la gualdra no 2, 14 junio 2011

12
Jesús Reyes Cordero nació en La Blanquita, Trancoso, Zacatecas. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) San Carlos y desde 1984 a la fecha ha expuesto su obra en México y Europa. Americanista de corazón, docente de pintura en la UAZ y prolífico poeta, pertenece como él mismo dice a “la generación del rock and roll”. Su más reciente exposición en la Galería Arroyo de la Plata, Los Campos Magnéticos, ha inspirado a un grupo de creadores que actualmente realizan un documental sobre el pintor, bajo la dirección de Indalecio Rivera. Pág. 4 y 5

Upload: la-jornada-zacatecas

Post on 23-Mar-2016

229 views

Category:

Documents


5 download

DESCRIPTION

La gualdra No 2, 14 Junio 2011

TRANSCRIPT

Page 1: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

Jesús Reyes Cordero nació en La Blanquita, Trancoso, Zacatecas. Estudió en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) San Carlos y desde 1984 a la fecha ha expuesto

su obra en México y Europa. Americanista de corazón, docente de pintura en la UAZ y prolífico poeta, pertenece como él mismo dice a “la generación del rock and roll”.

Su más reciente exposición en la Galería Arroyo de la Plata, Los Campos Magnéticos, ha inspirado a un grupo de creadores que actualmente realizan un documental sobre

el pintor, bajo la dirección de Indalecio Rivera. Pág. 4 y 5

Page 2: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

El subrayado de libros y las notas al margen: una radiografía lectora por Eduardo Campech Miranda

Para la Libertad por Ronaldo Monreal

En Zacatecas, cuna de artistas talentosos, celebramos este mes de junio el natalicio de Roberto el Panzón Soto, Ramón López Velarde, Julio Ruelas y Severino Salazar. Julio Ruelas nació en Zacatecas el 21 de junio de 1870. Estudió pintura en la Academia de San Car-los y posteriormente en Alemania, donde recibió la in-� uencia del artista Arnold Bocklin. Sobresalió como ex-celente dibujante y pintor y fue parte de los principales círculos artísticos e intelectuales de su época. En 1904 se establece en París, en donde aprendió grabado al aguafuerte y donde murió el 16 de septiembre de 1907. Entre sus pinturas destacan “La domadora”, “Autorretra-to”, “El sueño de Athos” y “Fauno niño”, entre otras. En Zacatecas, el taller de grabado dirigido por Alejandro Nava, lleva su nombre. Ramón Modesto López Velarde Berumen na-ció en Jerez, un 15 de junio de 1888. Pretendía ser sacer-dote y después de cinco años en el Seminario –primero en Zacatecas y luego en Aguascalientes-, lo abandonó para estudiar Leyes en San Luis Potosí. Publicó varios libros de poesía: La Sangre Devota, Zozobra, El son del corazón y Suave Patria; y de prosa: El minutero, El don de febrero y otras prosas, y Correspondencia con Eduardo J. Correa y otros escritos juveniles. El poeta zacatecano José de Jesús Sampedro dice, con respecto a La Suave Patria y a su autor que éste “descubrió o percibió no una patria externa, sujeta a los obtusos vaivenes de costum-brismo e historicismo que reivindica tanto nuestro con-temporáneo sistema educativo, sino una patria interna, íntima, mestiza y criolla, castellana y morisca, rayada de azteca, como él mismo lo dice en otro de los momentos claves de su obra”. Muere en 1921. Roberto el Panzón Soto (7 de junio de 1896) nació en Jerez, fue actor de teatro de revista y cine. Fue con Manuel Penella con quien hiciera su célebre perso-naje de Hormigón en El gato Montés (1920). Participó en la película de cine mudo El automóvil gris, y posterior-mente formó su propia compañía con la que montó más de 50 obras, entre las que destacaron Lindo Michoacán, Ríe Rita y Mexican Ra-Ta-Plan (1925). Es padre del ac-tor Roberto Soto Mantequilla. Severino Salazar nació en Tepetongo el 12 de junio de 1947 en Tepetongo, estudió Letras Inglesas en la UNAM y en Swansea University. Fue catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Az-capotzalco. En 1984 el INBA le otorgó el premio “Juan Rulfo” para primera novela por Donde deben estar las catedrales. Su trabajo ha sido traducido al inglés, fran-cés e italiano; todo, absolutamente todo lo que Severi-no escribió es altamente recomendable. Falleció el 7 de agosto de 2005.

La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibída la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

En este segundo número de La gualdra, hay un tema que sobresale: la violencia que estamos pade-ciendo y la urgencia por obtener paz. La semana pasa-da fuimos testigos del paso de Javier Sicilia por nuestra ciudad; su discurso, al igual que el de sus acompañantes, estuvo siempre orientado al llamado para que la socie-dad civil se una para encontrar una solución -por la vía pací� ca- al caos en que nos encontramos. La caravana encabezada por el poeta saca del anonimato a miles de víctimas de una guerra que no es nuestra; y también saca a las calles a los creadores para solidarizarse con su causa; estuvieron presentes varios artistas: pintores, escritores, poetas, editores y fotógrafos zacatecanos. Enhorabuena por los que no temen ser señalados y por los que se comprometen con esta causa social que nos atañe a todos. José Antonio Mac Gregor visualiza el panora-ma y propone que apostemos por los jóvenes para que sean baluartes en la preservación e innovación de la cul-tura, considerando que la gestión cultural puede ser una opción de desarrollo comunitario y de vida. Preferible que estén de este lado que del otro. Marcelo Sada, por su parte, recuerda el 10 de junio de 1971 y hace un llamado para que recordemos el proceso vivido en estos cuarenta años y comprendamos que los procesos culturales tienen relación directa con eventos históricos como “El halconazo”. Ronaldo Monreal, en su artículo Para la Liber-tad, nos propone valorar a la utopía como vínculo entre el deseo y la realización de la esperanza, en esta época en que se pretende que literalmente los mexicanos fun-jamos como soldados. ¿El teatro y el arte como un me-dio de locura, serán capaces de arreglar las atrocidades inhumanas de quienes gobiernan este mundo? Mateo Estrada Gaviria, Esther Cárdenas, Eduar-do Campech y Antonio Villarreal le dan continuidad a sus columnas con nuevos temas. Las páginas centrales están dedicadas a nuestro amigo Chucho Reyes Cordero; aquí encontramos un texto de Armando Haro y una en-trevista de Indalecio Rivera. Damos la bienvenida a ICA, quien nos compar-te su primera entrega para La gualdra; ICA es un joven artista visual zacatecano que ha decidido incursionar en el cómic crítico y participará con nosotros de aquí en adelante. Finalmente, en Río de palabras, Vicente Soriano Tlachi nos ofrece un cuento para deleite de los lectores. En el siguiente número anticipamos la colabo-ración de la actriz Marianella Villa y la escritora zacate-cana Pilar Alba.

