revista de la puce no. 83

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REVISTA DE LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR No. 83 - Enero 2008 - Quito - Ecuador

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Contiene artículos científicos e investigaciones de los Profesores de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.

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Page 1: Revista de la PUCE No. 83

REVISTADE LA PONTIFICIAUNIVERSIDAD CATÓLICADEL ECUADOR

No. 83 - Enero 2008 - Quito - Ecuador

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

RECTOR Dr. Manuel Corrales Pascual, S.J.

VICERRECTOR Ing. Pablo Iturralde Ponce

DIRECTOR GENERAL Ing. Galo Cevallos RicaurteACADÉMICO

DIRECTOR DEL CENTRO Magíster Jesús Aguinaga ZumárragaDE PUBLICACIONES

MIEMBROS DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL CENTRO DE PUBLICACIONES

PRESIDENTE Magíster Jesús Aguinaga Zumárraga

VOCALES Dr. Hugo Reinoso LunaDr. Irving Zapater Cardoso Ing. José Chacón ToralDr. Luis Gavilanes Del Castillo

CORRECCIÓN DE ESTILOY ORTOGRAFÍA Lic. Juan Carlos Andrade

IMPRESIÓN: Quality Print Cia. Ltda.2547 548 / 2547 691

Centro de Publicaciones Av. 12 de Octubre y RoblesPUCE Apartado N° 17-01-2184

Telf. 2991 711

ISBN: N° 1013-89 XRegistro de derecho autoral: N° 010645

Quito - Ecuador

Los artículos firmados son de responsabilidad exclusiva de sus autores

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ÍNDICE Pág.

A Nuestros Lectores.......................................................... 5Jesús Aguinaga

Giacomo Leopardi Precursor de la poesía moderna a través del romanticismo................................................. 9Fanny Carrión de Fierro

Citología de lesiones benignas de glándula tiroidea........ 37Emma Lucila Vásconez, Guillermo López AlarcónGalo Patricio Benavides

¿Es la interferencia un fenómeno puramente lingüístico? 57Augusto Burneo

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcadosen la sociedad y economía del conocimiento................... 75Mónica Mancheno K.

Cuatro amistades quiteñas................................................ 105Josep M. Barnadas

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A NUESTROS LECTORES

La Pontificia Universidad Católica del Ecuador, a través del Centrode Publicaciones, presenta su Revista general académica No 83,con los artículos que desarrollan temas sobre Poesía Moderna,Lingüística, Citología, Desafíos de la universidad ecuatoriana, yacerca de la Amistad; estos escritos presentan contenidos novedo-sos e interesantes, científicos y humanísticos, que ilustran el cono-cimiento, contribuyen a formar a la persona del lector, provocan enél sus respuestas personales, y le convierten así en un elementodinámico del acto comunicativo. Felicitaciones.

Al término del año 2007, valga la oportunidad para reiterar nues-tro reconocimiento a los colaboradores de nuestra revista, espe-cialmente a los que, en forma permanente y sistemática, han apor-tado en beneficio de la ciencia y de la técnica, del arte y de lasletras, de la educación…, en bien de nuestra patria, en bien de ins-tituciones como la Iglesia Católica y en ella, de nuestra queridaUniversidad.

Invitamos, pues, a los miembros de la comunidad universitaria dela PUCE, para que fortalezcan con sus artículos académicos, elreconocido valor que esta revista ha logrado, aun más allá de lasfronteras patrias.

Vaya nuestra gratitud para todas las personas e instituciones que

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colaboran directa e indirectamente, con entrega y cariño, con elCentro de Publicaciones, como es el caso de la empresa QUALITYPRINT, que imprime, con responsabilidad y técnica avanzada, estarevista y las demás publicaciones de la PUCE.

De una manera especial, presentamos un agradecimiento profundoa nuestras autoridades que, en forma incondicional, respaldan estearduo pero apasionante trabajo: al Ing. Galo Cevallos, DirectorGeneral Académico; al Ing. Pablo Iturralde, Vicerrector General; ymuy particularmente, al Doctor Manuel Corrales Pascual, S.J.,Rector de la PUCE; gracias a ellos ha sido posible el crecimientoen calidad, profundidad y profesionalismo, que han alcanzado laspublicaciones de la PUCE, como lo confirman los múltiples reco-nocimientos que nos han dispensado personas y entidades a nivelnacional e internacional.

A los miembros del Comité Ejecutivo de Publicaciones, un graciaspor su aval técnico y profesional, siempre honesto, ético, exigentey sabio, pero también ágil, comprensivo y respetuoso. Al personalde apoyo del Centro de Publicaciones, igualmente, felicitacionespor su competencia y espíritu emprendedor.

A nuestros lectores, nuestra gratitud por su interés, paciencia yacompañamiento.

Y ahora, todos, por este trabajo laborioso y digno con el que vamosconstruyendo el Reino de Dios a través del mensaje escrito, pornuestra disponibilidad en servirlo, demos gracias a quien El mismoes la Palabra eterna y el Supremo creador de la palabra. Vayan para todas las personas directa e indirectamente comprome-tidas con la Revista de la PUCE; vayan para ti, querido lector,nuestros deseos de un año 2008 lleno de prosperidad y humanis-mo.

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Que el Señor Jesús continúe guiando nuestros pasos con su luz yfortaleza divinas, y nos colme a todos de abundantes bendiciones.

Magíster Jesús Aguinaga Z.Director

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GIACOMO LEOPARDI PRECURSOR DE LA POESÍAMODERNA

A TRAVÉS DEL ROMANTICISMO

Fanny Carrión de Fierro1

INTRODUCCIÓN

Cuando leemos, aunque sólo sea traducida a nuestra lengua, lapoesía de Giacomo Leopardi, helenista, filólogo, prosista y poetaitaliano de principios del siglo XIX, no podemos evitar una sensa-ción de recogimiento y humildad. Nos sentimos incapaces de des-pejar la incógnita que representa para nosotros la alta calidad de suobra lírica, a pesar de saber que lo que hemos leído ha tocado lomás profundo e íntimo de nuestros sentimientos. Y esta sensaciónsube de punto cuando conocemos la vida y los sufrimientos delpoeta, y comprobamos que cada uno de sus poemas, tan honda-mente humanos y sinceros, debe haber sido fruto de una intensavivencia, algo así como la sangre espiritual derramada en el sacri-ficio de la creación poética.

La incógnita no se despeja con esta comprobación, pero cede antela sospecha de que la extraordinaria calidad de su poesía no puedetener otra explicación que no sea la del destino manifiesto. En efec-to, nos decimos, debió tratarse de algo más grande que la pequeñacondición humana, algo que escapa a los designios de los hombres.

REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

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1Fanny Carrión de Fierro (Quito)- Master of Arts, Universidad de California, Berkeley.Doctora en Literatura, PUCE, Quito. Es profesora de la Facultad de Comunicación,Lingüística y Literatura de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Ha enseñadotambién en varias universidades de los Estados Unidos de Norteamérica, como UCLA,Los Angeles, California, Georgetown University, Washington DC, Keene State Collage,Keene, New Hampshire y Willamette University, Salem Oregon. Escritora y crítica liter-aria, ha publicado obras de poesía, narración, ensayo y análisis literario. Ha recibido var-ios premios nacionales e internacionales de poesía y cuento.

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Leopardi debió haber estado predestinado a ser un gran poeta. Nopodía no serlo, como diría Jorge Luis Borges, quien creía que es unprivilegio llegar a conocer nuestro destino ¿Se trata entonces de “lafuerza del destino”?, nos preguntamos, parafraseando a GuissepeVerdi, compatriota y heredero de Leopardi, por el romanticismo desus óperas. Y, sin obtener respuesta a nuestra inquietud, nos vienea la mente otra cita, menos feliz que ésta, de Sigmund Freud.

No, no es posible que todo se reduzca a biología. La biología no esdestino, o por lo menos es el más modesto componente -el genéti-co- de la mágica alquimia que encarnan las intuiciones y las expe-riencias, los amores y los abandonos, los placeres y los sufrimien-tos, los éxtasis y los abismos de una sola vida humana.

Geografía puede ser destino. Historia, época, clase social, aparien-cia física pueden ser destino. Y éstos no están necesariamentedeterminados por la biología. Tal el caso de Leopardi, quien nacióhace algo más de doscientos años en el seno de una familia noblepero empobrecida, y en una época signada por guerras internas quetodavía dilucidaban la territorialidad y la identidad nacional deItalia.

Observemos a continuación algunos datos históricos, familiares ypersonales, que nos serán útiles en nuestro intento de aproximar-nos a la lírica de Leopardi. Todos ellos darán cuenta de una vida yuna obra destinadas a ejercer el papel de testimonios de la transi-ción desde la visión del mundo formada en la Ilustración, que con-sideraba la realidad como la base más importante de la experienciahumana, hacia la del Romanticismo, para la cual la imaginaciónsupera con creces a la ciencia. Leopardi ejerció, creemos, el mismopapel proteico en el desarrollo de la literatura italiana que el quetuvo Goethe en el viaje de la literatura alemana hacia elRomanticismo, o Víctor Hugo en el de la francesa. Esta afirma-ción podría sonar arriesgada si olvidáramos las diferencias entre

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las tres culturas y las tres literaturas, pero la proponemos como unrecurso para ubicar la función de la obra leopardiana en la grantarea de llevar la literatura italiana a la época moderna.

ANGUSTIA Y TERNURA EXISTENCIALES

Si bien el movimiento del “Sturm und Drang” (“Tormenta yTensión”) en la literatura alemana, contribuyó con sus propuestasestéticas a facilitar el alejamiento de Goethe del clasicismo propi-ciado por la Ilustración, es innegable que resultó natural para suintenso temperamento acoger, desde sus días de estudiante enLeipzig, la liberación de los temas y las formas de expresión queeste movimiento proponía. El viraje es evidente desde su primeranovela, Las Desventuras del Joven Werther. Víctor Hugo, en cam-bio, fue arrastrado por el torbellino de la reciente RevoluciónFrancesa hacia los terrenos de la escritura romántica.

Nada de esto tuvo lugar en el caso de Leopardi. Nacido enRecanati, una pequeña población de la región de Le Marche, situa-da en el centro este de Italia, con costas al Mar Adriático, y quepertenecía todavía al Estado Pontificio, se vio afectado desde suprimera infancia por cuatro circunstancias personales: la bellezanatural de su región, el hecho de ser conde por herencia y pobre porla poca habilidad de su padre en las cuestiones mundanas -a talpunto que era su madre quien administraba las escasas finanzasfamiliares- su debilidad física, y la monumental biblioteca de supadre.

Parecería entonces que el pequeño Giacomo hubiese nacido paracontemplar el cielo meridional y las suaves colinas de su tierradesde los amplios jardines del palacio Leopardi, al tiempo queaspiraba el perfume de las flores y escuchaba el canto de los pája-ros que poblaban la tibia pendiente que no limitaba sino el mar.Serían así el cielo y la campiña, con su hondura e infinitud hacia el

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crepúsculo, los que marcarían desde entonces su visión poética.

El mayor de cinco hermanos, uno de los cuales murió a los nuevedías de nacido, disfrutó apenas de su infancia junto a ellos. Supadre, escritor y soñador, insistió en confinarlo desde sus primerosaños en la inmensa biblioteca para hacer de él un hombre de letras,como convenía a los nobles de la época. Esto no significaba que noamara profundamente a su hijo, sino que esa era la estrictez a laque estaba acostumbrado y que creía mejor para él.

Corrían tiempos difíciles. En 1797, Recanati había sido proclama-da república independiente bajo la protección de Francia. El condeMonaldo Leopardi, padre de Giacomo, luchó hasta expulsar a losfranceses y fue nombrado gobernador de la ciudad. Pero los fran-ceses volvieron y lo condenaron a muerte. Los Leopardi debieronhuir y sólo pudieron regresar cuando se revocó la sentencia, justoa tiempo para el nacimiento de Giacomo, en 1798.

Quizás por las duras circunstancias que rodearon su vida desde elmomento mismo de su llegada a este mundo, quizás por haberpasado la mayor parte del tiempo estudiando en la biblioteca, pron-to Giacomo desarrolló una joroba, defecto que habría de atormen-tarlo por el resto de su vida. Los ojos también empezaron a moles-tarlo. Irónicamente, este problema le resultó beneficioso, pues loforzó a pasar parte del día afuera, jugando y conversando con sushermanos, en especial con su hermana Paulina, con quien mantu-vo una relación de íntimo cariño y comprensión hasta el momentode su muerte. De estos primeros años data también su amistad conTeresa Fattorini, hija del cochero del Palacio Leopardi, cuya pre-matura muerte le inspiraría uno de sus más hermosos poemas: “ASilvia”.

Cualquier otro jovencito no habría sacado mayor provecho delsacrificio que implicaba el pasar inclinado sobre viejos textos pol-

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vorientos durante seis u ocho horas seguidas, o se habría vuelo unpedante insufrible. Pero Leopardi sale airoso del desafío: a los die-ciséis años es un helenista completo, habla varias lenguas, vivas ymuertas, y dedica a su padre un tratado sobre los retóricos latinosdel siglo II, un estudio crítico de la biografía de Plotino escrita porPorfirio, y una historia de la astronomía. A los diecisiete escribedos odas a la manera de Anacreonte y a los dieciocho el poema“Apressamento alla Morte” -”Aproximación a la Muerte”- dondeya se vislumbra su obsesión por aprender a apreciar la vida pormedio de su intento de comprender a la muerte.

A los diecinueve años se enamora por primera vez. En estas cir-cunstancias, nos encontramos ante un joven Leopardi enfermizo ysensible, con fuertes lazos sentimentales con las mujeres, de cuyaternura y comprensión parece depender, pero destinado casi siem-pre a tener relaciones platónicas con ellas, o a amar sin ser corres-pondido. El objeto de su primera pasión amorosa es, en efecto, unaprima suya que ya está casada y es madre.

Hacia 1819, a escasos veintiún años de edad, y a pesar de los inten-sos dolores y dificultades que le producen sus enfermedades, escri-be el primero de sus grandes poemas: “L’Infinito”. La angustia y laternura existenciales que destilará desde entonces su lírica están yapresentes en este poema, y seguirán expresándose en formas cadavez más perfectas.

Un año más tarde escribe otro poema magistral, “La Sera del dí diFesta”, donde amplía el tema de la reverencia filosófica ante lanaturaleza, ya matizado por un sutil pesimismo, e introduce uno desus símbolos favoritos: el de la luna iluminando el insondable cielonocturno. La lamentación sobre su soledad también empieza coneste poema.

En 1822, su padre le permite viajar a Roma, con dos propósitos: el

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primero, buscar una cura para su creciente miopía, y el segundo,ampliar sus experiencias y conocer el ambiente intelectual de unagran ciudad. Pocos meses después, Giacomo regresa a casa decep-cionado: el ambiente de Roma le ha parecido deprimente y suenfermedad ha empeorado. En Recanati, sin embargo, se agudizansus sufrimientos. Durante los tres años siguientes casi no puedeleer y todo le parece fúnebre y sin esperanza. Hay un solo consue-lo en medio de tanto pesimismo: se publica en Bolonia su colec-ción de poemas Versi, en 1824. Algunos viajes más, a Florencia,Pisa, Bolonia, Milán y Nápoles, de donde no regresará a Recanati,llenan los escasos trece años que le quedan de vida.

A pesar de todo, Giacomo ha seguido escribiendo. Sus trabajos enprosa, tales como comentarios, memorias, estudios críticos entreotros, y una biografía imaginaria donde el autor se confunde con elbiografiado ficticio, le han dado fama por su forma y espíritu clá-sicos, no exentos sin embargo de novedades sentimentales. En1828, luego de una estadía en Florencia, se instala en Pisa, dondetrata de buscar algo de tranquilidad y escribe varios de sus poemasmás famosos, como “A Silvia”, que hemos nombrado antes. Lacalma, sin embargo, le es esquiva y regresa a Recanati. Allí pasados años terribles. Algo sordo y medio ciego, torturado por inten-sos dolores que no le permiten ni siquiera conciliar el sueño, enguerra consigo mismo y con todo y todos, con la sola excepción desu hermana Paulina, sale de Recanati, a donde jura no regresarjamás.

El año de 1831 lo encuentra en Roma, más sosegado y contento,pues se publica la primera edición de su segunda colección depoesía, Canti. Este libro extiende su fama por toda Europa. El añoanterior ha conocido a Fanny Tozzeti Targioni, quien le ha inspira-do hermosos poemas, como “Pensiero Dominante”, donde presen-ta una imagen idealizada de la mujer, que pronto se derrumbará porlos desaires de Fanny. En 1833 se traslada a Nápoles, en compañía

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de su amigo Antonio Ranieri, donde permanece hasta su muerte.En 1834, una selección de sus obras filológicas es traducida alalemán y publicada en Bonn.

Aunque acosado por sufrimientos físicos y emocionales, Leopardicontinuará escribiendo hasta el fin, especialmente poesía. De susúltimos años data el poema considerado por muchos críticos comosu obra maestra : “La Ginestra”, largo diálogo filosófico con esaflor humilde y campesina, la retama, y “A sé Stesso”,(A Sí Mismo)poema que puede considerarse como su testamento poético. La lec-tura de éstos y otros poemas nos permite afirmar que la obra poé-tica de Leopardi muestra una sensibilidad romántica y formas nue-vas o renovadas de escribir, aunque su genio lo coloca por encimade toda clasificación.

En los poemas mencionados están presentes algunas de las carac-terísticas del Romanticismo, las cuales definen a Leopardi comoun poeta moderno y adelantado a su tiempo. Nombremos las másimportantes:

- novedad y fuerza del ritmo- poca atención a la rigidez retórica- exaltación de la individualidad- libertad y originalidad en el tratamiento del tema- importancia del detalle local

Pasemos ahora a estudiarlos. En ellos encontraremos estos rasgosestéticos y también la evolución de su temática, desde el amor alabsoluto hasta el acercamiento a la muerte, más allá de cualquierpesimismo.

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DEL AMOR AL INFINITO AL VENCIMIENTO DE LAMUERTE

Sin estridencias, pero con la búsqueda y el encuentro de la palabray la imagen indispensables, Leopardi logró a través de su poesíarendir un tributo a la vida, a pesar de que a primera vista pareceríaque se estaba sometiendo a la muerte, es decir al reconocimientode la fugacidad de la existencia y de la futilidad de todo esfuerzohumano. Y todo esto con una perfección estilística pocas vecesigualada.

“L’Infinito” debe ser el poema más traducido de Leopardi. En ellibro L’Infinito nel Mondo constan ciento veinte traducciones a 27idiomas diferentes, entre ellos el latín, el griego clásico y el moder-no, el gaélico, el catalán, el sánscrito, el japonés, el macedonio, elamarico y un dialecto del mozambiqués. Las lenguas con mayornúmero de traducciones son el francés, con 23 -dos de las cualesson del mismo traductor-, el español, con 14, y el alemán y elinglés, con 12 cada una. Otro dato interesante que se encuentra eneste libro son las dos versiones manuscritas del autor, en cada unade las cuales ha escrito al principio del penúltimo verso“Immensitá”, para luego tachar esta palabra y sustituirla por“Infinitá”. A continuación se presentan cuatro versiones impresasdel poema, en las cuales hay ligeras variaciones de puntuación,además de que dos de ellas ponen “Immensitá” y las otras dos“Infinitá”. En la parte final del libro se rinde un homenaje aLeopardi, con tres comentarios sobre su obra, todos de escritoresfamosos de su época o algo posteriores a ella: el filósofo alemánSchopenhauer, el poeta francés Alfred de Musset y el poeta inglésWilliam E. Gladstone. También es interesante, en esta sección, unacolección de poemas inspirados por la poesía leopardiana, entre losque se destacan dos del gran poeta español de la Generación del27, Jorge Guillén, escritos hacia mediados del siglo XX. Es tandifícil contentarse con la traducción de un poema, y no porque

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algunas traducciones no sean excelentes, sino porque, en el casoque nos ocupa, Leopardi escribió muy a su manera, es decir queusó los recursos de su lengua -a la que tanto amaba y conocía- deuna forma tan propia y personal, que algunos de sus poemas resul-tan muy difíciles de traducir. Si hemos de creer en el aforismo ita-liano de “traduttore, traditore”, tendremos que aceptar que, almenos en el caso de la poesía de Leopardi, hay momentos en quela única forma de traducirla es traicionándola, aunque sólo sea unpoco. En el presente trabajo voy a usar mis propias traduccionesdel italiano.

En “L’Infinito”(El Infinito)(Kay 272), la idea de infinitud se con-funde con la de un horizonte que sólo termina en el cielo o en elmar. Este es un recurso frecuente en la poesía de Leopardi, el deatribuir a la naturaleza finita las características de la eternidad infi-nita, al tiempo que la considera tanto su aliada como su enemiga,como en los primeros versos del poema, donde plantea el contras-te de que la colina nos permite e impide al mismo tiempo la con-templación del horizonte. La visión llegaría hasta el mar, si nofuera por la particular topografía que el poeta contempla, sentado,desde su jardín. He aquí una manera muy individual de proponer laidea de que la imaginación puede vencer a la realidad. En efecto,en la segunda parte, el poeta decide que puede imaginar:

el espacio interminable que surge más allá,y el sobrehumano silencio,y la más profunda quietud, donde el corazónpor poco no se aterra ...

Está listo así para las originalísimas asociaciones de sonido y silen-cio, tiempo y espacio, presente y absoluto, vida y muerte, mar e infinitud, devenir y eternidad:

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.................Y mientras el vientooigo rugir entre estas plantas, voy comparandoese infinito silencio con esta voz. Y recuerdo lo eterno,y las muertas estaciones, y la presente y viva, ............................

................. Así, tras estainfinitud se hunden mis pensamientos,y el naufragar me es dulce en este mar.(Los subrayados son míos)

En cuanto a la forma, además de la economía del estilo, los conti-nuos encabalgamientos, que intentan romper, sin conseguirlo, elnovedoso ritmo del poema, contribuyen a hacer de éste una obraacabada. Otro recurso usado magistralmente es el contrapunto desonidos que entrega contrastes de sentidos. Nótese, por ejemplo,algo que señala el crítico y traductor de Leopardi, John F. Nims(Burnshaw 277): el uso de “queste” (este) para la visión cercana,frente a “quelle” (ese-aquel) para referirse a lo infinito, como en “ese infinito silencio” y “esta voz”. Estos recursos, combinados conimágenes únicas y términos cuidadosamente seleccionados, sonlos más explotados por Leopardi, para lograr la impecable perfec-ción estética de sus poemas.

El mismo tema filosófico poético de la contemplación de la vida,toma un giro más personal y pesimista en “La Sera del dí di Festa”(La Noche del Día de Fiesta) (Kay 273). Una técnica ya presenteen “El Infinito” se observa también en este poema: la profundidaddel pensamiento se comunica por medio de formas aparentementesencillas. Nótese, por ejemplo, la ninguna ostentosidad del primerverso:

dulce y clara es la noche y sin viento

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donde, sin embargo, el sonido y el ritmo dan fuerza al sentido.Aunque el efecto es evidente en el original italiano, se nota tam-bién en la traducción española. El poema empieza con tres palabrasgraves donde dominan los sonidos vocálicos,

dolce - chiara - notte dulce - clara - noche

los cuales terminan como en un eco en el sonido “en” de las dosfinales:

senza - vento sin - viento

Esta suavidad prepara la visión de la amada, quien descansa luegode disfrutar del día de fiesta:

Duermes, y el fácil sueño te recibeallá en tu quieta estancia y ninguna premura te corroe,...............................

la cual contrasta con la lamentación sobre la dureza de su destino,que sigue:

............................................Duermes. Yo me apresto a saludar este cielo,que benigno aparece, y a la antigua naturaleza omnipotente que me creó para el dolor.Te niego a ti la esperanza, me dice, hasta la esperanza,y tus ojos jamás brillarán sino de llanto..............................................

Otro efecto sonoro que se nota enseguida, aun sin conocer a fondo

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la lengua italiana, es el contraste en el título entre

dí (día) y di (de)

recurso aparentemente modesto hasta que nos damos cuenta que lapalabra más común para “día” en italiano es “giorno”, la cualsaldrá en la lamentación sobre lo terrible de su juventud:

......... Oh giorni orrendi ........ Oh días horrendos y más adelante, donde se contrastan, con una connotación aún máspeyorativa, los dos términos:

...... Ecco é fuggito/il dí festivo, ed al festivo il giornovolgar succede .........

..... He aquí que ha fugado/el día de fiesta/ y a la fiestala jornada vulgar sucede .....

Lo más impactante de este contraste reside en que sirve para intro-ducir la última parte del poema, más universal y más personal almismo tiempo:

...................... ¿Dónde está ahora el sonidode tantos pueblos antiguos? ¿dónde el gritode nuestros antepasados ilustres, y el granimperio romano, y las armas, y el fragor del combatepor la tierra y los mares? ...................................................

Estas lamentaciones recuerdan las del poeta español JorgeManrique, en su famoso poema “Coplas a la Muerte de su Padre”.El mismo dolor ante la fugacidad de la vida y la certeza de la muer-te, y la misma esperanza de que hay algo más allá de la materia:

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Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar,que es el morir.Allá van los señoríosa se acabary consumir. (Burnshaw 162)

dice Manrique. Leopardi cierra en cambio su poema con un íntimolamento:

En mi edad primera, cuando el día festivo se espera con fervor, y cuando pasa,yo, dolorido e insomne, me hundo en la almohaday en la alta noche escucho morir un cantoen lontananza, poco a poco.Y de la misma manera se me oprime el corazón.

Aunque la luna ha hecho una breve e importante aparición al prin-cipio de este poema, es sin duda un leit motif en sus poemas. Existeun poema dedicado sólo a ella: “Alla Luna” (Kay 275). En él sepropone que hasta el recuerdo de los sufrimientos pasados puedealiviar el dolor del presente, especialmente en nuestra juventud,cuando, “el camino de la esperanza es largo y el de la memoriacorto”.

Pasemos ahora a estudiar el poema “A Silvia” (Kay 276), endonde, en contraste con el simbolismo nocturno de “A la Luna”,abundan las comparaciones entre la frescura de la joven compañe-ra de infancia, cuya muerte lamenta el poeta, y la belleza y brillan-tez de un día de mayo. Nótese que el nombre de la joven que ins-piró este poema, escrito sin embargo diez años después de su muer-te, ha sido cambiado al de Silvia, probablemente para identificar-lo con la naturaleza de Recanati.

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El tema de la remembranza de la vida de una joven segada por lamuerte, ha sido frecuente entre los poetas modernos. Recordemos,por ejemplo, el poema de Edgar Allan Poe, “Anabel Lee”, o la her-mosa canción del folclor latinoamericano “Alfonsina y el Mar”, enmemoria de la poeta argentina Alfonsina Storni.

“A Silvia” puede tomarse como un ejemplo de la simplicidad delestilo de Leopardi, quien, sin juegos ni sutilezas intelectuales,logra crear un poema de gran fuerza lírica, por medio del encuen-tro de la palabra precisa y la melancólica cadencia del ritmo. Estambién interesante anotar que tiene la forma de la oda, a la mane-ra de Dante o Petrarca, pero de una oda liberada de los rigores clá-sicos, tanto en la rima como en el ritmo. Aunque mantiene la com-binación de versos de once y siete sílabas, no sigue la norma en lalongitud de las estrofas. De ahí que este poema es un precursor del“verso libre”, que se inició en la poesía occidental a fines del SigloXIX.

El poeta empieza dialogando con la niña como si ella todavía loestuviera oyendo, y la califica como “ligera y pensativa”, en uncontraste que delata tanto su juventud como el presentimiento desu muerte. El diálogo avanza, en “crescendo”, a lo largo de lasvarias partes del poema. El recuerdo de la vida común de la infan-cia da paso a la evocación de la intensidad de sus sentimientos,

Miraba el sereno cielo,los dorados caminos y los huertos,y a este lado el mar lejano,y en ese la montaña.No hay lengua mortal que diga lo que en mi seno sentía.

para luego arribar a la lamentación sobre su doloroso destino:

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Ay, naturaleza, naturaleza,¿por qué no cumples hoytus promesas de entonces?

la cual será reiterada, en una especie de contrapunto musical, conuna nueva evocación de la joven muerta:

Antes que el invierno blanqueara los arbustos,abrumada y vencida por oculta enfermedad,pereciste, tierna niña, y no llegaste a verla flor de tus años ......

la que a su vez precederá a otra reflexión filosófica:

¿Es así el mundo? ¿así las delicias, el amor, los trabajos,los hechos de los que tanto hablamos?

rematada luego por la final evocación de la difunta:

Al llegar la verdad,infortunada, tú caíste; y con tu manola fría muerte y la tumba desnudadesde lejos señalaste.

“A sé Stesso” (A sí Mismo) (Kay 288) condensa, en una conversa-ción con su propio corazón, la temática pesimista del poeta sobrela condición mortal del ser humano, quien, a pesar de todo, pareceestar destinado para algo trascendente, más allá de esta tierra“indigna” del sufrimiento de su espíritu. Leopardi, como ser huma-no “sentimental, sensible y sensitivo”, como diría Rubén Darío, noha abandonado la búsqueda de lo inmortal, y ha comprendido quela liberación llega solamente cuando dejamos de desear, es decircuando aceptamos nuestro destino. Con un tono bíblico, que

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recuerda a Salomón, afirma: ................................................. Ha muerto el extremo engaño que yo creía eterno.Ha muerto, bien lo siento. Se ha extinguidoen nosotros no sólo la esperanzade caras ilusiones, sino el deseo de ellas.......................................

..... A nuestra raza el destinono le ha dado sino el morir. Desprecia ahoraa la naturaleza, brutal poder que, cruel, el daño universal impartey la infinita vanidad de todo.

CONCLUSION

A través de esta breve aproximación a la poesía de Leopardi,hemos podido vislumbrar el extraordinario papel precursor de laobra de este inmenso poeta, quien, con la humilde certeza delgenio, dejó señalado el camino que recorrería la poesía occidentalhasta nuestros días. Su angustia existencial marcaría la posturaromántica que proclamaba la libertad para ser uno mismo, paracrear belleza sin ataduras, y para encontrar la razón de la vida másallá del tedio, el dolor universal y la muerte inevitable. La origina-lidad de su mensaje y el poder de sus símbolos se repetiría en elazul infinito de los simbolistas franceses y los modernistas hispa-noamericanos. Su lírica iniciaría la exaltación de la ilusión, elamor, el sueño y la emoción, como ingredientes de nuestra conti-nua catarsis frente al doloroso proceso de vivir, así como la afir-mación de la irrenunciable dignidad de la condición humana. Raravez se ha escuchado una voz poética de tan genuina calidad y tansostenido aliento. Aunque su genio es imposible de trasmitir, susnuevas técnicas han influido en muchos de los poetas que le siguie-

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ron.

Innumerables olas habrían de abatirse sobre las playas del mundo,antes que éste llorara los infortunios de la joven amante de “LaTraviata”, de Verdi, o escuchara con devoción los versos de JorgeLuis Borges, el argentino del destino manifiesto, sobre los amoresno correspondidos y la dádiva simultánea de la ceguera y la biblio-teca interminable:

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.¿Qué dios detrás de Dios la trama empiezade polvo y tiempo y sueño y agonías? (Borges 19)

Y las intuiciones amorosas de Octavio Paz, el mexicano universal:

Amaneceen la noche del cuerpo.Allá adentro, en mi frente,el árbol habla.

Acércate ¿lo oyes? (Paz 137)

Y los geniales juegos semántico-sonoros de Federico García Lorca,el romancero de los gitanos españoles:

Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña. (Burnshaw 238)

Y las imágenes luminosas y perfectas de Jorge Carrera Andrade, elecuatoriano universal:

Aire de soledad, dios transparenteque en secreto edificas tu morada

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¿En pilares de vidrio de qué flores?¿sobre la galería iluminada de qué río, qué fuente? (Carrera Andrade 368)

O la invencible ternura de la invencible chilena Gabriela Mistral:

Piecesitos de niño,azulosos de frío,¡cómo os ven y no os cubren,Dios Mío! (Mistral 87)

O el romanticismo puro y gozoso ante la belleza de la naturalezaandina del ecuatoriano Remigio Crespo Toral:

Cercada de espadañas, la lagunacopia el nevado disco de la luna.................................Flores y hojas llevadas por despojosdel torrente en cascadas se despeñan.

(Rodríguez Castelo 158)

O el intenso presentimiento de que el contrapunto de la vida y lamuerte es el mismo que el del amor y el abandono de César DávilaVásquez, el ecuatoriano tan cercano al destino manifiesto deLeopardi:

Tú, en el hombro desnudo del arroyo en la espuma,y en el aguijón lento del sonido en el sueño.En el temblor concéntrico de los lagos heridosy en el sepulcro errante de las voces que fueron.

(Rodríguez Castelo 354)

O la misma apasionada contemplación de la naturaleza que hizo aLeopardi exaltar su amado silencio y su invencible belleza del

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ecuatoriano Francisco Tobar García:

En el bosque lejano, donde la voz purísima desbandaesa legión de insectos y dorados papeles,en esa lejanía antes pobladapor ángeles y bestias, por caballos alados,unicornios y dulces criaturas de aurora,vuelve a escucharse este silencio repetido.

(Rodríguez Castelo 400)

O la humilde e íntima certeza de que la paz puede vencer los pesa-res y las soledades de la vida de la ecuatoriana Ileana Espinel:

Era un ángel de tierra el viento iluminadoque me azotaba el lápiz y los años.Era leve mi blanca soledad sin reproches.Y la paz iba en mícomo esta larga cabellera oscuraque acompaña mi sien a todas partes.

(Rodríguez Castelo 431/32)

En toda esta belleza, la de la música y la de las palabras, la de lasimágenes y las intuiciones, la del gozo de vivir y el misterio demorir, Giacomo Leopardi, de una u otra insospechada manera, estápresente.

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REFERENCIAS

Asociación Nacional Marchigiani de Venezuela, GiacomoLeopardi, Caracas, Ediciones Leopardianas, 1993.

Borges, Jorge Luis, Nueva Antología Personal, Buenos Aires,EMECE, 1971.

Burnshaw, Stanley ed., The Poem Itself, New York, Simon andSchuster Inc., 1989.

Carrera Andrade, Jorge, Obra Poética Completa, Quito, Casa de laCultura Ecuatoriana, 1976.

Centro Nationale di Studi Leopardiani, L’Infinito nel Mondo,Recanati, CNSLR, 1996.

Kay, George ed., The Penguin Book of Italian verse, Middlesex,Penguin, 1960.

Mistral, Gabriela, Desolación, Buenos Aires, EMECE, 1963.

Paz, Octavio, Arbol Adentro, Barcelona, Seix Barral, 1987.

Rodríguez Castelo, Hernán, Antología de la Poesía Ecuatoriana,Bogotá, Editorial Printer Colombiana Ltda.. 1985.

Studi Leopardiani, Leopardi e la Cultura Spagnola, Franco Foschied., Recanati, 1991.

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APÉNDICE

TRADUCCIÓN DEL ITALIANO AL ESPAÑOL DE CINCOPOEMAS

DE GIACOMO LEOPARDI

Por Fanny Carrión de Fierro

L’Infinito

El Infinito

Siempre caro me fue este yermo colladoy esta espesura, que en parte excluyedel último horizonte la mirada.Y sentado y mirandofinjo en mi pensamientoel espacio interminable que surge más allá,y el sobrehumano silencio,y la más profunda quietud, donde el corazónpor poco no se aterra. Y mientras el vientooigo rugir entre estas plantas, voy comparandoese infinito silencio con esta voz.Y recuerdo lo eterno,y las muertas estaciones, y la presente y viva, y sus sonidos. Así, tras esta infinitud se hunden mis pensamientos,y el naufragar me es dulce en este mar.

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La Sera del dí di Festa

La Noche del Día de Fiesta

Dulce y clara es la noche y sin vientoy callada sobre los techos y los huertosse posa la luna, y revela en lontananzalas montañas. Señora mía,ya está el silencio en cada sendero,y en los balconesla lámpara nocturna brilla a veces.Duermes, y el fácil sueño te recibeallá en tu quieta estancia,Y ninguna premura te corroe,ni sabes ni sospechas la herida que me abriste en la mitad del pecho.Duermes; yo me apresto a saludar este cieloque benigno aparece, y a la antigua naturaleza omnipotenteque me creó para el dolor.Te niego la esperanza, me dice, hasta la esperanza,y tus ojos jamás brillarán sino de llanto.Este día fue de fiesta. Túde tus juegos reposas, y quizá recuerdasa cuántos agradaste y cuántos te agradaron. Pero yo no, ni puedoesperar acceder a tu mente. Entretanto, me pregunto cuánto me queda por vivir. Y entoncesme arrojo al suelo, y grito y tiemblo. Oh días horrendos en edad tan verde. Y escucho en el caminono lejano el solitario canto

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del labrador que en la noche regresa,después de solazarse, a su pobre morada;y mi corazón se oprime ferozmenteal pensar cómo todo en este mundo pasay no deja casi huella. He aquí que ha fugado el día de fiesta,y a la fiesta la jornada vulgar sucede,y el tiempo arrebata todo humano accidente.¿Dónde está ahora el sonidode tantos pueblos antiguos? ¿dónde el gritode nuestros ilustres antepasados? ¿Yel gran imperio romano? ¿y las armas y el fragor del combate por la tierra y los mares?Todo es paz y silencio, y todoen el mundo reposa, y ya no se habla de eso.En mi edad primera, cuando el día de fiesta se espera con fervor, y cuando pasa,yo, dolorido e insomne, me hundoen la almohada, y en la alta nocheescucho morir un cantoen lontananza, poco a poco,y de la misma manera se me oprime el corazón.

Alla Luna

A la Luna

Graciosa luna, recuerdo que, hace casi un año, sobre esta colinayo venía, lleno de angustia, a mirarteotra vez: y tú te erguías sobre los bosques,

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como ahora, y hacías brillar todo con tu luz.Pero húmeda y temblorosa aparecíasa mis ojos, por mis lágrimas, pues dura era mi vida: y lo es, no cambia aún,oh mi querida luna. Y sin embargo,recordarla y revivirla a través de los añosme consuela el dolor. Cuán grata es,en nuestra juventud, cuando el camino de la esperanzaes largo y el de la memoria corto, la remembranzade las cosas pasadas, aunque tan triste,y con el dolor presente todavía.

A Silvia

A Silvia

Silvia, ¿recuerdas todavía aquel tiempo de tu vida mortal,cuando la belleza brillabaen tus ojos esquivos y risueños,y tú, ligera y pensativa, los límitesde la juventud sobrepasabas?

En las quietas estanciasy caminos cercanos resonabatu perpetuo canto, cuando, dedicada a las labores femeninas,te sentabas, tan feliz del alegre porvenir que imaginabas.Era mayo oloroso: y tú solíasasí pasar el día.

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A veces, yo, interrumpiendolos amables estudios y las afanosas notasdonde dejé mis días primerosy lo mejor de mí,desde los balcones de la mansión paterna,giraba mis oídos hacia el sonido de tu voz,y a la mano velozque atravesaba la tela fatigosa.Miraba el sereno cielo,los dorados senderos y los huertos,y a este lado el mar, y en ese la montaña.No hay lengua mortal que decir puedalo que en mi seno sentía.

¡Qué suaves pensamientos,qué esperanza, qué cantos, Silvia mía!Cuán fáciles lucíanla vida humana y el destino.Cuando recuerdo tantas esperanzas,un sentimiento, amargo y desolado,me oprime,y me vuelve a doler mi desventura.Ay, naturaleza, naturaleza,¿por qué no cumples hoytus promesas de entonces? ¿por qué tantos engaños para tus hijos?

Antes de que el invierno blanqueara los arbustos,abrumada y vencida por oculta enfermedad, pereciste, tierna niña. Y no llegaste a verla flor de tus años;tu corazón no se alivió con el dulce halagopor tus negros cabellos,o tus miradas amorosas y esquivas;

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ni te hablaron de amor en los días festivos.

Así murió muy prontomi esperanza tan dulce;así a los años míosel destino les negótambién la juventud. Y cómo,cómo pasaste,querida compañera de mi edad temprana mi llorada esperanza.¿Es así el mundo? ¿así las delicias, el amor, los trabajos,los hechos de los que tanto hablamos?Al llegar la verdad, Infortunada, tú caíste; y con tu manola fría muerte y la tumba desnudade lejos señalaste.

A Sé Stesso

A Sí Mismo

Ahora descansarás para siempre,cansado corazón mío. Ha muertoel extremo engaño que yo creía eterno.Ha muerto, bien lo siento. Se ha extinguidoen nosotros no sólo la esperanzade caras ilusiones, sino el deseo de ellas.Descansa para siempre. Has palpitado tanto. Nadapuede pagar tu agitación, ni de tus suspiroses digna la tierra. Amargura y tedio

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es la vida, nunca nada más, y fango el mundo.Aquiétate ahora. Desespera por la vez postrera. A nuestra raza el destinono le ha dado sino el morir. Desprecia ahoraa la naturaleza, brutal poder que, cruel, el daño universal impartey la infinita vanidad de todo.

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CITOLOGÍA DE LESIONES BENIGNAS DE GLÁNDULATIROIDEA

Emma Lucila Vásconez1 , Guillermo LópezAlarcón2, Galo Patricio Benavides3

RESUMEN

La apariencia clínica de pacientes con nódulo tiroideo no muestradatos definitivos que permitan diferenciar entre benignidad ymalignidad. A los datos clásicos de historia clínica, palpación,gamagrafía y ecografía, se ha sumado la citología por punciónespirativa de aguja fina como una clave para la investigación pre-operatoria de lesiones tiroideas.

A pesar de las discrepancias con la histopatología al momento de

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REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

1 Emma Vásconez Pazmiño (Quito) Lcda. en Histocitología de la Pontificia UniversidadCatólica. Quito. Fue profesora de la Cátedra de Histología en la Facultad de CienciasMédicas, Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Central, ha publicado unainvestigación sobre Expresión de Telomesara y Ki67 en biopsias de cérvix en revista deSolca-Quito, y sobre Teratoma tiroideo en revista del Hospital Eugenio Espejo (Quito),labora en el departamento de Patología del Hospital Enrique Garcés (Quito). 2 Guillermo López Alarcón (Quito), Master en Anatomía Patológica, UniversidadFederal de Rio de Janeiro-Brasil, Doctor en Medicina y Cirugía, Universidad Central delEcuador. Ha sido profesor del Post grado en Patología para la Universidad Central delEcuador, docente en las Licenciaturas en Laboratorio y Citología de la UniversidadNacional de Chimborazo y la PUCE. Ha publicado múltiples trabajos científicos en man-uales y revistas científicas nacionales, así como participaciones como expositor y profe-sor en varios cursos y congresos nacionales y Latinoamericanos. Se desempeña comoCitopatólogo de SOLCA Núcleo de Quito, actualmente como Jefe del Sevicio (E).3 Galo Benavides Ortega (Quito) Lcdo en Histocitología de la Pontificia UniversidadCatólica. Quito. Fue profesor de las Cátedras de Histología y Técnicas Histológicas de laFacultad de Ciencias Médicas, Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Central,ha publicado una investigación sobre Expresión de Telomesara y Ki67 en biopsias decérvix en revista de Solca-Quito, panelista en congreso de Citología en Chile, labora enel Departamento de Patología de CEMOPLAF. Quito.

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la correlación diagnóstica, es recomendado combinar estos méto-dos para el diagnóstico de enfermedades tempranas, de esta formase busca la más apropiada vía para el tratamiento de lesionesnodulares de glándula tiroidea.

Nuestro trabajo es una recopilación bibliográfica de lesiones pre-sentes en la glándula para que este al alcance de estudiantes o pro-fesionales con poca o ninguna experiencia en estudios de citologíatiroidea.

Palabras claves: Citología tiroidea, nódulo, lesión, punción conaguja fina.

SUMMARY

The clinical appearance of patients with thyroid nodules does notdefinite data which might permits differentiate between benign andmalignant lesions.Considering information taken from the clinical files, whichincludes palpation, Gammagraphy and Ecography, besides cyto-logical needle aspiration done with thin needle as a clue during theprevious pre-operative diagnostic of thyroid lesions.

Despite of discrepancies with histopathological studies is recom-mendable to use a confirmation of these types of studies mentionedabove for early detection of premalignant thyroid lesions.

Our investigation is based on bibliographic research about benignlesions within the gland to be easily reached and identified by thestudents and professionals with none or little experience.

Key words: Cytology thyroid, nodule, lesion, needle aspiration.

Emma Lucila Vásconez, Guillermo López Alarcón, Galo Patricio Benavides

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INTRODUCCIÓN

El diagnóstico de nódulos tiroideos, usando la aspiración con agujafina, fue reportado inicialmente por Martín y Ellis en 1930(1).Posteriormente, la experiencia Europea demostró que la aspiraciónes una herramienta útil en el diagnóstico entre benignidad y malig-nidad tiroidea. La PAAF, como método de estudio de tiroides, fuedesarrollada en Suecia en 1950, como protocolo en pacientes conpatología tiroidea; varias décadas de experiencia ganaron la acep-tación del método en Norte América (2); actualmente las aplica-ciones de esta técnica incluyen: Diagnóstico de neoplasias malig-nas, valoración del bocio nodular, seguimiento de pacientesexpuestos a radiaciones en el cuello, y vaciamiento terapéutico delesiones quísticas (3).

