foro medico mayo 2013

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Foro Médico Sociedad Medica de Huixtla Mayo 2013

Huixtla, Chiapas. Mayo 2013 Año. 06 Núm. 62

Sociedad Médica de Huixtla http://www.issuu.com/smedica/docs

No me cabe concebir ninguna necesidad tan importante durante la infancia de una persona que la necesidad de sentirse protegido por un padre.

(Sigmund Freud).

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Mayo 2013 Sociedad Medica de Huixtla Foro Médico

INDICE

DIRECTIVA Sociedad Médica de Huixtla, A. C.

Presidente Dra. Arhemy Elizabeth Durante

Guzmán

Vice- presidente Dr. Orlando Durante Figueroa

Secretaria de Finanzas QFB. Alicia Pérez López

Dr. Ariosto Chávez Galindo Dra. Yolanda Carrillo Esteban

Secretaria de Actas y Acuerdos Dr. Jorge Luis Gordillo Barrios

Dr. Jorge Holberto Castillo Guerrero Dra. María Natividad Pineda González

Secretaria de Educación Médica Continua e Investigación Dr. Adulfo de León Cruz

Dr. Beatriz Bremermann Macías QFB. Florinda Robles del Ángel

Dr. Genis Pérez Cruz

Secretaria de Eventos Curriculares Dra. Gloria Olvera Hernández

Dr. Mario Gutiérrez Lara Dr. Cristian Arturo Quiñones

Hernández

Secretaria de Eventos Culturales, Sociales y Relaciones Públicas

Dr. Jorge Gómez Mérida Dra. Clara Rosa Yam Trujillo

Dra. Claudia Escobar Morales Dr. Gabriel Casahonda Esquinca

Secretaria de Eventos Deportivos y Especiales

Dr. Norberto López Alcázar Dra. Edith Yesmin Sánchez Moreno QFB. Juana María Torres Avendaño

Dr. Conrado de Jesús Pohlenz Esquinca

Dr. Julio Cesar Cruz Gálvez

Editor y Gestor de Eventos Especiales Dr. Raúl Humberto Ochoa Sánchez.

Delegados Regionales Escuintla – Acapetahua – Acacoyagua

Dr. Ariel Espinosa Domínguez Dra. Fabiana Espinosa López

Villa Comaltitlán Dr. Arturo Mayorga Cruz

Dra. América Hernández Ulloa.

FORO MÉDICO

Distribución Gratuita

Dr. Norberto López Alcázar. Dr. Raúl Ochoa Sánchez

[email protected]

Sociedad Medica de Huixtla

Editorial Pág. 3

A mi padre Pág. 4

Conozcamos “algo” de la sal Pág. 5

Actividades de la Sociedad Pág. 7

El mundo necesita superhé-roes

Pág. 8

Puebla de mis recuerdos… Pág. 11

Tu primera muerte Pág. 17

Un cuento compartido Pág. 22

Médicos en la Historia Pág. 24

Pioneras Pág. 25

Humor Pág. 26

“La sabiduría no es una acumulación de recuerdos,

sino una suprema vulnerabilidad a lo verdadero”

Jiddu Krishnamurti

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EDITORIAL

En La idea de celebrar el día del padre en América, ocurrió en Estados Uni-dos en 1909, cuando una mujer llamada Sonora Smart Dodd, de Washington, pro-puso la idea de celebrar el día del padre. Esta mujer quería homenajear a su padre, quien era un veterano de la guerra civil llamado Henry Jackson Smart, que enviu-dó cuando su esposa murió durante el parto de su sexto hijo y, a partir de ahí, se hizo cargo de criar a sus niños cumplien-do rol de padre y tratando de cumplir el de madre, y como Smart había nacido el 5 de junio, su hija propuso el día de su cum-pleaños como día del padre. La idea de instituir un "Día del Padre" fue acogida con entusiasmo por muchas personas en diversos condados y ciudades, y fue en 1924 cuando el presidente Calvin Coolid-ge apoyó la idea de establecer un día na-cional del padre. En 1966 el presidente Lyndon Johnson firmó una proclamación que declaraba el 3er. domingo de junio como el Día del Padre en los Estados Uni-dos. México, al igual que otros países lati-noamericanos, adoptó el tercer domingo de junio como día oficial del padre.

Por tal motivo, enviamos desde estas líneas un cordial saludo y felicitacio-nes a todos los padres en su día, y en la portada publicamos una imagen que dice más que mil palabras, la necesidad que tenemos todos los seres humanos en nuestro desarrollo, pero con mayor inten-sidad en la infancia, de la presencia de la figura paterna, que no necesariamente tiene que ser el padre biológico, bien pue-de ser sustituido por un abuelo, un tío o hasta por un amigo de la familia, convir-tiéndose así en un “Padre del corazón”, nuevamente felicidades a todos los pa-dres.

Es un gusto enorme recibir colabo-

raciones para la revista de FORO MEDI-CO, en esta ocasión, nos es grato publicar un artículo del C. Enrique Brémermann, desde la República de Guatemala, titulado “Conozcamos algo de la sal”, es cual lo encontraran en la página 5. Así mismo damos la bienvenida al Lic. Sergio Gabriel Cabrera Wilder, descendiente huixtleco, hijo de nuestra amiga Blanca Isela Wilder Hernández, que en esta ocasión nos en-vía un interesante artículo titulado “El mundo necesita superhéroes”, el cual he-mos publicado en la página 8 de esta edi-ción.

Agradecemos al Dr. López Alcá-zar, que nos siga enviando sus artículos, los cuales son muy interesantes por la forma tan amena que nos narra sus viven-cias, en esta ocasión no podía quedar atrás, publicamos en la página 11 un ar-tículo donde nos narra su visita a la her-mosa ciudad de “Puebla”, disfruten de su lectura.

El Colegio de Médicos Generales del Estado de Chiapas, A. C., convoca al XII Congreso Estatal de Medicina Gene-ral, que se llevará a cabo en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, del 20 al 22 de junio del año en curso, mayores informes en la página 16. ¡No falten!

Agradecemos a todos los parti-cipantes de la rifa de una Televisión Pantalla Plana LCD de 42” que se llevó a cabo el día 10 de mayo, y les informa-mos que el ganador fue el Dr. Arturo Mayorga Cruz, con el boleto número 079, ¡Felicidades Dr. Mayorga!

Recuerda agregarnos en Face-book, Sociedad Médica de Huixtla. El co-rreo electrónico es [email protected], con todo gusto pu-blicaremos lo que nos envíes.

Dr. Raúl Ochoa.

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A MI PADRE… A MI PADRE… A MI PADRE…

Sé que existen hogares sin padres, por ello, debo dar gracias por tener a mi madre,

pero te digo sinceramente, me haces falta, Padre...

