ruth toledo masculinades

21
1 Curso Virtual a Distancia Masculinidades, subjetividades en pugna, Patriarcado y poder Familias en violencias. Aplicación del enfoque de Género y masculinidad en programas y proyectos de la política de infancia y adolescencia en Chile: Una revisión desde la práctica aplicada. Ruth Toledo Albornoz Trabajadora social, Candidata a Magister en Intervención Social, UAS Directora Programa Libertad Asistida Especial Antulafquen, Villarrica, Chile Resumen El presente documento que se presenta propone una mirada desde la política de infancia y adolescencia en Chile y cómo en los procesos de intervención aplicada en los programas y proyectos a favor de la infancia se aplica el enfoque de género y masculinidad/es, haciendo un recorrido desde la institucionalidad y el interés de las organizaciones de la sociedad civil por el tema, a través de la aplicación en programas más focalizados. Este proceso no ha estado excepto de resistencia y dificultades, que al parecer parecieran ser externas a los propios programas, no obstante se originan desde las propias representaciones de los participantes dado que son parte del sistema social donde persiste aún el sistema patriarcal y la masculinidad hegemónica dominante. Se realiza, además, una revisión del proceso que se llevó a cabo en el Centro de Iniciativa Empresarial, lugar donde me desempeño, de las prácticas efectuadas por los Profesionales en relación a la aplicación del enfoque de género y las masculinidad/es en programas con adolescentes.

Upload: artemisa

Post on 07-Apr-2016

213 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Se realiza una aproximación de las configuraciones de masculinidades en jóvenes infractores de ley.

TRANSCRIPT

1

Curso Virtual a Distancia

Masculinidades, subjetividades en pugna, Patriarcado y poder

Familias en violencias.

Aplicación del enfoque de Género y masculinidad en programas y proyectos de la política de infancia y adolescencia en Chile: Una revisión

desde la práctica aplicada.

Ruth Toledo AlbornozTrabajadora social, Candidata a Magister en Intervención Social, UAS

Directora Programa Libertad Asistida Especial Antulafquen, Villarrica, Chile

Resumen

El presente documento que se presenta propone una mirada desde la política de infancia y adolescencia en Chile y cómo en los procesos de intervención aplicada en los programas y proyectos a favor de la infancia se aplica el enfoque de género y masculinidad/es, haciendo un recorrido desde la institucionalidad y el interés de las organizaciones de la sociedad civil por el tema, a través de la aplicación en programas más focalizados. Este proceso no ha estado excepto de resistencia y dificultades, que al parecer parecieran ser externas a los propios programas, no obstante se originan desde las propias representaciones de los participantes dado que son parte del sistema social donde persiste aún el sistema patriarcal y la masculinidad hegemónica dominante. Se realiza, además, una revisión del proceso que se llevó a cabo en el Centro de Iniciativa Empresarial, lugar donde me desempeño, de las prácticas efectuadas por los Profesionales en relación a la aplicación del enfoque de género y las masculinidad/es en programas con adolescentes.

2

1.- Contexto histórico del proceso de institucionalización de género en Chile:

La institucionalización del enfoque de género en Chile, y en general en América Latina, en gran medida fue impulsada por el impacto que han tenido los movimientos feministas y de mujeres en el quehacer del conjunto del Estado y en el comportamiento de otros actores sociales, políticos e institucionales.

La recuperación de la democracia en América latina, tras las dictaduras impuesta en varios países, y por ende el establecimiento de un nuevo escenario caracterizado por la aceleración de la globalización y el fortalecimiento de movimientos sociales a nivel nacional e internacional, generaron las condiciones para que distintos actores plantearan la necesidad de incluir el género en las políticas públicas. La profundización de la globalización, por ejemplo, hizo posible que las relaciones económicas y de poder se organizarán y ejercieran a una escala de mayor alcance espacial. La implementación del modelo neoliberal presionó a favor de reformas del Estado que hicieron posible las desregularización de las instituciones económicas adecuándose a las necesidades del orden económico global.1

Por políticas públicas se entiende el conjunto de herramientas de diferente nivel (las que incluyen leyes, políticas, planes gubernamentales, medidas regulatorias y prioridades de financiamiento) que son promovidas por organismos gubernamentales. Si bien las políticas públicas no se circunscriben sólo al ámbito estatal sino que también componentes provenientes de actores y organizaciones de la sociedad civil y cómo estos se comprometen para constituir acciones comunes en la temática.

