la protesta humana_09

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  • 7/23/2019 La Protesta Humana_09

    1/4

    G RMIN L

    El siguiente trabajo, que public uno de los rganos mas genuinamente conservador de la burguesa de Italia, LA TRIBUNA de

    Roma, en su edicin del 28 Agosto de -897, lo recomendamos la consideracin de la mayora de escritores y periodistas burgueses,

    segurosde que en l pueden aprender lo que stos nunca han tenido: conocimientos de lo que se combate, talento para combatirlo,

    imparcialidad y buena f.

    Aunque nosotros no podemos estar acordes con su autor respecto la concepcin de lasociedad futura, lo publicamos gustosos porque

    alguna enseanza encierra tambin paralos anarquistas. Nos ensea que la humanidad progresa influjo de ideas justas y nobles,

    y no en virtud del odio sistemtico, outrance. como pretenden algunos, del espritu de venganza, siempre mezquino cuando de

    l sehace la nica arma decombate.N. de la R.

    GERMINAL

    Ginebra,

    23

    Agosto

    97.

    Este artculo llegar tarde para comen-

    ta r

    la

    muerte

    de

    Angiolillo; pero,

    ya que

    no quiereser unartculode crnica, siem-

    pre llegar tiempo, espero, pa ra h acer

    oposicin

    todas

    las

    cosas tristes

    y vul-

    garesque, propsitodecada nuevo aten-

    tado anrquico,

    se

    escriben contra

    la

    anar-

    quay elanarquismo,en Italiay fuerade

    ella,por lallamada gentedeorden,que es

    la

    mas

    incoherente fomentadora

    del de-

    sorden. El contenido deeste artculo no

    corresponder, amigos

    de a

    Tribuna,

    ni

    vuestros sentimientos,ni vuestros prin-

    cipios,ymacho menos lossentimientosy

    los

    principios

    de

    vuestros lectores; pero,

    ya queesto, comoyocreo, es verdad,de-

    jadlo pasar.

    No

    ser gra n

    mal ir

    alguna

    vez

    contra la corriente, y posiblemente supe-

    rarla

    Angiolillo, pues, es un asesino; es cosa

    convenida. Pero porqu no podra ser

    tambin un mrtir? Esto difcilmente que-

    rr admitirse. Si es un asesino por el tiro

    de revolver disparado contra Cnovas del

    Castillo,

    es un

    mrtir

    por el

    peso

    de la con-

    dena bajo el cual ha quedado ahogado.

    Arrojad fango, cuanto queris, sobre la

    mano

    que ha

    estrechado

    y

    dirigido

    el

    arma

    homicida. Perono podis menos de arro-

    jar, despus,

    una

    corona

    de

    jacintos sobre

    la cabezaque se ha inclinado tan digna-

    menteen lamuerte. Este anarquista, sea;

    este destructor

    del

    orden social

    que

    tiene

    su base en la familia, este anr quico, el

    cual

    ha

    pedido

    por

    favor

    su

    carcelero

    que

    enterraran con l la ltima carta de su

    madre; este asesino,que,fuerteen sucons-

    ciencia

    y en su

    ideal,

    no ha

    sentido

    la ne-

    cesidad,en sultima hora,ni de recomen-

    darse

    los

    hombres

    ni

    Dios,

    y

    cuyo

    ltimo suspiro se ha confundido con una

    dulce palabra de augurio y de esperanza

    para

    el

    mundo: Germinal este anrqui-

    co, este asesino, este condenado, este

    aplastado,

    es de la

    buena madera

    de los

    mrtires,de loshroesque deningn modo

    deshonran

    la

    humanidad.

    Germinal Esta palabra

    no

    puede flore-

    ce ren elmomentode la muerte, sinoen el

    corazn

    de un

    poeta,

    y en el

    sueo

    de un

    hroe. Esta palabra encierraen stodauna

    gentil primavera de sentimientos y de

    ideales,

    y es

    digna

    de

    figurar

    al

    lado

    de

    aquellas otras frasesy palabras que en la

    historia

    del

    martirologio poltico estn

    cir-

    cundadasdeaureola. Este anunciode una

    nueva auroraen lat ierra y en lasociedad;

    esta declaracin

    de

    amor

    y de f en la

    vida

    que paral sesepultaen lastinieblas; esta

    fecunda glorificacin

    del

    porvenir

    en el

    minuto supremo en que el tiempo no le

    concede tregua alguna, pruebayrepresen-

    ta

    la

    naturaleza

    del

    hombre

    y la

    natura-

    lezade laidea. Germinal Es elidilio,m-

    gicamente despertado,que secierne por

    encima y msall de la tragedia indivi-

    dual;es la sonrisa del pensamiento ante

    las prximas torturas

    de la

    carne;

    es el

    vuelode la antasa sobrelanegra cohorte

    de losjueces,de los carcelerosy del ver-

    dugo;es elirisdelalma gloriosamenteres-

    plandeciente sobrelatempestaddelpropio

    delito consumado

    y el

    delito

    de los

    dems

    que est para consumarse. Ah este italia-

    nonotiene solamenteun arma quemata;

    tiene tambin un sueo que vivifica:no

    tienetansolounamisindevenganza;tie-

    ne tambin

    un

    sentimiento

    de

    amor Este

    asesinoestambin un mrtir Y ya que

    hay tanta gente que lo vilipendia como

    asesino, permitid

    que

    alguno,

    que no per-

    tenece su escuelani es de supart ido,no

    desconozcala parte noble y buena de su

    persona.

    El ha

    pagado

    con la

    suya

    la

    vida

    de Cnovas delCastillo; est, pues,en paz

    con elCdigo Penal. Pero antelahistoria

    delapoltical serealza, desdeosamente.

    Sobre

    la

    sombra

    del

    delito pasa

    el

    relm-

    pago de una consciencia. Y no de una

    consciencia vulgar.

    Pero,

    propsito

    de

    Angiolillo, razone-

    mos, serposible, sobrelaintil persecu -

    cinde losgobiernos contralosanrquicos

    y

    el

    anarquismo.

    Que otros efectos, tales persecu ciones

    producen, sino

    de

    sangre,

    de

    venganza,

    de

    muerte? Que atentadoy que delito han

    hasta

    el

    presente evitado? Que dique

    han

    opuesto lapropaganda del ideal la

    del hecho? Esintil hacerlaenumeracin;

    pero

    la

    crnica

    de los

    delitos polticos

    de

    estos ltimos cinco aos est aqui presente

    para responder,ya que no para ensear.

    Ahora, reflexionad.

    Nosotros lloramos,hoy,sobreelcadver

    de Cnovas

    del

    Castillo. Est

    muy

    bien.

    Pero nocreisquehaya mucha, peromu-

    cha otra gente

    que

    llora sobre

    el

    cadver

    de los fusilados de Montjuich, sobre los

    torturados

    y los

    atenazeados anarquistas

    de

    las

    prisiones espaolas? Vosotros

    im-

    precisla mano homicida deAn giolillo y

    pedis nuevas leyes

    de

    persecucin,

    lo que

    significa nuevos mediosynuevos sistemas

    de persecucin contrasus compaerosde

    f.

    Pero creis

    que,

    como nosotros,

    no se

    subleve desdeoso,noprorrumpaenrecri-

    minaciones,

    y no

    invoque represalias,

    el

    corazn y lafantasa de los anarquistas,

    cuando an te ellosse dan espectculos de

    bestialidad,

    se

    ofrecen ejemplos

    de

    carni-

    cera, comolos que dealgn tiempo esta

    parte

    se han

    dado

    y

    ofrecido

    en

    Espaa?

    Nosotros tenemos el mismo precisom-

    todode losanrquicos: somos unilaterales;

    solo miramos

    nuestra idea,

    no nos

    preo-

    cupamos sino de nuestro inters,no nos

    exaltamos sino con nuestro miedo. Nos

    falta, como falta

    los

    anarquistas,

    el

    crite-

    rio de relatividad, y porconsiguientenos

    falta

    la

    fuerza

    de la

    palabra

    y de la

    accin

    equilibrada. Conesta diferencia:que los

    anarquistas, excitados como estn,por la

    lucha,

    por la

    sangre quemada

    y

    llena

    de

    venenos,pornosotros inyectados, son por

    su especial condicin frente

    la

    sociedad,

    escusables al menos, como perseguidos;

    peronopuedey nodebeserescusableuna

    sociedad organizada, como

    la

    nuestra,

    si

    en elerrorde los anarquistascae, insis-

    te,

    usando,

    por su

    parte,

    las

    mismas arm as,

    la misma tctica, los mismos medios que

    usanlosadversariosqueinsultaymaldice.

    El delito ciego, como amonestacin y

    como intimidacin:

    he

    aqu

    el

    mtodo

    de la

    ejecucnanrquica;y he aqu tambinel

    mtodo

    de la

    persecucin

    de los

    gobiernos

    contralosanarquistas. Despus delesta-

    llidode unabombaquematamuchosino-

    centes, qu hace

    el

    gobierno? Registra

    las

    casasde losanarquistas;sellevade las ca-

    sa s

    y de las

    fondas

    todos

    los

    compaeros

    que puede,y los arroja la crcel, los

    deporta, losmanda bajo otro cualquier

    pretexto

    al

    domicilo coatto;y

    ya una

    vez

    en

    su poder, bajo llave,losapaleayofendede

    cualquier modo, ejercitando contra ellos

    todaslas seviciasque laprcticay la ju-

    risprudenciade poicia aconsejaninspi-

    ran. Algunas veces,

    el

    golpe

    es

    demasia-

    do fuerte

    y un

    Frezzi muere; otras,

    la vc-

    tima

    es

    demasiado resistente,

    y un

    Gana,

    an laceradoen todas sus carnes, estro-

    peadaslasmanosy lasorejas, con los in-

    testinos

    mitad salidos

    del

    vientre, sale

    delacrcel dar eltestimoniode sangre

    contra todaslas torturas que l y sus

    compaeros han sido sometidos por los

    carceleros deCnovasdelCastillo.

    Qu diferencia hay entre la conducta

    de losanarquistas contrala sociedady la

    conducta

    de

    sta contra aqullos? Ninguna.

