nicolau las fuentes de los ee 1

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Nicolau Las Fuentes de Los Ejercicios Espirituales 1 Manresa

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  • REVISTA TRIMESTRAL DE INVESTIGACION E INFORMACION ASCETICA Y MISTICA PUBLICADA EN ESPAA PO R LA C O M PA IA DE JE S U S

    S aa mm a r D >

    J o s M a r t n P a l m a : Races eucaristicas de la espiritualidad teologal del sacerdote ................................................................................ 353

    J e s s M . G r a n e r o : La Compaa de Jess y sus novicios ................. 313

    B. d e M a r g e n : El cuarto voto de la Compaa de Jess, segn N a d a l .......................................................................................................... 359

    M i g u e l N i c o l a u : Las fuentes de los Ejercicios .................................... 377

    Recensiones ..................................................................................................... 397

    Noticias bibliogrficas.................................................................................. 401

    Libros recibidos ............................................................................................ 403

    ndices del volumen 42 .............................................................................. 405

    MADRID VOLUMEN 42 OCTUBRE - DICIEMBRE NUMERO 165

    1 9 7 0

  • DIRECCION - REDACCION - ADMINISTRACION

    Director: P . J e s s \ . G r a n e r o P a v n , S. I. ( M a d r id ) .

    Vocales del Consejo: P. Jos Bidagor, S. I. (Madrid); P. Miguel Niooibu, S. I. (Salamanca); P. Alejandro Roldn, S. I. (Salamanca).

    Redactores: P. Ignacio Iparraguirre, S. I.; P. Jess Iturrioz, S. I.; F. Enrique Jorge, S. I.; P. Jess Solano, S. I.; P. Vctor Codina, S. 1.

    Redaccin (Artculos. Reseas. Notas bibliogrficas): Pablo Arandsa, 3. Madrid-6.

    Propietario: Casa de Escritores S J. Pablo Aranda, 3. Madrid-6.

    Administracin (Suscripciones. Distribucin. Caja): E d i c i o n e s F a x . Zurbano, 80. Madrid-3.

    Esta Revista se publica con censura eclesistica y tiene reservadlos (les derechos de propiedad literaria

    Precios de suscripcin para 1971Espaa ..........................Para los dems pasesNmero suelto ..........Nmero atrasado .....

    125 pesetas 5 dlares

    45 pesetas 50 pesetas

    DEPOSITO LEGAL: M. 1436-1958R.-R., S. L. - Artlemns, 65 - Madrid, 1970

  • Desde los primeros momentos se plante a la Compaa el mismo problema que siempre se ha planteado a todo instituto religioso: el problema de la supervivencia y perpetuacin del instituto ms all de los lmites estrechos de la vida de un hombre. Ya en Pars se haban preocupado de captar nuevos compaeros. Y despus en Italia, mientras aguardaban la oportunidad de pasar a Tierra Santa, se dispersaron por diversas universidades con la esperanza de que tal vez Dios se dignara excitar a algn estudiante y traerlo a este mismo instituto de vida !.

    Nuestra intencin desde el principio fue que nuestra Compaa se conservase perpetuamente, recordaban los padres en su primera deliberacin de 15392. Mientras deliberaban, esta intencin influa en sus razonamientos. Si en el Instituto introducan la obediencia a un superior y lo convertan as en una suerte de orden religiosa, no entrarn tantos en l para trabajar fielmente en la via del Seor. Por el contrario, si no hubiese obediencia, esta congregacin no podr permanecer y durar por mucho tiempo 3. Es, pues, evidente que aquellos hombres pensaban en el futuro y en la mejor manera de que su asociacin, cualquiera que ella fuese, se perpetuase. En agosto de 1539 tenan ya perfectamente en claro lo concreto de su vocacin y las metas a que aspiraban. Entonces fue cuando redactaron una frmula o Instituti summa, para informar a quienes nos pregunten sobre nuestro gnero de vida y tambin a nuestros sucesores si, con la ayuda de Dios, encontramos a quienes quieran imitarnos

    Los PRIM EROS ASPIRANTESEfectivamente, muy pronto llegaron jvenes y aun hombres ya madu

    ros, que intentaban compartir aquella forma de vida y servir a Cristo con los mismos afanes apostlicos. Algunos llegaron tan pronto que se apres-

    * Este trabajo tendr dos partes: una dedicada a los novicios y otra a los estudiantes de la Compaa en vida de san Ignacio. Ofrecemos ahora la prim era parte, que trata de los novicios y candidatos.

    i Fontcs narralivi I, 120-121. Cfr. Ibid., I, 194.? Esa "Deliberado se tuvo desde mediada Cuaresma hasta el 24 junio 1539. fConr-

    tituliones I, 6.)3 Ib id ., I. 6.4 La Summa Inslitu li **s de septiembre 1539. (Constitutiones I, 20).

    v o l . 42 MAN RESA pp. 313-352

  • 31 4 JESUS M. GRANERO, S . I .

    taxon a participar en la peregrinacin palestinense. Conocemos los nombres del magster Miguel Landvar y de los sacerdotes y bachilleres en Teologa Diego de Hoces y Antonio A rias5. A ellos y a la peregrinacin proyectada alude San Ignacio en una carta de julio de 1537 6, aunque una frase cautelosa al final de la misma carta nos demuestra que el santo ya estaba en guardia contra el deseo de recibir nuevos pretendientes: "ac se nos han querido apegar algunas compaas, y sin falta de letras suficientes, y tenemos cargo de rehusar ms que de aumentar por temor de las cadas 7. Sin duda, estaba ya para entonces escamado con las veleidades e inconstancias de Landvar y de Arias, que haban ido a Roma con los dems compaeros para recibir la bendicin del Pontfice, pero que haban desaparecido cuando los dems volvieron a Venecia para recibir las rdenes sagradas y llevar adelante su plan palestinense8. De Arias se contaron luego sucias historias9; Landvar volvi arrepentido, pero sus instancias para ser recibido de nuevo fueron intiles10. O despechado por ello o seducido por un tal Lorenzo Garca y por otros amigos, es lo cierto que se pas al bando de los curiales, que desataron en seguida la famosa tempestad de calumnias contra los maestros parisiensesn.

    Termin, pues, en catstrofe aquel primer reclutamiento. Slo el bendito Hoces se mantuvo con fidelidad y con un celo apostlico desbordado, que le llev a una prematura muerte en abril de 1538, antes de que surgieran los conflictos de R o m a12. Estos se apaciguaron con la sentencia del gobernador Conversini en noviembre de 1538. Pero ahora haba un nuevo motivo para proceder con tiento en la admisin de candidatos. De ello sabemos por una carta de fines de 1538: "... hay cuatro o cinco que estn determinados de ser en la Compaa nuestra y ha muchos das y muchos meses que en la tal determinacin perseveran. Nosotros no osamos admitir, porque ste era un punto entre otros de los que nos ponan, es a saber que recibamos a otros y que hacamos congregacin o religin sin autoridad apostlica 13.

    Entre los que estaban esperando una solucin definitiva era el joven Francisco de Estrada, de pocas letras todava, pero de fe ardiente y de elocuencia arrebatadora, que sera andando el tiempo una primera figura de la Compaa en E spaa14. Por entonces acudieron tambin con sus pretensiones de admisin el cannigo Pedro Codacio, el magster Diego de Cceres, el licenciado Antonio de Araoz y un sacerdote, Antonio de

    5 Fabri M onumenta 7-8, 9-11; Scripta de S. Ignatio I, 543-545. Cfr. G f.o r g S c h u r - h a m m e r , "Franz Xaver". I, 296, 228. Cfr. Epist. S. Ignatii I, 110, 187.

    6 Despus que en este ejercicio estuvieron [los compaeros venidos de Pars] por dos meses, fueron a Roma con algunos otros que en los misinos propsitos los seguan, a tener la Semana santa... (Epist. S. Ignatii XII, 321.)

    7 Ibid., X II, 323.8 Epist. Mixtae I, 11-14. Cfr. S c h u r h a m m e r I, 325, 348-350.9 Ep. M ixt., I, 14. Cfr. S h u r h a m m e r I, 349.

    in Cfr. Sc h u r h a m m e r I, 404-405, con las fuentes all citadas.u C fr . M a r c e l l o d e l P ia z z o -C n d id o d e D a l m a s e s , Il processo sullortodossia di

    S. Ignazio e dei suoi compagni svoltosi a Roma nel 1538 (en Archivum Historicum S. f. 38 (1969), p. 434ss.). Sobre la intervencin de Laudivar, cfr. Fontes I, 202, 500-502.

    12 Fontes I, 120-122, 138; Rodrigues Monumenta 492. Cfr. S c h u r h a m m e r I, 372.13 Epist. S. Ign., I, 143. Fontes I, 244, 500.

  • LOS NOVICIOS DE LA COMPAIA 3 1 5

    Estrada hermano del joven Francisco15. El tambin sacerdote y cannigo de Valencia Jernimo Domnech se agreg a Fabro y Lanez, que entonces misionaban en P arm aI6. Ms o menos, todos ellos eran ya hombres maduros y tenan su vida encauzada. Otros, ms jvenes y con los estudios por hacer, llamaron tambin a las puertas del Instituto naciente. Recordemos, por ejemplo, a Bartolom Ferro, Angel Paradisi, Francisco de Rojas, Juan Felipe Gassini, Isidoro Bellini y un tal Carvajal, de quien las fuentes parecen empeadas en callar siempre el nombre de pila y que, por lo dems, pronto abandon sus ideales religiosos17. Los dos Egua, Diego y Esteban, parece que ya tambin estaban en Roma, aunque su intencin y propsito de seguir a Ignacio era muy anterior 18. Entre todos eran, pues, casi dos docenas de candidatos los que con varia suerte haban ido acudiendo hasta aquel momento. Era ya el segundo trimestre de 1539 y el ncleo primitivo de Pars deliberaba en Roma sobre la orientacin del nuevo Instituto.

    D e t e r m in a c io n e s s o b r e l o s c a n d id a t o s

    No sobre apriorismos ms o menos razonables, sino mucho ms sobre la experiencia palpitante de aquellos comienzos, estn basadas las dos importantes resoluciones, que vamos a recoger y que se ocupan de los futuros candidatos. Hay quienes tienen no s qu extraa idea sobre el carisma de los fundadores religiosos. Algo as como si Dios inspirase personalmente o dictase por el ministerio de algn ngel todos o los principales elementos de la regla a seguir. La cosa es, sin embargo, mucho ms simple y ms humana, sin que por eso deje de ser divina y misteriosa. Los impulsos y las iluminaciones interiores se apoyan de ordinario en las circunstancias ambientales y en los hechos y lecciones de la vida. Es cierto que esas circunstancias y esos hechos estn ah para todo el que sepa interpretarlos y extraerles su jugo secreto. Pero esto no es concedido a todos, sino precisamente al hombre sobre quien Dios quiera derramar sus dones caris- mticos en beneficio de una misin providencial. Esos dones capacitan al hombre privilegiado, pero no le eximen de inclinarse sobre los datos de la realidad y de examinarlos muy atentamente con sus ojos ilum inados19.

    Seguramente, el fracaso ruidoso y desconcertante de algunos de los primeros candidatos dej sus huellas en las lneas finales de la Instituti sum>- ma y encauz toda la posterior legislacin ignaciana sobre este punto. Claro est que a esas primeras experiencias se sumaron luego otras muchas y de muy diversa ndole. Igualmente, fue tambin la experiencia de aque-

    15 Ibid., I, 559, 241; II, 180-181; Ep. Mixtae I, 29; Chronicon I, 362. Cfr. Schur- iiammf.r I, 228, 431, 433, 485-486.

    16 Cfr. Sc h u r h a m m e r I, 509-510; E s t a n is l a o O l iv a r e s , L os votos de los escolares de la Compaa de Jess (Roma, 1961), p. 221.