La necesidad de incorporar la perspectiva de género en las políticas públicas, se ampara en la necesidad de visibilizar y corregir desigualdades e iniquidades de género, evidenciando el rol que todo Estado democrático tiene en la contrarrestación de los mecanismos generadores de desigualdad presentes en la sociedad y por tanto, en la construcción y transformación de las relaciones de género. Ello implica también contrarrestar la consiguiente reproducción de desigualdades a través de las políticas públicas, a través de lo que ha denominado “neutralidad o ceguera de género” que se refiere a la creencia que tratar a todos por igual asegura la no discriminación, sin considerar que hombre y mujeres tienen necesidades y condiciones distintas (SERNAM, 2008)2

1 Serie Mujer y Desarrollo: Políticas públicas e Institucionalidad de género en América Latica (1985-2010), Virginia Guzmán y Sonia Montaño ,CEPAL, Santiago de Chile, 20122 Género y políticas públicas; el estado del arte, Ximena Solar, Germinia, diciembre 2009.

3

En Chile fue el Gobierno de Patricio Aylwin 1990-1994, después de la dictadura, que crea el primer organismo público preocupado por tratar principalmente las desigualdades entre hombres y mujeres, denominado Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), cuya agenda Institucional estuvo más abocada a resolver los problemas más urgente derivados de las desigualdades de género.

Desde la instalación de la perspectiva de género en las políticas públicas en Chile hasta el año 2010, se pueden distinguir tres grandes etapas, caracterizadas por la progresiva instalación de determinadas estrategias y acciones:Periodo de 1991 a 1999; caracterizada por la creación del Servicio Nacional de la Mujer y la generación de información empírica, de diagnóstico y análisis de la realidad de la mujer desde el Estado; el diseño y coordinación de programas sociales de alto impacto dirigidos a mujeres; capacitación laboral, creación y fomento de la microempresa, prevención de embarazo adolescente, coordinación intersectorial y capacitación a funcionarios públicos en el tema. Se inicia el proceso de reformas legislativas. Se diseña e implementa el primer Plan de igualdad de oportunidades entre Mujeres y Hombres (1994-1999).

Periodo de 2000 a 2005; Se inicia con la implementación del 2º Plan de igualdad de Oportunidades (2000/2010). SERNAM integra en su quehacer el concepto de enfoque de género en las políticas públicas” y asume la estrategia de transversalización del enfoque de género para el trabajo con el conjunto de la institucionalidad pública. Se crea el Consejo de Ministros por la Igualdad de oportunidades (2000); el establecimiento de compromisos Ministeriales de Igualdad de oportunidades y agendas sectoriales; y el Consejo de Ministros se replica a nivel regional (Comisiones PRIO). Se instala el sistema de Equidad de género en el programa de Mejoramiento de la gestión (2002); el PMG recibe de parte del BID el primer premio en el “Concurso de políticas, planes y programas nacionales con impacto en la igualdad de género en América Latina y el Caribe”. Se define la entrega anual de cuenta pública sobre los avances en términos de equidad el día 08 de marzo.

 Periodo de 2006 a 2010: Asume la Primera Mujer Presidenta de Chile; designa el primer Gabinete paritario de la historia; la equidad de género se define como la prioridad de Gobierno y la forma parte del programa de Gobierno; se elabora e implementa la Agenda de Género 2006-2010. Es una etapa de profundización y ampliación de la estrategia de tranversalización de género, complementada con el trabajo intersectorial focalizado en los sectores donde las brechas son más

4

significativas. Se retoma y fortalece al Consejo de Ministros/as por la igualdad de oportunidades, se nombran asesores ministeriales de género en todos los sectores; se forman mesas sectoriales de género; se definen compromisos ministeriales de género que son integrados al sistema de Programación Gubernamental SEGPRES. El PMG de género inicia una fase de afianzamiento, donde su carácter de vuelve más político, pues se espera que los servicios incorporen de manera transversal el género en su quehacer institucional. Se fortalecen las comisiones Regionales de Igualdad de Oportunidades y se elaboran las Agendas regionales de Género.

Uno de los instrumentos de incorporación de la perspectiva de género en las políticas públicas más instalados y estudiados en Chile es el Programa de Mejoramiento de la Gestión (PMG) de Género. El PMG es un instrumento de mejoramiento de la gestión que apoya la formulación presupuestaria y enmarca en el proceso de modernización del Estado. Los PMG asocian el cumplimiento de los objetivos de gestión a un incentivo de carácter institucional para los funcionarios de los servicios públicos. A partir del año 2001 los objetivos de gestión y su cumplimiento se expresan en etapas de desarrollo de sistemas de gestión, según definiciones comunes de contenidos y exigencia para cada una, en cada uno de los sistemas.

  Servicio Nacional de Menores y enfoque de Género:

Según su página web, el Servicio Nacional de Menores (SENAME), se define como un organismo gubernamental ayudante del sistema judicial, que depende del Ministerio de Justicia.

Fue creado por el Decreto Ley N 2.465 del 10 de enero de 1979, que constituye su Ley Orgánica y que fue publicada en el Diario Oficial el 16 de enero del mismo año. Un decreto supremo del 5 de diciembre de 1979 fijó la planta y el SENAME entró en funciones el 1 de enero de 1980.

