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TRACUENTOS Y POEMAS DOCENTE:Lda. JATHEN ARRELLANONOMBRE: FRANCISCO NAULA SBADO 12 DE ABRIL DEL 2014 TRABAJO DE: COMUNICACIN HORAL ESCRITA TEMA: FACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIN UNIVERSIDAD ESTATAL DE BOLIVAR UNIVERSIDAD ESTATAL DE BOLIVAR

La Caracola Jos De La Cuadra Este cuento como podemos ver que nos narra la historia de un comerciante que navegaba por los ros montubios y como se enamor de una chica de clase alta.

Este comerciante conocido como Samuel Morales, l navegaba el ro Vences comerciando con la gente que viva alrededor, el desde lejos avisaba a travs de su caracola, que sonaba como un cuerno de caza.

El era una buena persona que le fiaba a la gente que no tena para pagarle, tambin tenia una buena memoria se acordaba de lo que le deban, haba ocasiones especiales en las que regalaba lo que la gente necesitaba como por ejemplo a una viuda que se le haba muerto su hijo.

El comerciaba con una hacienda conocida como "El Tesoro" que se encontraba localizada en las riveras del Vinces, all lleg a conocer a la muchacha guayaquilea conocida como Perpetua, y cada noche cuando el volva en su canoa sonaba su caracola para ella.

Yo pienso que esta historia nos demuestra como en esos tiempos era muy dificial que una persona de la clase baja se enamorara de una de la clase alta, ya que en esos tiempos los cananones sociales eran muy exigentes y aunque en la historia la chica vuelve a la ciudad y luego pasaron los aos ella en momentos de melancola se acordaba y imitaba el sonido de la caracola de Samuel Morales.

Pablo NerudaPuedo escribir los versos ms tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: La noche est estrellada,Y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos ms tristes esta noche.Yo la quise, y a veces ella tambin me quiso.

En las noches como sta la tuve entre mis brazos.La bes tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo tambin la quera.Cmo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos ms tristes esta noche.Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Or la noche inmensa, ms inmensa sin ella.Y el verso cae al alma como al pasto el roco.

Qu importa que mi amor no pudiera guardarla.La noche est estrellada y ella no est conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.Mi corazn la busca, y ella no est conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos rboles.Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cunto la quise.Mi voz buscaba el viento para tocar su odo.

De otro. Ser de otro. Como antes de mis besos.Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como sta la tuve entre mis brazos,Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque ste sea el ltimo dolor que ella me causa,y stos sean los ltimos versos que yo le escribo.Emocin Visperal Ernesto NoboaHay tardes en las que uno desearaEmbarcarse y partir sin rumbo cierto,Y, silenciosamente, de algn puertoIrse alejando mientras muere el da

Emprender una larga travesaY perderse despus en un desiertoY misterioso mar no descubiertoPor ningn navegante todava.

Aunque uno sepa que hasta los remotosConfines de los pilagos ignotosLe seguir el cortejo de sus penas.

Y que al desvanecerse el espejismo,Desde las glaucas ondas del abismo,Le tentarn las ltimas sirenas.

Arturo Borja: Poeta EcuatorianoEl viejo campanarioToca para el rosario,

Las viejecitas una a unaVan desfilando hacia el santuarioY se dira un milenarioCoro de brujas, a la luna.

Es el ltimo daDel mes de Mara.

Mayo en el huerto y en el cielo:el cielo, rosas como estrellas;el huerto, estrellas como rosas ...Hay un perfume de consueloflotando por todas las cosas.Virgen Mara, son tus huellas?

Hay santa paz y santa calma ...sale a los labios la cancin ...El almadice, sin voz, una oracin.

Cancin de amor,oracin ma,plida florde poesa.

Hora de luna y de misterio,hora de santa bendicin,hora en que deja el cautiveriopara cantar, el corazn.

Hora de luna, hora de uncin,hora de luna y de cancin.La lunaes unallaga blanca y divinaen el corazn hondo de la noche.

