la escritura en la economía. kalmanovitz

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La escritura en la economía. Salomón Kalmanovitz En: El Espectador, 22 de febrero de 1992 La Facultad de Economía de la Universidad de Stanford reformó recientemente su currículo de pregrado: aumentó los requisitos de matemáticas e introdujo un seminario obligatorio de redacción sobre temas de política económica. “La economía de hoy reza la sustentación- es inescapablemente matemática, pero aun así estamos convencidos de que la enseñanza de la comunicación por escrito de argumentos técnicos es una de las habilidades más valiosas que podemos transmitir”. Donald McCloskey tiene un opúsculo que se llama igual al título de esta columna, en el que señala el poco reconocimiento que tiene la escritura en algunas facultades de los Estados Unidos. El argumento con que defienden el desinterés por la comunicación es que es más importante el contenido que la forma. ¡Equivocado!, replica McCloskey: el contenido, por bueno que sea, puede perderse parcial o incluso totalmente cuando se expone con mala sintaxis, errores ortográficos, pautas de citación improvisadas, series estadísticas y gráficos mal organizados o un estilo farragoso que aburre tanto al lector que éste opta por abandonar su lectura. McCloskey insiste en que claridad de estilo coincide generalmente con claridad mental. Así como la economía o la matemática son lógicas con sus propias leyes de operación, el lenguaje está basado en una lógica que en sus bases no es tan distinta a las demás. Por ello no debe ser difícil para un matemático, o aun para un economista, expresarse claramente, si tan sólo ganan conciencia de que deben apropiar la lógica del lenguaje y desarrollar un estilo para comunicarse con los demás. A más de claridad es necesario seducir al lector con buena información, ritmo, risas y desenlace interesante. A veces me encuentro con estudiantes de Economía que vienen de la Ingeniería y de las Ciencias quienes sufren de una especie de dislexia, pues enfrentan el lenguaje escrito como enemigo, acostumbrados como lo están a acortar sus raciocinios con rudimentarios telegramas matemáticos. Les cuesta un enorme trabajo apropiar el buen uso del lenguaje y sobre todo hacerse entender por lo que no comparten su formación disciplinaria. Una vez experimentan con el uso de lógicas más verbales y especulativas, como las que se encuentran en la filosofía y en las ciencias sociales, y que entienden que pueden extrapolar su lógica matemática a la escritura, que además hacerse entender produce mucha satisfacción personal, superan el escollo y desarrollan su estilo con facilidad. Lo más frecuente es encontrar inconciencia del estudiante que cree que no tiene nada que aportar a la disciplina y no sabe cómo se proyecta cuando escribe, lo cual tiene que ver con la escasez de experiencias con la palabra y con el ensayo que encuentran a lo largo de su carrera. Es deplorable el poco desarrollo verbal que tienen los estudiantes en la primaria y secundaria del promedio de colegios en el país y el problema no se enfrenta siquiera en la inmensa mayoría de las universidades. Profesores los hay que no leen ni escriben. Ellos son incapaces de comunicar la necesidad de hacerlo y no exigen la escritura como forma de evaluar a sus estudiantes; califican simplemente por medio de exámenes y tests la capacidad de retener información de unos pocos textos o de su sagrada palabra en clase o sea de memorizar, repetir sin avanzar. El ensayo es, sin duda, la forma más desarrollada de evaluación posible: obliga a un trabajo más extenso, intenso y creativo que cualquier otra prueba, reproduce las condiciones del profesional como analista o investigador pero a un nivel mucho más complejo (teórico) del que enfrenta en su trabajo. El ensayo desarrolla además un sinnúmero de habilidades, como organizar información teórica y factual, leer eficazmente y presiona al estudiante a crear una obra coherente con la información que absorbió y organizó con la aplicación de la teoría. Pero es sobre todo una prueba de libertad que contribuye a que el estudiante se vaya tornando en adulto y necesite cada vez menos del profesor.

