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-M - Capítulo 5 CIUDADES Y REGIONES

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Capítulo 5

CIUDADES Y REGIONES

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Prólogo

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Los estudios urbanos se encuenfran hoy en su apogeo. Desde diversas disríplinas los científicos intentan comprender las diferentes y complejas dimensiones de la vida urbana: desde la problematízación de fenómenos pertenecientes al nivel de la concienría, como la cultiu-a y los imaginarios urbanos, hasta problemas prácticos e inmediatos de la vida urbana, como la oferta hídrica o la polución ambiental.

Esta "explosión" de estudios de la ciudad nace de la progresiva toma de concienría de que vivimos en un mundo de ciudades, algo que se ha hecho evidente en los tíltímos 20 años en razón no sólo de la superación de los porcentajes de la población urbana sobre la rural, sino también del he­cho incuestíonable de que el capitalismo contemporáneo es esencialmente urbano y que, como plantean Baverstock et al. ante una imagen nocturna de Europa, alU no se ve un mundo de países o estados-naríón, sino un espacio-mundo de asentamientos, un conjunto de ciudades comandadas por "ríudades mundiales" y orgarüzadas en red: "las ciudades mundiales representan una metageografía alternatíva, de redes más que el mosaico de estados" (1999:123).

Lo anterior de ninguna manera puede significar la "destrucción" de la región y el que la ciudad se erija como territorio; por el contrario, deriva del reconocimiento del papel de comando de las ciudades sobre las econo­mías nacionales y regionales (Amin 1998: 418), además de considerar que esta situaríón se resuelve en una profunda interdependencia en donde el posicionamiento de una ciudad en el contexto de una red de ciudades depende de la prosperidad de su área de influenría, jalonada a su vez por el éxito de los centíos urbanos.

De esta caracterización del urbanismo contemporáneo fluye un recon­fortante fortalecimiento de los estudios urbanos y se pone de reUeve la

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IQHN WlUIAMS M Q N T Q Y A

importancia de los análisis de las relaríones interurbanas y urbano-regio­nales, temas de los que se ocupa este capítulo a través de los artículos que se presentan a contínuación.

>' EL POBLAMIENTO DE L^ COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

En este documento, Fabio Zambrano Uusfra la tíansformación del sistema urbano de la costa caribe con la independencia y el paso de una red de ciudades, configurada principalmente en torno a los intereses poUticos coloniales, a otra red que intenta responder a un nuevo orden económico, derivado del papel de la naríente república como oferente de materias pri­mas y receptor de manufacturas europeas. A partir de esta premisa, el au­tor expone el impacto urbano-regional de los diferentes ciclos asociados a los cultívos de exportación de la segunda mitad del siglo XIX y primera del siglo XX: el tabaco de 1850 a 1870, el banano de 1880 a 1950 y el café que, a pesar de ser cultívado por fuera de la región, permite consoUdar la prima­ría de BarranqiüUa mediante la concentíaríón de funríones comerríalizadoras que, sin embargo, comienzan a declinar con la constíucción del ferrocarril CaU-Buenaventura. También se reconoce el impacto de otíos cultívos comer-ríales como la caña de azúcar, el algodón y la ganaderia, actividades que no estuvieron tan asoríadas a una economía de exportaríón y sí al proceso de industrializaríón colombiano de mediados del siglo XX.

A partír del anáUsis de la evoluríón econónüca regional el autor concluye con una descripríón de la progresiva fransformaríón de las jerarqiüas urbanas y la lenta pero inexorable consoUdaríón de un sistema caribeño poUcéntrico, dorrünado por el eje Utoral Santa Marta - BarranquiUa - Cartagena.

TERRITORIALIDAD, CIUDADES Y REGIONES ' '^ _ '

Este documento contiene una síntesis del proyecto de investigación Terri­torialidad, ciudades y regiones, presentado en ExpoHannover 2000, y parte de un diagnóstíco del problema urbano colombiano, enfatízando en el im­pacto de las tendencias contemporáneas de globaUzación económica y cul­tural, y desarroUando una agenda de tíabajo centrada en identificar los elementos por considerar en la planificación urbano-regional, para respon­der a los retos que plantea una economía global, soportada en una red de ciudades.

Los autores, sin embargo, no proponen una adaptación directa a estos fenómenos; por el confrario, se desarroUa una agenda temática que contie-

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PRÓLOGO

ne elementos referentes a la competencia global, como productividad y competencia integral, desarroUo sostenible y habitabüidad, así como te­mas que apuntan a problemas inmediatos y particulares de la soríedad colombiana, como conflicto y gobierno democrático, heterogeneidad y co­existencia de identidades. El artículo finaliza con una agenda de tíabajo que debe desarrollar el grupo.

ESTADO DEL ARTE DEL PENSAMIENTO URBANO EN COLOMBIA * '

Con este ensayo, Fernando Viviescas reafirma la importanría de lo urbano como elemento centíal en el proceso de constíucción de naríón. Igualmente, hace una crítíca profunda al urbanismo colombiano que, a su juicio, ha sido incapaz de crear una cultura del planeamiento en la consfrucción de la ciudad . Planeamiento que, propone, debe artícularse en torno a la idea de cualificación ambiental, la cual tendría en el desarroUo sosterüble uno de sus fundamentos epistemológicos centíales. '• ' i - t. -.-

En la discusión siguiente el autor inicia un recuento del urbanismo en Colombia, critícando de las ciencias relacionadas la ceguera que les ha im­pedido ver lo que a su juicio define como la forma del ser colombiano: la urbanización. De esta ignoranría deriva el autor la razón del por qué el desarrollo de las ciudades fue abandonado a la "especulación profesional y económica". Esta posiríón, sin embargo, desconoce el protagonismo que puedan tener otros actores en la creación de ciudad.

El texto contínúa con un recuento de los hitos del pensamiento urba­nístíco que, en resumen, corresponde a una historia de la arquitectura en la academia y los entes planificadores, resaltando la importancia de la apa­rición de facultades, institutos y centros de investigaríón.

La discusión termina al plantear que el gran paso se dio en la década anterior, cuando se reafirmó el urbanismo en torno a la problemática am­biental y la emancipación femenina, elementos que el autor identifica como extensiones de la posmodernidad y del pensamiento complejo, auncuando no es claro que ambos elementos sean compatibles. Además, a pesar de la reivindicación que se hace del posmodernismo, este movimiento está Ue­no de ambigüedades e inconsistencias^ sin contar el hecho de que aquí no

Cooke (1990) anota por ejemplo que el modernismo y el posmoderrüsmo están más interconectados que irrevocablemente opuestos (p.332), e identifica 8 posidones diferentes referidas al movimien­to posmoderno (p. 337).

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jQHN WILLIAMS MONTOYA

se tiene en cuenta la agenda propuesta por algunos de sus promotores (véase Dear y Flsuty, 1997).

La parte conclusiva del documento es una reflexión sobre la necesidad de consolidar el urbanismo como discipUna desde la interdisciplinariedad, ofreciendo una propuesta con la que se busca consfruir un aparataje teóri­co y metodológico que incluya la institucionalización de la enseñanza de la profesión y la consolidación de redes y grupos de investigación orienta­dos a la planificación participativa.

CARACTERIZACIÓN DE LA EVOLUCIÓN URBANÍSTICA Y ARQUITECTÓNICA DEL

MUNICIPIO DE MANIZALES. U N A APROXIMACIÓN BÁSICA

En este texto, José F. Muñoz presenta una síntesis del trabajo "Patrimonio urbano y arquitectura del municipio de Manizales". Es una historia de Manizales desde su arquitectura en una secuencia histórico-espacial: de las coronas rururbanas de la época prefundacional, representada en la ar­quitectura de las fincas, fondas y pequeños poblados levantados por la "expedición de los 20", antes de 1848, a la corona perirurbana de los cen­fros suburbanos y centíos poblados con cuaUdades urbanísticas derivadas de la consoUdación de la ciudad desde sus fundación hasta la década de 1970. - , -I,;;, r •' -: .. i

Este últímo período es desglosado en varias etapas que muesfran el cambio arquitectónico derivado de la apropiación local de las corrientes europeas, pero también resultado de la tíansformación poUtíca, económi­ca y soríal de la soríedad caldense, que se refleja en la forma física de la ciudad.

Una última corona se denomina de la "ciudad centrifuga", y corres­ponde al desarrollo urbano de las dos tiltímas décadas, en donde se enfatiza en el impacto de las bonanzas cafetera y del narcotráfico sobre la forma urbana (especialmente degradación ambiental y deterioro arquitectónico), pero también lo identifica como el período de valorización y rescate del patrimonio arquitectónico. _ , ,

SAN ANDRÉS: CIUDAD INSULAR

Santiago Moreno nos ofrece, en este artículo, sus reflexiones sobre la terri­toriaUdad de San Andrés, reivindicando una singularidad especial afirma­da en las características del medio físico que, a su modo de ver, han defínido el territorio; de ahí, entonces, que se proponga un anáUsis territorial fun-

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PRÓLOGQ

damentado en la identífícación de la interacción naturaleza (asimüada a ecosistema) versus sociedad.

A péirtir de esta argumentación, se elabora un rápido diagnóstico que enfatiza en la crítica situaríón soríoambiental del archipiélago, resultado del fracaso del modelo de desarroUo (en el texto tangencialmente asociado a la globalización), que tuvo como faUa cenfral el desconocimiento y dete­rioro del potencial de recursos de las islas. Ante esta situación, se propone la consfrucción de una alternativa fundamentada en la idea de ciudad in­sular, concepto que se apoya en la idea de unidad territorial, así como en la consideración de que el territorio en sí constituye un recurso a partir del cual es posible crear un espacio diversifícado y por ende competitivo.

«ISLAS»: ESPACIOS Y TERRITORIOS . - :

En este documento, Francisco AveUa reivindica la necesidad de consfruir una geografía insular que permita identifícar los elementos distintivos que confíguran la vida isleña y abordar, desde una perspectiva integral, la rela­ción continente versus sistema de islas en el Caribe.

El reclamo por una geografí'a insular se sustenta en una diagnosis rápi­da de la geografía contemporánea que privUegia la conceptualización del espacio como una idea más que como un objeto, e incluso niega que éste tenga una dimensión real. Sin embargo, la defínición del "campo de saber geográfíco" se expresa de manera ingenua, dando por váUdos y ciertos algunos mitos creados en torno a la geografía contemporánea; entíe otros, el que el sesgo positívista sea presentado como algo dominante y estátíco en la disciplina, cuando, por un lado si bien es cierto tuvo una época de esplendor, fue rápidamente contestado por la geografía humanista y radi­cal y, por el otro lado, ha estado sujeto a tantas transformaciones metodológicas y conceptuales que hoy se ruega la existencia de un para­digma dominante y se plantea la geografía como una discipUna pospa-radigmática (Pickles y Watts, 1992).

Por otía parte, en la literatura reciente sobre pensamiento de la geo­grafía, no es claro que la discusión sobre la naturaleza del espacio sea un asunto concluido y, por el contrario, asistímos a una revitalizaríón del es­pacio y de la espacialidad en discursos que le otorgan a estos elementos un peso preponderante en la configuración de la sociedad. El debate, enton­ces, está abierto.

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REGIÓN METROPOLITANA POLINUCLEAR: UN FUTURO POSIBLE PARA BOGOTÁ Y LA

SABANA

Juan Carlos del CastUlo comienza su frabajo con una caracterización gene­ral de los procesos globales de urbanización, enfatizando en el proceso de confraurbanización europeo y a partir del cual se examina el fenómeno mefropolitano en la Sabana de Bogotá. Posteriormente se incluye una des­cripción de la «región» metropolitana de la sabana con una crítíca, acerta­da a mi parecer, a algunas propuestas que propugnan detener el proceso de expansión de Bogotá y su área directa de influencia. Del Castülo propo­ne, en cambio, el desarrollo de un proyecto regional que involucre no solo la región, sino también el departamento y la nación como principales ge­neradores de flujos migratorios, impulsados por una concentíación mar­cada de las actívidades económicas en la capital, una respuesta no esperada de la apertura económica de los años 90. .:,. .. ^ ., ,

Posterior a este diagnóstico, se hace un énfasis importante en algunas consecuencias directas del crerímiento demográfico en la región, referidas especialmente a las demandas futuras de agua y suelo (no se incluye, sin embargo, la demanda esperada de empleo). El texto finaliza planteando cuáles deberian ser las prioridades futuras de planificación urbano-regio­nal, centíadas principalmente en el fortalerínüento de la incipiente estruc­tura polinuclear existente y un tímido reclamo sobre la necesidad de contíolar la oferta de suelo urbano.

Aunque las reflexiones incluidas en este documento revisten la mayor pertínencia, queda la idea de una confianza excesiva en la capacidad del ordenamiento para corregir las "desviaciones" del desarroUo urbano de la ríudad. Tampoco se incluye un examen de los actores que forman ríudad y resulta difícil pensar que se puedan conciliar los intereses tan dispares de dichos actores para hacer realidad las proyecciones planteadas en el artículo.

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FRONTERAS Y POBLACIONES EN LA AMAZONIA

El capítulo culmina con el texto de Carlos Zarate, que incluye un diagnós­tíco del "estado del arte" de la investígación amazónica sobre el territorio. El autor enfatiza en el frabajo de los pioneros, fundamentalmente en el siglo XIX y los desarroUos reríentes de investigación fronteriza, destacan­do los frabajos del CNRS sobre etnología y relaríones internacionales. En la parte final se elabora un balance de las propuestas actuales, en especial de la conformación de una red de investigadores amazórücos.

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PRÓUXX)

REFERENCIAS CITADAS

Amin, Ash y Stept\en Gratiam, The ordinary city. Transactions of the Institute of British Geographers. 22,4: 411-429,1997.

Baverstock, ].; R. Smith y P Taylor, World-City Network: A New Metageography? en Annals ofthe Association of American Geographers, 90,1; 123-134, 2000.

Cooke, Philip, Modern urban theory in question. Translations of the Institute of the British Geographers, 15: 331-343,1990. '

Dear, Michael y Steven Flusty, Posmodern urbanism. Antmls of the Association of American Geographers, 88,1: 50-72,1998.

Pickles, J. y Michel Watts, Paradigms for Inquiry, Judy Olson; Ronald Abler y Melvin Marcus, (eds.) Geography Inner 's Worlds. Rutgers UP: New Jersey, 1992, pp. 301-326.

fohn Williams Montoya Profesor, Facultad de Ciencias Humanas del Departamento de Geografi'a,

Urüversidad Naríonal de Colombia, Bogotá

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EL POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS

* SIGLOS XIX Y XX

' ' _ ' ' ' Fabio Zambrano P."

INTRODUCCIÓN

rara comienzos del siglo XIX ya era más que evidente que el esquema soñado por los españoles para sus posesiones de ultíamar, con la organiza­ción de dos "repúbUcas" ideales, había fracasado rotundamente, en gran parte a causa del poblamiento al margen del contíol de las instituciones estatales. Una estrategia fundamental de la dominación española fue con­gregar población y liberar tíerras con el propósito de agrupar a los pobla­dores y facultar los mecanismos de tíansferencia masiva de recursos a favor de los dominadores. Para lograrlo, se creó una serie de centíos urbanos desde donde se organizó la explotación. Pues bien, en ninguna de las otras provincias del Nuevo Reino de Granada fracasó este modelo como en las provincias de la costa Caribe. Aunque en todas las provinrías de este virreinato se presentaron diversos procesos de campesinización, de ruralización al margen de los poderes urbanos, así como el surgimiento de nuevos centros de poder urbanos, en las provincias costeras el surgimien­to de la colonización interna constituyó una perturbación masiva de las estíucturas de poder. ' . . .

Con la independencia los cambios que ya se venían dibujando, que apuntaban al remplazo de las bases de poblamiento tíadicionales por unas nuevas, experimentaron una aceleración vertíginosa que terminó por de­rrumbar el orden colonial que la corona había tratado de implantar afano­samente. Con la separación de España se abolió el sistema colonial de primacías urbanas según una jerarquizaríón formal, y con él desapareció el principio según el cual la función principal de una ciudad no era econó-

Este trabajo forma parte de una investigadón realizada para el Observatorio del Caribe Colom­biano, con sede en Cartagena, titulada Historia del poblamiento del Caribe Colombiano. Profesor, Facultad de Ciencias Humanas, Departamento de Historia, Uiuversidad Nacional de Colombia, Bogotá. , . •. N V\ .•, • f ' v

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E.AB.IQ.ZAMfi8AMa.E..

mica sino polítíca; de ahí en adelante la primacía urbana estaría determi­nada por las fuerzas económicas. La anularíón del sistema jerárquico de privUegios se sanríonó con la aprobación de la ley 25 de junio de 1824, que dispuso la división de Colombia en departamentos, provinrías y cantones, y promocionó automátícamente a muchas poblaciones al rango de murü­cipio. Con eUo se confirió a los pueblos nuevos una igualdad teórica frente a los antíguos centíos del poder, y aqueUos cuyo dinamismo era sobresa­liente estuvieron de inmediato en capacidad de desafiar las jerarquías ur­banas coloniales en pos de la primacía sobre una región determinada, lo que naturalmente produjo enfrentamientos entre las diferentes élites ur­banas, cuyo resultado fue finalmente la disoluríón de las áreas de influen­cia de las ciudades fradicionales.

En la costa Caribe el conflicto enfre los centíos de poder fradiríonales y las poblaríones emergentes fue partícularmente agudo, merced a la inten­sidad que los combates de la independencia alcanzaron en la región y a la devastación sufrida por los núcleos urbanos más antíguos y poderosos, como Cartagena, Mompox y Tenerife, cuya debilidad al terirünar la cam­paña Ubertadora dio rienda suelta a las ambiciones de otíos núcleos de reciente consoUdación. Esta legitimaríón poUtíca del replanteamiento del sistema urbano dio pie a contínuas modificaciones de las jerarquías en el transcurso de los siglos XIX y XX, y -junto a la multipUcaríón de los puntos de concentíación de la población y al incremento del tamaño de los nú­cleos individuales-, se constítuyó en una de las caracteristícas que marca­ron el proceso de poblamiento durante estos dos siglos (Zambrano y Bernard 1995: 62-5; 89).

Como ya se expUcó, las fuerzas económicas se fransformaron en los determinantes de la nueva jerarquía urbana y pasaron a configurar el te­rritorio con más fuerza de lo que antaño lo habían hecho los intereses po­Utícos. Ahora bien, cabe preguntarse por la naturaleza de las tíansformaciones económicas para así evaluar su repercusión en el poblamiento de la na­ríente región. En Uneas generales, el siglo XIX fue una larga y penosa fran-siríón de una rígida economía precapitalista hacia el capitaUsmo (Sourdis 1991: 212). Algunos de los factores derísivos para esta transiríón en la costa Caribe fueron la expansión de la hacienda -que coexistió con pequeñas propiedades dedicadas a cultivos de subsistenría- al ritmo de la demanda, tanto del mercado interno como del externo de los productos agropecuarios de la región; la apariríón de enclaves capitalistas auspiríados por capital extíanjero y, en menor medida, por capital naríonal; el desarroUo de nue­vas vías de comunicaríón (ferrocarril, carreteras) y la industrializaríón de

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E L POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS M Y XX

BarranquiUa y, posteriormente, la de Cartagena. Antes de entíar a analizar brevemente estos factores, resulta importante estudiar la situación de la costa Caribe en la primera mitad del siglo XIX, periodo dominado por las agitaciones de la campaña de independencia y las guerras ríviles.

PRIMERA MITAD DEL SIGLO XIX .>

El saldo de la guerra de independencia fue esperíalmente catasfrófico para dos de las ciudades costeñas, donde la destíucción fue partícularmente severa: Cartagena y Riohacha. La primera sufrió 105 días de asedio por mar y tíerra y perdió la tercera parte de su población, lo que determinó su decadenría durante el siglo XIX. La segunda fue saqueada en dos oportu­nidades; primero por los mercenarios de MacGregor y luego por las tropas irlandesas al mando del coronel MontíUa, que amotinadas terminaron in­cendiando la ciudad. Y si bien las demás ciudades, Santa Marta y en me­nor medida VaUedupar, corrieron con un poco más de suerte, su situaríón tampoco era de envidiar: la guerra, cuando no las tocó directamente, su­puso serios frastornos para el comercio, sobre el que giraba buena parte de la actividad económica de los núcleos urbanos de la región. La situación del campo también era preocupante pues al saqueo de ganados y produc­tos agricolas y a la táctica de tierra arrasada empleada tanto por realistas como por patriotas, se sumaron las levas obUgatorias que dejaron pocos brazos para las faenas agropecuarias (Sourdis 1994:189-191).

Tras la muerte de BoUvar en 1830 siguieron años de turbulencia poUtica en la región y se produjeron fres confUctos armados en 1831,1840 y 1843, caracterizados por la pugna del espíritu federalista en confra de la repúbli­ca centraUsta, por el sentido de independenría de las antíguas provinrías coloniales contra la existencia de las artíficiosas provincias de Santa Marta y de BoUvar, y por la progresiva afirmaríón de la subrregión que años más tarde se constituirá en el departamento del Atlántico confra la influencia de los fradicionales cenfros de poder.

En 1832 la promulgación de una nueva Constituríón acaba con el de­partamento del Magdalena, con lo cual termina no sólo la arbitrariedad de someter Riohacha a Santa Marta, y Mompox a Cartagena, sino que además se reconoce la situación de fracríonamiento territorial que imperaba tanto en el interior de la región como entre sus diferentes subrregiones y el resto del país. Solamente basta recordar al respecto que hacia finales de 1840 las cuatío provincias costeñas de Cartagena, Santa Marta, Mompox y Riohacha

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FAJIQ ZAMBRANO P,

conformaron cuatío estados federales independientes levantados en ar­mas confra el gobierno cenfral de Bogotá (Sourdis 1994: 199-207).

Este escenario polítíco, caracterizado por un ambiente de constante guerra, aceleró el proceso de ruralización de la población que se venía pre­sentando durante la segunda mitad de la centuria anterior. A esto se le suma el aislamiento de estas provincias, condición que causaba un bajo intercambio comercial y la ausenría de migraciones con las provincias po­bladas del interior andino.

Segunda mitad del siglo XIX. Siglo XX *'

Tras las turbulencias y la profunda fragmentación de las provincias que dejó la primera mitad del siglo XIX, los siguientes cien años en el Caribe colombiano estuvieron signados por una fase de crecimiento económico que dejó su impronta en el poblamiento de la región. Este crecimiento fue estimulado por el comercio exterior que se movía por sus principales puer­tos y por el impulso que recibieron en su momento la producción de taba­co, banano y ganado vacuno. También tuvo que ver con este auge económico la consoUdación del puerto de BarranquiUa y el posterior resur­gimiento portuario de Cartagena, hechos que estimularon un considera­ble desarrollo industrial.

El desarroUo económico de la costa Caribe se vio favorecido por una formidable expansión de la economía mundial, sobre todo en el período comprendido enfre 1870 y 1930, y en el interior por una creciente integra­ción de la región con los mercados andinos, bien como proveedora de ga­nado vacuno para sus cenfros de consumo o bien como puerta de salida de los productos de las zonas agrícolas andinas, así como puerta de entrada de las importaciones que éstas requerían.

No obstante, en este período también se dejan sentir los primeros sig­nos de estancamiento, sobre todo después de la apertura del Canal de Pa­namá en la segunda década del siglo XX, que dejó a los puertos sobre el Pacífico -en especial a Buenaventura- en una posición ventajosa, dada su mayor cercanía a las regiones cafeteras andinas. A la preferencia de los productores de café por la saUda del Pacífico vino a juntarse el desarroUo de nuevas vías de comunicación alternas a la del rio Magdalena -ferroca­rril, carreteras-, que se ofrecían como remedio a los problemas de navegabiUdad y de inestabiUdad social en los puertos, que aquejaban la fradicional ruta fluvial. La modernizaríón de los transportes en Colombia y la apertura de nuevas rutas de exportaríón amenazaban con frastocar el

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intercambio comercial del que dependía en buena medida la región. Ade­más, la crisis de la industria bananera en la década de 1940 no sólo afectó a quienes dependían directamente del sector sino que además redujo sustancialmente el mercado que en torno a las zonas bananeras ofrecía oportunidades sin par a la industria regional. Pero aunque el panorama ya se tornaba gris, los efectos de los cambios que se estaban gestando no se harían sentir en toda su magnitud mienfras -como todavía era el caso a mediados del siglo XX- el grueso del movimiento comercial del interior andino con la Costa -y a tíavés suyo con el mercado internacional- se rea-Uzara a través del rio Magdalena (Posada Carbó 1994: 261-3).

Sin embargo, ya a finales de la década de 1950 se hicieron efectívas las consecuenrías de los cambios que se venían produciendo: la pérdida de carga portuaria resintíó gravemente la actividad de los núcleos urbanos costeños y disminuyó sustancialmente la dinámica de la economía regio­nal, lo que determinó el rezago de la región frente al resto del país en el período comprendido enfre 1950 y 1990, y que la llevo en últíma instancia a convertírse en una de las regiones más pobres del país. El dinamismo industrial del período anterior terminó disipándose frente a la imposibili­dad de competir en los mercados más densamente poblados y ricos del interior y ante la penetración exitosa de los productos de Bogotá, Cali y MedeUín en el propio mercado regional, de manera que ni siquiera la im­presionante industrializaríón del complejo de Mamonal en Cartagena pudo lograr que la participación del sector industrial en la economía regional fuera menor que en el resto del país. La partirípación de sectores que como la ganadería tienen muy redurídas perspectivas de crecimiento siguió sien­do, pues, muy elevada (Meisel 1994: 322).

AGRICULTURA '=

Durante el siglo XIX, con excepción de unas pocas plantaciones, en la costa Caribe colombiana la agricultura se desarroUo en pequeñas parcelas que, predominantemente, se configuraban alrededor de las desembocaduras de los rios, lo que faciUtaba el tránsito del producto o los productos de la zona hacia el exterior. El desarrollo de la agricultura se veía restringido por la capacidad técnica y de infraestructura apropiada para la explotación de los recursos naturales, y quedaba Umitado a la voluntad de la naturaleza, es decir a la regularidad de Uuvias y sequías para la consecución de la cose­cha del producto cultívado.

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FABIO ZAMBRANO p.

En la costa Caribe, la agricultura pasó de ser una producción de típo aislada, y casi que exclusivamente de autoabastecimiento, a tener una pro­ducríón para la exportación tanto en el ámbito nacional como internacio­nal. Inicialmente se produjo una significafiva evolución en la producción del tabaco y azúcar así como del algodón. Sin embargo, el caso del banano constítuye el elemento preponderante dentro del ámbito económico en esta región. Su cultívo, amparado en las poUtícas proteccionistas de princi­pios de siglo, generó un auge económico y social para la región. El banano se convirtíó durante décadas en un elemento simbóUco mediante el cual se alcanzaban nuevas condiciones económicas y sociales. No obstante, es ne­cesario enfatizar en que las regaUas de la producción agropecuaria no re­percutieron de inmediato ni a gran escala en la región; el desarrollo tecnológico se incrementó con lentítud y las condiciones de vida del grue­so de la población se mantuvieron en el nivel bajo de pobreza en que se enconfraban antes de las bonanzas.

Las nuevas condiciones de producción determinaron nuevas formas de composición de la esfructura laboral y geográfica de la región. Ya no se tíataba de mantener culfivos aislados para la autosuficienría de mercados regionales sino que se buscaba consoUdar nuevos medios más desarrolla­dos y tecnológicos para los nuevos volúmenes de producción. Esto signifi­caba aglutinar un gran número de frabajadores alrededor de las extensas plantaciones de los productos referidos. Así, las poblaciones que se encon-tíaban en las fronteras de las grandes plantaciones eran absorbidas por la dinámica de estas últímas, que ejercían el contíol sobre la evolución de dichas poblaciones. Fals Borda se refiere a esta distriburíón de la produc­ríón agrícola como enclaves: aquella explotación de recursos naturales y humanos en un lugar relatívamente aislado según formas de trabajo y téc­nicas que quedan subordinadas a las relaríones de intercambio que se es­tablecen entre el enclave y el capital extranjero en países originarios o dominantes. í'' t- '

Con el tíanscurrir del siglo se consoUda la haríenda como esfructuradora del espacio regional, a la vez que va tíansformándose paulatínamente en una verdadera empresa agrícola -sobre todo en aqueUas zonas dedicadas al cultívo para la exportaríón- y düerenciándose cada vez más de las pe­queñas propiedades dedicadas a la agricultura de subsistenría. La expan­sión de la hacienda costeña se debió, en cierta medida, a la producción para el mercado interno de arroz, azúcar, algodón y de ganado vacuno, y de tabaco y banano para el externo (más adelante se ampUará la informa­ríón sobre estos productos). En el siglo XX resultó fundamental la expan-

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EL POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

sión de la haríenda hacia el sur y el suroeste para el poblamiento de la región. La presión de los terratenientes antíoqueños se hizo sentir con el general Pedro Nel Ospina (fundador de las haríendas Marta Magdalena, Santa Helena, Cañaflecha, en 1920), los Navarro (quienes Uegan en 1915), los Vélez (haríenda Chimborazo), los Dauz (hacienda Canalete), los ViUa (hacienda La Vorágine) y los Posada y antecesores (hacienda La Antíoqueña). Casi al mismo tíempo diversas familias ricas (incluidos sirios, libaneses y los palestínos, mal Uamados "turcos", reríén Uegados) expan­dieron sus propiedades o fundaron nuevas propiedades. Tal es el caso de los Kerguelén, quienes se apropiaron de Lomagrande y Torpeza (1921); de los García Sánchez y los Padilla instalados en Cereté y Chuchurubí (1915); de los Buelvas, quienes se apoderaron de los Cedros; de los Garcés en San Pelayo, y de los Berrocal, quienes obtuvieron las Majaguas en Jaraquiel y las tíerras del pueblo de Boca de la Balsa. Más al norte, hacia el mar, apare­cen los EsprieUa en sabanas de Mucacá (1910), los Prieto en San Onofre (1925) y los Santos Cabrera en Río Ciego (1928) (Fals Borda 1976: 42-3).

En cuanto a los enclaves capitaUstas, estos aparecen en la Costa al pro­mediar el siglo XIX, cuando en 1844 se inaugura la Compañía Francesa formada por Víctor Dujardin y Luis Striffler para la explotaríón del oro en el Cerro de Higueron en el Alto Sinú. Hacia finales del siglo XIX la tala de árboles se vuelve un fructífero negocio, aprovechado por los franceses Lacharme y Antoine (1890) y la compañía norteamericana de Geo. D. Emery (de 1883 a 1915 en el alto Sinú y de 1915 a 1929 en los ríos Mulatos y San Juan, cuando agotó todas las maderas vaUosas de la primera zona). El siglo XX se irüríó en la región por la fiebre pefrolera aprovechada por las com­pañías extranjeras. En 1901 una compañía anglo-belga, la Bolívar Oü Sindícate, entró a prospectar en San Pelayo y la South American Gulf Uegó a San Andrés en 1913. La Standard Oü Company Uegó a Purísima en 1914 y a Turbaco en 1915; la Colombian Oilfields a Galerazamba, Tubará y Puer­to Colombia en 1920; la Latín American Pefroleum Corp. a San Jacinto, El Carmen de Bolívar y Zambrano en 1920; la Bataache Petí. Maatschapij a Toluviejo en 1920, y la Coastal Colombian Oü Company a El Limón, Pára­mo y Lorencita en 1926 (Fals Borda 1976: 51-7).

Tabaco

El cultívo del tabaco se vio estímulado por el mercado internacional, partí­cularmente durante el auge que siguió a la abolición de su monopoUo a mediados del siglo XIX, y aunque este auge duró sólo veinte años (1850-

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1870), su influencia fue definitiva en la consoUdaríón de la hacienda como empresa agrícola en ciertas zonas y en la reactivación portuaria tías las convulsiones de la primera mitad del siglo XIX. Por esta época ya existían dos factorías de tabaco en BoUvar, una en María la Alta y la ofra en El Car­men de Bolívar, instalada en 1848 en un área de cultívos clandestínos (Par­do Pardo 1972: 295).

Durante el auge, la hoja para exportación se produría tanto en los va­lles andinos como en importantes zonas de la costa. Para 1857 las exporta­ciones del tabaco clasificado como Carmen -que designaba el de los diferentes distritos productores de la Costa en su conjunto- apenas repre­sentaba una quinta parte del total de las exportaciones, pero seis años des­pués el tabaco del Carmen Uderaba las exportaciones tabacaleras. El Carmen de BoUvar se constítuyó en el núcleo de la producción en la Costa, al lado de los distritos de Sincelejo, Corozal, Turbaco, Colosó, San Estanislao y Cié­naga, mientías que los puertos de Santa Marta, Cartagena y Magangué, pero sobre todo BarranquiUa, recibieron beneficios enormes a través del impulso que la producción tabacalera dio a la navegación de vapor en el Magdalena y al comercio portuario en general. ; ,r. y

A mediados de la década de 1870 el entusiasmo tabacalero se desvane­cía, no obstante que la región mantuvo su condición de exportadora du­rante el siglo XX a Holanda, Alemania y Francia, aunque ya en cantídades poco significatívas y en un comercio predominantemente de contíaban-do. El estímulo a la producción provino ahora de la creciente demanda interna de cigarrülos y cigarros elaborados tanto en los "fabriquines do-méstícos" -que pululaban en Cartagena, Toluviejo, El Carmen de Bolívar, Zambrano, Colosó, Guamo y Ovejas- como en las fábricas, entíe las que se destacó prontamente la Compaíiía Colombiana de Tabaco, controlada por capital antíoqueño.

El regreso a prácticas intervencionistas a comienzos de siglo y el esta­blecimiento de confroles estatales a la industíia tabacalera con propósitos fiscales (la renta del tabaco se convirtíó en la tercera fuente más importante de ingresos en los departamentos costeños), unidos a la fuerte competen-ría extíanjera, desestímuló profundamente la producción (Posada Carbó 1994: 250-2).

Azúcar

La caña de azúcar se cultivaba en pequeña escala en toda la región y única­mente con fines domésticos, aunque en algunas ocasiones se dieron cose-

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chas que posibUitaron su exportación. Las intenciones de crear un produc­to de significativa importancia comercial y lucrativa se quedaron en vere­mos ante la incaparídad de competir en el mercado internacional con países como Cuba, por ejemplo. ,

La producción se Umitaba a suplir las necesidades locales, entre las que se destacaba la participación de este producto en las destilerías de ron y en la elaboración de la panela. Este producto popular era de vital importancia dentro de la población más desfavorecida porque sustituía el azúcar refi­nado e igualmente respondía a varios propósitos. En los primeros años del presente siglo se construyó un ingenio de importantes proporríones en Sincerín, junto al Canal del Dique, que permifió recoger la primera zafra nacional. Esta consfrucción merece ser señalada no sólo porque a partir de una significafiva inversión de capital, ganaban económicamente el dueño y productor, sino porque la región se vio favorecida con la consfrucríón de una vía férrea de 13 küómetíos y se facilitaba el trabajo para sus poblado­res. A los esfuerzos en Sincerín se sumaron otras empresas: la Empresa Azucarera Berástegui, el Ingenio Santa Cruz y la Empresa Sautatá (Posada Carbó 1994: 252).

