aspas master

7/21/2019 Aspas Master

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A S P A S m o v i m i e n t o g e n e r a m o v i m i e n t o

escuela de letras libres 2007



«Una flor salvajeen un solar recalificadoen un expediente administrativo»



Aunque estemos en el filode nuestro puente imaginario,

aunque seamos esclavos

de esta perversa postedad,aunque veamos

que se va desangrando la máquinaque por nuestras venas late,

sigamos siendo hierros,no, no abandonemos

este absurdo patrimonio,

este gran hervidero de flechas desangradas,que en cualquier peldaño de la vida

tendremos lo deseante.

movimientogeneramovimiento5



La selva y el nido en la mano,cómo queman tras la cordura,

y en vez de escupir su ira,y en vez de ensuciar su casa,giremos las aspas.

cómprame, véndete, calla,necesítame, acomódate, duerme,

esterilízate, acumula, corre

y siente mucha vergüenzacuando giren las aspas.

Sueños de damas oblicuas, vigilias de refractados caballeros

agitando cien cencerroscon grabados enmohecidos.

Mientras, giran las aspas.




“ Emigrar es desaparecer para después renacer.Inmigrar es renacer para no desaparecer nunca más ”

Sami Fair y Juan Goytisolo

En este desarrollado minisferio,como un ejército de hormigas sordas en trance,caminamos por imposibles vericuetos enlutadosre-poblados con casas repetidas, sin lugares comunespara así desposeernos de referencias y perder el rumbo,donde aquí o allá, no importa dónde,

la mano tenebrosa esboza el mismo modelocomo si de una broma macabra se tratará.¿Vivimos?, subsistimos en celdas -sin barreras aparentes-cada día más illados1 en el mayor de los laboratoriosplanetarios,revestidos de confort plástico y canceroso,con el culo plano y la mente noqueada,

¡qué perniciosa es la dictadura de la democracia!

Del maxisferio, parten cada día bandadas de pájaros[heridos

que en su nostálgico periplo migratoriocreen alcanzar la soñada quimeracuando, como medusas, cruzan alguna de esas líneas

invisiblesque divide este mundo en otros muchos.




Como lluvia recién lavada llegan, arracimados,portando un signo común de identificación en forma deaspas (X),

que se mueve a través de grises documentos manidospor tortuosos despachos enlatados,pero ocurra lo que ocurra

nada es el fin de nadasino el principio de todo.

( 1 ) aislados, solitarios, abandonados(X) simboliza el apellido, desconocido, original que los antepasadosafricanos habían perdido al ser esclavizados

movimientogeneramovimiento



CARRUSEL DE VELAS AL NEGRO VIENTO

Negro viento: el que la empujaa hurgar en la demencia humana,

y en lo inhumano y su inmundicia;el que la mueve como el aspa

del molino que moltura la concienciahasta la gota más profunda de su esencia,

en busca de agria justicia.

Negro viento: que por la voz que se ausenta,la hace clamar

de puerta en puerta(en la cerrada y la abierta);

que por la voz arrojada al mar,un carrusel de encendidos gritos alimenta

pariendo geminados ira y amor por su garganta.

movimientogeneramovimiento



Negro viento el que del útero manacomo luz de la memoria que flama

por la bravura en el esculpida,a golpes de sangre y pundonor cincelada,

y que con rabia el corazón reclama.

Negro el viento de quien su dolor derramay que como pólvora de justicia estalla.Negro el viento que como flor delata,

a quien hizo camino en la nada. Y negro viento el que quien cobarde exhala,

castrándole a la paloma las alas.

movimientogeneramovimiento 2



TEST DE APTITUDES POÉTICAS

A continuación se detallarán una serie de cuestiones con elfin de valorar su espíritu poético, marque con unas aspas larespuesta que más concuerde con su parecer, y recuerdenuestros dos lemas principales: sinceridad y tranquilidad enlas respuestas, para obtener un resultado lo más REALposible.

