcas respondía a una estrategia de la empresa para atender a

dos segmentos distintos del mercado: el más orientado por el parámetro de una cerveza de

acuerdo al gusto ya existente derivado de las marcas importadas, para el cual se ofrecía Rei-

na; y el de un público más amplio, en torno al cual había que mantener la competencia con

el ron, al cual seguía dirigida la Colón. La Reina fue objeto de un mayor grado de experi-

mentación, con los consabidos efectos de calidad, a diferencia de la Colón, que aparentemen-

te fue lanzada con cierto apresuramiento.

No cabe duda de que, por tal razón, esta segunda marca fue mucho mejor recibida que la pri-

mera. Siendo una lager bastante fuerte, la Reina se adecuaba mayormente al gusto predominan-

te del público, que no llegaba a cervezas de alta graduación pero que al mismo tiempo no apre-

ciaba a la generalidad de las marcas estadounidenses por considerarlas aguadas.

Anuncios de

la marca Reina.

1932.

Etiqueta

de Cerveza

Reina.

Page 123: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|200| |201|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7

Esta mayor aceptación se advierte en la prensa, donde no se reiteraron objecio-

nes críticas. De la misma manera, así se desprende de todas las entrevistas realizadas

a testigos de aquel momento. Para no pocos, por lo que se desprende de esos testi-

monios personales, la nueva marca venía a representar el non plus ultra posible de la

cerveza.58

En esta mayor preferencia incidió la estrategia publicitaria de la Reina, más intensa y

con un mensaje más cercano a las preocupaciones de los consumidores. Fueron

abandonados los siete enanitos y sustituidos básicamente por un único personaje, una

bufona que se vinculaba a las ocasiones de consumo de la cerveza, como visitas a res-

taurantes y reuniones familiares. Este formato de publicidad estaba dirigido a personas

de un nivel social que apreciaran la elegancia y la delicadeza del confort.

CUADRO 7.1

IMPORTACIONES DE CERVEZA, 1931-1961

Año Producto Unidad Cantidad Valor

1931 cerveza y malta litros 804,559 148,235

1932 cerveza y malta litros 313,901 51,542

1933 cerveza y malta litros 285,182 44,638

1934 cerveza y malta litros 213,075 39,577

1935 cerveza y malta litros 158,070 25,144

1936 cerveza y malta litros 189,541 27,858

1937 cerveza y malta litros 260,233 37,793

1938 cerveza y malta litros 390,607 47,678

1939 cerveza y malta litros 376,367 52,334

1940 cerveza y malta litros 151,680 22,926

1941 cerveza y malta litros 136,266 21,916

1942 cerveza y malta litros 99,448 15,986

1943 cerveza y malta litros 181,047 34,274

1944 cerveza y malta litros 257,923 48,468

1945 cerveza y malta litros 173,262 34,720

1946 cerveza y malta litros 707,180 156,538

1947 cerveza y malta litros 692,314 164,902

1948 cerveza y malta litros 1,472,535 333,115

1949 cerveza y malta litros 590,616 138,267

1950 cerveza y malta litros 224,201 56,637

1951 cerveza y malta litros 425,372 112,531

1952 cerveza y malta litros 668,988 172,917

1953 cerveza y malta litros 486,818 132,350

1954 cerveza y malta litros 436,793 122,244

1955 cerveza y malta litros 444,097 130,036

1956 cerveza y malta litros 544,376 163,236

1957 cerveza y malta litros 693,537 197,427

1958 cerveza y malta litros 997,570 272,210

1959 cerveza y malta litros 889,326 271,853

1960 cerveza y malta litros 367,472 116,799

1961 cerveza y malta litros 222,676 64,548

Tabla estadística

y gráfico de

la producción

de cerveza.

De todas maneras, todavía la Reina no había alcanzado un nivel de excelencia que la

pusiera en condiciones de competir en todos los frentes con las marcas importadas.Aun-

que superior al anterior, el producto seguía siendo relativamente inestable,59 lo que no

dejaba de ser apreciado por cierto segmento del público. Para algunos, la marca seguía

teniendo una graduación alcohólica excesiva, por lo que mantenían la preferencia por

marcas importadas. En principio, la Reina no logró calar en el segmento del mer-

cado al que iba dirigida, pues su consumo se delimitó fundamentalmente en estratos

populares.60

Page 124: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|203|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|Capítulo 7Capítulo 7|«Una revolución provechosa»: La fundación de la Cervecería Nacional Dominicana|202|

CUADRO 7.2

EXPORTACIONES DE CERVEZA, 1931-1961

Año Unidad Cantidad Valor

1931 litros 24,266 2,720

1932 litros 8,969 1,293

1933 Kgs. 46,569 6,880

1934 Kgs. 19,491 2,358

1935 Kgs. 13,038 1,828

1936 litros 9,550 1,112

1937 litros 40,895 3,765

1938 litros 42,238 3,762

1939 litros 49,288 10,830

1940 litros 86,893 18,748

1941 litros 53,687 13,395

1942 litros 47,226 12,627

1943 litros 383,698 133,907

1944 litros 461,821 149,286

1945 litros 839,926 248,894

1946 litros 294,330 84,973

1947 litros 140,976 42,800

1948 Kgs. 162,828 27,775

1949 Kgs. 29,948 4,859

1950 Kgs. 15,388 2,046

1951 Kgs. 21,283 2,353

1952 0 0

1953 litros 237 42

1954 litros 0 0

1955 litros 824 537

1956 litros 34 18

1957 litros 51 26

1958 litros 0 0

1959 litros 66 38

1960 litros 27 27

1961 litros 0 0

CUADRO 7.3

PRODUCCIÓN DE CERVEZA, 1936-1961

Clara Malta TotalAño Volumen Valor Volumen Valor Volumen Valor

1936 1,030,276 298,635

1937 907,733 326,933

1938 766,394 279,323

1939 1,006,278 341,890

1940 866,161 183,414 1,049,575 361,269

1941 n.d. n.d.

1942 1,194,110 415,175

1943 1,775,795 732,801

1944 1,622,442 720,014 331,980 136,833 1,954,422 856,847

1945 2,316,096 989,206 561,456 224,441 2,877,552 1,213,647

1946 2,828,131 1,249,708 999,448 343,280 3,827,579 1,592,988

1947 3,970,040 2,109,718 1,214,855 426,668 5,184,895 2,536,386

1948 3,703,918 2,019,229 1,335,097 454,682 5,039,015 2,473,911

1949 6,639,378 2,876,744 1,680,111 583,119 8,319,489 3,459,863

1950 4,645,689 2,481,137 1,783,099 673,940 6,428,788 3,155,077

1951 4,362,473 2,510,109 2,521,899 909,857 6,884,372 3,419,966

1952 5,882,735 3,310,813 3,171,469 1,168,382 9,054,204 4,479,195

1953 5,348,511 3,139,154 3,118,814 1,189,734 8,467,325 4,328,888

1954 n.d. n.d.

1955 n.d. n.d.

1956 5,537,370 3,417,469 2,720,847 1,086,690 8,258,217 4,504,159

1957 7,537,327 4,652,475 2,867,823 1,145,404 10,405,150 5,797,879

1958 9,916,394 5,943,232 3,736,274 1,492,250 13,652,668 7,435,482

1959 8,884,661 5,495,715 3,748,955 1,497,299 12,633,616 6,993,014

1960 6,477,382 4,202,493 3,038,643 1,108,486 9,516,025 5,310,979

1961 5,967,048 3,877,101 3,022,834 1,078,621 8,989,882 4,955,722

Page 125: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|205|Lamarca Presidente

|205|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

Camión de la CND

en la actualidad.

¡Al fin la Presidente!

No obstante la mayor aceptación de la marca Reina, la administración de la CND juz-

gó conveniente mejorar todavía más la calidad de la oferta, para lo cual dispuso conti-

nuar los experimentos en ese sentido y seguir buscando el producto que más se acer-

case a los gustos predominantes entre los consumidores dominicanos.

En esta ocasión la labor de experimentación ya no fue asignada a mister Gronau, sino

a su hijo, Henry William Gronau, nacido en Puerto Rico en 1910 y conocido por to-

dos como Jaime. A pesar de su juventud, había sido entrenado por su padre, quien le

transmitió los «secretos» que poseía como maestro cervecero. Es probable que se advir-

tiese que Gronau padre ya era un hombre cansado, dando muchas de sus instrucciones

por teléfono.1 El viejo Gronau, tras la creación de Colón y La Reina, antes de su retor-

no a Puerto Rico, en 1933, se centró en la mejoría de las maltas. Por su parte, el admi-

nistrador de la empresa, el norteamericano con eventual origen alemán C. K. Schmitd,

8LA MARCA PRESIDENTEY EL DESARROLLO DE LA CND

Page 126: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|206| |207|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

no se vinculaba a la dinámica cotidiana de lo que acontecía en la planta; parece que era

corto de vista y se le veía únicamente en el escritorio. No obstante tener bastantes años

en el país, Schmidt no podía expresarse en español.2 Wanzer, por su parte, raramente vi-

sitaba la República Dominicana, limitándose a enviar de tiempo en tiempo inspectores

norteamericanos con el fin de que comprobaran el correcto desarrollo de los trabajos

o, en caso contrario, hicieran recomendaciones.

Estas características de la administración le dieron mucho margen al puertorriqueño

Gronau hijo para operar como mentor de la nueva marca en proyecto. Por lo que ha

trascendido, el joven Gronau era un individuo de temperamento fuerte, convencido de

la pericia con que dominaba el oficio, por lo que mostraba un talante de cierta autosu-

ficiencia. La misma empresa, en su publicidad, resaltó el extraordinario aporte de Gro-

ciones técnicas y naturales la que capacita plenamente a Gronau para producir la inmejora-

ble cerveza que indiscutiblemente constituye un orgullo para la industria dominicana.»3

Con la Presidente desde el inicio se logró un producto más homogéneo y del agrado

de los consumidores.A pesar de que su fórmula experimentó pequeñas variaciones, es-

tas no eran advertidas por el público. Hubo consenso inmediato en que esta tercera

marca era, con mucho, superior a las dos anteriores. Desde el momento en que se lan-

zó la Presidente, en 1935, la administración de la CND decidió retirar del mercado la

marca Colón. En cambio, la Reina pervivió hasta aproximadamente fines de 1940 o los

primeros meses de 1941. En principio, esta marca quedó reservada para el segmento más

popular, que no prestaba tanta atención a la calidad, sino al efecto embriagante. Con el

tiempo, se puede concluir, la contextura de La Reina fue casi la misma que la de Pre-

Presidente

y Malta Corona.

Etiqueta original

de Presidente.

C. 1940.

sidente, aunque el público fue unánime en el sentido de que esta última era notable-

mente mejor. De hecho, lo que estaba aconteciendo era que el público estaba impo-

niendo su preferencia por un tipo de cerveza, lo que se expresó en la identificación con

las características de la Presidente. De ahí el éxito inmediato de la nueva marca y su aco-

gida entre personas de variadas condiciones sociales y culturales. Es lo que llevó a la ad-

ministración, finalmente, a considerar que no valía la pena mantener las dos marcas.

Hechas las pruebas del nuevo producto, se planteó la cuestión del nombre. Hans Wiese,

quien compartió con Gronau posteriormente en la empresa cervecera de Trujillo, refiere

nau, al identificarlo con la creación de la fórmula de Presidente, en segura garantía de

su excelencia:

«Naturalmente, alguien es responsable de que la cerveza criolla mantenga esa calidad, y ese

alguien es el químico cervecero. Por eso la Cervecería Nacional Dominicana adquirió los

servicios de Mr. Jaime Gronau, notable joven brewmaster, quien desciende de una familia

de expertos cerveceros (...) La vocación natural de Jaime Gronau en el ‘arte’ de fabricar cer-

veza fue en tiempo oportuno técnicamente mejorada y aumentada al cursar estudios espe-

ciales en laboratorios y fábricas norteamericanos. Es, pues, esa unidad de excelentes condi-

Gronau

padre e hijo.

C. 1942.

Page 127: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|208| |209|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

hacia la persona de Trujillo. El mismo Bonetti, quien era la figura dominicana más impor-

tante en la administración, tenía conciencia del interés de la compañía por mantener víncu-

los con el gobierno que previniesen cualquier decisión adversa de un gobernante que de-

tentaba poderes totales. Por lo demás, en el ejercicio de sus funciones, Bonetti debía tomar

en consideración la amistad existente entre el dictador y su hermano José María Bonetti

(Santana), quien, junto a Paíno Pichardo, había introducido a Trujillo en los círculos socia-

les capitaleños, cuando el militar recibió el ascenso que lo llevó al Estado Mayor de la en-

tonces Policía Nacional Dominicana5. La empresa hizo saber, desde el mismo momento del

lanzamiento, que el nombre de la marca se puso en «homenaje al ilustre Presidente de la

República Generalísimo Rafael L.Trujillo con motivo de los grandes empeños que se to-

ma el Benefactor de la Patria por el desarrollo y progreso de las Industrias Nacionales.»6

en su interesante libro que la idea del nombre la ofreció Gronau. Luis del Toro, aunque

no trabajaba en la CND en 1935, está convencido, por testimonios que recibió, de que no

fue así. Señala que en una reunión dirigida por el sub-administrador Carlos M. Bonetti

(Pilindo), figura de mucha importancia en la empresa desde su fundación, este puso sobre

el tapete la cuestión de elegir una denominación conveniente. Se barajaron varios nom-

bres, como Princesa y La Gran Rubia, pero Bonetti expresó que el país era presidencia-

lista, por lo que convendría una marca que se ajustara a tal sicología colectiva. Uno de los

asistentes propuso el nombre de El Jefe, en honor a Trujillo, pero Pilindo Bonetti de in-

mediato ripostó «jefe solo hay uno», por lo que a su juicio sería más adecuado ponerle

Presidente.4 Esto quedaba sujeto, a juicio de Bonetti, a que se le pidiera autorización al

mismo Trujillo. Para tal fin se le envió un mensaje al jefe del Estado con Felipe Ciprián

(Larguito), miembro del Estado Mayor del Ejército y asiduo visitante de la empresa, pues

las edificaciones de los ayudantes militares de Trujillo se encontraban al lado del local de

la CND.Al día siguiente Ciprián le informó a Gronau que Trujillo no tenía problemas en

recibir ese nuevo honor de la marca de una cerveza. Semanas después le fue enviada a

Trujillo una muestra del nuevo producto, quien, de acuerdo a una crónica periodística,

dio las gracias y manifestó sentirse complacido porque se fabricara algo con tanta calidad.

Los ejecutivos dominicanos que tomaron la decisión, encabezados por Bonetti, tuvieron en

cuenta la disposición favorable de Wanzer hacia el gobierno dominicano y, en particular,

Aunque el nombre básico era Presidente, se consideró insuficiente, posiblemente por

evaluarse que había que resaltar la exclusividad del producto. Fue lo que llevó a que se

le agregara el calificativo de Especial.Así, durante unos quince años, la marca mantuvo

el nombre de Presidente-Especial. Empero, aunque incólume en la etiqueta, para fines

prácticos el agregado de Especial no tuvo efecto. Desde el principio la gente denomi-

nó el producto como Presidente a secas. Con el tiempo fue disminuyendo la referencia

a Especial en la publicidad, hasta quedar consagrada la ausencia en la etiqueta a inicios

de la década de 1950.

Exportación

de Presidente.

C. 1943.

Gronau con

probeta ante paila

de cocimiento.

Page 128: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|210| |211|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

Durante meses siguieron haciéndose pruebas y nuevas mezclas bajo la dirección de

Gronau hijo. Con todo, el proceso fue rápido, pues en los días siguientes se abordaron

otros problemas vinculados a la Presidente, como la etiqueta. De nuevo Bonetti habría

trazado la pauta, sugiriendo una etiqueta en que dominara un trébol de gran tamaño.

La primera etiqueta tenía un trébol más grande que las posteriores, acompañado por

cuatro círculos. Dentro iba el logo de la CND y el nombre Presidente. Jocosamente, Bo-

netti comentó que se parecían a sus orejas, conocidas por su tamaño, pero los restantes

integrantes de la administración le sugirieron que había que dejar el diseño así. En lo

adelante le pusieron a ese diseño «las orejas de Pilindo».7

Ultimados todos los detalles de fabricación y embotellamiento, la empresa organizó un

acto de lanzamiento el 16 de mayo de 1935, al que invitó a representantes de la pren-

«De esta manera sabemos que la cerveza mencionada –como una satisfacción particu-

lar de los fabricantes– pues ya ha merecido el mejor veredicto del Laboratorio Nacio-

nal, ha sido enviada a los más famosos Laboratorios de los Estados Unidos y aquellos

han indicado que la ‘Presidente-Especial’ durante una semana fué sometida a severas

pruebas. Pero ella llegó clara y después de ese tiempo permaneció clara. Esto lo cons-

tatamos en un certificado que se nos muestra. Durante las mencionadas pruebas, la cer-

veza fué pasada desde las más bajas temperaturas a temperaturas muy elevadas, pero en

nada cambió, no presentó sedimento alguno y no presentó tampoco la menor descom-

posición química.Además señalan aquellos laboratorios que esa cerveza es una magní-

fica producción sumamente adecuada y recomendable para los climas cálidos.»8

Los periodistas quedaron tan impresionados que no vacilaron, de acuerdo a la crónica,

sa, a fin de anunciar el inicio del expendio de la Presidente el 18 de mayo, en conme-

moración del quinto aniversario de sus operaciones. En esa ceremonia, celebrada en los

jardines de la Cervecería con la asistencia de Schmidt, Bonetti, Gronau h. y otro ejecu-

tivo apellido Vela, se brindó la nueva cerveza a los periodistas de Listín Diario, La Opi-

nión, Bahoruco, Diario de Comercio y Nuevo Diario, quedando todos convencidos de que

la calidad era superior a la de Reina.

En ese encuentro, el administrador Schmidt dirigió una alocución traducida por Bo-

netti, que puso el énfasis en la calidad del nuevo producto.

Salón de envasado

de la CND.

en augurar que la nueva marca conquistaría en breve el mercado nacional, al igual que

algunos del exterior. Se despidieron manifestando su satisfacción por «haber constatado

la presencia en nuestro mercado de un producto como la cerveza ‘Presidente-Especial’

de una calidad tan superior que nada, absolutamente nada tiene que envidiar a los pro-

ductos similares que se importan del extranjero y que por los veredictos lanzados por

los más famosos laboratorios del mundo le aseguran una pureza inigualable y que para

más esplendor y atracción está envasada con un sello artístico admirable.»9

Aunque los periodistas compartieran el entusiasmo de las proclamas de la empresa, se

Compresores de

amoníaco de la

CND de inicios de

la década de 1940.

Page 129: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|213|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|212|

puede aceptar que esta llenó los procedimientos descritos y que, efectivamente, la cali-

dad de la Presidente desde el primer día fue superior a la de las otras dos marcas. La la-

bor de experimentación no cesó en años posteriores. A Gronau se le añadieron un

maestro cervecero norteamericano cuyo nombre no ha podido ser determinado y el

dominicano Mariano Defilló, competente técnico en el área de laboratorio, que con el

tiempo se tornó en un verdadero maestro cervecero. Intervino, asimismo, la asesoría de

Laboratorios Scharwz, uno de los más prominentes a escala internacional.

Así, a partir del patrón establecido por Jaime Gronau, la Presidente fue objeto de suce-

sivas mejorías. Estas, sin embargo, no implicaron en lo fundamental cambios sustancia-

les de su sabor, aunque existen opiniones variadas al respecto. Para varios de los entre-

vistados, la Presidente fue buena desde el mismo inicio y su sabor era prácticamente

no faltaban los despliegues a página entera en revistas, al igual que desplegados en la

prensa diaria. El día previo al lanzamiento, por ejemplo, en La Opinión salió un cintillo

a todo lo ancho de la primera página anunciando el producto.

Las marcas de malta

Pocos meses después del inicio de las operaciones, la CND incursionó en la producción

de malta, producto escasamente conocido en los países de más antigua tradición cerve-

cera. Esta bebida se fabrica con una muy fuerte concentración de cebada malteada y es-

casa fermentación, por lo que su graduación alcohólica es mínima o casi inexistente. En

Alemania se considera una bebida para niños, por lo que no se le acuerda importancia.

En la zona del Caribe, en cambio, desde antes de fundarse cervecerías, este producto

Envasado

de la Malta

Corona.

logró una gran aceptación entre el público, que lo asoció con propiedades nutritivas.

La primera marca producida por la CND se llamó, simplemente, Extracto de Malta.Tenía

la peculiaridad de que se envasaba en botellas recicladas traídas desde el exterior, sobre to-

do de Curazao. Se llegó a dar el caso de que las botellas tuvieran formas distintas, aunque

siempre el mismo tamaño.10 Esto era posible porque, durante los primeros años de exis-

tencia de la CND, los procesos de embotellado no estaban automatizados. No está bien es-

tablecida la fecha del inicio de la producción de la malta, pero debió ser antes del lan-

zamiento de la cerveza Reina. Entonces se decidió adicionarle el nombre de Reina al

Anuncios

de las maltas

Reina y Corona.

idéntico al actual. Otros, sin embargo, admiten una evolución, en lo fundamental diri-

gida al logro de una mayor excelencia, aunque imperceptible para el público, que de in-

mediato le concedió una preferencia muy superior a la acordada a Colón y Reina.

Es curioso que la buena recepción de la marca no se acompañase por un esfuerzo re-

levante en materia de publicidad, tal vez por cuanto los ejecutivos estaban convencidos

de que su excelencia constituía su mejor credencial.

Habría que esperar unos cuantos años para que la publicidad de la Presidente mostrase

las señales de originalidad que se habían exhibido con Reina y Colón. De todas maneras,

Page 130: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|214| |215|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

extracto de malta. Desde el inicio, una porción no despreciable de la producción de malta

fue concebida para mercados externos.Hay señales de que, durante algunos años, la expor-

tación de malta a Curazao y otros países fue proporcionalmente superior a la de cerveza.

Tiempo después, se decidió lanzar un nuevo producto de malta no alcohólica, que recibió

el nombre de Tres Equis, también conocida con el nombre de Triple Fuerza. Fue solo en

1938 o, más probablemente, 1939 que se estabilizó una marca de malta, con la introducción

de la Corona, que de inmediato conllevó el cese de la producción de la Tres Equis.11 A dife-

rencia de las anteriores, la Corona llenó más los requisitos de las marcas formales. En particu-

lar le fue confeccionada una etiqueta más acabada y las botellas pasaron a ser homogéneas.

El consumo de malta tenía una lejana tradición en el país, viéndosela como una bebida ali-

menticia y medicinal. Existía la costumbre de dar el producto a los niños para el desayuno o,

Capitalización acelerada

En el momento de la instalación de la planta, la CND contaba con los equipos indispen-

sables para producir cerveza. Esto planteó el requerimiento de un fuerte proceso de ca-

pitalización desde que se constató que la magnitud de la demanda hacía exitoso el pro-

yecto. El proceso de capitalización impactó tanto en la capacidad productiva como en la

calidad del producto, por cuanto comportó la adquisición de maquinarias y equipos más

sofisticados.Al cabo de escasos años la planta original ya había experimentado variacio-

nes importantes.En una declaración emanada del propio Wanzer, apenas cuatro años des-

pués de iniciadas las operaciones de venta, se aseveraba que «desde el momento en que

se ofertó por primera vez cerveza a la presente fecha la industria ha prosperado, y es pa-

tente que un destacado esfuerzo ha sido realizado en las operaciones de la cervecería.»13

Por lo que se deriva de la evolución del capital, la empresa sustentó su estrategia de cre-

cimiento tanto en una apertura del capital accionario como en un fuerte proceso de

reinversiones. No hay información sobre cómo se llevó a cabo la ampliación de los in-

versionistas, pero, en aras del crecimiento de la empresa,Wanzer decidió dar participa-

ción a otros inversionistas norteamericanos y, en menor medida, dominicanos. En todo

momento Wanzer mantuvo pleno control de la dirección del Consejo de Administra-

ción, con la aquiescencia de los restantes socios fundadores, que, en conjunto, siempre

mantuvieron la gran mayoría de las acciones. Refiere uno de los nietos de Wanzer que

este tuvo que seguir dependiendo de aportes de socios de confianza cada vez que se rea-

lizaban inversiones en nuevos equipos.14 Esto le permitía trazar los lineamientos decisi-

vos y dar carta abierta a que los ejecutivos del país aplicaran las directrices operativas.

El proceso de reinversiones implicó que una parte considerable, si no mayoritaria, de

los beneficios se destinase a cubrir los costos de adquisición de nuevas maquinarias. Es

lo que explica que, si bien la empresa podía enorgullecerse de obtener beneficios razo-

nables en una década en que la mayor parte de las compañías norteamericanas en Amé-

rica Latina experimentaban pérdidas, repartiera sumas exiguas a los inversionistas. En

anuncios que salían en la prensa diaria, la administración participaba a los inversionistas

el monto de beneficios que repartiría. Por cada acción de cien dólares se anunciaban

beneficios que oscilaban entre uno y dos, de lo que pueden inferirse tasas de beneficio

en general menores a las tasas de intereses vigentes en el mercado, desde luego sin to-

mar en cuenta que las acciones se encontraban en un proceso de valorización a tono

con el avance de la dimensión de la planta.15

El principal indicador del proceso es la evolución del capital social de la compañía, como

se ha visto iniciado con la suma de $10,000, de la cual apenas la cuarta parte estaba suscrita

Anuncios de

Malta Corona

de inicios de la

década de 1950.

desde cierto momento, como merienda escolar, a veces con leche condensada. Aunque se

consumía menor cantidad de malta, esta tenía un reconocimiento más extendido que la cer-

veza, a causa de las propiedades alimenticias que se le asignaban. En la generalidad de seccio-

nes rurales, donde todavía a inicios de los años treinta la cerveza era un producto desconoci-

do por la ausencia de refrigeración, la malta era consumida ya con cierta regularidad.12

Cuando se inicia la serie disponible de la producción de la CND, en la segunda mitad

de la década de 1930, se observa que la malta representaba aproximadamente una cuar-

ta parte del volumen total vendido por la empresa.

Page 131: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|216| |217|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

y pagada. Como Wanzer tenía la capacidad estatutaria para disponer aportes de capital, en

los años siguientes el proceso fue muy activo, aunque desconocido en los detalles.16

No se sabe cuál era la inversión fija en 1930, pero sin duda experimentó un notable in-

cremento a lo largo de la década. En 1939, un censo industrial ofrece una visión de la

composición del capital fijo, que no debe ser confundido con el conjunto de activos. El

valor de la planta fue estimado en $185,000, cuando apenas dos años antes la inversión

fija que declaraba la empresa era de $50,000, lo que ofrece una tónica de la rapidez con

que marchaba el proceso de capitalización. De todas maneras, estas cifras deben verse

fundamentalmente como indicativas, pues es probable que el valor real de la empresa

fuese superior. No se ha logrado determinar la razón de este probable desfase entre el

capital pagado y el valor real de la inversión.

Lo verdaderamente significativo estriba en la composición del capital. El grueso de la

inversión del capital fijo en 1939, al igual que debía ser el caso en años anteriores, se

hallaba en maquinarias y herramientas, que representaba el 65% del total, mientras que

la otra suma de consideración era la de construcciones e instalaciones, con 25%.

CUADRO 8.1

INVERSIÓN FIJA DE LA CND, 1939(en dólares)

Terreno 6,610

Construcciones e instalaciones 46,900

Maquinarias y herramientas 125,260

Muebles y útiles 830

Equipos de transporte 5,640

Total 185,240Fuente: Anuario estadístico de la República Dominicana, 1939, tomo II.

En realidad el monto de activos era mucho mayor. Felizmente la abundante información

estadística que se procesaba durante el período de Trujillo permite obtener un cuadro

ajustado de los volúmenes de las operaciones de la empresa. El costo anual de insumos en

1937, año para el cual hay información desglosada, se elevaba a algo más de $130,000, pe-

ro el valor de las ventas más que duplicaba esa cifra, como se ve en el cuadro siguiente.

CUADRO 8.2

ESTADÍSTICA DE LAS OPERACIONES DE LA CND, 1937(en dólares)

Capital invertido 50,000

Materias primas nacionales 706

Materias primas extranjeras 32,617

Envases nacionales 3,610

Envases extranjeros 51,790

Combustibles 4,486

Electricidad 5,810

Jornales 36,644

Ventas (litros) 907,177

Valor de las ventas 326,933Fuente: Estadística industrial de la República Dominicana, 1937.

Anuncio

argumentativo

de la calidad

de Presidente.

Page 132: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|218| |219|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

Para tener una idea aproximada del monto total del valor de la planta conviene su-

mar la inversión fija y las ventas. En tal caso, combinando las informaciones de los dos

años, se tendría un monto que rondaba el medio millón de dólares. Poco tiempo des-

pués la empresa declaró en un anuncio periodístico que su capital suscrito y pagado

llegaba a un millón de dólares, cifra que pasó a ser la referencia del capital en las es-

tadísticas industriales. Ese monto resume el dinamismo con que marchaba el proceso

de capitalización.

Las estadísticas industriales de 1937 muestran que la empresa tenía un beneficio opera-

tivo de algo más de 180 mil dólares, antes de considerar gastos generales, impuestos y

depreciación del capital.Aunque no se tiene información sobre la cuantía de esos ren-

glones, es obvio que la ganancia era aceptable, expresión de la eficacia de la empresa.

Así pues, si en aquellos años se repartían beneficios de 5% a lo máximo, parece ser que

la explicación básica de ello residía en el hecho de que los dividendos separados para

reinversión eran considerables.17

En esta diferencia entre ganancias totales y distribución de beneficios debió radicar la

clave de la rapidez con que la empresa creció, lo que le permitió captar una porción

creciente del mercado. Esto terminó siendo favorecido por la aceptación plena de la ca-

lidad de la marca Presidente en la generalidad del espectro consumidor y por las res-

tricciones a las importaciones de cerveza a partir de 1940 a causa de la Segunda Gue-

rra Mundial.

Austeridad de largo plazo

En la capacidad de capitalización incidió igualmente la política de austeridad en los

gastos, que debió ser trazada por Wanzer, pero que Bonetti aplicó al pie de la letra.

Las explicaciones de los entrevistados permiten considerar que la empresa se mostró

cuidadosa al incurrir en gastos que no estuvieran justificados plenamente por la am-

pliación del mercado. Por ejemplo, al poco tiempo de iniciada la venta de Colón de-

bió proceder a despedir una porción de la empleomanía, lo que generó comentarios

adversos, en el sentido de que no se preocupaba por conceder empleos a los domi-

nicanos.

En esa austeridad se benefició de la política salarial que sostenía el gobierno dominica-

no. Como forma de relanzar la actividad económica tras las graves condiciones deriva-

das de la crisis de 1929, el gobierno favoreció el mantenimiento de bajos salarios, aun-

que, al mismo tiempo, acogió acuerdos internacionales sobre instrumentos reguladores

que propendían al respeto de derechos de trabajadores.

Como empresa con alta productividad, la CND pudo plantearse desde el principio

atenerse a una política salarial acorde con las regulaciones estatales. Pero más allá, al

parecer, trataba de que los costos fueran los menores posibles. Los entrevistados seña-

lan que tal orientación no provenía de los propietarios norteamericanos, sino de los

cuadros administrativos locales. En particular, señalan que Bonetti se mostraba com-

prensivo con los trabajadores, pero que trataba de mantener los salarios al nivel más

bajo posible. Si se añade el dato de la Estadística Industrial de que en 1937 había 52

trabajadores fijos y 14 empleados, el per cápita salarial era de 45 pesos mensuales. Es

posible que hubiera un número mayor de trabajadores, pues no se contaban los tem-

porales. Francisco Arias tiene la impresión de que había más de esos 52 trabajadores.

Ese testigo refiere que cuando ingresó en la empresa, en 1939, devengaba el nivel mí-

nimo de retribución salarial, de 65 centavos diarios, lo que representaba $3.90 por se-

mana. Según su apreciación, la mayor parte de los trabajadores devengaban esa suma,

salvo los operadores cualificados. Era un nivel común en el mercado laboral, pero no

superior.18 El mismo Arias refiere que había malestar, pero que no se manifestaba nin-

guna protesta, ni siquiera en conversaciones comunes, por el temor de que cualquier

interlocutor fuera un espía. Habría que esperar unos años para que la empresa adop-

tara una política salarial sustentada en la relación con la productividad y pasase a ocu-

par un sitial particular dentro del mercado laboral.

Anuncio de

Presidente en

botella pequeña.

Page 133: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|220| |221|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

La automatización incipiente de la planta

Desde el principio de sus operaciones, la CND se ajustó a los procedimientos más comunes

de la elaboración de cerveza. Empero, al inicio su planta se caracterizaba por la primacía de

las operaciones manuales, resultado de la todavía escasa inversión en capital fijo. Como se ha

visto en el acápite anterior, el proceso crucial de la marcha de la empresa durante su prime-

ra década fue ponerse a tono con las exigencias de equipamiento que le permitieran ofrecer

un producto estable.El principal problema de la producción de la cerveza consiste en elabo-

rar un producto con propiedades constantes, lo que requiere equipos y maquinarias adecua-

dos, en la medida de lo posible automatizados, que no dependan de operaciones manuales y

que eviten todo contacto con el medio ambiente, pues puede ser propicio para contamina-

ciones. Ese fue el reto técnico crucial que tuvo por delante la naciente empresa.19

La empresa asumió desde el inicio de las operaciones la conveniencia de prescindir de

la elaboración de la cebada para la obtención de la malta. Esta llegaba en sacos y se de-

positaba en un almacén para, en su debido momento, ser llevada a los tanques en que

se hervía para cocerse o macerarse. Inmediatamente después se filtraba y se dejaba en-

vejecer en tanques refrigerados durante varias semanas. Inicialmente solo había tres

tanques de madera, de 2 a 3 metros de diámetro. Los aproximadamente treinta tanques

de envejecimiento, de menor tamaño y también de madera, se hallaban distribuidos en

seis cuartos fríos. Antes de proceder a embotellar el producto añejado en ellos duran-

te cerca de tres meses, se volvía a colar en el proceso de carbonatado. Hecho esto, la

cerveza iba a un tanque bajo control de la oficina de Rentas Internas del gobierno; ese

tanque era de hierro y de tamaño mucho mayor que los de envejecimiento. La cerveza

UNA DESCRIPCIÓN DE LA CER-VECERÍA EN 1944. Con motivo

del centenario de la independencia

nacional, diversas instituciones pú-

blicas y privadas hicieron celebra-

ciones alusivas a su funcionamien-

to. También se hicieron variadas

publicaciones relativas al tema, en-

tre las cuales se encontró el Direc-

torio de las actividades económicas

del país, preparado por un grupo

de periodistas y publicado en la

ciudad capital.

En ese Directorio se encuentra una

pormenorizada descripción de la

CND, la mejor realizada hasta en-

tonces. Un visitante va narrando el

recorrido por las instalaciones, en

un estilo matizado con un lenguaje

informal que le confiere vida a la

descripción. Se reproduce una par-

te de ese escrito, que corresponde

a sus páginas 92 a 97, a fin de que

el lector tenga una idea detallada de

los procesos técnicos que se lleva-

ban a cabo en la planta industrial.

«Empezaremos, pues, por lo que

podemos calificar el corazón de la

maravillosa fábrica que visitamos, y

es: la central eléctrica, la que distri-

buye, dosifica y controla la energía

que mueve toda la fábrica, el miste-

rioso agente que comunica vitali-

dad a toda esta impresionante ma-

quinaria. En un local limpio, simpá-

tico, un tablero lleno de enorme

«switches» y rojas lucecitas que,

con sus palpitaciones, indican el

perfecto funcionamiento de todos

los órganos del enorme cuerpo que

regenta ocupa uno de los testeros;

en el centro, dos grandes motores

eléctricos zumban unisonantes pro-

duciendo la sensación de animados

seres inteligentes, conscientes de

su misión y de su fuerza; estos son

los acumuladores de refrigeración

de la enorme cámara frigorífica, en

la que muy bien pueden acoplarse

cuatrocientas personas con toda

holgura.

En este local está también la entra-

da de las enormes tuberías con-

ductoras del vapor, que se produce

Olla de

cocimiento.

C. 1944.

Tanques de

envejecimiento

de madera.

Page 134: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|222| |223|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

permanecía unos dos o tres días en ese tanque y de ahí iba al área de embotellamien-

to, comunicada por tubería.

De acuerdo a Francisco Arias, al inicio la generalidad de operaciones se llevaban a ca-

bo manualmente, como el lavado y pasteurización de las botellas, su llenado con cerve-

za y la colocación de etiquetas. Incluso la limpieza de las botellas debía hacerse con ce-

pillos manejados manualmente. Lo mismo sucedía con la manipulación de las botellas

para el llenado.Todo esto suponía riesgos de contaminación con consecuencias en la es-

tabilidad del producto. La apertura y cierre de válvulas en el proceso de las materias pri-

mas y de los productos de los diversos tanques también eran operaciones manuales, lo

que se traducía en un rango inevitable de imprecisión en las proporciones de materias

primas y en las características del producto. Esto era característico de la industria cerve-

cera a escala internacional, pues aún no había entrado, de forma generalizada, en fase de

automatización en el control de ingredientes y procesos.

Hacia el final de la década de 1930 se experimentaron cambios de magnitud. Por una

parte, para 1939 había aumentado el número de tanques de envejecimiento como res-

puesta al incremento del consumo. Más importancia cualitativa tuvo el hecho de que

se automatizase un conjunto de operaciones otrora manuales. De más en más se evi-

taba la intervención de manos humanas en cualquier operación con la cerveza. Fue

crucial que el lavado de las botellas comenzara a hacerse en máquinas automáticas.

Otros departamentos incorporaron maquinarias que implicaban pasar del puro traba-

jo manual a procesamientos automatizados parcial o totalmente. Entre esas áreas sobre-

salen las de llenado, la de lavado-pasteurización y la colocación de etiquetas.También

como a medio kilómetro de distan-

cia y que proporciona el calor ne-

cesario para lo que podríamos lla-

mar condimentación de la cerveza,

y esterilización de botellas, etc.

Desde esta central eléctrica, la

energía que en ella entra se distri-

buye, ya instruida, hacia los distin-

tos órganos de la fábrica. La ener-

gía eléctrica que en ella entra, es

por decirlo así, una energía salvaje

sin el pulimento de la instrucción.

En esta central recibe enseñanza,

es transformada, controlada y dis-

puesta para los varios trabajos que

le corresponde, mover motores,

generar calor, producir frío, etc.

Desde este tranquilo rincón, limpio

y acojedor, nos adentramos en la

fábrica; por encima de nuestras ca-

bezas, una intrincada serie de tu-

bos de conducción y a nuestro ni-

vel, brillantes máquinas de miste-

riosa misión o redondos y altos ci-

lindros que pasan a través de los

pisos. Ascendemos por una escale-

ra y, mientras subimos, nuestro

amable acompañante, el hombre

sencillo y simpático que rige todo

esto y conoce a fondo hasta el últi-

mo tornillo de la fábrica, nos expli-

ca que, el agua que viene del acue-

ducto, antes de estar dispuesta pa-

ra ser empleada en la fabricación

de la cerveza, es sometida a un

proceso de neutralización primero

y de esterilización después, para

controlar su perfecta inocuidad y

desprenderla de cualquier sabor ex-

traño que pudiere perjudicar la bue-

na calidad de la cerveza.

Nos encontramos en el piso más

alto del edificio, nosotros que he-

mos visitado algunas fábricas de

harinas, accionadas por el sistema

de cilindros Daverio, encontramos

máquinas aquí que nos las recuer-

dan en pequeño. Hasta este piso

llega uno de los enormes depósi-

tos que nos mostraron sus cilíndri-

cos muros en la planta baja, se tra-

ta del depósito de la malta de ce-

bada. En él se deposita el grano y

tiene una gran cabida: suponemos

Tanques

de envejecimiento

de metal.

Inspección de

botellas vacías con

lavadora y llenadora

de botellas.

Page 135: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|224| |225|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

experimentaron mejorías los sistemas de tuberías, a fin de que la cerveza no tuviera

ningún riesgo de contaminarse en contacto con el aire. No menos importante fue la

instalación de un sistema que garantizaba el aprovisionamiento de agua de primera ca-

lidad. En 1939 se instalaron filtros purificadores que garantizaban un agua pura, «sin

germen alguno ni de contacto ni del aire».20 Todos esos procedimientos le permitie-

ron a la empresa desplegar una campaña acerca de la garantía que le confería a la cali-

dad de su producto el conjunto de previsiones higiénicas de pasteurización, lavado de

botellas y mecanismos de inspección.21

El proceso se puede resumir en el tránsito, en un período de diez años, desde una plan-

ta básicamente vinculada a tareas manuales a otra caracterizable como semi-automati-

zada, con los diversos departamentos conectados mediante cadenas de distribución.

Esto implicó la sustitución de gran parte de la maquinaria original, como parte de

una tendencia sostenida a la innovación constante.

Los refrescos de gaseosas

Desde la misma década de 1930 una porción del edificio de la CND se dedicó a la produc-

ción de refrescos de gaseosa. Esto formó parte del despliegue de las empresas dirigidas por

Wanzer en la zona del Caribe, donde también tenía otras plantas refresqueras. Para fines

contables, desde cierto momento la producción de refrescos quedó separada de la CND,

aunque en la práctica muchos aspectos implicaban la conexión administrativa.De todas ma-

neras, la producción de refrescos comportaba un proceso por completo deslindado, lo que

no impedía que a menudo se trasegara parte del personal no calificado entre ambas áreas.

una cantidad prodigiosa de metros

cúbicos de grano alojados en este

cuerpo cilíndrico de más de cuatro

metros de diámetro. El grano sale

por la parte de abajo y es elevado

hasta el molino por conductos ce-

rrados, después de que los aspira-

dores lo han limpiado escrupulosa-

mente de toda suciedad o agente

extraño.

Así dispuesto pasa esa corriente

ininterrumpida al molino, que lo tri-

tura y dispone para su mezcla con

el lúpulo, revertiendo en rubia, fres-

ca y sabrosa Cerveza Presidente.

Nada de lo que ocurre para llegar a

esta solución sabemos los legos

que vemos el exterior de esta fábri-

ca. Si algo se puede ver en reali-

dad, es el grano antes de ser tritu-

rado y el agua cuando llega del

acueducto: después que entra en la

fábrica, son las máquinas quienes

se encargan de todo el trabajo.

Por conductos herméticamente ce-

rrados, por tubos y llaves, va pa-

sando de depósito en depósito, en

un proceso mecánico constante y

sin que el hombre ponga su mano

en ello, sino es tan solo para con-

trolar el factor tiempo, por medio

de llaves que cierran y abren con-

ductos, máquinas, etc., dando calor

o frío según requiera el sistema de

fabricación.

Tenemos ocasión de ver la paila. En

este momento no está fabricando,

y por una estrecha boca podemos

curiosear sus nítidas paredes circu-

lares, por las que corren agujerea-

dos tubos, lo que según nos dice

nuestro acompañante, proporcio-

nan el calor que ha de «cocinar»

(empleando su exacta y gráfica fra-

se) la cerveza.

Repetimos que no podemos ver

otra cosa que grandes tubos, depó-

sitos enormes, herméticos e inmu-

tables que nos niegan el secreto de

lo que ocurre en sus entrañas. En

un brillante aparato que por su figu-

ra nos recuerda un submarino de

bolsillo, ruge algo; nuestro acompa-

ñante, siempre afable, nos permite

ver lo que allí ocurre, y vemos que

fluye cálido y humeante de varios

grifos, un líquido de color tostado y

olor penetrante, es el extracto de

malta, pues en aquel momento se

está fabricando cerveza malteada.

Arribamos al laboratorio, donde el

técnico que nos acompaña, vigila la

calidad del producto que se fabrica

tomando muestra en cada proceso

antes de pasar al siguiente. Es un

laboratorio como todos; tubos de

cristal, limpia probetas, un micros-

copio resguardado por su campana

vítrea, y un ambiente de celda frai-

luna en blanco: en blanco, porque

en paredes, mesas y taburetes, el

esmalte blanco es la única y unifor-

me nota de color.

Volvemos a descender a las entra-

ñas de la fábrica: hemos visitado ya

casi toda ella, nos dicen. Hemos

visto las máquinas que fabrican la

Cerveza Presidente, la Corona y la

Maltina triple fuerza, lo que vamos

a ver a continuación es el proceso

de envejecimiento, que dispone el

producto para el consumo. Este se

realiza dentro de la enorme cámara

frigorífica, que es un trasunto fiel

de las gélidas regiones polares en

primavera, pero antes de penetrar

en sus heladas entrañas, nos

muestra nuestro acompañante, la

máquina que produce el gas carbó-

nico que da su efervescencia a la

cerveza y a las bebidas gaseosas y

refrescantes que la Cervecería Na-

cional produce. Esta máquina, se-

gún nos informan, aprovecha un

determinado proceso de la fabrica-

ción de la cerveza para recoger y

almacenar a alta presión el gas car-

bónico que se produce y que, de

otra forma se perdería. Es uno de

los últimos adelantos de la indus-

tria, pues hasta hace muy poco

tiempo, ese gas se desaprovechaba

Pase de

la llenadora a

la pasteurizadora.

Page 136: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|226| |227|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

La fabricación de las gaseosas requería menor complejidad que la de la cerveza. Lo más

importante consistía en la preparación de sirop con el sabor correspondiente de cada

marca, generalmente basado en extractos importados de Estados Unidos.Antes de mez-

clarse con agua y azúcar, los sirops se «sometían a un proceso de neutralización y pas-

teurización.» Inmediatamente después se producía la mezcla con ayuda de máquinas es-

pecializadas, tras lo cual «el sirop desaparece y por tubos y conductos vidriados y cerra-

dos herméticamente se dirige a la máquina que lo ha de hacer penetrar en la botella y

mezclarse según la proporción establecida por el técnico y que da esa uniformidad, per-

fectamente balanceada.»22 Aunque proceso simple, la fabricación de refrescos requería

un extremo cuidado con la higiene en las mezclas. La CND observaba idénticas precau-

ciones que en la cerveza en lo referente al lavado de las botellas de refrescos.

La principal marca producida por la CND fue la Coca Cola, además de varios sa-

bores de Country Club, Canada Dry y algunos productos adicionales, como agua

mineral.23

A mediados de la década de 1940 se decidió deslindar por completo el área de refres-

cos de la cervecería. Para tal fin se aprovechó la decisión de cambio de local de la CND

para fundar una planta especial para la producción de Coca Cola y otros refrescos. La

nueva industria quedó anexa a la CND, adyacente al matadero, y fue diseñada para ini-

ciar con una producción de 150 a 200 botellas por minuto. La planta y todo su equi-

pamiento fueron considerados la «última palabra en diseño y eficiencia.»24

En vinculación con la instalación de esta planta separada para los refrescos fue fundada

la compañía Standard Beverages. En esa empresa era mayor la proporción accionaria de

y tenía que ser importado. Hoy la

Cervecería Nacional produce por sí

misma todo el necesario para la fa-

bricación de cervezas y bebidas ga-

seosas.

Queremos tomar alguna precaución

contra el frío, pero nos dicen que

es innecesario, pues aunque se ha-

ce sentir y de manera aguda, no

nos producirá resfriado ni molestia

de ninguna especie. Penetramos de

un salto y por el simple hecho de

traspasar un umbral, nos vemos

trasladados desde el Trópico de

Cáncer al Círculo Polar Artico. El

asombro que esto nos produce no

nos deja al principio sentir el frío

en toda su intensidad; el suelo lim-

pio por el techo y las paredes,

gruesos tubos cubiertos de una

masa de nieve y hielo, formando

estalactitas diminutas y espaciadas,

y distribuidos en el amplio local, gi-

gantescas cubas de roble que se le-

vantan hacia el techo, cada una de

las cuales, parecen un fiel trasunto

del célebre tonel de Heidelberg. La

cifra que se nos da en galones del

contenido de cada una de estas cu-

bas, nos hace entrever ejércitos de

botellas perfectamente alineadas en

ofensiva victoriosa contra las hues-

tes de Baco. En cada uno de los to-

neles se podría nadar muy cómo-

damente, y su profundidad, es más

de tres veces la altura de un hom-

bre, es decir, pequeños mares de

cerveza, que nunca mejor que aho-

ra merece el apelativo de fresca;

fresca, porque acaba de ser fabri-

cada y fresca, por el intenso frío

que reina en esa estancia. Son tres

naves consecutivas en las que la

cerveza envejece durante un espa-

cio de tiempo, el cual es un secreto

de fabricación, celosamente guar-

dado. En la última de estas naves

es donde se llenan los barriles y en

Equipo para la

utilización del CO2.

Empacado

de cajas.

Page 137: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|228| |229|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

Wanzer, que luego pasó íntegra a sus hijas y a sus respectivos maridos, James Stuart y

Russell McKay.25 La Standard Beverages renovó la franquicia de la Coca Cola para la

fabricación local.26 El arranque de la actividad se vio beneficiado por la proximidad ad-

ministrativa con la CND, ya que James Stuart fungía de presidente de ambas. En 1952

fue liquidada la Standard Beverages y transformada en Refrescos Nacionales, que per-

sistió como propiedad de las familias Stuart y McKay hasta la década de 1970, cuando

fue vendida a la Wometco.

Los cuadros administrativos y técnicos iniciales

Como se ha visto, el primer administrador de la CND fue el norteamericano C.K.Schmidt,

hombre de la confianza de Wanzer desde la Standard Oil. Al parecer, el comerciante

dominicano H. B. Senior quedó inicialmente como la figura dominicana de mayor res-

ponsabilidad ante Wanzer, encargado de las relaciones con el medio local, pues Schmidt

atendía aspectos puramente administrativos internos. Senior era amigo cercano de Wan-

zer, al decir de la hija de este, su compañero de labores en la Standard Oil, y a su cargo

corrieron las principales gestiones directivas en el proceso de construcción de la planta

y la constitución de la empresa.

Al poco tiempo de instalada la empresa, Carlos Manuel Bonetti pasó a desempeñar la

función de asistente del administrador, con lo que se transformó en la segunda figu-

ra indiscutible de la administración local. Desde muy pronto, Bonetti pasó a dirigir

todos los aspectos cotidianos de la empresa, correspondiéndole tomar las decisiones

más importantes y, sobre todo, intervenir cada vez que se presentaba un problema en

cualquiera de las tres, el termóme-

tro marca por debajo de cero, es

decir, el grado de congelación. (...)

Hemos terminado nuestra visita a

la fábrica propiamente dicha, va-

mos ahora hacia la nave de embo-

tellado. Cruzamos el cuidado jardín

y penetramos en la nueva depen-

dencia. ¡Qué complicada sencillez

tienen las máquinas que allí apare-

cen ante nuestra vista! Quisiéra-

mos poder darles una idea cierta,

empezando por el principio. Desde

el almacén en placentera marcha

sobre rodillos llegan las botellas

vacías frente a la máquina; allí un

empleado las va colocando en una

serie de canales que lentamente las

va depositando en una especie de

cuchara que las introduce en la má-

quina. Media hora ha de permane-

cer la botella en su intrincado labe-

rinto. En esos treinta minutos de

excursión, cepillos empapados en

sosa cáustica las recorren por den-

tro y por fuera; agua caliente a una

temperatura perfectamente estudia-

da y calculada, las esteriliza; agua

fresca las enjuaga y una vez lim-

pias, esterilizadas y abrillantadas

salen al exterior, después de su lar-

go viaje a través de las recónditas

entrañas de su complicado maqui-

nismo. Cuando de nuevo la luz hie-

re sus cristales, adoptan por medio

de un dispositivo, una erguida ali-

neación, cual soldados dispuestos

para una minuciosa revista, y antes

de entrar en la máquina que las ha

de llenar de cerveza, tienen que pa-

sar ante enorme y poderosa lupa

que las muestra en su absoluta

desnudez para de esta manera

mostrarse perfectamente nítidas,

pues de lo contrario, volverán nue-

vamente a sufrir el tormento de

otra media hora de viaje y ajetreo

en la máquina limpiadora. Apenas

un uno por ciento de botellas son

afectadas por la escrupulosa ins-

pección, y eso se debe las más de

las veces a alguna rebelde pajita, a

alguna mota insignificante e imper-

ceptible, que escapó como por mi-

lagro a la detenida limpieza, pajita o

mota que no influyen para nada en

la perfecta higienización del casco,

pero que perjudicaría la presenta-

ción del producto.

La botella desde su penetración en

la máquina de limpiar, hasta su sa-

lida, llena y cerrada, no la vuelven a

tocar manos humanas; por bandas

sin fin da vueltas y más vueltas, re-

cibiendo primero el líquido y des-

pués la tapa obturadora, saliendo

por fin dispuesta a que le fijen la

etiqueta identificadora, labor esta

última que también se realiza a má-

quina. Antes de recibir su bautismo

etiqueteril que la proclama vence-

dora en el mercado, la cerveza, ya

embotellada, sufre un último proce-

so consistente en su retención du-

rante 30 minutos en una máquina

que la somete a un baño de vapor,

cuyo objetivo es asegurar su pure-

za y duración por largo tiempo, sin

peligros de descomposición pre-

matura. (...)

Desde que entramos en la fábrica

hasta que hemos tenido en nues-

tras manos una botella de cerveza

recién fabricada, hemos podido

comprobar que esta botella y su

contenido no han sufrido manipula-

ción alguna, todo el sistema es me-

cánico, siendo eliminado en abso-

luto cualquier peligro de contami-

nación.»

Caldera

de vapor.

Page 138: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|230| |231|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8

cualquier departamento, así como hacerse cargo de las relaciones con el Estado y la

sociedad.

Lo fundamental de la eficiencia de Bonetti se vinculaba a su personalidad. Era franco y

comunicativo, por lo que ganaba con facilidad la confianza del interlocutor. Se intere-

saba invariablemente, como parte de ese trato, por tomar en consideración los puntos

de vista de los demás, por lo que generaba un carisma espontáneo entre sus compañe-

ros de administración. Estas condiciones lo tornaron la pieza insustituible del engrana-

je de la empresa hasta el día de su deceso.

A raíz de la jubilación de C. K. Schmidt, quien retornó a Estados Unidos hacia 1945,

Bonetti quedó como administrador y permaneció en esa posición hasta su muerte, en

abril de 1965. Este prolongado período de gestión y su protagonismo en la conducción

personalmente las operaciones, en calidad de vicepresidente, como parte de un conve-

nio con Stuart. Permaneció durante cuatro años, en los cuales le tocó enfrentar los mo-

mentos más difíciles en la relación de la empresa con el régimen de Trujillo, lo que se

abordará en el siguiente capítulo. En esos años, McKay tuvo el control directo de las

operaciones, pero ello no significó la reducción del peso de Bonetti quien, tras la sali-

da del primero, fue consagrado como la figura prominente indiscutible de la adminis-

tración local, con el puesto de vicepresidente-administrador.27

James Stuart permaneció como presidente de la CND entre 1948 y su fallecimiento en

1978. Fue sustituido por su hijo Jimmy Stuart, quien permaneció en la posición hasta

que dirigió la venta a E. León Jimenes, en 1985.

Por razones no establecidas, Senior dejó de figurar dentro del cuadro directivo. Desde los

de lo fundamental de los aspectos cotidianos lo tornaron en la figura administrativa em-

blemática de la empresa. De hecho, todos los cuadros técnicos y administrativos hasta

mediados de la década de 1960 estuvieron bajo la dirección directa de Pilindo Bonet-

ti, quien mostró una extraordinaria competencia administrativa al frente de la gestión

de la empresa. El sello de su personalidad marcó el funcionamiento de la CND, pues

recibió confianza absoluta de los propietarios.

Tras el fallecimiento de Wanzer, a fines de 1948, su yerno James Stuart pasó a ocupar la

presidencia. El otro yerno, Russell McKay, se trasladó entonces al país para dirigir

primeros años, detrás de Bonetti seguía en el tren administrativo Julio Montolío, como

encargado financiero, quien igualmente tomaba parte en la administración del personal.

El proceso de fabricación estaba dividido en departamentos que tenían sus respectivos

jefes. En la década de 1930 sobresalían los departamentos siguientes: botellería, dirigido

por un cocolo de apellido Pomil; productos terminados, almacén y distribución, bajo la

dirección de Luis Alfau; transportación, bajo la dirección del ingeniero Fernando Ma-

ñón. Como se ha visto, en los primeros años el maestro cervecero, encargado de toda el

área de química y laboratorio, fue el alemán Gronau, quien retornó a Puerto Rico y

Carlos Manuel

Bonetti.

Russell

McKay.

Pilindo Boneti y

James Stuart.

Julio

Montolío.

Page 139: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|233|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|232|

dejó a su hijo al frente del área. Este tomó una participación protagónica en todo el

proceso de preparación de la cerveza, ya que controlaba las áreas de tanques y cuartos

fríos. Gronau se distinguió por su esmero en el control de la calidad, mostrando direc-

trices sumamente estrictas, al grado de que «nadie se atrevía a descuidarse».

Con el tiempo fueron promovidas otras figuras que desde la década de 1940 pasaron a

desempeñar una función más permanente, hasta las décadas de 1960 y 1970. Entre esos

funcionarios sobresalieron Rafael G. Menicucci Rodríguez, Genaro Pérez, Jorge Pes-

quera, Mariano Defilló, Frank Columna y Luis del Toro. Pérez y Menicucci laboraron

mercadeo y promoción, área que fue tomando cada vez mayor importancia.Tras la sa-

lida de Pérez, Menicucci quedó al frente, preocupándose por llevar un control personal

de la evolución de los establecimientos, la publicidad y las informaciones que aparecían

en la prensa diaria.

Mariano Defilló en cierta manera sustituyó el papel protagónico de Gronau en el área

de química a fines de la década de 1940, cuando este último se trasladó a constituirse

en promotor de la empresa rival, según se rumoró por diferencias con Bonetti y atraí-

do por la oferta recibida de Trujillo, quien movía los hilos de esa otra empresa. Defilló

tenía una adecuada formación química, lo que le permitió participar en los procesos ul-

teriores de mejoramiento y perfeccionamiento de Presidente. Junto a él sobresalía Frank

Columna, quien fue el primer dominicano en realizar estudios especializados como

maestro cervecero; esto le ganó una importante participación en la gestión global, al

grado de que sustituyó a Bonetti como administrador en 1965, durando en esa función

hasta su muerte, en 1968. En esta fecha fue designado administrador Jorge Pesquera,

quien permaneció en esa posición por cerca de diez años, hasta ser jubilado y sustitui-

do por Rafael Menicucci hijo. Este fue designado vicepresidente administrador, el mis-

mo cargo que había detentado Bonetti. También fue clave en esos años Luis Ernesto

Rodríguez (Burrulote), quien tomó parte destacada en la promoción deportiva de la

empresa y, tras pasar unos años empleado en la empresa de Trujillo, quedó como jefe de

la CND en la región del Cibao.

La nota dominante de ese conjunto de administradores y técnicos es que, literalmen-

te, vivían para la CND. No tenían fines de semana libres de los cuidados de la empre-

sa, sintiendo que su realización existencial estaba conectada con la marcha de las ope-

raciones. En conjunto, identificaron sus personas a la entidad empresarial, aunque no

fueran accionistas o, a lo sumo, adquirieran no más que pequeños paquetes de accio-

nes.28 Esto constituye un rasgo psicológico colectivo indisolublemente vinculado a la

exitosa marcha de la CND, habida cuenta de que, salvo los cuatro años de presencia de

McKay en el país, los propietarios accionistas estaban distantes del teatro de las operaciones.

Tras la adquisición de la CND por E. León Jimenes, Menicucci hijo, la figura de enla-

ce entre la generación madura y una nueva promoción de técnicos y administradores,

fue ratificado como administrador. José León fue designado presidente de la CND en

el momento de la adquisición.Tiempo después Menicucci fue promovido a presiden-

te de la empresa en 1993, sustituyendo a José León, quien pasó a fungir como presiden-

te del Grupo León Jimenes.

CUADRO HISTÓRICO DE EJECUTIVOS DE LA CND

Presidentes de la CND

1929-1948 Charles Wanzer

1948-1978 James Stuart

1978-1985 James Stuart hijo

1986-1993 José León

1993-Presente Rafael Menicucci

Administradores de la CND

1930-1945 C. K. Schmidt

1945-1965 Carlos M. Bonetti

1965-1968 Frank Columna

1968-1978 Jorge Pesquera

1978-Presente Rafael Menicucci

Perfeccionamiento del aparato de distribución

A medida que la empresa se consolidaba se iba poniendo de relieve la centralidad que

tenía su aparato de distribución como requisito para la ampliación de las ventas. La es-

trategia de CND tuvo que articular el perfeccionamiento industrial con la capacidad de

acceder a segmentos cada vez más amplios del público.En función de esto último, el pro-

ceso social de la cerveza fue irradiándose espacialmente, pasando de una cuasi-identifi-

cación con los principales centros urbanos a una paulatina adopción en ciudades meno-

res, pueblos y secciones rurales. Como es usual en estos casos, el montaje del aparato de

distribución requirió una enorme atención, por cuanto comportaba varios aspectos de

no fácil resolución. Logrado el objetivo de consolidar ese aparato, la CND se encontró

con un fundamento tan sólido que la hizo imbatible ante las sucesivas competencias.

Page 140: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|235|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|234|

El primer punto a resolver estribó en la conformación de equipos de vendedores que

operaban por «rutas». Estos vendedores, enmarcados en una estructura que coordinaba

las operaciones de dos grandes bloques en el país, el Sur y el Cibao, tenían a su vez un

personal dependiente que permitía la atención rápida a los pedidos desde los almace-

nes situados en las ciudades principales.

La labor de los ruteros radicaba en consolidar las relaciones con los comerciantes que

ya eran clientes regulares y, por otra parte, penetrar nuevas localidades donde el consu-

mo todavía fuera débil o inexistente. A veces esta última labor comportaba arduas ta-

reas exploratorias y de conformación de relaciones primarias. Es lo que, por ejemplo,

debió hacer Hiram Reyes cuando le fue asignado el trabajo directo de ventas en la zo-

na de Enriquillo y Oviedo, donde todavía los vehículos no entraban bien a fines de la

década de 1940.

En los tiempos iniciales las estructuras de distribución eran relativamente rudimenta-

rias, por lo que hubo que perfeccionarlas de manera paulatina. Se tiene una panorámi-

ca de la región sureña a inicios de la década de 1950.29 Por una parte estaba el encar-

gado de ventas del Distrito como figura principal, debajo del cual se encontraban los

vendedores. Estos, a su vez, estaban auxiliados por inspectores de ventas, como la esca-

la más baja de los responsables de mercadeo. En cada región había un encargado de al-

macén, auxiliado por un ayudante y un número reducido de peones fijos. Adicional-

mente había varios otros empleados con salarios más bajos, como choferes, ayudantes

de choferes y serenos.

El personal encargado de ventas operaba de acuerdo a un sistema de estímulos tenden-

tes a optimizar su rendimiento. De acuerdo a la nómina del Suroeste que conserva Hi-

ram Reyes, en 1953 un vendedor ganaba 50 pesos semanales, salario que ampliaba por

medio de comisiones sobre ventas.Además de las primas regulares, la CND estableció un

sistema de premios especiales por la superación de las cantidades estimadas que debía

cumplir cada vendedor. Finalmente se estatuyó un premio anual al mejor vendedor, ge-

neralmente un viaje, primero dentro del país y luego al exterior, el cual podía estar aso-

ciado con algún seminario para el perfeccionamiento de las técnicas.

Para ser eficiente, el vendedor estaba obligado a desplegar cuidadosas atenciones hacia sus

clientes. Se estimulaba la ampliación de las ventas con un sistema de primas, por lo que

cada vendedor debía llevar un libro de compras por cliente que le permitiese un control

y un estímulo. Estos criterios se sistematizaron en la década de 1960 por medio de un

sistema general de primas a los comerciantes.A quienes adquirían 650 cajas por trimes-

tre se les premiaba con tres centavos por caja, y a quienes superaban las 750 cajas con

cinco centavos por cada una. Estas primas no significaban grandes sumas, pero cada vez

que el vendedor le entregaba un cheque al comerciante este se sentía complacido.

Uno de los puntos en que se puso a prueba la estructura de distribución fue la entrega

a tiempo de los pedidos de los clientes. La puntualidad pasó a constituir, cada vez más,

el requisito decisivo de la eficiencia, puesto que así se articulaban factores a menudo

contrapuestos, como almacenamiento, créditos y disponibilidad permanente del pro-

ducto frente al público.

Lo anterior estaba conectado con el control exhaustivo del tiempo de caducidad de la

cerveza. En la medida en que, durante mucho tiempo, la demanda era relativamente ba-

ja, los vendedores debían estar atentos al registro de la fecha de entrega de los pedidos,

de forma tal que no pasase de tres a cuatro meses, porque entonces comenzaba la ca-

ducidad del producto. Poco a poco se fue avanzando en la definición de criterios del

control de la caducidad, primero señalada en las cajas y luego en las botellas.

Un segundo elemento que cada vez requirió mayor atención fue el relativo a las botellas

vacías. Esto es tan importante que se ha llegado a definir el negocio de la cerveza como el

de llenado de botellas que deben ser recuperadas en el mayor número y con la mayor ce-

leridad posibles, pues la rentabilidad de la actividad está sujeta a la recuperación óptima de

las botellas. Esta recuperación se complicaba a medida que su lugar de uso se alejaba de los

almacenes, debido a que los recolectores tenían menos incentivos y a que en muchos lu-

gares todavía no había tradición de recolección. Para compensar esta deficiencia, se intro-

dujeron primas a los choferes de los camiones, a fin de que colaborasen en esta tarea.

El manejo de las botellas vacías se fue complicando a medida que se ampliaba la pro-

ducción. En particular, se presentó el problema de la utilización de botellas de cerveza

en talleres artesanales y otras actividades. Tal vez por la dificultad de importar nuevas

botellas durante la Segunda Guerra Mundial, la CND confrontó escasez de envases, lo

que la llevó a gestionar el decreto 1773 del Poder Ejecutivo, por medio del cual se pro-

híbe el uso de las botellas de marcas dominicanas de cerveza para cualesquiera otras fi-

nalidades. En avisos reiterados en la prensa diaria, se reprodujo parte del decreto, como

su artículo 2, que estipula: «Las personas que empleen dichas botellas en el envase de

otros licores, líquidos o productos, así como las que las corten, recorten, alteren o bo-

rren o supriman sus marcas, serán castigadas con las penas previstas en la Ley sobre Me-

didas de Emergencia, no. 16, del 23 de junio, 1942.»30

Más adelante los vendedores tuvieron que prestar atención a los freezers, ya que se

consolidaba en todo el país la afición por la cerveza «ceniza»; pero, para que esta no

se congelase en el freezer o no se sirviese incorrectamente, había que cumplir con

Page 141: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|237|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|236|

procedimientos de rotación de las botellas, la forma de su colocación en el freezer y

los detalles de cómo debía ser servida al consumidor en los bares y restaurantes.

