animorphs 09 - el secreto

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Captulo 1:

Captulo 1:Me llamo Cassie. No os puedo decir mi apellido, aunque me gustara hacerlo porque es muy bonito. Y tampoco os puedo decir donde vivo, no tan solo los nombres reales de mis amigos. Por que? Pues porque el enemigo esta siempre detrs nuestro.

El enemigo: los yeerks. Son por todas partes. Se trata de una especie parasitaria provinente de un planeta muy lejano. De hecho, tan solo de unas babosas pequeas y de color gris. Los he visto en su estado natural, i se podra decir que se parecen a caracoles grandes, pero sin caparazn. Seria fcil chafar uno con la zapatilla porque no podra hacer nada por detenerte.

Pero los yeerks no viven en forma de babosas. Como ya he dicho, son parsitos. Veris, se introducen en la cabeza de otras especies, se extienden como una mancha de aceite, y se envuelven alrededor del cerebro. Y entonces cogen el control absoluto. Esto es lo que nombramos un controlador. Un ser humano que ya no lo es del todo, humano. O bien, un miembro de alguna otra especie que este controlada por un yeerk que se a introducido en su cabeza.

Puede que pensis que lo que os explico es una locura. Me imagino que si estuviese en vuestro lugar, tambin pensara que todo esto es de locos.

Pero a veces, hasta los acontecimientos ms sorprendentes resulta que son ciertos.

Los yeerks son aqu, por todos lados. Si creis que no conocis a nadie que sea un controlador, probablemente estis equivocados. El conductor del autobs de la escuela, el oficial de polica que conduce su coche de patrulla, el cura que da el sermn cada domingo, el presentador del telenoticias, la estrella de rock en aquel videoclip, la persona que te sonre cuando pasas por su lado en bicicleta, cualquiera puede ser un controlador. Tu profesor, tu amigo, tu hermana, tu madre y tu padre. Cualquiera de ellos, todos ellos. Y t no lo sabrs nunca, hasta que sea demasiado tarde para el planeta.

Nosotros luchamos contra ellos, pero solo somos un puado de chicos y chicas: Jake, la Rachel, Marco, Tobias, Ax y yo. Tenemos unos poderes un poco especiales, eso si, pero tambin sabemos que no podemos ganar la batalla solos. Luchamos con la esperanza que un da, prximo, los andalitas volvern y nos ayudaran.

Fue un prncipe andalita de nombre Elfangor quien nos dio estos poderes. Se estaba muriendo i estaba desesperado. Quera hacer alguna cosa para ayudar a la humanidad que ya venia condenada. Y nos otorgo el poder de transformarnos, de absorber al ADN de cualquier animal que toquemos y convertirnos. Y es de esta manera como luchamos contra los yeerks y todos sus controladores. Los controladores humanos que puede que alguna vez fueron nuestros amigos y parientes. Tambin contra los malvados y canbales controladores Taxxonitas, unos enormes ciempis de bocas grandes que crujen y desprenden una fuerte mal olor. Y contra los implacables i peligrosos Hork.bajir, que antes eran buenas criaturas pero que ahora se haban convertido en los soldados esclavos del imperio Yeerk.

Luchamos contra Visser tres, el lder de la invasin Yeerk en la Tierra. El nico controlador andalita que existe. El nico Yeerk que, al igual que nosotros, tiene el poder de transformarse. Y el asesino de Elfangor. Un asesino por naturaleza, un destructor. El ser que quiere convertir todos los humanos en esclavos y destruir nuestro planeta. Si no es que alguien lo detiene antes, nosotros por ejemplo. Cinco chicos y chicas normales y corrientes y un joven andalita que le llamamos Ax, contra el enorme poder del imperio Yeerk. Nos llamamos animorphs. Se supone que solo podemos utilizar nuestro poder para combatir los Yeerks , pero a veces es til para otras cosas.

Mi mejor amiga, Rachel, y yo estbamos en la escuela, en el oscuro y tenebroso laboratorio de ciencias. Haba sonado el timbre de la ultima hora i todos salan deprisa y corriendo hacia los autobuses o hacia los coches de los padres que los esperaban. Ya sabis como funciona: cuando se acaban las clases lo nico que deseas es salir de all cuanto mas pronto mejor. Pero ltimamente haba abandonado la escuela un poco. Veris, mi vida es bastante atrafagada. Mi padre dirige una clnica de rehabilitacin de la fauna salvaje en el establo de casa, y yo le ayudo, cuidando los animales heridos o enfermos. Y a dems, la historia de los animorphs tambin me quita mucho tiempo.

Bien, el caso es que tena que hacer un proyecto para la clase de ciencias. Haba construido un laberinto para una rata que haba bautizado con el nombre de courtney. Pens que un proyecto que tendra que ver con animales me resultara fcil. Me he convertido en ms animales de los que muchos nios han visto nunca. La courtney tenia que encontrar la salida en ese laberinto hecho de cartn, donde al final haba colocado unos sabrosos frutos secos y algunas semillas. Yo tena que dedicarme a tomar nota sobre el progreso de la rata. Tardara mucho en conseguirlo?

Rachel me miraba de arriba a bajo mientras daba golpes a tierra con el pie, impaciente. Miraba su reloj, y a continuacin el que estaba colgado de la pared.

- escucha, el colegio se a terminado hace ya diez minutos. Y todava soy aqu, entre estas cuatro paredes. Esto no puede ser bueno, es antinatural.

- Por que es incapaz de encontrar la salida? Me preguntaba en voz alta- Que problema hay?

- una rata entupida? Mm quiero decir que puede que tu rata no este muy espabilada. Este podra ser el tema del trabajo: .

- Qu te pasa? dije, ignorando Rachel y hablando directamente con la rata. Saque la Courtney de la caja y la coloque en medio del laberinto-. Huele los frutos secos y as encontraras la salida.

La Courtney levanto los ojos, me miro y comenz a contraer la nariz con nerviosismo.

-Eso no es ninguna respuesta- le dije-. Me hace falta un aprobado. No tengo ninguna intencin de suspender el trabajo i tener que dar explicaciones a mis padres, solo porque tu no te sales.

- Un suspenso! Repiti Rachel-. Crees que puedes sacar un suspenso? De ningn modo.

- Rachel, por que piensas que estoy aqu? Porque quiero subir nota, de un notable a un excelente? Si chica, resulta que si me espabilo me suspenden, y no puedo llegar a casa con un suspenso, porque querra decir que durante semanas sentira la misma cancin: .

A Rachel le vino un escalofro en imaginarse una escena tan terrible-

-Ei- me dijo-. Transfrmate en la rata y puede que as descubras que problema hay.

-Lo podra hacer- conteste poco a poco-. Peor es que Si Jake lo descubriese ya sabes la norma: prohibido transformarse si no es del todo necesario.

Rachel encogi las espaldas.

-Es necesario que yo salga de aqu, y tambin que tu saques una buena nota. Fjate, ya son dos necesidades!

Probablemente no la tendra que haber escuchado. Pero, de hecho, yo ya lo haba pensado hacia rato. Y lo mejor de Rachel es que siempre esta apunto para convencer a la gente para que haga algo que probablemente no sea muy correcta.

-T tambin lo tienes que hacer- Le dije.

- Por que? Por que me he de transformar en una rata?

-Recuerdas aquella vez que queras espantar el to aquel de los elefantes? No era yo, all, apoyndote? A dems, no podemos marcharnos de aqu hasta que descubramos que pasa.

Rachel giro los ojos en una expresin de resignacin.

- Deacueeeeeerdo. No tiene ningn sentido, peor lo har de todas maneras. Y a ver si acabamos con esto de una vez.

Adquirir el ADN de un animal no es nada complicado. Lo nico que tienes que hacer es tocarlo, Y concentrar tu mente en el animal, que se queda medio dormido, como si estuviese drogado. En un minuto esta hecho, y ya tienes un nuevo ADN rondando dentro tuyo.

- Tengo la sensacin que es una idea estpida- Dijo Rachel.

Hice una pila con unos cuantos libros para construir una especie de escaleras y as poder entrar en el laberinto despus de habernos transformado.

-Bien, pero la idea es tuya Rachel.

-Oh, si! Idea ma. Como si fuese a m a quien le preocupase como saldr una rata de un laberinto. Vamos acabemos con esto antes de que entre alguien- Dijo.

Me concentre, formando una imagen mental de la rata. I entonces Note que los cambios empezaban.

Me encoga muy deprisa. De hecho, yo no soy una persona muy alta, sino ms bien baja. Pero mucho ms grande que una rata, claro, as que el cambio de tamao era importante. La camisa y los tejanos que llevaba se hicieron anchos de golpe. Mire a Rachel. De su boca, aun humana, le salan unos largos bigotes.

El tamao de las vitrinas que tena a mi alrededor se fueron haciendo mas y mas grandes. Puede que hiciesen un metro de alto, pero de seguida me parecieron tan altas como un edificio de tres plantas. Las vetas que hace la madera eran enormes estampados murales. Las racholas linoleum de color tostado y verde parecan haberse duplicado y triplicado i cuadriplicado de tamao, hasta tener el tamao de un aparcacoches.

Mientras me encoga, en la ropa se iban formando pliegues i ondas encima mi como si se tratase de la vela hundida de un circo. La piel se me volva de un rosa grisceo, i de repente apareci pelo blanco. Las piernas y los brazos disminuan poco a poco, y la cara se me inflaba como un globo a punto de estallar. La nariz me creca, mas y mas, hasta que le rostro me quedo en forma de punta. Y entonces, los sentidos de la rata substituyeron los mos. Las orejas y la nariz se pusieron en marcha, como si alguien hubiera encendido el interruptor. Y los instintos del animal comenzaron hervir en el interior de mi mente humana para transportarle sus mensajes de miedo, de hambre y de ms miedo.

Captulo 2:La agudeza visual de la rata no era mucho mejor que la ma, de hecho era peor. Como muchos otros animales en los que me he transformado, sus ojos son mejores a la hora de captar movimientos, pero mucho ms torpes para distinguir colores y formas. Al no haber movimiento, todo lo que vea era como... no s... como aburrido.

A Rachel, sin embargo, la vea bastante bien. Estbamos hechas a partir del ADN de la misma rata as que prcticamente ramos idnticas. Observ su larga y desnuda cola rosada. La cola es una de las razones por las que mucha gente odia a estos roedores y, sin embargo, adoran a las ardillas.

Otra de las razones es que se han dado casos en los que las ratas han mordido a los humanos.

El odo de la rata era excelente pero, sin duda, su olfato era lo ms asombroso. Slo tena que arrugar la naricilla y me llegaba informacin de todas partes.

Captaba el aroma de las sustancias qumicas guardadas en los armarios, los olores persistentes de los cientos de chicos que haban desfilado por el laboratorio ese da, incluso las semillas y frutos secos del interior del laberinto que estaba encima de la mesa.

A partir de ese instante sent que el cerebro de la rata luchaba por abrirse camino. Sus instintos eran cada vez ms intensos. Not su miedo, no el miedo repentino y punzante que puede sentir un humano, sino el miedo innato de un animal desvalido perdido en un mundo de grandes depredadores. Y su hambre, el hambre de un diminuto animal que dedica cada minuto de su vida a buscar comida.

Pero adems percib su inteligencia.

Cuando te transformas en un animal, automticamente adoptas sus instintos, sus habilidades ms bsicas. No sucede as con sus recuerdos.

