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SUPLEMENTO CULTURAL No. 132 - 20 DE ENERO DE 2014 - AÑO 3 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Bernardo Araujo nació en 1981 en Zacatecas, ha escrito los libros Crepuscular (poesía), Llorar el viento y Las ramas secas del naranjo, ambos de cuento. Sus textos han sido incluidos en las antologías Diez veces (2009) y Puesta en abismo (2010) de la Colección Letras Versales de la Universidad de Guanajuato. En su nuevo libro, Toque de queda, incluido en el catálogo de Pictographia Editorial, se encuentra latente esta apuesta: microrrelatos de corte realista, que indagan en los fragmentos cotidianos, esas horas, episodios que van desflorando el día y que caen en el piso del semidesierto zacatecano… [En páginas centrales una entrevista con Bernardo Araujo realizada por Joel Flores] Fotografía: Ernesto Moreno

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La Gualdra 132

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 132 - 20 DE ENERO DE 2014 - AÑO 3 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Bernardo Araujo nació en 1981 en Zacatecas, ha escrito los libros Crepuscular (poesía), Llorar el viento y Las ramas secas del naranjo, ambos de cuento. Sus textos han sido incluidos en las antologías Diez veces (2009) y Puesta en abismo (2010) de la Colección Letras Versales de la Universidad de Guanajuato. En su nuevo libro, Toque de queda, incluido en el catálogo de Pictographia Editorial, se encuentra latente esta apuesta: microrrelatos de corte realista, que indagan en los fragmentos cotidianos, esas horas, episodios que van desflorando el día y que caen en el piso del semidesierto zacatecano…

[En páginas centrales una entrevista con Bernardo Araujo realizada por Joel Flores]

Fotografía: Ernesto Moreno

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade De Santiago /Diseño Editorial

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

La semana pasada se llevó a cabo un acto pro-tocolario en el que se festejaron los 25 años de CONACULTA. Su titular, Rafael Tovar y de Teresa dio a conocer nuevamente –porque no ha de-jado de decirlo desde que asumió el cargo-, los cinco ejes sobre los que el Consejo ha de traba-jar los siguientes años: Hacer de la cultura un medio para la transformación, la cohesión y la inclusión social; proteger el patrimonio material e inmaterial y ofrecer una infraestructura digna para la acción cultural y el acceso de todos; propiciar el acceso universal a la cultura, sus bienes y servicios, para contribuir a la educación y a la formación inte-gral de las personas; movilizar los recursos cultu-rales, estimular la capacidad creativa y el poten-cial económico de la cultura para el desarrollo del país y ampliar la imagen de México en el mundo y alentar el turismo nacional e internacional a través de la cultura. ¿Suena bonito, no? Sobre todo si consideramos que en estos ejes se pretende trabajar desde ahora y hasta el 2018. Cuatro años. Cuatro años para hacer milagros. No sé por qué cuando se dan a conocer este tipo de noticias en actos masivos me viene a la mente la misma imagen de los políticos en campaña; cuando sonríen a la gente y se preocupan por su bienestar; cuando reparten buenos deseos –y despensas, cobijas, gorras y bultos de cemen-to…- y se comprometen –incluso ante notario, algunos de ellos- a cumplir con sus promesas. Los asistentes, todos muy guapos para la oca-sión, acuden a escuchar una vez más las cosas de siempre: que ahora sí se le dará más apoyo a la cultura, que se establecerá un verdadero “consejo de consejos” por área disciplinar, que la cultura es indispensable para reestructurar el tejido social… Bueno, el presidente del CONA-

CULTA destacó la creación del Programa Cultura para la Armonía, y aprovechando la coyuntura, se dio a conocer que este programa se imple-mentará inmediatamente en Michoacán. La gente aplaudió, se tomó la foto y de regreso a la realidad, todo esto se quedará en promesas, promesas y más promesas. Perdonen ustedes mi pesimismo. Pero ya no estamos en campaña y los hechos hablan: no hay interés real en apoyar la cultu-ra, ¿qué no fue el mismísimo presidente quien a finales de año propuso reducir el presupuesto destinado a ella? Al final, ya se sabe, la reduc-ción propuesta no fue autorizada totalmente, pero este sector tuvo un recorte, autorizado por la Cámara de Diputados, de casi 4 mil millones de pesos; los más afectados con esta disminu-ción son el Instituto Nacional de Bellas Artes, las producciones cinematográficas y las ciuda-des patrimonio de la humanidad. Qué contentos nos ponemos todos de escuchar promesas, pero de ahí a que se

Los errores por Mauricio Flores

El Picaporte por Simitrio Quezada

Correspondencia en las Doce Islas por Salvador Lira

Martha y la misoginia II[Relato de fin de año en dos partes]por Gabriel Luévano Gurrola

Escribir para mí es traducir el mundo a mi manera[entrevista a Bernardo Araujo]por Joel Flores

Cultura y un futuro mejorpor Hugo Gutiérrez Vega

Desayuno en Tiffany’s, Mon Kupor Carlos Belmonte Grey

Diario de Mateopor Mateo Estrada Gaviria

Ese caleidoscopio que es la lecturapor Eduardo Campech Miranda

BACANTES AL “MATADERO”

Castillo de sal si puedespor Andrea Sampedro

Noche por Alberto Huerta

Judit por Pilar Alba

He mirado tu foto y permanezcopor Edgar Khonde

Confesión de un hombre común para una mujer que es una diosapor Roberto Galaviz

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LA GUALDRA NO. 132 / 20 DE ENERO DE 2014 / AÑO 3

cumpla lo prometido hay un largo trecho, y de buenas intenciones sin acciones que las respal-den estamos ya cansados. El nuevo Programa Cultura para la Armonía podría funcionar si no se implementara primordialmente con fines políticos, pero eso es casi imposible; el desta-car en el evento que éste se aplicará de manera urgente en Michoacán me causa desconfianza porque para empezar ésa no es la única entidad con problemas de violencia; y porque la violen-cia, además, es una consecuencia de una larga lista de carencias y omisiones de las que nadie habla en este tipo de eventos, por cierto. Esta misma semana pasada, ade-más, se fue el poeta argentino Juan Gelman, y de él les compartimos el siguiente poema, triste, como lo que le pasa a nuestro país.

Oración de un desocupado Padre, desde los cielos bájate, he olvidado las oraciones que me enseñó la abuela, pobrecita, ella reposa ahora, no tiene que lavar, limpiar, no tiene que preocuparse andando el día por la ropa,no tiene que velar la noche, pena y pena, rezar, pedirte cosas, rezongarte dulcemente..Desde los cielos bájate, si estás, bájate entonces,que me muero de hambre en esta esquina,que no sé de qué sirve haber nacido, que me miro las manos rechazadas,que no hay trabajo, no hay, bájate un poco, contempla esto que soy, este zapato roto,esta angustia, este estómago vacío,esta ciudad sin pan para mis dientes, la fiebre cavándome la carne, este dormir así, bajo la lluvia, castigado por el frío, perseguido te digo que no entiendo, Padre, bájate, tócame el alma, mírame el corazón, yo no robé, no asesiné, fui niño y en cambio me golpean y golpean, te digo que no entiendo, Padre, bájate, si estás, que busco resignación en mí y no tengo y voy a agarrarme la rabia y a afilarla para pegar y voy a gritar a sangre en cuellopor que no puedo más, tengo riñonesy soy un hombre, bájate, ¿qué han hechode tu criatura, Padre? ¿Un animal furiosoque mastica la piedra de la calle?

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

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20 DE ENERO DE 2014

Opinión

Por Hugo Gutiérrez Vega*

Cultura y un futuro mejorA través de las manifestaciones ar-tísticas se pueden estudiar los rasgos principales de las distintas etapas de la historia de México, pues hay una dependencia orgánica y viviente en-tre las obras del arte con la historia y la vida individual y social de sus autores. Decía César Vallejo que este sincronismo es un fenómeno ineluc-table de biología artística, sin embar-go, conviene aclarar que se trata de un proceso dialéctico y no de un simple reflejo mecánico, pues el arte tiene una sustantividad independiente, y el artista posee su propia e intransferible mane-ra de relacionarse con los fenómenos sociales y con el ambiente espiritual de su momento histórico. De ninguna ma-nera pretendo afirmar su superioridad o identificarlo con los místicos o los ilu-minados. Simplemente intento situarlo en el marco de una actividad que, como todas las realizadas por el hombre, fija su huella indeleble en la vida y la con-ducta de quienes la profesan. En nuestro tiempo debe in-tentarse una conciliación entre el este-ticismo y la posición historicista, pues la cultura tiene, por encima o por de-bajo de su neutralidad, un contenido político. Lo tienen también quienes la fomentan. En el mejor momento de la difusión cultural posrevolucionaria se entregaron los muros de los edificios públicos a los artistas y, sin programa-ción ni censura, se les permitió pintar lo que su conciencia, su emoción y su talento les dictaran. Clemente Orozco llevó a su extremo más ejemplar esa libertad creativa, pintando en el muro de la Suprema Corte de Justicia una alegoría esperpéntica que represen-ta a la justicia, cuando se corrompe, como una pintada, ebria y delirante arrastrando por el suelo la emblemá-tica balanza. Marx afirmaba que el arte es una dimensión esencial de lo hu-mano, y sostenía que para su reali-zación plena, era indispensable un clima de libertad y respeto para el creador artístico. Para Thomas Mann el arte libera al hombre de las servidumbres impuestas por la historia, actuando como mediador, como una especie de demiurgo nietzchiano. El arte, que es de naturaleza muy delicada, requiere apoyo de las instancias políticas y sociales, pero no puede admitir el más mínimo asomo de control o de censura. Por tanto, los gobiernos deben renunciar a cualquier forma de control, pues al hacerlo lo único que logran es desna-turalizarlo y empobrecer a la socie-dad. Mijail Bulgakov, en una carta me-morable dirigida a Stalin, afirma que el escritor que asegure no necesitar