    17 Ep. M ixtae I, 30, 35, 41, 50, 56, 61-63, 54, 71, 74. 82, 87-89, 90; Fontes I, 110, 602-603, 628, 657; Fabri M on., 19, 26; Nadal I, 22. Cfr. Sc h u r iia m m e r I, 429 s i g u ie n t e s , 486-489.

    18 Fontes I, 492. Cfr. Ibid., I, 108, 188-189.19 Esto es precisamente lo que suponen y lo que ensean a hacer las reglas ms

    exquisitas de discreccin de espritus, que se proponen en la segunda Semana de los Ejercidos. (Ejercicios, nms. 329ss.)

  • 3 1 6 JESUS H. CRANERO, S . I. 4

    lloa jvenes, que venan con los estudios sin hacer o a medio hacer y el convencimiento de que sera muy difcil reclutar a hombres ya formados y a propsito, lo que hizo que todos finalmente aceptasen la propuesta de los colegios apuntada por Lanez20. As es, en efecto, que la dicha Insti- tuti summa, insertada luego en las bulas pontificias, reconoca lo que la experiencia haba enseado sobre las graves dificultades del camino emprendido y sobre la necesidad de probar muy severamente a los candidatos: Quam (viam) cum multas magnasque habere adnexas difficultates fvtrim us experti, opportunum iudicavimus permonere... ne quis in So- detatem recipiatur nisi diu ac diligentissime prius fuerit probatus 21. Tam bin se habla all de que es imprescindible reclutar y formar jvenes y de que no es aplicable a los estudiantes la pobreza propia de los profesos22.

    Probaciones especiales antes de admitir en la Compaa, rgimen es- pedal de pobreza para los estudiantes, cuidadosa preparacin espiritual y doctrinal de los mismos para que luego puedan emplearse ms fructuosamente en los ministerios de su vocacin: esto es, a grandes rasgos, lo que se propone en la primera frmula del Instituto. Y esto es lo que veremos cmo, a lo largo de la vida de Ignacio, se va especificando y concretando cada vez ms minuciosamente y con prescripciones cada vez ms exigentes. Es importante que ya desde ahora apuntemos a una caracterstica paradjica o, cuando menos, sorprendente de la pisocologia ignaciana. Sera ridculo que intentramos separaciones y desdoblamientos, para atribuir tales rasgos a su carisma de fundador y tales otros a su personal idio^ sincrasia. La gracia asume al hombre todo entero, tal cual es, y lo somete as plenamente a su destino providencial. La gracia 110 elimina nada ms que lo pecaminoso, que contradice a los planes divinos. Pero sobre esto haremos, a su tiempo, alguna reflexin oportuna. Lo cierto es que San Ignacio, el hombre de las intuiciones geniales y de los amplios horizontes, es tambin el ordenancista minucioso que reglamenta sin descanso hasta los pormenores ms pequeos. Y lo ms extrao es que ambas cosas, intuiciones y razonamientos, amplitud y reglamentacin, las encontramos en su obra toda y forman como un bloque compacto. Es dificilsimo eliminar alguna pieza, sin que corramos el riesgo de que el conjunto se desplome. San Ignacio es un hombre misterioso, en quien (como deca Frusio) la gracia se haba hecho connatural23 y en quien lo humano parece que lleva el sello de lo divino.

    Aun antes de la Instituti summa y de sus observaciones generales, Ignacio y los primeros compaeros haban deliberado sobre los futuros candidatos y haban resuelto someterlos a probaciones muy severas24. No se conformaban con el ao de noviciado, usual hasta entonces en todas las rdenes religiosos. Antes de ese ao de probacin tendran que pasar por tres meses de experiencias: un mes de ejercicios espirituales, otro mes de

    Fontes I , 6 1 0 .21 Constitutiones I, 20. Advertencia recogida un ao despus en la Bula "Regimini

    (Ibid., I, 30.)22 Ibid., I, 19.21 C fr . J e s s M. G r a n e r o , "San Ignacio de Loyola (M adrid, 1 9 6 7 ), 4 8 0 . Fontes

    I . 6 5 0 .2* Me refiero a las deliberaciones que tuvieron lugar en raayo-junio de 1539, y cuyas

    conclusiones nos quedan en las Determinationes Societatis . (Constitutiones I, 9ss.)

  • 5 LOS NOVICIOS DI LA COMPAIA 317

    peregrinacin a pie y sin dineros y otro de servicios humildes y caritativos en algn hospital o de cualquier otra m anera2S. Por todas esas experiencias haban pasado los primeros compaeros y haban comprobado en s mismos la eficacia que parecan tener para el conocimiento propio y para compulsar las fuerzas espirituales y corporales necesarias en el trabajo apostlico. Con ello se trataba, sin duda, tan slo de una primera confrontacin; en seguida veremos cmo San Ignacio enfocaba los motivos para adoptarla. Mucho ms radical que tales exigencias era esta otra, que adoptaron unnimemente nemine discrepante: item quod actu sit pauper ante admissionem ad probationem quisqus est intraturus 26. Es decir, que la pobreza no se miraba como el voto final para cerrar la probacin, sino como el comienzo indispensable para la misma.

    Sin duda que en esas Deliberaciones debieron tratar tambin sobre los estudios de los candidatos, que vinieran sin ellos y sobre la forma de costearlos. Pero sobre este punto las determinaciones nada dicen y hemos de aguardar medio ao hasta la llamada Instituti summa, donde encontramos el punto de partida para toda la legislacin posterior27. Quiz fue entonces cuando Lanez propuso que se estableciesen colegios para la formacin de los estudiantes y cuando se admiti la idea de Lanez una vez que se encontr solucin a la dificultad de la pobreza28. La dificultad estaba en que la pobreza planeada para el Instituto exclua terminantemente toda clase de rentas y de ingresos fijos y toda clase de bienes estables, asegurados en estricto derecho y sobre los cuales pudiera cimentarse la seguridad econmica de la v ida29. Ahora bien, este tipo de pobreza no vean cmo pudiera compaginarse con las exigencias vitales y con la tranquila dedicacin que reclama el estudio. Ciertamente que Lanez propona y todos entendan tratarse de un tipo de colegios, como el que entonces se estilaba en torno a las universidades y estudios generales de la poca. Eran colegios mayores y menores, donde los escolares residan, estudiaban v se formaban, pero acudiendo a las aulas pblicas de la universidad y escuchando en ella a los maestros de las diversas facultades30. Dejemos de momento a un lado el tema de los estudios y los colegios y vengamos a tratar de los candidatos y de sus probaciones.P r o v e c t o s d e 1541

    Ya hemos dicho que en la primera Instituti summa y en la bula fun-b id ., I, 12. Pero se deja abierto un portillo para que el superior pueda dispen

    sar en el caso de que la prueba (hospital o peregrinacin) signifique peligro para alguno.Ibid., Sabbato ante dominicam quartam post pascha conclusa sunt et sequenti

    dominica (4 mayo 1539) confirmata, nemine discrepante, haec d o ... (Ibid., I, 11.)n Pcwsint tainen, ad eolligendos aliquos bonae indolis scholasticos et in locis

    universitatum littcris praesertim sacris imbuendos, ad bona stabilia e t ad proventus ius civile acquirere. sustentandorum scholasticorum illorum causa, qui in spiritu et littcris proficere et in Sorietate nostra, exacto sui studii temporc, post probationem demum recipi cupiant." (Ibid., I, 19, agosto 1539).

    s Quin invent los colegios? Lanez fue el prim ero que toc este punto. Nosotros hallbamos dificultad por causa de la pobreza, y asi quin tocaba unos remedios, quin otros." (Fontes I, 610.)

    Constitutiones I, 19.w Por eso, en las constituciones de principios de 1541, que son ms bien rud i

    mento de constituciones, se dice: Hacer colegios en universidades... No estudios, ni lecciones en la Com paa. (Constitutiones I, 47.)

  • 3 1 8 JESUS M. GRANERO, S . X.

    dacional se habla de largas y diligentsimas probaciones (diu ac diligen- tissime), a las cuales han de someterse los candidatos31. A partir de las primeras determinaciones, que ya hemos memorado, la legislacin ignada- na sobre este asunto se fue desenvolviendo lentamente hasta llegar a lo que las ltimas constituciones dejaron definitivamente sancionado. Un prim er perodo de evolucin podemos extenderlo, para nuestro estudio, hasta el llamado texto a del examen de candidatos. Ese texto debi estar ultimado aproximadamente en 1546 n. El primer proyecto que conocemos es de 1541 y parece tan slo una ampliacin sobria de lo decidido por todos en las Determinationes Societatis, de 3 y 4 de mayo de 1539. Se mantiene en ese proyecto que antes de la probacin propiamente dicha se han de realizar los tres meses de experiencias. Estas se dulcifican un poco o se hacen algo ms flexibles. En cambio se fijan tres impedimentos, que excluyen la incorporacin a la Compaa. "Los que han dado una vez obediencia en religin, non ingredientur Quien ha sido juzgado y condenado por juicio, no se reciba. Si no fuere por excelencia, notablemente defectuoso, cojo o tuerto, etc., no se reciba 33.

    Digo que las tres experiencias lograron mayor flexibilidad. Los ejercicios se permita hacerlos o exactamente durante un mes o "cada da tomando alguna hora u horas El mes de hospital poda entenderse o rgidamente de noche y de da durmiendo en hospital o con mayor laxitud, de forma que slo sirva en el hospital dos horas o ms tiempo cada da. Tanto este mes de hospital como el de peregrinacin caba tambin acumularlos y emplear los dos meses en hospital o en peregrinar33.

    Es interesante la reflexin que hace San Ignacio para justificar la experiencia de los ejercicios. Se trataba, efectivamente, de una experiencia, pero no tan slo del candidato mismo para cerciorarse de su propia vocacin, sino tambin experiencia que hace la Compaa "para conocer en alguna manera su natura o constancia, su ingenio, inclinacin y llamamiento 36. Por consiguiente, los ejercicios son un tiempo privilegiado para que el candidato se enfrente con Dios y con la misin que Dios quiere confiarle en este mundo. Pero es tambin una ocasin para que, en dilogo sincero con el director de ejercicios, se manifieste tal cual es, con vistas a resolver la orientacin de su vida. Y a esto, tambin a esto apunta la primera experiencia que se le impone al candidato. Si ste viene buscando sinceramente la verdad de su vocacin a la Compaa, es lgico que no rehse ser conocido en lo autntico de su personalidad humana y espiritual. Como tambin es lgico que la Compaa se manifieste al candidato

    31 Ibid., I, 20 y 30.32 ib id ., II, p. xxvi-xxvii.33 Ib id ., I, 39-40.34 Parece que se aplica en este caso la anotacin 19 de los Ejercicios, que ensea

    la m anera de acomodarlos a quienes no pueden dedicarse todo el da y todo el mes a los Ejercicios. (Ejercicios, n. 19.)

    35 Constitutiones I , 40.36 Ibid., I, 5354. Aos despus escriba san Ignacio que esta experiencia de los Ejer

    cicios ayudar no poco para que se tenga la claridad que acerca de l [el candidato] se requiere a gloria de Dios N. Seor . (Ibid., II, 300.)

  • 7 LOS NOVICIOS DE LA COMPAIA 3 1 9

    no slo en los fines ideales a que tiende, sino tambin en la dificultad y en las exigencias de su vida rea l36.