Complementariamente a este delicado manejo de los freezeers, se definieron programas

para su adopción, dondequiera que hubiese electricidad, aun en lugares remotos. Por

una parte se otorgaron facilidades crediticias, y en un momento dado incluso la CND

pasó a donar cantidades significativas de estos aparatos como forma de consolidar rela-

ciones con los clientes.

Los vendedores debían exhibir capacidad de iniciativa ante toda dificultad que pudiese pre-

sentárseles o ante toda brecha que permitiese ampliar el volumen de las ventas y estar su-

ficientemente adiestrados para mostrar atención extrema a cada detalle vinculado a sus la-

bores cotidianas. Una campaña puso de relieve este tipo de exigencias, a propósito de los

recipientes en que se consumía la cerveza. Fue a propósito de la constatación del perjuicio

que conllevaba el uso de copas y vasos mal lavados. En tales casos, sobre todo si se mantie-

ne una capa grasosa en el recipiente, el sabor de la cerveza se desnaturaliza.A partir de tal

criterio, Hiram Reyes tuvo la iniciativa de desplegar una campaña, luego acogida por el

conjunto del área de ventas, de limpieza de las copas y los vasos en que se servía la cerve-

za.Adicionalmente, como parte de la misma preocupación, desde cierto momento se esti-

muló el uso de vasos fríos, a fin de evitar el contraste entre una cerveza a baja temperatu-

ra y un vaso a temperatura normal, que provocaba que la cerveza se calentase con rapidez.

El esfuerzo por la estabilidad de la temperatura se hizo, así, un tema con diversas ver-

tientes, lo que se acrecentó en la década de 1960 cuando aparecieron los apagones, an-

te los cuales convenía evitar un exceso de botellas en los freezers, puesto que en tal ca-

so se tendían a calentar más rápido. De igual manera se puso mayor atención a las bo-

tellas que permanecían en mostradores o en cajas, principalmente con el fin de que no

fueran afectadas por el calor o el sol. Había que compatibilizar la exigencia de que la

botella nunca se recalentase con la de que, ya bien enfriada, solo perdiera temperatura

en el momento de ser servida. Quedó como un axioma que la estabilidad de la calidad

estaba asociada a la prevención de fluctuaciones en la temperatura.

Flota de camiones

de la CND en la

década de 1940.

Concesión

de premios

a vendedores.

Page 142: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|239|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|238|

Los motivos cambiantes de la publicidad

Como es típico en los negocios cerveceros en gran escala, desde la fundación de la CND

la publicidad estuvo en el corazón de toda la estrategia de funcionamiento.A pesar de

ser una empresa de muy limitados recursos en su inicios, introdujo sus marcas con ayu-

da de un formidable despliegue publicitario, que seguramente requirió una porción sig-

nificativa de los escasos recursos de capital entonces disponibles. Se planteaba la necesi-

dad de introducir el producto de fabricación nacional como algo novedoso, que debía

plasmarse a través de las características de una marca determinada, la cual debía exhibir

un estándar de calidad aceptable.

A lo largo de esas décadas la CND introdujo preocupaciones variadas en las estrategias

publicitarias y fórmulas prácticas para su plasmación. No obstante los cambios en los

motivos publicitarios, han permanecido determinadas constantes que le han impreso un

sello característico a la promoción publicitaria, el cual ha contribuido a definir patrones

de identificación del público hacia el producto.

Probablemente el motivo central que ha animado, en el largo plazo, la concepción pu-

blicitaria de la compañía ha sido la vehemencia con que ha aseverado la condición na-

cional de la entidad, y, por consiguiente, de su producto. Desde el principio en los ale-

gatos publicitarios se puso de manifiesto la preocupación por lograr que el público do-

minicano sintiese que la CND era una compañía dominicana, aun cuando una parte ma-

yoritaria de sus accionistas fuesen norteamericanos. Permanentemente se exhibió el ale-

gato de que la Presidente estaba hecha exclusivamente por manos dominicanas y, más

aún, de que era un patrimonio genuino de la comunidad dominicana.

Anuncio de

Presidente de

inicios de la década

de 1940 denotando

nuevos mensajes

publicitarios.

Anuncio

de Presidente

con referencia

a la historia

dominicana.

Anuncio con

las realizaciones

materiales

del presente.

Este mensaje operó principalmente de manera simbólica, al quedar proyectada la mar-

ca como un producto único del país, como una realización de la que los dominicanos

podían disfrutar y sentirse orgullosos.Todavía más: el producto de la CND no solamen-

te estaba en condiciones de competir con cualquier equivalente importado, sino que se

inoculó la confianza de que era superior. Así se presentó un panorama inédito, en un

país con manufactura escasa y generalmente de pobre calidad: en este caso, los domini-

canos podían sentirse orgullosos de que contaban con una cerveza de un alto nivel de

excelencia a escala internacional.

Page 143: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|241|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|240|

Para lograr esa imagen había que desplegar esfuerzos colaterales, de forma tal que la

clientela se convenciese de que el proceso de fabricación cumplía con todas las exigen-

cias. En tal sentido, uno de los leit motiv de las campañas publicitarias, en momentos re-

currentes, ha radicado en mostrar dominio de la pericia técnica apegada a los cánones

de la ciencia moderna.A la preparación impecable del personal se agregaba la excelen-

cia de las instalaciones, también motivo de publicidad. Más insistente aún fue la alusión

en diversas campañas a la calidad óptima de las materias primas, desde al agua hasta la

levadura; malta, lúpulo y levadura provenían, en todos los casos, de los lugares donde

mejor se elaboraba el producto. Otros detalles adicionales, como la presteza de la distri-

bución, han estado en el centro de la estrategia publicitaria. Es lo que se observa en

el anuncio que asegura que el cliente recibirá una Presidente en el «punto exacto de

madurez», esto es, entre 8 y 10 semanas de envasada. Este alegato, además, estaba auto-

rizado por informes técnicos de entidades prestigiosas, que destacaban el contenido ali-

menticio de la cerveza.

El lanzamiento de la marca Colón en 1930 ya contuvo, en embrión, varios de estos mo-

tivos claves. La primera campaña publicitaria conocida de la CND, hecha excepción de

la desplegada por la radio, sobre la cual no se han obtenido datos, consistió en desplega-

dos a toda página en la prensa diaria, consistentes en escenas basadas en los siete enani-

tos del cuento de Blanca Nieves. Podía tratarse de un motivo «externo», aunque el cuen-

to era suficientemente conocido por todos los lectores de un periódico. Se puede infe-

rir que se quería destacar la laboriosidad que conllevaba la elaboración, planteando el sí-

mil con diversas operaciones de la mina de diamantes, como el acarreo de los barriles.

Referencia a

Presidente en

Estados Unidos

como parte de

promoción turística

invernal del país.

Anuncio de

Presidente.

Page 144: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|243|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|Capítulo 8Capítulo 8|La marca Presidente y el desarrollo de la CND|242|

Detrás de esta imagen obviamente estaba la idea del trabajo tesonero como el factor de-

terminante de la exquisitez del producto. Por lo demás, los enanitos estaban ubicados a

menudo en contextos que referían al escenario dominicano, por ejemplo en islotes o

próximos a cocoteros.

Al tiempo que se mantenían constantes en la publicidad, se introducían novedades, de-

pendiendo de estrategias particulares hacia el mercado. Es lo que se aprecia en el segun-

do producto de la CND, la marca Reina. En esta se varió por completo el formato de

los anuncios en la prensa.Ahora la idea central pasó a una especie de glamour, en que el

consumo de la cerveza se asociaba a momentos y entornos encantadores. Al igual que

la Colón, los anuncios eran irrepetibles, pero todos referían situaciones vinculadas al

consumo del producto por parte de personas de elevada condición social, dotadas de

motivo del centenario de la independencia, en 1944, aparecieron diversos anuncios,

todos con formato muy distinto pero que tenían en común la inserción en la histo-

ria dominicana, con el trasfondo de monumentos coloniales, e incorporaron matices

románticos. Pero también se desplegaron temáticas relacionadas a la actualidad, que

celebraban las realizaciones materiales de la modernidad de la República. De esta ma-

nera la Presidente vendría a ser una culminación, al tiempo que un inicio, por ser la

primera cerveza desde el descubrimiento. Entre fines de la década de 1940 y la si-

guiente se desplegaron varias campañas en que se enfatizaba la precisión técnica de la

marca, por lo que daba lugar a algo único, comparado a logros sofisticados en el arte

y las letras.

Un último aspecto a ser destacado radicó en la campaña con que la CND presentó la

elegancia y buen gusto.Al mismo tiempo, se recuperaba la idea de un actor permanen-

te, en este caso un bufón de género femenino, que personificaba la marca ante la clien-

tela elegante.

La publicidad de Presidente, en cambio, desde muy pronto se dirigió hacia motivos

aleatorios, aun cuando también a menudo desplegó campañas concebidas a partir de

un determinado motivo. Durante un tiempo, por ejemplo, fue situada en relación pre-

cisa al país y su historia, como un producto que ha acompañado la evolución de los

dominicanos.Varios anuncios se presentaron en referencia a la llegada de Colón. Con

Mensajes

publicitarios

que enfatizan

la capacidad

de los técnicos.

Anuncio alusivo a

la situación de la

Segunda Guerra

Mundial.

cerveza como una bebida refrescante, deseablemente asociada con un consumo mode-

rado. Este mensaje se mantuvo durante cerca de una década como la consigna central

de la publicidad de la empresa. Aunque al cabo de varios años la fórmula fue abando-

nada, seguramente por exigencias publicitarias, se mantuvo en los mensajes la promo-

ción de la cerveza como bebida asociada a un bienestar tranquilo. Recientemente la

CND ha retomado una campaña explícita al respecto, al predicar el «consumo responsa-

ble» de sus productos.

Anuncio

con ambientación

romántica.

Page 145: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|245|Trujilloincursiona en la

|245|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

9El complejo industrial de Trujillo

A consecuencia de las condiciones creadas por la Segunda Guerra Mundial en los mer-

cados internacionales,Trujillo captó la conveniencia para sus intereses de incursionar en

la producción industrial para el mercado interno. Diversos factores convergieron en

hacer viable una estrategia de industrialización, la cual en lo fundamental fue confiada

por el tirano a Anselmo Paulino, lo que fue una de las razones del extraordinario poder

que acumuló este personaje, sin parangón con cualquier otro durante los treinta y un años

de dictadura.

La guerra dio lugar a una escasez de mercancías importadas, algunas de las cuales pu-

dieron pasar a fabricarse en el país, primeramente mediante un proceso espontáneo de

corte artesanal. Este avance de la producción manufacturera se vio favorecido, además,

por un alza de los precios internos, derivado del incremento de la demanda que generó

el aumento de los valores recibidos por el país por concepto de exportaciones, ya que

Tanques de

envejecimiento

de la SCA.

TRUJILLO INCURSIONA EN LAINDUSTRIA DE LA CERVEZA:LA SOCIEDAD CERVECERA ANTILLANA

Page 146: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|247|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|246|

desde 1942, con la entrada de Estados Unidos en la guerra, los precios del azúcar y

restantes géneros de exportación entraron en una fase ascendente.1 De todas maneras,

gran parte de los recursos extraordinarios que recibía el país por exportaciones no se

podían gastar a causa de la ausencia de oferta en los países industriales en guerra.

El Estado Dominicano dispuso de una cuantiosa reserva de divisas que le permitió rea-

lizar inversiones en gran escala tan pronto cesaron las condiciones de la guerra. Mientras

tanto, se había producido un notorio proceso de incremento de la demanda, de forma

que el propósito de pasar de la producción artesanal a la de corte industrial encontró

fundamento material. Inmediatamente después de la guerra,Trujillo se vio obligado a

autorizar alzas de salarios, a causa de la delicada coyuntura política de esos días y de que,

como parte de esta situación, estalló una huelga general azucarera en enero de 1946.2

El incipiente proceso de industrialización que siguió a la Segunda Guerra Mundial tuvo por

nota característica la intromisión protagónica de la persona de Trujillo, quien pasó a encar-

nar el interés industrialista. El dictador, asesorado por funcionarios compenetrados con esa

estrategia, llegó a la conclusión de que con ella el país se desarrollaría más adecuadamen-

te, lo que redundaría en un incremento de sus beneficios económicos y en un mayor for-

talecimiento de su poder político.Ante las dificultades para la realización de las ventas en

un país que seguía mostrando una demanda global muy baja a causa de la distancia exis-

tente entre el campesinado y la economía de mercado y de las siempre bajas escalas sala-

riales, el dictador centró su programa industrialista en el sector azucarero, con la ventaja de

que le permitía un acrecentamiento del control sobre las divisas, aspecto clave de cualquier

estrategia económica en un país pequeño con economía muy abierta al exterior.3

A tono con esa estrategia,Trujillo fundó el Central Río Haina y otros dos pequeños in-

genios, compró varios centrales azucareros de inversionistas norteamericanos indepen-

dientes y, en 1957, por casi 39 millones de dólares pagaderos a tres años, adquirió todos

los ingenios de la West Indies Sugar Co., principal empresa de capital norteamericano

en el país, junto al Santa Fe, de la South Porto Rico Sugar Co., el otro gigante azuca-

rero de propiedad norteamericana.

La centralidad en el sector azucarero no fue óbice para que fundara varias empresas

industriales de gran tamaño, las cuales provocaron un cambio en la estructura econó-

mica. Entre las áreas en que Trujillo o el Estado realizaron inversiones de capital se

encontraron las siguientes: aceites vegetales, jabón, cemento, asbesto cemento, vidrio,

papel, derivados de la caña, textiles, confecciones, licores, sacos, chocolate, armamentos

y electricidad.Además,Trujillo se apropió, parcial o totalmente, de empresas existentes,

como la Compañía Anónima Tabacalera y la Fábrica de Calzados FADOC.

Esos negocios eran coordinados por una especie de corporación, de reconocimiento

público, que recibió el nombre de Oficina Particular del Generalísimo, dirigida por Tir-

so Rivera.4 Casi siempre Trujillo era el accionista dominante en las empresas, aunque

en algunos casos dejaba una participación importante a algunas figuras del empresariado

o a familiares y funcionarios del régimen. Esto lo ayudaba a operar con ayuda de testa-

ferros, encargados de representar a la empresa y llevar a cabo las transacciones legales.

Este subterfugio estaba motivado por problemas de imagen, sobre todo en el campo

internacional, aunque normalmente estaba claro para todo el mundo qué empresas eran

de Trujillo. Otro aspecto de la estrategia industrial del dictador radicó en involucrar al

Estado, que debía hacerse cargo de empresas en las fases iniciales o cuando dejaban

pérdidas. Generalmente el involucramiento del Estado en estas empresas se produjo por

medio del Banco Agrícola, entidad que recibía subsidios gubernamentales por unos diez

millones de pesos al año, aunque podían intervenir otras, como la Caja de Seguros So-

ciales o, en otros casos, se creaban empresas independientes, como la Corporación Do-

minicana de Electricidad, de propiedad estatal, que sustituyó a la Compañía Eléctrica

de Santo Domingo.

Interés por la cerveza

Resultaba inevitable que, de una u otra manera, como parte de su voraz ímpetu por

controlar todas las actividades económicas,Trujillo intentara tomar parte en el nego-

cio de la cerveza. El volumen de la producción se había expandido de manera consi-

derable a raíz de la Segunda Guerra Mundial y continuaba esa tendencia durante los

años inmediatamente posteriores. Esta tónica del régimen y la discreción con que ope-

raban los propietarios norteamericanos daban lugar a que muchas personas albergaran

la creencia de que Trujillo poseía un paquete importante de acciones de la Cervece-

ría Nacional Dominicana. En realidad, Trujillo había trazado la orientación de dejar

operar libremente a la CND, habida cuenta de que su capital era norteamericano y de

las relaciones cordiales que sostenía con su principal propietario, quien ya se ha visto

que dirigía la Cámara Dominicana de Comercio en Estados Unidos, donde represen-

taba por momentos intereses del gobierno dominicano ante instancias de poder de Es-

tados Unidos. Como lo advierten correctamente algunos de los entrevistados, las re-

laciones de Trujillo hacia la CND estaban teñidas de consideraciones políticas que lo

obligaban a actuar de manera distinta a como lo hacía respecto a la generalidad de

propietarios dominicanos.

No obstante ese cuidado, se puede dar por descontado que, a partir de cierto momento,

Page 147: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|249|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|248|

obsesivo control personal de la evolución de las fortunas en el país. Como empleado de

esa empresa, Hans Wiese señala que, como promotor del proyecto, Gronau sometió la

idea a Trujillo a través del general Felipe Ciprián. «A Trujillo, como nacionalista que era,

le gustó mucho la idea de que hubiera una cervecería netamente dominicana y la acoge

con buenos ojos.»6 De acuerdo con ese relato, la búsqueda de accionistas puertorriqueños

le fue encomendada a Gronau por el mismo Trujillo, lo que lo hacía el promotor clave

del proyecto.

Por lo demás,Trujillo fue importante accionista de la Sociedad Cervecera Antillana desde

el primer día, lo que significaba que había escogido esta vía para involucrarse en el

mundo de la cerveza, aun cuando no tenía mayoría en el paquete accionario. Pero el

eventual debilitamiento de la CND lo pondría en condiciones para una futura mayor

Trujillo se interesó por tener participación en el paquete accionario de la CND. De

acuerdo a un autorizado testimonio, le hizo una propuesta al efecto al mismo Wanzer,

quien rechazó la propuesta, seguramente con todo el cuidado de lugar.5

De esta negativa de la CND pudo derivarse la autorización de Trujillo para que se

creara una compañía rival, con independencia de cuál fue su papel en la misma. Para

algunos bien informados,Trujillo no tuvo que ver con la iniciativa de creación de esta

nueva empresa, en 1947, que recibió el nombre de Sociedad Cervecera Antillana. Sus-

tentan la argumentación en que, inicialmente,Trujillo no era el accionista básico. Sin

embargo, el hecho de que no tuviera el control accionario no significa que fuese ajeno

a la creación de la nueva compañía. Una iniciativa de ese género no se podía producir

sin su autorización expresa pues, como parte de los mecanismos de dominio, llevaba un

Motivos

de excelencia de

«La Dominicana».

Edificio de la

Sociedad Cervecera

Antillana.

Page 148: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|251|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|250|

participación. No era raro que Trujillo aceptase involucrarse en una empresa sin tener

la participación mayoritaria; otras figuras del régimen con connotación empresarial,

como su cuñado Francisco Martínez Alba y José María Bonetti, podían desarrollar

proyectos en el entendido de que él tendría participación en los beneficios.

Hostilidad de Trujillo y mudanza de la planta de la CND

Desde cierto momento hacia mitad de la década de 1940, seguramente en vincula-

ción con su interés por tomar parte en el mercado cervecero, Trujillo mostró os-

tensible malestar ante la proximidad de la cervecería a su residencia. Es sintomático

que en años previos no hubiese quejas de ningún género; por el contrario, el Cuer-

po de Ayudantes Militares se encontraba a un lado de la planta, donde posterior-

mente se edificó el colegio Calasanz, y los oficiales cruzaban para degustar cervezas

recién salidas.

A consecuencia de la irritación de Trujillo y su esposa, el proceso productivo de la cer-

vecería se tornó en extremo precario. La pareja presidencial no cesó de exigir modi-

ficaciones de los procesos comunes de la planta.A cada momento sus quejas provoca-

ban el paro de la producción, por considerar que el ruido les impedía dormir la sies-

ta. Por igual motivo, llegó un momento en que hubo que parar la producción noctur-

na. La empresa se vio forzada a cambiar la sala de calderas a un cuarto de kilómetro al

norte, pues los militares al servicio de Trujillo señalaban que el humo molestaba a su es-

posa.7 El asunto se hizo del dominio común entre todos los empleados y obreros, ya

que las actividades no se podían desenvolver con normalidad. La administración ca-

yó en un estado de zozobra,8 lo que quedó como un capítulo bien recordado por sus

ejecutivos.9

Como el problema, aparentemente, se circunscribía a las molestias que se derivaban de

la ubicación del local, los propietarios decidieron mudarlo a un nuevo emplazamiento,

en la Carretera Sánchez. Para 1946 ya estaban trazados los planos de la nueva planta y

un dibujo fue publicado en la revista de la Cámara Dominicana de Comercio en Esta-

dos Unidos, pero el nuevo edificio se construyó en 1950, iniciándose la mudanza con

la reubicación de las oficinas. Durante esos años las operaciones productivas se mantu-

vieron en ascuas, ante la actitud irascible del dictador. A la larga, sin embargo, la deci-

sión forzada permitió una reestructuración de la cervecería, pues en el nuevo local se

instalaron con rapidez nuevas maquinarias que determinaron un incremento de la pro-

ductividad que resultaría crucial para afrontar la expansión del consumo durante la dé-

cada de 1950, de intenso crecimiento económico.

Fundación de la Sociedad Cervecera Antillana (SCA)

No están del todo claros los procesos que llevaron a la creación de esta empresa, a me-

diados de 1947.10 Es probable que la primera iniciativa partiera de Jaime Gronau, quien

había salido de la CND tiempo antes por diferencias de criterio con Pilindo Bonetti.

Es también probable que, como inversionistas promotores, inicialmente sobresalieran

Paquito Martínez, cuñado de Trujillo, y Ernesto Freites, un prominente hombre de ne-

gocios de una familia con tradición en la actividad comercial de importación.11 Pero tam-

bién aportaron paquetes de acciones, en algunos casos aparentemente de poca monta,

otras figuras del régimen vinculadas a actividades empresariales, entre los que sobresa-

lieron Juan Arce Medina, principal abogado de Trujillo, Ramón Saviñón Lluberes, cu-

ñado de Trujillo y administrador de la Lotería Nacional, Paíno Pichardo, amigo íntimo

de Trujillo desde la década de 1920, y Teódulo Pina Chevalier, tío de Trujillo. Desde

cierto momento, el dictador pasó a tomar parte en el conjunto de accionistas, presumi-

blemente a través de su primogénito. Para muchos la SCA fue visualizada como «la em-

presa de Ramfis»,12 un espacio en que el heredero debía poner en juego sus dotes em-

presariales y políticas.13 Ramfis, efectivamente, prestaba atención primordial a aspectos

económicos relacionados con el poder. Aunque hostil respecto a Anselmo Paulino,

compartía la estrategia industrialista, que veía contrapuesta con los intereses norteame-

ricanos.14 Solía exteriorizar un nacionalismo económico que el padre tenía el cuidado

de reservarse.15 Por la presencia de Ramfis, la contraposición entre la SCA contra la CND

podía quedar revestida de retórica nacionalista, como en cierta manera sucedió.

Sin embargo, los inversionistas dominicanos únicamente controlaban el 50% de las accio-

nes de la SCA, estando el resto en manos de un grupo de capitalistas puertorriqueños,

encabezados por Luis Dubón, Jaime Ramón y David Ramírez, representados por Efraín

López Estrada,16 designado auditor por petición expresa de ellos. Al parecer los inver-

sionistas extranjeros fueron atraídos por Gronau, quien, como puertorriqueño, debía

mantener vínculos en la isla vecina. Gronau, por su parte, quedó como representante de

los accionistas dominicanos y principal ejecutivo técnico de la empresa. En la dirección

administrativa de la SCA quedó designado Bienvenido Gómez, quien además operaría

como el intermediario directo de Trujillo.

A pesar de la complejidad accionaria, propia de una compañía moderna, la presencia

de Trujillo entre sus propietarios le concedía un matiz especial, dado el control que ejer-

cía sobre el país. Es posible que, en un principio, se mantuviese bastante distante de la

SCA, pero nunca del todo, como lo probaría la evolución ulterior de los hechos.To-

dos sus asociados estaban a la merced de su voluntad, como era lo usual en las operaciones

Page 149: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|252| |253|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9

mercantiles en que intervenía. Lo mismo acontecía con los accionistas puertorrique-

ños, quienes expresamente se colocaron bajo la protección de Trujillo, a quien enco-

mendaron apadrinar la inauguración de la empresa. Su presidente, el puertorriqueño

Luis Dubón, centró su discurso inaugural en «la garantía y seguridad que ofrece su

Gobierno a todas las inversiones, a la seriedad que ha sabido inspirar a todas las insti-

tuciones de crédito de la República y a los organismos encargados de la dirección de

la cosa pública, pero sobre todo, debido a su tenaz esfuerzo por el florecimiento de

la industria dominicana.»17

El dictador concibió el proyecto como un medio de introducir a su joven primogénito

en el mundo de los negocios. Por lo que indica Wiese, Ramfis controlaba el principal

paquete de acciones nacionales. Ahora bien, desde que se hicieron visibles dificultades

mación oral de Luis del Toro. Según el mismo testimonio, el desmantelamiento de la

planta costó una suma similar, a lo que se agregó su traslado al país por 175 mil dóla-

res.19 A esos casi 300 mil dólares de costo de la planta se agregarían otras partidas pa-

ra su instalación en el país y la edificación. Por último, hay que añadir un capital de

trabajo en insumos, pago de personal y otros renglones. Concluye Del Toro que, en

determinado momento, el valor real de la empresa superaba el millón de pesos.

A lo largo de los primeros meses de 1948 fueron llegando las maquinarias, y el hecho

de estar la planta totalmente instalada para fines de año es indicador del ritmo de los

trabajos. En mayo el edificio, ubicado en el kilómetro 4.5 de la Carretera Sánchez, estaba

muy avanzado y llegó una pasteurizadora de 18 toneladas.20

La nueva compañía surgió en una coyuntura de auge económico que, junto al casi no

en las operaciones de la empresa,Trujillo en persona pasó a ocuparse directamente de

los aspectos claves de su dirección. Esta tendencia se fue agudizando, al grado de que, de

acuerdo a Wiese, desde cierto momento Trujillo «la mayoría de las veces no discutía la to-

ma de decisiones con su hijo, lo cual iba produciendo un alejamiento entre ambos.»18

A falta de datos contables, no hay información del monto invertido originalmente en

la nueva empresa. Sin embargo, datos aislados permiten tener un estimado. Por una

parte, la maquinaria básica fue adquirida al gobierno de Estados Unidos, que la había

decomisado mucho tiempo antes a Al Capone, por 50 mil dólares, de acuerdo a infor-

disimulado patrocinio gubernamental, la hacía augurar los mayores éxitos. No se

economizó en fanfarrias, al grado de que en el momento de la inauguración, el 21

de enero de 1949, la sirena de La Nación lanzó dos pitazos, reservados para noticias

trascendentales.

Se proclamó que contaba con las mejores instalaciones posibles para elaborar productos

de primera calidad y en un volumen susceptible de cubrir la demanda del mercado. La

verdad era que la mayor parte de su maquinaria había quedado anticuada, por lo que

no se adecuaba a las exigencias operativas que en esos momentos provenían de una

Sala

de máquinas.

Tanque de

maceración.

Inauguración

de la Sociedad

Cervecera Antillana

por el obispo

auxiliar Beras.

Entre otros se

observa a Paíno

Pichardo y Jaime

Gronau.

Page 150: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|254| |255|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9

industria cervecera a escala internacional. A pesar de que se adicionaron equipos a la

planta de Al Capone, no lograron superar deficiencias que posteriormente se pusieron

en claro. En la ceremonia de inauguración se proclamó que «el equipo es lo más moder-

no y eficiente que puede existir. La caldera es la última palabra en cuanto a modernismo,

es de lo mejor que ha llegado a la República.»21 Según las detalladas descripciones apa-

recidas en la prensa, el equipo de elaboración contaba con un sistema de gravedad pa-

ra alimentar los tanques de maceración, los molinos y otras instalaciones, con eleva-

dores eléctricos herméticamente cerrados, a fin de evitar todo contacto humano y

prevenir contaminaciones. Esto significa que la malta era acarreada por conductores

automáticos hasta los molinos y tanques. «La sala de máquinas consiste de cinco com-

presores. Dos para producir la refrigeración de la planta, dos para producir todas las

necesidades de aire lavado y purificado y uno para comprimir el ácido carbónico que

produce la propia cerveza cuando está en proceso de fermentación y que luego se le

añade al carbonatarla, y dos bombas centrífugas para alimentar los depósitos de agua. Las

cámaras frigoríficas están divididas en tres departamentos: uno destinado a la fermenta-

ción de la cerveza, otro al cultivo de la levadura, el tercero, que es el más grande de to-

dos, está destinado al envejecimiento del producto y los otros dos para depositar el lú-

pulo y filtrar y carbonatar la cerveza.» De manera harto discutible, Gronau indicó que la

planta de la SCA era la más moderna del país y la de mayor capacidad instalada, ascen-

dente a 600,000 galones al año.22

Se ponía énfasis, asimismo, en el moderno laboratorio y en el personal entrenado en

él. En términos generales esto remitía a la persona de Gronau; además de la supuesta

modernidad de la planta, la publicidad de la empresa confiaba en el prestigio del

maestro cervecero. En un anuncio argumentativo, titulado «Cinco respuestas a una so-

la pregunta», se aseveraba la calidad superior del producto así: «Porque el proceso de ela-

boración bajo la dirección técnica de un reputado maestro cervecero y viejo conoce-

dor del gusto del consumidor dominicano completa científicamente la perfecta ter-

minación de nuestra cerveza.»23 Igualmente se proclamaba un control estricto de la

calidad sobre la base del empleo de materias primas de la mayor excelencia posible.

En especial se insistió en la utilización de lúpulo checo de Saaz, «el mejor y más cos-

toso del mundo, sin recurrir a otros cereales de inferior calidad.»24 Incluso se especi-

ficó que el lúpulo utilizado era exclusivamente cultivado en jardines caseros, el de su-

perior calidad.

Pero para los administradores de la compañía, imbuidos de triunfalismo, la prueba

inequívoca y definitiva de la excelencia de las marcas la proporcionaba la acogida

del público. En nota marginal dentro de las informaciones relativas a la inauguración

de la planta, se aseguró que ya las marcas de la SCA, al primer mes de lanzadas al pú-

blico, batían todos los records previos, al haber «superado las cifras de venta de las cer-

vezas que tenían mayor demanda en el mercado dominicano.»25 Sobre la base de esa

proclama, en lo formal la competencia se establecía con el producto importado, lo que

explica la consigna más extendida de las marcas: «Mejor que la extranjera y cuesta

menos!»

La Dominicana y Cibao

La nueva empresa salió con dos marcas de cerveza, La Dominicana y Cibao. La primera

centró su estrategia mercadológica en la capital del país, mientras la otra procuró capi-

talizar su nombre para ofertarse casi exclusivamente en las provincias del norte. En rea-

lidad, ambas marcas tenían el mismo contenido, cambiando únicamente la etiqueta. La

Dominicana se caracterizaba por el color ámbar dorado de su botella.

El creador de la nueva cerveza fue Jaime Gronau, quien operaba paralelamente como

administrador y maestro cervecero de la SCA. El producto se caracterizaba por tener un

sabor menos amargo que la Presidente, lo que agradó a una porción del público. La em-

presa definió el gusto como semejante al de los tipos europeos, algo discutible pues te-

nía un toque menos amargo y menos denso que la Presidente. En términos generales, al

inicio se reconoció que La Dominicana alcanzaba una calidad aceptable, para algunos in-

cluso excelente, comparable en su finura a las mejores importadas.26 Algunos llegaron a

opinar que, en verdad, La Dominicana y Cibao no se elaboraban en el país, sino que se

traían del exterior y únicamente se envasaban en la planta. Intervino en esta acogida el

entusiasmo que provoca normalmente la salida de una marca. De la misma manera, la

Presidente en todo momento mantuvo la preferencia de una porción amplia del públi-

co, acostumbrado a su sabor, y que encontraba en la nuevas marcas un sabor demasia-

do suave.27

No cabe duda de que en los primeros meses la empresa ganó gran parte del mercado

sobre la base de la preferencia voluntaria de los consumidores, puesto que se probaba la

calidad de su oferta. Hubo comportamientos regionales distintos, y, sobre todo, la nueva

marca obtuvo aceptación en la capital del país.28 Incidió en la expansión de las ven-

tas el equipo de vendedores, definidos por Wiese como los mejores de la época, co-

locados bajo la dirección del ya veterano Luis Ernesto Rodríguez (Burrulote): Manuel

Morales, José Hasbún, Eduardo González, Pepé Justiniano, Tomás Oviedo, Agustín

Verdeja,Alvaro Pastor, José Arbaje, Genaro Pérez, Minuno Pelletier y Víctor Podestá. Es

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difícil, sin embargo, por la ausencia de estadísticas, llegar a una conclusión acerca de qué

porcentaje del mercado captó el nuevo producto, aunque sin duda fue alto. Es posible

que en sus momentos pico la SCA copara un 50% del mercado, o hasta más, lo que para

una empresa recién constituida representaba un éxito impresionante, máxime cuando

estaba compitiendo con una marca como Presidente, ya objeto de una sólida estima por

la generalidad de los consumidores.

Se añadió otro éxito de bastante consideración en la malta, pues la fórmula para la nueva

marca, la Malta Morena, fue objeto de aprecio instantáneo entre gran parte del público.

El sabor más dulce de la Morena satisfizo más al público que el todavía bastante amargo

sabor de la Malta Corona.

Pero el amplio favor de La Dominicana duró escasos meses, entre cuatro y cinco. El lan-

temperatura. Las variaciones de sabor y la aparición de cerveza en estado defectuoso

anunciaron un desastre casi instantáneo. De golpe, el consumo de las nuevas marcas se

vino a pique.

Oferta de venta de la CND

Cuando los propietarios de la CND, encabezados por los yernos de Wanzer, Stuart y

McKay, este último entonces residente en país, se informaron de que Trujillo tenía

intereses personales en la SCA, hacia finales de 1950, o sea, tiempo después de estar en

operación la SCA, le ofrecieron la venta de sus empresas, la CND y la Standard Beve-

rages, por el precio de 2.5 millones. Estima del Toro, gracias a quien se ha tenido no-

ticia de esta oferta, que el valor real de ambas se aproximaba a 4 millones. Estaban,

por consiguiente, formulando una oferta ampliamente beneficiosa para Trujillo, de se-

guro bajo el supuesto de que en República Dominicana resultaba imposible compe-

tir con él.

Sorprendentemente para todos, de acuerdo al mismo testimonio,Trujillo no aceptó la

oferta, en lo que pudieron intervenir varios factores. Primeramente, la CND tenía una

connotación emblemática como inversión de estadounidenses fuera del sector azucare-

ro. Para Trujillo, pese a su propósito de controlar cada vez más las actividades económi-

cas del país, se planteaba una consideración política de primer orden en mantener vín-

culos de cooperación con Estados Unidos, para lo cual estaba obligado a transmitir la

sensación de que respetaba las inversiones de sus nacionales. Es posible, en tal sentido,

que temiera eventuales consecuencias contraproducentes de apoderarse de una empre-

sa en que la mayor parte del capital era estadounidense.Adicionalmente, pudo obrar la

consideración estratégica de centrar sus recursos en el área azucarera, en momentos en

que había ya iniciado la construcción del gigantesco Central Río Haina y se aprestaba

a adquirir pequeños ingenios.30

Con independencia de los factores que llevaron a Trujillo a ponderar la no conveniencia

de adquirir la CND, parece ser que la intervención de Bonetti en las negociaciones con-

tribuyó a que no se produjera la transacción. Entre los empleados de la empresa sur-

gió la versión de que, mientras los dos principales propietarios norteamericanos se mos-

traban deseosos de vender, Bonetti les aconsejaba no hacerlo, instándolos a mantener la

confianza en que la empresa seguía teniendo un futuro asegurado.31

Anuncio de

«La Dominicana».

Anuncio con

temática de

carnaval.

zamiento de las nuevas marcas se efectuó en enero de 1949. Los estrategas de la SCA,

encabezados por Gronau, dispusieron un sostenido incremento de la producción para

cubrir la demanda.Ahí vino uno de los errores fatales que suceden en el mundo de la

producción de la cerveza, el de la sobreproducción, que da lugar a defectos en el pre-

parado y escaso envejecimiento. Por el afán de controlar el mercado, la SCA lanzó cer-

veza no suficientemente elaborada, lo que fue percibido por el público.29 Este error se

manifestó también en las delicadas maniobras de transporte, almacenaje y refrigeración,

dando por resultado que La Dominicana se estropeara con facilidad ante cambios de

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Guerra a la CND

Ante la imprevista situación de caída de las ventas, la administración de la SCA recurrió

a medidas de compulsión del consumo, comunes en los mecanismos de acumulación

de Trujillo. La concepción fue expuesta por Bienvenido Gómez, quien era, como se ha

visto, la persona de confianza de Trujillo y quien le rendía cuentas directas de la mar-

cha de la empresa. Gómez envió una circular a los gerentes de ventas, en papel timbra-

do con las cinco estrellas de Trujillo, que los instruía en varios aspectos con vistas a im-

ponerse sobre la CND.32 Entre los mecanismos que se concibieron para forzar el con-

sumo en contra de la Presidente se encontraba la búsqueda, a como diera lugar, de la

exclusividad de las ventas del mayor número posible de negocios. En el seno de la pro-

pia empresa se levantaron voces adversas a la concepción, como la externada por Del

Toro, conscientes de las inevitables repercusiones negativas que sobrevendrían. Existen

indicios, por otra parte, de que algunos integrantes del Consejo de Administración, co-

mo Paíno Pichardo y Paquito Martínez, no compartían la estrategia contra la CND, por

lo que el hecho de que esta se mantuviera ofrece un indicio de que Gómez obraba am-

parado en la autoridad de Trujillo.

Un primer dispositivo atendía a la atracción de los comercios de expendio, tanto

colmados como bares y restaurantes, a través de la concesión de una porción gratui-

ta como prima por adquisición. Se llegó a la práctica común de ofrecer al expende-

dor tres cajas gratuitas por cada diez que adquiriesen, con lo que se buscaba conver-

tirlo en agente de la imposición del consumo de la marca sobre la base de su propia

conveniencia.

Los lugares de expendio comenzaron a ser visitados por espías del régimen, buscan-

do intimidar a los parroquianos para que no consumieran Presidente.33 A veces lle-

gaban grupos de sujetos de mala catadura, proclamando en tono provocador que

eran consumidores de La Dominicana. En algunas provincias hasta los gobernadores

y jefes de puesto del Ejército se involucraron en las tareas de imposición de La Do-

minicana.

Empero, los efectos de tal procedimiento fueron muy relativos, para no decir que con-

traproducentes en el fondo. Los clientes, en abrumadora mayoría, se resistieron a adqui-

rir las marcas de la SCA, convencidos de que su calidad no era comparable a la de Pre-

sidente.Adicionalmente, por razones de búsqueda de la ganancia y con la confianza en

la complicidad de los expendedores, la administración de la SCA no contempló la re-

ducción del precio de venta al público.

Entonces la gente llegó establecer una connotación política en el debate entre las marcas

de cerveza. Quienes creían que Trujillo tenía intereses en la CND, o incluso que era su

propietario básico, como llegaban a considerar algunos, se convencieron de que no era

así, ya que entendieron que una presión de la naturaleza de la que se desplegaba esos

días solo podía provenir de la mano del dictador. Hasta el humorista Paco Escribano

matizó sus programas con frecuentes alusiones burlonas a la calidad de la Presidente, res-

pecto a lo que la CND, a pesar de su actitud cuidadosa ante la embestida del todopode-

roso poder dictatorial, se vio forzada a externar una protesta «para expresar su reproba-

ción y repugnancia por la inusitada propaganda discriminatoria.»34 El humorista se de-

fendió mediante una reiteración de los ataques.35

De tal manera, el consumo de Presidente, entre muchos, pasó a cobrar un contenido de

resistencia al poder dictatorial. Con cada procedimiento compulsivo se incrementaba la

La sonrisa

de Trujillo.

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reacción contraria por un sentimiento de fastidio ante las asfixiantes condiciones que

imponía el orden autocrático. Finalmente, ante el inflexible comportamiento del públi-

co, los expendedores acudieron a un doble juego con la complicidad de sus clientes. Por

delante, visiblemente, ofrecían La Dominicana, para prevenir cualquier represalia del ré-

gimen, pero en forma oculta seguían expendiendo Presidente. Los consumidores acu-

dieron al ardid generalizado de colocar botellas de La Dominicana sobre la mesa, pero

llenas de Presidente. Los dueños de bares tuvieron que inclinarse ante la preferencia de

sus clientes, viéndose obligados a sacrificar el beneficio que les representaba el 30% de

cerveza gratuita que les entregaba la SCA. No hubo forma, por lo que se desprende de

los relatos, de que el servicio de espionaje controlara esa situación. Para lograrlo hubie-

ra tenido que acudir a una persecución generalizada de graves repercusiones.

La competencia de adhesiones

Como si fuera poco el significado de la referida campaña compulsiva, la SCA hizo un

abundante despliegue de adhesión a Trujillo. Desde antes de ponerse en evidencia sus

fallos de fondo, su administración consideró librar la lucha contra la CND a través de

una imagen simbiótica con el régimen establecido. Con esto se anunciaba la compul-

sión, puesto que hacía significar que la empresa contaba con el beneplácito de Trujillo

y que su existencia se inscribía en las realizaciones del régimen.

Los desplegados de prensa fueron impresionantes. Generalmente eran a página entera

en los principales diarios, por lo menos en los dos de Santo Domingo, El Caribe y La

Nación, ambos voceros gubernamentales. Esos anuncios a menudo contenían partes co-

loreadas, algo todavía raro en la época y de seguro costoso. En una buena proporción

Felicitación a

Trujillo de la SCA

en su aniversario.

Apoyo a la

reelección

de Trujillo.

1952.

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|263|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|262|

de ellos aparecía una foto de Trujillo, en algunos casos junto a la de su hermano Héc-

tor. Estas imágenes del dictador se acompañaban con la de la planta de la SCA; era evi-

dente que se quería asimilar a la SCA con la persona de Trujillo. En esos desplegados so-

bresalía el mensaje de que la SCA formaba parte de las realizaciones nacionales propi-

ciadas por el régimen. Acudían asimismo a planteamientos nacionalistas, con alusiones

a las gestas del siglo XIX en ocasión de efemérides. Pero el punto nodal de la empatía

con el gobierno, en tanto que empresa manufacturera, estribaba en los logros industria-

listas del gobierno.Trujillismo y nacionalismo patriótico y económico pasaban a cons-

tituir términos interdependientes. Por ejemplo, la SCA dedicaba sus votos navideños a

Trujillo «en justa correspondencia al aliento que nuestras industrias de él han recibido

nuestros productos, por su alta calidad, constituirán un verdadero orgullo nacional.»36

Esta campaña no tenía posibilidad de surtir efectos, puesto que para la población esta-

ba suficientemente establecida la participación de Trujillo en la SCA. Más bien, al ratifi-

carse tal situación de forma explícita en esos desplegados publicitarios, se agudizó la

reacción ante el intento intimidatorio.

Frente a esta campaña publicitaria, a la CND no le quedó otro camino que ratificar, de

forma más ostentosa que antes, su adhesión al régimen. Desde muy pronto, cuando se

puso en claro que Trujillo controlaba omnímodamente todos los poros de la vida so-

cial, la CND había expresado una identificación palpable con el orden de cosas.Tan fue

así que desplazó la fecha de su constitución a 1930 como medio de identificarse con las

realizaciones de Trujillo. Celebraba sus aniversarios, en ocasiones de manera solemne,

resaltando de hecho tal identidad. Esto obedecía al convencimiento de sus propietarios

LOS CONTRATOS DE EXCLUSI-VIDAD. Gómez, al frente de esta

campaña de compulsión, acudió a

expedientes más desesperados,

confiado en que a la postre el peso

del poder se impondría. Lo más re-

levante al respecto consistió en la

búsqueda formal de contratos de

exclusividad. Quedaba implicada

una relación contractual mediante

la cual la empresa expendedora -

fuese colmado, bar o restaurante-

se comprometía legalmente a ven-

der únicamente las marcas de la

SCA, es decir, a abstenerse de ofre-

cer la Presidente. Gómez consideró

que convenía dar a la publicidad ta-

les contratos, como si constituye-

ran una muestra exitosa, sin darse

cuenta que ponían a ojos de todos

la falla neurálgica que aquejaba a la

empresa de vocación monopólica.

Decenas de anuncios se publicaron

en la prensa diaria, por medio de

los cuales los establecimientos ex-

pendedores, supuestamente de for-

ma espontánea, declaraban haberse

comprometido a la exclusividad de

La Dominicana. Seguramente la

SCA ofreció ventajas adicionales a

cambio de tal exclusividad contrac-

tual, pues no hay señales de que

fuera impuesta por la fuerza. Otros

comerciantes, como cuestión de

principio, tajantemente, se negaron

a aceptar tal obligación.37 Al pare-

cer la reacción del público fue con-

tundente en el mantenimiento del

consumo de Presidente, no obstan-

te que algunos de los centros cer-

veceros más frecuentados se invo-

lucraron en el compromiso con-

tractual de la exclusividad.

Avisos de venta

exclusiva de

«La Dominicana».

Page 155: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|265|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|264|

de que un gobierno como el de Trujillo imponía el orden necesario para la marcha de

los negocios.También obedecía a un reflejo obligado de conservación de parte de sus

administradores locales, encabezados por Pilindo Bonetti, encargados de asegurar las

condiciones de funcionamiento y conscientes de que en un entorno empresarial había

que identificarse como trujillistas.

Así pues, la CND decidió intensificar su identificación con el régimen, multiplicando

los mensajes de adhesión en forma bastante parecida a los de la empresa competidora.

Ocasiones de aniversarios del natalicio de Trujillo, las navidades o la independencia

vieron cómo ambas empresas competían en el tamaño de los anuncios, su tramado ar-

tístico y el contenido apologético de la Era de Trujillo. Como era de rigor en una reac-

ción defensiva, la CND proclamó deber sus realizaciones a las disposiciones de Trujillo

a manos de Trujillo. Con este sentido de lealtad a la empresa, tuvo que tomar la deci-

sión de exacerbar la adhesión al dictador. Algunos de los empleados de orientación

antitrujillista, por lo que refiere uno de ellos, advirtieron la naturaleza de las acciones

del vicepresidente-administrador como dictadas por el interés de la empresa, por lo

que se solidarizaban con ellas, puesto que estaban interesados en que en ningún caso

la CND pasara a manos de Trujillo.39

Premios trucados

En sus palos de ciego, Bienvenido Gómez introdujo otro ingrediente en su búsque-

da de derrotar la Presidente: la concesión de atractivos premios a los consumidores de

La Dominicana. Estos premios pretendidamente se encontraban en las tapitas de la

y al clima de paz que había impuesto. Igualmente vinculó tales manifestaciones a los

avances industriales logrados gracias a Trujillo. Los mensajes políticos se asemejaron a

los de la compañía rival. Por ejemplo, con motivo de las navidades de 1948 felicitó a

Trujillo como «máximo propulsor del desarrollo industrial.»38

Culminaba así –no podía ser de otra manera– la politización de la competencia de las

cervezas, como expresión de la actitud defensiva a que estuvo sometida la CND. De-

positario de la confianza de los yernos de Wanzer, los accionistas que tenían el control

del paquete accionario, Bonetti se empleó a fondo para lograr que la CND no pasara

Felicitación de la

Sociedad Cervecera

Antillana a Trujillo.

Hitos de la historia

dominicana en

clave trujillista.

Adhesión de la

CND a Trujillo.

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cerveza, lo que debía incentivar su consumo. La SCA ofreció atractivos premios, de

hasta 100 pesos y en algunos casos hasta de 200, sumas considerables si se toma en

consideración que el salario diario en el campo podía ser poco superior a 50 centa-

vos. Estos premios conllevaron campañas publicitarias en la prensa diaria, las cuales se

incrementaban en períodos en que se tenía la expectativa de incremento del consu-

mo, como las navidades, semana santa y los meses de verano.

Al igual que en la competencia de adhesión al régimen, la CND se vio obligada a res-

ponder con la misma moneda en cuanto a estrategias de promoción, aunque de mane-

ra relativamente discreta por temor a suscitar la furia del tirano. Más allá de lo que se

revela en los anuncios de prensa, entre los vendedores de las dos empresas se desató una

sorda guerra de premios para captar porciones de los consumidores. En principio, la

vendedor les concediese, lo que entrañaba una manipulación adicional, pues abultaba

la magnitud de los premios.

Don Tomás Oviedo rememora una ocasión que ilustra la forma en que se concedían esos

premios. Estando en Las Matas de Farfán en una de sus frecuentes giras por el Suroeste,

identificó un grupo de bebedores a los cuales convenía conceder el premio mayor de

100 pesos que otorgaba La Dominicana. Los instruyó sobre cómo debían abrir la bote-

lla, a fin de que resultara convincente para los demás parroquianos. Les puso como con-

dición –establecida por la superioridad– que únicamente recibirían el premio en espe-

cie y no en dinero, y que estaban autorizados a consumir no más de 30 pesos en cerve-

za. Habiendo recibido esos parroquianos la tapita con los 100 pesos, decidieron hacer ca-

so omiso de las instrucciones del vendedor y pidieron botellas de La Dominicana por esa

Concurso

de navidad

de la SCA.

Premios

en tapitas de

«La Dominicana».

Premios en tapitas

de Presidente.

suma. En la siguiente gira, avisado por el propietario del bar acerca de lo sucedido, tuvo

que entregarle la diferencia de los 70 pesos en botellas de La Dominicana.

Ante la incredulidad del público, la SCA acudió a subterfugios, como una reiteración de

noticias con las concesiones de premios y la intervención de notarios que certificaban

su limpieza.40

Se trató de una nueva expresión de la desesperada tentativa de la SCA por captar una

porción del mercado y desplazar la primacía de la CND. Un caso así no tenía preceden-

tes en la historia local de la cerveza y no se volvería a repetir.

CND ofrecía montos de dinero menores, tal vez porque depositaba menores expectati-

vas en el mecanismo y porque contaba con menores recursos que la competencia.

Ahora bien, en realidad ambas empresas manipularon la concesión de premios, los cua-

les no se correspondían con lo que ofrecían. Lo normal consistió en que los vendedo-

res de ambas empresas calibraran a quién debían conceder los premios, dependiendo

de sus efectos sobre el público. Las asignaciones estaban en función de ciudades, esta-

blecimientos o grupos de personas distinguidas por su asiduidad en el consumo de cer-

veza. A cambio de recibir un regalo, los agraciados debían conformarse con lo que el

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Traspaso de la SCA a la CND

Al ver la connotación política que había alcanzado la tentativa monopólica de la SCA,

con su acostumbrado sentido histriónico,Trujillo decidió desautorizarla. Mostró enfa-

do ante algunos de sus altos funcionarios, pretendiendo que había sido absolutamente

ajeno a la situación, lo que algunos de ellos posiblemente llegaron a creer.41

De golpe, por orden del Jefe, cesó la campaña intimidatoria, lo que tenía el visible ob-

jetivo de deshacer el malestar que había dejado su despliegue entre porciones mayori-

tarias de los consumidores.

En vista de los problemas surgidos Trujillo decidió, probablemente a inicios de 1951,

hacerse cargo por completo de la SCA. Seguramente dio ese paso al considerar que

en sus manos podría estar la respuesta a las deficiencias de la empresa. Lo primero que

En esa situación, de acuerdo al relato de Wiese, en términos esenciales confirmado por

varios de los entrevistados, advino un incidente entre Trujillo y Gronau, a causa de la

molestia del primero por los «amoríos» de su hija Angelita con el hijo de Gronau. Es-

te, al no aceptar la petición de Trujillo de que su hijo abandonara el país para realizar

estudios, optó por renunciar a la empresa y marcharse a Puerto Rico.43 Gronau estaba

molesto desde que Trujillo había decidido defenestrar a los accionistas puertorriqueños,

pues fue él quien los atrajo a la empresa; su salida provocó indudable daño a la SCA, da-

do que había sido el alma de la empresa. De hecho, en la reorganización decidida por

Trujillo, Gronau había perdido parte de sus funciones, lo que debió iniciar el malestar.

Hubo otra importante secuela del affaire, siempre de acuerdo con Wiese: la renuncia de

Ramfis en solidaridad con Gronau, a quien estimaba.44

hizo fue adquirir las acciones de los puertorriqueños al valor nominal. Luis Dubón

dejó de ser el presidente de la compañía, siendo sustituido por Ramfis. Junto al pri-

mogénito, de acuerdo a resoluciones de la Junta de Accionistas del 14 de febrero de

1951, formaron parte del Consejo de Administración las siguientes personas: Bienve-

nido Gómez, vicepresidente; Paíno Pichardo, segundo vicepresidente; Ramón Savi-

ñón, tesorero; secretario, Juan Arce Medina; vocales, Jacinto Dumit, Ernesto Freites,

Alejandro Espaillat, Celito Peña Morros, Paquito Martínez; comisario, José Manuel

Bello.42

El maestro

cervecero alemán

Richard Spieler.

A la izquierda

posa con Octavio

Gómez.

Las dos empresas

fusionadas felicitan

a Trujillo.

Page 158: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

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A raíz de la renuncia de Ramfis, su padre designó a Bienvenido Gómez como pre-

sidente de la SCA, quien hizo colocar a su hermano Octavio Gómez como adminis-

trador, pese a que, de acuerdo a Wiese, carecía de experiencia comercial. De todas

maneras, se tomaron medidas para enmendar los yerros en la preparación del pro-

ducto y volver a una competencia basada en la calidad. Para tal fin se contrató a Ri-

chard Spieler, un maestro cervecero alemán de vasta experiencia. Al parecer la con-

tratación requirió una fuerte erogación, lo que fue señalado por el portavoz de la

empresa, en el sentido de que «no ha omitido gastos ni sacrificios para traer al país

un técnico y maestro cervecero de la capacidad y fama internacional.»45 Spieler se

dispuso a hacer mezclas tendentes a la creación de un nuevo producto que pudiera

recuperar la atracción del público; de esos experimentos surgió la marca Pilsener,

que fue lanzada a mediados de 1952, con un despliegue propagandístico intenso pe-

ro inefectivo.Ya era muy tarde: a ojos del público, irremisiblemente, los productos de

la SCA no se equiparaban a la Presidente. Como si fuera poco, antes de haber con-

cluido su trabajo, Spieler murió, lo que supuso un fuerte golpe para la compañía, la

cual había depositado grandes expectativas en él.46 Acota una fuente bien informa-

da que «Spieler tampoco dio ‘pie con bola’ con la cerveza nueva que lanzó al mer-

cado. Esta era más bien una cerveza de tipo amargo, que no fue del agrado del pa-

ladar dominicano.»47

Poco más adelante, tal vez con vistas a prepararse para una transacción de envergadura,

Trujillo decidió disponer del control pleno de la empresa, para lo cual adquirió todas

las acciones de los socios dominicanos.48 Era el preámbulo para la venta de la empresa,

mediante su fusión con la CND, dentro de la cual quedaría como accionista.A ojos del

dictador esta era la mejor solución, puesto que ponía fin a una situación de confronta-

ción que le había hecho daño en el público consumidor, salía de una empresa que ya

arrojaba sensibles pérdidas y, eventualmente, pasaba a participar de los dividendos que

producía la CND, en sólida posición dentro del mercado desde más de dos décadas atrás.

Para tal fin, le dio instrucciones a Anselmo Paulino, entonces en el cenit de su influen-

cia como segundo hombre del régimen, especialmente en el área económica.Actuan-

do como intermediario y testaferro de Trujillo, el «ojo mágico» transmitió a Pilindo

Bonetti la propuesta de la transacción, consistente en que, por concepto de la venta de

la SCA a la CND,Trujillo pasaría a ser accionista de ésta última con acciones por valor

de un millón de pesos. Estas acciones serían preferidas, lo que implicaba que durante

el primer año recibirían un interés de 6% además de los beneficios ordinarios.49 Bo-

netti, quien había recibido pleno poder para negociar, aceptó de inmediato en forma

preliminar, pendiente de consultar con los dos principales propietarios, Stuart y Mc-

Kay. Bonetti, al parecer, calibró que el valor real de la SCA era algo superior al millón

que Trujillo pedía por sus acciones, pero lo fundamental que debía apreciar en la pro-

puesta, sin embargo, era que cesaba de pender la espada de Damocles de la voluntad

omnímoda del dictador.

En virtud del acuerdo, la SCA no desaparecía en lo inmediato, sino que quedaba como

filial de la CND, que pasaba a detentar la totalidad de su paquete accionario. La transac-

ción fue hecha pública, aunque de tal manera que se eludía mencionar la participación

de Trujillo. Básicamente, el anuncio se limitó a una información de prensa que daba

cuenta de que la CND «tomaba a su cargo» a la SCA, en virtud de un convenio, del cual

no se ofrecía ningún detalle.50

Anuncio de

Cerveza Pilsener.

Page 159: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|273|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|272|

A partir de ese momento, todas las transacciones relativas a las acciones de Trujillo se

hicieron en la mayor confidencialidad.El licenciado Joaquín Ramírez de la Rocha, abo-

gado de la CND, señala que las acciones preferenciales de Trujillo no figuraron en el pa-

quete accionario de la empresa, por lo que la asamblea de accionistas de ese año fue aje-

na al acuerdo. Acota que fue «como si la operación no se hubiera nunca realizado»,51

siendo categórico el abogado en cuanto a que el nombre de Trujillo o cualquier testa-

ferro nunca figuró en la lista de accionistas de esos años en su poder.

Con seguridad fue Trujillo quien solicitó plena confidencialidad respecto a su partici-

pación en la CND, puesto que su política invariable consistía en utilizar testaferros en

sus propiedades industriales y comerciales. Al parecer, sin embargo, a partir de cierto

momento, las acciones por el millón de pesos fueron puestas a nombre de María Mar-

tínez, la consorte del tirano.

Más allá de lo anterior, nada en concreto puede referirse de esta participación de Tru-

jillo. Dada la delicadeza de estos problemas, quedaban en gran medida en conocimien-

to exclusivo del administrador Bonetti.Al menos en lo relativo a las transacciones vin-

culadas a Trujillo, el bufete de Julio Ortega Frier no debió tener participación alguna.52

Por tal razón resulta inferible que, tal vez, la operación se efectuase ante el abogado de

Wanzer en la oficina de New York, Nelson Gammans, quien figuró entre las personas

fundadoras en 1929. Según Russell McKay, quien entonces vivía en Santo Domingo, el

acuerdo establecía que cuando «Trujillo muriera, las acciones retornarían a los vende-

dores o a quien fuera..., lo que no era conocido para la generalidad de la gente, por lo

que cuando se hizo público causó algo de furor después de que fue asesinado.»53 Esto

último no está avalado por ningún otro indicio, por lo que la aclaración de todas las

aristas queda pendiente para cuando aparezcan documentos.

Desarticulación de la SCA

Adquirida por la CND, la SCA quedó regida de inmediato por las normas gerenciales

existentes en la primera, lo que se hizo del conocimiento público. Esto implicaba que

Trujillo o sus representantes cesaban de tener toda intromisión en la SCA. Como accio-

nista minoritario de la CND,Trujillo tuvo un papel puramente pasivo, no habiendo no-

ticias de que el dictador intentase interferir en la empresa matriz.

Para fines prácticos ambas empresas pasaban a ser lo mismo. Bonetti ejerció la admi-

nistración de la filial desde octubre de 1952, y designó a Del Toro como cabeza de es-

ta. Ante todo, la reestructuración se manifestó en movimientos del personal, a fin de

imponer concordancia de procedimientos entre la filial y la matriz. Fueron despedidos

algunos de los antiguos empleados de la CND que se habían ido a la SCA atraídos por

las perspectivas ofrecidas por Gronau;54 en cambio, otros fueron mantenidos en la em-

presa, sobre todo los que anteriormente no habían estado empleados en la CND, en re-

conocimiento de sus condiciones.

Como parte del trasplante de los métodos operacionales de la CND, la planta de la SCA

pasó a ser regida por las normas de calidad del Instituto Cervecero Schwarz, a través de

Malvin Mayer, uno de los ejecutivos. La asesoría de ese laboratorio, como se verá, ha-

bía sido crucial en el mantenimiento de un alto estándar de calidad en la fabricación

de la Presidente. Inmediatamente se produjo el traspaso de la administración de la plan-

ta de la SCA, fue objeto de supervisión por Schwarz, anunciada por el mismo Bonetti.

Inmediatamente después de la fusión fueron desechadas La Dominicana y Cibao y se

Anuncio de

Cerveza Pilsener

«Banda Blanca»,

última marca

de la SCA.

Page 160: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|275|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|274|

promocionó exclusivamente la marca que se identificó con las nuevas condiciones, la

Pilsener, que pasó a ser más conocida por su sobrenombre de Banda Blanca. En el mo-

mento de su lanzamiento, probablemente con vistas a mantener un nicho de mercado

inclinado hacia los sabores europeos, se quiso respetar el sabor más típico del tipo Pil-

sener, más amargo que la Presidente. Al analizar esa marca, el químico Mayer estimó

obligatorio introducirle cambios, pues si bien reconocía que era una «buena cerveza»,

consideraba que «es un tipo Pilsener amargo, cuyo sabor le agrada a muy poca gente

de Latinoamérica y Estados Unidos, acostumbradas como están a beber una cerveza

suave con el amargo del lúpulo muy bien atenuado.»55 Mayer se puso al frente de la

fabricación de la nueva marca, auxiliado por algunos de los químicos de la CND, en es-

pecial Frank Columna.Tenía por objetivo la elaboración de una «cerveza Pilsener al

gusto de los consumidores de este país», asegurando que «resultará una cerveza dife-

rente y mejor.»

En efecto, las ventas de la marca Pilsener se mantuvieron en nivel aceptable, de seguro

por las mejorías acordes con el gusto prevaleciente entre los consumidores. Sin embar-

go, al cabo de menos de dos años, Stuart decidió clausurar la SCA, aduciendo la necesi-

dad de reducir costos, principalmente en el mantenimiento de las flotas de camiones.

Además, estaba molesto por la competencia entre los vendedores de la matriz y la fi-

lial,56 pues redundaba en mayor costo de publicidad. Hizo caso omiso de la postura de

Columna, de hecho ya la segunda figura en el tren administrativo de la empresa, parti-

dario de que no se disolviera la SCA, juzgando beneficiosa la competencia para mante-

ner elevada la calidad de los productos.

Tomada esa decisión, las instalaciones de la SCA fueron desmanteladas. Desde hacía unos

años la CND estaba ubicada en su nuevo local de la Carretera Sánchez. En él se habían

introducido innovaciones técnicas intensas, sin duda acicateadas por los imperativos de

la competencia que había representado la SCA. Dentro de esos recientes parámetros téc-

nicos de fabricación, se juzgó que la maquinaria de la SCA resultaba desfasada, habida

cuenta de que gran parte provenía de fines de la década de 1920. Solo por poco tiem-

po llegó a producirse Presidente en las antiguas maquinarias de la SCA. La gran mayo-

ría de estas fueron arrumbadas como hierros viejos, posteriormente vendidos a Metal-

dom.57 Entre los escasos equipos que fueron trasladados a la planta de la CND sobresa-

lieron los tanques de envejecimiento, juzgados de calidad aceptable,58 con los cuales se

pudo incrementar todavía más la capacidad instalada. En un principio el edificio de la

SCA fue destinado a servir como almacén. Posteriormente fue vendido a Refrescos Na-

cionales, empresa en auge por la fabricación de Coca Cola, que tenía hasta entonces su

local anexo al de la CND en la Carretera Sánchez. Paralelamente a la utilización por Re-

frescos Nacionales del viejo local de la SCA, justo delante de este, también en la Carre-

tera Sánchez, la empresa refresquera decidió construir un nuevo local, donde todavía se

encuentra la planta de Coca Cola.

Malta Morena

A diferencia de la supresión de las marcas de cerveza de la SCA y el ulterior abando-

no de la marca sustituta, la Pilsener Banda Blanca, la administración de la CND consi-

deró conveniente conservar la Malta Morena. Esta había logrado una buena acogida

en el mercado que se había podido sostener, en contraste con el derrumbe de las dos

marcas de cerveza. La Malta Morena era más dulce y espesa que la Corona, lo que fue

Pilindo Bonetti

y Malvin Mayer.

Page 161: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|277|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|Capítulo 9Capítulo 9|Trujillo incursiona en la industria de la cerveza: La Sociedad Cervecera Antillana|276|

del agrado del público, que consideraba que su espesor significaba que era más nutri-

tiva que la de la CND.Adicionalmente, se imponía el rechazo hacia lo amargo. Lo úni-

co que justificaba el consumo de una bebida muy amarga, como eran los extractos de

malta importados, eran consideraciones alimenticias; pero, al mismo tiempo, el seg-

mento infantil de consumidores de la malta inclinaba la balanza a favor de un produc-

to menos amargo y, por ende, más próximo a la noción de una gaseosa.

En el proceso de fusión se decidió, por consiguiente, mantener la oferta de ambas mar-

cas. Sin embargo, ante la posterior evolución del mercado, con la Corona perdiendo te-

rreno, la administración de la empresa consideró conveniente conceder prioridad a la

antigua marca rival en la promoción publicitaria. Las campañas en la prensa diaria fue-

ron mejoradas por la CND. Era el preámbulo de la decisión de abandonar la Corona, a

fin de centrar todos los esfuerzos de publicidad y fabricación en la Morena.Todavía es-

ta tenía enfrente una competencia importante en el extracto de malta alemán, princi-

palmente el Lowenbrau, muy estimado por las propiedades nutritivas y medicinales que

se le atribuían.

La estrategia publicitaria de la malta durante la década de 1950 contribuyó decisiva-

mente a la expansión de su consumo. Los despliegues publicitarios formaron parte de

la estrategia de mercado de la CND. Por una parte, se articularon a las condiciones lo-

cales, poniendo el énfasis en los puntos de vista de la gente.Varios prototipos temáticos

marcaron la pauta de los anuncios de Malta Morena, como el vigor requerido por los

niños para el estudio o la alimentación requerida para un crecimiento sano. Con más

precisión todavía se insistía en la asociación entre las capacidades deportivas y la buena

alimentación que depara el producto, así como, siempre en vinculación con la salud y

la nutrición, en la bondad de su consumo por parte de las madres durante los períodos

de lactancia.

En la expansión del consumo incidió el crecimiento económico ocurrido durante la

década de 1950, pues la adquisición del producto requería una elevación de la disponi-

bilidad monetaria. Así, entre 1950 y 1959 el consumo más que se duplicó, pasando de

1.8 millones de litros en 1950 a 3.7 millones en 1959, lo que tornó la bebida en un

producto masivo.

Anuncio de

Malta Morena.

Page 162: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|279|Elfuncionamiento

|279|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

10James Stuart

en recepción

en su honor.