La rata estaba muy nerviosa. Tena miedo porque se encontraba al descubierto, por eso buscaba con desesperacin una pared para protegerse del ataque de un posible enemigo. Despus de todo no estaba tan mal.

, le pregunt a Rachel por telepata.

, convino.

Las diminutas patas de la rata se pusieron en marcha a toda velocidad.

En realidad no bamos muy deprisa pero, al estar tan cerca del suelo, nos lo pareca; mi naricilla estaba a menos de un centmetro del suelo. Por encima de mi cabeza se cernan enormes paredes, que no eran otra cosa que los laterales de las mesas del laboratorio, y continuamente tropezaba con rboles de un bosque poco tupido que no eran sino las patas de las sillas.

Me dirig como una flecha hacia una de las esquinas del laboratorio.

Entonces vi la mesa sobre la que haba construido el laberinto, y all arriba distingu a la verdadera Courtney. Antes de actuar comprob la zona.

El cuerpo del roedor result ideal para encaramarse con toda agilidad y rapidez hasta la mesa. La verdad es que con aquel cuerpo achaparrado y aquellas patas minsculas nadie hubiera imaginado que la rata resultara una escaladora tan experta, pero os aseguro que esa rata podra ir a cualquier sitio que se propusiera.

Localic la pila de libros que haba construido a modo de escalera en la pared exterior del laberinto. Vaya! Ahora s que pareca una pared de verdad, por lo menos deba de medir tres metros.

Ascend por los libros sin problemas. Las fotografas de la portada del libro de ciencias parecan enormes mosaicos hechos con azulejos de colores.

Llegu a la parte superior de la escalera y me asom al interior del laberinto, slo tena que saltar all dentro y recorrer los enormes pasillos, pero en ese momento sent miedo. Fue muy extrao porque, de repente, la idea de enfrentarme con la verdadera Courtney me puso muy nerviosa. Nunca me he sentido del todo cmoda utilizando los cuerpos de los animales, supongo que en el fondo me siento culpable.

Pero no haba ms remedio. Estaba all por algo, deba averiguar por qu Courtney no era capaz de captar el olor de los frutos secos. En teora debera poder...

, pregunt Rachel.

, contest.

Mir a mi alrededor sin comprender. Entonces sent una brisa, elev la vista hacia lo alto y all, a cientos de miles de kilmetros, tan lejos como la luna, descubr un ventilador de techo.

De haber tenido labios, habra sonredo.

Estaba ocupada felicitndome por mi perspicacia cuando de repente ocurrieron dos cosas a la vez: Courtney, la verdadera Courtney, apareci por una de las esquinas del laberinto y, al mimo tiempo, se oy un gran estruendo seguido de un murmullo de risas y pasos que se acercaban a toda prisa.

Courtney se qued inmvil y me observ fijamente. Yo la mir primero a ella y despus a Rachel. Mi amiga se haba quedado paralizada al igual que yo.

-Eh! Mirad! Son ratas! bram una voz. Era un chico, de eso no caba duda. No reconoc quin era pero por el tono empleado estaba claro que buscaba pelea.

-Qu asco! aadi otra voz-. Habra que exterminarlas a todas. Las odio con toda mi alma!

Eran dos y tenan ganas de divertirse. Su idea de pasarlo bien probablemente consista en romper algo. De cualquier manera eran gigantes comparados con nosotras tres tan pequeas.

De pronto todo fueron sombras y fuertes sacudidas. El mundo entero se estremeca a nuestro alrededor!

BOOM!, la mesa tembl como si se hubiese desatado un terremoto.

BOOM!

Dios mo! Una sombra se precipitaba sobre m. Sin dudarlo un momento, salt.

BOOM!, la mesa vibr por el impacto de la mano del chaval al golpearla, a pocos centmetros de donde yo me encontraba.

Despus, uno de ellos agarr el laberinto y lo puso boca debajo de forma que Courtney cay encima de la mesa. Estbamos atrapadas.

-Rpido! Trae una escoba!

, grit Rachel.

, exclam.

PLASH!, algo del tamao de un pino golpe la mesa. Era un palo de una escoba recorriendo la mesa. Dios mo!, aquel tronco iba a aplastarnos. Estaba cada vez ms cerca.

Entonces salt. Las ratas no suelen saltar, pero cuando no hay ms remedio, ya lo creo que saltan.

Justo cuando el mango estaba a punto de alcanzarnos, Rachel y yo conseguimos esquivarlo de un salto.

Courtney aprovech para correr en direccin opuesta.

Cruzamos la mesa a toda velocidad hasta llegar al filo. Era como asomarnos desde la azotea de un edificio de cuatro plantas. La distancia hasta el suelo era enorme.

De pronto, una sombra, una turbulencia en el aire... No haba tiempo para andarse con tonteras.

Saltamos al vaco, y un segundo despus el mango de la escoba aterrizaba justo en el sitio desde donde habamos saltado.

Pareca que no llegbamos nunca al suelo. Abajo, las baldosas del suelo ofrecan el aspecto de extraos campos sembrados. Era como hacer paracaidismo acrobtico. Choqu contra el suelo, aunque mi mullida barriga amortigu el impacto. Mis pequeas patas eran demasiado cortas para frenar el golpe.

Una vez me hube recuperado, vi que los chicos ya no nos perseguan. Haban conseguido acorralar a Courtney a la que atosigaban con el mango de la escoba.

Eso es tpico de Rachel. Nosotras, que slo medamos unos treinta centmetros contando el rabo, contra dos chicos del tamao de Godzilla.

Pero sabis una cosa? Yo tambin estaba cansada de aquellos dos pesados y, adems, no poda permitir que matasen a la pobre courtney. Se haba convertido en algo ms que un proyecto cientfico, era ya casi una hermana.

Examin la pierna del chico que tena ms cerca. Pareca una secuoya, slo que era del color azul de unos vaqueros.

, le pregunt a Rachel.

, contest.

Corrimos tanto como pudimos que, por suerte, era bastante.

Nos colamos por las perneras de los pantalones. Clav las uas en los calcetines blancos de deportes y me impuls hacia arriba por la parte posterior de su pierna. Era como atravesar un tnel. La spera tela de los vaqueros me rozaba la cabeza y el lomo, y la piel rosada del chaval se extenda y curvaba ligeramente bajo mis patas. Para escalar ms deprisa le hincaba con fuerza cada una de mis uas.

-Aaahhhhhh!

De inmediato, el chico dej en paz a Courtney.

-Aaahhhhhh! El pantaln! Se me ha colado por el pantaln! Scamela! Scamela!

-Nooooo! Oh! Oh! Oh! vocifer el otro chico cuando Rachel le atac.

, exclam. El chico comenz a sacudir la pierna y yo empec a dar bandazos entre la pared de tela vaquera y su pierna. Luch con todas mis fuerzas por no caer mientras el chaval corra agitando su pierna como un loco.

-Aaaaaahhhh! Aaaaahhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh!

Salimos del laboratorio y, ya en el pasillo, los chicos no cesaban de gritar.

Me las apa para darme la vuelta y enfil hacia abajo. Tena que salir de all, y sin pensarlo dos veces me solt y abandon la pernera. Los chicos corran como si les persiguiera el demonio.

No volv a ver a Courtney. Supongo que encontr un lugar donde vivir entre las paredes del colegio. Al menos descubr por qu no consegua llegar hasta los frutos secos.

Rachel y yo buscamos un sitio seguro para volver a nuestro estado natural. Despus fuimos a su casa y le hicimos a su hermana una permanente casera. Un da como otro cualquiera.

Captulo 3: Esa misma tarde nos juntamos todos. Normalmente quedamos en la Clnica de Rehabilitacin de la Fauna Salvaje, es decir, en mi granero.

Nos solemos reunir una o dos veces por semana, excepto cuando tenemos alguna misin especial entre manos. Entonces, nos vemos a menudo. Me sorprendi la llamada de Jake porque no haba pasado tanto tiempo desde la ltima reunin. Que yo supiera, no haba ningn plan en marcha.

Yo esperaba que la reunin de aquella tarde no fuese muy larga porque la verdad es que no tena tiempo para nada. El colegio, vivir, todo eso lleva su tiempo, sabis?

Cuando los dems empezaron a llegar, yo estaba limpiando una jaula, la de un mapache, para ser exactos. Al pobre animal lo haba golpeado un coche en la autopista y la polica nos haba avisado. Muchos policas nos llaman cuando descubren a un animal herido en la carretera.

El mapache se pondra bien gracias a mi padre. Mientras tanto, haba que alimentarlo, darle de beber, administrarle la medicina y mantener limpia su jaula. En eso consiste mi trabajo.

Ese da, para trabajar, me haba puesto un peto sucio y unas botas de goma que me llegaban casi hasta la rodilla. Tena los brazos embutidos en unos guantes cuando apareci Rachel.

-Hola, Cassie.

-Hola, Rachel salud. Estaba agachada para limpiar a fondo la jaula del mapache, que, por su mirada, pareca a punto de saltar sobre mi cara y morderme la nariz.

-Dime una cosa, Cassie, a que te has comprado esa ropa en Banana Republic? Aunque es ms del estilo de Express.

Rachel es mi mejor amiga y eso que somos totalmente diferentes. Si la virais seguro que la tomarais por una cabeza hueca de esas que slo piensan en ir de compras. Pero si la miras con detenimiento empezaras a cambiar de opinin: Si la mirases por tercera vez, probablemente se te acercara, se plantara delante de ti y te dira:

-Qu miras? S, te estoy hablando a ti, te pasa algo?

Rachel es alta, rubia, guapa y valiente. Es Xena, la Princesa Guerrera, slo que sin el cuero.

Creo que somos la pareja de amigas que menos pega en el mundo. Rachel es capaz de cruzar la multitud enfangada durante una tempestad en un concierto al aire libre y salir como una de esas modelos de la revista Glamour. En cambio, yo me veo el da de mi boda con vaqueros, botas y unos calcetines que no combinen en absoluto.

Me separ de la jaula del mapache, sonre y me di la vuelta para que Rachel admirara mi conjunto.

-Te gusta? le pregunt-. Es un avance de la nueva coleccin de Ralph Lauren:

-Un da de stos te dar una paliza, te meter en un saco, te arrastrar hasta el centro comercial y te obligar a comprarte un vestido. Podrs llevar las botas si quieres, pero te pondrs el vestido.

-Ests de broma? le pregunt. Con Rachel nunca se sabe.

Se limit a sonrer enseando una fila de dientes muy blancos.

A continuacin omos que alguien apoyaba unas bicicletas en la pared y reconocimos las voces.

-Qu Batman puede con Spiderman? Venga ya, no esperars que me crea eso. Has perdido el juicio. Te crea ms listo, Jake, pero estaba equivocado. No te ofendas pero Spiderman machacara a Batman con una sola mano.

Era Marco, siempre tan trascendental.

-Slo tienes que fijarte en una cosa: su armadura- argument Jake-. La tela de araa de Spiderman no se puede pegar en la armadura de Batman. Homer, qudate aqu fuera, T no puedes entrar.

se es Jake, y Homer es su perro. Los perros no pueden entrar en el granero porque de inmediato empiezan a perseguir a todos los animales pequeos, no pueden evitarlo.

Jake y Marco entraron por la puerta pequea de uno de los laterales del granero. Jake iba el primero, como siempre. Si los animorphs tenemos un lder, se es Jake. Jake es fuerte por dentro y por fuera. Y tambin es guapo por dentro y por fuera. En fin, que es genial.