    Ms obvia todava parece la razn de servir durante un mes en hospital a pobres en cualesquier oficios nfimos que le mandaren. Se trataba con ello de fundamentarse en humildad y de vencer la vergenza del mundo, para superar todos los respetos hum anos37. No era, por cierto, una prueba fcil en las condiciones insalubres y deficientsimas de los hospitales de entonces. Aun sin contar con lo fatigoso y humilde de aquellos servicios y con el carcter duro y desptico de muchos enfermos y vigilantes, no era cosa rara el contagio y aun la muerte como consecuencia de asistencia tan prolongada38. As comprendemos mejor que San Ignacio aliviase la experiencia, reducindola a algunas horas durante el da y aun dispensase de ella a candidatos de salud ms endeble. Ya se deja entender que tambin era difcil ese peregrinar a pie y sin dineros. sta prueba pretenda que el candidato toda su esperanza ponga en su Criador y Seor y se avece en alguna cosa a mal dormir y a mal comer; porque quien no sabe estar o andar un da sin comer y mal dormir, no parece que en nuestra Compaa podra perseverar 39. Hablando ms tarde de estas peregrinaciones, San Ignacio explic a Gonzlez de la Cmara que "en m mismo haba experimentado cunto aprovechaba y me haba hallado bien en ello 40.

    Ciertamente que este gnero de prueba itinerante tena entonces un mayor sentido que hoy. La movilidad y el continuo peregrinar, que imponan el apostolado y las misiones pontificias propias del cuarto voto, no sera factible sin que el jesuta estuviera dispuesto a largas y fatigosas caminatas; cuando hasta una cabalgadura era una comodidad refinada, de que slo en contadas ocasiones poda disponerse. En cambio, ese poner toda su esperanza en su Criador y Seor es hoy mucho ms difcil y ms necesario, cuando la m ultitud de medios humanos solicitan poderosamente nuestro cuidado y tienden a que cifremos en ellos la seguridad de las misiones apostlicas.

    A pesar de todo, recalquemos de nuevo la moderacin y la discrecin de Ignacio al prescribir estas experiencias difciles. Porque aade que se harn en los estudiantes que tengan edad cumplida y perfecta disposicin conveniente 41. Los ms jvenes o ms dbiles debern aplazarlas hasta el momento oportuno. Pero, en caso de aplazamiento, no han de entrar inmediatamente en el ao de probacin, sino que emplearn antes esos tres meses en otras prcticas espirituales e instrucciones religiosas. Aunque las experiencias dichas se aplazan, normalmente no deben dispensarse a nin

    36 bi* Sobre este dilogo o confrontacin entre el candidato y la Compaa, para u n recproco conocimiento y plena claridad por ambas partes, cfr. J e s s M. G r a n e r o . La Constitucin de la Compaa, en MANRESA, 39 (1967), pp. 240ss.

    37 Constitutiones I, 54.38 Cfr. P ie t r o T a c c h i V e n t u r i , La prova dellindiferenza e del servizio negli

    ospedali del tirocinio ignaziano, en AHSI, I (1932), pp. 15ss. Tam bin Storia della Compagnia di Ges in Italia" (Roma, 1951), 2/II, pp. 83ss. Cfr. Epistolae M ixtae I, 531.

    39 Constitutiones I, 54.

  • JUSUS M. GRANERO, S . I.

    guno42. Superadas stas con xito o, de ser aplazadas, cumplidos los tres meses, entraba el candidato en el ao de probacin o noviciado. No por eso se retrasaba el comienzo de los estudios, sino que el noviciado deba, realizarse durante el primer ao de los mismos43. No olvidemos que entonces no existan an casas destinadas expresamente a la probacin del noviciado, sino que ste se haca donde se realizaban los estudios.

    Como garanta de perseverancia, el que ha de ir al colegio, teniendo intencin y propsito de ser en nuestra Compaa acabado su estudio, ha de tener propsito y determinacin firme de pobreza actual y castidad todos los das que viviere, para mayor servicio de Dios Nuestro Seor". No slo propsito y determinacin firme, sino adems, si la edad segn derecho lo consiente, ha de hacer voto de pobreza y castidad para siempre jams antes que vaya (al estudio); y si no tiene edad cumplida, lo har cuando la tuviere cumplida y perfecta 44. Es decir, que San Ignacio quera excluir en el candidato, desde el primer momento, toda veleidad y ligereza. Y es que, como l mismo escribir ms tarde, la intencin de los primeros que se juntaron en esta Compaa fue que se recibiesen en ella personas ya deshechas del mundo y que hubiesen determinado de servir a Dios totalmente 45. Es obvio que en esta hiptesis y slo en ella se comprende la exigencia de votos perpetuos desde el primer momento y aun antes de que conste si el candidato ser o no apto para la Compaa; porque, de no quedar ella, tendra que decidirse por otra congregacin religiosa.

    Si no interpreto mal la intencin de estas prescripciones, San Ignacio quera habrselas con hombres decididos y resueltos a seguir a Dios definitivamente de una forma o de otra. Ni las experiencias previas, ni el ao de noviciado pretendan resolver este problema, sino otro ms concreto y especfico a saber, si esa decisin absoluta de servir a Dios (ya deshechos del mundo) habra de realizarse precisamente en la Compaa. Los meses de experiencia deberan bastar normalmente para planteares y resolver esta cuestin; luego el ao de noviciado servira para formar al novicio en el espritu propio del Instituto, al cual haba decidido incorporarse. Creo que esta interpretacin esclarece ese exigir del candidato que haga voto de pobreza y castidad para siempre jams. Recuerde el lector que sta fue tambin la situacin de los primeros compaeros, cuando se reunieron en M ontm artre46. O sea, que San Ignacio pretenda reproducir

    42 Los que, por su edad o disposicin, tengan que aplazar las experiencias, podrn hacerlas "antes que el estudio acaben o despus de acabado, segn que a la Compaa le parecer. (Ibid., I, 55.) Norm almente esta experiencia debera preceder al ao de probacin o noviciado. (Ibid., I, 12, 39, 57, 59-60.)

    43 Ibid., I, 59. Los que ya son suficientes en letras y no necesitan estudiar ms, comienzan su ao de probacin inm ediatam ente despus de los meses de experiencias y tras haber hecho los votos de pobreza y castidad. Advierta el lector que, en todo caso, estos votos no se hacan entonces como conclusin del ao de noviciado, sino como comienzo indispensable para el mismo. Repetimos que las experiencias tenan que h acerse (as estaba planeado) antes de que los estudiantes fueran a los colegios, y en ellos, duran te el prim er ao de estudios, se haca el noviciado. (Constitutiones I, 53, 57, 59.) Como es obvio, aunque exigidos al candidato como pruebas de su firme decisin, eran puram ente privados.

    44 Constitutiones I, 56-57.45 Constitutiones II, 40.46 Cfr. J e s s M. G r a n e r o , "San Ignacio de Loyola, p. 170.

  • LOS NOVICIOS DF LA COMPAIA .*>21

    en sus sucesores lo que l y los suyos haban experimentado en las etapas de su providencial vocacin.

    No contento con estos dos votos, San Ignacio exige otro: lia de prometer que, acabado su estudio, entrar en la Compaa y se incorporar con ella, si ella le quisiere aceptar. Pero esta promesa o voto, aunque hecha desde el primer momento (inmediatamente despus de los meses de experiencias), no entra en vigor hasta pasado un ao en los estudios, es decir hasta terminar el noviciado. El cual ao acabado, si no fuera contento, saliendo del colegio, podr tomar otra va que mejor le parecer" n . Advirtase que slo queda en suspenso, durante ese ao, el voto de entrar en la Compaa; los otros de pobreza y castidad son firmes y mantienen su fuerza, aunque el candidato abandone la Compaa para tomar otro camino. Lo obvio ser entonces que se dirija a otro Instituto religioso. Como hemos dicho, se supone en el candidato una determinacin firme y absoluta de abandonar la vida en el mundo, pero se le deja un tiempoprudente de experiencia personal para decidirse a seguir en la Compaao apartarse de ella. Pasados esos quince meses (los tres de experiencias y el ao de noviciado), la determinacin por parte del candidato quedar firme aunque la Compaa no se obligue ipso fado a recibirlo. No se terminaba todo con esto. Una vez acabados los estudios, aguardaban al estudiante nuevas experiencias y pruebas de su suficiencia, vida y costumbres por espacio de otro ao 4S. Entonces, en fin, si todos estn de acuerdo, ser recibido definitivamente en la Compaa.

    San Ignacio justificaba todos estos experimentos y tan largo tiempoempleado en ellos, apelando a la ndole misma de la profesin en la Compaa y a su movido y multiforme apostolado; para lo cual se requieren mayores fuerzas, y mayores experiencias, y mayores gracias y dones de nuestro Criador y Seor 4f, Esta era la situacin tal como qued planeada en 1541 y que podemos resumir en los siguientes puntos;

    a) Ausencia de determinados impedimentos50.b) Tres meses de experiencias.c) Votos perpetuos de castidad y pobreza antes de entrar en probacin;) Ao de probacin durante los estudios o fuera de ellos.e) Voto de ingresar en la Compaa, que no entraba en vigor hasta

    cumplido el ao de probacin.f) Acabados los estudios, otro ao de probacin y experiencias.

    M o o f i c a c i o n e s h a s t a 1546.Esto fue lo que examinaron los padres primeros reunidos en Roma a

    principios de marzo de 1541. Debieron surgir dudas entre ellos y diversosn Constitutioncs I, 57. Ibid., I, 60. Este nuevo ao de probacin no se impona a los que entraban en

    la Compaa con los estudios ya hechos. Ibid., I, 60.Estos impedimentos no constan en la fundacin de colegios, sino que se deben

    a una determinacin anterior. (Ibid., I, 39-40.)

  • 3 2 2 JESUS M. GRANERO, S . I. 10

    pareceres, porque parece que no quisieron determinar nada en firm e51. Quiz por eso, en un nuevo proyecto de 1544, encontramos algunas variaciones importantes. Se mantienen las tres experiencias convenidas; nada se dice de los votos de pobreza y castidad antes de comenzar el ao de probacin, pero se exige que los candidatos han de "dejar y distribuir todos sus bienes temporales en cosas pas a toda su devocin K. Es decir, se requiere que (antes de ir a los colegios) los escolares actu sean pobres. Se mantiene tambin la promesa o voto simple de incorporarse a la Compaa, acabados los estudios; pero este voto ha de hacerse dentro de un ao, "comenzando de sus primeras experiencias. Finalmente, tras los estudios, se exigen otros tres meses de nuevas experiencias y otro ao de probacin s . Superados, pues, los tres meses primeros de experiencias, la situacin de los candidatos se reduca a la pobreza actual con renuncia de los propios bienes, y pasado un ao, al compromiso de adherirse a la Compaa.

    Estas mismas exigencias se mantienen tambin en el texto a del examen de candidatos, el ms antigua que ha llegado a nosotros y que en conjunto data de 1546 M. El nico voto sigue siendo el de incorporarse a la Compaa, una vez terminados los estudios55. Tambin se impone aB postulante la obligacin de renunciar a sus bienes, "apartando de s mismo toda confianza y esperanza de poderlos rehaber 56. Los impedimentos para ingresar suben de tres a siete y las experiencias se duplican y aun se repiten despus de los estudios. Los letrados, coadjutores y escolares, antes de su probacin, por seis meses han de vacar a las tales seis experiencias, anteponiendo o posponiendo todas ellas cuando las una primero o cuando las otras postrero, segn que en el Seor nuestro pareciere convenir. Asimismo, pudindose hacer en todo o en parte las tales experiencias... de los escolares en el primer ao, antes o durante sus estudios, o en el segundo, despus de acabados, segn las personas, lugares y tiempos. Observndose tambin enteramente que... antes de hacer promesa los escolares para ir o residir en los estudios (se hayan de consumir) un ao y medio, pasando por varias probaciones y as consecuenter por las tales experiencias, si primero no las hizo y, aunque las haya hecho, pasando por algunas de ellas, a mayor gloria divina 57.