Cuando hablo con mis amigos y veo que no dan gracias por tenerlo,

no puedo evitar esa cosa de decir ¡Aprovéchalo, mañana ya no estará!

Las veces que al resbalar tuve que levantarme,

sacudir mis ropas con ganas de abrazarte, no encontré esos brazos tuyos,

ni el aliento de un ¡Arriba no es nada, levántate!...

Solo recuerdo ese estribillo que cantabas,

en las caminatas largas con nosotros y mi madre… Tú al frente, sonriente siempre...

Era la seguridad de que estabas... y las fuerzas con la que andabas

¡Me haces falta Padre...! Me haces mucha falta...

En la sonrisa de mis hermanos, en la alegría de mi madre,

parece ser, que ese brillo en los ojos jamás volverá a nuestra mirada…

A veces me asalta la duda...

Si lo que recuerdo en realidad, es solo mi fantasía al recrearme en los álbumes de la familia,

y lo que me cuentan de esos días...

Te fuiste cuando nos faltaba mucho aprender de la vida que poco tiempo tuvimos de estrecharnos,

de saborear lo que era un enojo tuyo, o verte orgulloso con tu gran sonrisa por un logro mío.

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Continúa en la Pág. 6

CONOZCAMOS “ALGO” CONOZCAMOS “ALGO” CONOZCAMOS “ALGO” DE LA SAL.DE LA SAL.DE LA SAL.

Enrique Brémermann ¿Qué es Cloruro de Sodio ?

El Cloruro de Sodio, es ni más ni menos que la sal común (mezcla de Cloro y Sodio). Su fórmula química es: NA (del latín Natrium). De ahí que al exceso de sal en el organismo se le llama Hipernatremia y a la es-cases, Hiponatremia. Su número atómico es 11. Aunque usted no lo crea, la sal es un metal, solo que es un metal alcalino y blando. La sal es el segundo elemento más abundante en la solución de agua marina, después del cloro. Se sabe que el químico biólogo inglés Sir Humprhey Davy descubrió el cloruro de sodio por medio de la electrólisis cuan-do logró la separación de los elementos: Magnesio, Bario, Estroncio, Calcio, Pota-sio y Boro, por lo cual se convirtió en una celebridad científica y millonario además, en el siglo 18. Sabemos también que existen cuatro tipos de sal, según su procedencia: la sal marina y la de manantial, que se obtienen por evaporación; la sal gema, que es ex-traída de una roca conocida como halita y la sal vegetal que se logra por medio de la evaporación de algunas plantas hervidas en agua. Con este último método, también se logra extracción de azúcar, pero este es otro rollo. ¿ Es importante la sal ?

Porque la sal es indispensable para el sostenimiento de la vida, hace muchos años se convirtió en objeto de comercio (como hasta hoy) en todo el mundo. Hubo tribus primitivas que llegaron al extremo

de cambiar sus mujeres y niños entrega-dos a esclavitud a cambio de la sal. Es tanta la importancia de la sal que los anti-guos romanos recibían el pago de su tra-bajo con sal (de ahí que al pago del suel-do o emolumentos, aún se le llama “salario”) ¿Es buena la sal?

El sodio, es esencial para la salud huma-na, por cuanto cumple una vital función para conservar el equilibrio del agua den-tro en las células del cuerpo y así permitir-les cumplir en buena forma su función. El sodio también es decisivo para el sistema nervioso, pues ayuda a los nervios a res-ponder al estímulo, a mandar los impulsos a los músculos para caminar o para con-traerse. Todos los músculos, incluyendo el más importante, el corazón, son alta-mente beneficiados por este mineral blan-quecino, pero su consumo debe ser racio-nal, equilibrado y no caer en los desma-nes de muchas personas que sin probar los alimentos previamente, los rocía de cloruro de sodio, o bien que lo consumen como un vicio similar al tabaco o a los li-cores. ¿Dicen que la sal es mala?

¡Sí..!, el consumo excesivo de sal común,

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pero especialmente la sal de mesa, o sea la refinada, tiene un efecto deletéreo en la química de nuestro cuerpo; esto es, dañino, enfermizo y hasta mortal. Puede afectar nuestros riñones, dañar seriamen-te nuestras arterias y nuestro corazón. Y no solo eso, debido a que la sal retiene los líquidos en el organismo, es uno de los más grandes precursores del exceso de peso, una de las causas más frecuen-tes de muerte. Ojo, precaución..!

Cuanto más va descubriendo la cien-cia médica acerca de la hipertensión arte-rial, la arteriosclerosis y otros trastornos del corazón, más se va comprendiendo el papel que el cloruro de sodio desempeña en esas enfermedades, de tal manera que a nuestra responsabilidad correspon-de regular el consumo de sal y de mante-ner una dieta saludable, de tal modo que el trabajo, la investigación y el estudio de nuestros médicos no sea en balde.

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manera de decir

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ACTIVIDADES DE LA SOCIEDADACTIVIDADES DE LA SOCIEDADACTIVIDADES DE LA SOCIEDAD… … … El 26 de abril del año en curso, en el lugar que ocupa el salón de fiestas Diver Kids, ubicado en Calle Ferrocarril Oriente entre Iturbide y Madero, en la ciudad de Huixtla, Chiapas. Se dieron cita los integrantes de la Sociedad Médica de Huixtla, con el pro-pósito de realizar la reunión académica mensual. Contando en esta ocasión con la presen-cia de la Dra. Elsa Rosas Jiménez, egre-sada de la Escuela Nacional de Medicina

y Homeopatía, del Instituto Politécnico Na-cional, y posgraduada en el Instituto de Capacitación Podología del D. F., quien llegó a exponer el tema “Valoración podo-lógica del paciente diabético”. Tema de gran importancia para el queha-cer diaria del médico, tanto general como especialista, que atiende a personas dia-bética, ya que la valoración del estado general de los pies es un aspecto primor-dial para evitar las complicaciones tardías del diabético, como es el caso del llama-

do Pie Diabético. Los asistentes tuvieron la oportuni-dad de formular preguntas plantean-do las dudas que existían sobre el tema, siendo aclaradas satisfacto-riamente por la ponente del tema. La ambientación del momento pos-terior a la exposición del tema estu-vo a cargo del representante de La-

boratorios BAYER, C Nicolás Betanzos Palmeros, quien acudió con ricos bocadi-llos y bebidas refrescantes, patrocinando la variedad de productos que representa.

