periódico parroquial “comunidad” #88

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Monterrey, N. L ., México Enero de 2013 No. 88 M uy queridos hermanos y hermanas en el Señor: Un mes del primer año 2013 ha pasado a la historia, a nuestra historia, personal y comunitaria, a la historia que día a día escribimos con los tesoros que Dios nuestro Señor ha puesto en nuestras manos. El dueño de la vida, el dueño de los talentos, nos da vida y talentos para vivir en armonía y paz, en fraternidad y en comunión. Cada día es una nueva oportunidad que Dios nos da para vivirla con plenitud y será bueno aprovecharla con creces, con entusiasmo, fortalecidos por el pan de vida, que es Cristo, señor nuestro, que se deja esconder bajo las sencillas apariencias del pan y del vino que en el sacrificio de la Misa se presentan como dones, que habrán de transformarse en el cuerpo y la sangre del Señor. Nuestro Señor Jesucristo encontró la manera de regresar al Padre a presentarle su triunfo redentor y, a la vez, quedarse para siempre con nosotros, hasta su segunda venida, y ser nuestro alimento, nuestra fortaleza, nuestro viático en el camino de la vida terrena a la vida eterna. Ahora que estamos en este camino, en este hoy que cada noche se vuelve ayer, vivamos apoyados en Cristo nuestra vocación y misión, que implica una profunda llamada de Dios nuestro Señor a la comunión. Dios nos quiere hermanos. Dios nos quiere en paz. Dios nos llama a ser sembradores de la paz y de la comunión. Paz en nuestra vida personal, paz y amor cristiano en nuestra vida familiar y en nuestras relaciones humanas, en la parroquia y en la sociedad en general. Y si adjetivamos al amor como cristiano, es porque no se trata de amarnos con cualquier caricatura de amor, sino con el amor que nos enseña Cristo: “Ámense unos a otros como Yo os he amado…” El amor de Cristo es nuestro modelo de amor, de vivir. La entrega de Cristo en la Cruz es nuestro mejor ejemplo, pues le mismo Jesús nos señala: “… porque nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos… (cfr. Jn 15, 12-13). En este AÑO DE LA FE, la fe no se puede quedar en ideas, en cursos o en sentimientos. Hay que traducirla en obras. Esforcémonos por hacer vida la fe que tenemos, la enseñanza que hemos recibido de Jesús, que se centra en la vivencia del amor cristiano: el binomio maravilloso del amor a Dios y el amor al prójimo. Recemos unos por otros. Pbro. Juan Carlos Castillo Ramírez Párroco

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Periódico Parroquial de Santa Beatriz de Silva de la Arquidiócesis de Monterrey, México.

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Page 1: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

Monterrey, N. L ., México Enero de 2013 No. 88

M uy queridos hermanos y hermanas en el Señor:

Un mes del primer año 2013 ha

pasado a la historia, a nuestra

historia, personal y comunitaria, a la historia que día a día escribimos con los tesoros que Dios

nuestro Señor ha puesto en nuestras manos.

El dueño de la vida, el dueño de los talentos, nos da vida y

talentos para vivir en armonía y paz, en fraternidad y en

comunión.

Cada día es una nueva oportunidad que Dios nos da para vivirla con plenitud y será bueno aprovecharla con creces,

con entusiasmo, fortalecidos por el pan de vida, que es

Cristo, señor nuestro, que se deja esconder bajo las

sencillas apariencias del pan y del vino que en el sacrificio de la Misa se presentan como dones, que habrán de

transformarse en el cuerpo y la sangre del Señor.

Nuestro Señor Jesucristo encontró la manera de regresar al Padre a presentarle su triunfo redentor y, a la vez, quedarse

para siempre con nosotros, hasta su segunda venida, y ser nuestro alimento, nuestra fortaleza, nuestro viático en el camino de la vida terrena a la vida eterna.

Ahora que estamos en este camino, en este hoy que cada noche se vuelve ayer, vivamos apoyados en Cristo nuestra

vocación y misión, que implica una profunda llamada de Dios nuestro Señor a la comunión. Dios nos quiere hermanos. Dios nos quiere en paz. Dios nos llama a ser sembradores de la paz y de la comunión.

