anales. secciÓn medicina

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ANALES. SECCIÓN MEDICINA alta ionización alrededor de la cápsula interrumpió las comunicaciones con tierra ... » " ... a unos tres mil metros un control automático baroméh·ico dis- paró el mortero que lanzaba el paracaídas pli .ucipal. .. ; pude percibir el duro tirón que daba a la cabina al detener su caída ... ; no tuve nece- sidad del paracaídas de reserva ... " " ... la cápsula chocó violen lamente con la superficie del mar y se huudió considerablemente en el agua ... " ... tuve dificultades para la salida de la cápsula por el sitio nor- mal ... ; encendí el mecanismo automático que abría la salida de emer- gencia, saliendo por ésta ... » « ... el sol era tan brillante que tuve que valerme de fl!b·os para mi- rarlo ... ; su cla1idad era más bien blanco-azulada que amarilla ... • " .. .las estrellas las veía mejor de noche y pude determinar aproxi- madamente mi posición refiriéndome a l as constelaciones ... " " ... una de las cosas que me sorprendió más fue el .tanto por ciento de la tierra que está cubierta por las nubes ... n « .•. en mi vuelo presencié cuatro maravillosas puestas de so l...» « ... mi vuelo espacial ha sido una agradable e}:periencia, me he sen- tido maravillosamente ... " EL PROBLEMA HUMANO EN ASTRONAUTICA F. CAsi,;LLAs MATARRODONA En cualquier estudio sisteméllico que se intente plantear del factor humano en Astronáutica, surgen de un modo fundamental dos grupos de problemas: 1. 0 Problemas de tipo tecnológico. 2. 0 Problemas ele tipo biológico. En cuanto a Jos primeros, no es problema nuesb·o, ni éste el mo- mento más adecuado para tratados. Cualquier proyecto astronáutica (Mer. cm-y, Apolo, Pwspector, etc.) plantea ·una problemática no ya impor- tante, sino vital para el normal clcsan-ollo del proyecto. Estudiar los sa- t6litcs, bien sean de observación, telecomunicación o navegación, seíía- lizaciones de radio, estudio orbital,' retorno de la cápsula, masa útil, tipo de combustible, reparto de pesos, etc., etc., todo ello, repito, es de una importancia que no es preciso significar, pero que no nos interesa ahora.

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ANALES. SECCIÓN MEDICINA

alta ionización alrededor de la cápsula interrumpió las comunicaciones con tierra ... »

" ... a unos tres mil metros un control automático baroméh·ico dis­paró el mortero que lanzaba el paracaídas pli.ucipal. .. ; pude percibir el duro tirón que daba a la cabina al detener su caída ... ; no tuve nece­sidad del paracaídas de reserva ... "

" ... la cápsula chocó violen lamente con la superficie del mar y se huudió considerablemente en el agua ... "

• ... tuve dificultades para la salida de la cápsula por el sitio nor-mal ... ; encendí el mecanismo automático que abría la salida de emer-gencia, saliendo por ésta ... »

« ... el sol era tan brillante que tuve que valerme de fl!b·os para mi-rarlo ... ; su cla1idad era más bien blanco-azulada que amarilla ... •

" .. .las estrellas las veía mejor de noche y pude determinar aproxi­madamente mi posición refiriéndome a las constelaciones ... "

" ... una de las cosas que me sorprendió más fue el .tanto por ciento de la tierra que está cubierta por las nubes ... n

« .•. en mi vuelo presencié cuatro maravillosas puestas de sol...» « ... mi vuelo espacial ha sido una agradable e}:periencia, me he sen­

tido maravillosamente ... "

EL PROBLEMA HUMANO EN ASTRONAUTICA

F. CAsi,;LLAs MATARRODONA

En cualquier estudio sisteméllico que se intente plantear del factor humano en Astronáutica, surgen de un modo fundamental dos grupos de problemas:

1.0 Problemas de tipo tecnológico. 2.0 Problemas ele tipo biológico. En cuanto a Jos primeros, no es problema nuesb·o, ni éste el mo­

mento más adecuado para tratados. Cualquier proyecto astronáutica (Mer. cm-y, Apolo, Pwspector, etc.) plantea ·una problemática no ya impor­tante, sino vital para el normal clcsan-ollo del proyecto. Estudiar los sa­t6litcs, bien sean de observación, telecomunicación o navegación, seíía­lizaciones de radio, estudio orbital,' retorno de la cápsula, masa útil, tipo de combustible, reparto de pesos, etc., etc., todo ello, repito, es de una importancia que no es preciso significar, pero que no nos interesa ahora.

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CASELL.~S. PROBLEMA HUMANO 425

En, cuanto a los segundos, o sea, los biológicos, están todos ellos pro­ducidos por un factor comtm: los cambios ambientales con que se va a encontrar el hombre en el espacio. Ingravidez, aceleraciones, desace­leraciones, cambios de temperatura, oxígeno, presión atmosférica, cine­tosis. ruidos, vibraciones, meteoritos, 1·ayos cósmicos, etc., son factores de orden físico que representan un cambio tan radical en la biodinámica hrunana, que nos obligan a plantear una pregunta de capital importan­cia: ¿podrá el hombre sobrevivir a todos estos cambios? Veámoslo:

Los pilotos espaciales deben ser pilotos experimentados1 instructores de vuelo y buenos pilotos de pruebas. Estos pilotos deben ser hombres bien equilibrados, de cualidades psíquicas estables y con unas condicio­nes físicas especiales, ya que se calcula que sólo es un 5 por mil el per­sonal que llega a pasar el reconocimiento médico aprevio» . Las carac­terísticas standard de tipo primario se refieren a :

1.0 Sexo. - El sexo masculino para pilotos y servicios auxiliares, y el femenino para los auxiliares.

2.• Edad. - Considerando, por una parte, la enorme cantidad de pruebas a que deben someterse y, por otra, que estas . personas han de ser verdaderos especialistas, podemos fijar su edad entre lo 30 y 40 años.

3.• Talla. - l,65 a 1,75 metros para el sexo masculino, y 1,60 a 1,70 para el femenino.

4.o Peso. - Su peso real debe ser de un 5 a un 10 % inferior al ideaL 5.• Constitución.- Por lo general, cuando se habla de constitución,

se la entiende desde el punto de vista somático exclusivamente, y esto es un craso enor, error que es a{m mayor en Medicina Aemnáutica y Es­pacial. No me refiero a las diferentes escuelas que clasifican al hombre en una serie de tipos constitucionales; me refiero a que la constitución es la suma de los caracteres orgánicos, hereditarios, psíquicos, etc., de un sujeto. Por lo tanto, al considerarla aisladamente desde el punto de vista somático nos quedamos cortos, ya que, como vemos, es una síntesis, que está representada por cinco facetas:

morfológica intelectual dinámico-humoral moral hereditaria.

Naturalmente, todas ellas forman un complejo, no pudiéndose sepa­rar una de la otra. Por lo tanto, no basta estudiar la faceta morfoló­gica ele estos hombres y poner en su ficha: constitución tipo x, ya que al olvidamos de las dem:ís prescindimos ele una serie de datos que des­p~és n?s harán falta. Pongamos un ejemplo : los sujetos de tipo asté­mco, htpersómico o longilineo, acostumbran a tener sus oxidaciones or-

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garucas aumentadas, o sea, consumen más oxígeno, lo cual se traduce en un aumento de su metabolismo y, por lo tanto, requieren u11a ali­mentación más rica en hidratos de carbono que en albúminas y grasas. En cambio, los sujetos de hábito contrario (esténicos o brevilíneos) re­quieren una alimentación más hipocalórica a expensas de los hidratos de carbono.