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“EL MUNDO NECESITA “EL MUNDO NECESITA “EL MUNDO NECESITA SUPERHÉROES”SUPERHÉROES”SUPERHÉROES”

… “Extra, extra: El Hombre Araña pudo atrapar al hombre de arena; Superman atrapó a un grupo de de-lincuentes; La Mujer Maravilla impide que una bomba atómica destruya medio continente”…

¿Quién no recuerda alguna de estas hazañas realizadas por los Superhéroes clásicos de la historia de la ficción? Para poder comenzar es necesario ver qué es un Superhéroe.

Superhéroe: Un Superhéroe es un personaje de ficción cuyas características superan las del héroe clásico, general-mente con poderes sobrehumanos, y en-troncado con la ciencia ficción.

Desde muy pequeños nos han pro-movido grandes historias de estos sujetos ficticios que uno como niño adquiere con mucha ilusión, pero cuando uno crece, esa ilusión cambia a simplemente “una realidad”.

A lo mejor pareciera extraño lo que diré, pero en realidad es cierto: los Super-

héroes sí existen. Ustedes dirán: ¿Cómo, usted no vive la realidad? Permítanme decirles que porque vivo la realidad, me atrevo a decir tal verdad.

Tal vez, en su minoría, hay perso-nas que se comportan como verdaderos Superhéroes, que ven la necesidad que pasan sus semejantes y hacen algo por apoyarlos. Quizá pienses que eso no va contigo, pero atrévete a experimentarlo y verás que te sentirás como un verdadero héroe. Ayuda a los demás, pero sobre to-do “piensa como héroe”.


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A continuación daré algunas ca-racterísticas que un verdadero Superhé-roe debe tener para desarrollarse:

Hermosura: ¿Te has dado cuenta de que los personajes de ficción son atractivos? TÚ TAMBIÉN LO ERES. No permitas que nadie te insulte o te haga menos burlán-dose de algún aspecto físico de tu perso-na. Siéntete hermoso, porque eres único. Cada ser humano posee ese privilegio de ser único, no hay dos como tú. Aún en los gemelos, cada uno tiene su propio ADN, lo que ocasiona que sus rasgos físicos sean diferentes entre sí. Piensa como al-guien atractivo, eres único y eso cuenta bastante. Además, no tienes porqué sen-tirte menos que los demás, fortalece tu autoestima. Recuerda que cuando tú es-tás bien, podrás ayudar a los demás a estar bien. Visualízate interiormente y pre-gúntate en qué estás fallando, y desarrolla alternativas para mejorar esos aspectos de tu vida.

Personalidad: Cada uno de los Superhé-roes tiene una personalidad definida, tra-baja como cualquier otra persona, pero sabe quién es en sí, aunque los demás lo vean como “simplemente cualquier perso-na”, éste tiene la seguridad de quién es, no se deja influir por otros. Al igual noso-tros como personas, debemos tener nues-tra propia personalidad, no dejarnos influir por los comentarios que digan los demás. “Tú no eres lo que los demás dicen, eres quién quieres ser”. Existen ocasiones en las que hay mucha influencia negativa por parte de amigos, familiares o quizá el en-torno, pero tú eres el que decides qué co-mentarios adquirir y cuáles desechar. No permitas que nadie cambie tu personali-dad, si ves que hay alguna oferta que te quiere perjudicar ten valor y di NO. Eso sí, fortalece tu personalidad para lo positivo.

Rapidez: El Superhéroe clásico siempre es rápido cuando se requiere su ayuda y sobre todo siempre está activo. No seas pasivo con las cosas que te propones o las que te manden a hacer. Una persona pasiva es aquella que se conforma con su entorno y su estilo de vida y no hace nada por cambiarlo. Es aquel tipo de personas que no ponen de su parte para ejecutar una acción. NO SEAS DE ESE TIPO DE PERSONAS. Si ves que hay algo que se ocupe hacer, ya sea en tu escuela, traba-jo, comunidad o simplemente en tu casa, actúa. No des lugar a la flojera, porque cuando la flojera se apodera de tu vida, dejas de hacer cosas extraordinarias y te conviertes en alguien “ordinario”, pasivo. Esfuérzate por hacer día tras día cosas que te motiven a estar activo, aprende algo nuevo, busca información, ayuda a tus amigos y haz cosas que te gusten y te mantengan en constante movimiento.

Habilidades: A lo mejor tu Superhéroe favorito tenía la habilidad para volar, cami-nar en el techo, dar saltos extraordinarios


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o lo más común, tener visión de rayos X. Tú también posees muchas habilidades que te ayudan a ser una mejor persona. Todos en esta vida nacimos con un pro-pósito y para que dicho propósito se cumpla se nos ha dotado de habilidades para lograrlo. A lo mejor digas: “Pues yo no sé volar”. No estamos hablando de algo literal, pero por qué no pensar que la habilidad de “volar” es “saber soñar”. Sueña, ten planes, proponte metas y así tus demás habilidades se desarrollarán. Tal vez eres hábil para jugar un deporte, para cantar, para las matemáticas, tocar un instrumento, etcétera. Esfuérzate por lograr que esas habilidades se desarro-llen al cien por ciento. Nunca dejes que tus habilidades se vean limitadas por al-guna circunstancia. Al ser humano se le dio la capacidad de buscar soluciones alternativas a problemas, busca una solu-ción, y si fracasaste, VUELVE A INTEN-TARLO.

Ayuda: Es típico ver que el Superhéroe ayude a los demás, debido a que para eso fue destinado. Un verdadero Super-héroe ayuda a los demás. Dice un refrán “haz el bien sin mirar a quién”. Cuando alguien te pida ayuda, dásela, sin esperar nada a cambio. Te aseguro que las re-compensas llegarán a tu vida algún día, el día en que menos te imagines. No di-gas: “Es que esa persona no me devolve-rá el favor”, o “No simpatizo con esa per-sona”. Recuerda que la vida da vueltas, a lo mejor en algún momento pases por algo y requerirás ayuda de los demás. Por eso no debes ser “Jactancioso” cuan-do ayudes a alguien, ni “Malagradecido” cuando alguien te ayude. Ayuda porque te nace, no porque te obliguen, la diferen-cia es tener “Satisfacción” de haber podi-do ser apoyo para los demás.

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Bueno, ahora que ya nos dimos cuenta de que los Superhéroes sí existen, demuestra que eres uno de ellos. ¿Estás preparado para cumplir con tu misión? Re-cuerda fortalecer tu Autoestima, Habilida-des y Personalidad y serás ese Superhé-roe que el Mundo Necesita.

Lic. Sergio Gabriel Cabrera Wilder.