de la libertad de expresión es como el pez que afirme no necesitar del agua para seguir respirando. Hace 25 años se creó el Con-sejo Nacional para la Cultura y las Ar-

tes (Conaculta). Siguen vivas las ideas de su fundador, Víctor Flores Olea, y los trabajos de creación y consoli-dación realizados por Rafael Tovar y de Teresa en el admirable Sistema de

Creadores, que es uno de los más gene-rosos de los pocos que hay en el mun-do. En él nunca se ha buscado la forma-ción de intelectuales orgánicos, sino el patrocinio del Estado a las labores de creación, sin intentar mediatizarlas o instrumentarlas para su servicio. Son los poderes fácticos los que exigen a sus turiferarios una sumisión sin fisu-ras Durante 12 años el odio con-servador a la cultura y al Estado laico rompió con esa tradición posrevolu-cionaria, y se disfrazó con un gigantis-mo absurdo y contraproducente. Hace unos días el presidente de la República afirmó que es nece-sario incrementar el diálogo entre el poder político y los intelectuales. Se refería, sin duda, a los intelectuales ca-paces de escuchar los diferentes pun-tos de vista de la sociedad civil. Es cla-ro que ese diálogo tendrá momentos de discusión y de controversia, pues se celebra cuando es más urgente la necesidad de analizar las modificacio-nes al modelo socioeconómico, ya que el neoliberalismo sólo ha favorecido a los barones dueños del país. El gran ensayista portugués Almeida Garret, para afirmar el papel de regulador de la economía que debe cumplir el estado advertía: “Un gobier-no en peligro es aquél que deja comer de más a sus barones”. En ese diálogo tenemos que hablar de la necesidad de suprimir los recortes a las actividades cultura-les, que deben ser consideradas como prioritarias y no como suntuarias. La creación artística coadyuva determi-nantemente en el mejoramiento de la convivencia, el fortalecimiento de la democracia y el mantenimiento de la vida civilizada. La inteligente rela-ción que ha mantenido el Conaculta con los creadores puede considerarse como uno de los aspectos más positi-vos del diálogo entre los intelectuales y la autoridad política. Conviene que hablemos de las reformas constitu-cionales y de su impacto en la vida económica, en la sociedad civil y en la soberanía de la nación; de la situa-ción de los indígenas que viven como extranjeros en su propia tierra, y de la violencia desatada en el sexenio sangriento que sigue destrozando el tejido social del país. Son fundamentales los temas que debe abarcar ese diálogo impres-cindible, con el cual trataremos de recuperar la tradición posrevolucio-naria, que fue entendida no como una lápida sino como un capitel sobre el cual se construiría un futuro mejor.* Discurso del director de La Jornada Semanal en

la ceremonia conmemorativa de los 25 años del

Conaculta.

Jean-Michel Basquiat, Sin título, 1980.

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LA GUALDRA NO. 132

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Por Mauricio Flores

Por Salvador Lira

Los errores

Correspondencia en las Doce Islas

Estimado Dr. Gonzalo Lizardo:Estuve revisando las observaciones y sugerencias que me envío hace dos semanas, sobre el trabajo de edición litúrgica que actualmente me devuel-ve el sueño. Al respecto, quisiera ex-presarle algunas ideas que me suscita-

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Si algo saben los personajes litera-rios de José Revueltas (1914-1976) es su verdad. Signados por un des-tino, se desenvuelven hacia afuera y adentro de ellos mismos, sin im-portarles limitaciones, obstáculos, ambiciones, certezas e incertidum-bres. Revueltas (aquí en una imagen poco conocida), entregó al FCE su novela Los errores en el lejano año de 64. Justo hace medio siglo. Ahora circula con discreción en diferentes ediciones, en espera de que la mis-ma casa editora que la recibiera por primera vez la relance, y en el marco de los homenajes que se le tributan al mismo Revueltas, Octavio Paz y Efraín Huerta, en el centenario de sus natalicios. Aunque sin duda el mejor homenaje al llamado Pájaro Revueltas, gran pensador y luchador libertario, sea leerlo. Un gran regalo para nosotros mismos.

ron sus revisiones y conjeturas. Debo aclarar que últimamente le he dado vueltas al encuentro entre las corrien-tes helénicas y judeocristianas, junto con la reelaboración o reescritura de los mitos y símbolos. Así, obras como el libro de Ezequiel, el Apocalipsis de

San Juan, El Testamento de Salomón, la Divina Comedia de Dante, El asno de oro de Apuleyo o la Eneida de Vir-gilio, mantienen una singularidad: son libros de “La Revelación” o el “Viaje Iniciático”. La develación de un secreto (siendo éste el secreto por el secreto, el secreto de la no existencia del secreto; y por tanto más vale morir por el secreto que saber el secreto sin secreto) plantea encuentros simbólicos como orde-namientos o precisiones, que no son más que las direcciones del [los] sentido[s]. Fréderic Monneyron y Joël Thomas (alumnos de Gilbert Durand) argumentan (parafraseo) que el secreto no reside en la ce-guera del héroe, sino es la búsque-da por aprender a leer los símbolos, en suma, una educación de la mirada. Así, el símbolo se protege a sí mis-mo, al ser un lenguaje cifrado, se re-vela a la vez que se oculta. La respuesta que se da en ciertas sociedades iniciáticas es “No sé leer, ni escribir”, un paso evidente del iniciado en la educación de su mi-rada y el aprendizaje de leer los sím-bolos, para conocer el mito. A eso co-rresponde la acción litúrgica, pues se plasma de vinculaciones iconográficas que recuerdan el camino de “El muer-

to” y el paso palingenésico con un fin claro: si el símbolo marca diversos sentidos (Ricoeur diría que es el signo con mayor excedente de sentido), lo litúrgico y el catecismo establecen un sentido único. La comparación de Apo-lonio de Tiana, Jesús, Abraham y Orfeo, ahora nombrados ‘arquetipos’, cercanos a un desmembramiento y/o banquete, son la creación de un ‘héroe civilizador’ que enseña a leer y a escribir. Sin más por el momento, le acuso de recibido su trabajo de edi-ción de Matías Ximenes y el Tratado de los proyectos veniales. He asistido a su lectura y créame, son más las puer-tas abiertas que certezas en ese largo camino de dilucidar los límites de la Literatura. Un abrazo, saludos.

S. L.Rodas, 20 de diciembre 2013

Posdata: El Dr. A. B. Yaneda, de la URV de Tarragona, me escribió la semana pasada. Dice tener noticias sobre tres libros prohibidos en la España del siglo XVII. También me dijo que me enviará un ejemplar de Reglas y constituciones que han de guardar los señores inquisido-res..., de un tal Pedro de Icaza. En cuan-to lo tenga, le remitiré a su cubículo una copia con comentarios.

El picaporte“No sólo… sino también…”

En una entrega anterior nos ocupamos ya de la diferencia en-tre la conjunción “sino” y la expresión “si no”. Ahora propon-go adentrarnos más en esa conjunción, específicamente en la construcción de frases tipo “No sólo… sino también…”.

El problema común se da cuando muchos dicen o escriben “No sólo… sino…”. ¿Qué sucede aquí? En este caso, no podemos precisar si el sentido de la expresión es “No x, sino y” o “No sólo x, sino también y”. En el primer caso, “No x, sino y”, vemos que la conjunción “sino” se vuelve adversativa. Hagamos, para jugar, una variación de la frase fes-tiva: “No quiero oro, sino quebrar la piñata”. Así se muestra mejor cómo se anula el primer elemento y se aprueba, en sustitución del anulado, el segundo. En el segundo caso, “No sólo x, sino también y”, hacemos que la conjunción “sino” deje de ser adversativa para darle un carácter “aditivo”. Completemos el ejemplo: “No sólo quiero oro, sino también romper la piñata”. Se aprueba el primer elemento y también el segundo. La clave para evitar las confusiones radica, entonces, en acom-pañar siempre el “sino” con el adverbio “también” cuando queremos con-ferirle esa propiedad de adición. Y utilizar “No x, sino y”, cuando vamos a excluir algo para sustituirlo con otro elemento.