De las otras facetas cabe destacar : Temperamento : mi:'<LO, tenaz, dinámico, entusiasta. Personalidad: estructura científico-religiosa-social de Spranger. Inte­

ligencia clara, reflexión, atención, concentración, imaginación regulada. juicio madmo, conciencia de su responsabilidad.

6.° Cualidades.- A) Morales: lealtad, espontaneidad, franqueza, altruismo.

B) Volitivas: energía, firmeza, valor, conslancia, tenacidad, pacien­cia, serenidad.

C) Especiales: senlimiento del deber, espú·ilu de sacrificio, de man­do, de iniciativa, intuición, reflejos perfectos.

D) Científicas: ingeniería, mecánica, astronomía, aeronáutica, me­teorología, física terrestre y cósmica, matemáticas, biología, psicología, fisiología, etc.

7.0 Selección médica.- Tanto el reconocimiento médico previo, como las pruebas funcionales que se verifican, deben asegmarnos el perfecto funcionamiento de todos los aparatos y sistemas. Hasla que los sujetos seleccionados no han pasado esta serie abrumadora de pruebas, no son aptos para empezar los ejercicios propios del astronauta, de cu· yos ejercicios poch-íamos hacer la siguiente sinopsis:

Simulación de la salida de la tierra, de las fuerzas de aceleración y desaceleraci(m, de la ingravidez, de la temperatura interior y exterior,

» del descenso de presión, de los movimientos pasivos, vibraciones, ruidos, etc. del déficit de oxígeno, de la vida dentro ele la astronave, del regreso a la Uerra con caída al mar, total de vuelo.

Adiestramiento en la cama asb·onáutica, con el traje espacial, con el chaleco salvavidas,

» con el empleo de oxígeno, en atmósfera artiAcial,

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CASELLAS. l'HOBLEMA HUMANO 427

con el casco protector, a la soledad, oscuridad y silencio, en los mandos de la astronave, en los enlaces con el mundo exterior, etc., etc.

A pesar de que este estudio es una mera exposición ele tipo esque­mático, por si sola ya denota la enorme complejidad de esta prepara­ción psico-flsiológica a que son sometidos los pilotos espaciales. Sólo esta segunda parte duJa 18 meses, y basta pas::tdo este tiempo no se les con­sidera aptos para el viaje espacial.

Hasta aqu[ JlO~ hemos limitado a enumerar los problemas que plan­tea el factor humano en medicina aeroespacial. Ahom ha llegado ya el momento de particularizar, o sea, de estudiar cada uno ele estos facto­res. Como es lógico, es imposible en el espacio de una hora escasa estu­diar toda la patología espacial, no sólo en cuanto a aparatos y sistemas, sino también atendiendo a cada uno de los factores físicos que la pro­ducen. Por ello, hoy nos vamos a limitar concretamente al metabolismo.

Desde este punto de vista, ¿cuáles son los problemas que se plan­tean?

1.• P1'obl.emas metabólicos: a) conservación de la lennogénesis; b) conservación del metabolismo inte1mediario.

2.• PTOblemas digestivos: a) dieta del astronauta, b) fisiologismo del aparato digestivo, e) digestión, el) asimilación.

3.• Problemas técnicos: a) transporte de los alimentos, b) conserva­ción de los alimentos.

Antes de enb·ar en el primer apartado, creo conveniente repasar algunos conceptos sobre alimentación. Como es lógico, no vamos a en­trar en el estudio químico de Jos principios inmediatos; solamente dire­mos que nos interesan desde dos puntos de vista : el material y el energético, y mt\s concretamente éste último.

Si partimos de la base de que metabolismo significa transformación, encontraremos aquí el origen de las cuotas lermogénicas, ya que meta­bolismo es el conjunto de procesos transformadores de las sustancias que integran los alimentos y forman parte del organismo humano, y cuyo equilibrio desde el punto de vista físico-quúnico nos viene dado por sus dos fases: anabólica v catabólica.