Jake ha tenido que hacerse mayor en poco tiempo. Es raro ser un nio y tener que actuar como una especie de general o algo as. Las decisiones ms importantes las discutimos en grupo, pero cuando nos encontramos en plena lucha, es Jake quien decide muchas veces qu hacer, el que toma esas pequeas decisiones cruciales que podran desembocar en un final fatal.

Me haca gracia comprobar que a Jake todava le gustaba mantener aquellas discusiones absurdas con Marco. A veces creo que Jake est sometido a demasiada presin, y eso me preocupa.

Jake y yo... bueno, ya sabis..., nos gustamos.

Marco estaba detrs de Jake. Es ms bajo que l y tiene el pelo ms oscuro y ms largo. Sus ojos son oscuros y risueos. Tiene una forma muy particular de ver las cosas. Est convencido de que al mundo hay que tomrselo a broma. Es capaz de soltar cualquier tontera a pesar de estar herido o muerto de miedo. Pero, a veces, sus ojos pierden esa expresin escptica y adquieren una mirada fulgurante y muy peligrosa.

-Cassie dijo Marco-, ests guapsima, como siempre. Tu uso del excremento como una manifestacin de moda demuestra tu buen gusto. Acto seguido mir a Rachel y retrocedi asustado-. Ah! Siempre que te veo ests ms alta. Vale ya, no? Deja de crecer.

-No te preocupes replic Rachel propinndole unas palmaditas a Marco en la cabeza-. No te desprecio por tu estatura sino por ser quin eres.

-Aaaarrrggghhh! exclam Marco llevndose las manos al pecho en un gesto de dolor-. Xena ha vuelto a clavarme otra de sus lanzas.

-Hola, Jake salud ignorando la eterna rivalidad entre Marco y Rachel.

-Hola, Cassie salud Jake mientras en su rostro se iba dibujando una sonrisa-. Por cierto, he odo una historia un poco rara. Al parecer dos chicos del colegio. Aseguran que fueron atacados por dos ratas del laboratorio.

-En serio? Yo no he odo nada repliqu intentando evitar ese tono de falsete agudo que siempre me sale cuando miento.

Jake arque una de sus cejas y yo rpidamente volv a mi tarea.

-Para qu estamos aqu? pregunt Rachel sin rodeos.

-No lo s contest Jake encogindose de hombros-. Tobias me dijo que os llamara a todos. l y Ax tienen algo que decirnos.

Justo en ese momento un batir de alas atrajo nuestra atencin. Un ratonero se haba colado por la parte superior del granero. Gir, se detuvo, extendi sus garras hacia delante y se pos con suavidad sobre uno de los travesaos del techo. Era un ratonero de cola roja. Su lomo es prcticamente marrn, ms claro en la parte del abdomen que est salpicado de manchas marrones y en todo tostado. Su nombre le viene de las plumas de la cola, que son del color del xido.

El ave nos mir con aquello ojos increblemente intensos entre marrones y dorados.

, salud Tobias con una voz silenciosa que slo oamos en nuestras mentes.

-Hola, Tobias respond.

Tobias es el quinto miembro del grupo. O es del todo humano. Cuando adoptas la forma de un animal, no puedes permanecer ms de dos horas transformado porque, de lo contrario, te pasar como a Tobias, te quedars para siempre atrapado en ese cuerpo.

As pues, Tobias tiene una mente y un corazn humanos, pero cuerpo de ratonero de cola roja y, por lo tanto, se ve obligado a vivir como tal.

-Hola, Tobias aadi Rachel-. Te esperaba anoche.

Tobias a veces va a casa de Rachel a ver la tele o a leer, cosas que no puede hacer en el bosque, donde vive.

El nombre completo de Ax es Aximili-Esgarrouth-Isthill. Es el sexto miembro de nuestro grupo y es todava ms raro que Tobias. Ax es un andalita.

, pregunt Jake.

-Por qu? inquiri Marco que empezaba a impacientarse.

Tobias descendi para estar ms cerca de nosotros y se pos sobre la puerta de uno de los establos. Antes de hablar, contempl el granero. En ese momento tenamos, a dems del mapache, un zorro, dos lobos, uno cuantos murcilagos, un puerco espn muy simptico, un par de liebres, un ciervo herido por un oso, muchas palomas, un ganso, un pollo de cisne, algunas gaviotas, un mirlo de ala roja precioso y un bho.

, pregunt Tobias.

-Mejor y le dimos el alta le inform. Veris, el guila real en ocasiones ataca al ratonero-. La soltamos en las montaas, muy lejos de tu territorio, Tobias.

Nuestro amigo no pareca muy convencido, pero en su semblante fiero de ratonero es imposible apreciar una sonrisa. Cuando era humano, Tobias era un nio muy dulce y un poco despistado. Jake intervino justo a tiempo de evitar que unos chulos le metieran la cabeza en el retrete. As se conocieron.

-No puede ser! exclam.

Los otros no se mostraron tan afectados por la noticia.

-Y qu tiene de malo? pregunt Marco.

-Pues que destruirn el hbitat natural de los animales y se quedarn sin casa! Que rboles centenarios se talarn para hacer madera! contest-. Eso tiene de malo.

-Y a m qu me importa todo eso? replic Marco frunciendo el entrecejo-. Se puede saber?

Iba a responderle pero Tobias me lo impidi.

-Una compaa madedera? sugiri Marco.

-Cul? pregunt Jake.

-Oh! exclam Jake.

-Yeerks? pregunt Rachel-. Para qu iban a talar los yeerks el bosque?

Yo saba la respuesta. El plan de los yeerks era evidente.

-Quieren destruir el hbitat natural le contest.

-Qu? Y qu sacan los yeerks exterminando a los ciervos y a los bhos? objet Marco, irnico.

-No es el hbitat de los bhos lo que los yeerks pretenden destruir repliqu-. A ellos les interesa otra especie.

Captulo 4-As que los yeerks estn aqu, en nuestro bosque. Muy bien aadi Rachel con su acostumbrado entusiasmo ante una situacin peligrosa-, pues vayamos a echar un vistazo.

-Si se trata de una operacin de los yeerks, debemos tener cuidado advirti Marco- porque nos estarn esperando.

, pregunt Tobias.

-Escuchad explic Marco asintiendo-, los yeerks estn convencidos de que somos una banda de andalitas, no? Porque creen que ellos son los nicos capaces de transformarse, y a partir de ah han llegado a la conclusin de que el bosque es el nico lugar donde esos andalitas se esconderan. Pensadlo bien, si de verdad furamos andalitas, no alquilaramos un piso, no os parece?

-Vivriamos en el bosque como Ax admiti Jake-. Por lo tanto la operacin de la tala de rboles no es otra cosa que una caza de andalitas.

-Exacto continu Marco-, lo cual significa que estn convencidos de que vivimos en el bosque y atacarn ante cualquier grupo extrao de animales que vean.

Estaba de acuerdo con Marco, pero haba algo que no acababa de entender.

-Cmo han podido conseguir el permiso para talar rboles tratndose de un parque nacional? pregunt.

-Y eso qu importa? contest Marco a la vez que pona los ojos en blanco, como si mi pregunta fuera una estupidez-, el caso es que lo han conseguido.

-Si vamos a investigar la zona no podemos hacerlo todos a la vez resolvi Jake-. Lo mejor ser dividirse en dos grupos y adoptar diferentes formas. Veamos lo que veamos, no actuaremos, de acuerdo?

Todo el mundo asinti.

-Bien, si nadie tiene ninguna objecin prosigui Jake-, yo ir con Rachel. Me transformar en halcn peregrino. Rachel, t puedes convertirte en un guila de cabeza blanca como siempre. Tobias nos guiar hasta all. Cassie, t iras con Marco, as obtendris una perspectiva diferente.

-Por qu no puedo ir con Rachel? pregunt. No es que me caiga mal Marco, pero a veces me saca de quicio.

-Porque t y Rachel o animis una a la otra para hacer cosas que no deberais contest Jake.

-Ya, como si t y Marco no hicierais lo mismo repliqu, molesta por su comentario. Estaba claro que saba lo del incidente de la rata.

-Supongo que tienes razn reconoci Jake y me gui un ojo.

Diez minutos ms tarde, Marco y yo atravesbamos el territorio ms alejado todava dentro de los lmites de la granja, muy cerca ya del bosque. La hierba crecida anunciaba el principio del bosque.

El bosque es enorme, se extiende hasta abarcar las montaas. Miles, tal vez millones de kilmetros cuadrados de pinos, robles y abedules descienden de las montaas en su camino de vuelta, que termina en los lmites de la ciudad. Nuestra granja se encuentra en las afueras, como muchas otras y ms que se estn construyendo.

Era una tarde clara, las montaas reflejaban el color rosado y lavanda de la puesta de sol. La brisa era fresca y ola a flores silvestres. En uno de los campos, al lado de la valla, pacan tranquilamente dos de nuestros caballos. Era una zona segura y cuando haca buena noche los dejbamos sueltos.

Claro que en el bosque se estn volviendo a introducir los lobos, quiz tengamos que cambiar esa costumbre. Una jaura de lobos puede acabar con un caballo fuerte y sano. Lo saba porque yo me haba transformado en una de esas fieras y, precisamente, me dispona a repetir la experiencia.

Llegamos al bosque. De repente pasamos de pisar hierba a caminar sobre pinaza y hojas cadas.

Entonces la luz disminuy y, segn nos bamos adentrando, la oscuridad creca. Alc la vista al pedazo de cielo azul que todava se poda vislumbrar por encima de nuestras cabezas. Pero el sol se estaba poniendo y se acercaba la noche. Las criaturas diurnas empezaban a interrumpir sus actividades y los animales nocturnos comenzaban a abrir sus ojos.

-Y si nos transformamos ya? sugiri Marco.

-S, nos moveremos ms deprisa convertidos en lobos corrobor.

-No se te pone la carne de gallina? Marco esboz una sonrisa-. Me refiero a esto de las metamorfosis. Dios mo, todava recuerdo la primera vez. Fue tan raro.

-Y todava lo es dije.

-Para ti tambin?

-Y por qu no iba a serlo para m? pregunt.

-Porque t eres la reina de las transformaciones explic Marco encogindose de hombros.

-Venga ya me re-, todos nos transformamos, verdad?

-S, pero incluso Ax reconoce que t posees un talento especial, como si tuvieras un mayor control sobre el proceso o algo as. Dice que incluso eres mejor que l.

-Eso no significa que no me resulte espantoso repliqu-. Analiza la situacin: nos encontramos en el bosque, est anocheciendo y me dispongo a convertirme en lobo. Eso podra ser el argumento de una pelcula de terror, no crees?

-S, se titulara .

- -correg.

-

Tras despojarnos de la ropa que nos sobraba y esconderla debajo de unos arbustos, empec a transformarme. Concentr mis pensamientos en el lobo, cuyo ADN formaba parte de m. Marco y yo ramos el mismo lobo porque ambos habamos absorbido el patrn del ADN de la misma hembra.

Mi mandbula comenz a estirarse. Los huesos de mi boca crujieron cuando las temibles y desafiantes fauces del lobo sustituyeron a mi pequea y dbil boca humana. Mis dientes humanos apenas podan rasgar un filete duro, pero con los colmillos del lobo podra arrancar de cuajo la garganta de un ciervo adulto. Sent un picor en las encas cuando los dientes empezaron a crecer.

