era digital
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UNIANDES UNIVERSIDAD REGIONAL AUTONOMA DE LOS ANDES
FACULTAD DE ADMINISTRACION DE NEGOCIOS
CARRERA DE ADMINISTRACIÓN
TEMA: LA ERA DIGITAL
DOCENTE: ING. OMAR SAMANIEGO
ESTUDIANTES: VALERIA REYES
NIVEL: SÉPTIMO SEMESTRE
SANTO DOMINGO – ECUADOR 2015
LA ERA DIGITAL:
La convergencia tecnológica propiciada por la llamada Revolución Digital constituye un
conjunto de tecnologías cuyas aplicaciones abren un amplio abanico de posibilidades a la
comunicación humana. La aproximación entre Tecnología y Medios de Comunicación de
Masas establece un nuevo modelo económico, productivo y social que supone la aparición
de industrias, perfiles profesionales y modelos económicos hasta ahora desconocidos. Se
presenta, pues, un panorama espectacular donde se multiplican las posibilidades
comunicativas y se produce una fragmentación y segmentación de los contenidos. Esta
nueva escena comunicativa implica un nuevo perfil de usuario más activo así como una
estructura productiva con nuevos perfiles profesionales.
El valor de la digitalización, por tanto, no sólo reside en un contexto de reorganización
integral de productos y contenidos, sino de las formas de trabajo y de la propia estructura
empresarial.
Palabras clave
Nuevos medios, Internet, interactividad, información, digitalización, especialización.
Introducción
A lo largo de la historia, las revoluciones tecnológicas e industriales han desempeñado un
papel crucial influyendo en el desarrollo de la sociedad y de sus individuos. En el siglo
XIX, la Revolución Industrial marcó el devenir del hombre entendido como entidad social
y cultural. La llegada de la era digital y, con ella, las nuevas tecnologías, ha generado un
crecimiento tecnológico sin precedentes, motivando que –en determinados ámbitos- se
hable de Segunda Revolución Industrial. Esta era tecnológica no sólo ha favorecido una
mejora en la calidad de los servicios, sino un aumento espectacular en la diversidad de los
mismos. Así, la implementación de estas nuevas tecnologías se está manifestando sobre lo
que se ha llamado sociedad industrial, dando lugar a lo que actualmente conocemos como
sociedad de la información o del conocimiento.
Las técnicas implantadas por esta nueva etapa digital constituyen un conjunto de
tecnologías cuyas aplicaciones abren un amplio abanico de posibilidades a la comunicación
humana.
El carácter sinérgico de las nuevas tecnologías marcará los procesos productivos y
comunicacionales de nuestra era a nivel mundial, denominada Revolución Digital.
Así, los sectores del ámbito de las telecomunicaciones pierden su carácter autónomo e
independiente a favor de la flexibilidad, y las antiguas parcelaciones tecnológicas
autónomas se disuelven haciéndose obligatorios los contactos y las colaboraciones
multidisciplinares. La práctica totalidad de las tecnologías entran en relación con la
industria de los ordenadores y, por tanto, con el lenguaje binario. Esto provoca que todas
las industrias que usan un mismo lenguaje en común tomen contacto y aúnen resultados.
La influencia ejercida por los medios informáticos en todos los procesos y fases de la
comunicación de los medios actuales abarca el registro, la manipulación, el
almacenamiento y la distribución de la información, ya sea en forma de textos, imágenes
fijas o en movimiento, sonido o construcciones espaciales. Por consiguiente, igual que la
energía fue el motor de la Revolución Industrial, la información es el eje sobre el que gira
esta revolución tecnológica.
Manuel Campo reconoce cierto paralelismo entre el desarrollo histórico de los medios de
comunicación y el progreso tecnológico, pues: “todos los saltos tecnológicos han producido
una aceleración en la historia de la comunicación”.