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Puebla de mis recuerdos...Puebla de mis recuerdos...Puebla de mis recuerdos... Dr. López Alcázar

Cada vez que llego a Puebla su-ceden en mi varias emociones, me lleno de una alegría discreta, y recuerdos, pero lo que más siento es nostalgia. Pasan muchos recuerdos en mi mente y en mi corazón. Sentimientos que hacen que me quede sumido en el pasado por algunos instantes. Equivocadamente pensé que solo a mí me pasaba eso, un amigo me confe-só “cada que voy a puebla, me siento en una banca del zócalo y me pongo a llo-rar”. Es que no es fácil regresar y llegar como si no hubiese pasado nada en mi vida, los cinco años que viví en ese lugar fueron maravillosos, ¡claro¡ cómo no, si fue la época de estudiante, la época que marco diferencia en mi vida ya que en ese lugar hice mis estudios universitarios. Debido a que se acercaba el 5 de mayo, fecha en que se conmemora el triunfo de los mexicanos sobre los france-ses en la famosa batalla de Puebla y que yo me encontraba de vacaciones, decidí ir a visitar la ciudad de los ángeles. Jugué el primer tiempo con mi equipo de futbol, el Galenos y después me dirigí rápidamente a casa para estar listo en la terminal a la hora de salida, ya sabía que el desfile iniciaría a las 11 ho-ras del día domingo 5 de mayo, saliendo de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, tenía calculado que yo llegaría a las 9 de la mañana aproximadamente, pensé, ten-go dos horas para instalarme en un hotel, bañarme, desayunar y después irme a ver el famoso desfile del 5 de mayo.

A la hora que llegué a Puebla, casi las 9 de la mañana, ya era tarde para ver el desfile, por el número de gente entre locales y visitantes que van a verlo. Compre un boleto en taxis seguros para que me llevara al centro de la ange-lopolis, en donde hay varios hoteles, “déjeme aquí”, le pedí al chofer, este me dejo enfrente de un hotel, en donde me comentaron que por motivo del desfile estaban llenos y no había habitaciones disponibles, pregunté en otro hotel y me dijeron lo mismo, entonces encontré uno de media estrella, bueno no tan amolado, pero ni ahí había una habitación disponi-ble en ese momento, pero me dijeron, si se espera 10 minutos le tendremos lista una, ¡bueno!, les dije yo. Una vez instalado en mi habita-ción, salí y me dirigí hacia el Boulevard 5 de mayo, que es el lugar en donde pasa el contingente del desfile, dos cuadras antes pude ver que ya estaba llena la ca-lle, al pasar por un zaguán en donde ven-den antojitos típicos de ese lugar, desayu-né una quesadilla de chicharrón, quesillo y flor de calabaza, bañada en una salsa verde picosita, también pedí una gordita,

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ésta es hecha de masa con frijol en me-dio, delgada como una tortilla, se fríe con manteca, se le pone salsa , queso y ce-bolla picada, para tomar, un jugo de na-ranja y café, éste como estaba caliente lo fui saboreando en el camino. Llegué al Boulevard, me quise asomar y no pude, había mucha gente, me regresé y empecé a caminar junto a las demás personas por las calles parale-las hasta en donde vi que había menos conglomerado, era falso, ya que sí había bastante gente, pero por lo menos pude pasar, caminé y caminé hasta en donde según yo tendría la mejor vista para apre-ciar ese espectáculo. No había ventana, barda, casa, árbol o camión libre, todo estaba lleno y desde las 9 de la mañana, estaban enca-ramados hasta en donde no es permitido, yo quise treparme en un árbol, pero no pude, la verdad si hubiese podido pero llegaron a bajarlos los de protección civil, mas tardaron en bajarse que otros subir-se en cuanto se fueron esas personas. Por fin el desfile comenzó, como les había dicho este inicia en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, que es el lugar en donde se desarrolló la batalla contra los franceses, estos descendieron en el puer-to de Veracruz y de ahí fueron subiendo rumbo a la ciudad de México, pero al igual que el autobús antes de llegar a la capital de la república se debe de pasar por Puebla, y fue ahí en donde se defen-dió con valentía y honor la soberanía nuestro país, bueno, yo no lo vi pero así dice la historia. Nosotros vivíamos cerca de Plaza Dorada, en donde pasa el famoso Boule-vard 5 de mayo, los días 5 de mayo nos levantamos temprano para poder ganar

un buen lugar y no perdernos detalles, de ahí nace el deseo de ir a Puebla y verlo nuevamente. La verdad tenía años que deseaba hacer eso.

A lo lejos se podía oír el redoble de los tambores, primero apareció una escolta de militares con una enorme ban-dera, atrás venia la banda de guerra más grande que he visto, eran más de 100 soldados con tambores y cornetas tocan-do la marcha de guerra, más atrás otra escolta de militares pero mujeres, con otra bandera también muy grande, atrás de ellas estaban los Zacapoaxtlas, estos despertaron un nutrido aplauso, ya que según la historia, fueron ellos los que co-mandados por el general Ignacio Zarago-za derrotaron a poderoso ejército fran-cés. Este primer contingente fue como un pequeño resumen de lo que presenta-ron, apareció posteriormente el Heroico Colegio Militar, en donde los jóvenes ca-detes portando el uniforme con gallardía arrancaban aplausos, suspiros y besos del público femenino, pero también ese efecto causaron el público masculino cuando pasaron las mujeres cadetes.

Cuando mirábamos el desfile en

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LABORATORIO DE ANÁLISIS CLÍNICOS

los años de estudiantes de medicina, sentíamos cierta envidia cuando el públi-co aplaudía a los cadetes médicos del Heroico Colegio Militar y más aún cuando se presentaba la Escuela Medico Naval, del puerto de Veracruz que con el unifor-me blanco, botones dorados y una arma en los brazos eran capaces de arrancar besos y suspiros de las damas que pre-senciaban el desfile. Esta vez no fue la excepción, ahí estaban los del Heroico Colegio Militar y la Naval con todos sus contingentes, es imponente ver a las en-fermeras militares y navales como mar-

chan, la gallardía de los ingenieros de guerra, las bandas de guerra con tambo-res, trombones, cornetas y clarinetes es-cuchándose fabuloso. Hubo muchos carros alegóricos representando la batalla conmemorada, la conquista española y la introducción de otras creencias religiosas con los francis-canos, que fue muy bien representada con la imagen de una montaña teniendo como base una pirámide de nuestros an-tepasados y encima una iglesia, tal cual como sucedió en la ciudad de Cholula, Puebla. Las escuelas participantes ya no tienen bandas de guerra de tambor y cor-neta, ahora presentan unas bandas musi-cales de muchos integrantes con diferen-tes instrumentos musicales y bastoneras, tal como las que se ven en los desfiles del vecino país del norte y también como la banda Pedro Molina de la ciudad de Gua-temala, la cual hemos tenido la oportuni-dad de apreciar en nuestra ciudad.


