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ZONAS DE INFLUENCIA DEL ESTADO LARA La parte central del Estado Lara, tiene asiento en uria larga meseta, interrumpida por colinas bajas, que se extien- den desde la línea divisoria del nacimiento del río Yaracuy y del curso del río Turbio, hasta el Portillo de Carera. Hacia el norte, termina esa meseta donde comienzan las primeras estribaciones de las sierras que forman el Sis- tema Coriano, y hacia el sur, la limita la formación andina que cruza el Estado de extremo a extremo. Esa meseta es paso obligado para el pasajero o para el vehículo de carga que sigue por carretera desde el Zulia y los Andes hacia el Centro, o desde los Llanos Occidentales de Cojedes y Portuguesa y de parte de Barinas, hacia Trujillo o el Zulia. y asimismo, para similar movimiento desde el Centro hacia Trujillo o el Zulia. Tal circunstancia ha hecho la meseta de Lara un centro de comunicaciones, lo cual se refleja tunda- mentalmente en Barquisimeto, que en cierta forma imanta un conjunto de actividades económicas que se proyectan hacia esta ciudad 221

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ZONAS DE INFLUENCIA

DEL ESTADO LARA

La parte central del Estado Lara, tiene asiento en urialarga meseta, interrumpida por colinas bajas, que se extien­den desde la línea divisoria del nacimiento del río Yaracuyy del curso del río Turbio, hasta el Portillo de Carera.Hacia el norte, termina esa meseta donde comienzan lasprimeras estribaciones de las sierras que forman el Sis­tema Coriano, y hacia el sur, la limita la formación andinaque cruza el Estado de extremo a extremo. Esa meseta espaso obligado para el pasajero o para el vehículo de cargaque sigue por carretera desde el Zulia y los Andes haciael Centro, o desde los Llanos Occidentales de Cojedes yPortuguesa y de parte de Barinas, hacia Trujillo o el Zulia.y asimismo, para similar movimiento desde el Centro haciaTrujillo o el Zulia. Tal circunstancia ha hecho la meseta deLara un centro de comunicaciones, lo cual se refleja tunda­mentalmente en Barquisimeto, que en cierta forma imantaun conjunto de actividades económicas que se proyectanhacia esta ciudad

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Juega en este caso un importante papel la localiza­ción geográfica de la región y de su primer centro ur­bano, y aquí, este caso de posición estratégica geográfico­económico, ha hecho que sea el Estado Lara una de lasporciones político-administrativas del país hacia la cual seproyecta mayor número de zonas económicamente influi­das y que si bien pertenecen a otras entidades federales,forman una unidad, dependiendo de un núcleo central enmayor o menor grado.

El factor que ha ejercido una influencia más decisivaen crear una serie de zonas de influencia económica pro­yectadas hacia el Estado Lara, sin duda que ha sido el delas comunicaciones terrestres, que han venido a constituiruna suerte de elemento complementario del hecho de quepequeños sectores territoriales de otros estados, se prolon­gan dentro de regiones naturales cuya extensión mayorestá en el Estado Lara. Tal sería el caso, entre otros, deYaritagua y su valle, localizados en las vegas marginalesdel río Turbio, río cuyo valle constituye la base de la econo­mía agrícola que contribuye a vigorizar un aspecto impor­tante del comercio y de la industria agrícola de Barqui­simeto.

Hace algún tiempo, señalábamos para el Estado Laracinco principales zonas de influencia econórnlca.' a saber:a) zona de Yaritagua, Estado Yaracuy, sobre cuya econo­mía cañamelar se hace sentir poderosamente la del valledel Turbio y la de Barquisimeto; b) zona de Churuguara,Estado Falcón, de economía cafetera, de frutos menores yde ganadería equina, donde la atracción comercial es máshacia Barquisimeto que hacia Coro; e) zona de Biscucuy yChavasquén, Estado Portuguesa, cuya producción cafe­tera, de frutos menores y de tubérculos, fluye casi en sutotalidad hacia Barquisimeto a través de El Tocuyo, a lo

1. Pascual Venegas Filardo, "Slntesis Esquemática de la Economfa del Estadol.ara". Cámara de Comercio del Estado Lara, Barquisimeto, 1952.

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largo de la carretera engranzonada hasta esta ciudad y decarretera pavimentada, hasta Barquisimeto; d) zona de CampoElías, Estado Trujillo, también a través de la carretera Tocuyo-.Barquisimeto; e) zona de Acarigua-Araure, Estado Portu­guesa, cuyo intercambio económico se realiza más conBarquisimeto y con Valencia, que con el resto del Estado.

A las zonas enumeradas anteriormente, aunque conuna influencia menor, añadiríamos las siguientes: 1) zonade Boconó, Estado Trujillo, ya que es fácil el intercambiocon Barquisimeto a lo largo de la carretera Boconó-CampoElías-Guárico-EI Tocuyo-Quíbor-Barquisimeto; 2) la regiónsur de El Blanco, al suroeste del Estado Falcón, que prácti­camente forma una unidad económica con la zona gana­dera de Carora; 3) las comarcas inmediatas a El Trentino,un poco más allá del límite Lara-Trujillo; 4) el sector delvalle del Yaracuy comprendiendo las localidades de Urachi­che, Sabana de Parra y Chivacoa, donde en verdad lainfluencia ha decrecido desde la instalación del CentralMatilde y desde el mejoramiento de la carretera que uneesas porciones a San Felipe y a Puerto Cabello.

Por razones de relieve, ante de contarse con una buenacarretera, eran más fáciles las comunicaciones hacia Bar­quisimeto, que hacia las capitales de los respectivos Es­tados a los cuales pertenecen las zonas de influencia quehemos citado. Así, trasladarse desde Yaritagua a Barqui­simeto, no ofrecía problema alguno por espacio de mu­chos años, pues se contaba con un camino transitablefácilmente y de una longitud de apenas 25 km; era fácilvenir desde Churuguara a Barquisimeto, o simplemente alas poblaciones larenses de Aguada Grande o Siquisiqueal norte del Estado, mientras era problema grave cruzarlos valles y las sierras situadas al norte del Distrito Federaciónpara llegar a Coro; de igual manera, el camino entre Acarigua­Araure y Barquisimeto, fue transitable todo el año desdeépoca distante, mientras que entre esas dos localidades y

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la capital de Portuguesa, Guanare, precisaba cruzar nomenos de seis ríos de gran caudal, casi infranqueablesdurante la estación lluviosa, hasta el punto de que a veces,Guanare quedaba prácticamente aislado, situación que varioal tender los puentes en la carretera occidental de losLlanos.

A todo lo anterior, se añade que Barquisimeto eraplaza de mayores recursos tanto en el campo comercial eindustrial, como en el cultural. Este último factor, en elaspecto educacional, ejerció notable influencia a través delos años, lo cual se hizo más sensible desde la fundaciónde un colegio para señoritas por las Hermanas de SanJosé de Tarbes y de un colegio para varones por losHermanosCristianos de La Salle. Esos dos. institutos, y sobre todosus internados, hicieron converger hacia la capital de Laraun contingente importante de hijos de comerciantes, agri­cultores y profesionales, incluso de comarcas situadas mu­cho más allá de las zonas de influencia económica a lascuales hemos hecho mención.

Otro factor que influyó poderosamente para ir cimen­tando y dando fuerza al flujo económico hacia el EstadoLara desde regiones periféricas de esa entidad federal,fue la construcción del Ferrocarril Bolívar, entre Barqui­simeto y el puerto de Tucacas. La vía férrea, ofrecía posi­bilidades para un transporte fácil, más barato que las re­cuas y las carretas y más rápido que esos métodos detracción de sangre. Sobre todo los frutos de exportación,representados fundamentalmente en el café, hicieron afluirhacia Barquisimeto la producción del grano de zonas nolarenses, y todavía puede recordarse que varias firmascomerciales, algunas desaparecidas como las de Calderóne hijos y de García Hermanos, otras que subsisten comolas de Lindheimer y las de Blohm, hoy Beco, centraliza­ban y contribuían a exportar el café de la producción es­tatal y de otras zonas no pertenecientes a Lara. Fue tal la

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importancia que alcanzó este movimiento comercial, quedos firmas comerciales, las de Lindheimer y la de Blohm,como dijimos, hicieron prolongar hasta el interior de susalmacenes los rieles de los tranvías de carga de traccióna sangre que funcionaban en Barquisimeto, de manera dellevar directamente el fruto hasta la estación del Ferro­carril Bolívar, desde donde se conducía por tren a Tucacasy de allí, por barco, a Puerto Cabello, puerto de exporta­ción. Y lo que ocurría en cuanto al café y su exportación,sucedía para muchos frutos y víveres de abastecimientointerior, que hacían de la capital de Lara su centro deredistribución y del Ferrocarril Bolívar su vía más expeditapara llegar hasta su destino definitivo.

