enseñanzas del papa francisco no 36

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Enseñanzas del Papa Francisco. No.36

El 3 de noviembre dijo: “No hay profesión o condición social, no hay pecado o crimen de ningún tipo que puede borrar de la memoria

y del corazón de Dios a uno solo de sus hijos”.

“Dios recuerda. Siempre. No se olvida de ninguno de los que ha creado. Él es Padre, siempre en espera,

vigilante y amorosa, de ver renacer en el corazón del hijo el deseo del

regreso a casa”.

“Y cuando reconoce aquel deseo, incluso

sencil lamente insinuado, y tantas veces casi

inconsciente, inmediatamente está a su lado, y con su perdón le

vuelve más leve el camino de la conversión y del

regreso”.

Jesús , en su camino hacia Jerusalén, entra en la

ciudad de Jericó. Esta es la última etapa de un viaje que resume en sí el sentido de toda la vida

de Jesús, dedicada a buscar y salvar a las

ovejas perdidas de la casa de Israel”.

“Pero cuanto el camino más se acerca a la meta,

tanto más en torno a Jesús se va estrechando un

círculo de hostil idad”.

“En Jericó sucede uno de los acontecimientos más gozosos narrados por san Lucas: la

conversión de Zaqueo”.“Este hombre es una oveja perdida, es

despreciado, es un ‘excomulgado’, porque es un publicano,

es más, es el jefe de los publicanos de la ciudad,

amigo de los odiados ocupantes romanos, es un ladrón, es un explotador.

Bella figura, ¡eh! Es así”. 

“impedido de acercarse a Jesús, probablemente a

causa de su mala fama, y siendo bajo de estatura,

Zaqueo se trepa a un árbol, para poder ver al

Maestro que pasa. Pero este gesto exterior,

un poco ridículo, expresa el acto interior del hombre que trata de ponerse por encima de la muchedumbre para tener un contacto con Jesús”.

 

“El mismo Zaqueo desconoce el sentido profundo de su gesto, no sabe por qué hace

esto, pero lo hace; ni siquiera osa esperar que pueda ser

superada la distancia que lo separa del Señor;

se resigna a verlo sólo de paso”.

Cuando Jesús está cerca del árbol, “lo llama por su nombre: ‘Zaqueo, baja

pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa’.

Aquel hombre pequeño de estatura,

rechazado por todos y distante de Jesús,

está como perdido en el anonimato;

pero Jesús lo llama, y aquel nombre, Zaqueo, en las lenguas de aquel tiempo, tiene un bello

significado lleno de alusiones: En efecto, ‘Zaqueo’ quiere decir

‘Dios recuerda’. Es bello, Dios recuerda”.

“Y Jesús va a la casa de Zaqueo, suscitando las críticas de toda la gente de Jericó. Porque también en aquel tiempo se hablaba tanto, ¡eh! Y la gente

decía, ¿pero cómo, con todas las personas buenas que

hay en la ciudad, va a estar precisamente con aquel publicano?

Sí, porque él estaba perdido; y Jesús dice: ‘Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque

también éste es hijo de Abraham’”.

“Desde aquel día, en la casa de Zaqueo, entró la alegría. Entró la paz, entró la

salvación, entró Jesús”.

 

“Pero miremos hoy a Zaqueo sobre el árbol. Ridículo.

Pero es un gesto de salvación. Y yo te digo a ti: si tienes un peso en tu

conciencia, si tienes vergüenza de tantas cosas que has hecho,

detente un poco. No te asustes. Piensa que hay uno que te espera.

Porque jamás ha dejado de acordarse de ti, de pensarte. Y éste es tu Padre, es Dios,

es Jesús que te espera”.

“¡trépate, como hizo Zaqueo, súbete al árbol

por las ganas de ser perdonado!

Yo te aseguro que no serás decepcionado.

¡Jesús es misericordioso y jamás se cansa de

perdonar! Acuérdense bien de esto, así es Jesús”.

“Hermanos y hermanas, ¡dejemos

también nosotros que Jesús nos llame por nuestro nombre!

En lo profundo del corazón, escuchemos su voz que nos dice: ‘Hoy debo detenerme

en tu casa’. Yo quiero detenerme

en tu casa, en tu corazón,

es decir en tu vida. Y recibámoslo con

alegría”. 

El Señor, puede cambiarnos, puede transformar nuestro corazón de

piedra en corazón de carne,

puede liberarnos del egoísmo y hacer de nuestra vida un don

de amor. Jesús puede hacerlo. ¡Deja que

Jesús te mire!”.