La producción de azúcar en la región, principalmente en el departa­mento de Bolívar, fluctuó enfre periodos de autosufiríencia regional y de­manda que se suplía con las importaciones nacionales (departamentos del VaUe del Cauca y Santander), pero en general se ha mantenido estable hasta fechas reríentes.

Algodón

En 1860, y como consecuencia de la caída de la producríón algodonera norteamericana por la Guerra Civü, el algodón costeño experimenta una breve bonanza, pero las experiencias posteriores con su cultívo resultaron decepcionantes. Sólo hasta bien entrado el siglo XX, debido a la instalación de fábricas de tejidos en Cartagena, Barranquilla y MedelUn, se registra una expansión de los cultivos en las riberas del Magdalena cerca de Sitíonuevo y RemoUno, en el norte de Bolívar, y en el departamento del AÜántíco, donde la Cooperatíva de Algodoneros logró reunir a más de 10.000 pequeños y medianos agricultores. > . .^ '

Pero no sólo la demanda de la industria textU estimuló la producríón algodonera, sino también la existencia de un precio interno superior a los precios internacionales. Sin embargo, esta situación tampoco logró garan­tizar el abastecimiento de la industria que durante la década de 1930 se vio

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abocada a satísfacer sus necesidades con importaríones. En 1932, debido a la crearíón de la Algodonera Colombiana S.A. por parte de los textíleros de Medellín, se inicia una pugna enfre productores y consumidores de la fi­bra, que se intensifica en la década siguiente y se resuelve -merced a pre­siones regionales- a favor de los primeros: el gobierno adopta una política proteccionista con la creación de la Junta Nacional del Algodón, que fijó precios mínimos y restringió las importaciones. Todas estas medidas resiü-taron insuficientes, y solamente hasta la década de 1950 -cuando el algo­dón perenne fue reemplazado por variedades anuales de fibra, el uso creciente de pestícidas permitíó el control de las plagas, además del mejo­ramiento de las vías de comunicación- el cultivo del algodón inicia otía fase de expansión hasta sustítuir las importaciones y permitír la apertura de una nueva frontera algodonera: las áreas fradicionales de producción del Departamento del Atíántíco y de las riberas del Magdalena fueron sus­tituidas por los nuevos centíos en Codazzi, VaUedupar y el sur del Cesar (Posada Carbó 1994: 253-4).

Banano

Desde comienzos de 1880 las tíerras originalmente destínadas al cultívo del tabaco y el azúcar, sobre todo en el departamento del Magdalena, se destínaron gradualmente a la siembra del banano, ya que este producto no necesitaba una gran inversión y las cosechas se podían recoger en un tíempo menor y con mano de obra barata. Así mismo, la intíoducción de la refrigeración en el transporte marítímo y la organización de canales de distribución en los cenfros consumidores de la fruta permitíeron la pene-tíación del banano en el mercado internacional.

La producción de banano se centraba en la Uamada región bananera, que se puede ubicar principalmente dentro del territorio demarcado por los municipios de Ciénaga, Aracataca y Fundación y se concenfraba en extensas plantaríones a manera de enclaves. La mayoría de la producción se concentíaba en las tíerras de las compañías extranjeras, aunque pode­mos señalar la existenría de una gran cantidad de fincas de pequeños y medianos productores que generalmente pertenecían a familias de inmigrantes (Posada Carbó, 1998). Ante la necesidad de Uevar el producto hasta los puertos de embarque y para la distribución nacional, las redes de comunicación se desarrollaban bajo el monopolio de las empresas produc­toras. Lugares que hasta el momento no gozaban de fácUes vías de comu­nicación se beneficiaban teniendo acceso a lugares y comunicaríón hasta

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el momento bastante intrincadas. Por otía parte, la producríón bananera pernütíó la formación de un mercado laboral con inmigrantes de casi todo el país, en una zona donde la escasez de mano de obra había impedido hasta el momento el despegue de la agricultura comerríal. Y no se puede olvidar que los efectos de la bonanza sobrepasaron con creces los confines de la zona bananera: con el crecimiento de la demanda de carne, la pro­ducción ganadera en el sur de BoUvar y en el Cesar reríbió un impulso definitivo. t'

En el aspecto soríal, el desarroUo de la producríón del banano frajo consigo serias repercusiones. La población autóctona residente en las in­mediaciones de las plantaciones se concenfraba a su alrededor y constíuían nuevos esparíos de sociaUzaríón, ya no a tíavés del elemento religioso o poUtíco referido anteriormente en la colonia, sino partíendo del aspecto netamente económico. Pero así como el banano generó nuevas fuentes de trabajo en un departamento, el Magdalena, hasta el momento sumergido en una profunda y ancestíal crisis económica, la poblaríón natíva fue se­riamente explotada en confraposición a las condiciones de vida de los téc­nicos extranjeros que laboraban en las plantaciones. Son notables los episodios de la historia nacional que relatan no sólo los abusos sino las manifestaciones de descontento de los moradores de la región, aunque valga la pena señalar que los salarios pagados a los pobladores eran bas­tante elevados en el nivel naríonal, lo cual no quiere decir que fueran sala­rios adecuados.

Además, las derísiones poUtícas partían de los intereses que benefiría-ban a las compañías productoras. Durante mucho tíempo, en las primeras décadas del presente siglo, la influencia del banano en esta parte de la región Caribe no debe ser medida únicamente desde el plano económico, pues la influencia en términos culturales ocupa un lugar significafivo den­fro del territorio señalado.

Como todo producto agricola de exportación, el banano estuvo sujeto a los vaivenes de la demanda internacional. Las dos primeras décadas del siglo XX conocieron un auge inusitado, pero ya durante la segunda mitad de la década de 1920 una continua caída de los precios unida a una polítíca restrictíva de costos de la United Fruit Company generó un grave malestar económico que se tradujo en una seria agitación poUtíca fras lo sucedido en la trágica huelga de 1928. Durante los años siguientes la región sufrió los efectos de la depresión mundial y sólo pudo recuperarse a mediados de la década de 1930, gracias en parte a la actíva intervención del Estado que veló por mejores condiciones laborales. A este nuevo período de creci-

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miento siguió la crisis más profunda del sector: en 1942 las exportaríones de banano estuvieron paralizadas, y a las adversidades de la guerra se sumó una terrible plaga de sigatoca. Tras la guerra se reanudaron las exportacio­nes de banano, pero todavía en 1950 no habían podido recobrar sus nive­les anteriores. Ya para entonces existi'an claras señales de que la región había perdido competitividad como productora de banano y que su culti­vo sería más rentable en la región de Urabá (Posada Carbó 1994: 256-7).

Ganadería

A partir del siglo XIX el ganado se convirtió en elemento fundamental de la economía de la costa Caribe. Extensos territorios hasta entonces despro­vistos de cultivos o de algún tipo de elemento productivo fueron inunda­dos de reses. Diferentes tierras en el Cesar, Sucre, Córdoba, Bolívar y en general en toda la costa Caribe, fueron testigos de este nuevo elemento fundamental de la economía regional. Las cifras son poco confiables, ya que los censos mediante los que se registraba la población ganadera eran bastante alterados por los propietarios, quienes se cuidaban de no entre­gar las cifras correctas.

La ganadería como empresa productiva necesitaba condiríones geo­gráficas específicas que posibiUtaran el desarroUo ideal del ganado. En pri­mer lugar, exigía sabanas que ofreciesen a los vacunos el alimento ideal para su cría y crecimiento. A diferencia de las llanuras naturales de la pam­pa argentina, las sabanas de la Costa son producto de la tala y quema de los bosques que originalmente ocupaban las tierras. Durante las épocas de lluvias las llanuras se inundaban y los ríos desbordaban sus cauces origina­les; lo que originó la Uamada trashumancia. El desplazamiento de los hatos generalmente incluía el del ganadero, su famüia y los empleados, lo que condiríona una nueva forma de poblamiento en la época contemporánea: de alguna manera el poblamiento nómada que caracterizaba algunas tri­bus prehispánicas en el actual Departamento del Cesar. Además, la intro­ducción del alambre de púas es un nuevo elemento del paisaje rural en la región Caribe colombiana. Aunque en sí no determina forma de poblamiento alguno, simboliza una nueva manera de concepción sobre la tierra: el cercamiento gradual de los terrenos que anteriormente se encon-tíaban baldíos.

Desde las cienrías soríales se ha debatído sobre la inrídenría de la ex­pansión de la hacienda ganadera como modelo de desarroUo económico en la costa Caribe. Estudiosos de la materia como López y Fals Borda han

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señalado los inconvenientes de esta modaUdad de producríón con refe­rencia a sus repercusiones sociales; Kalmanovitz afirma que "la ganaderia y los pocos terratenientes que la manejan han constítuido grandes calami­dades históricas para el campesinado y el desarrollo de las fuerzas produc­tivas del país". Como se lee en esta cita, y como se sobreentiende, la propiedad sobre el ganado y la tierra donde estos pastaban se limitaba a un grupo reducido de la sociedad, que de ninguna manera estaban intere­sados en aportar con su poder económico a la consfrucción social de la sociedad costeña desde el período de independencia. Así, las extensas Ua-nuras y sabanas que se encontraban en los márgenes de los rios eran utiU­zadas por los ganaderos para alimentar los animales desplazando a los campesinos de las que podrían ser las tierras más productivas.

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VÍAS DE COMUNICACIÓN

Si algún factor ha cumplido un papel fundamental en la estíucturación del espacio de la costa Caribe y su poblamiento, son las vías de comunica­ríón. Su desarroUo ha permitído alcanzar a algunas ciudades la primaría urbana al mismo tiempo que ha condenado a otras irremediablemente a la decadencia, a la vez que ha acompañado los flujos migratorios que ven­drán a poblar las zonas abandonadas e impulsado la integración de las diferentes regiones que componen la Costa. "El tíansporte ha jugado un papel importante en el esquema centro-periferia. En efecto, las dos inno­vaciones que hicieron posible el comercio internacional a gran escala, no circunscrito a los lugares portuarios o de fácU acceso a la navegación, fue­ron la introducción de los barcos metáUcos y de vapor, y el desarrollo fe­rroviario que permitíó penefrar en los lugares de interés para los cenfros" (Latorre, 1986:17).

Hasta mediados del siglo XIX las vías fluviales seguían siendo el princi­pal medio de comunicación en la región: la gran mayoría de las poblacio­nes de más de 2.000 habitantes estaban emplazadas a orillas del mar, de los ríos o de los canales. Para üustrar el caso, pueden ser citadas Cartagena, Santa Marta y Riohacha en el Caribe; Sitíonuevo, Cerro de San Antonio, Campo de la Cruz, El Piñón, RemoUno, Soledad, Mompox, Magangué y Barranquüla en el río Magdalena; Chima, Lorica y Montería en el Sinú; VaUedupar en el Guatapurí; y Ciénaga de Oro en un canal del San Jorge.

Naturalmente el río Magdalena siguió siendo -y así lo fue hasta media­dos del siglo XX- la principal arteria de comunicaríón entíe la Costa y el interior andino. Para BarranquiUa, como puerto fluvial, el problema radi-

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caba en aUanar su camino al mar; de ahí que entíe 1871 y 1888 se extendie­ran redes ferroviarias entre la ciudad y las radas de Sabanilla, Salgar y fi­nalmente Puerto Colombia. Sólo después de la reaUzación de las obras en Bocas de Ceniza, iniciadas en 1924 e inauguradas -inconclusas- en 1936, los buques interoceánicos tuvieron acceso directo al puerto de BarranquiUa. No obstante, todavía a mediados del siglo XX, los problemas de navega­ción en la desembocadura del río no estaban resueltos.

El ejemplo de Mompox puede üustíar perfectamente la importancia del Magdalena para las ciudades de la Costa y el drama desencadenado si el acceso al río quedaba vedado: desde la década de 1860, cuando el curso del río se desvió hacia Magangué siguiendo la ruta del Brazo de Loba, Mompox perdió su tíáfico comercial y se sumió en una profunda decaden­ría de la que no pudieron salvarla los distíntos planes para forzar el río a retomar su cauce anterior (Posada Carbó 1994: 238-240).

En el caso de Cartagena, la inauguración del ferrocarril entíe la ciudad y Calamar en 1894 pareció asegurar su conexión con el río, pero en reaU­dad la comunicación del puerto marítimo con el río Magdalena siguió siendo complicada, y rü el ferrocarril ni el intermitente Canal del Dique fueron respuesta; en lo que se refiere a Santa Marta, los intentos de extender su ferrocarril a un punto en el río Magdalena se vieron frustrados por el des­interés de la United Fruit Company y la franca oposición de Barranquüla y Cartagena. Los frabajos para conectar por ferrocarril a la ciudad con el río Magdalena empezaron en 1882 y en 1887 la línea llegó a Córdoba. En 1889 se reanudaron los tíabajos hasta alcanzar a SeviUa en 1894 (küómetío 67). En 1906 llegó a Fundación (küómetío 95) donde finalmente quedó parada la obra (Pardo Pardo 1972:401). ' .-> o

En conjunto -y pese a la partírípación de ciertos productos regionales de exportación- el grueso de lo exportado a través de los puertos del Cari­be provenía de las regiones andinas, y a su vez, la mayor parte de las im­portaciones tenía como destíno últímo el mercado del interior Como lo señala Posada Carbó, "los principales puertos del Caribe tenían, pues, pre­dominantemente -a excepríón de Santa Marta durante el auge bananero-la función básica de servir de punto de enlace entre los mercados externos y los grandes centíos de producríón y consumo de los Andes colombia­nos" (Posada Carbó 1994: 242). r

Así, operando fundamentalmente como centros de tíánsito, los puer­tos de la costa Caribe se mostíarían particularmente sensibles a los cam­bios en el sistema de fransportes, que tomarían gran impulso en la segunda mitad del siglo XX, pero que ya se venían verür con la consfrucríón de

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líneas férreas desde finales del XIX, la apertura del canal de Panamá (que orientó buena parte de las nuevas vías de comunicación hacia el Pacífico) y el tíazado de una red de grandes carreteras desde la década de 1930. Para mediados del siglo XX era ya claro que el rio Magdalena había dejado de ser el eje de las comunicaríones del país, y que la Costa -que había aposta­do por tanto tíempo a la conexión de sus puertos con el interior andino a fravés de la arteria fluvial como fuente de prosperidad- tendría que re­orientar su red de comunicaríones, si no quería quedar aislada del resto del país (Meisel 1994:288). . - . > .

El transporte juega un papel preponderante en el reordenamiento poblaríonal de la región. Los centros agrícolas debían ubicarse en las proxi­midades de las vías de fransporte si pretendían tener cabida en el desarro­llo del comercio nacional e internacional. En general las redes de comunicaríón, conformadas por ferrocarriles y carreteras, se constíuían sobre lugares estíatégicos, y los pequeños productores que no se encontía-ban bajo el proteccionismo del Estado, o no tenían vínculos directos con las firmas extíanjeras, se enconfraban en la necesidad de establecer sus puntos de intercambio en lugares adyacentes a estas vías o, de lo contíario, los costos del tíansporte podrían redurír la ganancia. En consecuencia, las vías demarcaban determinado recorrido espacial y señalaban un nuevo ordenamiento poblaríonal, ya que generaban, además de las nuevas diná­micas productívas como tal, atíactívos económicos que impulsaban a los colonos a establecerse en sus cercanías.

La situación de la costa Caribe a mediados del siglo XX no podía ser más desventajosa: sólo contaba con el 6.7% de la red ferroviaria naríonal y con unos pocos küómetíos de carreteras, la mayor parte sin pavimentar e intransitables en los meses de lluvia (mayo-noviembre). Además, las vías que comunicaban las prinrípales ciudades entíe sí, como las carreteras de Valledupar a Santa Marta y de Barranquüla a Cartagena, se haUaban en deplorables condiciones. En cuanto a la comunicación con el interior del país, simplemente no existía conexión por carretera pues, en el occidente, la ruta que se extendía hacia el sur sólo Uegaba hasta Planeta Rica, mien­fras que en el oriente la vía de VaUedupar a Cúcuta era práctícamente in-utiUzable. . . . ^ " » .

Estaba claro que las defiríenrías en el transporte representaban uno de los obstáculos más notorios para el desarroUo económico; por eUo se im­pulsó derididamente un plan vial que incluyó entíe sus principales pro­yectos para el período 1951-1955 el empalme entíe Taraza y Planeta Rica para completar la carretera de Cartagena a Medellín, y dos empalmes

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(Cachirá-Abrego y Rincón Hondo-Caracoli) para terminar la carretera de Santa Marta a Bucaramanga. La primera, en el trayecto de Cartagena a MedelUn, entíó en servicio en 1955; para finales de la década de 1960 los principales tíabajos de la Troncal Oriental, de Santa Marta a Bucaramanga, ya habían concluido. Finalmente, con la puesta en servicio del Ferrocarril del Atíántíco en 1961, la costa Caribe logró establecer una nueva red de comunicaciones que resolvía el problema de incomunicación que la ame­nazó en la década anterior. Esta "revolución" en los tíansportes tuvo un impacto contíadictorio: sin duda contribuyó al proceso de integración re­gional, pero -al eUminar las barreras naturales que protegían las industíias locales- permitíó la invasión de los mercados de la región por los produc­tos de las tres grandes ciudades colombianas: Bogotá, Medellín y CaU (Meisel 1994: 287-9). -

V ' ' • • FORMACIÓN DE UN SISTEMA REGIONAL

Para comprender mejor la formaríón de la red urbana de la región Caribe, debemos tener presente que está inscrita en un escenario naríonal caracte­rizado por el fraccionamiento y la gran heterogeneidad del espacio físico o natural, poco poblado durante largo tiempo; por lo tanto, la población ha estado dispersa en focos regionales. Esta configuraríón ha dado como re­sultado la formación de fuerzas que fienden a la desagregación. Sin em­bargo, así mismo se han presentado varios elementos que han permitido la esfructuración del territorio nacional y una creciente integración regio­nal. Uno de los elementos que debe destacarse, entre otías razones por su gran incidencia en la formación de la red urbana caribeña, ha sido la valo­rización de la situación estratégica del país, así como el interés por contío­lar las ventajas que ésta ofrece en un marco polítíco unificado. Esto ha generado la indispensable necesidad de la artículación de los espacios andinos del interior con los puertos del Caribe para acceder a los mercados externos (Deler, 1993:1).

La disposición de esta arquitectura espacial ha producido una esfructu­ración necesariamente meridiana de los principales itínerarios, desde los inicios de la conquista española hasta el presente. Durante las tres últímas décadas del siglo pasado, hasta los años de 1930 en el presente, la consoU­dación de la agricultura de exportación (con la economía cafetera) produjo el acercamiento de espacios hasta entonces separados, gracias a las redes de comunicación y el despUegue de una urbanización multípolar. La urba­nización del siglo XX, asoríada a la industrializaríón, produce el Triángulo

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de Oro, conformado por Bogotá, Cali y MedeUín, y su réplica en la costa Caribe, constítuido por Cartagena, BarranquiUa y Santa Marta.

En la localización del Utoral Caribe como piedra angular de América Central y Suramérica, punto de contacto entre estos dos macroespacios, la Costa Caribe aparece como la proa septentrional del continente, que per­mite al mundo andino abrirse al mar Caribe. La función de lugar de en­cuenfro y de difusión de técnicas y de culturas en la época prehispánica va a despertar un interés estratégico cuando se le incorpora al sistema mun­dial. En efecto, durante la Colonia, el interés estíatégico por el territorio del Caribe surge cuando a Cartagena se le asigna la función de enlace im­portante en la flota española, debido a su condición de estar a medio cami­no entre Lima y SeviUa. Esta posición estratégica influyó en la unificación administratíva del territorio, y con eUo se mantuvo una sola administra­ción territorial que incluía los dos frentes marítimos con el mundo andino. Esto, que aparece registíado en la jurisdicción del Vüreinato de la Nueva Granada en el siglo XVIII, confirmaba la visión estratégica de un espacio que mantenía la comunicaríón entre los dos mares, incluido el itinerario terrestíe que comunicaba Cartagena con Quito, Guayaquil y el norte del Perú. Esta ruta del correo regular fue recorrida por Humboldt antes de la independencia. Eran intereses geopoUtícos del Estado español lo que ha­cía mantener unidos estos espacios tan disímiles, que en cierta medida es­taban unidos por el interés de mantener una coherencia estratégica en el "mar de los Caribes".

Esta importancia estíatégica de la costa Caribe, y por derivaríón de Cartagena, se va a convertir en la fuente de una profunda contradicríón. En efecto, este puerto, al ocupar la primacía urbana en la proa septentrio­nal del contínente, pasó a desempeñar la condición de plaza fuerte en el mar Caribe, función urbana que determinó buena parte de su morfología. Además, se convirtíó en un factor que presionó para pausar profundas modificaciones de las relaciones de esta ciudad con su territorio. Así, si durante la colonia temprana Cartagena derivó su riqueza de la explotación de un inmenso y rico territorio que estaba bajo su jurisdicción, las funcio­nes de plaza fuerte y centro comercial de proyección contínental provoca­ron una dislocaríón de sus fuentes de acumularíón de riqueza, al punto que se nota un abandono de su territorio contínental a favor del territorio marítimo. Desde muy temprano Cartagena aparece como una ciudad donde la extinción de las encomiendas se produjo sin mayores protestas por los poderes locales, muestía del cambio de fuente de acumularíón de riqueza, cuando el comerrío ulframarino era más importante que la explotación de

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los indios. Ofro síntoma que permite comprender los cambios que la ciu­dad de Cartagena experimentaba con su territorio se encuentra a finales del siglo XVín, cuando se inician las empresas de Antonio de las Torres y Miranda y Palacios de la Vega, funcionarios encargados de reconquistar el territorio al sur de Cartagena, en manos de los arrochelados y por fuera de los controles de la sociedad mayor residente en Cartagena. Esto permite insisfir en que se había producido una dislocaríón espacial que le permitíó a Cartagena construir relaciones territoriales que abarcaban buena parte del contínente y parte de sus funciones urbanas consistían en darle seguri­dad a las comunicaciones de este territorio con España, pagando el costo de dejar buena parte de la tíerra firme cercana al control de las sociedades de frontera. En buena medida, el esplendor urbano colonial cartagenero se derivaba de estas actívidades, pero estas fortalezas estaban acompaña­das de las debiUdades de ausencia de fuertes contíoles en el territorio cer­cano a la ciudad.

Es necesario tener presente que los controles espaciales de las ciudades estaban fuertemente normalizados por una legislaríón que regulaba las relaríones de las ciudades con sus territorios. Así, por ejemplo, la introduc­ción de una economía monetaria por parte de España estaba basada en el establecimiento de una instítucionaUzaríón de los mecanismos de acumu­laríón, los cuales tenían su centío en los núcleos urbanos. En Cartagena, Santa Marta y Mompox, los tres cenfros urbanos más importantes, se creó el sistema de Cajas Reales, instíturíón que centíaUzaba los ingresos prove­nientes de los diferentes sistemas impositívos, así como los gastos de la Corona. Sin embargo, el comerrío üícito faríUtado por la existenría de nu­merosos puertos naturales, así como por las mejores condiciones comer­ciales que ofrecían las potencias rivales a España, perturbaron fuertemente la posibiUdad de regulación de esta economía monetaria, así como su con­secuente centraUdad urbana. Además, esta red de control monetario esta­ba centralizada en los puertos, mientras que haría el interior de las sabanas no existían ríudades que estuviesen encargadas de regular los procesos de control de las fronteras interiores.

Por ofra parte, la existenría de grandes fronteras agrarias abiertas en el interior de las provincias permitíó que se presentaran ampUos procesos de ruralizaríón de la población durante el siglo XVIL Por lo tanto, estas dos razones se convirtíeron en factores que influyeron con fuerza para evitar que en la costa Caribe surgieran nuevos centíos de poder, como viUas y parroquias, alternos a los centíos de poder tíadiríonales. Si en toda la Nue­va Granada fue general el surgimiento de viUas que rivalizaron con las

616

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..EL POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

ríudades tíadicionales, las nuevas sociedades alternas carecieron de ma­nifestaciones urbanas y presentaron una fuerte ruralizaríón en el caso del Caribe. Esto hizo que el proceso de poblamiento fuera sustancialmente düerente al del resto de la Nueva Granada.

Por lo tanto, se presenta la gran paradoja de que la ciudad más podero­sa de la colonia, Cartagena, no disponía de un territorio cercano que estu­viese bajo su contíol directo, y los confroles que los comerciantes asentados en este puerto tenían sobre las rutas de comercio transcoloniales depen­dían de las relaciones imperiales. Sin embargo, creemos conveniente resal­tar que una de las funciones urbanas más importantes de los puertos caribeños, Cartagena, Santa Marta, así como el ribereño Mompox, era ser­vir de enlace enfre un interior andino y el exterior caribeño y europeo. De esto se va a derivar el establecimiento de esfructuras territoriales sóUdas, de clara permanencia histórica, en razón de la persistencia de las infraesfructuras de comunicación que frascendieron la dominación colo­nial, puesto que las economías exportadoras contínuaron consoUdando estas relaciones territoriales.

En Colombia se constíuyó la figura clásica de un espacio interior con alta densidad demográfica y recursos ubicados en las tíerras altas de la cordiUera oriental, en el vaUe del Cauca, en las zonas mineras de Antíoquia, que se han artículado a tíavés de itínerarios que conducen haría el Utoral, cuyos puertos sirven de nexo a las ciudades del interior para asegurar su comunicación con la metrópoU. Por ello desde la colonia se ha constíuido un tropismo marítimo que ha determinado una dfrecríón preferencial meridiana haría el mar Caribe, consoUdado por el eje Santafé-Cartagena, y contínuado luego con el circuito Bogotá-BarranquiUa. Este eje histórico que corre a lo largo del amplio vaUe del Magdalena ha conectado los "archipié­lagos" del interior con el costero. El logro de la economía cafetera, como ya se anotó, fue conectar los dos archipiélagos del mundo andino que hasta entonces se encontíaban separados: el de la Cordülera Centíal y el de la Oriental, y a su vez consolidó la comunicaríón de éstos con el "archipiéla­go" costero.

Sin embargo, es necesario tener presente que estas grandes permanen­cias en la estíucturaríón del territorio también han sufrido profundas tíans-formaríones. Esto se expUca por los cambios en las primacías internas que se presentaron entíe finales de la colonia y principios de la república. La principal causa de estas tíansformaríones se está en la guerra de indepen­dencia por dos razones. Una razón es la destrucción física de las ríudades, en esperíal de Cartagena, ciudad que pagó un alto precio por haber sido la

617

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FABIO ZAMBRANO p.

plaza fuerte durante la colonia. La guerra produjo la destrucción de buena parte de la riqueza acumulada en las ciudades, representada tanto en los atributos urbanístícos como en la riqueza representada en las eUtes de co­merciantes y empresarios que pagaron con creces el costo de los enfrentamientos. Esto provocó la crisis de la inrípiente agricultura de ex­portación que había comenzado a desarrollarse desde las reformas de libre comercio en la década de los ochenta del siglo XVIII, así como la ruraUzaríón de la población. Otía razón de la crisis de Cartagena se encuentra en la desaparición de la geopolítica imperial española, que trataba el conjunto del contínente como una gran unidad administíatíva dividida en varios virreinatos y capitanías. En razón de esta lógica, Cartagena cumplía fun­ríones que quedan sin vigencia ante la desaparición de la dominación es­pañola, y con ello la desaparición de una concepríón supravirreinal del espacio. Este puerto deja de ser el eslabón entíe Suramérica, Centíoamérica,

. el Caribe y España, función que en buena medida va a cumplir Panamá desde mediados del siglo XIX, en razón de la fuerza que el Istmo adquiere por la dinámica del Pacífico como resultado del descubrimiento de oro en CaUfornia. • ^. ' .

PRIMACÍAS URBANAS DURANTE EL SIGLO XIX ^

Estas crisis se reflejan en la población de la costa, la cual, en términos poblacionales, crece más lentamente que en el resto del país. Este retíoceso demográfico del Caribe se puede observar en los datos censales. Así, en 1780 la costa Caribe tenía una población que correspondía al 21% del total de la población del Nuevo Reino de Granada, mientías que en 1843 solo representaba el 11,9% del total nacional. Esta menor partícipación demo­gráfica es el resultado de una menor tasa de crecimiento de la población, pues entre 1780 y 1835 la población en Bolívar creció a una tasa de 0,5 y la de Magdalena a 0,6, mientras que la tasa naríonal alcanzó 1,3. Enfre 1835 y 1870 confinua siendo inferior a la tasa del país. En Bolívar alcanza el 1,2% y en Magdalena el 1,1%, comparados con el 1,6% del país. Sólo entre 1870 y 1912 el ritmo de crecimiento de la región se sitúa por encima del nacional.

618

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EL POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

í.

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j

Cuadro 1 Distribución regional de ia población

Regiones

Caribe

Catatumbo

Cunditxjyacense

Antioquia

Eje cafetero

Magdalena Med.

Santander

Pasto Popayán

Sumapaz

Valle del Cauca

Alto Magdalena

Pacífico

Amazonia

Orinoquia

(Porcentajes)

1843

11.9

0.3

34.1

10.2

1.8

0.3

17.7

6.8

2.0

4.3

7.5

2.6

0.2

0.5

1851

11.5

0.3

33.4

0.0

2.8

0.3

17.6

7.0

2.0

4.3

7.1

3.5

0.0

0.4

1870

12.0

0.3

32.9

12.3

3.6

0.3

16.5

6.7

2.3

3.4

6.2

3.0

0.1

0.1

1912

14.5 0.4 • t.

24.0

14.5

8.2

0.7

11.4

9.1 ; 2.8 ;

4.3 i

5.8

3.8 1 0.1

0.5 - iS,

El eje del sistema urbano de la naciente región Caribe durante el siglo XIX contínúa siendo el Utoral y el río Magdalena, de manera simUar a como había acontecido en el período de la dominación española. A pesar del descenso poblacional señalado, que después de la independencia, los mu- ,', nicipios ubicados en los corredores de intercambio mantíenen las prima-^^ cías urbanas. En efecto, Cartagena y Mompox, a pesar del descenso anotado,; ? aún se mantíenen como dos de las ciudades más pobladas de la Nueva í,'' Granada, según el censo de 1851. Para el censo siguiente, en 1873, los cam-- í, bios son notorios. Estos dos puertos desaparecen del rango de las ciudades íír primadas de Colombia, pues Mompox va a irüríar su profunda decadenría como puerto y eje de las comunicaciones y va a ser sustituido por BarranquiUa, ciudad que va a ocupar el puesto 11 entíe las más pobladas del país. Las transformaciones que experimenta la red urbana regional se evidencian más si observamos que el puesto 12 lo ocupa Sincelejo, prueba del intenso poblamiento que se presentaba en el interior de las Uamadas sabanas de Bolívar en los actuales departamentos de Córdoba y Sucre, así como en una parte del sur de BoUvar. Esto se puede observar en el cuadro 2, en el cual aparece que en 1843, doce de los munirípios más poblados son puertos maritímos o fluviales, lo cual resalta la función de la red urbana regional, como se ha venido insistíendo. Además de estos centíos, que en

619

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FABIO ZAMBRANO P,

su mayoría no pasaban de ser pequeños centros de influencia subrregional, existían numerosos pequeños pueblos de origen diverso: palenques, pue­blos de indios, veredas en el interior de algunas haciendas, unos resultan­tes de las políticas de poblamiento de fines del siglo XVII y ofros del poblamiento espontáneo. Se trata de una red urbana fuertemente caracte­rizada por una economía agraria, y poco conectada con los mercados mun­diales, con excepción de los puertos marítimos, Cartagena y Santa Marta, y uno fluvial: primero Mompox y luego BarranquiUa.

Cuadro 2 Primacías urbanas regionales, 1843

Municipio

1 Cartagena 2 Mompox 3 Barranquilla 4 Soledad 5 Sincelejo 6 Chinú 7 Santa Marta 8 Lorica 9 Sabanalarga 10 Ciénaga 11 Ciénaga de Oro 12 Magangué 13 Carmen .J 14 Riohacha 15 Sahagún

Población

10.145 9.578 5.651 4.947 4.673 4.629 4.411 4.349 4.272 4.136 4.012 3.465 2.973 2.791 2.679

Departamento

Bolívar Bolívar Atlántico Atlántico Sucre Córdoba Magdalena ./ Córdoba Atlántico .. Magdalena Córdoba Magdalena Bolívar Guajira " Córdoba

Nota: Este cuadro y los siguientes se elaboraron con base en los censos citados, y las cifras hacen refe­rencia al total de la población urbana y rural. Los munidpios están ubicados según los actuales depar­tamentos, para facilitar su comprensión y evitar confusión en la lectura con los cambios en la división politico administrativa.

620

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E l POBLAMIENTO D t LA COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

Cuadro 3 Primacías urbanas regionales, 1851

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1

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Municipio

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15

Mompox

Cartagena

Corozal

Barranquilla

Sincelejo

Población

13.711

9.896

6.351

6.114

6.046

San Andrés de Sotavento 5.511

Ciénaga de Oro

Ciénaga •

Sabanalarga •• '

Chinú 1- '

Santa Marta

Sucre

Chiriguaná

Lorica

Sahagún

Cuadi Primacías urbanas

Municipio

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15

Barranquilla

Sincelejo

Cartagena

Mompox

Ciénaga

Sabanalarga

Carmen ,

Corozal

Santa Marta

Sahagún

San Onofre

Majagual

Chiriguaná

5.163

5.078

5.070

. 5.067

4.370

, 4.054

3.578

3.532

3.497

ro4 regionales,

Población

11.595

11.333

8.603

7.773

7.127

7.025

6.946

6.309

• 5.472

5.210

5.104

4.730

4.598

San Andrés de Sotavento 4.438

Soledad 4.180

Departamento

Bolívar

Bolívar > '

Sucre ••

Atlántico

Sucre

Córdoba

Córdoba

Magdalena

Atlántico

Córdoba

Magdalena

Sucre

Magdalena

Córdoba

Córdoba

1870 , . ,

Departamento

Atlántico

Sucre

Bolívar

Bolívar

Magdalena

Atlántico

Bolívar

Sucre

Magdalena

Córdoba

Sucre

Sucre

Cesar

Córdoba

Atlántico

-i

-.

. . , . - . r i

1

.' I

1

621

Page 34: Capítulo 5 - unal.edu.co

FABIO ZAMBRANO P,

Los cambios en las primacías que aparecen en los cuadros anteriores están ínfimamente relacionados con los cambios en las importancias de los puertos. Como ya señalamos, la crisis de Cartagena, originada en la coyun­tura de la independencia, fue una causa importante de la pérdida de con­trol sobre el Canal del Dique, puesto que esta vía resintió la falta de mantenimiento y, en consecuencia, la ciudad encontíó grandes dificulta­des para conectarse con el río Magdalena. En esta época Barranquilla al­canzó gran importancia como puerto de exportación. La construcción del ferrocarril entre BarranquiUa y el embarcadero marítímo de Salgar, y luego el muelle de Puerto Colombia, iniciado en 1869, son definifivas para com­prender la primacía portuaria de esta ciudad, al contíario de lo que ocurrió a Cartagena, que inició la construcción del ferrocarril a Calamar en 1890, pero los errores en el trazado no permitíeron que funcionara con efiríen-cia, y por lo tanto no suplió la función del Canal del Dique. Las dificultades de Santa Marta para asegurar su conexión con el río Magdalena se reflejan en la jerarquía que tenía la ciudad en la red urbana regional, la cual en cierta medida era secundaria. Su rezago a fines del siglo XIX es notorio frente a nuevos centíos de poder. Es entonces cuando el ferrocarril de Barranquüla permite a esta ciudad obtener ventaja en la competencia por la primacía portuaria, condición que le asegura la primacía urbana, y con eUo se pone fin a una estíuctura urbanorregional que había perdurado desde mediados del siglo XVI cuando se estructuró el eje Santa Fe-Cartagena.