"Han sido las vías de comunicación, fundamentalmente

las carreteras, las que más han influido para crear la mayoríade las zonas de influencia económica que pueden apre­ciarse en relación con el Estado Lara. En ciertos casos,puede añadirse el factor que radica en que una mismaregión natural cuando es compartida por dos estados, y segu­ramente la producción resultante de las labores agrícolas,se orienta hacia el centro urbano de mayor significaciónque ha de servir, o de mercado, o de centro de redistribu­ción de esa producción, que en este caso, es la ciudad deBarquisimeto, localizada en el ángulo sudeste de la me­seta de Lara.

Uno de los casos más característicos de las zonasinfluidas económicamente por el Estado Lara, es el Dis­trito Sucre del Estado Portuguesa, cuya superficie totalestá dentro de la Cordillera Andina, en el ramal de Portu­guesa, la sierra mas oriental y larga de los Andes venezo­lanos. Las dos principales localidades de este distrito, su

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capital Biscucuy, y Chavasquén, cabecera de muructpro,fueron unidas hace algunos años por una carretera en­granzonada con El Tocuyo; y como se sabe, esta ciudadestá a su vez, unida a Barquisimeto por una excelentecarretera pavimentada de unos setenta kilómetros de longitud,lo cual favorece el tráfico entre el mencionado Distrito Sucrey la capital de Lara. La situación ha variado al construirsela carretera Guanare-Biscucuy.

Otra zona de influencia del Estado Lara donde la ca­rretera ha ejercido una influencia poderosa, es la inte­grada por el sector que se abre hacia los Llanos de Portu­guesa, por Acarigua y Araure. La existencia de la carreteraengranzonada Barquisimeto-Acarigua, que antes de trazarsela antigua carretera Barquisimeto-Taborda era un tramode la trasandina, facilitó notablemente el comercio entre lacapital de Lara y zonas llaneras que llegaron a prolon­garse hasta Barinas. Barquisimeto era el mercado obli­gado de parte de la producción de ese sector llanero-occi­dental. Constantemente, llegaban hasta esa ciudad con­voyes de carretas de tracción animal, cargadas de man­teca de cerdo, de cuero, de chimó crudo, de pescado sa­lado, que, o eran consumidos o transformados en Barqui­simeto, o eran reexpedidos hacia Puerto Cabello o haciaotras plazas. A su vez, para la época en que las casascomerciales hacían de institutos bancarios en sus relacionescon ciudades de otras regiones, este tipo de operacionesera frecuente entre Barquisimeto y ciudades del área llaneraa que hemos hecho alusión. Llegada la era del camión,desarrollada en Acarigua la industria de la madera, lasporciones geográficas aludidas han seguido influidas econó­micamente, o por el Estado Lara y su plaza principal Bar­quisimeto, o por el Estado Carabobo y sus plazas princi­pales Valencia y Puerto Cabello.

Las regiones económicas no tienen forzosamente quecoincidir en su totalidad con las regiones naturales; peroen el caso de la cuenca del río Turbio medio, o sea el

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tramo que se prolonga de este río y su valle desde Barqui­simeto hacia el Yaracuy, para luego cruzar las sabanas deLondres y penetrar en Cojedes, se da un típico ejemplo deregión económica y geográfica coincidentes. Y como laplaza económica eje de la región es Barquisimeto, forzo­samente el área de Yaritagua viene a ser una zona direc­tamente influida por la capital larense. La existencia hoyde dos vías que enlazan a Barquisimeto con Yaritagua yla unificación de todas las haciendas del valle para integrarun solo central azucarero como es el central Río Turbio,hace más intensa esta influencia económica, hasta el puntode formar una unidad geográfico-económica Yaritagua conBarquisimeto, cuyo factor vital de enlace es el mencio­nado central.

La influencia económica ejercida por el Estado Larasobre el área del Distrito Federación del Estado Falcón,radicó asimismo en el problema de las comunicaciones.Tradicionalmente, la producción de ese sector geográfico,e incluso de otros vecinos del mencionado distrito, ha sa­lido por el Estado Lara vía Barquisimeto hacia Puerto Cabello,o bien. directamente al mercado consumidor de Barqul­simeto. El Distrito Federación produce un 60 por cientodel café cosechado en el Estado Falcón y un veinte porciento del maíz cosechado en el mismo estado, y la casitotalidad de esa producción, lleva vía del Estado Lara porlas circunstancias anotadas. Igual ha ocurrido en el trans­curso de los años con el afamado ganado equino, particular­mente mular, que se produce en la región. cuyo mercadoconsumidor estaba en el Estado Lara o en el tránsito hacialos Llanos de Occidente. La carretera Falcón-Lara influyeincluso en zonas más vastas, debido a la atracción deBarquisimeto como plaza comercial, antes que los mer­cados de consumo que residen en las zonas de refina­ción de Paraguaná, que pueden ser plenamente abaste­cidas por la producción del valle de San Luis y por un

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amplio sector de lo que Aníbal Hill Peña denominó la Gua­yana Caquetía.

Un caso interesante de integración de una región eco­nómica, es el área ganadera que se ha estado consoli­dando en el Distrito Torres del Estado Lara, con prolon­gaciones hasta la zona de El Blanco, en el Estado Falcón.La instalación reciente de lactuarios en el Distrito Torres,las perspectivas de otros para esa misma zona, influiránpoderosamente en las zonas vecinas, que con una pe­queña ganadería hasta hoy, verán a ésta incrementarse yconvertir en una gran región pecuaria, con proyeccionesindustriales, toda una zona económica que no sólo influi­ría en el suroeste de Falcón, sino incluso en las nuevasporciones ganaderas que se están formando en el EstadoTrujillo, luego de la erradicación del paludismo.

Muy posiblemente la construcción de varias vías, harávariar un poco, en algunos aspectos, ese mapa de influen­cias regionales que la economía del Estado Lara ejercesobre sectores vecinos. Pero de todas maneras, no cree­mos que las nuevas vías, cambien totalmente el panorama.

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ALGUNAS TENDENCIAS

DE LA POBLACiÓN DEL ESTADO LARA

Hasta 1936. de acuerdo con los datos que ofrecenlos diversos censos de población, el Estado Lara era laentidad más poblada del pats, As], el censo de poblaciónde dicho ario. dio los siguientes resultados para las entidadesde mayor número de habitantes:

Estado Lara 291.230

Distrito Federal '" oo....... 283.418

Estado Zulia 275.421

Dicha situación cambió según los datos del censode 1941, de acuerdo con las cifras que arrojó:

Distrito Federal...... ......... ......... ...... 380.099

Estado Zulia

Estado Lara

345.667

332.975

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La situación se mantuvo en el mismo orden segúnlos datos del censo de 1950:

Distrito Federal... 709.602

Estado Zulia

Estado Lara

560.336

368.169

A la luz de los datos censales para 1971, esta situa­ción ha cambiado en lo que atañe al Estado Miranda, cuyoDistrito Sucre forma parte del Area Metropolitana y ha si­do una forma muy activa de recepción de migradores nacio­nales, así como de inmigrantes procedentes de diversospaíses. El desarrollo industrial, el aumento de la buro­cracia oficial y el migrador que engrosa el amplio contin­gente de subempleados y desempleados, ha hecho cre­cer la población del Area Metropolitana compartida por elDistrito Federal y Miranda, y se ha extendido a la regiónmetropolitana que alcanza el Litoral Central y tres distritos,además de Sucre en Miranda. El crecimiento de por lomenos cuatro entidades, se ha debido en buena parte a lainmigración externa e interna. Táchlra, Zulla y Distrito Federalhan recibido un elevado contingente de colombianos. Nopocos de los inmigrantes europeos están radicados funda­mentalmente en el Area Metropolitana de Caracas. Sólo elTáchira ha recibido en el último lapso intercensal alre­dedor de 50.000 colombianos, mientras que en el EstadoLara, según el censo de 1971, sólo residen 2.000 colom­bianos, de un total de 13.576 residentes no nacidos enVenezuela. De una población de 671.410 habitantes segúnel censo de noviembre de 1971, la aportación foránea,nacional e internacional, no llegó a 100.000 personas. Segúnel censo de 1982, Lara arrojó una población de 1.047.633por debajo del Distrito Federal, Zulia y Miranda.