El Servicio desarrolla sus actividades de acuerdo a las instrucciones que le indican los diversos tribunales, a través del país. Todas las prestaciones, salvo las Oficinas de Protección de Derechos, están ligadas a la justicia y los niños, niñas y adolescentes que son atendidos han sido enviados directamente por los Tribunales de Familia, vale decir, se encuentran judicializados.

Para cumplir con estas obligaciones, el SENAME cuenta con centros de atención directa y con una red de colaboradores acreditados (privados), que postulan con proyectos a licitaciones públicas. En el caso de los centros directos, estos gastan el 10% del presupuesto institucional, mientras que la red privada utiliza el 90% de este presupuesto.

5

El proceso de transversalización del enfoque de género, en el SENAME; comienza el año 2002 con el inicio del Sistema Género del Programa de Mejoramiento de la Gestión PMG. Este ha obligado a implementar diversas estrategias para avanzar en la temática, incorporándola al quehacer cotidiano del Servicio. La base de éstas estrategias ha sido la generación de conocimientos, esto en la medida que las intervenciones desde el enfoque de género con población infanto-adolescente requieren de énfasis significativos a partir del enfoque de derechos, ya que no es posible asumir que las inequidades de género ya visibilizadas con el mundo adulto se repliquen idénticamente en niños, niñas y adolescentes mujeres y hombres.

Actualmente se mantiene la prioridad en torno al desarrollo, profundización, difusión y transferencia de estudios, así como la transversalización del enfoque en la normativa interna, entiéndase por esto Bases de Licitación, Orientaciones Técnicas, Procesos de Supervisión, Protocolos, entre otros.

Si bien lo anterior ha sido aplicado al interior del Servicio, la perspectiva del enfoque de género con las instituciones colaboradoras no ha sido abordada del todo, apenas en las orientaciones técnicas se solicita que los programas incluyan el enfoque de género, pero no se define de qué manera y desde qué enfoque, ni tampoco existe un seguimiento y una evaluación para identificar de qué forma las Instituciones colaboradoras abordarán el enfoque en sus programas. Ello es primordial porque como se mencionó anteriormente el 90 % de la oferta programática la ejecutan organismos privados que tienen ideologías diversas, como por ejemplo organizaciones de iglesias católica, evangélica, laicas, de beneficencia, etc.

Por otra parte, en los proyectos a licitar se agrega un ítem en el cual se solicita la manera en que la Institución privada abordará el enfoque de género, pero en su ejecución no hay un sistema de seguimiento específico. Si se considera que en los programas de jóvenes infractores de ley, la mayoría son hombres y cuyo fenómeno en gran medida se relaciona con la socialización de género, no se advierte la incorporación del estudio de masculinidad/es como una configuración de una práctica social dentro de un sistema de relaciones de género, concepto que ha sido discutido a partir de distintos enfoques pero que no puede definirse como un objeto de carácter natural, una conducta promedio o una norma, sino como un proceso de los cuales hombres y mujeres llevan vidas

6

imbuidas en el género.3 En los programas de SENAME los varones entre los 16 y por sobre los 18 años presentan una población equivalente al 67.43 % respecto de las adolescentes o jóvenes mujeres, esto se produce por la gran distancia entre los jóvenes varones con infracción a la ley penal que ingresan a los diversos programas de SENAME, las adolescentes mujeres se posicionan alrededor de un 32.57%, es decir, se concentran un tercio por debajo de los varones, esto puede tener relación con que las niñas permanecen en mayor medida al interior de sus hogares (ámbito privado), con mayor control social, lo que incide una mayor presencia en actividades delictivas a diferencia de los varones que por socialización han tenido mayor presencia en los espacios públicos, por lo tanto han contado con menor control de la familia y mayor exposición a la influencia de pares”4

En este contexto la Corporación CIEM Villarrica, en la cual me desempeño, desarrolla programas como organismo acreditado y colaborador del SENAME, ejecutando 08 proyectos en la línea de protección de derechos y de la línea de la ley penal adolescente. La preocupación por incorporar el enfoque de género en las intervenciones nace de los nuevos requerimientos del Servicio Nacional de Menores en sus procesos licitatorios, por una parte y por otra por la sensibilización de algunos profesionales que se habían capacitado en esta temática. Surgió entonces la necesidad de aplicar un instrumento para conocer cuáles eran las representaciones y significados de género que observaban los profesionales en sus prácticas cotidianas, para luego iniciar un proceso de sensibilización y capacitación en el tema que pudiera aportar nuevas herramientas y conceptualizaciones en los procesos de intervención e interacción con los usuarios/as. El instrumento fue aplicado en el mes de junio de 2011 en todos los programas del CIEM Villarrica y tuvo como objetivo proponer elementos clarificatorios que promueven el trabajo con concepciones de género, así como la identificación de ciertas prácticas de reproducción y perpetuación de estereotipos de género, todo ello con la finalidad de reorientar acciones de sensibilización entre los profesionales. Cabe mencionar que aún no estaba en las distinciones de los profesionales el concepto de masculinidad/es como práctica y configuración social.

