la llamarada #14

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Órgano de difusión de la Agrupación Hombre Nuevo

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En DebateACERCA DE LA PARTICIPACIóN EN LAS ELECCIONES

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ArteTEATRO COmO uN ARmA

PÁGINA14 Conversaciones sobre el Teatro Foro

Acompañan este número ilustraciones de artistas de Hombre Nuevo y de otros caricaturistas populares a quienes agradecemos la difusión de sus imágenes públicamente.

También agradecemos las fotos que han sido tomadas de distintos medios de prensa popular.

EconomíamAPA DEL AgRO ARgENTINO

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NacionalPÁGINA

4 TENSIONES y DISPuTAS EN uN AñO ELECTORAL

InternacionalTENSIONES y CONTINuIDADES EN POLíTICA ExTERIOR

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LA SITuACIóN EN SIRIAPÁGINA

7Entrevista a Leandro Morgenfeld

y la política imperialista en Medio OrienteEL mOvImIENTO NACIONAL DE LIbERACIóN DE AzAwAD

En LuchaOTRA fRACTuRA DEL “mODELO”

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PÁGINA12 ATENCIóN: DOCENTE LuChANDO

uNA vICTORIA SALuDAbLEExtractivismo Nac & Pop

La lucha de los trabajadores de la salud

24 de marzo

2013A 37 años delgolpe genocida

Cada golpe de Estado en nuestra América ha estado íntimamente ligado a la cada vez más violenta dominación imperialista, contando con las fuerzas militares como actores principales, fieles custodios de los intereses de las clases dominantes.

A 37 años del golpe genocida que ha sofocado los proyectos políticos revo-lucionarios de la década de los 60 y 70 en Argentina, podemos dar cuenta de las mutaciones, de ningún modo ajenas a las trasformaciones socioeconómi-cas, culturales, institucionales y políti-cas, que han practicado las Fuerzas Armadas. Sin embargo, no han dejado de servir como herramienta del Estado para lograr un absoluto control social, garantizando la seguridad y protección de las instituciones burguesas. Como fuerza represiva, continúan respon-diendo con violencia e intimidación ante manifestaciones sociales y políticas, siempre en pos de garantizar la estabi-lidad del régimen político, en detrimen-to de los derechos de los de abajo.

Del mismo modo, el aparato policial y los servicios de inteligencia surgen a la par de las necesidades del control social. Los mecanismos de inteligencia, el uso de tácticas de infiltración, persecuciones, torturas y desaparición no es asunto del pasado. Ni siquiera durante el así llamado “gobierno de los derechos humanos”.

La existencia del Proyecto X, una base de datos ilegal, inconstitucional y clandestina que tiene como fin la vigilancia sobre los que luchamos, prueba el sistema de tareas de inteli-gencia realizado por la Gendarmería Nacional desde el año 2005. Semejan-tes informes de inteligencia son admi-nistrados por la Policía Federal, la SIDE y otras dependencias oficiales en varias causas a militantes estudianti-les, sindicales, políticos y sociales. Son parte de la política de este gobierno también la ley antiterrorista, e iniciati-vas como el Cinturón Sur o el Operativo Centinela, que le ha otorgado a la Gendarmería buena parte el control social urbano, la criminalización de la protesta, las torturas en las cárceles, al gatillo fácil, a la desaparición forzada –no olvidemos a Julio López y Luciano Arruga. Mientras los luchadores socia-les que pedimos la aparición con vida de López, de Luciano, de Marita somos espiados, investigados, perseguidos, reprimidos, procesados, por las fuerzas de seguridad cómplices de la trata, del reclutamiento de jóvenes de los barrios humildes para robar, del narcotráfico, entre otros.

Pensaron que nos iban a callar, no! Pesaron que nos iban a detener, no! Aquí seguimos, de pie, en las calles, firmes y enérgicos para pelear por una sociedad socialista!

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En un cuento de Fontanarrosa podría haber sido verosímil, y nos jactaría-mos con nuestros amigos en las piz-

zerías de haber leído esa ficción nunca es-crita en donde los cardenales se equivocan y eligen a un Papa argentino provocándole al mundo un daño irreparable. La macana es que fuera de la literatura, es decir, en la realidad misma la comedia está un poco más devaluada que la tragedia, y el tipo que se asoma por la ventana a la Plaza de San Pe-dro no hace reír a nadie.

Sin dudas, es un fenómeno trascendental la elección de Jorge Bergoglio al mando de la Iglesia Católica en medio de una crisis que atraviesa a la institución eclesiástica por los casos de pedofilia, la especulación financiera y la corruptela intestina del Vaticano. Dejan-do de lado el brote de cholulismo que genera en nuestra sociedad que un argentino se haga famoso como sea -metiendo goles de play station o dirigiendo una institución milenaria, da lo mismo-, la noticia es más -mucho más- que un simple cambio de figuritas; representa, entre otras cosas, un grave problema para los sectores más progresistas, para la izquierda y nuestro pueblo en particular. El arzobispo de Buenos Aires, que fuera ordenado en 1969 como sacerdote jesuita y tuviera desde enton-ces una ascendente trayectoria en la curia, fue en pocos días receptor de críticas enconadas y saludos diplomáticos. La derecha más re-calcitrante festeja: que baste como una simple muestra la fotografía que circuló el 14/3 pa-sado por distintos medios en la cual los repre-sores juzgados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar muestran orgullosos en la solapa de sus trajes una escarapela con los colores del Vaticano. No es de sospechar que la elección de un “Papa argentino y peronista”, como rezan los afiches que empapelaron el centro porteño, envalentone a los grupos más reaccionarios de nuestra sociedad y que por peso propio este mismo hecho refuerce las trincheras que resisten los cambios más sentidos en materia de derechos (la legalización del aborto, por

ejemplo) y que por ende se fortalezca aún más la relación entre la Iglesia y el Estado, relación que en términos objetivos obliga a este último a solventar los gastos y sueldos de los curas.

Del ejecutivo se levantó un teléfono y el saludo presidencial no se hizo esperar, y las felicitaciones y el compromiso de la asisten-cia a la asunción de Francisco viajaron rau-dos desde la Casa Rosada a la Basílica papal. Mientras -¿contradicciones mediantes?- en la prensa oficial no se escatimó en tinta para de-nunciar los vínculos de Bergoglio con la junta militar genocida y la participación en la dela-ción de dos sacerdotes de su orden, Francisco Jalics y Orlando Yorio, detenidos, torturados y secuestrados en la ESMA durante seis me-ses.

Digámoslo sin pelos en la lengua, el pano-rama no es muy alentador con un Papa argen-tino. Y está claro que lo hubiésemos preferido en un papel de ficción en un cuento ridículo para contarle a los amigos y luego respirar aliviados porque, igual que las brujas, los pa-pas argentos no existen. Pero, no, y la mala noticia es que no está muy cerca el tal Fran-cisco, a pesar de ese halo de austeridad que le dan los medios, de ponerse en los zapatos de los de abajo. Su cara fue y es uno de los estandartes que la burguesía enarbola contra toda medida que incomode sus intereses. Un instrumento de la misma clase que vive a cos-ta de la vida de otros, de nosotros, un instru-mento que “pacifica” para conciencia de unos pocos con los derechos de los que hacemos el mundo. Y entonces será cosa de salir con más fuerzas y bregar en unidad para recuperar los derechos que perdimos y los que nos faltan, por la sociedad que ansiamos, por el socialis-mo en un contexto un poquito menos “piola”, por así decir. Y mientras, a seguir buscando con el cuerpo y con la ganas esa justicia real sobre los crímenes cometidos por los mili-tares y civiles cómplices que aplastaron con toda bestialidad los sueños y los cuerpos de tantos compañeros que querían un mundo sin explotados ni explotadores, mientras a seguir

buscando castigo para todos los ideólogos del hambre antes de que se los lleve un muerte sin sentencia durmiendo en cómodas siestas, mientras a pelear porque paguen sus culpas los asesinos de luchadores que todavía caminan por la calle, mien-tras a señalar bien clarito con el dedo índice y sin vergüenza al Estado como principal responsable de los pibes que

por miles se ha llevado el gatillo fácil y de las pibas que se llevan las redes de trata, mientras

a levantar la voz por los hijos de la tierra que se llevan puestos los due-ños de la tierra porque reclaman para ellos la tierra allá en el Chaco y en Formosa y en Soldati. Mientras tanto, tenemos lucha.

Un instrumento de tu paz

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Los últimos datos que ratifican el sos-tenimiento de los precios récord de los commodities agrarios, sumados

al crecimiento en las economías brasileras y chinas son indicadores importantes para pensar un 2013 sin grandes sobresaltos en el terreno económico. Si bien la economía no crecerá como lo hizo en los primeros años kirchneristas, se pronostica un creci-miento del 3%, contra el débil 1,9% del año pasado. Esto en concreto implica un leve crecimiento, pero a su vez evidencia los límites económicos del modelo y acota los márgenes de acción del partido gobernan-te. En este sentido el avance en la reduc-ción del gasto social y contener las deman-das salariales son parte del plan con que el gobierno pretende capear el temporal. En definitiva la economía no puede analizarse al margen de la política y viceversa.

La reciente jornada de protesta que las centrales opositoras llevaron adelante el 14 de marzo, demuestra que la burocracia de Moyano y Micheli está dispuesta a ir a fon-do contra el gobierno nacional, pero entre lamentables discursos que oscilaban entre el apoyo al sciolismo, a Messi y al Papa, quedando claro que la movilización fue la antesala de su proyección política de cara a octubre.

El creciente “distanciamiento” de la CGT Caló, las amenazas de un nuevo ca-cerolazo para abril; la presente la amenaza de los gendarmes que prometen volver a le-vantarse si el 4 de abril no se cumple con los aumentos prometidos (a pesar de que el gobierno rápidamente salió a tratar de esta-blecer un acuerdo salarial con las fuerzas represivas para evitar un nuevo foco de con-flicto), son sólo algunos de los elementos que hablan de un 2013 turbulento en térmi-nos sociales y políticos.

A su vez, y siendo el dato central en el escenario, las disputas por la sucesión pre-sidencial este año encuentran su termóme-tro más fiel y determinante: las elecciones legislativas de octubre. Si el gobierno na-cional no concreta una importante y favora-ble elección, quedará descartada la posibi-lidad de una reforma constitucional que le permita la re-reelección a Cristina. En este caso, habrá que analizar cómo logra una re-tirada ordenada. En los pasillos oficialistas, no está clara aún la sucesión, Scioli-Massa podrían ser una opción, pero lo cierto es que nadie le confía al sciolismo. La de-mostración de ello, es que la política oficial del último tiempo está siendo orientada a condicionarlo, económica y políticamente, sin romper lanzas totalmente, más que pos-tularlo como firme candidato. En caso de efectivizarse la “continuidad con cambios”, es factible que los sectores populares ingre-semos de manera más abierta a una nueva etapa de resistencia.

Por su parte la oposición recalcitrante, avanza en la búsqueda de fortalecer su co-rrelación de fuerzas hacía dentro del Con-greso, como forma de posicionarse mejor de cara al 2015, ejercitando un mayor desgaste contra el gobierno, pero siempre cuidando el orden institucional. Hasta el momento, y como rasgo distintivo la oposición, continua atomizada y sin poder estructurarse en un proyecto político unificado.

Las grandes dificultades que el gobierno acarrea en torno a la inflación y el impac-to social que de ella deviene, han llevado a Moreno a impulsar un ficticio congelamien-to de precios con resultados más que insu-ficientes.

Elecciones legislativas y oposición

En las elecciones legislativas de octubre se renuevan la mitad de los miembros de la Cámara de Diputados y un tercio de los miembros de la Cámara de Senadores. Para lograr el objetivo deseado de la re-re elec-ción, el oficialismo debe alcanzar las dos terceras partes en la Cámara de Diputados (172 votos) y de Senadores (48 votos). Si el kirchnerismo se propusiera llegar a una re-forma constitucional, debería repetir, por lo menos, la extraordinaria elección del 2011.

