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SUPLEMENTO CULTURAL No. 173 - 10 DE NOVIEMBRE DE 2014 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Verónica Alvarado Hernández, docente de diseño del INBA. #IlustradoresConAyotzinapa Abel García Hernández, Abelardo Vázquez Peniten, Adán Abrajan de la Cruz, Alexander Mora Venancio, Antonio Santana Maestro, Ben- jamín Ascencio Bautista, Bernardo Flores Alcaraz, Carlos Iván Ramírez Villarreal, Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, César Manuel González Hernández, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, Christian Tomás Colón Garnica, Cutberto Ortiz Ramos, Dorian González Parral, Emiliano Alen Gaspar de la Cruz, Everardo Rodríguez Bello, Felipe Arnulfo Rosas, Giovanni Galindes Guerrero, Israel Caballero Sánchez, Israel Jacinto Lugardo, Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa, Jonás Trujillo González, Jorge Álvarez Nava, Jorge Aníbal Cruz Mendoza, Jorge Antonio Tizapa Legideño, Jorge Luis González Parral, José Ángel Campos Cantor, José Ángel Navarrete González, José Eduardo Bartolo Tlatempa, José Luis Luna Torres, Jhosivani Guerrero de la Cruz, Julio César López Patolzin, Leonel Castro Abarca, Luis Ángel Abarca Carrillo, Luis Ángel Francisco Arzola, Magdaleno Rubén Lauro Villegas, Marcial Pablo Baranda, Marco Antonio Gómez Molina, Martín Getsemany Sánchez García, Mauricio Ortega Valerio, Miguel Ángel Hernández Martínez, Miguel Ángel Mendoza Zacarías, Saúl Bruno García. ¡Nos faltan! #JusticiaParaAyotzinapa

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La Gualdra 173

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Page 1: La Gualdra 173

SUPLEMENTO CULTURAL No. 173 - 10 DE NOVIEMBRE DE 2014 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Verónica Alvarado Hernández, docente de diseño del INBA. #IlustradoresConAyotzinapa

Abel García Hernández, Abelardo Vázquez Peniten, Adán Abrajan de la Cruz, Alexander Mora Venancio, Antonio Santana Maestro, Ben-jamín Ascencio Bautista, Bernardo Flores Alcaraz, Carlos Iván Ramírez Villarreal, Carlos Lorenzo Hernández Muñoz, César Manuel González Hernández, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre, Christian Tomás Colón Garnica, Cutberto Ortiz Ramos, Dorian González Parral, Emiliano Alen Gaspar de la Cruz, Everardo Rodríguez Bello, Felipe Arnulfo Rosas, Giovanni Galindes Guerrero, Israel Caballero Sánchez, Israel Jacinto Lugardo, Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa, Jonás Trujillo González, Jorge Álvarez Nava, Jorge Aníbal Cruz Mendoza, Jorge Antonio Tizapa Legideño, Jorge Luis González Parral, José Ángel Campos Cantor, José Ángel Navarrete González, José Eduardo Bartolo Tlatempa, José Luis Luna Torres, Jhosivani Guerrero de la Cruz, Julio César López Patolzin, Leonel Castro Abarca, Luis Ángel Abarca Carrillo, Luis Ángel Francisco Arzola, Magdaleno Rubén Lauro Villegas, Marcial Pablo Baranda, Marco Antonio Gómez Molina, Martín Getsemany Sánchez García, Mauricio Ortega Valerio, Miguel Ángel Hernández Martínez, Miguel Ángel Mendoza Zacarías, Saúl Bruno García. ¡Nos faltan! #JusticiaParaAyotzinapa

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LA GUALDRA NO. 173 / 10 DE NOVIEMBRE DE 2014 / AÑO 4

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Lupita y el Che (primera parte)Por Gabriel Luévano Gurrola

Relevos Australianos[Torneo de Estampa]Por Pedro López Recéndez

Memorial de agraviosPor Pedro Miguel

Las manzanas envenenadasPor Joel Flores

No deberías callarPor Javier Acosta

#IlustradoresConAyotzinapa

Las bibliotecas invisiblesPor Eduardo Campech Miranda

Desayuno en Tiffany’s, mon kuPor Carlos Belmonte Grey

Diario de MateoPor Mateo Estrada Gaviria

Preparación para último poemaPor Roberto Galaviz

Quisiera que entendierasPor Ricardo Wong

CoquitoPor Alberto HuertaAlfaroPor Edgar KhondeMarlenePor Pilar Alba

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira SaadeDir. General

Raymundo Cárdenas VargasDir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada LazarínDir. La Gualdra

[email protected]

Roberto Castruita y Enrique MartínezDiseño Editorial

Juan Carlos VillegasIlustraciones

[email protected]

“Paisas, están balanceando a nuestros compañeros, nos avisaron la noche del 26 de septiembre”, así empezó su relato Omar Sánchez, alumno de la Normal Isidro Burgos de Ayo-tzinapa, en su visita a Zacatecas la noche del pasado 4 de noviembre, quien iba acompañado por dos pa-dres cuyos hijos están desapareci-dos. La plaza Goitia estaba llena, cientos de personas –la mayoría es-tudiantes- permanecían en silencio, atentos a lo que Omar decía: “Subir a los camiones vacíos y verlos llenos de la sangre de los compañeros, nos llenó de rabia. Pero en eso llegaron más policías vestidos de civiles y comen-zaron a disparar otra vez. Corrimos por nuestra vida; pero una bala le dio a Edgar en la boca; lo cargamos, pero veíamos llenos de rabia cómo se desangraba... Nosotros decíamos que éramos estudiantes que sólo habíamos ido a pedir una moneda, le decía-mos eso a los soldados que llegaron después y que dejaron que pasara el tiempo sin pedir una ambulancia”. 

Don Damián, padre de uno de los 43 desaparecidos, quien apenas habla español, permaneció todo el tiempo con la mirada perdida, su postura siempre firme. Cuando le tocó hablar dijo: “Mi familia no come bien, vive triste... Él va a regresar. Soy campesino, no hablo bien español. Estoy aquí porque sé que él va a re-gresar. Vivo triste...”. Después dirigió un mensaje en lengua mixteca lleno de dolor y de fe en que su hijo y los demás estudiantes regresarán algún día.

Don Rafael, el papá de otro de los estudiantes de Ayotzinapa, comenzó su participación diciendo: “El 26 nos avisaron del atentado. Con qué ansias queríamos ir a buscarlos... Pero el gobierno tapaba las entradas para que no pasáramos... Me dijeron: Tu hijo es uno de los desaparecidos, sentí feo, pero no quise alarmar a los demás padres de familia. Pensábamos que estaban escondidos con los vecinos... El gobierno no nos apoyó en nada. Tantos días de andarlos buscando, que encontraron unas fosas... Pero no nos los  arrebataron muertos para que es-tén en fosas. Vivos nos los tienen que regresar... A nuestros niños. Tenemos

fe, les agradezco a todos los que han rezado por nuestros muchachos. Esto es doloroso, cuando comemos pen-samos en si ellos ya comieron, si ya les dieron agua... Se siente feo... Pero no sabemos. Lo que sí sabemos es quiénes se los llevaron... Pura mierda esos pendejos, porque pinchi mal go-bierno que tenemos...”. Hizo apenas una pausa y continuó: “Yo no nada más busco a mi hijo, los busco a todos porque todos son mis hijos. Yo voy a rezar porque todos ustedes estén siem-pre unidos a su familia. Yo me siento orgulloso de mi hijo, él quiso estudiar para que yo no trabajara tanto y me-nos de noche... Hijo, donde quiera que estés, yo te estoy rezando cada noche”.