Paz en nuestra vida

personal, paz y amor cristiano en nuestra vida familiar y en nuestras

relaciones humanas, en

la parroquia y en la sociedad en general. Y si

adjetivamos al amor

como cristiano, es porque no se trata de

amarnos con cualquier caricatura de amor, sino

con el amor que nos enseña Cristo: “Ámense unos a otros como Yo os he amado…”

El amor de Cristo es nuestro modelo de amor, de vivir. La

entrega de Cristo en la Cruz es nuestro mejor ejemplo, pues le mismo Jesús nos señala: “… porque nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos…

(cfr. Jn 15, 12-13).

En este AÑO DE LA FE, la fe no se puede quedar en ideas, en cursos o en sentimientos. Hay que traducirla en obras. Esforcémonos por hacer vida la fe que tenemos, la enseñanza que hemos recibido de Jesús, que se centra en la vivencia del amor cristiano: el binomio maravilloso del amor

a Dios y el amor al prójimo.

Recemos unos por otros.

Pbro. Juan Carlos Castillo Ramírez

Párroco

Page 2: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

Por su reportero Capsulito

1) Un muy feliz año nuevo, aunque ya se nos fueron los primeros 31

días de enero. Yo les deseo de todo corazón que Diosito los bendiga y

llene de su gracia en estos nuevos 365 días –menos 31- que nos

regalara y a los que les llamamos: 2013.

2) Empezamos muy bien el año nuevo con la solemnidad de Santa

María Madre de Dios, reconociendo que la Virgen María es Madre de Cristo, y Cristo es Dios y por eso desde la antigüedad cristiana se le

llama así “Madre de Dios” (Theokokos).

3) Rapidito llegó el primer viernes del primer mes del año y se tuvo la

Hora Santa, con la participación básica de los socios y socias de la Asociación del Santísimo Sacramento, el día cuatro a las cuatro de la tarde.

4) El seis de enero llegaron los Reyes magos, desde oriente, desde

los pastizales de Bel Zaur, hasta Belén, para adorar al Rey de los Judíos

que acaba de nacer. Al Niño Dios, como le decimos nosotros. Y partimos rosca en varios momentos y a algunos les tocó la figura del “Niño Dios”

y habrán de hacer una “tamalada” el dos de febrero próximo. ¡Invitan!

5) Buena asistencia con todo y frío a la Misa mensual de la Asociación

del Santísimo Sacramento, con rosca y chocolate.

6) El siete se tuvo la reunión del Consejo de Pastoral, del Consejo de

Economía y de los Coordinadores de cada uno de los grupos con una asistencia de 21 personas. Quedaron en trabajar sobre el objetivo y

tener un taller de liderazgo el nueve de febrero. ¡Animo!

7) El ocho se reinició el catecismo. Las voces, las risas y los juegos de

los niños y niñas que asisten los martes, llenaron los salones

parroquiales. ¡Bendito sea Dios! Lo mismo pasó el sábado 12 con los que asisten los sábados. Y así hasta el sábado anterior a Domingo de

Ramos.

8) El día 17 se aplicaron, día mensual de oración especial a nuestra

Patrona Parroquial, Santa Beatriz de Silva, se aplicaron las Misas por los

habitantes de la Parroquia, los bienhechores y amigos.

9) Nos unimos a la intención mundial del “Octavario de Oración por la

Unidad de los Cristianos”, que se llevó a cabo del 18 al 25 de enero,

culminando precisamente con la festividad de la Conversión de San Pablo. Un día, esperemos no muy lejano, hemos de ser todos los

que creemos en Cristo, un solo rebaño bajo un solo pastor.

10) La Unión de Enfermos Misioneros llevó a cabo la Misa mensual

por los enfermos el día 24. En ella se pidió por nuestros enfermitos, las enfermeras y los enfermeros, que celebraron su día el seis de enero.