    Todas estas probaciones y experiencias, que en parte al menos se hadan normalmente durante los estudios o interrumpindolos algn tiem

    51 Los reunidos fueron Ignacio, Coduri, Jayo, Broet, Lanez y Salmern, que actuaban tambin en nom bre de los ausentes qui sua vota nobis dederunt . (Ibid., 1. 34.) Examinado el proyecto para la "fundacin de colegios, hicieron constar que "entendemos tomando parte de ella y dejando parte y aadiendo o disminuyendo y determinando si convendrn ciertas cosas al rgimen del prelado o de la comunidad, porque en la dicha fundacin se habla de estas cosas. (Ibid., I, 48.) No es extrao, pues que luego se hicieran algunas variaciones que ya estudiaremos.

    52 Ibid., I, 53. Por eso se dice que, en los estatutos de los futuros colegios, el fundador deber declarar que los escolares sean pobres, probados y determinados para ser unidos e incorporados en la tal Compaa, acabados sus estudios. (Ibid.)

    53 Ibid., I, 56.54 Ibid., II, p . XXVI.55 Ibid., II, 108, 12.56 Ibid., II, 40.57 Constitutiones II, 58. Al tema de los impedimentos se le dio tan ta importancia,

    que inmediatamente se envi "memoria o aviso general sobre ellos "a todas parir? donde se hallan de los nuestros hermanos. (Ibid., I, 177-180.)

  • 11 LOS NOVICIOS DE LA COMPAIA 5 2 3

    p o 58, tenan como finalidad el comprobar la seriedad y firmeza del candidato en sus deseos y garantizar en lo posible su perseverancia. N aturalmente, no tendra sentido el gastar con l tiempo y hacer en su favor largas expensas durante los estudios, si en cualquier momento todo poda venirse por tierra. Para que le fuera ms difcil la retirada se exiga de l que quemara sus naves y renunciara definitivamente a los bienes que posea. Y aunque por causas razonables (de las cuales hablaremos) poda aplazarse ms o menos tiempo esta renuncia, el candidato tena que declararse dispuesto a realizarla, cuando quiera que el superior se lo ordenase. A pesar de todo, el primer rigor se mitig y la renuncia ya no se haca inmediatamente antes del ao de probacin, sino que haba de retrasarse hasta transcurrido el ao y medio de experiencias y probaciones59. Tena, pues, el candidato tiempo suficiente para madurar sus propsitos y afianzarse en ellos. Igualmente, el voto de entrar en la Compaa slo ligaba al pretendiente cuando, cumplido el tiempo de probacin o noviciado, haba podido ya contrastar la firmeza de sus primeros impulsos En cambio, los votos de castidad y de pobreza ya no se le exiga como en los comienzos, cuando San Ignacio quiso repetir (como hemos dicho) en los candidatos la experiencia suya y de sus compaeros en Montmartre ^ Dentro, pues, de un rigor muy serio, las exigencias no eran tan severas como en el proyecto de 1541.

    A p a r t i r d e 1547.Los planes no pueden ajustarse siempre adecuadamente a la realidad

    de la vida. Mucho menos cuando se est todava en los comienzos balbuceantes de una nueva institucin. A pesar de todo, hay que planear y hay que proyectar y hay que dictar normas. Sera insensato abandonarlo todo a la inspiracin del momento y dejar a un lado toda clase de proyectos pensados de antemano. Si no es prudente prescindir de la imaginacin creadora, que sabe improvisar en un momento dado, mucho ms im prudente es la pretensin de abandonar la marcha a las invenciones repentinas de la fantasa. Hay quienes se creen espirituales y hablan mucho del "soplo del Espritu ; como si el Espritu hubiera de sustituir a la sensatez y a las previsiones de la prudencia, al estudio detenido de los problemas y a las lecciones que normalmente slo aprendemos con la observacin de la vida. San Ignacio, hombre verdaderamente espiritual, aunque confiaba en la direccin del Espritu, nunca se crea dispensado de las informaciones indispensables y de la reflexin sobre ellas61.

    Los aos ya transcurridos aportaban a su experiencia personal y a su reflexin un rico caudal de nuevos elementos humanos, recogidos en ambientes y en circunstancias muy diversas. Roma, Pars, Lovaina, Lisboa, Coimbra, Venecia, Colonia, Valencia, Alcal, Valladolid, Barcelona, Ganda, Padua, Florencia, Zaragoza, Bolonia: en Europa, stos eran los cen-

    58 Cfr. Epist. S. Ignatii III, 500.59 Constitutioncs TI, 42.M A pesar de que dejaron de exigirse esos votos, muchos candidatos los hacan v

    siguieron hacindolos ms tarde, cuando san Ignacio decididamente se resolvi a suprimirlos. De eso hablaremos a su tiempo.

    51 Fontcs I, 606. Cfr. J e s s M. G r a n e r o , San Ignacio de I.oyola, 79ss.

  • iros principales donde permanentemente actuaba ya para entonces la Compaa y donde acudan de continuo chicos y grandes con la pretensin de incorporarse a la nueva Orden. Ya haba habido y segua habiendo ocasin de experimentar si podan aplicarse y hasta qu punto las exigencias planeadas para la admisin y la formacin de los candidatos62. Los que ingresaban en Roma solan pasar normalmente por las experiencias prescritas y aun por otras, antes de ser enviados a los estudios63. Tambin en Portugal hacan probaciones y penitencias, que San Ignacio tuvo que moderar y reprimir con mano firm eM. Por el contrario, en otros sitios todo marchaba de manera ms simple y precipitada. Impulsados por su entusiasmo y por su celo primerizo, los jvenes estudiantes de Pars, Lo- vaina o Colonia, por ejemplo, ganaban a otros compaeros universitarios, los asociaban a sus prcticas de piedad y a sus ansias apostlicas, les daban ms o menos sumariamente los ejercicios y el plan de captacin quedaba as consumado65. Estos nefitos se entregaban con ardor, se ligaban de ordinario con votos66 y eran considerados como estudiantes de la Compaa.

    Sin duda, era un avanzar a ritmo apresurado con exceso. A mediado de 1543 Francisco de Estrada escriba desde Lovaina en una hora quiz de depresin y desengaos: Cerca de mi hermano [Antonio]..., aclarndome, digo que, a mi parecer, ni l, ni yo, ni otros muchos o quiz los ms de los que se han recibido y enviado al estudio, ellos no son para la Compaa aptos, y yo me conozco para ella muy menos idneo; y eso por el lumbre y conocimiento tan claro que no una, ni dos, ni tres veces solas, ms muchas, nuestro Seor me ha comunicado sobre la perfeccin requisita al que hubiere de ser de esta Compaa de Jess... Porque importa mucho que no digo los que son ya profesos, mas los que se reciben para el estudio con intento de ser de ella, sean personas mucho primero probadas y fundadas en el verdadero conocimiento de s y de Dios, y de la cuales con probables argumentos se espere que puedan edificar y no destruir en tan alta y sublime y vix paucis concessa vocacin... Porque el pueblo no sabe hacer tantas distinciones de estudiantes o profesos, sino indistincte todos son llamados de la Compaa de Jess; por tanto, se debe mucho m irar en el tal admitir de estudiantes, de manera que los que semel se admitieron no hayan despus de ser expedidos 67.

    A Roma llegaban informaciones y noticias de todas clases6. Eran la datos de una experiencia viva, realizada con el entusiasmo que es propio de todos los institutos en sus primeros fervores, aunque tambin a ratos con quejas amargas, como esas de Francisco de Estrada. Ciertamente que todava no se haba logrado aquella organizacin y amplitud informativa,

    62 En m ar/o de 1547 calculaba san Ignacio que habria ya en la Compaa "al pie de doscientos entre novicios v estudiantes . (Epist. S. Ignatii I, 463.)

    a Ibid., I, 253, 289, 331' 345, 374, 376.64 Ibid., I, 505-507; Epist. M ixtae I , 145, 170, etc.; cfr. F r a n c is c o R o d r ig u e s ,

    "Histria da Companhia de Jess na Asistncia de Portugal 1/1, pp. 306ss.65 Epist. M ixtae I, 55-56, 57, 61, 63 66-67, 68, 70, 72-73, 130, 153-154, 174, 301,

    324, 361, 384, 419, etc.66 Muy desde el principio se comenz a enviar a Roma las frmulas de los votos

    que hacan los candidatos. Cfr. O l iv a r e s , o . m ., p. llss.67 Epist. M ixtae I, 127-128. Sobre Antonio de Estrada, cfr. Epist. S. Ignalii II, 250.68 Sobre la enorme correspondencia de san Ignacio, ya a principios de 1543, cfr.

    Epist. S. Ignatii I, 288. Para junio de 1546, cfr. Ibid., I, 392-393.

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    que mont poco despus Juan de Polanco, ap en as se hizo cargo de la secretara al lado de San Ignacio69. Ni siquiera la organizacin de Polanco tuvo nada que ver con el tecnicismo sofisticado de las modernas encuestas y planificaciones de nuestra investigacin sociolgica. An no se haba inventado la tcnica de orientar previam ente los interrogatorios y de interpretar luego las respuestas segn clculos preconcebidos. A pesar de todo, es lo cierto que sobre su mesa am ontonaba San Ignacio informes y consultas que hoy conservamos fragm entariam ente en muchos volmenes. Esos informes hablaban de los diversos am bientes y circunstancias locales; hablaban de la diversidad de las personas, pero tambin de eso siempre igual y constante que pertenece (lo mismo ayer que hoy) al fondo mismo de la naturaleza humana, tal como de hecho se da en todos los tiempos y en todas las latitudes; hablaban tam bin de los caminos que Dios sigue segn una orientacin que slo se descubre a los espritus purificados y a los ojos limpios. De ah el valor insustituible que tiene la interpretacin de los hechos que hace un santo y la s decisiones que toma entre la complejidad y la movilidad cambiante d e los fenmenos. Sobre la planificacin de los primeros aos, que ya hem os estudiado, encuentro que San Ignacio avanz en una evolucin ms exigente y al mismo tiempo ms flexible y con prescripciones cada vez ms concretas. Estudiaremos el conjunto de estos aos hasta el fin de la vida de San Ignacio, seccionndolo en cuatro sectores importantes: la seleccin de los candidatos, el origen de las casas de probacin, la evolucin en la s etapas de prueba, la formacin de los novicios y finalmente los votos d e los escolares.

    S e i*e c c i n h e c a n d id a t o s

    Un aviso de San Ignacio, a fines de 1547, daba la voz de alerta: Escrbese a Portugal y a varios otros lugares que no reciban gente que no sea apta al Instituto de la Compaa TO. Y cuatro aos despus, en junio de 1551, repeta Polanco: Primeramente veo que [nuestro Padre] desea sujetos que sean para algo, con vigor y aptitud n a tu ra l o para letras v ejercicio de ellas o para ayudar en obras pas exteriores y que no les falte industria para lo uno o lo otro... Querra que fuesen salidos de nios71...

    Sobre la organizacin de la correspondencia, que intrcxlujo Polanco, cfr. Epist. S. Ignatii I, 53fiss. Cfr. J e s s M. G r a n e r o , La accin m isionera y los mtodos misionales de san Ignacio de Loyola (Burgos, 1931), pp. 84-85.

    70 Epistolae S. Ignatii I, 608. Cada vez urga ms san Ignacio la seleccin de candidatos; cfr., por ejemplo, Ib id ., III, 500-501; IV, 176, 657ss.; IX , 91-92, etc.

