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oocooc oc o(•)c oro o(o *x,o OCi (C OC OCOO CAPITULO SEXTO. LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS DE LA SOCIEDAD COLONIAL 1. Ideas jacobinas sobre la justicia del pueblo.—II. —La horda del MadhI del Sudan y la del cura Hidalgo.—III. Por qué se formó la horda.—IV. —El pillaje y ci exterminio de los blancos, ideal sagrado popular. V. El contingente de las clases respetables.—Vi. El contingente de Pa clase media.—VII. EJ contingente de Ia sub- clase media.—VII1. El contingertte de las plebes. —IX. El elemento español.—X. El levanta- miento de las pasiones.—XI. Lo que producen las revoluciones.X11. Aplicación a la mdc- pendencia.—X Ill. Apreciaciôn jacobina de los ti ranos. XIV. Los caiculadores de revolucio- ne. I 'F(I)s los revolucionarios cinc adrniten ii ]as clasis populares corno fuerzas espontaneas do rev()1ll(1()n. son dirigdos por ci pensamiento Jaeol)ino ; u rnejor dicho. el JaeOl)iniSrno es la, causa grave do error al tratarse de revolucio- ns 1)opulares. Toda revoIución popular tiene er t'ntra un tirano real o imaginarin i11 oprime al pueblo. El opresor oeupa ci lugar del verdugo. ci oprimidc) ci iugar de vietima.

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oocooc oc o(•)c oro o(o *x,o OCi (C OC OCOO

CAPITULO SEXTO.LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

DE LA SOCIEDAD COLONIAL

1. Ideas jacobinas sobre la justicia del pueblo.—II.—La horda del MadhI del Sudan y la del curaHidalgo.—III. Por qué se formó la horda.—IV.—El pillaje y ci exterminio de los blancos,ideal sagrado popular.—V. El contingente delas clases respetables.—Vi. El contingente dePa clase media.—VII. EJ contingente de Ia sub-clase media.—VII1. El contingertte de las plebes.—IX. El elemento español.—X. El levanta-miento de las pasiones.—XI. Lo que producenlas revoluciones.X11. Aplicación a la mdc-pendencia.—X Ill. Apreciaciôn jacobina de losti ranos.—XIV. Los caiculadores de revolucio-ne.

I

'F(I)s los revolucionarios cinc adrniten ii ]asclasis populares corno fuerzas espontaneas dorev()1ll(1()n. son dirigdos por ci pensamientoJaeol)ino ; u rnejor dicho. el JaeOl)iniSrno es la,causa grave do error al tratarse de revolucio-ns 1)opulares. Toda revoIución popular tiene

er t'ntra un tirano real o imaginarin i11oprime al pueblo. El opresor oeupa ci lugardel verdugo. ci oprimidc) ci iugar de vietima.

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-MR

LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

Ilas4a aquI vI razoriarnienth es cientIfico. Proal tiran() se le atribuye siempre la rnaidad infinita y entonces es ohligatorio reconocer enlà vIctima la virtucl infinita. Nac1a de másnatural (1UC confiar al que tienc todas lasvirtudes ci terrible ticrecho de ser juez yparte en causa propia; derecho que a nm-gñn tril)unai en ci rniindo. iii aun al ciue hayadado pruei)as de ser just icierO hasta la admi-raeión. Iv (onceden 'OS hoinhres mls indiferen-tes por ci ainor a la •justieia.

No es cierto clue siempre la victirna valganioraliiiente inás que su tirano ci caie rO ciuc harobado ua millón de pesos a un banco, puedescr víctinia de un ratero clue Ic saqu dcl bol-Suit) ci paflflci() ; Un impulsivo atolondrado pUede lavr victinia do un punetazo en la cara aun hoiuhre que por maidad haya asesinado a11Icdit docena (le flubS sin quo lo sepa ci queda ci pwietazo ; un jefe politico pitede hacervIctinia de itna multa injusta de tres pesos aliii uiireiiduiri° quo antes del nacimiento de di-cho jcfc politico haya reducido a cenizas unagran (iucIad con todo y habitantes un gel ' -darine tirãnico puede hac .er vIctirna de unagolpiza a un extranjcrO que en su pals vendiósit patria a un conquistador ó secretos de Es-tado a un gobierno enernigo. En ningmo de'SOS casus. y cfl 0t1()S iiiuchos. puede decirseque la vletima vale inoraFrnente iuIs que sutirano.

Trattndose de pueblos oprimidos. hay algunos que inerecen ci despotismo. otros para quiein's la tiranla ('5 saiudable y les quehranta ci

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salvajisnio. ineuleándoles la disciplina socialindispensable para la vida colectiva. Para otros-pucblos, la tiranIa existe en la imaginaCión delque los coinpadce, pero no en los individuos

•iuienes Sc atribuye que sufren. El elericalisurn es una forma de tiranIa, pero para los car-listas de España no es tiranIa, sino el mãs se1eto (Ic los bienes sociales y gubernamentales.-LI revolucionaro jacobino parte siempre de laciiiocioii tierna y altruista de ciue lo que parael vs tiranIa 10 es forzosamente para los deinás.

En hi uranIa no puede haber tiranIa absolu-ta. Hay grados de tiranIa y si ésta existe en clgobierno, no es igual para todas las clases soiaIcs y 1 justu dc1iIa ser clue los oprirnidos

califleasen la condueta del opresor en relaeióneon ci grado de tirarila. lITn maestro de escuelapuede ser tirano eon sus alum-nos porque no lesconceda las horas de reereo mareadas por hi-giciui:u iintodo pedagógico; pero tal conductaI iraui'a (tel m&-:stro. no acredita que sus diseiJ)lllos se subleven. lo degilellen, acribillen as-u esposa a puflaladas y machaquen con pie-dras ]as cabezas de sus hijos. El dereeho delpritnido es eastjgar it su opresor en relaeión

eoii la inteiisidad de la, (}presion y no en relat • iuii (()fl his feroces pasiones que el oprirnidopuoda. teiier.

La civilizaeión sirve para que los pueblosejerzan ci derecho de castigar a sus mandata-rios imponiéndoles la penalidad indic.aria porIa ustieia. pero ese papel del pueblo sobre to-do (91 his elases pupulares. de ser juez y parteen eausa propia, nunea ha sido desempefiado.

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LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

ni Se podrá desenipeflar (lurante muehos siglost0fl arreglo a in j list ieia j)trt) no tO(h)S los pue-hi opriinidos se exeetlen en la eanti(iad deeruldad al hacerse justieia pr si flhi5flhoS. HitO(h'S aprecian igualmen-te vI peso erimiuosodel agravio. Si se subl&van pr igual tiranla(le Sn gobierno. los inghses. los norteaxneri-eanos. los t-spanoles, los rtisos. li (11i nos. losn.gros 1e1 ( ongo. los patagonvs producen(listifltfls niianifstaeioiu's (lo• venganzas rnuymal ilainadas justieias.

}s elaro (iln al SèV liii pl1tl)1() u1>iiniido •juezV parte en causa propia por medi le In relic-1 H)IL P1 (XCPSO de venganza clue toirie sohre suraz(n de Justiela. estari iii razon i nversa(le 511 civil izaeion..

En otra j)a1'tt lit llP(11() iiutar (I ViPi() Phitil e I n(lrren los erít i es (le mnitl( anti-no.eiiando par calificar la (iViliZaPifl de ua SO-ie(lad civilizada le snpoiien eon(1 ieiones (le

'ril)u salvaje. ccmo es in de adrnitir clue tst.forrnada por individuos idtntieos en lo moral,P11 1() inteleetual. cii lo (POfl fh11i(O. V ann Cfl lofIsico; euan:do está formada por elases sociales. de diferente civi1iza('in. Si en una soeie-da1 hay elase eon.qwstadora y otra (( 1)c(llista(la V sien(l() In p iii iZieiOii de hi elaSe ('OflijuiS-tada el h1iP(li() inLas poderoso para I I)h1i'SP (leIa dominación dc la conquistaclora. resuIta quees inte.rés slipreiTlo de êsta impedir 11 todo tran-ce In eivilizaea)n tIP in clase conquistada Por(0hiSig1ljPflfp Verifieafl(Io)S(- las conquistas Sfll)1enaciones bárbaras. Ia elase conquistadora tie-11(- iaiit iza(ios SUS privilegios i-il ientras (lura.

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la Larharie de là eonquistada. Era ci fenórnenociu(- apareela (laramcnte en Nueva Espafla en1810: là l)arbarie indiseutihie do I-i raza 1fltiigena quo fornilja la rnayorIa de la pahlaej(.'i.In levantaiinento popular debla austarse i. lasreglas do là su1)14-vae16n de la barbaric, no SO-Ia monte toirtra Iu ahusos y tiranias de losopresores. sino tainbin contra todo lu tut , 1uvieran de civilizados.

Siendo Nueva Espaiia en 1810 una 5oci''1alque reposaba econ&micamente sobre el régi-men agrIcola. la rnayorIa del pueblo representa ha uii (()flj unto do niasas rurales ; en COflSe-(H(fl(1fl su rehelión (iebia toniar ci earáeter doUll lfV n t a flU efltO (10 oil flipoSilloS l)arharoS. .fllaSno podia aceptarse como indicaciones do pre(1 fl'(1t)11. las suhleva Oi()fleS tie los eampesinos. enInglaterra. Alcrnwnia y las de Francia ilamadasjacqueries. IIahIt tin eleniento terrible ((lie do-va'l)a h lo rns siniestro, la anienaza del aiza-miento do nuestra elase indigena; la diferencia do raza entre ella v la de la olase conquis-tadrra ((110 en uii tIicque tenla cjue produciriieoesariarnente la gerra de castas. La previSiofl revolueionaria debió lievar en cuenta laforma d his suhlevaeiones indigenas en Asia.A1ria. Am(ria Latina y sobre todo la nota-lihiiunte fragiea do Santo T)OflIiligO, e.ieoutacIaporla rza riegra.

Si a tdà esàs ()n(T1eInes do la revolueun.se agregal)a Ia exasperacion religiosa provoeada por là ira y el tenir tie quo lo.,; espanolesdo Niieva Espafla. entregasen a Napoleon I lacolonia. pres(nta(io al pueblo conto el mayor

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172 LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

enemigo de Dios y el instrumento favorito deSatanàs para destriiir la religion; se debIaesperar (lue el gri-to de iiidependeneia harIa es-tallar en un solo episodio de devastaeión ymilerte; la guerra de eastas, la guerra agraria,la guerra poiltica y subre todo la guerra san-ta. Este tipo de levantamiento nutriclo por tanespantosa5 eOleras é impulsado por tan cauda-losas exaltaeiones. solo lo podia l)r4'sentar Afri-ea. p.ero no al eura Hidalgo ni a los deiuás can-(lillOs de 1810. porcIne el gran inodelo aparecióhasta 1883 con la revolución del Mandi paraarrall('ar a! Sudan de la doniinaciOn ángloe g i p e i a.

La forma externa de la horda de insurgen-tes que levantO el cura Hidalgo Se puede eonsiderar igual a la horda del Madhi del Sudan..

ii:

Ferrel() (LSeriI)(' la horda del 'Mad.hi : ' ' Ena(JUel estado de descontento general, en me-(ho del desaljentn universal, producido poruna adnunistraciOn extranjera tan irieohereii-t('. muehas trihus aferraron ávidanaen-te laOa5R6n de lanzarse a ()JOs cerraclos sobre lafrigil garaiitIa de una. oonfusa revelaeiOn divina, ('n la aventura de una existencia libre deto(1() atorm(nta(Ior pensarniento de porvenir.El niundo y la vicla se renovahan en forma tal,que clebían seducir I aquellos espIritus senci-lilsimos ; el lal)ra(lor no tendrIa ya que trabajar en sus tierras; el pastor no volverIa aguardar su rel)ano; nadie pagarla tributos al

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DE LA SOGIEDAD COLONIAL

gob ierno; nadie sufrirIa las opresiones de fun-cionarios omnipotentes é irresponsables; todosvivirIan formando una gran horda erraut porel Sudan. eantando, tocando i nstru.mentos,exaltándwe a Sn capricho, guerrean(4 y piilando. , Pillando? , Pues no era esta una flceion que la moral de aquellas tribus, por ru.i'tsque ann fueran, consideraba como un delit'?Si. cierto. Porcine algunos principios moralesfun 11 a men tales son tan elementales, que puedenconsiderarse como innatos en el esplritu hu.mano. El hombre ha comprendido bien prontoque vivir sin arrancar de la tierra el alimento,no ora 11ito pero sin enihargo, una de sus pa-siones más fuertes ha sido sieinpre el gozar sintrabajar. Ha intentado é intenta dominar estapasión, pero siempre, de tiempo en tiempo, ella-Se ha mostrado más fuerte que su sentido mo-ral y le ha extraviado en las cruentas rapiñasde la guerra.''