1.- Te encuentras en la orilla del mar, cae el crepúsculo, el vello empieza a erizarse… a) Der frío que me va entrando, me voy p´al coche a

coger la rebequita y de paso me traigo unas cervecitas. b) Espero que se quite luego el salitre de la ropa, porque

con lo que me ha costao el pantalón. c) Ideal pa coger mi cañita y pescar un rato, via coger lanevera y la carná.

d) Los párpados del firmamento comienzan a cerrarse,dando paso a la diaria ovulación del oscuro útero quenos envuelve cada noche con su fria calidez.

2.- Pasas de camino a tu casa por el parque de Santana, tepercatas de un matorral rodeado de bichos que losobrevuelan formando círculos… a) Ahí seguro que han tirado comida o incluso se ha ido

alguien de vareta, que asquerosa es la gente, de verdad. b) Mejor será que me aparte un poquito, no vaya a ser

que me piquen, que mañana tengo una boda y me

moriría de vergüenza con una ronchita en alguna partede mi cuerpo serrano.




c) Anda, viñocas, via coger unas cuantas pa luego y depaso me llevo un poquito de arena, que parese fértil, pa

las alcachofas. d) Aquel cortejo cúbico me evoca bailes de salón

centenarios envueltos en antifaces de satén y plumas delibélulas.

3.- Vas a comprar verduras a la esquina de enfrente y caes enla cuenta de la figura del dependiente/a…

a) Que tal, ¿no te acuerdas de mi? sí, nos presentó tuamigo Jóse…sí, Joselito a ver si quedamos para tomarunas copas cuando salgas.

b) Lo dejo a tu elección, los que tú veas que estén bienricos, yo tomo mucha verdura, me gusta cuidarme, voyal gimnasio de dos calles mas allá, ¿y tu?

c) Depáchamelo guenesito, cuerpo, eso sí que es un

cuerpo y no el de la guardia civil. d) Curvas interminables me hacen flaquear cual

zanahoria hechizada por el tiempo, te veo andar y doygracias a la evolución que dota por fin de piernas a lasrosas más hermosas.

4.- Te encuentras con un compañero de la infancia en el

instituto, te comenta lo desmejorado/a que te ve con elpaso de los años…

a) ¿Y tú, con las gafas? b) ¿Tu crees?, pues tu tampoco estás como antaño, por

lo menos a mi no se me ha caído el pelo. c) La buena vida que me estoy metiendo, esto se llamacurva de la felicidad. d) Lástima que ojos inertes no puedan apreciar mentes

maravillosas en griales comunes.




RESULTADOS:

Si has contestado más de 2 veces la a:Enhorabuena, eres una persona común y racional que

vive el tiempo presente, capaz de relacionarte con losque te rodean, comunes en su mayoría como tú, razacomún en cualquier sitio donde quieras y puedasllegar, seguro de tus capacidades y limitaciones:humano.

Si has contestado más de 2 veces la b:Enhorabuena a ti también, seguro de ti mismo, con metas

personales a corto y largo plazo, eres de los quecuidan hasta el más mínimo detalle de sí mismos,agradables por dentro y por fuera, buen partido yexcelente compañía en los mejores cóckteles.

Si has contestado más de 2 veces la c:Enhorabuena, vaya elemento que estás hecho, duro de

roer, persona campechana donde las haya, especie enpeligro de extinción, fiel a tus raíces, imperecedero entus razonamientos, tu madre se siente orgullosa de ti,

sabes vivir la vida rica de pueblo.




Si has contestado más de 2 veces la d:Enhorabuena, rozas un abismo cada vez más claro en tu

interior que te encamina hacia sensacionescomplicadas de describir, auténticas y fuera de locotidiano, de lo políticamente social. Extraordinario.

Si has contestado todas las d:Sentimos comunicarte que estás perdido, entraste en un

bucle extraño e insólito, del que no hay billete de vuelta, recorrido, camino o senda de baldosasamarillas que te devuelva a la realidad, tropezandocontinuamente con tu interior, cargado de ojos

avizores que captan el mínimo cambio a tu alrededor,coronándolo de sensaciones hechas palabras queoprimen durante segundos eternos la entrada a tuspulmones, cargados de ritmo siempre ascendentelogrando así que tu membrana más rojiza retroceda asu medio acuático inicial, latiendo por triplicadoembriagado de sensaciones amnióticas. Pura poesía.




