implicaciones del amor según la concepción de san agustín de hipona desarrollada en los...
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República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Universidad Católica “Cecilio Acosta”
Maracaibo-Venezuela
Noción de Amor en el pensamiento de San Agustín
de Hipona, Una reflexión desde su obra Los
Soliloquios
Caracas, 05 de diciembre de 2014
Estudiante:
Brayan Angulo
Catedra: Seminario Filosófico
Docente: Samir Alarbid
Resumen
Esta reflexión busca desarrollar las implicaciones que tiene el Amor según
lo concibe San Agustín de Hipona en el hombre desde el estudio de su obra los
soliloquios, planteado directamente sería ¿Según San Agustín de Hipona qué
implicaciones tiene el Amor en el hombre?, esto a través del estudio del concepto
de amor de san Agustín de Hipona a través de los soliloquios y del concepto de
hombre para luego establecer las implicaciones que este amor posee sobre el
hombre.
Palabras Clave: Amor- Soliloquios- Hombre- Dios - Imagen
Abstrac
This reflection seeks to develop the implications of Love as conceived San
Augustine in man from the study of his work soliloquies, raised directly would be:
As Augustine of Hippo what implications Love in men?, this to through studying the
concept of love of St. Augustine through the soliloquies and the concept of man in
order to establish the implications that this love has over man.
Keywords: Love – God –Soliloquios - Men- - Picture
A manera de inicio
Esta reflexión busca desarrollar las implicaciones que tiene el Amor según
lo concibe San Agustín de Hipona en el hombre desde el estudio de su obra los
soliloquios, planteado directamente sería ¿Según San Agustín de Hipona qué
implicaciones tiene el Amor en el hombre?, esto a través del estudio del concepto
de amor de san Agustín de Hipona a través de los soliloquios y del concepto de
hombre para luego establecer las implicaciones que este amor posee sobre el
hombre.
Para poder comenzar con el análisis me fue necesario saber lo que se
entiende por amor y me encontré con un tema más extenso que sus cuatro letras
o lo que comúnmente decimos al referirnos al amor ya que el amor desde un
punto de vista histórico ha sido tema de reflexión por lo que podemos hablar de
dos concepciones de amor la primera que la antigua es la reflexionada por los
filósofos griegos, el mismo Aristóteles piensa que el universo puede ser entendido
como una cadena de unidades dinámicas espirituales, jerarquizadas desde la
materia prima hasta las esferas celestes, en la que lo inferior aspira a lo superior y
es atraído por éste hasta llegar a la divinidad, no amante, que supone el término
eternamente inmóvil de todos los movimientos del amor o platón que considera
que el amor es una aspiración o tendencia de lo inferior hacia lo superior, del no-
ser al ser, un amor de la belleza, de forma que lo amado sería lo más noble y
perfecto. De allí se desprende una cierta angustia vital en el amado, en la medida
en que teme contaminarse al ser arrastrado por lo inferior, y que constituye la
principal diferencia entre la concepción antigua y la cristiana del amor.
Hablamos también de una concepción cristiana que por el contrario sostiene
que el amor parte de lo superior y se dirige hacia lo inferior sin temor de ser
contaminado y con la convicción de alcanzar lo más alto en ese acto de humildad
y humillación de rebajarse a sí mismo. De ahí que la primera iniciativa en el amor
parta de Dios. Fue San Agustín de Hipona quien reflexionó sobre el amor y logró
definirlo.
Agustín concibe al Amor por encima de lo racional defendiendo que el amor
a Dios nos hace más bienaventurados que toda razón considerándolo así como la
dimensión más fundamental del espíritu humano, responsable de su movimiento
tendencial siendo así la fuerza de la voluntad en el hombre. Su importancia radical
estriba en constituir el verdadero corazón del alma.
Divide el amor en dos clases caritas y cupiditas1 al concebir el amor como un
movimiento del alma, como un apetito ligado a un objeto determinado como
desencadenante del propio movimiento específico que cuando el amor es dirigido
al mundo por el mundo condena al ser humano a la más terrible de las
infelicidades (Cupiditas) y cuando el objeto del amor es el amor a Dios por Dios y
al prójimo por Dios asegurará la verdadera felicidad en la posesión de un bien que
no puede perderse por ser inmutable y eterno (caritas).