De este modo, junto a la proliferación de nuevos medios, se ha propiciado la adaptación de
los más clásicos. No obstante, Lev Manovich va más allá otorgando a esta revolución
mediática una mayor intensidad y envergadura, capaz de desplazar el universo cultural de
una sociedad hacia formas de producción, distribución y comunicación mediatizadas por el
ordenador
Esta migración al digital que Negroponte considera como “un proceso irrevocable e
imparable” otorga a las tecnologías un papel transformador y revolucionario en todos los
niveles, permitiendo la multiplicación de las posibilidades comunicativas con flujos de
datos hasta ahora inimaginables. Se logra transmitir más información en los mismos
canales, permitiendo la especialización de contenidos y, por tanto, la fragmentación de la
audiencia y la definición de un perfil de usuario/receptor más activo, demandante de
contenidos adecuados a sus necesidades.
Los nuevos media: la mediamorfosis.
Es en este contexto donde tecnología y medios de comunicación de masas se encuentran, se
establece un nuevo modelo económico, productivo y social que supone la aparición de
industrias, perfiles profesionales y modelos económicos hasta ahora desconocidos. A este
respecto, Gemma Larrégola considera que los más media dejan de tener el papel central o
exclusivo desempeñado hasta el momento. A partir de ahora, pasan a formar parte de un
conjunto mucho más amplio constituido por los canales surgidos de las nuevas tecnologías
de la comunicación. Así, “en un mundo digital, el medio no es el mensaje, sino una
encarnación de éste. Un mensaje puede tener varias encarnaciones que derivan de manera
automática de la misma información”.
Esta evolución tecnológica conduce a la “inexorable confluencia de los sectores
estratégicos implicados en el nuevo escenario comunicativo, y sólo aquellos actores que
sean capaces de interpretar con facilidad los indicadores que emergen, podrán ser
protagonistas del cambio”.
De modo que la industria tecnológica y los medios de comunicación deben replantearse su
papel, teniendo siempre presente la necesidad, y el carácter obligatorio, de la cooperación
intersectorial para llegar al usuario final en el marco de las nuevas tecnologías de la
comunicación.
Así, resulta comprensible la necesidad de analizar la envergadura y el alcance de los
cambios sociales, fruto de la adopción de dichas tecnologías. Ésta es una constante en todos
los estudios realizados sobre el papel de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación (TIC).
Pero no es tan importante tratar de otorgar un papel causal a la técnica sobre los cambios
que acontecen en la sociedad, ni tampoco dotar de excesivo protagonismo e importancia a
la propia tecnología.
La tecnología debe ser considerada como un nivel intermedio entre la Ciencia y la
Sociedad, de modo que los grandes avances tecnológicos desarrollados por la Ciencia
puedan convertirse en aparatos o servicios susceptibles de comercialización, cubriendo las
necesidades de los individuos de una sociedad mediante su adquisición. (Marín, 2010)
La investigación sistemática y la experiencia del día a día nos muestran que la forma como
se acepta, se adopta y se usa una cierta tecnología no viene estrictamente determinada por
su dinámica intrínseca, sino que es fruto de un proceso de apropiación por parte de sus
usuarios”
Ello justifica nuestro planteamiento inicial acerca de la imposibilidad de una tecnología
para sustituir a otra.
Esto sucede con las nuevas tecnologías de la información: los antiguos medios no
desaparecieron, sólo sobrevivieron aquellos capaces de transformarse o adaptarse. Como
reconoce Manovich, la informatización de la cultura no sólo lleva a la creación o a la
aparición de nuevas formas culturales, “sino que redefine las que ya existían, como la
fotografía y el cine”.
Precisamente, esta tendencia al cambio o adaptación, es a lo que Roger Fidler7 se refiere
como mediamorfosis. Es decir, el cambio producido en los medios de comunicación a
causa de un avance tecnológico y unas demandas sociales nuevas. Señala la existencia de
una evolución en los medios muy parecida a la teoría de la evolución de las especies de
Darwin: “Los nuevos medios aparecen gradualmente por la metamorfosis de los medios
antiguos. Cuando emergen nuevas formas de medios de comunicación, las formas antiguas
generalmente no mueren, sino que continúan evolucionando y adaptándose”.