* Envíe comentarios y demás inquietudes a:[email protected]

Por Simitrio Quezada

Santiago Rusiñol, Hombre leyendo

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20 DE ENERO DE 2014

Literatura

Por Gabriel Luévano Gurrola

Martha y la misoginia II[Relato de fin de año en dos partes]*

Toda de negro, con el cuello atortuga-do del suéter protegiendo, acaricián-dole el fin de la quijada, y sus onerosos zapatos bien puestos frente a la puer-ta, Martha se preguntó si no habría sido preferible buscar una muda más adecuada para la ocasión: lo sucio que hallara, mezclado en la blancura im-pecable de los uniformes en el ropero; podía ser un viejo traje de su madre que le robara la juventud o la realzara, mejor, junto a la vieja cocodrila a la que tendría que darle la mano y acep-tar el té, el café, o los narcóticos; un traje deportivo, o llegar desnuda y con una bata, o sencillamente, no venir. La idea era humillarla sin mucha maldad, libre de insolencia. Antes de tocar esa puerta, de perpetrar el lecho con su muerte, y antes del bolsillo lleno con dinero de mujer para los licores de la fiesta de dos (variadita, al fin, ya que hubo whisky, vino, aguardiente barato para disimular y compartir la pobreza), el hombre la había llevado a espiar a su ex esposa. Desde un parque, a pocos pero suficientes metros, sentados y ocultos tras los árboles, tuvieron do-minio de las salidas de Bárbara y el hombre, un cetrino enorme de cami-nar lánguido que a pesar de llevar el ateísmo clavado en el rostro le llama-ba “musulmán” con la intención de ofenderlo en secrecía de la enfermera que dijo: “No se ve que sea sumisa. Se ve que es demasiado mujer para ti y hace honor a su nombre y tú al tuyo, Holga-zán Morfinómano Tumefacto”, todo lo decía sin maldad, “tampoco se ve que haga como canecita y felinita. Demasia-do para ti, efectivamente”. “¿Y el otro?”, inquirió el alu-dido, decidido a no oír los desdenes, “¿qué ves en el gigante?”. Quiso respon-der: “Supongo que la desafía, pero de otro modo, ajeno a los golpes que le da-bas. Más bien siendo bueno y algo sano, es decir tonto, compasivo o eficaz”, pero no dijo nada mientras veía al cetrino y a la mujer regresar de la tienda (leche y huevos mercados: una cena feliz), y entrar por la puerta que ahora tocaba. Pero él ya estaba en los enseres fu-nerarios y ella sola, desdeñando el timbre con el fin de empezar humana-mente al verle la cara. “Se fue, señora. Considero que debía saber dado los años que compartieron, lo siento”, pocas y directas palabras de consuelo y burla dentro de los nudillos golpeando la madera, “lo siento, aunque, si le sirve darse cuenta, usted no soltará un billete o un segundo en trámites. El doctor, mi jefe, amigo del occiso, y yo, costearemos la caja, el entierro, los empleados que servirán bebidas de invierno a los tres, él, usted y de nuevo su servidora, porque el hijo de perra no tenía amigos y sí mu-cha suerte para librar la fosa común. Ni

un peso, le digo, en cambio, podrá llorar falsa e impunemente para que parezca velorio”. Cuando la mujer, afeada por la mañana, le abrió la puerta, todas esas palabras intuidas y practicadas se perdieron, sin lograr reciclarse, vol-viéndola muda. Bárbara comprendió todo: “Pase usted, señorita”, dijo.

Simulando que sorteaba el cansancio por las alusiones de las perritas y ga-titas anteriores, siguió el banquete proteico: “Haz como elefanta, y mico, y ebria. Haz como girasol, y azucena, y Azucena, una novia que tuve hace mucho y que nunca supo. Ahora haz como Bárbara, el bulto de su pareja, el doctorcito. Haz como mujer libre”. Dijo lo último sin querer. Había perdido: después de recibir el año y descansar el cuerpo, Martha empezó donde de veras era buena, en ser diferente, las-timando con pureza. - Te dije que tuve un aborto. Era hijo del doctor... A veces lloro. En otras, parecidas a ésta, veo a los hom-bres, sudando, vencidos, linda o gro-

tescamente estúpidos (tú estás en la segunda categoría) y me imagino que cualquiera de ellos pudo haber sido mi hijo. Agradezco que fallara y desapare-ciera, quedara en proyecto, muriera…

En realidad, siempre gustó de sumi-nistrar la droga a los moribundos, o incluso a los sanos que mentían. Su jefe, el joven doctor que hablaba como viejo y actuaba a la manera de un he-raldo paciente de ideales abstractos, más bien siniestros, la había contrata-do a las pocas semanas de graduarse y también la dejaba sola cuando el adic-to triunfaba y disponía el brazo para la alegría artificial. Entonces, Martha gozaba preparando la aguja, imaginan-do la desdicha y destrucción postreras del cuerpo del hombre, y recordando. Su padre fue drogadicto des-de que ella tenía memoria. Llegaba noche a su casa, casi todos los días y la emprendía a golpes que desherraja-ba en la que estuviera próxima, ella o su madre que lavaba ajeno y en oca-siones recurría al milenario oficio de sacar agua y comida de las piedras. La

vieja murió rápido y ella creció con la misma velocidad, por lo que, frente a una mujer tan hermosa y perturbado-ra que parecía no pertenecer al sórdi-do devenir de la amargura, su padre se quedó sin blanco para las zurras. No obstante, suplió el martirio físico por el moral y contaba cada que podía la historia del Brujo, un hombre que vi-vió en su pueblo natal, San José de los Fresnos (municipio de porquería se-gún él), que aprovechaba las visitas de las mujeres que le pedían hechizos o la cura de otros, para discriminar a las de su gusto y vejarlas, matarlas. Cuan-do la policía lo descubrió, el pánico cundió en las que lo habían visitado alguna vez: señoras que se santigua-ban y sentían mal, primero al com-probar el peligro que corrieron pero al comprender que en medio de tanta mujer confianzuda que lo iba a ver, el Brujo sólo escogía a las bonitas que se sentían feas. “Las mujeres se deben sen-tir atractivas”, pregonaba su padre, “es su razón de vivir. Aunque sea un chalado asesino el que las desprecie, les afecta”. Al recordar esta historia, Martha dejó de introducirles con gusto la droga a los moribundos de su jefe. Se sentía culpable imaginando que ellos llegarían, delirantes, a contar los mismos horrores a niñas y esposas impresionables que terminarían como ella, acostadas con un hombre lleno de tumores y dando el pésame a una mujer que apenas conocía, pero ya horrible.

El gigante se llamaba Hasán y había nacido en México, sin embargo era de ascendencia árabe. Ésta fue la primera decepción de Martha, que había soñado en aventuras trasatlánticas, búsquedas más allá de fronteras donde al final Bár-bara lo encontraría. Nada más lejano a eso. Se conocieron en el supermercado y las cosas se dieron solas. Repantigado en un sillón, Hasán ahogó una mueca de fastidio cuando la divorciada le pidió que sa-liera. Lo hizo sin otros miramientos. Ya solas, Martha sintió que se abría un abanico brumoso e infernal al dar-se cuenta que las palabras que había memorizado estaban perdidas, sin in-tención de volver; que ahí no era una enfermera que suministraba morfina, o una mujer feliz, sino alguien que durmió al lado de un cadáver. Bárba-ra la miró fijamente, le espetó: “Feliz año nuevo, señorita”, y se echó a reír a carcajadas mientras Martha pensaba en su padre y deseaba colinas o llanos donde perderse de la misoginia cre-ciente del cuarto. Pero era imposible huir, porque ese cuarto era como el mundo, real: el de ella, el nuestro, el de todos.* Leer la primera parte en La Gualdra 131.

