género, procesos sociales e inequidad en la sociedad ... · estudios de género. i. esains ... a...
TRANSCRIPT
1
Género, procesos sociales e
inequidad en la sociedad
contemporánea
Luciana Ruiz – Alejandra Esains – Dolores Rodríguez
Compiladoras
2
Ruiz, Luciana
Género, procesos sociales e inequidad en la sociedad contemporánea / Luciana Ruiz; Alejandra Esains; Dolores
Rodríguez. - 1a ed. - La Plata: Dynamis, 2015.
E-Book.
ISBN 978-987-45825-2-2
1. Estudios de Género. I. Esains, Alejandra II. Rodríguez, Dolores III. Título
CDD 305.4
Fecha de catalogación: 30/03/2015
3
Índice
Presentación 4
Legislación, Políticas Públicas y Relaciones Familiares. Análisis de la
implementación de la Ley 12569 en ciudades medias de la Región Centro de la
Provincia de Buenos aires: Tandil-Azul.
Lic Alejandra Esains
9
Proceso de Recuperación Histórica Analítica de la Red de Monitoreo de
Políticas Públicas para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujeres en la Provincia de Buenos Aires.
Lic. Blanca Lyonnet. Lic. Gabriela Barcaglioni
36
A intrínseca relação entre as categorias gênero e patriarcado.
Maria Inez Barboza Marques
44
Abrigo, Alimento y cuidado: algunas concepciones acerca del rol de la mujer
en la familia. Nuevas tensiones y representaciones.
Técnica en Minoridad y Familia. Álvarez Magali. Lic. Freyberg Silvina Rocio
64
A centralidade da mulher na atenção integral à família pelo Programa Rede Cegonha no Brasil
Nathália de Medeiros Gouveia -Elisangela de Oliveira Inácio - Maria Aparecida Ramos de Meneses
79
4
Presentación
Este apartado tiene como propósito funcionar como la puerta de entrada a una
casa, en esta casa nos encontraremos con un grupo de mujeres inquietas, que habidas de
dialogar, discutir y proponer nos invitan con mate o café de por medio a asumir que los
debates sobre la Cuestión de Genero, el sistema patriarcal y la violencia sexista son aún
una cuenta pendiente en nuestra sociedad y lo son particularmente para el Trabajo Social.
Estas mujeres, desde la producción académica, desde la acción política y desde la
combinación de ambas nos proponen desde diferentes aristas poner en la mesa temas
vinculados a la opresión y la inequidad de géneros.
Sobre esta mesa imaginaria se desparraman con intensidad la convicción profunda
que el ingreso de la Cuestión de Género a la agenda legislativa y a la agenda académica no
es suficiente. Transformar los escenarios de violencias física, psicológica, sexual,
económica, patrimonial y simbólica requieren de la reflexión profunda y comprometida
sobre la alianza existente entre Capitalismo y Patriarcado y las implicancias que esto tiene
para la continuidad o ruptura de sistemas de dominación que determinan las relaciones
sociales construidas en un proceso de hegemonía masculina.
En este sentido avanzar adentrándonos en considerar y superar los debates
dicotómicos entre sexo/ genero - naturaleza/ cultura en la comprensión critica la
situaciones que implican las imposiciones y mandatos para la humanidad y en la
reproducción de ordenes jerárquicos resulta una obligación para quienes desde nuestro
trabajo desarrollamos intervenciones, planificamos y construimos propuestas que afectan
la vida de las personas. Debemos asumir que el Genero no describe roles sino que
denuncia situaciones de opresión y sobre esta base se estructuran los estereotipos que
5
constituyen modelos socialmente aceptados, promoviendo asimetrías y antagonismos que
cristalizan relaciones de poder y generan situaciones de violencia.
Estos diálogos surgen a partir de la participación de las autoras en el I encuentro
Interdisciplinario sobre Cuestión Social y Políticas Públicas. Capitalismo tardío, procesos
socio-políticos y hegemonía en América Latina llevado a cabo en la ciudad de Tandil,
específicamente en las mesas “Género y Procesos Sociales” y “Género e inequidades en la
Sociedad Contemporánea”.
A modo de organizar la charla, en primera instancia realizaremos un proceso de
aproximación a un análisis de la legislación actual que rige en la provincia de Buenos Aires
para las mujeres víctimas de violencias, y para esto proponemos hacerlo primero a través
las palabras de Alejandra Esains, quien presentará una síntesis del trabajo realizado por el
Centro de Estudios en Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL) de la Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, en articulación con el Programa de
Consulta, Capacitación e Investigación para la Actividad Legislativa del Observatorio Social
Legislativo de la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. Si bien
el objetivo general que guió el desarrollo del proyecto fue estudiar los distintos
mecanismos y estrategias de intervención instauradas a partir de la implementación de las
leyes N° 13298 y N° 12569, en ciudades medias de la de la Provincia de Buenos Aires,
particularmente en las ciudades de Tandil y Azul, en esta instancia socializaremos los
principales resultados obtenidos en el trabajo de aproximación e indagación sobre la
implementación de la ley 12569 sobre violencia familiar. Este documento tiene la
particularidad de haber sido elaborado en el ámbito de la Academia con el objetivo
primordial de constituirse en un documento político que permitiera a l*s diputad*s de la
Cámara de Legislador*s de la Provincia de Buenos Aires revisar la letra de la Ley de
Violencia Familiar así como también obtener información sobre las acciones concretas y
particulares que la misma genera.
6
Posteriormente, con la voz de compañeras militantes del movimiento feminista y
de mujeres que relataron en la mesa “Género y Procesos Sociales” la lucha cotidiana de un
grupo de mujeres que desde distintas localidades de la provincia generan estrategias de
seguimiento de la legislación y las Políticas Públicas para mujeres. Blanca y Gabriela
realizan un recorrido por la historia de la Red de Monitoreo de de Políticas Públicas para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujeres en la Provincia de Buenos
Aires, recuperando procesos y tensiones en relación a las gestiones con organismos
estatales, los avances y acuerdos que esta organización a permitido para el movimiento de
mujeres.
A partir de la tercera ponencia comenzamos a adentrarnos a revisar algunas
categorías que trilladas ya por su uso, utilizadas con cliyes en muchos espacios recuperan
su carácter político en este trabajo. La autora nos invita en este dialogo, ahora traducido a
papel, a revisar categorías como Genero y Patriarcado para luego adentrarse en un
análisis particular. Maria Inez Barboza Marques en A INTRÍNSECA RELAÇÃO ENTRE AS
CATEGORIAS GÊNERO E PATRIARCADO PARA COMPREENSÃO DO TRABALHO EM SUA
DIMENSÃO SEXUADA nos propone reflexionar críticamente sobre la división sexual del
trabajo dentro del modo de producción capitalista y particularmente en el ejercicio de la
docencia en la formación de Asistentes Sociales. Este análisis profundiza los debates
necesarios sobre el uso de las categorías género y patriarcado, y fundamentalmente la
necesidad de dar estos debates en la formación de asistent*s y trabajador*s sociales.
Las últimas dos ponencias ABRIGO, ALIMENTO Y CUIDADO: ALGUNAS
CONCEPCIONES ACERCA DEL ROL DE LA MUJER EN LA FAMILIA. NUEVAS TENSIONES Y
REPRESENTACIONES de Magalí Alvarez, Silvina Rocío Freyberg y Nathália de Medeiros
Gouveia , Elisangela de Oliveira Inácio, Maria Aparecida Ramos de Meneses con A
CENTRALIDADE DA MULHER NA ATENÇÃO INTEGRAL À FAMÍLIA PELO PROGRAMA REDE
CEGONHA NO BRASIL nos invitan a adentramos en el rol de la mujer al interior de la
familia, entendiendo que la triada mujer-madre-sostén del hogar, se relaciona con el
7
concepto de patriarcado, donde se visualiza el rol masculino ligado al trabajo (fuera de la
casa, en el ámbito público) y al femenino ligado a las tareas del hogar (trabajo privado),
construyendo así la desigualdad de género, planteando que la misma tiene una finalidad
en el marco del sistema de producción capitalista, quien ha moldeado esta desigualdad en
beneficio propio. También nos convocan a pensar en la intervención del Trabajo Social al
interior de las familias, especialmente con mujeres, teniendo en cuenta que son éstas
quienes mayormente demandan nuestra asistencia o acompañamiento, proponiéndonos
impulsar desde la profesión prácticas concretas tendientes a generar rupturas en la
desigualdad de género.
Recuperando las intervenciones realizadas por el Estado y las implicancias que las
mismas tienen para la reproducción de mandatos, a través del análisis de las políticas
estatales de atención a la salud particularmente se puede comprender el papel que las
mismas han adquirido en la reproducciones de esquemas opresivos reforzando por un
lado la atención y cuidado de la mujer/ madre al tiempo que la despojan de la posibilidad
de elegir y decidir como parir, como amamantar, como higenizar al estandarizarse una
forma dada que ubica a las mujeres en un lugar ajeno donde se le impone un deber ser. Al
mismo tiempo que orientación de las políticas de salud se encuentran ligadas a la mujer
en tanto madre/reproductora, bajo engañosos títulos que parecieran englobar una mirada
integral de la salud.
En este sentido la actualidad de las reflexiones que propone este texto, así como
el significativo aporte en relación a los debates sobre patriarcado y trabajo permiten
ampliar y profundizar las discusiones sobre la opresión de género en el contexto
capitalista y la urgencia de instalar esta perspectiva de análisis en las formaciones
profesional.
Entonces l*s dejamos en esta casa imaginaria, en esta mesa con mujeres que
desde la palabra, la militancia y el cotidiano le ponen el cuerpo a la posibilidad
inicialmente de visibilizar las situaciones de opresión para las mujeres y las implicancias
8
sociales que esto conlleva, es decir a la reproducción de inequidades, de violencias, de
dolores y sufrimientos para más de la mitad de la humanidad y aportar a que esta
visibilización transforme realidades.
Nacer niña en este contexto histórico determina una historia de sujeción que se
inicia desde el vientre mismo de aquella mujer que nos concibió...
Aquí están Gabriela, Blanca, Magali, Maria Inez, Silvina, Nathália, Elisangela y Maria
Aparecida entremezclando experiencias e idiomas hablan todas apasionadamente,
superponiendo voces e intercambiando mates y cafés enredando ideas que es un camino
para desentrañarnos ...
9
Legislación, Políticas Públicas y Relaciones Familiares. Análisis de la
implementación de la Ley 12569 en ciudades medias de la Región Centro de la Provincia
de Buenos aires: Tandil-Azul.
Lic. Alejandra Esains
Presentación:
El presente informe sintetiza el trabajo realizado por el Centro de Estudios en
Problemáticas Internacionales y Locales (CEIPIL) de la Universidad Nacional del Centro de
la Provincia de Buenos Aires, en articulación con el Programa de Consulta, Capacitación e
Investigación para la Actividad Legislativa del Observatorio Social Legislativo de la
Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.
Si bien en este trabajo analizamos la implementación de las Leyes provinciales N°
13298 y N° 12569, en ciudades medias de la región centro de la Provincia de Buenos Aires,
particularmente en las ciudades de Tandil y Azul, en esta instancia socializaremos los
principales resultados obtenidos en el trabajo de aproximación e indagación sobre la
implementación de la ley 12569 sobre violencia familiar. El análisis de la mencionada
legislación se hizo a partir de considerar que la misma se inserta en estrategias de
intervención social del Estado que podemos caracterizar como “para y referidas a familia”,
en tanto conjunto de medidas o instrumentos de políticas públicas en cuyo diseño se
postula el objetivo de fortalecer las funciones sociales que cumple la familia, y, en su
interior, la participación de cada uno de sus miembros (Goldani, 2007).
Tanto la legislación de referencia como las políticas públicas e institucionales que
su implementación supone, sustentan y reproducen, explícita o implícitamente, una
determinada visión de la familia que da particularidad a las estrategias que se desarrollan.
Al respecto, es válido el aporte de Montaño al plantear que
“a lo largo de la historia, la familia ha sido objeto explícito o implícito, directo o
indirecto de políticas. De hecho, desde hace varias décadas se ha legislado sobre la familia
como institución en materias como el matrimonio, el divorcio, la patria potestad e incluso
el sufragio, que forman parte del marco jurídico vigente donde subyace una noción de
10
familia que corresponde a la del hombre proveedor y la mujer como responsable de la
reproducción” (Montaño, 2007: 77-78).
Si bien, en este marco, el trabajo se propuso abordar el estudio de las normativas y
políticas públicas vinculadas a la promoción y protección de los derechos de los miembros
de la familia en la provincia de Buenos Aires, particularmente la normativa referida a la
promoción y protección de los derechos de los niños y sobre la violencia familiar, en esta
exposición se retomarán los aspectos vinculados específicamente a la violencia familiar,
aunque inicialmente se presentarán cuestiones generales de lo trabajado a modo de
contextualizar el proyecto desarrollado.
El objetivo general que guió el desarrollo del proyecto fue estudiar los distintos
mecanismos y estrategias de intervención instauradas a partir de la implementación de
las leyes N° 13298 y N° 12569, en ciudades medias de la de la Provincia de Buenos
Aires, particularmente en las ciudades de Tandil y Azul.
Por su parte, los objetivos específicos que orientaron las aproximaciones
realizadas fueron:
A. Analizar los significados, visiones y prácticas de distintos agentes estatales y de
la sociedad civil en torno a la corresponsabilidad como lineamiento transversal en la
legislación considerada.
B. Relevar las organizaciones de la sociedad civil que intervienen sobre las
problemáticas sociales vinculadas a la legislación mencionada, considerando tanto sus
objetivos, servicios sociales y prestaciones, como los grados de incidencia en el desarrollo
de la política pública.
C. Reconocer las principales dificultades y obstáculos que se presentan en el acceso
a los mecanismos de promoción y protección definidos en la legislación de referencia.
D. Analizar la tensión entre enfoques familiaristas y desfamiliaristas en las
estrategias de intervención desarrolladas por las instancias estatales ejecutoras de las
políticas públicas vinculadas a la violencia familiar y a la protección y promoción de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes.
11
E. Caracterizar los mecanismos de gestión asociada implementados a partir de los
lineamientos de las leyes N° 13298 y N° 12569: Consejo Asesor y Mesas de Violencia.
El abordaje teórico-metodológico estuvo orientado por la articulación de
estrategias cuanti y cualitativas, con preeminencia de técnicas de investigación
documental y entrevistas abiertas y semi-estructuradas (Gallart, 2003; Petracci, 2007).
Operativamente, este abordaje se tradujo en la recopilación y análisis de leyes y decretos
reglamentarios, información concerniente a la realidad político-institucional vinculada a la
implementación de ambas leyes y, finalmente, la confección y realización de dos
cuestionarios semi-estructurados destinados a recabar información de primera mano con
profesionales y referentes considerados como actores claves en la implementación de la
normativa de referencia. Al respecto, es importante mencionar que se realizaron 52
entrevistas en profundidad a profesionales del Trabajo Social que se desempeñan en
distintas organizaciones estatales y de la sociedad civil que participan en la
implementación de políticas y servicios sociales para y referidos a familia. En segundo
lugar, se realizaron 12 entrevistas en profundidad a actores locales que poseen una
importante trayectoria en el debate en torno a las problemáticas sociales que se atienden
con las mencionadas leyes provinciales.
Es importante mencionar, por otro lado, que el estudio se desarrolló en el espacio
territorial conformado por las ciudades de Tandil y Azul, selección fundada en las
características y particularidades que éstas presentan en la actualidad por tratarse de
ciudades medias, en tanto su población que oscila entre los 50000 y 200000 habitantes
(Marquez Da Costa, 2002).
Significados y prácticas que agentes estatales y de la sociedad civil tienen en torno
a los aspectos centrales de la ley 12569 sobre violencia familiar
En este apartado se trata de poder reconstruir el conjunto de visiones y
representación que los actores sociales vinculados a la implementación de la legislación
de referencia tienen luego de varios años de su implementación. De este modo, se
12
plantean un conjunto de ejes a partir de los cuales ordenar la información recabada,
siendo sólo una cuestión organizativa de la información, ya que la totalidad de los temas
se encuentran articulados entre sí.
Para el presente informe se ha priorizado el análisis de los siguientes ejes:
a) las particularidades que adquieren los espacios de gestión asociada
previstos en la legislación de referencia en los casos de las ciudades de Azul y Tandil, es
decir las mesas locales;
b) la consideración de las principales situaciones problemáticas que afectan a
las familias, con el fin de conocer aquellos problemas sociales que dificultan la vida
cotidiana de las personas con las cuales trabajan en las organizaciones de ambas ciudades;
c) la valoración que los profesionales y referentes locales tienen con respecto
al conjunto de instituciones estatales efectoras del Sistema de Promoción y Protección de
derechos.
a) Los espacios de gestión asociada previstos en la legislación
La legislación de referencia se inserta en intentos de consolidar y legitimar espacios
colectivos para la discusión y la definición de políticas públicas. Para ello, se expresa
explícitamente la necesidad de generar instancias para que las distintas organizaciones del
Estado y de la Sociedad Civil que abordan problemáticas vinculadas a la violencia familiar
puedan debatir y generar consensos en torno a la política en el ámbito local. De este
modo, a partir del decreto reglamentario de la Ley N° 12569, se prevé la conformación de
la Mesa de Violencia, institucionalizando así la llamada gestión asociada, donde se
superaría la definición centralista y unidireccional de la política desde la órbita estatal.
Desde la puesta en vigencia de la legislación de referencia, se observan, pese a la
certeza en los planteos de la ley, vaivenes y diferencias en los procesos de
implementación de estos mecanismos de gestión asociada, tanto entre las experiencias
que implican la puesta en práctica de las Mesas Locales de Violencia, como con las
particularidades que se desarrollan en cada una de las ciudades.
a.1.Participación y visiones en torno a la Mesa Local de Violencia Familiar
13
En la Ley analizada se promueve la creación de Mesas de Violencia cuya finalidad
es organizar y consolidar las acciones en relación a la problemática de violencia familiar en
el territorio. La Mesa de Violencia es indispensable para el encuentro de las diferentes
organizaciones estatales y de la sociedad civil donde propiciar la creación de políticas
públicas en el marco del conocimiento de lo local, así como la construcción de
procedimientos y protocolos acordes a los recursos presentes en cada localidad.
Recordemos que la Ley fue sancionada en el año 2000 y mientras que en Azul el
espacio funciona desde el año 2012, en la ciudad de Tandil aun no se ha creado la Mesa de
Violencia. Cabe aclarar que la misma fue convocada en el año 2009, momento en que se
realizaron dos reuniones con la participación de escasos actores estatales y de la sociedad
civil sin la concreción de la misma.
Siguiendo con la trayectoria de este espacio en la ciudad de Tandil, en el año 2013
se realiza desde el Ejecutivo local una nueva convocatoria donde participan diferentes
instancias estatales municipales, luego se invitan organizaciones estatales y de la sociedad
civil afines políticamente al gobierno municipal y así progresivamente se van incluyendo
otras organizaciones. En esa instancia se comienza a elaborar el Reglamento donde se
regulara el funcionamiento de lo que se denominara “Mesa Local de Prevención,
Protección y Asistencia a las personas involucradas en situaciones de violencia en todos
sus aspectos del Partido de Tandil”.
Considerándose como definición de Violencia para el desarrollo de la Mesa Local
las definiciones de violencia vertidas por la Organización Mundial para la Salud que en su
parte pertinente expresa: “El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o
como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o
tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos
del desarrollo o privaciones” como así también el brindado por la Ley Provincial Nº 12.569
y su modificatoria ley 14.509, la cual en su art. 1º establece: “A los efectos de la aplicación
de la presente ley se entenderá por Violencia Familiar, toda acción, omisión, abuso, que
afecte la vida, libertad, seguridad personal, dignidad, integridad física, psicológica, sexual,
14
económica o patrimonial, de una persona en el ámbito del grupo familiar, aunque no
configure delito”.
Cabe aclarar que en el Reglamento a continuación se incorporan otras
manifestaciones de violencia tales como “la violencia autoinfligida (comportamiento
suicida y autolesiones), la violencia interpersonal (violencia familiar, que incluye menores,
pareja y ancianos; así como violencia entre personas sin parentesco), o la violencia
colectiva (social, política y económica).”
Estas definiciones de Violencia como marco para el funcionamiento de la Mesa
Local implica una resistencia explicita a legislar en favor de los derechos de la mujeres,
desdibujando las particularidades y complejidad que implica la situación de las mujeres
como víctimas de la violencia de género.
Analizando la experiencia del funcionamiento de la Mesa Local de Violencia
Familiar en la ciudad de Azul, cabe afirmar, en un primer momento, que, de las 12
profesionales que se entrevistaron en dicha ciudad, 5 se encontraban participando en el
espacio de la Mesa Local. Dada las entrevistas en profundidad realizadas, interesa resaltar
los motivos y visiones construidas en torno al espacio de la Mesa Local.
Considerando las situaciones en donde no se participa del espacio, sobresalen
centralmente dos argumentos.
- En primer lugar, el no haber sido convocados a participar del espacio,
donde incluso se afirma que habría interés para formar parte y aportar a los debates, pero
se considera que la inserción sería posible sólo en el caso de ser invitados.
- En segundo lugar, considerando que la Mesa Local funciona en horario
laboral, las profesionales entrevistadas sostienen que pese al interés de participar del
espacio, cotidianamente las demandas y urgencias que llegan a la organización hacen
imposible la asistencia a las reuniones.
Por su parte, considerando las experiencias de participación en el espacio de la
Mesa Local de Violencia Familiar, aparecen distintas valoraciones que merecen
considerarse:
15
- Por un lado, en cuanto al funcionamiento, se plantea que las discusiones y
las resoluciones que se acuerdan en el espacio reflejan las necesidades y demandas de las
organizaciones a las cuales representan en el espacio, visualizándose como un ámbito en
donde se pueden plantear las distintas situaciones y que las mismas logran ser
canalizadas. Se rescata la participación de instituciones fundamentales para la protección
de los derechos de las víctimas de violencia familiar, principalmente la Comisaría de la
Familia y la Mujer.
- Por su lado, algunas de las profesionales entrevistadas señalan la necesidad
de fortalecer el trabajo conjunto entre el espacio de la Mesa Local y el Poder Ejecutivo
Municipal, pues se considera que una política contra la violencia familiar debe ir
necesariamente acompañada por el respaldo municipal.
En este punto aparecen discrepancias entre las personas entrevistadas con
respecto a la participación de entidades del Estado Municipal, donde, en algunos casos se
la valora como positiva, propositiva y abierta al intercambio y el debate, y por el otro,
algunas afirmaciones sostienen que las discusiones no son acompañadas por políticas
municipales que las respalden.
En estos casos, se valora el espacio de discusión y debates que se producen en la
Mesa Local, donde, como se dijo, las necesidades y opiniones de las organizaciones son
escuchadas y consideradas, pero luego eso no se vería reflejado en la conformación de
una política de Estado que respalde las discusiones.
Tanto entre los profesionales que se desempeñan en distintas organizaciones
como en los referentes entrevistados, aparecen posturas alternativas a las mencionadas
anteriormente, rescatándose el trabajo y las acciones emprendidas hasta el momento,
donde, si bien se reconocen las limitaciones se valora positiva y satisfactoriamente la
consolidación de un espacio de debate e intercambio que permite ir definiendo
alternativas frente a la problemática de la violencia familiar
Se visualiza la pugna de intereses coexistentes en el espacio de la Mesa Local,
donde, la presencia de distintos actores sociales repercute en distintas visiones e intereses
sobre los mismos procesos. Desde una perspectiva estratégica esta multiplicidad de
16
visiones y posiciones debe ser entendida como un elemento potenciador para el
crecimiento y la consolidación de espacios colectivos, pues el desafío de los distintos
espacios de gestión asociada está en la capacidad de llegar a acuerdos que garanticen una
direccionalidad al espacio y que, al mismo tiempo, respete los intereses de los
participantes.
Por su parte, los referentes institucionales de la ciudad de Azul, mencionan que
este espacio ha permitido generar encuentros, consenso de acciones de carácter
preventivo o de promoción, aunque, sin embargo el objetivo de construcción de políticas
públicas no se ha concretado. Surge cierta fragilidad también en cuanto a la falta de
institucionalidad frente a lo cual la existencia de este espacio multiactoral podría
desaparecer si los actores que la conforman no pugnan por su continuidad, esto permite
entrever que no se confía en la responsabilidad del ejecutivo en la continuidad del
espacio.
Al mismo tiempo surge como preocupación la necesidad de identidad propia
diferenciada de las Secretarias de Desarrollo Social o los ejecutivos locales, esta cuestión
implica que en el orden de las temáticas abordadas, las organizaciones que lo conforman
manifiestan diferentes prioridades, diferentes marcos ideológicos, esto requiere ser
discutido para el consenso en un ámbito donde si bien confluyen diferentes identidades
políticas partidarias o no esto debe ser parte de un proceso democrático.
La generación de políticas públicas locales –que deberían originarse en las
mencionadas Mesas- para el abordaje de las situaciones de violencia no puede estar
supeditada a los vaivenes de los cambios político partidarios, al mismo tiempo es
indispensable que los ejecutivos locales asuman la responsabilidad en este sentido
instalando políticas a mediano y largo plazo con capacidad de articulación entre diferentes
organizaciones. La legislación debe garantizar los mecanismos necesarios a los fines de
evitar la cooptación por parte de los partidos políticos en el gobierno, y propiciando
instancias democráticas de construcción colectiva.
