periódico parroquial "comunidad" #79

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Monterrey, N. L ., México Abril de 2012 No. 79 M UY queridos hermanos y hermanas en el Señor Jesús: Este mes de abril, que va terminando, nos dio la gracia de vivir con Cristo su Misterio Pascual. Conmemoramos en la pasada Semana Santa su pasión, Muerte y Resurrección. Por eso, cantamos hoy: “¡Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya. Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó!” Como él mismo lo había anunciado, Cristo nuestro Señor, después de morir en la Cruz y pasar desde el viernes hasta las primeras horas del domingo en el sepulcro, RESUCITA para triunfar sobre la muerte, el espíritu del mal, el pecado y reintegrar al hombre y la mujer la dignidad que habían perdido. Su triunfo es también nuestro triunfo, pues a donde llega Él, nuestra cabeza, llegamos nosotros que somos su cuerpo. La victoria de Cristo resucitado proclama su victoria, proclama nuestra liberación de la esclavitud del pecado. Ahora ya con toda propiedad podemos llamar a Dios “Padre”, pues somos verdaderamente sus hijos. Libres de la esclavitud del mal, por la gracia redentora de Cristo, que en rescate por nosotros ofrece y entrega su sangre, somos hermanos todos, hijos de un mismo Padre, que nos ha mostrado Jesús, nuestro hermano mayor, en su predicación. Un Padre que es todo amor y misericordia y que, como al hijo pródigo de la parábola, nos recibe a cada uno, a nosotros, sus hijos, cuando dejándonos llevar por la tentación de lo material, del placer, del desorden de la vida, nos vamos a malgastar la herencia; y cuando nos damos cuenta de nuestra situación acabada, volvemos al Padre que hace una fiesta por nuestro retorno. Cristo resucitado nos ha dejado la misión de ser sus testigos, de hablar por él en el mundo, de hablar de él en el mundo ya sea con nuestras palabras o con nuestras obras y todavía mejor si lo hacemos de estas dos maneras. La resurrección de Cristo es fuente de la gracia más preciosa, porque nuestro Redentor ha cumplido su misión y con su entrega nos ha enseñado, en vivo y a todo color, no una teoría del amor sino lo que es el amor: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos... Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando… Y esto es lo que les mando: que se amen los uno a los otros como yo los he amado... en esto conocerán los demás que ustedes son discípulos míos...”(Cfr. Jn. 15, 14-14; 13, 34-35) Así con su gracia y con la vivencia del amor habremos de vivir ese testimonio en la vida de cada día, en todos y cada uno de los ambientes en que diariamente realizamos nuestra vida. Testigos de Jesús, que siendo sus discípulos han aprendido del Maestro a vivir de una manera nueva, fundamentada en la vivencia del amor. Testigos de Jesús que no se contentan con ser ellos sus discípulos sino que quieren que los demás disfruten también de esta felicidad y quieren ser agentes cristianos de cambio, transformadores de la sociedad. Vivamos con entusiasmo y dedicación nuestro gozoso compromiso de ser testigos de Jesús en el mundo de hoy, que, bien sabemos, tanto necesita de Dios. Recordando que el tiempo de Pascua de Resurrección termina el 27 de Mayo, Domingo de Pentecostés, les renuevo mi saludo: ¡Felices Pascuas de Resurrección! P. Juan Carlos Castillo Ramírez

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Periódico Parroquial de Santa Beatriz de Silva de la Arquidiócesis de Monterrey, México

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Page 1: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

Monterrey, N. L ., México Abril de 2012 No. 79

M UY queridos hermanos y hermanas en el Señor Jesús:

Este mes de abril, que va terminando, nos dio la gracia de vivir con

Cristo su Misterio Pascual. Conmemoramos en la pasada Semana Santa su pasión, Muerte y Resurrección.

Por eso, cantamos hoy: “¡Resucitó, resucitó, resucitó, aleluya. Aleluya, aleluya, aleluya, resucitó!”

