periódico parroquial "comunidad" #84

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Monterrey, N. L ., México Septiembre de 2012 No. 84 M uy queridos hermanos y hermanas en el Señor: Se va el mes de septiembre y le ofrecemos al Señor todos nuestros esfuerzos en él realizados, reconociendo su amor y misericordia para con nosotros. El Señor nos dio la oportunidad de ir llevando a cabo nuevas acciones, en pos de realizar nuestra vocación, camino de realización y camino de felicidad. Le damos gracias a Dios por los 30 días de septiembre y le pedimos que el nuevo mes de octubre, que iniciaremos, sea mejor y nos ayude a vivir conforme a su santa voluntad, que no quiere otra cosa que nuestro bien. Propongámonos en el nuevo mes acercarnos más al Señor, profundizando en su Palabra, en Cristo mismo, que siempre tiene para nosotros vida en abundancia y quiere que seamos sus discípulos, esos discípulos que con su vida muestran al mundo que Jesús es el centro de su vida, que somos los amigos de Jesús porque vivimos su mandamiento: Esto es lo que les mando, que se amen unos a otros como Yo los he amado…” Jesús nos ha amado hasta el extremo, con un amor eterno e infinito, que día con día se hace efectivo para nosotros. Acerquémonos a Jesús Eucaristía que, como otra prueba de Su amor por nosotros, ha encontrado la manera de quedarse para nuestro bien: ser el alimento de nuestra vida cotidiana y fortalecer nuestro ser, para que caminemos con entusiasmo y alegría, apoyándonos unos a otros, con amor, sin medida, como El , nuestro Maestro nos ha enseñado con su propia vida. Ojalá que, en señal de que nuestra amistad con Jesús va madurando, pasemos de encontrarnos con El solamente en la Eucaristía dominical revestido nuestro encuentro por la obligatoriedad del precepto y lo hagamos diariamente pero por amor a Jesús, sabiendo que los primeros y más beneficiados seremos nosotros mismos. Cristo Palabra (que se manifiesta en la Sagrada Escritura), Cristo Eucaristía, presente en ese Santísimo Sacramento, Cristo presente en el prójimo especialmente el más alejado de El e igualmente en el más necesitado espiritual y materialmente, nos espera, nos quiere junto a El. Seamos sensibles a su voz, que nos llama con amor y nos dice: “Vengan a mí los que están cansados y agobiados que yo los aliviaré…” Con María Santísima, Madre del Redentor y Madre nuestra, que decididamente nos lleva a Jesús, y que nos enseña a escucharlo, conocerlo, amarlo y servirlo, podemos recorrer diariamente nuestro camino y como señala el canto a ella dedicado, aunque parezcan tus pasos inútil caminar, tú vas haciendo camino otros te seguirán. Vivamos cada día que Dios nos regala, como la nueva oportunidad que el Señor nos da para hacer fructificar, multiplica, vivificar y santificar los talentos que nuestro Padre Dios nos ha dado, ha puesto en nuestras manos para que demos frutos en abundancia, la condición para dar fruto, como lo sabemos, es permanecer unidos a Jesús. Que Santa Beatriz de Silva, nuestra Santa Patrona Parroquial, enamorada de Jesús, aliente nuestros pasos. Que Dios nos bendiga a todos. Pbro. Juan Carlos Castillo Ramírez Párroco

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Periódico Parroquial de Santa Beatriz de Silva de la Arquidiócesis de Monterrey, México

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Page 1: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #84

Monterrey, N. L ., México Septiembre de 2012 No. 84

M uy queridos hermanos y hermanas en el

Señor: Se va el mes de septiembre y le ofrecemos al Señor todos nuestros

esfuerzos en él realizados, reconociendo su amor y misericordia para con nosotros.

El Señor nos dio la oportunidad de ir llevando a cabo nuevas acciones, en pos de realizar nuestra vocación, camino de

realización y camino de felicidad. Le damos gracias a Dios por los 30 días de septiembre y le

pedimos que el nuevo mes de octubre, que iniciaremos, sea mejor y nos ayude a vivir conforme a su santa voluntad, que no quiere otra cosa que nuestro bien. Propongámonos en el nuevo mes acercarnos más al Señor,

profundizando en su Palabra, en Cristo mismo, que siempre tiene para nosotros vida en abundancia y quiere que seamos sus discípulos, esos discípulos que con su vida muestran al mundo que Jesús es el centro de su vida, que somos los amigos de Jesús

porque vivimos su mandamiento: Esto es lo que les mando, que se amen unos a otros como Yo los he amado…” Jesús nos ha amado hasta el extremo, con un amor eterno e infinito, que día con día se hace efectivo para nosotros.

