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EL UNIVERSAL Viernes 1 de mayo de 2 02 0 CULTURA A21 PROYECTO UNAM Texto: Roberto Gutiérrez Alcalá [email protected] La UNAM realiza registro mexicano de gemelos Con el objetivo de obtener infor- mación de los gemelos que resi- den en México, dar respuesta a in- terrogantes sobre epidemiología genética nacional y conocer su predisposición a desarrollar dife- rentes enfermedades, investiga- dores del Laboratorio Internacio- nal de Investigación sobre el Ge- noma Humano, del Instituto de Neurobiología y de la Facultad de Psicología de la UNAM, llevan a cabo el primer Registro Mexicano de Gemelos. Así pues, se hace una atenta invitación a todos los ge- melos del país para que se regis- tren en la plataforma www.twins- m xo f f i c i a l.u n a m.m x ESPECIAL Debido a la pandemia por el Covid-19 es primordial hacer todo lo posible para que dismi- nuya la contaminación atmos- férica en las grandes ciudades; de lo contrario, muchas personas —en espe- cial las más vulnerables: adultos mayores y con enfermedades preexistentes como hiper- tensión, diabetes, obesidad y asma— te n d r í a n que enfrentar dos enemigos al mismo tiempo: la mala calidad del aire y el coronavirus, lo cual ocasionaría una saturación aun mayor de las salas de emergencia de hospitales y clínicas. Por fortuna se ha visto que, con la reducción de la actividad humana, que incluye el tráfico vehicular, en las grandes ciudades de todo el mundo ha habido una disminución en los ni- veles de los contaminantes primarios, como el monóxido de carbono y los óxidos de nitró- geno, sobre todo. Ahora bien, no hay que descuidar otras fuentes de contaminantes atmosféricos que se nos pueden salir de control, como los incen- dios forestales, tanto dentro como fuera de las zonas urbanas. En el caso de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, la información sobre la ca- lidad del aire es obtenida y divulgada en tiem- po real por el Sistema de Monitoreo Atmos- férico (SIMAT), el cual continúa funcionando en estos momentos de la pandemia para be- neficio de los ciudadanos, investigadores, au- toridades, periodistas... Sin embargo, ya que la pandemia por el Co- vid-19 nos ha obligado a estar en cuarentena, también resulta vital poner atención a la ca- lidad del aire en ambientes interiores, como el de nuestra casa, precisamente. Con el fin de entender la importancia de la calidad del aire en ambientes interiores, Ro- dolfo Sosa Echeverría, investigador del Grupo de Contaminación Ambiental del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, hace un poco de historia: “En la década de los años 70 del siglo XX hubo un incremento en los precios del petróleo. Esto obligó a hacer más eficiente el uso de los recursos energéticos. Una medida que se tomó para alcanzar este objetivo fue hermetizar los edificios.” Como se sabe, en muchos países, el invierno es en extremo frío y el verano en extremo ca- liente, por lo que, según la estación del año, los ambientes interiores se deben calentar o en- friar con sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado que funcionan a partir de la energía eléctrica, que a su vez se genera mediante la combustión de productos deri- vados del petróleo. En esa época se herme- tizaron los edificios para gastar menos recur- sos energéticos. “No obstante, las personas que vivían o la- boraban en esos edificios empezaron a sufrir algunos malestares físicos, como mareos, do- lor de cabeza y lagrimeo constante, durante su estancia en ellos. Cuando se investigó la razón de esto, pudo verse que al hermetizar los edi- ficios se impidió el intercambio de aire con el exterior, es decir, los contaminantes se con- centraron en su interior. A este fenómeno se le llamó ‘síndrome del edificio enfermo’. Ése fue el inicio del estudio de la contaminación del aire en ambientes interiores, a la que se encuentra expuesta una gran parte de la po- blación. Cabe mencionar que otro tipo de con- taminación en ambientes interiores de tipo ocupacional o laboral, por ejemplo, los de las industrias, ya se conocía con anterioridad”, añade Sosa Echeverría. De sentido común De acuerdo con el investigador universitario, hay dos factores fundamentales para que el efecto de los distintos contaminantes en la sa- lud de las personas sea alto, medio o bajo: la concentración de dichos contaminantes en el ambiente donde aquéllas permanecen y el tiempo de exposición a ellos. “Tenemos que considerar que, antes de la pandemia por el Covid-19, muchos de noso- tros permanecíamos en ambientes interiores (casa, oficina, aula, transporte público o pri- va d o…) tres cuartas partes del día; ahora, con la cuarentena, lo hacemos —o deberíamos ha- cerlo—prácticamente todo el día, dentro de nuestra casa”, comenta. En opinión de Sosa Echeverría, las medidas para mantener la calidad del aire en ambientes interiores no implican acciones radicales y complejas como las que se ponen en práctica en otras estrategias cuyo objetivo es abatir la contaminación atmosférica exterior (mejorar los combustibles y la tecnología automotriz, aplicar controles o restricciones a las indus- trias), sino sólo acciones de sentido común. “Estas medidas son: 1) tener una ventilación adecuada, porque en las zonas urbanas, por lo general, se usa gas LP o gas natural tanto en la preparación de los alimentos como en los calentadores de agua, y las emisiones gene- radas por estos combustibles pueden acumu- larse y causar problemas de salud; 2) seguir al pie de la letra las instrucciones de los produc- tos que se utilizan en el hogar, como limpia- dores, desinfectantes, insecticidas y plaguici- das, porque pueden contener sustancias tóxi- cas; 3) hacer labores de limpieza, como barrer, aspirar o sacudir, con un