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El desfile tardo unas dos horas aproximadamente, escapan de mi mente todo los cuadros y mosaicos que presenta-ron, pero las tengo grabadas en mi cámara fotográfica y les compartiré algunas imá-genes. Una vez concluido el evento, me dirigí al hotel, para poder después ir a sa-borear un rico plato de mole poblano. Pen-sando que aún se celebraba el famoso combate que en años atrás se llevaba a cabo en el zócalo de la ciudad y que con-sistía en que las personas se aventaban confeti en forma de combate, el cual se volvía un verdadero relajo ya que termina-ba uno con confeti hasta donde no, llegue al parque en donde todo estaba en relativa calma, solo algunos payasos alegraban el lugar, yo di como dos vueltas tratando de reconocer a alguien, pero que feo se sien-te que después de muchos años ya nadie te conoce y ni conoces a nadie. En punto de las 7 de la noche em-pezó el Show de Alvita una cantante rum-bera cubana que con motivo de estas fies-tas se presentaba en el festival internacio-nal 5 de mayo y que para cerrar con bro-che de oro presentaron a esta artista que anunciaron que había ganado ya un Gram-my de la música latina en los Estados Uni-dos, yo nunca había oído hablar de ella, pero oyéndola cantar me impresionó ya que tiene un ritmo y un sabor para cantar, sobre todo cuando entono las canciones de Celia Cruz, por un momento me sentí en el Tropicana. Después de terminar el espectácu-lo de música cubana, me dirigí a los porta-les para cenar unos ricos tacos árabes y orientales, durante la espera de dichos ta-cos, pensé “ya llevo todo el día y no vi a nadie conocido”. Después de cenar cami-


né unas cuantas cuadras hacia el hotel para poder descansar y dormir plácida-mente. El lunes 6 de mayo me fui cami-nando hacia la Facultad de Medicina iba con el firme propósito de desayunar en donde lo hice un sin número de veces cuando era estudiante. En años pasados varias veces hice ese recorrido del centro a la facultad, a pie, caminé por el Paseo

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Bravo, éste no ha cambiado mucho, tam-bién pasé por los cinemas de la 13 sur que ahora es una iglesia, llegue al Hospi-tal Universitario el cual sirvió de fondo pa-ra la foto de graduación de muchas gene-raciones, (también fue para la nuestra). El hospital está totalmente cambiado y mo-dernizado, ya muy cerquita de ahí está la facultad, caminé unos cuantos pasos y ahí estaba, pero ya no es la de antes, ahora está más bonita, el edificio esta mo-derno, con domos para que no caiga la lluvia a los pasillos, en nuestros tiempos había que correr para no mojarse, los pa-sillos, escaleras y aulas están cambiadas completamente, cosa que la verdad me dio mucho gusto. Busque afanosamente “El Remol-que”, la torteria que era nuestra favorita y que mi amigo Fernando Caballero hasta una canción le compuso, pero ya no la encontré. Me metí a comer un molote a un pequeño restaurancito (fonda), aun no me servían cuando vi pasar precisamente a Fernando, le grite por su nombre, “quiubo tu cabrón”, me dijo. Me acompañó a desayunar y como él trabaja en el Hos-

pital Universitario me llevó a un recorrido de casi todo el hospital. “Por aquí pasa el Dr. Ramírez” me dijo Fernando, estábamos parados en la entrada hacia lo que antes se le llamaba los gallineros, le decían así por lo mal que estaban esas aulas, y es el pasillo que comunica a medicina con la facultad de odontología. “Esperemos tantito ya no tarda”, mientras eso hacíamos, recordá-bamos cuando jugamos en el equipo de dicho doctor, que también fue nuestro maestro de anatomía topográfica. Nos acordamos también de los buenos desa-yunos después de jugar, ya que la esposa

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del Dr. Ramírez llevaba tortas y refrescos para todos. No esperamos mucho ya que de pronto apareció, “¡Hola! -nos dijo- “que milagros, tanto años sin verte” -me dijo-, “voy a aplicar un examen, así que ven, y mientras ellos hace el examen, nosotros platicamos”. Después de platicar casi una hora, Fernando regresó ya que había ido a su área de labores, “Los invito a co-mer” -nos dijo-, así que nos dirigimos a otro restauran pequeño en donde venden comida corrida, mientras comíamos recor-damos momentos y momentos de nuestra época de estudiante, me gustó saber que a ambos amigos les va muy bien, tan es así, que los tres queríamos pagar la cuen-ta, así que para que yo pagara le tuve que decir que muchas veces él invitó el desa-yuno y que ahora me permitiera pagarle una comida. Encontré también a dos amigas en diferente lugar y día, me contaron que están felizmente casadas, tienen hijos y por lo poco que pude ver están muy bien

económicamente. Me agradó bastante saber lo bien que les ha ido a mis compa-ñeros y compañeras de facultad, solo una mala noticia, una amiga falleció de cáncer hace pocos años. Regresé a Huixtla con ganas de volver a Puebla nuevamente, trataré y espero el próximo año pueda ir a visitar nuevamente a la Heroica Puebla de Zara-goza.

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“Tu primera muerte”“Tu primera muerte”“Tu primera muerte” 1a. Parte1a. Parte1a. Parte

“Una médica sola, la noche en que descubrió la dignidad y la muerte”.

Florencia siempre ha sido alta, con una voz contundente y convicciones fir-mes. En el colegio de Hermanas aprendió que a veces su figura resultaba intimidan-te aunque no fuera esa su intención. Era una alumna aplicada, una misionera sen-sible y una amiga leal. Anduvo arropada por una familia amorosa y una moral es-tricta hasta que la vida le fue limando las culpas y abriendo las puertas. Casi sin darse cuenta se encontró un día siendo médica, que era una de las cosas que más quería en la vida. Ingresó a la resi-dencia con veinticinco años en un hospital público con el propósito de entrenarse en Terapia Intensiva. Su primer año lo pasó en una sala de Clínica Médica para com-pletar el ciclo introductorio. Se levantaba muy temprano, su mamá le llevaba una taza de café con leche a la cama como cuando era una nena. Ella la bebía con los ojos cerrados y el cuerpo en estado de

gracia. Tomaba el colectivo cuando el sol recién se asomaba sobre la avenida. Era de las primeras en llegar al hospital. Trabajaba con ese ritmo intenso y desalmado con que la medicina recibe a los novatos. Sabía que era necesario pa-