Acerquémonos a Jesús Eucaristía que, como otra prueba de Su amor por nosotros, ha encontrado la manera de quedarse para nuestro bien: ser el alimento de nuestra vida cotidiana y fortalecer

nuestro ser, para que caminemos con entusiasmo y alegría, apoyándonos unos a otros, con amor, sin medida, como El , nuestro Maestro nos ha enseñado con su propia vida. Ojalá que, en señal de que nuestra amistad con Jesús va madurando,

pasemos de encontrarnos con El solamente en la Eucaristía dominical revestido nuestro encuentro por la obligatoriedad del precepto y lo hagamos diariamente pero por amor a Jesús, sabiendo que los primeros y más beneficiados seremos nosotros

mismos.

Cristo Palabra (que se

manifiesta en la Sagrada Escritura), Cristo Eucaristía, presente en ese Santísimo Sacramento,

Cristo presente en el prójimo especialmente el más alejado de El e

igualmente en el más necesitado espiritual y materialmente, nos espera, nos quiere junto a El.

Seamos sensibles a su voz, que nos llama con amor y nos dice: “Vengan a mí los que están cansados y

agobiados que yo los aliviaré…”

Con María Santísima, Madre del Redentor y Madre nuestra, que decididamente nos lleva a Jesús, y que nos enseña a escucharlo, conocerlo, amarlo y servirlo, podemos recorrer diariamente nuestro camino y como señala el canto a ella dedicado, aunque

parezcan tus pasos inútil caminar, tú vas haciendo camino otros te seguirán. Vivamos cada día que Dios nos regala, como la nueva

oportunidad que el Señor nos da para hacer fructificar, multiplica, vivificar y santificar los talentos que nuestro Padre Dios nos ha dado, ha puesto en nuestras manos para que demos frutos en

abundancia, la condición para dar fruto, como lo sabemos, es permanecer unidos a Jesús. Que Santa Beatriz de Silva, nuestra Santa Patrona Parroquial, enamorada de Jesús, aliente nuestros pasos.

Que Dios nos bendiga a todos.

Pbro. Juan Carlos Castillo Ramírez Párroco

Page 2: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #84

Por su reportero Capsulito

1) ¡Viva México! En nuestro “mes de la Patria” rogamos a Dios

nos ayude a toda la nación mexicana a recuperar la paz y la justicia. Vitoreamos a los “Héroes que nos dieron Patria” y hagamos cada uno lo mejor de lo mejor para heredar a nuestros

hijos y nietos un País más y más mejor. ¡Viva México!

2) Gracias a Dios y al Administrador Apostólico de Monterrey,

Monseñor Jorge Cavazos, llegó oficialmente el 31 de agosto el nuevo Vicario Parroquial, el Padre Humberto Torres Hernández, para colaborar en la pastoral de nuestra Comunidad Parroquial de Santa Beatriz de Silva. Ya agarró aire el P. Juan Carlos, pues

como ustedes saben al P. Eliezer lo enviaron a Roma a especializarse y el P. Eusebio por su salud no ha podido retomar su labor sacerdotal, porque el médico lo tiene a raya. Hubo Misa y cena para darle la bienvenida y lo vinieron “a traer” algunos

grupos de laicos de la Parroquia de Guadalupe, en Guadalupe, N. L. donde antes era también Vicario Parroquial.

3) El mes se inició con un curso para catequistas, que dio

principio el 30 de agosto, y continuó el primero de septiembre. Muy buena asistencia, el P. Juan Carlos nos dirigió esta motivación y revisión de la espiritualidad y vocación del catequista. También el P. Humberto les dirigió una charla y otra el seminarista Juan Carlos Samaniego.

4) El cuatro se tuvo la primera junta de papás y mamás de los

niños y niñas de catecismo del nuevo año escolar para asumir el compromiso de compartir la responsabilidad formativa en la fe de

los niños y niñas.

5) El ocho de septiembre celebramos a la Virgen María en la

fecha de su nacimiento. Madre de Dios y Madre nuestra, ampáranos siempre y de tu Hijo Jesús consíguenos abundantes bendiciones, para ir caminando en este valle de lágrimas.

(Me aventé, verdad?).

6) Ese día por la mañana fue la junta de los papás y mamás de

los niños y niñas del catecismo que asisten los sábados. ¡A

caminar juntos! Fue la frase del P. Juan Carlos para animar a papás y mamás a estar en estrecha comunión para la formación en la fe de sus hijos e hijas.