Imposible arrebatarles la espe-ranza. Imposible permanecer indi-ferentes ante el dolor y la deses-peración de las familias de estos jóvenes que optaron por estudiar en una normal rural para buscar una vida mejor para ellos, para su gente, y hoy no sabemos dónde están. A todos nos faltan.

México se ha volcado en su bús-queda, México vive triste. El vier-nes pasado, con una frialdad ini-maginable, nos dijeron que estaban muertos. México se llenó de rabia. La tristeza dio paso a la rabia y a la indignación. Este luto que nos cubre no es porque tengamos la cer-teza de que están muertos; este luto muestra el duelo, la indignación y el dolor por los casi veinticinco mil desaparecidos en los últimos nueve años. Este luto no es desesperanza, es la bandera que han tomado estas nuevas generaciones que nos han puesto el ejemplo para decir ¡Ya Basta! México está encabronado.

La Gualdra se solidariza con los familiares y los compañeros de los estudiantes de Ayotzinapa. Nos su-mamos a los actos de resistencia civil pacífica y abrazamos desde aquí a todos quienes sufren por la ausencia de sus seres queridos. A todos nos faltan los estudiantes des-aparecidos, los queremos libres, los queremos vivos.

#JusticiaParaAyotzinapa

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

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Idea. Sencillamente me he caracterizado por mi incapacidad de arraigar en un sitio y sentar cabeza. Desde que salí de la escuela anduve de buscavidas, vendiendo baratijas, limpiando coches, hasta de ayudante de yerbero. Ape-nas hace unos meses acepté un puesto de conserje en un jardín de niños. El deseo de darle una vida mejor a Jorgito, al menos en lo económico, me alentó a aceptar. Ahora limpio la suciedad de los lavabos, los retretes y el patio donde los pequeños se ensucian cuando no alcanzan a llegar al baño, y siempre martirizado ante el hecho de no haber podido formar una familia. Esta mañana, el Che tuvo que pedirle, rogarle a su casi ex mujer que le prestara a su hijo.

Quiénes son ésos, me interpela Jorge al punto que señala dos figuras recurrentes en la pancartas de colores que los estudiantes esgrimen como detentes, pensando tal vez que una nueva descarga de proyectiles pueda salir, en pleno siglo veintiuno, de una brecha purulenta desde el pasado y tronarles la ca-beza, hundirse en su corazón.

Son el presidente y el secretario de go-bernación de ese tiempo, los responsables, bonito, mi muchachito... me detengo de golpe al ver a Lupe, justo frente a mí de la mano de un hombre mayor que le expone en voz alta una filípica contra los muchachos que lo ven con odio. No le presto atención. Está igual de hermosa...

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Aquel ensayo sobre “los males que aquejan a la sociedad libertada”, no sólo me trajo, años atrás, un diez de calificación, el envaneci-miento de mis padres, el aplauso unánime de los compañeros, y el apodo con el que este despojo que una vez fue mi maestro me sigue llamando, sino también un beso, el único, de Lupita. A pesar de haber sido su amigo el resto del semestre y de implorarle, ya cerca de la graduación, que se convirtiera en algo más para mí, y de agobiarla con poemas y exhorta-ciones sobre el amor que siempre, desde que la vi, había guardado en silencio, jamás volví a sentir la humedad de su boca en mi piel. Ella sonreía y a veces mesaba mis cabellos. No la volví a ver, y ahora, tras casi dos décadas, el profesor Mariano César me dice, orillados de la manifestación:

- Che, no sabes el gusto que me ha dado verte. Apenas, fíjate, me acabo de topar a Gua-dalupe. Con su esposo y un bebé de carriola. Abre bien los ojos, mi guerrillero.

La indolencia feliz y descuidada con que se expresa me hace pensar que nunca supo los verdaderos sentimientos que me unían a la también llamada por él, La Adelita.

Aprieto la mano a Jorge y aplasto con ter-nura su cabeza en mi cintura mientras César inclina la suya hacia los ojitos que por timidez se esconden bajo mi ropa.

-¿Sabes que tu papá es un magnífico escri-tor? A todos en clase nos gustaban sus traba-jos y esperábamos impacientes cada una de sus participaciones. Siéntete orgulloso, estoy cierto que tú habrás sacado su fogosidad.

Cómo decirle, a la par que le invento una vida que no tuve e informo que mi matrimo-nio anda bien y soy feliz, que no he vuelto a escribir una sola línea, estoy en trámites de divorcio, y tengo metido entre las costillas y el alma un miedo a confesarme sinceramente que he fracasado. Tal vez por eso vine a la marcha, para saber que hay algo dentro de mi cabeza que me impele a sonreír e infatuarme, un tiempo en que las esperanzas eran tan válidas como la torpe gentileza del maestro de civismo que enarboló un fogoso discurso y me bautizó Che llevando a la algarabía general y al tronar de palmas, de pie, y los cariños en los hombros y al final, los labios y la puntita de la lengua de Lupita en mis cachetes. Cómo decirle que aún siento el resto minúsculo y refrescante de su saliva, sí, de La Adelita que únicamente le faltaba el rebozo tapándole esa cara de rasgos finos, blanca, picada de viruela. Como también, que ella y yo fuimos al hospi-tal la tarde del día en que le avisaron, mientras nos contaba de la constitución, que su esposa había muerto en el parto. Ahí estuvimos, juntos, sentados en una jardinera afuera del ISSSTE, paralizados, admirando el rostro des-compuesto, los ademanes desesperados, el temblor de sus piernas cuando salió a reunirse con su familia y llorar en brazos de una mujer

vestida de luto. También la criatura había fa-llecido. No tengo corazón para recordarle esa imagen clavada en mi memoria, estoy seguro que le desmejoraría, todavía más.

Lo veo, agarrando con su manaza los deditos de Jorge, haciéndole juegos antedilu-vianos y me embarga la certidumbre de que se parece a mí, lo que me aterra. Es un des-arrapado. Viste una camisa vieja, a cuadros, descolorida y mal fajada, un pantalón escolar con el cierre descompuesto, porta huaraches raídos que exhiben unas uñas negras, pare-cidas a guijarros pequeños y filudos, y una cachucha de equipo de béisbol por la que se escapan las crenchas ensortijadas de su pelo seboso y cenizo. Trae un morral y unos len-tes que no se pone en la otra mano. Sus ojos miopes prometen ceguera pronta y parece hinchado, más moreno y ventrudo de cuando lo conocí y puso su nombre en el pizarrón en la secundaria federal número uno.

Sí -repite contumaz, sin percatarse del error-. Qué alegría ver los hijitos de mis alum-nos. ¡Y en una marcha del dos de octubre! ¿Sabes, chiquilín, lo ocurrido esa fecha aciaga?

Mataron estudiantes -le contesta Jorge, con una repentina sombra en sus ojos brillan-tes, apenado-. Ojalá no vuelva a pasar...