El 6 de noviembre dijo:“A menudo somos demasiado áridos, indiferentes, distantes y en lugar de

transmitir fraternidad, trasmitimos mal humor, trasmitimos frialdad, trasmitimos

egoísmo".

Y con el mal humor,

con la frialdad, con el egoísmo ¿se

puede hacer crecer a las iglesias?

¿Se puede hacer crecer a toda la

Iglesia? No, con el mal

humor, con la frialdad,

con el egoísmo la iglesia no crece:

crece sólo con el amor, con el amor que viene del Espíritu Santo. ¡El Señor nos invita

a abrirnos a la comunión con Él, en los Sacramentos,

en los carismas y en la caridad, para vivir de una manera digna nuestra vocación

cristiana!"

los Sacramentos de la Iglesia

"no son apariencias, no son ritos; los Sacramentos

son la fuerza de Cristo, está Jesucristo. Cuando

celebramos la Misa, en la Eucaristía está Jesús

vivo, Él, vivo, que nos reúne,

nos hace comunidad, nos hace adorar al Padre.

Cada uno de nosotros, de hecho, mediante el

Bautismo, la Confirmación

y la Eucaristía, se incorpora a Cristo y se une

a toda la comunidad de los creyentes".

"Cada encuentro con Cristo, que nos da la salvación en los Sacramentos, nos invita a "ir" y

a comunicar a los otros la salvación que podemos ver, tocar, conocer, recibir, y que es

creíble de verdad, ya que es amor. De esta manera, los Sacramentos nos llevan a ser misioneros. Bautizar a los niños pronto es

muy importante.”

Y el compromiso apostólico de llevar el Evangelio a todas partes, incluso en las más

hostiles, constituye el fruto más auténtico de una

asidua vida sacramental, porque es participación a la iniciativa salvífica de Dios,

que quiere dar la salvación a todos".

Los ‘carismas’ son los regalos que nos hace el Espíritu Santo (…) son

gracias especiales, dadas a algunos para hacer el bien a

otros. Son actitudes, de la inspiración y de los

impulsos interiores, que surgen de la conciencia y de

la experiencia de determinadas personas, que están llamadas a ponerlos

al servicio de la comunidad. En particular, estos dones espirituales benefician a la santidad de la Iglesia y su

misión".

"incluso los dones más extraordinarios son en vano, Pero, este hombre cura a la gente: eh, tiene esta cualidad, esta virtud, sana a la

gente. ¿Pero tiene amor en su corazón? ¿Tiene caridad? Si la tiene, adelante; pero si

no la tiene, no sirve a la Iglesia".

 "Sin amor, todos los dones no sirven a la Iglesia,

porque donde no hay amor hay un vacío, un vacío que es llenado por el egoísmo.

Y les pregunto, ¿si todos somos egoístas, sólo egoístas, podemos vivir en comunidad, en paz?

¿Se puede vivir en paz si todo el mundo es egoísta?

¿Se puede o no se puede? [La gente responde: ¡No!] ¡No se puede!

Por eso, es necesario el amor que nos une: la caridad".

"el más pequeño de nuestros actos de amor tiene efectos buenos para todo el mundo! Por lo tanto, vivir la unidad de la Iglesia, la comunión de la caridad significa no buscar

el propio interés, sino compartir los sufrimientos y las alegrías de los hermanos, dispuestos a llevar las cargas

de los más débiles y los pobres.

Esta solidaridad fraterna no es una figura retórica,

una forma de decir, sino que es una parte integrante de la

comunión entre los cristianos".

"Si la vivimos, nosotros somos en el

mundo signo, nosotros somos "sacramento" del

amor de Dios. ¡Lo somos unos para

otros y lo somos para todos!

No se trata de aquella caridad mezquina que podemos ofrecernos

recíprocamente, es algo más profundo: es una

comunión que nos permite entrar en el

gozo y el dolor de los demás para hacerlos

nuestros, sinceramente".

El 7 de noviembre dijo: " La alegría de Dios es encontrar a la oveja

perdida, porque tiene una

"debil idad de amor" por todos los que se han

extraviado" "La actitud de los escribas

y fariseos que se escandalizaron por las cosas que Jesús hacía y murmuraban contra Él:

"este hombre es un peligro, come con

publicanos y pecadores."

"Jesús, dice que ésta "es la música de la

hipocresía" y que "a esta hipocresía de

los murmullos responde con una parábola alegre.

En este pequeño relato aparece cuatro veces la

palabra alegría. ‘Y ustedes se escandalizan por esto, pero mi Padre se

alegra’."" Ese es el mensaje más

profundo: la alegría de Dios que es un Dios al que no le gusta perder, no es un buen

perdedor, y por eso, para no perder, sale de sí y va, busca. Es un Dios que busca: busca a

todos aquellos que están lejos de Él, como el pastor, que va en busca de la oveja

perdida".