'Rápidamente el contagio de esta ilusión y(le (sta l)aSiOlI, hizo estragos entre aquellasalnias seniillas. Ninguno se preguntó euáutopodria durar sernejante existencia, y la hordase formó rápidamente con contingentes llegados (le todas partes, individuos, familias y tribus. Los priineros en acudir a es-ta como a todas las revohiciones, fueron los vagabundosy deses.perados; despué familias que agotahansi-i vida sohre algñn exhausto eampo. atormen-tados por los usureros, quemaron Sn cabanay se unieron al profeta; después se vio a poblaeiones do 1)nebOs cnt.eros, abandonar susasientos por segitir al profeta, y p-or fin, cuan

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174 LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

do yn asi nadie tuvo iuerza para resistir a lasugestión de un ejemplo casi universal, llegaron tribus enteras con sus rebaflos, los ajuaresV I (tàs SUS ritjuezas. in> (01fl0 sol&Iaelos quea ha n Ion a han in n e1rtánearnente sus casas para combatir en una guerra de corta (luración,i no 1110 tiI1igrau t es clue viajan hacia el pals

fahuloso de ima vida completarnente nueva.A los pocos meses una inmensa liorda f:orrnadapor los elementos imás inquietos de In publación suclanesa vagaha por el Sudan cii buscade guerra y de 1)0tH], rnientras las tribus mástranquilas, aquellas clue hahIan resistido a la,locura universal cont inuaban labrando paIen-teinen-te sus tierras, cofl el vago presenti.rnientode una gran temp.estad que desde el horizontese iI>i Ic'UItli)(I() sobre sus eahezas. " (1)

TodavIa en 11910 nuestras diversas razas III-I ,() sient cii estar fiindjdas en sólida naionalida(l y un siglo antes conservaban esa

organ izaeión de tribus pacIfieas aisladas unasde las otras cii pueblos dirigidos por el euray un gobernador indio, estricto cacique. El levantamiento de esa población indlgena tenla(1 w ' ser vcr(ladero levantaniiento de trilr)us'orno lo dcl lMandj. Nuestro Diecionario TJniversa] de Historia. y G'eografIa describe Ia horda del •cura Hidalgo en términos impresionan-tes Eiitrc elms venIan a pie o a caballo losR..egimientos, que hablan tornado par-te en larevolución, rotos y sucios los uniformes, sin

(1) Guillermo Ferrero, "El Militarismo,"págs. 80 y 81.

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DE LA SOCIEDAD COLONIAL

.fiia1es. en espantosa indiseiplina, habiendo-VcIllIi(l() nuichos soldados SUS fUsiles. las l)aVOnetas V los eartuehos, trayéndoies ci desordenA sinejante ruina El resto era una chusnia(le 111(11()s y de gente dcl eampo, eon piedras,4011 palos. (-()I t malas 1anzas sin organizaeionde ninguna ciase, presentando un espeeteulohorroroso y repugnante. Las horcias desnudasV ha iiihrj en tas veti ía n rnezela(las corn un sinnü-ilicr() de iiiuj eres cul)iertas tie ha rapos Y conmuchac•hos: eraii farnilias ent eras. que se (lirigIani en busca tie alga. tie que aproveeharse,(OTflo) Si Sc tratara (ic las atitiguas emigracionesaztecas : era una irrflp( . ión de salvajes dispiiesta pa ra ci pi I laj ' : c uatro piezas, dos de ellasde madera, era su artillerIa."

El coronel D. Diego Garcia Con(k. nonihrado t , n i-1() tiilcncicnite (l( Ia provinicia de \Ii

11 iavo 1)riSJOIier() (i A (arn1)aro 37 aeOfllpafa i la harda dcl eura Hidalgo desde ci 17de ()ctuhre hasta ci 7 de Novienibre en qile que-do I ihre ( , oil del desast re tie Aeuleo.

(-oil horda desde Aearn'haro hasta\culcn y d ie(- d• ella en SU relaeión al VirrevSegcin ci desorden en que marehaba siempre

yla gran cola que haeIa, esta operaeión era tieflhll(has horas. RUes los indios iban cargande aSits Iii ,., Cameras y cuartos de res. y es (le ad-verti r ( Inc tie los saqucos que hacIan, se lievaiati ]as puertas. mesas, sillas y hasta l: vigassobre sus homtbros." (F)

En cilanto al fOIl(lo )SiCOiógieo (10' lii harda_

(1) Alain[in, Tonio la., pig. 464.

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LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

deterniinante de su conducta hay diferenciasapreciables entre la del Mandi y la del. cura Hidalgo. La horda del. Mandi obraba por cuatroexaltaciones: la exaltación del nümero, la exal-tación del pillaje, la exaltación patriótica y laexaltaeióii religiosa. Las cuatro exaltacionesexistIan en la horda del ura Hidalgo y la diferencia era de intensidad en cuanto a exalta-eión religiosa.

La exaltaión del nürnero consiste en ci extraordinario valor y audacia cjue infunde a lasmasas amotinaclas ci gran nürnero de indivi-duos. Creen que eon una ola de came humanapucicn impun einente arrasar pequeñas masasde hombres armaclos y educados para ci cernba-te. Los hárbaros mientras no adquieren cx-periencia en cabeza propia no coniprenden lacantidad. de fuerza destructora y de resistencia que puede presentar un batallOu apoydopor ci fuego de certera artillerla. Mi'entras lasmasas no adctuieren esa experiencia ni tienenconoeimieflt() (le ella por su ed.ucaeión, poseen

-nfl arrojo que el vulgo confunde con ci valorcuaiiclo no (5 inás que la ignorancia de la co-l)ar&lia propia de to•da.s las chusmas, tan-to rnásgraude (llant() niás importante es su rnasa. Laexaltacion eac tan pronto como esas masas reehcii imo O dos baños dc balas serena y cer.teramente disparadas por buenos soldad-os.

La exaltaeiOn por ci pillaje tiene rnás energIn que la del nñmero. pero desaparece con elernpleo del -terror empleado oportunaniente yen proporeion de Ia importancia de las masas.

La exaltacion patriótiea del indio desde el

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turmuito acaecicio en Nejapa Ixtepeji y VillaAlta, el año de 1660 y descrito .por Juan de To-rres Castillo hasta la batalla de la Mojoneraganada por el general D Ramón Corona aliudio cacique de la Sierra de Alica, ManuelLozada, en Enero de 1873, siempre ha tenidopot- ideal la guerra de castas. Ni Allende, quefué ci que inició la ejecución de la guerra deindependencia, ni el cura Hidalgo proyectaronla guerra de castas, pero ésta era inevitablemientras se contara con el patriotismo de losindios, conio lo fué en Santo Domingo y comoserá en la Isla de Cuba.

Là exaltaciôn religiosa tiene dos elenientos:odio ilimitado y espIritu ilimitado de sacrificio.El primero forma a la fiera, el segundo presen-ta al mártir. Cuando los hombres aman ci mar-tirio son inven.cibles aun cuando estén desarmados. En la horda del Mandi del Sudan noliabia ci ideal del martirio por falta de oca-sión, pero sI habIa el de la simple niuerte porgozar de las delicias de los paraIsos musulmanes. No es absurdo pelear con hordas indisci-plinadas y nial armadas contra ejércitos disciplinados, bien mandados y provistos de mag-iiIfico armainento. El m.edio para obtener lavictoria es muy seneillo; consiste en que la horda tenga suficiente nümero de hombres que sa-crificar al fuego del enemigo y a su arma blan-Ca. para que cuando un fanático tiene la bayo-neta dentro del cuerpo, otro fanátieo con unalanza 6 un cuchillo mata al soldado veteranodueño de la bayoneta

'En esto consistIa la tác

tica del Mand.i para ganar las batallas.Indepen dencia.-12

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17s LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

No hubiera sido posibie al Mandi obtenerbellas victorias sobre los ejércitos anglo-egipcios a fuerza de derroehar vidas hasta ahogaren sangre at sus propioS sñbditos, pero si elMandj lIeó a consumar la independencia deliidan eon la toma de Kaithiini. (1tf&n(1ida po

el heroico geiierai Gordon qu pereció en lacontienda; fué porque era Profeta, guerrero ygoI)ernante. Tenla el genlo mistico, ci genioinilitar y ci geflio adnunistrativo. No se confornió con sacrificar hombres, los fué diseipli-nando, los forrnó soldados, log arimó con las arinas que ( 1 uito al enemigo y las que podia ob-i eiur burlando la vigilancia dc los ingleses.Ure4 una administración inilitar y otra civilv ci Mandi se llegó a ver tan coloso con su irresistihie .jereito, quc despues de arreglar unvasto ilIli)eIi() para el uso de su despotismo,lIcg() A sonar con la conquista del Egipto, deIa -iria y aun de Constantinopla.

En Ia exaltación religiosa de là horda del cu-ra Ilidalgo simholizada en la bandera con lavirgen de Guadalupe, nada seri ' ) podia existir.El eleniento rails fuerte y ci decisivo; el amoral rnartirio 'V el desco de la rnuerte en con'di'•ions (10 obtener por recompensa piaceres ma-teriales, bien entendidos y bien saboreados porlos groscros apetitos de los creyentes, nO po-dia t'xistir en una clase popular impregnadade catolicismo idolatrizado. en clue las deliciasdel paraiso son de una eategorIa tan espiritualiue no atraen a las almas toseas que necesitan

de manjares propios para su paladar. En cuan-to al elemento o&lio contra el hereje tenIa que

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DE LA SOCIEDAD COLONIAL

ser niuy débil ó nulo porque las elases popuhires de Nueva Espaiia en 1810 tiependIan eneuanto a fanatismo del clero, y mientras lagran mayorIa de éste condenase la insurrec-ciun y la deelarara herejIa, no era posible queci hereje tuviera prestigio para declarar Antecristo al elero. Si los insurgentes hubieran(lispuesto del apoyo de la gran mayorIa delelero inferior, la tentativa de favorecer la in-lependencia bajo ci palio de la guerra santa,

habrIa dado grandes resultados. El Sr. Lie. D.Genaro Garcia ha prestado un gran servicioa la Ilistoria Patria y a la Universal, demostranclo clue no hubo tab decision y ahnegacionpor la independencia de parte del elero bajo:'Los (locumentos que ahora publicamos, vienenA demostrar por lo eontrario Primero, que eseclero bao, salvo raras excepcioneS, fué incon-dicionalmente adicto a la monarquia española."los exaltados de la horda del Mandi, y qu q enla batalla de las (11ruees se urrojaban sobrelos caflones y pretendlan impedir la salida delos proyeetiles poniendo los sombreros en lasbocas de los eaflories. prohaban que los indiosno tenIan amor inusulmán a la muertv, sin0 quelo haclan por ignorancia de las propiedadesrnortíferas de las. armas de fuego, mostrandouna iiitrepidez ciue no quisieron lucir ya en làl)atalla de Aeulco ni en la del Puente de Calde-rOn. Dc manera que la, chusma de indios y ple-be dc 1810 no fiié exccpeional 81110 cobariecomo todas las chus.mas del mundo en todas ]asépoeas. Solo los soldados. mientra 8 no pierdenIa moral y ha habido en los ejércitos batallo-

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iSO LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

nes que jamà la han perdido, saben ser siempre valiente é inspirar con sit arrojo perenneconfianza.

III

Cuando el cura Hidalg& llegó a San Miguelel Grande el 17 de Septienibre de 1810 las tro-pas que habIa en Celaya Se replegaroi1 i Que-rétaro lo que no debier&n hacer sino replegarsea un punto fuera del alcance de la horda lornás cerca posible de ésta y avisar a Guanajua-to, Querétaro y San Luis. Si la horda se ponIaen mareha el jefe de las fuerzas de Celaya debió de seguir observándola y dando avisos desu marcha a las plazas mencionadas. Callejaque recibió el aviso de la insurrección el 19 deSeptiembre en la mañana tuvo tienipo de lie-gar a Guanajuato antes de que se presentaseci cura Hidalgo. Garcia Rebollo, ci jefe deQ nerétaro, pudo asistir oportunamente laconcentración de tropas fuera de Guanajuatoen un punto en que se pudiese cubrir a estaplaza y a Querétaro. Las fuerzas realistas deCalleja, Garcia Reb-ollo R.iaño y ci jefe de laguarnición de Ceiaya ascendlan de dos muhombres, con lo cual sobraba para deshacer latromba humana de una manera completa y definitiva, porque las hordas no se reorganizancomo los ejércitos y guerrillas. Una vez queuna horda ha sufrido la mortandad que pue-den prodigar las fuerzas militares no vuelve aaparecer constituida por ci mismo personal.