A unos cuantos metros, en la plaza de armas, encaramado en una tarima improvi-sada, el primer orador comienza su discurso, plagado de referencia a otras masacres perpe-tradas a lo largo de los años. Su voz nos llega distorsionada por el mal sonido y Mariano César y yo lo escuchamos un rato. Jorgito juega con un perro callejero. No lo escucho, en realidad. Admito que busco con la cabeza algo más que un ángulo adecuado para recibir el mensaje contestatario. Deseo encontrar la figura magra y espigada de Lupita entre las pequeñas muchedumbres arremolinadas en las esquinas y aún en el reguero de personas, las últimas de la manifestación, que todavía pasan en medio de la calle para reunirse con sus compañeros. Sé, por supuesto, que no la encontraré marchando. Claro que sé lo de su matrimonio y su filiación a la reacción. El esposo es un rico comerciante que la trae como una reina.

-Creo que me tengo que marchar. En verdad, Che, me has dado una alegría que no puedes imaginarte. Junta tus ensayos, corrí-gelos desde la perspectiva de la edad y trata de publicarlos. No es justo que tu inteligencia se desperdicie. Por favor, échate una vuelta a la secundaria un día de éstos, sabes que no me jubilaré ni saldré de ahí salvo en el fére-tro, jaja. Dame un abrazo. ¡Hasta la victoria siempre!

Che... Quizá soy similar al guerrillero en una vocación socavada por debajo de cual-quier otra actividad: la errancia. Sólo que no he portado nunca un arma, ni solivianto o erijo monumentos verbales en pos de una

Lupita y el Che (primera parte)Por Gabriel Luévano Gurrola

Literatura

Yo, Letizilla, quiero saber dónde está José Luis Luna Torres. #IlustradoresConAyotzinapa

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LA GUALDRA NO. 1734

La lucha libre mexicana es una mezcla de deporte y secuencias teatrales que en México es el deporte-espectáculo más popular, sólo por debajo del fútbol. La lucha libre mexicana está caracterizada por sus estilos de sumisiones rápidas y acrobacias elevadas, así como peligrosos saltos fuera del ring; gran parte de estos movimientos han sido adoptados fuera de México. Muchos de sus luchadores son enmascarados, es decir, utilizan una máscara para ocultar su identidad verda-dera y crear una imagen que les dé una personalidad especial. Los luchadores pueden poner en juego su máscara al en-frentar un combate contra otro luchador enmascarado (máscara contra máscara) o bien con uno no enmascarado (máscara contra cabellera), pero al perderla no la pueden volver a portar nunca jamás en su carrera deportiva, aunque se han sus-citado casos de luchadores que vuelven a enmascararse.

Las similitudes que este deporte y la gráfica tienen en común lo vuelven un proyecto muy interesante: así como cada luchador tiene sus llaves, sus lances muy particulares, así los grabadores tienen sus propias técnicas, formas de impresión y sobre todo la visión original que cada uno tiene trabaja e imprime sobre la lucha libre. Este proyecto es un desafío para

conjugar la diversidad, el pluralismo, el conjunto de criterios y las dinámicas de trabajo colectivo, esto con el afán de generar una comunidad culturalmente activa y comprometida con el tiempo que nos ha tocado vivir, en esta búsqueda la convocatoria adquiere un impacto na-cional que se refuerza con el apoyo de actores instituciones e iniciativa privada mientras mantiene como proyecto la vo-luntad de colaboración alterna.

La muestra está integrada por 32 equi-pos compuestos de 3 gladiadores grá-ficos, donde cada estampa cargada de abundante material iconográfico, líneas, manchas y texturas son las llaves y vuelos que los grabadores que en esta compe-tencia participan usan como arma para derrotar a los rivales a enfrentar.

En este primer gran torneo de es-tampa se cuenta con la participación de los talleres más propositivos y activos del país, en él el público asistente tendrá la interacción con las estampas otorgando su voto, como lo es en la lucha libre: 2 de 3 caídas sin límite de tiempo; es decir, la tercia que acumule 2 de las 3 caídas será la que avance al siguiente encuentro y así consecutivamente hasta llegar a la gran final donde los 2 mejores equipos con-tenderán por ser el único e indiscutible campeón de la estampa nacional.

Relevos Australianos[Torneo de Estampa]*Por Pedro López Recéndez

Arte

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* El Torneo de Estampa Relevos Australianos da inicio este 14 de noviembre, a

las 19:00 Hrs. en la Casa Municipal de Cultura de Zacatecas. 32 tercias forman

un total de 96 artistas que participan en este proyecto de gráfica que conjuga

diferentes manifestaciones de la estampa nacional.

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JusticiaparaAyotzinapa

del Calderonato. Los cientos de perredistas asesinados en tiempos de Salinas. Los campe-sinos ajusticiados por defender los recursos naturales. La obscenidad de la riqueza vuelta entretenimiento para muertos de hambre. Los recintos oficiales y los cementerios con-vertidos en set para las fiestas de la élite. Los huesos de los próceres exhibidos en un circo presidencial. Los muchachos de Ayotzinapa.

Los más de cien mil muertos que dejó la guerra espectacular de Calderón. Los que lleva la guerra de clóset de Peña. Los veinti-tantos mil desaparecidos, disueltos en ácido, tirados en los caminos, incinerados para que no quede la menor molécula de su identidad. Los padres privados de sus hijos y los hijos huérfanos de sus padres. La conversión del narcotráfico en un sector económico. La concesión de territorios al control de la delincuencia. Los pueblos secuestrados. Los ciudadanos obligados a pagar impuestos y extorsiones a las dos caras del narcoestado. Los muchachos de Ayotzinapa.

Los políticos comprados y vendidos por voluntad propia. El aprovechamiento del hambre de millones para comprar la Pre-sidencia. El hostigamiento perpetuo a las comunidades zapatistas. Acteal. Aguas Blan-cas. El Charco. El Bosque. Tlatelolco. Los muchachos de Ayotzinapa.

La electricidad regalada a las grandes empresas. Los impuestos devueltos a los conglomerados influyentes. La sumisión ante el poder televisivo. Los miles de millo-nes otorgados a comunicadores corruptos. Los jueces prevaricadores. Los magistrados obsecuentes. Los muchachos de Ayotzinapa.

La eterna opacidad de las finanzas públi-cas. El engaño electorero de los programas sociales. El teatro de la Cámara de Diputados y del Senado de la República. Los perio-distas asesinados, torturados, desaparecidos y hostigados. El desmantelamiento de los derechos laborales. Los muchachos de Ayo-tzinapa.

Los pederastas impunes en razón de su pertenencia a la clase política o al alto clero. Los funcionarios e influyentes que golpean a sus parejas. La erección de caminos de paga para beneficiar a las constructoras de los amigos. El reparto de las frecuencias entre los leales. La desvergüenza de Monex y de Soriana. Los muchachos de Ayotzinapa.

El acoso a comunidades indígenas. Los proyectos hidroeléctricos construidos sobre tierras robadas. Las obras públicas defectuo-sas para asegurar el negocio de su constante remiendo. La simulación de concursos para el desarrollo de líneas férreas. La conge-lación de los salarios. La eliminación de los precios de garantía. La devastación de pequeñas y medianas empresas. Los mucha-chos de Ayotzinapa.

La impunidad pactada entre sexenios.

Los miles de millones de dólares recibidos por procuradores, generales, gobernadores, vistas aduanales y jefes de seguridad para ac-tuar como guardaespaldas de los maleantes. La distorsión de las funciones constitucio-nales de las Fuerzas Armadas. La soberanía nacional intercambiada por la protección de Washington al grupo gobernante. Los mu-chachos de Ayotzinapa.