Como él mismo lo había anunciado, Cristo nuestro Señor, después de morir en la Cruz y pasar desde el viernes hasta las

primeras horas del domingo en el sepulcro, RESUCITA para triunfar sobre la muerte, el espíritu del mal, el pecado y reintegrar

al hombre y la mujer la dignidad que habían perdido. Su triunfo es también nuestro triunfo, pues a donde llega Él, nuestra cabeza, llegamos nosotros que somos su cuerpo. La

victoria de Cristo resucitado proclama su victoria, proclama nuestra liberación de la esclavitud del pecado. Ahora ya con toda

propiedad podemos llamar a Dios “Padre”, pues somos verdaderamente sus hijos.

Libres de la esclavitud del mal, por la gracia redentora de Cristo, que en rescate por nosotros ofrece y entrega su sangre,

somos hermanos todos, hijos de un mismo Padre, que nos ha mostrado Jesús, nuestro hermano mayor, en su predicación. Un Padre que es todo amor y misericordia y que, como al

hijo pródigo de la parábola, nos recibe a cada uno, a nosotros, sus hijos, cuando dejándonos llevar por la tentación de lo

material, del placer, del desorden de la vida, nos vamos a malgastar la herencia; y cuando nos damos cuenta de nuestra

situación acabada, volvemos al Padre que hace una fiesta por nuestro retorno.

Cristo resucitado nos ha dejado la misión de ser sus testigos, de hablar por él en el mundo, de hablar de él en el

mundo ya sea con nuestras palabras o con nuestras obras y todavía mejor si lo hacemos de estas dos maneras. La resurrección de Cristo es fuente de la gracia más

preciosa, porque nuestro Redentor ha cumplido su misión y con

su entrega nos ha enseñado, en vivo y a todo color, no una teoría

del amor sino lo que es el amor: “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos... Ustedes son mis amigos si

hacen lo que yo les mando… Y esto es lo que les mando: que se amen los uno a los otros como yo los he amado... en esto

conocerán los demás que ustedes son discípulos míos...”(Cfr. Jn. 15, 14-14; 13, 34-35)

Así con su gracia y con la vivencia del amor habremos de vivir ese testimonio en la vida de cada día, en todos y cada uno de los ambientes en que diariamente realizamos nuestra vida.

Testigos de Jesús, que siendo sus discípulos han aprendido del Maestro a vivir de una manera nueva,

fundamentada en la vivencia del amor. Testigos de Jesús que no se contentan con ser ellos sus

discípulos sino que quieren que los demás disfruten también de esta felicidad y quieren ser agentes cristianos de cambio,

transformadores de la sociedad. Vivamos con entusiasmo y dedicación nuestro gozoso compromiso de ser testigos de Jesús en el mundo de hoy, que,

bien sabemos, tanto necesita de Dios. Recordando que el tiempo de Pascua de Resurrección

termina el 27 de Mayo, Domingo de Pentecostés, les renuevo mi saludo: ¡Felices Pascuas de Resurrección!

P. Juan Carlos Castillo Ramírez

Page 2: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

Por su reportero Capsulito

1) Capsulito los saluda con mucho gusto, deseándoles que la

gracia y la alegría de la Pascua de Resurrección siga llenando su vida.

2) Reportando las actividades de este mes de abril, en esta

especie de historia parroquial, les he de platicar que desde el día primero estuvimos muy bendecidos pues con ese día arrancó la

Semana Santa. Palmas e himnos enmarcaron la celebración del Domingo de Ramos, con la preocupación de Carlos Arrieta, de

Marthita García y Chuy Villa de que todo saliera muy bien y todo fue muy bien hecho, con la ayuda de Dios y de los ministros,

lectores, acólitos y los jóvenes de Maranathá.

3) Me consta que el rezo del Via Crucis este año estuvo muy

concurrido todos los días de la Semana Santa.

4) Los caballeros y las damas del Santo Padre Pío estuvieron

muy atentos en su Rosario y Misa de primer martes de mes.