    7t Incluso lleg a enviar una medida de la talla corporal que se requera en loscandidatos. Cfr. Epist. S. Ignatii IV, 104, 236, 51S; VI, 77, 538, etc. Esa talla corporalse supona normalm ente en consonancia con la madurez fisiolgica v psicolgica del candidato. (Epist. S. Ignatii III, 671; IV, 104.)

    Si por la edad no fuesen de aceptar, siendo nios de quienes se puede tomarbuena esperanza, se podran exhortar sus padres o los que los tienen a cargo, quelos entretuviesen algn tiem po en estudios y en buena disciplina, dando esperanza quecomo crezcan, si perseveraren en sus buenos propsitos, podrn ser admitidos. (As sedice en el texto a de las Constituciones [1547-1550]. Constitutiones II, 134.)

    Cfr. Epistolae S. Ignatii VII, 725. El 3 de noviembre 1554 se le escriba al rectorde Florencia: Y en lo que dice que no se deberan tom ar mancebos hasta pasar17 18 aos, lo mismo sentimos nosotros y es muy conforme a razn. Con esto, enalgunos casos raros..., no se puede con buena conciencia cerrar la puerta del todo aquien Dios N. S. llama y parece trae de su m ano. (Epist. S. Ignatii VII, 726.)

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    que se cumpla con el Instituto de la Compaa y con la salud de los hermanos, por amor de Dios nuestro Seor me lo avisis 87. No debi San Ignacio encontrar ese buen medio, puesto que las pruebas de hosr ptales y peregrinaciones se fueron relegando. "Lo que ac veo observar a nuestro padre es que poco suele poner en prctica aquellas dos experiencias de peregrinacin y hospitales, si no es con personas que se envan medio despedidas, probando en ellas este remedio; porque la experiencia ha mostrado que los buenos, por hacer mucho su deber, se trabajan y padecen demasiado e incurren en enfermedades; as que con los buenos y edificativos poco se usan las dichas experiencias. Con los no tales tampoco parece que convenga enviarlos a servir en hospitales, a lo menos en nombre de la Compaa, porque suelen dar mala edificacin. La peregrinacin se usa con stos a veces, haciendo cuenta que o ellos se irn con Dios o, si tornan, tom arn ms humillados y ayudados 88. Esto se escriba a principios de 1554.

    Para conocer mejor a los candidatos y probarlos ms de cerca segn sus necesidades personales, no era raro que Ignacio llamara a Roma a algunos, en quienes se cifraban mayores esperanzas89. Aunque, por otra parte, no quera que los superiores enviasen espontneamente a nadie sin previo aviso y sin largas informaciones sobre los que se trataba de enviar ^ Efectivamente, enviarlos a Roma pareca a los superiores un recurso fdl, porque as libraban ellos su propia responsabilidad en la admisin de candidatos y en los cuidados de su formacin. El enviarlos constitua, adems, una forma adecuada de que realizasen la experiencia requerida de la peregrinacin91. Sin embargo, es obvio tambin que este recurso se hiciera cada vez ms difcil, conforme iba aumentando el nmero de casas y de provincias, y consiguientemente, el nmero de los que aspiraban a ingresar en la Compaa.

    L a s c a s a s d e p r o b a c i n

    Las dificultades con que se tropezaba en todas partes hicieron madurar la idea de que eran indispensables las casas de probacin, donde los recin llegados residiesen apartados de la comunidad y donde pudieran ser tra

    87 R o d r ig u e s M o n . , 562. Tam bin el servir en hospitales era expuesto, como ya dijimos, a que se contrajesen enfermedades. (Cfr. Epist, M ixtae I, 531.)

    88 Epist. S. Ignatii VI. 203. Cfr. Ibid., V III, 264, 272, 381; IX, 49, 112, 218. En el texto a de las constituciones (1547-1550) leemos: Las experiencias de hospitales y peregrinaciones ayudarn a todos; a s mismo y ms a personas que no caminan tan derecham ente como deberan. (Constitutiones II, 164), cfr. Fontes I, 603.

    89 Epist. S. Ignatii I, 676; II, 92; V, 230; X II, 222. Cfr. Chronicon I, 295, 360; Epist. M ixtae II, 34; III , 232, 257, 276, 407-408. Ep. S. Ignatii V, 232.

    90 Epist. S. Ignatii I. 608, 612, 624; IV, 229, 330; V, 85, 114-117, 119, 224 , 393; VII, 381; VIII, 180, 358. Cfr. Epist. M ixtae II, 682. Que no se tome ninguno en casa para ser de la Compaa, ni m andarlo a Roma sin expresa licencia de M. Ignacio. As se ordenaba en unos estatutos para Bolonia (1548). Cfr. Constitutiones I, 260, 180.

    91 Epist. S. Ignatii III, 27, 32, 41. 126, 142, 207, 442, 486, 514; Chronicon I, 360. En las Declaraciones al Examen (1548-1549) leemos: El tal peregrinar se entiende andando en camino medianamente largo para alguna casa devota, usada de ser venerada y con devocin visitada, a mayor gloria divina; o andando de unos lugares en otros; o, si es escolar, en lugar de un mes que era tenido a peregrinar, puede cumplir

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    tados, conocidos y probados antes de que fuesen a los estudios. Se engaan absolutamente los que piensan que esta idea fue una invencin de Nadal o de Polanco, ajena a la mentalidad y a los deseos de San Ignacio. Antes de que Polanco llegase a Roma y fuese nombrado secretario92, y antes de que Nadal intentase realizar el proyecto93, ya mucho antes San Ignacio pens en ello y estaba convencido de que antes o despus sera indispensable resolver el problema que planteaba la formacin de los candidatos. Si no lo hizo desde el primer momento fue, seguramente, porque otros problemas ms urgentes solicitaban su atencin y porque todava el nmero de vocaciones poda encontrar ms sencillos encauzamientos. La primera alusin a esto, que encontramos en el epistolario, es de fines de octubre de 1547. Pero el proyecto era muy anterior: un diseo que nuestro padre en Jesucristo tiene hecho de muchos das y aun aos ac, escriba Polanco, aunque hasta ahora no se haya ofrecido comodidad para efectuarlo w. De hecho, en los primeros apuntes de constituciones, que datan tal vez de 1544, ya hablaba el santo del problema y de su posible soluc in95. Aun entonces, cuando en 1547 escriba Polanco, ms se ve la utilidad de la obra que el modo de efectuarla.

    Se quera, pues, hacer una casa de probacin en Roma; pero como esto de momento no pareca viable, se le propona a Simn Rodrguez que se adelantase l y la hiciese en Coimbra. Esa casa haba de ser para los que entran de nuevo en propsitos de ser de la Compaa, que no sean an probados, ni admitidos para ser de ella, ni para enviar a los estudios; pero se reciben para probacin... Y esta casa ha de estar apartada de la nuestra y estar en ella alguna persona de confianza y prctica en las cosas de la Compaa o ms de una, si fuese menester, para tener cargo de los tales y saber informar al propsito de todo lo que conviene, habiendo tratado y examinado los que en tal casa estn. Y de esta casa, los que no fueren para la Compaa s despedirn antes que entren en la nuestra; y los que fueren para ella se probarn cinco o seis meses o lo que conviniere, y de ah se enviarn a los estudios o se tomarn en nuestra casa *. De este mismo tiempo, aproximadamente, deben ser tambin las primeras constituciones que hizo San Ignacio sobre las casas de probacin, que pasaron ms perfiladas e insistentes a las constituciones de los aos posteriores 97.y suplir con andar para sus estudios asignados, camino derecho o por unos lugares y por otros, cumplindose tamen un mes entero de una m anera o de o tra. (Constitu-tiones I, 252.) Sobre los diversos modos de viajar a los colegios, cfr. Epist. S. JgnatiiIII, 638.

    92 Polanco comenz su cargo de secretario en marzo de 1547 (Chronicon I, 219).Desde entonces comenz tambin a ayudar a san Ignacio en el trabajo de las Constituciones, y recibi para ello todos los papeles que ya tena el santo (Constitutiones I, p . c x l v iii y ss.).

    93 Nadal comenz a tra tar del asunto a mediados de 1549, como veremos despus.94 Epist. S. Ignatii I, 603.95 "Si... los colegios pueden tener a su costa (pudindose hacer con buena con

    ciencia) una casa en Roma y as otras en diversas partes, segn que ms pareciere convenir a mayor servicio divino y al mayor bien universal de los colegios y de toda la Compaa, a mayor gloria divina, para los procuradores de los colegios (si fueren necesarios), para estar en prueba los escolares, los que pretenden en trar en las casas de la C om paa... (Constitutiones I, 192.) Cfr. Ibid., I, 305, 326.

    96 Epist. S. Ignatii I, 604.97 Cfr. Constitutiones II, p g s . :x x x i x -c x l i , d o n d e lo s e d i to r e s d e l M onumenta

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    Lo que San Ignacio pretenda entonces en la constitucin de estas casas 110 parece que fuese todava la organizacin de un autntico noviciado, sino ms bien una ms exacta y fundamentada probacin de los candidatos. Esta probacin habra de alargarse el tiempo necesario hasta que hubiera de ellos una suficiente seguridad antes de que fuesen enviados a los colegios. Porque insista en que a los colegios no fuesen sino personas probadas en las costumbres y resueltas totalmente a dejar el mundo y seguir a Cristo en religin 93. En realidad, hasta entonces los recin llegar dos a la Compaa eran recibidos en las casas o colegios, donde se presentaban, y all mismo eran ms o menos examinados y probados bastante superficialmente y all se entregaban muy pronto a los e s t u d i o s S i en el lugar no haba universidad o no tenan medios para sustentarlos, la peregrinacin (postulada como prueba para los candidatos) se cumpla con el viaje a alguna ciudad universitaria (en Portugal o en Espaa, en Pars o en Lovaina) 10, o bien eran enviados a Roma para que all, como hemos dicho, recibieran el espritu de la Compaa bajo la mirada y el control de San Ignacio101. Por cierto que Polanco se quejaba con palabras duras de algunos sujetos enviados a Roma: ...suelen a una mano enviar ac los que por ser indomables y de recia natura o costumbres o enfermedades, no les contentan all. As que, por amor de Dios nuestro Seor, los que all hubiere recios de natura y difciles, inquietos o de malas costumbres o enfermos all procuren corregirlos; o si no se puede, despedirlos. Ac 110 los enven 102.

    La experiencia, por tanto, haba enseado suficientemente que el conocimiento y las experiencias de los candidatos no podan llevarse a fondo, cuando nadie se encargaba especialmente de ellos. Suceda tambin que en los colegios se perda la quietud y estabilidad necesaria para la enseanza, dado el trasiego de unos y de otros, de gente ya ms o menos probada y de otros recin venidos y tal vez ineptos para la Compaa. Tambin a esto se quera poner remedio con las casas de probacin; en los colegios vivirn con ms quietud y conervarse han tanto mejor cuanto menos cizaa con el trigo estuviese. Evitarse ha el mal olor que es casi necesario entre muchos, siendo muchos los desechados o que se salen 1M. Pero advirtase bien que (como acabamos de indicar) estas casas de probacin, que se proyectaban, no eran para cumplir en ellas todo el tiempo de noviciado, tiempo que evolucion siempre a ms, segn veremos. Eran casas donde haban de estar das o meses los recin entrados hasta que pudieran ser enviados a las casas o colegios; porque en ellos es dondeestudian la fecha de estos pasajes de las Constituciones que tratan de las casas deprobacin. Cfr. Ibid., II, 136, 173; I, 249-250. Entre los apuntes de Polanco, donde ste recopilaba los textos ignacianos ya existentes para una refundicin de las Constituciones, encontramos una rpida pregunta sobre el tema y la tajante respuesta ig-naciana: Si habr casas de probaciones, etc., affirmative. (Ibid., I, 326.) No es, pues, extrao que en octubre de 1547 se le dijera a Simn Rodrguez que ste eraun diseo que nuestro Padre en Jesucristo tiene hecho de muchos dias y aun aos ac

    w Epist. S. Ignatii IV, 10 (carta de 1 diciembre 1551).w Ibid., IV, 104-105, 166.100 Cfr. Constitutioncs I, 252.