7) La Tardeada Bohemia del 14 muy mexicana.

8) El 11 y el 15 de septiembre la primera clase del nuevo curso

de catecismo.

9) Nos unimos a la nación mexicana el 16 de septiembre para

conmemorar también en la Eucaristía los 202 años de Independencia nacional.

10) Por los fieles y bienhechores de la Parroquia fue la Misa de

7.30 p.m. el 17, día dedicado cada mes a Santa Beatriz de Silva nuestra santa patrona parroquial.

11) El 19 se llevó a cabo la Misa y plática del Beato Juan Pablo

II. El Grupo “Lolek” sigue con ganas su labor.

12) Supe que un grupo de damas de Santa Beatriz se fue a la

merienda en beneficio del Seminario de Monterrey, el día 20, haciendo presente nuestro apoyo al Seminario.

13) Del 24 al 27 fue la Semana Bíblica, para retomar la

importancia y gran valor de la Biblia en nuestra vida, pues es Cristo mismo quien es el centro de la Sagrada Escritura.

14) El Padre Humberto y el P. Juan Carlos, se fueron a Ejercicios

Espirituales que la Zona I preparó para todos los sacerdotes de

esta Zona y que dirigió el P. Carlos Santos G., del 24 al 28 de este mes.

15) La Misa por los Enfermos, que prepara la Unión de Enfer-

mos Misioneros se celebró el 27 a las cinco de la tarde.

16) Dieron inicio también las clases de Biblia que promueve la

Escuela Bíblica Parroquial, para conocer, amar y servir a Jesús como discípulos misioneros.

17) Igualmente el 24 se inició un curso sobre el Evangelio de

San Lucas, bajo la coordinación del Padre Humberto Torres Her-nández, nuestro nuevo Vicario Parroquial, que será el nuevo ase-

sor de los grupos de jóvenes: Maranathá, Lolek e Impulso.

18) Cerramos el mes dándole gracias a Dios por todos sus be-

neficios. Hoy he estado un poco lacónico porque ando enfermito, así es que han de dispensar. Y sigan disfrutando de su Vicario nuevo, el P. Humberto Torres Hernández al que le decimos: ¡Bienvenido! Y que ¡Viva México!

¡Hasta la próxima! Si Dios quiere.

les dice “Capsulito”, su reportero favorito

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Page 3: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #84

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SANTO PADRE PIO

El 24 de septiembre, es el “Día” del Padre Pío, este santo hombre, este fraile que

alcanzó la santidad. Dado que este año su “Día” cayó en domingo, la celebración en

nuestra Parroquia fue desde el corazón. Nuestra Parroquia de Santa Beatriz de Silva

es la sede del Grupo de Oración del Santo Padre Pío, por lo que cada mes, el primer

martes, los devotos del Santo Padre Pío se reúnen al rezo del Santo Rosario y a vivir la Eucaristía, que

ordinariamente les celebra un sacerdote Capuchino. El Padre Pío, que en el mundo se llamó Francesco Forgione, nació en

Pietrelcina, en un pequeño pueblo de la provincia de Benevento, Italia, el 25 de mayo de 1887. Su padre fue D. Grazio Forgione y su mamá

Dña. María Giuseppa Di Nunzio. Desde la más tierna edad Francesco experimentó en sí el deseo de

consagrarse a Dios y este deseo lo distinguiría de sus coetáneos. Tal “diversidad” fue observada de sus parientes y amigos. Su mamá contó

que “no cometió nunca ninguna falta, no hizo caprichos, siempre obedeció a mí y a su padre, cada mañana y cada tarde iba a la iglesia a

visitar a Jesús y a la virgen. Durante el día no salió nunca con los compañeros. A veces le dije: Franci sal un poco a jugar. El se negó

diciendo: no quiero ir porque ellos blasfeman”.

Del Diario del Padre Agostino de San Marco in Lamis, quien fue uno de los directores espirituales del Padre Pío, se enteró de que el Padre Pío,

desde el 1892, cuando apenas tenía cinco años, ya vivió sus primeras experiencias carismáticas espirituales. Los éxtasis y las apariciones

fueron tan frecuentes que al niño le pareció que eran absolutamente normales.