17
Surge del informe del Observatorio de Violencia de Género de la Defensoría del
Pueblo de la provincia de Buenos Aires, en concordancia con las expresiones de las
personas entrevistadas,
“la necesidad de redefinir la función de la Mesa Local, como espacio de diseño,
implementación y seguimiento de las políticas públicas. Esto debería impulsarse a partir
de una planificación estratégica colectiva, que se defina con la inclusión de los
movimientos de mujeres, las redes de ONGs y la participación activa del Poder Judicial (en
todos sus niveles jerárquicos)” (Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires,
2013).
b) Situaciones problemáticas que afectan a las familias
Aproximarnos a las situaciones problemática que afectan a las familias en las
ciudades consideradas, nos obliga a incluir un conjunto de elementos que hacen a
transformaciones socio-históricas que se expresan en el cotidiano de las personas que se
vinculan con las distintas organizaciones entrevistadas. De este modo, a partir de las
entrevistas realizadas, es posible hacer una caracterización general dando muestra de la
continuidad y persistencia de situaciones que suponen la vulneración de derechos de
amplios sectores de la población.
Dando cuenta de procesos de flexibilidad laboral, subcontratación, desregulación y
tercerización, como aspectos distintivos de la base de la nueva forma de organizar la
estructura económico-productiva (Harvey, 2008; Antunes, 2003, 2005), la primera
caracterización que realizan las personas entrevistadas se vinculan a la inserción o no de
las personas en el mundo del trabajo. En este sentido, se hace referencia a procesos de
pobreza o empobrecimiento sucedidos a partir de las crisis económicas que afectaron a la
región, principalmente la sucedida en el año 2001, como síntesis de procesos de expulsión
masiva de mano de obra del mercado laboral.
La inserción precaria o estar fuera del mercado de trabajo se constituyen en una de
las principales características de la población asistida por las distintas organizaciones, con
la excepción de instituciones de carácter privado o que por sus grados de especialización
en una problemática en el ámbito local atienden a la población en general. Sin embargo,
18
en estos casos, aparece explícita la referencia a la presencia de mayores situaciones
problemáticas en los casos de población “empobrecida”, de “bajos recursos” o “clase
baja”.
Asociado a estos procesos vinculados al mundo del trabajo, los entrevistados
identifican otras situaciones problemáticas que afectan el cotidiano de las personas con
las cuales trabajan. Ejemplo de ello, son las condiciones de precariedad habitacional, el
hacinamiento, problemas de salud asociados a las condiciones de vida, la deserción
escolar -tanto de los adultos en su momento para insertarse en el mercado laboral, como
de los jóvenes que por la misma situación inician una transición desde el ausentismo hacia
la deserción definitiva-.
Finalmente, cabe hacer mención a la identificación de situaciones basadas en la
desigualdad de género y al patriarcado como patrón de organización socio-cultural en la
sociedad contemporánea. Como se hizo mención anteriormente, la bibliografía
especializada plantea que las formas de dominación de los varones sobre las mujeres se
materializan en diferencias entre el mundo del trabajo y el mundo de la casa y la familia,
diferencias que conllevan a prácticas cotidianas diversas para varones y mujeres. Así, las
diversas actividades realizadas por varones y mujeres, tanto al interior como exterior de la
vida familiar, presentan significativas diferencias, relegando a la mujer al espacio privado,
al lugar de la casa y a la realización de las labores reproductivas. Al varón, en cambio, se lo
relaciona con lo público y con la realización de las funciones productivas (Arriagada, 2007).
Como veremos, esta tendencia se expresa de manera diferente en el horizonte de
intervención de las organizaciones relevadas, principalmente asociado con los procesos de
violencia de género, donde aparecen visiones por parte de las víctimas que tienden a
naturalizar esas situaciones. De este modo, lejos de pensar esas visiones y posturas como
procesos individuales y a-históricos, la realidad muestra la necesidad de abordar las
situaciones como expresiones socio-históricas del patriarcado y, en estrecha relación, de
la violencia género.
19
b.1 Situaciones problemáticas asociadas a la violencia familiar
Antes de avanzar en el análisis de los resultados de las entrevistas, resulta
indispensable plantear la necesidad de una incorporación de la perspectiva de Género a
las políticas públicas en forma transversal. Aun cuando la norma analizada responde a
situaciones donde las víctimas son varones, mujeres, niños y niñas, adultos y adultas se
entiende que es desde esta perspectiva que debe ser considerada en el marco de un
sistema de dominación patriarcal y adultocentrista.
Analizando las particularidades de las situaciones de violencia consideradas por las
personas entrevistadas, se expresan como ejes críticos los distintos tipos de violencia de
los que pueden ser víctimas las personas, resaltando que generalmente las víctimas son
mujeres.
Al respecto, frente al interrogante de las principales problemáticas de violencia
familiar que existen en la ciudad de Tandil, fueron detectados los diferentes tipos de
violencia hacia las mujeres, destacando las distintas formas de violencia en las relaciones
interpersonales, donde la mayor parte de las mujeres, refieren algún tipo de violencia por
parte de algún familiar, generalmente varón (hijo, padre, hermano, tío, vecino), donde se
repiten estas formas de violencia basada en el género.
Predominando las que tienen que ver con lo que es violencia física y psicológica,
también la violencia sexual, pero rescatan, en menor medida que existen situaciones de
violencia económica, violencia simbólica e institucional.
Se hace referencia al trabajo con una población importante de extranjeras, la
mayoría refiere violencia sexual, explotación sexual y muchas de ellas han sido en algún
momento víctimas de Trata de personas.
A partir de sus relatos, las entrevistadas expresan los diferentes tipos de violencia a
los cuales se enfrentan cotidianamente desde su rol profesional. El trabajo que se realiza
con personas migrantes refleja una mayor vulnerabilidad.
En este punto, pese a que en los avances normativos se promueve que las mujeres
ejerciten plenamente sus derechos humanos y se asienta sobre el principio democrático
20
de la igualdad, en el quehacer cotidiano profesional se observa las inequidades por género
a las que la mujer se enfrenta en torno a lo dicho.
Surgen a partir de las entrevistas diferentes mecanismos de control que ubican a la
mujer en un lugar de subordinación frente a los requerimientos del varón. Es el varón,
quien ejerce “culturalmente” el poder y la mujer asume un rol de sumisión, el cual fue
aprehendido bajo conductas naturalizadas y apropiadas en el interior del hogar, del
espacio privado de la reproducción.
Otra cuestión que se constituye en un nudo crítico en torno a las víctimas de
violencia es la asociada a la re-victimización vinculada a la falta de capacitación, a
dinámicas institucionales autoritarias y jerarquizadas que dificultan un proceso de escucha
y cuidado adecuado para las víctimas de violencia.
Surge en diferentes entrevistas que la presencia de nuevas organizaciones:
Juzgados de Familia, Áreas de la Mujer, Comisarías, Servicios Locales o Zonales ha
generado nuevos diálogos con nuevos actores. Sin embargo en este aspecto surgen
diferencias entre las localidades analizadas, el tiempo de existencia de algunos espacios
multiactorales así como la composición de los equipos interdisciplinarios son motivo de
consideración.
c) Valoración de los efectores estatales de la política pública
Uno de los primeros puntos para analizar en relación a los efectores estatales de la
política pública es la identificación de los distintos espacios y/o organizaciones que forman
parte del Sistema de Promoción y Protección de Derechos. Para ello, a los profesionales
entrevistados se les ha consultado sobre las distintas instituciones con las cuales articula
el trabajo cotidiano en el proceso de restitución de derechos. De esta manera, más allá de
construir un listado de organizaciones que podrían vincularse por sus intervenciones al
campo de la violencia familiar, la estrategia propuesta consiste en reconstruir ese
entramado organizacional a partir de las intervenciones efectivamente realizada por las
organizaciones.
21
c.1 Visiones y evaluaciones sobre las instituciones que intervienen en la violencia
familiar
Recuperando las organizaciones mencionadas en torno a las intervenciones
vinculadas a situaciones de violencia familiar, el horizonte es reducido. En la ciudad de
Tandil, las instituciones con mayores niveles de mención son la Comisaría de la Mujer y la
Familia, el Juzgado de Familia, el Área de la Mujer y el Área de Fortalecimiento Familiar,
dependientes, éstas dos últimas, de la Secretaría de Desarrollo Social, y luego, en aquellas
situaciones donde las víctimas son niñas/os o adolescentes, se hace mención al Servicio
Local y Servicio Zonal de Promoción y Protección de los Derechos del Niño.
Posteriormente, se mencionan organizaciones asociadas al ámbito municipal, como los
Centros de Salud, Centros Comunitarios y Hospitales, como así también a distintas
Escuelas, sean primarias o secundarias, con las cuales se trabaja siempre y cuando la
víctima tenga alguna relación previa con la organización.
Por su parte, en la ciudad de Azul, las principales organizaciones que son
consideradas en el proceso de atención a víctimas de violencia familiar son la Comisaría de
la Mujer y la Familia, el Juzgado de Familia y el Servicio Local de Promoción y Protección
de Derechos del Niño. También se hace mención, por un lado, a instituciones educativas y
sanitarias, y, por el otro, a la Asesoría de Incapaces y a la Defensoría Pública.
En términos generales, puede decirse que se percibe resistencia por parte de
las/os profesionales entrevistados/as a dar cuenta en profundidad de las dificultades que
se presentan al abordar situaciones de violencias y particularmente de violencia de
género. Esto puede deberse al menos a tres factores:
- El primero tiene que ver con el propio desconocimiento sobre la cuestión
de género en sí misma como de las implicancias que tiene en las estructuras judiciales,
sanitarias, etc.
- El segundo vinculado al desconocimiento de los procedimientos
estipulados, normados para actuar en situaciones de violencia de género, es decir la
legislación en sí misma.
22
- Y el tercero se relaciona a la postura ideológica que apunta a preservar las
estructuras familiares tradicionales, la preservación de la familiar nuclear, jerárquica,
basada en roles y mandatos de orden patriarcal. Esta última expresa una posición política
ideológica hegemónica que no solo no discute lo establecido sino que actúa para su
reproducción.
Al mismo tiempo, esta situación se hace visible cuando desde las instituciones
surge la fragmentación, excusada bajo el rótulo de las competencias institucionales, es
decir cuando los responsables de brindar las prestaciones sociales entienden que los
temas que se inscriben dentro de las violencias de género no deben ser abordados.
Esto responde a las fragmentaciones de la Cuestión Social y de Genero, donde las
respuestas a las manifestaciones de las mismas son atendidas desde compartimentos
estancos que parecieran desconocer justamente las raíces de las desigualdades e
inequidades impuestas por el patriarcado.
Insipientemente aparece cierto reconocimiento de la existencia de falta de escucha
a las víctimas.
Se observa en algunas respuestas un total desconocimiento de cuestiones tales
como la indefensión aprendida y, cuestión más profunda, el patriarcado como sistema de
opresión. Se habla de “naturalización” en relación a las victimas cuando un análisis más
profundo permite apreciar que la principal naturalización se produce en las organizaciones
y no en las víctimas, pues éstas aprenden a subsistir y aprendieron a no defenderse.
Relacionado con estas visiones, se plantean dificultades en torno a la comprensión
de la complejidad de la violencia familiar, lo cual dificultaría el trabajo realizado.
Por otro lado, aparece la transferencia a la victima de la responsabilidad de su
defensa, tanto en la construcción del relato ordenado, sin contradicciones y sostenido en
diferentes instancias “evaluadoras”, como también la exigencia a la víctima -sea de
cualquier grupo etáreo o sexo- de adecuarse a las “competencias institucionales”.
Esto también es visualizado críticamente por algunos/as profesionales, si bien en
forma minoritaria, lo cual se entiende en el marco del predominio del sistema patriarcal,
adultocentrista.
23
También aparecen menciones a las instituciones responsables, planteando
dificultades en la coordinación de estrategias y en el grado de cumplimiento de las
responsabilidades que le compete a cada una.
Por su parte, la organización que mayor relevancia tiene en torno a las situaciones
de violencia familiar, la Comisaría de la Mujer y la Familia, requiere algunas menciones
particulares. En términos generales, las evaluaciones que se realizan en torno a su
funcionamiento son:
- 39% poco satisfactorio.
- 38 % satisfactorio.
- 16 % muy satisfactorio.
- 7% insatisfactorio.
Cabe aclarar una particularidad en relación a la composición de estos valores
diferenciando los datos por ciudad. Al respecto puede verse que la totalidad de los
entrevistados en la ciudad de Azul consideraron el funcionamiento de esta institución
como muy satisfactorio o satisfactorio, en tanto que los valores negativos de poco
satisfactorio o insatisfactorio se concentran en la ciudad de Tandil.
Si profundizamos el estudio sobre los fundamentos de las valoraciones que tienen
las personas entrevistadas, en la ciudad de Tandil, nos encontramos que se considera
positiva la inmediatez en la atención recibida y el trabajo de articulación institucional.
Por su parte, en la ciudad de Azul, donde el funcionamiento se valora muy
positivamente o positivamente por la totalidad de las personas entrevistadas, se plantea
que desde la organización se realiza un adecuado trabajo en la recepción de las denuncias,
el personal se encuentra formado en cuestiones de género y, además, hay un
acompañamiento permanente al trabajo que realizan otras instituciones.
Por su parte, las valoraciones negativas en torno al funcionamiento de la Comisaría
de la Mujer y la Familia, se asocian a problematizar la atención que la institución realiza
con las personas víctimas de violencia familiar. Las observaciones se centran en las
dificultades que las personas víctimas de violencia encuentran para realizar las denuncias
24
respectivas, donde existiría desde la institución una fuerte tendencia a traducirlas en
exposiciones civiles, con las implicancias que ello tiene para el proceso.
Aun con las críticas que se han planteado, las Comisarías de la Mujer representan
un cambio favorable y han abierto nuevos espacios de asesoría y apoyo a las mujeres
afectadas por las violencias. Su presencia ha contribuido a visibilizar el problema, a
promover derechos y a divulgar que la violencia de género es un delito que debe ser
sancionado.
Desde el ámbito de la salud, se plantea la persistencia de problemas en la atención
a las mujeres víctimas de violencia, donde en la atención de la institución creada para
atender dicha problemática, se produciría un proceso de re-victimización de la mujer.
Otro de los puntos destacados por este sector de profesionales está asociado a los
cuidados particulares que desde una organización que atiende a personas víctimas de
violencia familiar se deben tener. Aspectos como la contención y el asesoramiento, la
escucha y la confidencialidad aparecen en reiteradas respuestas como nudos críticos que
se deberían fortalecer en la organización.
Las principales dificultades identificadas, las cuales son atribuidas, por parte de las
personas entrevistadas, a deficiencias en la capacitación del personal que realiza la
primera atención a las personas víctimas de violencia familiar, pues es en ese momento
que el trabajo realizado previamente puede perderse por las implicancias personales que
tiene para la víctima de violencia acercarse a ese espacio.
Por su parte, de las entrevistas a referentes institucionales, en ambas localidades
surgen otras situaciones críticas en el proceso de atención a la víctima de violencia familiar
que deben considerarse. Estos son: la cuestión del patrocinio gratuito, la asistencia
psicológica y la necesidad de contar con un refugio y/o subsidios económicos que
garanticen la autonomía necesaria para las víctimas.
Cuando hablamos de la cuestión de patrocinio gratuito tiene al menos dos
dimensiones: la estrictamente legal y el estar acompañada por un actor que conoce el
lenguaje y las dinámicas institucionales que generalmente actúan como un factor
inhibidor para las víctimas.
25
Por su parte, se observa que las instancias médicas que evalúan a las víctimas
funcionan con un enfoque biologisista y mecánicista, en el que se tiende a sobrevalorar el
examen físico sin abordar lo psicológico, lo emocional o las implicancias del maltrato en
términos más amplios.
Respecto a la demanda de Refugios, cabe mencionar que la situación de
indefensión, mayoritariamente de mujeres y sus hijos/as requiere de un espacio de
protección y cuidado acorde a las necesidades en el lapso en que la justicia dicta las
medidas de protección previstas en la ley.
Esta prestación está ausente para las localidades relevadas, las respuestas que
desde el Estado se brinda no es la acorde a las situaciones que se presentan, los
alojamientos son precarios en términos edilicios así como en la posibilidad de extender el
tiempo de alojamiento, no cuentan con el personal necesario en tanto suele tratarse de
Hoteles y/o pensiones privadas
En relación a los subsidios económicos se debe considerar en primer lugar la
reciente incorporación de la violencia económica en la legislación analizada, por lo cual
aún persiste el desconocimiento de ésta como violencia por parte de los/as profesionales
que atienden a las víctimas. Luego debe mencionarse la cuestión de los escasos recursos
con que cuentan las organizaciones para afrontar intervenciones que requieren generar
mecanismos de manutención para aquellas victimas que demandan asistencia material
(alimentaria, transporte, vivienda, etc.), lo cual se presenta como un obstáculo ante la
necesidad de ofrecer a las familias alternativas para que puedan optar.
El análisis explicitado anteriormente, permite afirmar que las personas
entrevistadas, en términos generales, consideran que la legislación no debiera ser
modificada, sin embargo encontramos que esto se justifica solo en términos de reconocer
la distancia existente entre la retórica y la ejecución de la norma. Surge mayoritariamente
de las entrevistas que no se cuestionaría el texto sino que se exigiría la concreción de la
norma. Quienes trabajan en el análisis de este tipo de legislación saben que se presentan
en esto varias interpretaciones que no pueden ser aisladas sino leídas en contexto.
Considerar que la ejecución podría ser mejorada en lo que respecta a cuestiones de
26
género y asumir esta perspectiva político-ideológica es contradictorio con el propio marco
de la norma, es decir que la legislación se inscriba en el marco de la violencia familiar no
es producto de un descuido sino de la resistencia de los sectores políticos a aceptar la
existencia, gravedad y dinámicas propias que se ejercen contra las mujeres.
La generación y modificación de la norma implica dos análisis, que deben ser
considerados en este contexto de dominación e inequidad patriarcal y capitalista:
- Primero el hecho mismo del trabajo que se desarrolla a lo largo de la
gestión de una Ley, en este caso que aborda la cuestión de las violencias, es decir todas
aquellas discusiones y debates incorporados a la agenda publica previa a la sanción y
luego una vez implementada todas las modificaciones que la suceden. Esta primera
cuestión implica tensiones a nivel social que empujan o cuestionan los mandatos, las
inequidades. En este sentido el mundo que se construye en torno a la sanción de una Ley
a nivel de la comunidad en general aporta a la transformación de la sociedad y las
instituciones que deben ejecutar estas nuevas normas en un sentido de protección de
derechos.
- En segundo lugar, surge también que la sola ejecución de una norma no
implica necesariamente la transformación de las instituciones que asumen esta
responsabilidad, ni de los actores en ellas involucrados.
Analizando estos procesos, Sagot (2000) afirma que no hay ingenuidad sino que
sencillamente un sistema de opresión tan complejo como lo es el patriarcal genera sus
propios mecanismos de protección y auto subsistencia. Teniendo como corolario, en
primer lugar, se invisibiliza la violencia contra las mujeres al subsumirla en otra forma de
violencia más general, con lo cual en la práctica también se niega su importancia y
gravedad. Por otra parte, se coloca como objetivo la defensa de la familia y no de los
derechos humanos de las mujeres afectadas, por lo que estos son fácilmente sacrificados
en aras de la unión familiar. Finalmente, y lo que es altamente peligroso, los hombres
agresores pueden usar las leyes contra las mismas mujeres a las que maltratan, dada la
“neutralidad” de género de esas leyes, la mayor apropiación de los hombres de los
27
espacios sociales, en particular, de los espacios judiciales, y la mayor credibilidad que
obtienen ellos en esos mismos espacios (Sagot, 2000).
Emerge como ausencia políticas públicas que permitan garantizar la ejecución de la
Ley analizada. Es claro que para diseñar una política estatal integral, acorde al espíritu de
Ley, al tiempo que se continúa con los abordajes existentes, deberá darse cabida a todas
las expresiones de la violencia de género, sin excepción, cuestión pendiente a pesar de las
ampliaciones y modificaciones recientes. Aquí se hace necesario al menos dejar planteado
un interrogante: ¿Puede una Ley denominada “violencia familiar” responder a las
expresiones múltiples de la violencia patriarcal? ¿Puede una única norma ocuparse de las
expresiones de la violencia hacia diferentes grupos etáreos y de sexo?
Estos interrogantes interpelan a una norma que reduce la violencia hacia las
mujeres a la violencia intrafamiliar, que equipara a las víctimas cuando se presentan claras
evidencias de diferencias sustanciales entre las personas. La forma en que se nombran las
cosas tiene una profunda relación con los modos en las que se las piensa y aborda, porque
nombrar de determinada manera tiene un efecto ideológico y político y ese efecto en
absoluto es inocente, puesto que contribuye a desplazar de la escena las múltiples
expresiones de violencia que padecen las mujeres.
De las respuestas surge la necesidad de profundizar y/o efectivizar lo explicitado
en la Ley Provincial de Violencia Familiar donde se plantea la instrumentación de
programas específicos de prevención, asistencia y tratamiento de la violencia familiar
incluyendo el desarrollo de campañas de prevención en la materia y de difusión. Dado que
los juicios y preconceptos sobre las dinámicas familiares se asocian a “cuestiones
culturales”, como aspectos que no pueden ser abordados, se hacen necesarios procesos
de formación y capacitación tendientes a instalar la comprensión de las situaciones de
violencias como consecuencias de relaciones de poder asimétricas y desiguales,
predominantes en un sistema social androcéntrico, adultocentrista y patriarcal.
Estas expresiones vuelven a dar cuenta del desconocimiento de la complejidad de
las situaciones de violencia, las mismas no responden a acontecimientos aislados y
28
desconectados entre sí. Se plantea lo “cultural” como algo inmodificable, desconociendo
que en tanto construcción la misma puede ser deconstruida.
Minoritariamente surge en las respuestas que, partiendo de considerar que ciertas
conductas, expresiones de la violencia responden a pautas culturales, es por esto mismo
que pueden ser transformadas. Es por su condición de “aprendido”
trangeneracionalmente lo que hace posible su modificación
Finalmente, se considera pertinente hacer mención a las dificultades existentes en
torno a contar con información fiable sobre las situaciones de violencia familiar, con el fin
de avanzar en su análisis y problematización. Se entiende que el acceso a la información
que los/as mismos/as profesionales proveen desde el cotidiano, que se les presenta
fragmentada, debiera regresar con el fin de permitir una mirada más amplia de las
problemáticas abordadas, las respuestas que las mismas han recibido y de esta forma,
junto a espacios de capacitación y formación, considerar críticamente los abordajes desde
las diferentes organizaciones.
Se entiende que los artículos 18 y 19 bis de la Ley aquí analizada no estarían siendo
al menos plenamente ejecutados en tanto el informe estadístico que debiera ser
elaborado y socializado según los/as actores/as entrevistados no está siendo de su acceso.
Ante la complejidad de la superación de las micromiradas, se observa que son al
menos tres aspectos que confluyen para que esto suceda:
1- La imposibilidad de superar la demanda y abordaje cotidiano.
2- La ausencia de políticas internas en las diferentes organizaciones, ya sea de
índole privada como publica, de realizar análisis estadísticos.
3- La ausencia por parte del estado provincial de dar cumplimiento a la creación de
información estadística e informes de acceso público.
Respecto de la imposibilidad de superar la demanda y abordaje cotidiano –esto
surge recurrentemente en los diálogos institucionales- se plantea que dada la altísima
demanda, la escasez de personal, los tiempos institucionales, los acotados horarios de
atención y la variadas actividades a las que se encuentran abocados/as quienes trabajan,
ya sea en el ámbito público como privado impiden superar la inmediatez. Si bien esta
29
cuestión se basa en las experiencias cotidianas y es innegable que sucede, esta es una
deuda no de quienes se desempeñan en las diferentes organizaciones sino del Estado que
debe generar las condiciones adecuadas donde las instancias de atención a demandas,
registro, evaluación y planificación estén garantizadas. De este modo, si no es posible
realizar un adecuado registro desde quienes se encuentran en la atención de las víctimas,
resulta imposible un registro amplio a nivel estadístico provincial.
Esto se hace visible en una segunda cuestión asociada a la ausencia de políticas
internas en las diferentes organizaciones y organismos, sean de la Sociedad Civil o estatal,
de realizar análisis estadísticos, política de evaluación y planificación.
Sin embargo lo fundamental es la ausencia por parte del Estado provincial de dar
cumplimiento a la creación de información estadística e informes de acceso público,
sabiendo que algunas de las organizaciones estatales locales que prestan servicios a
víctimas, realizan y elevan - a pesar de las dificultades arriba planteadas-registros de
actuaciones como por ejemplo Comisarías de la Mujer y la Familia.
Recomendaciones:
Si bien en los procesos de intervención, se hace necesario una articulación
permanente entre la legislación de promoción y protección de los derechos del niño/a y
adolescentes y la de violencia familiar, se hará mención a consideraciones vinculadas a la
legislación de referencia, identificando las particularidades en sus procesos de
implementación.
Es posible identificar tendencias que dan cuenta de lógicas y prácticas instaladas
en las instituciones y en los actores que obstaculizan la implementación de los avances
conseguidos en la legislación.