Jánea Estrada Lazarín / [email protected]

Editorial Contenido

DirectorioCarmen Lira Saade

Dir. GeneralRaymundo Cárdenas Vargas

Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada LazarínDir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade TrinidadDiseño

Juan Carlos VillegasIlustraciones

[email protected]

No.2Suplemento cultural - 13 de junio de 2011 - No.2 - Año.1

Diario de Mateo por Mateo Estrada Gaviria

Pág. 3

Vuelo Caprichoso por Indalecio Rivera

Los campos magnéticos de Chucho Reyes…Por Armando Haro

Suave Patria por Ramón López Velarde

Agenda

Págs. 6 y 7

Pág. 8

Pág. 10

Los jóvenes en la gestión cultural: una opción de desarrollo comunitario y de vida por José Antonio Mac Gregor

Cosas vistas aquí y allá: Los años de plomopor Marcelo Sada

Castillo de sal si puedes por Esther Cárdenas

Pág. 4

Pág. 5

El altar por Vicente Soriano Tlachi

Los Olvidados en la Muestra que no llegópor Antonio Villarreal Álvarez

Pág. 12

Page 3: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

Agenda

No. 2 - Año. 113 de junio de 2011

3

Los jóvenes en la gestión cultural: una opción de desarrollo comunitario y de vida

Diario de MateoJunio 13

Por José Antonio Mac Gregor*

Por Mateo Estrada Gaviria

* Es antropólogo social con Maestría en Desarrollo Rural, obtuvo el Premio Nacional de Antropología Fray Bernardino de Sahagún (1985, INAH). Promotor cultural desde 1974 y con vocación hacia el servicio comunitario donde, como él dice: “Se aprende y se recibe más de lo que se enseña y se da”. Trabajó de 1990 hasta 2007 en CONACULTA realizando su vocación pionera: fortalecer las culturas populares y crear el Sistema Nacional de Capacitación y Profesio-nalización de Promotores y Gestores Culturales. Coordinador de Asesores en la Secretaría de Cultura del DF. Consultor de la Unesco y la OEI. Docente en más de 10 universidades. Promotor del proyecto “Gestión cultural para la paz: ciudadanía y reconstitución del tejido social” y asesor de la Alcaldía de Medellín, Colombia.

1 Es un incunable. Impreso en 1479 en letra gótica, texto a dos columnas de 56 líneas, espacio blanco para los capitulares, sin foliación ni signatura tipográfica. El documento lo redactó el franciscano Roberto Caracciolo (1425-1495).2

El libro perteneció al convento de Santo Domingo de Oaxaca y al colegio de San Juan de Puebla.3 Se concibe a las bibliotecas públicas, tras la Guerra de Reforma, como bibliotecas totales al reunir en ellas los libros y manuscritos que provenían de las órdenes religiosas, más lo que publicaron los particulares, el gobierno y las adquisiciones permanentes.4 Jesús Flores Olague, et al. Zacatecas. Historia breve, preámbulo Alicia Hernández, México, FCE, Colmex, Fideicomiso Historia de las Américas, 2ª Edición, 2011.5

Mariana Terán, El artificio de la fe. La vida pública de los hombres del poder en el Zacatecas del siglo XVIII, México, IZC, UAZ, 2002. Juan Ignacio Piña, Historiografía zacatecana. Balance y estudio. Zacatecas, UAZ, 2001. Roberto Ramos Dávila, et al. Zacatecas: síntesis histórica, Zacatecas, GODEZAC, 1995.

Cuando el mundo entero vive una crisis económica sin pre-cedentes, las principales lacras que afectan a la sociedad se organizan a nivel global: el narcotráfico y sus graves secuelas de violencia generalizada, la corrupción permeada hasta el núcleo de las instituciones y la concentración de la riqueza a través de los grandes emporios comerciales y financieros. Cuando el impacto de dichos problemas es noticia cotidiana de naturaleza y concreción local: asesinatos en el barrio por el crimen organizado, la reconfiguración de nue-vas adicciones en la casa o el cibercafé provocada por la por-nografía vía internet, el desempleo, la violencia doméstica, la desintegración familiar, la deserción escolar y la fractura en una serie de valores y pautas que ofrecían a los individuos sentido de pertenencia colectiva y de continuidad social. Cuando la discriminación y la intolerancia hacia migrantes de todo el mundo, al igual que a los indígenas, ancianos, discapacitados y pobres adquieren proporciones descomunales… pareciera imperar una desesperanza gene-ralizada, igualmente global. Cuando los más elementales valores cohesionado-res de una sociedad como la solidaridad, la colaboración, el respeto elemental a las normas de convivencia social, se de-rrumban ante el individualismo y el consumismo a ultranza y la pulverización del concepto de comunidad. Cuando este panorama global pareciera constituir nuestra irremediable realidad y destino, vale la pena repensar

Estoy agotado. La estancia en Puebla no disminuyó el estrés. Lo maravilloso está en que toqué el Sermones cuadragesimales de poenitentia.1 Tres días lo tuve en mis manos, una hora cada vez. El resto lo revisé en el ordenador. Percibo dos manos en las notas. El profe cree que son más. Quiere incluir a los bibliotecarios del si-glo XVIII y a los catalogadores del XIX;2 lo hace para sostener la idea de las alejandrías regionales en la fase post-desamortización.3 El lunes nos reuniremos en Zacatecas, quiere ojear el cuaderno de trabajo. Continuamos con el plan de reconstruir el trayecto discursivo de Antonio de Sando-val en la evangelización. Partiremos de las marcas de lec-tura y del manuscrito. ¿Con qué palabras evangelizaron?