Punción aspirativa por aguja fina (PAAF) es un procedimientodiagnóstico plenamente establecido en el tamizaje de nódulostiroideos y proporciona un excelente valor predictivo. Es positivocuando se compara con otros métodos. El impacto de esta técnicaha resultado en la disminución de innecesarias intervenciones en“nódulos fríos” y también en el incremento de hallazgos malignosen nódulos tiroideos resecados quirúrgicamente (4,5,6,). El por-centaje de tiroidectomía ha bajado en un 25%, mientras que el cán-cer en especímenes quirúrgicos tiroideos se ha incrementado del15% al 30% (7).

Cuando en la literatura se comparan la PAAF con el examen tran-soperatorio de tiroides, la sensibilidad de la citología es superior:65% para citología y 50% para congelación; en cambio, la espe-cificidad de la PAAF es de 82%, siendo de 100% la del estudiotransoperatorio (8). La baja sensibilidad de la congelación exponea los pacientes al riesgo de una reintervención quirúrgica, que debeser evitada al máximo por su costo y morbilidad. La PAAF usadacomo método de tamizaje tiene particular atención en evitar los fal-

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sos negativos, aún a expensas de aceptar ocasionales falsos positi-vos.

La técnica de PAAF de tiroides como ninguna otra en el campo delas imágenes citológicas, está llena de variables que influyen en lacorrecta interpretación de los hallazgos. Las experiencias en dife-rentes hospitales varían en extremos que van desde bajas tasasdiagnósticas del 20%, hasta otras de cerca del 90%. (9)

El abordaje del órgano es simple cuando los nódulos son palpables,de todas maneras el apoyo con sistema de imagen ultrasonográficaes ideal y permite la punción de lesiones pequeñas (menos de 1cm), así como realizar el diagnóstico de carcinoma tiroideo oculto(10).

La unidad estructural de la glándula es el folículo tiroideo, unacavidad esférica tapizada de células epiteliales que contienen unasubstancia eosinófila, el coloide; las variaciones de estos elemen-tos caracterizan las diferentes entidades a ser diagnosticadas (11).La glándula tiroides es ricamente vascularizada lo que frecuente-mente dificulta la exploración e interpretación de los extendidos.

Durante la última década, la confianza en la aspiración de tiroidesha crecido considerablemente y la PAAF emerge como el métodomás idóneo para el manejo de la patología tiroidea nodular. Elnódulo tiroideo es usualmente una lesión benigna que afecta apro-ximadamente 4-7% de la población adulta, sin embargo, el cáncertiroideo ocurre en aproximadamente 10-20% de esos casos (12).

La PAAF de tiroides es rápida, sin complicaciones, de bajo costo ypermite además disminuir, en forma sustancial, el número decirugías traumáticas por su fácil acceso.

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La técnica de aspiración sigue los mismos patrones antes mencio-nados con la salvedad que una vez ingresada la aguja al nódulo sedebe dejar de aspirar; excepto si el nódulo aspirado es quístico. Losquistes deben ser aspirados en su totalidad, y se debe centrifugar lamuestra para que el sedimento sea extendido en las laminillas, fija-do, coloreado y realizado el estudio citológico respectivo.

TÉCNICA DE PUNCION TIROIDEA:

Nódulos tiroideos palpables son puncionados con el uso de agujashipodérmicas de calibre 22, 1 1/2 pulgadas de largo, acopladas enjeringuillas plásticas descartables de 20 cc. Se realiza en generaluna sola punción, con maniobras de entrada y salida de la aguja, encono o abanico, 4 a 5 “pases” se realizan con el objeto de evitarsangrado y dolor para el paciente.

Luego de realizar los frotis (de 2 a 6 en promedio), la mitad de laslaminillas son fijadas con citospray de base alcohólica, para colo-ración de Papanicolaou, y la otra mitad se fijan al ambiente paracoloración de May Grunwald Giemsa. Se procede a montaje y aná-lisis microscópico por el citotecnológo y el patólogo.

Los nódulos no palpables, requieren de ayuda ultrasonográficapara su punción.

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FORMATO DE REPORTE DE LESIONES CITOLOGICAS

Se utiliza el siguiente formato de reporte de lesiones tiroideas,así: 1) inadecuado, 2) benigno o no neoplásico, 3) adenomatoso,4) sospechoso y 5) maligno

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TIROIDITIS AGUDA

Es la inflamación de la glándula Tiroides, poco común, posterior atraumatismos (focos necróticos asépticos) e infecciones respirato-rias bacterianas, en inmunosuprimidos: hongos, virus y protozoa-rios, por contigüidad o por vía hematógena. El agrandamiento dela glándula es rápido y doloroso por lo que puede confundirse concarcinoma. No debe puncionarse.

Fondo hemático muy celular con detritus celulares, neutrófilos,macrófagos y escasas células foliculares con cambios degenerati-

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Citología de lesiones benignas de glándula tiroidea

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vos.

Diagnóstico diferencial con carcinomas indiferenciados y metás-tasis cuyo centro esté con necrosis.

TIROIDITIS SUBAGUDA GRANULOMATOSA O DEQUERVAIN

Es una inflamación autolimitada posterior a infección respiratoriapresumiblemente viral, de curso lento y que provoca tumefaccióndolorosa de la glándula, asimétrica con adherencia a estructurasvecinas, evoluciona a fibrosis. Clínicamente simula al cáncer.

Fondo sucio con detritus celulares y coloide, hay células folicula-res degeneradas con vacuolización citoplasmática, linfocitos,neutrófilos, células plasmáticas, células gigantes multinucleadas ya veces células epitelioides. En etapas avanzadas escasas célulasinflamatorias y fibroblastos.

Diagnóstico diferencial con tuberculosis por células gigantes mul-tinucleadas y con carcinoma anaplásico o metastásico.

Las tiroiditis subagudas presentan cuadros citológicos variables,presumiblemente porque los aspirados de diferentes sitios repre-sentan estados diferentes del proceso inflamatorio.

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TIROIDITIS DE RIEDEL

Es una inflamación crónica fibrosante, entidad rara de origenautoinmune, compromete la función tiroidea, más dolorosa escuando se desarrolla sobre el bocio, hay disfagia, diseña, evolucio-na a fibrosis.

Fondo con infiltrado inflamatorio intenso, constituido por linfoci-tos, células plasmáticas, neutrófilos y eosinófilos, hay escasascélulas foliculares degeneradas.

TIROIDITIS CRÓNICA GRANULOMATOSA

Es una inflamación crónica rara asociada a tuberculosis, sífilis o ainfección micótica.

No se realiza Punción por Aguja fina.

TIROIDITIS CRÓNICA O TIROIDITIS DE HASHIMOTO

Es una inflamación de la glándula tiroides, enfermedad autoinmu-ne, rara y se presenta con mayor frecuencia en mujeres.

Fondo con muy escasa cantidad o con ausencia de coloide, linfoci-tos maduros, células epiteliales foliculares en placas, células deHurtle (oxifílicas o de Askanazy), rara vez histiocitos gigantesmultinucleados.

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La tiroiditis de Hashimoto tiene tres entidades: Tiroiditis linfocítica agudaTiroiditis linfocítica hipertróficaTiroiditis linfocítica atróficaLa tiroiditis de Hashimoto citológicamente expresa hiperplasia decélulas foliculares, simula neoplasia folicular y puede resultar enuna interpretación errónea falso positiva. Las células de Hurthlepleomórficas asociadas frecuentemente a linfocitos a su vez sediagnostican falsamente como tiroiditis de Hashimoto, pasandopor alto adenomas de células de Hurthle (29).

TIROIDITIS LINFOCÍTICA AGUDA

Es un estado incipiente del Hashimoto, se ve en mujeres jóvenescon ligero agrandamiento de la glándula, eutiroidismo. Título deanticuerpos normal o bajo.Fondo con escaso coloide, numerosas células linfoides, esporádi-cas células de Hurtle, ligeros cambios oncocíticos y leve destruc-ción folicular.Diagnóstico diferencial con Linfoma

TIROIDITIS LINFOCÍTICA HIPERTRÓFICA

Se presenta en forma más florida, en mujeres adultas, su manifes-tación clínica es como un bocio hipofuncional unilateral difuso con

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altos niveles de anticuerpos antitiroideos.

Fondo con escaso coloide, abundante celularidad, células linfoidesy plasmocitos, células centro foliculares y macrófagos, artificio encélulas linfoides (cola), abundantes células de Hurtle, detritus, oca-sionalmente se observan cuerpos de psamoma.

TIROIDITIS LINFOCÍTICA ATRÓFICA

Hipotiroidismo asociado a bocio fibroso. Fondo con infiltraciónlinfoide, escaso material celular por atrofia folicular marcada, célu-las oncocíticas, células foliculares, fibroblastos.

Diagnóstico diferencial cuando hay predominio de células epitelia-les:

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Tumor de células de HurtleCarcinoma papilarPredominio de células linfoides: Linfoma, se puede desarrollarLinfoma sobre Tiroiditis. Otras inflamaciones pueden coexistir concáncer.

BOCIO

Es el agrandamiento de la glándula tiroides que produce abulta-miento en la región anterior del cuello. Es un término clínico quesirve para designar el crecimiento de la glándula.

Patología más frecuente (80%) en PAAF de glándula Tiroides.

BOCIO DIFUSO TÓXICO O ENFERMEDAD DE GRAVES

Es una alteración de la glándula tiroides de etiología desconocida,autoinmune, se presenta en mujeres con mayor frecuencia. Es unbocio difuso, blando y pulsátil, taquicardia, tendencia a transpirarprofusamente, síntomas nerviosos, exoftalmos.

Tiroides difusamente aumentado de tamaño y no se requiere pun-ción, excepto cuando adquiere aspecto nodular.

Fondo hemático con material escaso, numerosas células folicula-res, escaso coloide, células de gran tamaño con amplio citoplasmaeosinofílico en placas con vacuolas marginales citoplasmáticas.

Diagnóstico diferencial con Bocio nodular, carcinoma papilar,tiroiditis de Hashimoto (células oncocíticas).

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BOCIO COLOIDE

Es el agrandamiento difuso de la glándula Tiroides por déficit de laHormona tiroxina. Al puncionar se obtiene abundante materiallíquido que puede ser amarillo claro a café turbio.

Fondo con abundante coloide, escasas células foliculares de aspec-to normal distribuidas en monocapa o formando estructuras folicu-lares. Si hay hemorragia se observa histiocitos o macrófagos ycélulas foliculares en menor cantidad así también el coloide, aveces se evidencian fobroblastos y cristales de colesterol.

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BOCIO COLOIDE ADENOMATOSO

Se produce por estimulación tiroidea sostenida debida a déficit deHormona tiroxina. Hay cambios involutivos en la glándula, hemo-rragia, necrosis isquémica, macrófagos, siderófagos, fibrosis, cal-cificación y osificación.

Fondo con material coloide, numerosas células foliculares enmonocapa o formando folículos, algunas células de Hurtle, célulasinflamatorias y macrófagos.

DISCUSIÓN:

La PAAF es simple, segura, barata y relativamente atraumática,cuando el procedimiento y la interpretación son realizadas pormanos y ojos experimentados, los falsos negativos son tan bajoscomo el 2% y los falsos positivos todavía más bajos (13). Los fal-sos negativos de la PAAF se encuentran en otras series en valoresentre 1-17% y dependen de errores en la toma de la muestra, espe-cialmente cuando el material no es obtenido de la zona portadorade cáncer, especialmente las áreas frías (14). La eficiencia de laPAAF en nódulos tiroideos se ha establecido en rangos que van de83-99% y la especificidad de 70-90% (15)

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En la literatura se exponen como referencia los siguientes porcen-tajes para diagnóstico citológico: inadecuado (24%); benigno(37%), indeterminado (18,6%); sospechoso (18,6%); maligno(1,3%). Se recalca además que si existe sospecha clínica o ultra-sonográfica de neoplasia y el aspirado reporta cualquiera de las 3primeras categorías, la escisión quirúrgica debe ser realizada detodas maneras (16).

En la categoría de indeterminadas se observan patrones foliculares,sin cumplir con todos los criterios de neoplasia, como son mues-tras con escaso coloide, oncocitos o lesiones linfoides que se orien-tan a ser benignas más que neoplásicas.

Las sospechosas cumplen los criterios de neoplasia folicular: ati-pias leve o moderada, coloide escaso o ausente. (17).

Cuando se calcula en SOLCA Núcleo de Quito, el valor predictivopositivo (VPP) de la PAAF de tiroides, comparando citología condiagnóstico histopatológico, tenemos que para el carcinoma papi-lar es del 88,2 %, para el bocio, un valor más bajo, 65%, lo quecorrobora el hecho de que en PAAF de tiroides el índice más reve-lador son los falsos negativos, ya que la especificidad de la pruebaes alta (mayor del 90%), aunque la sensibilidad es baja (70%) (18).

Otro de los problemas corresponden a los “Sospechosos de malig-nidad “ que tienen un rango del 19% del total de los diagnósticos,en estos casos se debe considerar siempre la posibilidad de tumormaligno (55%), seguido de bocios y adenomas con un 16% cadaentidad del total de los “sospechosos”. Cabe indicar que el valorpredictivo postivo de la “congelación” transoperatoria tiroidea enSOLCA es del 87%, por tanto menor que el de la PAAF y que todoslos carcinomas foliculares se diagnosticaron en “diferido”.

La ayuda ecosonográfica en nódulos pequeños o profundos es

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importante y ayuda a evitar cirugías innecesarias así como a detec-tar malignidad en estadio precoz. La limitación que existe inclusi-ve usando ultrasonografía de alta resolución es el diagnóstico dife-rencial de adenoma folicular con el carcinoma folicular, en el quelos criterios y evidencia histológica de invasión capsular o vascu-lar no pueden ser proporcionados por citología, aunque la conduc-ta quirúrgica de la Neoplasia folicular (que incluye a las 2 citadasentidades) está formalmente indicada (19,20).

Las punciones de tiroides no deben ser realizadas en la primeralínea de investigación, sin la información suficiente de datos delpaciente, función glandular y medicación utilizada. El procedi-miento de punción se realizará al final de la batería de exámenesde gabinete, después de las pruebas de captación gammagráfica yultrasonido, ya que la introducción de la aguja y la maniobra aspi-rativa probablemente influirán en los resultados de la pruebas cita-das.

Los resultados inadecuados varían en la literatura del 3 – 28%(21), los falsos negativos pueden ser reducidos significativamentesi se consideran estrictos parámetros para valoración del espéci-men. Cinco o seis grupos de células foliculares bien preservadas,de al menos 10 células cada uno.

Otros autores consideran muestra adecuada en PAAF de tiroides, lapresencia de 8-10 fragmentos de células foliculares bien preserva-das en al menos 2 frotis (22).Los quistes revelan casi siempre una menor celularidad. Se requie-ren experiencia y una cercana comunicación entre el clínico y elcitopatólogo, para disminuir el volumen de resultados inadecua-dos. La histopatología indica que el 98% de estos casos corres-ponden a lesiones benignas.

Varios estudios muestran un efecto directo entre la experiencia del

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aspirador y el promedio de citologías insatisfactorias (23)

La PAAF de tiroides ha ganado aceptación como método para dis-tinguir entre nódulos neoplásicos y no neoplásicos, estos últimoscomprenden nódulos adenomatosos o coloides, generalmente en elcontexto del bocio multinodular y no requieren cirugía. En estoscasos, la terapia supresiva con levotiroxina se usa con eficacia con-troversial. Si un nódulo crece o mantiene constante su tamañodurante la terapia se considera a este autónomo y potencialmenteneoplásico (24,25).

En otros casos en que la diferenciación entre nódulo adenomatosoy neoplasia folicular presenta dificultad a la interpretación citoló-gica, se recomienda terapia supresiva con repetición de la punción(26)

Las tiroiditis subagudas presentan cuadros citológicos variables,presumiblemente porque los aspirados de diferentes sitios repre-sentan estados diferentes del proceso inflamatorio.

La tiroiditis inducida por I 131 produce en la PAAF atipias pro-nunciadas que producen un diagnóstico diferencial difícil con elcarcinoma, estos casos corresponden a las limitaciones propias detodo método (27).

La tiroiditis de Hashimoto citológicamente expresa hiperplasia decélulas foliculares, simula neoplasia folicular y puede resultar enuna interpretación errónea falso positiva.

Las radiaciones de accidentes nucleares como el de Chernobyldeben ser consideradas como causas de aumento de la incidenciade carcinomas papilares y su presentación en niños. Se pueden uti-lizar técnicas de morfometría celular en el diagnóstico diferencialde neoplasia benignas a malignas (28)

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Las células de Hurthle pleomórficas asociadas frecuentemente alinfocitos a su vez se diagnostican falsamente como tiroiditis deHashimoto, pasando por alto adenomas de células de Hurthle (29).

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¿ES LA INTERFERENCIA UN FENÓMENO PURAMENTELINGÜÍSTICO?

Dr. Augusto Burneo, PUCE1

EXTRACTO

Con el fin de analizar los diferentes aspectos del fenómeno dela interferencia, discutiremos varios conceptos, teniendo encuenta los diferentes puntos de vista de todos los posibles enfo-ques a la interferencia, además describiremos algunos casosauténticos de interferencia y analizaremos varios ejemplos deeste fenómeno. No se considerarán en detalle los factores extralingüísticos, debido a que nuestra postura teórica es que lainterferencia se basa principalmente en factores estructuraleslingüísticos. Conforme avance el análisis, se describirán otrasteorías sobre el bilingüismo, la lengua y la interferencia. Parafinalizar, se ha hecho un breve resumen sobre el marco psi-cológico con el fin de obtener conclusiones sobre la validez delestudio experimental sobre la interferencia, tanto desde elpunto de vista lingüístico como psicológico. Este estudio con-cluye que la interferencia es básicamente lingüística.

La interferencia ha sido estudiada ampliamente desde varias pers-

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1 Dr. Augusto Burneo, psicolingüista clínico y audiólogo. Master of Science (Penn State).Ex-professor U. de Ottawa. Académico Visitante, Universidades de Maryland y de NuevoMéxico. Profesor, Facultades de Psicología, Educación y Comunicación, Lingüística yLiteratura. Ex subdirector de la Escuela de Tecnología Médica y actualmente Profesory Coordinador de Terapia del Lenguaje, Facultad de Ciencias Médicas, UCE.Conferencista en más de 50 congresos científicos. Miembro de número, entre otras, dela Academia Americana de Patología del Lenguaje y Audiología, y de la AsociaciónInternacional de Logopedia y Foniatría. Ha publicado tres libros y varios artículos. Es co-autor del Reglamento Nacional de Control de Ruido.

REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

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pectivas. Ésta puede tener dos direcciones, la lengua término y lanativa. Por lo general, se puede definir a la interferencia como unefecto negativo de un hábito en el aprendizaje de otro hábito.

Jones, según lo cita Kelly (3:33), define la interferencia como “ladesviación de una norma ideal en la producción por parte del estu-diante”. Weinreich (8:1), la ve como “casos en que las desviacio-nes de las normas de cualquiera de las dos lenguas se producen enel habla de los bilingües como resultado de su familiaridad conmás de una lengua”. Weinreich considera que la interferencia esun fenómeno que ocurre tanto en la lengua término como en lanativa, o en ambas. Es más evidente en el habla que en el lengua-je.

Lado (5:217) define la interferencia en términos de dificultad adi-cional en el aprendizaje de un sonido, palabra o construcción en lasegunda lengua como resultado de las diferencias de los hábitos dela lengua nativa. Su definición se basa principalmente en la teoríaestructural del aprendizaje de la lengua. Para Lado, la interferen-cia es cualquier error que el estudiante comete al aprender otro sis-tema. Las similitudes interlinguales pueden conducir a la facilita-ción, lo contrario de la interferencia. Esto ocurre a nivel del soni-do (incluidas las variantes), en el vocabulario, y en los sistemasmorfológicos, gramaticales y de escritura de las dos lenguas.Asimismo, la transferencia de una cultura extranjera puede llevara una interferencia lingüística.

Weinreich toma un punto de vista estructural cuando afirma que“cuanto mayor sea la diferencia entre dos sistemas, por ejemplo,mientras más numerosas y mutuamente exclusivas sean las formasy los patrones en cada uno, mayor será el problema de aprendiza-je y el área potencial de la interferencia” (8:1). Para este autor, losdiversos mecanismos de interferencia serán probablemente losmismos para dos lenguas tan diferentes, como en el caso del

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francés y del chino, o entre dos subvariedades del inglés, por ejem-plo, el inglés americano estándar y el inglés “afro americano”.

Para efectos de un análisis comparativo contrastivo de dos siste-mas, todas las diferencias, grandes o pequeñas, deben ser exhaus-tivamente establecidas para cada dominio (fónico, incluyendo aló-fonos), gramatical (la morfología con sus variantes, y la sintaxis),y el léxico. La situación de contacto debe ser analizada cuidado-samente. Según tenemos entendido, la lingüística descriptiva hahecho que esto sea posible para muchas lenguas. Los casos deproblemas de interferencia lingüística pueden, en su mayoría, serestudiados, determinados e inclusive predichos, a fin de evitar lainterferencia mediante métodos lingüísticos. En algunas lenguas,las áreas potenciales de interferencia, lo que Lado denomina áreasde errores predecibles, han sido cuidadosamente estudiadas. Sedebe enfatizar que no toda forma de interferencia llega a materia-lizarse.

Según Weinreich, vemos claramente que el fenómeno de la inter-ferencia puede variar de individuo a individuo. La difusión, la per-sistencia y la evanescencia de una interferencia en particular pue-den ser analizadas únicamente si se toman en cuenta los factoresextra-lingüísticos. Esta afirmación puede ser interpretada así: “lainterferencia en sí es un fenómeno lingüístico que, según el uso dela lengua por el propio individuo, puede producir otras implicacio-nes extra-estructurales” (8). La persona utiliza un sistema lingüís-tico, una herramienta; si no sabe utilizarla bien, entonces será,naturalmente, víctima de la interferencia. Los monolingües tam-bién producen este fenómeno en su propio sistema. En muchoscasos, estos hablantes tienen una palabra en su lengua, pero tomanun elemento extranjero porque no siempre saben que existe la pala-bra adecuada en su propia lengua. Por ejemplo, muchos hispano-hablantes utilizan “aplicación” (application) y “aplicar” (to apply)en lugar de las formas usuales en español: “solicitud” y “hacer una

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solicitud”. Podríamos atribuirle un factor psicológico a este fenó-meno puesto que la palabra correcta sí existe y el hablante utilizadeliberadamente una palabra extranjera, aún en casos donde doslenguas, el inglés y español, no están en contacto.

Según Weinreich, existen entre los factores no estructurales algu-nos que son inherentes a la relación de una persona bilingüe con lalengua con la que entra en contacto. Hemos visto que muchas per-sonas tienen una gran capacidad para mantener separados a los dossistemas lingüísticos, tanto en la escritura como en el habla, mien-tras que otras no tienen esta capacidad. Para este autor, éstas sonvariantes en el uso del sistema por parte del individuo y no del pro-pio sistema (8:ibid). Weinreich también menciona actitudes yhábitos del grupo hacia la lengua y cultura extranjera. Esto es per-tinente para el estudio sobre la interferencia. Sugiere que el con-tacto de lengua debe ser interpretado dentro de un amplio marcopsicológico y socio-cultural, y que una investigación interdiscipli-naria es necesaria, dejando en claro que los análisis lingüísticosestructurales están limitados para investigar en qué medida sepuede estudiar y determinar la interferencia mediante las estructu-ras de dos sistemas lingüísticos en contacto, comparados con losfactores no lingüísticos dentro del contexto socio-cultural de lalengua en contacto.

Para Weinreich, sólo un estudio coordinado sobre el bilingüismo yfenómenos relacionados estaría completo y exacto. Sin embargo,aclara que el lingüista tiene derecho a abstraer la lengua de las con-sideraciones de índole psicológico o sociológico. Deben plantear-se problemas puramente lingüísticos sobre el bilingüismo y luegover la causa de la vulnerabilidad de la lengua frente a la influenciaextranjera en su debilidad estructural. Una vez más, esto puedeinterpretarse como un acuerdo primario sobre la importancia de unanálisis lingüístico completo. Éste es el punto de partida. Losfenómenos de interferencia tienen que ser de alguna manera siste-

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matizados. Sólo cuando hayamos comparado sistemáticamente ados lenguas y culturas podremos coordinar estudios con otras dis-ciplinas con el fin de correlacionar las variantes individuales y degrupo, que sin duda contribuirían a tener una visión más clarasobre los fenómenos complejos de la interferencia.

Si una persona ha aprendido a separar dos sistemas lingüísticoscorrectamente –para el logro de esta meta, los métodos de enseñan-za estructural han dado extraordinarios resultados– y actúa inde-pendientemente en ambas lenguas, sin incurrir en la interferencia,o si muy rara vez lo hace, se puede atribuir ese hecho a un factorextra-estructural como un lapsus de memoria o un desliz verbal;esto constituye únicamente una variante individual y no podemosgeneralizar ninguno de estos hechos para decir que la interferenciaes un problema psicológico.

Según Haugen, el lingüista que formula teorías sobre la influenciade la lengua pero no explica el marco socio-cultural de la lenguaen contacto, deja a medias su estudio, esperando encontrar unterreno firme sobre el comportamiento de hablantes observables ycontemporáneos con el fin de tener una teoría más confiable sobreel proceso de la interferencia. No debemos abstenernos de añadiren este punto que el análisis comparativo de la lingüística toma encuenta no sólo las áreas potenciales de interferencia en ambas len-guas sino también las situaciones en las que puede ocurrir. Lospatrones culturales, que también han sido muy bien sistematizados,pueden causar interferencia aún en la misma lengua, si ésta sehabla en diferentes regiones.

De acuerdo con Weinreich, la interacción de los factores estructu-rales y no estructurales tiene un papel importante en promover oimpedir la interferencia lingüística. Critica a aquellos antropólo-gos que no han trazado debidamente la línea entre el contacto delas lenguas y el contacto cultural. Algunos generalmente han con-

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siderado al contacto interlingüístico como un aspecto del contactocultural, y la interferencia lingüística como una faceta de la difu-sión cultural y de la aculturación. Nuestro punto de vista es que lalengua es una herramienta mediante la cual hablamos de nuestracultura y no un aspecto del contacto cultural.

El lingüista puede descubrir el origen del manejo del materialextranjero según la estructura de la lengua receptora. Pero elgrado, la dirección y la naturaleza de la interferencia de una lenguasobre la otra pueden ser explicados aún más a fondo en términosdel comportamiento del habla de los individuos bilingües, que a suvez está condicionado por las relaciones sociales de la comunidaden la que ellos viven. Sin embargo, el enfoque interdisciplinariopuede ser independiente de los métodos descriptivos utilizadospara la evaluación lingüística y cuantificación de la interferencia.

Concordamos con la postura de Weinreich en que los factoresestructurales son aquellos que provienen de la organización de lasformas lingüísticas en un sistema definitivo, diferente para cadalengua y en gran parte independiente de la experiencia no lingüís-tica y del comportamiento. Los factores no estructurales procedendel contacto de los sistemas con el mundo externo. ParaWeinreich, probablemente, la interferencia está dentro de un con-junto de factores estructurales o patrones que, cuando están en con-tacto con el mundo externo, entran en contacto con otro conjuntode patrones psicológicos y culturales.

Una vez más, según Weinreich, es importante diferenciar la inter-ferencia en el habla y la interferencia en la lengua. En el habla, escomo la arena que se lleva la corriente; en la lengua es como unsedimento de arena depositado en el fondo del lago. En el habla,el individuo es quien causa las interferencias; en la lengua, es lafrecuencia del uso que hace que se convierta en hábito y que seestablezca. Desde luego, no significa necesariamente que un sis-

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tema lingüístico definido tenga casos de interferencia como reglageneral. Sólo en aquellos casos en que la Academia de una len-gua determinada ha decidido integrar un término en la lengua, sevuelve este término parte del sistema. De lo contrario, es un tér-mino extranjero, y debe ser considerado como un caso de interfe-rencia.

Mackey considera que el tipo de interferencia depende de si elestudiante está hablando la lengua o simplemente tratando deentender lo que escucha o lee. Una vez más, vemos que la inter-ferencia no proviene de la lengua, escrita o hablada, sino de la malainterpretación del sistema lingüístico por parte del individuo.Mackey menciona que las similitudes también pueden conducir ainterferencias, como es el caso de los cognados falsos, aunque lasdiferencias estructurales son la causa común de la interferencia. Aveces, las extensiones por analogía de los patrones aprendidos poruna persona en la lengua extranjera pueden ser causa de una inter-ferencia, debido a que existe una distribución y un contexto dife-rente. Sin embargo, si el estudiante ha aprendido bien a evitar lasanalogías de patrones cuando éstas son inapropiadas, utilizará lospatrones sin incurrir en la interferencia (6).

Mackey también habla de la influencia social como son los con-tactos (hogar, comunidad, ocupación, escuela, grupo étnico, igle-sia, grupos de juegos, radio, televisión, cine, entre otros), y afirmaque éstos pueden ayudar a mantener la lengua pura y sin interfe-rencias. Tiene razón al mencionar que las capacidades del indivi-duo, como las habilidades innatas, la inteligencia, personalidad,duración de la memoria, y las emociones, contribuyen enorme-mente a aprender bien una lengua y con poco o nada de interferen-cia.

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OTROS PUNTOS DE VISTA SOBRE EL BILINGÜISMO YLA INTERFERENCIA

Lamber y Penfield afirman que la lengua es una forma de compor-tamiento aprendido. Para Morf, es la manifestación de la forma yun sistema de estructuras lógicas. Las estructuras del habla son unbuen indicio de las estructuras del pensamiento. Según Anisfield,en el caso de los niños franco-canadienses, a medida que crecen yentran en contacto con la comunidad inglesa, es probable que sien-tan un complejo de inferioridad debido a que son discriminadospor el medio anglófono. Si éste fue el caso hace unas décadas,ahora la situación ha cambiado enteramente debido al esfuerzo porparte del gobierno de Québec para fomentar en los franco-cana-dienses actitudes positivas hacia su lengua y cultura. En la actua-lidad, el prestigio de la lengua francesa es alto. La lealtad a la len-gua ha mantenido tanto a la lengua como a la cultura en una buenaposición actuando como elemento de disuasión contra la interfe-rencia.

Gumperz señala que hablar es una forma social de interacción,pero que el análisis lingüístico de los signos verbales puede serúnicamente en términos de un contexto puramente lingüístico. Lasegmentación y clasificación de las formas verbales pueden basar-se solamente en datos observables de sonidos y un análisis con-trastivo puede realizarse sólo en base a las similitudes y diferen-cias, lo cual sirve como cimiento para los materiales de enseñanzaque tanto han contribuido al aprendizaje de una lengua extranjerasin interferencias.

Las normas de conducta que se aplican en cualquier circunstanciaconcreta del habla deben ser predecibles a partir del conocimientodel acontecimiento social y de las relaciones sociales vinculadas.Una vez más vemos que también se pueden predecir los patronesculturales de una comunidad y, por lo tanto, se puede predecir y

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analizar las diferencias entre sistemas.

Lado afirma que si los hábitos nativos de la cultura son transferi-dos al aprender una cultura extranjera, es obvio que al comparar losdos sistemas culturales, podemos predecir cuáles serán los puntosconflictivos. Nuevamente vemos que los patrones culturales pue-den ser analizados junto con los patrones lingüísticos. Si la per-sona sabe o aprende una lengua por medio de esta comparación sis-temática, no causará ninguna interferencia.

La interferencia en la lengua o cultura puede ocurrir incluso cuan-do un hablante monolingüe de una comunidad lingüística entra encontacto con otra similar, pero con un conjunto diferente de patro-nes culturales. Por ejemplo, un estadounidense puede causar inter-ferencia en Inglaterra. La expresión estadounidense “de nada”,después de un “gracias”, puede equivaler a una sonrisa enInglaterra, por lo menos en ciertos contextos. Sin embargo, sonreír,como respuesta a un gracias, podría ser interpretado como una faltade cortesía en los Estados Unidos.

Jakobovits (2;169) considera que los efectos de transferencia sonun asunto de interferencia. Algunos aspectos se refieren a las acti-vidades del profesor y a los fenómenos del contexto. Afirma quelos individuos difieren en los grados de capacidad para adquirirnuevos patrones. Las personas con poca tolerancia para laambigüedad tenderían a resistirse a la interferencia. Al no poderproducir un rasgo articulatorio podría confundirse de fonema. Lalealtad a la lengua receptora y una intolerancia adoptada por unacomunidad lingüística hacia las importaciones lingüísticas (puris-mo) puede aumentar la resistencia del individuo a la interferencia.

Jakobovits es crítico de las Pruebas de la Lengua Extranjera(Foreign Language Testing) que no toman en cuenta la “compe-tencia comunicativa”. El autor enfatiza que esto es una interferen-

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cia típica que se da en momentos embarazosos en nuestras interac-ciones sociales, cuando no sabemos qué decir o cómo decir algo.Fallamos en un “punto de comunicación”. Para Jakobovits, loscampos híbridos paralingüísticos, sociales y psicológicos sonvarios aspectos del conjunto comunicativo. Por supuesto, el hechode que existe un mensaje que comunicar implica el uso de variosfactores estructurales y extra-estructurales.

Jakobovits tiende a adoptar una posición psicológica cuando diceque en francés tenemos la opción de “toi” y “vous”, y en alemánde “du” y “sie”. Estas formas serán seleccionadas según la situa-ción. Sin embargo, podemos decir que la opción es puramenteestructural porque la persona bilingüe conoce, o quizás no, ambasformas, su uso y el fenómeno de la distribución.

Para Mackey, la interferencia es una calle de doble sentido. Si ocu-rre en la lengua nativa, la denomina “interferencia retroactiva”,caracterizada por las intrusiones y las modificaciones en la lenguamaterna debido al aprendizaje de una lengua extranjera. La inter-ferencia retroactiva sería grave si las dos culturas así como tam-bién las dos lenguas fueran similares. Para los grados más bajosdel conocimiento de la lengua, como el habla de los niños, la inter-ferencia se reduciría. Mackey considera como interferencia el usode cualquier elemento en una lengua que pertenece a otra, a nivelfonético, gramatical, léxico y estilístico (6).

Para Haugen, aunque el estudio del “préstamo” pertenece al campode la lingüística histórica, en el momento del préstamo tenemos unestado lingüístico que puede ser estudiado, concretamente en lacoexistencia de diferentes estructuras de la lengua en algunosbilingües. Las interferencias como resultado del préstamo sonpruebas de la identificación inter-lingüística hecha por los hablan-tes bilingües. El objetivo de una descripción bilingüe es predecir–y en algunos casos prevenir estas interferencias. La descripción

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bilingüe tiende a identificar unidades de una lengua con unidadesde la otra. Aquí, una vez más, encontramos una confirmación denuestra interpretación de la base lingüística del problema. Haugenconfirma esto al añadir que un análisis completo de los dos siste-mas debe incluir, en todos los niveles, las variantes y sus distribu-ciones dentro de la estructura del sistema.

Para Weinreich (8:ibid), la contribución del pensamiento estructu-ral a la lingüística histórica parte de la base de que los propiospatrones de la lengua determinan, por lo menos en parte, la direc-ción en que la lengua cambia. La mejora de un sistema puede seralcanzada o bien por la innovación original o por la adopción deelementos asequibles provenientes de cualquier fuente externa.Toda lengua puede ser vista como expuesta continuamente a lainterferencia potencial, y se puede entender la convergencia entrelenguas no relacionadas. Un punto de vista estructural señala quesólo los elementos extranjeros necesarios en un idioma dadopodrían ser adoptados. Los factores sociolingüísticos deberían serconsiderados conjuntamente con los estructurales.

Weinreich sugiere comparar a personas con un grado avanzado debilingüismo, con individuos que empiezan a experimentar el con-tacto con otra lengua. Solo de esta manera podrá surgir un cuadrorealista que explique cómo se introducen y se resisten los elemen-tos extranjeros y cómo funcionan dentro del sistema complicado delas condiciones lingüísticas y extra-lingüísticas. Weinreich men-ciona que existe poca información en cuanto al problema de inter-ferencia léxica, gramatical y fonémica, la cual es sumamentenecesaria para probar la hipótesis sobre el papel de la estructuralingüística como un seleccionador o regulador de los efectos de lainterferencia en una situación de contacto. Aquí Weinreich adoptauna posición más bien neutra, pero reconoce que los factoresestructurales son reguladores de la interferencia. Da por sentadoque el papel de la estructura puede ser evidente únicamente bajo

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condiciones similares de contacto socio-cultural. En algunos luga-res de los Estados Unidos, el acento francés es un atractivo, entanto que el alemán es tolerado o puede pasar desapercibo en algu-nas regiones donde el acento polaco saltaría a la vista.

Vinay comenta que en una situación de contacto, las personasrepentinamente cambiarán de lengua sin razón alguna. Se pregun-ta si existe algo inaceptable en la estructura de la otra lengua.También comenta sobre el hecho de que la interferencia ocurre enla lengua materna escrita. Con relación al cambio de código,Haugen cree que las personas de hecho cambian de una lengua aotra porque saben que de todos modos pueden entender y serentendidos. El cambio de código por debajo del nivel de la pala-bra puede ser un posible caso de interferencia.

Para Garvin, el cambio de código es una situación de patrones quecoexisten, mientras que el uso de préstamos o la transición de lospréstamos es evidentemente un caso de interferencia, y los dosdeben mantenerse separados conceptualmente, a pesar de no estarmuy claros en muchos casos de situaciones empíricas. SegúnGarvin, el introducir una frase al francés como “science-fiction” noes interferencia sobre el modelo.

Hasselmo toma el concepto de la norma interna y externa. La pri-mera es Gramática – cómo utilizar correctamente las oraciones – yla otra es el uso de la lengua entre las personas. Se aplica al usoindividual – éste es un enfoque conductual. Para él, el cambio decódigo puede ser una estrategia de comportamiento. La interfe-rencia no es un cambio de reglas sino la tendencia a transferir lasunidades. Los lingüistas toman la norma interna; los sicolingüis-tas, el sentido del comportamiento de la lengua; y los socio-lingüistas, la toman como una herramienta para la comunicación.

Para Diebold, el cambio de código, definido en el sentido estricto,

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es únicamente un punto final hipotético en la tipología del com-portamiento de la lengua. Cita que el cambio de código griego-inglés le ha convencido que, aún con el esfuerzo consciente delhablante para contrarrestar la interferencia, los bilingües coordina-dos no pueden cambiar una lengua dentro del contexto de la otrasin incurrir en la interferencia fónica. Sugiere una revisión de loque implica la separación de dos códigos lingüísticos en loshablantes bilingües. Debemos añadir que la persona que ha desa-rrollado perfectamente su “conjunto automático de repuestas” en lalengua extranjera, incluso si cambia a otra lengua, cuando es nece-sario y utiliza expresiones como “como podemos decir en la ‘len-gua x’”, no va a incurrir en la interferencia.

TEORÍAS PSICOLÓGICAS Y LINGÜÍSTICAS SOBRE LAINTERFERENCIA

Briére afirma que la lingüística y la psicología han existido comodos disciplinas independientes. La investigación de la lengua, ensí, es sin duda el interés principal de la lingüística. Los psicólogoshan estudiado varios aspectos sobre el comportamiento verbal y elaprendizaje verbal. Ciertos temas de la descripción lingüística hansido denominados “exolingüística” – fuera del ámbito de la inves-tigación lingüística. Razón por la cual, según este autor, la psico-logía ha tomado en cuenta algunos factores extra-estructurales.Para ellos, las personas aprenden y utilizan la lengua. La produc-ción y percepción del habla, o de una lengua, es una forma de com-portamiento. Los psicólogos han estado interesados en determinarlos parámetros subyacentes que explicarían este comportamiento.El aprendizaje y la interferencia han sido de gran interés para laPsicología, y la investigación ha ampliado su ámbito de investiga-ción. Se conoce como Psicolingüística a las investigaciones empí-ricas y experimentales sobre el aprendizaje verbal y el comporta-miento verbal que son el resultado de la fusión de las destrezas einformación de ambas disciplinas. Según Briére, es el estudio del

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comportamiento verbal que trata de integrar el punto de vista dellingüista sobre la lengua como un sistema estructurado de signos yel enfoque del psicolingüista sobre la lengua como un comporta-miento aprendido. Gran parte de su investigación está basada enesta estructura.

Según Briére, los lingüistas definen la interferencia en términos dela articulación y de las características clasificatorias, los alófonosque pertenecen a las categorías fonémicas, y la distribución defonemas entre dos sistemas. Debemos añadir que ésto se ha hechoen todos los niveles de la lengua. El psicólogo define la interfe-rencia retroactiva o proactiva entre la primera y la segunda situa-ción del aprendizaje de la lengua, en términos de grados de simili-tudes entre el material original de aprendizaje y el interpolado, yen términos de las estructuras convergentes frente a divergentes delaprendizaje. Puesto que los parámetros lingüísticos no son necesa-riamente los mismos que los psicológicos, la jerarquía de las difi-cultades predecibles por los lingüistas puede variar completamen-te de aquellas predecibles por los psicólogos. Sin embargo, Briéreadopta una postura principalmente lingüística-estructural para elanálisis de las dos lenguas. Afirma que el punto de vista teórico dela interferencia tiene que incluir al análisis lingüístico. Pero, lajerarquía de las dificultades en las dos lenguas debe ser definidapor separado por ambas disciplinas (1:ibid).

Briére se queja de la preocupación del lingüista por las caracterís-ticas no distintivas o redundantes, que a menudo es innecesaria.Debemos añadir que precisamente una muy buena manera dedeterminar exactamente el carácter predecible de las unidades, entérminos del contexto en el que ocurren, es esta preocupación porlas características no distintivas. Cuando se considera el contrastey la distribución complementaria – cuando dos unidades no puedenestar en el mismo contexto – Briére toma el concepto de variaciónlibre (dos unidades en un contexto idéntico – no predecibles en tér-

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Augusto Burneo

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minos de contexto – que no cambian el significado). Comentasobre estos puntos puesto que se cree que los hablantes de una len-gua aprenden a prestar atención únicamente a aquellas característi-cas que son distintivas y a no hacer caso a las que son redundantes.

Esto tiene implicaciones para el aprendizaje de la lengua dado queel estudiante debe abordar otras lenguas a través de su propio“marco” de características distintivas frente a las no distintivas. Esdecir, para él, una comparación del sistema fonético es incomple-ta. El hablante tiene que conocer todas las variantes y distribu-ciones. Briére sugiere que las descripciones y las predicciones delas dificultades basadas en los análisis teóricos a nivel fonémicoserán inadecuadas (1:ibid). Las características específicas de laarticulación a nivel fonético son necesarias y, añade, que previosintentos de cuantificar los grados de interferencia en base a los gra-dos de diferencias y similitudes de los fonemas (aunque otros nive-les también pueden ser incluidos) han sido inadecuados.Concordamos con Briére, y creemos que es necesario tener encuenta la realidad fonética cuando el estudiante sabe en qué con-texto va a utilizar la lengua o debe utilizarla.

Mcgeoch da una definición psicológica de la interferencia.Propone que los dos sistemas de respuesta adquiridos en sucesiónpor el sujeto permanecerán disponibles al momento de recordar.Nuevamente, esto es cierto, la lingüística estructural lo ha tomadoen consideración; los patrones de enseñanza, por ejemplo, estándiseñados para desarrollar respuestas automáticas ante estímulosverbales o situacionales. Además, contienen cambios sistemáticosen el sonido, orden, forma y vocabulario.

La interferencia retroactiva y proactiva fueron analizadas bajo unprincipio psicológico. Una vez más, Briére concluye que cualquierpredicción sobre la jerarquía de la dificultad necesita informaciónexhaustiva a nivel fonético, no sólo una descripción basada en tér-

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¿Es la interferencia un fenómeno puramente lingûístico?

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minos de las características descriptivas o de los alófonos que per-tenecen a la clase de los fonemas. Desde luego, podríamos exten-der ésto a otros niveles de la lengua.

Podemos concluir con Briére que se deben llevar a cabo más inves-tigaciones para determinar con mayor precisión los mecanismossubyacentes de la interferencia, y que únicamente mediante unestudio sistemático-estructural de dos sistemas de lenguas pode-mos lograr un marco de las áreas de interferencia.

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Augusto Burneo

Page 73: Revista de la PUCE No. 83

REFERENCIAS

1. Briére, Eugéne J., A psycholinguistic study of phonologicalinterference, The Hague, Mouton, 1968.

2. Jabobovits, Leon A., Foreign language learning, New York,Newbury, 1970.

3. Kelly, Louis G. (Ed.), Description and measurement of bilin-gualism, Toronto, University of Toronto Press, 1967.

4. Lado, Robert, Linguistics across cultures, Michigan,University of Michigan Press, 1957.

5. Lado, Robert, Language teaching, New York, McGraw-Hill,1964.

6. Mackey, William F., Language teaching analysis, London,Longmans, 1969.

7. Saporta, Sol, Psycholinguistics, a book of readings,Englewood Cliffs, N.J., Prentice-Hall, 1961.

8. Weinreich, Uriel, Languages in contact, The Hague, Mouton,1968.

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¿Es la interferencia un fenómeno puramente lingûístico?

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LOS DESAFÍOS DE LA UNIVERSIDAD ECUATORIANAENMARCADOS EN LA SOCIEDAD Y ECONOMÍA DEL

CONOCIMIENTO

Ec. Mónica Mancheno K.1

“…las universidades públicas y privadas han ingresado a una época deturbulencias para la cual no se prevé término. La actual encrucijada

tiene su origen en un simple hecho: las demandas ejercidas sobre las uni-versidades superan su capacidad de respuesta.”2

En la vida de los seres humanos, muchos son los factores quedeterminan su existir; quizás éstos puedan ayudar a generar capa-cidades inimaginables, siempre y cuando se tenga conciencia de loque sucede y de lo importante que es el contexto en el desarrollode las responsabilidades y logros sociales.