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Una de las características de la población del Es­tado Lara, es su poca tendencia a la emigración. Quizásel hecho que más provocó el éxodo rural hacia la capital ohacia otras ciudades del país, fue el ocurrido hace unos25 años, cuando se emprendió una campaña contra elganado caprino, la riqueza más próspera del medio semiáridodel Centro y Norte del Estado Lara. El exterminio de estaespecie, provocó la emigración del campesino, ya que deella derivaba su sustento fundamental a través de unaetapa varias veces centenaria. Pero en general, el nativodel Estado Lara, es poco propenso a la emigración. Eltermómetro al respecto puede ser el Distrito Federal. Lapoblación de larenses radicada en esta entidad según lostres censos inmediatamente anteriores al de 1971, fue lasiguiente:

1961

1950

1941

32.872

21.856

8.429

Aun cuando no disponemos de. datos especificados,podría aseverarse que las migraciones en el Estado Larahan sido fundamentalmente, en el interior del mismo Estado.Ha habido, sin duda alguna, migraciones hacia los cen­tros urbanos, ya que ellos ofrecen mayores posibilidadesde ocupación. La característica no migratoria de la pobla­ción larense, quizás obedece a que la riqueza básica re­gional radica en la agricultura y que esa agricultura sedesarrolla en suelos mejorados o en suelos no erosiona­dos, como no acontece en otras zonas de la Cordilleradonde la erosión y la desaparición en muchos lugares dela capa vegetal, ha provocado el éxodo, en especial a loscentros urbanos y sobre todo, hacia el Area Metropolitanade Caracas.

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A través de investigaciones realizadas por el sus­crito, así como por estudios llevados a cabo por geoecono­mistas, en su mayoría no venezolanos, la importancia deBarquisimeto como centro urbano se debe a su favorablelocalización, en una encrucijada de caminos que han he­cho de la ciudad un centro comercial por excelencia. Véan­se al respecto, "Barquisimeto, una ciudad mercantil en Vene­zuela", por Erdmann Gormsen, y las observaciones de LevíMarrero en "Venezuela y sus recursos".

Los polos de interés económico atraen y concen­tran población, y así la tendencia actual de la poblacióndel Estado Lara, de acuerdo con los datos del censo denoviembre de 1971, es ir hacia aquellos lugares y zonasdonde al crearse riqueza, presentan posibilidades más sa­tisfactorias para el poblador. Así, hay tres distritos del EstadoLara en los cuales e ha hecho sentir un aumento de lapoblación, gracias a la tecnificación e incremento de laactividad agrícola, o paralelamente a ésta, el nacimientode la actividad industrial. Nos referimos a los Distritos Pa­lavecino, Jiménez y Morán.

En Palavecino, la capital del distrito, Cabudare, asícomo Sarare, se han constituido en centros de importantesactividades agrícolas e industriales. Así, Cabudare. de 2.716habitantes en 1950, ha pasado a 14.593 en 1971; Sarare,de 1.382 en 1950, pasó a 6.948 en 1971 y Los Rastrojos,la otra cabecera de Municipio en el distrito, de 890 en1950, pasó a 5.327 en 1971. Quíbor, capital del DistritoJiménez, ascendió en el mismo lapso de 3.742 a 12.216 yEl Tocuyo, capital del Distrito Morán, pasó de 5.586 en1950, a 19.351 en 1971. Para concluir, el crecimiento deBarquisimeto según los últimos cinco censos de poblaciónha sido así:

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1936............ 36.429

1941 54.796

1950 105.108

1961 198.981

1971 334.333

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LARA TIERRA DE

FASCINANTES CONTRASTES

El Estado Lara participa de dos regiones geográficasmuy disímiles: el norte corresponde a la Formación Lara­Falcón, región natural integrada por las sierras, sabanas yvalles donde son relativamente escasas las lluvias y portal circunstancia, se observa el predominio de la vege­tación xerófila con la presencia de espinares y cujizalescomo especies más general·izadas; y hacia el sur, se ad­vierte cómo cambian el clima y la vegetación, desapare­ciendo las plantas espinosas y reemplazadas éstas por lavegetación de zonas más altas, sencillamente porque esesur, forma parte de la Cordillera de los Andes.

Todo esto hace que para el observador, el EstadoLara se le muestre como un mosaico de micropaisajes,donde con la excepción del litoral marítimo y de las altascumbres de hielos perpetuos. esté allí resumida toda laimagen de Venezuela. Si el viajero recorre la carreteraque va desde Barquisimeto hacia Acarigua. luego de dejartras de sí Cabudare, cuando se acerca a Sarare, se encontrarácon llanuras pobladas de gramíneas y donde pasta numerosoganado. Sencillamente, allí está una puerta de los Llanos;

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por allí corre el río Turbio, que pronto se llamará Cojedes;por allí corre el Sarare, tributario del Cojedes. Se está allíen un pedazo de los Llanos de Piedemonte que se extien­den sobre los 200 metros sobre el nivel del mar y queconstituyen la transición entre la Cordillera y las denomi­nadas sabanas de Portuguesa.

Si en lugar de abrirnos camino hacia el sur, nos diri­gimos hacia el Oeste, ya sea hacia El Tocuyo por la víade Quíbor, o hacia Carora por la vieja Carretera Trasandina,recorreremos la Meseta de Lara, denominada Meseta deSegovia por algunos autores extranjeros, como PrestonJames y Ralph Liddle. Aquí tenemos ante la vista unaimagen de la desolación. Los suelos arcillosos, comúnmentede color rojizo por la presencia de sales férricas, han sidoerosionados por la acción de los vientos, de las reciaslluvias esporádicas, por los rebaños de ganado caprino, osimplemente, por la acción del hombre. Las aguas plu­viales, escasas pero a veces torrenciales, han labrado pro­fundas cañadas. El hombre ha destruido las antiguas sel­vas xerófilas formadas por mimosáceas, cactáceas, plan­tas acaules de fibras duras y otras especies del mediogeográfico semiárido y seco. Esa meseta, que alcanza has­ta las sabanas de El Tocuyo y de Carora, está interrumpi­da por colinas de poca elevación, por hondonadas en lascuales se ha depositado una delgada capa vegetal. Enesa meseta habita el hombre y en sus ángulos, se extien­den tres de las principales ciudades del estado: Barqui­simeto, El Tocuyo y Carora.

Si desde Barquisimeto, Quíbor o El Tocuyo nos diri­gimos al sur en busca de la Cordillera, a poco, cambia elpaisaje. Desde Barquisimeto, cruzando el río Turbio endirección a Río Claro, o desde Quíbor, en dirección a Sanare,o desde El Tocuyo, en dirección a Guárico, observaremoscómo a medida que dejamos atrás la meseta erosionada yhierática, el paisaje se nos cambia casi sin violencia. Losaires cálidos desaparecen. El cardón y el cují es reempla-

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zado por el helecho arborescente, las plantas de altura sedespliegan por laderas y hondonadas, la cocuiza es sus­tituida por el cafeto, las aguas corrientes se multiplican, .pequeñas cascadas caen sobre los caminos, el viento tienetemperatura de montaña. Se está entonces en los Andeslarenses, tan extensos como los del Táchira, tan pinto­rescos como los de Trujillo, a pesar de que a Lara no sele considera como a un Estado andino. Los pueblos semultiplican. La fisonomía del paisaje está acorde con eltraje y las costumbres del habitante. La niebla ciñe lasfaldas de los montes. Y a lo largo de la Cordillera semultiplican los poblados: Río Claro, San Miguel, Sanare,Cubiro, Guárlco, Humocaro Alto, Humocaro Bajo, Barbacoas,El Empedrado. En los páramos el frío es cortante y desdelas faldas de las montañas, se desprenden tímidos hilosde agua que luego, se integran en ríos de abundante cau­dal como el caso de El Tocuyo.

Si se atraviesa las sabanas de Carora, en cuyo cen­tro se levanta la ciudad culta, señorial y laboriosa, surgepronto nuevamente la Sierra. Se asciende hacia Pie deCuesta, hacia Quebrada Arriba. Se está en los antiguosasientos de los jirajaras. Así se ha llamado la sierra que elhombre encuentra cuando va hacia el Oeste pasada lasabana. Esa sierra es una divisoria de aguas, tras de lacual están las sabanas ribereñas del Lago de Maracaibo.Allí, el hombre ha forjado en el transcurso del tiempo unariqueza fundamental, como es la ganadería. Desde la sierradescienden ríos que se secan en su recorrido pero queson tumultuosos durante la estación lluviosa. Por allí correel Morere, el Bucares. Son ríos de aguas temporales, perolas cuales podrían represarse para alivio durante los me­ses de sequía.

Viajando hacia el norte del estado, nos tropezamoscon las sierras nuevamente. Tras el paisaje reseco que seextiende entre Barquisimeto y El Eneal, un poco más alláestá Duaca, llamada años atrás con razón la Perla del

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Norte cuando sus cafetales eran riqueza pródiga, cuandoel ferrocarril llegaba allí con su factor de progreso. Al nortede esa pequeña ciudad, comienza a levantarse la sierrade Aroa, no lejos nace el río del mismo nombre y algomás al norte, están las selvas de Moroturo, densas, mis­teriosas, con sus riquezas inéditas. Algo hacia el noroestede Barquisimeto, pasados los parajes resecos de Caroritay Moyetones, comienzan a alzarse otras sierras que comolas de Bobare y Matatere ofrecen una desnudez dramática.Más al norte están otras sierras como las de Aguada Grande,de Baragua, donde las lluvias caen más abundantementey el verdor está más presente. Ya allí se multiplican loscafetales y la naturaleza es más pródiga.