En primer lugar, es necesario problematizar las visiones y supuestos de las
prácticas desarrolladas por las instancias responsables que continúan reproduciendo
visiones adultocentristas y patriarcales. Esta nueva situación que instaura la vigencia de la
ley, además de habilitar posibilidades, reposiciona a los agentes gubernamentales
encargados de la coordinación de la política públicas y a profesionales que se desempeñan
en los diferentes efectores del Sistema ante nuevos desafíos. Para que esta
30
transformación en el nivel legislativo concretice progresivamente esta tensión en favor del
reconocimiento efectivo por parte del Estado de víctimas de violencia como sujetos de
derecho, será necesario profundizar la crisis de legitimidad de la lógica tutelar-
asistencialista que cosifica y desnaturaliza los problemas y las relaciones familiares,
disociándolos de su sustrato estructural.
En segundo lugar, es importante mencionar que estas prácticas institucionales y de
los actores sociales involucrados en su implementación cotidiana, encuentra su correlato
en intervenciones estatales subsidiarias que obstaculizan la concreción de los postulados
legislativos. Como se planteó, la falta de recursos, sean materiales o humanos calificados,
constituye un elemento fundamental en los argumentos críticos sobre la garantía de
derechos.
La complejidad de las problemáticas sociales involucradas a las organizaciones
efectoras del mencionado sistema, su ampliación numérica por las transformaciones
sociales contemporáneas, se enfrentan cotidianamente con instituciones donde la escasez
o ausencia de recursos materiales imposibilita cualquier estrategia de restitución de
derechos. De igual modo, la incorporación de la precariedad laboral en el cotidiano de las
organizaciones lleva a la rotación permanente de los recursos humanos, migrando los
profesionales con mayor experiencia y capacitación en las temáticas a otras
organizaciones.
Por otro lado, si entendemos que en un sentido literal, Patriarcado significa
gobierno de los padres, lo cual implica la existencia de una sociedad que se constituyó y
constituye considerando un tipo de organización social en el que la autoridad la ejerce el
varón adulto “jefe” de familia, quien además es el dueño del patrimonio material de ese
grupo humanos unido por sangre, por afecto, por convivencia, políticamente. Comprender
esto nos invita a pensar una legislación que procure la equidad.
En tercer lugar, y asociado con los puntos anteriores, es necesario problematizar
políticas y prácticas que se insertan en una tendencia neo-familiarista de la intervención
sobre los problemas sociales. Esta tendencia supone la transferencia de responsabilidades
31
hacia las familias haciendo de éstas una unidad económica y política de la resolución de
los distintos problemas del modelo (De Martino, 2001).
Se identifica a la familia como la causa o responsable de las supuestas
disfuncionalidades que atraviesan uno o varios de sus miembros, y, convalidando una
mirada tradicional de su rol en las relaciones familiares, la mujer aparece como la
encargada de la reproducción cotidiana (González, et. al., 2006). Consecuentemente, la
mujer se transforma en objeto y sujeto de las intervenciones realizadas por los sectores de
políticas públicas, reproduciendo y reforzando la desigualdad existente (Grassi, 1989).
Frente a este panorama, se hace necesario priorizar en líneas estratégicas de
acción que permitan resolver obstáculos surgidos a partir de la sanción de la legislación y
potenciar las políticas y prácticas vinculadas a la promoción y protección de derechos.
Recomendaciones generales:
1. Realizar instancias permanentes de capacitación y reflexión que tiendan a
instalar los fundamentos y postulados de la legislación “referida y para familia”
considerada, teniendo en cuenta además la necesidad de interpelar las visiones existentes
en torno a las configuraciones contemporáneas de las familias, patriarcado y
adultocentrismo, violencia y vulneración de derechos. Estos elementos se encuentran
arraigados en los fundamentos de las prácticas cotidianas de los actores responsables de
la implementación y su modificación no puede considerarse como consecuencia directa de
la implementación de una legislación particular.
2. Identificando, además de los niños y niñas, a las mujeres como las principales
víctimas de violencia, pero no sólo en el ámbito familiar, se considera prioritario evaluar la
sanción de una legislación provincial orientada a la promoción y protección integral de los
derechos de la mujer. Se considera como un antecedente fundamental la sanción de la Ley
Nacional N° 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales.
32
3. En relación a los mecanismos de gestión asociada previstos por la legislación, si
bien es importante reforzar el espacio local como ámbito de discusión sobre las
problemáticas prioritarias, se deben garantizar los mecanismos institucionales que
permitan el monitoreo de la implementación y el funcionamiento plural de dicho espacio.
4. Vinculado a este aspecto emerge la necesidad de implicarse en las
características de las condiciones de trabajo de los agentes y efectores del Sistema,
tomando conocimiento del estado de situación al respecto para, a partir de allí, poder
proyectar en conjunto con las instancias respectivas del gobierno provincial el progresivo
mejoramiento de las condiciones de infraestructura y empleabilidad de los diferentes
efectores y agentes del sistema, habilitando prácticas profesionales que puedan superar el
nivel inmediato y emergente de atención y asumir dichas prácticas en la dialéctica de las
dimensiones emergente y proyectiva que marca la legislación.
5. Con el fin de dar sustento material a las intervenciones planificadas y/o
realizadas, se hace necesario prever mecanismos institucionales que permitan a los
efectores de la política pública la disponibilidad de recursos económicos y materiales
necesarios para garantizar derechos, principalmente en aquellas situaciones de pobreza
y/o dependencia económica (alimentación, vivienda, trasporte, vestimenta, etc.)
Bibliografía
Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires - UNICEF. 2009.
Abordajes frente a la violencia familiar desde una perspectiva de género y de infancia
Fortalecimiento de equipos de trabajo en género. Disponible en:
http://www.unicef.org/argentina/spanish/abordajes.pdf
Aguirre, R. 2007. “Los cuidados familiares como problema público y objeto de
políticas”. En: Arriagada, I. (Coord.). Familias y políticas públicas en América Latina. Una
historia de desencuentros. CEPAL-UNFRA, Chile.
Álvarez, N (COMP.) 2007. Cuestiones de Familia. Problemas y debates en torno a la
familia contemporánea. Universidad de Mar del Plata.
33
Antunes, R. 2003. ¿Adiós al trabajo? Ensayo sobre las metamorfosis y el rol central
del mundo del trabajo. Herramienta ediciones, Buenos Aires.
Antunes, R. 2005. Los sentidos del Trabajo. Ensayo sobre la afirmación y la
negación del trabajo. Taller de Estudios Laborales (TEL) – Herramientas Ediciones, Buenos
Aires.
Barg. L. 2003. Los Vínculos Familiares. Reflexiones desde la práctica profesional.
Espacio Editorial, Buenos Aires, Argentina, 2003.
Beck-Gernsheim, E. 2003. La reinvención de la familia. En busca de nuevas formas
de convivencia. Barcelona: Paidós.
Campaña Interagencial contra la Violencia hacia las Mujeres y las Niñas. 1999.
UNIFEM - PNUD - UNICEF - FNUAP -CEPAL - ACNUR - ONU-SIDA –UNHCHR. PROGRAMA DE
NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO PNUD Proyecto Regional RLA/97/014 Informes
Nacionales sobre la Situación de la Violencia de Género contra las Mujeres
http://freeofviolence.org/campaign-spanish/argentinafull.htm
De Martino, M. 2001. Políticas Sociales y Familia. Estado de Bienestar y Neo-
liberalismo familiarista. En Revista Fronteras. Departamento de Trabajo Social. FCS –
UDELAR. Nro. 4, Montevideo.
Defensor del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires. 2003. Informe Monitoreo de
políticas públicas y violencia de género. Equipo del Observatorio de Violencia de Género
de la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires.
Gallart, M. A. 2003. “La integración de métodos y la metodología cualitativa. Una
reflexión desde la práctica de la investigación”; en: Metodología cualitativa II. La práctica
de la investigación. Centro Editor de América Latina, Bs. As.
34
Goldani, A. M. 2007. “Reinventar políticas para familias reinventadas: entre la
realidad brasileña y la utopía”. En: Arriagada, I. (Coord.). Familias y políticas públicas en
América Latina. Una historia de desencuentros. CEPAL-UNFRA, Chile.
González, C., Nucci, N. y S. Bermúdez. 2006. “¿Qué familia se configura desde la
intervención estatal en planes y programas asistenciales?”. En: Garcés, L. y M. Lucero
(comp.) Políticas Sociales y ciudadanía. Debates sobre una relación en tensión, Editorial
EFU, San Juan.
Grassi, E. 1989. La mujer y la profesión de Asistente Social. El control de la vida
cotidiana. Editorial HVMANITAS, Buenos Aires.
Harvey, D. 2008. La condición de la posmodernidad. Investigación sobe los
orígenes del cambio cultural. Amorrortu, Buenos Aires.
Jelin, E. 1994. “Familia: Crisis y después…” En: Wainerman, C. H. (Comp.). Vivir en
familia. UNICEF/LOSADA, Buenos Aires.
Leacock, E. 1992. “La interpretación de los orígenes de la desigualdad entre los
géneros: problemas conceptuales e históricos”. En RAMOS ESCANDÓN, C. (Comp.) “El
Genero En Perspectiva de la dominación universal a la representación múltiple”.
Universidad Autónoma Metropolitana. Unidad Iztapalapa. Coordinación de Extensión
Universitaria.
Marquez Da Costa, E. 2002. Cidades medias. Contributos para a sua definicao.
Finisterra, XXXVII, 74.
Montaño, S. 2007. “El sueño de las mujeres: democracia en la familia” En:
Arriagada, I. (Coord.). Familias y políticas públicas en América Latina. Una historia de
desencuentros. CEPAL-UNFRA, Chile.
Petracci, M. 2007. “La agenda de la opinión pública a través de la discusión grupal.
Una técnica de investigación cualitativa: el grupo focal” En: Kornblit, A. L. (coord.)
35
Metodologías cualitativas en Ciencias Sociales. Modelos y procedimientos de análisis.
Editorial Biblos, Buenos Aires.
Poggiese H. y Francioni, M. del C. 1993. Escenarios de Gestión Asociada y Nuevas
Fronteras entre el Estado y la Sociedad. FLACSO.
Sagot, M. 2000. “La ruta critica de las mujeres afectadas por la violencia
intrafamiliar en América Latina”. Estudio de caso en diez países. OPS/OMS. Programa
Mujer, Salud y Desarrollo. Estrada.
Vain, L. 1989. “Mujer Golpeada”. Ed. Besana. Buenos Aires.
Wainerman, C. 2005. La vida cotidiana en las nuevas familias. ¿Una revolución
estancada? Lumiere, Buenos Aires.
Tratados y legislación de referencia
Convención Americana sobre Derechos humanos (San José de Costa Rica,
declarada en 1969, y vigente desde 1978)
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer. CEDAW.
Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para la administración de la justicia de
menores, conocidas como “Reglas de Beijing” (1985)
LEY 26.485 – Nacional de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales
LEY 12569 - Provincial sobre Violencia Familiar. Disponible en www.gob.gba.gov.ar
36
Proceso de Recuperación Histórica Analítica de la Red de Monitoreo de Políticas
Públicas para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujeres en la
Provincia de Buenos Aires.
Lic. Blanca Lyonnet. Lic. Gabriela Barcaglioni
Los derechos que están en los tratados son letra muerta hasta que alguien los
retoma y lucha por ellos.
Elizabeth Jelin
El movimiento de mujeres, el feminismo como práctica política y como
construcción teórica, instaló reclamos y reconocimiento de derechos para las mujeres,
fundamentalmente a finales de los años sesenta y principio de los setenta con dispar
incidencia en los países latinoamericanos por las circunstancias políticas y económicas que
sobrellevaron.
Este marco que describe una vinculación estrecha entre teoría y práctica, entre
contexto y logros, facilita la reflexión y el relato que motiva la presencia en estas jornadas
de las integrantes de la Red de Monitoreo de Políticas Públicas para prevenir, atender,
sancionar y erradicar las violencias contra las mujeres en la Provincia de Buenos Aires.
Pero antes de los pormenores de la experiencia que nos convoca es necesario
señalar algunas consideraciones que la sustentan, que posicionan y dan lógica a la
construcción del espacio.
La organización de las mujeres a partir de una realidad que atraviesa, interpela,
ayuda a pensar la relación entre cambio social y equidad de género.
La equidad de género como una dimensión fundamental de la equidad social es
posible pensarla gracias a la visibilidad y legitimidad del movimiento de mujeres y del
feminismo.
Y al pensar el género, al conceptualizar esta herramienta que permite una lectura
crítica de la realidad, de nuestras propias prácticas, la definimos como uno de los
determinantes simbólicos que da materialidad a la vida de las personas. “Una categoría
relacional, descriptiva, analítica y política, que tiene utilidad para relevar las desigualdades
37
existentes entre las masculinidades y femineidades a nivel sociocultural, económico y
político, considerando las complejidades existentes en sus posicionamientos, status,
poderes, en relación con otras categorías que se interseccionan, tales como las de clase,
raza, etnia, religión”. (Bonder; 2010)
Los posicionamientos y las expectativas frente a esas construcciones, lo esperado,
lo deseable es origen de desigualdades en las posibilidades, en la concreción de derechos.
Esta categoría hilvana, insisto, la construcción de nuestra Red, nos introduce en las
respuestas sobre el cómo, cuándo y por qué nos constituimos como espacio colectivo, de
articulación, de reflexión, de intercambio y de concreción de objetivos comunes.
Somos un colectivo de mujeres, ligadas cotidianamente a la problemática de la
violencia y sobre todo, con un fuerte compromiso militante.
Entendemos las violencias contra las mujeres como problema social, de derechos
humanos que requiere de políticas públicas sustentables de manera que nuestro
propósito es, a partir del balance participativo que vamos delineando, elaborar iniciativas,
propuestas y compromisos públicos para fortalecer lo que funciona bien y mejorar lo que
aún es deficiente.
Nuestra historia como Red pivotea en estos aspectos y arranca en 2005.
Comenzamos nuestras actividades públicas con una Jornada Provincial de
Evaluación Participativa: “A cinco años de la Ley de Violencia Familiar, logros y asignaturas
pendientes, en memoria de Diana Staublin.
Se desarrolló el 13 de diciembre de 2005, en la Sala Astor Piazzola del Teatro
Argentino de La Plata.
Después de 5 años de la aprobación de la Ley sobre Violencia Familiar de la
Provincia de Buenos Aires (12.569)1 mujeres y organizaciones que desde diferentes
ámbitos trabajábamos en la prevención, erradicación y sanción de la Violencia contra las
Mujeres decidimos impulsar el monitoreo integral de la Ley
1 (Sancionada el 6 de diciembre del 2000 luego de un largo período de discusiones en las dos cámaras y de la
participación activa de mujeres y organizaciones de la sociedad civil comprometidas con el tema. Seis años
después se aprueba su decreto reglamentario 2875/2005 (B.O.30/1/2006)
38
Nuestra intención fue ir construyendo una red que nos permitiera contar con la
mayor cantidad de información posible aportada por víctimas, operadores y operadoras
de Justicia, organizaciones de la sociedad civil, espacios académicos, trabajadores y
trabajadoras del Estado y también funcionarios y funcionarias de los poderes ejecutivo y
judicial.
Fundamentalmente cotejar el texto de la norma, sus mandatos expresos, con su
aplicación en el plano práctico, en lo cotidiano frente a la violencia concreta que sufrimos
especialmente las mujeres. Un diagnóstico en proceso continuo que se articula con
acciones y propuestas concretas.
Si bien la sanción de la ley Provincial Nº 12.569 en ese momento y la Ley Nacional
Nº 26.485 después son instrumentos de suma importancia para la defensa de los derechos
de las mujeres, no garantizan el real derecho de acceso a la justicia de las mujeres víctimas
de violencia de género.
Por eso, entre otras razones, extendimos nuestra mirada hacia las políticas
públicas que expresaban la intención y el compromiso del Estado en relación a la violencia
contra las mujeres.
El análisis de las políticas públicas es un terreno privilegiado para observar las
relaciones que el Estado establece con colectivos o referentes sociales, por ejemplo las
mujeres , y por ende, un buen indicador del grado de democratización de la sociedad.
Nuestra experiencia como espacio colectivo es resultado de un largo proceso social
y político que discurre en variados escenarios con diferentes participantes.
Tensión entre lo público y lo privado, aspecto que atraviesa todas las
reivindicaciones de derechos feministas, empezando por el derecho a vivir una vida libre
de violencias.
Uno de los objetivos centrales de la Red, fue instalarse como una interlocutora
válida frente al Estado, interpelarlo frente a las desigualdades de género que facilitan y
reproducen la violencia contra las mujeres.
Cada acción, las entrevistas, las gestiones realizadas, pretenden conocer la
evolución de las situaciones de violencia contra las mujeres y consecuentemente formular
recomendaciones y propuestas de mejora en los servicios y prestaciones que se ofertan
desde las instituciones públicas en relación a las violencias contra las mujeres.
39
Debatimos sobre el carácter que debemos tener como Red, el rol que definimos
para establecer los diálogos, los reclamos, las propuestas.
Cómo construimos y con qué características establecemos relación con el Estado, si
somos una Red política, de denuncia o, además, proporcionamos insumos para que
los/las distintos/as funcionarios/as desarrollen acciones y políticas es un aspecto que cada
integrante pone en discusión y se posiciona sin olvidar sus propios recorridos, sus
trayectorias, sus pertenencias pero siempre priorizando los derechos de las mujeres en
situación de violencia.
La relación entre Estado y sociedad civil aparece en varios tramos de nuestra
historia. La idea dominante es que el aparato estatal es el responsable de los servicios,
que no debe trasladar la responsabilidad a las organizaciones, ni que estas carguen la
tarea de hacerle el trabajo al Estado.
Desde la Red de Monitoreo consideramos que el Estado debe encarar la
problemática, desarrollando políticas públicas integrales que incluyan la perspectiva de
género para garantizar los derechos humanos impidiendo o evitando los abusos y/o
aliviando los efectos del maltrato. Es deber del Estado atender la violencia como forma de
inclusión social, teniendo en cuenta que la violencia de género afecta a más de la mitad de
la población.
Políticas Públicas transversales para encarar, atender y resolver el problema de la
violencia hacia las mujeres. La perspectiva de los derechos y libertades en el tema de la
violencia de género se contrapone a la del asistencialismo y a las políticas de seguridad.
Prevención, promoción y protección, capacitación, investigación, atención,
reparación y por último estructura y presupuesto
El monitoreo de las políticas públicas, de la implementación de las leyes, de la
propia redacción de las leyes no se puede escindir de las experiencias cotidianas, las
experiencias de quienes palpan día a día la violencia y especialmente.
En nuestros debates cotidianos que sostenemos a través de un espacio virtual y las plenarias que desarrollamos al menos una vez al año en distintas ciudades bonaerenses (La Plata, San Nicolás, Mar del Plata, Villa Gesell, Necochea, Tandil y San Nicolás) hemos identificado algunos nudos críticos a los que entendemos deben atenderse para revertir .
Por ejemplo el patrocinio jurídico para las mujeres que tienen que acudir al
sistema judicial y la situación económica vulnerable de las sobrevivientes, la situación de
40
los refugios para mujeres víctimas de violencia familiar, las mesas locales de violencia
familiar, la escasez y fragmentación de la información estadística sobre la problemática, la
concreción de una RED PROVINCIAL de prevención y atención a las víctima de violencia
familiar (según lo establece la norma provincial vigente art. 4 del decreto reglamentario
ley 12.569) , la asignación presupuestaría para la existencia y funcionamiento de esta red,
el rol del Ministerio de Desarrollo Social en relación a un programa específico de
prevención, asistencia y tratamiento de la violencia familiar, entre otras cuestiones que
merecen mas que una enunciación pero que a los fines de esta intervención no es posible
desarrollar en profundidad. El sentido de mencionarlos es para dibujar el mapa de
nuestras preocupaciones y nuestro accionar.
Como decía al principio las mujeres accedieron a los espacios públicos para
intervenir en el diseño de las agendas públicas pero esa incidencia motiva resistencias,
omisiones, obstáculos para incluir los derechos de las mujeres.
Un enfoque que plantea a cada persona como portadora de derechos inalienables
nos pone en un pie de igualdad
Es nuestro propósito lograr que las autoridades, los operadores/as jurídicos, el
personal involucrado en el tratamiento de los casos de violencia, las fuerzas de seguridad
se interioricen, se sensibilicen con la perspectiva de género, de derechos humanos de las
mujeres y con la problemática que hay detrás de la violencia
La mayoría de las organizaciones y personas que integran la Red tienen una larga
experiencia en la temática de la violencia contra las mujeres, son organizaciones que
trabajan cotidianamente en esta problemática y que también fueron parte de los debates
previos a la sanción de la Ley.
Es importante destacar también que varias de las integrantes de la Red
tienen/tuvieron responsabilidades en espacios de gestión gubernamental, lo cual permite
un permanente intercambio e incidencia en la ejecución de la -todavía en construcción-
política pública provincial en la materia.
La confianza es uno de los elementos que le otorga mayor cohesión y fortaleza a la
Red. Es pluralista en lo político, autónoma en relación con partidos y Estado, las
organizaciones que la integran continúan su trabajo con independencia de la Red y se
autofinancia sin aportes externos.
El principal medio de comunicación entre las integrantes es el correo electrónico,
las decisiones se toman por consenso y no existen representaciones formales fijas.
41
La Red es abierta a personas y organizaciones con actuación en la provincia de
Buenos Aires que trabajen con perspectiva de género y compartan criterios de
horizontalidad, solidaridad y fundamentalmente que entiendan la violencia contra las
mujeres como una violación a los derechos humanos y un problema que si bien afecta a la
mitad de la población es un problema de toda la sociedad.
No nos mueven intereses sectoriales de ningún tipo, el único que prevalece es el
interés por la vida, salud y bienestar de las mujeres víctimas de violencia de género.
Es inobjetable el avance logrado en la condición jurídica de las mujeres, distintas
leyes y convenciones establecen una mayor igualdad de derechos y han permitido la
consolidación de sus derechos humanos, en especial la violencia contra la mujer se ha
reconocido como una violación de los mismos.
Sin embargo no puede dejar de señalarse, que a pesar de estos logros, aún está
lejos la garantía del pleno respeto y disfrute de esos derechos, principalmente, porque
persisten prejuicios y valoraciones discriminatorias en la aplicación de las normas o
porque en algunos casos sólo ofrecen respuestas parciales o no responden a la realidad
social, cultural e institucional de la mayoría de las mujeres, siendo limitada su aplicación y
efectividad. Y sobre todo, porque no tienen designado presupuesto.
Se suma el desconocimiento de las mujeres en particular y la población en general
sobre sus derechos, y las instancias a las cuales podrían acudir en caso de ser víctimas de
violencia de género.
Es imprescindible identificar las situaciones en las que la vulnerabilidad de las
mujeres víctimas de violencia aumenta.
La Red actúa con la convicción de que no hay lugar a dilaciones, por lo que
nuestras acciones tienden a profundizar la articulación en las respuestas entre los
organismos Gubernamentales involucrados y la sociedad civil”. En eso estamos.
Algunas acciones:
Elaboración y presentación del Informe como organización de la sociedad civil al
CEVI (Comité de expertas/os violencia, órgano técnico del MESECVI – Mecanismo de
seguimiento de la Convención de Belem do Para –, Comisión Interamericana de Mujeres,
OEA)
42
Nos hemos reunido con:
La directora de Igualdad de Participación y Liderazgo de la Mujer, de la Secretaría
de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, la Lic Dinora Gebennini.
El subsecretario de Coordinación Operativa del Ministerio de Desarrollo Humano
de la Provincia de Buenos Aires, Dr.Gabriel Katopodis.
El ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Lic. Claudio Mate y el
subsecretario de Coordinación y Atención de la Salud, Dr. Carlos Sanguinetti.
La ministra de laSuprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Dra.
Hilda Kogan.
La presidenta del Consejo Provincial de las Mujeres, ing Claudia Bernaza quien
además es consejera Federal de la Mujer.
Incidencia
La resolución 304 del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, del 29 de
enero de 2007 que aprueba el Programa de Salud para prevención de la Violencia Familiar
y sexual y la asistencia a las víctimas” y su protocolos de Detección y Asistencia a mujeres
Victimas de Maltrato, de Aborto no Punible, de Acción ante Víctimas de Violación y de
Abuso y Maltrato infantil.
Si bien el pedido de elaboración de protocolos se inició cuando por la cuestión del
llamado “caso de Guernica” se le pidió al ministro de Salud Claudio Matte que ponga en
vigencia inmediata uno vinculado con los abortos no punibles y la audiencia se gestó
desde la Campaña por el derecho al Aborto, se aprovechó para solicitar los otros
protocolos de atención de mujeres en situación de violencia que finalmente fueron
aprobados y en el que muchas integrantes de la Red participaron acercando propuestas.
Jornadas (2) de Políticas Públicas con Perspectiva de Género en coordinación con la
Dirección de Igualdad de Participación y Liderazgo de la Mujer a cargo de la Lic Dinora
Gebennini. Con el objetivo logrado de elaborar un diagnóstico y una propuesta de
superación sobre la labor que Estado y Organizaciones de Mujeres realizamos frente a la
Violencia de Género.
43
Como resultado de la reunión mantenida con la ministra Hilda Kogan elaboramos
un Programa de capacitación para implementar a través del Instituto de Estudios Jurídicos
de la Suprema Corte de la provincia de Bs. As.