Fidler destaca esta complementariedad de los nuevos medios y soportes con los ya
existentes previamente a través de una reconfiguración de los usos, los lenguajes y sus
ajustes sobre públicos objetivos. Llegados a este punto, no podemos concebir las nuevas
tecnologías como herramientas independientes capaces de interactuar con los elementos
sociales. Ciertamente, la redefinición y la adaptación en la evolución tecnológica es un
hecho, pero no se puede eludir la dependencia de todas esas nuevas tecnologías a un mismo
sistema tecnológico.
Nuevo horizonte de información y comunicación: segmentación y especialización.
En el contexto de esta nueva Era Digital, se puede apreciar cómo la convivencia de
diferentes tecnologías no sólo determina nuevos avances técnicos, sino que éstos
evolucionan hacia nuevas formas y modos. Con la implementación de los sistemas digitales
y las nuevas tecnologías de la información ha tenido lugar una redefinición de los medios
de comunicación tradicionales. Estos new media, denominados así por su vinculación con
sus predecesores no digitales, vienen a ser una redefinición de los medios tradicionales
adaptados a la nueva realidad digital. Este es el caso de la prensa escrita tradicional, cuyo
paradigma digital se encuentra en el periodismo electrónico, que ha evolucionado para
ofrecer un tratamiento más especializado de los contenidos y una inmediatez poco habitual.
Jordi Alberich se refiere a estos nuevos medios como los “nuevos viejos media”, poniendo
de manifiesto la evolución protagonizada por los tradicionalmente llamados mass media. La
esencia de estos new media no es la mera digitalización del medio tradicional y su cambio
de formato sobre una nueva tecnología, sino que la digitalización de los media plantea una
reconfiguración en la esencia propia del medio, permitiendo al usuario la profundización en
los temas y el acceso aleatorio a los contenidos. En definitiva, la interactividad y la
especialización en el proceso de comunicación:
Uno de los efectos de la fragmentación es la descentralización y diversificación y, en
consecuencia, el fin de la comunicación de masa. La audiencia todavía es masiva, pero ya
no es masa en el sentido tradicional en que un emisor emitía para múltiples receptores.
Ahora disponemos de una multiplicidad de emisores y receptores, y por lo tanto de una
multiplicidad de mensajes, y como consecuencia, la audiencia se ha vuelto activa y
selectiva
De este modo, el avance tecnológico siempre debe ir unido al progreso social, abriendo
puertas a nuevos horizontes de conocimiento y garantizando la madurez intelectual de las
sociedades.
“Es preciso conseguir que esas nuevas tecnologías alcancen su mayor eficacia al servicio de
la comunicación humana; asimismo, que los especialistas puedan participar con plena
responsabilidad en el desarrollo de las potencialidades que exhibe el nuevo sistema de
comunicación”.
En este contexto de innovación tecnológica encontramos una transformación generalizada
de los medios, soportes y canales de información. El salto de lo analógico al digital no sólo
pone de manifiesto una nueva configuración de los medios, sino que lleva implícito un
cambio de mentalidad, un giro en los procesos y en los modos. Esta Era Digital abre las
puertas a nuevas posibilidades hasta ahora inimaginables. Cada vez más hay espectadores
que mientras ven un programa de televisión se conectan al mismo tiempo a su página web
Esta confluencia entre PC y TV consolida la implementación del lenguaje audiovisual
como lengua franca de la cultura digital. Es más, poco a poco va quedando lejos aquella
imagen del aparato de televisión y el ordenador por separado. Ahora estamos ante contextos
y consumidores multiplataforma y multitarea, capaces de ver online un programa de
televisión mientras participan activamente en sesiones de chats o interactúan a través de
canales específicos de dicho programa en la Red:
No es tan importante saber si en el futuro se habrán fusionado completamente dando lugar a
un nuevo electrodoméstico, sino más bien pensar que la convergencia está operando de un
modo diverso: utilizamos distintos aparatos para satisfacer nuestras necesidades de
información, comunicación, educación y ocio, según las circunstancias y las urgencias.
El usuario deja de ser un mero receptor de información, consumidor sedentario de los
medios tradicionales, y adopta un papel activo frente una oferta completa y heterogénea de
contenidos que él mismo puede seleccionar según sus necesidades.