Desde los Andes larenses, desciende El Tocuyo, quecruza luego como cinturón verdoso, amarillento en las cre­cidas, las sabanas resecas. Pero en las vegas que sealargan paralelas a sus riberas, todo es verdor porque porallí, se dilatan los cañaverales, que producen azúcar en ElTocuyo, o papelón en zonas más al norte. Por un recodode la meseta larense, en su ángulo sureste, corre el ríoTurbio, que también vigoriza las vegas donde se multi­plican asimismo los tablones de caña y algunos trapichesalternan con los modernos centrales azucareros.

Dentro de ese paisaje múltiple, existe una dinámicaeconomía que basa sus fundamentos en la agricultura.Los cultivos del café, de las papas, de las cebollas, en lasmontañas; la agricultura del maíz y de las leguminosas enladeras, sabanas y valles, y donde el paisaje presentaaspecto semidesierto, la tierra produce sisal y cocuiza,frutales como la piña y la guayaba. Donde las perfora­ciones han logrado agua del subsuelo, aparecen fincasagrícolas o pecuarias. Y en general, por las sabanas y losvalles, ha surgido una excelente ganadería, la cual se pa­tentiza en su mejor exponente, en el área donde la ciudadde Carora es centro y crisol de actividades reproductivas.

De "Kene", 1969238

TRES NOTAS SOBRE

~L ÁMBITO LARENSE

Cuando murió Alberto Castillo Arráez, escribimos unanota reminiscente acerca de lo que fue para nosotros esteinolvidable compañero de juventud. Ella nos dio motivopara seguir trajinando el tema relativo a la ciudad en lacual ambos nacimos, y de allí salió. una serie de crónicasque titulamos genéricamente "El otro Barquisimeto". Enellas evocábamos cómo era la ciudad y su gente más demedio siglo atrás. Esas crónicas merecieron grata aco­gida por larenses que nos hicieron saber que las leían,pero se dio el caso de que un amigo nacido en una ciu­dad oriental nos dijo casi a manera de reclamo algo asícomo: "Tú no escribes sino de Barquisimeto", y tras ello,callamos nuestros comentarios que pretendían hacer lahistoria de una urbe y su desarrollo en el discurrir deltiempo. Seguramente la aseveración no era justa. pero síen cierta manera venenosa. Nos ha preocupado por logeneral todo lo que atañe a Venezuela. Sólo en El Universal,hemos escrito más de dos mil artículos firmados. relacio­nados con el país, y nuestro interés por él lo pueden ra­tificar el casi centenar de promociones que en varias -es­cuelas de dos universidades asistieron a nuestras cátedras

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de Geografía de Venezuela, de Geografía Económica deVenezuela, de Geografía Histórica de Venezuela y deHistoria de la Economía Venezolana. Ello ratifica que nosomos regionalistas ni localistas, sino integralmente ve­nezolanos. De ahí que en esta oportunidad no nos asis­ten regionalismos.

Pero no podemos pasar inadvertido el justo home­naje de que fue objeto nuestro paisano larense, caroreñoy amigo dilecto por más de medio siglo, como lo es LuisBeltrán Guerrero. El es uno de los humanistas más califi­cados que tiene Venezuela y sus escritos semanales, osus trabajos de mayor amplitud y profundidad, están llenosde sabiduría; en la mayoría de los casos, de ese chis­peante humorismo que sabe dar a su palabra conversadao escrita. Habla muchas veces con voz de gran tribuno yabruma la suma de citas cultas con que adorna su decir.Guerrero ha cumplido setenta y cinco años, que son añosfecundos. En la plenitud de su madurez, su palabra sehace acerada y densa. Coincide con este homenaje ensus tres cuartos de siglo, la aparición de un nuevo tomode sus Candideces, serie de libros donde en textos breves,recoge lo disperso de su obra literaria casi siempre máshumanística que periodística, en las cuales a la donosurade su estilo se añade la vivacidad de su frase y el avizorarconstante del acaecer cotidiano.

Otro tema vigente relacionado con el Estado Lara, esel aparentemente prometedor viraje que ha tornado lo quese refiere a la finalización de las obras del Proyecto Yacambú.Efectivamente, leímos una noticia en la cual se dijo queun organismo económico internacional, está dispuesto afinanciar el 50% de lo que resta por realizar del proyecto.Se habla mucho, y pese a tanto hablar, las cosas se que­dan en el aire. Ojalá lo dicho sea pronto una realidad. Lopide no sólo la agricultura larense, sino una porción impor­tante de la agricultura nacional. Se sabe que Lara es hoy

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el primer productor agrícola del país. La conclusión deesa obra incrementará notablemente esa producción. Co­brará fuerza la labor frutícola y así dejaremos de ver lamultiplicación de cajas con frutas exóticas, especies quese comenzaban a cosechar con cierta abundancia aquí.Desaparecerán esos rótulos en cajas que se ven a diarioen las aceras de Caracas, donde se puede leer GarcíaFamily o Washington Apples. Tendremos cómo luchar con­tra la invasión de papas cosechadas en un país vecino yde lo cual se quejan los productores venezolanos de losAndes, en especial del Estado Mérida. Ojalá todo eso delfinanciamiento de las obras de Yacambú no se quede enuna simple noticia periodística.

Como anunciamos una vez, se publicó en la prensa yha merecido amplios reportajes en dos diarios caraque­ños, y en uno de ellos ocupó la carátula de un suple­mento sabatino, sobre que nuestra biblioteca resolvimosdonarla a la ciudad de Barquisimeto y anexarla a la Bi­blioteca Pública "Pío Tamayo" de esa localidad. Hemosenviado en los últimos años numerosas piezas bibliográ­ficas y hemerográficas. Lo único que pedimos es que elhaber de esa biblioteca, no se disperse. Se comentó unavez con cierta precipitación que no se le podía dar unasala a cada donante de una biblioteca. Pero sucede quecon sólo la nuestra, se puede abrir una biblioteca pública.En ella hay ediciones de los siglos XVIII y XIX. Hay proba­blemente más de cinco mil títulos dedicados con autó­grafos de autores de alto prestigio como Alfonso Reyes,Ramón Gómez de la Serna, Vicente Aleixandre, Alejan­dro Casona, Jorge Carrera Andrade, Germán Arciniegas,Pablo Neruda, Humberto Díaz Casanueva, Jorge Icaza,Luis Alberto Sánchez, Concha Meléndez, Enrique LabradorRuiz, y dejemos de contar. En esta biblioteca que dona­mos, hay numerosos libros de economía, ciencias sociales,medicina, ciencias naturales, ciencias jurídicas, historia,geografía, biología, a más de varios millares de libros de

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poesía, de narrativa, de ensayo. También de otras espe­cialidades como pedagogía, sicología, siquiatría. Vale decir,es una pequeña biblioteca integral, acompañada de unahemeroteca que quizás llegue a más de 30.000 revistas.Se nos dijo en el presente año, cuando asistimos a lainauguración de la denominada "Biblioteca del Oeste Pas­cual Venegas Filardo", que para septiembre estaría listauna sala para colocar nuestra biblioteca, anexa a la "PíoTamayo". Pero fuentes que creemos fidedignas, nos haninformado que esa sala aún no se ha comenzado a edi­ficar. ¿Será eso así? Que el gobernador del estado, o elalcalde de la ciudad, o la coordinadora de bibliotecas deLara, o la directora de la "Pío Tamayo", nos diga algoacerca de eso.

1990

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BARQUISIMETO: 1552 • 1986

En estos días se ha conmemorado un año más de lafundación de Barquisimeto. En verdad, no se puede pre­cisar la fecha exacta de la fundación de la ciudad que seestima fue en el mes de septiembre, Américo Briceño Valerollamó a Trujillo la ciudad portátil, y Barquisimeto lo hasido. Nació en 1552 como Nueva Segovia de Buría y seestableció como fundador a Juan de Villegas. Las minasde oro descubiertas en la comarca fueron un aliciente parael poblamiento, pero el clima no benigno fue asimismouno de los factores que impidió la estabilidad de la pe­queña villa, a lo cual se añadió el enguerrillamiento de losindígenas locales. Y así, Nueva Segovia de Buría dejó dellamarse así, bautizada en aras del río que corre por suscercanías y que luego de atravesar las denominadas pos­teriormente Sabanas de Londres, va a engrosar el caudaldel río Turbio, que luego se llamará Cojedes. Se trasladóla nonata ciudad a un sitio no distante del río Turbio o ríoBarquisimeto, para luego ocupar su lugar definitivo ya conel nombre de Nueva Segovia de Barquisimeto. Siemprehemos creído que la urbe definitiva tuvo su asiento entreel sitio denominado Cruz Blanca y la meseta que se extiendehacia el Oeste. La ciudad creció sobre el borde sur de esa

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meseta, paralela al río Turbio. Así, los pobladores teníana no mayor distancia las aguas del caudal no tan menguadoen ese entonces con cuyo líquido regaban las vegas delvalle, asiento de los caquetíos, y cuyo verdor, admiró aNicolás de Federmann y a sus huestes como lo narra enlas memorias de su viaje por esos parajes.