5) Los muchachos y muchachas de Impulso se fueron a Misión,

en nombre de todos los que formamos esta Parroquia de Santa

Beatriz de Silva, a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Mina, N. L. Cuentan que les fue muy bien y que las Monjitas

Dominicas que tienen ahí su monasterio y que fue donde se hospedaron los trataron muy bien, y la gente les respondió muy bien. Iban bien acompañados por el Padre Eliezer Sandoval,

nuestro vicario parroquial.

6) El Miércoles Santo el P. Juan Carlos y el P. Eliezer, que se

salió un rato de la Misión en Mina, asistieron al Retiro Sacerdotal

y participaron en la Misa del Santo Crisma, que presidió nuestro Administrador Apostólico, Mons. Jorge Cavazos. En esa Misa

renovaron los sacerdotes las promesas que hicieron el día de su ordenación sacerdotal.

7) Por la tarde, del Miércoles Santo recibimos aquí en el templo

parroquial los nuevos Santos Óleos, que se emplearán durante el año para la administración del sacramento del Bautismo, de la

Confirmación y de la Unción de los Enfermos.

8) El Jueves Santo conmemoramos la institución de la

Eucaristía, del Sacerdocio y del Mandamiento del Amor. La

Misa fue a las 5:00 p. m. celebrada por nuestro Párroco, el P. Juan Carlos. En ella se tuvo el lavatorio, es decir, el Padre Juan

Carlos lavó los pies a 12 niños del catecismo, les dio un pan y una moneda en recuerdo de la Última Cena de Jesús con sus

discípulos y de la anunciada traición de Judas. Después se efectuó la procesión de traslado de la Eucaristía al altar especialmente

preparado para este Jueves Santo. Mucha gente vino a saludar a Jesús. Por la noche el Padre hizo una reflexión sobre el

sacerdocio y las vocaciones sacerdotales.

9) El Viernes Santo fueron el Via Crucis por la mañana, y luego a

las 3:30 p. m. el sermón de las Siete Palabras. Posteriormente los

oficios propios de Viernes Santo con la adoración de la Santa Cruz. Por la noche el Rosario, la procesión del silencio y el

sermón del pésame a la Virgen. El Sábado Santo rezamos, porque yo también vine, el Via Crucis por la mañana y a las 10 de la noche empezamos la Vigilia Pascual. ¡Qué maravilla!

10) Y el Domingo de Resurrección empezamos a vivir la alegría

de la fiesta de Pascua de Resurrección, que dura 50 días.

11) El 17 se reinició el catecismo de los martes y el 21 el de

sábados. Ya van en al recta final los que van a hacer su primera comunión en la fiesta patronal de Santa Beatriz de Silva.

12) Misa y charla del Beato Juan Pablo II el 18 y el almuerzo

pro construcción el 20. (Vieran qué bien van los salones!).

13) Los papás y mamás (como unos 90) de los niños y niñas

del catecismo, vinieron a la junta mensual el 24.

14) El 26 fue la Misa mensual por los enfermos,

administrándoles por pascua el sacramento de la unción. Cerramos el mes con la Tardeada Bohemia de la Unión de

Enfermos Misioneros y la celebración el 29 del Domingo del Buen Pastor, con la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones Sacerdotales y a la Vida Consagrada.

¡Nos vemos!

les dice “Capsulito”, su reportero favorito

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Page 3: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

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ORACIÓN UNIVERSAL PARA DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Papa Clemente XI

Creo en Ti, Señor, pero ayúdame a creer con más firmeza; espero en Ti, Señor, pero ayúdame a

esperar con más confianza; te amo, Señor, pero ayúdame a amarte ardientemente; estoy

arrepentido, pero ayúdame a tener mayor dolor.

Te adoro, Señor, porque eres mi creador y te anhelo porque eres mi último fin; te alabo porque no te cansas de hacerme el bien y me refugio en

Ti, porque eres mi protector.

Que tu sabiduría, Señor, me dirija y tu justicia me reprima; que tu misericordia me consuele y tu

poder me defienda.