Por consiguiente, los nuevos medios diluyen las barreras divisorias de los soportes y los
formatos de contenidos constituyendo nuevas realidades mediáticas que sólo tienen sentido
en un entorno digital. Los medios y los profesionales deben procurar cubrir todas las
necesidades así como el abanico de posibles contenidos. Frente al nuevo perfil de usuario
más activo, surge inevitablemente el de un nuevo profesional adaptado a los nuevos medios
y a las demandas de los nuevos usuarios.
La transición al digital es una tarea compleja y supone una renovación prácticamente
integral de los equipamientos así como de los fondos documentales. Pero, una vez realizada
la integración, resulta posible el acceso remoto a cualquier contenido, ya sea un fondo
documental de un medio de comunicación o un pago por visión de un contenido televisivo
concreto. La reconversión de los entornos de trabajo en los medios se ha convertido poco a
poco en un hecho palpable, permitiendo el desarrollo de todas las tareas con acceso remoto
a todos los contenidos. Incluso, desde el punto de vista empresarial, los avances de la
digitalización se presentan también como una oportunidad económica entendida como
inversión rentable en tanto en cuanto se abaratan los costes de producción (Barandiaran,
2012)
CRITERIO
Bueno es de gran importancia este tema ya que la era digital
oculta esta transformación original, la digitalización es algo
ya dado en el espacio y el tiempo del computador y de
Internet y con ello en el espacio y el tiempo de la
comunicación, de la percepción y de la genialidad, en el
espacio del conocimiento y de la práctica. Pero no nos
equivoquemos, no es este el momento de renegar o rechazar la
digitalización (algo que, por otro lado, es inherente al
conocimiento colectivo y a la comunicación y que en la era digital está posibilitado
espacios de comunicación, construcción y conocimiento nunca imaginados) sino el
momento y la ocasión de poner de manifiesto la importancia de situarnos en los procesos de
digitalización, de participar en ellos, de no aceptar la espacio y el tiempo digital como “ya
dados”, sino de contribuir activamente en su producción.
BIBLIOGRAFIA
Barandiaran, X. (10 de 12 de 2012). SINDOMINIO. Obtenido de SINDOMINIO:
http://www.sindominio.net/~xabier/textos//digital/digital.pdf
Marín, J. Á. (12 de 09 de 2010). RAZON Y PALABRA. Obtenido de RAZON Y
PALABRA:
http://www.razonypalabra.org.mx/N/N71/VARIA/29%20JODAR_REVISADO.pdf
EL MUNDO DE LAS TELECOMUNICACIONES
¿QUÉ NOS ESPERA EN EL FUTURO?
Los avances experimentados por la humanidad, en términos de telecomunicaciones, son
impresionantes. Es una historia llena de hitos importantes y logros técnicos que han
impactado de manera significativa la sociedad en que vivimos.
La era de las telecomunicaciones comienza en la primera mitad del siglo XIX con el
telégrafo eléctrico, que permitió enviar mensajes cuyo contenido eran letras y números.
Más tarde se desarrolló el teléfono con el que fue posible comunicarse, utilizando la voz;
posteriormente surgió la revolución de la comunicación inalámbrica: las ondas de radio. A
principios del siglo XX aparece el teletipo. El siguiente artefacto revolucionario en las
telecomunicaciones fue el módem que hizo posible la transmisión de datos entre
computadoras y otros dispositivos. En los años ‘60 comienza a ser utilizada la
telecomunicación en el campo de la informática con el uso de satélites de comunicación y
las redes de conmutación de paquetes. La década siguiente se caracterizó por la aparición
de las redes de computadoras y los protocolos y arquitecturas que servirían de base para las
telecomunicaciones modernas y la gran red de redes: Internet.
En ocasión del día mundial de las telecomunicaciones, quisimos dedicar este número a uno
de los fenómenos que ha definido enormemente la forma en vivimos, nos relacionamos y,
sobretodo, nos comunicamos. Internet toca todas las actividades humanas y las define como
la comunicación entre personas, intercambio de datos e información, conformación de
redes sociales, entre otros.