La línea urbana de esa ciudad, se fue extendiendo deeste a oeste, y la que fuera la primitiva ciudad creció y seexpandió de sur a norte. Hay diversos hechos que lo regis­tran así. Los templos se fueron construyendo o reconstru­yendo a lo largo de una sola calle, la que se denominóRegeneración. Tres de sus templos principales, la Concepción,San Francisco o antigua Catedral y Nuestra Señora de laPaz, están edificadas en una misma calle. San Francisco,en el cruce de las calles Catedral y Regeneración; la Con­cepción, en el cruce de esta misma calle y la del Obispo,finalmente La Paz dos cuadras más hacia el oeste. Alta­gracia quedaba al sureste de éstas pero aproximadamenteen las mismas líneas de las anteriores. El templo de SanJuan, que permaneció en ruinas durante muchos años,quedaba hacia al oeste en la misma línea de las ante­riores, próximo a la demolida cárcel de las Tres Torres, osea sobre la calle Aldao que corre de norte a sur hasta lacuesta que lleva al río y es conocida como Cuesta de laTres Torres.

La ciudad creció así de sur a norte, y la expansión dela misma hacia el sector septentrional fue estimulada porel tendido de rieles del Ferrocarril Bolívar, que dio origena la construcción de la avenida 5 de Julio, que prolongó lacalle Páez y la edificación de algunas quintas, la primerade las cuales y más vistosa de todas, fue la construida pordon Roseliano Octavio. La administración del ferrocarrilcreó un hermoso jardín y frente a la estación ferroviaria seconstruyó la Plaza Independencia, creemos que inexisten­te hoy. Diversos monumentos locales fueron erigidos du­rante el siglo XIX y, en especial, al final del mismo. Ellos

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fueron, entre otros el edificio del mercado público, construidode obra limpia de ladrillo, con- arcadas de medio punto ylocales exteriores destinados a diversos comercios y enuno de ellos se efectuaban los ensayos de la Banda Marcialdel estado. Frente al mercado, se construyó la Plaza Miranda,hoy Plaza Bolívar, y dos cuadras más al norte el edificiodel Teatro Juares, todas obras diseñadas y dirigidas porel ingeniero Jesús Muñoz Tébar, y todas, creemos bajo laadministración del general Aquilino Juares. Cuando se llegóal siglo XX, Barquisimeto era una ciudad de unas 20.000almas, o quizás menos. Esa población llegó en 1920 a23.000 habitantes.

La ciudad antes del auge petrolero, de este a oeste,tenía como calles principales, las denominadas Regene­ración, hoy carrera 16; Ilustre Americano, hoy carrera 17;Ayacucho, hoy carrera 18; Libertador y antes calle Real,carrera 19; del Comercio, hoy Avenida Veinte y San José,luego avenida Miranda, hoy carrera 21. Todas eran callesempedradas con aceras de ladrillo hasta que los gene­rales Torrellas Urqulola y luego David Gimón, iniciaron laconstrucción de las aceras de cementos. Torrellas Urquiolaconstruyó la avenida que llevó su nombre en rnernoría asu prestancia, que conducía al cementerio, y el generalRafael María Velasco Bustamante construyó la AvenidaJosé Félix Ribas, que se extendía desde la Capilla Evan­gélica hasta el sitio denominado Casamayor, que era laentrada a Barquisimeto cuando se venía de los Llanos odel Centro. Era una ciudad pequeña, con sus tranvías decaballos, sus coches, su coche fúnebre tirado por caballosnegros enjaezados con plumas del mismo color y unospoquísimos automóviles. La calle del Comercio era ocupadapor expendios de mercancías secas; un porcentaje alto deellos propiedad de sirios y libaneses y, a su vez, la callede San José era dedicada a los expendios de víveres.Tres periódicos circulaban en esas primeras décadas deeste siglo: "Eco Industrial", "El Impulso" y "El Heraldo", y

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varios semanarios entre los cuales se destacaban "Notas",dirigido por el poeta y humorista Juan Guillermo Meneses.Hoy, la ciudad según las estadísticas oficiales, cuenta,con más de 684.000 habitantes, aun cuando creemos esuna cifra algo conservadora. Es una ciudad populosa ycosmopolita. Pero en el fondo, para quienes nacimos allí,sigue siendo la misma ciudad cantada en candorosas es­trofas por el poeta Rafael Garcés Alamo. Y damos fin aestas breves rememoraciones de barquisimetano fiel a laciudad en la cual vino a la vida, y deseamos dedicárselasa nuestro ignorado enemigo que se opuso a quien estoescribe, dijese el discurso de orden el día en que la ciudadcumplió un nuevo año de vida.

1986

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BARQUISIMETO: UNA CIUDAD EN DESARROLLO

Leví Marrero, en la mejor Geografía de Venezuelaque ha sido publicada en el presente siglo, y a su vez lade concepción más moderna en cuanto a presentación yplanificación, cataloga a Barquisimeto como la "tercera ciu­dad venezolana, típico nudo de comunicaciones". No noscorresponde -ni queremos hacerlo- dar una categoría aesta ciudad; en particular, porque nacimos allí. El regiona­lismo ha estado siempre muy distante de nosotros y deello pueden dar testimonio veintinueve generaciones deeconomistas a quienes expusimos Geografía Económicade Venezuela en la Escuela de Economía de la ucv, o vein­ticinco promociones de periodistas también de la ucv a quie­nes también expusimos la asignatura, así como a las pro­mociones que nos escucharon en la misma disciplina en laEscuela de Historia de la ucv y en la Escuela de Econo­mía y de Administración de la UCAB. Para nosotros, lo queestaba presente era el país y no una ciudad o una regióndeterminadas. Por eso, en las cosas que diremos acercade la capital larense de hoy, simplemente daremos nues­tras impresiones sin intento de comparación alguna.

Siempre hemos sostenido que la categoría urbana deBarquisimeto, su poblamiento sostenido desde fines del

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siglo XVIII, se debe a su localización geográfica en uncruce de caminos. Camino real hacia San Carlos y El Tinacovía El Altar; por Yaritagua vía San Felipe y Puerto Cabello;vía Carora hacia la cuenca del Lago de Maracaibo y losAndes; hacia Coro vía Churuguara y San Luis, vía Guanare,Ospino y Barinas por la ruta de Araure. En esto del crucede caminos nos acompañan otros geógrafos, entre ellosRubén Carpio Castillo y el ya citado Leví Marrero. Esteseñala que la ciudad ha crecido rápidamente por esa favo­rable característica geográfica. El primer ferrocarril haciatierra adentro que se tendió remató en Barquisimeto desdeel puerto de' Tucacas. La llamada Carretera de la 'Costallegó a Barquisimeto desde Puerto Cabello y por la ciudadpasó la denominada carretera Trasandina.

, .Vimos crecer la ciudad desde que éramos niños. Pre­

senciamos allí la aparición de la luz eléctrica, 'la cual sólobrillaba cuando llegaba la. noche. Presenciamos la cons­trucción de las dos primeras avenidas: la 5 de Julio, queiba hasta la estación del Ferrocarril Bolívar y la del ce­menterio, luego Torrellas Urquiola. Vimos construir .Ias pri­meras aceras de cemento, lo cual se debió a la admi­nistración del general David Gimón. Y también advertimossu crecimiento demográfico.: 23.000 habitantes, según elcenso de 1920; 36.000, según el censo de 1936; 54.000de acuerdo con el de 1941; 105.000, para 1950. Leví Marrerole asigna 200.000 para 1963, año en el cual publicó suobra" Venezuela y sus Recursos". El censo de 1971 arrojóuna población de 334.333. Ya para entonces había sidocreada el área metropolitana, que apenas llegaba hastalos linderos de IQS municipios Catedral y Concepción. Pen­samos que ya es hora de que las autoridades respectivasestablezcan las verdaderas áreas metropolitanas. Estima­mos que en lo que atañe a la población urbana, el últimocenso en algunos aspectos no nos merece toda la confianzaque es de desear. Cuando aparecieron los datos de esecenso, dimos una conferencia sobre las tendencias de la

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población acorde con las cifras publicadas yeso, en unaacademia nacional. A poco aparecieron unas rectificacio­nes de esas cifras, no muy sensibles las diferencias perosí mortificantes para quien se basó en ellas para su diser­tación.