Hablando de San Agustín de Hipona y su
obra “Los soliloquios”
I. ¿Quién fue San Agustín de Hipona?
Para la cristiandad latina san Agustín es el más grande de los
Padres, tanto desde el punto de vista teológico como desde el literario,
un hombre que dominó el pensamiento occidental hasta el siglo 13, y
cuyo nombre no puede perder su brillo, no obstante el aristotelismo de
santo Tomás de Aquino y su Escuela, especialmente si se tiene en
cuenta que ese aristotelismo estuvo lejos de pasar por alto, y más aún
de despreciar, al gran Doctor africano. En realidad, para entender las
1Tomado de: Arendt H, El concepto de amor en san Agustín, primera parte el amor como anhelo. el futuro anticipado.
corrientes de pensamiento de la Edad Media, es esencial un
conocimiento del agustinismo.2
II. Los Soliloquios
La palabra soliloquio viene del latín soliloquium, es un
compuesto del adjetivo latino solus-a-um (Solitario) y de la raíz del
verbo loquor (Hablar). Designa a un acto de habla en solitario u es
una de las pocas palabras que tiene sinónimo exacto e inequívoco
desde el punto de vista de los formantes etimológicos, en este caso
en un vocablo de origen griego, la palabra monólogo, si bien
monólogo se especializa más en un uso dramático o teatral, o bien
literario, y soliloquio puede indicar tanto eso mismo, como una
reflexión en voz alta, o bien sin locución real, que alguien hace
consigo mismo en cualquier situación3.
1. m. Reflexión en voz alta y a solas.
2. m. Parlamento que hace de este modo un personaje de obra
dramática o de otra semejante.4
Un soliloquio es una reflexión redactada de tal manera que pareciera que es
una conversación consigo mismo, es decir, como pensando en voz alta.
La obra Soliloquios de san Agustín trata de una reflexión que el mismo hace
sobre distintos temas; el diálogo está trenzado con argumentos y elementos
tomados de Platón y del neoplatonismo; pero todo modificado por la inspiración
cristiana y el genio personal de Agustín de Hipona.
2 Copleston, F. (2006, 06). HISTORIA DE LA FILOSOFÍA. http://filobobos.wikispaces.com/. Recuperado 12, 2014, de http://filobobos.wikispaces.com/file/view/Copleston_Frederick_-_Historia_De_La_Filosofia_2_De_San_Agustin_A_Escoto.PDF 3 Todos los derechos son del sitio web. (2006, 06). Soliloquio. etimologiasdechile.net. Recuperado 12, 2014, de http://etimologias.dechile.net/?soliloquio 4 R. (2006). Diccionario esencial de la lengua española. Soliloquio (Espasa calpe ed., Vol. Volumen II, pp. 1379-1379). Madrid, Pozuelo de Alarcón: Real Academia Española.
El libro es un diálogo entre la razón y la fe; o bien, entre el corazón
convertido y que busca conocer más, para llegar a ver, y la razón dialéctica, que
guía, pregunta, pone a prueba, y en fin ayuda a obtener conclusiones.
La obra tiene como fin el conocimiento. En la obra el conocimiento humano
entra en discusión consigo mismo, cuestiona su validez, su alcance, sus leyes, y
su objeto más preciado que es el conocimiento de Dios y de sí mismo. Por fin, la
argumentación principal girará en torno a la demostración de la inmortalidad del
alma humana.
Durante largo tiempo anduve considerando en mi interior muchos y
diferentes asuntos, y tratando con empeño durante días de conocerme a
mí mismo, qué debo hacer y qué he de evitar; de improviso me dijo una
voz, no sé si mía o de otro, de fuera o de dentro (pues eso mismo es lo
que principalmente quiero esclarecer); me dijo, pues, aquella voz.5
El Amor según San Agustín de Hipona
A pesar de que el libro primero de los soliloquios da cierta idea de lo que
es el amor para Agustín, para entender su pensamiento se me hizo necesario
consultar “Diccionario de San Agustín”.
En el libro primero de los soliloquios Agustín mantiene una profunda
reflexión sobre la búsqueda de la verdad, el conocimiento de Dios y el amor.
Como ya hemos mencionado antes Agustín concebía dos clases de amor
el Caritas y el Cupiditas. El primero hace referencia a un amor hacia Dios que
lleva como fin último al amor hacia el prójimo, el segundo se inclina más hacia la
filantropía, al amor que se tiende más al mundo y a sus cosas.
5 De Hipona, A. (1979). Obras de San Agustín de Hipona. Los soliloquios, libro primero (5ta ed., Vol. I, pp. 435-471). Madrid, Traducción: P. Victorino Capanaga.
El capítulo X da cierta referencia hacia el Cupiditas, ya que en este
capítulo Agustín se pregunta de la falta que le hace las cosas externas. Así mismo
el capítulo IX implícitamente nos refiere al Caritas ya que habla de un amor
dirigido hacia sí mismo y hacia Dios.
Aunque Agustín pueda llegar a mostrar dos tipos de amor, solo llega a
concebirlos como una cosa; para san Agustín el amor no es otra cosa que
“anhelar algo por sí mismo”6.
