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“Hay que encontrar el entusiasmo de comunicar la fe.” Porta fidei 7 La Fe que se comunica 7 Año de la Fe 2012 2013

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Fascículo coleccionable del Año de la Fe

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Page 1: FASCÍCULO-07

“Hay que encontrar el entusiasmo de comunicar la fe.” Porta fidei 7

La Fe que se comunica

7

Año de la Fe 2012

2013

“Crecer más, para evangelizar mejor”

Page 2: FASCÍCULO-07

¿Comunicamos bien

nuestra fe?

E l cristiano no debe “avergonzarse de dar testimonio del Señor” (2 Tm 1, 8). En las situaciones que exigen dar testimonio de la fe,

el cristiano debe profesarla sin ambigüedad, a ejemplo de san Pablo ante sus jueces. (Catecismo de la Iglesia Católica, 2471)

La comunicación de la fe es una cuestión antigua, presente en los dos mil años de vida de la comunidad cristiana, que siempre se ha considerado mensajera de una noticia que le ha sido revelada y es digna de ser comunicada. Pero es también una cuestión de candente actualidad. Desde Pablo VI hasta Benedicto XVI, los Papas no han dejado de señalar la necesidad de mejorar la comunicación la fe.

Con frecuencia, este tema se relaciona con la “nueva evangelización”. En ese contexto, Juan Pablo II ha afirmado que la comunicación de la fe ha de ser nueva “en su ardor, en sus métodos, en su expresión”.

Hay factores externos que obstaculizan la difusión del mensaje cristiano, sobre los que es difícil incidir. Pero cabe avanzar en otros factores que están a nuestro alcance. En ese sentido, quien pretende comunicar la experiencia cristiana necesita conocer la fe que desea transmitir, y debe conocer también las reglas de juego de la comunicación pública.

Comunicar la fe no es discutir para vencer, sino dialogar para convencer. El deseo de persuadir sin derrotar marca profundamente la actitud de quien comunica. La escucha se convierte en algo fundamental: permite saber qué interesa, qué preocupa al interlocutor.

Conocer sus preguntas antes de proponer las respuestas.La experiencia muestra que en los debates públicos proliferan los insultos personales y las descalificaciones mutuas. En ese marco, si no se cuidan las formas, se corre el riesgo de que la propuesta cristiana sea vista como una más de las posturas radicales que están en el ambiente. Aun a riesgo de parecer ingenuo, conviene desmarcarse de este planteamiento. La claridad no es incompatible con la amabilidad.

La caridad es el contenido, el método y el estilo de la comunicación de la fe; la caridad convierte el mensaje cristiano en positivo, relevante y atractivo; proporciona credibilidad, empatía y amabilidad a las personas que comunican; y es la fuerza que permite actuar de forma paciente, integradora y abierta. Porque el mundo en que vivimos es, con demasiada frecuencia, un mundo duro y frío, donde muchas personas se sienten excluidas y maltratadas y esperan algo de luz y de calor. En este mundo, el gran argumento de los católicos es la caridad. Gracias a la caridad, la evangelización es siempre y verdaderamente, nueva.

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La caridad es el contenido,

el método y el estilo de la

comunicación de la fe.

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¡Pon tu fe

en acción! Dios es

comunicación

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D ios, desde tiempos antiguos ha hablado de muchas maneras al hombre por medio de profetas y, últimamente, ha hablado por medio de su Hijo (Hebreos, 1,1-2).

El Verbo de Dios es, por su misma naturaleza, palabra, diálogo y comunicación. Ha venido a restaurar, por una parte, la comunicación y la relación entre Dios y los hombres, y, por otra, la de los hombres entre sí.

Dios se expresa a través de palabras humanas y acontecimientos de la vida de los hombres sin violentar la libertad de los actores. Su lenguaje no es nada fácil al principio pero tiene un significado profundo.

La Biblia está enraizada en la historia, pero no es un libro de historia escrito por un historiador de ayer o de hoy. La Biblia es la transmisión de narraciones de generación en generación, primero oral y después escrita. En otras palabras, la Biblia es la memoria colectiva de un pueblo.

Un día, un hombre aparentemente como los otros, vivió una comunicación o encuentro que transformó el resto de sus días. Dios se comunicó con Abraham para que se pusiera en camino y cumpliera una promesa con dimensiones tan amplias como el mismo universo.