Hemos visto algunas exposiciones sobre determina­das áreas metropolitanas que en cierta manera incluyendistritos completos, con espacios no urbanos. No sabemoshasta donde alcanza hoy lo que debe considerarse comoel área metropolitana de la capital del Estado Lara, Vemossí que los sitios que antes se consideraban extramuros yen los años de nuestra juventud hacíamos hasta allí excur­siones campestres de fines de semana, están urbaniza­dos. Eran barriadas como La Mora, Los Pozones, Los Cole­rientos, Namur, El Malecón, Moyetones, La Veguita delDoctor Pineda, Caja de Agua, El Garabatal, Cerro Manzano,El Carabalí, La Cruz Blanca, Santa Rosa, Cabudare, Cordero-en busca de sus dulces piñas- Carorita, El Caniejero yotros. Observamos en nuestro recorrido por la nueva ciudadque todo ello ha sido absorbido por el hábitat urbano cuyaverdadera área metropolitana integraba antes ámbitos des­campados; barriadas, caseríos e incluso fincas agrícolas,son hoy parte de la urbe. La ciudad dejó atrás el río Turbioy se fue hacia el Cerro Manzano. Sobrepasó El Camejeroy va camino de Duaca y El Eneal y otros poblados. Barriosdonde los muchachos íbamos a cazar conejos al amanecero para recolectar frutos silvestres, como el Cemeruco, elBuche, el Dato, la Lefaria, hoy están cubiertos de urbani­zaciones de todo tipo social según su localización, desdela mansión elegante y de fascinante arquitectura hasta lavivienda modesta o para las clases media y obrera, cuyopunto de partida fueron primero el Barrio Unión y luegolas zonas residenciales como Vararida.

Pero la calificación urbana ya vendrá. Algo que pudi­mos apreciar en nuestro rápido recorrido por la ciudad,aparte de las áreas que ha ido invadiendo, es que su

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tendencia, sin duda que en proporción a lo venezolano, esde la urbe que se estira en todas direcciones. Allí ocurreen pequeño lo que creemos ya dijimos, o sea un fenómenoparecido a la génesis que hace algunas décadas tuvo laciudad de Los Angeles, donde un total de catorce locali­dades permitieron la existencia de una de las ciudadesmás extensas del mundo, si no la más extensa, y cuyofenómeno también está ocurriendo, así como con el GranMiami, o como sucedió con la ciudad de Nueva York, reba­sando la extensión de la isla de Manhattan hasta práctica­mente unirse con localidades vecinas más allá de los ríosque circundan la isla, o como ha estado ocurriendo con laciudad de Washington, y en América del Sur con BuenosAires y Sao Paulo.

Barquisimeto es una de las ciudades más planas deVenezuela, lo cual, en primer lugar, ha permitido ser unacapital con sus calles tendidas a cordel, modalidad que seha mantenido desde sus orígenes, cuando la ciudad comen­zó a crecer paralelamente al valle del Río Turbio y luego aextenderse progresivamente hacia el norte con calles lon­gitudinales de este a oeste y bocacalles perpendicularesde sur a norte. Esas vías fueron bautizadas con nombreshistóricos o de próceres militares y civiles, como Libertador,Ayacucho, Planas, Iribarren, Urdaneta, Aldao, Pedro LeónTorres, Wohnsiedler, Lara, Bruzual, que en el presentesiglo y, no hace tanto, fueron preteridos para a las callesdarles el calificativo colombiano de carreras numeradas, olas transversales, con simple numeración. Es una medidaclasificadora útil, pero podría colocarse en cada esquina,debajo del número, el antiguo nombre. Así lo hemos su­gerido más de una vez. Lo positivo y lo negativo de lanueva ciudad será objeto de otra nota nuestra y así conclui­remos lo que quizás para algunos es motivo de fastidio,pero que para otros ha resultado gratificante, en virtud delas llamadas que hemos recibido no sólo desde Caracassino desde diversos lugares del interior del país.

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BARQUISIMETO, LA CIUDAD DESPLEGADA

Aprovechamos el asueto de Semana Santa para haceruna visita a nuestra ciudad nativa: Barquisimeto. En lasúltimas décadas hemos estado allí muy de paso. Visitamosla ciudad y salimos un poco de ella para mirar de nuevoalgunas otras ciudades y pueblos que nos son familiares yque conocíamos desde niño: Ouíbor, El Tocuyo y Sanareen esta oportunidad. Sanare, la pintoresca y risueña aldeaque conocimos en nuestra infancia, cuando admiramos suscultivos de manzanas, duraznos y membrillos; la poesíade sus flores, entre ellas los pensamientos y de sus hierbasaromáticas como la hierbabuena que allí florecía; de suspequeños espacios cultivados de trigo y de cebada, queya no aparecen. Hay hosterías modernas y esforzados agri­cultores consagrados al cultivo de la cebolla y de la papa,que luego vemos expender en los abastos y mercados deCaracas y, sobre todo, en camiones callejeros donde seconsigue el producto a mitad de precio. El Tocuyo es hoyotra ciudad distinta a aquella anterior al terremoto, perosiempre con su hermoso templo de la Concepción, albo yrestaurado, con sus artísticos retablos; hoy urbe de bou­levares y plazas modernas. Ouíbor casi el mismo de an­taño, pero ya no con sus calles empedradas y sus aceras

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de ladrillo; el cemento y el asfalto borraron el sabor colonial.Las sabanas de Quíbor aún resecas, sin el agua para elriego, que no se le quiere dar. Aquí a veces hasta la produc­ción de alimentos se politiza y se suma al juego del biparti­dismo. Un ejemplo: Yacambú.

Pero volvamos a Barquisimeto. De allí salimos en 1931hacia Caracas, ciudad entonces pequeña y recatada, queiba desde el Parque de Los Caobas y el frontón Jai Alaihasta la Plaza de Capuchinos y desde Puente de Hierro yEl Paraíso hasta el Puerta de Caracas y el Hospital Vargas.Los años nos han permitido ir observando paso a paso elcrecimiento de la ciudad, relativamente pequeña, hastallegar a la megalópolis de hoy. Cuando dejamos la ciudaddonde nacimos, donde tratamos de hacernos botánico conlas enseñanzas de los hermanos Paulina y Plas Augusto,de la congregación de La Salle, pero por sobre todo con ladirección y enseñanza de José Saer D'Héguert, siemprepresente en nuestra memoria, Barquisimeto era un pueblogrande. Se extendía hacia el norte por la avenida 5 deJulio, que remataba en la Plaza Independencia y la estacióndel ferrocarril Bolívar. Más allá, el Malecón que recogía yempozaba aguas de lluvia, la hacienda El Cují, consa­grada al cultivo del sisal y las sabanas de El Camejero.Por el sur, la ciudad terminaba en la escarpa que lleva alvalle del río Turbio. Allí estaban las denominadas cuestasque conducían al pequeño valle fluvial con una corrientede agua que duraba todo el año, alimentadas en su cursobajo por los manantiales de Titicare y Macuto. Allí en lasvegas humeaban las chimeneas de los trapiches que molíanla caña y cocían el jugo para fabricar el papelón. Lostemplos se extendían de este a oeste siguiendo el bordesur de la meseta: Altagracia, la Catedral, la Concepción,La Paz y más allá, próximo a las Tres Torres y al Matadero,el templo en ruinas de San Juan. Algo hacia el norte eltemplo no terminado de San José, administrado luego porlos padres redentoristas. Hacia el este la ciudad termi-

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naba en la avenida José Félix Ribas, construida por laadministración de Rafael María Velasco Bustamante y po­blada de árboles de eucaliptos. Más allá la Cruz Blanca yel camino carretero que conducía hacia Santa Rosa y Ca­budare y desde allí a los llanos. Por el oeste, la ciudadterminaba en dos avenidas: la Torrellas Urquiolaen ho­menaje a ese probo magistrado yaracuyano y que con­ducía al cementerio de la ciudad, y la avenida Bella Vista,desde donde se abrían los caminos carreteros que con­ducía a Carora y a Bobare, y más allá, hacia el norte, víaChuruguara, a Coro. En el ángulo suroeste la Caja deAgua y el camino que llevaba a Quíbor, El Tocuyo y lasaldeas andinas del estado, como Cubiro, Sanare, los Humo­caros, Guárico y otras.