-Ves? A eso meee refieru aadi Marco sin mucho xito porque sus labios y lengua estaban ya desapareciendo. Tuvo que esperar unos segundos para poder comunicarse por telepata.

Haba conseguido que la cabeza de lobo apareciese antes que el resto del cuerpo. Era una chica completamente normal excepto por el pelaje que me empezaba a crecer por todo el cuerpo y la enorme cabeza peluda de lobo surgida encima de los hombros.

El resto del proceso continu. Mis rodillas giraron, mis piernas encogieron y los pies dieron paso a unas speras almohadillas. El pelaje que ya cubra mi cuerpo creci y se torn ms recio y de un color grisceo.

Como ya no me sostena de pie, me inclin hacia delante y me qued a cuatro patas. Los instintos del animal empezaron a aflorar, pero como yo ya haba adoptado esa forma antes, no me fue muy difcil hacerme con el control de su mente.

Entonces se activaron sus sentidos y los mos quedaron anulados.

El bosque era una experiencia totalmente diferente para el lobo. Fue como si de repente me hubiesen transportado a un lugar distinto.

Mi odo humano tan slo era capaz de identificar el sonido del viento, los gorjeos de algn pjaro y el crujido de las hojas. Sin embargo, el lobo era capaz de orlo todo, desde un animal grande de cuatro patas rondando a unos cien metros a la derecha, hasta unas ardillas mordisqueando unas bellotas en sus altos nidos; desde los insectos que corretean por debajo de la pinaza que forma el lecho del bosque, hasta el ruido de los coches que circulan por la carretera lejana.

Pero el odo no era nada comparado con el olfato.

Para que os hagis una idea, en lo que se refiere al olfato, los humanos estamos ciegos. Podemos percibir el olor de una flor si sta se halla justo debajo de nuestras narices, o el aroma de un pastel de chocolate en el horno. Pero, en general, nuestro olfato est atrofiado.

Los lobos son los reyes del olfato. No os podis ni imaginar lo que supone tener el olfato de un lobo.

, grit asustada.

Era como estar ciego y recuperar de repente la visin.

El lobo es capaz de percibir el olor de nuestros caballos en el campo. Pero eso no es todo, por el olor distingue si los caballos son adultos y estn sanos. Reconoce el aroma de cada flor, rbol, hoja y seta. Sabe dnde hay agua, las tres zonas en las que puede encontrarla y tambin qu corriente es la ms fresca.

Adems captaba el olor de una ardilla listada, de una docena de ardillas, de campaoles, ratas, ratones, ciervos, de un gorrin muerto, de un mapache, no... de dos.

Incluso perciba mi olor, impregnado de la ropa que me haba quitado as como el olor de todos los animales y pjaros que haba tocado en el granero o junto a los que haba pasado.

El lobo era capaz de reconocer el olor de lo sucedido anteriormente. Saba por ejemplo que un humano haba atravesado el bosque haca unos das y que otro lobo, un macho viejo, haba estado all. Ola tambin la basura, a los perros y los gatos.

Pero adems le llegaba un extrao olor que de inmediato asoci con un andalita, que no poda ser otro que Ax.

Cuando se combinan esos dos sentidos tan poderosos, el del olfato y el del odo, es como si el mundo entero cobrara nueva vida.

, exclam Marco.

A los lobos les encanta correr.

Captulo 5:

Los lobos pueden pasarse toda la noche corriendo, sin disminuir la marcha y sin descansar.

En nuestra carrera, Marco y yo saltamos por encima de troncos cados, esquivamos rboles y matojos de espinos. Atravesamos praderas iluminadas por la luz de la puesta de sol y oscuros parajes plagados de altos pinos. Cruzamos ros, mientras nos salpicbamos uno al otro o saltando de piedra en piedra.

Corramos guiados por las sensaciones que invadan nuestra mente y la llenaban de aromas, sonidos, imgenes. Sabamos exactamente lo que ocurra en un metro a la redonda. Era como estar conectados a la corriente de informacin suministrada por la naturaleza.

Percibimos el olor del campamento maderero mucho antes de llegar a l. Luego, omos un ruido de mquinas y el rumor de una conversacin. Las voces eran humanas.

Entonces algo nos record que no ramos los nicos depredadores en guardia en aquel bosque.

, nos pregunt una voz por telepata. Se trataba de Jake.

, respond.

, contest Jake soltando una risotada. Me detuve ech la cabeza hacia atrs como si fuera a aullarle a la luna. A travs de un hueco, entre los rboles, vislumbr un trozo de cielo y ms arriba, muy lejos del suelo, distingu tres diminutos puntos negros.

Eran Tobias y Jake flotando a unos doscientos metros por encima de nosotros. Nos haban visto a pesar de la escasa luz reinante aprovechando los claros que formaban las nubes.

, inform Tobias.

, protest.

, me quej.

, respondi Tobias.

Marco y yo iniciamos de nuevo la marcha. Ya no bamos tan deprisa como antes. Debamos mantenernos alerta.

A travs de los rboles divisamos una luz, una luz artificial. Nos acercamos muy despacio, con el lomo encorvado, la cabeza gacha y las orejas erguidas. Husmebamos el aire con el fin de obtener alguna pista.

El edificio del centro de actividades era mayor de lo que pareca al principio. Estaba hecho de troncos de madera, una especie de estacin rstica al estilo de las utilizadas por los guardabosques. Tena dos plantas y un porche en la parte delantera.

En la planta baja, en los lados y en la parte de atrs no haba ventanas, pero s haba en la planta superior, aunque tan oscuras que no se vea nada.

En la parte alta del edificio haban instalado unos potentes focos de luz cegadora. El bosque haba retrocedido al menos treinta metros a cada lado del edificio y alrededor del mismo se extenda un terreno desnudo y pedregoso iluminado de tal manera que pareca un da soleado.

Contamos una docena de enormes mquinas aparcadas de forma impecable unas al lado de las otras. Excavadoras, gras de extraas formas, camiones y una mquina monstruosa que recordaba a un juguete gigantesco. Supuse que aqulla sera la utilizada para talar los rboles.

Mis agudos sentidos de lobo captaron el movimiento de varios hombres bordeando el permetro del claro. No estaban juntos, sino separados por una distancia de aproximadamente cuarenta y cinco metros y adems muy alerta.

El ms prximo a nosotros caminaba por la zona situada justo delante nuestro. Marco y yo nos agazapamos detrs de unos rboles y permanecimos inmviles.

El hombre vesta uniforme y calzaba botas de cuero que le llegaban casi hasta la rodilla. Adems llevaba un rifle automtico.

, observ.

Escuch atentamente para ver si me llegaban ruidos del interior del edificio, pero fue en vano. Una de dos, o no haba nadie dentro o haban insonorizado el lugar.

, me pregunt Marco.

, pregunt.

, contest Marco.

, admit. Me qued en silencio, haba odo un ruido, no... varios ruidos, algo se mova con sigilo.

Mir a Marco y descubr que tambin tena las orejas erguidas.

Sent una punzada de miedo. Mi parte humana estaba aterrorizada pero mi parte animal no. En ocasiones como sa confiaba ms en mi instinto humano.

, pregunt.

, se limit a responder Marco.

de pronto, Una luz cegadora! Luz que sala de todas partes. Fue como si por un instante el mundo se hubiese vuelto blanco, y el universo entero me estuviese observando.

BLAM! BLAM! BLAM!, algo cruji arriba, en los rboles que cubran nuestras cabezas. Alc el rostro y vi algo caer. Era una red!

Desde el cielo llovan enormes redes de metal con unas piezas muy pesadas en los extremos.

Dimos un brinco, una de las redes estuvo a punto de sepultarme, sin embargo, consegu apartarme justo a tiempo y escapar. Tan slo me roz el lomo, pero no me atrap

SHIUUUUUUNNNNGGG! SHIUUUUNNNNNGG!, un haz de luz roja brillante procedente de una de las oscuras ventanas del edificio hizo blanco a tan slo quince centmetros de donde yo me encontraba y pulveriz la base de un rbol y dej un agujero de unos quince centmetros que atravesaba el tronco de lado a lado.

Ech a correr, pero supe que algo iba mal. Marco! Dnde estaba Marco?

Me gir y mir hacia atrs. Dios mo! Haba quedado atrapado bajo una de las pesadas redes y por mucho que escarbara y se arrastrara no poda quitrsela de encima.

Retroced.

SHIUUUUUUUUNNNNGGG! SHIUUUNNNNNNNNGGG!

Los rayos dragn, casi plidos en comparacin con el resplandor que surga del bosque no cesaban ni un momento.

Llegu hasta donde se encontraba Marco, agarr el filo de la red con los dientes y con un esfuerzo descomunal logr levantarla. Pesaba muchsimo, no era de extraar que Marco estuviera arrastrndose por el suelo.

, exclam.

SHIUUUUUNNNNNGGGG! SHIUUUUUNNNNNGG!

No poda sostener la red por ms tiempo. Me dolan las mandbulas y el cuello se me doblaba. Marco no haba avanzado ni un milmetro y los rayos caan cada vez ms cerca.

Entonces comprend por qu los guardias haban desaparecido, estaban cruzando el bosque en direccin a nosotros. Media docena de hombres, empuando sus automticas, se aproximaban y sus sombras gigantescas se proyectaban en las copas de los rboles. Era una visin espeluznante y aterradora.

Entonces..., algo se movi algo ms rpido que un lobo o un humano. Algo parecido a un ciervo y que tambin recordaba a un caballo. Un rostro sin boca, unos ojos en el extremo superior de unas antenas y una cola de escorpin. Una criatura nunca vista en la Tierra se abalanzaba sobre nosotros.

, exclam.

Chasque la cola con un movimiento tan rpido que escapaba al ojo humano y arremeti contra la red con tanta fuerza que saltaron chispas al abrirse un boquete justo delante del hocico de Marco.

, protest Marco y, sin pensarlo dos veces, sali por el agujero y ech a correr. Yo le segua de cerca. Si ya de por s los lobos son rpidos, no podis imaginar la velocidad que llegan a alcanzar cuando tienen miedo y una mente humana aterrorizada.

Salimos de all zumbando, y tras nosotros, Ax.

BAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAMBAM!

Eran balas! Nos estaban disparando con armas tradicionalmente humanas, pero no por ello menos mortales. El ruido es mucho ms ensordecedor que en las pelculas y el miedo que sientes tambin es mucho mayor. En otras palabras, que te disparen en la vida real no tiene nada que ver con el cine.

, grit.

, bram Marco.

, exclam Ax.

Creo que esa noche dos lobos y un andalita batieron un rcord de velocidad.

Captulo 6:-Bueno, al menos hemos averiguado que o se trata de un campamento forestal normal y corriente- nos alent Marco.

Cuando llegamos a las afueras del bosque, ya cerca de mi granja, Marco y yo nos transformamos. Rachel y Jake descendieron e hicieron lo mismo. Tobias se pos en mi rama cercana.

Ax no paraba de mover sus antenas oculares de un lado para otro para comprobar que no hubiera nadie en los alrededores. Despus me mir con sus ojos principales.

-Por cierto, Ax, gracias -dije.

-En serio, Ax aadi Marco-, debajo de esa maldita red estaba enlatado. Tu cola es una maravilla.

Como es habitual en los andalitas, Ax no se comunica a travs del lenguaje hablado. Los andalitas no tienen boca y supongo que por eso utilizan la telepata.