    Una yotrosen lugarde obrar por va de

    justica, obranporvenganza.Una yotros

    no combaten

    la

    gran batalla,pero

    se

    irritan

    reciprocamente

    en las

    represalias

    del de-

    lito. Una yotros estn dominados por el

    instinto,no por el pensamiento: fieracon-

    tra fieras. Perono hayninguna raznen el

    mundo

    por la

    cual

    se

    deba alabar

    animar

    la

    sociedad

    en su

    expresin

    de

    gobierno,

    por lasmismas cosasenvirtudde las cua-

    les se vilipenda y se persigue los

    anarquistas; sea: por losmismos errores

    y

    por

    idnticos crmenes.

    El

    cdigo penal

    no puede tener

    una

    nomenclatura diferen-

    te,

    envistade losprincipios polticosy de

    los interesesdecasta.

    El gran errorde losgobiernosdeEuropa

    es esfe:detratar al anarquismo como se

    trata

    al

    bandidaje,

    y

    como

    ste tratar

    de

    extirparlo.Hay genteque mata?Pues,

    matemos nosotros tambin.Hay gente

    que mata, por razn de escuela?Pues,

    desacreditemos la escuela y digamosque

    esta es una palestra de asesinos; y entre

    tanto,nosotros que somos los creadores

    del derecho

    y los

    guardianes

    de las

    leyes,

    n nombre

    de

    unas

    y

    otro, imitemos aque-

    aquella escuela. Nosotros somoslos mas

    porque estamos

    en

    mayora;

    no

    ser, pues,

    difcil,en unalucha semejante,ser los ven-

    cedores.

    Lo

    somos

    en los

    bosques contra

    los bandidos; porqu dejaramos deserlo

    enlascallesde laciudady en las fondas

    d

    los

    arrabales?

    Y con

    estos criterios,

    con estas tendencias,con este mtodo,se

    va adelante,

    sea ,

    verdaderamente,

    atrsimaginando leyes deresistenciain-

    ternacional, fantaseando nuev as formasde

    persecucin

    y

    nuevas penas,

    y

    contempo-

    rneamente exponindosealridculo,por-

    qu e

    el

    atentado anrquico tiene, hasta

    el

    presente, esta ventaja sobre el atentado

    social:loprecede,yprecedindolo, lo anula.

    Pero,

    nos ser lcito

    nosotros decir

    un

    poco la verdad?

    Si s, yo mepermito afirmarque lanica

    forma h eroica

    de la

    ciencia

    y de la

    vida

    modernaes elanarquismo; que delanar-

    quismo derivanlos libros ms genialesy

    los hombres

    ms

    valerosos;

    que en el

    anar-

    quismo estengestaciny acaso madura-

    r

    la

    gente nueva,dominadora

    de la

    vida

    social. Y notengo intencin alguna, di-

    ciendo esto,dehaceruna paradoja.

    Los bandidos los asesinos los malhe-

    chores ....

    S:

    pero estos bandidos

    no ro-

    ban; pero estos asesinos saben que van

    morir cuando cometeneldelito; pero estos

    malhechores,

    al dar la

    muerte,

    van en bus-

    cadeella;y ms que lamuerteal supli-

    cio rpido de la multitud. Cada uno de

    estos,

    m ata porque

    se

    hace

    la

    ilusin

    que su

    delito puede a portar frutos delbien sus

    semejantes.

    Ninguno

    de

    estos

    es

    egosta; ninguno

    de

    ellos in tenta llegar pormediodel delito

    las riquezas,

    los

    honores,

    al

    gobierno:

    todossonaltruistas, que, an sacrificando

    otro hombre se sacrifican ellos mismos,

    como creen,

    por el

    gnero humano.

    Y

    losquecubrendefloreselpualde Bruto;

    los

    que

    prodigan incienso

    la

    guillotina

    delaConvencin; los que atan una ban-

    dera lasbayonetasde Ageselao Milano,

    no

    se

    aperciben

    de lo

    ilgicos

    y

    unilatera-

    le sque son,paranodecir injustos, cuando

    quieren cubrir elpualquecortel cora-

    zn

    de

    Carnot.

    que

    ningn Csar

    era sin

    embargo,y elarma que destrozelcere-

    br o

    de

    Cnovas

    del

    Castillo,

    el

    cual,

    an

    cuandoeradefensordeltronoy delaltar,

    no tenasin embargo la fascinacin y el

    orgullode lastradiciones de Luis XVIIy

    de FernandoII deBorbon. Yono justifico

    ningn delito;

    me

    duele

    tan

    solo

    no

    t ener

    aqumiCicern, para cita r aquella pgina

    maravillosa(de la 2a o de la 3afilpica,no

    recuerdo bien)en la cual est delineada y

    precisada eternamente la terica de la

    legitimidad

    del

    delito poltico.

    Yo

    llago,

    simplemente,un curso delgica;y no es

    culpama si lalgicano mehace odiarni

    vilipendiar,

    ni

    condenar, siquiera

    con el

    ms irresponsable

    de los

    adjetivos,

    el

    anar-

    quismoy susmilitantes.

    Este anarquismo,

    por

    otra parte, posee

    sus filsofos,sus poetas, sus periodistas,

    sus crticos; como posee tambin sus h-

    roes;

    es

    toda

    una ola

    fresca

    y

    sonora

    de

    ideasy defantasmasy en laobradeestos,

    que valen ciertamente mucho

    ms y

    mejor

    que loschinosdelsocialismoy losbizanti-

    nos delconservadorismo,y entodo aquello

    que piensan

    y

    escriben tienen

    una tal

    fuer-

    za socrticade razonamiento y una tan

    viva originalinad

    de

    inspiracin,

    que ame-

    nudo maravilla y mucho ms amenudo

    conmueve.

    Y

    es

    verdaderamente

    muy

    extrao,

    y

    denotala gran ignorancia de la poltica

    internacional,que contra la anarqua y

    sus hombres

    no se

    repita otra cosa, conti-

    nuamente, sitiolas acostumbradas vulga-

    ridades

    y las

    frases

    de

    cajn ve rtidas

    con-

    tra todas las audacias desinteresadas y

    todaslasabnegaciones individuales incon-

    dicionadas;

    y es ms

    extrao

    an que,

    para

    da r entender que se comprenden los

    tiempos

    y que n se es

    hostil

    las

    cient-

    ficas deducciones, contra la anarqua se

    llameen ayuda, susurrndolo un pocoal

    odo,

    al

    socialismo evo lucionista,

    la evo

    lucin solialista. Ah estoes otra cosa

    ah Esto

    es

    otro cantar

    Con el

    socialis-

    mo sepuede discutir;con la evolucin se

    puede tratar ah oh autre chose. Y

    asi exclamando

    se

    cree

    en los

    peridicos

    y

    en losparlamentos poder salvarlascabras

    del presente

    y las

    coles

    del

    porvenir; poder

    dar lapolticauncierto barnizdeciencia

    socialy staunacierta tinta parlam enta-

    ri a

    que la

    hagaoportuna

    las

    varias fases

    dela elocuencia, ministerial de oposi-

    cin

    Y

    despus

    de

    esto,

    es

    intil aadir

    qu eseconsidera lasociedad salvada...del

    mismo modo

    que la

    anarqua destruida.

    Pero

    hay

    necesidad, pues,

    de

    dejar libre

    el pasoaldelito, dejar libreeltrabajo los

    subvertidores

    de la

    sociedad?

    No, amigosadversarios queridos; pero

    se necesita encontrar

    los

    medios para

    im-

    pedir aquel pasoy el triunfo de este tra-

    bajo. Y hastaelpresente no se han en-

    contrado

    y no se

    encontrarn Porqu?

    He aquielporqu.

    El anarquismo

    no es una

    causa,

    es una

    consecuencia; no es una proposicin, es

    una ilacin;

    no es,

    malgrado

    sus

    mtodos

    y

    sus delitos,laexpresinde unalocurapo-

    ltica, sinolaafirmacin de una condicin

    de cosas

    que

    est destinada

    cambiar.

    Dada

    una

    sociedad como

    la

    nuestra,

    una

    sociedad, sea,cariadaentodo su esque-

    leto,afectaentodos sus humores de una

    discrasia desgraciadamente invencible;

    el

    anarquismo, sea,el espritu que niega,

    es

    una

    necesidad lgica ineludible.

    El

    anarquismoes hoy,para nuestra sociedad

    loque era lafilosofadeRousseau para la

    sociedad francesa

    del

    siglo pasado.

    En

    aquel mundo cerrado de privilegios, de

    prejuicios,

    de

    crueldades, Rousseau

    se pre-

    cipit comounsalvadoren uncuartoen el

    qu eseasfixiaunapersona amada,y abri

    todas

    las

    ventanas,

    y

    mostr fuera

    de

    aque-

    llas leyesyaquellos reglamentosdecorte,

    fuera

    de

    aquellas miserias

    de

    vanidad

    y de

    etiqueta,loslibres camposy los cielos in-

    finitos, las gloriasde la vida universal y

    las esperanzas

    del

    inmortal porvenir;

    y de

    este modo saclaFrancia,y con laFran-

    cia Europa,

    del

    viejo hospital

    de la

    monar-

    qua,respiraren lanuturaleza,pensar,

    amar, combatiryvivir. Que impor taque

    elC ontrato Social haya quedado

    en el li-

    bro Peroelespritude aquel contratoy

    de todas

    las

    dems obras concordantes,

    ha

    renovado duranteunsiglola sociedadhu-

    mana. Lomismo pasacon el anarquismo.

    Ninguna

    de sus

    proposiciones, ninguna

    de

  • 7/23/2019 La Protesta Humana_09

    2/4

    las partes

    de su

    programa ser

    un

    hecho;

    las

    funciones humanas puesto

    que es la

    dad; con una

    liga

    de

    resistencia interna- Brandes;

    que

    desbarate

    las

    jerarquas;

    pero

    el

    espirtu triunfar.