1964

La presidencia de James Stuart

Como ya se mencionó, poco después de la muerte Wanzer, su yerno James Stuart fue

designado presidente de la CND y de todas las empresas restantes del complejo, básica-

mente la Cervecería Corona de Puerto Rico, la Brasserie de la Couronne de Haití y las

plantas productoras de refrescos de gaseosa en los tres países. Además, el complejo in-

cluía la Pan American Industries, radicada en New York, la cual coordinaba aspectos de

todas las empresas, sobre todo para la compra de insumos y maquinarias en condicio-

nes ventajosas.

Wanzer dejó todo ordenado para que Stuart lo sustituyera al frente del complejo anti-

llano, en principio en atención a que había iniciado sus actividades en las empresas an-

tes que su otro yerno Russell McKay. Al igual que este, Stuart ingresó a trabajar con

Wanzer a raíz del matrimonio con su hija Elizabeth hacia 1932, esto es, poco después

de la fundación de la CND.1 Stuart había nacido en Brooklyn, donde se graduó de

EL FUNCIONAMIENTODE LA CND EN LAS DÉCADASDE 1950 Y 1960

Page 163: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|281|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|280|

bachillerato, se hizo golfista profesional y luego vendedor de autos en Long Island.

Cuenta la familia que en ocasión de estar Wanzer comprando un vehículo, quedó im-

presionado por las habilidades de vendedor de su futuro yerno.Tiempo después Stuart

se hizo la mano derecha de Wanzer y su representante de pleno derecho en las ocasio-

nes en que no podía estar presente. Stuart desempeñaba un papel clave sobre todo en

las reuniones que se celebraban en las Antillas. En virtud de esas responsabilidades fue

designado como una especie de vicepresidente ejecutivo del complejo industrial. Des-

de inicios de la década de 1940 pasó a residir en Puerto Rico, desde donde controlaba

las operaciones cotidianas de todas las empresas.

Aunque nunca residió en la República Dominicana, Stuart venía con frecuencia, entre

otras cosas porque se sentía bien en el ambiente de la cordialidad dominicana, compar-

debía aplicar. A Menicucci, cuando fue designado administrador en 1978, le preparó

un decálogo condensado de criterios. Es probable que ambos textos coincidieran y que

en ellos se recreasen los principios con los cuales su suegro había dirigido exitosamen-

te las empresas.

Dentro de esta tónica, tenía la convicción de que las empresas debían operar sobre la

base de una austeridad permanente, siempre y cuando no se afectase la eficiencia. Re-

fiere su hijo que Stuart era un hombre sumamente reservado, que no entraba en deta-

lle acerca de sus actividades, por lo que se limitaba a comentar aspectos esenciales.

Al tomar la presidencia de las empresas, Stuart mantuvo la cohesión del viejo grupo de

allegados de Wanzer o bien de sus descendientes, como Winget Paine, Jack Monks, Nel-

son Gammans y Gorham Philips, los dos primeros fuertes accionistas y los dos últimos

tiendo con los principales ejecutivos de la CND dirigidos por Bonetti.Aun cuando sus

estadías eran bastante cortas, sacaba tiempo para jugar golf los fines de semana en el

Country Club y, alguna que otra noche, bailar merengue.

A lo largo de los años Stuart se compenetró de la filosofía empresarial de su suegro.

Esta comprendía principios como la centralización absoluta de las decisiones o el cri-

terio de que cada quien debía estar enterado únicamente de lo que era de su incum-

bencia.Tenía principios muy acabados acerca de cómo debía llevarse la gestión. A su

hijo le hizo entrega de un artículo contentivo de las normas de administración que

Nuevas

instalaciones de

embotellado

de la CND.

James

Stuart.

Page 164: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|283|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|282|

fue consolidándose, lo que culminó con su designación como presidente de la em-

presa al fallecer su fundador, quien por lo demás era su suegro.

No obstante esa creciente autoridad de Mayer en el laboratorio, no abandonó su in-

volucramiento personal en las relaciones con la CND. Siguió viniendo constantemen-

te a la República Dominicana, dos veces al año, principalmente en compañía de

Henry Iffland. Su estratégica función en el seno de la CND dio lugar a que Mayer,

desde finales de la década de 1940, trabara amistad con Stuart. Este decidió otorgar-

le un paquete de acciones de la CND en reconocimiento de su atención hacia la em-

presa en un aspecto que se había probado de estratégica importancia, sobre todo des-

pués de la renuncia de Jaime Gronau. Así, Mayer pasó a fungir como una especie de

tutor de los técnicos y administradores de la CND, función que desempeñaba más allá

abogados de la empresa con pequeños paquetes de acciones.Y, sobre todo, tuvo que

contar con la aquiescencia de su concuñado Russell McKay, quien tenía un paquete ac-

cionario casi similar al suyo. En lo fundamental, Stuart logró mantener el control ple-

no sobre el complejo empresarial, prácticamente en los mismos términos que lo había

hecho su suegro.

Por lo que refiere su hijo, el Consejo de Administración de las empresas sesionaba in-

variablemente en New York, donde se daban cita los principales accionistas, sin que to-

maran parte los administradores locales. Durante los casi treinta años en que ostentó la

presidencia de la CND Stuart trazó los lineamientos esenciales de la empresa. A pesar

de ese componente centralizador, prefería mantener un perfil bajo, evitando en lo po-

sible toda publicidad. Solo en contadas ocasiones la prensa registraba sus visitas a San-

to Domingo.2 A diferencia de su suegro, no mantuvo vínculos con Trujillo, pues las re-

laciones con el Gobierno Dominicano las dejaba a cargo de Bonetti y los subsiguien-

tes administradores. Ese carácter reservado llevaba incluso a que ejecutivos medios de

la CND lo percibieran erróneamente como un propietario absentista, lo que de ningu-

na manera era el caso: Stuart llevaba un control minucioso de todas las operaciones y

delegaba en los administradores lo que entendía inevitable; de vez en cuando, después

de sus visitas al país, enviaba recomendaciones estrictas, enmendando la plana a los eje-

cutivos locales.3

Incidencia de Laboratorios Schwarz

El mantenimiento de los estándares de calidad de la marca Presidente se debió en bue-

na proporción a la relación establecida entre la CND y los laboratorios Schwarz, la prin-

cipal empresa de Estados Unidos en labores de asesoría de control de calidad a las com-

pañías productoras de cerveza. Desde la época de Wanzer este laboratorio daba un mi-

nucioso seguimiento a la evolución de la producción de la CND, con el fin de registrar

cualquier variación que pudiese afectar la estabilidad del producto. De igual manera, es-

taba estipulado que las innovaciones que se llevasen a cabo en los procedimientos y en

el uso de las materias primas debían ser consultadas con los expertos de la empresa con-

sultora norteamericana. Regularmente, al menos dos veces al año, llegaba algún exper-

to de Schwarz para revisar cómo se desenvolvían las operaciones.

Esta relación se solidificó cuando Malvin Mayer se hizo cargo del seguimiento de las

operaciones de la CND por parte de Schwarz. Al decir de Rafael Menicucci, Mayer

era, más que un maestro cervecero, una autoridad a nivel mundial en los más varia-

dos aspectos relativos a la cerveza. Con el tiempo, la posición de Mayer en Schwarz

Certificado

de laboratorios

Schwarz de la

calidad de

Presidente.

Page 165: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|285|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|284|

de su compromiso por cuenta de Schwarz, en la medida que se había convertido en

accionista. Con el tiempo, Mayer incluso pasó a formar parte del Consejo de Admi-

nistración de la CND.

La Bock

La competencia que representó la Sociedad Cervecera Antillana repercutió en la con-

sideración de que porciones considerables del público podían estar abiertas a consumir

tipos novedosos de cerveza. En efecto, como se ha visto, la marca La Dominicana tenía

peculiaridades importantes respecto a la Presidente. Para hacer frente al formidable re-

to que significaba la empresa de Trujillo, los ejecutivos de la CND visualizaron la perti-

nencia de introducir un tipo completamente novedoso, apartado del ya proverbial esti-

Es probable que la concepción de esta marca se llevara a cabo en forma un tanto pre-

cipitada, ante el reto de la empresa competidora, pues se anunció su lanzamiento inmi-

nente a fines de marzo de 1949.4 Concebida como producto ágil, para un consumo in-

formal, únicamente fue envasada en botellas pequeñas de doce onzas. Con fines de sos-

tener una competencia inicial se le puso un precio moderado de 25 centavos, inferior

al del equivalente importado.

El proceso de confección de esta marca estuvo a cargo de Hugh Barrett, maestro cer-

vecero de la CND, contando, como ya era lo usual, con la asesoría del Instituto Schwarz.

Este técnico explicó las peculiaridades de la marca, afines al estilo original: en primer

lugar, es de color oscuro, proveniente de la malta caramelo; «produce una densa espu-

ma cremosa y tiene un sabor agradable»; por último, se caracteriza por sus altas cualida-

lo predominante en el país. En la búsqueda de este nicho consideraron prudente expe-

rimentar con un tipo de fermentación alta, lo que comportaba un indudable riesgo. Se

trató del tipo Bock, común en Alemania como cerveza producida a fines del invierno

por su consumo en primavera, como era usual en la época en que solo había cervezas

de fermentación alta. Para evocar sus orígenes y características, se decidió ponerle el

mismo nombre de Bock a la marca, que significa chivo en alemán. De acuerdo a trata-

distas, este tipo se caracteriza por la mezcla de maltas de cebada y de trigo, esta última

ligeramente tostada.

Anuncio de

cerveza Bock.

Malvin Mayer y

Frank Columna

hacen pruebas

con muestras

de cerveza.

Page 166: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|286| |287|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10

des alimenticias.Aunque Barret no lo especificó, la Bock, además, es reconocida por su

alta graduación alcohólica. Esta característica podía tener importancia en función de la

competencia entre las cervezas producidas en el país. Para muchos aficionados a la cer-

veza, tanto de Alemania como de Estados Unidos, la calidad de la Bock es insuperable

no solo desde el punto de vista de su sabor, sino de la propiedad medicinal que se le

atribuye y de que, pretendidamente, provoca menos aumento de peso que otros tipos.

Las noticias son escasas acerca de la recepción de la Bock por el público, señal de que

no fue la mejor. Los anuncios fueron limitados y algunos de los mismos vendedores de

la CND no tienen un recuerdo claro acerca de la marca. No parece, pues, que calara, lo

que explica que tuviese una existencia efímera. Después de la tropical primavera de

1949 esa marca no volvió a producirse, lo que es explicado por una razón obvia: la

dificultad, aun entre aficionados sutiles, de incorporar al consumo variedades aparta-

das de la corporizada en la Presidente. El público abierto a adoptar una cerveza de fer-

mentación alta, color oscuro y elevada graduación alcohólica resultó ser una minoría.

Balance de la CND en su trigésimo aniversario

A lo largo de la década de 1950 la CND experimentó transformaciones de considera-

ción, paralelamente con la dinámica creciente del consumo de cerveza en el país, a su

vez vinculado a una economía que crecía a un ritmo de alrededor de 7% anual. Las ven-

tas totales de cerveza se duplicaron con creces en menos de una década, al pasar de 3.1

millones de pesos en 1950 a prácticamente 7 millones en 1958, con un crecimiento su-

perior al de la evolución general de la economía, algo usual en fases de auge.

EL PRIMER MAESTRO CERVE-CERO DOMINICANO. Como parte

de los imperativos de sostener los

estándares de calidad y de, even-

tualmente, mejorarlos todavía más,

sobre todo con vistas a la completa

estabilidad del producto, la Cerve-

cería Nacional Dominicana inició, a

fines de la década de 1940, un pro-

grama de preparación técnica de su

personal. Ese propósito coincidía

con las visiones gubernamentales

tendentes a mejorar la formación

profesional de técnicos y trabajado-

res en un momento en que mar-

chaba a todo vapor el proceso de

industrialización ligera que siguió a

la Segunda Guerra Mundial.

El requerimiento de cualificación del

personal respondía también a las

transformaciones que se llevaban a

cabo en el proceso productivo de la

cerveza, cada vez más dependiente

de sistemas precisos y normas

científicas que dejaran atrás los

procedimientos empíricos de origen

artesanal. El avance de la produc-

ción a gran escala requería el per-

feccionamiento de las pruebas de

laboratorio, con el fin de asegurar la

estabilidad del producto.

Entre las personas que tomaron

cursos de perfeccionamiento profe-

sional en esos años se destacó

Frank Columna, ya con vasta expe-

riencia en el área de los laborato-

rios químicos de la empresa. En

septiembre de 1949 Columna fue

enviado la U. S. Brewers Academy

de la ciudad de New York, donde,

por espacio de ocho meses, tomó

cursos relativos a los siguientes te-

mas: ingredientes, mecanismos re-

cientes de embotellamiento, siste-

mas de cultivo de levadura, quími-

ca y biología y aspectos de ingenie-

ría concernientes al área cervecera.

Los estudios de Columna se cen-

traron en el área de laboratorio quí-

mico con el fin de realizar análisis

de ingredientes que garantizan un

«producto uniforme y puro»,5 pero

también tomó clases intensivas de

laboratorio físico, sobre todo acer-

ca de refrigeración, con vistas al

control de la temperatura y de sus

variaciones de acuerdo a las nor-

mas de la tecnología de punta.

El programa de la Brewers Aca-

demy, en su género uno de los es-

tablecimientos educativos de ma-

yor nivel en el mundo, tenía por

fundamento la conexión entre teo-

ría y práctica, por lo cual disponía

de una pequeña cervecería anexa, a

fin de que los alumnos experimen-

tasen directamente todos los pasos

necesarios en la fabricación. De

igual manera, incluía visitas a em-

presas cerveceras grandes y pe-

queñas de Estados Unidos, así co-

mo a empresas vinculadas a aspec-

tos conexos, como fábricas de vi-

drio y de maquinarias.

Aunque la duración de los estudios

fue breve, la prolongada experiencia

de Columna le permitió recibir el tí-

tulo de maestro cervecero, siendo

el primer dominicano que obtenía

esa calificación académica. Hasta

entonces todos los maestros de la

CND habían sido de origen extranje-

ro, aunque Jaime Gronau con el

tiempo obtuvo la nacionalidad do-

minicana. El maestro cervecero a

cargo de la dirección de los proce-

sos químicos era el norteamericano

Hugh C. Barrett Jr., quien también

obtuvo su especialidad en la Bre-

wers Academy, y en lo adelante Co-

lumna pasó a fungir como su ayu-

dante. Sus conocimientos y su ex-

periencia le hicieron ganar progresi-

vos méritos dentro de la empresa,

al grado de que en 1965 fue desig-

nado su administrador, tras el falle-

cimiento de Pilindo Bonetti.

Frank Columna

y Hugh Barret,

maestros

cerveceros.

Page 167: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|288| |289|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10

El punto de partida de estos avances estuvo en las mejorías tecnológicas que acompa-

ñaron el traslado de la planta de la CND a la Carretera Sánchez. El edificio, construi-

do en 1950 por los ingenieros Penson y Pou con especificaciones de la firma Harley,

Ellintong and Day, de Detroit, incorporaba los progresos recientes de la técnica indus-

trial: «Con sus amplios edificios, planta de fabricación, almacenes, talleres de mecáni-

ca, carpintería, garajes, talleres de pintura y reparación de vehículos de motor dotados

de equipos modernos para facilitar las labores correspondientes a los mismos, la Cer-

vecería cuenta con todas las facilidades modernas para realizar eficientemente sus ope-

raciones de producción». En las nuevas instalaciones se instaló una capacidad produc-

tiva que duplicaba la demanda del momento. Los procesos manufactureros se hicieron

sustancialmente más automatizados y, por ende, más eficientes.

La posición de la CND se ratificó con motivo de la adquisición de la Sociedad Cerve-

cera Antillana en 1952, con lo que quedó atrás toda amenaza proveniente del régimen.

Por otra parte, pudo mantener una sólida presencia dentro del mercado gracias a que

la compenetración del público con Presidente evitaba que las importaciones se incre-

mentaran.

En los años finales de la década de 1950 los ejecutivos de CND destacaron las transfor-

maciones que había experimentado la empresa durante su dilatada existencia. En ese ba-

lance sobresalía la ilustración de cómo la CND había pasado de ser una empresa peque-

ña a un gigante dentro de las condiciones dominicanas. En 1930 la empresa se estrenó

con apenas 40 empleados, mientras que en 1958 superaba los cuatrocientos.6 La inver-

sión pagada, de apenas diez mil pesos en 1929, había llegado a 3 millones desde inicios

EL EQUIPO DE PILINDO. El pro-

ceso de consolidación de la empre-

sa y de ampliación del volumen de

las operaciones después de la

Segunda Guerra Mundial estuvo

dirigido por un equipo gerencial

conformado alrededor del vicepre-

sidente- administrador Pilindo

Bonetti.

En páginas anteriores se han desta-

cado las dotes administrativas de

Bonetti, la figura clave de la empre-

sa in situ, desde poco después de

sus inicios hasta su fallecimiento

en 1965. Fue un conocedor profun-

do del medio dominicano, lo que

aplicó en su función de represen-

tante de la empresa en el escenario

nacional. Quienes lo recuerdan, lo

consideran un hombre franco y

cordial, presto a ganar la confianza

de los interlocutores. Esto le hizo

ganar un liderazgo extraordinario

dentro de los cuadros. Pese a las

altas posiciones de dos de sus her-

manos, sus compañeros de labor

no lo ponderaban como un hombre

del régimen de Trujillo, ya que en-

tendían que respondía exclusiva-

mente a los intereses de la empre-

sa.7 Este compromiso se puso a

prueba en los años difíciles en que

Trujillo operó la Sociedad Cervece-

ra Antillana, en los cuales el admi-

nistrador tuvo que emplearse a fon-

do para evitar que la empresa caye-

ra en manos de Trujillo.

En el desempeño de sus labores,

inclinado a contar con la colabora-

ción de todos en la gestión, confor-

mó un equipo de cuadros directi-

vos. La generalidad de subordina-

dos se sentían orgullosos de ser

depositarios de la confianza de Pi-

lindo, ya que lo admiraban por su

modalidad democrática de trabajo.

Aunque muchas personas trabaja-

ron de cerca con Bonetti, a la larga

sobre todo tres se distinguieron

por la prolongada relación que tu-

vieron con la empresa: Frank Co-

lumna, Luis del Toro y Rafael G.

Menicucci Rodríguez.

Columna fue un autodidacta, que

en parte logró ascender hasta la

condición formal de maestro cerve-

cero gracias a su experiencia labo-

ral de varios años en Estados Uni-

dos. Aunque su fuerte era el área

de elaboración, también estaba do-

tado de condiciones administrati-

vas. Pero a él le correspondió una

cuota considerable de los esfuerzos

para mantener la calidad de Presi-

dente. Era un hombre jovial, con

suma facilidad para relacionarse

Columna

y Bonetti.

Luis

del Toro.

Page 168: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|291|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|290|

de la década de 1950. Pero más ilustrativa resultaba la evolución de las ventas: de 50,000

cajas anuales se había pasado a 680,000 en 1954 y 1,105,000 en 1958. Esta evolución

repercutió en la nómina, que de RD$30,000 anuales superó los RD$600,000 a fines de

la década del 50. El balance realizado también destacaba el impacto de su producción

en el sistema fiscal del país, ya que de una cifra no superior a 50,000 pesos que abona-

ba en impuestos durante la década de 1930, se había pasado a 3 millones para 1958,

monto que representaba aproximadamente el 2% del total de ingresos fiscales.

Los veteranos

Con motivo de la celebración del trigésimo aniversario del inicio de la producción, el

30 de abril de 1960 los ejecutivos de la CND, encabezados por su presidente Stuart y su

vicepresidente McKay, otorgaron galardones a los 189 empleados más antiguos de la

empresa, tres de los cuales habían ingresado desde sus primeros días de 1929. Ese acto,

en el que fue conmemorado el Día Internacional del Trabajo, se celebró en el Jardín Te-

rraza Cerveza Presidente, y en él fungió como maestro de ceremonias Rafael G. Me-

nicucci R.Tomaron la palabra el presidente Stuart, el administrador Bonetti y el subad-

ministrador Julio Montolío. El primero hizo un recuento histórico de la marcha de la

empresa, destacando el sentido de comunidad de todos sus empleados.

Además de los galardones correspondientes a la antigüedad de cada uno, se entregaron

presentes, como relojes de pulsera con los nombres de los homenajeados más antiguos

y botones de oro a otros. El subadministrador Montolío agradeció los presentes a nom-

bre de los empleados, poniendo de relieve el sentimiento de comunidad que los con-

con los demás, pues apreciaba las

condiciones de cada quien. Por su

capacidad, fue promovido a la con-

dición de segundo de Bonetti, lo

que le permitió ser su sustituto en

1965. Le tocó enfrentar varias co-

yunturas delicadas, principalmente

el inicio de la competencia de la

Cervecería Cibao.

Un segundo hombre que se distin-

guió en el área de auditoría fue Luis

del Toro, a quien se le hizo una en-

trevista para este libro. Es hoy un

depositario de la memoria institu-

cional de la trayectoria de la empre-

sa. Desde que ingresó a la CND, en

1952 –después de haber laborado

en la empresa de Trujillo–, fungió

como principal ejecutivo financiero.

Esta función le permitió llegar a la

posición de sub-administrador. So-

bre sus hombros descansó el patri-

monio de la compañía, para lo cual

dispuso controles estrictos. Se es-

meró en contribuir a mantener la

disciplina a todos los niveles y en

evitar cualquier irregularidad. Le

correspondió relacionarse con las

instituciones estatales, a propósito

del casi crónico debate acerca de

los impuestos. Como pocos, entre-

gó su vida a la CND.

Cabe también destacar la participa-

ción en el equipo de Rafael G. Meni-

cucci Rodríguez, un hombre tam-

bién entregado en cuerpo y alma a

la CND. Se ganó la confianza de Pi-

lindo, a quien auxilió en las relacio-

nes con la sociedad. Su formación

cervecera fue producto, en lo funda-

mental, de la compenetración que

logró con el vicepresidente-adminis-

trador. Se inició en su natal Santiago

en 1946, y al año siguiente fue

transferido a Santo Domingo, donde

se le designó gerente de Ventas.

Mantuvo la jefatura del área hasta

su jubilación en 1982. En realidad

dirigía varias áreas de trabajo, que

con posterioridad dieron lugar a de-

partamentos separados en el organi-

grama empresarial, como Publici-

dad, Promoción, Mercadeo y Rela-

ciones Públicas. Inicialmente se re-

lacionó de manera especial con Mc-

Kay, quien tenía asignadas esas

áreas desde que residió en Santo

Domingo hasta 1968. El centro de la

labor de Menicucci radicó en mane-

jar la promoción de Presidente du-

rante cerca de 35 años. Se llevaba

tareas a la casa para los días festi-

vos, pero durante la semana visitaba

los centros de consumo en la noche

y concluía la jornada hacia mediano-

che, revisando los anuncios en los

periódicos. Para él fue, pues, misión

de vida impulsar y dar seguimiento

a la evolución del avance de esa

marca. En sus labores se ganó el

aprecio de sus subordinados, clien-

tes y consumidores.

Estas figuras fueron las que proba-

blemente tuvieron mayor continui-

dad dentro del equipo dirigente de

la empresa. Pero hubo otras que

desempeñaron destacadas funcio-

nes acompañando a Bonetti. El más

antiguo fue el subadministrador Ju-

lio Motolío, quien laboró hasta la

década de 1960. Se ha señalado ya

el aporte de Mariano Defilló como

el principal químico de la planta du-

rante décadas. Desde muy tempra-

no, Fernando Mañón dirigió el área

de mecánica. Jorge Pesquera fue

jefe de la planta desde finales la dé-

cada de 1940, llegando a adminis-

trador en 1968, en sustitución de

Columna.

Rafael

Menicucci R.

Page 169: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|293|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|292|

gregaba y señalando que «estamos justamente orgullosos del para nosotros tan honroso

reconocimiento de nuestros humildes servicios.» La celebración concluyó con una ce-

na criolla y la presentación del grupo de Bailes Típicos de René Carrasco.

A continuación se ofrecen los nombres de los empleados reconocidos y la época de su

ingreso en la empresa.

1929-1930

Carlos M. Bonetti B., Julio Montolío y David Díaz.

1931-1935

Aníbal Cedeño,Antonio Perallón,Agustín Peña y Pablo Ruiz.

1946-1950

Félix Acevedo, Carlos Acevedo, Luis Acevedo Burgos,Toribio Agüero, Esteban Aceve-

do, Inés D.Anderson, Joaquín Vinicio Alcántara, Mauricio Brea, Manuel Batista, Rafael

Barías, Domingo Cabral,Abel Cardoza, Frank Columna, Luis María Castro, José María

Costa, José Armando Cruz, Bienvenido Chevalier, Mateo de la Rosa, Jacobo de Paula,

Saturnino Espiritusanto, Juan Enseñat,Abelardo Freites B., Omar O. González C., José

Ricardo García Blanco, Luis Gómez Martínez, José María Guerrero, Miguel Angel

González, Francisco A. Henríquez, Luis Felipe Heureaux, Francisco José Iturbides, Luis

E. Jorge P., Tomás H. Jones, Alcibíades Jiménez, Santiago Jones, Rafael Liranzo, Pablo

Antonio Lima L., Rafael del Carmen Llenas, Rafael G. Menicucci, Fernando A. Mañón,

Manuel Miranda, Manuel de Js. Méndez R., Luis Matos S., Martín Nova, José Manuel

Peña, Juan Pablo Pichardo, Jorge M. Pesquera, José Pedemonte S.,Amaury Pou Ricart,

Miguel Angel Peña, Julio A. Pérez, Buenaventura Pérez, Luis Guillermo Rodríguez,

Juan Antonio Rivera, Hipólito Rivera, Rafael Rincón de la Maza, Miguel A. Rodrí-

guez Cruz, Ramón Santos Arias, Francisco Segura,Alvaro Sánchez C., José Nelson To-

ledo y Manolo Valera.

Banquete en

ocasión del

30 Aniversario

de la CND.

1936-1940

Mariano A. Defilló, Francisco Arias, Fleorville Mozart Cumbertbatch, Gregorio Cruz, Ci-

rilo Henríquez,Ramón Díaz,Mariano Rodríguez,Quiterio Ramírez y Segundo Valentín.

1941-1945

Manuel Alcalá, Simón Bautista, Pericles Castillo,Vicente Figuereo, Elías Félix, Enrique

Isiano, Lorenzo de Jesús Martínez C., Santos de Jesús Martínez C., José Martínez, Héc-

tor Mieses Lajara, Frank Pinea, José Altagracia Popa, Oscar Perallón, y César Rabasa.

Trabajadores y

empleados

galardonados.

1960.

Page 170: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|295|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|294|

1951-1955

Manuel Alemar, Edilio Arias, Juan Antonio Alvarez, Pedro Antigua, Luis E.Aracena,Vi-

cente Acevedo, César Ignacio Alvarado, Luis E.Acevedo,Altagracia Antón, Julio Emilio

Cuevas, José Chevalier Escoto, Luis del Toro C., Antonio Dájer E., Bienvenido de la

Rosa, Jesús María de León, Julio E. Díaz P., Rodolfo Díaz, Esteban M. Domínguez, Fe-

derico C. Estrella, José R. Fiallo P., Julio Fermín, J. Armando Fermín C., José Adriano

Fernández, Rafael Emilio Félix, Juan González, Jacobo Guerrero, Félix Guzmán, Emi-

lio Pelegrín Garden, Eligio Germán, Oscar Lincoln Guzmán, Oscar E. Guerra P. Ciri-

lo Hodge, Miguel Antonio Heureaux, Jesús Herrera, José Miguel Jorge, Felipe Jorge, Jo-

sé Altagracia Lerón, Pedro Evaristo Lora, Pedro Luna C., Sergio Lugo,Alfredo Licairac

B., José Ricardo Luna Méndez, Max Mieses R., Antonio Marcelino, Eliseo Monegro,

Julio Mañón, Evaristo L. Medina, Frank McGrovan, Luis Emilio Melo,Angélica Mejía

Gómez,Victoriano Camilo Monegro, Félix Morales, Orestes Nicolás, Carlos Norman,

Porfirio Ortiz, R.A. Ocumarez, Ramón E. Ortega, Marianela Pérez Molina, Juan Sal-

vador Pichardo, Mario Emilio Pina Martí, José Daniel Pérez, Ramiro Pietrera, Luis Pa-

niagua, Domingo Polanco, Barón Perallón, Salvador Pichardo, Julio A. Pérez Luna,Teó-

filo J. Quezada, Segundo Ismael Reyes, Prebisterio Rodríguez, Fabio Federico Ruiz C.,

Héctor Romero, Luis E. Rodríguez A., Raúl Rodríguez A., Generoso Rosario, Pedro

P. Ramírez, Miguel Ramírez,Antonio Reyes Peñaló, Librado Rosario Bautista, Francis-

co Irán Reyes, Segundo S. Suazo, Luis Armando Suazo, Manuel R. Santana, Julio San-

tana C., Juana de Jesús Suárez C., Ramón Sully,Alejandro Trabous, Eduardo Urbón Pé-

rez,Angel C.Vílchez, Pedro Vargas, y Federico Walters.

Alegatos de calidad

de Presidente.

Anuncio

de fines de la

década de 1940.

Page 171: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|297|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|296|

Desaparición del complejo antillano

El involucramiento de las familias McKay y Stuart en las empresas de los tres países an-

tillanos empezó a disminuir desde fines de la década de 1950. Ni siquiera para Jimmy

Stuart están claras del todo las razones por las cuales su padre, James Stuart, decidió des-

prenderse de varias de las empresas. Es posible que juzgara que las tasas de beneficio eran

insuficientes, por lo que podía tener sentido el traslado de capitales a empresas más ren-

tables, especialmente la CND y la Corona de Puerto Rico.También es probable que en

ciertos casos Stuart se inclinara ante ofertas ventajosas para sí y los demás accionistas.

En un momento no determinado, posiblemente avanzados los años 50, se produjo la

primera operación de este género con la venta de la empresa productora de refrescos

en Islas Turcas.8 No hay información de cuándo se produjo la venta de las pequeñas

embotelladoras de refrescos de gaseosa que poseía la familia en Estados Unidos, pero

es posible que fuese entonces, si no antes.

A continuación se produjo la venta de la Brasserie de la Couronne de Haití, empresa

que nunca tuvo gran importancia en el consorcio. Su actividad principal fue siempre la

producción de Coca Cola y otras marcas de gaseosas, mientras que la cerveza tenía una

importancia secundaria, seguramente a causa de que el producto no había calado sufi-

cientemente dentro de los consumidores haitianos. Hasta hoy, la afición de los haitianos

por la cerveza es notablemente menor que entre los dominicanos. Desde luego, tam-

bién incidía –e incide– el estado de mayor pobreza de ese país, que daba lugar a un mer-

cado de pequeña magnitud.

Se añadieron dos incidentes que determinaron que, no obstante ser la única planta pro-

ductora de cerveza en Haití, esta empresa arrastrase dificultades.9 El primero fue el fra-

caso de un plan de expansión durante la Segunda Guerra Mundial, con la mala fortu-

na de que el barco que llevaba las pailas y maquinarias fue hundido por un submarino

alemán.10 Más importante, al parecer, de acuerdo a la fuente informante, resultó el es-

tado crónico de inseguridad en que se sentían los inversionistas extranjeros en Haití. En

ocasión de un viaje que hizo Stuart, a fines de los años 50, motivado por dificultades

con el gobierno tras la caída del presidente Paul Magloire, se encontró con un tumul-

to que, entre otras secuelas, llevó a la ejecución del gerente de la empresa, Richard

Forhgoam. De acuerdo a la impresión de su hijo, Stuart se atemorizó y decidió vender

esa pequeña cervecería, la cual fue adquirida por uno de los empleados norteamerica-

nos que residían en Haití.

La siguiente operación consistió en la venta de la empresa productora de refrescos en

Puerto Rico, la Coca Cola Bottlering Co., realizada hacia 1972. No mucho después, en

1975, Refrescos Nacionales, como se ha visto, productora de Coca Cola y otras marcas

de gaseosas, también fue vendida a la compañía Wometco.

Jimmy Stuart presume que su padre decidió vender las fábricas de gaseosas de Puerto

Rico y República Dominicana por haber recibido buenas ofertas, aunque refiere que

no recibió nunca una explicación detallada. De todas maneras, estaba claro que Stuart

había decidido deshacerse de una parte de las empresas, tal vez con el fin de concentrar

los recursos en las dos cervecerías de mayor dimensión. Estas operaciones evidenciaban

una estrategia distinta a la de Wanzer, pues cesaba el proceso de expansión del conglo-

merado empresarial.

La venta de esas empresas significaba una reducción de la presencia de los inversionis-

tas en las Antillas, pues no tuvieron ninguna contrapartida en la creación de empresas

Carroza de

Presidente

en el Carnaval.

1956.

Page 172: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|299|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|298|

nuevas. Es probable, además, que no todos los recursos se reinvirtiesen en las islas, sino

que una porción de ellos se colocase en Estados Unidos, pese a que ahí Stuart no diri-

gía ninguna empresa manufacturera.Así pues, el hecho de que Stuart revirtiera el pro-

ceso expansivo impreso por Wanzer no fue del todo ajeno a que, después de su muer-

te, tanto la Corona como la CND pasaran a otras manos.

Consecuencias de la eliminación de Trujillo

La muerte de Trujillo, el 30 de mayo de 1961, marcó el inicio de una nueva época. Des-

de 1930 la supresión de las libertades individuales se había acompañado por un sistema

extremo de compulsiones económicas a favor del dictador, quien acaparaba gran parte

de la riqueza nacional. En los años inmediatamente previos a la caída del régimen se

alza sustancial, que redundó beneficiosamente en el nivel de vida de la población. Bas-

ta considerar, como indicador, la variación del salario en el sector industrial, que pasó

de una media de RD$478 anuales en 1961 a RD$816 en 1962, un alza de 72% en ape-

nas un año. Lo más importante es que hubo efectos consistentes en la calidad de vida,

debido a que el índice de precios no experimentó variaciones importantes, no obstan-

te el inflamiento de la demanda. Esto último se explica por cuanto las mercancías pro-

ducidas por las empresas que habían sido de Trujillo pasaron a ofrecerse a precios razo-

nables y se abrió la posibilidad de importación sin cortapisas de distintos bienes. De tal

manera, coexistió una reducción del costo de la vida con un alza de salarios.

La simple alza del nivel de vida impactó decisivamente sobre la evolución económica.

Se superó el estancamiento económico por efecto del incremento de la demanda, a lo

habían extremado algunos de sus rasgos, con las alzas de los impuestos y la salida de

cuantiosos capitales del país. El resultado fue que, desde 1959, la economía entró en una

fase de estancamiento e incluso de decrecimiento en varios aspectos. Por consiguiente,

las condiciones de vida de la generalidad de la población, normalmente deprimidas por

efecto de los mecanismos de enriquecimiento de Trujillo, empeoraron de manera sus-

tancial.

Las cosas experimentaron un rotundo cambio a partir de inicios de 1962, con el esta-

blecimiento de un nuevo sistema político. De golpe, los salarios experimentaron un

Anuncio

de celebración

del 30 Aniversario.

Anuncio de

Presidente a fines

de la década

de 1960.

Anuncio con la

alegoría de los

Reyes Magos,

mostrando tres

personajes claves

de la publicidad en

la década de 1960.

Page 173: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|301|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|300|

que se agregaron otros componentes, como reducciones de impuestos y el abandono

de regulaciones monopolistas. Después de tres años de estancamiento económico se en-

tró en una fase de crecimiento bastante más rápido que el experimentado en los años

de postguerra: de acuerdo a las Cuentas Nacionales del Banco Central de la República

Dominicana, el Producto Bruto Interno creció a una tasa de 6.5% anual, a precios cons-

tantes, entre 1950 y 1958; en cambio, entre 1961 y 1964 creció a razón de 8.4%.11 Con

mucho mayor ritmo creció, dado el entorno global de las nuevas condiciones, el con-

sumo privado, que evolucionó a una tasa anual de 12.6% entre 1961 y 1964, en con-

traste con el 5.9% que había sido característica de la década de 1950.

Como era de rigor, estos cambios impactaron el mercado de la cerveza, que entró en

una fase expansiva desde 1962, al igual que el conjunto de la economía, por contraste

a 9.6 millones de litros. Es decir, que no solo se registró una recuperación lógica, pos-

terior a años de estancamiento o decrecimiento, sino un alza de magnitudes nunca vis-

tas en la historia de la cerveza en el país. En los años subsiguientes se mantuvo una ele-

vada tasa de crecimiento del consumo, que llevó las ventas a un tope de 19.1 millones

de litros en 1964. Los acontecimientos de 1965 y las dificultades que experimentó la

economía dominicana desde 1964 interrumpirían esa curva y habría que esperar a fi-

nes de la década para que se recompusiera, cuando la economía de nuevo entró en una

fase expansiva.

Con más claridad que en la década de 1950, las condiciones de funcionamiento de la

economía a partir de 1962 pusieron a prueba la calidad de la oferta local y la identifi-

cación de los consumidores con el estilo representado en la Presidente. El nuevo con-

texto económico y político dio lugar a un aceleradísimo incremento de las importacio-

nes, en gran medida por efecto del levantamiento de las restricciones que se habían im-

puesto en los años finales de la dictadura. Entre 1961 y 1964 las importaciones crecie-

ron a una tasa anual promedio de 35.6%, por lo que en tres años se duplicaron con

creces. La cerveza, sintomáticamente, se mantuvo al margen de esa tendencia. Es cierto

que, como parte de tal cuadro, en 1962 se produjo un salto de las importaciones, desde

223 mil litros a más de un millón.Ahora bien, en lo fundamental, se trataba de una me-

ra recuperación, pues en 1959 el volumen de cerveza importada había ascendido a 889

mil litros. Igual de importante fue que, tras un alza al año siguiente, en 1964 el volu-

men de importaciones se redujo. En el segundo lustro de la década las importaciones se

mantuvieron todo el tiempo en niveles inferiores a los alcanzados en 1964 e incluso en

1959. Se puede atribuir, por consiguiente, el alza de 1962-63 a un efecto natural de re-

cuperación, a lo que se agregó la acción del comercio importador, a tono con lo suce-

día en el conjunto de bienes y la natural tendencia de porciones del público a intere-

sarse por una oferta distinta.Agotado esto, lo decisivo estribó en que se mantuvo incó-

lume la preferencia por la bebida nacional, que creció mucho más que la importada.

La adquisición de las acciones de Trujillo por la CND

Se ha visto en el capítulo anterior que Trujillo se hizo accionista de la CND en 1952, a

consecuencia de la integración de la Sociedad Cervecera Antillana. De acuerdo a la in-

formación de don Luis del Toro, quien ofrece el testimonio más detallado sobre el par-

ticular, originalmente Trujillo mantuvo el control sobre esas acciones durante el período

preciso en que devengaron un interés de 6% anual por encima de los dividendos nor-

males de las restantes acciones. Más adelante, de acuerdo al mismo testimonio, avalado

con el decrecimiento que había experimentado desde 1958. Ese último año la produc-

ción de cerveza clara se elevó a 9.6 millones de litros, cifra que se redujo a poco me-

nos de 6 millones de litros en 1961, nivel aproximado al de 1956. Esta evolución im-

plicaba un decrecimiento de 38%, algo nada excepcional en las condiciones críticas de

esos años, pero que confirma la elevada elasticidad de la cerveza ante las coyunturas

económicas. Pero de la misma manera operó la elasticidad en una coyuntura expansi-

va, al pasar las ventas de cerveza de esos 6 millones de litros en 1961 a 15.6 millones

en 1962. Esta última cifra superaba con mucho el récord previo de 1958, ascendente

Local de la CND

a mediados de la

década de 1950.

Page 174: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|303|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|302|

por otro empleado, esas acciones fueron transferidas al Banco Agrícola, para lo cual apa-

rentemente se utilizó el nombre de la esposa de Trujillo, María Martínez.12 El Banco

Agrícola, de acuerdo a Del Toro, retuvo la propiedad por espacio de año y medio, y pos-

teriormente fueron transferidas a la Caja del Instituto de Seguros Sociales.13 Hubo, así,

en principio, varias operaciones de trasiego de esas acciones, como lo estilaba Trujillo con

empresas suyas y del Estado para el óptimo aprovechamiento de los recursos.

Más adelante los testimonios orales difieren en lo relativo al destino final de las accio-

nes o en cómo fueron vendidas a la CND.Algunos consideran que la CND adquirió las

acciones de Trujillo antes de su muerte, como lo hace el director del periódico Hoy, ba-

sado en una fuente no indicada.14 Sin embargo, el inventario de bienes de Trujillo de

inicios de julio de 1961, permite establecer que para el 30 de mayo de 1961, día en que

el dictador fue ajusticiado, sin lugar a dudas, era accionista.15 De acuerdo a ese docu-

mento, las acciones de Trujillo tenían un valor exacto de $1,002,100. Esto sugiere que,

como parte de las transacciones secretas habituales, tal vez por conveniencias políticas,

en algún momento Trujillo decidió recuperar las mil acciones de la CND.16 No pasaron

muchos días para que Ramfis Trujillo, heredero político de Trujillo, decidiera vender las

acciones de la CND, las cuales posiblemente se encontraban a nombre de su madre, Ma-

ría Martínez. Refiere la hija de Wanzer y esposa del vicepresidente McKay, fuente fun-

damental, que la transacción generó una controversia de intereses entre Ramfis y su

hermana Angelita.17 Un expediente localizado en los fondos de la Secretaría de Estado

de Finanzas del Archivo General de la Nación refleja lo esencial de las transacciones que

se llevaron a cabo con las referidas acciones en la segunda mitad de 1961. La primera

fase implicó que el Banco Agrícola se hacía cargo de las mil acciones preferenciales, am-

paradas en el certificado P-16, operación realizada el 25 de agosto de 1961. En ese mo-

mento, «la empresa cervecera emitió en su lugar y a favor de dicha institución banca-

ria, los certificados Nos. P-17 y P-18.»18

Es lícito suponer que ese traspaso al Banco Agrícola no fue sino el preámbulo de una

venta previamente decidida, tal vez, como refiere Dorothy McKay, para cumplir con

una cláusula del acuerdo de 1952. En cualquier caso, era un medio adecuado para la

operación, pues se evitaba que figurara la familia Trujillo, con sus consiguientes reper-

cusiones, dada la previsible caída del régimen en el corto plazo.También pudo pesar la

urgencia de Ramfis por captar divisas, con el fin de expatriarlas, por cuanto la opera-

ción a través del Banco Agrícola ofrecía menores complicaciones. Por consiguiente, es

prácticamente seguro que el fondo de acuerdo estipulaba que, en breve, las acciones se

traspasarían a la CND.

Por razones que no se han determinado, las acciones de Trujillo fueron divididas en dos

paquetes iguales. El primero fue vendido por el Banco Agrícola a la CND el 21 de sep-

tiembre, cuando Ramfis aún se encontraba al mando del país, mientras que el segundo

se transfirió el 27 de noviembre, escasos días después de la estampida de la familia Tru-

jillo. La adquisición de las mil acciones se llevó a cabo «mediante cheques Nos. 818 y

851 expedidos a favor del Banco Agrícola y contra The Royal Bank of Canada.» A jui-

cio de los inspectores del Estado, «por medio de esta operación el Banco Agrícola ha

dejado de ser accionista de la Cervecería Nacional Dominicana.»19

Circularon rumores entre los empleados de la empresa acerca de esos dos cheques, cu-

yo monto, de acuerdo a uno de ellos, se elevaba a un millón, dividido en dos partidas

de medio millón de pesos.20 También se consideró que el dinero para el pago de las ac-

ciones se colocó en el exterior, donde fue retirado por el hijo de Trujillo.21 Aunque no

se dispone de copias de los cheques, es prácticamente seguro que se elevaron a esas su-

mas, ya que de otra manera se hubieran producido señalamientos expresos por parte de

los funcionarios del Consejo de Estado –gobierno del momento–, muy solícitos en re-

cuperar los bienes que habían pertenecido a Trujillo y familiares, a veces con plazos con-

minatorios.22

Aunque no se dispone de detalles acerca de cómo esas acciones fueron reubicadas, pa-

rece que fueron distribuidas por partes alícuotas entre los accionistas a raíz de su

Centros de

diversión en

Santiago.

C. 1950.

Page 175: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|305|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|304|

anulación. El capital social de la empresa fue disminuido desde tres a dos millones de

pesos, lo que parecía implicar retornar a la situación previa a la fusión de la Sociedad

Cervecera Antillana en 1952 y dejar en igualdad de condiciones las restantes veinte

mil acciones comunes de cien pesos cada una.23 Los activos dentro del Estado Finan-

ciero de la empresa en 1961, uno de los anexos de la documentación localizada en

los fondos de la Secretaría de Finanzas, permiten considerar que las acciones de Tru-

jillo fueron absorbidas contablemente como depreciación, la cual se fijó en la eleva-

da suma de $1,063,209, grosso modo coincidente con el valor de las acciones adquiri-

das. El activo fijo, desglosado en propiedad, planta y equipo, quedó valorado en

$1,905,507. En términos generales, esa situación permaneció hasta abril de 1964,

cuando se decidió elevar el capital social a cuatro millones, «mediante la incorpora-

ción al mismo de beneficios acumulados correspondientes a ejercicios anteriores.»24

El ya citado Estado Financiero de 1961 registra que hasta noviembre de ese año se

lograron beneficios por $365,705, a los que se agregan otros balances por un total de

2,445,550. Por lo demás, una relación de accionistas preparada poco después de la ad-

quisición de las mil acciones preferenciales, no muestra diferencias apreciables con

otras consultadas de años anteriores.25

Otro proceso atravesaron las veintiún acciones comunes a nombre de Trujillo, que ha-

bían sido propiedad de su tío Plinio Pina Chevalier y que habían pasado a manos del

primero el 18 de agosto de 1960 por medio del certificado C-377. El dictador «pasó a

ser titular de las indicadas 21 acciones... como resultado del legado universal de sus bie-

nes consentido a favor de éste por la anterior propietaria de las mismas, señora doña Er-

cilia Seijas Viuda Pina Chevalier.»26 En el momento del fallecimiento de la señora Sei-

jas viuda Pina se había perdido el certificado de acciones, por lo que se convino en ex-

pedir uno nuevo a nombre de Trujillo, a requerimiento del alguacil Luis Arvelo.27

Esa pequeña suma fue confiscada por el Estado como parte de la fortuna de Trujillo y

colaboradores, lo que fue ratificado y reglamentado por medio de la ley 5785 de 4 de

enero de 1962. Originalmente la empresa propuso al gobierno que esas pocas accio-

nes fueran «adquiridas por viejos servidores de esta empresa, con más de 20 años de

servicios.»28 Las acciones fueron puestas en pública subasta por el Banco Agrícola en

un momento indeterminado, posterior a 1961, cuando Armando D´Alessandro se en-

contraba al frente de la entidad.29 Seguramente, procurando que no entraran accionis-

tas indeseables, James Stuart ordenó a Columna, Del Toro y Menicucci Rodríguez, tres

de los principales ejecutivos de la empresa, que participaran en la subasta para que tra-

taran de adquirirlas, como en efecto hicieron.30 Aunque los tres funcionarios actuaron

a título individual en la subasta, las acciones se incorporaron al patrimonio general de

la CND.

Una última situación que se presentó tras la caída de la dictadura se relacionó con 221 ac-

ciones de José María Bonetti Burgos (Santana), las cuales fueron confiscadas por el Conse-

jo de Estado, bajo el supuesto de que el connotado empresario había sido favorecido por la

dictadura, lo que se llevó a cabo por medio de la ley 5836 del Consejo de Estado, de 7 de

marzo de 1962. La empresa tuvo que solicitar un tiempo extra al demandado de veinticua-

tro horas para la entrega de esas acciones, puesto que el nuevo certificado C-804, a nombre

de la Corporación de Fomento Industrial, tenía que ser firmado por Stuart, con domicilio

en New York.31 Es casi seguro que estas acciones de José María Bonetti le fueron devueltas

con posterioridad, conjuntamente con las de la Sociedad Industrial Dominicana.De tal ma-

nera, el Estado quedó definitivamente desligado de cualquier relación con la CND.

La presencia de Trujillo como antiguo accionista de la CND, como se ha visto, concitó

interés entre empleados y trabajadores y aun entre personas ajenas a la empresa. Refie-

re uno de los entrevistados que, a partir de 1962, algunos sectores de trabajadores enca-

minaron gestiones para que las acciones de Trujillo fueran traspasadas al conjunto de la

empleomanía de la empresa.32 Se ampararon, aparentemente, en una consideración de

justicia y en alegatos técnicos acerca de la forma en que se había llevado la transacción

de la segunda mitad de 1961. En la documentación consultada no ha aparecido nada

relativo a la reclamación en cuestión, y el testimoniante duda que los promotores con-

servaran papeles acerca de ella.

La CND en Abril de 1965

A fines de abril de 1965 República Dominicana confrontó una las situaciones más con-

flictivas de su historia, a consecuencia del derrocamiento del gobierno del Triunvirato,

que había sustituido al gobierno presidido por Juan Bosch con el golpe de Estado del

25 de septiembre de 1963.Tras unos días de guerra civil entre sectores contrapuestos de

las Fuerzas Armadas y de movilización popular, se produjo una segunda intervención

norteamericana en el país. No obstante el reconocimiento de un cese del fuego, la si-

tuación se mantuvo en estado de excepción a consecuencia del atrincheramiento de los

partidarios de la Constitución de 1963 en las zonas centrales de la ciudad de Santo Do-

mingo. Después de arduas negociaciones con la Organización de Estados Americanos,

el 3 de septiembre de 1965 se constituyó un gobierno provisional, presidido por Héc-

tor García Godoy, tras la renuncia de los gobiernos rivales de Francisco Alberto Caa-

maño Deñó y Antonio Imbert Barrera.A consecuencia de estos eventos, las actividades

Page 176: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|307|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|306|

comerciales e industriales en la ciudad de Santo Domingo se paralizaron, y solo volvie-

ron a cierta normalidad en los meses finales del año.

En el momento del estallido la CND pasaba por una situación especial, a causa del falle-

cimiento de Pilindo Bonetti dos semanas antes. Frank Columna había sido designado

nuevo administrador, pero apenas había tenido tiempo para integrarse a esas funciones.

Como prácticamente todas las empresas, la CND debió suspender sus actividades en los

días en que se producían los combates alrededor del puente Duarte y otros puntos de la

ciudad. El sistema de transporte se encontraba completamente paralizado y el simple he-

cho de salir a la calle representaba un alto riesgo para las personas ajenas a aquellos acon-

tecimientos. Incluso después de producida la intervención militar norteamericana, el

28 de abril, parece ser que llegó una orden proveniente de New York, en el sentido

de ratificar el cierre de la empresa. Columna se ausentó del país, pero algunos de los res-

tantes ejecutivos decidieron reabrir la planta.33 Los terrenos aledaños habían sido ocupados

por un campamento de soldados norteamericanos y los ejecutivos que permanecían en el

país estimaron, en los primeros días de mayo, que existían suficientes garantías para reanu-

dar las operaciones. Restablecidas las comunicaciones normales con el exterior, Del Toro

fue designado administrador interino y pasó a tomar las medidas para una normalización.

Lo primero que debió hacerse fue convocar a empleados y trabajadores para que se

reintegrasen.Algunos de ellos se habían presentado a la puerta de la empresa aun en los

días más peligrosos, estimando que era su responsabilidad seguir trabajando. Por lo que

indica uno de los entrevistados, casi todos los trabajadores y empleados de la empresa

albergaban simpatías por el sector constitucionalista.34 Originalmente, tras la muerte de

Trujillo, de acuerdo al mismo testimoniante, la corriente básica de simpatías se había

volcado hacia la Unión Cívica Nacional, dada la existencia del sentimiento antitrujillis-

ta que se exteriorizó en la segunda mitad de 1961. Con el tiempo, la mayor parte del

personal, sobre todo el operario, fue desplazando sus simpatías hacia el Partido Revo-

lucionario Dominicano, como fue lo característico entre la generalidad de la población

dominicana y quedó materializado en las elecciones del 20 de diciembre de 1962.

No obstante ese estado de opinión, cuando se produjo la convocatoria al trabajo prác-

ticamente todos los empleados y trabajadores se incorporaron a sus labores habituales.

Al principio se decidía, día a día, si se laboraba o no, dadas las condiciones todavía ten-

sas, pero más adelante la producción se normalizó del todo. Según recuerda uno de los

entrevistados, ni un solo integrante del personal de la CND se mantuvo dentro de la zo-

na constitucionalista, lo cual no fue excepcional, puesto que muchas empresas de todos

los tamaños, con el paso de los días, volvieron a la normalidad. La mayoría de los traba-

jadores que simpatizaban por el sector constitucionalista consideraban, como cuestión

de sentido común, que debían permanecer en sus puestos de trabajo por un sentido de

obligación familiar y compromiso con la empresa.

Quince días después de la intervención,Del Toro logró que los soldados estadounidenses de-

socuparan los terrenos de la empresa, con lo cual el proceso se empezó a normalizar.A pe-

sar de la protección de los marines, la CND y Refrescos Nacionales operaban en condicio-

nes precarias.Para comenzar, todos los bancos del país estaban cerrados,de manera que el di-

nero tuvo que ser depositado en cajas fuertes de la empresa, lo que comportaba elevados ries-

gos. Hasta el momento en que se reabrieron los bancos, unos treinta millones de pesos ha-

bían estado ingresando en esas cajas fuertes, entre los cuales había seis millones en dólares.

Entre las situaciones accidentadas que se produjeron en esos meses, narra Del Toro que

Manifestación

en la Revolución

de Abril con

Presidente al fondo.

Page 177: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|309|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|308|

un día se presentó ante él un teniente norteamericano con un camión repleto de bo-

tellas de cerveza Budweiser, y le propuso cambiarlas por un número similar de botellas

de Presidente. La propuesta era producto de que, según le refirió el teniente, los solda-

dos estadounidenses, después que probaron la Presidente, rechazaban la Budweiser. El

administrador se limitó a responder que no le interesaba el cargamento y que cualquier

compra de Presidente debía hacerse al contado.

La normalización de la CND fue bastante relativa, lo que se pone de relieve en el hecho

de que las ventas totales de cerveza clara disminuyeron de 19.1 millones de litros en 1964

a 11.9 millones. Como artículo de consumo más definidamente alimenticio, la malta re-

gistró una disminución inferior, resultado de lo cual las ventas totales de la CND bajaron

de 16.7 a 12.2 millones de pesos, aproximadamente un 25%. Disminuciones similares se

registraron en todo el aparato productivo del país. Más adelante incidió el hecho de que

la evolución de la economía en los dos años subsiguientes fue bastante negativa, tanto por

las secuelas de la guerra civil como de dos intensas sequías. En consecuencia, fue solo en

1968 cuando las ventas totales de la CND volvieron a acercarse a los niveles de 1963-64.

Evolución de la condición obrera y la organización sindical

La condición de los trabajadores de la CND pasó por etapas conectadas con la evolución

general de la economía dominicana y con las operaciones de la empresa. Inicialmente, la

dimensión modesta daba por resultado que la empresa tuviese escaso impacto en el mer-

cado laboral, situación que fue cambiando a medida que se incrementaba la producción,

no obstante el avance de procedimientos automatizados. Los 40 empleados y obreros fijos

de 1930 pasaron a 300 en 1959, más de mil en 1980 y cerca de tres mil en la actualidad.

Por otra parte, con el paso del tiempo debió mejorar la calificación laboral de gran parte

del personal. Según se desprende de entrevistas realizadas al efecto, durante las primeras dos

décadas en la CND predominaban los trabajadores de escasa o nula formación especializa-

da, panorama que también varió a medida que la empresa se tecnificaba e incrementaba la

presencia de técnicos y trabajadores especializados. Por tal razón, la composición laboral de

la CND y,más adelante, de toda la industria cervecera nacional, se colocó por encima de los

estándares no solo de la economía nacional, sino también del sector industrial.

Esos cambios impactaron en la política salarial. Durante los primeros tiempos la CND

articuló el contexto nacional de bajos salarios con la aparente visión de Wanzer de que

debía regir una escala salarial suficientemente alta para asegurar el desenvolvimiento co-

rrecto de las operaciones.

Desde muy pronto, en virtud de esa orientación salarial, las condiciones de los empleados

y trabajadores de la CND resultaron mejores que las de la generalidad de otros sectores

económicos del país, incluyendo los de mayor productividad en el área urbana. Pero el

contexto nacional era de salarios deprimidos y en él se insertaba por necesidad la polí-

tica retributiva de la empresa. Entre gran parte del personal existía un estado de insatis-

facción con los salarios que se devengaban, pues se consideraba que apenas permitía la

supervivencia dentro de la sociedad modesta de aquella época.

Ahora bien, aparentemente los administradores locales consideraban que la empresa de-

bía ajustar sus niveles salariales a las realidades del país y, por consiguiente, ofrecer me-

jorías particulares solo en el nivel estrictamente necesario. De ahí que una buena parte

del personal de la empresa durante la primera parte de la dictadura de Trujillo obtuvie-

se los salarios mínimos vigentes en la legislación.

Entrega de

bonificaciones

a trabajadores

de CND.

1968.

A pesar de las aspiraciones a mejorías salariales, desde muy pronto se produjo un senti-

miento extendido de identificación del personal con la empresa, lo que devino en la

mística de una «familia cervecera.» Tal sentimiento de adhesión no dejó de incremen-

tarse, sobre todo entre los empleados, que veían sus vidas asociadas con la suerte de la

Cervecería. En general estaban contestes en que la empresa pagaba salarios por encima

de los estándares vigentes en el mercado laboral del país, lo que introducía un punto de

aceptación y conformidad.

Sin embargo, además de demandas de mejorías salariales, no dejaba de haber quejas,

Page 178: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|311|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|310|

como las motivadas por lo que se estimaba condiciones demasiado estrictas en horarios

y disciplina laboral. De todas maneras, el sentimiento de identificación con la empresa

fue consolidándose en la medida en que el personal tenía más tiempo en ella y en que

el aumento del volumen de la producción y de la productividad permitieron mejorías

restringidas en el terreno salarial. Puede estimarse que, tras la Segunda Guerra Mundial,

cuando aumentó la demanda global y el régimen propició alzas generales de salarios,

cambió la orientación salarial de la empresa, para pasar a depender, en mayor medida que

antes, de los impactos del salario sobre la productividad. Más aún, desde entonces la em-

presa se propuso ganar prestigio sobre la base del reclamo de ser la que mayores salarios

pagaba dentro del país, como lo aseveró Bonetti en respuesta a un foro público contra el

subadministrador Montolío: acotó que la CND se adelantó a cualquier otra empresa en

CUADRO 10.1

SUELDOS Y SALARIOS EN GASEOSAS Y CERVEZAS, 1950

Jornal diario No. trabajadores

Hasta $1.00 19

De $1.01 a 1.25 49

De $1.26 a 1.50 61

De $1.51 a 1.75 63

De $1.76 a 2.00 27

De $2.01 a 3.00 51

Más de $3.01 29Fuente: Anuario estadístico de la República Dominicana, 1950.

Como resultado cónsono con las aspiraciones de mejorías de los trabajadores, estos con-

formaron un sindicato en 1946. Esta iniciativa estuvo vinculada a la disposición del go-

bierno, desde unos años antes, de autorizar la formación de gremios y sindicatos. El sin-

dicato no se restringía a la CND, sino a un conjunto que incluía trabajadores licoreros

y cerveceros en el Distrito Nacional. La entidad no tuvo mucha vida pública, puesto

que sus integrantes temían posibles represalias del gobierno, conscientes de la peligro-

sidad que comportaba cualquier demanda social reivindicativa, aun en aquellos meses

de tolerancia hacia la organización obrera.36

El líder de ese sindicado fue el fogonero Jaime Nils, descendiente de cocolos, quien de-

sarrollaba actividades antitrujillistas, probablemente desconocidas para sus compañeros.

Junto a Nils, que era el secretario general, estaban en la directiva Buenaventura Pérez,

Mario Rodríguez, Dominicano Álvarez y Francisco Arias. A pesar de su escasa activi-

dad, el sindicato contribuyó a obtener un mayor salario mínimo, como fue usual en ca-

si todas las empresas entre 1946 y 1947. Fluyó una corriente de simpatías hacia Mauri-

cio Báez, al grado de que muchos asistían a las manifestaciones de la Confederación de

Trabajadores Dominicanos, aunque con discreción por el temor de ser reprimidos.

En un momento dado Nils salió de la CND y pasó a laborar en la Corporación de Elec-

tricidad y, aunque siguió asesorando el Sindicato de Licoreros y Cerveceros, este entró

en una fase de hibernación. Simplemente quedó una entidad «fantasma», cuyo secreta-

rio general era Raúl Rodríguez, quien mantenía los lazos formales con la empresa y la

Confederación de Trabajadores.Aparentemente, el sindicato dejó de funcionar, sin que

fuese disuelto formalmente en ningún momento.

abonar el salario mínimo de dos pesos diarios, a lo que se sumaban otros beneficios, co-

mo un extra para transportes.35 Ahora bien, la dictadura nunca abandonó una orienta-

ción de comprimir en lo posible las retribuciones salariales, lo que inevitablemente re-

percutía en el área cervecera. Se agregó que, aparentemente, la orientación del nuevo

presidente de la empresa desde 1948 propendía a tratar de mantener los salarios en los

niveles existentes. El hecho fue que, cuando quedó estabilizado el nivel de salarios tras

las alzas de 1946-47, el grueso de los trabajadores cerveceros, junto a los refresqueros in-

cluidos en la estadística, se encontraban en rangos entre $1.00 y $1.75 al día:

Festividad

con motivo de la

entrega de regalías.

Page 179: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|312| |313|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10

Huelgas

Tras la muerte de Trujillo se experimentó una sustancial mejoría en la condición de

los asalariados. Desde 1947 hasta 1961 los salarios reales habían mejorado muy limi-

tadamente; en cambio, a causa de la nueva situación política, en 1962, como se ha vis-

to, se experimentó un salto. Esta mejoría fue juzgada insuficiente por gran parte del

sector operario. En la CND se constituyó una nueva entidad, denominada Sindicato

Nacional de Trabajadores Cerveceros, que inicialmente mantuvo un perfil bajo, pues

no se afilió a ninguna confederación ni tuvo mayor presencia en el movimiento la-

boral de esos años. Después de haber sido formado por iniciativa espontánea de un

grupo de trabajadores, pasó a intervenir un sector de empleados que le quitó repre-

sentatividad. Con la intervención de la Secretaría de Trabajo, en fecha indetermina-

da, llegó a un arreglo con la empresa de un incremento salarial de 50% en promedio.

Aun así, en 1964 se decretó una huelga que, al cabo de tres días, logró algunos de sus obje-

tivos gracias a la intervención de la Secretaría de Trabajo.Además de la mejoría salarial, a raíz

de esa huelga se lograron otras reivindicaciones, como bonos y vacaciones.Tras los eventos

de 1965 cambió la directiva y el nuevo equipo sometió un pliego reivindicativo que fue

aceptado por el administrador Frank Columna.Además de una nueva alza de salarios, se lle-

gó a un pacto colectivo, por medio del cual se consignaron mejorías adicionales, como se-

guro médico a los oficinistas, vacaciones adicionales de un día por año de antigüedad, etc.

No obstante estas mejorías, un sector de los dirigentes, sobre todo representativo de al-

gunos departamentos, que tomó el control del sindicato, tuvo éxito en convocar una

nueva huelga a inicios de abril de 1966, en un momento de efervescencia política. El

LOS NUEVOS MAESTROS CER-VECEROS. En la postguerra se

produjeron varios relevos en la es-

tratégica posición de maestro cer-

vecero, encargado de las operacio-

nes químicas de la elaboración. Pa-

só a estilarse, al igual que en nu-

merosas plantas, que el maestro

estuviera auxiliado por un «segun-

do maestro». Tras la salida de Jai-

me Gronau en 1946, fue sustituido

por el norteamericano Hugh

Barrett, recomendado por Labora-

torios Schwarz, quien laboró hasta

poco después de la muerte de Tru-

jillo. Barrett continuó contando con

la ayuda de Mariano Defilló y luego

de Frank Columna.

A continuación quedó de maestro

el uruguayo Hugo Pagani, quien

había tenido experiencia en su país

y en Schwarz. Hacia 1968 ingresó

como segundo maestro cervecero

el puertorriqueño Frank Paonessa,

proveniente de la Corona. En 1972

el alemán Wolfgang Jetter sustituyó

a Pagani, permaneciendo como

maestro hasta aproximadamente

1977, cuando fue sustituido por

Paonessa. Quedó entonces de se-

gundo maestro el dominicano Leo

Sabater. Este sustituyó a Paonessa

cuando retornó a Puerto Rico, aun-

que con el tiempo se modificó el

organigrama por iniciativa de Ra-

fael Menicucci, creándose la posi-

ción de director de Operaciones.

Esta función fue asumida por Ra-

món García Tatis a raíz de la adqui-

sición por E. León Jimenes y la os-

tenta hasta la fecha.

Conferencia de

Hugo Pagani,

maestro cervecero

de la CND,

a estudiantes de la

Universidad Pedro

Henríquez Ureña.

Frank Paonesa,

maestro cervecero

puertorriqueño

junto a otros

técnicos de la CND.

Page 180: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|315|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|Capítulo 10Capítulo 10|El funcionamiento de la CND en las décadas de 1950 y 1960|314|

paro fue informado con los 15 días reglamentarios de antelación, ante lo cual la CND

logró que el Ministerio de Trabajo autorizara a 40 trabajadores a seguir operando. El

Sindicato decidió impedir la entrada de esos trabajadores, lo que la empresa y los ins-

pectores de trabajo calificaron como una «desafiante rebeldía a la autoridad oficial y a

las disposiciones legales pertinentes.»37 Una comisión llegó a un informe pericial de

pérdidas durante el paro por 70,000 pesos. Para forzar la completa paralización de acti-

vidades, los activistas sindicales impidieron la entrada de todos aquellos trabajadores que

no estaban de acuerdo con la huelga, al igual que de los funcionarios de la empresa,

postura juzgada como contraria a la libertad de tránsito y a la propiedad.

A pesar de estas consideraciones, compartidas por funcionarios de Ministerio de Traba-

jo, la Corte de Apelación de Santo Domingo en función de Corte de Trabajo declaró

válida dicha huelga por sentencia del 18 de mayo de 1966.Amparado en ese fallo, el Sin-

dicato declaró una segunda huelga, posiblemente el 4 de julio, vista como continuación

de la anterior, lo que para la empresa vulneraba el Código de Trabajo, ya que la huelga

había perimido por el llamado de la Corte a la reanudación de labores. En ese momen-

to, además, había un procedimiento de arbitraje, que descartaba una declaración de huel-

ga. El Sindicato adujo que acudió de nuevo a la huelga ante la negativa de la empresa a

aceptar el arbitraje, cosa que esta negó, bajo el criterio de que únicamente consideraba

irregular la designación de dos de los tres árbitros, los cuales habían aceptado la objeción.

