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Corrientes filosóficas de ayer y hoy Extraído del libro: Filosofía Griega de Axel Cherniavsky y Pablo Sapia. Editorial Era Naciente, Buenos Aires, 2004. a Academia (Con el platonismo) y el Liceo (Con el aristotelismo) son solo dos de las seis escuelas o corrientes filosóficas que se formaron en Grecia. A éstas escuelas se suman, por un lado: el Jardín con el epicureísmo y el Pórtico con el estoicismo; y por otra parte, el cinismo y el escepticismo, aunque éstas dos últimas no se hayan centrado en escuelas formales. 1. El cinismo Luego de la muerte de Aristóteles, el Liceo se especializa en la investigación enciclopédica, la erudición histórica y literaria y los sucesores a cargo son más sapientes que sabios, se dedican más a la elaboración de un conocimiento teórico que al ejercicio de una sabiduría práctica. Muy distinto es el caso de los cínicos, quienes sin ofrecer una enseñanza escolar, de dedican a practica un modo de vida. Diógenes de Sínope Cuenta la leyenda que Alejandro Magno le preguntó a Diógenes de Sínope (un filósofo cínico): “¿Qué quieres que te conceda?” – Y Diógenes le respondió: “Córrete, que me tapas el sol…” Es posible que Antístenes, discípulo de Sócrates, sea el fundador del movimiento cínico. Pero Diógenes de Sínope, discípulo de Antístenes es su figura más relevante. Debido a sus prácticas inmorales, Diógenes representa la falta de pudor y el rechazo a las convenciones sociales. El modo de vida cínico propone una ruptura radical con el mundo. Rechaza las reglas elementales de la vida en sociedad, la limpieza, el respeto o la educación. El cínico no se preocupa por la opinión de los demás y se expresa sin cuidado, con libertad provocativa. No persigue una posición social, no le teme a los poderosos, desdeña el dinero y no duda en mendigar. Su alforja contiene simplemente lo indispensable para sobrevivir. “Sin ciudad, sin hogar, privado de patria, miserable, errante, viviendo al día”. ~ Diógenes “La filosofía cínica es una elección de vida, la elección de la libertad o de la total independencia frente a las necesidades inútiles, el rechazo del lujo y la vanidad”, afirma Pierre Hadot. Para los cínicos, las comodidades de la civilización, el lujo y la vanidad debilitan el cuerpo y el espíritu, constituyen un obstáculo para la felicidad y la conformidad con la naturaleza. El filósofo debe entrenarse como un atleta para soportar la sed, el hambre, para conquistar la libertad, la sabiduría, la fuerza y la felicidad. ¿Es el cinismo una filosofía? Todo depende de lo que se entienda por filosofía. Si se piensa la filosofía a la manera del platonismo y el aristotelismo, como una actividad que se desarrolla en el marco de una escuela, cabe formular la pregunta. Pero aun así no es seguro que sea contestada negativamente, pues si bien no hay una “escuela cínica”, si hay entre los diferentes cínicos una relación de maestro a discípulo, como es el caso entre Diógenes y Crates y también hay producción literaria. El cinismo es un caso de filosofía en el que el discurso filosófico se redujo al mínimo. Es una filosofía que sin organizarse en una escuela y sin expresarse en tratados filosóficos teóricos, se practica como modo de vida y se ejercita como esfuerzo constante. La palabra “cínico” significa perro o perruno. 2. El escepticismo También Pirrón es considerado como el fundador de otra corriente filosófica que no se organiza escolarmente: el escepticismo. Y al igual de Diógenes, Pirrón puede ser comparado a Sócrates por llevar un modo de vida excéntrico, marginal e irritante. Sin embargo, el estado actual de las investigaciones no permite afirmar que Pirrón sea el creador del escepticismo. Sin duda contribuye a su elaboración, pero sus aportes son menores a los de la nueva Academia y a los de Enesidemo. No digas así es, sino me parece que es. Frase atribuída a Pirrón de Elis Pirrón de Elis Pirrón goza de gran estima y popularidad, en parte porque en la época helenística el filósofo ya no constituye un peligro para la ciudad. ¿En qué consiste la excentricidad de su modo de vida?... Pirrón nace en el año 360 a.C. en Elis, y tras partir en una expedición con Alejandro, vuelve a su ciudad natal para dedicarse a la filosofía. Su compartamiento es totalmente imprevisible. Puede retirarse en la más completa soledad o partir de viaje sin decir una palabra. No deja de hablar cuando sus interlocutores lo abandonan, y no hace nada por evitar carretillas, perros y precipicios, riesgos o peligros. Se cuenta que una vez, su maestro Anaxarco se estaba ahogando en un pantano y que Pirrón, al pasar a su lado, no hizo nada por ayudarlo. Anaxarco lo habría felicitado, por su indiferencia e insensibilidad. La anécdota representa el modo de vida escéptico. El modo de vida escéptico El comportamiento de Pirrón en la anécdota corresponde a una elección de vida que puede resumirse en una palabra: indiferencia. El escéptico pirrónico conoce una cosa y proclama una cosa: Todo es indiferente, salvo la indiferencia. Es indiferente estar aquí o allá, encontrar a tal o cual persona. Para Pirrón no hay diferencia entre lo que los hombres creen que es bueno o malo, entre lo peligroso y lo inofensivo, entre el dolor y el placer, entre la vida y la muerte. Lo que busca el escepticismo es la insensibilidad, la ausencia de sensaciones, la apatía. El fin de la indiferencia es conquistar la independencia absoluta, la paz interior. Pero, ¿Hasta dónde es posible la indiferencia? Las anécdotas cuentan que Pirrón no hacía nada por evitar caer en los precipicios junto al L