11) El 21 y el 22 se iniciaron los cursos sobre el Concilio Vaticano

II, como parte del Año de la Fe, que estamos viviendo. Los lunes a las

9.30 a.m. y los martes a las 8.00 p.m. El lunes el curso está a cargo del P. Humberto Torres y el martes del P. Juan Carlos Castillo. Además, el 23

se inició el curso sobre el Catecismo de la Iglesia. Le pedimos a Dios que estos cursos den mucho fruto, pues de lo que se aprende se vive, o

¿no?

12) Durante el mes cinco “Horas Santas” semanales nos permitieron

adorar al Señor, orar ante El y presentarle nuestras vidas, nuestras

necesidades espirituales y materiales, y las de la comunidad en general.

13) El 11 de enero se presentó ante el Señor, Don Manuel Arturo

Sánchez Núñez, que fuera Ministro Extraordinario de la Comunión, aquí

entre nosotros. Muy apreciado no sólo por los compañeros Ministros, sino por la comunidad en general. Se nos adelantó. Nuestras

condolencias a su esposa Elsy, que está en la Unión de Enfermos Misio-

neros, y a su familia. ¡Descanse en paz!

14) Tuvimos la grata visita de los Misioneros Colombianos, en una

jornada misionera, donde nos ayudaron a reflexionar sobre nuestras responsabilidad en este campo, y pidieron nuestra oración y ayuda

para sus obras misioneras.

15) Igualmente el Grupo Lolek, de jóvenes que por medio de las

enseñanzas del Beato Juan Pablo II quieren conocer y amar más a Jesús, para servirlo con mayor entusiasmo, hicieron su campañita de nuevos

socios.

16) Y vino también, el 20 el grupo “Con participación”, ciudadanos

que comparten su convicción de que el futuro de la Patria mexicana depende de nuestra conciencia y participación, orientada por una

plataforma humana que contiene principios, valores y temas básicos para lograr el bien de todos, que es tarea de todos.

¡Hasta la próxima! Si Dios quiere.

Les dice “Capsulito”, su reportero favorito.

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Page 3: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

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VIVAMOS INTENSAMENTE

EL AÑO DE LA FE

En su Carta Apostólica “Porta fidei” (La Puerta

de la Fe), el Papa Benedicto XVI nos señala, en

el número 13 de la misma que por la fe los

mártires entregaron su vida como testimonio de

la verdad del Evangelio, que los había

transformado y hecho capaces de llegar hasta el

mayor don del amor con el perdón de sus

perseguidores.

Por la fe, hombres y mujeres han consagrado su

vida a Cristo, dejando todo para vivir en la

sencillez evangélica la obediencia, la pobreza, la

castidad, signos concretos de la espera del

Señor que no tarda en llegar. Por la fe, muchos

cristianos han promovido acciones a favor de la

justicia, para hacer concreta la palabra del

Señor, que ha venido a proclamar la liberación

de los oprimidos y un año de gracias para todos

(cfr. Lc. 4, 18-19).

Por la fe, hombres y mujeres de toda edad,

cuyos nombres están escritos en el libro de la

vida (cfr. Apoc 7, 9;13,8), han confesado a lo

largo de los siglos la belleza de seguir al Señor

Jesús allí donde les llamaba a dar testimonio de

su ser cristianos: en la familia, la profesión, la

vida pública y el desempeño de los carismas y

ministerios que se les confiaban.

“También nosotros vivimos por la fe; para el

reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente

en nuestras vidas y en la historia”, dice.

Añade, en el número 14, que el Año de la fe será

también una buena oportunidad para

intensificar el testimonio de la caridad.

Nos hace ver que San Pablo nos recuerda:

“Ahora subsisten la fe, la esperanza y la

caridad, estas tres. Pero la mayor de ellas es la

caridad” (I Cor 13, 13). Con palabras aún más

fuertes –que siempre atañen a los cristianos-, el

apóstol Santiago dice: “¿De qué le sirve a uno,

hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene

obras? ¿Podrá acaso salvarlo esa fe? Si un

hermano o una hermana andan desnudos y

faltos de alimento diario y alguno de vosotros

les dice: *Id en paz, abrigaos y saciaos*. Pero no

les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve?