La CND consideró absurda la huelga por cuanto, de acuerdo a las cláusulas de los dos pac-

tos colectivos antes concertados, reclamaba estar pagando los más altos niveles salariales de

todo el país. El Comité de Salarios había dictaminado un salario mínimo de 25 centavos

la hora, todavía vigente en 1966, mientras en la CND los salarios más bajos ascendían a 64

centavos la hora y para los trabajadores especializados hasta $1.14 la hora, sin contar con

beneficios adicionales. De ahí que la empresa considerase exorbitante la pretensión de un

nuevo pacto colectivo que entrañaría alzas salariales superiores al millón de pesos al año.

De nuevo los activistas del Sindicato se propusieron impedir la entrada a las instalacio-

nes. La CND calificó la situación de esa manera: «En esta nueva huelga que se ha inicia-

do en el día de ayer, los huelguistas han vuelto a asumir la condenable actitud de im-

pedir la entrada a sus centros de trabajo a todos aquellos trabajadores que no están de

acuerdo con su violenta decisión y que desean acudir a prestar sus servicios a la Em-

presa donde laboran, buscando, en esa forma, no sólo aumentar la presión y la amena-

za de los daños a ocasionar en los intereses de la Compañía, sino aparentar, ante la opi-

nión pública, que disponen de un apoyo por los trabajadores de la Industria del que

efectivamente carecen.»38

Ante la beligerancia sindical, la empresa procedió a despedir a aquellos que se habían desta-

cado en las huelgas, sin que significara la supresión de la organización sindical. En lo adelan-

te se observó un clima de mayor cooperación entre empresa y sindicato, lo que de parte de

la primera conllevó una especial atención de su gerente de personal, el doctor Héctor Ro-

mero. En gran medida, este pasó a fungir como una especie de consejero del Sindicato.

Hasta la adquisición por la E. León Jimenes se mantuvo vigente la lógica de relativa con-

tención salarial dentro de condiciones óptimas en el mercado laboral dominicano.La ope-

ración de fines de 1985, que traspasó la CND a nuevos propietarios, al poco tiempo reper-

cutió en sustanciales mejorías salariales, juzgadas por uno de los entrevistados como el pa-

so «de la tierra al cielo.» De acuerdo a información oral, inmediatamente se produjo un

alza salarial de 22% en promedio, seguida por alzas posteriores y beneficios adicionales.

Jorge

Pesquera.

Page 181: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|317|Unanueva planta: la

|317|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

11Las condiciones post-Trujillo

Tras el ajusticiamiento de Trujillo, varios factores favorecían que los modestos inversio-

nistas privados entonces existentes se interesaran en incursionar en la creación de nue-

vas empresas. Por una parte, habían desaparecido las compulsiones extraeconómicas

provenientes del sistema dictatorial. Desde 1962, en términos generales, cualquier in-

versionista podía desplegar iniciativas sin temor a ser obstaculizado si se atenía a la ob-

servación de las leyes y regulaciones. Operaba, por la otra, el atractivo que representaba

la expansión del consumo de todo género de bienes a consecuencia del alza de salarios

y la eliminación de las prácticas monopólicas que permitían la imposición de precios

excesivos a las mercancías producidas por el complejo de Trujillo o el Estado.

En cuanto a la cerveza, la expansión de su consumo inmediatamente después de 1961

constituía un aliciente particular, dado que ya se había consolidado en la década an-

terior como un producto de consumo masivo. La inversión en este rubro resultaba

Certificado

de acción de la

Cervecería Cibao.

UNA NUEVA PLANTA:LA CERVECERÍA CIBAO

Page 182: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|319|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|318|

particularmente interesante por el hecho de que había sido uno de los escasos pro-

ductos en que no se había producido un auge de las importaciones entre 1962 y

1964. Esto era un indicador de la compenetración de los consumidores con la marca

Presidente. Estaba planteada, pues, la posibilidad de ganar espacios dentro de una

competencia interna pautada por los gustos de los consumidores dominicanos.

Existen indicaciones de que en esos primeros años posteriores a la dictadura grupos

económicos estuvieron contemplando la instalación de una cervecería, entre ellos la

Casa Bermúdez: «La idea de instalar una cervecería había quedado latente y vuelve a

surgir en la mente del caballero Domingo Bermúdez, a la sazón administrador de la

Casa Bermúdez de Santiago; en el año 1962 hizo gestiones con firmas extranjeras

para producir una cerveza; mas las gestiones realizadas en ese momento no materia-

lizaron.»1

La inversión popular

El hecho de que las expectativas para instalar empresas cerveceras no se concretasen pu-

do deberse a la falta de experiencia de los grupos económicos en actividades empresa-

riales modernas. Hasta fines de la década de 1960 el grueso de esos grupos se encon-

traba casi con exclusividad en el comercio de importación y en actividades agrícolas y

pecuarias con fuertes componentes tradicionales. En términos generales, había escasez

de capital para nuevas inversiones, en razón de la centralización de la inversión que ha-

bía practicado Trujillo. En esos años, además, el clima de inestabilidad política dificulta-

ba la incursión de inversionistas extranjeros. Las inversiones industriales que se llevaron

a cabo en los años subsiguientes se debieron a los múltiples incentivos estatales y gene-

ralmente se orientaban a pequeñas plantas de sustitución de importaciones. Obviamen-

te un producto como la cerveza no entraba dentro de esa categoría de «sustitución de

importaciones».

Estos escollos dieron vigencia a un esquema de «inversión popular», destinado a captar

ahorros de amplios segmentos del público con el fin de emprender proyectos de cier-

tas dimensiones. Este criterio fue estimulado en círculos oficiales, que lo veían como un

medio de incorporar a sectores de la clase media a iniciativas productivas. Por tal razón,

desde el gobierno del Consejo de Estado se destinaron fondos para apoyar crediticia-

mente a pequeñas empresas.

El concepto de la inversión popular partía del supuesto de poner al alcance del públi-

co más amplio posible la condición de inversionista.2 A tal efecto, fue emitida la ley

550 de 1963, complementada por la no. 162, de 1971. Por medio de esa legislación se

definió a las empresas de inversión popular como aquellas que «ofrezcan en venta o

emitan al público, o en cualquier forma introduzcan en el mercado de la República

Dominicana, acciones, obligaciones o títulos de cualquier naturaleza.» Se agregaron

otros indicadores, señalados en el estudio de Fernando Tejada: además de que deben

ser anunciadas las acciones, estas deben tener bajo valor, las compañías deben contar

entre sus inversionistas un elevado componente popular y las empresas quedan bajo la

supervisión de la Superintendencia de Bancos.3

Esto último tenía importancia, ya que, a partir de la información legal y contable re-

querida, el Estado quedaba facultado para aprobar la constitución de cada empresa y el

desenvolvimiento general de sus operaciones. Esta facultad estatal estaba concebida pa-

ra proteger a los pequeños accionistas de posibles fraudes.

Promoción de la

inversión popular.

Page 183: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|321|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|320|

tipología de inversión popular y de la empresa creada para producir productos de la

malta, la Cervecería Cibao.

Las empresas concebidas de acuerdo a la inversión popular que no terminaron exacta-

mente fracasando, se mantuvieron operando gracias a la participación de accionistas de

mucho calibre que inyectaban un volumen de capital para sostener las operaciones. En

definitiva, la primacía en el aporte de capital de algún que otro inversionista le permi-

tía ocupar las posiciones claves en los mecanismos administrativos.

Gestiones de Gronau

La iniciativa para la creación de una nueva cervecería le correspondió a Jaime Gronau,

quien, como se ha visto, también había tenido incidencia en la fundación de la otra em-

En realidad, los proyectos de inversión popular partían de un promotor que concebía la

iniciativa, constituía la empresa y lanzaba al mercado acciones de bajo precio para ser

suscritas preferiblemente por personas que de otra manera no estarían en condiciones

de alcanzar la condición de inversionistas. Es obvio que para un empresario la ventaja

de este esquema radicaba en las posibilidades que deparaba el control sobre la compa-

ñía para emprender operaciones a mayor escala. De otra manera, era preferible montar

una empresa exclusivamente con recursos propios.

En esos años se crearon varias empresas bajo ese concepto. De acuerdo a Fernando Te-

jada, en la primera parte la década de 1960 entre 15 y 20 mil personas adquirieron ac-

ciones en empresas de este tipo.4 El autor constata, comparando avisos de constitución

de compañías creadas durante esos años, que el 60% de ellas emitían acciones de valo-

res inferiores a 100 pesos. Otras iniciativas empresariales de esos años, si bien no se aco-

gieron legalmente a la categoría de inversión popular, hicieron uso de sus mecanismos

para capitalizarse, como fue el caso de Molinos Dominicanos,

En términos generales los proyectos terminaron experimentando fallas cruciales, a cau-

sa de problemas de captación de recursos y administración de los mismos. Proliferaron

acusaciones de errores administrativos y contables que conllevaban el naufragio de los

proyectos, como aconteció con la empresa Codoinpa, muy publicitada, dedicada a la

industrialización de productos agrícolas.5 Estos problemas marcaron el destino de la

Asamblea de

accionistas de la

Cervecería Cibao.

presa cervecera de años previos, la Sociedad Cervecera Antillana. Por lo que se ha po-

dido saber, tras 1952 Gronau marchó a Puerto Rico, donde trabajó en el sector cerve-

cero. Desde su país de origen, por lo demás, entabló nuevas relaciones con vistas a ac-

tividades mercantiles tras la desaparición de Trujillo.

No pasó mucho tiempo después de la muerte de Trujillo para que Gronau, retornado

a la República Dominicana, diera los pasos para la constitución de la Cervecería Ci-

bao de acuerdo con los patrones de la inversión popular. Le correspondió, en lo fun-

damental, trazar las pautas de las operaciones de fabricación y tareas conexas, dada su

«Ojo mágico»

de la planta de

Cervecería Cibao.

Page 184: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|323|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|322|

experiencia en el mundo de la cerveza. Gronau logró la participación de algunos so-

cios inversionistas para que la entidad mercantil pudiera ser creada, pero no logró par-

ticipación de inversionistas puertorriqueños, a diferencia del precedente fallido. De to-

das maneras, las maquinarias para la nueva planta fueron ubicadas en Puerto Rico y

adquiridas a precio de ocasión por pertenecer a la Cervecería Real de la ciudad de

Mayagüez, la cual había cesado de operar.

Gronau decidió que la planta se levantara en La Vega. Esto pudo estar motivado por la idea

de asegurar la captación del mercado cibaeño, al cual se le acordaba futuro promisorio.

También debió incidir el supuesto de que sería más fácil captar ahorros de inversionistas

del interior. Es interesante, a la luz de esos propósitos, el nombre de Cibao acordado a la

empresa en ciernes, dirigido a ganar el mercado de la región donde se instalaría la planta.

culadas a la fundación de la compañía y la adquisición de su maquinaria en Puerto

Rico.8

El capital social fue establecido en RD$500,000, seguramente por ser considerado su-

ficiente para dar inicio a la producción de cerveza y malta. De inmediato, el grupo ges-

tor comenzó una activa labor de suscripción de acciones en el público, promocionán-

dolas básicamente con el argumento de que, al ser de diez pesos, estaban al alcance de

prácticamente todo el mundo. Se conformó un equipo de vendedores de acciones, al-

gunos de los cuales habían sido vendedores de cerveza.

Se consideró atraer al público sobre la base de algunas ideas claves. La primera era que la

empresa no era de nadie en particular, sino del colectivo de sus accionistas, en el fondo,

del pueblo dominicano en su conjunto. Este supuesto estaba asentado en otro, consisten-

Instalaciones

de la Cervecería

Cibao.

te en la igualdad de todas las acciones en derechos y repartición de beneficios: «No tene-

mos acciones preferidas,ni que gocen de privilegios especiales.TODAS gozarán de los mis-

mos beneficios, dando derecho a la copropiedad del activo social... así como en el repar-

to de los dividendos, en una parte proporcional del número de acciones que cada uno po-

sea.»9 En tercer lugar, tal idea se relacionaba con la de una verdadera democracia, por

cuanto «esta es la primera ocasión, en nuestro país, que todos los dominicanos, sin distin-

gos de ningún género, pueden coparticipar en la creación de una industria tan importan-

te.»10 De hecho, la naturaleza del proyecto constituía una prueba de la existencia de la de-

Rafael Díaz Moya,

gobernador

de La Vega,

da el primer picazo

de la Cervecería

Cibao.

Inicios pausados

La Cervecería Cibao fue fundada el 10 de agosto de 1963 por un grupo de apenas

87 accionistas, buena parte de ellos residentes en La Vega.Además de Gronau, quien

fue designado presidente del Consejo de Administración, participaban como inver-

sionistas y promotores del proyecto el técnico azucarero Porfirio Brito, el italiano

Francisco Rainieri y el pequeño industrial capitaleño Pedro de los Santos.6 Brito

fue designado vicepresidente y Rainieri secretario del Consejo de Administración.7

En general, estos promotores hicieron aportes de capital en trabajo y gestiones vin-

Page 185: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|324| |325|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11

mocracia en su aspecto esencial, en lo que se resumía la filosofía de los empresarios men-

tores: «La inversión de pequeños ahorros y de grandes capitales para realizar conjuntamen-

te provechosos proyectos económicos en beneficio de la economía nacional y de todos

los participantes privados, constituye un privilegio de los países democráticos, entre los

cuales se cuenta, al presente, a la República Dominicana. Antes, el ahorro y la inversión

fueron prerrogativas de grupos privilegiados, y hoy en día cada ciudadano goza de las mis-

mas posibilidades de lograr su ideal de independencia económica para asegurar su subsis-

tencia y proporcionar hogar y educación dignos a su familia y prever el retiro para la pro-

pia vejez.»11 Por último, como era de rigor, los gestores del proyecto insistieron en la ho-

norabilidad que caracterizaría con toda seguridad la administración de los recursos de la

empresa, siempre en beneficio del colectivo de sus accionistas.

El llamado a la compra de acciones utilizaba el argumento de beneficios inmediatos

gracias a la rápida progresión del consumo de cerveza en el país: «Los cálculos más con-

servadores permiten estimar los dividendos para los accionistas en no menos del 30%

de sus aportes, en el primer año de operación de la fábrica.»14

Para fines de 1966 el capital pagado había alcanzado la cifra de RD$1,168,410.15 Tiem-

po después, a fines de 1969, cuando se produjeron aportes de magnitud, especialmente

de Antonio Molini, el capital pagado llegó a un tope de RD$2,096.330.16 Al final, la em-

presa llegó a contar con más de tres mil accionistas, en su gran mayoría con un número

reducido de acciones. En una lista de accionistas de 1970 únicamente se encuentra una

inversionista de calibre ajena al Consejo de Administración, Liliana Paniagua Rodríguez,

la cual contaba con un capital de cien mil pesos. Había uno con RD$42,110 y apenas

otros once poseían más de diez mil pesos cada uno.

En la segunda asamblea de accionistas se llegó a la conclusión de que cuando se logra-

ra un capital suscrito y pagado de un millón de pesos se estaría en condiciones de ini-

ciar las operaciones. Para mediados de 1964 ya se había adquirido un solar de algo más

de 40 mil metros cuadrados en la sección Hatico, en las afueras de La Vega, y había avan-

zado la gestión de la compra de las maquinarias, todo con ahorros sustanciales «en de-

fensa de los intereses comunes de todos los accionistas.»

A inicios de marzo de 1964 fue contratada la construcción de las edificaciones con las

firmas Consultores Técnicos Asociados y Westrade Inc. Consistirían en un edificio para

botellería, bodegas y sala de máquinas; casa de elaboración de cuatro pisos; edificio en

paneles aislantes tipo Westwall; local para oficinas y almacén de suministros junto a otras

dependencias.17

Desde antes de ser concluido el edificio, una parte de las maquinarias se encontraban en

La Vega. Entre ellas sobresalían el equipo de refrigeración, una lavadora automática de

botellas marca Meyer Dumore, una llenadora automática de botellas marca Cemco y una

pasteurizadora Meyer Catarac. Casi todos esos equipos fueron adquiridos por Gronau en

Puerto Rico,18 y posteriormente se consideró que dejaban mucho que desear, pues con-

sistían en lo fundamental en maquinarias anticuadas. Seguramente Gronau, el único de

los gestores propiamente entendido en los procesos de elaboración de la cerveza, tomó

la decisión para obtener una sustancial economía de recursos en comparación con lo que

hubiesen costado sus equivalentes nuevos. Esto denotaba la urgencia de comenzar a ope-

rar, aun a costa de ineficiencias, por no contar con el capital requerido.

En la auditoría relativa a 1964 se estimó el costo de adquisición de las maquinarias y su

instalación en el país en RD$472,692, principal partida de los activos fijos, seguida por

Gran cantidad de personas se vieron atraídas por el propósito de constituirse en pequeños

inversionistas, considerándolo una opción correcta de canalizar ahorros.Hubo tanta adqui-

sición de acciones que al cabo de pocos meses, cuando el medio millón inicial estuvo com-

pletamente pagado, la asamblea de accionistas, celebrada en el Casino Central de La Vega,

con presencia de personas de todo el país, consideró necesario ampliar el capital social de

la compañía a un millón.12 Para fines de noviembre de 1964 se convocó una nueva asam-

blea de accionistas, con el fin de hacer una segunda ampliación del capital social.13 Enton-

ces se consignó la participación en la compañía de más de mil accionistas.

Jaime Gronau

y Porfirio Brito

en reunión de

accionistas.

Page 186: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|326| |327|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11

el edificio, que tuvo un costo de RD$274,241.19 Ese experticio concluyó que, en caso

de haberse adquirido máquinas equivalentes nuevas, su costo se habría casi duplicado.

En general esas maquinarias fueron juzgadas en buen estado, aunque a algunas, como la

caldera, se les encontraron defectos.

De todas maneras, a pesar del desfase de gran parte de las maquinarias, el problema que

impedía el inicio de las operaciones radicaba en la ausencia de capital de trabajo. Co-

mo lo refiere la mencionada auditoría, además de esas inversiones, para poder iniciar

operaciones la Cervecería Cibao requería una suma adicional de por lo menos 600,000

pesos.20 El renglón más importante era el capital de trabajo, pues la inversión fija ya es-

taba cubierta en lo fundamental. La Revolución de 1965 supuso pérdidas por la paráli-

sis de las actividades económicas en el país y por la destrucción de bienes de la empresa

que se encontraban en la aduana de Santo Domingo, pero sobre todo porque había ge-

nerado temor en posibles inversionistas, inhibiendo nuevos aportes. Día a día, con gas-

tos inevitables, se acumulaban pérdidas y no había forma de encontrar los aportes ac-

cionarios que permitieran iniciar las operaciones.

A raíz de esa situación fue aceptada la propuesta formulada por el empresario Antonio

Molini a inicios de 1967.

La entrada de Molini

La parálisis de la empresa debió generar divergencias entre porciones de los accionistas

y el Consejo de Administración, lo que pudo incidir en que Gronau fuera sustituido de

la presidencia, que pasó a manos de Amín Canaán, dueño de uno de los paquetes de

EL EMPRESARIO. El empresario que

finalmente iba a hacer posible la

apertura de la nueva cervecería había

vivido en Brasil desde la década de

1950, donde había llegado como de-

legado del gobierno de Trujillo en

momentos en que estableció relacio-

nes cordiales con la gigantesca na-

ción sudamericana. Al parecer Molini

tuvo éxitos considerables en activi-

dades comerciales e industriales en

ese país, lo que lo colocaba en una

posición de ventaja, habida cuenta

del avance que en esa materia exhi-

bía desde entonces Brasil. Al mismo

tiempo, tal vez por su experiencia en

un medio más desarrollado, decidió

apostar a su retorno al país, para lo

cual trajo recursos para involucrarse

en la fundación de empresas.

Además de su participación en la

Cervecería Cibao, Molini decidió

fundar otras empresas, de las que

era propietario exclusivo o en las

que tenía una participación accio-

naria mayor. Una de ellas fue la

procesadora de leche Indulac, tam-

bién situada en La Vega. En con-

junto, sus inversiones en el país

ascendían a RD$3.3 millones.

En sus proyectos, Molini contó con

la benevolencia de influyentes fun-

cionarios gubernamentales, con al-

gunos de los cuales debía sostener

relaciones desde la época de Trujillo.

En ese momento su talante de capi-

tán de industrias fue sobremanera

apreciado, puesto que todavía eran

pocos los capitalistas dominicanos

que se involucraban en proyectos

nuevos de cierta envergadura. En

1967 apenas se estaban concibien-

do las estrategias que permitirían un

relanzamiento de la economía cen-

trado en el sector industrial,21 sien-

do al año siguiente cuando se apro-

bó la estratégica ley 299 para la

sustitución de importaciones, que

estipulaba exoneraciones impositi-

vas sobre reinversiones de capital y

la introducción de materias primas y

maquinarias. Y solo en 1969 fue

que se inició una coyuntura de un

crecimiento sin precedentes, con un

promedio anual de casi 11% duran-

te los cinco años siguientes.22

En esas condiciones de recomposi-

ción incipiente de las actividades

económicas tras la Revolución de

1965, la disposición de Molini de co-

rrer riesgos fue objeto de pondera-

ciones entusiastas en los medios de

comunicación. Entre ellas se encuen-

tra la del editor de la revista Econo-

mía Dominicana, quien exaltó la figu-

ra del empresario por haber decidido

regresar a su patria no obstante en-

contrarse en un medio más favorable

para los negocios; consideraba que

Molini constituía un ejemplo para

una juventud desorientada por doc-

trinas políticas extremistas, forzosa-

mente contradictorias con los impe-

rativos del progreso, únicamente al-

canzable gracias al trabajo, al igual

que para los ricos que sacan sus ca-

pitales a Estados Unidos. Este «hom-

bre joven, trabajador, que está ha-

ciendo en el mayor silencio –casi

discretamente- patria; patria para to-

dos nosotros...» Al retornar de Bra-

sil, Molini lo hizo, según aseguraba

categóricamente el editor, «para lu-

char entre su pueblo, un pueblo ha-

rapiento, pobre, que no puede ofre-

cerle nada más que lágrimas, sangre

y sudor, la cooperación que se mere-

ce.» En síntesis, Molini ejemplificaba

«un nuevo tipo de dominicano, que

trajo del extranjero lo que ganó allí,

para invertirlo entre nosotros, para

ayudar a su pueblo.»23

Así pues, el ingreso de Molini al

mundo empresarial dominicano se

acompañó de un ambiente favorable

para su persona. De nuevo, al igual

que en experiencias previas, la pues-

ta en funcionamiento de una cerve-

cería se ponía como prueba al canto

de que corrían aires incontrovertible-

mente favorables al sentido del pro-

greso.

Antonio

Molini, hijo.

Page 187: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|329|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|328|

muchas acciones. De todas maneras, Gronau siguió siendo una figura de primera im-

portancia en Cervecería Cibao; continuó dentro del Consejo de Administración y se

mantuvo como el maestro cervecero, a cuyo cargo se encontraba la concepción del pro-

ducto a ser elaborado.

Ante la imposibilidad de iniciar la producción, la administración de Cervecería Cibao

se vio obligada a entablar negociaciones con empresas cerveceras de otros países, a fin

de llegar a un eventual acuerdo de coparticipación. La oferta más importante fue for-

mulada por la Corporación Bacardí, con sede en Puerto Rico. Consistía en aportar un

capital de trabajo de RD$100,000, siempre y cuando se asegurase un capital adicional

de RD$1,100,000 y a esa empresa se le entregase la presidencia de Cervecería Cibao y

la facultad de introducir cualesquiera medidas de reestructuración, tras lo cual quedaría

con la opción de compra de acciones adicionales por otros RD$250,000.24 Poco des-

pués, se recibió una oferta de Antonio Molini, quien, una vez examinados y aprobados

los estados contables, se comprometía a aportar RD$400,000 en capital y a gestionar en

el corto plazo créditos por otra suma similar en caso de que la empresa no pudiera con-

seguirlos.25 Esto era justamente lo necesario para operar, por lo cual la mayoría de ac-

cionistas se inclinaron por la propuesta, que fue aprobada en reunión del Consejo de

Administración de 21 de enero de 1967. Aunque sin manifestarlo taxativamente en su

misiva, Molini requería que se le designase presidente de la compañía, lo que acompa-

ñó su entrada como principal accionista en junio de 1967, junto a un contrato de ad-

ministración por tres años.26 De inmediato hizo un aporte de 120 mil pesos para la con-

clusión del edificio, con la promesa de completar la suma de RD$800,000 que permi-

tiese elevar el capital pagado a dos millones.

Por fin se veía factible el pronto inicio de la producción, se superaba la intervención de

que había sido objeto la compañía por la Superintendencia de Bancos desde unos me-

ses atrás y se posponían las objeciones que habían elevado muchos accionistas, con apo-

yo del anterior comisario Tulio Pérez.27 Este, de hecho, puso en duda la legalidad de la

resolución del Consejo de Administración que acogía la propuesta de Molini. Aunque

silenciada por el momento, la inconformidad de esa porción de inversionistas volvería

a manifestarse en desacuerdo con la forma en que Molini rigió la empresa.

La Criolla

El aporte de capital hecho por Molini permitió que al poco tiempo la Cervecería Ci-

bao se encontrase en condiciones de operar. En diciembre de 1967 se hizo el lanza-

miento de la malta Criolla y cuatro meses después de la cerveza del mismo nombre. La

planta fue concebida para producir 13.8 millones de litros anuales de cerveza clara y 6.9

millones de malta.28

La marca Criolla fue concebida por Gronau como una lager de color claro brillante,

grado alcohólico de 3.75 a 4.00%, 58.5% de fermentación y peso específico de 12 gra-

dos en escala de Balling. Los conocedores recuerdan el producto como «más suave que

la Presidente,»29 lo que tenía su público, pero al mismo tiempo comportaba problemas,

dado el aprecio por el cuerpo de la Presidente.

De todas maneras, operó el factor normal de la novedad, tras más de una década de ofer-

ta de una sola marca de manufactura local. Iniciadas las ventas de Criolla en marzo de

1968, de acuerdo a la propia Cervecería Cibao, al poco tiempo, en mayo de 1968, lle-

gó a alcanzar el 47% de las ventas de la cerveza producida en el país, lo que represen-

Anuncio

de Criolla.

Page 188: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|331|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|330|

taba un rotundo éxito.30 Algunos de los vendedores de la CND entrevistados llegaron a

considerar subjetivamente que, por momentos, captó hasta el 80% del consumo.

Esa situación, empero, duró escaso tiempo. Iniciada la producción de cerveza en marzo de

1968, entre mayo y julio se colocó en un promedio algo superior a 80 mil cajas de 24 bo-

tellas pequeñas, pero los tres meses finales de año se redujo a poco más de 20 mil cajas, o

sea un 25% del volumen original.31 El tope de 47.4% del mercado logrado en mayo se

redujo a tan solo 10.1% ya para septiembre.32 Desde entonces, la malta fue un paliativo

clave a las dificultades, pues para fines de año las ventas solo se habían reducido a un 60%

respecto a los niveles más altos de alrededor de 50 mil cajas de 24 botellas.

Inicialmente la Criolla fue concebida en botellas transparentes de 12 onzas. Esto cons-

tituía un primer handicap, pues más del 60% de la demanda era de botellas grandes. Hu-

bo que esperar largos meses la llegada de la lavadora de botellas grandes para poder

adoptar ese envase. Otros problemas se fueron concatenando hasta dar lugar a un retro-

ceso del nivel de ventas.Al parecer el más importante de todos fue el de la distribución,

que requería una compenetración con el mercado consumidor. En particular, la Crio-

lla no pudo penetrar o mantenerse en localidades pequeñas y zonas remotas.33 Asimis-

mo resultó crucial la falta de agilidad para atender los pedidos a tiempo.A los ejecuti-

vos de la nueva empresa se les puso de manifiesto que la distribución constituía el área

neurálgica del negocio cervecero, aspecto en el cual la CND había logrado implantarse

sólidamente gracias a la red de vendedores en todo el país.

La mayor dificultad del sistema de distribución ni siquiera fue la atención rápida a los

pedidos, sino el retorno de las botellas vacías, elemento clave de los costos a causa del

elevado precio de las botellas. Se ha visto en un capítulo previo que, desde los años 30,

la CND acordaba una atención de primer orden al retorno de las botellas, para lo cual

sus vendedores, gracias a su experiencia, desplegaron capacidad de inventiva de proce-

dimientos para sostener relaciones cordiales con sus clientes.34 En resumen, la Cervece-

ría Cibao no contaba con el sistema de vendedores ni la flota de camiones para poder

sostener una competencia con la CND.

A la nueva marca, por otra parte, le hizo daño el color transparente de la botella, que

sometía su contenido a una mayor exposición a los efectos nocivos de los rayos de sol.

En ausencia de suficientes neveras, esto contribuía a que el producto se estropease.To-

davía más, en razón de la gran demanda inicial, la empresa al parecer cometió el error

de incrementar la producción de forma tal que afectó la calidad y repercutió negativa-

mente en la evaluación de gran parte del público. Muchos afianzaron el criterio de que

la calidad de la Presidente era superior, por su cuerpo como por su sabor. Era la segunda

vez que Gronau no acertaba a consolidar un nicho de gusto por un producto más lige-

ro, aunque próximo al de la fórmula que había concebido en 1935.

Esta reconsideración del público se ratificó a causa de la diferencia entre los precios de

las marcas en competencia. En razón de las condiciones de fragilidad con que se habían

iniciado las operaciones, la Cervecería Cibao no pudo afrontar la competencia en pre-

cios de la CND. Esta se acogió a una cláusula de la ley 243, de 9 de enero de 1968, que

dictaminaba que, en caso de existir dos empresas productoras, disminuiría el impuesto.35

La Criolla estuvo concebida para venderse al mismo precio que la Presidente, pero no

pudo adaptarse a su reducción. La Cervecería Cibao lanzó acusaciones de «competen-

cia desleal» y monopolismo, estimando que se la quería aplastar sobre la base de la ma-

yor capacidad financiera de la competencia.36 La CND respondió señalando que sus cos-

tos se habían reducido por efecto de la baja de impuesto, por lo que la reducción del

precio se hacía en beneficio del consumidor.37

En relación a esa ley, la Cervecería Cibao mantuvo un cuestionamiento constante aducien-

do que estipulaba un impuesto entre 37 ctvs. por litro a la Cibao y 24 ctvs. a la CND co-

mo incentivo al volumen de producción.38 Estos impuestos se habían fijado en virtud de

la ley 422, introducida para contribuir al financiamiento de la Universidad Autónoma de

Santo Domingo que modificó el art. 10 de la ley de alcoholes no. 243, elevando a 800 mil

litros quincenales el volumen que debía producir una empresa para disfrutar de los niveles

mínimos de impuesto. De acuerdo a la CND, cuando se estaba discutiendo la ley 422, ha-

bía sido la misma Cervecería Cibao la que había solicitado la elevación de las cantidades

necesarias para disfrutar de la reducción impositiva. La CND alegó que esa modificación le

había sido impuesta, sin que se escucharan sus argumentos; su capacidad de producción en

el momento de aprobarse ese incentivo al aumento de la producción estaba lejos de alcan-

zar el tope de 800 mil litros quincenales, por lo cual corrió el riesgo de incurrir en eleva-

das inversiones. Por consiguiente, se defendía estimando que la solicitud de equiparar los

impuestos independientemente del volumen producido carecía de fundamento.39 Por su

parte, la Cervecería Cibao estimaba que su incursión en el mercado había sido clave para

una elevación del consumo global de la cerveza, por lo que la igualación de impuestos re-

dundaría en un subsiguiente incremento de la producción total y en una elevación de los

ingresos que permitiera mejor financiamiento a la educación superior.40

Manteniendo la importancia del tema, la Cervecería Cibao obtuvo el apoyo de secto-

res de La Vega, que estimaban que la igualación de impuestos constituiría la clave de la

supervivencia de la planta local y los empleos que generaba. El senador de La Vega, Cé-

sar Brache, sometió un proyecto de ley que, enmendado por Pablo Rafael Casimiro

Page 189: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|333|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|332|

Castro, unificó el impuesto en 26 ctvs. el litro.41 La Universidad Autónoma de Santo

Domingo se opuso al proyecto senatorial, argumentando que disminuiría las recauda-

ciones, lo que a su vez iría en perjuicio de la institución.42

Problemas y acusaciones

Durante los primeros meses de gestión de Molini prácticamente la totalidad de los ac-

cionistas mantuvo la expectativa de que las cosas marcharían.Ahora bien, desde que se

conoció el primer balance anual de la empresa comenzaron las objeciones. El Consejo

de Administración anunció que los beneficios del primer año de operaciones ascendían

a RD$17,657, lo que fue considerado evidencia de mal manejo. Un grupo de accionis-

tas, autodenominados «minoritarios», decidieron retirar los poderes otorgados a Molini

como administrador. Entre otras objeciones a sus actuaciones, consideraron indebido el

alza del capital de la empresa en RD$750,000,43 y que para la obtención del crédito

que había prometido hubiera aceptado una hipoteca sobre el conjunto de bienes de la

empresa.44 Este, en sentido contrario, afirmó que había cumplido cabalmente el ofreci-

miento de poner en funcionamiento la planta.45 Adicionalmente, consideraba que ese

beneficio constituía un hecho auspicioso, ya que las empresas normalmente incurren en

pérdidas durante los primeros tiempos de sus operaciones.

En prueba de su confianza en el proyecto, Molini indicó que había sobrepasado la in-

versión prometida de RD$800,000 y la había elevado hasta el millón, y argumentaba

que las objeciones de los accionistas desprestigiaban la firma en beneficio de «enemigos

gratuitos» y en perjuicio de la imagen internacional del país.

En otro orden, los accionistas disidentes objetaban que la distribución de la cerveza hu-

biera sido otorgada a la Distribuidora Modelo, una empresa propiedad del mismo Mo-

lini. En efecto, haciendo uso de las facultades de que gozaba como administrador, Moli-

ni vinculó aspectos del funcionamiento de la Cervecería Cibao con otras dos empresas

suyas, aduciendo dificultades en el mercadeo por falta de agilidad de las empresas que te-

nían a cargo la distribución de la Criolla. Más aún, señaló incumplimientos por parte de

la distribuidora previa y razones de urgencia para encontrar una solución. Eso generó

que la Distribuidora Modelo, de acuerdo a su relación contable, tuviera un saldo nega-

tivo de 43 mil pesos. En el mismo tenor, asignó operaciones de publicidad a la Anuncia-

dora Saona, también de su propiedad, lo que generó idénticos cuestionamientos.

En su defensa, Molini indicó que la empresa se había tenido que embarcar en la adqui-

sición de maquinaria para la producción en botellas grandes, y que en esas gestiones ha-

bía puesto como garantía el crédito de algunas empresas suyas.

Ante las presuntas irregularidades denunciadas, Máximo Ares García, titular de la Supe-

rintendencia de Bancos, otorgó un plazo de recuperación a la empresa cervecera antes

de que realizara una auditoría.46 Pero cuando esta se realizó, en agosto de 1969, los re-

sultados fueron tan adversos que obligaron a tomar medidas.47 Por una parte, Molini fue

compelido a entregar a la administración de la empresa, en depósito en garantía en el

Chase Manhattan Bank, un paquete de acciones por valor de 800 mil pesos, que pre-

tendidamente había adquirido con recursos de sus empresas. La Superintendencia de

Bancos llegó a la conclusión de que se había producido una descapitalización de Cer-

vecería Cibao en beneficio de otras empresas. Estimó que las irregularidades se eleva-

ban a alrededor RD$1,000,000.48 Más tarde, al continuar las investigaciones, el organis-

mo interventor concluyó que las «diferencias monetarias» que achacaba a Molini habían

Anuncio

de Criolla.

Page 190: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|335|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|334|

llegado a RD$1,800,000, de los cuales había recuperado RD$1,200,000. De este mon-

to, RD$808,400 correspondían a las acciones que Molini «había comprado usando los

fondos de la propia empresa.»49

Desde ese momento las operaciones de la Cervecería fueron objeto de minuciosos con-

troles por la Superintendencia de Bancos. Por ejemplo, esta autorizó el gasto del 5% de

las ventas en publicidad, pero con tal de que las erogaciones no se hicieran a través de

la Anunciadora Modelo.50 Este gasto se consideró legítimo ante el requerimiento de

promoción de la botella de tamaño grande, que llegaba tardíamente.

Entre junio y agosto de 1969 la Cervecería Cibao entró en una situación catastrófica.

A inicios de julio únicamente contaba con fondos en bancos por RD$2,125. Tenía

cuentas por cobrar que llegaban a RD$529 mil, de los cuales RD$181 mil correspon-

un virtual cese de operaciones. Así pues, los controles de la Superintendencia de Ban-

cos resultaron insuficientes para detener el deterioro.

Intervención de la Superintendencia de Bancos

Ante la situación creada, en septiembre de 1969 la Superintendencia de Bancos consi-

deró necesario intervenir las operaciones de la Cervecería Cibao, buscando la defensa

de los pequeños accionistas. Para tal fin, el 22 de septiembre fue designado Luis H. Suá-

rez como su administrador. Junto a él pasaron a conformar el Consejo de Administra-

ción los distribuidores Carlos Pérez Ricart y Juan Mayol, al tiempo que Molini era pri-

vado de cualquier función y Gronau y otros directivos presentaban renuncia. El nuevo

administrador se fijó un programa de actividades para recuperar la empresa. Para poder

dían a Distribuidora Molsan y RD$219 mil a la sociedad entre Carlos Pérez Ricart y

Juan Mayol.También se agudizó la devolución de cerveza en mal estado. Para fines de

junio las pérdidas acumuladas llegaban a la delicada suma de RD$388,078, lo que mo-

tivó una orden de que se repusiera al empleado Anselmo Muñiz, vinculado con el exa-

men de esa situación.51 Dos meses después se adeudaba al Estado, por concepto de im-

puestos de Rentas Internas, la suma de RD$111,254. Para fines de 1969 se registró la

enorme pérdida de RD$830 mil.52

Como parte de ese descontrol financiero, la producción se fue a pique, lo que determinó

Llenadora

de botellas.

Anuncio

de Criolla.

operar, primeramente solicitó al Banco de Reservas dos líneas de crédito, una por me-

dio millón y la otra por RD$200 mil. Entre otras medidas, logró un contrato para la

colocación de 25 mil cajas mensuales en el mercado norteamericano, que arrojaría ven-

tas por un millón al año. Contaba con que, a pesar de las pérdidas acumuladas, había en

existencia cerveza y malta en proceso de elaboración por RD$745 mil. Pero, ante el rá-

pido cese de los embarques a Estados Unidos, el comité de accionistas, presidido por

Juan V. Ramírez, acusó a Suárez de no haber sopesado las condiciones existentes al em-

prender una operación que debió saber que no podría cumplir.53

Page 191: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|337|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|Capítulo 11Capítulo 11|Una nueva planta: la Cervecería Cibao|336|

De todas maneras, en reiteradas ocasiones Suárez aseveró que la empresa se encontraba

en vías de recuperación gracias a las medidas adoptadas por él como interventor.54 Pa-

ra fines de 1970 incluso anunció pequeños dividendos, lo que pronto quedaría de ma-

nifiesto que carecía de fundamento.

El deterioro de la empresa generó pugnas entre varios sectores, las cuales contribuye-

ron a empeorar aún más las cosas. En alguna ocasión, grupos de accionistas infructuo-

samente intentaron desconocer la intervención estatal por considerarla todavía más per-

judicial. Por ejemplo, en julio de 1970 eligieron un Consejo de Administración, deci-

sión que fue recusada por la Superintendencia de Bancos.55 Esta tuvo que acudir a la

vigilancia policial para impedir que los accionistas se apoderasen de los locales.

A lo anterior se añadió el intento de Molini y otros grandes accionistas de recuperar

el control operativo de la empresa, por lo que, para mediados de julio de 1970, la Su-

perintendencia consideró someterlo a la justicia. Molini respondió que no temía a las

amenazas de sometimiento y exigió que se dejara de difamar su nombre.56 En la mis-

ma fecha en que se emitían esas declaraciones, en efecto, apareció un anuncio del Con-

sejo de Administración elegido por la asamblea de accionistas no reconocida por la Su-

perintendencia de Bancos. El comunicado desconocía absolutamente la intervención de

la Superitendencia, procediendo a designar a Pedro de los Santos como administrador.

Además de las empresas de Molini, participaban en ese Consejo Liliana Paniagua, José

Manuel Machado, Horacio Álvarez y Luis Manuel Machado.

Al parecer, frente a los errores de la administración estatal, se produjo una recompo-

sición mayoritaria entre los accionistas en apoyo a Molini como medio de superar la

intervención de la Superintendencia. Al mismo tiempo se mantuvo un sector de los

accionistas, denominados «minoritarios», que mantenían la recusación a Molini y las

expectativas en la acción del Estado.57

La polémica se mantuvo incesante entre las partes, al grado de que Pedro Pablo Garri-

do, comisario de la empresa, sometió a Suárez a fuertes cuestionamientos acusándolo

de incurrir en gastos excesivos en su beneficio personal, todo relacionado a pérdidas

por RD$830,586 en 1969.58 Tiempo después se denunciaron pérdidas cuantiosas du-

rante el conjunto de la gestión de Suárez.59 El administrador estatal adujo en su de-

fensa que encontró una entidad prácticamente en estado de quiebra, no se logró con-

cretar la venta de Criolla a Estados Unidos y la falta de capital de trabajo tornaba in-

fructuosos todos sus esfuerzos.60 Sin embargo, los accionistas disidentes le acusaban de

incurrir en gastos excesivos, como el de 430 mil pesos en promoción entre 1970 y

1971.

Esos diferendos no llevaban a ninguna parte, puesto que la empresa no cesaba de agu-

dizar su estado agónico. Había quedado establecido que la intervención estatal resultó

igualmente dañina para los accionistas. Cuando fue designado Guido D’Alessandro co-

mo administrador, la empresa languidecía, con una producción tan baja que no podía

solventar los costos.Al poco tiempo paraba todas sus operaciones.

Los pasivos

En esa situación, los accionistas que creían factible la recuperación de la empresa trata-

ban de que reabriera. Sobre todo, cuestionaban la intervención estatal y pugnaban para

que el gobierno les concediese algunos beneficios que permitieran la reapertura, como

la exención de los impuestos no abonados.

Ese objetivo de los accionistas no era posible sin la intervención de una empresa que se

hiciera cargo de los pasivos, inyectando una fuerte inversión. Aunque la Casa Bermú-

dez y relacionados fundaron la Cervecería Vegana en 1975,61 con vistas a hacerse cargo

de las operaciones de la planta paralizada, tuvieron que transcurrir largos meses de ne-

gociaciones y la puesta en ejecución de modificaciones técnicas para que se hiciera rea-

lidad el sueño de la reapertura. Pero este se daría en condiciones muy particulares, que

se verán en el próximo capítulo.

Cuando una nueva compañía, la Cervecería Vegana, se hizo cargo de la planta de la Cer-

vecería Cibao, su principal ejecutivo, José Armando Bermúdez, detalló que de los

RD$2,108,160 aportados por los 3,400 accionistas había quedado un balance contable

negativo de RD$73,055, aunque en realidad había una deuda total de millón y medio

de pesos contraída con bancos, suplidores, salarios no pagados y otros conceptos, a lo

que había que agregar RD$1,096,405 dejados de pagar a organismos del Estado.62 Sen-

cillamente, había acontecido un desastre, puesto que, de acuerdo a los cálculos de los

auditores de la nueva compañía, los terrenos, maquinarias y demás bienes localizados en

La Vega apenas tenían un valor de unos 400 mil pesos.

Ese saldo tan negativo era el producto de pérdidas acumuladas por una ineficacia glo-

bal, que incluía trasiegos de recursos, errores operativos, gastos mal concebidos e impo-

sibilidad de recomponer una posición competitiva en el mercado. Las vicisitudes por las

que había atravesado la Cervecería Cibao determinaron que, tras quedar paralizada, el

valor de sus acciones en el mercado informal se colocara en aproximadamente el 50%

del nominal.63 Muchos de los accionistas incluso daban por perdida su inversión y se

desinteresaron de la evolución de las gestiones vinculadas a la recuperación de la em-

presa. Era un penoso colofón de este sobresaliente experimento de inversión popular.

Page 192: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|339|Cervecería

|339|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

12Como se ha visto, la Sociedad Cervecera Antillana y la Cervecería Cibao fueron pro-

yectos de escasos años de duración. No pasaría lo mismo con la siguiente empresa que

se conformó para incursionar en el mercado cervecero dominicano, la Cervecería Ve-

gana, creada en 1975 y existente hasta la actualidad.

Esta empresa se concibió primordialmente para operar las instalaciones que pertenecían

a la Cervecería Cibao y que se encontraban paralizadas por completo desde 1974. En

el objetivo de poner en funcionamiento la cervecería situada en La Vega convergieron

diversos intereses. Por un lado, una buena parte de los accionistas de la Cervecería Ci-

bao no se resignaban a la pérdida total de sus recursos y realizaban gestiones para que

alguna empresa grande se hiciera cargo de ella para restaurarla. Por el otro, en La Vega

se mantenía un estado de opinión favorable a la reapertura en función de los empleos

que generaba la planta y otros beneficios colaterales en la vida de la ciudad. Esto se

expresó en la solicitud de que el Estado, dada la intervención que mantenía sobre la

Joaquín Balaguer

y J. Armando

Bermúdez.

CERVECERÍA VEGANA:UNA EMPRESA DEPROLONGADA EXISTENCIA

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Cervecería Cibao, se involucrara en la búsqueda de soluciones. Era lógico que el go-

bierno atendiera esos reclamos y que en su seno se planteara la búsqueda de los meca-

nismos que permitieran la reapertura. Por último, el mercado de la cerveza no cesaba

de expandirse, por lo que continuaba resultando atractiva la inserción de otras firmas.

Intervención de la Casa Bermúdez

Algunas empresas del exterior manifestaron interés por involucrarse en una relación

de sociedad con Cervecería Cibao. Pero desde muy pronto se puso en claro que la

Casa Bermúdez tenía las mejores posibilidades de hacer ofertas convenientes para los

accionistas de la compañía paralizada. Esta empresa contaba con varias ventajas, co-

menzando con su antigüedad, al existir desde finales del siglo XIX y tener una fuerte

Rochet, convocó a sus seis hijos varones con el fin de consultarles el destino que de-

bía dar a una reserva de un millón de dólares, con vistas a la creación de una nueva

empresa. Uno de los hijos, Domingo, quien luego fue el presidente de la compañía,

se manifestó partidario del establecimiento de una cervecería.1 Por razones no espe-

cificadas, la idea no prosperó y la familia siguió centrada en la producción de licores.

Pero, en caso de haberse acogido la idea, la Casa Bermúdez se habría adelantado a

Charles Wanzer, quien como se ha visto solo en 1928 concibió la fundación de una

cervecería en el país.

Poco después de la muerte de Trujillo, el mismo Domingo O. Bermúdez hizo gestio-

nes que no fructificaron para, en consorcio con alguna firma extranjera, pasar a produ-

cir cerveza. Hubo que esperar a que, tras el fallecimiento de Domingo Bermúdez en

presencia desde las primeras décadas del siglo XX. Esto le permitía un detallado co-

nocimiento del mercado consumidor y de los mecanismos de distribución de bebi-

das y licores. La familia Bermúdez, por lo demás, disponía del capital necesario para

emprender el proyecto, en razón de los beneficios acumulados en la producción de

ron y otras actividades.

En realidad el interés de los Bermúdez por incursionar en el negocio de la cerveza

databa de mucho tiempo atrás. En 1925 el principal ejecutivo de la Casa Bermúdez,

–entonces conocida como Fábrica de Licores La Sin Rival– José Armando Bermúdez

1967, uno de los ejecutivos, el presidente de la firma, el Dr. Luis Francisco Bermúdez,

recibiera la oferta de accionistas de Cervecería Cibao para que la Casa Bermúdez ad-

quiriera un paquete accionario.

Con el tiempo le correspondió al administrador de la empresa, José Armando Bermú-

dez Pippa, conocido como Poppy, nieto de Bermúdez Rochet y sobrino de Domingo

Bermúdez, emprender las gestiones tendentes a la constitución de una empresa que se

hiciera cargo de las instalaciones de la cervecería situada en La Vega.

La nueva empresa, denominada Cervecería Vegana, S. A. (CERVESA), fue constituida

J. Armando

Bermúdez

pronuncia discurso

de inauguración de

Cervecería Vegana.

J. Armando

Bermúdez.

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precisaba llegar a un acuerdo con los accionistas, obtener concesiones de parte del Es-

tado y realizar las inyecciones de capital que permitieran la reapertura.

Cuando se puso en el tapete el destino de la planta, llegaron diversas propuestas, una de

la firma alemana Henninger International, a través de su representante Peter Bothfeld, y

la otra de la Casa Bermúdez.Ambas empresas hacían, en principio, ofertas parecidas, aun-

que Henninger planteaba una relación de arrendamiento y Bermúdez la adquisición, so-

bre la base de reconocer a los accionistas de Cervecería Cibao hasta un 40% del capital

accionario de la nueva compañía a cambio del control sobre la mayoría de acciones.

En la ciudad de La Vega emergió una corriente de opinión, encabezada por profesio-

nales y otras personas prestigiosas, a favor de Bermúdez, vista la urgencia de que la em-

presa comenzara a operar.3 Uno de quienes más se destacaron en la ponderación de las

positivas repercusiones de la cervecería fue el líder campesino Francisco Gómez Estre-

lla, productor de un programa de radio.4

Se consideraba que era indiscutiblemente preferible que la cervecería fuera operada

por una empresa nacional, máxime con la experiencia de la Casa Bermúdez: «Sin ser

partidarios de un nacionalismo pasado de moda, creemos con firmeza que la política

a seguir es preferir al inversionista nativo, máxime si como en este caso, no se necesi-

tan ni el capital ni la técnica del extranjero.» Otro de los motivos de tal apoyo consis-

tió en que Bermúdez se comprometía a emplear preferiblemente a residentes de La

Vega. Igualmente se ponderaba que el logro de la reapertura de la cervecería consti-

tuiría un hito para un desarrollo regional equilibrado. Es lo que explica que, desde años

antes, el obispo de La Vega, monseñor Juan Antonio Flores, se hubiera constituido en

uno de los defensores de la cervecería y que el Listín Diario editorializara acogiendo

ese punto de vista.5

La Superintendencia de Bancos, en declaraciones de su titular Altagracia Bautista de

Suárez, apoyó tal punto de vista.6 También entre los principales accionistas, como Lilia-

na Paniagua, y entre antiguos funcionarios de la planta, como Gronau y Plinio Lora

–quien había quedado a su frente, con solo cuatro empleados– se manifestó una co-

rriente de favorecer la transacción con Bermúdez.

Como se ha visto, si bien el estado contable de la Cervecería Cibao arrojaba un déficit

de 73 mil pesos, en realidad sus pasivos eran mayores, pues debía elevadas sumas al Esta-

do por el no pago de impuestos y servicios. En definitiva, se hallaba en virtual estado de

quiebra.Y, aunque el terreno, instalaciones y maquinarias tenían un valor, era preciso re-

solver el marasmo financiero mediante el arreglo de todas las acreencias pendientes. Co-

mo primer paso, la Cervecería Vegana hizo la oferta de adquirir el fondo de comercio de

formalmente el 9 de junio de 1975, con un capital suscrito y pagado de 125 mil pe-

sos. El paquete mayoritario de acciones estaba a nombre de la Casa Bermúdez. Entre

los primeros integrantes del Consejo de Administración se contaron al mismo Poppy

Bermúdez, designado presidente, su hermano Carlos Alberto Bermúdez (Carlucho),

vicepresidente, Nicolás Vargas (ejecutivo de la Casa Bermúdez) y Luis Emilio Noboa,

miembros. Había otros accionistas, como Destilería del Yaque, Abraham Canaán H. y

personas vinculadas a la familia, como Manuel José Cabral.2

Negociaciones y gestiones

No constituía tarea fácil poner en funcionamiento la cervecería de La Vega a causa de

la situación extremadamente negativa en que había quedado en términos contables. Se

Edificio de

Cervecería

Vegana.

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la Cervecería Cibao por la suma de medio millón de pesos, lo que fue aceptado por sus

accionistas. En virtud de ese convenio, la Cervecería Cibao pasaba a detentar un paque-

te de acciones por esa suma en la Cervecería Vegana. Esto significa que los más de tres

mil accionistas de Cervecería Cibao se constituían en accionistas de la nueva empresa ad-

quiriente, en función del monto de sus acciones en Cervecería Cibao. O sea, no pasaban

a ser accionistas individuales de la Vegana, sino a través de su participación en Cervece-

ría Cibao, a cuyo nombre se encontraban y siguen encontrándose hasta hoy las acciones

correspondientes. Este acuerdo constituyó el colofón del experimento de inversión po-

pular en el área de cerveza. De un total de unos dos millones de inversión, finalmente

los inversionistas lograron recuperar la cuarta parte.

La concesión a Bermúdez fue decidida por la Superintendencia de Bancos con el ex-

preso respaldo del presidente Joaquín Balaguer. En ese momento –abril de 1975– el re-

conocimiento del fondo de comercio de la Cervecería Cibao, ascendente a medio mi-

llón, representaría el 40% de la compañía, que ipso facto elevó su capital pagado a 125

mil pesos.

Por gestiones mancomunadas de los nuevos propietarios y representantes de la comu-

nidad vegana, se logró que el Estado condonara deudas superiores al millón de pesos,

como aporte a la reapertura de la planta, junto a incentivos fiscales que permitieran

abonar las deudas a bancos por otro millón y medio, medidas todas que resultaron in-

dispensables para que la operación resultara viable. Este gesto del gobierno fue desta-

cado por J.Armando Bermúdez, en su discurso de inauguración de la empresa: «Es en

ese momento crucial y decisivo cuando el doctor Joaquín Balaguer en una singular

medida administrativa de estadista preocupado por el bienestar del pueblo, resuelve sa-

biamente condonar las obligaciones dependientes del Estado, establece condiciones y

otorga incentivos fiscales para que la nueva entidad pueda pagar en su totalidad la su-

ma de 1,499,830 pesos adeudados.»7 Bermúdez concluyó, por consiguiente, elogian-

do la medida presidencial como ejemplar y asegurando que solo gracias a ella fue que

se había decidido constituir la nueva compañía. En la misma tónica, los accionistas de

la Cervecería Cibao, encabezados por su presidente Vinicio Batista y demás miembros

del Consejo de Administración, habían reconocido la «perseverante preocupación» del

presidente de la República por lograr una solución a los problemas de la empresa.8

Aun así, se hizo necesario realizar cuantiosos aportes de capital. El escaso capital de 125

mil pesos con que surgió la empresa se había multiplicado por diez veces en el mo-

mento de reinicio de operaciones, y quedó estabilizado en 4 millones después de unos

años.9 Vino entonces el proceso de selección del personal y de los procedimientos

técnicos y administrativos. Es de destacar el hecho de que, en su fase de reconstruc-

ción, la empresa empleó cerca de cuatrocientas personas, cifra considerable en una pe-

queña ciudad. Fue designado administrador Miguel Noboa, de amplia experiencia en

su condición de supervisor de mercadeo de la Casa Bermúdez. Noboa permaneció en

esa posición durante unos veinticinco años y todavía funge de asesor. Gran parte del

antiguo personal de la Cervecería Cibao fue repuesto en la nueva compañía, pero en

función de los nuevos criterios gerenciales. Plinio Lora intervino decisivamente en el

proceso, dado el conocimiento que tenía del personal. Entre quienes retornaron a la

planta se encontró Jaime Gronau, como una especie de consultor.

Con los nuevos aportes de capital y dos grandes préstamos tomados al Banco de Re-

servas y al Chase Manhattan Bank se reunió la suma de cerca de doce millones de pe-

sos, con la cual se emprendieron las obras de ampliación de la planta cervecera y se dis-

puso del capital de trabajo necesario para operar.10 «Ingentes recursos económicos fue-

ron canalizados para adquirir nuevos equipos y maquinarias, realizar ampliaciones de al-

macenes, construcción de otros con mayor capacidad, oficinas y talleres, reparaciones de

las facilidades existentes y contratación de personal técnico en disciplinas diversas, rea-

lizaciones estas llenas de complejidades, casi insuperables algunas, que en toda remode-

lación no pueden faltar.»11

Durante más de dos años la planta fue sometida a reestructuraciones que la pusieran

Miguel Noboa,

administrador

de Cervecería

Vegana durante

muchos años.

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Capítulo 12|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|346| |347|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|Capítulo 12

en estado de operar competitivamente.A las maquinarias existentes, en lo fundamental

anticuadas, se les agregarían otras nuevas.Además de las modificaciones y adiciones ne-

cesarias para el reinicio, con posterioridad se introdujeron otras, en aras de obtener un

producto de calidad. Se trató ante todo de lograr un enfriamiento más rápido como

condición para el incremento de la capacidad de producción. Para ello, se adicionaron

compresores, un cuarto para levadura, se aumentaron las salas de maduración y fermen-

tación con el subsiguiente número de tanques; más adelante, se añadió una pasteuriza-

dora más grande.12 Todo esto fue gráficamente sintetizado en sus dimensiones por el

presidente de la firma, José Armando Bermúdez.

«Nos dedicamos a trabajar, pero como ocurre en las casas viejas que cuando se quita una

tabla nos encontramos con que la estantería está carcomida, tuvimos que rehacer, am-

renovación de la competencia estimularía la ampliación del mercado, como en efecto

aconteció: en tres años, para 1978, la producción total de cerveza y malta se elevó a 59

millones de litros, un notable incremento de 70%. Además del factor multiplicador de

la publicidad y la competencia de las dos empresas cerveceras, incidió la intensificación

del proceso de electrificación, que tornaba factible refrigerar el producto cada vez en

mayor número de secciones rurales.

Quisqueya

Se escogió el nombre de Quisqueya para la marca de la Cervecería Vegana (CERVESA),

siempre con la visión de resaltar su contenido local adaptado al paladar prevaleciente

entre los dominicanos. La nueva cerveza se lanzó al mercado el 24 de septiembre, tam-

bién en asociación simbólica con el día de la Virgen de las Mercedes, cuyo culto tiene

extendida vigencia en las comarcas cercanas.

En un principio Gronau fue designado como maestro cervecero, y le tocó dar los pa-

sos iniciales en la concepción de la nueva marca. Más adelante, empero, fue contratada

una asesoría con una compañía de técnicos holandeses, a quienes se les asignó la con-

fección de la Quisqueya. Entre estos técnicos no había un maestro cervecero, carencia

que en teoría se compensaba con inspecciones periódicas desde el exterior.

Tras prolongadas consultas entre Poppy Bermúdez, Miguel Noboa, Gronau, ingenie-

ros dominicanos y otras personas, se llegó a la adopción de una fórmula genérica pa-

ra la nueva marca. Un asesor holandés resolvió los aspectos técnicos de la propuesta,

en términos de los porcentajes de azúcares provenientes de la malta y los adjuntos

maíz y arroz.15 Se apuntó, primordialmente, a que la Quisqueya no se apartara del ti-

po dominante del gusto dominicano, representado en la Presidente, y que al mismo

tiempo tuviera un sello original y propio que la diferenciara y le permitiera avanzar

en el mercado.

Quisqueya nació con los rasgos que todavía exhibe, una lager tipo Pilsener, elaborada

con lúpulo traído de Europa, lo que contribuyó a imprimirle aroma y sabor similares a

los de reconocidas marcas europeas. Contribuyó asimismo a su sabor particular la car-

ga de malta que le confería mayor densidad. Este aire europeo de la Quisqueya no fue

aceptado como válido por Gronau, quien estimaba que el consumidor dominicano pre-

fería una cerveza menos densa y amarga. Pese a esa oposición, Gronau mantuvo la re-

lación con la empresa y se ganó la estima de Poppy Bermúdez, quien concibió en un

momento dado lanzar una marca denominándola Don Jaime en su honor, proyecto que

nunca llegó a materializarse.

pliar y también reajustar la planta al crecimiento del mercado nacional, lo cual requirió

un tiempo adicional de casi tres años y sustanciales inversiones que sobrepasaron los cál-

culos originalmente previstos.»13

Esto implicó la reparación y adaptación de las maquinarias e instalaciones existentes pa-

ra el logro de una capacidad productiva de 49 millones de litros anuales, el doble de la

anterior. Solo de cerveza, la capacidad instalada llegaba a 43 millones de litros.14 Tal am-

pliación se guió por el nivel de consumo de cerveza y malta, que entre 1974 y 1975

promedió casi 35 millones de litros. Los planificadores de la empresa esperaban que la

Bodegas

de Cervecería

Vegana.

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Capítulo 12|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|348| |349|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|Capítulo 12

De todas maneras, Quisqueya logró un fuerte impacto entre los consumidores, tanto

por lo que representaba la variante de su sabor como por la curiosidad que normalmen-

te rodea la novedad de lanzamiento de un nuevo producto.

Auge y dificultades de una nueva marca

Como se ha podido ya observar, el mercado de la cerveza es muy volátil, sobre todo

en condiciones de competencia, pues los consumidores pueden variar con facilidad las

marcas de preferencia. Esta característica se puso de manifiesto en el proceso de im-

plantación de la Quisqueya.Aunque no se dispone de estadísticas comparables a las de

su antecesora la Criolla, la Quisqueya tuvo una progresión notable durante el primer

año de ventas. En los primeros días se produjo una avalancha hacia la nueva marca, sobre

todo por parte de los habitués, deseosos de degustar su sabor peculiar. Poco más ade-

lante, en los meses posteriores a su lanzamiento,16 de acuerdo al cotejo de diversos co-

nocedores de la actividad comercial y de mercadeo, logró ocupar hasta un 30% del

consumo. El aire europeo, a pesar de su limitado sesgo respecto al de Presidente, no

dejó de gustar, lo que mantuvo elevada la demanda. Finalmente, la marca encajaba den-

tro del tipo de gusto predominante a través de la Presidente. En algunos lugares la ava-

lancha se prolongó durante cierto tiempo, como en Santiago, donde gracias a la capa-

cidad promocional de la Casa Bermúdez la Quisqueya logró mantener cerca del 50%

de las ventas.17

Uno de los mecanismos de promoción que explicaban esa evolución era la oferta de

sumas considerables para la venta en exclusividad en lugares reconocidos de alto con-

sumo. La CND decidió responder con el mismo esquema, lo que ocasionó una fuerte

competencia entre ambas empresas en ese terreno. A la larga, la CND obtenía ventaja

con este mecanismo, a causa de la preferencia mayoritaria por su producto.

Un año después de lanzada la Quisqueya comenzaron a manifestarse problemas que

ocasionaron una reducción sustancial de su posición en el mercado. Es normal que,

tiempo después del auge inicial ocasionado por el lanzamiento de un nuevo producto,

el mercado tienda a recuperar el equilibrio previo. Es lo que aparentemente sucedió, en

primer lugar, con el consumo de Quisqueya pues, de manera espontánea, muchos vie-

jos consumidores de Presidente retornaron a ella. En este caso, el consumo de la nueva

marca experimentó una disminución considerable sin que se produjera ninguna reduc-

ción de precios por parte de la CND. Después de cierto tiempo la Quisqueya mantenía

algo menos del 15% del mercado, todavía un indudable reto para la Presidente, pero más

adelante las ventas terminaron reducidas a porcentajes poco significativos.

Esto último se produjo, aparentemente, porque, de nuevo, al igual que se había mani-

festado en la etapa de la Cervecería Cibao, la dimensión y complejidad del mercado

dieron lugar a dificultades en la comercialización. Hoy los ejecutivos entrevistados ra-

zonan que resultaba en extremo difícil competir con el exhaustivo sistema de distribu-

ción que, a lo largo de décadas, había montado la CND. En la medida en que quedaban

existencias que no se consumían en breve tiempo, se producía un deterioro del produc-

to, lo que comenzó a sucederle a la Quisqueya.Y es que el consumidor experimenta-

do capta con facilidad cuando la cerveza ha resultado afectada en su consistencia por un

tiempo excesivo de almacenamiento.

Esto se agravó a causa de la aparición de dificultades técnicas en el proceso de fabrica-

ción.18 Al parecer la planta no se encontraba en las mejores condiciones para operar

Anuncio de

Cerveza Quisqueya.

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|351|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|Capítulo 12Capítulo 12|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|350|

cuando se produjo el lanzamiento, sobre todo con los volúmenes que los ejecutivos se

propusieron colocar en el mercado. En primer lugar, en el llenado de las botellas se pro-

dujo lo que en el vocabulario profesional cervecero en inglés se conoce como «flat»,

consistente en que la botella pierde gas, lo que ocasiona una pérdida de consistencia y

adquiere un sabor aguado. Ello provocó que algunos segmentos de los consumidores

llegaran a percibir la marca como de insuficiente cuerpo.19 El recuento histórico patro-

cinado por la propia empresa sintetiza este cúmulo de dificultades, al describir cuál era

la situación hacia 1983.

«Para entonces Cervecería Vegana cargaba sobre sus hombros con el pesado fardo de los

escollos y dificultades acumuladas desde su fundación hasta ese año, debiendo afrontar

daños irreparables, que obstaculizaron su natural desarrollo, con sus secuelas negativas

en todos los órdenes, ocasionados por desaciertos cometidos por una firma de asesores

holandeses que contrató esa empresa desde sus inicios, para garantizar el correcto fun-

cionamiento.»20

Pese a su magnitud, esas fallas técnicas lograron ser solucionadas, pero a un costo muy

alto, ya que gran parte del público consumidor llegó a la conclusión de que la Quis-

queya carecía de los estándares debidos de calidad.Aun así, en la medida en que se re-

cuperó la estabilidad del producto, se produjo una nueva alza de las ventas, hacia fines

de la década de 1980. Parte de esta recuperación se debió a cambios administrativos y

del sistema de mercadeo. Marco Cabral fue designado sub-administrador encargado del

mercadeo, con efectos significativos. Se logró producir alrededor de tres millones de li-

tros mensuales, cantidad cercana a la capacidad instalada original de la planta. Sin em-

bargo, de nuevo esa situación no se prolongó durante mucho tiempo, alrededor de un

año, según coinciden los entrevistados ejecutivos de la empresa.

