entrevista

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Una cita con Dios en la cárcel, retrato de una vida transformada Entrevista con Manuel de Jesús Sánchez Sánchez, estudiante de Teología de la Universidad de Montemorelos (UM) L a UM es un lugar ideal, donde se pueden encontrar diversas historias de fe. Tal que como algunos personajes bíblicos, fueron encontrados por Dios en algún momento dentro de su peregrinar por la tierra. A estos se les extendió una invitación para hacer cosas extraordinarias y maravillosas en el nombre de Dios, estos han aceptado como Abraham el llamado para “dejar su tierra y su parentela” Gen 12:1. Cada uno entregando su vida al propósito divino, en diferentes lugares y circunstancias, para así, com- partir una firme esperanza a un planeta necesitado de ella. Nació en un hogar de tradición católico-romano, es hijo del Ing. Manuel Sánchez Zamudio, quién actual- mente se desempeña como docente del nivel medio superior, sirviendo también asesor en proyectos agrí- colas ganaderos en Canatlán, Durango. Su madre la Prof(a). Zonaida Sánchez Villase- ñor, maestra jubilada, cuyo cariño, amor y entrega se muestran arraigados en el tacto al relacionarse con las personas en su vida cotidiana. Ejemplo de vida “El caso de mi padre, claro, unido al apoyo incon- dicional de mi madre, me dejó una lección de tenaci- dad y perseverancia, ya que cuando pequeño lo vi cur- sar una licenciatura, terminar una maestría y agregarse una especialidad.” Desde pequeño Dios lo prepara La oratoria ha sido parte fundamental en su vida, y el Eterno dirigía desde pequeño las piezas de su vida, aplicándose el texto bíblico “Antes que te formara en el vientre te conocí... y de di por profeta a las nacio- nes” Jer 1:5 Su padre, a los 6 años de edad, le llevó a una fiesta de cumpleaños de la hija de uno de sus amigos y le dijo: “Le vas a regalar una flor y le recitaras una poesía de memoria…”, y así lo hizo. Además, a los 8 años recibió con un discurso en su municipio al candidato a gobernador de aquel entonces. La justicia falló en su contra Siendo estudiante de medicina en una de las uni- versidad de Durango, y con su padre ocupando un car- go público, fue acusado de un delito grave, el fin de este acto -era extorsionar a su familia, y no iba a darles dinero para que retirarán la acusación, mucho menos siendo inocente- expresó. El sistema de justicia falló en su contra y fue con- signado a permanecer en la Cárcel Distrital de Canat- lán (CDC), Durango. Esa es la historia del alumno de tercer año de la carrera de Teología, Manuel Sánchez Sanchez, Retrato para el anuario de la UM. Fotografía cortesía de pulso

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Una cita con Dios en la cárcel, retrato de una vida transformadaEntrevista con Manuel de Jesús Sánchez Sánchez, estudiante de Teología de la Universidad de Montemorelos (UM)

La UM es un lugar ideal, donde se pueden encontrar diversas historias de fe. Tal que como algunos personajes bíblicos, fueron

encontrados por Dios en algún momento dentro de su peregrinar por la tierra.

A estos se les extendió una invitación para hacer cosas extraordinarias y maravillosas en el nombre de Dios, estos han aceptado como Abraham el llamado para “dejar su tierra y su parentela” Gen 12:1.

Cada uno entregando su vida al propósito divino, en diferentes lugares y circunstancias, para así, com-partir una firme esperanza a un planeta necesitado de ella.

Nació en un hogar de tradición católico-romano, es hijo del Ing. Manuel Sánchez Zamudio, quién actual-mente se desempeña como docente del nivel medio superior, sirviendo también asesor en proyectos agrí-colas ganaderos en Canatlán, Durango.

Su madre la Prof(a). Zonaida Sánchez Villase-ñor, maestra jubilada, cuyo cariño, amor y entrega se muestran arraigados en el tacto al relacionarse con las personas en su vida cotidiana.