la vida, regresar a las raíces, releernos en el espejo de obsi-diana con pantalla de plasma y visualizar caminos posibles y nuevas alternativas desde lo local, para renovar y reconcep-tualizar nuestros vínculos con lo global. El camino más sensato para iniciar una reflexión de esta naturaleza, debe partir de nuestra cultura y las rela-ciones que las personas crean y recrean hoy para construir sus identidades; y estos fenómenos sólo pueden ser analiza-dos acertadamente cuando se visualizan sin prejuicios, sin actitudes inquisidoras o dogmáticas, sin la prepotencia del que cree tener la verdad y con la audacia del que sabe que la única manera de aportar mejores soluciones a los problemas sociales pasa por la creatividad humana, el diálogo, el respeto y la capacidad innovadora que mostremos para comprender y transformar el mundo. Apostemos a los jóvenes como baluartes en la pre-servación, actualización e innovación de la cultura: forma integral de vida de un pueblo, historia, patrimonio, memo-ria, saberes, sentires, expresiones cotidianas y momentos fes-tivos; la cultura que da orientación y significado al rumbo de un pueblo, que ofrece sentido de pertenencia a sus miem-bros; que brinda las condiciones para desarrollar aquellos procesos que permiten la búsqueda, experimentación y con-creción de lo más sublime del espíritu: el lenguaje, el ritual y el arte. Reto, invención, aprendizaje, comunicación, reinven-ción permanente de uno mismo en un diálogo colectivo.

En mega ciudad [de México] utilicé el trolebús. Me gusta su publicidad: “Corredor cero emisiones”. En el mini-súper de la torre Latinoamericana compré tres light; las bebí antes de abordar el bus para Aguascalientes. Conseguí el libro de Zacatecas.4 Es un panora-ma académicamente correcto. Creo que como una dis-culpa a su diletantismo (o por la soberbia que desprecia lo que se publica fuera de los círculos universitarios de la Ciudad de México), reivindica tres libros que han calado en la historiografía reciente: El artificio de la fe, Historio-grafía zacatecana y Zacatecas: síntesis histórica.5 De éste asienta “es indispensable, sobre todo para los interesados en la historia política e institucional del Estado. Contiene pormenores de la vida política”. Hoy iré a cenar a Saipua. Espero haya pozole con avestruz. Obvio: mezcal.Foto de Samuel Iván Muñoz

Cada vez queda más claro que son los jóvenes el principal botín que está en pugna: o los reclutan “ellos” o les ofrecemos opciones de vida que los dignifiquen en sus te-rritorios, eleven su autoestima y les permitan convertirse en impulsores de estrategias viables a corto plazo para la recons-titución del dañado tejido social, la generación de empleos y la recuperación de los espacios públicos para la reactivación de una nueva convivencia comunitaria. El papel de los jóvenes como gestores culturales es de la mayor trascendencia, porque a través de ellos po-dría concretarse el servicio comunitario de las institucio-nes, organizaciones sociales, comunidades y asociaciones culturales y porque ellos hablan los lenguajes de hoy y su capacidad creativa cada vez se muestra más poderosa con el apoyo de las nuevas tecnologías y su posibilidad inaudita de construir redes. Fortalezcamos su interés y apego a la memoria, sus competencias organizativas y metodológicas y legitimemos su presencia comunitaria mediante la for-mación y el reconocimiento social e institucional que ame-rita dicho compromiso en la búsqueda de condiciones más humanas de vida y de la reconstitución del tejido social. La creación de Colectivos de Jóvenes Promo-tores Culturales en Tamaulipas, nos alienta a creer que la apuesta por los jóvenes y la cultura está de antemano ganada, ya que aboga por la vida, el futuro y la esperanza de México.

Page 4: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

Hace tanto, tanto tiempo, dice en una de sus líneas aquella maravillosa canción que interpretaba el gran Louis Arm-strong, “Un beso para construir un sueño”… pues sí, hace muchos ayeres pasaba unas fruidas vacaciones en Tijuana en casa de mi tía Celia y cada vez que cruzábamos la fron-tera, la línea o al otro lado, el calor y la lentitud me ago-biaban y mi antídoto era leer siempre el mismo libro: las memorias de Luis Buñuel Mi último suspiro, lo abría al azar y ese largo y sinuoso recorrido se empequeñecía. El primer

El 10 de junio sumamos 40 años transcurridos desde una batalla perdida por los universitarios y la disidencia. Se trató de la represión en el lejano 1971 a una marcha de protesta, organizada por un grupo plural de universitarios y disiden-tes políticos, en las calles del centro de la Ciudad de México. El gobierno de la ciudad formó y uso a un grupo paramilitar llamado “Los Halcones” y la complicidad de la policía de la ciudad. Nadie ha podido contar aún los heridos y los muer-tos. Los responsables fueron señalados entonces. Si queremos recordar este hecho por sus anéc-dotas más superficiales podríamos empezar por decir que se conoció a este hecho como “El Halconazo” o “La Ma-tanza del Jueves de Corpus” y que su autor intelectual, el entonces “Regente” don Alfonso Martínez Domínguez, fue conocido hasta su muerte como “don Halconazo”. Aún cuando después (1979 a 1985) fue rehabilitado y designado gobernador de Nuevo León. Sin embargo, por estos hechos de hace cuarenta años, ocupó sólo dos años la “gubernatu-ra” de la Ciudad de México (1970 y 1971), pues tuvo que renunciar por su responsabilidad en “El Halconazo”. Lo más importante de estos hechos no son estas tristes anécdotas, obviamente, sino el resurgimiento del descontento y desilusión de la acción política democrática que se generó entre los activistas, estudiantes o no. Tam-bién la consolidación posterior de varios movimientos ar-mados con la intención de derrocar al régimen mexicano y transitar hacia el socialismo. Además surgieron ahí pos-teriores figuras políticas de la democracia mexicana. Algu-

capítulo que llegué a saber casi de memoria -se llama preci-samente “Memoria”-, Buñuel se refiere a la memoria como indispensable, frágil, portentosa y vulnerable; nos cuenta su recuerdo de la boda de Paul Nizan en la iglesia de Saint-Germain-des-Prés, en la que Jean Paul Sartre fungía como testigo del novio y un buen día cayó en la cuenta de que eso era imposible, ya que Nizan -marxista convencido- y su mujer -hija de una familia de agnósticos- nunca se hubieran casado por la iglesia.