Así es también la fe: si no se tiene obras, está

muerta por dentro. Pero alguno dirá: *Tú tienes

fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin

las obras, y yo con mis obras te mostraré la fe*

(Sant 2, 14-18).

“La fe sin la caridad no da fruto, y la caridad

sin fe sería un sentimiento constantemente a

merced de la duda. La fe y el amor se necesitan

mutuamente, de modo que una permite a la

otra seguir su camino” señala el Santo Padre.

Agrega que en efecto, muchos cristianos

dedican con amor sus vidas a quien está solo,

marginado o excluido, como el primero al que

hay que atender y el más importante que

socorrer, porque precisamente en él se refleja el

rostro mismo de Cristo. Gracias a la fe,

podemos reconocer en quienes piden nuestro

amor el rostro del Señor resucitado.

Continúa diciendo: “Cada vez que lo hicisteis

con uno de estos mis hermanos más pequeños,

conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40):

Page 4: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

estas palabras suyas son una advertencia que

no se ha de olvidar, y una invitación perenne a

devolver ese amor con el que él cuida de

nosotros.

Es la fe la que nos permite reconocer a Cristo, y

es su mismo amor el que impulsa a socorrerlo

cada vez que se hace nuestro prójimo en el

camino de la vida. Sostenidos por la fe, miramos

con esperanza a nuestro compromiso en el

mundo, aguardando *unos cielos nuevos y una

tierra nueva en los que habite la justicia*

(II Pe 3, 13; cfr. Apoc 21, 1).

Puntualiza en el último número de su Carta

apostólica que: “Llegados sus últimos días, el

apóstol Pablo pidió al discípulo Timoteo que

“buscara la fe” (cfr. 2 Tim 2,22) con la misma

constancia de cuando era niño (cfr. 2 Tim 3, 15).

Escuchemos esta invitación como dirigida a

cada uno de nosotros, para que nadie se vuelva

perezoso en la fe. Ella es compañera de vida que

nos permite distinguir con ojos siempre nuevos

las maravillas que Dios hace por nosotros.

Tratando de percibir los signos de los tiempos

en la historia actual, nos compromete a cada

uno a convertirnos en un signo vivo de la

presencia de Cristo resucitado en el mundo. Lo

que el mundo necesita hoy de manera especial

es el testimonio creíble de los que, iluminados

en la mente y el corazón por la Palabra del

Señor, son capaces de abrir el corazón y la

mente de muchos al deseo de Dios y de la vida

verdadera, ésa que no tiene fin. Nos propone

“Que la Palabra de Dios siga avanzando y sea

glorificada” (2 Tes 3, 1): que este Año de la fe

haga cada vez más fuerte la relación con Cristo,

el Señor, pues sólo en él tenemos la certeza de

mirar al futuro y la garantía de un amor

auténtico y duradero.

Las palabras del apóstol Pedro proyectan un

último rayo de luz sobre la fe: “Por ello os

alegráis, aunque ahora sea preciso padecer un

poco en pruebas diversas; así la autenticidad de

vuestra fe, más preciosa que el oro, que aunque

es perecedero se aquilata a fuego,

merecerá premio, gloria y honor en la

revelación de

Jesucristo; sin

haberlo visto lo amáis

y, sin contemplarlo

todavía, creéis en él y

así os alegráis con un

gozo inefable y

radiante, alcanzado

así la meta de vuestra

fe; la salvación de

vuestras almas” (1 pe

1, 6-9). La vida de los

cristianos conoce la

experiencia de la

alegría y el

sufrimiento.

“Cuántos santos han experimentado la soledad.

Cuántos creyentes son probados también en

nuestros días por el silencio de Dios, mientras

quisieran escuchar su voz consoladora.