Pero este cambio se produjo en el interior de la región, y no en las fun­ciones urbanas. Vale derír, un puerto sustítuyó a otío puerto. Por lo tanto, las primacías urbanas regionales contínuaban dependiendo de las funcio­nes urbanas basadas en la conexión interior (mundo andino) y exterior (mercados mundiales), es derír contínuaba la función de enlace de "archi­piélagos". Desde esta óptíca, encontíamos gran contínuidad con las es­fructuras territoriales establerídas durante los siglos anteriores, sistema que la evolución del transporte de vapor por el rio Magdalena contribuyó a consoUdar; por ello se preservó la orientación meridiana de la organiza­ción del sistema de tíansporte nacional. Sin embargo, así como enconfra­mos estas contínuidades, también podemos destacar novedades de gran importancia. Si durante la colonia no surgieron villas alternas en el interior de las sabanas, desde mediados del siglo XIX se deja sentfr el fortaleci­miento de municipios en el interior de la costa. Estos son los casos de Sincelejo, Lorica, Chinú, Ciénaga de Oro, Carmen, Montería, Sahagún, cuyo origen no se encuenfra en el poblamiento formal de la colonia, y que rápi-

622

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EL POBLAMIENTO DE U COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

damente aprovechan los principios de igualdad que permite la legislación de 1824, que intíoduce la municipalización, y logran su propio dinamismo sin la coyunda de las ciudades puerto. La oferta de las vías fluviales, el Sinú y San Jorge, permiten que estos nuevos centíos puedan tener inde­pendencia de los puertos marítimos y establecer sus propias conexiones con el exterior. Estos son los casos, por ejemplo, de los puertos internos de Lorica y Ciénaga de Oro. Este últímo municipio dependió para su creci­miento de la dinámica de la hacienda Berástegui, verdadero emporio exportador.

Este proceso es de suma importancia para entender el policentrismo urbano que muestía la región en el siglo XX. En efecto, así como en el país no hubo una ciudad que dominara de manera indiscutíble en la vida na­ríonal, en esta región tampoco se encuentra un epicentíismo de alguna ciudad. Los relevos que estamos presentando, entíe Cartagena, Mompox y BarranquiUa, ocurrieron de manera simultánea al surgimiento de cen­tros de poder alternos de mucho dinamismo, y cuyo empuje no dependía de las funciones de enlace interior-exterior, sino de dinámicas propias, ba­sadas en las economías agrarias.

En síntesis, durante el siglo XIX encontíamos profundos cambios en las primacías pero también contínuidades en cuanto a las funciones urba­nas de las ciudades primadas. Una contínuidad notable es la ubicación del poblamiento, el cual mayoritariamente se presenta en la banda izquierda del río Magdalena, caracterizada desde la época prehispánica como el es­pacio de mayor población. Otra contínuidad se encuentra en el sentído meridiano de la infraestructura de tíansporte, que también presenta mo­dificaciones en razón de los cambios tecnológicos que experimenta el tíans­porte fluvial con la navegación de vapor que prescinde de las paradas de la boga, sistema que había marcado los itinerarios portuarios durante la colonia. Poco a poco, a medida que se consoUda la navegación de vapor, los puertos sobre el rio Magdalena van perdiendo protagonismo y son sustí-tuidos por los puertos ubicados en los extremos: Honda y BarranquiUa. La inauguración del mueUe de Puerto Colombia a fínes del siglo XIX, de 1.200 metros de extensión, termina por consoUdar la primacía portuaria de BarranquiUa.

Los nuevos centros urbanos del ampUo esparío de las sabanas están asociados a la expansión terrateniente: aquí cabe preguntarse sobre la caU­dad del impacto urbano de estas haciendas, pues si bien se nota un creci­miento de las poblaciones de los municipios, es necesario analizar con más cuidado la forma como se consoUdaron estos nuevos centros urbanos.

623

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FABIO ZAMBRANO P,

CAMBIOS ECONÓMICOS DEL SIGLO XX Y SU IMPACTO EN EL SISTEMA URBANO

DEL CARIBE

Los relevos en las primacías urbanas, señalados para el siglo XIX, contí­núan en la centuria siguiente. Por una parte, los puertos de BarranquiUa, Cartagena y Santa Marta se han consolidado como los más importantes cenfros urbanos en la región. Así mismo, los tíes puertos experimentan procesos diferenciados en razón del auge de Cartagena, gracias a la econo­mía agraria de sus cercanías y a las exportaciones petroleras por su puerto. Santa Marta se benefícia desde fínes del siglo anterior de la economía bananera que se desarroUa en la zona, y Barranquüla se consoUda como el gran puerto de las exportaciones cafeteras.

Las innovaciones en los transportes estuvieron íntímamente relaciona­das con los cambios en las primacías urbanas. En el caso de Cartagena, desde 1915 se emprendió la mejora defínitíva del Canal del Dique, y en 1923 se contíataron los tíabajos de ingeniería de este canal, así como su mantenimiento permanente, dragado y rectificación. Estas obras remplazaron al malfrecho ferrocarril Cartagena-Calamar. Entíe 1951 y 1952 se ampUa y profundiza el canal, se rectifica en algunos tíamos y se le da un manterümiento continuo. . ' ,

La importancia de estas ríudades se puede observar en el cuadro si­guiente, donde se muestía la evolución del comercio según los puertos, y se constata el efecto de la diversificación de los mismos con la aparición de Buenaventura. , ' ..\,y ,

Cuadro 5 Distribución porcentual del volumen del comercio

Período Barranquilla Cartagena Santa Marta Buenaventura

1918-9

1922-24

1927-30

1943-47

30.8

34.2

31.9

35.5

22.6

15.3

19.2

17.0

38.4

38.9

27.6

4.2

8.2 11.6

21.3

43.2

Fuente. Femando Casas, Eí proceso de urbanización en la costa Caribe, Cider, 1985, p. 62.

La importanría creríente de Buenaventura nace de la cercanía con la zona cafetera y la apertura del canal de Panamá. La decadencia de Santa Marta está asociada a la crisis del cultívo del banano y habrá que esperar a

624

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EL POBLAMIENTO PE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS^SIGLOS XIX Y XX

que se construya el ferrocarril Bogotá-Santa Marta para que este puerto se reactíve.

Al observar el censo de 1918, el cambio es radical y el aspecto de la región, al igual que el del país, es diferente del que presentaba durante el siglo XIX, lo cual corresponde a la distribución regional de la población. Desde comienzos del siglo XX esta región experimenta gran incremento de su partíciparíón poblacional en el total nacional, tendencia que contí­núa durante todo el presente siglo. Paradójicamente, la costa Caribe se va configurando como la gran frontera interna de Colombia, pues se convier­te en uno de los más importantes destínos de las migraríones internas.

Esta radicaUdad del cambio de la distribución espacial se expUca por dos factores que aparecen a fines del siglo anterior: la economía cafetera y las migraciones, facultadas gracias a la industrializaríón y el desarrollo del sistema de transportes. Sin embargo, hay que anotar que el mejoramiento de los transportes en la región no se logra de manera directa antes de 1948. Se trata del proceso de Uenado que generan los ferrocarriles en la región centíal, que va a permitir excedentes poblaciones que reríbe la costa. En efecto, en el censo de 1918 se puede observar la consoUdación de los proce­sos que venían produciéndose desde el siglo anterior: tíes puertos se con­soUdan como las ciudades primadas de la costa, aunque Santa Marta experimenta un rezago demasiado pronunciado.

; Primacías u

Municipio

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15

Barranquilla

Cartagena

Ciénaga

Monteria

Lorica

Santa Marta

Carmen

Sucre

Sabanalarga

Mompox

Sincelejo

Magangué

Cuadro 6 irbanas regionales,

Población

64.543

51.382

24.708

23.268

19.955

18.040

17.149

17.078

15.979

15.435

14.722

14.076

San Juan Nepomuceno 13.099

Chinú

Corozal

12.551

11.907

1918

Departamento

Atlántico

Bolívar

Magdalena

Córdoba

Córdoba

Magdalena

Bolívar

Sucre

Atlántico

Bolívar

Sucre

Bolívar

Bolívar

Córdoba

Sucre

625

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FABIO ZAMBRANO p.

Para el censo de 1938, los cambios en la distribución espacial de la po­blación aun no son definifivos, puesto que todavía no se consoUdan los cenfros urbanos con los cuales se concluye el siglo. Esto, en razón de la tardía integración de los sistemas subrregionales de fransporte. En efecto, la relación de este proceso con la evolución de los transportes es bien inte­resante. La construcción de los ferrocarriles se presentó en framos inco­nexos, y se puede afirmar que no esfructuraron el territorio hasta 1930, cuando se les sumaron las carreteras. Hacia finales de esa década, los mer­cados subregionales empiezan a integrarse, pues al menos se estaban co­nectando algunos sistemas de comunicaciones terrestres alrededor de Cartagena-BarranquiUa. El otro subsistema se estaba formando alrededor de Montería-Sincelejo. Por últímo, estaba el subsistema de los puertos del río Magdalena. ; . . «?

i . i . .

Primacías

Municipio

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15

Barranquilla

Cartagena

Montería

Ciénaga

Lorica

Santa Marta

Magangué

Sabanalarga

Sahagún

Sucre

Carmen

Corozal

Mompox

Sincelejo

Ayapel

Cuadro 7 urbanas regionales,

Población

152.348

84.937

64.192

47.333

41.327

33.215

27.379

26.659

25.932

22.850

22.144

21.832

19.656

19.521

19.225

. • \ *

1938 '

Departamento

Atlántico

Bolívar

Córdoba

Magdalena ' '

Córdoba

Magdalena

Bolívar

Atlántico

Córdoba

Sucre

Bolívar

Sucre

Bolívar

Sucre

Córdot»

Otros cambios en el tíansporte nacional influyen en las dinámicas de esta región. La constíucción del ferrocarril del Pacífico, concluido en 1915, y la apertura del canal de Panamá, unos años después, fueron los hechos clave que permifieron manejar la producción cafetera de la cordiUera cen­fral por la vía Cali a Buenaventura, e iniciar un fuerte proceso de indus­trialización en las ciudades ubicadas en la Cordillera Central. Esto se

626

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EL POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

evidencia en la parfirípación de las Aduanas dentro del total de las expor­taríones entre 1918 y 1991: mienfras por Barranquilla se exportaba el 52,34% del total de las mercancías nacionales en 1923, por Buenaventura sólo se exportaba el 24,34% en el mismo año. Pocos años después, en 1940, la rela­ción era bastante diferente: por Barranquilla se movilizaba el 20,47% y por Buenaventura el 33,59%. Esta tendencia va a aumentar con posterioridad, cuando por BarranquiUa se movilizaba el 4,6% en 1960 y por Buenaventu­ra el 65,35% del total de las exportaciones nacionales. En 1991 esta tenden­ría sufre fuertes distorsiones puesto que BarranquiUa participa con el 10,44% y Buenaventura reduce al 17,44%.

• - ' f

*

Cuadro 8 Primacías urbanas regionales, 1973

Municipio

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13

14

15

Barranquilla

Cartagena

Montería

Santa Marta

Valledupar

Ciénaga

Soledad

Magangué

Lorica

Carmen

Sahagún

Plato

Riohacha

Sabanalarga

Cereté

Población

665.917

312.557

154.599

128.755

112.057

89.912

65.127

62.612

59.460

55.989

48.962

41.521

39.508

38.423

37.068

Departamento

Atlántico

Bolívar

Córdoba

Magdalena

Cesar

Magdalena

Atlántico

Bolívar

Córdoba

Bolívar

Córdoba

Magdalena

Guajira

Atlántico

Córdoba

Sin embargo, la tendencia que relacionaba la distribución espacial de la poblaríón con los ríelos exportadores, que prácticamente se había iniciado en las dos últimas décadas del siglo pasado, empieza a perder fuerza des­de la posguerra. En efecto, el censo de 1951 ya registía el cambio en la dinámica de poblamiento, y allí se constata que, gracias a la integración de los subsistemas de transporte, comienza la conformación de metrópoUs regionales, como el caso de BarranquiUa, gracias a su industrialización, condición que le permite emplear mano de obra en actívidades diferentes

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a las portuarias. Así, con estas nuevas dinámicas se produce un relativo fortalecimiento de la economía regional y aparece una jerarquización ur­bana consoUdada alrededor de un sistema urbano estíucturado alrededor de Barranquüla. Con esto se ríerra el ríelo poblacional donde la determi­nante fundamental eran las exportaciones. Así, el crecimiento urbano de la costa Caribe deja de depender exclusivamente de su relación con la fun­ción que hasta entonces había sido la determinante fundamental de la ur­banización, como era la conexión interior-exterior. Esto se constata en el censo de 1973.

Todo lo anterior se evidencia en el último censo de 1993, cuando la red urbana queda conformada por los tíes puertos que ocupan las primarías urbanas, acompañados de una red bastante diversificada en térnünos de población. •" ' " .

• i l r . 'PA'i ••

Cuadro 9 Primacías urbanas regionales, 1993

Municipio

1

2

3

4

5

6

7

8

9

10

11

12

13 14

15

Barranquilla

Cartagena

Santa Marta

Montería

Valledupar

Sincelejo

Ciénaga

Riohacha

Magangué '

Malambo

Lorica

Sahagún

Plato

Cereté

Maicao

Población

1.348.535

661.830

279.958

266.840

247.942

148.410

116.686

107.329

95.725

89.138

84.358

76.566

73.534

61.098

58.551

Departamento

Atlántico

Bolívar

Magdalena

Córdoba

Cesar

Sucre

Magdalena

Guajira

Bolívar

Atlántico

Córdoba

Córdoba

Magdalena

Córdoba

Guajira

Además, hay que tener presente que esta evolución regional tíene una relación directa con la historia de los tíansportes a escala naríonal. La cons­tíucríón de carreteras, que práctícamente arrancó en 1930, tomó impulso a fines de los años cincuenta y para 1959 muestra una interacríón importan­te con todas las regiones ya que sólo faltaba urür Anfioquia con la costa.

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EL POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LC» SIGLOS XIX Y XX

Esta úlfima se enlazó con el interior en 1961 por medio del Ferrocarril del Atlántico. La integración espacial es un hecho, lo cual tiene relación dfrecta con la primacía de las ciudades más grandes. La jerarquía demográfica entre 1951 y 1985 muestía una distancia mayor entíe Bogotá y el grupo de Medellín, Cali y BarranquiUa, y entre éstos y los demás.

Una explicación de esta situadón se presenta a la luz de la teoría de la localizadón industrial, complementada con la teoría de las áreas de mercado. En efecto, a me­dida que los sistemas de transporte han mejorado en el país (infraestructura y ve­hículos), los costos de transporte han sido cada vez menores en propordón al predo del producto. En estas drcunstandas la localizadón de los sectores productivos no está atada a los costos de transporte y comienzan a pesar más otros factores, y en espedal las economías de aglomeradón y las economías de escala, lo cual hace concentrar las actividades industriales en unos pocos lugares. A esto se suma el hecho de que al existir estas economías y al disminuir los costos de transporte, las áreas de mercado se hacen cada vez más grandes y la primada de dertos puntos se hace mayor'.

En el período que anaUzamos, el surgimiento de las carreteras tíajo consigo una mayor concentíación de la actívidad económica, gracias a un mayor control de los mercados regionales, y fue el momento en que se formó el Uamado triángulo de oro, conformado por Bogotá, CaU y MedeUín. En el norte se formó el eje Cartagena, BarranquiUa y Santa Marta.

TRANSPORTE Y URBANIZACIÓN "

Los procesos de poblamiento anteriormente descritos, los cambios radica­les que han presentado y el replanteanüento de las primacías urbanas es­tán íntímamente Ugados a la evolución de los medios de transporte, como ya se ha verüdo señalando. La ausencia de una mínima red de transporte durante la colorüa y buena parte del siglo XIX es un elemento clave para entender la permanencia de la distriburíón espacial de la población desde las épocas prehispánicas, en razón de que esto impidió la comunicación efectíva entre los distíntos islotes que conformaban los mercados regiona­les, condiríón indispensable para el aparecinüento de primacías económi­cas nacionales.

En el siglo XIX el sistema de tíansporte era práctícamente inexistente, y los tíempos de transporte interno eran demasiado prolongados, debido a

1. Emilio Latorre, Transporte y crecimiento regiorml en Colombia, Bogotá, CEREC-Cider, 1986, p. 94.

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FABIO ZAMBRANO P.

que las carreteras eran caminos de herradura. A comienzos del siglo XX un viaje de Barranquüla a MedelUn duraba tíes semanas; de Bogotá a MedelUn, dos semanas y de Bogotá a Buenaventura, diez días. La constíucción de los primeros caminos y la regularización de la navegación de vapor por el Magdalena aUgeraron en algo los viajes, pero sin causar grandes modifica­ciones, debido a las dificultades de transportar grandes volúmenes de pa­sajeros y carga, en razón de los numerosos trasbordos, que aumentaban el costo de los fletes. En 1908 entre BarranquiUa y Bogotá, según los produc­tos, el flete costaba entre 7 y 14 veces el valor del flete para el trayecto de Nueva York a BarranquiUa. Además, los primeros esfuerzos realizados en la consfrucción de ferrocarriles se orientó a la comunicación de los cenfros urbanos importantes con los puertos fluviales y marífimos; se tíataba de un sistema de tíansporte centrífugo, hacia fuera del país, cuyo eje cenfral era el río Magdalena, siguiendo las exigencias del comercio internacionaP. Antes de 1920 existían tramos aislados que no constítuían una red. Esto cambió en esos años, cuando se logra constítuir redes regionales: la de la región cenfral y la del Pacífico y Caldas, además de framos aislados pero de mucha importancia, como Medellín-Puerto Berrío, y BarranquiUa-Puerto Colombia. Con posterioridad se fueron empalmando las redes, hasta que en 1961 se construyó el Ferrocarril del Atlánfico.

Esta red ferroviaria se complementaba con las carreteras, que también se desarroUaron de una manera tardía. Hacia 1914, de los 578 küómetíos construidos, 353 se encontíaban entíe Bogotá y el norte de Boyacá, y toda­vía hacia 1938, a pesar de que se había dado un crecimiento importante, los sistemas regionales se encontraban aislados. La situación cambia al finali­zar la década de 1950 cuando el oriente y el occidente se unen en varios puntos, y ya se puede hablar de una red interconectada y de una integra­ción interregional por carretera^ Todo esto es prueba de la presencia de una incipiente concepción global del espacio por parte del Estado y de la apariríón de un eje tíansversal (Bogotá-Buenaventura) que poco a poco se va convirfiendo en el aglutínador de la red urbana más importante desde la década de 1970 la cual remplaza la que había existído enfre Bogotá y Pamplona.

La lentitud en la integración de las redes regionales de tíansporte y el tardío mejoramiento de las carreteras fueron causas directas del retardo en

2. Emilio Latorre, op. d t , p. 65. 3. Ibid, p. 75.

630

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EL POBLAMIENTO DE LA COSTA CARIBE DURANTE LOS SIGLOS XIX Y XX

la concentración urbana señalada. Mientras los principales centros de poblamiento se encontíaban semi-aislados, era difícil que la economía y la población se concentraran en una ríudad. No era posible, por ejemplo, que la industíia se concentíara mientías no fueran bajos los costos del tíans­porte de las materias primas y de la distribución de las mercancías. Por algo se señala que el sensible mejoramiento de las comunicaciones interio­res, que se refleja en la constíucríón de las carreteras y en la pérdida de importancia del transporte por el rio Magdalena, coincide con a aparición de las primacías urbanas de cuatro ríudades, y en especial de Bogotá. Si esta ciudad muestra actualmente una tendencia a una mayor primacía, se debe, en gran parte al mejoramiento en las redes de transporte, que le permiten contar con mayores mercados. .i • •

En el caso de la costa Caribe, se encuentía una relación clara entíe los transportes, la industriaUzación y la primacía demográfíca. Como lo señala Adolfo Meisel:

- V f • • " . . . . • .

Hada finales de la década de 1940, la economía barranquUlera empezó a dar seña­les de que se había disipado el enorme dinamismo que la caracterizó a partir de 1871, cuando se inauguró el ferrocarril Salgar-Barranquilla, que significó su conso­lidación como el primer puerto marítímo y fluvial del país. Con la apertura del Canal de Panamá... a partir de 1935 este puerto (Buenaventura) superó a Barranquilla como puerto de salida de las exportadones''. .'. i

En efecto, al inicio de la década de 1950, la esfructura económica de la costa Caribe no difería mucho de la del resto del país; por ejemplo, en 1951 esta región presentaba el 52,4% y el 12,6% de la población económicamen­te actíva en el sector agropecuario y en la industria de transformación, respectívamente. El país tenía una media del 53,9% y 12,3%. Pero, en ese momento la costa estaba aún aislada del país (desde 1930 el rio Magdalena estaba perdiendo su puesto como eje artículador del país). En 1961 se da al servicio el Ferrocarril del Atíántíco y desde entonces la participación de la costa Caribe en la economía nacional empieza a declinar: entíe 1950 y 1989 el PIB real per cápita de esta región creció al 0.94% anual, mientías que el promedio naríonal fue del 2% . El principal factor en esta evoluríón fue la pérdida del Üderazgo portuario de BarranquiUa, como resultado de la com­petencia de Buenaventura. El decUve como principal puerto colombiano

4. Adolfo Meisel, "¿Por qué se disipó el dinamismo industrial de Barranquilla?", en Lecturas de ecotw-mía. No. 23, mayo-agosto, 1987.

5. Ibid.

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generó un estancamiento casi absoluto en el crecimiento industrial. Barranquüla se había desarrollado como enclave industrial impulsado por la demanda de su propia población y de los centros urbanos aledaños, con una baja interrelación con la región agrícola que la cfrcundaba, al confrario de Cali, MedeUín y Bogotá. Como lo señala Meisel, "la naturaleza de encla­ve del progreso industrial barranquiUero se hizo evidente cuando ésta per­dió su puesto como primer puerto. Su talón de Aquiles se reveló claramente cuando enfrentó la fuerte competencia del puerto de Buenaventura y no pudo depender de sus mercados regionales para contínuar su expansión manufacturera y comercial"*.

Estos cambios no signifícan que se haya perdido el equiUbrio regional, puesto que la cuadricefaUa urbana reposa sobre bases económicas regiona­les sólidas. En efecto, cada una de las metrópoli domina una región de riquezas, grado de urbanización y dinamismo económico diferentes, de las que depende el crecimiento económico de las cuatío ciudades más im­portantes en Colombia. La región controlada por Bogotá contaba en 1985 con el 31% del total de la población nacional, la de Medellín con el 15%, la de CaU con el 17% y la de Barranquilla con el 14%; en total las cuatro regio­nes, con sus áreas metropoUtanas, agrupaban el 78% de la población na­cional. Las cuatro áreas metíopoUtanas sumaban la tercera parte del total de la poblaríón naríonal. Esto permite resaltar el tamaño del mercado con-frolado por Bogotá, equivalente a la tercera parte del naríonal.

Lo anterior se refuerza al anaUzar las estadístícas de pobreza en las cua­tío regiones, según las cuales en 1985 en la región de Bogotá se considera pobre el 38% de su poblaríón, mientras que Medellín llega al 43%, CaU al 44% y Barranquüla al 58%, cifras que permiten apoyar de una manera más clara el tamaño real del mercado contíolado por la capital. Esta jerarquía se refleja en los indicadores económicos.

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/ •

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TERRITORIALIDAD, CIUDADES Y REGIONES*

Beatriz García Moreno" y Carlos Alberto Torres"*

"Hay una forma de saber tu rancho y es la misma forma de saber tu pueblo; hay urm forma de saber tu pueblo y esla misma forma de saber tu patria; hay una forma de saber tu patria y es la misma forma de saber el mundo; hay una forma de saber el mundo, es la misma forma de saber el cosmos:

hay una forma de saber el cosmos, es esa forma de saber tu rancho" Imaginario indígena SIKUANI

La partíciparíón de Colombia en la Exposición Universal de Hannover 2000, específicamente en el Diálogo Global expuesto por la Expo' en la Conferencia Global sobre el Futuro Urbano Urban 21, mofivó en Colcienrías la necesidad de diseñar y apoyar un ejerrício académico, con el fin, en primera instancia, de promover la reflexión y promoríón -al interior del país- de la investigación sobre las dinámicas que interactúan en la esfructuración del habitat en Colombia y, en segundo lugar, de preparar un documento constíuido con la participación de una red de investígado­res y ofros actores, para la interacción de Colombia en el Diálogo Global, avanzando en el conorímiento de las difíciles relaciones que cada día apun­tan más a desartícular nuestía sociedad, buscando expresar en el diálogo con el mundo, una visión del país.

Los objetivos del Proyecto "TerritoriaUdad, Regiones y Ciudades" se inscribieron en el intenso proceso de reflexión estíatégica y prospectíva

El presente ensayo corresponde a una síntesis del proyecto colectivo de investigación Diálogo Nacional: "Territorialidad, Regiones y Ciudades - Convivenda, Diversidad y Complejidad", Pro­puesta Colombia Siglo XXI Expo2000 Hannover, patrocinado por Colciencias y la Universidad Nadonal de Colombia entre 1998 y 2000. Profesora, Facultad de Artes, Instituto de Investigadones Estéticas, Universidad Nacional de Co­lombia, Bogotá. Profesor, Facultad de Artes, Departamento de Urbanismo, Urüversidad Nadonal de Colombia, Bogotá. Realizado entre el 1 de jurüo y el 31 de octubre del año 2000.

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.B,EAI.R!Z.,GARdA...M.Q.RE.NQ.r.CARL0.S...A.L,BE.RIQJ.QBR£5....

que se venía desarroUando en Colríencias durante los años 94-98^ el cual fue la base necesaria para poder identíficar y comprender las principales tendencias y posibles escenarios futuros que se conforman en cada área de la cienría y en cada uno de los sectores de su apUcación; con base en esa reflexión estíatégica, se busca, en segundo lugar, diseñar planes estíatégi­cos en cada uno de los programas nacionales de ciencia y tecnología, con el fin de concentrar los escasos recursos financieros en aquellos temas de mayor inte­rés y relevancia para el país, y de esta forma poder lograr los resultados que se buscan. En tercer lugar, este esfuerzo se ha orientado a desarroUar procesos de apropiación soríal del conocimiento y a desencadenar procesos de apren­dizaje social, por medio de los cuales el conocimiento generado por la in­vestígación y el desarroUo de la ciencia se interioriza, generando procesos de innovación, de cambio de actítudes, o de valores de cambio en el fun­cionamiento de insfituciones sociales básicas, de mejorar la efectívidad de las polítícas soríales, o de desarroUo de capacidades para el aprovecha­miento de oportunidades para adaptarse con éxito a un entorno cambian­te; y por últímo, a partír de esta reflexión estíatégica y prospectíva, y del análisis de los problemas del país, se busca generar una visión de futuro para la sociedad colombiana. Es decir, a partír de la generación de una "Agenda para la Colombia del Siglo XXI" .

Para la Universidad Nacional de Colombia, el diálogo sobre las proble­mátícas socio- espaciales y territoriales colombianas, ha sido una oportuni­dad para estíucturar un proyecto de carácter nacional que permita fortalecer la visión de las siete sedes sobre los compromisos de la academia con las problemátícas nacionales. En este sentído, el Proyecto se ha Uevado a cabo con la unión de los esfuerzos de las sedes de la Universidad Nacional de Colombia, en los que partíciparon el Centío de Estudios del Habitat Popu-lar-CEHAP y el Posgrado en Planeación Urbano-Regional, de la sede de Medellín; la Red de Investígadores de la Orinoquia vinculados a la sede Arauca; el Instítuto Amazónico de Investígaciones -IMANI-, de la sede de Letíría; el Observatorio del Caribe, al cual está vinciüada la sede de San Andrés; la Cámara de Comercio de Cali, que apoyó el Posgrado de Planeación Urbano- Regional de la sede Palmira; la Facultad de Arquitec-

2. ".. .orientado, en primer lugar, a fortalecer la capaddad de pensanüento estratégico y prospectivo en las diversas áreas que constítuyen el sistema nadonal de Cienda y Tecnología."

3. Fernando Chaparro, Conocimiento, innovadón y construcción de sociedad, una agenda para la Colombia del Siglo XXI, TM Editores - Coldendas, 1998, p. 8.

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TERRITORIALIDAD, CIUDADES Y REGIONES

tura de la sede de Manizales, y el Centío Habitat y el Departamento de Urbarüsmo de la Facultad de Artes de la sede Bogotá. También se vinciüa-ron ofras entidades independientes a la Universidad Nacional, interesa­das en la discusión de los temas territoriales, como la Universidad de los Llanos, la Universidad de Caldas, la Comisión Nacional de Ciencia y Tec­nología del Amazonas, el Banco de la RepúbUca, el Instítuto Sinchi, el Fon­do para la Reconstrucción del Eje Cafetero -FOREC-, la Asociación Colombiana de Investigadores Urbano Regionales -ACIUR-, Capítulo Antíoquia, la Academia Nacional de Medicina de Colombia, el Club de Roma Capítulo Colombia, entre otíos.

El Diálogo buscó promover la investígación alrededor de las temátícas relacionadas con los procesos de la "TerritoriaUdad, Regiones y Ciudades", y se planteó como un espacio que propiciara la reflexión en torno al diseño de poUtícas para el habitat. Entendiendo que, si bien es cierto que es a las entídades a las que les compete su diseño, como son los ministerios u otías instancias del sector púbUco, la academia sí puede y debe señalar caminos que orienten acríones y estrategias para su formulación.

Ante la agudización del conflicto colombiano, el Proyecto puso en cues­tíón los desafíos que se confrontan en la consfrucción de la sociedad co­lombiana para orientar e integrar dimensiones urbanas y territoriales, promoviendo la realización de siete talleres regionales y dos encuenfros nacionales, en los cuales se relacionaron conceptos como ordenamiento territorial, sostenibiUdad, crecimiento, expansión urbana y red de ciuda­des en el contexto regional, con factores tales como la disputa por el domi­rüo espacial del territorio, la globaUzación de la economía, la disparidad socio-económica regional y la diversidad geográfíca y cultural, examinan­do procesos de parfirípación para la planeación y la gesfión.

Los conceptos básicos sobre los que tíabajaron los participantes en el Proyecto, se entendieron desde su dimensión esparíal y de los procesos históricos, reconociendo el carácter vinculante de la territorialidad, como ejerrício de las relaciones e interacciones poUticas y soríales en términos económicos, culturales, poUtícos, ambientales, etc. Reconociendo, así mis­mo, el carácter de la región, en un marco de relaciones geográficas, cultu­rales y funcionales, a parfir de los ecosistemas biótícos y biofísicos, de las identídades de las culturas locales, de los equipamientos e infraestructuras económicas y productívas y de las relaciones entre las formas de vida rural y urbana; y la ciudad, como el esparío complejo en el que tíene lugar el desarrollo de la sociedad contemporánea y como elemento dinamizador y orientador del desarrollo regional. • >•

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BEATRIZ GARCÍA MQREMQJ: CARLOS ALBERTO TORRES

Desde este marco conceptual, comprendiendo que las relaciones espa­ríales sobre el que se constítuyen la territorialidad, las regiones y las ciuda­des, no son expresión taxatíva del mercado, o exclusiva de las relaríones económicas, el Proyecto abrió cinco ejes temátícos con el objetívo de in­cluir otías visiones que permitieran evidenciar enfoques váUdos y no con­templados fradicionalmente en poUtícas y estrategias para el desarroUo y el ordenamiento territorial: Productívidad y Competítívidad Integral, Equi­dad y Redistriburíón; Socio-política, Conflicto y Gobernabilidad Demo-crátíca; Ambiente, SostenibiUdad y HabitabiUdad; Cultura, Heterogeneidad y Coexistencia de Identidades; y Desarrollo del Conocimiento. Estos ejes facultaron y distensionaron el conocimiento y la discusión en torno a la visión de las regiones con los procesos históricos, en sus relaciones con el ámbito local, nacional y global.

Durante el desarroUo de la conceptuaUzación general sobre el tema, se establecieron como objetívos generales del debate: a) brindar luces para dar respuesta al doble reto al que se ve enfrentado el país en el marco de la globaUzaríón y la internacionalización de las economías, como uno de los escenarios fundamentales a tener en cuenta y sobre los que hay que dar respuesta a fravés de la competítívidad, como meta para la inserción del país en la economía global. Igualmente, con una visión de país, reconocer los móviles generadores del conflicto para orientar escenarios de concertación, abriendo las posibilidades para dar pautas de ordenamiento del territorio, buscando una soluríón a los conflictos internos para el logro del desarrollo político, social y económico; y b) contíibuir en la búsqueda de la sostenibilidad con una visión poUtíca, económica, ambiental, ética y espiritual del asentamiento humano, basado en principios de igualdad, soUdaridad, asociaríón, dignidad humana, respeto, cooperaríón y protec­ción de los derechos humanos y las Ubertades fundamentales, incluyendo el derecho al desarroUo.

La metodología para Uegar a un documento síntesis previo: a) discutír sobre los conceptos y relaciones a partír del Documento Base, en el Primer Encuentío Nacional Ciudad y Territorio; b) deUmitar las ideas fuerza o marcos de pensamiento centíales, que fueron Uevados para la discusión en los taUeres regionales-locales; c) a partir de los taUeres regionales, iden­tíficar los paradigmas para la habitabüidad en pos del nuevo país; y d) formular la Plataforma al Futuro, que fue presentada para la discusión en el Segundo Encuentío Nacional Ciudad y Territorio.

Con el ánimo de encontíar puntos comunes de discusión frente a las diferenrías regionales sobre la visión de nación, identificando los vínculos

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TERRITORIALIDAD, CIUDADES Y REGIONES

entre los ámbitos regional, nacional y global, se propuso discutír las ideas fuerza^ en el marco de las relaciones global-local y local-nacional; y de los procesos de tíansformación histórica en la conformación de las esfructuras territoriales, cuyas dinámicas, de una u otra forma, construyen los paradigmas para la convivencia de la sociedad colombiana.

Uno de los principales logros del Proyecto "TerritoriaUdad, Regiones y Ciudades", fue haber artículado una red de tíabajo y discusión de aproxi­madamente 250 investígadores -y otíos actores- de las diferentes ciuda­des y regiones colombianas, para la reflexión sobre la realidad de las problemáticas más relevantes del habitat, bajo una convocatoria nacional coordinada por la Universidad Nacional de Colombia, logrando la partíci­pación de un número signifícatívo de los principales investígadores urba­no-regionales del país.

El Proyecto, planteado sobre una postura de diversidad conceptual y de participación mixta entre investígadores y otíos actores del sector pú­bUco y privado, fue motívado por la urgente necesidad de desarroUar una dinámica de debate académico incluyente, y reaUzar una puesta en común de enfoques y propuestas, en el cual, durante los encuenfros regionales y nacionales, primó el diálogo y la discusión reflexiva. En estos encuentíos se socializaron las perspectívas locales, regionales y nacionales, y se avan­zó hacia la conformación de un pensamiento estíatégico sobre las proble­máticas para la habitabilidad y la convivencia, en el marco de la territoriaUdad, las regiones y las ciudades, como un espacio posible para el encuentro con el país.