Gracias a su met~bolismo, los alimentos liberan su energía y nos proporcionan calor. Ahora bien, 'ésta es una fuente exb·inseca de calor, q~e viene a sumarse a una fuente intrinseca o endógena, cuya produc­CIÓn puede sintetizarse en tres:

metabolismo basal acción el inárnico-específlca trabajo muscular.

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428 ANALES. SECCIÓN MEDICINA

Puesto que el calor proviene de la oxidación o de la deshidrogena­ción de los principios inmediatos, podemos afirmar que el calor de com· bustión de una sustancia depende de su contenido en carbono. Rela­cionando esto con los alimentos, vemos que el calor ele combustión tiene tres facetas distintas:

A) Valor calorimétrico: Glícidos, 4,1 cal/ gr. Lípidos, 9,45 cal/gr. Prótidos, 5,65 cal/gr.

B) Valor fisiológico: Glícidos, 4,1 cal/ gr. Lípidos, 9,45 cal/gr. Pró­tidos, 4,35 cal/gr.

C) Valbr alimenticio: Glícidos, 4 cal/gr. Lípidos, 9 cal/gr. Próti· dos, '! cal/gr.

Puesto que aquí hablamos de alimentación, haremos servir el últ.imo módulo, para el cual el cociente respiratorio vale 1 para los hidratos de carbono, 0,71 para las grasas y 0,80 pam las proteínas.

Es evidente que el contenido calórico de la dieta debe estar en re· ]ación con el trabajo que realice el sujeto, y es también evidente que el número de calorías será tanto mayor, cuanto mayor sea el esfuerzo muscular que realice. Y ¿cómo lograr este aumento de calorías? Pues aumentando el combustible, y para ello lo mejor son los hidratos de car· bono. ¿Por qué? En primer lugar, por los datos aportados hasta ahora, y en segundo lugar, porque su coeficiente de digestibilidad es de los mayores. Después, en la práctica, ya veremos si esto es posible.

En uno u ·otro caso, toda alimentación debe cumplir las tres leyes siguientes:

a) debe proporcionar la cantidad de energía precisa, b) debe proporcionar las vitaminas y oligoelementos suficientes, e) entre sus componentes ha de haber cierto equilibrio. La dietética es una ciencia muy difícil, ya que para establecer una

dieta son muchos los factores que deben ser tenidos en cuenta. Vamos a hacer caso omiso de ellos y a poner un ejemplo que nos sirva de base:

Varón Peso 60 kgs. 35 años Talla 1,65 m. Oficinista

Calorías basales Trabajo 30% Plus 10%

La composición final de su dieta será:

Prótidos Lípidos Glícidos

100 gr. 70 gr.

292 gr.

462 gr.

1.577 473 150

2.200/día

400 cal. 630 cal.

1.170 cal.

2.200 cal/día

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Con este ejemplo, hemos llegado al cálculo teórico de una dieta, con sus gramos diarios y sus calorías diarias. Después, haciendo uso de unas tablas adecuadas, e procederá a ditribuir estos gramos de cada principio en los alimentos que deban contenerlos (carne, pescado, leche, huevos, fruta, pan, etc.).

Ahora bien, ya hemos dicho que 6ste es tm ejemplo teórico. Pasemos ahora a la parte práctica : ¿cómo podemos aplicar estos conocimientos a la alimentación del astronauta?

Pues, en teoría, es muy sencillo. Basta tener en cuenta toda esta se­rie de factores :

Edad. Sexo. Peso. Talla. Calorías basales. Trabajo, Plus calórico. Va-lor real y valor teórico del alimento. Distribución de los alimentos, etc.

Pero, en la práctica, esto es imposible. ¿Por qué? l. Porque estos viajes son muy largos. 2. Porque la cantidad necesaria de víveres sería enorme. 3. Porque no podemos contar con encontrar alimentos. 4. Porque la cantidad global ocuparía demasiado espacio. Si a estos cuatro puntos añadimos el hecho de que el transporte y su

conservación posterior es prácticamente imposible, llegaremos a la con­clusión de que uen estos momentos, la {mica solución práctica para la alimentación del astronauta, es la de usar alimentos concentrados y ex­tractos, con los suplementos vitamínicos y minerales en cápsulas».