    Cfr. las notas 89 y 90.Ira Epistolac S. Ignatii X II, 283 Cfr. la nota 91. ina Ibid.. I, 605.

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    tendran que completar el tiempo requerido para hacer los votos. Y slo de estas casas se habla en los distintos textos del examen y las constituciones 104.

    Si no me equivoco, en las constituciones no se habla nunca de que el ao o aos de noviciados (segn los tiempos) hayan de hacerse en casas ad hoc, sino que dicen expresamente o presuponen que ese tiempo se cumple, aunque con ejercicios adecuados, en los colegios o casas ordinarias de la Compaa IQS. De esta casa de la primera probacin es de donde han de salir los candidatos para la segunda probacin, donde quiera que sta se haga. Ya que no recuerdo que se hable nunca en las constituciones de casa de segunda probacin 106. En la de primera probacin se han de hacer en todo o slo en parte las experiencias requeridas, ya que podan tambin hacerse (segn los casos) en las dems casas o colegios, mientras dura el noviciado107. En la carta recin citada a Simn Rodrguez dice expresamente San Ignacio que los que fueren para ella [la Compaa] se probarn cinco o seis meses o lo que conviniere, y de ah se enviarn a los estudios o se tomarn en nuestra casa 108, es decir, si no tienen ya que estudiar. Igualmente, en el proyecto de constitucin sobre tales casas se piensa que en ellas estarn los candidatos "no por todo el tiempo de las probaciones, mas por alguna parte de ellas que ms conveniente parezca 109. En las constituciones se ponen veinte das, pudindose alargar este trmino por la Compaa; mas no acortar en modo que no est all doce o quince das; que esto conviene as, mirando al bien universal no.

    Y ciertamente sta fue la prctica en vida de San Ignacio, aun despus que comenzaron a funcionar los primeros noviciados. Nunca se retuvo en ellos a los novicios hasta que se cumpliese el trmino prescrito para hacer los votos. O con objeto de no dilatar demasiado los estudios o por necesidades de personal en los colegios que se iban fundando, salan los jvenes cuando haba de ellos una razonable satisfaccin y seguridad U1. A San Ignacio le pareca que tuviesen un tiempo limitado estos novicios de cuatro o seis meses para el noviciado para que, ayudados en el espritu, despus atendiesen a las letras I12. Ni que decir tiene que luego las defecciones eran numerosas, porque la probacin y el cuidado de los jvenes no poda llevarse en todas partes con la atencin suficiente T al vez ste fue el motivo de que en tiempos posteriores se fuera retrasando cada vez ms la salida de las casas de probacin, sobre todo cuando se detuvo algo la multiplicacin de los colegios y las necesidades en stos no eran tan imperiosas.

    Como hemos visto, San Ignacio quiso que el diseo de las casas de104 Constitutiones II, 16, 136, 294, 296, 302.105 Ibid., II, 169, 294, 368, 304, 114-115, 336, 402. Cfr. Epist. S. Ignatii IV, 104-105.106 Despus de la prim era probacin se dice que el candidato entrar en la casa

    de la Compaa y conversacin della . (Ibid., II, 38) o que entrarn en la casa de la comn habitacin y conversacin, donde se hace la segunda probacin ms a la larga. (Ibid., II, 304.) Cfr. Ibid., II, 294.

    107 Ibid., II, 52. 58.IOS Epistolae S. Ignalii I, 604.loo Constitutiones I, 192. Cfr. Epistolae S. Ignatii VII, 650.no Constitutiones II, 136. Cfr. Ib id ., II, 294. Se les llamaba "novicios de La p ri

    mera probacin. (Cfr. Fontes I, 578, 614.)ni Cfr., por ejemplo, Fontes I, 741; Chronicon TI, 228; VI, 571, 573; Fontes I, 67G.iu Epist. S. Ignatii III, 194 (carta de octubre 1550).

  • JESUS M. GRANERO, S . I.

    probacin comenzara a realizarse en Portugal. La cosa entonces no cuaj. En cambio, por la diligencia y entusiasmo de Nadal se llev a cabo en Sicilia. Por lo menos desde comienzos de 1549 Nadal propuso a Roma sus intentos113. En julio del mismo ao se le escriba desde Roma: Del diseo de la casa de probaciones, que parece muy bien al padre y que ha ms de ocho meses que est en constituciones que se haga y aun aqu en Roma; pero que huelga el padre que l sea el primero 114. A los pocos meses, en una casa alquilada y separada del colegio de Mesina, estaban ya diez jvenes candidatos. Son casi la flor de los estudiantes de humanidades y gramtica y casi todos de mucha esperanza 115. Jernimo Dom- nech exultaba con aquellos comienzos: Esta obra de la casa de los novicios tengo para m que es de las ms sealadas obras que se pueden hacer" 116. En octubre de 1553 se compr la casa y se ampli con otro edificio anejo117. Pero aunque los candidatos recin ganados se trasladaron a la nueva morada, los novicios ms antiguos continuaron en el colegio, atareados con sus estudios118.

    Mientras tanto, haba llegado tambin la hora para Portugal. La grave crisis espiritual en aquella provincia haba comenzado ya a destaparse y entonces se comprendi lo imprescindible de una formacin ms a fondo y se comenz en Coimbra la casa de probacin, recomendada tanto antea por San Ignacio. A fines de 1551 se habilit para ello un ala del colegio, con casi completa separacin del resto de la casa1I9. La constitucin en casa plenamente autnoma y con superiores propios no se realiz hasta fines de 1553, con ocasin de la llegada de Nadal con poderes de visitad o r120. Por este mismo tiempo, septiembre de 1553, tambin Borja, comisario en Espaa, andaba con proyectos sobre una casa de probacin en Medina del C am po121. Y un ao ms tarde quera que cada provincia de Espaa tuviese la suya; idea que San Ignacio anim a que se realizara122. Los proyectos son siempre mucho ms fciles que las realizaciones. A fines de 1554 se inaugur la probacin en el pequeo colegio de Simancas123. Y casi un ao despus, en el otoo de 1555, comenz tambin a funcionar la casa de probacin de Crdoba 124.

    Tambin en tierras germanas convena que hubiese otra casa para los candidatos que por all se presentaban. En agosto de 1554, una carta al padre Nicols Lanoy, rector de Viena, hablaba del asunto y de la manera de proceder para lograrlo. En nombre de San Ignacio escriba Polanco que

    113 Nadal I, 62-63.U4 Epist. S. Ignatii II, 463. Este pasaje confirma lo que ya dijimos de la fecha

    de las constituciones sobre las casas de probacin. (Cfr. nota 97 y Epist. S. Ignatii III , 172.)us Nadal I, 83 (carta 5 mayo 1550).

    116 Epist. M ixtae II, 402 (carta 17 junio 1550). Cfr. Chronicon II, 29-30, 219.U< Epist. M ixtae III , 520, 523. Cfr. Nadal I, 122; Epist. S. Ignatii V, 659.lis L itt. Quadrimestres I, 264.U9 Chronicon III, 374; Quadrimestres I, 447.13) Quadrimestres III , 336ss. Cfr. Chronicon III, 418; Epist. S. Ignatii VI, 568.121 Epist. M ixtae III , 493.122 Epist. S. Ignatii VIII, 215-216, 233. Cfr. Chronicon IV, 595; Epist. S. Ignatii

    IX, 133.123 Chronicon IV, 428, 595-596; V, 429ss.; VI, 569ss.; Epistolae IX, 87, 141.124 Ibid., V, 530ss. Epistolae IX, 141; VI, 121, 371, 658ss.

  • 21 LOS NOVICIOS DE LA COMPAIA 3 3 3

    la casa de probacin deba ser distinta del colegio, aunque estuviese unida al mismo. En ella, bajo el gobierno de los nuestros, se probaran los jvenes novicios llevndolos tambin a las clases por algn tiempo, hasta tanto que fuesen ms probados y estables en su vocacin, pasando de ordinario al menos un par de aos y aceptndolos despus en el colegio 12fe. Efectivamente, ese mismo ao se comenz en Viena la obra con cuatro novicios, bajo el magisterio del padre Erardo d A van t126. Por tanto, a la muerte de San Ignacio se haban ya inaugurado cinco casas de probacin: Mesina, Coimbra, Simancas, Viena y Crdoba. En Roma mismo no la haba y tenan que contentarse con unos aposentos destinados para el caso en la misma casa profesa, donde los candidatos se detenan algn tiempo en el mayor aislamiento posible 127. Luego pasaban de all a la casa y habitacin comn de todos,2S. En noviembre de 1554, a su vuelta de Portugal y Espaa, Nadal propuso a San Ignacio que se pasasen los novicios a la Torre Rosa como en casa de probacin; el padre le dijo resolutamente que no le pareca por ahora I29. Cmara, que cuenta el caso, aade: Despus me dijo a m el padre que por tiempo pensaba se hara casa de probacin en Roma, con renta contribuida de los colegios de Italia y Sicilia 13. La Torre Rosa era una pequea casa (llamada as probablemente del nombre de sus anteriores propietarios), que estaba aneja a la casa profesa131 y que San Ignacio compr el 3 de septiembre de 1553 para ampliacin de la misma profesa,32. En su terraza se adapt ms tarde la enfermera y la botica de la m ism a133.

    E v o l u c i n e n l a s e t a p a s d e p r u e b a

    Si queremos sintentizar y puntualizar todo lo dicho hasta ahora, encontramos una significativa evolucin en las prescripciones ignacianas sobre los candidatos. Aunque los criterios de seleccin y formacin se mantuvieron inflexibles 134, advertimos que las primeras exigencias se conjugan con una circunstanciada flexibilidad. Podemos resumirlo todo en los siguientes puntos:

    a) Las primeras prescripciones se reducan a los tres meses de expe-125 Epist. S. Ignatii VII, 405.*26 Chronicon IV, 260. Cfr. Ibid., V, 237; VI, 344ss.127 Fontes I, 627; Epistolae S. Ignatii VII, 601.123 Ibid., I, 678.129 Ibid., I, 677.130 Fontes I, 677. "El Padre por tiempo pensaba se hara casa de probacin en

    Roma es frase gramaticalm ente ambigua. Puede significar una de dos cosas; o bien que un tiempo (por tiempo) pens que se hara [lo cual ya hemos visto que histricamente es cierto], o bien que "pensaba (todava) que con el tiempo (por tiempo) se haba de hacer en Rom a la casa. Hasta 1564 no se separ una parte de la casa para los novicios; hasta entonces estuvieron mezclados con los dems. (Cfr. Complementa Polanci II, 641.

    131 Ibid., I, 362.U2 Ibid., I, 153*-54. Cfr. Epist. S. Ignatii VI, 540; V, 567.133 Ibid., I, 627.134 Cfr. Constitutiones II 133, 274, 720. En los ltimos tiempos de la vida de

    Ignacio, cuando las circunstancias econmicas en Roma e Italia eran difcilsimas, esta estrechez influa an ms en la seleccin de candidatos, ya que no se puede m antener a todos. (Epist. S. Ignatii XI, 298.)