Celebremos juntos y con entusiasmo el día mundial de las telecomunicaciones. Seamos
conscientes del gran don recibido por Dios, a través de nuestra capacidad creativa que hace
posible mejorar nuestra calidad de vida, comunicándonos mejor. (Muñoz, 2011)
LA ERA DE LAS TELECOMUNICACIONES
Aunque la telecomunicación como estudio unificado de las comunicaciones a distancia es
una idea reciente, siempre han existido medios de comunicación que también son
estudiados por esta disciplina. A lo largo de la historia han existido diferentes situaciones
en las que ha sido necesaria una comunicación a distancia, como en la guerra o en el
comercio. Sin embargo, la base académica para el estudio de estos medios, como la teoría
de la información, datan de mediados del siglo XX.
Conforme las distintas civilizaciones empezaron a extenderse por territorios cada vez
mayores fue necesario un sistema organizado de comunicaciones que permitiese el control
efectivo de esos territorios.2 Es más que probable que el método de telecomunicaciones más
antiguo sea el realizado con mensajeros, personas que recorrían largas distancias con sus
mensajes. Lo que sí que sabemos seguro es que ya las primeras civilizaciones como la
sumeria, la persa, la egipcia o la romana implementaron diversos sistemas de correo postal
a lo largo de sus respectivos territorios.
Las primera tecnologías usadas en la telecomunicación usaban las señales visuales como las
almenaras o las señales de humo, o acústicas como mediante el uso de tambores o cuernos.
El historiador griego Polibio (204-122 a. C.) da un ejemplo de comunicaciones a larga
distancia, el telégrafo hidráulico, que según cuenta fue desarrollado por Eneas el Táctico en
el siglo IV a. C. Consistía en dos cubas de agua provistas de sendos grifos y, sumergida de
forma vertical, una tablilla con los signos y señales que se deseaban transmitir. El emisor
alertaba al receptor con antorchas el momento en el que ambos debían abrir y cerrar el
agua, de tal forma que el nivel del agua indicaba qué mensaje de la tablilla se deseaba
transmitir. Sin embargo, estas primeras manifestaciones técnicas no dieron como resultado
sistemas de telecomunicación reales, sino que hasta la Edad Contemporánea no se
inventaron formas para realizar comunicaciones a distancia. Fue el correo postal, en sus
diferentes manifestaciones, el que asumió el papel de comunicar a las personas durante casi
toda la historia.
Más reciente es el uso de los telégrafos ópticos, considerado el primer sistema de
telecomunicación moderno al permitir codificar mensajes que no habían sido prefijados con
anterioridad; hasta entonces, se transmitían mensajes sencillos, como 'peligro' o 'victoria',
sin la posibilidad de dar detalles o descripciones. Se trataba de unas estructuras provistas de
brazos móviles que, mediante cuerdas y poleas, adoptaban diferentes posiciones con las que
codificar el mensaje.
Aunque fue en el 1729 cuando el científico Stephen Gray había descubierto formalmente
que la electricidad podía ser transmitida, los primeros experimentos técnicos no se
materializaron hasta el siglo XIX, cuando Alessandro Volta presentó a la Royal Society un
instrumento capaz de generar corriente continua, la pila voltaica, un experimento inicial en
la telegrafía eléctrica fue el telégrafo electroquímico creado por el científico alemán Samuel
Thomas von Sömmerring en 1809, Este invento empleaba señales eléctricas que se
enviaban por diversos cables metálicos, una por cada letra. En el extremo receptor las
corrientes electrolizaban el ácido de unos tubos individuales de vidrio liberándose
corrientes de burbujas de hidrógeno en el tubo correspondiente para que fueran vistas por el
operador del receptor.