La interacríón entíe conceptos académicos y problemáticas del habitat, propuesta en un Documento Base^ -desarroUadas en las ideas fuerza- farí-Utó generar reflexiones nuevas sobre el qué hacer de la invesfigación y de los invesfigadores y su relación con las acciones sobre las cuales se constru­yen y deconstíuyen regiones, territorios y ciudades. Así mismo, permitíó evidenciar las profundas düerencias de enfoque y percepción sobre la vida urbana, rural y regional, de un país mulfiétnico y pluriculttoral con düe-

Las ideas fuerza se pueden resumir de la siguiente manera: a) Educadón y Ética, Estética y Cultu­ra; b) Coexistendas Económicas: Globales y Locales; c) Productívidad y Sostenibilidad; d) Movili­dad Poblacional: Aglomeración y Exclusión; e) Manejo del Conflicto: Componente Interno y Externo; f) Nuevo Concepto: Del Estado-Nación a la Ciudad Región; g) Reladones Planeadón-Gestíón; y h) Construcdón de Vínculos: Conexiones Vitales, Ligaduras Fragües y Estables. Documento inidcil del proyecto con el cual se efectuó la convocatoria nacional el cual planteó un contexto nadonal y Icis ideas fuerza como referentes para la discusión y el análisis.

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B E A T R I Z G A R C ( A M Q R E . N O - C A R ' ^ ' ^ ^ ^ ' - ^ ^ ' ^ T O ^ ^^^^

rentes visiones y niveles de comprensión sobre el confUcto armado que se lleva a cabo en gran parte del territorio nacional, y a las dificultades que deberán ser afrontadas por las poUtícas del habitat, para intentar la recons­frucción del Estado Nacional. '•

En constancia de lo anterior, los documentos de los taUeres regionales muesfran la diversidad de posturas locales y regionales frente al mismo marco general del debate expuesto en los encuentros. Acordes con la me­todología, la dirección y la coordinación del Proyecto orientaron los talle­res regionales de manera flexible, permitíendo a los coordinadores decidir qué casos concretos podían ser examinados en cada lugar y cuál debería ser el énfasis de la discusión en cada región.

Lo anterior, que para algunos puede ser visto como una debiUdad del Proyecto, al contíario, permitíó hacer emerger los diferentes enfoques de investígación sobre el habitat, y las prioridades sobre las que están tíaba-jando los académicos y ofros actores en las diferentes regiones del país. Es derír, permitíó evidenciar por ejemplo, que mientías para unas regiones y ciudades del país, el marco del pensamiento moderno y postmoderno es la base del conocimiento que expUca las rupturas culturales colombianas, para otras regiones no urbanizadas y con presencia de múltíples etnias y culturas, este marco de análisis ha sido un obstáculo para la comprensión de la complejidad pluriétnica y multícultural y ha promovido la exclusión del entendimiento de otras formas de vida colombianas.

Si las regiones y ciudades del "país desarroUado" miran la globalización en el marco de la competítívidad y la productívidad, evitando en sus aná­Usis y discursos abordar las temátícas de la guerra y el confUcto, otías re­giones, las regiones de la biodiversidad, viven en el conflicto o por lo menos viven de manera directa las consecuenrías de los diferentes intereses que definen las relaciones territoriales, nacionales e internacionales y son víctí­mas de la falta de responsabüidad y de presencia del Estado colombiano frente a la gobemabüidad, la preservación de la vida y de los recursos na­turales y a la búsqueda de la convivenría parífica.

Ofro de los grandes logros del Proyecto está en la deUmitación de los marcos de pensamiento expresados en la selección de las ideas fuerza que logró agrupar los conceptos y proponer relaciones para el debate regional, dando paso a la identíficación de los Paradigmas de Habitabilidad en pos del Nuevo País y a la propuesta de la Plataforma al Futuro, la cual repre­senta un esfuerzo por estíucturar las bases de un marco de pensanüento esfratégico que vincula las relaríones culturales, ambientales, económicas, sorío-polítícas y el desarroUo del conocimiento, a lo territorial, regional y

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TERRITORIALIDAD, CIUDADES Y REGIONES

urbano, con conceptos que tíenen como base determinante la equidad, la redistribución, la democracia, la sostenibüidad, la coexistencia de identída­des y la consfrucríón de sujetos de conocimiento, si es que de verdad el país tíene como meta la paz.

En este sentído, es preciso detenernos en fres aspectos; por una parte, los paradigmas de habitabiUdad en pos del nuevo país; en segunda instan­cia, los elementos propuestos en torno a la Plataforma al Futuro y final­mente, la Agenda propuesta del proyecto. •• V '• . J -UT.

Los PARADIGMAS DE HABITABILIDAD EN POS DEL NUEVO PAÍS

El desarroUo del sistema global en el que se encuenfra inmerso el hemisfe­rio norte, induce preguntas y cuestíones que abocan al "mundo en desa­rrollo" hacia la construcción de nuevos paradigmas que expliquen la inequitatíva reaUdad de nuestías sociedades. Cuando de hecho, en países como Colombia, existen ríudades que catalizan el desarroUo de regiones estructuradas sobre redes urbanas, constíuidas durante la segunda déca­da del siglo XX, interconectadas a los sistemas internacionales, emergen otías regiones, en el marco del conflicto, con economías doméstícas de guerra, vinculadas a cultívos ilícitos y a sistemas de relaciones sociales que no están regulados por el Estado social de derecho.

El proceso de la globaUzaríón, inducido por el modelo de equilibrio de libre mercado y de la UberaUzación de las economías, que camina de la mano del avance tecnológico de fines de siglo, especialmente en las tele­comunicaciones, está generando cambios sustanciales en el ordenamiento mundial: "Asistímos a una de las revoluríones tecnológicas más exfraordi-narias de la historia, diría la más importante. Es una revolución centrada en las tecnologías de la información y la comunicación, lo que la hace mu­cho más importante que la revoluríón industíial en cuanto afecta el con­junto de la actívidad humana"^ '. -

Aunque para los países del Uamado "mundo desarrollado", el conjunto homogéneo de reglas insfrumentadas por la globaUzaríón resulta de un proceso estructural de cambio en las instítuciones y en general del sistema productivo industrial'', en países como el nuesfro, el concepto global apa-

Manuel Castells, "Globalizadón, sodedad y polítíca en la era de la ínformadón". Bitácora Urbano Territorial, Revista Número 4. Universidad Nadonal de Colombia, Bogotá, 2000. "¿Qué es lo global? Las actividades estratégicamente centrales de esa economía tíenen un núdeo centralizado en el sentido de que fundoiui como una unidad de todo el planeta, de mímera cotí-

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rece apenas reconocible como una serie de exigencias de adecuación de limitados procesos productívos e instítucionales, que tíascienden la capa­rídad de respuesta de las comunidades locales.

El modelo socio-económico desarroUado porlos países del primer mun­do se presenta como un modelo más o menos homogéneo, asentado espacialmente sobre un territorio regional que se artícula a una red de ríu­dades para el intercambio de actívidades enfre la vida rural y urbana. El avance del desarroUo económico vinculó los sistemas productívos indus­triales a la vida urbana, armonizando las actívidades rurales con las de la ciudad. La internacionalización de las economías, se está expresando en una desconcentración de algunas actívidades del mundo desarroUado li­gada a una conectívidad, que no pasa ya por las relaríones territoriales enfre núcleos urbanos integrados a un sistema de economía, cultura y ur­banización regional. Este tipo de estructuras se presentan como obsoletas bajo las condicionantes de una nueva división internacional del trabajo.

Los avances y el dominio tecnológico de estos países sobre los procesos económicos y productivos establecen nuevas reglas de juego en la redistíibución mundial del tíabajo, reservando para eUos la especiaUza­dón del conocimiento mientras desplaza las actividades manufactureras hacia los países del "mundo en desarroUo", a los cuales se les asigna un nuevo rol como países receptores de tecnologías -y procesos- contíolados

diana. Lo más importante de dicha economía es el mercado financiero. No todos los mercados finanderos son globales; pero todos están artículados de una forma u otra a un mercado finande­ro global. Y en una economía capitaUsta decir que el capital es global, no es dedr poca cosa. Tam­bién están globalizadas la dencia y tecnología del más alto nivel; el centro de producdón avanzado, a saber, las empresas multinacionales y las empresas ligadas a ellas. El comerdo intemadonal está cada vez más interrelacionado fundonando en un mercado global... También está globalizada una pequeña parte del mercado de trabajo, la fuerza de trabajo de alta especialización: ingenieros informáticos de alta calificadón, ingenieros genétícos, analistas finanderos, futbolistas brasileños, asesinos profesionales a sueldo. ¿En qué medida se conectan estos núcleos globalizados al resto de la economía? En cuanto exista algo que desde el punto de vista de esas actividades económicas tenga valor y sólo de esa medida. Lo que el nuevo sistema tecnológico y de transporte permite es una extraordinaria flexibilidad en la red global, articulando lo que vale y desarticulando lo que no vale; se entra en los mercados cuando se tíene posibilidad de ser mercado solvente y se sale cuan­do esos mercados se devalúan. Se utiliza la posibilidad de una industria emergente en un país mientras esa industria puede ser subcontratísta, pero cuando se acabe esa posibilidad se cambia a otro país. En esa forma de conexión el núdeo de la economía globalizada ritma, conecta y desco­necta el conjunto de las economías del planeta a través de esas intermediadones", en Manuel Castells, Bitácora Urbano Territorial. Revista número 4, Urüversidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2000.

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JlERRITORIAUDAD, CIUDADES Y REGIONES

desde las grandes multínacionales*. Este nuevo orden socioeconómico in­duce a ingresar al mercado de la localizaríón de estas actívidades produc­tívas y presupone una competencia, ya no entíe naciones y países sino entíe ríudades y regiones que ofrezcan garantías de alta rentabüidad. Para eUo las naciones, las regiones y las ciudades, están abocadas al desarrollo tecnológico en las telecomunicaciones, a modernizar sus infraestíucturas, a desarrollar el sector de los servicios y a adecuar sus sistemas legislatívos e institucionales hacia la promoción de alianzas estratégicas de competí­tívidad vinculantes con las organizaríones büaterales y tíansnacionales.

Por las cfrcunstanrías partículares en que se ha desarroUado la división internaríonal del frabajo, es evidente que el espacio se fragmenta bajo nue­vos componentes, mientras la economía parece adquirir niveles más agu­dos de centíalizaríón. Algunas ciudades del Viejo Mundo industrializado han perdido peso específico, mientras otras, que han asimilado la tecnolo­gía más moderna, se colocan a la vanguardia de la economía.

Ciudades metropolitanas desarroUadas, o "ciudades globales", como Nueva York, Londres, Tokio, París, entre otras, combinan las llamadas "TecnópoUs""* -que actúan como especie de enclaves de una red global-, con la prestación de servicios financieros especializados. Esto constítuye el soporte de las actívidades terciarias inferiores, que ocupan a una gran par­te de la poblaríón en condiríones de intensa movUidad laboral, i

Las ciudades metropolitanas atrasadas, sin embargo, cumplen unas funciones diferentes, pues generalmente no producen conocimientos ni desarrollan una industria intensiva en capital; pero, en cambio, algunas franjas económicas Ugadas estíechamente con el capital internacional lo­gran establecer un ríerto nivel de producción de tecnología o ensamblaje de productos para los mercados mundiales o regionales. Tal es el caso de la denominada "banda de los cuatro": Corea del Sur, Taiwan, Hong-Kong y Singapur; y también Malasia, Indonesia y FiUpinas. En el contínente latí-noamericano, los casos más relevantes podrian estar en ciudades de Brasü,

8. "Desarrollo Industrial Urbano", Documento de la ONUDI (Organizadón de las Nadones Unidas para el Desarrollo Industrial), preparado para la conferenda de Habitat II-Estambul, 96.

9. Concentraciones urbanas súper espedalizadas, no sólo por su componente dentífico, basado en la "economía de la ínformadón", sino por su infiaestructura y el modo de vida propio de una "nueva dase sodal" de sabios. Tal es el caso, por ejemplo, de la industria de alta tecnología en el Silicon Valley en las cercaiüas de San Frandsco, o en los alrededores de Munich; la carrera 128 en Boston, el complejo militar de Los Ángeles, el distrito Industrial de Tokio; Hamburgo y el Ruhr en Alemania, entre otros.

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Chile O México. Sin embargo, dentío del contexto latínoamericano en ge­neral, es más apropiado hablar de un proceso de diversificación económi­ca, con gran predominio de actividades terciarias orientadas hacia la subsistencia, que le han permitído a estos países sobrevivir a todas las cri­sis a costa de mantener un mercado interno muy precario y una composi­ción muy baja de capital en sus industrias. Las altas tecnologías, orientadas generalmente hacia la explotación y exportación de materias primas no alcanzan a generar mayores impactos en el crecimiento económico por su característíca exportación neta de capitales.

Para la consfrucríón de país, así como se requiere de una mfrada haría lo global para la búsqueda de un mejor posicionamiento y poder consoli­dar la internacionalización de la economía, "se requiere del fortalecimien­to del Estado-Naríón y la búsqueda de alianzas estratégicas con países del mismo orden "tercermundista" para salvaguardar los intereses y el bienes­tar de sus naciones y poder estar en mejores condiciones de negociación en el mercado internacional de temas estratégicos como la explotación de los recursos naturales, las patentes genétícas y las responsabiUdades mun­diales frente a los problemas ambientales"'".

Igualmente se necesita de una mfrada hacia el interior de la Nación, con la creación de un pensamiento esfratégico nacional que dé luces para la concertaríón y resolución de los conflictos, que pueda dar respuesta de manera equitatíva, sostenible, democrátíca y sin la pérdida de las identída­des propias de una soríedad como la colombiana, pluriétnica y multicultural de donde emergen experiencias con visión prospectíva, al hacer plantea­mientos que respondan a las preguntas ¿cómo hemos vivido? ¿cómo esta­mos viviendo? ¿cómo queremos vivir? i v-

Ofro aspecto a considerar, son las actívidades üícitas como la produc­ción y tráfico de drogas, pues estos mercados están más globalizados que los mercados legales porque se escapan de las regulaciones naríonales y dependen directamente de las leyes de oferta y demanda internaríonal, ejerciendo una gran influenría a fravés de grandes flujos de dinero en el ordenamiento del territorio generando confUctos y desequiUbrios internos y externos.

10. Franky C, Carlos Eduardo, documento "Comentarios al Diálogo Nadoi\al", Instituto Aonazóiüco de Investígadones, IMANI, Letída, 2000.

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. TERRITORIALIDAD, CIUDADES Y REGIONES

PLATAFORMA AL FUTURO: TERRITORIALIDAD, REGIONES Y CIUDADES }

La plataforma al futuro: territoriaUdad, regiones y ciudades, propuso des­de un marco de sostenibiUdad, vincular las dinámicas del territorio, la ríu­dad y la región, al proceso de paz y de la planearíón del desarroUo, a partfr de los siguientes aspectos: ' *'

• Generar la conciencia de la necesidad de crear un pensanüento esfraté­gico naríonal .- 1 !

.11. Configurar el territorio como concepto central para el reordenamiento de la ciudad- región- nación.

• Considerar la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial -LOOT- como una de las bases para la reconstrucríón de la Naríón, con visión admi-rüstíativa, poUtíca y funcional. ^ *

• Definir la Región en un marco de relaríones geográficas, ambientales, culturales y funcionales, articulando las actividades urbano-rurales.

• Fortalecer las ciudades como dinamizadoras del desarroUo regional, con visión incluyente hacia los intereses de diferentes grupos sociales y etnias que la habitan.

• Reconocer el conflicto social y los problemas de la violencia como condiríonantes estíatégicos a resolver, para la reconstíucción nacional.

• Identíficar y valorar el potencial ambiental, económico y socio-cultural de las distíntas unidades territoriales con el propósito centíal de mejo­rar la caUdad de vida de los habitantes.

Estos elementos permiten proponer dnco ejes temátícos, que se desa­rroUan de la sigtüente manera: .,

1. Economía: Productividad y Competitividad Integral, Equidad y Redistribución ,

ImpUca vincular las dinánücas económicas al territorio configurando las regiones desde el fortalerínüento de la red de ciudades, identíficando las escalas de acción y las posibiUdades de mercado, a partír de:

m Reconocer las potencialidades de ciudades y locaUdades para el desa­rroUo económico y la competítívidad.

• Identificar entes territoriales de escala intermedia, como subregiones y áreas mefropoUtanas, para la consoUdación y artícularíón económica urbano- regional.

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B.EA.TR.IZ. GARCÍA MQREM2.I.CA8I.Q5.ALBE_RIO TORRES

• Fortalecer la red de ciudades con visión de complementariedad más que de competítívidad entre ellas.

« Controlar y reorientar la expansión de ciudades buscando nuevos mo­delos de ocuparíón espacial.

» Desarrollar y caracterizar las infraestructuras en el marco regional, subrregional y mefropoUtano, de acuerdo con las posibiUdades de mer­cados internos, regionales, nacionales e internacionales.

« Impulsar la metodología de los "closter" industriales y empresariales para buscar la diversificaríón de mercados compefifivos.

a Promover el desarroUo de las regiones vinculadas a las dinámicas de los procesos producfivos primarios y de servicios.

8 Promover el desarrollo de las regiones orinoquense y amazónica orien­tadas hacia la preservaríón de los recursos estíatégicos con visión pro­ductiva y sostenible. ,'•* I •

» Reorientar políticas agropecuarias hacia modelos alternativos de desa­rroUo, productívos y sostenibles (sustentables).

« Orientar la visión del desarroUo hacia la complementariedad enfre re­giones en pos de la unidad nacional. , • , '•'

« Promover acuerdos multilaterales enfre países de la región para esta­blecer formas más equiUbradas de negoríaríón.

2. Socio-política: Conflicto y Gobernabilidad Democrática

Está determinado por la vinculación de la gobernabiUdad, como ordena­miento poUtíco adminisfrafivo de procesos económicos, ambientales y so­cio-culturales, a las dinámicas territoriales, regionales y de la ciudad, con criterio incluyente, partirípatívo y de gestíón, a partír de:

• Reconocer las expresiones del conflicto, el desplazamiento forzado y la población excluida, como condicionantes de la planeación y la gestíón.

* Promover desde el Estado Nacional, poUtícas urgentes encaminadas a resolver de manera contíngente la problemátíca de los desplazados, orientando recursos y conformando organismos nacionales que pro­muevan acciones locales a cargo de especiaUstas en grupos humanos.

* Romper el paradigma en la administíación púbUca de que el bien pú­bUco, la democracia partícipatíva y la tíansparencia administíatíva sean obstáculos para propósitos partículares.

« Promover espacios de concertación de intereses enfre el Estado, el sec­tor privado y la comunidad.

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« Abrir reales canales de partíríparíón, Ugados a los procesos de planeación de manera que eUa no sea indicativa y vaUdada por procesos de con­sulta, sino instrumento efectívo de partícipación de düerentes actores y comunidades, para la formularíón, decisión y la acción.

« Conformar organismos locales de alcance nacional con autonomía e independencia de los tíadicionales intereses partídistas regionales, para que promuevan, garantícen y posibiUten el desarrollo de la práctíca real y efectíva de procesos partícipatívos.

» Fortalecer la participación ciudadana con procesos permanentes de educación a todos los actores comprometidos, que permita nivelar y hacer expedito el diálogo entre la comunidad y los técnicos.

m Artícular los planes de ordenamiento territorial, en sus principales lí­neas de acción, con la partícipación efectiva de los múltíples actores.

• Pasar del enunciado de la tolerancia y el reconocimiento de la diferen­cia y la diversidad, al derecho a la ciudad, como criterio incluyente.

• Constíufr espacios físicos que posibiUten el encuentro y la tolerancia para la vida colectíva como constíuctora de democracia y ciudadanía.

« Promover la asociación de municipios en busca de acuerdos y alianzas estíatégicas para el gobierno y la configuración territorial.

« Fortalecer el proceso de autonomía municipal en función de la cons­trucción de nación.

m Fortalecer el aparato jurídico que combata la impunidad estableciendo sanciones reales en caso de atentar contra la derísión y la acción del bien público.

. t.

3. Ambiente: Sostenibilidad y Habitabilidad

Vincular la dimensión ambiental entendida como escenario biofísico, biótíco e histórico-cultural, en el ámbito territorial, regional y urbano, redefiniendo las relaciones de la sociedad y del individuo con su entorno de manera equilibrada y armónica, dando cuenta de las otras especies y de las genera­ciones futuras, a partfr de: , - . . .

« Considerar los ecosistemas como eje estíucturante y delimitante de la región y de la red de ciudades.

m Definir la capacidad de soporte de los ecosistemas como base para la sostenibilidad urbana.

m Identificar los recursos nacionales estratégicos (energéticos, hídricos, genétícos, enfre otros) para diseñar poUtícas que definan su adecuado manejo. i -

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9 Evaluar el patrimonio natural y cultural de los asentamientos para in­tegrarlos a las cuentas sociales de los municipios y la región, incorpo­rando indicadores que permitan medir y direccionar el desarrollo territorial sostenible de la región.

• Promover la comprensión del medio ambiente Ugado a las tecnologías para la sostenibiUdad urbana: generación de energía, manejo de dese­chos, del agua y del fransporte.

m Entender que la garantía de la sostenibiUdad no sólo está en lo físico a fravés de la preservación y recuperaríón de los recursos naturales, sino fundamentalmente en la transformación de lo humano para el logro de la fransformación del ambiente: sociedades sostenibles garantizan ciudades, regiones y territorios sostenibles e incluso sustentables.

« Incorporar procesos de educación ambiental que contíibuyan en la transformación de lo humano para generar nuevas formas de relacionamiento con el entorno.

* Implementar modelos alternativos de producción industrial y agrope­cuaria mediante el uso de tecnologías Umpias, comercialización de la captaríón de partículas de CO^, enfre ofros.

4. Cultura: Heterogeneidad y Coexistencia de Identidades

\^ncular la cultura con sentido humano como forma de relacionamiento del individuo con su entorno. La cultura, como sinónimo de lo humano, le imprime al territorio, la región y la ciudad los elementos fundamentales de las necesidades, satisfacciones y deseos que defínen las acciones y configu­ran identídad, pertenenría y autonomía, a partfr de:

» Fortalecer las identidades locales para responder a los retos de la homogenización global.

• Reconocer los procesos histórico-soríales como forma de reflexión per­manente en la búsqueda de la identídad territorial.

m Profundizar la reflexión en funríón de la educación, la étíca, la estétíca y la cultura como elementos fundamentales que contribuyan a clarifi­car la condición de la vida humana.

• Implementar estíategias de comunicación y pedagogía ríudadana en los procesos de planeación territorial.

• Entender la partícipación social y comunitaria como un proceso per­manente en donde las colectívidades y los conglomerados urbanos, gestan las formas de habitar y convivfr y se constíuyen los hábitos edu-

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JERRITORIALIDAD, CIUDADES_Y REGIONES

catívos, es derír, la identídad, la ríudadanía y los valores que refuerzan en los pobladores el sentído de pertenencia a un lugar.

« Promover la cohesión del tejido social desde el anonimato y la frag­mentación, como característíca de las urbes modernas.

• Promover la vincularíón del sector académico en los procesos soríales, urbanos y territoriales para la reconstíucríón de país.

« Promover la construcción colectíva de multívisiones de ríudad y re­gión.

• Apoyar la independencia y autonomía de los medios de comunicaríón para la construcción de lo púbUco y la ciudadanía.

• Reconocer la incorporaríón de las nuevas tecnologías de comunicación telemátíca como nuevos esparíos de encuenfro e intercambio cultural.

« Trascender la educación como visión de cifra y cobertura, para conver­tírse en instíumento fortalecedor de identídad, de la valoraríón por lo propio y la consfrucción de patrimonio cultural y tíadición oral.

« Adoptar el reconorímiento de la diversidad soríal y cultural como meta estíatégica, conexa con la consfrucríón de la democracia, la equidad y la convivencia y propender por la constítución de escenarios sociales, poUtícos y culturales que logren la inter y tíansculturización.

5. Desarrollo del conocimiento: Construcción de sujeto y objeto de conocimiento

Vincular las capacidades científicas y tecnológicas y reconocer ofras for­mas alternativas de conocimiento (ancestíal, popular, etc.), mediante el desarroUo de las capacidades de consfrucción del conocimiento, tanto for­males como de educaríón ciudadana y de educación y cultura, a los asun­tos territoriales concernientes a la ciudad y la región, a partfr de:

« Valorar el desarroUo del conocimiento como elemento orientador y es­tratégico para el derísivo fortalecimiento de la Nación.

8 Vincular y configurar el papel de la Urüversidad Naríonal en el diseño de un pensamiento estratégico para la Nación, dado que del futuro de la Universidad y la academia, depende en gran medida el futuro de la Nación.

s Propiciar el desarroUo de las caparídades científicas y tecnológicas, tanto en torno a los asuntos territoriales concernientes a la ciudad y la re­gión, como en torno al desarroUo general de las capacidades en ríenría y tecnología y a la consfrucríón del sujeto rientífico en las diversas re-

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giones del país (dentro de la concepción integral de incorporación de los diversos ámbitos científicos en plural a las ciudades y regiones, sin Umitarse sólo al desarrollo tecnológico-industrial); y en segundo lugar, al desarroUo de las capacidades educafivas, tanto formales como de educaríón ciudadana y de educación y cultura. Propiciar la difusión del conocimiento sobre lo territorial en esferas ampUas de la población como factor desencadenante y generador de procesos de apropiación para su desarrollo.

AGENDA ,

Como componente proposifivo del Proyecto se planteó darle contínuidad a fravés de una agenda de trabajo, la cual en términos generales se presen­ta a continuaríón:

m Articular los resultados de las reflexiones del pensamiento colombiano so­bre la TerritoriaUdad, Regiones y Ciudades, a los procesos internacio­nales que potenció el encuentro mundial Hannover 2000 - Urban 21 en Berlín y los demás que de alU resulten.

• Promover la suscripción de convenios instítucionales y temátícos con entidades y gobiernos partírípantes en el Diálogo Global Hannover-Berlín, para apoyar la constíucción del Observatorio Urbano Regional: Ciudad y Territorio en Colombia.

m Con base en la Red de Investigadores que partíciparon del Proyecto, con­formar el Observatorio Urbano Regional: Ciudad y Territorio en Co­lombia, con el fin de continuar dialogando, y de profundizar los conorímientos en torno a la cultura, la sostenibiUdad, la gobernabiUdad, la economía y el desarroUo del conocimiento.

• Consfrufr el Seminario Nacional Urbano - Regional como esparío acadé­mico de presentaríón del avance del conocimiento científico vinculado al Observatorio, como espacio permanente.

m Fortalecer los intercambios entíe las universidades colombianas en tor­no a los resultados del diálogo y promover una Agenda de Trabajo para el montaje y dinamización de la "Década del Diálogo".

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jERRrroRiAyDAD, CIUDADES Y REGIONES

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ESTADO DEL ARTE DEL PENSAMIENTO URBANO EN

COLOMBIA*

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Fernando Viviescas M."

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA'

La dimensión de la pregunta por la ciudad en el siglo XXI: el marco de las demandas al Urbanismo en Colombia.

La ciudad va evidenciándose como el espacio histórico-social de la con-densaríón máxima de la complejidad ontológica contemporánea y allí, y por eso mismo, conríta la dinámica de reflexión y de investígación de la ciencia contemporánea, tíatando de encontíar su razón y su trascendenría como determinante del ser de la humanidad y, necesariamente (esto es, lo requiere inexorablemente), empieza a despertar y a dinamizar el desplie­gue de la imaginación en todos los campos de la creación humana -la artís­tica y la polítíca- en búsqueda de los soportes que cualifiquen la forma de interactuación de los hombres y las mujeres -entíe eUos y de eUos con el mundo natural y con el constíuido- hacia el futuro.

Determinado por ese marco, pero como resultado también de procesos internos, el inicio del siglo XXI para nuestro país está marcado por la pre­gunta por la ciudad: por la profundizaríón del sentído de la ciudadanía, por la consfrucción de contextos y procederes citadinos, por la edificación

En la elaboradón de la propuesta de investígadón de la que emana esta síntesis partidparon en calidad de coinvestigadores; Nayibe Peña F. y Luis Fernando Acevedo R., ambos Master en Urba­nismo, y el sodólogo Samuel Vanegas M., quienes han hecho im especial aporte a clarificar el sentido de la indagadón. Sin embargo, esta versión la hice de manera individual, con lo cual eximo a mis compañeros por cualquier error que yo haya cometido. Profesor, Facultad de Artes, director Centro Habitat, Universidad Nadonal de Colombia, Bogotá. Esta página constituye una apretada síntesis de algunos de los elementos constitutivos de la pro­puesta de investígadón presentada al DINAIN por el Centro Habitat de la Faciütad de Artes, el 17 de octubre del año 2000, con el título Estado del arte del Urbanismo en Colombia (Elementos para la estructuradón de una comurüdad disdplir«r).

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de espaciaUdades que correspondan con la escala que adquiere el funcio­namiento de la sociedad en la época de las aglomeraciones poblacionales. ', De esta manera, los colombianos y colombianas -al empezar a recono­cer la presencia y determinación cultural, social, política y económica de la ciudad- no sólo comenzamos a superar décadas de inconsciencia colectíva con respecto al entorno físico y cultural que nos ha estado determinando desde principios del siglo XX, ignorancia que, seguramente, está en el fon­do de las desgraciadas violencias que hoy nos sobrepasan y avergüenzan, sino que, al mismo tíempo, y por primera vez en nuestía historia, nos inte­gramos de manera colectíva a una cuestíón que también está en el centío de las inquietudes y búsquedas culturales y polítícas mundiales.

Dos limitaciones del Urbanismo colombiano y la necesidad de la investigación sobre sus soporte teóricos y metodológicos: la ubicación de la propuesta

Ahora bien, la configuración de esa complejidad socio-histórica y, parficu-larmente, el escenario politicocultural creado en Colombia en este cambio de siglo -de un lado, por la iniríación y mantenimiento de las Conversa­ciones de Paz entíe el gobierno nacional y los movimientos guerrilleros (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-, y, aunque con menor intensidad, con el Ejército de Liberación Nacional -ELN-) y, del otro, por la puesta en marcha del mandato constítucional de contar con la partí­cipación ciudadana en la planeación del desarroUo del país, materializada en la actívación de las dinámicas de discusión alrededor de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) presentados por las distíntas ciudades, en cumplimento de la Ley 387 de 1997- no hacen más que poner de manifies­to la enorme tíascendencia que para la formulación de nuesfro futuro como nación contemporánea tiene el Urbanismo, en tanto que campo discipli­nar de pensamiento de la ciudad y, también, como profesión.

Sin embargo, una rrürada crítíca al ámbito establecido por el fluir de estos dos procesos, aunque de manera diferente, permite iluminar la ineficiencia del urbanismo colombiano tanto para conocer, crificar y re­crear los fundamentos epistemológicos de la disciplina -y ponerlos al ser­vicio de los movimientos ríudadanos y de la raríonalidad de los proyectos de ciudad que de todas maneras se han venido presentando en nuestra historia reciente-, como para contribuir a crear, cualificar y sustentar teóri­ca y metodológicamente la cultura del planeamiento y de la construcción de las urbes en Colombia.

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Las secuelas culturales, espaciales y psicológicas (y la trascendenría que eUas tíenen para la reaUdad sociohistórica colombiana) de esta debüidad disciplinar del urbanismo -que mantíene su práctíca limitada a desenvol­verse como una simple profesión Uberal más, sin un estatuto epistemológico ni étíco y, por eUo, a merced de un mercado profesional (premoderno como el colombiano) que lo constíiñe a expresarse sólo a tíavés de la intermiten­cia de la asesoria y la consultoria sectoriales o de la elaboración desartícula-da y esporádica de planes (casi nunca verdaderamente reaUzados o realizables) y que extrema la explotaríón de sus cultores en el aislacionismo que impone la modaUdad de competencia del free lance- sólo podrán ser descubiertas en su verdadera dimensión por un trabajo investigativo, historiográfico y crítico, serio y solvente que está por hacerse en este país, el cual, por lo demás, ha de ubicarse en el contexto de reflexión mundial sobre la disrípUna disparado por la crisis que la misma afraviesa en este cambio de milenio.

La pregunta del problema

En el inicio de la consfrucción de ese contexto es donde se ubica esta pro­puesta de investígación de los soportes teóricos y reflexivos: epistemo­lógicos, metodológicos y sistémicos de algunas de las distíntas experienrías académicas que se presentaron en el país durante el siglo XX pretendien­do sistematízar y profesionalizar las disríplinas del espacio urbano: la ar­quitectura, el urbanismo y la planeación, y buscando abrir, en el campo ampliado de las ríencias sociales, perspectívas de análisis e interpretación de la tíascendencia del fenómeno urbano en tanto condicionante esfruc­tural de nuestío devenir como nación.

En la perspectíva estíatégica de cuaUficar la discusión sobre la ciudad (y, por tanto, sobre la soríedad) futura colombiana, es indispensable cons­truir un marco que permita conocer: a la Academia, al Estado y a la Socie­dad Civil, cuál es el pensamiento -en general y, en partícular, el urbanístico-que ha informado la formación y especializaríón de los profesionales que han desarroUado y construido la parte instítucional de la urbe colombiana -determinando con eUo, también, la caUdad de la que queda por fuera de estas deUmitaríones- para, a partír de su anáUsis crítíco, abocar la cons­trucción de dinámicas imaginativas y creativas que contribuyan a la refundación de nuestía soríedad en un movimiento Uustíado, partícipatívo e incluyente que permita superar las falencias de la situación que nos legó el siglo XX. • -

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EL MARCO TEÓRICO

La ciudad y la complejización del urbanismo

La sostenibilidad del desarrollo urbano para el mundo venidero hace mu­cho rato empezó a convertírse en la pregunta fundamental que cada vez ocupa más espacio y gana en jerarquía en las agendas poUtícas y económi­cas del mundo. Ya alcanzó el ámbito de las cumbres mundiales: en Estambiü (Turquía) los jefes de Estado y de Gobierno y las delegaríones oficiales de casi todos los países del mundo, que se reunieron en la Conferenría de las Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos celebrada enfre el 3 y el 14 de jurüo de 1996, aprovecharon la oportunidad para hacer suyos "los objetivos universales de garantizar una vivienda adecuada para todos y de lograr que los asentamientos humanos sean más seguros, salubres, ha­bitables, equitativos, sosfenífc/es y productivos"'^.

Estos conceptos complejizan igualmente -incluso empiezan a indicar una revolución epistemológica- a las disciplinas del urbanismo y del planeamiento.