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Corrientes filosóficas de ayer y hoy Extraído del libro: Filosofía Griega de Axel Cherniavsky y Pablo Sapia. Editorial Era Naciente, Buenos Aires, 2004.

a Academia (Con el platonismo) y el Liceo (Con el aristotelismo) son solo dos de las seis escuelas o corrientes filosóficas que se formaron en Grecia. A éstas

escuelas se suman, por un lado: el Jardín con el epicureísmo y el Pórtico con el estoicismo; y por otra parte, el cinismo y el escepticismo, aunque éstas dos

últimas no se hayan centrado en escuelas formales.

1. El cinismo Luego de la muerte de Aristóteles, el Liceo se

especializa en la investigación enciclopédica, la

erudición histórica y literaria y los sucesores a

cargo son más sapientes que sabios, se dedican

más a la elaboración de un conocimiento

teórico que al ejercicio de una sabiduría

práctica. Muy distinto es el caso de los cínicos,

quienes sin ofrecer una enseñanza escolar, de

dedican a practica un modo de vida.

Diógenes de Sínope

Cuenta la leyenda que Alejandro Magno le preguntó

a Diógenes de Sínope (un filósofo cínico): “¿Qué

quieres que te conceda?” – Y Diógenes le respondió:

“Córrete, que me tapas el sol…”

Es posible que Antístenes, discípulo de

Sócrates, sea el fundador del movimiento

cínico. Pero Diógenes de Sínope, discípulo de

Antístenes es su figura más relevante. Debido a

sus prácticas inmorales, Diógenes representa la

falta de pudor y el rechazo a las convenciones

sociales.

El modo de vida cínico propone una ruptura

radical con el mundo. Rechaza las reglas

elementales de la vida en sociedad, la limpieza,

el respeto o la educación. El cínico no se

preocupa por la opinión de los demás y se

expresa sin cuidado, con libertad provocativa.

No persigue una posición social, no le teme a

los poderosos, desdeña el dinero y no duda en

mendigar. Su alforja contiene simplemente lo

indispensable para sobrevivir.

“Sin ciudad, sin hogar, privado de patria, miserable,

errante, viviendo al día”.

~ Diógenes

“La filosofía cínica es una elección de vida, la

elección de la libertad o de la total

independencia frente a las necesidades inútiles,

el rechazo del lujo y la vanidad”, afirma Pierre

Hadot. Para los cínicos, las comodidades de la

civilización, el lujo y la vanidad debilitan el

cuerpo y el espíritu, constituyen un obstáculo

para la felicidad y la conformidad con la

naturaleza. El filósofo debe entrenarse como un

atleta para soportar la sed, el hambre, para

conquistar la libertad, la sabiduría, la fuerza y la

felicidad.

¿Es el cinismo una filosofía? Todo depende de lo que se entienda por

filosofía. Si se piensa la filosofía a la manera del

platonismo y el aristotelismo, como una

actividad que se desarrolla en el marco de una

escuela, cabe formular la pregunta. Pero aun

así no es seguro que sea contestada

negativamente, pues si bien no hay una

“escuela cínica”, si hay entre los diferentes

cínicos una relación de maestro a discípulo,

como es el caso entre Diógenes y Crates y

también hay producción literaria.

El cinismo es un caso de filosofía en el que el

discurso filosófico se redujo al mínimo. Es una

filosofía que sin organizarse en una escuela y

sin expresarse en tratados filosóficos teóricos,

se practica como modo de vida y se ejercita

como esfuerzo constante.

La palabra “cínico” significa perro o perruno.