Oh luna diamantina,cbreme! Haz un derrochede lvida blancuraen mi doliente noche!Llgate hasta mi cruz, pon un poco de alburaen mi corazn, llaga divina de locura! El viejo campanariotoca para el rosario,Las viejecitas una a unavan desfilando hacia el santuarioy se dira un milenario coro de brujas, a la luna.Es el ltimo dadel mes de Mara.Mayo en el huerto y en el cielo: el cielo, rosas como estrellas;el huerto, estrellas como rosas ... Hay un perfume de consuelo flotando por todas las cosas. Virgen Mara, son tus huellas?Hay santa paz y santa calma ... sale a los labios la cancin ... El almadice, sin voz, una oracin.Cancin de amor,oracin ma, plida flor de poesa.Hora de luna y de misterio, hora de santa bendicin,hora en que deja el cautiverio para cantar, el corazn.Hora de luna, hora de uncin, hora de luna y de cancin. La lunaes unallaga blanca y divinaen el corazn hondo de la noche.Oh luna diamantina,cbreme! Haz un derroche de lvida blancuraen mi doliente noche!Llgate hasta mi cruz, pon un poco de albura en mi corazn, llaga divina de locura!El viejo campanario que tocaba al rosario se ha callado. El santuario se queda solitario.El viejo campanarioque tocaba al rosariose ha callado. El santuariose queda solitario.EL ALMA EN LOS LABIOS: De Medardo ngel Silva.

Cuando de nuestro amorla llama apasionadadentro tu pecho amantecontemples extinguida. Ya que solo por tla vida me es amadael da en que me faltesme arrancar la vida. Por qu mi pensamiento,lleno de este carioque en una hora felizme hiciera esclavo tuyolejos de tus pupilases triste como un nio que se duerme soandocon t acento de arrulloque se duerme soandocon t acento de arrullo . Para envolverte en besosquisiera ser el vientoy quisiera ser todolo que t mano toca Ser t sonrisa ser,hasta tu mismo alientopara poder estarms cerca de t boca. Perdona si no tengopalabras con que puedadecirte la inefablepasin que me devora. Para expresar mi amorsolamente me quedarasgarme el pecho amaday en tus manos de sedadejar mi palpitantecorazn que te adora.

Poema Aniversario de Medardo ngel SilvaHoy cumplir veinte aos. Amargura sin nombrede dejar de ser nio y empezar a ser hombre;de razonar con lgica y proceder segnlos Sanchos, profesores del sentido comn.

Me son duros mis aos y apenas si son veinte-ahora se envejece tan prematuramente;se vive tan de prisa, pronto se va tan lejosque repentinamente nos encontramos viejosen frente de las sombras, de espaldas a la auroray solos con la esfinge siempre interrogadora.

Oh madrugadas rosas, olientes a campiay a flor virgen; entonces estaba el alma niay el canto de la boca flua de repentey el rer sin motivo era cosa corriente!

Iba a la escuela por el ms largo caminotras dejar sooliento la sbana de linoy la cama bien tibia, cuyo recuerdo halagaslo al pensarlo ahora; aquel San Luis Gonzagade pupilas azules y rubia cabelleraque velaba los sueos desde la cabecera.

Aunque bamos despacio, al fin la callejuelaacababa y estbamos enfrente de la escuelacon el "Mantilla" bien oculto bajo el brazoy haciendo en el umbral mucho ms lento el paso,y entonces era el ver la calle ms bonita,ms de oro el sol, ms fresca la alegre maanita.

Y despus, en el aula con qu mirada inquietase observaban las huellas rojas de la palmetasonriendo, no sin cierto medroso escalofro,de la calva del dmine y su ceo sombro.

Pero, quin atenda a las explicaciones?Hay tanto que observar en los negros rinconesy, adems, es mejor contemplar los gorrionesen los nidos, seguir el ureo derroterode un rayito de sol o el girar bullanguerode un insecto vestido de seda rubia o unamosca de vellos de oro y alas de color de luna.

El sol es el amigo ms bueno de la infancia;nos miente tantas cosas bellas a la distancia,tiene un brillar tan lindo de onza nueva! Repartetan bien su oro que nadie se queda sin su parte;y por l no atendamos a las explicaciones.