    El

    anarquismo resultante

    de

    todas

    las

    necesidades

    y de

    cional

    de

    polica?

    que

    comprima

    y d

    nueva direccin

    a las

    serun fuego fatuo; pero surge de la pu-

    todaslasfunciones laintegral voluntad

    Otra cosa es necesario. Entodos los energas sociales. Los gobiernos de un

    trefaccinde nuestra sociedad. E interi-

    dominiode la evolucin futura tal como

    tiempos

    y en

    todos loslugares las leyes dia, los parlamentos, las prefecturas, la

    namente contiene: contra elvilpredominio

    nosotros libertarios de nuestros tiempos

    de polica na han resuelto ninguna

    cues-

    polica, causan risa, cuando se ven ir en

    de las mayoras electorales y parlamenta- podemos presentirla, la voluntad gracias tion, al contrario, las han vuelto ms masa la caza del anrquico y del anar-

    rias, la afirmacin de la consciencia indi- d la cual el hombre ser al fin un dios agudas; y la crueldad no ha descorazo- quismo. Y harn reir an durante mu-

    vidual; contra la inercia moral de las cla- Es un poeta anarqui sta quien habla, nado ni desacreditado jams, al contrario cho tiempo.

    ses llamadas dominadoras; la afirmacin Adolfo Rett. y en esta sinttica decla- han santificado los partidos de oposicin Asemeja al Rdano, surgiendo azul y

    de las voluntades renovadoras; contra la racin hay todo el temperamento de su los regmenes actuales. Que hacer, ruidoso del Lmano, riendo al ver el Arbe

    incoherencia del pensamiento y de la partido. pues? Que hacer? Esperar que venga que quisiera prestar le su lecho y el blanco

    accin, la afirmacin

    lgica

    de una y otro. Ahora bien, como creis poder destruir el hombre, que venga el hroe, que mez- sucio de sus aguas, mientras l sigue

    La voluntad Es aqu donde reside el un partido semejante, que deriva de las

    le todas las fuerzas sociales; que revo- libre y desdeosamente su curso.

    secreto de esta libertad interior que debe condiciones mismas de la sociedad que lucione las almas, segn la enrgica ex-

    adquirir: la voluntad, la ms elevada de defendis, con una ley de pblica seguri- presin de Ibsen en la famosa carta RASTIGNAC.

    n u e s t r o s l e c t o r e s y l o s

    c o m p a e r o s e n g e n e r a l

    Vivimos en constante dficit que solo

    la buena voluntad de los compaeros y

    amigos del peridico podra enjugar.... si

    esta buena voluntad existiera en todos sin

    escepcin.

    Son siempre los mismos los que nos ayu-

    dan y estos no son tan numerosos como

    sera de desear si queremos que una publi-

    cacin anarquista se arraigue en una gran-

    de capital como esta. Es doloroso ver esta

    apata en gentes que se llaman revolucio-

    narias, en gentes que abundan en la idea

    de que nuestros ideales tengan un cam-

    pen que combata sin cesar la iniquidad y

    la injusticia burguesa.

    Estamos nosotros tan convencidos de es-

    ta necesidad imperiosa de una propaganda

    continua, de esta necesidad de un peridi-

    co que no tenga que limitarse salir de

    tarde en tarde y pueda con mayor tiempo

    y espacio tratar con oportunidad los mil y

    un asuntos que diario se suceden, de esta

    necesidad de estar en la brecha constante-

    mente, que no titubeamos un momento en

    hacer aparecer LA PROTESTA HUMANA se-

    manalmente desde el presente nmero.

    Muvenos, adems de esta necesidad de

    mayor propaganda, el noble orgullo de que

    las publicaciones anarquistas no sean por

    ms tiempo consideradas por todo el mun-

    do como reflejo del pensar, del sentir, de la

    aspiracin de una reducidsima minora,

    sino evidente prueba de que alrededor de

    ellas se agrupa un partido que crece y au-

    menta cada da ms cuanto ms avanzan

    nuestros ideales.

    Es la dispersin, es el aislamiento, es es-

    te ir cada uno por su lado lo que nos hace

    aparecer ante la burguesa como minora

    despreciable. Los obreros que simpatizan

    con nuestros ideales son muchos, y much-

    simos ms son los compaeros.

    Por esto nosotros que tenemos concien-

    cia de esta superioridad numrica siempre

    creciente, y f en la verdad y justicia de

    nuestras ideas, invitamos todos los com-

    paeros, todos los amigos, que nos ayu-

    den en este nuestro deseo de engrandeci-

    miento efectivo, de su publicidad mani-

    fiesta.

    Es necesario que todos sacudamos esta

    apata, que dejemos un lado el platonismo

    miedoso, que todos aportemos nuestro

    grano de arena la comn obra. Jams

    triunfar una ideasi los que dicen profesar-

    la no se agrupan de un modo efectivo en-

    torno de ella.

    El pequesimo esfuerzo econmico de

    todos, pero detodos los que se dicen anar-

    quistas, sera mas que suficiente para que

    la propaganda no se interrumpiera y cre-

    ciera cada da ms. Pero es necesario este

    esfuerzo de todos.

    Contamos ya con el apoyo de los cons-

    tantes, de los que siempre, al ayudarnos,

    han dado pruebasde querer sus ideas algo

    ms que con palabras. A los tmidos, los

    vacilantes, rogamos desechen temores pue-

    riles y nos ayuden.

    Y a todos en general, compaeros y ami-

    gos, rogamos, se fijen en la necesidad del

    anterior expuesto propsito nuestro, segu-

    ros de que obtendremos el suficiente apoyo

    moral y material indispensable si queremos

    que el ideal anrquico se difunda con ma-

    yor rapidez entre ei proletariado incons-

    ciente.

    A la obra, pues. Salud y R. S.

    LA REDACCIN.

    A C O N F E S I N D E P A R T E

    Ocupandose de la c u e s t i n so-

    c ia l ,

    d i j o B i sma rc k las s i g u i e n t e s

    frases:

    En otro tiempo podia resolverse

    p o r medio de la policia. Hoy h a b r

    que resolverla por los m e d i o s mi-

    l i t a re s . F e r ra r i s .

    inter de un redactor de LA

    TRIBUNAL (I?De Roma con el principe

    Bismarck.

    Telegrama del

    I MP AR -

    CAL

    de Madrid 30 Agosto.)

    Bissmarck es uno de los hombres que ha

    hecho un imperio, que lo ha tenido durante

    buena parte de su vida en el puo, empera-

    dor inclusive, y que, por consiguiente, co-

    noce a fondo los intereses de la burguesa

    de su pas.

    Sus palabras son fiel reflejo de toda una

    clase, del espritu profundamente egosta

    queaesta clase anima frente los intereses

    del proletariato que la combate, implican

    un reconocimiento, contrariamente la

    opinin de muchos, de que la cuestin so-

    cial existe, que es un problema que hay que

    resolver, en uno otro sentido.

    El modo como se solucionar es lo que

    hay que buscar.

    Ser pacifica? ser violenta la solucin?

    Las diferentes escuelas socialistas se di-

    viden en cuanto se trata de los medios para

    realizar sus programas de solucin al

    problema.

    Los socialistas de Estado creen que pue-

    de solucionarse sin salirse de la rbita de

    la legalidad. Creen que apoderndose del

    Estado, conquistando el poder, podrn im-

    poner su programa; que con mayora en los

    Parlamentos pueden cambiar la organiza-

    cin de la sociedad, mejorar la suerte del

    proletariado.

    Los socialistas-anarquistas creen al con-

    trario, que no hay que fiar las mayoras

    parlamentarias este cambio; que el Estado

    es precisamente el viejo escollo en que

    naufragan todos los programas de oposi-

    cin, y afirman la necesidad de una revo-

    lucin, violenta, que d al pueblo la fuerza

    necesaria para imponer su voluntad tras-

    formando radicalmente la produccin capi-

    talista en produccin comunista.

    Legalitarios y revolucionarios estn a-

    cordes en la necesidad de socializar los

    medios de produccin si no se quiere que

    el capitalismo contine esplotndonos.

    Por boca de Bismarck la burguesa ha di-

    cho su ltima palabra. No hay que hacerse

    ilusiones. La cuestin social se resolver

    por la fuerza, por la violencia. Los legali-

    tarios estn de psame.

    Les dan con la badila en los nudillos los

    mismos que tanto han mimado para poder-

    se sentar en los Parlamentos, y, nuevos

    Moiss, hacer brotar el agua de la pea es-

    tatista.

    Cuando nosotros los anarquistas hemos

    afirmado que no hay que esperar reforma

    alguna concedida por la burguesa; cuando

    hemos sostenido que esta defender todos

    sus privilegios encarnizadamente, que solo

    a la fuerza ceder, y que, por consiguiente,

    hay que desentenderse de medios pacfi-

    cos legalitarios evolucionistas que

    sean y acudir la revolucin; cuando

    hemos sostenido capa y espada que no

    hay otro medio que la fuerza revoluciona-

    ria del pueblo imponiendo su firme volun-

    tad la clase capitalista expropindola, se

    nos ha tachado de sanguinarios, y se ha

    pretendido hacer el vaco entorno de nues-

    tra arraigada conviccin....

    La produccin capitalista ha llegado la

    ltima de las tres fases que deba alcanzar

    para realizar el progreso desu poca. En

    la primera produjo tanto como antes con

    menos medios, sea, con menos obreros; en

    la segunda produjo mas que antes con

    los mismos medios, y actualmente produce

    mas que antes con menos medios, (1) lo cual

    equivale que cada da se vean arrojados

    la calle millares de obreros. Esto es un de-

    fecto orgnico de la produccin capitalista,

    la cual, en lugar de beneficiar la especie

    humana, beneficia solamente unos pocos.

    Las escuelas socialistas tienden supri-

    mir este defecto, cambiando radicalmente,

    como dejamos dicho, el sistema de pro-

    duccin.

    Pero s el defecto orgnico de la pro-

    duccin capitalista produce el triste resul-

    tado de la huelga forzosa y este defecto or-

    gnico no puedemejorarse sinocambiando

    total y radicalmente el sistema de pro-

    duccin actual, y e-te cambio anula

    todos

    los intereses de la burguesa, como es po-

    sible hacerse la ilusin de que esta se resi-

    gne buenamente desprenderse de sus pri-

    vilegios, de sus riquezas, a anularse como

    clase?

    El mismo defecto orgnico del sistema de

    produccin capitalista lleva en sus resulta-

    dos el remedio, creando el ejrcito de ham-

    brientos sin trabajo que forzosamente debe-

    rn dar el asalto si quieren comer.

    Es la misma marcha de las cosas la que

    prepara la lucha. Lucha de una clase que

    no se resigna que la expropien y de otra

    que tiene interes en expropiarla.

    Si ambos contendientes estuvieran en

    idnticas condiciones para esperar

    A po-

    nerse de acuerdo,menos mal; pero mien-

    tras la burguesa no le corre prisa algu-

    na, al proletariado, en cambio, le es cada

    da mas urgente v necesario la solucin. Y

    de ah el choque violento que no quieren

    ver evolucionistas, legatarios y dems

    medias tintas.

    Si lo anteriormente expuesto no explica-

    ra suficientemente nuestra arraigada con-

    viccin revolucionaria, bastaran porsiso-

    las las palabras de Bismarck para fortifi-

    carnos en ella.

