La disciplina que más atemoriza a los triatletas es la natación, más aun cuando se trata de aguas abiertas. Encontrarás muchos y muy buenos entrenamientos para mejorar en la natación, pero la experiencia en este segmento requiere de muchas participaciones. Aquí te traemos los mejores consejos, que hemos pedido a los mejores triatletas, para que empieces tu triatlón disfrutando desde la primera brazada.

Por Antonio del Pino

Imágenes por cortesía de Blue Seventy

Mar adentroNatación en aguas abiertas

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Conoce las aguas en las que vas a nadar. El día previo tómatelo con mucha calma pero revisa el recorrido del agua haciendo al menos una vuelta del segmento de natación. La temperatura del agua, corrientes, las zonas donde rompen las olas… hay un montón de aspectos que conviene conocer antes de tomar la salida.

Empieza por verificar que no han cambiado la última ubicación de las boyas. Además, el mar ha podido “despertar con otro humor”. Mientras miras el mar es buen momento para concentrarte y hacer un repaso general de que todo está en orden.

No te equivoques con el tinte de las gafas ni te arriesgues con la comodidad. Nadar en la piscina en solitario es una cosa, pero nadar en el mar, con la oscilación de las olas y rodeado de muchos otros triatletas, es muy diferente. Ante la duda, apuesta por unas gafas cómodas.

Vas a pasar un buen rato nadando sin la posibilidad de poder parar en “dique seco” para acomodarte de nuevo el gorro o las gafas. Antes de tirarte al agua, ponte el gorro y las gafas con mucho cuidado: verifica que tus gafas están totalmente limpias para que no se empañen y que el gorro no te hace ninguna arruga incómoda.

Ajústate el neopreno de nuevo antes de la salida. Muévelo hasta que estés totalmente cómodo. Deja que te entre algo de agua por el cuello, sal a la orilla y escúrrelo por las piernas presionándolo con las manos. Quedará como una segunda piel, flotarás mejor y el neopreno no tendrá flujos internos que te frenen.

Nunca empieces un triatlón sin haber calentado un poco. Tu cuerpo se tiene que acostumbrar a la temperatura del agua. Empieza nadando muy despacio, siempre de menos a más para hacer unos últimos cien metros un poco más fuertes antes de ir a la línea de salida.

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Practica una salida para comprobar cuántos metros de orilla sumergida hay y haz un cálculo de cuándo tienes que lanzarte de cabeza para empezar a nadar. Con el “barullo” de la salida muchas veces no piensas con demasiada claridad y es bastante frecuente tirarse antes de tiempo.

A raíz del paso anterior, mira bien de qué está compuesta la orilla de la salida. Ten cuidado donde pisas, a veces se sale desde arena muy fina pero a un par de metros dentro del agua... cambia a piedras muy gruesas.

Establece tu ritmo y no entres al de otros triatletas que te pasen demasiado rápido. Concéntrate en nadar con tu mejor técnica para gastar lo menos posible.

Este es el primer paso para acertar en la carrera hacia el agua: Corre mientras el agua no te cubra las rodillas

Segundo paso: Cuando el agua te empiece a cubrir las rodillas, prepárate para lanzarte.

Tercer y último paso: Tírate dando ya la primera brazada y no pares. En estos metros respira muy fuerte para recuperarte de la carrera de la salida y poder empezar a respirar a ritmo de natación.

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Cuando vayas llegando a la orilla, comprueba que puedes tocar el fondo con las manos antes de empezar a correr. Es un buen momento para tomar un poco de aire extra.

No vayas corriendo con el agua por encima de las rodillas... Haz delfines. Consiste en apoyarte en el fondo y tirarte de nuevo desde dentro del agua, gastas poco y avanzas más que caminando.

Si el mar está un poco picado y llegando a la orilla “surfeas” una buena ola, puedes ganar muchos segundos. Cuando sientas que una ola te agarra: bracea con todas fuerzas y avanzarás muchos metros de regalo y sin esfuerzo.

Cuando vayas llegando al borde y viene una ola de espalda, apóyate en ella con las manos y avanzarás más, pero ten cuidado si te tiras, ya que si estás muy cerca de la orilla... puedes dar fuerte contra el fondo.

En los últimos metros al salir, busca el tirador del neopreno y bájalo hasta la cintura. Es momento de empezar a pensar a dónde has puesto la bici y cómo estaban colocadas las cosas. Es normal llegar un poco aturdido, pero no seas violento al quitarte el traje. Si sueles pisarlo para sacarlo de las piernas, deja siempre una toalla en el suelo para no romperlo.

No lo dejes para el último día. Siempre que puedas, vete a nadar en aguas abiertas acompañado de uno o varios amigos. Como dicen algunos triatletas, la natación en el mar comparada con la natación en piscina, es lo como hacer mountain bike o bici carretera. Es muy agradable, desconectarás de la monotonía de la piscina y además puedes nadar a ritmo continuo durante más de una hora. Prueba y sé siempre muy prudente.

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