Los cálculos indican que pegadas a la cara de la presidenta, las listas oficialis-tas consiguieron el año pasado 86 bancas. Es decir que si el oficialismo repitiera esa elección el año próximo quedaría con 174 diputados, dos más de los necesarios para declarar la reforma constitucional. Son cier-tamente números que estremecen a la oposi-ción. En el Senado la situación es la opues-ta, de los 24 a renovar (un tercio) FpV pone

en juego 17 y la oposición, sólo 7. Allí, hoy el bloque K tiene 32 integrantes propios, seis aliados permanentes y uno ocasional. Un total de 39. Necesita 48 para los dos ter-cios, y aun con una muy buena elección, la modificación no sería suficiente.

Por su parte, la oposición ya comienza a hacer alianzas para escalar o mantenerse en el parlamento. El bloque de la UCR jue-ga 25 de sus 40 integrantes, el Frente Pero-nista renueva 14 de 21, el FAP 8 de sus 22, el PRO juega 8 de sus 11 diputados y CC-PSUR renuevan la totalidad de sus bancas a

riesgo de quedar sin representación. Es así que la UCR ya ha definido su alianza con el FAP y aun está por verse cuan alejados van a estar del PRO que continúa con candidatos mediáticos e impulsa a De Angelis, dirigen-te de la FAA, para no perder sus bancas. En una lamentable muestra del oportunismo y de los límites de la llamada centro izquier-da, Proyecto Sur se acerca a la Coalición Cívica de Lilita Carrió para conformar un “frente anticorrupción” que intente, aunque sea, dejar un representante en diputados. La izquierda tradicional (FIT) luego de un año de desencuentros, se alinea para las eleccio-nes aspirando a alcanzar un diputado. Por su cuenta, parte de la izquierda independiente comienza su recorrido en el terreno electo-ral, no como fruto de una amplia unidad de los sectores de la Nueva Izquierda.

2013: el termómetro de cara al 2015

En busca de la hazaña para llegar a la re-forma constitucional, el núcleo duro de Cris-tina ya comenzó a recorrer el país visitando a cercanos y ajenos para confirmar la lealtad hacia la presidenta. La triada De Vido, Zani-ni y Julián Domínguez, convoca a intenden-tes, diputados y senadores bajo la promesa del plan “Más cerca, Más Municipio, Mejor País, Más Patria” donde se invertirán 12.000 millones en obras públicas en 7 provincias, 232 municipios y 156 intendencias. En este marco se lanza la ampliación del Programa Argentina Trabaja, con control directo de la presidencia, como política de cooptación y disciplinamiento que amplíe su base de sus-tentación para el proyecto electoral.

El dinero sólo llega a los afines, los res-tantes median entre Sicioli y Massa que

continúan coqueteando con los sectores tradicionales de la derecha. El actual gober-nador de la provincia hoy paga los costos de haber anunciado sus aspiraciones pre-sidenciales. La conformación de su propia estructura (La Juan Domingo), los cruces con la Cámpora, la puja por el presupuesto en la provincia y el acercamiento a la mesa de enlace agudizan la tensión con la Casa Rosada. Parte del kirchenrismo quiere que el gobernador se alinee dentro de una lista de diputados. ¿La estrategia para forzarlo? La asfixia presupuestaria que ya muestra sus síntomas en la provincia (conflicto sala-

rial con los docentes; suspensión de entrega de medicamentos por IOMA en farmacias; y las próximas discusiones por el aguinal-do). El sciolismo se debate entre dos opcio-nes: tomar deuda (para lo cual necesitan la aprobación del estado nacional) o emitir los

famosos “patacones”. Ambas medidas son parte de la estrategia de mejorar su estatus en el plano electoral, pero para los trabaja-dores implicará ajuste y que las deudas asu-midas por los gobiernos de turno en dos o tres años, la paguen los sectores populares.

Por su parte Massa terminó de alinear su fuerza incluyendo a Facundo Moyano en la misma y es una posibilidad que presente lista propia en octubre junto a su equipo po-lítico. Es interesante el prontuario del actual bloque massista. Solmi, es dirigente de la Federación Agraria de Pergamino y accedió a su banca con las listas de Unión Pro, pero luego conformó el bloque Proyecto Bonae-rense. Lo mismo ocurre con Gutiérrez y Es-layman. Los tres cercanos a Héctor Martínez y Jorge Mancini, dos diputados que respon-den a Moyano y que aunque hayan abando-nado la bancada kirchnerista, todavía no se suman al bloque de Massa. Quienes también conforman el armado son Acuña- titular del sindicato de empleados de Estaciones de Servicio- aliado de Barrionuevo ex macrista de Pro-Peronismo, al igual que la diputada Couly y Mónica López, que accedió a su banca con la lista de Francisco De Narváez.

En definitiva, la oposición busca amon-tonar fuerzas para mantener las bancas de forma pragmática, con un programa y un plan político que sólo traerá más ajuste y exclusión para el pueblo.

Trabajadores y centrales sindicales.

El 2013 abrió para los trabajadores sin mejoras. Cediendo mínimamente a los re-clamos de las centrales sindicales, el gobier-no anunció un miserable aumento del 20% al mínimo no imponible. Sumado al tope en las paritarias, una innegable inflación que llega al 30%, un 37% de trabajo precario y un tibio control de precios que ya nadie pue-de ocultar. El malestar y la pérdida del poder adquisitivo del salario empeora la situación de los trabajadores.

En este marco, los docentes vuelven

[...] los docentes vuelven a ser

ejemplo de lucha por el aumento de salarios congelados desde hace meses.

Tensiones y disputasen un año electoral

[...] la oposición busca amontonar fuerzas para mantener las

bancas de forma pragmática, con un programa y un plan político que sólo traerá más ajuste y exclusión para el pueblo.

Las amenazas de lock out patronal, la ya inocultable inflación, el vergonzante aumento del 20% al mínimo no imponible que ni las centrales sindicales más sometidas han dejado de criticar, el techo a las paritarias entre otros, han determinado conf lictos con los docentes, los trabajadores de la salud y los estatales en los primeros meses del año. En un escenario complejo, de menor margen de maniobra económica para el gobierno en comparación a otros momentos políticos, el año electoral se presenta con enfrentamientos por arriba y con una creciente conflictividad social.

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a ser ejemplo de lucha por el aumento de salarios congelados desde hace meses. Los ejemplos de Santa Cruz (ADOSAC) y Neuquén (ATEN) nos muestran el camino

a seguir desde las fuerzas opositoras de iz-quierda, articulando una alternativa frente a los conflictos provinciales y contra la buro-cracia.

La CGT oficialista comienza a alejarse del gobierno nacional, tomando cierta dis-tancia, frente a la presión que le genera la beligerancia de Moyano y el descontento de las bases. En el programa de Caló, en quin-ce puntos se mencionan los problemas de la inflación, la necesidad de una verdadera actualización del mínimo no imponible, se-ñala que se estanca el desarrollo industrial y exige al gobierno los fondos de las obras sociales. Al interior las discusiones sobre cuánto demarcarse del gobierno ya se es-grimen entre los “gordos” y los “indepen-dientes”.

Por su parte, Moyano sigue sin anclar con su “Partido por la Cultura, la Educación y el Trabajo” y se reafirma en su política conservadora tirándole flores a Scioli, De la Sota y hasta a Mauricio Macri. La CTA Micheli de la mano del FAP, sin articular los reclamos de ATE junto a los docentes y con una situación de crisis interna, se acer-ca en “unidad de acción” a Moyano, con una evidente preocupación por su propia carrera política. Por su lado, la CTA Yasky se vio obligada a enfrentar al gobierno de la provincia de Buenos Aires, fruto de un profundo descontento en las bases docentes sumado a que las elecciones gremiales se aproximan. La burocracia de Baradel le tira el muerto a Scioli, sin denunciar la respon-sabilidad del gobierno nacional. Si las pro-vincias no tienen caja para aumentar los sa-larios, es porque el gobierno nacional desde la sanción de la ley Federal de Educación, no aporta al pago de los mismos. Por otro lado, focalizar exclusivamente los reclamos al sciolismo es funcional a la política kir-chnerista que busca erosionar el poder del gobierno provincial, para plantarse mejor de cara a la inminente negociación por la sucesión.

El mapa muestra que las cinco centrales sindicales siguen atadas a proyectos de can-didatos burgueses y que su vocación no es construir una alternativa opositora de acuer-do a los intereses de los trabajadores; pero lo cierto es que la atomización es tal que ni siquiera se unifican detrás de un mismo pro-yecto burocrático.

Proyecciones

Los próximos meses seguirán convul-sionados. En principio el gobierno deberá enfrentar los reclamos que la Mesa del En-lace viene impulsando desde febrero en dis-tintas asambleas de productores a lo largo y ancho del país. Las mismas terminarían el 10 de abril en Santa Fe. Los reclamos ex-presan que la Federación Agraria sigue ata-da a la agenda de los grandes productores y

se evalúa un posible lock out patronal que podría derivar en el cese de la comerciali-zación de granos. En definitiva, frente a un mayor desgaste del gobierno, la oligarquía

agropecuaria pretende presionar para seguir obteniendo inmensas ganancias sin el más mínimo control estatal.

Otro frente que tendrá que resolver el gobierno es el pago a los fondos buitres. En octubre del año pasado, el ministro de eco-nomía declaraba que Argentina no negociaría con ningún fondo buitre y por ende no paga-ría ni un sólo dólar. Al mes siguiente avanzó en pagar a los tenedores de bonos que habían entrado en los canjes y anunció como un acto de soberanía econó-mica el último pago del Boden 2012 con reservas del Banco Central. Al mismo tiempo que pone te-cho a las paritarias y campea el temporal de los diversos sectores de oposición, el gobierno nacional busca garan-tizar los intereses de los capitalistas locales e internacionales, asegu-rando el buen desempeño de sus negocios y el flujo necesario de capi ta les . El go-bierno nacio-nal y popular resguarda los intereses de los pa-rasitarios fondos espe-culativos desenmasca-rando la falsa oposición entre el “capitalismo serio y productivo” y la especulación financiera.

Ante la creciente conflictividad, es pre-ciso considerar que el gobierno siempre tie-ne un as bajo la manga para desviar la aten-ción. Las medidas de “tipo simbólicas” que corren el eje en mo-mentos difíciles hoy pueden volver a ser utilizadas, como el re-clamo de la soberanía sobre Malvinas, como la llamada “democrati-zación de la justicia”, que no pone en cues-tión las injusticias permanentes sufri-das por nuestro pue-blo: el gatillo fácil, el injusto sistema judicial que llena las cárceles de pobres, el hacinamiento y las torturas en

cárceles y comisarías, el vínculo del aparato judicial, político y policial que tiene su ex-presión más descarnada en la trata de perso-nas y el narcotráfico.

En conclusión, el kirchnerismo no se en-cuentra en la misma posición de fortaleza que tenía años atrás, y ha ingresado a una etapa de multiplicación de conflictos socia-les, de la mano de la demanda salarial, la inflación y la carestía de la vida. Sin embar-go esto no implica, de manera determinan-te, que esté en juego el modelo, ya que la oposición conservadora que tiene enfrente no cuenta con una propuesta política unifi-cada ni con credibilidad dentro de amplios sectores populares que, frente a este estado de situación, se volcarán a conservar lo con-quistado hasta el momento. El proyecto ofi-cialista puede de-bilitarse, pero no hay que sub-estimar su capaci-dad de

iniciativa, y lo cierto es que la burguesía no tiene por ahora un reemplazo que garantice el orden institucional y que permita seguir acumulando ganancias al conjunto de los capitalistas. Desde nuestro lado, de abajo y a la izquierda, no estamos exentos de la atomización y fragmentación. Esto nos obli-ga a redoblar esfuerzos que nos permitan acumular fuerza real dentro de los sectores populares, articulando un programa político intermedio de reformas, no reformista, con el norte estratégico siempre puesto en el proyecto revolucionario.

Agrupación

Hombre NuevoMarzo de 2013

[...] las cinco centrales sindicales siguen atadas a proyectos de candidatos burgueses y que su vocación no es construir una

alternativa opositora de acuerdo a los intereses de los trabajadores.