En efecto, a partir de la dUucidaríón de la complejidad de asumfr el "mundo en proceso de urbanización", en términos de sostenibiUdad:

a. El objetívo fundamental del planeamiento y de la prácfica planificado­ra ya no puede supeditar la caUdad de la existencia individual y colec­tíva, presente y futura -la cualificación del medio ambiente constíuido y de las relaciones con el natural-, al mero rendimiento económico y al funcionamiento mecánico e instíumental de la ríudad;

b. De la misma manera que, dada la enorme artícularíón y determinación que ejercen la cuestíón ambiental y la ecológica con y sobre todos los demás componentes del devenir social, en el despliegue de la proyectación y la prospectíva, deberá adoptar el doble horizonte del largo plazo y del tíatamiento integral de las distíntas problemátícas, con lo cual será indispensable artícular el diseño y la propuesta de las diversas instancias planificadoras a la formularíón de proyectos de so­ciedad, para incluir la ciudad y/o la región particular;

c. Con lo cual, en tercera instancia, se hace inevitable, tanto en términos culturales y polítícos como en los metodológicos, abocar la interacción con el conjunto de la poblaríón en ámbitos de partíciparíón como el

2. Véase el Art. 1 de la Declaradón de Estambul sobre los Asentamientos Humanos. Resaltado mío.

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modus operandi de su desenvolvimiento interpretativo, analítico, creatívo y práctíco.

De todo lo cual resulta el imperatívo más radical: la asunríón de la pers­pectíva inclusiva en su fundamentaríón teleológica, es decfr, la superación -por y desde su funcionamiento como discipUna y actuaríón profesional-de cualquier posibüidad de exclusión económica, poUfica, cultural, étnica, de género o etárea.

A esta dUurídación se ha Uegado por la inrídenría de las enormes frans­formaciones que ha infrodurído la humanidad, especialmente en las últi­mas décadas: la revolución femerüna y el reconocimiento de la problemática ambiental, entíe los primeros, pero también porque la ríudad, particular­mente en el marco de la modernidad, ha sido el objeto de estudio de la Uteratura, la filosofía, la psicología, la sociología, por supuesto de la econo­rrüa y, aunque un poco tardíamente, de la anfropologia.

Colombia: La ciudad como (sólo) negocio y el silenciamiento del pensamiento - -V • •' ; ,• i t"l-:>

En Colombia, sin embargo, eUo no ha sido así. La ríudad colombiana del siglo XX es, sin duda, enfre los hechos y fenómenos más tíascendentales de nuesfra historia el menos invesfigado y fratado por la ciencias sociales en el país.

Al parecer, ha imperado en el país luia enorme ceguera de las discipU­nas del análisis y de la interpretaríón de los fenómenos ontológicos y so-cicües no sólo para abocar el estudio de las fransformaciones psicológicas, sociales y anfropológicas que la ciudad, en su aparición y conformación, ha ido produciendo en los colombianos, sino para captarla y pensarla en su dimensión fundamental y frascendental: como hecho contundente y definitorio de la forma del ser colombiano y como parte de uno de los fenómenos fundamentales del ser de la humanidad hacia el tercer mUenio: el mundo en urbanización en el marco de la mundializaríón de la econo­mía y de la globalización de la cultura.

En consecuenría, y esta sería una de nuestías primeras hipótesis, esa ignoranría por parte del pensamiento habria dejado el proceso de desa­rroUo urbano, y el de la conformación de la vida ciudadana y citadina, en manos de la mera especulación tanto profesional como económica.

La investigaríón, el estudio sistemático y el análisis crítico habrían cedi­do el espacio urbano en conformación al mundo especulativo de la

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consultoría, la asesoría y la planeación urbana tecnocrática, el cual, en una aUanza fatal con el clienteUsmo y la corrupción polítíca, y con la especula-ríón inmobiliaria y la industria de la construcción, "modeló" el típo de urbe con la que nos encontíamos en la última década.

Aquel poderoso trípode, pues, se adueñó del trabajo en la ciudad y desde el principio le asignó el carácter de marginal a todos los intentos que se hicieron por darle un sentído de humanidad: de imaginación, de creatí­vidad, de buen vivfr, de democratízación, de partícipación al pujante pro­ceso urbano y no permitió que la ciudad dejara de ser considerada un fenómeno económico -el más rendidor de todos- para configurar un refe­rente polítíco-cultural para la Colombia, que tan dramáticamente preten­día saldar las cuentas con el siglo XIX, y que no tenía más que la ciudad y la vida ríviUsta que eUa entrañaba, para instalarse coherentemente en el siglo XX.

METODOLOGÍA

Los hitos académico-formales y los marcos referenciales de la indagación por el pensamiento urbano

Es acá donde surge nítída la necesidad epistemológica y polítíca de em­prender la reconstíturíón de los marcos con los cuales, especialmente la Universidad y el ámbito científico -y, en consecuencia, sus egresados- se aproximaron a ese tíascendental fenómeno de la ciudad y a la tíemenda fransformaríón que ella significó para la sociedad colombiana de conjunto.

Porque en ese proceso, por paradójico que pueda parecer, prácficamente desde el inicio de las últímas siete décadas -en las cuales se puede sinteti­zar el advenimiento de Colombia al siglo XX- hubo, por supuesto (y este es ofro elemento que un acercamiento serio al fenómeno tendría que expU­car), intentos por dotar a aquel desarroUo de elementos reflexivos y anaUticos que habrían podido servfr para superar el simpUsmo rentista sobre el cual se montó lo que luego vino a produrir la pobre propuesta rítadina que ahora confrontamos en toda su problemática y complejidad. Veamos algunos.

Década del 30: Fundación en Bogotá de la Carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional

A la fundación de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional, en Bogotá en 1936, la acompañó dfrectamente la Revolución en Marcha de

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Alfonso López Pumarejo y quedó incluida en la apuesta educativa del prin­cipal programa poUtico y económico que ha abocado el país por entíar en la Modernidad y, por esa vía, en la consfrucríón de la Ciudad Blanca y el reconocimiento de la llegada de la ciudad contemporánea colombiana, que con Bogotá a la cabeza se iba a consoUdar veinte años más tarde.

Dos años antes se había formado la Sociedad Colombiana de Arquitec­tos y luego, en la década siguiente, aparecería PROA, la decana de las pu­blicaciones sobre la Arquitectura, la Ciudad y el Urbanismo en Colombia.

El movimiento moderno de la Arquitectura y el Urbanismo ha sentado ya sus bases teóricas y conceptuales. De otro lado, está terminando la Gue­rra Civil en España y Europa hace todo lo posible para hacer inevitable la hecatombe de la Segunda Guerra Mundial.

Década del 40: El reconocimiento de la Ciudad en la Internacionalización de la pregunta por el Plan . ,

Aparece la educación privada de la Arquitectura: la Universidad Pontificia Bolivariana en Medellín (1942-1950) y la Universidad de los Andes en Bo­gotá (1949) fundan sus respecfivas facultades, y también esta enseñanza se descentraliza pues en la capital antioqueña la Urüversidad Nacional le da saUda, desde la Facultad Naríonal de Minas, a una escuela (1946) y en el VaUe su Universidad Departamental monta otía (1947).

En el país se acentúa el proceso de urbanización (de 29.09 % de pobla­ción urbana, en 1938, se está pasando a 38.69% en 1951) y la RepúbUca Liberal (los gobiernos de Olaya Herrera, los dos de López Pumarejo, el de Eduardo Santos y el corto de Alberto Lleras) cede el paso a la Reconquista Conservadora. En el intermedio "ocurren" el "nueve de abrü del 48" y el "Bogotazo", esto es, la destrucción del Centro de Bogotá y el deterioro de algunas otras capitales.

La Segunda Guerra Mundial ha devastado a Europa y su reconstíuc­ción se aboca con el soporte de los Estados Unidos (con base en el Plan MarshaU). En ese marco, en febrero de 1946, el influyente arquitecto y urbanista itaUano Bruno Zevi, en desarrollo de su trabajo por demostrar las razones por la cuales la planeación urbana en el Viejo Contínente debe ser considerada una parte de la polítíca exterior de la Unión Americana, trazando una Unea programática que tendria luego repercusiones impor­tantes, dice:

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FmNANOQ VIVIESCAS M,

"...The work of American townplanners is essential to a twentieth century American foreign policy, in creating good wUl and in projecHng abroad our system of government and our way of Ufe... Finally, I submit that every support should be given to the creation of a town planning department in the Unite Nations Organization, a department which would coordínate and distribute all over the v^íorld Information about the planning activities in every country"^.

En Colombia, aparecen Le Corbusier en Bogotá, y Wiener y Sert en MedeUín y se intíoduce el Plan Püoto como un requerimiento científico para abocar el desarroUo de la ciudad.

Década del 50: El Centro Interamericano de la Vivienda (CINVA)

El proceso de urbanización enfrenta a Colombia a la situación en la cual se encuentra todo el orbe hoy en el cambio de milenio: su población de 17.484.172 de habitantes para 1964 será mayoritariamente urbana (53.37%), y luego esta proporríón no hará sino crecer.

Desde 1948, el país se hunde en el estado de sitío que lo acompañará por más de cuarenta años como entorno de la polítíca y de la vida ciudada­na, y la violencia poUtíca ha arrasado con lo que era la democracia colom­biana y la ha entíegado a la dictadura miUtar de Gustavo Rojas PiniUa (1953-1957).

En 1958, como resultado de la negoríaríón enfre los partídos Liberal y Conservador, se instítuye el Frente Naríonal (FN) como fórmula para apla­car la violencia bipartídista (el cual regfrá el marco de dominación hasta 1974) pero que marcará tanto el proceso de urbanización como la cultura ciudadana con un horizonte sumamente restrictívo, lo cual entíe otías co­sas impedirá la aparición del espacio público como ámbito de expresión artística y polítíca en nuestras urbes.

En este contexto, se consoUdan en la enseñanza de la arquitectura las preeminencias, por una parte, de la universidad privada: la Pontifiría Urü­versidad Javeriana (1950-56), la Fundación Urüversidad de América (1952-56) y la Universidad La Gran Colombia (1955-57) abren sus respectívas escuelas y, por la otía, de su localización en Bogotá. Dentío de lo estatal y lo regional apenas la Universidad del AÜántíco, en BarranquiUa, aboca la formación de arquitectos en 1951.

3. Véase, Dean, Andrea Oppenheimer (1983), Bruno Zeci on Modern Architecture, Rizzoli International Publications, Nueva York, pp. 121-126.

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En abril de 1950, Paul Lester Wiener y José Luis Sert, de la firma Town Planning Associates, de Nueva York, entíegan el Plan Püoto de MedelUn (413.933 habitantes) que habían elaborado para la Oficina del Plan Regula­dor. Un año más tarde. Le Corbusier, en su quinta visita a Bogotá (676.099 habitantes), asiste, en mayo, a la inauguración púbUca del Plan Püoto de la Capital que había entregado en septíembre y octubre del año anterior, des­pués de un tíabajo que había iniciado en 1947.

Pero el hecho fundamental se produce con la formación, en la Urüver­sidad Nacional en Bogotá, del Centro Interamericano de la Vivienda (CINVA) bajo los auspicios de la Organización de Estados Americanos (OEA) y con el apoyo del Instituto de Crédito Territorial (ICT). Es el primer intento de especializaríón de la rrürada disciplinar y profesional sobre la vivienda y sobre la ciudad y con proyecríón de típo contínental (el proceso de urbanización acelerada no es exclusividad colombiana: toda América Latína está bajando del campo a forjar la ciudad contemporánea).

Es el inirío del reconocimiento de la complejidad de la problemátíca y de un desarrollo que durante dos décadas acompañará la formaríón y la consoUdación de nuestras urbes y, necesariamente, ha debido marcar una propuesta de metodología de anáUsis y de intervención con cierto pensa­miento social, econónüco, poUtíco y cultural.

Década del 60: La Primera Maestría en Planeación Física y Urbana, en Medellín • ' .

La década se inaugura con el triunfo de la Revolución Cubana y hacia mediados del decenio el mundo arde con la Guerra del Vietnam, donde el ya evidente imperialismo norteamericano se juega (y luego perderá) un prestígio poUtico y miUtar que llevará al orbe a presenciar las manüestacio-nes de la "Guerra Fría", que había inaugurado en la Guerra de Corea. Ha­cia Latínoamérica se dirige la AUanza para el Progreso con su pretensión de atender lo social en esos países de tal manera que se puedan contrarres­tar los efectos ideológicos y materiales de la experiencia liderada por Fidel Castío. Hacia el final, las caUes de la capitales europeas revientan con el Mayo del 68 y a partfr de alU la conríenría de la Postmodernidad frá cre-ríendo hasta dejar en claro que la Modernidad no tíene los elementos para atender los desarrollos que ella misma dispara.

En el campo de la arquitectura y del urbanismo se producen varios textos que luego irán a ser tíascendentales en la revoluríón del pensamiento arquitectural y en la consideraríón de la significaríón de la ciudad contem-

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FffiNA.N.G!Q.y I VlfSQí&M...

poránea: en ItaUa, Aldo Rossi escribe, haría mediados de la década, su Ar­quitectura de la ciudad y, en los Estados Unidos, Robert Venturi produce Complejidad y contradicción en arquitectura y, luego con sus estudiantes. Apren­diendo de Las Vegas, hoy día, considerados las bases sobre las cuales se em­pezaron a repensar críficamente los soportes del Movimiento Moderno.

Una cierta modernización de la insfitucionalidad colombiana -la cual, una vez más quedará trunca- fue abocada, especialmente, por el gobierno de Carlos Lleras Restrepo y preparó el advenimiento de los años setenta y de lo que se esperaba fuera la finalizaríón del Frente Nacional, que desde 1958 venía disponiendo el entorno de dominación política.

Las ciudades se consoUdaron definitívamente como centros determi­nantes de la existencia individual y colectiva (Medellín y CaU Uegaran a los años setenta con más de un millón de habitantes cada una), y a la par de una explosión de la renovación urbana como forma de atender a los reque­rimientos espaciales y urbanístícos por parte del Estado y del capital priva­do, se produce también la eclosión de la invasiones y de la urbanización pfrata, como forma de ubicación en el suelo citadino de la mayoría de los sectores populares, ante la evidente incapacidad de la instítucionaUdad para darles albergues adecuados.

En ese entorno se funda no sólo la decana de la Educación Contínuada con respecto a la problemátíca espacial en Colombia, sino la iniciatíva por una mirada moderna sobre la ciudad por parte de la academia colombia­na: La Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de la Sede de MedelUn, inaugura la Maestría en Planeación Física y Urbana, en 1968. A la cabeza se encuentía un grupo de profesores arquitectos que reciente­mente habían terminado sus maestrías en planeación en distintas escuelas extíanjeras, especialmente en los Estados Unidos y en Inglaterra, y se ha­bían propuesto forjar un campo de reflexión y de propuestas para la inci­piente pero ya imparable ciudad colombiana. Aunque surge en una escuela de Arquitectura y su énfasis es fundamentalmente espacial, los aspirantes desde el principio pertenecieron a las más diversas disciplinas y provie­nen, incluso, de los entes municipales de planeación y administíaríón. Tam­bién logró desarroUar una convocatoria que alcanzó a ciudades por fuera del departamento de Anfioquia.

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Década del 70: El Centro de Estudios del Habitat Popular (CEHAP)

En el ámbito poUtico mundial saludamos la finaUzación de la guerra del Vietnam y en el local se terminó la alternación poUtíca frentenacionaUsta y se abrió de nuevo el juego democrátíco.

Con todo, en Colombia, después de tremendas escaramuzas, se está gestando la consoUdación y la decantación de distíntos movimientos ar­mados que el régimen no sólo no logra controlar sino que, ante su herme-tísmo para atender la apertura democrátíca y su incapacidad para atender las necesidades básicas de la población, empiezan a presentarse como sali­das alternatívas. Las ríudades, entíe tanto, han empezado a mostíar la nece­sidad de asumir la constíucríón de ofro contexto de referenría poUtico-cultural: el ríudadano, el cual no encaja ni en la persistenría del cuadro tíadiríonal dominante rü en los movimientos que se reclaman contestatarios.

De otro lado, la constíucción de las urbes alcanzó tal dimensión que se pudo diseñar una política económica que tuvo como centro la constíuc­ción de vivienda, y el gobierno de Misael Pastíana inició la era de la Uni­dad de Poder Adquisitívo Constante (UPAC).

Ahora bien, el inirío de los setenta marcó el agotamiento de la expe­riencia del CINVA (1972), pero hacia el final del decenio se irán creando las condiciones para la fundación del Centro de Estudios del Habitat Popular (CEHAP, consoUdado en 1980) en la Facultad de Arquitectura de la Univer­sidad Nacional de MedeUín; puesto en marcha con la colaboración holan­desa a través del Bouw Centrum International Education (BIE) de Rotterdam, y que también -aunque con referentes ideológicos, metodo­lógicos y procedimentales diferentes al del Centío auspiciado por al OEA-se plantea no sólo una perspectíva internacional (especialmente para Amé­rica Latina) sino que se aboca a interverür el conjunto de la ríudad desde la interacción con los sectores más pobres de las urbes de estas sociedades a tíavés de su primera formulación como Programa de Estudios de Vivienda para América Latina (PEVAL).

De esta manera, con un intervalo de menos de ocho años, se logró mantener en Colombia, como quizá en ningún otío país latínoamericano, un ámbito de estudio de la ciudad de gran caUdad académica y con refe­rentes permanentes mundiales. Dada la gran experiencia que constítuye este Centro, nuestro estudio tendrá en el CEHAP un referente permanen­te con respecto a la fundación y mantenimiento de un debate sobre las formas de pensar la ciudad y sobre los elementos constítutívos del pensar la sociedad como entorno de la reflexión urbana

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FERNANDO, VIVIESCAS .Nfi.,

Las décadas de los 80 y 90: Consejo Nacional de Ciencias del Medio Ambiente y el Habitat

Marcadas por el fin del SociaUsmo Realmente Existente -y ocupadas por el proceso inexorable del derrumbamiento de la Urüón Soviética y del Blo­que soríalista, simboUzado en la debacle del Muro de Berlín y la consoUda­ríón de la hegemonía capitaUsta en su perspectíva neoliberal Uderada por Reagan y la señora Tatcher- estas décadas señalan también el reconoci­miento de la ciudad (resultado neto del Mundo en Urbanización) como el habitat inexorable de la humanidad hacia el futuro y ubican la pregunta por eUa, como dimensión existencial, en los primeros planos de la poUtica y, hacia el final del período especialmente, en los de la filosofía y el conjun­to general de la ciencias sociales.

Surge no sólo como la gran pregunta que junto con la conciencia sobre la problemátíca ambiental y la emancipación femenina conforman el pro­grama de inquietud mundial de la Cumbre con la cual la Organización de las Naríones Unidas despidió su reflexión del siglo XX -materiaUzada en la Cumbre del Habitat de Estambul en 1996- sino que la extensión de la Postmodernidad y del reconocimiento del pensamiento complejo, así como por la mundialización de la referencias culturales que impone la globalización lograda a tíavés de la potenciación de los medios de comuni­cación (más allá de lo simplemente económico) la ubican -a la ciudad-como el ámbito coherente del centro de la reflexión mundial.

A pesar del avance y exacerbación de las violencias: la del narcofráfico en los años ochenta (en los centros urbanos) y la política en los noventa (que ve a las grandes ciudades como su objetívo esfratégico), los últímos veinte años del siglo XX en Colombia asisten al despertar de la conciencia sobre la ríudad y la ciudadanía: en la soríedad rívü y en el Estado; también en la academia y en la intelectuaUdad, e incluso, aunque con Umitaríones enormes, en los marcos tíadiríonales de la dominaríón poUtíca y económica.

Con el aciago antecedente de la dramátíca toma del Palacio de Justícia por el M-19 y de la terrible masacre que generó su rescate por parte del Ejercito Nacional, en noviembre de 1985, estas dos décadas ven la instíturíonalización de la elección popular de alcaldes en 1986 (luego la de gobernadores) y el inicio de su aplicación enl988; la reforma urbana en 1989; una nueva ley de vivienda, justo antes del hecho tíascendental (in­cluso para la problemátíca motívo de esta investígaríón) de la redacción de la nueva Constíturíón PoUtíca de 1991; la adopríón, por primera vez en nuesfra historia, de una PoUtíca Urbana en 1995; la formulación de la Ley

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388 de 1997 y con su cumpUmiento, por todos los centíos urbanos, en la redacríón de los planes de Ordenamiento Territorial (POT).

En el plano de nuestía indagación, el hecho fundamental además de la aparición de centíos académicos, lo constítuyen la adopríón instítucional de una Política Nacional de Ciencia y Tecnología y la creación de los Con­sejos Nacionales de Cienría y Tecnología; y -aunque en precarias y a todas luces insufícientes condiciones y equivocadas y Umitadas consideraciones epistemológicas y culturales- la inclusión en eUos, esperíficamente en el Consejo Naríonal de Cienrías del Medio Ambiente y el Habitat, de la pro­blemática de la investígación de la ciudad.

Aunque las facultades de Arquitectura experimentan una explosión entre 1989 y el 2000: más de 30 programas "nuevos" en esos diez años, el ámbito académico propicia el surgimiento de las Maestrias de Urbanismo y de Historia y Teoría del Arte y de la Arquitectura en la Universidad Na­cional, Sede Bogotá, y la de Estudios Ambientales Urbanos en Manizales -agregadas a las Maestrías, intermitentes, en Antropología y Sociología Urbanas- y la Maestría en Planeación Urbana y Regional de la Pontíficia Universidad Javeriana.

Las pubUcaciones desarrollan una importante tarea de edición de tex­tos y de reflexiones que pretenden mosfrar la ciudad como objeto de estu­dio y, por eUo, como espacio de investígación, es derír, como ámbito de producción de conorímiento y de pensamiento, además de evidenríarla como el condicionante fundamental de la caUdad de vida de la gente''.

En este sentído, el siglo XX terminó con una producción conclusiva, e inclusiva, sumamente importante porque, además de pretender dar cuan­ta de una visión académica involucró a un enorme grupo de personas e instíturíones de la sociedad civil, que en todo el territorio colombiano ha estado agenríando una reflexión importante con respecto a la territoriali­dad nacional que tíene en la ríudad de fin de müenio un pivote funda­mental para su desarroUo. Nos referimos al estudio Diálogo nacional, territoriaUdad, regiones y ciudades. Convivencia, diversidad y compleji­dad, que con la coordinación de la Facultad de Artes y la cofinanciación de Colciencias, se Uevó a cabo en el Cenfro Habitat de la Facvütad de Artes de

Entre las muchas publicadones, mendonamos dos por su cifirüdad temática con esta propuesta de investígadón: el libro de la "Cátedra Manuel Ancízar" del primer semestre de 1999: Torres T. Car­los A., Viviescas M., Fernando y Pérez H. Edmundo (comp.) (2000), La ciudad: habitat de diversidad y complejidad. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá; y Giraldo, Fabio y Viviescas, Fernando (comp.) (19%), Pensar la ciudad, TM Editores, CENAC, Fedevivienda.

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FERNANDO VIVIESCAS M,

la Universidad Nacional, durante 1998 y 1999, se consfituyó el aporte de Colombia a la Expo 2000 de Hannover, Alemarüa.

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La ciudad contemporánea: Una pregunta compleja a las historias de la ciencia

En este contexto se inscribe ofro asunto problemátíco que qiüere abordar esta investígaríón: ¿Qué condiciones debe cumplir el urbanismo para ser reconocido por el Estado y la sociedad como disciplina, profesión, gremio o campo del saber? ¿Qué papel juega cada una de esas instanrías para asegurar dicho reconorímiento?

Pensar el Urbanismo desde estas circunstancias implica preguntarse si se consoUdaría como discipUna cumpliendo, entíe otías, las siguientes con­diciones:

Reconorímiento como un campo discipUnar legitimado por el Estado, la sociedad y la comunidad científica. Vinculación a redes de invesfigación urbana y pubUcaciones científicas permanentes. Una organización gremial que lo acredite como interlocutor válido ante el Estado y la sociedad. Ca­pacidad y legitímidad para proponer poUtícas y planes sobre lo urbano. Tener un código de étíca profesional y el organismo que lo apUque.

Sabemos que la ciudad es una reaUdad compleja y por eUo mismo re­sulta imposible que una sola discipUna, con la demarcación actual, pueda abarcar su problemátíca. La ciudad más que un objeto de estudio se pre­senta como un campo problemátíco que requiere un tíatamiento especial y no la contribución aislada de distíntas teorías y metodologías.

Como se recordará, Thomas Kuhn planteó una historia constíuida a partfr de las rupturas, de los temas no resueltos, de las Umitaciones del aparataje conceptual y metodológico respecto de la magnitud o compleji­dad del campo. Es una propuesta de constíucríón desde el interior de la disrípUna y no desde la adecuación de datos a modelos historiográficos o sociológicos. Lo no resuelto exigiría esfuerzos y búsquedas que, a su vez, dan origen a nuevos temas o teorias.

En ese marco, una disciplina aparece como consolidada y delimitada cuando puede mostíar pensamiento, palabra, acción, artefactos y produc­tos que le son reconocidos culturalmente y que no le disputa ninguna otía discipUna. Sin embargo, Uegar a ese estado no depende de los cientí'ficos sino del objeto que estudian. El conocimiento es un proceso de complejización de la naturaleza; a medida que la humanidad sabe más

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ESTADO DEL ARTE DEL PENSAMIENTO URBANO EN COLOMBIA

aumenta el número de preguntas que no puede responder o de problemas que no puede solucionar.

De otío lado, las profesiones son "grupos ocupacionales de organiza­ríón colegiada que controlan la adquisiríón y la apUcación de un cuerpo de conocimientos técnicamente especializado y sistemátícamente adquirido. Debido a los privUegios que dichos grupos ocuparíonales adquieren -me­diante las instítuciones educatívas que acreditan su capacitación para el ejercirío profesional y mediante el Estado que les confiere el monopolio de su ejercicio- tíenden inerríalmente a convertírse en grupos de estatus"^. Esta defínición connota monopoUo del campo de acción y fronteras clara­mente definidas respecto al objeto de estudio.

OBJETIVOS

General

Establecer, mediante un seguimiento crítíco de la instítucionaUdad acadé­mica nacional -Escuelas de arquitectura, centros de investigación y postgrados- el soporte teórico y metodológico del desarroUo de la discipU­na del Urbanismo en Colombia, durante el Siglo XX.

Específicos

a. Identíficar y analizar las temáficas que definen y determinan, en cada caso y en cada momento histórico, los programas de estudio de pregrado y postgrado en las disciplinas que abocan la problemática urbana y rítadina en Colombia.

b. Defirür el proceso de insfitucionalización de enseñanza de la profesión del Urbanismo en Colombia y la influenría que tuvo el contexto histó­rico, poUtíco y económico en ese proceso de reconocimiento social y juridico.

c. Encontíar y analizar el momento y el contexto en los que se reconoció la frascendencia y el requerimiento de la profesionalización del Urba­nismo y la instíturíonaUzación de su enseñanza y especiaUzadón en Colombia.

Uricoechea, Fernando, "La profesionalizadón académica en Colombia. Guías para una investíga­dón", en: Revista Colombiana de Educación, No. 31, segundo semestre de 1995, Universidad Pedagó­gica Nadonal, Centro de Investígadones CIUR Bogotá, p. 81.

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FERNANOOViyjEsCAS..N((..

d. Configurar un estado del arte de la producríón investígatíva y teórica de los urbanistas colombianos y, en general, del tema urbano en el país..

e. Inventariar grupos o redes de investígación y firmas de consultoría o asesoría formadas por urbanistas o por disfintos profesionales que fra-bajen lo urbano en Colombia. , .:

EL RETO PARA EL URBANISMO EN EL SIGLO XXI: LA PLANEACIÓN PARTICIPATIVA

Todo el bagaje anterior tendrá que ser puesto en acción no sólo en la pers­pectíva de profundizar su presencia y ampliar su cobertura sino funda­mentalmente en el sentído de examinarse muy crítícamente -de critícar sus soportes epistemológicos y sus componentes metodológicos, de refundar su basamento teórico, así como de superar sus retícencias y debi­Udades en el establecimiento de sus relaciones con la sociedad rívü, con el Estado y con los demás campos del conocimiento y de la cultura- si pre­tende acompasar su desarrollo con el devenir cultural y poUtíco que, de todas formas, ha venido implementando la ríudadanía colombiana.

En efecto, el despUegue y la profundización de las discusiones sobre el futuro de nuestras ciudades -que se han desatado alrededor de las publi­caciones de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), en cumpUmien­to de lo dispuesto en la Ley 388 de 1997- han servido para activar la partícipación organizada e intelectual de la gente alrededor de la formula­ción de propuestas de ríudad (y de sociedad) elaboradas desde una pers­pectíva técnica y sistemátíca y para demostrar, en el desarrollo de esa actívidad critíca, la necesidad de inaugurar y profundizar un conocimien­to sobre lo que sigrüfican nuestras urbes y sobre los elementos y procesos que determinan su funcionamiento y la caUdad de vida que dichos centíos son capaces de constíufr para los habitantes de las mismas.

J'V.-

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CARACTERIZACIÓN DE LA EVOLUCIÓN URBANÍSTICA Y

ARQUITECTÓNICA DEL MUNICIPIO DE MANIZALES

' ' ' U N A A P R O X I M A C I Ó N BÁSICA . . ' • . • » . . 1 . ' , l l _ L

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José Fernando Muñoz Robledo*

bn el marco del Seminario de Esparío y Territorio como escenario de fun­dación de la RET (Red de Estudios de Espacio y Territorio) por parte de la Universidad Nacional de Colombia, la sede Manizales, en respuesta a este proyecto institucional, presenta un aparte introductorio del proyecto de investígación sobre el "Patrimonio Urbanístíco y Arquitectónico del Muni­rípio de Manizales", tíabajo recientemente premiado con Mención en la Bienal de Arquitectura de Colombia - 2000.

El documento síntesis que se presenta forma apenas parte del docu­mento general y apunta de manera particular a compartír un tema esperí-fico de la investígaríón, el cual tíene que ver de manera dfrecta con el Modelo de ocuparíón territorial del munirípio de Marüzales, generador de la es­fructura rur-urbana que hoy habitamos.

Es obligado anotar que este proyecto de investígación es fruto de un convenio inter-administíatívo enfre el municipio de Manizales a fravés de la Secretaría de Planeación y la Universidad Nacional de Colombia - Sede Manizales, a tíavés del Departamento de Arquitectura - Grupo de Trabajo Académico de Patrimonio Urbanístíco y Arquitectónico, como componen­te básico del Plan de Ordenamiento Territorial de Manizales.

La síntesis a presentar, recoge un conorímiento acumulado a partír de los frabajos de investígaríón, extensión, pubUcaríones y ejerrícios acadé-

Profesor, Departamento de Arquitectura, coordinador GTA- Habitat, Universidad Nadonal de Colombia, Manizales.

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IQSÉ FERNANDO M U Ñ O Z ROBLEDO.

micos que ha desarrollado el Departamento de Arquitectura "El Cable" de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales, a tíavés del Grupo de Trabajo Académico Patrimorüo Urbanístíco y Arquitectónico durante los últímos 25 años, además de los trabajos recientes del Grupo de Trabajo Académico de Habitat y Tecnología, en la búsqueda de una lectura multidis-cipUnaria del territorio.

A manera de contexto, en el escenario de la estíuctura rur-urbana del municipio de Manizales bien vale la pena anotar, al menos, la caracteriza­ción básica de lo que bien podriamos llamar "organización de coronas rur­urbanas", evocando el diagrama planteado por Bryant y Russwurm, 1982, para describir la organización de coronas peri-urbanas.

En este aspecto del territorio municipal, las coronas rur-urbanas tíenen su génesis en el "campo rural", en cuanto es aUí que se desarrollan los primeros aconterímientos históricos en el proceso de ocupación territorial, donde aparecen los primeros asentamientos pre-fundacionales y donde se realizan los primeros ejercicios de tíazado pre-fundacional, el cual se ma­terializa posteriormente en el tíazado fundaríonal que hoy permanece como "tíaza arqueológica" en el Centro Histórico de la ciudad de Manizales. Este campo rural alberga en este proceso continuo y centíípeto, las "aperturas o fincas", las"fondas", las "centíaUdades veredales" y los "centros poblados rurales" contenedores de gran riqueza patrimonial, la cual en muchos ca­sos se conserva de manera ejemplar.

La segunda corona define el campo peri-urbano del municipio. Es en este territorio en el cual se localizan los "centíos poblados peri-urbanos" o en algunos casos los "barrios sub-urbanos", los cuales por su cercanía a la ciudad como cabecera municipaL manifiestan un deterioro signifícatívo de sus cualidades históricas ambientales, urbanístícas, arquitectónicas, so­ciales y aún culturales; en cuanto en él se han interpretado los paradigmas de la modernidad de una manera absolutamente descontextuaUzada. Al­gunos de estos lugares de la época pre-fundacional, mantíenen vestigios patrimoniales que obligan a ser valorados como elementos estructurantes del territorio, con gran potenciaUdad cultural.

La tercera y últíma corona, consecuenría final del proceso de ocupa­ríón territorial, corresponde a la "ciudad centrífuga" como hoy se puede caracterizar el proceso de desarroUo y expansión que sufre la ciudad de Manizales en los tíempos modernos. Es decir, si bien las coronas rur-urba­nas se consoUdan de manera centrípeta con la fundación y desarroUo de la ciudad de ManLzales, es a partfr de los iniríos del "modernismo" que la "ríudad concentíada" de génesis centrípeta, rompe su esquema histórico

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C A R A C T E R I Z A Q Ó N DE LA EVOLUCIÓN URBANÍSTICA Y ARQUrTECTÓNICA...

de desarroUo y la expansión centrifuga incontíolada la convierte en una ciudad en la cual se identífican varias centíaUdades con una periferia casi difusa. ., i r. r •

A partfr de las reflexiones anteriores, sólo se pretende dar una caracte­rización básica del proceso histórico de ocuparíón territorial del munirípio de Manizales el cual se enmarca en el concepto contemporáneo de Patri­monio, entendido como "memoria e identídad", razones que justifican nuestra inquietud histórica confinua y creríente en el desarroUo de estu­dios de espacio y territorio. .. . , .

1° ÉPOCA: 1539 -1836

Viajes de conquista - Vestigios arqueológicos indígenas

Esta época se manifiesta como un escenario de debate histórico. Si bien hay historiadores -como es el caso de Luis Londoño en su historia de Manizales- que postulan la inexistencia de habitantes pre-hispánicos en el territorio, al mismo tiempo existen autores contemporáneos -como es el caso del historiador Alveiro Valencia Llanos con la datación de los viajes de conquista del mariscal Jorge Robledo, quién encomienda a su teniente Hernán Rodríguez de Sosa en 1539 un posible recorrido por el "Alto de las Lomas", territorio que hoy ocupa el munirípio de Manizales-, que opinan lo contrario.

Vestigios arqueológicos indígenas reportados históricamente, soporta­ron parte de la economía de los primeros colonos del territorio municipal; sin embargo y como lo afirma textualmente el presidente de la Sociedad Colombiana de Arqueología en el Congreso Nacional de Arqueología en Manizales, celebrado en noviembre de 1999, "La zona cafetera está Uena de arqueología, pero desafortunadamente todo ha quedado en la guaquería y en la tradición oral"; afirmación que si bien obUga a una Unea de invesfi­gación que permita una caracterización arqueológica del municipio de Manizales, ésta desconoce el tíabajo científico del Museo Arqueológico de la Universidad de Caldas, sobre este tema en partícular. ,

i^ ' j 2° ÉPOCA: 1837-1848 - > '-«^ i r •

Pre-fundación

Si bien se inicia con exploraciones científicas colombo-alemanas al Páramo del Ruiz, con la apertura del "Camino del Ruiz" en 1843 por Marcelino

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IOSIFERNANDO MUÑOZ ROBLEDO

Palacio, es el señor Fermín López quien en el año 1837 se localiza tempo-raUnente en los "rastrojos", pie de monte del Cerro de San Canelo y da irürío a los primeros asentamiento pre-fundacionales en la ocupación del territorio, configurados por grupos famiUares individuales, en el ámbito de las "luchas por las tierras", hoy consolidados como centraUdades veredales o centíos poblados pre-fundacionales, contenedores de gran memoria histórica.