Con el pasar del tiempo, pudo realizarse lo que fue el más grande de sus sueños: consagrar totalmente la vida a Dios. El seis de enero de

1903 a los 16 años, entró como clérigo a la orden de los Capuchinos. Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Benevento. Estuvo en varios

conventos por motivo de salud, luego, a partir del cuatro de septiembre de 1916 llegó al convento de San Giovanni Rotondo, sobre el Gargano,

donde se quedó hasta el 23 de septiembre de 1968, día de su sentida muerte.

En este largo período de su vida el Padre Pío iniciaba sus días despertándose por la noche, muy antes del alba, se dedicaba a la

oración con gran fervor, aprovechando la soledad y silencio de la noche. Visitaba diariamente por largas horas a Jesús Sacramentado,

preparándose para la Santa Misa, y de allí sacó siempre las fuerzas necesarias para su gran labor con las almas, al acercarlas a Dios en el

Sacramento Santo de la Confesión, confesaba por largas horas, hasta 14 horas diarias y así salvó muchas almas.

Uno de los acontecimientos que señaló intensamente la vida del Padre Pío fue lo que se averiguó la mañana del 20 de septiembre de 1918,

cuando, rogando delante del Crucifijo del coro de la vieja iglesia pequeña, el Padre Pío tuvo el maravilloso regalo de los estigmas.

Los estigmas o las heridas fueron visibles y quedaron abiertas, frescas y

sangrantes por medio siglo. Este fenómeno extraordinario volvió a llamar sobre el Padre Pío, la

atención de los médicos, de los estudiosos, de los periodistas, pero sobre todo de la gente común que, en el curso de muchas décadas

fueron a San Giovanni Rotondo para encontrar al Santo fraile.

En una carta al Padre Benedetto, del 22 de octubre de 1918, el Padre Pío cuenta su “crucifixión”. “¿Qué cosa os puedo decir a los que me han

preguntado como es que ocurrido mi crucifixión? ¡Mi Dios que confusión y que humillación yo tengo el deber de manifestar lo que Tú has obrado

en esta mezquina criatura! Fue la mañana del 20 del pasado mes de (septiembre) en coro, después de la celebración de la Santa Misa,

cuando fui sorprendido por el descanso en el espíritu, parecido a un dulce sueño. Todos los sentidos interiores y exteriores, además de las

mismas facultades del alma, se encontraron en una quietud indescriptible.

En todo esto hubo un total silencio alrededor de mí y dentro de mí; sentí enseguida una gran paz y un abandono en la completa privación de

todo y una disposición en la misma rutina. Todo esto ocurrió en un instante. Y mientras esto se desarrolló; yo vi

delante de mí un misterioso personaje parecido a aquél visto en la tarde del cinco de agosto. Este era diferente del primero, porque tenía las

manos, los pies y el costado que emanaban sangre. La visión me atemorizaba; lo que sentí en aquel instante en mí; no sabría decirlo. Me

sentí morir y habría muerto, si Dios no hubiera intervenido a sustentar mi corazón, el que me lo sentí saltar del pecho.

La vista del personaje desapareció y me percaté de que mis manos, pies y costados fueron horadados y chorreaban sangre. Imagináis el suplicio

que experimenté entonces y que voy experimentando continuamente casi todos los días. La herida del corazón asiduamente sangra,

comienza el jueves por la tarde hasta el sábado. Mi padre, yo muero de

dolor por el suplicio y por la confusión que yo experimentó en lo más íntimo del alma. Temo morir desangrado, si Dios no escucha los gemidos

de mi pobre corazón, y tenga piedad para retirar de mí esta situación…” Por años, de cada parte del mundo, los fieles fueron a este sacerdote estigmatizado, para conseguir su potente intercesión cerca de Dios.

Cincuenta años experimentados en la oración, en la humildad, en el sufrimiento y en el sacrificio, donde para actuar su amor al, el Padre Pío

realizó dos iniciativas en dos direcciones: una vertical hacia Dios, con la fundación de los “Grupos de ruego”, hoy llamados “grupos de oración”,

y la otra horizontal hacia los hermanos, con la construcción de un moderno hospital “Casa Alivio del Sufrimiento”.

En septiembre de 1968 millares de devotos e hijos espirituales del Padre Pío se reunieron en un congreso en San Giovanni Rotondo para

conmemorar juntos el 50° aniversario de los estigmas aparecidos en el Padre Pío y para celebrar el cuarto congreso internacional de los Grupos

de Oración. Nadie habría imaginado que a las 2.30 de la madrugada del 23 de septiembre de 1968, sería el doloroso final de la vida terrena del

Padre Pío de Pietrelcina. De este maravilloso fraile, escogido por Dios para derramar si Divina Misericordia de una manera tan especial. (Tomado de www.padrepio,catholicwebservices.com).