La inaeeión de las autoridaes spaflolas

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tan enérgicas, tan activas, tan recelosas, tanimpulsivas, tan implacables, tan diestras en elinanejo del terror, frente a una insurrecciónque marchaba corno fuego en una montana dealgodón previamente empapada por una tromba de petróleo, tiene muy satisfactoria expli-cación; desde el tumulto de Nejapa oeurricloen 1660, desde los de Tehuantepec y Guadalcázar acaecidos en el niisnio aiño, desde la sublevación de 1692 en la ciudad de México en queverdaderamente el Virrey fué derrocado porun levantamiento religioso; desde la insurrección de 'los indios de Tepic en 1801; los españoles est.aban convencidos de ciue los nativosles profesaban un Gdio inalterable, implacabley constantemente creciente. Desde 1808 toda Iapoblación nativa mjanifestó dentro de los lImites de su estrecha libertad de ideas y sentimientos, sus ardientes deseos (Ic independeneia • En ci interior de esa veneraeión exajerada por Fernando VII, existIa en la conviceiónde los futuros mexicanos (que asI los seguir&ilamando) de que no rendo ya posible que Fer-nando VII volviese ser rey de España, levantar un trono a ese principe en la colonia eraalcanzar la independencia y el rango de na-ción soberana. En 1809. gritar: Viva FernandoVII, era idéntico a gritar iviva la independencia! y corno los espalioles no podIan degollarA los que gritasen iViva Fernando VII!, guar-daron una compostura polItiea 1)astant( descompuesta como lo pro'hó el atentado contra ciVirrey Iturrigaray.

1IJna (olonia de e]n(() 6 seis millones de ha-

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182 LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

bitantes y seseata iiiil españolcs eiUplctaiiieiite odiad4.)s, 1iIa I st'iit 1111 icIitt) tie i ii(II)cifll&-'iicia inundando todos los eurazones xnexi-CUI1OS;se podia creer quc ci ejercito virreinal coni

puesto de soltiados nlcxit?anos en numero deflVeitioch() Iii ii. il)a a (leteilder t los csl)auules

A qui'es o(Iiaba. eon la fidelidad. ci drro-die (14' sacriuicios y la pasion que habrIa surgido si Jos hubit'seii adorado ? Dc Jos quinientosdefensores tie hi fortaleza tie Granaditas, tres-cientos st'st'nta eran meXicaflos. LEra posibleuponer quc euan(lo inis tie ciiart'iita mil ine

xiean(s se arrojabari contra (1 régiineu espanolfuriosos y anhelantes por derrocarlo, trescien-loS sesenta soldados mexicanos hablan de niorir con la heroicidaci de los griegos cii las Ter-inopilas por la oprobiosa causa del yugo espauiol?

D. José i\IarIa Licéaga que presenciaha ciila ciuclad de Guanajuato los grandes aeoiitecirnientos clue conrnovian la 01)ifliOfl, ha eSc'Iito: Apareciendo por Jos rnás fuertes fuiidamentos, t . 1 que 110 se podia conta r ('on la 1 ropa,y nenos si Sc sacaba a! campo. Y (jUe l)L I'acaso dehIa rcputarse corno Si absolutaint'iil eno Ia liubicra. se sigue ( que para hi (iticlisatie Guanajuato) no qu'dahaii rnás que Jos 'spanoles. los cuales coni st' ha inanifestard.o,no liegahati A doscientos. sin arfltas ni municiones. y poseidos tie augustia y tie pavor. ' ' 0)"El conde tie P(rez O(tivez, que corn.o se ha

( 1 ) Lieaga. ' \ jiutcs v I4'ct ifl('aeiones,phg. 82.

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dieho cra ci coronel del rcgiiniento de drago-nes (lei Principe, D. Manuel Garcia de Quintatana quc era teniente coronel y coniandantedel batallon provincial de infanteria, D. Pedrode la Riva v D Modesto Villa s

ndesaparecie-

ron repent ilia de la capital (Guanajuatc). y a exc'epciSIi del segundo que se quedó1 1 11 Le6n, en donde residIa la faniulia de su es-posa. los tres restantes continuaroti hasta cipueito de San Bias, en donde se eniT)arearouen direeeión al (le Acapulco de all1 Viuit-rfl,It Mexico, y has-ta mediados del ailo de Thuvolvicron It Guanajuato." (1)

Si los principales jefes de la piqucliaguariiici6ii de Guanajuatonato dt'tirini na ro ahair eol)ardemente, I cómo se explica queesa (iu(lad haya. resuelto cicfenclersc ? Los es-pafioles que eran el nervio de la resistenciaapenas ilegaban a doscientos y como dice Li-eCaga, estaban lienos de angustia y pavor. Ta-'(S hombres no po(llan ser heroes y sin embargolo fueroii. en coinpanla de los trescientos sesentamexicanos iznpregnados de tres inmensos seli-tinnentos : odio a los españolis. amer a la independeneia, desmora1izaein igual It la de losespañolles.

LOS (1OSeilfltO espanoles de Guanajuato noestal)an •)l)ligados It (Ineclarse para defendersus vidas. porque tenIan tiempo y dinero pa-ra hitir cOrnoclamente hasta en litera con todoy famiiias, no estaban obligados a defender

(1) LicCaga, Apuntes y Rectificaeioii&s,pItg. 79.

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I 4 LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

SUS bieiies porque en San Miguel el Grandesolo la tienda de un espaflol ilamado Landetafué saqueada por los insurgentes, los quecuando liegaron a CYelaya que pacIficamenteles abrió sus puertas. eumplieron lo ofrecidoen la, intimaciOn de rendieión, que fué respetarvidas y bienes de espaoles, excepto sus perso-nas que dehIan ser aprehendidas para impe-dines toda elase (le ayuda al gobierno colo-nial, garantizándoles un trato humanitanio,decoroso y hasta mareado de benevolencia.

LPor qué, pues, hubo defensa en Guanajuato, cuando los elementos militares y moralesaparecIan riulos ante la reflexión de las perso-nas ni.ás prudentes? El transformador de ]asliebres en leones y de 105 trescientos seseutasoldados mexicanos en españoles furibu'itlos,fué ci esp-Irito heróieo del Intendente Riañotallado en epopeya como Ilernán Cortés. ElIntendente llamó primero a sus compatniutas,les expuso su deber de espafloles, los aniriif sielocuencia, fulminó su cobardIa con esa especie de fluido que despiden los que saben rnan(lar; después se (lirigió a los soldados m.exiea-nos y entre la discipiina militar, la discipliriadel deber y un decoroso Ilarnamiento a la heroicidad de Ia raza ciue tenIa aim glóbulos sanguIneos de los defensores de Numancia, cluedo deeidida la, defensa de la Alhóndiga deGranaditas por un método muy diverso a! em-pleado para defender la, Bastilla en 1789. Concualquier otro intendente, comprendido Caile-ja, Guanajuato habrIa abierto sus puertas aldesfile de los insurgentes.

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Si la impresión que produjo el i'vantamiento del cura Hidalgo y su salida de San Miguelel Grande al frente de siete mil hombres, quecontados y recontados por la sorpresa, ci in'edo de unos, el eutiisiasmo de otros, la exageración de todos, debieron haber ascendido asetenta mu. produciendo en ci elemento espano! paráiisis cerebral y medular, la que hizo.imposible que la masa humana formada por elgrito de los insurgentes, fuese disuelta fáeil-mente con lOs recursos efectivos que el 17 deSeptiembre poseIan los españoles.

Si los españoles y los que no lo eran en Gua-najuato, tuvieron la conviccion de que no era.posible contar. con ]as tropas mexicanas queservIan al Virrey. ante la formidable insurrec-ción por la gran causa mexicana, que toda lapoblacion nativa entendIa y debIa am.ar hasta.ir al fondo (loloroso de los sacrificios sobrehurnanos; ci eura Hidalgo y los demás caudilbs debieron tener la misma convicción tantmás que todo eedIa a su paso, cada minutomás solemne y gigantesco. Las fuerzas realistas que ci coronel Fernández Solano mandaba.en Celaya ascendIan a poco más de closcientoshombres. ms los destacamentos de Salamancaé Irapuato formaban ms de cuatrocientos,que al tener conocimiento de la rnarcha triunía! de los insurgentes se re-piegaban a Querétare, sin intentar en lo más mInimo defenderCelaya ó tornar posición fuerte en ci caminode los insurgentes y resistirios. &eómo suponcr que otros cuatrocientos iban a defenderuna ciudad tan grande como la de Guanajua

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LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

to? iv eOnio suponer que el ]Iutendente Riafltno defenderIa Guanajuato? porque no tlefendiOla ciudad. la de(I) enterainente abandonada alenc'errarse cii la, AlhOndiga de Granadi-tas:tampoc'o defendió los c-audales reales, porquetuvo diez días para retirarse y lievarselos.Tarnpoco tenIa que defender a la, l)ObiaCi011contra los erlinenes de los insurgentes porquedesde C'elaya vcnIan dando garantIas A to-dos los pueblos y porque al dirigir ci eura I11dalgo la intiniaciOn para cine se rindicra Gua -najuato ofrecIa toda elase de garantlas a losfliexicanos lo inismo clue a is españoles exccpto la libertad. Lo que defendió R. iaflo fa6 lo(pu.' debe defendr todo nulitar, ci honor delas arnias, pero en la práctica y en las eircunstan('ias en clue se encontrO Riaño sOlo dcfiicii las armas los heroes de p-riinera inagnitud. N do se podia preveer que (-I Intendente(IC Guanajuato fuese un hCroe d Ia. ntigi4.'-dad elásic'a.

Por todo lo expuesto. hay que (leducir clue,là forrnaeiOn de la horda sudanesa del c'uraIlidalgo, no me intencional, ni prevista, iiiimaginacla. fué tin fenOmeno clue vulgarmente debe calificars de casual, no corno un terr(rnoto porque en nuestro pals son frecuentes.sino eom) una nevada en ci Itsmo de Te-huan-tepee. En toria la historia (Ic la incIependenciade ]as demas ('olonias españoias-arnerieanas nose registra un solo caso de horda como la delcura Hidalgo. En Europa, despuCs là prime-ra ('ruzada no se ye Va el procedimiento dcguerra p)r rriedio de I;c rdas errantes. Tanipo-

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co s l)t1(11 adiiut ir (site ci eura Hidalgo tuescun dernente inanso que coneibiera liegar a laindtpendeneia por medio de horda coino làhebrea eneabezacla por Moises huyendo tie latiranIa faraónica. La critRa ticne (lue Ilegarforzosaniente a la siguicirte conclusion: Jafl4aSci cura IIidalg() prOyeCt() iOfl(iuiStar la independencia por ci procedimiento africano desubstancia arabe. organizando un torrente hii-mano jinpulsado por el fanatismo y ci erinicii.Antes de lli'gar a Guanajuato no hubo propiainente horda. sino lo que ahora Ilaniamos litlanianifestaeión popular a través de los campus

ue mareha en son de paz, sabiendo clue los es-panoles apenas podrán rcsistirla y teniendtla seguridad sensata que ci eJercito virreinal.conlpUcSt() de soiclados rnexicafl()S, defeecio-narla.

Si los jefes de las fuerzas esJ)aHolas dclVirrey. excepto Riaño. que se hailaban ii sittia-ción de llal)er destruido la liorda del eura 11idalgo antes de clue ilegase a Guanajuato; nohubieran sido rni(is lAgicos clue heroie's la rcvolución hal)rIa ternunaclo en SU CUflà. No tueIa voz del enra la que levantó al pueblo. sinula voz de victoria aparentemente completa (Icla revoliieioii que saiju en trueiIos de terror yesperanzas. de la earnicerla estupenda dv Gra-naditas. in ci heroismo de Riaflo el cura 111daigo hahria tornado a Guanajuato cumo des-p.ués tomo ;t Valladolid y la revolueión liabiendo adquirido ci flbiSiTiO rcflOflIl)re ii c gli)na V de pttneia habiía continuaclo la evolu4iul que euIlOccIIIOS. -

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1SS LOS DEPOSITOS DE EXPLOS4VOS

IV

Desde Guanajuato y durante la marcha deIa horda revolucionaria de esa ciudad a Va-lladolid, se reveló con estrépito que el patrio-tismo del indio no era ms que su odio al bianco, fuese éste español, criollo, mestizo, cuarte-ron de raza negra y contra todo orden politi-co y social, que no fuese esencialmente indio(.omo la inayorIa del pueblo la formaban en-tonces lOs indios y como ellos representaban a.las más dolien-tes vIctim.as de la dominaciónespaflola, les correspondla ser jueces y parteen causa propia, disponiendo de toda su ferocidad como código, de toda su ignorancia parahonrar la equidad, de toda su calma para lamatanza general en frIo de la raza blanca yde toda la tenacidad para no dejar ni un frag-mento (le los cirnientos de civiiización que contodo y grandes errores habIa logrado establecer Espafla. A ser cierto lo que informa el pri-sionero Garcia Conde a! Virrey, Allende porsu odio a los españoles habIa ilegado a preferir la elimjnaei6n del ellemento blanco de to-do su suelo por los in'dios. Como nc hay docu-mento, ni testimonio, ni alusión, ni rumor pa-ra ereer que ci eura Hidalgo haya pensado siquicra en una revolución regresiva sacrifican-do a la raza blanca en el teocali tenebrosoy sangrient() del eulto bestial indIgena; debe aceptarse que al eura Hidalgo se le heló lasangre en las venas cuando observó que la in-dependencia podia ser medio de aniquilamien-to de toda Ia raza blanca americana.