    Los socialistas aburguesados y los bur-

    gueses-socialistas que creyeron ea arre-

    glos, mejoras y camponendas, (para darse

    pisto de salvadores los primeros y dar lar-

    (1) Concepcion m aterialista de la historia, Julian Bor-

    c Harut, Humanite e ouveile, no. 3.

    gas al conflicto los segundos) se han lucido

    de lo lindo;

    No hay transigencias ni transacciones

    que valgan. O todo nada. La violencia di-

    rimiendo la cuestin. Quin tenga mayor

    fuerza gana la partida.

    Lo que ha dicho Bismarck es ms claro

    que el agua. El conoce perfectamente, co-

    mo dejamos dicho al principio, el espri tu

    marcadamente egosta de la clase que de-

    fiende, y adivina por otro lado todo el te-

    sn que un da desplegar el proletariado

    en esta prxima lucha, y sabe que no hay

    avenencia posible.

    No nos sorprende los anarquistas. Sin

    tener el espritu de adivinacin habamos-

    lo previsto de antemano. Huelgan, pues,

    los eptotes de sanguinarios con que nos

    han regalado los odos un da y otro da

    socialistas y burgueses de todas las es-

    cuelas.... ilusionistas.

    La Revolucin se impone, no porque la

    prediquen nuestras teoras, sino por la

    misma fuerza de los hechos. Hay que lle-

    var esta conviccin al pueblo, hacerle com-

    prender la necesidad de esta Revolucin

    que barra de la faz del planeta este ca-

    pitalismo que produce siempre en aumen-

    to arrojando los obreros la calle cada

    dia en mayor nmero.

    Hay que habituar al proletariado esta

    idea de la inevitable lucha para que pre-

    pare sus fuerzas, para que no se deje ador-

    mecer, para que los acontecimientos, so-

    bre todo, no le cojan de imprevisto.

    Seamos revolucionarios. O todo nada.

    Lo dice Bismarck, y es uno de los que

    conocen el pao....

    J. PRAT.

    La Accad emia Filodram matica

    E r m e t e Z a c c o n i

    ha

    preparado, para

    el

    Domingo 10 de Octubre las 8 1/2 p. m.

    en el Salon-Teatro situado calle C hacabuco

    661, una escojida representacin dedicada al

    Crculo

    de

    E s t u d i o s

    Socia les

    en for

    macin, del cual nosocupamos en otro lugar

    de este nmero.

    El programa de la fiesta es por si solo au-

    gurio de un buen xito. Carcere preventivo,

    drama en un acto de G. Vallo; II cntico dei

    cantici, juguete potico en un acto de F. Ca-

    vallotti; Primo Maggio boceto dramtico en un

    acto de Pedro Gori; II digiuno la vita, sa-

    nete en un acto.

    Recomendamos a nuestros lectores la a s is -

    tencia.

    El

    c l v r i o

    d e l a

    i n o c e n c i

    Quisiramos escribir serenamente, no

    mojar la pluma en odio, pero sta se nos

    resiste y tiembla entre nuestras manos

    febrosas buscando vehculo ms enrgi-

    co que expresara nuestra indignacin con

    mayor elocuencia....

    Una mujer, una pobre mujer joven an

    de aos, encanecida por el dolor, mar-

    chita su faz por largo sufrimiento, una

    hermana nuestra que no conocamos, pero

    cuyo calvario nos imaginamos siempre,

    nos ha visitado y hecho el relato de una

    agona de ms de un ao.

    Un relato sin llanto. Sus ojos no pue-

    den ya llorar Debe haber llorado tanto

    Unda se personaron en su modesto

    hogar, all en un laborioso pueblecito de

    las cercanas de Barcelona, unos hombres

    que con un pretexto, una escusa cual-

    quiera, se llevaron su marido fuerte-

    mente maniatado.

    Haba comenzado la caza al anar-

    quista

    Pasaron dias y ms das, meses y me-

    ses, y al fin la pobre mujer, despus de

    varios de incomunicacin absoluta con su

    esposo, ley en un peridico cualquiera la

    consoladora noticia de que su marido ha-

    ba sido procesado por el atentado de la

    calle de Cambios Nuevos y que un fiscal

    peda para l una condena de diez aos

    de presidio como cmplice de aquel aten-

    tado.

    Y la mujer que conoca su compa-

    ero, que le saba incapaz de tamao de-

    lito, cuya inocencia le constaba, enferm

    de pena.

    Luego, cur.... como se cura en estos

    casos; en que la vida huye, se encanece

    y la muerte espera su presa.

    Imposible nos es detallar todo lo que

    nos lia contado. Sus continuos viajes

    la cima de la odiosa montaa de Mont-

    juich, las escenas desgarradoras de dolor

    de las dems compaeras, hijos, her-

    manos de las vctimas inmoladasla sed

    de venganza de a burguesa, las mise-

    rias vistas

    y

    odas, los sufrimientos ma-

    teriales y morales de los detenidos y de

    sus familias, las esperanzas fallidas, las

    incertidumbres; estos minutos de angus-

    tia que son siglos, estos dias que son

    agonas eternas....

    Luego, mas tarde, el Tribunal supremo

    absolviendo al procesado, y la escasa ale-

    gra aminorada por la amenaza de la

    deportacin primero, de la expulsin des-

    pus.

    Agotados los recursos econmicos, co-

    menz el calvario de la venta del hogar,

    de aquellos pobres muebles llenos de re -

    cuerdos que apenas si pagar podan el

    pasaje al desterrado, el cual, parti un

    da, de noche, fuertemente amarrado, en

    compaa de otros, sin que les dieran

    tiempo para avisar sus desoladas fa-

    milias, despedirse siquiera....

    Y ya en el destierro, en pas cuya

    lengua y constumbres se desconocen, an-

    te la amenaza de morirse de hambre por

    falta de recursos, se le ocurri en malho-

    ra la idea de buscar otro hospitalario

    pais cuyo idioma les permitiera ms

    facilmente hallar trabajo, y junto con otros

    desterrados pensaron en la Argentina, en

    la Argentina refugio de ladrones y per-

    didos, pero no de anarquistas inocentes,

    de trabajadores honrados.

    Y el pobre hombre escribi su mujer

    desde Londres:

    Busca dinero y embrcate para Buenos

    Aires. All podre darte el abrazo que no

    pude en Barcelona.... y lloraremos y odia-

    remos juntos de nuevo la injusticia de

    los hombres.

    Y la mujer se embarc; dbil y enfer-

    miza fi a los furores del ocano esta

    ltima esperanza, y lo que el ocano

    respet por sagrado, el dolor de la mujer,

    el gobierno Argentino lo destroz bru-

    talmente.

    Tres dias antes de su llegada su ma-

    rido era reconducido de nuevo Europa

    expulsado de la Argentina en virtud del

    porque s de los que todo lo pueden.

    Y en lugar del brazo del marido hall

    de nuevo el lecho del dolor, de la mise-

    ria, y del abandono.... n; del abandona

    jams. En la Argentina hay anarquistas

    an, ya que en la superficie del planeta

    no hay hombres, que protesten y se in-

    dignen ante tamaas infamias.

    Puede estar orgullosa de su obra la

    burguesa espaola La prensa vil y co-

    barde de todos los pases que ha osado

    desmentirnos este cmulo de evidencia-

    das infamias, puede ir pregonando pot-

    an? los testimonios de diplomticos com-

    prados y los relatos oficiales que des-

    mienten los tormentos y torturas de la

    Inquisicin Espaola.

    Que lloren sobre su Cnovas cuanto

    quieran y dgannos luego con que dere-

    cho, con que justicia, se inflijen tamaos

    dolores, tamaas miserias, tamaas airo-

    nas hombres que luego hay que reco-

    nocer limpios de toda culpa a mujeres,

    hijos, padres, hermanos que otro

    delito no han cometido que amar las

    infortunadas vctimas de la burguesa.

    El crimen S; ya sabemos lo que nos

    diris; que se haba cometido un crimen

    horrendo....

    Y esta mujer cuyos ojos ya llorar no

    pueden, encarnacin de cuatrocientos do-

    lores semejantes;quees esta mujer a

    vuestros ojos ?

    N o

    s

    dice

    dice nada este cal-

    vario de la inocencia? Es todo estovues-

    tra histrica justicia ?

    El bandido que mata en despoblado es

    un millon de veces ms noble que todos

    vosotros juntos burgueses de todos los

    paises

    Los tres anarquistas rechazados por el

    gobierno Argentino, nuestros compaeros

    y amigos Pons, Puig y Barrera creemos

    estnna m i n o o de Dankerke. La infortu-

    nada esposa de Puig se apresta a volver-

    se su pais natal. Suplicamos nuest ros

    colegas del extranjero, den la noticia a in

    de que llegue a los interesados.

    LA REDACCIN.

    Los compaeros de La Anarqua de La Plata

    estn prximos, publicar en nmero especial,

    traducida al castellano, la brillante defensa que

    ante el tribunal de Genova hizo el abogado y

    compaero Pedro Gori de una supuesta aso-

    ciacin de malhechores.

    Creemos tilsimo recordarlo a nuestros lec-

    tores para que puedan prestar su apoyo eco-

    nmico la buena iniciativa de los compae-

    ros de La Plata, seguros de que la citada

    defensa de Gori, que luego se proponen publi-

    car en folleto si la solidaridad de los campa-

    eros no falta, har buena propaganda entre

    el proletariado.

    Para los pedidos y envio de dinero drigirse:

    J. Gimnez, casilla de correo

    N o

    22La Plata.

  • 7/23/2019 La Protesta Humana_09

    3/4

    EN DEFENSA

    DE

    NUESTROS IDE LES

    CONCLUSIN

    Destruidos los fundamentos en que se

    apoya el Sr. Flores para proclamar la le-

    gitimidad de la propiedad individual, es

    ya de todo punto intil discutirla, porque

    no hay modo de implantarla.

    Precisamente es la propiedad individual

    la base primordial del malestar humano;

    as lo han reconocido todos los socilogos,

    que se han esforzado en derrumbarla. Po-

    dr haber diferencias, y aun diferencias

    trascedentales, acerca del rgimen pro-

    ductivo, del consumo, de la familia, del

    sistema administrativo, de muchos puntos

    que se cuestionan todava y que determi-

    nan dist intas escuelas y partidos socialis-

    tas,pero ni uno slo de esos partidos acep-

    ta de ningn modo la propiedad indivi-

    dual. La razn es concluyeme si ella es

    la causa del desbarajuste social presente,

    cuyas consecuencias son la miseria y la

    tirana, cmo pensar en la humana eman-

    cipacin sin primeramente derribar esa

    monstruosa institucin que nos aniquila?