Cuando hablamos de “contexto”, pensamos la manera de percibir-lo y entenderlo, dependiendo del alcance de los proyectos futuros.Éste puede significar una limitación ya que, debido a la carenciade ciertos elementos, no es posible desarrollar lo que se quisiera;pero también puede significar un condicionante ya que cada ele-mento social permitiría que se logren ciertos resultados, mas nocon la calidad esperada; finalmente, puede ser considerado undesafío que permite desarrollar la inmensa creatividad humanapara así poder presentar alternativas de solución a las múltiples

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REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

1 Econ. Mónica Mancheno Karolys (Quito)- Magíster en Docencia Universitaria eInvestigación Educativa, PUCE, Quito. Profesora de la materia de Macroeconomía de laFacultad de Economía de la PUCE, Profesora de la materia de Economía Internacionalde la Escuela de LEAI de la PUCE. Coordinadora Académica de la Facultad deEconomía.2 Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias para la EducaciónSuperior en América Latina, CINDA, Santiago de Chile, 2002, pág. 2.

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limitaciones y condicionantes de la humanidad.

He considerado importante realizar esta reflexión previa, para indi-car que el actual sistema de Educación Superior en el Ecuador estádeterminado por un contexto que para algunos será un limitante,para otros un condicionante y espero que para la mayoría undesafío. En la presente investigación se pretende revisar los prin-cipales desafíos de la universidad ecuatoriana, dentro de cuatrocontextos fundamentales:

-Cambios en la estructura poblacional.- -El proceso de masificación y privatización de la

Educación Superior.-La inequidad y las desigualdades sociales.-La Sociedad y Economía del Conocimiento.

1.- Cambios en la estructura poblacional:

Esta primera variable, permitirá establecer el universo poblacionalal que las instituciones de Educación Superior se enfrentan, tantoen la actualidad como en el futuro.De acuerdo al VI Censo de población y V de Vivienda (2001), lapoblación ecuatoriana asciende a 12.156.608 habitantes, de loscuales el 49,51% son hombres y el 50,49%, mujeres. Se esperaque, de acuerdo a la tasa de crecimiento actual de la población,para el año 2025 ascienda a 17.796.000, mientras que para el 2050la población ascendería a 20.536.000.3De acuerdo a datos proyectados por el Boletín Demográfico paraAmérica Latina y el Caribe de la CEPAL, el crecimiento de lapoblación ecuatoriana registrará la tendencia del Gráfico No.1, queindica un porcentaje de crecimiento, entre el período comprendidoentre los años 2000 y 2025, de 39,13%; es decir, un promedioanual de crecimiento de 1,36%; en el mismo gráfico se aprecia

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Mónica Mancheno K.

3 www.imsersomayores.csic.es/internacional/iberoamerica/ecuador/incadores.html

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también el crecimiento poblacional en lo que respecta a hombres ymujeres.

Gráfico No. 1Proyecciones de la Población Total Ecuatoriana según sexo

1970-2025

Fuente: Boletín Demográfico: América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025.CEPAL, Julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

Al analizar la demanda de Educación Superior es necesario con-centrarse en aquel grupo que por edad le corresponde a dicha edu-cación. También es importante comparar la evolución en el tiem-po de dicho grupo con otros, para que de esta manera se puedanevidenciar elementos de juicio sobre el comportamiento futuro dela población.

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

0,002.000.000,00

4.000.000,006.000.000,008.000.000,00

10.000.000,0012.000.000,0014.000.000,00

16.000.000,0018.000.000,00

1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025

Años

Po

bla

ció

n

Total Población Hombres Mujeres

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Gráfico No. 2Evolución de la Población Ecuatoriana de acuerdo a grupos de edad

Fuente: Boletín Demográfico, América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025,CEPAL, julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

Al observar las tendencias marcadas en el gráfico No. 2, se puedeapreciar que el grupo de edad comprendida entre 20-24 años, sua-viza la intensidad del crecimiento a partir del año 20154, situaciónque no es similar en el grupo edad de 40 a 44 años, cuya curvamarca una pendiente significativa, es decir un crecimiento por añomayor al anterior grupo; similar comportamiento registra el grupode edad entre 65-69 años, que incrementa su crecimiento a partirdel mismo año 2015. Este comportamiento da indicios claros deque la pirámide poblacional ecuatoriana registrará un cambio encuanto a su forma, se estima que en las siguientes décadas habráuna disminución de la base de la pirámide y un ensanchamiento dela misma en los grupos de población mayores a 40 años, con unadisminución de los grupos de edad comprendidos entre los 10 a 30

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Mónica Mancheno K.

0,00

200.000,00

400.000,00

600.000,00

800.000,00

1.000.000,00

1.200.000,00

1.400.000,00

1.600.000,00

1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025

Años

Po

bla

ció

n

Grupo edad 20-24 años Grupo edad 40-44 años Grupo edad 65-69 años

4 Se estima que el crecimiento promedio por año de este grupo de edad será del 1% anualhasta el año 2020. En el período comprendido entre el año 2020 y 2025 este grupo deedad presentará un decrecimiento. Para el grupo de edad comprendido entre los 40 y 44años la tasa de crecimiento promedio será de 2,29% (período 2000-2025), para el grupoentre 65 y 69 años el crecimiento será del 3,91% anual durante el mismo período.

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años. Esto también puede corroborarse realizando un análisis de laevolución del porcentaje de población según grupo de edad res-pecto a la población total, datos que se presentan en el CuadroNo.1.

Cuadro No.1% Población por grupos de Edad

Fuente: Boletín Demográfico, América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025,CEPAL, julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

Gráfico No. 3Población Urbana del Ecuador proyectada

Fuente: Boletín Demográfico, América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025,CEPAL, julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

79

POBLACIÓN Año 2000 Año 2005 Año 2010 Año 2015 Año 2020 Año 2025

Población Total 12.296.591,00 13.211.333,00 14.200.304,00 15.194.614,00 16.188.808,00 17.108.046,00

Población 20-24años

1.156.007,00 1.226.560,00 1.302.256,00 1.348.511,00 1.417.253,00 1.416.872,00

% RespectoPob.total

9,40% 9,28% 9,17% 8,87% 8,75% 8,28%

Población 40-44años

663.887,00 750.075,00 847.109,00 933.401,00 1.031.977,00 1.142.652,00

Población 45-49años

566.844,00 641.964,00 731.695,00 829.785,00 917.363,00 1.015.109,00

1.230.731,00 1.392.039,00 1.578.804,00 1.763.186,00 1.949.340,00 2.157.761,00

% RespectoPob.total

10,01% 10,54% 11,12% 11,60% 12,04% 12,61%

Población 65-69años

128762 157578 188409 231401 312196 366453

% RespectoPob.total

1,05% 1,19% 1,33% 1,52% 1,93% 2,14%

3.500.000,004.500.000,00

5.500.000,006.500.000,007.500.000,00

8.500.000,009.500.000,00

10.500.000,00

11.500.000,0012.500.000,00

2000 2005 2010 2015 2020 2025

Años

Po

bla

ció

n u

rban

a

Total población Hombres Mujeres

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

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En cuanto a la proyección de la población urbana, se observa unatendencia ligeramente mayor de crecimiento que la población totalecuatoriana, la tasa de crecimiento promedio estará alrededor del2%5, el grupo de edad comprendido entre los 20 y 24 años tendráun crecimiento promedio anual del 1,52% para el período com-prendido entre el año 2000 y el año 2025. Aquí es convenienteseñalar que entre el año 2020 y 2025, la población de este grupotendrá un crecimiento inferior al 0,5%.

2.- Proceso de masificación y privatización de la educación supe-rior:

En el Ecuador el porcentaje de estudiantes entre 20 y 24 añosmatriculados como alumnos universitarios se ha ubicado en alre-dedor del 18% y 20%, es así que para 1994 este porcentajeascendía a 18,67%, para 1996 era 18,81% y para 1998 de 19,70%6.Como se puede observar, hasta el 98 se ha dado un incremento dela tasa bruta de escolarización universitaria. Con estos resultadosy bajo el análisis de Trow7 el Ecuador hasta finales del siglo XXse ubicaría en la fase inicial de masificación de la matrícula uni-versitaria (14%-33%). Para los primeros años del nuevo siglo, elEcuador se mantiene con porcentajes similares, con una población

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Mónica Mancheno K.

5 Es importante comparar este crecimiento con el crecimiento de la población rural para elmismo período que apenas logrará un promedio del 0,16%.6 Paola Mantilla, "La vinculación de la universidad ecuatoriana con el sector productivo.Período 1990-2000", Quito, Disertación de Grado para la obtención del título deEconomista, 2001, pág.577 Sociólogo norteamericano M. Trow que formuló dos umbrales decisivos en el proceso deexpansión de los sistemas de educación Superior:

- Primer Umbral: Masificación de la matrícula: "cuando un 15% del grupo enedad de cursar estudios superiores se halla matriculado en estenivel."- Segundo Umbral: Universalización: cuando el "50% del grupo de edadcorrespondiente se hallaba matriculado en educación superior"

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de jóvenes entre 20 y 24 años de 1.226.0008 y con 240.5089 estu-diantes matriculados en educación superior se tiene que el porcen-taje asciende al 19,62%.

En lo referente a la oferta universitaria se puede observar un con-siderable incremento del número de universidades; así, se tiene quehasta 1900 en el Ecuador existían 4 universidades de carácterpúblico, para la década de los cuarenta éstas ascienden a 5 y sefunda ya la primera universidad de carácter privado10 , para losaños 50 se incrementa el número de universidades públicas a siete,para la década del 60 existen ya 9 universidades públicas y 3 par-ticulares; en los 70, las universidades públicas y privadas son 13 y4 respectivamente; en los 80 son 15 y 6; y en los 90 se registra unsalto impresionante en el número de universidades particulares quealcanzan el número de 31 frente a 22 universidades públicas; loque implica una tasa de crecimiento del número de universidadesentre los años 80 y 90 de 152,4%.11 De acuerdo al gráfico No. 3,la mayor tasa de crecimiento se evidencia en las universidades pri-vadas, llegando, incluso a un crecimiento de más del 400%, mien-tras que las universidades públicas han crecido en alrededor del50% cada década.

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

8 "Boletín Demográfico: América Latina: Proyecciones de población urbana y rural1970-2025" CEPAL, Julio 2005.http://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls9 Informe sobre el estado de la Situación de la Educación Superior en el Ecuador 2.003-2.004, CONESUP, Secretaría Técnica, Quito, 2004.10 En julio de 1946 es creada la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.11 Paola Mantilla, op.cit, pág. 45.

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Gráfico No. 4

Fuente: Paola Mantilla y elaboración, “La vinculación de la Universidad Ecuatoriana con el sector pro-ductivo. Período 1990-2000.

Para el año 2004, el número total de universidades y escuelaspolitécnicas asciende a 63, de las cuales 25 son públicas, represen-tando el 40% y 38 particulares, que representan el 60%, de estasúltimas: 26 son universidades particulares autofinanciadas, 9 sonparticulares cofinanciadas y 3 son instituciones universitariaspúblicas de postgrado (de las cuales 2 tienen carácter internacio-nal). Al mismo tiempo se registran 312 institutos superiores tec-nológicos: el 56% son particulares, 39% son públicos y el 5 %, par-ticulares cofinanciados por el estado.12

En el Ecuador, a pesar del fuerte incremento de la educación pri-vada, el 73,94% de los estudiantes matriculados están en institu-ciones públicas y el 26,06% restante en instituciones particulares.(Ver gráfico No.5); lo que implicaría una fuerte presión en la asig-nación de fondos del gobierno a las universidades públicas.

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Mónica Mancheno K.

Tasa de crecimiento Universidades Públicas y Privadas en el Ecuador

0,00%

50,00%

100,00%

150,00%

200,00%

250,00%

300,00%

350,00%

400,00%

450,00%

Década 40 Década 50 Década 60 Década 70 Década 80 Década 90

Años

Tas

a C

reci

mie

nto

Tasa. Crec. U. PúblicasTasa Crec. U. PrivadasTasa Crec. Total Univ.

12 Informe sobre el estado de la Educación Superior en el Ecuador, CONESUP,Secretaría Técnica Administrativa, Quito, 2004, pág.28.

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Gráfico No. 5

Fuente: Informe sobre el estado de la Educación Superior en el Ecuador, CONESUP, Secretaría TécnicaAdministrativa.

Elaboración: La Autora.

La Universidad ecuatoriana también atraviesa por graves proble-mas de ingresos, las fuentes gubernamentales cada vez son másescasas.En el Ecuador el financiamiento del Gobierno a la educación en laúltima década ha representado en promedio el 2,49% respectoal PIB; lo que es un nivel bajo si se quiere generar procesos demejoramiento de la educación.

Gráfico No. 6

Fuente: Banco Central, MEF.Elaboración: Autora

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P o r c e n ta j e d e e s tu d i a n te s m a t r i c u l a d o s d e a c u e r d o a l t i p o d e I n s t i tu c i ó n

P ú b lic a7 4 %

P r iv a d a2 6 %

Evolución del % de gasto en Educación respecto al PIB

0,00%

0,50%

1,00%

1,50%

2,00%

2,50%

3,00%

3,50%

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Años

%

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

Page 84: Revista de la PUCE No. 83

Esta situación ha determinado, que el financiamiento privado seael que tome espacio en el ámbito educativo a nivel básico, medioy superior.

En los últimos años el crecimiento de universidades privadas hasido considerable, a pesar de que el proceso de masificación de lamatrícula aún se concentra en las universidades públicas.

3.- La Inequidad y las desigualdades sociales:3.1. Inequidad económica:

Gráfico No.7

Fuente: Banco CentralElaboración: La autora

Al observar el Gráfico No.7, se puede inferir que el desarrollo delcrecimiento económico del Ecuador, en la última década, se hacaracterizado por su inestabilidad y por la caída en su ritmo. Parael año 2006, se tiene un crecimiento del 3,9%, este dato compara-do con la tasa de crecimiento poblacional de 1,36% anual, permiteentender que el crecimiento de los ingresos de los habitantes noserá significativo de mantenerse la tendencia, pero si se siguenregistrando caídas en este indicador, prácticamente no se tendráincrementos en los ingresos.

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Evolución del crecimiento Económico Ecuatoriano

-8,00%

-6,00%

-4,00%

-2,00%

0,00%

2,00%

4,00%

6,00%

8,00%

10,00%

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005s.d.

2006prov.

Años

Tas

a d

e cr

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ien

t

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Para algunos autores el crecimiento económico per cápita es unindicador del desarrollo económico de las naciones, pero es nece-sario entender que son muchos otros los elementos que definen elbienestar socio económico de un país, para ello es convenientehacer referencia al Índice de Desarrollo Humano, planteado porNaciones Unidas, el cual considera la expectativa de vida al nacer,la tasa de alfabetismo de la población de 15 años o más, la tasacombinada de escolarización primaria, secundaria y terciaria y elPIB per cápita. En este indicador el Ecuador logra un IDH de0,765 al año 2006, lo que lo ubica en el puesto 83 de 146 paísesanalizados. Adicionalmente en el país se registra, de acuerdo a laencuesta de condiciones de vida realizada por el INEC, un 38,29%de pobres, de los cuales el 12,86% son indigentes, cuyo ingreso esde $1.06 al día.

Según algunos analistas, el proceso de dolarización ha contribuidoa la reducción de la pobreza en el Ecuador, pero aún persisten losproblemas de equidad. En este sentido es conveniente indicar quepara el año 2006 el 35,4% del consumo de los hogares se concen-tra en el 10% más rico de los quintiles económicos, frente a un1,9% del 10% más pobre, adicionalmente el grupo más rico con-sume 19 veces más que el más pobre.13 Es importante señalar tam-bién, que la pobreza en el país se localiza en un 59% en el árearural, siendo los grupos más vulnerables: el indígena con 67,5% depobres y el grupo afroamericano con el 47,28%.

3.2. Inequidad educativa:

En el Ecuador, el nivel de analfabetismo de la población alcanza el9,02%. En la Sierra es del 9,32% (en Pichincha es de 5,5% y en elDistrito Metropolitano de Quito de 4,36%); casi la mitad del por-

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

13 Hexagon Consultores, Constitución 2008: Estabilidad, crecimiento, distribución ypobreza, Memorando Económico de Investigación Legislativa, Papel de trabajo M.E.I.L.,No.21, junio 27 2007.

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centaje registrado a nivel nacional. El nivel de escolaridad enQuito se ubica en 9,56 años, frente a los 7,29 años registrados enla totalidad del país.

En el cantón Quito un gran porcentaje de la población mayor a 12años (82,36%) de edad ha culminado la educación primaria, por-centaje superior al alcanzado en Pichincha (78,54%), en la Sierra(67,8%) y a nivel nacional (67,80%).

En cuanto a la educación secundaria: el 36,82% de la poblaciónmayor de 18 años ha culminado esta etapa de estudios en el cantónQuito, frente al 32,30% de Pichincha, 32,97% de la sierra y22,09% de todo el país. Como se puede observar en Quito se regis-tran los mayores niveles de escolaridad. Esto se corrobora con lologrado en educación superior, pues en este nivel se ha consegui-do que el 30,57% de la población mayor de 24 años de Quito cul-mine los estudios superiores, mientras que en Pichincha, la Sierray el total nacional, los logros ascienden al 26,93%, 20,01% y18,10%, respectivamente. (Ver Gráfico comparativo No 8)14

Gráfico No 8Logros Educativos por regiones

Fuente: SIISE, versión 4.0Elaboración: La Autora

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Mónica Mancheno K.

82,36%78,54%

67,80% 67,80%

36,82%32,30% 32,97%

22,09%18,10%20,01%

26,93%30,57%

0,00%

10,00%

20,00%

30,00%

40,00%

50,00%

60,00%

70,00%

80,00%

90,00%

Quito Pichincha Sierra Nacional

Primaria Secundaria Superior

14 SIISE, versión 4.0

Page 87: Revista de la PUCE No. 83

Para el año 200615, los porcentajes de gasto destinado a educaciónsegún los diferentes estratos socioeconómicos son los siguientes:

Cuadro No.2

Los logros educativos para las personas de escasos recursos se handado a nivel primario, pero a nivel secundario y terciario hay unlargo camino por recorrer, tal y como se observa en el cuadro No.3.

Cuadro No.3

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

Estrato Socioeconómico % Consumo destinado Educación

Indigencia 3,63%

Pobres no indigentes 4,31%

No pobres 13,58%

Población Nacional 9,95%

Estrato SocioeconómicoNivel de instrucción Indigencia Pobres no indigentes No Pobres

Ninguno 13,31% 7,77% 3,10%Centro alfabetización 0,66% 0,33% 0,25%Educación Básica 32,70% 30,28% 21,46%Primaria 41,60% 37,65% 23,42%Educación media bachillerato 1,25% 3,28% 4,88%Secundaria 10,07% 18,34% 26,86%Post Bachillerato 0,06% 0,26% 0,84%Superior 0,33% 2,06% 18,17%Post Grado 0,00% 0,00% 1,00%Total 100,00% 100,00% 100,00%

15 Cfr, Encuesta de Condiciones de Vida 2006, datos de la investigación: La polarizacióncomo resultado de la diversidad socioeconómica: Un análisis crítico sobre la inequidadde las condiciones sociales y la desigualdad de oportunidades económicas en la geo-economía del Ecuador (2007), Facultad de Economía.

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Adicionalmente, es importante señalar que al medir el nivel dedesigualdad en la distribución del capital humano en el Ecuador, através del índice de Gini, el resultado es 0,32 (aquí es importanterecordar que mientras este índice se acerque a 1 se habla de mayordesigualdad y mientras se acerque a cero se habla de igualdad). Lainformación se clarifica aún más si comparamos este resultado conlos logros de países como Argentina y Chile, cuyo índice es cerca-no a 0,20, y ni hablar de países como Canadá y Estados Unidoscuyo índice es inferior a 0,15.16

4.- La Sociedad y Economía del Conocimiento:

De acuerdo a la OECD, la economía del conocimiento es:

Aquella basada directamente en la producción, distribución y usodel conocimiento y la información, apoyada por los rápidos avan-ces de la ciencia y de las tecnologías de la comunicación y lainformación, …, en ella el incremento de la productividad depen-de de la aplicación del conocimiento e información a la gestión,producción y distribución, tanto en los procesos como en los pro-ductos, en esta economía el conocimiento es creado, adquirido,transmitido y utilizado con mayor efectividad por los individuos,las organizaciones y las comunidades para promover el desarrolloeconómico y social17

El conocimiento es un proceso humano y dinámico, en el cual sejustifica un carácter personal hacia la certeza, que crea interaccio-nes entre individuos, grupos, organizaciones y sociedades. Es dis-tinto del término información en el sentido que incluye categorías

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Mónica Mancheno K.

16 Educación Superior en Iberoamérica, Informe 2007, CINDA, CentroInteruniversitario de Desarrollo, 2007, Santiago de Chile, pg.61.17 Blanca Revelo, Sistematización del origen y evolución y nuevo aporte de la economíadel conocimiento, Disertación de grado para optar al título de economista, PUCE,Facultad de Economía, pág. 7.

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cognoscitivas, códigos de interpretación de la información, habili-dades tácitas y heurísticas de resolución de problemas y de bús-queda irreducible a algoritmos. El proceso de formación del cono-cimiento arranca con la interpretación de datos de un contexto quese transforman en información descriptiva, para luego generar unconocimiento cuya característica principal es ser predictivo, con-virtiéndose en un recurso dominante y en un factor de producción,de productividad y de competitividad decisivo, superando lo queen su momento significaron el capital, la tierra y el trabajo.

Todo esto se está desarrollando en el marco de una economía glo-bal, donde las actividades económicas dominantes están articula-das y funcionan como una unidad en tiempo real, cuya organiza-ción se basa en las denominadas sociedades redes, que representanun cambio cualitativo de la experiencia humana, donde la innova-ción juega un papel muy importante e incluye un compromiso conla continua renovación de productos, sistemas, procesos, marke-ting y personal. La nueva forma de expresión de esta economía esla Digitalización, mediante nuevos conceptos de trabajo y capaci-dades creativas que se desarrollan a partir de la digitalización deservicios profesionales (diseño asistido por computador, trabajo engrupo mediado por computadoras, laboratorios virtuales, etc),dando lugar al desarrollo del espacio virtual, donde los medios decomunicación son determinantes en la creación de riqueza de todoslos sectores, en lo cuales consumidores y productores se acercan.18

Otra característica importante de las sociedades y economías con-temporáneas es la gran cantidad de información disponible en losespacios virtuales a través de redes informáticas.

La World Wide Web contenía hacia mediados del año 2.000 más de

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

18 Cfr, Blanca Revelo, Sistematización del origen y evolución y nuevo aporte de laeconomía del conocimiento, Disertación de grado para optar al título de economista,PUCE, Facultad de Economía.

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2.500 millones de páginas electrónicas y en ese momento crecíadiariamente en 7,3 millones de páginas. Si se considera la totali-dad de la información accesible a través de la Red, incluyendo lasbases de datos conectadas, páginas dinámicas, sitios de intranet,se estima que en esa misma fecha la WWW reunía 550 mil millo-nes de páginas o documentos, 95% de los cuales eran pública-mente accesibles.19

Ante todas estas características es importante precisar que el capi-tal humano, entendido como el conjunto de conocimiento, compe-tencias, habilidades, experiencias y destrezas de las personas invo-lucradas en los procesos productivos, juega un papel relevante, ysu formación, principalmente, está en manos de las instituciones deEducación Superior. Es así como se puede entender la estrechavinculación que deben tener la sociedad y economía del conoci-miento con la universidad, que representa una institución clave enla innovación y en la capacidad autónoma de producción de nue-vos conocimientos, reconociendo que “el saber que resultabaantes del trabajo de varias generaciones se produce hoy en unasola generación”20 y sabiendo que la ciencia que antes se concen-traba en el saber especulativo y que buscaba penetrar la realidadhasta sus principios mismos, pero ajena a las consecuencias prác-ticas, guarda hoy en día una estrecha vinculación con la tecnologíao saber práctico.

Adaptación de las Universidades

La búsqueda de la vinculación de la ciencia con el saber práctico,determinó la “vinculación de la universidad con la industria”. Por

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Mónica Mancheno K.

19 Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias para la EducaciónSuperior en América Latina, CINDA, Santiago de Chile, 2002, pág. 2.20 Luis Bernardo Peña, La Revolución del conocimiento y sus consecuencias en laUniversidad, Conferencia X, Seminario Internacional, Simposio permanente sobre laUniversidad y las unidades de sus seminarios generales, Bogotá, 2004, pág.9.

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un tiempo dicha relación se fue gestando entre entidades conside-radas distintas y hasta diferentes en sus objetivos y distantes en suspropósitos. En la actualidad se comprende que la universidad y laindustria no son entidades que pueden “asociarse” o “vincularse”,sino que se trata de componentes complementarios en vía de inte-gración y de articulación, pero sobre todo en la perspectiva de con-formarse como el eje de una estructura social emergente: el de unasociedad del conocimiento que se organiza sobre bases diferentesa las que conocemos.21

Esto ha determinado una fuerte presión sobre las Universidades,que se han visto en la necesidad de generar diferentes modelos deorganización que permitan atender las distintas demandas. En laactualidad se habla de Universidades emprendedoras,Universidades de Grupos de interés, empresariales o gerenciales,de capitalismo académico, de modelo de mercado, de competitivi-dad, virtuales, de servicios, de negocios, entre otras; todas ellasbuscan redefinir su relación con la industria, con los mercadoslaborales y las nuevas tecnologías; sobrepasando incluso fronterasentre países a través de nuevos proveedores transnacionales deeducación superior y con fuertes tendencias a la comercializacióny mercantilización.

Hoy en día se habla de la conformación de empresas del conoci-miento, cuyo deber ser debe fundamentarse en la misión ético polí-tica de la Universidad, que implica el compromiso de la misma enlas consecuencias políticas y sociales del conocimiento, resaltandoasí que las instituciones de Educación Superior no pueden estarajenas al contexto en el cual se desenvuelven.

A nivel iberoamericano22, las diferentes cumbres sobre educación

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

21 Axel Didriksson, Universidad, sociedad del conocimiento y nueva economía.22 Centro Ineruniversitario de desarrollo, Educación Superior en Iberoamérica, informe2007, Santiago, primera edición, 2007,págs. 47-52.

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superior desarrolladas entre los años 1992-2006, han definidocomo principales preocupaciones de análisis los siguientes puntos:

- La necesidad de la cooperación, intercambio y movilidad detodos los actores de la comunidad universitaria.- El desarrollo de la investigación y de la ciencia.- La necesidad de modernización de la Educación Superior.- El libre flujo de información y comunicación.

Todas estas discusiones han servido de base para establecer losobjetivos claves para el desarrollo universitario, y hacia dondedeben dirigirse las políticas e instrumentos de Educación Superior.Entre los objetivos propuestos están:

- Contribuir al desarrollo político, económico y social de lasnaciones, enmarcando estos conceptos dentro de lo que debeser un desarrollo sostenible, teniendo en cuenta las necesida-des productivas.- Cumplir un papel fundamental en la gobernabilidad de lospaíses.- Generar una democracia social que permita que el acceso a laeducación se dé en condiciones de igualdad, favoreciendo deesta manera la equidad social.- Invertir en los procesos formativos de las universidades, conla formación docente y técnica, apuntando a la profesionaliza-ción y dignificación de la formación docente.- Todos estos puntos deben tomarse en cuenta para crear unEspacio Común Iberoamericano de Educación Superior, temadiscutido en la última declaración de Montevideo en el año2006.

Básicamente, tras las reflexiones anteriores, se puede determinarque los elementos claves para la inserción de la universidad a lasociedad del conocimiento están en el desarrollo del capital huma-

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Mónica Mancheno K.

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no, de la investigación y desarrollo, del financiamiento, de lasTIC´s (Tecnologías de Información y comunicación) y básicamen-te el desarrollo socioeconómico de los países. En este sentido esnecesario entender que existe una bidireccionalidad entre lo quelogra la Educación Superior y los desafíos que le impone el desa-rrollo de la sociedad del conocimiento.

En lo referente al capital humano, tal y como se lo explicó en unapartado anterior, el Ecuador no alcanza niveles de población conestudios superiores que garanticen la innovación y la creación delos nuevos procesos requeridos en economías del conocimiento.Pero qué pasa con los otros elementos, realicemos una breve des-cripción de su situación:

Investigación y Desarrollo.-

Al analizar este punto, se observa que el desafío es grande. Paraobtener una percepción del estado de la Investigación y Desarrolloen el Ecuador, es conveniente revisar los siguientes indicadores:

- Porcentaje de la investigación y desarrollo respecto al PIB: Elpaís registra el más bajo porcentaje de la región. Para finalesde la década pasada el porcentaje ascendía a 0,08.- El número de investigadores respecto de la población econó-micamente activa logra un valor de 0,03%, nuevamente el másbajo de la región.- En cuanto a patentes concedidas, se han logrado 87, valorextremadamente bajo si lo comparamos con países comoArgentina y Brasil donde el número de patentes asciende a1.103 y 2.601 respectivamente, y qué decir de lo logrado enEstados Unidos y España: 98.343 y 54.018.23

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

23 Estos tres primeros indicadores fueron tomados del Informe sobre el estado de laEducación Superior en el Ecuador 2003-2004; datos correspondientes a 1995-1996.

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- Para el año 2006, el número de investigadores activos ascen-dió a 645, lo que implica que por cada millón de habitantesexisten cerca de 50 investigadores, de los cuales el 28,5% sonmujeres.24

En este análisis, el país está quedando en los últimos lugares anivel de ibero América, lo cual es alarmante sabiendo que estaregión en los últimos 15 años ha contribuido apenas con el 4% enla generación de investigación y desarrollo.

Desarrollo de Tecnologías de información y comunicación(TIC´s)

Al iniciar este análisis es preciso recordar que una de las expresio-nes de la economía del conocimiento es la digitalización, y paraello son necesarias las computadoras, que juegan un papel suma-mente importante en dicha expresión.

Cuadro No.4Tenencia de Computadoras en el Ecuador

Fuente: Encuesta Condiciones de vida, INEC, 200625Elaboración: Investigación JG

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Urbano RuralIndigentes 0,16% 0,05%Pobres no indigentes 1,05% 0,25%No pobres 23,10% 2,03%

24 Educación Superior en Iberoamérica, Informe 2007, CINDA, CentroInteruniversitario de Desarrollo, 2007, Santiago de Chile, pg.163.25 Cfr, Encuesta de Condiciones de Vida 2006, datos de la investigación: Lapolarización como resultado de la diversidad socioeconómica: Un análisis crítico sobrela inequidad de las condiciones sociales y la desigualdad de oportunidades económicasen la geo-economía del Ecuador (2007), Facultad de Economía.

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En el cuadro No.4, se observa que en los hogares ecuatorianos latenencia de computadoras es mínima, apenas un 23% de los hoga-res en el área urbana correspondientes a no pobres, poseen este ele-mento, indicativo de que el mismo no está al alcance de la mayoríade ecuatorianos; esto representa un punto importante a analizar yaque impide el progreso del espacio virtual a desarrollarse enmuchas actividades, una de ellas, la educación.

En el Ecuador la penetración de telefonía fija alcanza al año 2006el 13,5%, y la telefonía móvil el 60,5%. En cuanto a los usuariosde Internet se tiene que se han incrementado en 437% en el perío-do 2000-2007, pasando de 180.000 a 968.000, pero estas cifrasimplican un nivel de penetración de apenas del 8%, porcentaje bajofrente a países como Colombia y Perú cuyos porcentajes asciendena 12,9% y 15,9% respectivamente.

En la actualidad existen índices que permiten medir el desarrollotecnológico y de comunicación de las naciones, estos datos estadís-ticos permiten la comparación internacional de los avances y retro-cesos que a nivel mundial se están observando. Entre estos índicespodemos encontrar a: e-Readiness Index, Networked ReadinessIndex y el Índice de la Sociedad de la Información:

- E-Readiness Index: Analiza el uso de TIC´s en 69 economías,en su tecnología, economía, política y sociedad, así como elnivel de infraestructura y la capacidad de sus ciudadanos,empresas y gobierno para usar las TIC en su beneficio. En esteíndice el Ecuador logra el puesto número 59 de los países ana-lizados y respecto de países de la región como Chile, México,Brasil, Argentina, Venezuela, Perú y Colombia, se ubica en elúltimo puesto.

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

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Gráfico No. 9

Fuente: Blanca Revelo, Sistematización del origen, evolución y nuevo aporte de la economía del conoci-miento, Disertación de grado para optar al título de economista, Quito, 2007.

Elaboración: Autora

- Network Readiness Index: Se define como el grado de pre-paración de un país para participar y beneficiarse de las TIC´s.Analiza la situación política, económica, regulatoria y tec-nológica de 122 países. En este índice el Ecuador logra laposición 97, y nuevamente ocupa el último lugar de la región.

Gráfico No. 10

Fuente: Blanca Revelo, Sistematización del origen, evolución y nuevo aporte de la economía del conoci-miento, Disertación de grado para optar al título de economista, Quito, 2007.

Elaboración: Autora

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Mónica Mancheno K.

e- Readiness de Ecuador 2006-2007

0

2

4

6

8Chile (30)

México (38)

Brasil (43)

Argentina (44)

Venezuela (50)

Perú (51)

Colombia (53)

Ecuado(59)

Networked readiness Index de Ecuador 2006-2007

0

2

4

6Chile (31)

México (49)

Brasil (53)

Argentina (63)

Colombia (64)

Perú (78)

Venezuela (83)

Ecuador (97)

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- Índice de la Sociedad de la Información (Naciones UnidasDepartamento de Asuntos Económicos y Sociales): Este índi-ce mide el nivel de uso y adopción de la Sociedad de laInformación en 53 países de todo el mundo. Se basa en 14indicadores cuantitativos organizados en 3 categorías:Entorno, Disponibilidad y Uso. Nuevamente el Ecuador seubica en el último lugar de 20 países.

Fuente: Blanca Revelo, Sistematización del origen, evolución y nuevo aporte de la economía del conoci-miento, Disertación de grado para optar al título de economista, Quito, 2007.

Elaboración: Autora

97

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

Page 98: Revista de la PUCE No. 83

Conclusiones:

El sistema educativo de educación superior en el país debe tomaren consideración los siguientes elementos:

- El cambio demográfico que se proyecta permite desarrollaralgunas inquietudes, hasta hoy la educación superior se haencaminado hacia el grupo de población comprendido entrelos 18 y 24 años; pero como se observa, en menos de 20 añoseste grupo de población no tendrá la misma tasa de crecimien-to. En la actualidad, un gran porcentaje de individuos mayo-res de 30 años no posee educación superior, a esta reflexión esnecesario añadirle el hecho de que este grupo poblacionaltendrá un mayor crecimiento en los próximos años, y si la ten-dencia continúa en lo referente a la adquisición de estudiosuniversitarios; se puede recomendar una mayor oferta educati-va encaminada a dicha población.

- Para el planteamiento anterior es necesario tomar en consi-deración los siguientes elementos: la situación económica delos hogares es limitada, en aquellos hogares donde se concen-tra la mayor población son los que menores ingresos perciben,por lo que los individuos demandarán en mayor medida hora-rios de estudios que se acoplen a sus necesidades de trabajo yestudio; incrementándose así la demanda de estudios semipre-senciales y a distancia.

- Los hogares en la actualidad están haciendo un esfuerzo porproporcionar educación privada a sus hijos, básicamente por ladeficiencia del sistema educativo estatal; por lo tanto aquellasinstituciones que desarrollen los mejores sistemas de créditosy becas, a más de su prestigio académico, captarán la crecien-te demanda.

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- Han transcurrido más de 10 años del repunte de crecimientode universidades privadas, lo que implica que dicho grupo deuniversidades han ganado experiencia y posicionamiento en elsistema educativo; hoy más que nunca los procesos de acredi-tación son relevantes, y la mayoría de dichas instituciones pro-piciarán la obtención de dichos certificados de calidad, comoun elemento más para la captación de la demanda universita-ria.

A más de los ítems señalados anteriormente, es conveniente con-cluir que el nivel de avance hacia los requerimientos de la actualEconomía del Conocimiento en el Ecuador, ha sido insipiente.Frente a esta realidad es necesario que las Universidades determi-nen sus desafíos, teniendo siempre en cuenta sus tres funciones:Docencia, Investigación y Extensión.

Entendiendo, como lo describe el gráfico, que las tres actividadesse complementan y se alimentan, determinando así un engranajeperfecto. En tal sentido las universidades deben observar lossiguientes desafíos:

Docencia: Las actuales sociedades y economías del conocimiento requierenun desarrollo de las habilidades mentales que vayan más allá de laescritura y lectura alcanzadas en el nivel básico de educación.

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Doce

ncia

Extensión

Investigación

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Como se vio anteriormente es necesario desarrollar las capacida-des de identificación, relación, descripción, argumentación, análi-sis, propuesta, definición, entre otras, que lleven a la construcciónde ideas innovadoras.

En tal sentido, la educación tendrá que propiciar la formación deestructuras mentales y descubrir la estructura propia de las disci-plinas científicas en lugar de atiborrar la memoria de datos.26 ParaJosé Joaquín Brunner es el dominio de la estructura el que le per-mite al estudiante captar las ideas fundamentales o básicas de unamateria, así que cuanto más básica sea la idea aprendida, tantomayor será su grado de generalización y de aplicabilidad. Hay querecordar que los cambios actuales en el conocimiento se estándando a velocidades inimaginables, si tuvieron que pasar 100 añosdesde la máquina del vapor al automóvil, hoy en día se ha pasadode la televisión en blanco y negro a la de plasma, al teléfono móvil,a la información en masa en diminutos aparatos y al acceso de grancantidad de datos en cuestión de segundos, es por ello que una solageneración tendrá que adaptarse a gran cantidad de nuevas reali-dades, por lo que sus estructuras mentales deben facilitar dichaadaptación.

Ante esto, la universidad, sus docentes y estudiantes deben estarconscientes que es necesario ser creativo en la forma de adquirir ycrear conocimiento, esto no significa el aplicar técnicas deenseñanza por moda, sino ser lo suficientemente estratégico en lacombinación de dichas técnicas, para así lograr el objetivo en laconstrucción de las estructuras mentales requeridas en la actuali-dad, que les permitan el saber qué hacer y cómo hacerlo, y no sim-plemente la adquisición de conocimiento codificado y de estrate-gias generales de identificación y solución de problemas.

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26 Luis Bernardo Peña, La revolución del conocimiento y sus consecuencias en la uni-versidad, Seminario Internacional, Simposio permanente sobre la universidad y lasunidades de sus seminario generales, Bogotá, Universidad Javeriana, 2004.

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De igual manera, las necesidades de educación continua se iránincrementando cada vez que los individuos perciban que su adap-tación al medio se complica, por lo que se deben dar alternativaspara que este tipo de educación garantice la actualización rápida yclara en el avance de la ciencia y de la tecnología.

Ante la difícil situación económica en el Ecuador, el desarrollo dela educación a distancia tendrá un fuerte impulso, pero es impor-tante recordar que aquellos elementos que garantizan el perfectofuncionamiento de los espacios virtuales, no han llegado a un nivelde penetración óptimo en la sociedad, lo que dificultará la calidadde dicha enseñanza.

Las actuales características de la información: avanzada y de fácilacceso; exigirán de la Instituciones de Educación Superior la entre-ga adecuada de “info-información”, es decir, la capacidad de selec-cionar, evaluar, interpretar, clasificar y usar la información dispo-nible, determinando lo que vale la pena saber y pueda ser sinteti-zado para que esté disponible para el ciudadano común y paraaquellos encargados de la formulación de políticas.

Investigación:

Los procesos de investigación son aquellos que más favorecen laconstrucción de estructuras mentales complejas, adicionalmentevan generando niveles de innovación necesarios en las actualeseconomías y sociedades. Por tal motivo la investigación que ahoraes requerida, al igual que en la docencia, debe ser estratégicamen-te planteada, en el sentido de que su impulso no debe ser exclusi-vamente la curiosidad, sino que, adicionalmente, debe reflejar en síuna utilidad social. Esta investigación debe responder a interesesde corto, mediano y largo plazos, estableciéndose siempre priori-dades sociales o específicas que contemplen una solución, unaexplicación, una referencia, relacionadas a un contexto, favore-

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ciendo siempre la creatividad, oportunidad y pertinencia en losplanteamientos.

Las actuales dinámicas y características de las principales univer-sidades de investigación en el mundo, se desarrollan alrededor delos siguientes elementos:27

- El conocimiento es producido en contextos de aplicación:hay un importante grado de utilitarismo y de sensibilidad ademandas.- La producción de conocimiento tiene un carácter transdisci-plinario.- El nuevo modo de producción posee una base institucionalmás amplia y diversificada.- Los problemas que se abordan actualmente tienen un altoperfil público: salud, medio ambiente, pobreza, violencia, etc.- Mayor diversificación en el control de calidad.- El conocimiento producido bajo este modelo tiene carácterlocal, pero es desarrollado, transmitido y evaluado en términosde las redes globales.

Extensión:

Ante una sociedad con inmensas inequidades, la labor de laUniversidad es de presentar alternativas que logren mitigar losefectos nocivos de dicha situación. Por tal motivo su relación conel medio externo, debe ir acorde con el avance actual, pero sindejar de lado su responsabilidad ética y moral, tomando siempre encuenta los avances y requerimientos de la sociedad del conoci-miento, sabiendo que aquel medio externo puede posibilitar lapropia renovación de las instituciones universitarias, tanto en susmodelos de organización, de sus estructuras administrativas, de su

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Mónica Mancheno K.

27 Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias para la EducaciónSuperior en América Latina, CINDA, Santiago de Chile, 2002, pág. 16.

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planeación, de sus estados financieros, del diseño de espacio, delmanejo de información, de programas curriculares y de métodos deenseñanza.

Bibliografía:

Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias parala Educación Superior en América Latina, CINDA, Santiagode Chile, 2002

Educación Superior en Iberoamérica, Informe 2007, CINDA,Centro Interuniversitario de Desarrollo, 2007, Santiago deChile

Hexagon Consultores, Constitución 2008: Estabilidad, crecimien-to, distribución y pobreza, Memorando Económico deInvestigación Legislativa, Papel de trabajo M.E.I.L., No.21,junio 27 2007.

Mancheno, Mónica, Caracterización de la demanda universitariade la PUCE, una herramienta en la toma de decisiones, Tesisde maestría, 2007.

Peña, Luis Bernardo, La revolución del conocimiento y sus conse-cuencias en la universidad, Seminario Internacional, Simposiopermanente sobre la universidad y las unidades de sus semina-rio generales, Bogotá, Universidad Javeriana, 2004.

Revelo, Blanca, Sistematización del origen, evolución y nuevoaporte de la economía del conocimiento, Disertación de gradopara optar al título de economista, Quito, 2007.

http://mt.educarchile.cl/archives/2005/08/educacion_super_1.html

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

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CUATRO AMISTADES QUITEÑAS

Josep M. Barnadas1

Han pasado ya 47 años desde que llegué a Quito. Era fines de agos-to y a los pocos días debía comenzar los estudios humanísticos enel ‘juniorado’ jesuítico de Cotocollao; en realidad, se trataba decontinuarlos, pues ya había cursado Humanidades enCochabamba, así que pasé directamente al primer año de Retórica,según la añeja distribución de la Ratio studiorum del siglo XVI.Aquel primer trimestre del curso 1960-1961 habría de ser el últimodel largo magisterio del P. Aurelio Espinosa Pólit; esto, claro está,por entonces no lo sabíamos.

Quisiera decir que, con mis 19 años a cuestas, sólo ahora me doycuenta de lo mal preparado que estaba para recibir los exquisitosmanjares que dispensaba el P. Espinosa a su juvenil audiencia. Sinembargo, me atrevo a decir que no resultaron desperdiciados porentero. ¿O no dicen que la educación es lo que queda cuando unoha ‘olvidado’ cuanto le dijeron en los bancos de las aulas? Al cabode dos años, en 1962 pasé al ‘filosofado’ o Facultad de Filosofía deSan Gregorio (también incorporada en la Universidad Católica).Allí permanecí hasta junio de 1965, en que dejé el país.

Pero aquí no me he propuesto recordar la formación recibida ni en

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REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

1 Historiador boliviano nacido en Cataluña. Estudió Letras Clásicas y Filosofía en Quito;después hizo el doctorado en Sevilla (1971); desde entonces ha trabajado en Bolivia(salvo dos años que volvió a vivir en Cataluña): más como investigador independienteque como docente. Ha dirigido el Archivo y la Biblioteca Nacionales; ha fundado ydirigido el Archivo-Biblioteca Arquidiocesanos de Sucre. Actualmente forma parte del'Centro de Estudios Bolivianos Avanzados' (CEBA). En los años 80 fundó y dirigió larevista "Historia Boliviana". Actualmente está acabando una amplia investigación sobrela producción colonial impresa de Charcas (Bolivia).

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el Instituto de Humanidades Clásicas (nombre académico delJuniorado desde que quedó incorporado en la Universidad Católicadel Ecuador) 2 ni en la Facultad de San Gregorio. Quisiera traer ala memoria cuatro relaciones de amistad que nacieron y alcanza-ron cierto desarrollo durante mi quinquenio quiteño. Las cuatrotuvieron intensidades, ritmos y orígenes diferentes, como esperoquede de manifiesto en las páginas que seguirán; pero dentro de suvariedad, vistas a la distancia de cuatro décadas, todavía no dejande llamarme la atención y de producirme cierta sorpresa.