:, Esta ocupación ocurre en predios de propiedad del señor EUas González, sorío de la compañía González y Salazar territorio de herencia colonial última caracterizado por el latifundio de 25.000 hectáreas que en esta épo­ca poseía la "Finca La Fonda" - vereda El Guineo, la cual hoy mantiene sus consfrucciones originales como testimonio de primer orden de esta época pre-fundacional; casa de habitación que si puede ser confirmado por estu­dios arqueológicos-arquitectónicos complementarios, se constítuye en la génesis de la "casa temblorera", cultura sismo-resistente local, consecuen­cia de la respuesta a las condiríones naturales de un territorio en ocupa­ción.

Esta época la cierra la "Expedición de los 20", grupo de fundadores que parte desde Neira en 1848, con el objefivo y necesidad de fundar la ciudad de Manizales, la cual y posterior a unos ejercicios de tíazado fundacional en lugares cercanos no aprobados por el grupo fundacional, se realiza la "roza en comunidad" en las "Mangas de Grizales", sitío escogido para la fundaríón de la ciudad. ,, t.. , i

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3° ÉPOCA: 1849-1853 - ' " ' "^

Fundación: La aldea .-.,' ^ ..

Fundada "La Aldea" en la bifurcaríón del camino de Antíoquia al Cauca con el camino al Tolima, ésta se convierte en cenfro poblado de frontera enfre ambos estados soberanos. Su primer tíazado en "damero" o retícula, permite una distribución equitatíva de los lotes enfre los nuevos poblado­res, repartición legaUzada en el año de 1850, como consta en el "Libro de Regisfro de Adjudicación de Solares", con una manifiesta locaUzaríón je­rárquica de las personalidades partícipes dfrectas de la fundaríón, en el marco de la plaza.

Dicho tíazado inicial incluye los edifiríos simbólicos que caracterizan los centíos poblados referidos, en este caso la iglesia localizada sobre el costado sur y la cárcel sobre el costado norte de la plaza.

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CARACTERIZACIÓN DE LA EVOLUOÓN URBANÍSTICA Y ARQUITECTÓNICA^

Las costumbres "paisas" aldeanas de sus pobladores iniciales, develan un escenario de vida cotidiana sumida en el recogimiento y el culto, como expresión cultural ancestral de los nuevos habitantes manizaleños. • .. • i. . ; . , . ,

4° ÉPOCA: 1854-1884 ' .. - i - ; !

Referencia colonial última: la ciudad - -

La primera manifestación de "modernismo" del centro poblado de Manizales, se manifíesta como una evocación últíma del "estüo colonial" presente en las consfrucciones que se erigen con la idea de superar los ranchos de "vara en tierra" o "bahareque", de las edificaciones funda­cionales.

Con el inicio de la consfrucríón de la iglesia en 1854 con cimientos de cal y canto y paredes en tapias de tíerra pisada, ésta se complementa con el primer ejerrírío arquitectónico de proyecto de ríudad, constítuido por edi­ficaciones de dos pisos con patíos centrales descubiertos, soportados en la solidez supuesta de los muros de tapia de tíerra pisada, cuyos balcones corridos estaban protegidos por grandes aleros de cubiertas constíuidas en teja de barro. .

Es en esta época, poco reconorída culturalmente, en que las guerras civiles del momento corülevan a una dominación polítíca liberal caucana, ésta no sólo aporta una vida ríudadana intensa y lúdica contíapuesta a la vida aldeana inicial de sus habitantes, sino que además deja como legado imaginario el proyecto de "ciudad plana", como paradigma que se impone en la ocuparíón del territorio hasta la fecha, soportado en desarrollos tec­nológicos de banqueos y reUenos hidráuUcos, como consecuencia del "Le­vantamiento topográfico" del agrimensor caucano Rómulo Duran, realizado en 1864 como primer proyecto de ríudad. .s..» ,

Este primer proyecto de ríudad, aprobado por el CabUdo de Marüzales según Acuerdo del 16 de junio de dicho año, plantea una nueva nomen­clatura para las caUes y plazas; frazado que aporta una particularidad en el nuevo diseño urbano de la ríudad en cuanto a que el ensanche de ésta se enmarca en un cfrculo de 100 varas granadinas en sus radios a partír del centío de la Plaza de BoUvar, área cedida por la compafüa González y Salazar y al cual se le inserta, el tíazado en damero, expandido el cual sólo se desa­rroUa en los sectores que la geografía así lo permite.

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Josí FERNANDO MUÑOZ ROBLEDO

La manifiesta necesidad de una comunicación que desborde los límites territoriales da paso a la construcción, por el sistema de concesión, de los caminos al Magdalena, como elementos esfructurantes del territorio.

Época genérica de la cultura cafetera en el territorio municipal. "" • • - . _ ' ^ ^ . • - . .

5° ÉPOCA: 1885-1924

La ciudad homogénea - Primera época del republicano

Si bien para esta época la ciudad de ManLzales se ha convertído en centío regional capital de la provincia del sur, los terremotos acontecidos al final de la época anterior e inicios de ésta, devastan literalmente esta primera ciudad moderna de referenría colonial úlfima y obligan a re-pensar las tecnologías constructivas rígidas de la arquitectura en tapias de tíerra pisa­da, demoUda particularmente en sus segundos pisos por la acríón de los fuertes sismos.

Si en el área rural se consolidan las CentíaUdades Veredales, génesis de los Centros Poblados rurales y se simulan tecnologías sismo - resistentes apropiadas; es en las edificaciones urbanas que se desarrolla masivamente el "esfilo temblorero" a parfir de la reutÜización de los primeros pisos re­manentes en tapias de fierra pisada como estructuras rígidas absorbentes de energía y a las cuales se les constíuye los segundos pisos en madera o bahareque a manera de estíucturas flexibles disipantes de energía.

A partír de este aporte tecnológico sismo-resistente locaL se da una evolución paradigmátíca del Bahareque de Tierra al Bahareque Metálico, al Bahareque de Tabla y finalmente al Bahareque Encementado (Jorge E. Robledo: 100 años del bahareque en el anfiguo Caldas), sistemas constíuc-tivos los cuales a partír de una estíuctura básica generalizada en marcos de madera y guadua, cambian sus revestímientos de acuerdo a las típologías enunciadas que los identifican.

Esta técnica constíuctíva regional en madera o bahareque, se encuen­fra con las primeras referenrías a los ordenes clásicos que identífica la pri­mera época del esfilo republicano en Marüzales; eUo permite a su vez la consoUdaríón de un proyecto de "ciudad homogénea sismo-resistente", como ejemplo paradigmátíco de "ciudad ideal" en el contexto nacional.

Es en esta época en la cual se logra saturar el centío fradiríonal en su retícula ortogonal en "damero" y se obUga a pensar en la expansión urba­na fuera del centío histórico.

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C A R A C T I R I Z A C I Ó N D E L A EVOLUCIÓN URBANÍSTICA Y ARQUrTECTÓNICA...

El denso tejido conformado por los caminos de arrieria, los cuales so­brepasan los Umites extíemos del territorio municipal, hoy sendas históri­cas, además que consoUdan la primera maUa de la esfructura de movüidad o fransporte, se complementa al final del período, con la puesta en funcio­namiento del Cable Aéreo Mariquita - Manizales.

La creación del Departamento de Caldas en 1.905 con la ciudad de Manizales como capital, además de la consoUdación de la economía cafete­ra en los mercados nacionales e internacionales, crean un escenario propi­cio para el desarrollo territorial ideal. . ^ .

6° ÉPOCA: 1925-1935

Los incendios - La reconstrucción: Época de oro del republicano - La Primera expansión

Los grandes incendios de 1925 y 1926 que devastaron Uteralmente el cenfro histórico de Manizales, conllevaron el desarrollo controlado y homogé­neo del proyecto de ciudad republicana, manifiesto en su reconstruc­ción.

Si bien el "esfilo repubUcano" tíene su génesis en la época anterior, es a partfr de la reconstrucción que se consolida el centío histórico como lega­do nacional y universal, al congregarse el mayor conjunto de arquitectura republicana en Colombia, hoy Monumento Nacional, con el predoirünio de la tecnología de bahareque en los edificios reconstíuidos.

Se debe anotar que la legislación urbanístíca en el momento de la reconstrucción obligó a un ensanche de las manzanas fundacionales, motivo por el cual la "traza fundacional" permanece hoy como "traza arqueológica".

En el ámbito del lenguaje estÜístíco de la arquitectura de la reconstíuc­ción, las iglesias se visten de "neogótico" y las demás edificaciones de "neoclásico". Una arquitectura edécfica consecuencia del "edecficismo de otro edecficismo" (Arq. Germán Téllez).

Si bien las fipologías espaciales de la arquitectura de la reconstíucríón mantíenen su orden a partír del patío centíal o "vestíbulos", la compleji­dad tecnológica se define por la evolución o mutación constíuctíva de las edificaciones que va "del bahareque al cemento armado". Toda esta "evo­lución tecnológica", deja como legado unos sistemas y sub-sistemas cons-fructivos inventariados y clasificados que aportan datos fundamentales para la consoUdación y/o restauración de esta arquitectura patrimonial.

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JOSÉ FERNANDO MUÑOZ ROBLEDO

En la esfructura urbana del centío histórico, éste mantíene las caracte­ristícas básicas de paramentación contínúa y alturas homogéneas que iden­tifican la manzana repubUcana.

En este periodo se consoUda la primera fase de "expansión" de la ciu­dad fuera del centío tíadicional, representada en el concepto paradigmátí­co de "Ciudad Jardín", con tíazados urbanístícos orgánicos contrapuestos al trazado en "damero" o retícula fundacional.

La red de cables aéreos "tíen del afre" que frrumpe los cielos y cruza porciones significatívas del territorio municipal y regional, acompañada de la vía del ferrocarrU, consoUdan un desarroUo paradigmático, aun en la dimensión universal de los medios de tíansporte, hoy sendas históricas; además de que aporta la segunda maUa de la estíuctura de moviUdad o fransporte como elemento estructurante del territorio. . ,, , ; . .

En el ámbito de las áreas peri-urbana y rural, las centíaUdades veredales y los centros poblados se consoUdan como lugares contenedores de gran­des cuaUdades socio-culturales, ambientales, urbanístícas, arquitectónicas y tecnológicas, en armorüa con las condiciones naturales del territorio.

7° ÉPOCA: 1936-1949 • . Í V V , : , - - - -

La transición

El raríonaUsmo o proto-racionaUsmo europeo y americano (Art-Deco), de manifestación tardía en nuestro territorio (arquitectura pre-moderna con­tía el ornamento: Adolf Loos - fin del Siglo XIX), debate la referenría a las arquitecturas neoclásicas universales o republicanas locales en la consfruc­ción de ciudad en el momento que se vislumbra una transición cercana al modernismo. Se manifiesta en unas actuaciones urbanísticas y arquitectó­nicas denominadas de "tíansiríón", las cuales logran una coexistencia ar-mórüca ideal con el urbanismo y la arquitectura repubUcana antecesora.

En el área urbana se consoUda la segunda expansión fuera del centío tradicional, aconterímiento urbanístíco que deja como legado el desarrollo paradigmátíco del concepto de "barrio", entendido como "lugar de vida", es decfr, una habitabiUdad que sobrepasa la soluríón partícular de la vi­vienda, acompañada de una centíalidad con serviríos comunitarios (co­mercio, culto, entre otíos), con infraesfructura de movilidad jerarquizada y condiciones urbanísticas-ambientales, arquitectónicas y tecnológicas paradigmáticas, representadas en las áreas homogéneas del tejido urbano de valor histórico; en otías palabras, barrios históricos contenedores de

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^IARACTERIZACIÓN DE LA EVOLUCIÓN URBANÍSTICA Y ARQUníCTÓNICA...

memoria e identídad, necesarios para la lectura e interpretación del mode­lo de desarroUo urbano de la ciudad de Manizales.

En el marco de la esfructura urbana, si bien el cenfro fradicional se complementa con esta segunda expansión urbana, las caracteristícas de ciudad centrípeta, cohesionada y aún homogénea, se mantíenen hasta esta época en partícular

En el área rural, fínalizada la época, las cenfraUdades veredales de ma­yor dinamismo se consoUdan como centíos poblados, en cuanto sus de­sarroUos urbanístícos manifiestan la presencia de elementos estructurantes básicos que los idenfifican, es decfr: tejido urbano consoUdado, edificacio­nes simbólicas como la iglesia y servicios urbanos como comercio (casas -fondas), poUcía, centíal de comunicaciones, infraestructura educatíva, en­fre otíos. Sus cuaUdades ambientales, urbanístícas, arquitectónicas y tec­nológicas oríginales, mantíenen sus característícas integrales.

La manüestación de los postulados de la arquitectura moderna, al final de la época, marca el paso definitivo de la tíansición al "modernismo".

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8° Y 9° ÉPOCAS: 1950-1979

El centenario: Preludio del modernismo - La industrialización época oscura del patrimonio

Para el caso particular del patrimonio urbanístico y arquitectónico del municipio, estas dos épocas tíenen su acento partícularizado; pero para el caso del modelo de ocuparíón territorial y el proyecto de ríudad, bien se pueden considerar como un mismo momento histórico.

El impacto del "modernismo" en las ciudades de economías débiles del mundo, no es ajeno a Manizales como cabecera municipal y tíene efectos negatívos para los centíos poblados del área peri-urbana, particularmente, debido a la relación inmediata de éstos con la ciudad.

El centenario de la fundación de la ciudad es el escenario ideal para emprender proyectos de impacto territorial y urbano, los cuales conUevan grandes cambios del paisaje constíuido. Los ensanches en el centío histó­rico (carreras 22 y 23) generan hechos arquitectónicos de partícularidad única: "sobre la caUe se asoma el repubUcano y sobre la carrera el moder­nismo" (casas Frankenstein, J. E. Robledo) y la "espina dorsal" de la ciudad (Avenida Santander, antes Cervantes), ve desaparecer el tejido discontí-nuo y patrimonial de las casas quintas, las cuales son remplazadas por edi­ficaciones en altura continuas y sin mayor sigrüficado.

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jQstFERNANDO MUÑOZ. ROBLEDO..

Todo ello, más las normativas que han identíficado un "modernismo sin modernidad" (H. Giraldo), logran una significativa desestíucturación de las característícas urbanístícas, arquitectónicas y ambientales de la ciu­dad históríca y patrimonial. La imagen "modernista" de la ciudad, es adop­tada mítícamente como imaginario colectívo por parte de los habitantes de los centros poblados del área peri-urbana, partícularmente; situación que los lleva a un estado de degradación significafiva.

El "mito de la casa de material" se impone de forma arrasante sobre las tecnologías apropiadas culturalmente, como el bahareque o la guadua, tec­nología invasora de laderas que se viene remplazando por estructuras en "material", génesis de una vulnerabiUdad sin par para los asentamientos humanos del territorio.

La arquitectura moderna manifiesta, en casos esperíales (edificio de la Alcaldía), los postulados que la identifican: plantas libres, estructuras modulares, predominio del vano sobre el lleno en los volúmenes, entre otros (Le Corbusier).

Esta es una época en la que la devastación inmensa del patrimonio arquitectónico es evidente y para el caso de los edificios de valor histórico que se conservaron, simplemente ése no fue su momento de demoUción, anunciada en varios casos.

10° ÉPOCA: 1980-1999

Bonanzas y crisis Valoración y rescate del patrimonio

Las bonanzas (cafeteras y de narcotíáfico) permiten consoUdar un proyec­to de ciudad centrifuga, con desarrollos urbanos excluyentes y difusos. En ofras palabras, consolidan una cultura urbana intensa manifiesta en la de­pendencia máxima de los centros poblados y barrios sub-urbanos con la cabecera municipal en los cuales se repUcan e inclusive se agravan, las con­diciones críficas de orden ambiental, urbanístico y arquitectónico que inci­den en la degradación significativa de estos asentamientos humanos.

Sólo en el área rural y en casos particulares como La Garrucha (cenfro poblado propuesto como bien de interés cultural municipal), se logran mantener las cualidades históricas de estos lugares cuyo complemento afor­tunado y en gran extensión, está determinado por las centraUdades veredales, contenedoras de un gran valor patrimonial.

El reconocimiento naríonal e internacional del patrimonio urbanístíco y arquitectónico de Manizales, representado de manera paradigmátíca por

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CARACHTRIZACIÓN DE LA EVOLUCIÓN URBANÍSTICA Y ARQUmCTÓNICA...

las arquitecturas republicanas presentes en su territorio, permiten concluir que "Cartagena y Mompox son para el colonial lo que Manizales es para el repubUcano" (Encuentío Internacional de Arquitecturas RepubUcanas -Manizales 1999).

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SAN ANDRÉS: CIUDAD INSULAR

Santiago Moreno González*

ESPACIO INSULAR

Al estudiar sólo el espacio insular, se definirán los conceptos básicos del anáUsis tomados del Diccionario Critico de la Geografía de Roger Brunet.

Insularidad, adj. El carácter referido a la configuradón, la situación y los proble­mas de las islas. Se traduce por los efectos de la separación y el aislamiento de los otros, de la necesaria travesía del vacío para llegar a la isla; por la presenda de ese vado, de sus recursos y de sus peligros, y por la dimensión del lugar que en gene­ral es redudda.

Insularismo. sus. Propensión que tienen los insulares de cultivar el exceso de su espedfiddad para afirmar mejor su legítima identidad cultural o beneficiarse de algunas ventajas específicas. También es cierto que el poder central ha olvidado estas periferias lejanas y por ello en general son las áreas menos equipadas.

Así, la condición insular parece determinar, en mayor medida que en el continente, una apreciación psicológica de "Umitación espacial".

Así mismo, determina una serie de efectos innegables, algunos o la ma­yoría de eUos negativos, al menos para el desarroUo económico. Pero las consecuencias de la insularidad se derivan en mayor medida de su aleja­miento del continente, precisamente, más de su aislamiento que de lo re­ducido del tamaño o extensión del territorio.

TERRITORIO INSULAR

El territorio de San Andrés es singular. Su clima, sus playas y su mar, la cultura de la población, constituyen el auténtico y potenríal recurso de la

Profesor, director del Instítuto de Estudios Caribeños, Universidad Nadonal de Colombia, San Andrés.

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SANTIACO MQRENQ GQNZALEZ

comunidad. Potencial en cuanto que el territorio pueda, como recurso eco­nómico, contribuir mas allá de servir de soporte a la actívidad predomi­nante y estratégica. La ordenación del territorio adquiere así una significación en las islas, que quizá no tenga en otías regiones.

Hoy se acepta que el territorio constítuye un recurso, y no sólo un so­porte para las actívidades económicas. La ordenaríón territorial maneja necesariamente el territorio como recurso, y cobra importancia diferente según sea la actívidad que constítuya la base económica predominante.

El valor del territorio insular en sí se estudiará bien sea como medio natural que requiere protección a partir de criterios específicos, bien sea como síntesis de otíos valores patrimoniales que el territorio ha adquirido en la historia de su humanización, como los valores culturales, que mu­chas veces son los que permiten la conservaríón de los naturales.

ISLAS PEQUEÑAS COMO SISTEMA

La conceptuaUzación de las islas como sistemas y el reto polítíco que supo­ne un desarrollo sustentable a largo plazo constítuyen una ocasión intere­sante de explorar una visión integradora, en la que el papel relativo de las contribuciones de las ciencias sociales y naturales se clasifique a partfr de un marco unificado. • - • & * ) : •

En islas partícularmente pequeñas, este modelo de sistemas está for­mado por una serie ininterrumpida de subsistemas interconectados y de procesos de control fundamentales -económicos, demográficos, sociales, poUtícos y ambientales- que actúan recíprocamente para condicionar el comportamiento y determinar la estabüidad del sistema global frente a las agresiones exteriores y las reacciones y los ajustes interiores.

La incapacidad de elaborar el marco analítico a partir del cual se com­prendieran tanto la esfructura insular como los grandes procesos de cam­bio ha sido uno de los problemas constantemente presentes en las investigaciones sobre las islas. Esta incapacidad proviene, en parte, de la absoluta diversidad y de la particularidad de cada experienría insular y, en parte, de los complejos vínculos existentes entíe la dinámica socioeconómica y los ecosistemas insulares marino-terrestíes, tan permeables, lo que impi­de las generaUzaciones fáríles fratándose de discipUnas especiaUzadas.

Por eUo, es necesario conocer el comportamiento de las islas como siste­mas totales, sujetas a modernización o a un nuevo modelo de desarroUo, como el sustentable.

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SAN ANDRÉS: CIUDAD INSULAR

Se propone, por lo tanto, como tema de investígación del Instítuto de Estudios Caribeños de la Universidad Nacional de Colombia, un progra­ma para entender la interacción común de los elementos que contíolan el sistema y el medio ambiente insular. Este programa anaUza los escenarios de desarroUo para estudiar la experiencia insular conforme a una serie de tensiones continuas entíe el ecosistema y la sociedad, e identificar las tían-siciones, los puntos cruciales y las estíategias de desarrollo que amenazan con perturbar las capacidades de producción del territorio insular.

SITUACIÓN ACTUAL

En momentos de globaUzación, internacionaUzaríón y apertura, y ante los ritmos y avances de la informática y las comunicaríones, es necesario reco­nocer la importancia que tiene examinar y tíatar los problemas del manejo espacial y territorial para lograr el desarroUo sustentable, sin perder de vista dos niveles de análisis: a) el referente a los diferentes discursos -bási­camente relacionados con los enfoques sobre el desarroUo- y el debate na­turaleza-sociedad, imprescindible cuando se introduce el concepto de sustentabiUdad, y b) el de las propuestas y práctícas de planificación y de gestíón en el marco de las polítícas vigentes. En nuestra práctíca, es evi­dente la importancia asignada al segundo niveL ' ' •'

La cuestíón territorial que debe analizarse en San Andrés es que el asen­tamiento humano y la conformación espacial dejaron de ser económica­mente funcionales y se convirtíeron en un problema ambiental y cultural, y que al centíarse las actívidades en el comercio y la hoteleria como com­plemento, dejó el atíactívo paisajístíco y cultural en un segundo plano.

La crisis de tal modelo de desarrollo se fradujo en disminución de afrac­tivos, infraestructura deficiente, equipamiento inadecuado, deterioro paisajístíco y ambiental y ocupación indebida del Utoral. El resultado espa­cial es un desconocimiento de los recursos de la isla con un crecimiento desordenado, asentamientos subnormales y pérdida de su identídad es­paríal. Ejemplo de eUo es la privatízación de la vista en el sector de más alto valor paisajístico, desaprovechamiento de lugares de gran valor escénico, pérdida del patrimonio arquitectónico y efectos evidentes sobre la calidad de vida de los habitantes de la ciudad insular.

Las soluciones provistas por el modelo no lograron mitígar el impacto ambiental, la prestación de servicios hizo crisis y una tutela paralizó el otor­gamiento de Ucencias de constíucción. Además, el Archipiélago no cuenta con poUtícas ni regulaciones sobre conservaríón y preservación de sus bie-

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SANTIAGO MORENO GONZÁLEZ

nes y valores culturales, ni sobre el uso de las áreas e inmuebles que pue­dan ser consideradas patrimonio histórico y arquitectónico, por lo cual se requiere definfr acciones actuales y futuras para conservarlas. El reconorí­miento, la comprensión y la valoración del patíimorüo cultural requiere, además, una serie de acciones del Estado y la sociedad a tíavés de las cua­les las artes y la cultura pueden constituirse en punto de encuentío de la comurüdad.

ESCENARIOS POSIBLES

Agotado el modelo, se debe encontíar una alternatíva que oriente su desa­rroUo desde la especificidad insular, de su ecosistema frágil y vulnerable y de su gran potencial cultural. , ^ :,

Es necesario, por lo tanto, consfruir los escenarios que permitan antírí-par las impUcaciones espaciales de los tíes modelos hasta ahora propues­tos: 1) de Reserva de la Biosfera, sustentado como una estíategia para el rescate, la conservaríón y la promoción de la cultura raizal y la preserva­ríón del medio ambiente dentío del concepto de desarrollo sostenible; 2) de düerentes típos de turismo, en especial de los de alta rentabilidad, que propenden a moderrtizar la isla y hacerla más competítíva en los nuevos escenarios económicos; 3) de típo cultural, impUcito en las propuestas de los movimientos raizales de retorno a un modelo de ciudad fradicional Caribe, a una especie de tíerra prometída, "la arcadia feUz y deseada", re­cuperando sus espacios cargados de valores que representan una cultura perdida.

Alternativas que confrontan con la aplicación de las práctícas de plani­ficación y gesfión y las normas específicas para el Archipiélago de San An­drés y Providencia y Santa CataUna, derivadas tanto de la Consfituríón, como de las leyes que la regxüan, en especial el control de cfrcularíón y residencia, la apUcaríón del plan de manejo ambiental y su Plan de Orde­namiento Territorial.

La opción esfratégica de la ciudad insular es la consideración de su territorio insular como unitario, como tablero de opciones, de oportunida­des y problemas localizados. Esta opríón se deriva del gran objetivo por lograr, y en eUa habrá de basarse el nuevo modelo operativo y de funciona­miento, que se intíoduce en la instíumentación del plan, de acuerdo con el escenario o a la combinación de éstos.

El territorio como recurso unitario, para constíufr el gran esparío diver­sificado que pueda competfr en un contexto nacional e internaríonaL es la

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SAN ANDRÉS: CIUDAD INSULAR

base de la estíategia para integrar y artícular el esparío insular a partfr del reconocimiento de aqueUa diversidad interna.

De este modo se supera la concepríón de que el espacio aguanta cual­quier típo de desarrollo, siempre que no infrinja la legislaríón vigente, y se reafirma la vocación territorial con fines de desarrollo sociopoUtíco, cultu­ral y productívo como parte de las actívidades que deben conducfr a mejo­res niveles de bienestar de la población, que es el objetívo fundamental del desarrollo.

BIBLIOGRAFÍA

Betancur, Luz Helena, Memorias del Semitmrio Especializado "A la búsqueda de ciudades sostenibles", Fundadón HABITAT Colombia, 1994.

Banco Mundial, Política urbana y desarrollo económico, BM, 1991. Brunet, R. (ed.). Les mots de la géographie. Dictionrmire Critique, La documentation Franqaise,

Reclus, París, 1998. Delgado, Aguiar Gerardo, La ordenación litoral en los espacios insulares, Gran Canaria, 1994. Govern Balear, Directrices de ordenación territorial: Islas Baleares, Pahua de Mallorca, 1997. McElroy J.L., Concepción de un sistema que asegure la capacidad de desarrollo sostenido de las islas

pequeñas. La naturaleza y sus recursos, Vol. 26,1990. Relatorías de taller, ¿Cómo es San Andrés al final del siglo XX?, Observatorio del Caribe-

Universidad Nadonal, sede San Andrés, 1999.

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ISLAS": ESPACIOS Y TERRITORIOS

Francisco Avella*

INVESTIGACIÓN SOBRE LAS "ISLAS" EN COLOMBIA

bl objeto de este escrito es analizar los aspectos más generales a partír de los cuales se puede constíuir una "geografía insular", que hasta el momen­to no existe en el país. Las razones de este vacío son de diverso orden, pero la más importante es la reducida extensión del área insular tanto contínen­tal como oceánica. Pocas islas contínentales están pobladas, y las pocas is­las oceánicas de ambos mares están muy alejadas. Sin embargo, por la extensa Zona Económica Exclusiva que el archipiélago de San Andrés, Pro­videncia y Santa Catalina genera a Colombia (más de 300.000 km^ de mar caribe), lo mismo que Malpelo y Gorgona en el Pacífico, estas islas adquie­ren gran importancia.

Ofra razón es que la isla de San Andrés es una de las áreas más densa­mente pobladas del país, y que actualmente está abocada a una crisis eco­nómica, ambiental y cultural que justifica un anáUsis detallado desde el punto de vista de la geografía insular

Una tercera razón es que el manejo territorial de estas islas está sujeto a una serie de condicionamientos espaciales, muy diferentes de los del con­tinente, que deben ser analizados en el marco de una nueva geografía que describa estas particularidades para explicarlas o, al menos, darles sentido, pues "cada isla es un mundo aparte" debido a su gran complejidad

Para despertar el interés por el estudio de las islas maritímas se requie­re iniríalmente entender cual es su importancia geopoUtica, culturaL y es­tratégica para la Nación, y ante todo para los isleños mismos, pues es sabida la poca importanría que este país le ha prestado a las fronteras maritímas

Profesor, Instituto de Estudios Carit>eños, Urüversidad Nadonal de Colombia, San Andrés.

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FRANCISCO AVELLA

desde el siglo XIX, cuando Colombia se extendía sobre la costa caribe por el istmo centíoamericano hasta la Miskitía, a solo 90 mülas de la isla de San Andrés.

Y hay que remontarse a la historia para entender que un país andino como Colombia demoró siglos para darse cuenta de que tiene tíes mares, uno Pacífíco, otro Caribe (que hasta antes de 1995 figuraba como Océano Atlántico en los mapas del IGAC) y el mar de agua dulce del Amazonas, que acaba de ser encontíado en el "Seminario Espacios Maritímos de Co­lombia y su proyecríón hacia el siglo XXI", realizado en Cartagena en mar­zo de 1998 por la Presidencia de la República.

Pero también la "Geografía Insular" puede confribufr a entender otía problemática que es menos conocida a pesar de lo evidente: la del proceso de conversión del país en un gran archipiélago.

Esta tesis, que no es nueva, pues siempre se ha hablado de un país "fragmentado", de una "colcha de retazos", de un país en "piezas de re­puesto", parte del hecho que desde la colonia el territorio de lo que des­pués sería Colombia, se ha esfructurado desde el punto de vista espacial, a partir de una seríe de islas urbanas y periurbanas que dadas las difículta-des de comunicación y de interelación, no alcanzan a formar un tejido funríonal que cohesione y dé unidad espacial. Pero este aspecto, dada la brevedad del tiempo, será fratado en otro texto.

INVESTIGACIÓN SOBRE LAS ISLAS OCEÁNICAS DEL CARIBE COLOMBIANO

Si bien sobre las islas continentales y oceánicas se ha escrito una apreríable cantidad de informes técnicos y de análisis temáticos (geología, geomorfología, aguas subterráneas, biología marina, arrecifes coralinos, oceanografía, flora y biota terrestres, suelos, relativamente poco de econo­mía y de sociología, algo más de antíopología y de aspectos culturales por encima de la visión foldórica y estereotípada de la "isla tropical", lugar de ensueño en la visión occidental), no hay una obra que sintetíce o al menos condense este ampUo conorímiento desde el punto de vista geográfico.

Después del tíabajo fundamental de Parsons (1956), que permitíó in­froducir la problemátíca del archipiélago de San Andrés y Providencia den­fro de la Uteratura científica del Caribe ocrídental, han sido pocos los intentos de constíuir una visión desde el punto de vista de la condición insular. Algunos intentos, como el de Cabrera (1986) no fueron pubUcados. Otíos han sido exitosos, pero duramente discutídos (Cabrera, 1985), como el del IGAC (1986), cuya investígación estuvo a cargo de la Ucenciada CeciUa de

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•ISLAS*: ESPACIOS Y TERRITORIOS

los Ríos. Otros han tenido pleno éxito, como el de la publicación del Banco de Occidente a cargo de Marcela Cano (1995), que es un modelo desde el punto de vista biológico pero cuya lujosa presentación la hace muy costosa, y por ende poco conocida y poco manejable como univer­sitario.

LAS ISLAS EN EL PANORAMA MUNDIAL , .; Í ,

En el campo internacional, incluso en países que tíenen una gran fradiríón insular y están formados por archipiélagos, como Grecia, Indonesia, FiUpi­nas, los pequeños estados insulares del Pacífico y, sobre todo, los del Cari­be, no se puede constatar una movilización intelectual para fundar un nuevo campo del saber.

Algunos europeos, como Moles (1982), propusieron la fundación de una ciencia de las islas Uamada "nissonología", que no tuvo gran éxito, pero cuyo debate permitió plantearse ofras formas de hacer "geografía in­sular", no a partfr de formas característicamente espaciales en el sentido geométrico, sino con otros paradigmas como los de la etnometodología, como se pudo ver en el coloquio de Etnogeografía reaUzado en Burdeos en 1990 por el CEGET (Centío de Estudios de Geografía Tropical, hoy CRET, Centro de Investígaciones y Estudios Tropicales). AUí los tíabajos de Joel Bonnemaiso (1986a; 1986b; 1987) sentaron la pauta para analizar geogra­fías tan partículares como la de la isla de Tanna en el Pacífíco Sur.

Los trabajos de Frangois Doumange (1966; 1985) y de Jean Pierre Doumange (1984), desde otía perspectíva metodológica más empírica, y centíada en el domirüo de las islas tíopicales del Pacífico francés, en los años sesenta, sentaron precedentes metodológicos que tendrían apUcacio­nes en el Caribe. Pero es tal vez en el gran arco de las islas de las Antülas mayores y menores, donde existe el mayor número de tíabajos invesfi-gatívos Uevados a cabo por americanos, ingleses y franceses, pero sin for­mular un paradigma de lo que se podría Uamar geografía insular.

Se necesitó una especie de "boom" intelectual sobre las islas para ser consríentes de lo que se sabía desde Darwin: que las islas eran "cosmos en escalas muy pequeñas", cada uno muy düerente de los ofros, que -como en el caso de las "Islas Encantadas" de MelviUe- los marineros veían pasar des­de sus barcos pensando en quien sería el náufrago que las habitaba.

Fue necesario, también, el interés de Darwin, ya citado, para demosfrar su teoría de la evolución a partír de los fósUes y de los animales vivientes que quedaron aislados en las grandes y pequeñas islas, y de su adaptaríón

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FRANCISCO AVELLA.

corporal para adecuarse al medio en donde tuvieron que vivir, para que se reconociera su importancia biogeográfica.

Así, la biogeografía es pionera en el papel asignado a las islas en la dispersión de la vida sobre el planeta, y la ecología desarroUa una "teoría de las islas". La geografía establece fínalmente un objeto de estudio a parfir de la gran dificultad de definir los diferentes típos y construir una teoría que explique sus variaciones no sólo desde el punto de vista físico, sino soríal y cultural. '.

Pero sólo con el desarroUo de la ecología y el gran deseo de exofismo de los países temperados, acompañado del cambio de percepción sobre una naturaleza finita que era necesario conservar ante el gran derroche de re­cursos que los modelos desarroUistas imponían al mundo, la isla vuelve a ocupar un espacio en el imaginario occidental hasta el punto de adquirir el "status" de paraíso tropical tanto desde el punto de vista turisfico como científico.

Prueba de este gran interés por las islas no sólo es el aumento del turis­mo hacia estos puntos perdidos en medio del mar, sino del aumento del número y de la caUdad de la producción científica, además de los recursos destínados por las organizaciones nacionales e internacionales para prote­gerlas, conservarlas y manejarlas de modo adecuado desde el punto de vista ambiental.