cubreboca; y 4) no fumar, porque si lo hacemos, de nada servirán las otras medidas; además de afectar la salud del fumador, el humo del cigarro afecta la sa- lud de los que se encuentran cerca de él y los convierte en fumadores pasivos, y no olvide- mos que la calidad del aire en ambientes in- teriores mejoró cuando a nivel local y poste- riormente a nivel federal se estableció la re- glamentación para la protección de los no fu- madores, que prohíbe fumar en lugares pú- blicos cerrados”, concluye. b ESPECIAL “En tiempos de pandemia tenemos que permanecer en casa, pero hay que hacerlo con cuidado. Todas estas medidas van encaminadas a protegernos y mantener la calidad del aire en nuestro hogar, que es nuestro ambiente interior” RODOLFO SOSA ECHEVERRÍA Investigador del Grupo de Contaminación Ambiental del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Perito Colegiado en Protección Ambiental por el Colegio Nacional de Ingenieros Químicos y de Químicos A. C. y Qualified Environmental Professional por el Institute of Professional Environmental Practice Vital, mantener la calidad del aire ROBERTO GUTIÉRREZ ALCALÁ De acuerdo con la Organización Mun- dial de la Salud, los adultos mayores —junto con las personas que padecen enfermedades preexistentes, como hi- pertensión arterial, obesidad o diabe- te s— desarrollan, con más frecuencia que otras, cuadros clínicos graves de la enfermedad causada por el Covid-19. Por eso, la población en general debe tomar conciencia de que es muy impor- tante brindar una protección eficaz a estos grupos, para que no contraigan dicho virus. “Por fortuna, la población de nuestro país es sumamente solidaria. Basta re- cordar cómo ha reaccionado, a lo largo de la historia, ante la ocurrencia de de- sastres naturales como huracanes y te- rremoto s”, dice Verónica Montes de Oca, investigadora del Instituto de In- vestigaciones Sociales de la UNAM y coordinadora del Seminario Universi- tario Interdisciplinario sobre Envejeci- miento y Vejez. En opinión de Montes de Oca, con respecto específicamente a los adultos mayores, resulta oportuno reforzar las redes sociales de apoyo familiar, con- formadas por todos los miembros de una familia (hijos, nietos, sobrinos, hermanos…). “En el día a día, estas redes son ma- ravillosas, pero bajo las actuales cir- cunstancias pueden ser una fuente de contagio del coronavirus Covid-19, por lo que deben operar a distancia, ya sea mediante teléfonos fijos, celulares, W h a t s Ap p , Facebo ok o I n s t a g ra m , aun- que hay que tomar en cuenta que una gran cantidad de adultos mayores no utiliza estas aplicaciones.” En ocasiones, las redes sociales de apoyo familiar se mantienen pasivas, pero de pronto, ante una emergencia, se activan. Según la investigadora univer- sitaria, ésta es una interesante práctica de nuestra cultura. “En todo caso, hay que llamar por te- léfono a los adultos mayores, sin olvidar a aquéllos con los que casi no mante- nemos comunicación y sólo vemos en Navidad, en alguna boda o en algún cumpleaños, es decir, de vez en cuando, para saber cómo están, qué necesitan”, a ñ a d e. Otras redes básicas insustituibles son las vecinales, sobre todo las que operan en las unidades habitacionales, donde muchos adultos mayores residen en pi- sos altos. “Estas redes deben activarse igual- mente a distancia. Todos, como veci- nos de algún edificio, de alguna cuadra, sabemos dónde viven adultos mayores. Así pues, creo que es pertinente ofre- cerles ayuda y apoyo, y atender sus ne- cesidades sin que corran el más míni- mo riesgo de contagio y sin que se sien- tan invadidos en su privacidad”, indica Montes de Oca. Casi todos los esfuerzos para conte- ner la pandemia originada por el coro- navirus Covid-19 se centran, por su den- sidad poblacional, en las zonas urba- nas; sin embargo, es probable que, con el paso del tiempo, aquélla se extienda a zonas rurales, por lo cual hay que ir previendo qué se hará con los adultos mayores que viven en ellas, para evitar que se contagien y propiciar que per- manezcan en buenas condiciones de vida. “Esta pandemia nos da la oportuni- dad de repensar a la familia desde una perspectiva crítica. Tenemos que consi- derar que no pocos adultos mayores su- fren maltratos por parte de sus propios familiares. Si nos enteramos de un caso así, los vecinos tenemos la obligación de alertar inmediatamente a las autorida- de s”, concluye la investigadora. b Cómo proteger y ayudar a los adultos mayores ante el Covid-19 Un investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM habla de lo que se debe hacer para minimizar los niveles de contaminación en ellos, no sólo durante la cuarentena, sino siempre en ambientes interiores Uso de cubrebocas en aglomeraciones, prioritario Samuel Ponce de León Rosales, coordinador de la Comisión Univer- sitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus, afirmó que en todos aquellos lugares donde haya aglomeraciones (transporte pú- blico, mercados, tiendas…) se debe priorizar el uso de cubrebocas. “H ay que utilizarlo con las precauciones debidas, sin descuidar la higiene y la etiqueta respiratoria”, añadió. Una de cada tres personas, con algún trastorno del sueño De acuerdo con Reyes Haro Valencia, ex director de la Clínica de Tras- tornos del Sueño de la UNAM, en el mundo, una de cada tres personas padece algún trastorno del sueño. En México, 75% de la población que acude a consulta lo hace por ronquidos o apnea de sueño; y 25% por insomnio, somnolencia diurna y otros trastornos. En las noches se llevan a cabo funciones importantes, como la recuperación física, la restauración fisiológica, la producción de hormonas, neurotransmi- sores y nuevas células, así como la regeneración del tejido que refuerza el sistema inmunológico. ESPECIAL