Hoy en día, basta abrir cualquier revista especializada para hallar lo que podríamos llamar el lema de moda: las algas. ¿Qué hay de ver­dad en ello? Es éste un tema del que, efectivamente, se habla mucho, pero del cual no se clice nada. Desde la última guerra mundial, y espe­cialmente desde los habajos de MYERS en Tejas, se ha especulado mu­cho con las algas y con la posibilidad ele que fueran la ba~e de la ali­mentación de Jos astronautas. Y, sin embargo, el terna no es, ni mucho menos, una novedad. Las algas, como alimento para el hombre, se cono­cen desde la antigüedad; en Escocia, Irlanda y Noruega comen las es­pecies Laminaría y Schyzimenia. En las costas del Pacífico usan las espe­cies Laurencia, Durvillea y Enteromorpha; y en Oriente, la Eucheuma Y Gracilaria, entre otras.

Veamos unos cuantos datos ne la que parece ser más idónea, que es la Chlorella Pyrenoidosa. Su composición centesimal es la siguiente: proteínas, 70 %; grasas, 15 %, e hidratos de carbono, 15 %. Su riqueza en aminoácidos es extraordinaria: leucina, isoleucina, arginina, valina, lisi­na, histiclina, fenilalalina, tirosina, cistina, metionina, etc., enh·e los esen­ciales, Y alanina, glicina, ácido glutámico, ácido aspártico, serinn, etc., entre los no esenciales. En cuanto ¡\ su contenido vitamí11ico, posee 55.000 U. l. por gramo de vitamina A, 4 de B1, 25 de B2, 9 de B6 ,

00 de ácido fólico y 4.000 de C.

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430 ANALES. SE CClÓN MEDICINA

Como después veremos (al hablar del oxígeno), 2,3 kgs. de Chlorella proporcionan el oxígeno necesario para un hombre, por día. A todas estas ventajas aún puede sumarse otra: la de que su alimentación más óptima es la urea, con la cual, y en circtúto cerrado, tenemos así la posibilidad de utilizar las excretas. Por otnt parte, su base principal, que es la ener­gía solar, no ha de faltarle en el espacio. En estas condiciones, su ftm­ción o fotosíntesis está asegurada sin límite de tiempo. Otra ventaja para el astronauta es la de c¡ue el alga sería la que cap­taría el CO .l expirado, proporcionándole el oxígeno ~uliciente para su respiración, gracias a la fotosíntesis . Como ya hemos indicado, la •ma­teria J?Timau, o sea, la energía xadianle, no es problema. Gracias a ella, tiene lugar lá fotosíntesis, con. sus tres fases:

l."' foto lisis del agua; 2." fosforilación fotosintélica; 3 ... fijación del CO~ .

No es aquí el momento de explicar la bioquímica ele estas tres fa>es, que es el exponente más claro de los organ ismos autótrofos, como son las algas. Baste decir que, a pesar de su gran complejidad, ésta cstaní siem­pre asegurada. Hemos insistido en el problema de la luz, ra que la producción de oxígeno por las algas está en relación directa con ella. Así:

bajo la luz fluorescente produce: lO litros 0 2 / día bajo lámpara de tungsteno produce: 20 lilros 0 2/dfa