El telégrafo
El telégrafo electromagnético que usaba seis galvanómetros como receptores cuyas agujas
señalaban el carácter enviado.20
Otro ejemplo lo encontramos en los célebres científicos
Gauss y Weber, quienes en 1833 instalaron una línea telegráfica entre la universidad y el
observatorio astronómico de Gotinga donde ambos trabajaban. Consiguieron comunicarse
haciendo mover la aguja de un magnetómetro, con la que coordinaban el tiempo, y llegaron
a desarrollar un código de 5 bits.20
Sin embargo no fue hasta la primera patente de un telégrafo cuando este salió de los
laboratorios. Fue en 1837, cuando William Fothergill Cooke, quien se asoció con el
profesor de física Charles Wheatstone, patentó un telégrafo de cinco conductores eléctricos
que hacían mover otras cinco agujas imantadas con las que señalar una de las 20 letras que
tenía el aparato. 1839 cuando empezó a funcionar su invento entre la estación de
Paddington, en Londres y la de West Drayton, a 21 kilómetros de distancia. Esta vez, sin
embargo, utilizaron una variante de su invento que usaba solo dos agujas y utilizaba un
código de pulsos eléctricos positivos y negativos para cada carácter.
El teléfono
Uno de los inventos más exitosos del siglo XIX, que aún es muy usado en nuestros días, fue
el teléfono. Este invento hizo posible comunicarse utilizando la voz, aunque en un principio
no se apostó por su desarrollo debido al éxito y el poder que ya tenía el telégrafo. Como en
muchos otros casos, el invento y desarrollo del teléfono no se debe a una sola persona, y
fueron varios los inventores que desarrollaron tecnologías relacionadas con la telefonía. De
hecho, las primeras especulaciones sobre la posibilidad de transmitir la voz a distancia son
muy anteriores a la invención del teléfono. Por ejemplo, Robert Hooke especuló sobre la
transmisión de la voz a distancia, pero sus experimentos con cuerdas tirantes no tuvieron
mucho éxito al sugerir usar cuernos y megáfonos para comunicarse.
Los cables submarinos
El desarrollo de la telecomunicación en el último tercio del siglo XIX estuvo marcado por la
cooperación internacional en la telecomunicación, que tuvo sus inicios en las actividades
cotidianas de los telégrafos que, en las propias fronteras de las distintas naciones de la
época, se intercambiaban y traducían lo mensajes transfronterizos. Sin embargo, los mares
y océanos constituían una frontera natural difícil de evitar.
Durante este siglo se investigó el uso de medios de transmisión de formas simples, de
hierro o cobre, y en la mayoría de ocasiones sin recubrimiento externo. Cabe recordar que
la forma de investigar de la época era el ensayo y error, en la que se probaban decenas de
materiales para solventar un problema hasta dar por el óptimo. En 1847 Werner von
Siemens y otros inventaron métodos para recubrir cables de gutapercha para
impermeabilizarlos.
El primer cable submarino fue el que se largó en el paso de Calais —canal de la Mancha—
entre el cabo Gris-Nez —Francia— y el cabo Southerland —Inglaterra— de manos de los
hermanos John y Jacob Brett. Se trató de un cable telegráfico que fue tendido por el
remolcador Goliaht el 28 de agosto de 1850, pero que fue seccionado por un pescador local
al poco tiempo, el cual lo exibió como trofeo. El año siguiente se volvió a largar un cable,
que corrió más suerte que el anterior, formado de 4 hilos de cobre de 1,65 mm de diámetro
recubiertos de cáñamo y reforzado con 10 alambres de hierro galvanizado de 7 mm de
diámetro. Debido al éxito de este primer cable la idea se extendió y en 1852 se unió Gales y
Escocia con Irlanda, y al año siguiente se conectó Bélgica y Dinamarca a través del mar del
Norte. Se tendieron también cables entre Córcega y Cerdeña, Italia y Córcega, Tasmania y
Australia, y muchas otras localizaciones. En 1860 ya existía un enlace directo entre
Inglaterra y la India que salvaba numerosas vías de agua como el canal de Suez.