Te ofrezco, Señor, mis pensamientos, para que se dirijan a Ti; te ofrezco mis palabras para que

hablen de Ti; te ofrezco mis obras, para que todo lo haga por Ti; te ofrezco mis penas, para que las

sufra por Ti.

Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo quiero yo, precisamente porque lo quieres Tú, quiero como

lo quieras Tú, y durante todo el tiempo que lo quieras Tú.

Te pido, Señor, que ilumines mi entendimiento,

que inflames mi voluntad, que purifiques mi corazón y santifiques mi alma.

Ayúdame a apartarme de mis pasadas

iniquidades, a rechazar las tentaciones futuras, a vencer mis inclinaciones al mal y a cultivar las

virtudes necesarias.

Concédeme, Dios de bondad, amor a Ti, odio a mí, celo por el prójimo y desprecio a lo mundano.

Dame tu gracia para ser obediente con mis superiores, ser comprensivo con mis inferiores, saber aconsejar a mis amigos y perdonar a mis

enemigos.

Que venza la sensualidad con la mortificación, con generosidad la avaricia, con bondad la ira,

con fervor la tibieza.

Que sepa tener prudencia, Señor, al aconsejar valor frente a los peligros, paciencia en las dificultades, humildad en la prosperidad.

Concédeme, Señor, atención al orar, sobriedad al

comer, responsabilidad en mi trabajo y firmeza en mis propósitos.

Ayúdame a conservar la pureza de alma, a ser

modesto en mis actitudes, ejemplar en mis conversaciones y a llevar una vida ordenada.

Concédeme tu ayuda para dominar mis instintos,

para fomentar en mi tu vida de gracia, para cumplir tus mandamientos y obtener la salvación.

Enséñame, Señor, a comprender la pequeñez de lo terreno, la grandeza de lo divino, la brevedad de

esta vida y la eternidad de la futura.

Concédeme una buena preparación para la muerte y un santo temor al juicio, para librarme

del infierno y alcanzar el paraíso.

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Page 4: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

HOY HE SOÑADO QUE DIOS NOS BENDICE CON

VOCACIONES…

S ALUDOS a todos! Soy su Párroco, desde hace ya casi siete

años, el P. Juan Carlos Castillo Ramírez.

Les quiero platicar que he tenido un sueño maravilloso, estupendo. Y que viene muy bien con el próximo

aniversario sacerdotal al que un servidor llegará el próximo primero de mayo.

Soñé que iba subiendo a los nuevos salones parroquiales,

que dicho sea de paso su construcción va muy adelantada, gracias a Dios y a todos, que son muchos, los que han colaborado a su construcción.

Me encontré con unos hermanos y hermanas que

estudiaban la Biblia, otros que estaban en clase de Liturgia y otros en pastoral social. Luego bajé al salón grande y estaban los

muchachos y muchachas de varios grupos juveniles. Vi después un grupo de matrimonios reflexionando sobre la familia; y

después me encontré con varios catequistas, hombres y mujeres, que estaban dando su clase. ¡A todo dar!

Después me fui al Seminario a dar una clase y ahí estaban seis jóvenes de esta Parroquia de Santa Beatriz de Silva que

habiendo escuchado el llamado de Dios al sacerdocio, le dieron un sí y estaban ya en formación. Me sentí en el sueño muy

contento. Y regresé a casa. Llegué a la oficina y, en el sueño, sonaba el teléfono y un servidor lo contestaba. Hablaban del Casa

de las Misioneras Catequistas de los Pobres para informarme que al día siguiente sería la renovación de votos de dos novicias de

esta Parroquia de Santa Beatriz. ¡Bravo!, me dije en el sueño. Por fin nos hace justicia la revolución. Y dije mañana estaré por ahí.