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Page 1: E S P EC I A L V ita lde ContaminaciÒn Ambiental del Centro de Ciencias de la AtmÒsfera de la UNAM, hace un poco de historia: 6En la dÈcada de los aÐos 70 del siglo XX hubo un

EL UNIVERSAL Viernes 1 de mayo de 2 02 0 CULTURA A21

PROYECTO UNAMTexto: Roberto Gutiérrez Alcalá

ro [email protected]

La UNAM realizaregistro mexicanode gemelosCon el objetivo de obtener infor-mación de los gemelos que resi-den en México, dar respuesta a in-terrogantes sobre epidemiologíagenética nacional y conocer supredisposición a desarrollar dife-rentes enfermedades, investiga-dores del Laboratorio Internacio-nal de Investigación sobre el Ge-noma Humano, del Instituto deNeurobiología y de la Facultad dePsicología de la UNAM, llevan acabo el primer Registro Mexicanode Gemelos. Así pues, se hace unaatenta invitación a todos los ge-melos del país para que se regis-tren en la plataforma www.twins -m xo f f i c i a l.u n a m.m x

E S P E

C I A L

Debido a la pandemia por elCovid-19 es primordial hacertodo lo posible para que dismi-nuya la contaminación atmos-férica en las grandes ciudades;

de lo contrario, muchas personas —en espe-cial las más vulnerables: adultos mayores ycon enfermedades preexistentes como hiper-tensión, diabetes, obesidad y asma— te n d r í a nque enfrentar dos enemigos al mismo tiempo:la mala calidad del aire y el coronavirus, lo cualocasionaría una saturación aun mayor de lassalas de emergencia de hospitales y clínicas.

Por fortuna se ha visto que, con la reducciónde la actividad humana, que incluye el tráficovehicular, en las grandes ciudades de todo elmundo ha habido una disminución en los ni-veles de los contaminantes primarios, como elmonóxido de carbono y los óxidos de nitró-geno, sobre todo.

Ahora bien, no hay que descuidar otrasfuentes de contaminantes atmosféricos que senos pueden salir de control, como los incen-dios forestales, tanto dentro como fuera de laszonas urbanas.