    Porque, qu es, Sr. Flores, la propie-

    dad individual ms que un privilegio, un

    abuso, una tremenda injusticia? Lo que

    conocemos por propiedad individual no

    es, no, ei fruto del trabajo propio, sino la

    usurpacin del ajeno. La prueba est bien

    patente en que los que trabajan desde que

    amanece hasta despus de puesto el sol,

    nada poseen, ni pueden satisfacer sus ne-

    cesidados como requiere su salud y el des-

    gaste de su fuerzas. Son precisamente

    los que se acuestan tarde se levantan y

    pasan la vida sin producir nada til que

    tienen propiedad.

    Imaginemos posible dar el valor de coste

    todos los productos, que no se imponga

    sobre ellos el tanto por ciento, la explota-

    cin (cosas que no puede abonar ningn

    hombre honrado), y, en consecuencia que

    se d al trabajador el valor entero de su

    produccin, que es la propiedad en que

    se escuda el seor Flores, para legitimarla,

    quin tendr casas suyas, coches, pala-

    cios? quin podr vivir sin trabajar to-

    dos los das? No hay que dudarlo, nadie.

    De consiguiente, eso que se llama propie-

    dad individual no es otra cosa que el ro-

    bo legalizado, tanto ms infame cuanto se

    le roba al hombre que ha cumplido con

    exceso sus

    deberes

    (llammoslos as para

    abreviar) , su comida, sus necesarios abri-

    gos, su salud, su instruccin, sus placeres.

    su vida toda, convirtindole en esqueleto

    viviente, en miserable esclavo de bandi-

    dos.

    Con falta de valor ya para defender

    briosamente esa maldita propiedad, se acu-

    de al ltimo refugio, la propiedad pro-

    ducto del trabajo propio. Y se exclama:

    os atreveris negar esa propiedad hon-

    rada? (lo cual ya indica que la otra es

    deshonrada). No, no la negamos, sino que

    la afirmamos y garantimos con la propie-

    dad comn; v ella es nuestro patrimonio.

    Pero se cree que el hombre, trabajando

    como debe, puede fabricarse una fortuna?

    No ; JO une ha de creerse, porque es cier-

    to; es que al obrero le falta satisfacer mu-

    chas necesidades, y para todas ellas no

    ha de sobrarle mucho con su trabajos;

    mucho menos crearse una fortuna, con la

    cual no obtendra tampoco ventaja algu-

    na sobre ios dems, si fuese admisible su

    posibilidad sin perjuicio dao social.

    Puede concebirse que se ensayen todos

    los sistemas sociales, todo los criterios,

    que la prctica y el estudio rectifiquen

    muchas concepciones, pero ningn indi-

    viduo ni ningn pueblo que se halle en

    Pero he ah otro hombre reconocido

    como un perfecto virtuoso. Divide su l-

    timo pedazo de pan con quin tiene ham-

    bre, se despoja de su vestido para cubrir

    al que tiene frio. Los moralistas, hablan-

    do siempre en su cal religioso, se apre-

    suran decir que este hombre lleva su

    amor al prjimo hasta la

    abnegacin de

    si mtsmo,que

    obedece una pasin bien

    diferente del egosta.

    Y sin embargo, si se reflexiona un po-

    co se descubre pronto que, por diferen-

    tes que sean las dos acciones como re-

    sultado para la humanidad,

    el mvil

    ha

    sido siempre el mismo. Es el persegui-

    miento del placer.

    Si el hombre que d su ltima camisa

    no encontrara en ello placer, no 1a dara

    seguramente. Si encontrara placer en qui-

    tar el pan a1 nio, haralo de seguro;

    pero esto le repugna, encuentra placer

    en darlo, y efectivamente lo d.

    Si no hubiera un inconveniente, en crear

    confusiones, empleando palabras que tie-

    nen una significacin establecida para dar-

    le un sentido nuevo, podra decirse que

    ambos obran bajo el impulso de su

    egos-

    mo Algunos lo" han dicho realmente,

    fin de hacer resaltar mejor el pensamien-

    to, de precisar la idea presentndola bajo

    una forma que impresionara la imagina-

    ciny destruir al mismo tiempo la le-

    yenda que consiste en decir que estos dos

    actos tienen dos motivos diferentes.Tie-

    nen el mismo mvil; buscar ei placer,

    bien suprimir una pena, lo que viene

    ser lo mismo.

    Escojed el ltimo de los ' canallas; un

    Thiers que asesine treinta y cinco mil

    parisienses; tomad el asesino que mata

    toda una familia para despus de ro-

    barla, recrearse en la orga. Cometen

    tales actos porque, en aquel momento,

    el deseo de gloria, l de dinero, pri-

    van en ellos sobre todos los dems deseos:

    la piedad, la compasin, estn anuladas

    en aquel momento por este otro deseo,

    este otro motivo. Obran casi automti-

    camente,

    para satisfacer un deseo de su

    naturaleza.

    O bien de otro modo, dejando apar te

    las pasiones; tomad por ejemplo un

    hombre mezquino, que engaa sus ami-

    gos, que mente cada paso, sea para

    sustraer alguno el valor de un vaso

    de cerveza, sea por vanagloriarse tan

    solo, sea por astucia. Considerad el

    burgus que roba cntimo cntimo

    sus obreros para comprar un costoso vesti-

    do su mujer o su querida. Tomad por

    ejemplo un canalla cualquiera, al azar.

    Este obrar siempre obedeciendo una

    inclinacin; busca la satisfaccin de una

    necesidad, busca evitar lo que, para

    l

    sera una pena.

    Nos avergonzamos casi de comparar

    este mezquino canalla con algn indivi-

    duo que sacrifica toda su existencia para

    libertar los oprimidos, y sube al ca-

    dalso, como un nihilista ruso, porqu los

    resultados de estas dos existencias son

    muy diferentes para la humanidad; por-

    qu nos sentimos atrados hacia uno y

    repelidos por el otro.

    Y sin embargo, si hablis este mr-

    tir, la mujer que van ahorcar, an

    en el instante mismo que sube al cadal-

    so, os dir que no dara seguramente su

    vida de bestia maltratada por los perros

    de presa del cesar, ni su muerte, cam-

    bio de la vida del mezquino canalla que

    vive de sus robos al trabajador. En su

    existencia, en su lucha contra los mons-

    truos poderosos, encuentra sus ms gra-

    tos placeres. Todo lo dems, fuera de

    esta lucha, todos los pequeos goces del

    burgus

    y

    sus pequeas miserias le pa-

    recen tan mezquinas, tan fastidiosas, tan

    tristes, que os replicar: Pero vos no

    vivs,

    vos vegetasi. Yo h vivido al

    menos

    Nosotros hablamos evidentemente, de

    los actos reflexionados, conscientes, del

    hombre, reservndonos para ms tarde

    hablar de esta inmensa serie de actos

    inconscientes, casi maquinales, que llenan

    una parte inmensa de nuestra, vida. Pues

    t

    bien; en estos actos conscientes refle-

    xionados, el hombre busca siempre, lo

    que pueda cansarle un placer.

    Encontraris quin

    se

    emborracha

    y

    se convierte al estado de bruto, porqu

    busca en el vino la excitacin nerviosa

    que no encuentra en su sistema nervio-

    so. Otro encontraris que no se embo-

    rracha, renuncia al vino, an que le cau-

    se placer, para conservar la nitidez del pen-

    samiento y la plenitud de sus fuerzas,

    fin de poder gustar de otros placeres que

    prefiere los del vino. Pero, que hace,

    sino obrar como el ms refinado gastr-

    nomo que, despus de haber gustado el

    men

    de una oppara comida, renuncia

    un plato que le gusta, para saborear

    otro plato preferido?

    Haga lo que haga, el hombre busca

    siempre el goce, o evita siempre una

    pena.

    Cuando una mujer se priva de su lti-

    mo bocado de pan para darlo al primer

    advenedizo, se despoja de su ropa pa-

    ra vestir un semejante suyo que tiri ta

    de fro, riesgo de helarse ella tambin,

    lo hace porqu sufrira infinitamen-

    te ms viendo un hombre hambriento

    una mujer helndose, que no helar-

    se ella misma sufrir hambre. Evita una

    pena, de la cual, solo los que la han

    experimentado, pueden apreciar la in-

    tensidad.

    Cuando el Australiano citado por Guyau

    perece bajo la idea que no ha vengado

    an la muerte de uno de los suyos; cuan-

    do languidece, rodo por la consciencia

    de su cobarda, y no vuelve su esta-

    do normal sino cuando ha cumplido el

    acto de venganza, cumple un acto, a ve-

    ces heroico, par librarse de un senti-

    miento

    que

    le obsesiona, para reconquis-

    tar la paz interior, que es el supremo

    placer.

    Cuando un grupo de monos ha visto

    uno de los suyos caer bajo la bala del

    cazador,

    y

    van asediar su tienda para

    condiciones de realizar su emancipacin,

    pensar nunca en mantener la propiedad

    individual, cuando tanto trabajo le habr

    costado desprenderse de ella, cuando lle-

    var en s las dolorosas enseanzas de

    una prctica de tantos siglos de rgimen

    individualista. Lo contrario sera volver

    al rgimen de esclavitud, cometer la ma-

    yor de las torpezas, estar loco. Pero esto

    no puede ser y no ser.

    Y si esta condicin, la de negar en

    absoluto la propiedad individual, por ser

    incompatible con la libertad, con la jus-

    ticia, con el bienestar social, es tan esen-

    cialisma que ella implique la garanta y

    la negacin de la emancipacin humana,

    ,cmo no esforzarse la nueva sociedad

    n matar toda raz que pueda sospechar-

    se d vida retoos individualistas?

    He aqu como se fundamenta otro ar-

    gumento en contra del sistema retributi-

    vo individual, en contra del derecho de

    posesin del fruto del trabajo individua-

    lizado, que, por otra parte, hllase en

    completa disonancia con la base y fun-

    cionamiento social anrquico, como no

    empareja con el irracional egosmo de

    hoy la tendencia altruista que caracte-

    riza las escuelas emancipadoras.