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VIVAMOS INTENSAMENTE

EL “AÑO DE LA FE”

E l Papa Benedicto XVI hará la apertura del Año de la Fe el 11 de Octubre del presente año. Ha convocado a la Iglesia Universal a vivir intensamente este tiempo de gracia, que culminará el 24 de noviembre del 2013, en la

solemnidad de Cristo Rey del Universo. El Santo Padre ha hecho llegar a la Iglesia su Carta

Apostólica, en forma motu proprio, “Porta Fidei”, por la que convoca a este “Año”. En ella nos dice que “la Puerta de la fe” (cfr. Hech. 14, 27),

que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la

entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y

el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que

dura toda la vida. Este comienza con el Bautismo (cfr. Rom. 6, 4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida

eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús, que con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a

cuantos creen en él (cfr. Jn 17, 22)”. Continúa diciendo que profesar la fe en la Trinidad-Padre,

Hijo y Espíritu Santo- equivale a creer en un solo Dios que es Amor (Cfr, I Jn 4, 8): el Padre que en la plenitud de los

tiempos envió a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo,

que en el misterio de su muerte y resurrección redimió al mundo; el Espíritu Santo, que guía a la Iglesia a través de

los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor.

“Desde el comienzo de mi ministerio como Sucesor de Pedro”, nos dice el Papa, “he recordado la exigencia de

redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo”. Nos recuerda que en la homilía de la santa Misa del inicio de su pontificado decía: “La Iglesia em su conjunto, y en ella

sus pastores, como Cristo han de ponerse en camino para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de

la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud”.

“Sucede hoy con frecuencia que los cristianos se preocupan mucho por las consecuencias sociales,

culturales y políticas de su compromiso, al mismo tiempo que siguen considerando la fe como un presupuesto obvio de la vida común. De hecho, este presupuesto no sólo

no aparece como tal, sino que incluso con frecuencia es

negado. Mientras que en el pasado era posible reconocer

un tejido cultural unitario, ampliamente aceptado en su refe-

rencia al contenido de la fe y a los valores inspirados por ella, hoy no parece que sea así en vastos sectores de la sociedad, a causa de una profunda crisis de fe que afecta a muchas personas”, nos menciona el Santo Padre.

Igualmente que no podemos dejar que la sal se vuelva sosa y la luz permanezca oculta (cfr. Mt 5, 13-16). Como la samaritana, también el hombre actual puede acercarse al

pozo para escuchar a Jesús, que invita a creer en él y a

extraer el agua viva que mana de su fuente (cfr. Jn 4, 14).

Debemos descubrir de nuevo el gusto de alimentarnos con la Palabra de Dios, transmitida fielmente por la Iglesia, y el

Pan de la vida, ofrecido como sustento a todos los que son sus discípulos (cfr. Jn 6, 51). En efecto, la enseñanza de Jesús resuena todavía hoy con la misma fuerza “Trabajad no

por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna” (Jn 6, 27). La pregunta planteada por

los que lo escuchaban es también hoy la misma para nosotros: “¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras

de Dios?” (Jn 6, 28). Sabemos la respuesta de Jesús: “La obra de Dios es ésta: que creáis en el que él ha enviado” (Jn 6, 29). Creer en Jesucristo es, por tanto, el camino para poder llegar de modo definitivo a la salvación.

“A la luz de todo esto, he decidido convocar un Año de la fe. Comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50 aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará en la

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solemnidad de Jesucristo rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013. En la fecha del 11 de octubre de 2012, se celebrarán también los 20 años de la publicación del

Catecismo de la Iglesia Católica, promulgado por mi

Predecesor, el beato Papa Juan Pablo II, con la intención de

ilustrar a todos los fieles la fuerza y belleza de la fe”

subraya el Papa. Este documento auténtico fruto del Concilio Vaticano II , fue querido por el Sínodo Extraordinario de los Obispos de 1985 como instrumento al servicio de la catequesis, realizándose mediante la colaboración de todo el

Episcopado de la Iglesia católica. Y precisamente he convocado la Asamblea General del Sínodo de los Obispos,

en octubre de 2012, sobre el tema de *La nueva

evangelización para la transmisión de la fe cristiana*. Será una buena ocasión para introducir a todo el cuerpo eclesial

en un tiempo de especial reflexión y redescubrimiento de la

fe”, precisa el Santo Padre. Indica que no es la primera vez que la Iglesia está llamada a

celebrar un Año de la fe. Mi venerado Predecesor, el Siervo de Dios Pablo VI, proclamó uno parecido en 1967, para

conmemorar el martirio de los apóstoles Pedro y Pablo en el décimo noveno centenario de su supremo testimonio. Lo concibió como un momento solemne para que en toda la