nos de ellos sobreviven hasta el presente como militantes de diversos partidos y otros como académicos, muchos de ellos apasionados por todas las formas de la democracia. El motivo más conocido de la protesta reprimida fue el apoyo a los universitarios en huelga de la Universidad de Nuevo León, quienes sufrían la imposición de una forma de autonomía pervertida y de una Ley Orgánica sin sentido académico alguno. Entonces la etapa del conflicto violento había terminado en Monterrey, con el cambio de Ley Orgá-nica impuesta, la expulsión del Rector, un médico militar, y la renuncia del gobernador del Estado, el Lic. Eduardo Elizondo. Aún habría muchas negociaciones pendientes, que después nunca serían resueltas, como el derecho de los universitarios a elegir sin tutela alguna, a sus autoridades. En ese relativo “triunfo” de los universitarios de Nuevo León, participaron anteriores rectores y goberna-dores así como los mismos universitarios ofendidos. El entonces Secretario de Educación Ing. Víctor Bravo Ahu-ja, un académico reconocido con experiencia política, fue enviado por el presidente Echeverría para conseguir una negociación y frenar el violento conflicto. Al final nadie quedó conforme. La UANL quedó herida por las graves secuelas del conflicto, lo que facilitaría que dentro de la misma década fuera tomada por asalto por un violento grupo de extrema derecha, impulsado por el antes cita-do Martínez Domínguez entonces gobernador de Nuevo León. Desde estos hechos la UANL no ha recuperado su prestigio, ni su pluralidad anterior.

Castillo de salsi puedes

Cosas vistas aquí y allá

No. 2 - Año. 113 de junio de 2011

Por Esther Cárdenas*

Por Marcelo Sada

* Zacatecana. Amante de los libros, adora a los perros y las buenas compañías. Le puede recomendar siempre un buen libro en la librería André.a.

4

[email protected]

Se abrió así el tiempo de esa primera “guerra sucia”, nuestros “años de plomo”, que durarían de 1971 hasta la Re-forma Política de 1977, promovida por Jesús Reyes Heroles y la correspondiente amnistía de 1978. Se gestó entonces “la costumbre” de la impunidad militar y gubernamental. Na-die ha sido juzgado aún por aquellos crímenes de la anterior “guerra sucia” mexicana. Tampoco podemos dejar de reivin-dicar la memoria de aquellos presuntos inocentes muertos, levantados, torturados y desaparecidos. Los métodos sucios del ejército de entonces, sobreviven hoy en ambos bandos de la “guerra” actual. Peor aún. El mismo ejército mexicano responsable reincidente de crímenes de lesa humanidad, sigue operando al margen de la ley y reprimiendo y matando sin juicio alguno a los ciudadanos en la nueva “guerra” gubernamental ahora con-tra “las drogas”. Ojalá algún día se pueda enjuiciar en México a los responsables de ambas guerras sucias, y castigar ejemplar-mente a los militares y gobernantes que las promovieron y eje-cutaron. No lo veremos nosotros, podemos estar seguros. La izquierda mexicana tal vez podría, a su vez, recordar ahora el proceso vivido en estos cuarenta años de nuestra historia y comprender que requiere actualizar su memoria política lejana y cercana. Y tal vez llegar a re-construir ahora el sentido mismo de “la izquierda como una postura moral”, siguiendo la idea del filósofo Luis Villoro (2007), promoviendo su refundación plural y abierta. Vin-culando de forma profunda la política y la moral. Los parti-dos y la democracia. La libertad y la justicia.

De Jorge Salmón recuerdo una ocasión en que él, Maricela Jasso, el Adobe, el Tambo y yo comimos en un res-taurante de mariscos que aún permanece en el Laberinto. Tuvimos una larga sobremesa y fue ahí donde por prime-ra vez lo escuché referirse a Vicky, su novia y compañera de toda la vida como una tortuguita de agua dulce. ¿Es un recuerdo inventado?, no lo sé, pero existe en mi memoria, al igual que el eco de las risas, la amistad, la complicidad aquella tarde con el poeta Salmón, hace tanto, tanto tiempo.

Los años de plomo

Page 5: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

Desde pequeños nos enseñan que los libros no se rayan, que no se escribe sobre ellos, a menos que sean diseñados para tal fin. Hay quien ha crecido fiel a dicha indicación y propone fotocopiar el libro original y hacer todas las anotaciones y subrayados en la fotocopia. Particularmen-te me parece un método engorroso (impulsado por mi manifiesta alergia al orden y la organización) y prefiero hacerlo sobre el mismo libro (siempre y cuando sea de mi propiedad). Estoy convencido que esta práctica equivale a tomarnos una radiografía mental, emocional, ideológi-ca del momento en que realizamos la lectura. Con el tiempo, y ejerciendo con plenitud el placer de releer, no sólo nos releemos también, sino que nos cues-tionamos, nos encontramos y, otras tantas veces, divergimos con nosotros mismos. Somos testigos de la modificación o permanencia de nuestra cosmovisión. Dialogamos, nueva-mente, con el autor, pero también dialogamos con nuestras propias notas al margen: las tachamos, las suprimimos, las enmarcamos, las respaldamos o, incluso, las negamos. No obstante, si usted acostumbra lo mismo a su-brayar y anotar los textos de divulgación, técnicos o teóri-

Para la libertad será el espacio vacío donde dialoguen el teatro sagrado, el teatro mortal y el teatro tosco sin juicios endiosados que aprueben o desaprueben el trabajo de los otros, aquí daremos voz a la realidad laboral teatral, a las perspectivas profesionales de los formadores y realizado-res independientes, a los de la casa de cultura, a los que hacen teatro desde su intuición, por gusto o por acade-mia, tod@s buscando cómo renovar el gusto del público por asistir a una sala teatral en vez de consumir cine nor-teamericano mayoritariamente malo, televisión y futbol. Para la libertad proponemos, de entrada, va-lorar a la utopía como vínculo entre el deseo y la reali-zación de la esperanza, volviendo a creer en sostener la mirada al otro sin miedo, sonriéndole, valorándolo como el ser humano que es y que ahí está, encerrado, amedren-tado, atemorizado… Para la libertad pensemos en hacer del teatro un medio de locura, capaz de arreglar con su esencia las atrocidades inhumanas de quienes “gobier-nan” este mundo. Para la libertad son tres palabras esenciales de un poema de Miguel Hernández que musicalizó Joan