Y esto es así porque, hoy, hace falta rememorar los cánones quepor entonces condicionaban la relación del joven estudiante jesui-ta con eso que podríamos llamar el ‘mundo exterior’. Y no es queahora me escandalice ni que, entonces, lo viviera como un corséasfixiante (que no lo era, por lo menos en mi caso, como vendrántambién a demostrarlo estas cuatro amistosas aventuras). Digamosque la pedagogía de la Compañía de Jesús consistía en ir dejando‘volar’ progresivamente a sus tiernas promociones. Reconozco queen algunos este ‘progresismo’ chocaba con sus premuras, carentespor completo de la más elemental experiencia humana; tambiénera, naturalmente, diferente la situación entre los condiscípulosecuatorianos (y, sobre todo, quiteños) y la de quienes habíamos lle-gado de lejanos países (en mi caso, Bolivia, que tampoco era elmedio familiar originario, quedando triplicada la distancia delhábitat nativo). No podría ni pretendo afirmar que la mayoría demis compañeros anudaran amistades similares como las que voy arelatar. Cada uno tenía sus propios ‘intereses’, que les llevaban porunos senderos también en proceso de personalización.

Sea como fuere, insisto en que, ahora que dirijo la mirada a este

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2 Sobre mi paso por Cotocollao ya he escrito algunos recuerdos en el artículo "La escuelahumanística de Cotocollao: evocación de una vivencia", en: Classica Boliviana. IEncuentro Boliviano de Estudios Clásicos (La Paz, 1998 [1999], pp. 157-164. Más engeneral para los años de Quito, he resumido los recuerdos en Una vida entrevista(Cochabamba, 2005), pp. 37-44.

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aspecto de mis años quiteños, sigue llamándome la atención. Ydebe quedar claro desde el primer momento que no se trata de‘experiencias prohibidas’, más o menos estrictamente clandestinas:en mi caso cada contacto iba precedido de la correspondiente peti-ción y permiso del superior (que podía ser el rector o el Ministrode la comunidad).

1. EL P. JOSÉ MARÍA VARGAS OP

No puedo recordar ya cuál fue el primer paso de esta relación amis-tosa. Es evidente que fui yo quien lo dio, pues nada podía llevarlea él hacia mí, el más anónimo de los estudiantillos.

Pero a medida que fueron despertándose en mí las curiosidadeshistoriográficas, necesariamente me iba haciendo una idea de per-sonas teóricamente ‘interesantes’ y en las que podía encontraralgún tipo de orientación. Fue el caso del Dr. Julio Tobar Donoso,del Dr. Bognoli (Director por aquellos años de la BibliotecaMunicipal), del Dr. Enrique Garcés (Director del ArchivoMunicipal); y del P. Julio Moreno OFM (ya entonces conspicuohistoriador franciscano y que había estado algún tiempo, si no meequivoco, en la Academia de Historia Americana Franciscana deWashington). Recuerdo también que bastantes veces visité la Casade la Cultura Ecuatoriana (no sé en busca de qué o de quién: quizásde alguna publicación).

En ese contexto un día me dirigí al Convento de Santo Domingo ypedí por el P. Vargas; en su caso quizás me llevaba a él el saber queconservaba el archivo de copias de documentos traídos de Sevillapor el P. Vacas Galindo; pero tampoco sé qué buscaba en concretoen ella. Puedo decir, de todos modos, que el P. Vargas me recibiócon toda simpatía, nuevo motivo de sorpresa teniendo en cuentaquién era yo: literalmente un ‘don nadie’, incapaz de mantenerningún tipo de intercambio de informaciones ni de opiniones sobre

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ningún tema histórico que pudiera ser de interés común.

En aquella primera ocasión o en otra visita posterior, supongo quele pedí y, en todo caso, me regaló su obra sobre La conquista espi-ritual del Imperio de los Incas (Quito, 1948), que forma parte delas primeras adquisiciones para mi biblioteca de futuro ‘historia-dor’; en cambio, aunque se lo pedí, no disponía de ejemplares dela biografía que había dedicado a su ilustre cofrade y primer obis-po de La Plata (actual ciudad de Sucre), fray Domingo de SantoTomás OP, publicada en 1935 y que hasta hoy nunca he podidotener. Porque después de aquella primera visita, siguieron otras;llego a imaginar que alguna incluso debía ser para él poco oportu-na (habida cuenta de sus numerosas obligaciones y compromisos);pero lo que retiene mi memoria es que siempre me recibió, lleván-dome a su celda, que era también su sancta sanctorum de historia-dor.

Más adelante, ya en el filosofado, creo que alguna vez lo fui a bus-car en la Universidad Católica, donde enseñaba; en las dos ocasio-nes que he vuelto a Quito (en 1976 y en 1982) lo he buscado, segu-ramente también en el campus de la Universidad, situado en laAvenida 12 de Octubre (donde a partir de cierto momento tenía asu cargo la Biblioteca Jijón y Camaño), pero en esa nueva fase yaresultaba más difícil poder mantener una charla con él, pues amenudo andaba apresurado con diferentes asuntos, con lo que laconversación quedaba una y otra vez interrumpida por otros visi-tantes.

En alguna otra ocasión me regaló otros libros suyos, como porejemplo, la Historia de la Iglesia en el Ecuador durante elPatronato español (Quito, 1962), que veo lleva su dedicatoriafechada el 1º de junio de 1965, pocos días antes de que yo dejaraQuito con rumbo a Norteamérica y Europa. Su Polémica univer-sitaria en Quito colonial (Quito, 1983), en cambio, la he compra-

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do en 1986, en Libri Mundi. Hasta que algún día, que ahora norecuerdo, supe de su muerte.

Resulta, pues, que, bien mirado, fue una relación casi ‘platónica’:lo único que podía atraerme en él fue simplemente, supongo, lafigura del ‘sacerdote intelectual’, dedicado a la investigación histó-rica; y esto, idealizado por mi propia falta de experiencia delmundo y de los hombres. Hoy, a la distancia de más de cuarentaaños, puedo encontrar algo de ‘ridiculez’ y mucho de ingenuidaden aquella búsqueda de modelos en quienes poder inspirarme; peroaquella misma distancia y la experiencia adquirida con los años,también me permite afirmar sin temor a equivocarme que el cami-no a la madurez pasa necesariamente por muchas de tales ingenui-dades (que cuando ocurrían no las vivíamos así, por supuesto); otracosa es que a veces, a cierta edad nos avergoncemos de nuestrasingenuidades juveniles, empeñándonos en negarlas (como Pedro, yéste en el mismo acto de caer en ellas, aunque tampoco tenía nadade juvenil) o, por lo menos, en esconderlas, como si no hubiesenexistido. Y a fin de cuentas, también a través de las ingenuidadespodemos (¿debemos?) alcanzar el sentido maduro de las cosas. Asíque podemos (¿debemos?) reconciliarnos con aquellos lejanos epi-sodios, dedicándoles una benévola y comprensiva sonrisa.

Esto es lo que me sugiere el recuerdo de mi relación juvenil con elP. José María Vargas OP, connotado historiador ecuatoriano de lasegunda mitad del siglo XX.

2. OSWALDO ROMERO ARTETA

Cuando llegué a Cotocollao en 1960, sin tardar mucho algún díadebí conocer al P. Oswaldo Romero Arteta SJ, aunque no tengoningún recuerdo preciso de las circunstancias. A los estudiantes suvida nos había de aparecer algo esquiva: sin desempeñar ningunafunción que lo vinculara directamente con nosotros, lo veíamos

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más o menos regularmente en los actos comunitarios (el almuerzoo la cena, la misa, etc.); y poco más, pues para los ratos de asuetoregía una estricta separación de clases o estamentos (sacerdotes,hermanos, estudiantes, novicios).

Hasta que algún día debí descubrir su especial vinculación con elP. Aurelio Espinosa a propósito de sus numerosas empresas edito-riales; y que esto lo ‘situaba’ en la Biblioteca Ecuatoriana como suprincipal lugar de trabajo. Como ya he dicho en otro lugar, empecéa ser visitante de ella, aun antes de que me llevara la búsqueda dealguna fuente concreta de información; y allí seguramente crucélas primeras, tímidas, conversaciones con el P. Romero. En reali-dad, por mucho tiempo todavía seguiría ignorando la naturaleza desu papel de ayudante del P. Espinosa; pero aun así, también estavez los comienzos de la relación se pierden en la niebla queenvuelve muchos de los comienzos de las cosas que acaban portener una tangibilísima realidad histórica.

A comienzos de 1961 murió el P. Aurelio y de nuevo pudimos vero, seguramente, sólo adivinar, su privilegiada relación con tanimportante figura del país.

Todavía en Cotocollao, un día supe que el P. Romero cuidaba de laCasa de Ejercicios que funcionaba al otro lado de la cerca poste-rior de la finca en que se desarrollaba la mayor parte de nuestrasvidas.

Cuando me fui al filosofado, la relación, hasta entonces poco másque ‘visual’, con el P. Romero quedó reducida prácticamente a lanada. Pero un día, sin que pueda reconstruir visualmente las cir-cunstancias, me pidió ayuda para revisar la transcripción que losesposos Peñaherrera – Costales habían hecho de una gramáticaqhishwa inédita del P. Juan de Velasco SJ. Si la memoria no mejuega una mala pasada, todavía ahora me horrorizo de las condi-

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ciones en que realicé la tarea propuesta (a falta de una máquina lec-tora de microfilms, tenía que ‘leerlos’ al trasluz del foco de la lám-para que cada estudiante filósofo tenía en su mesa; aun así, cumplícon la tarea). La obra fue impresa, en colaboración, por el InstitutoEcuatoriano de Antropología y Geografía (que, de hecho, dirigíanlos Peñaherrera – Costales) y la Biblioteca Ecuatoriana ‘AurelioEspinosa Pólit’; y presentada en el V Congreso IndigenistaInteramericano celebrado en Quito en aquel 1964 y en el que hiceun casi furtivo acto de presencia (todavía recuerdo que allí pudever a Claudi Esteva Fabregat, antropólogo catalán formado en elexilio mexicano, pero que por entonces formaba parte de la dele-gación española. Años más adelante coincidiríamos en el profeso-rado de la Universitat de Barcelona), según me recuerdan ahorados recortes de El Comercio quiteño (lamentablemente por enton-ces todavía no sabía de la intransigente necesidad de datar ese tipode fragmentos periodísticos con vistas a su uso posterior, pero queson de los días de dicho congreso). Se trata de una gacetilla de cró-nica y de un comentario de I. J. Barrera. En mi biblioteca tengo,además, el ejemplar del aludido Vocabulario de la lengua índica(Quito, 1964) en cuya portada el P. Romero quiso estampar la dedi-catoria “para mi gran colaborador”, también sin fecha, pero deaquellos primeros días de existencia del volumen. Y en él puedeleerse, al final de la “Introducción” y como último distinguido, “ya José M. Barnadas S. I., por su acertada revisión del texto manus-crito” (p. XXXV). Ya puede cualquiera imaginarse la íntima emo-ción que sentí al ver por primera vez en letras de molde mi nom-bre y mi trabajo reconocido como valioso.

Pero mis relaciones con el P. Romero no quedaron ahí: debía ser enaquel mismo año 1964 (o, acaso, todavía en 1963) que me vino conotra propuesta, esta vez de exigencias notoriamente mayores: setrataba de traducir, para empezar, el primer volumen manuscrito deuna obra del P. Mario Cicala, jesuita siciliano que trabajó variosaños en Quito y a quien golpeó la expulsión de 1767. La Biblioteca

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Ecuatoriana, todavía en tiempo del P. Aurelio Espinosa, habíalogrado obtener un microfilm de la obra que en Quito fue reveladoy pasado a fotocopias. Romero ya había dedicado una jugosa refe-rencia a la obra recientemente descubierta y a su autor en su sín-tesis Los jesuitas en el Reino de Quito (Quito, 1962), presentán-dola nada menos que como “nuestra primera Geografía patria” ya Cicala, como “el primer geógrafo del Reino de Quito” (p. 27). 3

Dada la envergadura y las dificultades que podía presentar lanueva tarea, esta vez el P. Romero me trajo al filosofado su máqui-na lectora de microfilms. Siendo así que mi trabajo de traducciónlo hice básicamente sobre las fotocopias, supongo que la lectoraiba destinada a permitir el recurso al propio microfilm en los casosparticularmente difíciles.

Cosas de la vida, de la juventud y de su inconciencia: ¿quiénpodría creer que me atreví a recoger el guante que Romero me lan-zaba? La osadía estribaba en que quien ni había recibido una clasede italiano, ni había aprendido la lengua mediante su práctica, selanzara a traducir varios centenares de páginas. Aunque no lorecuerdo con precisión, ni siquiera estoy seguro de haber contadocon algún tipo de diccionario bilingüe italiano-español.

El hecho es que fui avanzando en la traducción: al comienzo atrompicones; luego, ya con alguna mayor seguridad. Claro que enel montón de páginas manuscritas que entregué al P. Romero conel trabajo acabado andaban señalados cierto número de pasajes enque no creía haber dado con la traducción conveniente y que, portanto, esperaban una paciente consulta con el diccionario. El P.Romero recibió el trabajo; yo entendí que alguien (¿quizás el Sr.Granja de la Biblioteca Ecuatoriana?) se cuidaría de sacar de mis

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3 No puede dejar de sorprenderme que Cicala no haya tenido entrada en el recentísimoDiccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico - Temático, Roma - Madrid,Institutum Historicum Societatis Iesu - Universidad Pontificia Comillas, 2001.

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borrones una decente copia mecanografiada.

A mediados de 1965 dejé Quito para lanzarme en otras aventurasacadémicas, esta vez ya de pleno en el terreno de la Historia ame-ricana; pero en Quito, paralelamente a mi trabajo de traductor, yahabía ido tomando apuntes sobre el contenido de la obra del P.Cicala; estos apuntes los completé en Sevilla con otras fuentesbibliográficas y alguna referencia archivística. Y con todo elloescribí un artículo, suscrito en “febrero 1966”, destinado a presen-tar tanto su vida como su obra, con el título “El P. Mario Cicala(1718-?) y su obra”, que por un párrafo de carta del Dr. Carlos M.Larrea se podría deducir que lo envié al P. Romero: “He averigua-do a algunas personas sobre el artículo del que ud. me habla rela-tivo al jesuita siciliano Mario Cicala. Nadie me ha podido daralguna noticia. Creo que Ud. debería dirigirse al P. Romero, aPittsburg, a la Universidad, en donde sin duda tienen la dirección.Si logra recaudar el artículo escrito por Ud., le agradeceré que melo remita, para procurar su publicación en el Boletín de laAcademia Nacional de Historia” (Carta de 18-XII-1965). Yo no lorecuerdo y la cronología de los hechos que me es conocida hacepoco probable dicha interpretación, pues en octubre de 1965 yo yasabía algo del alejamiento de Romero del Ecuador; parece másprobable que Larrea confunda entre mi artículo y mi traducción.Sea como fuere, gracias a don Carlos Manuel mi artículo pudo apa-recer en el Boletín de la Academia Nacional de Historia (Quito),XLIX/107 (1966) 93-105. En él informaba de la terminación de latraducción española de la primera parte de la obra y añadía: “espe-ramos que pronto quedará lista para su edición” (p. 93).

Pasó bastante tiempo sin que supiera nada del manuscrito ni de mitraducción, aunque más de una vez lo intenté con amigos o com-pañeros ecuatorianos; así, el buen amigo Larrea me escribía: “Nohe tenido tiempo para ir a la Universidad Católica y averiguar siel P. Romero Arteta ha dejado la traducción hecha por Ud. de la

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interesante obra de Cicala; pero le ofrezco que sin falta alguna enesta semana haré la gestión y también averiguaré si ha dejadoalguno de los libros raros que me pidió prestados Romero” (Cartade 6-I.-1967); a pesar de tan buenas intenciones no recuerdo habersacado ninguna agua limpia de mis intentos de averiguación.

El proyecto de edición de Cicala vino a complicarse todavía másdesde que supe que el P. Romero había dejado la Compañía deJesús y salido del Ecuador en medio de gravísimas acusaciones.Reflejo de aquellos meses y años de incertidumbre son estas pala-bras de C. M. Larrea: “Lo que sería muy interesante es la publica-ción íntegra de la obra del P. Cicala. ¿Quién la tiene? ¿Se tradu-jo íntegramente del italiano? ¿La traducción la hizo Usted o sóloen parte? Creo que se podría publicar todo el libro en dos núme-ros del Boletín del Archivo Nacional y hacer una tirada aparte dealgunos ejemplares para los aficionados a la Historia. ¿Qué leparece mi propósito? (Carta de 29-III-1966). No recuerdo tampo-co cuánto tiempo tuvo que pasar para saber que Romero había idoa dar en los Estados Unidos; y todavía pasaron nuevos años hastaque, por fin, pude tener sus señas de Pittsburgo y establecer con-tacto epistolar con él, como vamos a ver más abajo. Ya puede com-prenderse que el objetivo de mi paciente pesquisa no era el desti-no de Oswaldo Romero, sino el de mi traducción; pero de éstapoco sabían decirme.4

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4 Puestos a hablar de papeles extraviados, quisiera salvar del olvido definitivo un datoque me transmitió el Dr. Larrea y que tiene que ver con los ajetreos de aquellos meses ycon Romero Arteta: "Sólo le diré que logré -con gran dificultad, por cierto- recaudar 30cartas originales autógrafas del Mariscal Sucre, que habían sido vendidas al seudohisto-riador Grisanti, de Venezuela. Hoy están de nuevo esos interesantes documentos en elArchivo de Loyola (Cotocollao), pues personalmente y ante el Jefe de Seguridad dePichincha hice entrega al Provincial de la Compañía de Jesús, así como una preciosaminiatura, retrato original de Sucre, que había sido obsequiada por María AugustaUrrutia al Padre Aurelio Espinosa Pólit" (Carta de 29-III-1966). El dato de los documen-tos de Sucre adquiere mayor relieve cuando veo que un gran especialista en el tema nohace mención de ese fondo cotocollaense en su trabajo "El archivo de Sucre" [1973;1979], en: P. Grases, Obras completas. 3: Preindependencia y emancipación, Caracas,1981, pp. 459-500.

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El calendario seguía avanzando y un día, revisando bibliografíaamericanista, me topé con la información bibliográfica de un artí-culo que el P. Julián G. Bravo Santillán (sucesor de Romero en laconducción de la ‘Ecuatoriana’) había publicado sobre el P. Cicala,si no me equivoco, en la revista del Núcleo del Azuay de la Casade la Cultura Ecuatoriana, y del que no puedo precisar el año.Aunque no fueron pocos ni desfallecientes los pasos dados paratener en mis manos el texto de dicho artículo del P. Bravo, he deconfesar que hasta ahora no lo he logrado (son los frutos perversosde la desarticulación cultural hispanoamericana...).

Así volvieron a correr los años hasta que un día supe, tampocorecuerdo cómo, que el propio P. Bravo había publicado laDescripción histórico-topográfica de la Provincia de Quito dela Compañía de Jesús (Quito, Biblioteca Ecuatoriana ‘A.Espinosa Pólit’, 1994, 669 p.). Naturalmente me faltó tiempo parapedir un ejemplar al P. Bravo, quien no tardó en enviármelo. Allípude leer una versión que, por todo lo que llevo dicho sobre elasunto, ya puede verse que por lo menos no se ajusta totalmente ala realidad: “En febrero de 1966 el P. José María Barnadas, que sinduda conoció la copia del manuscrito en la Biblioteca Ecuatoriana‘Aurelio Espinosa Pólit’ cuando estudiante del Instituto Superiorde Humanidades Clásicas, escribió en Sevilla (España) una reseñade la obra del P. Mario Cicala, en la que anunciaba la próximapublicación de al menos la mitad de ella ya traducida al español,reseña que la hemos visto publicada en el Boletín de la AcademiaNacional de Historia, n. 107, Quito, Enero-junio de 1966.Lamentablemente no nos ha sido dado conocer hasta el presente laanunciada publicación ni tampoco la traducción de referencia” (p.3).

Y más adelante aprovecha un dato que yo había sacado del ArchivoGeneral de Indias sobre la descripción somática que de Cicalaquedó en la Casa de Contratación (p. 5).

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Así pude cerciorarme de que Cicala había ingresado, efectivamen-te, en la galería de los escritores coloniales quiteños, lo que no dejade ser una noticia alentadora; pero iba acompañada de otra, desabor menos halagador y que se presta a consideraciones algo másmelancólicas: resultaba que mi esfuerzo juvenil, osadamente irres-ponsable, pero esfuerzo al fin, se había perdido en el remolino quearrastró consigo el brusco alejamiento del P. Oswaldo Romero, ala vez, de la Compañía de Jesús, de la Biblioteca Ecuatoriana y delEcuador. Y la verdad es que todavía hoy sigo ignorando si en algúnrincón de la Biblioteca Ecuatoriana -o quién sabe dónde- siguedurmiendo el sueño de los justos mi manuscrito de aspecto embro-llado (o su planeada transcripción). Vistas, sin embargo, las cosascon cierto senequismo, no considero ni perdido, ni inútil, el tiem-po que dediqué a la traducción.

Claro que no había cejado nunca de ir en pos de mi traducción,como ya he podido documentarlo con la correspondencia manteni-da con el Dr. Larrea. Por otra parte, revisando mi correspondenciacon Oswaldo Romero Arteta, he encontrado tres cartas suyas escri-tas desde Pittsburgo y que se escalonan entre 1973 y 1989, todasen respuesta de otras tantas mías (de las que, por desgracia, no heguardado copia). En la primera me decía que “cuando quise publi-car tu traducción alguien me escribió desde Quito que el P. Bravoestaba publicando en no sé qué revista dicha traducción como pro-pia. Estoy ahora esperando me confirmen lo anterior para poderdarte mejor información, pues yo tengo muchísimo interés en quesalga a la luz ” (Carta de 22-IV-1973); en la segunda, de tres añosdespués, añadía lo siguiente: “Averigüé la traducción de Cicalaque el P. Bravo me sacó de mis papeles particulares que dejé allí...Él [el P. Jorge Villalba] me dijo que el P. Bravo tiene toda tu tra-ducción, pero que él dice que es mala. No sé con qué autoridad.Pero supe que estaba gestionando de la embajada italiana el dine-ro para una nueva traducción, que sería la misma tuya, pues nadiela conoce. Tú debes tener el dato, pues te lo di, ¿en dónde están

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los originales, en Italia?. Yo podría hacer venir otra copia y tengoaquí editoriales que traduciría[n] o, mejor, que publicarían tu tra-ducción con una buena ventaja económica para ti. Contéstamepronto” (Carta de 11-IV-1976).

No pretendo acusar a nadie, en primer lugar porque no dispongodel ‘cuerpo’ del supuesto delito, que es el texto de mi traducción,lo único que permitiría compararla con el texto publicado en 1994y sacar conclusiones sobre su paternidad; en segundo lugar, porquequien formula la acusación ya no está entre los mortales. Acasoconvenga recordar que en los años sesenta apenas si empezaban aconocerse las máquinas fotocopiadoras; y cuando dejé Quito ¿quéhabría podido hacerme pensar que las cosas sucederían como suce-dieron y anticiparme a ellas llevándome conmigo una fotocopia demi traducción? Si plagio en alguna medida ha habido, quien lohaya cometido se lo sabrá.

Viéndola con la perspectiva que permiten los años transcurridos,considero importante señalar que esta relación con OswaldoRomero conllevó elementos de importancia para mi futuro rumboprofesional: me confió pequeños o no tan pequeños trabajos queme permitieron dar los primeros pasos por las sendas del trabajocientífico en materia de Historiografía. Y esto siempre merecerá migratitud. En el fondo no sé muy bien por qué me trató así: quizáspor adivinar en mí los primeros destellos de una vocación de his-toriador, balbuceados al filo de los últimos meses de mi estadía enCotocollao y que se fueron consolidando durante los años que lesiguieron de estudio de la Filosofía. Y considero una dolorosa pér-dida para la cultura ecuatoriana su alejamiento del país, que hastadonde puedo percibir se tradujo en su silencio como investigadorde temas ecuatorianos, como él mismo lo confesaba cuando meescribía: “Es verdad que sigo preocupándome en la cultura colo-nial quiteña y que sigue por desgracia y desidia mía en cierto sen-tido sin publicarse. Estoy tratando de completar las obras de

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Arteta. ¿Sabes que se encontró la FÍSICA del P. Juan de Velasco?La tiene ahora el P. Jorge Villalba en la PUCE de Quito.5 Yo sigobuscando el Diccionario del mismo. Ahora que hay más facilidaden el Berlín del Este ojalá me anime a buscarla, pues la últimaindicación es que fue llevada allá toda la colección de manuscri-tos” (Carta de 14-XI-1989). Muchos años antes el fino instinto delDr. Larrea ya lo había vaticinado (refiriéndose a Romero Arteta):“El hecho es que se perdió y probablemente se perdió tambiénpara los trabajos históricos, para los que parecía tener vocación”(Carta de 6-I-1967).

El párrafo citado de la última carta recibida de Romero tiene suinterés porque en dos pasajes parecería ‘avergonzarse’ subliminar-mente de aquel lamentado alejamiento de los temas ecuatorianos(pasajes que en mi transcripción he destacado en negrita); sobreeste particular, ya en 1974 me había informado: “Estoy escribien-do mi tesis sobre la filosofía en el siglo XVII y XVIII en la univer-sidad jesuítica de América española. Es para mi Ph. D. en litera-tura”, pero tampoco parece que la acabara de redactar ni que, portanto, la defendiera ni publicara.

La vida te pone a veces en contacto con vocaciones frustradas otrayectorias aberrantes. La de Oswaldo Romero Arteta me permitepercibir algo de ello.

3. CARLOS MANUEL LARREA

A más de cuarenta años no puedo precisar cómo se encadenaronlos hechos y circunstancias que me permitieron conocer al Dr.Carlos Manuel Larrea; pero sí puedo decir que mi relación perso-nal arrancó de mis primeras visitas a su ‘castillo’ de la Avenida 12

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5 Parece seguro que Romero se confundió o recibió una noticia errónea: la Física de quehabla no es del P. Velasco, sino del P. Aguirre (cuya traducción española de F. Yépez fuepublicada por la PUCE en 1982).

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de Octubre, que datan de mis dos años de Cotocollao (1960-1962)y se prolongaron hasta 1965 en que dejé Quito; después todavíasubsistió, como veremos, en forma de correspondencia por lomenos hasta 1969 (aunque sólo he conservado sus cartas hasta1967).

Puesto a reconstruir aquellos tiempos, estoy seguro que alguien mehabló de él, lo que no excluye que en mis ‘incursiones’ por labibliografía ecuatoriana también hubiese podido descubrir su ilus-tre existencia (y presencia en ella), que redundada en su prestigiocomo historiador y como ex-Canciller del país. Más tarde supe queen su juventud había sido novicio jesuita; que pasaba por uno delos más fieles discípulos del Arzobispo-historiador, FedericoGonzález Suárez; y que por entonces ya presidía la AcademiaNacional de Historia. Etcétera. Muchos años después supe (e hiceuso para un estudio mío) del dato de que entre 1912 y 1916 habíarecorrido Europa con su íntimo amigo Jacinto Jijón y Caamaño,como narra brevemente en su trabajo “Recuerdos sobre orígenes ydesarrollo del Museo Jijón y Caamaño” escrito en 1964.6

Si la memoria no me traiciona, nos fuimos conociendo a través delas sucesivas visitas que algunos jueves (día jesuítico de vacaciónsemanal) le hacía en su biblioteca; la recuerdo perfectamente man-tenida y aseada, a tono con el resto de la mansión. Supongo que yome dedicaba a atosigarle con largas listas de curiosidades, que consus respuestas él trataba de satisfacer de la mejor forma posible, apesar de que a mí me faltaba la mayor parte de las referencias nece-sarias para entenderlas y valorarlas.

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6 No sé si ya lo había publicado antes en otra parte, pero la versión que conozco es la queforma parte de su volumen Notas de prehistoria e historia ecuatoriana, Quito Corporaciónde Estudios y Publicaciones, 1971, pp. 187-192 (en concreto, en la p. 190); me he servi-do de esa información en el estudio preliminar de mi edición de P. de la Gasca,Descripción del Perú (1551-1553), Cuzco, Centro de Estudios Regionales Andinos B. delas Casas, 1998, p. XXVIII (del que había aparecido una primera edición caraqueña de1976).

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Pronto empezó a regalarme algunas de sus obras: las que hanlogrado superar las inclemencias del tiempo y de la vida, las con-servo hasta hoy, no por la utilidad que me puedan prestar, si no porel valor afectivo que encarnan, como mudos testigos de fragmen-tos de un período de iluminada ilusión. Entre las de fecha más anti-gua puedo mencionar El archipiélago de Colón (Galápagos).Descubrimiento, exploraciones científicas y bibliografía de lasislas, Quito, CCE, 19602; otro, La Real Audiencia de Quito y suterritorio, Quito, CCE, 1963; y los vols. II-III de la Bibliografíacientífica del Ecuador, Quito, CCE, 1952, obra de la que cuandoya me encontraba lejos de Quito me envió la versión refundidabajo el mismo título, pero con información actualizada hasta 1966(Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones, 1968). En otrasocasiones también he recibido de su generosidad y aprecio los títu-los siguientes: Las biografías de Santa Mariana de Jesús, Quito,Corporación de Estudios y Publicaciones, 1970; El Padre Juan deVelasco y su Historia del Reino de Quito, Quito, EditorialEcuatoriana, 1971; y Prehistoria de la región andina delEcuador, Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones, 1972.

No tardé en saber que tenía un hijo, Juan Ignacio Larrea Holguín,sacerdote del Opus Dei. Cuando en mis años de filosofía hacíatambién mis primeros pinitos en lo que por entonces se conocíacomo el ‘apostolado universitario’ o el ‘apostolado intelectual’,valiéndome de la mediación paterna busqué una entrevista con elhijo, que trabajaba en una residencia universitaria; en la que tuvolugar la entrevista, pero de la que salí con el mal sabor de boca deuna frustración: en mi inocente ingenuidad acudí a la cita con lapropuesta de buscar algún campo de acción común entre universi-tarios; la respuesta recibida fue que era mejor que cada uno (y cadainstitución) trabajara en su propio campo y con su propio estilo.Para entenderlo ya entonces me vinieron a la mente las borrasco-sas relaciones que la Compañía de Jesús y el Opus Dei habíanmantenido en diversas ciudades, en competencia por un mismo

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ambiente de trabajo apostólico: el de los universitarios. Siempreme he preguntado si el P. Juan I. Larrea vio erróneamente en mí aun ‘emisario’ institucional, cuando la verdad era que yo actuabacomo puro francotirador. Con el tiempo y a la distancia he idosabiendo de las sucesivas estaciones episcopales del P. Juan (Quito,Ibarra, Guayaquil). No puedo negar que aquella abortada expe-riencia ha contribuido durante muchos años a conformar mi ideapersonal sobre aquel Instituto Secular (hoy transformado enPrelatura personal); pero debo añadir también que en tiempos másrecientes la experiencia me ha enseñado a matizar aquella idea per-sonal.

Pero mi naciente relación con don Carlos Manuel iba a depararmeotra de las experiencias historiográficamente iniciáticas a que tantolas circunstancias como mis propias disposiciones me estaban lan-zando. Resulta que, cuando ya llevaba algunos años cultivando laamistad de Larrea, un día me propuso una iniciativa de realizacióncomún: resulta que desde hacía tiempo le venía tentando la idea deescribir una biografía de don Luis de Carondelet, uno de los últi-mos presidentes de la Audiencia quiteña; sabía que en el ArchivoNacional existía abundante documentación, que había que ‘pei-nar’; pero nunca encontraba el ocio necesario para realizar dichainvestigación; al respecto, algo que siempre me ha llamado pode-rosísimamente la atención es que un hombre como él, a su edad,todavía tuviera ciertas obligaciones laborales en ‘LaInternacional’, empresa –si no voy errado- de la industria textil.Esto aparte de su edad, pues no podemos olvidar que cuando empe-zamos a tratarnos don Carlos Manuel ya hacía tiempo que habíadejado atrás la setentena.

Con todos esos factores delante, ya no resulta tan rara la propues-ta que recibí: bucear en el Archivo Nacional para fichar cuantainformación se pudiera hallar sobre Carondelet. Naturalmente,éstas eran ya palabras mayores, pues requería de semanas de tra-

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bajo y era trabajo que había que hacer fuera del filosofado; de ahíque tuviera que pedir permiso al rector de la casa, quien no pusoobjeción, siempre que para ello aprovechara los meses de vacacio-nes.

Así fue: durante el verano de 1964 trabajé casi diariamente en elArchivo Nacional; en el país era una institución que no había goza-do de excesiva suerte, reflejo de los altibajos de la vida política,como vienen a probar su tardía fundación, la parcial reunión de ladocumentación estatal y las sucesivas reorganizaciones por las queha ido pasando. En los años 60 funcionaba en la segunda planta deledificio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (como lo había dis-puesto la ley que la fundara en 1944), al borde del Ejido. Porentonces el repositorio tenía como director –si no me equivoco- elLic. Galo Chaves (sucesor de Alfredo Chaves, una especie depatriarca), quien, sabiendo como sabía quién era mi ‘tutor’ (quepor largos años fue Vice-.Presidente de la Casa de la Cultura), nosólo no opuso ningún tipo de dificultad a mi labor, sino que másbien procuró facilitarla.7

En realidad, mi tarea era la de un ‘precursor’: señalar el caminopara que don Carlos Manuel pudiera ir directamente a las piezasnecesarias para escribir el libro. Recuerdo perfectamente que mishallazgos quedaban registrados en fichas o papeletas; lo que ya norecuerdo con precisión es cuán ‘ricas’ eran mis anotaciones; quie-ro decir: en qué medida alcanzaban cierta ‘autonomía’, de maneraque su simple lectura permitiera el traspaso de la información al

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7 Naturalmente no me quedé para mí con una copia del material acopiado y, por con-siguiente, no recuerdo ni en qué series trabajé ni el número de volúmenes revisados;además, no me extrañaría nada que desde entonces todo el archivo hubiese sufrido'reestructuraciones' (de las que tan amantes somos por estas partes del planeta!); última-mente han llegado a mis manos los dos volúmenes de la Guía de los fondos documen-tales del Archivo Nacional del Ecuador, Quito, Consejo Nacional de Archivos, 1994;aunque no resulta demasiado orientadora sobre el contenido de sus series, supongo queme moví por la de "Gobierno" (pp. 281-289).

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texto, sin necesidad de acudir de nuevo al archivo de donde pro-cedían. Tampoco puedo cuantificar el número de fichas redactadas,pero sí recuerdo que acabaron formando un buen mazo.

Sea como fuere, mi labor acabó cuando hube revisado los volúme-nes correspondientes al período de gobierno de Carondolet enQuito. Si no recuerdo mal, pasado el tiempo de vacaciones de quedisponía y no habiendo agotado la búsqueda, todavía tuve que vol-ver al archivo algunos jueves (día de vacación semanal para mí).Pero al final pude entregar al Dr. Larrea el bloque de fichas. Enadelante él sería el único responsable de que el libro naciera.

Habiendo dejado Quito a mediados de 1965, desde Sevilla una yotra vez le importunaba con mi insistente pregunta de cuándo iba asalir el libro (comprensible impaciencia de los aprendices por verel fruto de sus desvelos; o por ver su nombre en letra de molde). Yde esa impaciencia queda el testimonio escrito que se refleja en lasrespuestas que me enviaba el Dr. Larrea. Así, habiendo transcurri-do apenas medio año de mi salida de Quito, me escribía:“’Carondelet’permanece en el cajón de mi escritorio, en espera deque, si Dios me da vida y un poquito de tiempo, emprenda en lalabor de agrupar las fichas tomadas por Ud. según el plan quetendré que hacer para escribir la biografía de ese ilustrePresidente de la Real Audiencia de Quito, como es mi proyecto”(18-XII-1965). Más de un año después se extiende sobre la disper-sión en que se ve atrapado y que le impide concentrarse, no ya en‘mi’ Carondelet, sino en nada: “Lo que pasa es que esta vidamoderna tan complicada le roba a uno el tiempo que bien quisie-ra dedicar a la grata comunicación con los amigos ausentes. Lacadena de ocupaciones y compromisos a que me tienen atado lassociedades o instituciones a las que pertenezco y, principalmente,el trabajo en la fábrica textil ‘La Internacional’, que ud. conoce,apenas me permiten abrir un libro, devorar con avidez algunaspáginas que siquiera momentáneamente me hacen olvidar mise-

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rias políticas de mi desgraciada Patria, olvidar el presentesombrío y buscar en crónicas o historias del pasado, si no díasmás tranquilos, por lo menos algo más inspiradores de optimismopara el porvenir de nuestra América (6-I-1967). Meses despuésvolvía a hablarme del suplicio de sus servidumbres laborales, agra-vado por un serio trastorno de su salud, con grave peligro de lavida (28-IX-1967). Después, viene un largo silencio de más de dosaños, en que por lo visto ya desesperé de ver un día listo el libro.Hasta que un día me llegó un ejemplar de El Barón deCarondelet, XXIX Presidente de la Real Audiencia de Quito,Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones (el volumen nolleva fecha ni colofón, pero la dedicatoria escrita de una manoincomparablemente firme está datada en “Quito, 29 de junio/1969”; en ella demuestra la nobleza y generosidad de dirigirla “aquien se debe en gran parte la composición de este libro” y dedejar testimonio de “toda la gratitud y el afecto”). Creo que mellegó sin una nota adjunta suya; en todo caso no la conservo. Y enla nota 2 también dejó constancia de mi modesta intervención: “Delos documentos existentes en el Archivo Nacional de Quito con-cernientes al período que estudiamos, formó un índice el PadreJosé Barnadas, en 1964; valiosísimo trabajo que ha facilitado elpresente, por lo que nos es grato consignar nuestro sincero agra-decimiento” (p. 8).

Si he de ser honesto, hay que decir que aquella dedicatoria resultaexcesiva por más de un concepto: basta con repasar el libro paracomprobar que su único autor fue don Carlos Manuel. Y esto, notanto porque en las notas de pie de página no aparezca casi nuncauna referencia al material que reuní para él, pues optó por interca-lar arriba las referencias a ese material, dentro del propio texto (yahí sí que aparecen con bastante frecuencia los documentos nume-rados del ANH); sino más bien porque la vida y el contexto deCarondelet había que presentarlos en base a una muy variada gamade fuentes documentales y bibliográficas, que es lo que le permi-

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tieron hacer a Larrea su veteranía en el oficio y la excelente biblio-teca personal que tenía a mano.

Mi papel en esa aventura no fue otro que el del escudero. Pero loque en verdad debo agradecerle es que me incitara a hacer la pri-mera experiencia de archivo, imprescindible –aunque no única- enel trabajo del historiador.

Desde 1967 no parece que tuviéramos más contactos epistolares;hasta que algún día (quizás en mi primera visita quiteña de 1976)supe de su muerte. Ahora, cuando he querido buscar un comprimi-do informativo sobre el conjunto de su vida, apenas si he encon-trado nada (lo que, por otra parte, viene a convencerme, una vezmás, de la debilidad de la sección ecuatoriana de mi biblioteca).

A la distancia del recuerdo, se me hace nítidamente presente laseñorial, caballeresca figura de don Carlos Manuel Larrea. Y nuncapodré dejar de agradecerle el papel que también le cupo desem-peñar en aquella mi fase iniciática como historiador. Porque cadavez se me hace más claro que los primeros pasos en la autoidenti-ficación historiográfica los di en Quito, cosa que estas páginastambién dejan suficientemente documentado.

4. JORGE A. GARCÉS GARCÉS

Mi relación con él también ha quedado velada en la tiniebla deltiempo pasado. De lo que no tengo duda es que surgió en mi afánpor contactar cuantos historiadores quiteños de valor llegaba a des-cubrir.

En este caso también hay un escenario perfectamente definido: suoficina en el Archivo Municipal (aunque oficialmente era el“Museo Municipal de Arte e Historia”). No sé a partir de cuándomenudearon mis visitas. El Dr. Garcés se había ganado un bien

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merecido prestigio como paleógrafo, lo que lo habilitaba para elcargo, pues desde hacía décadas aquel archivo mantenía una cono-cida serie de publicaciones, constituidas casi en su totalidad portranscripciones documentales de la época colonial (siendo una desus series más meritorias la de las actas capitulares de Quito). Estacalificación paleográfica de Garcés no sé si tiene alguna relacióncon su juvenil paso por el seminario, aunque no llegó a ordenarse.

Con el paso del tiempo y habiendo experimentado la crónica ines-tabilidad administrativa que suelen padecer los gobiernos hispano-americanos, siempre me he preguntado cómo Garcés pudo ‘aguan-tar’ tantos años en el cargo; pero para que aquella fama no salierarefutada, un día el Dr. Larrea me escribió esta noticia: “JorgeGarcés salió de la dirección del Archivo y Museo municipal. Estáahora trabajando como archivero de la Casa de la Cultura, en elArchivo Nacional que Ud. conoce y en el que hizo tan importantesinvestigaciones” (Carta de 28-IX-1967). Pero no nos adelantemos.

He hablado del Garcés paleógrafo; y no era solamente un prácticoen la materia, sino que escribió el tratado PaleografíaDiplomática Española y sus peculiaridades en América, Quito,Casa de la Cultura Ecuatoriana, 19602, que fue uno de sus prime-ros libros en regalarme y que, como suele ser este tipo de manua-les, en su mayor parte está compuesto de láminas de páginas deescritura paleográfica, con su correspondiente transcripción, cara acara.

Otro libro, de tema afín al anterior, es Cómo han de traducirse losDocumentos Paleográfico de Hispanoamérica, Quito, MuseoMunicipal de Arte e Historia, 1961, todo él dedicado a debatir y,finalmente, a rebatir el trabajo del colega argentino Aurelio Tanodi,Normas para la transcripción y edición de documentos históri-cos, Córdoba, 1957, con vistas al Seminario Interamericano sobreArchivos que había de celebrarse y acabó celebrándose en

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Washington en octubre de 1961. A decir verdad, el Dr. Garcéssiempre mantuvo una vena polémica, que podía llegar a ser temi-ble cuando él creía en entredicho algunos de los valores que le erancaros. Garcés asistió al mencionado Seminario; del que no sé siretornó con los laureles de la victoria o, por lo menos, de la per-suasión. Supongo que el tema salió a colación en alguna de nues-tras charlas, pero no tengo ahora a mano los elementos de juicio.Lo que sí sé, porque en sus resultados vino a coincidir con la mayorparte del período en que nos tratamos, es que aprovechando suviaje a la capital estadounidense, un día se ‘faltó’ del Seminario yse fue a Nueva York. Habiendo leído los trabajos de Federico deOnís sobre Antonio de Alcedo, tenía razones para pensar que en laBiblioteca Pública de aquella inmensa ciudad podría dar con elmanuscrito original de la “Biblioteca Americana” de aquel criolloquiteño. Todavía me parece oírle contar la emoción con que viocumplidas sus expectativas; de manera que retornó del norte con elmicrofilm de la extensa bibliografía bajo el brazo y dispuesto aemprender inmediatamente su transcripción y edición.8

En los años 1962-1965 de nuestra relación se sitúa cabalmente sutrabajo editorial con Alcedo; de manera que el recuerdo de nues-tros contactos es inseparable de él; cuántas veces, al llegar al archi-vo, lo encontraba en una pieza adjunta a su despacho de director,sentado delante de una voluminosa máquina lectora de microfilms,atareado en su labor de transcripción o de revisión. Así, pues, asistípor primera vez de mi vida al largo período de la serie de trabajospreparatorios que implica la edición de un documento antiguo.

Pero como tantas veces en nuestros países, a partir del momento enque la edición de la obra de Alcedo escapó de las manos férrea-mente disciplinadas de Garcés para adentrarse en las de los tipó-

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8 Algo de ese relato ha pasado a la escueta "Introducción" de la edición de 1964-1965,donde asevera: "emprendiendo, de inmediato al llegar a Quito, en la transcripción amáquina y en la edición del mismo [manuscrito original]" (p. V).

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grafos, pude asistir (como desde un rincón invisible del escenarioprincipal) a la tortura que vivió Garcés por la inacabable serie dedemoras en la impresión de los dos considerables volúmenes enque acabó imprimiéndose la obra, y sacó como portada el largotítulo del original: Biblioteca Americana. Catálogo de losAutores que han escrito de la América en diferentes Idiomas yNoticia de su Vida y Patria, años en que vivieron y Obras queescribieron. Compuesta por el Mariscal de Campo D. Antoniode Alcedo, Gobernador de la Plaza de la Coruña. Año de 1807.Introducción de Jorge A. Garcés G., 2 vols., Quito, MuseoMunicipal de Arte e Historia, 1964-1965, VIII., 437; 526 p.

He mencionado la tortura que el retraso del fin de la impresión oca-sionaba al Dr. Garcés porque fui testigo de ella; pero también por-que, de tanto hablarme de las bondades e importancia del catálogode Alcedo, a mí también se me hacía agua la boca esperando el díaen que podría tener en mis manos el primer ejemplar. Y no era sola-mente un amor platónico a la nueva fuente impresa; había tambiénalgo de la codicia del bibliómano e historiador que en mí ibanaciendo en Quito y que ya daba por seguro que el día que Garcéshubiese recibido los primeros ejemplares de la BibliotecaAmericana, uno sería para mí. Con la postergación de la impre-sión, llegó un día, sin embargo, en que empecé a dudar que la obrasaliera -por fin- antes de mi partida de Quito, lo que me planteabala posibilidad de una notoria frustración, a tal punto había llegadomi identificación con la espera de su editor.