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sar por esa etapa, más como un rito de iniciación que como un programa de aprendizaje. Los primeros meses el agotamien-to no le permitió reflexionar acerca de lo que estaba viviendo. Siempre estaba can-sada, con sueño, sin tiempo para ver a sus amigas de la infancia ni para tomar el té con la familia. Llegaba a su casa y caía rendida sobre la cama. Casi no leía las novelas de Corin Tellado que tanto le gus-taban, ni los diarios, ya no miraba pelícu-las, ni televisión. Por primera vez en muchos años tenía las uñas de las manos sin pintar. Ya no recordaba cuándo había sido la última vez que había ido al salón de belleza. Se dormía en el colectivo, en la cena familiar, incluso un par de veces se había quedado dormida en el baño. Todo su pequeño mundo pasaba por el hospital. Las tareas eran tantas, tan nuevas y tan variadas que no le quedaba más remedio que apren-derlas mientras las hacía. Fue adquiriendo sus primeras herramientas para comuni-carse con los pacientes y con sus familias, conociendo a personas con distintos len-guajes, costumbres y actitudes. La medicina se estaba convirtien-do en una profesión femenina. Sus com-pañeras eran casi todas mujeres, también sus jefes. Los varones eran una minoría. Recorrían la sala todas las mañana pa-sando las novedades de la evolución de cada paciente. Los médicos con más ex-periencia daban sus opiniones, los más jóvenes tomaban nota de sus sugeren-cias. Florencia tenía una obsesión con el orden y la prolijidad desde que era una niña. Anotaba las tareas en una libreta de

tapas duras rosada repleta de dibujitos de Sara Key. Resaltaba lo que escribía con distintos colores de acuerdo al tipo de ac-tividad y a la prioridad que le asignaba: rojo el laboratorio, amarillo radiología, ver-de interconsultas, azul indicaciones médi-cas. Nunca se iba hasta completar el tra-bajo pendiente. Sabía que si algo no que-daba resuelto no podría soportarlo. Antici-paba ese malestar que la perseguiría has-ta el día siguiente yendo de un lado para el otro hasta que la lista de su libreta que-daba cerrada. Durante uno de aquellos recorridos se discutió el caso de una paciente con fiebre prolongada y sin foco infeccioso evidente. Se evaluaron las posibilidades y se recomendó tomarle muestras para he-mocultivos con el propósito de descartar la circulación de algún microorganismo en su sangre. Una vez finalizado el pase de sala Florencia subió al laboratorio para obtener tubos estériles. Volvió hasta la cama de su paciente, se higienizó metódi-camente las manos, se puso una bata, cubrebocas y gorro estériles y, con la ayu-da de la enfermera, tomó las muestras sanguíneas que repartió en tubos de culti-vo. Mientras rotulaba el material entró su residente de segundo año. Se acercó para observar lo que estaba haciendo y miró los materiales utilizados como si los estu-viera fotografiando. Su disgusto era evi-dente aunque Florencia no comprendía el motivo. Lo miró interrogándolo pero él per-maneció callado. Ella terminó con el traba-jo y salió de la habitación. Él la siguió has-ta el pasillo donde se detuvieron. -¿Por qué tomaste los hemocultivos sola, sin esperarme? -No sabía que tenía que esperarte.


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-Siempre tienes que esperar a un residen-te superior cuando vas a hacer un proce-dimiento por primera vez. -No es la primera vez, doy clases de mi-crobiología desde hace años y este es un tema que he enseñado muchas veces. Lo conozco muy bien. -Acá no importa lo que sepas, acá estás para aprender de los que lo hemos hecho antes que tú. -Entiendo que eso sea así para lo que no sé hacer, pero no tiene sentido para lo que ya sé. -Lo que tiene sentido y lo que no tiene sentido en este servicio no lo decides tú. Espero que te quede claro desde ahora. El residente se fue sin saludarla. Florencia lo siguió con la mirada, incrédu-la, hasta que su silueta desapareció por el hueco de la escalera. Se sintió incómoda y desorientada. Subió hasta el quinto piso para entregar las muestras en el laborato-

rio. Cuando volvió a la sala estaba más furiosa que confundida. No lo comentó con nadie. Todavía no había aprendido que allí era mejor no mostrar lo que uno sabía quitándoles la oportunidad a los más anti-guos de mos-trar lo que sabían ellos. Muchas de las reglas tácitas que gobernaban las relacio-nes en el hospital eran simplemente ges-tos confirmatorios de un orden jerárquico y del principio de autoridad basado en el tiempo que cada uno llevaba en ese lugar. El novato, por definición, no debía saber, no podía opinar, no tenía que hacer nada si alguien no lo habilitaba para ello. Algo se tensó desde aquél día en el vínculo con sus jefes. Sin proponérselo había

Dr. Francisco Sarabia Yong.

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desafiado al orden establecido. Y eso, resultaba intolerable. Algunas tardes Florencia daba cla-ses en una cátedra de la Facultad de Me-dicina de la que había sido alumna. Cuan-do le ofrecieron un cargo como jefa de trabajos prácticos creyó que era una opor-tunidad de formación y para adquirir expe-riencia en la enseñanza con mayor res-ponsabilidad. Les pidió a su jefa de resi-dentes y a su instructora autorización para salir un rato antes los martes y los jueves. Les ofreció devolver esas horas quedán-dose hasta más tarde los otros días. Se lo negaron. Entendió de inmediato que no había motivos razonables para impedirle lo que era a todas luces algo de interés, no sólo para ella, sino para enriquecer su trabajo y, por lo tanto, el de todos. La ne-gativa era una cuestión de poder, un ejer-cicio de autoridad minúscula y sin funda-mento. Peleó. Discutió durante varios días con la energía de quien sabe que tiene razón y que tiene derecho. Los residentes de primer año no discuten, obedecen. No tienen derechos sino obligaciones. La ac-titud enturbió el clima y la relación con sus superiores se puso áspera y distante. Re-clamar merecía un castigo, y se lo impu-sieron. La autorizaron a retirarse para ir a la facultad pero la condenaron a hacer guardia los domingos durante seis meses, sola, sin supervisores ni compañeros. Lo aceptó con la obstinada tozudez que la acompañaba desde el Jardín de Niños. El primer domingo le temblaron las piernas antes de entrar al hospital. La sala de Clínica Médica era un largo pasillo con habitaciones sobre la derecha y ventana-les sobre la izquierda. Las camas se agru-paban de a dos o de a cuatro en cuartos

austeros y helados. Se encontró a cargo de cuarenta enfermos con las patologías más diversas y sin nadie con quien con-sultar las decisiones que hubiese que to-mar. El jefe de la guardia la recibió con cordialidad, le dijo: - “No te preocupes, tu haz lo que haya que hacer y ante cual-quier dificultad no dudes en consultarme”. Eso la tranquilizó un poco, aunque no mu-cho. Durante el día el trabajo fue agota-dor. Pasaron seis ingresos, controles a pacientes a los que no conocía, análisis clínicos, idas y vueltas a la guardia gene-ral para evaluar urgencias, indicaciones médicas, informes a familiares. Varias ve-ces sintió la necesidad de consultar a al-guien acerca de algún caso. La soledad y el desamparo se le hicieron presentes. Había llevado un grueso tomo del Harri-son al que apeló cuando una dosis o un diagnóstico se le pusieron difíciles. El libro era un legajo de más de mil páginas, aja-do, subrayado y repleto de anotaciones. Sus padres se lo habían regalado com-prándolo en abonos cuando ingresó a la Unidad Hospitalaria. Se sentía más segu-ra sabiendo que en esas páginas se en-contraban la mayoría de las respuestas a sus preguntas.