Ese brujo Aladino evocaba visionesde las mil y una noches -de las mil maravillas-y beodas de sueo nuestras almas sencillassin pensar, extendan sus manos suplicantescomo quien busca a tientas puados de brillantes.

Oh, los lricos tiempos de la gorra y la blusay de la cabellera rebelde que rehsala armona de aquellos peinados maternales,cuando bamos vestidos de ropa nueva a Misadominical, y pese a los serios rituales,al ver al monaguillo soltbamos la risa.

Oh, los juegos con novias de traje a las rodillas,los besos inocentes que se dan a hurtadillasa la beb amorosa de diez o doce aos,y los sedeos roces de los rizos castaosy las rimas primeras y las cartas primerasque motivan insomnios y producen ojeras.

Adolescencia ma! te llevas tantas cosas,que dudo si ha de darme la juventud ms rosas!,y siento como nunca la tristeza sin nombre,de dejar de ser nio y empezar a ser hombre!

Hoy no es la adolescente mirada y risa francasino el cansado gesto de precoz amargura,y est el alma, que fuera una paloma blanca,triste de tantos sueos y de tanta lectura...!

POEMA LUGAR DE ORIGEN DE JORGE CARRERA ANDRADEYo vengo que la tierra donde la chirimoya,talega de brocado, con su envoltura impideque gotee el dulzor de su nieve redonda,

y donde el aguacate de verde piel pulidaen su clausura oval, en secreto elaborasu sustancia de flores, de venas y de climas.

Tierra que nutre pjaros aprendices de idiomas,plantas que dan, cocidas, la muerte o el amoro la magia del sueo, o la fuerza dichosa,

animalitos tiernos de alimento y pereza,insectillos de carne vegetal y de msicao de luz mineral o ptalos que vuelan.

Capul a cereza del indio interandino,codorniz, armadillo cazador, dura pencaal fuego condenada o a ser red o vestido,

eucalipto de ramas como sartas de pecessoldado de salud con su armadura de hojas,que despliega en el aire su batallar celeste

son los mansos aliados del hombre de la tierrade donde vengo, libre, con mi leccin de vientosy mi carga de pjaros de universales lenguas.Poema Carta A Una Colegiala de Csar Dvila AndradePara leer esta cartabaja hasta nuestro ro.Escuchars, de pronto, una cosecha de airepasar sollozando en la corriente.Escuchars la desnudez unnimedel agua y el sonido.Y el rumor del minuto ms antiguoformado con el tomo de un da.Mas, de repente, escuchars, oh bella msica femenina,la catarata inmvil del silencio.

Entonces, te hablar desde las letras:Era enero. Salimos del colegio.

Veo tu blusa de naranja ilesa.Tus principiantes senos de azucena,y siento que me duele la memoria.

Bella aprendiz de cartas y de melancola,con los ojos cerrados y las bocas unidas,tomamos esa tarde una leccin de idiomassobre el musgo que hablaba de la cartografa.Cmo has pasado estas vacaciones?Sientes alguna vez entre los labiosese azcar azul de la distancia?

Maana son dos aos, siete meses.Te conoc con toda mi alma ausente;sufra entonces, por la primavera,un bellsimo mal que ya no tengo.

Recuerdo: producas con los labiosun delgado chasquido de violeta.Pienso en la estatua de aire de tu olvidomirndome de todas las esquinas,mi colegiala ma, msica femenina.

T, en el divino campo. Yo, en la ciudad terrestre.La calle pasa con su algaraba.Un fraile. Unas mujeres de la vidaUn nio con un cesto de hortalizasUn carro lento dividido en siglos

Maana entramos ya en el mes de junio.Flotarn en su cielo de anchos airesobjetos de uso azul como las aguas;y una lejana inquietud de rosashabr en el horizonte de la tarde.En este claro mes de agua plateadate conoc. Entonces yo sufrauna enfermedad de primavera,un bellsimo mal que ya no tengo VOCABULARIOAstros