En el caso de la Zona Metropolitana de laCiudad de México, la información sobre la ca-lidad del aire es obtenida y divulgada en tiem-po real por el Sistema de Monitoreo Atmos-férico (SIMAT), el cual continúa funcionandoen estos momentos de la pandemia para be-neficio de los ciudadanos, investigadores, au-toridades, periodistas...

Sin embargo, ya que la pandemia por el Co-vid-19 nos ha obligado a estar en cuarentena,también resulta vital poner atención a la ca-lidad del aire en ambientes interiores, como elde nuestra casa, precisamente.

Con el fin de entender la importancia de lacalidad del aire en ambientes interiores, Ro-dolfo Sosa Echeverría, investigador del Grupode Contaminación Ambiental del Centro deCiencias de la Atmósfera de la UNAM, hace unpoco de historia: “En la década de los años 70del siglo XX hubo un incremento en los preciosdel petróleo. Esto obligó a hacer más eficienteel uso de los recursos energéticos. Una medidaque se tomó para alcanzar este objetivo fuehermetizar los edificios.”

Como se sabe, en muchos países, el inviernoes en extremo frío y el verano en extremo ca-liente, por lo que, según la estación del año, losambientes interiores se deben calentar o en-friar con sistemas de calefacción, ventilacióny aire acondicionado que funcionan a partirde la energía eléctrica, que a su vez se generamediante la combustión de productos deri-vados del petróleo. En esa época se herme-

tizaron los edificios para gastar menos recur-sos energéticos.

“No obstante, las personas que vivían o la-boraban en esos edificios empezaron a sufriralgunos malestares físicos, como mareos, do-lor de cabeza y lagrimeo constante, durante suestancia en ellos. Cuando se investigó la razónde esto, pudo verse que al hermetizar los edi-ficios se impidió el intercambio de aire con elexterior, es decir, los contaminantes se con-centraron en su interior. A este fenómeno sele llamó ‘síndrome del edificio enfermo’. Ésefue el inicio del estudio de la contaminacióndel aire en ambientes interiores, a la que seencuentra expuesta una gran parte de la po-blación. Cabe mencionar que otro tipo de con-taminación en ambientes interiores de tipoocupacional o laboral, por ejemplo, los de lasindustrias, ya se conocía con anterioridad”,añade Sosa Echeverría.

De sentido comúnDe acuerdo con el investigador universitario,hay dos factores fundamentales para que elefecto de los distintos contaminantes en la sa-lud de las personas sea alto, medio o bajo: la

concentración de dichos contaminantes en elambiente donde aquéllas permanecen y eltiempo de exposición a ellos.

“Tenemos que considerar que, antes de lapandemia por el Covid-19, muchos de noso-tros permanecíamos en ambientes interiores(casa, oficina, aula, transporte público o pri-va d o…) tres cuartas partes del día; ahora, conla cuarentena, lo hacemos —o deberíamos ha-cerlo —prácticamente todo el día, dentro denuestra casa”, comenta.

En opinión de Sosa Echeverría, las medidaspara mantener la calidad del aire en ambientesinteriores no implican acciones radicales ycomplejas como las que se ponen en prácticaen otras estrategias cuyo objetivo es abatir lacontaminación atmosférica exterior (mejorarlos combustibles y la tecnología automotriz,aplicar controles o restricciones a las indus-trias), sino sólo acciones de sentido común.

“Estas medidas son: 1) tener una ventilaciónadecuada, porque en las zonas urbanas, por lo

general, se usa gas LP o gas natural tanto enla preparación de los alimentos como en loscalentadores de agua, y las emisiones gene-radas por estos combustibles pueden acumu-larse y causar problemas de salud; 2) seguir alpie de la letra las instrucciones de los produc-tos que se utilizan en el hogar, como limpia-dores, desinfectantes, insecticidas y plaguici-das, porque pueden contener sustancias tóxi-cas; 3) hacer labores de limpieza, como barrer,aspirar o sacudir, con un cubreboca; y 4) nofumar, porque si lo hacemos, de nada serviránlas otras medidas; además de afectar la saluddel fumador, el humo del cigarro afecta la sa-lud de los que se encuentran cerca de él y losconvierte en fumadores pasivos, y no olvide-mos que la calidad del aire en ambientes in-teriores mejoró cuando a nivel local y poste-riormente a nivel federal se estableció la re-glamentación para la protección de los no fu-madores, que prohíbe fumar en lugares pú-blicos cerrados”, concluye. b