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V

Nuestros notables historiadores sin diferen-cia de color politico, inculpan al cura Hidalgopor haber dirigido la revolueión a la manera dexi n agitador de barrio. enibriagado por pene-trante olor de plebe y decidido cual demagogo.á gobernar con la plebe y para los crImenes questa intentaha al ejercer rugiente y tumultuo-

sa ci pothr guhernarnental.Lo primero quc hizo ci cura Hidalgo después

dc apoderarse de la ciudad de Guanajuato fuéacercarse a las puertas de las casas de las per-sonas respetables y liamarlas para que con sus1uces, probidad y prudencia tomasen en la reVoIUCIOfl l ."ugar que les corresponclpresti giarla garantizando sus humanitarios ybabies fines. El caudillo encontró en esas cia-ses respetables la actitud más firme para no to-mar parte en la revolución, y ci Ayuntamientoque las representaba, expuso al Virrey cuandoel general Calleja recobró a Guanajuato. quesi concurrió al eabildo convocado por ci euraHidalgo no fué para bablar, "sino para derra-mar copiosas lágrimas que oprimidas por lafuerza y tiranIa de aquel déspota, no podIansalir por nuestros ojos y volvian a eaer sobrenuestros corazones." (1) Alamân nota queesos señores para no disgustar al cura Hi-dalgo ni al Virrey, determinaron liorar paradentro.

F'ué necesario al eura 141 (n line irri-

(1) Aiamán. Tomo 10. 1 pâg. 384.

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10 LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

tad() anicnazanti obligara it algunas perso-lidS rcsl)etal)lcs no (l Cuaziajitato, it aceptarlos l)UeStOS l)UblieOS undispensables para orga-nizar Un gobienno y lihrar it la ciudad de lasoberanIa tie la plebe.

.\.lainitn nos dice: ' que * l vura Hidalgo dióel mando de uno de los dos rcgiiiiientos de un

fanterIa organizados en la t•iudad it D. Bernar-do (hick), hijo de Un europeo del flhiSfllO flO1flbre, ihnico de las farnilias respctables de Gua-najuato que tom(7) parte en la revolucion." (1)

Alamiut nos dice por que todas las farniliasrcspctabl"s de Guanajuato reh usaron de i)IàIio)toinar parte en la, revolueion, exeeptt) ci hijutic una de ellas D. Bernardo Chico. ' Todo estedesconejerto desacreditaba it la revolucion y él,(Ilidalgo) y los saqueos ) ( FlinCheS qe a to-das partes le aeompañaban, erahl tilt obstaculoc l ue le inipedia tonLar parte en •l1a it ningunapersona respetal)le. (2) Esta cxplicaciitn deAlain•itii relativa al desvIo d4 ]as personas respetables por la guerra tie undependencia. hae&)nvencido it todo ci partido coutservador, it

muchs liherales y entre ellos it dos historiacio-res d' m.érito : D. Lorenzo Zavala ci Dr. Mora, quienes afirman elaranientc que ci eura I-li-dalgo no aicanzó el triunfo que tenIa ya en elboisillo, pol-que debido al desorden y crIrneiues

n supo reprimir. las personas respetablesSc vieron obligadas it no toniar parte ' la, revolueioui.

(1) Alainitui. Tomo le.. pag.(2) Alarnun, Tonto lo.. pag. :37.

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Las personas rospetablos do Guanajuato re-husa rozi to -mar parte en Ia rovolueión euandotsta u10 presentaba la hazalia do la torna deGuanajuato. j.Qu6 eriinon personal h.ahIa eomet itlo el eura Hidalgo ó su revolueioii hasta

dIa ? j, Puecle eoisiderarso ioflIO orimen ata-ear ittia fortaleza y dogollar it .SUS tiofonsorosa ut os (11O sean prisioneros y ouuaul(Io toilavIa

)n e()luuhatienteS ? pues SO defendivroui hastaagotar el ültinio esfuerzo. ya (IIJO ([tIC 11I11Yrams tropas (Iisciphnadas. vetoranas y do ojêreitos eivilizados dejan do vengar ]as iuuutumnera.-1)lC VidaS saerifieadas al ataear a pho (105(111)ierto. a Il0flLb!'S quo easi impuflemonte ha-ban podi(lo m.atar eon profusion, gracias alparapoto ó a la rnuralla quo los ocultaba. Elsoldad() t iOflO tI erecIl() y lo ad-mite Ia guerra anuma compensacion talionaria : vida por vida.-e debe Ilaniar cruel N- criminal Un oJereito

(s ue SIll ga.sto (10 sangre toma una tortaleza.o plaza por sorpresa y dogilella después a to(lOS los (lefelIsUrOs. peru (uando los asaltantesI)irde11 dos inil v los (lefensores son solonientos, hay sin duda una .jiistiei tal ionaria( 111" favoreec al asaltaute que Inata eIieflhigos,enando éstos 10 liaui ernpapado en saugre doSUS t'oinpaneros. La peuma. dcl talión jarnás seha llana.do iii so l)Uede llanar erinlen.

Las personas respotables de Guanajuato notonian olereoIio do pedir it las plebes asaltantes'nlen()ros manifostaeiono.. (10 furor. (l ue las admit Rias p01' todos los puohios civi1izto1os en las1uieha osi i'ietaniente mmiii itaros ; taflt() fls cuan

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to cl ue Ia inayorIa de los defensores supervivientes lueron respetados.

A qué otra cosa se le puede liamar crimen?El saqueo se limitó a la Alhondiga y a las

casas de los espafioles. La A1hndiga habIa de-,jado de ser edificio comercial, cuando fué ata-eada era una verdadera fortaleza y ci saqueode una fortaleza es una tolerancia legItima ei.ila guerra civilizada. El saqueo limitado a lascasas de los espanoles que no eran pacIficos yqile en su mayor parte habIan tornado las ar-mas, podia tornarse como una dulce repre-:salia puesto que la ley virreinal confiscaba losbienes no solo dc los rebeldes combatientessino de los que se manifestaban afectos a la re-volución sin tornar las armas. Fuera del saqueo.aeornpañado de circunstancias dernasiado ate-nuantes, en la tonia de Guanajuato, sOlo se yeen ci jefe vencedor calma, generosidad, bene-volencia, grandes destellos de civilización y en:SU plebe mestiza combatiente una ferocidadminima que no se puede liarnar ferocidad por-que no lo es ci arnor al pillaje. La plebe mos-trO simplemente que era plebe porque sien las cireiftstancias en que pilló no lo huhieraheeho tendrIa que haber sido la Cámara de Lo-res de Inglaterra. No hubo un solo caso de in-cendio, de matanza fuera de Granaditas, niviolación de mujeres. Pero ace.pto que hubierahabido crimenes, que la plebe guanajuatensehubiera sido tan feroz antes del 24 de Noviern-bre corno la plebe c'ue a sangre frIa degolló enParis, Septiembre de 1792, a millares de pri--sioneros que indefensos, inocentes, angustiados

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y abatidus se encontrahaii sepultados por laautoriclad terrorista en calabozos que no eranrnâs que eadalsos. I'ues bien, si ci clesorden ylos (rrnlenes de la revolución del cura IIidalgose debIau precisalnente a là falta de direcciónpor personas respetahics y si las personas res-petables cran adictas a la causa que proclama-ha Hidalgo, Jo i1gico era que cuando el eurarogaha a la clase respetable, que tomaseci lugar qUe le correspondla en la revolu-dm1; esta elase respondiera, que faitándoleA Ia revolución la clase respetable y siendo ellaesa elase respetable, no podia tornar parte enla revolución porque a ésta le faltaba la claserespetable. Supongarnos que los militares hii-l)ieran di(-ho: flosotros SOmOS partidarios de la,indepemIencia, lo que falta a là revolución pa-ra prestigiarse y triunfar es que tornen parteen ella los inilitares, pero nosotros los milita-res no toniamamos parte en la revotución anncuando la aplaudimos, porque itio hay en ellamilitares. De nianera que ci reproche hecho alcura Hidalgo porque no atraIa a ]as clases res-petables a la revolucion resulta completarnen-te absurdo.

Las eminencias laieas y eclesiástieas denuestro partido conservador han dejado lahistoria Ilena de 1arnentos é imprecacionescontra la clase de personas respetables queCOIflO Ia de Guana-juato y durante toda làguerra de indepen.dencia, lo que querIanera aproveeharse sin comprorneterse. Elgeneral D. Agustin (IC Iturhide eserihIa alVirrey de Nueva Espalia Conde del Ve-

Independenca.—!3

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nadito: Hay otro (partido) de católicospusilánimes que se asoinbran de los fantasinasque exis-ten en sus ideas, otro de hipócritassupersticiosos que fingiendo teiner todo ma!,buscan sirnultáneamente su provecho pro-pio." (1) D. Clemente de Jesus MunguIa, 014is-po de 3iiehoaoan es igualniente expresivo:"Los grandes propietarios y todas las personasxnás influ yentes que ilevan el tItulo de conser-vadores comienzan por hacerse a un lado sinprestarse absolutarnente it nacla; que otros su-jetos de mencs categorIa y de iguales ideas po-lItieas quedan ocupados en los ernpleos en con-sorcio con a!gunos liberales moderados y cier-ta clase de hombres euyo partido es acornodar-se con el que nianda." (2) Otro prominentede talento ratifleaa, tan triste juicio: "Se hanconformado siempre (los conservadores), eonoponer resistencia en los puestos a que han sidoliamados. a todo lo que es contrario a sus ideas

con auxiliar déhilmente lo que las favorece.Pasivos hasta un grado en que se confunden conla indole.neia y el egoismo, sin plan ni coinbi-nacion alguna para hacer triunfar sus princi-pios y acostunhibrados al mando de los hombresincapaces de ejercer autoridad püblica." (3)"No desconozeo, dice eJ. célebre D. Jose' Maria

(1) Carlos Maria Bustamante. "Cuadro ilis-tórico," Torno V. págs. 124 y 125.

(2) MunguIa. 'Defensa de la Iglesia y CleroMexieano," págs. 723 y 724

(3) Cuevas, "Porvenir dc Mexico," Tomo2o., págs. 175 y 176.

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Gutiérrez de Estrada al turbulento padre D.Francisco Javier 'Miranda, sus malos antececedentes de Santa Ana, pero también tengo pre-sente que es el ñnieo que hasta ahora ha sabido hacerse respetar y que sus órdenes seránobedecidas en t&da la Repüblica: no puedo en-contrar otro clue libre de los defectos de SantaAna pueda sobreponerse a tanta nulidad que de-sea apoderarse del. mando." (1) El generalles intervencionistas. Torno lo., pág. 150.conservador D. Bruno Aguilar desalentado escrihe: ''Los conse-rvadores temen, pues ustedconoce que en momentos coniprometidos no sonlos más esforzados." (2) El mismo general di-ce: "Esta persuación y la convicción que tengo de que nuestros hombres aquI, no son capa-ces de nada bueno aun cuarido se logre hacerlos unir bajo el plan que usted me indica." (3)`Mentira parece lo que está pasando entre losconservadores, pero amigo mb, está visto queson muy raros los hombres que pueden ó sabensacrificar sus intereses personales a los de supatria." (4) El arzobispo D. Pelagio Antoniode Labastida lamenta en los conservadores:"su apatIa y egoismo" y "ma's que -todo porlos heehos y sus inmediatas consecuencias, veoque aquellos cad'áveres no se mueven ni quie-ren tomar parte, mis esperanzas están tamhién

(1) Correspondeneia secreta de los prineipa-(2) La misma obra, pág • 147.(3) La misma obra, pág. 163(4) La misma, Torno 2o.. pág. 236.

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eornpletaniente nuiertas." ( I ) El cura. Ilidalgodebe haber sentido que sus ilusioiies de jude-penJeneia 1l)all uluri(Ildo ral)idalnente al (OUtaet() del Cadav(risiIlo de las personas respeta.bles de Guanajuato, que it lo que tenian horrorno vra. It los crInlenes de la revolución que has-ta entonces no 'tenIa, sino al crirnen de ser va-lieiitts y alniegadas P°' una grail causa. Si las(lases ac)IIlOdadaS de 1810, no se niaii i festa ronabiertamente adheridas It Ia rtvolueion. meporque los e.spanoles eran los (Ille ho &eS €hibaiigararitlas y ]as tenIan sobrecogidas tie espan-to, por la renombrada furia espafiola, y ellas111) eran capaces le espada en mano. o lanzaen ristr, o hacha ernpuiiiada, de retar la colera(leicenudo opresor, cOfl sol de frente y sobreIll (IiOCVàl arena ile dOhl)ttd.

