1.1.mito de la sucesión
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EL MITO DE LA
SUCESIÓN
¿Qué es un mito?Los mitos son relatos tradicionales que se
conservan en la memoria colectiva.Explican los grandes temas de la vida y del
mundo mediante el recuerdo de las acciones de los dioses y los héroes.
Mito (mythos) es un término griego que significa “narración” y especialmente se aplica a una “narración” antigua y oral,
Hesíodo, autor griego que vivió sobre el último tercio del siglo VIII o comienzos del VII a.C., en Ascra, Beocia. Es el autor, entre otros, de la Teogonía, poema en el que trata de ordenar mediante catálogos y genealogías el mundo de los dioses griegos, desde Caos hasta Zeus.
Cosmogonía
En un principio existió Caos, el punto de partida, un vacío primordial,
una masa informe y confusa. De Caos surgieron Gea, la tierra divinizada,
la Gran Diosa Madre, diosa de la fecundidad y de la naturaleza; el Tártaro,
cimiento del universo, lugar situado en las profundidades de la tierra; Eros
, la fuerza elemental y primigenia del mundo, que asegura la continuidad
de las especies; Érebo, tinieblas infernales; y la Noche, divinización de la
oscuridad nocturna. De la unión de estas dos divinidades, Érebo y Noche,
nacieron Éter, la región superior del firmamento, y Hémera, la divinización
del día.
Gea, la diosa Tierra, engendró por sí sola dos hijos: Urano,
deificación del cielo, y Ponto, divinización masculina del mar.
Estas primeras divinidades son fuerzas de la naturaleza, potencias primarias de los orígenes del
mundo, que la imaginación de los hombres primitivos convirtió en dioses. A partir de éstos, se
suceden generaciones de dioses antropomórficos, es decir, con aspecto humano.
Gea y Ponto se unieron y engendraron las primeras
divinidades marinas ( Nereo, Taumante, Forcis, Ceto y
Euribia ), de entre las que sobresale Nereo, el mayor de
los hijos, representado como un amable y sabio anciano de
blanca barca, del que nacerán las Nereidas, ninfas marinas.
Gea y Urano formaron pareja y engendraron a los Titanes,
seis varones ( Océano, Ceo, Hiperión, Crío, Jápeto y Crono )
y seis hembras ( Tetis, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Dione
y Tía ), divinidades con aspecto y rasgos humanos; a los
tres Cíclopes
( Arges, Estéropes y Brontes ), seres gigantescos con un
solo ojo circular en mitad de la frente, y a los tres
Hecatonquiros ( Briareo, Giges y Coto ), seres de colosal
tamaño con cien brazos y cincuenta cabezas.
Los hijos de Gea
Mito de la castración de Urano Urano encerraba en el Tártaro a los hijos que iba engendrando su esposa Gea.
Ésta, enojada por su manera de proceder, incitó a sus hijos para vengarse y
entregó una afilada hoz a Crono ( Saturno entre los romanos ), el menor de los
Titanes, quien cortó los genitales de su padre Urano cuando iba a extenderse
sobre la Diosa Madre.
La sangre derramada de Urano al ser castrado fecundó la tierra y nacieron los
Gigantes, seres terribles, de gran tamaño, aspecto humano, con larga cabellera
y barba y serpientes en lugar de pies; y las Erinias, llamadas también Furias,
las vengadoras de los crímenes, de aspecto terrorífico, con serpientes en lugar
de cabellos y con una antorcha en la mano.
Los genitales de Urano, arrojados al mar por Crono, al contacto con el agua,
formaron una espuma, de la que nació Afrodita ( la romana Venus ), diosa del
amor y de la belleza.
Este mito simboliza el poder devorador del tiempo, personificado en Crono,
cuyo atributo más característico es el reloj de arena.
G. Vasari, La castración de Urano
Rubens, El dios Saturno
Goya, Saturno
Los Titanes liberaron del Tártaro a los hijos de Urano
y Gea y dieron a Cronos la soberanía de la tierra.
Crono (Saturno) se caso con su hermana Rea
(Cibeles), a quien está consagrado el roble.
Pero la Madre Tierra (Gea), y también su moribundo
padre Urano, habían profetizado que uno de sus hijos
lo destronaría. Así pues, se tragaba a los hijos que le
daba Rea.
Primero Hestia (Vesta), luego a Deméter (Ceres) y a
Hera (Juno), después a Hades (Plutón) y por último a
Poseidón (Neptuno). Rea estaba rabiosa.
Cuando dio a luz a Zeus (Júpiter), su tercer hijo, en
plena noche en Arcadia en el monte Liceo, donde
ninguna criatura proyecta su sombra y después de
bañarlo en el río Neda, lo entregó a la Madre Tierra:
ésta se lo llevo a Creta y lo escondió en la cueva de
Diete, en el monte Egeo. Gea lo dejó allí para que
fuera criado por unas ninfas y por la diosa-cabra
Amaltea.
Cronos y Rea
Rea entrega a Crono una piedra
Infancia de Zeus (Júpiter) Zeus se alimentaba de miel y bebía la leche de
Amaltea, junto con su hermano adoptivo, la cabra Pan.
Los Curetes, guerreros muy ruidosos, montaban
guardia armada alrededor de la cuna de oro del
pequeño Zeus, la cual colgaba de un árbol para que
Crono no pudiera encontrarlo ni en el cielo, ni en la
tierra, ni en el mar. Los Curetes golpeaban sus escudos
con sus lanzas para ahogar el ruido de su llanto y evitar
que Crono pudiera oírlo desde lejos.