NUNCA DEJA DE HABER TIEMPO

Temprano anochece hoy.

Espiral de ortos y ocasos,que sin descanso contemplan

el flujo incontable de vidas sucedidas.

Arena que va incesante de la playa al mar.…y vuelve.

Violento giro de las aspas de un relojque consume el material que compone la vida.

Hélice de días y noches y días sucesos.

Ahora; ya amanece mañana.




1Ulises:

Penélope lleva tricornioy teje alambradas eléctricas.

2 Ítaca vomitaa los viajeros

que arriban a sus costas.

3 El sapo Schengen

defeca visasen el Hades.

4 Esas aspas

que vuesa merced ve,no son gigantes,

sino cíclopes de pensamiento único.




CEBUCHO

MUTAMID Y SU FAMILIA EMBARCAN PARA EL DESTIERRO

Todo lo olvidaré menos aquella madrugada junto

al Guadalquivir, cuando estaban en las naves comomuertos en sus fosas.

Las gentes se agolpaban en las dos orillas,mirando cómo flotaban aquellas perlassobre las espumas del río.

Caían los velos porque las vírgenes no se cuidaban de cubrirse, y se desgarraban los rostros como otras

veces los mantos.Llegó el momento, y ¡qué tumulto de adioses, qué

clamor el que a porfía lanzaban las doncellas

y los galanes! Partieron los navíos, acompañados de sollozos,como una perezosa caravana que el camellero arrea con su canción.

¡Ay, cuántas lágrimas caían al agua!¡Ay, cuántos corazones rotos se llevaban aquellas galeras insensibles!

Ben Al-Labbana, siglo XI

- I -

Nuria, la emisorista, apretó el botón del micrófonode megafonía y dijo con la naturalidad que lecaracterizaba: “KE 201… prepárense para despegar”.Esa misma voz que tan suave y dulce sonaba en el frescocuarto de las emisoras, retumbó en todo el hangar delCEDEFO de Alcalá de los Gazules sobrecogiendo a losempleados que sudorosos se ocupaban de distintas tareasentre amarillos camiones de bomberos y diversamaquinaria para la defensa del monte ante el fuego. No




sabría decir si dicha reacción de sorpresa se debía a laseriedad de la situación o a los decibelios de aquel dichosoamplificador de megafonía. Parecía como si el calor de ese

verano también llegara a dilatar las ondas sonoras.Siempre que se daba esa orden se escenificaba el mismoritual; las bromas de los llamados a volar para quitarhierro a la situación, las respuestas jocosas de los que esa

vez no eran los llamados, y por último, y que nadieentendía, los inoportunos comentarios de los que, por los

puestos de trabajo que ocupaban, nunca habían volado yno sabían lo que eso significaba. Eran las bromas másagrias y difíciles de asimilar, sobre todo después delincidente de hace poco más de un año en la Sierra deCazorla, en donde el helicóptero, cargado de hombres yde todos sus pertrechos, se encontró en su trayectoria conun cable de alta tensión en desuso. Varias circunstancias,

incluida la pericia del piloto y la potencia de motor deaquel Agusta Bell 412, convirtieron esa terrible situaciónen pura anécdota para contar a sus nietos.

- II -Cuando se situaron en fila india a unos metros del

costado del helicóptero, las aspas del mismo comenzabanya a tomar velocidad en un estruendoso y rítmicogolpeteo de éstas al aire, como si del tambor de una galeraromana se tratara, aumentando el ritmo a medida que losimaginarios remeros se acercaban con sus herramientas delucha al hombro. Habían recibido formación sobre cadauno de los pasos a seguir en estos casos; cómo formar

antes de embarcar, cómo aproximarse perpendicularmente a la puerta sin acercarse nunca a las aspas del rotor de



cola, cómo situar las herramientas bajo los asientos… Toda esta minuciosa tarea resultaba ser un antídoto muyefectivo ante los nervios de todo el equipo. La mayoría de

ellos prefería la incomodidad del Land Rover en susdesplazamientos a los tajos, aunque reconocían laefectividad y rapidez del helicóptero para los casos deurgencia.