De las preguntas planteadas, en base a los datos recolectados, se delimitó tres grupos de resultados: construcción del fenómeno de género (preguntas 1,6,7), cuestionamiento crítico a las formas de realizar la acción (preguntas 2,4,5) y mensajes que contribuyen a perpetuar los estereotipos de género sobre todo en el lenguaje utilizado por los Profesionales (pregunta 3).

3Módulo 1, Masculinidades, subjetividades en pugna, patriarcado y poder, familias en violencias, Hugo Huberman.4 Estadística de niños/as y adolescentes vigentes en el SENAME, con enfoque de género, boletín, 2010.

7

1.-Construcción del fenómeno de Género: De acuerdo a la pregunta 1) Identificar aspectos de la propia socialización que se podría analizar a la luz del enfoque de género, de los datos recogidos a la preguntas es posible reconocer que en la mayoría de los Profesionales existe una socialización de género apegada a roles tradicionales, destacando un grupo menor de Profesionales que reconocen en su formación personal elementos que se apegan a un rol más inclusivo de la mujer en diferentes ámbitos y de diferenciación sexual en relación a necesidades, por sobre situaciones sociales esperadas. Respecto de la pregunta 6; comente la pertinencia de incorporar el enfoque de género en las intervenciones y la pregunta 7; Cómo afecta la mantención y la reproducción los aspectos históricos/culturales en la forma de ser hombre o mujer en los diferentes contextos; se reconocen elementos de la práctica profesional que apuntan a la perpetuación de roles tradicionales de género y la invisibilización de temáticas relevantes a la hora de establecer acciones incluyentes e igualitarias en la relación con los usuarios/as.

Existe además un consenso al considerar la pertinencia de la aplicación del enfoque de género en los procesos de intervención con los usuarios/as, la cual radica en aportar una intervención más especializada y diferenciada, de acuerdo a las características familiares de cada cual. Se reconoce una alta relación entre género y factores de mejoría de los usuarios, aunque no se establece de qué forma se podrían llegar a esa situación ideal.

De las respuestas obtenidas, se señala que los elementos históricos se transforman en pilares de la construcción social del sujeto, reconociendo a la mujer en una posición de menoscabo frente al hombre. En palabras de Joan Scott “Los conceptos de género estructuran la percepción y la organización, concreta y simbólica, de toda la vida social. Hasta el punto que esas referencias establecen distribuciones de poder (control diferencial sobre los recursos materiales y simbólicos, o acceso a los mismos), el género se implica en la concepción y construcción del propio poder.”5

2.- Cuestionamiento crítico a las formas de realizar la acción: La serie de preguntas que incluyó; 2) Existen formas de hacer el trabajo o prácticas diferentes por parte de hombres y mujeres en su programa, explique, 4) Expliqué de qué manera incorpora la perspectiva de género en su programa y 5) Cómo identifica en los diagnósticos factores asociados a la categoría de género. Según los datos aportados los Profesionales del CIEM Villarrica, señalan trabajar más bien en la valoración de las habilidades profesionales y desde una construcción paradigmática

5 Scott, Joan W, (1997/1986) El género; una categoría útil para el análisis históricos. En Marta Lamas (comp). El género. Las construcción cultural de la diferencia sexual; México. UNAM-PUEG; 265-302.

8

inclusiva, y el respeto de las diferencias individuales, pero no se advierte claramente en sus opiniones una intervención basada a un enfoque de género, por lo que podríamos señalar que se realiza una intervención neutra de género, ejemplo de ello; trabajamos en base a “diferencias vinculadas con rasgos de personalidad entre cada miembro (indistinto del sexo)” “.. Si es hombre y mujer existen miradas distintas que llevan a iguales y similares resultados”. Se reconocen además prácticas que tienden a perpetuar los roles tradicionales de género y la masculinidad hegemónica dominante; “las mujeres del programa son un poco más flexible, en relación al hombre” “la mirada del hombre tiende al equilibrio”, “entre las mujeres es más fácil encasillar la relación de cercanía o lejanía, en cambio con un hombre la siento basada en la prudencia”, “las mujeres son más sigilosas, apreciándose el delito como más delicado, sacando principalmente ropa”.