Casi sin darse cuenta encontró la Continúa en la Pág. 21

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noche detrás de los ventanales. No había comido, no había descansado. Tenía los pies hinchados y la espalda dolorida. Fue a la habitación de médicos, se dio una ducha, buscó en la mochila un chocolate Milka que le había dejado su mamá, “por las dudas”, le había dicho en el umbral de la casa antes de salir hacia el hospital. Se recostó en la cama vestida y desenvolvió la tableta despacio. Empezó a sentir el sabor de las almendras antes de llevárse-la a la boca. Afuera el silbido del tren cor-taba el silencio de la noche. Por primera vez durante ese domingo tomó concien-cia de que había un mundo exterior. Gol-pearon la puerta. Entró la enfermera con una historia clínica en la mano. –“El chico de la cama 460 doctora, lo veo muy mal, creo que se está muriendo”, le dijo exten-diéndole una carpeta enorme repleta de estudios con la información del paciente. Florencia envolvió el chocolate con el papel metalizado y caminó detrás de la enfermera sin decir una palabra. Por el pasillo miró de reojo la primera pá-gina de la historia clínica. Reconoció pa-

labras sueltas en la penum-bra: semino-ma, metásta-sis, quimiotera-pia, terminal. Llegaron a la puerta de la habitación don-de estaban los padres del en-fermo y su her-mana. Las dos mujeres per-manecían ca-lladas, con los

ojos cerrados, tal vez rezaran. El padre tomó a Florencia del brazo: -¡Haga algo doctora, se puso muy mal, no puede res-pirar, se está muriendo…! El hombre era robusto, maduro, caminaba nervioso en círculos. Entró al cuarto con paso firme y el corazón saliéndole por la boca. Antes de ver al paciente escuchó su respiración forzada, un quejido prolongado y tenue pero desgarrador. Se detuvo al costado de la cama y encendió la luz. La cabeza del joven se perdía sobre una serie de almohadas superpuestas que lo mante-nían en posición semisentado. La boca se abría buscando el aire con desespera-ción. Estaba tan adelgazado que le costó reconocer un rostro sobre los huesos filo-sos y los ojos hundidos en las órbitas. Miró la ficha para averiguar su edad. Te-nía veinticinco años, igual que ella. Se llamaba Ariel. El chico la miraba con más temor que curiosidad. Florencia le acari-ció la cabeza, “tranquilo”, le dijo, “yo te voy a ayudar”. Lo examinó sosteniéndole la espalda. No debería pesar más de cua-renta kilos. La piel era transparente, las conjuntivas pálidas, el abdomen hinchado a tensión atravesado por venas azuladas en todas direcciones, el ombligo protruía hacia afuera como una faro sobre una isla desierta. Las piernas eran un par de huesos sin músculo, las rodillas resalta-ban como raíces de un árbol seco. Los tobillos estaban hinchados. Cada vez que tocaba alguna parte de su cuerpo la es-tremecía su frialdad. La enfermera la ayu-dó a colocarle una máscara de oxígeno. Revisó las indicaciones y los últimos es-tudios. Miró la radiografía del día anterior. Se sentó sobre la cama tomándole su mano helada…

(Continuará...)

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Un cuento compartidoUn cuento compartidoUn cuento compartido

Sucedió en un lugar fuera de este mun-do, donde existe la fantasía. La magia, y la imaginación están al alcance de todos, y a donde se conoce cuando se necesita amar

Le llaman el País del nunca jamás…

Era un día cualquiera, solo que brillaba el sol con más intensidad que cualquier otro día y el viento era su cómplice en su ale-gría porque hacia travesuras con cabe-llos y vestidos.

Solo eran dos, que viajaban al país de nunca jamás, el destino y la vida misma hizo que coincidieran en esa aventura sin saber que quedarían unidos tal vez para siempre.

Ella, con la ilusión de vivir, el con el deseo de olvidarse de la rutina diaria.

El camino se contagió de lo que se inicia-ba, sin que ninguno de los dos se diera cuenta.

Las canciones se hicieron cómplices y los ayudaban a envolverse y a enredarse co-mo la hiedra al árbol, el tiempo se detu-vo, el verde de las montañas se volvió intenso al paso del carruaje en el que se transportaban al lugar mágico.

Los pájaros cantaban, las águilas revolo-teaban alrededor haciendo valla al amor tan grande que se originaba y nacía en el trayecto. El sonido del rio se agudizaba y el color de sus aguas cambiaba de color conforme se acercaban al lugar, y se tor-naba el agua más clara y de color azul.

Solo estuvieron por unos segundos, pero hasta el color de las frutas se convertía en rojo, en honor al bello sentimiento que es el amor.

Al regresar, ya no eran los mismos, se

sentían identificados, pero aunque todo había sido maravilloso, tenían que regre-sar al lugar de origen de cada uno.

Ella una planta de rosas blancas, desti-nada alegrar los jardines de un parque ecológico, el un árbol de madera, desti-nado a enseñar los beneficios de su gé-nero.

Aun hasta el lugar, se alegró de contar con ellos, sin saberlo enseñarían a todos lo que significa el amor en su esplendor.

Cada quien en su espacio, y aun distan-tes, le envía besos en cada hoja que cae hasta donde los rosales en complicidad del viento…

Aún lejos, el amor que les regalo el país de nunca jamás, se quedó para siempre con ellos, aunque nunca estén juntos por lo diferentes que son…

Se mira de cierta forma extraña que solo en los rosales se encuentren más hojas del árbol de roble que en cualquier otro lugar.

Me encantaría conocer ese lugar y que-darme ahí, aunque sé que nunca pasa-ra…

Anónimo.

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Se une a la pena que embarga a la Familia González Reyes y Familia González Robles,

por el sensible fallecimiento del

Esposo de la Q.F.B. Florinda Robles del Ángel,

integrante de nuestra mesa directiva.

Fenecido el día 11 de mayo del 2013. D. E. P.