Por suerte no fue así: el colofón del segundo volumen proclama susalida de las prensas el 1º de enero de 1965, pero todavía tuvieronque seguir pasando semanas hasta que el ejemplar anhelado llega-ra a mis manos y pudiera acariciarlo y hojearlo con tanta emocióncomo curiosidad. No tengo anotada la fecha exacta, pero si lamemoria no me engaña, ese día feliz estuvo bastante cerca de miviaje, a comienzos de junio.

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Creo recordar que, al igual que con Romero y con Larrea, tambiéncon Garcés seguimos carteándonos algún tiempo; y tengo constan-cia de que alguna vez abusé de la bondad de don Carlos Manuelpara pedirle que hiciera llegar al Dr. Garcés una carta mía. Y comohemos visto, también Larrea alguna vez me comunicó noticiassobre la vida y milagros del archivero-paleógrafo.

Y como suele suceder en la vida, mi alejamiento de Quito acabópor cortar también la relación epistolar. Y algún día supe que tam-bién el amigo Jorge A. Garcés Garcés había fallecido. Creo estarseguro de que la última vez que visité Quito (mayo de 1982) ya nose encontraba entre los mortales.

* * *

Éstas son mis ‘cuatro amistades quiteñas’. Podría añadir algunamás, pero ninguna de ellas tuvo la intensidad ni la duración ni elimpacto de las narradas.

Cuando ahora, a tanta distancia de años, he tratado de revivirlas,por encima de cualquier otra consideración me asalta una ciertaincredulidad. Esta incredulidad estriba en la dificultad de compati-bilizar ese comprobado y nada efímero ejercicio de amistadesexternas con el régimen de vida a que estábamos sometidos losjuniores y los filósofos jesuitas de aquella época. Y esta incrédulasorpresa persiste aún tomando en consideración los dos tipos deevolución que se produjeron en las normas vigentes: por un lado,la que desde siempre había diferenciado la vida del juniorado de ladel filosofado, evolución de menor a mayor libertad individual; porotro, la que acompañó aquellos precisos años de mi estadía enQuito. En efecto, de 1960 a 1965 se produjo en la Iglesia y en laCompañía de Jesús el comienzo de una serie de cambios, evolu-

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ciones, revoluciones y rupturas, de que –mientras lo vivíamos-apenas si adivinábamos en qué iba a desembocar todo. En ciertossentidos, los cambios llevaron de la disciplina al desgobierno; dela obediencia a la rebeldía; del orden a la irresponsabilidad.

Pues debo declarar que, aún teniendo presente el contexto cro-nológico, me sigue sorprendiendo que, sin la menor dosis de‘doble vida’ ni de clandestinidad, pudiera mantener por meses ypor años estas relaciones amistosas con destacados personeros dela vida cultural ecuatoriana. Y no tengo la menor duda de que, demil formas, me ayudaron a dar los primeros pasos en el largo cami-no de la profesionalización historiográfica. Dentro de las profun-das diferencias de cada una de esas personalidades, cada una deellas y en su conjunto, vinieron a depositar en mi tierna personali-dad gérmenes (intelectuales, morales, profesionales...) que con eltiempo florecerían en convicciones, hábitos y productos. O sea queesas amistades acabaron convirtiéndose en un ciclo de formaciónparalela, personal e informal, a la que recibía de los profesores deHumanidades Clásicas y de Filosofía.

Y esto puede explicar, acaso, tanto la honda huella que dejaron enmi espíritu de una forma simultánea y acumulativa, como el emo-cionado reconocimiento que guardo por todas ellas. Esto, a su vez,también permite comprender por qué me he propuesto dedicarlesestas páginas y por qué las atraviesa aquel tono conmovido quesuele ser propio de las experiencias fundacionales, a la vez ‘ino-centes’, más o menos inconscientes e ilusionadas.

Centro de estudios Bolivianos AvanzadosCochabamba, marzo 2005 – agosto 2007

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REVISTADE LA PONTIFICIAUNIVERSIDAD CATÓLICADEL ECUADOR

No. 83 - Enero 2008 - Quito - Ecuador

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

RECTOR Dr. Manuel Corrales Pascual, S.J.

VICERRECTOR Ing. Pablo Iturralde Ponce

DIRECTOR GENERAL Ing. Galo Cevallos RicaurteACADÉMICO

DIRECTOR DEL CENTRO Magíster Jesús Aguinaga ZumárragaDE PUBLICACIONES

MIEMBROS DEL COMITÉ EJECUTIVO DEL CENTRO DE PUBLICACIONES

PRESIDENTE Magíster Jesús Aguinaga Zumárraga

VOCALES Dr. Hugo Reinoso LunaDr. Irving Zapater Cardoso Ing. José Chacón ToralDr. Luis Gavilanes Del Castillo

CORRECCIÓN DE ESTILOY ORTOGRAFÍA Lic. Juan Carlos Andrade

IMPRESIÓN: Quality Print Cia. Ltda.2547 548 / 2547 691

Centro de Publicaciones Av. 12 de Octubre y RoblesPUCE Apartado N° 17-01-2184

Telf. 2991 711

ISBN: N° 1013-89 XRegistro de derecho autoral: N° 010645

Quito - Ecuador

Los artículos firmados son de responsabilidad exclusiva de sus autores

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ÍNDICE Pág.

A Nuestros Lectores.......................................................... 5Jesús Aguinaga

Giacomo Leopardi Precursor de la poesía moderna a través del romanticismo................................................. 9Fanny Carrión de Fierro

Citología de lesiones benignas de glándula tiroidea........ 37Emma Lucila Vásconez, Guillermo López AlarcónGalo Patricio Benavides

¿Es la interferencia un fenómeno puramente lingüístico? 57Augusto Burneo

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcadosen la sociedad y economía del conocimiento................... 75Mónica Mancheno K.

Cuatro amistades quiteñas................................................ 105Josep M. Barnadas

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A NUESTROS LECTORES

La Pontificia Universidad Católica del Ecuador, a través del Centrode Publicaciones, presenta su Revista general académica No 83,con los artículos que desarrollan temas sobre Poesía Moderna,Lingüística, Citología, Desafíos de la universidad ecuatoriana, yacerca de la Amistad; estos escritos presentan contenidos novedo-sos e interesantes, científicos y humanísticos, que ilustran el cono-cimiento, contribuyen a formar a la persona del lector, provocan enél sus respuestas personales, y le convierten así en un elementodinámico del acto comunicativo. Felicitaciones.

Al término del año 2007, valga la oportunidad para reiterar nues-tro reconocimiento a los colaboradores de nuestra revista, espe-cialmente a los que, en forma permanente y sistemática, han apor-tado en beneficio de la ciencia y de la técnica, del arte y de lasletras, de la educación…, en bien de nuestra patria, en bien de ins-tituciones como la Iglesia Católica y en ella, de nuestra queridaUniversidad.

Invitamos, pues, a los miembros de la comunidad universitaria dela PUCE, para que fortalezcan con sus artículos académicos, elreconocido valor que esta revista ha logrado, aun más allá de lasfronteras patrias.

Vaya nuestra gratitud para todas las personas e instituciones que

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colaboran directa e indirectamente, con entrega y cariño, con elCentro de Publicaciones, como es el caso de la empresa QUALITYPRINT, que imprime, con responsabilidad y técnica avanzada, estarevista y las demás publicaciones de la PUCE.

De una manera especial, presentamos un agradecimiento profundoa nuestras autoridades que, en forma incondicional, respaldan estearduo pero apasionante trabajo: al Ing. Galo Cevallos, DirectorGeneral Académico; al Ing. Pablo Iturralde, Vicerrector General; ymuy particularmente, al Doctor Manuel Corrales Pascual, S.J.,Rector de la PUCE; gracias a ellos ha sido posible el crecimientoen calidad, profundidad y profesionalismo, que han alcanzado laspublicaciones de la PUCE, como lo confirman los múltiples reco-nocimientos que nos han dispensado personas y entidades a nivelnacional e internacional.

A los miembros del Comité Ejecutivo de Publicaciones, un graciaspor su aval técnico y profesional, siempre honesto, ético, exigentey sabio, pero también ágil, comprensivo y respetuoso. Al personalde apoyo del Centro de Publicaciones, igualmente, felicitacionespor su competencia y espíritu emprendedor.

A nuestros lectores, nuestra gratitud por su interés, paciencia yacompañamiento.

Y ahora, todos, por este trabajo laborioso y digno con el que vamosconstruyendo el Reino de Dios a través del mensaje escrito, pornuestra disponibilidad en servirlo, demos gracias a quien El mismoes la Palabra eterna y el Supremo creador de la palabra. Vayan para todas las personas directa e indirectamente comprome-tidas con la Revista de la PUCE; vayan para ti, querido lector,nuestros deseos de un año 2008 lleno de prosperidad y humanis-mo.

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Que el Señor Jesús continúe guiando nuestros pasos con su luz yfortaleza divinas, y nos colme a todos de abundantes bendiciones.

Magíster Jesús Aguinaga Z.Director

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GIACOMO LEOPARDI PRECURSOR DE LA POESÍAMODERNA

A TRAVÉS DEL ROMANTICISMO

Fanny Carrión de Fierro1

INTRODUCCIÓN

Cuando leemos, aunque sólo sea traducida a nuestra lengua, lapoesía de Giacomo Leopardi, helenista, filólogo, prosista y poetaitaliano de principios del siglo XIX, no podemos evitar una sensa-ción de recogimiento y humildad. Nos sentimos incapaces de des-pejar la incógnita que representa para nosotros la alta calidad de suobra lírica, a pesar de saber que lo que hemos leído ha tocado lomás profundo e íntimo de nuestros sentimientos. Y esta sensaciónsube de punto cuando conocemos la vida y los sufrimientos delpoeta, y comprobamos que cada uno de sus poemas, tan honda-mente humanos y sinceros, debe haber sido fruto de una intensavivencia, algo así como la sangre espiritual derramada en el sacri-ficio de la creación poética.

La incógnita no se despeja con esta comprobación, pero cede antela sospecha de que la extraordinaria calidad de su poesía no puedetener otra explicación que no sea la del destino manifiesto. En efec-to, nos decimos, debió tratarse de algo más grande que la pequeñacondición humana, algo que escapa a los designios de los hombres.

REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

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1Fanny Carrión de Fierro (Quito)- Master of Arts, Universidad de California, Berkeley.Doctora en Literatura, PUCE, Quito. Es profesora de la Facultad de Comunicación,Lingüística y Literatura de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Ha enseñadotambién en varias universidades de los Estados Unidos de Norteamérica, como UCLA,Los Angeles, California, Georgetown University, Washington DC, Keene State Collage,Keene, New Hampshire y Willamette University, Salem Oregon. Escritora y crítica liter-aria, ha publicado obras de poesía, narración, ensayo y análisis literario. Ha recibido var-ios premios nacionales e internacionales de poesía y cuento.

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Leopardi debió haber estado predestinado a ser un gran poeta. Nopodía no serlo, como diría Jorge Luis Borges, quien creía que es unprivilegio llegar a conocer nuestro destino ¿Se trata entonces de “lafuerza del destino”?, nos preguntamos, parafraseando a GuissepeVerdi, compatriota y heredero de Leopardi, por el romanticismo desus óperas. Y, sin obtener respuesta a nuestra inquietud, nos vienea la mente otra cita, menos feliz que ésta, de Sigmund Freud.

No, no es posible que todo se reduzca a biología. La biología no esdestino, o por lo menos es el más modesto componente -el genéti-co- de la mágica alquimia que encarnan las intuiciones y las expe-riencias, los amores y los abandonos, los placeres y los sufrimien-tos, los éxtasis y los abismos de una sola vida humana.

Geografía puede ser destino. Historia, época, clase social, aparien-cia física pueden ser destino. Y éstos no están necesariamentedeterminados por la biología. Tal el caso de Leopardi, quien nacióhace algo más de doscientos años en el seno de una familia noblepero empobrecida, y en una época signada por guerras internas quetodavía dilucidaban la territorialidad y la identidad nacional deItalia.

Observemos a continuación algunos datos históricos, familiares ypersonales, que nos serán útiles en nuestro intento de aproximar-nos a la lírica de Leopardi. Todos ellos darán cuenta de una vida yuna obra destinadas a ejercer el papel de testimonios de la transi-ción desde la visión del mundo formada en la Ilustración, que con-sideraba la realidad como la base más importante de la experienciahumana, hacia la del Romanticismo, para la cual la imaginaciónsupera con creces a la ciencia. Leopardi ejerció, creemos, el mismopapel proteico en el desarrollo de la literatura italiana que el quetuvo Goethe en el viaje de la literatura alemana hacia elRomanticismo, o Víctor Hugo en el de la francesa. Esta afirma-ción podría sonar arriesgada si olvidáramos las diferencias entre

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las tres culturas y las tres literaturas, pero la proponemos como unrecurso para ubicar la función de la obra leopardiana en la grantarea de llevar la literatura italiana a la época moderna.

ANGUSTIA Y TERNURA EXISTENCIALES

Si bien el movimiento del “Sturm und Drang” (“Tormenta yTensión”) en la literatura alemana, contribuyó con sus propuestasestéticas a facilitar el alejamiento de Goethe del clasicismo propi-ciado por la Ilustración, es innegable que resultó natural para suintenso temperamento acoger, desde sus días de estudiante enLeipzig, la liberación de los temas y las formas de expresión queeste movimiento proponía. El viraje es evidente desde su primeranovela, Las Desventuras del Joven Werther. Víctor Hugo, en cam-bio, fue arrastrado por el torbellino de la reciente RevoluciónFrancesa hacia los terrenos de la escritura romántica.

Nada de esto tuvo lugar en el caso de Leopardi. Nacido enRecanati, una pequeña población de la región de Le Marche, situa-da en el centro este de Italia, con costas al Mar Adriático, y quepertenecía todavía al Estado Pontificio, se vio afectado desde suprimera infancia por cuatro circunstancias personales: la bellezanatural de su región, el hecho de ser conde por herencia y pobre porla poca habilidad de su padre en las cuestiones mundanas -a talpunto que era su madre quien administraba las escasas finanzasfamiliares- su debilidad física, y la monumental biblioteca de supadre.

Parecería entonces que el pequeño Giacomo hubiese nacido paracontemplar el cielo meridional y las suaves colinas de su tierradesde los amplios jardines del palacio Leopardi, al tiempo queaspiraba el perfume de las flores y escuchaba el canto de los pája-ros que poblaban la tibia pendiente que no limitaba sino el mar.Serían así el cielo y la campiña, con su hondura e infinitud hacia el

Giacomo Leopardi Precursor de la poesía modernaa través del romanticismo

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crepúsculo, los que marcarían desde entonces su visión poética.

El mayor de cinco hermanos, uno de los cuales murió a los nuevedías de nacido, disfrutó apenas de su infancia junto a ellos. Supadre, escritor y soñador, insistió en confinarlo desde sus primerosaños en la inmensa biblioteca para hacer de él un hombre de letras,como convenía a los nobles de la época. Esto no significaba que noamara profundamente a su hijo, sino que esa era la estrictez a laque estaba acostumbrado y que creía mejor para él.

Corrían tiempos difíciles. En 1797, Recanati había sido proclama-da república independiente bajo la protección de Francia. El condeMonaldo Leopardi, padre de Giacomo, luchó hasta expulsar a losfranceses y fue nombrado gobernador de la ciudad. Pero los fran-ceses volvieron y lo condenaron a muerte. Los Leopardi debieronhuir y sólo pudieron regresar cuando se revocó la sentencia, justoa tiempo para el nacimiento de Giacomo, en 1798.

Quizás por las duras circunstancias que rodearon su vida desde elmomento mismo de su llegada a este mundo, quizás por haberpasado la mayor parte del tiempo estudiando en la biblioteca, pron-to Giacomo desarrolló una joroba, defecto que habría de atormen-tarlo por el resto de su vida. Los ojos también empezaron a moles-tarlo. Irónicamente, este problema le resultó beneficioso, pues loforzó a pasar parte del día afuera, jugando y conversando con sushermanos, en especial con su hermana Paulina, con quien mantu-vo una relación de íntimo cariño y comprensión hasta el momentode su muerte. De estos primeros años data también su amistad conTeresa Fattorini, hija del cochero del Palacio Leopardi, cuya pre-matura muerte le inspiraría uno de sus más hermosos poemas: “ASilvia”.

Cualquier otro jovencito no habría sacado mayor provecho delsacrificio que implicaba el pasar inclinado sobre viejos textos pol-

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vorientos durante seis u ocho horas seguidas, o se habría vuelo unpedante insufrible. Pero Leopardi sale airoso del desafío: a los die-ciséis años es un helenista completo, habla varias lenguas, vivas ymuertas, y dedica a su padre un tratado sobre los retóricos latinosdel siglo II, un estudio crítico de la biografía de Plotino escrita porPorfirio, y una historia de la astronomía. A los diecisiete escribedos odas a la manera de Anacreonte y a los dieciocho el poema“Apressamento alla Morte” -”Aproximación a la Muerte”- dondeya se vislumbra su obsesión por aprender a apreciar la vida pormedio de su intento de comprender a la muerte.

A los diecinueve años se enamora por primera vez. En estas cir-cunstancias, nos encontramos ante un joven Leopardi enfermizo ysensible, con fuertes lazos sentimentales con las mujeres, de cuyaternura y comprensión parece depender, pero destinado casi siem-pre a tener relaciones platónicas con ellas, o a amar sin ser corres-pondido. El objeto de su primera pasión amorosa es, en efecto, unaprima suya que ya está casada y es madre.

Hacia 1819, a escasos veintiún años de edad, y a pesar de los inten-sos dolores y dificultades que le producen sus enfermedades, escri-be el primero de sus grandes poemas: “L’Infinito”. La angustia y laternura existenciales que destilará desde entonces su lírica están yapresentes en este poema, y seguirán expresándose en formas cadavez más perfectas.

Un año más tarde escribe otro poema magistral, “La Sera del dí diFesta”, donde amplía el tema de la reverencia filosófica ante lanaturaleza, ya matizado por un sutil pesimismo, e introduce uno desus símbolos favoritos: el de la luna iluminando el insondable cielonocturno. La lamentación sobre su soledad también empieza coneste poema.

En 1822, su padre le permite viajar a Roma, con dos propósitos: el

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primero, buscar una cura para su creciente miopía, y el segundo,ampliar sus experiencias y conocer el ambiente intelectual de unagran ciudad. Pocos meses después, Giacomo regresa a casa decep-cionado: el ambiente de Roma le ha parecido deprimente y suenfermedad ha empeorado. En Recanati, sin embargo, se agudizansus sufrimientos. Durante los tres años siguientes casi no puedeleer y todo le parece fúnebre y sin esperanza. Hay un solo consue-lo en medio de tanto pesimismo: se publica en Bolonia su colec-ción de poemas Versi, en 1824. Algunos viajes más, a Florencia,Pisa, Bolonia, Milán y Nápoles, de donde no regresará a Recanati,llenan los escasos trece años que le quedan de vida.

A pesar de todo, Giacomo ha seguido escribiendo. Sus trabajos enprosa, tales como comentarios, memorias, estudios críticos entreotros, y una biografía imaginaria donde el autor se confunde con elbiografiado ficticio, le han dado fama por su forma y espíritu clá-sicos, no exentos sin embargo de novedades sentimentales. En1828, luego de una estadía en Florencia, se instala en Pisa, dondetrata de buscar algo de tranquilidad y escribe varios de sus poemasmás famosos, como “A Silvia”, que hemos nombrado antes. Lacalma, sin embargo, le es esquiva y regresa a Recanati. Allí pasados años terribles. Algo sordo y medio ciego, torturado por inten-sos dolores que no le permiten ni siquiera conciliar el sueño, enguerra consigo mismo y con todo y todos, con la sola excepción desu hermana Paulina, sale de Recanati, a donde jura no regresarjamás.

El año de 1831 lo encuentra en Roma, más sosegado y contento,pues se publica la primera edición de su segunda colección depoesía, Canti. Este libro extiende su fama por toda Europa. El añoanterior ha conocido a Fanny Tozzeti Targioni, quien le ha inspira-do hermosos poemas, como “Pensiero Dominante”, donde presen-ta una imagen idealizada de la mujer, que pronto se derrumbará porlos desaires de Fanny. En 1833 se traslada a Nápoles, en compañía

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de su amigo Antonio Ranieri, donde permanece hasta su muerte.En 1834, una selección de sus obras filológicas es traducida alalemán y publicada en Bonn.

Aunque acosado por sufrimientos físicos y emocionales, Leopardicontinuará escribiendo hasta el fin, especialmente poesía. De susúltimos años data el poema considerado por muchos críticos comosu obra maestra : “La Ginestra”, largo diálogo filosófico con esaflor humilde y campesina, la retama, y “A sé Stesso”,(A Sí Mismo)poema que puede considerarse como su testamento poético. La lec-tura de éstos y otros poemas nos permite afirmar que la obra poé-tica de Leopardi muestra una sensibilidad romántica y formas nue-vas o renovadas de escribir, aunque su genio lo coloca por encimade toda clasificación.

En los poemas mencionados están presentes algunas de las carac-terísticas del Romanticismo, las cuales definen a Leopardi comoun poeta moderno y adelantado a su tiempo. Nombremos las másimportantes:

- novedad y fuerza del ritmo- poca atención a la rigidez retórica- exaltación de la individualidad- libertad y originalidad en el tratamiento del tema- importancia del detalle local

Pasemos ahora a estudiarlos. En ellos encontraremos estos rasgosestéticos y también la evolución de su temática, desde el amor alabsoluto hasta el acercamiento a la muerte, más allá de cualquierpesimismo.

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DEL AMOR AL INFINITO AL VENCIMIENTO DE LAMUERTE

Sin estridencias, pero con la búsqueda y el encuentro de la palabray la imagen indispensables, Leopardi logró a través de su poesíarendir un tributo a la vida, a pesar de que a primera vista pareceríaque se estaba sometiendo a la muerte, es decir al reconocimientode la fugacidad de la existencia y de la futilidad de todo esfuerzohumano. Y todo esto con una perfección estilística pocas vecesigualada.

“L’Infinito” debe ser el poema más traducido de Leopardi. En ellibro L’Infinito nel Mondo constan ciento veinte traducciones a 27idiomas diferentes, entre ellos el latín, el griego clásico y el moder-no, el gaélico, el catalán, el sánscrito, el japonés, el macedonio, elamarico y un dialecto del mozambiqués. Las lenguas con mayornúmero de traducciones son el francés, con 23 -dos de las cualesson del mismo traductor-, el español, con 14, y el alemán y elinglés, con 12 cada una. Otro dato interesante que se encuentra eneste libro son las dos versiones manuscritas del autor, en cada unade las cuales ha escrito al principio del penúltimo verso“Immensitá”, para luego tachar esta palabra y sustituirla por“Infinitá”. A continuación se presentan cuatro versiones impresasdel poema, en las cuales hay ligeras variaciones de puntuación,además de que dos de ellas ponen “Immensitá” y las otras dos“Infinitá”. En la parte final del libro se rinde un homenaje aLeopardi, con tres comentarios sobre su obra, todos de escritoresfamosos de su época o algo posteriores a ella: el filósofo alemánSchopenhauer, el poeta francés Alfred de Musset y el poeta inglésWilliam E. Gladstone. También es interesante, en esta sección, unacolección de poemas inspirados por la poesía leopardiana, entre losque se destacan dos del gran poeta español de la Generación del27, Jorge Guillén, escritos hacia mediados del siglo XX. Es tandifícil contentarse con la traducción de un poema, y no porque

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algunas traducciones no sean excelentes, sino porque, en el casoque nos ocupa, Leopardi escribió muy a su manera, es decir queusó los recursos de su lengua -a la que tanto amaba y conocía- deuna forma tan propia y personal, que algunos de sus poemas resul-tan muy difíciles de traducir. Si hemos de creer en el aforismo ita-liano de “traduttore, traditore”, tendremos que aceptar que, almenos en el caso de la poesía de Leopardi, hay momentos en quela única forma de traducirla es traicionándola, aunque sólo sea unpoco. En el presente trabajo voy a usar mis propias traduccionesdel italiano.

En “L’Infinito”(El Infinito)(Kay 272), la idea de infinitud se con-funde con la de un horizonte que sólo termina en el cielo o en elmar. Este es un recurso frecuente en la poesía de Leopardi, el deatribuir a la naturaleza finita las características de la eternidad infi-nita, al tiempo que la considera tanto su aliada como su enemiga,como en los primeros versos del poema, donde plantea el contras-te de que la colina nos permite e impide al mismo tiempo la con-templación del horizonte. La visión llegaría hasta el mar, si nofuera por la particular topografía que el poeta contempla, sentado,desde su jardín. He aquí una manera muy individual de proponer laidea de que la imaginación puede vencer a la realidad. En efecto,en la segunda parte, el poeta decide que puede imaginar:

el espacio interminable que surge más allá,y el sobrehumano silencio,y la más profunda quietud, donde el corazónpor poco no se aterra ...

Está listo así para las originalísimas asociaciones de sonido y silen-cio, tiempo y espacio, presente y absoluto, vida y muerte, mar e infinitud, devenir y eternidad:

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.................Y mientras el vientooigo rugir entre estas plantas, voy comparandoese infinito silencio con esta voz. Y recuerdo lo eterno,y las muertas estaciones, y la presente y viva, ............................

................. Así, tras estainfinitud se hunden mis pensamientos,y el naufragar me es dulce en este mar.(Los subrayados son míos)

En cuanto a la forma, además de la economía del estilo, los conti-nuos encabalgamientos, que intentan romper, sin conseguirlo, elnovedoso ritmo del poema, contribuyen a hacer de éste una obraacabada. Otro recurso usado magistralmente es el contrapunto desonidos que entrega contrastes de sentidos. Nótese, por ejemplo,algo que señala el crítico y traductor de Leopardi, John F. Nims(Burnshaw 277): el uso de “queste” (este) para la visión cercana,frente a “quelle” (ese-aquel) para referirse a lo infinito, como en “ese infinito silencio” y “esta voz”. Estos recursos, combinados conimágenes únicas y términos cuidadosamente seleccionados, sonlos más explotados por Leopardi, para lograr la impecable perfec-ción estética de sus poemas.

El mismo tema filosófico poético de la contemplación de la vida,toma un giro más personal y pesimista en “La Sera del dí di Festa”(La Noche del Día de Fiesta) (Kay 273). Una técnica ya presenteen “El Infinito” se observa también en este poema: la profundidaddel pensamiento se comunica por medio de formas aparentementesencillas. Nótese, por ejemplo, la ninguna ostentosidad del primerverso:

dulce y clara es la noche y sin viento

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donde, sin embargo, el sonido y el ritmo dan fuerza al sentido.Aunque el efecto es evidente en el original italiano, se nota tam-bién en la traducción española. El poema empieza con tres palabrasgraves donde dominan los sonidos vocálicos,

dolce - chiara - notte dulce - clara - noche

los cuales terminan como en un eco en el sonido “en” de las dosfinales:

senza - vento sin - viento

Esta suavidad prepara la visión de la amada, quien descansa luegode disfrutar del día de fiesta:

Duermes, y el fácil sueño te recibeallá en tu quieta estancia y ninguna premura te corroe,...............................

la cual contrasta con la lamentación sobre la dureza de su destino,que sigue:

............................................Duermes. Yo me apresto a saludar este cielo,que benigno aparece, y a la antigua naturaleza omnipotente que me creó para el dolor.Te niego a ti la esperanza, me dice, hasta la esperanza,y tus ojos jamás brillarán sino de llanto..............................................

Otro efecto sonoro que se nota enseguida, aun sin conocer a fondo

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la lengua italiana, es el contraste en el título entre

dí (día) y di (de)

recurso aparentemente modesto hasta que nos damos cuenta que lapalabra más común para “día” en italiano es “giorno”, la cualsaldrá en la lamentación sobre lo terrible de su juventud:

......... Oh giorni orrendi ........ Oh días horrendos y más adelante, donde se contrastan, con una connotación aún máspeyorativa, los dos términos:

...... Ecco é fuggito/il dí festivo, ed al festivo il giornovolgar succede .........

..... He aquí que ha fugado/el día de fiesta/ y a la fiestala jornada vulgar sucede .....

Lo más impactante de este contraste reside en que sirve para intro-ducir la última parte del poema, más universal y más personal almismo tiempo:

...................... ¿Dónde está ahora el sonidode tantos pueblos antiguos? ¿dónde el gritode nuestros antepasados ilustres, y el granimperio romano, y las armas, y el fragor del combatepor la tierra y los mares? ...................................................

Estas lamentaciones recuerdan las del poeta español JorgeManrique, en su famoso poema “Coplas a la Muerte de su Padre”.El mismo dolor ante la fugacidad de la vida y la certeza de la muer-te, y la misma esperanza de que hay algo más allá de la materia:

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Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar,que es el morir.Allá van los señoríosa se acabary consumir. (Burnshaw 162)

dice Manrique. Leopardi cierra en cambio su poema con un íntimolamento:

En mi edad primera, cuando el día festivo se espera con fervor, y cuando pasa,yo, dolorido e insomne, me hundo en la almohaday en la alta noche escucho morir un cantoen lontananza, poco a poco.Y de la misma manera se me oprime el corazón.

Aunque la luna ha hecho una breve e importante aparición al prin-cipio de este poema, es sin duda un leit motif en sus poemas. Existeun poema dedicado sólo a ella: “Alla Luna” (Kay 275). En él sepropone que hasta el recuerdo de los sufrimientos pasados puedealiviar el dolor del presente, especialmente en nuestra juventud,cuando, “el camino de la esperanza es largo y el de la memoriacorto”.

Pasemos ahora a estudiar el poema “A Silvia” (Kay 276), endonde, en contraste con el simbolismo nocturno de “A la Luna”,abundan las comparaciones entre la frescura de la joven compañe-ra de infancia, cuya muerte lamenta el poeta, y la belleza y brillan-tez de un día de mayo. Nótese que el nombre de la joven que ins-piró este poema, escrito sin embargo diez años después de su muer-te, ha sido cambiado al de Silvia, probablemente para identificar-lo con la naturaleza de Recanati.

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El tema de la remembranza de la vida de una joven segada por lamuerte, ha sido frecuente entre los poetas modernos. Recordemos,por ejemplo, el poema de Edgar Allan Poe, “Anabel Lee”, o la her-mosa canción del folclor latinoamericano “Alfonsina y el Mar”, enmemoria de la poeta argentina Alfonsina Storni.

“A Silvia” puede tomarse como un ejemplo de la simplicidad delestilo de Leopardi, quien, sin juegos ni sutilezas intelectuales,logra crear un poema de gran fuerza lírica, por medio del encuen-tro de la palabra precisa y la melancólica cadencia del ritmo. Estambién interesante anotar que tiene la forma de la oda, a la mane-ra de Dante o Petrarca, pero de una oda liberada de los rigores clá-sicos, tanto en la rima como en el ritmo. Aunque mantiene la com-binación de versos de once y siete sílabas, no sigue la norma en lalongitud de las estrofas. De ahí que este poema es un precursor del“verso libre”, que se inició en la poesía occidental a fines del SigloXIX.

El poeta empieza dialogando con la niña como si ella todavía loestuviera oyendo, y la califica como “ligera y pensativa”, en uncontraste que delata tanto su juventud como el presentimiento desu muerte. El diálogo avanza, en “crescendo”, a lo largo de lasvarias partes del poema. El recuerdo de la vida común de la infan-cia da paso a la evocación de la intensidad de sus sentimientos,

Miraba el sereno cielo,los dorados caminos y los huertos,y a este lado el mar lejano,y en ese la montaña.No hay lengua mortal que diga lo que en mi seno sentía.

para luego arribar a la lamentación sobre su doloroso destino:

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Ay, naturaleza, naturaleza,¿por qué no cumples hoytus promesas de entonces?

la cual será reiterada, en una especie de contrapunto musical, conuna nueva evocación de la joven muerta:

Antes que el invierno blanqueara los arbustos,abrumada y vencida por oculta enfermedad,pereciste, tierna niña, y no llegaste a verla flor de tus años ......

la que a su vez precederá a otra reflexión filosófica:

¿Es así el mundo? ¿así las delicias, el amor, los trabajos,los hechos de los que tanto hablamos?

rematada luego por la final evocación de la difunta:

Al llegar la verdad,infortunada, tú caíste; y con tu manola fría muerte y la tumba desnudadesde lejos señalaste.

“A sé Stesso” (A sí Mismo) (Kay 288) condensa, en una conversa-ción con su propio corazón, la temática pesimista del poeta sobrela condición mortal del ser humano, quien, a pesar de todo, pareceestar destinado para algo trascendente, más allá de esta tierra“indigna” del sufrimiento de su espíritu. Leopardi, como ser huma-no “sentimental, sensible y sensitivo”, como diría Rubén Darío, noha abandonado la búsqueda de lo inmortal, y ha comprendido quela liberación llega solamente cuando dejamos de desear, es decircuando aceptamos nuestro destino. Con un tono bíblico, que

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recuerda a Salomón, afirma: ................................................. Ha muerto el extremo engaño que yo creía eterno.Ha muerto, bien lo siento. Se ha extinguidoen nosotros no sólo la esperanzade caras ilusiones, sino el deseo de ellas.......................................

..... A nuestra raza el destinono le ha dado sino el morir. Desprecia ahoraa la naturaleza, brutal poder que, cruel, el daño universal impartey la infinita vanidad de todo.

CONCLUSION

A través de esta breve aproximación a la poesía de Leopardi,hemos podido vislumbrar el extraordinario papel precursor de laobra de este inmenso poeta, quien, con la humilde certeza delgenio, dejó señalado el camino que recorrería la poesía occidentalhasta nuestros días. Su angustia existencial marcaría la posturaromántica que proclamaba la libertad para ser uno mismo, paracrear belleza sin ataduras, y para encontrar la razón de la vida másallá del tedio, el dolor universal y la muerte inevitable. La origina-lidad de su mensaje y el poder de sus símbolos se repetiría en elazul infinito de los simbolistas franceses y los modernistas hispa-noamericanos. Su lírica iniciaría la exaltación de la ilusión, elamor, el sueño y la emoción, como ingredientes de nuestra conti-nua catarsis frente al doloroso proceso de vivir, así como la afir-mación de la irrenunciable dignidad de la condición humana. Raravez se ha escuchado una voz poética de tan genuina calidad y tansostenido aliento. Aunque su genio es imposible de trasmitir, susnuevas técnicas han influido en muchos de los poetas que le siguie-

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ron.

Innumerables olas habrían de abatirse sobre las playas del mundo,antes que éste llorara los infortunios de la joven amante de “LaTraviata”, de Verdi, o escuchara con devoción los versos de JorgeLuis Borges, el argentino del destino manifiesto, sobre los amoresno correspondidos y la dádiva simultánea de la ceguera y la biblio-teca interminable:

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.¿Qué dios detrás de Dios la trama empiezade polvo y tiempo y sueño y agonías? (Borges 19)

Y las intuiciones amorosas de Octavio Paz, el mexicano universal:

Amaneceen la noche del cuerpo.Allá adentro, en mi frente,el árbol habla.

Acércate ¿lo oyes? (Paz 137)

Y los geniales juegos semántico-sonoros de Federico García Lorca,el romancero de los gitanos españoles:

Verde que te quiero verde.Verde viento. Verdes ramas.El barco sobre la mary el caballo en la montaña. (Burnshaw 238)

Y las imágenes luminosas y perfectas de Jorge Carrera Andrade, elecuatoriano universal:

Aire de soledad, dios transparenteque en secreto edificas tu morada

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¿En pilares de vidrio de qué flores?¿sobre la galería iluminada de qué río, qué fuente? (Carrera Andrade 368)

O la invencible ternura de la invencible chilena Gabriela Mistral:

Piecesitos de niño,azulosos de frío,¡cómo os ven y no os cubren,Dios Mío! (Mistral 87)

O el romanticismo puro y gozoso ante la belleza de la naturalezaandina del ecuatoriano Remigio Crespo Toral:

Cercada de espadañas, la lagunacopia el nevado disco de la luna.................................Flores y hojas llevadas por despojosdel torrente en cascadas se despeñan.

(Rodríguez Castelo 158)

O el intenso presentimiento de que el contrapunto de la vida y lamuerte es el mismo que el del amor y el abandono de César DávilaVásquez, el ecuatoriano tan cercano al destino manifiesto deLeopardi:

Tú, en el hombro desnudo del arroyo en la espuma,y en el aguijón lento del sonido en el sueño.En el temblor concéntrico de los lagos heridosy en el sepulcro errante de las voces que fueron.

(Rodríguez Castelo 354)

O la misma apasionada contemplación de la naturaleza que hizo aLeopardi exaltar su amado silencio y su invencible belleza del

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ecuatoriano Francisco Tobar García:

En el bosque lejano, donde la voz purísima desbandaesa legión de insectos y dorados papeles,en esa lejanía antes pobladapor ángeles y bestias, por caballos alados,unicornios y dulces criaturas de aurora,vuelve a escucharse este silencio repetido.

(Rodríguez Castelo 400)

O la humilde e íntima certeza de que la paz puede vencer los pesa-res y las soledades de la vida de la ecuatoriana Ileana Espinel:

Era un ángel de tierra el viento iluminadoque me azotaba el lápiz y los años.Era leve mi blanca soledad sin reproches.Y la paz iba en mícomo esta larga cabellera oscuraque acompaña mi sien a todas partes.

(Rodríguez Castelo 431/32)

En toda esta belleza, la de la música y la de las palabras, la de lasimágenes y las intuiciones, la del gozo de vivir y el misterio demorir, Giacomo Leopardi, de una u otra insospechada manera, estápresente.

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REFERENCIAS

Asociación Nacional Marchigiani de Venezuela, GiacomoLeopardi, Caracas, Ediciones Leopardianas, 1993.

Borges, Jorge Luis, Nueva Antología Personal, Buenos Aires,EMECE, 1971.

Burnshaw, Stanley ed., The Poem Itself, New York, Simon andSchuster Inc., 1989.

Carrera Andrade, Jorge, Obra Poética Completa, Quito, Casa de laCultura Ecuatoriana, 1976.

Centro Nationale di Studi Leopardiani, L’Infinito nel Mondo,Recanati, CNSLR, 1996.

Kay, George ed., The Penguin Book of Italian verse, Middlesex,Penguin, 1960.

Mistral, Gabriela, Desolación, Buenos Aires, EMECE, 1963.

Paz, Octavio, Arbol Adentro, Barcelona, Seix Barral, 1987.

Rodríguez Castelo, Hernán, Antología de la Poesía Ecuatoriana,Bogotá, Editorial Printer Colombiana Ltda.. 1985.

Studi Leopardiani, Leopardi e la Cultura Spagnola, Franco Foschied., Recanati, 1991.

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APÉNDICE

TRADUCCIÓN DEL ITALIANO AL ESPAÑOL DE CINCOPOEMAS

DE GIACOMO LEOPARDI

Por Fanny Carrión de Fierro

L’Infinito

El Infinito

Siempre caro me fue este yermo colladoy esta espesura, que en parte excluyedel último horizonte la mirada.Y sentado y mirandofinjo en mi pensamientoel espacio interminable que surge más allá,y el sobrehumano silencio,y la más profunda quietud, donde el corazónpor poco no se aterra. Y mientras el vientooigo rugir entre estas plantas, voy comparandoese infinito silencio con esta voz.Y recuerdo lo eterno,y las muertas estaciones, y la presente y viva, y sus sonidos. Así, tras esta infinitud se hunden mis pensamientos,y el naufragar me es dulce en este mar.

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La Sera del dí di Festa

La Noche del Día de Fiesta

Dulce y clara es la noche y sin vientoy callada sobre los techos y los huertosse posa la luna, y revela en lontananzalas montañas. Señora mía,ya está el silencio en cada sendero,y en los balconesla lámpara nocturna brilla a veces.Duermes, y el fácil sueño te recibeallá en tu quieta estancia,Y ninguna premura te corroe,ni sabes ni sospechas la herida que me abriste en la mitad del pecho.Duermes; yo me apresto a saludar este cieloque benigno aparece, y a la antigua naturaleza omnipotenteque me creó para el dolor.Te niego la esperanza, me dice, hasta la esperanza,y tus ojos jamás brillarán sino de llanto.Este día fue de fiesta. Túde tus juegos reposas, y quizá recuerdasa cuántos agradaste y cuántos te agradaron. Pero yo no, ni puedoesperar acceder a tu mente. Entretanto, me pregunto cuánto me queda por vivir. Y entoncesme arrojo al suelo, y grito y tiemblo. Oh días horrendos en edad tan verde. Y escucho en el caminono lejano el solitario canto

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del labrador que en la noche regresa,después de solazarse, a su pobre morada;y mi corazón se oprime ferozmenteal pensar cómo todo en este mundo pasay no deja casi huella. He aquí que ha fugado el día de fiesta,y a la fiesta la jornada vulgar sucede,y el tiempo arrebata todo humano accidente.¿Dónde está ahora el sonidode tantos pueblos antiguos? ¿dónde el gritode nuestros ilustres antepasados? ¿Yel gran imperio romano? ¿y las armas y el fragor del combate por la tierra y los mares?Todo es paz y silencio, y todoen el mundo reposa, y ya no se habla de eso.En mi edad primera, cuando el día de fiesta se espera con fervor, y cuando pasa,yo, dolorido e insomne, me hundoen la almohada, y en la alta nocheescucho morir un cantoen lontananza, poco a poco,y de la misma manera se me oprime el corazón.

Alla Luna

A la Luna

Graciosa luna, recuerdo que, hace casi un año, sobre esta colinayo venía, lleno de angustia, a mirarteotra vez: y tú te erguías sobre los bosques,

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como ahora, y hacías brillar todo con tu luz.Pero húmeda y temblorosa aparecíasa mis ojos, por mis lágrimas, pues dura era mi vida: y lo es, no cambia aún,oh mi querida luna. Y sin embargo,recordarla y revivirla a través de los añosme consuela el dolor. Cuán grata es,en nuestra juventud, cuando el camino de la esperanzaes largo y el de la memoria corto, la remembranzade las cosas pasadas, aunque tan triste,y con el dolor presente todavía.

A Silvia

A Silvia

Silvia, ¿recuerdas todavía aquel tiempo de tu vida mortal,cuando la belleza brillabaen tus ojos esquivos y risueños,y tú, ligera y pensativa, los límitesde la juventud sobrepasabas?

En las quietas estanciasy caminos cercanos resonabatu perpetuo canto, cuando, dedicada a las labores femeninas,te sentabas, tan feliz del alegre porvenir que imaginabas.Era mayo oloroso: y tú solíasasí pasar el día.

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A veces, yo, interrumpiendolos amables estudios y las afanosas notasdonde dejé mis días primerosy lo mejor de mí,desde los balcones de la mansión paterna,giraba mis oídos hacia el sonido de tu voz,y a la mano velozque atravesaba la tela fatigosa.Miraba el sereno cielo,los dorados senderos y los huertos,y a este lado el mar, y en ese la montaña.No hay lengua mortal que decir puedalo que en mi seno sentía.

¡Qué suaves pensamientos,qué esperanza, qué cantos, Silvia mía!Cuán fáciles lucíanla vida humana y el destino.Cuando recuerdo tantas esperanzas,un sentimiento, amargo y desolado,me oprime,y me vuelve a doler mi desventura.Ay, naturaleza, naturaleza,¿por qué no cumples hoytus promesas de entonces? ¿por qué tantos engaños para tus hijos?

Antes de que el invierno blanqueara los arbustos,abrumada y vencida por oculta enfermedad, pereciste, tierna niña. Y no llegaste a verla flor de tus años;tu corazón no se alivió con el dulce halagopor tus negros cabellos,o tus miradas amorosas y esquivas;

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ni te hablaron de amor en los días festivos.

Así murió muy prontomi esperanza tan dulce;así a los años míosel destino les negótambién la juventud. Y cómo,cómo pasaste,querida compañera de mi edad temprana mi llorada esperanza.¿Es así el mundo? ¿así las delicias, el amor, los trabajos,los hechos de los que tanto hablamos?Al llegar la verdad, Infortunada, tú caíste; y con tu manola fría muerte y la tumba desnudade lejos señalaste.

A Sé Stesso

A Sí Mismo

Ahora descansarás para siempre,cansado corazón mío. Ha muertoel extremo engaño que yo creía eterno.Ha muerto, bien lo siento. Se ha extinguidoen nosotros no sólo la esperanzade caras ilusiones, sino el deseo de ellas.Descansa para siempre. Has palpitado tanto. Nadapuede pagar tu agitación, ni de tus suspiroses digna la tierra. Amargura y tedio

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Fanny Carrión de Fierro

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es la vida, nunca nada más, y fango el mundo.Aquiétate ahora. Desespera por la vez postrera. A nuestra raza el destinono le ha dado sino el morir. Desprecia ahoraa la naturaleza, brutal poder que, cruel, el daño universal impartey la infinita vanidad de todo.

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Giacomo Leopardi Precursor de la poesía modernaa través del romanticismo

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CITOLOGÍA DE LESIONES BENIGNAS DE GLÁNDULATIROIDEA

Emma Lucila Vásconez1 , Guillermo LópezAlarcón2, Galo Patricio Benavides3

RESUMEN

La apariencia clínica de pacientes con nódulo tiroideo no muestradatos definitivos que permitan diferenciar entre benignidad ymalignidad. A los datos clásicos de historia clínica, palpación,gamagrafía y ecografía, se ha sumado la citología por punciónespirativa de aguja fina como una clave para la investigación pre-operatoria de lesiones tiroideas.