Pablo Picasso, Mujer frente al espejo

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LA GUALDRA NO. 132

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[entrevista a Bernardo Araujo]

Escribir para mí es traducir el mundo a mi manera

Por Joel Flores

Hablar de Bernardo Araujo es hablar de una amistad de años que iniciamos gracias a la literatura en Zacatecas, aquéllos en los que ambos planeamos finalizar nuestros primeros libros y terminamos tirando tantos borrado-res porque no eran lo suficientemente maduros como para conformar uno concluido. Desde entonces Bernardo se ha animado a escribir más libros que yo, y en su búsqueda literaria se sugiere la unión entre la poesía, la minificción y el cuento corto: un via-je entre géneros que busca contar el todo con tan pocas palabras, sin ol-vidar que existe una realidad, aquélla que sentimos e influye la hora de tras-ladar nuestra visión de las cosas a la literatura. En su nuevo libro, Toque de queda, incluido en el catálogo de Picto-graphia Editorial, se encuentra latente esta apuesta: microrrelatos de corte realista, que indagan en los fragmen-tos cotidianos, esas horas, episodios que van desflorando el día y que caen en el piso del semidesierto zacatecano como cuencas de vidrio que reflejan una realidad, la realidad pulida por el narrador orfebre que es Bernardo, quien habla de niños desnutridos jun-to a un viejo indigente analfabeta, un manifiesto poético sobre las palabras como dinero, amantes que visitan a la esposa del militar de alto rango que ordenó el toque de queda en una ciu-

dad, maestros que aceptan el salario mínimo por dar una clase como la noticia más noble del día, clasificados a la inversa, donde hombres viudos y vencidos por la vida buscan a delin-cuente para que les arregle la vida con el deceso, y más. Bernardo nació en 1981 en Zacatecas, ha escrito los libros Cre-puscular (poesía), Llorar el viento y Las ramas secas del naranjo, ambos de cuento. Sus textos han sido incluidos en las antologías Diez veces (2009) y Puesta en abismo (2010) de la Colec-ción Letras Versales de la Universidad de Guanajuato. En dos ocasiones fue becario del Fondo Estatal para la Cul-tura y las Artes en Zacatecas (2006 y 2009) y es participante del Taller de Narrativa de la Universidad Autónoma de Zacatecas, desde el 2003. También fue miembro del taller residencial que coordinó el escritor cachanilla Daniel Sada, en Aguascalientes durante 2009. En esta entrevista, llevada a cabo gracias a las bondades de Face-book, Bernardo habla sobre Toque de queda, cuánto tiempo tardó en escri-birlo, cómo concibe el cuento, la mi-nificción y la poesía, por qué abogar por ellos en un libro, cómo influye la realidad social cuando se sienta frente al escritorio a escribir y cómo llegó a conformarse Toque de queda; así como su amistad con Alberto Huerta, uno de los narradores más importantes de

Zacatecas. Joel Flores: Desde que te conozco, he reconocido en ti una apuesta a la Monterroso, tratar de fundir las bon-dades narrativas del cuento corto con la esencia de las palabras de la poesía, ¿de dónde viene esta preocupación y cómo influyó para crear los textos que conforman Toque de queda? Bernardo Araujo: El asunto es que cuando comencé a escribir me intere-só de sobremanera la poesía, mis pri-meras lecturas fueron de este género. Además, mi madre, quien guardaba sus libros desde la primaria (ahora los guardo yo, algunos de ellos), es una gran contadora de historias, su-pongo que ahí comenzó la confusión entre los géneros. Siendo muy joven, casi niño aún, encontré en los viejos libros de mi madre poemas de autores como Manuel Acuña o Manuel M. Flo-res, que me sacudieron las entrañas, curiosamente, textos que abordan te-mas que siguen robando mi atención, como son: los mecanismos del amor o el desamor, la muerte, el cuerpo, la re-latividad de ser o estar en el mundo y un profundo aprecio por lo cotidiano. El primer cuento que recuer-do haber leído, también en los libros de “la jefa” inicia así: “En verdad, en verdad os digo que los libros viejos me llenan de una infinita tristeza…”; ya más grandecito y huyendo de las lec-

turas impuestas en la preparatoria, me interesaron poetas como Sabines, Neruda o Benedetti en lo que al amor respecta, pues ya habían comenzado las decepciones; pero pronto descu-brí a los “malditos”, Rimbaud y Valery me impresionaron. Había encontrado otra poesía. Años después terminé un primer librito de poemas, pero… algo faltaba, quería contar, tenía cosas por contar e ingresé al taller que coordi-na quien desde entonces ha sido mi amigo y maestro de narrativa: Alberto Huerta. Ahí mis lecturas adquirieron orden y sistema, conocí las posibili-dades de la narrativa y terminé es-cribiendo, hasta ahora, tres libros de cuento. Nunca tuve, conscientemente, la intención de abrazar a estos dos gé-neros como elementos constitutivos de mis textos. Simplemente quise na-rrar desde lo ordinario para descubrir lo admirable, lo sorprendente y lo sombrío; así el tono poético como las formas breves me resultaron idóneos para lograr mi cometido, aunque en realidad son pocos los textos verdade-ramente breves en Toque de queda.

JF: La poesía es para un público más selecto, más paciente y entendido, el cuento es para aquéllos que buscan historias cortas, que sorprendan, ha-gan reflexionar y hasta trastocar su visión del mundo; la minificción, en cambio, ¿para qué lector crees que vaya destinada, para qué lector escri-biste Toque de queda? BA: Me parece que la minificción precisa de un lector más abierto, sin prejuicios y presto a los juegos espon-táneos en los que bien puedes senci-llamente pasar un buen rato, consumir el tiempo libre de una manera relajada y productiva a la vez. Bajo estos pre-supuestos, este lector se encuentra si-tuado en un tren que desconoce hacia dónde se dirige y sin embargo le tiene sin cuidado; en estas condiciones no hay aventura deleznable y sí una am-plia gama de posibilidades de tener un encuentro luminoso. Por otro lado, la minificción también puede estimular en los lectores aquellas bondades que mencionas sobre la poesía y el cuento, es un reto a la percepción y a la fanta-sía que se rige por otros mecanismos. JF: Recuerdo que, las pocas veces que hablábamos de nuestros procesos de escritura, tú solías ser bastante críti-co con los que escribías, incluso solías repensar tantas veces tus bocetos y a reestructurarlos. Dime, ¿cuánto tiem-po te llevó escribir este libro y qué método utilizaste?BA: Toque de queda pasó por al me-

Fotografía: Ernesto Moreno

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20 DE ENERO DE 2014

Literatura

nos dos fases, comenzó siendo una pequeña colección de minificciones y cuentos brevísimos en los que no me interesaba más que explorar otros imaginarios y otras formas narrativas, luego de haber escrito dos libros de cuentos cuya extensión oscila entre 3 y 10 cuartillas y hasta entonces inédi-tos. Esos primeros textos se quedaron guardados algunos años, puesto que no sabía bien a bien qué hacer con ellos, a dónde pertenecían. Sólo tenía claro que la apuesta era un alto grado de sugerencia en las tramas y de poe-sía en las acciones, al parecer inexis-tentes. Ésa fue la primera clave (pero en ese momento lo desconocía), na-rrar un mundo donde no sucede mu-cho a primera vista y sin embargo lanzar un dardo hacia el imaginario personal del lector y un reto a com-pletar los espacios vacíos en el texto. Algo arriesgado para un autor joven el jueguito, ¿no? La verdad era un libro en el que no tenía muchas expectativas, por las razones que comento, y los textos se quedaron ahí sin un destino y sin forma específica. Luego sucedió la maravilla. Pasaba yo por un periodo de carencia de imaginación para escri-bir, pues había terminado la primera versión de una novela que hasta la fe-cha no me tiene satisfecho. Como ves, continúo con el defecto de ser dema-siado escrupuloso con mis textos. Me olvidé por un tiempo de escribir y leía poco. Hice una vida todavía más ordi-naria, pues nunca he sido ostentoso ni tengo los medios para pretender serlo.

El asunto fue que el observar la vida cotidiana con más detalle sembró en mí una preocupación por captar el es-píritu de las cosas ordinarias y recor-dé a mi maestro Daniel Sada: “La gente hace mucha poesía y no se da cuenta”. Así cobró sentido el libro: la violen-cia desatada, los fracasos comunes y un deseo por atrapar lo poco que nos queda de humanidad. Pasaron algunos 4 o 5 años para que el libro estuviera listo, tenía muchas dudas.

JF: En tus libros publicados se detec-ta una preocupación por el realismo, ¿por qué elegir, en el caso de Toque de queda, el imaginario público o la rea-lidad social, para convertirla en lite-ratura, en lugar del género fantástico para explorar los mismos temas pero de forma indirecta? BA: Como ya comenté, fue un libro que nació a base de provocaciones (sobresaltos) del mundo exterior, a los que quise agregar un ingrediente de ficción, más no de fantasía para ha-cerlos verosímiles, un tanto universa-les y alejados del entorno tal como lo vemos en la TV, lo vivimos a diario o lo leemos en la prensa. No quería un libro de notas rojas, sino que, ponien-do la navaja en la herida (social) invi-tara a la reflexión del mundo exterior para encontrar un túnel directo hacia la autocrítica, la intuición y la imagi-nación. Para mí, literatura y realidad son dos cuerdas que penden en un mismo sentido pero jamás se tocan, y si lo hacen, en algún punto habrán de separarse, obligadamente.

