Román GárateEtica y libertad

Son innumerables, sin duda alguna, los aspectos y dimensiones de la libertad. Pocas palabrasy realidades tan universales, constantes y conflictivas como ella. El autor la estudia,

precisamente, en su dimensión más profunda y decisiva: en aquella que constituye el núcleofundamental de la actuación del hombre en cuanto hombre, es decir de la ética. Habiendo

estudiado en un libro anterior la libertad como el núcleo de la ética como estructura, nos lapresenta ahora como el vehículo necesario para recorrer los caminos y mares que conducen a

la ética como contenido. La libertad como bandera de todas las naves que surcan el marmisterioso del hombre. La libertad como bandera de la gran aventura humana. El tema y su

exposición resultan, de verdad, actuales y hasta apasionantes.

Universidad de Deusto

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Román Gárate

Etica y libertad

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Ética y Libertad

Roman Garate

Ética y Libertad

1995Universidad de Deusto

Bilbao

Serie , volumen 20

En la versión vasca original de este libro se respetaban lostextos originales en castellano y francés, por la situación-ubicación singular de Euskal Herria a caballo de España yde Francia. Ahora, en la traducción, me ha parecido mejordejar también en su original los textos franceses.

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de lacubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitidaen manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico,químico, mecánico, óptico, de grabación, o de fotocopia,sin permiso previo del editor.

Publicación impresa en papel ecológico

Ilustración de la portada:

© Universidad de DeustoApartado 1 - 48080 Bilbao

I.S.B.N.: 978-84-9830-888-4

Padres, hermanos y amigos todos que con vuestra éti-ca-vida me habéis enseñado siempre a ser libre; mis mássinceras gracias de perenne alumno vuestro

A propósito de la traducción:Dos parecen ser los requisitos necesarios para una óp-

tima traducción: el dominio de las dos lenguas en cues-tión y el conocimiento profundo y exacto del pensamien-to del autor

Puedo asegurar que, en nuestro caso, el traductor Ge-naro Garate ha sido más que mi ayudante el co-autor dela versión original. En cuanto al dominio del euskara ydel castellano yo lo juzgo extraordinario. Ojalá haya lec-tor que intente comprobarlo personalmente.

Lucrèce a écrit avec son poignard et son sange lepremier mot de la charte des femmes: LIBERTÉ

(Honoré de Balzac)

Loreak esan nahi dio. Umetxo, aska nazazu jaio naizlibre izateko eta ez loturik egoteko

(Benito Lertxundi)

Índice

Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13

01. Ética y Libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1702. La libertad, ¿cumbre del ser humano? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1903. Historia de la libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2004. Libertad-dignidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2205. Libertad-aristocracia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2506. Libertad-civilización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2707. Libertad-España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3008. Libertad, cualidad dada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3209. Clases de libertad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3410. Libertades reales-aparentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3611. Libertades directas y mediatas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4112. Libertad-creación-amor. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4313. Amor-odio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4914. ¿Hay libertades perversas? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5215. Libertad-poder. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5516. Libertad-poderes malvados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5817. Libertades relativas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7118. Libertad-límites humanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7519. Libertad-contienda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8020. Huidas de la libertad. ¡Libres de libertad, no!. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8221. Miedo a la libertad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8322. Pan o libertad: huida materialista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8523. Libertad-idolatría del espiritualismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8924. Libertad-nuestra idolatría espiritualista de hoy. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9325. Miedo a la libertad-idolatría criminal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9526. La libertad y el «hombre» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10327. Huidas de la libertad: No libres de no ser libres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10528. Libertad: sin huir de la animalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10629. Libertad: sin huir de la sensibilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

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30. Libertad: sin huir de la naturaleza exterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11631. Libertad: sin huir de la sociedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12132. Libertad: sin huir de la conciencia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125

Índice de nombres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133

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Prólogo

Lector: heme aquí contigo de nuevo —si has leído mi anterior libroETIKA SARRERA EZTABAIDAN, por supuesto—. Que traducido alespañol diría: Ética: Introducción en diálogo. Y ése era su propósito: In-troducción a la Ética como Contenido. Aquella introducción la recorrícon muchos gratos compañeros de camino, con viandantes de juicios yopiniones muy diferentes, en amigable discusión.