De cerca parece un cruce entre un ciervo o un caballo y un humano con algn rasgo de escorpin, algo as como un centauro mitolgico. La parte superior de su cuerpo es como la de un nio. Tiene dos brazos de aspecto ms bien dbil y una cabeza con dos antenas movibles de cuyos extremos sobresalen unos ojos que se mueven en todas direcciones. Resulta casi imposible escabullirse a la mirada de un andalita.

Ax tiene el cuerpo cubierto por un pelaje de un color entre azul y canela, corto en el torso humano y un poco ms largo en la parte inferior, que es la que ms se parece a la de un ciervo. Sus cuatro pezuas son puntiagudas y negras.

Pero lo que en realidad llama la atencin es la cola. Su longitud le permite elevarla por encima de su cabeza y atacar a alguien situado frente a l, pero adems termina en una especie de aguijn curvado.

-Ninguno vio las redes puntualiz Jake-, deban de estar muy bien escondidas.

-Pero lo ms grave de todo es que nos estaban esperando intervino Marco-. No cabe duda de que se trata de una operacin dirigida por los yeerks. Me parece que lo que menos les interesa es el negocio de la madera, el nico objetivo de todo ese montaje es atraparnos.

-Estoy de acuerdo aadi Rachel-. Piensan que somos andalitas y estn hartos de que les fastidiemos sus planes. Seguro que estn convencidos de que nos ocultamos en el bosque.

-Pues casi aciertan seal Jake-. Ax y Tobias viven en el bosque y nosotros tambin pasamos mucho tiempo en l.

-No s si os dais cuenta de que nosotros no somos los nicos perjudicados repliqu.

Todos me miraron desconcertados.

-Lo que quiero decir prosegu tras respirar hondo- es que el bosque seguira siendo importante aunque Ax y Tobias no viviesen en l. Se me revuelve el estmago cuando pienso en toda esa gentuza talando rboles.

-Oh, no. No empieces con ese rollo de la Madre Tierra otra vez, quieres? protest Marco-. He estado a punto de ser pulverizado por uno de esos rayos dragn y no ha sido precisamente por intentar salvar a Bambi, te enteras?

-Escucha, Marco, no somos los nicos animales que viven aqu. Nosotros , todo el mundo debera tenerlo claro manifest.

-Cassie, a quin le importa eso? Luchamos para salvar al mundo de los yeerks. A quin le importa la ecologa, el reciclaje de latas o la deforestacin?

-A m respond.

-Bueno, a ti porque t eres as replic Marco-. Personalmente, me preocupa ms que unos cuantos yeerks hayan construido una fortaleza con el corazn del bosque para talar rboles con el nico objetivo de atraparnos.

Haba empezado a responderle cuando Jake levant una mano.

-Da lo mismo cules sean las razones. Lo importante es que todos estamos de acuerdo en que esto debe acabar, verdad? juzg Jake al tiempo que miraba a Marco y despus a m.

Su comentario me molest. S, entiendo que Jake debe considerar las opiniones de todos por igual, pero pareca estar de acuerdo con Marco en que lo importante era que nosotros nos salvramos y no que destruyeran el bosque.

Mir a Rachel en busca de apoyo, pero mi amiga pareca haber encontrado algo ms interesante que observar en el suelo.

, aadi Tobias.

-tenis alguna idea de por dnde empiezar? pregunt Marco-. Ese lugar es la Fortaleza de la Muerte.

-Y si lo volamos por los aires? sugiri Rachel.

-Quiz podramos utilizar sus propias mquinas para destruirlo aventur Marco-. el problema es que no contamos con el factor sorpresa porque cuentan con que tarde o temprano les hagamos una visita.

-Y entonces qu? No estaris pensando en rendiros tan pronto? pregunt Rachel y junt los labios hasta formar una lnea muy fina-. Es se el plan? Dejarles que avancen hasta que encuentren a Ax y a Tobias?

Ax no respondi.

-No quisiera parecer una de esas ecologistas fanticas dije en tono sarcstico-, pero no entiendo cmo es posible que los yeerks hayan obtenido un permiso para talar los rboles de un parque nacional.

-Y eso qu ms da? objet Marco, an ms sarcstico que yo.

-Porque a veces, Marco, existe una forma inteligente de hacer las cosas. Los yeerks no tienen, de momento, el control absoluto del gobierno, as que han tenido que conseguir un permiso legal. De lo contrario, este lugar sera un hervidero de policas, agentes federales y periodistas, lo cual no les interesa lo ms mnimo.

Por su expresin, Marco pareca tener un argumento slido con el que rebatir mi comentario, pero se limit a responder:

-Oh.

Jake arque una ceja y clav la vista en su mejor amigo.

-Ves, Marco, ste es un claro ejemplo de por qu Cassie es mejor persona que t. Podra haberse burlado de ti, que es lo que t hubieras hecho de haber estado en su lugar, y decir algo as como:

Marco no pudo evitar sonrer.

Jake me gui un ojo, y entonces le perdon por haberse puesto antes de parte de Marco.

-Qu se te ocurre que podemos hacer? me pregunt Jake.

Me encog de hombros. Odio tener que tomar decisiones que puedan comportar consecuencias terribles, como que alguien acabe herido o incluso muerto.

-Supongo que... La verdad es que... hum... Lo que est claro es que los yeerks han contado con la ayuda de alguien, alguien que seguramente es un controlador y que ocupa un alto cargo. Tenemos que averiguar de quin se trata.

, pregunt Tobias.

-Supongo que... Mir a Jake en busca de ayuda. Saba la respuesta pero no me atreva a decirla. Veris, siempre que llevamos a cabo un plan terminamos embarcados en una situacin de alto riesgo.

-Tenemos que entrar al edificio concluy Jake por m.

Asent, era lo mnimo que poda hacer.

-No se me ocurre ningn animal lo bastante grande como para forzar la entrada al campamento indic Rachel, haciendo un gesto negativo con la cabeza.

-Nada de animales grandes suger-. Pequeos, muy pequeos.

Captulo 7:

-Se puede saber dnde has estado? me pregunt mi padre en cuanto me vio entrar por la puerta esa misma noche. Mi padre estaba en la cocina, hurgando en la nevera.

Me pill por sorpresa, mis padres no acostumbran a hacerme muchas preguntas porque confan en m. Y por lo menos antes podan estar tranquilos porque creo que nunca les he contado una mentira, hasta que me convert en un animorph. A partir de entonces mi vida se ha convertido en una mentira continua y os aseguro que me siento fatal.

-Hum..., pues..., dando una vuelta por ah contest-. Por qu? Me necesitabas para algo?

-Y tanto que s! respondi de una manera muy solemne, as que deduje que no iba en serio. As es l. Tiene un sentido del humor un tanto especial. Al menos eso es lo que opina Jake par quien mi padre es el hombre ms divertido del planeta.

-Qu pasa?

-Acaban de llamar los de la patrulla de autopistas para informar de que hay un animal... un animal muy particular... en el arcn , a la altura del bosque. Han dicho que tena una quemadura grave.

No me gust el tono empleado al decir .

-Tenemos que ir hasta all continu mi padre y luego sonri-. Yo conduzco y t te encargas de recogerlo.

Profer un gemido. Slo haba un animal en el mundo al que mi padre tena miedo, y eso que manejaba sin problemas zorros, lobos, incluso osos. Pero ese animal le aterrorizaba.

-O sea que se trata de una mofeta, no? le pregunt.

-Exacto confirm asintiendo-. T tienes un don especial con las mofetas reconoci-. Les caes bien. Adems maana tengo una reunin con los directivos de una compaa de comida para gatos. No puedo presentarme ante ellos apestando a mofeta.

En ese momento apareci mi madre, que suba del stano. Traa una caja de seis botes de zumo V-8.

-Es todo lo que he encontrado en la despensa inform.

Os explico, el zumo de tomate es una de las pocas cosas que puede eliminar el olor a mofeta.

-Mam, no deberas ayudar t a pap? Yo... yo tengo que hacer los deberes.

-S, claro replic mi madre con irona.

-Esto es increble, los dos sois veterinarios cualificados protest-. Cmo es posible que os den miedo las mofetas?

-A m no me daban miedo declar mi padre en tono misterioso- hasta aquel incidente.

-Slo porque un mofeta te haya rociado...

-En la cara puntualiz.

-Slo porque una vez tuviste la mala experiencia...

-Me roci seis veces en tres segundos me interrumpi mi padre- y el olor me dur una semana entera. Tu madre me oblig a dormir en el granero, pero como a los animales les pona nerviosos mi presencia, tuve que plantar una tienda en el patio y pasar all la noche.

-Y despus tuvimos que quemar la tienda aadi mi madre entre risas.

-T, en cambio, tienes un don especial con las mofetas, hija insisti mi padre-, de hecho, con todos los animales. Venga, sabes de sobra que las mofetas te adoran.

-Una mofeta achicharrada sobre el arcn de una autopista no adora a nadie repliqu.

Diez minutos despus nos dirigamos al lugar de los hechos. Mi padre conduca su nueva camioneta; la vieja, a la que l tena tanto cario, se la haban robado y destruido por completo.

Bueno, al menos eso era lo que l crea. En realidad se la habamos tomado prestada para una de nuestras innumerables misiones. Marco iba al volante, pero lo cierto es que no sabe conducir. As que la camioneta se estrell en una zanja y acab siniestro total.

Lo nico que le gustaba de la nueva camioneta era el compact que llevaba incorporado porque loe permita escuchar msica. En esos momentos sonaba jazz del clsico o algo por el estilo.

Llegamos al lugar indicado por la patrulla de autopistas, nos detuvimos y pusimos las luces de emergencia.

-Con cuidado. La gente conduce como loca por aqu me advirti mi padre al salir del coche.

Los coches pasaban a ciento veinte kilmetros por hora o ms con las luces largas puestas. El bosque se extenda a ambos lados de la autopista. Con la linterna alumbr hacia los rboles.

Normalmente el bosque no me produce ningn temor, pero nos encontrbamos a unos doscientos metros del campamento maderero de los yeerks. Me resultaba extrao volver al lugar donde haca una hora haban estado a punto de matarme.

Llevbamos por lo menos veinte minutos recorriendo el arcn, salpicado de hierba, cuando la luz de mi linterna se pos sobre un montn de pelo blanco y negro.

-Papa! Aqu!

Se acerc corriendo y enfoc con su linterna el lugar que yo le sealaba.

-Ah est, s coment-, voy a por la jaula. Ponte los guantes, ya sabes que las mofetas transmiten la rabia.

-Pap, estoy vacunada.

-Ninguna vacuna protege al cien por cien me record.

Me acerqu hasta el animal, que percibi mi presencia y me mir con sus diminutos y brillantes ojos negros.

-No temas la intent tranquilizar, elevando el tono de voz-. Te vas a poner bien. Hemos venido a ayudarte. Tranquila.

Os contar algo sobre las mofetas. Son los animales ms dulces del planeta. No tienen ni pizca de malicia, no la necesitan, poseen la mejor arma de todas, aunque antes de utilizarla te avisan. Primero te dan la espalda. Si levantan la cola con la punta hacia abajo, tened cuidado porque va en serio. Pero si levantan la punta de la cola... lo llevas claro.

Si una mofeta te da la espalda y levanta la cola del todo, ests perdido. Creedme. Todos los animales lo saben, excepto los perros que, por desgracia, no entienden de mofetas. Pero los osos, los mapaches, los lobos y la mayor parte de las aves rapaces saben que no deben tomarse a la ligera una cola de mofeta.