    La insistencia en querer mantener la

    propiedad individual, despus de los ru-

    dos ataques que ha sufrido, despus de

    probarse que no puede resistir el anlisis

    que no tiene razn de ser, porque es

    una gran injusticia, una iniquidad inca-

    lificable, acusa sa insistencia, decimos,

    un desconocimiento completo de lo que

    es esa institucin horrenda, el propsi-

    to de engaar sabiendas los trabaja-

    dores para que no se emancipen. No que

    da otro dilema.

    Despus de todo cuanto hemos dicho,

    toda la dems argumentacin del seor

    Flores y Garca contra el anarquismo,

    carece de base, es hojarasca qae se la lle-

    va el viento. Vea si puede mejor defen-

    der la justicia de su repblica federal, de

    su autoridad, de su dios, que despus de

    las nuevas conquistas de la sociologa

    quedan tan mal parados, que por lstima

    no nos empeamos en atacar lo que ya

    por viejo se derrumba.

    Hemos terminado.

    Atentado

    autoritario

    LONDRES, Setiembre 26Un telegra-

    ma de Viena anuncia que, en vista de

    los recientes desrdenes que se han pro-

    ducido en Croacia, se ha promulgado all

    el estado de sitio en doce distritos.

    Los desrdenes han sido provocados

    por las autoridades hngaras, que se

    muestran inclinadas despojar los croa-

    tas de ciertos antiguos privilegios.

    Cerca de 4000 labriegos croatas, arma-

    dos con herramientas de agricultura, se

    han fortificado en buenas posiciones.

    Las autoridades han enviado tropas al

    teatro de estos sucesos.

    (De La Prensa

    de Buenos Aires Se-

    tiembre 1897.)

    LONDRES, 27.-E1

    Daily Chronicle

    de

    esta maana inserta una pattica carta

    que le han dirigido 91 presos del castillo

    de Monjuich, exponiendo la ilegalidad de

    su detencin.

    {De La Nacin, Bs. Aires, Set. 1897.)

    He aqu dos a tentados la l ibertad huma-

    mana . Los autores son dos gobiernos di f e -

    r entes . Elespritu centr liz dorde laAutoridad

    causa el primero; el espiritu de venganza se

    ceba en seres declarados inocentes mejor di-

    cho no procesados por ningn tribunal en el

    s e g undo .

    Hay robo de libertad en ambos. Acaso pro-

    duzca muertes el primero;el segundo ha sem-

    brado dolor

    y

    miseria

    Al

    que

    roba

    un pan le

    espera

    el

    presidio.

    El dictado

    de

    ladrn

    le ha

    precedido

    en

    esta

    suer te .

    Y

    sin

    embargo,

    pasar

    de que el

    robo

    de

    libertad

    es

    bien manifiesto,

    los

    e scr i tores

    y

    periodistas burguesesao han l lamado ladrn

    estos dos gobiernos .

    Acaso robar l ibertad

    al

    hombre

    no es

    robar

    ?

    Nadie l lora sobre estas victimas de la ti-

    rana inmoladas

    en

    a r a s

    del

    gran ladrn

    Au-

    toridad. Para

    la

    burguesa solo

    hay

    victimas

    en el seno de suc l ase . El t rabajador na cuen-

    ta para nada.

    Ha holgado

    el

    incensario

    y el

    l loriqueo

    hi-

    pcrita interesado. No obstante, continuan

    predicndonos

    por

    boca

    de su

    Cristo

    que to-

    do s

    los

    hombres

    son

    hermanos. . .

    Que no es lgico establecer esta dife-

    rencia

    ?

    Indudablemente. Pero preguntad

    el

    porqu

    de ella

    los

    capitalistas, propietarios, gober-

    nantes, funcionarios

    etc, etc.

    Estamos seguros

    que el

    mutismo

    de la

    mala f del ladrn ser la nica respuesta

    que

    den al

    curioso interrogante.

    UNA INICIATIVA

    De nuevo llamamos la atencin de todos

    los compaeros sobre la necesidad de fun-

    dar un

    Crculo Internacional de Estudios

    Sociales

    que, la par que sirva para punto

    de relaciones y reuniones pblicas que

    puedan afectar los intereses de nuestro

    partido, sea al propio tiempo constante,

    duradero foco de propaganda entre el ele-

    mento obrero.

    Ya en el nmero 4 de nuestro peridi-

    co se lanz la iniciativa, la cual parece

    haberse perdido en el vaco de la indefe-

    rencia de la apata juzgar por el es-

    caso nmero de adhesiones recibidas.

    El propsito de los iniciadores no pue-

    de ser ms laudable y digno de apoyo.

    Se proponen:

    l

    o

    . Que todos los seres sean iguales en-

    tre s cualquiera que sea el sexo, y la

    nacionalidad que pertenecen, haciendo

    as desaparecer la superioridad del hom-

    bre sobre la mujer, y la rivalidad entre

    nacionalidad y nacionalidad.

    2

    o

    Que todas las religiones estando

    basadas sobre la ignorancia y la supers-

    ticin, dbese estas sostituir la creen-

    cia que nosotros debemos obrar el bien,

    no por la ilusin de una vida de ultra

    tumba, sino por que el bien es prove-

    cho de la humanidad, y de nosotros mis-

    mos.

    3

    o

    .

    Hacer conocer que siendo la fami-

    lia actual basada sobre el egosmo per-

    sonal, y sobre el inters, debemos susti-

    tuirla por la libre unin entre el hombre,

    y la mujer basada sobre el amor.

    4

    o

    , Que todo lo que constituye la rique-

    za social es el resultado del trabajo de

    todos.

    5

    o

    . Que la autoridad impidiendo la libre

    manifestacin de hts actividades humanas,

    porque quiere regularizar su desarrollo,

    y contrara la ley natural, deber de-

    saparecer bajo todas las formas

    6

    o

    . Con los medios de propaganda ya

    mencionados; convencer al pueblo que

    todo esto no se podr obtener sino me-

    diante la revolucin, pues, los tenedores

    del poder y de la riqueza social, no ce-

    dern si no trente al pueblo que seria-

    mente quiera conquistar su libertad.

    Con tal objeto se abrira un local don-

    de todas las noches pudieran reunirse los

    compaeros socios y se pondra a su dis-

    posicin libros, folletos, revistas y peri-

    dicos.

    Pero como para su realizacin se ne-

    cesita la adhesin de muchos compae-

    ros,

    los iniciadores del Circulo en pro-

    yecto, sin perjuicio de ir estudiando las

    bases y allegando fondos, recomiendan de

    nuevo a todos el estudio de dicho proyecto

    y se fijen en la necesidad de tener local

    propio desde el cual poder hacer buena

    labor de propaganda entre el proleta-

    riado.

    Prximamente volveremos a ocuparnos

    de este asunto.

    Para las adhesiones, donativos de libios

    y dinero y dems dirigirse a la

    Ques-

    tione Socialc, Corrientes 2041 y aL Av-

    venire

    Casilla del Correo 739 Buenos

    Aires.

    M I S C E L N E A S

    El Sumo Pontfice se mostraba segn

    contaron las crnicassumamente con-

    trariado consecuencia de que no saba

    que determinacin tomar en el espinoso

    asunto de la excomunin lanzada por el

    obispo de Mallorca contra el ministro de

    Hacienda de Espaa.

    Muy menos debe haber venido la

    la simblica paloma mstica cuando nada

    dice al odo del padre de los fieles.

    Siempre temimos que esto de la inspi-

    racin del espritu santo acabara en una

    grosera perplejidad digna del mortal ms

    incrdulo.

    Puede el santo Padre comerse su palo-

    ma en arroz.

    Que buena falta le hace dada su cho-

    cha edad.

    Felicidades americanas.

    La langosta asolando los campos.

    Crmenes diarios debidos celos, em-

    briagueces, y afn de dinero, como el re-

    ciente de San Nicols.

    Vrgenes de Lujan milagrosas que hacen

    la competencia la perspicacia de ia po-lica.

    Emigrantes desilusionados que se van

    con su miseria otra parte.

    Panaderos que suben el precio del pan.

    Alquileres por las nubes.

    1 coronando el edificio la langosta oficial

    que come a dos carrillos.

    Es el colmo de la felicidad.

    Otras felicidades americanas que son

    otros cantares.

    No pasa da sin que los grandes peri-

    dicos locales nos den cuenta de dos tres

    tertulias del grand monde plutocrtico

    bonaerense.

    Son lo ms animado y chistoso. Vase

    el estilo.

    Result muy animada la tertulia con que

    el sbado obsequi i sus relaciones el Sr.

    Nicasio Tragalotodo y su Sra. Celia Me-

    lindres en su cmoda ( eh, que tal ?) casa

    de la calle Lupanar del Lujo, con motivo

    (muy interesante para el pblico) del cum-

  • 7/23/2019 La Protesta Humana_09

    4/4

    pleanosde su bellsima hija la Sta.Marta

    de la Inocencia Perdida. Estuv iron las

    familias de Ualarga, Ahitos; Orondos,

    Rollizos, Sinseso, Chupa-san gre,

    el

    banque-

    ro Rapia,elconocido diplomtico Enre -

    dadera,

    y el

    ministro Monopolio.

    La

    fiesta

    result de lo msanimado graciasque

    el men

    fue

    excelente: Soupe

    de

    sudor

    de

    pobre, Sesos obreros saltados, Coteletes

    trituradas

    la

    mquina, Carne mechada

    en la mina. Trabajadores al natural,he-

    lados sosos, vinos exquisitos (sobre todo

    mucho vino y champagne marca Sin-

    vergenza. La fiesta se prolong hasta

    que

    que el

    alba llamaba

    a los

    proletarios

    al presidio-trabajo fuente

    de tan

    brillante

    orga burguesas.

    Yas por el estilo el lector que est

    hambriento puede oler donde guisan,

    se-

    guro de no ser llamado.

    Oh beatficos burgu eses

    y que

    listos

    sois

    Y muy tontos losobreros.

    Aprieta manco.Losaprovechadosher-

    manos Shaw

    han

    defraudado

    al

    Banco

    de

    Londres por valor de pesos 150.000y pi-

    co . En Rosario estees el tema de todas

    las conversaciones

    y se

    susurra sotto voce

    que adems de losapreciables hermanos

    sern detenidos otros sujetosde altoco-

    pete

    y

    conocidos.