El hecho de que las islas tengan una serie de característícas geográficas como el aislamiento, el distanciamiento y el repUegue de sus poblaciones sobre ellas mismas define un campo particular de la geografía que se po­dría Uamar la "condición insular o insularidad". Además, su posición en medio y a merced del mar, sus comunicaríones a tíavés de largas distan­cias por el medio más importante de contacto que es el mar, defínen tam­bién su "maritimidad". A esto hay que agregar la importancia de las costas no sólo como medio de comunicación, sino como fachada que ha contíi-buido a hacer de la zona litoral la cara de las islas en donde se concenfra la mayor parte de actívidades, mientías que las zonas interiores permanecen aún más aisladas, como islas dentro de las islas, lo cual define la condición de "UtoraUdad".

Pero es fundamentalmente su relaríón con el continente, que en el caso de las islas oceánicas colombianas del mar Caribe es muy importante, o con las islas próximas lo que define los rasgos más caracteristícos de las islas: su disposición a la adaptación, a la mezcla y al mestízaje, a tomar todo lo que les sea permitído y a dar lo que ellas tíenen, lo cual produce contextos partículares y únicos que hacen de cada isla un mundo aparte.

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' ISLAS' : ESPACIOS Y TERRITORIOS

con todos los riesgos que esta "disponibiUdad" impUca: densidades altas de población en relación con los recursos disponibles (agua, esparío físico, pérdida de valores culturales propios, la lengua por ejemplo, etc.).

Lo paradójico de las islas es que no son sólo esas porciones de tíerra rodeadas de agua por todas partes, sino que también en medio de las tíe­rras hay islas de civilización rodeadas por inmensas selvas u oasis rodea­dos por desiertos, y hasta islas de verdor (los parques) rodeadas de la selva de concreto que son las grandes ciudades (Centíal Park en Nueva York es un ejemplo).De aquí se puede inferir que la isla es todo un campo de estu­dio que debe encontrar su sitío teórico y práctíco en la geografía contem­poránea.

Si las islas se han vuelto una de las primeras prioridades de investíga­ción cientí'fíca en el mundo no es por el carácter mítíco de "paraísos tíopi­cales" que las agencias de viajes les han dado para promocionar sus excursiones en busca de exotismo, sino porque la mayoría de ellas presen­tan serios problemas de deterioro ambiental, causados no sólo por los hu­racanes u otros fenómenos naturales, sino por el turismo mismo, que paradójicamente se ha convertido en el recurso principal, cuando no el único.

Este deterioro es más evidente en una pequeña isla, pues la escala y las proporríones son más grandes, comparados con un continente o una gran isla, ya que no hay muchos recursos que puedan ser reemplazados por otros, como sucede con las playas en los medios Utorales que suelen ser las más importantes, desde el punto de vista de la explotación del recurso turístico.

Por estas razones, las islas se han vuelto una prioridad para la investi­gación. No de otra manera se podría expUcar la gran cantidad de pubUca­ciones que, por ejemplo bajo el patíocinio de la Unesco, se han reaUzado a través del Programa MAB (El hombre y la biosfera), del CSI (Ambiente y desarrollo en regiones costeras y en pequeñas islas), lo mismo que del PNUMA (Programa de las Naciones Urüdas para el Medio Ambiente), de universidades como la Florida State University (Florida Department of Enviromental Protectíon), la de Puerto Rico (Sea Grant), la de Rhode Island (Intercoast Network) y otras de Europa cuya Usta es muy extensa para enu­merarla aquí, y sólo teniendo en cuenta las que investígan sobre el Caribe.

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FRANCISCO AvELiA

ISLAS Y GEOGRAFÍA MODERNA: UN PROBLEMA METODOLÓGICO ACTUAL

Durante largo tíempo los geógrafos se solazaron en describfr la gran diver­sidad de las islas sin enconfrar siquiera puntos de comparación dentío de los más puros patrones del arte de la descripción. Cada isla, cada objeto geográfico era disfinto del otío por su posición astronómica (dos puntos geográficos jamás pueden ocupar las mismas coordenadas), por la gran diferencia de flora y de fauna que contenían de una a otía, por sus tíadi-ciones, por sus maneras de ver el mundo, de manejar el espacio, de crear su cultura. Esta escuela de la más pura tíadiríón ideográfica aportó las mejo­res descripciones desde BouganviUe y Cook hasta las modernas expedicio­nes cartográficas y oceanógraficas de antes de la Segunda Guerra Mundial.

Sin embargo, una cosa es describfr lo único, lo singular, y otía lo indivi­dual. Sin lugar a dudas, cada punto de la Tierra es único, diferente de los otíos. Si se le mfra en sus más pequeños detalles, un grano de arena no es igual a ofro ni está situado en el mismo punto. Pero, "...la diferencia entíe lo único y lo individual, según Bunge, por ejemplo, es que lo individual es capaz de ser aprehendido dentío de una perspectíva general, como una construcción teórica, sin perder sus especificidades" (Da Costa Gómez, 1997). Así es posible plantear una "teoría" de lo individual, pero no de lo único. De aquí que una teoría de las islas sea posible en geografía si se ve la isla dentro de una perspecfiva de conjunto, es decir como un individuo y no como un objeto singular y, por tanto, incomparable. '

La "geografía insular" es una buena ocasión de mosfrar las posibiUda­des de que la geografía formule teorías como condición necesaria del saber científíco. Sin embargo, el método por el cual se accede a este saber sigue siendo el mismo de la geografía tíadicional, aunque visto a tíavés de una mirada crítíca: la descrípción paciente de los esparíos humanos y de sus medios naturales.

Inicialmente es necesarío saber qué entendemos por "espacio" y por "terrítorio", pues hay tendenrías que buscan hacer de la geografía una "cien­cia del esparío", entíe eUas la geografía humana, la soríal, la regional y la llamada regional science. Otías tendencias privilegian la visión de una cien­cia de los medios físicos, como la geografía física, que hoy desde el punto de vista instítucional, se encuenfran separadas, pues las primeras pertene­cen a las facultades de estudios sociales, mienfras que la segunda hace par­te de las de ciencias, físicas, matemáticas, químicas, junto con los departamentos de geología, hidrología, meteorología.

Pero definir el campo del saber geográfico de este modo es prerísamen-te dificultar aún más la posibiUdad de conocimiento de un objeto que es

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esparíal y territorial Las ríencias sociales, y en esperíal la geografía, han creído durante muchos años que espacio es:

1. Lo que se mide con el paso (en el sentído de distancia por lo que se confunde la medida de un paso con la existencia de un espacio que dista un paso y que existiría en la reaUdad esa distancia física, cuando lo que existe realmente es el concepto abstíacto de la medida paso).

2. Una noción de espaciamiento (en el sentido de diferentes pasos de in­tervalo).

3. Un lugar (en el sentido de extensión o de parte de una extensión; por ejemplo, el espacio terrestíe).

4. Un conjunto de extensiones (en el sentído de dimensión: así, el esparío de las cartas geográficas tendría dos dimensiones, el esparío sensible tíes y el "hiperespacio" n dimensiones).

Más recientemente se ha aceptado la idea de que esparío es sólo eso, una idea que permite esfructurar conceptos como espacio geográfico. En este sentído, el concepto es un sistema de relaríones y un producto social. En el primer sentído, da coherenría al conjunto de lugares a fravés de la distancia, de las separaciones y de los intervalos que guardan relaríón en­tre sí y, en el segundo, como un medio sobre el cual se constíuye la actívi­dad sociaL aunque no la contíene pues el esparío no contíene nada, ya que no es un ente físico ni "real" sino sólo un concepto enfre los numerosos conceptos que produce la actívidad social, a partfr del cual el hombre se apropia, explota, habita, cambia y organiza (Brunet, 1992).

De la misma manera, el territorio es un nombre que se le da a una extensión o porción de la tíerra que un Estado considera "suya", es decfr, que se apropia a fravés de una historia y se legitíma por su territoriaUdad, por la capacidad de ejercer soberanía. Por eUo este concepto está cercano al de nación o patria.

En consecuenría, la geografía no es la "ciencia del espacio" ni la geo­grafía poUtíca la "ciencia del territorio. "La geografía es, por lo tanto, me­nos la ríenría del espacio, puesto que el espacio no es su objeto de ciencia (sería mas bien su objetívo), sino una ríencia, que a partir de objetos selec-ríonados consfruye conceptos de espacio" (Regnauld, 1998). De la misma manera se constíuye el concepto de territorio.

De aquí que, para la geografía insular, lo importante no sea el estudio de los esparíos y los territorios, en su concepción universalista característí­ca del positívismo, sino dentío de una visión relatívista porque lo primero

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F.8A.N.a.SCQ..A,y.EilLA...

que debe hacerse no es estudiar un espacio preexistente, universal, co­mún, sino defínír cuidadosamente los conceptos que posibilitan la acríón de los hombres sobre las cosas, que permitan captar, entender y encontíar sentído a los suelos, las aguas, la poblaríón, las redes urbanas, etc., ya que el espacio no es una dimensión vacía que contíene desde rocas, árboles, animales ("el medio") hasta hombres.

El concepto de espacio que utüiza la geografía insular no es el de un "continente" al que se le puede Uenar de "contenidos", entíe ellos la natu­raleza misma, el medio y la sociedad, los hombres, sino una construcción en la que se estructuran unos grupos sociales con relaciones muy defini­das con el medio en el cual viven, ya que el hombre no puede vivir sin el medio en un mundo completamente artificial, puesto que aún es depen­diente de la naturaleza. Y aunque ésta no determina su forma de existen-ría, sí la condiciona aún.

Por lo tanto, la pretensión de descubrir "leyes espaciales" y elaborar "teorias espaciales" a partfr de la conexión entíe ellas no deja de ser un intento de hacer una "física social", que teóricos de las cienrías sociales han demostíado que es infecunda. Giddens (1995) señala que quienes "...supo­nen que un espacio posee su propia naturaleza intrinseca, proponen algo que es lógicamente discutíble y empíricamente infecundo" (p. 389).

El espacio es una condición de la existencia de las relaríones soríales que permiten a los hombres apropiarse de la naturaleza y del medio para cambiarlo, tíansformarlo y volverlo artíficial. Donde el hombre no se apro­pia del medio no hay espacio en el sentido social, sino sólo simple dimen­sión física, naturaleza, en el sentido que le da el ecologismo moderno que quisiera mantenerla intangible, sin tocarla, haciendo del hombre su princi­pal enemigo, su destíuctor, no su tíansformador (Ferry, 1993).

Independientemente de la ideología con que sea mirado el esparío es geográfico, en el "...sentído de la extensión terrestre utilizada y organizada por las sociedades para asegurar su reproducción, pero no sólo en el sentí-do más ampUo de alimentarse y alojarse, sino también en el de toda la complejidad de sus actos sociales, comprende así el conjunto de lugares y sus relaríones" (Brunet, 1992).

Es un "sistema de relaciones" y un "producto social organizado" al mis­mo tíempo. Desde el primer punto de vista comprende los elementos "na­turales" y "artífiríales" que los hombres como actores soríales ufilizan para hacer geografía, es decir, para cambiar constantemente la "cara" de la Tie­rra (Pinchemel, 1996), produciendo nuevas formas (infraestructuras, re­des, conexiones, tíansformaciones del medio naturaL etc), según una serie

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"ISLAS': ESPACIOS Y TERR^ORIOS

de normas y reglas de organización universales que cada soríedad adapta a sus propias condiciones.

Y como "producto soríal", es el "medio" de la actívidad social. A partfr de él, la sociedad organiza sus actividades sociales, no solamente las visi­bles de tíansformación de los sitíos, los lugares, sino las diferentes formas culturales de apropiarse del esparío, de estructurarlo, hasta el punto que los pueblos que emigran "...tíansportan con eUos sus reglas y las apUcan a otros lugares" (Brunet, 1993).

Esto es más notorio en las pequeñas islas, donde la relación entíe el esparío y el territorio, entíe la conceptualización y la apropiación, es más estíecha y está partícularmente condicionada por formas culturales crea­das por los hombres que han vivido largo tíempo en eUas. Pero cuando hay nuevos pobladores, éstos difícilmente se adaptan a estas condiciones partículares, y "tíansportan" sus formas culturales para produrír otíos típos de esparíos e imaginarse que pertenecen al territorio "contínental".

El problema es que la vida en las islas pequeñas es el fruto de largos procesos adaptativos, que se conocen ampliamente desde tiempos de Darwin(1897) y que la biogeografía, la ecología y la etnología modernas han sistematizado con Sauer (1952), MacArthur y Wilson (1967), Barrean (1967, 1990), MaUnowski (1922), entíe otros. Pero estos procesos no son cerrados ni aislados, como sería fácü suponer en condiríones de insularidad; por el contíario, ninguna isla ha vivido sin contactos con otías tíerras.

Las plantas, los animales, mucho más tarde los hombres se fueron instalando. Des­pués se establederon reladones durables con el exterior: idas, venidas, intercam­bios de individuos y especies, de productos y de conodmientos. Así las islas se organizaron entre el aislamiento, portador de diferencias, y los intercambios que haciendo vivir las islas, ponen en entredicho su originalidad. Hoy los ecosistemas tanto como las sociedades están obligados a soportar una influenda creciente del exterior. ¿Los particularismos insulares podrán perdurar? •.

Esta Últíma pregunta se leía en el cartel que, en el Museo de Historia Natural de París, anunciaba la exposición "Isla, vivir entre ríelo y mar", reaUzada entíe febrero de 1997 y enero de 1998 en París.

El hombre no puede hacer más de lo que la naturaleza le permite a ríesgo de crear situaciones catastíóficas. Claro que no es una determina­ríón, sino un condicionamiento, si se tíene en cuenta que en la isla de Male, RepúbUca de Maldivia, Océano Indico, que mide 1.3 km , viven más de 30.000 personas por km^ (Falkland, 1993). Las condiciones no son ni siquie­ra parecidas a la de los habitantes de Hong Kong, 15.786 por km^ donde

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FRANOSCQ.AVELLA

los niveles de vida son netamente superiores pero la lección es la misma: en geografía, la naturaleza no determina, simplemente condiciona. En una situación de insularidad, los límites son menos claros y los problemas, más complejos. • ::

Es por ello que se requiere pensar esta problemátíca a partír de una geografía insular no sólo como ensayo académico, sino como una vivenría, pero fundamentalmente porque nos permite entender no sólo las islas ro­deadas de agua por todas partes, sino el archipiélago mismo en que se está convirtíendo Colombia, que insistímos no tíene nada que ver con la "des­integración de la nación", sino con una nueva forma de organización terri­torial, condicionada por la guerra, pero sustentada en el surgimiento de identídades fuertes, locales y subregionales que parecen tener más que ver con una geografía insular que con la visión de espacio y territorio a que nos ha acostumbrado la geografía tíadicional.

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REGIÓN METROPOLITANA POLINUCLEAR

U N FUTURO POSIBLE PARA BOGOTÁ Y LA SABANA

Juan Carlos del Castillo Daza*

La poUtíca territorial de la primera mitad del siglo XX tuvo como preocu­pación fundamental contener el crecimiento urbano (Hall, 1966). Tal actí-tud fue una reacción comprensible a la profunda tíansformación que sufrió la ciudad del siglo XIX.

El siglo XXI, de manera algo similar a lo ocurrido hace ríen años, se inicia presionado por una tendencia muy fuerte hacia nuevas formas de crecirrüento urbano. Sin embargo, esta tendencia ya no está asociada ex­clusivamente al crecimiento demográfico.

En varias regiones del mundo ya no crece la población. En los países europeos occidentales y en Norteamérica, la población ha descendido des­de hace al menos entíe veinte y tíeinta años; las áreas mefropoUtanas de Inglaterra y Gales han perdido miUón y medio de habitantes enfre 1971 y 1986 (López de Lucio,1998). La aglomeración de Paris pierde población desde los años sesenta, al igual que la mayor parte de las ciudades france­sas de dimensión superior al quinto de miUón de habitantes (E.M. Roux, 1989). Por eUo, enfre otíos factores, su mercado interno no constituye la mayor expectativa de su economía. Estas regiones están volcadas a la interacción con mercados más ampUos y globaUzados, que han presiona­do una gran especiaUzadón de sus actividades y ofertas y un incremento de sus serviríos de alta jerarquía. SLn embargo, el crerímiento nulo o nega­tivo de su población, que atempera las demandas tíadicionales de las po­blaciones en crecimiento, no ha significado una confracríón o decaimiento en el uso del suelo. EUo expUca por qué Madrid, por ejemplo, incorpora 1.000 hectáreas anuales en usos urbanos a pesar de que pierde una pobla­ción aproximada de 20 mil habitantes/año (Monclús, 1998), desuñado a la

* Profesor, Facultad de Artes, Maestría de Urbanismo, Universidad Nadonal de Colombia, Bogotá.

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lUAN CARLOS oEL CASTILLO DAZA

localización de nuevas actívidades dirigidas al mercado externo y los ser­viríos suprarregionales

Por el confrario, otras regiones del hemisferio sur, aún expUcan su cre­cimiento por el crecimiento de la población urbana y la persistencia de las migraríones de las áreas rurales.

Colombia y América Latína partícipan de las tendencias mundiales en materia de crecimiento urbano. La investígación urbana en el país viene haciendo esfuerzos para interpretar estos procesos. Recientemente ha ha­bido un creríente interés por estudiar el comportamiento de la región cen­tíal conformada por Bogotá y la Sabana, en virtud de la jerarquía adquirida en el ordenamiento urbano colombiano (Montañez et al., 1992) (Gouset, 1996) (Mendoza, 1997), (Barco et al., 1997,1998). Sin embargo, los estudios registían Umitaciones derivadas de enfoques excesivamente endógenos. Algunos de ellos tíenden a percibir el crecimiento de la región centíal como un proceso quizás atípico y negativo.

UNA REGIÓN METROPOLITANA EN FORMACIÓN

f -

Bogotá y los municipios de la Sabana conforman hoy una región metíopo-litana en formación, con un papel siempre preponderante en el esquema de poblamiento del país y en el ordenamiento del sistema urbano.

Actualmente constítuye la región más poblada y de mayor partícipa­ción en la economía nacional, y Bogotá es el centío de la región funríonal más extensa en Colombia.

Por estas razones, el carácter de región metíopoUtana no se deriva de su organización poUtíco-administíatíva, dado que ésta no existe, sino de su papel en el ordenamiento del país.

La aglomeración urbana conformada por Bogotá y los municipios sabaneros constítuye un soporte fundamental en el ordenamiento nacio­nal y desempeña funríones metíopoUtanas de alcance regional, naríonal e internacional. Por eUo, la región metíopoUtana no es ni puede entenderse como un esquema instítucional que subordina entídades territoriales a una ciudad central.

El desarrollo de la región Bogotá-Sabana no es factíble ni deseable den­fro de un horizonte de declive de su posiríón y sus funríones en el ordena­miento nacional, o de aislamiento, en aras a un posible descenso demográfico. El congelamiento de la región -como se ha propuesto o es­perado desde algunos enfoques- quizás no sea la estrategia para resolver problemas de crerímiento de población ni tampoco parece el camino más

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REGIÓN METROPOLITANA POUNUCLEAR

adecuado para promover procesos de descenfraUzaríón o desconcenfraríón de actividades. La desconcentración probablemente es posible si se diversifican y se potencian las ofertas y los intercambios entíe territorios integrados y más equiUbrados.

En esta región metíopoUtana es posible crear un proyecto de desarro­Uo regional que tenga como condiríón mejorar la integración de Bogotá con la Sabana y con las regiones de Cundinamarca que están generando la mayor migración hacia Bogotá, mediante una mejor integración e inser­ción de la región metíopoUtana en el ordenamiento nacional.

EL ORDENAMIENTO NACIONAL Y UV REGIÓN

En Colombia se ha modificado recientemente el modelo de ordenamiento urbano. Este cambio permitió, en términos básicos, que la región compuesta por Bogotá y la Sabana adqufriera una posiríón de primacía en la jerarquía urbana del país (Goueset, 1998). -. .. '..

En la etapa de urbanización más reciente en Colombia, el ordenamien­to del sistema de ciudades en el país ha tíansitado por fres grandes esque­mas: a partfr del modelo del «triángulo de oro» -en el cual Bogotá, MedelUn y CaU compartíeron la jerarquía en las funríones urbanas- se pasó eü mo­delo de la «cuadricefaUa urbana» -en el cual BarranquiUa se incorporó en el esquema de las tíes ciudades anteriores- y por último se ha Uegado al modelo de la «primacía urbana de Bogotá», lo cual ha impUcado un cam­bio del relatívo equilibrio que tuvo el sistema de ciudades en Colombia -factor que la distínguió positívamente en el ámbito latínoamericano-. Re­cientemente se presentó la tendencia de una mayor presión sobre Bogotá y una disminución relativa de la jerarquía urbana de las otías metíópolis colombianas.

La causa de ese desequiUbrio no puede atribuirse a una pretensión de­Uberada de la capital y la región sabanera en esa dirección. Esta nueva polarización indica que las otras tíes ciudades empezaron a disminuir sus ofertas a los habitantes, las comunidades, las empresas, el tíabajo y el capi­tal. Esta situación no es conveniente ni deseable para el país, rü para Bogo­tá y las otras metíopólis nacionales.

Por ofra parte, las interpretaciones que se hicieron al comienzo de la década de los noventa sobre el decUve económico de Bogotá y el fránsito haría un modelo territorial en el cual se fortalecerían los puertos y el eje MedelUn-Cali, en virtud del cambio del modelo económico hacia la aper­tura, han mostíado que no corresponden con la realidad.

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JUANCáRLQS DEL CASBLLO DAZA

Esta interpretaríón se apoyaba en la hipótesis de que la apertura eco­nómica propulsaría cenfros industriales exportadores, que por su ubica­ción geográfica más ventajosa para intercambiar y conectarse con los circuitos y los mercados internaríonales, iban a adquirir una dinámica eco­nómica y demográfica significativa. Se anunciaba la crisis de Bogotá por­que era una ciudad andina situada a mas de 1.000 küómefros de las costas, zonas geográficas en las que se tenderia a localizar el epicenfro de la acfivi­dad económica. ". '-• • *•'.•. . . W., ;

La reaUdad mosfró una dinámica en sentído confrario. A fínales de los años de 1980 y comienzos de los de 1990 se produjo un relatívo declive de MedeUín, luego el de las ciudades de la costa Caribe y más recientemente de la ciudad de CaU. Entíe tanto Bogotá tendió a consoUdar una posición de primacía.

Este comportamiento no fue arbitíario ni imprevisible. La interpreta­ción de que la apertura y los efectos de la globaUzaríón cambiarían los ejes urbanos y regionales en Colombia haría las costas cometíó la Ugereza de comprometerse con la tesis de que el impulso para un nuevo auge indus­trial dependía, en lo fundamentaL de la reducción de los costos del tíans­porte.

Pero como ocurrió en muchas regiones del mundo, el decUve afectó precisamente a los centros industriales tíadicionales. Las regiones y ciuda­des más dinámicas tuvieron como soporte dos elementos clave de la eco­nomía globalizada: por una parte, el despunte de nuevas industrias basadas en alta tecnologías que se localizaron en nuevos espacios geográficos y, por otra, el fortalerímiento del sector de los servicios.

Por tanto, en el análisis colombiano, no tíenen soporte adecuado las dos interpretaciones anteriormente comentadas:

• AqueUa que prescinde de la existencia de las cuatío regiones urbanas y que pronostica la "mexicanizaríón" de la región centíal (Bogotá - Saba­na)

• AqueUa que pronostíca el declive de Bogotá por su condiríón medite­rránea y apuesta a un nuevo modelo territorial propulsado por un auge industrial que depende exclusivamente del menor costo del tíansporte y no de la innovación tecnológica y de los recursos humanos.

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TTT-

R E G I Ó N MFTROPOirrANA POLINUCLEAR

TENDENCIAS QUE INCIDEN EN LA REGIÓN METROPOLITANA

Presión demográfica

La primera tendenría verificada en la región es la reducríón sigrüficativa de la poblaríón asentada en el área rural y su concenfraríón mayoritaria en los núcleos urbanos.

En segundo lugar, se ha verificado que hasta el censo de 1985, la mayor concenfraríón de población tuvo como lugar de afracríón predominante la ciudad de Bogotá. En el censo de 1938 el núcleo mefropoUtano concentra­ba el 76% de la población de la región y en 1993 había ascendido al 88%. Las proyecríones de población para 2015 indican que comenzará a descen­der la curva, de manera moderada, aumentando a 14% la participación de los municipios sabaneros en la población regional, mienfras que Bogotá descenderá dos puntos, al 86%.

En tercer lugar, se ha evidenciado que el asentamiento que ha crecido más rápidamente a tasas sorprendentemente altas es el municipio de Soacha.

La cuarta característíca está relaríonada con el dinamismo demográfico que presenta un grupo de los municipios sabaneros. El período intercensal 1985-1993 mostíó que estos munirípios empezaron a crecer a una tasa pro­medio anual más alta que la de Bogotá, Cundinamarca y varias regiones del país. EUo indica que los munirípios sabaneros fienen una alta dinámica demográfica.

Las fres aglomeraciones del sur, occidente y norte se han convertido en centros atractivos para la locaUzación de población. Sin embargo su forma de asentamiento no es homogénea.

Con respecto a Bogotá, se enconfró que aunque sus tasas poblaríonales han descendido junto con las de las otías metíópoUs -comparadas con las décadas del 60 y el 70- su grado de desaceleraríón es menor que el de las otías grandes ciudades.

La presión demográfica sobre la región de la sabana obUga a que la región prevea el ordenamiento del territorio y planee sus esfructuras para una población futura de mas de nueve miUones de habitantes en el año 2010, y cerca de once en el año 2020.

Difícilmente Bogotá y los municipios de la Sabana -en esperíal los más cercanos al núcleo metropolitano- podrán eludir las demandas de recursos de suelo y agua para la población esperada y de provisión de infraestructura para la movilidad, el saneamiento y los servicios socia­les.

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1.UAN CARLOS PEL CASTILLO DAZA

Los estudios y proyecciones poblacionales muesfran también que la presión demográfíca disminufrá en el futuro. Naturalmente esta perspec­tiva es deseable y sugiere la conveniencia de estimular polítícas nacionales y regionales para buscar un horizonte de mayor equiUbrio en los patíones de asentamiento poblacional en el país.

Sin embargo, la región debe adoptar una actitud prudente nate la pro­babilidad de que se alcancen estos efectos a corto plazo.

El asentamiento de la población y sus movimientos migratorios tienen una estíecha relación con las oportunidades que ofrecen las ciudades y las regiones. Estos patíones están influenciados por la localizaríón de actívi­dades, por la accesibiUdad a las fuentes de empleo y a la oferta de servicios para los diversos grupos poblacionales, de empleadores y formas de orga­rüzación del tíabajo. Como señalan diferentes autores (Gabina, 1999):

LOS flujos migratorios de todo tiempo han sido el reflejo más fehadente de la exis­tencia de diferenciales económicos, demográficos y políticos entre espacios dife­rentes. En efecto, tales diferenciales tomados uno a uno o en su conjunto, según los casos, han sido en todo tiempo y lugar la causa de trasvases humanos más o menos importantes. ' . " . . ••• i -c

Se ha expresado con frecuencia la preocupación por que esta región cenfral crezca de manera desorbitada siguiendo modelos como el del Dis­trito Federal de México o de las gigantescas metíópoUs de algunos países de América Latína o de Asia.

Se ha planteado también que el crerímiento de la región centíal debe desactivarse de forma inmediata, induciendo nuevos procesos de poblamiento en regiones tradicionalmente muy poco habitadas.

Sin duda, es necesario abordar el debate del ordenamiento nacional. Bogotá y la región central están lejos de desear un proceso de crecimiento y concentíación simüar al de otías aglomeraciones metropoUtanas del con­tínente. Sin embargo, es muy dudoso que el país pueda embarcarse en esquemas de poblamiento que tíenen muy poca probabiUdad de éxito.

La discusión del caso colombiano no puede omitír característícas histó­rícas de nuestío ordenamiento y colocar el problema del territorio y del poblamiento en la coordenada cero para imaginar procesos de poblamiento inéditos e inríertos.

Es necesario subrayar que, en el caso colombiano, se cuenta con una ventaja indiscutíble y no despreríable con relación a otíos países del contí­nente, la cual pesará de manera determinante en el ordenamiento futuro.

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REGIÓN MCTROPOLH'ANA POLINUCUAR

Es prácticamente imposible que las otras cuatío regiones urbanas en­tren en un proceso de decUve absoluto, generando tíasvases irreversibles de poblaríón y actívidades de sus regiones hacia Bogotá y la Sabana. Las regiones urbanas y funcionales de Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga segufrán siendo soportes fundamentales del ordenamiento nacional, así como otías subrregiones como la cafetera.

Medio ambiente y recursos naturales: la demanda de suelo y agua

Recientemente ha sido motívo de debate en el ámbito regional el tema de la oferta hídrica para cubrir las demandas futuras del núcleo metropolita­no y los murürípios sabaneros.

Con ocasión de la formulación del Plan de Ordenamiento del Distrito Capital, se hizo un esfuerzo para precisar la situación real de la disponibi­Udad de fuentes de agua y de la demanda de la población asentada y de la población futura. Hubo necesidad de prerísar los diagnóstícos al respecto, dado que de tíempo afras algunas opiniones parerían pronostícar que la región estaba próxima a una situación deficitaria a corto plazo, en virtud de un posible agotamiento de algunas fuentes hídricas o de incrementos incontrolados de la demanda. > -r!. •; - .<

Los estudios que la EAAB ha reaUzado durante la década que terminó han arrojado más claridad sobre el tema y han evaluado los escenarios posibles para la región en esta materia. Dichos estudios han observado tíes aspectos principales: i) el crecimiento esperado de poblaríón en Bogotá y la Sabana, ü) el comportamiento de la demanda y iü) la capacidad actual del sistema para abastecer de agua potable, el incremento de la oferta con los proyectos de la Empresa y los factores de confiabUidad y vulnerabiU­dad que presenta el sistema.

Con respecto al incremento de la población, los diferentes estudios demográficos han podido establecer que el escenario más probable hacia el año 2010 señala que la Sabana deberá planificar para una población aproximada de 9.200.000 habitantes. La distribución más probable de esta población, de acuerdo con los estudios, señala que el núcleo metropolita­no concentrará ocho miUones de habitantes y 16 municipios sabaneros alo­jarán 1.200.000 habitantes. Este comportamiento esperado de la población significa que en los próximos 10 años, Bogotá crecerá a un promedio anual de entíe 160 mü y 180 mil habitantes, y la sabana, a un promedio de 50 mü. También es de esperar que las tasas de crecimiento desciendan en el perio­do 2010 a 2015.

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J.UAN CARLOS aELCAfiTiuQ DAZA

Con respecto a la demanda de agua, los estudios han precisado lo si­guiente. Aunque la demanda se incrementará por efecto del crerímiento de la población, se espera que el consumo per cápita mantenga el compor­tamiento del úlfimo quinquenio, el cual mosfró una reducción sensible con relación a las décadas anteriores. Según el regisfro histórico de la EAAB, el consumo por usuario residencial a principio de la década de los ochenta era superior a los 70 m-'/bimesfre, mienfras que para 1996 estaba cercano a los 40 m^/bimesfre. Esta disminución de los consumos responde a una re­ducción paulatina en el número de personas por vivienda, al incremento tarifario y a acciones dentío del programa de agua no contabilizada. El otío factor que ha incidido en el ahorro de agua y la reducción de los con­sumos se debe a la emergencia del sistema Chingaza en 1997. Durante esta emergencia se presentó efectívamente una sensible reducción de los con­sumos como respuesta a la campaña de solidaridad ríudadana en el aho­rro voluntario promovida por la administraríón y al racionamiento al que se tuvo que someter a la ciudad.

Contrariamente a lo esperado, una vez superada la emergencia no se presentó una recuperación de los niveles de consumo tíadicional previos al evento, sino que contínuó la tendencia de disminuríón, como conse­cuencia del cambio de hábitos de los usuarios debido al programa de uso racional del agua, principalmente en la instalaríón de aparatos de bajo con­sumo en las nuevas viviendas, y a la educación ciudadana sobre el uso del agua, así como al incremento tarifario que tíene como efecto la reducción de los consumos innecesarios y a la contínuación del programa de agua no contabüizada.

Como consecuenría de lo anterior, las proyecciones de demanda de agua bajan sustancialmente y por eUo la EAAB realiza la actualización de la proyección de la demanda de agua, en donde los consumos per cápita se acercan a la asíntota de 109 LHD, de acuerdo con su tendenría. Este consu­mo es bastante bajo con relación a ciudades de tamaño y condiríones simi­lares a Bogotá en Latínoamérica, razón por la cual se considera que no bajarán más allá de este nivel.

Con relación a la capacidad actual del sistema y la oferta futura, los estudios de la empresa señalan lo siguiente: el sistema actual de abasteci­miento de agua tíene una capacidad de oferta total de 25 m%, que natural­mente no se está suirünistíando al tope. La emergencia que afectó al sistema Chingaza en 1997 tuvo como primer efecto una reducción del suminisfro de 17 a 15 mVs. Los monitoreos que actualmente reaUza la empresa indi­can que Bogotá se está abasteciendo con un suminisfro medio de 14.9 m%.

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REGIÓN METROPOLrrANA POLINUCLEAR

Actualmente, el sistema está aUmentado por el sistema Río Tunjuelo con un caudal regulado de 1 mVs, el sistema Río Bogotá (Planta Tibitoc) con un caudal regulado de lO.SmVs y el sistema Chingaza con una caparí­dad de 13.5 mVs de caudal regulado.

De acuerdo con estas estimaciones, se acordó con la Comisión Reguladora de Agua Potable que la meta razonable para el sistema de abas­tecimiento en un escenario medio al año 2010 debe garantizar una oferta de 20 mVs. En esta proyección se ha considerado la demanda proveniente de los municipios que actualmente atiende la EAAB y ofros que en el futu­ro Uegaria a atender La demanda de los municipios está proyectada den­fro de un rango que cubre el 11% de la demanda total en el año 2010.

Se han considerado también un escenario de alta demanda y uno de baja demanda. En el primer caso, el nuevo proyecto de abastecimiento debe entíar en operación en el año 2010, manteniendo el criterio de que debe darse cuando se alcance el Umite de 0,90 de la oferta de agua. Cuafro alternatívas de expansión del sistema de abastecimiento han sido conside­radas por la EAAB, de las cuales dos han sido ya desarrolladas hasta la etapa de proyecto. EUas son: a) ampUaríón del sistema Chingaza (Chingaza II); b) aprovechamiento adiríonal del río Tunjuelo (Regadera II), c) aprove­chamiento del marízo de Sumapaz; y d) utüización de aguas subterráneas.

A partfr de 1996 la EAAB realizó los diseños de los proyectos de Chingaza n y Regadera II y de las obras de vulnerabilidad y confiabiUdad del sistema de abastecimiento tales como la rehabiUtación de Tibitoc y el túnel alterno de Usaquén.

Con la implementación de los Proyectos de Chingaza II, Regadera II y la posible utUizaríón de aguas subterráneas se logrará aumentar la capaci­dad de oferta del sistema en 7 mVs, con lo cual se supUrá la demanda a largo plazo y su ejecuríón se deberá Uevar a cabo en varias etapas, de acuer­do con el comportamiento de la demanda de agua. Estos dos proyectos, y eventualmente la utüización de aguas del subsuelo, en prinrípio permiti­rían abastecer a la región en el escenario alto. Para el aprovechamiento del marízo de Sumapaz, la EAAB adelantará los estudios de facfibiUdad y el diagnóstíco ambiental de alternatívas. Igualmente, se está ejecutando la primera fase del Plan de Investígaríón de Aguas Subterráneas. De presen­tarse el escenario bajo, estas obras aplazarían su entíada en operación has­ta el año 2017.