La ofensiva contra los jóvenes. La discri-minación institucional contra las mujeres. El acoso sexual perpetrado desde la protección de los cargos públicos. La estupidez provoca-dora erigida en frase oficial. La manipulación de la historia. Los vehículos blindados para salvar a los funcionarios del desastre cau-sado por ellos mismos. La simulación ante la ordeña de ductos petroleros. El favoritismo en las concesiones de espacios públicos. Los muchachos de Ayotzinapa.

La tomadura de pelo persistente, impeni-tente, sórdida. La doble muerte de criminales destacados. El encubrimiento de capos. La administración de la verdad. La masificación de la mentira. La leche radioactiva impor-tada por Raúl Salinas. Las privatizaciones de todos los sexenios. El maltrato y el asesinato de migrantes propios y ajenos. La compra de espacios en las portadas de revistas extranje-ras. Los muchachos de Ayotzinapa.

El estreno de residencias millonarias al terminar la gestión. Las cuentas de banco en Suiza y en las Islas Caimán. El jineteo de pre-supuestos. Los Jaguares, los Volvos, los Mer-cedes y los Ferraris. Los negocios familiares disfrazados de franquicias electorales. Los pisos en Cancún y en Florida. La destrucción masiva de ecosistemas. Los muchachos de Ayotzinapa.

Los pactos que traicionan el mandato electoral. Los redondeos y los Teletones para esquilmar a los más pobres. El uso de recursos públicos para campañas electorales. El pacto federal como máscara, la separa-ción de poderes como fachada, el orden constitucional como guión de telenovela, la democracia como envoltorio de la dictadura. Los muertos de San Fernando. El desamparo ciudadano en Veracruz, Morelos, Michoacán, Durango, Tamaulipas, Sinaloa, Estado de México, Guerrero. Los muchachos de Ayotzinapa.

El avión presidencial más caro del mundo. La fabricación de delitos contra jóvenes inocentes. La negación de los dere-chos de las mujeres sobre su propio cuerpo. El desprecio explícito de los encumbrados hacia la prole. El lavado de dinero y de tra-yectorias personales delictivas. Los niños asesinados con balas de goma. La mierda monumental del régimen oligárquico. Los muchachos de Ayotzinapa.

Los niños paridos en la vía pública. Los ríos envenenados por los compadres del poder. El poder enloquecido por el dinero ilícito. Las arcas públicas endeudas por Zedillo. El mercado nacional entregado por Salinas. La destrucción deliberada del sistema de educa-ción pública. La ruina consentida de los hos-pitales. La enseñanza y la salud convertidas en negocio de particulares. Los muchachos de Ayotzinapa.

Las mujeres violadas y descuartizadas en Chihuahua, Estado de México, Querétaro, Chiapas y en los demás rincones de un territorio nacional también descuartizado. Los electricistas privados de su fuente de trabajo. Los pilotos, las azafatas, el personal de tierra a quienes les fue robado su empleo con la complacencia del poder. Los agricul-tores expulsados de su milpa para construir

autopistas torcidas desde los cimientos. Los muchachos de Ayotzinapa.

Los gestos triunfales de los gobernan-tes sobre las ruinas del país. Los discursos mentirosos y las simulaciones de democra-cia. El petróleo entregado a la rapiña. La electricidad convertida en artículo de lujo. La Suprema Corte de la Nación como un parásito gigantesco que chupa presupuestos en su mole de Pino Suárez. Los muchachos de Ayotzinapa.

Los miles de millones que desaparecie-ron de la contabilidad en el sexenio de Fox. Los multifamiliares rematados entre los familiares a doscientos pesos. El uso de la Procuraduría General de la República para golpear y perseguir las iniciativas discordan-tes. Los muchachos de Ayotzinapa.

La Estela de Luz que recuerda la sombra

Memorial de agraviosPor Pedro Miguel*

Yo, PP, quiero saber dónde están todos.#IlustradoresConAyotzinapa * http://navegaciones.blogspot.mx/

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LA GUALDRA NO. 1736#

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Una de las grandes enseñanzas que nos dejaron los griegos sobre la teo-ría de la comunicación es el anda-miaje del discurso, como una herra-mienta propicia para persuadir, aca-parar y convencer a un auditorio. El discurso ha sido desde hace siglos y décadas el instrumento más utili-zado por los demagogos, pedagogos y políticos para acercarse y arengar a su público, para convencerlo de que todo lo que sale de su boca es una verdad absoluta, cargada de empatía y bondad, pero sobre todo inteligencia. Los discursos siempre han sido la voz del convencimiento que une grupos ante adversidades (Martin Luther King), que dan esperanza ante la afanosa muerte (Steve Jobs) y que despiertan con-ciencias aunque nuestro sistema de creencias se esté derrumbando (Salvador Allende y Luis Donaldo Colosio).

Los discursos de Enrique Peña Nieto destacan hoy en día porque caen en errores farragosos, ya sea porque confunde capitales con esta-dos, apellidos con nombres, olvida títulos de libros; porque sufre de una memoria empobrecida o ca-rece de la cultura general que un encargado del poder ejecutivo de la República Mexicana debe tener para representar una nación. El his-torial de sus errores nos ha repetido un sinfín de ocasiones que no nos representa un presidente a la altura de los conflictos del país.

Pero no es de la dislexia o mala memoria del presidente de lo que quiero escribir.

Escribo porque el pasado 30 de octubre, entre clases y otras ta-reas, pude escuchar en partes la entrevista que los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos de la normal rural de Ayotzinapa dieron a una cadena de noticias, día después que estuvieron reunidos durante 5 horas con Enrique Peña Nieto y su equipo de trabajo. En el inicio la periodista decidió poner, antes de las impresiones de los familiares, el discurso que dio Peña Nieto luego de haber escuchado el dolor de los padres a los medios de comunica-ción. Su voz estaba salpicada por esa retórica mecánica, donde reinan las palabras pacto, petición, promesa, apoyo, responsabilidad, tarea, coor-dinación, justicia, impunidad. Y su mensaje, en suma, era muy claro: estoy trabajando para encontrar a

los desaparecidos y me compro-meto con los agraviados a hacer justicia, tope hasta donde tope la investigación.

Sin embargo, es una muestra

más de la demagogia trillada, repe-titiva y hasta aprendida de memoria que suelen usar los poderes que re-presentan a los mexicanos: las pala-

Las manzanas envenenadasPor Joel Flores

Yo, Frida, quiero saber dónde estáAntonio Santana Maestro.#IlustradoresConAyotzinapa

Yo, Axel Rangel García, quiero saber dónde está Jorge Aníbal Cruz Mendoza.#IlustradoresConAyotzinapa

Nehuatl, Ropalo, nimatiznequi campaca Julio César López Patoltzin.#IlustradoresConAyotzinapa

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10 de NOVIEMBRE DE 2014 7#

JusticiaparaAyotzinapa

bras han dejado de significar lo que de verdad significan. Ahora justicia en México significa ayuda tardía, impunidad. Ahora compromiso en México significa te ignoro, no me importa tu dolor. Ahora militares, policías y federales significan cri-men organizado. Senadores, diputa-dos, alcaldes y regidores significan evasión de impuestos e impunidad. Oportunidades de empleo, narco-tráfico. Estudiantes, guerrilleros, narcos y sicarios. Derechos huma-nos, violaciones, prostitución y fosas clandestinas. Ahora dolor en México significa más de 40 mil muertes y desaparecidos no sólo en este sexe-nio, sino desde el Calderonato. Un crimen de estado que los medios de comunicación han disfrazado, tam-

bién, con otras palabras: daños co-laterales; tejido social corrompido.