"El trabajo de Dios, es "ir a buscar" para "invitar a todos a la fiesta, a los

buenos y los malos"."Él no tolera perder a uno de los suyos. Ésta

será también la oración de Jesús, el Jueves Santo: ‘Padre, que no pierda a ninguno de los que me has dado’. Es un Dios

que camina buscándonos y tiene una cierta

debil idad de amor por los que están más

alejados, que se han perdido, va y los busca".

"¿Y cómo busca? Busca hasta el final, como ese pastor que va en la oscuridad, buscando hasta que

encuentra a la oveja; o como la mujer, que cuando pierde aquella moneda enciende la

lámpara, barre la casa y la busca con cuidado. Así busca Dios. ‘¡Este hijo no lo pierdo, es mío! No quiero perderlo’. Este es nuestro Padre: siempre

nos busca".

Luego, "cuando encontró a la oveja" y la trajo al redil

poniéndola junto a las demás, ninguna debe decir: "tú estabas perdida",

s ino "tú eres una de nosotras",

porque le vuelve a dar toda la dignidad.

"No hay diferencia" porque Dios "cura a todos

aquellos que ha encontrado. cuando hace esto es un Dios

que se alegra".

El 8 de noviembre, dijo: " Rezo por los tantos niños y jóvenes que reciben de sus padres "pan sucio", que ganan como fruto

de los sobornos y de la corrupción, y que sin embargo tienen hambre de dignidad.“

"Cuando pensamos en nuestros enemigos, verdaderamente pensemos primero en el

demonio, porque es precisamente lo que nos hace mal." El clima, el esti lo de vida le gusta tanto al

demonio y esta mundanidad: vivir según los valores –entre comillas– del mundo. Y este administrador es un

ejemplo de mundanidad."

"Alguno de ustedes podrá decir: ‘¡Pero este hombre ha hecho lo que hacen todos!’.

¡Pero no todos! Algunos administradores, administradores de empresas, administradores

públicos; algunos administradores del gobierno... Quizá no sean tantos.

Pero es un poco esa actitud del camino más breve,

más cómodo para ganarse la vida".

"El hábito del soborno es un hábito mundano y fuertemente pecador. Es un hábito que no viene

de Dios: ¡Dios nos ha pedido que llevemos el pan a casa con nuestro trabajo honesto!"

" Y este hombre, administrar, lo llevaba, ¿pero cómo?

¡Daba de comer a sus hijos pan sucio! Y sus hijos, tal vez educados en colegios costosos,

tal vez crecidos en ambientes cultos, habían recibido de su papá como comida suciedad,

porque su papá, l levando el pan sucio a la casa, ¡había perdido la dignidad!

¡Y esto es un pecado grave! Porque se comienza tal vez con una pequeña coima, ¡pero es como la

droga, eh!"

"Por tanto, el hábito del soborno se vuelve una dependencia. Pero si hay una "astucia mundana", también hay una "astucia cristiana", que es la de

hacer las cosas no con el espíritu del mundo, sino honestamente".

" Y esto lo dice Jesús cuando invita a ser astutos como las serpientes y sencil los como las palomas: poner juntas estas dos dimensiones "es una gracia

del Espíritu Santo", un don que debemos pedir."

"Quizás hoy nos hará bien a todos nosotros rezar por tantos niños y muchachos que reciben de sus

padres pan sucio: ¡también éstos están hambrientos, están hambrientos de dignidad! Rezar para que el Señor cambie el corazón de

estos devotos del soborno y se den cuenta de que la dignidad viene del trabajo digno, del trabajo

honesto, del trabajo de cada día y no de estos caminos más

fáciles que al final te quitan todo".

"Y después, concluiría como aquel otro del Evangelio que tenía tantos graneros, tantos silos

repletos y no sabía qué hacer de ellos: ‘Esta noche deberás morir’, le dijo el Señor.

Esta pobre gente que ha perdido la dignidad en el hábito de los sobornos ¡sólo lleva consigo,

no el dinero que ha ganado, sino la falta de dignidad! ¡Recemos por ellos!"

El 9 de noviembre dijo: “los pobres, también los pobres de salud,

son una riqueza para la Iglesia"Ante un contexto cultural y social que tiende

por un lado a la resignación y por otro al descarte de personas, es

importante promover una real inserción de los enfermos en la comunidad cristiana, con una

pastoral inclusiva en las parroquias y asociaciones.