Además la Dra. Hilda Kogan, nos propuso que le hagamos llegar las copias de las
denuncias por incumplimiento de la Ley de Violencia realizadas ante la Secretaría de
Control Judicial de la Corte
BIBLIOGRAFIA
BIRGIN Haydee, GHERARDI Natalia, Violencia familiar: acceso a la justicia y
obstáculos para denunciar. En: Sanchez y Femenías (compiladoras): Articulaciones sobre
violencia contra las mujeres. Edulp, La Plata, 2008. 239 a 263
GARCÍA, Carmen Y VALDIVIESO, Magdalena (2006) "Una aproximación al
Movimiento de Mujeres en América Latina. De los grupos de autoconciencia a las redes
nacionales y trasnacionales” Observatorio Social de América Latina, Año VI, N°18.Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires, Argentina. Disponible en:
bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/osal/osal18/AC18GarciaValdiviesopdf
HERNÁNDEZ García Yuliuva “Acerca del género como categoría analítica”
Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 13 (2006.1) Universidad de
Oriente, Santiago de Cuba
LARGO Eliana editora “Género en el Estado. Estado del Género”. Ediciones de la
Mujeres N| 27. Isis Internacional Santiago, Chile,1998.
LUNA Lola G. “Movimientos de mujeres, Estado y participación política en América
Latina. Una propuesta de análisis histórico.” Universidad de Barcelona Avance
investigación sobre m movimientos de Mujeres y Participación Política en Argentina y
Colombia.
NOE DE TEITELBAUM S. y otros: Violencia de género: de la ruta crítica a la
construcción de posibilidades, Tucumán. Disponible en Internet:
https://sites.google.com/a/fundpsicsigmundfreud.org/trabajos-2do-congreso-de-
investigacion/home/noe-de-teitelbaum-susana---ale-veronica---sampayo-guillaume-ma-
cecilia---hurtado-claudia
44
A INTRÍNSECA RELAÇÃO ENTRE AS CATEGORIAS GÊNERO E
PATRIARCADO PARA COMPREENSÃO DO TRABALHO EM SUA DIMENSÃO
SEXUADA
Maria Inez Barboza Marques2
INTRODUÇÃO
O presente artigo é resultado de estudos e sistematizações que vem ocorrendo no
processo de doutoramento no Programa de Estudos Pós Graduados em Serviço Social da
Pontifícia Universidade Católica de São Paulo.
O objeto de estudo que vem sendo investigado refere-se à divisão sexual do trabalho
e suas expressões no trabalho docente em Serviço Social. Portanto, entender a relação
intrínseca entre as categorias gênero3 e patriarcado4 foi fundamental para desvendar o
contexto da divisão social do trabalho que ocorre a partir das relações sociais de sexo,
consubstanciadas na divisão sexual do trabalho no capitalismo.
A análise tem como base as relações sociais que foram historicamente construídas
com alicerces nas estruturas de poder masculinizadas e também nas bases materiais que
fundamentam a dominação/exploração capitalista.
Para a sistematização do primeiro capítulo da tese, foi necessário revisitar (e
reconceituar) o trabalho, como categoria que tem suas bases na teoria de Marx e nos
fundamentos do materialismo histórico dialético, o que foi um dos desafios expressos para
a pesquisadora.
2 Doutoranda do Programa de Estudos Pós Graduados em Serviço Social da Pontifícia Universidade Católica de São Paulo – PUC/SP/Brasil, sob orientação da Professora Dra. Maria Lúcia Martinelli. Docente no Curso de Serviço Social da Universidade Estadual do Paraná – UNESPAR/Campus Paranavaí/PR, Brasil. E-mail: [email protected] 3 Em termos gerais, gênero deve ser apreendido como categoria de análise que trata das relações sociais entre os sexos e é portador de dimensões teórica e política. Deve ser compreendido também como categoria de análise que vai se desenvolvendo pelas teóricas e pesquisadoras envolvidas com o debate e a luta pela equidade nas relações de gênero (entendidas como relações de poder).
4 Em uma explicação para efeito da introdução, explicita-se que o termo patriarcado tem como objeto de estudo a manutenção das estruturas de dominação sob o poder homem (pessoa do sexo masculino).
45
A tarefa de compreender o trabalho como uma categoria que deve ser dinamizada
em direção a sua dimensão sexuada, tendo como base as expressões das relações sociais
entre os sexos, leva necessariamente a introdução da análise das categorias gênero e
patriarcado, como forma de compreendê-lo nessa dimensão (sexuada) que evidencia que as
relações sociais entre os sexos foram construídas em um processo de hegemonia do poder
masculino sobre o feminino.
A partir das bases econômicas e materiais, tem-se a apreensão da divisão social do
trabalho que se expressa na prática na divisão sexual do trabalho, naturalizada por
diferentes sociedades em diferentes contextos históricos.
O conteúdo deste texto, já faz parte do primeiro capítulo da tese do doutorado. Tais
fragmentos evidenciam que as abordagens sobre o trabalho e a exploração capitalista têm
suas bases no próprio Marx, mas devem passar por releituras fundamentadas na dialética
que permite essa interlocução.
O texto se inicia com a abordagem do gênero como categoria histórica e analítica
que expressa as relações sociais entre os sexos, bem como a categoria patriarcado como
expressão do poder masculino sobre o feminino. Tais categorias são estudadas com base em
Heleieth Saffioti, que evidencia a interdependência das duas categorias para compreensão
das relações de poder a partir de bases materiais, mas também a partir do poder do
masculino sobre o feminino.
A categoria trabalho é discutida no segundo tópico a partir de textos do próprio
Marx. No que se refere à análise do trabalho em sua dimensão sexuada, utiliza-se como
base teórica principalmente as autoras: Helena Hirata e Danièlle Kergoat.
1- A Intrínseca Relação entre as Categorias Gênero e Patriarcado e a
contribuição de ambas na leitura da dimensão sexuada do trabalho
A partir da análise com base na dialética, é possível compreender a categoria gênero
como relacional porque a partir daí existe o entendimento de que os sujeitos (homens e
mulheres) se produzem e reproduzem nas diferentes formas de relações sociais.
46
No entanto, é necessário vislumbrar o movimento que perpassa a compreensão
dessa categoria. Para tanto, parte-se do pressuposto que, basicamente, o estudo do gênero
tem enfoques que se fundem: deve-se ter clareza sobre as análises sustentadas no
patriarcalismo5, que evidenciam o endocentrismo6 privilegiando a perspectiva histórica,
mas também e fundamentalmente os estudos das bases materiais, em que se privilegia a
perspectiva dialética.7
É imprescindível citar Saffioti (2004), em seu texto "As origens do conceito de
gênero". A autora esclarece a necessidade do uso fundamental das categorias de gênero e
patriarcado, não sendo viável abrir mão de nenhuma delas. Problematizando a discussão,
em princípio, Saffioti (2004), ressalta que gênero pode ser entendido de forma mais vasta
que o patriarcado, na medida em que no patriarcalismo as relações entre seres socialmente
desiguais são hierarquizadas, enquanto o gênero, dá a possibilidade de análise mais ampla,
pois compreende também relações igualitárias. "Desta forma, o patriarcado é um caso
específico do gênero". (SAFFIOTI, 2004, p. 119). Citando Johnson (1997), destaca que o
autor foi "muito feliz em perceber que o patriarcado se baseia no controle e no medo".
(p.119)
Saffioti (2004) esclarece que o feminismo liberal, ao desconsiderar o patriarcado,
transforma o privilégio masculino em uma questão individual, como se este tivesse ligado
5Joan Scott aprofundou os estudos sobre o patriarcado e o como categoria central de determinação de poder e dominação masculina em cada fase histórica. ao analisar o patriarcado a partir do gênero, é possível vislumbrá-lo como instância de articulação das relações de poder e opressão historicamente construídas. 6 Fundamentado principalmente por Pierre Bourdieu que tem como objeto o estudo da manutenção das estruturas de dominação sob o poder homem (pessoa do sexo masculino), com o objetivo de realização de uma socioanálise do andocentrismo. O autor parte de estudos de categorias, e, entre essas, a categoria “habitus”. Utilizando essa categoria, estuda a sociedade cabília na Grécia e apresenta a naturalização desse habitus, que tem como pano de fundo a biologização do social. Bourdieu utiliza da pesquisa como um “... instrumento de socioanálise do inconsciente andocêntrico capaz de operar a objetivação das categorias desse inconsciente”. O campo teórico utilizado pelo autor é o estruturalismo. (Importante esclarecer que autoras como Saffioti, Helena Hirata e outras não abrem mão da categoria patriarcado para compreensão das relações de poder e dominação-exploração). 7 O enfoque que parte de bases materiais é absorvido por autoras como Heleieth I. B. Saffioti que tem o materialismo histórico como referencial, mas também traz a tona uma linha argumentativa que se utiliza do patriarcado para evidenciar as relações de poder que atravessam as relações sociais, denominadas por ela de relações de gênero. Saffioti estuda a dominação das mulheres a partir do patriarcado, mas demonstra em suas análises, que gênero só pode ser compreendido se aliado a compreensão de raça, classe e etnia.
47
apenas a esquemas de exploração-dominação mais amplos que o protegem. (JOHNSON,
1997, apud SAFFIOTI, 2004, p. 122)
Por outro lado, ao discutir gênero e ideologia, Saffioti (2004, p. 123) salienta que
"As feministas radicais revelam as bases materiais e sociais do patriarcado", destacando
discussões que foram travadas em torno dos "serviços gratuitos", entre esses, os domésticos
e sexuais, que as mulheres prestam gratuitamente, seja aos seus companheiros ou aos
patrões dos seus companheiros. Assim, configuram-se privilégios masculinos em
contraposição às discriminações praticadas contra as mulheres. Saffioti deixa bem claro que
"o patriarcado serve a interesses dos grupos/classes dominantes". (Saffioti, 2004, p. 123)
É interessante refletir sobre a afirmação de Saffioti, que a voz grave significa poder,
mesmo que a pessoa fale em tom baixo. Mas o porquê desse poder, encontra-se na posição
social dos homens como categoria social em relação a posição das mulheres. No entanto,
ela lembra que "A voz grave do assalariado não o empodera diante do seu patrão, pois o
código na estrutura de classes é outro". (SAFFIOTI, 2004, p. 124).
No contexto da discussão sobre gênero, classe social, raça/etnia, é pertinente
lembrar, de acordo com Saffioti (2004, p, 124), que "sexismo e rascimo são irmãos
gêmeos", pois a gênese do escravismo mantinha um tratamento diferenciado para os
homens e as mulheres. O racismo, que é a base para o escravismo, nasceu no mesmo
contexto histórico em que nasceu o sexismo. Assim, é necessário lidar com a realidade,
considerando as três subestruturas: gênero, classe social, raça/etnia, "[...] já que é presidida
por uma lógica contraditória, distinta das que regem cada contradição em separado".
(SAFFIOTI, 2004, p. 125).
Saffioti ainda ressalta que o patriarcado, com a intrínseca cultura especial que gera
sua conseqüente estrutura de poder, inevitavelmente penetrou em todas as esferas da vida
social, e assim, não corresponde, já de longa data, ao suporte material da economia de oikos
(doméstica). (SAFFIOTI, 2004, p. 126).
Saffioti deixa claro a influência do patriarcado na sociedade em geral:
Do mesmo modo como as relações patriarcais, suas hierarquias, sua estrutura de poder
contaminam toda a sociedade, o direito patriarcal perpassa não apenas a sociedade covil, mas
também o Estado.[...] A liberdade civil deriva do direito patriarcal e é por ele limitada. (SAFFIOTI,
2004, p. 127)
48
Com base nas reflexões já realizadas, é necessário ter claro que não existe de um
lado, a dominação patriarcal e, de outro, a exploração capitalista, ou seja, um processo de
dominação separado de outro de exploração. Por isso, Saffioti (2004) utiliza da expressão
"dominação-exploração ou exploração-dominação". (SAFFIOTI, 2004, p. 130)
No entanto, há que considerar que o fato do patriarcado constituir-se em um pacto
entre os homens (mesmo que esses nem saibam que existe essa categoria, mas que estão
envolvidos pelo seu poder culturalmente construído), não significa que não existe
resistência a ele. Com efeito, há resistência, lutas, conflitos, que podem se expressar através
da vingança, da sabotagem, do boicote ou ainda pela luta de classes.
Saffiotti (2004) vai construindo o argumento para demonstrar a sua recusa na
utilização do "uso exclusivo do conceito de gênero", tendo em vista que este conceito "teve
ampla, profunda e rápida penetração não só nos meios acadêmicos, mas também no das (os)
militantes feministas e, ainda, em organismos internacionais"? (p.132)
A autora argumenta que é condição ter o recorte de gênero para que o Banco
Mundial conceda verbas a projetos sociais. Será que a resposta para essa condição dada
estaria somente na necessidade percebida de alterar as relações desiguais entre homens e
mulheres? Mas, se fosse isso, o conceito patriarcado já não revela este fato muito antes de
o conceito de gênero ser utilizado? Ou seria porque o conceito de gênero é muito mais
palatável que o de patriarcado e pode ser considerado neutro? Ao surgirem estas perguntas,
é possível apontar a resposta: "[...] o conceito de gênero, ao contrário do que afirmam
muitas (os), é mais ideológico do que o de patriarcado. Neutro, não existe nada em
sociedade". (p.132). Assim, estabelecem-se as razões para a utilização do conceito:
1. o utilidade do conceito de gênero, mesmo porque ele é muito mais amplo que o
de patriarcado, levando-se em conta os 250 mil anos, no mínimo, da humanidade;
2. o uso simultâneo dos conceitos de gênero e de patriarcado, já que um é genérico e
o outro específico dos seis ou sete milênios, o primeiro cobrindo toda a história e o segundo
qualificando o primeiro ou, por economia, simplesmente a expressão patriarcado mitigado
ou, ainda, meramente patriarcado.
3. a impossibilidade de aceitar, mantendo-se a coerência teórica, a redutora
substituição de um conceito por outro, o que tem ocorrido nessa torrente bastante
ideológica das últimos dos decênios, quase três. (SAFFIOTI, 2004, p. 132-133)
49
Os resultados dos estudos demonstram que conceituar gênero, significa
compreender a diferença sexual, que antes existia apenas em uma esfera ontológica
orgânica, que passa a ter um significado, passa a ser uma referência para a articulação das
diferentes relações de poder. Considera-se, por esse ângulo, que "A vida da natureza
(esferas ontológicas, inorgânica e orgânica), que, no máximo, se reproduz, é muito distinta
do ser social, que cria fenômenos novos". (SAFFIOTI, 2004, p, 133).
Saffioti alerta com ênfase especial: "É chegada a hora de alertar o leitor para a
natureza das categorias históricas gênero e patriarcado. Gênero constitui uma categoria
ontológica, enquanto o mesmo não acontece com a categoria ordem patriarcal de
gênero".(SAFFIOTI, 2004, p. 134)
Em síntese, Saffioti (2004), não deixa dúvidas sobre as duas categorias que vem
sendo tratadas até aqui:
Gênero é um conceito por demais palatável, porque é excessivamente geral, a histórico,
apolítico e pretensamente neutro. Exatamente em função de sua generalidade excessiva, apresenta
grande grau de extensão, mas baixo nível de compreensão. O patriarcado ou ordem patriarcal de
gênero, ao contrário, como vem explícito em seu nome, só se aplica a uma fase histórica, não tendo
a pretensão da generalidade nem da neutralidade, e, deixando propositivamente explícito o vetor
da dominação-exploração. (SAFFIOTI, 2004, p. 138-139)
Gênero e patriarcado são categorias que contribuem nas leituras sobre as diversas
formas de dominação/exploração, entre elas, a exploração da força de trabalho feminina
consubstanciada na divisão sexual do trabalho.
Nesse sentido, é importante entender os fundamentos do trabalho em Marx, mas
também situá-lo no contexto da dialética para perceber sua dimensão sexuada que deve ser
claramente vislumbrada e enfrentada no processo da constituição da sociedade capitalista
que vem se constituindo impregnada pelas relações sociais entre os sexos historicamente
construídas e pelas relações de poder do masculino sobre o feminino, herança da sociedade
patriarcal, que exclui as mulheres do seu processo histórico.
2- Os Fundamentos do Trabalho em Marx
Para a compreensão sobre o trabalho na sua gênese, e também o aprofundamento do
seu conceito, é necessário buscar elementos da definição clássica. Sendo assim, entende-se
50
que o trabalho constitui-se na relação entre o homem (seres humanos - homens e mulheres)8
e a natureza.
A compreensão a partir da dialética demonstra que esse processo ocorre através de
uma projeção teleológica9 quando o produto desejado é construído ideologicamente,
transformando-se posteriormente no produto real.
Antes de tudo, o trabalho é um processo entre o homem e a Natureza, um processo em que
o homem, por sua própria ação, media, regula e controla seu metabolismo com a Natureza. Ele se
defronta com a matéria natural. A fim de apropriar-se da matéria natural numa forma útil para sua
própria vida, ele põe em movimento as forças naturais pertencentes a sua corporeidade: seus braços
e pernas, mãos e cabeça. Agindo sobre a natureza externa e modificando-a por meio desse
movimento, ele modifica, ao mesmo tempo, sua própria natureza. (MARX, 2013, p. 255)
A capacidade racional garante dos seres humanos (é o único animal capaz de
transformar a natureza), a projeção prévia dos resultados que pretende conseguir através da
sua ação. "No final do processo de trabalho, chega-se a um resultado do que já estava
presente na representação do trabalhador no inicio do processo, portanto um resultado que
já existia idealmente. (MARX, 2013, P.256)
De acordo com Marx (2013) o processo de trabalho se configura em momentos
simples, sendo que em primeiro lugar considera-se a atividade orientada para um fim, que é
o trabalho propriamente dito, em segundo lugar, seu objeto, e, em terceiro lugar, os meios
de trabalho.
É pertinente e fundamental lembrar, de acordo com Marx, que a terra constitui-se
em fonte originária de provisões, de meios de subsistência prontos e já preexistentes,
independente da interferência humana. Nesse sentido, todas as coisas que o trabalho
humano apenas separa de sua conexão imediata com a terra, são, por natureza, objeto de
trabalho (já preexistente). No entanto, quando esse mesmo objeto de trabalho é retirado da
natureza para passar por outros processos, se constitui em matéria prima. Compreende-se
então, que "Toda matéria-prima é objeto de trabalho, mas nem todo objeto de trabalho é
8 A partir da compreensão própria sobre a dialética e suas possibilidades e, tendo em primeiro plano as definições de Hirata e Zarifian, é possível utilizar o conceito (homens e mulheres), pois considera-se que as relações sociais são sexuadas e se objetivam em sujeitos homens e sujeitos mulheres (seres humanos). 9 Safiotti (2004) esclarece que teleológicas são as ações dos sujeitos (homens e mulheres) na história, como será exposto no próximo tópico e que erro de muitos, na interpretação da obra de Marx, consiste em considerar teleológica a história, quando Marx situou as ações humanas como tal.
51
matéria-prima. O objeto de trabalho só é matéria-prima quando já sofreu uma ação mediada
pelo trabalho. (MARX, 2013, p. 256)
Considera-se então, com base no próprio Marx, que a transformação da natureza se
realiza através de processos de trabalho que possui componentes fundamentais: a força de
trabalho que possui um fim, um objeto ou matéria-prima e os meios ou instrumentos.
A atividade humana adequada a um fim, ou o próprio trabalho, se utiliza do objeto
de trabalho que é fornecido e extraído da natureza, e dos meios, que são elementos que
contribuem para a atividade de transformação da natureza e se coloca entre o objeto e o
próprio homem. Desta forma, no processo de trabalho, a atividade do ser humano, através
da utilização dos meios de trabalho, opera uma transformação do objeto de trabalho, de
acordo com uma finalidade concebida desde o início. Assim, o processo se extingue no
produto. (MARX, 2013, p. 258)
O processo de trabalho propicia mudanças que devem ser compreendidas. Por
exemplo, "um produto que existe numa forma pronta para o consumo pode se tornar
matéria-prima de outro produto, tal como a uva se torna matéria-prima do vinho" (MARX,
2013, p. 260) Assim, é possível entender que os produtos ao ingressarem como meios de
produção em novos processos de trabalho, perdem seu caráter de produto. Assim, deve-se
levar em conta que no produto bem elaborado, "apaga-se o fato de que suas propriedades
úteis nos chegam mediadas por trabalhos anteriores". (MARX, 2013, p. 260)
Essa dinâmica e esse movimento impõe algumas exigências ao ser humano que atua
na transformação da natureza, através de processos de trabalho. "O trabalho vivo tem de
apoderar-se dessas coisas e despertá-las do mundo dos mortos, convertê-las de valores de
uso apenas possíveis em valores de uso reais e efetivos". (MARX, 2013, p. 160)
É necessário compreender também que os produtos que existem não são apenas
resultados, mas se constituem em condições de existência do processo de trabalho, mas que,
por outro lado, sua entrada nesse processo e o contato com o trabalho vivo são os únicos
meios de manter e realizar-se como valores de uso desses produtos originados de um
trabalho anterior. Marx esclarece o processo:
O trabalho consome seus elementos materiais, seu objeto e seu meio; ele os devora e é,
assim, processo de consumo. Esse consumo produtivo se diferencia do consumo individual pelo
fato de que este último consome os produtos como meios de subsistência do indivíduo vivo, ao
passo que o primeiro os consome como meio de subsistência do trabalho, da força ativa de trabalho
52
do indivíduo. O produto do consumo individual é, por isso, o próprio consumidor, mas o resultado
do consumo produtivo é um produto distinto do consumidor. (MARX, 2013, p. 261)
Com o objetivo de problematizar a discussão sobre o trabalho e a exploração da
força de trabalho no contexto do capitalismo, optou-se pela utilização de um texto
mencionado durante o processo de elaboração do Trabalho de Conclusão de Curso no ano
de 1996. Senso assim, citando o próprio texto, destaca-se, que, o processo de exploração
capitalista envolve uma dinâmica própria e específica ao capital que explora força de
trabalho de forma contundente e voraz. Marx (1985) destaca:
Quando o capitalista converte parte de seu capital em força de trabalho, mata dois coelhos
com uma só cajadada. Ele lucra não apenas daquilo que recebe do trabalhador, mas também
daquilo que lhe dá. O capital alienado no intercâmbio por força de trabalho é transformado em meio
de subsistência, cujo consumo serve para produzir músculos, nervos, ossos, cérebro dos
trabalhadores existentes e para produzir novos trabalhadores. Dentro dos limites do absolutamente
necessário o consumo individual o consumo da classe trabalhadora, é, portanto retransformação dos
meios de subsistência, alienados pelo capital por força de trabalho, em força de trabalho de novo
explorável pelo capital. Esse consumo é produção e reprodução do meio de produção mais
imprescindível ao capitalista, o próprio trabalhador [...] Em nada altera a coisa se o trabalhador
realiza consumo individual por amor a si mesmo e não ao capitalista. Assim, o consumo do animal
de carga, não deixa de ser um momento necessário do processo de produção, porque o animal se
satisfaz com o que come. Na constante manutenção e reprodução da classe trabalhadora permanece
a condição constante para a reprodução do capital. (MARX, 1985, p. 157, apud MARQUES, 1996,
p.24 )
É necessário analisar que, no modo de produção especificamente capitalista que
Marx formula, destaca-se a subsunção (subordinação) do trabalho ao capital. Marx
denomina subsunção formal do trabalho ao capital “a forma geral de qualquer processo
capitalista de produção”. (MARX, 1985, p.87, Apud Marques, 1996, p. 25) onde o trabalho
é submetido às forças do capital. Deve-se levar em conta também que as diferentes fazes do
processo de produção de capitalista em sua insipiência davam-se de forma específica. As
mudanças ocorreram em um processo, em que o trabalho outrora independente (onde a
produção visava somente o consumo), passa a funcionar como fator do processo produtivo,
onde o capitalista é o dirigente do processo e o trabalhador, o vendedor da força de
trabalho. “O capitalista como ‘capital’, o produtor direto como ‘trabalho’, estando a sua
relação determinada como simples fator do capital que se autovaloriza” (MARX, 195, p.
88, apud Marques, 1996, p. 25) Nessa relação, o trabalho tem a finalidade de conservar o
53
capital, contudo o trabalho vivo, ou a mão de obra humana, ainda pode ser observada no
resultado do processo, no trabalho objetivado.
Sendo assim, essa relação ainda preserva as formas de trabalho preexistentes e
anteriores ao modo de produção especificamente capitalista. O modo de trabalho ainda se
dá tal como se tinha desenvolvido antes de ter surgido a relação capitalista. Todavia, apesar
desse processo basear-se num modo de trabalho preexistente, legitima-se a possibilidade da
produção da mais valia que é obtida através do prolongamento do tempo de trabalho, sob a
forma de mais valia absoluta. “A esta modalidade, como forma única de produzir mais
valia, corresponde, pois a subsunção formal do trabalho ao capital” (Marx, 1985, p. 90),
sendo que a distinção do processo anterior – processo tradicional – está na escala em se
efetua, onde aumenta significativamente os meios de produção e a quantidade de operários
dirigidos pelo patrão.
Essa ampliação de escala constitui também a base real sobre que se ergue o modo de
produção, especificamente capitalista em condições históricas, quanto ao resto favoráveis como, por
exemplo, as do século XVI. (MARX, 1985, P. 91)
Marques (1996) formula que, embora o capital, nesse processo, já desempenhe
certas funções subordinadas, ainda não atinge a forma dominante, que alcançará
posteriormente, quando sua função será a de comprador direto do trabalho, que se apropria
diretamente do processo de produção.