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La Llamarada -¿Cómo interpretás que se ha modificado o no la política exterior del gobierno argentino a partir del acuerdo con Irán por el caso AMIA?

Morgenfeld: Creo que todavía es demasia-do temprano para entender si hay un giro o no en la política exterior argentina. En relación con Estados Unidos, fue oscilante en los úl-timos años. Hubo momentos de gran tensión, como el rechazo del ALCA en Mar del Plata, en 2005, o el conflicto por el avión militar re-quisado en Ezeiza, hace dos años. Pero tam-bién gestos de acercamiento, como la aproba-ción de la Ley Antiterrorista, y la política dura hacia Irán (denunciado por Cristina Kirchner reiteradas veces en la Asamblea de la ONU), a diferencia de lo que ocurría con Venezuela

o Brasil que sí mantenían relaciones con Te-herán. Israel y Estados Unidos vienen soste-niendo la “pista iraní” en la Causa AMIA, y el gobierno argentino, hasta ahora, también iba en esa línea. El reciente acuerdo del go-bierno argentino con Irán es rechazado por Israel y también por los sectores más duros del Departamento de Estado estadounidense, que apuestan a un aislamiento de Teherán y posiblemente a un conflicto armado. En ese sentido, no seguir esa política, podría indicar una mayor independencia.

-¿Qué intereses se expresan en la firma de dicho acuerdo?

-Según el gobierno, el objetivo es des-trabar una causa judicial que está hace años estancada. El acuerdo, que ahora es ley, per-mitiría al juez argentino y al fiscal Nisman, que acusó a varios funcionarios de ese

gobierno (incluyendo el ministro de Defensa), interrogarlos. Según los críticos, en realidad responde a intereses económicos. Irán pue-de seguir creciendo como destino comercial. Las exportaciones a ese país, en los últimos 7 años, aumentaron un 1400%. El gobierno iraní, por su parte, pretende romper el aisla-miento internacional impulsado por Estados Unidos, y ampliar sus vínculos con América Latina, además de los que mantiene con Vene-zuela, Bolivia, Cuba y Brasil. Al acuerdo, en tanto, se opusieron distintas entidades judías. Desde los sectores de la derecha de esa co-munidad (AMIA y DAIA) hasta los familiares nucleados en APEMYA, muy críticos de las conducciones de esas organizaciones.

-¿Implica esto un cambio/distanciamiento en las

relaciones con EEUU y una política más independiente al estilo de la de Brasil?

- Como decíamos antes, sería prematuro ver en el acuerdo un pun-to de inflexión en la política exterior en general o en la relación con Wash-ington en particular. Desde la iz-quierda, se critica al gobierno por el divorcio entre la prédica nacionalista y popular de su discurso y una inser-ción internacional que favorece los agronegocios y un modelo extracti-

vista, con la sojización y la minería a cie-lo abierto, dominada por grandes corporacio-nes extranjeras, como uno de los símbolos de esa orientación. Se sostiene que los gobiernos socialdemócratas latinoamericanos (Dilma, Cristina, Mujica) sirven más bien como con-tención de los procesos más radicales, como los de Venezuela, Ecuador o Bolivia, donde sí se plantea una orientación abiertamente anti-estadounidense y se discute, al menos como horizonte político deseable, la construcción del “socialismo del siglo XXI”. Por qué Ar-gentina y Brasil no integran el ALBA? En ese

sentido, habría que plantear una visión global para ver si efectivamente el

acuerdo con Irán es parte de una nueva orientación de la política exterior nacional.

- Teniendo en cuenta la conflictividad actual en Medio Oriente y las

declaraciones de Kerry cuando asumió el cargo haciendo referencia a que ellos estarían dispuestos a autorizar el desarrollo de tecnología nuclear de Irán si es para fines pacíficos, ¿puede interpretarse como un cambio

de táctica del imperialismo que buscaría tener mejores relaciones con Irán para garantizar un orden en la región?

- No estoy seguro de que efectivamente se hayan impuesto ahora los sectores dialoguis-tas. Es temprano para afirmarlo. En los últi-mos tiempos, conviven en Washington los que alientan el endurecimiento de las políticas ha-cia Irán, en línea con Israel, y los que buscan una salida negociada, para evitar un conflicto de consecuencias imprevisibles. Tras el fraca-so de la ocupación de Irak, hay quienes ven con temor embarcarse en una nueva ofensiva en la región. El gobierno de Teherán amenazó con bloquear el Estrecho de Ormuz en caso de ser atacados. Si bien es cierto que, cuando asumió, Kerry planteó la necesidad de nego-ciar con Irán y evitar una guerra, a principios de marzo, en su visita a Arabia Saudita, señaló que el tiempo para encontrar una solución ne-gociada no era infinito. Es decir, reaparecieron las amenazas de un ataque. De todas formas, proseguirán en marzo las tratativas del grupo 5+1, es decir las cinco potencias que negocian con Irán las condiciones de su desarrollo nu-clear. Esto implica, al menos por ahora, que no está prosperando el boicot de la derecha israelí.

- ¿Cómo definirías la política norteamericana hoy hacia América Latina?

Tras la llegada de Obama, algunos espera-ban un viraje total respecto a su antecesor, el guerrerista George W. Bush. Sin embargo, en la relación con América Latina, apenas hubo cambios de forma. Lo esencial, se mantuvo en pie. En esa línea, durante su primer mandato, se produjo el golpe de Estado en Honduras (contra un presidente que integraba el ALBA), desestabilizaciones en Venezuela, creciente militarización (se establecieron nuevas bases), se continuó con la fracasada lucha contra el narcotráfico, se mantuvieron el embargo con-tra Cuba y la cárcel ilegal en la Base de Guan-tánamo. Además, persistieron los mecanismos proteccionistas no arancelarios que afectan las exportaciones de bienes agropecuarios la-tinoamericanos (carne y limones, lo que más afecta a Argentina). Washington ya no tiene la influencia que tenía hace algunos años, lo cual se vio claramente en la última Cumbre de las Américas (Cartagena, abril de 2012), en la que los temas principales -Cuba, Malvinas, Narco-tráfico- fueron planteados por los países lati-noamericanos, a pesar de Washington. En su segundo mandato, Obama buscará potenciar la Alianza Transpacífico (resabio neoliberal del ALCA) y debilitar el eje bolivariano, que ya no va a contar con el liderazgo de Chávez. No hay que esperar demasiados cambios en relación a la política hacia Cuba. En forma sutil, para no alentar el extendido sentimiento anti-yanqui en la región, la Casa Blanca inten-tará desalentar los proyectos de integración latinoamericanos (ALBA, la UNASUR y la CELAC) y enlentencer el avance económico chino, a través de la promoción continental del libre comercio de bienes y servicios (no así de productos agropecuarios) y el impulso a la radicación de capitales estadounidenses en la región, con menos regulación de los Estados.

Entrevista: Clara García B.

1. Autor de Vecinos en conflicto (Ed. Continente, 2011) y Relaciones peligrosas. Argentina y Estados Unidos (Capital Intelectual, 2012) y del blog www.vecinosen-conflicto.blogspot.com

Tensiones y continuidades en

política exteriorEn esta entrevista con La Llamarada, Leandro Morgenfeld1, docente de la UBA y del ISEN e investigador del CONICET , analiza la política exterior del gobierno argentino y las principales líneas de la política norteamericana hacia Medio Oriente y América Latina.

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A casi dos años de inicio del conflicto en Siria, las estadísticas oficiales arrojan un número de 70.000 víctimas fatales,

200.000 mil refugiados y cerca de un millón de desplazados. Las revueltas que en 2011 empe-zaron como reivindicaciones populares por una apertura democrática, quedaron eclipsadas por una guerra entre facciones que poco o nada tie-nen que ver con las necesidades populares.

En los últimos meses se han incrementado los atentados, ataques y avanzadas de los grupos rebel-des en varias ciudades de Siria. Parte de estos gru-pos armados vienen siendo financiados por EE.UU, por Turquía y también por los gobiernos autocráti-cos suniitas de Arabia Saudi y Qatar - para quienes entran en juego no sólo intereses económicos sino una histórica confrontación entre suniitas y chiitas, estos últimos representados a nivel regional por el bloque en el cual se encuentran los gobiernos del Líbano, Siria e Irán.

Sin embargo, las ya clásicas tensiones entre los sectores más moderados y los sectores más beli-cistas del estado norteamericano parecen haberse resuelto por ahora a favor de los primeros. La dis-puta por el posicionamiento de EE.UU respecto a la estrategia a tomar en Siria, terminó con la purga de los partidarios intransigentes de la intervención militar dentro del gobierno yanqui. Fueron obliga-dos a dimitir el director de la CIA David Petraeus, el almirante James G. Stravidis, comandante supremo de la OTAN y su sucesor el general John R. Allen,

y la otrora flamante Secretaria de Estado Hillary Clinton. Este sector fue reemplazado por uno más moderado, encabezado por John Kerry (quien fuera la oposición de Obama en las elecciones de 2012), designado Secretario General del Departamento de Estado. En el trasfondo de esta disputa se encuentra la necesidad de EE.UU de debilitar el bloque Rusia-China, amortiguando al mismo tiempo el costo fi-nanciero y político que implica el apoyo norteame-ricano a las políticas belicistas del Estado de Israel, que alcanzo un gasto de 3mil millones de dólares y ha recibido el repudio generalizado de la comu-nidad internacional. El reciente decreto presidencial que recorta 85 mil millones de dólares en gastos del estado afectaría la subvención que es recibida ac-tualmente por Israel, expresando el enfriamiento de las relaciones bilaterales con el sionismo.

En este sentido la orientación del conflicto en Siria, que durante meses se ha estancado en un terre-no pantanoso, puede estar tomando una nueva direc-ción. Desde junio de 2012 el Grupo de Acción para Siria (Consejo de Seguridad de la ONU y La Liga Árabe) viene haciendo un llamado al cese al fuego, proponiendo además la con-formación de un gobierno de transición para una apertura democráti-ca, conformado por la oposición y el oficialis-mo sirio. En una

reciente reunión entre el ministro ruso de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov y el nuevo Secretario de Estado norteamericano John Kerry, ambos países se pronunciaron a favor de esta propuesta.

Recordando el famoso pacto Sykes-Pikot de 1916, en el que Francia e Inglaterra acordaron la división y reparto del territorio de Medio Oriente, a la vez que promovían la independencia árabe de la opresión turca, hoy, casi un siglo después, los encuentros entre Lavrov y Kerry parecen tener una naturaleza similar. La reciente negativa de otorgar armamento bélico a los rebeldes sirios por parte de Kerry, las declara-ciones de los gobiernos iraquí y ruso llamando al diálogo de las partes, y sobre todo el llamado al diálogo del presidente de la Coalición Na-cional Siria (espacio que aglutina la mayor parte de la oposición i n -

cluidos los grupos armados), dan indicios del co-mienzo de una nueva etapa en el conflicto sirio mar-cada por un acuerdo entre las grandes potencias que se han distribuido las zonas de influencia.

En este escenario, lo más probable es que todo el proceso culmine en la permanencia del gobier-no dictatorial de Al-Assad pero obligado a hacer algunas concesiones populares o con un gobierno de coalición títere del imperialismo, que tampoco

resolverá de fondo los problemas del pueblo sirio, víctima de estas terri-

bles disputas.

Facundo Tulián

El 11 de enero Francia comenzó el bom-bardeo de Mali. Con la intención de frenar el avance de los grupos yihadistas que tenían el control de una parte de las regiones del Norte de ese país, se materializaba una intervención que empezaba a madurar desde principios del año pasado.

Uno de los orígenes del conflicto maliense se remonta a la herencia colonial: las fronte-ras decididas unilateralmente por las potencias europeas ocupantes de África en los siglos XIX y XX dividen arbitrariamente a naciones y pueblos y han creado estados como Mali. Los tuareg, pueblo nómade de 1,5 millones de personas aproximadamente que reside en una extensa región del Sahara y del Sahel, habitan hoy parte de Mali, Argelia, Niger, Libia, Ma-rruecos.