No. 2 - Año. 113 de junio de 2011

7

teatralidades

literatura

Por Eduardo Campech Miranda*

Por Ronaldo Monreal*

*[email protected]

* Ronaldo Monreal es defeño, egresado del Colegio de Literatura Dramática y Teatro por Filosofía y Letras de la UNAM, donde actualmente es profesor. Apasionado de los Pumas y fanático de Tin-Tán.

cos, igual que la narrativa (por lo tanto juzga, con el rigor del bolígrafo o del lápiz, al protagonista y las acciones que más le entusiasman o le indignan), y además le gusta pres-tar sus libros, corre el grave riesgo que aflore su personali-dad oculta, sus deseos reprimidos, sus ímpetus contenidos. Las notas al margen, los subrayados, nos delatan. El acto íntimo que es la lectura, se devela ante la nueva lectura de quien lee ahora nuestras anotaciones.

5

El subrayado de libros y las notas al margen: una radiografía lectora

Para la LibertadManuel Serrat; gracias a ellos, gracias maestros, pues esas tres palabras encierran en sí el por qué hacemos teatro, por qué nos dedicamos a una profesión tan difícil, que nos da satisfacciones que la mayoría no entiende. Para la libertad han sido y serán los escenarios el vínculo real entre el espectador y el actor, incluyendo, por supuesto a todos los necios artesanos del teatro, obstinados e incan-sables. Para la libertad planteó Aristófanes en Lisístrata: “Y habiendo por medio tantas y buenas acciones, ¿por qué seguís luchando y no acabáis ya con esa hostilidad? ¿Por qué no os reconciliáis? A ver, ¿qué os lo impide?”. Para la libertad inicia con un éxtasis del Arte del No Saber, fundamental para la creación teatral, con la adrenalina de quien está a punto de entrar a escena, con los nervios necesarios para no equivocarse y, a su vez, con ese mismo nerviosismo asumir con diversión el error se-guramente realizado pues el teatro es un arte por esencia HUMANO… Para la libertad celebremos (con la emoción del himno nacional en una olimpiada, con el fervor de un triunfo en un mundial de futbol) el inicio de una publica-

Éstas pueden fungir como soportes para una compren-sión más amplia (finalmente no todos “vemos” exacta-mente lo mismo en los textos), para un diálogo tripar-tita, para el pitorreo o para iniciar una conversación e intercambio de puntos de vista. Tal vez, y con la salvedad de poner a considera-ción de quien lea estas líneas, podríamos sugerir se agre-gue el placer del subrayado y de la elaboración de notas al margen como uno más de los derechos que ostenta el lector. “El derecho al diálogo” con el autor, con otros lecto-res, escrito, oralizado, pero el diálogo propiciado por la lec-tura. Manifestar nuestro punto de vista libremente, como en una conversación en la cual no necesariamente estemos de acuerdo, pero impere el respeto al pensamiento distinto. El subrayado del libro como una prueba de nuestra relación con el texto, es finalmente una relación de pareja: tenue, delicado, como un tatuaje trazado por la lengua en el vientre de la amada; brusco, iracundo, que rompe la hoja, como la peor de las desilusiones. Si, como dice Paulo Freire, al leer nos leemos, al subrayar y marcar, nos subrayamos y marcamos.

ción cultural y más en estos tiempos de guerra donde se convoca a los universitarios a ser policías, en lugar de dar mayor presupuesto a sus universidades. Para la libertad larga vida a La Gualdra, los dioses la guarden y con nues-tra Guerrera Amazona como guía, iniciemos la aventura onírica, utópica e histórica pues… Para la libertad dijo también el poeta: …aún tengo la vida… y aún tengo la vida.

Foto Abraham Orozco Moreno

Foto Abraham Orozco Moreno

Page 6: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

… son como hoyos negros en los que se enclavan resonancias de colores. Una gama de colores. Un magneto de tonali-dades. Un centro de líneas concéntricas. Una fuga de imágenes descentradas. Un chapoteo de pinceladas secas. Una bio-grafía de personalidad múltiple. Un vacío organizado por el caos. Un espejo que se pierde en el horizonte. Un paisaje urba-no alienizado por animales terrestres. Un paisaje natural poblado de árboles extraterrestres, celestes. En fin, una mul-tiplicidad única y dividual donde todo es identidad y a la vez una multiplicidad anónima, nómada, orgánica, caótica. El doblez o el quiebre, el doblez y el pliegue, el quiebre y el giro que habita inquietante en el espíritu del artista atrae desde la lejanía y la extrañeza, porque no es la gravedad que produce como magne-to lo que hace aterrizar la mirada, sino a la vez la fuerza centrífuga que oculto su dibujo produce. Atrae, sí, ya que el oído no escapa a la resonancia seductora de esta gama de colores —que son como de Pantera Rosa, a las vibraciones produci-das por su dibujo indeciso. Pero repele hacia otros mundos y otras galaxias, a otras geografías y otros cosmos, donde se hace evidente la inversión o la ruptura: mujeres-zebra que danzan en el asfalto, árboles-raíz que dan por fruto estrellas u hoyos negros, armonía de cañería que or-questa el ritmo de necesidades fisiológicas. Melodías de grito o gorjeo, di-bujos pentagramáticos sobre los que se escriben tonalidades casi impresionistas, puntillistas, action-painting. El autor se precipita como un camaleón en su pro-pio trabajo. Hay en él, en su trabajo, una imposibilidad indecible que a la vez se agencia y desterritorializa: magneto-cen-trífugo que apropia y repele, que atrae y ahuyenta. El campo de guerra ahí, no es sino el de la tierra. La máquina de guerra es la mirada y el oído, el tacto y el olfa-to. Juntos hacen una experiencia cósmica que invoca a la tierra y que la moleculari-za en fragmentos, collage, devenir…

6

Los campos magnéticosde Chucho Reyes… Por Armando Haro*

* Artista visual y maestro de filosofía. [email protected]

Jesús Reyes Cordero, “Los campos magnéticos” (fragmentos), collage.

Jesús Reyes Cordero, “Los campos magnéticos”, collage, 210x420cms.