Aurelio Canto, al que todos conocían comoCebucho, era posiblemente el que peor lo pasaba en

estos avisos de vuelo. La primera vez le temblaron laspiernas hasta casi no poder controlarlas, luego se fueacostumbrando a superar el trance… hasta que el dichosoincidente de Cazorla le devolvió de nuevo su fobiaenvuelta en sudores fríos como si de un siniestro regalo setratara. Sus compañeros solían tener la deferencia dedejarle el asiento junto a la puerta para que pudiera entrar

el último y luego salir el primero. Eso le permitía, cuandosus nervios se apaciguaban un poco en pleno vuelo,observar todo el entorno del Parque Natural de los

Alcornocales desde el aire. Un espectáculo aéreo por elque muchos hubieran pagado con sumo placer.Centenares de hectáreas de arboleda que le hacíanolvidarse de sus miedos y que a la vez le hacían cavilaracerca de la pequeñez del ser humano.

- III -Cebucho desde el aire se fijaba en cada detalle de la

sierra; los pueblos blancos, como taquitos de quesoblanco derramándose en una enorme ensalada, los bellos

cortijos dignos de portal de belén, los bujeos lisos y verdes de pastos, los frondosos canutos entre montañas



con los frescos ríos en su interior a los que él daba uncurioso sentido; pensaba que eran como los pubis de esosseres gigantes, los montes. También a veces llegaba a ver

desde el aire grandes reuniones de ciervos en plena berreasi estos vuelos se realizaban al final ya del seco verano.En algunas zonas apreciaba como algunos alcornoques yencinas resaltaban del resto por su color pardusco, cada

vez eran más los enormes árboles centenarios que caíanenfermos ante esa plaga que llamaban “la seca”. No

dejaba de pensar en qué sería de cada uno de esospueblos serranos sin aquellos montes tan verdes y vivos, yesperaba que su labor y la de todos sus compañerossirvieran de algo ante los malos augurios de desertizacióny cambio climático que tanto se oían últimamente.

Desde su posición privilegiada pudo ver Cebuchootro espectáculo no tan placentero, la inmensa humareda

del fuego al que se dirigían. Una enorme nube gris que seextendía hacia el norte presagiaba que el trabajo de ese díaiba a resultar especialmente duro. El piloto hizo un rodeoal fuego en un prolongado giro. El helicóptero se inclinóde un lado lentamente y sus expectantes pasajerospudieron ver de cerca las llamas que devoraban todo superímetro. Después de aterrizar con suma habilidad en uncerro cercano y sin que su rotor aparentara reducir su

velocidad, se bajaron diligentemente agachando suscabezas siguiendo a Julia, la técnico de extinciones y a

Tomás, su capataz. Sus ropas ondulaban con fuerza sobresus cuerpos y un remolino de viento, polvo y hojas lesenvolvió mientras intentaban despedirse del piloto. El

helicóptero alzó de nuevo el vuelo levantando su colaairado como si de una embestida al aire se tratara.



Una vez en el suelo, Julia pudo recibir instrucciones através de su portófono. Ya se dirigían los camionesbomba a sus puestos para luchar contra el frente del

fuego y ellos deberían intentar impedir que uno de susflancos saltara el río hacia la ladera oeste. Cada vez queuna orden era recibida y retransmitida por Julia

verbalmente al retén, Tomás el capataz agachaba la cabezacon gesto de contrariedad pero sin decir nada impropiode su cargo, sin embargo, los compañeros de Cebucho se

indignaban y se preguntaban una y otra vez que puñetassabrían esos de ahí arriba de apagar fuegos. Solo unosinstantes después ponían todo su esfuerzo en cumplir consu cometido y sus sudores se encargaban de apagar lasdudas acerca de los conocimientos de sus jefes.