Un reto para ti: edifica una gruta de María en tu colonia

La devoción a la Virgen María, en especial en su advocación de Guadalupe, no sólo se manifiesta a través de las peregrinaciones y fiestas en el mes de diciembre, sino a lo largo de todo el año. Los mexicanos la veneramos día con día, a través de los miles de altares (comunmente llamados ermitas, nichos o grutas) en su honor que hay en todas y cada una de las poblaciones de México: los encontramos en casas, edificios, mercados, calles, terminales de autobuses, comercios, oficinas, árboles, bardas, hospitales, sitios de taxis, etc.

La edificación de altares en las calles inició con frecuencia para brindar seguridad y limpieza a lugares descuidados por la sociedad como los callejones, mercados, o lugares que se identificaban como basureros, que eran puntos de reunión de maleantes o simplemente porque estaban muy oscuros. Poco a poco estas pequeñas edificaciones dedicadas a la imagen religiosa más arraigada en México, fueron aumentando, quizás como una forma de defensa, protección o santificación del espacio, por lo que en muy poco tiempo, la comunidad transformó un basurero en un espacio urbano ritual.

Es por eso que te invitamos a realizar una misión de fe: edificar un altar, nicho o gruta a la Virgen María en alguna calle de tu colonia o en el lugar de trabajo. Y si vas de misiones, ¡recuerda que esta actividad no puede faltar!

El primer acto de la comunicación divina es ofrecerle al hombre una vida semejante a la suya. El padre de la fe aceptó, como buen receptor, el mensaje que le ofreció el Señor. Creer o comunicarse es “marchar con Dios”. La Palabra ha encontrado un hombre receptor y ha suscitado en él una respuesta positiva y activa. Toda una lección de lo que deben hacer los receptores de los modernos medios de comunicación.

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Testigos de Cristo Joven: vive tu fe

Calendario de Abril

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Publicación coleccionable elaborada por la Oficina de Pastoral

www.cancunchetumal.org www.annusfidei.va

San Patricio de IrlandaNació en Escocia por el año 373. Era un adolescente cuando unos piratas lo secuestraron y lo vendieron en Irlanda. Llevó una vida de esclavo. Su amo, sacerdote de ídolos, lo tuvo como pastor. Una noche huyó y se embarcó hacia Francia. Después llegó a Roma, fue ordenado sacerdote, y después obispo, entonces recibió del papa Celestino I el encargo de evangelizar Irlanda. Primero llegó a Inglaterra, con San Gregorio, y partió para Irlanda. En sus sueños, creía ver a los hijos de los paganos irlandeses extendiendo a él sus brazos y diciendo con voz angustiosa: «Ven a nosotros, discípulo de Cristo, a traernos la salvación». Los principios fueron muy difíciles, pero se sentía fuerte con la ayuda de Dios y no le importaban los riesgos. Recorría montes y valles, con el arpa en una mano y la cruz en la otra. La dulzura y la moderación eran el medio con que obraba tantas conversiones. Treinta y tres años duró la misión de Patricio. Sin violencias, sin efusión de sangre: había logrado conquistar una nación entera para Dios. Murió santamente en el año 464.

El camino a la felicidadUn hombre que estaba harto de llorar, miró a su alrededor y vio que tenía delante de sus ojos la felicidad. Estiró la mano y quería tomarla. La felicidad era una flor. Con sólo tenerla en su mano, la flor ya se había deshojado. La felicidad era un rayo de sol. Levantó sus ojos para calentar su cara y en seguida una nube lo apagó. La felicidad era una guitarra. La acarició con sus dedos, las cuerdas desafinaron. Cuando al atardecer volvía a casa, el hombre seguía llorando. A la mañana siguiente siguió buscando la felicidad. A la orilla del camino había un niño que lloraba, y para tranquilizarlo tomó una flor y se la dio; la fragancia de la flor perfumó a los dos. Una pobre mujer temblaba de frío, cubierta con sus harapos; la llevó hasta el sol y también se calentó. Un grupo de niños cantaba, él les acompañó con su guitarra. También él se deleitó con la melodía. Al volver a casa de noche, el buen hombre sonreía de verdad. Había encontrado la felicidad.

Conferencia del P. Juan Rivas, LC:“El corazón traspasado de Jesús”(Iglesia de Cristo Rey, Cancún, 8:00 PM)

Cabalgata de la Misericordia.

Colecta del Buen Pastor.(Por el Seminario)

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Inicia Campaña: “Órale y Colabórale”

Congreso Bíblico Infantil en la Fe

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