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JUAN .CARLC«,PEL,,CASTILLQ, DAZA „ „

PERSPECTIVAS PARA EL DESARROLLO REGIONAL

Para el futuro del país, lo que ocurra a esta región no es irrelevante. El decUve o el fortalerímiento de la región incidfrá en el futuro económico, social y territorial del conjunto de la naríón. No es sostenible la tesis según la cual el decUve de Bogotá producirá mecánicamente el reflote de las ofras regiones urbanas o de regiones inéditas. Por eUo, en los tiempos actuales, no tíene sentído interpretar los esfuerzos de esta región como la simple intención de acumular o preservar antíguos privUegios del centraUsmo.

Esta región metropolitana de once miUones tendrá que ordenar y habi-Utar el territorio de la forma más efiríente y sosterüble. El conjunto de esa población tendrá que habitar en por lo menos 2,2 millones de viviendas; la región debe tener la capacidad de ofrecer por lo menos 4.5 mülones de empleos y debe proveer un área básica de unas 10 mü hectáreas de espa­ríos Ubres y parques para acercarse a una oferta de 10 m^ por habitante. A esta población se le debe garanfizar una oferta de agua potable de 80 mi­llones de mefros cúbicos al año. Es necesario crear un sistema de sanea­miento que permita manejar adecuadamente las aguas servidas y los desechos. Estos esfuerzos fienen muy poca posibilidad de éxito si se man­tiene el estado de desintegración que caracteriza hoy a la Sabana. Ni Bogo­tá ni los municipios pueden asumir aisladamente estos desafíos.

Bogotá recibe un volumen importante de migraciones defínifivas de las regiones más cercanas de Cundinamarca. En menor medida, de otíos departamentos próximos. La baja interacción con estos territorios vecinos por deficiencias en el transporte, las comunicaciones y por la baja oferta de servicios, incentíva el traslado definifivo de hogares y habitantes y no re­tiene la inversión, la actividad económica y funciones de mayor jerarquía en la periferia. La integración induce a disminuir la concentración en Bo­gotá.

ORDENAMIENTO REGIONAL: REGIÓN METROPOLITANA POLINUCLEAR

El desafi'o prinrípal de esta región en los próximos 20 años será adecuar el territorio para alojar una población aproximada de 4 miUones de nuevos habitantes. Cambiar de manera drásfica los flujos migratorios en el país y promover una nueva locaUzación de actividades dependen en alto grado de la consoUdaríón de un nuevo modelo de ordenamiento que integre más dinámicamente las regiones colombianas, particularmente las que tie­nen menos vinculación funríonal con los principales cenfros urbanos. EUo

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REGIÓN METROPOUTANA POLINUCLEAR

también depende de la ejecuríón de un plan nacional de infraestíuctura y de una intensiva oferta de servicios para la calificación y acumulación de recursos humanos, que logre un nuevo equiUbrio en el territorio nacional.

Para la región constítuye una estíategia inríerta y peUgrosa confiar la resolución de sus problemas futuros a una probable reversión espontánea de la concenfraríón demográfica. Si el Estado no adopta una poUtíca púbU­ca con soUdez y continuidad en materia de ordenamiento territoriaL es prácticamente imposible que la ríudad y la región puedan desencadenar estos procesos de desconcenfraríón del ingreso, la población y las activida­des en el corto plazo. Por ello, preparar la región para albergar la población esperada, simultáneamente con la decisión de promover una poUtica de desconcentíación regional, son desafíos que Bogotá y la Sabana fienen que afrontar.

Se ha esfimado que en el año 2000 los municipios sabaneros alojarán una población de 850 mü habitantes. Casi el 50% de esta poblaríón la con-centía Soacha, el municipio con menores recursos en infraestructura, in­gresos y gestíón. ,

La oportunidad de ordenar la región se afianza en el hecho de que aún no se ha presentado de forma intensiva la "explosión urbana" de la perife­ria metíopoUtana. A diferencia de otras regiones, la población está aún concentrada en un 88% en el núcleo metíopoUtano. Sin embargo, este núcleo se ha aproximado de forma dramátíca a un umbral de saturación.

La posibüidad de ordenar ecológica y territorialmente la región depen­de de su integración. La integración se apoya en la construcción de una estíuctura metíopoUtana que permita distribuir espacialmente la pobla­ríón y las actívidades en un esquema poUnuclear artículado que preserve funríones y esparíos ecológicos insustítuibles, suelo libre y de uso agrícola, y núcleos urbanos conectados por redes de infraestíuctura que diversifiquen e intercambien actívidades funciones y servicios.

Por la conformación actual del territorio sabanero, en los próximos 20 años es posible consoUdar dos corredores mefropoUtanos poUnucleares, (véase plano anexo) que sfrvan de primer soporte a una retícula metíopo­Utana que desactíve la presión a la ocupación de los cerros que rodean la Sabana, los suelos de mayor aptítud agrológica y los ecosistemas más va-Uosos de la planicie.

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lUAN CARLOS DEL CASTILLO DAZA

Factores de ordenamiento

NO es conveniente que la distribución esparíal de la población siga estan­do sujeta a la oferta clandestína y arbitíaria de suelo para vivienda precaria o suntuosa. La magnitud de población que espera la región obUga a pensar que las decisiones de locaUzación estén orientadas por la oferta integrada de fransporte, serviríos, equipamiento, espacio libre y vivienda. Obliga también a pensar en programar el suelo urbanizable para prevenir la ge­neraríón de daños ambientales y la ocupación de suelos frágiles o vaUosos. Los poUgonos territoriales que tendrán mayor presión están deUmitados por la red vial principal (véase plano anexo). Estos deben ser objeto de or­denamiento prioritario.

Un esquema de tíansporte regional programado constituye uno de los elementos clave de integración y ordenamiento de la Sabana. El esquema de fransporte integra, si permite una moviUdad eficiente en tíempo, costos y número de viajes, faciUtando la interacción y el intercambio de bienes y serviríos, y ordena, si se adapta a la programación de estaciones en los nú­cleos deseados de concenfración de población y actívidad.

Ordenamiento de corredores metropolitanos polinucleares

Una alternatíva explorada por sus ventajas de ordenamiento en el territo­rio y la inversión regional es la consoUdación, en los próximos 20 años, de dos corredores poUnucleares: el corredor transversal de ocrídente y el co­rredor longitudinal del noroccidente.

Corredor transversal de occidente Bogotá-Facatativá

Este corredor de 40 km, aproximadamente, se ha ido consolidando como un eje de actívidad y concenfración de poblaríón en la Sabana. Ha sido uno de los conectores básicos de la región con el país y la cuenca del Mag­dalena. Está conformado por la aglomeraríón de las áreas urbanas de Funza y Mosquera, el munirípio de Mosquera y el cenfro subregional de Facatatívá. Las áreas urbanas de estos municipios se consoUdaron sobre la línea del ferrocarril del occidente y la carretera tíoncal.

El corredor tíene una población de 218 mil habitantes estímada en el año 2000. Econónücamente tíene relación estrecha con actívidades regio­nales, como la floricultura del ocrídente de la Sabana, la actívidad lechera y la actívidad industrial que se ha descentíalLzado desde hace algunos años.

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REGIÓN METROPOLITANA POUNUCUAR

Equipamientos de alguna importanría se han descentíaUzado sobre este corredor, como la base aérea de Madrid, instalaciones de la Universidad Nacional y el Sena y entídades púbUcas vinculadas al sector agropecuario.

Las proyecciones demográficas para el año 2020, en el marco de las tendencias actuales, esfima una población de 350 irrü habitantes. La movi­lidad entre los municipios del eje y Bogotá tiende a incrementarse en el futuro. Esta movüidad se encuentía limitada por las característícas de la red y el sistema de transporte. La posibüidad de establecer un ordena­miento poUnuclear como esquema alternatívo a un continium urbano a lo largo del corredor depende en alto grado de la concentración nodal y pro­gramada de estaciones de tíansporte, dotaríones y equipamientos para una poblaríón deseada de acuerdo con una estíategia de distriburíón espacial. Por eUo, el ordenamiento poUnuclear de este corredor atíende a la oportu­nidad de fortalecer y raríonaUzar la red de infraestíuctura para el tíans­porte y los servicios domiríUarios, la dotación de equipamientos y la oferta de suelo productívo y de vivienda en forma nucleada en puntos estíatégi­cos del corredor. ''

Este esquema permite planificar la infraestructura dentro de los parámefros de una economía de escala para una aglomeraríón descenfra-Uzada. Sin duda, un esquema regional de fransporte, provisión de agua, fratamiento de aguas servidas y desechos a esta escala, tíene ventajas fren­te a un esquema fragmentado a cargo de cada entídad territorial. Igual consideración debe hacerse frente al equipamiento social y la dotación de espacio Ubre.

Es factíble programar, en el horizonte de 20 o 30 años, las densidades y el modelo de ocuparíón de suelo urbanizable sobre este corredor, en co­rrespondencia con las previsiones de crecimiento de los centros subregionales y el corredor longitudinal.

Corredor longitudinal del nor-occidente

Este corredor constítuye el otro elemento ordenador de la región para des-centíaUzar la población y las actividades. En el año 2000, las proyecciones demográficas estiman la poblaríón en 192 mü habitantes, incluida Zipaqufrá. Su soporte está dado en la vía regional que enlaza la aglomeraríón del occidente (Funza-Mosquera) con la aglomeraríón urbana del norte (Cota-Cajica-Chía) y el centío subregional de Zipaqufrá. Este corredor también tíene conexión con la doble calzada de la vía Bogotá-Tunja, en la que se

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lUAN CARLOS DELCASTILLD DAZA

consolida un nuevo eje industrial en los municipios de Tocancipá y Gachancipá.

Este corredor tíene también la oporturüdad de ser ordenado como un sistema polinuclear de asentamientos conectados. La aglomeraríón Cota-Chía-Cajicá es sin duda hasta el presente el tramo más dinámico del corre­dor. Sin embargo, su artículación con la conurbación de occidente y el cruce con la autopista a MedeUín, abre la oportunidad de pensar el desarrollo del corredor sin restringirlo exclusivamente al framo enfre Cota y Cajicá.

Con el mismo criterio expuesto para el corredor de occidente, la posibi­lidad de ordenamiento está dada por la promoción de un esquema polinucleado de servicios, estaciones de fransporte y nodos de equipamiento.

Aunque el corredor tíene en el presente una población Ugeramentemen-te menor a la del ocrídente, se caracteriza por el predominio del modelo de suburbanizaríón y, por consiguiente, por un mayor consumo de suelo. Para el año 2020, se estíma una poblaríón localizada de 300 mü habitantes aproxi­madamente.

La tendencia más fuerte a la aglomeración se registía entre los munici­pios de Cajicá, Chía y Cota. Probablemente, no es deseable que estos tíes asentamientos conformen un continium urbano. Sin embargo, es pertínen­te estudiar la conveniencia de generar un sistema de equipamientos fuerte y complementario enfre los fres municipios para reducfr la dependenría funcional de Bogotá.

El caso Soacha

Soacha ha sido el asentamiento que ha crerído más intensamente en po­blación. De mantenerse inalterable la tendencia, en el año 2020 tendría una población aproximada de 920 mil habitantes.

Los déficits que ha acumulado Soacha para el volumen de poblaríón que hoy reside en el municipio, la escasa disporübüidad de recursos y las Umitaciones de gestión adminisfratíva indican con claridad que no es de­seable que este municipio acumule una poblaríón de hogares de bajos in­gresos como la prevista. Si Soacha se aproxima al miUón de habitantes en los próximos 20 años en condiciones simüares a las que hoy tíene, se gene­rará un problema urbano y soríal de proporciones muy difícües de rever­tir. Significaría una inserción empobrecida de un gran volumen de población, que a largo plazo, ampUfícaría mayores difícultades y limitantes para un desarroUo humano promisorio.

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REGIÓN METROPOLITANA POLINUCLEAR

Soacha no puede segufr consoUdándose como la alternatíva más pre­caria para la poblaríón más pobre de la región y del país. Si la región y este municipio no toman la decisión de confrolar drásticamente la oferta clan­destina e ilegal de suelos, no podrán superar los problemas acumulados y venideros.

La alternatíva para contener el incremento y la concentíación de la po­breza en esta zona requiere intervención pública regional y municipal. El esquema de ofrecer indiscriminadamente suelo para obtener beneficios políticos o económicos para determinados grupos tiene que ser reempla­zado por una política territorial de ordenamiento y equipamiento de sue­lo, en las proporciones y condiciones que correspondan a la capacidad regional y municipal, púbUca y privada, con regulaciones precisas.

R e d d e i n f r a e s t r u c t u r a s ' . r • ^'. ••

La región metíopoUtana poUnuclear es posible ordenarla a condición de generar una red de infraestíucturas (fransporte, servicios domicüiarios, equipamientos) que permita conectar los núcleos que interesa fortalecer y acotar denfro del territorio, concebidos como los nodos básicos de una red regional.

Se ha planteado que en los próximos 20 años es factíble ordenar la pri­mera fase de esta región poUmuclear a partír de los corredores mefropoU­tanos tíansversal y longitudinal. La ventaja de esta esfructura de territorio radica en concentrar el esfuerzo de planeación y dotación de infraesfruc­tura integrada para los dos ejes, programar el suelo urbanizable en los núcleos previstos y estímar la dotaríón de equipamiento.

Dentro de la red de infraestructuras, la evaluación del sistema de tíans­porte regional más indicado constítuye un elemento de gran importanría para definir el esquema general de la red de infraestructura. El sistema de fransporte colectivo, con base en el esquema de estaciones, es probable­mente uno de los factores de ordenamiento de mayor eficacia. La relación de los dos corredores con Bogotá y las interacciones entre sus núcleos cons­tituyen el otío factor que permite defirür las características de la red en las próximas dos décadas.

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1 U A N . C A R L D S . . D E L . C A 5 T I L L Q . D A Z A _ _ „„. _._

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REGIÓN METROPOLITANA POLINUCLEAR

REGIÓN POLINUCLEAR

ZiPAQUlRá

SUBACHOQUE TABIO

EL ROSAL FACATATIVÁ

TENJO

CAJIGA

BOJACÁ

GACHANCIPÁ

OCANCIPÁ

SOPÓ

LA CALERA

BOGOTÁ^

SOACHA

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• Núcleos de asentamientos e infraestructyras ' Corredores metropolitanos, escenario 2000 - 2020

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INVESTIGACIÓN EN FRONTERAS Y POBLACIONES

í FRONTERIZAS EN LA AMAZONIA

Carlos Zarate Botía*

INTRODUCCIÓN .I - I « .«f * •>:

bl siguiente documento intenta presentar un balance preliminar del esta­do de la investigación sobre fronteras y poblaciones fronterizas en la Amazonia y sobre el proceso de consolidación de una red de investigado­res, instituciones amazonológicas e investigaciones en y sobre la frontera amazónica.

Desde la perspectiva del Imani y de la Sede Leticia, el tema de fronteras constituye una de las prioridades en materia de investigación, formación y extensión y está inscrito como uno de los PRES estratégicos dentro del Plan de Desarrollo de la sede para los años 1999-2003. Dentro de la activi­dad de formación, el tema de poblaciones fronterizas constituye una de las líneas de investigadón de la Maestría en Estudios Amazónicos, que actual­mente se encuentra en proceso de aprobación por el Comité de Programas Curriculares y el Consejo Académico. Igualmente, el Grupo de Investiga­ción en Poblaciones Fronterizas Amazónicas, conformado con un núcleo básico de investigadores nacionales y extranjeros, está en proceso de eva­luación como grupo adscrito al Imani, dentro de la iiltima convocatoria de Colciencias para el escalafonamiento de Centros y Grupos. Como se verá más adelante, es un grupo en formación. El interés disciplinario se centra inicialmente en la antropología pero tiene importantes perspectivas en sociología, historia y lingüística.

El documento contiene, en primer lugar, algunos antecedentes re­motos y cercanos en materia de investigación fronteriza en la Amazonia, sobre todo en la zona fronteriza de Colombia, Brasil y Perú, con especial

Profesoii Instituto Amazórtíco de Investigaciones (Imani), Universidad Nadonal de Colombia, Letída.

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CARLCS ZA.RATf ..BQIÍA .

énfasis en la realizada en inmediaciones del Trapecio Amazónico y la lla­mada Hnea Apaporis-Tabatinga. En segundo lugar, se presenta una síntesis del proceso de consolidación de una red de investigadores e instituciones de investigación en áreas fronterizas de la Amazonia y, finalmente, se de­tallan algunas de las propuestas actuales y perspectivas en materia de in­vestigación fronteriza.

PIONEROS

Los antecedentes más remotos de la investigación en las fronteras amazónicas, que aún constituyen una de las principales fuentes de inspi­ración y documentación de muchos investigadores de la zona, se pueden remontar, dejando por ahora de lado las crónicas y diarios de los misione­ros, a las descripciones de una serie de notables científicos, de primerísimo nivel, que recorrieron la región durante el siglo XIX, entre los cuales pue­den mencionarse a Alexander von Humboldt, Charles María de la Condamine, Alfred Russel Wallace, Johan Baptist von Spix, Cari Friedrich von Martíus, Paul Marcoy, Richard Spruce, entre muchos otros. Si bien la mayoría de estos científicos eran considerados naturalistas, legaron una buena cantidad de descripciones sobre los habitantes de la móvil y difusa frontera de la época en los territorios amazónicos de los nacientes estados nacionales. La misma Comisión Corográfica, al mando de Agustín Codazzi, recogió las descripciones de quienes dedicaron parte de su vida a recorrer y describir la naturaleza y la condición humana en territorios que se consi­deraban de Colombia pero que hoy están ubicados dentro del Brasil o el Perú (1996).

Para esa época las fronteras imperiales en América y las nacientes fron­teras nacionales no constítuían ni mucho menos asuntos de estudio. Lo anterior no desvirtúa la importanda que el conocimiento de las fronteras tuvo a lo largo del siglo XVIII en la disputa de los imperios por definir los límites de sus dominios en la Amazonia y la gran cantidad de información valiosa compilada por las comisiones de demarcación de españoles y por­tugueses con ocasión de la firma de los tratados de Madrid en 1750 y San Ildefonso en 1777. Los trabajos del comisionado Francisco de Requena, por el lado español (1991), durante los trabajos de demarcación de este últímo tratado, constituyeron una importante fuente de información sobre la geopolítica hispana y lusitana.

La tradidón de producdón de conocimiento en la frontera contínuó a comienzos del siglo XX con el trabajo de etnólogos tan importantes como

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INVESTIGACIÓN EN FRONTERAS Y POBLACIONES FRONTERIZAS EN U\ AMAZONIA

los antropólogos Theodor Koch-Grünberg o Curt Nimuendaju. Sin em­bargo, para esa época el trabajo etnográfico en esta parte de la Amazonia aún no daba mayor importancia a la frontera, lo que parece confirmarse con el comentario de Otto Zerries en su reseña biográfica de Grünberg al plantear que "etnográficamente hablando, la frontera carece de significa­ción" (Koch- Grünberg 1995:21).

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ANTECEDENTES RECIENTES

En el caso de la frontera entre Colombia y Brasil, y más específicamente en el Trapedo Amazónico, sólo hasta 1966 se tíenen referencias de trabajos relevantes de investígación antropológica a propósito de la tribu ticuna que vive a lado y lado de la línea divisoria de estos dos países. Según infor­ma Prisdla Faulhaber (2000:21), la tradidón de investigadón sobre los ticuna en la frontera de Brasil se inaugiuó con Roberto Cardoso de Oliveira. El trabajo de Cardoso tenía inicialmente un enfoque comparativo para anali­zar la situación de grupos indígenas en áreas de frontera y constituyó el punto de partída de la tesis doctoral que presentó en la Universidad de Sao Paulo en 1966. En la actualidad, este prestígioso profesor coordina el programa de investigación de la Universidad de Brasilia, Identidad, Etniddad y Nacionalidad en Áreas de Frontera (Faulhaber 2000:22).

La investígación de nacionales brasileños en la frontera con Colombia ha continuado con los trabajos de Joao Pacheco de Oliveira, actual director de posgrados del Museo Nacional de Rio de Janeiro, con investigaciones etnográficas sobre los ticuna y luego con estudios sociológicos que cuestio­nan las teorías del contacto interétnico (Faulhaber 2000: 22). El trabajo en­tíe los ticuna de la parte brasileña iniciado por Pacheco ha sido continuado por otros investígadores, como Fabio Almeida y Regina Erthal.

Es importante resaltar el tíabajo de la misma Priscila Faulhaber que como investigadora del Museo Paraense Emilio Goeldi ha venido desarro­llando un trabajo sistemático en la frontera de Colombia y Brasil. Este tra­bajo se inició con su investigación de maestría realizada entre los indios miraña a propósito de la construcción de identidad a partir de conflictos fronterizos. Este interés se ha desplazado posteriormente al área del llama­do medio Solimóes (el nombre brasileño del río Amazonas entíe Tabatinga y Manaos) y luego del alto Solimóes en la frontera con Colombia, en don­de ha venido realizando investigaciones en fronteras étnicas.

Los mayores aportes en investigación sobre la frontera en el área del Trapedo se deben, sin duda, al investigador francés Jean Pierre Chaumeil,

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C A B I O S ZARATE BOTiA

quien actualmente es director de investigaciones del Laboratorío de Etno­logía Amerindia del CNRS. Chaumeil ha venido trabajando entre los gru­pos yagua, que viven a lado y lado de la frontera entíe Perú y Colombia, hace más de veinte años y ha producido varíos estudios (libros y artículos) publicados tanto en Perú como en Francia. Gran parte de esa producción se refiere a asuntos relacionados con movilidad poblacional, movimientos mesiánicos y relaciones interétnicas en la triple frontera de Brasil, Colom­bia y Perú. Entíe estas obras se pueden mencionar el libro Historia y migra­ciones de los Yagua de finales del siglo XVII hasta nuestros días, publicado en 1981, y los artículos "De Loreto a Tabatinga. D'une frontiére l'autre: antagonisme sur l'Amazone au XIX siécle et aprés", de 1992; "Le triangle frontalier. Sociétés indigénes et frontíéres sur l'Amazone" publicado en 1996 o "Retour a la terre promise. Colonisation des frontiéres et mouvement Israelita dans la forét péruvienne" de 1997.

También son notables los aportes de otros miembros del CNRS del mis­mo laboratorío dirigido por Chaumeil, como Jean Pierre Goulard o Dimitri Karadimas, quienes también han llevado a cabo importantes tíabajos de investigación en el Trapecio Amazónico (Goulard) y en la frontera colombo-brasileña en el área del Caquetá (Karadimas). Algunos de los tíabajos más importantes de Goulard, relacionados con el área fronteriza, son su tesis doctoral del E.H.E.S.S. (École de Hautes Études en Sciences Sociales) (1998) realizada bajo la dirección de Philippe Descola, Les genres du corps. Conceptions de la personne chez les ticuna de la haute Amazonie cuya versión española está próxima a salir; su tíabajo sobre los ticuna, publicado en el primer volumen de la Guía etnográfica de la alta Amazonia y su tíabajo "Los Ticuna: un grupo étnico, tíes países", presentado en 1997 en el 49 Congreso Internacional de Americanistas.

El trabajo sobre fronteras en el área del Trapecio desde el lado colom­biano, con alguna posible omisión involuntaria, puede considerarse como el más redente y está asodado de alguna manera a la existencia del Instítu­to IMANI de la sede Letícia de la Universidad Nacional de Colombia. Ca­milo Domínguez y Augusto Gómez, al editar el Viaje de la Comisión Corográfica por el territorio del Caquetá de Agustí'n Codazzi, así como otías obras, entre las que destacamos Nación y etnias: los conflictos territoriales en la Amazonia o Gaucherías y conflicto colombo peruano, ofrecen información de primera mano sobre los conflictos fronterizos de los siglos XIX y de comienzos del siglo XX, con amplias referencias al conflicto en la frontera de Colombia y Perú, que desencadenaría la invasión de Letída y la guerra fronteriza de 1932.

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INVESTIGACIÓN EN FRONTERAS Y POBLACIONES FRONTERIZAS EN LA AMAZONIA

Carlos Zarate, sodólogo y diredor del IMANI inidó en 1997, con Augusto Oyuela y Juan Vieco el diseño de un programa de investigadón en la frontera, dentro del que se esbozó el proyecto sobre cambios en reladones interétnicas y estructuras sodopoliticas en la frontera amazónica, el cual pretende partir de un análisis comparativo de los poblados "gemelos" de Colombia y BrasU a lo largo de la línea Apaporis Tabatinga y de Colombia-Perú en los poblados ubicados sobre el río Amazonas. En desarrollo de este programa se han publi­cado hasta ahora el artículo de Zarate "Movilidad y permanenda ticuna en la frontera amazónica colonial del siglo XVIII", en el foumal de la Societé des Americattistes, en 1998, y "Aproximación cuantitativa a la organizadón sodal de los ticuna del Trapedo Amazónico colombiano" de Vieco y Oyuela.

La reciente aparición del libro del IMANI, Territorialidad indígena y orde­namiento en la Amazonia, editado por Vieco, Franky y Echeverri en colabo­ración con el programa COAMA, que recoge las ponencias del simposio realizado en 1998 en Leticia, también constituye un importante aporte a la investigación sobre territorialidad en la frontera amazónica colombiana. Igualmente relevante es el trabajo del cónsul de Colombia en Tabatinga, Germán Grisales, quien recientemente se vinculó al IMANI en caüdad de profesor adscrito y acaba de publicar su libro Nada queda, todo es desafío. Sobre globalización y Amazonia, que obtuvo el segundo premio en el Concur­so de Literatura y Pensamiento Latinoamericano convocado por el Conve­nio Andrés Bello. En este tíabajo, Grisales presenta una reflexión sobre el impacto de la globalización en la región amazónica con especial énfasis en las conurbadones fronterizas de Tabatinga y Leticia.

También conviene mencionar autores que, si bien no están vinculados formalmente al IMANI, han venido realizando investígaciones y trabajos de pertínencia fronteriza. Tal es el caso de Hugo Camacho, antíopólogo residente en Letícia, egresado de la Universidad Nacional y vinculado al programa indígena del Instítuto Colombiano de Bienestar Familiar, quien ha compilado y pubUcado los libros sobre los tícuna del Trapecio, Maguía. La gente pescada por Yoi y Nuestras caras de fiesta, ganadores de los Premios Nacionales de Colcultura de 1994 y 1995.

Igualmente es importante resaltar que en los liltimos años 1999-2000 se han terminado o se realizan varias tesis de doctorado en la zona fronteriza de Co­lombia, Brasil y Perú que han contado con apoyo del IMAM. Entíe éstas pode­mos mendonar la de la colombiana Qaudia López del CEPPAC (Brasil) sobre etniddad e identidad nadonal de los Ticuna de la triple frontera, la del brasilero Edmundo Pereira sobre los Uitoto del Putumayo o la del francés Laurent Fontaine, sobre intercambios y solidaridad sodal de los indígenas y otíos grupos sodales asentados en la frontera del Brasil y Colombia en el río Caquetá.

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C A R L C » ZARATEJBQT(A_.

F O R M A C I Ó N DE u RED DE INVESTIGADORES E INSTITUCIONES SOBRE

FRONTERAS ,

A partir de 1998 la investígación sobre la frontera amazónica, que había estado fragmentada en una serie de proyectos instítucionales individuales en universidades, institutos y centíos de investigación de Francia, Brasil y Colombia, comienza a transitar por un proceso de integración que hoy se encuentra en marcha. La idea de colaboración interinstitucional comenzó a concretarse en una reunión convocada por el Museo Nacional en Río de Janeiro, realizada inmediatamente después de terminado el encuentro de investigadores Los Ticuna hoy, realizado bajo el auspicio del Proyecto Uni­verso Ticuna, Territorio, Salud y Medio Ambiente. El Imani propuso allí, a través de Augusto Oyuela, acuerdos instítucionales con el Museo Nacio­nal y el Museo Emilio Goeldi, con el objeto de redirecdonar las prioridades de investígación en la frontera a partír de problemátícas actuales (Faulhaber 2000:2) (traducción mía). A partír de allí se redefinieron los objetívos del proyecto Etnografía y antropología sobre la frontera amazónica.

Durante ese mismo año se intensificaron los contactos y relaciones en­tre las diferentes instítudones de Colombia y Brasil y se vinculó el Labora­torio de Etnología Amerindia del CNRS. En julio de 1998 se firmó una carta de compromiso entre el Museo Goeldi y el Imani y en agosto se hizo lo propio con el CNRS a propósito de la visita de Jean Pierre Chaumeil a Letída. El objetívo de este últímo convenio es desarrollar proyectos y otías actívidades de investígación social y antropológica relacionadas con los procesos de integración y configuración fronteriza amazónica de Colom­bia, Perú y Brasil. Las principales actívidades para desarrollar conjunta­mente se relacionan con la conformación de una base documental de referencia sobre la dinámica de las poblaciones fronterizas, la ampliación a Colombia de la elaboradón del Atlas sobre el pueblo tícuna, el estudio so­bre patrones históricos y prehistóricos de asentamientos indígenas y la in­vestígación sobre variación en las relaciones interétnicas y las estructuras sociopolítícas en la frontera de Colombia, Brasil y Perú.

El flujo e intercambio de investígadores a partir de estos acuerdos tam­bién ha sido notable. Entíe septíembre y noviembre de 1998 visitaron el Imani Priscila Faulhaber, en dos ocasiones, con motívo del desarrollo del proyecto acordado en la reunión de Rio de Janeiro, así como otros investí­gadores de los instítutos mencionados, como Jean Pierre Goulard, Dimitri Karadimas (CNRS), Roberto Araújo (Museo Goeldi), Joao Pacheco (Museo Nacional) quienes desde 1998 han partícipado en diversas actívidades pro-

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INVESTIGACIÓN EN FRONTERAS Y POBL clONES FRONTERIZAS EN LA AMAZONIA

gramadas por el Imani. Entre estas actívidades se pueden mendonar el Simposio de Territorialidad Indígena y Ordenamiento realizado en Letída en didembre de 1998; el seminario taller Educación y Lenguas para inte­grar las Fronteras de noviembre de 1999, convocado por el Imani a propó­sito de la apertura de la carrera de lingüístíca en Letícia, así como el curso de Historia social y económica de la Amazonia ofreddo durante el segun­do semestre de 1999. Las más redentes acciones de este intercambio son la últíma visita de Chaumeil a Letída en julio de 2000, donde este investíga­dor dictó conferencias relacionadas con los actuales desplazamientos ma­sivos de población desde los Andes peruanos hacia la frontera de Perú, Colombia y Brasü ocasionados por la preocupante presenda del movimiento mesiánico "israelita" que ha comenzado a invadir el Trapecio Amazónico, o la visita del director del Imani a Belém de Para en agosto de 2000, realiza­da con el propósito de formalizar los acuerdos de cooperación y presentar una visión (conferencia en el Campo de Pesquisa del Museo Goeldi) sobre los problemas y perspectívas actuales de la investígadón en la Amazonia colombiana.

Las propuestas de investígación tienen amplia consecuencia sobre acti­vidades de formación llevadas a cabo a tíavés de los programas académi­cos de universidades involucradas directa o indirectamente en el intercambio. Tal es el caso de la Universidad Federal de Para y su Núcleo de Altos Estudios de la Amazonia NAEA; de los posgrados del Museo Na­cional y la Universidad de Río de Janeiro; del doctorado de la Universidad de Brasilia ofrecido por CEPPAC (Cenfro de Pesquisa e Posgradua^ao so­bre América Latina y el Caribe) o la Maestría en Estudios Amazónicos del Imani, sede Letícia de la Universidad Nacional de Colombia. En el mes de noviembre de 2000 se llevó a cabo en Letícia el seminado taller Coopera­ción de las Universidades Públicas en el Área de Frontera con la partícipa­ción de la Universidade do Amazonas de Manaos, el Museo Goeldi, la sede Letícia de la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad Nacional de la Amazonia Peruana, con el objeto de establecer acuerdos para ofrecer programas de pregrado y posgrado en la zona de frontera o para apoyar los ya existentes. En la misma medida, el flujo de estudiantes de doctorado de universidades francesas o brasileñas que hacen sus trabajos de investi­gadón en la zona fronteriza se ha intensificado.

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•ÍA.

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CARLOS ZARATE HQIÍA...

P R O P U E S T A S ACTUALES ' . —

En la actualidad existen por lo menos cuafro proyectos o programas de intersecdón investigativa o institucional que podrán permitir la consolida-don y ampliación de espacios de integración y cooperadón académica en esta frontera amazónica. El primero se denomina Identidade, Etnicidade e Nacionalidade em Áreas de Fronteira, coordinado por Roberto Cardoso de Oliveira y Stephen Baines de la Universidad de Brasilia. El programa se propone estudiar fenómenos socioculturales relacionados con la construc­ción social de identidades de frontera de acuerdo con las redes sociales que emergen de la situación de contacto enfre ciudadanos de los países involucrados. Por su parte el Museo Goeldi a tíavés de Priscila Faulhaber, ha inidado el proyecto O Imaginario Ticuna na Fronteira Brasil Colombia, que busca indagar sobre la relación entre el estudio del mito y la historia en el pensamiento antropológico a partír del análisis del simbolismo ticuna en ambos lados de la frontera. Por su parte el Imani, a partír de su grupo de investígación en pobladones fronterizas, coordinado por Carlos Zarate, ha formulado el proyecto Movimientos de Pobladón, Estíucturas Sodopoliticas y Relaciones Interétnicas en el Trapecio Amazónico. El proyecto pretende realizar un estudio en las conurbadones fronterizas de Letícia, Tabatínga y Santa Rosa sobre el Amazonas; Tarapacá e Ipiranga sobre el Putumayo y La Pedrera y Villabetancourt sobre el Caquetá, abordando los cambios en las políticas territoriales estatales, su relación con el poblamiento fransfronterizo y las relaciones sociales e interétnicas en el área. Los fran­ceses del CNRS, específicamente Jean Pierre Goulard, tíabajan en la iden­tífícación de problemas de desarrollo sustentable en los frentes pioneros, mientras J. P Chaumeil, en asocio con otros investigadores (Oyuela, Karadimas, Chernela) preparan su libro "Territoriality, territories and boundaries on the last frontíer on the Amazonia", que recoge ofros avan­ces de investígación sobre fronteras.

Como hemos visto, las propuestas individuales de investígadón sobre frontera amazónica se han debido modificar o reorientar como consecuen­cia de la percepdón sobre la potencialidad derivada de la existencia de una red de investígadores e instítuciones de esta naturaleza. La dinámica de esta red y los intercambios subsiguientes, muchos de los cuales confluyen en el Trapedo, muesfran el carácter estratégico de la presencia del Imani, la sede Letícia en el área y constítuyen un costo de oportunidad académico que debe ser aprovechado para que la Universidad Nacional de Colombia tenga en el futuro un papel de primer orden en los procesos de integra­ción y desarrollo de la cuenca amazónica.

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INVESTICÍACIÓN EN FRONTERAS Y POBLACIONES FRONTERIZAS EN LA AMAZONIA

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