- IV -

Separados unos metros unos de otros y cargados desus desbrozadoras no cejaban en su empeño de crear unazona limpia antes de que el fuego se les acercara, pero elhumo comenzó a estorbar dentro de sus bronquios, señalinequívoca de que comenzaba a cambiar el vientoponiéndoles en grave riesgo. Tomás ordenó entonces asus hombres reunirse en una zona más segura y despejadade humo, pero Cebucho trabajaba tras un pequeñorecodo de piedras que no le permitía ver a suscompañeros, y el ruido infernal de su desbrozadoraresultó ser un muro insalvable para ninguna orden deretirada. Cuando vino a darse cuenta el humo le rodeabapor completo y fue incapaz de ver a dos metros a su

alrededor. La garganta comenzó a picarle, los ojos se leconvirtieron en dolorosos escozores en su desesperado



intento por encontrar una salida de aquel infierno. De sucantimplora echó algo de agua en su mano y se impregnólos ojos para refrescárselos. Mojó su ropa y un pañuelo y

consiguió aliviar algo su tos y asfixia ante lo espeso delhumo.

Comenzaba ya a marearse y se dispuso a andar agatas entre la espesura de los matorrales y la hojarascareseca. La angustia empezaba a apoderarse de él eincomprensiblemente hizo un esfuerzo sobrehumano

para borrar una imagen de su mente, la de su pequeñoIván en brazos de su mujer Ana, ambos mirándole. Derepente, entre unas jaras pringosas y casi a tientas aprecióun agujero al pie del talud. Su desesperación no lepermitió dudarlo, se metió en él a rastras. A duras penas yluchando contra un desmayo inminente consiguiómeterse en lo que resultó ser la angosta boca de una

cueva. Había allí aire suficiente y pensó que sería mejortapar la entrada para que el humo no entrara también. Nose atrevió a adentrarse más en su interior. Con piedras,tierra del suelo y su camisa consiguió rápidamentetaponarla. Su instinto de supervivencia le permitió actuaren la más absoluta oscuridad. Su esfuerzo, la asfixiasufrida en los instantes previos, la frescura de la tierrasobre la que descansaba y el aire amable del interior de lacueva le sumieron pronto en un suave desmayo,quedándose dormido junto a la entrada recién sellada,sobre un aromático colchón de húmeda y reconfortantetierra.

No supo cuanto tiempo pasó así, solo que se

despertó con su propia tos. Aun notaba cierta quemazónen la garganta y los bronquios, pero respiraba bien en el



frescor de aquella pequeña cueva. No se atrevió aun areabrir el tapón de la entrada, y recordó que tenía unalinterna en un bolsillo de su riñonera. La buscó a tientas y

la encendió poniéndole imagen al bajo techo plagado definas raíces enmarañadas. Dirigió el haz de la linternalentamente inspeccionando cada rincón de la cueva,cuando de pronto una punzada de pánico le encogió elcuerpo y un grito salido de su propia garganta le envolvióen un sordo retumbar de paredes blandas. Cuando el

temblor de su mano se lo permitió, alumbró de nuevo elfondo de la cueva con su linternita.

- V -Un hombre y una mujer de mediana edad junto con

dos niños pequeños se abrazaban aterrados mientras susojos no parecían inmutarse ante el rayo de luz que les

alumbraba. Dos bultos irregulares de tela a su lado enforma de hatillos parecían guardar algunos enseres.

Vestían ropas como túnicas de un color marrón a tonocon las paredes de tierra que les rodeaban y bajo ellas seadivinaban cuerpos extremadamente delgados. La familia,sentada como uno solo en cuclillas, solo se movía paraabrazarse aun más en un gesto de pavor que sobrecogió aCebucho. Cuando se dio cuenta de que ellos no lepodrían ver a él deslumbrados por su linterna dirigió elhaz hacia su propia cara, pero al volver a mirarles aprecióen sus gestos incluso más pavor que antes, imaginóentonces que no debió ser muy agradable la imagen de sucara tenuemente iluminada con una linternita en plena

oscuridad. Quiso tranquilizarles y les habló con toda latranquilidad que pudo:



— ¿Quiénes sois? ¿Y qué hacéis metidos en estacueva?

El hombre intentó tragar saliva, su cuello escuálido se

estiró ante el movimiento de su nuez con ese gesto.Luego consiguió expresarse con voz débil y ronca.