Las pruebas de la vida, a la vez que permiten

comprender el misterio de la cruz y participar

en los sufrimientos de Cristo (cfr. Col 1, 24), son

preludio de la alegría y la esperanza a la que

conduce la fe: *Cuando soy débil, entonces soy

fuerte* (2 Cor 12, 10). Nosotros creemos con

firme certeza que el Señor Jesús ha vencido el

mal y la muerte. Con esta segura confianza nos

encomendamos a él: presente entre nosotros,

vence el poder del maligno (cfr. Lc 11, 20), y la

Iglesia, comunidad visible de su misericordia,

permanece en él como signo de la reconciliación

definitiva con el Padre” indica.

Confiemos a la Madre de Dios, proclamada

*bienaventurada porque ha creído* (Lc 1, 45),

este tiempo de gracia”, concluye el Santo Padre

Benedicto XVI su Carta apostólica.

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Page 5: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

¿DEBEN TODOS LOS FIELES

TENER LAS MANOS EXTENDIDAS

EN EL PADRE NUESTRO DE LA MISA?

Algunas personas han preguntado si es o no correcto el que los fieles en el Padrenuestro de la Misa alcen o extiendan sus manos como lo hace el sacerdote que preside la Eucaristía.

Por eso acudimos a una fuente autorizada en Liturgia, que con los personajes (el Padre) Firminio y (el Padre) Liberio, nos responden de manera precisa. “Muy estimado Padre Firminio: Hemos observado que últimamente en su Misa, los fieles extienden sus brazos en el

Padre nuestro como lo hace el sacerdote. No es que usted los impulse a hacerlo, pero lo tolera tranquilamente y no les dice nada. Lo mejor sería que los fieles no extiendan así sus brazos al rezar en la Misa el Padre Nuestro. La razón es muy sencilla. En la Misa el gesto de extender los brazos para orar es un gesto sacerdotal, propio del que preside. La Institución General del Misal Romano (IGMR), siempre que habla de la oración

presidencial del sacerdote, prescribe que lo haga “con las manos extendidas”. En cambio, cuando habla de la postura de los fieles nunca menciona que deban extender los brazos para orar. En el número 43 de la 3ª. Edición de la IGMR (2ª ed., n. 21),

hablando de las posturas corporales que se deben de tener durante la Misa, se dice: Los fieles queden de pie desde el principio del canto de entrada, mientras el sacerdote se acerca al altar, hasta el final de la (oración) colecta; al canto del Aleluya que precede al

Evangelio; durante la profesión de fe y la oración de los fieles; y desde que empieza la oración sobre las ofrendas hasta el fin de la Misa, excepto en los momentos que luego se enumeran. En cambio, estarán sentados durante las lecturas que preceden al Evangelio, con su salmo responsorial; durante la homilía, y mientras se hace la preparación de los dones en el

ofertorio; también, según la oportunidad, a lo largo del sagrado silencio que se observa después de la Comunión. Estarán de rodillas, a no ser que lo impida la salud, la estrechez del lugar o el gran número de los presentes u otras

causas razonables, durante la consagración. Los que no se arrodillan para la consagración deben hacer una profunda inclinación mientras el sacerdote hace la genuflexión después de la consagración. El sacerdote debe recitar el Padrenuestro con las manos

extendidas (IGMR, 3ª edición., n. 152/ 2ª. Ed., n. 110). Los fieles lo recitan junto con él, pero no deben en ese momento hacerlo con las manos extendidas (cfr. IGMR, 3ª ed., n. 237). La Iglesia cuida mucho que se perciba claramente la diferencia entre el sacerdocio ministerial de los sacerdotes y el sacerdocio común o bautismal de los fieles. La Constitución

dogmática sobre la Iglesia Lumen gentium, en el n. 10, dice lo siguiente: El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico se ordena el uno para el otro, aunque cada cual participa de forma peculiar del sacerdocio de Cristo.

Su diferencia es esencial no sólo gradual. Por eso, aunque el Padrenuestro lo recitan juntamente sacerdote y fieles, la postura de cada uno debe significar de modo diverso la condición de cada quien.

Como ve, Padre Firminio, es mejor que Usted le indique a sus

fieles que en la Misa no deben rezar el Padre nuestro con los brazos extendidos.

Atentamente

“Actualidad Litúrgica”.