Page 7: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

No. 2 - Año. 113 de junio de 2011

Sentado frente a una mesa fuera de un café, encuentro a Jesús Reyes Cordero, (artista zacatecano, originario de Tranco-so, egresado de la ENAP de la UNAM, en la Academia de San Carlos), dedicado al arte plástico desde hace 30 años, leyendo completamente abstraído mientras toma una cerveza. Sale de su lectura y se asom-bra de verme.

Jesús Reyes Cordero: ¡Por qué me detestan! Y reímos los dos explosivamente, tratando yo de explicarme a qué aludía con tal expresión.

Indalecio Rivera: ¿Ahora qué sucedió Chucho?

JRC: ¡No puedo terminar esta lectura! Vine aquí para leer sin que nadie me mo-lestara y todos llegan aquí, ¿Me explico? ¡Incluso me encontró Mike! (hermano de Chucho Reyes) Pero mira… aquí tengo un poema, ¿lo leo?

IR: Sí, te escucho…

JRC: Bueno, esto es un poema sobre el futbol, ¡figurado! A mí gustaría escribir más textos, más poemas sobre el futbol, pero soy un pinche inútil que no he re-flexionado definitivamente sobre el asun-to, me interesa un poco la metáfora del futbol a nivel poético. El poema dice así: Ya tuvieron sus quince minutos de fama, ahora tendrán sus quince minutos de sole-dad, luego vendrán otros quince minutos

7

Vuelo Caprichoso entrevista

Por Armando Haro*

Por Indalecio Rivera*

* Poeta, actor, promotor cultural. Actualmente realiza un documental sobre Jesús Reyes Cordero, Los campos magnéticos del colibrí. [email protected]

de soledad y así se pueden ir a tiempos ex-tra, y todo eso… me duele. ¡Aplausos! Es-tamos en el estadio Azteca. Después se me ocurrió ponerle un título absurdo, que no tiene nada que ver, como los títulos de los cuadros de René Magritte, que no tienen nada que ver con el tema, es una metáfora, es un invento, lo mismo que los cuadros de Salvador Dalí…

IR: Que no aluden a la imagen…

JRC: Exacto. Nunca aludas a la imagen porque si no, vas a volverte descriptivo, vas volverte un esclavo de la imagen. Para qué voy a describir “mi novia es así…”, ¡no! Digo: mi novia es una piedra, es un paraguas, es un fantasma; mi novia la bella es un fantasma, punto. Me aterra el rollo de la pintura narrativa, descriptiva.

IR: Hay quien dice que la poesía no pue-de ser solamente metáfora, sino explícita. Si dejamos de lado la metáfora, ¿qué pasa en la poesía? ¿Tenemos que hablar de la metáfora o no en la poesía?

JRC: ¡Claro! Porque la poesía se funda principalmente en el fonema, en la aso-ciación de palabras, de espacio y de mú-sica. Si dejas eso atrás, pues vas a hacer poemas vulgares, vas a caer en la vulga-ridad y… La vulgaridad consiste en que todo mundo va a entender tu maldito texto, tu cancioncita y esa onda, ¿no? Pero depende también… por ejemplo, Joan Manuel Serrat es un gran poeta y tiene metáforas muy buenas, y sus can-ciones son muy buenas, y es muy enten-dible para el vulgo… eso funciona en la música. Pero a nivel de poesía está más cabrón, porque, no es que la poesía sea hermética, sino que debe tener condi-ciones de asociación de metáforas y de búsqueda y de encuentros asociativos respecto a las palabras. Si tú no te preocu-pas por eso, vas a estar como Benedetti, o Vargas Llosa, bueno, para mi él no es un poeta, es un narrador, como esos tipos populares a quienes se les entiende todo, como Joaquín Sabina… etcétera. Joaquín Sabina cree que es un gran poeta, pero, es cantante y ese rollo y se respeta… bueno yo no, yo provengo del rock and roll y ya.

Chucho saca un cigarro de su cajetilla y lo enciende, después bebe de su cerveza.

IR: Cuando el hombre puebla la Tierra se pregunta qué vino a hacer la humanidad a la Tierra, ¿cuál es su misión? El hombre entra en un estado de contemplación en la espera de saber qué vino a hacer aquí, y en el ejercicio de la contemplación llega

a la observación y partir de ahí nace la in-terpretación y por tanto el arte, que es una traducción de la realidad, ¿cuál es la tarea del artista ante esta observación?

JRC: ¿Ante la antigüedad de la mirada, a eso te refieres? Los humanoides tienen ciento treinta cinco mil años de concien-cia, ahí comenzó la conciencia y empezó la mirada y por lo tanto la observación de las cosas, ¿si? Y eso va evolucionando… ima-gínate el tiempo, hasta llegar a quince mil años de las cuevas de Altamira (Santillana del Mar, Cantabria, España), eran unos rupestres todavía, eran unos salvajes. Lue-go evolucionaron y ya estaba la onda de la vestimenta, agricultura, la conservación de la especie, bueno, eso es evolución…

IR: Antes de descubrir el fuego también había observación, ¿entonces el arte nace en la obscuridad como primera manifes-tación de expresión?

JRC: Exacto, sí, pero el arte, en el sentido por ejemplo, de la danza. Parece que lo primigenio fue la danza, el moverse para interpretar el cosmos, la cosmogonía, a eso se refiere la danza; antes incluso, que la pintura, creo. Luego llegó la pintura para interpretar todo lo que tienes alrede-dor. El arte es producto de las formas, de la evolución de las formas. Por eso creo que la historia del arte es una historia de la evolución de las formas.

IR: ¿Y para qué nos sirve saber eso?

JRC: Para refinar el lenguaje. Para ser más claro. Para comunicarte.

IR: ¿Chucho, eres sincero en tu trabajo, en tu forma de hablar de decir, de incre-par, de pensar, eres sincero?

Chucho toma de su cerveza nuevamente.

JRC: ¡Claro! Completamente.

IR: Para qué te sirve la sinceridad en este mundo de hipocresías y de estupideces ¿para qué ser sincero?

JRC: Hay una palabra… no es una pala-bra, es una actitud clave, que se llama… lealtad. Ética.

IR: ¿Qué es lo que más le duele a Chucho Reyes? ¿Qué le provoca angustia, terror?

JRC: ¿Cómo? ¿En qué sentido?