A pesar de las discrepancias con la histopatología al momento de

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REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

1 Emma Vásconez Pazmiño (Quito) Lcda. en Histocitología de la Pontificia UniversidadCatólica. Quito. Fue profesora de la Cátedra de Histología en la Facultad de CienciasMédicas, Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Central, ha publicado unainvestigación sobre Expresión de Telomesara y Ki67 en biopsias de cérvix en revista deSolca-Quito, y sobre Teratoma tiroideo en revista del Hospital Eugenio Espejo (Quito),labora en el departamento de Patología del Hospital Enrique Garcés (Quito). 2 Guillermo López Alarcón (Quito), Master en Anatomía Patológica, UniversidadFederal de Rio de Janeiro-Brasil, Doctor en Medicina y Cirugía, Universidad Central delEcuador. Ha sido profesor del Post grado en Patología para la Universidad Central delEcuador, docente en las Licenciaturas en Laboratorio y Citología de la UniversidadNacional de Chimborazo y la PUCE. Ha publicado múltiples trabajos científicos en man-uales y revistas científicas nacionales, así como participaciones como expositor y profe-sor en varios cursos y congresos nacionales y Latinoamericanos. Se desempeña comoCitopatólogo de SOLCA Núcleo de Quito, actualmente como Jefe del Sevicio (E).3 Galo Benavides Ortega (Quito) Lcdo en Histocitología de la Pontificia UniversidadCatólica. Quito. Fue profesor de las Cátedras de Histología y Técnicas Histológicas de laFacultad de Ciencias Médicas, Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Central,ha publicado una investigación sobre Expresión de Telomesara y Ki67 en biopsias decérvix en revista de Solca-Quito, panelista en congreso de Citología en Chile, labora enel Departamento de Patología de CEMOPLAF. Quito.

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la correlación diagnóstica, es recomendado combinar estos méto-dos para el diagnóstico de enfermedades tempranas, de esta formase busca la más apropiada vía para el tratamiento de lesionesnodulares de glándula tiroidea.

Nuestro trabajo es una recopilación bibliográfica de lesiones pre-sentes en la glándula para que este al alcance de estudiantes o pro-fesionales con poca o ninguna experiencia en estudios de citologíatiroidea.

Palabras claves: Citología tiroidea, nódulo, lesión, punción conaguja fina.

SUMMARY

The clinical appearance of patients with thyroid nodules does notdefinite data which might permits differentiate between benign andmalignant lesions.Considering information taken from the clinical files, whichincludes palpation, Gammagraphy and Ecography, besides cyto-logical needle aspiration done with thin needle as a clue during theprevious pre-operative diagnostic of thyroid lesions.

Despite of discrepancies with histopathological studies is recom-mendable to use a confirmation of these types of studies mentionedabove for early detection of premalignant thyroid lesions.

Our investigation is based on bibliographic research about benignlesions within the gland to be easily reached and identified by thestudents and professionals with none or little experience.

Key words: Cytology thyroid, nodule, lesion, needle aspiration.

Emma Lucila Vásconez, Guillermo López Alarcón, Galo Patricio Benavides

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INTRODUCCIÓN

El diagnóstico de nódulos tiroideos, usando la aspiración con agujafina, fue reportado inicialmente por Martín y Ellis en 1930(1).Posteriormente, la experiencia Europea demostró que la aspiraciónes una herramienta útil en el diagnóstico entre benignidad y malig-nidad tiroidea. La PAAF, como método de estudio de tiroides, fuedesarrollada en Suecia en 1950, como protocolo en pacientes conpatología tiroidea; varias décadas de experiencia ganaron la acep-tación del método en Norte América (2); actualmente las aplica-ciones de esta técnica incluyen: Diagnóstico de neoplasias malig-nas, valoración del bocio nodular, seguimiento de pacientesexpuestos a radiaciones en el cuello, y vaciamiento terapéutico delesiones quísticas (3).

Punción aspirativa por aguja fina (PAAF) es un procedimientodiagnóstico plenamente establecido en el tamizaje de nódulostiroideos y proporciona un excelente valor predictivo. Es positivocuando se compara con otros métodos. El impacto de esta técnicaha resultado en la disminución de innecesarias intervenciones en“nódulos fríos” y también en el incremento de hallazgos malignosen nódulos tiroideos resecados quirúrgicamente (4,5,6,). El por-centaje de tiroidectomía ha bajado en un 25%, mientras que el cán-cer en especímenes quirúrgicos tiroideos se ha incrementado del15% al 30% (7).

Cuando en la literatura se comparan la PAAF con el examen tran-soperatorio de tiroides, la sensibilidad de la citología es superior:65% para citología y 50% para congelación; en cambio, la espe-cificidad de la PAAF es de 82%, siendo de 100% la del estudiotransoperatorio (8). La baja sensibilidad de la congelación exponea los pacientes al riesgo de una reintervención quirúrgica, que debeser evitada al máximo por su costo y morbilidad. La PAAF usadacomo método de tamizaje tiene particular atención en evitar los fal-

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sos negativos, aún a expensas de aceptar ocasionales falsos positi-vos.

La técnica de PAAF de tiroides como ninguna otra en el campo delas imágenes citológicas, está llena de variables que influyen en lacorrecta interpretación de los hallazgos. Las experiencias en dife-rentes hospitales varían en extremos que van desde bajas tasasdiagnósticas del 20%, hasta otras de cerca del 90%. (9)

El abordaje del órgano es simple cuando los nódulos son palpables,de todas maneras el apoyo con sistema de imagen ultrasonográficaes ideal y permite la punción de lesiones pequeñas (menos de 1cm), así como realizar el diagnóstico de carcinoma tiroideo oculto(10).

La unidad estructural de la glándula es el folículo tiroideo, unacavidad esférica tapizada de células epiteliales que contienen unasubstancia eosinófila, el coloide; las variaciones de estos elemen-tos caracterizan las diferentes entidades a ser diagnosticadas (11).La glándula tiroides es ricamente vascularizada lo que frecuente-mente dificulta la exploración e interpretación de los extendidos.

Durante la última década, la confianza en la aspiración de tiroidesha crecido considerablemente y la PAAF emerge como el métodomás idóneo para el manejo de la patología tiroidea nodular. Elnódulo tiroideo es usualmente una lesión benigna que afecta apro-ximadamente 4-7% de la población adulta, sin embargo, el cáncertiroideo ocurre en aproximadamente 10-20% de esos casos (12).

La PAAF de tiroides es rápida, sin complicaciones, de bajo costo ypermite además disminuir, en forma sustancial, el número decirugías traumáticas por su fácil acceso.

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En la literatura se exponen como referencia los siguientes porcen-tajes para diagnóstico citológico: inadecuado (24%); benigno(37%), indeterminado (18,6%); sospechoso (18,6%); maligno(1,3%). Se recalca además que si existe sospecha clínica o ultra-sonográfica de neoplasia y el aspirado reporta cualquiera de las 3primeras categorías, la escisión quirúrgica debe ser realizada detodas maneras (16).

En la categoría de indeterminadas se observan patrones foliculares,sin cumplir con todos los criterios de neoplasia, como son mues-tras con escaso coloide, oncocitos o lesiones linfoides que se orien-tan a ser benignas más que neoplásicas.

Las sospechosas cumplen los criterios de neoplasia folicular: ati-pias leve o moderada, coloide escaso o ausente. (17).

Cuando se calcula en SOLCA Núcleo de Quito, el valor predictivopositivo (VPP) de la PAAF de tiroides, comparando citología condiagnóstico histopatológico, tenemos que para el carcinoma papi-lar es del 88,2 %, para el bocio, un valor más bajo, 65%, lo quecorrobora el hecho de que en PAAF de tiroides el índice más reve-lador son los falsos negativos, ya que la especificidad de la pruebaes alta (mayor del 90%), aunque la sensibilidad es baja (70%) (18).

Otro de los problemas corresponden a los “Sospechosos de malig-nidad “ que tienen un rango del 19% del total de los diagnósticos,en estos casos se debe considerar siempre la posibilidad de tumormaligno (55%), seguido de bocios y adenomas con un 16% cadaentidad del total de los “sospechosos”. Cabe indicar que el valorpredictivo postivo de la “congelación” transoperatoria tiroidea enSOLCA es del 87%, por tanto menor que el de la PAAF y que todoslos carcinomas foliculares se diagnosticaron en “diferido”.

La ayuda ecosonográfica en nódulos pequeños o profundos es

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importante y ayuda a evitar cirugías innecesarias así como a detec-tar malignidad en estadio precoz. La limitación que existe inclusi-ve usando ultrasonografía de alta resolución es el diagnóstico dife-rencial de adenoma folicular con el carcinoma folicular, en el quelos criterios y evidencia histológica de invasión capsular o vascu-lar no pueden ser proporcionados por citología, aunque la conduc-ta quirúrgica de la Neoplasia folicular (que incluye a las 2 citadasentidades) está formalmente indicada (19,20).

Las punciones de tiroides no deben ser realizadas en la primeralínea de investigación, sin la información suficiente de datos delpaciente, función glandular y medicación utilizada. El procedi-miento de punción se realizará al final de la batería de exámenesde gabinete, después de las pruebas de captación gammagráfica yultrasonido, ya que la introducción de la aguja y la maniobra aspi-rativa probablemente influirán en los resultados de la pruebas cita-das.

Los resultados inadecuados varían en la literatura del 3 – 28%(21), los falsos negativos pueden ser reducidos significativamentesi se consideran estrictos parámetros para valoración del espéci-men. Cinco o seis grupos de células foliculares bien preservadas,de al menos 10 células cada uno.

Otros autores consideran muestra adecuada en PAAF de tiroides, lapresencia de 8-10 fragmentos de células foliculares bien preserva-das en al menos 2 frotis (22).Los quistes revelan casi siempre una menor celularidad. Se requie-ren experiencia y una cercana comunicación entre el clínico y elcitopatólogo, para disminuir el volumen de resultados inadecua-dos. La histopatología indica que el 98% de estos casos corres-ponden a lesiones benignas.

Varios estudios muestran un efecto directo entre la experiencia del

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aspirador y el promedio de citologías insatisfactorias (23)

La PAAF de tiroides ha ganado aceptación como método para dis-tinguir entre nódulos neoplásicos y no neoplásicos, estos últimoscomprenden nódulos adenomatosos o coloides, generalmente en elcontexto del bocio multinodular y no requieren cirugía. En estoscasos, la terapia supresiva con levotiroxina se usa con eficacia con-troversial. Si un nódulo crece o mantiene constante su tamañodurante la terapia se considera a este autónomo y potencialmenteneoplásico (24,25).

En otros casos en que la diferenciación entre nódulo adenomatosoy neoplasia folicular presenta dificultad a la interpretación citoló-gica, se recomienda terapia supresiva con repetición de la punción(26)

Las tiroiditis subagudas presentan cuadros citológicos variables,presumiblemente porque los aspirados de diferentes sitios repre-sentan estados diferentes del proceso inflamatorio.

La tiroiditis inducida por I 131 produce en la PAAF atipias pro-nunciadas que producen un diagnóstico diferencial difícil con elcarcinoma, estos casos corresponden a las limitaciones propias detodo método (27).

La tiroiditis de Hashimoto citológicamente expresa hiperplasia decélulas foliculares, simula neoplasia folicular y puede resultar enuna interpretación errónea falso positiva.

Las radiaciones de accidentes nucleares como el de Chernobyldeben ser consideradas como causas de aumento de la incidenciade carcinomas papilares y su presentación en niños. Se pueden uti-lizar técnicas de morfometría celular en el diagnóstico diferencialde neoplasia benignas a malignas (28)

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Las células de Hurthle pleomórficas asociadas frecuentemente alinfocitos a su vez se diagnostican falsamente como tiroiditis deHashimoto, pasando por alto adenomas de células de Hurthle (29).

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Citología de lesiones benignas de glándula tiroidea

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¿ES LA INTERFERENCIA UN FENÓMENO PURAMENTELINGÜÍSTICO?

Dr. Augusto Burneo, PUCE1

EXTRACTO

Con el fin de analizar los diferentes aspectos del fenómeno dela interferencia, discutiremos varios conceptos, teniendo encuenta los diferentes puntos de vista de todos los posibles enfo-ques a la interferencia, además describiremos algunos casosauténticos de interferencia y analizaremos varios ejemplos deeste fenómeno. No se considerarán en detalle los factores extralingüísticos, debido a que nuestra postura teórica es que lainterferencia se basa principalmente en factores estructuraleslingüísticos. Conforme avance el análisis, se describirán otrasteorías sobre el bilingüismo, la lengua y la interferencia. Parafinalizar, se ha hecho un breve resumen sobre el marco psi-cológico con el fin de obtener conclusiones sobre la validez delestudio experimental sobre la interferencia, tanto desde elpunto de vista lingüístico como psicológico. Este estudio con-cluye que la interferencia es básicamente lingüística.

La interferencia ha sido estudiada ampliamente desde varias pers-

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1 Dr. Augusto Burneo, psicolingüista clínico y audiólogo. Master of Science (Penn State).Ex-professor U. de Ottawa. Académico Visitante, Universidades de Maryland y de NuevoMéxico. Profesor, Facultades de Psicología, Educación y Comunicación, Lingüística yLiteratura. Ex subdirector de la Escuela de Tecnología Médica y actualmente Profesory Coordinador de Terapia del Lenguaje, Facultad de Ciencias Médicas, UCE.Conferencista en más de 50 congresos científicos. Miembro de número, entre otras, dela Academia Americana de Patología del Lenguaje y Audiología, y de la AsociaciónInternacional de Logopedia y Foniatría. Ha publicado tres libros y varios artículos. Es co-autor del Reglamento Nacional de Control de Ruido.

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pectivas. Ésta puede tener dos direcciones, la lengua término y lanativa. Por lo general, se puede definir a la interferencia como unefecto negativo de un hábito en el aprendizaje de otro hábito.

Jones, según lo cita Kelly (3:33), define la interferencia como “ladesviación de una norma ideal en la producción por parte del estu-diante”. Weinreich (8:1), la ve como “casos en que las desviacio-nes de las normas de cualquiera de las dos lenguas se producen enel habla de los bilingües como resultado de su familiaridad conmás de una lengua”. Weinreich considera que la interferencia esun fenómeno que ocurre tanto en la lengua término como en lanativa, o en ambas. Es más evidente en el habla que en el lengua-je.

Lado (5:217) define la interferencia en términos de dificultad adi-cional en el aprendizaje de un sonido, palabra o construcción en lasegunda lengua como resultado de las diferencias de los hábitos dela lengua nativa. Su definición se basa principalmente en la teoríaestructural del aprendizaje de la lengua. Para Lado, la interferen-cia es cualquier error que el estudiante comete al aprender otro sis-tema. Las similitudes interlinguales pueden conducir a la facilita-ción, lo contrario de la interferencia. Esto ocurre a nivel del soni-do (incluidas las variantes), en el vocabulario, y en los sistemasmorfológicos, gramaticales y de escritura de las dos lenguas.Asimismo, la transferencia de una cultura extranjera puede llevara una interferencia lingüística.

Weinreich toma un punto de vista estructural cuando afirma que“cuanto mayor sea la diferencia entre dos sistemas, por ejemplo,mientras más numerosas y mutuamente exclusivas sean las formasy los patrones en cada uno, mayor será el problema de aprendiza-je y el área potencial de la interferencia” (8:1). Para este autor, losdiversos mecanismos de interferencia serán probablemente losmismos para dos lenguas tan diferentes, como en el caso del

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francés y del chino, o entre dos subvariedades del inglés, por ejem-plo, el inglés americano estándar y el inglés “afro americano”.

Para efectos de un análisis comparativo contrastivo de dos siste-mas, todas las diferencias, grandes o pequeñas, deben ser exhaus-tivamente establecidas para cada dominio (fónico, incluyendo aló-fonos), gramatical (la morfología con sus variantes, y la sintaxis),y el léxico. La situación de contacto debe ser analizada cuidado-samente. Según tenemos entendido, la lingüística descriptiva hahecho que esto sea posible para muchas lenguas. Los casos deproblemas de interferencia lingüística pueden, en su mayoría, serestudiados, determinados e inclusive predichos, a fin de evitar lainterferencia mediante métodos lingüísticos. En algunas lenguas,las áreas potenciales de interferencia, lo que Lado denomina áreasde errores predecibles, han sido cuidadosamente estudiadas. Sedebe enfatizar que no toda forma de interferencia llega a materia-lizarse.

Según Weinreich, vemos claramente que el fenómeno de la inter-ferencia puede variar de individuo a individuo. La difusión, la per-sistencia y la evanescencia de una interferencia en particular pue-den ser analizadas únicamente si se toman en cuenta los factoresextra-lingüísticos. Esta afirmación puede ser interpretada así: “lainterferencia en sí es un fenómeno lingüístico que, según el uso dela lengua por el propio individuo, puede producir otras implicacio-nes extra-estructurales” (8). La persona utiliza un sistema lingüís-tico, una herramienta; si no sabe utilizarla bien, entonces será,naturalmente, víctima de la interferencia. Los monolingües tam-bién producen este fenómeno en su propio sistema. En muchoscasos, estos hablantes tienen una palabra en su lengua, pero tomanun elemento extranjero porque no siempre saben que existe la pala-bra adecuada en su propia lengua. Por ejemplo, muchos hispano-hablantes utilizan “aplicación” (application) y “aplicar” (to apply)en lugar de las formas usuales en español: “solicitud” y “hacer una

¿Es la interferencia un fenómeno puramente lingûístico?

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solicitud”. Podríamos atribuirle un factor psicológico a este fenó-meno puesto que la palabra correcta sí existe y el hablante utilizadeliberadamente una palabra extranjera, aún en casos donde doslenguas, el inglés y español, no están en contacto.

Según Weinreich, existen entre los factores no estructurales algu-nos que son inherentes a la relación de una persona bilingüe con lalengua con la que entra en contacto. Hemos visto que muchas per-sonas tienen una gran capacidad para mantener separados a los dossistemas lingüísticos, tanto en la escritura como en el habla, mien-tras que otras no tienen esta capacidad. Para este autor, éstas sonvariantes en el uso del sistema por parte del individuo y no del pro-pio sistema (8:ibid). Weinreich también menciona actitudes yhábitos del grupo hacia la lengua y cultura extranjera. Esto es per-tinente para el estudio sobre la interferencia. Sugiere que el con-tacto de lengua debe ser interpretado dentro de un amplio marcopsicológico y socio-cultural, y que una investigación interdiscipli-naria es necesaria, dejando en claro que los análisis lingüísticosestructurales están limitados para investigar en qué medida sepuede estudiar y determinar la interferencia mediante las estructu-ras de dos sistemas lingüísticos en contacto, comparados con losfactores no lingüísticos dentro del contexto socio-cultural de lalengua en contacto.

Para Weinreich, sólo un estudio coordinado sobre el bilingüismo yfenómenos relacionados estaría completo y exacto. Sin embargo,aclara que el lingüista tiene derecho a abstraer la lengua de las con-sideraciones de índole psicológico o sociológico. Deben plantear-se problemas puramente lingüísticos sobre el bilingüismo y luegover la causa de la vulnerabilidad de la lengua frente a la influenciaextranjera en su debilidad estructural. Una vez más, esto puedeinterpretarse como un acuerdo primario sobre la importancia de unanálisis lingüístico completo. Éste es el punto de partida. Losfenómenos de interferencia tienen que ser de alguna manera siste-

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matizados. Sólo cuando hayamos comparado sistemáticamente ados lenguas y culturas podremos coordinar estudios con otras dis-ciplinas con el fin de correlacionar las variantes individuales y degrupo, que sin duda contribuirían a tener una visión más clarasobre los fenómenos complejos de la interferencia.

Si una persona ha aprendido a separar dos sistemas lingüísticoscorrectamente –para el logro de esta meta, los métodos de enseñan-za estructural han dado extraordinarios resultados– y actúa inde-pendientemente en ambas lenguas, sin incurrir en la interferencia,o si muy rara vez lo hace, se puede atribuir ese hecho a un factorextra-estructural como un lapsus de memoria o un desliz verbal;esto constituye únicamente una variante individual y no podemosgeneralizar ninguno de estos hechos para decir que la interferenciaes un problema psicológico.

Según Haugen, el lingüista que formula teorías sobre la influenciade la lengua pero no explica el marco socio-cultural de la lenguaen contacto, deja a medias su estudio, esperando encontrar unterreno firme sobre el comportamiento de hablantes observables ycontemporáneos con el fin de tener una teoría más confiable sobreel proceso de la interferencia. No debemos abstenernos de añadiren este punto que el análisis comparativo de la lingüística toma encuenta no sólo las áreas potenciales de interferencia en ambas len-guas sino también las situaciones en las que puede ocurrir. Lospatrones culturales, que también han sido muy bien sistematizados,pueden causar interferencia aún en la misma lengua, si ésta sehabla en diferentes regiones.

De acuerdo con Weinreich, la interacción de los factores estructu-rales y no estructurales tiene un papel importante en promover oimpedir la interferencia lingüística. Critica a aquellos antropólo-gos que no han trazado debidamente la línea entre el contacto delas lenguas y el contacto cultural. Algunos generalmente han con-

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¿Es la interferencia un fenómeno puramente lingûístico?

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siderado al contacto interlingüístico como un aspecto del contactocultural, y la interferencia lingüística como una faceta de la difu-sión cultural y de la aculturación. Nuestro punto de vista es que lalengua es una herramienta mediante la cual hablamos de nuestracultura y no un aspecto del contacto cultural.

El lingüista puede descubrir el origen del manejo del materialextranjero según la estructura de la lengua receptora. Pero elgrado, la dirección y la naturaleza de la interferencia de una lenguasobre la otra pueden ser explicados aún más a fondo en términosdel comportamiento del habla de los individuos bilingües, que a suvez está condicionado por las relaciones sociales de la comunidaden la que ellos viven. Sin embargo, el enfoque interdisciplinariopuede ser independiente de los métodos descriptivos utilizadospara la evaluación lingüística y cuantificación de la interferencia.

Concordamos con la postura de Weinreich en que los factoresestructurales son aquellos que provienen de la organización de lasformas lingüísticas en un sistema definitivo, diferente para cadalengua y en gran parte independiente de la experiencia no lingüís-tica y del comportamiento. Los factores no estructurales procedendel contacto de los sistemas con el mundo externo. ParaWeinreich, probablemente, la interferencia está dentro de un con-junto de factores estructurales o patrones que, cuando están en con-tacto con el mundo externo, entran en contacto con otro conjuntode patrones psicológicos y culturales.

Una vez más, según Weinreich, es importante diferenciar la inter-ferencia en el habla y la interferencia en la lengua. En el habla, escomo la arena que se lleva la corriente; en la lengua es como unsedimento de arena depositado en el fondo del lago. En el habla,el individuo es quien causa las interferencias; en la lengua, es lafrecuencia del uso que hace que se convierta en hábito y que seestablezca. Desde luego, no significa necesariamente que un sis-

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tema lingüístico definido tenga casos de interferencia como reglageneral. Sólo en aquellos casos en que la Academia de una len-gua determinada ha decidido integrar un término en la lengua, sevuelve este término parte del sistema. De lo contrario, es un tér-mino extranjero, y debe ser considerado como un caso de interfe-rencia.

Mackey considera que el tipo de interferencia depende de si elestudiante está hablando la lengua o simplemente tratando deentender lo que escucha o lee. Una vez más, vemos que la inter-ferencia no proviene de la lengua, escrita o hablada, sino de la malainterpretación del sistema lingüístico por parte del individuo.Mackey menciona que las similitudes también pueden conducir ainterferencias, como es el caso de los cognados falsos, aunque lasdiferencias estructurales son la causa común de la interferencia. Aveces, las extensiones por analogía de los patrones aprendidos poruna persona en la lengua extranjera pueden ser causa de una inter-ferencia, debido a que existe una distribución y un contexto dife-rente. Sin embargo, si el estudiante ha aprendido bien a evitar lasanalogías de patrones cuando éstas son inapropiadas, utilizará lospatrones sin incurrir en la interferencia (6).

Mackey también habla de la influencia social como son los con-tactos (hogar, comunidad, ocupación, escuela, grupo étnico, igle-sia, grupos de juegos, radio, televisión, cine, entre otros), y afirmaque éstos pueden ayudar a mantener la lengua pura y sin interfe-rencias. Tiene razón al mencionar que las capacidades del indivi-duo, como las habilidades innatas, la inteligencia, personalidad,duración de la memoria, y las emociones, contribuyen enorme-mente a aprender bien una lengua y con poco o nada de interferen-cia.

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¿Es la interferencia un fenómeno puramente lingûístico?

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OTROS PUNTOS DE VISTA SOBRE EL BILINGÜISMO YLA INTERFERENCIA

Lamber y Penfield afirman que la lengua es una forma de compor-tamiento aprendido. Para Morf, es la manifestación de la forma yun sistema de estructuras lógicas. Las estructuras del habla son unbuen indicio de las estructuras del pensamiento. Según Anisfield,en el caso de los niños franco-canadienses, a medida que crecen yentran en contacto con la comunidad inglesa, es probable que sien-tan un complejo de inferioridad debido a que son discriminadospor el medio anglófono. Si éste fue el caso hace unas décadas,ahora la situación ha cambiado enteramente debido al esfuerzo porparte del gobierno de Québec para fomentar en los franco-cana-dienses actitudes positivas hacia su lengua y cultura. En la actua-lidad, el prestigio de la lengua francesa es alto. La lealtad a la len-gua ha mantenido tanto a la lengua como a la cultura en una buenaposición actuando como elemento de disuasión contra la interfe-rencia.

Gumperz señala que hablar es una forma social de interacción,pero que el análisis lingüístico de los signos verbales puede serúnicamente en términos de un contexto puramente lingüístico. Lasegmentación y clasificación de las formas verbales pueden basar-se solamente en datos observables de sonidos y un análisis con-trastivo puede realizarse sólo en base a las similitudes y diferen-cias, lo cual sirve como cimiento para los materiales de enseñanzaque tanto han contribuido al aprendizaje de una lengua extranjerasin interferencias.

Las normas de conducta que se aplican en cualquier circunstanciaconcreta del habla deben ser predecibles a partir del conocimientodel acontecimiento social y de las relaciones sociales vinculadas.Una vez más vemos que también se pueden predecir los patronesculturales de una comunidad y, por lo tanto, se puede predecir y

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analizar las diferencias entre sistemas.

Lado afirma que si los hábitos nativos de la cultura son transferi-dos al aprender una cultura extranjera, es obvio que al comparar losdos sistemas culturales, podemos predecir cuáles serán los puntosconflictivos. Nuevamente vemos que los patrones culturales pue-den ser analizados junto con los patrones lingüísticos. Si la per-sona sabe o aprende una lengua por medio de esta comparación sis-temática, no causará ninguna interferencia.

La interferencia en la lengua o cultura puede ocurrir incluso cuan-do un hablante monolingüe de una comunidad lingüística entra encontacto con otra similar, pero con un conjunto diferente de patro-nes culturales. Por ejemplo, un estadounidense puede causar inter-ferencia en Inglaterra. La expresión estadounidense “de nada”,después de un “gracias”, puede equivaler a una sonrisa enInglaterra, por lo menos en ciertos contextos. Sin embargo, sonreír,como respuesta a un gracias, podría ser interpretado como una faltade cortesía en los Estados Unidos.

Jakobovits (2;169) considera que los efectos de transferencia sonun asunto de interferencia. Algunos aspectos se refieren a las acti-vidades del profesor y a los fenómenos del contexto. Afirma quelos individuos difieren en los grados de capacidad para adquirirnuevos patrones. Las personas con poca tolerancia para laambigüedad tenderían a resistirse a la interferencia. Al no poderproducir un rasgo articulatorio podría confundirse de fonema. Lalealtad a la lengua receptora y una intolerancia adoptada por unacomunidad lingüística hacia las importaciones lingüísticas (puris-mo) puede aumentar la resistencia del individuo a la interferencia.

Jakobovits es crítico de las Pruebas de la Lengua Extranjera(Foreign Language Testing) que no toman en cuenta la “compe-tencia comunicativa”. El autor enfatiza que esto es una interferen-

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cia típica que se da en momentos embarazosos en nuestras interac-ciones sociales, cuando no sabemos qué decir o cómo decir algo.Fallamos en un “punto de comunicación”. Para Jakobovits, loscampos híbridos paralingüísticos, sociales y psicológicos sonvarios aspectos del conjunto comunicativo. Por supuesto, el hechode que existe un mensaje que comunicar implica el uso de variosfactores estructurales y extra-estructurales.

Jakobovits tiende a adoptar una posición psicológica cuando diceque en francés tenemos la opción de “toi” y “vous”, y en alemánde “du” y “sie”. Estas formas serán seleccionadas según la situa-ción. Sin embargo, podemos decir que la opción es puramenteestructural porque la persona bilingüe conoce, o quizás no, ambasformas, su uso y el fenómeno de la distribución.

Para Mackey, la interferencia es una calle de doble sentido. Si ocu-rre en la lengua nativa, la denomina “interferencia retroactiva”,caracterizada por las intrusiones y las modificaciones en la lenguamaterna debido al aprendizaje de una lengua extranjera. La inter-ferencia retroactiva sería grave si las dos culturas así como tam-bién las dos lenguas fueran similares. Para los grados más bajosdel conocimiento de la lengua, como el habla de los niños, la inter-ferencia se reduciría. Mackey considera como interferencia el usode cualquier elemento en una lengua que pertenece a otra, a nivelfonético, gramatical, léxico y estilístico (6).

Para Haugen, aunque el estudio del “préstamo” pertenece al campode la lingüística histórica, en el momento del préstamo tenemos unestado lingüístico que puede ser estudiado, concretamente en lacoexistencia de diferentes estructuras de la lengua en algunosbilingües. Las interferencias como resultado del préstamo sonpruebas de la identificación inter-lingüística hecha por los hablan-tes bilingües. El objetivo de una descripción bilingüe es predecir–y en algunos casos prevenir estas interferencias. La descripción

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bilingüe tiende a identificar unidades de una lengua con unidadesde la otra. Aquí, una vez más, encontramos una confirmación denuestra interpretación de la base lingüística del problema. Haugenconfirma esto al añadir que un análisis completo de los dos siste-mas debe incluir, en todos los niveles, las variantes y sus distribu-ciones dentro de la estructura del sistema.

Para Weinreich (8:ibid), la contribución del pensamiento estructu-ral a la lingüística histórica parte de la base de que los propiospatrones de la lengua determinan, por lo menos en parte, la direc-ción en que la lengua cambia. La mejora de un sistema puede seralcanzada o bien por la innovación original o por la adopción deelementos asequibles provenientes de cualquier fuente externa.Toda lengua puede ser vista como expuesta continuamente a lainterferencia potencial, y se puede entender la convergencia entrelenguas no relacionadas. Un punto de vista estructural señala quesólo los elementos extranjeros necesarios en un idioma dadopodrían ser adoptados. Los factores sociolingüísticos deberían serconsiderados conjuntamente con los estructurales.

Weinreich sugiere comparar a personas con un grado avanzado debilingüismo, con individuos que empiezan a experimentar el con-tacto con otra lengua. Solo de esta manera podrá surgir un cuadrorealista que explique cómo se introducen y se resisten los elemen-tos extranjeros y cómo funcionan dentro del sistema complicado delas condiciones lingüísticas y extra-lingüísticas. Weinreich men-ciona que existe poca información en cuanto al problema de inter-ferencia léxica, gramatical y fonémica, la cual es sumamentenecesaria para probar la hipótesis sobre el papel de la estructuralingüística como un seleccionador o regulador de los efectos de lainterferencia en una situación de contacto. Aquí Weinreich adoptauna posición más bien neutra, pero reconoce que los factoresestructurales son reguladores de la interferencia. Da por sentadoque el papel de la estructura puede ser evidente únicamente bajo

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condiciones similares de contacto socio-cultural. En algunos luga-res de los Estados Unidos, el acento francés es un atractivo, entanto que el alemán es tolerado o puede pasar desapercibo en algu-nas regiones donde el acento polaco saltaría a la vista.

Vinay comenta que en una situación de contacto, las personasrepentinamente cambiarán de lengua sin razón alguna. Se pregun-ta si existe algo inaceptable en la estructura de la otra lengua.También comenta sobre el hecho de que la interferencia ocurre enla lengua materna escrita. Con relación al cambio de código,Haugen cree que las personas de hecho cambian de una lengua aotra porque saben que de todos modos pueden entender y serentendidos. El cambio de código por debajo del nivel de la pala-bra puede ser un posible caso de interferencia.

Para Garvin, el cambio de código es una situación de patrones quecoexisten, mientras que el uso de préstamos o la transición de lospréstamos es evidentemente un caso de interferencia, y los dosdeben mantenerse separados conceptualmente, a pesar de no estarmuy claros en muchos casos de situaciones empíricas. SegúnGarvin, el introducir una frase al francés como “science-fiction” noes interferencia sobre el modelo.

Hasselmo toma el concepto de la norma interna y externa. La pri-mera es Gramática – cómo utilizar correctamente las oraciones – yla otra es el uso de la lengua entre las personas. Se aplica al usoindividual – éste es un enfoque conductual. Para él, el cambio decódigo puede ser una estrategia de comportamiento. La interfe-rencia no es un cambio de reglas sino la tendencia a transferir lasunidades. Los lingüistas toman la norma interna; los sicolingüis-tas, el sentido del comportamiento de la lengua; y los socio-lingüistas, la toman como una herramienta para la comunicación.

Para Diebold, el cambio de código, definido en el sentido estricto,

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es únicamente un punto final hipotético en la tipología del com-portamiento de la lengua. Cita que el cambio de código griego-inglés le ha convencido que, aún con el esfuerzo consciente delhablante para contrarrestar la interferencia, los bilingües coordina-dos no pueden cambiar una lengua dentro del contexto de la otrasin incurrir en la interferencia fónica. Sugiere una revisión de loque implica la separación de dos códigos lingüísticos en loshablantes bilingües. Debemos añadir que la persona que ha desa-rrollado perfectamente su “conjunto automático de repuestas” en lalengua extranjera, incluso si cambia a otra lengua, cuando es nece-sario y utiliza expresiones como “como podemos decir en la ‘len-gua x’”, no va a incurrir en la interferencia.

TEORÍAS PSICOLÓGICAS Y LINGÜÍSTICAS SOBRE LAINTERFERENCIA

Briére afirma que la lingüística y la psicología han existido comodos disciplinas independientes. La investigación de la lengua, ensí, es sin duda el interés principal de la lingüística. Los psicólogoshan estudiado varios aspectos sobre el comportamiento verbal y elaprendizaje verbal. Ciertos temas de la descripción lingüística hansido denominados “exolingüística” – fuera del ámbito de la inves-tigación lingüística. Razón por la cual, según este autor, la psico-logía ha tomado en cuenta algunos factores extra-estructurales.Para ellos, las personas aprenden y utilizan la lengua. La produc-ción y percepción del habla, o de una lengua, es una forma de com-portamiento. Los psicólogos han estado interesados en determinarlos parámetros subyacentes que explicarían este comportamiento.El aprendizaje y la interferencia han sido de gran interés para laPsicología, y la investigación ha ampliado su ámbito de investiga-ción. Se conoce como Psicolingüística a las investigaciones empí-ricas y experimentales sobre el aprendizaje verbal y el comporta-miento verbal que son el resultado de la fusión de las destrezas einformación de ambas disciplinas. Según Briére, es el estudio del

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comportamiento verbal que trata de integrar el punto de vista dellingüista sobre la lengua como un sistema estructurado de signos yel enfoque del psicolingüista sobre la lengua como un comporta-miento aprendido. Gran parte de su investigación está basada enesta estructura.

Según Briére, los lingüistas definen la interferencia en términos dela articulación y de las características clasificatorias, los alófonosque pertenecen a las categorías fonémicas, y la distribución defonemas entre dos sistemas. Debemos añadir que ésto se ha hechoen todos los niveles de la lengua. El psicólogo define la interfe-rencia retroactiva o proactiva entre la primera y la segunda situa-ción del aprendizaje de la lengua, en términos de grados de simili-tudes entre el material original de aprendizaje y el interpolado, yen términos de las estructuras convergentes frente a divergentes delaprendizaje. Puesto que los parámetros lingüísticos no son necesa-riamente los mismos que los psicológicos, la jerarquía de las difi-cultades predecibles por los lingüistas puede variar completamen-te de aquellas predecibles por los psicólogos. Sin embargo, Briéreadopta una postura principalmente lingüística-estructural para elanálisis de las dos lenguas. Afirma que el punto de vista teórico dela interferencia tiene que incluir al análisis lingüístico. Pero, lajerarquía de las dificultades en las dos lenguas debe ser definidapor separado por ambas disciplinas (1:ibid).

Briére se queja de la preocupación del lingüista por las caracterís-ticas no distintivas o redundantes, que a menudo es innecesaria.Debemos añadir que precisamente una muy buena manera dedeterminar exactamente el carácter predecible de las unidades, entérminos del contexto en el que ocurren, es esta preocupación porlas características no distintivas. Cuando se considera el contrastey la distribución complementaria – cuando dos unidades no puedenestar en el mismo contexto – Briére toma el concepto de variaciónlibre (dos unidades en un contexto idéntico – no predecibles en tér-

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minos de contexto – que no cambian el significado). Comentasobre estos puntos puesto que se cree que los hablantes de una len-gua aprenden a prestar atención únicamente a aquellas característi-cas que son distintivas y a no hacer caso a las que son redundantes.

Esto tiene implicaciones para el aprendizaje de la lengua dado queel estudiante debe abordar otras lenguas a través de su propio“marco” de características distintivas frente a las no distintivas. Esdecir, para él, una comparación del sistema fonético es incomple-ta. El hablante tiene que conocer todas las variantes y distribu-ciones. Briére sugiere que las descripciones y las predicciones delas dificultades basadas en los análisis teóricos a nivel fonémicoserán inadecuadas (1:ibid). Las características específicas de laarticulación a nivel fonético son necesarias y, añade, que previosintentos de cuantificar los grados de interferencia en base a los gra-dos de diferencias y similitudes de los fonemas (aunque otros nive-les también pueden ser incluidos) han sido inadecuados.Concordamos con Briére, y creemos que es necesario tener encuenta la realidad fonética cuando el estudiante sabe en qué con-texto va a utilizar la lengua o debe utilizarla.

Mcgeoch da una definición psicológica de la interferencia.Propone que los dos sistemas de respuesta adquiridos en sucesiónpor el sujeto permanecerán disponibles al momento de recordar.Nuevamente, esto es cierto, la lingüística estructural lo ha tomadoen consideración; los patrones de enseñanza, por ejemplo, estándiseñados para desarrollar respuestas automáticas ante estímulosverbales o situacionales. Además, contienen cambios sistemáticosen el sonido, orden, forma y vocabulario.

La interferencia retroactiva y proactiva fueron analizadas bajo unprincipio psicológico. Una vez más, Briére concluye que cualquierpredicción sobre la jerarquía de la dificultad necesita informaciónexhaustiva a nivel fonético, no sólo una descripción basada en tér-

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minos de las características descriptivas o de los alófonos que per-tenecen a la clase de los fonemas. Desde luego, podríamos exten-der ésto a otros niveles de la lengua.

Podemos concluir con Briére que se deben llevar a cabo más inves-tigaciones para determinar con mayor precisión los mecanismossubyacentes de la interferencia, y que únicamente mediante unestudio sistemático-estructural de dos sistemas de lenguas pode-mos lograr un marco de las áreas de interferencia.

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Augusto Burneo

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REFERENCIAS

1. Briére, Eugéne J., A psycholinguistic study of phonologicalinterference, The Hague, Mouton, 1968.

2. Jabobovits, Leon A., Foreign language learning, New York,Newbury, 1970.

3. Kelly, Louis G. (Ed.), Description and measurement of bilin-gualism, Toronto, University of Toronto Press, 1967.

4. Lado, Robert, Linguistics across cultures, Michigan,University of Michigan Press, 1957.

5. Lado, Robert, Language teaching, New York, McGraw-Hill,1964.

6. Mackey, William F., Language teaching analysis, London,Longmans, 1969.

7. Saporta, Sol, Psycholinguistics, a book of readings,Englewood Cliffs, N.J., Prentice-Hall, 1961.

8. Weinreich, Uriel, Languages in contact, The Hague, Mouton,1968.

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LOS DESAFÍOS DE LA UNIVERSIDAD ECUATORIANAENMARCADOS EN LA SOCIEDAD Y ECONOMÍA DEL

CONOCIMIENTO

Ec. Mónica Mancheno K.1

“…las universidades públicas y privadas han ingresado a una época deturbulencias para la cual no se prevé término. La actual encrucijada

tiene su origen en un simple hecho: las demandas ejercidas sobre las uni-versidades superan su capacidad de respuesta.”2

En la vida de los seres humanos, muchos son los factores quedeterminan su existir; quizás éstos puedan ayudar a generar capa-cidades inimaginables, siempre y cuando se tenga conciencia de loque sucede y de lo importante que es el contexto en el desarrollode las responsabilidades y logros sociales.

Cuando hablamos de “contexto”, pensamos la manera de percibir-lo y entenderlo, dependiendo del alcance de los proyectos futuros.Éste puede significar una limitación ya que, debido a la carenciade ciertos elementos, no es posible desarrollar lo que se quisiera;pero también puede significar un condicionante ya que cada ele-mento social permitiría que se logren ciertos resultados, mas nocon la calidad esperada; finalmente, puede ser considerado undesafío que permite desarrollar la inmensa creatividad humanapara así poder presentar alternativas de solución a las múltiples

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REVISTA PUCE NO. 83 / 2008 / QUITO / CENTRO DE PUBLICACIONES

1 Econ. Mónica Mancheno Karolys (Quito)- Magíster en Docencia Universitaria eInvestigación Educativa, PUCE, Quito. Profesora de la materia de Macroeconomía de laFacultad de Economía de la PUCE, Profesora de la materia de Economía Internacionalde la Escuela de LEAI de la PUCE. Coordinadora Académica de la Facultad deEconomía.2 Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias para la EducaciónSuperior en América Latina, CINDA, Santiago de Chile, 2002, pág. 2.

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limitaciones y condicionantes de la humanidad.

He considerado importante realizar esta reflexión previa, para indi-car que el actual sistema de Educación Superior en el Ecuador estádeterminado por un contexto que para algunos será un limitante,para otros un condicionante y espero que para la mayoría undesafío. En la presente investigación se pretende revisar los prin-cipales desafíos de la universidad ecuatoriana, dentro de cuatrocontextos fundamentales:

-Cambios en la estructura poblacional.- -El proceso de masificación y privatización de la

Educación Superior.-La inequidad y las desigualdades sociales.-La Sociedad y Economía del Conocimiento.

1.- Cambios en la estructura poblacional:

Esta primera variable, permitirá establecer el universo poblacionalal que las instituciones de Educación Superior se enfrentan, tantoen la actualidad como en el futuro.De acuerdo al VI Censo de población y V de Vivienda (2001), lapoblación ecuatoriana asciende a 12.156.608 habitantes, de loscuales el 49,51% son hombres y el 50,49%, mujeres. Se esperaque, de acuerdo a la tasa de crecimiento actual de la población,para el año 2025 ascienda a 17.796.000, mientras que para el 2050la población ascendería a 20.536.000.3De acuerdo a datos proyectados por el Boletín Demográfico paraAmérica Latina y el Caribe de la CEPAL, el crecimiento de lapoblación ecuatoriana registrará la tendencia del Gráfico No.1, queindica un porcentaje de crecimiento, entre el período comprendidoentre los años 2000 y 2025, de 39,13%; es decir, un promedioanual de crecimiento de 1,36%; en el mismo gráfico se aprecia

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Mónica Mancheno K.

3 www.imsersomayores.csic.es/internacional/iberoamerica/ecuador/incadores.html

Page 197: Revista de la PUCE No. 83

también el crecimiento poblacional en lo que respecta a hombres ymujeres.

Gráfico No. 1Proyecciones de la Población Total Ecuatoriana según sexo

1970-2025

Fuente: Boletín Demográfico: América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025.CEPAL, Julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

Al analizar la demanda de Educación Superior es necesario con-centrarse en aquel grupo que por edad le corresponde a dicha edu-cación. También es importante comparar la evolución en el tiem-po de dicho grupo con otros, para que de esta manera se puedanevidenciar elementos de juicio sobre el comportamiento futuro dela población.

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

0,002.000.000,00

4.000.000,006.000.000,008.000.000,00

10.000.000,0012.000.000,0014.000.000,00

16.000.000,0018.000.000,00

1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025

Años

Po

bla

ció

n

Total Población Hombres Mujeres

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Gráfico No. 2Evolución de la Población Ecuatoriana de acuerdo a grupos de edad

Fuente: Boletín Demográfico, América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025,CEPAL, julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

Al observar las tendencias marcadas en el gráfico No. 2, se puedeapreciar que el grupo de edad comprendida entre 20-24 años, sua-viza la intensidad del crecimiento a partir del año 20154, situaciónque no es similar en el grupo edad de 40 a 44 años, cuya curvamarca una pendiente significativa, es decir un crecimiento por añomayor al anterior grupo; similar comportamiento registra el grupode edad entre 65-69 años, que incrementa su crecimiento a partirdel mismo año 2015. Este comportamiento da indicios claros deque la pirámide poblacional ecuatoriana registrará un cambio encuanto a su forma, se estima que en las siguientes décadas habráuna disminución de la base de la pirámide y un ensanchamiento dela misma en los grupos de población mayores a 40 años, con unadisminución de los grupos de edad comprendidos entre los 10 a 30

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0,00

200.000,00

400.000,00

600.000,00

800.000,00

1.000.000,00

1.200.000,00

1.400.000,00

1.600.000,00

1995 2000 2005 2010 2015 2020 2025

Años

Po

bla

ció

n

Grupo edad 20-24 años Grupo edad 40-44 años Grupo edad 65-69 años

4 Se estima que el crecimiento promedio por año de este grupo de edad será del 1% anualhasta el año 2020. En el período comprendido entre el año 2020 y 2025 este grupo deedad presentará un decrecimiento. Para el grupo de edad comprendido entre los 40 y 44años la tasa de crecimiento promedio será de 2,29% (período 2000-2025), para el grupoentre 65 y 69 años el crecimiento será del 3,91% anual durante el mismo período.