Va lo marque; las aristoeracias agrarias sin(S1)a(la no presentan mIts que la 1)lacidez hucó-lica patriar(a1, u la avilex judIa y secante deIa rnetalización, o la apatia dcl parcisito sobreIa fortuna que se va consumiendo (lerretida porlas orgias y derrurnjl)ada, por los desaeiertos ;

,mas en el fondo dc esas nhanifestaeiones estal)a. pdreflne la, cohardía burguesa, procedentedel cgoisfll() iuc ealifica ci honor (Ic locura ; làgloria tie hirnio. là dighhida(i de (1Ui1OtiSifl() ; cisacrifieio de ligereza, el heroismo de estupidez.BurguesIa sin fuerzas inteleetuales ni morales,Sill pSiOfl(?S l]ol)le lis i iniiobles, sin estremieciniientos de Virtud I)Ul)Iica, iii de maldad visi-

(1) (arrespmdeiieia risecreta de los pricipa-les intervellciol)istas. Toino 2.. pItg 26.

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ble; ehaparra bajo todos los niveles de grandeza. sobria por frialdad de organismo. reser-vacla por exceso de servilisnio. decaicla poramor at arrastrarse. enjuta por vacla dc ideales;en tin. nula para Dios y para. ci (liablo. Y tocensurable conlo ifladliIiSil)lc era que CSà elase((fle SC ..ScOfl(lia de la revolticiun por falta devergüenza. es la iue ha condenado at eura Hi-dalgo eon la afrenta que marea a los faseine-rosos. para (lisirnular ante los ignnrantes lasresponsa.hili(lades en (IUC ha ineurrido ante la,Iii st t) r i a.

La elase respetable de 1810 aspiraba a unai ndependeneia abstracta. no l)uscaha por mediotie ella una patria. sabia (rue Espafla era sitpatria. tanto por la ley com() por su ern,oeionreligiosa ante la grandeza (IC la nacion ((Uc sehabIa flnpuest() at mundo civilizado. aterrori-zatido a los iiifit1es y salvan(lo It la Iglesia ro-maiia, de la inundaeión de la herejIa protestan-te, cOil là espada de Carlos V y las hogueras deFelipe 11. QuerIa la. itidependencia conservan-dO todo to espailol Las instituciones politicasrflOflarquicaS. la literatura devota, las cos-tunibres retraidas. las lut•es de los cirioseonio faros del porvenir. la teologia co-mo suprema icy, la, carn'cerIa tie niarti-rologios eomo llama del seitimiento artI.stieo,fijado por -las ereaciones sombrias de lie rreray ZurbarItn ; el horror por ci pensamieito libre,el siiencio de basilica en Ia vid; mundana, yitIi eulto eXeeSivo, tefldiefl(Ij It resolver en ova-eions to(h) ci día y en todos to,, teniplos lasfuerzas de la pobe dlann destinaas at trabajo

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industrial 6 intelectual. Las clases respetablestodo lo cluerIan respetar en el pasado. soflandoun rnundo sin progreso, conforme de una vez yPara siempre eon Ia sagrada ciencia escritural..Arreglado a esas ideas Sc cotrcebIa ci edificiosocial como una easa (Ic dos pisos; en el altoun convento, cii el bajo una tienda (Ic aharro-te.s. La independerieia dcbía tener 1 ) 01 ünio fincortar el cable rnetáiico ((ue TIOS unla con la me-trópoli y copiar a España. resueltos h jams al-terar tan bella obra tIc arte.

VI

El eura Hidalgo en Guanajuato en Octubrede 1810. después de ser desairado por ci egoismo iliniitado de la clase respetable, llarnó a lapuerta de la clase media, haciendo sonar Iaeampanilla del departamento inteiectual.

La elase media en los l)aIses (lesarroijadospor ci trabajo está formacla por la, suhclase1)Iutoerática, la intelectual y la asalariada. Lasdos ültinias tienden a eonvertirse en buróera-tas y a convertir al pals en una horripilante1)urocracia eon la, misma decision ciuc en IaEdad Media ci Papado quiso convertir al mun-(10 Vfl absoluta. teocracia. En la edad de fe laclase media sin patrimonio asaitó los claustrosPara satisfacer Sn parasitismo y en Ia edad deexcepticismo asaita los puestos pñblicos conci mismo fin. En los paIses latinos ci programade voraeidad de la elase media desmonetiza-da no tiene lImite: Si antes de la revoluciónfraneesa Ia sociedad tenIa que sostener a dos

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cientas mil personas teócratas entre clero re-gular y secular, más el ejército auxiliar de laicos que vivIan de peculios piadosos; en la actua-lidad la sociedad est-IL obligada IL sosterier setecientos mil b'uróeratas. En el terreno económi-co nada se ha ganado con la supresión de lasórdenes rnonásticas, porque todo su personalescandalosamente aurnen-tado se ha convertidoen órdenes biirocratieas; los conventos han tomando la forma de ofleinas pñblicas y si en elantiguo regimen ]as clases inedias latinas que-rIan vivir del altar de Dios, después han resuel-to 'vivir del altar de la patria.

En los paIses no desarrollados por el traba-jo, sino por el militarismo, la plutoeracia estásiiprimida dc la clase media, la fracción asalariada es pequena por falta de industrialismo(jUC pueda dare trahajo y lo que se desarrollaCS Ia elase intelectual. En Nueva España todaslas familias de la clase media SC considerabangentle noble y casi ninguna carecIa deuna corona ducal para cuando le fuese posiblelucirla. A los hijos varones se le-, dehIa dedi-car a la Iglesia y a la ahogac•Ia y habIa famihas que contahan eutre sus hijos a dos 6 tresy hasta cuatro abogados, porque todos debIantener carrera y vivir como marqueses del pro-ducto de sus notables pensamientos. Y en unasociedad en la qiie estaba prohibido pensar,era absurda la formación de interminable clasepensadora y era descabellada una cons-tituciónsocial en que habIa ms ahogados ciue familiasde la elase media, puesto que algunas s esme-raban en producir más de un letrado.

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La claso media solo puede lener cal)i(la en lain dust r I a.

El sistern-a colonial solo dejaba al, eriolit) pobre ó por su pereza empobrecido, muy tristesmedios de vida que lo saturaban de indignidad.El criollo s(do podia pretender en la adminis-traciSn pUl)liea pequefios empicos por grandeque fuera su saber y su capacidad, y comoabundaban los pretendientes. ci favoritismoCOfl SU reglamcnt() de corrupeión elegia los mscompetentes en haieza y aclulacion. El quesabe que eualquiera clue sea su mérito no hade avanzar 6 se ilena de odio y revolueionasintiéndose injustamente postergaclo ó se rsigna a vivir sin aspiraeioncs cuando éstas soncausa de irremediable sufrimiento. Para quéadmitir sentirnientos de ambic'ión Si estos soncOmo üleeras eancerosas roedoras sin reacciónsaludable? El criollo ya moralmete postradoy listo para Sn papel de eunuco politico. renun-ciaba a todo movimiento intelectual, sernoralizaba y apelaba a su conversion en cerohuniano. rumiando su pienso en algiIn pesebredel Estado. 6 hien se entregaba a los vicios quematan eon plaeeres innobles pero extrañosé infernales. Los grandes earacteres sin Insgrandes virtudes son imposibles. y los grandesvicios tenman que llenar los vac'Ios (IC su v&rti-ginosa actividad.

Si no era por ci empieIto y Ia consuncion enIn oficina. ci crioIlo sin fortuna. tenIa cjue apelar al ciaustro 6 a la parrOqflia. tie fraile ó eura,sin más vocación que su hambre, y con su pen-samjent() y sensualidad sin satisfaeción. Era

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tro modo indigno de vivir, repietando con hi-pocresIa todo lo que faltaba de fe. Si cst() noera posible, se apelaba It obtener una capeUanIa. 0-tra indec.-I]cia en lo general. El funda-dor de una eapelianla deiaba ci servicio (Ic unarenta para el c'ue Sc dedicara Li la carrera sa-cerdotal. La mayor parte de las farnilias pro-cural)afl la capellanla para mantenerse y mantener al capellItii. preineditando asI defraudarla voluntad del fitudador. decididos it no hacerseguir al hijo la earrera eclesiastica, lo mismoque SC haee ho.-,- en la (arrera rniiitar: se apro-wrecha del Cilegio iMilitar para que los hiosconian. se vistan como en hospicio. V OI)tcflgan carrera y después dear plantado al go-bierno. Si no se podia obtener la eapellania, cicriollo procura.ba ser parásito y lenon de algfliicriollo rico en via de desmonetizarse ó intentaba colocarse de marido de alguna duena (1eburdel () de souteneur de alguna pupila (IC laiiegoeiacion, u hien ci eriollo buseaba a sit her-mana un marido gachupin, ya rico ó por lo me -nos en eaniino (le serb, para ciue cargara COflel farnilión. Si esto no era posible, (IlledaI)aleen los garitos el papel de tallador, de convida-dor, de hrua. (iC proycetista. (le componedorde paradas. de levanta muertos y (T roba bobos. Si tampoco v s,-to ) era posible, se apelaha aloficio de pesetero. y si no al (amino real deiadrón. El ' ' Peiisador Mexieano ' en sit minor-tai ''Periquillo Sarmiento" personifica a los1i]jOS (Ic hi elase media (Ic la época e:jloniai.

Las verdaderas aristoeracias, es 'lecir lasmilitares protegian la literatura, las hellas ar

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tes, las ciencias, pagaban sumas considerablespor pinturas, esculturas. leIan A los poetas,suhvenciouaban los teatros. ofrecIan a los jnteleetuales em.pleos de cronistas, secretarios yhibliotecarios. En suma. SC desprendIan de unabuena parte de sus riquezas para dar de cornerA la ela.se inteleetual. Pero la plutoeracia aharrotera de Nueva Espafla tenIa odio 6 despre-cio p' los intelectuales; declaraba vagos a lospoetas, pordioseros a los cronistas, rufianes alos literatos, saerileg() al que algo exarninaha,hereje al que no identificaba la religi6n con elpoder espaflol. La elase media iiiteleetual queno podia arrimarse a los grandes, para cornerde su mesa, 'vestir de su guardarropa, embriagarse de SUS 1)Odegas. adularlos para explotar'los ó divertirlos para ihistrarlos; porqueesos grandes no tenIan grandeza. no erangrandes señores, sino grandes majaderos,blindados en su avaricia. inmanejables porsu ignorancia é insensii)leS i tdø loclue no fuera un aeto de devoción sin m..istieis-mo 6 un balance favorable en el eomercio delabarrote. Sobrios en sus necesidades rnateriales lo eran mucho 'm.ás en las intelectuales; demanera que los pensadores aunque bien pensa-ran •tran seres que no tenIaii ni podIan tenerlugar en una clase heroica para metalizarse yvii para disponer de su riqueza en lo que correspondia al progreso social.

Los intelectuales se entregaban a hacer novenas en prosa y en verso para todos los santos, en estudiar negocios judiciales a doniicilio

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rrp,^

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clue les daban los Oidores, y en pedir limosnatodo el mundo.

Respecto a sus ideas antes de la, Constitu-ClUfl de 1811. hahIan entrevisto en el dereehoespaiiol ftudal. vivo. teiiaz. punzante y derra-n-iado de las Siete Partidas, grandes trozos deIa teorIa de los gohiernos responsables. lie-gando liasta el (Stal)lieirflie1TrtO do an tril)analsupreflio (pie anlparal)a contra el despotismo yse Ilamaha El Justicia de Ara.gón. Tal vez a1gunoS lev e li(lo la histuria tie Greeia y de Romapudieron urprender tOdOS los secretos de lademagogia. formarse idea de su excelente me--todo y experimentar apetitos de tiranizar eniionibre (IC la libertad cuando las gentes yaesta.l)an cansadas de ser tiranizadas. Es may(hfleil definir todos los pensarnientos profundamente revolucionarios, que pued-en salir del all-mento inteleetual tornado de uria antigua hiblioteca de convento, y que esas biblioteeas los.producen no cabe duda, porque todos los gran-des herees causantes de las grandes revolu(9OflPS contra ci tradicionalisrno, han sido casisin exeepeion eclesiásticos y en su mayor par--te notables personalidades del clero regular,cOn mueha erudic'ion clásiea y gran dignidacien su vida religiosa.

Sc comprende quc para la elase media de-1810 una revoluejón era com() una hermosa estacion (Ic Iluvias sobre an eam'po (Ic plantaspr(xirnas a rnorir por Ia sequIa.