“Queridos hermanos y hermanas enfermos, o se consideren sólo objeto de solidaridad y de

caridad, sino siéntanse insertados con pleno título en la vida

y en la misión de la Iglesia”. “ustedes tienen un lugar suyo, un papel

específico en la parroquia y en todo ámbito eclesial”.

“Su presencia, silenciosa pero más elocuente que tantas palabras, su oración, el ofrecimiento diario

de sus sufrimientos en unión con los de Jesús crucificado para la salvación del mundo, la aceptación paciente y también gozosa de su

condición, son un recurso espiritual, un patrimonio para cada comunidad cristiana.

¡ No se avergüencen de ser un tesoro precioso de la Iglesia!”.

“Que la Virgen María, nos ayude a ser para cuantos encontramos en nuestro camino un reflejo

de Aquel que es Padre misericordioso y Dios de toda consolación”.

El 10 de noviembre dijo: "el amor de Dios es eterno, y espera a cada uno de nosotros." “Para poner a Jesús en

dificultad y ridiculizar la fe en la resurrección de los muertos” utilizan “un

caso imaginario: ‘una mujer ha tenido siete maridos, muertos uno después del otro’,

y preguntan a Jesús: ‘¿De quién será esposa aquella mujer después de su muerte?’”.

“Jesús, siempre dócil y paciente, responde que la vida después de la muerte no tiene

los mismos parámetros de aquella terrenal. La vida eterna es otra vida, en otra

dimensión donde, entre otras cosas, no existirá más el matrimonio, que está ligado

a nuestra existencia en este mundo”.

“Los resucitados serán como los ángeles, y vivirán en un estado diferente, que ahora no podemos

experimentar y ni s iquiera imaginar. Así lo explica Jesús”. "Pero luego, Jesús, por así

decirlo, pasa al contra ataque. Y lo hace citando la Sagrada Escritura,

con una sencil lez y una originalidad que nos dejan llenos de admiración ante nuestro Maestro, ¡el

único Maestro!”.

“Jesús encuentra la prueba de la resurrección en el episodio de Moisés y de la zarza ardiente,

all í donde Dios se revela como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. El nombre de Dios está l igado a los nombres de los hombres y de las mujeres con los que Él se l iga, y este lazo es más fuerte que la

muerte”."Y nosotros, podemos también decir de la relación

de Dios con nosotros, con cada uno de nosotros: ¡Él es nuestro Dios!

¡Él es el Dios de cada uno de cada uno de nosotros! Como si Él l levase nuestro nombre”.

“A Él le gusta decirlo y ésta es la alianza. He aquí el por qué Jesús afirma: ‘Porque él

no es Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en

efecto, viven para él’. Y éste es el lazo decisivo, la

alianza fundamental con Jesús: Él mismo es la Alianza,

Él mismo es la Vida y la Resurrección, porque con su amor crucificado ha vencido

a la muerte”.

“En Jesús Dios nos dona la vida eterna, la dona a todos, y todos gracias a Él tienen la

esperanza de una vida más verdadera que esta. La vida que Dios nos prepara no es un simple

embellecimiento de la actual: ella supera nuestra imaginación, porque Dios nos sorprende

continuamente con su amor y con su misericordia”.

“Por lo tanto, aquello que acontecerá es precisamente lo contrario de cuanto se esperaban

los saduceos. ¡No es esta vida la que hace referencia a la eternidad, a la otra vida, aquella

que nos espera, sino es la eternidad que ilumina y da esperanza a la vida terrenal de cada uno de

nosotros!”.

“si miramos sólo con el ojo humano, estamos llevados a decir que el camino del hombre va de la vida hacia la muerte. ¡Eso

se ve! Pero eso es solamente si lo observamos con el ojo humano”.

“Jesús vuelca esta perspectiva y afirma que nuestra peregrinación va de la muerte a la

vida: ¡la vida plena! Nosotros estamos en

camino, en peregrinación hacia la vida plena y

aquella vida plena ¡es la que nos ilumina en nuestro camino!”.

“la muerte está detrás, a la espalda, no delante de nosotros. Delante de

nosotros está el Dios de los vivos,

el Dios de la alianza, el Dios

que lleva mi nombre,

nuestro nombre”.

“Como Él dijo: ‘Yo soy el Dios de

Abraham, de Isaac y de Jacob’,

también el Dios con mi nombre.

Con tu nombre, con tu nombre, con tu nombre, con nuestro

nombre ¡Dios de lo vivos!

Está la derrota definitiva del pecado y de la

muerte, el inicio de un tiempo

nuevo de alegría y de luz sin fin”.