Qué estupendo, tener ya en el seminario ya en una casa de vida consagrada a algunos y algunas de esta comunidad. Ya

hay, pero, en el seminario sólo hay uno Gerardo, y en la vida religiosa tengo idea de que están tres o cuatro hermanitas ...

pero desde hace mucho que ninguna muchacha había entrado a la vida religiosa.... Volvió a sonar el teléfono y... pues,

nada, que ahora sí era el de verdad... y me avisaban que

ya era hora de la Misa que me tocaba celebrar, que dónde andaba.... ja ja ja... Envuelto en la belleza de aquel sueño donde

Dios nos bendecía con vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada me había quedado dormido y ahora el sacristán me

despertaba…

Le pido a Dios que este sueño de un servidor se haga realidad.

Las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada son

expresión de la madurez cristiana de una comunidad. Con más de 30 años de vida parroquial, la Parroquia de Santa Beatriz de Silva, ha sido sembrada, abonada, cuidada, por Dios, a través de

los sacerdotes, consagrados y laicos, que han servido en ella, para que de fruto.

Las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada se

obtienen, como una bendición de Dios, por medio de la oración de la comunidad. Hemos de seguir orando al dueño de la mies,

para que envíe trabajadores a su mies.

Las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada florecen en una Parroquia que se esfuerza por vivir la fe, la esperanza y el amor cristiano, y su vivencia-testimonio alienta la

respuesta de los jóvenes y de las jóvenes ante el llamado del Señor.

Las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada

surgen de las Parroquias donde hay familias cristianas que viven su fe. Claro que Dios puede darse el gusto o el lujo de llamar a su

servicio a muchachos y muchachas, niños y niñas, y adultos hombres o mujeres de las familias que El desee, pues EL llama a quien quiere, como quiere y cuando quiere.

Sigamos pidiéndole a Dios nos bendiga con el regalo de

las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada, sigamos viviendo nuestra fe, y que todo confluya para este noble fin.

Mientras tanto, déjenme seguir soñando...

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¡

Page 5: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

NO ES LO MISMO

No es lo mismo: dar una limosna a un pobre enfermo, que ayudarle a vivir y a

soportar su enfermedad como hermano nuestro que es. No es lo mismo:

Renegar por tu enfermedad, que animar y enseñar a los demás proclamando la palabra de Dios desde tu lecho de enfermo.

No es lo mismo: Estar enfermo y soportarlo, que santificarnos ofreciendo

nuestra enfermedad y nuestro dolor a Dios por las misiones. No es lo mismo:

Compadecer a los enfermos, que estar junto a ellos y hacer algo útil y concreto por ellos viendo en ellos al Señor Jesús.

No es lo mismo: Resignarte a tu enfermedad, que utilizarla para dar testimonio del cristianismo, luchar con ella y ayudar a los menos fuertes

que tú. No es lo mismo SER que PARECER...

Y tú, ¿eres o pareces cristiano?

(Tomado de “El amigo del que sufre”. De la Pontificia Unión Misional de Enfermos Misioneros).

¿ SE VA USTED A CASAR ?

RECORDAMOS A LOS NOVIOS Y NOVIAS QUE PARA INICIAR LOS TRÁMITES DE SU PRESENTACIÓN MATRIMONIAL, DEBERÁN ASISTIR

PRIMERO A LAS CATEQUESIS O PLÁTICAS PRE-MATRIMONIALES EN LA PARROQUIA DONDE SE OFREZCAN YESTEN MÁS DE ACUERDO

A SUS HORARIOS.

¡MUY IMPORTANTE! LOS TRÁMITES DE SU MATRIMONIO DEBEN REALIZARSE SEIS MESES

ANTES DE LA FECHA DE SU BODA.

LE INVITAMOS A ACUDIR CON LA DEBIDA ANTICIPACIÓN A LAS OFICINAS PARROQUIALESPARA RECIBIR EL INSTRUCTIVO

CORRESPONDIENTE. 5

Page 6: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

JOSÉ IGNACIO

J OSÉ Ignacio es hijo de viuda, perno siempre lo fue, y esto, en cierto modo, es lo malo.