Ciiando el cura Hidal go se dirigió a la clase-media en Guanajuato se encontró con que é-staya lo rodeaha pidiéndole empleos antes de co-

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nocer ci prograiria de la revolueiOn. Todos losindividuos dc la clase media y especialmentelos intelectuales estaban dISpUCStOS a servil ala revolueión. siempre cjue les dieran los altospustos en ci ejereito mientras organizahafl hapolítica en ci mismo eérCito con el objeto dedirigir lit revolucion por medio de ciiscursoS.

El cura Hidalgo necesitaha para su ruasacle ochenta inil hombres, in il seiscientos capita-nes. pues eada cornpañIa la formaban cincuen-hombres; flect.'Sital)a dc mayor nümero de tenientes y subtenientes. pero nadie qiierIa ocu-par esos lugares modestos, de peligro y de saeri-fieio. sino que lo menOS clue querIa cada abogadoera comenzar por brigadier. Le sueedio al curaHidalgo lo que les ha sucedido despiiés en laAmerica Latina a todos los caudillos revolucio-riarios, que se les aparece una horda dc profe-profesionales dominando la abogacIa, pidiéndo-les servir a la revolueión en calidad de generales y con el menor peligro posible como dijeanteriormente; en el reg imen social de -NuevaEspafla. la elase media debIa producir por lomenos un abogado por familia y si la revolución eonvertIa a cada abogado en general debrigada ó de division, resultaba que Si Ia causadc la independeneia obtenIa la victoria. la po-l)re sociedad futura quedaba obligada a perecer ensayando una carga de generales, forma-da por un numero de ellos igual al nüniero defaniilias de Ia clase media.

En priflcipiO Alamán tiene razOn de eensurar Ia eondueta del cura Hidalgo, por la profu-siOn de despachos dc tenientes gen&rales y ea

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pitanes generaics que flrmó en Guanajuato.Paro debe atendtrse a que ci caudillo eclesiás-tieo no era deinagogo y pr consiguiente noe()flCtbI1 ci &lesatino de cu las plebes que eraJo Uflic() eon qu(• contaba hasta ese mornento,Ic sirviesen para otra cosa, quc no fueraliar y él eonw lo manifesto uceesitaba hombresde gobierno. Si las elases respetahies, invita-(las por el cura Hidalgo habian reehazado tomar parte en ]a revolucion y si ci eura recha-zaba a la elase media por no dare dcspachos(Ic altos grados nhilitares y civiles, tenIa queapechugar eon ci terrible ()(li() del Proletaria-do pmf(siona1 v (juedarse unicamente al frente(Ic las i)lebes

'El eura Ilidalgo tratO tie liacer

un levantamniento popular, y Si veja tiiie los flue-(lios poe-tieos suionen en tada hombre untemnplo donde despide rayos celestiales su sentifliieflto pat riotico, no (-ransuificientes Paralevautar a las elases directoras de la soeied:icl;('staba obligado L soportar las atroces Cull(ii-ciones (pie Ic iniponIa la elase media para (laneUn apovo que valIa mucho mnás que ci 'Ic Ia (.] it -se de las personas respetabies.

Es cierto que Morelos, rn.irando las cosas dedis'-tinto modo que ci cura ilidalgo, no quisoreconocer los despachos quc irnprovisaban l)ri-gadieres a Tabares y a David, pero ese aeto deenergla y tie gran juicio para organizar sue.jercito, fué causa de iue estuviera a punto desen asesinado y aniquila(las sus tropas, viéui -d)Se Cii la necesidad dc deshacer diplomátiea-nieiite Ia ConspiraciOn y fusilar despues a Tabares y a David. hay que ol)servar tamhién

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que cuando Morelos se dedieó a disciplinar suejêrito. ya la revolución ardIa en todo el pals.ofreciendo triunfar ó consumirlo, mientras queel eura Hidalgo se hallaba en los primeros dIasde la revolución y corno dijo muy bien al trai--dor D. Fernando Perez Marañón, que no estaba en el caso de desairar los servicios de laspersonas que cluerlan ayudarlo cuando hablanotado que fuera de la clase popular casi nm-guna querla comprometerse. Por lo tanto. yocreo que el eura Hidalgo obró bien en el sentido revolucionario, no en el de la moral pura,prestándose a la voracidad 1)UrOCrátiCa niuynatural de la elase media, para la cual ci sis-tema colonial fué un sisterna de inanición y tenIa que ver en la revuelta vin sistenia de refee-torio.

VII

La subelase media rural era la gran clasepara la causa de la independeneia, valiute, robusta, sana, intrépida, desinteresada, fué aleolnl)ate por verdadero patriotismo y amorA la lihertad, pues vivIa de su trabajo y no ibadetrás del empico pñblico. Vuelvo a llarnar laatención sobre los heroes de la independenciade la segunda época, todos fueron raeheroscomenzando por el cura Morelos que hasta lostreinta años de edad fué vaquero y siguen to-dos ellos rancheros; los Avila, los Galeana, losBravo, Torres, Montaflo, Serrano, Trujano, López Benedicto, Miguel Sanchez. Ayala y Mata-moros que fué hijo de farnilia ranchera. En

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esa clase habIa una fracción contrabandista.Por el monopolio del cornercio exterior, se habIa formado el contrabando en grande marl-tinio; por el monopolio del labacu surgió ciresguardo y la legion de contrabandistas; Laalcabala dió lugar a una tercera legion dc contrabandistas, y la exportaeiOn clandestina dcbarras de plata y oro que procuraban evitarlos enormes impuestos clue gravaban a la mine-rIa, formO La cuarta division de caballerIa irre-gular de contrabandistas. Los jefes de eseejército ilegal eran hombres niuy bravos de Jasubelase media y en general rancheros; y easitodos ellos se volvieron guerrilleros de lo_q mástenaces, temibles y leales para la revolución,puesto que ésta favorecIa considerablenientelos negocios de contrabando.

VIII

Las plebes mestizas sin edueación moral nicivica iii de familia, amabari traxiquila é Inalt(•-rablerneiite sus vicios, pues aun cuando habIaleyes que castigaban la vagancia, la embria-guez, el juego, [a prostitución carnal, la deser-ción del servicio doméstico; no les eran aplica-das; vivian disfrutando de libertinaje liastailegar a comprencler 'Os delitos que por faltade policía no eran perseguidos, no estaban so-metidas al servicio militar ohligatorio ni pesa-ban sobre ellas irn.puestos directos puesaun el tributo que era rnuy moderado,casi nunca lo pagaron, haciéndolo el fisco vi-rreinal solainente efectivo en los indios. Pa-

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ra nada cran iiiolestadis csas elases pr la au-toridad ni por las elases superiores, disfruta-ban ampliarnente de los derechos que arnaban;(lereeh() a la anTiasla. (l&reclio al pulciue y it lasbebulas embriagantes, derecho a! desaso. dere-(h() a hi J)ereza, dereeho al naipe, derecho a Iarifla, derecho a! raterismo, (Fercho a andar pü-hlicanriente en 1)-anoS inenores, derecho a los co-mestibles eXC&SiVaflhLOflte baratos. derecho altrabajo que nunca les faltaba cuando lo pedIan;clorecho al excepticisnio porque la Inquisicionno se fiijaba en sus faltas a la ortodoxia; esasplebes odiaban a los espanoles do un modo pla-t)nico, pues ni cii Europa ni cii lOS Estaclos1 nidos habIa clase popular mas libre que lasI)It1)CS mestizas de Nueva España. Es rnuy di-fícil encender la exaltación patriótica en unaolase social que sin aspiraciones i)Or falta deeducación moral y cIvica, disfruta ampliamentede to(10 lo cjue considtra necesario para su fe-liei(iad • Una clase de esa naturaleza solo puedeIlegar a la combustiOn por medio do la tea delpillaje, pero una VOZ terminado el saqueo, losseiitimiento de indifereneia completa para lit

causa püblica, vuelven a su lugar, so refrescan,so adorm-ecen y no vuelven it ostrernecerse hastaquo suena el repique llamaiido a los fieles anuev() saqueo.

Ix

El elemento espaflol se dividIa en dos clases:Ia decente y la ordinaria. La decente estabaformada por Ia burocracia judicial, administra-

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tiva y niilitar con sus correspondientes visita-dores, inspectores, virreyes y sus empleadosparticulares, más el personal del tribunal de mi-nerIa y el profesional dependiente dc cuerpos.espontáneos. Toda esa clase se reputaba a sImisma noble, eon antecesores al lado de Reca-redo ó en las Navas de Tolosa. Cada individuotenIa dos ó tres nonibres de bautismo y otrostantos de familia, y como el Virrey Venegas califleaban a la poblaeión de criollos para abajode gente vil y fementida. Esa falange de aris-tócratas vanidosos y en su rnayorIa hambrieri -tos, pretendiendo ostentar un lujo que pagabancon insolenejas a SUS acreedores, veIan desde lmuy alto de las leyendas heráldicas eastellanas,A los polizones que venlan a hacer fortuna, queen general lo lograban y a quienes trataban co-mo a gente enriquecida por medios incompati-bles con los deberes de la easta hidaiga.

El plutóerata aharrotero era ci derivad() iii-mewato del gachupin de chaqueton, juanetudo,easearrOn, despidiendo obscenidades de presi-diario, desaseado hasta lo increIble, brutal cc-rmØ mula espantada, fanfarrOn, trabajador ru-tinero y constante, campesino en el modo deapreciar la civilización, la religion, los debe-res sociales, y afecto a. aislarse corno pastor óleflador. El gaehupIn trabajador que Se enri-quecIa 'a fuerza de laboriosidad, avaricia, so-briedad y usura, habIa aprendido a ser héroeen el trabajo, su campo de batalla era la tiendade abarrotes, especie de penitenciarIa dondelos polizones se empleaban para la labor ruda

I ndependencia.-14

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d hater dincro. (:aInI)Jando la pereza espailolaen aetividad anglo-sajona.. -

Ferrero explica flIuv biefl la ley inmoral quemana de las naciones nulitares V que consist&en que cada individuo es dulcemente servil conlos de arriba y tirano hasta donde puede conlos de ahajo. exeepto el rey absoluto que Cs eltirano de todos, y la clase Infima de la sociedadque es la esciava de todos. Los poiizones, proce-dian de la clase campesina Infima de España yno teniendo en su pals a quien t.iranizar, se en-contrahan al poner los pies en las playas deAmerica, con pertenecer a la aristocracia delimperio colonial, que con su fidelidad y avidezde riqueza sostenla los derechos de Espana, nosolo escrupulosanient e sino exagerándolos hastahaeer odioso todo lo esJ)aflol. Esos nobles sin(ruzadas tenlan en cuanto a insolencia rnásprivilegios que los grandes de España, porquetoda protesta, todo iinpulso para rechazar sutiranla social y toda agresión para castigarla,Sc cousideraban como tentativa de independen-cia, coni.o ultraje a la religion, como ofensa alrey, como falta de adoración a Dios.

En Nueva España, después que fueron dero-gadas las disposiciones sobre encomiendas ja-más hubo tiranla gubernamental; era Nueva Es-paña pals más libre que todos los de Europa en1788 excepto Inglaterra. La tiranla era tremen-da pero del género social; en las leyes de In-dias se trataba al pueblo de la colonia con be-nevolencia tendiendo a la proteceión lnás quehumanitaria y procurando corregir to-Jos losabusos de tiranización. El carácter español no

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permitIa borrar la division entre vencedores yvencidos, sino mantenerla siempre viva por laprofusiOn de huinillaciones discurrida por losvencedores.