Esta última recaída en las ventas, en momentos en que se había logrado estabilizar la

calidad del producto, se explica por lo que, a juicio de los ejecutivos Noboa y Lora,

constituye el determinante esencial de la limitada capacidad de expansión de la mar-

ca: la fuerte competencia que ha representado todo el tiempo la CND, sobre todo por

la fortaleza de su aparato de distribución. Los vendedores de la CND entrevistados

coinciden en ese sentido, considerando que la CERVESA no pudo conformar canales

de distribución que atendieran a tiempo los pedidos, evitaran la acumulación de exis-

tencias y lograran el retorno ágil de las botellas vacías.21 De acuerdo a la autorizada

opinión del ex administrador Noboa, las fallas técnicas y otros factores colaterales tu-

vieron, en realidad, importancia secundaria frente a la imposibilidad de superar la for-

midable competencia que significaba una empresa tan sólidamente instalada como la

CND. Razona que, en países pequeños, se tiende a que el mercado sea dominado por

una sola marca, lo que resulta muy difícil de alterar y coloca a las empresas con menor

participación en situación crónica de desventaja.Además de los fluidos canales de mer-

cadeo, a su juicio, la CND contaba con recursos muy superiores en capital de trabajo

para afrontar los elevados gastos en publicidad que exigía la situación creada de com-

petencia entre dos marcas.

Malta India

A un año de lanzada la Quisqueya, en octubre de 1978, la CERVESA introdujo en el

mercado su segundo producto, la Malta India. De nuevo es significativa la recurrencia a

una denominación que refería al pasado aborigen en la historia dominicana.

Anuncio de

temporada

de pelota por

Cerveza Quisqueya.

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La India se concibió de tal manera que, en criterio de los técnicos, se potenciaran las

propiedades alimenticias y, sobre todo, se ajustara al prevaleciente gusto dominicano en

ese producto de consumo tan extendido. Para tal fin se probaron maltas de varios paí-

ses, entre las cuales se destacaron las de Puerto Rico. La fórmula lograda tras diversas

pruebas permitió obtener un sabor más dulce que la malta de la CND. En evaluación

retrospectiva, los funcionarios entrevistados de la CERVESA consideran que ese sabor no

se debió a una mayor adición de azúcar, sino a la generación de azúcares naturales de la

malta y el extracto.22

A los dos meses esa malta logró preeminencia en el mercado, con un nivel de acep-

tación mucho mayor que el de Quisqueya. Esto tuvo efectos sobre la dimensión del

mercado. En el año posterior al lanzamiento de la India, la producción de malta pasó

de 14 millones de litros a 39 millones, es decir, una progresión de casi 180%, mucho

mayor que la que estaba experimentando la cerveza. De ese abultado mercado, la In-

dia captó el 43%, ascendente a casi 17 millones de litros. Incidió en ese desempeño

una acertada publicidad, basada en consignas que calaron en porciones considerables

de la población.

Empero, la marca se vio afectada por una falla de consideración, consistente en el cam-

bio del tipo de botellas.Ya se ha visto el problema que reviste la recuperación de las bo-

tellas en el negocio cervecero. Dado el éxito sostenido de las ventas de India, el apro-

visionamiento de botellas significó un reto neurálgico para los ejecutivos de la Vegana.

Primero se usó una traída de Bélgica, parecida a la del extracto alemán; luego se traje-

ron botellas usadas de Puerto Rico.

Botella

de Malta India.

Tiempo después, la CND decidió suspender la producción de malta con el fin de dedi-

car toda la capacidad de producción a la cerveza, lo que dejó a la Vegana con el control

pleno del mercado, salvo la pequeña porción de maltas importadas, sobre todo el ex-

tracto alemán Lowenbrau.A pesar de que posteriormente la CND retornó a la produc-

ción de malta y recuperó una buena parte del mercado, la India ha seguido siendo un

producto tan exitoso que, a la fecha, ha sustentado en lo fundamental el funcionamien-

to de la CERVESA.23 De acuerdo a datos de la empresa, en la actualidad la India cubre

alrededor del 40% de las ventas totales de malta en el país.

Carga de

cajas de cerveza.

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Diversificación de marcas

A inicios de la década de 1980, obviamente en razón de las dificultades por las que atra-

vesaba la Quisqueya, la administración de CERVESA decidió introducir una nueva mar-

ca. En primer lugar, se buscaba apuntar a otros segmentos del mercado sobre la base de

una textura distinta, lo que quedó gráficamente plasmado en la denominación de la

marca: Brava. De igual manera, se partía del supuesto de que, desde el inicio, esta mar-

ca evitaría las dificultades técnicas de confección que aquejaron a Quisqueya, por lo que

podría ganar el favor de un segmento del público. La nueva marca, según indica el re-

cuento histórico de la propia empresa, estaba centrada en el propósito de ampliar la

competencia entre marcas: «Dentro de ese esquema la Dirección de Cervecería Vegana

(CERVESA) orientó su estrategia, en primer lugar, hacia la diversificación de productos

de Quisqueya volvieron a descender, más adelante la Cervecería Vegana recurrió de

nuevo a la estrategia de la diversificación de marcas. En 1990 fue lanzada la marca Dry,

siempre una Pilsener pero de sabor peculiar, más apartado de los prototipos ya conven-

cionales de preferencia del público dominicano. La fórmula original de Dry fue toma-

da de marcas de Japón.26 Esto comportaba una apuesta riesgosa a favor de la innova-

ción en materia de gustos, sobre todo en un país caracterizado por la tendencia domi-

nante a la uniformidad.

La empresa mantuvo ese lineamiento innovador, no obstante las respuestas reservadas

entre los consumidores. El hito más importante en tal sentido vino a ser el de la Guin-

ness, reconocida marca irlandesa con una de las plantas de mayor dimensión en el

mundo, que pasó a fabricarse bajo licencia. La Guinness se aparta por completo del ti-

po Pilsener, empezando porque no es una lager, sino una Stout, de fermentación alta.

Se trata, hasta donde se puede establecer, de la segunda y última experiencia en Re-

pública Dominicana de producción de una cerveza de fermentación alta. Para un pú-

blico conocedor, las variantes de fermentación alta tienen fuertes atractivos, por ser

densas y de sabores penetrantes. La Guinness producida en el país, ajustada a los pará-

metros de la Stout, después de un primer momento de curiosidad por una novedad

tan singular, no encontró un público suficiente que le permitiera sobrevivir mucho

tiempo.

Instalaciones de

Cervecería Vegana.

Revisión manual

de medidas

técnicas.

propios de las cervecerías y la identificación y cuantificación de estratos apreciables de

consumidores de bebidas similares, pero con variantes que le fuesen atractivas.»24

Si bien la Brava no se apartaba de los parámetros, ya convencionales en el país, de la lager

tipo Pilsener, como su nombre lo indica se trataba de una cerveza concebida con fuerte sa-

bor.25 No se ha dispuesto de una apreciación categórica sobre el impacto de la nueva mar-

ca en el mercado, pero de seguro fue muy limitado. De ahí que la recuperación temporal

de las ventas de cerveza hacia 1983 estuviera centrada en la mejoría de Quisqueya.

Pero, como esto último no duró mucho tiempo, como se ha visto más arriba, y las ventas

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Así pues, las tres marcas de cerveza con las cuales la CERVESA inicialmente emprendió su

programa de diversificación fueron descontinuadas.Distinta ha sido la evolución de la di-

versificación en cuanto a la malta. Con el fin de atender a un segmento de consumido-

res atentos a los aspectos más definidamente nutritivos y alimenticios, se decidió intro-

ducir un extracto de malta similar al que tradicionalmente se había traído de Alemania.

En marzo de 1983 se lanzó la marca Tiegerbrau, a la cual la síntesis de la historia de la

empresa, citando las pruebas de un laboratorio de Nurnberg,Alemania, le acuerda «cua-

lidades superiores al importado.»27 En términos comparativos, el público fue más recep-

tivo que en las diversas marcas de cerveza.A pesar del sabor amargo del extracto de mal-

ta, fue bien aceptado como señal de que se le reconocían idénticas facultades medicina-

les que a la marca alemana Lowenbrau, con una presencia de décadas.

Todavía como parte de ese programa de diversificación, en 1995 fue lanzada una nue-

va marca de malta no alcohólica, la Maltina, con un sabor distinto al de la India.

Asociación con Labat

La CERVESA participó de la tendencia al establecimiento de joint ventures con consor-

cios de países con larga tradición cervecera, en lo fundamental dirigidos a la fabricación

bajo licencia de marcas conocidas en medios internacionales. Mediante estos acuerdos,

las grandes empresas de países industriales proveen capital de trabajo, suministran mate-

rias primas y conocimientos en forma de técnicos, asesores y fórmulas, a cambio de par-

ticipar en los beneficios derivados de las ventajas de la fabricación local.

Como parte de tal estrategia empresarial, la Cervecería Vegana suscribió un acuerdo con

la Labatt Breweries International, filial de la compañía canadiense del mismo nombre,

para la creación de la Cervecería Domínico-Canadiense, la cual comenzó a operar en

las instalaciones de La Vega. Inicialmente la relación con Labatt se restringió a la distri-

bución local de marcas de esta empresa canadiense, una de las más grandes del mundo,

pero, desde 1996 el establecimiento de la Cervecería Domínico-Canadiense conllevó el

lanzamiento de una nueva marca, que recibió el nombre de Soberana, existente hasta la

actualidad.

La introducción de Soberana, en definitiva, constituyó el más reciente eslabón de los

Tanques de

Cervecería Vegana.

Publicidad local

de Guinness.

Page 202: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|359|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|Capítulo 12Capítulo 12|Cervecería Vegana: una empresa de prolongada existencia|358|

proyectos de diversificación de CERVESA. La concepción de esa marca conllevó un es-

tudio conjunto por las dos partes involucradas. Un maestro cervecero jamaiquino diri-

gió las pruebas que culminaron en una fórmula finalmente aprobada por los canadien-

ses.28 A diferencia de las experiencias arriba reseñadas de diversificación, Soberana se

aproxima claramente a los patrones del gusto predominante en el país. Se trata, como

es de rigor, de una Pilsener cuyo sabor tiende a parecerse a la Presidente. A diferencia

del aire europeo de la Quisqueya, la Soberana tiene menos cuerpo y menor carga de

lúpulo y malta. Se puede inferir que el joint venture apuntaba a competir en el mismo

terreno que ha constituido el fuerte de la CND.

La Soberana tuvo un primer momento de auge por la acogida entusiasta de porciones

importantes del público, llegando por momentos a representar hasta el 15% del consu-

mo total de cerveza.29 Incidió en ello la inyección de capital canadiense destinado a

promoción y publicidad. Pero, con el paso del tiempo, se minimizó su participación en

el mercado, seguramente a causa de que no logró convencer a los afectos al gusto tra-

dicional de que superaba en calidad a la competencia.

Estabilidad de CERVESA

A pesar de las dificultades que ha afrontado, la Cervecería Vegana ha logrado mantener

una posición en el mercado, en lo que han incidido varios factores. Por una parte, la

Malta India permanece con una alta preferencia dentro del mercado consumidor, a cau-

sa de las características arriba contempladas. Adicionalmente, la vitalidad de esta marca

se traduce en sus exportaciones, que también se han diversificado: desde hace tiempo

existe un flujo de India hacia Haití, adonde se envían en la actualidad aproximadamen-

te seis mil cajas al mes. Más reciente ha sido la introducción del producto en España,

donde está logrando incipiente aceptación.

Aunque la empresa se sostiene gracias a la malta, también se ha producido una recom-

posición del peso de la cerveza. En los años recientes la Quisqueya ha logrado mante-

ner una posición en el mercado, aun sea pequeña, gracias a alcanzar una calidad consis-

tente. El sabor particular de la marca ha dado lugar a que un pequeño segmento del

mercado haya ratificado la compenetración con ella.30 El mantenimiento de un nivel

mínimo de ventas ha contribuido a fortalecer la calidad, por no registrarse inventarios

vencidos. En palabras de uno los ejecutivos entrevistados: «ahora se nota que la Quis-

queya es buena porque se vende.»31

La Quisqueya ha logrado, así, recuperar supremacía dentro de la misma empresa.Tras su

lanzamiento, Soberana se vendía hasta tres veces más, pero en la actualidad, Quisqueya

cubre más del 90% del total de la cerveza producida por la empresa. Mientras se pro-

ducen 700,000 litros mensuales de Quisqueya, la Soberana ha quedado minimizada a

apenas unos 66,000 litros. Con todo, esto significa una participación reducida dentro

del mercado, de menos del 2% del total.

Uno de los nichos que ha contribuido a la revitalización relativa de Quisqueya ha sido

la conexión con el auge del turismo en el país. La marca se suple a los hoteles en ba-

rriles. Igualmente, con éxitos variables según el tiempo, se han emprendido proyectos

de exportación, principalmente a Estados Unidos.

Pese a su pequeña participación en el mercado de cerveza clara, los puntos anteriores

permiten a la empresa hacer una evaluación de su posición a partir de 1983 en la sín-

tesis hecha acerca de su evolución. Se ha afirmado una estrategia empresarial centrada

J. Armando

Bermúdez

Madera, actual

administrador

de CERVESA.

en las exportaciones, en la cobertura de la demanda de los turistas y en la asociación

con capital extranjero como medios para eludir las dificultades locales de mercadeo.

«El período... fue pródigo en la generación de recursos que convertirían a la Cervece-

ría Vegana S.A. (CERVESA) en la empresa que es hoy: rehabilitada en sus áreas básicas a

todos los niveles, lista para injertarse exitosamente en el proceso imparable de la globa-

lización de la economía y mercados.»32

Page 203: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|361|Cervecería

|361|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

Edificación

de Cervecería

Bohemia.

Diversificación de E. León Jimenes

A fines de la década de 1970 la firma E. León Jimenes ocupaba una importante posi-

ción en el mundo empresarial dominicano, dada su participación en la producción de

cigarros y cigarrillos. La empresa, concebida para la producción de cigarros, había sido

fundada en 1903 por Eduardo León Jimenes, en la sección Guazumal, próxima a Tam-

boril, con el nombre de Fábrica de Cigarros La Aurora.1 Se trataba de una pequeña ma-

nufactura, similar a tantas otras en Santiago y alrededores, en la zona central de produc-

ción de tabaco. En 1930, ya situada en Santiago, la empresa cambió su razón social a E.

León Jimenes.

Paulatinamente, la E. León Jimenes fue ganando posiciones en el mercado, hasta que-

dar en un lugar prominente, únicamente compartido con la Compañía Anónima Ta-

bacalera.Tras el fallecimiento del fundador, la empresa quedó administrada por su her-

mano Herminio León y posteriormente por los hijos de Eduardo y María Asensio

CERVECERÍA BOHEMIA:UN TERCER COMPETIDOREN EL MERCADO13

Page 204: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|363|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|362|

(Mayún), los hermanos León Asensio, encabezados por Eduardo, el primogénito de los

varones.

En ese transcurso la empresa creció sobre la base de una mística que los hermanos León

Asensio recibieron de su padre. En palabras de José León, el menor de ellos, el rasgo

central de la filosofía empresarial de la familia «ha consistido en destacar a la gente co-

mo principal haber;»2 y acota el presidente del Grupo León Jimenes que, retomando el

legado de su padre, eso implica «privilegiar los principios éticos en la gestión, de forma

tal que la misma esté normada por la exigencia de transparencia y el reconocimiento

del valor del trabajo de todos.»

Desde inicios de la década de 1960, la entidad pasó a un nuevo estadio de desarrollo

mediante la incorporación de la producción de cigarrillos, lo que en ese momento úni-

Ya lograda esa innovación y con el paso del tiempo, en los medios dirigentes de la em-

presa se planteó la necesidad de diversificar las actividades, entendiendo que se había lle-

gado a una especie de techo en el ámbito del tabaco.3

Planteado el requerimiento de la diversificación, Eduardo León Asensio trazó la pauta

de que, en primer lugar, debería escogerse la cerveza. Así empezó a concebirse lo que

vendría a ser el proyecto que conllevaría la creación de la empresa nacional de mayor

inversión desde 1965. Esta disposición coincidió con la incursión de la Philip Morris

en el campo de la cerveza, con la adquisición de la Miller, una de las empresas cerve-

ceras más grandes del mundo. La Miller tomó la delantera en el naciente nicho de las

cervezas ligeras dentro del mercado estadounidense.4

Se dio la ocasión de que el principal ejecutivo de la Miller, tras su adquisición por Phi-

lip Morris, pasó a ser John Murphy, quien había dirigido las negociaciones para la par-

ticipación de esta empresa en E. León Jimenes. Philip Morris envió a República Do-

minicana una misión encabezada por Larry Newmann, a fin de evaluar la conveniencia

de la producción de cerveza de la transnacional norteamericana, fuera directamente o

por licencia.5 Entre las opciones, se consideró la posibilidad de adquisición de la CND,

opción en ese momento no acogida por los principales propietarios de esta, dirigidos

por Jimmy Stuart. Al mismo tiempo, se desechó la posibilidad de que se produjese la

Miller en el país, lo que abrió el terreno para la convergencia de intenciones con E.

León Jimenes para la fundación de una nueva empresa.

Los siguientes pasos implicaron el establecimiento de relaciones con la Miller para los

estudios de factibilidad y evaluación general del proyecto. Este pasó a denominarse Ice-

berg, pues era poco lo que se veía de él, gestado con la confidencialidad común en fa-

se preliminar6 y porque el grueso de la inversión que conllevaría aún no era visible.7

De parte de la Philip Morris se integró al proyecto Carlos Salguero, presidente del área

Latinoamérica-Iberia, al igual que otros ejecutivos, como William Howard y William

Ternay.

Creación de la Cervecería Bohemia S. A.

Madurada la concepción del proyecto, el 23 de junio de 1979 fue constituida la firma

Cervecería Bohemia S. A. (CB) por iniciativa de la E. León Jimenes.8 Originalmente,

antes de su constitución legal, la empresa había sido designada con el nombre de So-

ciedad Cervecera Nacional. El cambio a Cervecería Bohemia fue decidido atendiendo

a dos factores: la región centroeuropea de la actual República Checa, famosa por la ca-

lidad de su cerveza, y en alusión al modo de ser informal de los dominicanos.9 Dentro

camente llevaba a cabo la empresa estatal, también radicada en Santiago. Con la supera-

ción de la dictadura habían aparecido condiciones más propicias para la producción in-

dustrial independiente. En 1969 advino otro hito en la evolución de la empresa: la aso-

ciación con la Philip Morris, que pasó a tener un paquete accionario dentro de E. León

Jimenes. Para la fabricación de la marca de cigarrillos Marlboro se procedió a introdu-

cir el cultivo de tabaco rubio, proyecto de grandes consecuencias en el mundo tabaque-

ro dominicano, uno de los cambios más importantes en el aparato productivo nacional

de esos años.

Eduardo León A.

y ejecutivos de

Philip Morris.

Page 205: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|365|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|364|

En 1980 Newmann y otros expertos de Miller se enteraron de que estaba en venta en

Anchorage,Alaska, una pequeña cervecería, Prinzbrü, construida en Alemania, en exce-

lente estado pues apenas tenía ocho meses en operación. Esta cervecería había sido con-

cebida exclusivamente para cubrir la demanda del personal de construcción de un oleo-

ducto de gran extensión.11 Para Newmann se trataba de una excelente oportunidad,

dadas las características de la planta, entre ellas las pailas de cobre.12 Tras estudio, el equi-

po de Miller recomendó la adquisición de esa planta para su traslado al país, junto a la

agregación de equipos adicionales que permitieran aumentar sustancialmente su capa-

cidad de producción. La Miller prometió ayuda técnica para todo el proceso del trasla-

do, lo que –de acuerdo con el presidente del Grupo León Jimenes– se reveló crucial

para el éxito del proyecto.13 Se convino en pagar al propietario alemán la suma de mi-

del complejo de E. León Jimenes, José León quedó al frente de las operaciones de la

nueva empresa, en calidad de presidente del Consejo de Administración.

En la planeación de la empresa se estimó una inversión de unos 25 millones de pesos. La

E. León Jimenes, C. por A. participaría –como en efecto lo hizo– con el 70% del capital,

dejando el restante 30% en manos de accionistas dominicanos, en su mayoría pequeños.10

En razón de esto, la empresa se anunció como de capital netamente dominicano, por lo

que no tendría que hacer registro de inversión extranjera en el Banco Central.

En el proceso subsiguiente, el equipo de la Miller que pasó a realizar las gestiones de

lugar estuvo dirigido por Georgy Tarala, vicepresidente de Ingeniería, quien provenía

del área de tabaco, por lo que también había tenido relación con la E. León Jimenes.

Se procedió a establecer la localización de la planta de Bohemia. Inicialmente se pensó

en Sabana del Puerto, sección de La Vega, por su proximidad a las principales ciudades

del Cibao y la cercanía de la Autopista Duarte. Finalmente se consideró que el punto

óptimo era la ciudad de Santo Domingo, a causa de estar en ella el mercado de mayor

dimensión y las principales instalaciones portuarias. En función de los diversos factores

que intervienen en la actividad, se adquirió un solar de 50 mil metros cuadrados en el

extremo occidental de la ciudad, en la prolongación de la Avenida 27 de Febrero, cer-

cano a la urbanización de Las Caobas, a causa de la proximidad a la Autopista Duarte y

el puerto de Haina.

llón y medio de dólares.Tomada la decisión, se trasladó a Alaska un equipo de técnicos

de la Bohemia, dirigidos por Miguel Sánchez, para proceder a desmantelar la pequeña

cervecería, operación a cargo de la firma Lockie Brothers. La coordinación de la insta-

lación de la planta quedó asignada a Ramón García Tatis y el área financiera a Abel

Wachsmann, ambos funcionarios con experiencia en E. León Jimenes. Para la instala-

ción de la planta en Santo Domingo, incluyendo la adición de nuevos equipos, fue con-

tratada una tercera compañía, la Quan Carrot King.14

Desde el primer momento fue preocupación de los hermanos León que el edificio de

Explicaciones

sobre el diseño

del edificio

de Bohemia.

Montaje de

la planta de

Cervecería

Bohemia.

Page 206: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|367|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|366|

la cervecería se distinguiera por cualidades estéticas. En función de ello, se solicitó la

confección del proyecto a los arquitectos Eduardo Rodríguez Schack y Edgardo Vega;

los trabajos de administración de la supervisión fueron encomendados a Pedro J. Borrel

y la construcción, en un área de unos 12,500 m2, al ingeniero Marcos Jorge. «El diseño

y la distribución de los edificios se ha realizado observando consideraciones climáticas,

cargas de los equipos pesados, generación de calor en ciertas áreas durante el proceso,

controles de temperatura en las bodegas de fermentación y envejecimiento, recorridos

para visitantes y expansiones futuras.»15 La preocupación estética, aunada a la de la fun-

cionalidad operativa, guió la concepción del edificio como obra de arte.

«Se cuenta con las estructuras metálicas de volúmenes enormes con formas rectangula-

res y horizontalizadas para los edificios de almacén general y la planta de embotella-

cidió duplicarla, hasta que, finalmente, se situó en 300,000 barriles. Esto equivalía a 100

millones de botellas pequeñas, de doce onzas. En ese momento la Cervecería Vegana te-

nía una capacidad instalada real parecida, mientras la CND la duplicaba.

A mediados de 1981 llegó la planta desmantelada de Alaska. Se le agregaron importan-

tes equipos, entre los cuales sobresalen los siguientes, de acuerdo al relato del ingeniero

García Tatis:

• Lavadora, de Barry Miller, Estados Unidos.

• Llenadora, de Holstein y Kaper (hik), Estados Unidos.

• Tanques adicionales de acero inoxidable como silos (únicos en la región), a cargo de

la compañía canadiense Try-Canada, junto a la compañía Inoxida.

• Etiquetadora, de Crones, Estados Unidos.

miento; con un edificio en hormigón armado y bloques de forma muy irregular con

ventanas muy amplias y vidrieras que permitirán la exhibición desde la Av. 27 de Fe-

brero, de las grandes pailas de bronce donde se elabora la cerveza; y como símbolos

identificables, los cuatro silos de almacenamiento de granos de más de 60 pies de alto

con terminación de acero inoxidable, que resultarán el punto culminante de todo el

complejo del edificio, del equipo ubicado al exterior y del parqueo y jardinería.»16

El primer diseño de la planta de la Cervecería Bohemia se concibió para una capaci-

dad instalada de 100,000 barriles anuales, cada uno de 117.33 litros. Poco después se de-

Paila de cocimiento

de Cervecería

Bohemia.

• Sala de cocimiento, de Hoffman, compañía alemana.

• Equipo purificador de co2, de Markeis, Estados Unidos.

• Calderas, de Clives Brooks, Estados Unidos.

• Planta eléctrica de emergencia, de Cummings.

• Dos filtros hik.

• Empacadoras de botellas Standard Nap, Estados Unidos.

En síntesis, la capacidad de producción de 300,000 mil barriles anuales implicaba los

equipos básicos siguientes:

Silos de acero

en proceso de

construcción.

Laboratorio.

Page 207: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|368| |369|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13

• 4 pailas de bronce con capacidad de 15,000 litros por caldeada.

• 16 tanques de fermentación de acero inoxidable con capacidad de 60,000 litros cada uno.

• 40 tanques de acero inoxidable para envejecimiento con capacidad de 60,000 litros

cada uno.

• 2 líneas completas de empaque, con lavadoras, llenadoras y pasteurizadoras, para di-

versos tamaños de botellas, latas y barriles.17

Las instalaciones tenían diversas peculiaridades, que formaban parte de los designios de

integrar la tecnología de punta y resaltar componentes estéticos. Por ejemplo, los cua-

tro silos verticales eran de acero inoxidable, lo que permitía la mejor conservación de

la malta; las pailas de cocción estaban revestidas de cobre, «uno de los aspectos más gra-

tamente decorativos».18

Se integraron diversos técnicos a los procesos, como Gabriel Aldebot en el área eléctri-

ca y Augusto Sención en mecánica. Para la concepción del tipo de cerveza a ser elabo-

rado se trajo al ingeniero estadounidense Arnold Luedtke, encagado de los aspectos vin-

culados a la planta, y al maestro cervecero Gerardo Ingram, de nacionalidad mexicana,

ambos a través de la Miller. En ese proceso, igualmente, fueron entrenados en el exte-

rior técnicos dominicanos encargados de velar por la elaboración, control de calidad y

envasado, principalmente en Milwaukee, sede de la Miller, entre los cuales se encontra-

ron Miriam Lightbourne y García Tatis.

Al finalizarse el proceso de instalación de la planta, la inversión total se había elevado a

aproximadamente 26 millones de dólares o 31 millones de pesos.19 Esos cuantiosos re-

cursos fueron obtenidos exclusivamente a base de los aportes de los accionistas, por lo

FE EN EL PORVENIR. La inaugu-

ración de una empresa de las di-

mensiones de Cervecería Bohemia

constituyó un acontecimiento en su

momento, un hito en la historia de

la actividad cervecera e incluso en

la historia del conjunto del sector

industrial dominicano. Una iniciati-

va de ese género estaba necesaria-

mente acompañada por una visión

optimista, entre los ejecutivos de

León Jimenes, acerca de su futuro,

derivada a su vez de una concep-

ción acerca de la función de la in-

versión privada. El periódico El Ca-

ribe publicó el editorial «Nueva em-

presa», del 15 de febrero de 1983,

que pondera la fundación de la Cer-

vecería Bohemia: «Esta muestra de

la iniciativa del sector industrial do-

minicano, debe constituir un ejem-

plo de lo que se puede lograr bajo

un régimen de libertad de empresa,

en el que la competencia leal y el

espíritu innovador son factores que

aseguran el progreso.»

Al igual que en inauguraciones pre-

vias de plantas cerveceras, la oca-

sión sirvió de marco para una ex-

posición acerca del progreso eco-

nómico. En su discurso del 14 de

febrero de 1983, Eduardo León A.,

presidente de E. León Jimenes, re-

sumió esta perspectiva:

«Esta industria no será monumento

industrial que recordar, ni página

de magnífico libro que jamás habrá

de escribirse, es y será pedestal de

trabajo y símbolo de progreso y de

fe en nuestra patria, y en ella segui-

remos confiando mientras existan

hombres laboriosos, honestos y

fieles, mientras existan caminos

por recorrer o lejanos horizontes

por venir. No nos permitiremos

pensar en frustraciones y desenga-

ños sino en destinos de conquistas

y de triunfos, porque tenemos no

sólo la fe que tuvieron y nos lega-

ron nuestros antepasados, sino la

confianza del presente, en nuestro

gobernante y en el futuro de los

que nos seguirán.»

«Competiremos con todos nues-

tros recursos, con todo nuestro

corazón, con todas nuestras fuer-

zas y entusiasmo, pero con lealtad,

sujetos a los más elementales

principios de ética profesional.

Competiremos con calidad de pro-

ducto, de talento, de organización,

con calidad de intenciones, con una

gran fe en Dios y en el futuro de

nuestro querido país».

Eduardo

León Asensio.

Page 208: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|370| |371|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13

que no resultó necesario acudir a endeudamiento bancario. Se ofrecía empleo a unas

trescientas personas, con el criterio expreso de que, salvo contados especialistas, todas

eran dominicanas.

Concepción de la marca Bohemia

Mientras se instalaba la planta, en la sede de la Miller se llevaban a cabo las primeras

pruebas para el catado del producto. Se decidió hacer caso omiso del patrón represen-

tado por la Presidente; no había una decisión preestablecida, por lo que se trajeron pe-

queñas cantidades de diversas fórmulas y tipos variados, a fin de realizar pruebas de mer-

cado y aquilatar lo que mayoritariamente deseaba el consumidor dominicano.

Ya tomadas las decisiones correspondientes, el primer cocimiento se realizó en octubre

nio de una marca. Las asesorías internacionales, especialmente de la Miller y la Philip

Morris, desempeñaron un papel importante en esta moderna capacidad de gestión. En

buena medida, gracias a ella se logró un impacto sobre el conjunto del mercado cerve-

cero dominicano y sobre el funcionamiento de algunos de sus renglones, como se re-

conoció en los estratos ejecutivos de la CND.20

Se puso énfasis en el diseño del envase. Para tal fin se concibió una botella de color ám-

bar, con una ligera hendidura en el centro, de forma que pudiera ser agarrada con más

seguridad y se facilitara cualquier operación de manipulación en el servicio al cliente.

La etiqueta fue diseñada de acuerdo a conceptos de vanguardia por la empresa Walter

Landor Associates. La campaña de publicidad fue confiada a Leo Burnett, de Chicago,

bajo la dirección directa de José León, a la sazón vicepresidente de la compañía.

de 1982, sin que todavía estuvieran listos para operar los equipos de envasado. Para lle-

nar 200 cajas de 24 botellas se diseñó un sistema provisional a mano.Tras determinarse

el éxito del producto logrado, se procedió a iniciar la producción. El primer envasado

se llevó a cabo el 3 de enero de 1983. Originalmente, cuando se planificaron los traba-

jos, se había estimado que la producción podría comenzar en 1981.

En conjunto la empresa incorporó todos los requisitos para la producción de acuerdo

a elevadas normas de calidad. De igual manera, se definieron los procedimientos de

mercadeo y publicidad para poder competir en un mercado acostumbrado al predomi-

Caja y botellas

de Bohemia.

Publicidad

de Bohemia.

Page 209: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|373|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|372|

Dentro de sus criterios mercadológicos, la marca se ofreció en una variedad de envases.

Por una parte, se utilizaron las botellas de 22 y 12 onzas, algo obligado, dada la prefe-

rencia por la de mayor tamaño. Conjuntamente, fue reintroducido el uso del barril, pa-

ra servir a lugares de expendio masivo, incluyendo los nacientes establecimientos turís-

ticos, lo que a la larga tendría especial peso en la definición de nichos de mercado. No

menos importante fue la introducción del envase en latas, que en aquel momento to-

davía tenía un sentido de innovación.

Como otro de sus componentes novedosos en el mercado dominicano, la distribución

de Bohemia se inició con huacales de plástico, confeccionados por Industrias Asocia-

das, ubicada en la Zona Industrial de Herrera. No obstante las ventajas en duración y

capacidad de manejo, gran parte de los establecimientos comerciales no aceptaron este

huacal; adicionalmente, se suscitó una controversia de parte de una empresa producto-

ra de envases de cartón. Al cabo de poco tiempo, la CB tuvo que abandonar el uso de

huacales plásticos y utilizar el cartón, como hasta entonces era lo usual.

Aunque la Bohemia se concibió como una lager tipo Pilsener, como dictaba el gusto do-

minicano, se introdujeron particularidades de importancia que la situaban como un pro-

ducto original. Finalmente se escogió un perfil que, aunque tomaba por referencia las ca-

racterísticas de Presidente,debía tener sus peculiaridades que lo dotaran de personalidad in-

discutible.Entre otros motivos, se atendió al criterio mercadológico de la ventaja de la mar-

ca original en la competencia entre dos productos similares.21 Tal vez la más importante de

esas características se derivó de la utilización de dos tipos de lúpulo, uno de ellos con fines

exclusivamente aromáticos.22 Ambos lúpulos provenían de Estados Unidos y eran muy re-

José León

Asensio.

Fachada del

edificio principal

de Cervecería

Bohemia.

Page 210: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|375|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|374|

conocidos, uno de marca Cascade y el otro Fugle, el primero aromático y el otro para el

sabor.23 Esto formaba parte de la voluntad por producir una cerveza con los mayores es-

tándares de calidad, lo que requería la utilización de materias primas escogidas. Se decidió

adquirir la malta Ladish, una de las más reconocidas en Estados Unidos. La sémola de maíz

empleada era de origen nacional, suplida por Maicera Dominicana.

La salida al mercado llenó las expectativas. La marca fue probada y ganó un segmento

considerable de los consumidores. No mucho después de lanzada, Bohemia había al-

canzado a suplir aproximadamente el 25% del mercado.Tiempo después, con la intro-

ducción de una segunda marca, el porcentaje de CB aun se elevó más, llegando a cu-

brir cerca del 33% del mercado de la cerveza clara.24

Tras su lanzamiento, la Bohemia participó en dos concursos internacionales, en los cua-

les obtuvo amplio reconocimiento. En España ganó una medalla de oro por calidad y

en Italia quedó calificada como una marca de especial calidad por Monde Selection.

Producción de extracto de malta

Al poco tiempo de estar operando, los ejecutivos de la Cervecería Bohemia considera-

ron la conveniencia de incursionar en la producción de malta, como se ha visto un ras-

go distintivo de la operación de las cervecerías no solo en República Dominicana sino

en toda la cuenca del Caribe. Dado que existía una antigua preferencia por el extracto

de malta Löwenbräu, se estimó pertinente producirlo en el país. Para tal fin se adqui-

rieron los derechos de distribución que pertenecían a la Curacao Trading Co. y se fir-

mó un contrato de regalía con la empresa alemana productora de esa marca, la Bavaria

San Pauli, de Hamburgo, que no se debe confundir con la empresa productora de la

cerveza marca Löwenbräu, situada en Munich.

En 1984, es decir, al año siguiente de inaugurada la Cervecería Bohemia, comenzó a pro-

ducirse el extracto de malta Löwenbräu, cuyo consumo se ha ratificado en señal del man-

tenimiento de un elevado estándar de calidad.El extracto de malta se diferencia de las mal-

tas más convencionales producidas en el país desde la década de 1930 por un pequeño por-

centaje de alcohol y densidad y sabor más pronunciados.En la actualidad, la marca Löwen-

bräu cubre aproximadamente el 80% de la demanda nacional de extracto de malta.

Extracto de

Malta Löwenbräu.

Equipo de pelota

patrocinado

por Cervecería

Bohemia.

Page 211: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|377|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|376|

Asociación con Heineken

Un año después, en 1985, la E. León Jimenes dio un nuevo paso en su desarrollo co-

mo empresa al llegar a un acuerdo con la Heineken, transnacional holandesa recono-

cida por la calidad de sus marcas.25 Se llegó al acuerdo de que, a cambio de la licencia

para la producción de Heineken en República Dominicana, la empresa matriz holan-

desa pasaría a adquirir un paquete accionario en la CB de aproximadamente el 10%

del total.

Con esta nueva marca se atendía a un nicho particular del mercado, un tipo de consu-

midor más exigente. Por tal razón fue concebida como una marca premium, dotada de

elevados estándares de calidad. De ahí que, desde el principio, la Heineken se vendiera

a un precio mayor que las restantes marcas de las tres empresas. Ello no impidió que,

con rapidez, la marca ganara un segmento del mercado caracterizado por la búsqueda

de un producto superior, aun fuera a costa de pagar más. Es posible que durante los días

siguientes a su lanzamiento, la Heineken llegase a copar hasta un 8% del mercado con-

sumidor, aunque durante el primer año no traspasara el 5%.A pesar de que podría con-

siderarse una franja pequeña, en un país acostumbrado al predominio de una sola mar-

ca, no era algo desdeñable para un producto recién salido.

Como era de rigor, la nueva marca seguía los criterios prevalecientes en la planta holan-

desa. Si bien se trató de una cerveza de fermentación baja, al igual que las restantes pre-

sentaba peculiaridades importantes. En este caso el consumidor no se encontraba con

una Pilsener, sino con variante distinta de lager, al estilo de otras variedades europeas, co-

mo era lo usual en la marca producida en Holanda. De todas maneras, la Heineken lo-

Anuncio local

de Heineken.

cal contuvo desde el principio peculiaridades adaptadas al gusto del consumidor domi-

nicano, las cuales le permitieron ganar el espacio referido.

Impacto de la devaluación de 1984

Durante la administración del presidente Salvador Jorge Blanco se introdujo un progra-

ma de ajuste que conllevó el final de varios aspectos del funcionamiento de la econo-

mía dominicana desde dos décadas atrás. Entre las medidas adoptadas se encontró el

traspaso al mercado paralelo de divisas, que venía funcionando desde inicios de la dé-

Caja

de Heineken.

Page 212: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|379|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|Capítulo 13Capítulo 13|Cervecería Bohemia: un tercer competidor en el mercado|378|

cada de 1960, la adquisición de los dólares necesarios para la compra en el exterior de

un conjunto de materias primas y bienes de capital que anteriormente había estado cu-

bierta con dólares suministrados por el Banco Central.

Resultaba lógico que, en la situación de déficit de las cuentas exteriores del país, la apli-

cación de un programa de ajuste conllevara la devaluación de la moneda nacional. Has-

ta 1982 la tasa de cambio del peso por el dólar para la operación de las empresas se man-

tenía a la par con el dólar; a partir de esa fecha empezó a elevarse, hasta llegar a una de-

valuación generalizada producto del traslado de la importación de insumos al mercado

libre. Cuando este proceso de unificación de los mercados cambiarios culminó, en

1985, el tipo de cambio se estabilizó en RD$2.83 por dólar.

Esta variación de la tasa de cambio y de los mecanismos de adquisición de las divisas

texto de la reestructuración experimentada por la economía dominicana hacia media-

dos de la década de 1980. Al incrementarse los costos y no poder indexar los precios,

pues el mismo ajuste había implicado una disminución de la capacidad de consumo, las

operaciones de la empresa atravesaron por un momento difícil. Aumentaron, así, las

pérdidas normales en los primeros tiempos de una empresa de gran tamaño. En 1984

la Cervecería Bohemia registró pérdidas de 4 millones de dólares, a causa de los com-

promisos de garantía de dividendos a los accionistas.27

Esta situación, lejos de provocar un estado de desconfianza en los hermanos León Asen-

sio, llevó a considerar la conveniencia de ampliar su participación en el negocio cerve-

cero. En tal evaluación debió pesar la consideración de que la coyuntura desfavorable

de la economía dominicana no tendría duración prolongada y de que no cuestionaba

necesarias para el abastecimiento de las materias primas del sector industrial tuvo reper-

cusiones negativas inmediatas sobre las empresas que operaban para el mercado interno

y dependían de la importación de materias primas. Entre esas empresas se encontraban

las cervecerías, cuyo costo operativo tendió a elevarse. De acuerdo a cálculos hechos pú-

blicos por Eduardo León, presidente de la Cervecería Bohemia, por cada punto o cen-

tavo de aumento de la tasa de cambio, el costo de producción de la empresa se incre-

mentaba en $30,000 anuales.26

De esta manera, la Cervecería Bohemia inició sus operaciones prácticamente en el con-

Junta de ejecutivos

de Cervecería

Bohemia.

la persistencia en la producción de cerveza, así como el criterio de que las dificultades

eran comunes a todas las actividades económicas y, por tanto, afectaban por igual a to-

dos los involucrados en el área de la cerveza.Así pues, más que conllevar una autorres-

tricción, la devaluación llevó a la familia León al interés por expandirse, a través de la

adquisición de la empresa de mayores dimensiones, la CND.28

Instalaciones

de Cervecería

Bohemia.

Page 213: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|381|La CNDen la fase final de

|381|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

Sala de filtrado

de CND.

Hacia la producción masiva

Se ha visto que la dimensión del mercado experimentó un salto a partir de 1962, a cau-

sa de la mejoría en la capacidad de consumo de la población. Sin embargo, la planta de

la CND no experimentó grandes variaciones, por lo que se estaba produciendo cierto

desfase entre el volumen de la demanda y la capacidad instalada de la empresa. En al-

gunos aspectos la empresa iba quedándose a la zaga de avances técnicos que se introdu-

cían en los centros internacionales de la cerveza. Durante algunos años la planta apenas

estaba en capacidad de atender la demanda del público, en dinámico crecimiento, te-

miéndose a veces que no diera abasto en navidades.1

La evolución de la empresa en el aspecto técnico durante esa época parece haber esta-

do vinculada a la visión cauta de su presidente Stuart, quien evaluaba con sumo cuida-

do todo proceso de innovación que comportara la inversión de grandes volúmenes de

capital.Así, la planta, muy actualizada en 1950, había quedado algo desfasada veinte años

LA CND EN LA FASEFINAL DE PROPIEDADNORTEAMERICANA14

Page 214: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|383|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|382|

después, aunque la calidad de Presidente se mantenía incólume.A lo sumo, se introdu-

jeron nuevas instalaciones que permitieron suplir el acelerado incremento de la deman-

da. En 1963, por ejemplo, se instalaron dos líneas de envasado y, en años posteriores, se

llevaron a cabo mejoras en filtros y tanques.2

Dos aspectos sobresalían en el desfase creciente de la CND respecto a la demanda: el princi-

pal era el relativo a la capacidad de cocimiento y, todavía más, de fermentación y envejeci-

miento;en esta área únicamente se llevaron a cabo mejorías parciales.Pero también iban aflo-

rando cuellos de botella que dificultaban cada vez más el incremento del volumen produci-

do, entre los cuales sobresalían las líneas de embotellamiento, que ya no daban abasto para el

volumen deseable. Fue también importante la escasez de agua, al grado de que, a inicios de

la década de 1970, por momentos había que interrumpir la producción por falta de agua.

renovación completa de la planta. Se puso de manifiesto que ya no se trataba de con-

tinuar la práctica de mejorías parciales, sino acometer la renovación total, para dar lu-

gar a lo que vendría a ser, de acuerdo a Jimmy Stuart, a quien correspondió coronar el

proceso, la «creación de una nueva cervecería.» El aspecto central de esta renovación

consistió en una voluminosa inversión para la instalación de una nueva sala de coci-

miento, aunque también comportó la construcción de tanques adicionales.4

En 1974 se inició la reconstrucción de la planta, proceso que puso en juego todas las

capacidades de sus administradores, técnicos y trabajadores.Al frente de los trabajos de

ingeniería fue colocado el joven Rafael Menicucci, quien poco antes había dirigido la

expansión de Refrescos Nacionales. Gracias a esa experiencia, desde que ingresó a la

CND en 1968, Menicucci sustituyó a Jorge Pesquera como jefe de planta, cuando este

Para inicios de la década de 1970 gran parte de los controles del proceso de cocimien-

to aún se operaban manualmente.3 Este procedimiento iba quedando cada vez más ob-

soleto a medida que aumentaba el volumen de la producción a causa de las variaciones

que podían introducir eventual inestabilidad en el producto. En razón del incremento

del volumen, se hacía imperioso pasar a una etapa de automatización en ese proceso

como requisito para mantener la excelencia.

Finalmente, ante las señales en la demanda producto de la coyuntura de crecimiento

del primer lustro de la década de 1970, Stuart ponderó que resultaba conveniente una

último fue designado administrador tras la muerte de Columna. La envergadura de las

labores desplegadas en la década de 1970 se pone de relieve en el hecho de que en 1978

Menicucci, a su vez, fue designado administrador.

Tomó años concluir las labores de renovación de la planta. Lo primero que se em-

prendió fue la modificación del equipo de botellería que, de acuerdo a la información

de prensa proporcionada por la empresa, la ponía en el momento «a la altura de las más

modernas industrias cerveceras de Europa.»5 Este nuevo equipo incluía transportado-

res de cajas, desempacadoras, lavadoras, inspectores de botellas vacías y llenas, llenadoras,

Línea de

embotellado.

Empacadora.

Pasteurizadora.

Otro ángulo de la

pasteurizadora.

Page 215: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|385|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|384|

botellas por minuto, lo que permitía preparar 1,500 cajas por hora. Esta llenadora pre-

viamente sometía la botella al vacío, procedimiento que se utilizaba por primera vez a

escala internacional.

Sencillamente, se estaba en presencia de un ritmo vertiginoso de innovación para los

estándares previos. Después de una inspección de la botella llena, a razón de 800 bote-

llas por minuto, la línea pasaba a la pasteurizadora, aparato con capacidad para 40,000

unidades grandes en dos niveles. En la nueva máquina ese proceso duraba algo más de

una hora, con la peculiaridad de que no comportaba inmersión, sino chorros a diversas

temperaturas; el sistema de «walking beam» implicaba que las botellas se colocan en una

«serie de planchuelas con movimientos casi elípticos que conducen la botella de una

manera que parece que se mueve como si fueran las piernas de una persona desplazán-

etiquetadoras, así como los procesos subsiguientes de empaque y distribución. Esto se

acompañó por un sistema que permitía el reúso del 80 por ciento de las cajas de car-

tón. La nueva lavadora supuso de por sí una modificación de la capacidad de toda la

planta, puesto que albergaba 30 mil botellas, y en media hora pasaba por sucesivas fa-

ses en una cadena de diez tanques de lavado que garantizaban una pulcritud absoluta

de las botellas.

Otra innovación de relevancia fue el inspector de electrónico de botellas vacías, con

incrementada capacidad de hasta 500 botellas por minuto. Gracias a sus juegos de len-

tes y haces de luces este inspector tenía capacidad de rechazar partículas de hasta un

milímetro cuadrado y descartar botellas con las mínimas imperfecciones. La llenadora,

por su parte, de 16 cabezas de diez botellas cada una, pasó a tener capacidad de 600

dose lentamente.» Este procedimiento tenía la ventaja de ahorrar energía y evitar que

los fragmentos de botellas rotas entorpecieran la cadena.

Ya lista la botella para el consumo quedaba la colocación de la etiqueta, para lo cual se

adquirieron dos máquinas de la empresa alemana Jagenberg-Werke AG, de la última

tecnología y con capacidad de 45,000 botellas por hora. Como nota esclarecedora de

la innovación que comportó esta maquinaria, ya dejó de ser necesario el trabajo ma-

nual, pues bastaba que un operador comprobase que la etiqueta quedaba correctamen-

te colocada.

James Stuart

pronuncia discurso

en inauguración

de envasadora.

1977.

Jimmy

Stuart.

Page 216: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|387|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|386|

Por último, la línea culminaba en dos empacadoras, construidas por la firma estadouni-

dense Geo. J. Meyer Manufacturing, con capacidad de 20 cajas por minuto cada una.

Como complemento se instalaron sistemas de alineamiento de las botellas y de trans-

portación de las cajas para ser selladas.

La línea de embotellado constituyó el preámbulo de la renovación de fases previas del

proceso, fundamentalmente la automatización de la sala de cocimiento, que sustituyó a

la que había sido instalada en 1950 en el nuevo local.6 La nueva sala de cocimiento fue

inaugurada en 1979, con lo que culminó la renovación. Hasta entonces casi todos los

movimientos de las válvulas para la distribución de las materias primas se llevaban a ca-

bo en forma manual por un operador. La automatización introducida en 1979 conlle-

vó un progresivo control de parámetros y una reducción sustancial de las pequeñas va-

inyección de capital. Solamente entre 1972 y 1977 se invirtió la suma de 9 millones

de dólares.8 Parece que el momento más intenso del proceso fue el lapso posterior a

1974 cuando, de acuerdo a información facilitada a Joaquín Balaguer por el adminis-

trador Pesquera, se invirtieron siete millones de pesos. En los dos años subsiguientes

todavía se invirtieron sumas suplementarias para la conclusión de la sala de cocimien-

to y de otros componentes de la planta.9

A fines de 1977, esto es, antes de la inauguración de la sala de cocimiento, estuvo pro-

gramada la conclusión de nuevos silos y otras instalaciones. Sobresalieron un nuevo gran

almacén para el despacho de la mercancía, nuevas áreas de oficinas y tanques adiciona-

les de fermentación y envejecimiento. De igual manera, se amplió la flotilla de camio-

nes y se entregaron más vehículos a los vendedores.

riaciones entre cocimientos. Este nuevo sistema de control hizo posible realizar diaria-

mente entre 8 y 10 cocimientos, elevando significativamente la capacidad instalada. Pa-

ra el 50o aniversario los propietarios de la empresa sintieron la satisfacción de plantear-

se alcanzar en breve una capacidad instalada de casi un millón de barriles anuales.7 Sin

embargo, en realidad apenas se superó la capacidad de 600,000 barriles. Aun esta últi-

ma era muy superior a la demanda del mercado en la época, pero se justificaba por el

ritmo de incremento que mostraba.

Este esfuerzo sostenido de recomposición de la planta requirió de una voluminosa

El cultivo de levadura

Otro componente de importancia en los procesos de expansión de la década de 1970

fue el mejoramiento de las operaciones de laboratorio, problema crucial para el control

de calidad en la producción a gran escala. Uno de los aspectos más delicados del pro-

ceso de fabricación de la cerveza, con vistas a su estabilidad, se refiere al requisito de la

homogeneidad de la levadura, puesto que de otra manera los cocimientos arrojarían sa-

bores distintos. Probablemente la mejoría clave de los procedimientos de laboratorio de

la CND se refirió a la introducción del cultivo de la levadura. Se trata de algo complejo,

Los primeros

nuevos tanques de

envejecimiento a

fines de la década

de 1970.

Otra vista

de una de las

recientes líneas de

embotellamiento.

Operario en la sala

de cocimiento.

Page 217: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|388| |389|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14

ya que la levadura es un ser vivo, en constante proceso de reproducción, con lo cual el

mantenimiento de sus cualidades requiere de operaciones extremadamente precisas

Hasta entonces la levadura se traía del exterior, específicamente de los laboratorios

Schwarz.A partir de 1980 comenzó un proceso en los laboratorios de la CND tenden-

te a la multiplicación de la levadura en las múltiples fermentaciones de los cocimien-

tos. De tal manera, la cepa traída del exterior se puede usar en varias fermentaciones.

Desde la década de 1980 se pasó únicamente a importar las cepas madres cada cierto tiem-

po.Se siguió trayendo el producto de Schwarz, lo que se mantuvo cuando cambió de nom-

bre a Laboratorio Siebel. El proceso de cultivo de la levadura, al requerir una altísima pre-

cisión en el laboratorio, no ha cesado de mejorarse con el curso de los años, algo que ha ve-

nido a resultar beneficioso para la consolidación de la excelencia de las marcas de la CND.

La presidencia de Jimmy Stuart

A raíz de la muerte de James Stuart, acaecida en mayo de 1978, la presidencia de la empre-

sa de la CND pasó a manos de su hijo James, por todos conocido como Jimmy, lo que man-

tenía una línea de sucesión familiar a partir del fundador Wanzer. El nuevo presidente, en

los años previos, había estado fungiendo de vicepresidente ejecutivo de la Cervecería Co-

rona, de Puerto Rico; allí se había iniciado como ayudante del gerente de oficina, posición

modesta para el hijo del principal accionista y presidente, a causa del criterio de este de que

así haría una carrera que le permitiría un conocimiento cabal de las operaciones.

Pese a que Jimmy Stuart ostentaba la posición de director dentro del Consejo de Ad-

ministración de la CND, no se había involucrado en las operaciones de la empresa, pues-

to que todos sus esfuerzos se centraban en Puerto Rico.Tal vez hubiese empatía en tal

LA INTRODUCCIÓN DE LA LATA.

Como parte del programa de reno-

vación de la planta de la CND,

Stuart también consideró la inclu-

sión de áreas que repercutieran di-

rectamente en los aspectos merca-

dológicos. Tal vez incidió la compe-

tencia que en ese justo momento

estaba representando la Cervecería

Vegana, por lo cual resultaba acon-

sejable ofrecer el producto de ma-

nera novedosa. Así, con la presen-

tación de la Presidente en lata se

ofrecía una imagen de modernis-

mo.

Aunque Stuart ponderó la decisión

hacia 1976, solo se adoptó des-

pués de su fallecimiento por su hi-

jo Jimmy. En ese terreno el país se

había quedado rezagado respecto a

Estados Unidos, donde tal envase

era muy popular desde unos 20

años atrás. En Puerto Rico también

se había puesto de moda el consu-

mo en ese envase, por lo que, con

motivo de una reposición de ma-

quinarias en la Cervecería Corona,

se decidió que la envasadora de la-

ta desechada fuese adquirida por

la CND. Esa maquinaria estaba di-

señada para latas de 10 onzas, las

de uso común en Puerto Rico,

donde el 70% del consumo se lle-

vaba a cabo en tal envase; una de

las razones que determinaron la in-

troducción de la lata fue el crecien-

te gusto por la Presidente entre los

puertorriqueños.10 Pero ese tama-

ño no fue del agrado de los consu-

midores dominicanos, por lo que,

años más tarde, hubo que introdu-

cir nueva maquinaria para latas de

12 onzas.

El envase en latas tuvo un impor-

tante impacto en el mercado, pues

representó un hito de modernismo

en la operaciones de la CND. Los

primeros años de uso de este en-

vase lo asociaron con un toque de

distinción en cuanto a agilidad pa-

ra ocasiones especiales de días de

playa, viajes y situaciones por el

estilo. Con todo, y no obstante la

ulterior introducción de la lata de

12 onzas, la mayoría de los aficio-

nados a la Presidente siguieron

aferrados al uso invariable de la

botella.

Afiche relativo al

lanzamiento de la

Presidente en lata.

Portada de

El Cervecero,

órgano de la

CND, relativa

a la exportación

en latas.

Page 218: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|390| |391|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14

sentido, ya que el joven Stuart había nacido en esa isla en 1942 y allí se desenvolvió su

primera niñez. Desde 1966 regresó a Puerto Rico donde llevó a cabo su carrera como

empresario, comenzada en la Coca Cola y continuada en la Corona.

Unido a lo anterior, el carácter reservado de su padre explica que el joven Stuart care-

ciese de la información necesaria para poder asumir inmediatamente la presidencia de

la CND en la forma en que había sido ejercida tradicionalmente.A pesar de ser uno de

sus directores, desconocía la estructura interna de la cervecería dominicana, lo que lo

llevó a buscar el acercamiento con los ejecutivos locales, sobre todo con aquellos que a

su juicio concentraban mayor experiencia. Fundamentalmente el recién nombrado ad-

ministrador Rafael Menicucci hijo, su padre Rafael G. Menicucci R. y Luis del Toro

debieron ponerlo al tanto de lo que era la CND. Si bien Stuart hijo mantenía los prin-

Rocha, quien en su condición de abogado de la compañía era subsecretario. Junto a es-

tos tres dominicanos siguieron participando en el Consejo de Administración o fueron

incorporados al mismo algunos de los accionistas norteamericanos más influyentes: tres

integrantes de la familia McKay, el veterano Russell, su hijo Thomas y su yerno Dan-

ford Leitner; de igual manera seguían sesionando Gorham Philips, Malvin Mayer y

Wingate Paine.11

Desde mediados de 1978 Jimmy Stuart comenzó a pasar una semana cada mes en Santo Do-

mingo.En las restantes tres semanas se comunicaba diariamente por vía telefónica con el ad-

ministrador Menicucci, a fin de estar al tanto de la marcha de la empresa y tomar las decisio-

nes pertinentes. En lo fundamental reproducía el estilo centralizado que había impuesto su

padre en las pasadas tres décadas, pero ampliando las facultades de los ejecutivos locales.

cipios empresariales de su padre, entendió que la gestión entre los dominicanos reque-

ría que prestase atención a los consejos de esas y otras personas.

Tal vez por esas asesorías, Jimmy Stuart decidió modificar los mecanismos de funciona-

miento del Consejo de Administración. Como se ha visto, este únicamente se reunía en

New York. Bajo la nueva gestión no solamente comenzó a reunirse en Santo Domin-

go, sino que integró a los dominicanos con mayor cuota de responsabilidad. Por una

parte, fue incorporado Menicucci hijo, en su calidad de administrador, al igual que Del

Toro, quien desde mucho tiempo atrás era subadministrador; y Joaquín Ramírez de la

Jimmy Stuart

y Rafael Menicucci

en el acto de

lanzamiento

de Presidente

en New York.

Consejo

de Administración

de la CND,

presidido por

Jimmy Stuart.

C. 1980.

Page 219: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|393|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|392|

Administración de Menicucci

Meses antes de fallecer, James Stuart decidió poner en retiro al administrador Jorge Pes-

quera y designar en su lugar a Rafael Menicucci. Posiblemente había quedado impre-

sionado por el liderazgo mostrado por este como jefe en el proceso de renovación de

la maquinaria que se estaba llevando a cabo y, además, tuvo en cuenta que todas las ex-

pectativas acerca del futuro funcionamiento de la empresa estaban depositadas en la fun-

cionalidad de la nueva planta.

Como cuestión de estilo, se dispuso un período de transición para que Menicucci se

nutriera de los principios de administración y se sintonizara con el estilo personal de

gestión existente. El nuevo administrador, dada su condición de ingeniero, procuró

actualizarse en las técnicas de la administración a través de cursos intensivos de alta

gerencia en el exterior.Asimismo procuró nutrirse de la experiencia de ejecutivos ve-

teranos, para lo cual conformó una especie de consejo asesor, pues consideraba que

debía operar a través del consenso entre todos los ejecutivos, tanto desde el punto de

vista de la eficacia como de la relación con los propietarios de la empresa.

Igualmente se benefició de la asesoría que le brindaron dos expertos en la industria

cervecera. El primero era Malvin Mayer, quien se ha visto que era director del Con-

sejo de Administración de la Cervecería Nacional Dominicana y venía al país de ma-

nera regular dos o tres veces al año. El segundo era Julio Sánchez, jefe de planta de

Cervecería Corona de Puerto Rico, quien había estado relacionado a la CND desde la

época de Bonetti, como parte de las relaciones de colaboración entre ambas empresas

que impulsaba Stuart.

Inauguración de

la nueva cervecería

con presencia del

Presidente Antonio

Guzmán.

Anuncio de

Presidente.

C. 1970.

Ante la competencia: nuevas marcas

Los retos que significó la aparición de otras empresas cerveceras fueron asumidos por la

CND mediante la creación de marcas, con las cuales apuntaba a competir en los nichos

de mercado que podían estar influidos por las variaciones que introducían las marcas de

las dos empresas adicionales. En relación a esto y al ambiente prevaleciente en los sec-

tores medios urbanos, los ejecutivos de la CND calibraron la pertinencia de producir una

marca reconocida internacionalmente.A pesar de la variedad de sabores que significó la

creación de estas marcas, no puede decirse que alteraran el prototipo de la cerveza que

Page 220: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|395|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|394|

se había enraizado dentro del país. Básicamente, la CND decidió la creación de dos mar-

cas sucesivas, ambas en vinculación con momentos por los que atravesaba el mercado y

con el interés de mantener el favor de los cambiantes gustos del público, en aquellos

años inclinado a probar los nuevos productos que se ofrecían.

La primera fue Carlsberg, marca danesa de fama mundial, que comenzó a ser producida

con licencia hacia 1981, tras una negociación iniciada por McKay, que implicó descar-

tar otras opciones. La variedad de productos que ofrece la matriz en Dinamarca permi-

tió que se produjese una adaptación al gusto dominicano, al tiempo que se elaboraba de

acuerdo a parámetros que diferían sustancialmente de los representados por la Presiden-

te. La Carlsberg dominicana se caracterizó por un palpable nivel de calidad y más cuer-

po del que era típico en el país. De esta manera, se asemejaba a tipos europeos distintos

a la Pilsener, por cuanto se trataba de una cerveza de mayor densidad, color más oscuro,

incrementado uso del lúpulo y detalles adicionales. Este patrón introducido por la CND

en la Carlsberg fue considerado por en el público e incluso por los vendedores de la em-

presa como dirigido a enfrentar la competencia representada por la Quisqueya, como se

ha visto, había ganado un segmento del mercado durante los primeros tiempos de su

existencia. Rafael Menicucci asegura que ese no era el caso, pues lo que se ponderó fue

esencialmente la diversificación con ayuda del prestigio de una marca de fama mundial.

De inmediato la Carlsberg tuvo una acogida sorprendente en el público, muy bien reci-

bida sobre todo entre segmentos de la clase media, que aspiraban en aquel momento a

una variación de los patrones de gusto. El precio superior a que se expendía no fue óbi-

ce para esta aceptación, puesto que estaba bien definida una franja de consumidores que

Bolín, Pelencho

y Chonguito,

emblemas

publicitarios.

preferían pagar más por un producto selecto, como se presentó en la promoción publici-

taria. Los vendedores de la CND vieron desbordadas sus expectativas cuando, por momen-

tos, captaron que en algunos lugares la Carlsberg absorbía entre 12 y 15% del consumo.12

Cuando el producto se estabilizó, tras el consabido boom de los días posteriores al lanza-

miento, se situó hacia un 3% del consumo nacional, lo que constituía un hecho extraor-

dinario para los entendidos en mercadeo dentro de la empresa.13 Esta acogida tuvo lin-

deros geográficos bastantes definidos, ya que, de acuerdo a los vendedores, se circunscri-

bió sobre todo a las zonas de clase media de las principales ciudades, en especial Santo

Publicidad de

Carlsberg y Coral.

Page 221: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|397|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|396|

Domingo. Pero incluso en las barriadas la Carlsberg tenía sus adeptos, no obstante ser más

cara, por la novedad de ser una cerveza con mayor densidad.

En 1986, en vistas de la adquisición de la CND por E. León Jimenes, se decidió intro-

ducir variaciones en la Carlsberg. La consideración básica al respecto radicó en que de-

bía crearse un producto que atendiera a un nuevo nicho en el mercado, con el propó-

sito de dejar un mayor espacio a la Heineken, la otra marca extranjera de entonces que,

como se ha visto, había poco antes comenzado a producir la Cervecería Bohemia.14 En

tal tenor, se decidió lanzar la Carlsberg Reserva Especial, con etiqueta distinta y carac-

terísticas novedosas. Con ellas se sustentaba el objetivo de lograr un producto todavía

más exclusivo; entre los cambios introducidos a esta «reserva especial» se encontró el au-

mento del contenido alcohólico. El segmento del público de clase media que se había

tuaba paulatinamente su preferencia habitual por la Presidente, en razón de la identifi-

cación con su estilo y calidad.

A pesar de esta experiencia, a fines de 1985, justo antes del lanzamiento de la marca Bo-

hemia, la CND volvió a ensayar la introducción de una nueva marca. Se trató de la Coral,

la cual estuvo dirigida a contrarrestar el previsible auge en el consumo que encontraría la

Bohemia durante sus primeros tiempos. Sin embargo, tanto en sus características de fabri-

cación como en la estrategia mercadológica, la Coral constituyó una experiencia en un

sentido totalmente distinto a la de Carlsberg. En este caso se elaboró una cerveza que no

pretendía un nivel excelso de elaboración.La nueva marca se caracterizó por menos cuer-

po y un sabor más aligerado que el de Presidente. En términos de mercado, buscaba evi-

tar que la competencia de la Bohemia se estableciese de manera directa con la Presiden-

compenetrado con la marca no vio con buenos ojos dicha modificación y el consumo

disminuyó, llevando a la empresa a la decisión de suspender la producción.

Adicionalmente, es posible que operaran decisiones en la administración de la empresa

en el sentido de disminuir el énfasis en los gastos de promoción y publicidad que con-

llevaba la marca. Por último, cabe considerar como causa básica de la pérdida de parti-

cipación en el mercado de la Carlsberg el retorno espontáneo a la Presidente. Parece

haberse producido un fenómeno que ya tenía dos antecedentes: tras cierto tiempo de

búsqueda de la novedad representada por una marca, la gran mayoría del público resi-

Donativo

de aparato de

televisión a

Casa Bader

con patrocinio

de Carlsberg.

te. Por tal razón, la estrategia mercadológica utilizada en Coral se centró en campañas de

promoción, que incluían primas de hasta un 20% a los clientes dispuestos a ofertarla.

Con todo, Coral fracasó más rápido que la anterior marca de ensayo. Por lo que se de-

riva de las entrevistas, su presencia en el mercado apenas llegó al año. Aquí se puso a

prueba el efecto que podía tener un producto con menos énfasis en la calidad y un es-

tilo que no satisfacía sus expectativas.

Ante esto, se decidió lanzar la Coral Light, la primera cerveza ligera elaborada en el país.

El experimento duró escaso tiempo, pues aún no existía un segmento de consumidores

Patrocinio de

torneo de pesca.

Anuncio de gracias

al público.

Page 222: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|399|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|398|

inclinados a tal tipo,15 pese a que ya se encontraba en auge en Estados Unidos, a partir

de la estrategia ejecutada por la Miller.16

El arranque de las exportaciones

A pesar de que la CND tenía un amplio terreno de expansión interna derivado del al-

za constante del consumo de cerveza per capita, en íntima relación con el crecimiento

general de la economía, los ejecutivos comenzaron a calibrar la oportunidad de ampliar

las operaciones a través de las exportaciones.Varios aspectos se tomaron en considera-

ción para que se prestase progresiva atención a este renglón. El primero era obvio: el in-

cremento numérico de la colonia dominicana en los Estados Unidos, con la ventaja de

que estaba altamente concentrada en la ciudad de New York. Como es bien sabido, los

pequeñas remuneraciones y, sobre todo, facilidades para viajar de vez en cuando al país.

Este sistema se fue ampliando paulatinamente, hasta tomar fisonomía más formal, en co-

nexión con bodegas de dominicanos en barrios newyorquinos.