Neste estágio, o capitalista transforma seu dinheiro em capital quando “arranca” do
produtor direto, trabalho não pago, ou seja, sobretrabalho. Porém, essa ainda não é a forma
genuína do modo de produção capitalista, configurando-se como forma secundária de
transição. (MARQUES, 1996)
Com base em Marx (1985), Marques (1996), ressalta que é na subsunção real do
trabalho ao capital que se encontra o modo de produção especificamente capitalista. As
forças produtivas se apresentam de um modo geral como forças produtivas do capital.
Assim, a mais valia relativa, determinará a subsunção real do trabalho ao capital.
A subsunção formal, ou seja, subordinação direta do processo de trabalho ao capital
é a base sobre a qual emerge o modo de produção específico de exploração capitalista.
54
Na subsunção real do trabalho ao capital, efetiva-se o modo de produção específico,
tanto na produtividade do trabalho como na relação entre capitalistas e operários. Entram
em cena a tecnologia e a automação (força de trabalho morto) e com isso a destruição das
forças produtivas humanas (força de trabalho vivo). Aumenta o número de trabalhadores
excedentes e conseqüentemente o barateamento da mão de obra humana. Os salários são
desvalorizados nesse processo devido ao grande número de pessoas que concorrem no
mercado, tentando vender a sua força de trabalho – única mercadoria disponível – para
sobreviver. (MARX, 1995, apud Marques, 1996)
Considera-se então que a exploração não é obtida apenas pelo tempo de trabalho
excedente extraído através da mais valia absoluta (caso da subsunção formal), mas também
pela desvalorização drástica da mão de obra humana. Nesse caso, o próprio trabalhador
passa a ser uma mercadoria à disposição do capital. De produtor real, constitui-se em
simples meio de produção, sendo que o trabalho passa a ter um valor insignificante, abaixo
do valor socialmente determinado. Então, uma vez que o capital realmente subordinou todo
o trabalho, este só pode existir na órbita do capital.
Continuando a discussão e, retomando textos de Marx, é possível retomar aspectos
que são relevantes para aprofundar a compreensão sobre o processo de trabalho no contexto
da exploração capitalista.
Sendo assim, considera-se que, quanto ao processo de trabalho, Marx esclarece que
a natureza universal desse processo não é alterada pelo fato de ser realizada para o
capitalista ao invés de realizada para si mesmo. Mas, como o processo de consumo dessa
força de trabalho é apropriada pelo capitalista, devem-se levar em conta dois fenômenos
característicos do processo em curso:
O trabalhador labora sob o controle do capitalista, a quem pertence seu trabalho. O
capitalista cuida para que o trabalho seja realizado corretamente e que os meios de produção sejam
utilizados de modo apropriado, a fim de que a matéria-prima nãos seja desperdiçada e o meio de
trabalho seja conservado, isto é, destruído apenas à consecução do trabalho. Em segundo lugar,
porém, o produto é propriedade do capitalista, não do produtor direto, do trabalhador. O capitalista
paga, por exemplo, o valor da força de trabalho por um dia. Portanto, sua utilização, como a de
qualquer outra mercadoria - por exemplo - um cavalo - que ele aluga por um dia, pertence-lhe por
esse dia. Ao comprador da mercadoria pertence o uso da mercadoria, e o possuidor da força de
55
trabalho, ao ceder seu trabalho, cede, na verdade, apenas o valor de uso por ele vendido. (MARX,
2013, p.162)
Entende-se então que o valor de uso da sua força de trabalho passa a pertencer ao
capitalista. E, com a compra da força de trabalho, o capitalista acaba incorporando o
próprio trabalho, "como fermento vivo, aos elementos mortos que constituem o produto e
lhe pertencem igualmente". (MARX, 2013, P. 262)
Para o capitalista, o processo de trabalho nada mais é do que o consumo da
mercadoria que ele comprou, a força de trabalho. Só que esse mesmo capitalista só tem
condições de consumir "essa mercadoria" (força de trabalho) se forem acrescentados a ela
os meios de produção (que também lhe pertencem). Portanto, nada pertence ao trabalhador,
todos os elementos desse processo lhe são expropriados. Considera-se então que, sem a
venda da força de trabalho, nada sobra a esse trabalhador, que fica a mercê da exploração
pelo capitalista que é sua única alternativa concreta.
Nos Manuscritos Econômicos e Filosóficos, Marx ressalta as implicações do
processo de trabalho no contexto das relações capitalistas, deixando claro que o trabalhador
vai se tornando mais pobre a medida que produz mais riquezas, ou seja, quanto mais a sua
produção aumenta em poder e extensão, mais pobreza é gerada. Assim, "O trabalhador se
torna uma mercadoria tão mais barata quanto mais mercadoria cria". (MARX, 2010, p. 80)
O autor acrescenta ainda que:
Com a valorização do mundo das coisas (sachenwelt) aumenta em proporção direta a
desvalorização do mundo dos homens (Menschenwelt). O trabalho não produz somente
mercadorias; ele produz a si mesmo e ao trabalhador como uma mercadoria, e isto na medida em
que produz, de fato, mercadorias em geral. (MARX, 2010, p. 80)
Além de produzir-se como mercadoria enquanto produz riqueza, o trabalhador
vivencia uma relação de estranhamento com o produto do seu trabalho, como se esse lhe
fosse desconhecido. E, nessa relação, quanto mais o trabalhador se desgasta no trabalho,
mais poderoso vai se tornando o mundo objetivo e alheio que ele próprio vai criando diante
de si, ficando assim tanto mais pobre para si mesmo e no seu mundo interior. (MARX,
2010, p. 81)
56
O sistema capitalista cria o "mundo dos ricos" e o "mundo dos pobres", dois
universos que se contrapõe, mas que subsiste no mesmo espaço e no mesmo tempo. Os
modos de produção podem mudar, mas a relação do trabalhador com o capitalista
prevalece. Essa relação desigual e contraditória já era pauta de reflexão do próprio Marx
quando discute a economia nacional que oculta o estranhamento na essência do trabalho e
não considera a relação imediata entre o trabalho e a produção :
O trabalho produz maravilhas para os ricos, mas produz privação para o trabalhador. Produz
palácios, mas cavernas para o trabalhador. Produz beleza, mas deformação para o trabalhador.
Substitui o trabalho por máquinas, mas lança uma parte dos trabalhadores a um trabalho bárbaro e
faz da outra parte, máquinas. Produz espírito, mas produz imbecilidade, cretinismo para o
trabalhador. (MARX, 2010, p. 82
A distância (econômica, social, política, cultural) entre os donos dos meios de
produção e o trabalhador que produz as mercadorias e se constitui em mercadoria são
evidentes e deixa claro o "apartheid" existente. Coexistem em '"mundos diferentes" o
capitalista e o trabalhador, sendo que é exatamente esse trabalhador que mantém esse
capitalista no poder, deixado-se explorar através da venda da força de trabalho.
Para avançar na discussão sobre processo de trabalho e suas implicações no
processo histórico, é pertinente recorrer a Harvey (2012) que, ao discutir a modernização,
ressalta as mudanças nesse processo ensejadas pela burguesia, no contexto do sistema
capitalista, que tem como meta o lucro e sua maximização. Para tanto, Harvey retoma texto
do Manifesto Comunista que já deixa claro a relação complexa entre a busca pelo lucro
através da sujeição das forças da natureza.
No Manifesto Comunista, Marx e Engels afirmam que a burguesia criou um novo
internacionalismo através do mercado mundial, ao lado da 'sujeição das forças da natureza ao
homem, do maquinário, da aplicação da química à agricultura e à industria, da navegação a vapor,
das estradas de ferro, do telégrafo, da devastação de continentes inteiros para cultivo, da
canalização de rios, do surgimento de populações inteiras como por encanto' . Fê-lo a um alto custo:
violência, destruição de tradições, opressão, redução de avaliação de toda atividade ao frio cálculo
do dinheiro e do lucro. (HARVEY, 2012, p. 97)
57
A evolução do sistema capitalista, independente de seu momento histórico ou modo
de produção subjacente, demonstra a complexa existência do sistema social que tem como
dirigentes a burguesia capitalista.
A revolução constante da produção, os distúrbios ininterruptos de todas as condições
sociais, as incertezas e agitações permanentes distinguem a época burguesa de todas as anteriores.
todas as relações firmes, sólidas, com sua série de preconceitos e opiniões antigas e veneráveis,
foram varridas, todas as novas tornaram-se antiquadas antes que pudesse ossificar. Tudo o que é
sólido desmancha no ar, tudo o que é sagrado é profanado, e o homem é, finalmente compelido a
enfrentar de modo sensato suas condições reais de vida e de suas relações com seus semelhantes.
(MARX e ENGELS, 1953, p. 14-15)
Enquanto o capitalista considera o processo de trabalho como consumo da
mercadoria que ele comprou, ou seja, as forças de trabalho, as condições reais de trabalho,
ficam escamoteadas no contexto das relações capitalistas, que tem o poder de deixar
invisível o "trabalho vivo", que, na verdade, significa o próprio ser humano que sobrevive
ao contexto de exploração do trabalho no sistema capitalista, que é regido pela grande
contradição capital/trabalho.
O resultado da exploração capitalista, que expropria trabalhadoras e trabalhadores,
não é percebido na dinâmica cotidiana, que se apresenta de forma "natural" no contexto das
relações capitalistas. A vida, o sentimento, as emoções e mesmo as dores dos trabalhadores
ficam escondidas na mercadoria que é adquirida com o uso do dinheiro.
As condições de trabalho e de vida, a alegria, a raiva ou frustração que estão por trás da
produção de mercadorias, os estados de ânimo dos produtores, tudo isso está oculto de nós ao
trocarmos um objeto (o dinheiro) por outro (a mercadoria). Podemos tomar o nosso café da manhã
sem pensar na miríade de pessoas envolvidas em sua produção. Todos os vestígios de exploração
são obliterados no objeto - não há impressões digitais da exploração no pão de cada dia. Não
podemos dizer, a partir da contemplação de um objeto no supermercado, que condições de trabalho
estiveram por trás de sua produção. O conceito de fetichismo explica como, em condições de
modernização capitalista, podemos ser tão objetivamente dependentes de 'outros' cuja vida e
aspirações permanecem tão totalmente opacas para nós. A metateoria de Marx procura derrubar
essa máscara fetichista e entender as relações sociais que estão por trás dela. (HARVEY, 2012, p.
97)
As discussões em curso permitem compreender que o trabalho na sua essência tem
pouco a ver com o trabalho no contexto da exploração capitalista. O trabalho em sua
gênese, permite aos seres humanos transformar a natureza ao mesmo tempo que se
transforma com ela. Isso é possível, a partir da perspectiva teleológica, que é peculiar aos
58
seres humanos. Essa capacidade de transformar a natureza e transformar-se faz desse ser
humano (homem), um ser único, que pode se desenvolver em todas as suas potencialidades
humanas.
No entanto, como foi possível perceber, o sistema social, baseado no capitalismo,
engendra estratégias que visam o lucro, que destrói "força vida de Trabalho" através da
exploração, tornando os seres humanos (homens e mulheres) em mercadorias que atendem
aos apelos dos capitalistas. Esse movimento que evolui em um processo histórico deve ser
entendido em seu conjunto, mas também em contextos específicos, que vão submetendo o
trabalho (os/as próprios/as trabalhadores e trabalhadoras) a uma metamorfose constante.
Essa compreensão, deriva da discussão sobre os modos de produção capitalista em
seu processo histórico. E, nesse sentido, considerando dialeticamente o curso da
dominação/exploração capitalista, é possível inserir a discussão da dimensão sexuada do
trabalho nesse contexto.
3. O Trabalho em sua dimensão sexuada
Tendo em vista que a presente sistematização está relacionada ao objeto de pesquisa
do doutorado, que trata da divisão sexual do Trabalho e suas expressões no trabalho
docente em Serviço Social, foi necessário pesquisar elementos que fundamentem essa
discussão. Nesse sentido, buscou-se apoio, em princípio, em Hirata10 e Zarifian11 (2003, p.
65) que explicam que "a noção moderna de trabalho, salientando que, da forma como foi
formalizada pela economia política clássica nos remete a uma dupla definição".
Hirata e Zarifian esclarecem que uma das definições está ligada à antropologia, que
concebe o trabalho constituído de característica geral e também genérica da ação humana.
A autora e o autor explicam que em Marx, “o trabalho é, na sua essência, um ato que se
passa exclusivamente entre o homem (ser humano) e a natureza". (HIRATA; ZARIFIAN,
10 Helena Hirata é especializada em comparações internacionais do trabalho e das relações de gênero, é pesquisadora do Genre et Rapports Sociaux (GERS) do Centre National de la Recherche Scientifique, na França. Formada em Filosofia pela Universidade de São Paulo. 11 Professor de sociologia da Universidade de Marne-la-Vallée, pesquisador no Laboratório técnicas, territórios e sociedade (LATTS) e membro associado do GERS.
59
2003, p.65). Ele (o trabalho) põe em movimento sua inteligência e suas forças a fim de
transformar matérias e lhes dar forma útil à sua vida. Esse movimento que atinge a natureza
vai modificando-a, enquanto o homem também modifica sua própria natureza e vai
desenvolvendo suas faculdades adormecidas.
A outra definição reinterpreta a anterior por considerar que as trocas entre homem e
natureza sempre vão se produzir em condições determinadas. É possível pensar, por
exemplo, se esse trabalho se dá em condições do artesanato, de escravidão ou ainda de
assalariamento? é executado sob a chibata de um feitor ou sob o olho "clínico" do
capitalista? Assim, compreende-se que, é a partir dessa segunda interpretação que o
conceito de trabalho assalariado vai se desenvolvendo. Em síntese: "O assalariado trabalha
sob o controle do capitalista ao qual o produto do seu trabalho pertence.
Mas, Hirata e Zarifian refletem que essa dupla definição pode ter o mérito de situar
a atividade do trabalho no ponto específico de dois tipos de relação que se processam:
(homem-natureza e homem-homem), mas, ainda é insuficiente como explicação, tendo em
vista que parte de um modelo assexuado de trabalho. Nessa definição, o sujeito - o homem
- é apresentado como universal, ou seja, é o masculino (e somente ele) que é elevado ao
universal.
De acordo com Hirata e Zarifian, é possível considerar essa dupla definição como
problemática de outro ponto de vista, na medida em que as relações suscitadas não podem
ser apreendidas de maneira idêntica.
Segundo a autora e o autor, se levada em conta, na íntegra, essa dupla definição, ela
naturaliza as relações homem-natureza e tende a fixá-las como se fossem uma base
imutável da produção da vida humana, desconsiderando as relações sociais - as condições
sociais de trabalho - que devem ser historicizadas. (HIRATA; ZARIFIAN, 2003).
Na condição de pesquisadora, ao revisitar cuidadosamente a teoria social crítica de
Marx, é possível refletir sobre as afirmações de Hirata e Zerifian, pois, o movimento
dialético proposto pela teoria de Marx, permite, a meu ver, análises das diversas formações
sociais. Minha concepção é que, embora Marx tenha centrado sua tese nas questões
econômicas, deixou caminhos que levam a perceber a dinâmica da sociedade capitalista e
seu movimento histórico, dando possibilidade, inclusive, para pensar a divisão sexual do
60
trabalho. Essa minha compreensão, tem base na crítica de Engels às concepções fechadas
sobre a teria de Marx: "Mas a nossa [de Marx e dele] concepção de história é, sobretudo,
um guia para o estudo [...] É necessário voltar a estudar toda a história, devem examinar-se
em todos os detalhes as condições de existência das diversas formações sociais antes de
procurar deduzir delas as idéias políticas, jurídicas, estéticas, filosóficas, religiosas, etc. que
lhes correspondem". (MARX-ENGELS, 2010, p.107)
Além disso, Netto (2011), ao introduzir o estudo do método de Marx, denuncia o
diversificado e heterogêneo campo dos adversários de Marx, informando que a crítica se
concentra especialmente sobre eixos que são infundados. Um deles estaria relacionado a
uma suposta irrelevância das dimensões simbólicas e culturais no universo teórico de Marx,
sendo que isso traria consequências derivadas para a perspectiva metodológica. Netto
argumenta que se trata de uma crítica despropositada e refutável, se for utilizado
corretamente o recurso à textualidade marxiana.
É importante ter claro que não considero que Hirata e Zarifian (especialmente
Hirata) se constituem em adversários de Marx, mas penso que é necessário pontuar essa
compreensão própria sobre a dialética e suas possibilidades.
No entanto, para afirmar a compreensão sobre o trabalho na sua gênese, e também
aprofundar seu conceito, é necessário buscar elementos da definição clássica. Sendo assim,
entende-se que o trabalho constitui-se na relação entre o homem (seres humanos - homens e
mulheres) e a natureza.
A partir da compreensão própria sobre a dialética e suas possibilidades e, tendo em
primeiro plano as definições de Hirata e Zarifian (e do próprio Engels), é possível utilizar o
conceito (homens e mulheres), pois se considera que as relações sociais são sexuadas e se
objetivam em sujeitos homens e sujeitos mulheres (seres humanos).
A compreensão a partir da dialética tem como ponto de partida o entendimento que
a dinâmica social, necessita de formulações que sejam atualizadas, sem perder os
princípios filosóficos presentes na teoria social crítica.
61
Harvey posiciona-se a partir do entendimento que "A interrogação das formulações
marxianas "ortodoxas" (por escritores da tradição de Fanon ou Simone de Beauvoir, bem
como pelos desconstrucionistas) foi tanto necessária como positiva em suas implicações.
(...) Foi necessária uma concepção propriamente dinâmica, em vez de estática, da teoria e
do materialismo histórico para apreender a significação dessas mudanças. O tratamento da
diferença e da "alteridade" não é como uma coisa a ser acrescentada a categorias marxistas
mais fundamentais (como classes e forças produtivas), mas como algo que deveria estar
onipresente desde o inicio em toda tentativa de apreensão da dialética da mudança social. A
importância da recuperação de aspectos da organização social como raça, gênero, religião,
no quadro geral de investigação materialista histórica (com sua ênfase no poder do dinheiro
e na circulação do capital) e da política de classe (com sua ênfase na unidade da luta
emancipatória) não pode ser superestimada". (HARVEY, 2012, pp. 320-321).
CONSIDERAÇÕES FINAIS
É possível iniciar as considerações finais lembrando que Saffioti, esclarece que não
existe de um lado a dominação patriarcal e, de outro, a exploração capitalista, ou seja, um
processo de dominação separado de outro de exploração. Por isso, Saffioti (2004) utiliza da
expressão "dominação-exploração ou exploração-dominação". (SAFFIOTI, 2004, p. 130)
É necessário levar em conta que gênero é um termo mais amplo, que tem a função
de demonstrar as relações sociais construídas de forma desigual, considerando que mesmo
contribuindo na leitura das relações de poder (de gênero, classe/etnia e raça), também pode
permitir leituras que vislumbram a igualdade e equidade nessas mesmas relações.
Assim como mencionado, gênero pode ser entendido de forma mais abrangente que
o patriarcado, na medida em que no patriarcalismo as relações entre seres socialmente
desiguais são hierarquizadas, enquanto o gênero, dá a possibilidade de análises mais
amplas, pois compreende também relações igualitárias. "Desta forma, o patriarcado é um
caso específico do gênero". (SAFFIOTI, 2004, p. 119). Citando Johnson (1997), destaca
que o autor foi "muito feliz em perceber que o patriarcado se baseia no controle e no
medo". (p.119)
62
Há que considerar que as raízes do patriarcado continuam presente nas diferentes
relações sociais.
No que se refere ao trabalho e sua dimensão sexuada, acredita-se que o caminho da
dialética, aponta possibilidades de revistar a teoria de Marx, o que permite compreende-lo
de forma contextualizada, pois o desenvolvimento do sistema capitalista estabelece relações
sociais desiguais no contexto da divisão social do trabalho, que é consubstanciada na
divisão sexual do trabalho.
No caso da tese do doutoramento, essas relações desiguais são investigadas no
contexto da dominação e exploração capitalista, sendo que a década de 1970 e o contexto
da acumulação flexível ou reestruturação produtiva são as bases para análises, pois esse
período implicou na fragilização e instabilidade das relações de trabalho e uma ampliação
da exploração da força de trabalho das mulheres,
Além da ampliação da força de trabalho das mulheres no mercado capitalista,
ocorre a expansão do sistema de trabalho doméstico, em que as mulheres são subjugadas a
trabalhos terceirizados e precarizados.
Fora isso, no Brasil, há que considerar que as mulheres, em geral, continuam a
desenvolver a dupla jornada e tem sob sua responsabilidade a reprodução da força de
trabalho, seja nas atividades acumuladas como donas de casa ou empregadas domésticas
com baixos salários, sem os direitos trabalhistas que lhes é devido.
A partir dessa discussão introdutória, levanta-se a expectativa de que a temática que
vem sendo investigada no processo do doutorado, trará contribuições para outros estudos e
pesquisas, bem como poderá colaborar com discussões em contextos específicos em que a
dominação/exploração capitalista é presente e necessita ser enfrentada por atores e atrizes
que buscam a sua superação.
REFERÊNCIAS
HARVEY, David. Condição Pós-moderna. 22 ed. São Paulo: Edições Loyola,
2012.
HIRATA, Helena; KERGOAT, Daniele. Novas configurações da Divisão Sexual do
Trabalho. In: Cadernos de Pesquisa, v.37, n.132, p.595-609. Set/Dez 2007. (Tradução:
63
Fátima Murad). Disponível em: <http:/www.scielo.br/pdf/cp/v37n132/a0537132.pdf>.
Acesso em: 04 abr. 2011
HIRATA, Helena. Nova Divisão Sexual do Trabalho? Um olhar voltado para a
empresa e a sociedade. São Paulo: Boitempo, 2012.
HIRATA, Helena; ZARIFAN, Philippe. O conceito de trabalho. In: Trabalho e
cidadania ativa para as mulheres. Desafios para as políticas públicas. Prefeitura
Municipal Coordenadoria Especial da Mulher Trabalho e cidadania ativa para as mulheres:
desafios para as Políticas Públicas / Marli Emílio (org.), Marilane Teixeira (org.), Miriam
Nobre (org.), Tatau Godinho (org.). - São Paulo: Coordenadoria Especial da Mulher, 2003.
Disponível em <library.fes.de/pdf-files/bueros/brasilien> Acesso em 29/07/2013.
MARX K. Capítulo VI Inédito. O Capital: Resultados do processo de produção
Imediata. São Paulo, Moraes, 1985.
_______ O processo de trabalho e o processo de valorização. Cap. 5. O Capital:
crítica da economia política. - Livro 1: o processo de produção do capital/ Karl Marx ;
[tradução de Rubens Enderle]. - São Paulo : Boitempo, 2012. (Marx-Engels)
_______ Manuscritos econômicos e filosóficos / Karl Marx ; tradução, apresentação
e notas: Jesus Ranieri. - [4. reimpr.]. São Paulo : Boitempo, 2010. il. - (Coleção Marx-
Engel)
_______ O Manifesto Comunista. Karl Marx e Fredeich Engels; (tradução Maria
Lucia Como). - Rio de Janeiro : Paz e Terra, 1996. - Coleção Leitura.
NETTO, J. P. Introdução aos estudos do método de Marx. 1. ed. - São Paulo:
Expressão Popular, 2011. 64 p.
SAFFIOTTI, Heleieth I. B.. As origens do conceito de gênero. In: Gênero,
Patriarcado, Violência. Editora Fundação Perseu Abramo, São Paulo, 2004.
64
ABRIGO, ALIMENTO Y CUIDADO: ALGUNAS CONCEPCIONES ACERCA DEL ROL DE
LA MUJER EN LA FAMILIA. NUEVAS TENSIONES Y REPRESENTACIONES.
Técnica en Minoridad y Familia. Álvarez Magali
Lic. Freyberg Silvina Rocio
Presentación:
En el presente, nos preguntamos por el rol de la mujer al interior de la vida
familiar. Entendemos que desde el sentido común, es ella a quien se la considera ligada
al rol de mantenimiento del grupo familiar, crianza de los hijos, organización de
actividades cotidianas y tareas del hogar. Poder generar una ruptura con estas
representaciones, implica un esfuerzo teórico para poder develar otros procesos ocultos
por el sistema capitalista y las formas en que los mismos se reproducen en el cotidiano,
sosteniendo, entre otras cosas, el rol en el que se ubica históricamente a la mujer.
“(…) Las relaciones sociales están íntimamente vinculadas a las fuerzas
productivas. Al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian de modo
de producción, y al cambiar el modo de producción, la manera de ganarse la vida,
cambian todas sus relaciones sociales. El molino movido a brazo nos da la sociedad
de los señores feudales; el molino de vapor, la sociedad de los capitalistas
industriales.
Los hombres, al establecer las relaciones sociales con arreglo al desarrollo de
su producción material, crean también los principios, las ideas y las categorías
conforme a sus relaciones sociales.
Por tanto, estas ideas, estas categorías, son tan poco eternas como las
relaciones a las que sirven de expresión. Son productos históricos y transitorios (…)”.
Miseria de la Filosofía, Karl Marx, 2007.