En relación a los instrumentos que permiten identificar problemas o factores asociados a la categoría de género; de identifican “la pauta diagnóstica de cada adolescente, en el ítem que establece cuáles son los constructos sociales y simbólicos respecto al género”, “elaboración de un plan de intervención individual diferenciado”. Se destaca la alta prioridad que los profesionales le asignan al trabajo con las familias de los usuarios/as para poder alcanzar el fin de transformación de los sujetos; “ en la socialización respecto al tema y cambiar de alguna forma la perspectiva que se tiene en lo que respecta a los roles dentro del grupo familiar”,” clarificando la necesidad de cuestionar la manera de relacionarse Hombre/mujer”, “desde una mirada de igualdad para intervenir en las relaciones ya sea de la pareja o en el ser hombre y mujer”, ”incorporación del trabajo con familia que permita evaluar los estilos de crianza que imperan en el hogar”, “adherencia de la intervención al padre; ambas figuras parentales involucradas en el proceso de intervención”, “se potencia la participación de ambos padres en la crianza”. Se aprecia una reflexión respecto a si el enfoque de género debiera ser transversal al proceso de intervención o de manera focalizada.

Respecto a la identificación de factores asociados a género presentes, de los diagnósticos utilizados por los Profesionales se aprecian; roles al interior de la familia, análisis del funcionamiento familiar (estructuras, procesos) y además de las perspectiva que tiene el joven respecto a su familia y su funcionamiento.” En relación a herramientas técnicas sólo se hace referencia a una evaluación de entrada, como insumo y evaluación de reconocimiento de factores influyentes en la consolidación del significado del género, no se aprecia sistema de seguimiento de cómo los sujetos, mediante un proceso de sensibilización, re significan sus experiencias a través de este proceso.

9

3.-Mensajes que contribuyen a perpetuar los estereotipos de género en el lenguaje utilizado por los Profesionales: En este ámbito se reconoce principalmente mensajes relacionados a la construcción y reproducción del paradigma tradicional de género y a una reiterativa apropiación o asignación de características esperadas socialmente a hombres y mujeres, o estereotipos de género.

Surge la necesidad desde las respuestas obtenidas el cuestionamiento sobre los efectos del trabajo en equipo con alta presencia de mujeres, considerando además que las carreras ligadas a temáticas de servicios están constituidas por mujeres. No obstante la reflexión va orientada a cuáles son las características femeninas propias de los profesionales del CIEM, considerando que no hay una homogeneidad de lo masculino ni femenino.

Se reconocen prácticas que consolidan las características de roles tradicionales de género, como “los profesionales hacemos más partícipes a la figura materna que ala paterna, justificando además que el padre cumple el rol de proveedor principalmente”, “existe la tendencia a atribuir más la responsabilización a la madre, por la socialización de los hijos/as, excluyendo de alguna forma a la figura paterna”, “tendemos a perpetuar los estereotipos de género en nuestros discursos”, “ se le atribuye el rol doméstico a la madre por parte de los profesionales al momento de efectuar una intervención”. Al parecer en los procesos de formación en competencias parentales y de abordaje en familia se le otorga mayor responsabilidad a la madre, excluyendo al padre”, lo que repercute en mantener y reproducir nuevamente en los hijos e hijas el sistema patriarcal.

Como segundo proceso correspondió el desarrollo de una sensibilización y capacitación de los Profesionales técnicos, del CIEM que se llevó cabo el mismo año 2011. En tanto en un tercer proceso se buscó la identificación de prácticas profesionales que permitiesen visualizar el concepto de género como relevante en el análisis y establecimientos de objetivos de intervención en los usuarios/as y la actualización de los instrumentos técnicos que incluyeran la mirada de género.

Las principales conclusiones referidas principalmente al proceso de capacitación y sensibilización que se obtuvieron, son a saber; El desarrollo de los niños/as y adolescentes que son beneficiarios de nuestro programa se va a potenciar positivamente, cuando existe un conocimiento y aprendizaje por parte de los Profesionales de cómo intervenir con vulneración de derechos y desde una perspectiva de igualdad de género. Las distintas instituciones deben capacitarse en relación a la temática de género, ya que las instituciones que deben velar por los

10

derechos de los niños y niñas no han incorporado los conceptos de igualdad de género, puesto que todavía se sigue mandatando los procesos de intervención en relación al trabajo con la madre, en consecuencia que existen familias donde ambos padres se encuentran presentes”. La diferenciación no sólo debe ir enfocada a la distribución de roles y desmitificar los estereotipos socialmente establecidos, sino también ir incorporando nuevos elementos y complejidades de la sociedad actual. Se releva la importancia de realizar diagnósticos integrales pertinentes con toda la información, para así facilitar el proceso de construcción de planes de intervención con enfoque de género. Existe la necesidad de mayores conocimientos prácticos y teóricos de la forma de acceder a metodologías claras y con cierta aplicabilidad en la temática.

Finalmente el tercer proceso estuvo organizado por el “Diseño y Planificación de la Ejecución y Evaluación del Proyecto de Intervención con Perspectiva de Género”, en el marco de las orientaciones del Servicio Nacional de Menores con programas ejecutoras de la ley 20.084, es decir, con Programas dirigidos a adolescentes infractores de ley penal, el cual contenía con líneas de trabajo; una grupal con la aplicación del Manual de “Hombres jóvenes por el fin de la violencia” de la organización Lazo blanco y otra línea de trabajo individual con la selección de cuatro adolescentes, los cuales se sugirió abordar en los diagnósticos y planes de intervención objetivos o micro-logros con enfoque de género.