IR: ¿Qué es lo que más le provoca dolor, angustia, terror?

Hace una gran pausa.

JRC: Eso…

Sus ojos se nublan y su palabra se detiene. Voltea la mirada el ex templo de San Agustín que está frente a nosotros, aprieta los puños, respira profundo y trata de asir algo en el aire con sus manos angustiadas.

JRC: La violencia.

Silencio. Se pone en pie y camina dentro del café. Tal vez recordando la muerte de su abue-lo en la Guerra Cristera, tal vez pensando en sus niños, como él llama a los chiquillos huérfanos de La Blanquita que al quedar-se sin padre, esperan tener trece años para buscarlo en el mismo falso sueño america-no donde lo perdieron. Al regresar habla-mos de su amigo fallecido, el Licenciado Jorge Salmón, a quien conoció por haber convivido mucho con él. Después nos des-pedimos. Caminé unas calles cavilando en la charla con Chucho Reyes. Me detuve en un jardín. Me senté en una banca, y ob-servaba los chanates, las palomas y abejas que llegaban a beber agua de la fuente. Entonces vi algo nada usual, caprichoso y diferente pero de un vuelo hermoso, un fa-buloso colibrí que se movía entre las flores sacando jugoso néctar. La gente que pasa-ba cerca de él ni siquiera se percataba de su grácil vuelo. Sí. Chucho Reyes… es un colibrí.

Jesús Reyes CorderoFoto Zoe Guillespie

Page 8: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

8

Ramón López Velarde

Yo que sólo canté de la exquisita

partitura del íntimo decoro,

alzo la voz a la mitad del foro

a la manera del tenor que imita

la gutural modulación del bajo,

para cortar a la epopeya un gajo.

Navegaré por las olas civiles

con remos que no pesan, porque van

como los brazos del correo chuan

que remaba la Mancha con fusiles.

Diré con una épica sordina:

la Patria es impecable y diamantina.

Suave Patria: permíteme que te envuelva

en la más honda música de selva

conque me modelaste por entero

al golpe cadencioso de las hachas,

entre risas y gritos de muchachas

y pájaros de oficio carpintero.

Patria: tu superficie es el maíz,

tus minas el palacio del Rey de Oros,

y tus cielos las garzas en desliz

y el relámpago verde de los loros.

El Niño Dios te escrituró un establo

y los veneros de petróleo el diablo.

Sobre tu capital, cada hora vuela

ojerosa y pintada, en carretela;

y en tu provincia, del reloj en vela

que rondan los palomos colipavos,

las campanadas caen como centavos.

Patria: tu mutilado territorio

se viste de percal y de abalorio.

Suave Patria: tu casa todavía

es tan grande, que el tren va en la vía

como aguinaldo de juguetería.

Y en el barullo de las estaciones,

con tu mirada de mestiza, pones

la inmensidad sobre los corazones.

¿Quién, en la noche que asusta a la rana,

no miró, antes de saber del vicio,

del brazo de su novia, la galana

pólvora de los juegos de artificio?

Suave Patria: en tu tórrido festín

luces policromías de delfín,

y con tu pelo rubio se desposa

el alma, equilibrista chuparrosa,

y a tus dos trenzas de tabaco sabe

ofrendar aguamiel toda mi briosa

raza de bailadores de jarabe.

Tu barro sabe a plata, y en tu puño

su sonora miseria es alcancía;

y por las madrugadas del terruño,

en calles como espejos se vacía

el santo olor de la panadería.

Cuando nacemos, nos regalas notas,

después, un paraíso de compotas,

luego te regalas toda entera

suave Patria, alacena y pajarera.

Al triste y al feliz dices que sí,

que en tu lengua de amor prueben de ti

la picadura del ajonjolí.

¡Y tu suelo nupcial, que cuando truena

de deleites frenéticos nos llena!

Trueno de nuestras nubes, que nos baña

de locura, enloquece a la montaña,

requiebra a la mujer, sana al lunático,

incorpora a los muertos, pide el viático,

y al fin derrumba las madererías

de Dios, sobre las tierras labrantías.

Trueno del temporal: oigo en tus quejas

crujir los esqueletos en parejas;

oigo lo que se fue, lo que aún no toco,

y la hora actual con su vientre de coco.

Y oigo en el brinco de tu ida y venida,

oh trueno, la ruleta de mi vida.

(Cuauhtémoc)

Joven abuelo, escúchame loarte,

único héroe a la altura del arte.

Anacrónicamente, absurdamente,

a tu nopal inclínase el rosal;

al idioma del blanco, tú lo imantas

y es surtidor de católica fuente

que de responsos llena al victorial

zócalo de cenizas de tus plantas.

No como a César el rubor patricio

te cubre el rostro en medio del suplicio:

tu cabeza desnuda se nos queda

hemisféricamente de moneda.

Moneda espiritual en que se fragua

todo lo que sufriste, la piragua

prisionera, el azoro de tus crías,

el sollozar de tus mitologías,

la Malinche, los ídolos a nado,

y por encima, haberte desatado

del pecho curvo de la emperatriz

como el pecho de una codorniz.

Suave Patria: tú vales por el río

de las virtudes de tu mujerío.

Tus hijas atraviesan como hadas,

destilando un invisible alcohol

vestidas con las redes de tu sol,

cruzan como botellas alambradas.

Suave Patria: te amo no cual mito,

sino por tu verdad de pan bendito,

como a niña que asoma por la reja

con la blusa corrida hasta la oreja

y la falda bajada hasta el huesito.

Inaccesible al deshonor, floreces;

creeré en ti mientras una mexicana

en su tápalo lleve los dobleces

de la tienda, a las seis de la mañana,

y al estrenar su lujo quede lleno

el país, del aroma del estreno.

Como la sota moza, Patria mía,

en piso de metal vives al día,

de milagros, como la lotería.

Tu imagen, el Palacio Nacional,

con tu misma grandeza y con tu igual

estatura de niño y de dedal.

Te dará, frente al hambre y al obús,

un higo San Felipe de Jesús.

Suave Patria, vendedora de chía:

quiero raptarte en la cuaresma opaca,

sobre un garañón, y con matraca,

y entre los tiros de la policía.