    Que hormiguitas

    son los

    burgueses

    Son capacesdedarnos entender que la

    propiedad no es un robo y que no hay

    mas ladrn

    que el

    salteador

    de

    caminos.

    o v i m i n t o

    S o c i a l n t e r n a c i o n a l

    ESPAA

    En Valenza do Minho (frontera portu-

    guesa) les ha sido secuestrada los com-

    paero espaoles una caja conteniendo

    900 ejemplares

    del

    libro recientemente

    publicado

    La Barbarie gubernamental

    en Espaa

    yfdetenidoalcompaero expe-

    ditor de la misma.

    AUSTRIA

    HUNGERIA

    Los anarquistas tchques

    son

    poco

    nu-

    merosos, solamente

    de 8

    10.000; pero

    el

    movimientoesextenso.Entodoslospaises

    austracos donde habitantcheques,elanar-

    quismo tiene

    sus

    partidarios.

    Los anarquistas tchque disponen de

    ocho peridicos

    que

    aparecen

    con

    mucha

    regularidad:

    Voln Listy

    en Praga,

    Pro-

    letar en Libere. Karabac,un suplimiento

    satrico del Proletar en la misma locali-

    dad, Mory Kult

    en

    Zizkor, Omladina

    en

    Most,

    Duc ceskhoSevern

    en Duchcor,

    Matice Ttelnicka

    en

    Viena

    y

    Volnost

    en

    Noravska Ostrara. Adems una revista

    de arte

    que

    aparece

    en

    Praga, Moderne

    Revue.

    La propagandamsactivaeshechatam-

    bin

    por la

    palabra,

    no

    obstante

    la

    regla-

    mentacinque la polica ejerce sobrelas

    reuniones y no soltando nunca pretestos

    para suprimirlas.

    La persecucin contra nuestros com-

    paeros est bastante generalizada en

    Austria.

    La crcel

    de

    Praga

    es

    le rendesvous

    de los anarquistas.

    ALEMANIA

    Hace algunos dashacomparecido ante

    la 7

    a

    .Cortede locriminal en Berln,la

    esposa del compaero Reinhold, redactor

    del peridico anarquista Socialist, para

    responder la acusacin de haber inju-

    riadolosempleadosde la prisin de De-

    litzsch.

    Hace algunos aos esta compaera

    fue

    condenada por crimen de alta traicin

    por ofensaalemperadory contravencin

    al reglamento

    de

    orden pblico

    a

    seis

    aos de trabajos forzadosque ha sufri-

    doen la crcel mencionada.

    A su salida de la crcel, buen nme-

    rode proletarios de todos los paises le

    remitieron algunas cantidades

    de

    dinero

    que le permitieron atender suquebran-

    tada saludy a susprimeras necesidades.

    En

    un

    artculo titulado Pocas palabras

    que publicen elSocialis tas 1896, dabalas

    gracias

    los

    amigos

    que

    haban

    la

    socorri-

    do , conteniendo adems graves acusacio-

    nes contra los empleadosde la carcelde

    Delitzsch,en el que se afirmaba, que es-

    tos maltrataban

    los

    condenados,

    y por

    esto delito fue procesada junto con el

    redactor responsable del

    Soctalist,

    Frie-

    drich.

    Nuestra compaera ante

    el

    tribunal

    sos-

    tuvo las acusaciones que haba formula-

    doen las columinas de

    Socialist y

    buen

    nmero

    de

    testimonios

    las

    comprobaron.

    Al mismo tiempo relatlaspalabrasque

    el director

    de la

    crcel

    le

    haba dicho

    al

    recobrar la libertad: Escribe artculosin-

    cendiarios mientras puedasy haz lo que

    te plazca, pero

    que no

    hablen

    de mi. El

    gobierno me secunda y ya arreglaremos

    un procesoque te calmar.

    No obstante la realidad de las denun-

    cias formuladas y reforzadas por gran

    nmero

    de

    testimonios, nuestra compae-

    ra fue condenada tres mesesdeprisin

    y dos el redactor responsable delSo-

    ctalist.

    A esto se llama administrar justicia

    Sarcasmo...

    AVISO

    Se nos suplica recordemos todos los

    grupos y asociacionesdepartidoque edi-

    ten libros, folletos, peridicos, manifestos,

    pasquines y canciones, tanto socialistas

    como anarquistas se sirvan remitiruno

    ms ejemplares Mr. A.Hamon 3, Bou-

    levard Berthier, Pars, el cual los utili-

    zar para sus estudios de sociologa.

    Asimismo recordamos losgrupos anar-

    quistas que editan libros, folletos y pe-

    ridicos manden uno ms ejemplares

    las dos siguientes direcciones, cuyos

    compaeros las utilizan el primero para

    completar su obra Bibliografia de la

    Anarqua y el segundo para suagencia

    de traducciones para los peridicos de

    todos los pases:

    Mr. Nettlau,36,Fortune Gate, Terrace

    VillesdenLondon

    N. W.

    (Inglaterra).

    Mr. Alfred Sanftleben;

    1

    Stapferstrasse-

    Oberstrasse Zrich (Suza).

    Recomendamos todos los compae-

    ro s en general la adquisicindelfolleto

    de W. Tcherkesoff,

    Paginas de Historia

    Socialista,

    el cual es una contundente

    refutacin deeste pretendidp Socialismo

    cientfico preconizadopor los quetienen

    inters endesviaralproletariado del ca-

    mino revolucionario deseosos de encau-

    sarlo en el terreno de un legalitarismo

    que nada conduce fuera de perder

    tiempo.

    Puede adquirirseennuesta administra-

    cin y en la Librera Sociolgica,Cor-

    rien tes 2041, Capital, su precio,25 cts.

    Al aparecer semanalmente debemos

    ad-

    vert i r

    nuestros abonados

    que su sus-

    cricin

    del

    primer trimestre terminar

    con

    el n 12 de

    nuestra publicacin. Esto

    no

    les

    implica perjuicio alguno

    y lo re-

    cordamos simplemente para que todos

    sepan a que atenerse.

    En el prximo nmero principiaremos

    la publicacin

    de:

    L a v i d a p r i v a d a

    de os

    T z a r e s

    ysufin

    a n o r m a l

    POR

    NIKITTINE

    Traduccin de F Ch.

    Consu lectura nuestros lectores podrn

    comprender en que cenegal de vicios

    infamias

    ha ido

    meterse

    la

    democra-

    tsima repblica francesa

    en su

    probable

    alianza con el mantenedor de la abomi-

    nable Siberia.

    El grupo Tierra y Libertad

    ha

    repar-

    tido profusamente una convocatoria parauna

    reunin que debe celebrarseel dia 10 de Oc-

    tubre las 3 p. m. en la calleJujuy 1407

    e s q Constitucin,

    y no en Agosto como

    equivocadamente se avis en dicha convoca-

    toria.

    B u e n a o c a s i n p a r a h a c e r p r o p a g a n d a

    En la Librera Sociolgica, Corrientes2041,

    Capital, hay una gran existencia del folleto,

    editado lujosamente, Entre Campesinos

    de Malatesta, traducin de J. Prat, elcualse

    vender pesos 6 cada 100 ejemplares,

    finde que losgrupos ycompaerosququie-

    ran distribuirlo entre los trabajadores del cam-

    po les pueda ser de ms fcil adquisicin.

    En el prximo nmero publicaremosla lista

    de recaudacin de la venta dellibro

    Barba-

    rie Gubernamental que por falta de espa-

    cio dejamos de publicar en el presente.

    Suscripcin permanente

    favor

    de

    LA PROTESTA HUMANA.

    LISTA NUMERO9.

    Suma anterior 79.30

    Recolectadoen la librera Sociolgica

    Calle Corrientes

    Un Napolitano, 0.20; Un oreflee anr-

    chico, 0,50;Enrique Battella, 0.15; A. Sar-

    tori, 0.40; Unprincipiante,0.25; Uuerran-

    te , 0.20; Revolucin Social, 0.25; Cualquie-

    ra,

    1.00; H. G. n 3, 0.20; J. M., 1.00; N. N.,

    0.20; B ancala ri,

    5.00;

    Luis Vittori

    2.00; Emi-

    lio Lucchetti, 1.00; Compagno ticinese,

    0 .25 ; Uneselavo del Capital, 0.25;P.D'Ago-

    stini,0.25; A. Fontana. 0.50; A. Merlo,

    1.00; Echeverra, 5.00;Bilbano,4.00; Un

    affamato J. R., 0.30; Riempe firme en la

    idea,0.25;Sacchetti,0.30;Julin, 0.10; Un

    aprendiz,

    0.20.

    Recolectado

    por el

    Compaero Zaca-

    ras Rachit,

    3.70.

    De Jurez.

    Por

    conducto

    de

    L Avve-

    nire,

    2.50,

    De Montevideo.Csar,

    0.20;

    Alejandro,

    0,10; Jos

    n 1, 0.06; J. G. R., 0.10; El mar

    sin orillas,

    0.20; P. M., 0.20; Sin

    Dios

    y

    sin Patria, 0 2 0 ; Seora

    que

    grita Viva

    la

    Anarqua,

    020;

    Total

    1.26 oro.

    Cambiado

    eu

    moneda Argentina

    4.00

    L. Moglia,

    0.30;

    Pasqual Lorenzo,

    0.30.

    Tatal recibido

    por

    conducto

    de la

    Li-

    brera Sociolgica 21.35.

    Recolectado

    por ei

    grupo

    EL

    L IBERTARIO

    C a r r e r o , 0.J5; Un nmero; o.u">;R. T. o.10;

    F . k.

    o.'JO;

    M. 1).

    O.5.):

    / / znipo.

    o.

    1

    *);

    Abo-

    n a

    p a r a p a q u e t ey m e d i o n u m e r o s . I. "* ';

    R e s t a p a ra

    la

    s u s cr i p c i n v o l u n t a r i a ,

    o.

    V>.

    L'n cualquiera, 0.;V>; Chino,

    0.10;

    T o ta l

    p e-

    s o s ,

    T o t a l r e c a u d a d o 8

    '---'^

    S u m a a n t e r i o r

    7 . . W )

    T o t a l g e n e r a l . . . . . * U)\M

    C O R R E S P O N D E N C I D M I N I S T R T I V

    AltairRecibido original y carta, gracias

    y escribir l\

    Mascoto- Escribo.

    Los compaeros que nos hanmandadouna

    carta avisndonos habernos mandadocon an-

    terioridad otra condinero-letra,lo suplicamos

    nosden unadireccin suya, pues ademas de

    haberse olvidado tampoco hemos recibido lo

    que dicen-

    L i b r o s

    y

    o l l e t o s

    Que

    se

    hallan

    en

    venta

    en la

    Librera Sociolgica Corrien-

    te s

    2041.