Cuando se ha vivido bien, en el hogar de un hombre que trabaja y gana con holgura, se está peor

preparado para enfrentarse de pronto con cierto tipo de limitaciones. Y la muerte del padre, en el caso de José Ignacio se

notó mucho en la familia. Una viuda con tres hijos y con un magnífico despacho

donde cada libro, cada carpeta, cada papel está en su sitio, pero falta el titular , puede verse en una difícil situación. Doña Luz hubo de hacer frente a la triste realidad sacando

fuerzas de flaqueza, con el fin de que sus hijos pudieran mantenerse a un nivel digno en todo lo esencial. Y, contra lo que

muchos hubieran podido suponer, lo consiguió, si bien el esfuerzo no fue pequeño.

A las rentas, siempre exiguas, que le quedaron del marido, añadió los frutos de su trabajo como traductora. Cuando,

siendo niña, había sido elevada por sus padres a Londres, no había podido suponer que lo que entonces parecía un elegante

complemento cultural de muy buen ver, se convertiría años más tarde en un medio de vida sustancial. Pues sí, doña Luz se hizo profesional de traducciones.

Claro que para ganar dinero traduciendo, el secreto consiste en sumar muchas páginas, lo que sólo es posible a una mujer de su

casa a base de sacrificar buena parte de la noche. Y así fue como los niños pudieron seguir asistiendo a sus buenos

colegios y como no les faltó ni la buena comida, ni la ropa a tono con su medio.

Eso sí, la administración de doña Luz llegó a ser una minuciosa maravilla. En sus manos el dinero parecía valer el doble. Cada peseta se veía obligada a dar rendimiento pleno, y ni

una sola de ellas entraba o salía de aquella casa sin que quedara constancia clara en el cuaderno de apuntaciones pulcro y exacto

que tenía doña Luz. José Ignacio, el mayor de los hermanos, es lo que se dice

un hijo bueno. Con el mínimo de edad estudia sexto de bachillerato y, por cierto, con calificaciones excelentes. Parece

hacerse cargo de los esfuerzos de su madre y corresponde a ellos de una manera cariñosa y leal.

Sin embargo, José Ignacio –quince años son quince años- sintió un día una apetecida desbordada. Quería una guitarra. Y, ni

corto ni perezoso, la víspera de su santo tuvo la ocurrencia

de colocar sobre la servilleta de su madre, a la hora de la

comida, un sobre azul que contenía un tarjetón donde había escrito previamente, con su letra más cuidada, lo que sigue:

Por hacer los recados a mamá………………… 100 ptas. Por acompañar a Margarita al colegio………… 150 ptas. Por explicar matemáticas a Juanín…………….. 200 ptas. Por sacar sobresaliente en todo……………….. 300 ptas. Por arreglar la luz y otros desperfectos……….. 150 ptas. ------------- Total…………………………………………… 900 ptas. Nota: Esto es lo que cuesta una guitarra.

Doña Luz leyó estas líneas sin hacer comentarios, si bien pareció ensombrecerse su rotro dulce y sereno de costumbre. Aquella tarde José Ignacio estuvo triste en el colegio. Temía de

pronto haber sido poco delicado con su madre. Él sólo había pretendido pedir algo con humor, pero ahora se maldecía por

haber hecho una cosa semejante. Hubiera deseado pedir perdón, explicarse con ella, pero le dio vergüenza.

Al día siguiente, cuando entró en el comedor, ya había olvidado casi la escena de la víspera. Por eso mismo fue mayor su

sorpresa al divisar sobre la silla, y apoyada en el respaldo, una espléndida y reluciente guitarra de verdad. Pero, cuando ya la iba

a tomar entre sus manos, divisó el sobre azul que reposaba encima de su propia servilleta. Miró a su madre, que tenía los ojos bajos, y rasgó el sobre con cierta prevención. Allí, con la letra

picuda inconfundible, estaba escrito lo que sigue: Por haberte criado y alimentado hasta el presente…………...0.00 Por haberte enseñado a rezar y a distinguir el bien del mal... 0.00 Por velarte treinta noches cuando tuviste la difteria………. 0.00 Por traducir hasta altas horas a fin de pagar el colegio……. 0.00 Por consagraros mi vida toda definitivamente……………...0.00 ------------- Total………...…………………………………..…………. 0.00 Nota: Todo esto y mucho más seguirá haciendo tu madre por ti, SÓLO PORQUE TE QUIERE.