Se comprende ciue el gachupIn debIa ser terri-ble ante la rebeliOn del criollo, y sobre todoante la del indio; no hay cosa que indigne nuisal orgulloso que el inseeto Sc le convierta enlobo y lo escupa. Los plutOeratas abarroterostenIan origen campesino y el disgusto del earn-pesino es siempre rabia, sorda cuando estáarnarrada, carnicera crando está libre. espan-tosa, de rnonstruo cuanulo funge de rev. Eraimposihie que en un pals con una aristoeraciade campesinos enriquecidos y avaros, Ia cruel-dad no fuera el ünico elarIn que sonara en laguerra después de cualquier combate. Adernistratándose de una gurra de independencia ha-bIa que recordar a Flandes; ci perdOn nuneaptido ser español; no hay que confundir ci per-dOn eon el indulto. El gobierno colonial menu-deaha los indultos: el indulto puede conceder-lo una hiena cuando ilega a c•omprender ciue suadversario se le va a convertir en leon. El per-don es otra cosa; el perdón es liinpio. se leabren los brazos al débil cuando tira pedradasa nuestra frente y se le está estrujando consuavidaci entre los dedos

Tna lueha entre clases cTe sangre española,debla ser terrible cualescluiera que fueran susjefes, sus principios y su medio. Veinte y tantosaflos despuOs dc 1810, henios visto que en Espa-ila durante la guerra civil entre carlistas y ens-tinos, ci generalNognerai 'usiió a la anciana

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madre tie Cabrera v éste en contestación fusilóA veinticinco damas esposas de oficiales cristi-nos. La trueldad en la lucha no iha a dtpendcrde los seutimientos del cura Hidalgo. La cóieraespañola tenIa que conservar su reputación derival de la cólera dc los caribes.

xLauzando el cura Hidalgo ci grito de mdc-

pendencia para dar deleite al sentimiento deamor por la patria, tenIan que aparecer forzosa-mente en el combate; el amor de los indios porci exterminio de los biancos y mestizos, ciamor de los mestizos por la destrucción de losblancos, ci arnor de los intelectuales por la de-rnagogia, ci arnor de la ciase media por la em-pieomanIa, el amor de los militares por ci des-potismo, ci amor de los rancheros en su parte.sana por la patria y la libertad; ci amor de lasgrancles legiones de contrabandistas por todaclase de atent.ados; ci amor de las plebes porci pillaje, el anior de la elase respetabie por suegoIsnio y la petrificación social, ci amor dclelero por su servilismo ante el trono, el amordc los españoles decentes por ci intransigentemonopoijo burocrático, ci arnor d los pluto-cratas (Ic alma campesina por las crueldadesearibes; en fin tenIa one aparecer ci amor decada iii-lo por lo que le marcasen sus pasiones.El sentimiento del amor a Ia patria existIa entodos. pero corno la patria no es un ser abstrac-to, cada cual sentIa el arnor patriOtico como ciamor a la presa favori-ta de sus tremendos ape-titos 6 nobles sentiniientos.

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El cura Hidalgo no era responsable de todaslas fuerzas caoticas y civilizadoras Que contie-ne una sociedad. Cómo revolueioiIario, hizornal en determinar la eonflagración general?

XI

He dieho que una revolución es un choquepolitico de dos clases sociales La polItiea esla lucha por el poder con objeto determinado,y como solo puede gobernar una minorIa, quie-re decir que toda revolución tiene por objetola renovación de una aristocracia carcomida,caduca é inservible, por una aristocracia sana,viril y representante per sus intereses é ideasde algñn progreso; por tal motivo, las revolu-ciones en general son benéficas, porque son ex-cepeionales las revoluciones regresivas llama-das reaccionarias, cuyo tipo es el carlisnio deEspaña.

Hay dos casos que considerar: primero, laaristocracia pretendiente existe en la socied'adfrente a la aristocracia gobernante antes de larevolución. Segundo: no existe y en ese casocorno no puede haber gobierno, mientras no ha-ya quien pueda gobernar, es ndispensable quela revolución ejecute dos obras: derrocar a laaristocracia establecida y formar la aristocra-cia que debe substituirla.

Las revoluciones solo pueden formar aristo-cracias militares y para ello es indispensableque ci objeto de la revoiueión sea despojar detodas sus riquezas y especialmente de la pro-piedad territorial a la aristocracia estabieeid.

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La conquista del Nuevo Mundo por Herm'nCortés, es buen tipo de la formación de unaaristocracia por Ia guerra: un grupo de prole-tarios de extraordinario valor y audaeia, man-dados por un jefe de graii genio militar des-embarcan on el Nueo \Iiindo. exterminan a Iaaristocracia azteca, la dtspojan de todos susriquezas, especialmente de la propiedad terri-torial, Sc poneii en su lugar y con los elementosdc la aristocracia exterminada siguen conquis-tando naciones y tribus. Si los conquistadoresno hubiesen despojado a la aristocracia aztecay a todas ]as de las demás naciofleS que Cofl-quistaron de la l)roPiedad territorial, no hu-hieran eonstituicla aristoeracia militar, pues losdos elernentos constitutivos de ésta, son la esa-da y la propiedad del suelo conquistado.

La revolución no puede formar plutoc-raciasporque éstas las forma, las sostiene y las en-grandece, ci industrialismo y los guerreros noI)uedefl iniprovisarse negoeiantes, ni están edweados para emplear el dinero del botIn en em-presas industriales. Lo harAn uno 6 dos guerre-ros, no la heróica elase guerrera caracterizadapor su arnor a la disipacion.

La revolución tampoco puede forrn'hr una(lemoeraeia, por cousiguiente una revolu eiónsOlo puede formar irna aristocracia militar 6una dictadura rniiitar.

XII

j, Nuestra revoiuciOn d i n(iependencia podiaformar una aristocracia niilitar? Si. siempre

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(tue hubiera puesto en sii bandera el despojode los agrarios latifundistas a beneficio de losgrandes heroes revolucionarios. Pero entoncesla revolución habrIa tenido que luchar contrala plutocracia abarrotera, contra España, con-tra ci clero, contra el ejército y contra losagrarios latifundistas, quienes viCndose ame-nazados de despojo y no teniendo espada pro-pia, sI podIan emplear soldados mereenariosde primer orden enganchados en Europa y Es-tados Unidos y en ese caso la revolución detipo enteramente antisocial hahrIa sido aniqui-lada en muy pocas semanas.

No siendo posible It Ia . revoluciOn de iiide-pendericia formar una aristocracia militar, so-lo podia formar una dictadura militar ó man-tenerse en la, anarquIa.

El dietador de la revolueión se forrna en ellaexciusivaniente por el prestigio militar. en-ten-tiendose como tal el prcstigio del héroe, que

con sus armas sahe ganar batallas y sahe tam-bién ganar Ia confianza de la sociedad, dándolegarantlas (Ic que gobierna y de que sal)rá go-l)ernar. Pero no es posible ilegar It lo segundosin obtener lo primero, ganar batallas; y losguerrilleros al frente de sus guerrillas no pue-den ganar hatallas. El instrumento para ganarbatallas es la fuerza militar y como no puede ha-her fuerza militar sin el arrnanieiito militar de laCpoca, Ilegamos a la siguiente precisa conelu-SiOfl: irna revolución sin fusiles en 1810 no po-dia formar su dictador y tenIa que mantenerseen la anarquIa mientras no tuviera fusiles

Ya he dieho que los ñnicos medios de obtener

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fusiles era por compra a los soldados del Vi- .rrey. por defección de éstos y por la aeciónmuy lenta de las guerrillas en los pequeñoscombates que les fueran favorables.

LSe puede hacer cargo al eura Hidal-go de no haber empleado dos millones por lomenos en fusiles, de los c'uatro que adquiriótomando Guanajuato y Valladolid? No, porquela acción de comprar fusiles a los soldados delenemigo era muy leuta y el cura Hidalgo no po-dia despedir a su horda que le estaba dandomuy buenos resultados corno hahIa sido la to-ma de Guanajuato y Valladolid. mientras sehaeIa de fusiles, y tampoco podia acuartelara la horda mientras aparecIan los fusiles; tenIaque hacer lo que hizo, marchar con la hordamientras ésta fuera conquistando aldeas, vi-has y ciudades con la facilidad con que eon-quistó a Valladolid. En mes y niedio y por ciprocedimiento africano ci cura Hidalgo estuvoA punto de tomar la ciudad de Mexico y en elplazo de mes y medio lo ns probable es queno hubiera podido obtener por compra qui-nientos fusiles.

El segundo medio de obtener fusiles era ladefacción de los soldados del Virrey y no seopuso a ella el cura Hidalgo. al eontrario pro-euro favorecerla y sin embargo ci contingentede la defeeeión fué mezquino. El tereer mediode adquisición de fusiles, era conio tanto hedicho por la aceión lenta de las guerrillas yla horda del cura Hidalgo se formó antes cluelas guerrillas. La guerra de guerrillas caracte-riza a los perIodos segundo y tereero de nues-

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tra guerra de independencia. ,,C&mo es posibleexigir al cura Hidalgo que hubiese adquiridolos fusiles ciue necesitaba para la acción miii-tar por medio de las guerrillas cuando éstas noexistIan todavIa? Pero supongamos que hubie-ran existido; he dicho y nadie puede contra-riarm.e que la acción de las guerrillas para ha-•cerse de armas era muy lenta y el cura Hidal-go solo duró al frente de la revolución cuatroineses contados desde el 17 de Septiembre de1810 a 17 de Enero de 1811, fecha de la bata-ha del Puente de Calderón.

Pues bien, si como lo probe con rigor lOgicoinflexible para ser dictador de la revolución,eran necesarios los fusiles y acabo de probarque el cura Hidalgo no pudo obtener fusiles,ten go dereeho a concluir que ni el cura Hidal-go ni hombre alguno cualquiera que hubierasido su genio militar, pudo haber sido dictadorde la revoiuciOn en los cuatro meses que laacaudiiió ci cura Hidalgo. Y como a nadie sehe puede hacer cargo por no haber ejecutadolo imposibie, coiicluyo que es justo absolver alcura Hidalgo del cargo de haber mantenido laanarquIa en la revoiución, desde el momentoen que la dictadura, su ünieo remedio, erai imp os i bi e.

XIII

Veamos el otro cargo: LPor si el curaHidalgo no tenIa elementos para reprimir laanarquIa dentro de la revoiución. desencadenót.odas las fuerzas terribles destructoras, ilevan-.

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do a su pals como decIa el Dean Beristáin, auna eonflagración diabóliea solo igual en los in-fiernos?

Todo eso de conflagración diabOlica segünla, literatura de pülpito, es muy exagerado tra-tándose del primer perlodo de nuestra guerrade independencia y lo probaré cuando me ocu-pe de los crImenes de la Revolución. La socie-clad de Nueva España no habla preseneiadguerras despues de la conquista, y si habla ltl-do como ejercicios de devociOn las guerras delos cristianos contra los moros en España, con-tra los judlos y contra los infieles herberiscosPero en materia de guerras, la, dama más deli-cada, afligida de enfermedad cardiaca y eui-dándose contra las emociones fuertes, puedeleer Ia descripción de todas las batallas y ma-tanzas extraordinarias que ha habido en elmundo sin Ia más pequcila agitación. Naclieha visto que una dama caiga en slncope cuan-do en lectura sagrada se impone de la ruinade Sodoma y Gomorra, de la destrucción de Je-rusalem por Tito 0 de Ia degollaciOn de milesde niflos inocentes por 1-lerodes; mas esa mis-ma dama no podrá presenciar sin deseompo-nerse por el horror, la, estrangulación de unaave de corral por su cocinera. La sociedad de1810 vivla en la paz de un convento dc monjas,hablando como las rnon.jas y con la sensibilidadde las monjas, y Ia revolución que estafló en1810 le produjo ci mismo efecto que hubieraproducido a las monjas, clue algunas noviciasSe hubieran lanzado cuchillo en mano a dego-liar a Ia ahadesa v a los confesores, gritand

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inueras y J)idiefldu aguardiente, y arm enandosolo hubiera resultado un lego m'uerto y itnamonja hernia, habrIan declarad 0 que el mnuidohabia liegado a sri Oltimo dIa y que hasta 1 soty los astros se hablan apagado.

Cuando una sociedad está regida poi- rimdéspota. 'Os apóstoles rnás honrados y subljrnes.y los demagogos nláS bandidos. se ocupan •npresentar al pñblico todos los males que causael déspota, muy exagerados y jamás Se ocupan(le presentar los males que el d'espotismo inipi-de. En sociologla no hay despotismos absolutos:si los males que causa un déspota son inf&rio-res a los que impide con sri despotismo. eseiéspota es un civilizador a quien se debe bt'sar-Ia mano. Si por el eontrario causa inás males1ue los que im.pide, sri despotismo es antiso'ialY se ic debe derrocar.

Ya dije que cuando en ma socied.d hay dosaristocracias; nobleza y plutocracia; se esme-ran en combatir militarmente para evitar cluelos males sociales se con1prime ci despotismo.del gobierno Se deseneadenen y conviertan la,revohteiOn en un azote que la prive de part nia-rios Pero cuando el choque tiene lugar entreclase proletaria eontra la clase propietarja. en-tonees si la, revolueiOn acaba con el despotismodel tirano, acaba también con las fuerzas queniantenIan enjaulados a nrultitud de monstruosinvisibles hasla ese monl.ento para la sociedad,ésta tiembla ante el peligro de perecer y mal-(lice la revohtcjón y a los revolucionarjos SmoIlegando a Ia revoluejOn, la sociedad estirna laacción benéfica. poca 6 mucha que ejerela e1

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.despotismo, y muehas veces cuando los revo-lucionarios obran de buena fe se sorprenden deIo horrible de su obra.