Sin embargo, el gran desafío de la época fue tender el primer cable telegráfico
transatlántico, una auténtica proeza en la ingeniería de la época. El 7 de agosto de 1857, el
buque de guerra Agamemnon, trató de largar unos 3200 kilómetros de cable fabricado con
un núcleo de siete hilos de cobre recubiertos de gutapercha —hasta los 12,2 mm— y un
refuerzo exterior de 18 alambres de hierro. A principios de agosto, cuando se habían
tendido más de 1900 de cable, los técnicos del barco descubrieron un defecto de fabricación
que les obligó a reflotar varios kilómetros de cable para sustituirlo, con tan mala fortuna
que este se rompió durante las tareas de reparación. Tras tres intentos fallidos de recuperar
el cable, después de conseguir encontrarlo en el fondo del océano, el barco regresó a
Irlanda. Por fin, en 1866, el Great Eastern consiguió largar con éxito el cable submarino y,
para rematar la faena, recuperó el cable perdido un año antes del fondo del Atlántico y lo
completó para tener un segundo cable a través del océano.
Siglo XX. Guerra y electrónica
A principios del xx aparece el teletipo que, utilizando el código Baudot, permitía enviar
texto en algo parecido a una máquina de escribir y también recibir texto, que era impreso
por tipos movidos por relés.
El término telecomunicación fue definido por primera vez en la reunión conjunta de la XIII
Conferencia de la UTI (Unión Telegráfica Internacional) y la III de la URI (Unión
Radiotelegráfica Internacional) que se inició en Madrid el día 3 de septiembre de 1932. La
definición entonces aprobada del término fue: "Telecomunicación es toda transmisión,
emisión o recepción, de signos, señales, escritos, imágenes, sonidos o informaciones de
cualquier naturaleza por hilo, radioelectricidad, medios ópticos u otros sistemas
electromagnéticos".
El siguiente artefacto revolucionario en las telecomunicaciones fue el módem que hizo
posible la transmisión de datos entre computadoras y otros dispositivos. En los años 60
comienza a ser utilizada la telecomunicación en el campo de la informática con el uso de
satélites de comunicación y las redes de conmutación de paquetes. La década siguiente se
caracterizó por la aparición de las redes de computadoras y los protocolos y arquitecturas
que servirían de base para las telecomunicaciones modernas (en estos años aparece la
ARPANET, que dio origen a la Internet). También en estos años comienza el auge de la
normalización de las redes de datos: el CCITT trabaja en la normalización de las redes de
conmutación de circuitos y de conmutación de paquetes y la Organización Internacional
para la Estandarización crea el modelo OSI. A finales de los años setenta aparecen las redes
de área local o LAN.
En los años 1980, cuando los ordenadores personales se volvieron populares, aparecen las
redes digitales. En la última década del siglo xx aparece Internet, que se expandió
enormemente, ayudada por la expansión de la fibra óptica; y a principios del siglo xxi se
están viviendo los comienzos de la interconexión total a la que convergen las
telecomunicaciones, a través de todo tipo de dispositivos que son cada vez más rápidos,
más compactos, más poderosos y multifuncionales, y también de nuevas tecnologías de
comunicación inalámbrica como las redes inalámbricas. (ESTEPA, 2010)
CRITERIO
Dentro de este tema la gran importancia que amerita son los
avances experimentados por la humanidad, en términos de
telecomunicaciones, son impresionantes. Ha evolucionado a
pasos agigantados y es por ello que hay una historia llena de
hitos importantes y logros técnicos que han impactado de
manera significativa la sociedad en que vivimos.
La era de las telecomunicaciones comienza en la primera mitad del siglo XIX con el
telégrafo eléctrico, que permitió enviar mensajes cuyo contenido eran letras y números.
Y de esta forma desde sus inicios como se mencionaba fue transformándose para mejorar la
comunicación entre los seres humanos en cualquier parte del mundo.
BIBLIOGRAFIA
ESTEPA, R. (12 de 08 de 2010). ARSS. Obtenido de ARSS:
http://trajano.us.es/~rafa/ARSS/apuntes/tema1.pdf
Muñoz, D. (14 de 07 de 2011). ITLA NEWS. Obtenido de ITLA
NEWS:
http://www.itla.edu.do/transparencia/Publicaiones_Oficia
les/Revistas/Revista_ITLA_NEW_S_MAYO.pdf