Hasta aquí, parece, pues, que todo son ventajas, y c1ue su utiliza­ción resolverá el problema alimenticio del astronauta. Sin embargo, no todo son ventajas ; también podemos encontrar algún inconveniente. Los principales son tres: A) poseer un exceso de njtr6geno. Esto producir{\ un desequilibrio en el balance nitrogenado, cou los perjuicios consiguientes; B) Polidipsia concomitante; C) por tratarse de pequeñas células encapsuladas por una cubierta de celulosa, su digestión es muy difícil, ya que el homb1:e no t iene en sus jugos digestivos los fermentos para ello. Por lo tanto, esto obligará a darle celulasa (con la cual se transforma en celubiosa) y celubiasa (con la cual se transforma en d-glucosa) . Como ya hemos dicho anteriormente, en las lres fuentes endógenas ele calor, una q ue resalta por su importancia es el trabajo muscular. Ahora bien, partimos de la base de que la cuota termogénica muscular surge, claro está, de un principio fu ndamen tal: el estado normal ele las míofibrillas y especialmente de sus proteínas contráctiles. Si esto falla, la termogénesi~ se ve dismiuuiclu en tm faC'lor, quedando a cargo sola­mente de los otros dos; se ve, pues, muy restringida.

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CASELLAS. PROBLEMA HUMANO 431

Y esto es, precisamente, lo que ocuno en Astronáutica, ya que la contracción muscular depende en gran parte del funcionalismo hepático, y éste se verá muy comprometido por los trastornos que después dire­mos que ocurren en la digestión y asimilación. Que esto es así, lo de­muestra lo siguiente: el hígado en la actividad muscular tiene un papel doble:

1) como órgano químico-energético, 2) como reservorio sanguíneo. Una parte de esta energía va a servir para la contracción muscular.

Ko es tema mío hablar de la patología del tono muscular en Astronáu­tica, pero sí diremos, para demostrar lo dicho, que en la conh·acción muscular, la actina G se transforma en actina F, y ésta, uniéndose a la miosina, produce actomiosina, que es la base formativa de las proteínas <:ontráctiles que, junto con la despolarización y repolarización de la .fibri­lla y la producción de acetilcolina en la placa motora, explican su con­tracción.

En la contracción muscular, como vemos, intervienen tres sistemas energéticos :

l. Sistema ATP que pasa a ADP. 2. Resú1tesis del A TP por la fosfocreatina. 3. Glucogenolisis anaerobia. Pues bien, el segundo se rompe si no existe creatina. La creatina se

forma en el hígado, uniéndose la glicina con arginina y con metionina. Como después veremos, al alteraTSe la asimilación digestiva, el hígado se encuentra en condiciones carenciales para producir creatina, por lo cual la contracción muscular se ve falta de ella, lo cual acarrea una falta en la resintetización del A TP.

Veamos ahora la cuota metabólica del astronauta en su cabina. Para ello, veamos lo que dice KoNeccr, que es el ntejur especialista en esta materia, el cual hace el siguiente reparto :

horas cal/hora cal/día dormir 8 65 520 trabajo ligero 8 150 1200 sentado 5 100 500 descanso echado 1 80 80 ejercicio ligero 1 200 200 ejercicio pesado 1 500 500

24 3000

. ~e acuerdo con esta distribución, un astronauta de 70 kgs. consu­mu·¡¡ unas 3000 calorías al día, el cociente respiratorio total será de 0,82,

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432 A..'IALES. SECCIÓN MEDICINA

consumirá dos libras de oxígeno al día y producirá 2,5 libras de anhídrido carbónico al día. Como comparación citaremos el hecho de que la perra Laika consumia unas 7 libras de oxígeno por semana.

Comparemos ahora estos valores con los que da CL.U.fMAN:

24 % oxígeno 862 gramos 62 % agua 2200

proteínas 80 !N GRES OS 14% bid. de e 270

grasas 150 500

100% 3562 gramos

l 27% C02 982 gramos 72% agua 2542

SALIDAS 1% sólidos y urea 38

100 % 3562 gramos

Es interesante resaltar que el segundo autor nos da una cuota meta· bólica más hipercalórica; a nuestro entender, esta diferencia se debe a un mayor contenido en grasas, cuyo total diario creemos exagerado.

Hasta aqui nos hemos limitado a estudiar someramente algunos as­pectos de la alimentación sin tener en cuenta para nada los factores am­bientales que rodearán al astronauta, y de los cuales hemos hecho roen· ción al empezar.