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Page 6: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

Epifanía o

manifestación del Señor

Epifanía viene del griego epiphaneia que significa aparición o manifestación. Manifestar es una entrada triunfante en la notoriedad y

se refería a la llegada de un rey o de un emperador. En el N.T. indica la manifestación de Jesús en su humanidad (Sn 1, 14)

y la palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, y hemos

contemplado su gloria…. El nacimiento de Jesucristo no es solo un acontecimiento histórico, sino

que es la entrada de Jesús en la historia del hombre y sabemos que este encuentro es por iniciativa divina pues no somos nosotros, sino Dios

quien nos ha elegido, pues El nos amo primero. En el Evangelio de San Mateo capitulo 2 encontramos esta revelación

y los siguientes mensajes: V.1 Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes unos

magos que venían de oriente.- La presencia de estos reyes representan a todas las naciones del mundo que buscan a Dios y

caminan o peregrinan en medio del desierto que representan nuestras dificultades. O problemas que tenemos en la vida y buscamos ayuda

pero no quedándose con los brazos cruzados o dejando todo a Dios, sino que también marchamos para encontrar la vida.

V.2 Los magos se preguntan ¿Dónde esta el Rey?.- A pesar de ser hombre sabio van en búsqueda de la verdad y lo reconocen como Rey,

pero solo saben que ha nacido en Belén y tienen que buscar al Rey de todas las naciones y no solo de Israel.

V.10 Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría.- Quien tiene la virtud de admiración, experimenta siempre la grandiosidad de Dios pues

percibe todas las maravillas de la creación y no solo vive en medio de las desgracias o de las cosas negativas de la vida como quienes son

pesimistas. V.11 Entraron en la casa y vieron al niño con María su madre.

Los magos buscaban al niño pero no estaba solo pues a Dios no se le encuentra en la soledad, sino en la compañía con el hombre.

Recodaremos que Jesús es comunión. Y postrándose lo adoraron.-

Ponerse de rodillas significa reconocer que estamos frente a un ser supremo y que estamos dispuestos a obedecerle.

Es un compromiso de servir y de cumplir los mandamientos. Quien no es humilde no puede hacer esto pues siempre buscara hacer

lo que quiere. Abrieron sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.

Jesús quiere que le abramos nuestro corazón y le regalemos nuestro reconocimiento como Dios que nos ama y como hermano que murió

para salvarnos. Pidamos al Señor que su manifestación aumente nuestra fe y nuestro

compromiso de ser siervos fieles y trabajadores de su Reino.

MENSAJE DEL PADRE VICARIO

“No tendrás otros dioses….” El primer mandamiento prohíbe honrar a otros dioses y los pecados contra este mandato divino son: la superstición y la irreligión.

La superstición es una desviación del culto que le debemos a Dios y nos

conduce a la idolatría y a las distintas formas de adivinación o de magia; pero también puede afectar al culto a Dios cuando le damos valor

mágico a algunas prácticas, oraciones y signos sacramentales, por ejemplo, cuando se usa el agua bendita para protección de envidias o

se hacen cadenas como la de San Judas, para no ser castigados o recibir algo que pedimos con desesperación.

La idolatría no consiste en solo tener otros dioses como ala o buda; sino

en divinizar lo que no es Dios como aquellos que adoran el dinero, el sexo o el poder.

Hay idolatría desde el momento que el hombre se olvida de Dios y deposita su confianza y su felicidad en estos valores.

Cundo el hombre desprecia a Dios y elige al demonio cae en el satanismo.

El hombre quiere conocer el futuro y Dios se lo puede revelar pero

entonces ya no se confiaría en la providencia divina; por ello, todo tipo de adivinación es un pecado, así como el consultar los horóscopos, para

tomar decisiones que deberían de ser confiando en Dios. La magia y la hechicería son pecado desde el momento que se busca

tener algún poder sobrenatural que influya sobre el próximo y máxime

cundo se busca dañar a otro que se considera como enemigo. Es muy curioso, como aun siendo muy religiosos de comunión frecuente

y hasta teniendo algún apostolado; buscamos otras protecciones como amuletos que nos den buena suerte o nos ayudan a vivir mejor

económicamente o nos den la salud.