Iglesia se diese: “una auténtica y sincera profesión de la misma fe”; además, quiso que ésta fuera confirmada de

manera “individual y colectiva, libre y consciente, interior y

exterior, humilde y franca”. Pensaba que de esa manera

toda la Iglesia podría adquirir una “exacta conciencia de su fe, para reanimarla, para purificarla, para confirmarla y para

confesarla”. Las grandes transformaciones que tuvieron lugar en aquel Año, hicieron que la necesidad de dicha

celebración fuera todavía más evidente. Esta concluyó con la

Profesión de fe del Pueblo de Dios, para testimoniar cómo

los contenidos esenciales que desde siglos constituyen el patrimonio de todos los creyentes tienen necesidad de ser confirmados, comprendidos y profundizados de manera siempre nueva, con el fin de dar un testimonio coherente en condiciones históricas distintas a las del pasado. Continúa señalando el Papa que en ciertos aspectos el Papa

Pablo VI vio ese Año como una consecuencia y exigencia posconciliar, consciente de las graves dificultades el tiempo,

sobre todo con respecto a la profesión de la fe verdadera y a su recta interpretación.

“He pensado-dice el Papa- que iniciar el Año de la fe coincidiendo con el cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II puede ser una ocasión propicia para

comprender que los textos dejados en herencia por los

Padres conciliares, según las palabras del beato Juan Pablo

II “no pierden su valor ni su esplendor”. Es necesario leerlos

de manera apropiada y que sean conocidos y asimilados como textos cualificados y normativos del Magisterio, dentro de la Tradición de la Iglesia católica. Siento más que nunca el deber de indicar el Concilio como la gran gracia de la que la Iglesia se ha beneficiado en el siglo XX. Con el Concilio se

nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino que comienza. Yo también deseo reafirmar con

fuerza lo que dije a propósito del Concilio pocos meses

después de mi elección como Sucesor de Pedro: *Si lo leemos y acogemos guiados por una hermenéutica correcta,

puede ser y llegar a ser cada vez más una gran fuerza para

la renovación siempre necesaria de la Iglesia*.

EN LA ARQUIDIOCESIS DE MONTERREY

El 11 de Octubre del presente año a las 5:00 p. m. se iniciarán las actividades con las que se hará la apertura en

la Arquidiócesis de Monterrey del “Año de la Fe”. A dicha

hora se tendrán dos conferencias en la Basílica de

Guadalupe. A las 7:00 p. m. será celebrada la Eucaristía que presidirá Monseñor Jorge Alberto Cavazos, Administrador Apostólico de Monterrey; y enseguida se tendrá un concierto. Monseñor Cavazos ha invitado a los tres sectores del Pueblo de Dios participar en esta apertura y a vivir el “Año de la fe”. Igualmente ha pedido que en cada Parroquia

se realice esta apertura el 14 de octubre. Aquí en Santa Beatriz la tendremos a la 1:00 p.m. de dicho día. Desde

ahora están cordialmente invitados a estas actividades y las que vienen.

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Page 6: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #84

CELEBRAMOS 202 AÑOS DE LA INDEPENDENCIA DE

MEXICO

El pasado16 de septiembre celebramos el inicio de la lucha por la Independencia de México, que empezando en 1810, habría de

culminar el 21 de septiembre de 1821. Este aniversario coincidió con la celebración del Domingo, Día del Señor, y así en todos las Misas celebradas en esta Parroquia

dicho día, se dio gracias a Dios y se rogó al Padre nos permita seguir caminando al progreso para todos, especialmente de los más necesitados, por caminos de justicia y de desarrollo social. Como un homenaje a los “Héroes que nos dieron Patria”

transcribimos aquí un fragmento del poema “A Hidalgo” de Juan de Dios Peza.

“¡Oh, Padre de la Patria y de sus leyes!

Premio inmortal la gratitud te abona; No tienen las coronas de los reyes

Más hermoso esplendor que tu corona.

Fuiste para salvarnos el primero, Grande en abnegación y en intenciones;

Y tienes a tus pies, de un pueblo entero, La fe, la adoración, los corazones.

Hoy libre la familia mexicana

Que se congrega honrando tu memoria, Ciñe un laurel a tu cabeza cana

Que ungió el martirio y que bañó la gloria.