I- Breves consideraciones sobre la problemática
Una primera aproximación a la problemática, nos permite comprender que la
figura conformada por la triada mujer-madre-sostén del hogar, se relaciona con el
65
concepto de patriarcado, donde se visualiza el rol masculino ligado al trabajo (fuera de la
casa, en el ámbito público) y al femenino ligado a las tareas del hogar (trabajo privado).
Estas diferencias en los roles, construida histórica y socialmente, se encuentran
expresados en términos teóricos por el concepto de GÉNERO12 .
La idea de diferencia como concepto, debe ser entendida en términos de
variedad/heterogeneidad, y en el tema que se analiza se puede mencionar la diferencia en
relación al sexo (hombre/mujer) y a los roles por ellos desarrollados. Ahora bien,
diferencia no implica la noción de desigualdad (que se encuentra vinculada al privilegio o
situación de dominación de un elemento sobre otro). En lo que respecta al análisis de los
géneros, la diferencia entre los mismos, conlleva como elemento característico la idea de
desigualdad. El género masculino históricamente ha colocado a la mujer en una posición
de inferioridad, gozando de privilegios en la mayoría de los ámbitos de la sociedad, por su
condición masculina. Las ideas patriarcales que sostienen el estado de la situación fueron
gestadas históricamente, y se consolidan con el tiempo. Ya era expresado en palabras de
Pitágoras: “existe un principio bueno que ha creado el orden, la luz y el hombre, y un
principio malo que ha creado el caos, las tinieblas y la mujer” (Beauvoir: 1949, 2).
El ejercicio de la dominación en base a la desigualdad, ha sido históricamente
sostenido por una condición numérica (de mayoría del grupo dominante), según las
explicaciones de Simón de Beauvoir (1949). Es una desigualdad numérica lo que ha
justificado a lo largo de la historia, la sumisión de ciertos sectores de la sociedad: es la
mayoría quien establece las pautas y los privilegios, quien impone, quien domina. Sin
embargo, las mujeres no son una minoría respecto de los hombres. Tampoco se
encuentran restringidas geográficamente como un grupo minoritario, como suele suceder
con otros grupos sociales. Por esta cuestión, se considera necesario visibilizar que la
12 “El concepto de relaciones de género debe permitirnos estudiar críticamente como los géneros sirven
para reproducir el conjunto de las relaciones sociales. En algún sentido entonces, tiene que presuponer lo
que es un resultado de las relaciones sociales, a saber, la existencia de los géneros en el sentido reconocido
históricamente como hombre y mujer. Sobre la base de una complementariedad en la procreación (una
base natural), lo que es asumido como ser natural es también formado históricamente”. Haug, Frigga.
(2006). Pág. 327.
66
desigualdad de géneros posee una finalidad, especialmente en el marco de sistema de
producción capitalista, que es donde se enfoca el interés del presente trabajo.
La desigualdad entre el género masculino y el género femenino ha tenido origen
desde una época muy lejana en la historia de la humanidad, y ha sido sostenido bajo
diversos argumentos (incluso atribuciones/características físicas). El sistema de
producción capitalista, ha mantenido dicha desigualdad, no la ha abolido ni modificado,
aunque sí se han visto transformados los argumentos sobre los que se sostiene, y es allí a
donde apunta el análisis del presente trabajo.
El capitalismo ha moldeado la desigualdad de género en beneficio propio, y ha
construido a su alrededor los elementos que la cristalicen y la reproduzcan. Las
desigualdades de género están relacionadas con la división de la sociedad en clases,
propio de las relaciones sociales que conforman el sistema de producción capitalista.
La estratificación que se establece, conforma una división entre los géneros, donde
el hombre posee una posición jerárquica respecto de la mujer. La sociedad capitalista ha
sabido generar el sistema de creencias e ideas que sostienen las desigualdades, y ante el
cual, las mismas se presentan como “naturales” y justas. La socialización de estos
sistemas de creencias, ideas, y valores, legitiman y reproducen desigualdades que se
manifiestan no sólo en el aspecto económico, sino en la diversidad de diferencias
sociales, culturales, políticas, poblacionales, etc. El capitalismo ha utilizado la diferencia de
sexos para reproducir las relaciones sociales desiguales del sistema (Haug: 2006). Se
considera que las desigualdades en cualquiera de sus expresiones, establecen una
conexión entre la subjetividad y las estructuras sociales más amplias, lo cual permite ver
las posiciones ocupadas por diferentes roles.
Continuando con el análisis se puede sostener que las características
reconocidas/atribuidas a los géneros, también son parte de procesos de construcción y
reconstrucción sociohistórica, que acompaña la dinámica cambiante en cada momento
histórico. Como parte de un proceso colectivo, estas construcciones son asumidas y
cristalizadas por el conjunto de la sociedad. Esto trae aparejado que se desarrolle la
naturalización de los procesos de desigualdad, como una consecuencia inevitable de esta
67
diferencia de roles y enmarcados en formas de vivir la cotidianeidad, relacionados con la
constitución propia de la vida cotidiana, comprendiendo que los hechos quedan ocultos
porque la misma dinámica de clases sociales, a través de la hegemonía de la ideología
dominante, naturaliza lo social y legitima como propia del capitalismo (sin
cuestionamientos), las desigualdades sociales. (Freyberg: 2010).
La construcción social del género en el capitalismo está relacionada con una
complejidad de fenómenos que se producen y reproducen en las condiciones materiales
de vida.
II- Más diferencias, más desigualdad
“En la tensión existente entre la reproducción social y la vida cotidiana el ser social
va elaborando un saber cotidiano propio que le permite maniobrar y reproducirse en los
heterogéneos espacios en los que participa. Cada ser particular desarrolla un saber
cotidiano particular, aunque no singular, pues en su conformación entran en juego los
múltiples saberes y discursos con los cuales se relaciona desde el momento de su
nacimiento”.
Cuestión Social y Cotidiano, Manuel Mallardi, 2012.
La familia como institución ordena la reproducción social ya que la misma
desarrolla y sostiene la concepción del hombre trabajador (regulando entonces el
mercado de trabajo), en un modelo de familia de tipo patriarcal13. Según el planteo de
Liliana Barg (2009), la familia es una unidad económica, que colaboran con la
reproducción de la sociedad, principalmente, reproduce fuerza de trabajo, es decir,
trabajadores. La familia de tipo patriarcal, coloca a la mujer en el rol de gestora de los
13 Los capitalistas obtienen otros beneficios de la familia... ¡de los trabajadores!: la familia del obrero es el
mecanismo básico por el cual, el empresario, se exime de garantizar la reproducción social de aquellos cuya
fuerza de trabajo explota. Por eso, los capitalistas nos siguen inculcando la idea de que cada familia debe
hacerse responsable por la vida de sus integrantes. La familia es responsable del cuidado de todos aquellos
que no están en condiciones de ser explotados y “ganarse el pan con el sudor de su frente”: niños, ancianos
y enfermos”. D’ Atri: 2004: 2/3.
68
recursos materiales y simbólicos de la familia, para garantizar la reproducción social. Lo
descripto anteriormente encuentra lugar en el plano de la vida cotidiana de las familias,
donde se generan procesos de legitimación de las desigualdades.
Se considera que unidad no es una unión de sujetos aislados, sino “una
organización social, un microcosmos de relaciones de producción, de reproducción y de
distribución, con una estructura de poder y con fuertes componentes ideológicos y
afectivos” (Jelin: 1998: 25/26).
La unidad doméstica lleva a cabo la organización de las actividades cotidianas, lo
que implica repensar la distribución de responsabilidades entre sus miembros, tanto para
la generación de ingresos como para la realización de actividades que se relacionan con la
reproducción.
Coraggio (2001: 20) sostiene que la unidad doméstica es: “el conjunto de sujetos,
vinculados de manera sostenida, que son –de hecho o de derecho- solidaria y
cotidianamente responsables de la obtención (mediante su trabajo presente o mediante el
acceso a transferencias o donaciones de bienes, servicios o dinero) y distribución de las
condiciones materiales necesarias para la reproducción inmediata de todos sus
miembros”.
El margen de responsabilidades al interior de la unidad doméstica no está
distribuido de la misma manera para todos los miembros, ya que existen diferencias de
poder –enmarcadas en la desigualdad de género, por una parte y por desvalorizaciones
según categorías etareas (como la vejez o la niñez) por otra- para llevar a cabo estrategias
en el grupo familiar, pudiendo intentar desarrollarlas pero a veces, no logrando satisfacer
sus necesidades.
Con el intento de desarrollar estrategias, se producen además posibilidades de
establecer mecanismos para la reproducción cotidiana, ya sea desde el acceso a recursos
estatales, o de diversas vinculaciones comunitarias: escuelas, ONG’s, unidades sanitarias,
vecinos o acciones individuales.
La vida cotidiana se caracteriza por ser acrítica, su dinámica se lleva a cabo sin la
estricta necesidad de reflexionar sobre la totalidad de los aspectos que la componen. Esta
69
situación complejiza la ruptura con los roles establecidos de manera estática, y con
aquellas imágenes cristalizadas respecto de cada rol, principalmente, el de la mujer dentro
del grupo familiar. La vida cotidiana, como ha afirmado de manera pertinente Agnes
Heller, es “espejo y fermento de la historia”, ella refleja una imagen de la sociedad,
muestra el movimiento de la sociedad, en la organización de la cotidianeidad de los
sujetos. Asimismo, enseña el fermento de la historia, en tanto los cambios más generales,
son desarrollados, reproducidos y reflejados en la vida cotidiana. La característica acrítica
e irreflexiva de la cotidianeidad, obstaculiza la posibilidad de hacer visible estos procesos,
ya que para ello se necesita de una distancia con el objeto, a fin de poder analizarlo y
reflexionar sobre él como algo desconocido (Bourdieu).
Al interior de la familia, quien administra los recursos (materiales y no materiales)
y organiza lo cotidiano –alimentación, acceso a instituciones, acceso a salud, entre otras-
es la mujer-madre-ama de casa, quien es la responsable de prescribir los usos de los
bienes y servicios de los que depende la reproducción cotidiana familiar. Estas tareas son
las que se sustentan en la división privada del trabajo, es decir, la mujer también trabaja
en el hogar, porque su fuerza de trabajo está destinada a la reproducción, que aunque no
tenga valor en el mercado, produce el mantenimiento de las condiciones sociales y
económicas del capitalismo, ya que hace más baratos los costos de reproducción de la
fuerza de trabajo, permitiendo abaratar el costo del salario (Massa, 2009; D’Atri, 2004).
Repensando entonces estas cuestiones, entendemos que la reproducción
cotidiana esconde un doble proceso: 1) porque existe un sistema donde objetiva y
subjetivamente se expresan continuamente las desigualdades de género; 2) porque las
prácticas individuales de los sujetos quedan unidas a diferentes formas de ver- hacer el
mundo que reproducen todas las desigualdades existentes en un determinado modo de
producción. Es así como en la vida intrafamiliar se desarrollan también estas acciones,
que legitiman distinciones (entre diferentes generaciones) de género. (Freyberg, 2010).
Debido a ello, es que el control del hombre en la vida cotidiana de la mujer está
oculto, como algo casi imposible de develar, salvo a través de la problematización y la
puesta en juego de tensiones propias de los procesos de visibilización, tal como ha sido
70
mencionado. Para sostener la situación presentada, es necesario considerar que el
trabajo de la mujer al interior del hogar es “menos importante” para el capital porque es
“más barato”, aunque incluye dentro del capital la división entre trabajo fuera del hogar -
trabajo dentro, división que al mismo tiempo, es parte constituyente de la desigualdad de
género.
A partir de esto, podemos comprender entonces que la tensión procreación-
reproducción de la especie queda ligada a la idea de que es la mujer quien puede llevar
adelante ese proceso, en un marco complejo en donde se debe producir por un lado
alimento, abrigo, las condiciones materiales de existencia en su totalidad –por
reproducción social- y por otro y al mismo tiempo, la reproducción biológica en tanto
perpetuación del hombre en su especie.
Poner énfasis en lo anterior tiene gran importancia. La misma reside en la
posibilidad de repensar que todos los procesos que la mujer lleva adelante en relación a la
reproducción de la vida y de los medios de vida forman parte de la acumulación del
capitalismo en cualquiera de sus fases de desarrollo. Significa, asimismo, que estos
procesos atraviesan al conjunto de la sociedad y que en cualquiera de sus esferas se van a
visibilizar y reflejar. Se podría considerar aquí que del mismo modo que existe una
división social y técnica del trabajo en la sociedad, se desarrolla también al interior de la
familia en el marco de la vida cotidiana, una división social y técnica del trabajo. La
división social estaría desarrollada sobre la base de la desigualdad de género, y remitiría al
rol y el lugar que cada integrante de la familia ocupa, y la imagen construida de cada uno
de ellos. A su vez, y de modo más concreto, existen una cantidad importante de tareas
específicas, que son desarrolladas en la vida cotidiana de las familias. La organización
técnica para su puesta en marcha, se apoyará en la desigualdad de los géneros. La
cristalización de la parte “técnica” de la vida cotidiana de las familias, es reproducida sin
cuestionamiento alguno.
Es así como de forma tensa y compleja atraviesan las relaciones de género un
sinfín de diferencias que entran en contradicción al momento de preguntarse por esta
problemática.
71
Entendemos asimismo que, al interior de la familia, es la mujer la que
mayoritariamente despliega un conjunto de estrategias que se superponen entre sí –
acceso a recursos a través de relaciones recíprocas, recorrido por instituciones variadas
para acceder a la asistencia de Políticas Sociales, entre otras- para llevar a cabo la
reproducción social, la que consideramos se enmarca dentro del trabajo que realiza la
mujer para sostener la producción de las condiciones materiales de la familia. Aquí se
puede visualizar claramente, a la mujer como administradora y gestora, ya que es ella
quien, además de circular por el ámbito privado de la familia para garantizar la
reproducción de la misma, despliega -a su vez y al mismo tiempo-, las estrategias en
diferentes instituciones para el acceso a los recursos considerados necesarios (educación,
salud, etc.) por fuera del grupo familiar.
Cabe profundizar aquí respecto de los “motivos” por lo cuáles la mujer continua
siendo reproductora de estos roles, y mantiene el sostenimiento de la familia tal cual le es
asignado.
No se está considerando a la mujer, bajo ningún punto de vista, como un sujeto
pasivo y acrítico, que acepta sin resistencia lo que le es impuesto. Sin embargo, más allá
de los márgenes de elección y libertad dentro de los que la mujer decida realizar ciertas
actividades de la vida cotidiana, existe una realidad objetiva: las construcciones históricas,
como el género y todo lo que ello implica, son aprendidas mediante la socialización. Así,
la reflexión encuentra serias dificultades para intentar quebrar todo un sistema
consolidado y cristalizado, que además es acorde al modelo de producción vigente, como
es el capitalismo. Los patrones de conducta/funciones que se encuentran arraigados al rol
de cada género es lo que determina “el hacer cotidiano” de hombres y mujeres, siendo
para estas últimas, el sostenimiento de la familia y el trabajo privado en el ámbito del
hogar.
Se considera que la triada mujer- madre-ama de casa de la cual se ha hecho
mención, se encuentra ligada por un elemento: el afecto. Los lazos de afecto y solidaridad
se ubican en el plano de lo sentimental, y por lo tanto, de lo irracional. La asignación de
funciones a la mujer-madre-ama de casa, justificadas en el afecto ha conllevado
72
históricamente a una aceptación acrítica por parte de las mujeres de la familia. La no
problematización lleva a la rutinización de la situación. El trabajo domestico desarrollado
por la mujer se encuentra concentrado en los márgenes de la dinámica familiar, y por lo
tanto, invisibilizados para la sociedad. Este trabajo, no es considerado un trabajo
productivo para el capitalismo, por lo cual tampoco es remunerable. Aquí juega un papel
primordial la naturalización explicada, ya que vuelve inimaginable el trabajo de la mujer-
madre-ama de casa, como un trabajo que merezca ser asalariado. El mismo se desarrolla
por un “deber ser” que no es cuestionado: ser una “buena esposa” y una “buena madre”.
Existen, como bien refiere Luis Bonino, “modelos tradicionales de masculinidad”
(2001). A partir de su planteo respecto de los obstáculos que presenta la existencia de
modelos rígidos respecto de los géneros, para encaminarse a un sistema de relaciones
más igualitario, se podría extender esta reflexión al género femenino. El sistema de
producción capitalista se ha encargado de diseñar “modelos tradicionales” para ambos
géneros, que desemboca, como refiere el autor mencionado en comportamientos
dominantes, desigualitarios y violentos en diferentes planos: cultural, social, político y
económico.
La vida cotidiana, donde se reflejan los cambios, movimientos, desigualdades y
demás procesos sociales, reproduce en el plano familiar, la estructura de funcionamiento
del sistema de producción y reproducción capitalista, y su influencia en la determinación
de los roles para cada género. El sistema capitalista, de igual modo que presenta la
desigualdad y la división de clases como algo dado y natural, tampoco cuestiona la
desigualdad en el plano de los géneros.
Es así como, en una primera aproximación a la problemática, intentamos
preguntarnos por qué los roles asignados a la mujer en esta sociedad capitalista, en este
momento histórico, quedan ligados al sostenimiento de la reproducción de la vida –como
ya lo mencionamos, en su doble dimensión- y por qué es naturalizado ello por las
relaciones sociales en un marco de desigualdad y dominación respecto del hombre.
73
III- Trabajo Social: herramienta para la ruptura
“¿Cómo puede realizarse un ser humano en la situación de
la mujer? ¿Qué caminos le están abiertos? ¿Cuáles desembocan en callejones sin
salida? ¿Cómo encontrar la independencia en el seno de la dependencia? ¿Qué
circunstancias limitan la libertad de la mujer? (…) interesándonos por las
oportunidades del individuo, no definiremos tales oportunidades en términos de
felicidad, sino en términos de libertad.”
El Segundo Sexo, Simón de Beauvoir, 1949.
Las reflexiones aquí presentadas surgen de las inquietudes planteadas al Trabajo
Social, considerando que dicha profesión desarrolla su práctica cotidiana con esta unidad
llamada familia.
Es necesario destacar que se considera de suma importancia visibilizar los procesos
que atraviesan a las familias y los mecanismos que las mismas desarrollan para sostener la
producción y reproducción de la vida. En ese marco, es que nos abocamos a conocer la
trama y dinámica de los grupos familiares, específicamente, el rol de la mujer como
organizadora de dicha reproducción.
Como parte de estos mecanismos, y en esa trama de relaciones, se encuentra la
profesión de Trabajo Social en la cotidianeidad de la familia. Vinculado a ello, es que, en
este trabajo, se plasman una serie de interrogantes que son muchas de las preguntas que
surgen al momento de desarrollar la práctica profesional.
En relación a lo planteado anteriormente, nos proponemos observar y afirmar que
la problemática aquí abordada respecto del rol de la mujer, se le presenta a diario al
profesional.
Existe una relación estrecha entre Trabajo Social y Vida Cotidiana, ya que esta
profesión realiza un proceso de trabajo a partir de su intervención. Esto es posible porque
“ante las demandas de los sujetos -ante quienes contratan la fuerza de trabajo- […],
existen en forma subjetiva diversas alternativas posibles para atender la necesidad”
74
(Alvarado: 2006: 16)14. Estas son proyectadas en la conciencia del profesional en un acto
de reflexión en el que desarrolla el trabajo concreto de su actividad, ya que:
“el espacio de lo cotidiano es el ámbito privilegiado donde se materializa la
intervención […] se trasluce la no-intencionalidad de los sujetos en esta dimensión de la
reproducción de las relaciones sociales en sí mismas, y a su vez, es justamente en ellas
donde el profesional interviene” (Alvarado: 2006: 21).
Siguiendo este planteo, se acuerda con que el Trabajo Social es una profesión
situada y atravesada por las determinaciones históricas. Ello explica que si se habla de
trabajo al interior de la profesión, es porque se “privilegia la producción y reproducción de
la vida social, determinantes de la constitución de la materialidad y de subjetividad de
clases que viven del trabajo” (Iamamoto: 1999: 114). Este es el eje central del cual parten
las principales consideraciones acerca del rol de la mujer en el sostenimiento de las
actividades cotidianas para la reproducción, comprendiendo siempre en este análisis que
esta última posee intrínsecamente una doble dimensión que les inherente, como fue
mencionado anteriormente y es, a su vez y al mismo tiempo- la que enmarca la
desigualdad en la división social del trabajo al interior y al exterior de la familia.
En el marco de estas relaciones sociales, nos interpela conocer el rol del Trabajo
Social, y creemos que éste tiene como herramienta privilegiada, el estar en contacto
permanente con la vida cotidiana de los sujetos que demandan su intervención. Los
sujetos, por sus propios medios pueden o no resolver las problemáticas que los
atraviesan, y es necesario conocer desde la profesión las posibles acciones para
acompañar e intervenir ante situaciones de vulnerabilidad de los mismos.
Queremos destacar la relevancia del Trabajo Social como profesión que trabaja
directamente con los sujetos para satisfacer determinadas demandas sociales. Su
14 Iamamoto (1999: 114) realiza el planteo en torno a la misma cuestión, donde plantea que el profesional
del Trabajo Social es un “trabajador asalariado que vende su fuerza de trabajo especializado a entidades
empleadoras […]”. En la cotidianeidad, y atravesado por la división socio-técnica del trabajo, “produce
servicios que atienden necesidades sociales, esto tiene un valor de uso, una utilidad social. […] también
participan del proceso de redistribución de la riqueza social”.
75
intervención puede ser pertinente en tanto radique en sus estrategias, como sostiene
Iamamoto (1999), la posibilidad de construir propuestas de trabajo creativas y capaces de
preservar y efectuar derechos, a partir de demandas emergentes en lo cotidiano. Dicho en
otras palabras, las estrategias de intervención del Trabajo Social deben ser creativas,
ingeniosas, y deben desarrollarse considerando las características de cada situación
particular, tomando en cuenta los límites y posibilidades que se planteen al momento de
intervenir.
En relación a lo expresado anteriormente, e intentando dar cuenta de las posibles
demandas con las que trabaja la profesión, se retoma para la reflexión aspectos de la
experiencia concreta de trabajo de las autoras. Como dato relevante, se considera
necesario expresar aquí que no es coincidencia que el mayor porcentaje de beneficiarios
de los servicios sociales sean mujeres –demanden o no su intervención-. Esto ha sido
visualizado en las áreas en las que se desempeñan laboralmente quienes desarrollan la
presente ponencia.
Reconociendo entonces esta situación que se presenta, es que se afirma y se
sostiene que el Trabajo Social puede colaborar desde su intervención cotidiana, con la
visibilización de la problemática aquí planteada. Es decir, no es sólo a nivel
teórico/investigativo desde donde deben llevarse a cabo las rupturas con las imágenes
cristalizadas respecto del rol de la mujer, sino que pueden (y deben) impulsarse desde
prácticas concretas.
Específicamente, la profesión puede colaborar en su intervención cotidiana con las
familias, en la generación de transformaciones en la dinámica, y trabajar en la
modificación de aquellos aspectos que reproducen la desigualdad de género a nivel social,
y en el marco de la vida privada de las familias. Ya sea para el acceso a recursos
materiales, o para resolver conflictos y problemáticas de la dinámica familiar, el Trabajo
Social encuentra para su intervención un lugar de estrecha cercanía con los sujetos, y la
mayoría de las veces, con la población femenina. Intentar conocer el rol que cada mujer
ocupa en su grupo familiar, en qué lugar se ubica en el entramado de relaciones con los
otros miembros de la familia, cuáles son sus capacidades y obstáculos a la hora de pensar
76
las estrategias de reproducción en la vida cotidiana, debe permitir al profesional colaborar
en el desarrollo de estrategias que desnaturalicen la desigualdad, y las situaciones de
dominación y opresión que puedan darse en el grupo familiar.
Desde este lugar, y con el objetivo de dar cuenta de estos procesos, consideramos
que es en la relación estrecha que se da entre el profesional y el sujeto con el que se
interviene, que nace la posibilidad de romper con lo tradicional/instituido y con los
estereotipos sociales construidos para cada rol. En la especificidad del estudio del rol de la
mujer como objeto de conocimiento, se trasciende cualquier análisis desde el sentido
común, y se abre un abanico de interrogantes y desafíos que favorecen la
problematización de estos estereotipos para desarrollar prácticas en ese sentido.
Teniendo en cuenta que el profesional también es un sujeto socializado en este
sistema de ideas, exige un doble trabajo reflexivo y problematizador: tanto de ruptura de
preconceptos que posee, como en el trabajo con el otro. El Trabajador Social debe
procurar que su intervención se aleje de las prenociones impuestas por el sentido común,
y que su práctica profesional se desarrolle sobre la base de ideas que contengan el
fermento de la transformación y la superación de las estructuras rígidas y cristalizadas
respecto de la familia como unidad.
Asimismo, no se pretende, desde un lugar mesiánico, considerar la profesión como
la encargada de abolir la desigualdad, ya que como se ha explicado en el trabajo, el
sistema de relaciones sociales es acorde a un sistema de producción sumamente desigual
y contradictoria en todas sus aristas.
No obstante, la problematización y reflexión de los profesionales, y de ellos con los
sujetos con los que se interviene, colaboran en la visibilización de ésta y muchas otras
problemáticas. Trabajar en ese sentido, puede impulsar prácticas cotidianas que reduzcan
situaciones de opresión, explotación y dominación, justificadas en la desigualdad de
género. Para ello, debe existir y sostenerse un compromiso de parte de los profesionales,
y la convicción de que esta profesión sea útil para los sectores con los que trabaja.