Si desde niños nos enseñaron que debemos respetar el lenguaje, aprender el verdadero valor de las palabras, porque la palabra, esas piezas que suelen armar los dis-cursos, es lo que hace valer a los hombres, porque el abecedario es lo más valioso que le entregaron los dioses a Prometeo, y así hemos escrito libros, hemos escrito tesis, investigaciones, como si la palabra creación nos transformara en pe-queños dioses. ¿Cómo debemos asi-milar, entonces, el vocabulario que usan los poderes que deben resguar-dar nuestra seguridad en México?

¿Cómo comprender las palabras de Enrique Peña Nieto? ¿Tenemos que aprender su código y comunicarnos como ellos?

Las palabras de los familiares de los 43 desaparecidos, en cambio, nos han dejado algo en claro: los discursos políticos ya no persuaden, ya no remueven conciencias, ya no plantean verdaderas soluciones, ya no ganan la empatía de los audi-torios, ya no insuflan emociones, ya no iluminan la esperanza. Los discursos políticos mexicanos son kilos de manzanas envenenadas: digo que te estoy ayudando, pero en verdad te estoy jodiendo. Y si me contradices, te mandamos a la fosa.

Yo, Tania Alcmed, quiero saber dónde está Jorge Luis Gonzáes Parral.#IlustradoresConAyotzinapa

Yo, Raúl García, quiero saber dónde está Chistian Tomás Colón Garnica.#IlustradoresConAyotzinapa

Yo, Rodrigo Orbea, Quiero Saber Donde está Lorge Aníbal Cruz Mendoza.#IlustradoresConAyotzinapa Yo, Carlos Lezama, quiero saber dónde está

Benjamín Acergo Bautista y sus 42 compañeros.#IlustradoresConAyotzinapa

Yo, Jorge, quiero saber dónde estáEmiliano Alen Gaspar de la Cruz.#IlustradoresConAyotzinapa

NodeberíascallarPor Javier Acosta

Sabes que deberías callar porque tienes la dura obligación de procurar que florezca la rosa en tu poema —y eso es ya bastante   Sabes que deberías callar y consagrarte a la sincera e inútil sobriedad de la poesía —y eso es ya bastante   Porque no puedes encontrar a los niños perdidos porque no puedes revivir   a los que buscan a sus hijos todo el día   No deberías callar aunque un poema sirva nada más para aprender a distinguir lo vivo de lo muerto —y eso es ya bastante   No deberías callar joven que escribes sólo para que sepas bien si estás vivo o difunto y eso es ya bastante —para no callar.

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LA GUALDRA NO. 1738Pr

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El pasado 3 de septiembre se pu-blicó en el Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Zacatecas la Ley para el Fomento de la Lectura y el Libro. Documento lleno de in-consistencias y que deja más dudas que certezas. Dicen que en política, forma es fondo, y la primera deja mucho que desear. El texto aludido tiene errores de dedo (“Gobena-dor”), y falta de acentos, esto último lo compensan colocándolos donde no van:

Lo que ahora nos parece simple o elemental, requirió de milenios de evolución; así, los primeros sistemas de escritura, a finales del cuarto milenio antes de Cristo, se fundamentan en símbolos ideográficos que ya transmitían información, que aún cuando carecían de contenido lingüístico directo, si contaban con men-sajes identificables con los que se fue construyendo nuestro actual sistema de escritura.

El primer punto de la expo-sición de motivos inicia con un párrafo que delinea la pretensión de plantear un contexto histórico, sin embargo, es sólo eso: una pre-tensión, porque en la enmarañada cabeza de quien redactó faltó cla-ridad:

La invención de la escritura mar-ca la diferencia entre el ancestral primitivismo, a la acumulación de ideas, costumbres e incluso tradi-ciones, que a través de milenios de evolución, fueron plasma-das en signos, símbolos, líneas, colores, gestos y expresiones transmitidas de generación en generación y que hoy identifica-mos como escritura.

Constantemente, en los ámbitos de la formación de lectores, se habla de hábito de la lectura, esta ley no es la excepción. Una definición de dic-cionario nos lleva a saber que hábito es una “Forma de conducta adquirida por la repetición de los mismos actos: el hábito de madrugar”. En la reite-ración del acto está el riesgo, per-der conciencia del mismo. Veamos ahora cómo lo define la Enciclope-dia de Psicología de Plaza & Janés: “Disposición adquirida por actos re-petidos. Un acto adquirido por hábito no es natural, supone un aprendizaje, durante el cual la ejecución del acto se convierte en familiar y se hace de modo automático”.

Si la lectura se convierte en un acto automático deja de ser lectura

y se transforma en mera decodifica-ción, anulando con ello la argumen-tación del quinto motivo:

La lectura provoca reacciones neuronales, estimulación física, incremento de los coeficientes intelectuales y proporciona her-ramientas para enfrentar situa-ciones de la vida personal y en comunidad; es instrumento para innovar y desarrollar procesos de beneficio colectivo.

Por otro lado, si las personas que propusieron, redactaron y apro-baron esta ley conciben a la lectura como un hábito, no es de extrañar que hayan consultado el portal de Wikipedia como única fuente refe-rencial. Tan convencidos están de las virtudes de la lectura que su intención les da para acudir, en lo inmediato, a un soporte electrónico, contrariando su propia defensa del libro impreso:

Es conveniente señalar que el avance impresionante de la tec-nología, ha permitido que el libro

virtual o en sistema de cómputo sea ahora una de las modali-dades lectoras, sin embargo ello no ha superado el sistema tradi-cional de lectura, sobre todo la escolarizada, que se basa funda-mentalmente en el libro impreso como herramienta básica para el aprendizaje del abecedario, del alfabeto, del gramema, lexema y fonemas elementales, que per-miten establecer las marcas de la concordancia morfológica entre las palabras y los sintagmas. [Por cierto, que para su socorrida Wiki-pedia, abecedario y alfabeto son sinónimos, nota del Campech].

Tan convencidos, insisto, es-tán, que solicitan “la población se comprometa e incremente sus índices de lectura y mejore otras habilidades como la comprensión, asimilación y aprovechamiento de los textos que se leen”.

Asimismo, tienen una confu-sión en las instancias que se crearán a partir de la ley y en las que ya existen. Por un lado se habla de la conformación del Consejo Zacate-cano para el Libro y la Cultura, des-

pués del Consejo Zacatecano para el Libro y la Lectura, de igual manera sucede con las Salas de Lectura y Salas de Cultura.

Llama la atención que no apa-rezcan las bibliotecas públicas en el artículo 2 (en el cual se definen algunos términos como “lector”, “li-bro”, “Sala de Lectura”, “Biblioteca Escolar” y “Biblioteca de Aula”). Las bibliotecas públicas son invisibles y eso ha sido una constante durante la presente administración. Prueba de ello son las decisiones que se han tomado (y dejado de tomar) que in-ciden en el funcionamiento de estos espacios bibliográficos.