Un segundo elemento que incidió en esta visualización estratégica del crecimiento fu-

turo de la empresa estuvo vinculado a Puerto Rico.También en esa isla había nume-

rosos residentes dominicanos, a lo que se añadía, desde la caída de Trujillo, un activo

intercambio comercial entre las dos islas. De igual manera, en aquellos años el turismo

entre ambos países tenía bastante importancia, lo que coadyuvó a un mayor conoci-

miento mutuo, dentro del cual, entre tantas otras cosas, los puertorriqueños descubrie-

ron la Presidente. Es cierto que en Puerto Rico existía una excelente marca, la Coro-

na, de un estilo distinto al de Presidente, una lager de más densidad y sabor amargo.

dominicanos tienden a mantener sus costumbres cuando emigran al exterior. Cuando

se conformó una nutrida colonia criolla se puso de manifiesto una demanda latente por

la Presidente como producto interiorizado en un sentimiento de identidad que no ce-

día ante las condiciones que representaba el entorno estadounidense. Durante mucho

tiempo, tanto a nivel individual como en escala de pequeños negocios, increíblemente

los dominicanos se lograban abastecer de su cerveza favorita a través de un acarreo in-

formal dentro de los equipajes de los viajeros entre Santo Domingo y New York. Pa-

rece que llegó a haber personas que se especializaron en ese tráfico, del cual obtenían

Sin embargo, dentro de un segmento amplio de los consumidores puertorriqueños

apareció una clara predisposición hacia el consumo de la Presidente.

A más largo plazo incidió un tercer factor en el despegue de la estrategia exportadora

de la CND: se trató de la apertura hacia el exterior de la economía dominicana, relación

que no cesaba de intensificarse con el paso del tiempo tras la muerte de Trujillo. Esto

estaba aupado en el proceso de internacionalización económica que iba haciendo más

factible la apertura de nichos de mercado en el exterior aun para dimensiones modes-

tas en esas escalas.

Primer embarque

de Presidente a los

Estados Unidos.

Empaque de seis

botellas para

exportación.

Caja y botella para

exportación.

Convenio

Menicucci-Roberts

para exportación

de Presidente

a Puerto Rico.

Page 223: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|401|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|400|

La primera ocasión en que se renovaron las exportaciones de la CND fue en 1970, a

consecuencia de una penetración coyuntural en Estados Unidos. Desde poco después

de la Segunda Guerra Mundial no se había registrado ningún embarque importante de

cerveza dominicana, como se puede comprobar en el cuadro de las estadísticas de ex-

portaciones. De súbito, en 1970 se registró un volumen de exportación relativamente

elevado, de 645,000 litros. En años posteriores se mantuvo un promedio de poco más

de 75,000 litros. Se trataba de cifras modestas, que entre 1973 y 1978 representaron un

valor promedio inferior a US$70,000.00 anuales.

Como todo proceso incipiente, la estrategia exportadora de la CND encontró obstácu-

los de consideración. Uno de ellos tuvo que ver con los envases, puesto que el sosteni-

miento de la corriente exportadora desde inicios de la década de 1970 requirió la fa-

bricación de un envase distinto al ofrecido al consumidor dominicano. Fuese por regu-

laciones legales o por conveniencias mercadológicas iniciales, la botella y la etiqueta no

coincidían con los patrones históricos. En Puerto Rico era obligatorio el uso de bote-

llas de color ámbar, mientras que la etiqueta para el mercado estadounidense se puso en

inglés. Muchos consumidores, la mayoría de los cuales eran dominicanos, sintieron que

la Presiente importada no era la misma que la dirigida al mercado doméstico. Como es

natural, la empresa trató por todos los medios de mantener la estabilidad del producto

orientado a la exportación, pero inicialmente se creó un estereotipo que perjudicó las

posibilidades de expansión de las exportaciones.

Bajo la presidencia de Jimmy Stuart se redobló la atención a las posibilidades de esta in-

cipiente corriente de exportación de Presidente. Para tal fin se abrió un departamento

especializado en las exportaciones a Estados Unidos, bajo la dirección del danés Anker

Horn. Durante los primeros años este esfuerzo rindió escasos efectos, pues los volúme-

nes exportados se mantuvieron normalmente en cifras similares a las previas De golpe,

la estrategia comenzó a surtir resultados, como se sigue advirtiendo en el mismo cua-

dro 14.2. En 1984, sin lugar a dudas en vinculación con el proceso devaluatorio que se

registraba en el país, las exportaciones totales de cerveza y malta superaron los 2.4 mi-

llones de dólares, de los cuales 2.2 correspondían a cerveza. Si bien un volumen tan ele-

vado no se mantuvo de inmediato, por lo menos sentó las bases para el inicio de un flu-

jo mucho más sostenido en años ulteriores. Para fines de la década de 1980 el prome-

dio anual superaba los US$700,000.Aunque esa cifra era ya importante en términos re-

lativos, apenas constituía el preámbulo hacia una dimensión masiva, que pasaría a ser la

tónica de la década de 1990, sobre todo en sus últimos años.

CUADRO 14.1

VENTAS (O PRODUCCIÓN) DE CERVEZA, 1962-1987(Miles de litros)

Clara Malta TotalAño Volumen Valor Volumen Valor Volumen Valor

1962 15,589 9,653 6,997 2,389 22,586 12,043

1963 18,744 11,745 9,510 3,247 28,253 14,992

1964 19,106 12,882 11,061 3,820 30,167 16,703

1965 11,950 9,266 8,172 2,935 20,122 12,201

1966 11,943 9,260 8,057 2,845 20,001 12,105

1967 10,331 8,024 7,430 2,623 17,760 10,647

1968 16,186 11,501 9,055 3,216 25,241 14,717

1969 22,432 15,025 8,607 3,047 31,038 18,072

1970 27,804 18,289 9,236 3,266 37,041 21,555

1971 32,449 21,494 9,844 3,497 42,293 24,991

1972 37,844 25,042 10,616 3,750 48,460 28,792

1973 37,011 nd 11,383 nd 48,394 nd

1974 36,857 nd 11,695 nd 48,552 nd

1975 33,349 26,813 10,808 4,754 44,157 31,567

1976 34,583 29,200 12,891 5,670 47,474 34,870

1977 48,252 40,240 15,533 6,832 63,785 47,072

1978 59,407 49,721 17,732 7,821 77,139 57,542

1979 62,810 59,084 30,442 13,452 93,252 72,536

1980 75,724 83,654 36,651 19,075 112,375 102,729

1981 82,862 90,995 44,137 23,673 126,999 114,668

1982 90,855 nd 22,949 nd 113,804 nd

1983 108,187 nd 17,925 nd 126,112 nd

1984 94,520 nd nd nd nd nd

1985 98,668 216,610 13,989 26,033 112,657 242,643

1986 96,739 252,856 13,289 25,570 110,028 278,426

1987 119,459 364,750 13,010 32,531 132,469 397,281

Page 224: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|403|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|Capítulo 14Capítulo 14|La CND en la fase final de propiedad norteamericana|402|

CUADRO 14.2

EXPORTACIONES DE CERVEZA, 1962-2001

Año Unidad Cantidad Moneda Valor

1962 litros 12 RD$ 11

1963 litros 25 RD$ 10

1964 litros 778 RD$ 400

1965 litros 0 RD$ 0

1966 litros 0 RD$ 0

1967 litros 0 RD$ 0

1968 Kgr 19 RD$ nd

1969 Kgr 0 RD$ 0

1970 Kgr 1,248,700 RD$ 247,752

1971 Kgr 708,570 RD$ 136,555

1972 Kgr 426,525 RD$ 85,839

1973 Kgr 344,578 RD$ 71,215

1974 Kgr 282,132 RD$ 66,505

1975 Kgr 140,980 RD$ 38,880

1976 Kgr 282,241 RD$ 84,180

1977 Kgr 261,820 RD$ 78,000

1978 Kgr 221,593 RD$ 67,215

1979 Kgr 181,365 RD$ 64,848

1980 Kgr 521,784 RD$ 196,994

1981 Kgr 234,338 RD$ 83,940

1982 Kgr 137,546 RD$ 46,701

1983 Kgr 175,574 RD$ 78,091

1984 Kgr 5,560,511 RD$ 2,414,505

1985 Kgr 459,544 RD$ 172,956

1986 Kgr 494,124 RD$ 121,651

1987 Kgr 1,186,463 US$ 898,804

1988 Kgr 838,735 US$ 573,967

1989 Kgr nd US$ nd

1990 Kgr 1,294,993 US$ 711,233

1991 Kgr 3,538,577 US$ 2,202,016

1992 Kgr 3,192,107 US$ 2,047,988

1993 Kgr 3,104,511 US$ 1,823,586

1994 Kgr 3,631,224 US$ 2,128,994

1995 Kgr 4,534,228 US$ 3,118,127

1996 Kgr 17,882,359 US$ 11,203,212

1997 Kgr 26,219,555 US$ 17,346,639

1998 Kgr 22,880,316 US$ 14,751,824

1999 Kgr 24,790,755 US$ 13,511,828

2000 Kgr 22,927,962 US$ 13,518,999

2001 Kgr 26,098,159 US$ 14,500,016

CUADRO 14.3

IMPORTACIONES DE CERVEZA, 1962-1983

Año Producto Unidad Cantidad Valor

1962 cerveza y malta litros 1,067,366 301,407

1963 cerveza y malta litros 1,407,681 461,906

1964 cerveza y malta litros 1,210,140 446,643

1965 cerveza y malta litros 464,155 185,120

1966 cerveza y malta litros 959,427 381,155

1967 cerveza y malta litros 598,920 239,332

1968 cerveza y malta litros 647,924 275,708

1969 cerveza y malta litros 645,585 275,564

1970 cerveza y malta litros 885,470 394,774

1971 cerveza y malta litros 881,922 417,981

1972 cerveza y malta Kg 867,769 257,573

1973 Kg 646,198 261,623

1974 nd nd

1975 nd nd

1976 nd nd

1977 litros 799,425 557,800

1978 litros 554,599 412,635

1979 litros 996,675 646,118

1980 litros 851,032 577,577

1981 litros nd nd

1982 litros 800,424 605,237

1983 litros 20,854 39,832

Page 225: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|405|La CNDdentro del Grupo

|405|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

15Moderna sala

de cocimiento

de la CND.

Adquisición por E. León Jimenes

Algunos de los propietarios de la CND ponderaron el proceso devaluatorio de la pri-

mera mitad de la década de 1980 de manera pesimista. Como era natural, en un mo-

mento de dificultades como las que sobrevinieron en 1984, la CND redujo sus dividen-

dos, no obstante su posición dominante. Esta situación estaba también condicionada por

la existencia de otras dos empresas competidoras, creadas en 1977 y 1983, que supuso

una modificación sustancial de la participación en el mercado.

Para 1984-85, la reciente creación de Cervecería Bohemia había conllevado una mayor

fragmentación de las preferencias de los consumidores. En esa coyuntura particular, la

CND, que en la década anterior había tenido un cien por ciento de la producción local

de cerveza, pasó a alrededor del 70%.1 Tal situación representaba un reto extraordina-

rio para la CND, pese a que seguía teniendo ventajas indiscutibles, sobre todo el presti-

gio de Presidente y el impresionante aparato de distribución.

LA CND DENTRO DELGRUPO LEÓN JIMENES

Page 226: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|407|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|406|

Sin embargo, esta panorámica fue ponderada de manera distinta por los principales

propietarios. En particular, hasta donde ha podido establecerse, los integrantes de la fa-

milia McKay evaluaron negativamente el conjunto de condiciones surgidas a raíz de

la devaluación. Las dificultades para la adquisición de divisas y el hecho sin preceden-

tes de que durante el período inmediatamente previo disminuyeran sustancialmente

los dividendos seguramente llevaron a los McKay a perder fe en el futuro del país.2 En

razón de esto, Russell McKay concibió algún procedimiento discreto para traspasar sus

acciones.Al aparecer los primeros síntomas de dificultades, ofreció a Rafael G. Meni-

cucci R., con quien había entablado nexos amistosos, la venta paulatina de sus accio-

nes en paquetes de cinco mil dólares.3 Aunque la transacción no se produjo, a causa de

la negativa de Menicucci a la fórmula que le fue propuesta, se puede dar por sentado

Bohemia en el mercado implicaría costos muy elevados de promoción.5 Uno de los cri-

terios básicos que guió esa orientación en E. León Jimenes radicó en las economías de

escala que conllevaría el control del grueso del mercado, con casi el 90% de la produc-

ción de cerveza. Las dos plantas harían sinergias en la fusión. La experiencia en Bohe-

mia y el hecho de encontrarse dentro del país fueron factores claves que incidieron en

que la familia León Asensio tuviera confianza en el futuro, pese a la devaluación, a di-

ferencia de las dudas de una porción de los accionistas de la CND. Los ejecutivos de E.

León Jimenes trazaron sus proyecciones apoyados en la consideración de que la situa-

ción de la CND mejoraría en caso de que se realizasen inversiones cuantiosas, con lo

cual se convencieron de que estaría garantizado el éxito del proyecto de compra, en ra-

zón de las potencialidades de Presidente.6

que McKay mantuvo su postura de desligarse de la empresa. Por el contrario, inicial-

mente, Jimmy Stuart, presidente de la compañía, estaba aferrado a un punto de vista

optimista sobre el futuro, con el consiguiente deseo de conservar el paquete acciona-

rio y el control de la compañía.4

Un año antes la plana ejecutiva de E. León Jimenes había evaluado la situación de la

Cervecería Bohemia y había llegado a la conclusión de que la mejor opción para la ex-

pansión de la producción de cerveza consistía en la adquisición de la mayoría de las ac-

ciones de la CND. En particular, se calibró que el logro de una mayor participación de

Así coincidieron los propósitos de expansión de León Jimenes y la disposición a ven-

der de varios accionistas de la CND. Dado el interés trazado en E. León Jimenes para la

eventual adquisición de la CND, en abril de 1985 Eduardo León estableció contacto

personal con la familia McKay.7 En esas negociaciones intervino Jack Furet, un banque-

ro de Miami amigo personal de las familias McKay y León Asensio.

Cuando el presidente de la CND fue puesto al corriente de esas negociaciones, llegó a

la conclusión de que le convenía vender su paquete accionario. Se comentó entonces

entre los funcionarios de León Jimenes que Stuart debió calcular que la adquisición del

Silos para

el almacenamiento

de la malta.

Explicaciones de

Menicucci en

reunión para el

traspaso de la CND

a E. León Jimenes.

Page 227: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|409|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|408|

Morris en E. León Jimenes constituyó un ingrediente que favoreció que la transacción

pudiera llevarse a cabo sin mayores obstáculos.9

En esencia, la E. León Jimenes ofreció la compra de sus títulos a todos los accionistas

de la CND. Las familias Stuart y McKay, además de convenir en la venta de la totalidad

de sus intereses, se comprometieron a obtener el beneplácito del mayor número posi-

ble de accionistas. Casi todos los norteamericanos accedieron a vender, posiblemente

influidos por las apreciaciones pesimistas acerca del futuro inmediato de los negocios en

República Dominicana. Sin embargo, la mayor parte de los accionistas dominicanos,

ubicados en el terreno y, por ende, conscientes del potencial de la CND, decidieron

mantener la propiedad sobre sus títulos.

De este modo, cuando se concluyó la operación de traspaso, a fines de 1985, la E. León

paquete de acciones de los McKay por la empresa dominicana podría conllevar la pér-

dida de control sobre los paquetes accionarios básicos y el final de su condición de pre-

sidente de la compañía.

También parece haber incidido en el ánimo del joven Stuart la evolución desfavorable

de la Cervecería Corona de Puerto Rico, de la cual poco antes había dejado de ser

presidente. Las familias Stuart y McKay tenían en Corona fuertes paquetes accionarios,

aunque con participación relativa inferior a los de CND. Durante años la Corona ha-

bía mantenido una posición preeminente en el mercado puertorriqueño, si bien de

menor alcance cuantitativo a la que tenía Presidente en República Dominicana.Aho-

ra bien, a fines de la década de 1970 estalló una huelga de los trabajadores de la em-

presa borinqueña que no tuvo solución inmediata, con el resultado de que la planta

Jimenes y la Heineken compraron el 92% del paquete accionario de la CND. En virtud

de la participación de Heineken en Cervecería Bohemia para la producción local de su

marca, la operación implicó que la empresa transnacional pasaba a tener la propiedad

sobre el 9% de las acciones de la CND.10

Las acciones de la CND, entonces con valor nominal de 110 pesos, fueron pagadas por

E. León Jimenes y Heineken a 112 dólares, lo que implicaba un precio muy aceptable

para los accionistas norteamericanos en vista de la devaluación que había experimen-

tado el peso. El total de la operación por la adquisición de ese 92% de las acciones

Panel

de control.

Moderna

llenadora

de botellas.

estuvo cerrada durante cerca de ocho meses.8 Al reabrir, tras un laborioso acuerdo con

el sindicato, la Corona se encontró con que había perdido una porción considerable

del mercado puertorriqueño. Desde entonces, en Puerto Rico se han sucedido prefe-

rencias bastante aleatorias por algunas marcas, entre las cuales se ha encontrado la do-

minicana Presidente.

Para septiembre de 1985 las conversaciones entre los propietarios de la CND y E. León

Jimenes prácticamente se encontraban en su culminación. Dado que entre la intención

de compra y la firma final del contrato mediaba un plazo, la participación de Philip

Page 228: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|411|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|410|

comportó la suma de 18 millones de dólares.11 En enero de 1986 la E. León Jimenes

tomó posesión de las instalaciones de la CND. José León sustituyó a Stuart como presi-

dente del Consejo de Administración. Aunque la gran mayoría de los cuadros perma-

necieron en sus puestos, comenzando por el vicepresidente ejecutivo y administrador

Menicucci, quedaron enmarcados en el engranaje administrativo de E. León Jimenes.

Hacía demasiado poco tiempo que la primera empresa había comprometido el 70% de

los 26 millones de dólares a que ascendió la inversión inicial de CB, y en esos tres años

los beneficios de esta habían sido, a lo sumo, modestos. De esa forma, la adquisición de

la CND tuvo que llevarse a cabo en condiciones distintas a las que acompañaron la fun-

dación de CB. En este caso solo una parte de la inversión involucrada pudo hacerse con

recursos propios. Otra porción considerable se obtuvo mediante préstamos con bancos

comerciales dominicanos. Hacía falta para ello, como pone de relieve Abel Wachsmann,

uno de los principales participantes en las negociaciones, una dosis elevada de confian-

za en la viabilidad de la operación.

A pesar del monto extraordinario en que tuvo que endeudarse la León Jimenes, las con-

diciones cambiaban con el traspaso de la CND, ya que pasaba a tener control sobre el

grueso del mercado cervecero dominicano. En ese momento, precisamente, comenza-

ban a superarse las condiciones más adversas en que había estado sumida la economía

dominicana.

En síntesis, la adquisición de la CND por E. León Jimenes permite considerar, como lo

aseguran los ejecutivos entrevistados, que el proyecto resultó exitoso, no obstante las

pérdidas iniciales, normales en empresas de esa envergadura. La Philip Morris así lo

CREACIÓN DE EMPRESASLEÓN JIMENES. La adquisición

de la CND le planteó a la E. León

Jimenes una reformulación de la

magnitud de los negocios en que

quedaba involucrada. Esto hizo

conveniente la reorganización insti-

tucional por medio de la creación

de una nueva compañía que agru-

para a las entonces existentes. La

nueva entidad recibió el nombre de

Empresas León Jimenes y fue con-

cebida como prolongación de la E.

León Jimenes, que por lo demás

seguiría existiendo.

Entre sus principales funciones,

Empresas León Jimenes constituía

la instancia para la provisión de

servicios a todas las empresas, co-

mo transportación y finanzas. El

primer móvil de la nueva compañía

radicaba en coordinar aspectos co-

munes de todas las empresas, co-

mo lo expresó su presidente Fer-

nando León:

«Desde el momento en que Cerve-

cería Nacional, C. por A., se incor-

poró a las empresas León Jimenes,

hemos trabajado sin descanso para

lograr una reorganización apropia-

da para el funcionamiento del con-

junto de estas empresas, en forma

tal que las diversas actividades re-

sulten organizadas racionalmente y

operen en forma coordinada (...).

Al efecto, cada tipo de actividad in-

dustrial será desarrollada bajo el

control de una empresa diferente y

todas estas empresas estarán suje-

tas a un grupo gerencial superior,

encargado de trazar la política ge-

neral, de supervisar las operacio-

nes individuales y de facilitar y

coordinar determinados servicios

comunes.»

En el mismo discurso Fernando

León explicó las características de

la organización gerencial del com-

plejo:

«Con este propósito se están to-

mando los pasos para que la em-

presa, iniciada en 1903 y transfor-

mada en sociedad por acciones

desde 1930, conserve el control

Hermanos

León Asensio.

José León A.,

Presidente del

Grupo León

Jimenes.

Page 229: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|412| |413|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15

consideró al comparar los resultados con los obtenidos en otras empresas adquiridas en

la misma época.12 Sin la incursión en cerveza en 1983, la E. León Jimenes no hubiera

estado en condiciones de adquirir la CND, como se puso de relieve en el intento in-

fructuoso por hacerlo hacia 1980. La existencia de una competencia de la magnitud de

Bohemia, sin duda, constituyó uno de los factores que determinaron que los principa-

les propietarios de la CND se dispusieran a venderla en 1985.

Cervecería Bohemia subsidiaria de la CND

A diferencia de lo que había acontecido durante los años anteriores, cuando la creación

de dos empresas competidoras erosionó las tasas de beneficio de la CND, la operación

de 1985 conllevó una recomposición de esta, tanto en su participación en el mercado

como en su tasa de beneficios. Dados los factores de fortaleza de la CND, la E. León Ji-

menes pasó a otorgarle preponderancia en sus operaciones en el área cervecera.

Para que la nueva situación fuese en beneficio de ambas empresas, se procedió a una

reorganización accionaria, por medio de la cual la Bohemia quedó en condición de

subsidiaria de la CND, operación que se llevó a cabo en 1988. León Jimenes ofreció a

todos los accionistas de la Bohemia la opción de que pasaran a serlo de la CND, de for-

ma que esta controlara el paquete accionario de la primera. En el canje accionario pro-

puesto, cada acción de la CND se cambió por 17 acciones de Bohemia, de acuerdo a la

valoración realizada por auditores independientes.

Así, la CND pasó a ser propietaria de casi 100% de las acciones de la CB, puesto que to-

dos los accionistas dominicanos de esta última, que contaban con el 30%, salvo dos,

económico de este conjunto de em-

presas, para cuyos fines el activo

de E. LEON JIMENES, C. por A., es-

tará integrado exclusivamente por

las acciones de las demás socieda-

des del grupo. La alta gerencia del

conjunto, a su vez, estará reunida

en una segunda sociedad (...).

Como ustedes pueden observar la

sociedad Empresas León Jimenes,

S. A., es la prolongación tangible de

la sociedad principal, conservando

esta última su nombre original. En

aquella empresa operarán los

miembros de la alta gerencia.»13

Además de su presidente Fernando

León, otros ejecutivos fueron Gui-

llermo León, José León y Abel

Wachsmann, respectivamente vice-

presidentes ejecutivo, de Mercadeo

y de Finanzas; también quedaron

nombrados Leandro Montes, Felipe

Tejada y Ramón García Tatis como

directores de Sistemas, Compras y

Nuevos Proyectos; por último, Ca-

milo Suero fue designado gerente

de Asuntos Corporativos.

En 1993 se produjo una nueva

reestructuración institucional con la

creación del Grupo León Jimenes,

como figura pública. La nueva enti-

dad conllevó una reorganización

gerencial. El Grupo León Jimenes

asumió el control sobre las empre-

sas en las tres áreas de cerveza, ta-

baco y alimentos, aunque cada una

se mantiene legalmente indepen-

diente. José León fue designado

presidente ejecutivo del Grupo,

mientras Abel Wachsmann quedó

al frente de la Industria de Tabaco

León Jimenes y La Aurora, y Rafael

Menicucci, de la CND y Cervecería

Bohemia.

Con estas funciones, el Grupo León

Jimenes sustituyó a E. León Jime-

nes, que hasta entonces manejaba

las áreas industriales. Sin embargo,

E. León Jimenes no desapareció, si-

no que quedó como holding del

Grupo, sin funciones específicas. Al

frente del Consejo de Administra-

ción del holding ha permanecido

Eduardo León. En el esquema em-

presarial, el presidente del Grupo

responde ante el Consejo de Admi-

nistración de E. León Jimenes.14

Edificio de

oficinas del Grupo

León Jimenes.

aceptaron el traspaso de sus títulos a la CND.Tras un proceso de transición, aconteció

una unificación del esquema operacional de la CND y la CB. La planta ejecutiva de es-

ta última trasladó su sede a la Prolongación de la Avenida Independencia y la generali-

dad de los departamentos de ambas empresas quedaron unificados en la matriz.Al mis-

mo tiempo, las normas operacionales de la subsidiaria desempeñaron una función de

primera importancia en la reorganización de ambas compañías.Aun así, los nuevos pro-

pietarios mostraron sumo cuidado en el respeto de las peculiaridades de la recién ad-

quirida empresa matriz.15

Page 230: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|414| |415|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15

Como parte de la reorganización general, casi de inmediato comenzaron a realizarse

cuantiosas inversiones en ambas empresas. Los ejecutivos de León Jimenes asimilaron

rápidamente el requerimiento de inversiones constantes y cuantiosas en el área cerve-

cera, como requisito para mantener la calidad y atender la expansión de la demanda.

Con esto alteraban una actitud más reticente de los anteriores propietarios norteame-

ricanos de la CND, quienes, ante las dificultades derivadas de la competencia de las otras

empresas y la devaluación, de acuerdo a varios de los entrevistados, habían optado por

disminuir el volumen de reinversiones.

El mercado cervecero experimentó una reanimación tras unos años de evolución len-

ta. Entre 1980 y 1985 el crecimiento promedio anual del consumo de cerveza y malta

había sido de aproximadamente 7%, mientras que en los años siguientes a la última fe-

des de los consumidores, dado que la Presidente recuperó paulatinamente su partici-

pación en el mercado. Con el paso del tiempo, el avance del peso de Presidente redun-

dó en una relativa pérdida de importancia de las restantes marcas, tanto de Bohemia

como de Vegana.

Cervecería Bohemia quedó integrada en un esquema de división de trabajo dentro del

conjunto de la división de cerveza de León Jimenes. Mantuvo la producción de sus

marcas Bohemia y Heineken, al igual que del extracto de malta Löwenbräu. Después

que la CND interrumpió la producción de Malta Morena, su reanudación fue asignada

a la CB. De tal manera, la planta de la Prolongación 27 de Febrero quedó responsable

de la producción del 62% de las maltas elaboradas en el país, función que le confiere

peso dentro del conjunto de la actividad cervecera.

En cuanto a la cerveza clara, aunque el peso de la marca Bohemia es reducido en el

contexto global de León Jimenes, no es desdeñable en términos mercadológicos de

atención a todos los segmentos del mercado. Junto a la Presidente, marca líder, la Hei-

neken se mantiene como marca premium dirigida a los consumidores más exigentes; la

Bohemia, por su parte, si bien mantiene inalterada la calidad, se expende a menor pre-

cio, también con el fin de cubrir determinados segmentos que prefieren pagar menos.

El hecho de que la marca Bohemia haya descendido en la preferencia del público no

implica que haya disminuido la atención mercadológica, expresada en la variación de

Envases de los

productos de CND

y CB a mediados

de la década

de 1990.

cha se elevó a 12%. En esta evolución intervinieron tanto la reorganización unificada

de esas dos empresas productoras como la relativa recuperación económica que se pro-

dujo entre los años 1986 y 1988.

Recomposición ulterior de Bohemia

Si bien la fusión benefició a ambas empresas, la CND tuvo una patente primacía en es-

ta recuperación. En términos relativos, la CB experimentó una reducción de su inci-

dencia en el mercado. Esta evolución fue en gran medida debida a motivos y actitu-

Ing. Rafael

Menicucci.

Page 231: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|417|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|416|

etiqueta en 1995. La marca es utilizada comúnmente con fines promocionales del

conjunto de la producción cervecera de León Jimenes. Interesados en el manteni-

miento de estándares de calidad, los ejecutivos de León Jimenes no han cesado de in-

troducir mejorías en la planta de la 27 de Febrero. Una de las más significativas radi-

có en la instalación, en 1993, de un sistema de tratamiento del agua, de enorme im-

portancia ecológica.

Aunque en posición cuantitativa inferior a la planta de la CND, la Bohemia no ha cesa-

do de aumentar su capacidad de producción y de mejorar los estándares de calidad, a to-

no con la evolución del conglomerado empresarial. Hasta la adquisición de la CND, en

1985, la capacidad instalada de Bohemia se mantuvo inalterada en 300,000 barriles. Des-

de entonces, las reinversiones la han llevado a medio millón. Este aumento de la capaci-

advirtieron la tendencia al acrecentamiento de la demanda en el mercado dominicano

y las posibilidades de expansión de las exportaciones.

Lo primero que se produjo tras la adquisición de la CND por E. León Jimenes fue la in-

troducción de un nuevo sistema de fabricación, que ya se había empezado a utilizar en

la Bohemia. Se trató del sistema de elaboración de alta gravedad, mediante el cual se

eleva el rendimiento sin desmedro alguno de la calidad, y que consiste en lograr un con-

centrado en el inicio de la cadena de fabricación, tras lo cual se agregan otros ingre-

dientes.16 Este sistema, que existía en numerosas cervecerías alemanas desde la década

de 1940, ya es prevaleciente en la industria cervecera a escala internacional y se usa en

una porción elevada de industrias alimenticias.

La introducción de la alta gravedad requirió una inversión modesta, de apenas 400 mil

dad ha requerido cuantiosas inversiones: se amplió la sala de cocimiento, se agregaron

tanques fermentadores, se mejoraron las salas de máquinas y se construyeron almacenes.

La expansión reciente de la capacidad instalada de la CND

A partir de la fusión de las plantas de la CND y la CB, se abrió un acelerado proceso

de expansión de la capacidad instalada, que en pocos años llevó a superar por comple-

to los parámetros cuantitativos con que habían venido operando las empresas cervece-

ras. Esta expansión fue producto de la claridad con que los ejecutivos de León Jimenes

dólares; tuvo dos fases: una en 1987, que llevó el mosto desde un plato de 12 a 13.5

grados, y una segunda, al año siguiente, que lo situó en 15.20. Este procedimiento per-

mitió un acrecentamiento de la capacidad instalada conjunta en aproximadamente un

20%, hasta algo más de un millón de barriles.17 Más adelante, en 1993, sin necesidad de

inversiones significativas, se elevó el plato a 16.0, lo que permitió la elevación de la ca-

pacidad instalada en unos cien mil barriles adicionales. La finalización de este proceso

en las empresas solo vino a operarse en 1996, cuando también comenzó a emplearse en

la fabricación de Heineken.

Control informático

de las operaciones

de la producción.

Reciente línea

de embotellado.

Tanques

de envejecimiento.

Page 232: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|419|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|418|

En 1988 se inició la instalación de seis fermentadores verticales, los cuales comenzaron

a operar a finales del año siguiente. Con ellos se atacaron algunos cuellos de botella: has-

ta entonces, la sala de cocimiento y otras instalaciones tenían una capacidad superior al

volumen de la demanda; estos tanques podían ser usados tanto como fermentadores del

mosto como para envejecimiento de la cerveza. Cada uno de ellos tenía una capacidad

instalada de 6,800 barriles, lo que arrojaba un nuevo total de 40,800 barriles en proce-

samiento.18

Durante ese mismo año se comenzaron a agregar otras instalaciones, con un área supe-

rior a tres mil metros cuadrados para almacenar materias primas. De igual manera, se

amplió la capacidad de almacenamiento de gas carbónico de 25 a 75 toneladas.19

Entonces se inició la ampliación de la planta de Cervecería Bohemia, mediante la in-

troducción de una segunda línea de embotellado, destinada a duplicar la capacidad

instalada. Los nuevos equipos incluían las áreas de pasteurización, etiquetado, empa-

cadora y una línea armadora de cartones. Igualmente se decidió instalar un sistema de

filtrado de cerveza y la adquisición de tres nuevas bombas para la transferencia de 250

barriles por hora. Por último, se ampliaría la capacidad de los tanques fermentadores

y se agregarían equipos en el cuarto de máquinas, entre los cuales había un conden-

sador de amoníaco, un generador de 1,500 kilovatios, un ablandador de agua con ca-

pacidad de 100 galones por minuto y una bomba de agua caliente para el nuevo pas-

teurizador.

Los equipos e instalaciones arriba enumerados requirieron una inversión de 9.6 millo-

nes de dólares. Pero, en conjunto, las inversiones de la empresa entre 1986 y 1991, según

se desprende del cuadro 15.1, llegaron a 28.5 millones de dólares. Sus efectos en las di-

mensiones de ambas empresas se observan en que su capacidad instalada se incrementó

casi en un 50%, al pasar de poco más de un millón de barriles a casi millón y medio.

Estas inversiones resultaron suficientes para los años inmediatamente posteriores, pero

desde 1992 arrancó un proceso de inversión masiva en nuevas instalaciones. Ese año se

introdujeron mejorías en la productividad, especialmente en la sala de cocimiento, re-

quiriendo únicamente la inversión de medio millón de dólares. En 1993 se instalaron

nueve fermentadores verticales, los cuales comenzaron a operar a fines del año siguien-

te. Estos tanques y algunas instalaciones adicionales requirieron una inversión de 24.5

millones de dólares, la porción más importante del total de 37 millones de dólares in-

vertidos en 1992 y 1993.

Las inversiones en los dos años antedichos duplicaban la suma pagada por E. León Ji-

menes para la adquisición en 1986, pero entonces fue que se aceleró el proceso de in-

versión, a tono con la dinámica que mostraba la evolución de la demanda. En 1994 el

volumen de capital invertido fue de 31.3 millones de dólares y el del año siguiente lle-

gó a 44.5 millones. Ese año se introdujeron seis nuevos fermentadores, tres tanques de

envejecimiento, nuevos equipos para la sala de máquinas, se ampliaron los almacenes y

se instaló la línea 6 de embotellamiento.

En los tres años siguientes, se mantuvo un ritmo de inversiones bastante cercano al de

los años previos, llegando a algo más de 70 millones de dólares. Pero para 1998 arran-

có un renovado proceso de inversiones de gran volumen. Ese año se instalaron 10 tan-

ques fermentadores, distribuidos entre las dos plantas.Adicionalmente se instaló la línea

7 de embotellamiento en la CND. En Bohemia, por su parte, se amplió la sala de coci-

miento, se introdujeron mejorías en las salas de máquinas y se ampliaron los almacenes.

Moderna línea

de embotellado.

Page 233: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|421|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|420|

En 1998 se invirtieron 44.3 millones de dólares en ambas plantas, lo que permitió el lo-

gro de una capacidad instalada conjunta de 3.2 millones de barriles anuales.

En 1999 se asistió al récord de inversiones en la CND, por valor de 80 millones de dó-

lares, centradas en la instalación de una nueva sala de cocimiento, con lo cual culminó

el programa de introducción de la tecnología de punta. Esta instalación supuso una

transformación de todo el proceso de funcionamiento de la CND, tanto por sus dimen-

siones como por la calidad de los equipos, plenamente automatizados, de acuerdo a los

parámetros más avanzados de la tecnología cervecera. Se añadieron otras instalaciones,

que permitieron el salto más considerable en la capacidad instalada: un sistema novedo-

so de manejo del grano, ampliación de los almacenes, mejorías en los cuartos de má-

quinas y una planta de tratamiento de agua. Unos 5 años antes una similar había sido

En los dos años recientes, a pesar de la disminución del consumo, no ha cesado el pro-

ceso de expansión. De acuerdo a declaraciones de José León, en 2001 el Grupo León

Jimenes realizó inversiones por 1,083 millones de pesos en el área de cerveza, que a

una tasa de cambio promedio de 17.5 pesos por dólar, viene equivaliendo a 61.9 mi-

llones de dólares.20 Para el 2002 en curso, el mismo José León informó de un estima-

do de inversión en cerveza de alrededor de 773 millones de pesos, que a una tasa de

cambio de 18 pesos por dólar equivaldría a 42.9 millones de dólares. Rafael Menicuc-

ci, por su parte, informa que entre los años 1999-2001 hubo inversiones por unos 235

millones de dólares, mientras que en el siguiente trienio de 2002-2004 se proyectan

en 143 millones.21

CUADRO 15.1

INVERSIONES DE LA CERVECERÍA NACIONAL DOMINICANA1986-2002

Año US$ Millones RD$

1986 3,239,000 15.5

1987 3,402,000 16.3

1988 4,863,000 29.8

1989 8,849,000 57.8

1990 2,740,000 29.0

1991 6,385,000 82.7

1992 13,956,000 178.9

1993 23,058,000 293.5

1994 31,281,000 409.5

1995 44,503,000 614.1

1996 24,810,000 342.4

1997 9,876,000 143.0

1998 35,565,000 543.4

1999 79,991,000 1,272.7

2000 94,873,000 1,546.2

2001 60,261,000 1,013.2

2002 29,395,000 549.8

Fuente: Cervecería Nacional Dominicana.22

instalada en la CB. Por último, en 1999 se montó la línea ocho de envasado, especial-

mente diseñada para operar con huacales plásticos y de acuerdo con recientes avances

en la tecnología.

Para el año 2000 la capacidad instalada de ambas plantas alcanzó los 4.2 millones de ba-

rriles anuales, de los cuales medio millón correspondían a Cervecería Bohemia y 3.7

millones a CND. Por consiguiente, en 13 años se llevó a cabo una asombrosa multipli-

cación, por más de cinco veces, de la capacidad productiva del área de cerveza de León

Jimenes.

Panorámica aérea

de las instalaciones

de la CND.

Page 234: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|423|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|422|

En resumen, a los 386 millones de dólares invertidos entre 1986 y 2000 se añade una

proyección de 204 millones de dólares entre 2001 y 2004, de los cuales 90 millones co-

rresponden a los años 2001 y 2002 incluidos en el cuadro 15.1. Si se incluyen los 17

millones de dólares de costo de la adquisición de la CND y los 28 millones de construc-

ción de la Cervecería Bohemia, para el 2004 las inversiones de la división cerveza del

Grupo León Jimenes habrán alcanzado alrededor de 635 millones de dólares. Ese mon-

to sintetiza el dinamismo del proceso. La CND, por consiguiente, incluyendo a su sub-

sidiaria Bohemia, habrá logrado multiplicar por más de treces veces el monto de su in-

versión original.

En función de tal programa de inversiones, la producción de cerveza entró en una es-

piral acelerada con los nuevos propietarios. Esto determinó un incremento de más del

150% del volumen producido en el país entre los años 1988 y 2000, como se pone de

relieve en el siguiente cuadro.

CUADRO 15.2

PRODUCCIÓN NACIONAL DE CERVEZA (CLARA)(miles de litros)

Año Volumen

1988 143,509

1989 146,637

1990 137,577

1991 145,942

1992 195,641

1993 183,684

1994 218,957

1995 208,241

1996 220,059

1997 259,323

1998 299,300

1999 330,138

2000 366,662Fuente: Boletín Mensual del Banco Central de la República Dominicana.

El boom exportador a partir de la década de 1990

Se ha visto que desde la década de 1970 la CND se planteó la localización de mercados

en el exterior. Pero fue únicamente hacia inicios de la década de 1990 cuando, de ma-

nera estable, se comenzaron a alcanzar valores importantes. Se puede inferir que la re-

forma arancelaria de 1990, que redujo los aranceles sobre los insumos importados, y la

nueva liberalización del tipo de cambio en 1991, ejercieron una influencia significativa

en esta nueva capacidad de competitividad externa.

Entre 1991 y 1994 las exportaciones de cerveza alcanzaron un promedio de alrededor de

US$2 millones anuales.Pero fue a partir de 1996 cuando los valores exportados lograron un

nivel significativo en las operaciones de Empresas León Jimenes, al saltar de poco más de

US$3 millones en 1995 a casi US$10.5 millones al año siguiente. En 1997 se alcanzó una

cota máxima, por el orden de US$16.8 millones. En el trienio del cual se tienen las últimas

informaciones, provenientes del Centro Dominicano de Promoción de Exportaciones, se

alcanzó un promedio de exportaciones anuales de US$13.5 millones aproximadamente.

En esos años las exportaciones de malta en promedio se elevaron a US$1.1 millones.

La información disponible muestra que desde 1996 se ha operado una ampliación signi-

ficativa de las exportaciones de Presidente. Si se toma una base 100 para las exportacio-

nes en volumen entre 1991 y 1995, se ha pasado a un índice de 897 entre 1996 y 2001.

CUADRO 15.3

EXPORTACIONES DE PRESIDENTE 1990-2002(En miles de barriles)

1990 5

1991 13

1992 15

1993 12

1994 13

1995 22

1996 76

1997 129

1998 107

1999 93

2000 111

2001 112

2002 154**Cifra Estimada. Fuente: Grupo León Jimenes. Departamento de Mercadeo.

Page 235: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|425|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|424|

El cuadro informa que en el 2002 se apunta a superar significativamente el nivel lo-

grado por las exportaciones de Presidente después de 1996. De acuerdo a la cifra es-

timada de 154,000 barriles exportados ese año, se lograría un incremento de 38% so-

bre 2001. De mantenerse esta tendencia, se estaría en presencia del inicio de una nue-

va dimensión de las exportaciones. Con todo, se trata aún de una cifra modesta, to-

mando en consideración el prestigio de que se ha ido rodeando la marca Presidente

en otros países, especialmente Estados Unidos. Es lo que permite explicar el papel que

a futuro tiene el renglón de exportaciones para la CND, que deposita gran parte de

sus expectativas de crecimiento en la ampliación de los mercados externos.23

El eje de la expansión exportadora reciente ha estado dirigido hacia Estados Unidos,

como se puede advertir en el siguiente cuadro, relativo a los principales destinos de la

cerveza dominicana en el exterior.

CUADRO 15.4

PRINCIPALES DESTINOS DE LA CERVEZA DOMINICANA, 1996-98 (En miles de dólares)

Lugar 1996 1997 1998

Estados Unidos 8,888 11,923 10,811

Puerto Rico 1,031 4,272 1,345

Haití 183 358 475

San Martín 58 96 265

Aruba 74 78 -

Islas Vírgenes 34 - 118

Islas Turcas - - 69

TOTAL 10,434 16,829 13,180

Es lógico que la clave de la estrategia exportadora de la CND haya estado articulada al

mercado estadounidense por los factores antes vistos. La empresa, a tal efecto, ha ins-

talado oficinas de distribución en New York y Miami, teniendo unos 30 empleados en

la primera ciudad. En los últimos años se ha registrado una tendencia de aceptación

más acelerada en Miami, desplazándose allí el centro de gravedad de las ventas, aunque

la zona de New York y alrededores sigue teniendo un peso fundamental. Por tal razón,

a pesar del referido traslado, la empresa ha seguido concediendo gran importancia a

toda la costa noreste de Estados Unidos.24En la actualidad incluso se ha desplegado una

fuerte campaña de introducción en otros estados, como Georgia e Illinois.

CUADRO 15.5

DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LA EXPORTACIÓN DE PRESIDENTE, 2001 (En porcentajes)

Miami 45.1

New York 23.1

New Jersey 8.1

Boston 4.0

Rhode Island 1.0

Philadelphia 0.6

Minnessota 0.3

Islas del Caribe 8.6

Puerto Rico 6.6

Haití 2.3Fuente: Grupo León Jimenes. Departamento de Mercadeo.

El medio empleado para esta penetración no ha sido el de la publicidad convencio-

nal, por resultar de un costo excesivo en Estados Unidos. Así pues, se ha establecido

una alianza con la Miller, lo que ha permitido que la CND utilice las estructuras de

distribución de esa enorme compañía estadounidense, que ocupa hoy el segundo lu-

gar en cantidad de cerveza producida en su país, con lo cual se le ha facilitado su pe-

netración. En vez de publicidad, como lo ha explicado Rafael Menicucci, se ha opta-

do por una estrategia de presencia, consistente en que los promotores visiten los pun-

tos de expendio en determinadas ocasiones en que se consume cerveza, como pue-

den ser los happy hours. Los resultados no han esperado para hacerse sentir, al grado de

que el avance de Presidente en el mercado estadounidense ha tenido escasos parango-

nes. Para el año 2001 República Dominicana se colocó en el sexto lugar entre los paí-

ses exportadores de cerveza a Estados Unidos, superando a países de antigua tradición,

como Bélgica e Irlanda.

Page 236: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|427|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|426|

CUADRO 15.6

PRIMEROS DIEZ PAISES EXPORTADORES DE CERVEZA A ESTADOS UNIDOS, 2001

País Millones Participaciónde US$ Porcentual

México 786.5 39.9

Holanda 709.5 36.0

Canadá 173.5 8.8

Alemania 130.9 6.6

Gran Bretaña 73.7 3.7

República Dominicana 12.7 0.6

Bélgica 10.8 0.6

Irlanda 10.6 0.5

República Checa 9.9 0.5

Jamaica 9.1 0.5Fuente: Dasa. Consultores económicos y financieros.25

Esta estrategia exportadora plantea el eventual tránsito a una fase novedosa de opera-

ciones de exportaciones masivas a varios países, lo que le daría a la CND a la larga la

connotación de empresa internacional, algo sobresaliente para una firma dominicana.

Sin embargo, los ejecutivos no tienen planes de pasar a producir en territorio nortea-

mericano, conscientes de que el público consumidor asocia la calidad de la Presidente

con las características que ha tenido su confección en su territorio dominicano.Adicio-

nalmente, esta es la estrategia más racional ante un mercado de características tan com-

petitivas como el estadounidense, por cuanto los costos de producción para el segmen-

to destinado a la exportación están respaldados por el gran volumen que se destina al

mercado interno.

Aunque no se ha utilizado la publicidad convencional en Estados Unidos, con ligeras

excepciones en Miami y New York, la CND ha debido destinar grandes inversiones pa-

ra el fomento de esta perspectiva estratégica, por lo que hasta el momento el costo por

unidad para exportación se mantiene alto y dependiente de las economías de escala que

se logran en el mercado interno. De esta manera, cualquier reducción de las ventas en

el interior del país repercute negativamente sobre las posibilidades de la expansión ex-

portadora.Tal fue el caso de la reducción del 15% en las ventas en 2001 a causa de los

incrementos de los impuestos al valor agregado y al consumo.

Los cuadros 15.4 y 15.5 muestran que la Presidente también tiene una presencia de sig-

nificación en diversos lugares del Caribe. El más importante es Puerto Rico, aunque la

participación lograda ha sido bastante inestable, en razón de las características de ese

mercado. Durante cierto tiempo, a fines de la década de 1980, la Presidente registró un

auge en la isla vecina, pero no se sostuvo. Primero se contó con la cadena de distribu-

ción de la Philip Morris, lo que no se compadecía con la dimensión del consumo. En

la actualidad la cifra típica de exportación a esa isla, superior al millón de dólares, pro-

vee el fundamento de una estrategia de consolidación y recuperación.

Un segundo destino antillano ha sido tradicionalmente Haití, aunque con niveles muy

inferiores a los de Puerto Rico. Pero, tomando en consideración la escasa magnitud del

mercado haitiano, puede decirse que la Presidente ha logrado una situación estable. A

Camión de

Presidente

en carretera

estadounidense.

Page 237: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|429|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|428|

ojos de observadores, es posible que la marca dominicana sea la que se encuentra en

primer lugar entre los consumidores haitianos.

Otros destinos importantes, como se muestra en el mismo cuadro 16.5 son varias islas

pequeñas de la región. Si bien por separado no representan un gran mercado, en con-

junto han contribuido significativamente a consolidar la corriente exportadora, al gra-

do de que se sitúan en una posición intermedia entre los montos destinados a Haití y

a Puerto Rico. El lugar que mayor dinamismo ha alcanzado en los años recientes es San

Martín, aunque también hay un abundante consumo, en términos relativos, en Islas Vír-

genes,Aruba e Islas Turcas.

Hasta ahora ese es el panorama básico de la irradiación de la Presidente, restringido

en lo fundamental a Estados Unidos, Puerto Rico, Haití, y cuatro pequeñas islas del

Se ha supuesto a menudo que este flujo de la cerveza dominicana ha estado exclusiva-

mente vinculado a las concentraciones de nacionales dominicanos en Estados Unidos

y otros lugares. En un momento inicial esto fue así, pero ya la situación es distinta. A

partir de los dominicanos, Presidente ha ido arraigando en segmentos crecientes de los

inmigrantes latinoamericanos con quienes los dominicanos sostienen mayor relación de

intercambio. Pero ya es visible en algunos estados de la Unión Americana, principal-

mente de la costa noreste y la Florida, que en lugares distantes de las concentraciones

de dominicanos se encuentra la Presidente en numerosos establecimientos comerciales.

En los años recientes, por lo que indican los ejecutivos de la CND, el consumo de la

Presidente se ha ido extendido entre segmentos de la comunidad latinoamericana en

Estados Unidos, aunque comienza también a penetrar en otros sectores.

Publicidad de

Presidente para

el mercado

estadounidense.

Distribución de

Presidente en una

pequeña localidad.

Caribe. Sin embargo, también aparecen las primeras señales de una ampliación de

mercados, aunque todavía en fase embrionaria. Se registra ya una corriente continua

de pequeñas exportaciones a España, con un promedio anual de unos 20,000 dólares.

Lo más sorprendente es que se están abriendo pequeños mercados en lugares insos-

pechados, como las islas africanas San Tomé y Príncipe y la posesión británica de la

Isla Skye. Más aún, en los últimos años se registran pequeñas exportaciones hacia pun-

tos tan variados como Holanda, Alemania, Ecuador, Samoa Occidental y otros luga-

res. ¡A la fecha, Presidente está llegando a cuatro de los cinco continentes!

Page 238: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|431|La CND dentro del Grupo León Jimenes|Capítulo 15Capítulo 15|La CND dentro del Grupo León Jimenes|430|

Otro factor que parece estar incidiendo en las potencialidades de la estrategia expor-

tadora es el impacto del turismo. Si bien la mayor parte de los turistas provienen de

Europa, donde abunda la buena cerveza, entre muchos de ellos el contacto con la Pre-

sidente resulta aleccionador, lo que abre perspectivas para el consumo en sus respecti-

vos países.

Renovado aprecio por la Presidente

La persistencia de la abrumadora supremacía de Presidente implica que continúa como

sinónimo de cerveza.Tal predominancia evidencia que no solamente se aprecia el tipo

de cerveza, sino también su calidad, considerada similar o superior a cualquiera impor-

tada. El grueso del público consumidor, incluido el segmento juvenil, persistentemen-

te, se ha mantenido apartado de la cerveza ligera, por considerarla de escaso sabor.26 En

consecuencia, se ha ratificado la preferencia por el estilo histórico dominicano de la cer-

veza identificado a la Presidente.

Para la generalidad de los consumidores existe la percepción de que la Presidente es

un símbolo inalterable de calidad de lo nacional. De ahí que se vincule con la moda-

lidad de consumo de cerveza en el país y con un conjunto de aspectos del ambiente

local y de las producciones culturales. Por ejemplo, la cerveza dominicana se identi-

fica con el ritmo de la música cadenciosa o las características de platos típicos domi-

nicanos, como el sancocho o el pescado frito. Como es de rigor, la plataforma publi-

citaria de la CND ha tomado nota de estas identificaciones y las ha potenciado y ge-

neralizado en todos los lugares y ambientes en que resulta posible. En particular, la es-

trategia de comunicación de los mercadólogos ha perseguido articular la conserva-

ción de valores tradicionales asociados a la marca con conceptos innovadores de lo

moderno en un país de población predominantemente joven. La Presidente ha enfa-

tizado su relación con los valores de la juventud, de acuerdo con uno de sus estrate-

gas de mercadeo, mediante mecanismos de imagen en que la marca se rejuvenece a sí

misma.27

Consumo en un

típico colmadón.

Descargo de

huacales de plástico

a los centros

de expendio.

Compra en un

supermercado.

Page 239: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|433|Losespacios de la

|433|Debate de la modernidad en un feudo antillano|Capítulo 2

16Aportes del trabajo de los dominicanos

A primera vista podría parecer que la cerveza es un producto «extranjero,» como algu-

na vez se le ha calificado, a causa de que la malta y el lúpulo provienen del exterior. Se

trata de un análisis que no toma en cuenta el aporte de trabajo en el proceso manufac-

turero, la utilización de insumos locales y toda la generación de valores que tiene lugar

en los procesos de venta y mercadeo.

Por consiguiente, además del aporte mayoritario de valores generados localmente en el

proceso de fabricación, resulta crucial la consideración de que el impacto de la cerve-

za en la economía nacional no puede restringirse estrictamente a la fase manufacture-

ra, puesto que el precio al consumidor contiene amplios componentes de impuestos y

de gastos por concepto de distribución, intermediación, publicidad y otros, que son par-

te del valor agregado nacional. El siguiente desglose, preparado por la Asociación Do-

minicana de Fabricantes de Cerveza (ADOFACE),1 muestra la participación relativa de

los componentes del precio ex fábrica.

Oferta de

Presidente en

supermercado.

LOS ESPACIOS DE LACERVEZA DOMINICANA:ECONOMÍA, SOCIEDADY VIDA COTIDIANA

Page 240: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|435|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|434|

CUADRO 16.1

COMPONENTES DEL PRECIO EX FABRICA DE LA CERVEZA DOMINICANA

Materias primas importadas 11.3%

Insumos locales 20.7%

Otros gastos importados 9.9%

Impuestos y aranceles 22.5%

Sueldos, energía, gastos de ventas,mercadeo, distribución,administración, gastos financieros y otros 35.6%

la fábrica al mayorista un 22% de su valor estaba representado a esa fecha por el con-

junto de los impuestos generados a partir de su proceso productivo: beneficios corpo-

rativos, nóminas, aranceles, ITBIS, selectivos al consumo, entre otros. Estas características

del proceso productivo y sus interrelaciones con otras actividades son las que permiten

entender el papel que juega este producto en la economía nacional.

El contexto reciente se ha caracterizado por la pérdida del papel protagónico en el cre-

cimiento que había mostrado el sector industrial durante la década de 1970. La trans-

formación estructural experimentada durante las últimas dos décadas ha significado, en

gran medida, que el motor del crecimiento económico se haya trasladado desde la pro-

ducción de bienes hacia la producción de servicios. En ello incidió la devaluación de

mediados de la década de 1980, acompañada por el traspaso al mercado paralelo de las

De este cuadro se desprenden varios aspectos de importancia. Por una parte, que el va-

lor de los insumos locales es superior al de los importados. Los insumos locales com-

prenden botellas (con un alto porcentaje del costo unitario del producto), etiquetas, ta-

pas, cajas y componentes del procesamiento industrial, como levadura, agua, azúcar, sé-

mola de maíz y gas carbónico. Pero lo importante es observar que prácticamente el 80%

del precio ex fábrica (78.8%) corresponde a valores generados en la economía nacio-

nal, lo que permite ponderar el ahorro de divisas que significa la competitividad del

producto nacional. Por último, se destaca que en cada botella de cerveza colocada por

importaciones, lo cual fue seguido por la apertura comercial que se llevó a cabo a ini-

cios de la década de 1990, que determinó el desplazamiento de parte importante del

consumo nacional de manufacturas hacia las importaciones.

En contraste con esas tendencias generales, la producción doméstica de cerveza ha mos-

trado un marcado crecimiento. Gracias al incremento sostenido que ha experimentado

su demanda, con más fuerza que antes, la cerveza se ha tornado en un artículo de uso

popular masivo. Esta dinámica de la demanda ha dado lugar a que, siendo esta suplida

casi totalmente con producción nacional, el sector cervecero haya sido de los que con

Recolector de

botellas vacías.

Ambiente

en colmadón.

Expendio para

consumo en

colmadón.

Page 241: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|437|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|436|

manufactura y los creados en el proceso de comercialización. El proceso de manufac-

tura actualmente requiere una mano de obra de cerca de cuatro mil personas distribui-

das entre las tres fábricas. En cambio, en el proceso de comercialización de la cerveza y

labores relacionadas se calcula una generación de empleo de cerca de cien mil perso-

nas, una porción considerable de la mano de obra empleada en el país.

La razón de este abultado aporte de empleos se debe a que una buena parte de los pe-

queños comercios del país tienen en la venta de cerveza su principal renglón. Las en-

trevistas a pequeños comerciantes de provisiones evidencian la dependencia de la mar-

cha de los negocios respecto a las ventas de cerveza. Es lo recogido por el Listín Diario

de parte de Angelo Soto, de Autoservicio Miraflores: «Aquí lo que más se vende es cer-

veza. Este negocio se mantiene sólo por la cerveza.»5

mayor rapidez han crecido dentro de la economía nacional. De acuerdo a cálculos de

la empresa consultora Ecocaribe,2 este sector creció entre 1980 y 1997 a un ritmo

anual promedio de 7.2%. Esta dinámica tan sostenida durante 17 años fue casi tres ve-

ces y media superior al incremento del producto industrial nacional (excluidas zonas

francas), que apenas creció en el mismo lapso al lento ritmo anual de 1.9%. Lo anterior

significa que la producción de cerveza ha mostrado una capacidad competitiva atípica

dentro del aparato industrial dominicano. Su mayor expansión se ha registrado precisa-

mente coincidiendo con la apertura comercial, la cual no se ha traducido en una pene-

tración significativa de productos importados.

El resultado ha sido que el aparato industrial cervecero ha llegado a significar, según es-

timados recientes,3 el 2.7% del PBI. Esta capacidad de competitividad, en un mercado

donde se han eliminado los controles a las importaciones y se han reducido sustancial-

mente los aranceles, ha estado sostenida por la calidad del producto nacional y por la

eficiencia productiva. De acuerdo a cálculos realizados en el estudio de Ecocaribe arri-

ba citado, el precio real de la cerveza disminuyó en cerca de 9% entre 1990 y 1998, al

pasar la caja de 24 unidades de RD$217 a RD$198 a precios del primer año.4 Más im-

portante incluso que el aporte de valores que se generan hasta que el producto sale de

la fábrica, es el que se registra en el amplio proceso de comercialización. La magnitud

de este impacto se mide por la comparación entre los puestos de trabajo creados en la

Es imposible descifrar en forma precisa el número de los negocios que dependen en

medida primordial o muy destacada de la cerveza, pero sin duda se cuentan por mu-

chos miles, con su correspondiente repercusión en el empleo. La CND tiene más de

37,000 clientes directos, lo que indica la magnitud del componente comercial de la ac-

tividad cervecera.6 El estudio ya mencionado de Ecocaribe, S.A., presenta un estimado

elaborado a partir de las encuestas de FondoMicro.7 De acuerdo a ese estimado, en 1998

existían 77,363 empresas pequeñas y microempresas vinculadas a la venta de cerveza:

Cerveza en

la diversión.

Presencia

predominante

de la cerveza

en los colmados.

Page 242: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|439|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|438|

CUADRO 16.2

NÚMERO DE PEQUEÑAS Y MICROEMPRESAS VINCULADAS A LA VENTA DE CERVEZA

Número Estimado

empresas empleo cerveza

Todas las actividades

(excp. agropecuaria) 333,515

Pulperías 22,967 11,484

Colmados 38,463 38,463

Supermercados 219 219

Venta de bebidas 475 475

Hoteles 475 475

Restaurante/cafetería 11,745 11,745

Bar/taberna/discoteca 3,019 3,019

Total vinculadas a venta cerveza 77,363 65,880

Otras actividades vinculadas

Compra y venta de botellas 449

Compra y venta de botellas y cartones 461

Asumiendo que en cada uno de esos negocios por lo menos un empleado se justifica

por las ventas de cerveza, salvo en las pulperías, donde se asume solo medio empleado

por negocio, se llega a un nivel de empleo de casi 66 mil personas. A ellas deben aña-

dirse los empleados de los grandes establecimientos, que no están incluidos en las en-

cuestas de FondoMicro, así como los que se ocupan en la recogida y venta de botellas

y cajas. De esta manera, el mencionado estudio llega a un estimado de unas 100 mil per-

sonas ocupadas alrededor de la cerveza.

La clave de estos negocios consiste en la oferta del producto a temperatura bien fría, re-

quisito para su consumo inmediato por parte del consumidor dominicano típico. De

ahí que, para apoyar las ventas, entre 1996 y 1998, la CND había distribuido y financia-

do cerca de 15,000 refrigeradores a los negocios expendedores de cerveza.

Por último, cabe considerar igualmente las actividades de los suplidores de las empre-

sas cerveceras. Respecto a lo último la misma CND informa que tiene más de 600 su-

plidores.

Aportes al Presupuesto Nacional y la creciente carga impositiva

El peso relativo de la producción de cerveza en la generación del Producto Bruto In-

terno se magnifica con creces en sus aportes a las finanzas públicas. Entre los años 1995

y 1997 el conjunto de los impuestos pagados directamente por las empresas cerveceras

significó, en promedio, el 6.7% del total de recaudaciones.8 Se registra una tendencia al

incremento de la participación de la cerveza en el total de ingresos tributarios, más allá

del ritmo de incremento de la actividad productiva, lo que implica una creciente carga

impositiva sobre la misma.

Esta creciente presión tributaria se justifica con el argumento de que la cerveza es un

bien suntuario que debe ser especialmente gravado por el Estado. En realidad, el crite-

rio de la suntuosidad es discutible, por cuanto la cerveza constituye un producto de am-

plio consumo, mayoritariamente de sectores de bajos y medianos ingresos. Desde déca-

das atrás, como ha podido observarse en capítulos previos, en razón de los cambios eco-

nómicos operados en el país y de las modificaciones en patrones culturales por efecto de

la urbanización, la cerveza ha dejado de tener toda connotación de artículo suntuario.

En los últimos tiempos han sido tres los momentos en que las políticas públicas han in-

crementado sustancialmente el conjunto de impuestos que gravan la cerveza. El primer

momento se produjo a raíz de la reforma arancelaria de 1990, la cual varió todo el cri-

terio de recolección de impuestos sobre el consumo.

Freezers en

establecimiento

comercial.

Page 243: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|440| |441|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16

Anteriormente la cerveza estaba gravada por varias leyes dispersas, con predominancia

de impuestos específicos, esto es, un monto determinado de impuesto por unidad de

volumen. El gran inconveniente de estos impuestos específicos es que sus recaudacio-

nes pierden valor real con el proceso inflacionario. Por ello, se creó una especie de tra-

dición de aumentos sucesivos en los impuestos sobre el consumo cada vez que el pre-

supuesto nacional requería de mayores recursos.

La reforma arancelaria provisional de 1990 modificó radicalmente la estructura de los

impuestos selectivos sobre el consumo, convirtiéndolos en tasas ad-valorem (porcentua-

les). De esta manera, las recaudaciones crecen tanto con los precios como con los vo-

lúmenes, lo que debía erradicar los tradicionales aumentos periódicos en esos impues-

tos. Esta modificación impositiva fue acompañada, al momento de su formalización en

de 10%, mientras que las importadas de 30%, diferencia que algunos sectores calificaron

como un «arancel disfrazado».Ahora bien, como lo pone de relieve el estudio de Eco-

caribe, en verdad esta diferencia no implicaba tal cosa, puesto que se establecía sobre ba-

ses totalmente distintas: el impuesto sobre la cerveza dominicana se calculaba sobre el

precio ex fábrica y el del producto importado sobre el valor CIF más arancel. De acuer-

do a ese estudio, «no es necesario insistir demasiado en que la diferencia entre ambas

bases es tan notable que minimizaba en la realidad la aparente discriminación de las ta-

sas.»9 La modificación impositiva consistió en igualar las tasas en 20%, y las bases en el

precio de venta al por menor. Claro que el precio de venta al por menor es difícil de

definir para las cervezas importadas, puesto que el impuesto selectivo se liquida en

Aduanas, cuando son introducidas al país.

el Código Tributario de 1992, por la introducción del impuesto al valor agregado (IT-

BIS), con una tasa de 8%.Todo esto significó un importante incremento en las recauda-

ciones generadas por este producto. Sin embargo, tal cambio fue considerado insuficien-

te.Ante demandas salariales de los maestros en 1995, el gobierno retomó la vieja prác-

tica de acudir a los impuestos selectivos con el fin de afrontar necesidades de mayores

recursos.

La justificación para ese nuevo incremento fue que el Código Tributario había estipula-

do que las cervezas de fabricación nacional pagarían un impuesto selectivo al consumo

Con esta segunda modificación a las tasas del impuesto selectivo su incidencia en el

precio ex-fábrica pasó de un 10 a un 24%, colocándose por encima de los estándares

internacionales. Los efectos en los precios derivados de ese cambio del impuesto die-

ron lugar a una brusca reducción de la demanda. En 1995 el gasto en cerveza se redu-

jo en 13.5%, pero en realidad fue mayor si se toma en cuenta lo que debió ser la de-

manda para ese año siguiendo la curva de incremento de los años previos. Por consi-

guiente, la estimación correcta de esa reducción alcanzó un 19.4%.10 El propio inte-

rés fiscalista que rige las alzas del impuesto selectivo quedó en entredicho, a causa de

Expendio

en barril dentro

de los hoteles.

El color «ceniza»

de la fría.

Page 244: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|442| |443|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16

la elevada elasticidad que tiene el consumo de cerveza en función de la relación entre

su precio y los niveles de ingreso de la población.

De nuevo en 2001 se produjo un alza adicional de ese impuesto a 25%. Este nuevo im-

puesto selectivo fue acompañado por un incremento de 4% en la tasa del ITBIS. En lo

inmediato esta alza significó un aumento de 4 pesos en el precio de la botella pequeña

y de 5 pesos en la botella grande, lo que tuvo por efecto una nueva disminución del

consumo de cerveza en 15.2%;11 de acuerdo a los cálculos de la CND, el consumo per

capita se redujo al nivel de 5 años atrás, 35.7 litros. El resultado fue que la cerveza pasa-

se de tener un contribución de 7.1% en el total de ingresos tributarios en el año 2000

a 6.7 en 2001.

La persistencia de la práctica de incrementar periódicamente los impuestos sobre el con-

sumo de la cerveza tiene una explicación sencilla: para los responsables de la oficina re-

caudadora de impuestos internos resulta cómodo acudir a la tributación de la cerveza y

de productos parecidos de alto consumo, como el ron y los cigarrillos. La razón de esto

estriba en que son pocas las unidades productivas que intervienen en la producción de

estos renglones, lo que facilita su fiscalización.Actualmente la Dirección General de Im-

puestos Internos tiene acceso a los registros automatizados de ventas de la CND, lo que

permite que se pague por adelantado toda partida expedida del producto. Por lo demás,

esa misma oficina sigue teniendo el control físico de los tanques desde los cuales se di-

rige la cerveza a su embotellamiento. Este sistema ha sido abolido en gran parte de los

países con un gran volumen de producción de cerveza, puesto que plantea dificultades

en la fase final del proceso productivo. Sin embargo, la CND no ha considerado objetar-

lo en aras de la transparencia que debe primar en el pago de impuestos.