En efecto Rea había engañado a Crono, había envuelto
una piedra con los pañales de Zeus y se la había
entregado a Crono en Arcadia. Crono se la había
tragado, creyendo que se estaba tragando a su hijo
Zeus. P. Julien, Amaltea, ninfa y cabra
Zeus se hizo mayor entre los pastores
de Ida viviendo en otra cueva;
buscando venganza Zeus fue en busca
de Metis, su prima (hija de Océano y
Tetis), que vivía junto a la corriente del
Océano, su padre.
Siguiendo el consejo de Metis visitó a
su madre Rea y le pidió que le
nombrara copero de Crono. Rea le
ayudó de buena gana en su tarea de
venganza.
Le proporcionó la pócima vomitiva que Metis le había encargado mezclar con el
aguamiel de Crono.
Después de tomar un buen trago, Crono vomitó primero la piedra y luego a sus
hermanos y hermanas mayores de Zeus. Zeus la clavó sobre la anchurosa tierra,
en la sacratísima Pito, en los valles del pie del Parnaso, monumento para la
posteridad, maravilla para los hombres mortales.
Salieron ilesos, y en agradecimiento le pidieron que los encabezara en una guerra
contra los Titanes que apoyaban a Crono y eligieron a Atlante como jefe, pues
Crono ya no estaba en plenitud de sus fuerzas.
N. Poussin, El alimento de Zeus
La TitanomaquiaA Zeus lo apoyaban, además de sus hermanos,
los Cíclopes y los Hecatónquiros, encerrados en
el Tártaro y liberados por él mismo. Los
Cíclopes, agradecidos, forjaron para Zeus el
trueno, el rayo y el relámpago; para Poseidón, el
tridente, y para Hades, un casco que volvía
invisible al que lo portaba.
Crono, por su parte, fue ayudado por la mayoría
de los Titanes. La lucha entre los Titanes desde
el monte Oris y los Crónidas desde el monte
Olimpo, duró diez años, al final de los cuales los
Titanes fueron derrotados y encerrados en el
Tártaro bajo la vigilancia de los Hecatónquiros.
El titán Atlas, uno de los más destacados en la
lucha, fue castigado a sostener eternamente la
bóveda celeste sobre sus hombros.
Este mito simboliza el enfrentamiento que hubo, en un pasado remoto de Grecia, entre dos tipos de religiones. Se impuso el culto de los pueblos pastores, invasores de origen indoeuropeo ( los Crónicas, es decir, los dioses olímpicos ), frente a la antigua religión de los pueblos agrícolas sometidos los Titanes, o sea, los dioses preolímpicos ).
Rubens, La derrota de los Titanes
El reparto del mundo: Los OlímpicosFinalizada la lucha, los Crónicas se repartieron el dominio del mundo: a Poseidón tocó el
gobierno del mar, a Hades el mundo subterráneo y a Zeus le correspondió el dominio del
cielo y el mando supremo sobre los demás dioses.
Los hijos de Zeus forman la segunda generación de dioses olímpicos. Todas las
leyendas de los amores de Zeus tienen un fundamento religioso o genealógico, ya que
Zeus, dios del cielo, traído a Grecia por pueblos invasores de origen indoeuropeo, fue
asimilado y adorado prácticamente en todas las regiones griegas y en cada una de ellas
se le unió o bien se le casó con una diosa local.
Estos divinos hijos de Zeus fueron Atenea (Minerva), Ares (Marte), Hefesto (Vulcano),
Apolo y Ártemis (Diana), Hermes (Mercurio), Dioniso (Baco) y Afrodita (Venus),
pues, según Homero, nació de la unión de Zeus y la Oceánide Dione. Todos estos dioses,
junto con el soberano Zeus y sus hermanos, son llamados olímpicos por tener su morada
en las nevadas cumbres del monte Olimpo, en la región de Tesalia.
Zeus adoptó su propia estrategia para no ser destronado por ningún hijo suyo.
Siguiendo los consejos de Urano y Gea, se aseguró su reinado comiéndose, no ya a sus
hijos, sino a su primera esposa, Metis, hija de Océano y Tetis, frenando así cualquier
intento sucesorio de su descendencia.
Otros enfrentamientos por el poderLA GIGANTOMAQUIA o LUCHA CONTRA LOS GIGANTES.
Gea, para vengar a los Titanes, instó a los Gigantes a que atacaran a
Zeus y sus hermanos. Los Gigantes pensaron escalar el Cielo, morada
de los dioses, poniendo las montañas una encima de otra, pero fueron
vencidos. Unos murieron y otros quedaron apresados debajo de las islas.
Esta lucha acaeció, según el poeta latino Ovidio, durante la edad de hierro.
LA TIFONOMAQUIA o LUCHA CONTRA TIFÓN.
Tifón, un terrible monstruo, simbolizaba la poderosa y temible fuerza
de la Naturaleza. Según una versión, Zeus lo venció con el trueno y el
rayo y lo encerró en el Tártaro. Según otra versión, Zeus y Tifón se
enfrentaron en una terrible lucha, Tifón fue herido, Zeus lo persiguió
hasta la isla de Sicilia y, finalmente, lo aprisionó lanzándole encima el
volcán Etna.