Arendt para abordar este tema defiende que el anhelo está ligado a un
objeto que es el desencadenante del propio anhelo que servirá para alcanzar la
meta. Al estar determinado a lo que busca siempre se moverá hacia esa meta,
afirmación que Arendt toma del propio Agustín quien dirá que el amor es “un tipo
de movimiento, y todo movimiento va hacia algo”7.
Para san Agustín la meta era conocer más sobre Dios y sobre el Alma,
los cuales le llevarían hacia la verdad.
R.– ¿Dices que quieres conocer a Dios y al alma?
A.– Tal es mi único anhelo.
R.– ¿Nada más deseas?
A.– Nada absolutamente.8
Aquella motivación principal del anhelo tiene como fin último el de un
“bien”9; de no serlo no lo buscaríamos, nuestra capacidad de racionar nos hace
evitar aquello que nos haga daño.
6 Tomado de: Arendt H, El concepto de amor en san Agustín, primera parte el amor como anhelo. el futuro anticipado. 7 Tomado de: Arendt H, El concepto de amor en san Agustín, primera parte el amor como anhelo. el futuro anticipado. 8 De Hipona, A. (1979). Obras de San Agustín de Hipona. Los soliloquios, Cap. XV, libro primero (5ta ed., Vol. I, pp. 435-471). Madrid, Traducción: P. Victorino Capanaga.
Agustín no pudo comprender totalmente el amor al prójimo ya que como
el mismo lo dice en el cap. II de los soliloquios “Si todavía no conoces a Dios,
¿cómo sabes que no conoces nada semejante a Él? A.– Porque si conociera algo
semejante, lo amaría sin duda ninguna; y ahora sólo amo a Dios y al alma, dos
cosas que ignoro”10. En esta reflexión san Agustín comienza reconociendo que no
puede querer otra cosa fuera de Dios sin conocer antes al mismo Dios.
El amor para Agustín termina siendo un anhelo que mueve al hombre a
buscar el amor de Dios, pudiendo manifestarse en el amor al prójimo, debido a:
Para Agustín hay tres fuertes motivos para el amor a todos los
hombres: a) Comparten la misma naturaleza humana b) Hay un
mandamiento de Dios que ordena que los amemos c) la presencia de
Dios en ellos. El prójimo es cualquier ser humano, sea cristiano o no
lo sea, sea justo o pecador11.
El hombre de San Agustín de Hipona
Tú creaste al hombre a tu imagen y semejanza, como reconoce
quien se conoce a sí mismo. Óyeme, escúchame, atiéndeme, Dios
mío, Señor mío, Rey mío, Padre mío, principio y creador mío,
esperanza mía, herencia mía, mi honor, mi casa, mi patria, mi salud,
mi luz, mi vida. Escúchame, escúchame, escúchame según tu estilo,
de tan pocos conocido12.
9 Tomado de: Arendt H, El concepto de amor en san Agustín, primera parte el amor como anhelo. el futuro anticipado. 10 De Hipona, A. (1979). Obras de San Agustín de Hipona. Los soliloquios, Cap. II, libro primero (5ta ed., Vol. I, pp. 435-471). Madrid, Traducción: P. Victorino Capanaga. 11 Fitzgerald , A. (2014). Diccionario de San Agustín (I ed., Vol. I, pp. 39-50). Madrid, España. Editorial Monte carmelo. 12 De Hipona, A. (1979). Obras de San Agustín de Hipona. Los soliloquios, Cap. I, libro primero (5ta ed., Vol. I, pp. 435-471). Madrid, Traducción: P. Victorino Capanaga.
Antes de poder abordar el problema de esta reflexión es necesario
profundizar en otros dos temas, los soliloquios de Agustín muestran una
profundización en la comprensión del hombre y su condición de creación de Dios.
Durante largo tiempo anduve considerando en mi interior muchos
y diferentes asuntos, y tratando con empeño durante días de
conocerme a mí mismo, qué debo hacer y qué he de evitar.13
De Hipona como buen Neoplatonista siguió la línea del Dualismo
platónico estableciendo que el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma,
siendo por supuesto más importante el alma y concibiendo así el cuerpo como un
mero instrumento del alma.
Podríamos decir que Agustín al hablar del hombre dice que es una
creación de Dios, que esta forzada a ir hacia el mismo creador ya que para él el
ser es la medida de la verdad, por lo que cuanto más perfecto sea el ser más
verdadero será y solo llega a serlo estando cerca de Dios que es la perfección y
verdad misma.