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Sobre la importancia de la escritura de ensayo en la universidad

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  • La escritura en la economa. Salomn Kalmanovitz

    En: El Espectador, 22 de febrero de 1992

    La Facultad de Economa de la Universidad de Stanford reform recientemente su currculo de

    pregrado: aument los requisitos de matemticas e introdujo un seminario obligatorio de redaccin

    sobre temas de poltica econmica. La economa de hoy reza la sustentacin- es

    inescapablemente matemtica, pero aun as estamos convencidos de que la enseanza de la

    comunicacin por escrito de argumentos tcnicos es una de las habilidades ms valiosas que

    podemos transmitir.

    Donald McCloskey tiene un opsculo que se llama igual al ttulo de esta columna, en el que

    seala el poco reconocimiento que tiene la escritura en algunas facultades de los Estados Unidos.

    El argumento con que defienden el desinters por la comunicacin es que es ms importante el

    contenido que la forma. Equivocado!, replica McCloskey: el contenido, por bueno que sea, puede

    perderse parcial o incluso totalmente cuando se expone con mala sintaxis, errores ortogrficos,

    pautas de citacin improvisadas, series estadsticas y grficos mal organizados o un estilo

    farragoso que aburre tanto al lector que ste opta por abandonar su lectura.

    McCloskey insiste en que claridad de estilo coincide generalmente con claridad mental. As

    como la economa o la matemtica son lgicas con sus propias leyes de operacin, el lenguaje

    est basado en una lgica que en sus bases no es tan distinta a las dems. Por ello no debe ser

    difcil para un matemtico, o aun para un economista, expresarse claramente, si tan slo ganan

    conciencia de que deben apropiar la lgica del lenguaje y desarrollar un estilo para comunicarse

    con los dems. A ms de claridad es necesario seducir al lector con buena informacin, ritmo, risas

    y desenlace interesante.

    A veces me encuentro con estudiantes de Economa que vienen de la Ingeniera y de las

    Ciencias quienes sufren de una especie de dislexia, pues enfrentan el lenguaje escrito como

    enemigo, acostumbrados como lo estn a acortar sus raciocinios con rudimentarios telegramas

    matemticos. Les cuesta un enorme trabajo apropiar el buen uso del lenguaje y sobre todo hacerse

    entender por lo que no comparten su formacin disciplinaria. Una vez experimentan con el uso de

    lgicas ms verbales y especulativas, como las que se encuentran en la filosofa y en las ciencias

    sociales, y que entienden que pueden extrapolar su lgica matemtica a la escritura, que adems

    hacerse entender produce mucha satisfaccin personal, superan el escollo y desarrollan su estilo

    con facilidad.

    Lo ms frecuente es encontrar inconciencia del estudiante que cree que no tiene nada que

    aportar a la disciplina y no sabe cmo se proyecta cuando escribe, lo cual tiene que ver con la

    escasez de experiencias con la palabra y con el ensayo que encuentran a lo largo de su carrera.

    Es deplorable el poco desarrollo verbal que tienen los estudiantes en la primaria y secundaria del

    promedio de colegios en el pas y el problema no se enfrenta siquiera en la inmensa mayora de

    las universidades.

    Profesores los hay que no leen ni escriben. Ellos son incapaces de comunicar la necesidad de

    hacerlo y no exigen la escritura como forma de evaluar a sus estudiantes; califican simplemente

    por medio de exmenes y tests la capacidad de retener informacin de unos pocos textos o de su

    sagrada palabra en clase o sea de memorizar, repetir sin avanzar.

    El ensayo es, sin duda, la forma ms desarrollada de evaluacin posible: obliga a un trabajo

    ms extenso, intenso y creativo que cualquier otra prueba, reproduce las condiciones del

    profesional como analista o investigador pero a un nivel mucho ms complejo (terico) del que

    enfrenta en su trabajo. El ensayo desarrolla adems un sinnmero de habilidades, como organizar

    informacin terica y factual, leer eficazmente y presiona al estudiante a crear una obra coherente

    con la informacin que absorbi y organiz con la aplicacin de la teora. Pero es sobre todo una

    prueba de libertad que contribuye a que el estudiante se vaya tornando en adulto y necesite cada

    vez menos del profesor.