Grupos rebeldes tuareg se levantaron con-tra los gobiernos locales de Malí y Níger en los 90 y entre 2006 y 2009. Tras dos años de paz, a fines de 2011el Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA) publicó su pri-mer comunicado oficial donde afirmaban que su objetivo era “acabar con la ocupación ile-gal de Azawad por Malí”. Desde principios de 2012 el MNLA comenzó a controlar las zonas del norte de Mali con el objetivo la creación de un estado tuareg autónomo y laico, declarando su independencia el 6 de abril y exigiendo su reconocimiento.

En el marco de esta lucha, el MNLA se alía con organizaciones relacionadas con Al-Qaeda del Magreb Islámico, entre las que se encuentra Ansar Ed-Dine, con mayores recursos y finan-ciadas por Qatar. Ansar Ed-Dine, con objetivos sustancialmente diferentes a los del MNLA, hegemoniza la situación y buscando controlar la totalidad de Mali, comenzaron a avanzar en la toma de territorios por fuera de Azawad.

En este contexto, el 23 de marzo una frac-ción del ejército oficial de Mali derrocó al go-bierno formal de Amadou Touré, acusándolo tener una política laxa frente a las sublevacio-nes internas. Sin embargo, el nuevo gobierno, sin el reconocimiento de la comunidad interna-cional y con las fuerzas de Ansar Ed-Dine en la ciudad de Kona (punto estratégico para llegar Bamako, la capital maliense) no puede afrontar la compleja situación. Es en ese punto cuando las fuerzas francesas deciden intervenir.

¿Qué busca Francia en Mali?A partir de la intervención imperialista en

la Libia de Gadafi la región se vio fuertemente desestabilizada. Durante aquel conflicto, tanto Francia como Gadafi habían armado a grupos tuareg para utilizarlos como mercenarios. Una vez finalizada la disputa estos se desplazaron hasta Malí donde comenzaron los alzamien-tos independentistas. Según algunas hipótesis, Francia habría colaborado en el traslado del armamento hasta Mali para fomentar los en-

frentamientos internos, teniendo una excusa para intervenir directamente, con el objetivo final de intervenir en la región, asegurándose el control de sus recursos naturales: Mali no sólo posee minas de oro; se estima que toda la zona del Azawad poseería yacimientos de gas y petróleo. Además, Francia busca reasegurar las reservas de uranio que posee en Níger, de las que depende todo su sistema nuclear civil.

Si es complejo analizar las causas del conflicto maliense, lo es aún más pro-nosticar su desarrollo. La avanzada de las tropas francesas podría es-tancarse si las tropas rebeldes decidieran adoptar una táctica de guerra de guerrillas. Por otro lado, muchos sectores expresan su preocupación ante una represalia genocida por parte de los sectores del ejército en el poder, sobre la población civil tuareg, que ya sufre el impacto de la interven-ción francesa que podría ampliarse a otras re-giones de

la Francafrique.Lo cierto es que la lucha por el derecho

legítimo a la autodeterminación del pueblo tuareg, quedó eclipsada en las disputas inter-imperialistas por el control y la influencia te-rritorial y regional. Se hace cierta una vez más la verdad que dice que, mientras exista la opre-sión del hombre por el hombre, la riqueza de los pueblos es lo que los condena a su pobreza.

Facundo Tulián

la situación en siria y la política imperialista en medio oriente

EL MOVIMIENTO NACIONAL DE LIBERACIÓN DE AZAWAD

El enfrentamiento entre las oposiciones insurgentes y el gobierno de Basher Al- Assad lleva casi dos años. La profundidad de una confrontación por arriba involucra los intereses de grandes potencias

imperialistas. Los sectores más moderados de Estados Unidos negocian con Rusia el reparto de la región.

Francia -antigua potencia colonial en Mali- lanzó en enero pasado una operación militar en “apoyo“ al gobierno de Mali. ¿Qué busca Francia en Mali? Múltiples causas para comprender este conflicto en el que el pueblo tuareg lucha por su independencia.

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1- En qué concepción y en qué proyecto estratégico se enmarca la cuestión.

En primer lugar, hay que recordar que el estado es una dimensión necesaria de la re-producción de las relaciones sociales de pro-ducción capitalistas y el hecho de la relativa separación entre la esfera de lo económico y de lo político, de la “sociedad civil” y el estado –cuya manifestación más visible es que no son directamente los dueños de los medios de producción quienes ejercen las ta-reas de dominación- es también un producto específico del capitalismo. El estado es la es-fera a la que la sociedad burguesa restringe la igualdad. Esa igualdad formal alcanza su máxima expresión bajo la forma democrá-tica de gobierno en la que cada ciudadano tiene un voto. El sufragio universal refuerza la ilusión de que sin importar nuestra perte-nencia de clase nuestro voto vale igual que el de los empresarios, banqueros o terratenien-tes, la ilusión de que “el estado somos todos” y que quienes gobiernan deben velar por el “bienestar general”.

Por eso la lucha por la conciencia de cla-se es estratégica. La comprensión del funcio-namiento del capitalismo, del antagonismo irreconciliable que nos enfrenta a la clase capitalista (y su estado), de la necesidad de la independencia política de clase son estra-tégicos para plantearse una revolución socia-lista. Si bien hoy no está planteada –objetiva y subjetivamente- la actualidad de la revo-lución, la unidad y coherencia entre fines y medios no sólo se aplica a la cuestión de contenido y forma, sino también a la unidad entre la revolución a la que queremos aportar y nuestra práctica actual.

2- El kirchnerismo y la oposición oficial

A pesar de la fractura social y la crisis política expresadas en diciembre del 2001, el kirchnerismo logró recomponer la hegemo-nía burguesa constituyéndose como una refe-rencia política que ha calado en sectores tra-bajadores, combinando la creación de fuerza propia y el disciplinamiento. La defensa de la democracia, aparece como una superación de experiencias anteriores. La activa política de crear consenso alrededor de un “modelo” que postula la intervención del estado en la regulación económica como la clave para desarrollar un “capitalismo serio”, en el que el Estado vela por los intereses de los 40 mi-llones de argentinos (idealización burguesa que niega los antagonismos de clase), se ha convertido en el discurso hegemónico; se ha convertido, para buena parte de la población, en sentido común.

En ese contexto, las próximas elecciones legislativas definirán los grandes rasgos del

escenario del 2015. La composición que re-sulte de ellas es de gran relevancia princi-palmente para el kirchnerismo, que pondrá en juego la reforma política y por ende la posibilidad de ir por la re-reelección. Si esto no es posible, el gobierno buscará una salida ordenada y fuertemente condicionada en la forma en la que deberá repartirse el poder, recostándose en figuras más tradicionales

del PJ federal como Scioli- Masa, “la conti-nuidad con cambios” según ellos.

Por otro lado, la llamada centroizquierda anti-kirchnerista conforma un heterogéneo conglomerado. Con un discurso que enalte-ce el republicanismo liberal burgués, apela al diálogo y al respeto a la constitución, se agrupan en un mismo bloque sectores radi-cales, ex kirchneristas, de la Coalición Cí-vica, de la Unión Popular, de Libres del Sur y del “socialismo”. Detrás de la figura de Binner, se reedita la apología democrática alfonsinista y de la Alianza, incorporando muy lavadas demandas sociales y alineán-dose claramente con algunos sectores em-presarios.

3- La izquierda ante las elecciones

Desde 1983 a la fecha, la participación electoral no se ha desplegado como parte de un proyecto revolucionario serio y coherente. Dentro de la izquierda existe una fuerte frag-mentación y atomización. Ninguno de los más diversos grupos de izquierda que existi-mos tiene ni la fuerza, ni la claridad política, ni la inserción, ni las prácticas de construc-ción sana para poder aglutinar detrás de sí al resto de las organizaciones, y para acumular política y organizativamente de conjunto en la presente etapa. Los resultados electorales de las últimas décadas expresan el escaso arraigo de la izquierda en amplios sectores de la clase trabajadora. El FIT, que aglutinó a parte de las fuerzas trotskistas de nuestro país, no ha logrado pasar la prueba de ser algo más que una construcción superestruc-tural y electoral. El PCR, principal repre-sentante de la tradición maoísta local, se ha volcado a avanzar en alianzas con distintos sectores patronales.

Por otro lado, en los últimos años, se ha comenzado a delinear dentro de un conjun-to de organizaciones políticas y sociales,

la necesidad de materializar y proyectar el trabajo de base social y político, construido de manera silenciosa durante más de una dé-cada centrado principalmente en la inserción territorial, estudiantil, cultural, etc., pero sin tener todavía una influencia -más o menos respetable -dentro de los sectores ocupados. Se plantea entonces ocupar un espacio po-lítico vacante desde la Nueva Izquierda. El reciente lanzamiento de Marea Popular en la Capital Federal, que se presenta como la expresión electoral de la izquierda indepen-diente, ha suscitado expectativas dentro de un amplio espectro de militantes. Con la idea de interpelar al masivo y salir de la margi-nalidad, algunas organizaciones han optado por dar la pelea en este terreno.

Desde nuestra perspectiva, la par-ticipación electoral es una táctica posible a utilizar en tanto sirva a la acumulación de la concien-cia de las masas y a for-talecer sus luchas en determinadas con-diciones, y no para seguir legitimando la legalidad bur-guesa. Que la par-ticipación electoral sirva para uno u otro objetivo depende en una medida no menor de la fuerza q u e

tengamos como izquierda.

4- La situación de la Nueva Izquierda

El conjunto de organizaciones que nos encontramos dentro de la Nueva Izquierda no tenemos prácticamente acuerdos orgáni-cos, menos aún unidad política. Conviven en este espacio una gran heterogeneidad de po-siciones a nivel estratégico e inclusive frente a las propuestas tácticas y programas para intervenir en este determinado momento po-lítico. Acordamos sí en la caracterización de que la etapa es de acumulación de fuerza, la vocación de tener un discurso acorde al mo-mento político, la concepción de construir poder popular, y la apenas problematización de cómo debería ser una sana relación entre las organizaciones.

El escenario político de este año está marcado por las elecciones. En esta ocasión, junto a los partidos burgueses (oficialismo y "oposición") y a aquellos partidos de izquierda que siempre participan en la contienda electoral, se presentará una expresión de lo que llamamos "izquierda independiente". Esta novedad nos obliga a profundizar en nuestra concepción respecto de cuál es la relación entre nuestro objetivo estratégico (la transformación revolucionaria de la sociedad capitalista actual) y los terrenos de lucha, en particular el electoral.

ACERCA DE LA PARTICIPACIóN EN LAS ELECCIONES

[...] la unidad y coherencia entre fines y medios no sólo se

aplica a la cuestión de contenido y forma, sino también a la unidad

entre la revolución a la que queremos aportar y nuestra práctica actual.

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Sin embargo a la hora de delimitar el proyecto estratégico y los tipos de herra-mientas necesarias a construir, encontramos un universo diverso y amplio de posiciones, entre las que se incluyen posiciones cen-troizquierdistas, posiciones que expresan una visión devastadora del leninismo y por ende un rechazo a la construcción partidaria,

posiciones que buscan unificar las tareas del partido con las del amplio movimiento (par-tido-movimiento) haciendo una traspolación antojadiza para nuestro país de los procesos latinoamericanos, y posiciones que en la vo-cación de evitar el sectarismo reniegan de definiciones programáticas claras, anticapi-talistas.

En su rechazo del “marxismo ortodoxo”, de la teoría leninista de la organización, de la forma de partido y de la izquierda tradi-cional, muchas corrientes de la llamada NI caen en el eclecticismo y carecen absoluta-mente de una teoría revolucionaria. Postulan una teoría del Estado que lo concibe como una arena de disputa, como un ente abstracto que se erige sobre las disputas de la socie-dad y en el cual, efectivamente, es posible luchar desde adentro para ir logrando cier-tas modificaciones en la sociedad pero no para subvertir la sociedad. Paralelamente, en un supuesto intento de dar cuenta de la complejidad de la sociedad y de los múlti-ples sujetos sociales que hoy encarnarían un proyecto de cambio social, se niega la centralidad de la clase obrera como sujeto revolucionario. Esta concepción, abona una construcción que abandona la perspectiva de la clase obrera y que se combina con las tesis autonomistas, que con difusas referencias a la construcción del poder popular apuestan al “cambio social”, desechando sin más la perspectiva revolucionaria. Así, la lucha por reformas parciales desde la legalidad bur-guesa termina constituyéndose en objetivo

estratégico y se va abandonando la perspec-tiva revolucionaria de lucha anticapitalista y contra el estado burgués.