Tus entrañas no niegan un asilo

para el ave que el párvulo sepulta

en una caja de carretes de hilo,

y nuestra juventud, llorando, oculta

dentro de ti el cadáver hecho poma

de aves que hablan nuestro mismo idioma.

Si me ahogo en tus julios, a mí baja

desde el vergel de tu peinado denso

frescura de rebozo y de tinaja:

y si tirito, dejas que me arrope

en tu respiración azul de incienso

y en tus carnosos labios de rompope.

Por tu balcón de palmas bendecidas

el Domingo de Ramos, yo desfilo

lleno de sombra, porque tú trepidas.

Quieren morir tu ánima y tu estilo,

cual muriéndose van las cantadoras

que en las ferias, con el bravío pecho

empitonando la camisa, han hecho

la lujuria y el ritmo de las horas.

Patria, te doy de tu dicha la clave:

sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;

cincuenta veces es igual al ave

taladrada en el hilo del rosario,

y es más feliz que tú, Patria suave.

Sé igual y fiel; pupilas de abandono;

sedienta voz, la trigarante faja

en tus pechugas al vapor, y un trono

a la intemperie, cual una sonaja:

la carretera alegórica de paja.

PROEMIO

INTERMEDIO

SEGUNDO ACTO

PRIMER ACTO

INTERMEDIO

Page 9: La gualdra No 2, 14 Junio 2011
Page 10: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

10

No. 2 - Año. 113 de junio de 2011

Page 11: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

ZACATECASZACATECAS

Page 12: La gualdra No 2, 14 Junio 2011

No. 2 - Año. 113 de junio de 2011cine

Río de palabras

12

La Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional, suele proyectar en su función inaugural un clásico del cine; en la No. 52 tocó su turno a una obra Luis Buñuel Los Olvidados. Película que al igual que Metrópolis (F. Lang, 1927) y El Mago de Oz (V. Fleming, 1939), es uno de los tres largome-trajes de ficción que ha ingresado al registro Me-moria del Mundo de la UNESCO. A 60 años de su estreno -y con una copia restaurada por la Funda-ción Televisa en la que se incluye el polémico final alternativo muy pocas veces presentado-, Los Olvi-dados se mantiene actual, inquietante y ahora sin una sola arruga. De ella, Buñuel dijo: “Juan Larrea y yo es-cribimos un argumento, ¡Mi huerfanito, jefe!, que trataba de un chico vendedor de lotería. Lo propuse al productor Oscar Dancigers y él me propuso ha-cer una historia sobre los niños pobres de México. Nunca me interesó la reeducación de los menores, sino hallar personajes e historias. Consulté detalles en el Tribunal de Menores y noticias en la prensa. Por ejemplo, leí que se había encontrado en un ba-surero el cadáver de un chico de doce años, y eso me dio la idea del final”. El Cineclub Universitario la presentará este martes 14 en su ciclo “La Muestra que no llegó”, en el audiovisual del Museo de Ciencias ubicado en Rectoría de la UAZ a las seis de la tarde. Entrada libre para quienes muestren un ejemplar de La Jor-nada del día, este suplemento, o bien su credencial de la UAZ.

La pareja se dio cuenta que faltaba mucho para llegar a donde en realidad tenían pen-sado. Estaban urgidos de caricias, de con-vertirse en una misma piel, así que entraron a una iglesia que encontraron a orilla de ca-rretera; minutos después, en el altar se des-nudaron. Se dijeron: Aquí nadie nos verá. Bajo la piadosa mirada de los santos, la pareja hizo el amor. El suelo ras-poso les pareció tan buena cama, que sus jadeos se confundieron con el movimien-to telúrico que sucedía en esos instantes.

Lunes 13, Conocerás al hombre de tus sueños, EUA-España, 2010. Dir. Woody Allen. Median-te las desventuras amorosas de un par de matrimonios londinenses, y bajo la apariencia de una agradable comedia ligera, Woody Allen orquesta un agridulce ensayo fílmico sobre la inmadurez emocional, en la cual sus persona-jes, sin importar la edad que tengan, recurren a ilusorias soluciones para sobrellevar su frustrante realidad sentimental. La muerte, el fracaso creativo, la imposibilidad amorosa y demás obsesiones del cineasta reaparecen, enmarcadas por un acentuado pesimismo ha-cia la condición humana.

Miércoles 15, Copia certificada, Francia-Italia-Irán, 2010. Dir. Abbas Kiarostami. De visita en la Toscana para promocionar su último libro -que reflexiona sobre las estrechas relaciones entre el original y la copia en el arte-, el escri-tor inglés James Miller se entrevista con una mujer de origen francés, dueña de una galería de arte. Ambos partirán por algunas horas a un pequeño pueblo cerca de Florencia, donde al menos en apariencia, interpretarán los roles de un viejo matrimonio.

Viernes 17, Tetro, EUA-Italia-España-Argenti-na, 2009. Dir. Francis Ford Coppola. Desde La conversación (1974), Coppola no había escri-to y dirigido el guión de una de sus películas. Llevada a pulso a través de un argumento que por momentos recuerda a la tragedia griega, Tetro aborda en un tono independiente la his-toria de Angelo Tetrocini, un atormentado y bohemio escritor de ascendencia italiana que ha dejado todo en Nueva York para irse a vivir a Argentina. La inesperada llegada de su herma-no menor, con el que ha perdido todo contacto, representará el vuelco argumental de esta cin-ta, filmada en Buenos Aires y Patagonia.

Los Olvidados en la Muestra que no llegó

El altar

Por Antonio Villarreal Álvarez

Por Vicente Soriano Tlachi*La noche ya acechaba cuando escucha-ron unas voces. Se levantaron al vuelo como dos almas en pena. Enfrente, unos arqueólo-gos hincados, hurgaban entre pedazos de ornamentos. Entonces la pareja escuchó de un temblor y sus terribles consecuen-cias en el entorno, y desde donde estaban vieron con asombro lo que los científicos descubrían: un par de esqueletos en posi-ción de misionero con una antigüedad de quinientos años

* Vicente Soriano Tlachi. Escritor, gatófilo, testigo de Jehová y homme le femme. Maestro en Estudios Humanísticos por el ITESM. Actual-mente trabaja en Universidad Politécnica de Puebla. Está fascinado por el cine y literatura japonesa. Fue becario del Taller de Novela Oaxaca I. [email protected]