  • 3 3 4 JESUS M. GRANERO, S . I. 22

    riendas y un ao de noviciado; ao que poda coincidir con el primero de los estudios. As desde 1539 hasta 1544 y despus I3S. Esas tres experiencias deban haberse realizado antes de que el candidato fuese a los estudios 136. En todo caso, si las experiencias no podan hacerse entonces, los tres meses debera emplearlos el candidato en instrucciones espirituales y otras prcticas ascticas137. Excepcionalmente, a la Compaa, parecin- dole asaz edificativo, confindose en l, podr enviarle [al candidato] a los estudios con la primera experiencia [la de los ejercicios], aplazando las otras 138. Como si esto fuera poco, ya desde el principio se aadi otro ao de probacin, acabados los estudios m.

    b) A partir de 1546 se duplicaron los meses de experiencias, que podan preceder al ao de noviciado o realizarse durante el mismo, con tal de que el conjunto se prolongase por ao y medio 14. Y acabados los estudios, de nuevo otro ao y medio de probaciones. Es decir, son tres aos: ao y medio antes de los estudios o durante ellos y otro ao y medio despus MI.

    c) Desde 1550, y aun tal vez antes, se conservan los mismos tres aos, pero se distribuyen de otro modo: dos aos completos al principio (antes o durante los estudios) y un ao despus de ellos 142. Insisto en que el noviciado no impeda el estudio, si as pareca conveniente; pero durante ese tiempo el novicio no estaba an ligado oficialmente por voto o promesa ninguna a incorporarse y permanecer en la Compaa 143.

    d) Las tres o seis experiencias preliminares y el ao o aos de probacin (noviciado) tendieron a no distinguirse como dos etapas cronolgicas distintas, ya que esas experiencias podan realizarse en todo o en parte durante el tiempo de noviciado. Por otra parte, el noviciado se poda tambin hacer durante los mismos estudios, aunque dedicando etapas ms o menos prolongadas y ratos especiales a la formacin espiritual. A propsito de la casa de probacin de Mesina, recin instituida, escriban desde Roma: Cuanto a los novicios, que parece a nuestro Padre de dos cosas una: o que la media parte del tiempo den al estudio como a cosa menos principal, y el resto a los ejercicios de humildad y mortificacin, o bien todo el tiempo a esto segundo. Que le parecera que estuviesen un tiempo limitado estos novicios, de cuatro a seis meses para el noviciado, para que ayudados en el espritu despus atendiesen a las letras 144. Y cuando se trataba de fundar la casa de probacin en Viena, ya vimos que se recomendaba esta misma mezcla de estudios y probaciones, aunque aconsejando se retuviesen un par de aos en la probacin antes de pasar definitiva

    U5 Conslitutiones I, 12, 59-60.136 Ibid., I, 53, 59-60, 66.137 Ibid., 55, 66.138 Ibid., I, 55.139 Ibid., I , 60.i Ibid., II, 16, 52, 56, 58, 92.141 Ibid., II, 58.142 Ibid., II, 14, 58, 82, 166, 175 , 372. Cfr. Epist. S. lgnatii IV, 92 (carta de 12

    enero 1552). Cfr. tam bin Constitutiones II, pgs. c x x x v iii -c x x x ix y P e d r o L e t u r ia , "De constitutionibus collegiorum P. Joannis A. de Polanco ac de earum influxu inconstitutiones S. I ., en Estudios ignacianos (Roma, 1957), I, 362ss.

    143 Constitutiones II, 175-176, 404.144 Epist. S. lgna tii III, 194. Cfr. Ibid., I, 608; Chronicon II, 49.

  • 2 3 LOS NOVICIOS DE LA COMPAIA 3 3 5

    mente al colegio I4S. La ltima advertencia que tenemos sobre esto de San Ignacio, pocos das antes de morir, es la que se envi a Portugal: "El detener dos aos en probacin los que entran en la Compaa no se puede decir que sea contra las constituciones; pero tampoco lo es que durante este trmino estudien, especialmente aquellos de quienes hay satisfaccin 146. El comenzar los estudios antes o despus dependa de la formacin espiritual que haba logrado ya el novicio, y tambin, como ya vimos, de las necesidades imperiosas de los colegios w . Pero se ve que San Ignacio presupona, cuando menos, largos meses exclusivamente para la formacin espiritual.

    e) Esto trajo consigo paulatinamente una distincin entre la primera probacin (as nombrada) y la segunda. Al menos, desde 1547 se habla ya de una primera probacin, que ha de tenerse antes de que el candidato entre "en la casa para vivir comnmente 14a. La segunda probacin empieza cuando ya entra en la casa de la Compaa y conversacin de ella 149. Y se dice expresamente que las experiencias y el noviciado se hacen en esta casa, cuando ya se ha entrado en la convivencia con los dems 1S0. O sea, que la primera probacin se limita a un primer contacto entre el candidato y la Compaa, contacto que puede prolongarse hasta que haya la suficiente satisfaccin y seguridad de lo que se pretende.

    f ) Esto supone, pues, que el recin venido deba estar algn tiempo apartado de la convivencia con los dems miembros de la casa. As es como se lleg a la constitucin de las casas destinadas a recibir, examinar y conocer mejor a los candidatos que llegaban solicitando el ingreso en la Compaa. Al menos, donde no fuera posible constituir una casa autnoma para ello, deberan destinarse aposentos aislados en algn sitio ms apartado del colegio o vivienda de los dem s1S1. Aunque el tiempo normal para los fines de esta primera probacin era, como hemos dicho, de quince a veinte das, sin embargo podan detenerse all ms tiempo o incluso meses, que contaban, naturalmente, para computar los aos exigidos de noviciado o segunda probacin1K. De hecho, y en vida todava de San

    US Cfr. nota 125.146 Epist. S. Ignatii XII, 129 (carta de 17 julio 1556).147 Y lo mismo digo del predicar y ensear la doctrina cristiana y leer en la

    escuela. Y as lo practicamos por ac, como V. R. sabe, parte por necesidad de sujetos, parte porque as conviene para ellos. Y no menos se prueban en tales ejercicios que en las casas de probacin. (Ibid.)

    148 Constitutioncs I, 199, 206, 208.149 Ibid., II, 138.150 Ibid., I, 206.151 Ibid., II, 136, 296. Esto es tambin lo que Nadal ordenaba se hiciese en Por

    tugal y Espaa cuando vino como visitador y para prom ulgar las constituciones. (R eglete Societatis lesu. Monum. Hist. 366, 402, 407.) Cfr. Constitutioncs I, 249-250.

    152 Encontramos en el texto B (1556) del Examen general estas palabras: Antes de en tra r en el ao segundo de la probacin, que se hace en las casas o colegios... (Cons- titutiones II, 75.) Parece, a prim era vista, un texto ambiguo, porque no se capta bien si es slo el segundo ao de noviciado el que se ha de hacer en las casas o colegios. Se tra ta de los candidatos, y se dice de ellos que "por seis meses todos han de vacar a las tales seis experiencias y por otros seis meses a otras diversas. Y se dice que estas experiencias han de hacerse antes de en tra r en el segundo ao de probacin. La duda puede estar en si la frase siguiente (que se hace en las casas o colegios) afecta tan slo a la ltim a palabra (probacin) o a todo el complejo (el segundo ao de

  • 3 3 6 JESUS M. GRANERO, S . (. 2 4

    Ignacio, la prctica fue haciendo que tales casas retuvieran a los novicios durante todo el noviciado o gran parte del mismo, cuando las necesidades de las nuevas fundaciones no obligaban a sacarlos antes.

    g) De todo lo dicho deducimos que primera y segunda probacin eran dos etapas sucesivas, por las que se deba pasar antes de hacer los votoslS3. La etapa de primera probacin exiga, segn las constituciones, una casa o sitio apropiado para ella; en cambio, para la segunda probacin o noviciado nunca se dice en las constituciones, salvo error, que haya de hacerse en casas destinadas ex professo para la formacin de los novicios. Ni siquiera la prctica de San Ignacio apoyaba esta manera de realizar la formacin. Lo normal era que sta se hiciese en los colegios, aunque ya el texto a de las constituciones encarga que haya para los tales novicios algn lugar ms apartado de la conversacin de los seculares 154. Pero no se reputarn escolares aprobados, aunque estudien entre los otros, hasta pasados dos aos desde que fueron admitidos y hecha su promesa, como en el examen se dijo 155.

    F o r m a c i n d e l o s a d m it id o s

    San Ignacio advierte con toda ponderacin lo que cualquiera es capaz de comprender, a poco que reflexione, y lo que es norma fundamental para todo instituto religioso. Porque efectivamente, la esperanza de esta religin para adelante consiste en la buena institucin de los mancebos y otros que se reciben a probacin; y as debe usarse diligencia en ella como en cosa importantsima 1S6. No basta, aunque sea un presupuesto indispensable, el primer cuidado en seleccionar con la mayor exigencia a los candidatos. Sobre esto ya hemos aludido a las reiteradas recomendaciones de San Ignacio. El previene contra la buena voluntad que pudieran tener examinadores y superiores, inclinados tal vez al provecho o ayuda espiritual del candidato que se presenta. Hay que mirar ms y con mayor intensin a la caridad universal que a la que fuere particular, es a saber al buen odor y al mayor provecho espiritual del mismo cuerpo y ser de la Compaa 157. Supuesto que el candidato no tuviese ninguno de los impedimentos que hacan imposible la admisin, se exiga de l como requisito indispensable una decisin firme para vivir y morirprobacin"). Comparado este texto con el coetneo texto B de las constituciones (Cons- tilutiones II, 294), parece indudable que la probacin toda, y no slo el segundo ao, se hace en las casas o colegios. Cfr. tambin Regulae Societatis Iesu, pp. 226-227.

    153 Los editores del M onum enta (Constitutiones II, p. c x x x v iii) identifican la primera probacin con los meses de experiencias. Para esta identificacin no hay fundamento ninguno en los documentos ignacianos. Cuando en ellos empez a hablarse de "prim era probacin se entendi siempre el tiempo destinado al conocimiento y examen de los candidatos, cosa independiente de las experiencias y normalmente anterior a ellas. Cfr. Regulae Soc. Iesu, pp. 197-198.

    154 Constitutiones II, 156. Esta advertencia no aparece en los otros textos A y B de las constituciones, donde tan slo se dice que entre las cmaras de los ms mancebos es bien que estn las de los ms antiguos. (Ibid., II, 342.)

    155 Ibid., II, 176, 402.156 Constitutiones II, 155.157 Ibid.. I , 251.

  • as LOS NOVICIOS DE LA COMPAIA 33 7en la Compaa, es decir, una disposicin de estabilidad definitiva. "Sin la cual voluntad no debern aceptarse en la casa de probacin 158. Por eso "personas en quienes se notase liviandad e inconstancia y flaqueza de nimo no son para este Instituto l59. En casos dudosos podra darse largas al candidato, sin quitarle la esperanza de admisin y aconsejarle que mientras tanto se prepare con ejercicios ascticos y con otras prcticas oportunas para probar y robustecer su vocacin y para corregir ciertas inclinaciones siniestras de su carcter16. El caso de dilatar la admisin poda ser ms frecuente cuando se trataba de muchachos jvenes y an no maduros, pero de buenas cualidades, o cuando surgan dificultades con las familias, que se oponan a la vocacin 161. De todos modos, nunca deberan encubrirse al candidato "las dificultades que en ella [la Compaa] hay 162.

    Superada la etapa de primera probacin, entonces es cuando comenzaba propiamente la formacin de los novicios, ya quedaran en las mismas casas de probacin o ya pasaran a otras casas o colegios. Por eso, en las reglas de los colegios encontramos con frecuencia prescripciones que se refieren expresamente a los novicios 163. Ante todo, era necesario cumplir las seis experiencias de que ya hemos hablado, y que haban de hacerse "antes de entrar en el ao segundo de la probacin ,M. En ese primer ao puede ms el rector extenderse en mortificaciones; despus que fueren probados y comenzaren los estudios, mejor es no distraerlos con mortificaicones, aunque alguna conforme a la presente necesidad se usase... 165.