— Me llamo Azzebuj, nos dirigimos a Xemina,somos gente de bien… pero grupos de homicidasindultados recorren los campos y ciudades de la zonacortando cabezas, la frontera se ha convertido en zona de

horror y sangre, tenemos miedo señor, no hemos hechamal a nadie…Cebucho no entendía nada, pensó que una especie de

locura familiar había poseído a estos desgraciados seres.De repente cayó en la cuenta. Un plato de cerámicadelante del temeroso padre estaba adornado con lo que asu entender eran letras árabes. Supuso entonces que esos

pobres desgraciados habían cruzado el estrecho en algunapatera y se habían escondido en el primer hueco quehabían encontrado. Ya estaba acostumbrado a asistir concomida y agua a jóvenes marroquíes que deambulabanpor la sierra intentando llegar a alguna ciudad, evitandolas carreteras y por consiguiente, a la guardia civil.

— No os preocupéis, no avisaré a la guardia civil,podéis estar tranquilos.

El hombre pareció desahogarse hablando y prosiguiócon el relato de sus desgracias, sin que Cebucho lepreguntara nada prosiguió con su triste historia:

— Acequias, aljibes, albercas, almacenes, azoteas,alfares…… todo lo hemos tenido que dejar en la tierra de

nuestros antepasados. He visto cosas horribles de la manodel hombre. No podíamos seguir allí, el pueblo se ha



sublevado en Qalat At Yasula ante el invasor y larespuesta ha sido sangrienta.

Cebucho oía las palabras del desgraciado padre de

familia con verdadera conmoción. Aunque no entendíadel todo sus palabras se solidarizaba con la familia. Paraél, todo aquel que tuviera que dejar su país y cruzar elestrecho en tamaña odisea era digno de ser compadecido.No sólo su tos le impedía oír bien las palabras de aquelhombre, el retumbar del sonido en aquellas paredes y su

intoxicación por el humo le daban la sensación de estarflotando y embotaba su entendimiento, no así susentimiento. Les entregó entonces su cantimplora yalgunas galletas que guardaba en su riñonera y de nuevose acomodó ante la entrada sellada. La tensa situación delencuentro se tornó sosegada. Cebucho seguía aunextenuado y casi sin darse cuenta volvió a caer en un

sueño soporífero.

- VI - Al mismo tiempo que oía el grito de uno de sus

compañeros se vio deslumbrado por un rayo de sol que leiluminaba la cara.

— ¡Aquí está…aquí está…!La euforia y la desesperación de aquel grito era

muestra inequívoca de la angustia sufrida por loscompañeros de Cebucho durante las cuatro horas en lasque estuvo desaparecido. No había ya casi indicios dehumo, solo el olor a leña quemada que todo loimpregnaba. Cuando sacó los brazos por el hueco abierto

no tuvo tiempo de intentar reptar para salir, un tirón secode fuertes brazos le devolvió a la posición vertical en un



instante. Los compañeros que llegaban corriendo se ibansumando al múltiple abrazo que le volvía a casi asfixiar denuevo, esta vez agradablemente. Le pusieron al tanto del

follón que se había montado, de la operación de búsquedaque se dispuso nada más echarle de menos ante la nubede humo que les envolvió. Mientras, Tomás el capatazinformaba del buen estado de Cebucho al CentroOperativo provocando informales bromas a través de lasemisoras de todo el dispositivo.

Cuando estuvo más tranquilo y quiso explicar suafortunada forma de salvar la vida cayó en la cuenta… — ¡Hay una familia ahí dentro! ¡He estado hablando

con ellos! — ¿Qué dices Cebucho? Venga hombre, déjate de

tonterías.El capataz atribuyó el comentario al mareo sufrido

por Cebucho en una situación tan dramática. — ¡Que sí, están ahí dentro! Ante sus insistencias, Marcos, uno de sus

compañeros, decidió introducirse en la cueva con unalinterna. Todos esperaban impacientes la salida del quedefinitivamente le aclararía a Cebucho que allí no habíanada ni nadie. Cuando Marcos salió arrastrándose de lacueva, llevaba en una mano unos trozos de cerámica.