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años. Esto también puede corroborarse realizando un análisis de laevolución del porcentaje de población según grupo de edad res-pecto a la población total, datos que se presentan en el CuadroNo.1.

Cuadro No.1% Población por grupos de Edad

Fuente: Boletín Demográfico, América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025,CEPAL, julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

Gráfico No. 3Población Urbana del Ecuador proyectada

Fuente: Boletín Demográfico, América Latina: Proyecciones de población urbana y rural 1970-2025,CEPAL, julio 2005. htttp://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls

Elaboración: La Autora.

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POBLACIÓN Año 2000 Año 2005 Año 2010 Año 2015 Año 2020 Año 2025

Población Total 12.296.591,00 13.211.333,00 14.200.304,00 15.194.614,00 16.188.808,00 17.108.046,00

Población 20-24años

1.156.007,00 1.226.560,00 1.302.256,00 1.348.511,00 1.417.253,00 1.416.872,00

% RespectoPob.total

9,40% 9,28% 9,17% 8,87% 8,75% 8,28%

Población 40-44años

663.887,00 750.075,00 847.109,00 933.401,00 1.031.977,00 1.142.652,00

Población 45-49años

566.844,00 641.964,00 731.695,00 829.785,00 917.363,00 1.015.109,00

1.230.731,00 1.392.039,00 1.578.804,00 1.763.186,00 1.949.340,00 2.157.761,00

% RespectoPob.total

10,01% 10,54% 11,12% 11,60% 12,04% 12,61%

Población 65-69años

128762 157578 188409 231401 312196 366453

% RespectoPob.total

1,05% 1,19% 1,33% 1,52% 1,93% 2,14%

3.500.000,004.500.000,00

5.500.000,006.500.000,007.500.000,00

8.500.000,009.500.000,00

10.500.000,00

11.500.000,0012.500.000,00

2000 2005 2010 2015 2020 2025

Años

Po

bla

ció

n u

rban

a

Total población Hombres Mujeres

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

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En cuanto a la proyección de la población urbana, se observa unatendencia ligeramente mayor de crecimiento que la población totalecuatoriana, la tasa de crecimiento promedio estará alrededor del2%5, el grupo de edad comprendido entre los 20 y 24 años tendráun crecimiento promedio anual del 1,52% para el período com-prendido entre el año 2000 y el año 2025. Aquí es convenienteseñalar que entre el año 2020 y 2025, la población de este grupotendrá un crecimiento inferior al 0,5%.

2.- Proceso de masificación y privatización de la educación supe-rior:

En el Ecuador el porcentaje de estudiantes entre 20 y 24 añosmatriculados como alumnos universitarios se ha ubicado en alre-dedor del 18% y 20%, es así que para 1994 este porcentajeascendía a 18,67%, para 1996 era 18,81% y para 1998 de 19,70%6.Como se puede observar, hasta el 98 se ha dado un incremento dela tasa bruta de escolarización universitaria. Con estos resultadosy bajo el análisis de Trow7 el Ecuador hasta finales del siglo XXse ubicaría en la fase inicial de masificación de la matrícula uni-versitaria (14%-33%). Para los primeros años del nuevo siglo, elEcuador se mantiene con porcentajes similares, con una población

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Mónica Mancheno K.

5 Es importante comparar este crecimiento con el crecimiento de la población rural para elmismo período que apenas logrará un promedio del 0,16%.6 Paola Mantilla, "La vinculación de la universidad ecuatoriana con el sector productivo.Período 1990-2000", Quito, Disertación de Grado para la obtención del título deEconomista, 2001, pág.577 Sociólogo norteamericano M. Trow que formuló dos umbrales decisivos en el proceso deexpansión de los sistemas de educación Superior:

- Primer Umbral: Masificación de la matrícula: "cuando un 15% del grupo enedad de cursar estudios superiores se halla matriculado en estenivel."- Segundo Umbral: Universalización: cuando el "50% del grupo de edadcorrespondiente se hallaba matriculado en educación superior"

Page 201: Revista de la PUCE No. 83

de jóvenes entre 20 y 24 años de 1.226.0008 y con 240.5089 estu-diantes matriculados en educación superior se tiene que el porcen-taje asciende al 19,62%.

En lo referente a la oferta universitaria se puede observar un con-siderable incremento del número de universidades; así, se tiene quehasta 1900 en el Ecuador existían 4 universidades de carácterpúblico, para la década de los cuarenta éstas ascienden a 5 y sefunda ya la primera universidad de carácter privado10 , para losaños 50 se incrementa el número de universidades públicas a siete,para la década del 60 existen ya 9 universidades públicas y 3 par-ticulares; en los 70, las universidades públicas y privadas son 13 y4 respectivamente; en los 80 son 15 y 6; y en los 90 se registra unsalto impresionante en el número de universidades particulares quealcanzan el número de 31 frente a 22 universidades públicas; loque implica una tasa de crecimiento del número de universidadesentre los años 80 y 90 de 152,4%.11 De acuerdo al gráfico No. 3,la mayor tasa de crecimiento se evidencia en las universidades pri-vadas, llegando, incluso a un crecimiento de más del 400%, mien-tras que las universidades públicas han crecido en alrededor del50% cada década.

81

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

8 "Boletín Demográfico: América Latina: Proyecciones de población urbana y rural1970-2025" CEPAL, Julio 2005.http://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/5160/ECUbit-63.xls9 Informe sobre el estado de la Situación de la Educación Superior en el Ecuador 2.003-2.004, CONESUP, Secretaría Técnica, Quito, 2004.10 En julio de 1946 es creada la Pontificia Universidad Católica del Ecuador.11 Paola Mantilla, op.cit, pág. 45.

Page 202: Revista de la PUCE No. 83

Gráfico No. 4

Fuente: Paola Mantilla y elaboración, “La vinculación de la Universidad Ecuatoriana con el sector pro-ductivo. Período 1990-2000.

Para el año 2004, el número total de universidades y escuelaspolitécnicas asciende a 63, de las cuales 25 son públicas, represen-tando el 40% y 38 particulares, que representan el 60%, de estasúltimas: 26 son universidades particulares autofinanciadas, 9 sonparticulares cofinanciadas y 3 son instituciones universitariaspúblicas de postgrado (de las cuales 2 tienen carácter internacio-nal). Al mismo tiempo se registran 312 institutos superiores tec-nológicos: el 56% son particulares, 39% son públicos y el 5 %, par-ticulares cofinanciados por el estado.12

En el Ecuador, a pesar del fuerte incremento de la educación pri-vada, el 73,94% de los estudiantes matriculados están en institu-ciones públicas y el 26,06% restante en instituciones particulares.(Ver gráfico No.5); lo que implicaría una fuerte presión en la asig-nación de fondos del gobierno a las universidades públicas.

82

Mónica Mancheno K.

Tasa de crecimiento Universidades Públicas y Privadas en el Ecuador

0,00%

50,00%

100,00%

150,00%

200,00%

250,00%

300,00%

350,00%

400,00%

450,00%

Década 40 Década 50 Década 60 Década 70 Década 80 Década 90

Años

Tas

a C

reci

mie

nto

Tasa. Crec. U. PúblicasTasa Crec. U. PrivadasTasa Crec. Total Univ.

12 Informe sobre el estado de la Educación Superior en el Ecuador, CONESUP,Secretaría Técnica Administrativa, Quito, 2004, pág.28.

Page 203: Revista de la PUCE No. 83

Gráfico No. 5

Fuente: Informe sobre el estado de la Educación Superior en el Ecuador, CONESUP, Secretaría TécnicaAdministrativa.

Elaboración: La Autora.

La Universidad ecuatoriana también atraviesa por graves proble-mas de ingresos, las fuentes gubernamentales cada vez son másescasas.En el Ecuador el financiamiento del Gobierno a la educación en laúltima década ha representado en promedio el 2,49% respectoal PIB; lo que es un nivel bajo si se quiere generar procesos demejoramiento de la educación.

Gráfico No. 6

Fuente: Banco Central, MEF.Elaboración: Autora

83

P o r c e n ta j e d e e s tu d i a n te s m a t r i c u l a d o s d e a c u e r d o a l t i p o d e I n s t i tu c i ó n

P ú b lic a7 4 %

P r iv a d a2 6 %

Evolución del % de gasto en Educación respecto al PIB

0,00%

0,50%

1,00%

1,50%

2,00%

2,50%

3,00%

3,50%

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

Años

%

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

Page 204: Revista de la PUCE No. 83

Esta situación ha determinado, que el financiamiento privado seael que tome espacio en el ámbito educativo a nivel básico, medioy superior.

En los últimos años el crecimiento de universidades privadas hasido considerable, a pesar de que el proceso de masificación de lamatrícula aún se concentra en las universidades públicas.

3.- La Inequidad y las desigualdades sociales:3.1. Inequidad económica:

Gráfico No.7

Fuente: Banco CentralElaboración: La autora

Al observar el Gráfico No.7, se puede inferir que el desarrollo delcrecimiento económico del Ecuador, en la última década, se hacaracterizado por su inestabilidad y por la caída en su ritmo. Parael año 2006, se tiene un crecimiento del 3,9%, este dato compara-do con la tasa de crecimiento poblacional de 1,36% anual, permiteentender que el crecimiento de los ingresos de los habitantes noserá significativo de mantenerse la tendencia, pero si se siguenregistrando caídas en este indicador, prácticamente no se tendráincrementos en los ingresos.

84

Mónica Mancheno K.

Evolución del crecimiento Económico Ecuatoriano

-8,00%

-6,00%

-4,00%

-2,00%

0,00%

2,00%

4,00%

6,00%

8,00%

10,00%

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005s.d.

2006prov.

Años

Tas

a d

e cr

ecim

ien

t

Page 205: Revista de la PUCE No. 83

Para algunos autores el crecimiento económico per cápita es unindicador del desarrollo económico de las naciones, pero es nece-sario entender que son muchos otros los elementos que definen elbienestar socio económico de un país, para ello es convenientehacer referencia al Índice de Desarrollo Humano, planteado porNaciones Unidas, el cual considera la expectativa de vida al nacer,la tasa de alfabetismo de la población de 15 años o más, la tasacombinada de escolarización primaria, secundaria y terciaria y elPIB per cápita. En este indicador el Ecuador logra un IDH de0,765 al año 2006, lo que lo ubica en el puesto 83 de 146 paísesanalizados. Adicionalmente en el país se registra, de acuerdo a laencuesta de condiciones de vida realizada por el INEC, un 38,29%de pobres, de los cuales el 12,86% son indigentes, cuyo ingreso esde $1.06 al día.

Según algunos analistas, el proceso de dolarización ha contribuidoa la reducción de la pobreza en el Ecuador, pero aún persisten losproblemas de equidad. En este sentido es conveniente indicar quepara el año 2006 el 35,4% del consumo de los hogares se concen-tra en el 10% más rico de los quintiles económicos, frente a un1,9% del 10% más pobre, adicionalmente el grupo más rico con-sume 19 veces más que el más pobre.13 Es importante señalar tam-bién, que la pobreza en el país se localiza en un 59% en el árearural, siendo los grupos más vulnerables: el indígena con 67,5% depobres y el grupo afroamericano con el 47,28%.

3.2. Inequidad educativa:

En el Ecuador, el nivel de analfabetismo de la población alcanza el9,02%. En la Sierra es del 9,32% (en Pichincha es de 5,5% y en elDistrito Metropolitano de Quito de 4,36%); casi la mitad del por-

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

13 Hexagon Consultores, Constitución 2008: Estabilidad, crecimiento, distribución ypobreza, Memorando Económico de Investigación Legislativa, Papel de trabajo M.E.I.L.,No.21, junio 27 2007.

Page 206: Revista de la PUCE No. 83

centaje registrado a nivel nacional. El nivel de escolaridad enQuito se ubica en 9,56 años, frente a los 7,29 años registrados enla totalidad del país.

En el cantón Quito un gran porcentaje de la población mayor a 12años (82,36%) de edad ha culminado la educación primaria, por-centaje superior al alcanzado en Pichincha (78,54%), en la Sierra(67,8%) y a nivel nacional (67,80%).

En cuanto a la educación secundaria: el 36,82% de la poblaciónmayor de 18 años ha culminado esta etapa de estudios en el cantónQuito, frente al 32,30% de Pichincha, 32,97% de la sierra y22,09% de todo el país. Como se puede observar en Quito se regis-tran los mayores niveles de escolaridad. Esto se corrobora con lologrado en educación superior, pues en este nivel se ha consegui-do que el 30,57% de la población mayor de 24 años de Quito cul-mine los estudios superiores, mientras que en Pichincha, la Sierray el total nacional, los logros ascienden al 26,93%, 20,01% y18,10%, respectivamente. (Ver Gráfico comparativo No 8)14

Gráfico No 8Logros Educativos por regiones

Fuente: SIISE, versión 4.0Elaboración: La Autora

86

Mónica Mancheno K.

82,36%78,54%

67,80% 67,80%

36,82%32,30% 32,97%

22,09%18,10%20,01%

26,93%30,57%

0,00%

10,00%

20,00%

30,00%

40,00%

50,00%

60,00%

70,00%

80,00%

90,00%

Quito Pichincha Sierra Nacional

Primaria Secundaria Superior

14 SIISE, versión 4.0

Page 207: Revista de la PUCE No. 83

Para el año 200615, los porcentajes de gasto destinado a educaciónsegún los diferentes estratos socioeconómicos son los siguientes:

Cuadro No.2

Los logros educativos para las personas de escasos recursos se handado a nivel primario, pero a nivel secundario y terciario hay unlargo camino por recorrer, tal y como se observa en el cuadro No.3.

Cuadro No.3

87

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

Estrato Socioeconómico % Consumo destinado Educación

Indigencia 3,63%

Pobres no indigentes 4,31%

No pobres 13,58%

Población Nacional 9,95%

Estrato SocioeconómicoNivel de instrucción Indigencia Pobres no indigentes No Pobres

Ninguno 13,31% 7,77% 3,10%Centro alfabetización 0,66% 0,33% 0,25%Educación Básica 32,70% 30,28% 21,46%Primaria 41,60% 37,65% 23,42%Educación media bachillerato 1,25% 3,28% 4,88%Secundaria 10,07% 18,34% 26,86%Post Bachillerato 0,06% 0,26% 0,84%Superior 0,33% 2,06% 18,17%Post Grado 0,00% 0,00% 1,00%Total 100,00% 100,00% 100,00%

15 Cfr, Encuesta de Condiciones de Vida 2006, datos de la investigación: La polarizacióncomo resultado de la diversidad socioeconómica: Un análisis crítico sobre la inequidadde las condiciones sociales y la desigualdad de oportunidades económicas en la geo-economía del Ecuador (2007), Facultad de Economía.

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Adicionalmente, es importante señalar que al medir el nivel dedesigualdad en la distribución del capital humano en el Ecuador, através del índice de Gini, el resultado es 0,32 (aquí es importanterecordar que mientras este índice se acerque a 1 se habla de mayordesigualdad y mientras se acerque a cero se habla de igualdad). Lainformación se clarifica aún más si comparamos este resultado conlos logros de países como Argentina y Chile, cuyo índice es cerca-no a 0,20, y ni hablar de países como Canadá y Estados Unidoscuyo índice es inferior a 0,15.16

4.- La Sociedad y Economía del Conocimiento:

De acuerdo a la OECD, la economía del conocimiento es:

Aquella basada directamente en la producción, distribución y usodel conocimiento y la información, apoyada por los rápidos avan-ces de la ciencia y de las tecnologías de la comunicación y lainformación, …, en ella el incremento de la productividad depen-de de la aplicación del conocimiento e información a la gestión,producción y distribución, tanto en los procesos como en los pro-ductos, en esta economía el conocimiento es creado, adquirido,transmitido y utilizado con mayor efectividad por los individuos,las organizaciones y las comunidades para promover el desarrolloeconómico y social17

El conocimiento es un proceso humano y dinámico, en el cual sejustifica un carácter personal hacia la certeza, que crea interaccio-nes entre individuos, grupos, organizaciones y sociedades. Es dis-tinto del término información en el sentido que incluye categorías

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Mónica Mancheno K.

16 Educación Superior en Iberoamérica, Informe 2007, CINDA, CentroInteruniversitario de Desarrollo, 2007, Santiago de Chile, pg.61.17 Blanca Revelo, Sistematización del origen y evolución y nuevo aporte de la economíadel conocimiento, Disertación de grado para optar al título de economista, PUCE,Facultad de Economía, pág. 7.

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cognoscitivas, códigos de interpretación de la información, habili-dades tácitas y heurísticas de resolución de problemas y de bús-queda irreducible a algoritmos. El proceso de formación del cono-cimiento arranca con la interpretación de datos de un contexto quese transforman en información descriptiva, para luego generar unconocimiento cuya característica principal es ser predictivo, con-virtiéndose en un recurso dominante y en un factor de producción,de productividad y de competitividad decisivo, superando lo queen su momento significaron el capital, la tierra y el trabajo.

Todo esto se está desarrollando en el marco de una economía glo-bal, donde las actividades económicas dominantes están articula-das y funcionan como una unidad en tiempo real, cuya organiza-ción se basa en las denominadas sociedades redes, que representanun cambio cualitativo de la experiencia humana, donde la innova-ción juega un papel muy importante e incluye un compromiso conla continua renovación de productos, sistemas, procesos, marke-ting y personal. La nueva forma de expresión de esta economía esla Digitalización, mediante nuevos conceptos de trabajo y capaci-dades creativas que se desarrollan a partir de la digitalización deservicios profesionales (diseño asistido por computador, trabajo engrupo mediado por computadoras, laboratorios virtuales, etc),dando lugar al desarrollo del espacio virtual, donde los medios decomunicación son determinantes en la creación de riqueza de todoslos sectores, en lo cuales consumidores y productores se acercan.18

Otra característica importante de las sociedades y economías con-temporáneas es la gran cantidad de información disponible en losespacios virtuales a través de redes informáticas.

La World Wide Web contenía hacia mediados del año 2.000 más de

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

18 Cfr, Blanca Revelo, Sistematización del origen y evolución y nuevo aporte de laeconomía del conocimiento, Disertación de grado para optar al título de economista,PUCE, Facultad de Economía.

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2.500 millones de páginas electrónicas y en ese momento crecíadiariamente en 7,3 millones de páginas. Si se considera la totali-dad de la información accesible a través de la Red, incluyendo lasbases de datos conectadas, páginas dinámicas, sitios de intranet,se estima que en esa misma fecha la WWW reunía 550 mil millo-nes de páginas o documentos, 95% de los cuales eran pública-mente accesibles.19

Ante todas estas características es importante precisar que el capi-tal humano, entendido como el conjunto de conocimiento, compe-tencias, habilidades, experiencias y destrezas de las personas invo-lucradas en los procesos productivos, juega un papel relevante, ysu formación, principalmente, está en manos de las instituciones deEducación Superior. Es así como se puede entender la estrechavinculación que deben tener la sociedad y economía del conoci-miento con la universidad, que representa una institución clave enla innovación y en la capacidad autónoma de producción de nue-vos conocimientos, reconociendo que “el saber que resultabaantes del trabajo de varias generaciones se produce hoy en unasola generación”20 y sabiendo que la ciencia que antes se concen-traba en el saber especulativo y que buscaba penetrar la realidadhasta sus principios mismos, pero ajena a las consecuencias prác-ticas, guarda hoy en día una estrecha vinculación con la tecnologíao saber práctico.

Adaptación de las Universidades

La búsqueda de la vinculación de la ciencia con el saber práctico,determinó la “vinculación de la universidad con la industria”. Por

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Mónica Mancheno K.

19 Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias para la EducaciónSuperior en América Latina, CINDA, Santiago de Chile, 2002, pág. 2.20 Luis Bernardo Peña, La Revolución del conocimiento y sus consecuencias en laUniversidad, Conferencia X, Seminario Internacional, Simposio permanente sobre laUniversidad y las unidades de sus seminarios generales, Bogotá, 2004, pág.9.

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un tiempo dicha relación se fue gestando entre entidades conside-radas distintas y hasta diferentes en sus objetivos y distantes en suspropósitos. En la actualidad se comprende que la universidad y laindustria no son entidades que pueden “asociarse” o “vincularse”,sino que se trata de componentes complementarios en vía de inte-gración y de articulación, pero sobre todo en la perspectiva de con-formarse como el eje de una estructura social emergente: el de unasociedad del conocimiento que se organiza sobre bases diferentesa las que conocemos.21

Esto ha determinado una fuerte presión sobre las Universidades,que se han visto en la necesidad de generar diferentes modelos deorganización que permitan atender las distintas demandas. En laactualidad se habla de Universidades emprendedoras,Universidades de Grupos de interés, empresariales o gerenciales,de capitalismo académico, de modelo de mercado, de competitivi-dad, virtuales, de servicios, de negocios, entre otras; todas ellasbuscan redefinir su relación con la industria, con los mercadoslaborales y las nuevas tecnologías; sobrepasando incluso fronterasentre países a través de nuevos proveedores transnacionales deeducación superior y con fuertes tendencias a la comercializacióny mercantilización.

Hoy en día se habla de la conformación de empresas del conoci-miento, cuyo deber ser debe fundamentarse en la misión ético polí-tica de la Universidad, que implica el compromiso de la misma enlas consecuencias políticas y sociales del conocimiento, resaltandoasí que las instituciones de Educación Superior no pueden estarajenas al contexto en el cual se desenvuelven.

A nivel iberoamericano22, las diferentes cumbres sobre educación

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

21 Axel Didriksson, Universidad, sociedad del conocimiento y nueva economía.22 Centro Ineruniversitario de desarrollo, Educación Superior en Iberoamérica, informe2007, Santiago, primera edición, 2007,págs. 47-52.

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superior desarrolladas entre los años 1992-2006, han definidocomo principales preocupaciones de análisis los siguientes puntos:

- La necesidad de la cooperación, intercambio y movilidad detodos los actores de la comunidad universitaria.- El desarrollo de la investigación y de la ciencia.- La necesidad de modernización de la Educación Superior.- El libre flujo de información y comunicación.

Todas estas discusiones han servido de base para establecer losobjetivos claves para el desarrollo universitario, y hacia dondedeben dirigirse las políticas e instrumentos de Educación Superior.Entre los objetivos propuestos están:

- Contribuir al desarrollo político, económico y social de lasnaciones, enmarcando estos conceptos dentro de lo que debeser un desarrollo sostenible, teniendo en cuenta las necesida-des productivas.- Cumplir un papel fundamental en la gobernabilidad de lospaíses.- Generar una democracia social que permita que el acceso a laeducación se dé en condiciones de igualdad, favoreciendo deesta manera la equidad social.- Invertir en los procesos formativos de las universidades, conla formación docente y técnica, apuntando a la profesionaliza-ción y dignificación de la formación docente.- Todos estos puntos deben tomarse en cuenta para crear unEspacio Común Iberoamericano de Educación Superior, temadiscutido en la última declaración de Montevideo en el año2006.

Básicamente, tras las reflexiones anteriores, se puede determinarque los elementos claves para la inserción de la universidad a lasociedad del conocimiento están en el desarrollo del capital huma-

92

Mónica Mancheno K.

Page 213: Revista de la PUCE No. 83

no, de la investigación y desarrollo, del financiamiento, de lasTIC´s (Tecnologías de Información y comunicación) y básicamen-te el desarrollo socioeconómico de los países. En este sentido esnecesario entender que existe una bidireccionalidad entre lo quelogra la Educación Superior y los desafíos que le impone el desa-rrollo de la sociedad del conocimiento.

En lo referente al capital humano, tal y como se lo explicó en unapartado anterior, el Ecuador no alcanza niveles de población conestudios superiores que garanticen la innovación y la creación delos nuevos procesos requeridos en economías del conocimiento.Pero qué pasa con los otros elementos, realicemos una breve des-cripción de su situación:

Investigación y Desarrollo.-

Al analizar este punto, se observa que el desafío es grande. Paraobtener una percepción del estado de la Investigación y Desarrolloen el Ecuador, es conveniente revisar los siguientes indicadores:

- Porcentaje de la investigación y desarrollo respecto al PIB: Elpaís registra el más bajo porcentaje de la región. Para finalesde la década pasada el porcentaje ascendía a 0,08.- El número de investigadores respecto de la población econó-micamente activa logra un valor de 0,03%, nuevamente el másbajo de la región.- En cuanto a patentes concedidas, se han logrado 87, valorextremadamente bajo si lo comparamos con países comoArgentina y Brasil donde el número de patentes asciende a1.103 y 2.601 respectivamente, y qué decir de lo logrado enEstados Unidos y España: 98.343 y 54.018.23

93

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

23 Estos tres primeros indicadores fueron tomados del Informe sobre el estado de laEducación Superior en el Ecuador 2003-2004; datos correspondientes a 1995-1996.

Page 214: Revista de la PUCE No. 83

- Para el año 2006, el número de investigadores activos ascen-dió a 645, lo que implica que por cada millón de habitantesexisten cerca de 50 investigadores, de los cuales el 28,5% sonmujeres.24

En este análisis, el país está quedando en los últimos lugares anivel de ibero América, lo cual es alarmante sabiendo que estaregión en los últimos 15 años ha contribuido apenas con el 4% enla generación de investigación y desarrollo.

Desarrollo de Tecnologías de información y comunicación(TIC´s)

Al iniciar este análisis es preciso recordar que una de las expresio-nes de la economía del conocimiento es la digitalización, y paraello son necesarias las computadoras, que juegan un papel suma-mente importante en dicha expresión.

Cuadro No.4Tenencia de Computadoras en el Ecuador

Fuente: Encuesta Condiciones de vida, INEC, 200625Elaboración: Investigación JG

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Mónica Mancheno K.

Urbano RuralIndigentes 0,16% 0,05%Pobres no indigentes 1,05% 0,25%No pobres 23,10% 2,03%

24 Educación Superior en Iberoamérica, Informe 2007, CINDA, CentroInteruniversitario de Desarrollo, 2007, Santiago de Chile, pg.163.25 Cfr, Encuesta de Condiciones de Vida 2006, datos de la investigación: Lapolarización como resultado de la diversidad socioeconómica: Un análisis crítico sobrela inequidad de las condiciones sociales y la desigualdad de oportunidades económicasen la geo-economía del Ecuador (2007), Facultad de Economía.

Page 215: Revista de la PUCE No. 83

En el cuadro No.4, se observa que en los hogares ecuatorianos latenencia de computadoras es mínima, apenas un 23% de los hoga-res en el área urbana correspondientes a no pobres, poseen este ele-mento, indicativo de que el mismo no está al alcance de la mayoríade ecuatorianos; esto representa un punto importante a analizar yaque impide el progreso del espacio virtual a desarrollarse enmuchas actividades, una de ellas, la educación.

En el Ecuador la penetración de telefonía fija alcanza al año 2006el 13,5%, y la telefonía móvil el 60,5%. En cuanto a los usuariosde Internet se tiene que se han incrementado en 437% en el perío-do 2000-2007, pasando de 180.000 a 968.000, pero estas cifrasimplican un nivel de penetración de apenas del 8%, porcentaje bajofrente a países como Colombia y Perú cuyos porcentajes asciendena 12,9% y 15,9% respectivamente.

En la actualidad existen índices que permiten medir el desarrollotecnológico y de comunicación de las naciones, estos datos estadís-ticos permiten la comparación internacional de los avances y retro-cesos que a nivel mundial se están observando. Entre estos índicespodemos encontrar a: e-Readiness Index, Networked ReadinessIndex y el Índice de la Sociedad de la Información:

- E-Readiness Index: Analiza el uso de TIC´s en 69 economías,en su tecnología, economía, política y sociedad, así como elnivel de infraestructura y la capacidad de sus ciudadanos,empresas y gobierno para usar las TIC en su beneficio. En esteíndice el Ecuador logra el puesto número 59 de los países ana-lizados y respecto de países de la región como Chile, México,Brasil, Argentina, Venezuela, Perú y Colombia, se ubica en elúltimo puesto.

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Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

Page 216: Revista de la PUCE No. 83

Gráfico No. 9

Fuente: Blanca Revelo, Sistematización del origen, evolución y nuevo aporte de la economía del conoci-miento, Disertación de grado para optar al título de economista, Quito, 2007.

Elaboración: Autora

- Network Readiness Index: Se define como el grado de pre-paración de un país para participar y beneficiarse de las TIC´s.Analiza la situación política, económica, regulatoria y tec-nológica de 122 países. En este índice el Ecuador logra laposición 97, y nuevamente ocupa el último lugar de la región.

Gráfico No. 10

Fuente: Blanca Revelo, Sistematización del origen, evolución y nuevo aporte de la economía del conoci-miento, Disertación de grado para optar al título de economista, Quito, 2007.

Elaboración: Autora

96

Mónica Mancheno K.

e- Readiness de Ecuador 2006-2007

0

2

4

6

8Chile (30)

México (38)

Brasil (43)

Argentina (44)

Venezuela (50)

Perú (51)

Colombia (53)

Ecuado(59)

Networked readiness Index de Ecuador 2006-2007

0

2

4

6Chile (31)

México (49)

Brasil (53)

Argentina (63)

Colombia (64)

Perú (78)

Venezuela (83)

Ecuador (97)

Page 217: Revista de la PUCE No. 83

- Índice de la Sociedad de la Información (Naciones UnidasDepartamento de Asuntos Económicos y Sociales): Este índi-ce mide el nivel de uso y adopción de la Sociedad de laInformación en 53 países de todo el mundo. Se basa en 14indicadores cuantitativos organizados en 3 categorías:Entorno, Disponibilidad y Uso. Nuevamente el Ecuador seubica en el último lugar de 20 países.

Fuente: Blanca Revelo, Sistematización del origen, evolución y nuevo aporte de la economía del conoci-miento, Disertación de grado para optar al título de economista, Quito, 2007.

Elaboración: Autora

97

Los desafíos de la universidad ecuatoriana enmarcados en la sociedad yeconomía del conocimiento

Page 218: Revista de la PUCE No. 83

Conclusiones:

El sistema educativo de educación superior en el país debe tomaren consideración los siguientes elementos:

- El cambio demográfico que se proyecta permite desarrollaralgunas inquietudes, hasta hoy la educación superior se haencaminado hacia el grupo de población comprendido entrelos 18 y 24 años; pero como se observa, en menos de 20 añoseste grupo de población no tendrá la misma tasa de crecimien-to. En la actualidad, un gran porcentaje de individuos mayo-res de 30 años no posee educación superior, a esta reflexión esnecesario añadirle el hecho de que este grupo poblacionaltendrá un mayor crecimiento en los próximos años, y si la ten-dencia continúa en lo referente a la adquisición de estudiosuniversitarios; se puede recomendar una mayor oferta educati-va encaminada a dicha población.

- Para el planteamiento anterior es necesario tomar en consi-deración los siguientes elementos: la situación económica delos hogares es limitada, en aquellos hogares donde se concen-tra la mayor población son los que menores ingresos perciben,por lo que los individuos demandarán en mayor medida hora-rios de estudios que se acoplen a sus necesidades de trabajo yestudio; incrementándose así la demanda de estudios semipre-senciales y a distancia.

- Los hogares en la actualidad están haciendo un esfuerzo porproporcionar educación privada a sus hijos, básicamente por ladeficiencia del sistema educativo estatal; por lo tanto aquellasinstituciones que desarrollen los mejores sistemas de créditosy becas, a más de su prestigio académico, captarán la crecien-te demanda.

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- Han transcurrido más de 10 años del repunte de crecimientode universidades privadas, lo que implica que dicho grupo deuniversidades han ganado experiencia y posicionamiento en elsistema educativo; hoy más que nunca los procesos de acredi-tación son relevantes, y la mayoría de dichas instituciones pro-piciarán la obtención de dichos certificados de calidad, comoun elemento más para la captación de la demanda universita-ria.

A más de los ítems señalados anteriormente, es conveniente con-cluir que el nivel de avance hacia los requerimientos de la actualEconomía del Conocimiento en el Ecuador, ha sido insipiente.Frente a esta realidad es necesario que las Universidades determi-nen sus desafíos, teniendo siempre en cuenta sus tres funciones:Docencia, Investigación y Extensión.

Entendiendo, como lo describe el gráfico, que las tres actividadesse complementan y se alimentan, determinando así un engranajeperfecto. En tal sentido las universidades deben observar lossiguientes desafíos:

Docencia: Las actuales sociedades y economías del conocimiento requierenun desarrollo de las habilidades mentales que vayan más allá de laescritura y lectura alcanzadas en el nivel básico de educación.

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Doce

ncia

Extensión

Investigación

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Como se vio anteriormente es necesario desarrollar las capacida-des de identificación, relación, descripción, argumentación, análi-sis, propuesta, definición, entre otras, que lleven a la construcciónde ideas innovadoras.

En tal sentido, la educación tendrá que propiciar la formación deestructuras mentales y descubrir la estructura propia de las disci-plinas científicas en lugar de atiborrar la memoria de datos.26 ParaJosé Joaquín Brunner es el dominio de la estructura el que le per-mite al estudiante captar las ideas fundamentales o básicas de unamateria, así que cuanto más básica sea la idea aprendida, tantomayor será su grado de generalización y de aplicabilidad. Hay querecordar que los cambios actuales en el conocimiento se estándando a velocidades inimaginables, si tuvieron que pasar 100 añosdesde la máquina del vapor al automóvil, hoy en día se ha pasadode la televisión en blanco y negro a la de plasma, al teléfono móvil,a la información en masa en diminutos aparatos y al acceso de grancantidad de datos en cuestión de segundos, es por ello que una solageneración tendrá que adaptarse a gran cantidad de nuevas reali-dades, por lo que sus estructuras mentales deben facilitar dichaadaptación.

Ante esto, la universidad, sus docentes y estudiantes deben estarconscientes que es necesario ser creativo en la forma de adquirir ycrear conocimiento, esto no significa el aplicar técnicas deenseñanza por moda, sino ser lo suficientemente estratégico en lacombinación de dichas técnicas, para así lograr el objetivo en laconstrucción de las estructuras mentales requeridas en la actuali-dad, que les permitan el saber qué hacer y cómo hacerlo, y no sim-plemente la adquisición de conocimiento codificado y de estrate-gias generales de identificación y solución de problemas.

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26 Luis Bernardo Peña, La revolución del conocimiento y sus consecuencias en la uni-versidad, Seminario Internacional, Simposio permanente sobre la universidad y lasunidades de sus seminario generales, Bogotá, Universidad Javeriana, 2004.

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De igual manera, las necesidades de educación continua se iránincrementando cada vez que los individuos perciban que su adap-tación al medio se complica, por lo que se deben dar alternativaspara que este tipo de educación garantice la actualización rápida yclara en el avance de la ciencia y de la tecnología.

Ante la difícil situación económica en el Ecuador, el desarrollo dela educación a distancia tendrá un fuerte impulso, pero es impor-tante recordar que aquellos elementos que garantizan el perfectofuncionamiento de los espacios virtuales, no han llegado a un nivelde penetración óptimo en la sociedad, lo que dificultará la calidadde dicha enseñanza.

Las actuales características de la información: avanzada y de fácilacceso; exigirán de la Instituciones de Educación Superior la entre-ga adecuada de “info-información”, es decir, la capacidad de selec-cionar, evaluar, interpretar, clasificar y usar la información dispo-nible, determinando lo que vale la pena saber y pueda ser sinteti-zado para que esté disponible para el ciudadano común y paraaquellos encargados de la formulación de políticas.

Investigación:

Los procesos de investigación son aquellos que más favorecen laconstrucción de estructuras mentales complejas, adicionalmentevan generando niveles de innovación necesarios en las actualeseconomías y sociedades. Por tal motivo la investigación que ahoraes requerida, al igual que en la docencia, debe ser estratégicamen-te planteada, en el sentido de que su impulso no debe ser exclusi-vamente la curiosidad, sino que, adicionalmente, debe reflejar en síuna utilidad social. Esta investigación debe responder a interesesde corto, mediano y largo plazos, estableciéndose siempre priori-dades sociales o específicas que contemplen una solución, unaexplicación, una referencia, relacionadas a un contexto, favore-

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ciendo siempre la creatividad, oportunidad y pertinencia en losplanteamientos.

Las actuales dinámicas y características de las principales univer-sidades de investigación en el mundo, se desarrollan alrededor delos siguientes elementos:27

- El conocimiento es producido en contextos de aplicación:hay un importante grado de utilitarismo y de sensibilidad ademandas.- La producción de conocimiento tiene un carácter transdisci-plinario.- El nuevo modo de producción posee una base institucionalmás amplia y diversificada.- Los problemas que se abordan actualmente tienen un altoperfil público: salud, medio ambiente, pobreza, violencia, etc.- Mayor diversificación en el control de calidad.- El conocimiento producido bajo este modelo tiene carácterlocal, pero es desarrollado, transmitido y evaluado en términosde las redes globales.

Extensión:

Ante una sociedad con inmensas inequidades, la labor de laUniversidad es de presentar alternativas que logren mitigar losefectos nocivos de dicha situación. Por tal motivo su relación conel medio externo, debe ir acorde con el avance actual, pero sindejar de lado su responsabilidad ética y moral, tomando siempre encuenta los avances y requerimientos de la sociedad del conoci-miento, sabiendo que aquel medio externo puede posibilitar lapropia renovación de las instituciones universitarias, tanto en susmodelos de organización, de sus estructuras administrativas, de su

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27 Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias para la EducaciónSuperior en América Latina, CINDA, Santiago de Chile, 2002, pág. 16.

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planeación, de sus estados financieros, del diseño de espacio, delmanejo de información, de programas curriculares y de métodos deenseñanza.

Bibliografía:

Brunner José Joaquín, Nuevas demandas y sus consecuencias parala Educación Superior en América Latina, CINDA, Santiagode Chile, 2002

Educación Superior en Iberoamérica, Informe 2007, CINDA,Centro Interuniversitario de Desarrollo, 2007, Santiago deChile

Hexagon Consultores, Constitución 2008: Estabilidad, crecimien-to, distribución y pobreza, Memorando Económico deInvestigación Legislativa, Papel de trabajo M.E.I.L., No.21,junio 27 2007.

Mancheno, Mónica, Caracterización de la demanda universitariade la PUCE, una herramienta en la toma de decisiones, Tesisde maestría, 2007.

Peña, Luis Bernardo, La revolución del conocimiento y sus conse-cuencias en la universidad, Seminario Internacional, Simposiopermanente sobre la universidad y las unidades de sus semina-rio generales, Bogotá, Universidad Javeriana, 2004.

Revelo, Blanca, Sistematización del origen, evolución y nuevoaporte de la economía del conocimiento, Disertación de gradopara optar al título de economista, Quito, 2007.

http://mt.educarchile.cl/archives/2005/08/educacion_super_1.html

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CUATRO AMISTADES QUITEÑAS

Josep M. Barnadas1

Han pasado ya 47 años desde que llegué a Quito. Era fines de agos-to y a los pocos días debía comenzar los estudios humanísticos enel ‘juniorado’ jesuítico de Cotocollao; en realidad, se trataba decontinuarlos, pues ya había cursado Humanidades enCochabamba, así que pasé directamente al primer año de Retórica,según la añeja distribución de la Ratio studiorum del siglo XVI.Aquel primer trimestre del curso 1960-1961 habría de ser el últimodel largo magisterio del P. Aurelio Espinosa Pólit; esto, claro está,por entonces no lo sabíamos.

Quisiera decir que, con mis 19 años a cuestas, sólo ahora me doycuenta de lo mal preparado que estaba para recibir los exquisitosmanjares que dispensaba el P. Espinosa a su juvenil audiencia. Sinembargo, me atrevo a decir que no resultaron desperdiciados porentero. ¿O no dicen que la educación es lo que queda cuando unoha ‘olvidado’ cuanto le dijeron en los bancos de las aulas? Al cabode dos años, en 1962 pasé al ‘filosofado’ o Facultad de Filosofía deSan Gregorio (también incorporada en la Universidad Católica).Allí permanecí hasta junio de 1965, en que dejé el país.

Pero aquí no me he propuesto recordar la formación recibida ni en

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1 Historiador boliviano nacido en Cataluña. Estudió Letras Clásicas y Filosofía en Quito;después hizo el doctorado en Sevilla (1971); desde entonces ha trabajado en Bolivia(salvo dos años que volvió a vivir en Cataluña): más como investigador independienteque como docente. Ha dirigido el Archivo y la Biblioteca Nacionales; ha fundado ydirigido el Archivo-Biblioteca Arquidiocesanos de Sucre. Actualmente forma parte del'Centro de Estudios Bolivianos Avanzados' (CEBA). En los años 80 fundó y dirigió larevista "Historia Boliviana". Actualmente está acabando una amplia investigación sobrela producción colonial impresa de Charcas (Bolivia).

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el Instituto de Humanidades Clásicas (nombre académico delJuniorado desde que quedó incorporado en la Universidad Católicadel Ecuador) 2 ni en la Facultad de San Gregorio. Quisiera traer ala memoria cuatro relaciones de amistad que nacieron y alcanza-ron cierto desarrollo durante mi quinquenio quiteño. Las cuatrotuvieron intensidades, ritmos y orígenes diferentes, como esperoquede de manifiesto en las páginas que seguirán; pero dentro de suvariedad, vistas a la distancia de cuatro décadas, todavía no dejande llamarme la atención y de producirme cierta sorpresa.

Y esto es así porque, hoy, hace falta rememorar los cánones quepor entonces condicionaban la relación del joven estudiante jesui-ta con eso que podríamos llamar el ‘mundo exterior’. Y no es queahora me escandalice ni que, entonces, lo viviera como un corséasfixiante (que no lo era, por lo menos en mi caso, como vendrántambién a demostrarlo estas cuatro amistosas aventuras). Digamosque la pedagogía de la Compañía de Jesús consistía en ir dejando‘volar’ progresivamente a sus tiernas promociones. Reconozco queen algunos este ‘progresismo’ chocaba con sus premuras, carentespor completo de la más elemental experiencia humana; tambiénera, naturalmente, diferente la situación entre los condiscípulosecuatorianos (y, sobre todo, quiteños) y la de quienes habíamos lle-gado de lejanos países (en mi caso, Bolivia, que tampoco era elmedio familiar originario, quedando triplicada la distancia delhábitat nativo). No podría ni pretendo afirmar que la mayoría demis compañeros anudaran amistades similares como las que voy arelatar. Cada uno tenía sus propios ‘intereses’, que les llevaban porunos senderos también en proceso de personalización.

Sea como fuere, insisto en que, ahora que dirijo la mirada a este

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2 Sobre mi paso por Cotocollao ya he escrito algunos recuerdos en el artículo "La escuelahumanística de Cotocollao: evocación de una vivencia", en: Classica Boliviana. IEncuentro Boliviano de Estudios Clásicos (La Paz, 1998 [1999], pp. 157-164. Más engeneral para los años de Quito, he resumido los recuerdos en Una vida entrevista(Cochabamba, 2005), pp. 37-44.

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aspecto de mis años quiteños, sigue llamándome la atención. Ydebe quedar claro desde el primer momento que no se trata de‘experiencias prohibidas’, más o menos estrictamente clandestinas:en mi caso cada contacto iba precedido de la correspondiente peti-ción y permiso del superior (que podía ser el rector o el Ministrode la comunidad).

1. EL P. JOSÉ MARÍA VARGAS OP

No puedo recordar ya cuál fue el primer paso de esta relación amis-tosa. Es evidente que fui yo quien lo dio, pues nada podía llevarlea él hacia mí, el más anónimo de los estudiantillos.

Pero a medida que fueron despertándose en mí las curiosidadeshistoriográficas, necesariamente me iba haciendo una idea de per-sonas teóricamente ‘interesantes’ y en las que podía encontraralgún tipo de orientación. Fue el caso del Dr. Julio Tobar Donoso,del Dr. Bognoli (Director por aquellos años de la BibliotecaMunicipal), del Dr. Enrique Garcés (Director del ArchivoMunicipal); y del P. Julio Moreno OFM (ya entonces conspicuohistoriador franciscano y que había estado algún tiempo, si no meequivoco, en la Academia de Historia Americana Franciscana deWashington). Recuerdo también que bastantes veces visité la Casade la Cultura Ecuatoriana (no sé en busca de qué o de quién: quizásde alguna publicación).

En ese contexto un día me dirigí al Convento de Santo Domingo ypedí por el P. Vargas; en su caso quizás me llevaba a él el saber queconservaba el archivo de copias de documentos traídos de Sevillapor el P. Vacas Galindo; pero tampoco sé qué buscaba en concretoen ella. Puedo decir, de todos modos, que el P. Vargas me recibiócon toda simpatía, nuevo motivo de sorpresa teniendo en cuentaquién era yo: literalmente un ‘don nadie’, incapaz de mantenerningún tipo de intercambio de informaciones ni de opiniones sobre

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Cuatro Amistades Quiteñas

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ningún tema histórico que pudiera ser de interés común.