Por otra parte, la defensa de las eleccio-nes como herramienta sin considerar además los límites que implica el acceso por parte de un movimiento popular al gobierno de un estado capitalista, es una de las expresiones de los límites que tiene una vía que privile-gia, aun desarrollando otras formas, lo ins-titucional. La idea de luchar “en y contra” el Estado menosprecia el peso que tiene la dinámica estatal para convertir el “contra” en un “a favor de” y sobreestima las fuerzas propias. La fascinación con la posibilidad de “romper el cerco” con rapidez, de lograr la visibilización por parte del conjunto de la sociedad, de crecer como movimiento y salir de la marginalidad de la izquierda, se desmorona cuando las perspectivas no están claras y la contienda electoral termina por convertirse en el objetivo central. En pos de sumar votos, se lavan los programas, se recortan los principios, se realizan alianzas que no expresan una unidad real de la clase trabajadora ni una fuerza social de dirección obrera y revolucionaria.

5- Nuestra posición y su fundamentación

Desde nuestra concepción, la conciencia espontánea de las masas no es contestataria y menos aún anticapitalista. El desarrollo de una conciencia socialista requiere que la ex-periencia de lucha sea potenciada, analizada, y repensada desde una teoría revolucionaria. De ahí, la importancia de la lucha política en tanto lucha estratégica por la conciencia de clase. La lucha política con una perspec-tiva de clase, en el sentido de desarrollar la conciencia del antagonismo irreconciliable con la clase dominante, de poner por delan-te los intereses históricos del conjunto de la clase, de centrar el análisis en las relaciones de propiedad y no sólo en su expresión en las relaciones de distribución, requiere de una enorme decisión, de una gran temple y de una firmeza extrema de las organiza-ciones y militantes revolucionarios para no ceder ante el movimiento espontáneo, ante los “hechos”, que apuntan objetivamente al mantenimiento del capitalismo como único horizonte posible.

Si bien es cierto que asistimos a un ma-yor nivel de politización en comparación a los 90, dichos debates están restringidos a las disputas interburguesas o hegemoniza-dos por proyectos políticos que no expresan ni el interés ni el punto de vista de la clase. El hecho de que prácticamente la totalidad de la población respalde a partidos y candi-datos enemigos del socialismo es más que relevante para ponerlo en el análisis. Este momento de gran polarización y enfrenta-miento por arriba nos obliga a perfeccionar nuestra acción y avanzar en argumentos y discusión política. La burguesía ha demos-trado una vez más su capacidad de legiti-

marse mediante el apoyo popular, no solo por la coerción, sino también construyendo consenso, garantizando el funcionamiento y la estabilidad del proyecto capitalista en nuestro país, ganando la batalla también en el terreno ideológico.

Pero la marginalidad de la izquierda en el escenario nacional no se supera con una buena medida. La tendencia de la izquierda a centrarse en las reivindicaciones económicas así como la expectativa (infundada) en que el empeoramiento de las condiciones econó-micas es causa suficiente para provocar una crisis en término de identidades políticas, es una expresión de la debilidad para encarar la lucha política. La identificación de lucha po-lítica con participación electoral (uno de los terrenos, pero de ninguna manera el único ni, desde nuestra visión, el principal) muestra la dificultad para encarar con iniciativa la lucha política.

La definición de la etapa como de acu-mulación de fuerzas implica desarrollar una intervención política que apunte a e l e v a r los niveles de homogeneidad, autoconciencia y organi-

zación de la clase trabajadora; remite a su politización pero no en un sentido general sino politización con sentido de clase. No es la que diluye las clases en la elevación al terreno político, sino la que permite superar, en sentido dialéctico, los intereses corporati-vos estrechos que objetivamente nos dividen como clase. Asimismo, la acumulación de fuerzas también remite a la consolidación de las herramientas que permitan potenciar esas fuerzas, a partir de concentrarlas y darles una misma dirección. El avance organizativo por sí solo, o la creciente masividad de “par-ticipación” política no son inmediatamente acumulación de fuerzas para nuestra clase. No implican acumulación de fuerzas para la revolución si no van acompañadas de un tra-bajo tenaz y consecuente de preparación para el enfrentamiento con las fuerzas sociales y políticas que defienden el orden imperante y que cuentan no sólo con superiores recursos económicos, sino políticos e ideológicos. Dicho de otra forma, es incorrecto escindir el momento actual del momento revolucio-nario que hoy no está planteado, ya que si no hay un vínculo orgánico, si lo que prima es la idea de que primero se acumula fuerzas y a eso después se le “adiciona” la revolución, no habremos acumulado las fuerzas necesa-rias para esa intervención revolucionaria.

La marginalidad actual de la izquierda expresa algunas limitaciones de la etapa para la política revolucionaria, pero también nos obliga a indagar en las limitaciones que tene-mos hoy en tanto izquierda revolucionaria. No hemos podido aún proyectar una alterna-tiva de poder que, a partir del análisis, pueda prever la dinámica que adoptará la lucha de clases en la próxima década y defina un plan de acción decidido. Es por eso que una par-ticipación en el terreno electoral sin que esa dimensión forme parte de una estrategia de poder no puede más que llevarnos al fracaso. No contamos con la formación, estructura y desarrollos previos como para participar ac-tivamente. No contamos con la fuerza para que la misma no sea una constatación más de la marginalidad. En ese escenario, autoenga-ñarnos creyendo que un apoyo más o menos crítico a las propuestas que existen hoy, os-cilantes entre el sectarismo y el oportunis-mo, puede resolver los grandes desafíos que tenemos que encarar no contribuirá a ningún avance general. Incluso en el caso poco pro-bable de acceder a una banca, el hecho no implica mecánicamente contar con un “tri-buno” y, menos aún, tener una llegada a las masas.

Pero no participar de la disputa electoral no significa abstencionismo político, nece-sitamos contar con mucha iniciativa. Des-

de nuestro punto de vista, es necesario construir una espacio político

dentro de la izquierda en general que bus-

que constituir-se como un polo

de referencia con una verdadera política de masas,

abandonando el sectarismo y el dog-matismo a la hora de analizar los desafíos

que nos presenta la realidad. A su vez den-tro de este espacio deberemos aportar a la constitución de una corriente definidamente clasista, a los fines de no desviar el rumbo, reivindicando la flexibilidad táctica, pero sustentada en una gran firmeza estratégica.

Agrupación

Hombre NuevoMarzo de 2013

Así, la lucha por reformas parciales desde la legalidad burguesa

termina constituyéndose en objetivo estratégico y se va abandonando la

perspectiva revolucionaria de lucha anticapitalista y contra el estado burgués.

La identificación de lucha política con participación

electoral (uno de los terrenos, pero de ninguna manera el único ni, el principal) muestra la

dificultad para encarar con iniciativa la lucha

política.

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A nivel mundial las relaciones capita-listas de producción se han extendi-do al agro. Millones de campesinos

pasan a trabajar para los mercados, a tra-vés de sistemas de contratación con grandes empresas productoras y comercializadoras. El desarrollo de las fuerzas productivas y la acumulación y concentración de capital en el agro tiene como contrapartida la miseria y el hambre de millones. De los 3100 millones de personas que habitan el campo, 1400 millo-nes viven en la pobreza extrema y cerca de 1000 millones padecen hambre.

La producción agrícola argentina está in-serta en este proceso. La Argentina cuenta con 31 millones de hectáreas de siembra y 40 mi-llones cultivables aproximadamente. En la ac-tualidad, el PBI Argentino ronda los 370 mil millones de dólares de los cuales la producción agropecuaria representa un 9,6%1. Si a esta ci-fra le sumamos la manufactura agropecuaria, obtenemos que las cadenas agroindustriales nacionales explican alrededor del 20% del PBI nacional2. Según datos de 2007 (CEPAL), existían en nuestro país 31 cadenas agroali-mentarias y agroindustriales, entre las que se cuentan –ubicadas por orden de volumen de facturación- la soja, carne bovina, leche, trigo, uva para mesa y vinificación, cebada, pollo (carne y huevos), forestal, maíz, porcino, gira-sol, peras y manzanas.

Si analizamos el volumen de exportacio-

nes, se observa que del total de 70.000 millo-nes de dólares en 2010, la producción agroin-dustrial explicaba la mitad3. De este total, la mitad pertenece a la cadena agroalimentaria de la soja (51%) ya sea harina de soja, aceite, po-rotos sumando más de US$17000 millones. Le siguen el maíz (8,7%- US$3062), la carne bo-vina (3% -US$1040), el trigo (2,6% US$901), los vinos (2% US$670), el aceite girasol en bruto (1,3% -US$467).

El agro en Argentina a partir de los ´90

A mediados de los ´90 se produce un au-mento extraordinario en los precios mundiales de los productos del agro, convirtiendo a este sector en un negocio muy rentable, al que se volcaron gran cantidad de capitales (la canti-dad de HA sembradas con cereales y oleagi-nosas se acrecentó en un 50% y pasó de 19,6 millones a 30 millones). Al mismo tiempo se incrementó notablemente el rendimiento por HA (2,5% anual acumulativo) al introducir tec-nología a la producción (semillas modificadas genéticamente, masificación del uso de fertili-zantes, siembre directa, herbicidas –glifosato-, cosechadoras de última tecnología). En el ´97 caen un poco los precios, pero la tecnología ya incorporada hace que se mantenga la ren-tabilidad. A partir de 2002, con la devaluación, creció nuevamente el margen de ganancia

(aunque sin superar a los mejores momentos de los ´90). Ya en 2007 volvieron a subir los precios internacionales lo que trajo un aumen-to extraordinario en la ganancia: se incrementó 10,6% la ganancia bruta por hectárea en rela-ción al periodo 2002-2006.

Este último período de crecimiento de pro-ducción agropecuaria se caracterizó por la con-centración de capitales tanto en los productos de mayor dinamismo (principalmente la soja) como en el resto de la producción pampeana y extrapampeana. Sólo aquellos grandes pro-ductores poseedores de gran capital que pudie-ron comenzar a producir con la tecnificación y el volumen necesarios lograron acaparar el mercado haciendo desaparecer a miles de pe-queños productores, que se vieron obligados a arrendar sus tierras en el caso de las produc-ciones de soja o maíz, o a vender a los precios que le dictan los grandes acopiadores en casos como tabaco u olivo en producciones extra-pampeanas; esto generó además la emigración de las nuevas generaciones a la periferia de los centros urbanos donde no logran ser reabsorbi-dos en otras áreas de la economía. Por su parte el precio de la tierra en la zona núcleo se tripli-có, pasando de $581 por HA en 2002 a $1432 por HA en 2010.

La concentración de la propiedad de la tierra

Los datos oficiales del último Censo Na-cional Agropecuario de 2002 marcan una cla-ra concentración de la propiedad de la tierra. La variación en el tamaño de las propiedades apunta también a una profundización del ca-rácter de empresa capitalista del agro. El ta-maño promedio de las explotaciones agrope-cuarias en la zona pampeana subió, de 395,6 hectáreas en 1988, a 533,2 hectáreas en 2002; un aumento del 35%. El número de explota-ciones de cero a 500 hectáreas bajó un 38% en la zona pampeana, y el de explotaciones que van de 5001 a 2.500 hectáreas bajó el 5,5%. Salvo la zona del noreste argentino, en el resto del país también hubo un aumento del tamaño medio de las explotaciones.