2. El escepticismo También Pirrón es considerado como el

fundador de otra corriente filosófica que no se

organiza escolarmente: el escepticismo. Y al

igual de Diógenes, Pirrón puede ser comparado

a Sócrates por llevar un modo de vida

excéntrico, marginal e irritante. Sin embargo,

el estado actual de las investigaciones no

permite afirmar que Pirrón sea el creador del

escepticismo. Sin duda contribuye a su

elaboración, pero sus aportes son menores a

los de la nueva Academia y a los de Enesidemo.

No digas “así es”, sino “me parece que es”.

Frase atribuída a Pirrón de Elis

Pirrón de Elis

Pirrón goza de gran estima y popularidad, en

parte porque en la época helenística el filósofo

ya no constituye un peligro para la ciudad. ¿En

qué consiste la excentricidad de su modo de

vida?...

Pirrón nace en el año 360 a.C. en Elis, y tras

partir en una expedición con Alejandro, vuelve

a su ciudad natal para dedicarse a la filosofía.

Su compartamiento es totalmente imprevisible.

Puede retirarse en la más completa soledad o

partir de viaje sin decir una palabra. No deja de

hablar cuando sus interlocutores lo abandonan,

y no hace nada por evitar carretillas, perros y

precipicios, riesgos o peligros. Se cuenta que

una vez, su maestro Anaxarco se estaba

ahogando en un pantano y que Pirrón, al pasar

a su lado, no hizo nada por ayudarlo. Anaxarco

lo habría felicitado, por su indiferencia e

insensibilidad. La anécdota representa el modo

de vida escéptico.

El modo de vida escéptico

El comportamiento de Pirrón en la anécdota

corresponde a una elección de vida que puede

resumirse en una palabra: indiferencia. El

escéptico pirrónico conoce una cosa y proclama

una cosa: Todo es indiferente, salvo la

indiferencia. Es indiferente estar aquí o allá,

encontrar a tal o cual persona. Para Pirrón no

hay diferencia entre lo que los hombres creen

que es bueno o malo, entre lo peligroso y lo

inofensivo, entre el dolor y el placer, entre la

vida y la muerte.

Lo que busca el escepticismo es la

insensibilidad, la ausencia de sensaciones, la

apatía. El fin de la indiferencia es conquistar la

independencia absoluta, la paz interior. Pero,

¿Hasta dónde es posible la indiferencia? Las

anécdotas cuentan que Pirrón no hacía nada

por evitar caer en los precipicios junto al

L

camino… sin embargo, sus seguidores no eran

indiferentes, ya que lo salvaban cuando iba a

caer y se cuenta que vivió hasta muy viejo.

3. El epicureísmo Esta corriente también propone un modo de

vida, pero a diferencia del cinismo y el

escepticismo, supo organizarse como una

escuela: “El Jardín”, fundada por Epicuro en el

año 306 a.C.

Epicuro de Samos

Epicuro nace en el año 341 a.C. en la isla de

Samos. Cuenta él mismo que comienza a

filosofar muy temprano, a los catorce años.

Luego, a los dieciocho años llega a Atenas y un

tiempo después vive en Asia Menor. Es allí

donde reúne un grupo de filósofos y organiza

una escuela, en Mitilene, en donde enseña por

cinco años. A los treinta y cuatro años vuelve a

Atenas, instala su escuela en un jardín en las

afueras, no muy lejos de la Academia. Epicuro

se considera a sí mismo un innovador, un

filósofo de la novedad y según él “no fue

influenciado por otros”.

La ética epicúrea es una regla de vida. Se logra

mediante un arte que permite arrancar la vida

de la noche de los tormentos para asentarla en

la calma y lo claro absoluto.

Epicuro escribe en su Carta a Meneceo: “El

placer es el principio y el fin de una vida feliz”.

En griego, hedoné significa placer. Actualmente,

se llama hedonista a todo aquel que lleve una

vida entregada al vicio y al exceso. Por ello,

algunos pensaron que Epicuro se refería a la

búsqueda del placer en forma desenfrenada.

Por ejemplo, Timócrates, un discípulo

decepcionado, difunde que Epicuro lleva una

vida de libertinaje, derrochando grandes sumas

de dinero en banquetes y prostitutas.

“Cuando decimos que el placer es la única finalidad,

no nos referimos a los placeres de los disolutos y

crápulas, como afirman algunos que desconocen

nuestra doctrina. Ni los banquetes ni los festejos

continuados, ni el gozar con mujeres, ni los pescados

ni otros manjares que ofrecen las mesas bien servidas

nos hacen la vida más agradable, sino el juicio

certero que examina las causas de cada acto de

elección o aversión y sabe guiar nuestras opiniones

lejos de aquellas que llenan el alma de inquietud”.