Cuando José Ignacio levantó sus ojos, tras leer la última

línea, los tenía llenos de agua. Doña Luz le atrajo, sonriendo, contra el pecho. - No llores, hijo -le decía-. Es porque soy tu

madre, ¿no comprendes? (tomado del Libro “Cincuenta amigos”, de José Luis Martín Vigil, Ed. Juventud, pág. 143)

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Page 7: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

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SÉPTIMO ANIVERSARIO DE LA ELECCIÓN DE

S. S. BENEDICTO XVI

H ACE siete años, la emoción era palpable en

toda la Iglesia. El 2 de abril del 2005, el Papa (ahora beato) Juan Pablo II, entregaba su

alma a Dios, después de un largo pontificado de más de 25 años y toda una vida dedicada

a proclamar el evangelio. La sede vacante, provocaba una inquietud obvia entre los que dedicamos nuestra vida al servicio de la Iglesia. ¿Quién ocupará ahora la sede de Pedro? diecisiete

días duró esta duda. Y felizmente el 19 de abril de ese año conocimos el

nombre del nuevo Papa: "Josephum, Sancte Romanae Ecclesiae Cardinalem, Ratzinger", “Joseph ,Cardenal de la Santa Iglesia

Romana, Ratzinger”. Quien ante los cardenales reunidos en cónclave y a la pregunta de como quería ser llamado, dijo:

"Benedicto XVI."

Para mí eran época todavía de formación en el Seminario, ese día estando en el descanso de una clase, escuchamos la

campana de la capilla del Seminario que anunciaba la alegría de tener Papa. Sintonizamos una televisión empotrada en la pared

de uno de los salones donde nos encontramos y vimos la imagen borrosa de la chimenea de la capilla sixtina, arrojando la famosa

"fumata blanca" ahora de día y no de noche como se vio en 1978 cuando eligieron a Juan Pablo II.

Nos dieron la hora libre de la siguiente clase y algunos corrimos a la sala de televisión de uno los edificios de

dormitorios. La emoción era grande y aunque no conocíamos el perfil de los cardenales que podían ser elegidos, el simple hecho de vivir ese momento histórico nos llenaba de gozo. Y ahí

conocimos al nuevo Papa, algunos compañeros ya lo conocían como cardenal, para mí fue la primera vez que lo vi en mi vida.

Pronunció un breve mensaje pero lleno de contenido. Solo recuerdo que dijo: "Después del gran Papa Juan Pablo II..." y otra frase: "Me consuela el hecho de que Dios sabe trabajar y actuar

aún con instrumentos insuficientes." Esta última frase que yo consideré plenamente vocacional,

durante los últimos cinco años de mi formación inicial en el seminario me alentó grandemente. Ese mismo día nació mi

sobrino Santiago, sugerí que le pusieran Benedicto, pero los planes eran otros, de cualquier manera su cumpleaños es

recordatorio de alegría y es significativo. Siete años han pasado y el Papa sigue en pie, no ha

pasado día en el que este hombre tan lleno de sabiduría y fortaleza siga proclamando la verdad del Evangelio. No siempre comprendido, (así pasa siempre con los hombres grandes) pero

lleno de una fe inquebrantable, Benedicto XVI sigue guiando a la Iglesia. La barca de Pedro, que navega en un mar que a veces

eleva olas de confusión, relativismo y sin sentido, tiene en el timón a un hombre que elegido por el Espíritu Santo no cesa en

entregarse al servicio de los siervos de Dios. Este aniversario de su elección es una oportunidad nueva

para elevar una oración a Dios nuestro Padre por el Papa. Orar por el Papa es orar por la Iglesia, y orar por la Iglesia es orar por

ti y por mi que formamos parte de esta familia de miles de millones de hombres y mujeres que día con día luchan por vivir fielmente su fe. Recuerda al Papa en tus oraciones, unámonos

espiritualmente a él y estemos atentos a sus mensajes y enseñanzas. Demos gracias a Dios por el don de su reciente visita

a nuestro país y sigamos caminando seguros porque contamos con un pastor insigne que Dios nos ha provisto. ¡Viva el Papa!