Llene el pueblo de lágrimas benditas, Esa cabeza que su amor entraña,

Y en Dolores, Chihuahua y Granaditas

Terror y admiración infundió a España.

¡Oh, Padre, oh mártir, tu destino augusto Alumbró en tu cadalso nuestra suerte;

Tu bondad y tus hechos son de un justo, De un redentor tus penas y tu muerte!

La Virgen que venera el pueblo indiano,

En tu estandarte reveló tu anhelo, Dar el derecho al indio mexicano,

De ser libre en la Tierra y en el Cielo.

Y ese estandarte que se alzó en Dolores Fue con once años de sangrienta guerra

El lábaro inmortal de tres colores Que hoy ampara tu gloria y nuestra tierra.

MAL DE NUESTRO TIEMPO

Mucha gente expresa y/o se queja de que se siente solo, de que parece que va viviendo en vano, sin resultados. Como se dice ahora: “se estresa” y se deprime.

Entonces empieza a buscar cómo salir de eso que le agobia y parece no encontrarlo. Ante esa situación personal, bien vale la pena tomar muy en

cuenta y muy en serio la palabra de Jesús, que nos dice: “Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los aliviaré…” El Señor nos invita, conociendo nuestra naturaleza humana, a buscar en la verdadera fuente, el sentido de la vida, y ese sentido

es ni más ni menos que Cristo nuestro Señor, el que hace nuevas todas las cosas, el que ha venido para que tengamos vida, para que nuestra vida sea plena. Jesús nos espera. Nos tiene paciencia y, además, se hace el

encontradizo para que en nuestros “ires” y “venires” de cada día lo encontremos. Aprovechemos la gracia y el amor de Jesús para que cuando

creamos que hemos vivido sin razón, el amor de Jesús le dé sentido a nuestra vida. Jesús murió y resucitó para liberarnos de todas nuestras ataduras. Del mal, del pecado, librarnos del infierno y llevarnos al

Cielo. Pero, mientras llegamos al Cielo su amor y su gracia, es decir su amorosa presencia, están siempre con nosotros, para fortalecer nuestras limitadas fuerzas y darnos el ánimo, es decir, la vida que

necesitamos. Murió y resucitó. Entregó su sangre, su vida, por nosotros y desde la Cruz nos llama, con los brazos abiertos, a recibirlo, a

estar con él para que su sacrificio redentor de fruto desde esta Tierra hasta la vida eterna en cada uno de nosotros. Busquemos a Cristo y encontrándolo quedémonos con él, invitémoslo a quedarse con nosotros, alimentémonos de él que se

queda como alimento en la Eucaristía. En Cristo está la respuesta para el ánimo decaído de tantos corazones que buscan en elementos meramente humanos, muchas veces dañinos, el sentido de su vida.

Recapacitemos y recordemos que Cristo nos ama y quiere darnos todo su amor. No temamos a la tristeza ni a la soledad, pues, Cristo está con

nosotros. No temamos a la noche ni a la oscuridad, Cristo luz brilla en las sombras, ya no hay noche, Cristo es luz.

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CURA DIOS NOS HA HECHO SER

HOMBRES LIBRES

Se cuenta que un señor, que se considera cristiano, aunque poco practicante, tiene un niño de seis años sin bautizar. Habla con el señor Cura y éste trata de convencerlo de que

se debe de bautizar cuanto antes a su hijo, pero el padre se resiste diciendo que no quiere decidir por su hijo y que

prefiere esperar a que crezca y pueda decidir si se bautiza o

no.

Si quiere hacerlo, yo no me voy a oponer, pero tampoco quiero imponérselo. Yo respeto su libertad.

Tal respeto a la libertad del hijo es una falacia, un

argumento falso.

Los padres no tienen más remedio que decidir por el niño,

quieran o no, con respecto al bautismo y muchas otras cosas como el de asistir a la escuela.

Son los padres quienes toman la decisión por él.

Por otra parte, la vida es un don de Dios, es decir que es

una participación de la vida divina de Dios.

Todos sabemos que nadie elige la vida sino que la recibe.

Cada uno elige aceptarla y desarrollarla o puede rechazarla y destruirla.

San Agustín decía: El que te creó sin ti, no puede salvarte

sin ti.

Dios respeta la libertad del hombre y lo hace dueño de sus actos. El hombre es racional y por ello semejante a Dios.

La libertad es una fuerza de crecimiento y de maduración en

la verdad y en la bondad y alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios.