Otra forma de superstición es el espiritismo que se practica muchas veces para sanar de enfermedades que son incurables y en cierta forma

no solo se busca la salud; sino que es rechazar la voluntad de Dios. Los principales pecados de irreligión son:

A) La acción de tentar a Dios con palabras y con obras como cuando Satanás se lleva a Jesús para tentarlo y esto es

pecado por dudar en el poder y el amor del Señor. B) El Sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los

sacramentos como cuando alguien comulga estando en pecado mortal o si alguien hace algún daño a un templo y

profana las cosas u objetos sagrados, sobre todo cuando se insulta a los consagrados a Dios o alguna religiosa o ministro

del Señor. C) La Simonía que es una compra o venta de cosas espirituales.

Como vemos; no solo tenemos fe cuando decimos: Señor, Señor; sino

que nuestra confianza debe toda estar puesta en Dios y reconocer que El es nuestra herencia.

P. Humberto Torres Hernández 6

Page 7: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

DIA DEL SEMINARIO DE

MONTERREY

SEMANA VOCACIONAL

El próximo 17 de febrero se celebrará. Dios

mediante, en la Arquidiócesis de Monterrey el

DIA DEL SEMINARIO.

Esta ocasión es un llamado a apoyar la formación

de los futuros Pastores del pueblo de Dios, es decir

de los jóvenes que ahora se están formando en el

Seminario para llegar a ser, por la gracia de Dios,

los sacerdotes de hoy y del mañana.

La formación al sacerdocio comienza con la

llamada del Señor, de Dios nuestro Señor, a quien

El quiere, como quiere y cuando quiere, a que lo

siga, a que lo sirva, sirviendo a los hermanos como

sacerdote.

La edad no importa, Dios llama cuando El quiere.

Así es que niños, jóvenes y menos jóvenes, pueden

en un momento dado recibir su llamado y …

seguirlo.

La actividad tampoco. Se puede ser estudiante,

empleado, obrero, profesionista, etc. Dios llama a

quien quiere y el llamado puede … seguirlo.

El lugar de residencia, tampoco. Dios sigue

llamando por todos los lugares del mundo. Dónde

El quiere llama y el llamado puede… seguirlo.

La celebración del DIA DEL SEMINARIO DE

MONTERREY se hace con oración. Oración que

pide a Dios, el dueño de la mies, que envíe

obreros a sus campos, porque la mies es mucha y

los obreros pocos (cfr. Mt. 9,37).

Igualmente oración por los que ahora son

alumnos del Seminario, que cursan ya alguno de

las etapas de formación, para que sigan

escuchando a Dios y si es su vocación le sigan

dando una generosa respuesta.

No se diga, el pedir por los que ya son sacerdotes,

para que sigan entregando su vida y su ministerio

asociados con Cristo, por el sacramento del orden

sacerdotal, para la salvación de todo el mundo.

Celebrar el DIA DEL SEMINARIO DE

MONTERREY es también retomar la conciencia

de que el Seminario necesita de nuestra ayuda

material, económica, para llevar adelante la

formación de los futuros sacerdotes.

Y al retomar dicha conciencia, sacar con ge-ne-ro-

si-dad de nuestro bolsillo, bolsa o cartera, un buen

apoyo para el Seminario y entregarlo en la

colecta que se realiza dicho día en las parroquias,

en los templos y algunos cruceros y sitios

comerciales de la Arquidiócesis.

Así el binomio oración-ayuda nos permitirá vivir

esta celebración del DIA DEL SEMINARIO DE

MONTERREY con gusto y con un aporte

espiritual y material, personal y familiar, afectivo

y efectivo.

Aquí en nuestra Parroquia de Santa Beatriz de

Silva, la semana previa a esta celebración, es

decir del 10 al 16 de febrero, la dedicaremos a la

oración ya mencionada. Todas las Misas que se

celebren se ofrecerán al Señor para que nos

bendiga con el don de las vocaciones sacerdotales

y por el Seminario de Monterrey.