Quiz suponis lo mal que huele el lquido que suelta la mofeta porque alguna vez habis pasado cerca. Os aseguro que no es nada comparado con la realidad. De cerca y en directo el hedor adquiere una dimensin totalmente desconocida hasta entonces. Imaginaos el peor tufo posible y multiplicadlo por mil. Aun as os costar haceros una idea.

-Muy bien, pequea susurr-, no me roces. Soy tu amiga, por favor no me roces.

Me acerqu un poco ms y me acuclill para reducir mi tamao y evitar que me considerase una amenaza. Me mova muy despacio, primero un paso y despus otro, le hablaba en voz baja como si fuera un beb. Tena la impresin de acercarme a un nio armado.

La mofeta se movi, y yo me qued paralizada. Luego se tranquiliz, y yo volv a respirar.

-Por favor, guapa, no me roces le supliqu. Me met la mano en el bolsillo y saqu un trozo de carne de ratn. En el granero tenemos ratones congelados para dar de comer a las aves rapaces. A las mofetas tambin les gustan los ratones y los saltamontes-. Toma, la cena.

Le acerqu el ratn, pero no pareca hambrienta. Sin embargo creo que eso la convenci de que yo no representaba un peligro.

Me agach a su lado y deposit la linterna en el suelo. Con mucho cuidado adelant mi mano para acariciarla.

La mofeta estaba temblando, tiritando y entonces comprend por qu.

Tena una quemadura semicircular en el lomo, como si alguien le hubiese extrado un trozo de carne con una cuchara.

-Rayos dragn susurr-. Estabas all, verdad? Pobrecita.

Cuando los yeerks nos disparaban a Marco y a m de rebote le haban dado a la pobre mofeta. Un animal inocente se haba visto envuelto en una guerra librada entre humanos y yeerks.

Los yeerks destruirn el bosque entero y a todos sus animales para atraparnos.

-Lo siento le susurr a la pequea.

La levant con mucho cuidado y la acurruqu entre mis brazos.

Captulo 8:

Habamos quedado en el centro comercial. Era sbado, y el centro comercial es un sitio normal para reunirte con tus amigos. Cuando el mundo en el que vives est lleno de posibles enemigos tienes que procurar comportarte con la mayor normalidad para no llamar la atencin.

Debes ser prudente incluso con tu propia familia y con tus amigos del colegio. En una situacin como sta nunca sabes en quin puedes confiar.

Los yeerks creen que somos andalitas y nos conviene que lo sigan pensando. Si averiguasen que somos humanos y, lo que es peor, que no somos ms que un grupo de nios, estaramos perdidos.

As que intentbamos no dejar ninguna pista y, sobre todo, que no nos viesen siempre juntos. No nos gustara que a algn profesor convertido en controlador se le empezaran a ocurrir casa como:

Tenamos que actuar con toda normalidad. Rachel segua yendo a sus clases de gimnasia y de compras, Jake y Marco quedaban para hacer unas canastas en el patio de la casa de Jake o practicaban con los videojuegos, y yo pasaba muchas horas en el granero cuidando a los animales de la Clnica de Rehabilitacin de la Fauna Salvaje.

Por desgracia no podamos hacer nada para que Tobias pareciese normal porque, para empezar, su aspecto ya no lo era. De todas formas, como humano tampoco haba llevado una vida demasiado convencional. Le haban hecho ir de aqu para all; una temporada viva con un to o una ta y poco despus se trasladaba a casa de otro familiar. Nunca haba formado parte de algo que pudiera llamarse familia y, por duro que suene, cuando un da desapareci sin ms, nadie pareci percatarse.

Durante una hora estuve siguiendo a Rachel, que se mova con soltura sorteando estantes de diferentes tiendas de ropa como The Limited, Banana Republic y The Gap entre otras.

Rachel posee un instinto natural para las rebajas. Siempre sabe cundo y dnde empiezan antes de que se anuncien. No le hace falta la publicidad, simplemente lo intuye.

Entramos en Express y nos dirigimos hacia una serie de mesas con un montn de jersis apilados. Rachel estaba buscando un tono verde que probablemente no exista.

-Qu hacemos? le pregunt.

-Qu? Mi amiga levant la cabeza. Estaba totalmente concentrada en un jersey que no dejaba de acariciar-. Ah, pues entrar, supongo. Si encontramos la manera, claro.

-Eso era justo lo que yo me preguntaba. Cmo lo hacemos? Cmo podemos colarnos en ese sitio? Ya s que a todos se nos ha pasado por la cabeza adoptar la forma de un insecto, pero si alguien est pensando en repetir la experiencia de las hormigas, yo me niego en rotundo.

-Espero que a nadie se le haya ocurrido replic Rachel sobresaltada.

Habamos pasado muchos momentos terribles estando transformados, pero lo de las hormigas haba sido la peor experiencia con diferencia. Fue una situacin espantosa porque, de repente, nos dimos cuenta de que ramos un ejrcito de hormigas forasteras invadiendo un territorio enemigo.

No os podis hacer ni idea de las pesadillas que he sufrido a raz de aquello.

Soaba con tneles de los que empezaban a brotar cientos de perversas hormigas soldado que se ensaaban con nosotros...

-Nada de hormigas insist y mir a Rachel a los ojos-. De acuerdo?

Rachel se encogi de hombros y despus consult se reloj.

-Es la hora. Ax viene con ellos, ser mejor que no les hagamos esperar.

-Ax? Oh, no.

Jake , Marco y un chico superguapo estaban sentados en el restaurante. Discutan casi a voces sobre quin haba ganado no s qu videojuego.

-Eh! Rachel! nos llam Marco cuando pasamos cerca de ellos-. Cmo vosotras por aqu?

A m no me gustaba demasiado todo aquel nmero. Me pareca un poco tonto fingir un encuentro casual, pero supongo que era la nica forma de estar juntos sin levantar sospechas.

-Ya ves, de compras respond-. Ya sabis que me encanta ir de compras.

-Por qu no os sentis con nosotros y probis los nachos? Estn deliciosos nos invit Jake con una sonrisa de oreja a oreja.

Mir el plato de papel que contena los nachos. No quedaba ni uno, slo el plato con alguna que otra mancha naranja de queso. En la barbilla de aquel chico guapo sentado entre Jake y Marco se vean rastros del mismo color.

Jake descubri lo que yo estaba mirando.

-Por lo menos no se ha comido el plato coment Jake poniendo los ojos en blanco.

-Hola me salud Ax-, mi nombre es Phillip y soy primo de Jake. Primo de Jake, primoooo-prriiiimoou. Estoy de visita.

No pude contenerme y se me escap la risa. Hace tiempo que Ax cre una forma humana muy particular a partir de la fusin de nuestros ADN. El resultado fue una extraa combinacin de todos nosotros. Era chico, pero con una belleza muy particular.

Su aspecto era el de un humano, aparentemente lo era, pero segua teniendo muchos problemas para acostumbrarse a esa nueva forma. Por ejemplo, como los andalitas no tienen boca, sta le fascinaba, y no poda evitar jugar con el sonido de las palabras.

Pero, sobre todo, nuestro querido amigo representaba un autntico peligro cerca de la comida.

-Estaban bueno los nachos? le pregunt.

-Saban a grasa y sal, pero haba adems otro sabor que me recuerda al del lubricante, delicioso por cierto, que prob una vez. Proobe-proub.

-Lubricante? repiti Jake-. Ax... digo Phillip... Recuerdas que te he dicho mil veces que las colillas y las hilachas que quedan en la secadora no se comen? Pues aade a la lista el lubricante.

-Vale asinti Ax-. Tenis muchas reglas para la comida, no?

-Muy bien intervino Marco, tras retirar una silla para que yo me sentara-, si ya hemos terminado con este viaje a la dimensin desconocida, hablemos de cosas serias.

-Tobias ha venido a verme esta maana inform Jake en voz baja-. Ha estado sobrevolando la zona en cuestin y cree que los controladores disponen de unos transponedores acoplados a los cinturones que les permiten atravesar el campo de fuerza.

-As que debemos hacernos con uno de sos concluy Rachel.

-No objet Ax inmediatamente-, un transponedor se activa con la firma bioqumica de su portador. Los yeerks no son...

-Chist! No menciones esa palabra le susurr Jake.

Vi que Marco miraba a un lado y a otro con rapidez para comprobar si alguien estaba escuchando la conversacin.

-Lo siento. Sieeeento-ientou se disculp Ax-. El plan de Rachel nunca funcionara.

-Tobias ha visto ms cosas aadi Jake y exhal un suspiro-. Dentro del campo de fuerza hay unos pequeos orificios en la base de madera del edificio. Segn Tobias, causados por termitas.

-Termitas? repet.

-As es respondi Jake.

-Jake dije tras tragar saliva-, las termitas se parecen mucho a las hormigas.

-Bueno, no son tan crueles replic Jake-. He estado investigando en Internet. Adems, si utilizamos una termita de esa colonia para absorber su ADN, se creern que pertenecemos a la misma colonia y no nos crearn problemas.

Me costaba respirar. A Marco le haba cambiado el semblante, estaba gris. Incluso Ax se haba quedado mudo.

-No lo dirs en serio, verdad, Jake? le pregunt-. Termitas? Te das cuenta de lo que ests diciendo? Termitas! Estaba histrica, supongo que todos se dieron cuenta.

-No se me ocurre otra forma de hacerlo protest Jake con la vista clavada en la mesa y mordindose el labio inferior.

-Cassie, tenas razn cuando dijiste que lo importante era saber cmo haban conseguido el permiso para talar el bosque. se es su punto dbil. Tenemos que averiguar cmo se las han ingeniado, y para eso no hay ms remedio que entrar en el edificio.

-A travs de los tneles de las termitas? pregunt Marco-. Un momento, cmo vamos a conseguir una termita para absorber su ADN? Todas estn dentro del campo de fuerza, no?

Deseaba con toda mi alma que Marco tuviera razn pero, cuando mir a Jake, ste hizo un gesto negativo con la cabeza.

-Tobias dice que hoy han estado haciendo obras en el edificio porque quieren instalar ms lanzaderas dragn y que tuvieron que deshacerse de algunos de los troncos de madera que lo formaban.

Jake introdujo la mano en el bolsillo de su cazadora y extrajo un pequeo frasco de cristal en cuya tapa se distinguan unos agujeros para que pasara el aire. En el interior del frasco haba un diminuto insecto de color marrn y blanco, su tamao era el de una hormiga, slo que con una cabeza ms grande y de color marrn.

-Pertenece a la colonia que vive en el edificio explic Jake.

Observ a la termita. El animal trataba de escalar por el cristal sin xito. El pobre bicho no poda hacer nada, estaba atrapado en el interior de una enorme celda de cristal sostenida por una criatura cuyas dimensiones la pobre termita no llegara jams ni a imaginaar.

Jake le quit el tapn al frasco.

-No lo haremos prosigui Jake a no ser que todos estemos de acuerdo. Pero no podemos permitirles que... que destrocen el bosque.

Rachel extendi su mano. Jake propin unos golpecitos en el frasco hasta que la termita aterriz en su palma.

Vi que el insecto correteaba por la lnea de la vida de Rachel y que, tras unos segundos, languideca, al tiempo que Rachel absorba su ADN.

Me imagin a m misma dentro de aquel cuerpo, encima de una mano enorme donde cada raya era tan profunda como un foso.

Cuando Rachel termin, extend mi mano. Estaba temblando, me resultaba imposible controlarme.