— No hay nadie, solo estos trozos viejos de lo queparece un plato moro antiguo.

Cebucho se quedó pensativo, mientras se dirigíantodos a los vehículos pasaron varias teorías por su cabeza,pero aun estaba aturdido y no atinaba a comprender del

todo. Tomás le convenció para que no le diera más vueltas al asunto. Llegó a tranquilizarse con una lógica



explicación, supuso que habría visto esos trozos de platoen el fondo de la cueva al iluminarla con su linterna y laintoxicación por el humo habría hecho el resto.

Al llegar al Land Rover se sentó en el asiento queusaba habitualmente en los desplazamientos del retén.

Tomás le acercó algo estirando el brazo desde el otro ladodel vehículo. Mientras se lo daba le comentó sonriente:

— Aquí tienes tu riñonera, te la dejaste en elhelicóptero. Seguro que te hubiera echado un cable allí

dentro.Cebucho la tomó desconcertado, la abrió lentamentey comprobó el contenido. Estaba todo, sus llaves, suteléfono móvil, sus pañuelos de papel, sus galletas… y supequeña linterna.



A dos centímetros del suelo, ni más ni menos, sopla

con todas las fuerzas los versos que por dentro desgarran.No cabe más secreto en los labios, por eso sólo silba

y disimula que no es más que un molino viejo que un díael caballero abatió con saña.

Caballero recio que adula a las damas y brama justiciaante aquellas aspas, tan fieras que parecen silbandoaquella nana.




PASASPASASPAS

Quiero parar de este infame movimientoese vaivén de franquicias de espoletas,esas licencias para abortar los sueños,

ese regar de vidas incompletas.

Quiero parar , parando hasta los vientos,la locura de esas aspas que nos muelen,

que trituran la sonrisa de los pueblos,que machacan esa paz que siempre deben.

También podría si quisiera y quiero,destronar la corona que regentala prolífica codicia de las gentes

que idolatran el sonido del dinero.

Quiero meter mi vida entre esas aspaspara truncar para siempre esa molienda,

ese girar incesante de canallas...¡ y que reviente ese molino, su arrogancia !

¡ y también el molinero y su gerencia !




Ya parados esos brazos volteadoresde este mundo en el que somos solo grano,

quiero nacer de nuevo, ¡ que se nazca !en un lugar en el que tan solo el movimiento

de una pluma que meciéndose en el airesea el inicio del girar de nuevas aspas.




CRUCES

Buceando en las arenasde mi infancia,

colmada de aromasde pinar, siemprevivas,

tomillos, ¡ay, cómo renazcopor dentro!

Cruzando los brazossobre el pecho latiente,

ante el portal de laguitos verdes

¡Ay, cómo me siento volar!En las manos batientes del viento,esperando, sin espera,este verso que llega,

¡Ay, cómo bate palmasmi sangre toda!

Muleta de torero con espada,brazos gigantes de molino manchego,

equis, signo de multiplicar,cruce de sables en pugna,

caminos bifurcados en un punto,

cruz gamada que vuela,estar, ser, recorrer,




el hombre de Leonardo,el este que se hace ocaso,

y norte el sur caliente,rosa de los vientos

que mece cielo y tierra,el yunque y el martillo,un paso a nivel antiguo,

y este anhelo de fluiren el universo del verbo…

fueron cruzando, uno a uno,

en la soledad cantorade mi trémula mano,

mástil agradecidodel viento de la palabra.




ASPAS movimiento genera movimiento es una obra colectivacompuesta por los integrantes de la

Escuela de Letras Libres,y su edición ha sido auspiciada por laEscuela Municipal de Artes (E.M.A.)

de la Casa de Cultura de Chiclana de la Frontera.

ASPAS movimiento genera movimiento está difundido bajocopyleft por lo que queda totalmente permitida la

reproducción total o parcial de los textos con cualquiersistema mecánico y/o digital, siempre que sea sin fines

lucrativos y citando la fuente original.

ASPAS movimiento genera movimiento se editó en el ajetreadojunio de 2007 en los talleres de los maestros copisteros

Sandra y Nacho, de MultiGraf .

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