Igualmente la Hora Santa del día 14, a las

8:00 p. m. será eminentemente vocacional.

Vivamos entusiastamente el

DIA DEL SEMINARIO DE MONTERREY.

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Page 8: Periódico Parroquial “COMUNIDAD” #88

CALENDARIO DE ACTIVIDADES PARROQUIALES DE FEBRERO 2013.

Para el mes de Febrero 2013 tenemos programadas las siguientes actividades, a las que invitamos a todos a participar: Día, Hora y Actividad

1 4:00 p.m. Hora Santa mensual y reunión de las celadoras de la A. del Santísimo. 2 La Presentación del Señor en el Templo. Fiesta de la

Candelaria. 3 Domingo de la Caridad Fraterna. Los invitamos a traer

despensa para Familias necesitadas. 5 7 y 7:30 p.m. Rosario y Misa mensual del Santo Padre Pío.

6, 7 y 8 a las 8 p.m. Pláticas del Año de la Fe: Concilio Vaticano II. 10-16 Semana de Oración por las Vocaciones Sacerdotales.

13 Miércoles de Ceniza. Día de Ayuno y abstinencia de carne. La imposición de ceniza, signo de compromiso de conversión, será de las 8:30 a. m. a las 9:00 p. m. Con esta celebración iniciamos

la Cuaresma. 17 Día del Seminario de Monterrey.

18-19 Asamblea Eclesial Diocesana. 23 Retiro espiritual para los grupos de apostolado de esta Parroquia.

25 -28 a las 10 am y a las 4 p.m. Ejercicios espirituales para señoritas y señoras. (y 1° de Marzo).

28 5:00 p. m. Misa mensual por los enfermos.

LA CUARESMA

En nuestro caminar cotidiano en el año litúrgico, el día 13 de Febrero iniciaremos la Cuaresma, que nos prepara la celebración de la Pascua

de Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, la fiesta magna de los cristianos. La cuaresma, de por sí, es un tiempo de CONVERSION y si la

enmarcamos en la vivencia del Año de la Fe, con mayor razón, pues este “Año” tiene entre sus grandes finalidades llamarnos a la

conversión.

¿Qué es la conversión? Es la respuesta del hombre y de la mujer, que al

escuchar la voz de Dios, de muy diversas maneras, a dejar el mal, a

dejar el pecado, a vivir el bien, a vivir en su amistad, le dan un sí generoso.

Para esto las personas se apoyan en la misma gracia de Dios, en su amor, pues, con las solas fuerzas humanas, será difícil mantener la

respuesta conversión. Dios llama esta Cuaresma. Toca al corazón de cada uno. Que nadie se

quede sordo ante su llamado. Que nadie le cierre la puerta a Dios. Meditemos en esto con el soneto del gran poeta español Lope de Vega:

“¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?

¿Que interés se te sigue Jesús mío, que a mi puerta cubierto de rocío,

pasas las noches del invierno a oscuras?

¡Oh cuánto fueron mis entrañas duras, pues no te abrí! ¡Que extraño desvarío

si de mi ingratitud el hielo frío secó las llagas de tus plantas puras!

Cuántas veces el ángel me decía:

“¡Alma, asómate ahora a la ventana, verás con cuánto amor llamar porfía!”

¡Y cuántas hermosura soberana:

“mañana le abriremos” –respondía-, para lo mismo responder mañana!

Igualmente con el siguiente soneto, del mismo Lope de Vega:

Pastor que con tus silbos amorosos me despertaste del profundo sueño;

tú, que hiciste cayado de ese leño en que tiendes los brazos poderosos,

vuelve los ojos a mi fe piadosos,

pues te confieso por mi amor y dueño, y la palabra de seguirte empeño

tus dulces silbos y tus pies hermosos.

Oye, Pastor, que por amores mueres, no te espante el rigor de mis pecados

pues tan amigo de rendidos eres.

Espera, pues, y escucha mis cuidados… Pero ¿Cómo te digo que me esperes

si estás para esperar los pies clavados?

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