77
BIBLIOGRAFÍA:
ALVARADO, SOLEDAD (2007). “Reflexiones en torno a la intervención profesional en
Trabajo Social”. En: Parra, Gustavo (compilador). “Aproximaciones a la
Intervención Profesional en los orígenes del Trabajo Social argentino”. Cuadernos
de Trabajo Nº 23, Dpto. de Ciencias Sociales, Unlu.
BARG, LILIANA (2009), La intervención con familia. Una perspectiva desde el Trabajo
Social. Buenos Aires. Espacio Editorial.
BONINO, LUIS (2001). “La masculinidad tradicional. Obstáculo a la educación en
igualdad”. Publicado en: Congreso Nacional de Educación en igualdad. Santiago de
Compostela.
BOURDIEU PIERRE, CHAMBODERON JEAN-CLAUDE Y PASSERON JEAN-CLAUDE
(1975). El oficio del sociólogo. Cáp. II: “La construcción del objeto. El método de la
economía política”. Bs. As. Siglo XXI.
FREYBERG, SILVINA (2010). “El peregrinaje de la reproducción social: Búsqueda de
recursos de Políticas Sociales estatales asistenciales”. Trabajo Final de Graduación.
UNLu.
IMAMAMOTO, MARILDA (1999). “El trabajo del Asistente Social frente a los cambios
en el patrón de acumulación y de regulación social”. En: Capacitación en Servicio
Social y Política Social: Módulo I: Crisis contemporánea, Cuestión Social y Servicio
Social. Brasilia, CEAD.
JELIN, ELIZABETH (1998). Pan y Afectos. La transformación de las familias. Buenos
Aires. Fondo de Cultura Económica.
MARX, KARL (2007). Miseria de la filosofía. Buenos Aires. Editorial Gradifco.
MASSA, LAURA (2009). “Estrategias de reproducción social y satisfacción de
necesidades. Aportes de la economía social y solidaria”. Tesis Doctoral, UNLu.
Mimeo.
78
WEBIOGRAFÍA:
ADAME, MIGUEL ANGEL (2005) “Hacia una socioantropología de la vida cotidiana y su
crítica”. Disponible en:
http://www.uam.mx/difusion/revista/mayo2005/adame.html
CORAGGIO, JOSÉ LUIS (2001) “La Economía del trabajo: una alternativa racional a la
incertidumbre”. Trabajo presentado en el panel Fronteras de la Teoría Urbana:
CGE, Incertidumbre y Economía Popular. Seminario Internacional sobre Economía
y Espacio, organizado por el Centro de Desarrollo y Planificación Regional
(Cedeplar), 6-7 Diciembre 2001, en Belo Horizonte, Brasil. Disponible en
La_economía_del_trabajo_incertidumbre.doc.pdf. (Consultado en diciembre de
2009).
D’ATRI ANDREA (2004). “Marxismo y familia”. Disponible en:
http://www.pyr.org.ar/Marxismo-y-Familia (Consultado el 15/04/2014).
DE BEAUVOIR, SIMON (1949), “El Segundo Sexo”. Disponible en:
http://cdeculturadurango.wordpress.com/2013/04/10/el-segundo-sexo-simone-
de-beauvoir-pdf-para-su-descarga/
HAUGG FRIGA (2006). “Hacia una teoría de las relaciones de género”. En: La teoría
Marxista hoy. Problemas y perspectivas. Borón Atilio, Amadeo Javier y González
Sabrina (comp.) Buenos Aires. Ed. CLACSO. Pág. 327/339. Disponible en:
http://biblioteca.clacso.edu.ar/subida/uploads/FTP-
test/clacso/formacionvirtual/uploads/20100720062844/boron.pdf
79
A CENTRALIDADE DA MULHER NA ATENÇÃO INTEGRAL À FAMÍLIA PELO
PROGRAMA REDE CEGONHA NO BRASIL
Nathália de Medeiros Gouveia
Mestranda em Serviço Social pela Universidade Federal da Paraíba – UFPB,
Elisangela de Oliveira Inácio
Doutora pela Universidade Federal de Pernambuco – UFPE,
Maria Aparecida Ramos de Meneses
Doutora pela Universidade Federal do Rio de Janeiro – UFRJ
INTRODUÇÃO
A centralidade da mulher na família é uma condição historicamente construída e que
perpassa aspectos culturais, econômicos e sociais a partir de relações de gênero distintas e,
por vezes, desiguais.
Este artigo tem como objetivo evidenciar a centralidade da figura feminina como a
principal responsável nos cuidados com a família, a partir da condição de acompanhante e
participante do Programa da Rede Cegonha.
A questão da centralidade feminina na responsabilização dos cuidados com a
família é uma herança conservadora, com base no modelo tradicional de família burguesa,
nuclear15 e patriarcal16 e que ainda é legitimada nas relações de gênero, nas relações
familiares e nas relações sociais no Brasil.
15 Família Nuclear – É um conceito de família desenvolvido no Ocidente que se refere ao grupo familiar formado por pai, mãe e filhos.
80
As relações de gênero despertaram interesses de investigação no Brasil, sobretudo,
nos anos 1980 concomitante a um cenário de organização e luta por direitos através dos
movimentos sociais, inclusive, do movimento feminista e de mulheres. A partir da
promulgação da Constituição Federal Brasileira (1988), uma agenda de reconhecimento de
direitos sociais passou a ser inscrita e os direitos das mulheres começaram a ganhar mais
destaque no que se refere à atenção do Estado brasileiro na garantia e oferta de políticas
públicas para as mulheres no País.
Para fins de analise foi preciso delimitar o lócus de observação, desta forma fizemos
um recorte espacial no qual o Hospital da Polícia Militar General Edson Ramalho
(HPMGER) no Estado da Paraíba foi eleito devido à adesão de um componente17 do
Programa da Rede Cegonha, que tem como uma de suas propostas implementar um espaço
para puérperas com bebê internado na Unidade de Tratamento Intensivo Neonatal do
serviço de saúde e/ou que necessitam de informação, orientação e treinamento em cuidados
especiais com seu bebê.
O espaço foi denominado Casa das Mães ‘Amor e Vida’, no qual o objetivo
principal foi analisar os desafios da condição de cuidadora da família das mulheres
inseridas no Programa.
Ou seja, buscou-se ao longo desse estudo resgatar o contexto sócio-histórico das
políticas de saúde de atenção à mulher no Brasil, a centralidade feminina nas relações
familiares, assim como, os programas públicos de saúde destinados às mulheres.
16 Família chefiada por mulheres – Designa a pessoa responsável pelo domicílio ou pela família. 17 O Programa Rede Cegonha é composto por quatro componentes, dente eles: I - Pré-natal; II - Parto e nascimento; III - Puerpério e atenção integral à saúde da criança; e IV - Sistema logístico (transporte sanitário e regula).
81
A POLÍTICA DA SAÚDE NO BRASIL
É necessário conhecermos a trajetória da Política de Saúde Pública no Brasil, a qual
está intrinsecamente ligada e dependente da lógica capitalista e do seu desenvolvimento
econômico para compreendermos a evolução dos serviços de saúde ofertados às mulheres
Através do levantamento bibliográfico, verificamos que em diversos períodos
históricos a população não tinha acesso à saúde pública, o estado era omisso a prestar estes
serviços, a grande maioria dos brasileiros ficava a mercê das ações caridosas das casas
filantrópicas ou de cunho religioso.
O governo passa a se preocupar com a saúde quando inúmeras epidemias acometem
as populações e a comercialização das mercadorias passa a ser ameaçada, pois muitos
navios se negavam a atracar nos portos devido ao número de mortes causadas pelas pestes.
É neste contexto que surgiram as primeiras medidas de controle das epidemias, e segundo
Polignano (2001), neste período foi criado o Departamento Federal de Saúde Pública, por
Rodrigues Alves na cidade do Rio de Janeiro para combater as epidemias através das
vacinas e soros.
Os serviços de saúde eram focalizados somente nas grandes capitais do país onde se
encontrava o desenvolvimento dos grandes centros urbanos e o interesse político-
econômico.
Em 1923, conforme sinaliza Bravo (1991), foi instituído as Caixas de Aposentadoria
e Pensões (CAPs), conhecidas como a Lei Elói Chaves, com atenção voltada à higienização
e saúde do trabalhador. Originalmente beneficiavam apenas os trabalhadores urbanos do
complexo exportador, sendo eles os ferroviários, marítimos e estivadores. E no ano de 1933
82
os CAPs foram modificados para Institutos de Aposentadoria e Pensões (IAPs) ampliando a
adesão dos trabalhadores por categoria profissional aos benefícios, pensões e serviços
médicos. Nesta transição a União passa a fazer parte do financiamento da previdência
composto de forma tripartite18 a partir desse período.
Os movimentos sociais formados por trabalhadores e profissionais da área de saúde
se mostraram insatisfeitos com as péssimas condições de saúde em que se encontrava a
população. Argumenta (Bravo, 1991:7) que a política social, no período de 1974 a 1979,
teve por objetivo obter maior efetividade no enfrentamento da “questão social”, a fim de
canalizar as reivindicações e pressões populares.
O cenário dos anos 1980 retratava uma profunda crise do Estado realçada por um
quadro de situação precária devido ao estado mínimo em relação aos investimentos nas
políticas sociais. Mas este cenário foi o momento adequado para reativar os movimentos
sociais promovendo a participação no movimento pré-constituinte.
A saúde - assevera Bravo (2007) deixou, portanto, de ser interesse exclusive dos
técnicos para assumir uma dimensão política, colocando em debate a saúde vinculada à
democracia.
Em meio a tantas mobilizações, o Movimento de Reforma Sanitária surge trazendo
propostas transformadoras que reforçava a ideia de Estado democrático de direito através
de práticas políticas, teóricas e ideológicas que defendiam a universalidade das ações de
saúde enquanto um direito de cidadania.
Em 1986 foi realizada a 8ª Conferência Nacional de Saúde, evento político-sanitário
mais importante da década e contou com grande participação popular. Além da proposta da
18 A Seguridade Social é definida como tripartite, pois tem como objetivo assegurar os direitos relativos à saúde, à previdência e à assistência social.
83
implantação do Sistema Único de Saúde (SUS) elaborada pelo Movimento de Reforma
Sanitária se discutiram outros três eixos: a Reformulação do Sistema Nacional de Saúde, a
Saúde como direito de cidadania e o Financiamento Setorial.
Assim, foi na 8° Conferência Nacional de Saúde que se aprovou a criação de um
Sistema Único de Saúde, que se constituísse em um novo arcabouço institucional, com a
separação total da saúde em relação à previdência social. (CONASS, 2011).
Concomitante com as discussões sobre a constituição do Sistema Único de Saúde
(SUS) surgiu através do decreto n° 94.657/87, o Sistema Unificado e Descentralizado de
Saúde (SUDS). Foram incorporados os princípios da universalização, integralidade da
atenção, política integrada de recursos humanos, descentralização do processo decisório,
regionalização e hierarquização e democratização das instancias gestoras.
A promulgação da Constituição Federal de 1988, conhecida como a Constituição
Cidadã, incorporou os princípios e conceitos defendidos pelo projeto de reforma sanitária e
definiu a Saúde como parte do Tripé da Seguridade Social juntamente com a Previdência e
Assistência Social.
Decorrente da Constituição Federal (1988), no ano de 1990 foi aprovada a Lei N.
8.080/90 que dispõe das bases legais de organização do novo sistema nacional de saúde e
complementada pela Lei N. 8.142/90 que dispõe da participação comunitária na gestão e
condução da saúde, criando conferências e conselhos de saúde em cada esfera de governo
como instâncias colegiadas orientadoras e deliberativas.
Enfim, na década de 1990 ocorreram sucessivas mudanças econômicas,
institucionais e sociais e que significou um retrocesso no seu projeto de proteção social
determinada pelas “reformas estruturais” sob um contexto de mudanças políticas de ajuste,
84
neoliberais, onde coloca a Constituição Federal (1988) como um significativo obstáculo no
processo de modernização do País.
Não obstante, esse período foi marcado pelo declínio das experiências socialista e
reafirmação das relações capitalistas internacionais e é neste cenário que vão se instalando
os dois projetos com ideologias e interesses distintos de um lado a reforma sanitária
(contra-hegemônico) e do outro o projeto neoliberal (hegemônico). Aparentemente o
projeto contra-hegemônico deu a tônica as políticas de saúde, enquanto, o hegemônico de
forma indireta consolidava o seu projeto neoliberal.
Segundo (Mendes, 1993:50), no contexto das políticas sociais,
As estratégias de estabilização ou de ajustes neoliberais assentam-se três opções
fundamentais: a privatização, a descentralização e a focalização. A privatização
dos serviços sociais em geral, porém mais especificamente em saúde, remete a
regulação a mecanismos de mercado que, quase sempre, nesse setor,
incrementam a regressividade do sistema, penalizando os que menos podem.
[...]. A segunda opção é a descentralização [...] o problema do enfoque
neoliberal é que a descentralização dá-se num contexto de uma proposta de
diminuição do Estado em busca de um Estado mínimo. [...] A terceira opção, a
focalização, decorre do fato de que os gastos sociais públicos chegam, em
pequena proporção, aos setores pobres da sociedade [...] para os programas
sociais.
É nesse contexto que a universalização da saúde se transforma em “universalismo
excludente” que se identifica na visão de (Mendes, 1993:53) como,
[...] um sistema de saúde extremamente regressivo no seu conjunto ao criar, para
clientelas distintas, diversas modalidades assistenciais discriminatórias, onde o
subsistema público, ele mesmo, fixa-se como mais uma modalidade assistencial
para pobres, um medicaid à brasileira.
Porém, mesmo nestas circunstancias o SUS ainda é um dos maiores sistemas
públicos de saúde do mundo, pois abrange serviços desde um simples atendimento
85
ambulatorial até um complexo transplante de órgãos, seu conceito ampliado de saúde
procura garantir acesso integral, universal e gratuito para toda a população brasileira.
A POLÍTICA DE ATENÇÃO À SAÚDE DA MULHER
Já vivenciamos significativas transformações no que se refere à organização da
política pública de saúde no Brasil. Aqui, destacaremos a evolução nos serviços de saúde da
mulher que ganhou força e se solidificou concomitante ao processo implantação e
implementação do Sistema Único de Saúde (SUS).
Datada desde o século XX a inserção da saúde da mulher nas políticas sociais,
compreendiam as ações mais limitadas aos atendimentos voltados exclusivamente para a
gravidez e o parto, pois os principais programas se restringiam a uma dimensão materno-
infantil que fundamentava uma visão meramente biológica e reforçava o papel
representativo de submissão da mulher dentro de uma sociedade patriarcal.
O Programa Nacional de Saúde Materno-infantil, elaborado em 1974, ilustrava com
maestria essa visão restrita sobre a saúde da mulher, no qual os serviços se caracterizavam
com estratégias de proteção aos grupos de riscos e vulneráveis como crianças e gestantes,
mas com interesse específico na criança, de forma verticalizada e desintegrada dos demais
programas e que resultava em uma assistência fragmentada.
Este modelo de assistência a saúde da mulher, considerado reducionista e focalizado
no ciclo gravídico-puerperal, posicionava a mulher numa situação de vulnerabilidade, pois
na maior parte da sua vida a mulher ficava descoberta de assistência. Em meio a essas
situações, tais programas foram criticados pelo movimento de mulheres e a luta pela
86
construção de uma agenda mais ampla de atendimento aos direitos destas ganhou espaço na
agenda política nacional.
Esta condição veio colocar em debate as desigualdades entre homens e mulheres e
os desdobramentos no campo da saúde, uma vez que às mulheres eram atribuídas às
responsabilidades dos cuidados com a família, serviços domésticos não remunerados e
indispensáveis para reprodução da força de trabalho. De acordo com (Hirata; Kergoat,
2007:597):
Foi com a tomada de consciência de uma “opressão” específica que teve inicio o
movimento das mulheres: torna-se então coletivamente “evidente” que uma
enorme massa de trabalho é efetuada gratuitamente pelas mulheres, que esse
trabalho é invisível, que é realizado não para elas mesmas, mas para outros, e
sempre em nome da natureza, do amor e do dever materno.
Assim, o trabalho invisível feito para os outros, as péssimas condições de trabalho e
a posição social pelas mulheres ocupada se torna extenuante e causa agravos à saúde. Estes
fatores podem ser considerados determinantes no surgimento de enfermidades.
Afirma (Souto, 2008:169) que ao ser considerado nas políticas de saúde, o enfoque
de gênero orienta essas políticas a reconhecerem as diferenças e desigualdades existentes
entre os gêneros e como elas se manifestam nas suas vivências, principalmente no processo
de adoecimento e sofrimento.
O autor ainda argumenta que a inclusão da categoria gênero na análise da
integralidade na Política Nacional de Atenção Integral à Saúde da Mulher (PAISM) implica
considerar a construção social e cultural das diferenças sexuais que no cotidiano são
determinantes no processo saúde/doença.
87
De acordo com o Guia de Direitos Humanos, as mulheres ganham menos, estão
concentradas em profissões mais desvalorizadas, têm menor acesso aos espaços
de decisão no mundo político e econômico, sofrem mais violência (doméstica,
física, sexual e emocional), vivem dupla e/ ou tripla jornada de trabalho e são as
mais penalizadas com o sucateamento de serviços e políticas sociais, dentre
outros problemas. Outros aspectos agravam a situação de desigualdade das
mulheres na sociedade: classe social, raça, etnia, idade e orientação sexual,
situações que limitam o desenvolvimento e comprometem a saúde mental de
milhões de mulheres. (TAVARES et al, 2009:30).
Para tanto a política de saúde deve formular seus serviços considerando os aspectos
sociais, econômicos e culturais de uma sociedade, pois através de sua análise são
desvendadas as chamadas situações de vulnerabilidade e risco que vivem os indivíduos.
A contribuição do movimento feminista na formulação do PAISM deu-se
concomitante ao processo de criação e implantação do próprio Sistema Único de Saúde
(SUS). Ressaltando dentro desta política o princípio da Integralidade, para ultrapassar uma
visão ‘pronatalista’ preconizada pelo antigo Programa de Saúde Materno Infantil que
considerava a mulher a partir de sua condição de mãe/reprodutora para uma política de
saúde da mulher que considera faixas etárias, etnias e classes sociais (consideradas mesmo
que transversalmente como questões de gênero).
Santos apud. Sepúlveda (2005) assinala que as primeiras ações de saúde
desenvolvidas com base no PAISM foram denominadas “ações básicas de assistência
integral a saúde da mulher”, englobando o planejamento familiar, o pré-natal de baixo
risco, prevenção de câncer cérvico-uterino e de mama; as doenças sexualmente
transmissíveis; a assistência ao parto e puerpério.
88
Sob a perspectiva da integralidade na saúde da mulher o direcionamento é a oferta
de serviços que compreendam todas as fases da vida, beneficiando e respeitando as
diferentes individualidades na busca de assegurar uma melhor promoção, proteção e
recuperação da saúde.
Partindo deste princípio, a assistência clínico-ginecológica passou a compreender o
conjunto de ações e procedimentos voltados à identificação, diagnóstico e tratamento
imediato de patologia, através da anamnese e da avaliação clínica, dirigidas para a
descoberta das patologias, principalmente do aparelho reprodutivo, como o câncer uterino e
de mama.
No entanto, (Souto, 2008:171) afirma que “o PAISM enquanto proposta mais
horizontal e participativa teve que conviver com uma máquina administrativa vertical e
autoritária sob a configuração de um Estado Mínimo defendido pelo governo da época”.
A Política de Saúde da mulher passou a ser debatida nos diversos congressos e
eventos de saúde, e entrou na pauta das discussões as questões relacionadas aos direitos
reprodutivos, ou seja, implica a compreensão da condição da mulher enquanto protagonista
da sua própria historia, a decidir sobre seu corpo, com liberdade de escolhas ao número de
filhos que deseje ter e o espaço de tempo.
Souto (2008) destaca que essa concepção começa a se modificar a partir de 1984,
em Amsterdã, no Tribunal Internacional do Encontro sobre Direitos Reprodutivos; em
1985, na Conferência de Nairóbi, a posição da Organização das Nações Unidas (ONU) é
que “a promoção dos direitos da reprodução é uma aquisição fundamental das mulheres
para uma justa posição na sociedade” (Coelho, 2006:19), e se consolida em 1994, na
89
Conferência Internacional de População e Desenvolvimento (CIPD), representando um
grande avanço na luta social das mulheres por seus direitos.
Apesar das mudanças da vida moderna e seus impactos no âmbito familiar, devido
ao acesso aos meios contraceptivos, há uma inserção cada vez maior do número de
mulheres no mercado de trabalho e a reconstrução de valores também com base na
condição econômica da população vê contribuindo para uma crescente queda na taxa de
natalidade. Mesmo assim, a assistência obstétrica ainda é o maior desafio no campo da
saúde pública devido ao elevado índice de mortalidade materna e infantil que se relaciona
diretamente com a falta de um acompanhamento médico, com o agravamento de doenças
pré-existentes e/ou adquiridas durante a gestação e também a existência de abortos
clandestinos.
Outro aspecto relevante também a ser destacado é a questão da violência de gênero,
oriunda na maioria das vezes das relações afetiva entre mulheres e homens, caracterizada
por agressões físicas, psicológicas e materiais que independe da autonomia feminina, classe
social, nível de escolaridade e etnia, e provoca sérios problemas na saúde física, reprodutiva
e mental das mulheres.
Este aspecto exige das instituições públicas prestadoras de políticas de proteção
social uma rede de atendimento á mulher cada vez mais articulada para que seja assegurada
as usuárias as ações de caráter integral, conforme preconiza a Política de Atenção Integral á
Saúde da Mulher.
O PAISM sofreu alterações em 2004, no governo Luiz Inácio da Silva,
denominando-se Política Nacional de Atenção Integral a Saúde da Mulher (PNAISM). Esta
mudança significou a ampliação do PAISM, uma vez que teve como objetivo identificar as
90
necessidades e demandas das mulheres, bem como, considerar sua realidade e os
determinantes sociais e culturais com o intuito de reduzir a morbimortalidade provocada
por enfermidades que poderiam ser prevenidas e evitadas.
Outras ações governamentais de saúde da mulher também ganharam destaque em
2004, entre elas, o Pacto Nacional pela Redução da Mortalidade Materna e Neonatal e o
Serviço de Notificação Compulsória de Violência contra a Mulher. Esses posicionamentos
governamentais fortalecem a implementação das políticas publicas de saúde da mulher,
bem como, o atendimento integral no SUS.
Em 2005, foi criada a da Central de Atendimento à Mulher, acessada pelo disque
180 e se assegurou constitucionalmente a Lei do Acompanhante para o pré-parto, parto e
pós-parto, a cada parturiente interna em hospitais o direito a um acompanhante, ressalva a
idade mínima de 18 anos.
No decorrer deste trajeto, Souto (2008) afirma que “em 25 anos após a implantação
do PAISM, a Política Nacional de Atenção à Saúde Integral da Mulher ainda está sendo
implementada e será um processo continuado de ir e vir”, pois ao ser executada, gera novas
micropolíticas e, sucessivamente, exigirá um processo contínuo e integrado de formulação,
implementação e avaliação dessas políticas.
Contudo, é notório em todo processo histórico do desenvolvimento e implantação
das políticas de saúde da mulher, a focalização da maternidade, reduzindo a figura da
mulher ao âmbito familiar posicionando-a como lócus principal nos cuidados com a
família. Entretanto, requer o fortalecimento do debate acerca dos direitos reprodutivos das
mulheres no País.
91
GÊNERO E O LUGAR OCUPADO PELA MULHER NA FORMAÇÃO DA
FAMÍLIA BRASILEIRA
Elucidar a formação histórica da família brasileira e as relações de gênero no cerne
das relações familiares nos remete à necessidade de entender o conceito sobre gênero, para
além de um debate sexista.
A partir de estudos bibliográficos compreendemos que gênero é uma categoria
instável e de múltiplos significados, e o conceito a ser abordado neste trabalho está
diretamente ligado ao movimento feminista e as lutas que deram lugar e visibilidade a esta
categoria que se põe como ferramenta poderosa na utilidade da desnaturalização da
opressão das mulheres.
Para (Butler, 2003:24), o sujeito feminista introduz uma divisão quando estabelece a
distinção entre sexo e gênero, desta forma:
Concebida originalmente para questionar a formulação de que a biologia é o
destino, a distinção entre sexo e gênero atende a tese de que, por mais que o sexo
pareça intratável em termos biológicos, o gênero é culturalmente construído:
consequentemente, não é nem o resultado casual do sexo, nem tampouco tão
aparentemente fixo quanto o sexo. Assim, a unidade do sujeito já é
potencialmente contestada pela distinção que abre espaço ao gênero como
interpretação múltipla do sexo.
A instituição família foi formada a partir do regime patriarcal que serviu acima de
tudo para assegurar a transmissão de um patrimônio (privado) e garantir a legitimidade dos
filhos. A integridade da mulher e sua assiduidade aos parâmetros desses estereótipos foram
peças fundamentais na manutenção da base familiar patriarcal.
92
O valor atribuído às mulheres historicamente permeia o lugar de esposa-mãe no
interior da família, como sendo o seu lugar de direito (naturalizado), porém, fortemente
questionado e debatido nas relações de gênero, sobretudo, sob a influência do movimento
feminista.