Ahora bien, ante la imposibilidad de analizarlos todos, vamos a con· siderar sólo tres :

Presión atmosférica Gravedad Oxígeno

Y preguntamos: bajo estas nuevas condiciones, ¿podrá hacerse la di­gestión? ¿Podrá hacerse la asimilación?

Empecemos por la gravedad. ¿La ingravidez permitirá comer? La primera fase es la deglución.

En ésta podemos considerar tres tiempos:

1.0 tiempo bucal, 2. o tiempo fru·íngeo, 3.• tiempo esofágico.

El 1.0 depende de la voluntad; en cambio, el 2.0 y el 3.0 son invo· luntarios, ya que son reflejos, y como tales tienen: un centro (4.0 v~n­trículo), w1as vías aferentes (glosofru·íngeo, vago y trig6mino) y unas v¡as eferentes (los mismos, más el hipogloso).

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CASELLAS. PROBLEMA HmL<\NO 433

Una vez el alimento pasa por estos 3 tiempos, termina la deglución y pasa al esófago. Aquí su progresión está asegurada por una serie de contracciones perist<Ulicas de tipo reflejo (que no ceden incluso seccio­nándolo), por lo cual esta primera fase de la digestión no se verá afec­tada por la ingravidez.

Sigue el estómago; aquí tampoco habrá problema, porque la evacua­ción gástrica no depende de su acidez, sino de la diferencia de presión entre estómago y duodeno, y esta diferencia de presión tampoco se al­tera. En cuanto a los intestinos, la cosa es aún más fácil, ya que sus mo­vimientos peristálticos aseguran la progresión del bolo alimenticio, por­que son de tipo reflejo.

¿Y la asimUnción? ¿Influirá la ingravidez en ella? Aunque sea de un modo esquemático, analicemos previamente el metabolismo interme­diario de los ITes principios inmediatos, para poder comprender mejor las perturbaciones que puedan proclucixse.

En cuanto a los glícidos, y<"l. sabemos que una vez llega la glucosa al intestino delgado, el primer proceso es sufrir una fosforüación: glll­cosa y ATP da glucosa-6-fosfórico y ADP. La fosforilaci6n juega un papel metabólico muy importante, ya que los enlaces fosfóricos del A TP no so­iamente son muy ricos en energía, sino que además son las únicas fuen­tes energéticas a disposición inmediata de las células. Atraviesa después la barrera intestinal y a través de la porta llega al hígado, en donde un 18 !lo se transforma en glucógeno y el resto pasa a la circulación gene­ral. De este azúcar circulante, un 25% se oxida completamente a COz Y H.O, y el resto se resintetiza en glucógeno, especialmente muscular. Esta oxidación de la glucosa es exotérmica, siendo la variación de ental­pia Y energía libre negativas, y la entropía mayor de cero, valiendo unas 673 Kcal.

En cuanto ·~ su destino ullerior, diremos que las posibilidades meta-bólicas de los glícidos son cuatro :

glucoxidacióu: C02 y H20 glucolisis: ácido láctico neoadipogenia: grasas transaminación : proteínas

En cuanto a las grasas, nos limitaremos a las grasas de depósito y re­serva, ya que ellas constituyen las reservas calorígenas del organismo. Sus posibilidades metabólicas son 3 :

oxidarse hasta C02 y HzO cetogénesis y cetolisis transformación en glucógeno.

Y en cuanto n los próliclos, solamente diremos que el destino ulterior de los aminoácidos es también triple:

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a) Neoglucogenia proteica: se fo1ma a expensas de la glicocola, ala­nina, glutámico, etc. Para formar hidratos de carbono, sufren una des­aminación y se forma ácido pinhdco (ciclo de Krebs), ácido láctico y finalmente glucosa.

b) Formación de ácidos grasos: a expensas de la letJcina, lisina, ti­rosina, etc. Previa desaminación, sufren un proceso ele carboxilación, ob­teniéndose un ácido graso con un carbono menos.

e) El resto: triptófano, histidina, valina, etc., permanecen como ta­les para formar las estmcturas proteicas y suplir su desgaste.