La concentración de la tierra en la Argen-tina muestra que 6.160 explotaciones (2,1% del total) de más de 5.000 hectáreas (grandes explotaciones) concentran el 50,0% de la tierra y que 246.947 explotaciones micro, pequeñas y medianas de menos de 500 hectáreas (83,0% del total) ocupan el 13,3% de la tierra:

Frente al avance y expansión de los pools de siembra que se instalaron en el país amplia-mente a partir de 2003, los pequeños y media-nos productores tienden a arrendar sus tierras a estos pools en lugar de producir directamente. Sin embargo, en nada se parecen estos arrenda-tarios pampeanos -que recibirán una parte del plusvalor producido por el capital agrario- y el campesino que arrienda una parcela de tierra y apenas sobrevive. Un propietario de 50 o 100 hectáreas de la Pampa Húmeda, que realiza

una inversión de capital y calcula la tasa de ganancia aunque no tenga ningún trabajador asalariado, se diferencia cualitativamente de un productor de yerba de Misiones que tiene 5 o 10 hectáreas y también de una familia de Santiago del Estero que apenas sobrevive con 1 hectárea.

¿Entonces, hay campesinos en Argentina?

La Población Rural en porcentaje pasó de un 10,4% en el año 2000 a un 6,9% en el año 2010 (de 3,8 millones en el año 2000 a 2,8 mi-llones en el año 2010). De los 3,8 millones de personas de población rural se observa que 1,2 millones se encuentran con Necesidades Bási-cas Insatisfechas, de los cuales el 76,3% (938 mil) viven en el área rural dispersa. El total de los ocupados alcanza a 774.876 personas. Los obreros agrícolas trabajan en condiciones muy precarias en términos salariales y de condicio-nes de trabajo y su grado de organización tam-bién es muy pobre. En términos generales, los mayoritariamente explotados del campo son los trabajadores asalariados.

Entendemos a la economía campesina como una formación social en la que el campe-sino es propietario de la tierra en la que trabaja y de las condiciones objetivas de producción, pero en la que “una parte preponderante del producto agrario debe ser consumido, en cuan-to medio directo de subsistencia, por los pro-pios campesinos”4 y sólo se comercia una par-te residual del producto. En la actualidad, los campesinos pobres, con pequeñas extensiones de tierra se encuentran en proceso de proleta-rización; sus producciones familiares no tienen posibilidad de competencia con las extensiones mayores y mecanizadas y son un sector minori-tario dentro de la estructura económica y social. Los pequeños productores familiares de las economías regionales no pampeanas se ocupan mayoritariamente de los cultivos agroindustria-les tradicionales (caña de azúcar, vid, algodón, tabaco, yerba mate, té, hortalizas, ovinos, ca-prinos). Es decir, que no son estos quienes se dedican a los alimentos básicos de la canasta familiar (cereales, carnes, oleaginosas) que son producidos por el sector capitalizado del agro (grandes y medianos empresarios capitalista) particularmente de la región pampeana. En los casos en que se organizan estos campesinos pobres deben enfrentar la prepotencia conjun-ta de los terratenientes, empresarios y fuerzas represivas. Tales son los casos de las familias organizadas en el Movimiento Campesino de Santiago del Estero, el Movimiento Campesino de Formosa y las comunidades indígenas por poner sólo algunos ejemplos.

Ninguna de las entidades agrupadas en la Mesa de Enlace (CRA, SRA, CONINAGRO, FAA) representa los intereses de los sectores campesinos ni de los trabajadores rurales. Frente al probable lock out de los productores agropecuarios, es fundamental tener presente este análisis, para no perdernos en la pelea in-terburguesa de quienes, disputando sus ganan-cias con otros empresarios y con el gobierno, buscan aglutinar tras de sí al conjunto de la po-blación, ocultando su interés particular y pre-sentando sus demandas como las del conjunto de la población. Sólo la eliminación de las re-laciones sociales capitalistas de producción y una consecuente reforma agraria podrán poner la producción agropecuaria al servicio de las necesidades reales de la población.

Pablo Suárez

1. CEI- Indec- 20102. Min. de Agric. Ganad. y Pesca de la Nación- 20103. Según el INDEC el 56% - 22% productos primarios y 34% manufactura de origen agropecuario- 20104. Marx, El Capital, Tomo III, p.1023

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Los productores agropecuarios amenazan con un lock out en los próximos meses, argumentando que la presión impositiva sobre sus productos pone en juego los intereses del campo, presentados como los intereses de la Nación. ¿Quiénes son estos productores agropecuarios? ¿Estamos hablando de pequeños productores familiares pobres o de grandes y medianos empresarios capitalistas?

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Luego de trece días de paro, movilizaciones, char-las con la comunidad en los barrios y radios abiertas, la lucha de los trabajadores del hospital general mariano y Luciano vega del partido de moreno obtuvo un triunfo muy importante para el sector de la salud y para la de-fensa de lo público en general. En el marco de un ajuste agudizado que precariza y pone en riesgo la salud por la falta de insumos y personal en los centros de atención, se desató un conflicto en 70 hospitales bonaerenses que fueron al paro dada la situación crítica en la que se encuentran. Los trabajadores de dicho hospital, que venían de un conflicto desde fines de 2012, que fue tomando mayor impulso durante enero y febrero de este año, pudieron frenar la privatización del lavadero y consiguieron el nombramiento de 51 trabajadores (técnicos, enfermeros, camilleros y médicos), como así también el pago de la desfavorabilidad retroactivo a octubre del año pasado, que fue aprobado por decreto por viceministro de salud.

Cabe señalar que uno de los mayores logros exce-de lo reivindicativo. La fortaleza de las medidas toma mayor magnitud cuando surge, como en este caso, de las asambleas que reunieron a los sindicatos del hospi-tal (ATE – Agrupación victor Choque, Sindicato de Salud Pública, CICOP y AmRA); siendo ese el órgano de deci-sión democrático y de los trabajadores, que direccionó

el conflicto.Con el impulso de estos logros y con un alerta que

se expresa en las asambleas permanentes que siguen sosteniendo las y los trabajadores del hospital, queda en la agenda inmediata la pelea por el pase a planta de los tercerizados del sector de limpieza y la defensa con-tra la privatización.

Y la pelea sigue...

El pasado 4 de marzo, enmarcados en esta misma lucha, los estatales de las seccionales ATE Sur que se concentraron frente a la gobernación en La Plata y movilizaron al ministerio de Salud, obtuvieron por parte del ministro Collia el compromiso de ingreso a planta permanente de decenas de enfermeros y enfermeras recibidos en cada una de las Escuelas de los hospitales gandulfo, Esteves, meléndez, Oñativia y grierson. Así mismo, el ministro se comprometió verbalmente a rein-corporar a Agostina Leguizamon (despedida del Centro de Prevención de Adicciones Lomas de zamora) y a la regularización del nombramiento de una instrumen-tadora del hospital meléndez, compromiso incumplido desde el año pasado.

Pedro Rojas

“ (…) Se habla mucho de medio ambien-te pero parece ser que cuando se habla de medio ambiente se habla de algo

abstracto de la naturaleza y no del hombre que está adentro.(…) la finalidad del medio ambiente es preservar el medio ambiente para que la sociedad viva adentro y mejor”.

Cristina Fernandez de Kirchner1

El avance indiscriminado sobre los recur-sos naturales de la mano de empresas trasna-cionales, en complicidad con el gobierno na-cional y los gobiernos provinciales, no es una novedad. La megaminería, la explotación pe-trolera, las plantas pasteras, la tala de bosques completos y el uso de agroquímicos y pesti-cidas mortíferos para la agroindustria sojera, vienen siendo ampliamente denunciados por las consecuencias gravísimas que tienen para el ambiente y para los seres humanos. Este mo-delo de “capitalismo serio” no se distingue del capitalismo “clásico”: entre otras calamidades, arrasa con los recursos naturales en función de lógica del capital sin importar las consecuen-cias que esto tenga para la humanidad.

Según la Administración de la Información de Energía de Estados Unidos, Argentina es el tercer país con mayor potencial de extrac-ción de Shale Gas mediante la Hidrofractura después de China y Estados Unidos. El Shale Gas (o gas de pizarra) es un hidrocarburo que se encuentra en zonas muy profundas, de ahí que la técnica de extracción sea tan invasiva y cause tanto revuelo entre los pueblos aledaños a los pozos. Consiste en la perforación vertical hasta una profundidad superior a 5.000 metros y luego horizontal por 2.000 metros más, con la siguiente inyección de grandes cantidades de agua acompañada de sustancias químicas y arena a elevada presión con el fin de producir micro-fracturas en la roca madre que contiene los hidrocarburos y así permitir su liberación. Las complicaciones que esto conlleva están a simple vista: “Para cada perforación se nece-sitan 200.000 metros cúbicos de agua (…). Se utilizan 500 sustancias, entre las que figuran

17 tóxicos para organismos acuáticos, 38 tó-xicos agudos, ocho cancerígenos probados. Estas sustancias significan un total de cuatro toneladas de tóxicos por pozo”2. Las conse-cuencias van desde la contaminación de aguas subterráneas y superficiales (ya que los quí-micos utilizados son volátiles y suben por las fracturas); hasta la activación de fallas geológi-cas que generan movimientos sísmicos, riesgo de explosión y el profundo impacto sobre la salud que todo esto implica.

Los voceros oficialistas, muy lejos de la pretendida “liberación nacional” y la soberanía que enaltecen en sus discursos mientras reali-zan acuerdos con Chevron u otras mega em-presas petroleras, pregonan el promisorio “Fu-turo Energético” que se está emprendiendo de la mano de la parcialmente expropiada YPF y salen a la búsqueda de nuevos socios privados cuyo único objetivo es maximizar sus ganan-cias a costa del desastre ambiental que pueden traer estas exploraciones. A la vez minimizan de manera caricaturesca las voces de alerta que los pobladores en conjunto con las orga-nizaciones sociales ponen en alto. El director

del Centro de Estudios de Energía, Política y Sociedad declaró que: “En Estados Unidos se han perforado decenas de miles de pozos utilizando la técnica de fracking y ha habido contados casos de contaminación que se die-ron al comienzo de la actividad, donde faltaba experiencia y se cometieron algunos errores”3.

El gobierno nacional se apresta a promo-ver el uso de esta técnica prohibida en Francia, Bulgaria, Vermont (EEUU) y Québec (Cana-dá) en distintas regiones de nuestro país (ver Extractivismo Nac&Pop)

En la actualidad no hay una normativa es-pecífica para las exploraciones no convencio-nales, por lo que se terminan aplicando las que se usan para los hidrocarburos convencionales. Todo lo que no está prohibido está permitido dice la Constitución Nacional. En los marcos del capitalismo, la irracionalidad del mercado y la lógica de acumulación del capital se im-ponen en desmedro del cuidado del ambiente y del uso racional de los recursos en función de las necesidades sociales. El desarrollo del fracking anticipa nuevos focos de conflicto en los que desde las organizaciones populares de-

beremos una vez más dar la pelea en defensa de la naturaleza y de nuestro derecho a la salud y a un ambiente sano, nutriéndonos de la única perspectiva que puede efectivamente dar solu-ción a este grave problema: una organización de la sociedad socialista, en la que la planifi-cación de la producción contemple el cuidado de los bienes comunes y el ambiente en que vivimos y del que somos parte.

Malena Granado

1. http://www.presidencia.gob.ar/discursos/26076-acto-por-obras-ambientales-palabras-de-la-presiden-ta-de-la-nacion2. http://www.pagina12.com.ar/diario/socie-dad/3-211533-2013-01-10.html3. http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/cash/17-6672-2013-03-11.html4. http://www.opisantacruz.com.ar/home/2013/03/07/la-presidenta-inauguro-el-fracking-en-chubut-pero-ya-se-realiza-en-santa-cruz-desde-hace-un-ano-y-sin-estudio-de-impacto-ambiental/157695. http://www.opsur.org.ar/blog/2013/03/05/rio-negro-por-orden-de-cristina-vetan-ordenanza-que-pro-hibia-el-fracking/

Una victoriasaludable

Frente a la perspectiva del agotamiento del petróleo de fácil extracción, los capitalistas buscan nuevas técnicas para proveerse del preciado combustible y se aprestan a desarrollar la explotación de yacimientos no convencionales a través del fracking.

La lucha de los trabajadores de la salud en la Provincia de Bs. As.