Las bibliotecas públicas son mencionadas en la ley como uno de los lugares donde se realizarán Círculos de Lectores, y como be-neficiarias de la misma legislación. No obstante, carecen de presencia en el hipotético Consejo Zacate-cano para el Libro y la Lectura (¿o Cultura?). Si bien es cierto que la

Coordinación Estatal de Bibliotecas depende de la Secretaría de Educa-ción, también es cierto que no hay ni interés, ni conocimiento de esta dependencia en torno a las bibliote-cas. De ahí el riesgo que se conciba, y articule, como una extensión de la escuela. Crónica de un fracaso anunciado. Fracaso que se refuerza con la obligatoriedad de la lectura (Borges, Pennac y otros, son unos ilusos).

Dicen que un pesimista es un optimista bien documentado. Esta ley es una ley hecha por optimis-tas desinformados. Una ley para un país que no sabe respetar las leyes. Una ley elaborada por no lectores. Una ley, que paradójicamente, nace como letra muerta, pero con un toque de magia: “Sin duda, en Zaca-tecas los días venideros serán distintos una vez publicada la Ley para el Fo-mento de la Lectura y el Libro, pues con ésta, se fortalecerá la presencia del libro y de la lectura en la sociedad”.

Las bibliotecas invisiblesPor Eduardo Campech Miranda

Yo, Danae, quiero saber dónde está Carlos Lorenzo Hernández Muñoz.#IlustradoresConAYotzinapa

Yo, Víctor Milanés, quiero saber dónde está Everardo Rodríguez Bello.#IlustradoresConAYotzinapa

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10 de NOVIEMBRE DE 2014 9

Bande de filles, entre lo social y lo queerEn las cités o barrios de las afueras de París hay guetos, pandillas, inmigrantes, franceses de diferentes razas y etnias. La multicultura-lidad y los problemas sociales están al día, lo mismo que en el París intramuros, sólo que en esos barrios la población se hace visible por los inmensos HLM (Habitation à loyer modéré) -edificios de Alquiler Moderado des-tinados a las familias de bajos recursos- .

La directora Céline Sciamma decidió es-cribir una historia y filmarla en una cité de población negra francesa. Bande de filles se llama la cinta que cuenta la vida cotidiana de un grupo de chicas adolescentes, negras y baja clase medieras.

Renegadas de su futuro escolar abando-nan los estudios; deambulan en los callejones del barrio; toman el metro para ir a los centros comerciales de París; se insultan y pelean contra otras bandas para reivindicar sus repu-taciones; alquilan cuartos de hotel para feste-jarse y montar sus coreografías a lo Rhianna. Tienen una vida del día a día determinada por el ritmo de la moda y la tecnología.

Sciamma abrió su película con una se-cuencia ralentizada de un partido de futbol americano entre las chicas del barrio sobre un terreno de césped y alumbrado perfecto. La

velocidad de los cuadros deja ver los choques de cabezas y cuerpos, los sprints y fintas para esquivar adversarias y, por supuesto, los feste-jos por cada touchdown; pero el detalle de los cuerpos se nota afeminado, contrario a la vio-lencia y agresividad de la práctica masculina.

El efecto, quizás, no hubiera sido el mismo si deja que su cámara acelere el paso de los cuadros, aunque quizás ése era el propósito de la directora, mostrar la particularidad de la práctica de las mujeres en un deporte, gene-ralmente, calificado para machos.

Con esta secuencia inicial la directora deja claro que su proyecto no se trata de una historia más de la barriada segregada parisina, ni una historia romántica de lo políticamente

correcto para la incorporación social de los marginados. Ya de esto hay más de uno. Ver, por ejemplo, Abdellatif Kechiche (L’esquive, 2003) y Mathieu Kassovitz (La haine, 1995).

La idea es pintar algunos días de estas ban-das de jóvenes negras, pero sobre todo, pro-poner una forma de representación que no se preocupa por respetar los códigos del género:

Marieme, alias Vic, (Karidja Touré), es un personaje que abandona la escuela secundaria portando una sudadera de color rosa y que terminará trabajando para algún caíd del ba-rrio vestida con pantalón y sudadera holgada, con los senos escondidos por unas vendas y el pelo cortado casi a rapa. Lo mismo siente deseo por un chico que sensualidad en el

baile con una chica. Y para que su personaje adquiera mayor contraste, Sciamma lo opone a la figura del hermano machista y golpeador, jefe de la casa habitada por su madre y sus tres hermanas, líder de una banda de hombres de la cité.

Bande de filles estuvo nominada a la Queer palm y fue presentada en la Quincena de Reali-zadores del Festival de Cannes 2014. La crítica se ha divido en dos bandos: los que acusan a la directora de lesbiana traumada, incapaz de escapar a sus necesidades autobiográficas y de repetidora de clichés sobre la feliz pobreza. Del otro lado están quienes agradecen la fres-cura de su escenario y de sus encuadres, y su osadía en la representación de la feminidad.

LunesLaura escribió por Inbox sobre el arribo de A. Lo hizo a detalle y con fotografías. Hubo fiesta familiar. Dice que vienen para las celebraciones navideñas. No le conté que me “devuelvo” a Aguascalien-tes antes del 15 de diciembre.

Ya tengo fecha de examen. M. au-torizó la tesis. En un email indicó qué debo exponer para postular la aportación de mi breve historia de la escritura del siglo XVI.

El evento del día ocurrió en el hiper. El cajero cobró por error una donación sin autorización. Marcó mil pesos. Como fue un desliz suyo, no pagué esa cantidad. La jefa de cajeros lo amonestó en público. El chico pagará de su bolsillo.

Recuerdo los días que laboraba en el gran súper de Localía. Además de lo pre-cario del salario y las prestaciones, estaba la actitud cabrona de los jefes en las cajas. Por venganza, varias veces dejé pasar bo-tellas sin marcar. Lo hice con gusto. Unas veces las cobré, otras no.

Fui cajero de medio tiempo. Usé

uniforme: pantalón beige, camisa azul manga corta, calcetones blancos, zapatos negros… fue cuando el divorcio de JC y los estudios de la licenciatura.

Entonces vivía en la colonia Los Ga-vilanes, en el sector de los edificios rojos, junto al templo cristiano… Ésa es una etapa más; aunque Pecoso dice que es mi fase de güila.

JuevesAyer la borrachera fue total. Después

de comer (papas cocidas y caldo de zana-horia) y ojear las notas de M., fui al Tizoc. “Según yo” iba por los periódicos.

En la calle (caminé por Las Flores) una camioneta zumbada iba con la MS. La musiquita me provocó. No niego, el acto me remitió al susodicho. Combiné cerveza y Real.

El Tizoc me va, porque y pese al cam-bio a galería style, el lugar sigue como una cantina para hombres que se conocen de siempre. Allí me han tratado bien; y vaya que he hecho mis joterías.

Esta tarde pasé por los periódicos.

Don Sine no estaba. Al no gorrear las cheves, compré un six en la tienda.

Sine me invita a comer el domingo. El gesto lo hizo en un recado escrito que dejó en el paquete de periódicos. Iré. En la reunión estará su sobrino Ramón. Quiero conocerlo. Tengo la impresión que Ramón es del gremio.

DomingoEstoy fatal. Circulé toda la tarde de

ayer con Michael. Pasó por mí. Fuimos donde El rey de las tostadas. Allí bebimos un six. Siguieron tres paquetes. A las diez pm renuncié, él quería ir al Elite. Quizá fue.