Visto este esquema del metabolismo intermediario, repetiremos la pre­gunta que nos habíamos formulado antes : ¿influirá la ingravidez en la asimilación? ¿InBuü·á en estos recambios del metabolismo intermediario? A esto podemos contestar que no. Esto ha podido demostrarse usando alimentos umarcados• con isótopos y se ha visto que la asimilación y fases ulteriores son independientes por completo de este factor físico.

Segundo factor: presión atmosférica. Ya es sabido que el valor nor­mal (760 mm.) se reduce a 525 mm. a 8.500 metros de nltura (valor límite), siendo el valor crítico de 267 mm. ¿Su disminución alterará el complicado fisiologismo digestivo? Desgraciadamente, aquí no podemos ser tan optimistas como lo hemos sido con la ingravidez, ya que los trastornos que se producirán son dobles:

A) En la nmción motora :

aumento de volumen de los gases intestinales dismirmción del poder contráctil disminución de la evacuación gáshica trastornos cardio-respiratorios por elevación diafragm~ltica.

B) En la función secretora: dismirmción de todas las secreciones digestivas.

El tercer factor a considerar es el oxigeno. Su disminución también es un motivo de preocupación para nosotros, ya que interfiere las fun­ciones digestivas por producir :

disminución de la secreción salivar disminución de la secreción gástrica disminución de la acidez disminución ele la secreción pancreática atonÍa de colon.

En resumen : a pesar de que solamente hemos am1lizado tres de los múltiples factores físicos que rodearán al astronaula, vemos como dos ya interfieren extraordinariamen te su .fisiología. Naturalmente, todos estos trastornos los hemos localizado en el aparato 'digestivo por estar produ­cidos en el mismo, es decir, de sintomatología local digestiva por pato-

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CASELLAS. PROBLE~!A HUMANO 435

genia causal análoga; pero no debemos olvidar que a todos ellos vienen a sumarse otros, como son:

1.0 los producidos por los otros factores físicos ya enw1ciados, 2.0 los de ámbito extradigestivo, es decir, los producidos en otros

órganos y sistemas y que repercuten, directa o indirectamente, en el aparato digestivo, swnándose y agravando los anteriores.

Si esta simple exposición de la problemática que plantea el Factor Humano uos resulta tan compleja, pensemos que, en realidad, estamos en los balbuceos de la Astronáutica; pensemos qlle hasta hace unos pocos años el simple hecho de hablar de un viaje al espacio promovía risa o pena, y que, sin embargo, en poquísimos años, repito, ya estamos ha­blando de la estación espacial, con sus problemas de habitabilidad, esta­bilidad, orientación, gravedad artificial, etc. Pensemos también que nues­tro organismo está adaptado a un medio ambiente cuyas condiciones fí­sicas son variables sólo hasta cierto punto, y esta adaptación depende de una actividad orgánica incesante, actividad que hace que nueslros aparatos y sistemas reaccionen contra los cambios de este medio para asegurar su permanencia biológica.

Por lo tanto, si las condiciones físicas del medio ambiente cambian drásticamente, hasta el e>.1.remo de llegar a ser diametralmente opuestas a las normales en la Tierra, no es de exb·añar que todo ello constituya un tal cúmulo de problemas que sumados nos dan una resultante final: la absoluta y completa imposibüidad que tiene el organismo humano de sobrellevarlos con éxito. Toda esta patología, mejor diríamos esta nue­va patología, cuyo detalle se estudia con carácter exhaustivo en los Cur­sos de EspecializaciÓn de la Facultad de Medicina, en el primero ele los cuales tnve el honor de profesar una lección, lleva, 1·epito, a la con­clusión de que en el espacio no tiene el hombre ningtma posibüidad de vida, por sufrir lo que yo llamé síndrome adaptativo reacciona!, y cuya única prevención es la cabina y el traje espacial.