Ejemplo de vida

“El caso de mi padre, claro, unido al apoyo incon-dicional de mi madre, me dejó una lección de tenaci-dad y perseverancia, ya que cuando pequeño lo vi cur-sar una licenciatura, terminar una maestría y agregarse una especialidad.”

Desde pequeño Dios lo prepara

La oratoria ha sido parte fundamental en su vida, y el Eterno dirigía desde pequeño las piezas de su vida,

aplicándose el texto bíblico “Antes que te formara en el vientre te conocí... y de di por profeta a las nacio-nes” Jer 1:5

Su padre, a los 6 años de edad, le llevó a una fiesta de cumpleaños de la hija de uno de sus amigos y le dijo: “Le vas a regalar una flor y le recitaras una poesía de memoria…”, y así lo hizo. Además, a los 8 años recibió con un discurso en su municipio al candidato a gobernador de aquel entonces.

La justicia falló en su contra

Siendo estudiante de medicina en una de las uni-versidad de Durango, y con su padre ocupando un car-go público, fue acusado de un delito grave, el fin de este acto -era extorsionar a su familia, y no iba a darles dinero para que retirarán la acusación, mucho menos siendo inocente- expresó.

El sistema de justicia falló en su contra y fue con-signado a permanecer en la Cárcel Distrital de Canat-lán (CDC), Durango.

Esa es la historia del alumno de tercer año de la carrera de Teología, Manuel Sánchez Sanchez,

Retrato para el anuario de la UM. Fotografía cortesía de pulso

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Lleno de odio, amargura y sed de venganza hacia sus acusadores, maquinaba en su mente una y otra vez la injusticia que se había cometido.

Al darse cuenta que su familia estaba preocupado por él, decidió ofrecer una apariencia de fortaleza, se propuso no dar cabida a la desesperación producida por el aislamiento.

Guiado en medio de la oscuridad

Tuvo privilegios durante los 2 años y meses en la CDC, ya que su padre tenía ciertas amistades que hi-cieron que su estadía fuera lo más cómoda posible.

En esas circunstancias, que comenzaron a ser mu-cho más llevaderas, fue donde un grupo de cristianos adventistas del séptimo día le ofrecieron estudios bí-blicos.

No concebía un Dios de amor y justo, así que con el afán de “encontrar algún error”, y debido al celo católico acepto estudiar las Sagradas Escrituras.

Lo que no esperaba, era que en lugar de encontrar

argumentos para no creer en Jesucristo, descubrió mo-

tivos para amarlo a pesar de sus circunstancias, halló

un salvador, un Dios que reveló en el libro de Daniel,

el hilo conductor de la historia de la humanidad.

Un nuevo comienzo

Aunque le era difícil estar sin la familia, comenzó a disfrutar de las cosas pequeñas, ahora sinceramente.

Su familia comenzó a notar la diferencia, de hom-bre encerrado que ahora interiormente estaba libre.

Tomo la decisión de bautizarse, y así lo hizo el 29 de mayo del 2004, junto a otras dos personas más, atípicamente en un alberca diseñada para niños, es-tratégicamente vigilado por una multitud de policías. Comenzó la historia

Fue trasladado al Centro de Readaptación Social (CERESO) de Durango, fue su compañero de celda un importante traficante de cocaína.

Al intentar acercarse a saludar a este “traficante” dos personas se pararon frente a él, impidiéndole el acceso, le delimitaron un lugar para estar y le prohi-bieron cruzarlo so pena de enfrentar las “consecuen-cias”.

Su vida devocional y confianza en Dios, ayudaron a cambiar dos cosas: la primera el corazón de fami-lia ya que aceptaron a Dios; además de la opinión del “traficante” quién ahora le permitía acercarse a él y le compartía privilegios que tenía.