De la experiencia grupal se lograron identificar algunos cambios observados en las actitudes y comportamiento de los jóvenes, desde el punto de vista de la expresión de emociones en las sesiones de taller y el desarrollo de habilidades sociales en contextos grupales como; la participación y el respeto por el otro. No obstante como actividad grupal en su generalidad no logró la convocatoria esperada, y ello en gran parte asociada a las características de la población atendida que cumple una condena y que dicha actividad es de carácter voluntaria por tanto no hay obligatoriedad en su asistencia y por otra parte el trabajo con infractores de ley con complejidades particulares se torna dificultoso, por lo que se sugiere su ejecución en grupos de 3 a 4 jóvenes y con modalidad complementaria individual para el seguimiento.

De la experiencia individual y selección de los jóvenes para el análisis, diagnóstico y objetivos con enfoque de género; se puede señalar que se identificó en todos ellos factores de riesgo asociados a la categoría de género donde existen desigualdades y brechas en el acceso de recursos, roles tradicionales y estereotipados al interior de la familias, el ejercicio de la violencia intrafamiliar como forma de mantención del poder de las figuras masculinas. Los usuarios/as que

11

atendemos, que son adolescentes que han infringido la ley penal, en su mayoría hombres y eso no es coincidencia, porque el género puede ser un factor protector o de riesgo para la comisión de ciertas conductas delictivas y los hombres particularmente están más expuestos dado el dominio de la masculinidad hegemónica donde el poder y la violencia son expresiones propias de éstas y por otra parte en esta etapa del desarrollo de ellos, están conformando y cristalizando la identidad y concepciones como persona y es clave poder cuestionar su propia formación a la luz del sistema de género. Los jóvenes infractores de ley han sido socializados con estereotipos de género y configuraciones acerca de la masculinidad donde el riesgo y la violencia son formas de ostentar poder sobre otros, muchas veces las motivaciones para delinquir están asociadas a mantener el control, el honor, y la competencia sobre su grupo de pares, por sobre las necesidades básicas insatisfechas, aunque en sus historias de vidas están fuertemente afectadas por múltiples carencias. En las configuraciones de sus historias de vida hay un sin número de vulneraciones producto también de la socialización desigualdad de género, donde los hombres se les aprecia más fuertes y por tanto los padres tienden a proteger más a la mujeres del entorno y a propiciar la salida más temprana de los hijos varones y también a la carencia de afectos y emociones.

En el trabajo individual si bien se plantearon micro-logros para modificar algunos aspectos identificados en el diagnóstico se observa que existe una escasa distinción y motivación de la temática en los jóvenes (no les genera sentido) y por otra parte cuando se logra problematizar y sensibilizar en el tema no se logra la ejecución de acciones concretas para el cambio. En otros dos casos no se logró avanzar en los procesos de re significación asociados a historia de vida y perspectiva de género producto de la duración de la condena (100 días), los cuales es necesario replantear objetivos alcanzables en relación al tiempo de permanencia en el Programa.

Las transformaciones de género requieren un trabajo de largo plazo, pero la ejecución de esta iniciativa brindó la oportunidad de revisar las prácticas profesionales en torno al género y en algunos aspectos a las diversas masculinidad/es. Se reconoció en el equipo técnico la valoración que los conceptos y herramientas en torno al concepto de género brinda al análisis y evaluaciones de las características y factores asociadas las problemáticas por el cual ingresan los usuarios al programa, lo que se traduce en obtener más competencias técnicas de intervención en contextos diversos.

12

Finalmente desde el proceso iniciado en el año 2011 procesos a la fecha (2013) la Corporación CIEM Villarrica, ha ido incorporando de manera gradual el enfoque de género en sus prácticas de intervención, ya sea mediante la actualización de los instrumentos técnicos, utilización de un lenguaje no sexista y de no perpetuación de las inequidades de género, a través de la incorporación de talleres con familia y con los usuarios/as acerca de la sensibilización y de nuevas miradas en las relaciones entre hombres y mujeres, una mirada transversal del enfoque en los análisis de género. No obstante, aún se choca con las teorías más tradicionalista para explicar distintos fenómenos de la conducta humana y sus interacciones, las cuales igual tienen un sesgo desde el rol que le corresponde a las mujeres y hombres, que a mi juicio requieren ser cuestionadas y reflexionadas a partir de las teorías de género y masculinidad/es que otorguen un lente distinto a lo ya establecido. Se choca con las instituciones que reproducen el modelo patriarcal y masculinidad hegemónica dominante y con los sistemas legales de justicia que aún no han actualizado ni han efectuado reformas que permitan observar la relación de hombres y mujeres en forma igualitaria. Sin duda, es un trabajo que requiere involucrar y sensibilizar a todos los actores involucrados; justicia, comunidad, familia, Instituciones de la red comunitaria, en torno al tema. No obstante, los cambios son lentos y al parecer también chocan con las propias resistencias de los Profesionales que también han sido parte del proceso de formación en un sistema patriarcal pero creemos que nuestra institución ha dado un paso adelante al incorporar el género en las prácticas profesionales, si bien se requiere un proceso de evaluación para identificar en esta etapa de cómo han cambiado las prácticas profesionales, me parece que vamos apuntando a un camino que nos lleva a esa profundización y que requiere una continuidad.