Hoy laboré en la tesis. Así ha sido todos los días. De la mesa me levanto cada hora o dos horas. Hojeo las notas de periódicos que seleccioné el jueves y sigo con la tesis.

Al rato iré a comer con don Sinesio. Ayer insistió al dejar un recado en el buzón. Quiere que conozca a su sobrino.

Bitácora de gastos:

Lunes: 350 Hipermercado.Martes: 75 9 Vidas Coffee art.Miércoles: 350 El Tizoc.Jueves: 200 periódicos y cerveza.Viernes: 50 Santolíquido café.Sábado: 250 cerveza y tostadas.Domingo: 250 Hipermercado.Resto: 4379 pesos.

Desayuno en Tiffany’s, mon kuPor Carlos Belmonte Grey

Diario de MateoPor Mateo Estrada Gaviria

Cine

Yo, Thiasol Sánchez, quiero saber dóndeestá Benjamín Ascencio Bautista.#IlustradoresConAyotzinapa

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LA GUALDRA NO. 17310

9 Festival Cultural de la

Diversidad Sexual

Del 6 al 16 de noviembre de

2014

PROGRAMA GENERAL

Entrada Libre a todas las

actividades

Del 10 al 13 de noviembre

TALLER DE CREATIVIDAD

PARA LA DIVERSIDAD

SEXUAL

Imparte: Mtra. Sonia Félix Cherit

Lugar: Casa de Engracia

De 17:00 a 20:00 horas

Lunes 10 de noviembre

19:00 Hrs.

Recital de flauta y piano

Alegro melancólico

Edgar Gutiérrez, flauta

Guillermo Ruiz, piano

Auditorio del Museo de Arte

Abstracto Manuel Felguérez

Martes 11 de noviembre

18:00 y 20:00 Hrs.

Teatro para adolescentes y

adultos

El origen del amor

Versión libre de la obra de

John Cameron Mitchell

“Hedwig and The Angry Inch”

Dirección: Rafael Paniagua

Mayeos Producciones

Aguascalientes

Teatro Fernando Calderón

Miércoles 12 de noviembre

19:00 Hrs.

Teatro para adolescentes y

adultos

Ópera cabaretera unipersonal

Eunucos, castratis y cobardes

César Enríquez Cabaret – México

Teatro Fernando Calderón

Jueves 13 de noviembre

19:00 Hrs.

CLAUSURA

Espectáculo multidisciplinario

Fuensanta

Dirección: Sarah Ortiz

Colectivo Hij@s de la Luna

Patio del Museo Zacatecano

FESTIVAL MIX MÉXICO, 2014

Cineteca Zacatecas

Entrada Libre

Sólo adolescentes y adultos

Lunes 10

18:00, 19:00 y 20:00 Hrs.

EL INCOMPLETO

Dir. Jan Soldat

Austria/ 2013/ 50 min.

Martes 11

18:00 y 20:00 Hrs.

POLOS

Dir. Alan Coton

México/ 2013/ 93 min.

Miércoles 12

18:00 y 20:00 Hrs.

VELOCIRAPTOR

Dir. Chucho E. Quintero

México/ 2014/ 100 min.

Jueves 13

18:00 y 20:00 Hrs.

AMOR A LA MEXICANA 2014

Curaduría Mix México.

Duración 92 min.

Viernes 14

18:00, 19:30 y 21:00 Hrs.

DOBLES MORALES

Curaduría Mix México.

Duración 81 min.

Sábado 15

18:00, 19:30 y 21:00 Hrs.

ATEMPA. Sueños a la orilla

del río

Dir. Edson Jair Caballero Trujillo

México / 2013/ 86 min.

Domingo 16

18:00, 19:05 y 20:10 Hrs.

ELÍAS

Dir. Clement Badin

Francia/ 2014/ 60 min.

DÍA NACIONAL DEL LIBRO

TRES CENTENARIOS,

TRES GRANDES DE

LA LITERATURA MEXICANA

EFRAÍN HUERTA,

OCTAVIO PAZ Y

JOSÉ REVUELTAS

12 de noviembre de 2014

 

 MIÉRCOLES 12

10:00 horas

Lectura

De Efraín Huerta, Octavio Paz y José

Revuelas

Participan: Martha Alicia Mejía

Ramírez, Eduardo Campech Mi-

randa y  Dina Carolina Esquivel

Marín.

Patio Central del

Museo Zacatecano

MIÉRCOLES 12

11:00 horas 

Lectura

Permiso para el Amor de Efraín

Huerta

Participan: Martha Esparza Carlos,

Mauro Galván Fernández,

Genoveva Ruiz Flores y Jesús

Darío Andrade Haro

Paralibro ZS05 Presidencia

Municipal de Zacatecas 

MIÉRCOLES 12

12:00 horas

Lectura

El sino del escorpión de José

Revueltas

Participan: Víctor Hugo Lozano

Zamora, María Pilar Puente

Ruvalcaba

y Agustín Castillo

Paralibro ZS06 Hospital General

del ISSSTE

 

MIÉRCOLES 12

12:00 horas

Lectura

El sino del escorpión de José

Revueltas

Participan: Martha Esparza Carlos,

Mauro Galván Fernández,

Genoveva Ruiz Flores y Jesús

Darío Andrade Haro

Paralibro ZS09 Hospital General

de Zacatecas “Luz González

Cosío”

MIÉRCOLES 12

17:00 horas

Charla

Pequeños Lectores e Ilustradores 

Presenta: Efraín Gutiérrez de la

Isla

Modera: Adolfo González Juárez

Patio Central del Museo

Zacatecano

 

MIÉRCOLES 12

18:00 horas

Conferencia

Adolescentes y jóvenes lectores en

internet 

Imparte: Rafael Cessa

Modera: Adolfo González Juárez

Patio Central del Museo

Zacatecano 

 

MIÉRCOLES 12

19:00 horas

Conferencia

Tres centenarios, tres grandes de la

literatura mexicana

Efraín Huerta, Octavio Paz y José

Revuelas

Participan: Sigfredo Esquivel

Marín, Javier Acosta y Emiliano

Garibaldi

Modera: Ma. de Jesús Muñoz Reyes

Patio Central del Museo

Zacatecano 

SÁBADO 15

Más lectura, un mundo mejor

17:00 – 17:50 horas

Distintas historias un mismo espacio

17:50 – 18:20 horas

Los libros también hablan –

Homenaje a José Revueltas

18:20 – 19:00 horas

Todo se lee

19:00 – 19:30 horas

Haciendo cuentos

19:30 – 20:00 horas

Actividades complementarias

Lugar: Plaza Bicentenario, Plaza

de Armas,

Plazuela Miguel Auza, Plazuela de

la Caja

Plazuela Goitia y Jardín Juárez

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10 de NOVIEMBRE DE 2014 11

Será tal vez el último poema que te escribao más bien, el último que sepas, es para tiserá así porque dices, -y decides-es lo mejor para mí, para nosotros;no hay otra manera, dijistenecesitas algo diferente, que no sea momentáneo

tenías claro que debías irtey lo hiciste, a pasos lentos y con el drama de la mirada al piso y al cielo, alternada a la perfección(como dicta la norma deetiqueta en estos casos)

dispusiste la escenografía de nuestra despediday seguiste el guión predecible para decir adiós

el exceso de temer amar y no encontrarle razón utilitariafue la causa de moldearnuestro desencuentro

dijiste exactamente eso: ¿de qué sirve que me quieras y yo a ti?como si el amor fuera una lámpara para encender una habitacióno un cohete que impulsa una cápsula para llevar

astronautas al espacio

si el amor tiene que servir para algodeja de serlo, y se convierte en materia de consumo;a lo mucho debe aspirar a encontrar una sonrisa, un abrazo, un beso que dure siglos, una razón para sonreír.