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“En tiempos de pandemiatenemos que permanecer encasa, pero hay que hacerlo concuidado. Todas estas medidasvan encaminadas a protegernosy mantener la calidad del aire ennuestro hogar, que es nuestroambiente interior”RODOLFO SOSA ECHEVERRÍAInvestigador del Grupo de ContaminaciónAmbiental del Centro de Ciencias de laAtmósfera de la UNAM, Perito Colegiadoen Protección Ambiental por el ColegioNacional de Ingenieros Químicos y de QuímicosA. C. y Qualified Environmental Professional porel Institute of Professional Environmental Practice

V ita l , mantener la calidad del aire

ROBERTO GUTIÉRREZ ALCALÁ

De acuerdo con la Organización Mun-dial de la Salud, los adultos mayores—junto con las personas que padecenenfermedades preexistentes, como hi-pertensión arterial, obesidad o diabe-te s— desarrollan, con más frecuenciaque otras, cuadros clínicos graves de laenfermedad causada por el Covid-19.

Por eso, la población en general debetomar conciencia de que es muy impor-tante brindar una protección eficaz aestos grupos, para que no contraigandicho virus.

“Por fortuna, la población de nuestropaís es sumamente solidaria. Basta re-cordar cómo ha reaccionado, a lo largode la historia, ante la ocurrencia de de-sastres naturales como huracanes y te-rremoto s”, dice Verónica Montes deOca, investigadora del Instituto de In-vestigaciones Sociales de la UNAM ycoordinadora del Seminario Universi-tario Interdisciplinario sobre Envejeci-miento y Vejez.

En opinión de Montes de Oca, conrespecto específicamente a los adultosmayores, resulta oportuno reforzar lasredes sociales de apoyo familiar, con-formadas por todos los miembros deuna familia (hijos, nietos, sobrinos,hermano s…).

“En el día a día, estas redes son ma-ravillosas, pero bajo las actuales cir-cunstancias pueden ser una fuente decontagio del coronavirus Covid-19, porlo que deben operar a distancia, ya seamediante teléfonos fijos, celulares,W h a t s Ap p ,Facebo okoI n s t a g ra m , aun-

que hay que tomar en cuenta que unagran cantidad de adultos mayores noutiliza estas aplicaciones.”

En ocasiones, las redes sociales deapoyo familiar se mantienen pasivas,pero de pronto, ante una emergencia, seactivan. Según la investigadora univer-sitaria, ésta es una interesante prácticade nuestra cultura.

“En todo caso, hay que llamar por te-léfono a los adultos mayores, sin olvidara aquéllos con los que casi no mante-nemos comunicación y sólo vemos enNavidad, en alguna boda o en algúncumpleaños, es decir, de vez en cuando,para saber cómo están, qué necesitan”,a ñ a d e.

Otras redes básicas insustituibles sonlas vecinales, sobre todo las que operanen las unidades habitacionales, dondemuchos adultos mayores residen en pi-sos altos.

“Estas redes deben activarse igual-mente a distancia. Todos, como veci-nos de algún edificio, de alguna cuadra,sabemos dónde viven adultos mayores.Así pues, creo que es pertinente ofre-cerles ayuda y apoyo, y atender sus ne-cesidades sin que corran el más míni-mo riesgo de contagio y sin que se sien-tan invadidos en su privacidad”, indicaMontes de Oca.

Casi todos los esfuerzos para conte-ner la pandemia originada por el coro-navirus Covid-19 se centran, por su den-sidad poblacional, en las zonas urba-nas; sin embargo, es probable que, conel paso del tiempo, aquélla se extiendaa zonas rurales, por lo cual hay que irpreviendo qué se hará con los adultosmayores que viven en ellas, para evitarque se contagien y propiciar que per-manezcan en buenas condiciones devida.

“Esta pandemia nos da la oportuni-dad de repensar a la familia desde unaperspectiva crítica. Tenemos que consi-derar que no pocos adultos mayores su-fren maltratos por parte de sus propiosfamiliares. Si nos enteramos de un casoasí, los vecinos tenemos la obligación dealertar inmediatamente a las autorida-de s”, concluye la investigadora. b

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en ambientes interiores

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Una de cada tres personas,con algún trastorno del sueñoDe acuerdo con Reyes Haro Valencia, ex director de la Clínica de Tras-tornos del Sueño de la UNAM, en el mundo, una de cada tres personaspadece algún trastorno del sueño. En México, 75% de la población queacude a consulta lo hace por ronquidos o apnea de sueño; y 25% porinsomnio, somnolencia diurna y otros trastornos. En las noches sellevan a cabo funciones importantes, como la recuperación física, larestauración fisiológica, la producción de hormonas, neurotransmi-sores y nuevas células, así como la regeneración del tejido que refuerzael sistema inmunológico.

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