JF: La ciudad, los escenarios que fun-gen como topos en tu libro, ¿son el Zacatecas que nos está tocando vivir? De ser así, ¿cómo influyeron los he-chos violentos acaecidos desde hace un par de años en esa ciudad, en tu forma de ver el mundo y hacer lite-ratura?, ¿crees que el escritor deba comprometer su oficio, lo que escribe, para enfrentar y enunciar o denunciar estos sucesos? BA: En parte, el Zacatecas de hoy fue un detonante para el libro, más nun-ca he querido retratar en mis cuentos una realidad y espacio específicos, sino que tomo fragmentos de expe-riencias vitales (lo que veo, lo que escucho, lo que imagino, lo que me cuentan, lo que leo, lo que me falta, lo que admiro, lo que aborrezco, lo que amo, lo que me duele) como materia prima y comienzo a experimentar po-sibles narrativos. En mi adolescencia regresaba a casa caminando solo luego de una fiesta y no pasaba nada o casi nada, ahora vivo en una ciudad (en un país) donde hay miedo, muertos y balazos con frecuencia, sin duda tuve que decirlo de algún modo. Escribir para mí es traducir el mundo a mi ma-nera, pues nunca me ha agradado del todo. Sin que sea una obligación, creo que el escritor debe mostrar, más que demostrar su concepción del mundo, más no vender su trabajo ciegamente a favor de una ideología o una aprecia-ción fija del entorno.

JF: Hace unos momentos nombrabas a Alberto Huerta, narrador zacateca-no importante -pero algo olvidado-, como uno de tus maestros, ¿Cómo ha sido su amistad? ¿Aún suelen trabajar juntos?BA: Huerta fue la persona que me hizo entender y respetar al cuento como género, sus posibilidades imaginarias, lingüísticas y narrativas, así como el grado de dificultad que un buen cuen-to requiere; puesto que llegué al Taller de Narrativa de la UAZ (fundado y coordinado por Alberto Huerta), con la intención de escribir cuentos. Una de las primeras cosas que me dijo fue: “Aquí escribimos libros, no textos suel-tos” (obvio, después de ciertas lectu-ras y ejercicios de escritura). Pasaron cerca de 10 años en los que escribí un cuadernillo y un libro de poesía, tres libros de cuento y el boceto de una no-vela. Durante todo ese tiempo apren-dí, desde cómo hacer un mimógrafo

para imprimir a mano, como una in-finidad de autores esencialmente na-rradores y poetas de todas las épocas y latitudes; entre otras cosas hablamos de música, escuetamente de política, problemas públicos y del ambiente literario. Huerta es ante todo, un lec-tor voraz, un hábil narrador inquieto e instruido, y un hombre generoso y consecuente. Seguimos trabajando juntos y es sin duda el primer lector de mis trabajos recientes, consejero y cómplice en el trabajo. “No soy maes-tro de nada, soy un provocador”, ¿cómo olvidar ésas y tantas otras afortunadas frases?

JF: Por otro lado, ¿sueles leer a escri-toras o escritores de tu generación, es decir, a los nacidos en la década de los ochenta?BA: La verdad no conozco muchos au-tores contemporáneos a mí. Como es obvio me es más sugestivo e ilustrati-vo leer a los gigantes de la literatura universal, no por ello desdeño a los autores jóvenes, pues sería como me-terme el pie a mí mismo. Leo más a los nuevos poetas y narradores de la re-gión de Zacatecas y sus colindancias, por razones de amistad, coincidencias y oferta editorial, puesto que no es fá-cil para un autor novel tener impacto muy lejos de sus latitudes, entonces (lamentablemente) desconozco a los escritores de mi generación que están en el norte o sur de la república, de donde me parece interesantísimo ave-riguar ¿qué están escribiendo?

JF: Ya para terminar, ¿qué música sue-les escuchar mientras escribes?, ¿qué soundtrack sonaba en tu lugar de tra-bajo mientras se fraguaban las histo-rias de Toque de queda?BA: Mis gustos musicales se inclinan más por el rock, esencialmente el de “mis años mozos”, es decir, la década de los 90 y principios de este milenio, el grunge, alternativo, algo de hard y ahora el postrock, pero, rara vez es-cucho algo así cuando escribo, salvo Radio Head o Smashing Pumpkins, por ejemplo, son bandas que me transpor-tan a mi paisaje imaginario predilec-to, donde hay: espíritu rebelde, cierto hálito de tristeza, nostalgia y belleza. Toque de queda fue escrito con música clásica y/o contemporánea, simple-mente porque precisó de la energía contenida ahí, también de algo “que raspara”: blues, boleros o tangos

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LA GUALDRA NO. 132

Por Eduardo Campech Miranda

Ese caleidoscopio que es la lectura

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La lectura, en el ámbito escolar, tie-ne frente a las matemáticas varias desventajas. La primera es de con-notación histórica: aún en las civili-zaciones más remotas encontramos sistemas numéricos y elaboración de conceptos tan abstractos como el cero maya. Si bien es cierto que también algunos pueblos tenían rudimentarios sistemas de escritura, no es sino hasta el siglo XX, en la década del cuarenta para mayor precisión, cuando apare-cen las primeras teorías de la lectura. Otra desventaja viene dada por la enseñanza y evaluación. El pensamiento lógico-matemático se apoya en imágenes y en objetos tan-gibles para su inicial desarrollo. Así, es común encontrar semillas, frutas, dibujos (y aún los dedos de las ma-nos) para calcular las operaciones aritméticas básicas (sumar y restar). La lógica lineal que impera en el razo-namiento matemático (dos más dos, siempre han sido, son y serán, cuatro; hoy, hace un siglo, dentro de doscien-tos años) hace posible y evaluable una operación aritmética o algebraica. Si confrontamos a la lectura con el escenario anterior encontra-mos, en un principio, que los soportes iconográficos son de gran utilidad en el dominio del código alfabético (re-lación imagen-palabra). No obstante, una vez que el incipiente lector logra, medianamente, decodificar se le deja solo y las imágenes mentales, en un principio homogéneas –en función de la imagen utilizada en la asociación

con la palabra- se va diversificando, dando como resultado la creación de imágenes mentales, asociaciones, evo-caciones, sentimientos, como lectores existan. Por lo anterior, el saber cómo funciona la lectura ofrecerá los fundamentos cognitivos para el dise-ño, implementación y evaluación de actividades encaminadas, no sólo a la formación de lectores, sino a profun-dizar y mejorar la comprensión lec-tora. Pero también posibilita algo más profundo: la metacognición del proce-so lector. En torno a la lectura se han desarrollado una serie de mitos: “leer nos hace mejores”, Hitler fue un exce-lente lector; “las generaciones actuales leen menos que las anteriores”, falso, las generaciones de hoy leen lo mis-mo que nosotros, pero en distintos so-portes y con distintos niveles de pro-fundidad. Por otro lado, en la historia de la humanidad, los lectores nunca hemos sido mayoría. Isaac Asimov consigna que durante la peste negra que azotó a Europa en el medievo, un lugar que aseguraba la supervivencia eran los monasterios. Fue tan común hacerse pasar por monje que se deter-minó utilizar el siguiente mecanismo para desenmascarar a los impostores: se tomaba un libro y se le pedía que leyera. Desde luego que esa lectu-ra se realizaba en voz alta, que era la práctica social de la época. Cuenta San Agustín, en sus Confesiones, que

se santiguó cuando, al ingresar a la bi-blioteca, observó y testificó que San Ambrosio leía en silencio. Su reacción obedeció a que “nunca había visto a alguien en posición tan demoniaca”. Ahora bien, otro mito más es el compararnos con otras naciones en cuanto a indicadores de lectura se refiere. Nuestro país tiene una gran tradición literaria y oral, o así lectora. Victor Hugo narra en Los Miserables la siguiente escena: “Jean Valjean se había propuesto enseñarle a leer [a la pequeña Cosette]. A veces, sin dejar de hacer deletrear a la niña, pensaba que era con la idea de hacer el mal que había aprendido a leer en presidio. Esta idea, actualmente, se ha convertido en la de enseñar a leer a la niña”. En esta novela, publicada en 1862 y con una trama que se de-sarrolla en la primera en la primera mitad del siglo XIX, Valjean aprendió a leer en prisión. ¿Alguien se imagina que eso mismo sucediera en nuestro país en aquella época? No. Nuestro territorio enfrentaba los proyectos de nación. Había situaciones que exigían mayor prioridad. Aunque en la segun-da mitad decimonónica hubo diversos connacionales letrados y preocupados por la instrucción. He aquí otro de los hechos para argumentar que las com-paraciones son injustas: la tradición lectora. Leer, para muchos teóricos, es una transacción entre el lector y el libro, un proceso de constante cons-trucción, por ello, de acuerdo a Ken Goodman:

[…] la lectura es un proceso constructivo, lo que lleva a dos condiciones:- Dos lectores jamás produci-rán el mismo significado para el mismo texto.- Ningún significado del lector concordará perfectamente con el significado del escritor.