La libertad que no está ordenada a Dios es un libertinaje

que destruye al hombre y su entorno. La libertad siempre elige el bien, el libertinaje el mal, es

decir el pecado.

No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia.

La elección de la desobediencia y del mal es un abuso de la libertad y conduce a la esclavitud del pecado.

(cfr. Rom. 6, 17). Todo cristiano está llamado a luchar en contra de sus

pasiones y sus instintos para no ser esclavo de los vicios y

del pecado.

La libertad se forma cada día en la convivencia y educación familiar.

Todo padre hará de sus hijos libres o esclavos.

Para encontrar y lograr la verdadera libertad debemos de hablar de Cristo y de su Reino y no olvidar que la verdad

nos hará libres. Pidamos a Dios Padre por un México libre y lleno de

bendiciones.

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Page 8: Periódico Parroquial "COMUNIDAD" #84

MENSAJE DEL PADRE VICARIO.

Pbro. Humberto Torres Hernández. Nuevamente hemos celebrado, llenos de júbilo, el 202 aniversario de nuestra Independencia y hemos recordado a los Héroes que nos dieron una nación libre y la soberanía de nuestra Patria.

Pero esto, no debe ser solamente un motivo de orgullo y de fiesta, sino un compromiso de ser un pueblo que reconozca su filiación con Dios y la fidelidad a la alianza: Yo seré tu Dios y tú

serás mi pueblo. Es en Cristo donde encontramos los valores del Reino y la

invitación para trabajar por la paz, la justicia, la verdad y el amor, y así vivir como verdaderos hermanos. El término Patria viene de “patris” o Padre, y nos recuerda que al

ser hijos de Dios debemos obedecer sus mandamientos y buscar el bien común para formar una nación consagrada a EL. La situación actual de nuestro País presenta una sociedad

carente de valores, en donde las enfermedades como el odio, la violencia y el deseo desmedido de poder, han entrado incluso a nuestros hogares, y ha dado como resultado un País que ha

perdido la paz. La Historia nos hace ver que junto con el movimiento de la conquista española llegó la evangelización o el anuncio de un

Dios de amor y de perdón que nos promete una tierra nueva que mana leche y miel, por lo tanto, necesitamos de la fe en la Palabra de Dios para ir al encuentro de esta tierra prometida y luchar por la defensa de los derechos del hombre y orar como

nación constructora de la civilización del amor. Fue Santa María de Guadalupe quien protegió a este pueblo en

las dificultades que se vivieron en esta guerra y a través de su maternal protección vino a alentar a los pobres y humildes diciendo: ¡No tengan miedo! ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?

Pidamos con fe a Santa María siempre virgen que interceda por nosotros ante el Padre eterno y misericordioso, para que nos perdone el pecado de la apatía y de la indiferencia ante los problemas políticos, económicos y sociales y se renueve en cada

corazón el amor a la Patria y trabajemos por fomentar el respeto, la armonía, la solidaridad.

¡Felices Fiestas Patria!, pero no olvidemos que sin Dios nada podemos hacer y que sólo EL viene a ser el camino y la verdad

que nos salva y nos da la libertad. Por eso digamos también: ¡ Viva Cristo Rey !

RECEPCION DEL PADRE HUMBERTO TORRES HERNANDEZ

Con mucho gusto le dimos la bienvenida al nuevo Vicario

Parroquial, el Padre Humberto Torres Hernández. Representantes de los grupos parroquiales de nuestra Comunidad Parroquial, fieles en general y hermanos de la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Guadalupe, N. L. vivimos este

momento de bienvenida, de inicio oficial del ministerio del Padre Humberto en esta Parroquia de Santa Beatriz de Silva. La ocasión fue el 31de agosto. Vivimos la Eucaristía que presidió

el Padre Humberto, acompañado del Padre Juan Carlos Castillo Ramírez, nuestro Párroco, que dio lectura al nombramiento de Vicario Parroquial que el Administrador Apostólico de Monterrey, Monseñor Jorge Alberto Cavazos A. le dio al Padre Humberto.

Después de la Eucaristía se ofreció al Padre Humberto una sencilla convivencia, en la que a nombre de los laicos de esta Parroquia, le dio también la bienvenida el señor Jesús Villa Salinas, Coordinador de los Ministros Extraordinarios de la

Eucaristía. Nos comprometimos a orar por su nuevo momento ministerial,

para gloria de Dios y bien de esta Parroquia de Santa Beatriz de Silva, de sus bienhechores y amigos.

¡BIENVENIDO, PADRE HUMBERTO!

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