    Cuando se leen los documentos ignacianos y se quiere captar a fondo sus orientaciones sobre la formacin de nuestros jvenes, conviene no perder de vista aquella modalidad de entonces, cuando no existan noviciados formalmente constituidos (como sucedi ms tarde) y cuando las grandes casas de estudiantes eran todava muy pocas y ninguna de ellas dedicada exclusivamente a la preparacin espiritual y cientfica de los jvenes jesutas En los pequeos colegios de aquella poca se mezclaban maestros y alumnos, y aun muchas veces se confundan las dos cosas en las mismas personas, unos con votos y otros sin ellos y con escasa probacin, y aun algunos recin llegados que apenas si tenan unos rudimentos de formacin espiritual. Aun los que llevaban ms tiempo en la Compaa, tampoco ellos haban madurado lo suficiente en la vida religiosa. Muchas veces los mismos superiores eran sacerdotes con pocos aos, y en ocasiones con pocos me$es de Compaa, pero que haban ingresado en ella con las rdenes sagradas y con alguna experiencia de apostolado165. Resulta, por tanto, un problema muy complejo dar su exacto valor a muchos avisos esparcidos por el voluminoso epistolario ignaciano, si no se conocen en

    is* Ibid., II, 296-298. Cfr. Ibid., II, 36, 38, 40, 76, 135; Regulae Soc. Iesu, 198.15* Constitutiones II, 139. Cfr. Ib id ., II, 290; Epist. S. Ignatii V, 510.160 Ibid., II, 139. Epist. S. Ignatii IX, 25, 103, 173, 322-3, 601.161 Epist. S. Ignatii IX, 406; X, 403, 695; XI, 308, 237; V, 534; IX, 408.162 Constitutiones II, 135; I, 294. Cfr. Sin embargo, Ibid., II, 300.163 Ib id ., II, 175, 177, 179, 402-404, 408, 414, etc. Cfr. las Constitutiones colle-

    giorum" de Polanco en Regulae Soc. Iesu, 218, 219, 226, etc. (Sobre estas constituciones hablaremos ms despacio en la segunda parte, cuando tratemos de los estudiantes.)

    164 Constitutiones II, 57.165 Regulae Soc. Iesu 226-227.165 En ocasiones, los superiores ni siquiera eran sacerdotes. Cfr. Epistolae S. Ignatii

    V il. 163-164 (Anbal Coudret, rector de Mesina).

  • 3 3 8 JESUS M. GRANERO, S . I. 2 6

    cada caso las circunstancias. Y hay que admitir que esas circunstancias quedan muchas veces en la penumbra, a pesar de la ayuda que para iluminarlas nos presta el Chronicon de Polanco.

    Al menos, las constituciones (en sus textos sucesivos)166 nos esclarecen lo fundamental del pensamiento de San Ignacio y aun la continuidad sustancial del mismo. Ellas apuntan a la meta y a los medios que el santa consideraba necesarios para llegar hasta ella. Las constituciones nos descubren al Ignacio legislador, que habla para el presente de entonces y para el futuro de la Compaa. Mientras que el epistolario pone ante nuestros ojos al Ignacio superior, que concretiza y aplica en lo posible lo que de manera depurada y universal iba por entonces mismo reflejando en las constituciones. Hasta que stas se promulgaran dejaba, como iremos viendo, muchas cosas a las iniciativas de la periferia e iba controlando con ellas sus iluminaciones e inspiraciones internas. Cuando las constituciones (en una redaccin que l no pensaba todava definitiva) comenzaron a promulgarse, no quedaban apenas sino tres aos para que terminara la vida del san to167. T al como estn en sus diversos textos sustancialmente coincidentes, a ellas hemos de atenernos para averiguar cul debe ser la formacin de los novicios en la Compaa; o al menos cmo quera San Ignacio que fuese. Si hoy se quieren seguir otros caminos en atencin a las circunstancias de nuestro tiempo, es cosa que deliberadamente nos abstendremos de enjuiciar. Para entender la orientacin de este estudio conviene que el lector se percate de que no intentamos ahora poner en claro cul es la espiritualidad propia y especfica de la Compaa. Es evidente que esa espiritualidad ha de ser la meta a que se enderece la formacin de los novicios Pero lo que ahora nos proponemos es ver cmo de hecho y prcticamente ha de realizarse esa formacin, segn los deseos de San Ignacio.

    A este tema est dedicada la tercera parte en todos los textos de las constituciones168. Dejaremos a un lado cuanto se refiere directamente a la salud y a la conservacin de las fuerzas corporales, aunque para este modo de vivir son necesarias 169. Es la formacin espiritual y religiosa lo que ahora nos interesa. San Ignacio quera que esta formacin fuese dirigida por los que son de la misma congregacin y no por otros 170. Cosa obvia, ya que el espritu singularmente propio de un instituto cabe pensar que slo podr inducirlo aquel que personalmente lo vive. Precisamente

    166 Todos saben que, aparte de numerosos fragmentos y piezas aisladas que se escalonan desde 1541 a 1550, existen tres cuerpos completos de constituciones (los llamados textos a, A y B), cuya fijacin cronolgica est aproximadamente establecida por los editores del lonumenta hacia 1547-1550, hacia 1550 y hacia 1556. Paralelamente, las sucesivas redacciones del Examen para candidatos se establecen aproximadamente tambin en 1546, 1550 y 1556. (Cfr. los prolegmenos de los editores en Constitutiones I I , pgs. viss., x, xxivss. y exemss.)

    167 El encargado de prom ulgar las constituciones fue Nadal, nom brado visitador de Espaa y Portugal a mediados de 1553 y de Italia y las regiones del centro de Europa en febrero de 1555. [Cfr. Nadal I, 143ss. (patente de 10 abril de 1553) y 279ss. (patente de 18 febrero 1555).]

    168 Constitutiones II, 150ss., 336ss.169 Ibid., II, 150, 336, 337.170 Ibid., I, 188. En la s constituciones, esto no se dice explcitam ente, aunque s t

    presupone. (Ibid., II, 159, 351.)

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    para mantener esta singularidad de un mismo espritu, no quera admitir en la Compaa a los que hubiesen estado ya en otras congregaciones religiosas. Poda pensarse que tal vez venan con otro enfoque espiritual, y San Ignacio deseaba que en la Compaa fuesen todos de una misma color y semejanza 171. Hay quienes insisten mucho en que ese enfoque espiritual y apostlico de la Compaa se aparta decididamente, por expresa voluntad de San Ignacio, de cuanto pueda tener un sabor monacal o frailuno. Aunque esto fuera as (que no lo es tan generalmente hablando), quedara an por determinar qu ha de entenderse como propio y especfico de monjes y frailes. Porque parece indudable que un montn de orientaciones y de prcticas espirituales o ascticas pertenecen a la espiritualidad simplemente evanglica y no son exclusivas de monasterios o conventos. Por lo dems, es un hecho histrico irrefutable que San Ignacio, mientras preparaba sus constituciones, tena a mano las reglas de las ms clebres rdenes, e hizo un resumen de cuanto en ellas poda interesarle 172. Basta un cotejo no muy profundo para convencerse de cuntas cosas acogi y asimil, aplicndolas a la Compaa y muy en particular a la formacin de los novicios173. Con esto no pretendo poner en duda la originalidad de lo ignaciano, ni los puntos en que San Ignacio sigui otros caminos.

    Cuando San Ignacio viene a tratar de la formacin espiritual hace una divisin obvia entre las cosas que impiden y las cosas que ayudan para el ir adelante en la va del divino servicio en espritu y virtudes 174. Naturalmente, no seguiremos paso a paso todas las prescripciones del fundador. Ser suficiente con que apuntemos las grandes lneas de su pensamiento. Quiz se pueda reducir todo a cuatro puntos sustanciales: a) apartar al novicio de pecados y peligros; b) procurarle positivamente un adoctrinamiento sobre los principios y las prcticas espirituales; c) introducirlo en el ejercicio personal de las virtudes cristianas y religiosas; d) someterlo a un rgimen general de vida apropiado para el fin que se pretende. No s si en algo de esto descubriremos cosa que no hubiera sido aplicada ya o no sea igualmente aplicable a los novicios de cualquier orden o congregacin. Aunque es cierto que San Ignacio insiste en algunos puntos ms que en otros, sin duda por la modalidad caracterstica de su orden.

    a) San Ignacio parte del supuesto nada recndito de que la gran mayora de los novicios son jvenes y, por tanto, fcilmente influenciables por las impresiones de fuera; jvenes que an no han adquirido normalmente ni los primeros principios de la vida espiritual, ni el grado de madurez que es necesaria para el ejercicio de una libertad responsable. En

    171 Ibid., II, 26. O tra de las razones para excluir de la Compaa a los que venan de otros Institutos religiosos es que se poda presumir de ellos alguna inconstancia o ligereza. (Cfr. Ibid., II, 139; Fontcs I, 633.) Por esta misma razn no quiere san Ignacio que se introduzcan en las casas de la Compaa ritos o costumbres nuevas, porque como es conveniente la uniform idad en la Compaa nuestra interior y cx- teriorm ente..., as la diversidad es inconveniente y principio de desunin. (Epistolae San Ignatii VII, 587-588.)

    172. Cfr. Constitutioncs I, pgs. c l x x x s s . Los autores del M onumcnta piensan con vlidas razones que fue san Ignacio mismo el que, ayudado por Polanco, hizo los extractos de las reglas antiguas, que podan serle tiles para su trabajo. (Cfr. Ibidem, pginas c x c i i s s .)

    173 Cfr. Ibid., I, 269, 27G, 279, 280, 283, etc.174 Ibid., II, 336; Cfr. Ibid., II, 155.

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    estas condiciones les limita estrechamente todo contacto con el mundo exterior: ni salidas de casa, ni visitas a la portera, ni correspondencia epistolar alguna. Cuando convenga permitir algo de esto ser siempre a juicio del superior y bajo control muy determinado en cada caso175. Naturalmente que este quiz exagerado retraimiento no era slo con el fin de evitar pecados u ocasiones peligrosas en jvenes frgiles176, sino tambin 'porque ms se pueda aprovechar con la mayor quietud y silencio en su Criador y Seor 177 Ms cuidado era necesario tener en todo esto cuando poda correr peligro la estabilidad y constancia en la vocacin 17S. Aun dentro de casa les estaba limitada o regulada a los novicios la conversacin de los unos con los otros, segn que pudieran ser perturbados o ayudados en espritu179. Y, en general, deban los novicios aprender a refrenar sus sentidos todos no slo para evitar el mal, sino tambin para procurar el buen ejemplo que ha de darse con el porte o comportamiento exterior 1S0. Como tambin las lecturas producen impacto en las personas an no formadas, conviene que a los novicios no se les permita sino el empleo de los buenos libros usados y aprobados por la Compaa y no de otros lfl.

    b ) Todas estas medidas pretendan, indudablemente, preservar a los novicios de tentaciones y peligros, que an no eran capaces de superar personalmente. La formacin positiva del espritu religioso y apostlico entenda San Ignacio que deba procurarse, ante todo, adoctrinando a los novicios en los principios y prcticas de la vida espiritual. Con este fin el maestro de novicios u otra persona competente les ha de explicar cuanto se refiere al sentido y recepcin de los sacramentos y misterios litrgicos, a las grandes devociones cristianas, a la oracin, meditacin y examen de conciencia, al modo de superar las tentac