De repente, el restaurante del centro comercial pareci oscurecer.

Dios mo, qu miedo me daba aquel insecto tan pequeo.

En el fondo de mi alma senta autntico terror.

Captulo 9:

Iramos esa noche, esa misma noche.

Por la tarde debamos encargarnos de nuestras tareas habituales y de hacer los deberes.

Probadlo un da. Intentad hacer los deberes mientras os asalta el pensamiento de que quizs aqulla sea vuestra ltima noche. Intentad concentraros en los ejercicios de matemticas cuando sabis que, en unas horas, os convertiris en termitas con el objetivo de penetrar en el interior de un edificio de alta seguridad. Que no os pase nada.

Sal de casa y me dirig al granero. Mi padre estaba all, visitando a sus pacientes. No me necesitaba pero tampoco rechaz mi ayuda.

-Has terminado los deberes? me pregunt.

-Casi. Una mentira ms.

-Iba a examinar la mofeta de anoche. La pobrecilla estaba muy nerviosa, as que le he suministrado un sedante suave.

-Es hembra?

-S.

Mi padre llev la jaula a la pequea sala contigua donde acostumbra a examinar a sus pacientes. Saqu al animal de la jaula y lo deposit sobre la mesa de observacin. Gracias al efecto del calmante se encontraba ya ms tranquila.

La noche anterior mi padre haba vendado la herida y en ese momento desenrollaba la venda con sumo cuidado. No pude evitar mostrar una mueca de dolor ante el aspecto de la quemadura, y eso que ya haba visto cientos de ellas.

-Humm. Humm. Pa. Pa. Pa. Hummm.

Siempre que mi padre examina algo que le resulta interesante suelta esa exclamacin, . No s por qu, pero el caso es que siempre lo hace.

-Extrao, muy extrao. Jams en toda mi vida haba visto algo semejante. No sabra decir qu ha podido producrselo. Es una herida demasiado perfecta, demasiado limpia. Est claro que lo que la quem estaba tan caliente que le ha cauteriado parcialmente el tejido.

-Es una herida muscular o slo superficial? pregunt.

-En su mayor parte ha sido slo pelo y piel lo que se ha quemado aclar mi padre mirndome y sonriendo a la vez-, pero aqu, en el lomo, la lesin es ms seria. Es una herida muy profunda y puede que se haya quemado la espina dorsal. Pero sobrevivir. Dudo que sus pequeos tengan la misma suerte.

-Sus qu? Tiene cras?

-S, y no creo que tengan ms de seis o siete semanas.

-Y estn all solas, en el bosque?

-Cassie aadi mi padre a la vez que le pona una venda nueva al animal-, son las leyes de la naturaleza.

-Pero son muy jvenes, no sobrevivirn, verdad?

-No lo s, no te lo podra asegurar contest mi padre sin mirarme.

Pens entonces que mi padre quizs tambin me menta a veces, por mi bien, o al menos eso era lo que l crea.

-Estarn en alguna madriguera preguntndose dnde est su madre continu-. Se morirn de hambre o algn depredador acabar con ellas.

-Me pasas la tijeras? me pidi mi padre.

-S. Por cierto, vena a preguntarte si puedo quedarme a dormir en casa de Rachel esta noche.

-Pues claro, cielo. Si a tu madre le parece bien, por m no hay inconveniente. Por cierto, no me has preguntado qu tal me ha ido esta maana la reunin con la gente esa de la comida para gatos. Nos han concedido ms fondos.

Hablamos durante un rato mientras hacamos la ronda juntos, pero mi cabeza estaba en otra parte. No poda dejar de pensar en aquellas cras de mofeta gimiendo y llamando a su madre.

Tambin pensaba que ojal mi padre no hubiese estado tan dispuesto a dejarme pasar la noche en casa de Rachel porque en realidad no bamos a dormir. Mi amiga le iba a decir a su madre que se vena a dormir a mi casa. Jake tambin le dira una mentira a sus padrees y lo mismo hara Marco. Al final todos acabaramos envueltos en una situacin que ninguno de nosotros deseaba.

Aquella noche podra morir y lo ltimo que le habra dicho a mi padre sera una mentira.

Record los tneles de las hormigas, los recordaba tal y como aparecan en mis pesadillas, puesto que en la vida real las hormigas no los ven, primero porque su vista no es demasiado buena, y segundo porque bajo tierra no hay luz.

Sin embargo, en mis sueos era capaz de distinguirlo todo con absoluta claridad. Vea las enormes cabezas casi metlicas de las hormigas enemigas cuando nos atacaron por sorpresa tras filtrarse por las paredes de arena. Todava recuerdo a la perfeccin cmo me clavaban sus gigantescas pinzas para hacerme trizas.

Sabis lo que es tener la certeza de que vas morir sin recuperar tu forma humana? Os imaginis lo que se siente al pensar que vas a morir convertida en hormiga, atrapada en un infierno desconocido para el ser humano?

Y para colmo no poda apartar de m la imagen de las pequeas mofetas, murindose de hambre, llamando a su madre y alertando as, con cada nuevo grito, a los posibles depredadores.

-Cielo, te encuentras bien?

Me percat de que mi padre me miraba fijamente. Se me haba acelerado la respiracin y estaba a punto de echarme a llorar. Pequeas gotas de sudor cubran mi frente.

-S, s. Estoy bien contest despacio.

Al poco rato mi padre termin sus visitas y se march.

Yo me qued y me dirig a la jaula de la mofeta. Abr la portezuela y met la mano que no llevaba guante.

No se puede adquirir el ADN de un animal si llevas guantes.

Captulo 10:-Vaya, qu sorpresa veros por aqu coment Marco en voz baja.

-Todava estis dispuestos a seguir adelante con esto? pregunt Jake.

-Claro respondi Marco-, lo estamos deseando. Quin va a preferir irse a dormir teniendo la oportunidad de tomar parte en una misin suicida?

El reloj marcaba las tres de la maana y la oscuridad era total. Nos encontrbamos en las afueras del bosque. Jake, Rachel, Marco y yo. Tobias se haba posado en un rbol cercano.

ramos los mismos que aquella noche habamos atajado por el recinto abandonado al volver del centro comercial. Los mismos que habamos visto aterrizar el caza del andalita en el solar, los mismos cuyas vidas haban cambiado para siempre desde aquel momento.

Aquella noche nos convertimos en soldados de una terrible guerra que no estbamos seguros de poder ganar.

Tobias haba pagado un precio muy caro, pero los dems tambin. All estbamos, envueltos por las sombras de la noche, listos para llevar a cabo algo que, slo de pensarlo, nos pona los pelos de punta.

Nos acompaaba Ax. El pobre andalita se encontraba todava ms solo que nosotros. Sus antenas oculares no cesaban de moverse en todas direcciones.

-He pensado que podamos transformarnos en bhos sugiri Jake-. Son rpidos y no tienen problemas para volar en la oscuridad.

Respir aliviada. El bho era ideal para mis planes. Estos animales son por naturaleza los nicos depredadores de mofetas adultas. Veris, algunas especies de bhos no tienen sentido del olfato, y si vas a comerte una mofeta eso constituye una ventaja.

Yo no pensaba devorar mofetas adultas, por supuesto. Slo quera encontrar a los bebs mofeta.

-Has descubierto el modo de entrar en ese sitio record Jake- y adems nos has trado una termita par que pudisemos transformarnos.

-Y por eso mismo te estaremos eternamente agradecidos coment Marco sarcstico.

Todos soltamos una risa nerviosa. Era un consuelo saber que los dems estaban tan asustados como yo.

Empezamos a quitarnos ropa hasta quedarnos con el uniforme de las transformaciones, es decir, pantalones de ciclista, mallas y una camiseta. La ropa ceida es la nica que resiste los cambios. Lo hemos probado con jersis, zapatos, relojes, y no funciona.

Jake luca unos pantalones de ciclista y una camiseta de licra de colores chillones. Marco disimul una sonrisa.

-Qu pasa? pregunt Jake.

-Nada, nada repuso Marco en tono inocente-, slo que si vamos a ser superhroes tendremos que pensar seriamente en cambiar de uniforme. As todos damos pena.

-Todos menos Rachel, claro eal. Mi amiga, como caba esperar, haba encontrado la forma de lucir un bonito uniforme. Estaba fantstica.

-ste es el plan empez Jake-. Nos transformaremos en bhos y volaremos hasta all. Cuando estemos a unos doscientos metros del sitio en cuestin, descenderemos y volveremos a nuestro estado natural. Nos acercaremos hasta el campamento, nos transformaremos en termitas, cavaremos un tnel por debajo del campo de fuera y penetraremos en el edificio por os agujeros de las termitas que hay en la pared exterior.

-Si todo va bien y no tenemos ningn problema replic Rachel en tono ttrico. Me mir y me di cuenta de que incluso la valerosa Rachel tena miedo, lo cual slo contribuy a aumentar todava ms mi angustia.

Intent con todas mis fuerzas concentrarme en la forma de un bho, pero mi mente divagaba. No os pasa a veces que sents como si vuestro cerebro estuviese acelerado? Como un ordenador que utilizara una docena de programas al mismo tiempo.

Tena demasiadas cosa en la cabeza que me preocupaban: el proyecto de ciencias, las mentiras a mis padres, si Ax haba bebido lubricante de verdad, qu les habra pasado a los bebs mofetas...

Quiz slo fuera un mecanismo de autodefensa, es decir, una manera de evitar enfrentarme a lo que realmente me preocupaba.

El caso era que mi vida se haba vuelto muy complicada de pronto.

Vi que Ax cambiaba de forma rpidamente. Su cola languideci y se qued sin vida, pareca un calcetn vaco. Las plumas empezaron a sustituir al pelaje de su cuerpo.

Observ mi brazo y descubr los primeros trazos que las plumas dibujaban en mi piel. Eran preciosas, conseguas olvidar el hecho de que aquello te estaba sucediendo a ti. Lo primero que se distingua era el cao de la pluma, una especie de eje curvado del que salan miles de barbas individuales. Despus y casi de repente, aquellos dibujos adquiran una forma tridimensional, brotaron de golpe y mientras crecan y se extendan producan un cosquilleo que me recorra todo el cuerpo.

Al mismo tiempo iba encogiendo de tamao. Me haca ms y ms pequea y tena la sensacin de que el polvo, la pinaza, las hojas y las pequeas ramas se acercaban a m a una velocidad de vrtigo.

Mis pies descalzos se endurecieron hasta convertirse en una especie de callo enorme. Los dedos se derritieron y formaron las garras, de las que crecieron unas largas y fuertes uas curvadas y afiladas.

Las garras son el arma principal del gran bho virginiano. Un bho se desliza en silencio a travs de la noche, ataca de repente y agarra a la presa por la cabeza, ya sea un conejo, una ardilla, una rata o una mofeta.

Todos los huesos de mi cuerpo se iban reajustando. Muchos desaparecieron, otros se retorcieron y deformaron. El esternn se hinch. Los huesecillos de mis dedos crecieron primero para luego acortarse. Un gran chirrido reson en todo mi cuerpo.

Mis rganos internos cambiaron radicalmente. Mis ojos se hincharon hasta ocuparme la cabeza entera, eran tan grandes en comparacin con el resto de mi cuerpo que, prcticamente, se rozaban dentro de mi calavera.

De repente pareca que hubiese salido el sol. Fue como pasar de la dbil luz de una vela a la intensidad de un foco.

, exclam Rachel.