~ Epicuro

Durante su vida, Epicuro debe defenderse de

acusaciones que confunden el placer que

profesa con una entrega a los deleites de la

carne.

El placer epicúreo no debe pensarse como un

placer vicioso, como gula o lujuria, sino como la

ausencia de dolor en el cuerpo y de turbación

en el alma. Es un placer virtuoso, lleno de

prudencia. Es el placer que se obtiene de hacer

las cosas bien.

La clasificación de los deseos Hay tres clases de placer según Epicuro:

1. Los naturales y necesarios que son

aquellos cuya insatisfacción hace la vida

imposible o desdichada. Entre ellos,

algunos conciernen a la felicidad, como la

filosofía y la amistad; otros al bienestar

del cuerpo, como los que lo defienden de

las amenazas de la naturaleza; y un tercer

grupo a la vida en general, como el

hambre y la sed.

2. Los naturales e innecesarios, lo cuales

pueden ser satisfechos de manera

episódica (cada cierto tiempo). El deseo

sexual es natural, pero puede fácilmente

transformarse en una pasión devastadora.

El carácter ambivalente del deseo sexual,

al mismo tiempo natural e innecesario,

hace que Epicuro tenga una posición

ambigua respecto a él.

3. Los deseos vanos. “Nada es suficiente

para quien lo suficiente es poco”, dice al

respecto Epicuro. Esto significa que los

deseos vanos son aquellos que lanzan al

hombre a una búsqueda ilimitada, por

ejemplo: La riqueza, el poder o la fama.

En conclusión, para Epicuro, el verdadero

placer es la ausencia de inquietud en la que nos

zambulle la búsqueda ilimitada del placer

vicioso. El arte que nos arranca de la noche de

los tormentos es, en primer lugar la técnica de

suprimir los deseos vanos y en segundo lugar,

el limitar al máximo los innecesarios.

4. El estoicismo La ética estoica se condensa en la frase de

Crisipo: “No hay otro bien más que la belleza

moral”. La elección de vida estoica es

diametralmente opuesta a la epicúrea: la

felicidad no consiste en un placer individual,

sino en una exigencia de bien que trasciende al

individuo.

Zenón de Citio

Crisipo es el segundo sucesor al mando de la

escuela estoica, su fundador es Zenón de Citio.

Zenón nace en el año 334 a.C. en Citio, una

colonia fenicia de la Isla de Chipre. En el año

301 a.C. funda su propia escuela, que decora

con numerosas pinturas y le llama: “El Pórtico”,

nombre que le da origen a esta corriente

filosófica (en griego Στοα, stoa, ‘pórtico’).

Aunque no hay mucha información de esta

escuela después del siglo I a. C., en el siglo II

d.C. el estoicismo floreció gracias a Séneca,

Epicteto y Marco Aurelio.

La necesidad y la libertad El único bien que el hombre debe buscar es la

belleza moral, todo lo demás que ocurre, es

una necesidad.

Es estoicismo parte de una experiencia trágica,

que revela que todas las cosas son regidas por

el destino: La salud, la enfermedad, la belleza,

la fealdad, el placer y el sufrimiento, la vida y la

muerte le acontecen al hombre como fruto de

una necesidad inexorable, como eslabones en

una cadena de causas y efectos sobre los cuales

él no tiene dominio ni poder.

Por tanto, lo único que puede hacer el ser

humano es resistir con valentía los designios

del destino y buscar el bien. Sin embargo, el ser

humano nace con un instinto de conservación

que le llevará a la búsqueda de su libertad. El

filósofo Séneca ofrece el ejemplo de la tortuga,

que al quedar boca arriba, hará todo los posible

por darse vuelta, gracias a una tendencia

natural.

Entonces, el estoico trata de aceptar lo que el

destino le depara y a la vez, elige amar a sus

hijos, a sus conciudadanos y a la patria, gracias

a la libertad que le da la razón. En la aceptación

del destino, colapsa la distinción entre

necesidad y libertad. Por eso, Epicteto

aconseja:

No busques que lo que suceda, suceda como tú lo

deseas, pero desea que lo que suceda, suceda como

suceda, y serás feliz. - Epicteto

Preguntas para profundizar: a. ¿Puedes ven rasgos de estas corrientes

filosóficas aun en los días actuales? ¿En

qué persona o grupo de personas?

b. ¿Qué observas de negativo y de positivo

cada corriente?

c. ¿Con cuáles estás de acuerdo y con cuáles

estás en desacuerdo?