Ahora, como te prometí, vengo a proseguir aquel recorrido, a avan-zar por las innumerables sendas que parten de la Ética en cuanto Estruc-tura hacia la Ética como Contenido. Pero pienso que, en este punto, ven-drán muy a propósito unas palabras acerca de la libertad.

Porque la libertad es la médula de la Introducción a la Ética o Éticacomo Estructura, que escribí. Es decir, porque la libertad es el núcleo dedonde arranca toda la Ética. Porque la libertad es la condición radicalprevia de todas nuestras andanzas —y de las que podrían hacerse— portodos los senderos de la Ética como Contenido o Ética adonde.

También aquí, como antes en Etika Sarrera, nos acompañan caminan-tes leales de credos y pareceres muy contrapuestos. Y nuestro viajar seráen animada conversación-discusión.

Uno de ellos procede de los hontanares de la cultura europea, nacidoha mucho, aunque tenido por paisano y coetáneo nuestro. Me refiero aSófocles, quien hace casi dos mil quinientos años nos dijo, impresiona-do: «Él (el hombre) cruza la extensión del espumoso ponto, en alas delnoto proceloso, y lo surca oculto entre olas que braman en su derredor»1.

Incluso el mar, en toda su inmensidad, era ya camino para el hombre.Si Sófocles escribiese hoy, nos cantaría también al hombre como viajerorelámpago de cielos y estrellas, además de navegante.

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1 Antígona, Traducción de Errandonea Ignacio, S.J., 333-338

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Pero hay algo que ni entonces ni hoy ha cambiado: que el ser huma-no es el más misterioso y asombroso entre todos los seres: «polla; ta;deina; kouvde;n avnzrwvpou deinoterovn pevlei», «hay muchas cosas misterio-sas-admirables y ninguna tanto como el hombre»2.

En nuestro discurrir por la Ética intentamos ver, aprender y enseñarel ser humano. Y aunque es —o quizá precisamente porque es— el mis-terio entre los misterios, es también el fenómeno de los fenómenos. Su-yas son todas las trayectorias sobre la tierra, el cielo, el cosmos. De unextremo a otro de cualquier recorrido, siempre nos encontramos con suviajero incansable, con el hombre.

Y son sus actos humanos el único vehículo marítimo, aéreo y de tie-rra de sus andanzas. Ciertamente, el hombre atraviesa cielos y tierra, has-ta sus confines recónditos, mediante sus actos humanos que son su auto-móvil, su nave y su cohete.

En mi anterior libro Etika Sarrera Ez-Ta-Bain-dan (Ética: Introduc-ción en diálogo) os presenté esos actos humanos. Sin embargo, aunquelos actos humanos son de dos clases, sólo os mostré los de una clase: losque conforman un aspecto del hombre, concretamente los actos compren-didos en la Ética como Estructura.

Los actos de la otra clase, los que configuran la Ética como Conteni-do los dejé para ulterior ocasión. Por esa razón, los actos que constituyenla Ética como Estructura los presenté como introducción a la Ética, pues-to que son eso, «introducción», los actos humanos que son de necesidadpara entrar en la Ética como contenido.

Los vehículos humanos de tierra, mar y aire que atraviesan tanto laÉtica-Estructura (Introducción) como la Ética-Contenido, son todos actoshumanos. Los actos humanos que forman la Ética-Estructura muestran elpuerto de partida de las travesías o navegaciones humanas. En la Ética-Contenido, en cambio, es preciso señalar el destino o término de la nave-gación de los actos humanos.

Lo que une a las dos partes de la Ética es que se trata de actividadhumana.

Y la bandera de todos los vehículos de los actos humanos es la liber-tad. Tanto los actos que integran la línea de arranque de la Ética-estruc-tura como la línea de meta de la Ética-contenido, todos ellos tienen unúnico lema: la libertad. Ésa es la bandera de todas las acciones humanas:la libertad.

La insignia de la nave, la fuerza y motor de su navegación, el alientovivo de toda su acción, su causa eficiente es la libertad. No hay, en abso-

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2 Antígona, Traducción de Errandonea Ignacio, S.J., 333

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