Aportes del estudio de Masculinidades, subjetividades en pugna, Patriarcado y poder, Familias en Violencia:

Tras la iniciativa incorporada en el trabajo con adolescentes del CIEM Villarrica y a partir de las diferentes instancias de sensibilización y capacitación, de la cual he sido parte, surgen nuevos aportes para compartir y enriquecer a mis compañeros acerca del estudio de las masculinidad/es que permiten continuar profundizando el trabajo hasta ahora realizado. Por tanto a manera de síntesis, considerando que este documento será revisado por ellos, expongo una revisión de algunos conceptos estudiados, mediante la entrega del profesor Hugo Huberman del curso Masculinidades Masculinidades, subjetividades en pugna, Patriarcado y poder Familias en violencias.

13

Primero es la distinción de sexo y género, el primero alude a características biológicas y que son inmutables y la segunda “género” es una construcción social. Segundo; la masculinidad que se deriva de lo primero se puede señalar es que no existe una sola masculinidad, aunque existan formas hegemónicas y subordinadas a ellas. Y tercero, estas formas hegemónicas de masculinidad son claves para referirse al poder social de los hombres es que es un rasgo característico.

Muy relacionado con lo anterior la sociedad en la que vivimos es una sociedad de carácter patriarcal, entendiendo según Gerda Lerner como la “Institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as en la familia y la extensión del dominio masculino sobre las mujeres a la sociedad en general”. Implica que los hombres ostentan el poder en todas las instituciones importantes de la sociedad y que las mujeres son privadas de acceso a ese poder.

En esta sociedad se configura y construye el sistema de relaciones de género el cual no se limita a los roles y expectativas e ideas acerca del comportamiento sino su clave radica en que éste describe las verdaderas relaciones de poder entre hombres y mujeres y la interiorización de tales relaciones. Siguiendo con la definición de Joan Scott que afirma “Los conceptos de género estructuran la percepción y la organización, concreta y simbólica de toda la vida social”. Hasta el punto en que estas referencias establecen distribuciones del poder (control diferencial de los recursos materiales y simbólicos, o acceso a los mismos), el género se implica en la concepción y construcción del propio poder.”

El sistema de relaciones de género, entonces, alude a un conjunto de normas, convenciones que cristalizan determinadas concepciones y preceptos e inciden en la percepción que hombres y mujeres tienen de ellos mismos, así como sus motivaciones y aspiraciones. El género es un concepto relacional, en que la posición de los hombres, su poder material y simbólico, es tan decisivo para las mujeres como para la propia masculinidad, no pueden ser entendidos de manera independiente. Por otra parte esta construcción social de lo masculino y femenino es histórica, están colocadas en el mundo de los procesos sociales y donde están atravesadas por variables como la etnia, la edad, la posición económica y el acceso a determinados recursos.

Surge entonces la masculinidad como una configuración de una práctica social dentro de un sistema de relaciones de género, concepto que ha sido discutido a partir de distintos enfoques pero este concepto no puede definirse

14

como un objeto de carácter natural, una conducta promedio o una norma, sino como un proceso de los cuales hombres y mujeres llevan vidas imbuidas en el género. La masculinidad es al mismo tiempo la posición en las relaciones de género, las prácticas por los cuales hombres y mujeres se comprometen en esta posición de género, y los efectos de estas prácticas en la experiencia corporal, en la personalidad y en la cultura. No existe una masculinidad única, ni una experiencia única de ser hombre. La experiencia de muchos hombres, su poder y privilegio se basa en una variedad de posiciones y relaciones de poder. En tal aspecto podemos decir que el poder social de un hombre con acceso a recursos económicos es muy distinto a uno que sea obrero o no tenga el ingreso económico suficiente para satisfacer sus necesidades, ni entre un hombre blanco y uno negro, o un heterosexual o un homosexual. Es más claro el privilegio de los hombres sobre las mujeres pero no es tan claro en la sociedad en su conjunto, existen grupos de hombres subordinados a otros hombres, todo depende de variables económicas, etnia y edad, entre otras.