Tiempo después el traficante cumplió su condena y salió libre, dejándolo en la celda que compartían por “un precio de amigos”. Manuel se ganó la amistad de uno de los guaruras del recién liberado, quien prometió cuidarlo, al permitirle este compartir la celda.

¿Por qué no estudia teología?

Al ver la pasión con que le hablaba a sus compa-ñeros reclusos, le hacían daban recomendación “sus hermanos en la fe” que visitaban el CERESO, espe-cialmente la “hna.” Carmen Ponce.

Después de ver lo que Dios había hecho por él y al ver a su familia entregarle el corazón a Dios. Decidió estudiar teología.

“Tenía muchas dificultades, pero la principal era

“¡Dios! me ama, vaya patraña, pensaba, debido a la rabia que sentía por la injusticia que enfrentaba.”

No concebía un Dios de amor y justo, así que con el afán de “encon-trar algún error”

La lucha interior entre la injusticia y la venganza. lustración alojada en la web

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que estaba encerrado”, y le faltaban muchos años para salir libre. -En el penal de Durango te permiten estu-diar por correo- escuchó. Se informó si la UM tenía esa modalidad y le dijeron que si, sin explicarle que era a través de la internet, y los reclusos no tenían ac-ceso a está herramienta.

Otro de los problemas que enfrento, es que la UM al saber su condición judicial, le manifestó que no po-drían aceptarlo como alumno de teología.

Se abren puertas

Bien se dice que -Dios al que llama, capacita-. En una campaña de evangelismo realizada en el CERE-SO, el Ptr. Espinoza, catedrático de la UM, conoció la historia, la personalidad y sus sueños.

El pastor abogó y lo recomendó en la universidad, de tal manera que aceptaron al primer estudiante de teología tomando clases desde un penal de máxima seguridad.

Pero aún le quedaba un gigante ha vencer, que da-ría la impresión de volverse imposible de superar, la modalidad para estudiar era por internet y él no tenía acceso a ella.

Se armó de valor, pidiendo una audiencia con Oli-verio Rosa Cuella, Director General del CERESO de Durango en ese tiempo. Este le escuchó atentamente, y con ironía le comentó que lo que pedía era imposi-ble.

Oliverio Rosa le comentó de una propuesta de un “Centro de Internet” que se estaba gestando para años posteriores, que si tenía paciencia y era aprobado dis-frutaría de los beneficios.

Manuel llevó una vez más su caso a Dios y el res-pondió de una manera increíble.

¿Con quién hablaste?

Está fue la pregunta con que recibió el Sr. Oliverio Rosa al “prisionero del propósito divino”.

Convirtiéndose el CERESO de Durango en el pri-mero en contar con un Centro con Internet con fines educativos, “del cual fui nombrado responsable” dijo

Manuel.

Los milagros continúan

Un 16 de mayo del 2007, obtiene la libertad, debido a una reforma aplicada en los procedimientos penales del estado de Durango, lo cuál le permitió seguir con las pruebas que mostraban su inocencia, desde fuera del penal.

Una condición para estar en libertad, era que cada semana tenía que firmar un documento, comprobando así que no se había ido fuera del país y estaba esperan-do los resultados del proceso.

El sentía el vivo deseo de incorporarse a la vida edu-

cativa en la UM, así que el Sr. Oliverio Rosa, que ahora se encontraba en un cargo público mucho mayor, re-comendó que se le diera más tiempo para firmar esos documentos.

Actualmente es Asistente del Preceptor en el Dormi-torio de Varones Universitarios, está a un año de gra-duarse, escribe reflexiones que comparte en la revista adventista “Expresión Joven” y en su pagina personal de Facebook , además de seguir compartiendo a Dios a través de la predicación y aun disfruta de la oratoria. Por Rabí Eduardo Hernández

“Dios ha dirigido mis pasos y no me arrepiento” dice Manuel

Fotografía tomada al grupo de monitores del dormitorio de varones universitarios. Cortesía de Manuel Sánchez