Afirma que el hombre es un alma que se sirve de un cuerpo, y explica
que el hombre está compuesto por alma y cuerpo, aunque el alma es creada por
Dios y por eso siempre tendemos a él como una fuerza gravitatoria, pero que el
alma del hombre es espiritual e inmortal y que el alma humana conoce a Dios
mediante su razón natural pues el hombre según él fue creado a imagen y
semejanza de Dios pero esta ha sido de formada pues tiene pecado así que con
la gracia debe restaurar su camino hacia él.
También es de vital importancia tocar un último tema antes de poder
concluir las implicaciones del amor en el hombre, siendo cierto que Agustín vivió
una larga vida en el paganismo pero sus últimos años, responsables de su mayor
y más profunda reflexión, fueron bajo el cristianismo por lo que se dedicó a
13 De Hipona, A. (1979). Obras de San Agustín de Hipona. Los soliloquios, Cap. I, libro primero (5ta ed., Vol. I, pp. 435-471). Madrid, Traducción: P. Victorino Capanaga
pensar en una posible estructura para su nuevo estilo de vida, Agustín creo una
doctrina sobre la “el hombre como imagen de Dios” repartida por en sus distintos
escritos, pero en uno De Trinitate aborda el punto de manera clara.
Cuando Agustín habla de la imagen de Dios en el hombre sostiene, (a
diferencia de su homólogo Plotino) que éste es una imagen imperfecta llamada a
la perfección a través de la virtud, la sabiduría y el amor.
El ser humano es una imagen imperfecta y que está llamado a
crecer en semejanza con Dios. Como imagen imperfecta de Dios,
que es su origen, ejemplar y destino, la persona humana llega a ser
perfecta incrementando su semejanza con Dios no sólo existiendo y
viviendo sino creciendo en virtud y sabiduría por medio del amor.14
Estableciendo así que el hombre al ser creado como imagen de Dios
está destinado a regresar a su creador “Todas esas imágenes tienden a ser
aquello a cuya semejanza están hechas15”, por lo que su felicidad estará completa
solo en ese momento, razón por la cual debe regir su vida con los mandatos de
Dios para que así pueda llegar a su lado.
El Fin de esta reflexión
El fin último de esta reflexión era desarrollar las implicaciones que tiene
el Amor según lo concibe San Agustín de Hipona en el hombre desde el estudio
de su obra los soliloquios.
Después de estudiar los soliloquios de San Agustín se ha llegado a la
conclusión de que el amor tal y como él lo concibe tiene muchos elementos
éticos que rigen la vida del hombre.
14 Fitzgerald , A. (2014). Diccionario de San Agustín (I ed., Vol. I, pp. 39-50). Madrid, España. Editorial Monte carmelo. 15 Fitzgerald , A. (2014). Diccionario de San Agustín (I ed., Vol. I, pp. 39-50). Madrid, España. Editorial Monte carmelo.
Cuando se estudiaba a Arendt nos dejaba claro que De Hipona
concebía dos tipos de amor el Cupiditas y el Caritas y afirmaba que la felicidad
del hombre se encontraba en el Caritas, ahora que implicaría el caritas para el
hombre; el caritas es aquel amor dirigido directamente a Dios que recae en el
hombre debido a su condición de imagen de Dios.
Conocemos por medio de Agustín que el amor de Dios es perfecto, no
espera nada a cambio y siempre conducirá hacia el “bien eterno y perdurable”16, a
diferencia del amor del hombre ya que, como dice Arendt “En el hombre hay un
amor natural hacia su propia conservación”17 por lo que siempre buscará su propio
bien.
Agustín establece que la perpetua felicidad no está en buscar el bien
propio si no en buscar el bien común. En palabras de Arendt sería que “tan solo
Dios como el Summum bonum puede garantizar la verdadera felicidad, porque
sólo entonces es cuando un hombre no tiene que temer la pérdida del amado”.18
Para el hombre el amor según la concepción de Agustín implicaría un
profundo sentimiento de reflexión debido a que siempre se estaría preguntando
que lo acercaría más a Dios, también lo llevaría por un camino regido por códigos
morales que buscasen la gloria divina que, según los cristianos, está en tener la
capacidad para compartir el “don” del amor dado por Dios con otros sean
cristianos o no.
Sin duda alguna esta concepción un tanto radical de Agustín encabezo la
estructura del cristianismo por muchos años logrando que muchos fueran los
hombres que pensaran en algo más que en si mismo que, según Arendt, solo
posee un amor hacia su conservación.
16 Fitzgerald , A. (2014). Diccionario de San Agustín (I ed., Vol. I, pp. 39-50). Madrid, España. Editorial Monte carmelo. 17 Tomado de: Arendt H, El concepto de amor en san Agustín, primera parte el amor como anhelo. el futuro anticipado 18 Tomado de: Arendt H, El concepto de amor en san Agustín, primera parte el amor como anhelo. el futuro anticipado