Si una revolución de proletarios tiene forzo-samente que inaugurarse por un perIodo deanarquIa; los que proyectan esa revoluciófl nopueden prescindir de envolver a la sociedad enesa anarquIa como sudarios de pestIferos.Ahora bien, si la revolución forma suaristocracia militar quedará fundado ungobierno sólido y constitucional; si lo queforma es una dictadura militar ó sea uncesarismo, la sociedad quedará sujeta al siste-ma pretoriano; si no forma ni lo uno ni Jo otrola anarqula se mantiene y la revolución fraca--sa después de un cierto tiempo, porque la so-ciedad desesperada reacciona y levanta al tira-no ya derrocado ó en via de serb.

Todo Jo que acabo de decir que constituyeuna gran leeción de sociobogIa, es conocido y'no por el vulgo cien años después del grito deindependencia lanzado por el cura Hidalgo;pero cuando este caudilbo inauguró una revo-lución hizo 10 que todos los apóstoles ma's su-blimes que en materia de revolución habIa te-nido el nundo, apóstoles que creIan que todolo clue hacIan los déspotas era malo y que losoprimidos por el hecho de ser vIctimas poselanlas más excelsas virtudes. El cura Hidalgo po-dia ser responsable por su conducta si hubierasido revolucionario en 1910 cuando ya es posi-ble preveer el desenvolvimiento y fin de unaTevolución; mas nuestro héroe no puede serresponsable de haber sido en tiempos en

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que se creIa que una revolución tenIa que ser-forzosamente una liuvia de oro, de virtuds ydelicias sobre el cadaver ensangrentado de Un.tirano. Hoy, cuando vemos la revolucjón en Ru-sia, en TurquIa y en Persia y cuando oImos quelos pueblos revolucionados, creen que extermi-nando a sus autócratas van a fun-dar la liber-tail como en Inglaterra, Suiza ó Estados TJni--dos, compadecemos tanta inocencia y nos pre-paramos a consolar con discursos, sermon-es ylibros a los descepcionado8 cuando ileguen alperIodo de enfriamiento propio para la refle-X I UI I.

En euaiitb al cura Hidalgo obró bien porqueal lanzarse a la revolución tomó a su cargo unagran causa. y la anarquIa que la desprestigió.durante la lueha no fué obra suya, sino obracruel ó inexorable del medio social, quien im-puso al cura que quiso ser caudillo, ci gloriosopapel de vIctima, pues el verdadero caudiflotenIa que ser la ley suprerna regente de la evo-lución de nuestra sociedad en su ambiente fl-sico é histórieo.

XIV

Alemán dice entre tantas cosas contra ci cu-ra Hidalgo: "Tales son siempre las revolucio--nes mal calculadas y en que no se cuenta conlos medios dc ejecución suficientes para unaempresa atrevida." (1)

Juan Huss, estableció ci principlo de que

(1) Alamãn, Tomo 10., pág. 402.

WK-

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todo católico debIa ser libre Para predicar lapalabra de Dios. En el Nuevo Testarnento apa-reeIa sa palabra con toda su pureza, luego de-bIa haber lil)ertad Para predicar el Nuevo Tes-tameilto. Huss era eclesiástico de conductaejemplar. eonfesor de la reina, y jamás Pens()en rvo1ueionar por la causa de un cisma. Elpueblo hohemio era piadoso y hubiera matadoal profeta que se hubiera atr-evidu a decirleque dehIa caer en la herejIa y realizar una delas revoluciones cismâticas más terribles dela era cristiana. La cuestión que promovIa Hussera de simple teologIa y lo ma's que los calcu-ladores pudieron calcular en la materia, era litaparieión de un hereje y su aniquilarniento in-mediato por la omnipotencia de la Iglesia. Sinembargo de aparecer la cuestión tan seneilla.Juan Iluss sin quererlo fué irno de los inásgrandes revolucionarios y la revolticion quedesenvolvio contenIa la guerra de eastas, laguerra polItica con bastantes aspiraciones de-moeráticas, la guerra extranjera, la guerra re-ligiosa, y la guerra civil dentro de la misma re-volueión, que tuvo lugar entre la muerte deZizka y la aparición die Procopio el Grande.La revolueión 1Ieva el nombre de Huss, puesse le llama. hussita y rompió la unidaci católi-ca universal en Europa. No cabe duda que Hussfué tan mal calculador de revoluciones comoel cura Hidalgo, y el mismo gran revoluciona-rio jarnás pudo figurarse que trabajaha por laIlibertad de conciencia.

El rey de Inglaterra, Enrique VIII, .quisodivorciarse para contraer nuevo matrirnoniO

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con Ana Bolena. Un burgués Tornás Cromwell.rnuy anibicioso, conociendo que las tres gran-des psiones del rey eran las mujeres, el dine-ro y la oninipotencia, haiago al rey inculeándolela idea de ser ci jefe de la Iglesia católica deInglaterra, enriquecerse con los inmensos bie-nes del clero y sentnciar él mismo su causa dedivorcio. To'rnás Croiwe1l fué verdaderamentequien dió el grito de independencia de Inglate-rra para librarla del Yugo del Papado. TornásCromwel 110 se figuró que trabajaba por ciprincipio de las nacionalidades contra ci prin-cipio romano del imperialismo militar, substi-tuido en la Edad Media por ci imperialismo Ca-tólico de dereeho espiritual y tainbiéii temporalcomo lo sostuvo el Papa Inoeencio III. El minis-tro Cromwell, tampoco se pudo figurar que ibaA dar al protestantismo y que ereaba el esta-do revolucionario crónico en los palses latinos.pues no ha cesado la lucha entre el Papadopretendiendo colocarse sobre la soberanIa delas naciones y los gobiernos de éstas defendien-do eon nths ó menos vigor, ci principio de lasnacionalidades. Para los sociólogos como Ala-man, ci ministro Cromwell consejero de En-rique VIII de Inglaterra, es el ñnico responsa-ble de la polItica del ministro español Canale-jas y del grave conflicto entre Espana y el Va-ticano que amenaza lievar las cosas a pleno es-tado revolucionario.

Lutero no ambicionaba rnás que la paz conDios y para obtenerla se habIa dedicado a lalectiira dc los padres (Ic la Iglesia y del Após-tol San Pablo. En un rengión paulino ieyó que

Ll

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para salvarse era indispensable tener completafe en Jesueristo. De aqul sacO su doctrina de lajustificación por la fe y sentó como principioevidente (411C todo el que ama a Dios no debeposeer niás que la sabidurIa de la Cruz la queIntegra se encuentra en los evangelios. Eraotro modo de Ilegar it donde habIa ilegadoMiss, pero Lutero no lo copiaha, no querIa Se-pararse del papado, lo ünico que pretendIaera clue por medio de una amplia controversiapñblica lo convencieran de sus errores. Lascosas siguieron el curso que debieron seguir;estalló una guerra europea religiosa que durótreinta aflos, y cerca de cuatro siglos de guerrasciviles en todos los palses latinos. Lutero sinsaberlo como Huss, habIa trabaj ado por la ii-bertad de conciencia que en 1910 todavIa lacombate por todos los medios posibles, corn-prendidos los revolucionarios, la Iglesia cató-lica•

Los revolucionarios ingleses de 1640, conioPyrn, Hampden, los condes de Bedford, deEssex y lord Say, solo querlan dar un paso enci pa riament an smo constitucionalLzando la mo-narquIa. Jamás pensaron en hacer ci menorinal personal a! rey. Y no obstante la revolu-ción siguió el camino que debIa lievar, ci sis-tema monárquico fué abolido. ci rey fué deca-pitado, Se fundó una Repiiblica, la ahogó ensus primeras convulsion-es un cervecero quegobernó despóticamente a su patria, vino lareacciOn monárquiea y los ingleses consolida-ron sus viejas lihertades y adquirieron otras.

En Francia, y en 1789 los fundadores de Ia

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revolución como Necker, eran monarquistas ii-berales moderados, y al conseguir que el reyfirinara la convocacjón de loS Estados Genera-les no trataron de revoluionar. En los Cua-demos presentados 'por ci Tercer Estado sehablaba de respetar todos los privilegios, deldemo, del rey y de la nobleza y lo ñnico que sepretendIa era corregir la arbitrariedad. Reu-iiiclos los Estados Generales se discutió y fu&aprobado ci voto por cabeza, con lo cual y ad-rnitiendo que toniara parte en la polItica elCuarto Estado ó sean las plebes, quedó des-truida la lihertad, la propiedad, los derechosdel hombre más rudimentarios, levantado laguillotina y conservado el terror como mediode gobierno. limposibie cjuc Necker y sus ami-gos se huhieran figurado que la revolución ibaA decapitar al rey y a la reina, a barrer con to-do To establecido y a inteutar improvisar todo,eon entera independeneia de su pasado de ma.-nera tal, que la humanidad habIa de tener doscunas, la del ParaIso Terrenal y Ta de la torn.ade la Bastilla.

En la guerra de seseción de los Estados TJni-dos, sus promovedores nunca propusieron abo--hr la eselavitud, simplemente que no se exten--diera hacia 'el Nortc•, quedando libre de exten-derse al Sur. La Revolución, sin dar gusto asus autores, hizo lo que le convino hacer, 1aeselavitud quedó abolida, ci poder federal con-sohidado y se formó una verdadera nación ab..-sOrbJPfld() en lo moral a las soberanIas federa--ti v as.

Karl Marx en su eélebre libro Das Kapitalindepen dencia,-15

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LOS DEPOSITOS DE EXPLOSiIVOS

emite sus ideas muy pausadamnte con la an-dez propia de los tratados dc econonila politi-Ca. Las verdades que expone y sus sofismas sonmuy profundos, en grandes tramos el libro esdifuso, pero no se encuentra una sola palabraque signifique intención de apelar a la violen-cia para conseguir el triunfo de sus principios;para nada se habla de revolución, ni aparecenamenazas; el tono es tan pacIfico como elque se usa en los libros de matemáticas. El au-tor, asegura que basta a la simple evoluciónde las fuerzas econóniicas de la sociedad parairla transformando gradualniente en una orga-aiización menos dura para las clases trabajado-ras, sin que se diga cu-11 será esa organización.Y bien! Ese libro está ealificado como incen-

diario contra el regimen actual de la sociedad,los socialistas lo consideran su Biblia y no hayprograma revolucionario de ellos en el que.dejen de figurar conio fundamentales las ideasde 'Marx.

En Mxico, nuestra gran revolución dc Re-forma comenzó con el plan de Ayutla, cuyogran caudillo fué D. Ignacio Conionfort, y ter-minó con la toma de la ciudad de Mexico porel general Porfirio Diaz en Julio de 1867. Laguerra de Mexico con Francia fué el gran epi-sodio de la guerra de Reforma. D. Ignacio Co .

-monfort, el gran caudillo del plan de Ayu-tia, era liberal moderado, católico, apostólico,romano, opuesto a la libertad de eultos y ene-migo de imponer leyes por civilizadas que fue-sen .por me'dio de las bayonetas. El plan deAyutla ofrecIa: Derrocar la dictadura del. ge-

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neral Santa Ana, dejar en conipleta libertad alpueblo m.excano para que eligiese la forma degohierno que miás le conviniera, respetar losprivilegios del clero y del ejérèito y abolir elimpuesto de alcabala. Este plan que no mereeIalos honores de una revolución, obtuvo: Unaguerra civil asoladora y sangrienta de diezaflos, la caIda de la dictadura de la Iglesia ca-tólica, la separación de la Iglesia y el Estado,la nacionalización y dilapidac.ión de las rique-zas del clero, una guerra de cuatro aflos conFrancia; dos veces el peligro de protectoradode los Estados Unidos, el fusilamiento de unarchiduque de Austria, la extinción del ejérci-to aforado. En suma, D. Ignacio Com.infc,rtpensando hacer un juguete revolucionario Ian-z6 a su pals en diez años de guerra religiosa ysalvaje tan asoladora -Como la guerra de mdc-pendencia, habiendo ganado en ella no lademocracia, sino la perfecta soberanla de lanación comipletamente emancipada de la auto-ridad polItiea del Papado.

Por lo expuesto, queda probado que las re-voluciones no se dejan calcular, que hay revolu-cionarios como Huss, Lutero, Tomás Cromwelly Necker que lanzan a los pueblos a la revolu-ción sin saberlo y sin tener conciencia de queson revolucionarios; otros, como Pym y D. Ig-nacio Comonfort se proponen a hacer peque-ñas revoluciones easi de tocador y les resulianverdaderos cataciisnios que los espantan y has-ta los hacen retroceder como al caudillo Co-monfort.

El cura Hidalgo se propuso jugar su cab-ezaS

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228 LOS DEPOSITOS DE EXPLOSIVOS

eontra ci triunfo de una causa nobilisima y co-mo se ha visto, su plan efectivo de revolución,era sencillo, moral, natural, humanitario y muysensato: Substituir en el gobierno a los españoles por los criollos. Si le resultó lo que no es-peraba, no merece reproche, porque ni se cuen-tan las estrellas ni se calculan las revolucionescomo asuntos vulgares mercantiles.