Entonces la ciudad era pequeña, con calles empedra­das, con tranvías de caballos, todavía con algunas ace­ras de ladrillos, con una sola casa de tres plantas, pro­piedad del general Ignacio Ortiz y donde tunclonarjan losservicios de correos y telégrafos. Los presidentes RafaelMaría Velasco y Eustoquio Gómez habían dado algunostintes de modernidad a la ciudad. El primero hizo derribarel edificio de dos pisos de la gobernación, construida porel mismo maestro de obras que edificó la hoy sede delCentro de Historia Larense, habitada entonces por el señorIgnacio Rodríguez, el famoso Chingo Ignacio y pintadacon los mismos colores amarillo y blanco. Velasco construyólos modestos edificios destinados a Casa de Gobierno, aConcejo Municipal y a la Administración de Rentas Mu­nicipales. Y construyó asimismo cuatro cuadras y mediade pavimento de macadam que iban desde la antigua ca­tedral, hoy San Francisco, hasta el edificio destinado acorreos y telégrafos. Eustoquio Gómez hizo construir tam­bién el Parque Ayacucho, el más hermoso parque urbanode Venezuela; dio a la Plaza Miranda el nombre de PlazaBolívar, hizo erigir en su centro la estatua ecuestre delLibertador, réplica aproximada de las de Caracas y Lima,

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y cambió los ladrillos de las avenidas por mosaico. Hoyson de mármol. La Plaza Bolívar anterior se convirtió enPlaza Lara. Velasco había construido una pequeña plazafrente a los sobrios edificios de la Gobernación y RentasMunicipales, que bautizó con el nombre de Plaza Rehabilita­ción. El viejo edificio inconcluso e iniciado por la adminis­tración del general Santiago Briceño Ayestarán, con ven­tanas ojivales en su segunda planta y paralizado duranteaños, se decía que porque fue iniciado durante el gobiernode Cipriano Castro, fue concluido para asiento de los po­deres públicos estatales e inaugurado con un suntuosobaile donde tocó la Orquesta Mavare, conducida por Napo­león Lucena, con carnets para que las damas anotaran losnombres de sus parejas y cuyo valse inaugural fue "NocheCampestre" de Simón Wohnsiedler, valse obligado a violon­celia, el cual ejecutó esa noche Miguel Vizcaya, gran ar­tista de ese instrumento, además de clarinetista.

Para esos años de nuestra ausencia, que dura yamás de medio siglo, funcionaban cuatro clubes sociales:el Club Unión, el más antiguo, y que presidía en esos mo­mentos don Nelson Power Brigé; el Centro Social, presi­dido en esos días no recordamos si por el doctor HonorioSigala o el doctor Pablo Gil García; el Bellavista TennisClub presidido por el doctor Miguel Angel Rodríguez Rojas,notable cirujano nativo de Mérida; y el Club Ayarí, el máspopular de todos; más tarde se fundaría el Club de Comercio.Esos clubes desaparecieron. Se mantiene así el Club deComercio y se fundó el Country Club. No sabemos si hoyexisten otros centros sociales. De allí, a la que hemosvivido en años lejanos y la que visitamos en días recien­tes es otra, distinta. La ciudad de antaño aparecerá des­crita en un próximo libro nuestro que se titulará "El OtroBarquisimeto". Sobre la ciudad de hoy, esa ciudad des­plegada hacia todos los rumbos, que cada vez se expandemás sobre la meseta en la cual se aloja, hablaremos enpróxima oportunidad.

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EL PARQUE DEL CERRO EL MANZANO

En todos los países del mundo los parques naturales,concebidos y decretados como tales, constituyen un im­portantísimo factor de defensa ambiental. En Venezuela, apartir de algunas décadas, se han considerado tales circuns­tancias y por ello, en algunos mapas físicos, aparecendelimitados los principales parques de nuestro país. Algunos,por la latitud en la cual están localizados, son de unaextensión bastante considerable. En especial, los que seencuentran al sur del Orinoco o en áreas cruzadas poralgunos de sus afluentes. En zonas donde los ámbitosdestinados a parques son más reducidos, éstos tienen queser de menor dimensión, aun cuando varios cubren unaextensión de cierta significación, como son los de Gua­topo y el Henri Pittier, que según hemos leído, ha sidoafectado éste por la acción destructora de depredadoressin sanción. El parque natural cumple una misión vital convarias vertientes: conservación de las aguas, enriqueci­mientos de las fuentes que las generan, defensa de laflora y la fauna endémicas en el sector, reposición no­rística en áreas donde la vegetación ha sido destruida osemidestruida y, además, porque cada parque representauna zona de recreación para quienes gustan de todos los

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encantos y atractivos que depara la naturaleza. Los cara­queños, por ejemplo, tienen a la mano un sector geográficode extraordinarios atractivos, como es el parque del Avila,el cual, a pesar de la vigilancia que se ejerce en él y delcuido que se le da, cuando llega la estación seca, sufre laacción de los piromaníacos que por su anormal condiciónpsíquica, llegan a incendiar pequeños espacios, lo cualvemos y lamentamos cada año.

En estos días, ha sido creado un nuevo parque conun área ligeramente superior a las dos mil hectáreas. Estásituado al sur de Barquisimeto; una vez que pasado el ríoTurbio y el bosque de Macuto, se comienza a ascender aél. Para constituir este parque ha sido aprovechado unespacio que pertenece al denominado cerro Manzano, hacemedio siglo casi despoblado, pero que debido al creci­miento demográfico del área metropolitana de la capitaldel estado, han surgido algunas pequeñas localidades, ensu parte plana preferentemente. El cerro Manzano correde Oeste a Este y a su pie, está por el norte el río Turbio,y a su margen derecha se extienden varias haciendas decaña, habiendo sido una de ellas la que hoy ocupa elbosque de Macuto, plantado de maporas en el siglo pa­sado cuando fue gobernador de Lara el doctor Juan deDios Ponte. El bosque se comenzó a formar en 1841 conla adquisición de varios terrenos entre ellos, uno propie­dad del general Genaro Vásquez, quien combatió en laguerra de Independencia al lado del general José AntonioPáez. El desde ahora Parque El Manzano dispone de unavegetación en buena parte xerófila, pero con suelos dondese pueden sembrar especies arbóreas resistentes a ciertosrigores climáticos y susceptibles de desarrollarse en elpequeño ecosistema que conforma el altiplano y laderasdel mencionado ámbito geográfico.

En el cerro Manzano ha sido construido un mirador,desde el cual se ofrece un agradable espectáculo panorá-

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mico de Barquisimeto, sobre todo en horas nocturnas, quesegún el texto donde se informa la creación del parque,está algo abandonado. Tal hecho no tiene nada de par­ticular porque tal realidad la contemplamos a diario en lapropia capital de la República. Un ejemplo: cuando en Ca­racas se inauguró la avenida Urdaneta, arteria central prin­cipal de la ciudad, se hizo con el mosaico de las acerasun modesto remedo de algunas aceras de Río de Janeiro.y sin embargo, a pesar de un hecho que hemos venidodenunciando año tras año, tales aceras blancas con di­bujos negros ondulados constituyen hoy una afrenta parala ciudad, ya que se trata de las aceras más deterioradasy sucias de Caracas, pese a que hasta hubo un goberna­dor que ofreció, al iniciar su gestión, convertir a Caracasen una verdadera tacita de plata, pero ni ediles, presi­dentes ni gobernadores multiplarlantes, han sido capacesde reparar la indecencia de tal obra. Por eso, no es deextrañar que en la capital de Lara un mirador que se suponeturístico, se encuentre semiabandonado. Ya con la creacióndel parque El Manzano, se reparará el descuido y vigori­zará la vegetación de esos parajes tan recorridos por quienesto escribe durante sus años juveniles, en unión de otroscompañeros de estudio que hallábamos en las excursio­nes un sano medio de esparcimiento.

Con la creación del nuevo parque, creemos será posiblereforzar la fronda de palmeras del bosque de Macuto y, talvez, pensar en otros parques en zonas no lejanas al queha sido creado. El bosque de Titicare podría ser uno deellos, cuyas aguas por muchos años, alimentaron el acue­ducto de Barquisimeto. Otro, podría ser al sur del río Claro,en plena sierra de Portuguesa, y otro, en Tabure, cuyasfrías aguas más de una vez usamos en baño reparador,luego de larga caminata al ascender la montaña. Vemosque esa quebrada aún no ha corrido el destino de otrasque han desaparecido, ya que leímos que meses atrás,inundó un sector de Cabudare, en cuyas inmediaciones

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tributa al río Turbio. Por allí recibe también este río lasaguas del Burla, que nace en la sierra de Nirgua y cruzalas denominadas Sabanas de Londres, que aún no hemospodido saber por qué se las denomina así.

Ojalá que con este pequeño parque, vengan otros endiversos lugares de Venezuela. Como antes lo expresamos,son obras propicias para la defensa de la naturaleza, pararecreación de los paseantes y para mantener en su vigor ylozanía la flora, y para ofrecer un hábitat adecuado a nues­tra tan amenazada fauna en numerosas de sus especies.

1987

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EL DRAMA DE CARORA: UN EJEMPLO

El Distrito Torres del Estado Lara es el segundo enpoblación de esa entidad federal, después del Distrito Iri­barren, cuya capital es Barquisimeto. Aparentemente áridoen casi toda su extensión, dispone de excelentes tierraspara pastos, ríos que si desaparecen durante la estaciónseca, aumentan notablemente de caudal durante la estaciónlluviosa, lo cual permite que puedan ser represados, y así,sus aguas convertirse en reservorio para uso humano ypara el riego, cuando se alejan las lluvias. Recordemosque uno de los primeros sistemas de riego que se planificóluego de la muerte del dictador Gómez, fue el del río Bucares,afluente del Morere, que creemos, se quedó solo en pro­yecto.