El resultado de esta creciente presión tributaria ha sido que el precio de la cerveza ten-

ga un abultado componente de impuestos. Sumados los impuestos sobre beneficios,

aranceles, ITBIS y selectivos, en 1997 el 51.7% del precio ex-fábrica estaba constituido

por la suma de las cargas tributarias. Ello se refleja en su participación relativa en las re-

caudaciones: en los dos principales renglones de impuestos internos, el ITBIS y los im-

puestos selectivos al consumo, la cerveza tiene una ponderación que no se correspon-

de con la de su participación en la economía.

A juicio de los directivos de las empresas productoras, el mantenimiento de tasas im-

positivas acordes con parámetros correctos contribuye a una expansión de las ventas y,

con ellas, a un alza superior de los impuestos recaudados, correlación que se vio entre

los años 1996 y 2001.12 En este sentido, un problema que enfrentan los productores

de cerveza es la falta de una definición clara sobre qué se quiere gravar con el impuesto

selectivo al consumo.Algunos lo visualizan como un impuesto al «vicio», en cuyo ca-

so el nivel impositivo debiera ser proporcional al contenido alcohólico. Otros lo visua-

lizan como un impuesto al consumo «suntuario», en cuyo caso las bebidas importadas

típicas de los patrones de consumo de los estratos más acomodados debieran soportar

un nivel impositivo muy superior. La situación hasta el momento es que ni se grava de

acuerdo al contenido alcohólico ni está claro que prime el criterio de lo suntuario,

puesto que la última reforma tributaria propuesta por el Poder Ejecutivo planteaba

igualar los impuestos entre cerveza y vino, por ejemplo. El único criterio que sí pare-

ce claramente definido es la facilidad de incrementar la carga tributaria sobre un nú-

mero reducido de empresas que ya se caracterizan por su buen cumplimiento, en lu-

gar de mejorar los niveles generales de cumplimiento tributario.

Recientes afiches

de Presidente y

Malta Morena.

Page 245: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|445|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|444|

El alza del consumo

No obstante los retrocesos temporales que en el consumo introducen los incrementos

tributarios, no cabe duda de que, en el largo plazo, se ha registrado una tendencia con-

sistente de acrecentamiento del consumo entre los dominicanos. De producto desco-

nocido, la cerveza ha pasado a constituir la bebida preferida de los dominicanos, de don-

de proviene un impacto multilateral. Como se ha tenido ocasión de mostrar a lo largo

de las páginas anteriores, tal crecimiento ha ido parejo con la marcha de la moderniza-

ción económica y de los cambios que ha conllevado en percepciones y valores. Por mo-

mentos, en coyunturas muy particulares, el alza ha sido impetuosa, y, aunque tales rit-

mos no se han sostenido, la tendencia en el largo plazo determinó que la cerveza ter-

minara convertida en artículo popular de amplio consumo.

equivaler a unos 230 mil litros. En tal caso, asumiendo una población aproximada de

386 mil habitantes,13 el per capita se habría elevado a la insignificante cantidad de 0.59

litros. Pero es a partir de 1909 cuando se puede dar seguimiento a un cálculo de con-

sumo sistemático, ya que ese año comenzó a cuantificarse la importación en litros. Par-

tiendo de una población aproximada de 621 mil habitantes ese año,14 se tendría una

cifra de 0.60 litros per capita, esta vez fundamentalmente confiable. De ahí en adelan-

te el consumo no ha cesado de incrementarse, aunque el ritmo ha tenido efectos de

mayor consideración en la última década. El siguiente cuadro muestra algunos hitos de

la evolución del consumo. Hasta 1930 se toma únicamente la importación; de 1936 en

adelante se parte de la producción, se le adiciona la importación y se le sustrae la ex-

portación.

A lo largo de dos siglos la trayectoria de la cerveza se puede medir a través del indi-

cador que muestra su consumo dentro de la población. El producto se introdujo en-

tre los dominicanos en la cuarta década del siglo XIX, pero a un nivel harto reducido,

aparte de que no se dispone por el momento de la información cuantitativa que per-

mita medir el proceso de penetración. Fue en la década de 1880 cuando aparecieron

las primeras cifras que pueden incorporarse a una serie. En el capítulo 3, a partir de

los datos relativos a la ciudad de Santo Domingo, se ha estimado que el consumo na-

cional del producto pudo alcanzar en 1885 las 15 mil docenas de botellas, lo que debía

Festival

Presidente.

Otra vista del

Festival Presidente.

Page 246: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|447|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|446|

CUADRO 16.3

CONSUMO PER CAPITA DE CERVEZA

Año Población Producción Importación Exportación Consumo Consumo(miles) (000 litros) (000 litros) (000 litros) Aparente per capita

(litros)

1909 666 372 372 1 0.56

1920 895 1,269 1,269 2 1.42

1936 1,479 1,030 189 9 1,179 2 0.80

1950 2,136 4,646 224 12 4,858 3 2.27

1960 3,047 6,477 367 0 6,845 3 2.25

1970 4,009 27,804 885 974 27,716 3 6.91

1981 5,546 82,862 851 183 83,530 4 15.06

1990 6,811 137,637 4,129 1,010 140,756 5 20.67

2000 8,557 366,662 11,000 20,618 357,044 5 41.731 Se estimó la población suponiendo un crecimiento anual de 2%entre 1909 y 1911;las importaciones corresponden a cerveza.2 Importaciones de malta y cerveza.3 Importaciones de malta y cerveza; exportaciones en litros estimadas a partir de la estadística expresada en kg.4 Importaciones de 1982.5 Importaciones estimadas como 3% de la producción nacional.

Desde inicios del siglo XX el incremento relativo del consumo ha atravesado coyunturas

que han permitido el alza paulatina de la importancia del producto en la dieta y la vida co-

tidiana de los dominicanos. De todas maneras, el logro de un nivel de consumo masivo es

reciente: en 1980 todavía el per capita estaba en el orden de 15 litros anuales; en 1990 se ha-

bía elevado a 20 litros; para el año 2000 el país alcanzó el promedio latinoamericano de

consumo de cerveza, situado en 42 litros anuales.15 Esto muestra que la masificación del

consumo ha sido un proceso particularmente importante durante la década de los 90.

El impacto en la vida social

La cerveza ha sido uno de los productos que más incidencia han tenido en el estable-

cimiento de ciertos patrones modernos de sociabilidad, desde la conversación hasta la

fiesta en entornos urbanos.Aunque las modalidades de consumo han atravesado por di-

versas fases, en términos generales siempre han supuesto una relación con espacios pú-

blicos propios del ambiente urbano o con relaciones interpersonales condicionadas por

los usos de patrones culturales modernos. Inicialmente, la cerveza estuvo confinada a la

condición de bien suntuario, consumido fundamentalmente por estratos medios y altos

de la población urbana. La razón de tal segmentación del consumo radicaba en la ine-

xistencia de una tradición cervecera local, como ya ha sido puesto de manifiesto, y la

subsiguiente continuidad de la preferencia del ron y de otros licores en la mayoría po-

bre de la población, sobre todo en el ámbito rural.

Durante décadas el consumo de la cerveza no se asoció al espacio hogareño, aun entre

los integrantes de los estratos medios y altos, a no ser en ocasiones muy especiales, co-

mo bautizos, cumpleaños, bodas y demás actos sociales por el estilo. El consumo con las

comidas solo se producía en lugares públicos, haciendo un papel similar al que hoy tie-

ne el vino. Esto tenía mayor significación por cuanto hasta la década de 1940 la presen-

cia de lugares públicos de consumo de comidas o bebidas era francamente pequeña y

su peso en la economía y la vida cotidiana era sustancialmente menor al que tiene hoy.

Poco a poco, a medida que avanzaba el proceso de urbanización, se fue consolidando el

consumo de la cerveza en los establecimientos formales, como restaurantes y bares, así

como el espectro de las ocasiones en que se demanda el producto. Por una parte, como

ya se ha señalado, la producción local contribuyó a introducir la cerveza en medios po-

pulares urbanos en la década de 1930 y, sobre todo, en la siguiente.A su vez, en la dé-

cada de 1950, a tono con la electrificación en una porción de comunidades rurales y

con una mayor aproximación entre vida urbana y rural por efecto de los medios de co-

municación y otros factores, lentamente comenzó a brindarse cerveza en el campo en

ocasiones festivas, como había sido privativo de la ciudad en décadas anteriores.

De más en más el consumo de la cerveza se identificó a una visión más sofisticada del

momento festivo, que no propendía tanto a la embriaguez sino a un goce más mode-

rado. Entre otros efectos de esta connotación estuvo la asociación de las mujeres con

la cerveza, producto que desde muy pronto se les hizo aceptable, a diferencia del ron.

Y, claro está, como se trataba de un consumo en espacios públicos, la afición de las mu-

jeres por la cerveza solo fue creciendo lentamente, pero con importantes repercusio-

nes. El estilo tradicional de vida en el campo y la ciudad determinaba que las mujeres

casi no abandonasen el hogar, se desempeñasen en su gran mayoría en labores domés-

ticas y prácticamente nunca asistiesen a lugares públicos. Poco a poco las mujeres de

clase media comenzaron a estudiar o desarrollar actividades laborales fuera del hogar,

al tiempo que iban asumiendo posiciones personales más independientes. Así, de un

consumo esporádico en fiestas o bodas, por ejemplo, las mujeres comenzaron a intere-

sarse más en la bebida a medida que avanzaba su participación en la vida pública.

Lo mismo acontecía en el orden generacional, puesto que cada conglomerado emergente

de jóvenes ha venido definiendo, con celeridad sorprendente, nuevos patrones de consu-

mo. Particularmente entre los jóvenes de clase media, desde la década de 1930 la cerveza

pasó a hacerse la bebida por antonomasia en fiestas y celebraciones. Entre los jóvenes de

Page 247: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|449|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|Capítulo 16Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|448|

Gazcue de la década de 1940, el ron estaba prácticamente proscrito o, en todo caso, se aso-

ciaba con cafés, donde se bebía más que la cerveza. Había todavía un problema de ingre-

sos de por medio a causa del precio relativo de la cerveza, estimado muy elevado. Pero al

preferir la cerveza, los jóvenes de clase media hacían «serruchos» para la compra de un ba-

rril de forma tal que resultase viable.16 El sistema de intercambios y la reducida magnitud

de la ciudad permitían que se adquiriesen las barricas en la misma planta de la CND, de-

jando un depósito que se recuperaba al devolver la barrica vacía al otro día.

Precisamente la barrica constituyó uno de los instrumentos que más ayudaron al incremen-

to del consumo en los años siguientes a la fundación de la CND. Se facilitaba el acarreo a

las restantes ciudades, pues todavía hasta la década de 1950 no se había completado el sis-

tema de distribución de la empresa. Pero, además, estaba en juego un incentivo de precios,

ya que se eludía el costo elevado que representaba el envase de vidrio.Así, en la década de

1940 la ampliación del consumo de cerveza se inició fundamentalmente en los escasos lu-

gares en que se expendía en barriles. Entonces una barrica de unos 40 litros se adquiría en

la planta a 8 pesos, lo que permitía que el vaso se ofreciese al cliente a 10 centavos. Entre

los lugares que más fama adquirieron por esta modalidad estuvo El Moroquito, situado en

la calle El Conde esquina 19 de Marzo, frente al Ariete, una cafetería más formal donde

también se consumía mucha cerveza. Recuerda Emilio Cordero que los sábados se oferta-

ban tres cervezas en jarras alemanas grandes y dos moroquitos por tan solo 40 centavos.

Vista como artículo más lujoso, en los restaurantes todavía era frecuente que, por ver-

dadera afición o pose social, una parte de los clientes siguiese prefiriendo cerveza ex-

tranjera, de precios altos, de marcas como Budweiser, Heineken, Schlitz y Löwenbräu.

Cajas y barricas de

la marca Colón.

Oferta en barriles

para ocasiones

festivas.

En la década siguiente, aunque en los medios populares seguía predominando el consu-

mo del ron, en la barriada de Villa Francisca, donde se instalaron numerosos bares, la cer-

veza ganó importantes peldaños, consumiéndose en cantidades considerables.17 Posible-

mente el más célebre de esos bares fue El Pino, ubicado en la entonces José Trujillo Val-

dez, hoy Avenida Duarte, un poco al norte del Parque Enriquillo. Este establecimiento

desplegó una intensa publicidad en la prensa diaria, ofreciendo 3 botellas grandes por un

peso, a lo que agregaba un «cotorro» (salchicha con pan). Fue uno de los establecimientos

de más repercusión para popularizar el consumo de cerveza entre personas de extracción

Anuncio de

Los Pinos, famoso

centro cervecero.

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modesta. En los alrededores había otros establecimientos por el estilo, como era el bar Mi-

lán, también en la Avenida Duarte, entre Barahona y Francisco Henríquez y Carvajal, lu-

gar célebre por la novedad de estar abierto las 24 horas de los 7 días de la semana.

En esos lugares la Presidente era sinónimo de cerveza y se consumía siempre en bote-

lla grande por razones de precio y de concepto en el consumo. La cerveza grande ha

sido desde entonces preferida, porque coadyuva a compartir18 y permite un mejor apro-

vechamiento de la baja temperatura del refrigerador. Salvo los meses de competencia de

la marca La Dominicana, el parroquiano no tenía que especificar la marca deseada. El

grueso del público de esos sitios tenía todavía una visión tosca del goce, asociado a la

embriaguez. Por eso, a menudo, la cerveza se consumía previamente al ron.

No obstante también fueron avanzando los establecimientos en los cuales el público te-

Azul», una bandeja con platillos de pescado, filete, arroz sin sal y pequeños bocadillos.

En cualquier caso en los restaurantes chinos ya la comida se acompañaba invariable-

mente de cerveza. Entre esos lugares se encontraban el restaurante Apolo, en la Aveni-

da Mella, mientras en la Braulio Álvarez estaba El Árbol y en la Avenida Duarte el San

Rafael. Durante horas diurnas eran sitios de conversación y juegos, mientras en las no-

ches los «reservados» eran utilizados principalmente para citas amorosas.

Este avance de la cerveza, si bien se inició en Santo Domingo, también tuvo por escenario

las principales ciudades de las tres regiones del país. En el centro de Santiago fue estableci-

da la Casa Báder en 1939. Fundada por Báder Fadul, inmigrante libanés llegado en la se-

gunda década del siglo, su primer nombre fue Café Las Estrellas, que posteriormente cam-

bió en honor al fundador.19 Desde el inicio el establecimiento estuvo concebido para la

venta de cerveza, junto a la de ron, para lo cual se dotó de una nevera de madera regalada

por la Casa Bermúdez. Solo años después compraron la primera nevera eléctrica, hasta lle-

gar a 12 unidades gracias a tornarse en el punto por excelencia de degustación de cerveza

en el Cibao.También se ofertaba al reducido precio de tres botellas grandes por un peso.

Al igual que los cafetines de Santo Domingo, el Báder alternaba una zona de conversa-

ción con otra de baile, de forma que, como era usual en aquel contexto, coexistían hom-

bres «importantes» y mujeres «malas», estando descartada la presencia de damas en los pri-

meros años. El propietario le imprimó un matiz distintito al negocio en la década de

1950, al vedar la entrada de las mujeres «malas». Entonces el Báder se tornó progresiva-

mente en un sitio plenamente respetable, a donde asistían caballeros influyentes a con-

versar acerca de negocios al mediodía y era imposible que se escenificara un desorden.

Hasta dos futuros presidentes,Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco, fueron asiduos

visitantes de ese centro cervecero. Eso no impidió que durante las noches se siguiese bai-

lando hasta avanzada la madrugada.A menudo, los socios del Centro de Recreo, princi-

pal club social de la ciudad, terminaban la noche ahí. Pero, precisamente, para evitar el

«tigueraje» el propietario dispuso el cese del expendio de ron, considerando que los que

preferían la cerveza eran personas más aptas para mantener la decencia.

Dos elementos contribuyeron a darle notoriedad al establecimiento, sobre todo a me-

diodía: la combinación del consumo de cerveza con platos árabes, como quipes y ti-

piles; y, principalmente, el expendio de la cerveza a temperatura sumamente fría. De

acuerdo al actual propietario,Tontón Fadul, fue en el Báder donde se incubó la pecu-

liar costumbre dominicana de consumir la cerveza casi al borde de la congelación. En

teoría, pues, los otros lugares donde pasó a ofrecerse la cerveza en extremo fría se li-

mitaron a copiar lo que se había concebido en ese café.A pesar de la posterior gene-

nía una visión distinta. Era el caso del bar Trocadero situado en la esquina noroeste de

las avenidas Mella y Duarte, donde también se ofrecía en barrica a 10 centavos el vaso.

En este establecimiento coincidían, entre otros, trabajadores y periodistas de La Nación.

Otro tipo importante de lugares fueron los restaurantes de chinos, que sobre todo co-

menzaron a proliferar en la década de 1940 en la parte alta de la ciudad. En ellos las di-

versiones estaban combinadas con juegos de azar, cuyos ganadores recibían en premios

botellas de cerveza. Esos restaurantes eran de amplia predilección por su famoso chi-

charrón de pollo, aunque para los más exigentes preparaban principalmente el «Plato

Casa Bader,

Santiago.

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ralización de establecimientos de este tipo, todavía en la actualidad el señor Fadul re-

clama que vende la cerveza más fría del país.

El ejemplo de Báder, ciertamente, al margen de la validez del reclamo de introductor de la

fría, fue emulado por otros establecimientos de Santiago, que con el tiempo se especializa-

ron como centros cerveceros. Fueron los casos, entre los más célebres, de los bares Antillas y

Palmeras, el primero en la calle 30 de Marzo y el segundo en la Franco Bidó.Su perfil coin-

cidía bastante con el de Báder, con una clientela mixta inclinada decididamente por la cer-

veza, en un ambiente socialmente aceptable.Todos esos centros cerveceros iniciales desapa-

recieron para ser sustituidos en la actualidad por otros cuyos perfiles se verán más abajo.

En Azua, todavía principal ciudad del Suroeste en la década de 1940, también emergió

el prototipo de consumo público de la cerveza. Se daba la peculiaridad de que era la

ciudad más refinada de la región, con una clase media más educada y un comercio que

abastecía a los otros centros urbanos entre los cuales sobresalían Barahona y San Juan.

Por tal razón, el consumo de cerveza estuvo favorecido por la existencia de un almacén

de distribución para toda la región.20 Mientras en la generalidad de los establecimien-

tos había un manejo inadecuado de las botellas y la temperatura, un lugar se hizo cé-

lebre por la forma en que se ofrecía la cerveza: la fábrica de hielo de la familia Recio.

Por una parte, gracias a la ventaja de sus instalaciones, se podía evitar ahí que, como era

frecuente, la cerveza se dañase por efectos de cambios de temperatura. Se pensaba al res-

pecto que el sabor mejoraba si se lograba una temperatura permanente, lo que explica

el reclamo de que la cerveza vendida en la fábrica azuana fuese la más sabrosa.

En esta región el avance de la cerveza fue más lento que en otros lugares, a causa de la

menor fortaleza de la vida urbana.Así, por ejemplo, el barril no penetró ni siquiera en

la fábrica de hielo. Con todo, poco a poco, se fueron conformando establecimientos en

las tres ciudades principales del Sur en los cuales se consumía predominantemente cer-

veza. Los comerciantes, paulatinamente, fueron aprendiendo a manejar los pedidos y, a

medida que mejoró la calidad de la oferta, se fue generalizando el consumo.

Ambientes de conversación

Se deriva de lo visto arriba que, junto a la connotación festiva, la cerveza conllevó un

estilo moderno de los encuentros para la conversación. Se trataba de un fenómeno ur-

bano que, si bien se inició en Santo Domingo, fue característico de otras ciudades don-

de existía una clase media. En tal sentido, el encuentro regular para conversar pasó a ha-

cerse un hábito cotidiano, así como el despliegue de las destrezas de la elocuencia en la

defensa de los argumentos intercambiados con los demás.

Estas tertulias se llevaban a cabo en bares o cafeterías, generalmente en la Calle El Con-

de o sus equivalentes en las restantes ciudades, «con una taza de café bien dulce y ca-

liente, y unos cigarrillos, o con un vaso de cerveza espumosa y fría.»21 Con «el rubio

burbujear de un vaso de cerveza» se abordaba una variedad de temas que incluían co-

mentarios de libros, la calidad de una película, política internacional o temas hípicos.

Pero también podía no haber temas escogidos, sino charla sin apuros por llegar, mien-

tras «se renueva la cerveza». Así, la tertulia «se vuelve más despreocupada, con menos

ambiciones; se prolonga y los mozos de servicio se van acostumbrando a atender aque-

lla clientela que no se enoja si el agua no está bien fría que comparten (sic) de buena

gana su mesa con los que llegan y que solo se inquieta porque... siempre haya un buen

surtido de temas sobre los cuales discurrir.»

Consumidores en

cafeterías durante

la década de 1950.

Una de esas cafeterías estaba especializada en recibir personas de las más diversas pro-

cedencias, «aunque eran los españoles que le daban el toque de dinamismo y movimien-

to.» Otra, de acuerdo a la misma crónica, era la preferida por intelectuales y artistas. Pe-

ro cerca de ellos podían acomodarse los tercios galleros o los fanáticos del deporte. Has-

ta el final se respiraba un ambiente relajado de informalidad: «Al fin, unos se van, otros

se quedan, y otros, ya acostumbrados a ellos, se acomodan bajo la acera inmediata, don-

de expresan sus últimas opiniones o donde pueden dejar caer un requiebro detrás de las

criollas que pasan.»

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Patrocinio a la pelota

Prácticamente desde su fundación, la CND tuvo un connotado papel en la promoción

del béisbol en el país.Acaso esto estuvo relacionado con el antecedente de que Pilindo

Bonetti había sido el principal fundador del equipo Escogido en 1921.22 El mismo año

de la constitución de la CND fue organizada la Asociación de Cronistas Deportivos, la

cual ha sido uno de los principales medios para que la CND apoyara diversos deportes.

Desde entonces esa asociación otorga premios a los mejores jugadores, patrocinados in-

variablemente por la CND.23 Una actividad conexa fue la semana deportiva, que apa-

rentemente comenzó a celebrarse de manera regular con motivo del vigésimo quinto

año de existencia de la empresa.

El papel de la CND en la pelota se acrecentó a raíz de la suspensión temporal de los

como eran los casos de Los Arcángeles San Rafael, dependiente de la Compañía de Se-

guros del mismo nombre, y el Nica, por una marca de ron.

El equipo Presidente tenía la ventaja de que, desde una década atrás, Bonetti y Gronau

habían estado promocionando ese deporte, al grado de que una porción considerable

de empleados de la empresa eran peloteros, algunos destacados. La CND no se limitó a

los jugadores de su equipo, sino que también apoyaba a los de otros equipos ofrecién-

doles empleo; además de sus salarios como empleados, la CND otorgaba modestos esti-

pendios a los jugadores.

Algunos de los involucrados en actividades deportivas se hicieron célebres, lo que re-

dundaba en beneficio de la imagen de la empresa. Quien más sobresalió en ese renglón

fue Luis Ernesto Rodríguez, de apodo Burrulote, por lo áspero, pelotero de fama. Des-

equipos profesionales en 1937, a causa de problemas económicos. Ese deporte profesio-

nal se había iniciado en 1907, con la creación del equipo Licey.24 En sustitución de los

equipos profesionales existentes se formaron otros de aficionados, que en realidad care-

cían de ingresos fijos, siendo retribuidos los jugadores con los ingresos por las entradas

día a día. Como parte de este panorama, siempre de acuerdo al relato de Cuqui Cór-

dova, en 1941 se formó el equipo Los Cerveceros de Presidente, también conocido co-

mo Los Brewers.Tenía clasificación A, casi profesional, el mayor nivel de esos años. A

falta de una pelota profesional, los escasos equipos estaban patrocinados por empresas,

de su posición de jefe de vendedores, se hizo uno de los animadores deportivos más

connotados que ha tenido el país en todos los tiempos. Pero no se trataba de un caso

aislado, porque la empresa se proyectó a través de la imagen carismática de los emplea-

dos deportistas.

Ese béisbol aficionado concluyó en 1944, lo que no acarreó el final del involucramien-

to de la empresa en actividades deportivas. Por una parte, en la década de 1940 se cons-

truyó un estadio en sus terrenos, en el cual jugaban regularmente equipos de aficio-

nados. Ese estadio cobró un mayor relieve tras la mudanza de la planta a la Carretera

Equipo de la CND

en estadio de

Ciudad Nueva.

Anuncio con

motivo hípico.

Rafael A. Menicucci

entrega trofeo.

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Sánchez. Posteriormente la propia Cervecería creó un estadio en Santiago e instaló

iluminación en el de La Vega.25

En esos estadios se practicaban otros deportes, como fútbol y sofbol. La CND, en lo funda-

mental, fue la introductora del sofbol en el país, gracias al estímulo que le otorgó a ese de-

porte el grupo de empleados encargado de la organización de eventos deportivos, encabe-

zado por Burrulote Rodríguez. La promoción de este juego tuvo la importante función

de incorporar a personas de más edad a la práctica regular de un deporte.A lo largo del

tiempo han existido varios equipos de sofbol con el nombre de la CND. De manera per-

manente jugaron en su estadio equipos de aficionados agrupados en la Liga del Oeste, fun-

dada en 1935, que también contó con el amparo de la empresa durante largo tiempo.

En 1951 volvió a reconstituirse el béisbol profesional, con la refundación de cuatro

ferencia por el patrocinio del béisbol, lo que está plasmado en las invariables felicitacio-

nes a los equipos ganadores desde fines de la década de 1940. La Cervecería tuvo un

palco permanente en el play de la Normal, para uso de los ejecutivos, quienes asistían

a los juegos por puro placer.

Esta compenetración con el deporte se ha manifestado en la proyección general de la

empresa, principalmente por medio de la publicidad.Varias de las campañas de anun-

cios en la prensa diaria pusieron el énfasis en una imagen de salud asociada a la prácti-

ca de deportes populares en el país.

Durante las décadas recientes el apoyo al deporte ha tomado dimensiones todavía ma-

yores. Siguieron viejos patrocinios, como el de la Asociación de Cronistas Deportivos,

pero paralelamente se apoyó una amplia gama de actividades. Por lo que refiere la pren-

equipos que durante más de dos décadas se identificaron con la actividad.A pesar de su

carácter profesional, la CND ayudaba a esos equipos, como parte de su promoción pu-

blicitaria, con la adquisición de uniformes, colocación de vallas y anuncios de radio y

televisión.A la larga, la CND ha sido la empresa, junto a licoreras y tabaqueras, que más

ha apoyado la pelota, siendo la que más ha perdurado en tal patrocinio.26

Además de la pelota y el sofbol, la empresa cervecera ha patrocinado otros deportes, so-

bre todo cuando no han tenido carácter profesional. La relación más estrecha y perma-

nente se ha dado con los torneos de golf del Country Club. Pero se mantuvo una pre-

Yudelca Espinal,

atleta más

destacada

de Santiago

en el año 2002.

sa, esa expansión de la Cervecería en el mundo del deporte se dio desde aproximada-

mente 1970. Entre otras áreas deportivas apoyadas por la empresa se encuentran las si-

guientes, sin que la enumeración sea exhaustiva: atletismo, golf, rallys, voleibol, artes

marciales, fútbol, sofbol, pesca, boxeo, deportes acuáticos, baloncesto, ciclismo, dominó,

tenis, boliche, gokart, automovilismo, motocross, hipismo, ping-pong, béisbol amateur.

De manera regular la CND ha patrocinado competencias anuales en varios de esos de-

portes en diversos puntos del país. Por igual, ha instituido premios para reconocer la

contribución de figuras y ha patrocinado programas televisivos y celebraciones variadas.

Niní Caffaro

entrega trofeo

patrocinado

por la CND.

Luis Ernesto

Rodríguez

(Burrulote).

Page 252: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

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Componentes sociales del local

Desde la década de 1930 la CND trató de vincular el entorno de su planta a actividades

que propendieran no solo al esparcimiento de sus empleados, sino a la integración de

sectores de la comunidad. La gerencia de la empresa consideró que las edificaciones de-

bían quedar integradas dentro de una panorámica urbana armónica, de manera que no

dejaran una sensación desagradable, sino que encajaran en una perspectiva estética que,

al mismo tiempo, quedara articulada con el sentido de progreso expresado en la dimen-

sión de la edificación: «Con sus preciosos jardines... y dentro de la más irreprochable

limpieza general (las instalaciones) sirven de adecuado marco a la belleza arquitectóni-

ca de la edificaciones de la Cervecería que constituye, sin lugar a dudas, un valioso apor-

te a la belleza y ornato de Ciudad Trujillo.»

le dio mayor realce ornamental, por medio de un amplio jardín; se amplió el salón bajo

techo para acomodar a más de 150 personas y se remodeló la pista de baile, desde la cual

se disponía de un panorama con vista al mar, al final de la cual se construyó una concha

acústica para las orquestas y representaciones.27 En ocasión de su inauguración, el admi-

nistrador Bonetti proclamó que la obra formaba parte del progreso general del país y en

particular de la empresa durante los cuatro años recién transcurridos, «tanto en el pro-

grama de ampliación y modernización como de su contribución al bienestar de sus em-

pleados y obreros lo mismo que en lo relacionado a otras actividades en provecho de la

comunidad.» Por tal razón, el Roof Garden no fue construido con un objetivo pecunia-

rio, sino para «prestar un servicio a la comunidad, como expresión de nuestra gratitud

por los favores recibidos, y su entusiasta patrocinio de nuestros productos.»

Como parte del reconocimiento de «responsabilidades sociales para con el bienestar co-

lectivo,» una instalación que adquirió gran significado en el local de la Carretera Sán-

chez fue el Roof Garden, concebido para la celebración de actos sociales, centro de en-

tretenimiento de los empleados y punto de reunión de agrupaciones recreativas, cultu-

rales y deportivas. Esa instalación hizo historia, puesto que en las décadas de 1950 y

1960 fue utilizada permanentemente para convenciones, recepciones, fiestas, bodas y

cumpleaños. Dado ese peso en la vida citadina, la empresa remodeló la terraza a fines

de 1959, como parte de la conmemoración de su trigésimo aniversario. Por una parte

Dentro de la visión modernista y socialmente útil que se le quiso dar a los nuevos te-

rrenos de la Carretera Sánchez, las instalaciones anexas no se limitaron al Roof Garden,

sino que también incluyeron un parque infantil para los hijos de los empleados y un

«green» para la práctica del golf.

Asociación con los nuevos espacios de sociabilidad urbana

A medida que ha ido ampliándose el proceso de urbanización y, con él, el de aprecio

por la cerveza, se han ido definiendo perfiles novedosos de consumo en una escala que

Empleadas y

esposas de

empleados

de la CND.

Esposas

de ejecutivos

de la CND

en una recepción.

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antes resultaba insospechada. Desde hace décadas, de más en más la cerveza ha pasado

a ser compañera de motivos de júbilo en los espacios íntimos de las familias y las amis-

tades.A la menor ocasión de un momento de esparcimiento y relajamiento se acude a

brindar con cerveza, no importa que sea a integrantes de la familia o a visitantes des-

conocidos. A pesar de que el consumo promedio por habitantes todavía es bajo en

comparación con países de tradición centenaria, como se ha visto cada día los domi-

nicanos se aproximan a esos estándares. Se ha hecho norma que muchos dominicanos

y dominicanas se deleiten con un vaso de cerveza varias veces a la semana, sea en oca-

sión de un encuentro formal, una visita a amistades o una reunión casual en lugares

públicos.

Esa conexión progresiva de la cerveza con la cotidianidad de la vida dominicana,

por tanto, no ha sido ajena a una expansión de los espacios públicos de sociabilidad.

Prácticamente en todas las ciudades se han consolidado establecimientos centrados

en el consumo de la cerveza.Algunos han logrado calar como componentes de una

arraigada tradición entre sus parroquianos. En la ciudad de Santo Domingo, el de

existencia más prolongada y de mayor sello de identidad fue Domingo, en la esqui-

na de la Padre Billini con Palo Hincado, hoy desaparecido. Sin lugar a dudas fue uno

de los sitios básicos en que terminó por perfilarse el estilo dominicano de consumo

de la cerveza a muy baja temperatura. Para la generalidad de la población capitale-

ña fue en Domingo donde se «inventó» la fría. Decenas de personas estaban cons-

tantemente visitando el lugar, sin importar que proviniesen de lugares alejados, en

búsqueda de una calidad de expendio que entendían exclusiva. El ambiente de Do-

mingo, que se prolongó durante décadas, prefiguró lo que vendría a ser el estilo más

reciente de consumo masivo en el país. Los clientes tomaban la cerveza mayormen-

te de pie, sin importar que pasaran horas, o en taburetes rústicos e informales; mu-

chos incluso se colocaban en las aceras, fuese par eludir el calor o para gozar del am-

biente circundante. La conversación podía llevarse a gritos, fuese porque congenia-

ba así con la constitución sicológica de los reunidos o porque tenían que hacerlo

para vencer una música de fondo. El jolgorio no cesaba desde la mañana hasta la no-

che, aunque se intensificaba cuando, al caer la tarde, se difuminaban las preocupa-

ciones del trabajo junto con el vaso de cerveza; por ello, era sobre todo los fines de

semana cuando la clientela cobrara tales dimensiones que amenazaban con hacerla

inmanejable.

Otro establecimiento paradigmático que, aunque no tan antiguo como Domingo, con-

tinúa existiendo es La Ceniza, ubicado en el Malecón y dispuesto para acoger la brisa

salobre del Caribe.Aunque mantiene el ambiente festivo de Domingo y la profesiona-

lidad en el manejo de la temperatura, La Ceniza ha supuesto un paréntesis de formali-

dad relativa, ya que los parroquianos están invariablemente sentados alrededor de sus

mesas. En tal sentido representa la variedad más formalizada del centro cervecero de la

actualidad, el tipo de establecimiento cuyo eje único o principal es la cerveza y que tie-

ne características que le confieren su acreditación.

En la ciudad de Santo Domingo y en algunas otras el consumo masivo de la cerveza

ha propiciado la tendencia a la concentración de centros cerveceros en puntos consi-

derados propicios para recibir clientelas numerosas. Uno de estos centros, que puede

tomarse como ejemplo del alineamiento de centros cerveceros es la llamada «Zona

Monumental» de Santiago. Se trata del lugar de esa ciudad donde posiblemente hayLa cerveza

en el billar.

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mayor vida nocturna y donde tiende a reunirse con más asiduidad el segmento juve-

nil. Estos centros cerveceros reproducen las características formales, al tiempo que fes-

tivas al estilo dominicano, de la capitaleña La Ceniza.

Pero lo verdaderamente significativo en la explosión del consumo de la cerveza en la

década pasada ha sido la conformación de un tipo sui generis de establecimientos en la

República Dominicana: los colmadones. En ellos, como sabe todo dominicano, se si-

guen vendiendo las provisiones propias de los colmados; pero, al mismo tiempo, se han

definido como espacios de sociabilidad, especialmente nocturna y de fines de semana.

Por tal razón, el colmadón, como prototipo, ha conllevado una concepción del mane-

jo del espacio y de su relación con el exterior. Por una parte, ha requerido de un área

interior considerable para albergar a los visitantes, quienes generalmente permanecen

nocturno. En décadas recientes, en las tardes y en las noches, se ha agregado la mesa

para el juego de dominó, especialmente los fines de semana.

Precisamente el colmadón articula las demandas de espacios abiertos para la diversión y

el esparcimiento público con los usos tradicionales arriba vistos. Por definición este es-

tablecimiento es informal; a lo sumo, los de más categoría se limitan a colocar unas

cuantas mesas en un espacio exterior abierto o bien directamente en la acera.

El colmadón se distingue por una nota de la bulliciosa vida dominicana: la música a to-

do volumen, un verdadero dolor de cabeza para los vecinos que no pueden conciliar el

sueño. Esto último ha creado un estereotipo bastante negativo sobre el colmadón, vis-

to por muchos como lugar indeseable. Sin embargo, al margen de la validez de la que-

ja por el ruido, los establecimientos son frecuentados por personas comunes, sobre to-

de pie o atentos a lo que discurre frente al mostrador. De la misma manera, el colma-

dón implica un avance hacia el exterior por medio de la utilización de la acera, de for-

ma tal que la clientela encuentre un ambiente agradable e informal. Hasta cierto pun-

to esta apertura hacia la calle constituye un fenómeno particular en la vida dominica-

na, en la medida en que es multitudinario y sustituye el prototipo de las cafeterías en

otros países.Anteriormente, en los perfiles de la modesta vida dominicana tradicional,

la gente se asomaba al exterior únicamente mediante un dispositivo nocturno conti-

guo a la puerta del hogar, en la acera, con el evidente propósito de disfrutar del fresco

do de extracción modesta. Son puntos de encuentro donde la gente acude para reunir-

se con las amistades, lo que ha implicado la reducción del papel de los hogares con ta-

les propósitos.Y lo que se aborda es todo género de tópicos corrientes, como pueden

ser temas deportivos, políticos o de vida cotidiana.28

Ahora bien, el colmadón va más lejos, y puede ser el escenario actualizado del baile pa-

ra aquellos que no tienen los medios de acudir a un lugar formal.Así se recupera la pro-

pensión de los dominicanos a hacer de la danza el centro del momento lúdico. Com-

binada la conversación con el baile, se crea el ambiente perfecto para que la gente de

Centros cerveceros

en provincia.

Dominó en

el colmadón.

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extracción popular se sienta contenta, en un estado relajado que sigue a la jornada o a

la semana laboral.

De lejos, el producto que más se expende en los colmadones es la cerveza. Cualquier

visita permite comprobarlo. La cerveza se consume primordialmente en el mismo esta-

blecimiento comercial o en el entorno inmediato característico. Refiere uno de los co-

merciantes entrevistados de una zona semi-rural que más del 75% de la cerveza expen-

dida no se lleva fuera del colmado.29 Esta asociación con el consumo de la cerveza le

confiere la peculiaridad, y pone de relieve lo que es una característica cultural genera-

lizada acerca del momento placentero. La cerveza proporciona el recurso para el am-

biente relajado, alegre, festivo, dentro de parámetros bastantes distintos a la búsqueda in-

mediata de la embriaguez. Aseguran los comerciantes que es raro que un parroquiano

les confiere un toque de respetabilidad mínima. Con el tiempo, por tanto, es probable

que adquieran nuevas fisonomías. Lo que es improbable es que disminuya en ellos el

peso de la cerveza como el motivo central del consumo que anima a sus visitantes.

Aparición reciente de microcervecerías

En los años recientes se ha producido una novedad en el mercado cervecero domini-

cano, la aparición de nuevas marcas producidas por microcervecerías. Se trata, como es

usual, de empresa pequeñas, que no obedecen a patrones industriales, sino fundamen-

talmente artesanales. Los criterios de la producción y de los controles de sus diversas fa-

ses se diferencian de los comunes en las empresas de gran tamaño.

En los países de tradición cervecera las microcervecerías se dirigen a un público preciso,

termine ebrio mientras se mantiene bebiendo cerveza. De todas maneras, la propensión

a consumir dentro de niveles apropiados guarda relación con un mejor nivel educativo

y de escala de ingresos.

Este carácter peculiar del colmadón no es ajeno al hecho de que una porción consi-

derable de su clientela esté constituida por mujeres, quienes han comenzado a aban-

donar el hogar en los momentos festivos, expresión indudable de su participación en

variados escenarios. Con todo lo bulliciosos e informales que son los colmadones, la

presencia de mujeres jóvenes «serias», junto a las casadas acompañadas por sus maridos,

Promoción

alusiva al

carnaval.

generalmente del espacio circundante o de la misma ciudad o región. En Alemania y al-

gunos de los países vecinos las microcervecerías disponen de su propio centro de expen-

dio, a veces el único punto de venta del producto.Además de la familiarización con una

tradición local, los consumidores de estas cervezas la prefieren por su factura artesanal.

En la República Dominicana la primera de estas empresas fue Barley’s, propiedad de la

familia Najri. Durante un tiempo vendió gran parte de su producción a través de su pro-

pio bar. Además de la cerveza convencional, se expendían otras con mezclas de sabores

de frutas, como una de las notas peculiares de ese establecimiento. Con posterioridad el

La publicidad

impacta

en la calle.

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centro de expendio fue cerrado, y Barley’s ha seguido operando, prácticamente en su to-

talidad, para suplir la demanda de pequeños hoteles.

Una segunda empresa que ha tenido cierto impacto es la de una porción de la familia

Barceló, la cual produce la marca Costeña.Además de dirigir gran parte de su produc-

to al sector turístico, esta marca aparece intermitentemente en algunos supermercados,

lo que denota el interés de sus propietarios por llegar al consumidor común del país.

Hasta ahora, las microcervecerías, acorde con lo arriba visto, no han logrado penetrar

de manera significativa el mercado dominicano, ni siquiera entre los estratos de consu-

midores deseosos de probar nuevos tipos de cerveza. Pero el hecho de su existencia pue-

de interpretarse como un aspecto más de la ampliación y diversificación del mercado

cervecero dominicano

Patrocino a la cultura

Tras la adquisición por la E. León Jimenes, la CND ha pasado a tener una activa presen-

cia en las actividades culturales del país.Antes de 1986, según se puede establecer a par-

tir de la prensa diaria, la empresa se limitaba fundamentalmente a patrocinar actividades

musicales, fuese directamente o por radio y televisión. Esa labor había cobrado cuerpo,

en principio, a partir de 1980. Desde entonces, en la prensa aparecen anuncios o noti-

cias en que Presidente patrocina cantantes, conjuntos de bailes, conciertos de jazz y rock

y, en sentido general, espectáculos, a veces con marcado carácter internacional. Duran-

te años, al parecer, la CND prestó apoyo a determinados artistas, como Fausto Rey u Ol-

ga Lara.También se agregó el patrocinio de espectáculos humorísticos, con la presencia

de figuras como Freddy Beras, Cuquín Victoria y Cecilia García. Ocasionalmente, por

último, fueron apoyadas obras teatrales, sobre todo de artistas con amplio reconocimien-

to público.

De la información de prensa se deriva que la CND trató de involucrarse con un amplio

espectro de espectáculos, medios de comunicación y hoteles, bares y restaurantes. Sin

embargo, también se observa una intensa presencia en determinados eventos, probable-

mente por su importancia o la de los espectáculos montados. Dentro de esta línea de pa-

trocinios, desde 1988 pasó a sobresalir la entrega de los premios Casandra a diversas ca-

tegorías de artistas, que se hace anualmente en televisión con gran despliegue. Con esta

Festival musical

patrocinado por

CND.

Estatuilla del

Premio Casandra.

Carroza del

carnaval.

Page 257: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Capítulo 16|Los espacios de la cerveza dominicana: economía, sociedad y vida cotidiana|468|

actividad la CND se ha mantenido durante casi 15 años como la entidad que mayor apo-

yo ha dado a cantantes y otros artistas del país. Desde hace años es indiscutible que el

Casandra es el máximo galardón a que puede aspirar el artista dominicano en su tierra.

El apoyo aportado por la CND a la vida cultural –de acuerdo con José León– se inscri-

be en la filosofía transmitida por el fundador de E. León Jimenes, de la cual se ha he-

cho referencia antes. Acota al respecto que la empresa debe dejar una huella en la so-

ciedad que ha apoyado sus operaciones. Esto implica primordialmente devolver recur-

sos destinados al fomento de la educación y la cultura, con el fin de preservar los valo-

res históricos que han permitido la gestación de la comunidad dominicana. Así, juzga,

«se está en mejores condiciones para educar a las generaciones futuras, conservando el

orgullo de lo nuestro.»30

Actual campaña

sobre el consumo

responsable.

Page 258: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|469|Apéndice 1

El principio general

A pesar de la variedad de procedimientos que han existido en el decurso de los tiem-

pos, toda elaboración de cerveza responde a principios comunes, con independencia de

las materias primas básicas empleadas. Entre esos principios se encuentran la conversión

del almidón obtenido de un cereal y la fermentación de dichos azúcares para obtener

la cerveza. Las fases del proceso pueden variar, pero generalmente incluyen el añadido

de un ingrediente fermentador, que active la transformación de los azúcares del almi-

dón en alcohol y dióxido de carbono. Por último, en la tradición cervecera de los últi-

mos siglos se procede a dejar añejar el producto durante un período que, salvo tipos es-

peciales, como el belga Lambic, normalmente no traspasa pocas semanas.Tras esto, se

procede a filtrar la cerveza y ponerla en condiciones de empacarse.

En la tradición cervecera europea moderna se terminaron de definir algunos compo-

nentes, como se ha visto en la relación histórica anterior, que han formado parte de la

estandarización del producto. Pese a que ha habido importantes innovaciones tecnoló-

gicas, desde el siglo XIX, los principios básicos de la elaboración de la cerveza, sobre to-

do en su vertiente actualmente predominante de fermentación baja, han permanecido

invariados desde hace unos cinco siglos.A continuación se describirán los pasos que, en

la gran mayoría de plantas, atraviesa toda fabricación de cerveza en la actualidad. Pue-

de basarse en una variedad de materias primas, aunque predomina ampliamente la com-

binación entre el agua, la cebada malteada y el lúpulo. De igual manera pueden variar

los instrumentos y las técnicas, pero desde fines del siglo XIX predominan ciertos ins-

trumentos, en una secuencia estrictamente establecida, los cuales han tendido a perfec-

cionarse en las últimas décadas por medio de los procedimientos de automatización.

APÉNDICE 1

EL PROCESO DE ELABORACIÓN DE LA CERVEZA

Page 259: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|471|Apéndice 1Apéndice 1|470|

Al margen de las características particulares de cada cervecería, invariablemente el pro-

ceso de elaboración del producto es extremadamente delicado. Por tal razón, está some-

tido a puntos de control, con el fin de garantizar la pureza y la calidad. Uno de los com-

ponentes más importantes de este exigente proceso industrial es que, por definición, la

cerveza es un producto natural, conformado a partir de elementos de la naturaleza que

deben mantenerse, en la medida de lo posible, en sus condiciones originales.

Malteado del cereal

El primer proceso que inevitablemente está vinculado a la elaboración de la cerveza es

el malteado. Después de localizado el cereal por su calidad, se le debe dar una prepara-

ción tendente a que esté en condiciones de que se lleve a cabo el proceso central de

transformación, en que se activarán las enzimas y se prepara la germinación. Aunque

desde hace siglos predomina en el mundo occidental la cebada como materia prima so-

metida a malteado, pueden usarse otros cereales o productos contentivos de almidón.

Después de cierto tiempo, un grano germina espontáneamente, pero antes de que eche

raíz necesita alimentarse de almidón, para lo cual emite enzimas que transforman el al-

midón en azúcares simples. Este proceso natural es interrumpido por medio del mal-

teado, en que se somete el grano a temperatura elevada, con el fin de secarlo.

Conviene observar las fases del malteado con mayor detenimiento. El proceso, en su con-

junto, es altamente exigente, empezando por el requerimiento de selección de la variedad

que se va a utilizar. Los granos deben ser homogéneos, pues de lo contrario la cerveza ca-

recería de estabilidad, requisito de calidad. Existen dos tipos de variedad que se clasifican

de acuerdo a la disposición del grano en la espiga: la de dos hileras y seis hileras.A conti-

nuación, el cereal se deja en remojo, a fin de que los granos se hinchen. En ese transcurso

se inyecta aire al agua de remojo a una temperatura constante, de alrededor de 18 grados

centígrados. Luego se transfiere el grano húmedo al recipiente donde se efectúa la germi-

nación. El especialista maltero da seguimiento minucioso al crecimiento de las raicillas y al

comportamiento del grano. De cuando en cuando, los granos son removidos para obtener

una germinación homogénea en la casi totalidad de ellos. Pasados algunos días, se inte-

rrumpe el proceso de germinación. Inmediatamente después, los granos son secados con

aire caliente, con lo cual se elimina el germen. Hecho esto, se procede a separar el germen

del resto del grano, lo que lo deja transformado en malta y listo para las ulteriores opera-

ciones. Dependiendo de la temperatura y la duración de ese proceso de secado, el color de

la malta varía entre amarillo pálido y marrón oscuro, al igual que el sabor y el aroma.

Cada tipo de cerveza depende de un proceso particular de malteado, que a menudo se

produce en función de las variedades de la cebada o del cereal que se utilice. Los tipos

inciden en el sabor y el color de la cerveza.Además de las maltas regulares, pueden ob-

tenerse maltas caramelo, para sabores especiales, y maltas negras, las cuales se usan en las

cervezas oscuras.

No obstante la dependencia de una determinada materia prima para el producto de-

seado, el malteado se lleva a cabo de manera independiente del resto del proceso. Esto

se debe en gran medida a que el cereal requiere ser sometido con prontitud al maltea-

do, por lo cual constituye una operación previa, con sus peculiaridades y exigencias. La

gran mayoría de empresas cerveceras, por consiguiente, prefieren prescindir de la fase

del malteado, que queda en manos de plantas especializadas, y adquirir la malta en el

mercado, materia prima con la cual propiamente comienza la labor de la cervecería.

Depósito

de malta

de la CND.

Década de 1930.

Page 260: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|473|Apéndice 1Apéndice 1|472|

Inmediatamente después, el mosto se vierte en una olla, procediéndose a su ebulli-

ción. Se le añade lúpulo, producto que le confiere sabor y aroma característicos de la

cerveza. En las tradiciones cerveceras que no usan lúpulo se acude a otros ingredien-

tes, que necesariamente se incorporan en esta fase. El lúpulo es una enredadera, de

nombre científico Humulus lupulus, perteneciente a una amplia familia. Contiene sus-

tancias amargas, que son ácidos alfas, y sustancias condimentadas, llamadas ácidos be-

tas. Además, el lúpulo ayuda al bronceado del líquido. Existen numerosas variedades

de lúpulo, las cuales otorgan sabores y aromas muy distintos a las cervezas. En Ingla-

terra, por ejemplo, son más astringentes. En Alemania predominan las variedades con-

sideradas nobles, cuyo sabor amargo tiende a ser más suave pero de todas maneras bien

condimentado.

Obtención del mosto o cocimiento

Obtenida la malta, se inicia el proceso de transformación mediante su molienda, que

puede ser seca o húmeda, aunque en el presente predomina la segunda. En el triturado

se obtiene la rasgadura de la cáscara y la subsiguiente exposición de la parte interior del

grano para la acción de conversión interior. Se procura que la operación genere el me-

nor residuo de harina, puesto que esta no se adecúa a las necesidades del proceso subsi-

guiente. Este grano molido se deposita en una paila a temperatura controlada, obtenién-

dose una masa por efecto del movimiento de aspas en tiempos predeterminados. Resul-

ta un engrudo, basado en el almidón, de texturas precisas con el fin de que las enzimas

actúen y se transforme el almidón en azúcares. En este proceso resulta crucial la calidad

del agua utilizada, así como el control de las temperaturas y de los tiempos de las distin-

Al inicio de la fase de cocción se añade el lúpulo para alterar el sabor, y al final se vuel-

ve a hacer un añadido con el fin de dotar al líquido de aroma. En la inyección del lú-

pulo, su compuesto amargo experimenta cambios como producto del estado hirviente

del mosto, proceso denominado isomerización. En esta etapa del proceso se busca fun-

damentalmente esterilizar el mosto, aprovechar la función del lúpulo, aglutinar las mo-

léculas de alta densidad, a fin de que no lleguen a la etapa ulterior de fermentación, y

obtener el grado deseado de concentración de azúcares para el mosto.

En la olla de ebullición, el proceso general del cocimiento dura un número variable de

Olla de cocimiento

en la actualidad.

Posible propagador

de levadura.

Década de 1940.

tas operaciones. Esta fase dura varias horas, dependiendo del método empleado y se co-

noce con el término de maceración.Termina obteniéndose un mosto azucarado, con-

tentivo de sustancias solubles.Anteriormente el movimiento de esta solución se llevaba

a cabo con las manos o con largos instrumentos de madera, pero con la invención de

maquinarias en el siglo XIX hubo una sustitución por aspas movidas por motores.

Al finalizar este proceso de obtención del mosto, se separan los residuos sólidos por me-

dio de un filtrado. Los residuos de esta filtración, llamados granos exhaustos, se colec-

tan y generalmente se aprovechan como alimento para animales.

Page 261: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Apéndice 1|474| |475|Apéndice 1

horas, dependiendo de los equipos de la sala de cocimiento y la tecnología empleada en

el proceso.A veces en esta etapa se añaden otros ingredientes para contribuir al sabor y

al aroma deseados. Este mosto queda esterilizado y no puede permitirse que entre en

contacto con el aire. Por la misma razón, el tránsito del mosto al enfriador debe llevar-

se a cabo mediante conductos rigurosamente aislados de contacto con el aire. La bús-

queda de una temperatura apta para el efecto ulterior de la levadura conlleva un enfria-

miento súbito del mosto, para llevarlo a temperaturas oscilantes entre 10 y 15 grados

centígrados. El papel de este enfriador es preparar el mosto para que reciba la inyección

de levadura, pues de otra manera, como ser vivo, esta moriría por exceso de tempera-

tura. En esta etapa de tránsito al fermentador, tras el enfriado del mosto, se inyecta aire

estéril y la levadura, con el fin de iniciar el proceso de fermentación.

dos han sido convertidos en alcohol y gas carbónico, se considera que ha finalizado la

etapa de fermentación. El proceso de fermentación es exotérmico (despide calor), y pa-

ra evitar que la temperatura se eleve, debe ser controlado, suministrándole enfriamiento

al tanque de fermentación, por cuanto es básico para la formación de los ésteres y otros

compuestos que influenciarán grandemente el sabor y la calidad del producto.

Finalizada la fermentación de varios días, se enfría el tanque y,dependiendo de la variedad de

levadura, esta se sedimenta en la parte superior o inferior del líquido. Esta levadura se extrae

de la cerveza por sedimentación u otros métodos.La cerveza aquí obtenida se denomina ver-

de, joven o virgen, y es enviada a otro tanque para la etapa de maduración o añejamiento.

Los tanques de añejamiento han de tener características que garanticen un proceso mi-

crobiológico correcto. En las cervecerías antiguas estos tanques eran de madera, luego

Fermentación y añejamiento

Ya enfriado, el mosto pasa a un tanque, donde es inyectado con un tipo puro de levadu-

ra. La cantidad de células de levadura y su vitalidad requieren un cuidado extremo. En

ese momento se inyecta una porción de aire para iniciar la fermentación, el cual debe ser

microbiológicamente estéril. En la fermentación, los azúcares se transforman en alcohol

y gas carbónico durante un lapso variable, entre 6 y 9 días, en el cual el mosto se trans-

forma en cerveza. En el proceso, el dióxido de carbono que se origina es colectado pa-

ra su ulterior uso en la carbonatación de la cerveza. Una vez que los azúcares fermenta-

pasaron a ser cubiertos por porcelana y en la actualidad son de acero con aleaciones pre-

cisas que contribuyen al correcto procesamiento final. La conservación en estos tanques

de añejamiento tiene una duración casi siempre de pocas semanas, aunque en ciertos ti-

pos de cerveza puede tomar hasta varios meses. En las cervezas de fermentación alta el

añejamiento toma menos tiempo y se lleva a cabo a más de 15 grados. En cambio, en las

de fermentación baja se mantiene en la actualidad una temperatura de entre 2 y -1 gra-

dos centígrados, con el fin de asegurar que la levadura se deposite en el fondo; en tiem-

pos anteriores la fermentación baja se realizaba a una temperatura cercana a 8 grados.

Tanques

de añejamiento

secundario.

Tanques para

fermentación.

Nevera para el

envejecimiento.

Page 262: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Apéndice 1|476| |477|Apéndice 1

Todavía una parte de los fabricantes prefieren someter esta cerveza ya añejada a un fil-

trado, con el fin de acentuar su aspecto cristalino. Por el contrario, en las de fermenta-

ción alta se deja el producto tal como está, considerándose que así se mantienen inal-

terados su sabor y su densidad.

Es común en gran parte de las actuales cervecerías que la cerveza sea sometida a un se-

gundo añejamiento y un segundo filtrado con el propósito de acentuar el sabor y el as-

pecto cristalino.Este segundo añejamiento es más corto que el primero, durando normal-

mente menos de una semana. Después del filtrado la cerveza es inyectada con dióxido de

carbono, previamente purificado, para llevarla a los niveles deseados de carbonatación.

Durante todo el proceso de elaboración el cervecero presta máxima atención a los ele-

mentos que ayudan a la formación de la espuma, que tradicionalmente tiene enorme im-

Se suelen utilizar tres tipos básicos de envase: las botellas de vidrio, los envases de la-

ta y los barriles de madera u otros materiales. Las botellas y las latas, después de sella-

das, se someten a un proceso de pasteurización, con una duración superior a media

hora, dirigido a extirpar todo tipo de microorganismos y así garantizar la estabilidad

del producto.

En esta fase de envasado se debe observar un riguroso cuidado en varios aspectos rela-

cionados con el movimiento de la cerveza: el primero es microbiológico, seguido por

la administración del gas carbónico, la prevención de todo contacto con el aire y, por

último, evitar que entre en contacto con ciertos rayos lumínicos.

Los diversos tipos de envases se empacan de acuerdo a sus características, siendo lo más

común que las botellas se coloquen en cajas plásticas o de cartón.

Línea de

embotellamiento

de CND en

la actualidad.

Instalación

de inspección

de botellas.

Almacenes

de la CND.pacto en la percepción de calidad e imagen. Se estima que el producto es mejor en la me-

dida en que despide más espuma y esta dura más tiempo en el envase en que es servida.

Envasado

Una vez terminado el proceso de añejamiento, filtración y carbonatación, la cerveza es

depositada en un tanque, desde el cual se envía a las líneas de embotellado. Ese tanque

se denomina de producto terminado o «de gobierno», ya que en él se lleva a cabo el

control del volumen producido para el pago de impuestos.

Page 263: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|479|Apéndice 2Apéndice 2|478|

APÉNDICE 2

DIAGRAMAS DE FLUJO

Diagrama

del proceso

de elaboración

de mosto.

Diagrama

del proceso

de elaboración

de cerveza.

Page 264: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|481|Apéndice 3Apéndice 2|480|

Para los no iniciados en los aspectos técnicos de la cerveza, se ofrece a continuación un

sucinto glosario con algunos de los términos de uso más frecuente, relativos a los tipos

de cerveza y los procedimientos de su fabricación.

|Abadía| Tipo de cerveza elaborado por los monjes trapistas desde la Edad Media,

sobre todo muy popular en Bélgica hasta la actualidad.

|Aeración| Proceso por medio del cual el oxígeno es bombeado al mosto inoculado

con levadura, con el fin de estimular el ciclo reproductivo de esta última.

|Alcohol| En la cerveza, resultado de la fermentación producida por levaduras. Se mi-

de por peso o por volumen, siendo esta última medida aproximadamente 20% supe-

rior a la primera.

|Ale| Nombre genérico para todas las cervezas de Inglaterra de fermentación alta, por

lo que cubre una amplia gama de productos. Sus colores varían desde pardos hasta muy

oscuros.

|Alt| Nombre genérico que se concede en Alemania a cervezas de fermentación alta,

que se caracterizan por su aroma y densidad. En alemán significa antiguo.

|Altbeer|Variedad de fermentación alta de Renania.

|Baja| Nombre de todas las cervezas preparadas con levadura bajas. Son menos den-

sas y aromáticas que las de fermentación alta.

|Barley Wine| Significa vino de cebada. Es una variedad muy conocida de las ales por

su alta graduación alcohólica.

|Barril| En Estados Unidos equivale a 1.17 hectolitros, o 31 galones, mientras que en

Inglaterra es de 1.63 hectolitros.

APÉNDICE 3

TIPOS DE CERVEZA Y OTROS TÉRMINOS DEL VOCABULARIO CERVECERO

Diagrama

del proceso

de empacado

y envasado.

Page 265: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|483|Apéndice 3Apéndice 3|482|

|Eisbock| Un tipo de bock muy fuerte, que se obtiene a temperaturas extremada-

mente bajas. Su graduación alcohólica varía entre 8 y 12 grados. Es la cerveza alemana

más fuerte.

|Enzimas| Sustancias orgánicas de base proteínica que provocan cambios en las sus-

tancias donde actúan. En el caso de la cerveza son enzimas diastáticas que causan reac-

ción química en las moléculas del almidón, sin ser parte del nuevo compuesto de azú-

cares.

|Estación| Cervezas francesas hechas en primavera, de alta gravedad y graduación al-

cohólica que les permiten conservarse durante el verano.Varían desde color ámbar cla-

ro hasta cobrizo, y tienen un sabor frutal.

|Faro|Variedad de cerveza fresca, negra y amarga que se consume en Bruselas, a la que

comúnmente se añade azúcar.

|Fermentación primaria| Primer proceso de fermentación del mosto, con duración

de aproximadamente una semana. En las cervezas de fermentación alta se lleva a cabo

entre 15 y 20 grados, y en las de fermentación baja entre 5 y 9 grados.

|Fermentación secundaria| Proceso de añejamiento en que terminan de descom-

ponerse los azúcares. En las cervezas de fermentación baja el proceso se lleva a cabo a

muy bajas temperaturas.

|Graduación| Existen múltiples formas de anunciar la graduación alcohólica en las

etiquetas. En Francia coincide con el contenido alcohólico, mientras que en la genera-

lidad de Europa se utilizan las graduaciones Balling y Plato, las cuales deben ser dividi-

das por 0.4 para obtener la graduación alcohólica correcta.

|Gruit| Mezcla de yerbas, generalmente de zonas pantanosas, utilizada en la Edad

Media antes de la generalización del lúpulo. Su preparación estaba controlada por los

monasterios, los únicos autorizados a proveerla a los cerveceros.

|Gueuze| Especialidad belga de sabor frutal, producto de la mezcla de dos tipos de

Lambic, una antigua y otra joven.

|Hek| Tipo de cerveza del antiguo Egipto.

|Helles| Lager suave, de color pálido dorado, con escasa intensidad de lúpulo y un aro-

ma malteado.

|Hidrólisis| Proceso en el cual las sustancias se hacen solubles en el agua, lo que ocu-

rre en la maceración, cuando los almidones se hacen accesibles a las enzimas para con-

vertirse en azúcares.

|India| Sinónimo de ale pálida, de fines del siglo XVIII, cuando comenzó a ser más con-

trolable el proceso de malteado y la cerveza inglesa de fermentación alta se hizo más pálida.

|Bitter| Tipo de ale británica carecterizada por su sabor amargo, ampliamente favori-

ta de los consumidores de ese país.

|Bock| Variedad de cerveza alemana de fermentación baja, conocida también como

cerveza de primavera. Es fuerte, densa y de color dorado.

|Cabeza| Espuma que se produce al servir la cerveza, considerada indicador de su ca-

lidad.

|Carbonación| Proporción de dióxido de carbono disuelto en la cerveza. Normal-

mente las levaduras producen más dióxido de carbono que lo necesario, por lo que al

inicio se deja escapar. Sin embargo, luego se introduce en la cerveza para asegurar una

correcta presión. El dióxido de carbono es un gas compuesto de carbono y oxígeno, y

es el producto más importante de la fermentación de la levadura.

|Cebar| Proceso de añadir azúcar para ayudar a la fermentación secundaria en las cer-

vezas de fermentación alta.

|Cerevisia| Nombre latino de cerveza, tomada de su versión de los galos. Era equiva-

lente al de vino de cebada, también nombre genérico original de cerveza. El término

se usó generalizadamente durante la Edad Media, hasta la introducción del lúpulo,

cuando pasó a definirse como biere, beer o bier, según los idiomas.

|Cocimiento| Procedimiento para la preparación del mosto. Primeramente la malta

se tritura en agua y se calienta a 35 grados centígrados.Tras separarse una porción de la

masa, se eleva la temperatura. Esta operación se repite varias veces, hasta llegar a una

temperatura de 76 grados. El proceso propende a hidrolizar la malta, degradar las pro-

teínas y convertir los almidones en azúcares.

|Chicha| Equivalente de cerveza de los indígenas americanos, fermentada de maíz y

condimentada con frutas.Tras la conquista española experimentó cambios, por ejemplo

con la adición de melaza, y se produjeron diversos tipos con calidades variadas.

|Densidad| Proporción de materia fermentable en la cerveza. Hoy se usa común-

mente la escala de densidad Balling. Se considera una cerveza densa a toda aquella con

más de 16 grados en dicha escala.

|Doppelbock| Tipo de lager alemana de hasta 7.5% de graduación alcohólica, de

buen cuerpo, sabor malteado y atenuada presencia de lúpulo.

|Dortmund| Ciudad alemana que da el nombre genérico a una cerveza de fermen-

tación baja, de tipo intermedio entre las muy lupulizadas y las muy malteadas. Este ti-

po de lager se asoció al término de cerveza de exportación.

|Dunkel| Es la lager bávara original, de graduación alcohólica entre 5 y 6 grados, de

color oscuro, mucho cuerpo, bien malteada y atenuada presencia de lúpulo.