    En idioma esparto :

    E L SOCIALISMOY ELCONGRESODE LON-

    DRESde A. Hamon 1,00

    L A ANARQUAES ELORDEN 0,20

    DONDE

    EST

    Dios? 0,10

    E L DERECHOXLAPEREZA 0,25

    Lo s

    INSTIGADORES

    de T.T u r a d . . . .

    Lo s

    DEBERES

    DEL

    SOLDADO

    de

    Len

    Tolstoy 0,25

    SENTIDO COMN Y SUGESTINde RAr d ig o 0,15

    L A SOCIEDAD FUTURA,de J. G r a v e . . 0,75

    SOCIOLOGA ANARQUISTA,d eJ .M o n tsen y 0,75

    PGINASDE HISTORIA SOCIALISTA. . . . 0,25

    ALMANAQUE

    ILUSTRADO,

    deLa Questio-

    ne Sociale

    0,50

    ENTRE CAMPESINOStraduccindeJ.Prat0,15

    LA ANARQUA, SU FILOSOFA, SU IDEAL,

    precio voluntario.

    Un episodiodeAmoren laColoniaCe-

    cilia. Precio voluntario.

    En idioma italiano

    SOCIALISMO

    LIBERTARIO

    E

    SOCIALISMO

    AUTORITARIO,de J. Dmela 0,25

    G L I UOMINI

    E LE

    TEORIE DELL'ANARCHIA.

    0,15

    A i GIOVANI,di P.Kropotkine 0,10

    A L L E FANCIULLE,di Ana Mozzoni. . . 0,10

    COMUNISMO

    ANARCHICO,

    d P.Kropotkine 0,15

    BARLUMI D'IDEALE 0,20

    L A LEGGE

    E

    L'AUTORIT

    diP. Kropotkine 0,15

    F R A CONTADINIdi E.Malatesta . . . . 0,15

    PRIMO PASSO ALL'ANARCHIA,Precio vo- *

    luntar io .

    E nla misma librer asehallan en v e n t a

    per idicos anarquistas, redactados

    en dis-

    t in tos id iomas.

    L A P R O TE S TA H U M A N A

    Se vende

    en los

    siguientes Kioskos:

    PLAZA INDEPENDENCIA

    id LAVALLE

    id RODRGUEZ PEA

    id MONSERRAT

    id CONSTITUCIN

    id 11 DE SETIEMBRE

    id VICTORIA (frente laCatedral.

    Yen laslibreras, Co rrientes 2041. Esme

    rada

    574 y

    Rvadavia 2339.

    En

    el

    Rosario

    de

    Sanra

    F, en el

    kiosko

    calle

    S.

    Juan

    esq.

    Cortada.

    En Montevideo, Libreriay Papelerade

    Nicols Carrano; CalleRioNegroN. 14.

    Se admiten suscripciones

    en

    dichas libre-

    ras .

    reclamarle el cadver, pesar de las

    amenazas del fusil; cuando,en fin, elviejo

    de la banda entra bravamenteen latien-

    da, amenaza

    al

    cazador

    y le

    suplica

    y le

    obliga

    con sus

    lamentos

    restituir

    el

    cadver,

    y que los

    dems

    se lo

    llevan

    gimoteando hacia

    el

    bosque,

    los

    monos

    obedecen

    un

    sentimiento

    de que lo ms

    fuerte

    que

    todas

    las

    consideraciones

    de

    seguridad personal. Este sentimiento

    es

    primordial

    en

    estos casos.

    La

    propia

    vi-

    da pierde todos

    sus

    atractivos,

    en

    tanto

    que

    no

    estn seguros

    de que ya no pue-

    den reanimar

    la

    vida

    de su

    compaero.

    Este sentimiento resulta

    tan

    opresivo

    que

    las pobres bestias arrisganlo todo para

    desembarazarse

    de l.

    Cuando las hormigas se arrojan mi-

    llares entre las llamas de un hormigue-

    ro , incendio provocado poresta otrabes-

    tia llamada hombre, y perecen cente-

    nares para salvar sus larvas, obedecen

    un sentimiento tambin; l de salvar su

    progenie. Lo arriesgan todo para tener

    el placer de arrebatar al fuego sus lar-

    v a s , que han educadomscuidadosamen-

    te que no hara una burguesa con sus

    hijos.

    En fin, cuando un infusorio evita un

    rayo

    de luz

    demasiado caluroso,

    y

    vse

    buscar otro rayo ms tibio, cuando

    una planta vuelve hacia el sol susflores,

    cierra sus hojas al acercarse la no-

    che,estos seres,

    obedecen

    4 la necesi-

    dad de evitarunapena y buscar elpla-

    cerigual quela hormiga, el

    mono

    el

    Australianio, el

    mrtir

    cristianooel mr

    tir

    anarquista.

    Buscar

    el placer evitarla pena es el

    hecho general (otros diran

    la

    ley)

    del mun-

    do orgnico. Es la esencia misma de la

    vida.

    Sin este perseguir

    lo

    agradable,

    la vi-

    da sera imposible. Elorganismo se des-

    gregara, la vida cesara.

    Asi pues, sea cual fuere la accin del

    hombre, sea cual fuere su lneade con-

    ducta, lo hace siempre obedeciendo un

    deseode su naturaleza. El actoms re-

    pugnante, como el acto indiferente el

    ms atractivo, son todos igualmentedic-

    tados por una necesidad del individuo.

    Al obrar,de uno otro modo, el indivi-

    duo obra as, porqu en ello encuentra

    un placer, porqu de esta manera evita

    una pena cree evitarla.

    He ah un hecho perfectamente esta-

    blecido;he ah la esencia de lo que han

    llamado la teora del egosmo.

    Ahora bien: una vez llegado esta

    conclusin general estamos

    ms

    adelan-

    tados

    que

    antes?

    S , ciertamnnte;

    lo

    estamos. Hemos

    conquistado

    una

    verdad

    y

    destruido

    un

    prejuicio

    que

    est

    en la

    raz

    dd

    todos

    los prejuicios. Toda

    la

    filosofa materia-

    lista,

    en sus

    relaciones

    con el

    hombre,

    est

    en

    esta conclusin. Pero

    se

    sigue

    de esto

    que

    todos

    los

    actos

    del

    individuo

    sean indiferentes, como

    se han

    apresu-

    rados

    sacar

    la

    conclusin?Esto

    es lo

    que vamos

    ver.

    III

    Hemos vistoque lasaccionesdelhombre

    (reflejas

    conscientes;

    ms

    tarde hablare-mos

    de los

    hbitos inconsc ientes), tienen

    todas

    el

    mismo origen. Aquellas

    que lla-

    man virtuosasy las quellaman viciosas,las

    grandes abnegaciones comolas pequeas

    estafas, losactos atractivos comolos ac-

    tos repulsivo s, deriva n todos

    de una mis-

    ma fuente. Todos responden

    una

    nece-

    sidadde lanaturalezadelindividuo. Todas

    tienenporobjetivolarealizacindelplacer

    el deseo

    de

    evitar

    una

    pena.

    Hmoslo visto en el captulo precedente,

    que essolamenteunresumenmuysucinto

    de

    una

    masa

    de

    hechos

    que

    podran citarse

    en

    su

    apoyo.

    Se comprendequeesta explicacin haga

    ponerel gritoen el cielo los que estn

    an imbuidos

    de

    principios religiosos. Esta

    explicacin

    no

    deja sitio

    lo

    sobrenatural;

    rechaza la ideadel alma inmortal. Si el

    hombre obra tan solo obedeciendo las

    necesidades

    de su

    naturaleza,

    si

    solo

    es,

    digmoslo

    asi, un

    autmata consciente

    que ser, pues, elalma inmortal?queser

    la inmortalidad, este ltimo refugiode los

    qu e no han conocido los placeres y si

    muchos sufrimientos,

    y que

    suean

    con

    encontrar

    una

    compesacin

    en el

    otro

    mundo?

    Se comprende

    que,

    crecidos entre

    los

    prejuicios, conpoca confianzaen laCien-

    ci aque menudolesengaa, guiadospor

    el sentimiento mejorque por elpensamien-

    to , rechacen

    una

    explicacin

    que les

    arre-

    bata

    su

    ltima esperanza.

    Pero

    que

    diremos

    de

    estos revolucio-

    narios, que desde el siglo pasado hasta

    nuestros das, cadavez queoyen por pri-

    mera

    vez una

    explicacin natural

    de las

    acciones humanas

    (la

    teora

    del

    egosmo,

    si

    se

    quiere)

    se

    apresu

    an

    sacar

    la mis-

    ma conclusin

    que el

    joven nihilista

    de que

    habl

    al

    principio,

    y se

    apresuran

    gri tar

    abajo

    la

    moral?

    Que diremos de los que, despues de

    haberse persuadido que el hombre solo

    obra de un modo de otro respondiendo

    unanecesidad de sunaturaleza,seapre-

    suran concluirque

    todossusactosson

    indiferentes;

    que no hay ni

    bien

    ni

    mal;

    que salvar, con peligro de la vida, un

    hombre que se ahoga, ahogarle para

    apoderarse de su

    reloj,

    son do : actosque

    se equivalen; que el mrtil que muere

    en el cadalso por haber trabajado para

    libertar la humanidad, y el pillo que

    roba suscompaeros,son dos actosde

    igual valor, pues que todos dos lo que

    buscanesprocurarseunplacer?

    Ysi an esto aadieranque nodebe

    haber buen ni malolor; ni perfumede la

    rosa ni el hedor del assa foetida,porque

    uno y otro son solamente vibraciones de

    molculas; que no hay buenni mal sabor

    porqueelamargode laquininay ladulzura

    de la miel sontambin vibraciones mole-

    culares;que no hay belleza ni fealdadf-

    sica,

    ni

    inteligencia

    ni

    imbecilidad, puesto

    que bellezay fealdad, inteligenciaimbe-

    cilidadno sonotra cosa tambin, sinolos

    resultados de vibraciones qumicas y

    tsicas operndose en las clulas del or-

    ganismo;si aadieran todo esto,sepodra

    ecir que todos ellos desatinan, peroque

    al menos tienen la lgicadel loco.

    Peroya quetodo estonodicen quecon-

    clusin debemos sacar nosotros?

    (Continuar)