En aquella primera ocasión o en otra visita posterior, supongo quele pedí y, en todo caso, me regaló su obra sobre La conquista espi-ritual del Imperio de los Incas (Quito, 1948), que forma parte delas primeras adquisiciones para mi biblioteca de futuro ‘historia-dor’; en cambio, aunque se lo pedí, no disponía de ejemplares dela biografía que había dedicado a su ilustre cofrade y primer obis-po de La Plata (actual ciudad de Sucre), fray Domingo de SantoTomás OP, publicada en 1935 y que hasta hoy nunca he podidotener. Porque después de aquella primera visita, siguieron otras;llego a imaginar que alguna incluso debía ser para él poco oportu-na (habida cuenta de sus numerosas obligaciones y compromisos);pero lo que retiene mi memoria es que siempre me recibió, lleván-dome a su celda, que era también su sancta sanctorum de historia-dor.

Más adelante, ya en el filosofado, creo que alguna vez lo fui a bus-car en la Universidad Católica, donde enseñaba; en las dos ocasio-nes que he vuelto a Quito (en 1976 y en 1982) lo he buscado, segu-ramente también en el campus de la Universidad, situado en laAvenida 12 de Octubre (donde a partir de cierto momento tenía asu cargo la Biblioteca Jijón y Camaño), pero en esa nueva fase yaresultaba más difícil poder mantener una charla con él, pues amenudo andaba apresurado con diferentes asuntos, con lo que laconversación quedaba una y otra vez interrumpida por otros visi-tantes.

En alguna otra ocasión me regaló otros libros suyos, como porejemplo, la Historia de la Iglesia en el Ecuador durante elPatronato español (Quito, 1962), que veo lleva su dedicatoriafechada el 1º de junio de 1965, pocos días antes de que yo dejaraQuito con rumbo a Norteamérica y Europa. Su Polémica univer-sitaria en Quito colonial (Quito, 1983), en cambio, la he compra-

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do en 1986, en Libri Mundi. Hasta que algún día, que ahora norecuerdo, supe de su muerte.

Resulta, pues, que, bien mirado, fue una relación casi ‘platónica’:lo único que podía atraerme en él fue simplemente, supongo, lafigura del ‘sacerdote intelectual’, dedicado a la investigación histó-rica; y esto, idealizado por mi propia falta de experiencia delmundo y de los hombres. Hoy, a la distancia de más de cuarentaaños, puedo encontrar algo de ‘ridiculez’ y mucho de ingenuidaden aquella búsqueda de modelos en quienes poder inspirarme; peroaquella misma distancia y la experiencia adquirida con los años,también me permite afirmar sin temor a equivocarme que el cami-no a la madurez pasa necesariamente por muchas de tales ingenui-dades (que cuando ocurrían no las vivíamos así, por supuesto); otracosa es que a veces, a cierta edad nos avergoncemos de nuestrasingenuidades juveniles, empeñándonos en negarlas (como Pedro, yéste en el mismo acto de caer en ellas, aunque tampoco tenía nadade juvenil) o, por lo menos, en esconderlas, como si no hubiesenexistido. Y a fin de cuentas, también a través de las ingenuidadespodemos (¿debemos?) alcanzar el sentido maduro de las cosas. Asíque podemos (¿debemos?) reconciliarnos con aquellos lejanos epi-sodios, dedicándoles una benévola y comprensiva sonrisa.

Esto es lo que me sugiere el recuerdo de mi relación juvenil con elP. José María Vargas OP, connotado historiador ecuatoriano de lasegunda mitad del siglo XX.

2. OSWALDO ROMERO ARTETA

Cuando llegué a Cotocollao en 1960, sin tardar mucho algún díadebí conocer al P. Oswaldo Romero Arteta SJ, aunque no tengoningún recuerdo preciso de las circunstancias. A los estudiantes suvida nos había de aparecer algo esquiva: sin desempeñar ningunafunción que lo vinculara directamente con nosotros, lo veíamos

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más o menos regularmente en los actos comunitarios (el almuerzoo la cena, la misa, etc.); y poco más, pues para los ratos de asuetoregía una estricta separación de clases o estamentos (sacerdotes,hermanos, estudiantes, novicios).

Hasta que algún día debí descubrir su especial vinculación con elP. Aurelio Espinosa a propósito de sus numerosas empresas edito-riales; y que esto lo ‘situaba’ en la Biblioteca Ecuatoriana como suprincipal lugar de trabajo. Como ya he dicho en otro lugar, empecéa ser visitante de ella, aun antes de que me llevara la búsqueda dealguna fuente concreta de información; y allí seguramente crucélas primeras, tímidas, conversaciones con el P. Romero. En reali-dad, por mucho tiempo todavía seguiría ignorando la naturaleza desu papel de ayudante del P. Espinosa; pero aun así, también estavez los comienzos de la relación se pierden en la niebla queenvuelve muchos de los comienzos de las cosas que acaban portener una tangibilísima realidad histórica.

A comienzos de 1961 murió el P. Aurelio y de nuevo pudimos vero, seguramente, sólo adivinar, su privilegiada relación con tanimportante figura del país.

Todavía en Cotocollao, un día supe que el P. Romero cuidaba de laCasa de Ejercicios que funcionaba al otro lado de la cerca poste-rior de la finca en que se desarrollaba la mayor parte de nuestrasvidas.

Cuando me fui al filosofado, la relación, hasta entonces poco másque ‘visual’, con el P. Romero quedó reducida prácticamente a lanada. Pero un día, sin que pueda reconstruir visualmente las cir-cunstancias, me pidió ayuda para revisar la transcripción que losesposos Peñaherrera – Costales habían hecho de una gramáticaqhishwa inédita del P. Juan de Velasco SJ. Si la memoria no mejuega una mala pasada, todavía ahora me horrorizo de las condi-

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ciones en que realicé la tarea propuesta (a falta de una máquina lec-tora de microfilms, tenía que ‘leerlos’ al trasluz del foco de la lám-para que cada estudiante filósofo tenía en su mesa; aun así, cumplícon la tarea). La obra fue impresa, en colaboración, por el InstitutoEcuatoriano de Antropología y Geografía (que, de hecho, dirigíanlos Peñaherrera – Costales) y la Biblioteca Ecuatoriana ‘AurelioEspinosa Pólit’; y presentada en el V Congreso IndigenistaInteramericano celebrado en Quito en aquel 1964 y en el que hiceun casi furtivo acto de presencia (todavía recuerdo que allí pudever a Claudi Esteva Fabregat, antropólogo catalán formado en elexilio mexicano, pero que por entonces formaba parte de la dele-gación española. Años más adelante coincidiríamos en el profeso-rado de la Universitat de Barcelona), según me recuerdan ahorados recortes de El Comercio quiteño (lamentablemente por enton-ces todavía no sabía de la intransigente necesidad de datar ese tipode fragmentos periodísticos con vistas a su uso posterior, pero queson de los días de dicho congreso). Se trata de una gacetilla de cró-nica y de un comentario de I. J. Barrera. En mi biblioteca tengo,además, el ejemplar del aludido Vocabulario de la lengua índica(Quito, 1964) en cuya portada el P. Romero quiso estampar la dedi-catoria “para mi gran colaborador”, también sin fecha, pero deaquellos primeros días de existencia del volumen. Y en él puedeleerse, al final de la “Introducción” y como último distinguido, “ya José M. Barnadas S. I., por su acertada revisión del texto manus-crito” (p. XXXV). Ya puede cualquiera imaginarse la íntima emo-ción que sentí al ver por primera vez en letras de molde mi nom-bre y mi trabajo reconocido como valioso.

Pero mis relaciones con el P. Romero no quedaron ahí: debía ser enaquel mismo año 1964 (o, acaso, todavía en 1963) que me vino conotra propuesta, esta vez de exigencias notoriamente mayores: setrataba de traducir, para empezar, el primer volumen manuscrito deuna obra del P. Mario Cicala, jesuita siciliano que trabajó variosaños en Quito y a quien golpeó la expulsión de 1767. La Biblioteca

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Ecuatoriana, todavía en tiempo del P. Aurelio Espinosa, habíalogrado obtener un microfilm de la obra que en Quito fue reveladoy pasado a fotocopias. Romero ya había dedicado una jugosa refe-rencia a la obra recientemente descubierta y a su autor en su sín-tesis Los jesuitas en el Reino de Quito (Quito, 1962), presentán-dola nada menos que como “nuestra primera Geografía patria” ya Cicala, como “el primer geógrafo del Reino de Quito” (p. 27). 3

Dada la envergadura y las dificultades que podía presentar lanueva tarea, esta vez el P. Romero me trajo al filosofado su máqui-na lectora de microfilms. Siendo así que mi trabajo de traducciónlo hice básicamente sobre las fotocopias, supongo que la lectoraiba destinada a permitir el recurso al propio microfilm en los casosparticularmente difíciles.

Cosas de la vida, de la juventud y de su inconciencia: ¿quiénpodría creer que me atreví a recoger el guante que Romero me lan-zaba? La osadía estribaba en que quien ni había recibido una clasede italiano, ni había aprendido la lengua mediante su práctica, selanzara a traducir varios centenares de páginas. Aunque no lorecuerdo con precisión, ni siquiera estoy seguro de haber contadocon algún tipo de diccionario bilingüe italiano-español.

El hecho es que fui avanzando en la traducción: al comienzo atrompicones; luego, ya con alguna mayor seguridad. Claro que enel montón de páginas manuscritas que entregué al P. Romero conel trabajo acabado andaban señalados cierto número de pasajes enque no creía haber dado con la traducción conveniente y que, portanto, esperaban una paciente consulta con el diccionario. El P.Romero recibió el trabajo; yo entendí que alguien (¿quizás el Sr.Granja de la Biblioteca Ecuatoriana?) se cuidaría de sacar de mis

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3 No puede dejar de sorprenderme que Cicala no haya tenido entrada en el recentísimoDiccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico - Temático, Roma - Madrid,Institutum Historicum Societatis Iesu - Universidad Pontificia Comillas, 2001.

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borrones una decente copia mecanografiada.

A mediados de 1965 dejé Quito para lanzarme en otras aventurasacadémicas, esta vez ya de pleno en el terreno de la Historia ame-ricana; pero en Quito, paralelamente a mi trabajo de traductor, yahabía ido tomando apuntes sobre el contenido de la obra del P.Cicala; estos apuntes los completé en Sevilla con otras fuentesbibliográficas y alguna referencia archivística. Y con todo elloescribí un artículo, suscrito en “febrero 1966”, destinado a presen-tar tanto su vida como su obra, con el título “El P. Mario Cicala(1718-?) y su obra”, que por un párrafo de carta del Dr. Carlos M.Larrea se podría deducir que lo envié al P. Romero: “He averigua-do a algunas personas sobre el artículo del que ud. me habla rela-tivo al jesuita siciliano Mario Cicala. Nadie me ha podido daralguna noticia. Creo que Ud. debería dirigirse al P. Romero, aPittsburg, a la Universidad, en donde sin duda tienen la dirección.Si logra recaudar el artículo escrito por Ud., le agradeceré que melo remita, para procurar su publicación en el Boletín de laAcademia Nacional de Historia” (Carta de 18-XII-1965). Yo no lorecuerdo y la cronología de los hechos que me es conocida hacepoco probable dicha interpretación, pues en octubre de 1965 yo yasabía algo del alejamiento de Romero del Ecuador; parece másprobable que Larrea confunda entre mi artículo y mi traducción.Sea como fuere, gracias a don Carlos Manuel mi artículo pudo apa-recer en el Boletín de la Academia Nacional de Historia (Quito),XLIX/107 (1966) 93-105. En él informaba de la terminación de latraducción española de la primera parte de la obra y añadía: “espe-ramos que pronto quedará lista para su edición” (p. 93).

Pasó bastante tiempo sin que supiera nada del manuscrito ni de mitraducción, aunque más de una vez lo intenté con amigos o com-pañeros ecuatorianos; así, el buen amigo Larrea me escribía: “Nohe tenido tiempo para ir a la Universidad Católica y averiguar siel P. Romero Arteta ha dejado la traducción hecha por Ud. de la

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interesante obra de Cicala; pero le ofrezco que sin falta alguna enesta semana haré la gestión y también averiguaré si ha dejadoalguno de los libros raros que me pidió prestados Romero” (Cartade 6-I.-1967); a pesar de tan buenas intenciones no recuerdo habersacado ninguna agua limpia de mis intentos de averiguación.

El proyecto de edición de Cicala vino a complicarse todavía másdesde que supe que el P. Romero había dejado la Compañía deJesús y salido del Ecuador en medio de gravísimas acusaciones.Reflejo de aquellos meses y años de incertidumbre son estas pala-bras de C. M. Larrea: “Lo que sería muy interesante es la publica-ción íntegra de la obra del P. Cicala. ¿Quién la tiene? ¿Se tradu-jo íntegramente del italiano? ¿La traducción la hizo Usted o sóloen parte? Creo que se podría publicar todo el libro en dos núme-ros del Boletín del Archivo Nacional y hacer una tirada aparte dealgunos ejemplares para los aficionados a la Historia. ¿Qué leparece mi propósito? (Carta de 29-III-1966). No recuerdo tampo-co cuánto tiempo tuvo que pasar para saber que Romero había idoa dar en los Estados Unidos; y todavía pasaron nuevos años hastaque, por fin, pude tener sus señas de Pittsburgo y establecer con-tacto epistolar con él, como vamos a ver más abajo. Ya puede com-prenderse que el objetivo de mi paciente pesquisa no era el desti-no de Oswaldo Romero, sino el de mi traducción; pero de éstapoco sabían decirme.4

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4 Puestos a hablar de papeles extraviados, quisiera salvar del olvido definitivo un datoque me transmitió el Dr. Larrea y que tiene que ver con los ajetreos de aquellos meses ycon Romero Arteta: "Sólo le diré que logré -con gran dificultad, por cierto- recaudar 30cartas originales autógrafas del Mariscal Sucre, que habían sido vendidas al seudohisto-riador Grisanti, de Venezuela. Hoy están de nuevo esos interesantes documentos en elArchivo de Loyola (Cotocollao), pues personalmente y ante el Jefe de Seguridad dePichincha hice entrega al Provincial de la Compañía de Jesús, así como una preciosaminiatura, retrato original de Sucre, que había sido obsequiada por María AugustaUrrutia al Padre Aurelio Espinosa Pólit" (Carta de 29-III-1966). El dato de los documen-tos de Sucre adquiere mayor relieve cuando veo que un gran especialista en el tema nohace mención de ese fondo cotocollaense en su trabajo "El archivo de Sucre" [1973;1979], en: P. Grases, Obras completas. 3: Preindependencia y emancipación, Caracas,1981, pp. 459-500.

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El calendario seguía avanzando y un día, revisando bibliografíaamericanista, me topé con la información bibliográfica de un artí-culo que el P. Julián G. Bravo Santillán (sucesor de Romero en laconducción de la ‘Ecuatoriana’) había publicado sobre el P. Cicala,si no me equivoco, en la revista del Núcleo del Azuay de la Casade la Cultura Ecuatoriana, y del que no puedo precisar el año.Aunque no fueron pocos ni desfallecientes los pasos dados paratener en mis manos el texto de dicho artículo del P. Bravo, he deconfesar que hasta ahora no lo he logrado (son los frutos perversosde la desarticulación cultural hispanoamericana...).

Así volvieron a correr los años hasta que un día supe, tampocorecuerdo cómo, que el propio P. Bravo había publicado laDescripción histórico-topográfica de la Provincia de Quito dela Compañía de Jesús (Quito, Biblioteca Ecuatoriana ‘A.Espinosa Pólit’, 1994, 669 p.). Naturalmente me faltó tiempo parapedir un ejemplar al P. Bravo, quien no tardó en enviármelo. Allípude leer una versión que, por todo lo que llevo dicho sobre elasunto, ya puede verse que por lo menos no se ajusta totalmente ala realidad: “En febrero de 1966 el P. José María Barnadas, que sinduda conoció la copia del manuscrito en la Biblioteca Ecuatoriana‘Aurelio Espinosa Pólit’ cuando estudiante del Instituto Superiorde Humanidades Clásicas, escribió en Sevilla (España) una reseñade la obra del P. Mario Cicala, en la que anunciaba la próximapublicación de al menos la mitad de ella ya traducida al español,reseña que la hemos visto publicada en el Boletín de la AcademiaNacional de Historia, n. 107, Quito, Enero-junio de 1966.Lamentablemente no nos ha sido dado conocer hasta el presente laanunciada publicación ni tampoco la traducción de referencia” (p.3).

Y más adelante aprovecha un dato que yo había sacado del ArchivoGeneral de Indias sobre la descripción somática que de Cicalaquedó en la Casa de Contratación (p. 5).

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Así pude cerciorarme de que Cicala había ingresado, efectivamen-te, en la galería de los escritores coloniales quiteños, lo que no dejade ser una noticia alentadora; pero iba acompañada de otra, desabor menos halagador y que se presta a consideraciones algo másmelancólicas: resultaba que mi esfuerzo juvenil, osadamente irres-ponsable, pero esfuerzo al fin, se había perdido en el remolino quearrastró consigo el brusco alejamiento del P. Oswaldo Romero, ala vez, de la Compañía de Jesús, de la Biblioteca Ecuatoriana y delEcuador. Y la verdad es que todavía hoy sigo ignorando si en algúnrincón de la Biblioteca Ecuatoriana -o quién sabe dónde- siguedurmiendo el sueño de los justos mi manuscrito de aspecto embro-llado (o su planeada transcripción). Vistas, sin embargo, las cosascon cierto senequismo, no considero ni perdido, ni inútil, el tiem-po que dediqué a la traducción.

Claro que no había cejado nunca de ir en pos de mi traducción,como ya he podido documentarlo con la correspondencia manteni-da con el Dr. Larrea. Por otra parte, revisando mi correspondenciacon Oswaldo Romero Arteta, he encontrado tres cartas suyas escri-tas desde Pittsburgo y que se escalonan entre 1973 y 1989, todasen respuesta de otras tantas mías (de las que, por desgracia, no heguardado copia). En la primera me decía que “cuando quise publi-car tu traducción alguien me escribió desde Quito que el P. Bravoestaba publicando en no sé qué revista dicha traducción como pro-pia. Estoy ahora esperando me confirmen lo anterior para poderdarte mejor información, pues yo tengo muchísimo interés en quesalga a la luz ” (Carta de 22-IV-1973); en la segunda, de tres añosdespués, añadía lo siguiente: “Averigüé la traducción de Cicalaque el P. Bravo me sacó de mis papeles particulares que dejé allí...Él [el P. Jorge Villalba] me dijo que el P. Bravo tiene toda tu tra-ducción, pero que él dice que es mala. No sé con qué autoridad.Pero supe que estaba gestionando de la embajada italiana el dine-ro para una nueva traducción, que sería la misma tuya, pues nadiela conoce. Tú debes tener el dato, pues te lo di, ¿en dónde están

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los originales, en Italia?. Yo podría hacer venir otra copia y tengoaquí editoriales que traduciría[n] o, mejor, que publicarían tu tra-ducción con una buena ventaja económica para ti. Contéstamepronto” (Carta de 11-IV-1976).

No pretendo acusar a nadie, en primer lugar porque no dispongodel ‘cuerpo’ del supuesto delito, que es el texto de mi traducción,lo único que permitiría compararla con el texto publicado en 1994y sacar conclusiones sobre su paternidad; en segundo lugar, porquequien formula la acusación ya no está entre los mortales. Acasoconvenga recordar que en los años sesenta apenas si empezaban aconocerse las máquinas fotocopiadoras; y cuando dejé Quito ¿quéhabría podido hacerme pensar que las cosas sucederían como suce-dieron y anticiparme a ellas llevándome conmigo una fotocopia demi traducción? Si plagio en alguna medida ha habido, quien lohaya cometido se lo sabrá.

Viéndola con la perspectiva que permiten los años transcurridos,considero importante señalar que esta relación con OswaldoRomero conllevó elementos de importancia para mi futuro rumboprofesional: me confió pequeños o no tan pequeños trabajos queme permitieron dar los primeros pasos por las sendas del trabajocientífico en materia de Historiografía. Y esto siempre merecerá migratitud. En el fondo no sé muy bien por qué me trató así: quizáspor adivinar en mí los primeros destellos de una vocación de his-toriador, balbuceados al filo de los últimos meses de mi estadía enCotocollao y que se fueron consolidando durante los años que lesiguieron de estudio de la Filosofía. Y considero una dolorosa pér-dida para la cultura ecuatoriana su alejamiento del país, que hastadonde puedo percibir se tradujo en su silencio como investigadorde temas ecuatorianos, como él mismo lo confesaba cuando meescribía: “Es verdad que sigo preocupándome en la cultura colo-nial quiteña y que sigue por desgracia y desidia mía en cierto sen-tido sin publicarse. Estoy tratando de completar las obras de

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Arteta. ¿Sabes que se encontró la FÍSICA del P. Juan de Velasco?La tiene ahora el P. Jorge Villalba en la PUCE de Quito.5 Yo sigobuscando el Diccionario del mismo. Ahora que hay más facilidaden el Berlín del Este ojalá me anime a buscarla, pues la últimaindicación es que fue llevada allá toda la colección de manuscri-tos” (Carta de 14-XI-1989). Muchos años antes el fino instinto delDr. Larrea ya lo había vaticinado (refiriéndose a Romero Arteta):“El hecho es que se perdió y probablemente se perdió tambiénpara los trabajos históricos, para los que parecía tener vocación”(Carta de 6-I-1967).

El párrafo citado de la última carta recibida de Romero tiene suinterés porque en dos pasajes parecería ‘avergonzarse’ subliminar-mente de aquel lamentado alejamiento de los temas ecuatorianos(pasajes que en mi transcripción he destacado en negrita); sobreeste particular, ya en 1974 me había informado: “Estoy escribien-do mi tesis sobre la filosofía en el siglo XVII y XVIII en la univer-sidad jesuítica de América española. Es para mi Ph. D. en litera-tura”, pero tampoco parece que la acabara de redactar ni que, portanto, la defendiera ni publicara.

La vida te pone a veces en contacto con vocaciones frustradas otrayectorias aberrantes. La de Oswaldo Romero Arteta me permitepercibir algo de ello.

3. CARLOS MANUEL LARREA

A más de cuarenta años no puedo precisar cómo se encadenaronlos hechos y circunstancias que me permitieron conocer al Dr.Carlos Manuel Larrea; pero sí puedo decir que mi relación perso-nal arrancó de mis primeras visitas a su ‘castillo’ de la Avenida 12

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5 Parece seguro que Romero se confundió o recibió una noticia errónea: la Física de quehabla no es del P. Velasco, sino del P. Aguirre (cuya traducción española de F. Yépez fuepublicada por la PUCE en 1982).

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de Octubre, que datan de mis dos años de Cotocollao (1960-1962)y se prolongaron hasta 1965 en que dejé Quito; después todavíasubsistió, como veremos, en forma de correspondencia por lomenos hasta 1969 (aunque sólo he conservado sus cartas hasta1967).

Puesto a reconstruir aquellos tiempos, estoy seguro que alguien mehabló de él, lo que no excluye que en mis ‘incursiones’ por labibliografía ecuatoriana también hubiese podido descubrir su ilus-tre existencia (y presencia en ella), que redundada en su prestigiocomo historiador y como ex-Canciller del país. Más tarde supe queen su juventud había sido novicio jesuita; que pasaba por uno delos más fieles discípulos del Arzobispo-historiador, FedericoGonzález Suárez; y que por entonces ya presidía la AcademiaNacional de Historia. Etcétera. Muchos años después supe (e hiceuso para un estudio mío) del dato de que entre 1912 y 1916 habíarecorrido Europa con su íntimo amigo Jacinto Jijón y Caamaño,como narra brevemente en su trabajo “Recuerdos sobre orígenes ydesarrollo del Museo Jijón y Caamaño” escrito en 1964.6

Si la memoria no me traiciona, nos fuimos conociendo a través delas sucesivas visitas que algunos jueves (día jesuítico de vacaciónsemanal) le hacía en su biblioteca; la recuerdo perfectamente man-tenida y aseada, a tono con el resto de la mansión. Supongo que yome dedicaba a atosigarle con largas listas de curiosidades, que consus respuestas él trataba de satisfacer de la mejor forma posible, apesar de que a mí me faltaba la mayor parte de las referencias nece-sarias para entenderlas y valorarlas.

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6 No sé si ya lo había publicado antes en otra parte, pero la versión que conozco es la queforma parte de su volumen Notas de prehistoria e historia ecuatoriana, Quito Corporaciónde Estudios y Publicaciones, 1971, pp. 187-192 (en concreto, en la p. 190); me he servi-do de esa información en el estudio preliminar de mi edición de P. de la Gasca,Descripción del Perú (1551-1553), Cuzco, Centro de Estudios Regionales Andinos B. delas Casas, 1998, p. XXVIII (del que había aparecido una primera edición caraqueña de1976).

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Pronto empezó a regalarme algunas de sus obras: las que hanlogrado superar las inclemencias del tiempo y de la vida, las con-servo hasta hoy, no por la utilidad que me puedan prestar, si no porel valor afectivo que encarnan, como mudos testigos de fragmen-tos de un período de iluminada ilusión. Entre las de fecha más anti-gua puedo mencionar El archipiélago de Colón (Galápagos).Descubrimiento, exploraciones científicas y bibliografía de lasislas, Quito, CCE, 19602; otro, La Real Audiencia de Quito y suterritorio, Quito, CCE, 1963; y los vols. II-III de la Bibliografíacientífica del Ecuador, Quito, CCE, 1952, obra de la que cuandoya me encontraba lejos de Quito me envió la versión refundidabajo el mismo título, pero con información actualizada hasta 1966(Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones, 1968). En otrasocasiones también he recibido de su generosidad y aprecio los títu-los siguientes: Las biografías de Santa Mariana de Jesús, Quito,Corporación de Estudios y Publicaciones, 1970; El Padre Juan deVelasco y su Historia del Reino de Quito, Quito, EditorialEcuatoriana, 1971; y Prehistoria de la región andina delEcuador, Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones, 1972.

No tardé en saber que tenía un hijo, Juan Ignacio Larrea Holguín,sacerdote del Opus Dei. Cuando en mis años de filosofía hacíatambién mis primeros pinitos en lo que por entonces se conocíacomo el ‘apostolado universitario’ o el ‘apostolado intelectual’,valiéndome de la mediación paterna busqué una entrevista con elhijo, que trabajaba en una residencia universitaria; en la que tuvolugar la entrevista, pero de la que salí con el mal sabor de boca deuna frustración: en mi inocente ingenuidad acudí a la cita con lapropuesta de buscar algún campo de acción común entre universi-tarios; la respuesta recibida fue que era mejor que cada uno (y cadainstitución) trabajara en su propio campo y con su propio estilo.Para entenderlo ya entonces me vinieron a la mente las borrasco-sas relaciones que la Compañía de Jesús y el Opus Dei habíanmantenido en diversas ciudades, en competencia por un mismo

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ambiente de trabajo apostólico: el de los universitarios. Siempreme he preguntado si el P. Juan I. Larrea vio erróneamente en mí aun ‘emisario’ institucional, cuando la verdad era que yo actuabacomo puro francotirador. Con el tiempo y a la distancia he idosabiendo de las sucesivas estaciones episcopales del P. Juan (Quito,Ibarra, Guayaquil). No puedo negar que aquella abortada expe-riencia ha contribuido durante muchos años a conformar mi ideapersonal sobre aquel Instituto Secular (hoy transformado enPrelatura personal); pero debo añadir también que en tiempos másrecientes la experiencia me ha enseñado a matizar aquella idea per-sonal.

Pero mi naciente relación con don Carlos Manuel iba a depararmeotra de las experiencias historiográficamente iniciáticas a que tantolas circunstancias como mis propias disposiciones me estaban lan-zando. Resulta que, cuando ya llevaba algunos años cultivando laamistad de Larrea, un día me propuso una iniciativa de realizacióncomún: resulta que desde hacía tiempo le venía tentando la idea deescribir una biografía de don Luis de Carondelet, uno de los últi-mos presidentes de la Audiencia quiteña; sabía que en el ArchivoNacional existía abundante documentación, que había que ‘pei-nar’; pero nunca encontraba el ocio necesario para realizar dichainvestigación; al respecto, algo que siempre me ha llamado pode-rosísimamente la atención es que un hombre como él, a su edad,todavía tuviera ciertas obligaciones laborales en ‘LaInternacional’, empresa –si no voy errado- de la industria textil.Esto aparte de su edad, pues no podemos olvidar que cuando empe-zamos a tratarnos don Carlos Manuel ya hacía tiempo que habíadejado atrás la setentena.

Con todos esos factores delante, ya no resulta tan rara la propues-ta que recibí: bucear en el Archivo Nacional para fichar cuantainformación se pudiera hallar sobre Carondelet. Naturalmente,éstas eran ya palabras mayores, pues requería de semanas de tra-

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bajo y era trabajo que había que hacer fuera del filosofado; de ahíque tuviera que pedir permiso al rector de la casa, quien no pusoobjeción, siempre que para ello aprovechara los meses de vacacio-nes.

Así fue: durante el verano de 1964 trabajé casi diariamente en elArchivo Nacional; en el país era una institución que no había goza-do de excesiva suerte, reflejo de los altibajos de la vida política,como vienen a probar su tardía fundación, la parcial reunión de ladocumentación estatal y las sucesivas reorganizaciones por las queha ido pasando. En los años 60 funcionaba en la segunda planta deledificio de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (como lo había dis-puesto la ley que la fundara en 1944), al borde del Ejido. Porentonces el repositorio tenía como director –si no me equivoco- elLic. Galo Chaves (sucesor de Alfredo Chaves, una especie depatriarca), quien, sabiendo como sabía quién era mi ‘tutor’ (quepor largos años fue Vice-.Presidente de la Casa de la Cultura), nosólo no opuso ningún tipo de dificultad a mi labor, sino que másbien procuró facilitarla.7

En realidad, mi tarea era la de un ‘precursor’: señalar el caminopara que don Carlos Manuel pudiera ir directamente a las piezasnecesarias para escribir el libro. Recuerdo perfectamente que mishallazgos quedaban registrados en fichas o papeletas; lo que ya norecuerdo con precisión es cuán ‘ricas’ eran mis anotaciones; quie-ro decir: en qué medida alcanzaban cierta ‘autonomía’, de maneraque su simple lectura permitiera el traspaso de la información al

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7 Naturalmente no me quedé para mí con una copia del material acopiado y, por con-siguiente, no recuerdo ni en qué series trabajé ni el número de volúmenes revisados;además, no me extrañaría nada que desde entonces todo el archivo hubiese sufrido'reestructuraciones' (de las que tan amantes somos por estas partes del planeta!); última-mente han llegado a mis manos los dos volúmenes de la Guía de los fondos documen-tales del Archivo Nacional del Ecuador, Quito, Consejo Nacional de Archivos, 1994;aunque no resulta demasiado orientadora sobre el contenido de sus series, supongo queme moví por la de "Gobierno" (pp. 281-289).

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texto, sin necesidad de acudir de nuevo al archivo de donde pro-cedían. Tampoco puedo cuantificar el número de fichas redactadas,pero sí recuerdo que acabaron formando un buen mazo.

Sea como fuere, mi labor acabó cuando hube revisado los volúme-nes correspondientes al período de gobierno de Carondolet enQuito. Si no recuerdo mal, pasado el tiempo de vacaciones de quedisponía y no habiendo agotado la búsqueda, todavía tuve que vol-ver al archivo algunos jueves (día de vacación semanal para mí).Pero al final pude entregar al Dr. Larrea el bloque de fichas. Enadelante él sería el único responsable de que el libro naciera.

Habiendo dejado Quito a mediados de 1965, desde Sevilla una yotra vez le importunaba con mi insistente pregunta de cuándo iba asalir el libro (comprensible impaciencia de los aprendices por verel fruto de sus desvelos; o por ver su nombre en letra de molde). Yde esa impaciencia queda el testimonio escrito que se refleja en lasrespuestas que me enviaba el Dr. Larrea. Así, habiendo transcurri-do apenas medio año de mi salida de Quito, me escribía:“’Carondelet’permanece en el cajón de mi escritorio, en espera deque, si Dios me da vida y un poquito de tiempo, emprenda en lalabor de agrupar las fichas tomadas por Ud. según el plan quetendré que hacer para escribir la biografía de ese ilustrePresidente de la Real Audiencia de Quito, como es mi proyecto”(18-XII-1965). Más de un año después se extiende sobre la disper-sión en que se ve atrapado y que le impide concentrarse, no ya en‘mi’ Carondelet, sino en nada: “Lo que pasa es que esta vidamoderna tan complicada le roba a uno el tiempo que bien quisie-ra dedicar a la grata comunicación con los amigos ausentes. Lacadena de ocupaciones y compromisos a que me tienen atado lassociedades o instituciones a las que pertenezco y, principalmente,el trabajo en la fábrica textil ‘La Internacional’, que ud. conoce,apenas me permiten abrir un libro, devorar con avidez algunaspáginas que siquiera momentáneamente me hacen olvidar mise-

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rias políticas de mi desgraciada Patria, olvidar el presentesombrío y buscar en crónicas o historias del pasado, si no díasmás tranquilos, por lo menos algo más inspiradores de optimismopara el porvenir de nuestra América (6-I-1967). Meses despuésvolvía a hablarme del suplicio de sus servidumbres laborales, agra-vado por un serio trastorno de su salud, con grave peligro de lavida (28-IX-1967). Después, viene un largo silencio de más de dosaños, en que por lo visto ya desesperé de ver un día listo el libro.Hasta que un día me llegó un ejemplar de El Barón deCarondelet, XXIX Presidente de la Real Audiencia de Quito,Quito, Corporación de Estudios y Publicaciones (el volumen nolleva fecha ni colofón, pero la dedicatoria escrita de una manoincomparablemente firme está datada en “Quito, 29 de junio/1969”; en ella demuestra la nobleza y generosidad de dirigirla “aquien se debe en gran parte la composición de este libro” y dedejar testimonio de “toda la gratitud y el afecto”). Creo que mellegó sin una nota adjunta suya; en todo caso no la conservo. Y enla nota 2 también dejó constancia de mi modesta intervención: “Delos documentos existentes en el Archivo Nacional de Quito con-cernientes al período que estudiamos, formó un índice el PadreJosé Barnadas, en 1964; valiosísimo trabajo que ha facilitado elpresente, por lo que nos es grato consignar nuestro sincero agra-decimiento” (p. 8).

Si he de ser honesto, hay que decir que aquella dedicatoria resultaexcesiva por más de un concepto: basta con repasar el libro paracomprobar que su único autor fue don Carlos Manuel. Y esto, notanto porque en las notas de pie de página no aparezca casi nuncauna referencia al material que reuní para él, pues optó por interca-lar arriba las referencias a ese material, dentro del propio texto (yahí sí que aparecen con bastante frecuencia los documentos nume-rados del ANH); sino más bien porque la vida y el contexto deCarondelet había que presentarlos en base a una muy variada gamade fuentes documentales y bibliográficas, que es lo que le permi-

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tieron hacer a Larrea su veteranía en el oficio y la excelente biblio-teca personal que tenía a mano.

Mi papel en esa aventura no fue otro que el del escudero. Pero loque en verdad debo agradecerle es que me incitara a hacer la pri-mera experiencia de archivo, imprescindible –aunque no única- enel trabajo del historiador.

Desde 1967 no parece que tuviéramos más contactos epistolares;hasta que algún día (quizás en mi primera visita quiteña de 1976)supe de su muerte. Ahora, cuando he querido buscar un comprimi-do informativo sobre el conjunto de su vida, apenas si he encon-trado nada (lo que, por otra parte, viene a convencerme, una vezmás, de la debilidad de la sección ecuatoriana de mi biblioteca).

A la distancia del recuerdo, se me hace nítidamente presente laseñorial, caballeresca figura de don Carlos Manuel Larrea. Y nuncapodré dejar de agradecerle el papel que también le cupo desem-peñar en aquella mi fase iniciática como historiador. Porque cadavez se me hace más claro que los primeros pasos en la autoidenti-ficación historiográfica los di en Quito, cosa que estas páginastambién dejan suficientemente documentado.

4. JORGE A. GARCÉS GARCÉS

Mi relación con él también ha quedado velada en la tiniebla deltiempo pasado. De lo que no tengo duda es que surgió en mi afánpor contactar cuantos historiadores quiteños de valor llegaba a des-cubrir.

En este caso también hay un escenario perfectamente definido: suoficina en el Archivo Municipal (aunque oficialmente era el“Museo Municipal de Arte e Historia”). No sé a partir de cuándomenudearon mis visitas. El Dr. Garcés se había ganado un bien

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merecido prestigio como paleógrafo, lo que lo habilitaba para elcargo, pues desde hacía décadas aquel archivo mantenía una cono-cida serie de publicaciones, constituidas casi en su totalidad portranscripciones documentales de la época colonial (siendo una desus series más meritorias la de las actas capitulares de Quito). Estacalificación paleográfica de Garcés no sé si tiene alguna relacióncon su juvenil paso por el seminario, aunque no llegó a ordenarse.

Con el paso del tiempo y habiendo experimentado la crónica ines-tabilidad administrativa que suelen padecer los gobiernos hispano-americanos, siempre me he preguntado cómo Garcés pudo ‘aguan-tar’ tantos años en el cargo; pero para que aquella fama no salierarefutada, un día el Dr. Larrea me escribió esta noticia: “JorgeGarcés salió de la dirección del Archivo y Museo municipal. Estáahora trabajando como archivero de la Casa de la Cultura, en elArchivo Nacional que Ud. conoce y en el que hizo tan importantesinvestigaciones” (Carta de 28-IX-1967). Pero no nos adelantemos.

He hablado del Garcés paleógrafo; y no era solamente un prácticoen la materia, sino que escribió el tratado PaleografíaDiplomática Española y sus peculiaridades en América, Quito,Casa de la Cultura Ecuatoriana, 19602, que fue uno de sus prime-ros libros en regalarme y que, como suele ser este tipo de manua-les, en su mayor parte está compuesto de láminas de páginas deescritura paleográfica, con su correspondiente transcripción, cara acara.

Otro libro, de tema afín al anterior, es Cómo han de traducirse losDocumentos Paleográfico de Hispanoamérica, Quito, MuseoMunicipal de Arte e Historia, 1961, todo él dedicado a debatir y,finalmente, a rebatir el trabajo del colega argentino Aurelio Tanodi,Normas para la transcripción y edición de documentos históri-cos, Córdoba, 1957, con vistas al Seminario Interamericano sobreArchivos que había de celebrarse y acabó celebrándose en

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Washington en octubre de 1961. A decir verdad, el Dr. Garcéssiempre mantuvo una vena polémica, que podía llegar a ser temi-ble cuando él creía en entredicho algunos de los valores que le erancaros. Garcés asistió al mencionado Seminario; del que no sé siretornó con los laureles de la victoria o, por lo menos, de la per-suasión. Supongo que el tema salió a colación en alguna de nues-tras charlas, pero no tengo ahora a mano los elementos de juicio.Lo que sí sé, porque en sus resultados vino a coincidir con la mayorparte del período en que nos tratamos, es que aprovechando suviaje a la capital estadounidense, un día se ‘faltó’ del Seminario yse fue a Nueva York. Habiendo leído los trabajos de Federico deOnís sobre Antonio de Alcedo, tenía razones para pensar que en laBiblioteca Pública de aquella inmensa ciudad podría dar con elmanuscrito original de la “Biblioteca Americana” de aquel criolloquiteño. Todavía me parece oírle contar la emoción con que viocumplidas sus expectativas; de manera que retornó del norte con elmicrofilm de la extensa bibliografía bajo el brazo y dispuesto aemprender inmediatamente su transcripción y edición.8

En los años 1962-1965 de nuestra relación se sitúa cabalmente sutrabajo editorial con Alcedo; de manera que el recuerdo de nues-tros contactos es inseparable de él; cuántas veces, al llegar al archi-vo, lo encontraba en una pieza adjunta a su despacho de director,sentado delante de una voluminosa máquina lectora de microfilms,atareado en su labor de transcripción o de revisión. Así, pues, asistípor primera vez de mi vida al largo período de la serie de trabajospreparatorios que implica la edición de un documento antiguo.

Pero como tantas veces en nuestros países, a partir del momento enque la edición de la obra de Alcedo escapó de las manos férrea-mente disciplinadas de Garcés para adentrarse en las de los tipó-

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8 Algo de ese relato ha pasado a la escueta "Introducción" de la edición de 1964-1965,donde asevera: "emprendiendo, de inmediato al llegar a Quito, en la transcripción amáquina y en la edición del mismo [manuscrito original]" (p. V).

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grafos, pude asistir (como desde un rincón invisible del escenarioprincipal) a la tortura que vivió Garcés por la inacabable serie dedemoras en la impresión de los dos considerables volúmenes enque acabó imprimiéndose la obra, y sacó como portada el largotítulo del original: Biblioteca Americana. Catálogo de losAutores que han escrito de la América en diferentes Idiomas yNoticia de su Vida y Patria, años en que vivieron y Obras queescribieron. Compuesta por el Mariscal de Campo D. Antoniode Alcedo, Gobernador de la Plaza de la Coruña. Año de 1807.Introducción de Jorge A. Garcés G., 2 vols., Quito, MuseoMunicipal de Arte e Historia, 1964-1965, VIII., 437; 526 p.

He mencionado la tortura que el retraso del fin de la impresión oca-sionaba al Dr. Garcés porque fui testigo de ella; pero también por-que, de tanto hablarme de las bondades e importancia del catálogode Alcedo, a mí también se me hacía agua la boca esperando el díaen que podría tener en mis manos el primer ejemplar. Y no era sola-mente un amor platónico a la nueva fuente impresa; había tambiénalgo de la codicia del bibliómano e historiador que en mí ibanaciendo en Quito y que ya daba por seguro que el día que Garcéshubiese recibido los primeros ejemplares de la BibliotecaAmericana, uno sería para mí. Con la postergación de la impre-sión, llegó un día, sin embargo, en que empecé a dudar que la obrasaliera -por fin- antes de mi partida de Quito, lo que me planteabala posibilidad de una notoria frustración, a tal punto había llegadomi identificación con la espera de su editor.

Por suerte no fue así: el colofón del segundo volumen proclama susalida de las prensas el 1º de enero de 1965, pero todavía tuvieronque seguir pasando semanas hasta que el ejemplar anhelado llega-ra a mis manos y pudiera acariciarlo y hojearlo con tanta emocióncomo curiosidad. No tengo anotada la fecha exacta, pero si lamemoria no me engaña, ese día feliz estuvo bastante cerca de miviaje, a comienzos de junio.

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Creo recordar que, al igual que con Romero y con Larrea, tambiéncon Garcés seguimos carteándonos algún tiempo; y tengo constan-cia de que alguna vez abusé de la bondad de don Carlos Manuelpara pedirle que hiciera llegar al Dr. Garcés una carta mía. Y comohemos visto, también Larrea alguna vez me comunicó noticiassobre la vida y milagros del archivero-paleógrafo.

Y como suele suceder en la vida, mi alejamiento de Quito acabópor cortar también la relación epistolar. Y algún día supe que tam-bién el amigo Jorge A. Garcés Garcés había fallecido. Creo estarseguro de que la última vez que visité Quito (mayo de 1982) ya nose encontraba entre los mortales.

* * *

Éstas son mis ‘cuatro amistades quiteñas’. Podría añadir algunamás, pero ninguna de ellas tuvo la intensidad ni la duración ni elimpacto de las narradas.

Cuando ahora, a tanta distancia de años, he tratado de revivirlas,por encima de cualquier otra consideración me asalta una ciertaincredulidad. Esta incredulidad estriba en la dificultad de compati-bilizar ese comprobado y nada efímero ejercicio de amistadesexternas con el régimen de vida a que estábamos sometidos losjuniores y los filósofos jesuitas de aquella época. Y esta incrédulasorpresa persiste aún tomando en consideración los dos tipos deevolución que se produjeron en las normas vigentes: por un lado,la que desde siempre había diferenciado la vida del juniorado de ladel filosofado, evolución de menor a mayor libertad individual; porotro, la que acompañó aquellos precisos años de mi estadía enQuito. En efecto, de 1960 a 1965 se produjo en la Iglesia y en laCompañía de Jesús el comienzo de una serie de cambios, evolu-

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ciones, revoluciones y rupturas, de que –mientras lo vivíamos-apenas si adivinábamos en qué iba a desembocar todo. En ciertossentidos, los cambios llevaron de la disciplina al desgobierno; dela obediencia a la rebeldía; del orden a la irresponsabilidad.

Pues debo declarar que, aún teniendo presente el contexto cro-nológico, me sigue sorprendiendo que, sin la menor dosis de‘doble vida’ ni de clandestinidad, pudiera mantener por meses ypor años estas relaciones amistosas con destacados personeros dela vida cultural ecuatoriana. Y no tengo la menor duda de que, demil formas, me ayudaron a dar los primeros pasos en el largo cami-no de la profesionalización historiográfica. Dentro de las profun-das diferencias de cada una de esas personalidades, cada una deellas y en su conjunto, vinieron a depositar en mi tierna personali-dad gérmenes (intelectuales, morales, profesionales...) que con eltiempo florecerían en convicciones, hábitos y productos. O sea queesas amistades acabaron convirtiéndose en un ciclo de formaciónparalela, personal e informal, a la que recibía de los profesores deHumanidades Clásicas y de Filosofía.

Y esto puede explicar, acaso, tanto la honda huella que dejaron enmi espíritu de una forma simultánea y acumulativa, como el emo-cionado reconocimiento que guardo por todas ellas. Esto, a su vez,también permite comprender por qué me he propuesto dedicarlesestas páginas y por qué las atraviesa aquel tono conmovido quesuele ser propio de las experiencias fundacionales, a la vez ‘ino-centes’, más o menos inconscientes e ilusionadas.

Centro de estudios Bolivianos AvanzadosCochabamba, marzo 2005 – agosto 2007

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