A partir de lo anterior es donde toma relevancia la forma de preguntar. Siguiendo la inercia en la que fuimos formados la mayoría de los adultos (llámense docentes o pa-dres de familia) apelamos a un tipo de preguntas. A aquéllas que nos ator-mentan porque debemos recordar fechas, datos, lugares, personajes, y en las peores, objetos secundarios e intrascendentes para el texto o el ar-gumento. Esto impacta directamente en los niveles de comprensión lecto-ra. Bajo las acciones descritas sólo se alcanzan los dos primeros (literal y literal profundo). Es así como se pue-de presentar un escenario paradójico:

tener una población lectora pero con poca capacidad de análisis. La mayo-ría de los exámenes o instrumentos de evaluación estandarizados, los cuales están construidos por otro tipo de razonamientos y no sólo por localiza-ción de la información. Una de las actividades que más abonan a una mejor comprensión lectora es el andamiaje. Llamado por algunos estudiosos “lectura comparti-da”, privilegia la creación de imágenes mentales. El mediador o moderador sólo debe ir encausando las respuestas de los participantes: El concepto “andamiaje” (seaffolding) fue inventado por Brun-ner (1983, 1986) para explicar el pro-ceso de Vigotsky (1978) sugirió había que emplear para ayudar a los alum-nos alcanzar su nivel de desarrollo po-tencial.

[…] el profesor ayuda a los ni-ños realizando lo que ellos no pueden hacer al principio, per-mitiéndoles poco a poco hacer-se cargo de partes del proceso de construcción textual a medi-da que van teniendo capacidad de hacerlo. El profesor controla el centro de atención, demues-tra la tarea, la divide en parte, etc.

Entre las estrategias para for-mar lectores y escritores sobresale la lectura en voz alta. Diversos estudios han demostrado las virtudes de este tipo de lectura: apuntala la seguridad del lector, enriquece su vocabulario, desarrolla la capacidad de atención y memorización, propicia trabajos mentales de síntesis y análisis, en fin, forma lectores. ¿Para qué formar lec-tores? Para formar ciudadanas y ciu-dadanos autónomos, con herramien-tas sólidas que enfrenten los retos cotidianos de la vida moderna, con capacidad de conformar una cosmovi-sión más elaborada. Bastantes teóricos coinciden: el mejor método para for-mar lectores es leer en voz alta. Pero la lectura en voz alta no sólo tiene relación directa con el aprendizaje o los contenidos del área lingüística o literaria. Leer en voz alta es una manifestación de la oralidad. No de una oralidad mecanicista o pro-gramada, por decirlo de algún modo. Sino de una oralidad creadora, argu-mentativa, auténtica. Una oralidad plural e incluyente, tolerante y respe-tuosa. A diario hacemos uso de ella, pero no siempre asumimos la postu-ra del receptor, no siempre sabemos escuchar. Una oralidad que se asuma como eficiente debe saber escuchar y hablar.Nikolaos Gyzis, Escuela secreta, 1885.

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Yves Saint LaurentPor Carlos Belmonte Grey

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Cine

Los biopics, con fuerte presencia de las historias de gays, se han vuel-to a poner de moda desde el 2013; para muestra se puede citar Behind the Candelabra (Steven Soderbergh, 2013) y el más reciente, Yves Saint Laurent, del director Jalil Lespert. Precisamente, es sobre la historia del diseñador francés de alta costura lo que comentaremos en esta edición. Por lo general al seleccio-nar una cinta que pasa en las salas de cine nos dejamos seducir por el director, algún actor o el título de la misma, y ocasionalmente por la te-mática de la historia, preferimos lle-gar a la sala casi en blanco y dejarnos sorprender por lo que vemos en la pantalla; sin embargo, en esta oca-sión ya sabíamos qué esperábamos. De entrada, sabíamos que se trataría de la historia de uno de los íconos de la moda, y que por supuesto veríamos fragmentos con-siderados claves en su meteórica

Domingo 12Hoy lo tengo claro: un amante albañil no tiene nombre. Quizá el apodo o los atributos son el medio para su identi-ficación. Sujetín volvió al depa. Ayer estuve con él. La noche del viernes marqué su número. Res-pondió sin sorpresa. Estando con él, aseguró que tardé en llamarlo; el en-cuentro pudo suceder desde el primer día. En mi llamada, la propuesta fue simple: beber un par de cervezas para el día siguiente o el domingo. Aceptó. No puso condiciones mayores, salvo llegar el sábado después de las siete de la tarde y con la ropa de trabajo. Acepté. De la biblioteca viajé a Agüi-tas. En el camino, de la estación al depa, compré lo necesario para vivir encerrado el fin. Por la torpe actuación ini-cial, intuyo que era su primera vez homo. Mis labios en ningún momento estuvieron en los de él. Su boca nunca tocó parte alguna de mi cuerpo… Sus manos fueron las que guiaron la coreo-grafía. Comenzó pávido, luego condu-jo una inusitada experimentación. No detallo más. Repito lo que Rogelio Guerra dijo de Maritza Olivares, en Tres mujeres en la hogue-ra: el chico estuvo delicioso. Martes: Sujetín ha estado llamando… Entiendo que su tigre descubrió que vive en un clóset. Antonio sigue fuera. Ayer y hoy el contador preguntó por él. Leí El indio que mató al padre Pro [México, Debolsillo, 2013]. No es del Julio Scherer que me gusta. En el relato predomina la voz del entrevis-tado. No hay oraciones del Scherer que ahora es. Tampoco se vislumbra. El texto apareció en 1961, en el perió-dico Excélsior. Platiqué con Julio Alberto por WhatsApp. Dice que seguiré sien-do una “piruja de ñiles”. Asegura que uno de los chacales me asesinará. Viernes: Sujetín sigue llamando. Res-pondí… quiere verme otra vez. Ex-pliqué que vivo en Localía. No creyó. Le propuse un encuentro el domingo. Aceptó. El güey tiene 22 años y un hijo de 2. Su ropa huele a cigarro y co-bre. Usa tines blancos y playeras color negro con tirantes. No conozco sus pies. Los imagino con mal olor y un arco sin cosquillas.

Diario de Mateo

Por Mateo EstradaGaviria

ascendente carrera artística, que se sobrepondría a los obstáculos, sabía-mos también que por los años narra-dos -60´s y 70´s- habría sexo, drogas y hippismo, pero no nos sospechá-bamos que el biopic se centraría tan solo en esta última parte. La película está basada en el libro homónimo de la periodista de la moda Laurence Benaïm, estela-rizada por los actores de la comedie francaise Pierre Niney y Guillaume Gallienne en los roles de Yves y Pie-rre, artista y businessman, la emble-mática pareja que construyera desde 1962 el imperio Saint-Laurent y lle-varía la alta costura al terreno de la gran consumación con su concepto de prêt-à-porter (listo para llevarse). Sin embargo, Lespert pare-ció más interesado en repetir el ar-quetipo del gay artista-rico-promis-cuo-y-drogata y desperdició otros episodios que permitieran explicar la consolidación de la marca o la construcción del mito Saint-Laurent.

De la película no se puede negar el dinamismo de las pasa-relas, enmarcadas por la música como señal temporal y el detalle estético construido por la mímica del artista de la moda, la estiliza-ción de sus modelos y el carnaval de sus diseños. Otro punto a destacar son los breves destellos de contextualiza-ción histórica como marcas, no sólo temporales sino también muestras de la cierta vergüenza colonizadora que el francés actual resiente cuando se le enfrenta a las guerras de domi-nación sostenidas durante la segun-da mitad del siglo XX. A pesar de las carencias de este biopic, la cinta podría ser exhibida en México y seguramen-te tendrá una amplia difusión en el internet porque la naturalidad de la sexualidad homosexual, moralizante si se quiere, es un valor a reconocer en plena campaña por los derechos igualitarios.

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Cuartoscuro convoca a fotógrafos a participar en el Con-curso de Fotografía De aquí soy, para plasmar en imáge-nes ese sentimiento de pertenencia. Comparte ese rincon-cito de tu mundo o esa realidad que es tan tuya.

BASESPodrán participar fotógrafos mexicanos y extranjeros con tres años o más de residencia en México, con al menos una foto individual o un conjunto de hasta 6 imágenes que muestren su punto de vista acerca del tema De aquí soy.Las imágenes deben haber sido tomadas entre 2013 y 2014 en cualquier técnica fotográfi ca: analógica, digital, es-tenopéica, procesos antiguos, en color o blanco y negro. Las imágenes no deben haber sido alteradas mediante collage, fotomontaje o ilustración digital, así como tampoco se podrán agregar o quitar elementos de la toma original.

RECEPCIÓNLos participantes deberán enviar sus imágenes al correo [email protected] a un tamaño de 150 dpi de resolución por 1000 pixeles del lado más corto, en formato jpg. En el cuerpo del mismo correo deben incluirse: nom-bre completo, seudónimo, correo electrónico, dirección, números de teléfono fi jo y/o de teléfono celular, título de la imagen o de la serie y técnica. Cada imagen deberá estar identifi cada con el seudónimo del participante y el número de foto, por ejemplo: luzdenoche_01.jpgNOTA IMPORTANTE: Los participantes deberán conser-var los archivos originales de sus imágenes de 6x9 pul-gadas a 3,500 pixeles en su lado más corto y 300 dpi de resolución.Cada participante deberá depositar 100 pesos (CIEN PESOS 00/100 M.N.) a la cuenta de la Fundación Pedro Valtierra A.C., Bancomer número 0165488729, clabe inter-bancaria: 012930001654887299. El comprobante de pago debe incluirse, digitalizado y como archivo adjunto, en el mismo correo de envío del material fotográfi co.Cuartoscuro confi rmará la recepción del trabajo mediante correo electrónico a más tardar cinco días después de ha-ber sido recibido. Los trabajos que no cumplan con estos requisitos quedarán automáticamente descalifi cados.