Así de simple:sin tiempo, sin cláusula y uno se da cuenta, casi siempre, demasiado tarde.

Para B. L.Quisiera que entendieras la muerte del cordero en el umbral de todocomienzo. El sacrificio invadió mis playas, mis sentidos, hasta infundirme forma y pensamiento. Sé que en tus entrañas habita el ave de la esperanza que todos conocemos yhemos visto.

El sismo catalítico deviene para situarnos, ahora, en este irrepetible: tú y yo. Quiero agotar mi espíritu frente a tus ojos, aspirar el placer de tusheridas, batir cada noche mi ser contra el milagro de tu carne. Quiero erigir nuestra sangre en un axioma para grabarlo en el níveo mármol de la

memoria.Soy ofrenda hacia tu noche, deseo encontrado en el crepúsculo. Dejo mi sed depositada en la vasija del futuro, bajo el sol encumbrado, dentro de esta melodía sin límites, que nos mantiene en un lecho sostenido por estrellas de cara al equinoccio.

Preparación para último poemaPor Roberto Galaviz

Quisiera queentendierasPor Ricardo Wong

Río de Palabras

Page 12: La Gualdra 173

LA GUALDRA NO. 173 / 10 de NOVIEMBRE DE 201412Rí

o de P

alab

ras

Coquito llega tempranito todos los días a La Salud. Jugos y licuados, chocomiles y mal-teadas. Biónicos. Donas y churros. Atención esperada. Y se sienta frente a una malteada de galleta, mientras mordisquea desganada un

churro o una dona de chocolate. Catatónica mira la pantalla de su celular. No parpadea. Ningún músculo de su cara se mueve. Sus ojos zarcos no tienen ningún movimiento. Ojos de pescado. Su cuerpo sin forma permanece estático. Sentada sobre el banquillo. Es ajena al movimiento cotidiano del interior del mer-cado que bulle. Coquito es como un saco de ropa que alguien dejó olvidado en el banquillo. Puede permanecer ahí hasta una hora… hora y media, mientras tanto la malteada pierde vo-

Se detuvo frente a la puerta, rezó bajito y cerró los ojos. En el espejo había inscrito dos líneas en latín arrancadas de un libro de invocacio-nes. Alfaro Talamantes vivía con su madre, nunca había conocido mujer, a sus veinticinco años todo lo que tenía eran libros de horror y de ciencia ficción; toda relación que guardaba con el mundo había sido filtrada por autores oscuros y dementes que imaginaban robots, vampiros y fantasmas. Su madre, Aurora, visi-taba 3 veces a la semana la iglesia para expiar sus pecados, pecados que pensaba y concebía, pero que no actuaba. Aurora y Alfaro eran herederos del difunto Pedro Talamantes, el último descendiente que quedaba de un largo linaje que se remontaba incluso al Reino de España, antes todavía de descubrir América. Villa Talamantes, al principio un rancho y ahora un pueblo con 14 mil habitantes, ha-bía sido fundado por el Fernán Talamantes comerciante que había conseguido un título nobiliario. Fernán murió cinco años después, no sin antes haber dejado descendencia de siete hijos, dos varones y cinco hembras. Al-faro abrió los ojos, volteó al centro del cuarto, una forma de 2 metros se alzaba, negra, no

sombra, un cuerpo negro tridimensional. Una de las hembras, había resultado clarividente. Aunque los Talamantes trataron de ocultarlo, finalmente fue condenada por bruja. Así como yo muero en el fuego, la sangre se extinguirá quemada, dijo cuando era llevada a la hoguera. La figura negra de un paso quedó frente a Alfaro. -Quiero que mi madre desaparezca-, dijo. El demonio callado esperó la oferta. -Te ofrezco mi vida en pago-, no hubo más palabras. Aurora caía en el sueño profundo después de haberse tomado dos píldoras de Diazepam. El demonio abrazó a Alfaro, de su espalda brotó una llamita que se extendió ligera hacía todo el cuarto, incluso no parecía fuego, parecía una proyección. Alfaro también se envolvió con el fuego, ni gritó, ni agradeció. Los bomberos fueron incapaces de apagar el fuego hasta que la casa estuvo reducida a nada. El forense rápidamente identificó el cuerpo de Aurora, había restos de su cadera de platino, pero de Alfaro. Los otros restos creaban con-fusión, eran demasiados para formar un solo cuerpo, además, el tamaño de la dentadura era desproporcionado respecto a la altura de Alfaro que apenas medía 1.30.

Marlene ya tiene Facebook, ha agregado a todas sus amigas de la secundaria y a uno que otro de sus compañeros: No a todos porque luego unos son bien sangrones, dice. Le gusta poner frases inspiradoras, letras de canciones, videos y fotos chistosas. Se pasa horas y horas en la computadora de su casa: Es que me dejaron muuucha tarea, les dice a sus papás cuando la regañan. Y hasta eso sí hace sus tareas, pero las termina de volada para aprovechar el tiempo viendo las fotos de sus amigas o del niño que le gusta. A él no se ha animado a agregarlo,

tiene novia y sabe que no tiene oportunidad: Nunca me hará caso. El que sí le hace caso y platica con él constantemente es Lalo, un muchacho de la prepa: Es más grande y en sus fotos se ve muy guapo, les dice a sus amigas cuando platica con ellas. Todas las tardes la contacta y le pregunta cómo ha estado, cómo le ha ido en la escuela, qué piensa hacer el fin de semana. Marlene emocionada le da santo y seña. Me muero por conocerlo, creo que estoy enamorada; le confesó el otro día a su mejor amiga. Hoy saldrá por la tarde a conocerlo, ya

CoquitoPor Alberto Huerta

AlfaroPor Edgar Khonde

MarlenePor Pilar Alba

“No es una mujer, es unfantasma que desaparece

dejando un enredo de silencio”.Imanol Caneyada

lumen, se va haciendo aguada. Luego empieza a mover los labios y dice quién sabe qué cosas. A lo mejor está rezando o canta. Para entonces la malteada ya está bien echada a perder. Los chalanes de los puestos de verdura le dicen La Cosmonauta. De pronto, chupa con el popote hasta darle fin a la malteada que a estas alturas ya está bien aguada. Se termina la dona o el churro y con movimientos rápidos con una ser-

villeta de papel se limpia los labios. Hace bolita la servilleta y la mete en el interior de la copa. Paga el importe justo sin proferir palabra... Sus ojos zarcos, redondos, de pescado, se llenan de agua. Con un brinquito se baja del banco alto, y con pasos de pingüino se va perdiendo en los pasillos del mercado, entre los olores de las verduras, de la fruta, de las flores, de los chiles secos.

quedaron de verse. Marlene usará un vestido rosa y la cadena que le compró su madrina para su primera comunión. Mientras camina a su encuentro fantasea con lo que será su

relación con Lalo: Seguro me dará un beso, me pedirá que seamos novios. En la esquina de la calle Lalo, junto con otros tres tipos, la espera en una camioneta.

Yo, Maurico Gómez Morin, quiero saber dónde están todos. #IlustradoresConAyotzinapa