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Paritarias para abajo

Los meses de febrero y marzo presentan año tras año un escenario similar: salarios carcomidos por la suba inflacionaria, discu-siones paritarias que en ocasiones ocupan un lugar en la portada de un diario o son, a falta de mejores catástrofes, la noticia rei-terada en el multimedio. Y luego, con me-nos resonancia mediática, las medidas de fuerza, más o menos coordinadas, que so-lemos darnos los trabajadores para afrontar el déficit que se siente en el bolsillo. Este 2013 no es la ex-cepción, pero al pa-norama reiterado de otros años se suma una agudización en el deterioro del sala-rio, afectado por una impalpable suba del mínimo no imponi-ble en el Impuesto a las Ganancias que en la práctica sigue siendo un impuesto al trabajo. Este dete-rioro, lo podemos leer en un contexto de ajuste generalizado, en el que los acuerdos salariales querrán ser atados por los gobier-nos nacional y provinciales a un aumento en cuotas y por debajo de la inflación pro-yectada para este año, que ronda un 30%.

Desde Nación han determinado un por-centaje muy bajo de aumento y esto ha sido inamovible: “La paritaria no se reabre por-que la naturaleza de la paritaria nacional es esa” (Telam, 25/2/13), señaló el Ministro Sileoni después de fijar un 22%. Lo que según el gobierno nacional es un piso ofi-

cia en realidad de tapón o de techo. Las provincias no tienen la

obligación de despegar-se de ese porcentaje

e inclusive

terminan con ofertas por debajo, como es el caso de Scioli en la Provincia de Bue-nos Aires. Esta situación pone de manifies-to cómo cierran filas gobiernos oficialistas y opositores cuando se trata del salario de los trabajadores, y echa a la superficie los lineamientos nacionales en política educa-tiva que, como desde la década del `90, si-gue desentendiéndose del sueldo docente, poniendo a los estados provinciales a cargo de la masa salarial y del mayor porcentaje del presupuesto educativo. El dato siguien-te basta como ejemplo: la Nación destina

al sistema educativo formal sólo el 5,5%, y si consideramos el presupuesto integral (gobierno nacional más provinciales), Na-ción sólo aportó el 30% y las provincias el 70% restante, acentuando de esta forma la fragmentación del sistema educativo.

En resumen, la paritaria nacional cerró por decreto un aumento anualizado con una cuota del 16% en marzo y dos cuotas del 3% para septiembre y diciembre respec-tivamente, sobre un salario inicial que no puede -por irrisorio- ser el punto de partida: los $2.870 plantados por la burocracia de Yasky y el cegetista Caló. El resultado es un aumento de $16,8 más por día.

Los intereses de gobierno coinciden a nivel nacional, provincial y de la ciu-

dad de Bs. As. Aumentos que no

cubren, recuperan ni anticipan la pérdida que sufrimos los trabajadores en nuestros haberes cuando contrastamos nuestro sa-lario con los gastos de la vida misma, de todos los días, y un desfinanciamiento del sistema que no se condice con los anuncios presidenciales.

En pos de la unidad

Sin dudas hay gestos y hechos que entu-siasman, a los que debemos seguir de cerca y pensar en su desarrollo. El primero es una

valiosa victoria en la provincia de Neu-quén, cuando a fines de 2012 el FURA (Frente Único para la Recuperación de ATEN) recuperó el sindicato para los trabajadores, arran-cándoselo en las últimas elecciones a la burocracia. El

otro es más reciente y tiene lugar en la pro-vincia de Buenos Aires, donde el 18 de fe-brero pasado tuvieron un primer encuentro las seccionales y conducciones docentes de izquierda y opositoras a la Celeste (lis-ta que conduce la CTERA, desde hace más de veinte años, de explícita afinidad con el gobierno nacional), junto con representa-ciones sindicales que están por fuera de la CTERA y nucleadas en la nueva federación dentro de la CTA- Micheli, que hoy por hoy no tiene un peso real ni la construcción por abajo que precisa para garantizar la democracia sindical cualquier herramienta fe-d e - rativa.

En dicho encuentro, se

reafirmó la necesidad de exigir de conjun-to paritarias libres y sin techo, salario igual al costo de la canasta familiar, blanqueo de las sumas en negro incluido el Incenti-vo absorbiendo el Estado Nacional lo que esto demanda, todo el aumento al básico y sin cuotas. Aumento del presupuesto para educación y mejora de las condiciones la-borales. Resolver la crisis edilicia y cons-trucción de más escuelas y aulas, así como jardines maternales y de infantes. Elimina-ción del impuesto al salario, de los contra-tos por fuera del estatuto y de los subsidios a la educación privada, entre otros recla-mos.

El encuentro acordó la convocatoria a un “no inicio” de clases a nivel nacional para el día 25 de enero, que tuvo un aca-tamiento rotundo. Ese lunes, la mayoría de las jurisdicciones no comenzaron las clases (ver recuadro) y se realizaron múltiples ma-nifestaciones en todo el país. En la Capital, confluyeron en una misma marcha hasta la casa de la Provincia de Buenos Aires, co-lumnas de docentes nucleados en Ademys, las seccionales opositoras de SUTEBA, empleados estatales nucleados en ATE, para movilizar más tarde los docentes a Pa-lacio Pizzurno.

El paro fue de singular importancia dado que la CTERA tuvo que convocar, cuando ya era un hecho, a un paro a nivel nacional ese mismo día. El papel lastimo-so de dicha Confederación se hace notar al no darle continuidad a la medida ni enmar-carla en la calle. A todo lo que se digna-ron -rabietas de teatro mediante, y para las cámaras- fue a llamar recién para el 6 de marzo, a su movilización al Ministerio de Educación Nacional, dando a entender, por si no quedaba claro, que los intereses de la central siguen más cerca de la Casa Rosada que del lado de los que luchan.

La lucha docente a nivel nacional

El conflicto salarial docente en la región bonaerense es tal vez uno de los más re-ñidos dadas las contradicciones del marco político que se cruzan con la lucha reivin-dicativa. La relación entre la Celeste, el kir-chnerismo y Scioli entraron en un roce del que la burocracia debe dar cuenta con me-didas que de alguna manera den respuesta a sus bases y a la vez dirijan las críticas hacia el gobierno provincial como responsable unilateral del ajuste, sin que se cuele ni una estocada hacia el gobierno nacional. Es un hecho que la provincia con más recauda-ción no quiere hacerse única responsable del aumento salarial, y en esa disyuntiva se pasan la pelota unos a otros. El ejecuti-vo provincial que en un momento declaró no poder hacerse cargo más que de un 5% del aumento, llegó a principios de marzo a

La pelea por el salario docente atraviesa todo el territorio nacional. Frentes unitarios para enfrentar a la burocracia. Un mar

revuelto entre gobiernos provinciales y gobierno nacional, que sin embargo convergen en las variables de ajuste: el bolsillo de los docentes, el presupuesto educativo y las condiciones laborales.

Esta situación pone de manifiesto cómo cierran filas gobiernos oficialistas y opositores y echa a la superficie los lineamientos nacionales en política educativa que [...] sigue desentendién-dose del sueldo docente, poniendo a los estados provinciales a cargo de la masa salarial y del mayor porcentaje del presupuesto educativo.

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una oferta de 17% que el Frente Gremial Docente rechazó. Entre la tensión Scioli-Baradel se dirime la suerte de los docentes que ratificaron su voluntad de pelear por un salario digno parando 48 hs y 48 hs.

El gremio tiene elecciones en la enti-dad de base de la CTERA el 22 de mayo, situación que necesariamente obliga a la Celeste a cerrar filas para seguir manteniendo su lugar en la conduc-ción. Mientras en Bahía Blanca, La Plata, Florencio Varela, Almiran-te Brown, Lanús, Ensena-da, Avellaneda, San Martín, Matanza, Lomas de Zamo-ra se han ido conformando listas unitarias de la oposi-ción que pueden disputar la conducción de las seccionales y a nivel provincial se ha conformado el FURS (Frente Unitario para la Recupe-ración de SUTEBA). Es un desafío para la izquierda sostener la unidad en medio de un plan de lucha que la burocracia no

despliega con total contundencia jugando a tirar pelotazos.

En la CABA, la mesa salarial y de con-diciones laborales que inició con su prime-ra “sesión” el 10 de enero concluyó con un acuerdo en cuotas y de lo más diferenciado por cargo hasta ahora visto. La oferta que ronda un 26% anualizado -y que en prome-dio no es tal- fue rechazada por ADEMYS, entidad que convocó al paro del 25 y 27 de febrero exigiendo el pago en marzo, la reapertura de la mesa en julio y un au-mento parejo para todos los docentes del 30%. A su vez los otros 16 sindicatos que conforman la mesa tuvieron algunos des-

acuerdos, pero no los suficientes como para salir con medidas de contundencia que incomoden al Ministro de Educación Esteban Bullrich, que en de-claraciones a la prensa dijo estar tranquilo y confiado

en los sindicatos para esperar el comienzo de clases, con un claro y amistoso guiño hacia la burocracia celeste que conduce la UTE. Este sindicato “recha-zó” la oferta de la ma-nera más curiosa: un “plan de acción” con una movilización a la Legislatura y al Ministerio porteños recién ¡el 12 de mar-zo! La clave parece estar en leer esta “ju-gada” como si se tra-tara de una pantomima ¿o acaso se puede to-mar seriamente un re-chazo si las moviliza-ciones son en diferido y la voluntad de parar de la conducción bri-lla por su ausencia? Pasaron por alto en la dirección de este sindi-cato el sencillo hecho de sentar postura antes de que se cierre la paritaria. El propio Eduar-do López (Sec. General de UTE)

arrimó c o m o

toda crí-tica una

consigna ba-sista y va-

cía en los m e d i o s cuando le pregunta-

ron que pen-saban hacer: “no recha-zamos, ni

firmamos, lo tienen que decidir

los docentes”, de esta manera cruzó de un salto el

charco montado sobre la lógica de una “neutralidad” que no hizo

más que crear confusión entre los maestros.

Mientras tanto al sur, en la pro-vincia del gobernador Peralta, los do-

centes, que tienen un salario básico de $1.630 -y una canasta básica provincial que supera la media nacional- hace 20 meses que no reciben aumentos de suel-do y el ejecutivo esquiva esta responsa-bilidad proponiendo un aumento del 25% ad referéndum de una decisión que debe pasar previamente por el poder legislati-

vo provincial. ADOSAC (Asociación Docente de Santa Cruz) sostiene medidas de fuerza semanales, con las que ha podido quitarle al go-bierno algunas reivindicaciones en materia de condiciones laborales. Por otr o lado, en el coto del MPN

(Movimiento Popular Neuquino) el básico no supera los $1.770 y el gobernador Sapag ha cerrado las paritarias por decreto, ame-nazando con ilegalizar la huelga a través de un plebiscito que pondría en discusión si la educación se trata o no de un servicio esen-cial. El sindicato docente ATEN va en la vía de profundizar un plan de lucha con paros escalonados y continuos. En este contexto es responsabilidad de las sec-cionales combativas y los sindicatos de oposición acompañar con solidaridad

efectiva las luchas de estos docentes que no se doblegan ante los mandatos del gobierno nacional ni de los gobiernos provinciales para que no queden aislados y termine en derrota toda esta lucha. En ese sentido los docentes de la Capital y de la provincia de Buenos Aires que convergimos en la Co-rriente Político Sindical Rompiendo Cade-nas junto a otras agrupaciones docentes de izquierda nos movilizamos, el pasado miér-coles 13 de marzo a la Casa de la Provincia de Neuquén para llevar nuestra solidaridad.

Es de los trabajadores la tarea de coor-dinación de esfuerzos y actividades que, como la que mencionamos, logren hacer visible el conflicto docente allí donde el gobierno (sea del color que sea) pega con más fuerza, dejando de lado mezquinda-des y protagonismos, uniendo la lucha del sector docente con la de otros trabajadores estatales para defender lo público, recupe-rar nuestro salario, avanzar en conquistas laborales en un marco de creciente precari-zación y revalorizar la tarea específica del trabajo docente dentro del aula poniendo énfasis en su potencialidad creadora y li-beradora, luchando contra el rol de meros ejecutores de políticas y currículas elabo-radas por los licenciados de turno en sus despachos con aire acondicionado. Nuestra creatividad, en un momento de mucha frag-mentación del sindicalismo clasista, debe estar al servicio de estas luchas y de estos objetivos, por lejanos que puedan parecer-nos, porque se trata en definitiva de una misma pelea.