CONVOCATORIACONCURSO DE FOTOGRAFÍA

DE AQUÍ SOYLa Cineteca Zacatecas está ubicada en calle Dr. Hierro #303, centro his-tórico de Zacatecas. La proyección de las películas se realiza de manera gratuita, con fi nes culturales y educativos. Entrada general gratuita a ex-cepción de la película DE TAL PADRE TAL HIJO.

PROGRAMADEL 15 AL 31 DE ENERO 2014

Miércoles 22, 18:00 Hrs. Ciclo-homenaje David LynchCORAZÓN SALVAJE (WILD AT HEART)Dir. David LynchEUA/ 1990/ 125 min.

Miércoles 22, 20:00 Hrs.Ciclo-homenaje David LynchTWIN PEAKS: FUEGO CAMINA CONMIGO Dir. David LynchEUA / 1992/ 129 min.

Jueves 23, 18:00 Hrs.Ciclo-homenaje David LynchPAQUETEPREMONITIONS FOLLOWING AN EVIL DEADDir. David LynchEUA /1996/ 1 min.

DARKENED ROOMDir. David LynchEUA /2002/ 8 min.

ABSURDADir. David LynchEUA /2007/ 2 min.

RABBITSDir. David LynchEUA /2002/ 50 min.

Jueves 23, 19:00 Hrs.Ciclo-homenaje David LynchCARRETERA PERDIDA (LOST HIGHWAY)Dir. David LynchEUA /1997/ 134 min.

Viernes 24, 18:00 y 20:00 Hrs.Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y perso-nas 3ª edad $20.00DEL TAL PADRE, TAL HIJODir. Hirokazu Kore-edaJapón /2013/ 120 min.

Sábado 25, 18:00 Hrs.Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y perso-nas 3ª edad $20.00DEL TAL PADRE, TAL HIJODir. Hirokazu Kore-edaJapón /2013/ 120 min.

Sábado 25, 20:00 Hrs.Ciclo-homenaje David LynchUNA HISTORIA VERDADERA (THE STRAIGHTSTORY)Dir. David LynchEUA /1999/ 111 min.

Domingo 26, 12:00 Hrs.LA BELLA Y LA BESTIADir. Gary Trousdale, Kirk WiseEUA /1991/ 85 min.

Domingo 26, 18:00 Hrs.AMBULANTE PRESENTAEXPEDICIÓN AL FIN DEL MUN-DO(Expedition to the end of the world)Dir. Daniel DencikDinamarca /2011/ 90 min.

Miércoles 29, 18:00 Hrs.Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y per-sonas 3ª edad $20.00DEL TAL PADRE, TAL HIJODir. Hirokazu Kore-edaJapón /2013/ 120 min.

Miércoles 29, 20:00 Hrs. DRIVEDir. Nicolas Winding RefnEUA /2011/ 100 min.

Jueves 30, 18:00 Hrs.Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y per-sonas 3ª edad $20.00DEL TAL PADRE, TAL HIJODir. Hirokazu Kore-edaJapón /2013/ 120 min.

Jueves 30, 20:00 Hrs. Ciclo-homenaje David LynchSUEÑOS, MISTERIOS Y SECRE-TOS (MULHOLLAND DRIVE)Dir. David LynchEUA /2001/ 147 min.

Viernes 31, 18:00 Hrs.DRIVEDir. Nicolas Winding RefnEUA /2011/ 100 min.

Viernes 31, 20:00 Hrs.Entrada general $30.00 Estudiantes con credencial y per-sonas 3ª edad $20.00DEL TAL PADRE, TAL HIJODir. Hirokazu Kore-edaJapón /2013/ 120 min.

Esta convocatoria estará abierta a partir de su publicación y hasta el lunes 31 de marzo de 2014 a las 13:00 horas.Al participar, los fotógrafos manifi estan su conformidad con las bases de la convocatoria y autorizan a los organi-zadores el uso de sus imágenes con fi nes promocionales y de exhibición, sin afectar sus derechos de autor.

EL JURADOEstará integrado por profesionales de la fotografía, quie-nes valorarán la calidad conceptual y técnica de la imagen. Su decisión será inapelable. Cualquier asunto no previsto en la presente convocatoria o de última hora, quedará a criterio de los organizadores y miembros del jurado.

PREMIOSPRIMER LUGAR: 50 mil pesos y publicación en la revista CuartoscuroSEGUNDO LUGAR: 30 mil pesos y publicación en la re-vista CuartoscuroTERCER LUGAR: 20 mil pesos y publicación en la revista Cuartoscuro

RESULTADOSLos resultados se darán a conocer a más tardar el lunes 2 de junio de 2014 en cuartoscuro.com.mx y cuartoscuro.comDe entre los trabajos participantes se elegirán las 40 me-jores imágenes (incluyendo las ganadoras) para su exhibi-ción en el marco de la entrega de los premios en el Museo del Periodismo y las Artes Gráfi cas (Mupag) de Guadala-jara, Jalisco, ubicado en Alcalde 225, el viernes 27 de junio de 2014 a las 19:00 horas. Las 40 fotos fi nalistas se publi-carán en la edición 126 de Cuartoscuro, correspondiente al bimestre junio-julio 2014.En el marco de la entrega de premios y para conmemorar el 28 aniversario de Cuartoscuro se otorgará el Premio a la Trayectoria Cuartoscuro 2014 a una personalidad des-tacada en el ámbito de la difusión y enseñanza de la foto-grafía, consistente en una cámara del artista Jesús Reyes Cordero. Información:[email protected]

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Por Andrea SampedroSeguramente a las personas que vivimos en México, y todavía más en Zacatecas, nos ha pasado que vemos llegar las nominaciones a los premios como los Golden Globes, los SAG Awards o los Oscars (ni qué decir de los BAFTA) y no hemos visto la mayoría de las películas (a menos que hayamos decidido verlas de formas que no son completamente legales). Por ejemplo, las películas más no-minadas este año son 12 years a slave, Gra-vity, American Hustle, Dallas Buyers Club, Captain Phillips, Her, Nebraska, Philomena, The wolf of wall street, entre otras. De éstas, en los cines de nuestra ciudad se encuentra Capitán Phillips y acaba de estrenarse Escán-dalo americano (que es la traducción que le dieron a American Hustle); una película que estuvo en cartelera hace ya un par de meses fue Gravity, del mexicano Alfonso Cuarón. Entonces, sólo tres de las diez cin-tas nominadas al Oscar han estado en la car-telera zacatecana; de esas tres, la única que tuve tiempo de ver fue Gravity (curiosamen-te una de las que menos me emociona la no-minación). Sin embargo, al ser la única que he visto y dado que el film me gustó bastan-te, les diré por qué se merece ganar al menos tres de las categorías principales: Alfonso Cuarón está nominado como mejor director, y ya tiene en su co-lección de premios un Golden Globe por la misma película. La razón por la que él debe ganarse el Oscar es porque la cinta está per-fectamente orquestada, es decir, nada está fuera de lugar, la música, los efectos, las ac-tuaciones (George Clooney flotando por el espacio para alejarse de Sandra Bullock) y principalmente el realismo. Éste es impor-tante porque aunque Gravity no es una pe-lícula de ciencia ficción, la historia se desa-rrolla fuera del planeta Tierra, para muchas personas no hay nada más lejano que eso y sin embargo, lo sentimos tan cercano como si mañana pudiéramos salir a dar una cami-nata espacial y quedarnos varados ahí por cualquier razón fuera de nuestro control. Sandra Bullock está nominada como mejor actriz por esta película, ella es una de esas actrices que le caen bien a casi todo el mundo, tal vez porque tiene la capacidad de reírse de sí misma (como cuando fue a reci-bir su premio como la peor actriz del año). A mí me gustan varias de sus comedias y no re-cuerdo haber visto muchos dramas con ella; Gravity es una película bastante dramática, que recae casi completamente en ella; el he-cho de que un actor sea lo suficientemente capaz de cargar con una película completa sobre sus hombros es realmente una razón para ganarse cualquier premio con que se encuentre en su camino. Y por último, como mencioné an-tes, Gravity está nominada como mejor pe-lícula. La razón principal por la que debe de ganar este premio es porque es una película completamente innovadora. Transcurre casi en su totalidad en el espacio y se las ingenia para ser muy realista (claro que si nunca he-mos estado en el espacio probablemente no tenemos con qué compararla). No estoy diciendo que Gravity sea realmente la mejor cinta del año, estoy afir-mando nada más qué es lo que la hace una buena película…