La equiparación del poder con la masculinidad es un concepto que ha ido evolucionando a través de los siglos, y ha conformado y justificado a su vez la dominación de los hombres sobre las mujeres en la vida real. Los hombres como individuos internalizan, desde el proceso de socialización a temprana edad, estas concepciones en el proceso de desarrollo de sus propias personalidades aprendiendo a experimentar el poder como la capacidad de ejercer el control. Los hombres aprenden a aceptar y ejercer el poder de esta manera porque les otorga ciertos privilegios que les da ventajas.

En esta discusión de relaciones de poder de género surge la masculinidad hegemónica, cuyo concepto refiere a la configuración de práctica genérica que encarna la respuesta corrientemente aceptada a la legitimidad del patriarcado, la que garantiza la posición dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres. No obstante no todos los hombres realmente cumplen los modelos normativos de la masculinidad hegemónica pero se benefician con el dividendo patriarcal, aquella ventaja que obtienen los hombres en general de la subordinación de las mujeres. Por el hecho de ser hombres gozan de poder social y de muchos privilegios, pero esta manera de armar el mundo de poder causa dolor, aislamiento y alienación tanto a mujeres como a hombres. Esta historia de poder y dolor es la experiencia contradictoria de poder entre ellos.

La toma de conciencia de las experiencias contradictorias de poder entre los varones nos permite comprender mejor las interacciones de clase, orientaciones sexuales, etnia, edad y los factores de la vida de los hombres, comprender la

15

adquisición de género para ellos, y captar de mejor forma la construcción de género de una sociedad.

Estas contradicciones de poder se dan en el campo de género las cuales son conflictivas, muchos hombres no pueden cumplir con los requisitos de los ideales dominantes de la masculinidad y el poder tienen los hombres un efecto más negativo, por una parte tienen una posibilidad de imponer el control sobre otros, pero también sobre las propias emociones, las cuales implica consecuencias negativas para sus propias vidas.

La adquisición de la masculinidad hegemónica es un proceso a través del cual los hombres llegan también a suprimir toda gama de emociones, necesidades, posibilidades tales como el placer de cuidar de otros, la receptividad, la empatía y la compasión, experimentadas como inconsistentes con el poder masculino. Estas emociones no desaparecen, simplemente se frenan o se reprimen y no les permiten desempeñar un papel pleno en sus vidas, se eliminan esas emociones porque podrían restringir la capacidad y el deseo de autocontrol o de dominio sobre los otros seres que les rodean y de quienes dependen en el amor y amistad, y porque están asociadas a la feminidad la cual ha sido rechazada en búsqueda de las masculinidad.

Los hombres tienen muchas cosas para tener el tipo de poder que asocian a la masculinidad, sobre todo a la hegemónica, tienen que lograr un buen desempeño, conservar el control, este dicho popular que dice “los hombres no lloran”, es una forma de reprimir sus emociones. Sea como fuere que puede asociarse a la masculinidad dominante también puede convertirse en fuente de enorme dolor para los hombres.

Bibliografía citada y revisada:1.- Serie Mujer y Desarrollo: Políticas públicas e Institucionalidad de género en América Latica (1985-2010), Virginia Guzmán y Sonia Montaño, CEPAL, Santiago de Chile, 2012.

2.- Género y políticas públicas; el estado del arte, Ximena Solar, Germinia, diciembre 2009.

3.- Huberman Hugo, Módulo 1, Masculinidades, subjetividades en pugna, patriarcado y poder, familias en violencias, curso virtual, Argentina,

16

4.- Estadística de niños/as y adolescentes vigentes en el SENAME, con enfoque de género, boletín, 2010.

5.- Scott, Joan W, (1997/1986) El género; una categoría útil para el análisis históricos. En Marta Lamas (comp). El género. Las construcción cultural de la diferencia sexual; México. UNAM-PUEG; 265-302.

6.- Valdés Teresa y Olavarría José, Masculinidad/es, Poder y Crisis, Flacso Chile,

7.- Barker Gary y Aguayo Francisco; Masculinidades y políticas de género; Reflexiones a partir de la encuesta IMAGES y una revisión de políticas en Brasil, Chilew y México.

8.- Fernández-Lebrez Fernando, Masculinidades y violencia de género; ¿Por qué algunos hombres maltratan a sus parejas (mujeres)?, abril 2005.

9.- Figueroa Perea Juan Guillermo, Identidad de Género masculina y derechos reproductivos: algunas propuestas analíticas, Texto presentado dentro del Quinto coloquio de estudios de Género, organizado por el Programa Interdisciplinario de estudios de la mujer, de El colegio de México, del 12 al 14 de abril de 2000.

10.- Orientaciones técnicas para programas de Libertad Asistida especial, del Servicio Nacional de Menores, 2012.

11.- Sistematización del Proyecto “Diseño y Planificación de la Ejecución y Evaluación del Proyecto de Intervención con Perspectiva de Género “Libertad Asistida especial ANTULAFKEN, CIEM Villarrica, Región de la Araucanía, 2011.