Page 266: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|485|Apéndice 3Apéndice 3|484|

|Marzen|Cerveza de fermentación baja, de color dorado, amarga, atenuado aroma de

malta y un ligero toque dulce.

|Mosto| Extracto hervido en la paila de cocimiento, que con la adición del lúpulo se

transforma en cerveza aún no fermentada.

|Munich| Tipo de cerveza de esa ciudad alemana, de fermentación baja y muy mal-

teada. Originalmente era de tono oscuro. En versiones ulteriores, llamadas Helles, se lo-

gra un color más ligero y dorado.

|Oktoberfest| Tipo de cerveza de otoño, originada en Baviera en ocasión del matri-

monio de su príncipe en 1810. Desde entonces se ha institucionalizado un festival de la

cerveza en Munich, posiblemente el más famoso del mundo, aunque se lleva a cabo en

septiembre. Esta cerveza es la primera que se hace después del verano, lo que antes de

la refrigeración artificial le daba una connotación especial.Aunque con variaciones, tie-

ne buen cuerpo, sabor malteado, graduación alcohólica mayor que la normal, poco lú-

pulo, y comúnmente color dorado.

|Pasteurización| Calentamiento de la cerveza envasada, al igual que cualquier otro

producto alimenticio, a temperaturas oscilantes entre 60 y 80 grados centígrados. Se ex-

tiende durante al menos 20 minutos, a fin de asegurar la estabilidad microbiológica y

alargar su tiempo útil.

|Pilsener| Derivación alemana meridional del estilo Pilsner de Bohemia.De mediana gra-

duación alcohólica, alrededor de 5 grados, rubia, muy efervescente, con un fuerte toque de

lúpulo que le confiere su amargo proverbial. Es la cerveza alemana moderna por excelencia.

|Pilsner| Tipo proveniente de la ciudad checa de Plzen, es la lager original moderna,

de fermentación baja, muy lupulizada, dorada pálida y de aroma delicado.

|Porter| Desde el siglo XVIII una de las cervezas inglesas de fermentación alta más po-

pulares, muy densa y oscura, con reconocidas cualidades dietéticas. Desde hace tres dé-

cadas ha dejado de ser de fermentación alta, aunque sigue caracterizada por su color os-

curo y su densidad. La clásica Porter se hacía con cebada no malteada, únicamente tos-

tada.Aunque decayó durante un tiempo, en la actualidad está revalorizada. Se extendió

mucho a Estados Unidos, donde es menos fuerte.

|Premium| Término común en el argot cervecero internacional para designar una

cerveza de alta calidad y mayor precio.

|Rauschbier| Cerveza de fermentación baja, conocida como ahumada, a causa de

que la malta era secada de tal forma que quedaba impregnada de humo, lo que le daba

sabor y aroma peculiares. Oscura, picante pero poco amarga, de mucho cuerpo y de

textura turbia. Es de fabricación tradicional en la región de Franconia.

|Kaffir| Cerveza de tribus bantúes de Africa Oriental, hecha de millo o sorgo.

|Kash| Cerveza egipcia, usada en los intercambios, por lo cual se piensa que puede

tener el origen del término inglés «en efectivo».

|Kolsch| Cerveza de fermentación alta de la región de la ciudad de Colonia, de co-

lor pálido y sabor agrio.

|Kriek| Un tipo de Lambic, de fermentación espontánea, a la cual se le agregan ce-

rezas para lograr una segunda fermentación, por lo que tiene un sabor dulce.

|Kvas| Bebida rusa tradicional, elaborada de pan de centeno, a la que posteriormente

se le pasó a agregar azúcar y levadura. Comúnmente está sazonada con frutas o bayas.

|Lager| Tipos de cerveza de fermentación baja, fermentada con levadura Saccha-

romyces uvarum, que opera a temperatura de alrededor de 10 grados. Luego de la fer-

mentación se añeja durante varias semanas.Tipo de amplio reconocimiento internacio-

nal, considerada de color dorado por excelencia. Es una familia que incluye numerosos

estilos, como Pilsener, Munich,Viena y otros.

|Lambic| Tipo de cerveza belga, generado por un mosto contentivo de un tercio de

candeal, cuya fermentación se lleva a cabo en condiciones ambientales naturales. Por

consiguiente, se basa exclusivamente en levaduras naturales en el aire. Dependiendo del

tiempo de su añejamiento, se cataloga como joven o vieja. La joven dura alrededor de

un año de añejamiento, mientras que la vieja puede llegar a tres años.

|Levadura| Organismo unicelular, no claramente clasificado como del reino animal

o vegetal. La levadura utilizada en la preparación de la cerveza es principalmente la Sac-

charomyces cerevisiae. Se distingue por un núcleo celular capaz de reproducirse por su

misma división. Esta levadura de la cerveza tiene dos ciclos vitales, uno reproductivo y

el otro metabólico. Bajo condiciones aeróbicas la levadura se reproduce a sí misma y ba-

jo condiciones anaeróbicas metaboliza los azúcares en la fermentación. Después que es-

ta es completada, la levadura puede ser reintroducida a mosto fresco, con nuevos azú-

cares, para recomenzar el ciclo.

|Lúpulo| Enredadera que produce una flor, cuyo género femenino es usado para im-

pregnar a la cerveza de sabor amargo y aroma.

|Malta| Nombre dado en América a una cerveza de fermentación alta, de muy redu-

cida graduación alcohólica, oscura, con mucho cuerpo, malteada y de sabor dulzón. En

Alemania es considerada como una bebida para niños y se denomina malzbier.

|Malteado|Proceso para estimular la germinación parcial de la cebada y dar lugar a la

malta, principal materia prima de la cerveza. Durante el proceso se activan porciones de

las enzimas del grano.

Page 267: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

Apéndice 3|486|

|Reserva| Tipo de cerveza francesa que se deja madurar durante largos meses, de sa-

bor muy malteado y lupulizado.

|Secado| Proceso de secado del grano al horno después del malteado. Mientras más

largo sea el proceso y a mayor temperatura, el grano preparado es más oscuro, al igual

que la cerveza final.

|Secas| Tipos de cerveza extremadamente transparentes, poco malteados y dulces. Es-

ta calidad es producto de la conversión de azúcares que en otras cervezas no se trans-

forman en alcohol, y que dan lugar a cuerpo y sabor ligeros.

|Sikaru| Nombre genérico de la cerveza original de los sumerios de Mesopotamia.

Hecha de pan de cebada, miel y dátiles. Está en el origen de las cervezas en otras civi-

lizaciones orientales.

|Stout| La cerveza por excelencia de Irlanda, es de fermentación alta, oscura, amarga

y alto contenido alcohólico. Se originó en el siglo XVIII. En las tabernas irlandesas e

inglesas se la reconoce todavía como la cerveza por definición. Desde el siglo XVI en

Inglaterra se daba ese nombre a todo tipo de cerveza fuerte de fermentación alta. Pos-

teriormente se asoció a la marca Guinness.

|Stout seca| Forma original de la Stout irlandesa, de la cual provienen todas sus ca-

tegorías. De malta muy bronceada, lo que le da un aspecto parecido al café.

|Trapense| Variedad de cerveza de fermentación alta, sometida a doble fermentación,

de Bélgica y Holanda. Preparada en abadías de monjes cistercienses.

|Tsiu| Nombre genérico para los primeros tipos de cerveza de China o a partir del

millo. Hoy sinónimo de cerveza en ese país.

|Urquell| Designa en idioma alemán la cerveza original de un tipo determinado. Una

de las Pilsner más famosas tiene ese nombre.

|Reinbeitsgebot| Decreto inicialmente emitido en Baviera en 1516, todavía vigen-

te. Determina que los únicos ingredientes que deben ser utilizados en la cerveza son ce-

bada, lúpulo y agua. Ha experimentado sucesivos cambios desde entonces, incluyendo

que la cebada debe ser malteada y la levadura como ingrediente.

|Vienesa| Estilo de la ciudad de Viena, de color dorado, poco amarga y ligeramente

dulzona.

|Weisse| Uno de los tipos más famosos de Alemania, la rubia de Berlín. De fermen-

tación alta, preparada a base de trigo y candeal, de aspecto turbio. Puede variar desde

tonos pálidos hasta oscuros. De sabor frutal y escaso amargo.

|Weizendoppelbock| Cerveza de fermentación alta, de bastante graduación alcohó-

lica, hecha de trigo, con pronunciado aroma y amargo moderado.

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|487|Notas

Capítulo 21Roberto Cassá, Los taínos de La Española, Santo Do-mingo, 1974.

2Algunos cronistas españoles describieron los compo-nentes materiales y espirituales de la cultura taína. Entreellos destaca Bartolomé de las Casas, Apologética historiasumaria, 2 vols., México, 1966.

3Una descripción etnográfica de algunos de estos estilosse encuentra en Linda Mowatt, Cassava and chicha. Breadand beer of the Amazonian Indians,Aylesbury, 1989.

4Ibid., p. 46.

5Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia general y naturalde las Indias, 5 vols., Madrid, 1851, libro 7, cap. II.

6Luis Joseph Peguero, Historia de la conquista de la Isla Es-pañola de Santo Domingo, 2 vols., Santo Domingo, 1975,I, p. 114.

7G. Benzoni, La historia del Nuevo Mundo, Caracas, 1967.

8Pedro Mártir de Anglería, Décadas del Nuevo Mundo,Buenos Aires, 1944.

9Mowat, Cassava and chicha, p. 55.

Capítulo 31Fernández de Oviedo, Historia general y natural, libro 7,Cap. II.

2Bryan Glover, Beer. The World Encyclopedia, New York,2001, p. 193.

3Mientras en las colonias septentrionales que luego

conformaron Estados Unidos la cerveza acompañó to-do el tiempo la implantación de los europeos, en la me-ridional Georgia el producto estuvo ausente durante si-glos, prefiriendo sus habitantes un aguardiente de la me-laza. Gregg Smith, Beer in America.The Early Years-1587-1840, Boulder, 1998, p. 23.

4Por ejemplo Lic. Echagoian, «Relación de la Isla Espa-ñola» (1568), en E. Rodríguez Demorizi (ed.), Relacioneshistóricas de Santo Domingo, 3 vols., Ciudad Trujillo, 1942-1957, I, pp. 125-146.

5Juana Gil Bermejo, La Española. Anotaciones históricas,(1600-1650), Sevilla, 1983, pp. 159 ss.

6 Véase por ejemplo, Domingo Pantaleón Abreu, «Com-pendiosa Noticia de la isla de Santo Domingo», en Ro-dríguez Demorizi, Relaciones históricas, III, pp.259-272.

7Máximo Coiscou Henríquez, Escritos breves, CiudadTrujillo, 1958, p. 109.

8Rosario Sevilla Soler, Santo Domingo.Tierra de frontera,Sevilla, 1980, pp. 179 y 195 ss.

9Justo del Río, Los inicios de la agricultura europea en Amé-rica, Sevilla, 1992.

10José Chez Checo, El ron en la historia dominicana, SantoDomingo, 1988, tomo I, pp. 143 ss.

11Antonio Sánchez Valverde, Idea del valor de la Isla Espa-ñola, Madrid, 1785.

12Información de Genaro Rodríguez, quien realizó bús-quedas en el Archivo General de Indias.

13Antonio Gutiérrez Escudero, Población y economía enSanto Domingo (1700-1746), Sevilla, 1985, pp. 233 ss.

NOTAS

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|489|NotasNotas|488|

corís se denominaba pru a la bebida hecha a base de lapalma cacheo.

7Francisco Moscoso Puello, Navarijo, Ciudad Trujillo,1956.

8Enrique Aguiar, Eusebio Sapote. La historia y la novela deun TARADO, Bogotá, 1978, p. 113.

9Entrevista con Emilio Cordero Michel.

10Información de Rafael Emilio Yunén.

11Entrevista con Ramón Villaverde.

12Entrevista con Domingo Sosa, Los Llanos, 25 de abrilde 2002.

13Entrevista con Nilda Morla, Los Llanos, 25 de abril de2002.

14Entrevista con Ramón Villaverde.

15Entrevista con Margarita Pérez, Los Llanos, 25 de abrilde 2002.

16Entrevista con Teodoro Santiago, San Pedro de Maco-rís, 25 de abril de 2002.

17F. E. Moscoso Puello, Apuntes para la historia de la me-dicina de la isla de Santo Domingo, 3 vols., Santo Domin-go, 1977, I, p. 147.

18Bernardo Vega, «Frutas en la dieta precolombina en laIsla Española», Clío, año LXIV, no.153 (septiembre-di-ciembre de 1995), p. 41.

19Ibidem.

20Peguero, Historia de la conquista, I, p. 114.

21Exquemelín, Piratas, p. 39.

22Entrevista con Rafael Leonidas Pérez y Pérez, 27 dejunio de 2002.

23Ibidem

24Entrevista con William Mejía, Azua, 20 de junio de2002.

25Entrevista con Pedro Sánchez, Azua, 20 de junio de2002

26Luis Beiro, «El mabí seibano es un placer sensual», Lis-tín Diario, 17 de mayo de 2002.

27Entrevista con Ovidio Otto Morales, El Seibo, 25 deabril de 2002.

28Refiere un conocedor del campo que el bejuco de indiotiene la hoja parecida a la del aguacate, mientras que la debejuco de costilla se asemeja al limoncillo. Información deLuis Alcántara, Los Llanos, 25 de abril de 2002.

29No es seguro que ambos bejucos sean el mismo. Nose ha podido tomar muestras de ellos para establecer sudenominación científica.

30Entrevista con Ramón Villaverde.

31Entrevista con Lorenza Dickson, Ingenio Consuelo, 25de abril de 2002. La entrevistada es hija de inmigrantebarloventino y madre dominicana. Nacida en el ingenioAngelina en 1939, ha pasado el grueso de su vida en unambiente mayoritariamente de descendientes de cocolos.

32Entrevista con Donald Warner Henderson (Linda),San Pedro de Macorís, 25 de abril de 2002.

33Susana Byas, La cocina cocola de la tía Susana, Santo Do-mingo, s. f., p. 76.

34Soraya Aracena, Los inmigrantes norteamericanos de Sa-maná, Santo Domingo, 2000, p. 26.

35Entrevista con William Joseph, Ingenio Consuelo, 24de abril de 2002.

36Rafael Ciferri a Rafael Caba, Moca, 3 de agosto de1926. Archivo General de la Nación (AGN), Secretaríade Estado de Agricultura, Estación Agronómica de Mo-ca (1926), leg. 4. Se debe copia a Walter Cordero.

Capítulo 51Francisco J. Peynado, Por la inmigración, Santo Domin-go, 1909.

2Censo de población y otros datos estadísticos de la ciudad deSanto Domingo, Santo Domingo, 1893; Censo de poblacióny otros datos estadísticos de la provincia de Santo Domingo,Santo Domingo, 1909; Censo y catastro de la común deSanto Domingo.Año 1919, Santo Domingo, 1919.

3Para detalles acerca de las concesiones durante la dicta-dura de Ulises Heureaux, véanse Jaime Domínguez, Ladictadura de Heureaux, Santo Domingo, 1986; Mu-KienA. Sang, Ulises Heureaux, Biografía de un dictador, SantoDomingo, 1987.

4AGN, Ministerio de Justicia, Fomento e InstrucciónPública, leg. 4, años 1881-1882, exp. 162.

5H. C.Astwood a ministro de Fomento y Obras Públi-cas, Santo Domingo, 8 de septiembre de 1890. AGN,Secretaría de Fomento y Obras Públicas (SFOP), leg.10, años 1890-1891, exp. 16.

6Proyecto de decreto del general Heureaux, octubre de1890.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

7«Impuesto á los alcoholes», Listín Diario, 23 de noviem-bre de 1898.

14Sin embargo, no ofrece cifras de las importaciones devino, señal de ser muy pequeñas, en general provenien-tes de países cercanos, y no de la Península.

15Sevilla Soler, Santo Domingo, pp. 189-214 y ApéndiceI, pp.409-443.

16Coiscou, Escritos breves, pp. 111-112.

17Emilio Rodríguez Demorizi (ed.), La imprenta y los pri-meros periódicos de Santo Domingo, Ciudad Trujillo, 1944.

18David Dixon Porter, Diario de una misión secreta a San-to Domingo, (1846), Santo Domingo, 1978, p. 216.

19Eugenio María de Hostos, «Quisqueya, su sociedad yalgunos de sus hijos», en Páginas dominicanas, Santo Do-mingo, 1979, pp. 116-117.

20Pedro Francisco Bonó, «La República Dominicana y laRepública Haitiana»,en Emilio Rodríguez Demorizi (ed.),Papeles de Pedro Fco. Bonó, Santo Domingo, 1964, p. 344.

21José Ramón Abad, La República Dominicana. Reseña ge-neral geográfico-estadística, (1888), Santo Domingo, 1993,p. 228.

22Ulises F. Espaillat, «A nuestros amigos de los campos»,en Escritos, Santo Domingo, 1987, p. 162.

23Listín Diario, no. 190, 18 de marzo de 1890.

24El Progreso, no. 5, 20 de marzo de 1853.

25El Progreso, no. 2, 27 de febrero de 1853.

26El Porvenir, no. 1, 8 de octubre de 1854.

27Casi con total seguridad se trataba del mercado situa-do en la actual Isabel la Católica, entonces Calle del Co-mercio, donde se localizaban las principales casas comer-ciales de extranjeros. Ese mercado se encontraba dondeactualmente está la Dirección de Telecomunicaciones, esdecir, en la entrada de La Atarazana.

28Gaceta de Santo Domingo, no. 141, 1 de diciembre de1862.

29Gaceta de Santo Domingo, no. 99, 7 de julio de 1862.

30Boletín Oficial, no. 33, 3 de octubre de 1868.

31El Porvenir, no. 25, 22 de junio de 1873.

32El Porvenir, no. 37, 28 de septiembre de 1872.

33El Porvenir, no. 22, 1 de junio de 1873.

34Gaceta Oficial, no. 319, 26 de julio de 1880.

35Gaceta Oficial, no. 346, 29 de enero de 1881.

36Se trata de un estimado. Solo se dispone de informa-ción para el primer trimestre, que multiplicada por cua-

tro arroja esa cifra. Gaceta Oficial, no. 366, 18 de junio de1881.

37Gaceta Oficial, no. 504, 31 de marzo de 1884.

38Véase, por ejemplo, Listín Diario, 29 de octubre de1889.

39Gaceta Oficial, no. 572, 18 de julio de 1885.

40Gaceta Oficial, no. 672, 9 de julio de 1887.

41Gaceta Oficial, no. 783, 24 de agosto de 1889.

42Gaceta Oficial, no. 857, 19 de abril de 1890.

43Gaceta de Santo Domingo, no. 43, 3 de noviembre de1874.

44El Porvenir, no. 110, 7 de febrero de 1875. Se señalaque la disposición sustituía la tarifa de 21 de abril de1871. Como no se ha localizado esa resolución, no se sa-be si estaba incluida la cerveza.

45Gaceta Oficial, no. 615, 5 de junio de 1886.

46Gaceta Oficial, no. 822, 24 de mayo de 1890.

47Gaceta Oficial, no. 1037, 7 de julio de 1894.

48Gaceta Oficial, no. 1146, 8 de agosto de 1896.

Capítulo 41Peguero, Historia de la conquista, I, p. 114.

2Alexander Oliver Exquemelín, Piratas de América, SantoDomingo, 1979, pp. 64-65.

3Se comprenden las Relaciones compiladas por RodríguezDemorizi en Relaciones históricas de Santo Domingo; igual-mente del mismo autor,La Era de Francia en Santo Domingo,Ciudad Trujillo, 1955; Viajeros de Francia en Santo Domingo,Santo Domingo,1979.Igualmente,deben subrayarse las pri-meras síntesis históricas de fines del período:Antonio Sán-chez Valverde, Idea del valor de la Isla Española; M. R. L. Mo-reau de Saint Mery, Descripción de la Parte Española de SantoDomingo, Ciudad Trujillo, 1944.

4Entrevista con Emilio Cordero Michel, 4 de febrero de2002.

5Ningún texto antiguo aclara acerca de la composicióndel pru. Sin embargo, los diccionarios de vocablos do-minicanos la sitúan como hecha de bejuco de indio. En-rique Patín Maceo, Dominicanismos, Ciudad Trujillo,1940, p. 141; Emilio Rodríguez Demorizi, Del vocabula-rio dominicano, Santo Domingo, 1983, p. 211.

6Entrevista con Ramón Villaverde, San Pedro de Maco-rís, 25 de abril de 2002. Señala que en San Pedro de Ma-

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|491|NotasNotas|490|

Aviso de La Revies, New Jersey, 8 de septiembre de1897.

53El Anunciador, 18 de septiembre de 1897.

54Ni siquiera se han localizado piezas de correspondenciaentre los ejecutivos de la empresa y Heureaux, pese a queeste se comunicaba regularmente con todas aquellas per-sonas prominentes.Tal vez la omisión se debiera a que es-tando localizada la planta en Santo Domingo, no habíanecesidad de correspondencia entre Heureaux y los admi-nistradores, aunque estos pasaban temporadas relativamen-te prolongadas en New York. En la única pieza encontra-da en que Orr se dirige a Heureaux fue para recomendar-le a Albert Godet, quien había sido secretario de la em-presa en Santo Domingo.William Orr a Ulises Heureaux,New York, 14 de agosto de 1897.AGN, Correspondenciade Ulises Heureaux, pieza 2623.

55Listín Diario, 3 de diciembre de 1897.

56Listín Diario, 20 de diciembre de 1897.

Capítulo 61Anteriormente únicamente se elaboraban estadísticasdetalladas del movimiento de las exportaciones. Soloexcepcionalmente han aparecido datos desglosados porproductos de las importaciones antes de 1905.

2Censo de población de Santo Domingo, 1908, pp. 26-27.

3Durante dos años subsistió la coexistencia entre litros ydocenas de botellas. La comparación de las cifras mues-tra que no se puede hacer una conversión, ya que apa-rentemente el volumen dependía de los tipos de enva-ses, vinculados a países y marcas. Luego también se ha-ría corriente la medición en kilos, como se verá en elcuadro de exportaciones.

4Se puede hacer la comparación, aunque queda la im-precisión de si en las importaciones hasta 1916 estabaincluida la malta. de años anteriores. Por otra parte, enalgunos años la información estadística indica cervezasde todas clases».

5Entrevista con Francisco Comarazamy, 2 de julio de2002. Nació en San Pedro de Macorís en 1908. Porconsiguiente recuerda múltiples vivencias a partir de lasegunda década del siglo XX.

6Entrevista con Ramón Villaverde.

7Memoria con sus correspondientes anexos que al ciudadanopresidente de la República presenta el ciudadano secretario deEstado en los despachos de Hacienda y Comercio, Santo Do-mingo, 1907.

8Dominican Customs Receivership, Sumario de comercio. Im-portación y exportación. 1927, Santo Domingo, 1928.

9Entrevista con César de Windt Lavandier, 25 de juniode 2002.

10Gaceta Oficial, no. 3946, 25 de febrero de 1928.

11Gaceta Oficial, no. 3996, 28 de julio de 1928.

12Gaceta Oficial, no. 4010, 15 de septiembre de 1928.

13Luis O. Peynado, Directorio industrial y comercial de laRepública Dominicana, Santo Domingo, 1925.

14Listín Diario, 1 de agosto de 1928.

15Gaceta Oficial, no. 4010.

16Cuqui Córdova, Historia de los Leones Rojos del Escogi-do, Santo Domingo, 1999, p. 14.

17Entrevista con Emilio Córdova (Cuqui), 4 de abril de2002.

18Renacimiento, no. 182, 23 de agosto de 1919.

19La Opinión, vol. 15, no. 138, 26 de septiembre de 1925.

20«Tango Cerveza «Doctor», El Derecho, 18 de agosto de1926.

21Listín Diario, 30 de enero de 1938.

22J. R.Abad, «Aguardiente de frutas», Revista de Agricul-tura, año III, no. 22 (enero de 1907), pp. 353-355.

23Información de Aliro Paulino hijo. Obtuvo el dato desu padre, testigo del funcionamiento de esa pequeñaempresa.

24Francisco Espaillat de la Mota «La cerveza gaseosa depatentes», La Opinión, 7 de mayo de 1929.

25Entrevista con Ramón Villaverde.

26Entrevistas con Francisco Comarazamy y César deWindt. No recuerdan nada de esta oferta artesanal decerveza.

27«Reglamento para fabricantes de cerveza», no. 1377, 2de julio de 1935. Gaceta Oficial, no. 9811, 13 de julio de1935.

Capítulo 71La Opinión, 4 de abril de 1929.

2Melvin M. Knight, Los americanos en Santo Domingo,Ciudad Trujillo, 1939.

3«Datos tomados a la ligera para contribuir al estudio dela actual situación económica por que atraviesa el país»,

8Simon Flatow a Teófilo Cordero, New York, 7 de octu-bre de 1892.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

9AGN, SFOP, leg. 3, 1876-1879.

10AGN, SFOP, leg. 15, 1896-98.

11Congreso Nacional, Resolución de 29 de abril de1891.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

12Theo Reinecke a ministro de Fomento y Obras Pú-blicas.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

13Congreso Nacional, Resolución de 27 de mayo de1892.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16. La resolución fue re-producida en Listín Diario, 22 de junio de 1892.

14Véase el inventario de bienes del dictador poco des-pués de su muerte, en julio de 1899: Resumen en generaldel activo y pasivo de la sucesión Heureaux, hecho por el nota-rio Miguel Joaquín Alfau a requerimiento de la Comisión Ju-dicial designada para la formación del inventario, Santo Do-mingo, 1900.

15Theo Reinecke a ministro de Fomento y Obras Pú-blicas, Santo Domingo, 2 de octubre de 1891. AGN,SFOP, leg. 10, exp. 16.

16Theo Reinecke a Ministro de Fomento, Santo Domin-go, 7 de septiembre de 1892.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

17Información de Aliro Paulino.

18«Mensaje presentado por el Presidente de la Repúbli-ca al Congreso Nacional», Gaceta Oficial, no. 915, 5 demarzo de 1892.

19«Cervecería», Listín Diario, 16 de marzo de 1892.

20«Cervecería», El Eco de la Opinión, 6 de febrero de1892.

21Theo Reinecke a director de Listín Diario, Santo Do-mingo, 22 de marzo de 1892, Listín Diario, 23 de marzode 1892.

22H.Thomasset, «Sobre el derrumbamiento de los mu-ros de la CERVECERIA de Santo Domingo», ListínDiario, 4, 5 y 6 de abril de 1892.

23Theodore Kruger y August Martin, presidente y secre-tario de New Jersey and San Domingo Brewing Co., aministro de Fomento y Obras Públicas, New York, 7 deoctubre de 1892.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

24«Desgraciado suceso», El Eco de la Opinión, 17 de di-ciembre de 1892.

25«Fábrica de cerveza», El Eco de la Opinión, no. 735, ini-cios de julio de 1893.

26Ibidem.

27Ibidem.

28William Schmitt a ministro de Fomento, Santo Domin-go, 1 de marzo de 1893.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

29Decreto de Ulises Heureaux, 8 de mayo de 1893.AGN, SFOP, leg. 10, exp. 16.

30Sang, Ulises Heureaux, p. 145.

31Contrato entre J. B.Vicini y William Schmitt, 7 de oc-tubre de 1893. AGN, Protocolos Notariales, Protocolode José Joaquín Pérez; 1893, no. 123.

32El edificio de la Cervecería fue adquirido por el GobiernoMilitar de Estados Unidos en 1920.Mediante la Orden Eje-cutiva 526, se asignó una suma de 50,000 dólares para lacompra de un terreno de la Sociedad Industrial y Comercialy de las mejoras de la antigua cervecería.Gobierno Militar deSanto Domingo,Orden Ejecutiva 526,10 de agosto de 1920.AGN, Índice de leyes publicadas en la Gaceta Oficial en or-den cronológico, 1916-1925, C-1920, p. 474.

33«Obsequio», El Eco de la Opinión, 19 de mayo de 1894.

34Véase, por ejemplo, El Eco de la Opinión, 29 de mayode 1897.

35El Eco de la Opinión, 31 de julio de 1897.

36Se muestra facsímil de este anuncio.

37«Del Seybo a La Romana», Listín Diario, 21 de julio de1897.

38«La Alhambra», El Eco de la Opinión, 10 de agosto de1895.

39Véase, por ejemplo, Listín Diario, 19 de febrero de 1897.

40Listín Diario, 10 de diciembre de 1896.

41Listín Diario, 11 de octubre de 1897.

42Listín Diario, 31 de agosto de 1896.

43Listín Diario, 20 de abril de 1894.

44Listín Diario, 31 de agosto de 1896.

45Listín Diario, 12 de junio de 1897.

46Listín Diario, 25 de mayo de 1897.

47Listín Diario, 26 de mayo de 1897.

48«Tiene razón», Listín Diario, 9 de junio de 1897.

49Listín Diario, 24 de diciembre de 1896.

50Listín Diario, 15 de julio de 1897.

51Listín Diario, 10 de diciembre de 1896.

52AGN,Correspondencia de Ulises Heureaux, pieza 2892.

Page 271: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|493|NotasNotas|492|

43«Industria Nacional. Quiénes deben protejerlas y porqué», Listín Diario, 18 de julio de 1931.

44«El industrialismo»,La Opinión, 1 de septiembre de 1931.

45«Receptoría General Aduanera. Cerveza», Listín Dia-rio, 1 de agosto de 1931.

46«La industria nacional», La Opinión, 19 de mayo de1930.

47«Establecimientos alimenticios»,La Opinión, 24 de abrilde 1930.

48Entrevista con Francisco Arias, 25 de marzo de 2002.Comenzó a tener relación con la empresa desde 1929,con apenas ocho años, pues su madre laboraba en elladesde esa fecha. Ingresó como empleado en 1938, con17 años. Es el entrevistado con más antigüedad en la re-lación con la empresa.

49Entrevista con Luis del Toro.

50«Cervecería Nacional Dominicana celebra 30º aniver-sario», El Caribe, 3 de mayo de 1960.

51La Opinión, 7 de junio de 1930.

52Entrevista con Luis del Toro.

53Ibidem.

54Entrevista con Francisco Comarazamy.

55«Sobre la cerveza de la fábrica nacional», La Opinión,24 de mayo de 1930.

56Manuel Martínez Boggs, «La industria cervecera», LaOpinión, 5 de junio de 1930.

57Véanse cuadros 7.1 y 7.3.

58Entrevista con Francisco Arias.

59Entrevista con Luis del Toro.

60Información de Ramón Font Bernard.

Capítulo 81Entrevista con Francisco Arias.

2Ibidem.

3«Gracias a la eficaz ayuda del Gobierno Dominicano, laCervecería Nacional ha asegurado considerable existen-cia de materias primera», La Nación, 25 de diciembre de1942.

4Entrevista con Luis del Toro.

5Entrevista con Salomón Sanz, 19 de marzo de 2002.

6«Mañana estará en el mercado la ´Presidente Especial´

nuevo tipo de la Cervecería Nac. Dominicana», La Opi-nión,17 de mayo de 1935.

7Entrevista con Luis del Toro.

8«Mañana estará en el mercado la ‘Presidente-Especial.»

9Ibidem.

10Entrevista con Francisco Arias.

11Ibidem.

12En Constanza, lugar distante y de difícil acceso por laorografía montañosa y la ausencia de carretera, ya eracomún el consumo de malta importada antes de la fun-dación de la CND. Entrevista con José A. Quezada (Ña-ñín), Constanza, 21 de enero de 2002.

13«Cervecería Nacional Dominicana, C. por A.»

14Entrevista con Jimmy Stuart.

15Esos anuncios aparecieron de manera invariable en laprensa diaria por lo menos entre 1935 y 1948.Algunosaños aparecieron dos veces, cuando se declaraban bene-ficios semestrales, aunque no se indicaban expresamen-te como tales.

16Entrevista con Joaquín Ramírez de la Rocha, 3 deabril de 2002.

17Los detalles solo podrían establecerse con ayuda de losestados financieros anuales y los informes del Consejode Administración.

18Entrevista con Francisco Arias.

19Entrevista con Luis del Toro.

20«Agua pura en la Cervecería Nacional», Cosmopolita,no. 447, 12 de mayo de 1939.

21La Opinión, 28 de julio de 1939.

22Directorio de las actividades económicas del país, CiudadTrujillo, 1944, p. 98.

23Ibid., p. 97.

24«New Coca Cola Plant», The Dominican Republic, NewYork, vol. XIV, no. 3 (Julio-agosto de 1946), p. 13.

25Información de Rafael Menicucci.

26Entrevista con Luis del Toro.

27La mayoría de estas informaciones provienen de la en-trevista con Luis del Toro.

28Información de Rafael Menicucci.

29Entrevista con Hiram Reyes, 1 de abril de 2002. Setienen descripciones para el Cibao, en entrevista con

anexo a secretario de Agricultura e Inmigración a presi-dente de la República, 22 de noviembre de 1927.AGN,Secretaría de Agricultura e Inmigración, leg. 45.

4Ibidem.

5«Address of Mr. Charles H. Wanzer, President of theDominican Chamber of Commerce of the United Sta-tes Inc., at the Dinner given in honor of GeneralissimoRafael L.Trujillo at the Hotel Biltmore», The DominicanRepublic (New York), (julio de 1939), p. 8.

6Entrevista con Dorothy McKay realizada por CyrusVeeser y Rafael Menicucci, Hendersonville, EstadosUnidos, 29 y 30 de julio de 2002.

7Entrevista con James Stuart Jr. (Jimmy), 6 de septiem-bre de 2002. Es nieto de Wanzer, aunque no lo conociópersonalmente.

8«Address of Mr. Charles H.Wanzer.»

9Entrevista con Dorothy McKay.

10Refiere Humberto García que en los directorios co-merciales de Puerto Rico, extrañamente, no figura in-formación pormenorizada acerca de este prominenteempresario español.

11«La nueva Cervecería Corona es una expresión de feen el porvenir de Puerto Rico, El Mundo, 1950.

12Entrevista con Luis del Toro, 10 de diciembre de 2001.

13Entrevista con Dorothy McKay.

14«Cervecería Nacional Dominicana, C. por A. Capital$10,000.00. Aviso de Constitución», La Opinión, 6 deabril de 1929.

15AGN, Notaría de Emilio E. Ravelo, 1929, acto 74, 11de marzo de 1929.

16Entrevista con Jimmy Stuart.

17Se localizó una relación de accionistas para fines de re-presentación en la Asamblea a celebrarse el 5 de mayo de1953.Archivo de Julio Ortega Frier, Biblioteca Nacional,Santo Domingo.

18Relación de accionistas de la Cervecería NacionalDominicana. C.A., indicando sus direcciones y cantida-des de acciones, registrados en sus libros al 3 de octubredel año 1985. Firmada por Rafael G. Meniccuci V., se-cretario de la CND, 3 de octubre de 1985; Federico C.Alvarez hijo a Liúsik Cuello, coordinadora de tesoreríade la CND, Santiago, 8 de julio de 2002. Documentosfacilitados por Abel Wachsmann.

19«Edward S. Paine, an Executive, 62», The New York Ti-mes, 12 de febrero de 1943.

20Detalles adicionales sobre el particular en entrevistacon Jimmy Stuart.

21Ibidem.

22«Proyecto del edificio para la Cervecería NacionalDominicana», La Opinión, 4 de abril de 1929.

23Se explica que los mensajes publicitarios fueran cate-góricos, desde 1930, en la excelencia de los productos dela CND.

24Información de Walter Cordero, basado en artículo deJulio César Martínez. Los informes de la Receptoría deAduana confirman ese origen del lúpulo traído al país.

25«El lúpulo en la fabricación de la cerveza nacional», LaOpinión, 18 de septiembre de 1931.

26«Las Antillas Menores», La Opinión, 29 de julio de 1931.

27«El lúpulo en la fabricación.»

28Entrevista con Luis del Toro.

29«El lúpulo en la fabricación.»

30Entrevista con Luis del Toro.

31«Proyecto del edificio.»

32«Cervecería Nacional Dominicana, C. por A.,», TheDominican Republic, no. 5 (diciembre de 1934), p. 12. Es-ta revista era órgano de la Cámara Dominicana de Co-mercio en Estados Unidos, cuyo presidente y principalpromotor era Charles Wanzer.

33Ibidem. Se harán referencias adicionales más adelantesobre el particular.

34Ibidem.

35Entrevista con Dorothy McKay.

36«Address of Mr. Charles H.Wanzer.»

37Ibidem.

38Entrevista con Thomas Russell McKay, realizada porCyrus Veeser y Rafael Menicucci, Hendersonville, NorthCarolina, Estados Unidos, 29 y 30 de julio de 2002.

39«Cervecería Nacional Dominicana.»

40Comunicación de Bernardo Vega. No fue posible con-sultar los despachos diplomáticos en cuestión. Empero, enlas obras publicadas por Vega, el nombre de Wanzer apare-ce raramente. Bernardo Vega, Trujillo y el control financieronorteamericano, Santo Domingo, 1990.

41Entrevista con Dorothy McKay.

42«Industrias nacionales», El Triunfo, La Romana, 2 deabril de 1932.

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|495|NotasNotas|494|

ción de un alto funcionario de la época, familiar de Tru-jillo, de quien oyó esos comentarios.

42La Nación, 18 de febrero de 1951.

43Wiese, Trujillo, pp. 84-85.

44Ibid., p. 83.

45«Contrata técnico alemán Soc. Cervecera Antillana»,El Caribe, 25 de enero de 1952.

46Entrevista con Tomás Oviedo.

47Wiese, Trujillo, pp. 83-84.

48Lo que sigue proviene básicamente de la entrevistacon Luis del Toro. De estas operaciones no hay soportesdocumentales, por lo cual quedan amplios aspectos enpenumbra y sujetos a desarrollos ulteriores, en caso deque aparezca documentación escrita.

49Estos aspectos fueron del conocimiento de varios em-pleados de la CND.Al menos este aspecto ofrece menosincertidumbre que otros vinculados a la operación.

50«Sociedad Cervecera Antillana aborda plan reorgani-zación», El Caribe, 17 de octubre de 1952.

51Entrevista con Joaquín Ramírez de la Rocha.

52Información del licenciado Luis Sosa Vásquez, 19 deagosto de 2002. Era el encargado entonces de llevar losasuntos de la CND dentro del bufete de Julio Ortega Frier,y asegura que no tuvo conocimiento de la operación.

53Entrevista con Russell McKay.

54Entrevista con Tomás Oviedo.

55«Sociedad Cervecera Antillana aborda plan de reorga-nización».

56Entrevista con Luis del Toro.

57Entrevista con Mauricio Brea.

58Información de Rafael Menicucci, 27 de agosto de2002.

Capítulo 101Entrevista con Jimmy Stuart. Casi todo lo que se refe-rirá de Stuart padre se debe al testimonio de su hijo.

2Una de esas ocasiones fue con motivo de la visita alpaís de sus amigos K.W. Meytrott y esposa: «Presidentede la Cervecería es agasajado», La Palabra de Santo Do-mingo, vol. 211, año XXVI (1964).

3Entrevista con Rafael Menicucci.

4«Cervecería Nacional lanzará pronto cerveza de prima-vera », El Caribe, 25 de marzo de 1949.

5«Columna primer dominicano graduado maestro cer-vecero», El Caribe, 5 de mayo de 1950.

6«La Cervecería Presidente», Economía Dominicana, añoIII, no. 20 (agosto de 1959), pp. 6-8.

7Entrevista con Rafael Menicucci.

8Entrevista con Luis del Toro.

9Entrevista con Jimmy Stuart.

10Entrevistas con Russell, McKay y Dorothy McKay.

11Oficina Nacional de Planificación, Plataforma para eldesarrollo económico y social de la República Dominicana(1968-1975), Santo Domingo, 1968.

12Entrevista con Iván Nicolás. Es uno de los empleadosmejor enterados de aspectos de la temática

13Entrevista con Luis del Toro.Aunque no hay disponi-ble soporte documental, los detalles permiten conside-rar que se realizaron transacciones por el estilo.

14«Coctelera», Hoy, 24 de julio de 2002.

15Bienes e inversiones del generalísimo Dr. Rafael LeonidasTrujillo Molina al 5 de julio de 1961. El inventario fue pre-parado por Tirso Rivera, encargado de la Oficina Perso-nal del Generalísimo. Dado el carácter utilitario de esedocumento, no hay razones de poner en duda su conte-nido. Por lo demás, otros documentos que se citarán másabajo confirman la propiedad de Trujillo sobre las mil ac-ciones preferenciales. El impreso consultado, publicadopor Editora Taller, al parecer nunca circuló. Posiblemen-te fue tomado de una copia original en manos de Anti-noe Fiallo. Se debe acceso a José Israel Cuello.

16En esos años Trujillo se había propuesto apoderarse detoda la inversión en el sector azucarero, lo que culminócon la adquisición de los ingenios de la West Indies Su-gar Co. en 1957. De la misma manera, el Estado adqui-rió la Compañía Eléctrica de Santo Domingo y obtuvouna opción de compra de la Compañía Dominicana deTeléfonos.

17Entrevista con Dorothy McKay. A pesar del tiempotranscurrido, los detalles sobre el particular le confierenverosimilitud a la versión.

18Máximo Cordero Soler y Graciolo Mota M., inspec-tores de la Secretaría de Estado de Administración,Control y Recuperación de Bienes, a secretario de Es-tado de Administración, Control y Recuperación deBienes. AGN, Secretaría de Estado de Finanzas (SEF),1962, leg. 6, exp. 2-115.

Iván Nicolás, 22 de marzo de 2002 y para el Este, en en-trevista con Manuel Santana, 23 de marzo de 2002.

30El Caribe, 16 de julio de 1948.

Capítulo 91Roberto Cassá, Capitalismo y dictadura, Santo Domingo,1982.

2Justino José del Orbe, Mauricio Báez y la clase obrera,Santo Domingo, 1981.

3Carlos Ascuaciati et al., Diez años de economía dominica-na, Santo Domingo, 1972.

4Sobre el tema, importantes informaciones en HansWiese Delgado,Trujillo.Amado por muchos, odiado por otros,temido por todos, Santo Domingo, 2000.

5Entrevista con Dorothy McKay.

6Wiese, Trujillo, p. 79.

7Entrevista con Francisco Arias.

8Así lo reconoce Russell McKay, a la sazón en el país, enentrevista citada.

9Información de Rafael Menicucci.

10Se ha intentado infructuosamente encontrar los regis-tros de la inversión en la Cámara Civil y Comercial delDistrito Nacional. Por tal razón no se ha tenido accesoa un acta de constitución. Únicamente se sabe que laempresa empezó a producir en enero de 1949.

11Entrevista con Luis del Toro.

12Entrevista con Emilio Cordero Michel.

13Entrevista con Fernando Infante, 21 de febrero de 2002.

14César A. Saillant, Revelaciones a Sánchez Cabral, SantoDomingo, 1962.

15Información de Arístides Incháustegui.

16Wiese, Trujillo, p. 79.

17«Dubón habla de la fusión de intereses dominicanos yportorriqueños en la creación de la Soc. Cervecera An-tillana», La Nación, 25 de enero de 1949.

18Wiese, Trujillo, p. 83.

19Entrevista con Luis del Toro. Fue funcionario de esaempresa en el área financiera.

20«Llegaron equipos para la nueva cervecería y para laplanta incineradora de esta ciudad»,La Nación, 10 de ma-yo de 1948.

21«Inaugurados ayer la planta y edificios de la SociedadCervecera Antillana», La Nación, 22 de enero de 1949.

22«La Sociedad Cervecera Antillana mantiene gran pres-tigio en el país como industria netamente nacional», LaNación, 9 de diciembre de 1950.

23La Nación, 4 de diciembre de 1948.

24«Aviso interesante», El Caribe, 1 de febrero de 1949.

25Boletín Informativo de las Cámaras Oficiales de Comercio,Agricultura e Industria de la República, año VII, no. 26 (ene-ro de 1949), p. 4.

26Entrevista con Tomás Oviedo. Pasó de la CND a laSCA como gerente de ventas para el Suroeste, lo que lepermitió apreciar reacciones del público.

27Entrevista con Antonio Fadul (Tontón), Santiago, 11de junio de 2002. Como familiar del entonces propieta-rio de la Casa Báder, principal centro de expendio decerveza en Santiago, estaba en condiciones de apreciarlas reacciones de los consumidores.

28Algunas apreciaciones no son tan patentes en tal sen-tido, considerando que La Dominicana, en realidad,nunca gozó de un amplio favor del público. Entrevistacon Mauricio Brea, 2 de abril de 2002. Este es un vete-rano trabajador de la CND, empleado desde 1946.

29Entrevista con Tomás Oviedo.

30Esa es la opinión categórica manifestada por Luis delToro, en entrevista citada.

31Entrevista con Iván Nicolás.

32Entrevista con Tomás Oviedo. Como gerente del Su-roeste recibió copia de la circular.

33Entrevista con Manuel Santana.

34«Declaración de la Cervecería Nacional Dominicana,C. por A., sobre cierta propaganda de radio,» La Nación,10 de septiembre de 1949.

35Paco Escribano, «Conste», La Nación, 11 de septiembrede 1949.

36La Nación, 21 de diciembre de 1948.

37Entrevista con Tontón Fadul.

38La Nación, 24 de diciembre de 1948.

39Entrevista con Iván Nicolás.

40«Vetilio Henríquez Gatón cobró ayer en la CerveceríaAntillana los $200.00 del premio del 16», La Nación, 20de noviembre de 1949.

41Entrevista con Salomón Sanz. Se basa en la informa-

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14«Se hacen una palpable realidad los proyectos de laCervecería Cibao en La Vega», Ahora, no. 56, 30 de mar-zo de 1964, pp. 62-63.

15Cervecería Cibao. Lista de accionistas. Diciembre de1969. Archivo de Fernando Tejada. Una cifra parecidaconsta en una de las convocatorias a asamblea de accio-nistas. «Cervecería Cibao. Aviso de Convocatoria», ElCaribe, 3 de enero de 1967.

16Entrevista con Plinio Lora.

17«Se hacen una palpable realidad los proyectos de laCervecería Vegana en La Vega.»

18Entrevista con Plinio Lora.

19Cervecería Cibao. Auditoría al 31 de diciembre de1964,Anexo A.

20Ibid., p. 31.

21José Luis Alemán et al., Economía Dominicana, 1974,Santo Domingo, 1975.

22Oficina Nacional de Planificación, Estudio económico1973-77, Santo Domingo, s. f.

23«Molini. El nuevo hombre dominicano», Economía Do-minicana, 2ª época, no. 8 (enero-febrero de 1968), p. 98.

24Jorge Bosch a Pedro de los Santos, 19 de diciembre de1966, «Cervecería Cibao C. por A.», El Caribe, 3 de fe-brero de 1967.

25Antonio Molini Arbona a Consejo de Administraciónde la Cervecería Cibao, 16 de enero de 1967, «Cervece-ría Cibao C. por A.», El Caribe, 3 de febrero de 1967.

26«Cervecería Cibao elige presidente administrativo», ElCaribe, 26 de junio de 1967.

27«Carta abierta», El Caribe, 21 de abril de 1967.

28Claudio Soriano, Estudio del mercado para la Cervece-ría Cibao, (mimeo), p. 12.Archivo de Fernando Tejada.

29Entrevista con Hiram Reyes.

30Tejada, La inversión popular, p. 52.

31Cervecería Cibao. Materias primas y materiales de en-vase y empaque usados en la producción durante el año1968»,AGN, Superintendencia de Bancos, 1969.

32«Cervecería Cibao. Evaluación del efecto que tiene elgrado de competencia en el nivel de la venta nacionalde cerveza», Listín Diario, 6 de enero de 1970.

33Entrevista con Iván Nicolás. Fue gerente de ventas dela CND, tras largos años como vendedor en el Cibao.

34Entrevista con Hiram Reyes.

35«Nueva ley permite rebajar precio», El Caribe, 29 demarzo de 1968.

36Listín Diario, 2 de julio de 1969. Los argumentos estánsistematizados en «Cervecería Cibao, C. por A. A la opi-nión pública», Listín Diario, 31 de diciembre de 1969.

37«Cervecería Nacional Dominicana.Aclaración», ListínDiario, 4 de julio de 1969.

38«Cervecería Nacional hace aclaración en torno im-puesto a la cerveza», Listín Diario, 3 de enero de 1970.

39«A las Cámaras Legislativas, al Poder Ejecutivo y a laopinión pública», Listín Diario, 19 de junio de 1970.

40«Cervecería Cibao C. por A. Evaluación del efecto quetiene el grado de competencia en el nivel de la venta na-cional de cerveza», Listín Diario, 6 de enero de 1970.

41«Dos cervecerías del país pagarán el mismo impuesto»,El Caribe, 22 de julio de 1970.

42«Aplazan proyecto iguala impuesto de cervecerías», ElCaribe, 24 de julio de 1970.

43«Nueva respuesta al Sr. Molini», Listín Diario, 7 de ju-lio de 1969.

44«Denuncian Molini hipoteca empresa», Listín Diario,12 de julio de 1969.

45«Cervecería Cibao. La industria criolla», Listín Diario,2 de julio de 1969.

46«Autorizan intervenir a la Cervecería Cibao», ListínDiario, 27 de mayo de 1969.

47«Comprueban anomalías en cuenta Cervecería», ListínDiario, 2 de septiembre de 1969.

48Máximo Ares García, superintendente de Bancos, adirector de Migración, 28 de agosto de 1969,AGN, Su-perintendencia de Bancos, 1969.

49«Someten a justicia codueño cervecería», Listín Diario,14 de julio de 1970.

50Máximo Ares García a Antonio Molini, 14 de julio de1969.AGN, Superintendencia de Bancos, 1969.

51Resolución 127-69 de la Dirección de Trabajo, de 14de agosto de 1969. AGN, Superintendencia de Bancos,1969.

52«Cervecería Cibao C. por A. Edificación y aclaracióncon motivo de las recientes publicaciones del Comisa-rio», El Caribe, 3 de julio de 1970.

53Juan V. Ramírez a Joaquín Balaguer, 8 de enero de1974, Listín Diario, 11 de enero de 1974.

19Ibidem.

20Entrevista con Iván Nicolás.

21Entrevista con Mauricio Brea.

22Edmundo Batlle Viñas, secretario de Estado de Admi-nistración, Control y Recuperación de Bienes, a Cerve-cería Nacional Dominicana, 10 de abril de 1962.AGN,SEF, 1962, leg. 6, exp. 2-115.

23Cervecería Nacional Dominicana. Balance General. Pa-sivo y capital. 1961.AGN, SEF, 1962, leg. 6, exp. 2-115.

24«Cervecería Nacional Dominicana, C. por A.Aviso deConvocatoria», Listín Diario, 16 de abril de 1964. Se tra-ta de una convocatoria a una asamblea extraordinaria deaccionistas firmada por Carlos M. Bonetti Burgos, «de-legado del presidente.»

25Cervecería Nacional Dominicana. Lista de accionistascomunes registrados en los libros de la compañía. Estáfirmada por Carlos M. Bonetti B., secretario de la CND,y fechada el 6 de diciembre de 1961. AGN, SEF, 1962,leg. 6, exp. 2-115.

26Carlos M. Bonetti B., vicepresidente-secretario de laCND, a Fidel Méndez Núñez, director general de Ad-ministración, Control y Recuperación de Bienes, 19 dediciembre de 1961. AGN, SEF, 1962, leg. 6, exp. 2-115.Está anexo un expediente relativo a los documentos queavalan la disposición testamentaria a favor de Trujillo deErcilia Seijas de Pina, quien falleció el 11 de abril de1960 sin dejar descendencia.

27Acto del alguacil Luis Arvelo a Carlos M. Bonetti, 10de agosto de 1960.AGN, SEF, 1962, leg. 6, exp. 2-115.

28Carlos M. Bonetti a Dr. Méndez Núñez, 19 de di-ciembre de 1961.AGN, SEF, 1962, leg. 6, exp. 2-115.

29No se han consultado los fondos del Banco Agrícola,los cuales no han sido trasladados al Archivo General dela Nación, por lo cual únicamente se cuenta con testi-monios orales acerca de la operación.

30Entrevista con Rafael Menicucci.Este escuchó comenta-rios de su padre el mismo día en que se produjo la comprade esas acciones. Del Toro acotó, en información expresa,que esa operación se refirió a las acciones que habían per-tenecido a Pina Chevalier.

31Julio Montolío, subadministrador de la CND, a Ed-mundo Batlle Viñas, secretario de Estado de Administra-ción, Control y Recuperación de Bienes, 12 de abril de1962.AGN, SEF, 1962, leg. 6, exp. 2-115. No queda cla-ro en la documentación el porqué se preparó un certifi-cado de 242 acciones y de 13 de Refrescos Nacionales,amparadas en el certificado 181, estas últimas de 10 pe-

sos cada una, pues Bonetti únicamente figuraba comopropietario de 221 acciones de la CND.

32Entrevista con Mauricio Brea.

33Entrevista con Luis del Toro.

34Entrevista con Mauricio Brea.

35«Habla el vicepresidente de la Cervecería», El Caribe,26 de diciembre de 1960.

36Lo que sigue, en lo fundamental, se debe a entrevistascon Francisco Arias y Mauricio Brea.

37«Cervecería Nacional Dominicana, C. por A.A la opi-nión pública», El Caribe, 5 de julio de 1966.

38Ibidem.

Capítulo 111Cervecería Vegana. Breve reseña histórica de su origen y tra-yectoria, mimeo, p. 4. Se debe copia a Miguel Noboa, exadministrador de la Cervecería Vegana.

2Luis Fernando Tejada O., «La inversión popular en SantoDomingo« (Tesis de licenciatura en Sociología, Universi-dad Autónoma de Santo Domingo, 1973), pp. 22-23.

3Ibid., p. 34.

4Ibid., p. 22.

5Ibid., p. 40.

6Entrevista con Plinio Lora, La Vega, 8 de agosto de2002. El entrevistado fue de los primeros empleados dela Cervecería Cibao, y hasta la fecha labora en la Cerve-cería Vegana como uno de sus principales funcionarios.La entrevista se llevó a cabo conjuntamente con la he-cha a Miguel Noboa, aunque en algunos casos se parti-cularizará en cada uno.

7No se ha tenido acceso al acta de fundación de la em-presa, por lo que no se dispone de mayores detalles.

8Cervecería Cibao.Auditoria de Luisa E. de Windt, al 31de diciembre de 1964, pp. 14 y 22. Archivo de Fernan-do Tejada.

9«Son todas iguales», Ahora, no. 48 (10 de enero de1964), p. 14.

10Ibidem.

11«Actividades de la Cervecería Cibao», Listín Diario, 28de mayo de 1964.

12Ibidem.

13Listín Diario, 19 de noviembre de 1964.

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6Entrevista con Abel Wachsmann, Santiago, 11 de juniode 2002.

7Entrevista con José León.

8«Cervecería Bohemia, S.A.» Documento de archivo faci-litado por Ramón García Tatis, vicepresidente de la CND.

9Entrevista con Ramón García Tatis, 19 de febrero de2002.

10«Cervecería Bohemia S.A.», p. 1.

11Información de Manuel Otero.

12Entrevista con José León.

13Ibidem.

14La información previa se basa en entrevistas a AbelWachsmann y Ramón García Tatis.

15«Cervecería Bohemia S.A.», p. 3.

16Ibid., p. 4.

17«Cervecería Bohemia, S.A.», p. 3.

18Cervecería Bohemia, S.A., Santo Domingo, s. f.

19Carmenchu Brussilof, «Eduardo León», p. 8.

20Entrevista con Iván Nicolás.

21Entrevista con José León.

22Entrevista con Ramón García Tatis.

23Ibidem.

24Entrevista con Abel Wachsmann.

25«Don José León cuenta: Lo que faltó decir de Heine-ken», El Leoncito, año X, nos. 113-114 (noviembre-di-ciembre de 1985), pp. 7 ss.

26«Don Eduardo A. León habló por T.V. sobre el merca-do cervecero dominicano», El Leoncito, año IX, nos.101-102 (noviembre-diciembre de 1983), pp. 4-5.

27Entrevista con Abel Wachsmann.

28Entrevista con José León.

Capítulo 141Información de Rafael Menicucci.

2Ibidem.

3Entrevista con Jimmy Stuart.

4Información de Rafael Menicucci.

5«Nuestro verdadero sabor de cerveza!», Suplemento Lis-

tín Diario, 27 de octubre de 1977. Este suplemento de 12páginas a todo tamaño del periódico, con profusión defotos, pone de relieve lo que significó la inauguración delas nuevas líneas de embotellado.

6Entrevista con Rafael Menicucci.

7«Cervecería reinvierte en ampliación planta», ListínDiario, 7 de abril de 1976.

8«Nuestro verdadero sabor», p. 3.

9Aunque no se tiene cifra alguna, sin duda la inversiónentre 1978 y 1979 supuso varios millones adicionales.Así lo señala Jimmy Stuart, en entrevista citada, aunqueno recuerda el monto.

10Entrevista con Jimmy Stuart.

11La composición se ha establecido a partir de las entre-vistas a Menicucci y Stuart, a falta de la consulta de lasactas del Consejo de Administración. Una foto muestra,por lo demás, la composición del Consejo, ese día conla sola ausencia de Leitner.

12Entrevista con Hiram Reyes.

13Entrevista con Iván Nicolás.

14Entrevista con Rafael Menicucci.

15Ibidem.

16Entrevista con José León.

Capítulo 151A falta de documentación, resulta difícil llegar a una ci-fra precisa. De todas maneras, como se ha visto, en 1983la Cervecería Vegana recuperó posiciones en el mercadoy la entrada de Cervecería Bohemia absorbió un seg-mento significativo del mismo.

2Tal visión fue captada, en el decurso ulterior de las ne-gociaciones, por funcionarios de Cervecería Bohemia.Pero también se filtró como rumor entre ejecutivos me-dios de la CND.

3Información de Rafael Menicucci.

4Entrevista con Rafael Menicucci.

5Entrevista con José León.

6Ibidem.

7Entrevista con Abel Wachsmann.

8Entrevista con Jimmy Stuart.

9Entrevista con Rafael Menicucci.

54«Afirman Cervecería Cibao está en vía recuperación»,El Caribe, 4 de julio de 1970.

55«Accionistas Cervecería eligen un nuevo Consejo»,Listín Diario, 13 de julio de 1970.

56 «Molini reta Ares lo someta a justicia», Listín Diario, 25de junio de 1970.

57«A la opinión pública nacional», Listín Diario, 18 de ju-lio de 1970.

58Cervecería Cibao,C. por A.A los accionistas y a la opi-nión pública», El Caribe, 8 de julio de 1970. Los alegatosde Suárez en «Estiman Cervecería Cibao está en vía re-cuperación», El Caribe, 4 de julio de 1970.

59Accionistas de Cervecería Cibao a presidente de laRepública, 8 de enero de 1974, Listín Diario, 11 de ene-ro de 1974.

60«Cervecería Cibao C. por A. Luis H. Suárez presiden-te-administrador. Edificación y aclaración con motivode las recientes publicaciones del comisario», El Caribe,3 de julio de 1970.

61«Cervecería Vegana, S. A (CERVESA). Aviso de Cons-titución», Renovación, no. 272, 10 de junio de 1975.

62«Presidente asiste apertura empresa», Listín Diario, 3 deoctubre de 1977.

63Tejada, La inversión popular, p. 53.

Capítulo 121Cervecería Vegana. Breve reseña, p. 3.

2Entrevista con Miguel Noboa.

3«Representativos de La Vega apoyan J. A. Bermúdez yCo. opere Cervecería Cibao», El Nacional, 19 de abril de1975.

4«Anuncian salida cerveza Quisqueya», El Nacional, 1 deoctubre de 1977.

5«El desarrollo regional», Listín Diario, 12 de febrero de1970.

6«Apoya dominicanos tengan prioridad en solución casoCervecería Cibao», El Nacional, 22 de marzo de 1975.

7«Balaguer inaugura instalaciones de la Cervecería Vega-na, S.A.», El Sol, 3 de octubre de 1977.

8Listín Diario, 24 de enero de 1976.

9Entrevistas con Miguel Noboa y Plinio Lora.

10Cervecería Vegana. Breve reseña, p. 7.

11Ibid., p. 6.

12Entrevista con Miguel Noboa.

13«Inauguraron ayer Cervecería Vegana», Ultima Hora, 3de octubre de 1977.

14Entrevista con Miguel Noboa.

15Ibidem.

16Entrevistas con Tontón Fadul e Hiram Reyes.

17Entrevista con Iván Nicolás.

18Entrevista con Miguel Noboa.

19Entrevista con Fernando Infante.

20Cervecería Vegana. Breve reseña, p. 11.

21Entrevistas con Hiram Reyes, Iván Nicolás y ManuelSantana.

22Entrevista con Plinio Lora y Miguel Noboa.

23Ibidem.

24Cervecería Vegana. Breve reseña, p. 9.

25Detalles de las restantes marcas en ibid., pp.10 y 12.

26Entrevista con Miguel Noboa.

27Cervecería Vegana. Breve reseña, p. 10.

28Entrevistas con Plinio Lora y Miguel Noboa.

29Cervecería Vegana. Breve reseña, p. 13. Concuerdan variosde los entrevistados, como Tontón Fadul.

30Entrevista con Tontón Fadul.

31Entrevista con Miguel Noboa.

32Cervecería Vegana. Breve reseña, p. 13.

Capítulo 131«Texto del discurso pronunciado por don Eduardo A.León,vicepresidente ejecutivo de Cervecería Bohemia,S.A.,en el acto de inauguración de esa industria», El Leoncito, añoIX, nos. 91-92 (enero-febrero de 1983), p. 16.

2Entrevista con José León, 10 de febrero de 2003.

3Carmenchu Brusiloff, «Eduardo León: empresario cor-dial pero distante», Listín Diario, 24 de noviembre de1983.

4Entrevista con José León.

5«Cervecería Bohemia. 19 años brindando calidad a losdominicanos», Así Crecemos Juntos, año 5, no. 54 (febrerode 2002), p. 3.

Page 275: Cassá - Historia de la cerveza dominicana

|501|BibliografíaNotas|500|

10Entrevista con Abel Wachsmann.

11Entrevistas con Rafael Menicucci y Abel Wachsmann.

12Entrevista con José León.

13«Discurso pronunciado por don Fernando León du-rante el acto de constitución de la entidad», El Leoncito,año XIII, nos. 143-144 (julio-agosto de 1987), pp 8-10.

14Entrevista con José León.

15Entrevista con Ramón García Tatis.

16Ibidem.

17E. L. J. Beer División. Operations Forum. History. Do-cumento de archivo facilitado por Ramón García Tatis.

18«Amplían cervecería con miras a exportación», El In-dustrial, año XXI, no. 240 (enero de 1989), pp. 12-13.

19Ibidem.

20Carmen Carvajal, «Dinamismo e innovación en cienaños de trabajo exitoso», Hoy, 24 de julio de 2002.

21Miriam López, «La historia de un gigante», Hoy, 21 dejulio de 2002.

22Documento de archivo entregado por Rafael Meni-cucci.

23Entrevista con Rafael Menicucci.

24Ibidem.

25Carlos Despradel a Rafael Menicucci, 4 de marzo de2002.

26Entrevista con Germán Valerio.

27Entrevista con Juan Pumarol.

Capítulo 161ADOFACE, La industria de la cerveza en el contexto de laeconomía nacional, Santo Domingo, Ecocaribe, S.A., 1999,p. 10.

2Ibid, p. 6.

3Matías Iturbides,«Las frías calientan a tres millones dedominicanos», Listín Diario, 24 de abril de 2002.

4ADOFACE, La industria de la cerveza, p.11.

5Matías Iturbides, «Las frías.»

6Miriam López, «La historia de un gigante.»

7Marina Ortiz, Microempresas y fuerza laboral en la Repú-blica Dominicana (1997-1998), Santo Domingo, 1998.Citado en ADOFACE, La industria de la cerveza, p. 14.

8ADOFACE, La industria de la cerveza, p. 2.

9Ibid., p. 23.

10Ibid., p. 8.

11Carmen Carvajal, «Dinamismo e Innovación.»

12Entrevista con Rafael Menicucci.

13El cálculo está basado en los estimados de Abad, LaRepública Dominicana, p. 86.

14Jaime de Jesús Domínguez, La sociedad dominicana aprincipios del siglo XX, Santo Domingo, 1994, pp. 359-361.

15Matías Iturbides, «Las frías».

16Entrevista con Emilio Cordero Michel.

17Lo que sigue se debe a entrevista con Fernando Infante.

18Entrevista con Juan Pumarol.

19Entrevista con Tontón Fadul.

20Entrevista con Tomás Oviedo.

21P.A.Reyes Vargas, «Cafeterías de El Conde punto de ter-tulias y discusiones», El Caribe, 25 de marzo de 1949.

22Entrevista con Cuqui Córdova.

23Entrevista con Salomón Sanz.

24Natalio Redondo, El Baseball en Santo Domingo, SantoDomingo, 1967.

25«El 25 aniversario de la Cervecería Nacional Domini-cana», Época, no. 4 (septiembre de 1955), p. 15.

26Entrevista con Rafael Menicucci.

27«La Cervecería Presidente inaugura moderna terraza»,El Caribe, 14 de noviembre de 1959.

28Información de Dante Ortiz.

29Entrevista con Germán Valerio.

30Entrevista con José León.

BIBLIOGRAFÍA MÍNIMA SOBRE CERVEZA

Para los interesados en profundizar el conocimiento de aspectos de la actividad cerve-

cera, se ofrece una bibliografía básica de títulos que en su mayoría se encuentran dispo-

nibles en los fondos que se ofrecen en Internet de librerías como Espasa, Barnes and

Noble y Amazon. Una parte de estos títulos se encontrarán disponibles en el Centro

Cultural Eduardo León Jimenes, en Santiago, República Dominicana. Hay textos que

tratan acerca de la historia general de la cerveza, mientras otros se remiten a países de-

terminados, ciudades y empresas.

Abel, Bob. The Beer Book. London. 1981.

Ade, George. The Old-Time Saloon. New York, 1993.

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Nací en el casco colonial de Santo Domingo en 1948, y desde niño comencé a leer espo-

rádicamente libros de historia, especialmente biografías, contando con la orientación de mi

padre, José Cassá Logroño, y de sus amigos Carlos López y Alcides García. Pero, más exac-

tamente, el interés por la historia me fue transmitido en el aula por don Poncio Sabater, ex-

celso maestro en el colegio Santa Teresita y refugiado republicano español, al igual que mi

madre. Con el tiempo, la vocación comenzó a afirmarse con ayuda de Tirsis de Luna, otra

verdadera maestra en el liceo Manuel Rodríguez Objío porque inducía a pensar.

Casi concluí la licenciatura de historia en la Universidad de la Amistad de los Pueblos Pa-

tricio Lumumba, en Moscú, donde competentes especialistas me transmitieron los rudi-

mentos del oficio. Las convulsas circunstancias de aquellos años me llevaron a titularme en

la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde ingresé como profesor por las gestio-

nes de José Israel Cuello y Hugo Tolentino.Allí, de inmediato, me inicié en el objeto de la

evolución del pueblo dominicano, el que se ha mantenido invariable pese al paso de las dé-

cadas. En mi Alma Mater me beneficié de la sabiduría de nuevos maestros, entre los cuales,

además de Tolentino, recuerdo a Emilio Cordero Michel, Juan Isidro Jiménes Grullón, Pe-

dro Mir, Ciriaco Landolfi y Francisco Henríquez.

Tuve el privilegio de ser contratado como investigador en la UASD, en años en que los rec-

tores promovían el desarrollo de conocimientos. Me inserté dentro del conglomerado del

Centro de Estudios de la Realidad Social Dominicana (CERESD),organismo concebido por

Luis Gómez que logró proyecciones fundamentales. La relación amistosa con Miguel Coc-

co,directivo de la Editora Alfa y Omega, facilitó la concreción de proyectos editoriales.Ma-

nuel Rueda abrió otra ventana ante los demás en las páginas del suplemento Isla Abierta.

Después de haber realizado estudios de postgrado en México, a fines de la década de 1980,

emprendí dentro de la UASD la creación del Instituto de Historia, donde a contracorriente

se intentó recomponer institucionalmente la investigación histórica,de lo que quedaron va-

rias entregas de la revista Ecos.

A mediados de la década de 1990, por iniciativa de don Julio Campillo, ingresé como

miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Historia. Posteriormente re-

cibí la condición de miembro numerario por propuesta de Bernardo Vega.Actualmente la-

boro junto a los colegas de la Academia en el propósito de seguir contribuyendo al cono-

cimiento de la historia dominicana.

Sobre el autor