La Rendija, grupo de creadores escénicos con 25 años de trayectoria y establecida desde el 2001 en Mérida, Yucatán, inicia el 2014 con una participa-ción especial en la décima edición de la MADFeria, una de las más importantes ferias dedicadas a las artes escénicas en España y la única que organizada por empresas productoras, se realiza en la Comuni-dad de Madrid. La MADFeria es promovida por ARTE-MAD, Asociación de Empresas de las Artes Escé-nicas de Madrid y es considerada como uno de los principales puntos de encuentro entre profesionales dedicados a las artes escénicas, una cita anual para programadores, distribuidores, agentes, producto-res, empresas, y todo aquel interesado en conocer las mejores propuestas escénicas de pequeño y me-diano formato, para integrarlos a su programación y cartelera. Seleccionada a través de convocatoria, La Rendija se presenta, como parte de las actividades de clausura de la MADFeria 2014, con una copro-ducción realizada con el apoyo de Conaculta a tra-vés del programa México en Escena del Fonca, el Fondo Municipal para las Artes Escénicas y la Músi-ca del Ayuntamiento de Mérida, Teatro UNAM y La Rendija A.C. Se trata de “Bacantes. Para terminar con el juicio de Dios”, una adaptación libre sobre Las Bacantes de Eurípides, que incluye algunos elemen-tos aleatorios de la mitología maya. Un mapa de ac-ciones, con una fuerte carga emocional, donde los

actores de la agrupación realizan un trabajo personal, que busca conmover al espectador a través de una be-lleza convulsa, con imágenes poderosas, que invitan a reflexionar acerca de la violencia, el alcoholismo, el abuso del poder, los falsos dioses... “Bacantes. Para terminar con el juicio de Dios” se estrenó en junio de 2013, en el en el Foro Sor Juana del CCU de la UNAM, desde entonces se ha presentado en 21 ocasiones en diferentes foros nacio-nales y locales, como el 4to. Festival de Teatro de La Rendija, la 34 Muestra Nacional de Teatro en Durango y el Mérida Fest, entre otros. Cuenta con las actuaciones de Roberto Fran-co, Tomás Gómez, Raquel Araujo, Dayana Borges y Katenka Ángeles. La música original es de Manuel Es-trella, el diseño del espacio escénico y producción es de Oscar Urrutia* y la dirección artística es de Raquel Araujo*. “Bacantes”, se presentó este viernes 17 de enero a las 16:30 horas, en la Nave de Terneras del Ayuntamiento de Madrid. El espacio forma parte de un conjunto de sesenta y cuatro edificios que en el pasado estaban dedicados exclusivamente a realizar funciones de matadero industrial y mercado de gana-do. Actualmente la zona norte de este complejo se ha transformando en foros para el arte, el diseño, la dan-za, el cine, el deporte, entre otros. Uno de los espacios culturales más importantes, el Matadero Madrid, tam-bién es sede de la MADFeria 2014.

*Sistema Nacional de Creadores de Arte, Fonca.

BACANTES AL “MATADERO”

• Bajo la dirección de Raquel Araujo, La Rendija presenta “Bacantes. Para terminar con el juicio de Dios” en España.

Fotografías de Andy Castro

Teatro

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LA GUALDRA NO. 132 / 20 DE ENERO DE 2014

Río d

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abra

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Por Edgar Khonde

Por Roberto Galaviz

Por Alberto Huerta

He mirado tu foto y permanezco

Confesión de un hombre común para una mujerque es una diosa

Noche

La ciudad es otra vezun laberinto minoicodonde los pies se confundenlos pasos atraensonidos de goteras y castañasun edificio arde un viejo santuario se hundey los ciegos repitenla historia que Homero un díacantó a multitudes hambrientas.Como hace siglos cuando labradores portaronla insignia de barroen sus huestes guerreraspara batallar por parcelas y honoresun viejo escritor compone las letrasque cantarán glorias postrerascuando ya nadie pueda leer librosque aún no se han escrito.Ciudad he viajado al futurohe mirado tu foto de 3023con otra cara otro vestidopero yo esqueletopermanezco en tu centro.

He de confesar, aunque la penitencia me persigaque yo sólo he recibido un sacramento:un beso tuyo

agregaré a esta confesión que he sido fiel a tu imagen e infiel a tu recuerdo

aprendí el pecado original en toda su graciacontigo,aprendí a pecar para salvarmecontigo,construí una catedral barroca en tu vientre, acudo ferviente con las manos limpias para acariciarte con una oración

Como en un poema de Pablo Neruda, la noche estaba cuajada de estrellas y la luna, cacariza y pañosa, brillaba. El hombre miró a través de la ventana al cielo estrellado. Parpadeó. Entonces empezaron a bajar muchos, un chingo, de ángeles con sus alas bien grandotas, picudas. El hombre suspiró. Estaba cansado. Echado sobre su cama. En toda la ciudad se escuchó un aleteo. En la ciudad, habitada por ni-ñas con ojos de visionarias que por las calles deambulan silenciosas, en medio de la noche. Algunas de las ventanas de los edificios están iluminadas. En las azoteas llenas de tinacos, tendederos donde se orean y secan las sábanas, las camisas, los calzones de ella, de él, de los escuincles, las playeras, los refajos, los vestidos, los pantalones deslavados, las blusas, las faldas, los calcetines con los talones luidos. Azoteas pobladas de tanques de gas y trebejos. En la ciudad habitada de mu-jeres tristes, solas, abandonadas, frági-les, llorosas. Por las calles iba bien peda La Llorona, dándole grandes tragos a una caguama. En una cantina un hombre bebía caballitos de mezcal, chupaba limones con sal, mientras de sus ojos

Por Pilar AlbaJudit

Pocas cosas sorprenden a Judit, sin que tenga necesidad de decirlo: es una niña valiente, fuerte y centrada. No le im-presiona nada; puede quedarse hasta la noche viendo películas de terror y no hay en ellas nada que le asuste, baja a la cocina a media noche, se sirve un vaso con leche, lo toma en la oscuridad y vuelve al cuarto a dormir como si nada. No, no es como otras niña de su edad. También le gusta quedarse en el puesto de revistas, cuando vuelve de la escue-la, viendo las imágenes de atropellados, ejecutados, cadáveres en estado de pu-trefacción sacados de narco fosas; se queda ahí largo rato hasta que don Cha-belo la corre para su casa. Pocas cosas mueven a Judit de ese estado de calma aparente, que la hace ser el ejemplo en

su salón, el orgullo de su mamá que re-pite: Esta niña no da nada de lata. Pero hoy Judit no está tranquila; una historia que escuchó en la clase de catecismo la tiene consternada. Era la historia de una mujer que llevaba su mismo nom-bre, tal vez sea eso lo que no la deja en paz, lo que a cada momento se le viene a la cabeza, cuando une esa historia a la suya… Es entonces cuando los ojos se le llenan de miedo, al pensar en lo que pasaría si por alguna extraña razón, esa noche cuando escuche que el novio de su madre duerme; ella muy quedito en-tre al cuarto y de un tajo con el cuchillo de las cebollas, le corte la cabeza; tal y como lo hizo Judit, la otra, con el gigan-te Holofernes, para quedar liberada.

Para Manuel Ahumada

Caravaggio. Judit y Holofernes. 1599. Galería de Nacional de Arte Antiguo, en Roma.

enrojecidos se resbalaban gruesas lá-grimas. Las alas del sombrero le ocul-taban el rostro. El hombre estiró el cuerpo intentando aflojar los músculos. Aco-modó el cuerpo, movió los dedos de los pies. Los hombres caminaban de prisa por las calles sin detenerse, con la mirada baja, y las manos hundidas en los bolsillos delanteros de los pantalones. Calles oscuras, solitarias. Que huelen a humedades y a orines. A lo lejos se escucha el ronroneo del motor de un automóvil. Retazos de canciones. Voces y murmullos. Una mujer con ojeras y mi-rada tristísima desde la ventana de su dormitorio suspiró sin sentir lo helado de la noche. El hombre en su cama, empe-zó a respirar pausadamente. Poco a poco se fue quedando dormido. Los ángeles se asomaron por la ventana. La Llorona quiso gritar pero no pudo, traía algo atorado en el gañote. Inquieta, la ciudad duerme. Los ángeles rodearon la cama del hombre, mirándolo con atención. El hombre en su cama, suspi-ra, suspiro de alivio y afloja el cuerpo.

14 de enero de 2014, Jerez, Zac.

que invento para ti todos los días.,tu cuerpo blanco, es mi credo, mi cultomi doctrina, mi liturgiay mi sentencia.

soy pecador de pensamiento, palabra, obra y omi-siónporque pienso decir, hacer y no hago, ni digo.

merezco las llamas tibias de tus besosquémame vivo por esta terrible idolatríaárdeme en el fuego de tu imagensé mi infierno, por favorsé mi infierno.