El aprovechamiento acertado de la tierra, de las aguaspluviales y de las irregulares crecidas de los ríos, ha sidorealizado con inteligencia, hasta el punto de que el Dis­trito Torres, hoy con una población superior a la del Es­tado Cojedes, próxima a la del Estado Nueva Esparta ybastante superior a la de los Territorios Amazonas y DeltaAmacuro juntos, señala a esa porción de Venezuela comouna de las más laboriosas del país, sede de una de lasmás importantes ganaderías, no por su número en compa-

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ración con las de Zulia o Apure, pero sí por la calidad desus ejemplares.

Tres ríos principales bañan el territorio del DistritoTorres: El Tocuyo, nombrado con acierto el "Niño" vene­zolano porque al cruzar los semi-desiertos de Lara y Falcónalimenta en sus vegas vastos cañamelares y otros culti­vos; el Morere, que pasa por la vecindad de Carora y elBucares que cae a éste. A la altura del pueblo de RíoTocuyo, se unen El Tocuyo y el Morere. Fue el municipioCamacaro, capital Río Tocuyo el municipio venezolano ma­yor productor de papelón. La transformación de la indus­tria papelonera en azucarera, ha hecho que este pueblodecaiga, pues habiendo tenido 1.650 habitantes según elcenso de 1961, para el censo de 1971, sólo tuvo 916habitantes.

El mantenimiento de la actividad ganadera y la for­mación de una importante industria láctea y sus deriva­dos, ha permitido un incremento demográfico, que si bienno es extremadamente dinámico, sí tiene significación. ElDistrito Torres ha aumentado así de población a la luz delos tres últimos censos:

Habitantes

1950 .................. 66.300

1961 .................. 81.268

1971 .................. 95.195

A su vez, la ciudad de Carora ha visto aumentar supoblación, en los mismos períodos, de la siguiente manera:

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Habitantes

1950 .................. 12.450

1961 .................. 23.227

1971 .................. 36.115

Vale decir, que cada lapso intercensal, casi ha du­plicado su población, todo sin duda producto de un desa­rrollo industrial y del consecuencial incremento comercial.

Pero Carora, ciudad que se ha distinguido por su cul­tura, que ha dado hombres ilustres al país, así como nume­rosos universitarios en diversas ramas de las proteslonesliberales, que durante años ha mantenido un periódico diarioy donde se fundó otro que hace tiempo cumplió su mediosiglo, "El Impulso" de Barquisimeto" y que además es unode los más antiguos del país, ha estado sometida a travésdel tiempo a una doble contingencia: a la deficiencia de suacueducto por lapso prolongado, y a las embestidas de surío, el Morere, con consecuencias desastrosas para la loca­lidad y con efectos graves para los plantíos y antes, nosabemos si ahora, con efectos igualmente desastrosos paralos rebaños de ganado caprino.

Carora está situada en un altiplano hasta donde lellegan vientos que después de haber cruzado el Lago deMaracaibo, donde se hacen más húmedos por la evapo­ración, entran a ese altiplano por El Portillo. Lo lleganvientos desde otras direcciones, pero no siempre éstosvienen cargados de humedad. Esos vientos húmedos for­man aglomeraciones nubosas que se descargan en la ver­tiente oriental de la antigua sierra de los jirajaras, deno­minada posteriormente Ziruma. En ella nacen pequeñoscursos de agua que van engrosando al recibir afluentes,muchas quebradas secas que se vuelven torrentosas durantela estación de las lluvias. En el presente año, cuando la

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estación lluviosa ha presentado características anárqui­cas, con sequías en zonas de lluvias regulares y abundan­tes en sectores donde las precipitaciones son moderadas,han ocurrido situaciones anormales, que a lo que a noso­tros respecta, han tenido consecuencias desastrosas; igualha sucedido para el frente septentrional restante de laAmérica del Sur, afectando así el litoral y tierras interiores,no sólo de Venezuela, sino de Colombia.

Noviembre es un mes en el cual las lluvias comien­zan a amainar, pero en esta oportunidad, los meses llu­viosos se han caracterizado por precipitaciones moderadaso nulas, y en cambio, nos hallamos ante un noviembreextremadamente lluvioso, y así, en determinados sectores,esas precipitaciones se han presentado con característicasdiluviales, como ha ocurrido a partir de mediados de estasemana en las laderas montañosas donde nace el Morerey sus afluentes. El Morere ha subido de nivel, sus aguashan roto el viejo dique, de estructura anacrónica, que defendíala ciudad de Carora, anegando parte de ésta y su ámbito,alcanzando hasta la propia carretera Lara-Zulia.

En el caso de Carora, tenemos un ejemplo y una lec­ción: un dique que debiera haber sido modernizado, hacedido al embate de las aguas afectando la economía deuna de las más laboriosas zonas industriales del país, laangustia ha afectado a sus habitantes y sobre ellos, haaparecido el drama. Si bien esas crecidas inesperadas yviolentas de los ríos comarcanos han sembrado la zozo­bra y provocado el desastre, ellos dicen asimismo quepara el futuro, cuando se tomen las providencias de previ­sión y seguridad, debe saberse que allí, en años que co­mo éste han sido de tragedia. existen aguas para grandesreservorios y para la construcción de obras hidráulicasque preservarán de nuevas tragedias y garantizarán a suvez el desarrollo económico de una zona nunca merece­dora de estos castigos de la naturaleza.

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EL TOCUVO ¿CIUDAD COLONIAL?

Sin contar con la riqueza arquitectónica de Lima, deCartagena de Indias, de Guatemala La Antigua, de Ciu­dad de México o de Quito, El Tocuyo era por antono­masia la ciudad histórica-arquitectónica de Venezuela. Poe­tas como Roberto Montesinos y Alcides Losada lo consagra­ron en sus cantos y así lo podían testimoniar quienes visi­taban la ciudad, Sobre todo, sus templos eran objeto deadmiración. Viejas casonas con sus acogedores aleros,con sus ventanas de balaustres de madera y sus ampliospatios, eran exponente de su pasado histórico. Pero unatarde de agosto, tras un ruido que causaba pánico, bajouna lluvia pertinaz, la tierra se estremeció, traquearon lasparedes, temblaron los techos, se doblegaron las columnas,el suelo se abrió en lugares circunvecinos y todo fue ruina,polvo, muros derruidos, templos decapitados, en cosa deminutos. La ciudad nacida en 1545, vieja capital de laprimitiva Gobernación, el punto de partida de las expedi­ciones que conquistaron los Llanos, el Occidente y el Centro,había sido aplastada por el cataclismo. Había muerto la,ciudad colonial. Quedaba el sitio histórico, quedaban lasconsejas, a la distancia el río seguía corriendo impasible;por las noches, sobre los escombros, seguiría corriendo el

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alma en pena de Juan de Carvajal. Pero la ciudad, ya noera.

Fuimos a la ciudad cuando aún los escombros esta­ban en su desnudez intacta. Vimos muñones de templos.La torre de la Concepción lucía como una esbelta virgendecapitada. Vimos techos en el suelo y todavía retratoscolgando de las paredes de las amplias salas. Mientrascontemplábamos atónitos las ruinas de San Francisco, escucha­mos el sollozo de un hombre y unos brazos que nos abraza­ban convulsos. Era Roberto Montesinos, el poeta. El poe­ta que con Alcides Losada, fue de los cantores excepcio­nales de El Tocuyo. -Este es mi fin, nos decía el poeta,sería siempre "La ciudad de los Lagos Verdes", pero noya... "el corazón de piedra del siglo XVI". Las alas de la ciudadse habían roto y el poeta lloraba porque él formaba parteesencial de la urbe con su cuerpo destrozado. Pocos añosdespués, moriría Montesinos.

La ciudad, fue levantada sobre sus ruinas. Sólo ha­bían quedado en pie, que recordemos, unos pocos edi­ficios modernos, entre ellos, el Club Concordia, parte dela Prefectura, aun cuando sus techos habían sufrido; perolas viejas casas, los viejos templos, habían caído. El planode la ciudad en lo que a su reconstrucción tañe, fue ob­jeto de una caprichosa concepción. La ciudad iba a nacerdejando tras de sí sólo el recuerdo de lo que era cuandola conocimos tal y como había sido, la ciudad cuna deLosadas y Tamayos, de Garmendias y Anzolas, de Ola­varrietas y Colmenares, de Montesinos y Giles. Sólo eltemplo de La Concepción fue restaurado, ¿por qué no seinicia ahora la rehabilitación colonial de El Tocuyo? Laciudad acaba de cumplir sus 425 años. Que se reconstruyatemplo y convento, que se levanten de sus ruinas y que seobligue a un estilo en las nuevas construcciones para queasí veamos la evocación con la piedra y la cal, de la ciudadque fue, de la ciudad que sigue siendo la Ciudad Madre,como la llamara hace poco Carlos Bujanda Yépez.

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