P. Eliezer Israel Sandoval Espinosa

Page 8: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #79

DEJÉMONOS

ACOMPAÑAR POR

MARÍA SANTÍSIMA

L OS hombres y mujeres de fe, recorremos a lo

largo de nuestra vida un camino que nos

c o n d u c e directamente a la comunión con

Dios. Es un camino de fe, un camino de conversión, un camino en el que debemos

ganarnos el cielo, con cada paso que damos.

Es un camino que en ocasiones es largo y completamente plano, en otras ocasiones esta lleno

de curvas que ocultan su terminación, en otros tramos se complica y nos exige especial atención y

tenacidad porque se estrecha o se pone complicado su recorrido. Es el camino de nuestra fe. En este

camino nos ha puesto Dios, Él bien sabe lo que nos conviene y por eso nos llama a recorrer este camino siempre confiados en su palabra y promesa de

salvación.

Dios es un padre providente que nos ama infinitamente y que quiere de nosotros una

respuesta siempre positiva. Quiere que sus hijos e hijas aprendan a andar por caminos de justicia y

santidad. No quiere gente dependiente, quiere –como todo buen Padre- que sus hijos e hijas

maduren y se valgan por sí mismos, que sean responsables y generosos, buenos y llenos de fe. Y como conoce nuestras debilidades y

deficiencias, no nos deja solos. Nos provee de una compañía conveniente.

Desde que celebré mi primer misa,

he procurado casi al final de la celebración implorar la

protección de María

Santísima. Como una oración fundamental después de haber comulgado, invito a mis hermanos a acudir a nuestra santa

Madre: “Pidámosle a María Santísima, nuestra madre, que nos siga acompañando en nuestro camino de conversión, digámosle

confiadamente: Dios te salve María…”

Dejarnos acompañar por nuestra Madre Santísima la Virgen María, es una decisión excelente que Dios avala y desea. ¿Quién más

que la Virgen puede entendernos en nuestro caminar? Ella misma recorrió un camino que Dios también puso delante de ella. Fue un

camino arduo pero lleno de fe y de amor, que a fin de cuentas la condujo ante su Hijo Jesucristo, que una vez muerto, resucitó

para la salvación de todos los hombres. El camino

de María es el camino que nosotros recorremos, un camino que nos conduce a la santidad y que

esta ante nosotros siempre. ¿Por qué perder la oportunidad de disfrutar de la dulce compañía

de quien nos ama profundamente y hemos recibido como madre?

María Santísima aligera nuestro caminar, incluso

me atrevo a decir que en tramos largos y aciagos del camino nos toma en sus brazos maternales y nos consuela, de tal modo que es descanso y sosiego en

momentos de desesperación y gran dolor.

Para ella no es desconocido el dolor, en muchas ocasiones se vio envuelta en momentos de cruz. No es

una madre que sienta lástima por sus hijos, sino más bien se compadece hasta lo más profundo de su

inmaculado corazón y saca de él palabras dulces y suaves que son como un bálsamo que cura nuestras heridas.

Nos acompaña, nos anima, nos protege y

auxilia, va detrás de nosotros, lista para sostenernos si nos caemos, tal y como lo hace una madre que enseña

a su hijo pequeño a caminar. Invita a nuestra Madre del cielo a caminar contigo, tenla presente en tus alegrías y

en tus penas, dale un lugar especial en tu corazón. Ella nunca falla, siempre es fiel y llena de amor. Invócala y

hazla tu compañera de camino, te lo aseguro, nunca te abandonará.

P. Eliezer Israel Sandoval Espinosa

Vicario parroquial

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