Pedro Rojas

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Es un desafío para la izquierda sostener la unidad en medio de un plan de lucha que la burocracia no despliega con total contundencia [...]

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Una situación

Yamila decide comprarse una remera que le queda linda porque “le marca bien la figu-ra”. La señora chusma del barrio le espeta un: “¿Qué va a decir tu marido?”. Por la ca-lle un hombre la observa con lascivia y luego la manosea. La chusma se encarga de que el marido de Yamila se entere del episodio. Él entra a su casa y, al verla con ropa nueva, enfurece y la violenta en todos los sentidos posibles. Yamila acude a la salita del barrio, lastimada y dolida por fuera y por dentro. En vez de contención, recibe maltrato de quie-nes están atendiendo. Harta ya de todo, es presa de un ataque de furia y descarga sus golpes contra la chusma, quien, por supues-to, estaba en la salita para opinar sobre lo ocurrido…

Se interrumpe la escena. Cae la cuarta pa-red, que en la convención teatral separa a la escena del público que observa. Se pregunta a este último: ¿Qué se vio? ¿Esto sucede en la realidad? ¡Pueden observarse opresores y oprimidos? ¿Quiénes encarnan estos roles? ¿Qué es opresión? ¿Cómo podría cambiarse esta situación para evitar ese desenlace?

La audiencia analiza las situaciones, opi-

na y sugiere acciones que, estima, harían cambiar el curso de esta historia. Y es aquí donde el espectador deja de ser tal y debe franquear la barrera que, tal como se ha men-cionado, en otras propuestas teatrales más tradicionales, impone el límite del escenario. Quien propuso la acción, es invitado a pasar a escena y probar en acto aquello que pro-dujo en pensamiento. ¿Funciona? ¿Cambió algo? ¿Mejoró la situación? ¿Qué otra cosa se podría hacer, proponer, probar?

A modo de contexto

Lo anterior es el relato de una experien-cia de Teatro Foro, una de las categorías más difundidas y practicadas del Teatro del Oprimido (en el que también se inscriben el Teatro Invisible, el Teatro Legislativo, el Teatro Periodístico, etc.). Esta tendencia fue sistematizada por el dramaturgo, actor, director y pedagogo teatral brasileño Augus-to Boal en los años ‘60. Recibe influencias del Teatro Épico de Bertolt Brecht, en el que se confronta al espectador con situaciones en las que debe tomar decisiones, a favor o en contra de lo que ve, sacándolo así de su rol pasivo y otorgándole un rol crítico y productivo. Otra gran influencia del Teatro

del Oprimido es la Pedagogía del Oprimido, de Paulo Freire, según la cual educadores y educandos trabajan juntos para desarrollar una visión crítica del mundo en el que viven.

Augusto Boal pone en acción, a través de su actividad artística- el teatro-, sus más profundas convicciones políticas. Dice: “Las élites consideran que el teatro no puede ni debe ser popular. Nosotros pensamos que el teatro no sólo debe ser popular, sino que también debe serlo todo lo demás: especial-mente el Poder y el Estado, los alimentos, las fábricas, las playas, las universidades, la vida.”1

Pensamiento y acción, arte y política, no son compartimentos estancos e incomunica-dos, sino parte de la misma vida, de la misma lucha. Afirma: “Todo el teatro es necesaria-mente político, porque políticas son todas las actividades del hombre y el teatro es una de ellas […] puede ser una herramienta de libe-ración. Para ello es necesario crear las for-mas teatrales correspondientes. Es necesario transformar.”

Y por ello surge una nueva forma de pen-sar y de hacer teatro: un teatro de los oprimi-dos y para los oprimidos, una oportunidad para ensayar modos de luchar contra las opresiones que nos atraviesan en la vida real.

Con esta propuesta se inaugura una co-rriente, una pedagogía, un nuevo modo de hacer teatro, una posible estética- muchas veces mirada con sorna desde las élites cul-turales. Desde este lugar se cuestiona fuer-temente la “propiedad” de la producción y el consumo cultural: en el teatro, al igual que en muchas- si no en todas- las manifes-taciones artísticas y culturales, el “sentido común” que nos han enseñado a tener es que el arte y la cultura son un bien de lujo al que acceden unos pocos (tanto del lado de la pro-ducción como del lado del consumo).

Características del Teatro Foro

El Teatro Foro se estructura sobre las fi-guras de oprimido y opresor, y las relaciones de poder que se dan entre ambos. Estas úl-timas son, precisamente, la fundamentación de esta corriente teatral.

Constituidos en personajes que aluden poética y políticamente a diferentes másca-ras sociales, oprimidos y opresores juegan dichas relaciones en escena dando por resul-tado una situación de injusticia que, por su intensidad, apela a que los espectadores no puedan permanecer inconmovibles, indife-rentes ni pasivos.

El drama se desarrolla dando cuenta de diversos abusos en diferentes situaciones espacio-temporales, que varían según la in-tención de la denuncia que necesite hacerse. Así, por ejemplo, pueden verse obras de tea-tro foro que pongan de relieve la violencia de género en el ámbito laboral o familiar,

la discriminación en la escuela o el trabajo o la calle, etc. En un determinado momen-to la opresión sufrida llega a tal límite, que el oprimido reacciona estallando, tomando una mala decisión que termina por ponerlo a reproducir la cadena y lo transforma en opresor. Ese momento de estallido y mala resolución se conoce en el Teatro Foro como “crisis china” (ya que en chino, la palabra “crisis” se escribe con dos caracteres que significan a la vez “peligro” y “oportuni-dad”). Y es inmediatamente después de la “crisis china” que la escena se interrumpe e interviene otro personaje clave: el comodín o kuringa, que es quien habilita el diálogo entre los espectadores.

A partir de la evaluación que se hace de lo visto, los debates y las propuestas, el co-modín es quien tiene que lograr que el es-pectador suba a escena para transformarse en espect-actor y, por lo tanto, protagonista de la acción dramática. De tal manera el espec-tador es invitado a salir del lugar cómodo y pasivo, es interpelado a opinar y, por si eso fuera poco, también es invitado a dar un paso más allá: se lo convoca a tomar parte activa y actuante, a ensayar en la ficción una toma de decisiones para la vida real. Con las pro-puestas que surgen de la platea como drama-turgia transformadora, actores y espect-acto-res improvisan teatralmente para crear una salida liberadora a los problemas planteados. Mediante los saberes de unos y de otros se llega a un nuevo saber transformador y cues-tionador de la realidad que se vive.

Y es aquí donde se ponen en jaque mu-chas cuestiones. Es la gran oportunidad de confrontar la teoría con la práctica. Hay un gran acto de desafío de las creencias, ya que al poner en práctica aquello que se pensó, se constata si la idea funciona en el acto. El Teatro Foro resulta muy pedagógico en este sentido, ya que cuando lo que se propuso no funciona como se esperaba o suponía, tal si-tuación obliga a revisar la teoría, a repensar las estrategias, los métodos y las alternati-vas de lucha, a poner en juego las potentes herramientas simbólicas y poéticas, muchas veces olvidadas en la militancia (y también a darse cuenta de aquéllas herramientas que aun deben ser aprendidas). Cualquier tipo de precepto o regla se pone a prueba.

El Teatro Foro deja en evidencia, de ma-nera muy tangible, que la teoría no puede estar desligada de la práctica, que la realidad no se transforma desde la pasividad, que la revolución no se hace desde la comodidad de la butaca.

Victoria Rojo en conversaciones con Federico Costa2

1. Boal, Augusto, Categorías de Teatro Popular, Edi-ciones CEPE, Buenos Aires, 19722. Formó parte de la Compañía El infierno de los vi-vos- teatro foro e invisible, Coordinó el Taller de Teatro Foro que funcionó en 2012 en la Casa José Martí, es-pacio en el cual se desarrolló la experiencia narrada al comienzo de esta nota.

"Nuestro trabajo no es dar respuestas, sino ayudar a las personas a inventar sus propias respuestas"Paulo Freire

Teatro como un arma

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[sin título]

A bandadas llegan los buitres,sobrevuelan hambrientos

y desde hace siglos,insisten hambrientos,siempre en círculo,a ras de la tierra,

pero hambrientos quedanporque cada lucha que se gana

no tiene olor a muerto.

Etelvina Astrada

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[CI YACET]

«Ci yacet pulvis; cines et nihil.»(Inscripción en la tumba del

cardenal Portocarrero.)

Aquí yacen ceniza, polvo y nada.Cayeron en el centro de la lucha,cayeron en el centro de la tardea la perfecta soledad, madura.

Aquí yacen ceniza y polvo y nada,pero su sangre corre en nuestra

sangre¬que ceniza no es, ni polvo y nada.

Pero su sueño vive en nuestro sueño

que ceniza no es, ni polvo y nada,

que polvo no es y no es ceniza y nada.

Y su alegría está en nuestra sonrisa

que ceniza no es ni polvo y nada,que nada no es ni polvo ni ceniza.

Aquí yacen ceniza y polvo y nadalos que fueron de carne, sangre y

hueso,y en nuestra carne y sangre y

hueso nacen,muerte fecunda en el vital proceso.

Polvo y ceniza y nada no es su muerte,

que la muerte, en la lucha no es la muerte,

no pongáis epitafios a su muerte.

Transformación constante, cielo y tierra,

el sol, el agua, el aire es epitafio,en la paz y en la guerra de la

tierra.

De la tierra vinieron y a la tierra

volvieron y la tierra los devuelve.Son la Historia, que sigue.

Son la Revolución, que nunca muere.

Raúl González Tuñón(En La muerte en Madrid; 1939)

Desde la Agrupación hombre Nuevo la-mentamos el fallecimiento del presidente hugo Chávez frías y acompañamos al pueblo venezola-no en estos momentos de dolor.

Sabiendo que el proceso de cambio inicia-do en venezuela está en manos de los propios ve-nezolanos y venezolanas, confiamos en la fuerza de la organización popular para llevar adelante las tareas del momento y reivindicamos su te-naz decisión de avanzar hacia una sociedad justa e igualitaria, camino que su propio pueblo se ha trazado y ha ratificado en varias oportunidades. A su vez, nos sumamos a la expresión de una multi-tud de organizaciones populares que permanecen alertas y dispuestas a enfrentar cualquier inten-to desestabilizador hacia venezuela por parte del imperialismo norteamericano y sus aliados.

La política antiimperialista desplegada por venezuela, el impulso a la unidad latinoamericana promovido por Chávez, las políticas concretas que disminuyeron los índices de pobreza y morta-lidad infantil, al tiempo que aumentaron los de in-versión social en educación, desarrollando entre otras medidas sociales campañas de alfabetiza-ción, obras de acceso al agua potable, instalación de cloacas, pero fundamentalmente el crecimien-to en organización, combatividad y conciencia de su pueblo, han restituido para las grandes masas

del continente el debate acerca del socialismo. La difícil coyuntura que enfrenta hoy el

proceso bolivariano hace más necesario que nunca consolidar la unidad entre las organiza-ciones revolucionarias y el pueblo venezolanos para marchar hacia la profundización del cam-bio. Ante el embate imperialista en puerta, urge no sólo la más amplia movilización popular, sino la adopción de medidas que avancen sin contem-placiones sobre los intereses materiales de la burguesía transnacional y también local, nido de conspiradores y agentes de la reacción. Ante la muerte de Chávez, el desafío del pueblo venezola-no y latinoamericano es profundizar la lucha por el socialismo, avanzar en organización y unidad y continuar desarrollando el complejo proceso de transformaciones iniciadas.

Desde el sur del continente americano, nuestras más sincero y fraternal abrazo y nues-tro más ferviente deseo, ahora más que nunca, de construir la patria grande americana y con-solidar la verdadera independencia de nuestros pueblos, que sólo será posible con la revolución socialista.

Agrupación hombre Nuevo5 de marzo de 2013

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