Extend mis brazos y estir las alas. La metamorfosis se haba completado. Sent que los instintos del depredador empezaban a despertar.

Ya me haba transformado en bho antes, as que conoca el siguiente paso. Ya haba utilizado sus ojos, sus alas y conoca su cerebro. No es que constituyera mi segunda naturaleza, pero tampoco resultara una sorpresa.

, pregunt Jake.

Bat las alas, me apoy sobre las garras y me elev sin esfuerzo por entre las ramas de los rboles que, en la oscuridad, resultaban invisibles a los ojos humanos pero para los de un bho relucan como una luz de nen.

Vi a Tobias acomodado en su rama y percib su instintiva cautela al ver pasar a cinco bhos.

El da pertenecera a los ratoneros, pero la noche, sin duda, era nuestra.

, se ri marco, desbordado por la emocin. A m me ocurra lo mismo. Convertirte en un animal en su estado natural, sobre todo en depredador, provoca en ti una sensacin desbordante de poder.

En el aire y de noche, ramos intocables. Nos sentamos los amos supremos del bosque.

No nos desplazbamos de forma ordenada ni planebamos por encima de los rboles, sino que revolotebamos sortendolos. Nuestras alas no hacan ruido. Las alas de los bhos no tienen nada que envidiar a las del ms avanzado caza furtivo. Son mejores incluso. Cuando el bho se desliza a travs de la noche silenciosa, sus plumas no se agitan ni se encrespan.

Los atemorizados ratoncillos, siempre alerta ante el ms mnimo sonido, son incapaces de or cmo el bho desciende tras ellos.

Adems de ver bien, oa todos los rumores del bosque. Mi odo era comparable al del lobo.

De camino a lo que podra significar nuestro fin, mi mente estaba ocupada en otros asuntos. Intentaba percibir los gemidos de las cras de mofeta y escudriaba el suelo por si divisaba el paso torpe y tambaleante de una mofeta beb perdida.

, lo tranquiliz Jake.

, aadi Rachel cortante.

As, deslizndose por el bosque y sorteando los rboles, atenta a cualquier movimiento y pendiente del ms leve sonido, llegu al campamento de los yeerks sin haber tenido apenas tiempo de pensar en lo que sucedera a continuacin.

Captulo 11:

Incluso utilizando la comunicacin teleptica no poda disimular la tensin en su voz. Senta que una enorme mano de hielo me estrujaba el corazn.

Entonces... escuch algo, algo que sobresala por encima de los dems sonidos porque era lo que el cerebro del bho esperaba or. Era el sonido del desamparo, el lamento de una dbil criatura, mejor dicho de unas dbiles , diminutas y desesperadas criaturas.

All! Provena de un agujero que ningn otro animal podra ver en la negra noche, un agujero cavado bajo las races de unos espinos.

Distingu cuatro..., no, cinco tonos diferentes. Seran los bebs mofeta? Quiz, pero no estaba segura. Era de noche y parecan estar solos. S, podra ser.

Mir alrededor, girando mi cuello de bho. Intent formarme una composicin del lugar: los rboles, un montculo de piedras a unos seis metros de distancia. Deba recordarlo bien para regresar despus. Si lograba salir de aquella misin con vida.

Las quejas de las mofetas haba calado muy hondo en mi corazn humano, pero para el bho slo significaban comida. Resulta muy extrao albergar en tu cabeza dos sentimientos contrarios al mismo tiempo, por un lado, la compasin humana, por el otro, la fra crueldad de los depredadores.

, anunci Jake segundos ms tarde.

Descendimos y aterrizamos. Procur volver a mi estado natural cuanto antes. No me apeteca seguir con aquella mente de depredador, al menos de momento.

El mundo se ensombreci al tiempo que mis ojos humanos sustituyeron a los anteriores. El bosque es ms oscuro y apacible para el Homo sapiens.

Mir a mi alrededor y no pude identificar ninguna de las marcas que haba elegido. Nunca encontrara a los bebs mofeta en aquella negrura, no con mi ojos humanos. Quiz si volviese a la maana siguiente, a plena luz del da...

Si...

-Bien, vamos a acercarnos al campamento tanto como podamos susurr Jake-. Si nos descubrieran ahora averiguaran que somos humanos, pero estamos todava demasiado lejos para convertirnos en termitas. No llegaramos nunca. Las termitas no son muy rpidas que digamos.

, anunci Ax.

Ax sigue empeado en que Jake es el equivalente a un prncipe andalita.

-Un andalita, quiz? le pregunt, adivinando sus intenciones.

, sentenci.

-Podras acabar muerto objet Marco.

-No, Ax replic Jake-. Te necesitamos dentro. A lo mejor hay ordenadores y slo t puedes manejarlos, pero lo de la distraccin no es mala idea. Jake me mir-. Algn voluntario? Probablemente sea ms seguro que meterse en el campamento.

Me estaba ofreciendo la oportunidad de no convertirme en termita. Debera haber aceptado. Me mora de ganas de decir que s, pero no deba. No poda tomar el camino ms fcil.

-De acuerdo, lo echaremos a suerte decidi jake-. Todos excepto Ax, l tiene que ir a la fuerza.

Jake arranc cuatro largas briznas de hierba y cort unos quince centmetros de tres de ellas, la cuarta la dej mucho ms corta que las dems.

-El que saque la ms corta har de cebo con los yeerks concluy Jake.

Sujet los tallos de las hierbas en uno de sus puos, dejando ver slo las puntas.

-La prxima vez deberamos jugar a otra cosa sugiri Marco mientras sacaba una de las hierbas-. Al Parchs o algo as. No me gustan los juegos de vida o muerte.

Uno tras otro fuimos sacando una brizna. Todas largas. Observ la que mi mano acababa de extraer.

Jake se qued atnito al comprobar que era a l a quien le haba tocado la corta.

Estbamos petrificados. Ninguno haba pensado que podra ser l justamente. Todos dbamos por sentado que Jake ira con nosotros.

-Tarde o temprano tenamos que llevar a cabo una misin sin ti, o gran y valiente jefe se burl Marco.

Por mucho que Marco bromeara a nadie le haca ni pizca de gracia entrar en el edificio sin Jake. Pero ya era demasiado tarde.

-Muy bien, chicos intervino Jake de inmediato-, sabis muy bien lo que hay que hacer. Yo me convertir en lobo, as que esta noche los yeerks irn de cacera.

Acto seguido se puso en marcha, despus se par y mir hacia atrs.

-Tened mucho cuidado, vale?

-No te preocupes, mam replic Rachel-. Sabemos cmo arreglrnoslas.

-Por lo menos eso esperamos murmur.

Jake continu su camino y pronto desapareci de nuestro ngulo de visin.

-Muy bien, debemos estar listos para cuando Jake empiece a armar jaleo indic Rachel-. En cuanto oigamos algo de movimiento, corremos hacia el permetro del campamento, nos ocultamos detrs de los rboles para transformarnos y buscamos el modo de entrar al edificio.

, pregunt Ax.

-Son como las hormigas contest Marco.

-De hecho, pertenecen a la misma familia que las cucarachas puntualic-. Lo he consultado en los libros de mi madre. Forman una comunidad parecida a la de las hormigas, pero estn emparentadas con las cucarachas. Se alimentan de la celulosa de la madera, una bacteria que se desarrolla en sus intestinos la digiere. Hay dos tipos de termita, la obrera que..., bueno, elimina sus excrementos, y la termita soldado que se los come. Yo dira que, a juzgar por la que nos trajo Tobias, nos vamos a convertir en termitas soldado.

Mis amigos me miraron con cara de asco.

-Bueno, Ax quera informacin, verdad? me defend.

De pronto vimos un resplandor.

-Mirad susurr-, all, en el otro extremo del bosque. Debe de ser al otro lado del campamento. Han encendido los focos.

Nos llegaron gritos humanos y, seguidamente, el aullido desafiante y salvaje de un lobo.

-sa es la seal. Adelante! orden Rachel.

Nos deslizamos hacia el campamento. Corramos agazapados, ocultndonos detrs de rboles y arbustos y, cuando estuvimos lo bastante cerca, avanzamos a gatas.

O ms gritos a los que sigui el zumbido escalofriante de un rayo dragn.

-Espero que est bien murmur creyendo que nadie me oira.

, me anim Ax.

-Creis que ya estamos lo suficientemente cerca? pregunt Marco.

Nos habamos aproximado ms que el da anterior, nos encontrbamos a tan slo un par de metros del claro donde se alzaba el campamento. Estbamos agazapados detrs de un enorme rbol, incluso Ax al que, es su estado normal, resultaba un tanto difcil. Nos acurrucamos unos contra otros hasta casi abrazarnos. Cuando nos transformramos en termitas, seramos tan pequeos que un metro de distancia entre nosotros se convertira en un kilmetro.

-Ha llegado el momento anunci Rachel, que me rodeaba la espalda con su brazo.

Yo estaba muerta de miedo. Sufra por Jake, por mis amigos y no soportaba la idea de convertirme en aquel bicho repugnante.

-Esto es asqueroso gru.

-Amn convino Marco, agazapado a mi lado.

Entonces, a pesar de que mis huesos crujan y mis dientes castaeteaban por el miedo, empez el proceso que disolvera mis huesos y derretira mis dientes.

Abajo, abajo, abajo. Tena la sensacin de caer al vaco desde una gran altura, como si hubiera saltado desde el Empire State Building y no llegara nunca al suelo.

Pas de ser una chica que meda un metro y medio a convertirme en u insecto de menos de medio centmetro. Me estaba transformando en algo que podra colarse fcilmente por mi oreja.

Los otros, que antes haban estado tan cerca de m, se encontraban ahora muy lejos. Con mis ojos todava humanos, vi cmo la cara de Rachel se desdibujaba y se hinchaba, al tiempo que unas monstruosas mandbulas que ms parecan colmillos negros, surgan de su boca.

Justo en ese momento perd la visin. Todo se volvi negro, me haba quedado ciega y, en cierto modo, me alegr.

Captulo 12:

No vea, pero poda sentir las antenas creciendo en mi frente.

No vea, pero senta los pares de piernas adicionales saliendo de mis costados.

Notaba que mi cabeza era enorme en comparacin al resto de mi cuerpo.

Senta el abdomen inflado, y unas gigantescas pinzas en el lugar que ocupara mi boca humana.

Quera gritar. Tena unos tremendos deseos de gritar, pero me haba quedado sin voz y sin lengua.

Meda menos de medio centmetro. Ocupaba lo mismo que dos o tres letras juntas de esta pgina. Los granos de arena parecan bolas de bolera.

Con mis antenas, que se agitaban frenticas, percib por encima de mi cabeza una especie de conducto gigantesco, como un tronco cado. Despus me di cuenta de que slo se trataba de una aguja de pino.

Estaba a la espera de que los instintos y la mente de la termita hicieran aparicin en mi cabeza de un momento a otro. Sin embargo, el cerebro del animal pareca mudo. El silencio era absoluto.

Mis nuevos sentidos no me ofrecan demasiada informacin. Estaba ciega. Reciba vibraciones sonoras, pero muy vagas. El odo de la termita no era tan bueno como el de su pariente ms cercano, la cucaracha. Lo saba porque tambin me haba convertido en cucaracha alguna vez.

Lo nico que s pareca identificar a la perfeccin era el olor que haca que mis antenas se agitaran en el aire.

, pregunt temblando. Necesitaba desesperadamente hablar con alguien, con quien fuera. Tena que ase