De acordo com (Santana, 2010: 79):
No Brasil, a conquista de direitos civis, sociais e políticos para as mulheres teve
e tem no movimento feminista o grande reivindicador, formulador e inspirador,
visto que foi desse movimento que partiram as ideias de transformar
decisivamente as relações entre mulheres e homens em todo o mundo, onde
podemos enfatizar conquistas como: eleger e ser elegível; maiores oportunidades
de trabalho; direito ao divórcio; como também o direito de exercer o controle
sobre o próprio corpo em questões de reprodução, saúde e sexualidade.
A família brasileira sofreu mudanças que contribuíram para o rompimento do
modelo de família iniciado no País no colonialismo e que perdurou ate inicio do século
XIX. Referimo-nos ao enfraquecimento do modelo do patriarcalismo em virtude dos novos
arranjos da família dita “moderna”, que vem se expandir desde o período da
industrialização.
Todavia, não há como negar que ainda hoje a família moderna burguesa encontra-se
dividida, pois o modo de pensar da sociedade trouxe uma forte tendência da família
patriarcal colonial ainda no início do processo de industrialização no País.
A família moderna foi reconfigurada diante ao desenvolvimento da urbanização e
das relações capitalistas de produção, que também passou a exigir o trabalho feminino nas
fábricas – por ser considerada mão de obra barata.
Assim as mulheres passam a acumular atividades extradoméstica com as domésticas
que são caracterizadas como femininas e que não são remuneradas e nem reconhecidas.
93
Aos poucos, o modelo de família nuclear foi cedendo espaço a outros arranjos
familiares, entre eles – o da família também chefiada por mulheres19.
Oliveira (2009) esclarece que apesar dessas transformações societárias, os novos
modelos de família conjugal ainda conservam traços típicos da família nuclear – patriarcal
onde compete ao homem controlar a sexualidade feminina e preservar as relações de classe.
Mesmo com os mais diversos tipos de transformações que sofreram as instituições
familiares, definida hoje por arranjos familiares sejam eles mantidos através de laços
consanguíneos ou não, mas convivendo sob o mesmo teto, e onde imperam relações de
afeto e cuidado, ainda assim, prevalece o foco na mulher como a principal responsável pela
família.
PROGRAMA REDE CEGONHA: A CENTRALIDADE DA MULHER COMO
CUIDADORA DA FAMÍLIA NAS POLITICAS PÚBLICAS NO BRASIL
Diante a trajetória da Política de Saúde no Brasil, bem como da evolução dos
serviços de saúde ofertados às mulheres e das relações de gênero na formação da família
brasileira, os programas específicos de atenção à saúde – como é o caso do “Rede Cegonha”,
ao serem implantados nas maternidades estabelecem uma focalização da “singularidade
feminina”.
Assim, um aspecto que deve ser enfatizado é a centralidade das famílias nas
políticas públicas, e sobre essa questão Carvalho (2008) assevera que após a década de
1970 as políticas sociais brasileiras despertaram uma maior atenção para a mulher no grupo
19 Família chefiada por mulheres – Designa a pessoa responsável pelo domicílio ou pela família.
94
familiar, inclusive, devido às pressões sociais do movimento feminista e de mulheres,
porém, sem romper na sua plenitude com o cariz conservador de priorizar a maior
responsabilidade para melhor gerir o lar às mulheres.
A exemplo de políticas públicas e de legislações sociais (além da Constituição
Federal Brasileira) que contribuíram para a legitimação do papel e da responsabilidade da
família junto aos demais segmentos tivemos a aprovação do Estatuto da Criança e
Adolescente (1990), o Programa de Garantia de Renda Mínima (BRASIL, 1991), que
vinculou a renda mínima à família e à educação e a centralidade da figura da mulher-mãe
como responsável pela permanência dos filhos no programa através do acompanhamento
diário de seu desempenho.
A mulher/mãe é vista como a grande multiplicadora dos conhecimentos,
informações e orientações que receberá nas ações socioeducativas e que, a partir
deste papel contribuirá para os objetivos voltados ao empoderamento,
autoestima, dignidade, fortalecimento de vínculos. (Carloto; Mariano, 2008:
159).
Implica entender que nas políticas públicas na medida em que são operacionalizados
os programas no âmbito da família e relacionam a mulher como representante central no
arranjo familiar, admite-se que o principal papel a ser exercido na família ainda se constitui
numa singularidade feminina.
Ao privilegiar “a singularidade feminina”, essa abordagem cede espaço para
concepções conservadoras sobre as diferenças sexuais, cristalizando as posições
sociais de homens e mulheres. Tem a contribuição, em certa medida, de
“valorizar a mulher”, mas isto não implica em mudanças sociais nas relações de
gênero, dado que tende a valorizar os papéis femininos tradicionais, como a
associação entre mulher e esfera reprodutiva ou mulher e maternidade. (Carloto;
Mariano, 2008:166).
95
Neste entendimento, as políticas públicas nos mais diversos âmbitos, no Brasil,
vêem a centralizar a responsabilização da mulher no núcleo familiar. O Programa da Rede
Cegonha não foge a regra e traz consigo este caráter conservador enraizado.
A pesquisa foi realizada com doze (12) mulheres usuárias da Casa ‘Amor e Vida’,
atendidas pelo programa Rede Cegonha no HPMGER. Com o intuito de preservarmos a
identidade das entrevistadas, optamos por identificar as mulheres entrevistadas a partir de
codinomes que compreendam espécie de flores.
Buscamos construir um perfil dessas mulheres e em seguida entender como se da à
participação dos pais nos cuidados com os filhos dentro deste serviço.
Assim, ao indagarmos sobre a faixa etária, conforme demonstrado no Gráfico 1,
abaixo.
Fonte: primária
Gráfico 1 – Distribuição das entrevistadas segunda a faixa etária. João Pessoa – PB, 2013.
(n=12)
Os dados revelam que compreendem mulheres em idade ainda jovens e que
decidiram pela maternidade, inclusive, uma condição que além de fazer parte do cotidiano
96
dessas mulheres tão cedo, revela já uma experiência recorrente uma vez que muitas delas já
passaram de segunda gestação (conforme será demonstrado no gráfico a seguir).
Fonte: primária
Gráfico 2 – Distribuição das entrevistadas segundo a quantidade de filhos. João Pessoa – PB,
2013. (n=12)
De acordo com os dados levantados, constatamos que em apenas 25% dos casos
compreendiam mulheres que tiveram o primeiro filho. Visto que a maioria delas 75% das
mulheres já tem mais de um filho, pois 34% afirmaram ter entre 02 a 03 filhos; outros 34%
possuem entre 04 a 05 filhos; e 7% já têm acima de 05 filhos.
E para termos uma resposta mais concisa acerca da hipótese que apostamos no
sentido de entender que a quantidade de filhos hoje presente na vida das mulheres está
diretamente relacionada com o seu grau de escolaridade, no sentido de que quanto menor
for à escolaridade maior será o número de filhos, indagamos às entrevistadas sobre o nível
de escolaridade, conforme será demonstrada na Tabela 2.
Tabela 2- Distribuição das entrevistadas segundo o nível de escolaridade. João Pessoa – PB,
2013. (n=12)
97
Nº. Entrevistadas Nível de Escolaridade Total
05
01
01
04
01
Fundamental Incompleto
Fundamental Completo
Ensino Médio Incompleto
Ensino Médio Completo
Ensino Superior
45%
7%
7%
34%
7%
12 100%
Fonte: primária
No tocante a escolaridade os dados obtidos são alarmantes, esta baixa escolarização
é retrato da realidade brasileira diante aos poucos investimentos públicos na área da
educação.
A dificuldade de acesso e de permanência na escola contribui para o agravamento
da condição de ignorância intelectual, desinformação, clareza sobre as formas de acesso às
políticas de proteção social, o crescimento do desemprego, entre outros. Crianças e
adolescentes até chegam a ingressar no ensino público, mas não permanecem conforme
constatado a partir dos dados da nossa pesquisa.
Inclusive, foi constatado no decorrer da pesquisa através dos relatos das
entrevistadas, que o principal motivo para a impossibilidade de continuidade dos estudos é
a precisão de tempo para o cuidado com os filhos e as atividades domésticas, bem como a
exigência de ainda buscar alguma atividade remunerada para contribuir para a renda
familiar, mesmo que em tempo parcial, de forma mais esporádica e em atividades informais
de trabalho, entre elas, o trabalho doméstico na condição de empregada doméstica ou
diarista.
98
Quando indagadas sobre o exercício de alguma atividade de trabalho, obtivemos
os seguintes resultados expressos na tabela a seguir.
Tabela 3- Distribuição das entrevistadas segundo o exercício de alguma atividade
produtiva/remunerada. João Pessoa – PB, 2013. (n=12)
Atividade Remunerada N. Entrevistadas %
Trabalham
Não Trabalham
05
07
42%
58%
Total 12 100%
Fonte: primária
De acordo com os dados, 58% das entrevistadas declararam não trabalhar. E, 42%
alegaram que desenvolvem algum tipo de atividade, além do trabalho realizado no próprio
espaço doméstico (do lar).
Azeredo (2010) ressalta que no espaço da casa e entre paredes, as mulheres ainda
ocupam espaços desiguais. Se nas últimas décadas conquistaram o espaço público, este fez
aumentar a sua responsabilidade, ao ter que exigir das mulheres a conciliação entre o
trabalho fora de casa com os afazeres domésticos da casa.
Todavia, a renda salarial a ser obtida não é satisfatória no sentido de garantir a
satisfação plena das suas necessidades básica e da família. E, quando indagadas sobre o
valor da renda salarial, vejamos os dados obtidos a partir do gráfico
99
Fonte: Primaria
Gráfico 3 – Distribuição das entrevistadas segundo a renda salarial familiar. João Pessoa –
PB, 2013. (n=12)
Os resultados da pesquisa revelaram que a média de renda salarial familiar mensal
das mulheres entrevistadas é insuficiente, posto que 33% delas sobrevivem apenas com ½
salário mínimo20. Outros 17% da nossa amostra demonstrou que recebem até um (01)
salário mínimo mensal e 25% delas recebem de um (01) a dois (02) salários mínimos
mensais para o sustento de toda a família. E, as demais 17% das entrevistadas informaram
receber entre três (03) a cinco (05) salários mínimos mensais. Todavia, destacamos aqui
tratar-se da renda salarial familiar, ou seja, da soma de todos os membros da família numa
mesma casa.
E quando questionadas sobre os (as) principais participantes da fonte de renda
familiar, o gráfico abaixo ilustra que 68% das mulheres declararam que a principal fonte
de renda advém da contribuição salarial do marido/companheiro. Outros 25% das
entrevistadas afirmaram que a renda familiar deriva do próprio trabalho, ou do beneficio do
Programa Bolsa Família. E, apenas 7% delas recebem ajuda financeira de outro membro da
família.
20 O valor do Salário Mínimo no período do estudo correspondeu ao valor de R$ 678,00.
100
Fonte: primária
Gráfico 4 – Distribuição das entrevistadas segunda os principais participantes da renda
salarial familiar. João Pessoa – PB, 2013. (n=12)
Assim, Azeredo (2010) destaca que apesar dos avanços obtidos em termos de
igualdade jurídica para mulheres e homens, no plano social e político verificamos ainda a
prevalência das desigualdades de oportunidades e de inserção no mercado de trabalho, por
vezes, relacionadas diretamente com a falta de instrução das mulheres, uma vez que os
dados do nosso estudo revelam uma elevada incidência de mulheres (45%) sequer
completaram o ensino básico fundamental, e ao passo que 93% delas estão distantes de
realizar o ensino superior. Tal realidade contribui para a legitimação de um discurso do
qual discordamos que é o da naturalização de que o lugar da mulher é dentro de casa
atendendo ás necessidades privadas da família.
O programa da Rede Cegonha, no Estado da Paraíba oferta uma casa/espaço de
apoio às mães que se encontram com bebê internado na Unidade de Tratamento Intensivo
Neonatal do serviço de saúde, ofertando informação, orientação e treinamento em cuidados
especiais com o bebê.
101
Contudo, a proposta inovadora da Rede Cegonha oferece as mães de longa permanência
o acompanhamento diário com o seu bebê, de forma a proporcionar as puérperas um lugar
seguro e equipe especializada para atender as suas demandas, mas também reafirma para a
mulher a condição de “cuidadora” da família uma vez que a casa destina-se apenas a um local
de acolhimento de mulheres, não sendo possível o pai ou outras pessoas da família que detém
das mesmas responsabilidades com o recém nascido de utilizar-se deste serviço.
Sobre essa questão, buscamos investigar através desse estudo, como se dá a
participação do homem (pai) no cuidado integral ao filho (ao recém-nascido) no processo de
promoção, tratamento e recuperação da saúde do filho quando ele nasce com problemas
mais específicos que exige uma maior permanência no hospital e para avaliarmos como é
operacionalizada a divisão das responsabilidades e cuidados com a criança a partir da
presença da mãe e do pai. Vejamos a tabela a seguir:
Tabela 5- Distribuição da opinião das entrevistadas segundo a participação dos pais nos
cuidado integral ao recém-nascido durante a sua internação. João Pessoa – PB, 2013. (n=12)
Participação do Pai N. Entrevistadas %
Participam
Não Participam
03
09
25%
75%
Total 12 100%
Fonte: primária
Com relação à participação dos pais no cuidado integral do filho durante o período
de internação, cuja participação pode ocorrer por iniciativa própria ou diante o incentivo
das equipes profissionais de saúde da UCI e UTINEO (mas que dificilmente desempenham
102
esse incentivo), observamos nas falas das entrevistadas que 75% delas declararam sentir a
ausência do pai e que o companheiro entende que tal função deve estar restrita a mulher
nesta fase. Ou seja, a responsabilidade com os cuidados do filho compete à mãe.
Todavia, em 25% das respostas houve a afirmação da presença mais ativa do
homem (do pai) atento aos cuidados e necessidades do bebê. Este ínfimo percentual nos faz
refletir sobre as transformações que as famílias vêm sofrendo ao longo do tempo, mesmo
com a predominância do modelo patriarcal bastante presente nos lares brasileiro, e
principalmente nas famílias mais pobres, com predomínio do elevado índice de baixa
escolaridade que dificulta a mudança de valores e a dificuldade de compreender mais
amplamente as relações sociais e familiares, mas que embora ainda pontual é importante
registrar que uma nova realidade já pode ser encontrada no cotidiano de alguns casais/
famílias quando o homem se percebe essencial nesse processo de criação e atenção ao filho
ao assumir de modo mais incisivo as responsabilidades com os filhos.
Outrossim, sabemos que em alguns casos a própria mulher (a mãe) fortalece esse
discurso e concepção de que compete á mulher dedicar-se de forma mais presente do que
ao homem na atenção aos filhos, pois algumas mulheres julgam que os homens seriam
incapazes para assumir tal obrigação.
Também há àquelas que de fato não têm mais outra pessoa com que possa contar
nesse momento, inclusive na necessidade de ter alguém para revezar com ela no
acompanhamento no hospital. Pois ao serem questionadas sobre a existência de outras
pessoas que poderiam assumir a condição de acompanhante do RN na necessidade de
sua ausência no hospital nos deparamos com os seguintes resultados a serem demonstrados
na próxima tabela.
103
Tabela 6- Distribuição da opinião das entrevistadas segundo a possibilidade de outras pessoas
para assumirem a condição de acompanhante do recém-nascido. João Pessoa – PB, 2013.
(n=12)
Possíveis outros (as) Acompanhantes N. Entrevistadas %
Ninguém
Outras mulheres
06
06
50%
50%
Total 12 100%
Fonte: primária
Podemos observar que a metade das entrevistadas (50%) declararam que podem
contar com outra pessoa na família para alternar com ela na condição de acompanhante
caso ela precisar se ausentar. Porém, as falas revelaram que todas seriam mulheres, o que
reforça a nossa análise ao afirmarmos que os cuidados com os filhos ainda é entendido
como prioridade destinada ao sexo feminino. E, as demais (50%) alegaram não contar com
mais ninguém caso haja a necessidade de se ausentar do hospital (da Casa das Mães).
Vejamos alguns depoimentos:
“Eu acho que não poderia contar com ele porque ele não iria cuidar
da minha filha como eu cuido”. (‘Girassol’)
“As minhas irmãs poderiam acompanhá-lo, porque eu tenho mais
confiança nelas”. (Fala de ‘Flor de Lótus’)
“A minha cunhada, porque ela não trabalha e os meninos dela já são
bem grandinhos. Então a minha sogra poderia ficar com os filhos
dela para que ela tivesse condições de ficar aqui para mim”. (Fala
de ‘Margarida’)
104
Além do fato das mulheres - mães confiarem mais na presença de outra figura
feminina e por concordarem com a naturalização do argumento de que as mulheres já
nascem com o instinto maternal, há essa maior tendência delas acionarem outras mulheres
da família, mesmo porque as mulheres também costumam ser mais solidárias e
colaboradoras. Portanto, para muitas mulheres atendidas na Casa das Mães do HPMGER é
mais tranquilo e seguro recorrer para a mãe, a sogra, a irmã, a cunhada, a vizinha.
A permanência da mulher (mãe) na Casa das Mães vai depender exclusivamente da
recuperação do RN, à medida que se amplia esse período na Casa ‘Amor e Vida’, mais
tempo elas ficam afastadas da família, dos demais filhos, da própria casa e a ansiedade, a
tristeza e a saudade – esse mix de sentimentos associados à preocupação com o filho
interno tende a gerar desconfortos maiores na fase de recuperação da mulher pós-parto e
ainda dificulta o aleitamento materno, entre outros.
E nesse período a rotina de toda família é modificada, uma vez que essa mulher
(mãe) deverá contar com a participação de outros no sentido de administrar suas
necessidades externas, como a casa e assistir aos outros filhos, quando existentes.
Contudo, percebemos que os programas específicos de atenção à saúde materna, em
especial o Rede Cegonha, deveriam inserir nos seus serviços a concepção de gênero com
finalidade de trabalhar a responsabilidade dos pais nos cuidados com os filhos.
Pois, os serviços de saúde centralizados nas mulheres como principais responsáveis
pelos filhos contribuem para reafirmar as concepções conservadoras que estão incorporadas nas
políticas sociais promovidas pelo Estado brasileiro ao reforçar as diferenças sexuais redefinidas
através das abordagens sobre o lugar do homem e da mulher.
105
Assim, ao invés de “valorizar as mulheres” acabam legitimando uma condição de
inferioridade e de submissão da mulher quando limita o seu papel ao de mãe e principal
cuidadora da família.
CONSIDERAÇÕES FINAIS
As Políticas Públicas voltadas à família no Brasil, na sua elaboração e execução,
tomam como premissa a centralização da figura da mulher como principal responsável pelo
núcleo familiar.
As reflexões levantadas neste artigo acerca da centralidade da mulher na atenção
integral à família e das formas de atendimento que a mulher recebe através das Políticas
Públicas de saúde, em especial, no Programa Rede Cegonha Junto a Casa das Mães “Amor
e Vida” no Estado da Paraíba nos remeteu a uma compreensão das abordagens históricas de
gênero, da trajetória da política de saúde no Brasil e dos avanços da política de atenção à
saúde da mulher.
Desta forma, o caráter focalizador na “singularidade feminina” e o estreitamento do
atendimento da saúde da mulher na questão da maternidade revelou a predominância de um
pensamento conservador ao impor a figura feminina como sendo a principal responsável pelo
RN.
Ainda impera esse pensamento de que as relações de gênero se resumem nas diferenças
sexuais, ao se legitimar um lugar para o homem e outro para a mulher na sociedade. E, em sua
maioria, refletem concepções que tendem a limitar o papel das mulheres ao de mãe/cuidadora
da família em consonância a uma perspectiva patriarcal e do modelo de família nuclear
tradicional.
106
Um fato interessante na pesquisa e que corroborou a hipótese foi à comprovação da
centralização da mulher nos cuidados com a família no sentido de que com a chegada dos
filhos, é a mulher quem deve abrir mão de uma vida fora de casa e assumir o papel
principal de cuidados da prole. Inclusive, se após a gravidez for necessária a permanência
do bebê na unidade hospitalar, é a mulher quem deve acompanhar a criança mesmo que no
Estatuto da Criança e do Adolescente reconheça tratar-se de deveres iguais dos pais no
tocante à atenção integral aos filhos. E na impossibilidade da mãe, a prioridade recai para
outra figura feminina da família, como a avó, a tia, etc.
No demais, é importante assegurar condições satisfatórias para as mulheres,
já que cabem a elas permanecerem durante dias, semanas e meses nos hospitais
acompanhando os filhos.
Para promover tal atendimento, o Estado aprovou o programa Rede Cegonha,
todavia, é importante apontar como esse programa tem se efetivado no país afora. Assim,
quando despertamos para estudar essa temática, em particular a realidade das mulheres
atendidas na Casa das Mães existente no Hospital da Polícia Militar General Edson
Ramalho – PB verificou-se que apesar de atender a uma necessidade básica que é assegurar
o ‘abrigo’, um local para as mães durante o período de hospitalização de seus recém-
nascidos, há alguns entraves a esse atendimento.
Pois, a partir da pesquisa verificou-se entre os desafios principais das usuárias,
destacaram-se as mudanças na rotina e adequação as normas do hospital, a manutenção da
co-gestão entre o ambiente hospitalar e privado, a grande carga de responsabilidade
designada a elas enquanto principal acompanhante do RN, entre outros.
107
Este serviço de fato é inovador e garante condições para que as mães possam
acompanhar o tratamento do RN com livre acesso, porém, um mix de sentimentos vêem a
tona no decorrer da trajetória hospitalar e a ausência da participação de alguns
companheiros/maridos ao RN e a mulher, dificulta este período indeterminado na
instituição. Assim, a sobrecarga sobre a mulher/mãe como a figura central da família, torna-
se exaustante.
Desse modo, as autoras acreditam que é uma tarefa urgente superar essa perspectiva
conservadora e patriarcal, no entanto, para isso é necessário que a sociedade como um todo
e as políticas públicas, revejam os conceitos inerentes a maternidade, a paternidade a aos
atos de maternar e por que não, paternar. É importante reconhecer que a responsabilidade
familiar, no que tange os cuidados, não diz respeito apenas à mulher/mãe, mas também e
com a mesma responsabilidade a figura do homem/pai.
REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS
AZEREDO, Gonçalves Verônica. ENTRE PAREDES E REDES:o lugar da mulher nas
famílias pobres.Serv. Soc. Soc., São Paulo, n. 103, p. 576-590, jul./set. 2010.
BRAVO, Mª Inês Souza. Política de Saúde no Brasil. Serviço Social e Saúde: Formação e
Trabalho Profissional, 1991.
BRAVO, Mª Inês Souza e PEREIRA, Potyara. Política Social e Democracia. Rio de
Janeiro: UERJ; São Paulo: Cortez, 2007.
BUTLER, Judith. Problemasde Gênero: Feminismo e subversão da Identidade.
Civilização Brasileira, p. 5-236, 2003.
CARLOTO, Cássia Maria e MARIANO, Silvana. A Família e o Foco nas Mulheres na
Política de Assistência Social. Sociedade em Debate, Pelotas, 14(2): 153-168, jul.-
dez./2008.
108
CARVALHO Antonio; GIOVANELA Ligia; ESCOREL Sarah; LOBATO Lenaura;
NORONHA Jose. Políticas e Sistemas de Saúde no Brasil. Rio de Janeiro: Editora
FIOCRUZ, 2008.
COELHO Elza; CALVO Maria; COELHO Clair. Saúde da Mulher: um desafio em
construção. Florianópolis: Editora da UFSC, 2006.
HIRATA; KERGOAT. Novas Configurações da divisão sexual do trabalho. Cadernos de
Pesquisa, v. 37, n. 132, p. 595-609, set./dez. 2007.
MENDES, E.V. e cols. Distrito Sanitário - o Processo Social de Mudança das
Práticas Sanitárias do Sistema Único de Saúde, 1ª ed., São Paulo/Rio de Janeiro, Ed.
HUCITEC/ABRASCO, 1993, p. 160.
OLIVEIRA, NHD. Recomeçar: família, filhos e desafios. São Paulo: Editora UNESP; São
Paulo: Cultura Acadêmica, 2009.
POLIGNANO. HISTÓRIA DAS POLITICAS DE SAÚDE NO BRASIL: Uma
pequena revisão.Cadernos do Internato Rural - Faculdade de Medicina/UFMG, 2001.
SANTANA, Maurício Anabela. MULHER MANTENEDORA/HOMEM CHEFE DE
FAMÍLIA: UMA QUESTÃO DE GÊNERO E PODER. Itabaiana: GEPIADDE, Ano 4,
Volume 8 | jul-dez de 2010.
SANTOS, Joselito. ASSISTÊNCIA À SAÚDE DA MULHER NO BRASIL: aspectos de
uma luta social. São Luís – MA, 23 a 26 de agosto 2005.
SOUTO Kátia. A Política de Atenção Integral à Saúde da Mulher: uma analise de
integralidade e gênero. SER Social, Brasília, v. 10, n. 22, p. 161-182, jan./jun. 2008.
TAVARES; ANDRADE; SILVA. DO PROGRAMA DE ASSISTÊNCIA INTEGRAL
À SAÚDE DA MULHER À POLÍTICA NACIONAL DE ATENÇÃO INTEGRAL À
SAÚDE DA MULHER: BREVE HISTÓRICO. Informe-se em promoção da saúde, v.5,
n.2.p.30-32, 2009.