“Rogamos por su eterno descanso y consuelo a sus seres queridos”

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MÉDICOS EN LA HISTORIAMÉDICOS EN LA HISTORIAMÉDICOS EN LA HISTORIA

Abraham Vater (9 de diciembre de 1684, Wittenberg - 18 de noviembre de 1751, Wittenberg), fue un médico alemán espe-cialista en anatomía, describió la papila duodenal que lleva su nombre ("Ampolla de Vater") y facilitó la identificación de los corpúsculos táctiles denominados de "Vater-Pacini". Entró en la Universidad de Wittenberg en 1702, donde estudió primero Filosofía y luego Medicina. Obtuvo su doctorado en Filosofía en 1706, y cuatro años más tar-de, en 1710, defiende una tesis para el título de médico en la ciudad de Leipzig. En 1719, Vater fundó un "Museo de Ana-tomía" que contribuyó a agrandar aún más su fama. En 1737 lo asignaron a la posición de Patología, pero él mismo nun-

ca enseñó ésta disciplina, sino que siguió con-centrado en en-señar Anatomía. En 1746 fue de-signado como profesor de Te-rapia, posición que ocupó hasta su fallecimiento.

Elizabeth Blackwell (3 de febrero de 1821 - 31 de mayo de 1910) fue la prime-ra mujer que ejerció como médico en los Estados Unidos. Nació en Bristol (Inglaterra), siendo la tercera de los nueve hijos de Samuel Blackwell, un refinador de azúcar y de Hannah Lane. En 1831 emi-gró con su familia a Cincinnati, Estados Unidos, abriendo su padre una refinería en Nueva York.

Tras fallecer su padre, Blackwell, comen-zó a estudiar medicina, con el deseo de dedicarse a la práctica médica. Diez uni-versidades rechazaron su solicitud hasta que fue admitida en Ginera (Nueva York). El 11 de enero de 1849 se convertía en la primera mujer en recibir el título de docto-ra en Estados Unidos. Recibió el consejo de realizar cursos de homeopatía y dedicarse a la práctica de la medicina no oficial. Marchó a París donde ejerció en maternidad. En una de las cu-ras, una secreción purulenta le salpicó el ojo izquierdo dejándolo ciego. Aquello truncaría su carrera de cirujana. Poco después, marcha a Inglaterra donde cono-ce a Florence Nightingale y al regresar a Estados Unidos, funda junto a su hermana Emily, una Escuela de Enfermería para mujeres. El estallido de la Guerra de Se-cesión las dará a conocer a ellas y a sus primeras discípulas. Además escribe tra-tados para difundir entre la población fe-menina, consejos y recomendaciones pa-ra mejorar su higiene y salud.

Terminada la guerra, en 1868 funda una Universidad de Medicina para mujeres y al año siguiente marcha a Inglaterra donde ejerce la cátedra de ginecología hasta su jubilación en 1907.

"No es fácil ser una pio-nera, ¡pero es fascinan-te! No nego-ciaría un momento, incluso el peor mo-mento, por todas las riquezas en el mundo"

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Calle Rodulfo Figueroa Pte. No. 10 Huixtla, Chiapas

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P i o n e r a sP i o n e r a sP i o n e r a s. . . Augusta Ada Byron, (10 de diciembre de 1815, Londres,- 27 de noviembre de 1852, Londres), hija legítima del poeta inglés Lord Byron, es conocida por ser pionera en el campo de la programación y computación gracias a sus escritos sobre la manipula-ción de los símbolos, de acuerdo a las normas para una máquina de Charles Babbage (máquina que aún no había sido construida). Fue también la úni-ca capaz de prever que la capacidad de las computadoras podría ir más allá de los cálculos numéricos, mientras que otros muchos, incluido el propio Babbage, se centraron únicamente en esas capacida-des. Fue la primera persona en escribir un programa para un ordenador programable, escribió un "plan" donde describe los pa-sos que permitirían calcular los valores de los números de Bernoulli, su primer progra-ma, que utilizaba dos bucles, con esto de-mostró la capacidad de bifurcación de la máquina de Babbage. También describió cómo se podían calcular operaciones trigo-nométricas que contaban con variables

utilizando la máquina de Babba-ge.

Durante su vida sus aportes fue-ron poco apreciados, aunque se le dieron la importancia merecida años después de su muerte, pero no fue hasta el siguiente siglo donde se aprovecharon para los avances de la informática. Algu-nos de los reconocimientos post mortem que se le han dado son los siguientes: Muchas han sido

las mujeres que han realizado grandes aportes a la informática, aun así Ada Love-lace es la única mujer que cuenta con un lenguaje de programación que lleva su nombre: en 1979 el Departamento de De-fensa de los Estados Unidos creó un len-guaje de programación basado en Pascal en honor de Ada Byron llamado lenguaje de programación Ada. Su rostro también ha aparecido como marca de autenticidad en los certificados de licencia del sistema operativo Microsoft Windows.

Ada Lovelace falleció a los treinta y seis años, debido a un cáncer uterino. Fue en-terrada, a petición suya, al lado de su pa-dre, en la Iglesia de Santa María Magdale-na en Hucknall, Nottingham.

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Un caracol estaba cruzando la calle y justo lo atropella una tortu-ga, al despertar se da cuenta que estaba en la sala de terapia in-

tensiva, y el médico le pregunta: ¿Cómo ocurrió todo?

Y el caracol le responde: No sé, ¡Fue todo tan rápido!

En una sala de Hospital, un grupo de médicos discuten sobre el caso de un pa-

ciente. Se enfrascan en una charla muy intensa y hasta alzan la voz, así que el

enfermo que estaba echado en la camilla se preocupa y llama al médico más

joven:

-Disculpe, pero de qué discutían tanto?

-Nada, pues diferencia de opiniones respecto al diagnóstico de su enfermedad.

Pero no se preocupe…La autopsia nos sacará de dudas!

Había un tomate y un pera en la parada del autobús y el tomate le

pregunta a la pera -¿Hace mucho que espera?

- Desde que nací

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Estimado Médico (a):

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Ordinaria, que se llevara a cabo el día viernes 31 de mayo del 2013, a las

8 de la noche, en el Salón Diver Kids, ubicado en Calle Ferrocarril Oriente

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TEMA

“¿Qué son los cuidados paliativos?”

PONENTE

DR. FEDERICO JOSÉ ISLAS HERNÁNDEZ. Facultad de Medicina UNAM.

Especialidad en Anestesiología Hospital General de México.

Diplomado en Administración Hospitalaria

Universidad Latinoamericana de Aguascalientes.

Diplomado en Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos

Universidad Autónoma de Guadalajara.

Pedimos su puntual asistencia.

Con su presencia dará mayor realce a nuestra sesión.

Atte.

Sociedad Médica de Huixtla.

foro medico mayo 2013

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