“ya sobre esta tierra, en la oración, en los Sacramentos,

en la fraternidad, encontramos a Jesús y a su amor,

y así podemos saborear algo de la vida resucitada.

La experiencia que hacemos de su amor y de su fidelidad enciende como un fuego en nuestro

corazón y aumenta nuestra fe en la resurrección”.

“De hecho, si Dios es fiel y ama, no puede

serlo por tiempo limitado: ¡la fidelidad es eterna, no puede cambiar, el amor de Dios es eterno, no puede cambiar!

No es por tiempo limitado: ¡es para

siempre! ¡Es para ir adelante! Él es fiel para siempre,

y espera a cada uno de nosotros, nos

acompaña a cada uno de nosotros con esta

fidelidad eterna”.

El 11 de noviembre, dijo: " El que no se arrepiente y "simula ser

cristiano" hace mucho mal a la Iglesia."

" todos debemos reconocernos "pecadores", pero debemos estar atentos a no

convertirnos en "corruptos". Quien es benefactor de la Iglesia pero roba al Estado, es "un injusto" que conduce una

"doble vida".

Jesús "no se cansa de perdonar y nos

aconseja" que hagamos lo mismo.

" Cuando Jesús pide que se perdone siete veces al día, hace un retrato de sí mismo". "Jesús, "perdona“ pero en este pasaje evangélico también

dice: "Atención a quien causa escándalos".

No habla de pecado, sino de escándalo, que es otra cosa. Y añade que "es

mejor para él que se le ponga una piedra

de molino al cuello y se lo arroje al mar,

antes de que escandalice a uno de

estos pequeños".¿qué diferencia hay

entre "pecar y escandalizar"?

"La diferencia es que quien peca y se arrepiente, pide perdón, se siente débil, se siente hijo de

Dios, se humilla, y pide precisamente la salvación de

Jesús. Pero de aquel otro que escandaliza, ¿qué cosa

escandaliza? Que no se arrepiente. Sigue pecando, pero finge ser cristiano: la doble vida. Y la doble vida de un cristiano hace mucho mal, mucho mal.

" ‘¡Pero, yo soy un benefactor de la Iglesia! Meto la mano en el bolsil lo y doy a la Iglesia. Pero con la otra mano, roba: al Estado, a los

pobres… roba. Es un injusto. Ésta es doble vida. Y esto merece –lo dice Jesús, no lo digo yo–

que le pongan en el cuello una muela de molino y sea arrojado al mar. No habla de perdón, aquí".

"esta persona engaña", y "donde está el engaño, no está el Espíritu de Dios.

Ésta es la diferencia entre pecador y corrupto". Quien "conduce una doble vida es un corrupto". Diverso es quien "peca y quisiera no pecar, pero es

débil" y "va a lo del Señor" y pide perdón:

"¡a ese el Señor lo quiere! Lo acompaña, y está con él":

"Y nosotros debemos decirnos pecadores, sí,

¡todos, aquí, todos lo somos.

Corruptos, no. El corrupto está fijo en un estado de suficiencia, no sabe qué

cosa es la humildad. Jesús, a estos corruptos,

les decía: ‘La belleza de ser sepulcros blanqueados, que parecen

bellos, por afuera, pero dentro están llenos de

huesos muertos y de putrefacción.

San Pablo lo dice claramente en su Carta a los cristianos de Roma: "No se uniformen a este

mundo". Es más, "texto original es más fuerte" porque afirma que no hay que "entrar en los

esquemas de este mundo, en los parámetros de este mundo". Esquemas,

que "son esta mundanidad que te lleva a la doble

vida".

"Una podredumbre barnizada: ésta es la vida del corrupto. Y Jesús no les decía sencillamente

'pecadores' a estos, les decía: 'hipócritas '. Y qué bello, aquel otro, ¿no? ‘Si cometiera una culpa siete veces al día contra ti y siete veces viniera a ti diciendo: ‘Estoy arrepentido, soy

pecador’, tú lo perdonarás’.

"así es el Señor. Pidamos hoy la gracia al Espíritu Santo que huye de todo engaño, pidamos la gracia

de reconocernos pecadores: somos pecadores. Pecadores, sí. Corruptos, no".

En twitter dijo: Nos cuesta un poco confesar nuestros

pecados, pero nos da paz. Somos pecadores y tenemos

necesidad del perdón de Dios.

Los santos no son superhombres. Son personas que tienen el Amor de Dios en su corazón y comunican esta alegría a los demás.

Ser santos no es privilegio de unos pocos, sino una vocación para todos.

El Reino de los cielos es para aquellos que

ponen su confianza en el amor de Dios

y no en las cosas materiales.

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Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.

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